Revolucion Agricola
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El inicio del gran cambio: la
revolución agrícola del XVIII
Se entiende por revolución agrícola una serie de
importantes cambios sucedidos durante el siglo XVIII en
los campos de Gran Bretaña. A comienzos de este siglo la
agricultura británica seguía siendo en lo esencial muy
tradicional: el utillaje (arados de madera, hoces, azadas), el
escaso uso de fertilizantes o la práctica del barbecho
formaban parte de las prácticas agrarias desde hacía
siglos.
La trayectoria histórica de Gran Bretaña es muy original y
lo es fundamentalmente porque el camino recorrido permitió que
fuese la primera nación industrial del mundo y se
convirtiese en una gran potencia. Desde los comienzos del
siglo XVIII se había convertido en objeto de estudio o
curiosidad del resto de los europeos. Los intelectuales y
curiosos viajaban allí y dejaron sus impresiones sobre el
país que admiraban: la ciudad más grande de Europa, Londres,
que poseía 750000 habitantes, la pujanza de su comercio, la
calidad de sus manufacturas, el carácter tan poco aristocrático
de su nobleza, las libertades de su sistema político… pero
sobre todo era alabado el valor, la pulcritud y la
prosperidad de la campiña inglesa y las aparentes
comodidades de los campesinos. Pero Gran Bretaña no sólo
presentaba estos aspectos, sino también otros oscuros: la
explotación del tráfico de esclavos hacia Indias
Occidentales, actividad “comercial” en la que tenía el
primer lugar, aunque con el tiempo sería el primer país
que aboliese la trata; la existencia de una corriente en la
política exterior favorable a la guerra y la conquista
colonial como caminos para la riqueza y el poderío de la
nación (Pitt). Como había ocurrido ya antes, la guerra
estimuló el desarrollo de la industria militar y cómo no, la
revolución industrial. Existía otra corriente favorable a la
paz (Walpole) y la ambigüedad política británica en el
exterior cada vez que una de las dos corrientes se turnaba
en el poder, hizo desconfiar del país a las otras naciones.
La transformación de los enclosures
Desde el neolítico las sociedades humanas pasaron de una
economía de recolección y caza a otra que permitió
obtener excedentes duraderos de alimentos y aseguró un
consumo importante de productos no alimentarios, es
decir, aparecieron formas especializadas de trabajo no
agrícola y las sociedades urbanas. Pero los excedentes
siempre fueron escasos y los períodos de malas cosechas
aseguraban todo tipo de conflictos, epidemias y
mortandades. Hasta inicios del siglo XVIII ninguna
sociedad en el mundo podía permitirse no tener menos del
75u 80% de la población laboral trabajando en la tierra,
consumiendo ante todo calorías de origen vegetal ya que
era muy costoso el consumo de calorías de origen animal
(carne, lácteos), por lo caro de su producción. Pero en el
transcurso de medio siglo, la productividad agraria pasó de
unos excedentes medios del 25% a más del 50%
sobrepasando el límite del hambre por primera vez desde
la prehistoria. Existen factores físicos que entorpecen a la
productividad agrícola: el suelo pierde su fertilidad con
cultivos continuados. Los agricultores muchas veces han
tratado de detener este proceso, y antes del siglo XVIII
sólo había 3 armas: el abonado animal, la práctica
del barbecho y la alternancia de cultivos. Sólo el primero
resultaba altamente satisfactorio, pero la cantidad de
abono era muy limitada, porque limitada era su cabaña
ganadera ya que competía con el agricultor por los escasos
excedentes productivos. El sistema más avanzado era el de
“tres campos” o rotación trienal, lo que diríamos hoy día
“cultivo intensivo” pero que era muy costoso.
Los campos abiertos (open fields).
Son un sistema de ordenación y explotación del terrazgo
agrario. En ellos, las parcelas de cada campesino no
estaban separadas por ningún tipo de cerca o seto estaban
separadas en "hojas", y las decisiones sobre qué, cómo y
cuándo debía cultivarse en cada zona de labor se tomaban
de forma colectiva entre todos los vecinos del lugar. En los
campos cerrados existen divisiones entre las parcelas, y se
asocian a decisiones de cultivos individuales. A ello suele
añadirse un importante peso de los bienes comunales
(pastos, bosques, derechos) en este tipo de sistemas
agrarios. Eran explotados colectivamente por pequeños
agricultores que hubieron de abandonarlos por cuanto sus
derechos basados en la tradición no fueron respetados por
las nuevas leyes. Se trataba de parcelas de tierra a las que
los paisanos tenían acceso, pero sin ostentar la titularidad
de propietarios. Estaban dispersas en franjas de terreno
desconectadas entre sí y abiertas a la entrada del ganado.
Los rendimientos de estas tierras eran muy bajos y su
función económica estaba orientada a la supervivencia. En
muchas áreas de Europa, por ejemplo en Inglaterra, este
sistema era muy utilizado.
Las leyes de cercamiento supusieron la sustitución de los
derechos comunales por los de propiedad privada. Las
parcelas antes dispersas pasaron a ser propiedad de
particulares, agrupadas y cerradas mediante vallas. En
ellas se aplicaron las mejores técnicas agrícolas del
momento (rotación de cultivos, drenaje de suelos, empleo
de nuevos abonos, etc).
La situación de la tierra en el Reino Unido en la época
PREVIA a la realización de los enclosures: el sistema de los
openfields
El Barbecho
Se denomina barbecho a la técnica por la que la tierra se
deja sin sembrar durante uno o varios ciclos vegetativos,
con el propósito de recuperar y almacenar materia
orgánica y humedad, además de evitar Patógenos
esperando a que sus ciclos terminen sin poder volver a
renovarse debido a la falta de hospederos disponibles.
También se refiere a la tierra que se deja descansar por
uno o varios años. Habitual en la rotación de cultivos.
Durante el tiempo que permanece sin cultivar es sometido
a una serie de labores con objeto de mejorar su
predisposición al cultivo.
Al principio los británicos copiaron el modelo de los países
bajos(Flandes, Holanda) ya desde el siglo XVII, donde
existía mucha población y grandes necesidades
alimentarias por ello y donde la rotación trienal era
importante, aplicándolos a su país con menos densidad de
población, obteniendo grandes resultados. Pero desde
1730 los ingleses realizaron sus propias innovaciones…
El abogado Jethro Tull (1674-1740) reconvertido en
agricultor ensayó la siembra en líneas, las labores
profundas (trabajo frecuente para remover la tierra
luego de la siembra) y las máquinas cavadoras.
El vizconde Townshend “el nabo” (1674-1738), que
abandonó su carrera política viajó a los Países Bajos,
importando técnicas agrícolas y se dedicó a
introducir nuevos especímenes de plantas, impulsó la
rotación cuádruple de cultivos, reemplazó el barbecho
por nabos y tréboles que no perjudicaban tanto el
suelo.
Robert Bakewell (1725-95) granjero profesional,
descubrió los principios de la selección, cruce y
alimentación animal de forma científica, consiguiendo
que el ganado (ovino y bovino) engordase el doble de
lo habitual.
Arthur Young y Coke fueron propagandistas de las
nuevas ideas, ya fuese escribiendo o realizando
experimentos.
Las nuevas técnicas, pues, se centraron en una serie de
aspectos fundamentales:
Gradual eliminación del barbecho y su sustitución
por rotaciones continúas de cultivos.
Introducción o extensión de nuevos cultivos rentables.
Mejoramiento del viejo utillaje de trabajo en el campo
e introducción de nuevas herramientas (arado
Rotherham).
Selección de semillas y la cría de animales.
Ampliación y mejora de las tierras cultivables.
El aumento del empleo de caballos para el trabajo de
la tierra (por su velocidad, 50% más que el buey)
Cinco rasgos pues, sobresalen de esta revolución agraria
británica:
Áreas consolidadas de cultivos a gran escala cercados
sustituyen a los openfields. Los campesinos con pocos
recursos tienden a convertirse en jornaleros o se van
a las ciudades
Extensión del cultivo a los eriales y baldíos, y a las
tierras comunales, adoptándose la ganadería
intensiva.
La aldea autárquica dependiente del clima para sus
cosechas se transforma en comunidad de trabajadores
agrícolas cuyo nivel de vida depende de las
condiciones del mercado de sus productos.
Aumento extraordinario en la productividad de la
tierra y con ella, del poder adquisitivo de los
agricultores y por ende la capacidad de compra de los
nuevos productos industriales.
Los grandes cambios en el campo no provocan su
despoblación, como se ha creído, pero sí los antiguos
marcos de valores y tradiciones, formas de vida,
desaparecen
La revolución agrícola posibilitó el éxito de la
revolución industrial: sin una organización de cara al
mercado de la actividad agraria, no hubiese sido
posible alimentar a los obreros de los centros
industriales que comenzaron a crearse ni tampoco a
una población que iniciaba un crecimiento constante
(desde 1740).Por otro lado, el campo suministró una
parte esencial del capital de la industrialización
Las "Enclosures"
Las "Enclosures" o cercado de los campos abiertos fueron
puestas en práctica en Inglaterra tras la aplicación de
las "Leyes de cercamiento"(Enclosure Acts) que
establecían "la división, el reparto y el cercamiento de los
campos, praderas y dehesas abiertas y comunes y de las
tierras baldías y comunes situadas en cada demarcación
territorial.
La noción medieval que llevaba a juzgar los hechos
económicos conforme a su contribución a la salud del
orden social se eclipsaba ante los cambios en la Inglaterra
del siglo XVII. Dejó de creerse que la solución a los
problemas agrícolas era mantener a las gentes en la tierra
y se sustituyó por la idea de invertir capitales en ella, de la mejor
forma: esto implicaba tratar la tierra como propiedad
privada en sentido estricto (algo que puede comprarse y
venderse y utilizarse a discreción del dueño). Así se aceleró un
proceso que ya venía del siglo XVI al menos, el de
cercamiento (enclosure) de las tierras: la perspectiva era la
obtención de ganancias a través del negocio de la lana, ya fuese
por arrendar más tierras y aumentar las rentas. Esto
implicaba privar a los campesinos de sus derechos de cultivo
en los campos abiertos (openfields) y de sus derechos a usar las
tierras comunales (bosques y pastizales de los
terratenientes sobre los que tenían derechos de uso por la
costumbre). El proceso se hizo tanto por métodos legales como
semilegales y sólo las comunidades que organizadamente
reclamaron sus derechos tradicionales al Parlamento
pudieron controlar este proceso sin ser perjudicados (es
decir, se contó con ellos a la hora del reparto de
tierras).Pero también muchos campesinos impulsaron los
cercamientos (sobretodos los yeomen, campesinos
acomodados), sencillamente porque también ellos
esperaban obtener ganancias y mejorar su vida. Deseaban
poner a producir tierras baldías y comunales, además de
consolidar sus parcelas. Sin lugar a dudas, la mentalidad
comercial de lores y gentry combinada con la idea de
obtención de beneficios para mejorar la vida de los yeomen
fueron una de las principales fuerzas que se habían
opuesto en el siglo XVII a las políticas de los reyes por
preservar el antiguo régimen y consolidar el absolutismo,
que colocaba a la población a merced de las ordenanzas
reales. La conexión entre los señores rurales y la burguesía
de las ciudades se hizo profundamente íntima, y el capital
llegó al campo, desapareciendo el viejo esquema feudal de
explotación agraria.
Aparición de nueva maquinaria
La máquina sembradora del inglés Jethro Tull,
auténtico pionero de la agricultura científica y que diseñó
esta sembradora en los primeros años del siglo XVIII. Esta
nueva sembradora posibilita sembrar rápidamente y
colocando la simiente fácilmente en filas que hacen más
simples otras tareas agrícolas. Además la semilla se
ubicaba a una cierta profundidad que la alejaba del peligro
que suponían los pájaros y el viento para la siembra.
El arado de hierro que posibilita un laboreo más
profundo y efectivo. El nacimiento de una potente industria
siderúrgica que proporcione hierro barato y abundante
será básico para la mejora del utillaje agrario, que apenas
había conocido cambios desde tiempos de los romanos. La
utilización de caballos en lugar de bueyes acelerará los
trabajos agrarios.
Las primeras segadoras y trilladoras, que permiten
mejorar la productividad de los trabajadores agrícolas. Las
importantes mejoras en la producción de hierro y acero los
irán convirtiendo en materiales asequibles para la
fabricación de maquinaria agrícola cada vez más
compleja.
Al principio utilizarán tracción animal (como puede
apreciarse en estas segadoras tiradas por caballos) pero
luego surgirán trilladores movidas con la máquina de
vapor, e incluso en los años finales del siglo XIX se
fabricarán tractores que movidos por vapor pueden ser
considerados los antecedentes de los tractores con motor
de explosión que revolucionarán la agricultura del siglo XX.
Las nuevas máquinas además de incrementar la
productividad y por tanto abaratar el coste de los
alimentos, tendrán como efecto "liberar" mano de obra que
podrá ser empleada en la industria.
Surgimiento de una agricultura
científica
Rotación de Cultivos
Ensayos exitosos con nuevas rotaciones de cultivos que
permitirán eliminar el barbecho y disponer de importantes
cantidades de materia vegetal para el engorde del ganado.
Pioneros como Lord Townshend introdujeron la rotación
cuatrienal: trigo, nabos, cebada, trébol.
La selección de nuevas especies de plantas que harán
crecer enormemente los rendimientos agrarios.
Aumenta el uso de fertilizantes. En primer lugar porque
aumentó la disposición de abono orgánico (estiércol), que
venía utilizándose tradicionalmente, a causa del
incremento de la ganadería. En segundo lugar porque se
inicia la utilización de fertilizantes artificiales.
Desde finales del siglo XVII, los agricultores comenzaron a
practicar sistemas de rotación de cultivos basados en
periodos de tres, cuatro, seis y doce años que eliminaban
el barbecho. Este proceso se generalizó en el siglo XVIII.
En la rotación de carácter cuatrienal se rotaba el trigo,
tubérculos, cereales de primavera y leguminosas y en el
cuarto año plantas forrajeras como alfalfa,
trébol, colza y lúpulo. Este proceso incrementó la
productividad al aumentar las superficies cultivadas, creció
también el rendimiento por hectárea al existir mayor
cantidad de abonos y el incremento de la cabaña posibilitó
la sustitución de la fuerza humana por la animal.
¿Cuáles son sus OBJETIVOS?
Evitar el agotamiento de los suelos
Evitar la perpetuación de las enfermedades que
afectan a un determinado tipo de planta.
Tipos:
Los tipos más conocidos son:
ROTACIÓN BIENAL O DE AÑO Y VEZ. Un año cereal
y otro barbecho.
ROTACIÓN TRIENAL. Rotan trigo, avena y barbecho
(también cultivo de invierno, de primavera y
barbecho), con lo que se obtienen 6 cosechas en tres
años.
El SISTEMA NORFOLK (trigo, nabos, cebada y alfalfa)
permite una mayor complementariedad entre
agricultura y ganadería, a la vez que supone la
desaparición del barbecho.
ACTUALMENTE, el desarrollo de los abonos químicos y
productos fitosanitarios ha llevado a la desaparición casi
total del barbecho, aunque se sigue practicando la rotación
de cultivos (por ejemplo, maíz y tomate en las vegas del
Guadiana).
El Sistema Norfolk
La introducción del sistema Norfolk allí donde se produjo
eliminó el barbecho, mediante la introducción de
plantas forrajeras y la conveniente rotación de cultivos.
Supuso la estabulación del ganado (alimentado con los
forrajes) y, junto con la mejora del utillaje agrícola (aún no
mecanizado), permitió un incremento, tanto de
los rendimientos de la tierra como de su producción.
Las mejoras en la ganadera.
Cría selectiva
La cabaña ganadera británica no sólo creció con el
incremento de vegetales (alfalfa, trébol) resultado de las
rotaciones de cultivos que eliminan el barbecho, sino que
también mejoró con la generalización de la cría selectiva a
que se lanzarán diversos propietarios, una ganadería
"científica" que pretende la mejora de tamaño y salud de
las razas ganaderas tradicionales. Si durante cientos de
años los ganaderos habían mezclado animales con la
esperanza de mejorar la calidad de los animales, ahora se
hace esto mismo, pero de una forma más detallada y
precisa, destacando el trabajo de pioneros como Bakewell
quien no sólo seleccionaba con gran rigor los ejemplares,
sino que guardaba cuidadosamente cartas genealógicas de
sus animales. Estos conocimientos fueron difundidos por
medio de libros o de boletines: ya desde los años finales del
siglo XVIII circulan boletines agrarios que obtienen una
gran difusión. De esta manera si hasta entonces las ovejas
sólo eran valoradas por su lana y el ganado bovino por su
fuerza de trabajo, ahora el interés se centra en crear razas
productoras de carne. Entre 1700 y 1800 algunas razas de
animales llegaron a multiplicar por tres su peso promedio.
Algunas de las nuevas variedades surgidas, como las vacas
Hereford se difundirán por medio mundo. La carne, hasta
entonces un alimento sólo al alcance de los más ricos, se
convertirá en un producto de consumo cotidiano para
amplias capas de población, contribuyendo con ello a
importantes mejoras en la alimentación que están detrás
de la llamada Revolución Demográfica.
Lo que solemos denominar «revolución agrícola» es
en realidad un largo proceso, de unos 250 años de
duración, dentro del cual es posible señalar varias
fases netamente diferenciadas. La primera de ellas
(la más trascendental, aunque sea externamente
menos espectacular) abarca el conjunto de cambios
técnicos y económicos que hicieron posible que la
producción agrícola europea aumentara
considerablemente en el transcurso del siglo XVII.
Este aumento fue condición indispensable para que
pudiera tena lugar el inicio de la revolución
industrial, ya que permitió disponer de alimentos
suficientes para mantener al proletariado urbano y
puso a disposición de la industria un mercado en
expansión donde vender sus artículos, y unos
capitales que se invirtieron en las nuevas ramas
productivas (textiles, siderurgia, ferrocarriles).
Las mejoras en la agricultura favorecieron la
Revolución Industrial de 4 formas:
El aumento de la producción permitió
alimentar a una población en rápido
crecimiento.
Las mejoras técnicas redujeron el número de
campesinos necesarios para trabajar la tierra, y
proporcionaron mano de obra para la industria.
Los beneficios obtenidos por los terratenientes
fueron invertidos en la agricultura, el comercio
y las nuevas industrias.
Las necesidades de metales para los
instrumentos agrícolas y la demanda de
maquinaria, provocaron el desarrollo de la
industria metalúrgica y siderúrgica.
o Desarrollo tecnológico: El aumento de la
demanda de maquinarias hizo que se
produjeran innovaciones técnicas que
aumentaron la producción y los beneficios.
Estos inventos comenzaron en Inglaterra
en el sector textil, al principio fueron
inventos muy sencillos, construidos en
madera y realizados por artesanos y
personas sin preparación científica.
Para comprender cuál fue la trascendencia de esta
expansión agraria del siglo XVIII (iniciada ya en
algunos puntos de Europa fines del siglo XVII)
habrá que recordar que hasta entonces la
demografía europea había visto frenadas sus
posibilidades de crecimiento por la aparición
recurrente de unas catástrofes que tenían su origen
en la insuficiente disponibilidad de alimentos.
En el siglo XVIII, en cambio, un aumento
considerable de la población vino acompañado por
un incremento paralelo de la producción de
alimentos; así, este crecimiento demográfico quedó
incorporado establemente, y sirvió de estímulo a la
reactivación de la economía europea, tras el
paréntesis de la crisis del siglo XVII
Estos fenómenos a que nos hemos venido refiriendo
(la extensión del cultivo y el aumento de los precios
agrícolas, provocados por una fuerte expansión de
la demanda) ocurrieron prácticamente en toda
Europa: en las islas Británicas, en España, Suecia,
Francia, Holanda, Alemania, etc.
Un corolario lógico de esta manera de pensar había
de ser la convicción de que estos progresos debían
extenderse a todas las tierras disponibles y
susceptibles de una adecuada explotación, sin que
quedaran al margen de este avance las grandes
extensiones poseídas por las clases privilegiadas
del antiguo régimen (la aristocracia latifundista y el
clero), que en su inmensa mayoría seguían
cultivándose con los mismos métodos extensivos
que se venían empleando desde la Edad Media.
De lo que tal vez no eran plenamente conscientes
muchos de estos hombres era de que el desarrollo
lógico y coherente de su manera de pensar
conduciría a exigir una reestructuración de la
propiedad de la tierra, que no podía lograrse más
que con una transformación radical y
revolucionaria de la sociedad y del mismo Estado,
órgano de dominio de la aristocracia latifundista.
Sólo en algunos lugares pudieron realizarse las
reformas necesarias sin recurrir a alteraciones
revolucionarias, como fue el caso de Dinamarca.
Destacan las siguientes:
El crecimiento de sobrantes
alimentarios necesarios para satisfacer la
fuerte demanda de una población en alza.
La disponibilidad de excedentes de mano de
obra sobrante del agro, fundamental para
satisfacer las crecientes necesidades de una
industria urbana en desarrollo.
El incremento de los beneficios de los
propietarios de tierras, parte de los cuales se
invirtieron en las primeras fábricas modernas.