Richard Avedon
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Transcript of Richard Avedon
BIOGRAFÍANacido en 1923 en la ciudad de Nueva
York es, sin lugar a dudasn el fotógra-
fo que mejor ha retratado a la sociedad
norteamericana desde todos los ángulos. Si
bien comenzó a despuntar como fotógrafo
de moda, actualmente su obra cuelga por
méritos propios en los mejores museos del
mundo.
Avedon fue el responsable de la revolu-
ción que sufrió el mundo de la fotografía
de moda en los años 50, ya que consiguió
que las modelos posaran de forma natural,
riendo, andando y tal y como se portaban
en su vida normal, en lugar de las envara-
das poses a las que todo el mundo estaba
acostumbrado.
Más adelante realizó unos retratos con
una impactante calidad psicológica que,
según sus propias palabras “son la forma
de explicar a los demás muchas cosas sobre
mí”.
A los cinco años fue inscrito por sus padres
en la Witt Clinton High School y después
completó sus estudios en la Universidad de
Columbia, de la que salió para inscribirse
en la Marina Mercante Americana, en la que
enrolado durante los años 1942 al 1944.
Cuando salió de la Marina se apuntó en
las clases de Alexey Brodovitch, en el Labo-
ratorio de Diseño de la New School for Social
Research de Nueva York. Fue precisamente
Brodovitch, editor de la revista Harper’s
Bazaar, el que contrató a Avedon como fotó-
grafo. Durante años (1947-1984) se encargó
de retratar las colecciones parisinas y doce-
nas de reportajes de moda.
Mientras tanto, la vida de este fotógrafo
no se ceñía exclusivamente al mundo del
glamour. En 1958 es designado por el pres-
tigioso magazine Popular Photography con
el Premio One of the World’s Ten Greatest
Photographers (Uno de los diez mejores
fotógrafos del mundo).
“Si pasa un día sin que haga algo relacionado con la fotografía, es como si hubiera dejado algo esencial de mi
existencia, como si hubiera olvidado despertarme”
Richard Avedon
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El año siguiente la editorial
Simon&Schuster publica el libro Observa-
tions, con fotografías de Avedon y textos de
Truman Capote.
Richard Avedon fue un artista que denun-
ció con sus fotografías un sistema cruel e
injusto para con los más débiles, a la vez
sabe como nadie captar el lujo y la sofistica-
ción de los diseños de Alta Costura.
Su frenético ritmo de vida le llevó a
realizar exposiciones continuas de sus
instantáneas por todo el mundo, y a publi-
car libros, entre los que se incluye su propia
biografía, publicada en 1993 por Random
House.
Sus retrospectivas se han exhibido en
museos como el Whitney de Nueva York,
la National Portrait Gallery de Londres o
el Palazzo Real de Milán. Además, el traba-
jo de Avedon se ha podido contemplar de
forma permanente en colecciones selectivas
de prestigiosos museos como el Metropoli-
tan de Nueva York o el Victoria and Albert
Museum de Londres.
El fotógrafo neoyorquino falleció en el
hospital San Antonio (Texas) el 1 de octubre
de 2004 tras sufrir una hemorragia cere-
bral mientras realizaba un reportaje para el
periódico The New Yorker.
“A través de mis fotografías puedo hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabras.’”
Richard Avedon
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Avedon hizo fotografías de moda con un
estilo inédito: Trabaja con modelos gráci-
les y elegantes con la agilidad de bailarinas
de ballet y capacidad para reír y expresarse
con facilidad.
Por primera vez en una revista de moda
la aproximación fotográfica era fresca,
incluso divertida. Las imágenes de Avedon
eran una combinación extraña pues se sabía
que eran fotos construidas, pero al mismo
tiempo tenían un aire de espontaneidad
nunca antes visto en el género; no parecen
imágenes totalmente posadas, pero queda
claro que eran pensadas y planeadas meti-
culosamente.
Los lectores de las revistas se asombra-
ron cuando vieron una modelo en patines
por la Plaza de la Concordia, pero la revo-
lución total había sido consumada cuando
Avedon captó a una elegantísima Dorothy
Horan (alias Dovima) con vestido de Dior
acompañada de elefantes. La disonancia
entre la piel de los rugosos paquidermos
con la exquisita gracia de la modelo fue una
auténtica bomba. Una imagen tan refina-
da como indómita. La fotografía de moda
jamás volvería a ser igual.
Pero Avedon no solamente había incor-
porado el movimiento, las sensaciones y
emociones al género, también dotó a las
OBRAS
Moda
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modelos con una identidad. En aquellos
tiempos las modelos eran punto menos que
ganchos ambulantes para ropa, maniquíes
animados. Avedon las transformó de rostros
anónimos, auténticos objetos de consumo,
en personas con nombre y apellido: Suzy
Parker, Dorian Leigh, Sunny Harnet, Lesley
Lawson -Twiggy, Jean Shrimpton, Penelo-
pe Tree… Sin Avedon el concepto de super
top model como hoy lo conocemos quizá no
existiría.
Además, su empatía con las modelos
resultaba asombrosa. Avedon describe a
estas chicas como “un grupo de mujeres
inseguras, asustadas e inmaduras; muchas
se han sentido feas desde niñas -demasia-
do altas o delgadas- y traumadas por su
aspecto. Tú tienes que hacer que se sien-
tan hermosas.” [5] El fotógrafo mimaba a
sus modelos: les ponía en un tocadiscos
la música que les gustaba, preguntaba qué
comida preferían… La zalamería era mutua:
“Todas ellas querían complacerlo” dice la
editora de Vogue, Polly Mellen.
Avedon transforma un género estático y
monótono en algo vivo. Aprende que en la
moda todo (peinado, maquillaje, ropa, cuer-
po) se convierte en una performance. Esto
no es de extrañar, pues Avedon amaba el
teatro casi tanto como la fotografía (como
Josef Koudelka). Incluso Richard realizó
varias de las portadas de la revista Thea-
ter Arts en la década de 1940 e incorpora
la teatralidad al mundo de la moda. Eso que
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hoy damos por hecho, a mediados del siglo
XX era absolutamente innovador.
La revolución Avedon fue más que bien-
venida por todos en el mundo de la Haute
Couture, pues lograba vender más revistas,
más vestidos y más cosméticos que nunca.
Para 1957 se estrenaba Funny Face
(Stanley Donovan, Paramount Pictures),
largometraje estelarizado por Fred Astaire
y Audrey Hepburn con un guión basado en
la vida de Avedon. Un año después Richard
fue incluido por la Popular Photography
Magazine entre los diez mejores fotógrafos
del mundo.
Retratos
El retrato fotográfico es un género donde
se reúnen toda una serie de iniciativas
artísticas que giran en torno a la idea de
mostrar las cualidades físicas o morales de
las personas que aparecen en las imágenes
fotográficas.
Su práctica se encuentra ya en los inicios
de la fotografía donde destaca la labor reali-
zada por los fotógrafos ambulantes, los
fotógrafos comerciales de los estudios pari-
sinos, los primeros retratos psicológicos, el
retrato popular presentado por la fotografía
academicista, así como la obra documental
de David Octavius Hill.
El retrato coloreado tuvo mucha difusión
a principio del siglo XX.
Los representantes principales del retra-
to fotográfico en sus inicios son Nadar,
Disdéri, Julia Margaret Cameron, Lewis
Carroll, Gustave Le Gray, Etienne Carjat,
Antoine Samuel Salomon, Pierre Petit o Lady
Clementine Hawarden.
Con posterioridad el género fue evolu-
cionando de forma paralela al devenir de la
historia de la fotografía razón por la cual,
junto a fotógrafos que se dedican en exclu-
siva a lo que podríamos entender como la
forma más ortodoxa del retrato fotográfico,
nos encontramos con fotógrafos adscritos
a movimientos concretos que se acercan
al retrato fotográfico con el empleo de las
ideas y técnicas propias de estas corriente
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Richard Avedon afinó hasta el último deta-
lle en su estilo fotográfico. Aunque a veces
usaba su réflex binocular Rolleiflex (suele
identificarse fácilmente por una propor-
ción 1:1 en el encuadre) usaba de manera
predominante cámaras Deardorff de gran
formato 8×10”, aunque también empleó a
principios de la década de 1960 las suizas
Sinar Norma. Sin embargo Richard renega-
ba: “Odio las cámaras. Interfieren y siempre
se entrometen. Me gustaría poder trabajar
con mis ojos solamente.”]
Aunque no temía a las locaciones, prefe-
ría el estudio que le permitía controlar la
luz y es ahí donde incorpora una de sus
firmas más emuladas: el uso de un fondo
neutro. En términos formales, podía conge-
lar el movimiento u optar por expresivos
barridos, lo cual evitaba que sus fotografías
se encasillaran en una misma fórmula.
Hoy en día el uso de un fondo blanco o
gris parece un lugar común en fotografía.
Aunque la técnica ya existía mucho antes
de Avedon, es éste quien la emplea con una
maestría inigualable. El fondo en tonali-
dades totalmente neutras (ya sean negras,
grises o blancas) descontextualiza a la
persona en primer plano y enfoca toda la
atención hacia su persona.
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El fotógrafo neoyorquino explica: “El
fondo blanco aísla al sujeto de sí mismo y te
permite explorar la geografía de su cara; el
continente inexplorado en el rostro huma-
no.”
Esta particularidad formal brinda un sello
característico a las fotografías de Avedon.
“Él intensificaba la presencia eliminando
lo que le rodea. Los retratos son contra
un fondo blanco de modo que la persona
-la personalidad- abarcara todo. ¿Significa
que el sujeto está solo en el mundo? Sí y
no. Solitario en su mundo, pero totalmente
presente en el nuestro.”
Gade Rune tiene razón: “El espacio blanco
y neutro es particularmente trascendente,
precisamente porque elimina las trivialida-
des del día a día y subraya lo eterno más
que lo temporal. Es una manera de transfor-
mar la realidad.”]
Más de un fotógrafo ha caído en la tram-
pa de creer que es muy sencillo el uso de
un fondo neutro, con resultados decepcio-
nantes. Esto se debe en parte a que el fondo
blanco era solo un ingrediente en la mezcla
Avedon.
“Generaciones enteras de modelos han
saltado en medio de cicloramas invisibles,
o se han sentado pensativas en un café, o
pretendido que están enamoradas o muy
solas -todo debido a Avedon.”. Pero de todos
los ingredientes utilizados por Avedon el
más importante es el que menos imaginan
muchos de sus imitadores: la provocación.