Rousseau

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JEAN JACQUES ROUSSEAU Lourdes Velázquez Labrador. Curso: 2º A Grado de Magisterio en Educación Primaria. Asignatura: Tendencias contemporáneas de la Educación. Profesor: Daniel Rodríguez Arenas. UCLM Facultad de Educación Toledo.

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La vida de Rousseau

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JEAN JACQUES ROUSSEAU

Lourdes Velázquez Labrador.Curso: 2º A Grado de Magisterio en Educación Primaria.

Asignatura: Tendencias contemporáneas de la Educación.

Profesor: Daniel Rodríguez Arenas.

UCLM Facultad de Educación Toledo.

ÍNDICE

1. BIOGRAFÍA.

2. OBRAS.

2.1. EL CONTRATO SOCIAL.

2.2. EL EMILIO O DE LA EDUCACIÓN.

2.2.1. Análisis del libro Emilio o de la Educación.

3. POSTULADOS DE ROUSSEAU.

4. WEBIOGRAFÍA.

BIOGRAFÍA

(Ginebra, Suiza, 1712-Ermenonville, Francia, 1778) Filósofo suizo. Huérfano de madre desde temprana edad, Jean-Jacques Rousseau fue criado por su tía materna y por su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador, quien lo sometió a un trato tan brutal que acabó por abandonar Ginebra en 1728. Fue entonces acogido bajo la protección de la baronesa de Warens, quien le convenció de que se convirtiese al catolicismo (su familia era calvinista). Ya como amante de la baronesa, Jean-Jacques Rousseau se instaló en la residencia de ésta en Chambéry e inició un período intenso de estudio autodidacto.

En 1742 Rousseau puso fin a una etapa que más tarde evocó como la única feliz de su vida y partió hacia París, donde presentó a la Academia de la Ciencias un nuevo sistema de notación musical ideado por él, con el que esperaba alcanzar una fama que, sin embargo, tardó en llegar. Pasó un año (1743-1744) como secretario del embajador francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella cinco hijos.

Rousseau trabó por entonces amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.

En 1754 visitó de nuevo Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos como ciudadano ginebrino, entendiendo que se trataba de un puro trámite legislativo. Apareció entonces su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, escrito también para el concurso convocado en 1755 por la Academia de Dijon. Rousseau se enfrenta a la concepción ilustrada del progreso, considerando que los hombres en estado natural son por definición inocentes y felices, y que son la cultura y la civilización las que imponen la desigualdad entre ellos, en especial a partir del establecimiento de la propiedad, y con ello les acarrea la infelicidad.

En 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d’Épinay en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes. Julia o la Nueva Eloísa (1761) es una novela sentimental inspirada en su pasión –no correspondida– por la cuñada de Madame d’Épinay, la cual fue motivo de disputa con esta última.

En Del contrato social (1762), Rousseau intenta articular la integración de los individuos en la comunidad; las exigencias de libertad del ciudadano han de verse garantizadas a través de un contrato social ideal que estipule la entrega total de cada asociado a la comunidad, de forma que su extrema dependencia respecto de la ciudad lo libere de aquella que tiene respecto de otros ciudadanos y de su egoísmo particular. La voluntad general señala el acuerdo de las distintas voluntades particulares, por lo que en ella se expresa la racionalidad que les es común, de modo que aquella dependencia se convierte en la auténtica realización de la libertad del individuo, en cuanto ser racional.

Finalmente, Emilio o De la educación (1762) es una novela pedagógica, cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades parisinas y su huida a Neuchâtel, donde surgieron de nuevo conflictos con las autoridades locales, de modo que en 1766, aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente convencido de que Humetan sólo pretendía difamarlo.

A partir de entonces Rousseau cambió sin cesar de residencia, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente de regreso a París en 1770, donde transcurrieron los últimos años de su vida, en los que redactó sus escritos autobiográficos.

OBRAS

Entre las obras más importantes de Rousseau podemos destacar dos:

El Contrato Social.

El Emilio o de la educación.

EL CONTRATO SOCIAL.

En El Contrato Social, Rousseau argumenta que el poder que rige a la sociedad es la voluntad general que mira por el bien común de todos los ciudadanos. Este poder sólo toma vigencia cuando cada uno de los miembros de una sociedad se une mediante asociación bajo la condición, según expone Rousseau, de que “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y cada miembro es considerado como parte indivisible del todo.” En fin, Rousseau plantea que la asociación asumida por los ciudadanos debe ser “capaz de defender y proteger, con toda la fuerza común, la persona y los bienes de cada uno de los asociados, pero de modo tal que cada uno de éstos, en unión con todos, sólo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como antes.”Mediante El Contrato Social, Rousseau le abre paso a la democracia.

EL EMILIO O DE LA EDUCACIÓN.

Una amistad de Rousseau, la señora De Chenonceuax, pide a Rousseau que le escriba sobre el modo de educar a sus hijos; de ahí sale el grueso libro del Emilio, comenzado a redactar en la primavera de 1758. Sin duda que la madre de familia no esperaba tanto; seguramente Rousseau llevaba tiempo meditando sobre cuestiones pedagógicas, y dicho encargo fue ocasión propicia para explayarse en la obra que conocemos y que será valorada por su autor -en sus escritos autobiográficos- como el mejor y más útil de sus escritos.

ANÁLISIS DEL LIBRO EMILIO O DE LA EDUCACIÓN.

La obra se divide en cinco libros, que van cubriendo las diferentes etapas de la educación de Emilio, un niño imaginado. Se trata por tanto de una novela ficticia, entreverada de reflexiones teóricas sobre su temática -la educación- y cuestiones sociales y políticas afines. El principio educativo esencial para Rousseau se expresa en las palabras iniciales del Emilio: "Todo lo que procede del Autor de las cosas es bueno, pero todo degenera en las manos del hombre". La tarea educativa consiste en seguir los dictados de la naturaleza: éste es el naturalismo pedagógico de Rousseau.

División del libro: LIBRO I: HASTA LOS 5 AÑOS.

Se encuentran en este primer libro una serie de reflexiones generales sobre la educación, junto con precisas indicaciones para los primeros años de vida.

Hay tres fuentes de educación, o "tres educaciones": la de la naturaleza, la de las cosas y la de los hombres. La primera consiste en el desarrollo de los impulsos naturales; la segunda en la

experiencia del mundo circundante, y la tercera en las acciones de los hombres sobre el niño, con el fin de formarle. La contradicción entre estas tres fuentes viene de la educación de los hombres, que no cuenta con las exigencias de las otras; en esa contradicción está la causa de todos los errores y

males pedagógicos.

LIBRO II: HASTA LOS 12 AÑOS.

La mayor parte de este libro se articula en torno a tres ideas esenciales: el

descubrimiento de la infancia, la educación negativa y la educación de los sentidos.

Hay que respetar el modo de ser y de pensar propio del niño, que no es como el del adulto.Aquí radica el sentido propio e inmanente de la infancia: el niño no es un proyecto de hombre;

la infancia tiene un valor en sí, que debe ser atendido por la educación.

Educación negativa no es, pues, inactividad del educador, sino más bien enseñanza indirecta del mismo, que propicia buenas experiencias -buenas, en el sentido de "naturales"- mediante el control del ambiente y el entorno físico del niño. El educador debe gobernar sin dar órdenes y hacer todo sin que parezca que

haga nada.

LIBRO III: HASTA LOS 15 AÑOS.

Éste es un momento de eclosión de fuerza que permite ampliar el campo de experiencia. Es una etapa breve, pero decisiva y valiosa.

LIBRO IV: HASTA LOS 20 AÑOS.

Es la etapa de la educación moral, que consiste en educación de las pasiones. Hay pasiones naturales, pocas y limitadas, que son medios de realización de la libertad, en orden a la propia conservación. Pero éstas son aumentadas en número y en daño por las influencias sociales.

El criterio de selección de experiencias está en la utilidad: lo bueno y lo malo no se enseñan como tales, sino como provechoso o inconveniente en razón de la utilidad. La experiencia de la realidad se orienta por las preguntas que hace el preceptor, encaminadas a despertar la curiosidad del niño, que debe contestarlas desde el saber que ya ha

adquirido en los años anteriores.

Emilio entra en el mundo moral: empieza a oír la voz de la conciencia. Ahora ya no basta una educación negativa, sino que hay que darle a conocer el corazón humano: precisamente en su fondo de bondad natural,

contradicho por la cultura y la vida social.

LIBRO V: EDAD VIRIL Y EDUCACIÓN DE LA MUJER.

Al hablar de Sofía, futura mujer de Emilio, Rousseau enuncia los principios de la educación femenina. Ha de ser fiel, modesta y reservada, tanto ante su conciencia como a los ojos de los demás, pues tendrá como misión importante el cuidar de la reputación y el honor de la familia. Tendrá la misma religión que su marido, pues en esto, como prácticamente en todo, la educación femenina se regula por la autoridad, con vistas al futuro matrimonio.

Sofía y Emilio tienen un hijo, que será educado personalmente por Emilio, siguiendo los pasos a Juan Jacobo que, por fin, desaparece al cerrarse el ciclo educativo.

POSTULADOS DE ROUSSEAU

El pensamiento de Rousseau contenido en Emilio intenta socavar la educación tradicional que en esos tiempos predominaba, una educación en la que al niño:

"le acostumbráis a que siempre se deje guiar; a que no sea otra cosa más que una máquina en manos ajenas. Queréis que sea dócil cuando es pequeño y eso es querer que sea crédulo y embaucado cuando sea mayor"

Y este tipo de educación no tenía cabida en el nuevo mundo que se estaba forjando, con ciudadanos libres en ascenso.

Por eso, en Emilio Rousseau establece tres postulados que deben guiar a la acción educativa:

Considerar los intereses y capacidades del niño.

Estimular en el niño el deseo de aprender.

Analizar que y cuando debe enseñarse al niño en función de su etapa de desarrollo.