Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias....

226
7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones… http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 1/226  UNIVERSIDAD DE CHILE FACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES ESCUELA DE POSTGRADO ESTADO, ALIANZAS SOCIALES Y MODELOS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA HOY Brasil, Argentina y Chile Tesis para optar al grado de Doctor en Estudios Latinoamericanos Autor: Carlos Ruiz Profesor/es Guía: Grínor Rojo y Rodrigo Baño Santiago, Enero 2013

Transcript of Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias....

Page 1: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 1/226

 

UNIVERSIDAD DE CHILEFACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES

ESCUELA DE POSTGRADO

ESTADO, ALIANZAS SOCIALES Y MODELOS DE DESARROLLO EN

AMÉRICA LATINA HOY

Brasil, Argentina y Chile

Tesis para optar al grado de Doctor en Estudios Latinoamericanos

Autor: Carlos RuizProfesor/es Guía: Grínor Rojo y Rodrigo Baño

Santiago, Enero 2013

Page 2: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 2/226

  131

IV. La experiencia neoliberal en América Latina. Análisis de casos

típicos

El neoliberalismo tiene dos grandes caras, que funcionan a menudo confundidas entre sí,

superpuestas en los ideologismos en boga de un extremo y otro. Por un lado, se trata de su

existencia en tanto suerte de utopismo teórico, que se desenvuelve como discurso de

 justificación y legitimación. Y por otro, en tanto experiencia histórico-concreta en la que,

más a menudo de lo que se suele advertir, cuando esos preceptos chocan con la necesidad

de restaurar o de sostener el poder de la elite económica, son abandonados o tergiversados

al punto de quedar irreconocibles. Por cierto, tal tensión entre el ideario neoliberal y los

 procesos efectivos de neoliberalización no cuestiona, de ningún modo, la capacidad de

transformación histórica del neoliberalismo sobre las modalidades en que el capitalismo ha

venido funcionando en las últimas décadas. Pero si remite a distinguir esas experiencias

concretas respecto de su formulación ideológica, en nuestro caso, en el panorama

latinoamericano.

La teoría neoliberal, en su abrupto ascenso, expresa un férreo compromiso político con los

ideales de la libertad individual, afincado en tergiversaciones y problemas tanto de lasexperiencias capitalistas estatales como del “socialismo real” europeo. Sin embargo, como

se sabe, su anclaje en la economía neoclásica no encaja siempre armónicamente con ello.

Aún más, si lo primero se vincula ideológicamente a una ruidosa desconfianza hacia todo

 poder estatal, empero ello no significa -ejemplos abundan- la renuncia a un Estado fuerte y,

si es necesario, coactivo, que garantice los derechos de propiedad y las libertades

empresariales. El neoliberalismo supone una forma de Estado, que para su despliegue

resulta fundamental. Hay suficientes contradicciones en la postura neoliberal como paratornar sus prácticas pragmáticas -frente a cuestiones como el poder oligopólico y los fallos

del mercado- irreconocibles ante la coherencia aparente de la doctrina neoliberal. De ahí, la

necesidad de atender la tensión concreta entre la teoría del neoliberalismo y la pragmática

actual de la neoliberalización. En especial, la medida en que el mercado, presentado en

términos ideológicos como un medio para fomentar la competencia y la innovación, se

Page 3: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 3/226

  132

convierte en un vehículo para la consolidación de poderes oligopólicos, y la relación que

ello guarda con el ascenso de clases y alianzas sociales.

En todo caso, esta diferencia apuntada entre teoría y pragmática neoliberal no afecta

mecánicamente -en ocasiones siquiera altera- el poder ideológico del neoliberalismo o, si se

 prefiere, la hondura de las consecuencias culturales del dominio de esta ética de mercado

(incluida su influencia en los ámbitos del pensamiento político e intelectual, y académico

específicamente). Tales contradicciones entre la práctica neoliberal y el ideario que profesa,

no ponen en cuestión en forma mecánica su capacidad para, en cada experiencia histórico-

concreta, desempeñarse en la construcción de un consentimiento social extendido conforme

a las nuevas modalidades de dominio que acarrea. Este es un asunto que queda librado a las

correlaciones de fuerzas que establecen los grupos y sujetos sociales en el procesohistórico, donde se fraguan sus condiciones de sobrevivencia, ascenso, desarticulación y

hasta proyección de nuevas fisonomías sociales y culturales. Advertir la capacidad del

ideario neoliberal para devenir sentido común, hasta lograr naturalizar culturalmente sus

 prácticas políticas (por ejemplo, aquellas restrictivas de la democratización y el liberalismo

 político), remite a relevar transformaciones culturales que se fraguan no sólo, como suele

reducir una concepción elitista de la cultura, en la dinámica de la discusión intelectual, sino

a campo traviesa, en la confrontación que libran los centros de elaboración neoliberales de

una ideología de masas, unos think-thanks preocupados tanto de fórmulas para los círculos

de política estatal como de un orden discursivo para los medios de comunicación y otras

formas de la cultura de masas, que expresa la medida en que el proceso de neoliberalización

requiere tanto política como económicamente la construcción y anclaje de una cultura

 basada en un mercado de consumismo diferenciado y en el libertarismo individual.

Estas tensiones entre la teoría y la práctica neoliberal son producto del proceso social de

transformación capitalista que involucra. Un proceso que cobija en muy diversos grados el

auge y la mutación de unas fuerzas sociales que la impulsan, así como el sometimiento y la

desarticulación de otras que la resisten, abriendo distintos problemas para el avance de ese

impulso transformador. En la historia inmediata de América Latina, ello se relaciona con

distintos grados de transformación del Estado heredado del período anterior, la

Page 4: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 4/226

  133

reformulación y consolidación de nuevas alianzas sociales de dominio (o bien su fracaso y

la apertura obligada a articulaciones con viejas expresiones) y, en definitiva, a distintos

grados de cambio en las modalidades de desarrollo capitalista.

El proceso político reciente, muy vinculado a un auge económico de muchos países de la

región que contrasta con la crisis más acentuada que se vive en otras latitudes, incluidos los

cetros capitalistas, plantea diversas situaciones respecto a tal expansión neoliberal. Estas

experiencias han levantado una inquietud por la viabilidad de la construcción de nuevas

mayorías sociales y políticas al calor de este curso. En particular, llama la atención el

surgimiento o ascenso de “nuevas clases medias” y el papel que puedan desempeñar en el

 proceso político y, con eso, sobre las modalidades de desarrollo vigentes. Sin embargo, la

elevación de los ingresos que esos grupos sociales detentan, responde a diferentes orígenessegún las experiencias nacionales de que se trata. Su vinculación a un panorama propio de

“clases medias bajas en expansión”, su dependencia de un “retorno del Estado” o bien su

vinculación a una situación de “mercado salvaje“, arroja muy distintas condiciones en

términos de su proyección política y sociocultural, y las direcciones en que se orienta su

 puja sobre los tipos de crecimiento económico y su mayor o menor vinculación a los

 problemas de la cohesión social y la equidad.

Las experiencias de Brasil, Argentina y Chile, consideradas a continuación, constituyen

casos representativos de las tendencias predominantes en la región, que ilustran variantes

relevantes en términos de alianzas sociales, modalidades de Estado y de desarrollo, así

como de conflictividad social y política.

Page 5: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 5/226

  134

Fiel a la mezcla antitética: el “liberalismo-desarrollista” brasileño 

A menudo, el proceso histórico brasileño ha sido definido por el hecho que sus cambios

resultan comparativamente más atenuados, menos marcados que otros cursos en la región.

Unos cambios que cargan con importantes rasgos del período anterior, los que morigeran

dichas rupturas. Unas dosis de continuidad que amortiguan el paso de una etapa a otra. La

lógica, en fin, de una “política del café con leche” que cobija pactos no escritos y unas

antitéticas pero sugerentes definiciones con las que se ha buscado dar cuenta de ello en

distintos momentos. Es la idea de un “capitalismo esclavócrata”, y la mixtura “liberal -

conservadora” de unas oligarquías apuntadas en razón de ello como “demonios bifrontes”

en el siglo XIX, o bien de una “burguesía estatal” en la centuria siguiente. Si ello, aparte de

replantear viejos dilemas de calce entre teoría social y realidad histórica, ha parecido válido

 para revisar los cursos de independencia y construcción nacional, de crisis de la hegemonía

oligárquica o el advenimiento del populismo; no lo parece menos hoy, para comprender el

 presente, a través de la crisis del Estado de Compromiso, el período autoritario y la

“redemocratización”. La peculiar forma que adopta en Brasil la introducción de las

reformas neoliberales, da lugar a un modelo “liberal-desarrollista” que no escapa a estatradición y, de paso, reitera las inadecuaciones de propalados ideologismos, de extremo u

otro, para comprender estas porfiadas realidades.

Consecuente con lo anterior, durante este período, y en particular entre los años que corren

entre 1980 y 2010, se producen cambios relevantes pero también permanencias en la

fisonomía de los principales grupos sociales en Brasil. Unas mutaciones que marchan muy

ligadas a los cambios operados en el Estado y el modelo económico configurado bajo su

mano, en tanto expresan mayormente condiciones sociales protegidas y privilegiadas por la

tutela estatal. O si se quiere, los propios cambios en el Estado y la economía se orientan

 bajo la fuerza de esos grupos, que conciben la proyección de sus condiciones de

reproducción social desde la acción estatal. Su primacía sobre esta última alcanza al punto,

Page 6: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 6/226

  135

incluso, de regatear en la configuración del modelo económico con esas presiones externas

tan típicas de este ciclo neoliberal, para garantizar la proyección propia.

Para apreciar la dimensión de estos cambios conviene situar el panorama anterior de la

sociedad brasilera. Los estudios hasta comienzos de los años sesenta enfatizan la

yuxtaposición entre grupos sociales propios de una “sociedad capitalista” (burguesías

nacionales, burocracia estatal y clase obrera), cuya industrialización es impulsada desde el

Estado, y grupos asociados a una “sociedad tradicional” (oligarquías y campesinado). En

cambio, los registros del curso autoritario de los veinte años que siguen a 1964, relevan la

emergencia de grupos sociales propios del “milagro brasileño” o un “capitalismo asociado”

 bajo tutela militar (empresariado local, capitales multinacionales, burocracias civiles y

militares, y la clase obrera de la “industria de la transformación”), los cuales resultan

determinantes en el agitado proceso de formación de una alianza social dominante que

sigue a este lapso.

Tras ello la atención apunta a los estragos de la crisis de los años ochenta y primeros

noventa, y la forma en que su posterior resolución -expresada en un “Plan Real” que funde

elementos neoliberales y desarrollistas- proyecta un panorama social marcado por herencias

que cohabitan con sectores propios de los ajustes recientes, y lo distinguen, pero no tanto,

de aquél panorama del “milagro” antecedente. De tal modo, los registros de la primera

década del nuevo milenio se centran ya en los rasgos de los grupos empresariales, medios y

trabajadores de mayor centralidad en la sociedad que madura bajo el modelo “liberal-

desarrollista”, cuyas bases emergen bajo los gobiernos de Cardoso y se consolidan  y

expanden con los gobiernos del PT. Es la nueva alianza dominante, cimentada en grupos

sociales que provienen del “milagro” autoritario y su “industrialización tardía” y que, en

complejos equilibrios anclados en grado distintivo en la acción estatal, arrojan también una

 peculiar modalidad de neoliberalismo. 

Page 7: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 7/226

  136

 Antecedentes de la historia inmediata

La sociedad brasileña de inicios del siglo XX está marcada por el predominio de un modelo

 primario exportador de gran escala, cuya base estriba en el latifundio tradicional, que

coexiste con un acotado polo urbano de base industrial y comercial. En las áreas rurales se

asienta la añosa elite de grandes propietarios rurales, junto a una extensa y heterogénea

masa de trabajadores agrícolas4. En tanto que, en las áreas urbanas, se asienta un reducido

grupo de grandes propietarios vinculados al comercio (Río de Janeiro) y la industria (Sao

Paulo); un sector medio burocrático -civil y militar- y de profesiones liberales, y otro

formado por una “pequeña burguesía” del comercio, que constituyen, tanto en su modalidad

asalariada como independiente, la vía más importante de movilidad social; y, un grupo de

trabajadores empleados en industrias orientadas a la demanda interna y en el comercio,además de una gran masa de trabajadores manuales -en su mayoría ex-esclavos- carentes de

 protección social y vínculos laborales formales, que constituyen tempranamente un sector

informal en Brasil (Do Valle, 2004).

Con el impulso industrializador de los años cincuenta, bajo Vargas y luego Kubitschek, el

dinamismo económico abre una gradual transición de aquél panorama “agrario tradicional”

a otro “de clases moderno” (Cardoso y Ianni, 1960; Fernandes, 1968, 1975). Aunque esa

industrialización sustitutiva de importaciones no trae una desaparición de lo “tradicional”

 bajo el advenimiento de lo “moderno”, sino una modalidad en que, parte de la expansión

industrial urbana depende del sector primario exportador rural, cuya base sigue anclada en

el latifundio tradicional y su fuerza laboral, expresivo de relaciones de trabajo “semi-

capitalistas” (Fernandes, 1968). Esta “paradoja” alimenta un debate sobre la primacía de

una lógica de clases o de raza en la configuración de la sociedad brasileña (Costa Ribeiro,

2006). Unos alegan que, pese a la movilidad social que hay hasta mediados de siglo, las

consideraciones raciales prevalecen como un factor de distinción social fundamental,

reproduciéndose bajo los marcos de la industrialización y la sociedad clasista (Costa Pinto,

4 Hacia 1920, todavía más del 70% de la PEA está vinculada a actividades agropecuarias, que cobijan un

heterogéneo panorama de trabajadores asalariados, aparceros o medieros y no remunerados, y un importante

grupo de trabajadores rurales independientes (Do Valle, 2004).

Page 8: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 8/226

  137

1952; Hasenbalg, 1979). El enfoque clasista, en cambio, aprecia el curso de una rápida

transformación hacia una sociedad de clases, donde la raza se reduce a una herencia

colonial (Cardoso y Ianni, 1960; Fernandes, 1965). Más allá de estas diferencias, los

estudios buscan establecer una relación histórica entre ciertos grupos sociales -sean clases o

razas- y sus posibilidades de liderar o retardar el desarrollo nacional (Solari, Franco y

Jutkowitz, 1976).

En una perspectiva ya clásica, Florestán Fernandes (1968) apunta que, aún cuando el orden

social capitalista no abarca todo el sistema social brasileño, el capitalismo, la sociedad de

clases y el orden social competitivo actúan como “motor de la historia”. Apunta que es en

dicho orden donde anidan los centros de decisiones, y las clases sociales, pese a sus

diferencias internas, se erigen en grupos privilegiados. Aunque estas clases se superponen aotros grupos sociales, tanto en los sectores altos como bajos. La clase alta reúne tanto por

grupos propietarios urbanos como rurales; la clase media urbana “poseedora” la integran

funcionarios públicos -civiles y militares- y altos ejecutivos de empresas privadas; mientras

la clase baja se compone tanto de asalariados urbanos de la industria moderna, como por los

“condenados del sistema” o  no poseedores -trabajadores rurales y marginales urbanos-

explotados por formas semi-capitalistas.

En una dirección similar, Cardoso (1964) caracteriza a la burguesía industrial local por su

oscilación entre orientaciones tradicionales y otras propias de un empresariado capitalista

moderno. De ahí la búsqueda de complejas alianzas con grupos obreros industriales u

oligarquías tradicionales, dependiendo si busca impulsar reformas de profundización

capitalista o evitar el ascenso de los sectores populares.  No obstante, su “miedo a las

masas”, hace que estas burguesías industriales eviten confrontaciones abiertas con los

viejos propietarios rurales, y se conformen con un lugar de “socio menor del capitalismo

internacional”. 

De este modo, es común relevar el obstáculo que para la modernización constituye la

coexistencia de un orden rural tradicional, liderado por oligarquías, y otro de tipo industrial

moderno, encabezado por burguesías nacionales en plena formación. Lo cierto es que, con

Page 9: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 9/226

  138

alguna razón en ello, a la vieja hegemonía oligárquica y su modelo primario-exportador no

le sigue algo parecido a una democracia liberal, sino que, con elementos de ella, mezclados

con otros de tipo autoritario de cuño ibérico o mussoliniano, le sigue una “dictadura

desarrollista” signada por la poca atracción que concita el desarrollo de un sistema de

 partidos y, en su lugar, el apego a una expresión corporativa de las asociaciones obreras y

empresariales como vehículos de representación de intereses. Una herencia -hecha cultura

 política- que se proyecta tanto en el “milagro brasileño” que sigue, como más tarde en los

enrevesados equilibrios bajo los que se adapta la égida neoliberal al panorama local.

A inicios de los años sesenta, la salida de capitales extranjeros deja en evidencia que la

 política de industrialización sustitutiva de importaciones del período varguista, ha

fomentado cierta incorporación a la economía de los “países centrales”, obligando a reducir

la dependencia del crecimiento económico (Cardoso y Faletto, 1977; Cardoso, 1984;

Touraine, 1989). De ahí que, bajo la crisis económica entre 1962 y 1966, el régimen militar

que derroca a Goulart en 1964, imprime al Estado un rol más “productivista” en desmedro

de las pretensiones redistributivas del clientelismo propias del populismo varguista. Con

eso Brasil, a diferencia de otros cursos regionales, recupera el crecimiento anterior e inicia

una expansión extraordinaria de su industria nacional, tanto de sectores “estratégicos” como

de la industria tradicional (Kerecki y Dos Santos, 2009).

Mutaciones del “milagro brasileño”. La transformación estatal y emergencia de

nuevos actores sociales

Iniciada con el golpe de Castelo Branco en 1964, la experiencia autoritaria brasileña se ha

caracterizado como fundacional para diferenciarla de la larga tradición de intervenciones

militares en la región. Su emergencia se liga al agotamiento del Estado de Compromiso y la

alianza social que lo sustenta. De ahí que el nuevo régimen cierra a los viejos sectores

medios y populares los canales de acceso al Estado, lo que significa su desarticulación

 política y permite reducir las habituales cuest iones sociales y políticas públicas a problemas

“técnicos”. Un giro “antipopular” (Touraine, 1989) que trastoca tanto los modos de

Page 10: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 10/226

  139

ejercicio como el carácter social de la acción estatal, al pasar de las formas coercitivas e

intervencionistas del populismo varguista a las excluyentes de una dictadura militar-

tecnocrática; de ahí que resulte errado hablar de “Estado varguista” hasta 1983-84 (Sallum

2003, 2008), pese a que ello acierta al enfatizar una continuidad distintiva de la experiencia

 brasileña frente a otros cursos regionales, que reside en el papel de núcleo organizador de la

sociedad que mantiene el Estado (Atria y Ruiz, 2010).

A diferencia de las repetidas dictaduras patrimoniales en la región, esta modalidad se

apunta como “régimen burocrático-autoritario” (O’Donnell, 1975), bajo la que sigue una

renovada profundización de un capitalismo periférico y dependiente. Se redefine el carácter

y la función del Estado en torno a una estrategia “dependiente asociada” de desarrollo,

signada por el quiebre y reordenamiento de los grupos dominantes ante la creciente presiónsocial que sufre el patrón de desarrollo, y los requerimientos de reajuste a las nuevas

condiciones del capitalismo mundial (Cardoso y Faletto, 1977). La nueva alianza, cuyo

origen anida en las tensiones del anterior bloque desarrollista, la encabezan el sector

económico controlado por el Estado, los grupos monopólicos locales y las empresas

multinacionales, además de las fuerzas armadas (O’Donnell, 1975). De este modo, el

impulso de gigantescos proyectos productivos sucede bajo fuerte intervención estatal, pero

en la que se funden ahora los intereses de estos grupos locales con el capital extranjero.

En la nueva escena los partidos e instancias de representación de intereses del período

anterior son reemplazados por la formación de “anillos burocráticos”, que plantean una

restrictiva relación entre los altos funcionarios del Estado (ministros, generales, etc.) y el

resto de sectores de la alianza dominante, deviniendo exclusivas vías de expresión de unas

más restringidas presiones corporativas sobre la acción estatal (Cardoso, 1975). Aunque, a

diferencia de otros autoritarismos vecinos de esta etapa, la experiencia local la distingue el

hecho que, si bien los partidos e instancias formales de representación sufren una purga, no

desaparecen del todo, pues la composición del Congreso al momento del golpe -la “mayoría

antigoulartiana”- lo hace innecesario (Di Tella, 1993). Es, pues, el inicio de un empeño de

exclusión política gradual, cuyo curso será presidido -hasta su fin en 1985- por civiles que

son generales en reserva. La clausura de espacios políticos se plasma en los primeros Actos

Page 11: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 11/226

  140

Institucionales, decretos presidenciales con fuerza de ley que controlan la legislatura sin

 borrar formalmente al Congreso. La elección popular la reemplaza un Colegio Electoral

compuesto por el Congreso más representantes estaduales. Aunque muy pronto se abolen

los partidos políticos, y los representantes son obligados a agruparse en partidos a escala

federal, bajo la exigencia de un mínimo de 20 senadores y 120 diputados, que lleva al

“bipartidismo forzado” de la oficialista Alianza Renovadora Nacional  (ARENA) y el

opositor Movimiento Democrático Brasileño (MDB).

Tecnocracias, capital extranjero y empresariado nacional  

Este contexto autoritario fomenta la formación de nuevas tecnocracias y su creciente peso

en la orientación de la acción estatal. La ausencia de muchos de los viejos actores socialesen la política, permite impulsar la transformación del Estado a partir de una alianza entre

esta burocracia estatal, renuente a la distribución populista precedente, y la dirigencia

gerencial de los capitales trasnacionales, financieros e industriales, cuya presencia crece en

el país. A eso se suma una apertura selectiva hacia el empresariado nacional que, aún en

condición subordinada, también incide en la política estatal (O’Donnell, 1975). Cuadros

técnicos como Netto, Gudin o Campos personifican entonces la nueva alianza e inician la

reorganización estatal y del patrón de desarrollo.

Económicamente ello se traduce en la adopción de una modalidad “dependiente asociada”

de desarrollo (Cardoso, 1974; Cardoso y Faletto, 1977), bajo una integración periférica a

las nuevas condiciones del mercado internacional, a partir de la adopción de un énfasis

“productivista” en desmedro de las pretensiones redistributivas del Estado de Compromiso.

En lo inmediato, se busca reducir el déficit de la balanza de pagos y la inflación, al tiempo

que captar inversión extranjera. El Programa de Acción Económica del Gobierno prioriza la

estabilidad de precios a través de una política monetaria restrictiva y la reducción del déficit

 público, una política cambiaria de devaluaciones progresivas para atraer capitales externos

y reformas bancarias y tributarias. La creación del Banco Central como entidad autónoma

que define la política monetaria -antes anclada en la Superintendencia de Moneda y

Crédito, el Banco de Brasil y el Tesoro Nacional, instancias dependientes o con injerencia

Page 12: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 12/226

  141

del Ejecutivo- fortalece unas esferas decisionales ajenas al escrutinio de la política, típicas

del control tecnocrático (Kerecki y Dos Santos, 2009).

En esta línea, si el golpe de 1964 llega en medio de una crisis económica y política, la

alianza dominante se redefine y logra, ya hacia 1967, asentar la nueva resultante de fuerzas

en una estrategia de desarrollo. La incorporación selectiva de la burguesía local a la alianza

dominante ya es clara en el Programa Nacional de Desarrollo, que abre una fuerte inversión

estatal en ámbitos industriales estratégicos (siderúrgico, petroquímico, hidroeléctrico) y un

estímulo a la industria de base que limita la importación de insumos básicos para la

creciente industria de bienes de consumo final, y reduce el déficit en la balanza de pagos

(Kerecki y Dos Santos, 2009). Una política que consigna al sector agroindustrial exportador

como una fuente dinámica para alterar el mapa económico (Macarini, 2005).

En definitiva, se trata de una estrategia que promueve asociaciones entre el Estado -de ahí

el rótulo de “burguesía estatal” de Cardoso (1974) para esta nueva capa de altos ejecutivos

de las empresas estatales en expansión-, cierta industria nacional y capitales extranjeros,

que está en la base del “milagro brasileño” de esta etapa de inédito crecimiento,

concentrado especialmente en el sector de bienes de consumo durable (Kerecki y Dos

Santos, 2009). Ello consolida en la dirección estatal a una burocracia ligada al Estado

“productivista”, bajo la estructura de “anillos burocráticos” antes anotada.  

Pero los efectos del “milagro” van más allá. Hacia los años ochenta el panorama social

también muestra nuevos actores en formación en otros sectores de la sociedad. El nuevo

 patrón de crecimiento, basado en un mayor gasto público de financiamiento interno y

externo (y la consiguiente formación de deuda pública), fortalece el papel protector del

Estado, pero en una línea distinta a la anterior, a saber, sobre grupos y sectores en gestación

o transformación: empresarios nacionales, burocracias estatales, y en menor grado, obreros

calificados. De decisivo protagonismo en el proceso social y político siguiente, estos grupos

se diferencian no sólo del grueso de la estructura social, sino incluso de sus propios pares

antecedentes, esto es, los viejos grupos empresariales, medios y obreros. El Estado financia

inversiones públicas “estratégicas” y provee subsidios para las inversiones privadas. Tal

Page 13: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 13/226

  142

variante de desarrollo “dependiente asociada” entre la burguesía industrial local y grandes

corporaciones externas, junto a una crecida intervención estatal en el desarrollo industrial,

estatal y privado, bajo una modalidad autoritaria de “anillos burocráticos”, acelera la

transición estructural que viene de antes y, con eso, la emergencia de nuevos actores

sociales de gran relevancia en el proceso histórico que se fragua la fisonomía actual de la

sociedad brasileña.

Entre 1960 y 1980, la modernización capitalista impulsada desde el Estado impacta todos

los sectores de la economía. La acelerada expansión industrial y de los servicios, acarrea la

mayor concentración de fuerza laboral5; unos servicios vinculados a la industria y las

 propias funciones estatales, más que a una precarización ligada a la baja calificación. Los

servicios se modernizan en estos años, pese a interpretaciones que enfatizan, a partir del finde la “etapa fácil” del modelo sustitutivo, unas dificultades “estructurales” para absorber  

mano de obra en la industria y los servicios calificados, que sólo traen marginalidad ligada

a la economía de baja productividad (Prebisch 1945, 1970; Pinto, 1973). La nueva

orientación estatal estimula la expansión de la burocracia ligada a las diversas esferas

administrativas. El crecimiento de las empresas estatales, como Petrobras, Electrobras,

Correos, Banco do Brasil y Nacional de Desarrollo Económico (De Aragao, 2010),

consolida una capa directiva cuya conducta, dada la preeminencia de una lógica privada de

gestión y la ausencia de contrapesos sociales, se asimila a una “burguesía estatal”.

Mientras, a nivel intermedio se difuminan los sucesivos “anillos burocráticos”, civiles y

militares, que reemplazan los viejos canales de representación de intereses (Cardoso, 1984).

A su vez, la expansión del mundo oligopólico privado cobija un rápido crecimiento de los

“trabajadores de corbata” (Do Valle, 2004), tanto en la alta dirección como de burocracias

abocadas a tareas rutinarias de ejecución, carentes de autoridad administrativa. Se consolida

así, tanto desde posiciones altas de los servicios estatales y privados, como de empresas

 productivas, un grupo de tecnócratas que defienden la industrialización nacional protegida,

amparada en el “régimen burocrático-autoritario”. En tal escena de vagos contrapesos, el

grado de protección estatal que alcanzan los grupos medios y obreros calificados,

5 Ver Anexo Estructura Social, I. Estructura social brasileña, Cuadro 1: Composición interna PEA en Brasil,

 por sector de actividad, 1960-1980 (%).

Page 14: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 14/226

  143

integrados al patrón de desarrollo así ajustado, redunda en su crecida relevancia, en especial

los profesionales calificados ligados corporativamente a este proceso.

Una nueva clase obrera 

Pero los efectos de esta industrialización protegida de la competencia externa por medio de

subsidios, barreras arancelarias y demás mecanismos de “reserva de mercado”, cuyo punto

culminante llega bajo el régimen militar, van más allá de los sectores medios hasta trastocar

el panorama urbano. Este cambio en el patrón de desarrollo que propicia la alianza entre

empresas locales y multinacionales atraídas con facilidades legales y garantías de

condiciones productivas protegidas, como las industrias automovilística y química, altera el

mundo de los trabajadores. La expansión de los obreros industriales6

 responde sobre todo ala industria moderna, mientras la “industria varguista” o tradicio nal absorbe mayormente

migrantes rurales expulsados por la “modernización agrícola”.   Surgen así, entre obreros

modernos y tradicionales, marcadas diferencias en las condiciones de vida, los grados de

calificación, los salarios y la estabilidad del empleo7, como también una dispar capacidad

de representación de intereses corporativos e incidencia en el proceso político.

La industria -y en menor grado el comercio- sigue una lógica general de “modernización

conservadora” o excluyente, propiciando la formación  protegida de grandes empresas y

conglomerados oligopólicos, como también de un importante número de sindicatos ligados

a esa realidad. La asociación de este nuevo “sindicalismo fuerte” con la monopolización

sectorial de la industria, hace que sus reivindicaciones tiendan a negociarse con facilidad,

dado que los propietarios trasladan los costos a los precios de los productos, abriendo más

 bien un conflicto inflacionario con el gobierno de turno (Do Valle, 2004). Son condiciones

de privilegio imposibles de replicar por los trabajadores del ámbito tradicional, cuyos

empleadores están sometidos a los rigores de la competencia.

6  Ver Anexo Estructura Social, Estructura social brasileña, Cuadro 2: Composición interna de grupos

ocupacionales en Brasil, 1970-1980 (miles de personas y porcentaje).7 Hacia 1981, la brecha salarial entre el trabajador de la industria moderna y la industrial tradicional alcanza

un 85 % a favor del primero (Do Valle, 2004).

Page 15: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 15/226

  144

De tal modo, el auge industrial asociado al “milagro” cobija la emergencia de una nueva

clase obrera. A diferencia de otros países, donde los ajustes golpean estructuralmente a la

clase obrera, en Brasil crecen los grupos asalariados al punto que, a pesar de la represión

 política, surge un nuevo movimiento sindical (García, 2007). En especial desde el mítico

ABC paulista8, centro de la gran red industrial petroquímica y automotriz, irrumpe un tipo

de trabajador calificado diferente al obrero de la primera modernización varguista, sin

vínculo con la experiencia sindical del viejo populismo configurada en los años cuarenta

 bajo leyes laborales inspiradas en el corporativismo mussoliniano, de fuerte injerencia

estatal (Radermacher y Melleiro, 2007). La disolución de la vieja CGT -tutelada por un

Ministerio del Trabajo que manejara el Partido Laborista Brasileño Varguista- a partir del

golpe militar de 1964, abre involuntariamente el camino al sindicalismo que emerge con lanueva industrialización. Un movimiento de trabajadores ligado a un reimpulso del

“crecimiento hacia adentro” que esta vez excluye a gran parte de los viejos actores sociales ,

y se asocia a capitales externos (sin privatizar necesariamente), tecnócratas y militares en el

gobierno, y una reincorporación de la burguesía local, en un contexto de gasto social

reducido y una coercitiva paz social.

A fines de los años setenta se configura así un polo urbano que, sin superar los resabios

tradicionales del mundo rural liderado por los propietarios primario exportadores, avanza

 bajo semejante versión de una sociedad de clases moderna, integrada por un empresariado

industrial aliado a capitales externos, extendidas burocracias estatales civiles y militares, y

una clase obrera moderna que, a diferencia de la suerte de la clase obrera “varguista”, logra

configurarse políticamente.

 La “modernización conservadora” del agro 

En cambio, aunque se mecaniza, el mundo rural mantiene su viejo patrón. De ahí el sello de

“modernización conservadora”. La mayor asalarización de los trabajadores rurales va unida

8 Así llamado por su ubicación original en las conurbaciones de Sao André, Sao Bernardo do Campo y Sao

Caetano do Sul, pertenecientes a la Región Metropolitana de Sao Paulo.

Page 16: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 16/226

  145

a la reducción de las ocupaciones rurales “semi-capitalistas” en el latifundio tradicional, a

cuya cabeza siguen los grandes propietarios agrícolas primario-exportadores y la alta

concentración de la propiedad de tierras. La modernización con empuje estatal estimula la

mecanización de la producción agrícola, pero no significa una clara descampesinización,

 por lo que las figuras del campesino independiente así como del latifundio permanecen en

el mundo rural brasileño (Do Valle, 2004; Macarini, 2005).

En tal escena, la formación de actores sociales en el mundo rural está cruzada por dos

conflictos. Uno, de largas raíces, en torno a la incapacidad de las modalidades de desarrollo

capitalista locales para abarcar al conjunto de la sociedad, arrastrando junto a la emergente

industrialización urbana, la persistencia de la hacienda como figura dominante en el mundo

rural -sobre todo el nordeste-, la concentración extrema de la propiedad, la pauperización ydesplazamiento campesino (Fernandes, 1968). Luego, la lucha por la tierra marca a las

viejas organizaciones campesinas como las Ligas Campesinas en el nordestino Pernambuco

en 1945, el Movimiento de Agricultores Sin Tierra en Río Grande do Sul a fines de los años

cincuenta, y el auge de la sindicalización rural que en 1963 crea la Confederación Nacional

de Trabajadores Agrícolas (CONTAG) integrando ya las condiciones salariales y de vida en

las haciendas, siendo la única que sobrevive a la etapa autoritaria (Rosa, 2004; Harnecker,

2002).

El otro conflicto llega con la regulación de la ocupación de predios bajo el Estatuto de la

Tierra que acompaña a esta “modernización”, visible en la zona sur y sudeste con la rápida

mecanización agropecuaria -acelerada con la expansión del cultivo de soja- y el auge

exportador ligado a capitales externos. Ello desplaza grandes masas campesinas, aparceros

y arrendatarios en el café o algodón, a las grandes ciudades o hacia zonas de colonización

agrícola (como los estados centrales de Rondonia, Pará y Mato Grosso) (Harnecker, 2002).

La nueva resistencia al desplazamiento y la más vieja ante la concentración de la propiedad

agraria, sumadas al empeño de estos excluidos de siempre por obtener beneficios y no pura

condena de la acción estatal, pronto se expresa en el desarrollo del Movimiento de los

Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), que pese a sus visibles luchas, resultan frustrados

hasta hoy. Luego, a diferencia de la clase obrera del ABC paulista, el MST nace de la

Page 17: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 17/226

  146

conjunción de nuevos y viejos factores, la “modernización” y su mezcla con el Brasil

tradicional. De ahí una peculiar argamasa de ansias centenarias de reforma agraria con

nuevas formas de organización, producción y gestión en tierras ocupadas, los míticos

asentamientos y agrovilas, mixtura de comunidad tradicional y modernización que, más

allá de llamativas fórmulas educacionales y de salud que llegan a grados profesionales en

su puja por retener a las familias en el campo, esta experiencia se enfrenta procesos de

dimensiones estructurales como la migración campo-ciudad y la industrialización del agro

y consiguiente asalarización de esa fuerza de trabajo.

 E l ocaso del “milagro” 

El énfasis más “productivista” que distributivo del modelo agudiza la desigualdad y la

 pobreza (Silva, 1992). El crecimiento beneficia a los grupos en condición de privilegio

apuntados, además de la mano de obra especializada, mientras el salario real cae en estos

años. En Sao Paulo, pleno polo industrial del país, la mortalidad infantil crece bajo el

“milagro” -entre 1964 y 1971- de 70 a 91.7 por mil nacidos vivos. Es una polaridad social

que deviene conflictividad abierta cuando esta estrategia de crecimiento comienza a hacer

crisis en 1972 (Macarini, 2005).

La recuperación de Estados Unidos tras la recesión de fines de los años sesenta y el auge en

las economías desarrolladas, intensifica la demanda de alimentos y materias primas

industriales y activa una especulación de alzas de precios con bajos intereses. A eso se

suma el crecido desfase interno entre la inversión y la expansión de la capacidad, lo que

trae problemas de escasez (materias primas, insumos, mano de obra). A fines de 1973, la

 primera crisis del petróleo termina de fulminar al “milagro”: el alza de precios del crudo es

fatal para la matriz energética local que depende de él (Kerecki y Dos Santos, 2009). Las

importaciones de crudo desequilibran la balanza comercial, lo que se cubre con

endeudamiento externo. El problema todavía se encara bajo la vieja lógica sustitutiva: un

gran programa de reconversión que promueve el uso del alcohol como combustible. En

1974, el II Plan Nacional de Desarrollo enfrenta la crisis con estímulos a la producción de

insumos básicos, bienes de capital, alimentos y energía, para reorganizar las bases de la

Page 18: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 18/226

  147

economía en medio de altos precios del petróleo y las materias primas en general. De ahí

una elevación de aranceles aduaneros a las importaciones y la apertura de créditos estatales

 blandos al sector productivo. Una tentativa que, aunque retoma cierto crecimiento,

mantiene la tendencia a una crecida desigualdad, además de desatar un endeudamiento

externo que estalla hacia 1979 con la segunda crisis del petróleo (Mantega, 1997).

La inquietud del empresariado local ante este panorama no tiene espacios suficientes para

ser procesada bajo esta suerte de industrialización nacional autoritaria. El desarrollo

industrial y el crecimiento de las ciudades estimula la formación de grupos sociales que

demandan una mayor injerencia en las decisiones, tanto entre sectores empresariales como

trabajadores.

El emergente sindicalismo que nutren los nuevos grupos obreros, irrumpe en las huelgas de

los años setenta en diversos estados, en especial el mentado ABC paulista, y su relevancia

crece a medida que cae el “milagro” y se dispara el endeudamiento que desemboca en la

crisis de los años ochenta. Tales huelgas, antes atomizadas en las fábricas frente a sus

 patrones, devienen ahora movimientos de “oposición sindical” enfrentados al régimen (Da

Silva, 1986). Este curso, y el despunte de una nueva generación de dirigentes sindicales

ligada a estos grupos sociales emergentes, cuyo pragmatismo contrasta con los manejos de

los viejos “ pelegos” varguistas, alcanza dimensión nacional con el “movimiento por la

reposición salarial” en 1977, encabezado por el entonces líder sindical del ABC Paulista

“Lula” da Silva (Harnecker, 1994). Al año siguiente se produce la ruptura con el

sindicalismo ligado al gobierno federal y cristaliza en 1983 en la creación de la Central

Única de Trabajadores (CUT), de decisiva proyección en el Partido de los Trabajadores

(PT) creado años antes con la confluencia de estos nuevos sindicalistas, intelectuales,

movimientos “ favelados”, grupos feministas y de la Teología de la Liberación (Da Silva,

1986; Harnecker, 1994; Radermacher y Melleiro, 2007). En suma, el nuevo sindicalismo

que crece al alero de la industrialización tardía y confrontado a la tradición social varguista,

se proyecta políticamente en los años de crisis, desafiando además los idearios asociados a

unos ya empantanados “socialismos reales”, acarreando con eso sectores de izquierda

(ajenos al PC, que compite con el PT) y una intelectualidad crítica más amplia (Di Tella,

Page 19: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 19/226

  148

1993). Resulta, pues, un actor social y ahora político insoslayable del nuevo mapa social de

confrontaciones que emerge tras el “milagro” y el burocratismo autoritario, con no pocos

 puntos comunes con el empresariado local protegido por estos procesos. Pero el viejo

sindicalismo permanece, hasta cobrar nueva relevancia a fines de los años ochenta con el

“sindicalismo de resultados” de inspiración tradeunionista (Radermacher y Melleiro, 2007;

Vieira, 2009).

De otro lado, quienes emigran del campo atraídos por el curso de industrialización, se

encuentran con su declive a fines de los años setenta, engrosando las filas del desempleo

urbano. Mientras, las familias enganchadas por la propaganda oficial de la colonización de

nuevas tierras encuentran condiciones adversas a la vida campesina, más orientadas a la

formación de mano de obra para la explotación minera y maderera, la propia amenaza denueva expulsión a manos de empresas transnacionales que llegan a estas regiones, hasta su

simple ubicación en zonas fronterizas bajo objetivos geopolíticos. A eso se suma el fracaso

de las iniciativas de clientelización gubernamental hacia los trabajadores sin tierra, como el  

Fondo Nacional de Asistencia al Trabajador Rural, administrado por los pocos sindicatos

rurales existentes. En tal escena, a partir de los conflictos por la tierra perdida, en Río

Grande do Sul un grupo de descendientes de colonos europeos inician tomas de terrenos

que se propagan hasta articularse a movimientos sindicales, estudiantiles y católicos (como

la Comisión Pastoral de la Tierra), y desembocan a mediados de los años ochenta en el

apuntado MST, de proyección nacional (Rosa, 2004; Harnecker, 2002).

La larga y crítica antesala del ingreso a la égida neoliberal

A fines de los años setenta y primeros ochenta, la incapacidad de enfrentar los pagos de la

deuda externa -que agrava la moratoria mexicana de 1982, al desatar la suspensión de

 préstamos a las economías regionales- y la descontrolada crecida del desempleo y la

 pobreza, abren tensiones dentro de la propia alianza dominante, además de sus conflictos

con otros grupos sociales. Si hacia afuera la crisis de la deuda pone en cuestión los términos

de relación con la economía mundial, hacia adentro la crisis de representación se hace

Page 20: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 20/226

  149

insostenible. El déficit de legitimación del régimen cae bajo umbrales básicos cuando

fracciones medias y obreras favorecidas por el “milagro” se suman a la presión opositora,

animando alianzas de grupos moderados y radicales que se reiteran también en otros países

de la región; su carácter circunstancial queda claro en las sospechas mutuas que las marcan,

y su éxito en la caída de los regímenes militares tiene harto que ver con la propia agonía de

éstos. La apertura política iniciada por Geisel en los años setenta, que en 1979 pone fin al

 bipartidismo forzado con una nueva Ley de Partidos Políticos, deja paso al cuadro que se

 polariza en las elecciones generales de 1982, donde el opositor PMDB logra un 42% de

adhesión y evidencia la incapacidad del oficialismo para mantener la mayoría parlamentaria

absoluta (49%), abriendo una dinámica de pactos (Di Tella, 1993).

La transición política arranca así con una crisis de Estado que involucra al modeloindustrialista autoritario seguido. Y se prolonga, bajo intentos fallidos de resolución, hasta

el primer gobierno de Cardoso, en que se estabiliza un nuevo patrón de dominación sobre

una peculiar mezcla de una liberalización económica moderada y una democratización

 política. Es el inicio de una larga agonía del productivismo autoritario seguido y la variante

de Estado que lo acompaña, la cual, en la incapacidad de enfrentar los pagos de la deuda

externa, expresa la crisis de aquél modo de inserción en el orden capitalista mundial.

Junto a las presiones internas, la política estatal ante la crisis económica suma la presión

externa hacia un ajuste ortodoxo. El ideario neoliberal no domina aún las políticas estatales,

sino constituye -hecho a menudo trocado- una ideología en busca de ello. Pero crece el peso

de esas ideas que, desde mediados de los años setenta, se imponen en los países centrales y

las agencias financieras multilaterales sobre política económica, pasando de un paradigma

keynesiano a una ortodoxia monetarista inclinada hacia políticas de contención del gasto

 público y control monetario, que restan autonomía a las iniciativas nacionales. De ahí la

encrucijada: la línea adoptada para enfrentar la crisis, puede acarrear tensiones en las

relaciones con los centros económicos y políticos mundiales y/o la propia base interna de

de la política de Estado. Es que la conflictividad social atraviesa todos los sectores, desde el

mundo rural, cruzando los centros industriales y de servicios, hasta sectores profesionales y

Page 21: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 21/226

  150

medios en general. Los actores sociales que maduran durante este curso, devienen fuerzas

sustantivas en los términos de resolución de la crisis del régimen autoritario.

El modo de encarar el estrangulamiento externo desata una aguda crisis política, al abrir

disidencias en la propia base de sustentación socio-política del Estado autocrático-

industrialista. Parte de esa coalición industrialista se aleja del gobierno. Las burocracias de

unas empresas estatales duramente afectadas por la política de ajuste adoptada se expresan

dentro del marco autoritario del régimen, resistiendo orientaciones gubernamentales y por

medio de la queja de parlamentarios afines. En cambio, más allá de esta “resistencia

 burocrática”, los empleados de esas empresas pasan a la acción abierta contra el gobierno,

en unas movilizaciones cuya intensidad crece. Es en el empresariado privado, empero, que

ocurre la fractura más gravitante de la base de apoyo del Estado, cuando parte importantede la elite empresarial no apoya la estrategia gubernamental de ajuste, abriendo una

significativa disidencia hacia una versión más nacionalista e industrialista de desarrollo;

mientras otros sectores lo secundan (Sallum Jr., 2003).

Las relaciones entre la elite empresarial y la burocracia de las empresas estatales que

maduran bajo la experiencia de industrialización autoritaria, favorecen la articulación de

una oposición política en el Congreso y sus empeños por movilizar a sectores medios y

 populares contra los intentos de prolongar el régimen militar. Esa movilización de masas a

favor de la democratización política cobra gran trascendencia. Si la campaña de las “Diretas

Já” muestra es un malestar popular atizado por otro con origen en la alianza burocrático -

autoritaria, junto a la escasa autonomía de esos sectores medios y populares en los inicios

de la crisis, abre también la escalada en que estos mismos sectores alcanzan gravitación en

las modalidades de resolución de dicha crisis. La movilización mina el apoyo a la línea de

democratización gradual y limitada del gobierno, y ahonda la crisis política hasta la pérdida

de legitimidad del propio régimen. Esta entrada masiva de la población tras una superación

rápida del autoritarismo produce un cambio trascendente en la vida política local, obligando

a su reconocimiento tanto al gobierno como a los medios de comunicación masiva y las

 propias elites políticas. La “Campanha das Diretas” redefine el espacio legítimo de la

 política en Brasil. Apoyada en la movilización de masas, la oposición produce una crisis en

Page 22: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 22/226

  151

el modo de dominación política, con lo que la campaña “Diretas Já” anuncia la necesidad

de un nuevo proyecto de Estado.

Pero si la articulación de un amplio y heterogéneo movimiento opositor alcanza su mayor

expresión en la campaña para establecer elecciones presidenciales directas, todavía el

régimen militar derrota esa propuesta en el Congreso. Aunque un nuevo arreglo político

limita los efectos de esta exclusión de las masas de la sucesión presidencial. La conjunción

de la oposición y grupos disidentes del régimen en un proyecto presidencial que incorpora

ciertas líneas desarrollistas apoyadas por el empresariado industrial, enfrenta a una derecha

que insiste en la liberalización económica, con base en asociaciones comerciales y el sector

agrícola de exportación (Sallum Jr., 2003). Pero el margen de maniobra que conserva el

oficialismo, ahora convertido en un Partido Democrático Social aliado a fuerzas menores,cambia la escena de negociación y el PMDB abandona la línea de movilización que

 prosigue el resto de grupos políticos. En 1985 se dirime la sucesión presidencial en un

Congreso -“Colegio Electoral”- cuya composición mantiene la marca del bipartidismo de

1965, pese a las elecciones recientes. Pero la controversia en torno al candidato oficialista

trae la escisión del sector “aperturista”, encabezado por Chaves y Sarney, que abre una

fórmula presidencial conjunta con el PMDB, proclamando a Neves, acompañado del propio

Sarney. Es la fórmula que se impone en la elección indirecta de 1985. Con el fallecimiento

de Neves, asume finalmente Sarney, iniciando la llamada “Nova República”.  

 El orden político frustrado de la “Nova República” 

Con el nuevo gobierno se articula la Asamblea Nacional Constituyente y aprueba la nueva

Constitución en 1988, que resulta un intento de proyectar los viejos términos de relación

entre Estado y mercado, en momentos que la transnacionalización y la ideología liberal

adquieren mayores dimensiones bajo el colapso de los “socialismos reales” (Sallum Jr.,

2003). De ahí el énfasis en la consagración de monopolios estatales (en el rubro energético,

las telecomunicaciones, etc.), la ampliación de las restricciones al capital extranjero en

favor del local, la figura de “empresa brasileña de capital nacional” como sujeto susceptible

de protección y beneficios especiales (tales como derechos exclusivos de capitales locales

Page 23: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 23/226

  152

en explotación minera y energía eléctrica) (Figueredo, 2008). No prima aún sobre el Estado

un “giro neoliberal”. Este control estatal sobre el mercado refleja el peso que mantienen

grupos como la “burguesía estatal” y el empresariado criollo en el entramado de poder; la

fuerza de los empleados públicos que logran un régimen jurídico único y una carrera para la

administración directa, autarquías y fundaciones, paridad salarial para cargos de

atribuciones equivalentes, o entre servidores de los poderes Legislativo, Ejecutivo y

Judicial, y el derecho a estabilidad desde los cinco años de servicio, incluso beneficios de

 jubilación distintivos (Da Oliveira y Fontenele e Silva, 2000). Son grupos sociales que se

 proyectan como sectores protegidos corporativamente.

En la misma línea, más que idearios neoliberales en boga, la carta magna afirma el rol del

Estado como garante de derechos sociales universales. Establece la asistencia social como“deber del Estado y derecho de todos los ciudadanos”, reforzada en 1993 con una Ley

Orgánica de Asistencia Social que fija como principio rector del sistema previsional la

universalización de la cobertura y atención, su apertura a los trabajadores independientes, la

indexación de los beneficios y vinculación de su piso al salario mínimo, la diversificación

de la base de financiación (para que las contribuciones incidan sobre diversos sectores y

tipos de salarios), y la uniformidad y equivalencia de beneficios para la población rural

(Bertranou y Grafe, 2007; MPS, 2004). Crea el Sistema Único de Salud, que establece

acceso completo, universal y gratuito a la población, abarcando sobre el 80% de ésta (De

Souza, 2002; Silva, 2009). Define además el financiamiento de la seguridad social

vinculando las principales contribuciones sociales, en especial las utilidades empresariales,

y el ingreso y lucro de personas jurídicas (De Oliveira y Fontenele e Silva, 2000; Werneck,

2008). Detrás de ello asoma la fuerza, aún relevante, de los sectores medios “tradicionales”. 

Pero más allá de una lógica de beneficios vinculados a grupos sociales con capacidad de

 presión corporativa sobre la acción estatal, que no es nueva aún cuando esta vez tenga

mayor extensión social, otros cambios en una línea de liberalización política resultan más

novedosos, como aquellos que apuntan a continuar el proceso de organización de las clases

 populares. Varias leyes que bloquean la participación política popular se diluyen en 1985 al

instituirse elecciones presidenciales directas (con segunda vuelta), como también para las

Page 24: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 24/226

  153

capitales estaduales, al abrirse una representación para el Distrito Federal en la Cámara de

Diputados y el Senado Federal, otorgar derecho a voto a los analfabetos y promulgar la

libertad de organización partidaria (incluidos los proscritos comunistas). Cambios en la

legislación amplían la actividad política de los trabajadores, extendiendo sus derechos de

 participación y suprimiendo controles gubernamentales, herencia varguista impracticable

 bajo la nueva fuerza del PT. De ahí que se readmiten líderes sindicales antes excluidos, se

cancela el control del Ministerio del Trabajo sobre las elecciones sindicales, elimina la

 prohibición de asociaciones intersindicales y amplía la actividad de las centrales sindicales.

La libertad de acción y organización se extiende a sectores populares incluso más bajos. El

Congreso Nacional, el sistema judicial, los gobiernos estaduales y los partidos políticos

ganan una inédita libertad en relación a la Presidencia de la República (Sallum Jr., 2003).

Estos cambios culminan en la Constitución de 1988, que amplía el poder de acción del

 poder Legislativo, Judicial y del Ministerio Público en los procesos de decisión. Incluso

éste último extiende sus actividades, cimentando su independencia de los tres poderes

clásicos, para velar el cumplimiento de los derechos de la ciudadanía, garantizados en ley,

inclusive contra la acción u omisión del Estado. Se transfiere parte de la base material para

ejercer poder -impuestos y autonomía financiera- de la Unión a los estados y municipios, al

 punto que éstos últimos devienen verdaderas unidades federadas, no subordinadas a los

estados (Sallum Jr., 2003). Una desconcentración del poder estatal que habilita contrapesos

respetivos y una mayor autonomía del control estatal para los actores sociales, en especial

el movimiento sindical. Ambas líneas desmontan pilares esenciales de la dominación

 populista, anclada en la tradición varguista. Una liberalización política que no implica el

giro hacia otra de tipo económico, pese a que las presiones externas crecen para ello. Más

 bien, ocurre lo contrario: se refrendan componentes de la orientación desarrollista.

Aunque esta no es una línea unívoca de marcha. Avanza en medio de giros de apariencia

antitética, en realidad reflejos de los enrevesados equilibrios sociales. Si en lo político la

Constitución formaliza la redemocratización al establecer el sufragio universal, también

consagra una tendencia anterior a la proliferación de esferas de decisión ajenas al escrutinio

de la política, sobre todo en la dirección económica. En 1986, la eliminación de la “cuenta

Page 25: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 25/226

  154

movimiento”, mecanismo con que el Banco Central suple en forma automática e ilimitada

las necesidades de caja del Banco de Brasil decurrentes de la ejecución financiera del

Tesoro Nacional, consolida al primero como autoridad plenipotenciaria sobre la política

monetaria, restringiendo la injerencia de esferas dependientes del gobierno de turno (De

Oliveira y Fontenele e Silva, 2000). Bajo presión externa, estos cambios tensionan la

democratización. En 1985, el Plan Baker de Washington busca la negociación separada de

la deuda de los países de la región, con recortes al gasto fiscal y condiciones diferenciadas

de préstamos que sujetan el apoyo financiero del Banco Mundial y el Fondo Monetario

Internacional (Sangermano, 2005). El siguiente Plan Brady suma la presión de la banca

externa y los organismos multilaterales sobre la política estatal local, a la que resultan muy

sensibles las capas tecnocráticas. Bajo la precaria apertura política, el malestar con el curso

inflacionario que a inicios de 1986 supera el 250% anual, facilita el avance de esas capas allegitimar la urgencia de soluciones “técnicas” no sujetas a una negociación ab ierta de las

decisiones económicas (Loureiro, 1997). Un grupo de economistas de la Universidad

Católica de Río de Janeiro, recién retornado de universidades norteamericanas, ingresa a la

esfera estatal e impulsa seguidos “ajustes” que parten con el Plan Cr uzado en 19869.

Eminentemente antiinflacionario, este plan refleja la tensión entre la presión externa hacia

el ajuste ortodoxo, y fuerzas internas en dirección contraria. Asume la línea de reanimar la

capacidad de pago de la deuda externa, y carga su costo al sector productivo. Pero se aparta

de las indicaciones de los organismos internacionales, y busca reducir la inflación con la

desindexación de la economía -vista como amenaza- golpeando a los sectores asalariados

menos organizados y carentes de protección. De ahí el congelamiento de precios y el tipo

de cambio, la desindexación de los reajustes salariales y su reemplazo por el “gatillo

salarial” -ajuste automático cuando la inflación acumulada pasa del 20%- y otro dispositivo

de ajuste de las deudas contraídas a tasas corregidas. En cambio la introducción de un

“cruzado novo”, fijado al dólar estadounidense, estimula el consumo de bienes importados

y golpea a la industria exportadora y orientada al mercado local (Pio, 2001). En el corto

 plazo, frena la inflación bajo un 5% mensual gran parte de 1986. Y gracias al “gatillo

9 Son figuras como Arida, Lara Resende, Lopes, Bacha, Modiano, Bresser Pereira y Nakano, y se aglutinan

 principalmente en la PUC-RJ y la Fundación Getulio Vargas (Pio, 2001).

Page 26: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 26/226

  155

salarial” y el congelamiento de precios, crece el poder adquisitivo de vastos sectores de la

 población. Aunque al poco tiempo decanta en una crisis de abastecimiento acarreada por el

desequilibrio de precios, que estimula el consumo y desincentiva el ahorro. El estímulo a

las importaciones que trae el congelamiento del tipo de cambio, merma además las reservas

internacionales (Ruiz G., 2000). La fijación de precios se mantiene en un año electoral en

que triunfa el oficialista PMDB bajo la euforia del éxito aparente, mientras miles de

consumidores -los “fiscales de Sarney”- controlan cambios de precios. Con más cara de

reacomodo a la medida de pujas de fuerzas internas y externas, el ajuste no resulta así una

reformulación general del patrón de crecimiento como el que pregona el ideario neoliberal.

Días después de la elección se lanza el Plan Cruzado II que reindexa la economía, libera los

 precios de productos y servicios del congelamiento, eleva la carga fiscal y las tarifas de losservicios públicos, y los impuestos a ciertos productos. Ahora se busca el control del déficit

fiscal y la inflación por la vía tributaria, en especial el alza de precios al consumidor, lo que

trae mejores resultados en esta última que sobre el déficit fiscal (Ruiz G., 2000). Los costos

del nuevo ajuste se traspasan así a los sectores de menos ingresos, desatando protestas que,

a inicios de 1987, llevan a declarar la moratoria de Brasil ante el pago de los intereses de la

deuda externa. Pero esta vez no responde sólo a la presión popular. Suma la tensión entre la

tecnocracia que impulsa tales políticas y un empresariado local que, si antes cedió terreno a

capitales externos, fue bajo otras protecciones que estos ajustes han ignorado.

Pese a ello, las pugnas están lejos de arribar a una correlación estable de fuerzas. Una nueva

arremetida tecnocrática amplía su peso en el gobierno y lanza el Plan Bresser, que el mismo

año levanta la moratoria decretada y vuelve a la negociación con el FMI (Ruiz G., 2000).

Aparte de continuidades como alzas de impuestos o un nuevo congelamiento de precios al

que suman otro de salarios, ahora busca reducir el déficit fiscal recortando el gasto público

eliminando subsidios o recortando obras públicas. También golpea al sector bancario y los

ahorros en general, al cambiar el criterio de reajuste de las carteras de ahorro. Pero no frena

la inflación, que llega a un 353% anual. El fin del “gatillo salarial” y las pérdidas en las

carteras de ahorro acarrean nuevas protestas. Otro tanto ocurre a inicios de 1989 con el Plan

Verano, que encara la inflación a través del ajuste monetario. Crea una nueva moneda, en

Page 27: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 27/226

  156

 principio fijada en paridad al dólar, en torno a la que se reajusta los depósitos bancarios

 para frenar el flujo de dinero devaluado. Pero la inflación alcanza 980% y 1.972% a fines

de 1988 y 1989 respectivamente, y marca 6.821% en 1990 (Ruiz G., 2000). Vuelven los

conflictos, compañía usual de estos intentos monetaristas de control inflacionario, esta vez

con un llamado de la CUT a huelga general. 

El conflicto en el mundo rural bajo la “Nova República” tiene también su escalada. Desde

1985 el MST presiona por reforma agraria -apartándose de la colaboración de la CONTAG

con el nuevo gobierno- y crecen sus asentamientos con impulsos productivos y créditos

 blandos que buscan la organización cooperativa (Harnecker, 2002). Pero ni las presiones

conjuntas del MST y la CONTAG por reforma agraria sobre la Asamblea Constituyente,

 pueden con el empresariado agrícola y la oligarquía nordestina que, desde la UniónDemocrática Rural llegan hasta la acción paramilitar en el campo. El proyecto de reforma

agraria es rechazado en el Congreso. La fuerza y organización de estos sectores populares

rurales no alcanza a incidir en la orientación de la acción estatal y la configuración de la

estrategia de desarrollo resultante. Aquí prevalece la larga tradición de exclusión.

A pesar del impulso institucional la “ Nova República” no logra articular un sistema estable

de poder. La elite política no consigue reunir una nueva coalición sociopolítica que sustente

este “desarrollismo-democratizado”, capaz de superar la crisis de Estado heredada (Sallum

Jr., 2003). La inestabilidad económica impide la superación de la fragilidad política del

Estado. En condiciones tan adversas, la “ Nova República” deviene inestable sistema de

dominación política. Entonces la elite económica contraataca el intervencionismo estatal

agitando un ideario neoliberal proveniente desde las instituciones multilaterales y gobiernos

de países centrales. Se exige desregulación, mejor acogida al capital externo, privatización

de empresas estatales. Hasta que el liberalismo económico permea a la elite política local

en los años noventa, tras un ascenso cuyos anclajes sociales crecen desde la mediados de la

década anterior. Aunque, al mismo tiempo que la retórica neoliberal inunda los medios de

comunicación y ciertos sectores medios, enfrenta resistencias entre esa elite política, los

funcionarios de compañías estatales, grupos medios asalariados, trabajadores organizados y

empleados públicos, que apelan a la “regulación estatal” (Sallum Jr., 2003). 

Page 28: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 28/226

  157

La elección presidencial directa en 1989 constituye uno de los puntos más altos de

 participación de los sectores populares y medios en la política brasileña, plantando un giro

en los clivajes ideológicos que definen al sistema partidario. Ahora la confrontación entre

democracia y autoritarismo cede relevancia a las relaciones entre Estado y mercado como

eje de diferenciación determinante. Los partidos se alinean ahora tras las ideas económicas

liberales, o bien bajo el “desarrollismo democratizado” (donde el PT lo radicaliza en una

versión distributivista). El espiral inflacionario y la conflictividad social polarizan esta

elección, mostrando el fracaso de la “Nova República”. El nuevo clivaje político se

resuelve, en lo inmediato, a favor del giro neoliberal.

 El desastre neoliberal con Collor de Mello

En las primeras elecciones presidenciales directas en casi tres décadas, se impone el

empresario nordestino Collor de Mello, a pocos meses de lanzado el Consenso de

Washington, expresión programática de la transformación neoliberal y su tentativa de

desmantelar los vestigios desarrollistas. Un personaje de popularidad abrupta, ligada a una

agitación mediática a manos del conglomerado O Globo sobre su pugna, como gobernador

de Alagoas, por los altos salarios de funcionarios estaduales -los “marajás”, símbolo de los

sectores protegidos y blanco del malestar -, que vence a favoritos como Brizola, viejo

varguista, y el líder social “Lula” da Silva. Una elección enrarecida que, en medio de la

desesperación económica y la descomposición política, revierte pronósticos que favorecen

a Lula bajo una intimidación al ascenso de una izquierda dura. Es la condición de “masa”

que prima en medio del vacío político, y la “minoría consistente” conservadora que

capitaliza la confusión. Sube una coalición de ocasión -“Novo Brasil”- de sectores

empresariales, medios y populares tan descontentos como inorgánicos, y revela a corto

andar un consenso frágil, incapaz de erigir una nueva alianza dominante.

Collor emprende un abrupto giro neoliberal, en una línea antiestatal y de apertura externa.

En 1990, con el “Programa Nacional de Desestatización” abre un curso de privatización a

gran escala que alcanza empresas y monopolios estatales por unos US$4 billones, sobre

Page 29: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 29/226

  158

todo en la metalurgia y petroquímica. La debilidad sindical ayuda en su éxito inicial. El

quiebre de la CUT, entre el PT y un cr ecido “sindicalismo de resultados” que, con apoyo

empresarial y gubernamental funda “Fuerza Sindical”, hasta hoy la segunda central del

 país, proyecta un aliado en las primeras privatizaciones, como en Usiminas y la Compañía

Siderúrgica Nacional (Vieira, 2009). En tanto, la línea aperturista de la Política Industrial y

de Comercio Exterior reduce aranceles aduaneros y elimina barreras no tarifarias a la

importación (Villela, 1997). Aunque prosigue la política de integración regional de Sarney,

hacia la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur) como espacio de libre circulación

de bienes, servicios y factores productivos bajo una política comercial común (Escribano y

Fernández, 2004), como muestra de la puja de un sector productivo local que busca otras

opciones bajo la creciente desnacionalización y competencia externa. Ambas líneas bogan

en contra del patrón seguido tras una estructura industrial estatal y privada integrada, protegida de la competencia externa. Pero pese a su articulación con sectores del

empresariado local y al ideologismo que domina la escena internacional, será insuficiente

 para erigir una nueva alianza dominante capaz de llenar el vacío político abierto en 1983.

Los planes de ajuste muestran tanto el empuje neoliberal como las tensiones opuestas. El

Plan “Novo Brasil”  -o simplemente Plan Collor- retoma el cruzeiro como moneda y

congela por 18 meses los depósitos superiores a 50.000 cruzados, que suman un 80% de

éstos, golpeando a grupos medios y altos (Villela, 1997). En una línea similar al Plan

Bonex lanzado en Argentina poco antes, este llamado confisco busca superar los escollos de

iniciativas antiinflacionarias anteriores: la monetización acelerada y la explosión de la

demanda agregada en momentos de desinflación (como la anotada alza del consumo tras el

Plan Cruzado), la alta liquidez de los grandes activos financieros (y con eso su capacidad de

determinación sobre los precios), y el alza de la deuda interna y su precario financiamiento

en el mercado monetario (Carvalho, 2006). El confisco busca reducir la liquidez para bajar

la inflación. Bloquea los activos financieros para devolver al Banco Central el control

monetario y evitar recurrir a altas tasas de interés que presionen la deuda pública (Carvalho,

2003). Otro esquema que cae en crisis: los bancos tienen problemas de liquidez en

cruzados, sus volúmenes en la nueva moneda no logran financiar su pasivo convertido a

Page 30: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 30/226

  159

ella y puesto a disposición de los depositantes, lo que obliga al Banco Central a financiar al

sistema bancario, volviendo a la monetización y la presión inflacionaria que buscaba evitar.

Además, el Plan Collor grava a otros agentes económicos. El Impuesto a las Operaciones

Financieras afecta al sector financiero. La indexación del impuesto a la renta afecta al gran

capital en general. El impuesto a las manufacturas golpea a la industria local; además de la

liberalización del tipo de cambio, favorable al ingreso de capitales y la expansión del sector

exportador. Se recortan incentivos fiscales a las importaciones, exportaciones, agricultura, a

las regiones del Norte y el Nordeste, y a la industria computacional. Otro congelamiento de

 precios y salarios golpea al sector asalariado (dada la estructura de precios existente), y el

cierre de agencias gubernamentales busca reducir el empleo estatal, lo que lleva a afinar un

nuevo plan, “Collor II”, con más ajustes a los desembolsos de capital de las empresas

 públicas y un alzas de precios de los servicios públicos (Villela, 1997).

En suma, para estabilizar la moneda congelan precios, confiscan provisoriamente y reducen

 parte de la riqueza financiera de grupos medios y empresariales, amenazando la seguridad

 jurídica de la propiedad privada. Además critica a gremios patronales y organiza otros

grupos de empresarios en el apoyo a sus políticas (Sallum Jr., 2003), pues la configuración

heredada no resulta enteramente dócil al giro neoliberal. En la misma línea enfrenta a la

clase política y sus mecanismos de manejo, reduce el gasto estatal con despidos masivos de

empleados, desorganiza la administración pública; e intenta debilitar las organizaciones

opositoras de trabajadores alentando otras proclives al gobierno. Un torpe empeño de

reordenamiento de los actores locales de la trama del poder. El autoritarismo con que se

maneja el empeño por estabilizar la moneda (medidas como el congelamiento de los

depósitos bancarios se impulsan por decretos presidenciales con fuerza de ley y vigencia

inmediata) choca con una sociedad que ha avanzado en su democratización.

En el campo externo Collor también tiene dificultades. A pesar de su orientación aperturista

al inicio busca dilatar la moratoria del pago de la deuda externa heredada de Sarney, lo que

rechazan los acreedores. La tensión solo afloja al nombrar un nuevo equipo económico en

1991. Desde fines de los años ochenta las condiciones económicas internacionales mejoran

Page 31: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 31/226

  160

 progresivamente para los países periféricos. Crecen las inversiones financieras allí donde

avanzan políticas de liberalización económica, lo que tranquiliza a los acreedores. Tras una

década de transferencias líquidas negativas la región recibe transferencias positivas del

resto del mundo (Edwards, 1995).

El resumidero de todo es el derrocamiento de Collor. Una denuncia parlamentaria por

corrupción en su campaña desata una sucesión de movilizaciones -el “movimiento Caras

Pintadas”- que llegan a dimensiones inéditas. Pero el fracaso de Collor trasciende esta

coyuntura, develando los límites de la pretensión neoliberal incluso entre eventuales

componentes de una nueva alianza dominante. Es resistido por sectores productivos y

financieros locales que, si bien ya han cedido terreno a capitales externos, mantienen

compensaciones ajenas -como vimos- a una modalidad neoliberal propiamente tal. Tambiénresiste la “burguesía estatal”  ligada a la administración y las grandes empresas estatales.

Incluso las fuerzas armadas, aunque debilitadas políticamente, se oponen al desmontaje

estatal impulsado por Collor (Carvalho, 1993). Por esto, y la enorme centralización de

decisiones en la tecnocracia, Collor no articula una base parlamentaria (Loureiro, 1997).

Tal inestabilidad obliga al gobierno a buscar pactos, incorporando sectores del centrao 

(parlamentarios que apoyan a Sarney) y del PSDB10  al gobierno. Pero no basta. La

descomposición acumulada produce una desesperada demanda de liderazgo articulador.

 Mudanzas sociales temporales y permanentes en tiempos de crisis

Es un curso largo y crítico cuya salida está lejos de avizorarse. Con la recesión mundial que

sigue al conflicto petrolero y la crisis de la deuda de 1982, Brasil sufre la peor recesión

desde la posguerra, en especial entre 1980 y 1983. Tras un breve respiro en 1984 y 1985, y

un ligero auge vinculado al Plan Cruzado, sigue el declive hasta 1993. Una recesión de

magro crecimiento, relativo desempleo, alta inflación y déficit público 11, bajo la presión

10 El Partido de la Social Democracia Brasileña -los tucanos- es una escisión del PMDB encabezada por

figuras como Govas, Richa, Cardoso y Serra, asentada en la zona sur (Sao Paulo, Minas Gerais y Paraná).11 Aunque la economía crece sobre la región. Entre 1982-88 el PIB per cápita crece un 0,9% anual, mientras

en los países vecinos cae en -1,4%. En cambio, la inflación anual en esos países promedia un 149,8%, y en

Page 32: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 32/226

  161

externa hacia una apertura comercial y financiera, la reducción de la actividad estatal, la

 prioridad de la estabilidad macroeconómica y políticas que atraigan inversiones externas.

En este escenario muchos de los cambios de la sociedad responden a situaciones temporales

derivadas de la crisis, más que a tendencias estructurales de alguna historicidad, que recién

maduran -social y políticamente- hacia mediados de los años noventa. Cambios usualmente

destacados como la reducción del empleo formal en todas las áreas, el alza del desempleo y

la pobreza, la caída de ingresos en la vieja clase media asalariada o la expansión de una

 pequeña burguesía independiente de baja productividad, son rasgos propios de la larga

recesión que, como toda crisis, golpea en forma diferenciada a los grupos sociales según las

relaciones de poder imperantes. Mientras que el freno a la expansión obrera, el auge de los

servicios de rutina y calificados, los cambios en las condiciones del empleo o la irrupciónde nuevas franjas de medianos y pequeños subcontratistas enganchados a la gran industria;

resultan propios de la “liberalización económica”, la reestructuración productiva, la

apertura comercial y el uso del “ancla cambiaria” para el control inflacionario, que

favorecen las importaciones y la exposición de la economía local a la competencia externa

(Do Valle, 2004; Antunes, 2011; Cardoso, 2011).

En tal sentido, para distinguir las fuerzas que ganan gravitación en el devenir histórico,

conviene atender al grado en que los grupos sociales más relevantes de la industrialización

tardía del “milagro” -la gran burguesía local, la extendida burocracia de servicios públicos

y privados, y los obreros modernos de la industria del “ABC paulista”- conservan su peso

en la sociedad y su fisonomía a pesar de la crisis y los intentos por contenerla. Dado que

muchos efectos de la crisis se extienden más allá del Plan Real de 1994, alargando una

inestabilidad que, aunque atenuada, vuelve en forma crítica entre 1998-99, sólo a inicios de

siglo algunos de los cambios arrastrados maduran como nuevos rasgos sociales. De ahí la

relevancia de consignar los cambios en los principales grupos sociales en los años ochenta

y noventa, a fin de distinguirlos de la fisonomía actual de la sociedad brasileña.

Brasil llega a 301,9% anual, sin contar la crisis inflacionaria a fines de 1989 e inicios de 1990 (Do Valle,

2004).

Page 33: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 33/226

  162

Pese a la crisis, el patrón de urbanización de décadas anteriores se mantiene (Costa Ribeiro,

2003). Sigue perdiendo peso la fuerza laboral rural y la propiedad de la tierra continúa muy

concentrada12. Aunque en los años noventa esa urbanización se atenúa a manos de una

“descampesinización” y “urbanización” del mundo rural, con el crecimiento de actividades

agroindustriales y servicios (personales, recreativos y de otras actividades económicas), el

comercio e incluso una industria “tradicional” que encuentra allí menores costes salariales

(CEPAL, 2010), como en las zonas centro-occidental y sudoriental del país (Graziano y Del

Grossi, 2004). El agro entra en un curso más complejo de diferenciación social, que supera

la vieja asociación entre ruralidad, atraso y ocupaciones tradicionales (Favareto, 2009).

La contrapartida es la expansión de la fuerza laboral urbana, que absorbe la masa expulsada

del mundo rural. Con ello prosiguen tendencias de larga data, pero a diferencia de lo queocurre bajo el auge de los años sesenta y setenta, en las dos décadas siguientes la industria

deja de ser el motor de la modernización local. El peso de los obreros industriales se reduce

ligeramente. Con la crisis de los años ochenta, muchas industrias “tradicionales”, sobre

todo aquellas que no detentan posiciones oligopólicas en sus rubros, reducen costos por la

vía de la flexibilidad productiva y la expulsión de mano de obra (Do Valle, 2004). Aunque

en el mismo lapso, la protección estatal a los grupos industriales oligopólicos permite no

sólo consolidar el empleo, sino mejorar los ingresos de sus trabajadores13; lo que refleja la

suma, no siempre articulada, de la presión corporativa del gran empresariado y la crecida

movilización obrera del mítico “ABC paulista” (Harnecker, 1994). En cambio, en los años

noventa, la privatización de empresas estatales, la reducción de protecciones a industrias

oligopólicas y el arribo de capitales externos, diversifican el mundo empresarial (Cardoso,

2011). La desconcentración productiva y la primacía de la esfera financiera sobre las

actividades productivas y comerciales, arrastran la inversión de capital a las áreas con

oferta de mano de obra más barata y menos calificada, afectando a los obreros industriales

urbanos, sobre todo en Sao Paulo, centro del parque industrial moderno (Do Valle, 2004).

12  Ver Anexo Estructura Social, Estructura social brasileña, Cuadro 3: Composición interna población

ocupada en Brasil, 1981-1999 (%).13  En plena década de los ochenta, los salarios industriales en Sao Pablo crecen en 43%, mientras en el

 promedio de la PEA cae 11%.

Page 34: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 34/226

  163

El complemento de estas ocupaciones obreras es el “subproletariado urbano” de servicios

 precarios y un comercio ambulante que crece en este lapso. Pero a diferencia de los años

setenta, donde los migrantes rurales, sin calificación, los absorbe la industria tradicional;

desde los años ochenta, amplios contingentes de éstos engrosan un nuevo “proletariado

informal” de precarias condiciones, donde casi dos tercios se debe a incorporación de mano

de obra femenina (Do Valle, 2004), y una nueva condición de encadenamiento con el sector

moderno lo diferencia de la vieja marginalidad excluida de todo vínculo con la

modernización capitalista (Portes y Hoffman, 2003).

Así, entre el menor peso del trabajo rural y el freno a la expansión obrera industrial, tanto

tradicional como moderna, resalta la crecida de unos servicios de muy variada calificación.Desde empleos de supervivencia hasta servicios sociales ligados a la expansión del gasto

 público, crecen en las dos últimas décadas del siglo XX, mientras se estanca el trabajo

industrial (Weller, 2004). Igualmente crecen los grupos de profesionales independientes y

asalariados, técnicos y supervisores del trabajo manual, revirtiendo su contracción de los

años ochenta, sobre todo en términos de ingresos (Quadros, 2008; De Aragao, 2010), que

llevara a los grupos medios tradicionales -sobre todo funcionarios públicos, profesionales y

empleados bancarios- a sumarse a los movimientos opositores al régimen militar, en

especial con los obreros de la industria moderna del “ABC paulista” (Harnecker, 1994).  

Pero la “pequeña burguesía” de empresarios independientes es la que más crece, con el

agro como principal base de reclutamiento (Do Valle, 2004), actuando en los años noventa

como enganche entre el sector formal moderno y el informal de baja productividad (Portes

y Hoffman, 2003). Una situación transitoria ligada al ajuste producto de la crisis, más que a

una tendencia estructural (CEPAL, 2010). A mediano plazo, no sólo se estanca sino que su

“independencia” se diluye bajo el encadenamiento productivo entre estas pequeñas y las

grandes empresas (Antunes, 2011), mientras sus trabajadores formalizan sus empleos, sin

que alcancen el bienestar de sus pares ocupados en la gran empresa (Cardoso, 2008).

Page 35: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 35/226

  164

La reducción de protecciones estatales al sector oligopólico, la expansión de los servicios

calificados y una “pequeña burguesía”, bajo la liberalización y la apertura económica de los

años noventa, reducen las bases de acción “clasista” y los privilegios de los grupos sociales

más gravitantes en el proceso político y la acción estatal. Aunque persisten clases sociales

estructuradas, cuyas dificultades de acceso entorpece el ascenso social en todos los sectores

de la sociedad (Do Valle, 1999). Esa inmovilidad anida sobre todo en los trabajadores

rurales y la “clase de servicios” alojada en la cima de la jerarquía social; en cambio crece la

movilidad entre los empresarios independientes y obreros de la industria tradicional. En

tanto el “subproletariado urbano”, los servicios de rutina, los profesionales y técnicos, son

los que más atraen mano de obra de otros sectores. Pese a ello, los recursos educativos y

económicos (acceso a la propiedad) perduran como mayores barreras, sobre todo en los

extremos de la sociedad (Do Valle, 2004).

Luego, aunque las condiciones básicas de vida mejoran en los años noventa y se reduce la

desigualdad, se conservan los grupos con ingresos elevados y educación superior, y la

disparidad relativa a la educación terciaria y los ingresos familiares (Costa Ribeiro, 2003).

Pese al dinamismo -sobre todo aquel debido a la industrialización y la urbanización- las

oportunidades de ascenso social se estrechan, bajo el peso de una “estructura de clases

subyacente” que resiste esos cambios. La contracción del trabajo rural y el auge del trabajo

informal urbano propio de la crisis acelera la movilidad entre 1973 y 1996, pero la sociedad

sigue marcada por la herencia rural y los enormes contrastes entre grupos sociales, sobre

todo entre aquellos integrados a la industrialización sustitutiva del “milagro” y los que no lo

consiguen. Así, el ascenso social a fines de los años ochenta y los noventa, corre dentro de

marcos definidos, entre clases sociales constituidas bajo la industrialización “autoritaria”

(por ejemplo, entre trabajadores calificados de la industria y burocracias estatales medias) o

entre grupos poco estructurados de áreas económicas menos protegidas por el Estado.

Page 36: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 36/226

  165

El consenso “liberal-desarrollista” 

Tras la caída de Collor, la presidencia interina de Franco desde 1992, está marcada por la

conflictividad e inestabilidad política y económica, además de un crecido flujo de capital

extranjero que estimula el avance del liberalismo económico en términos ideológicos e

institucionales. Unos vagos acuerdos ante las urgencias del panorama llevan a Cardoso al

Ministerio de Hacienda, que deviene principal articulador del Plan Real en base a acuerdos

con tecnócratas de la PUC-Río de Janeiro y la Fundación Getulio Vargas (Pio, 2001).

Dicho programa es el inicio de la construcción de un consenso más amplio. Abre curso a la

conformación de una alianza social en base a un proyecto de nueva relación entre el Estado

y el mercado, que representa un giro respecto a los anteriores empeños de ajuste. Llega enun momento de extendida percepción de una crisis del Estado, en que la reforma económica

requiere de un mínimo orden político y una reformulación institucional que permita revisar

la Constitución y el sistema de gobierno, lo que remite a consensos políticos y sociales

largamente ausentes (Loureiro, 1997). El alcance de la conflictividad y la descomposición

social plantea como condición básica que tal ajuste consiga aliviar la situación de los

sectores más bajos y, precisamente, desde las primeras medidas en 1993, se inicia un curso

de expansión de la capacidad adquisitiva de éstos que llega hasta hoy.

 La etapa “liberal” en la forja del consenso 

La concepción del Plan Real apela a criterios de universalidad y trascendencia, capaces de

superar los particularismos exacerbados y cálculos de contingencia que priman en la acción

de las grupos en conflicto en tiempos de crisis política y económica, y construir acuerdos en

 base a ciertos intereses generales, reordenando así el mapa de las presiones corporativas tan

determinantes en el proceso brasileño, a fin de erigir nuevos términos de alianza social.

De inmediato se busca articular condiciones fiscales mínimas para la estabilización. Se crea

el Fondo Social de Emergencia y una moneda paralela, la Unidad de Referencia Variable

(URV) que generaliza la indexación y sincronización de precios y salarios, que pronto la

Page 37: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 37/226

  166

reemplaza una nueva moneda, el real, y un tipo de cambio de paridad con el dólar. Similar

al Plan de Convertibilidad argentino tres años antes, es una política que sobrevalua el tipo

de cambio para atraer capital extranjero, lo que en el largo plazo golpea al sector productivo

local. Pero a diferencia del caso argentino, el Plan Real no fija la paridad real-dólar por ley,

sino deja en manos del Ministerio de Hacienda los criterios para la evolución de la moneda

local, y con eso mayor control sobre la política económica y una menor indefensión ante los

giros especulativos externos. Así la reversión y corrección resulta menos traumática cuando

la escena internacional se complica en la segunda mitad de los años noventa (Brenta, 2002).

La URV que controla el Banco Central orienta la fijación de salarios y precios, y el Fondo

Social de Emergencia que recibe el 20% de la recaudación impositiva federal, inciden en la

elevación del poder adquisitivo de los sectores más bajos (Sáinz y Calcagno, 1999).

También eleva los intereses para atraer capital externo y aliviar la presión por recursos, a lo

que suma un alza de la tasa de depósito obligatorio de los bancos (que reduce los montos

disponibles para préstamos y financiamientos). Un ajuste drástico del gasto público marcha

con un alza de 5% en los impuestos federales y un impuesto específico y transitorio a las

operaciones financieras, que en 1997 vuelve con forma de contribución (Sáinz y Calcagno,

1999). La liberalización del comercio exterior reduce tarifas de importación y facilita la

compra de servicios externos, alegando modernizar al sector productivo local con mayor

competencia externa. Con apoyos al sector exportador, como la supresión de tributos, se

 busca saldos positivos en la balanza comercial (lo que trae el auge de la soja) (Werneck,

2008). Bajo la apertura de la economía y la política cambiaria volcada a atraer capitales en

aras de la estabilidad monetaria, el flujo de éstos crece de USD 42,5 a 197,7 billones entre

1995-99 (y pasa de 6 a un 21,6% del PIB). Esos recursos permiten controlar la inflación, y

el éxito del Plan Real acarrea un respaldo político que lleva al triunfo de Cardoso en la

elección presidencial de 1994, ocupando el centro político e ideológico y planteando bases

amplias para articular un consenso sobre nuevos términos de relación entre el Estado y el

mercado. Se transfieren funciones empresariales del Estado al ámbito privado, al tiempo

que expande su función reguladora (a través de agencias sectoriales: telecomunicaciones,

electricidad, petróleo y gas, entre otras) y sus políticas sociales, se equilibran las finanzas

Page 38: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 38/226

  167

 públicas y reducen los incentivos a las empresas privadas y beneficios de los trabajadores

 públicos. La apertura externa es amplia, aunque mantiene prioridad en el Mercosur.

Tal cambio en las relaciones entre Estado y mercado, trastoca la relación con los grupos

económicos. Las empresas estatales dejan de ser los soportes de la gestión económica

gubernamental, al tiempo que las compañías privadas locales dejan de ser foco privilegiado

de las políticas estatales (Sallum Jr., 2003). La Enmienda Constitucional No.6 deroga el

artículo que ampara la figura de empresa brasileña de capital local y equipara su condición

 jurídica con las empresas externas. La modificación del artículo No. 178 permite derechos

de explotación minera y de energía eléctrica a empresas constituidas bajo las leyes

 brasileñas, sin obligatoriedad de su control por capitales locales. La Ley No. 9.478 pone fin

al monopolio de la estatal Petrobras sobre derechos de exploración, refinamiento ytransporte de petróleo y gas, abriendo concesiones a empresas privadas principalmente

locales (CNE, 2007). Además se impulsa un programa de privatizaciones y concesiones,

que incluye al sector petroquímico, eléctrico, telecomunicaciones, transportes (ferrocarriles,

autopistas, portuario), que sigue lo hecho por Collor en el sector siderúrgico; aunque los

 beneficiarios ahora son mayormente capitales locales, permitiendo -como en el caso de la

 privatización la minera Vale do Rio Doce- la formación de empresas de dimensión global.

A esto se suman medidas que afectan a los empleados públicos. La reforma de 1995 sobre

las finanzas públicas fija límites salariales al personal estatal, para renegociar deudas de

estados y municipios. Una línea de ajuste fiscal y descentralización de la administración

reduce 20.000 empleos estatales. La Enmienda Constitucional No.19 suprime beneficios de

la administración pública fijados en la Constitución de 1988, como el régimen jurídico

único de los funcionarios, la paridad salarial de cargos con atribuciones similares, la

 prohibición de la reducción de salarios, e introduce mecanismos de flexibilidad laboral en

el empleo público. Además se eliminan las ventajas del sistema previsional del empleo

 público14. Otro ajuste constitucional cambia el criterio de edad para jubilar de tiempo de

14 El sistema previsional brasileño consta de dos regímenes de reparto: el Instituto Nacional del Seguro Social

destinado a los trabajadores privados, y el Régimen Propio de Previsión Social de los Funcionarios para el

ámbito estatal. A ellos se suma un régimen de capitalización individual voluntario y complementario.

Page 39: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 39/226

  168

servicio (que abarca períodos de inactividad) a tiempo de contribución y elimina la

 jubilación proporcional al tiempo de contribución, ventajas de los trabajadores públicos

dada su mayor estabilidad y lapso de contribución (Cardozo, 2009; Da Silva y Díniz, 2009).

Abole además regímenes previsionales especiales para ciertas profesiones, pero no lo logra

con los profesores de educación básica y media que resisten con su acción gremial. Otros

aspectos frustrados del proyecto original, tanto por la presión sindical como la falta de

acuerdo en la alianza oficial, son la fijación de una contribución de los inactivos del empleo

 público, la unificación de criterios para beneficios en hombres y mujeres, y la fijación de un

tope a las jubilaciones de ambos sistemas, lo que opera sólo para los trabajadores privados.

Los logros y frustraciones de esta reforma previsional muestran las relaciones sociales de

fuerza presentes en esta escena. Precisamente, la cuestión previsional resulta tan conflictiva

como expresiva de la continuidad que mantiene el siguiente gobierno de Lula al respecto, yla medida en que resulta heredero del consenso articulado en este momento.

Con todo, el Plan Real es sólo un paso, por cierto esencial, en la construcción de un nuevo

consenso capaz de superar la crisis heredada. Aparte que logra estabilizar la moneda, echa

las bases de una alianza entre partidos de centro y derecha en torno a un proyecto liberal de

reconstrucción del Estado, que lleva a Cardoso a la presidencia con una amplia mayoría

 parlamentaria y en casi todos los estados. Desde 1995 arranca un empeño por eliminar los

residuos del Estado varguista e instaurar nuevas reglas sobre el mercado, siguiendo un

heterogéneo entramado de ideas cuyo eje central es un liberalismo económico moderado

(Sallum Jr., 2003). Un ideario que se distingue por buscar transferir a la iniciativa privada

casi todas las funciones empresariales del Estado, pero ampliando las funciones reguladoras

de éste último y sus políticas sociales. Busca equilibrar las finanzas públicas reduciendo

incentivos directos a las empresas privadas y los privilegios a los empleados públicos, al

tiempo que acelerar la integración a la economía externa. Aparte de las relaciones entre

Estado y mercado, este liberalismo atemperado altera las prioridades del Estado en relación

a los grupos sociales tanto en términos patrimoniales como institucionales. La universalidad

 planteada apunta a debilitar el viejo orden corporativo, y con eso a una desclientelización.

Ello remite a replantear ciertos fundamentos legales del marco estatal heredado, en parte

refrendado en la Constitución de 1988. Esas líneas devienen carta de navegación de una

Page 40: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 40/226

  169

nueva alianza dominante. Incluso las privatizaciones y concesiones logran aceptación

 popular, a pesar de la oposición de izquierda. El apoyo al proyecto impulsado entre los

sectores medios, parte del sindicalismo y las masas populares, deja a una minoría anclada a

la “defensa del patrimonio público”. Luego, si bajo Collor el ideario neoli beral empieza a

moldear las políticas públicas, es solo con el Plan Real que éste entra de modo sistemático

en las políticas de Estado, propalándose más allá del ámbito empresarial y tecnocrático,

alcanzando las formas de pensar de la elite política y vastos sectores medios y populares.

Con todo, el nuevo bloque dominante y su liberalismo económico moderado dista de ser

homogéneo, y sus divisiones llegan a pugnas abiertas sobre la política económica, sellando

un carácter híbrido de la acción estatal. Cohabitan allí una línea liberal fundamentalista

abocada a la estabilización monetaria y a promover una economía de libre mercado, y otra,“liberal-desarrollista”, que busca equilibrar la estabilización monetaria con un crecimiento

competitivo de la economía local mediante la intervención estatal (Sallum Jr., 2003).

Ese fundamentalismo liberal domina en el primer gobierno de Cardoso, fijando una etapa

“liberal” en la forja del consenso con figuras como Franco en el Banco Central y Malan

como Ministro de Hacienda, además de los grupos tecnocráticos de la PUC-Río de Janeiro.

La estabilidad monetaria se busca con una línea de cambio sobrevalorizado, intereses altos

y ajuste fiscal blando, pese a que -contrario a la retórica de oposición- tal sobrevalorización

del cambio no sigue el market exchange  que propicia el ideario neoliberal; esta versión

local adopta la sobrevaloración para empujar a la empresa criolla a patrones internacionales

de precios y productividades. En tanto la otra corriente liberal, la “desarrollista”, carece de

un programa que oriente su acción gubernamental, y con eso de la consistencia de la

 primera, por lo que se reduce a impulsar medidas que atenúen los efectos de la ortodoxia

liberal en áreas específicas de la economía y promover el crecimiento de ciertas líneas

 productivas. La vieja aspiración a un sistema industrial nacional integrado, es reemplazada

 por la búsqueda de una incorporación competitiva de la producción doméstica en el orden

mundial, que sólo acepta una intervención estatal en el sistema productivo como políticas

temporales que no impliquen subsidios. Opuesta a sustituir importaciones a cualquier costo,

 busca aumentar la competitividad de algunos sectores internos: un esfuerzo de reducción de

Page 41: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 41/226

  170

la dependencia externa sólo cabe en aras de equiparar la competitividad local a los patrones

internacionales (Sallum Jr., 2003). Son políticas que encarnan José Serra como Ministro de

Planificación, y el diputado federal Delfin Neto, figura relevante del régimen autoritario.

Pero en este gobierno, la sobrevalorización del cambio y el alza de intereses en busca de

estabilidad monetaria, acarrean un desequilibrio externo a la economía. Por eso se limita la

apreciación cambiaria y elevan los intereses, para frenar la actividad económica local y las

importaciones, reducir así el déficit comercial y atraer capitales externos para financiar tal

desequilibrio, manteniendo reservas capaces de fijar la nueva moneda. En fin, se aprecia la

liquidez del mercado financiero global como fuente de empréstitos e inversiones capaces de

resolver unos desequilibrios en balanza comercial local vistos como ocasionales. Pero la

crisis mexicana a fines de 1994 destapa los riesgos de esta orientación: unas adversascondiciones externas dificultan la obtención de capital para financiar desequilibrios en la

 balanza comercial y de servicios. La obsesión liberal agrava la fragilidad financiera externa

de la economía local y la debilidad del Estado ante los acreedores privados, acrecentando la

deuda para cubrir los desequilibrios anotados, ahondando la dependencia financiera ante

unos vaivenes externos que afectan cada vez más, por la variación del flujo de capitales, el

equilibrio de las cuentas y la moneda local ante giros especulativos que la desvalorizan. Así

la crisis mexicana, la asiática de 1997 y la moratoria rusa de 1998, abren paso a la agresión

especulativa. En definitiva, el aumento de la fragilidad financiera bajo Cardoso entorpece

su propia estrategia de estabilización.

En todas esas situaciones críticas se pierde reservas internacionales pero el gobierno porfía

tras la estabilidad monetaria a través de altos intereses, para frenar la actividad económica

local y el desequilibrio externo. Eso preserva el valor de la moneda y contiene la inflación,

 pero no reduce la fragilidad financiera externa, sino aumenta la deuda pública y no reduce

el déficit de transacciones con el exterior. Aparte frena el crecimiento del producto nacional

 bruto y aumenta el desempleo. Al fin, tal fragilidad obliga a revisar la política cambiaria al

inicio del segundo gobierno de Cardoso, para frenar la fuga de reservas en moneda

extranjera que fijan al real; a pesar del acuerdo con el FMI a fines de 1998 y el empréstito

norteamericano. Ello debilita la primacía de la orientación liberal fundamentalista.

Page 42: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 42/226

  171

La sustitución del antiguo nacional-desarrollismo por esta estrategia reorientó al Estado en

relación a varios sectores socioeconómicos. Desde el lanzamiento del Plan Real hasta enero

de 1999, se privilegia la esfera financiera sobre las actividades productivas y comerciales

mediante políticas de intereses altos y cambio sobrevalorizado. Éstas desplazan recursos

estatales y de las actividades productivas y comerciales hacia grupos financieros, locales y

extranjeros, indicando el sentido de esta tendencia en la alianza dominante como impulso a

una financiarización de la riqueza característica del capitalismo contemporáneo. Un cambio

distintivo en la relación del Estado y la economía estriba en que las empresas estatales

dejan de ser el eje de la gestión económica gubernamental. Aparte de las privatizaciones,

áreas antes atendidas por la administración estatal ahora lo son por empresas privadas

(como la mantención de las carreteras). Aunque la reducción de las funciones empresarialesdel Estado no elimina su intervención. Es una reorientación de su acción económica en que

sus funciones normativas y de control se amplían con agencias reguladoras sectoriales

(telecomunicaciones, electricidad, petróleo y gas, por ejemplo) y conserva su capacidad de

moldear la actividad económica a través del financiamiento de largo plazo a las empresas

 privadas y para la compra de bienes y servicios. La vieja atención de las empresas privadas

locales en la política estatal cede lugar, al equipararlas constitucionalmente a las externas,

al objetivo de atraer inversiones extranjeras y promover su asociación con sus pares locales.

Por último, el cambio altera también el viejo amparo estatal a la gran propiedad agraria. La

estabilización monetaria reduce el valor de la propiedad territorial y, además, no sólo por

iniciativa del gobierno, sino por presión social del MST, la CONTAG y la Iglesia Católica,

 bajo Cardoso se impulsa una reforma agraria que incluye expropiaciones improductivas y el

asentamiento de centenares de miles de familias de trabajadores agrícolas sin tierra, y

reformas y medidas gravan las tierras improductivas y aumentan la fiscalización sobre la

 propiedad de la tierra, para reducir las apropiaciones ilegales a manos de los míticos

“grileiros”. En definitiva, se trata más bien una “modernización” liberal del agro sobre

áreas donde aún perduran mecanismos tradicionales y, de ningún modo, significa vuelta

alguna a una agricultura comunitaria como la que demandan grupos campesinos.

Page 43: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 43/226

  172

Contrapesos “desarrollistas” del consenso

Como resultante de mediciones de fuerzas sociales, la articulación del nuevo consenso está

cruzada por tensiones. En especial entre sectores financieros y exportadores que pugnan por

una línea liberal ortodoxa, y los productores y asalariados que emergen con el “milagro” y

miran hacia el mercado local, exigiendo compatibilizar la estabilización monetaria con un

crecimiento de la economía interna a través de la intervención estatal (Sallum Jr., 2003). De

tal suerte, el que avanza es un liberalismo poco ortodoxo, polarizado entre un ala neoliberal

que domina el manejo macroeconómico, y un desarrollismo bajo reciclaje liberal reducido a

medidas que atenúan el impacto de aquél en sectores productivos (como la política anti-

inflacionaria favorable a los sectores financieros). Las reformas anotadas reflejan esa

 primacía al inicio del período de Cardoso: el privilegio de la esfera financiera sobre lasactividades productivas y comerciales, a través de políticas de intereses altos y un tipo de

cambio sobrevaluado, favorable al ingreso de capitales externos y términos de competencia

adversos para la producción local. En la línea monetarista seguida, la estabilidad de precios

descansa en la apreciación de la moneda debida a las altas tasas de interés (y la atracción de

capitales que concita), lo que perjudica al aparato productivo y financiero local privado y

fiscal, al punto que limita el crecimiento y agudiza la dependencia de un financiamiento

externo que no alcanza (Sáinz y Calcagno, 1999). Agravado por la crisis asiática de 1997 y

la moratoria rusa de 1998, ese cuadro empeora por su vulnerabilidad a la especulación. En

el segundo período de Cardoso se produce una devaluación, y el gobierno recurre al apoyo

del FMI y los Estados Unidos, aceptando un ajuste fiscal para reducir la deuda pública.

La situación acarrea crecientes presiones sobre la acción estatal en las direcciones anotadas,

cuyos efectos se expresan en los cambios que siguen. Con la crisis cambiaria de 1999 se

releva las actividades no financieras, para estimular áreas que contribuyan al superávit en el

comercio exterior, y apoya a empresas locales capaces de competir en el mercado externo.

Se reduce el fomento anterior a las importaciones (como combustibles), con la creación de

la Contribución por la Intervención en el Dominio Económico en 2001. Se busca elevar el

ingreso de sectores populares con programas de transferencias monetarias directas y

focalizadas, como Bolsa Escuela, Bolsa Alimentación y Auxilio Gas para familias con

Page 44: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 44/226

  173

ingresos bajo el medio salario mínimo (CEPAL, 2001); cuyo origen parece menos radicado

en la efectividad de presiones populares que en el interés de capitales locales en la creación

de mercados internos a través de tal distributivismo estatal, o sea, una suerte de subsidio

desarrollista a la demanda. Aunque las políticas sociales bajo Cardoso son, en general, de

carácter universal, sobre todo en educación y salud (el uso de focalizaciones se restringe a

regiones). Las políticas de transferencias de renta, focalizadas en familias bajo la línea de

 pobreza con características específicas (con hijos pequeños, en edad escolar, etc.) sólo

crecen en el segundo mandato de Cardoso. Se trata de un distributismo de tipo desarrollista

 pero acotado al marco neoliberal dominante, que va más allá de los privilegiados grupos

sociales del “milagro”, ampliando la base social de sustentación sin volver al populismo. 

Mientras, las medidas del Banco Central bogan en dirección opuesta. La profundización delajuste fiscal, las alzas de intereses y nuevos acuerdos con el FMI, protegen la solvencia

financiera, afectan el crecimiento y limitan la acción estatal. La Ley de Responsabilidad

Fiscal de 2000 impone la regla del superávit a estados y municipios (Lage, 2005), y el

impulso de la Desvinculación de las Recaudaciones de la Unión, consagra medidas

tributarias provenientes del ajuste de 1993 (Werneck, 2008).

En suma, estas mediciones de fuerzas esbozan los términos de ajuste del consenso sobre las

relaciones entre el Estado, el mercado y los principales grupos sociales, equilibrios cuya

apariencia antitética se apunta como liberal-desarrollista, por la mezcla de fundamentos

económicos e institucionales neoliberales con líneas de orientación desarrollista y políticas

de cobertura social amplia (García, 2007). De ahí el marco de las pugnas venideras entre

los actores centrales, una arena que mezcla políticos y tecnócratas, sectores productivos y

financieros extranjeros y nacionales, grupos medios y el sindicalismo urbano proveniente

del “milagro”, donde se dirime el carácter social de la política y el Estado.

Es que el segundo gobierno de Cardoso carece de la fuerza de la anterior experiencia, tanto

dentro como fuera del país, siendo asfixiado por las dificultades económicas. La férrea

defensa del régimen de cambio semi-fijo y sobrevalorizado, cede paso a uno fluctuante en

la gestión de la política monetaria, indicando una pérdida de poder. Igual que la obtención

Page 45: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 45/226

  174

de apoyos del FMI condicionados a duros ajustes fiscales. Esa política de cambio fluctuante

desnuda la dependencia externa y la fragilidad económica local. Y se expresa en los ajustes

de las relaciones de poder entre los diversos grupos sociales. La gestión macroeconómica

tras la crisis cambiaria a inicios de 1999 reacomoda las relaciones entre el Estado y los

sectores socioeconómicos. Crece el apoyo estatal a áreas no financieras, en especial a las

empresas locales capaces de proyección externa, o sea, a cursos de formación de capitales.

Son cambios acompañados de ajustes políticos en el bloque dominante que, entre idas y

venidas, se inclina hacia a su ala liberal-desarrollista. Así, a inicios de 2000 ganan peso los

ministerios del Desarrollo, de Ciencia y Tecnología, y la Secretaría de Planificación,

mientras el ala opuesta conserva Hacienda y el Banco Central. Una cohabitación en que, si

Hacienda sigue priorizando la estabilización, se adapta a la política fiscal en lugar de la

cambiaria como instrumento para conservarla (Sallum Jr., 2003). Aunque atenuados, el bloque mantiene sus conflictos, ahora desplazados de la cuestión cambiaria a parámetros

fiscales, lo que enlentece las decisiones.

Claro, el panorama contrasta con el primer gobierno de Cardoso, marcado por el enorme

 prestigio que le otorga la súbita estabilización monetaria. Aquél refuerzo al habitual poder

 presidencial le permite lidiar con una amplia coalición gubernamental para impulsar un

reformismo liberal. La estabilidad monetaria bajo el Plan Real y la política de contención

económica frenan la presión popular y la trocan en apoyo que facilita el estilo tecnocrático

de ejercicio del poder, e incluso diluye la efectividad opositora del sindicalismo de idearios

estatistas o socialdemócratas. Una restricción de la participación política popular fuera de

 períodos electorales que sólo supera la movilización de los trabajadores agrícolas del MST.

Pero en el segundo período Cardoso pierde mucho prestigio, porque no logra mantener sus

 promesas. La desvalorización de la moneda a inicios de 1999 desata la desconfianza en su

capacidad de mantener la estabilidad monetaria. La crisis cambiaria afecta el margen de

acción gubernamental para retomar el crecimiento económico. La alta inflación no vuelve y

las actividades económicas empiezan a crecer a poco andar, pero el liderazgo anterior no

retorna (Sallum Jr., 2003). La coalición oficial se torna menos disciplinada y el gobierno

 pierde capacidad para aprobar leyes en el Congreso y definir políticas específicas, abriendo

curso al fortalecimiento de la oposición política. Un curso en que la línea distributivista del

Page 46: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 46/226

  175

modelo de equilibrios seguido pasa a encarnarse crecientemente en la figura opositora de

Lula, más que en Serra, el delfín de Cardoso del ala “liberal-desarrollista”. 

Este avance de las orientaciones liberal-desarrollistas en detrimento del fundamentalismo

liberal, como expresión de reacomodos en la alianza dominante en que crece el peso de

grupos medios y obreros que emergen con el “milagro” autoritario (a diferencia de la

exclusión de aquellas fracciones sociales provenientes del desarrollismo varguista), explica

la “paradoja” que los partidos de oposición pasan por una metamorfosis en estos años, que

los aproxima a dichas ideas liberales. En especial, una camada dirigente del principal

 partido de oposición, el PT, se convierte al liberal-desarrollismo (Sallum Jr., 2003).

De tal modo, las elecciones presidenciales de 2002 quedan marcadas por esta debilidad dela coalición política gobernante y esos cambios ideológicos de los principales partidos de

oposición, expresión en definitiva de los ajustes entre las fuerzas sociales que determinan

los equilibrios de los que emana la orientación de la acción estatal, y con eso, del modelo

de desarrollo. El nuevo consenso básico marca las elecciones en un sentido inverso a la

inflexión liberal de los comicios de 1989. Todas las fuerzas políticas profesan una línea

más “desarrollista”, esto es, mayor control estatal sobre el mercado, más incentivo estatal

 para actividades productivas y mayor protección a los más pobres; pero sin alterar la

institucionalidad fijada en la segunda mitad de los años noventa, o sea, los términos de

relación entre Estado y mercado, entre economía local y externa. Ningún candidato

 presidencial defiende el fundamentalismo liberal. Además de abogar por ideas liberal-

desarrollistas, el candidato oficial no logra mantener unida la coalición heredada, y su ala

derecha lo abandona, sin condiciones para erigir otra alternativa. De otro lado, Lula y el PT

se ajustan a la línea liberal-desarrollista, prometiendo conservar el éxito de la gestión de

Cardoso, mientras se distancian de algunos partidos de izquierda y se alían con el Partido

Liberal, incorporando a un empresario -senador de ese partido- como candidato a vice-

 presidente. La pugna electoral queda marcada así por un corrimiento general hacia el

centro, donde todos abogan por mayor protección estatal sobre los más pobres y las áreas

 productivas, pero sin quebrar el molde liberal del entramado social de poder. Ello marca la

ascenso de Lula a presidente, líder obrero expresivo de los grupos obreros emergentes del

Page 47: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 47/226

  176

“milagro” autoritario, y su compañero de fórmula electoral, Alencar, destacado empresario

y dirigente de gremios patronales, lo que grafica el peso del peculiar consenso apuntado.

 La consolidación del consenso liberal-desarrollista con Lula

Así, la victoria del PT en las elecciones presidenciales no expresa una tensión frontal entre

la nueva coalición política que comanda el Estado y la alianza social que viene sustentando

la modalidad liberal-desarrollista. Más bien, dicha modalidad se proyecta en sus aspectos

medulares: “sustentado en una coalición política muy amplia, con una estrategia que asume

 por momentos rasgos populistas, Lula ha profundizado, imprimiéndole un tono propio, el

ciclo hegemónico liberal iniciado por su antecesor” (Sallum Jr., 2008). Ello, pese a que el

nuevo gobierno juzga sus políticas ortodoxas como “un remedio inevitable pero provisorio”

ante la posibilidad que el estancamiento externo afecte la capacidad de acción del Estado.

Pero no es simple continuidad. La expansión “en la medida de lo posible” tanto políticas de

desarrollo como políticas sociales, altera en algún grado el estilo tecnocrático de decisión

del gobierno anterior. La recuperación de cierto clientelismo, ya no hacia viejos grupos

sociales de la etapa varguista, sino otros provenientes del “milagro” burocrático -autoritario

más propios de esta alianza, moldea nuevos mecanismos de decisión y participación en los

 procesos de construcción del Estado, como los Consejos consultivos integrados por

representantes de organizaciones sociales y miembros del gobierno. Aunque en términos

sustantivos, el cuadro institucional delineado por las reformas liberalizantes de los años

noventa se mantiene, y con eso el patrón de relación entre el Estado y el mercado, tanto

interno como externo, a inicios del siglo XXI. Más bien, el nuevo gobierno despliega una

gestión liberal-desarrollista que refuerza esa inflexión dentro del liberalismo dominante

(Sallum Jr., 2003). Si la mayor participación de sectores medios y populares, de un lado

frena el comportamiento predatorio de las elites, de otro reactiva una perspectiva clientelar

a partir del Estado como forma de distribución más equilibrada. Ello no implica el retorno

al viejo populismo -o “neopopulismo” en muchas voces- definitivamente aplacado por las

reformas institucionales anotadas. Las demandas de responsabilidad política y estabilidad

económica (incluso monetaria), impiden la vuelta a la “válvula inflacionaria” -mecanismo

Page 48: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 48/226

  177

de las viejas elites ante presiones corporativas- debiendo apostar ahora, mucho más que

antes, al crecimiento económico, con todas las condicionantes externas que acarrea en la

escena capitalista actual, muy distinta a la que rodea a la experiencia populista. Cualquier

tentación “neo-populista” tiene que adecuarse a los nuevos marcos dominantes, dados por

estos atemperados “equilibrios macroeconómicos neoliberales”. Esto permite consolidar

socialmente la hegemonía liberal como base del tipo de Estado que iniciara Cardoso. La

 prioridad de la estabilidad económica y, sobre todo, monetaria es el eje dominante; a lo que

siguen impulsos dispersos de orientación desarrollista, y políticas sociales que se abren a

los sectores más pobres y también a grupos medios.

Diluido así el “socialismo petista”, los gobiernos del PT sólo pueden entenderse, a pesar de

esta especificidad, en el marco del proceso de construcción de un nuevo Estado iniciado en1995, tras la larga transición donde los sectores que emergen bajo el “milagro” autoritario

devienen protagonistas principales en los nuevos equilibrios sociales dominantes, ahora

 bajo términos más próximos al liberalismo político, en grado inédito para la historia política

del Brasil. Bajo estos lindes se ubica la especificidad de los gobiernos del PT. El acento en

ciertas orientaciones desarrollistas ocurre junto a la extensión social de la hegemonía liberal

heredada, lo que dota de mayor flexibilidad a los equilibrios sociales dominantes frente a

los demás sectores de la sociedad, significando una mayor incorporación y participación de

grupos medios y obreros así como empresas productivas locales. El contrapeso desarrollista

acarrea el resurgimiento de ciertas prácticas populistas, y el consiguiente debilitamiento de

las fronteras entre las estructuras partidarias y el aparato estatal, pero tal clientelización de

ciertos grupos populares y del gasto no altera a un grado regresivo la liberalización política.

Esto es posible por el hecho que en ningún momento el liberalismo brasileño se desmarca

de políticas sociales integradoras. A medios tonos, todo este curso no conoce los extremos

de otros países de la región. Este liberalismo poco ortodoxo en cuanto a la intervención

estatal, sustentado en esa alta valoración de su centralidad propia de grupos sociales que se

erigen bajo una industrialización tutelada por un Estado asociado a las multinacionales,

 buscó siempre, con más o menos margen según coyunturas, compaginar políticas abocadas

a elevar la capacidad competitiva local en el mundo -esto es, la inserción del capitalismo

Page 49: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 49/226

  178

local en las nuevas condiciones externas- con empeños por morigerar su impacto en el

sistema productivo, y políticas sociales integradoras acordes al mapa de fuerzas sociales

determinantes sobre la acción estatal.

La conversión de Lula y la dirección del PT a las políticas macroeconómicas heredadas ha

sido ampliamente discutida (Sallum Jr. y Kugelmas, 2005; Filgueras y Goncalves, 2007;

 Novelli, 2007; Paulani, 2008). Ella estriba principalmente en la prioridad de la estabilidad

de la moneda, del control inflacionario, el régimen de cambio fluctuante, el ajuste fiscal

 para sostener el superávit primario y los contratos heredados. La continuidad fundamental

reside en la consideración de la estabilidad monetaria como principal objetivo, aunque no

de cualquier modo. En el gobierno de Lula las reformas liberalizadoras heredadas no se

alteran y se prolonga la suspensión de privilegios a las empresas locales, privatizaciones yconcesiones públicas, las reglas para el equilibrio fiscal y la autonomía del Banco Central.

Incluso, aparte de mantener esas políticas, para calmar los mercados eleva el superávit

fiscal prometido por Cardoso al FMI, y continúa el programa de reforma previsional y

tributaria iniciado en el período anterior, lo que acarrea problemas internos en el PT.

Su primer año de gobierno cobija una reforma previsional largamente negociada pero no

concretada bajo Cardoso, que desmonta las “excesivas prerrogativas” de los empleados

 públicos. Pese a no eliminar la existencia de dos regímenes previsionales, la Enmienda

Constitucional No. 41 de Reforma de Seguridad Social diluye los pilares su sistema

 previsional especial y equipara las condiciones de ambos regímenes. Elimina del régimen

 público de previsión la integralidad de las pensiones (monto equivalente al salario recibido)

y su paridad (extensión de los reajustes salariales a los jubilados del sector); fija un límite

común a la pensión de trabajadores públicos y privados (ampliable a través del sistema de

capitalización individual voluntario y complementario); retarda en ambos sistemas la edad

mínima de jubilación (excepto, como la vez anterior, los profesores de enseñanza básica y

media); agrega el requisito para la jubilación pública de al menos 20 años de servicio; e

impone el pago de cotizaciones previsionales a funcionarios públicos inactivos (Cardozo,

2009). La tramitación de la reforma acarrea una pugna con los gremios de los empleados

 públicos, de gran peso en la CUT, incluso la salida de militantes del PT y el voto opositor

Page 50: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 50/226

  179

de parlamentarios oficialistas que al año siguiente forman el Partido Socialismo y Libertad,

escisión que acelera divisiones en la CUT (Radermacher y Melleiro, 2007). Dos años más

tarde, dadas estas pugnas, otro ajuste constitucional restablece el sistema de paridad en el

reajuste de pensiones y salarios vinculados al sector público (Bertranou y Grafe, 2007). De

nuevo, la fisonomía definitiva de estas medidas expresa la resultante de relaciones de

fuerza, en particular aquellas asociadas a sectores protegidos dentro de la estructura social.

El equilibrio entre la mantención de la estabilidad económica y los viejos lemas del partido

-léase mayor presencia del Estado en la vida social, protección de las empresas locales,

sobre todo las pequeñas, redistribución de la renta, mayor protección a los trabajadores y

los pobres- se busca bajo diversas formas. El discurso oficial enfatiza las ventajas de tal

estabilidad para los más pobres y la generación de un crecimiento sostenido, lo que no esnovedad, pero que adquiere otro efecto en boca de presidente identificado con los sectores

 populares. Además, interrumpe la modalidad de privatizaciones heredada, conteniendo la

crítica de sectores de izquierda. En su lugar, como aporte a esta nueva modalidad de Estado

impulsa la figura de “asociación”, como mecanismo de articulación entre el sector público

y privado. En 2004 el Congreso aprueba una ley que regula dichas asociaciones para obras

de infraestructura, donde el Estado define qué hacer y realiza parte de la inversión. Al

finalizar la obra, las empresas explotan los servicios (caminos, ferrocarriles, metro) con una

rentabilidad garantizada por un fondo público. En definitiva, una subvención estatal a la

formación de capital local que cristaliza, ahora bajo apellido civil, una impronta de origen

 burocrático-autoritaria. Una dinámica que abarca la banca estatal (bancos estaduales como

Ceará y Maranhao), centrales hidroeléctricas (como las de Jirau y Santo Antonio), la

concesión de autopistas federales, la cesión de derechos de la vía férrea Norte-Sur y la

licitación para explotar 5 millones de kilómetros cuadrados de selva amazónica. Empero, a

diferencia del modelo típico de Estado subsidiario del ideario neoliberal, este se acompaña

del crecimiento de la inversión estatal directa, acarreando un alza importante del empleo

 público, cuyo principal hito es el Programa de Aceleración del Crecimiento, centrado en

obras públicas de infraestructura logística, energética y urbana. Al tiempo que, la política

exterior se centra en la apertura de mercados para las exportaciones brasileñas, en especial

la agroindustria y manufactura urbana, ambos de fuerte presencia de transnacionales.

Page 51: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 51/226

  180

La misma línea sigue el tema tributario. En 2003 se cambia el tributo a la renta empresarial

(COFINS) en un impuesto no acumulativo, elevado del 3 al 7,6%, aunque en forma

diferenciada por sectores dada la presión de éstos (algunos siguen en el viejo régimen y

ciertos productos reducen gravámenes). De otro lado, siguiendo iniciativas del gobierno

anterior, se eliminan impuestos a las exportaciones y reducen para las importaciones

(maquinaria industrial y agrícola, del 5 al 3,5%). La presión empresarial frena la tentativa

de dotar de carácter permanente al impuesto a las operaciones bancarias, limitando su

 prórroga hasta 2007 en que el Congreso rechaza su continuidad.

Pero este equilibrio entre conservación de la estabilidad económica y los planteos originales

del PT tiene también el rostro de ampliar el acceso a recursos y vías de ascenso social aotros sectores. El alza de ingresos de grupos ya incluidos llega ahora a otros usualmente no

 beneficiados o abiertamente excluidos. Con Lula crece el ingreso de los sectores populares,

los niveles de escolaridad y se reduce la desigualdad (Cortés, 2010). La creación del Fondo

de Manutención y Desarrollo de la Educación Básica y la ampliación del Fondo de

Manutención y Desarrollo de la Educación Fundamental heredado, asigna más del 20% de

la recaudación impositiva de los estados a la promoción de la educación básica (objeto de

su antecesor), y ahora integra la educación infantil y media, y las formas de escolarización

 para adultos. Se impulsa el Programa Universidad Para Todos, que ofrece 265.000 becas de

estudio y crea 11 nuevas universidades estatales. La Ley de Renta Básica de la Ciudadanía

fija un ingreso mínimo provisto por el Estado con carácter universal, y el Programa Bolsa-

Familia unifica y amplía la iniciativas de transferencia condicionada de rentas de fines del

gobierno de Cardoso, fijando bono por hijo menor a 15 años para familias en situación de

 pobreza y pobreza extrema sujeta a la recepción al día de servicios de salud como vacunas

y orientación nutricional, y una asistencia escolar mínima del 85%; programa que en 2006

alcanza los 45,6 millones de beneficiarios (Lessa, 2009) y en 2009 duplica su presupuesto.

Ello amplía el significado de la protección social. De considerar con Cardoso transferencias

de recursos hacia grupos situados bajo la línea de pobreza y ciertos rasgos, como la

exigencia anotada de cumplimiento de deberes sociales en educación y salud; con Lula ello

Page 52: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 52/226

  181

se amplía a todas las familias bajo tal línea de pobreza, pasando de 5.6 a 11.2 millones de

familias beneficiadas (Sallum Jr., 2008). Otras líneas elevan los ingresos de grupos no

necesariamente pobres, como la mayor cobertura de ciertos programas sociales, el aumento

de fondos para las políticas universales de salud y educación, y la ampliación del acceso al

crédito bancario. El mayor acceso a la educación superior incorpora a grupos obreros

calificados y clase media baja, como trabajadores asalariados urbanos del comercio y

servicio, autónomos no profesionales. Son programas como el ProUni, que beca a hijos de

familias de ingresos medio-bajos y buen desempeño en la educación secundaria para

ingresar a escuelas superiores privadas adheridas al programa; el FIES, que financia a largo

 plazo a estudiantes de nivel superior provenientes de escuelas particulares asociadas con

menos condiciones de competir; el ReUni, que amplía el cupo, actualiza los currículos y

aumenta la matrícula en las universidades públicas federales; y apertura de cuotas enescuelas públicas para minorías étnicas. El objetivo es apoyar el ascenso de jóvenes con

mayores dificultades. Pero no sólo buscan proteger a sectores excluidos de la competencia,

sino también a quienes están mejor posicionados, como los obreros calificados y sectores

medio bajo, incluidos en la sociedad competitiva pero en condiciones desfavorables.

Aunque se habla de una mesocratización de sectores bajos, el panorama ocupacional indica

otra cosa. Si entre 1996-99 crece el trabajo por cuenta propia, hacia 2005 se contrae y lo

que crece ahora es el empleo con contrato y los funcionarios públicos, lo que alude a una

formalización de las condiciones laborales y la expansión de la burocracia estatal (Cardoso,

2008). El programa Primer Empleo de subsidio estatal a la contratación de jóvenes, suma

capacitación y préstamos blandos para la creación de empresas por parte de jóvenes. Esto,

más bien, profundiza una línea anterior de construcción de un mercado interno de masas.

Esta extensión de los programas sociales se realiza sin alterar la prioridad de la estabilidad

económica. Aunque, en la medida que ésta aparece asegurada, ganan protagonismo líneas

abocadas al crecimiento económico y las inversiones públicas, como el Plan de Aceleración

del Crecimiento (PAC) en 2007, a pesar de ser limitado. Se amplía la intervención pública a

través del aumento de créditos blandos y a largo plazo del Banco Nacional de Desarrollo

(BNDES) a sectores productivos, la recuperación de empresas estatales (como Electrobrás)

Page 53: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 53/226

  182

que se asocian a capitales privados en la modalidad anotada, el estímulo a la competitividad

de empresas locales en relación a las extranjeras -por ejemplo, en las telecomunicaciones- y

su proyección internacional. El nuevo activismo estatal consolida la inflexión desarrollista,

dentro de los marcos liberales apuntados.

Al preservar la estabilidad bajo políticas similares a las de Cardoso, Lula gana el respaldo

del mercado financiero y el empresariado, en especial cuando ese equilibrio entre la política

macroeconómica heredada y el ideario del PT permite, en condiciones externas favorables,

recuperar un crecimiento, modesto -alrededor de 4%- pero auspicioso. Las políticas que

 buscan esta convergencia, sobre todo aquellas que amplían el acceso al crédito y elevan los

gastos en protección social, acarrean una suerte de “crecimiento a través de la distribución”

(García, 2008) que abre la monetarización de localidades pobres. Estabilidad y crecimientodeviene la fórmula que granjea a Lula un apoyo empresarial, que en 2003 entra al gabinete;

aunque no anula recelos y desencuentros por la presencia en el gobierno de sindicalistas y

líderes de movimientos sociales o la tolerancia a ciertas acciones de esos movimientos.

La composición de la burocracia estatal en los gobiernos de Lula también es indicativa al

respecto. La confluencia de la línea de estabilización heredada y la traducción del ideario

del PT en políticas públicas configura una administración distinta a la de Cardoso. Ahora,

 junto a los funcionarios provenientes de grupos medios profesionales, esta burocracia crece

hacia sectores medios bajos. Este nuevo personal -a diferencia del gobierno anterior- tiene

filiación y militancia partidaria. Se trata, en general, de dirigentes sindicales y lideres de

movimientos sociales; lo que, en forma exagerada pero sugerente, ha sido apuntado como

“nueva clase en el poder” (Sallum Jr., 2008). Lo relevante es que esta constituye otra d e las

vías por las cuales la hegemonía liberal se extiende bajo el mandato de Lula. Se han

incorporado a los procesos de construcción del Estado grupos sociales antes excluidos de

ello. La integración sociocultural de grupos medios bajos y la absorción estatal de líderes

 populares, bajo una cohabitación con corrientes liberales del empresariado y sectores

conservadores de la clase política, morigera el potencial transformador del PT y sus aliados

de izquierda. Los eventuales costos de ello sobre la eficiencia burocrática se acallan con la

eficacia que aporta a la consolidación de la dominación social. Una cosa por otra. El menor

Page 54: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 54/226

  183

 peso relativo de la tecnocracia en pago por la mayor estabilidad social: el PT provee una

“gobernabilidad” que falta a la alianza social dominante, y eso implica estos ajustes a la

nueva forma de Estado, de moderado liberalismo económico y político, abierta en 1995.

Las políticas de apoyo a grupos en condiciones desfavorables de competencia redundan, a

su vez, en un afianzamiento sociocultural de tal lógica liberal a través de la incorporación

de nuevos grupos medios, extendiendo socialmente la hegemonía cultural de los preceptos

liberales. Tal expansión social de la hegemonía liberal bajo Lula consolida las bases de

sustentación socioeconómica del modelo de desarrollo seguido y, por cierto, dada la forma

en que ello se logra, también para una estrategia populista de relación con las masas, que

amplía el control sobre los adversarios, e incluso sobre los propios aliados, pese a que no

llega a vulnerar sustantivamente el liberalismo político antes emprendido.

Por ello, a pesar que la coalición oficial es con Lula mucho más heterogénea -tanto social

como política e ideológicamente- que bajo Cardoso, no implica una menor consistencia y la

estabilidad social resulta considerablemente mayor en los últimos gobiernos. Lo que remite

al dato, de largas raíces, de la poca solidez que tienen los anclajes doctrinarios en la política

 brasileña. En los gobiernos de Lula tal coalición crece en partidos y variedad ideológica y

 política, abarcando desde formaciones conservadoras, como el Partido Popular, hasta otras

de izquierda. Esa amplitud, en especial bajo el segundo gobierno, cuando suma al Partido

del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), logra una amplia mayoría en la Cámara

de Diputados y una más ajustada en el senado. Aunque trae dilemas de coordinación, y la

consiguiente extensión de la distribución de prebendas como mecanismo articulador. Unas

dificultades que, aparte del congreso, se repiten en el gobierno y el propio PT. De poca

homogeneidad interna, las diversas corrientes del PT ocupan posiciones subsiguientes en

los ministerios liderados por los partidos asociados, aparte de aquellos que encabezan

directamente. En el segundo gobierno de Lula hay liberales ortodoxos en el Banco Central,

liberales desarrollistas en Hacienda, el BNDES y otras carteras con funciones económicas,

 junto a varios ministros y secretarios ligados a movimientos sociales y sindicatos o al PT y

a partidos de izquierda (Sallum Jr., 2008). La heterogeneidad de la coalición y el ingreso de

representantes de movimientos populares abre el acceso estatal a una porción mucho mayor

Page 55: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 55/226

  184

de grupos de interés, lo que acarrea cambios en las relaciones entre el Estado y la sociedad

civil, y una diferencia distintiva del período de Lula, llegando a ser más decisiva que su

representación formal en órganos colegiados y consultivos como el Consejo de Desarrollo

Económico y Social. Este mosaico de intereses en el gobierno tiende a borrar las fronteras

entre los diversos partidos oficialistas. Los dilemas de articulación emanados de ello elevan

la figura de Lula a una condición arbitral permanente. Este perfil multifacético y conflictivo

de la alianza oficial debilita las estructuras de la política formal, en especial el rol de los

 partidos, lo que a menudo se consigna como tendencia retardataria dado su perfil populista,

que abre espacios para la acción independiente y directa del presidente con el pueblo.

Este panorama político y socioeconómico y su capacidad de comunicación, permiten que

Lula despliegue una exitosa campaña permanente, de apariciones públicas casi diarias. Unaestrategia populista, pero fundada en políticas distributivas insoslayables en sociedades tan

desiguales. Es que no debe trocarse la noción política de populismo con el sentido de la

crítica económica liberal al “distributivismo irresponsable”. El gobierno de Lula contiene

esos impulsos distributivos dentro de una política de superávit fiscal. El éxito de esta línea

 populista fortalece a Lula, amplía su determinación en el PT y la alianza oficial, incluso

limita la formación de una oposición, con la excepción del movimiento campesino y unos

reclamos empresariales con el gasto público, los impuestos e intereses, que siguen su puja.

Las estrategias para reforzar el poder presidencial son usuales y no rompen por sí mismas

las bases de cualquier democracia liberal, inclusive las apelaciones al populismo. No tiene

sentido descalificarlas, ni al gobierno que la lleva adelante. Tan solo apuntar que ello indica

la presencia de rasgos, en la sociedad y la política, que resultan potencialmente restrictivos

de la igualdad y la libertad. Es el riesgo de formación de democracias donde el gobierno, y

en especial el presidente, diluye contrapesos de los partidos políticos y otros poderes del

Estado. Tal desequilibrio alimenta un escepticismo ante los partidos y la política formal

como espacios y vías de lucha por el poder.

En suma, la continuidad del gobierno de Lula respecto de la gran reestructuración iniciada

 por Cardoso, no estriba solo en la preservación de la política macroeconómica y las

Page 56: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 56/226

  185

reformas liberales, sino en la expansión social de la legitimación de una economía y una

 política más liberales. En definitiva, su consolidación como dominación social.

La gran excepción sigue a manos del conflicto agrario, que muestra la carencia de modos

efectivos de procesamiento de conflictos, llegando bajo Collor y Cardoso al asesinato de

campesinos por las guardias privadas (Harnecker, 2002), pese a buscar institucionalizarse

con el apoyo del MST a Lula y la inserción del sindicalismo rural en la CUT. En 2003 el

Plan Nacional de Reforma Agraria proyecta el asentamiento de 400.000 familias, pero no

alcanza un ritmo siquiera cercano a eso, desatando la resistencia propietarios y empresarios

agrícolas, y la frustración campesina (Marqués, 2006). La incidencia del sindicalismo rural

en la acción estatal es muy inferior a otros actores sociales, a pesar de la reanimación de sus

acciones, incluido el apoyo del MST a la reelección de Lula en 2006 y a Rousseff en 2010.

Cambios y continuidades en el panorama social bajo el consenso “liberal -desarrollista” 

En la última década, los cambios en el trabajo y el nivel de calificación introducen nuevos

rasgos en la fisonomía de los grupos sociales. El alza del ingreso y el consumo perfila

“nuevas clases económicas”, aunque porfía la marca de las diferencias de género y raza en

las oportunidades de ascenso social. Con el crecimiento gradual y el control de la inflación

que trae el Plan Real, crece el empleo formal y la burocracia pública mientras cae el trabajo

 por cuenta propia, aumenta la escolarización y se amplían los programas redistributivos, y

crece el ingreso y el crédito entre los grupos populares (Cardoso, 2008; De Oliveira, 2011).

Son cambios aparejados a la liberalización de la economía y la privatización de empresas

estatales que, a diferencia de otros casos regionales, conserva un gravitante control nacional

-privado y estatal o mixto- sobre el sistema productivo (Cardoso, 2011). Esa estabilidad

social afirma nuevos rasgos y deja atrás ciertas marcas de tiempos de crisis, condiciones de

refugio como el alza de empleadores independientes y los empleos de economías de baja

 productividad. Otros rasgos emergentes maduran en la nueva fisonomía del empresariado,

Page 57: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 57/226

  186

los sectores medios y trabajadores, ligados al modelo de desarrollo adoptado, que continúa

la urbanización, la asalarización de la fuerza laboral y la caída gradual del sector informal 15.

La reducción del empleo agrícola confirma una “urbanización” de zonas rurales donde la

asalarización avanza extinguiendo la vieja condición campesina. Mientras la asalarización

del trabajo urbano, interrumpida por la crisis de 1998-99, retorna en la última década con la

expansión de grupos profesionales, técnicos y obreros calificados que recién recuperan su

 peso. Esos grupos asalariados, ligados sobre todo a la gran empresa y una condición formal,

expresan la recuperación del sector moderno de la economía y la protección estatal que, a

su vez, frena la expansión de los empleadores independientes y reduce el empleo asalariado

e independiente -sobre todo este último- en sectores de baja productividad (Figueiredo,

2001, 2005, b y 2008; Tokman, 2006; CEPAL, 2010; De Oliveira, 2011; Cardoso, 2011).

El gran empresariado rural y urbano mantiene la alta concentración de la propiedad, pero

sufre cambios bajo la liberalización económica de los años noventa, las reformas y la crisis

a fines de esa década (Figueiredo, 2001, 2005,  b y 2008). La “racionalización productiva”

lleva a las industrias hacia una productividad que evita contratar mano de obra y delega

funciones en empleadores subcontratistas (Antunes, 2011), lo que arroja encadenamientos

 productivos de medianas y pequeñas con las gran industria local (privada y estatal) y

externa. Mientras la “internacionalización hacia adentro” reduce la industria tradicional

(bienes de consumo no durables e insumos industriales intermedios), bajo la importación de

 países como México y China (Ferraz, Kupfer y Iootty, 2004). Junto a esos cambios sobre la

vieja fisonomía del empresariado industrial, se suma que la expansión de la industria de

explotación de recursos naturales -agropecuarios como el complejo sojero o carnes, o bien a

la minería, siderurgia y petroquímica- hasta encabezar el sector industrial; mientras que la

industria de mayor contenido tecnológico -material de transporte, mecánica y electrónica-

se contrae e inicia una recuperación más tardía (Kupher, Ferraz y Carvalho, 2009). Ello va

en línea con la política de Cardoso tras la crisis de 1999, de estímulo a industrias capaces de

 proyección externa, para reducir el déficit económico (Sallum Jr., 2003). Así, la

15  Ver Anexo Estructura Social, Estructura social brasileña, Cuadro 4: Composición interna PEA en Brasil,

1996-2005 (%).

Page 58: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 58/226

  187

liberalización de ciertas importaciones y las promociones estatales, estimulan la expansión

de la industria de explotación de recursos naturales, tanto para el mercado interno como

 para la exportación, y en menor grado la producción local de mayor valor agregado. Con

eso, se consolida un gran empresariado que, con nuevos apoyos estatales, adquiere una

dimensión internacional. Mientras pierde peso el viejo empresario industrial más expuesto

al rigor de la competencia externa, o emprende una migración productiva a zonas rurales

tras mano de obra de menor costo (Ferraz, Kupfer y Iootty, 2004).

La expansión de los sectores medios abre una discusión sobre sus franjas nuevas y viejas y

la centralidad que adopta el ingreso frente a la ocupación y el nivel educacional (Quadros,

2008; Nery, 2008; De Oliveira, 2011). Un sector intermedio de la sociedad crece con fuerza

en el último tiempo, con la consolidación bajo Lula de políticas económicas iniciadas conel Plan Real, que elevan unos ingresos muy ligados a políticas estatales de redistribución,

 promoción y protección social, además del crecimiento de la economía y el crédito (Nery,

2008; Sallum, 2008; De Oliveira, 2011). Tal expansión “a través de la distribución” absorbe

nuevas franjas, en especial obreros calificados, y los suma a unos mutados sectores medios

 bajo la recuperación de capas gerenciales y empleados especialistas, y la caída de grupos

independientes como el pequeño propietario agrícola bajo la modernización agroindustrial

y la “urbanización” rural, ahora asalariado en empleos no agrícolas industriales y servicios

(Figueiredo, 2001, 2005, b y 2008). A lo que se agrega una mayor burocracia estatal con la

reanimación de empresas estatales y la ampliación de programas sociales (CEPAL, 2010), y

el mayor bienestar de la mano de sus anotadas presiones. Aunque, pese a esta asalarización,

la “clase media tradicional” pierde peso tanto por la expansión de otras fracciones como por

la pérdida de ingresos, sobre todo la burocracia privada (Figueiredo, 2001, 2005, b y 2008;

Quadros, 2008), y mantiene la condición de independencia como principal marca.

En virtud del alza de los ingresos y la capacidad de compra se apunta una mesocratización

de la sociedad, dada la reducción de los estratos económicos bajos (Nery, 2008; De Aragao,

2010, De Oliveira, 2011). Desde 2006 el auge de los grupos medios revierte un curso de

Page 59: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 59/226

  188

décadas pasadas16. Una mesocratización que se vincula al aumento de la escolaridad y el

empleo formal, donde la expansión de ingresos es de los trabajadores asalariados formales,

más ligados al sector de alta productividad (Figueiredo, 2001, 2005, b y 2008; Quadros,

2008; Nery, 2008) 17. El ascenso de este sector de trabajadores y las mejoras sustantivas de

sus ingresos, es lo que explica principalmente a esta “nueva clase media” o “clase media

 popular” brasileña (De Aragao, 2010). Y pese a su menor escolaridad e ingresos respecto a

la “clase media tradicional”, se apropia de “sus valores y símbolos” al buscar ascender y

diferenciarse por la vía del consumo (De Oliveira, 2011). Incluso, por su volumen, supera

inéditamente en poder de compra al conjunto de estratos superiores (Nery, 2008). La

OCDE (2010) ratifica tal expansión de estratos medios a partir de la reducción de aquellos

“desfavorecidos”, o sea una “mesocratización de los sectores bajos”. Pero releva su

heterogeneidad e inestabilidad, cifrada en la posibilidad latente de retorno a una situaciónde pobreza, en especial los grupos de ingresos medio-bajo, por su dependencia clientelar a

 programas gubernamentales y la escasa protección que brindan sus empleos, quedando más

expuestos ante una crisis externa o local, a abandonar la nueva condición social adquirida, a

diferencia de los obreros calificados y la vieja clase media, que gozan de mayor estabilidad

contractual y otras protecciones estatales. A la inversa, los cambios de la estructura

ocupacional y la expansión del sistema educativo pierden parte de su vieja determinación

sobre las posibilidades de ascenso social (Cardoso, 2008; Figueiredo, 2008), lo que no

niega una mejoría de las condiciones básicas de vida de la sociedad. En suma, parece

 prematuro hablar de “nueva clase media” si se considera que su formación requiere que

varias generaciones mantengan la posición adquirida, capaz de dar lugar a una maduración

sociopolítica. Más aún, si una fracción significativa de estos nuevos sectores depende en tal

grado de la acción estatal, y no afirma mecanismos propios de reproducción.

El panorama de los trabajadores es más claro. Considerando la industria y los servicios

crecen en la sociedad y mejoran sus ingresos (Quadros, 2008; Figuereido, 2008), en

16 Ver Anexo estructura Social, Estructura social brasileña, Cuadro5: Composición interna clases económicas

en Brasil, 2003-2009 (%).17 Ver Anexo Estructura Social, Estructura social brasileña, Cuadro 6: Posición de las clases económicas en la

ocupación en Brasil, 2009 (%).

Page 60: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 60/226

  189

distintos grados de calificación que representan verdaderas escalas de ascenso social,

vinculadas a condiciones privativas de ciertos grupos sociales. A su vez, las posiciones más

 bajas reclutan del sector de baja productividad a nuevos trabajadores. Pese a que la

liberalización económica acarrea un aumento de las funciones tercerizadas en la industria y

el comercio, así como de la flexibilidad contractual, salarial y organizacional que configura

una “nueva morfología del trabajo” más precaria, muy distinta al viejo panorama (Antunes,

2011), la nueva escena ratifica la histórica posición privilegiada de los trabajadores

industriales más calificados, fundada en su incidencia en los procesos de construcción del

Estado, que en el último tiempo abre acceso a sus capas dirigentes a puestos altos y medios

en la burocracia estatal, a contrapelo de la situación del resto de la fuerza laboral en áreas

 productivas, financieras y comerciales de mayor competencia. En cambio, los trabajadores

informales -domésticos y en condiciones laborales precarias, incluidos los trabajadoresrurales que producen para el autoconsumo- merman su peso en la fuerza laboral (CEPAL,

2010). La recuperación económica reduce estas “condiciones de refugio”, y con eso los 

niveles de precariedad e informalidad (Do Valle, 2004; Tokman, 2006, Antunes, 2011).

En fin, el llamado modelo liberal-desarrollista que se constituye al alero de la alianza social

erigida en los sucesivos gobiernos de Cardoso, se prolonga bajo los siguientes gobiernos

del PT, logrando una estabilidad que destaca en el contexto regional. Tal proyección se

asienta en cierta expansión social de la alianza dominante, así como los alcances sociales de

la distribución estatal prebendaria. Lo primero a través de una incorporación a la burocracia

estatal de importantes grupos medios y obreros, antes excluidos por un dominio

tecnocrático que ahora se reduce, aunque no extingue su preeminencia en los procesos de

construcción del Estado; por el contrario, los gobiernos del PT se muestran sucesivamente

conciliadores tanto con las empresas estatales -controladas por esta suerte de “burguesía

estatal”- como de las empresas privadas y sus alianzas reguladas con capitales externos,

 buscando una relación que evita la confrontación y requiere no sólo morigerar el discurso

obrero, sino conservar cierta determinación tecnocrática sobre dicha política estatal. En lo

segundo, la extensión social de los alcances del distributivismo estatal redunda en una

clientelización capaz de ampliar las bases sociales de sustentación del modelo vigente, y

con eso su legitimidad social. Esto resulta determinante en la evolución de la estructura

Page 61: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 61/226

  190

social, en particular en esa marcada -y celebrada- mesocratización más dependiente de los

ingresos que de un cambio de la estructura ocupacional, como la que suele acompañar a

 procesos de ascenso social más sustantivos, menos dependientes de la acción tutelar del

Estado, que en definitiva permite la integración de enormes franjas populares al consumo.

Una mesocratización muy distinta, por cierto, del caso chileno a menudo consignado como

la otra variante de éxito en este sentido, donde la expansión de los sectores medios

transcurre fundamentalmente a través del ensanchamiento de las capas profesionales y

técnicas de mayor calificación, pero en condiciones de ausencia de protecciones estatales, y

con eso de un individuo más librado a la competencia mercantil.

A lo largo de este curso, la acción de Estado continúa resultando determinante en la historia

inmediata en Brasil, en términos de la constitución de un modelo de desarrollo que guardaelementos desarrollistas redistributivos y reguladores que protegen a ciertos grupos sociales

 bajo el contexto internacional de las modalidades neoliberales. Este llamado liberal-

desarrollismo supone que grupos sociales que emergen en el período del “milagro”, son

capaces de mantenerse articulados y actuar con efectividad para orientar la acción estatal,

determinante en este curso, para asegurar sus intereses y la proyección de sus propias

condiciones de reproducción social. De tal suerte, la acción de los distintos grupos y las

correlaciones sociales de fuerzas que derivan de ella, resultan determinantes sobre los

ajustes a los patrones de desarrollo y, en suma, en la constitución de una variante

específicamente brasileña del neoliberalismo.

Page 62: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 62/226

  191

En la larga agonía del desarrollo argentino: neoliberalismo atenuado

por la “puja distributiva” 

Al emprender el análisis del caso argentino, resulta común partir refiriendo la abismal

diferencia entre el lugar cimero que ocupa entre las potencias económicas a fines del siglo

XIX e inicios del XX, con una completamente alejada del tal panorama que muestra hoy.

También es recurrente apuntar que ello sigue una larga caída a través del siglo pasado y

 parte de éste. Para entender su fisonomía actual es preciso situar tal curso antecedente. La

industrialización sustitutiva sigue etapas alternadas entre 1930 y 1976, período de

inestabilidad política e intervenciones militares apoyadas por diversos grupos sociales

(oligarquías primario exportadoras, grandes industriales locales, capitales externos, clases

medias y el movimiento obrero), que buscan orientar al Estado en variantes productivas que

les ofrecen ventajas en la “puja distributiva”. Un curso que llega a la crisis de los años

ochenta, marcada por la deuda, la hiperinflación, el ascenso de grupos financieros y, en

suma, la incapacidad de los gobiernos, militares y civiles, para resolver las sucesivas crisis

de dominación tras la caída de la hegemonía oligárquica decimonónica.

El giro neoliberal que anida en las reformas estructurales de los años noventa, de aperturacomercial y mecanismos de ajuste monetarista, privatización y desnacionalización de

empresas, y cambios en la legislación laboral, no enrumba las cosas en forma estable pero

altera la fisonomía de los principales grupos sociales. El predominio de grupos financieros

y agroexportadores, en detrimento de los grandes industriales y asalariados de fracciones

medias y obreras, marcha junto a un alza inédita del desempleo y la “nueva pobreza”. El

“default” de la economía en 2001 y 2002, sella el fracaso de esas reformas y abre un giro

hacia una enrevesada mezcla de reversión de medidas neoliberales, reindustrialización y populismo -siempre dependiente del sector exportador- y una recomposición parcial de

ciertos grupos sociales del período nacional-desarrollista, sobre todo medios y obreros, que

coexisten ahora con otros propios de la etapa neoliberal.

Page 63: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 63/226

  192

La experiencia neoliberal en Argentina, más que ruptura radical con el pasado desarrollista,

como reza el ideologismo que da vida al término, consiste en una nueva etapa de la larga

caída de un curso que partió con índices propios del desarrollo y, bajo irresueltas tensiones

entre alianzas sociales que no establecen correlaciones estables de fuerza ni solucionan el

 problema del orden político y la dominación, usan entonces unas contra otras, en sucesivas

ondas, la política estatal en grado corporativo, sin dilucidar e implantar una estrategia de

desarrollo capitalista de alguna historicidad. Es un curso de bandazos interminables, cuya

constante es el uso prebendario de la acción estatal. La etapa neoliberal agrega a ello el

hecho que ambas configuraciones terminan por alojarse dentro del peronismo, con lo cual

esa larga caída del desarrollo termina por asimilarse a una larga caída del peronismo.

Modernización y frustración desarrollista. Alianzas y grupos sociales

Del siglo XIX e inicios del XX, el predominio de un modelo de de sarrollo “hacia afuera”

 basado en la expansión de exportaciones agropecuarias, consolida la hegemonía de una

oligarquía de grandes propietarios rurales de la “zona pampeana” que cruza las Provincias

de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa y Santa Fe (Germani, 1962; Sidicaro,

1982). La crecida demanda mundial de alimentos y materias primas agropecuarias impulsa

la producción por la vía de la incorporación de nuevas tierras cultivables, de mano de obra

europea y las comunicaciones (de control extranjero). Un salto impresionante, donde en un

 par de décadas las exportaciones crecen más de quince veces y el área cultivada cuarenta

veces (Rapoport, 2010), se expanden las vías férreas, la población se duplica y la de origen

extranjero pasa de un cuarto a un tercio del total (a la mitad en la capital) (Germani, 1955).

En los años veinte el país se erige en uno de los principales exportadores de alimentos del

mundo. Las magnitudes de esta “primera modernización” escapan de la región. Bajo este

modelo primario exportador se dispara la urbanización, crece el empleo en todas las áreas

de la economía y las condiciones de vida en la zona anotada (Germani, 1955). Antes de la

crisis de 1929 el PIB per cápita rebasa a países como Japón o Italia, las tasas de salubridad

superan a la mayoría de la Europa mediterránea, y ostenta más autos, teléfonos y médicos

Page 64: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 64/226

  193

que Francia (Rouquié, 1982). Una modernización capitalista basada en la expansión del

latifundio, que arroja una extrema concentración de la propiedad agrícola (Germani, 1955).

Se especializan las áreas ganaderas y agrícolas, e incorpora tecnología de cultivo y mano de

obra extranjera como arrendatarios o asalariados. Unos “campesinos” que, desplazados por

cambios tecnológicos, la poca demanda de trabajo ganadero y sin acceso a la propiedad de

la tierra -que les impide devenir pequeños campesinos independientes-, aceptan magros

 pagos o migran a la ciudad (Ferrer, 2008), contrastando una escena regional donde prima

esa hacienda tradicional de origen colonial que retarda, en varias décadas, tal migración.

En la zona urbana se afianza una industria de capitales locales volcada al consumo básico

de un mercado interno en expansión, la “producción industrial vegetativa” de manufacturas

de bajo valor agregado (alimentos, bebidas, textiles, cuero, madera, papel) (Torrado, 1992);y otra de control extranjero, de productos agropecuarios exportables como carne refrigerada

y derivados de la lana (Delich, 1982; Rapoport, 2010). Una burguesía industrial tradicional

que es también una peculiaridad regional, aunque no alcanza los rasgos que la distinguen en

el capitalismo original. Aquí más que encabezar la modernización se acopla a los intereses

económicos y el patrón sociocultural oligárquico (Sidicaro, 1982). Este auge económico

demanda una burocracia pública y privada, lo que genera una temprana expansión de los

grupos medios que, pese a abarcar hacia 1914 un 38,4% de la sociedad, son muy dispares

según sus grados de calificación, su procedencia, vinculación a áreas económicas y su

condición asalariada o independiente (Germani, 1955). Aunque ante los grupos populares

los distingue la calificación formal y el status de las ocupaciones. Cuando alcanzan cierto

 prestigio, encabezan movimientos políticos que pugnan por una democratización (Germani,

1962), y en ausencia de una clase obrera organizada, concitan el apoyo de grupos como los

obreros calificados de la industria exportadora capitalina (Delich, 1982).

Así, el voto secreto y obligatorio en 1912 permite cambiar a los gobiernos oligárquicos por

otros de carácter mesocrático y orientación democrático-liberal. Yrigoyen, y luego Alvear,

 prolongan estos gobiernos de la Unión Cívica Radical entre 1916 y 1930, impulsando una

democratización política que busca coronar el auge social y económico (Romero, 1994).

Pero acaban primando los intereses de los grandes propietarios agropecuarios y la presión

Page 65: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 65/226

  194

externa, desatando la peor crisis del siglo XX (Rapoport, 2010). La crisis de 1929 contrae

drásticamente las exportaciones y la similitud de los índices económicos y sociales con

naciones desarrolladas se esfuma, desnudando la debilidad económica, su dependencia de

un sector productivo y el pobre autoabastecimiento de manufacturas (Ferrer, 1982).

A un tiempo, 1930 marca el fin de tres lustros de juego democrático y de la larga bonanza

económica, abriendo una prolongada inestabilidad política de predominio militar (Rouquié,

1982). Uriburu y Justo inauguran una lista de golpes militares que ponen al gobierno a

civiles o militares apoyados en varios grupos sociales -oligarquías, industriales locales o

extranjeros, clases medias y grupos obreros- que, aparte de frenar el liberalismo político,

con el control estatal buscan moldear el patrón de desarrollo tras beneficios corporativos

(Peralta, 2007). La crisis externa, los límites del modelo primario exportador y las presionesdistributivas de los industriales -sobre todo extranjeros-, crean condiciones para que los

intereses de la oligarquía y el capital externo, partidarios del gobierno militar, vean en el

mercado interno y la industrialización sustitutiva una opción para adaptar el patrón de

“desarrollo hacia afuera” al nuevo cuadro mundial (Peralta, 2007).  

La coexistencia de una modernización económica y social sin mayor democratización

 política se atribuye al hecho que, en lugar del paso de una sociedad tradicional -de un par

de estratos estamentales muy polares- a una moderna -de mayor diversidad y movilidad

social-, según apunta la teoría de la modernización, ocurre que en la transición a formas

capitalistas menos tradicionales, quienes lideran tal curso aquí son unas “oligarquías

modernizadoras” aliadas a capitales externos, y no burguesías industriales modernas y

nacionales (Germani, 1962). Lo que apunta, de paso, las limitaciones de dicha teoría para

comprender los cursos criollos y la necesidad de una mirada que integre su especificidad.

Empero, lo que parece una diversificación productiva de los grandes propietarios rurales

exportadores, pronto enfila hacia un conflicto dentro del propio capital industrial (Peralta,

2007). Mientras las oligarquías y los grandes industriales, sobre todo externos, apuestan a

un patrón sustitutivo acotado a manufacturas imposibles de traer del exterior, para reanimar

la exportación agropecuaria; la industria local, en especial pequeña y mediana, pugna por

Page 66: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 66/226

  195

 protección estatal y extender la industrialización sust itutiva a otras áreas (Sidicaro, 1982).

Este modelo del “mediano empresariado” local concita apoyo de una clase obrera afectada

 por la crisis, el freno a sus liderazgos, sus salarios congelados y la amenaza del desempleo

(Murmis y Portantiero, 1969; Delich, 1982). Se configura así uno de los conflictos centrales

de la sociedad argentina: el intento de “captura del Estado” por diversos actores sociales,

 para asegurar una distribución económica y de poder en favor de intereses sectoriales. Pero,

a diferencia de otros cursos regionales, donde ello se fragua por la vía de pactos basados en

las correlaciones de fuerza; aquí los actores rivalizan al grado que el “distributivismo”

deviene factor central de la desestructuración social y una crisis política permanente.

Es el inicio del intento de forjar una alianza dominante e imponer un patrón de desarrollo a

su medida que, a la larga, se frustra. Hacia 1940 la industrialización limitada de sustitución parcial de importaciones acelera la diversificación de los principales grupos urbanos, y

agudiza tensiones entre sectores sociales residuales de la primera modernización y los que

emergen con el curso abierto en los años treinta (Graciarena, 1967). Surge una nueva “clase

media independiente” de pequeños empleadores, que sigue bajo el gran capital industrial y

agropecuario (Peralta, 2007), mientras aquella asalariada, de profesionales y técnicos del

empleo público y privado, está sujeta a los límites de un modelo que frena estos oficios

calificados (Germani, 1963). La clase obrera se divide entre aquella asociada a la primera

industrialización, y una nueva que arriba a la ciudad con el declive agroexportador a ocupar

 bajos salarios, deprimiendo el de aquellos más calificados (Germani, 1955; Delich, 1982).

En 1943 estas tensiones acarrean otro golpe militar, ahora con Perón. La presión de nuevos

grupos sociales, como la pequeña burguesía, asalariados medios de baja calificación y

obreros por ampliar la industrialización sustitutiva, el mercado interno y elevar los salarios,

choca con la reticencia de terratenientes e industriales externos a tornar más inclusivo dicho

modelo. Son sectores que carecen de canales institucionales de acceso al Estado (Peralta,

2007). Emerge y se alarga hasta 1955 una inédita alianza entre esa pequeña burguesía y la

nueva clase obrera de origen rural, que impulsa el movimiento peronista (Germani, 1962).

El “ala nacionalista” del ejército que lidera Perón busca aunar intereses, en principio

contradictorios, en torno a un patrón de industrialización nacional dirigido desde el Estado

Page 67: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 67/226

  196

(Murmis y Portantiero, 1969). Con tal propósito impulsa una protección a la industria local,

cuya expansión acelera la demanda de manufacturas que trae la guerra europea. Nuevas

industrias surgen bajo subvenciones fiscales e impositivas para adquirir bienes de capital y

materias primas. A eso se suman transferencias de ingresos desde el sector agroexportador

al industrial18, la nacionalización del Banco Central de la República Argentina antes bajo

control extranjero, la centralización del sistema de seguros que permite el control estatal del

sistema financiero y de créditos, y mejoras salariales a obreros industriales para expandir el

mercado interno, sobre todo de bienes de consumo directo (Peralta, 2007; Sidicaro, 2010).

Estas reformas cambian el panorama social, que contrasta entre 1947-1960, la primera

etapa peronista y su industrialización sustitutiva con alta redistribución salarial, del que

sigue hasta 1980 con una industrialización “intensiva de capital” bajo gobiernos militares y

civiles donde la redistribución gira hacia los grandes industriales locales y externos. Más

allá del Gran Buenos Aires y la zona pampeana llega la urbanización 19. El agro reduce el

empleo y extrema la concentración de la propiedad del gran exportador, en detrimento de

 productores menores que se convierten en pequeños campesinos o migran a la ciudad tras

empleos precarios (Ferrer, 2008). La baja de los precios agropecuarios bajo el monopolio

estatal de esas exportaciones, aparte de transferir ingresos a la mediana burguesía industrial

y los obreros (Peralta, 2007), contiene a la oligarquía exportadora y quiebra al mediano

 productor rural. A pesar del discurso peronista no cambia el control oligopólico de la tierra

(Torrado, 1992). El estancamiento retrotrae al predominio ganadero sobre una agricultura

menos demandante de empleo permanente, y cambia la distribución regional con una

migración de la zona pampeana a las regiones de Cuyo (Mendoza y San Juan), Noreste

(Jujuy, Salta y Tucumán) y Santiago del Estero (Germani, 1962; Flichman, 1977).

En cambio crecen los asalariados urbanos, medios y obreros. También el gran empresariado

industrial, que bajo la égida peronista prioriza áreas “dinámicas” (petroquímica, metálica,

18  Para financiar el desarrollo industrial se crea el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio

(IAPI), que monopoliza las exportaciones agropecuarias. El gobierno compra a precios fijos los productos

agropecuarios que luego revende en el mercado internacional a mejores precios (Peralta, 2007).19  Ver Anexo Estructura Social, II. Estructura social argentina, Cuadro 1: Composición interna PEA en

Argentina, según clases y estratos sociales, 1947-1980 (%).

Page 68: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 68/226

Page 69: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 69/226

Page 70: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 70/226

  199

En 1966 el golpe de Onganía sepulta la “democracia limitada” de militares y radicales, el

“empate de fuerzas” que sigue a Perón (Romero, 1994). Arranca la “Revolución Argentina”

 para acabar con la presión del sindicalismo y así “modernizar” la estructura productiva. Un

empeño que busca sustento en una primacía de la gran industria nacional y extranjera, la

estabilidad monetaria y transferencias de ingresos del sector de baja al de alta productividad

(Ferrer, 2008). Se apoya a la industria dinámica y sus exportaciones (Sidicaro, 2010). Por

 primera vez, desde 1955, se evita trasladar ingresos del sector exportador agropecuario. Se

estimula la concentración industrial con protecciones arancelarias y subsidios, y sigue una

línea de “restricción salarial” que afecta, ahora, tanto a grupos obreros modernos como

tradicionales, creciendo la tensión con los sindicatos (Peralta, 2007).

Más que un auge del conjunto de la industria, desde los años sesenta emerge un sector

“moderno” altamente concentrado, ligado a grupos con mayor capacidad de inversión, al

lado de otro, ligado al consumo masivo, que se estanca (Ferrer, 2008). Crece la brecha entre

grupos industriales de capital externo o asociados con capital local (Cardoso y Faletto,

1975), y un empresariado local relegado a áreas “vegetativas”, más vulnerable a la presión

salarial, lo que erosiona la alianza anidada en la base del peronismo (Peralta, 2007). Es una

expansión capitalista de tipo oligopólica que une a los grupos industriales más dinámicos,

locales y externos, gestados mayormente bajo la modernización reciente, con la tecnocracia

civil y militar, que provee protección bajo una forma “burocrático autoritaria” de Estado

(O´Donnell, 1977). Son grupos de altos ejecutivos, dirigentes políticos civiles y militares, y

algunos dirigentes sindicales, que ascienden desde los años cuarenta en adelante (Romero,

1994). Pero la heterogeneidad de intereses de la elite económica, la crónica dependencia

 primario exportadora y la incapacidad de los grupos industriales para imponerse o llegar a

 pacto con los grandes propietarios rurales, hace que esta nueva modalidad, a diferencia de

otros cursos regionales, como el brasileño, fracase en el mediano plazo (O´Donnell, 1972).

Bajo este modelo industrial oligopólico que reduce espacios de mercado, los grupos medios

asalariados continúan su expansión, ahora más profesionales y técnicos que empleados de

 baja calificación, pero se reducen los pequeños empresarios, excepto en el comercio donde

Page 71: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 71/226

  200

incluso aumentan los trabajadores por cuenta propia más que los empleadores (Filgueira y

Geneletti, 1981; Torrado, 1992)20. La expansión de la educación formal -media y superior-

más rápida que la demanda engrosa un sector profesional independiente (Becaria, 1978).

Los cambios también llegan a la clase obrera que, aparte de reducir sus ingresos y su

capacidad negociadora, merma su peso con el alza de los independientes (Romero, 1994).

Una pauperización que no toca a todos. El empleo industrial moderno crece y el tradicional

menos calificado se contrae, lo que ahonda brechas entre los obreros (Peralta, 2007). Unos

grupos del sector moderno escalan a posiciones burocráticas medias o se mantienen en la

 privilegiada industria moderna, mientras aquellos ligados a la industria tradicional o de los

servicios, se sujeta a salarios bajos o migra al inestable empleo independiente. Una ruptura

que, junto al quiebre entre la clase obrera y la pequeña burguesía, horada la base de apoyo

del peronismo, y luego se refleja en la tenue resistencia de estos grupos al golpe militar alsegundo gobierno de Perón en 1976.

Entre 1955 y 1973 crece la producción industrial bajo el impulso estatal y la asociación de

capitales locales y externos. Pero la economía sigue atada al sector exportador, ahora más

diversificado entre producción agropecuaria e industrial (Ferrer, 2008). El regreso peronista

en 1973, primero con Cámpora y luego el propio Perón, vuelve a las transferencias de los

ingresos agrarios a otras áreas económicas, medidas para modernizar la industria nacional,

alzas de ingresos a grupos asalariados públicos y privados, y restricciones al capital externo

(Sidicaro, 2010). Se replica un modelo industrializador nacionalista que redistribuye hacia

la pequeña burguesía local y grupos asalariados medios y obreros. Pero la fisonomía de los

estos grupos sociales ahora difiere de aquella en la primera etapa de gobiernos peronistas.

Y en 1976 los militares sepultan esta segunda experiencia, liderada por Isabel Perón. Esta

vez confluye el apoyo al golpe de todos los grupos del empresariado criollo: agropecuario,

financiero e industrial, bajo liderazgo de los primeros (Sidicaro, 2010). La radicalización de

grupos medios asalariados menos calificados, la movilización obrera y un sindicalismo de

empleados públicos crecido, espanta y une al empresariado (Rouquié, 1982). Por una vez

en la historia toda la burguesía y el resto de las clases medias -profesionales asalariados y

20  Ver Anexo Estructura Social, II. Estructura social argentina, Cuadro 1: Composición interna PEA en

Argentina, según clases y estratos sociales, 1947-1980 (%).

Page 72: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 72/226

  201

 pequeña burguesía-, golpeadas por la inflación, se unen contra el enemigo común: el Estado

 populista y la presión de grupos medios asalariados bajos y obreros sindicalizados por una

redistribución corporativa de la riqueza, con el agregado que sus sectores más radicalizados

han adoptado la lucha armada en remplazo de la presión sindical.

Tal escena, propicia condiciones para que la minoría agroexportadora, alegando la extrema

dependencia del país a las importaciones de bienes de capital y la amenaza de la guerrilla

urbana, apoye una política de terror estatal e impulse la vuelta al modelo tradicional de

inicios del siglo (Romero, 1994). La posibilidad del desarrollo sigue ahogada en la extrema

dependencia a los grandes propietarios rurales, cuyas exportaciones sostienen políticas

distributivas hacia otros sectores productivos y sociales que, más que conciliar intereses en

un proyecto nacional, empujan estrategias corporativas, siendo el distributivismo el eje queestructura la crisis y el conflicto político.

La frustración burocrático-autoritaria. Del “Proceso” al Plan Austral: desastres de la

dictadura y la transición

Tras el golpe militar de 1976, el gobierno de Videla inicia un “Proceso de Reorganización

 Nacional” que busca modificar la “estructura industrial protegida” y reducir la participación

de los asalariados en la distribución del producto, como fuentes apuntadas de la excesiva

deuda pública y privada, y acabar con las alianzas populistas promovidas por el peronismo.

Bajo la dirección económica de Martínez de la Hoz, entre 1977 y 1979 se apoya al capital

agroexportador y financiero con la liberalización del mercado interno y un mayor vínculo a

los mercados externos (Rapoport, 2010). Para frenar la presión distributiva hacia el Estado,

 pasan al sector financiero privado las funciones de asignación y captación de recursos, y

queda el Banco Central de prestamista de última instancia (Peralta, 2007). Al inicio de la

nueva dictadura, el plan reactiva la economía y detiene la inflación, pero el éxito descansa

más en el congelamiento salarial y un alza de la deuda externa, ampliada por la sobreoferta

de petrodólares en el mercado financiero externo, que en una reactivación productiva local

(Rapoport, 2010). Aunque este crecimiento recupera los patrones de movilidad social. En

Page 73: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 73/226

  202

1982 prosigue el tránsito de ocupaciones manuales a no manuales de servicios, sobre todo

más calificadas, mientras cae el trabajo manual de menor calificación, al punto de abrir un

salto generacional incluso en familias populares (Jorrat, 1997; Kessler y Espinoza, 2003).

Pero en 1983 la cesación de pagos y la estampida del capital externo cruza toda la región, y

en Argentina ahonda viejas dificultades derivadas de su dependencia de las exportaciones,

el comercio y las finanzas externas. Acaba la breve prosperidad de estos ajustes que, sin

lograr cambios estructurales, vuelve las cosas a políticas “preindustriales” y de ajuste

inflacionario -con la novedad de un pujante sector financiero que resta gravitación al

Estado en dicho ámbito-, finalmente fracasado bajo el cuadro de crisis (Ferrer, 2008). Al

dejar el gobierno en 1983, los militares dejan una herencia económica catastrófica: plena

recesión, una deuda externa que sextuplica a las exportaciones y sin reservas externas, unacrisis social fruto de la drástica caída de los salarios, agravada por la hiperinflación y las

alzas de la desocupación y la pobreza. Los escándalos de corrupción terminan por desatar la

desconfianza en la institucionalidad, y apuran la retirada militar (Rapoport, 2010).

El gobierno civil de Alfonsín, presionado por el sector primario exportador local y externo,

 para buscar la estabilidad económica reduce el déficit fiscal a un nivel compatible con el

financiamiento externo, eleva la recaudación impositiva, reduce el gasto público y sube las

tarifas públicas para financiar las inversiones estatales (Romero, 1994; Orlansky, 2001).

Como en otras etapas, una constante histórica, con Alfonsín se buscan alianzas que al final

sucumben bajo agudas pugnas, ahora entre grupos económicos y la reticencia del sector

industrial. La elección presidencial que cierra la etapa militar marcha bajo el descontento

con la derrota de las Malvinas y la movilización popular por demandas salariales, lo que

lleva a un alza salarial, que evita fortalecer el poder sindical (Halperin, 1990). Alfonsín

recibe una inflación de 700% anual, un aparato administrativo desarticulado, una estructura

 productiva que genera un 20% menos de riqueza que una década atrás, y pagos de intereses

de la deuda externa que suman dos tercios de las exportaciones, pues en 1981 la presión de

los grupos económicos y la debilidad militar trasladan al Estado la deuda externa e interna

 privada abriendo un agudo déficit fiscal (Peralta, 2007; Rubinzal, 2010). En ese panorama

se agudiza la principal pugna heredada del “Proceso”: entre los grandes grupos económi cos

Page 74: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 74/226

  203

-industrial, agrícola y financiero, extranjero y local- por la apropiación del producto. Su

acción especulativa es central en la crisis social, política y económica que se alarga hasta

estallar en 2001. De ahí su relevancia sobre la política económica en los años que siguen.

En 1984 Alfonsín lanza un plan económico siguiendo el viejo modelo “distribucionista”.

Apuesta a controlar la inflación saneando el déficit fiscal y estimular el crecimiento con un

incremento de la demanda interna, por lo que eleva salarios y promete su ajuste periódico a

la inflación. Además, un control parcial de precios, la reducción de las tasas de interés y de

encaje bancario, protección arancelaria y créditos para la pequeña y mediana empresa local,

completan el paquete. Pero esto acaba incentivando la puja por la apropiación de ingresos

entre los grandes grupos económicos, al atender reclamos contradictorios con poca fuerza

 para ello (Peralta, 2007). El levantamiento parcial de las retenciones a las exportacionesagropecuarias no calma la presión de dichos grupos, pero provoca la reacción del sector

industrial. La promesa de crédito barato para la pequeña y mediana empresa (la principal

 perjudicada con la política de control de precios) contraviene la meta de reducción del

déficit. De esta política y esas tensiones emana la explosión inflacionaria de 625% que,

 junto al déficit en la balanza de pagos, la fuga de capitales y la presión externa, hacen que

el gobierno revierta los objetivos iniciales. Ese mismo año, un programa de ajuste acordado

con el FMI apuesta a reducir el déficit fiscal en base a la contracción del gasto público, un

alza de impuestos a los combustibles y a las contribuciones empresariales a la seguridad

social, y la eliminación de subsidios crediticios otorgados por el Banco Central. La política

salarial se sujeta al objetivo de la estabilidad de precios, lo que torna al salario en la vía

 principal de ajuste de la economía (Peralta, 2007).

El giro en la política económica se acentúa al año siguiente. Tras una escalada inflacionaria

al 1.500%, Sourroulli en el Ministerio de Economía intenta reactivar el crecimiento ya no

apostando a la demanda interna -y la expansión salarial y su empuje al consumo-, sino al

sector exportador, sobre todo agrícola. En 1985 eleva el tipo de cambio, las tarifas públicas

y los precios industriales, adelantando la reforma siguiente: el Plan Austral. Una nueva

moneda equivalente a mil antiguos pesos, produce una devaluación del 15% y se congela el

tipo de cambio, la mayoría de los precios y salarios, desindexando estos últimos (Rubinzal,

Page 75: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 75/226

  204

2010). Para Portantiero (1997) es “el reconocimiento que frente al fracaso de las políticas

de confrontación con el capitalismo local y extranjero, era necesario instrumentar

mecanismos que sirvieran de base para un pacto con él”. Se apunta a una línea de precios y

cambiaria favorable al sector exportador, agropecuario e industrial, en detrimento del sector

asalariado, lo que atiza la oposición sindical por el resto del gobierno (Peralta, 2007).

Las metas macroeconómicas se logran al inicio. Reduce la inflación de 348% en la primera

mitad de 1985 a 20,2% a fines de año, y en el mismo lapso el déficit fiscal baja de 11,9% a

2% del PIB (Peralta, 2007). El éxito permite el triunfo radical en las elecciones legislativas

de aquel año, sobre el Partido Justicialista (peronismo). Pero un éxito proyectable requiere

reformar el sector estatal, en especial las empresas públicas (cuyos déficits crecen bajo el

“Proceso”), para reducir la dependencia de tal estabilizac ión respecto de las vicisitudes delsector exportador (Halperin, 1990). Al año, por ahí vuelven los problemas: la caída en los

 precios de las exportaciones de un 40% dispara el déficit fiscal y desploma las reservas. El

nuevo brote inflacionario amenaza los salarios y las normas de congelamiento, que ahora el

gobierno flexibiliza y, con eso atenúa sus efectos beneficiosos (para el sector industrial y

agro-exportador) y perjudiciales (para los asalariados): aumenta precios y salarios en las

empresas públicas, devalúa el tipo de cambio y anuncia ajustes de precios del sector

 privado según alzas en los costos. No frena la inflación, pero atiza la pugna de grupos

industriales y agropecuarios que el Plan contenía (Peralta, 2007).

En 1987 se acelera la transferencia al sector privado de acciones de empresas estatales,

sobre todo en la siderurgia y petroquímica. Crece el malestar de los grupos industriales -la

“patria contratista”, beneficiados históricos como proveedores y/o contratistas exclusivos

del Estado, la protección arancelaria y subsidios- que ven peligrar sus privilegios. Y abre la

 pugna entre grupos empresariales por el acceso a esas acciones y, así, al control de ciertas

ramas (Peralta, 2007). La especulación de esos grupos crece tras las elecciones legislativas

de aquel año, pues la derrota radical y la segura victoria peronista en las presidenciales de

1989 auguran poca vida al Plan Austral. Tras las elecciones, la “patria contratista” se toma

la política económica: más estímulos a la exportación agropecuaria e industrial, reducción

de aranceles de importación, y una mayor desregulación a las telecomunicaciones, puertos

Page 76: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 76/226

  205

y electricidad, se suman a la siderúrgica y petroquímica. La resistencia a la apertura de

grupos industriales, y la presión por aprovechar la desregulación en beneficio propio, llevan

en 1988 a declarar una moratoria en los intereses de la deuda externa, tras la negativa del

FMI a respaldar un acuerdo con la banca acreedora internacional (Peralta, 2007).

El respaldo del Banco Mundial y un crédito externo llevan al gobierno a negociar con los

grupos industriales, reunidos en la UIA y la Cámara Argentina de Comercio. Un Plan

Primavera que fija precios, tarifas públicas y salarios, (Rubinzal, 2010). Se fija una banda

cambiaria de tipo comercial y regulada, bajo una devaluación de 11%, y otra banda libre y

financiera, y obliga a liquidar las divisas de las exportaciones agropecuarias en la primera

de ellas, y de las exportaciones industriales y las importaciones en la segunda, subsidiando

a estas últimas con un cambio preferencial en un mercado no regulado. El Banco Centralvende dólares para controlar su valor y evitar la especulación cambiaria. El éxito del Plan

 pende de un flujo fijo de divisas hacia el mercado local que contenga el valor de l dólar. Al

inicio contiene la inflación, pero a costa de altas tasas de interés que atraen los capitales

externos, lo que impulsa la deuda interna (Ruiz G., 2000). En 1989 la crisis está de vuelta

 bajo la especulación de grandes bancos locales y externos sobre el tipo de cambio, que trae

una corrida sobre el dólar. El Banco Central licita nuevas partidas para frenar su alza, y

hace inminente el agotamiento de las reservas. La devaluación y la estampida del dólar trae

el alza de precios de alimentos exportables, y el fin del acuerdo de precios entre la UIA y el

gobierno. Los intereses de la deuda externa extreman las limitantes a la acción estatal, entre

 pugnas de grupos económicos, develando su impotencia para superar el déficit fiscal.

Estos ajustes de la etapa radical suman cambios en el panorama social en línea con los que

vienen de las reformas de mano militar. Los propietarios y directores de grandes empresas

siguen creciendo, ahora con un sector financiero que moderniza la cara del empresariado

criollo (Rapoport, 2010). La industria ligada al mercado interno sigue cayendo con el auge

exportador agropecuario e industrial. Ambos grupos son pilares de la breve recuperación

económica bajo Alfonsín (Peralta, 2007). En cambio, atrapada en la precarización, la clase

media vuelve a dimensiones de inicios de siglo, sobre todo los asalariados ligados a la

caída de industrias y servicios volcadas al mercado interno, y algo menos la pequeña

Page 77: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 77/226

  206

 burguesía (Kessler y Espinoza, 2003). La clase obrera absorbe parte de la caída de las capas

medias, mientras reduce sus ingresos (Murillo, 2008)21.

Desde 1983 el panorama sindical es heterogéneo. Mientras unas dirigencias perduran desde

1976 con mandatos prorrogados por los militares, otras recién retornan de su relevo por

comisiones designadas (Palomino, 2000). Bajo las pugnas empresariales, en 1987 Alfonsín

enfrenta a los grandes sindicatos reiterando su acusación al “pacto sindical -militar” por el

que el sindicalismo peronista avala al “Proceso” a cambio del control de ciertos gremios

(Peralta, 2007). Alfonsín entiende -dice Halperin (1990)- que la forja de un nuevo consenso

“no requería un redimensionamiento de las fuerzas sociales e institucionales que habían

dominado en el anterior medio siglo, sino sólo su adaptación al marco de la democracia

 pluralista”. De ahí que busca atizar la pugna interna peronista tras la derrota electoral,

impulsando una reorganización sindical con la Ley Mucci de 1983, abocada a minar esas

direcciones sindicales integrando minorías con elecciones de delegados de base, reduciendo

tiempos de mandato e imponiendo el voto secreto y el control de la Justicia Electoral en las

elecciones. La mayoría senatorial peronista rechaza el proyecto. Peor aún, una movilización

que suma 13 huelgas generales trae la reunificación de las dos mayores centrales sindicales,

CGT Brasil y CGT Azopardo (Palomino, 2000; Peralta, 2007). En 1987, bajo el fracaso del

Plan Austral y la pugna con los grupos obreros que frenan la reforma legislativa, Alfonsín

 busca incorporar sectores más “conciliadores”: nombra Ministro del Trabajo al Secretario

General del mítico sindicato Luz y Fuerza. También aumenta salarios y precios del sector

 público, mientras en el sector privado siguen la política más flexible, desatando la reacción

de los sectores empresariales (Peralta, 2007). Pero la nueva relación con los grupos obreros

fortalece al sindicalismo, y al peronismo en su interior. En 1989 la Ley del Seguro Nacional

de Salud y de Obras Sociales recupera para el sindicalismo instrumentos jurídicos que

sustentan su poder económico en el último gobierno peronista (obras entregadas en

condonación de deudas y un alza del aporte empresario de 6%); y una Ley de Asociaciones

Profesionales que permite reelegir dirigentes y consolidar el sistema del sindicato único por

actividad a nivel nacional, afianza el control sindical peronista ortodoxo (Peralta, 2007).

21 Ver Anexo Estructura social, II. Estructura social argentina, Cuadro 2: Composición interna PEA urbana en

Argentina, según clases y estratos sociales, 1980-1990 (%).

Page 78: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 78/226

  207

Junto a ese sindicalismo, una nueva marginalidad urbana completa la formación de la futura

 base social menemista. La crisis arroja un inédito panorama, signado por una precariedad y

 pauperización que alcanza a los grupos medios y obreros con la depreciación de sus salarios

y la pérdida de beneficios ligados a sus ocupaciones (Ferrer, 2008; Rapoport, 2010). En los

años ochenta los grupos asalariados pierden casi un 40% del valor de sus ingresos (Kessler

y Minujin, 1995). La brecha salarial crece a su vez dentro de ellos dibujando una nueva

 pobreza con los “perdedores” de cada grupo, bajo el desempleo o unos empleos precarios

(Kessler y Espinoza, 2003). Unos nuevos pobres que ya no surgen de la incapacidad urbana

de absorber a la población que llega del campo -usualmente baja en el contexto regional-

sino llegan ahora de posiciones medias y obreras cuyas condiciones de vida se desmoronan.

La zozobra en estos años trae tal rotación de los grupos sociales, que muchos de quienes pasan por la condición de pobre no alcanzan a adquirir una conducta social y cultural

 propia de esa posición (Mora y Araujo, 2002; Kessler y Espinoza, 2003; Jorrat 2004).

Las indagaciones coindicen en que queda atrás esa sociedad del creciente ascenso social,

ligado a migraciones externas e internas y el paso de empleos industriales a los servicios

calificados (Jorrat, 1987). Más desempleo y desigualdad, empobrecimiento de los grupos

medios y obreros, y alzas de empleos no manuales precarios de baja calificación son las

marcas. Incluso, la movilidad habida más tarde reviste un carácter espurio: un ascenso del

 prestigio ocupacional junto a la merma de las recompensas antes ligadas a esas posiciones

(Kessler y Espinoza, 2003). El desorden que deja el “Proceso” y las presiones de la deuda

externa develan la incapacidad estatal de encarar la situación, y legitimidad del radicalismo

se esfuma. La caída de Alfonsín y el deterioro estatal van unidos. La hiperinflación de 1989

revela el grado de descontrol económico y social. Sin capacidad para asegurar el valor de la

moneda, los precios de los bienes y servicios se volatilizan, y la especulación cambiaria es

el signo de la etapa, lo que junto a la descomposición social, permite a Menem y el

 peronismo proclive al giro neoliberal erigirse en salvación desesperada (Peralta, 2007).

Y entre esa nueva, crecida y hasta rotativa marginalidad urbana, emerge otro actor social

del horno de las reformas de los años ochenta, ante la falta de acceso a beneficios y formas

Page 79: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 79/226

Page 80: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 80/226

  209

la antes seguida. Pero la década del noventa revela que el desempleo, la precarización del

trabajo, el empobrecimiento de grupos medios y obreros -incluso su diferenciación interna-

en los años ochenta son marcas temporales propias de la crisis, y que será la transformación

impulsada por Menem, más bien, la que muta en forma radical la fisonomía de la sociedad.

El desequilibrado avance neoliberal. De la Convertibilidad Cambiaria al “default” 

En medio de una hiperinflación de 3079.5% en 1989 y 2314% en 1990, y cuando muchos

esperan el prometido “salariazo” y recuperar su poder adquisitivo, Menen emprende una

“revolución copernicana” económica y política (Romero, 1994). Junto al poderoso grupo

Bunge & Born apuesta a la apertura económica, la privatización de empresas públicas, unareforma del Estado, la desregulación de mercados y actividades financieras (Rapoport,

2010). De un inicio el gobierno amplía sus facultades con Leyes de Emergencia Económica

que cancelan “temporalmente” protecciones arancelarias, subsidios y contratos estatales a

la industria local, a fin de desregular la economía, incentivar la competencia y diluir el

 poder de este sector sobre la formación de precios internos (Peralta, 2007). Una Ley de

Reforma del Estado abre la privatización de empresas estatales y la puja de grupos

económicos locales y externos por la subasta pública (Ferrer, 2008).

 Reformas estructurales y disolución de los anclajes sociales históricos del peronismo bajo

el primer gobierno de Menem

Pese a que constitucionalmente Menem debe asumir en diciembre de 1989, la presión por el

nombramiento del Ministro de Economía, sumado a la renuncia de Alfonsín, adelanta su

asunción hasta julio. Antes, designa a Roig Ministro de Economía, ejecutivo de Bunge &

Born, grupo exportador agropecuario e industrial que controla vastas áreas productivas,

expresión más visible de la adopción de un giro liberal que abre la fragmentación y el

distanciamiento de las viejas bases sociales del peronismo (Brenta, 2001; Pereira, 2007). El

gobierno lanza el Plan Bunge & Born, abocado a reducir el desequilibrio externo y fiscal

con alzas en las tarifas públicas y combustibles, y una devaluación. Y suma la apertura al

Page 81: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 81/226

  210

capital extranjero y la eliminación de beneficios de la promoción industrial: deroga las

restricciones de la Ley de Inversiones Extranjeras y establece igual trato al capital local y

externo (salvo empresas ligadas a la defensa nacional); reduce los aranceles de importación

y mantiene el nivel de retenciones a las exportaciones; y ajusta la carta orgánica del Banco

Central estableciendo la libre determinación de las tasas de interés y la promesa de no

elevar el encaje bancario. Además, gesta un acuerdo de precios por 90 días con un grupo de

empresas, principalmente multinacionales cerealeras encabezadas por Bunge & Born. Son

medidas que intentan una imposición de los grandes exportadores y desatan la pugna con el

empresariado industrial, al vulnerar el acuerdo de precios, buscando cargar al consumidor

los costos de las alzas de tarifas de los servicios públicos, en medio de una resistencia a la

suspensión de subsidios y prebendas contenidas en los contratos con empresas estatales

(Peralta, 2007). El resultado es una hiperinflación inédita que marca el fracaso del Plan yobliga a un nuevo acuerdo, ahora ampliado a las principales 250 empresas del país. La

renuncia de Rapanelli -que asume tras fallecer Roig recién asumido- marca el fin de Bunge

& Born en el gobierno y el fracaso de la ofensiva del sector exportador.

Halperin (1994) considera la hiperinflación de 1989 como el momento resolutivo de la

“larga agonía de la Argentina peronista”, cuando terminan de desarticularse los principales

anclajes de la sociedad prefigurada por el primer peronismo: la centralidad de los grupos

urbanos ligados a la industria, y la estabilidad de los sectores medios. La hiperinflación,

aparte de anular el empeño hegemónico del sector exportador, marca una inflexión desde la

que empieza a emerger el panorama de la primacía del capital financiero internacional, que

luego se expresa en el Plan de Convertibilidad de 1991. El camino lo abre el Plan Bonex a

fines de 1989, congelando depósitos a plazo fijo sobre el millón de australes (alrededor del

60% de la base monetaria), y su canje obligatorio por “Bonos de deuda externa” nominados

en dólares con un plazo de 10 años (Brenta, 2001). Busca reducir la liquidez como requisito

 para reducir la inflación, la licuación de la deuda interna (convirtiéndola en externa) y la

liquidación de las obligaciones de los grandes grupos económicos con el Estado. En lugar

de ello, desata la pugna entre grandes empresas industriales y financieras por transferir

ingresos bajo el nuevo canje obligatorio de depósitos por los bonos anotados (Peralta,

2007). El Plan abre, además, una transformación bancaria que involucra la privatización de

Page 82: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 82/226

  211

entidades financieras provinciales y la fusión, absorción y concentración de la banca

 privada local en manos capitales externos (Rubinzal, 2010).

Bajo el “Nuevo Orden Administrativo” se inicia la reestructuración estatal, atizando la

 pugna de los grandes grupos económicos (Orlansky, 1996; Zeller, 2007). En 1989, con

cambios debidos a la presión del empresariado industrial, se aprueban las leyes de Reforma

del Estado y de Emergencia Económica, que fijan las líneas de descentralización y

subsidiariedad con el sector privado, y con eso de desprendimiento sucesivo de empresas

estatales, y cancelación de los regímenes de promoción industrial y de exportación, de

compras estatales a la industria local y demás beneficios fiscales a la empresa nacional.

Claro que no es un liberalismo ciego. Estas leyes conceden preferencia de compra a los

 proveedores tradicionales de esas empresas estatales, la apuntada “patria contratista”, y

disponen que el Estado cargue con los pasivos de estas últimas para facilitar su concesión o

venta. Bajo la misma presión, no suspenden indefinidamente los subsidios derivados de la

 promoción industrial, como pretende el proyecto original, restringiéndolos a la mitad y por

180 días, comprometiendo además una ley para compensar los beneficios suspendidos. Este

 proceso de privatizaciones y concesiones se acompaña, además, de la derogación de la Ley

de Abastecimiento, eliminando la mayoría de las barreras arancelarias y disolviendo

entidades reguladoras que provienen de los años treinta22. Nuevamente, empero, el decreto

excluye ciertos sectores industriales, como el automotriz, donde prosiguen subsidios y

 protecciones arancelarias (Orlansky, 1996).

Tal marco institucional abre en 1990 un proceso de privatizaciones que hacia 1999 supera

los USD 20 mil millones23. A diferencia del caso brasileño, donde éste curso mantiene un

22

 Son entidades como la Junta Nacional de Granos, Junta Nacional de Carnes, Instituto Forestal Nacional,Mercado Central del Pescado, Mercado Concentrador de Carnes de Liniers, Corporación de Productores de

Carne, Comisión Reguladora de la Yerba Mate, Instituto Nacional de Reaseguros, Administración General de

Puertos, Instituto Nacional de Servicios Sociales, Centro Nacional Azucarero (Brenta, 2001).23  En la etapa de Menem abarca YPF, SEGBA, Agua y Energía Eléctrica, HIDRONOR, Gas del Estado,

Obras Sanitarias de la Nación, Ferrocarriles Argentinos, FEMESA, concesión de rutas nacionales, Junta

 Nacional de Granos, Mercado de Hacienda, Caja Nacional de Ahorro Postal, Atanor, Petroquímica General

Page 83: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 83/226

  212

carácter nacional, aquí casi un 60% de esas enajenaciones va a capitales externos, mientras

un 33% se debe a capitales locales en su mayoría asociados a consorcios externos (Peralta,

2007). Así, aunque planteadas como respuesta al problema del déficit fiscal y la deuda

externa, estas privatizaciones constituyen una transferencia de ingresos, capitales y futuros

excedentes hacia los principales grupos económicos locales y externos. Junto a este curso

 privatizador, varias corridas bancarias entre 1990 e inicios de 1991 escalan una segunda

hiperinflación y alza de la deuda externa, al punto de acarrear la caída del Ministro de

Economía por denuncias contra la especulación cambiaria del sector exportador. Entonces

asume Cavallo, hasta entonces Canciller, y ex Presidente del Banco Central durante el

“Proceso”, impulsor del “Plan de Convertibilidad” que arranca en abril de ese año, apoyado

en una desesperación capaz de postergar todo futuro ante cualquier sucedáneo 24.

Tras dos años de reformas y enfrentamientos entre el gobierno y el sector industrial más la

 banca privada local, acusada esta última de haber desfalcado a la nación, Cavallo ahonda

esas reformas, reduciendo definitivamente los aranceles de importaciones e implementando

el Plan de Convertibilidad Cambiaria en 1991 25 (Peralta, 2007; Ferrer, 2008). El régimen de

cambio fijo acelera la integración al mercado financiero externo al ampliar la previsibilidad

Mosconi y Area Material Córdoba, Empresa Líneas Marítimas del Estado (ELMA), Correo Argentino,

Petroquímica Bahía Blanca, y empresas administradas por el Ministerio de Defensa (Zeller, 2007).24 “La hiperinflación había dejado tal sacudón que de alguna manera la Argentina se parecía a un miembro

de Alcohólicos Anónimos. De esa copa no podía beber ni un sorbo, nunca más. Y en eso se apoyó la

convertibilidad, aunque todo el mundo sabía que no podía durar”, aprecia Halperin. “El clima en el país ha

cambiado por completo. El historiador Halperin Donghi analiza el Nuevo gobierno”, La Nación, 25 de

Octubre de 2003.25 La convertibilidad plena introduce un funcionamiento económico que promete su reproducción automática:

ante una ampliación de reservas, se produce la expansión del volumen de crédito y la reducción en la tasa de

interés, impulsando la actividad económica; si la expansión ocasiona un desequilibrio en la balanza de pagos,con las importaciones creciendo más rápido que el producto, habrá una caída de las reservas internacionales

seguida de una reducción de la liquidez del sistema bancario, contracción del crédito y elevación de la tasa de

interés, con la consecuente reducción de la actividad económica y del volumen de importaciones. Aun así, el

aumento en la tasa de interés local atrae capital externo, restableciendo el equilibrio y una nueva recuperación

económica. Así, la relación entre reservas y liquidez local garantiza la continuidad del sistema, con el nivel de

actividad dependiente del flujo de capitales internacionales (Macedo y Farhi, 2002).

Page 84: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 84/226

  213

local para los actores económicos, reduce los ataques especulativos y ayuda el crecimiento

y el equilibrio macroeconómico26. El “nuevo modelo” reúne condicionamientos de paridad

cambiaria fijada por el Plan; un crecido de endeudamiento externo -público y privado-,

afectado por las tasas de interés; la entrada de inversiones externas por la privatización de

empresas estatales27 y emprendimientos en industrias y servicios comerciales y financieros

(Sidicaro, 2010). A eso suma una reforma al sistema de pensiones, que pasa del sistema

 público de reparto intergeneracional a uno privado de capitalización individual, y unas

reformas laborales que limitan el derecho a huelga, el alza de salarios y extienden la

flexibilidad laboral (Rapoport, 2010).

Al igual que el Plan Real impulsado en Brasil tres años después, la expresión inmediata

será la fijación de una situación de paridad entre la moneda local y el dólar, que en estecaso se impulsa bajo una sobrevaluación del tipo de cambio que golpea a la industria local,

en tanto trae una avalancha de bienes importados, y con eso una internacionalización de

grandes empresas y el cierre aquellas más pequeñas, incapaces de sortear las condiciones de

competencia externa y elevados costos internos (Macedo Cintra y Farhi, 2002; Novick et

al., 2009). A diferencia de esto, en Brasil tal paridad queda bajo control del Ministerio de

Hacienda. La fijación de la paridad descansa aquí en la obligación del Banco Central de

mantener reservas internacionales equivalentes al menos a un 100% de la base monetaria,

lo que impide emitir moneda sin contrapartidas en divisas y emplear una política monetaria

activa, limitándolo a acompañar los flujos de entrada y salida del capital financiero local y

externo (Peralta, 2007); un rol que consagra la reforma a su Carta Orgánica a fines de 1992,

que fija su autonomía ante el Ejecutivo, suprime la garantía oficial de los depósitos y limita

la compra de bonos públicos y su préstamo a bancos comerciales. Aparte de elevar la deuda

externa, la convertibilidad agudiza la indefensión de la economía local ante la especulación

de capitales externos, como los “capitales golondrinas”. La especulación financiera deviene

negocio principal en el país, a la que se vuelcan capitales locales y externos, relegando la

inversión productiva (Novick et al., 2009). Peralta (2007) lo resume así: “la convertibilidad

26 Entre 1991-1994 el PIB crece en 31,7 %, y hacia 1994 la inflación es de 4,2 % (Rapoport, 2010).27  Entre 1990 y 1993 se privatizan las empresas de telefonía (ENTEL), aeronavegación (Aerolíneas

Argentinas), electricidad y gas, siderúrgica (SOMISA) y petrolera (YPF).

Page 85: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 85/226

  214

fue la varita mágica que posibilitó el disciplinamiento de la lucha entre grupos económicos

y fracciones del capital, imponiendo la hegemonía del capital financiero y la apertura de la

economía a la penetración de las empresas transnacionales en el proceso productivo”. 

Al inicio el Plan controla la inflación -que cae de 51% mensual en el primer trimestre a

5,8% en el tercero de 1991 (Macedo Cintra y Farhi, 2002)- y abre un lapso de aparente

 bonanza bajo el masivo ingreso de capitales externos, atraídos por las privatizaciones, las

altas tasas de interés y la seguridad de cambio que implica la paridad peso-dólar. A inicios

de 1995, en las postrimerías del primer gobierno de Menem, llega la primera gran sacudida

externa al esquema de convertibilidad, con la “crisis del Tequila” y la fuga de capitales que

acarrea, que sigue de la protesta de los industriales perjudicados por la apertura comercial,

las altas tasas de interés y la recesión, y un emergente descontento popular que crece en losaños siguientes bajo unas reformas que terminan por disgregar la base social menemista.

Pese a que confluye contra Alfonsín, las pugnas internas del sindicalismo no cesan. Siguen

el primer año de Menem en medio de la pauperización popular con la hiperinflación y un

desempleo de 20% (Palomino, 2000). Con Ubaldini al frente, reclama unos compromisos

electorales como aumentos salariales, nacionalización de depósitos bancarios, moratoria en

el pago de la deuda externa y la reversión de las medidas económicas aplicadas desde 1976

(Peralta, 2007). Se distancia del gobierno ante los acuerdos de precios con las empresas. El

triunfo de Menem fortalece la “línea renovadora” que busca desplazar al sector ubaldinista

en la CGT. Una tensión que ya en octubre de 1989 quiebra la Central, entre la oficialista

CGT San Martín de Andreoni y la CGT Azopardo, del ubaldinismo que ahora rompe con

Menem. El quiebre se ahonda con la caída salarial y los amagos de despidos ligados a las

 privatizaciones, y el conflicto alcanza su cúspide con el paro de los ferroviarios y el paro

general del gremio del transporte automotor de pasajeros (Peralta, 2007).

Junto a estos cambios, y la reforma estatal que viene, la línea laboral seguida agudiza la

conflictiva relación con el sindicalismo. El Decreto de Desregulación de fines de 1991

elimina la negociación salarial a nivel nacional. Le sigue una Reforma Laboral que altera el

modelo histórico de sindicalismo local, de empleo estable y servicios de salud, previsión,

Page 86: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 86/226

  215

indemnización por despido y otras prestaciones (Palomino, 2000). La ley cambia la noción

de relación laboral ininterrumpida y los modos de ajuste salarial bajo “cláusulas de

 productividad” que introducen modos de contratación con rebajas y eliminación de cargas

sociales, reduciendo a la mitad las contribuciones patronales al sistema de Seguridad Social

(Novick et al., 2009). Además, en lo que parece una concesión, crea el primer seguro de

desempleo, de duración proporcional al lapso de cotización, aunque de cobertura reducida

al sector formal, excluyendo a la gran mayoría de los desempleados (Novick et al., 2009;

Vinocur y Halperin, 2003). También establece las normas para la creación de programas de

empleo para “grupos especiales” de trabajadores, que flexibilizan las relaciones laborales y

sus mecanismos de protección, promoviendo la formación de un mercado del trabajo

segmentado y volátil (Novick et al., 2009).

En 1992 sigue el empeño por desactivar las leyes de fines de los años ochenta abocadas a

rearmar el sindicalismo (Peralta, 2007). Un cambio a la Ley de Asociaciones Profesionales

 busca eliminar la central única y el sindicato único por rama, y reducir los requisitos para

 participar en las elecciones gremiales. Los ajustes a la Ley de Convenciones Colectivas de

Trabajo buscan extender el Decreto de Desregulación, dispersando la negociación de las

condiciones de trabajo entre el nivel nacional, por rama y de empresa (como los salarios).

La reforma a la Ley de Obras Sociales trata de eliminar el control sindical de ese sistema,

abriendo el derecho del trabajador a elegir donde cotizar. Esos proyectos traen la resistencia

sindical conjunta, y la reunificación de la CGT a partir de la CGT San Martín y sectores

moderados de la CGT Azopardo. Una negociación con el gobierno frena los proyectos, con

apoyo en diputados de origen sindical que condicionan su apoyo a la reforma constitucional

que abre la reelección presidencial, en fin, un poder de veto del sindicalismo en la alianza

que sustenta a Menem. Pese a ello la CGT Azopardo no integra la reunificación, y persiste

en una expresión alternativa a la CGT menemista (Araya et al., 2007; Palomino, 2000), que

se hace visible en 1994 con la “Marcha Federal”, que suma a otros gremios y partidos

opositores -la UCR y el recién creado “Frente Grande”- que reúne en la capital a 50.000

 personas de todo el país. Ese año se crea la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA).

Page 87: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 87/226

  216

Pero este sindicalismo de sucesivos quiebres y articulaciones, merma su peso bajo el cuadro

social que se incuba a inicios de la década, que se torna decisivo en el segundo gobierno de

Menem. La desarticulación que la convertibilidad impone a la actividad productiva, trae un

desempleo y la precarización laboral que se agudizan con el “Efecto Tequila” y abren una

gran brecha entre los asalariados formales y la crecida masa desocupada o reducida al

empleo precario. Aunque ese desempleo afecta los salarios en el sector formal, mantiene un

nivel muy superior de protección social, dada la vigencia del Convenio Colectivo, el peso

que conservan a pesar de todo gremios y grandes sindicatos (Peralta, 2007). Tal debilidad

sindical impide su rearticulación e incorporación clientelar a la alianza menemista. En ese

vacío, más que un proyecto de sociedad, lo que avanza es un uso -despojo- prebendario del

Estado, que marcha hacia el choque frontal con estos sectores.

La Primera Reforma del Estado de 1989 reduce las relaciones con el sector privado con las

 privatizaciones y la descentralización de funciones sociales y administrativas, que amplía la

 burocracia estatal en roles “políticos” (Presidencia, Interior, Economía, etc.) y la reduce en

aquellos económicos (con las privatizaciones) y sociales (descentralizada con la invocación

del federalismo fiscal) (Orlansky, 1996). Entre 1989-94 el empleo público cae en un 57%, y

cambia su estatus con la suspensión temporaria de sus cargos, abriendo la remoción (Zeller

y Rivkin, 2003). Además, la descentralización cambia la relación de empleados públicos

nacionales y provinciales, del equilibrio de 2 empleos de cada tipo por habitante en los años

ochenta, a una proporción provincial cinco veces mayor a la nacional en la década siguiente

(Oszlak, 2000). Otras medidas, como los Decretos de Necesidad y Urgencia, impulsados

fuera del escrutinio legislativo, aceleran esta reducción con la promoción de jubilaciones.

La “politización” de la burocracia indica un cambio de orientación, con la creación de

esferas de control como la Sindicatura General de la Nación y la Auditoría General de la

 Nación o intra-jurisdiccionales como Seguridad Interior, el Sistema Nacional Científico-

Técnico y el Sistema Nacional de Inversiones Públicas (Orlansky, 1996; Zeller, 2007).

El Decreto de Desregulación de 1991 abre el traspaso de funciones a las provincias, que

sigue en 1993 con la Ley Federal de Educación, transfiriendo establecimientos nacionales,

elevando el financiamiento bajo un régimen coparticipado por la Nación y las provincias,

Page 88: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 88/226

  217

ampliando el ciclo educativo obligatorio a diez años y la gratuidad de la enseñanza (Novick

et al., 2009). En la misma línea, cambia el financiamiento de la salud pública con la figura

del “Hospital de Autogestión”, que obliga al pago de servicios en hospitales públicos a los

usuarios y autoriza el uso de esos fondos como incentivos a la productividad y eficiencia. Y

aunque sigue el aporte presupuestario, busca reemplazarlo por un subsidio a la demanda

con el “Programa Médico Obligatorio” de 1995, que fija prestaciones obligatorias de salud

y asigna recursos a instituciones públicas y privadas que provean el servicio (Tafani, 1997;

Gogma, 2004). Estas reformas retoman una línea de descentralización que viene del

“Proceso”, bajo un objetivo “fiscalista” tras metas financieras, más que exigencias de

cobertura y calidad en los servicios sociales (Novick et al., 2009).

En 1994 vuelve la descentralización de servicios de seguridad social con la Ley de ReformaPrevisional, frenada en los años ochenta por el sindicalismo y asociaciones de pensionados,

ahora con apoyo de un sector sindical. Se busca una modalidad privada de capitalización

individual inspirada en la experiencia chilena, donde sólo las personas mayores de 40 años

 permanecen en el sistema público, y el resto pasa al sistema privado sin reconocimiento

claro de cotizaciones anteriores (Araya et al., 2007). La CGT presiona y abre una fórmula

mixta, el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP) que cobija la opción por un

sistema de reparto a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social, o el

régimen de capitalización individual bajo Administradoras de Fondos de Jubilaciones y

Pensiones (AFPJ), permitiendo además que los sindicatos creen sus fondos de pensiones,

fijen prestaciones compensatorias y subsidios, e incorporen dirigentes sindicales a la

gestión de las nuevas AFJP (Palomino, 2000; Araya et al., 2007; Cardozo, 2009). Pese a

ello, la reforma instala el sistema privado y una acción estatal subsidiaria que propicia la

afiliación a éste, como el criterio que los afiliados que no optan dentro de un plazo ingresan

directamente a una AFJP en forma irreversible (Cardozo, 2009). La reforma logra articular

un sistema de previsión privada principalmente a manos de capitales externos, que en la

segunda mitad de la década deviene uno de los mayores acreedores de un Estado que

reduce su deuda mientras crecen los déficits públicos, debido a que la administración de

dichos fondos depende del propio Estado (Cardozo, 2009; Novick et al., 2009).

Page 89: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 89/226

  218

Pero el mayor hito de la primera presidencia de Menem es la Reforma Constitucional de

1994, fruto de negociaciones dentro del peronismo (que incluye al sindicalismo) y con las

demás fuerzas parlamentarias, que se expresa en el Pacto de Olivos con el radicalismo y su

aceptación de una única reelección presidencial (que reduce el mandato de 6 a 4 años y abre

el sistema de segunda vuelta), a cambio contrapesos al poder Ejecutivo como un Consejo

de la Magistratura (órgano multisectorial que designa los miembros del Poder Judicial), la

regulación de la jefatura de Gabinete, los Decretos de Necesidad y Urgencia y la validez de

los tratados internacionales por sobre las leyes nacionales (Zeller, 2007). Se modifica la

relación entre poderes con mayores atribuciones al Legislativo en materia de tratamiento de

leyes, restricción de Decretos de Necesidad y Urgencia, de funcionarios que requieren

acuerdo legislativo para asumir, de controles e informes sobre el Poder Ejecutivo. Se

establece la elección directa de senadores en las provincias (a diferencia del sistema proporcional con que, hasta hoy, se eligen los diputados), atenuando el peso de la fuerza

nacional mayoritaria en el Senado, e incorporan formas de participación como el plebiscito,

la consulta y la iniciativa popular en materia de leyes. En la línea de la descentralización se

amplía las atribuciones y autonomía de los estados provinciales, transformando el Distrito

Federal en Ciudad Autónoma de Buenos Aires con atributos propios de una provincia: su

 propia constitución, gobierno y presupuesto. La creación de organismos como el Consejo

 Nacional de la Magistratura, el Ministerio Público y el Defensor del pueblo, y el rango

constitucional concedido a la Auditoría General de la Nación y a la figura del Jefe de

Gabinete, se orientan en la línea de la “politización” de la burocracia antes anotada. 

Sobre este marco jurídico se produce la reelección de Menem en 1995, junto a Ruckauf, su

Ministro del Interior como Vicepresidente, que relega por primera vez a un tercer lugar al

radicalismo, en la fórmula Massaccesi y Hernández, más debilitado aún tras la renuncia de

de Alfonsín y dividido respecto al Pacto de Olivos. Una escisión de esa crisis articula el

Frente Grande que, junto a grupos descolgados del peronismo, constituye el Frente País

Solidario (FREPASO) y ocupa un segundo lugar con el binomio de Bordón y Álvarez.

 Profundización y crisis de la ruta neoliberal en el segundo gobierno de Menem

Page 90: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 90/226

  219

La regla monetaria que sostiene la convertibilidad indica que todos los pesos en circulación

están respaldados por dólares en el Banco Central. Si eso en algún momento ocurre así para

la base monetaria, no lo es para unos depósitos bancarios que exceden largamente esas

reservas (Macedo y Farhi, 2002). De ahí una asimetría entre los ciclos de expansión y

contracción de las reservas. El Efecto Tequila es la primera sacudida externa al patrón de la

convertibilidad, a la sigue la crisis asiática en 1997-98 y la moratoria rusa de 1998. Ante las

crecidas fugas de capitales ligadas a estos seguidos sucesos, no actúa ningún mecanismo de

ajuste automático: ni la base monetaria cae con las reservas, ni los préstamos caen con los

depósitos bancarios. Lo que sigue es una intervención del Banco Nación y el Central, a

través de operaciones de redescuento e inyección de liquidez por US$3.500 millones, una

suerte de “burbuja” para sostener el patrón de convertibilidad (Macedo y Farhi, 2002). 

La respuesta apunta a una mayor apertura externa. Crece la promoción al capital financiero

internacional en la economía local con la flexibilización de los requisitos para depósitos

 bancarios, la implementación de un sistema de garantía de depósitos y el financiamiento a

la reorganización del sistema mediante fusiones y transferencias, con lo que la participación

de bancos extranjeros en el mercado pasa de 17,9% en 1994 a 48,6% en 1999 (Macedo y

Farhi, 2002). La mayor apertura a capitales externos abarca también al agro, que desde los

años setenta vive una dinámica similar a la “modernización conservadora” brasileña, bajo

la mecanización de la explotación agropecuaria orientada a la exportación, mayormente a

manos de capitales externos, pero que en Argentina resulta más marcada por la llamada

“sojización” del agro, un giro masivo hacia la siembra de soja transgénica por su bajo costo

y alta rentabilidad (Acosta, 2008; Rossi, 2008). La urgencia de entradas de capital externo

como condición para acumular reservas que sostengan el patrón de convertibilidad, sumado

al alza del precio internacional de la soja en 1997, ahondan la “sojización” del agro iniciada

dos décadas antes. La superficie cultivada con soja crece en un 170% entre las temporadas

1991/1992 y 2001/2002, concentrada sobre todo en la Pampa Húmeda, áreas rurales de las

 provincias de Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y Córdoba (Rossi, 2005), lo que trae

riesgos de desertificación y deforestación, y pone en crisis a otros sectores de la producción

rural, en especial la carne y la leche (Acosta, 2008), que animan el “conflicto del campo”

Page 91: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 91/226

  220

en la década siguiente. Esta mecanización ligada a la sojización también trae desocupación

rural y un éxodo a las ciudades que atiza la conflictividad que las atraviesa (Peralta, 2007).

En esta escena se inicia la Segunda Reforma del Estado, con un ajuste impositivo que busca

ampliar la recaudación para cubrir el déficit del sistema previsional y pagar los servicios de

la deuda, y cambios en la burocracia a cargo de programas públicos en la línea de reducción

y descentralización anotadas, ahora bajo la supresión de áreas e incentivos para el retiro

voluntario (a través del “Fondo de Reconversión Laboral del Sector Público Nacional”), y

la creación de “Consejos Federales” entre la Nación y las prov incias para la ejecución

descentralizada de las políticas públicas (Zeller, 2007). A inicios de 1999 se firma el primer

Convenio Colectivo del Sector Público con la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN,

 principal sindicato de empleados estatales), que incluye la negociación colectiva en lasnormas que regulan el empleo público y equipara sus condiciones con los trabajadores del

sector privado, mermando su estabilidad al incorporar criterios de flexibilidad funcional y

contractual (Zeller y Rivkin, 2003). Esta reducción del empleo público, aunque menor a la

etapa de privatizaciones, cierre de organismos y la descentralización de servicios, mantiene

una caída que llega al 7% de la población económicamente activa, lejos del 36% que suma

el empleo público en 1983 (Zeller y Rivkin, 2003). Además, la Ley de Solvencia Fiscal

limita el déficit fiscal y las alzas del gasto público por debajo del crecimiento del producto,

y crea un fondo anticíclico con los superávits fiscales y el 50% de los ingresos debidos a la

venta de activos públicos (Gadano, 2003). Aunque esas metas no se cumplen, contribuyen

reducir y descentralizar el empleo público, y a la proliferación de consultorías y servicios

externalizados en la ejecución de programas públicos.

Con el argumento de estimular la creación de empleos dada la desocupación que sigue al

Efecto Tequila, se reducen por decreto las contribuciones patronales, implicando entre 1995

y 2000 un costo de US$23.313 millones para el Sistema de Seguridad Social. Ello, más la

caída de sueldos y el auge del empleo informal, impacta negativamente sobre las cuentas

 públicas, pues desde la reforma previsional el Estado garantiza la afiliación y financia los

organismos de supervisión y control, el costo de la transición entre regímenes (déficits del

viejo sistema, la pensión mínima en el nuevo y otras prestaciones), y además, garantiza la

Page 92: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 92/226

  221

rentabilidad mínima de los fondos de las AFJP y las prestaciones en caso de quiebras de las

administradoras privadas (Novick et al., 2009).

También esgrimidos en respuesta al desempleo, y bajo el marco de la reforma laboral de

1991, el gobierno impulsa programas de ocupación temporal para contener los efectos de

las crisis en grupos sociales específicos, que se prolongan con ajustes en sus alcances y

 procedimientos (Vinocur y Halperin, 2004), llegando hasta hoy, como vías de integración

clientelar de grupos marginados en la etapa kirchnerista. Pero su capacidad de integración

es insuficiente en el contexto de fuga de capitales abierto en 1995, y las tasas de

desocupación y subempleo en 1997 siguen en torno al 30%, expandiendo la marginalidad

urbana. En tal escena, tras las revueltas contra el ajuste en Santiago del Estero en 1993, y

los cortes de ruta de Cutral-có y Neuquén en 1996, surge el movimiento “piquetero” con la

articulación de grupos de trabajadores desocupados en gran parte del país, en especial en el

conurbano bonaerense (Peralta, 2007). En 1997 crecen los cortes de ruta en el Gran Buenos

Aires y el resto del país, proyectándose como un actor relevante hacia la crisis de 2001,

instalando nuevas formas de presión sobre la acción estatal en los años siguientes.

La emergencia de los piqueteros coincide -e incide- en un año electoral que marca un giro

relevante. En las elecciones legislativas de 1997 el peronismo sufre su primera derrota en

una década, a manos de la “Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación” que reúne al

Frepaso y una UCR controlada por su ala más conservadora (Peralta, 2007). Cristaliza así

una correlación de fuerzas adversa para el menemismo, que dota de mayor capacidad de

 presión a los distintos actores hacia el gobierno, y posibilita al sindicalismo revertir algunos

aspectos de la reforma laboral de 1991 con la promulgación, al año siguiente, de dos leyes

que eliminan los llamados “contratos basura” y mantienen sólo aquellos de aprendizaje y

 pasantías con modificaciones, y mejoras a los períodos de prueba (aunque ambas normas

reducen y flexibilizan las indemnizaciones en caso de despido por razones económicas de

las empresas) (Novick et al., 2009).

 El despeñadero de fin de siglo. De la Rúa y la dilación de una agónica “convertibilidad” 

Page 93: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 93/226

  222

La adversa correlación de fuerzas para el peronismo evidenciada en las parlamentarias de

1997 crece hacia las presidenciales dos años más tarde. Rodeadas por la crisis que se gesta

desde la mitad de la década, con una caída sostenida del PIB, un desempleo del 14%, una

 pobreza triplicada respecto a sus magnitudes al ascenso de Menem, un déficit fiscal sobre

los US$10.000 millones, una deuda externa de US$150.000 millones, denuncias de

corrupción que paran de crecer (Peralta, 2007), llevan la opción presidencial a la otra

 banda. Al frente de la Alianza asume De la Rúa, radical, ex abogado de Bunge & Born en

los años ochenta y Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, junto a Álvarez por el

Frepaso, primera coalición de partidos en el gobierno de la historia contemporánea. Al dato

que el Presidente no es el jefe de la fuerza política en el gobierno, le sigue una mayoría

 peronista en el senado y entre los gobernadores provinciales, aparte de su presencia

relevante aunque minoritaria en la Cámara de Diputados.

Ya sea condicionado por la fragilidad de esa posición, o bien como un objetivo de su propio

de marco de alianzas o parte de él, De la Rúa mantiene el modelo de la convertibilidad 28, y

con eso la atracción de capitales externos que la viabilicen. Por eso se apunta la corrupción

como foco principal a atacar para revertir la magra credibilidad ante los mercados. En la

misma línea de mejorar las condiciones para la entrada de capitales externos se adoptan las

líneas del FMI para reactivar la economía, enfatizando el ajuste estructural y la reducción

del déficit fiscal (Peralta, 2007). Por ello, recién asumido como Ministro de Economía, a

fines de 1999 Machinea anuncia una reforma tributaria. Un “impuestazo” que busca elevar

los impuestos indirectos internos, ampliar el IVA y reducir el mínimo no imponible, para

sanear las finanzas públicas, reactivar la economía y atender deudas como el Fondo para el

Incentivo Docente con uno de los gremios de mayor poder. Pero ello grava sobre todo a los

asalariados, a la población de menores recursos y los sectores medios (Peralta, 2007). La

medida no logra reactivar la economía, y trae meses después nuevos Decretos de Necesidad

y Urgencia que incluyen rebajas salariales en el sector público y recortes en programas

28 “(De la Rúa) No podía ganar diciendo que habí a que salir de la convertibilidad. No hubiera ganado, sin

duda; como no obtuvo una victoria abrumadora, tampoco estaba en condiciones de violar promesas

electorales” (“El clima en el país ha cambiado por completo. El historiador Halperin Donghi analiza el Nuevo

gobierno”, La Nación, 25 de Octubre de 2003). 

Page 94: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 94/226

  223

sociales como el apuntado Plan Trabajar, cuya cobertura cae de 170.000 a 40.000 personas.

Ante el descontento popular, se duplican los beneficiarios pero se reduce el beneficio

(Peralta, 2007). La conflictividad social crece con el desempleo y los ajustes. El estallido en

Corrientes bajo el atraso en los pagos del Estado provincial a sus empleados termina con la

intervención federal, pero resulta el primero de una cadena que se extiende por el país.

En la línea del FMI, se lanza a inicios de 2000 una Reforma Laboral que busca cambiar las

condiciones de negociación salarial, relevando aquellas propias del ámbito de una empresa

o región, en lugar de la primacía nacional anterior, lo que dispersa la fuerza obrera e

impone un sindicalismo de empresa; y reduce su duración a dos años (que en muchos casos

llega al cuarto de siglo). Además, extiende la etapa de prueba antes de contratación a seis

meses (y un año para las Pymes) y permite su rechazo sin pago de indemnización pordespido; e, invocando el estímulo a la contratación permanente, establece que aquellas

empresas que opten por él obtienen una rebaja en los aportes previsionales. En suma, un

 proyecto que busca debilitar el poder de los sindicatos grandes a favor de los pequeños y

reducir costos salariales y aportes patronales (Palomino, 2000; Peralta, 2007).

La oposición peronista y de los principales sectores sindicales es inmediata. A dos meses de

gobierno, la CTA y un sector disidente de la CGT encabezado por Moyano, convocan el

 primer paro general contra la reforma, que se repite en los meses siguientes. No obstante,

tras negociaciones con la CGT y el Congreso, el proyecto se aprueba. Meses más tarde el

gobierno es acusado de sobornar a senadores radicales y peronistas para ello, crisis que trae

la renuncia del Vicepresidente frepasista y la fractura de la Alianza, debilitando aún más su

 posición y abriendo una crisis política e institucional que golpea a la economía. A fines de

año los depósitos privados del sistema financiero caen en US$930 millones, las reservas

externas en US$1.400 millones, y la tasa de interés sube de 8% a 25% (Peralta, 2007).

Apegado al modelo de la convertibilidad, en aras de mejorar la imagen ante los mercados

externos y evitando la declaración de moratoria sobre los pagos de la deuda externa, el

gobierno responde a la crisis a través de un “blindaje financiero” basado en un compromiso

con FMI por un paquete de salvataje de UDS40.000 millones, que permite postergar pagos

Page 95: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 95/226

Page 96: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 96/226

  225

recuperar gravitación. En los meses que siguen esto se expresa en las pugnas sobre las

formas de encarar la crisis. El empresariado beneficiado por la convertibilidad aboga por su

 profundización a través de la dolarización de la economía, mientras los perjudicados buscan

una devaluación que abra una situación monetaria y cambiaria más favorable a ellos.

Cavallo compromete además un “déficit cero” que obliga al gobierno a ajustar sus gastos a

los ingresos corrientes, lo que trae un nuevo recorte de gastos en la administración pública,

en especial en sueldos y jubilaciones, abriendo un nuevo conflicto. A fin de contar con el

respaldo de una CGT oficial que se opuso a López Murphy, Cavallo anuncia la revisión en

el Congreso los decretos de reforma previsional y de desregulación de las obras sociales, y

decreta el pago de las deudas estatales al sistema de obras sociales (Peralta, 2007). Pero con

el descontento social cunde el movimiento piquetero, que este año realiza un congresonacional e intensifica los cortes de ruta. Ante la falta de circulante, y las deudas con las

 provincias, el gobierno crea unas “Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales”

(Lecop), que se replican en varias provincias a través de cuasimonedas complementarias 29.

Esta polarización social marca las elecciones legislativas a fines de ese año, donde un “voto

 bronca” de escrutinios nulos y blancos en rechazo al conjunto de actores políticos supera el

20%. El peronismo retiene la mayoría del Senado y la recupera en la Cámara de Diputados,

 pese a aumentar su votación, sino gracias a la desintegración de la Alianza, que junto a ello

reduce la votación total de radicales y frepasistas a menos de la mitad obtenida en 1997.

El descontento social generalizado, las tensiones con los gobiernos provinciales a partir del

“acuerdo fiscal federal” atado al “blindaje financiero”, y ahora la derrota electoral, llevan al

gobierno a un giro en la política económica. Aunque mantiene la convertibilidad para evitar

el default financiero, evita recortes del gasto y busca reestructurar la deuda pública. Así,

continúa el ajuste, pero busca desplazar sus costos a otros sectores. En lugar de cargarlo a

los asalariados de menores ingresos, intenta postergar los compromisos de deuda en la idea

29 En las provincias de Buenos Aires (Patacón), Córdoba (Lecor), Entre Ríos (Federal), Corrientes (Cecacor),

Tucumán (Bocade), Chaco (Quebracho), Formosa (Boncafor), Mendoza (Petrom), Catamarca (Bono Público),

La Rioja (Bocade Serie A), San Juan (Huarpes) y Jujuy (Patacón I).

Page 97: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 97/226

  226

de una recuperación económica sin la presión de los acreedores externos en el corto plazo.

Ello se expresa a fines de año en el llamado “Megacanje”, una oferta a los acreedores de

 postergación voluntaria de los vencimientos de deudas entre 2001 y 2005 para el período

2006-2031, a cambio de un alza en los intereses de la deuda. A pesar de cierta recaudación,

el “Megacanje” no conquista la confianza de los capitales externos, y resulta incapaz de  

contener la fuga de capitales y la recesión (Macedo y Farhi, 2002; Peralta, 2007).

Ante tal corrida bancaria, a fines de ese largo año, otro Decreto de Necesidad y Urgencia

anuncia el “corralito”, que restringe el retiro de fondos e impone el control de cambios y de

capitales, dejando cautivo el ahorro local. Se prohíben retiros superiores a $250 semanales

 por persona y por banco, y exige autorización del Banco Central para las transferencias al

exterior (salvo pagos de importaciones), y obliga a los exportadores a liquidar sus divisasen el sistema financiero local y a los bancos sus repatriar fondos en el exterior (Peralta,

2007). Ante ello, el FMI detiene los US$1.260 millones comprometidos en el contexto del

“blindaje”. Además, el “corralito” atiza la  pugna entre dolarización y devaluación a manos

de sectores financieros e industriales. El vuelco hacia el dólar que trae inclina la balanza

aún más hacia la banca externa en detrimento de la local, dado el traspaso de depósitos de

 bancos pequeños hacia los más grandes y los consiguientes problemas de liquidez que

enfrentan los primeros. Pero el efecto más extendido es el golpe que representa para los

sectores medios y de bajos ingresos, afectados por la captura de sus depósitos bancarios,

agravado en tanto las restricciones al retiro de dinero afectan la cadena de pagos en toda la

sociedad (Peralta, 2007). Debido a ello, a partir del “corralito” la conflictividad acarreada

 pasa ahora a involucrar de lleno a esos sectores medios, desatando una crisis política. Los

saqueos a supermercados y comercios que comienzan en Rosario, Mendoza y el conurbano

 bonaerense, se extienden por el país en los días siguientes, incluida la capital. El caos social

es generalizado y el gobierno decreta el estado de sitio y busca un acuerdo con el

 peronismo, tras cuyo fracaso De la Rúa renuncia a la Presidencia a fines de ese año.

Bajo la tensión social que no ceja, sigue un accidentado curso de sucesiones presidenciales,

un drama agravado por la fragmentación del peronismo, cuyos parlamentarios se dividen en

torno a la opción de designar una figura para concluir el mandato de De la Rúa hasta 2003 o

Page 98: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 98/226

  227

convocar a elecciones anticipadas. Finalmente, a inicios de 2002 la Asamblea Legislativa

nombra Duhalde en la presidencia, gobernador de la provincia de Buenos Aires, uno de los

 principales focos del estallido social, y ex vicepresidente de Menem, que asume en alianza

con el radicalismo y un sector del Frepaso (Peralta, 2007).

Cambios en la fisonomía de la sociedad bajo con el giro neoliberal

Las transformaciones involucradas en el giro neoliberal nuevamente acarrean cambios en la

fisonomía de la sociedad, ya apreciables a mediados de los años noventa30. El panorama

social de los años sesenta ha quedado definitivamente atrás, de una modernización en base

a la industrialización impulsada por el Estado, signada por obreros asalariados y empleados

administrativos. En los años noventa avanza una transición de aquél panorama a uno conasiento en los servicios (Kessler y Espinoza, 2003), que se expresa en la segunda mitad de

la década en la expansión de las capas profesionales y técnicas vinculadas a ingresos altos

(Beccaria, 2001), y unos servicios ligados a la precarización y los bajos ingresos (Altimir y

Beccaria, 1999; Palominos, 1999). Ambos procesos confluyen en un curso de polarización

social bajo el que sucumben las viejas formas de integración social, y una heterogeneidad

que arrasa con muchas de las formas anteriores de conformación de grupos sociales.

Aparte de esta descomposición y polaridad social, la transformación neoliberal acarrea en

esta experiencia una falta de correspondencia entre la movilidad social ascendente y un

acceso proporcional a bienestar, impactando en la percepción subjetiva de la primera. Esta

movilidad “espuria” produce una desigualdad dentro de los grupos medios, mientras que en

el caso de los obreros, pese a que cae su peso en la sociedad, conserva una mayor nivel de

auto-reclutamiento, y con eso mayor homogeneidad en términos de su origen (Kessler y

Espinoza, 2003). La tercerización cruza a todos los sectores de la sociedad, expandiendo

trabajos propios de una economía de servicios en detrimento de la vieja égida productiva,

aunque con amplios grados de diferenciación dentro de cada nivel socioeconómico,

30  Ver Anexo Estructura Social, II. Estructura social argentina, Cuadro 3: Evolución de la estratificación

ocupacional, conurbano Buenos Aires, 2000 (%).

Page 99: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 99/226

  228

abriendo brechas entre aquellos beneficiados por estos cambios y los que quedan sufren la

 precarización de sus condiciones laborales (Mora y Araujo, 2002).

En los años noventa aparecen rasgos nuevos en la fisonomía de los principales grupos

sociales. El empresariado muta en la línea de la desindustrialización, que de representar un

52% del PIB en 1990 cae a 32% en 1999, mientras los servicios pasan de 48% a 68% en el

mismo lapso (Ferrer, 2008). Otro cambio abrupto en este grupo es su extranjerización, que

imprime un nuevo carácter al mapa de la extrema riqueza: si en 1994 el 34,5% de las 200

empresas más grandes es de origen extranjero, sólo en cuatro años esa proporción sube a

65,5% (Sidicaro, 2010). La industria de explotación de recursos naturales, otrora oligarquía

agropecuaria, a través de la inversión en tecnologías y apoyada en el tipo de cambio, la

demanda e inversión externa, recupera el sitial de locomotora de la economía (Rapoport,2010). A ello se suma una reorganización de la producción agroalimentaria, que ensancha

la brecha entre el propietario de la tierra (grandes propietarios tradicionales e inversionistas

externos) y el operador que la explota (mediano y pequeño productor local), reincorporando

la figura del arrendatario, ahora convertido en un “mediano empresario” que explota en

condiciones de encadenamiento productivo unas tierras en manos de capitales externos

(Ferrer, 2008), cambiando la organización del mundo rural y la clásica distinción entre el

campo y la ciudad. Por su parte, la gran industria manufacturera ajusta su producción al

mercado externo, con lo que cientos de medianas empresas desaparecen, en especial en los

grandes conglomerados urbanos del Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba, acentuando la

concentración productiva y el peso de filiales de empresas externas (Bisang, 1998; Ferrer,

2008). Finalmente, en el sector financiero se eleva la concentración luego que, a la masiva

apertura de bancos en los años ochenta, siga el cierre de bancos regionales, cooperativos y

el arribo de filiales multinacionales. Así, si en 1990 los 20 primeros bancos concentran el

68% de los depósitos, en 1999 escalan a un 84% (Peralta, 2007; Rapoport, 2008).

Las tradicionales amplias y relativamente homogéneas clases medias sufren un agudo

 proceso de diferenciación interna, de gran repercusión social y cultural en toda la sociedad.

Una franja más “competitiva” se adapta a las nuevas condiciones, sorteando a la reducción

de ingresos, aunque no reitera los mejores niveles de los años setenta; mientras los grupos

Page 100: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 100/226

  229

menos calificados y dependientes de subvenciones estatales reciben todo el impacto de las

reformas, y pese al crecimiento de la economía, sus condiciones de vida empeoran (Mora y

Araujo, 2010). Así, mientras profesionales y técnicos de ocupaciones modernas viven una

movilidad ascendente, los grupos menos calificados que son expulsados del empleo estatal

terminan en la zozobra característica de las ocupaciones medias independientes ligadas al

comercio y los servicios marginales (Kessler y Espinoza, 2003). En este último sector la

reducción de ingresos bajo la crisis es tal que invierte su vieja y distintiva relación entre el

consumo cultural y material, en detrimento del primero. Pese a que muchos de las formas

de diferenciación resultan coyunturales, indican un rasgo distintivo del panorama social

emergente, de relevantes connotaciones sociopolíticas, a saber, que la distancia entre esta

nueva clase media y los nuevos pobres, es una barrera muy delgada (Wortman, 2010).

Las reformas a la legislación laboral, la reducción del peso de la clase obrera, su menor

control sobre las “obras sociales”, el mayor desempleo y del “trabajo en negro”, muestran

la merma de la capacidad de presión del sector obrero organizado sobre la acción estatal.

Aunque algunas de sus fracciones logran pactar con el gobierno evitando que esas reformas

las afecten, las crisis reiteradas dejan sumida a la mayor parte de los trabajadores en el

desempleo, la pobreza y hasta la marginalidad extrema (Murillo, 2008). Esta última persiste

en un franjas de origen mayormente obrero, arrasando poblaciones otrora estables (Kessler

y Espinoza, 2003). A fines de la década, el viejo movimiento obrero comparte su relevancia

con grupos marginales como el “movimiento piquetero”, de mayoritario origen obrero, q ue

mezcla prácticas de su experiencia sindical anterior con estrategias de adaptación surgidas

en la experiencia territorial de la marginalidad (Peralta, 2007; Senén y Bosoer, 2009).

Esa transición del mapa social asentado principalmente en la industria y su expansión, a

uno basado en servicios de disímil vinculación a patrones de modernización, y con eso la

 producción de una nueva y extendida heterogeneidad, indica una transformación social que

tiene más de desarticulación, que de reemplazo de viejos conglomerados sociales por otros

ligados a una nueva modernización. Puja en un sentido el ascenso social que protagonizan

el aumento de técnicos y profesionales ligados a los núcleos más dinámicos del modelo y,

en otra, un descenso extendido a manos de la desaparición de puestos obreros asalariados,

Page 101: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 101/226

  230

la reducción del empleo público y su recambio, principalmente, por servicios informales

y/o inestables en el sector privado (Kessler y Espinoza, 2003). Unos servicios que absorben

empleos en posiciones bajas antes asociados a obreros industriales no especializados. La

mayor parte de los nuevos puestos de trabajo en los años noventa corresponden a

 posiciones precarias, de bajas remuneraciones, sin cobertura social y alta rotación, que

abren cursos de diferenciación dentro de la propia clase media y la expansión de estratos

más bajos y marginales (Altimir y Beccaria, 1999; Mora y Araujo, 2002).

La crisis del modelo de apertura y liberalización de la economía que estalla entre 1998 y

2001 profundiza estas tendencias. El desempleo se dispara, la asalarización informal gana

terreno ante aquella formalizada, mientras cae el peso de los asalariados en la distribución

general del ingreso (Dolle, 2010). A fines de 2001 llega la dilatada defunción de la“convertibilidad cambiaria” adoptada en 1991. La declaración oficial de moratoria de la

deuda pública -el “default”- y la devaluación en medio de una de las peores recesiones de la

historia local, claman cambios ante una dramática “acefalía”. El drástico programa

antiinflacionario resulta insustentable ante la volatilidad de los flujos externos de capitales

y el pago de la deuda externa (Macedo y Farhi, 2002). Bajo la peor crisis económica vivida

se buscan alianzas sociales inéditas, como entre sectores medios y obreros empobrecidos,

dado el “estallido” del modelo económico y el orden político. 

La esquiva conciliación entre neoliberalismo y un nuevo “nacionalismo” 

El curso dramático de sucesiones presidenciales que sigue al desplome de De la Rúa es

indicativo de la hondura que ha alcanzado la crisis política, como expresión de la ausencia

de una alianza social y política dominante que se arrastra por décadas, capaz de estabilizar

un pacto de dominación de alguna historicidad. Una crisis que, por cierto, no tiene origen ni

exclusividad en los desastres del último gobierno, sino apenas su último capítulo y, acaso,

la coronación -dentro de esta etapa histórica, pues en la “larga duración” emula en este

sentido con otros episodios- de un curso anterior. Tras una espectacular huida de De la Rúa

 por los techos de la Casa Rosada, le sigue un curso no menos dramático de sucesiones

Page 102: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 102/226

  231

 presidenciales, comenzando por Puerta, el Presidente del Senado, que renuncia a las 48

horas por falta de apoyo. Tras ello asume el gobernador de San Luis, Rodríguez Saá,

apoyado por el Frente Federal, un grupo de pequeñas provincias dentro del peronismo,

quien alcanza a declarar el default financiero, y con eso otorga reconocimiento oficial a la

insolvencia argentina ante las deudas contraídas. Dos semanas más tardes, al despuntar el

año 2002 la Asamblea Legislativa que recién vuelve a cambiar su testera, ahora a manos de

Caamaño, invoca finalmente la ley de Acefalía Presidencial, designando a Duhalde, una de

las principales figuras del peronismo. 

Bajo la pugna entre los grandes grupos económicos, donde las privatizadas empresas de

servicios y los bancos externos presionan por una dolarización de la economía mientras el

empresariado productivo, desde la UIA, la Cámara Argentina de la Construcción y lasConfederaciones Rurales Argentinas (CRA) reclama una devaluación, en un giro decisivo

 para la siguiente década Duhalde se inclina a favor de estos últimos, los llama “comunidad

 productiva” y los contrapone al poder financiero. Retorna el discurso de la protección a la

 pequeña y mediana industria como fuentes de reactivación económica, en una búsqueda de

apoyo en los sectores medios, vital dada su actitud de abierta rebelión contra la banca y el

contexto más general de conflictividad social (Peralta, 2007; Rubinzal, 2010).

Empero, esta vez el giro no consiste en una reedición de los viejos términos nacionalistas y

 populistas, sino apenas el inicio de una tortuosa búsqueda de términos de conciliación entre

esas herencias, probadamente latentes en el escenario social y político, y los poderosos

intereses locales y externos que empujan en términos neoliberales. Una conciliación difícil,

 pues en cualquier combinación, será una donde no caben todos, social ni políticamente. La

historia local es bastante clara en cuanto a que los giros hacia uno u otro lado traen duras e

inflexibles exclusiones, donde la “puja distributiva” y su expresión reiterada en un concepto

estamental y prebendario de la acción estatal, alcanza muchas veces connotaciones cuasi

vengativas, en la medida que tal lógica del conflicto social y político incluye un esfuerzo de

desarticulación de los términos de constitución social y política de los grupos contendores,

configurando una suerte de juego de suma-cero de realización, por cierto, imposible.

Page 103: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 103/226

Page 104: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 104/226

  233

Lavagna en la línea de ahondar la alianza con la “comunidad productiva”, por lo que busca

mantener un tipo de cambio alto que estimule la reactivación económica a partir de las

exportaciones y la industrial local en detrimento de las importaciones (Rubinzal, 2010;

Peralta, 2007). Para eso busca negociar a la vez con el sector financiero -y su correlato en el

Banco Central- y los organismos internacionales. Impulsa dos medidas reclamadas por la

 banca y por el FMI. Deroga la Ley de Subversión Económica, invocada en causas judiciales

contra entidades financieras por el traspaso de recursos desde el sector productivo, a partir

del concepto de “vaciamiento de empresa”. Y modif ica la Ley de Quiebras para declarar la

emergencia productiva y crediticia, y suspende por tres meses los pedidos de quiebras y

ejecuciones judiciales y extrajudiciales por deudas impagas, facilitando que se repacten con

sus acreedores (Rubinzal, 2010). Esto último se alarga con una oferta de canje voluntario de

depósitos reprogramados por nuevos títulos públicos -le sigue otra meses más tarde- quetraspasa al Estado parte de la deuda bancaria con los ahorristas.

Todo eso logra atenuar la pugna entre los grandes grupos económicos, incluso echa bases

 para un consenso entre ellos, lo que no se extiende a la conflictividad de otros sectores de la

sociedad, cuya escalada sigue tras la devaluación y la pesificación forzada de los depósitos,

que perjudican a pequeños ahorristas, asalariados y jubilados (Peralta, 2007). Uno de sus

hitos principales es la “Masacre de Avellaneda” ocurrida en junio, donde la represión de la

 policía bonaerense a una protesta de los desocupados acaba con dos muertos. Su impacto

acelera las elecciones presidenciales -a abril de 2003-, la renuncia de Duhalde a la

reelección, y el fin del “corralito” -a fines de ese año- liberando los depósitos retenidos

(aunque perduran ciertos controles cambiarios para conservar el tipo de cambio alto).

De nuevo las elecciones presidenciales están marcadas por la disgregación política, y la

 pugna interna peronista en particular, que llega con tres candidatos a la primera vuelta: el

mismo Rodriguez Saá, el mismo Menem, y Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz.

 El kirchnerismo y la forja de la alianza “productivista” desde la acción estatal  

Page 105: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 105/226

  234

A segunda vuelta pasan Menem y Kirchner. Éste último apoyado por Duhalde y el aparato

 peronista del conurbano bonaerense, que suma casi la mitad del electorado. Pero Menem se

antes. Pese a ganar la primera vuelta, ahora va atrás en las encuestas, y contra un amplia

confluencia contra su candidatura, ahora asociada a la crisis de la convertibilidad (Rubinzal,

2010). Lo que, más que lealtad política, indica su ausencia, la extrema volatilidad reinante,

 pues ese rechazo no asoma en primera vuelta; lo que, por cierto, posibilita su manejo

 burocrático. Asume así Kirchner con 22% de los votos, como el Presidente menos votado

en la historia local. Una debilidad que extrema el imperativo de un pacto más amplio entre

actores del conflicto económico y social. Por eso sigue la línea de Duhalde ante la pugna

entre grupos económicos, y abre una política hacia ciertos sectores obreros y marginales.

Ratifica a Lavagna en el Ministerio de Economía y consagra la línea de aproximación a la

“comunidad productiva”, basada en un tipo de cambio alto que cautela el Banco Central, la

recuperación de reservas, bajas tasas de interés y el control inflacionario mediante

retenciones a las exportaciones, salarios bajos y tarifas controladas (Rubinzal, 2010).

Bajo esos apoyos estatales, desde 2004 llega un auge paulatino, tanto en áreas receptoras de

inversión externa como el agro (con la incorporación de tecnologías), el sector automotriz,

y otras nuevas como los servicios transables y la minería (Rubinzal, 2010; Peralta, 2007).

Así, aunque declara el impulso de una reindustrialización basada en la pequeña y mediana

empresa local, esta pauta de crecimiento refrenda una estructura altamente concentrada en

la industria y el control de las grandes empresas en la formación de precios; sobre todo en

el sector exportador, donde la política cambiaria consolida su primacía (Peralta, 2007).

En la misma línea de preservar la correlación de fuerzas, se sigue tras un entendimiento con

el FMI y la banca acreedora internacional, expresada en 2005 en unas “propuesta Dubai” y

“propuesta Buenos Aires” que abren el canje de la deuda en “default” por nuevos títulos a

 bajo el reconocimiento de intereses devengados e impagos hasta 2002 (en 40% se emiten en

moneda local para atenuar la exposición de las finanzas públicas al riesgo cambiario). Así,

a fines de ese año se anuncia la cancelación anticipada de la totalidad de la deuda con el

FMI, para aliviar tal presión sobre la política económica local (Rubinzal, 2010).

Page 106: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 106/226

  235

Pero si ante la pugna de los grupos económicos Kirchner sigue la línea abierta por Duhalde,

frente a ciertos grupos populares y medios empieza a fundar sus propias bases. Aquí busca

institucionalizar una red de influencia bajo la incorporación clientelar de actores relevantes

del descontento social de fines de los años noventa. Para Halperin 31  se apuesta a forjar, a

 partir de esas organizaciones, una red de apoyo que compense el soporte que no reciben del

sindicalismo oficial y la maquinaria peronista -cuyo apoyo electoral llega por descarte32- así

como al débil apoyo electoral inicial. Siguen nombramientos y medidas en beneficio de

esos sectores, como la Subsecretaría de Tierras para el Hábitat Social a manos de D’Elía,

dirigente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV), relevante organización de

los desocupados, integrada a la CTA y animadora de los Congresos Nacionales Piqueteros

contra de De la Rúa. Se devuelve la personería jurídica -retirada por el gobierno militar- a

la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte liderada por Moyano, quienluego asume el liderazgo de la CGT, reconstituye la alianza del organismo con la política

oficial peronista, y ocupa un sitio central en las bases de sustentación del kirchnerismo.

En la misma línea se busca la aproximación hacia el movimiento piquetero a través de los

 programas del Ministerio de Desarrollo Social (Peralta, 2007). Al anotado Plan Trabajar se

suma Manos a la Obra, de subsidios y capacitación a pequeñas y medianas empresas. Por

estas vías Kirchner suma un amplio sector del movimiento piquetero, sobre todo aquel que

colabora ya con Duhalde y recibe importante cuota del Plan Trabajar, casi en su totalidad

aglutinado en torno al movimiento “Barrios de Pie” de Tumini y Ceballos, que integran los

dos gobiernos kirchneristas. En tanto, las fracciones que resisten esta incorporación, buscan

mantener la movilización y se van aislando, dividiendo y, sobre todo, perdiendo apoyo en

los sectores medios, en un curso propiciado por una acción gubernamental que a la vez

evita la acción policial sobre estas movilizaciones (Peralta, 2007).

31  “Tulio Halperin Donghi: ‘La prosperidad del campo alcanzó a amplios sectores de la sociedad’ ”, Los

Andes, 22 de Junio de 2008, http://www.losandes.com.ar/notas/2008/6/22/politica-365546.asp 32 Al inicio Duhalde levanta al cordobés De la Sota, que no logra adhesión popular. Luego unge al santafesino

Reutemann, que lo rechaza. Tras esos fracasos, y el amago de Menem en primera vuelta, mueve el apoyo del

aparato duhaldista hacia el santacruceño Kirchner (Rubinzal, 2010).

Page 107: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 107/226

  236

Las elecciones legislativas de 2005 reflejan estas alianzas hacia arriba y abajo. Junto al

repunte del empleo que logra la estrategia post-convertibilidad (casi 3 millones de puestos

de trabajo entre 2001-2005), la aprobación social de acciones como la anulación de las

Leyes de Punto Final y Obediencia Debida o la destitución de jueces de la Corte Suprema

involucrados en casos de corrupción bajo el período de Menem, más la continua dispersión

de los actores políticos tras la crisis de 2001, permiten superar la debilidad inicial de este

gobierno (Rubinzal, 2010). Los comicios marcan la conformación del kirchnerismo. El

oficial Frente Para la Victoria (FPV), que suma al sector kirchnerista dentro del PJ y

dirigentes y formaciones regionales de un Frepaso disuelto bajo la crisis de 2001, obtiene la

mayoría senatorial absoluta y una mayoría simple en la Cámara de Diputados, superando a

su más cercano competidor, la lista oficial del propio PJ (Rubinzal, 2010). Esta vez suma

elección de la primera dama -hasta entonces senadora por Santa Cruz- Cristina Fernández por el cupo senatorial de la Provincia de Buenos Aires, marcando con ello la inserción del

kirchnerismo en el bastión decisivo del peronismo y el país en general.

Fortalecido, el gobierno emprende un giro con una salida de Lavagna de la cartera de

Economía bajo la tensión por la apuesta al sector productivo y su compatibilidad con la

contención inflacionaria (Rubinzal, 2010). A ello sigue una reestatización de empresas

 públicas privatizadas. Aunque iniciada en 200333  alegando incumplimientos contractuales

de esas compañías por el cambio de su situación financiera con el fin de la convertibilidad,

esta vez se trata de la “recuperación” entre 2005 -2007 de gran parte del sector radio-

eléctrico, la línea de Ferrocarriles Metropolitanos San Martín, Yacimientos Carboníferos

Fiscales y casi el 85% del servicio de agua potable en el país (Rubinzal, 2010). Ahora sigue

una línea distinta de control de la inflación. En 2004 parte con un alza de precios en los

alimentos, ante lo que se busca acuerdos de precios con las productoras y comercializadoras

y se crea una Secretaría de Comercio Interior (Rubinzal, 2010). Esos acuerdos de precios

ayudan a recuperar el poder adquisitivo de los asalariados, pero en 2007 no logran frenar la

inflación. La destitución de la directora de la división de IPC del Instituto Nacional de

Estadísticas y Censos, encargada de medir la inflación, desata acusaciones de intervención

hacia esa Secretaría y la manipulación de esas estimaciones. Proliferan consultoras privadas

33 Con la estatización del Correo Argentino, controlado por la dupla Grupo Macri -Banco de Galicia.

Page 108: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 108/226

  237

que difunden sus propios índices, poniendo en entredicho las cifras oficiales, y con eso las

limitaciones de la apuesta “productivista” que emprende Duhalde y profundiza Kirchner. 

Aparte del problema inflacionario, otra limitante de esa línea que sigue a la convertibilidad

estriba en desigualdad de ingresos. Si desde 2002 viene reduciéndose el desempleo y la

 pobreza, aún son altos y no se acompañan, además, de una desconcentración de la riqueza.

Ello se agrava con una estructura tributaria regresiva, donde el 50% de la recaudación viene

de impuestos al consumo, cargando el mayor peso a los grupos de menores ingresos. De ahí

 protestas de trabajadores petroleros a inicios de 2006 en Santa Cruz, contra un impuesto a

la ganancia cuyo mínimo no imponible, reducido con el “impuestazo” de 1999, no se ajusta

aún (Peralta, 2007).

Aunque estas limitaciones no impiden el triunfo cómodo de Cristina Fernández de Kirchner

en las elecciones presidenciales de 2007, junto a Cobos, el Gobernador de Mendoza como

Vicepresidente, al frente de una fracción radical: los “radicales K” (Rubinzal, 2010). Pero

el giro de 2005 marca al nuevo gobierno. Si en los primeros años de Kirchner la apuesta por

la “comunidad productiva” involucra una negociación permanente con otras fracciones del

capital, en adelante esta apuesta trae consigo una tensión creciente con los sectores

agropecuario y financiero.

Tensiones con sectores empresariales bajo “Cristina K” 

Una resolución de Lousteaul, Ministro de Economía, desata el “conflicto del campo”, la

 primera disputa que expone la tensión anotada en el sector exportador. Ante la especulación

en los mercados de commodities norteamericanos poco antes de la crisis externa de 2008-

2009, que eleva el precio de los alimentos, esta resolución instala un sistema de retenciones

móviles a las exportaciones de soja, girasol, maíz, trigo y sus derivados, destina incentivos

 para la industria lechera y abre una negociación con el sector de carne bovina, en la idea de

atenuar las oscilaciones externas de los precios, mantener la política cambiaria de dólar alto

y revertir la sojización del agro local que data de los años setenta y se agudiza a fines de los

noventa, ahora refrendada en el alza de precio de la soja en 2004 (Rubinzal, 2010).

Page 109: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 109/226

  238

El alza en las retenciones sobre las exportaciones de soja y girasol concita el rechazo de las

 principales organizaciones de empresarios agrícolas -la Sociedad Rural Argentina, las

Confederaciones Rurales Argentinas, la Federación Agraria Argentina y la Confederación

Intercooperativa Agropecuaria Limitada- articuladas en la Mesa de Enlace Agropecuario y

la realización de un paro que se alarga por tres meses, con cierres patronales parciales, el

 bloqueo de rutas y puertos, que siguen otros gremios empresariales como el de transporte.

Las seguidas y masivas movilizaciones a favor y en contra de la Resolución 125 muestran

la amplitud de las fuerzas en pugna. Para el gobierno, esta pugna es la primera medición de

fuerzas del clientelismo que viene poniendo en marcha y, del otro lado, la capacidad de

movilización que aún detentan las fuerzas beneficiadas durante los años noventa, que se

extienden -apunta Halperin34- en las repercusiones que la riqueza y prosperidad acumuladaen las regiones cercanas a la Pampa Húmeda ha tenido en sus centros urbanos más

cercanos, como Rosario, Paraná, Córdoba o Mendoza. Luego de negociaciones fallidas, el

gobierno envía un proyecto de ley sobre retenciones al Congreso, deja en sus manos la

resolución del conflicto, que llega en las formas propias del derrotero político previo.

Aprobada en la Cámara de Diputados, empata en el Senado y dirime el Vicepresidente, con

un rechazo gubernamental al proyecto que anula la resolución (Rubinzal, 2010). El

“conflicto del campo” marca un triunfo del sector agroexportador, y una derrota política

 para el kirchnerismo y la línea abierta en 2003. En lo inmediato, además, pone fin a la

“concertación plural” entre el kirchnerismo y grupos del radicalismo.  

La pugna con el sector agroexportador no termina ahí. En 2009 se crea el Fondo Federal

Solidario, integrado por el 30% de las recaudaciones fiscales por derechos de exportación

de soja, ha repartirse entre las provincias conforme a la Ley de Coparticipación Federal de

34

 “La defensa de la prosperidad “del campo”, una prosperidad que se percibe mejor que en el mismo campoen los centros urbanos menores (…) la solidez que conserva el movimiento de protesta, que se debe más bien

a que - por desigual que sea la distribución de los frutos de la “prosperidad del campo”-, ésta ha alcanzado a

 sectores mucho más amplios de la sociedad de la pampa húmeda de lo que sostiene (y sin duda cree) la

 señora Cristina Fernández de Kirchner”. “Tulio Halperin Donghi: ‘La prosperidad del campo alcanzó a

amplios sectores de la sociedad’ ”, Los Andes, 22 de Junio de 2008,

http://www.losandes.com.ar/notas/2008/6/22/politica-365546.asp 

Page 110: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 110/226

  239

1988, lo que busca el apoyo de los gobiernos provinciales en dicha pugna (Rubinzal, 2010).

Otro capítulo del “conflicto del “campo” es la guerra del kirchnerismo contra el principal

conglomerado mediático del país, el Grupo Clarín35  que, en medio de las negociaciones

anotadas, se juega la posibilidad de controlar las dos principales cable operadoras locales y

adquirir el 40% de la empresa de telefonía Telecom, bajo una destacada cobertura a los

 productores agropecuarios movilizados contra el alza de las retenciones. Esta disputa que

sigue al “conflicto del campo” adopta la forma de una limitación a la concentración

oligopólica de medios de comunicación. Aprobada a fines de 2009, esta Ley de Servicios

de Comunicación Audiovisual, fija un límite de un tercio del espectro audiovisual para

medios privados y deja el resto al Estado y medios comunitarios, y reduce el tope licencias

de medios de comunicación permitidos a una persona jurídica. Con esta “ley de medios”, el

Grupo Clarín se convierte en un actor abierto de las pugnas contra el gobierno, jugando unrol relevante en las elecciones legislativas de ese año.

Otro flanco de tensión, resuelto con más éxito por el gobierno, es la continuación del curso

de reestatizaciones iniciado por Kirchner (Rubinzal, 2010). En 2008 se extienden al rubro

aeronáutico: Aerolíneas Argentinas, Austral Líneas Aéreas, la ex fábrica militar de aviones

de Córdoba36, entre otras compañías. Pero la nacionalización más relevante es en el ámbito

 previsional, que pone fin al sistema de AFJP instaurado bajo Menem, creando el Sistema

Integrado Previsional Argentino de reparto universal. Una reforma de amplia aceptación,

 basada en acusaciones de “promesas incumplidas”, puesto que las AFJP no amplían la

cobertura del sistema previsional, más bien decae con el desempleo y la precarización

laboral de los años que corren entre 1995 y 2003; tampoco contribuye a formar un mercado

local de capitales (un 56% de la cartera es invertida en títulos públicos y menos del 1%

destinado a proyectos de inversión en apoyo al crecimiento económico); ni configura una

situación de competencia (de las 26 AFJP en 1995, sólo quedan diez, casi todas a manos de

capitales externos) (Rubinzal, 2010). En suma, aquél sistema previsional tampoco resulta

un negocio rentable para la mayor parte del sector financiero, lo que hace débil su defensa.

35 De capitales principalmente locales, asociados al grupo inversor estadounidense Goldman Sachs.36 Concesionada a la firma norteamericana Lokheed Martin Aircraft.

Page 111: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 111/226

Page 112: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 112/226

  241

Estas iniciativas involucran endeudamiento externo, en especial con el Club de París 37,

Brasil y Venezuela, y una vez más, el curso político es zigzagueante. Para reducir la carga

financiera sobre el tesoro nacional, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia se crea

el Fondo del Bicentenario con excedentes de reservas del Banco Central destinados al pago

de intereses de la deuda, a fin de financiar las iniciativas apuntadas. A las reticencias del

Banco Central -y con eso, del sector financiero- que terminan en la destitución de Redrado,

su Presidente, se suman acciones legislativas y judiciales que traban su implementación con

medidas cautelares. Ante la presión del sector financiero y el parlamento por una autonomía

del instituto emisor que aprecian sobrepasada, el gobierno adelanta pagos de la deuda con

el Banco Mundial y el BID, y emite otro Decreto que crea el Fondo de Desendeudamiento

Argentino (FONDEA), que además del monto se diferencia de su frustrado predecesor en

que involucra como contraprestación al Banco Central la emisión de un título de deuda endólares del Tesoro nacional a 10 años plazo. Este último decreto también concita acciones

legislativas y judiciales en su contra, que terminan a comienzos de 2010 cuando el Poder

Judicial deja sin efecto las medidas cautelares que dilatan la ejecución del FONDEA.

¿Retorno a la matriz nacional-popular? Recuperación parcial y cambios en los grupos

 sociales tras la crisis de 2001

Como se ha visto, el debut de Kirchner en 2003 está marcado por el hecho de encarar los

estragos de la peor crisis económica y social de la historia local. Su gestión busca reducir la

deuda externa, mejorar los términos de intercambio, aumentar las reservas internacionales,

recuperar la industria, contener la inflación, reducir el desempleo y la pobreza (Rapoport,

2010). Uno de sus mayores logros es la resolución del “default” mediante una propuesta de

canje de deuda, aceptada por la mayoría de los acreedores locales y externos. En su gestión

reaparece el Estado como árbitro de los conflictos entre actores económicos y sociales, a

 partir de la regulación de precios (a través de subsidios al transporte y los servicios de luz,

gas, agua) y su efecto en la transferencia de ingresos hacia sectores medios y trabajadores,

la protección del mercado interno y el papel de árbitro en la puja distributiva entre capital y

trabajo, reabriendo las negociaciones colectivas (Dolle, 2010). Ello debilita la concepción

37 Foro informal de países acreedores y deudores, principalmente las grandes economías.

Page 113: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 113/226

  242

de Estado subsidiario impuesta por Menem en los años noventa, y pese a que mantiene una

 prioridad en los equilibrios macroeconómicos y el control presupuestario, busca un t ipo de

cambio en línea con la competitividad de la producción local, una baja del endeudamiento

externo, tanto público como privado, debilitar la hegemonía del sector financiero en la

economía, y emplea políticas de alzas salariales y subvenciones, como forma de recuperar

la demanda interna (Ferrer, 2008; Rapoport, 2010). Esto lleva a muchos a apuntar el fin de

las políticas neoliberales a ultranza, bajo una suerte de aggiornamiento del capitalismo

ligado a formas de desarrollo más cercanas al estilo de las décadas de 1930 a 1970 (Peralta,

2007; Ferrer, 2008; Rapoport, 2010; Sidicaro, 2010). Pero el panorama social más que traer

la recuperación de los grupos sociales más afectados por los “golpes del mercado” en los

años noventa -que, por cierto, parcialmente la hay- apunta más bien a la emergencia de

nuevos rasgos, ahora en forma atemperada por los equilibrios “nacionalistas” logrados,

alusiva a los grados en que se proyecta la herencia de las reformas menemistas.

Entre 1998 y 2009 retorna el crecimiento del empleo asalariado, aunque de baja calificación

en la gran y mediana empresa del sector formal de la economía. Se reducen la desigualdad,

el desempleo y la pobreza (Dolle, 2010; CEPAL, 2010). Pero no se recuperan los grados de

 bienestar propios de los años sesenta y setenta (Ferrer, 2008; Peralta, 2007). Sigue un grupo

relevante de la clase trabajadora en condiciones de informalidad o desempleo abierto 38. Se

trata de una recuperación parcial de la clase media y trabajadora, tanto de sus condiciones

de trabajo como sus salarios, que sugiere que dicho panorama responda, ya no una situación

de crisis temporal, sino a un rasgo de la nueva fisonomía de la sociedad argentina. Esto es,

una recuperación parcial del bienestar económico y social, pero en condiciones de

estabilidad laboral diferenciada entre los grupos sociales, lo que constituye un panorama

muy distinto en términos de las posibilidades de reeditar viejas alianzas sociales.

Tras la crisis de 2001-2002 se ajusta el modelo económico a un tipo de cambio alto que

favorece la reactivación de las actividades orientadas al mercado interno, en especial a la

industria, incluidos medianos y pequeños empresarios (Beccaria y Mauricio, 2007). La

38  Ver Anexo Estructura social, II. Estructura social argentina, Cuadro 4: Evolución PEA ocupada y

desempleo urbano, Argentina, 1998-2009 (%).

Page 114: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 114/226

  243

devaluación reduce los costos laborales, elevando la competitividad de la producción local,

mientras encarece las importaciones. Allí, la sustitución de importaciones encuentra, otra

vez, un campo propicio (Dolle, 2010). En este sentido, la economía vuelve a un patrón que

enlaza sectores industriales y de servicios locales volcados al mercado interno, con aquellos

 primario-exportadores, donde los productos primarios y las manufacturas agropecuarias aún

dominan las exportaciones. Sumado a la industria de commodities, de bajo valor agregado y

en variantes de administración local asociadas a capitales externos (Ferrer, 2008).

En esta etapa los sectores medios, tanto independientes como asalariados, recuperan parte

de su nivel de ingresos y capacidad de consumo, con la expansión de grupos profesionales

y otros poco calificados. Pero estos últimos alcanzan mayor participación en el ingreso en

estos años, lo que indica una mesocratización fundada sobre todo en grupos medios bajos(Wortman, 2010). Además, persiste la heterogeneidad que adoptan los grupos medios en

los años noventa. Si sus sectores altos y calificados elevan los ingresos, en aquellos menos

competitivos se estancan y su estabilidad laboral y nivel de vida dependen en demasía de la

 política estatal (Mora y Araujo, 2010). Se así proyecta un sector medio competitivo forjado

en los años noventa, de medianos propietarios, profesionales de empresas privadas de

servicios y empleados públicos calificados, una nueva clase media fruto de las reformas

neoliberales, culturalmente muy distinta de aquella proveniente del desarrollismo no sólo

 por su ethos individualista, sino su formación profesional ajena a la educación pública y la

aversión a participar de proyectos colectivos (Wortman, 2010; Mora y Araujo, 2010). En

cambio, si los grupos menos competitivos en el desarrollismo se componen de trabajadores

del sector privado formal e informal, pequeños comerciantes, cuentapropistas y un sector de

empleados públicos, en su mayoría sindicalizados; hoy, sus mejoras salariales no responden

tanto a la presión sindical como a la demanda del mercado (Mora y Araujo, 2010). Una

heterogeneidad de los actuales sectores medios que completa una amplia franja en riesgo de

volver a condiciones de pobreza bajo una nueva crisis económica (OCDE, 2010). Así, pese

a que suman el sector mayoritario de la sociedad, estos grupos medios no tienen rasgos de

homogeneidad social y cultural capaces de proyectarlos como sujeto político. Difieren en

su situación material, expectativas, demandas, opciones de consumo y valoración de la

 política (Wortman, 2010). La calificación formal tradicional -educación superior pública-

Page 115: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 115/226

  244

ya no es una distinción relevante que abre el acceso a la clase media “competitiva”. Otras

capacidades vinculadas al manejo de idiomas o el acceso a redes sociales que proporciona

la educación privada, explican ahora dicho ascenso social, lo que altera uno de los símbolos

más expresivos del ascenso social en Argentina, a saber, la educación pública, que por su

deterioro, es apreciada como una vía de reproducción de la desigualdad (Wortman, 2010).

En definitiva, se consolida una nueva franja media que mejora su condición social a partir

de los cambios económicos de los años noventa y se distingue en sus estilos de consumo

(Wortman, 2010). Mientras que los grupos medios provenientes del desarrollismo viven

una recuperación parcial con el crecimiento económico, mejoran sus empleos e ingresos, se

apoyan en la expansión del crédito y los subsidios estatales, fundando así su acceso al

consumo material y cultural (Mora y Araujo, 2010). Pero una parte considerable de esas“clases medias desarrollistas” permanece bajo fuertes cursos de ascenso y descenso social,

que no le permiten afirmar su recuperación en la sociedad (Jorrat, 2008).

En cambio, un rasgo distintivo de esta etapa es la recuperación de los obreros asalariados.

La reactivación industrial expande el empleo asalariado en empresas medianas y grandes,

mientras se reducen las ocupaciones independientes. Todas las ramas productivas elevan su

demanda de mano de obra, pero la construcción y los servicios encabezan esa reactivación

económica y del mercado laboral (Peralta, 2007; CEPAL, 2010). Un alza del empleo que

viene con mayor formalidad y mejoras salariales (Dolle, 2010). Este último vinculado a la

recuperada capacidad de presión sindical sobre el Estado (Palominos, 2006). Los obreros

industriales calificados logran salarios superiores, gracias a esa presión sindical y la escasez

de mano de obra en las áreas más dinámicas de la economía (Mora y Araujo, 2010). La

reinstalación de la negociación colectiva bajo iniciativa estatal produce gran parte de ese

mejoramiento salarial (Palominos y Trajtemberg, 2006), recuperando con ello la histórica

articulación clientelar entre gobiernos peronistas y el sindicalismo.

 Más allá de los ideologismos, el panorama social del conflicto

Page 116: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 116/226

  245

Más allá de ideologismos que, usualmente en la región y Argentina en especial, suelen

articular relatos sobre las disputas por las direcciones que asume el modelo de desarrollo y,

muy de la mano de ello, las orientaciones que adopta la acción estatal, lo que entrega más

lumbre sobre el carácter y sentido de esos conflictos y sus actores es el panorama de los

grupos sociales protagónicos. Al revés, la mirada suele entramparse en discursos de

legitimación que apelan a idearios comúnmente reconocidos en occidente, pero de dudosa

aplicación por estos lares. El mapa ideológico no suele guardar calce riguroso con el

conflicto social efectivo. En la historia inmediata argentina, cuestiones como liberalismo,

nacionalismo, “neo- populismo”, incluso socialismo, parecen atados a tal entredicho. 

Las interpretaciones sobre la polarización política suelen estar teñidas de ideologismos a

manos de esos patrones, en las que priman críticos o defensores de políticas seguidas, queremiten más a los discursos esgrimidos en las pugnas que a las acciones concretas y su

sentido histórico. El análisis tiende a desvincular a los actores de las bases sociales sobre

las cuales se hace posible determinado comportamiento. Pero, al contrario, el conflicto es el

que permite advertir los grupos sociales significativos en cada período. No existe ninguna

garantía de lograr entender esos procesos de acuerdo a criterios teleológicos (como la idea

de definir categorías sociales, para luego “ponerlas en movimiento” bajo orientaciones que

se supone deben tener). No son ciertos grupos sociales los que definen el conflicto, sino que

es el conflicto el que torna significativos a determinados grupos sociales. Luego, más que

tratar de determinar el comportamiento de ciertos grupos, a menudo definidos teórica o

ideológicamente, es más fructífero atender al conflicto planteado para advertir los sectores

que resultan más significativos al respecto.

En este sentido, la historia inmediata y la actualidad argentina, no parecen tan distintas al

resto de su curso histórico, como sugieren los ideologismos apuntados a manos de un

“quiebre epocal” en torno a patrones nacional-integradores e incluso socialistas. La

 polarización política conserva esa enorme dificultad de calce con la polaridad social, tan

característica de su historia. La estructura social parece chocar en la arena política bajo un

corte que tiene más de vertical que horizontal, enfrentando unos grupos empresariales con

otros por privilegios sobre condiciones de acumulación que se resuelven según se logre

Page 117: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 117/226

  246

inclinar la intervención estatal, y en base a ello estructuran y movilizan diversas alianzas

hacia sectores subalternos, medios y trabajadores, incluidos hoy grupos marginales que

emergen de la transformación reciente. En torno a ello se agitan preceptos que van desde un

liberalismo económico (de dudoso calce en una economía configurada en tamaña medida

 por orientaciones estatales que fijan nichos de acumulación regulados, bajo una práctica

que tiene más de estamento que de mercado); pasando por un nacionalismo integrador (que

excluye de la nación a amplios sectores sociales en casi todas las alturas de la estructura

social); hasta prácticas socialistas (orientaciones anticapitalistas imposibles de advertir en la

 práctica estatal concreta, a menudo confundidas bajo orientaciones más bien

antiimperialistas, pero que de ningún modo involucran lo primero).

De tal modo, la aguda polarización política se atribuye al papel de la dirección política, y aveces hasta se sostiene que corresponde más a ésta que a una efectiva polarización de las

 bases sociales; lo cual invisibiliza el carácter social del proceso político y económico. Estas

lecturas no consideran las bases sociales que son producidas por dichos conflictos,

atendiéndose simplemente a los actores políticos cuya actuación se evalúa. Pero las

dificultades de conducción que se presentan no pueden dejar de tomar en cuenta que

aquellas parecen más bien corresponder a diferencias sociales que a diferencias del discurso

 político. En otras palabras, si es posible tener dos líneas políticas es porque hay bases para

dos líneas políticas, lo que remite a las dificultades de constitución de clase asociadas a la

dominación populista -por cierto, largamente advertidas en la sociología criolla- y, con eso,

la formación de un tipo de polaridad de carácter clasista. A diferencia de ello, dada la larga

tradición de tal dominio populista, en el caso argentino la polaridad política se sustenta en

la confrontación de alianzas sociales de marcada heterogeneidad, un rasgo que -de nuevo:

contrario a los ideologismos en boga- no parece haberse esfumado del proceso político y

económico local. Lo relevante de esto es que plantea una larga e irresuelta dificultad para la

constitución de una alianza social dominante de cierta historicidad. O, al revés, condena a

un tipo de conflicto en que el ascenso de una y otra alianza significa un empeño por borrar

las condiciones de desarrollo social de la otra: de ahí un uso prebendario del Estado y la

lógica de “puja distributiva” que, antes bajo el desarrollismo u hoy con el neoliberalismo,

especifica en el caso argentino a dichos modelos económicos y sociales.

Page 118: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 118/226

  247

De ahí que el distributivismo económico del Estado se constituye en uno de los elementos

fundamentales para entender la inestabilidad política y social. Pero, a diferencia de otras

experiencias regionales donde tales mecanismos se consolidan bajo pactos nacionales

asentados en sólidas correlaciones de fuerza, en este caso los actores rivalizan a un grado

que dicho “distributivismo” deviene factor tanto de estructuración (de unos) como de

desestructuración social (de otros) y, con eso, de crisis política permanente o, si se quiere,

de arrastrada dificultad de constitución de un orden político de alguna historicidad.

Superada parcialmente, tras la crisis de 2001-2002 se recupera el gran empresariado

industrial local, los sectores medios de baja calificación y fracciones obreras industriales

calificadas de orígenes anclados en el período desarrollista. Tal recuperación transcurre amanos de políticas estatales que revierten algunas tendencias arrastradas de las reformas

neoliberales menemistas, empero, estos grupos coexisten con sectores industriales

multinacionales y grandes oligopolios empresariales agroexportadores, capas medias que

emergen bajo el giro neoliberal y grupos marginales que no recuperan sus antiguos

 beneficios, y todos estos resisten las condiciones del orden actual, bajo el cual se han

 proyectado los primeros. El control de la acción estatal, tampoco deja de verse como el

mecanismo por excelencia para alcanzar la posibilidad de privilegios hoy negados, así

como desarticular cualquier capacidad opositora.

Una vez más, algunos sectores medios tradicionales y obreros logran reconstituirse a través

de políticas distributivas y populistas del Estado, amparados en una recuperación de la

economía internacional y de los grandes propietarios agroexportadoras, de los cuales el país

resulta todavía en extremo dependiente, y que en última instancia, más que intentar

conciliar intereses con el resto de los grupos sociales, favorecen estrategias particulares que

contribuyen a sucesivas crisis y cursos de desestructuración social.

Page 119: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 119/226

  248

El exitoso neoliberalismo “avanzado” de la experiencia chilena 

La experiencia chilena aparece usualmente como un caso emblemático de la transformación

neoliberal. Inicialmente, ello responde a su carácter pionero, no sólo regional sino

 prácticamente universal (Harvey, 2001). Un modelo para el cual, conceptualizado

mayormente en torno al llamado Consenso de Washington, se ha alegado su bautizo como

Consenso de Santiago (Isern, 2004). Sin embargo, con el correr del tiempo, en especial ante

las dificultades que aquejan a gran parte de las transformaciones que, por lares más

disímiles -en la ex-Europa oriental, Asia o la propia América Latina, pasando por muchas

naciones occidentales desarrolladas-, siguen este curso, entonces la experiencia chilena se

revela como exitosa no sólo los términos pioneros de realización de unas pautas de este

modelo que muchos atribuyen a la Escuela de Chicago, sino en términos del desarrollo

económico mismo del país. Una cuestión en la que parecen coincidir aduladores y

detractores, sobre todo externos. De este modo, sin erradicar los problemas económicos ni

sociales, producto de este camino, éstos serían hoy los de un país en vías avanzadas de

desarrollo, muy diferentes a los que lo aquejan durante el período anterior.

Una cuestión medular en esta experiencia, que la distingue en no poca medida de otras, esla presencia continua del orden durante este curso, tanto en términos políticos como

sociales y económicos. Se trata de una dimensión relativa a la dominación social y política,

que se articula junto a la emergencia de nuevos grupos empresariales y medios con la

marcha de dicha transformación neoliberal, capaces de erigir una nueva alianza social

dominante de gran trascendencia histórica, hasta la actualidad. Y otra, no menor, que se

asienta en una mucho más larga tradición de orden burocrático, racional-legal, a un grado

tempranamente distintivo en la región, que tiene que ver con la enorme capacidad estatal

 para organizar el conjunto de la vida de la sociedad, empero no ya en los usuales términos

clientelares en la región, que limitan el desarrollo del sistema de partidos y la constitución

de clases sociales (como se ha señalado largamente), sino en unos términos normativos que

no limitan sino estimulan -dentro de ciertos límites, por supuesto- tanto el desarrollo del

sistema de partidos como de la constitución clasista de algunos sectores sociales, echando

Page 120: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 120/226

  249

con ello las bases de un orden social, político y económico distinto. Esa historia no la

inventó el neoliberalismo en Chile. Forma parte de una larga tradición abierta con los

términos de resolución portaleanos del conflicto de independencia hace doscientos años,

que luego marca distintivamente al desarrollismo, la sociedad y el proceso político chileno

del siglo XX. Esa tradición le imprime rasgos distintivos a la experiencia neoliberal

chilena.

El antecedente de una “superestructura avanzada” 

El siglo XX atesora el arranque de la industrialización, también el ingreso al poder de las

clases medias así como su fracaso en el impulso de las transformaciones requeridas paraviabilizar el “salto” hacia un anhelado desarrollo sostenido. Por décadas se esperó que las

clases medias produjeran los cambios culturales e institucionales indispensables para el

avance de la industria (Cepal, 1963). Las expectativas de las masas populares urbanas, el

impacto cultural de la tecnología moderna, el auge de la industria, junto a la decidida

acción política de una clase media antiaristocrática y reformadora, progresista y

modernizadora, habían de bastar para resolver el problema del desarrollo. Pero no se

resolvió. Las clases medias están en el poder por varias décadas, participan del avance

industrial, pero finalmente son responsables de la perduración de importantes facetas del

orden tradicional. Llegan a eso precisamente por proteger sus intereses. Lejos de barrer con

los cimientos del Antiguo Régimen criollo, su inseguridad ayuda a la sobrevivencia,

adaptada a las nuevas condiciones, de importantes fuerzas y formas del viejo orden. No

impulsan una reforma agraria relevante hasta muy tarde, ya en las postrimerías de su gloria.

En vez de ello, más bien, se esmeran en ligarse a la aristocracia. Pues si bien entre las dos

guerras mundiales las clases medias se las arreglan para acceder al poder político, lo logran

sin haberse convertido antes en económicamente poderosas.

Su ingreso al poder y su liderazgo político no se vincula al crecimiento industrial ni su

enriquecimiento. Originada al alero del auge primario-exportador decimonónico y

moldeada en la ambigua modernización urbana preindustrial ligada a él, catapultada al

Page 121: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 121/226

  250

 primer plano por el desplome de la hegemonía oligárquica y la crisis de sus capacidades de

control social, y más tarde por el golpe de gracia que, para el viejo modelo, traen los

vientos foráneos de la Gran Depresión y su impulso a una industrialización “no deliberada”,

las clases medias ingresan al poder político junto a la fuerza del voto de unos grupos

 populares recién liberados del orden agrario. Por cierto, ante la estructura social del

 privilegio y de poder tradicionales se plantean trocarla por una más igualitaria donde por lo

menos sus partidarios urbanos tengan acomodo. Pero el crecimiento industrial

“espontáneo” no da lugar a una cultura industrial capaz de erigirse en una alternativa al

acervo cultural tradicional. Como se sabe, en Europa -en especial la referencial experiencia

inglesa- la industria es pieza esencial de una nueva forma de vida que trajo consigo una

 profunda renovación cultural, que no se reduce a una imitación de los modales y las

actitudes de la vieja aristocracia. Que ello no suceda en Chile se liga a la inexistencia de unauténtico empresariado schumpeteriano o unas bourgeoisies conquerantes, a la debilidad

endémica de las pálidas burguesías existentes, incapaces de desafiar a la vieja oligarquía,

situación que, aunque ascendentes, aqueja también a las clases medias del siglo XX. Si el

expansivo desarrollo capitalista a fines del siglo XIX no es liderado por burguesías,

tampoco la industrialización del siglo siguiente es producto de las actividades de una

 burguesía industrial en ascenso.

Su gran capacidad de supervivencia le permite a la vieja oligarquía ser aceptada como

aristocracia en gran parte del siglo XX, donde a falta de una jerarquía alternativa de valores

culturales y símbolos de prestigio, la única posibilidad de alcanzarlos radica en asociarse

con esa aristocracia, casando los hijos con los de aquella, enviándolos a sus exclusivas

escuelas, comprando tierras y caballos, aprendiendo sus juegos y deportes, ingresando a la

reducida nómina de sus clubes, imitando sus formas de hablar. Las clases medias urbanas y

la descolorida burguesía lo hacen en forma sistemática. Y las viejas clases altas lo alientan,

a cambio de los apoyos políticos y financieros que necesitan para pervivir. De tal modo,

estos grupos celebran un exitoso y duradero contrato social, que en los años sesenta parecen

interrumpir algunas fracciones.

Page 122: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 122/226

  251

Se ha señalado lo peculiar del “arreglo chileno” gracias al que ya en el siglo XIX, y gracias

a un Estado nacional organizado, es el gobierno y no los exportadores locales quien maneja

gran parte de la renta generada por el intercambio exterior, hecho de gran proyección

económica y social (Pinto, 1971 (1)). Tal control estatal de una parte relevante del ingreso

nacional crea tempranamente una estructura de demanda y de empleo, de ampliación de los

servicios públicos y de los grupos sociales dependientes de esos dispendios, erigiendo un

fuerte antecedente de cursos que en tal sentido siguen en el siglo XX. Ello, junto al efecto

del auge económico sobre los servicios privados estimula el desarrollo de diversos grupos

medios en las principales ciudades. Esta expansión y diversificación de los grupos medios,

 bajo la expansión del sistema económico y la creciente urbanización -común en la región-

en Chile adopta el sello distintivo de un temprano crecimiento del aparato público.

Aparecen grupos medios adscritos al gasto fiscal. De una larga contradicción entre unaestructura subdesarrollada y una organización sociopolítica avanzada (Pinto, 1971 (1)). Una

tradición de organización estatal, distintivamente impersonal en la región, anclada en el

temprano ordenamiento portaleano del siglo XIX y trascendente, como cultura, al punto

que especifica la experiencia local de transformación neoliberal controlada por el Estado.

Esa clase media surge articulada políticamente con la oligarquía. Cohabitan dentro del

radicalismo, donde se juega de “carne de cañón” hasta su muy posterior gravitación, en

razón de que encuentra en la maquinaria partidaria un canal de promoción económica y

social, un medio para sustraer tajadas del auge exportador (Pinto, 1971(2)). Aunque ya a

fines del siglo XIX la disgregación oligárquica lleva a algunas de sus fracciones a

entenderse con esos emergentes grupos medios, confiriendo a éstos últimos un poder que

luego se amplía con su ingreso en el juego político gracias a sus vínculos con otros

emergentes grupos de trabajadores. Aunque no es sino hasta más adentrado el siglo XX que

esa gravitación se afirma al cristalizar un nuevo sistema de poder, más afín a los cambios

en la estructura económica y social luego que el edificio social erigido sobre la prosperidad

del salitre entrara definitivamente en crisis. De ahí, en gran medida gracias a su conducción

-en alianza con una miríada de contradictorios intereses que van desde viejos grupos

oligárquicos hasta sectores obreros- el  rumbo nacional enfila hacia una diversificación

 productiva con la industrialización sustitutiva de importaciones.

Page 123: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 123/226

  252

Pero contrario a una mitología que ensalza el papel progresista de estas capas medias, de

conjeturas sobre una estructural comunidad de intereses entre éstas y la clase obrera en

virtud de su posición enfrentada por igual al capital, en medio de la conmoción que sigue a

la Gran Depresión, la propia diversificación social y el consiguiente peso de los grupos

medios la inclina por una alianza con la derecha bajo su temor al desorden que cunde,

 buscando retener su participación en una torta reducida, en donde la clase obrera, diezmada

 por la crisis del sector exportador, donde tenía su fuerza, acaba cediendo ante tal ofensiva.

Al poco tiempo y el nuevo divorcio entre los grupos medios y la derecha lleva a la

formación y ascenso del Frente Popular. Un ascenso que debe morigerar sus contenidos

izquierdistas, cediendo el control del movimiento a la fracción conservadora y terrateniente

del radicalismo, aún en tiempos en que el Partido Radical (PR) llega a ser la principalorganización de la clase media urbana y burocrática. Si bien la gestión del Frente Popular

significa la extensión de la ciudadanía con la incorporación política de sectores obreros

 principalmente, la política de industrialización impulsada no sólo se lleva a cabo sin

violentar a los grupos dominantes, sino que se financia con impuestos indirectos y la

utilización del Estado, lo que implica una crecida de la burocracia fiscal para satisfacción

de los sectores medios (Faletto y Ruiz, 1970).

Es más esta experiencia abre para los grupos dominantes la posibilidad de robustecer a la

 burguesía y adaptar algunos grupos terratenientes al dinamismo industrial; incluso ciertos

núcleos de la alta burocracia pública se van integrando a la burguesía. Aunque priman entre

las capas medias los grupos ligados al empleo estatal, la diversificación gradual y luego

más acentuada de esas clases medias, proyecta un sector muy ligado política, económica y

culturalmente al mundo privado. No sorprende que, con la erosión de la alianza frentista, el

ala derecha radical se acerque a los intereses propietarios dado que el intervencionismo

estatal, en lugar de pugnas, creó puentes entre esas fuerzas. En esta etapa gran parte de los

grupos medios ligados al sector público y privado, elevan su condición de existencia y

amplían la brecha que los separa de la clase obrera. De ahí lo erróneo de ver una ausencia

de políticas definidas en la dirección estatal ejercida por las clases medias, atribuyendo esas

incongruencias a una política abocada a conciliar intereses contradictorios, donde su

Page 124: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 124/226

  253

inclinación por unas u otras alternativas no sólo la determina la fuerza que alcanzan éstas,

sino los propios cambios internos de esa clase media. Las alianzas de sus grupos internos se

ligan al tipo de estructura en que están insertos, y al predominio que una de sus fracciones

logra establecer sobre el resto.

Por esa heterogeneidad interna y la ausencia de una historia común, se les atribuye la

imposibilidad de constituir una capa social políticamente articulada (Johnson, 1961). Al

revés, se les asimila a unas clases medias sin fisonomía por sus limitaciones para asumir el

liderazgo del desarrollo a mediados del siglo pasado (Cepal, 1963). Claro que ciertos rasgos

las distinguen: se asientan en la ciudad, su nivel educacional deviene un factor relevante de

estatus, la intervención estatal marca su liderazgo político, su ascenso va junto a una

expansión del laicismo. Y en la medida en que se alían -sobre todo en un inicio- con grupos populares urbanos, promueven instituciones sociales que arrastran un cambio de la

estructura social. Aunque ello apenas avanza fuera de la ciudad, sin tocar casi la estructura

tradicional del agro. Rasgos estos, por lo demás, poco presentes en los grupos medios

ligados al sector privado, tanto independientes como asalariados.

En general la conducta de los sectores medios se adapta a las formas tradicionales y se guía,

más que por las vías de ascenso social, política y económica típicas de los países modernos,

 por la afirmación de un modo de dominación de clientelas que, por cierto, no siempre es

adverso al progreso (Medina Echavarría, 1964). De ahí la diferencia de sus actitudes

durante su ascenso y bajo su estabilización. Si en su acceso al poder se apoyan en las masas

obreras, creando instituciones que mejoran la condición económica y social de empleados y

obreros, que también alimentan el mejoramiento y la expansión de las capas medias

mismas, luego sigue el uso de formas tradicionales -pese al sello modernizador- para

asegurar el estatus adquirido. En cambio, al estabilizarse palidece esa alianza originaria con

sectores obreros, mientras se arraigan formas de dominio de clientelas y patronazgo y la

autopromoción bajo el sistema vigente. La puja por empleo que excede la capacidad de

satisfacerla, frena la instauración de una competencia genuina y refrenda los viejos juegos

de clientelas como vía de ascenso social. Los nexos familiares y políticos abren una red

extendida en sectores privados y públicos que conserva y mejora el estatus de clase media.

Page 125: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 125/226

  254

Por eso, pese a la considerable movilidad social, esta aprovecha las ventajas de unas

relaciones semicerradas -distribución prebendaria de oportunidades- que traza desiguales

oportunidades para los grupos y clases sociales, incluso dentro de los propios grupos

medios. La propia ampliación de la participación ciudadana se ha interpretado como una

 política de estos grupos medios en ascenso, para forzar al viejo orden a aceptar el ingreso

de sus expresiones políticas y sociales en la trama del poder. Lo mismo respecto de su

estímulo a la sindicalización de los trabajadores urbanos e, incluso, la expansión de la

educación pública.

Quiebre del ascenso popular y bases sociales de la refundación autoritaria

La ausencia de una burguesía industrial robusta abre espacios poco comunes a ciertosgrupos medios en la conducción del desarrollo, sobre todo desde un aparato estatal que

arrastra una maduración de larga data. El reducido peso industrial de ese empresariado a

áreas como la línea blanca o textil, pero nulo en áreas “pesadas” que recaen sobre el Estado

invariablemente, aumenta el poder de esa administración de los sectores medios. La

independencia de esa burguesía deambula perdida entre tal burocracia y la oligarquía

hacendal que encarna un modelo de dominación trascendente y proyecta su influjo en la

cultura política bajo un cerrado monopolio del prestigio social. La reforma agraria de los

años sesenta -antes es sólo de “macetero”- y luego la mutación neoliberal recién alteran ese

cuadro como no lo hace el liberalismo decimonónico ni el desarrollismo.

Un pueblo menos homogéneo que lo apuntado por ideologismos, crece con la extinción

campesina, de un peonaje atado a la longeva hacienda que frena su acceso al mercado y a la

formación de un sujeto sociopolítico hasta los años sesenta, sin calce en la imagen clásica

del pequeño productor independiente. De sus migraciones, primero con el auge minero y

luego la decadencia hacendal, surgen los grupos obreros y marginales urbanos. Si una

“primera clase obrera“, más independiente de ese origen rural despunta entre el artesanado

urbano y erige una cultura obrera, su magro peso sucumbe ante la “segunda” del éxodo

rural forzado a las pampas salitreras, bajo “enganches” y vedas al circulante que evitan un

mercado de trabajo, signada por una condición de masa más que de clase, que tras la crisis

Page 126: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 126/226

  255

salitrera resurge más dependiente del empleo estatal que privado de la industrialización,

sujeta a tal injerencia en su constitución sociopolítica donde encauza demandas de

incorporación. La marginalidad urbana crece con el ocaso de la hacienda y la migración

desde los años cincuenta, desnudando los límites de la industrialización y las restricciones

de una integración social y política que alcanza para los grupos obreros y a ellos los

excluye. De ahí otra demanda de incorporación, pero esta vez carente de vías de

 procesamiento institucional, a diferencia del caso obrero de mayor tradición de

organización política y participación en los procesos de construcción de Estado, y con eso

una acción popular marginal que oscila entre la acción directa y la convocatoria populista,

hasta adquirir relevancia en la crisis de dominio de los años sesenta y setenta, con el

desborde, precisamente, de los canales políticos de participación institucional.

Contrario al mito de la larga tradición democrática de participación política, la inclusión

electoral masiva es tardía. Al inicio de los años cincuenta vota menos de un tercio de los

hombres con derecho a ello. Diez años después tampoco participa más de un tercio de los

hombres y mujeres de 21 años que pueden hacerlo. De ahí al colapso de la Unidad Popular

(UP) la proporción de votantes crece mucho entre quienes tienen derecho. En un poco

tiempo crece tal participación con la inclusión de franjas populares, pues los otros sectores

ya han ingresado. El momento y la forma de tal crecida refleja el carácter de esta

integración, que no es regular sino a saltos (Baño, 2003). La masa de votantes en elecciones

nacionales persiste hasta mediados del siglo XX, con ligeras alzas. Luego vienen dos saltos,

en 1952 y 1964, donde se duplica la votación anterior. Son hitos de incorporación de

grupos populares. En 1952, con el “terremoto ibañista” por primera vez gana una elección

 presidencial un candidato por fuera del sistema de partidos. Barre con el consolidado

sistema de partidos. Su convocatoria populista atrae a parte de esos sectores antes no

movilizados que crecen en las ciudades bajo la migración rural (Ibáñez arrasa en las

grandes ciudades), recién descolgados de la hacienda. El avance populista fracasa y se

recupera el sistema de partidos, pero pronto vuelve a alterarse con el auge de la Democracia

Cristiana (DC). En 1964, la gran votación de Frei no responde sólo al apoyo de la derecha.

Es otro auge de la participación electoral de franjas no adscritas al sistema partidario, que

se vuelca a un liderazgo que de nuevo detenta rasgos populistas. Frei arrasa en las grandes

Page 127: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 127/226

  256

ciudades de alto flujo de migrantes ahora en la marginalidad. Si ahora los rasgos populistas

son menos claros, coinciden en la fuerte personalidad del líder y el discurso emotivo. Y se

suma en la DC la fusión del ibañista Partido Agrario Laborista, integrando figuras del

caciquismo político. Gran parte del apoyo a Frei viene de este auge del voto de franjas

 populares. En cambio, en 1970 no hay mayor expansión de la participación electoral.

Aparte de moderada, crece la abstención de 13.2 a 16.5% de 1964 a 1970. La base social de

Allende está en los grupos obreros, no marginales, de los partidos marxistas, que incluso

ahora cae el apoyo electoral de elecciones anteriores. Su estrecho triunfo sólo fue posible

 por la división de las otras fuerzas (Baño, 2003).

Si las lecturas sobre la UP suelen apuntar a una derrota o un fracaso, según defiendan o

critiquen la política seguida, desligando el proceso de las bases sociales que posibilitan lasconductas políticas, el fenómeno de la UP cobija un conflicto instalado en sus bases

sociales de sustentación, entre los grupos populares anotados. La polarización política,

anterior a al arribo de Allende al gobierno, agudizada enormemente bajo su vigencia, no se

reduce al papel de la dirección política y se liga a una efectiva polarización de esas bases

sociales. La crítica a la conducción de la UP y el cobro de responsabilidades por el colapso,

sitúa los errores en la DC y los partidos de la UP. La primera es sobrepasada por la aguda

confrontación de una derecha que la arrastra e incapacita de orquestar una oposición a

Allende capaz de conciliar coincidencias y controlar “excesos” de la UP. Con eso pierde

iniciativa política y es arrastrada a una línea orientada al derrocamiento de la UP, que crece

entre sus propias bases sociales. A la UP se le imputa la incapacidad para dirigir el proceso,

 bajo divisiones que acarrean líneas inconciliables -“consolidar lo avanzado” y negociar con

grupos opositores o “avanzar son transar” ante los límites del reformismo y radicalizar el

curso- donde ninguna de las dos pueda desarrollarse.

Un relato que no considera las bases sociales generadas por este conflicto, abstrayendo de

ello a los actores políticos. Un curso que bifurca las opciones políticas de los grupos

 populares hasta afectar las posibilidades de la UP. Es la diferencia de los grupos obreros y

marginales, donde los primeros tienen una historia de integración bajo organizaciones

sociales y políticas, y los segundos quedan fuera del orden productivo y la construcción

Page 128: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 128/226

  257

nacional, ligados más a irrupciones populistas (Baño, 2003). Si el triunfo de Allende se

sostiene sobre todo en los grupos obreros, de trayectoria política y participación en el

Estado de Compromiso que impulsa la industrialización, la mayoría absoluta de la UP en la

contienda municipal de 1971 es con la extensión hacia los grupos marginales. Los dilemas

de conducción de la UP responden a diferencias sociales y no sólo del discurso político.

Esas líneas políticas dispares son posibles porque hay bases para ello. No es pura porfía de

dirigentes incapaces de acordar una dirección coherente. Son condiciones sociales que

 plantean posiciones inconciliables, donde no se puede borrar una línea política sin borrar un

sector social. Esas diferentes bases sociales no tienen fronteras nítidas. Su carácter obrero o

marginal no alude sólo a la inserción típica en la empresa capitalista o la marginación de

ello, pues unos y otros cruzan orientaciones debido a la socialización política y la

 proximidad a sujetos de la otra condición (Baño, 2003). Pero si son los grupos obreros, másque los marginales, quienes levantan a Allende, las cosas cambian con la UP en el

gobierno. En la primera elección tras el triunfo, crece esa base social de apoyo bajo

medidas inmediatas de beneficio popular que amplían las políticas públicas, la

redistribución del ingreso y las oportunidades laborales, en especial para los grupos

 populares de mayor precariedad económica y social, con lo que crece el apoyo a partir de

los grupos marginales (Baño, 2003). Unas medidas que también incentivan la movilización

de esos grupos con la restricción de la represión habitual que los contiene, con lo que cifran

en la acción el rechazo a la exclusión. Un alza electoral de la UP que acapara en especial el

Partido Socialista (PS), de base social más variada y un discurso rupturista, o sea a partidos

que buscan intensificar esa línea y la movilización social, contraviniendo a los grupos

obreros más próximos al Partido Comunista (PC).

También crece la relevancia de los grupos populares rurales, de reciente integración a la

escena política bajo la reforma agraria y las movilizaciones en el gobierno de Frei, donde se

diferencian aquellos partícipes directos de tal reforma agraria (trabajadores dependientes de

 predios expropiados) y los que, por su inserción en la producción son marginados de ello

(afuerinos, minifundistas, trabajadores de predios que no son expropiados, familiares).

Estos últimos siguen pautas similares a los grupos marginales urbanos. Los grupos rurales

marginales a la reforma agraria adhieren a la UP en tanto les permite su movilización para

Page 129: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 129/226

  258

 participar en los beneficios del proceso. Una adhesión orientada a los partidos abocados a

intensificar tal curso (PS, Movimiento de Acción Unitaria (MAPU) y Movimiento de

Izquierda Revolucionaria (MIR, fuera de la UP)).

Así, en la más conocida historia de la división política de la UP, las distintas tradiciones

 políticas se vinculan con distintas formas de organización social. Las diferencias no se

reducen a ciertos dirigentes o ideologías, sino que son diferencias sociales las que se

expresan en esas opciones encabezadas por líderes y partidos políticos. Si la distinción de

los dos sectores populares anotados resulta gruesa, es claro que el apoyo popular al

gobierno de la UP es muy distinto en unos u otros (lo que no un “aburguesamiento” de la

clase obrera ni un potencial transformador de los grupos marginales, sino más bien al

carácter integrativo y oscilante de estos últimos). El conflicto abierto en la base social deapoyo a la UP condiciona los dilemas de la solución política, y no al revés. El apoyo obrero

se traduce en la movilización para consolidar posiciones ligadas a la producción, difícil de

conciliar con el apoyo de grupos marginales, expresado en una movilización accionalista y

comunitaria más ligada al consumo. La UP trata de responder a ambos, porque necesita el

apoyo de toda la base popular para enfrentar las resistencias a su proyecto, pero no es

 posible y las tensiones crecen hasta paralizar toda iniciativa. La repetida solución de una

apertura hacia las capas medias, bajo un acuerdo con la DC, habría significado una pérdida

de apoyo entre los grupos marginales que verían frenado su accionar comunitario y un

retroceso en un acuerdo donde no participan. Ello podría evitar el colapso de la UP bajo un

golpe pero no su colapso como proyecto político, y es imposible saber sus consecuencias. A

la inversa, la movilización marginal no sólo produciría un enfrentamiento con las capas

medias, también reduciría el apoyo de los grupos obreros de mejor posición ansiosos de

consolidar las mejoras obtenidas.

En la inclinación de ciertos grupos medios por la opción autoritaria en los años setenta se

expresa el derrotero de ascensos y descensos que siguen sus diversas franjas, bajo un curso

de diversificación y heterogeneidad interna. Con la industrialización irrumpe una creciente

casta ejecutiva, la tecnocracia pública y privada, y el típico pequeño burgués de los

negocios enanos de la economía primario-exportadora cede lugar al empleado moderno,

Page 130: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 130/226

  259

más calificado e integrado a negocios privados o públicos de mayor dimensión, que en los

años cincuenta y sesenta amplía el consumo de bienes durables y los barrios más

acogedores de las principales ciudades. Si los sectores medios derivan de su fuerza de

trabajo gran parte de su renta y no del dominio sobre medios de producción, tal rasgo

 pierde significado social (y político) ante los contrastes de los niveles de ingresos, de la

condición social, en su mayor acceso al sistema de privilegios, en sus actitudes y valores,

con respecto a la base popular. Sobre todo en sus franjas más altas. En cambio la media

clase media se integra principalmente de medianos y pequeños empresarios urbanos, y

 profesionales y empleados ajenos a las funciones mejor retribuidas. A los empleados de

 baja categoría, pequeños propietarios y empresarios (principalmente rurales) que componen

la baja clase media los diferencia del grupo anterior no sólo el ingreso, sino especialmente

sus distintas oportunidades de ascenso. Luego, si la media clase media se caracteriza porsentirse en tránsito hacia posiciones más favorables y emparentadas a los grupos más

 privilegiados, la baja clase media se siente amenazada por una eventual pérdida de su

estatus.

Esos cambios ya se expresan en el gobierno de Alessandri -de “los gerentes”- donde prima

la tecnocracia empresarial. Aunque la pujanza de las franjas afincadas en la zona intermedia

se manifiesta con el ascenso de una DC que posee una dirigencia que oscila entre la media

y la alta clase media, representativa de la clase media alta de formación más reciente y que

germina -a diferencia del radicalismo- en gran parte fuera del alero estatal, y con una

relación menos orgánica con el empresariado que el ala conservadora del radicalismo. Es

 precisamente la erosión democratacristiana la que impulsa el conservadurismo de amplios

sectores medios, en un curso no exento de polarización interna, como muestra la etapa de la

UP, donde se asumen cada vez más incompatibles las demandas de las clases media y alta y

 por otro lado de unos sectores populares que masifican las disputas políticas. Un fenómeno

que lleva a la abundante cosecha de una derecha abierta a las capas que acceden a los

nuevos consumos.

Luego, si una de las claves para comprender a las clases medias y su peso histórico es la

expansión y los cambios del aparato estatal, en especial las franjas que se favorecen con

Page 131: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 131/226

  260

ello, hacia fines de ese período aparecen con fuerza otras fracciones medias, en especial

ligadas al sector privado, que provienen de la diferenciación interna para alcanzar, bajo la

aguda fisura política en el seno de dichas clases medias, una decisiva gravitación en la

opción autoritaria y la transformación socioeconómica posterior, donde junto al

empresariado y las fuerzas armadas, siguen un curso -no exento de baches- de

fortalecimiento económico y afianzamiento de un sitial dominante entre unas mutadas

clases medias, que corre junto al desplome del viejo sitial de la burocracia estatal.

Se cierra un ciclo histórico donde la expansión del empleo administrativo estatal deriva de

la creciente relevancia del sector público en la dirección del desarrollo, y con eso tal

 burocratización es índice de una modernización que, con otras formas, también cruza a la

empresa privada. Un empleo administrativo urbano, relevante vía de ascenso social, quecrece junto a la educación formal, principal acceso a esa organización burocrática. Si la

 principal fracción de la clase media vincula entonces su desarrollo a la expansión de la

función pública, la reorganización del Estado tradicional significa para ésta la pérdida de su

 principal fuente de poder político y social, que al transferir al sector privado muchas

funciones en la conducción de la economía, pierden su vieja injerencia a manos de nuevas

fracciones sociales ascendentes.

Neoliberalismo y dictadura: un giro pionero. La reorientación del Estado

Con el golpe militar de 1973 y el régimen autoritario que se prolonga por 17 años no sólo

se sepulta la “vía chilena al socialismo” que encabeza Allende. El golpe militar no responde

en primer término a una contradicción Este-Oeste propia de la Guerra Fría, pues la

experiencia de la UP es poco asimilable a los llamados socialismos reales o al ascenso de

una lucha armada anticapitalista. En lugar de ello, como comprenderán tarde sectores que

apoyan inicialmente el golpe militar, como la DC y la propia derecha tradicional del Partido

 Nacional (PN), más allá de derrocar a Allende se trata de sepultar el régimen nacional-

 popular de varias décadas y la industrialización que la acompaña. El giro refundacional que

Page 132: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 132/226

Page 133: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 133/226

  262

una “subsidiariedad” social. Nuevos cuadros económicos y políticos cierran el círculo en

torno a Pinochet, tras el liderazgo de Guzmán, Kast y los propios Chicago Boys, derribando

las esperanzas de la DC de un retorno a la normalidad y el ingreso de la vieja derecha

nacionalista. La abrupta apertura externa acelera una nueva vinculación de capitales locales

con la égida financiera internacional, sellando la formación de nuevos grupos económicos.

El gremialismo, inspirado en el corporativismo hispanista, con Guzmán al frente, articula

en peculiar fórmula ideológica ese patrón duramente conservador a un liberalismo

económico -veces más que puramente económico- anclado en el pragmatismo

norteamericano (Cristi y Ruiz, 1992).

Es la expresión política de una nueva alianza social dominante integrada por las fuerzas

armadas y el sector más internacionalizado del empresariado local, nucleado en los principales grupos económicos que se orquestan en torno al sector financiero (Fazio y

Parada, 2010; Huneeus, 2000), dada la debilidad del sector productivo local para forzar a

 pactos a la alianza emergente, aún en condiciones subordinadas, como ocurre en otras

experiencias regionales. Esas pugnas delinean un giro que involucra un reordenamiento del

mapa del poder económico. La pugna por la orientación del patrón de desarrollo capitalista

recoge una hebra de viejos conatos entre las fracciones productivistas, los “papeleros”

vapuleados en 1900 por unos “oreros” libremercadistas y banqueros atentos a las

oportunidades especulativas, que defiende el patrón oro. Pero tras medio siglo de un

“estatismo” que tapa espacios a estos últimos, la reimplantación de la fe liberal no queda

librada a una clase social, sino a un puñado de tecnócratas que bogan a contrapelo de ésta y

su debilidad endémica. Estos célebres Chicago Boys, agrupados en los equipos de Cauas y

De Castro, en 1975 desplazan en el gobierno militar a los “posdesarrollistas” de Léniz   y

Sáez. Y el discurso liberal pasa a aplicarse acelerada y verticalmente. Un reimplante

libremercadista, centrado en la “integración hacia fuera”, que contraviene también la

tradición contemporánea de la derecha, de nacionalismo y corporativismo social. Un giro

nada nacionalista ni ligado a la evolución e iniciativa del empresariado criollo y más

dependiente del apoyo externo. Luego, al carecer el discurso neoliberal de una orgánica

 base social de apoyo, deviene insoslayable la contraparte militar en el Estado y su

reconocimiento como una salvadora “clase política” (Vial, 2002).  

Page 134: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 134/226

  263

Tales condiciones alumbran la medida en que esa modernización económica consiste, más

 bien, en un reordenamiento de los mecanismos acumulativos y no la potenciación

 productiva. Es la acción estatal la que pasa, de la mano de estas tecnocracias y militares, a

constituir un nuevo “mapa de la extrema riqueza” a través de la formación de grupos

económicos que, aunque suman alguna “plata vieja”, acarrean una claque sustantiva de new

rich  hasta hoy determinante (Dahse, 1979). Las medidas adoptadas en esos inicios años

 para controlar la inflación delinean los grupos económicos que emergen en esta etapa

(Stallings, 2001). Alegando reducir la demanda con un incentivo al ahorro, la reforma

tributaria de 1975 crea un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 20%, que deviene eje del

sistema tributario (en 1977 se extiende a los servicios) y su carácter regresivo centrado en

una recaudación impositiva sobre el consumo (Larraín y Vergara, 2001). Si las medidasentre 1973 y 1975, bajo la represión general, traen una incipiente recuperación económica -

aunque no controlan una inflación que pasa el 300% anual- lo se complican en 1975 con

una recesión que contrae el PIB en 17% con la caída del precio del cobre y el alza del

 petróleo, y abren la entrada a los Chicago Boys, con Cauas y De Castro a las carteras de

Hacienda y Economía, respectivamente (Huneeus, 2000).

A menudo vistos como grupos separados, los Chicago Boys en la dirección económica, y

los gremialistas abocados a elaborar el entramado jurídico que lleva a la Constitución de

1980, comparten una experiencia fundacional y una estrategia de poder, básicamente la

definida por el gremialismo (Huneeus, 2003). Una convergencia que se impone en la

definición del carácter de la refundación emprendida. Con el ingreso de estos grupos

tecnocráticos se inicia la apertura de la economía y la entrada masiva de capitales, luego

celebrada como el “milagro chileno” de la segunda mitad de los años setenta, de alto

crecimiento, reducción del desempleo (pese a los despidos de funcionarios públicos y

trabajadores en las empresas privatizadas) y mejores resultados en el control a la inflación

(Huneeus, 2000). Un paso necesario para avanzar en un ajuste de unas pensiones,

remuneraciones y precios que aún permanecen indexados a la inflación.

Page 135: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 135/226

  264

Varios cursos de reformas siguen esa línea. La liberalización del comercio exterior que

suprime cuotas y barreras no tarifarias, y reduce aranceles aduanales de tasas específicas

que promedian 94% a un rango entre 10% y 35% en 1975 y una tasa única de 10% en 1977;

que remata en 1979 con la fijación del tipo de cambio que golpea a la producción para el

mercado interno y acelera el reordenamiento del empresariado bajo los nuevos grupos

económicos, y ahonda el déficit en balanza de pagos, uno de los detonantes de la crisis de

1982. La liberalización financiera elimina exigencias al crédito interno y los préstamos

externos, al reducir la tasa de encaje (de 80% a 10%) y abrir la operación de entidades

financieras no reguladas (“financieras”). En 1975 se libera la tasa de interés y los bancos

fijan altas tasas de préstamos y depósitos, mientras se enajena casi toda la participación

estatal en el sistema financiero (excepto el Banco del Estado), que en 1973 suma un 85% de

la banca. En 1976, tras el retiro del Pacto Andino (de colaboración económica con Bolivia,Colombia, Ecuador y Perú), se abre el desembarco de entidades financieras externas en el

 país. La gran expansión del crédito que llega a tasas de interés desreguladas, trae la quiebra

dos bancos y su intervención por la Superintendencia de Bancos en 1977. Es el aviso de lo

que luego es una crisis financiera de insolvencia de la mayoría de la banca, que se suma al

déficit anotado en balanza de pagos.

La apertura de la cuenta de capitales arranca lenta (se teme que el flujo de capital socave el

control inflacionario), pero en 1974 se abre al capital externo y agentes locales no-

 bancarios (Stallings, 2001). El Decreto Ley Nº 600 (DL-600) ajusta la Ley de Inversión

Extranjera otorgando amplias garantías e incentivos a la entrada de capital (Fazio y Parada,

2010)39. En 1977 se permite a la banca local intermediar créditos externos, y se fija un

encaje no remunerado para el crédito de mediano plazo (mayoritario) a una tasa variable

según el vencimiento, y un encaje de 100% al de corto plazo (excepcional). En 1980 se

autoriza a la banca local a obtener préstamos externos en condiciones similares a

instituciones no financieras, y luego la apertura de sucursales en el exterior. Todo ello

39 Fija la invariabilidad del contrato suscrito, la posibilidad de retiro del capital invertido tras un año y el retiro

de utilidades en todo momento, acceso a todos los sectores productivos y al mercado cambiario formal (para

retiro de capital y utilidades), la opción entre el régimen tributario común o uno especial de invariabilidad

impositiva, y exención del IVA sobre importaciones de tecnología.

Page 136: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 136/226

  265

aumenta la entrada de capital externo, sobre todo financiero y su poder en la economía

local, lo que junto a la privatización de empresas estatales, delinea la fisonomía de los

grupos económicos de la nueva alianza dominante. Una subasta de empresas públicas,

aparte de la anotada participación estatal en la banca (Moguillansky, 2001), donde el

emergente empresariado revela su inclinación más especulativa que productiva, en unas

liquidaciones que castigan el valor de las empresas entre 27 y 69%. Sin prensa libre ni

discusión política y seguidos cambios en los procedimientos, la competencia es escasa.

Desde 1973 se devuelven 325 empresas intervenidas bajo la UP, sobre todo industriales, a

las que se suma entre 1975 y 1978 la venta de otras 200, en su mayoría adquiridas con la

UP. De 400 empresas públicas en 1973 quedan 15 en 1980 (Moguillansky, 2001). En 1981

la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras sortea las restricciones a la

venta de derechos de explotación minera por las empresas nacionalizadas, fijadas en 1976de la mano del nacionalismo militar, y activa un modelo de privatización que se proyecta en

los años ochenta y noventa.

Esas privatizaciones, y la liquidación de la participación financiera estatal, impulsan la

concentración de la propiedad de las empresas y bancos enajenados, que se ahonda con la

red de intereses que emerge entre bancos y empresas adquiridas por los grupos, dada la

desregulación financiera y la débil fiscalización. Los grupos que controlan la banca

compran empresas públicas con créditos de sus propias entidades financieras (Vergara,

1996; Huneeus, 2000). Una conducta típica de los grupos que emergen (sean anteriores que

se expanden o nuevos), como Cruzat-Larraín, Matte, Vial o Angelini, en detrimento de los

que pierden peso, sobre todo ligados a la actividad industrial (Montero, 1997). La

imbricación de empresas y bancos privatizados no sólo extrema tal concentración. El

ingreso masivo de productos importados y la insostenible competencia para el sector

 productivo local, se compensa en estos grupos con las rentas de las altas y desreguladas

tasas de interés sobre los activos financieros y las ganancias de capital por la compra de

empresas a bajos precios. Una rentabilidad vedada al sector industrial. Aparte de articular

los grupos económicos, las privatizaciones descapitalizan a gran parte de las actividades

 productivas (Moguillansky, 2001), bajo el patrón rentista que adoptan.

Page 137: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 137/226

  266

 Bases de sociales y políticas del nuevo orden: Código Laboral y Constitución de 1980

Estos cambios no son posibles sin desarticular la capacidad de presión sobre la acción

estatal de los viejos actores sociales. El sindicalismo ve arrasada su organización -por

represión directa y coacción legal- y las condiciones laborales que afirman su identidad

sociocultural. Al inicio se desregula de facto del mercado laboral bajo la represión, la

suspensión de la negociación colectiva y la magra fiscalización de la normativa vigente

(Mizala y Romaguera, 2001). Una Escala Única de Sueldos del personal público unifica el

escenario de remuneraciones y negociaciones sectoriales anterior. El Programa de Empleo

Mínimo, a cargo de las municipalidades, crea un subempleo institucionalizado que paga un

tercio del salario mínimo, y ahonda la desregulación del mercado laboral (Drake, 2003),

sumadas a las privatizaciones y la asfixia productiva que reducen la industria, la mineríaestatal y la construcción, nichos tradicionales del sindicalismo. La presión de la apertura

externa sobre los salarios y el empleo, aleja a los sindicalistas DC del gobierno (tras

encuentros para discutir una legislación laboral de tipo corporativista, que frenan los

ministros neoliberales), y pasan a liderar la oposición. La respuesta es la represión y la

 promoción de sindicatos paralelos. Pese a las divisiones, el movimiento sindical encarna la

resistencia al inicio de la dictadura, junto a la Iglesia Católica.

Sobre el debilitamiento sindical avanza la desregulación formal del mercado laboral. En

1978 se deroga la Ley de Inamovilidad que exige justificar el despido e impone la figura

del “desahucio”, de despido discrecional con una indemnización de un mes por año de

servicio (Mizala y Romaguera, 2001). Se autorizan contratos de trabajo de duración fija

(hasta por dos años), y flexibiliza los tiempos de trabajo (hasta 48 horas semanales) bajo

 jornadas definidas por el empleador. Pero el Plan Laboral de 1979 sienta las bases del

nuevo orden laboral. Ese año la restricción a la libertad sindical y las repercusiones del

asesinato de Letelier en Washington desatan una amenaza de boicot a las exportaciones de

la AFL-CIO (la poderosa central sindical estadounidense), que obliga al gobierno a

negociar y formalizar un orden que ya incubaba. Desde el Ministerio de Trabajo Piñera

 promete reglamentar la organización sindical, la negociación colectiva y los contratos de

trabajo. El régimen supera un crítico cuadro externo, termina la restricción sindical de facto

Page 138: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 138/226

  267

y abre una más flexible, que también debilita el poder negociador de aquellos como

órganos “monopolizadores del trabajo” y “distorsionadores del salario”.  

Las normas del Plan Piñera refundan la legislación sindical y de negociación colectiva.

Declara voluntaria la creación de sindicatos e individual la afiliación (antes obligatoria) y

excluye a órganos multisindicales de la negociación colectiva (Mizala y Romaguera, 2001).

Los nuevos marcos de negociación dan mayor poder al empleador, al reducirla a la empresa

y clausurar su dimensión ramal y nacional y la intervención estatal. Suprime la huelga

indefinida y sin reemplazo, la limita a 60 días (luego caducan los contratos sin

indemnización), abre el reemplazo y el derecho a paralización empresarial - lockout - si la

huelga supera el 50% de los trabajadores o pone en riesgo a la empresa. Prohíbe la huelga

en servicios públicos y abre un arbitraje privado (Mizala y Romaguera, 2001).

El grueso del sindicalismo condena esas normativas, pero las emplea para reanimar su

actividad, mientras busca sus vínculos con los partidos, sectores de la Iglesia Católica y

sindicatos extranjeros (Drake, 2003). En 1980 llega la primera huelga del cobre por mejoras

salariales, abriendo una rearticulación progresiva que resulta relevante en las protestas

 populares años más tarde. Pero el nuevo marco legal, el auge de los servicios y la

informalidad, excluyen a la mayoría de los trabajadores del mundo sindical.

Si al inicio prima la acción represiva abocada a desarticular los modos de constitución de

los sujetos sociopolíticos subalternos, luego ello se institucionaliza. La primera etapa

concentra las decisiones en una Junta Militar donde crece el control de Pinochet y sus

aliados, reuniendo la función ejecutiva y legislativa bajo la clausura del Congreso y la

disolución de los partidos políticos (Larraín y Vergara, 2001). Pero en 1977 se agota esa

fórmula bajo pugnas entre los grupos civiles adherentes al régimen (tanto gremialistas

como de la derecha tradicional) por la magra participación en la conducción del proceso

(Huneeus, 2000). El cerco externo crece con la condena de la ONU por violaciones de los

derechos humanos, apurando en 1978 un plebiscito de apoyo al gobierno, el conato

fronterizo con Argentina y el asesinato de Letelier, que provoca el rechazo del gobierno de

Carter y la disolución de la Dina. Ello acelera un curso de institucionalización. En 1977 se

Page 139: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 139/226

  268

anuncia un itinerario de transición hacia un régimen civil donde los militares guardan un rol

tutelar. Un ideario que anima la Constitución de 1980, bajo la influencia de Guzmán, el

líder del gremialismo, aprobada en un plebiscito carente de oposición.

La Constitución limita la amplitud política en el futuro régimen democrático y define

instancias de decisión estatal ajenas al escrutinio ciudadano, crea un sistema electoral de

 proporcionalidad corregida que fuerza la articulación restrictiva de dos coaliciones y un

Tribunal Constitucional a cargo de eliminar decisiones de los poderes del Estado que

estime contrarias al “espíritu” constitucional (Vásquez, 2006). La tutela militar opera a

través de senadores “institucionales” designados y un Consejo de Seguridad Nacional de

control militar, y la exclusión de facultades presidenciales civiles para remover a los

comandantes en jefe. Incorpora dispositivos abocados a conservar el orden institucional,como altos “quórums calificados” exigidos para aprobar reformas de ese orden en el

 parlamento, que obligan a pactos con las fuerzas que defienden la herencia autoritaria. A

diferencia de la Constitución anterior, ésta no define un patrón de desarrollo sino se centra

obsesivamente en asegurar el orden interior y la reproductibilidad formal del sistema

institucional, por lo que su funcionamiento es más administrativo e instrumental que

 político, proyectando un ciudadano ajeno al desenvolvimiento de lo público, de la política,

del proceso de toma de decisiones (Cristi y Ruiz, 1992). Además, proyecta una etapa de

transición de ocho años para consolidar dicha institucionalidad política y el sistema

socioeconómico, bajo normas de estados de excepción y amplías facultades a Pinochet. Un

curso a culminar en un plebiscito que se pronuncie por un candidato único propuesto por la

Junta Militar, para gobernar hasta 1997. Ante este ordenamiento asoma una incipiente

oposición política, encabezada por Frei Montalva.

 Pr ivatización de los servicios sociales y atención a los “verdaderos pobres” 

Un cambio en la protección y los derechos sociales emana de la Oficina de Planificación

 Nacional (Odeplan). En 1978 bajo la dirección de Kast deviene centro ideológico de las

nuevas elites burocráticas del régimen. Produce un discurso sobre las ventajas sociales del

modelo adoptado, en base a una concepción subsidiaria del Estado que focaliza el gasto

Page 140: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 140/226

  269

social en políticas contra la extrema pobreza, bajo una “evaluación social” de los proyectos

de inversión. Si la política del terror desarticula las organizaciones sociales y políticas

ligadas a los grupos obreros, el deterioro económico apura vías particulares de

sobrevivencia. El gobierno busca manejar la diferenciación del mundo popular (Baño,

2003). Acusa a los trabajadores integrados a las empresas de sector privilegiado que, por la

 presión sindical y política, logra un bienestar vedado a los “verdaderos pobres”, por lo que

concentra el apoyo estatal en la marginalidad. Una focalización de subsidios a la pobreza,

abocada a desarrollar un “pinochetismo popular” en grupos marginales. 

En Odeplan surgen varias reformas económicas y sociales, epicentro de los jóvenes

gremialistas que la dota de una influencia similar a los tecnócratas en la dirección

económica, articulando a estos últimos y echando las bases que luego originan la UniónDemocrática Independiente (UDI). La disputa con la Corporación de Fomento de la

Producción (Corfo), creada en 1939 para articular la política de industrialización, ahora

desajustada bajo el nuevo modelo económico, la asfixia y proyecta el desprestigio de la

vieja burocracia ante los nuevos profesionales que encarnan la modernización de esas

reformas (Moguillansky, 2001; Huneeus, 2003; Stallings, 2001). Entre 1980 y 1981, un

segundo ciclo de cambios sigue a la privatización de empresas productivas y la apertura

externa, abarcando nuevas funciones estatales y dimensiones del patrón de desarrollo. El

desmantelamiento de los servicios públicos, a través del traspaso de gran parte de la

 provisión estatal de salud, educación, vivienda y previsión a manos privadas, afecta las

condiciones de vida de los viejos sectores medios y obreros antes beneficiados por el

énfasis redistributivo del gasto social, ahondando sus respectivas diferencias con otras

franjas medias y populares bajo las mayores brechas de ingresos (Baño y Faletto, 1999).

El sistema previsional basado diversos de regímenes ligados a gremios profesionales, que

coinciden en la condición de reparto de beneficios, cambia radicalmente (Arenas, 2010). El

diseño enfrenta a los grupos tecnocráticos con la Fuerza Aérea, que con Díaz en el

Ministerio del Trabajo en 1975 intentan una variante mixta, de capitalización individual

 para pensiones e indemnizaciones por retiro y reparto para pensión de salud y asignación

familiar, abortada por los Chicago Boys ya en el Ministerio de Hacienda y Odeplan

Page 141: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 141/226

  270

(Huneeus, 2000). La salida del régimen de Leigh, jefe de la Fuerza Aérea, sella el

debilitamiento de la vieja derecha nacionalista en el gobierno, aliada de los militares

marginados. A fines de los años setenta, la reforma previsional reduce la diversidad en una

Caja Nacional de Compensación, eleva la edad de retiro y las tasas de cotización, echando

las bases del cambio en 1980. Si en otros casos coexiste el sistema público y privado, como

en Argentina, o prima un sistema de reparto que deja en una condición complementaria al

sistema privado de capitalización, como en Brasil, la reforma chilena de 1980 suple por

completo el esquema colectivo de reparto por uno de capitalización individual, gestionado

 por empresas privadas y basado en cotizaciones y planes de ahorro obligatorios, donde los

trabajadores cotizan un 10% de sus remuneraciones y pagan comisiones por su gestión a

unas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) que compiten por esas cotizaciones

(Riesco, 2007). El Estado asume un rol residual, al mantener los beneficios a quienesconservan el viejo sistema, incentivar el cambio al nuevo régimen, y cubrir brechas ante

cotizaciones insuficientes con una Garantía Estatal de Pensión Mínima. El contraste con

otras experiencias ilustra relaciones de fuerzas muy distintas entre grupos empresariales de

distinto carácter. En Chile prima el ascenso de grupos económicos signados por la égida

financiera, bajo un patrón de acumulación rentista donde las AFP devienen relevante fuente

de financiamiento, sin contrapeso de grupos productivos ni sindicales sobre una acción

estatal que reorganiza las condiciones de acumulación. Ni los grupos nacionalistas en las

fuerzas armadas logran incidir, apenas salvar sus regímenes previsionales especiales de este

cambio hasta hoy.

Igual suerte sigue el sistema de salud. Hasta 1979 opera la cobertura universal y gratuita del

viejo Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) para empleados públicos (o

 privados que se acogen) y el Servicio Nacional de Salud (SNS) para el resto de la

 población. Pero se descentraliza y se abre al capital privado. En 1979 ambos se funden en el

Fondo Nacional de Salud (Fonasa), y se separa su financiamiento (bajo Fonasa) y su

 provisión bajo el Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS) que coordina una red de

servicios regionales, y en 1981 la atención primaria de salud inicia un traspaso a

administraciones comunales que concluye a fines de la década (Gogna, 2004). En 1981

llega el gran cambio. Se crea el sistema de financiamiento privado de prestaciones de salud

Page 142: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 142/226

  271

a través de Institutos de Salud Previsional (Isapres) a los que pueden optar los trabajadores.

A diferencia del cambio previsional, el sistema público de financiamiento de salud no se

reemplaza, pero se privilegia el privado y el financiamiento de la salud pasa más a las

 personas (en cotizaciones y copagos) y menos al fisco, que reduce su peso en el

financiamiento al sistema de salud de 38 a 21%, e igual subsidia la ganancia.

La reforma al sistema educacional sigue la misma línea de privatización de servicios

 públicos. En 1980 parte una descentralización con el traspaso de las instituciones de

educación escolar pública desde el Estado central a los municipios, que culmina a fines de

la década (Maldonado, 2003). El cambio incorpora al sector privado como proveedor de

servicios educacionales financiados con recursos estatales, los colegios “particulares

subvencionados”. El viejo financiamiento a las instituciones cede lugar a un subsidio a la

demanda, una subvención ajustada a la asistencia del alumnado que llega por igual a

escuelas estatales municipalizadas y particulares subvencionadas. Con este cambio los

 profesores de instituciones estatales quedan regidos por la legislación laboral del sector

 privado, lo que merma sus remuneraciones y estabilidad laboral (Mizala y Romaguera,

1998). La protesta del profesorado, agrupado en un Colegio de Profesores creado por el

gobierno, con directivas oficialistas hasta las elecciones de 1981, aparece ese año con el

reajuste salarial del sector público que los excluye (Serván, 2003).

La educación superior sufre el cierre de carreras y la expulsión de estudiantes y

académicos. En 1981 la Ley General de Universidades separa las universidades de sus

sedes autonomizando estas últimas, anula el carácter nacional de la Universidad de Chile y

la desvincula de la formación de profesores, y abre un curso de privatización al fomentar

instituciones privadas. Una Ley de Financiamiento de estas instituciones pone a competir a

los nuevos planteles privados (universidades, centros de formación técnica e institutos

 profesionales) con los públicos por el financiamiento estatal, tras un Aporte Fiscal Indirecto

sujeto a la captación de estudiantes de mejores rendimientos según un examen existente,

como argumento de excelencia académica, lo que abre un subsidio estatal al expansivo

sistema privado de educación superior. La competencia por recursos se atiza con un

régimen de autofinanciamiento para las instituciones estatales, que trae el cobro de

Page 143: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 143/226

  272

aranceles junto a un sistema de crédito orientado a estudiantes de menor ingreso que los

endeuda con el Estado (Moraga, 2001; Levy, 1995). Estos cambios no encuentran

resistencia, dada la desarticulación general del mundo universitario.

La privatización no termina en el “Estado empresario”. La privatización de los servicios del

Estado social -salud, educación, previsión- es una segunda ola de mercantilización que

crea, sobre estos servicios, no tanto nuevos grupos económicos sino nuevos nichos de

acumulación. Una expansión capitalista hacia nuevas esferas de relaciones sociales. Una

 privatización de las condiciones de vida de gran impacto social y central para las nuevas

modalidades de desenvolvimiento de este capitalismo de servicio público. Un capitalismo

que ampara los procesos de acumulación en “fondos de pensiones” y el subsidio estatal, y

maneja una masa de capital inédita en la historia local.

Crisis y rescate estatal de los grupos económicos

Las reformas acarrean una desprotección económica bajo la que se ingresa a la crisis de los

años ochenta. El enorme flujo de capitales y el tipo de cambio fijo que estimulan el

consumo y las importaciones en detrimento de la producción local, suman un déficit en la

cuenta corriente de US$ 4.800 millones en 1981. El fácil acceso al capital externo de

empresas y bancos locales trae un gran endeudamiento y, con ello, más dificultades para

obtener nuevos créditos para encarar los intereses devengados. Un estilo especulativo

fundado además en la convicción de un respaldo estatal implícito (Huneeus, 2000). En la

recesión, el crecido consumo atado al crédito, sin acceso a más préstamos externos,

desnuda la insolvencia que cunde en la banca local. El estímulo a un desproporcionado

endeudamiento privado y la excesiva dependencia externa, hace que el freno de flujos

externo de capital hacia la región -tras la moratoria mexicana- golpee bruscamente a la

economía local. La contracción del comercio y los flujos de capital hacen insostenible la

fijación cambiaria, abriendo pugnas en la conducción económica por mantener ese tipo de

cambio o devaluar y pasar a un régimen cambiario abierto al mercado. En 1982 se impone

la devaluación y la caída del Ministro de Hacienda, De Castro.

Page 144: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 144/226

  273

La devaluación golpea a los sectores medios, cuyas deudas se disparan. Pero el alza de la

deuda también trae el colapso de gran parte de la insolvente y endeudada banca local,

acarreando empresas ligadas a ella dentro de los nuevos grupos económicos. Aparte, la

devaluación dispara los precios, la recesión (el PIB cae 14,4% ese año), el desempleo y las

 primeras protestas masivas. La crisis obliga al gobierno a revisar ciertas políticas. En 1983

eleva los aranceles aduanales de 10 a 20%, y 35% en 1984, y fija tasas específicas;

temporalmente suspende el pago de la deuda y restablece controles cambiarios y a la salida

de fondos (fija cuotas a la compra individual de divisas y limita la retención de ingresos de

exportación en el exterior) (Stallings, 2001). Las medidas buscan frenar el déficit en

 balanza de pagos manteniendo la centralidad del sector exportador.

La crisis arrastra quiebras de bancos, empresas ligadas a ellos y varias AFP. Mucho de elloes intervenido y rescatado por el Estado en una línea abocada a salvar los grupos

económicos forjados en esta etapa, asumiendo los costos y deudas asociadas. En apoyo a la

 banca, tras la devaluación se fija un tipo de cambio preferencial hasta fines de 1986 para los

deudores en divisa del sistema financiero y un subsidio a través de sus clientes sobre

US$3.000 millones (Larraín y Vergara, 2001). Pero el rescate más directo llega en 1983

cuando se interviene 5 bancos, liquidan 3 y quedan 2 en supervisión, que hacen el 45% las

reservas y el capital del sistema financiero local, al costo de US$7.000 millones (Huneeus,

2000). Aparte, el Estado absorbe US$360 millones en deuda de 2 bancos cerrados,

garantiza la deuda externa del resto del sector financiero a medida que vence, y permite a

los bancos vender sus carteras más riesgosas al Banco Central con obligación de recompra,

lo que amplía el manejo de las pérdidas y subsidia con activos del instituto emisor de mayor

rendimiento que los activos entregados (Stallings, 2001).

El rescate estatal escala con otra reforma tributaria que reduce el impuesto a la renta, en la

carga al ahorro y la inversión, concentrando más la recaudación sobre el consumo -el IVA

en especial- y su carácter regresivo; y crea un Fondo de Utilidades Tributables para

 postergar el impuesto a las rentas personales si las utilidades son reinvertidas en vez de

retiradas, con un trato preferencial a las rentas del capital en relación a las del trabajo donde

los dueños de capital tributan menos que los trabajadores ubicados en igual tramo de

Page 145: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 145/226

  274

ingresos (Larraín y Vergara, 2001; Jorratt, 2009). Para estimular la inversión fija un

impuesto común de 10% a las sociedades de personas y sociedades anónimas y deroga el

impuesto Tasa Adicional que grava en un 40% a las utilidades (en 1988 anula el impuesto a

las utilidades reinvertidas y lo deja en 10% sobre aquellas repartidas), estipula que un 20%

de los montos invertidos en activos financieros por las personas pueden deducirse de

impuestos y abre incentivos tributarios a la compra de acciones, en especial de bancos

intervenidos y privatizaciones que siguen (Larraín y Vergara, 2001).

 La “apertura” y emergencia de actores sociales y políticos 

Si la etapa del “milagro” trae una recuperación del empleo, limitada por el des pido de

funcionarios públicos y las privatizaciones, las quiebras y cierres de empresas bajo la crisiselevan el desempleo a 19,6% en 1982 y 26,4% en 1983, que respectivamente sube a 26,1%

y 31,4% con el subempleo del PEM y el nuevo Plan Ocupacional para Jefes de Hogar

(Huneeus, 2000). El cuadro se agrava con el traspaso de los costos de la crisis a los grupos

de menos ingresos y menor capacidad de presión sobre la acción estatal, al eliminar el

salario mínimo para menores de 18 y mayores de 55 años y la indexación de los sueldos del

sector privado a la inflación, alegando frenar la presión inflacionaria que acarrean las

remuneraciones, lo que reduce el salario real y lo convierte en una variable principal de

ajuste económico (Cañas, 1997; Stallings, 2001).

Entonces aflora la protesta masiva contra el régimen y la violenta respuesta estatal. Un

espiral marcado por el asesinato, la persecución y deportación de líderes sindicales, que en

1983 alcanza una dimensión nacional con la convocatoria de la Confederación de

Trabajadores del Cobre (Cañas, 1997). La división de los grupos populares asoma de

nuevo, entre el movimiento poblacional y sindical. Quien convoca a las protestas es este

último, pero las realiza el primero. Ambos movimientos difieren en objetivos y métodos y

más que acercarse se distancian (Baño, 2003). Es que la dictadura destruye gran parte de la

franja media burocrática estatal y reduce a la clase obrera industrial, además de alterar sus

términos de organización, y ello trastoca sus actitudes históricas. Además, la supresión de

la vieja centralidad estatal en la configuración y el manejo de las relaciones sociales aborta

Page 146: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 146/226

  275

el acoso “peticionista”, acarreando una desclientelización forzada que se vuelca al

desarrollo de formas comunitarias para encarar la precariedad económica y la protesta, con

lo que el territorio reemplaza el sitial de la producción en la constitución de la acción

social. La crecida masificación y la escalada de la represión llegan, en la cuarta jornada de

 protesta de ese año, a 18 000 soldados abocados al control, lo que termina con decenas de

muertos y centenares de heridos (Huneeus, 2000).

Las tensiones crecen en el régimen y abren una “apertura” política con Jarpa, un líder de la

derecha tradicional, en el Ministro del Interior. Se abre el retorno de exiliados, actos y

concentraciones, y un diálogo con grupos políticos opositores para acallar las protestas y

dividir el frente opositor. Incluso grupos oficiales buscan acortar la transición fijada en

1980, adelantando una Ley de Partidos Políticos y el plebiscito presidencial. Pero talapertura nunca se asume en el gobierno y, bajo las protestas, acaba la efímera Primavera de

Jarpa con la declaración de Estado de Sitio a fines de 1984 y su propia salida (Cañas, 1997;

Huneeus, 2000). La protesta social acelera la recomposición política. En 1983, bajo el

Manifiesto Democrático se forma la Alianza Democrática, que precede a la Concertación

de Partidos Por la Democracia. Luego, la izquierda crea un ilegalizado Movimiento

Democrático Popular 40. Ese año irrumpe la propaganda armada del Frente Patriótico

Manuel Rodríguez bajo la línea de “rebelión popular de masas” del PC.  

La apertura trae cierta fragmentación en la base política del régimen. En 1983 se funda la

UDI, que viene del movimiento gremialista de los años sesenta. Pero surgen otros partidos

al calor de dicha apertura41, y algunos disienten con la “democracia protegida” proyectada y

el modelo neoliberal asociados a la UDI (Cañas, 1997). De ahí posiciones más autoritario-

militares como liberalizantes de una “apertura controlada”. Mientras en lo económico

alegan más corporativismo o mayor rol estatal. Pero no acarrean cambios.

40  La primera alianza la inician la DC, el PR, el Partido Social Democracia (PSD), la Unión Socialista

Popular (USOPO) y el Partido Republicano. Luego llega el Partido Liberal (PL) y el ala “renovada” del PS.

La segunda alianza la integra el PC, el MIR y el ala izquierda del PS.41 Como Acción Democrática Nacional, el Movimiento de Unidad Nacional, el PN y Acción Nacional.

Page 147: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 147/226

  276

Aparte de partidos y referentes políticos, las protestas traen la rearticulación del tejido

 popular. Tras los sindicatos del cobre surge el Comando Nacional de Trabajadores, que

antecede a la recuperación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) (Cañas, 1997). En

el magisterio, el ala opositora del Colegio de Profesores crea la Asociación Gremial de

Educadores de Chile, que conquista el Colegio en 1985 bajo liderazgo DC, al igual que el

movimiento estudiantil en las principales universidades del país.

Una abrupta mutación social

La marca más notoria del nuevo panorama social es la pérdida de peso del movimiento

obrero y relevantes formas de organización de las franjas medias, como agrupaciones de

 profesionales y empleados públicos. A la impronta represiva sigue una expulsión delespacio público que luego se institucionaliza. Pero esa desarticulación también corre a

manos del giro estructural. La jibarización de las condiciones socio-económicas ligadas a

esos actores sociales socava sus bases de proyección; de aquella clase obrera ligada a una

industrialización de iniciativa estatal más que privada; y las franjas medias también

vinculadas al empleo estatal, funcionarias, asalariadas más que propias de la pequeña

 propiedad, ideológicamente desarrollistas.

Un curso que arrasa con el viejo mapa social42, dando paso a la heterogeneidad más que a la

emergencia de condiciones sociales que llenen el vacío dejado por el debilitamiento de los

viejos actores (Martínez y Tironi, 1985; Atria, 2004). La desindustrialización y seguidos

cursos de desasalarización y reasalarización reducen la vieja clase obrera, pero además

cambian la fisonomía del mundo asalariado bajo la marca de la flexibilidad y la

informalidad, el auge de nuevos servicios y la feminización de la fuerza de trabajo. La

 privatización de empresas y el desmantelamiento de servicios públicos diezman a las

franjas medias política e ideológicamente más influyentes y las vuelcan hacia empresas

 privadas consolidadas, o bien a la aventura del emprendimiento forzoso de pequeñas y

medianas y empresas (Pymes). El asalariado rural borra al viejo campesinado (Gómez y

42 Ver Anexo Estructura Social, III. Estructura social chilena, Cuadro 1 Significación numérica de categorías

sociales, 1971-2009.

Page 148: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 148/226

  277

Echeñique, 1988) y la moderna empresa frutícola reemplaza a la hacienda. Crece la

marginalidad y la economía informal de “micro-empresas” de autoexplotación y trabajo

familiar. El mundo empresarial deja las formas de la égida industrial para adoptar las

modalidades de la financiarización. La recuperación de las condiciones de acumulación

viene con una reestructuración donde mucha “plata vieja” no se salva, dando paso a un

nuevo mapa de la riqueza bajo la emergencia de grupos económicos para quienes las

 privatizaciones resultan un genuino curso de originaria acumulación por desposesión

(Dahse, 1979; Rozas y Marín, 1989). La formación de enormes nichos de acumulación

regulada revela el estilo rentista del nuevo patrón de crecimiento. Aparte de desmantelar el

“Estado empresario” en los rubros primario-exportadores, las comunicaciones y la energía,

una segunda ola domina las pensiones, los servicios de salud y educación.

Si la expansión de la burocracia estatal seguía la línea agregativa del aparato de Estado bajo

las funciones que incorpora, ello cesa con la contracción del empleo público. Entre 1940 y

1970 su expansión se vincula a entidades de fomento, productivas y de servicios sociales,

sobre todo educación y salud, más que a una burocracia administrativa que se caricaturiza.

Pero son esas funciones de fomento y las empresas públicas las que más reducen su

empleo, y no tanto las funciones administrativas (Martínez y Tironi, 1985). La

desarticulación de la vieja burocracia estatal origina un nuevo perfil con esa merma de la

función productiva y el alza de las funciones de administración, en especial aquellas

orientadas a las fuerzas armadas. Mientras, la expansión de los grupos medios

independientes, vista entonces como el rasgo más relevante, se revierte con el auge

 posterior de la burocracia privada (León y Martínez, 1998), indicando que lo primero son

más bien precarias ocupaciones de sobrevivencia propias de tiempos de crisis 43.

Tal jibarización de dichos sectores sociales trastoca los códigos de interpretación de la

sociedad, las mentalidades y el sentido con que se aprecian las instituciones y procesos

sociales como la urbanización, el sistema educativo, las comunicaciones, la ciudadanía

 política y la participación social. Con ello sucumben también las formas más extendidas de

43 Ver Anexo Estructura Social, III. Estructura social chilena, Cuadro 2 Significación numérica de categoría

social sectores medios asalariados, 1971-2009.

Page 149: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 149/226

  278

apreciación de la vida colectiva. Los grupos medios sufren cambios drásticos con la

reorganización del Estado y el auge de referentes privados. El Estado cede su sitial de

 principal empleador de estos grupos al mundo privado, bajo formas asalariadas más que

independientes. El sector financiero, recién privatizado y de gran auge, es la nueva plaza

donde más se expanden estos grupos, que simboliza lo moderno y les otorga un estatus

superior al de otros grupos medios. Ninguna otra área muestra tal auge del empleo y sus

remuneraciones superan a las demás, aunque muy segmentadas según las dimensiones de

las empresas. El sector financiero privado deviene un soporte relevante de las clases medias

asalariadas, y adopta la imagen de motor de la modernización del país que antes detenta el

Estado. Con esa gravitación del sector privado y el peso que adquieren los grupos

económicos, irrumpe una nueva tecnocracia de gerentes y analistas en las altas esferas

 privadas. Una elite tecnocrática de alta calificación y muy ideologizada que busca imponerno ya desde el Estado, sino del área privada, un modelo de organización de la sociedad.

Con una circulación entre el sector privado y el estatal, bajo el régimen militar este grupo

reemplaza a la antigua alta tecnocracia pública, ligada a las grandes empresas estatales. La

 propia privatización de muchas de ellas es ejecutada por estos grupos, que a menudo

encabezan su nuevo desempeño privado. Esto trastoca las pautas de prestigio social,

otorgando al consumo de bienes durables modernos más peso en la conformación del

estatus. El crédito sustituye al empleo y el gasto fiscal como motor de ascenso social, al

menos en su forma simbólica más visible, el consumo moderno que trae la apertura externa,

con el acceso a bienes importados antes inalcanzables, que encarnan a las sociedades que

gozan de mayor prestigio. Una expansión del consumo en que confluyen la alteración de

los precios relativos, el auge de los créditos de consumo (por sobre la evolución de los

ingresos) y de la propaganda, cuya inversión se desata.

La reubicación de los grupos medios asalariados en el sector privado acarrea cambios en las

condiciones de estabilidad y ascenso social, de la vieja estabilidad del sector público a la

flexibilidad distintiva del mundo privado. Las remuneraciones pasan de las clásicas escalas

continuas de la administración pública a unas segmentadas que priman en la burocracia

 privada. El fundamento de los ascensos e incentivos pasa factores como la antigüedad o la

educación formal, a definiciones de logro basadas en la productividad de corto plazo. Unos

Page 150: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 150/226

Page 151: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 151/226

  280

estimula las exportaciones, facilitada por la escasez de financiamiento externo, entre otros

incentivos, volcando los capitales externos a sectores de la industria básica (metálica,

forestal, agroindustrial, pesquera) orientada a la exportación, a través de filiales de

transnacionales (minería) o en alianza con capitales locales, que tienen una rentabilidad

asegurada en los incentivos estatales (Moguillansky, 2001).

Otro ciclo de privatizaciones busca cohesionar al empresariado tras la crisis y convertir a la

empresa privada el motor y control del crecimiento. Más que un programa, son impulsos

sujetos a criterios privados, donde prima la enajenación a precios inferiores al valor real de

las empresas (Huneeus, 2000; Campero, 2003). Abierto con subastas públicas en efectivo y

no a crédito con empresas y financieras intervenidas bajo la crisis, suma 27 grandes

empresas (18 en forma total y 9 parcialmente, bajo el modelo de concesiones). A fines de ladécada abarca las telecomunicaciones (Entel, CTC), energía (Endesa) y el transporte aéreo

(LAN) entre otras. Solo quedan la cuprífera (Codelco) y petrolera (Enap) estatales, y el

Banco del Estado. Esta vez opera una alianza de capitales locales y externos, que más tarde

erige filiales en el exterior. La propiedad en los servicios públicos la controlan accionistas

locales, pues son privatizaciones pioneras en tales rubros que observa con cautela el capital

externo, y entra más tarde (Moguillansky, 2001). El permiso a las AFP para invertir en este

 proceso las convierte en principales propietarias (suman un 25% de las empresas públicas

enajenadas) y financistas del mismo (Huneeus, 2000). Se impulsa un “capitalismo popular”

con la venta preferencial de acciones a pequeños inversionistas, funcionarios públicos y de

las fuerzas armadas a través de diversos incentivos. Pero prima la concentración de la

 propiedad. Odeplan indica llegan a más de 56.000 los accionistas de estas empresas, sobre

todo trabajadores de ellas, pero la mayoría vende apenas sube su valor. A corto andar, los

“capitalistas populares” se concentran en los bancos intervenidos por el Estado (y sus AFP),

lo que los beneficia a ellos y a los altos ejecutivos de esas empresas (Huneeus, 2000).

Aparte, la poca difusión y transparencia del proceso agudiza tal concentración, que en el

sector eléctrico lleva al monopolio con la integración de empresas, Endesa y Chilectra bajo

la matriz Enersis, logrando un enorme poder político y económico (Moguillansky, 2001).

Page 152: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 152/226

  281

Una Ley General de Bancos vuelve a elevar los límites a los créditos a prestatarios

“relacionados” (firmas del mismo grupo económico que el banco), clasifica las carteras  por

riesgo y elimina el seguro de depósito (excepto pequeños depositantes y depósitos a la

vista) a fin de imprimir competitividad al sistema. En 1989, tras perder el plebiscito se dicta

la Ley Orgánica Constitucional del Banco Central que autonomiza la política monetaria del

debate político, y se lanza un plan de capitalización de deuda que agiliza la solución de

situaciones pendientes en forma favorable a los bancos (Stallings, 2001).

Los cambios en esta etapa cohesionan a los grupos económicos (Moguillansky, 2001;

Montero, 1997). Los principales, como Angelini, Luksic, Edwards, Cruzat-Larraín, Vial y

Matte, se benefician con ello y las privatizaciones, aumentando el control en sus áreas de

negocios. Y surgen otros con estas privatizaciones, como los “tecnoburocráticos” de ex

funcionarios del régimen, y unos menores de tipo familiar o una empresa que crecen más

adelante (Montero, 1997). El empresariado surge como bloque. De un inicio el giro

impulsado por los grupos tecnocráticos se asume en sus gremios como plataforma “de

combate”, sin constituir una convicción programática. Pero tras la crisis el empresariado

adopta el modelo de desarrollo, a diferencia de las pugnas de industriales y financieros en

otros países, dado el impacto del crecimiento local en la escena externa y a que este

 proyecto le otorga un lugar central, como portador de un nuevo orden social a diferencia de

antaño donde el Estado y los partidos tienen mayor protagonismo. De ahí que el

empresariado pasa del defensismo a la acción en bloque, liderando el modelo en todas sus

dimensiones (Campero, 2003), bajo un inédito grado de constitución de clase.

El panorama laboral no cambia, excepto sobre el empleo estatal donde la Ley Orgánica

Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, y el Estatuto

Administrativo, instala una regulación especial que fija la carrera funcionaria y la

estabilidad del empleo público, lo que muestra que, pese a su merma retiene capacidad de

 presión (Cañas, 1997; Stallings, 2001). Tampoco cambia el panorama previsional y de

salud. Se reprivatizan las AFP intervenidas bajo asociaciones de capitales locales y

externos, y se les permite invertir en el sector privado. Se completa la descentralización de

la educación escolar pública a pesar del déficit municipal -con origen en esto mismo- lo que

Page 153: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 153/226

  282

trae despidos de más de 6 mil profesores (un 5% del magisterio y 7% del empleo

municipal) (Serván, 2003). Una Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE)

aprobada antes de traspasar el mando al gobierno civil, fi ja la “libertad de enseñanza”, y

con ello los requisitos para la educación y el reconocimiento de entidades a todo nivel, y las

formas de control, consagrando la transformación educacional.

 Derrotero social y político hacia la transición

Tras la efímera política de apertura que encabeza Jarpa viene un endurecimiento que llega a

la declaración de Estado de Sitio. A eso se suma que la línea económica trae de vuelta la

contracción del gasto público y social, las jubilaciones y despido de profesores, y con eso

conflictos encarados duramente (Huneeus, 2000). Una represión que llega al descontrol,con el asesinato militantes del PC que acaba en la renuncia del jefe de carabineros y su

separación de la Junta de Gobierno.

En la oposición se perfila la tensión entre dos estrategias. Una vía negociada con el régimen

sale al paso a la movilización popular. Alega que en el movimiento poblacional coexisten

 junto a la desclientelización forzada procesos de desintegración orgánica bajo las

transformaciones acaecidas que, más que un movimiento propiamente tal, indican una

anomia políticamente inconducente (Tironi, 1984). Son intelectuales que luego devienen

autoridades en los gobiernos civiles. Una apreciación que engancha con la elaboración de

una teoría política de la transición que viabiliza la vía de la negociación con el régimen a

 partir del reconocimiento del marco constitucional establecido, completando un relato sobre

el cambio social y político que predomina en la transición. En 1985 el Acuerdo Nacional

 para la Transición a la Plena Democracia, convocado por Fresno, el Arzobispo de Santiago,

une a los partidos más centristas del oficialismo y la oposición44, tras un itinerario de

transición a un régimen democrático que conserva las bases del modelo económico y la

institucionalidad establecida por el régimen militar. Aunque el gobierno lo rechaza y

44 Entre los oficialistas está el PN y el MUN de Allamand. Del lado opositor, el PL, la DC, el PSD, el PR, la

USOPO, el PS “renovado” y la Izquierda Cristiana (IC). 

Page 154: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 154/226

  283

enfatiza el itinerario original, es el primer antecedente de los futuros acuerdos de la

transición (Huneeus, 2000; Cañas, 1997).

En la segunda mitad de la década amainan las protestas populares. El accionar armado

alcanza dimensiones inéditas, incluyendo un atentado contra Pinochet. Pero su potencial no

amaga la hegemonía militar del régimen. Silenciadas las protestas y reducido el principal

grupo armado tras abortar una internación de armas y el atentado, el gobierno pasa a la

ofensiva y reinstala su itinerario de transición. En 1987 dicta la Ley Orgánica

Constitucional de Partidos Políticos, reconoce su existencia pero deja en la ilegalidad a la

izquierda (Cañas, 1997). Se oficializa la candidatura de Pinochet para el plebiscito, apoyada

 por la UDI y resistida por grupos que buscan una candidatura civil. La presión interna y

externa apura una táctica de repliegue militar, que estimula el fraccionamiento de laoposición en dos frentes sociopolíticos. Aflora la necesidad anotada de justificar las

diferencias y elaborar una teoría de acceso al poder. Los grupos medios opositores, más

capaces de resolverlo, formulan esa teoría sociopolítica de la transición. En cambio, la vía

de la movilización popular carece de ello. El colapso ideológico de la izquierda y de la idea

de socialismo, apuran su derrota y exclusión de la transición negociada. La oposición

 política busca un diálogo apuntando la amenaza de desintegración que porta la rutinización

de las protestas. Llama a acelerar la transición a fin de restablecer un mínimo de

legitimidad social. En la institucionalizada transición los partidos políticos restan

 protagonismo a los actores sociales. Su exclusión permite un restrictivo consenso político

que proyecta las herencias económicas y sociales fundamentales.

El itinerario es aceptado por la mayoría de los partidos opositores, bajo la iniciativa de la

Alianza Democrática y el Acuerdo Nacional, que prevalece en el sindicalismo, los colegios

 profesionales y las federaciones estudiantiles. A inicios de 1988, la oposición llama a

 participar en el plebiscito contra la candidatura de Pinochet. Un acuerdo de la Alianza

Democrática más otros partidos, que origina la Concertación de Partidos por el No. Así, la

transición avanza aislando a los grupos marginales y sus movilizaciones, lo que permite un

control del proceso a manos del centro político y los sectores medios. El plebiscito

transcurre bajo una rearticulación de los partidos más rápida que la prevista en el cálculo

Page 155: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 155/226

  284

constitucional, bajo un esfuerzo del régimen por otorgarle credibilidad ante la presión

externa, permitiendo una contienda electoral más balanceada que los procesos anteriores,

con registros electorales y acceso a medios de comunicación. A eso se suma una falta de

cohesión entre los adherentes civiles del régimen tras la figura de Pinochet (Huneeus,

2000). En ese marco se impone el No con un 56%. El gobierno reconoce la derrota y se

 prepara a convocar a elecciones presidenciales y parlamentarias para 1989.

En ese lapso se acelera la institucionalización de varios pilares del modelo económico y

 político. Las negociaciones con la Concertación anticipan la “política de los acuerdos” que

marca los años noventa, y trazan reformas a la Constitución que son plebiscitadas y

aprobadas en 1989. Se elimina la proscripción a la izquierda y la atribución presidencial de

disolver la Cámara de Diputados y declarar estados de excepción, pero mantiene las basesdel orden político-institucional, incluso las legitima y aumenta los quórums parlamentarios

 para introducir reformas sustantivas a la carta magna. En las elecciones de 1989 triunfa

Aylwin (DC) por la Concertación con un 55% sobre Büchi, el Ministro de Hacienda y

Errázuriz, empresario que intenta una salida populista. Las elecciones parlamentarias abren

un bicoalicionismo que se proyecta en adelante, repartido entre la derecha (UDI y RN) y la

Concertación, donde la última tiene una mayoría inferior a los quórums anotados, tanto en

diputados (72 de 120) como en senadores (22 de 38 electos, más 9 “institucionales”).

Aylwin y el Congreso asumen en 1990 (Vásquez, 2006).

Neoliberalismo y democracia: tres lustros de logrado matrimonio

La dictadura chilena es la experiencia más refundacional de las que registra la historia

latinoamericana reciente. Por ello, los cambios económicos y sociales ocurridos bajo su

égida, incluida la desarticulación de los principales actores sociales de la etapa anterior, no

constituyen -como en el resto de la región- fuentes de inestabilidad en la transición a la

democracia. Ésta adopta así un perfil eminentemente procedimental (Lechner, 1988). Se

difunde una lectura ahistórica y “técnica” de la Constitución que naturaliza el orden

heredado. El movimiento popular es excluido de la transición por un pacto elitista con el

Page 156: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 156/226

  285

 pinochetismo que marca los venideros gobiernos de la Concertación. Se reitera ante las

demandas sociales la necesidad de preservar el crecimiento económico y la estabilidad de la

transición (Boeninger, 1997). Un ideologismo que hace abstracción del carácter y los

efectos sociales diferenciados de tal orden de cosas, sustrayendo muchas funciones estatales

de la política abierta, presentadas como “técnicas” y “apolíticas”. 

Una quieta transición

La ausencia de actores sociales gravitantes, con excepción del empresariado, permite una

quietud social que otorga primacía a una “política de los acuerdos” que excluye asuntos

 propios de la “vieja polarización”, de escasa transparencia y reducidos espacios de

actividad, al punto que relega a los partidos en la toma de decisiones. Ello es reflejo de algomás profundo: la reestructuración de las elites dominantes que se abre con la transición. La

élite concertacionista se integra con la élite empresarial y militar, en un curso que luego

coincide en la conveniencia de prescindir de Pinochet (Otano, 1995). Una escena política

donde crece el peso de la tecnocracia y los medios de comunicación de masas. El consenso

sobre el modelo económico permite sustraer tales definiciones del debate político. El

fortalecimiento del sistema político se concibe a través de su autonomización de aquellas

fuerzas sociales de naturaleza distinta a la empresarial, lo que sustrae a los partidos de la

 promoción de la agrupación de otros intereses sociales. Se debilita así la capacidad

representativa de una política reducida a administrar los consensos impuestos (Baño y

Faletto, 1999). Los “poderes fácticos” (el empresariado, los medios de comunicación

masiva, la iglesia y las fuerzas armadas) alcanzan enorme determinación sobre las políticas

económicas, la dirección cultural y en el dominio sobre los espacios de base de la sociedad

(Cortés, 2000). El Estado se abstiene de regular muchos ámbitos de relaciones sociales. Tal

régimen de prescindencia estatal en el procesamiento de los conflictos sociales, responde a

la decisión de no volver a las viejas formas del Estado de Compromiso y sus equilibrios

entre fuerzas sociales que subyace en el pacto de la transición. De este modo, la modalidad

de dominio no apuesta a un Estado que impulse y maneje un pacto social, sino a mantener

la desarticulación popular heredadas de la etapa autoritaria, como basamento de la

gobernabilidad.

Page 157: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 157/226

  286

Esto abre una brecha entre la institucionalidad democrática y la política, de un lado, y las

formas de regulación de las relaciones sociales en la base de la sociedad, de otro. En las

faenas impera el sometimiento mudo a las desiguales relaciones de poder entre trabajadores

y empresarios. Al cerrar el acceso popular a los procesos de construcción del Estado y

desarticular la vieja relación de los partidos y los grupos populares, se despolitizan las

relaciones sociales situadas en la base de la sociedad. Los sectores populares y vastos

sectores medios son excluidos de la política, limitando su capacidad de proyección hacia el

Estado. El cambio político expulsa a las organizaciones sociales del espacio público. La

esfera política reduce la lógica representativa a la apelación a un ciudadano con abstracción

de su condición social, invisibilizando el carácter social de la dirección del proceso

histórico, la determinación del empresariado sobre la política.

Ello es posible gracias a una honda desarticulación de los actores e identidades sociales más

relevantes del período anterior. Un cambio social que va junto al giro del patrón de

desarrollo capitalista, de una drasticidad peculiar en la región (Ruiz, 2010). Las franjas

medias burocráticas y obreras ligadas a la vieja acción estatal son borradas de la escena

central de las relaciones sociales de fuerzas. La vieja sociedad ha dado paso a un mapa

social nuevo. Los rasgos antes emergentes, se proyectan en la etapa democrática ya no bajo

la tensión del cambio estructural, sino de una fase avanzada de la transformación. Con el

continuo auge económico, la desigualdad desplaza a la pobreza como tema, por sus

repercusiones sobre la cohesión social. A diferencia de gran parte del siglo pasado, lo

distintivo del nuevo panorama es la desigualdad, bajo una inédita concentración de la

riqueza y las magras posibilidades de ascenso en amplias franjas medias.

 Más apertura externa y rúbrica civil del orden heredado con Aylwin

La relevancia del sector financiero, erigida en gran parte sobre la falta de resistencia del

sector productivo, incapaz de influir en la modalidad que adopta el giro neoliberal, no se

altera por eso mismo en la transición. El cambio político no se sigue de otros sociales y

económicos relevantes sino de una continuidad marcada en la acción estatal. Prosigue la

Page 158: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 158/226

  287

 privatización de la educación y la salud, el sistema previsional, el enfoque de economía

abierta basado en las exportaciones, y un gasto fiscal restringido (Waissbluth, 2005).

Crece la apertura al capital externo. En 1991 se rebaja el arancel aduanal de 15% a 11% y

amplía la salida de capitales, facultando a bancos y AFP para invertir mayores montos en el

exterior (Stallings, 2001). Las relaciones comerciales se ajustan en 1990 cuando el gobierno

norteamericano lanza la Iniciativa para las Américas, con reformas liberales y acuerdos

 bilaterales que decantan en un Área de Libre Comercio de las Américas (Lozano, 1993). En

Brasil y Argentina el sector industrial se opone, pero Chile sigue una línea que descarta el

ingreso al Mercosur y busca acuerdos bilaterales selectivos (Fazio y Parada, 2010). La idea

del “portaaviones” de Foxley, Ministro de Hacienda, resume la aspiración de convertirse en

 plataforma para la inversión externa en la región, lo que trae más apertura y menor controllocal. El flujo externo escala a US$5.000 millones entre 1990-93, equivalente al total entre

1974-89, y acelera la asociación de grupos locales con capitales externos, convirtiéndose en

la principal marca del gobierno de Aylwin, al punto que obliga a su control para mantener

un dólar favorable al sector exportador. En 1991 se introduce un encaje al crédito externo

que blinda a la economía local de la coyuntura externa especulativa en 1994, pero su

eliminación (bajo el acuerdo comercial con Estados Unidos) resulta nociva en la crisis

asiática de 1997.

Los grupos controladores y las modalidades de funcionamiento de los bancos continúan,

incluidas las administraciones de designación estatal durante la crisis, que luego asumen su

reprivatización. Al final Aylwin anuncia una ley sobre la deudas subordinadas de una

decena de entidades financieras con el Banco Central, aprobada en el gobierno siguiente y

de resistida aplicación (Fazio y Parada, 2010). Las privatizaciones siguen, completan unas

iniciadas antes y suman puertos y sanitarias. En la minería se frena la expansión estatal con

la concentración de capitales externos en el rubro, al levantar la prohibición constitucional

de enajenar derechos de explotación minera a capitales privados (Moguillansky, 2001). En

1994 la producción y la exportación privada de cobre supera a la estatal, una brecha que

crece en los años siguientes (Fazio y Parada, 2010).  

Page 159: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 159/226

  288

La línea tributaria prosigue. La reforma de 1991 extravía la idea de elevar el gasto social

con alzas en impuestos directos. El acuerdo con RN carga más de un tercio a alzas del IVA

de 16 a 18%, y el impuesto al ingreso de las empresas de 10 a 15% (Waissbluth, 2005).

Otro ajuste alarga estas alzas hasta 1997. Se ratifica el orden tributario favorable a los

grupos de altos ingresos y clausura la introducción cambios progresivos, con lo que en

1994 el IVA suma el 48,9% de los ingresos tributarios, la principal fuente de recaudación

desde la reforma de 1974 (Larraín y Vergara, 2001; Fazio y Parada, 2010).

La continuidad de las herencias de la transformación autoritaria se alarga al ámbito laboral.

A pesar de su incapacidad para enfrentar a los gremios empresariales, la CUT aprovecha su

vinculación a la Concertación para negociar los ajustes del Código del Trabajo, que en

1993 traen cierta regulación al fijar criterios de estabilidad laboral, formación de sindicatosy negociación colectiva, aunque conservan el marco de 1979. Restablece la necesidad de

causa justificada para despidos, pero valida las “necesidades de la empresa” para tal efecto,

ampliando el tope de indemnización. Mantiene los tipos de sindicatos y la voluntariedad de

afiliación, amplía su constitución a todas las ramas, fortalece los fueros sindicales y, aunque

no altera las fuentes de financiamiento, dicta que todos los trabajadores beneficiados por

una negociación colectiva deben aportar al sindicato, revirtiendo la lógica del  free rider  en

el ámbito laboral y sindical. La política salarial no cambia y consagra la restricción estatal a

la fijación de salarios mínimos y reajustes para el sector público. Restablece el carácter

indefinido de la huelga pero con posibilidad de reemplazo temporal y recontrato individual,

y mantiene las normas del lockout  (Mizala y Romaguera, 2001). Las reformas proyectan el

orden laboral heredado, ahora refrendado por las modalidades del nuevo sistema político:

sindicatos reducidos al ámbito de la empresa, condiciones laborales flexibles y la

desaparición de los viejos derechos, amplios márgenes de manejo empresarial frente a la

fuerza de trabajo, y un régimen de prescindencia estatal en la regulación de las relaciones

laborales.

Estos cambios no elevan el nivel de sindicalización, que crece al inicio y luego cae en todas

las áreas, igual que la cobertura de negociación colectiva (Mizala y Romaguera, 2001). Ahí

se suma el auge de sectores menos intensivos en mano de obra o asentados en su uso

Page 160: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 160/226

  289

temporal, el menor peso de aquellos con más tradición sindical (transporte, industria,

servicios públicos, minería) y uno mayor de otros con menos tradición (comercio y

servicios), y la feminización de la fuerza laboral. El profesorado que perdió el carácter

 público, ahora que sus líderes integran la alianza oficial logra aprobar en 1991 un Estatuto

Docente que dota a los profesores de una legislación laboral específica (Mizala y

Romaguera, 2003). Aunque recupera prerrogativas perdidas, conserva las bases del sistema

escolar heredado y en 1993 se afianza con la Ley de Financiamiento Compartido que

 permite a los colegios particulares subvencionados y municipalizados de educación media

un cobro adicional a la subvención, ahondando la segmentación social del sistema

educativo (Maldonado, 2003). En previsión y salud los cambios también ahondan el

entramado anterior, ampliando las posibilidades del capital privado. Se permite invertir

fondos previsionales en títulos externos de renta fija, y en fondos mutuos y operaciones decobertura de riesgo financiero en el exterior (Stallings, 2001). El sistema privado de salud

se afirma con la creación de la Superintendencia de Isapres como ente regulador,

eliminando la tuición del Fonasa sobre el primero (Gogna, 2004).

La institucionalidad política no sufre alteraciones. La política de los acuerdos entre el

gobierno y la oposición consolida el bicoalicionalismo (Campero, 2003). La tensión es con

la cúpula castrense. En 1990 se crea la Comisión Rettig, que indaga los asesinatos de la

dictadura militar. Ese año, al frente del desfile militar anual el general Parera desafía a

Aylwin negándose a solicitar el permiso protocolar para su inicio. A fines de año estalla un

escándalo de corrupción que involucra al Ejército y al hijo de Pinochet. Este caso de los

“pinocheques”, una indagación judicial apoyada en una comisión parlamentaria, desata el

acuartelamiento del Ejército -que alega ejercicio de alistamiento y enlace- y logra detener la

investigación. Al igual que la reactivación del caso en 1993 y el despliegue de tropas frente

al palacio presidencial -el “boinazo”- que logra su cierre definitivo bajo “razones de

Estado” argüidas por el gobierno de Frei. 

El gobierno de Aylwin traza lo que, con matices, será la línea de acción de los gobiernos de

la Concertación: continuidad de los fundamentos de la institucionalidad, el modelo

económico y las políticas sociales heredadas, excepto concesiones corporativas a grupos

Page 161: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 161/226

  290

con capacidad de presión. Ello con un apoyo rubricado en victorias electorales. En las

elecciones municipales el oficialismo se impone ampliamente y la DC se alza como la

 primera fuerza electoral. En 1994, con 58% en primera vuelta Frei Ruiz-Tagle, de la DC,

gana la presidencia, mientras las parlamentarias consagran el bicoalicionalismo en la

 proporción anterior.

 La interrupción económica y social bajo Frei

La línea de acuerdos comerciales bilaterales que imponen los sectores financieros se acelera

en el gobierno de Frei. En 1994 Chile entra al Foro de Cooperación Económica Asia-

Pacífico de intercambio con las principales economías de esa zona. Luego firma un

Acuerdo de Complementación Económica (ACE) con el Mercosur, como país asociado siningreso pleno a fin de preservar libertad fuera de la región. Y rubrica TLC con

Centroamérica, Canadá y México, y un ACE con Perú (Waissbluth, 2005).

El fuerte crecimiento inicial de 7,8% entre 1994-97 cae en 1998 con una crisis asiática que

desploma los flujos de capitales y el comercio exterior. La caída en los precios y la

demanda de las exportaciones locales, se agrava con la expansión indiscriminada de la

oferta de cobre de las mineras privadas radicadas en el país, bajo una falta de incentivos

 para diversificar las exportaciones con bienes de mayor valor agregado. Las rentas de la

inversión externa no han salido del país y superan en mucho las reservas acumuladas,

abriendo un riesgo para la balanza de pagos que estalla con la caída del flujo de divisas y la

demanda que desata la sospecha de devaluación del peso (Fazio y Parada, 2010). En 1998

el Banco Central vende divisas para reducir la masa monetaria y eleva la tasa de interés

ante la carencia de liquidez. Los aranceles aduanales bajan a 6% en 2003 para frenar los

 precios de los insumos importados, y elimina el encaje bancario ante la escasez de fondos

externos y compromisos de un TLC con Estados Unidos. Pero ese año la recesión recorta la

actividad económica en 4,1% y dispara el desempleo. Para aplacar la demanda de liquidez y

elevar la recaudación se retiene el IVA en 18%, y se derogan ciertas exenciones tributarias

a grupos de altos ingresos, pero no cambia el trato preferencial a las rentas del capital sobre

las del trabajo (Larraín y Vergara, 2001). Si a inicios de la década la inversión externa

Page 162: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 162/226

  291

apunta a la exportación, ahora llega a servicios privatizados (electricidad,

telecomunicaciones) (Moguillansky, 2001). Para incentivar la economía se impulsan obras

 públicas bajo el modelo de concesiones heredado, integrando a privados a la infraestructura

hasta entonces estatal (Stallings, 2001).

En 1998 se firma un acuerdo entre el gobierno y la CUT que fija el ingreso mínimo por tres

años. Pero se niegan cambios a la legislación laboral y el apoyo oficial en disputas con las

empresas. La tasa de sindicalización y de negociación colectiva siguen cayendo, reflejo de

la debilidad de la presión salarial (Drake, 2003; Mizala y Romaguera, 2001). Tampoco hay

cambios en el orden previsional, pese a que, tras la bonanza inicial, por primera vez en

1995 el sistema tiene rentas negativas, perdiendo dinero de los afiliados, a lo que siguen

oscilaciones que no replican las alzas iniciales, en condiciones que las comisiones de lasAFP absorben más de la mitad de las rentas de los primeros veinte años de operación

(Arenas, 2010; Riesco, 2007). Pero es un cuadro que no se acompaña de conflictividad. En

cambio, los ajustes al Estatuto Docente, que buscan flexibilizar las condiciones laborales

del profesorado, abren un conflicto con el Colegio de Profesores (Mizala y Romaguera,

2003). Ante la caída del mercado del carbón en 1997 se anuncia el cierre del yacimiento

estatal de Lota, desatando protestas que se vinculan a otras bajo la crisis, constituyendo las

 primeras movilizaciones sociales relevantes de la transición (Ruiz, 1998). La protesta

universitaria detona por el déficit del Fondo Solidario creado en 1994 y escala contra el

 proyecto de Ley Marco de Universidades Estatales propuesto de 1996, que proyecta el

marco heredado de relación entre el Estado y sus universidades (Cifuentes et al., 1998).

Aunque son protestas que no superan los marcos corporativos, teniendo poca articulación

entre sí y ninguna capacidad de generalización de intereses.

En ese cuadro aflora la crítica dentro de la Concertación. En las elecciones municipales de

1996 cae el apoyo, pero retiene la mayoría. En las parlamentarias de 1997, bajo estos los

conflictos, retrocede en ambas cámaras, sin que otra fuerza capitalice el descontento,

creciendo el abstencionismo. La elección presidencial de 1999 es ajustada, llegando a

segunda vuelta tras el empate entre Lagos, por la Concertación, PPD y ex Ministro de

Page 163: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 163/226

  292

Educación con Aylwin y de Obras Públicas con Frei, y Lavín por la Alianza, UDI y alcalde

de una comuna de altos ingresos, donde triunfa el primero con 51% de los votos.

 Lagos y el fin de la desconfianza empresarial hacia la Concertación 

En 2000 los TLC abarcan países de América Latina y Canadá, dilatando el ingreso al

Mercosur, cuyo acercamiento termina cuando Clinton retoma tratativas de un TLC con

Chile. El ingreso al Mercosur es respaldada por Cardoso, para que fuera aquél bloque y no

Chile quien ajustara su política comercial (Fazio y Parada, 2010). Pero prima la línea de

integración a los centros económicos mundiales, bajo la alianza del sector financiero local y

sus pares externos, sin resistencia de otros grupos ante la competencia externa y por sus

 posibilidades de mercado. Esta expansión tiene eco en un cambio empresarial, cuyasdirigencias gremiales -a diferencia del bloque que proviene de la dictadura- se aproximan a

la Concertación. En esta etapa la apertura externa llega a acuerdos con los centros de la

economía mundial como la Unión Europea, China y Estados Unidos. Entre 2000 y 2005, el

arancel de los países con acuerdo cae de 4 a 0,8% y las importaciones de esas regiones

suben de 25 a 77% del total (Fazio y Parada, 2010). El desbalance a favor de esas potencias

golpea a la producción local, en especial empresas pequeñas y medianas, abriendo un

desempleo estructural. Tras el TLC con Estados Unidos de 2003, las importaciones

norteamericanas crecen a un ritmo cuatro veces superior a los envíos locales (Fazio y

Parada, 2010). Una asimetría no sólo comercial. El acuerdo impacta la inversión externa,

ahondando la apertura. Chile no podrá expropiar o nacionalizar ninguna inversión en el

 país, y se abre a arbitraje externo cualquier medida tributaria que pueda estimarse

transgresora de un acuerdo de inversión. Se renuncia además al empleo de mecanismos de

encaje -que a inicios de los años noventa frenan el ingreso especulativo de “capitales

golondrinas”- muestra de la alianza de sectores financieros locales y externos, principales

 beneficiarios de estos términos de vinculación al mercado mundial. En 2003, con el alza del

 precio del cobre y un escándalo de evasión, llega la presión por cambios en la tributación

minera. En 2005, tras un primer proyecto vetado por el empresariado, se aprueba el royalty

II que grava en 4% las utilidades, a cambio de una invariabilidad tributaria de 15 años para

las concesiones mineras. El alza del cobre dispara el flujo de divisas y, a falta de un control

Page 164: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 164/226

  293

cambiario, aprecia la moneda local -el “síndrome holandés”- afectando a las demás

exportaciones (Fazio y Parada, 2010).

En 2001 se ajusta el manejo presupuestario a la regla de superávit estructural que fija un

gasto público menor en 1% al ingreso estimado. Se alega el déficit arrastrado del rescate de

la banca en los años ochenta, la línea cambiaria en los noventa y pasivos ligados a las

 pensiones mínimas y asistenciales (Arenas y Guzmán, 2003; Velasco et al., 2010). Ello

 bloquea el uso de excedentes -como los del cobre- para encarar la atadura exportadora a los

recursos naturales, el deterioro de la pequeña y mediana empresa con la apertura externa o

la regresiva distribución del ingreso. Lagos consagra el giro neoliberal con una apertura sin

 par en la región y un manejo macroeconómico que aumenta el peso de los grupos

económicos. El empresariado ajusta su actitud hacia la Concertación y deja atrás unarelación casi orgánica con los partidos de derecha (Campero, 2003). La nueva generación

de líderes gremiales, con vínculos estrechos con una tecnocracia que crece en los gobiernos

de la Concertación, encauza al empresariado en esta senda.

Una línea que alcanza las políticas sociales. En 2001 se crea un seguro de desempleo para

empleados del sector formal, con financiamiento a cargo del trabajador y aportes del

empleador y el Estado. Una reforma laboral conserva las causales de despido, eleva

indemnizaciones (en especial por despido injustificado o práctica antisindical), reduce la

 jornada y horas extras, amplía la vigencia de los convenios colectivos pero conserva la

 pauta de negociación, de huelga y lockout   (Rojas, 2007). El margen de inversión de las

AFP crece al dividir los fondos en opciones de inversión según sus grados de riesgo, a

elección del trabajador (Arenas, 2010). En salud avanza el subsidio estatal a servicios

 privatizados. Si con Pinochet entra el sector privado al financiamiento de prestaciones de

salud, y con Aylwin se diluye el control estatal sobre éste, en 2004 con Lagos se amplía a

instituciones privadas el financiamiento estatal. Un Plan de Acceso Universal con Garantías

Explícitas (AUGE) cubre patologías con fondos fiscales sin distinguir la institución que

 presta la atención (Gogna, 2004). A diferencia del caso brasileño, donde el financiamiento

va al sistema público de amplia cobertura, el Plan AUGE desdibuja el límite

 público/privado con un subsidio estatal a Isapres y clínicas y hospitales privados. Un

Page 165: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 165/226

  294

esquema similar llega al sistema de educación superior, que beneficia en especial a la

 banca. Su financiamiento trae conflictos desde 1997 que amplían el crédito estatal. En 2005

se crea el Crédito con Aval del Estado (CAE), que licita carteras de deudas de estudiantes

de la educación superior a la banca privada donde el Estado hace de aval. Para incentivar a

la banca acota el riesgo con una prerrogativa adicional -inédita en las licitaciones- que les

 permite vender al Estado (o hacer efectivo el aval estatal) la deuda de estudiantes con baja

 proyección de ingresos, y recibir por ello una comisión estatal, que deviene principal

subsidio a la banca a través del CAE, generando enormes rentas que superan los propios

 pagos de los estudiantes (CIPER, 2011). Su anuncio desata la protesta estudiantil. En

definitiva, al igual que el Plan AUGE, en el CAE el aumento de la cobertura es el

argumento para ampliar el subsidio estatal a grupos privados ligados a los servicios

 privatizados. La aprobación parlamentaria es casi unánime.

En 2005, sin consulta popular se realizan ajustes constitucionales acordados por ambas

coaliciones, una restricción ciudadana de la “política de los acuerdos”. Apuntan a la

conciliación con el nuevo mando militar y consagran prebendas heredadas a cambio de

suprimir “enclaves autoritarios” como los senadores designados, sujetar la convocatoria al

Consejo de Seguridad Nacional y la remoción de Comandantes en Jefes a atribución

 presidencial (Garretón, 2000). El reemplazo parlamentario en caso de cese de funciones se

deja a designación de la directiva del partido de pertenencia al ser electo, aumentando la

autonomía de la política respecto de la ciudadanía (antes asumía la pareja de lista en la

elección). Se mantiene el esquema político-institucional, los límites a la pluralidad de

actores, las esferas de decisión no electivas, el sistema electoral binominal, el Tribunal

Constitucional y los altos quórums para nuevas reformas.

Entre 2000 y 2002 Lagos enfrenta un cuadro adverso, con efectos latentes de la crisis y

acusaciones de corrupción, reduciendo en 2000 la brecha en alcaldías con la Alianza, y

unas parlamentarias en 2001 bajo más escándalos de corrupción, donde se equilibran las

fuerzas y la UDI se erige como principal partido. Pero tras el brillo de los diversos TLC, la

 bonanza del cobre, la Comisión Valech sobre la tortura y la prisión bajo la dictadura, y la

dura posición ante Bolivia en el “conflicto del gas” en 2004, llega la recuperación electoral

Page 166: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 166/226

  295

a la Concertación (Varas, 2010). En las elecciones municipales de 2004 triunfa

ampliamente, mientras la izquierda alza un inédito 10%, y las postulaciones fuera de los

 pactos se empinan a otro 10%. En la elección presidencial de 2005 triunfa Bachelet, del PS,

ex Ministro de Salud y Defensa de Lagos, de nuevo en segunda vuelta, con un 53% sobre

Piñera, empresario de RN. En las parlamentarias la Concertación amplía su masa de

diputados y alcanza la mayoría senatorial sin miembros designados.

Nuevas fracciones sociales entre la concentración y la desigualdad  

Este “neoliberalismo avanzado”, de un ininterrumpido curso de cambios distintivo en la

región, precede y marca a una transición donde el patrón de desarrollo y la concepción deEstado heredadas no se alteran, de modo que los gobiernos de la Concertación la consagran

y extienden. Esos cambios templados en el tiempo trazan un mapa social nuevo donde

asoman actores y conflictos de importantes dosis de novedad. Un proceso social vinculado

a las modalidades de dominio que se configuran en la transición, bajo una honda

desarticulación social y la excluyente definición de lo político. En ese marco emerge un

malestar social que plantea dilemas de redefinición de lo político.

 De la euforia a las nuevas contradicciones

En los años noventa cunde un exitismo con el ascenso de las franjas medias ligadas a la

 burocracia privada y un empresario mediano de éxito económico, junto al desplome del

 prestigio de la burocracia estatal y grupos independientes carentes de tal suerte. Su auge

deviene sinónimo de modernización. El consumo sella el “espíritu de los noventa” con el

acceso a bienes y servicios antes vedados para las clases medias, con lo que reviste, más

allá del aspecto material, una dimensión cultural que granjea a estos grupos un alto

 prestigio social (Vial, 1998; Tironi, 1999). Su difusión afianza un patrón individualista que

reduce la confianza al esfuerzo propio y busca diferenciarse bajo las referencias de estos

grupos en ascenso, y redunda en amplios sectores -no en el empresariado- en un desinterés

en causas colectivas. Cunde un pragmatismo que transita sin contradicciones de la solución

Page 167: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 167/226

  296

 privada a la apelación estatal. Una invocación a la competencia donde la moral utilitaria no

apela a una noción del bien común. Un relativismo moral que choca con el

conservadurismo religioso de los grupos altos donde prima el catolicismo conservador de

movimientos apostólicos como el Opus Dei (Parker, 1998).

El prestigio de la empresa privada crece con el impacto cultural del mercado y asimila al

motor del crecimiento, sobre todo en esos grupos medios (Manzi y Catalán, 1998). Si antes

en las clases medias -y para vastos sectores- son los profesionales liberales, altos

funcionarios estatales, políticos e intelectuales los modelos a seguir, ahora es este

empresario, protagonista central del auge económico que forja una autoridad que irradia

hacia las esferas de la vida pública. Un empresariado transformado en los años ochenta con

las privatizaciones, con tecnócratas de alta formación profesional y experiencia en asuntosde gobierno, que desplaza a la vieja aristocracia agraria. Con vastas redes en el mundo

 político y otras esferas de poder, como la militar o religiosa, es un núcleo que comparte

trayectorias, credos y estilos de vida. En este espíritu, el ideal de sociedad asociado al

ingreso a una globalización que simboliza la modernidad, sepulta las viejas opciones

vinculadas a un modelo nacional de desarrollo. Una cultura empresarial que se propaga a

través de los grupos medios en ascenso, donde la educación se sujeta a la proliferación de

instituciones privadas ligadas a grupos religiosos y conservadores, en desmedro del viejo

laicismo, en la formación de las elites profesionales e intelectuales.

El mejoramiento más rápido de los ingresos de los trabajadores asalariados en relación a los

independientes, apunta una burocratización del trabajo bajo la nueva organización privada.

El nuevo mapa social es más inteligible en los extremos de la sociedad que en esta nueva

zona intermedia donde crece tal heterogéneo y volátil conglomerado en que prima una

inquietud por las oportunidades, que atrae la mirada sobre la desigualdad más que a la

 pobreza. Es que, en la etapa democrática, a un tiempo disminuye la pobreza y crece la

desigualdad. Si en 1990 el 5% más rico percibe ingresos 130 veces más altos que el 5%

más pobre, en 2003 tal distancia crece a 209 veces (Ruiz, 2005). Tal brecha entre ricos y

 pobres, casi duplicada en estos gobiernos, no responde al empobrecimiento de los más

 pobres sino al abrupto enriquecimiento de los más ricos. Esta etapa parece un paraíso de la

Page 168: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 168/226

  297

elite económica. La mantención de alzas impositivas sobre productos y servicios de

consumo básico, de efectos regresivos, y gravámenes al capital muy por debajo de los

estándares internacionales, y la consagración del engendro pinochetista de un gasto social

focalizado que cancela la idea de derechos sociales universales, heredero de extremas

formulaciones conservadoras, agudizan tal desigualdad.

Pero el déficit de cohesión social no trae conatos relevantes, lo que se atribuye al temor a la

regresión autoritaria (Lechner 1998). La heterogeneidad dificulta la articulación de grupos

con capacidad de representar intereses más generales y el interés particularista domina las

tensiones sociales. Junto al mayor bienestar general dado el acceso a nuevos bienes y

servicios (Tironi, 2003), aparece una inseguridad en los sistemas que inciden en la

seguridad colectiva (salud, previsión, trabajo y educación) (PNUD, 1998). Unamodernización que trae nuevos dilemas entre los cursos de diferenciación e integración

social. Las nuevas desigualdades del auge económico tienen el desempleo como rígido

componente. La creación de empleos cede ante su destrucción bajo la alta rotación que los

hace cortos e inestables (Ruiz, 2004). La inquietud por las oportunidades apunta al apellido,

el colegio y los barrios como determinantes del salario a aspirar. La brecha del origen social

supera al desempeño en el acceso a altos ingresos. Las empresas prefieren profesionales

con un acceso a redes sociales poco fundado en méritos, pero de alto valor económico

(Nuñez y Gutiérrez, 2004).

La concentración del poder empresarial dualiza la economía entre un sector oligopólico y

otro inmerso en la competencia y responsable de la gran mayoría del empleo, donde el

 primero acapara -bajo disposiciones políticas- las posibilidades de acumulación. Una

concentración que atenta contra la propia libre competencia, dificulta la regulación estatal y

la mejora salarial. De ahí una complejidad del panorama dada no tanto por las dimensiones

de la pobreza, sino en unas desigualdades extremadas por la concentración del ingreso

derivada de los cambios económicos, políticos y sociales, amparada en el consenso elitario

sobre la privatización de servicios sociales o el marco constitucional que favorece la

rentabilidad empresarial. Bajo estos cambios las formas más relevantes de diferenciación

social se redibujan, dificultando las capacidades y posibilidades de los grupos subalternos

Page 169: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 169/226

  298

de conformación de instituciones asociativas que permitan la agrupación de intereses y la

formación de identidades colectivas, lo que determina las posibilidades de la acción

colectiva y su incidencia en el proceso social y político.

 Panorama de grupos y clases sociales entre continuidades y novedades

El panorama de clases y grupos sociales tras dos décadas de curso democrático permite

apreciar, en la dilatada huella de esta experiencia neoliberal, aquellos cambios sociales más

típicamente ligados al patrón adoptado, y diferenciar tales mutaciones de otras propias de

turbulentos pero limitados cursos de reordenamiento que terminan por rebelarse

transitorios45. La imagen de la metamorfosis de los sectores medios, también sobre los

grupos marginales, el curso posterior las relega a una condición episódica, bajo un panorama social inédito que se abre paso (Ruiz y Boccardo, 2011).

La mentada privatización de los sectores medios ligada al desplome del viejo empleo

estatal, tan acentuada en los años setenta y ochenta, acarrea una desasalarización en su

interior que, a la larga, sólo resulta temporal. Esa relación entre la privatización y una

“empresarialización forzada” de los sectores medios, es más una condición de refugio ante

la drasticidad de la reestructuración. Luego desaparece con una burocratización privada del

trabajo asalariado de calificaciones medias y altas, cuyo auge eleva a esta burocracia

moderna de servicios privados al centro del nuevo panorama social, una mezcla inédita de

un carácter asalariado y privado preponderante en estos sectores. Un heterogéneo mundo

marcado por la expansión de los grupos profesionales, donde gran parte proviene de

fracciones de “clase media” de primera generación, lo que dilata sus posibilidades de una

acción de clase. De ahí unos nuevos sectores medios, mayoritarios en la sociedad, a la vez

que inédita fisonomía. En tanto la burocracia estatal cambia de 1990 en adelante, con el

alza de ocupaciones ligadas a las funciones coactivas (judicial, policial) y la reducción de

otras propias de los servicios sociales estatales (educación, salud), consagrando la

disolución de su vieja fisonomía. La reforma procesal penal, la ampliación del aparato

45 Ver Anexo Estructura Social, III. Estructura social chilena, Cuadro 1 Significación numérica de categorías

sociales, 1971-2009.

Page 170: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 170/226

  299

 judicial y el aumento de la planta policial, a la par de la merma del peso del empleo estatal

en salud y educación, expresan la reorientación del Estado (Ruiz y Boccardo, 2010). Las

franjas medias antes ligadas al emprendimiento, retornan al tipo tradicional de pequeña

 burguesía de baja calificación (artesanado, transportistas, comerciantes), indicando que,

más allá del éxodo temporal ligado al desplome del empleo estatal, es un sector vagamente

tocado por las modalidades de modernización vigentes, con mucho menos que contar que lo

que reza el ideologismo en boga46.

En la marginalidad urbana ocurre otro tanto. Su expansión de los años ochenta luego se

frena y ajusta a una reducción sostenida que merma su peso en la sociedad, que cambia su

talante tradicional al reducir el empleo doméstico y expandir el trabajo marginal en los

servicios, sellando otra novedad. En el mundo agropecuario, la descampesinización y laasalarización del trabajo termina de arrasar. Incluso la antigua división del mundo rural y

urbano, vista como la división social y cultural fundamental, queda obsoleta ante las nuevas

“agro-urbes” y la llegada de los servicios modernos.

Aunque otros cambios perduran desde fines de los años setenta y primeros ochenta 47. La

“pérdida del peso estratégico de la clase obrera” permanece y se proyecta. No sólo se

desvanece sin vuelta aquél grupo ligado a la industrialización y la política del período

nacional-popular, sino que ahora predominan los trabajadores de los servicios. La nueva

fisonomía trae otra diferencia: si al inicio absorbe trabajadores expulsados del sector

 productivo, luego recluta en la marginalidad. Un auge que ya no se reduce al refugio de la

crisis de los años ochenta. Aunque contiene una tercerización espuria (servicios de baja

calificación y productividad), es la contraparte de una tercerización genuina ligada al auge

de la burocracia pr ivada moderna. Estos “obreros de cuello blanco” alteran la fisonomía del

mundo de los trabajadores e indican la incorporación de franjas sociales tradicionalmente

excluidas, ahora encadenadas a los servicios modernos bajo disímiles formas. Unos

46 Ver Anexo Estructura Social, III. Estructura social chilena, Cuadro 3 Significación numérica de categoría

social sectores medios asalariados privados, 1971-2009.47 Ver Anexo Estructura Social, III. Estructura social chilena, Cuadro 4 Significación numérica de categoría

sociale clase obrera, 1971-2009.

Page 171: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 171/226

  300

encadenamientos de amplio alcance y dispares grados de modernización y formalidad que

marcan el panorama social. En el mundo de los servicios se vinculan a los grupos sociales

más expansivos, las pautas más acentuadas de la modernización en boga y un ámbito muy

sensible a los ritmos del modelo de crecimiento vigente.

El panorama social queda marcado por el empleo vinculado a los servicios, ya sea en los

grupos empresariales, los sectores medios y trabajadores. La expansión en cada uno de esos

sectores de las franjas ligadas al sector terciario indica su mayor exposición ante los

vaivenes del crecimiento económico y el predominio de franjas sin anclaje en las prácticas

sociales y políticas precedentes. Debido al prolongado auge económico han resultado más

expresivos los grupos medios, los más expansivos y predominantes en el entramado social,

marcando una fisonomía mesocrática distintiva en el cuadro regional.

Sin los viejos actores sociales y el difícil parto de los nuevos bajo la exclusión política

Los términos de la transición se erigen como uno de los más restrictivos en la región. La

dimensión social de este escenario releva la desarticulación de viejos actores, y permite

 proyectar la impronta antipopular sobre el trazado de la política en la etapa democrática. La

transición adopta una dinámica procedimental que naturaliza el orden constitucional

heredado, y sella el carácter de los gobiernos de la Concertación, donde retrocede el

sentimiento de identificación social y la política se “desociologiza” en los años noventa.

Una magra visibilidad de los actores sociales que va ligada a los rasgos de una política que

deja de expresar a vastos sectores de la sociedad. Sin el contrapeso de los actores excluidos

del pacto de la transición, la política se elitiza. Debuta desd e La Moneda el “partido

transversal” como cerrada red de poder social y político. El presidencialismo que traza la

Constitución de 1980, antes criticado, lo aprovechan las nuevas autoridades. El consenso

dominante sobre el patrón de crecimiento, permite sustraer la definición de políticas

económicas del debate político. Los partidos dejan su carácter representativo de intereses

sectoriales deviniendo en partidos “nacionales” bajo una orientación más integrativa, bajo

la tendencia a los acuerdos entre fuerzas políticas antes enfrentadas en virtud de las

representaciones sociales adoptadas. Una autonomía del sistema partidario sin contrapeso

Page 172: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 172/226

  301

en grados de organización social capaces de presionar por sus demandas. Los grupos más

organizados pierden incidencia en el proceso político, como sindicatos y capas medias

antes lideradas por gremios de empleados públicos y agrupaciones de profesionales

liberales; sólo el empresariado gana fuerza como grupo de presión.

El Estado renuncia a una regulación directa en muchos ámbitos de relaciones sociales, con

objeto de evitar su “politización”, evitando entrar en los conflictos sociales. Con la clausura

del acceso popular a los procesos de construcción del Estado, y la disolución de los viejos

términos de relación entre los partidos y sectores populares, se induce una despolitización

de las relaciones sociales ubicadas en la base de la sociedad. Crece un apoliticismo, sobre

todo entre los jóvenes de sectores populares.

Pero tras el desarme de las identidades sociales antaño arquetípicas, de una hondura que

orilla a la vieja cultura política y limita la proyección de la izquierda histórica, aparece la

formación de nuevos actores sociales apreciable a mediados de la década, que no se reduce

a la figura del viejo sindicalismo entre los trabajadores, ni a los anteriores actores

estudiantiles en sus movilizaciones recientes (Ruiz, 2007b). La novedad de los primeros

está en que grupos de trabajadores subcontratados encaran directamente a empresas

matrices, sobrepasando a las pequeñas empresas contratistas, una negociación interempresa

evitada por la orden laboral desde 1979. Quienes irrumpen no son los asalariados

tradicionales, sino aquellos sujetos a esta intermediación constituida bajo el modelo de

crecimiento adoptado, un trabajo flexible al punto de la precarización, que abarata el costo

de la fuerza de trabajo, y sostiene las altas rentas de los rubros más dinámicos de la

economía. Son los nuevos asalariados.

Estos nuevos conatos arrastran a las empresas contratistas, pymes sobre todo, antes

entendidas como pequeña burguesía. Bajo altas tasas de concentración del ingreso, estos

sectores medios empresariales quedan en una condición inestable. Esta nueva pequeña

 burguesía formada en la inédita proliferación del negocio de la subcontratación, es el

fusible que salta para evitar que los trabajadores lleven directamente sus demandas a las

empresas ligadas a los grandes capitales. A cargo de la externalización de funciones que

Page 173: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 173/226

  302

arrojan esas grandes empresas, la función de estas pymes en este modelo es proteger a los

grandes capitales de las eventualidades de los ciclos de acumulación. Las convocan en los

ciclos expansivos y se deshacen de ellas -y sus trabajadores- cuando la demanda se contrae,

traspasando hacia abajo los costos de las oscilaciones del mercado. Se protegen del

mercado. Unas pymes que, además, reciben la presión de los trabajadores que soportan las

condiciones más precarias del mundo laboral. La gran empresa evita así un capitalismo

competitivo, amparada en situaciones de poder político -ordenanzas legales dictadas a su

favor- para asegurar altos retornos a sus inversiones, dictando la baja movilidad en la

cúspide de la sociedad. Mientras la “clase media empresarial” vive el vértigo de la

inestabilidad de sus posiciones sociales, el mayor grado de movilidad en toda la sociedad

(Wormald y Torche, 2004). Esas mismas pymes a cago de más del 80% del empleo, que

amplifican la volatilidad de esas posiciones sociales, ante una pobreza que, pese areducirse, amplía su alcance con tal rotación laboral. No sólo los más pobres quedan

excluidos del crecimiento, también los trabajadores estables y amplios grupos medios. De

ahí que, al malestar de los pobres y los trabajadores, se suma el de esos sectores medios.

Comienza a aflorar un malestar mesocrático, que le imprime nuevos rasgos al más conocido

malestar popular con el patrón de crecimiento vigente.

En 1997, el de mayor conflictividad de la etapa democrática antes de la “revolución

 pingüina” de 2006, reúne la protesta de los trabajadores del carbón, de los puertos, de la

educación básica, de mapuches y estudiantes, bajo un claro carácter popular. En cambio en

2006, tras la protesta de los secundarios aparece, aparte de esos sectores, un malestar

mesocrático que le imprime connotaciones nuevas al conflicto. Se vincula a la pérdida de

 protección social bajo la dirección privatizadora de los cambios en los sistemas de salud y

 previsión, a las dificultades en la realización de oportunidades, y la forma en que se

expresan en la educación, el trabajo y el consumo. En los años noventa el ingreso se

recupera en casi todos los sectores sociales, pero en su mayoría quedan rezagados en

relación al crecimiento del país. La percepción de la brecha entre los propios ingresos y los

de otros sectores y la propia expansión del país, atiza un malestar heterogéneo y amplio,

que choca con el monopolio de espacios y oportunidades a manos de un cierre social

amparado en la alianza de la elite concertacionista y empresarial (PNUD, 2004).

Page 174: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 174/226

  303

Fin de la “etapa fácil” del matrimonio entre neoliberalismo y democracia 

El sentimiento que subyace a la democracia actual es de desencanto (Lechner, 2001). El

cambio social subyacente a la refundación autoritaria y su proyección en la democracia,

eleva a nuevos planos subjetivos la desarticulación heredada. Más allá de una marginalidad

que se reduce, la gran mayoría de la sociedad vive la experiencia de una homogenización

creciente de sus condiciones de vida, bajo la acentuada concentración de la riqueza. La

 privatización de los viejos derechos garantizados por el Estado, impacta en medio de una

gran inestabilidad de esas posiciones sociales. La conculcación de derechos sociales

universales, aparte de acrecentar la desigualdad, reduce las certezas de la reproduccióncotidiana, tornándola ajena e indeterminada frente a los patrones de predictibilidad

anteriores. Una incertidumbre signada por la soledad del individuo ante esa

indeterminación de sus condiciones de existencia. Uno de los mayores estragos de esta

 privatización de las condiciones de vida, bajo el desmantelamiento de la antigua protección

social, estriba en la alteración de esas condiciones culturales de desenvolvimiento de la vida

cotidiana. Es el nuevo páramo del individuo. Un cambio que en la experiencia local alcanza

extremos inusuales, por el grado en que recae sobre la capacidad de pago de los individuos

el costo de su reproducción social. Las nuevas condiciones ponen al individuo ante una

vida cotidiana más volátil. Conforme las proyecciones futuras se hacen más difíciles, el

tiempo corto se estira al punto que se tiende a vivir el momento, petrificando el presente.

Ello deviene sustrato del desencanto con una política que renuncia a articular horizontes y

su autonomía y ensimismamiento aparece, ante las nuevas condiciones, como un

espectáculo autista, incapaz de procesar siquiera demandas corporativas o individuales por

mayor bienestar, menos de movilizar compromisos o ideales que convocara antaño. En tal

 panorama, las orientaciones de acción que apelan en estos años a los patrones de

socialización anteriores, muy a menudo quedan orilladas a imágenes pretéritas,

desgastadas, apenas remembranzas de un tiempo dejado atrás por un presente colmado por

malestares que se experiencian individualmente.

Page 175: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 175/226

  304

Tal escena, dominada por la desarticulación y el desencanto, es el adverso teatro para la

acción social que, cuando se empina, la atraviesa la inarticulada heterogeneidad de este

 panorama, dificultando la constitución de actores capaces de representar intereses más

generales por lo que, salvo excepciones, priman intereses particularistas. Precisamente, es

esto lo que empiezan a dejar atrás las aglutinadoras movilizaciones de los estudiantes

secundarios en 2006, y los sucesos de 2011.

 El malestar del neoliberalismo “avanzado”: el aviso desoído bajo Bachelet  

En el marco conservador de la transición, el ascenso al gobierno de una figura como

Bachelet, mujer, socialista, hija de un ejecutado por la dictadura, que sufre también esa prisión y tortura, parece indicar un cambio. Pero enfrenta la emergencia de grupos y

conflictos sociales inéditos y las respuestas refrendan el carácter cerrado de la política.

El gobierno debuta bajo un alza inédita del precio del cobre, pero sigue una restrictiva

 política fiscal. En 2006 la Ley de Responsabilidad Fiscal fija un superávit estructural, y

crea el Fondo de Estabilización Económica y Social con esos ingresos extraordinarios que

invierte en activos financieros externos (Varas, 2010; Velasco et al., 2010). Chile deviene

acreedor neto con la alta entrada de divisas y la rígida política fiscal. El flujo aprecia la

moneda local, eleva las rentas sujetas al precio de colocaciones en el exterior del sector

financiero e importador, y reduce los retornos en moneda local de empresas orientadas al

mercado interno y las exportaciones no-cupríferas (forestal, vitivinícola, frutícola,

 pesquera), conservando los sectores favorecidos. Se autoriza a las AFP a elevar los montos

a invertir en el exterior, juego especulativo que ahonda la disparidad anotada al elevar los

retiros en moneda local. Lo mismo trae la ausencia de una política cambiaria competitiva,

como una intervención del Banco Central para mejorar las condiciones de las exportaciones

y apoyar la producción interna. La rigidez fiscal no estimula la demanda interna, y la

fijación del IVA en 19% desincentiva la inversión. La desaceleración económica llega y

eleva el desempleo. La recesión en gestación presiona por una línea fiscal y monetaria más

activa, pero ésta se ajusta al marco instaurado hasta fines de 2007, que baja el superávit

Page 176: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 176/226

  305

estructural de 1 a 0,5% para elevar el gasto público y estimular la demanda, y para limitar

el tipo de cambio en 2008 interviene el Banco Central. Pero son medidas insuficientes y

tardías. El precio del cobre y los commodities caen antes de la crisis mundial de 2008-09.

Aparte de desaprovechar el auge cuprífero para impulsar una política de desarrollo, ahora la

crisis llega al sector financiero. Caen los recursos acumulados del superávit fiscal en

activos externos, las reservas del Banco Central y los fondos de las AFP en el exterior. Un

Plan Fiscal de Emergencia eleva el gasto público, rebaja tributos y otorga asignaciones

familiares (Fazio y Parada, 2010).

La cobertura previsional ha crecido pero la mayoría de las cotizaciones no alcanzan la

 pensión mínima. La reforma de 2008 dista de la reestatización y retorno al sistema de

reparto en Argentina ese año. En Chile, las AFP son centrales en la conformación delmercado de capitales, por lo que el ajuste corrige sus efectos más regresivos dentro del

marco de la acción estatal subsidiaria, y crea un Sistema de Pensiones Solidarias para

quienes carecen de previsión, y el Aporte Previsional Solidario para pensiones bajo el

mínimo, y pasa al Estado la carga social del sistema (Riesco, 2007; Ruiz-Tagle, 2007).

El gobierno de Bachelet encara las mayores movilizaciones sociales desde la transición.

Tras 2006 no hay idea que genere mayor consenso que la crisis de la segmentada

educación. La protesta estudiantil secundaria por el alza del precio de la inscripción en la

Prueba de Selección Universitaria (PSU) y la rebaja del transporte público, concita enorme

apoyo e impacta la política. Sacude los moldes de los actores sociales y los liderazgos

reconocidos en la sociedad, y la propia pasividad ciudadana. Alcanza al modo de acción

gubernamental y la política social del Estado (Ruiz, 2007b). La “revolución pingüina”

exige la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), revertir la

municipalización y reinstalar la gratuidad, tocando los ejes del modelo heredado. El apoyo

a la derogación de la LOCE abre un gran entuerto para el gobierno: al rechazarla, termina

 por cerrar filas tras la Constitución de 1980. El conflicto sobre la educación rebasa la

discusión corporativa. El movimiento porta rasgos novedosos. Sorprende su capacidad,

inédita amplitud social y desapego a las identidades políticas conocidas. El variopinto

apoyo que concita traspasa las franjas populares y abarca grupos medios que expresan otros

Page 177: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 177/226

  306

malestares. El dilema de la educación, bajo el ideario dominante, toca la frustración con las

 barreras con que la elite impide el ascenso social y la inexistencia de una meritocracia

como reza la promesa liberal.

La movilización alcanza 800 mil estudiantes (en Santiago supera los 250 mil), con 950

colegios ocupados o paralizados (más de 250 en la capital) y marchas cuya represión supera

el millar de detenidos (Ruiz, 2007b). Cifras inéditas desde el fin de la dictadura. La esfera

de la política no está preparada para esto. Errática, la respuesta oficial intenta desconocer al

movimiento, cambia escenarios e interlocutores, hasta derivar el asunto sin mayor

indicación a un Consejo Asesor Presidencial, heterogénea instancia que no pasa de

consignar las diferencias entre sectores sociales y políticos, que suma renuncias y

denuncias. Se hacen concesiones de corto aliento (pase escolar nacional y gratuidad de laPSU), mientras dicho Consejo elabora un nuevo marco legal. La carencia de política hacia

los conflictos sociales se desnuda a manos de un gobierno que ensaya todo con los jóvenes:

ignorarlos, criminalizarlos, reprimirlos, adularlos, hasta arrepentirse (y destituir un general

de la policía, y dos ministros del ramo). Pero es un problema de los moldes de la política.

Cambiar el modelo educacional implica decisiones mayores, pues está atado con la

concepción de sociedad imperante. Las restricciones al ascenso social no responden sólo al

estado de la educación. La protesta abre un malestar mayor con la desigualdad y las razones

de una diferenciación social que no anida tanto -como reza el mito liberal- en la

competencia sino en la monopolización de las oportunidades, e invita a variados sectores de

la sociedad a sacudirse del pesimismo y la impotencia. Con su imagen de independencia de

la burocracia política, los estudiantes abren la posibilidad que muchos sectores expresen su

malestar tras un actor que no los compromete con repartición política alguna. Y recogen ese

apoyo inicial de un “fenómeno Bachelet” que se erige en las encuestas sobre las figuras

 preferidas por los conciliábulos políticos, y tal malestar con la política. La protesta desnuda

la brecha entre la sociedad y una política encapsulada, y dificulta la justificación de su

inercia a manos de una institucionalidad “amarrada” por la dictadura. La respuesta

tecnocrática a las demandas diluye el diálogo social. Encerrada en una mirada “técnica”, la

Concertación desconoce los conflictos que hay en la sociedad. Una actitud compartida por

“expertos” de ambos bandos políticos, no la distingue de la derecha. La nueva ley, al

Page 178: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 178/226

  307

negarse a cambios sustantivos, secunda la reticencia empresarial. Bajo un acuerdo de ambas

coaliciones se aprueba la Ley General de Educación (LGE), que introduce regulaciones al

sector particular-subvencionado, pero mantiene la municipalización y el financiamiento

compartido (Varas, 2010).

Si aquello parece excepcional, le sigue una conflictividad social inédita. En 2007, las

 protestas de los trabajadores subcontratados encaran la precarización del empleo en su

forma más extendida: aquél carente de contrato permanente y la protección respectiva. Son

los nuevos asalariados. A partir de conatos iniciales como los del cobre, proliferan

agrupaciones de los pequeños sindicatos que tolera la restrictiva legalidad en este caso. En

la agricultura, la minería y los servicios, buscan sobrepasar las pequeñas empresas

contratistas que los absorben temporalmente para emplearlos en labores de las grandesempresas, y tratar directamente con estas últimas (Ruiz, 2008). Una negociación vedada por

el orden laboral que apuesta a su dispersión. Las protestas alcanzan una violencia

impactante, en especial en la minería estatal y privada. La reyerta sacude un pilar del patrón

de crecimiento, que contiene el precio de la fuerza de trabajo. De ahí la alarma empresarial,

que reclama la ilegalidad de tal demanda que toca esa condición laboral flexible e

intermediada, uno de los aspectos más orgánicos del orden laboral. Ante las ofertas de las

grandes empresas a los trabajadores movilizados, las pequeñas empresas a cargo de esa

“externalización de funciones” alegan que tales beneficios deben asumirlos las primeras,

abriendo otro flanco del conflicto. La puja de los trabajadores golpea a la pequeña más que

a la gran empresa, en tanto la última las usa para protegerse de esas presiones y los propios

vaivenes del mercado. Para el gran capital esas pequeñas empresas son las responsables de

la disciplina laboral y los costos que involucre entre estos trabajadores subcontratados, por

lo que amenaza con cortar los contratos con ellas.

Pero hay más conflictos. El cambio del sistema de transporte público capitalino desata la ira

de los más desprotegidos, al buscar en 2007 su modernización bajo una concesión a

 privados, que suprima la dispersión de la propiedad y la resistencia a la planificación. La

licitación a grandes empresas de rubros de servicio público (carreteras, aeropuertos, puertos

y cárceles) pone en duda la viabilidad que el Estado se desentienda de ello. Este plan para

Page 179: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 179/226

  308

la capital, contempla redes de vías conductoras y pautas de funcionamiento que involucran

una configuración de la ciudad. La mera readecuación vial y la selección de avenidas

“estructurantes” acarrea efectos redistributivos que alteran la fragmentación social urbana.

El malestar se desata cuando los grupos populares ven dilatado su tiempo de traslado por la

ineficacia. La protesta estalla en barrios y puntos de transporte, abarca varias comunas

capitalinas y mayor violencia -policías heridos y decenas de detenidos, barricadas y cortes

de tránsito- donde no hay control de organizaciones vecinales.

Los efectos de la recesión afloran en la segunda mitad del gobierno de Bachelet, en diversas

reacciones. En el empresariado son pugnas por la concentración que hay en ciertos rubros

(como el farmacéutico, donde las tres cadenas habidas son multadas por una colusión de

 precios) y nichos específicos del mercado financiero, exigiendo mayor regulación. Encambio, se retrae la presión inicial de aquellas condiciones sociales más inestables ante los

riesgos que trae la crisis (como los subcontratados). Mientras los gremios del sector público

aprovechan una coyuntura electoral para hacer rendir su mayor vínculo con la política y

lograr mejoras salariales. De modo que, la baja del conflicto de los nuevos asalariados

coincide con la expresión de actores más estables.

Al asumir Bachelet, bajo la idea de un “gobierno ciudadano” anuncia una Agenda Pro

Participación Ciudadana de cambios que amplíen la participación, como la Iniciativa

Popular de Ley. Pero, salvo excepciones -como los Sistemas Integrales de Atención al

Cliente en los servicios públicos- resulta intrascendente (Varas, 2010). El cálculo oficial

augura baja conflictividad política y social y bonanza económica. Pero los malestares

anotados señalan un déficit de representación política que no puede seguir amparado en los

requerimientos que emanan de la transición, cuando la gobernabilidad subsume otras

dinámicas. Ya no es así. La decantación de los cambios sociales y sus contradicciones

arroja la emergencia de nuevos actores y problemas. Aunque los conflictos no socaban el

modelo económico y político, la política queda impelida a reajustarse. Bachelet fue

 presentada por el instinto de supervivencia de la elite concertacionista como fuente de

novedad, pero al final de cuentas no representa tal renovación del mundo oficialista.

Apelando al refugio de los individuos en lo cotidiano como superación de los “viejos

Page 180: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 180/226

  309

discursos”, se apuesta a la restricción a la democracia bajo la lógica tecnocr ática y la

naturalización de intereses de grupos minoritarios. Los malestares instalan un aviso del

agotamiento de los moldes de la política, que es desoído bajo el gobierno de Bachelet. Peor

aún, en la Concertación cunde una dispersión. En la elección municipal de 2008 llega en

dos listas paralelas y una con arreglos de “omisión” con la izquierda. A pesar de ello

empata con la derecha. La dispersión prosigue en las elecciones parlamentarias y

 presidenciales de 2009, pierde la mayoría en la Cámara de Diputados (no en el Senado), y

el gobierno en segunda vuelta con Piñera, un empresario de RN que obtiene un 52% del

voto, sobre el ex presidente Frei (y dos figuras descolgadas de la Concertación).

 Piñera y la novedad de lo mismo

Tras veinte años, la Concertación cae en una estrecha derrota signada más por la baja de su

votación que por el alza de su oponente. La derecha no ganó, la Concertación es quien

 perdió. Pero la derecha en el gobierno busca orillarla. Es que llegó el original, y salió la

copia. Pese a los malos augurios, el gobierno logra instalar una imagen ofensiva que aspira

a ir más allá del enfoque tradicional de la derecha, sobre cuestiones laborales,

medioambientales, impositivas, redistributivas, la pobreza, los derechos humanos, del

consumidor, la regulación empresarial. Impulsa el reconocimiento jurídico de parejas

homosexuales. Tras el terremoto eleva impuestos a las empresas. Frena la instalación de

una central termoeléctrica por consideraciones ambientales. Trata de captar banderas

asociadas a la Concertación. Una política que no necesita mayor novedad. Basta seguir

varias líneas cuya concepción es, precisamente, de derecha. La Concertación gobernó

veinte años con un cúmulo de ideas de derecha, hasta sepultar -a pesar del discurso- su

ideario socialdemócrata, como el modelo de Estado subsidiario y sus políticas sociales

derivadas, con lo que abandonó la aspiración a construir una representación nacional.

Los problemas de Piñera están en otro lado. El 2011 brota el malestar largamente incubado,

que rebasa la cuestión educacional y alcanza las privatizadas condiciones de vida, aunque

halla en la primera su eslabón más débil. Y lo encabezan precisamente los hijos de esta

modernización. De ahí el desconcierto de las elites. Los jóvenes que se toman las calles son

Page 181: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 181/226

  310

el resultado más diáfano de ese proceso e irrumpen contra varios de sus cimientos. El

enorme y activo apoyo de la revuelta es el clímax del curso inmediato en que decanta, en

vastos sectores de la sociedad, un desencanto con el desencanto.

La revuelta pingüina de 2006 es su antecedente directo. El delgado hilo entre lo que va

quedando atrás y lo que emerge como novedad en las formas de acción y constitución de

actores sociales, llega a manos del agotamiento y la descomposición del espectro político.

La maduración de nuevos actores llega de los cambios en los grupos sociales, las nuevas

modalidades del trabajo, el consumo y la socialización. En 2006 asomó bajo la emergencia

de un movimiento expresivo de nuevas formas de acción social, una inédita adhesión que

rebasa al mundo popular y alcanza unas heterogéneas franjas medias, apuntando a los

 patrones culturales vigentes y las expectativas asociadas a ellos. Esa vez, se impone laefectividad de los modos de dominio institucionales, que dejan a los estudiantes

contemplando el arreglo bicoalicional de la LGE. Pero esa primera gran convulsión social

del ciclo democrático trae la última conquista de la “política de los acuerdos” y sus

excluyentes patrones de gobernabilidad. Un lustro después, ese mismo malestar vuelve a

estallar y, esta vez, logra acaparar la atención internacional.

El estallido de 2011 se distingue por la extensión social del conflicto. El carácter social de

los actores y sus demandas muestran la mezcla de viejos y nuevos elementos, bajo la

heterogeneidad que emana de la historia reciente. Pese a que, de nuevo, las caras más

visibles provienen del viejo mundo universitario, indicativo de mayor tradición de

organización y un anclaje en las viejas clases medias, su rasgo distintivo estriba en el

masivo ingreso de nuevos grupos poco asimilables a las “viejas” clases medias. Los

estudiantes de las universidades privadas, los Centros de Formación Técnica, Institutos

Profesionales y Liceos Técnicos, de una matrícula que en los últimos años supera con

creces a las antiguas instituciones, estatales y privadas, desborda los intentos -como el PC-

tras una salida al conflicto que viabilice su integración tardía al equilibrio de la transición.

Los estudiantes de estos centros privados elevan de los habituales 20 mil universitarios

movilizados a centenares de miles y anuncia otra escena. La impugnación al lucro pone a la

crisis educacional más allá de los dilemas de política pública, y abarca los modos de

Page 182: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 182/226

  311

acumulación y conformación del poder bajo la modernización vigente. Lo que señala el

agotamiento de los términos pactados en la transición, la eficacia de sus silencios y su

capacidad para mantener un control a pesar del malestar acumulado. Eso terminó por

explotar y son los hijos de esa modernización quienes abren las compuertas.

Los últimos gobiernos enfatizan el ascenso social que trae este curso, en la idea que 7 de

cada 10 estudiantes de la educación superior son la primera generación en sus familias en

ingresar a éste. Pero tal expansión social trae nuevas formas de diferenciación y exclusión.

Si corre el cerco que en gran parte del siglo pasado excluye a una gran masa del acotado

grupo de incluidos en dicho sistema (la tasa bruta de escolarización post-secundaria pasa de

menos del 10% en 1965 a más del 40% en 2004, rondando el millón de estudiantes en

2010), es un curso nada homogéneo, que incluye a grupos populares sólo al saturar lademanda de aquellos más privilegiados, y sólo en la última década entran con fuerza esos

nuevos estudiantes, a instituciones de menor calidad y bajo elevados aranceles, lo que

dibuja la gravitación del sistema de créditos en que ello se sustenta (Orellana, 2011; Meller,

2011). Un sistema que opera bajo un financiamiento estatal a la demanda. En 2010 los

créditos absorben el 70% del presupuesto estatal para la educación superior (Ruiz y Sáez,

2011). Desde 2006 el Crédito con Aval del Estado (CAE)48 -blanco central de la protesta en

2011- amplía tal subvención estatal a la demanda a las instituciones privadas acreditadas.

Elaborado en el gobierno de Lagos e impulsado por Bachelet, busca reemplazar al Fondo

Solidario en el financiamiento del acceso a la educación superior. Las protestas de 2005

impiden la extinción de este Fondo en las universidades tradicionales, pero la auge del

crédito con garantía estatal inunda las instituciones privadas y se centra en los grupos de

menores ingresos (SIES, 2010; Comisión Ingresa, 2010). Este gravitante CAE tiene un bajo

nivel de cobertura ante los aranceles reales, altas tasas de interés y morosidad, lo que eleva

los costos asociados y abre camino a la protesta y su enorme apoyo. Además el CAE crea

nuevos nichos de acumulación regulada que abren el apetito rentista, puesto que su diseño

apela a la participación de la banca privada, que cancela los aranceles a los centros de

estudios de los beneficiarios. Para incentivar a la banca, se le permite vender esas deudas al

48 Promueve el acceso a la educación superior con un crédito bancario privado con tasa de interés similar a la

hipotecaria, donde el Estado actúa como aval de la deuda que contrae el estudiante.

Page 183: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 183/226

  312

Estado y recibir por ello una bonificación adicional. Las rentas de esas transacciones

rondan el 30%, que se suman a la ganancia regular del interés de 6%, bajo mínimos riesgos

dado el aval estatal sobre el 90% de la deuda (Meller, 2011). Aparte de los bancos, las otras

 beneficiadas son las instituciones privadas de educación superior, que entran en la puja por

la captación de recursos, ponen en duda las acreditaciones exigidas para estos créditos y la

inexistencia real de lucro. La crisis abierta impone la salida de Lavín del Ministerio de

Educación por sus nexos con una universidad privada.

El auge de grupos medios asalariados en las últimas décadas, a manos del sector privado y

con niveles de calificación medios y altos, termina por instalar en vastos sectores una

“cultura del logro educacional” que abre una valoración distintiva de la posición

conquistada (Ruiz y Orellana, 2010). La sociedad en general, bajo las privatizadascondiciones de vida y la centralidad que impone al individuo en el logro del bienestar,

termina por resultar cada vez menos convocada por los discursos emanados de las

reminiscencias sociales y políticas de la etapa desarrollista; como atestigua la frustrada

convocatoria a un Paro Nacional en 2011 a manos de una CUT reducida a gremios

 públicos. Junto a la desarticulación de la antigua clase media estatal, estos grupos son

incapaces de representar el malestar general. En cambio, tanto en 2006 como en 2011, los

grupos movilizados se expanden hacia franjas sociales nuevas, expresando otros malestares

largamente incubados. El reclamo de los universitarios tradicionales no desaparece y se

resignifica al fundirse con los nuevos estudiantes que, pese a su menor tradición de

organización, son más expresivos del nuevo mapa social y las tensiones de esa

reproducción social privatizada. El malestar con el endeudamiento se superpone con el

reclamo por educación pública y el fin del lucro, siguiendo el trazo de los actores más

amplios social y políticamente, que evitan el encasillamiento ideológico. Como logrado

esfuerzo de acción colectiva, el movimiento de 2011 termina por desbordar los moldes de

control social emanados de la transición e instala el malestar en inicio individual, como

 plataforma de constitución de nuevos actores sociales.

 Redefinición de la política: el dilema de la estrecha alianza social dominante

Page 184: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 184/226

  313

Lo que subyace a tal curso de cosas es el hecho que ocurre en una sociedad marcada, en

forma honda y madura, por cambios sociales ligados a la temprana experiencia del giro

neoliberal. De una duración inapreciable en otros países de la región, avanza a las cuatro

décadas. Más allá de los efectos transitorios de la reestructuración, a la pérdida de peso de

la clase obrera y los grupos medios del empleo estatal, sigue la asalarización privada de

nuevos sectores medios, con forma de burocracia de servicios de calificaciones altas y

medias, abriendo un panorama inédito en esa franja, la más extendida de la sociedad (Ruiz

y Boccardo, 2010). Tal asalarización, en una economía agudamente concentrada, indica

magros espacios para el emprendimiento que agita el ideologismo en boga, y más que

 pequeños empresarios soñadores, interpela a ese expandido y heterogéneo mundo

asalariado sometido a la alta flexibilidad y rotación laboral, una empresarialización del

espíritu del individuo asalariado que toma riesgos desde la nueva fisonomía que adopta talcondición “dependiente”, demandante de resiliencia ante el vértigo laboral. De ahí que el

malestar carga una expresión individual, en que coexisten una alta propensión al conflicto y

una baja inclinación a la asociatividad. Con la burocratización privada del trabajo

asalariado en las franjas medias, y el auge de nuevos asalariados subcontratados, asoman

nuevas fracciones sociales que maduran con los cambios socioculturales, más lentos que

aquellos económicos y políticos, y con ello, identidades, formas de acción y organización

que, por lo visto, difieren de los grupos antecesores. Son actores en formación, distantes de

los clivajes políticos fundacionales de la transición (entre opositores y partidarios de la

dictadura), carentes de adscripción.

La aguda privatización de las condiciones de vida, la emergencia de nuevas formas de

diferenciación social -con la educación en papel relevante- y los límites del desencanto,

chocan con una esfera política ensimismada que ignora esta experiencia y se descoloca ante

las embestidas emanadas de las nuevas contradicciones. La restrictiva transición impide que

la reconfiguración de la política de cabida a proyectos sociales y, con eso, ejes sustantivos

de articulación. La dinámica electoral se reduce cada vez más a pugnas entre

administradores de lo mismo, y los juegos de clientelas e intereses individuales copan la

escena ante burocracias partidarias que no loran frenar tal espectáculo. El perfil “apolítico”,

técnico y mediático, como condición de adhesión de una ciudadanía crítica de la política, se

Page 185: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 185/226

  314

impone en el acceso a cargos de elección popular. Son las campañas de Lavín, Piñera y

Bachelet (y un enjambre de candidaturas al parlamento y alcaldías), que posan distantes de

las desprestigiadas burocracias políticas y relevan supuestos atributos personales. Una

escena carente de soluciones al dilema del procesamiento del malestar movilizado. La

sociedad cruzada por nuevos cursos de articulación, no forja en corto un pacto social

largamente negado, y en su inercia, la política no ayuda. Las escaramuzas para legitimar

forzadamente instituciones carentes de ello, sólo acarrean una ilusión de paz social, apenas

un respiro para las asimetrías de poder que consagraron los marcos de la transición. Pero, a

 pesar que unas endogámicas elites económicas y políticas se resisten a aceptarlo, eso ya se

acabó.

La artimaña de control apostada a la inorganicidad del malestar y la dislocación del mundosubalterno, después del 2011 tiene el reloj corriendo en contra. La formación de nuevos

actores sociales aún tiene camino que andar, pero los modos de control se han agrietado -

aunque no anulado- y la desarticulación social todavía dibuja al malestar movilizado como

agua que se escurre por los dedos de la élite. Si la derecha apostó a cosechar los desgastes

de la Concertación, a partir de una reinstalación correctiva de los vectores originarios del

modelo de modernización vigente, se encontró de bruces con un malestar desbordante,

largamente incubado y representado por los propios retoños de esas transformaciones, los

más expresivos de los déficit de representación de la política encerrada en clivajes

obsoletos ante los cambios socioculturales. El 2011 explota la crisis de representación

 política que anida en los nuevos sectores medios, aquellos que sufren las contradicciones

más agudas del modelo educacional y los patrones culturales dominantes, en especial, la

 promesa de ascenso bajo una meritocracia inexistente. Es un desborde de lo político, de las

contenciones emanadas del pacto de la transición. Y con eso, anuncia el fin de un ciclo bajo

sus requerimientos de redefinición de lo político.

Desde mediados de los años setenta de la pasada centuria, en los arranques del giro

neoliberal más estable y sostenido que se pueda apreciar en la región, se constituye una

alianza social restrictiva, acostumbrada a magros amagos de ampliación e integración

social. La ausencia de un empresariado productivo suficientemente relevante permite en el

Page 186: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 186/226

  315

contexto del capitalismo local un profundo y temprano giro, de la mano del ascenso de

tecnocracias provenientes de los viejos sectores medios y la apertura masiva a la dinámica

externa, en un curso que releva la centralidad de las dinámicas financieras. De ahí emerge

un nuevo empresariado junto a fortunas anteriores ajustadas a la nueva égida que, apoyado

invariablemente en la acción estatal, desarrolla una carrera ascendente que le permite,

incluso, proyectarse regionalmente (en una expansión que abarca áreas como el retail, la

 banca, forestal, farmacéutica, servicios, agroindustria, transporte aéreo). La aguda

desarticulación de los viejos actores sociales, viabiliza una larga navegación sin resistencias

efectivas y un trazado conservador de la política democrática, hasta que la lenta maduración

de nuevos actores termina por reclamar una ampliación, que remite a un cambio del

restrictivo carácter social de la política y la cerrada exclusión de la alianza dominante. Las

movilizaciones juveniles confirman el agotamiento de los moldes de un ciclo histórico. Deahí un el dilema por reimaginar la configuración de la política y su carácter social, y con

eso el lugar del Estado en el modelo de desarrollo. La inorganicidad del descontento, y la

distancia que adoptan los procesos de reorganización social respecto de las identidades de

la política del siglo XX, amplían tal desafío. La profundidad de los cambios sociales que

cobija la historia reciente obstaculiza la reanimación de los viejos términos de gravitación

 política.

Page 187: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 187/226

  316

V. Alianzas dominantes y modelos de desarrollo hoy en América

Latina

Las últimas décadas registran una transformación significativa de la estructura de clases y

grupos sociales en las sociedades latinoamericanas, ligada a cambios económicos e

institucionales en los modelos de desarrollo, asociada al llamado giro neoliberal. El análisis

de los procesos políticos y los conflictos sociales en este período, no suele considerar de

modo suficiente dicha transformación social, a la hora de interpretar la historia inmediata

en la región y advertir las posibilidades de los procesos de desarrollo y la formulación de

 proyectos políticos en coherencia con el nuevo panorama social latinoamericano. En

especial, dos sectores sociales tienen una relevancia fundamental dentro de tal cambio y sus

efectos políticos: las franjas medias burocrático asalariadas y los sectores obreros, ambos

de gran centralidad en el período nacional-popular y cuyo grado de desarticulación -más

allá de mitificaciones- varía enormemente, como se ha visto, y con eso su condición de

 bases sociales de sustentación de los actuales procesos políticos y del grado de novedad que

detentan efectivamente. Su presencia resulta indicativa del grado en que cohabitan

elementos del período nacional-popular con otros eminentemente nuevos, advirtiendo

cuánto de ruptura y continuidad hay en la historia inmediata y actualidad. De tal modo latransformación neoliberal en América Latina muestra diversa profundidad y orientación

según las situaciones nacionales. Al punto que, en ciertos casos, no parece tal modalidad la

que mejor caracteriza el panorama habido, o bien interviene en medio de una situación

marcada por la mezcla con rasgos propios de otros “estilos de desarrollo”, abriendo paso a

una peculiaridad que la idea de neoliberalismo queda lejos de agotar.

Aunque se trata, básicamente, de una misma influencia externa sobre la región, identificadacon el Consenso de Washington, sus grados de instalación difieren mucho de una situación

nacional a otra, y con ello su impacto en la estructura social. La diversidad de modalidades

en nuestra región, sometida de modo general a las mismas condicionantes emanadas del

capitalismo central, se vincula a la capacidad de actuar sobre tal influencia externa que

detentan algunos grupos sociales locales, principalmente a partir de la acción estatal. La

Page 188: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 188/226

  317

respuesta regional, más allá de las particularidades, apunta así a una reformulación de la

función del Estado, centrando allí el eje principal de los cambios en esta etapa. En este

sentido, se registran situaciones de menor avance neoliberal al apuntado usualmente por

distintos extremos ideológicos, relacionadas con cursos políticos como el mentado

“neopopulismo” o, de otro lado, modalidades de desarrollo orientadas a una situación

aparentemente paradójica de “liberalismo desarrollista”, tal como se señala hoy para el caso

 brasileño.

Las variaciones en los modelos de desarrollo actualmente apreciables en la región tienen

que ver con los cursos en que desembocan unas experiencias neoliberales de distinta

largueza, hondura y estabilidad. Estas variantes se diferencian -tanto en sus construcciones

como en los dilemas que enfrentan- fundamentalmente en tres grandes aspectosconcatenados. Por el tipo de alianzas sociales que las encabezan, una composición que

varía en los grados de exclusión que consigue imponer, íntimamente relacionado con el

alcance de la desarticulación de las viejas bases sociales de sustentación del régimen

nacional-popular y su capacidad de presión sobre las orientaciones predominantes en los

modelos de desarrollo. Por las modalidades de inserción que impulsan estas alianzas

localmente dominantes respecto a las dinámicas del capitalismo mundial, usualmente

apreciadas en torno a los grados de apertura externa e ideológicamente presentados como

sinónimos de modernización. Y los grados de resolución internos que lideran estas alianzas

respecto del problema del orden político y el dominio social, dilema que mayormente se

hereda irresuelto desde la etapa autoritaria.

Es un panorama animado por unas alianzas socialmente más restrictivas o inclusivas, que

relacionado con ello abrazan derroteros de mayor integración y apertura externa o distintas

variantes de resistencia a ello a fin de mantener alianzas internas más heterogéneas, y en

esas líneas, se amparan en soluciones políticas de distinta estabilidad, que apelan en mayor

grado a la desarticulación de las viejas fuerzas y sectores sociales o bien a su supervivencia

e integración a las fórmulas del panorama actual. La medida en que las soluciones

impulsadas cobijan muy distintos grados de mezcla de lo viejo y lo nuevo, y con eso,

especialmente grados de ruptura o bien sobrevivencia y presencia de aspectos propios de la

Page 189: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 189/226

  318

etapa nacional-popular y rasgos de aquél capitalismo nacionalista, dependen en gran parte

de tal carácter social de las alianzas dominantes. En especial, de la medida en que ciertos

sectores empresariales locales provenientes de la etapa anterior, ligados a sectores

 productivos mayormente, logran incidir en las variantes de desenvolvimiento con que se

encara en cada experiencia el llamado giro neoliberal, abriendo caminos diversos y poco

reductibles a la ortodoxia neoliberal; y el grado dispar de gravitación que adquieren en las

distintas experiencias nacionales de este curso histórico, unos grupos tecnocráticos que

 buscan alianzas inicialmente con sectores militares, con capitales extranjeros (financieros

sobre todo) e invariablemente actúan desde las altas plazas estatales, para incidir en las

configuraciones de las alianzas sociales dominantes y los patrones de desarrollo adoptados.

De este modo, se configuran no tanto distintos grados de injerencia estatal en la economía yla sociedad como sugieren los ideologismos en boga sino, más bien, una intervención a

manos de un Estado siempre omnipresente empero en direcciones muy distintas, esto es,

unas diferentes perspectivas de la injerencia estatal en la economía y la sociedad. Unas

diferentes orientaciones estatales que dependen del tipo de resolución del carácter social

dominante a partir de la configuración de las alianzas que lo encabezan, a la medida de las

relaciones sociales de fuerzas que se imponen en el curso histórico, y que invariablemente

se afirman al timón estatal para sostener y ampliar su influjo y existencia. Unas soluciones

que resultan más o menos estables según las experiencias, que marchan de la mano de la

transformación social, de la mutada configuración de los sectores y grupos sociales,

 particularmente los trabajadores y sectores medios asalariados, y los grupos empresariales.

Los procesos de formación y transformación de clases que se relacionan con dicho modelo

de acumulación no constituyen derivadas mecánicas de dicha estructura económica. Por el

contrario, están imbricados en los orígenes que posibilitan la instauración de tal modelo, a

 partir de las relaciones de fuerzas de carácter social que se establecen en las

confrontaciones de la historia reciente, donde unos grupos se fortalecen y desarrollan

términos de dominio, al tiempo que desarticulan los modos de constitución de otros,

menguando su capacidad de incidencia sobre la definición del tipo de modalidad de

desarrollo. De este modo, la confrontación social no resulta siempre un proceso librado

Page 190: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 190/226

  319

entre clases sociales plenamente constituidas, sino a menudo, una confrontación relativa a

los términos de constitución de esos grupos y sectores sociales. Tal como la lucha política

está siempre dirimiendo lo que se entiende y legitima por política en cada momento

histórico, y aquello que excluye de tales marcos. De ahí que el grado de desarticulación o

sobrevivencia de las clases subalternas, incida de modo directo en los términos más

conservadores o inclusivos que adopten los cursos de transición y configuración de los

marcos de la política democrática, y con eso de la participación permitida y el tipo de

intereses sociales que caben en las formas de representación política trazadas.

En esa marcha latinoamericana, en su versión más acentuada y arrasadora del pasado,

despliega en su giro histórico hondos cursos de refundación económica y social, muchos de

los cuales parecen calzar con los ideales de modernización que propagan los ideologismosal uso. Mientras que, en el otro extremo, muestra experiencias en que esos ánimos de

refundación antipopular radical resultan abiertamente frustrados, bajo unos zigzagueantes

rumbos de cosas donde los problemas del poder y el dominio permanecen, hasta porfiar,

mucho más abiertos e irresueltos, capaces incluso de inaugurar giros que revierten reformas

neoliberales y abren formas políticas en las que muchas voces aprecian un “neopopulismo”. 

Las experiencias de Chile, Argentina y Brasil antes consideradas, resultan ilustrativas de

estos rasgos y resultados y, en esa medida, típicas de los procesos más indicativos en la

región durante el proceso histórico reciente. Casos que, ya en la revisión clásica, se

advierten ilustrativos en el derrotero capitalista en América Latina y sus dilemas durante el

siglo pasado, respectivamente expresivos de un “Estado desarrollista”, donde no surge un

sector industrial fuerte y la industrialización corre distintivamente a manos del Estado, en el

caso chileno; de un “populismo y economía de libre empresa”, con la consolidación de un

sector industrial y financiero importador, en el caso argentino; y de un “populismo y

desarrollo nacional” en el caso brasileño, donde no se consolida un sector empresarial

hegemónico, sino que la fórmula dominante se abre a una alianza con sectores atrasados de

la estructura productiva (Cardoso y Faletto, 1969). Tras estos casos, en diversos grados de

desarrollo, hoy también es posible incluir otras experiencias nacionales. Como la peruana y

la colombiana en el primer caso. La venezolana, en el segundo. Y la uruguaya y ecuatoriana

Page 191: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 191/226

  320

en el tercero. Mientras los cursos mexicano y boliviano se debaten entre esos casos de

forma menos clara o, si se prefiere, aún irresuelta.

Si las experiencias chilena y argentina resultan más extremas en términos de los grados de

cambio o permanencia, respectivamente, de los rasgos históricamente anteriores de la

sociedad, el poder y el dominio, el estado y la economía; el caso brasileño, en cambio,

 proyecta la puja tras una situación intermedia que, hoy por hoy, entusiasma incluso a otras

elites nacionales de la región. Si la transformación de la estructura económica y social

 parece extrema en Chile, y en gran modo revertida hacia una recuperación de elementos

anteriores en Argentina, la experiencia de Brasil, en cambio, tiende a una enrevesada

combinación de rasgos aparentemente antitéticos que terminan de arrojar un peculiar

 panorama. Vamos por partes.

 Las alianzas restringidas del neoliberalismo ortodoxo. Chile, Perú y Colombia

El modelo neoliberal chileno se distingue por su instalación temprana y abrupta, pero sobre

todo por una estable prolongación de casi cuatro décadas. Ello significa la adopción de

importantes especificidades en términos de las modalidades de acumulación y formación de

capital. A la más común experiencia de la subvención estatal a la formación de capital a

través de la privatización de grandes complejos creados por el viejo “Estado empresario”

desarrollista, verdadera originaria “acumulación por desposesión”, se suma en la

experiencia chilena una privatización sin par de los antiguos servicios sociales públicos,

relativos a áreas como la salud, la educación y la previsión principalmente, al punto de

constituirse en fuentes fundamentales de expansión capitalista, tanto en términos de nichos

de acumulación regulados como de formación del propio mercado local de capitales. En

este último caso, se trata de una administración privada y especulativa de enormes fondos

de pensiones, que permite el acceso a fuentes de capital de dimensiones inéditas para el

empresariado criollo, ubicadas en la base del acelerado desarrollo que éste alcanza, y la

talla continental que adquiere hoy por la vía de inversiones y adquisiciones en países de la

región. Una talla históricamente inédita, que ubica al empresariado chileno tan sólo detrás

de sus respectivos pares brasileños y mexicanos en términos del volumen de grandes

Page 192: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 192/226

  321

empresas y las masas de capital correspondientes, una resultante absoluta de estas

modalidades de acumulación sostenidas bajo la subvención estatal.

La extrema versión chilena del giro del modelo de acumulación respecto al viejo parón

desarrollista, y la alianza externa que lo acompaña (fundada en una apertura extrema e

ininterrumpida), redunda en la formación y desarrollo de una nueva burguesía local, dada la

debilidad de los grupos productivos anteriores y su magra oposición a las transformaciones

que los perjudican. Integrada también por viejas fortunas que logran acomodarse a los

cambios, esta nueva burguesía adopta un semblante en el que predominan grupos

económicos emergentes configurados a partir de los ciclos de privatizaciones anotados, y

las alianzas externas que los acompañan. En ellas se acomodan en forma cimera las nuevas

tecnocracias de alta calificación que, gracias a ello, devienen clases propietarias (y nosimplemente administradoras). El carácter financiero, más que productivo, de los aliados

externos reafirma y proyecta la debilidad histórica del componente industrial entre este

empresariado, la que explica, además, la menguada resistencia que oponen a este extremo

giro neoliberal; a diferencia, por ejemplo, de sus pares argentinos o brasileños, cuya puja

sobre los términos de configuración del modelo de acumulación y la composición de la

alianza dominante, le imprimen otra fisonomía a partir de la presión de los sectores

 productivos. Los nuevos grupos económicos chilenos, en lugar de la antigua integración

“vertical” en la que su expansión avanza cubriendo los diferentes procesos de la cadena

 productiva y de comercialización de un rubro determinado, ahora se caracterizan por una

integración “horizontal” de empresas de disímiles rubros (primario -exportadores, servicios,

comunicaciones, agroalimentarios, productivos, etc.) que tienen por centro de gravitación la

estructura financiera del holding o grupo económico (a menudo una estructura bancaria u

otras variantes), en torno a la que gira una “diversificada cartera de inversiones”, donde los

cambios de propiedad son frecuentes bajo la dinámica especulativa, más que productiva,

impuesta.

Este sello del modelo de acumulación y los grupos económicamente dominantes, se

 proyecta y ahonda en sus rasgos fundamentales, desde la experiencia autoritaria a la

democrática, a partir del grado extremo en que la primera cobija una desarticulación de los

Page 193: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 193/226

  322

viejos sectores medios y obreros, bases de sustentación de las alternativas políticas propias

del régimen nacional-popular y del Estado de Compromiso. Sin posibilidad de reeditar la

vieja política, esta esfera se reduce en la nueva democracia a continuar con el modelo de

desarrollo heredado de la etapa autoritaria. En particular, presupone una concepción acerca

del Estado distintivamente restrictiva en términos de su carácter social, fundada en un

desalojo sin retorno de esos viejos grupos obreros y medios asalariados desarrollistas de su

antigua incidencia en la acción estatal. El llamado Estado subsidiario inaugurado bajo la

dictadura, se extiende así por casi cuatro décadas sobre basamentos como la supresión de

derechos sociales universales, la focalización de las políticas sociales en grupos específicos

a partir de un gasto social reducido, y la transformación sustantiva -ya naturalizada- de los

criterios de racionalidad de la burocracia estatal. Opuesto a la concepción de un Estado

garante de derechos, en el contexto de esta modalidad de acumulación se aboca a extenderla subvención estatal a grupos privados oferentes de servicios públicos, ampliando en forma

ininterrumpida la formación de nichos de acumulación regulada (en décadas recientes en

salud y educación, a través de clínicas, colegios y universidades privadas), convirtiendo

estas áreas en pilares inusuales de las dinámicas de acumulación y concentración

económica.

La transformación social acentuada que se relaciona con la instauración de dicho modelo,

anclada en una aguda desarticulación de las viejas fuerzas que animaban las alianzas

 populares, y la consiguiente consolidación de nuevas modalidades de dominio y exclusión,

 permiten la proyección de tales términos de concepción del crecimiento y el progreso

económico. La transformación neoliberal chilena, temprana y abrupta, superpuesta a la

irrupción autoritaria (a diferencia del resto de las experiencias regionales), cobija así un

inédito grado de desarticulación de clases entre los sectores subalternos, en particular de

aquellos vinculados a las bases de sustentación del viejo Estado de Compromiso

desarrollista. Tal hondura, inviabiliza la reconstitución de los viejos moldes de alianza

social y política, y con eso abre su exclusión de los términos de transición y configuración

de la etapa democrática. Una condición que no se produce en otros procesos de transición

en la región, por lo que constituye consiguientes fuentes de inestabilidad y resistencia social

anti-neoliberal. Este giro extremo en la configuración de la estructura social chilena, es lo

Page 194: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 194/226

  323

que permite a su vez la formación de nuevas configuraciones sociales y su gradual

maduración, hasta irrumpir en una renovada lucha social en años muy recientes, luego de

una larga extinción de los viejos actores y una muda “pax democrática” que, durante más

de década y media, marca el contraste de la realidad local con el agitado panorama

latinoamericano de los años noventa y principios del nuevo siglo.

La novedad actual de la estructura social chilena destaca en el panorama regional, por la

hondura de la transformación social y el grado en que obstruye la reedición de viejas

alianzas sociales y políticas, y sus respectivas prácticas estatales y orientaciones de

desarrollo. A nivel de los sectores empresariales, el acceso a condiciones oligopólicas o la

relegación a situaciones de “competencia” marca hondas diferencias de acumulación entre

los grupos empresariales. Si los primeros cuentan con un amplio acceso a una políticaestatal a la cual, a menudo le imponen condiciones y obtienen nichos de acumulación

 políticamente garantizados, los segundos expresan la exclusión de esa desigual

incorporación a la alianza dominante y su acceso a las orientaciones de la acción estatal.

Una división que a ratos deviene fuente de contradicciones que, sin embargo, no alcanzan a

configurarse en términos de grupos sociales constituidos, producto de la primacía de los

 primeros, especialmente a partir de la centralidad de la esfera financiera que controlan en

forma excluyente (en un desigual acceso a créditos internos y externos, por ejemplo).

En el mundo de los sectores medios, se trata sobre todo de la significación de la nueva

 burocracia moderna de servicios privados de calificaciones altas y medias (principalmente

 profesionales, a partir de la ampliación de la educación superior), que internamente resulta

muy diferenciada a partir de factores distintos -propios de la dinámica privada- a los que

intervienen en la configuración de las viejas clases medias. Allí se superponen relevantes

disparidades socio-demográficas a partir de la incorporación de amplias franjas de “primera

generación”, haciendo que, en lo inmediato, predomine la heterogeneidad por sobre una

 posible formación clasista que haga valer el enorme peso que alcanzan en la sociedad

chilena. Por otro lado, las franjas medias “empresariales” aparecen en su mayoría bajo una

condición distintiva de encadenamiento productivo a las grandes empresas, por lo que su

condición de mercado resulta dudosa -y con eso su asociación a las tradicionales pequeñas

Page 195: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 195/226

  324

 burguesías- y más se asimila a una forzada “externalización de funciones” a manos del gran

capital, que maneja grados de concentración económica distintivos al punto de dejar

reducidos espacios de articulación a auténticas dinámicas de empresarialización de rango

medio y pequeño. Entre los grupos de trabajadores, el fenómeno más significativo es la

tercerización avanzada que acarrea tal modelo de acumulación. Un curso, también

heterogéneo, que sitúa a amplias capas trabajadoras en directa relación con las esferas más

dinámicas y modernas del panorama económico y simbólico actual, que no siempre se

reducen a los términos usuales de precarización.

Esta heterogeneidad, tanto en términos de los nuevos sectores medios como trabajadores,

 plantea una dificultad para extender la habitual asociación entre asalarización y organicidad

que se aprecia en el resto de la región. Los cursos iniciales de desarticulación, tanto en lossectores medios como trabajadores, cobijan ciertamente cursos de desasalarización ligados

a una mayor inorganicidad. Pero la posterior reasalarización, en la segunda mitad de los

años ochenta y continuada hasta hoy, bajo un patrón de acumulación cuyos altos grados de

concentración reducen los intersticios para el “emprendimiento”, no redundan en mayor

organicidad, dado la enorme mutación de la condiciones de trabajo, en las que esa

asalarización adquiere nuevas connotaciones que afectan su significación tradicional. La

extendida flexibilidad laboral y la alta rotación del empleo obstruyen las viejas formas de

“identidad por el oficio”, y sus correlatos de asociatividad y estímulo a la acción colectiva.

Si los cursos de encadenamiento de gran parte de los actuales grupos medios

“empresariales” sugieren relativizar tal condición independiente, las nuevas modalidades

del trabajo asalariado, cada vez más centradas en un individuo nómade que transita

vertiginosamente por una diversidad de empleos, sugiere relativizar tal condición

dependiente. Bajo las mutaciones que introduce en el mundo del trabajo el desarrollo

avanzado de esta modalidad de acumulación concentrada y excluyente, la tradicional

condición independiente resulta cada vez más dependiente, al tiempo que la condición

entendida antiguamente como dependiente resulta cada vez más forzadamente

independiente. La tradicional distinción del trabajo dependiente e independiente pierde así

capacidad explicativa en el actual orden social, y su asociación a la producción de

determinadas desigualdades y condiciones comunes de acción sociopolítica.

Page 196: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 196/226

  325

Estas distintas problemáticas quedan englobadas en esa extensión del mundo de los

servicios bajo el patrón vigente, que acarrea cambios en la significación tradicional de

ciertos sectores sociales, de sus relaciones con otros grupos y sectores, y su papel dentro de

las contradicciones sociales de esta situación de un neoliberalismo avanzado.  

En otras experiencias de la región que es posible distinguir en la senda de un

neoliberalismo ortodoxo, al lado de las especificidades propias, son apreciables rasgos

similares a los anotados marcados por un menor desarrollo, a partir de transformaciones

iniciadas más tarde, pero en una línea de avance básicamente homologable. Allí se pueden

distinguir las experiencias peruana y colombiana, que precisamente en virtud de ello buscan

en años recientes la constitución de alianzas económicas y aproximaciones con laexperiencia chilena. Al tiempo que, en un curso que se debate aún en importante medida, es

 posible distinguir el caso mexicano, más marcado por el avance de este tipo de rasgos que

de aquellos atribuibles a otros cursos de desenvolvimiento.

En Perú, luego de una experiencia autoritaria marcada por búsquedas poco logradas que no

logran sortear el estancamiento de los viejos marcos de desarrollo, y una transición marcada

 por la continuidad de esos viejos patrones en el primer gobierno aprista de Alan García,

llega el giro neoliberal realmente de la mano de Fujimori, ya iniciados los años noventa.

Las reformas inauguradas bajo sus dos presidencias consecutivas no enfrentan una

oposición capaz de poner en riesgo su avance, y se refrendan es vistosos giros autoritarios.

Una restricción acentuada de espacios políticos, con capítulos como el cierre del Congreso,

y el uso profuso del argumento de la lucha “antisubversiva” para cerrar accesos al Estado a

amplios sectores de la sociedad. Unas cerradas condiciones, en democracia formal, bajo las

cuales se van constituyendo los restrictivos términos de una nueva alianza social

dominante, en una suerte de experiencia burocrático-autoritaria tardía, donde tecnocracias y

militares -ya superada la dictadura clásica- cobijan la formación de conglomerados

económicos poco apegados a las viejas fórmulas económicas nacionalistas. Más allá del

discurso y las invocaciones nacionalistas a manos de grupos militares, la vocación de

integración externa de sus elites no guarda calce de continuidad con la tradición de figuras

Page 197: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 197/226

  326

de sus filas como Velasco Alvarado. La propia experiencia de la invocación nacionalista de

Ollanta Humala y su siguiente gestión apegada a los cánones neoliberales ortodoxos, no

resultan menos extremas, en su giro, que la refundación aprista liderada por García en su

segundo gobierno, respecto de la tradición que emana de sus orígenes políticos. El viejo

Perú, desde este punto de vista, parece extinto. Campea hoy, sin oposición efectiva, un

nuevo y extendido consenso. Las alternativas recientes que parecieran en inicios más

inclinadas hacia una recuperación de elementos propios de lo nacional-popular o asociadas

a lo que hoy llaman neopopulismos, disipan en su andar al frente del gobierno esas

aprehensiones de las elites más interesadas en la profundización del curso neoliberal.

Tanto el propio APRA como los nacionalismos -militares y populares- inicialmente

identificados con el ascenso de Humala, se pliegan a los términos sociales y económicos yaasentados en la experiencia peruana desde tiempos de Fujimori que, antes de cualquier

invocación de rasgos históricamente anteriores, apuestan por aperturas externas marcadas

tanto por alianzas con capitales de países centrales como dentro de la propia región,

 precisamente con grupos económicos de Chile y Colombia. Unos capitales externos que

identifican enormes campos de extensión posibles para unas transformaciones

 privatizadoras que, en el mercado chileno ya tienen menos trechos nuevos que abarcar,

como es el caso de la administración privada de los fondos de pensiones. Las líneas de

concesión a empresas privadas de derechos de explotación de recursos primarios, sumados

a términos de apertura externa acentuados, aceleran la formación de grupos económicos

locales al tiempo que sus alianzas con capitales externos, y un crecimiento de grupos

medios más vinculados a estas experiencias de “mercado” que a distributivismos a manos

del Estado, con los consiguientes rasgos políticos y culturales asociados a este tipo de

sectores, ya comentados, proyectando un panorama social distinto a los antecedentes

locales conocidos.

En Colombia, la derechización sostenida del orden gubernamental en las últimas décadas y

el alto grado de injerencia norteamericana (expresada, entre otros factores, en la nutrida

instalación de bases militares en su territorio), terminan condicionando las formas de

resolución del orden político, de configuración restrictiva de la alianza social y política

Page 198: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 198/226

  327

dominante y las consiguientes orientaciones que se imponen al cambio económico. En la

realidad colombiana, el primer asunto se refiere sobre todo a los términos de “pacificación”

impuestos. Unos términos que, tras el fracaso de las viejas fuerzas de la égida nacional-

 popular tras esta tarea, se configuran con extrema dependencia externa a través del continuo

financiamiento a los variopintos grupos “desmovilizados” de la guerra irregular. Una

historia de enfrentamiento armado cuya extensión social y temporal termina por arrojar una

verdadera cultura de la violencia, profusamente mimetizada en estructuras económicas y

laborales creadas al alero del conflicto, y con eso, en extendidas rutinas de sobrevivencia

 para amplios sectores de la población. Unos grupos “desmovilizados” de orígenes tan

heterogéneos como los “para-militares” que operan en inicios bajo la iniciativa de los

grandes dueños de la tierra, hasta adquirir una talla que los independiza de éstos y les

impone “favores”; las poderosas fuerzas del narcotráfico que penetran en niveles inéditos al

 poder político y judicial, amenazando al propio orden institucional; y unos destacamentos

guerrilleros provenientes de los años sesenta (M-19 de abril y MLN especialmente), muy

 posteriores a las FARC, que en su avance llegan a aproximarse a la propia capital. Pero se

trata de una violencia en la que, a menudo, las aparentes diferencias ideológicas y políticas,

se trocan y confunden bajo patrones de socialización y sobrevivencia económica comunes,

que no distan tanto entre sí como sugieren esas diferencias discursivas, siendo finalmente

los individuos armados igualmente susceptibles de ser sometidos por la misma iniciativa

estatal de desarme apuntada. En definitiva, unos términos de desarme clientelares en

extremo dependientes del financiamiento continuo anotado, cuya posibilidad de

interrupción resulta una suerte de sinónimo de regreso a las vieja práctica económica y

laboral, en este caso armada.

Se trata entonces de unos términos de “pacificación” que, en este cuadro, abren curso a una

resolución endeble del problema del orden político cuya estabilidad, hasta ahora, consigue

viabilizar cambios económicos que se inscriben en la marcha ortodoxa del decálogo

neoliberal. Carente de cualquier diálogo, tal “pacificación” resulta una efectiva forja del

orden político a pesar de sus asuntos pendientes, al tiempo que más asociada a una

imposición unilateral bajo la combinación de una intensificada persecución militar con una

ampliada oferta clientelar, hacia unos poderes militares heterogéneos desde el punto de

Page 199: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 199/226

  328

vista formal de la ideología, pero mucho más asimilables desde el punto de vista social y

económico, tras una suerte de cultura de la violencia asalariada. De ahí que, la instalación

de un nuevo marco constitucional, que pasa “de la jurisprudencia social a la neoliberal” en

los años noventa, forma parte de la reorganización estatal que prescribe el Consenso de

Washington. Una transformación que se afianza en los años siguientes, conforme se debilita

en forma efectiva y creciente cualquier oposición social y política. Ello allana el camino

 para la introducción exitosa de las reformas de tipo neoliberal en los años noventa y la

siguiente década.

En definitiva, se trata de problemas similares de construcción del orden social que no

resolvieron las dictaduras militares en la gran mayoría de la región en los años setenta y

ochenta, y que en la experiencia colombiana tienen que ver con esta “pacificación” tardía.

Una resolución que resulta socialmente restrictiva, cuya militarización de la política y las

formas autoritarias que la acompañan, viabilizan el ascenso de los grupos tecnocráticos que

encabezan las reformas económicas y la constitución de una alianza dominante en términos

no menos excluyentes. Esta situación, y no la clásica dictadura militar, permite la

asociación de esos grupos tecnocráticos, elites militares y grupos económicos en ascenso,

dentro de la nueva alianza que preconiza la apertura externa y la asociación, desde la

 política estatal militarizada, con capitales externos, entre los que se cuenta una estrecha

asociación con los principales grupos económicos chilenos.

Por último, es el caso de la experiencia mexicana. Pese a las duras resistencias sociales

habidas, y los ruidos de retorno político a términos vinculados al viejo orden con el reciente

ascenso del PRI al gobierno, en las últimas décadas las cosas más bien parecen enrumbadas

en la línea ortodoxa aquí considerada. Un giro iniciado bajo Salinas de Gortari y su ruptura

con la vieja tradición priísta, a fines de los años ochenta, que sigue en forma continua,

aunque conflictiva, hasta ahora. Luego, si en el caso mexicano la duda es mayor, no faltan

razones para pensar que las fuerzas eventualmente capaces de orientar las cosas en otra

dirección, han resultado muy debilitadas en el curso histórico inmediato. Las defensas de

relevantes referentes sociales de la etapa nacional-populista, a pesar de ser efectivas

muchas veces en términos corporativos específicos, no alteran la marcha general del

Page 200: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 200/226

  329

 proceso de transformación neoliberal. Son las duras movilizaciones del mayor gremio

mexicano -de toda la región, en realidad, que rebasa el millón de afiliados- y antaño puntal

del sindicalismo priísta, la agrupación del profesorado, en defensa de sus viejas

 prerrogativas. O la defensa de la colosal Universidad Nacional Autónoma de México

(UNAM) -que a principios del milenio llega a una prolongada movilización- en torno a su

condición pública, el centro de producción de la intelectualidad vinculada al viejo régimen

al tiempo que referente de la “dirección intelectual y moral” de la sociedad, que resiste los

empeños de desmantelamiento de los sucesivos gobiernos del PAN. Es también el caso de

las movilizaciones campesinas en defensa de la comunitaria propiedad ejidal, que data de

tiempos de la Revolución, amenazada por los términos neoliberales de “modernización

agraria”, aunque no siempre con resultados favorables a las antiguas formas y, en cambio,

llenas de violencia, como en la pasada década las vistosas marchas de los campesinos deAtenco a la capital.

Pero a pesar de ello, una marcha así acosada de la ortodoxia neoliberal parece imponerse.

Sin amenazas sustantivas, termina abriéndose el avance del poderoso grupo económico de

Monterrey, desde uno de los pocos reductos donde la Revolución Mexicana de inicios de la

centuria pasada no arrasó con la vieja oligarquía. Su impulso a relevantes centros

ideológicos y universitarios, a la formación de una pujante tecnocracia, y su ligazón a la

derecha política, que gobierna década y media sin interrupciones a través del PAN, le

 permite impulsar un reordenamiento importante del poder económico, convirtiendo

fortunas anteriores y abriendo paso a otras más recientes, de la mano de las privatizaciones

y de una mayor apertura externa, que acrecienta sobre todo el peso económico

norteamericano en la economía interna, que no para de inflarse desde la firma del Tratado

de Libre Comercio en 1994, en medio de una descomposición priísta que se funde y

superpone a este avance neoliberal. Lo que ocurre es que, en este caso -“tan lejos de Dios, y

tan cerca de los Estados Unidos”- los desarrollos anteriores de una burguesía nacional, una

estructura productiva y un Estado nacionales, una red enorme de servicios sociales, todo

ello de magnitudes que por décadas resultan apenas comparables en la región tras la larga

hegemonía priísta, pueden confundir a la hora de juzgar los avances de la transformación

neoliberal, dado semejante punto de partida. Pero, tal es este avance, que parece difícil que

Page 201: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 201/226

  330

la reciente “recuperación” priísta del gobierno tenga que ver mucho que ver con su propia

tradición.

 La pugna irresuelta de neoliberalismos interrumpidos  y “neopopulismos”. Argentina y

Venezuela

En otras experiencias en la región, si bien las transformaciones neoliberales principian muy

a fines de los años ochenta, si no directamente en los primeros noventa, resulta que bajo la

incapacidad de asentarse en alianzas sociales capaces de reducir las resistencias que

despiertan, enfrentan una reversión a manos de fuerzas sociales que coinciden tras la

defensa de prerrogativas amenazadas, más que alguna articulación programática en torno a

 patrón de desarrollo alternativo alguno, a pesar de lo que suspiran sus discursos delegitimación. Es el caso de Argentina, como también venezolano, en los que se recuperan

algunas tradiciones del capitalismo nacionalista y prácticas confrontadas a los dictados de

los grandes centros capitalistas, y con eso se enarbolan versiones actuales del viejo

antiimperialismo y del nacional-populismo, con el agregado, esta vez, de sostenidas

alusiones a la iconografía de una izquierda que, por extinta, permite tal uso insulso de sus

idearios anticapitalistas.

Unas experiencias generalmente vinculadas al colapso del sistema político, o al menos de

los gobiernos, asociados al impulso de la reforma neoliberal. Ello suele abrir situaciones de

vacío político en las que emergen empeños de freno, e incluso reversión, de muchas de las

transformaciones consideradas bajo tal ideario neoliberal. Más allá de los ideologismos en

 boga, como un pretendido “socialismo del siglo XXI” en el caso venezolano o el “evismo”

como “recuperación de lo nacional- popular” -en la formulación de García Liniera- en el

caso boliviano, se trata de intentos de un capitalismo nacionalista apoyados en sectores

 populares más próximos a una condición de masa que de articulación de clases, condición

acentuada a partir de los efectos de precarización e informalidad que producto de la

transformación neoliberal caen sobre el empleo, e inviabiliza la constitución de bases

sociales de sustentación de mayor historicidad, manteniendo en estado latente el problema

de la estabilidad de un ordenamiento político.

Page 202: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 202/226

  331

El giro neoliberal en Argentina, más que una refundación capitalista, parece una nueva

etapa de la larga agonía del viejo desarrollo local, cuya curso se inicia mucho más atrás y se

arrastra bajo unas irresueltas tensiones entre alianzas sociales que no definen correlaciones

estables de fuerza y dominio, girando cíclicamente unas sobre otras en sucesivos desalojos

en que se aferran corporativamente a la política estatal, sin implantar una estrategia de

desarrollo capitalista proyectable. Un largo zigzagueo de ininterrumpido uso prebendario

del Estado. La experiencia neoliberal agrega a ello el hecho que ambas configuraciones se

alojan dentro del peronismo. Poca novedad. Mucho menos que la sugerida por los

ideologismos de un extremo u otro. Las reformas estructurales de los años noventa que

traen la apertura externa, las privatizaciones, la sujeción a criterios monetaristas y cambios

en la legislación laboral, no logran estabilizar un rumbo, aunque son suficientemente profundas para alterar el panorama social. El ascenso y predominio de grupos financieros y

agroexportadores, en detrimento de los grandes industriales y asalariados medios y obreros

tradicionalmente gravitantes, llega junto a una proliferación desconocida de la pobreza. El

default   de la economía en 2001 y 2002, sella el fracaso de esas reformas y abre un giro

hacia una mezcla de reversión de medidas neoliberales, reindustrialización y populismo,

(siempre dependiente del sector exportador) y una recomposición parcial de ciertos grupos

sociales del período desarrollista, sobre todo medios y obreros, que ahora coexisten con

otros propios de la etapa neoliberal.

Con la llegada de Kirchner en 2003 se recuperan viejas funciones estatales, como la

regulación de precios y la transferencia de ingresos hacia sectores medios y trabajadores, la

 protección del mercado interno y el papel de árbitro en la puja distributiva entre capital y

trabajo, debilitando el patrón de Estado subsidiario impuesta por Menem en los años

noventa. Pese a que mantiene la prioridad de los equilibrios macroeconómicos y el control

 presupuestario, busca estimular la producción local y debilitar el predominio del sector

financiero en la economía, empleando alzas salariales y subvenciones para recuperar la

demanda interna. El modelo económico se ajusta hacia la reactivación de las actividades

orientadas al mercado interno, en especial a la industria, incluidos medianos y pequeños

empresarios, y la sustitución de importaciones otra vez queda amparada. La economía

Page 203: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 203/226

  332

vuelve a un patrón que enlaza sectores industriales y de servicios locales volcados al

mercado interno, con aquellos primario-exportadores, donde los productos primarios y las

manufacturas agropecuarias aún dominan las exportaciones, de bajo valor agregado y en

variantes de administración local asociadas a capitales externos.

Pero más que recuperar a los grupos sociales más afectados por los cambios en los años

noventa, porfía una emergencia de nuevos rasgos sociales que, atemperados por esta

reversión, proyectan la herencia de las reformas menemistas. El crecimiento del empleo

asalariado, la reducción de la pobreza, no devuelven el viejo bienestar. Persisten grupos de

trabajadores en condiciones de informalidad o desempleo abierto. La recuperación de los

obreros asalariados junto a la reactivación industrial en empresas medianas y grandes, trae

mayor formalidad e ingresos vinculados a la restaurada capacidad de presión sindical sobreel Estado, y con eso la reinstalación de la histórica articulación clientelar entre gobiernos

 peronistas y el sindicalismo. Es una recuperación parcial de la clase media y trabajadora, de

una estabilidad laboral diferenciada entre los grupos sociales, lo que arroja un panorama

muy distinto en términos de las posibilidades de reeditar viejas alianzas sociales. Se

 produce una mesocratización más asentada en grupos medios bajos, distanciados de esa

nueva clase media fruto de las reformas neoliberales, culturalmente muy distinta de aquella

 proveniente del desarrollismo, donde persiste en los primeros el riesgo de volver a

condiciones de pobreza. Una heterogeneidad que impide a esta franja de la sociedad

 proyectarse como sujeto político. Así, los grupos medios provenientes del desarrollismo

viven una recuperación parcial con el crecimiento económico, apoyados en la expansión del

crédito y los subsidios estatales, donde una parte considerable de ellos permanece en unas

condiciones de inestabilidad que no le permiten afirmar su recuperación en la sociedad.

Más allá de ideologismos sobre la dirección que asume el modelo de desarrollo y la acción

estatal, los conflictos de los grupos sociales protagónicos no parecen tan distintos al resto

del curso histórico, como sugieren los discursos de legitimación que apelan a un patrón

nacional-integrador e incluso socialista. La polarización política conserva esa dificultad de

calce con la polaridad social, tan característica de su historia. La estructura social parece

chocar en la arena política dividida verticalmente, enfrentando unos grupos empresariales

Page 204: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 204/226

  333

con otros por privilegios sobre condiciones de acumulación que se resuelven a través del

control estatal, y en base a ello estructuran y movilizan alianzas hacia sectores subalternos,

medios y trabajadores, incluidos hoy grupos marginales que emergen del ciclo reciente. Ahí

 pesan las dificultades de constitución de clase ligadas a la dominación populista y, con eso,

la formación de un tipo de polaridad de carácter clasista. En la larga tradición de tal

dominio populista en Argentina, la polaridad política se sustenta en la confrontación de

alianzas sociales muy heterogéneas, un rasgo que persiste en el proceso político y

económico local, y remite a esa irresuelta dificultad para la constitución de una alianza

social dominante de cierta historicidad, y condena a un conflicto en que el ascenso de una y

otra alianza acarrea el empeño por borrar las condiciones de desarrollo social de la otra. De

ahí un uso prebendario del Estado y la lógica de “puja distributiva”, tanto bajo el

desarrollismo como del neoliberalismo. De ahí que el distributivismo económico del Estadodeviene un elemento fundamental en la inestabilidad política y social, a diferencia de otras

experiencias regionales donde esos mecanismos derivan de pactos nacionales asentados en

correlaciones de fuerza más estables. Aquí los actores rivalizan a un grado que dicho

“distributivismo” deviene factor tanto de estructuración (de unos) como de

desestructuración social (de otros) y, con eso, de crisis política latente y una arrastrada

dificultad de constitución del orden político.

Tras la crisis de 2001-2002 se recupera el gran empresariado industrial local, los sectores

medios de baja calificación y fracciones obreras industriales calificadas de orígenes

anclados en el período desarrollista, a manos de políticas estatales que revierten algunas

reformas neoliberales menemistas. Pero estos grupos coexisten con sectores industriales

multinacionales y grandes oligopolios empresariales agroexportadores, capas medias que

emergen bajo el giro neoliberal y grupos marginales que no recuperan sus beneficios, y

todos estos resisten las condiciones del orden actual, bajo el cual se han proyectado los

 primeros. El control estatal no deja de verse como el mecanismo para alcanzar privilegios,

así como para desarticular cualquier capacidad opositora. Una vez más, ciertos sectores

medios tradicionales y obreros logran reconstituirse a través de políticas distributivas y

 populistas del Estado, amparados en una recuperación de la economía internacional y de los

grandes propietarios agroexportadores, de los cuales el país resulta aún muy dependiente y

Page 205: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 205/226

  334

que, al final, más que buscar conciliar intereses con el resto de los grupos sociales,

favorecen estrategias particulares que contribuyen a sucesivas crisis políticas.

En fin, si las reformas neoliberales de los sucesivos gobiernos de Menem traen la crisis de

importantes sectores de la tradicional base social peronista, la crisis y la resistencia social

se unen en curso tras la reversión de éstas. La mítica CGT peronista rompe con Menem

ante el intento de imponer una reforma laboral de corte neoliberal, y las privatizaciones que

amenazan a sus bases de trabajadores estatales. Una ruptura que proyecta los movimientos

 piqueteros que, junto a otros movimientos urbanos marginales de la “nueva pobreza”, abren

de la mano de los propios desaguisados del peronismo menemista una crisis política que

llega a contar tres presidentes en menos de diez días. La emergencia de un peronismo

kirchnerista que retoma a relevantes sectores de la base social escindida a partir de políticasestatales clientelares, significa también retomar el viejo enfrentamiento con los intereses

 primario-exportadores “del interior” (centenario conflicto argentino, esta vez con los

exportadores de soja). De todos modos, la situación no parece estabilizarse con claridad y,

en cambio, resulta más próxima a la idea de un capítulo más de lo que Halperín ha

denominado “la larga agonía del peronismo”. 

Por otro lado, en la experiencia venezolana, tras un largo período de celebrada estabilidad

 política, el impulso de la transformación neoliberal bajo el segundo gobierno de Carlos

Andrés Pérez arrastra, rápidamente, a un colapso del sistema político que se mantenía desde

el Acuerdo de Punto Fijo, allá por 1958 tras el ocaso de la dictadura de Pérez Jiménez.

Tales condiciones de vacío político, dejado por la crisis de los partidos que sostienen dicho

sistema -Adecos y Copei- explican en parte el vertiginoso ascenso de un liderazgo

militarista como el de Chávez. La incapacidad de procesamiento del malestar popular hace

estallar el déficit de integración más largamente acumulado, en un país donde la riqueza se

da ostentosamente de bruces con la pobreza. Un panorama social marcado por el peso sin

 par de una “burguesía estatal” hija del dilatado -y dilapidado- auge petrolero, capaz de

transformar a la burocracia responsable de dicho control estatal en un “Estado dentro de

otro Estado”; y una base popular extendida, signada por la  pobreza y una inorgánica

condición de masa, en la que el viejo movimiento sindical, apegado clientelarmente a los

Page 206: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 206/226

  335

antiguos controles políticos de la “renta petrolera”, se desploma junto con la crisis de

dichas expresiones políticas.

Sobre la base de este otro vacío, de control social, se impone entonces una difusa e

inorgánica masa popular chavista. Las medidas neoliberales se revierten, de la mano de un

distributismo estatal que amarra nuevas clientelas, no sólo al Estado, sino a la Nación

 propiamente tal, dados los acendrados grados de exclusión anteriores. Esa “nueva

ciudadanía” sostiene por un par de décadas un proyecto antiimperialista y nacionalista que,

no por ello, deja de ser capitalista (a pesar de los ideologismos largados); pero que no

resuelve los términos de una nueva hegemonía social, manteniendo latente la oposición no

sólo de las viejas clases medias desarrollistas, sino también del antiguo movimiento obrero

que madura al alero del defenestrado régimen “puntofijista”. De este modo, Chávez

gobierna con la constante oposición de la CTV y los segmentos estudiantiles y académicos

del principal centro universitario público del país, la Universidad Central. La confrontación

social que se dibuja entonces, más allá de ciertos sectores empresariales despojados, es

entre esa masa popular de reciente ascenso a la vida política bajo términos que recuerdan

las viejas experiencias populistas, y de otro lado, los restos de los actores que hacen de

 bases sociales de sustentación de la versión venezolana del Estado de Compromiso: las

franjas obreras incorporadas a los procesos de construcción del Estado y los sectores

medios desarrollistas. Permanece así irresuelto el problema del orden político y la

dominación social. Mientras tanto, al extremar su discurso antiimperialista y luego de

entregar apoyos materiales, se convocan algunas alianzas regionales con países como Cuba,

 Nicaragua y Bolivia especialmente, y en menor medida Ecuador.

La experiencia boliviana, en cambio, parece engarzar con los procesos anteriores más por

condena que por vocación (si de esta última dependiera, pareciera mirar más bien la

experiencia brasileña). En Bolivia, iniciada tempranamente la transformación neoliberal a

mediados de los años ochenta, con Siles Suazo y prosigue Paz Estenssoro, se acentúa

realmente bajo el gobierno de Sánchez Losada. Pero este último, de magros anclajes dados

los extremos grados de imposición externa a que responde, no es capaz de contener una

resistencia popular que crece ante dicha transformación. A diferencia de otros casos, en

Page 207: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 207/226

  336

Bolivia se coincide en señalar el peso significativo en este proceso de resistencia de

movimientos cooperativos, pequeños y medianos propietarios, comunidades y en general

unidades sociales intermedias, que no corresponden al clásico sindicalismo de la COB (aún

cuando en ocasiones revistan la forma sindicato, como en el caso de los cocaleros) ni a una

condición de masa inorgánica tan apreciable en las reacciones anti-neoliberales en la

región. Mucho más articulados, su carácter se suele asimilar erróneamente a los sectores

más bajos de la sociedad boliviana. Y su proyección política se torna desbordante cuando

alcanza a cristalizar una alianza en el MAS con los sectores medios urbanos y, de allí, se

hace gobierno tras la figura de Morales, impulsando también tanto un freno como un

empeño de reversión de muchas de las transformaciones neoliberales que antes lograron

avanzar. Ello deviene, por cierto, base social de sustentación más sólida que la condición de

masa apuntada en el caso anterior. Pero al mismo tiempo, debido a ese carácter socialintermedio, en una sociedad con una base popular distintivamente extensa, le toca enfrentar

un reticente reclamo popular, que luego escala a desafíos abiertos y al riesgo de

manipulación por minorías que se oponen al carácter nacional-popular que, explícitamente,

demandan sus líderes para una transformación más moderada que lo que sugieren los

ideologismos con que hoy se suele encapsular a estas experiencias.

 La búsqueda de un neoliberalismo “paraestatal” en Brasil, Uruguay y Ecuador  

El denominado “liberal-desarrollismo” a partir de la experiencia brasileña, considera el

impulso de una reforma de corte neoliberal donde los ecos de la presión externa se

contemporizan con poderosos intereses locales, los cuales le imprimen una orientación

distinta a la versión “ortodoxa”, a partir de elementos asociables a la experiencia

desarrollista. De este modo, aún en plena transformación neoliberal, tanto el Estado como

el modelo económico configurado de su mano, expresan condiciones sociales protegidas y

 privilegiadas por la tutela estatal. En otros términos, los propios cambios en el Estado y la

economía se orientan bajo la fuerza de esos grupos, que conciben la proyección de sus

condiciones de reproducción social desde la acción estatal. Su primacía sobre esta última

alcanza al punto, incluso, de regatear en la configuración del modelo económico con esas

 presiones externas tan típicas del ciclo neoliberal, para garantizar la proyección propia.

Page 208: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 208/226

  337

El curso autoritario que sigue desde 1964, releva la emergencia de grupos sociales propios

del “milagro” sin los cuales es imposible entender el ulterior desarrollo del proceso

histórico. Aquél “capitalismo asociado” bajo tutela militar, encabezado por una redefinida

alianza dominante que tiene al frente a sectores del empresariado local, capitales

multinacionales, burocracias civiles y militares y la clase obrera de la “industria de la

transformación”, proyecta una gravitación de estos grupos sociales que resulta determinante

en el agitado proceso de formación de la alianza social dominante que sigue a ese período.

Tras los estragos de la crisis de los ochenta y primeros noventa, y la forma posterior de

resolución -expresada en un Plan Real que abre esa fusión de elementos neoliberales y

desarrollistas-, se proyecta un panorama social marcado por herencias que cohabitan consectores propios de los ajustes recientes, y lo distinguen, pero no tanto, de aquél escenario

del “milagro” antecedente. De ese modo, emergen bajo la experiencia de Cardoso y se

expanden con los gobiernos del PT, los sujetos sociales determinantes en la traza de esta

variante “liberal-desarrollista”. Es la nueva alianza dominante, cimentada en grupos

sociales que provienen del “milagro” autoritario y su “industrialización tardía” y que, en

complejos equilibrios anclados en grado distintivo en la acción estatal, arrojan también una

 peculiar modalidad de neoliberalismo.

Con el crecimiento y el control de la inflación que trae el Plan Real, crece el empleo formal

y la burocracia pública mientras cae el trabajo por cuenta propia, se amplían los programas

redistributivos y crece el ingreso y el crédito entre los grupos populares. Son cambios

aparejados a la liberalización de la economía y la privatización de empresas estatales que, a

diferencia de otros casos regionales, conserva un gravitante control nacional -privado y

estatal o mixto- sobre el sistema productivo, y arroja encadenamientos productivos de

medianas y pequeñas con las gran industria local (privada y estatal) y externa, mientras la

“internacionalización hacia adentro” reduce la industria tradicional. Junto a esos cambios

sobre la vieja fisonomía del empresariado industrial, se suma una expansión de la industria

de explotación de recursos naturales hasta encabezar el sector industrial; mientras que la

industria de mayor contenido tecnológico se contrae e inicia una recuperación más tardía.

Page 209: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 209/226

  338

Ello va en línea con la política de Cardoso, de estímulo a industrias capaces de proyección

externa, para reducir el déficit económico. Así, la liberalización de ciertas importaciones y

las promociones estatales, estimulan la expansión de la industria de explotación de recursos

naturales, tanto para el mercado interno como para la exportación, y en menor grado la

 producción local de mayor valor agregado. Con eso, se consolida un gran empresariado

que, con nuevos apoyos estatales, adquiere una dimensión internacional. Mientras pierde

 peso el viejo empresario industrial más expuesto al rigor de la competencia externa.

La expansión de los sectores medios superpone a franjas nuevas y viejas. Un sector

intermedio de la sociedad crece con fuerza con la consolidación bajo Lula de políticas

económicas iniciadas con el Plan Real, que elevan unos ingresos muy ligados a políticas

estatales de redistribución, promoción y protección social, además del crecimiento de laeconomía y el crédito. Tal expansión “a través de la distribución” absorbe nuevas franjas,

en especial obreros calificados, y los suma a unos mutados sectores medios bajo la

recuperación de capas gerenciales y empleados especialistas, y la caída de grupos

independientes como el pequeño propietario agrícola bajo la modernización agroindustrial.

A lo que se agrega una mayor burocracia estatal con la reanimación de empresas estatales y

la ampliación de programas sociales, y el mayor bienestar de la mano de sus presiones. Con

el alza de ingresos y el consumo se apunta una mesocratización que reduce los estratos

económicos bajos, revirtiendo en el último lustro un curso de décadas pasadas. Una

mesocratización que se vincula al aumento de la escolaridad, el empleo formal y mayores

ingresos de los trabajadores asalariados formales ligados al sector de alta productividad. Su

ascenso es lo que explica esa “nueva clase media” o “clase media popular” brasileña. Y

 pese a su menor escolaridad e ingresos respecto a la “clase media tradicional”, se apropia

de “sus valores y símbolos” al buscar ascender y diferenciarse por la vía del consumo. O

sea una “mesocratización de los sectores bajos”. Pero releva su heterogeneidad e

inestabilidad, cifrada en la posibilidad latente de retorno a una situación de pobreza, en

especial los grupos de ingresos medio-bajo, por su dependencia clientelar a programas

gubernamentales y la escasa protección que brindan sus empleos, quedando más expuestos

ante una crisis externa o local, a abandonar la nueva condición social adquirida, a diferencia

de los obreros calificados y la vieja clase media, que gozan de mayor estabilidad

Page 210: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 210/226

  339

contractual y otras protecciones estatales. La nueva escena ratifica la histórica posición

 privilegiada de los trabajadores industriales más calificados, fundada en su incidencia en

los procesos de construcción del Estado, que en el último tiempo abre acceso a sus capas

dirigentes a puestos altos y medios en la burocracia estatal, a contrapelo de la situación del

resto de la fuerza laboral en áreas productivas, financieras y comerciales de mayor

competencia.

En fin, este “neoliberalismo paraestatal” que se constituye al alero de la alianza   social

erigida en los sucesivos gobiernos de Cardoso, se prolonga bajo los siguientes gobiernos

del PT, logrando una estabilidad que destaca en el contexto regional. Tal proyección se

asienta en cierta expansión social de la alianza dominante, así como de los alcances de la

distribución estatal prebendaria. Lo primero, a través de una incorporación a la burocraciaestatal de grupos medios y obreros antes excluidos por un dominio tecnocrático que ahora

se reduce, aunque no extingue su preeminencia en los procesos de construcción del Estado,

 pues los gobiernos del PT se muestran conciliadores con las empresas estatales -controladas

 por esta “burguesía estatal”- y las empresas privadas y sus alianzas reguladas con capitales

externos, evitando la confrontación y morigerando el discurso obrero. En lo segundo, la

extensión social del distributivismo estatal acarrea una ampliación de las bases clientelares

de sustentación del modelo vigente, y con eso de su legitimidad social. De ahí una

evolución de la estructura social marcada por esa mesocratización más dependiente de los

ingresos que de un cambio de la estructura ocupacional, como la que acompaña a cursos de

ascenso social menos dependientes de la tutela estatal.

Luego, la acción de Estado continúa resultando determinante en la historia inmediata en

Brasil, en la constitución de un modelo de desarrollo que mezcla elementos redistributivos

y reguladores que protegen a ciertos grupos sociales bajo un contexto externo que empuja

hacia modalidades neoliberales. Tal “liberal-desarrollismo” supone que grupos sociales que

emergen del “milagro”, logran articularse y orientar la acción estatal para asegurar sus

intereses y proyectar sus condiciones de reproducción social. De tal suerte, la acción de los

distintos grupos y las correlaciones sociales de fuerzas que derivan de ella, resultan

determinantes sobre los ajustes a los patrones de desarrollo y, en suma, en la constitución

Page 211: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 211/226

  340

de una variante específicamente brasileña del neoliberalismo. En fin, el liberalismo

económico atenuado desde la acción estatal, desde donde se impulsan asociaciones con la

impronta externa. Iniciada así con Cardoso, la reforma neoliberal adopta prácticamente

desde un inicio, y luego prosigue bajo los gobiernos del Lula, una peculiaridad a partir de la

incidencia de una poderosa alianza de los grupos sociales que emergen en la etapa de “auge

capitalista dependiente asociado”, especialmente los grupos obreros de la “industrialización

tardía”, del ABC paulista, los grupos tecnocráticos que animan esa “burguesía estatal”, y la

 burguesía nacional propiamente tal. Tal alianza es capaz de pactar las condiciones de la

transformación neoliberal con poderosas fuerzas externas.

Otras experiencias nacionales se animan tras el avance brasileño, si bien éste parece

imposible de reeditar a partir de sus dimensiones. Y, precisamente, es desde dos países pequeños donde se busca seguir esos pasos por las alianzas que se hacen del gobierno,

aunque sin lograr los consensos internos del gigante brasileño, esto es, Uruguay y Ecuador.

Si en Uruguay hay derroteros similares al caso anterior, aunque no tan acentuados, en las

reversiones que a la impronta neoliberal logra impulsar el Frente Amplio, primero desde la

oposición y luego desde el gobierno, en este caso la capacidad de contención y

reformulación de la égida neoliberal no parece correr a manos de una burguesía local en

alianza con nuevos grupos obreros, sino más bien de unas extendidas capas medias que se

relacionan a un alto grado de desarrollo de la sociedad civil de larga data. En cambio, en la

experiencia ecuatoriana le anteceden violentas crisis políticas, fundadas en la resistencia

social de movimientos como Pachacutik, que encaran la impronta liberal encabezada por

elites con asiento en la costa guayaquileña. De ahí un camino hasta los gobiernos más

recientes de Correa, que no resuelven términos de dominio social capaces de disipar la puja,

en dirección contraria, de relevantes estamentos de la sociedad local, pero siguen una

 búsqueda de términos de alianza local. Luego, el avance neoliberal bajo los gobiernos

ligados a los grupos económicos guayaquileños que lleva al colapso del sistema político,

 bajo una resistencia de movimientos indígenas y sectores medios quiteños, no desemboca

en fórmulas “neopopulistas” -inicialmente apuntadas en el gobierno de Gutiérrez- que no

Page 212: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 212/226

  341

llenan el vacío político heredado, sino más bien dejan paso a una búsqueda más moderada

de equilibrios bajo los gobiernos de Correa.

 Dilemas del desarrollo en la encrucijada actual. Estabilidad y contradicciones

Las variantes en que la historia reciente de la región muestra la puja tras modalidades de

desarrollo, muestra que, incluso en las expresiones más extremas y ortodoxas de la

transformación -como la chilena- no desaparecen del todo los elementos propios del

 período anterior, en particular los idearios asociados a los viejos actores sociales, como

rezan ideologismos en boga. Menos aún, si nos distanciamos tan sólo un poco de las

variantes más extremas, los dilemas del desarrollo parecen reducidos a los patrones

instalados por tales ideologismos ni “definitivamente” distanciados de lo que ya apuntaban

las formulaciones “clásicas” emanadas de la región en las ciencias sociales, económicas y

 políticas, especialmente en términos de la centralidad estatal. El Estado, en las diferentes

variantes repasadas, sigue desempeñando un papel fundamental en la economía como en la

constitución de los actores más relevantes.

Acaso, en un giro eminentemente excluyente, ello muestra más bien el grado en que grupos

desgajados de las viejas alianzas desarrollistas consiguen -con más o menos éxito- acaparar

la orientación de la acción estatal, para hacerse de un espacio fundamental en la

refundación de las estructuras económicas, políticas e institucionales, a través de la

experiencia autoritaria y los términos abiertos bajo las “nuevas” democracias. De la mano

de ello, entonces, y en nada independientes de una obsolescencia estatal que sólo ha corrido

a manos de propaganda ideológica, se han constituido estos grupos hasta originar, en sus

versiones más exitosas, verdaderas nuevas burguesías locales -difícilmente apellidadas

“nacionales” por sus grados de asociación externa- emanadas, a fin de cuentas de esa

experiencia de “burguesía estatal”. 

Luego, más allá del ideologismo tejido en torno a un neoliberalismo formal de difícil calce

histórico-concreto, se abren situaciones que plantean nuevos dilemas de caracterización. La

comprensión de las posibilidades de proyección de estas situaciones, resulta a menudo

Page 213: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 213/226

  342

oscurecida por la naturalización de estos cambios bajo el conservadurismo que inunda a las

ciencias sociales, económicas y políticas. De este modo, la encrucijada actual de América

Latina, lejos de reducirse a dilemas de cálculos parciales que naturalizan la totalidad mayor

de la marcha histórica, remiten a las complejidades que abre cada variante de

transformación, bajo las relaciones de fuerza que la determinan, en particular, del grado en

que en las configuraciones resultantes late la presencia de rasgos anteriores, no del todo

desmantelados, ya bien restituidos o incluso en formas de resistencia, así como rasgos

eminentemente nuevos que arrojan esas transformaciones. Esos panoramas sociales tienden

a dibujar las contradicciones que animan y limitan las posibilidades de los modelos de

desarrollo en boga, en la medida que perfilan el carácter social de sus actores más

relevantes.

De tal modo, más o menos encuadrados bajo la mano de nuevos actores y escenarios, los

viejos dilemas parecen no desaparecer. El dilema planteado a estos grupos empresariales,

hoy más o menos redefinidos bajo el éxito de la puja de esas emergentes tecnocracias o

 bien la supervivencia de viejos grupos productivos, remite a la capacidad de constituir

alianzas sociales más amplias o excluyentes y, con eso, resolver el problema del orden

 político largamente arrastrado, irresuelto en las experiencias autoritarias, que hoy sin

mucha novedad se reitera ajustado y afectado por los ritmos externos del capitalismo

mundial, tanto como, tampoco con gran novedad, siguen siendo en su base eminentemente

nacionales.

Los problemas de estabilidad y contradicciones sociales difieren en cada tipo de

experiencias, fundamentalmente a partir de los grados de inclusión o exclusión que

 plantean las alianzas dominantes, los cuales se relacionan -como vimos- en forma estrecha

con los rasgos de los modelos de desarrollo adoptados y sus beneficiarios más directos.

Aquél patrón inscrito en la vertiente más ortodoxa de la transformación neoliberal,

amparado en una inserción externa irrestricta de carácter primario-exportador, que

 beneficia en tal modalidad de crecimiento en forma distintiva a sectores restringidos de la

 población (recordando las antiguas modalidades de “enclaves” primario-exportadores),

tiende a una exclusión amplia que hace descansar tales precarios términos de integración en

Page 214: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 214/226

  343

las condiciones de heterogeneidad social que acarrea la transformación neoliberal, sobre la

 base de la desarticulación de los viejos actores sociales, más que en la formulación de algún

tipo de pacto social que vehicule formas de incorporación subordinadas. En tal orden de

cosas, acaso el que arroja un mayor grado de cambio respecto del panorama histórico

 precedente, la interrupción del crecimiento económico replantea las debilidades de tal

constitución restrictiva del orden político y la exclusión mayoritaria de intereses sociales en

las formas de representación habilitadas. Algo que, por cierto, no aparece en el horizonte

inmediato, dadas las altas tasas de crecimiento con que estas economías -Chile, Perú y

Colombia, las mayores tasas de la región- hoy campean la crisis económica internacional,

apelando a su estructura complementaria de exportaciones primarias respecto a las

economías centrales, y a los grados de reorientación de éstas hacia nuevos mercados que

 permite su amplia y más flexible inserción externa, haciéndolas en lo inmediato laseconomías menos afectadas. Aunque los grados más acentuados de transformación social

conducen a la constitución de una conflictividad social con importantes rasgos expresivos

de los nuevos patrones privatizados y desprotegidos de socialización, en especial a manos

de unos sectores medios indicativos de una “clase media de mercado”, como muestra en

forma patente el caso chileno, como también de la emergencia de nuevos grupos de

trabajadores producto de los cambios impulsados en el mundo del trabajo y la condición

asalariada. Una conflictividad social que tiende a renovarse bajo las nuevas condiciones de

reproducción social privatizadas y las transformaciones más acentuadas de grupos y

sectores sociales, adoptando renovadas formas y proyectando la construcción de nuevos

actores que presionan por ensanchar la alianza dominante y los términos restrictivos de la

 política impuesta. El que las elites se abran a ello o insistan en el cierre social, tenderá a

dibujar diferentes salidas y grados de estabilidad o una polaridad creciente.

En cambio, las experiencias de un orden político y de dominio social irresuelto, amparadas

en una ocupación excluyente pero pluriclasista del Estado, se ven obligadas a una poco

novedosa protección de la reproducción de sus respectivas condiciones sociales, que apela a

consiguientes términos de protección de la economía general, especialmente referida a las

áreas vinculadas a dichos grupos sociales protegidos. Ello abre restricciones económicas

 proteccionistas de difícil calce con las modalidades actuales del capitalismo mundial, sobre

Page 215: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 215/226

  344

una apuesta nacionalista clientelar que apenas descansa en unas relaciones sociales de

fuerzas inestables que, de turno tienen tal patrón de desarrollo al frente del Estado. Pero,

dada su exclusión, también pluriclasista, lo hacen sin resolver los dilemas de dominio que

implica una proyección de cierta historicidad. O sea, en este caso no se han resuelto los

 problemas del orden político, porque las relaciones de fuerzas en que se sustentan las

reversiones al neoliberalismo, no logran términos de dominio social suficientes,

manteniendo el conflicto abierto, sin poder estabilizar una variante de desarrollo. A

menudo, en estos casos, se enfrenta tanto la oposición de los viejos sectores medios

desarrollistas, como de las “clases medias de mercado” que alcanzan a constituir los

experimentos neoliberales frustrados, así como a los sectores exportadores privados que

lideran la difícil inserción externa habida. Lo que alarga las cosas, muchas veces, es apenas

la incapacidad de estos últimos para liderar una alianza opositora efectiva, que reproduzca,en dirección contraria, la inestabilidad tan característica de esta encrucijada.

En apariencia al menos más integradoras, las experiencias apostadas sobre alianzas sociales

más inclusivas, que redundan en patrones de desarrollo e inserción externa basados en una

 búsqueda de términos de pacto ya asociaciones con capitales externos desde la acción

estatal remiten, como fuentes de inestabilidad y obstrucción, a contradicciones sociales

situadas preferentemente dentro de los términos heterogéneos de la alianza social habida,

que entre ellos y los sectores no incluidos. La ensanchada base social de sustentación

descansa en una enorme dependencia estatal de la proyección de los sectores que abarca

dicha integración, en especial esa “mesocratización popular” que tiende a producir y que no

se afirma en condiciones propias de reproducción social. Las interrupciones de distinto tipo

y grado de ese distributismo, a partir de vaivenes externos o internos, puede reabrir la

conflictividad social y las presiones por ajustar el modelo de crecimiento en distintas

direcciones, tal como en su momento ocurriera con la experiencia del Estado de

compromiso que recuerda esta senda actual. Esos nuevos sectores medios, más que a la

condición “de mercado” de sus pares más desprotegidos de las experiencias ortodoxas,

 proyectan esa idea actual de unas “clases medias populares”, muy asociadas a un merado

“retorno del Estado”. 

Page 216: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 216/226

  345

América Latina ha cambiado, eso es innegable. Pero esos cambios deben ponderarse sin

exageraciones ni ideologismos. En vista de sus dilemas actuales, pareciera que, contrario a

las voces que han propugnado su desaparición bajo la globalización y la acentuada

inserción externa que acarrea el mentado neoliberalismo, no ha cambiado tanto como para

que resulte irreconocible para el entendimiento del viejo pensamiento social de la región.

Page 217: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 217/226

  393

VII. Anexo Estructura social

Estructura social brasileña

Cuadro 1: Composición interna PEA en Brasil, por sector de actividad, 1960-1980 (%)

Sector de Actividad 1960 1970 1980

Primario 54,0 44,3 29,9

 Agropecuario, extracción, vegetal y pesca 54,0 44,3 29,9

Secundario 12,9 17,9 24,4

 Industria de transformación 8,6 11,0 15,7

 Industria de la construcción 3,4 5,8 7,2

Otras actividades industriales 0,9 1,1 1,5

Terciario 30,5 33,9 40,8Comercio de mercaderías 6,5 7,6 9,4

Transporte y comunicaciones 4,3 3,9 4,1

 Prestación de servicios 13,3 13,3 16,2

 Actividades sociales 3,3 5,2 7,0

 Administración pública 3,1 3,9 4,1

PEA No Clasificada 2,6 3,9 4,9

PEA Total 100,0 100,0 100,0

Fuente: Ver Do Valle (2004).

Cuadro 2: Composición interna de grupos ocupacionales en Brasil,  1970-1980  (miles de personas y porcentaje)

Grupo ocupacional1970 1980Número % Número %

Ocupaciones rurales 13139 45,2% 12923 30,3%

Trabajadores rurales 12938 44,5% 12553 29,5%

 Propietarios 201 0,7% 370 0,9%

Ocupaciones manuales 10867 37,4% 19521 45,8%

Tradicionales 6797 23,4% 11871 27,9%

 Modernas 4070 14,0% 7650 18,0%

Ocupaciones no manuales 5044 17,4% 10169 23,9%

 Rutina 3271 11,3% 6250 14,7%

Calificados 1773 6,1% 3919 9,2%

Total 29050 100,0% 42613 100,0%

Fuente: Ver Do Valle (2004).

Page 218: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 218/226

  394

Cuadro 3: Composición interna población ocupada en Brasil, 1981-1999 (%)

Estrato ocupacional 1981 1990 1999

Profesionales liberales 1,0 1,1 1,4

Dirigentes 1,7 2,2 2,3

Propietarios empleadores 2,1 3,8 2,9

Profesionales de nivel superior 1,6 2,0 2,6

Supervisores trabajo manual 0,7 0,7 0,5

Técnicos y artistas 5,4 6,0 6,8

Empresarios independientes 2,3 3,1 3,9

Funciones no manuales de rutina 12,9 13,9 13,6

Trabajadores industrias modernas 5,6 5,7 5,4

Trabajadores servicios generales 11,3 11,8 11,4

Trabajadores comercio ambulante 1,8 2,3 2,8

Trabajadores industrias tradicionales 14,2 13,5 13,6Trabajadores servicios personales 3,3 4,2 3,8

Trabajadores servicios domésticos 6,0 5,9 8,1

Propietarios rurales 1,0 1,1 0,7

Trabajadores rurales 28,9 22,7 20,2

Total 100 100 100

Fuente: Ver Do Valle (2004).

Page 219: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 219/226

  395

Cuadro 4: Composición interna PEA en Brasil, 1996-2005 (%)

Categorías ocupacional/ Año 1996 2002 2005

“Grandes Propietarios”  Capitalista e fazendeiro 0,5 0,6 0,6

Sectores medios

“Sectores medios independientes” 

Pequeño empleador 3,7 4 3,9

Cuenta propia no agrícola 7 7,3 7,1

Cuenta propia agrícola 9,5 7,8 5,6

Especialista autónomo 0,7 1 1,1

Subtotal 20,9 20,1 17,7

Clase media asalariada

Gerente 2,0 2,6 2,8

Empleado especialista 1,6 3,4 3,7

Subtotal 3,6 6 6,5

Total “clase media”  24,5 26,1 24,2

Clase trabajadora

Clase trabajadora ampliadaEmpleado calificado 3,8 6,7 7,4

Supervisor 1,1 1,6 1,8

Subtotal 4,9 8,3 9,2

Clase trabajadora restringida

Trabajador Típico47,8

31,3 34,8

Trabajador Elemental 11,1 11,7

Subtotal 47,8 42,4 46,5Total clase trabajadora 52,7 50,7 55,7

Sector informal

Cuenta propia precario 14,7 14,6 10,8

Empleador Domestico 7,8 8,1 8,7

Subtotal 22,5 22,7 19,5

Fuente: Elaboración propia a partir de Figueiredo 2001, 2005 y 2008.

Cuadro5: Composición interna clases económicas en Brasil, 2003-2009 (%)

Clase económica 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009Clase A 3,6% 3,7% 4,1% 4,7% 4,7% 5,1% 5,1%Clase B 4,0% 4,0% 4,2% 4,7% 5,0% 5,3% 5,5%Clase C 37,6% 39,7% 41,8% 44,9% 46,9% 49,2% 50,4%Clase D 26,7% 27,2% 27,1% 26,3% 25,1% 24,4% 23,6%Clase E 28,1% 25,4% 22,8% 19,3% 18,3% 16,0% 15,3%

Total 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%

Fuente: Ver Nery (2008).

Page 220: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 220/226

  396

Cuadro 6: Posición de las clases económicas en la ocupación en Brasil, 2009 (%)

Categoría Clase AB Clase C Clase D Clase E

Sin empleo 2,1 3,9 7,2 10,1

Inactivo 30,5 34,8 43,6 48,1

Empleado agrícola 0,3 2,3 4,5 4,7Empleado doméstico 0,6 4,5 6,0 4,3

Empleado con contrato 21,1 23,0 11,8 4,3

Empleado sin contrato 4,9 6,8 6,7 4,5

Cuenta propia 11,9 11,9 11,0 11,1

Empleador 9,8 2,1 0,6 0,6

Funcionario público 16,8 7,1 3,2 1,6

 No remunerado 2,0 3,7 5,6 10,9

Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Ver Nery (2008)

Page 221: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 221/226

  397

Estructura social argentina

Cuadro 1: Composición interna PEA en Argentina, según clases y estratos sociales, 1947-1980 (%)

Clases y estratos sociales 1947 1960 1970 1980

Clases y estratos sociales rurales

Clase Alta 0,1 0,0 0,3 0,1

Clase Media Total 3,8 2,7 1,8 2,2

Clase Media Autónoma 3,6 2,6 1,6 1,0

Clase Media Asalariada 0,2 0,2 0,2 1,2

Clase Obrera Total 21,0 15,7 13,2 10,9

Clase Obrera Autónoma 6,6 6,7 5,4 4,9

Clase Obrera Asalariada 14,4 9,1 7,8 6,0

Sin especificar 1,5 0,9 0,6 0,0

Sub Total 26,3 19,4 15,9 13,1

Clases y estratos sociales urbana

Clase Alta 1,5 2,2 1,7 1,0

Clase Media 28,3 33,0 36,2 39,3

Clase Media Autónoma 9,8 11,0 9,5 10,5

 Empleadores 7,4 s/i 3,4 3,8

Cuenta propia 2,4 s/i 6,1 6,7

Clase Media Asalariada 18,5 21,9 26,7 28,8

 Profesionales en funciones específicas 1,2 1,3 1,9 2,7Cuadros técnicos y asimilados 4,4 4,5 6,1 7,6

 Empleados administrativos y vendedores 12,9 16,1 18,8 18,5

Clase Obrera 41,1 43,7 43,9 43,6

Clase Obrera Autónoma 9,7 10,2 12,6 15,2

Trabajadores especializados autónomos 3,6 4,7 6,8 9,3

 Empleados domésticos 6,2 5,5 5,8 5,9

Clase Obrera Asalariada 31,4 33,4 31,3 28,4

Obrero asalariado de la industria 15,8 16,3 16,7 12,7

Obrero asalariado de la construcción 3,6 4,2 5,7 5,4

Obrero asalariado de los servicios 11,9 13,0 8,8 10,3Sin especificar 2,7 1,8 2,3 3,0

Sub Total PEA Urbana 73,7 80,6 84,1 86,9

Total PEA 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente. Ver Torrado (1992).

Page 222: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 222/226

  398

Cuadro 2: Composición interna PEA urbana en Argentina, según clases y estratos sociales,1980-1990 (%)

Clases y estratos sociales 1980 1990

Clase Alta 0,9 1,2

Clase Media Total 47,4 38,0

Clase Media Asalariada 34,9 26,4

Clase Media Autónoma (Empleador y cuenta propia) 12,5 11,6

Clase Obrera Total 40,2 42,9

Clase Obrera Autónoma 6,6 8,3

Clase Obrera Asalariada 33,6 34,6

Estrato no clasificado precario 11,5 17,9Total 100,0 100,0

Fuente: Ver Dalle (2010).

Cuadro 3: Evolución de la estratificación ocupacional, conurbano Buenos Aires, 2000 (%)

Categoría ocupacionalOcupación Padre Ocupación Actual hijo

1965 1995Empleador/Gerente 1,8% 4,5%

Profesional nivel superior 2,1% 11,3%

Técnico 4,0% 5,2%

Empleados administrativos 14,7% 11,1%

Trabajadores comercio 12,3% 21,0%

Obreros, artesanos, conductor 47,5% 31,3%

Servicio personal y comercio marginal 6,6% 15,7%Trabajador agrícola 11,2% 0,0%Total 100% 100%

Fuente: Ver Kessler y Espinoza (2003).

Page 223: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 223/226

  399

Cuadro 4: Evolución PEA ocupada y desempleo urbano, Argentina, 1998-2009 (%)

Categorías

PEA Ocupada 1998 2002 2003 2009

Asalariados 72,5 71,8 72,7 75,7

 Formales 45,4 44,4 37,1 48,2 Informales 27,0 27,4 35,6 27,4

Patrones 4,7 3,6 3,5 4,4

Cuenta Propia 21,7 23,6 21,8 19,1

Trabajadores Familiares 1,2 1,1 2,1 0,8

Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Desempleo Urbano 12,8 21,3 17,4 8,8

Fuente: Elaboración propia a partir de Dalle (2010).

Page 224: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 224/226

  400

Estructura social chilena

Cuadro 1: Significación numérica de categorías sociales, 1971-2009.  En porcentajes de la

 PEA nacional .

Categorías sociales-grandes grupos(incluye cesantes)

Periodo (años)1971 1980 1986 1990 1995 2000 2005 2009

Empresarios agrícolas 0,3% 0,4% 0,9% 0,9% 0,6% 0,5% 0,4% 0,4%

Asalariados agrícolas 10,1% 6,5% 9,8% 9,5% 7,7% 7,2% 6,6% 5,9%

Campesinado y colonos pobres 8,3% 7,5% 8,1% 7,9% 6,6% 5,6% 5,3% 4,2%Resto PEA agrícola no clasificada en otrogrupo

- 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,2% 0,1%

Sub total categorías sociales enagricultura, silvicultura, caza y pesca

18,3% 14,6% 18,9% 18,4% 15,0% 13,4% 12,5% 10,6%

Empresarios no agrícolas 1,3% 1,4% 2,2% 3,2% 2,6% 2,4% 2,4% 2,2%

Sectores medios asalariados 18,4% 20,3% 21,0% 23,6% 26,4% 26,5% 28,9% 29,7%

Sectores medios independientes 7,8% 9,2% 5,7% 6,2% 8,1% 8,0% 7,9% 7,4%Artesanado tradicional 6,2% 5,2% 4,8% 5,1% 5,3% 5,3% 4,9% 4,9%

Clase obrera minera 1,3% 1,3% 0,7% 1,0% 0,8% 0,5% 0,4% 0,5%

Clase obrera industrial y de la construcción 25,8% 11,1% 10,0% 12,1% 13,2% 10,4% 10,9% 10,1%

Clase obrera del comercio y los servicios 7,4% 12,0% 11,9% 12,7% 13,1% 14,6% 14,7% 15,9%

Grupos marginales 9,6% 10,4% 11,9% 12,0% 10,8% 10,6% 10,4% 10,1%

PEM & POJH 0,0% 3,8% 4,1% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0%

Cesantes y BTPV 3,1% 10,4% 8,8% 5,7% 4,7% 8,3% 6,9% 8,6%

Resto 0,8% 0,3% 0,0% 0,0% 0,0% 0,1% 0,1% 0,1%Sub total categorías sociales fuera deagricultura, silvicultura, caza y pesca

81,7% 85,4% 81,1% 81,6% 85,0% 86,6% 87,5% 89,4%

Total100,0

%100,0

%100,0

%100,0

%100,0

%100,0

%100,0

%100,0%

Fuente: Ver Ruiz y Boccardo (2010).

Page 225: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 225/226

  401

Gráfico 1: Significación numérica de categoría social sectores medios asalariados, 1980-2009. En porcentaje de la PEA nacional .

1980 1986 1990 1995 2000 2005 2009

Sectores medios asalariados

públicos   8,6% 7,1% 6,8% 6,6% 7,3% 6,9% 7,2%

Sectores medios asalariados

privados  11,7% 13,9% 16,9% 19,7% 19,3% 22,0% 22,6%

0,0%

5,0%

10,0%

15,0%

20,0%

25,0%

 

Fuente: Ver Ruiz y Boccardo (2010).

Cuadro 2: Significación numérica de categoría social Sectores medios asalariados privados, 1980-2009. En porcentaje de la PEA nacional . 

Sectores medios asalariados privados

Periodo (Años)

1980 1986 1990 1995 2000 2005 2009Empleados de comercio 2,4% 3,0% 3,4% 4,2% 3,9% 3,8% 5,0%

Burocracia moderna servicios privados alta 0,9% 1,4% 1,6% 1,8% 1,7% 2,2% 2,3%

Burocracia moderna servicios privados media 1,3% 2,5% 3,1% 3,3% 3,7% 4,7% 5,0%

Burocracia moderna servicios privados baja 7,1% 7,1% 8,8% 10,5% 9,9% 11,3% 10,3%

Total11,7%

14,0%

16,9%

19,8%

19,2%

22,0%

22,6%

Fuente: Ver Ruiz y Boccardo (2010).

Page 226: Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones Pp.316 345 . Anexo Pp.393 402

7/26/2019 Ruiz 2013 . CapIV Pp.131 315 Los Caminos Del Neoliberalismo en Am Rica Latina. Tres Experiencias. Conclusiones…

http://slidepdf.com/reader/full/ruiz-2013-capiv-pp131-315-los-caminos-del-neoliberalismo-en-am-rica-latina 226/226

Cuadro 3: significación numérica de categoría social clase obrera, 1971-2009.  En

 porcentaje de la PEA nacional .

Clase obrera

Periodo (Años)

1971 1980 1986 1990 1995 2000 2005 2009

Clase obrera minera 1,3% 1,3% 0,7% 1,0% 0,8% 0,5% 0,4% 0,6%Clase obrera industrial y de laconstrucción

25,8% 11,1% 10,0% 12,2% 13,2% 10,4% 10,9% 10,1%

Clase obrera del comercio y los servicios 7,4% 12,1% 11,9% 12,7% 13,1% 14,6% 14,7% 15,9%

Total 34,5% 24,5% 22,6% 25,9% 27,2% 25,5% 26,1% 26,5%

Fuente: Ver Ruiz y Boccardo (2010).