RICARDO PIÑEIROrodolfoveracalderon.com/wp-content/pdf/ricardopineiro.pdf · 2015-02-18 · Manager...

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Manager de modelos y descubridor de talentos –como Karina Rabolini y Delfina Frers–, abre las puertas de “La Paternita”, en San Andrés de Giles. La casa es fiel reflejo de su ojo esteta y su obsesión por la belleza. En su mundo, verde y simétrico, repasa la vida y asegura: “La paternidad no es una asignatura pendiente” RICARDO PIÑEIRO NOS INVITA A SU PARAISO, UNA CHACRA AFRANCESADA DE ENSUEÑO La fachada de la casa, precedida por una gran fuente, fue construida originalmente en estilo inglés, pero Ricardo le fue añadiendo algunos elementos que la afrancesaron un poco, como los dos pares de piñas de piedra colocados sobre las cuatro columnas de la galería. “Esta casa para mí es más que un refugio, es un santuario”, cuenta. Derecha: el dueño de casa posa junto a su perro Octubre, un pastor inglés que rescató moribundo de un basurero cuando era un cachorro.

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Manager de modelos y descubridor de talentos –como Karina Rabolini y Delfina Frers–, abre las puertas de “La Paternita”, en San Andrés de Giles. La casa es fiel reflejo de su

ojo esteta y su obsesión por la belleza. En su mundo, verde y simétrico, repasa la vida y asegura: “La paternidad no es una asignatura pendiente”

RICARDO PIÑEIRONOS INVITA A SU PARAISO, UNA CHACRA

AFRANCESADA DE ENSUEÑO

La fachada de la casa, precedida por una gran fuente, fue construida originalmente

en estilo inglés, pero Ricardo le fue añadiendo algunos elementos que la afrancesaron un poco, como los dos

pares de piñas de piedra colocados sobre las cuatro columnas de la galería. “Esta casa para mí es más que un refugio, es

un santuario”, cuenta. Derecha: el dueño de casa posa junto a su perro Octubre, un

pastor inglés que rescató moribundo de un basurero cuando era un cachorro.

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“Para crear los jardines me inspiré en los diseños que el paisajista André Le Nôtre hizo para Versalles y, a lo largo de diecinueve años,

fui cuidándolos para que no pierdan su esplendor”

Arriba: una vista de la pileta, bordeada por un cerco de buxus. Izquierda: el portón para ingresar a la propiedad es de origen

francés y está hecho en hierro forjado. Ricardo lo compró en un remate en Ingeniero Maschwitz. Abajo: la mesa, lista para la hora del té, está decorada con un juego de porcelana

alemana que el manager recibió como regalo de cumpleaños de su amiga Graciela Massanés. Las copas de plata fueron

compradas en un mercado de antigüedades de Nueva Delhi.

“El parque y sus parterres de buxus son un reflejo de

mi gusto por la simetría y por la naturaleza.

No hay persona que entre

a esta casa y no quede

sorprendida por su belleza”

Muchos de los árboles que están en los jardines de “La Paternita” –entre los que hay cipreses,

robles, cedros y ombúes– los plantó Ricardo con sus propias manos. Abajo: junto a Clarita, una de sus yeguas más jóvenes y por la que guarda un cariño muy especial, ya que es la hija de una

yegua maltratada que rescató en la ruta.

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El palier principal de la casa está decorado con una mesa victoriana de caoba con placa de mármol de carrrara. A la derecha, sobre una banqueta chippendale destaca

un paisaje anónimo de La Toscana que Ricardo atesora desde hace

muchos años. A la izquierda, entre dos sillas estilo Luis XIV sobresale

una consola y un gran espejo estilo Luis XV.

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“Muchas de las piezas que están en esta casa las heredé de mis padres y

otras las compré en remates. Me encanta mezclar estilos”

Izquierda: el living está decorado con un chester inglés de cuero negro, dos sillones Luis XV tapizados en pana y una pequeña mesa estilo

Luis XVI. Al fondo se aprecian dos paisajes. El de la derecha da vida a un aguatero de la pampa y el de la izquierda hace alusión a una tarde de

cacería. Abajo: la chimenea de la casa está presidida por un reloj estilo rococó y dos macetas antiguas de porcelana. Los sillones, estilo Luis XV, conviven con una mesa estilo Luis XVI con marquetería y una alfombra

de lana que Ricardo compró en Oriente.

S on pocos los que tienen el don de descubrir la belleza, por lo que no es inusual que sus nombres trascien-

dan junto a los de aquellas mujeres que de su mano lograron conquistar las pasarelas de moda y las campañas de publicidad. Ese es el caso de Ricardo Piñeiro, que primero fue modelo y ya desde hace más de treinta años es manager y referente en el mundo fashion. Descubrió y manejó la carrera de mujeres como María Vázquez, Andrea Frigerio, Mariana Arias y Floren-cia Raggi, entre otras.

Figura indispensable del verano, no todo en su vida son flashes y front rows.

Los fines de semana se aísla en su mundo privado en “La Paternita”, una chacra de diez hectáreas en San Andrés de Giles, en el que desde hace diecinueve años atesora a sus decenas de mascotas, a las que cuida como si fueran sus propios hijos. “Gracias al afecto y el cariño de todos mis ‘bichos’ puedo desconectarme y lograr un poco de paz. Los animales me llenan el alma, me apasionan”, asegura Ricardo mientras almuerza en la galería de su casa.

Esteta obsesivo y anfitrión consagrado, abre para ¡Hola! las puertas de su pala-ciego refugio estilo francés y repasa su vida. “En esta casa conviven mis amores,

mis afectos y resguardo todas las cosas que me hacen feliz”, asegura.

UN PALACIO EN LA PAMPA–¿Cuándo decidiste comprar esta

casa?–Yo crecí en Lanús, donde mis padres,

que eran amantes de los animales, tenían una casa enorme. De hecho, mi pasión y mi respeto hacia ellos nacieron desde entonces y siempre tuve la idea de darles un lugar para protegerlos. Un día tuve el privilegio de encontrar esta casa, que es-tuvo abandonada por diez años y que en el pasado fue la oficina de unos ingleses,

propietarios de miles de hectáreas en la zona. En cuanto la vi supe que era el sitio que siempre soñé y, a pesar de que estaba bastante deteriorada, no tuve ningún reparo en comprarla. Porque aun-que sabía que tenía una tarea titánica por delante para remodelarla, no me importó, porque soy un amante de la decoración y sabía que me divertiría el trabajo de ponerla en valor.

–¿Qué es lo que más disfrutás de la chacra?–Todos los 25 de diciembre organizo un al-

muerzo de Navidad para mis amigos más que-ridos, porque me encanta compartir con ellos este sitio maravilloso, abrirles las puertas de mi mundo más privado.

–¿Cuál fue tu principal inspiración al mo-

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“Entre mis planes figura crear una fundación para animales abandonados. Espero cumplirlo algún día”

“Esta casa es un lugar lleno de magia y la energía que se respira en ella es bastante especial. La construí con todo mi amor y eso se refleja en su atmósfera”

mento de remodelarla?–Creo que parte de la belleza

de esta casa se debe a que soy muy obsesivo, cuidadoso y un enfermo absoluto de la estética. Tanto sus jardines como su interior me re-presentan a la perfección.

AMOR INCONDICIONAL–¿Cómo definirías tu pasión por

los perros?–Entiendo que se debe, en primer

lugar, a que son los seres más fieles del mundo y a que cuentan con sen-timientos y actitudes que ponen en evidencia lo que es el amor incondi-cional. Menta, una daschund de 15 años, por ejemplo, se queda dentro de la casa durante toda la semana a esperarme. No hay forma de sacarla y todos los fines de semana comien-za a mover la cola un rato antes de que llegue. Es increíble lo percepti-va y fiel que es. Por eso me parte el alma cuando no puedo venir, por-

que estar con ellos es como una mi-sión en mi vida. Yo sé que ellos me hacen bien y yo les hago bien a ellos, porque sólo ellos han sido capaces de llenarme el alma.

“PREFIERO RESGUARDAR MIS SENTIMIENTOS”

–¿Por qué sos tan celoso de tu vida privada?

–Aunque soy muy social, siem-pre me costó mucho abrir mi corazón. Porque no sólo soy un hombre muy estructurado, sino que además tengo un montón de inseguridades, como cualquier ser humano. Y creo que esa es una de las razones por las que disfruto tanto estar solamente rodeado de animales. Puedo ir a programas de televisión y estar en todas las fiestas de verano, pero en el fon-do soy una persona a la que le gusta mantener su vida privada fuera del escrutinio público. Por-

El comedor, conformado por una mesa antigua victoriana y sillas estilo chippendale, está listo para recibir invitados. La consola del fondo, en estilo Luis XVI, está custodiada por dos apliques de Jansen. Izquierda, arriba: el dormitorio principal lo pensó Ricardo como el espacio más amplio de la casa. Ahí atesora muchos objetos importantes en su vida, como la escultura de Guillermo Roux que está sobre la chimenea y el par de galgos que

utiliza para sostener libros y que aparecen sobre el escritorio. Izquierda, abajo: detalle de la mesa, decorada con vajilla de Limoges, cubiertos franceses de plata Lappas y copas de Baccarat.

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Arriba: Ricardo pasea por el jardín de su casa junto a cuatro de sus perros. En primer plano aparece Octubre, atrás Marfil, a la izquierda

China y detrás de él, Margarita. Derecha: entre las muchas cosas que atesora destaca

una colección de pequeñas esculturas caninas. Muchas han sido regalo de su gran amiga la

artista Marcela Davidson.

“Mis perros son lo más preciado que tengo porque ellos me hacen

bien y yo les hago bien a ellos. Su lealtad me llena el alma”

que aunque pueda parecer contradictorio, soy un tipo discreto, prefiero resguardar mis sen-timientos. Valoro mucho a aquellas personas que saben manejar con inteligencia los límites entre su vida pública y su mundo privado.

–¿Qué te llevó a alejarte de los eventos y las fotos por varios meses?

–Sufrí una serie de cosas muy desafortunadas que me hicieron aislarme y repensar la forma en la que quería continuar mi carrera.

–¿Cuáles son las virtudes que te han manteni-do de pie?

–La honestidad, la transparencia, la fidelidad y la sinceridad. Creo que esas son las cuatro vir-tudes más importantes en una persona y gracias a las cuales he podido ir evolucionando en mi búsqueda de la felicidad.

“NO ME SIENTO CAPACITADO PARA SER UN BUEN PADRE”

–¿Es la paternidad una asignatura pendiente en tu vida?

–En absoluto. Porque estoy convencido de que traer un chico a este mundo es una in-mensa responsabilidad para la que hay que estar preparado. Por mi personalidad, no me siento capacitado para ser un buen pa-dre. Además, ya soy el guardián de treinta y cuatro seres maravillosos a los que adoro y que lo único que hacen es inyectarle amor a mi vida.

–¿Hay algo que te quede por hacer?–Me encantaría algún día poder crear una

fundación para rescatar animales maltratados o abandonados.•

Texto y producción: Rodolfo Vera Calderón Fotos: Daniel Karp