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José Berenguer Sánchez RUMBO A PAROS Poesías Cortas (1965)

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José Berenguer Sánchez

RUMBO A PAROS Poesías Cortas

(1965)

COMO PRÓLOGO

En un lugar manchego -el nombre no se sabe-

vivió un tal Quijano que quiso ser caballero andante.

¿Su nombre? Don Quijote,

hombre fuerte y bueno. Si célebre es el amo,

lo es más su raro y rudo escudero.

Su historia inaudita, profunda y arrogante,

es el inacabado quehacer del corazón de un pueblo grande.

Corrieron por La Mancha

desfaciendo entuertos. Nobles servicios prestaron

con sus palabras y elevados hechos.

Su decir elocuente asombra al mundo entero,

lo mismo con su prosa que con sus felices rima y metro.

Con lo expuesto aquí os vais a un librero,

le compráis esa historia y cosa sabréis que son monumentos.

Y no, lector amado, cuantas luego te ofrezco,

que poeta no lo soy si bien lo pretendo hoy con mis versos.

No tomes por modestia,

lo digo por sincero, que poeta sólo nace

aquel hombre de corazón y aliento.

He aquí estas endechas prolongando mis versos,

que concluyen ahora dando a mi pobre libro comienzo.

POESIAS CORTAS

HOJAS PRIMAS

¡Cerros, prados, hojas primas de mi álbum!. Pardos cerros, verdes prados, ¡oh, cómo crecen mis pesares!.

Pardos cerros, verdes prados, ¡oh, cómo ríen los perales!. Cerros nobles sobre el llano, ¡oh, cómo cantan los arroyos!. Cerros nobles sobre el llano, ¡oh, cómo ríe el otoño!. Prados verdes, cerros pardos, ¡oh, cómo el perro quiere al amo!. Prados verdes, cerros pardos, ¡oh, pechos sois del gusano!. ¡Cerros, prados, hojas primas de mi álbum!.

PRELUDIANDO

Mis pensamientos se van, dejándome sus reflejos.

Mis pensamientos se van,

pero quedan sus recuerdos.

Están ahora tendidos a lo largo, en lo incierto.

A veces los veo flotando sobre el rió o el viento.

De la música el mundo ha invadido mi pecho,

y coplas para violas quieren escribir mis dedos.

¿QUIÉN SOY?

Sin preguntarme lo digo, vivo sin penas ni glorias

siendo mi estela la historia no impuesta. Yo no obligo.

Vienes, sin venir conmigo, por la misma trayectoria

y una estela ilusoria nos persigue. Tu consigo.

Nazco y muero de repente, metamorfoseándome voy de pretérito en presente.

En silencio doy consejos,

lector, ¿quiere saber quién soy?, el tiempo, mago complejo.

BALADA DEL CONTRABANDISTA

Si voy por la serranía mi jaca y mi trabuco

son mi mejor compañía.

Con miradas inquietantes mis perros, a cual más cuco, llevo siempre por delante.

Y vivo del contrabando a modo de pobre loco

que su vida va buscando sin temerle a la muerte, ni a la justicia tampoco,

enemigos ambos fuertes.

A mis perros mucho adoro, mi caballo es mi alegría,

si alguno cae lo lloro, porque su vida es la mía.

No piafes, tú no Lucero, ni te salgas hoy del trote, que duerme el carabinero como si fuera un lingote.

No hay por la serranía

acero tan bien templado como el de la faca mía.

En mi faja veinte años muy limpia se ha llevado,

que Dios sabe no hago daño.

La astucia es mi ataque si topo con mi enemigo, y hasta ahora doy jaque.

Aunque me vengan siguiendo alijar siempre consigo

y vamos todos viviendo.

A mis perros mucho adoro, mi caballo es mi alegría,

si alguno cae lo lloro, porque su vida es la mía.

No piafes, tú no Lucero, ni te salgas hoy del trote, que duerme el carabinero como si fuera un lingote.

SEGUIDILLAS Tú no lo digas, Marta,

tú no lo digas, que tres lunares tienen

tus pantorrillas. No los he visto,

me lo ha dicho tu novio, que es muy listo.

El médico me ha dicho

que no me “ajume”, ni que tenga mujer

y que no fume. Si yo lo sigo,

¿no es mejor, chiquilla, pegarse un tiro?.

Yo quisiera saber

por qué a la suegra todo el mundo le achaca

ideas negras. No lo sabré,

porque sea muda y ciega la buscaré.

En el pecho tenemos

el corazón, en la lengua, si el larga,

la perdición. Si mal pensamos,

aunque ella lo calle, hemos pecado.

La mujer, cuando quiere

de corazón, es que el novio tiene

más del millón. Si él la deja,

para casarse pasa ella las negras.

Tras dos galgos volaban

sendos conejos, porque ambos huían

de otros perros. Del enemigo

huyendo siempre vamos por el seguido.

Si te vas para siempre

no me lo digas, ni tampoco a mis gentes

tú las maldigas. Seré dichosa

si tu boca no dice que soy tu esposa.

Chiquilla, dame un beso,

yo no lo digo, ni a nadie diré, niña,

que fue de amigo. Tengo jurado

ser para mis tus besos papel mojado.

Otra vez trajo el cura

otra criada, de la que dice el pueblo

cosas saladas. Como el la estima,

todo el mundo piensa que es su prima.

Es la música un arte

que si nos pica, del alma parásito es

que mortifica. Por eso es sano

no poner tales métodos en nuestras manos.

De la música esclavo

se hace el hombre, si abriga su pecho

dulce amores. Si amor no siente

quien oye su dulzura, pronto lo enciende.

¿Quién dijo que música

y literatura son hermanas gemelas

de la locura?. Si esto es cierto,

no se cómo hay tantos que andan sueltos.

LA INVENCIBLE

Allá fue la Invencible, asombradora de mundos, regio poder tremebundo

de un pueblo incontenible.

El combate es horrible y de aquel mar profundo

el temporal iracundo hace la lucha imposible.

Brama el viento, truena el rayo

y vomitan los cañones hierro y plomo sin desmayo.

Regresan sin ilusiones

de muchas algunas naves. Lo demás, ¿quién no lo sabe?

¡QUE LECHO TAN CLARO!

Tienen las estrellas en el sol su calma, las noches de plata

con la luna duermen, que la luz las ciega

como el mismo rayo. ¡Qué lecho tan claro las estrellas tienen!

Al venir la noche alborotan todas

danzando, celosas, nobles rigodones, que la luz las ciega

como el mismo rayo. ¡Qué lecho tan claro las estrellas tienen!

MI BARQUILLA

Ya navega por el lago la barquilla de mis años con su vela, o sus remos, mas alegre

que un jilguero.

En el lago, cuando niño,

yo bogaba como mi sino arrastrando

a la orilla vanidades de la vida.

En los brazos

hechiceros de este mundo y del tiempo, sobre el lago mil lecciones

recibieron mis amores.

Y si el lago se rizaba,

mi barquilla en sus aguas espumosas una estela ella hacía

con el remo.

Fue mi dicha la esperanza,

joven siempre, como el hada, siempre dulce, clara y fresca, más luciente

que la estrella.

Y mi barca, grave y vieja,

en la orilla placentera, ahora vive

(mas bien duerme) abrazada

con la muerte.

EN EL TECLADO

Tristona esta la noche y vuelan las hojas secas cual lechuzas diabólicas

y allá, muy lejos, ruge la tormenta, y en un piano de cola,

con lágrimas de endechas, tocan tristes romanzas

los gráciles dedos de una princesa.

Contra el rigor del hado y adornando sus penas,

vive ilusionada por la influencia de músicas tiernas,

lleva dentro del alma resonar de azucenas,

que fraguan los primores del regio amor que loca espera.

AMBROSIA DEL GUSANO

Los hierros de tu ventana tienen un caudal prisionero, la canción que tu nos cantas

con ese tu lindo cuerpo, que porfía con el nácar,

siendo arquero, Dios, tus ojos, tus pechos, deltas de oro cubiertas de esmeraldas.

Tu luz alumbra a la Luna, el Sol no puede mirarte,

pues eclipsa su hermosura cuando te pones delante,

que tu cuerpo es un tesoro de líneas voluptuosas,

recogiendo en lo ignoto fascinación seductora.

Lo cimbreas cual palmera impaciente en el desierto, deseando que sus penas las recoja noble viento.

Niña, como perla en su ostra, al chasquido de tus besos

la música toma forma en tu alma y en tus senos.

Arquero, Dios, son tus ojos,

tu boca, un jazminero, tu cuerpo, ese tesoro

que se pierde en el tiempo, porque los cuerpos humanos

terminan siempre en eso, en festín para el gusano. Y decimos: Si, ¡te quiero!.

EN MI JARDÍN

Un querubín

canta de noche en mi jardín.

¡Ay!, jardinero, deja que cante

que estoy queriendo.

Yo lo sentí ayer llorando en mi jardín.

¡Ay!, jardinero,

dime que si, que cuando llora,

llora por mí.

Su dulce esplín cantan las flores

en mi jardín.

¡Ay!, jardinero, deja que canten

que estoy queriendo.

Yo las vi ayer llorando en mi jardín.

¡Ay!, jardinero, dime que sí,

que cuando lloran, lloran por mí.

En mi jardín

canta la alondra y el chamariz.

¡Ay!, jardinero, deja que cante

que estoy queriendo.

En mi jardín ayer llorando yo los sentí.

¡Ay!, jardinero,

dime que sí, que cuando llora,

llora por mí.

DOS SUSPIROS

Si al cielo miro, nada me noto de santo,

pero si suspiro de divino tengo algo.

Si al suelo miro,

la verdad en él encuentro, entonces suspiro

recordando a los muertos.

¿.......?

Un curioso comentaba: La mujer nos da disgusto y el amigo un gran susto

al tenernos que pedir.

Si a ella no atiendes ni le prestas al amigo, nunca estarán contigo y hablaran mal de ti

MARINERO, MARINE

Allá, en la orilla, la blanca espuma canta, perfuma y alegre brilla.

Como ardilla con una bola,

juegan las olas con mi barquilla.

Marinero, mariné,

yo primero embarqué.

Sobre la brisa, mi marinera

manda a mi vera sonora risa.

Boga deprisa tú, marinero,

que verla quiero antes de misa.

Marinero, mariné,

yo primero embarque.

Ella embarco, ¡Ay!, marinera, no salgas fuera. Y el mar rugió...

Ya zozobro.

¡Que mala estrella!. Ahora sin ella, adiós mi amor.

Marinero, mariné,

¡que sólo me quedé!

CONSEJO EFICIENTE

Pidiéndole consejos, puse carta al cura

y en mi mente perdura el dado con despejo.

Si precisa perdón,

ten tú presente que para el buen creyente

ser bueno es lo mejor.

PLAGIANDO A LOPE DE VEGA

Es difícil el soneto, facilito el sonetillo.

-Es alegre, como el grillo- nos dijo cierto cateto.

Ya formamos un cuarteto

y nos pareció sencillo. Demos a este brillo

que vienen ya los tercetos.

El primero se presenta, sin haberlo aun formado,

abreviando nuestra cuenta.

Con rumor de sonecillo al segundo hemos llegado

dando fin al sonetillo.

EPIGRAMA

Cierto cliente muy ladino, al tendero preguntó:

- ¿Cuántos gramos tiene el Kilo? - Novecientos –contestó

el tendero distraído.

AMANECERES Cuando viene la aurora,

nacarando las nubes, el sol alegre sube, canta, ríe o llora, según requiéralo el día.

La esquila de la ermita

reza el Ave María.

El pobre ruiseñor, sin tregua su garganta, tierna alborada canta cuando viene el sol trayéndonos el día.

La esquila de la ermita

reza el Ave María.

En el tranquilo prado, pastan lindos corderos y cantan los jilgueros -trinos y arpegiados- diana al nuevo día.

La esquila de la ermita

reza el Ave María.

Allá, en el pueblecito, renace la tarea

y el hombre se recrea, sin pegar un grito,

con el quehacer del día.

La esquila de la ermita reza el Ave María.

EL TARTAMUDO Y EL LORO

Por no tener trabajo un obrero campesino,

sueña con emigrar, yendo mustio tras lo desconocido.

De proletario rudo

su hado lo torna rico, vuelve hecho indiano

y trae su pacotilla loro lindo.

El habla cambia el loro por silencio inaudito, pasando a un pajarero

famoso y ricamente establecido.

Entra un tartamudo que quiere un pajarillo. - ¿Cuánto vale un loro?

pregunta. Ese tan verdecito. - Vale dos mil reales. - Le doy el precio fijo.

En esto el loro charla con acento ronco y compungido.

- No lo quiero ni dado, agregó sorprendido.

Al escucharlo el loro,

arrogante lo mira de hito en hito. -Escucha, tartamudo,

el loro ahora dijo, hablo mejor que tú,

y si no, que me corten...los dos picos.

PIROPOS A MI NIETA

CARMEN LOLA

Ahí (en Los Realejos), hay mil flores de lindos colores,

pero tú sola más brillas que todas.

¡Mi nieta mimosa,

carita de rosa!... De rosa encarnada y aterciopelada.

Es una plegaria mi nieta canaria. Con paso de isa

va siempre a misa.

Su cuerpo entero derrama salero.

¡Qué lindo y precioso su talle garboso!

¡Lucero chiquito luciente y bonito!

tienen tus ojos los párpados rojos, y tienen miradas

de ninfa y de hada.

Parecen tus risas murmullos de brisa, y tienen tus labios decires de sabios.

Tu boca chiquita,

qué fresca y bonita, ¡ay!, tiene tu boca mohines de loca.

La noble paloma por otra te toma,

que dicha y calma derrama tu alma.

¡Mi niña mimosa,

carita de rosa... Te envidian las flores

y los ruiseñores, y los azahares

y todos los mares. Tu eres bendita, canaria bonita.

RIO ABAJO

Río abajo va esa duda del por qué de nuestra vida;

quisiera saber si a la mía el viento alas le da.

Mis ojos la van observando alejándose de lo incierto

de aquí, donde vivir no puedo pensando en el más allá.

Río abajo van mis pesares dejándome solo recuerdos, que luego se irá perdiendo

como el río en el mar. Alejándose de nosotros

hacía el mar va caminando, sin saber él a donde va. Río abajo va esa duda que el viento alas le dá

MORDENTE

Dijo una pluma elocuente: De progreso no me hables

mientras manden estas gente: Médicos, jueces y frailes

que se tengan por clementes.

A CUALQUIER JOVEN

Rosario de plata es la vida, sus perlas producen la muerte.

Lo rezo, tan solo por verte, con calma. Lo presto se olvida.

Para no ser aborrecida,

con prisa no anhelas la suerte- Por eso yo juzgo quererte

tranquilo. La prisa es temida.

Asómate, niña, a mi fuente. Dime, el agua, ¿duerme callada?

¿Es un espejo transparente?

Siendo por mí siempre amada, de veras convencerte intento

que me ames mucho, pero lento.

A LA OROTAVA

Como el nácar de la ostra está bruñido tu lecho;

con el coral de tu cuerpo tiñe el sol tus casonas.

Y doran con sus destellos

el matiz de tus rosales, y la isa, tus cantares, aleluya son del cielo.

En el cristal de la aurora se fundió tu valle excelso con besitos de palomas.

Y Dios está satisfecho

por verte aun más hermosa que la reina del Carmelo.

LA LUNA DEL MARINERO

La luna del marinero se enamoró

de un precioso lucero que le guiñó.

Marinero, deja de remo bien ligero,

que a la luna yo me temo importunas tu manera hechicera de remar.

II

La luna del marinero un beso dio

a su amante, al lucero que se entregó.

Marinero,

deja el remo bien ligero,

que a la luna yo me temo importuna tu manera hechicera de remar.

III

La luna del marinero llorando está

porque el malvado lucero no ha vuelto más

Marinero.

deja el remo bien ligero,

que a la luna yo me temo importuna tu manera hechicera de remar.

CONSEJO

Escuche, joven lector. Quiero darte un consejo. No discuta con los viejos.

Concédele la razón. Siendo así mi intención

porque lo hice y no me quejo, sirviéndome ahora de espejo

para ver mi instrucción.

TRES SEÑORÍOS

Amor, árbol, río, en uno tres mundos notable y fecundo su gran señorío.

Promesa de hada

el río nos deja cual mansa oveja

que va a su majada.

Salud y riqueza el árbol nos da;

más de esa bondad nació su nobleza.

Amor, luz de Oriente

que alumbra el camino do va nuestro Sino

buscando el Poniente.

Amor, árbol, río, en uno tres mundos notable y fecundo su gran señorío.

SEVILLANISMO

El río Guadalquivir es un acuoso reptil

más precioso que el jazmín.

Como lujosas barquillas, aceitunas manzanillas

bajan por sus mansas orillas.

Manzanillas o “gordales”, preciosa como corales y verdes como trigales.

Como cacareo de granjas bajan las dulces naranjas

formando arabescas franjas.

Con saltos de camarones y raros como tritones

vienen los agrios limones.

Tirados por mariposas vuelan barquitos de rosas

a cual más linda y hermosa.

Olor de clavo el río expele cuando bajan los claveles sonando sus cascabeles.

Cuando pasan por Triana estas cosas tan galanas

repican dos mil campanas.

Mira, chiquilla, blanca mantilla ponle a Sevilla, que trae el río

de fruta un surtío, de flores, navíos.

Virgen del Rocío,

capullito mío, ¿las has bendecío?

Cuando pasan por Triana

estas cosas tan galanas repican dos mil campanas.

¿Verdad, preciosa gachí, que el río Guadalquivir vale más que un Potosí?

SINCERIDAD

Hablando con sensatez, nos ilustró un abogado:

Casi siempre, el cien por cien de los pleitos son ganados por quien lo debe perder.

REGALOS RECIPROCOS

En bandeja de plata me ofrece el tiempo

ambición de ir viviendo con mi lucha de nácar.

En bandeja de plata le regalo al tiempo,

además de mi cuerpo, la eternidad de mi alma.

Con las manos cruzadas

sobre un paralelo, va y viene el tiempo

regalándome lágrimas.

Con las manos cruzadas mi alma y mi cuerpo

regalan al tiempo lo que ansían las Parcas

EL Y ELLA

- Anda, dame esa rosa que está en el suelo.

- Mira, que te equivocas. Es un pañuelo.

- No, niña, es una rosa y no un pañuelo.

- Escucha, no estoy tonta. ¿Estás hoy lelo?

-Pero, muchacha, qué terca. Coge la rosa.

- Ay!, qué boquita tan fresca. Tu tienes cosas... Ni es una rosa,

ni es un pañuelo. - Cógela. No seas tonta.

- No seas tu terco. ..................................................

Charla que charla, en cháchara van discutiendo ambos sexos,

olvidando aquella fábula de conejos y sabuesos.

EPITAFIO

Aquí yace don fagot,

músico pobre y honesto que acompañó a los muertos

porque el cura le pagó.

CANTO A EUTERPE

Contentísima lira desgrana canciones,

porque Euterpe viene regando flores.

De dulce arpa el acorde brote

siendo sus notas cual oraciones, claveles y rosas

de varios colores, porque Euterpe viene

regando flores.

Viertan perlas ellas con sus canciones.

Que cantos amenos maticen y borden mil voces celeste de día y noche ,

porque Euterpe viene regando flores.

Al nacer el día la aurora retoce ,

y , en las altas ramas pájaros cantores sus luces alaben

con sus ricas voces porque Euterpe viene

regando flores.

Y lirios lluevan desde los balcones,

porque Euterpe viene regando flores.

A DOLORES

¡Oh, Dolores, que linda, acariciante y melosa;

dócil, suave cual la brisa; inquieta cual mariposa!

¡Oh, Dolores, querida,

que cuando canta parece suplicar: No me olvides, lira ...

no; que mi pecho mereces!

La inmensa melancolía de la náyade celosa,

mansa Dolores sufría.

Y acariciante y melosa, ella inquieta vivía

su lucha de mariposa.

RIFEÑO Y YO

La vida de mi niñez, como la recuerdo.

Estando lejos, parece cosa de ayer.

Entonces, no sé por qué,

creo que por juego, pegaba a “ Rifeño “ con palo o cordel.

Ocurre hoy al revés:

es mi compañero, sin dudas el más bueno

y ciertamente el más fiel.

El pobre, ducho lebrel, bebe en mis adentros

las aguas de mi querer.

DE RONDARLA VENGO De rondarla vengo y estoy contento.

Con alas voladoras mi corazón la adora

y estoy contento.

Me dió un rosal morado por sus manos sembrado

y estoy contento.

Si le hago compañía, luce sereno el día y estoy contento.

Sin tenerla presente mi espíritu la siente y estoy contento .

Un beso le pedí,

se turbó y dijo, Sí. Y estoy contento.

Como deuda quedó, porque no me lo dió

y estoy contento.

Muchos besos quisiera que sus labios me dieran,

que de rondarla vengo y estoy contento.

RESOLUCIÓN

Desde su fuente al mar serpenteando va el río; desde su pecho al mío cuido vino a animar.

El río baja a morir

entregando sus arenas. A él arrojé mis penas para pensar solo en ti, y cuando era dichoso

con tus besos y caricias, cuando toso era albricias ,

mi amor te fue odioso.

Con desdén inaudito mi vida has fustigado

como si fuera un malvado que siente del mal prurito.

No sabiendo lo que has hecho, no debo; no, condenarte, debo, mujer, perdonarte porque te llevo en pecho.

Por no haberte olvidado, vivirás siempre conmigo disfrutando mi castigo en la cárcel de tu lado.

DE FLOR EN FLOR

De flor en flor va nuestro hado

al rededor de los fracasos, por la ambición que no logramos

y al escozor del desengaño.

En cada flor

fácil hallamos honda pasión ; algo mundano

y seductor ; ese regalo

de la ilusión de un bien soñado.

Por cualquier flor vamos buscando

fama y loor, zoilos halagos, la inspiración

sin fines prácticos; luces de un sol turbio, velado.

De flor en flor libando vamos pidiendo a Dios

salud y años y hasta perdón para el pecado. Y, ¿cómo no?

si somos malos.

OBLACIÓN

Viviste cual mariposa juguetona, seductora, vehemente tentadora

y por demás revoltosa, que mató con sus colores

a las infelices flores que le pidieron amor.

Pero siendo ya otra cosa por no poder presumir,

vuelvo contento a ti al dejar de ser hermosa, ofreciéndote mi pecho,

por tu pasado deshecho, que jamás él te olvidó.

BECQUERIANA

Estarlo viendo parece... que sucede ahora mismo.

Siendo ambos tiernos niños, se iba huyendo al verme

porque le echaba requiebros tan bonitos como lirios. Yo, rosales sin espinos

le sembré en mi ardiente pecho...

¡Parece estarlo viendo...! ¿Qué fueron de mis piropos

cuando la vieron mis ojos tras la reja del convento? Tristezas y desconsuelos que grabaron sin encono, al perderse aquel tesoro, los buriles de mis sueños.

EL VIOLIN

Son sus notas briznas de rosas;

su esbelto mástil, cuello de cisne; su caja, vientre de diosa;

su voz, alegre o triste, la más timbrada y melosa.

El presta al oido dulzura

y vida a los corazones muertos; las almas dolidas él cura

con bálsamos de sus contentos al flotar sobre el aura pura.

Cuando su cantar alegre trina

o cromático ya desciende, pétalos de fragantes azucenas

sus giros me parecen; mas si borda longa fermata con notas de fuego o nieve,

como la ninfa el bosque en mi alma se pierde.

Cuando su ameno cantar cena, que en la oscuridad duerme, para mi este mundo acaba,

pues me recuerda la muerte.

PERCANCE DE CAZA

Apuntando a un gazapo falló el disparo,

escapando de milagro.

Mal herida fue mil galga enamorada.

Dando salto me ladraba.

En peso su cuerpo tomo y junto a un olmo

yo cavo profundo hoyo.

La galga allí descansa enamorada

y yo no puedo olvidarla.

AMOR IMPOSIBLE

Imposible nuestro amor. ¿Por qué nunca pude amarla,

por que nunca me besó? Al fin pude olvidarla.

En conjunto fue muy bella .

Su carita de paloma de la luz su gracia toma; pero jamás me agradó

Mucha fue su donosura

cuando por mi se disloca; pero, Dios mío. qué boca.

hasta de Ti mal habló.

De víbora era su lengua. Elogiando molestaba y por gusto criticaba a su propio corazón.

MIL NOTAS

Mil notas longas, ¿tu sabes? susurradas por el arpa, se besaron con la noche,

donde moran nuestras almas.

Mil notas de “pizzicato” o por el arco arrancadas, sobre el espacio mueren,

donde moran nuestras almas.

Mil notas cantando versos en corcheas, negras y blancas,

volaron raudas al cielo, donde iran nuestras almas.

Mil notas cantadas todas por fagot en triste gama,

nos llevará a la tumba al huir del cuerpo el alma.

SOLEARES I

Ayer, a su entierro fui. Llevábanlas cuatro rosas

y por clero un jazmín.

II

¡Cristo de la Veracruz, dile que estoy sufriendo... eso, que estoy como Tu!

III

Tienes la lengua como la luna,

que crece o mengua.

IV

¡Mira si eres mala, que ni aun siendo bonita,

nadie te mira a la cara!

MI MUSA

Mi musa , pobre azucena , durmió con , pastorcillo.

Morfeo , que noche tan buena .

¡Que bien canta el caramillo en lecho de luna plena perfumado de tomillo!

Si cayó en , amantes brazos ,

no me matara la pena , porque de sus tiernos abrazos no me oprimen las cadenas ; aunque duerma en su regazo

no se me inflan las venas .

¿Qué mi corazón suspira si esta de versos sediento?

Descansa el estro de mi lira y en mi alma otra vida gira

aprovechando esos momentos .

Mi musa , pobre azucena , con lindo zagal durmió . Por ésta onírica escena que Morfeo les deparó ,

¡Dios mío , qué tan buena mi pecho , sin musa , vivió!

LA NIÑEZ

Esa cándida prudencia , esa angelical ternura ,

esa dulce y rara ventura , producto es de su inocencia .

Apenas tiene conciencia

cuando comete diabluras . No sabe de social altura , pero vive con decencia .

Desconsuelo no es su llanto

y alegría es su risa , por eso vive sin prisa .

Tiene su vida encantos

que van desapareciendo al ir el niño creciendo .

FRANQUEZA

No quiero . No quiero comer manzanas .

Quieren tus ojos , el uno y el otro , volverme loco.

Y me guiñanan .

No quiero .

No quiero comer manzanas .

LA LUNA MADRE

La luna , por occidente , con cuernos largos ,

busca al cuarto creciente enamorado .

Me quiso la luna amar ,

darme su mano , çy por mi frente ella va aun suplicando .

De la luna yo seré

lucero amado , si me ofrece el Edén

puro e intacto .

La luna se hizo dueña de mi granero .

Bajó luego la cigüeña desde su cielo .

Ahora lava en el mar

pañales blancos . ¡Qué alegre mi luna está

si está lavando!

A ORFEO

Plegarias y oraciones de azucenas y azahar ,

van rezando los Pisones con sus alas de cristal

Viento de Este sopla

en la hoguera cenital , silbando sus bellas coplas de espumas blancas y sal .

El ciclón es imponente ,

ruge furioso huracán buscando a Occidente ,

que aliento al mar le dá .

Orfeo el líquido cielo solo se atreve a surcar

en la barca del desvelo , con la cabeza hacia atrás .

Desvelado de su sueño de exacta diafanidad ,

Orfeo se nombra dueño del acordeón del mar .

De sus flautas cantos verdes

buscando al alma van y en la inmensidad se pierden

sin temor a naufragar .

Con su cantar arrogante hacia el misterio el va con aspiración errante

tras la Fuente Original .

Con las liras de las sirtes , barcarolas canta al mar copiando , las que oirte aprendió con ansiedad

MADRIGAL A LA PANDERETA

En mis manos tengo , odalisca hermosa .

En un yunque tu cuerpo de piel sonora .

Tus sonajas de plata mis oídos refrescan

como fuente de patio con luna llena .

Tu prefieres los ritmos de las coplas antiguas .

siempre estoy a tu lado , preciosa niña .

Porque eres redonda yo te tengo por luna . Esa luz de tus risas ,

¡como alumbran!

Todas estas angustias yo quisiera fundirlas para luego dorarlas

con tus sonrisas .

DIALOGO

Campanitas sonantes llena unas estrellas , en los dedos anillos con ricas piedras .

-¿Dónde vas , estrellita ,

tan linda y tierna?

-No voy , no ; ni vengo , estoy de espera .

-¿A quien tanto aguardas ,

preciosa estrella?

-A los hombres sinceros dueños de penas .

-En el pecho , ¿qué pones

cuando confiesan?

-Las cuitas de los mismos que lloriquean.

-¿Qué dice tu boca para sus quejas?

-Pues que esperen de Dios

la vida eterna .

-¿Por que miran tus ojos de esa manera?

porque amargo llanto oigo en la tierra .

-Si , la tierra está lejos ,

¿cómo llegar?

-Por las ondas divinas a mis antenas.

- - ¡Encendida de amores

están tus venas!

-Si ; las cosas terrestres mi pecho queman .

-¿Pensamientos tan tristes

son cosas vuestras?

-Cuando amor solicita una princesa .

-Adiós . Soy la luna ,

ahora llena .

-¡Copa de vanidades es tu carrera!

Campanitas sonantes lleva una estrella ,

en los dedos anillos con ricas piedras .

SOLILOQIO DEL PINTOR

Esto que mis ojos miran, por el transcurso del tiempo

obra es de los elementos para el pincel que suspira.

Siendo notas de una lira, gozoso llevaré al lienzo,

prestándole aquel aliento que da el sol que lo gira

No; no protestar las flores porque copie sus colores, ni el árbol por su verdor.

Del paisaje son abejas los pinceles del pintor.

Dime, flor, ¿por qué te quejas?

ROMANCILLO DEL

CAPULLITO

Capullito tierno, cariño mío,

entre tus besos me dices: dice:

tengo un nido.

Capullito tierno, dime, tu nido,

¿es de música y flor? ¿Flores

de tu cariño?

Capullito tierno, de amante rosa,

haz con besos tus frases, frases

que en tu alma flotan.

Capullito tierno de hojas blancas,

¡qué lindo es tu verde! ¡ Verde

de linda esmeralda!

Capullito tierno, entre las nubes

blanca paloma vuela, vuela

y al cielo sube.

Capullito tierno, deja el suelo

para pedir a Dios, Dios,

llévame al cielo.

Capullito tierno, dulce vergel,

¿nuestro amante nido, nido,

lo tejió El?

Capullito tierno cariño mío,

dame tu los besos, besos,

ante el Dios Trino.

,

COSA EXTRAÑA

He aquí verdad extraña. En una pobre espadaña, brava higuera fruto dió.

¿Cómo pudo darse maña? La repuesta es de Dios.

CONTRASTES DE LA MUSICA

La música Dios hizo con el verbo de su obra.

de ahí que todo cante con llanto o carcajada de Jota.

Cuando del pecho surgen

apasionadas coplas, conciertos nos parecen

desde el edén dado por voz preciosa.

Cuando el sepulturero cava y el ciprés llora, final es de concierto

de esta vida e interludio de la otra.

Cuando el sol acaricia a la humilde choza, es música que canta

por entre los trigos las amapolas.

Cuando el rayo se agarra furioso a la roca,

es música de réquiem por el alma cantora de la alondra.

Cuando el viento duerme

con la celeste vóbeda, ¿Dios mío, qué contraste

con la música que cantan las rosas.

Cuando el viento brama empujando a las olas, es música arpegiada

por las furias con puñales y antorchas.

La música Dios hizo con el verbo de su obra,

de ahí que todo cante con llanto o carcajada de Jota.

LAS TRES GRACIAS

Bailan los mozos en la plazuela llena de tilos

y sombras frescas.

Durante el baile, diálogos breves

con las tres gracias los mozos tienen.

Este

¿Qué guardas en tu pecho,

linda doncella?

Ella

Dolor de un pecado de primavera.

Ese

¿Qué tienes en tus manos,

rubia princesa?

Ella

Del manzano semillas y hojas de higueras.

Aquél

En tu pensar, ¿qué tienes, trencitas negras?

El

Dulce sueños de Adán bañan mis venas.

Esta

¿Quieres llegar a donde

lo hace el dolor?

El

Quiero si él me trae sed de amor.

Esa

Detrás de mi sonrisa

vive una flor.

El

Rubia, si es la de Loto la quiero yo

Aquella

Telaraña armónica es mi color.

El

Cuando sueño con Eva me encanta el sol.

LA TORRE SIN CONVENTO

(*)

Esta torre sin campas llena de años y prudencia, dueña de gran experiencia,

espera triste mañana, que sus pies se debilitan y sus muros enflaquecen y la incertidumbre crece

y la zozobra la irrita.

Ella, que ayer anunciaba el salmo siempre sonoro

y los cánticos del coro del templo que tanto amaba, por sus líneas armoniosas, orgullo fue del convento,

más también de aquel momento de esta Villa deliciosa.

Como nido de cigüeñas,

ella vive siempre inquieta y como está sin veleta,

hasta el viento la desdeña, ¡que nadie mira por ella!... Las cigüeñas si la adoran

pues a los vientos imploran la conserven fuerte y bella.

Por sus cajas nadie asoma, urdiendo por sus entrañas:

telas grises las arañas, tiernos nidos las palomas

y amenaza ya ruinas y caer tendrá su cumbre

y siembra la incertidumbre en las casitas vecinas.

Los guiños de los luceros, linda torre mercedarias,

ritmos son de las plegarias de aquellos frailes austeros.

(*) Hoy Mercado Público de Rota.

TRES CANCIONES INFANTILES

I

Yo soy la viudita del conde Laurel. El luto que llevo lo tengo por é.

Quisiera beberme un baso de miel.

Memorias tan dulces

yo tengo de él, y quiero morirme por serle más fiel.

Quisiera beberme un vaso de miel.

Que besos me diera mil trescientos tres,

para recordarme la luna de miel.

Quisiera beberme un vaso de miel.

Pienso en casarme

sin tener con quién.

¿No es dicha bastante gozar de un querer?

Quisiera beberme un vaso de miel.

Prefiero un judío de origen inglés,

que tenga caudales en Banco francés.

Quisiera beberme un vaso de miel.

Quisiera un novio que fuera francés, tan rubio su pelo como el doublet.

Quisiera beberme un vaso de miel.

......................................

La linda viuda

del Conde Laurel consigue un novio;

pero portuguel, tan rubio su pelo como el doublet,

teniendo caudales en Banco francés.

¿No es dicha bastante

gozarse un querer?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

II

Al pasar la barca me dijo el barquero:

El verano se pasa mejor con sombrero, sentada en la popa de blanco velero.

¿Ay, Manolé,

qué bonito y gracioso que es usted!

AL pasar la barca

me dijo el barquero: ¿Dónde vas tan sola, sin tu compañero?

Yo le contesté: ¡Ay, barquero! Alos pinos voy

a ver a un lucero que da unos besos

con gusto hechicero.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

III.

¡Ay, quién fuera tan alta como la luna,

ay, ay, como la luna,

para ver a un soldado en Cataluña!

ay , ay . en Cataluña!

En la mochila tiene muchos recuerdos

ay , ay , muchos recuerdos ,

pero en el pecho guarda mi vida y sueño

ay , ay , mi vida y sueño .

En Cataluña , madre ,

tengo un tesoro ay , ay ,

tengo un tesoro guardado en el pecho del que es mi novio

ay , ay , del que es mi novio .

Que tiene los ojos negros como el demonio

ay , ay , como le demonio , pero carita tiene de san Antonio ,

ay , ay , de san Antonio .

Y su garganta suena

como el órgano ay , ay ,

como el órgano que por la Alhambra vuela

con cantar moro . ay , ay ,

con cantar moro .

¡Ay , quién fuera tan alta como la luna ,

ay , ay , como la luna ,

ay , ay , como la luna ,

para ver un soldado en Cataluña .

ay , ay , en Cataluña .

COSA DE LA HONRA

El valor de la honra a muchos atormenta, robándose por vicio

aún teniendo rica y segura mesa.

Vemos al ladrón ni viviendo en cueva, y a la viuda honrada

extinguiendo amorosa sus penas.

Todos cuantos se afanan por llevar vida honesta, sin matar, buenamente,

muy fácil pueden hacer america.

En barro vive el hombre por culpa de la hacienda

y la ambición tirana de una vida mejor por cuanta ajena.

PAISAJES

En mañanas claras, desde la altura,

las montañas parlan con las llanuras,

tornando en canción a cosas tantas

que luego el sol lleva a las plantas.

Miel de luna beben

todas las flores cuando el sol clemente

nos da amores con su gracia eterna

y besos suaves, formando la niebla para cuanto él sabe.

Viene las mañanas

por santa orilla dándole al alma sus maravillas

y exhalan suspiros con los abetos

de algún sotillo analfabeto.

Escucho el romance del manso arroyo,

de canoras aves y de sus pollos;

romance gracioso con honda tristeza

en su propio fondo, donde el ritmo cesa.

POEMITAS CORTOS

Estas estrofas santas, al pasar junto al río

lleno de paz románticas, me cantó el hado mío

con timbre que encanta.

(Del libro del tiempo la tierra es autora, y todas las cosas

son hojas del cielo.)

I .

En las tardes brumosas, con sed de sexo, canta

la cigarra achacosa, sin cesar su garganta, sus pasiones fogosas.

II

Está triste el prado y la luna de broma.

El arroyo, amargado, ahogó la paloma

del papito dorado.

III

El moral no da mora ni ciruelas el ciruelo. La ermita no llora, pero eleva al cielo oración redentora.

IV

Rosas divinas y bellas de mi valle tranquilo y apagadas estrellas del caudaloso Nilo,

decid, ¿dónde está ella?

V

Sois flores de amor. Si los niños os cortan por ser alma y flor, poquito os importa

las romanzas de olor.

VI

Noche de luna llena con una sola sombra, busco en ti la morena cuyos besos asombran como son de sirenas.

VII

Campanadas perdidas entre nubes de seda,

se quedaron prendidas donde siempre se quedan

las verdades sentidas.

(Del libro del tiempo la tierra es autora, y todas las cosas

son hojas del cielo.)

SIN AMOR

No quiso bajar la alondra al río, ni quiso cantar

a su amor ni al mío por tanto esperar.

¡Ay, ay, ay, Dios mío!

La dulce quimera de mis amoríos

cual cebo la esperan los peces del río.

Su cara es de cera,

¡oh!, no; de marfil..., y esbelta palmera de cuerpo gentil

la nuña hechicera.

¡Qué, linda su boca de gráciles rasgos! Sus dichos de loca

manchaban sus labios. Su alma fue roca.

¡Que negros sus ojos!

-Lucientes luceros- ¡Que duro el enojo

de aquel! - ¡ No te quiero ¡ sembrado de abrojos.

Con voz armoniosa su cuerpo me dijo muchísimas cosas que luego desdejo con voz enojosa.

Y mi corazón

no pudo aprender tan fácil lección, por eso hoy sé

tan poco de amor.

¡Ay, ay, ay, Dios mío! La dulce quimera de mis amoríos

cual cebo la esperan los peces del río.

No quiso bajar

la alondra al río, ni quiso cantar

a su amor, ni al mío, por tanto esperar.

UN PINCHAZO

Cuando una rosa cortaba, por descuido, me pinché; ¡ay!, cuando yo sangraba, ¿por qué de ti me acordé?

Tu cuerpo es aquel rosal que todo el que lo toque

de él se acordará.

¡ME EQUIVOQUE!

Me imagino a veces

que soy casto, pues me puso un muslo

sobre mis piernas y miré a los cielos como asustado.

Entonces, por el cuello

me echó el brazo y sus labios preciosos,

tan encarnados, me dijeron risueños:

¡te quiero tanto!

Bajó ella el rostro para besarnos,

y cayeron sus pechos sobre mis manos.

Entonces vi en cielo de alabastro.

Se me puso el bello

de asceta flaco cuando vi sus dos rosas

como esperando que mi boca entonara

homero canto.

Como era de noche, sobre su manto

puse mi pensamiento, enajenado,

en el sayal del monje que aspira a santo.

Me asomé el mundo

y no al claustro, aunque estoy en su pecho

cual ermitaño pensador y dichoso

de su pasado.

Aquel reloj de nieve no va rodando

por aquellos senderos. Yo no soy casto

porque guardo mi lama en mi armario.

NOCTURNO

En las noches cerradas, huyendo del trueno, se van las estrellas

sobre el lomo del viento.

Tu pecho y el mío es lava y parda

el agua del río.

En las noches de calma, durmiendo el tiempo,

se besa la luna con los lindos luceros.

Tu pecho y el mío

es nácar y mansa

el agua del río.

En las noches aciagas, los actos perversos amargan las penas

y nos roban el sueño.

Tu pecho y el mío es lava y parda

el agua del río.

En las noches galanas, los buenos recuerdos

la mente retiene en los rizos del tiempo.

Tu pecho y el mío

es nácar y mansa

el agua del río.

En las noches cerradas tu pecho y el mío

es lava y el agua del río

es parda.

En las noches de calma, tu pecho y el mío

es nácar y el agua del río

es mansa en las noches galanas.

LA CRUZ DE LA CALLE

Pequeña y humilde cruz tan tosca ella labrada, al retorcer la esquina

exoras tristemente la fachada

En aquel lugar , dicen que cierta madrugada

dieron muerte a un hombre de varias alevosas puñaladas.

Un farol la ilumina, de día el sol la baña,

con fe la besa le viento y le reza conciencia humana.

Alguien le pone flores y coronas de ramas, quizás así pretenda

borrar su crimen , su horrenda falta.

DESAMOR

A modo de cóncavo espejo me hiciste promesas.

Plagiando tus a las sirenas, me daban los besos.

Como la sol las nubes velan,

cubriste mis sueños. Por ser tu amor homo sin fuego

mi lama se queja ; pero anhelo esta a tu lado

igual que tu peroo por cuanto le dice: ¡te quiero!

al darle un abrazo.

Quisiera yo luego morir al hundir en tu pecho

la daga de tantos de tantos recuerdos por cuanto me hiciste sufrir.

CANCIÓN ABRILEÑA

Al verde de abril quisiera fundir

dentro del capullo de sus besos mudos.

En el mes de abril

yo la conocí, y mi corazón

se vistió de amor.

Por mi frente vuelan mariposas buenas.

Las tardes de abril

saben a jazmín; también la virtud

blanca o azul.

El cielo de abril se torna azul; ofrece al alma

vida, al día plata.

Por mi frente vuelan mariposas buenas.

Si llueve en abril no puedo sufrir

aunque los nublados negros vengan bajos.

Al cielo en abril, subió el perejil.

No quiero cortarlo, sino verlo alto.

Por mi frente vuelan mariposas buenas.

PECADOR

Sobre el firmamento, através de un velo, contemplé el cielo

con el pensamiento.

En lindos jardines cuajados de flores, hacían primores

Diez mil serefines.

N o vi las estrellas Ni aves , ni ríos, ni tuyo , ni mío.

¡que cosas mas bellas!

De espumas vestido, a Dios , ¡o! , lo ví

viniendo hacia mi.

Perdí el sentido, pues soy culpable de hondo pecado, habiendo pensado: ¿Será perdonable?

FANTASIA

Si tu fueras nínfa con aire de diosa,

¿Qué seria y? ..........

Si tu, del sonido

fuera la onda o consecuencia

de una canción...., si tu fueras parte

de la viola que amena arpegia

su oración. ............

Si fueras ninfa con aire diosa,

¿saria yo un diós?

EL AMOR

Viendo un paisaje con ojo pintor,

muy lindos cambiantes mi mente forjó.

Rasgando las nubes

el viento sopló y pronto de él surge un gran resplador.

Naciente la aurora luciendo impudor, con risa de diosa se me presentó.

Aquella lindeza

me iluminó, diciéndome ella

que cosa es amor.

Amor es impulso de la Creación;

el cosmo, el mundo con noble pasión.

BESO ZURITO

Linda tarde andaluza; no se mueve una hoja;

baja el sol desde el cenit queriendo enredarse en una copla.

Es tarde de colores;

todos buscan sombra al ir para la plaza

para ver al coloso Juán Arjona.

Ya el bicho está en el ruedo. no se oye una mosca, sino el coro de olé!....

¿Qué tarde, toda la plaza está loca!

Risueño brinda el diestro el toro a bella moza.

Cuando dobla el bruto, se oye el clarín de un beso de paloma.

MI SIRENA

Tomando el sol sobre la orilla arenosa, recuerdo verla tendida

en bañador. ¿Oh, juventud caprichosa,

cómo te pasas la vida!

Tranquilo sueño sobre la arena dormía y las olas la besaban.

Con gran empeño

al verme llegar huía, que a mis pasos despertaba,

y muy corriendo hacia el agua placentera

a ocultarse vuela ella.

Paso sonriendo, como si yo no la viera;

pero vi sus formas bellas.

A mi paloma sigo siempre el vuelo,

hasta verla en su ventana. Mi carta toma,

donde le pido consuelo de esta manera galana:

Tu ten clemencia, adorado vellocino....

Que tu corazón despierte, ¡o!, inocencia!

Si. A mi tu corazón vino como nos llega la muerte.

No es quimera,

ni tampoco ilusión que prefiera.

De igual manera que te entrego el corazón, es de mi alma el parecer.

Pronto vencí

y contento en las redes del bello sol que adoro.

le prometí mi corazón y mercedes,

más honrarla con decoro.

Enamorado de tan olorosa flor,

sin conocer resquemores vivo a su lado

cantando, como el ruiseñor abre el pico a las flores.

VICEVERSA DEL PRESENTE

No hay que ser inocente, todo es como antes.

Muere el sol por Poniente y nace por Levante

más seria sorprendente y quizás importante

que naciera por Poniente para caer por Levante.

Por eso es conveniente que viva el gobernante como vive el indigente

y éste, como aquel antes; de ahí que es procedente que de aquí en adelante nazca el sol por Poniente

y muera por Levante.

¿NO HE DE QUERERTE?

Dulce quimera siempre es la suerte

que por doquiera brinda la muerte.

Nunca inerte

con su guadaña vi a la muerte

en tus entrañas.

Viste la muerte al darme la vida,

¿no he de quererte, madre querida?

La muerte es eso,

cosa nacida de ex profeso para la vida.

EL QUINTETO DE CUERDAS

El es refugio

de muchos corazones dulzones

Esencia de la noche soñada, arrogante

y sedante.

Las voces extremosas del quinteto, encantan

si canta.

Que el concierto está a punto, del murmullo la prisa

me avisa.

Cuando cesa el murmullo, en silencio profundo

me hundo.

Comenzó el concierto sin la joven batuta

astuta.

Los violines primeros con estrofas de plata

nos atan.

Pero,¡oh!, los segundos hacen cursi al prudente

ambiente.

Volaban las violas al rededor de su atril

de añil.

De los cellos airosos nos besan sus graves

suaves.

Orondos contrabajos vierten sobre el laurel

su miel.

Cesó la sinfonía que nos puso contento;

no miento.

Manos blancas aplauden concientes al inquieto

quinteto.

Que la vida sin rosas no saben del brillante

diamante.

RUEGOS

No cortes el rosal, ese que te pinchó, déjalo que crezca,

felices seremos viendo su flor.

Déjalo que dé flores, no lo cortes, por Dios; si el rosal no florece

tampoco florece, niña, tu amor.

No baje, niña, al prado a oír al ruiseñor,

y te cautive mi corazón.

Quédate en el monte, no baje, no; por Dios, si oyes sus canciones

seguro que pierdo, niña, tu amor.

INTERLUDIO DE OTOÑO

Noviembre, tu dolor

crisol es del mío. Coge mis crisantemos

de pasión, noviembre.

De tus campanas las voces

cuando las oyen doblar, graves acuden los hombres

para el rosario rezar.

Noviembre, tu dolor

crisol es del mío.

Son los pliegues de tu manto remansos del pez dormido.

Lagrimas de mariposa surgen del cauce del río.

¡Que oprimida y triste

en tu canción, noviembre.

Tus notas , fúnebres son como litúrgico réquiem.

El canto del ruiseñor triste se torna a veces.

Noviembre , tu dolor

crisol es del mío. Es tuyo siempre

mi dolor, noviembre.

DEL CIELO BAJO

Del cielo bajó lucero tan verde.

¿Eres tu , mi amor? Pues quiero verte.

Entre los luceros, donde tu te viste que tiene el cielo, pude distinguirte.

Fundida la luna con la noche fría,

te haces mas pura, estrellita mía.

Y esta mi alegría , para que la luna de noche sonría

quiero hacerla tuya.

RECORDANDO UN BESO

La miré a los ojos cuando era yo niño. Le canté una copla y me dio un besito.

(Empieza el llanto

en mi laúd con sones serenos

de juventud.)

Por la flor la tuve de mi loco contento, al guardar mi oído de su ósculo el eco

(Persiste el llanto

en mi laúd con sones serenos

de juventud)

Vivo luego en prado sin arrollo ni sombra,

que la amé , sin saberlo , por estar en mi boca

(Y sigue el llanto en mi laúd

con sones sereno de juventud)

...................

Se comió la manzana

el capricho del tiempo, y en los labios de otra saboreo el recuerdo

de aquellos rojos labios que me dieron un beso.

ESTAMPAS GADITANAS

A ver la “Tacita

de plata” , me invita un día ufano.

Llegué muy temprano

un jueves de abril florido y gentil ,

con colmado de sol , y fue de Pasión.

Primero ví el puerto

antaño desierto y ahora celoso,

en poco envidioso de otro que enfrente le enseña los dientes

de oro y platino de neoyorquinos .

“Las Puertas de Tierra”,

que ya no la ciernan sin carabineros

mis ojos la vieron y por la izquierda mi mente recuerda

haber yo subido buscando a Cupido.

Miré al derecha, las calles estrechas

recuerdan del moro sus cantos sonoros en tiempo lejano, y como africanos ,

sus gestas no gratas de ayeres piratas .

Cantando el tanguillo

estaba un chiquillo en cierto café

y el ” montañés”, con gestos odiosos y modos furiosos echaba alas gentes

deporte imprudente.

Siguiendo adelante , soldados tunante

custodian al preso, al hombre avieso.

Formando corrillos

fumaban pitillos de punta a cola de baja vitola.

¡Oh , Campo del Sur, la pesca es tu cruz! Son estas afueras

mimosas y austeras .

Al mar esmeralda que guarda su espalda,

sus altas murallas presentan batallas.

Y vi el palenque un poco eficiente

en cuentas insanas

por cisas galanas. Si alguien las tapas el pudre las papas, las coles , los ajos, con poco trabajo.

La maga guitarra, con honda tabarra

y son destemplado, un viejo sentado con aire torero

al sol mañanero, ritmaba el tango.

¡Que lindo fandango!

Cual largas guadañas pescaban mil cañas

buscando , tranquilos , los panes de a kilos con rezos pedidos, de niño aprendidos por boca de madre

y “cosquis” del padre.

Si vas tu andando iras tropezando

con los dicharachos de vieja y muchachos que pasan discretos diciendo en secreto de anoche el suceso

jocoso o aviesos.

Después Capuchino huraño y mohíno, curando a los locos que pierden el coco, Dios sabe porqué ,

pues yo solo sé que locos de veras

están los de afuera .

Castillo artillero , de Europa el postrero,

es san Sebastián metido en el mar.

Si el faro no gira

se noche suspira al ver los mercantes pasar sollozantes.

Después , La Caleta, tontuna y veleta

bañando sus penas en finas arenas

que doran las olas tejiendo a solas

encajes de algas , y no lo que salga.

Creyéndose lista mi pluma turista,

voló lisonjera por éstas afueras

que hemos pasado a pasos contados , y sigue al instante teniendo delante ,

cumpliendo oficios , al viejo hospicio

y la caridad al viejo Hospital

y de más estatales rigiendo , morales ,

con sana moral la causa social .

Ramón de Carranza , cual dulce esperanza

detrás del recodo con gran acomodo

y aire burgués nos puso el hotel ,

hotel futurista y para el turista .

Por verjas cercado ,

mimoso taimado y de venturoso

cual beso amoroso , al Parque lo vi y me sorprendí

al ver que disfruta de lago y de gruta .

Según la posdata ,

estaba “podaca” luciendo sus flores y sus resplandores

de ninfa marina de faz peregrina ,

mirando hacía dentro con hondo contento .

Pasé a una calle

de pocos detalles .

Un perro ladrando , que iba volando

detrás de un carrillo que lleva el chiquillo

de un choricero , me da mal agüero .

Salí al “mentidero” ,

radiante lucero de cielo gitano ;

y a don Cayetano del Toro ,

en bronce , allí vi entonces

cual sol venturoso del ciego quejoso .

La calle estrecha

muy alta y derecha , la calle : El Veedor ,

según un señor tomé inocente y vi diligente

allí un “freidor” de peces .¡ que olor!

Brillante , coqueta , rincón de opereta

la Plaza parece y cuando ofrece

su garbo , reclama piropos a damas , a dama elegante

de cutis fragante .

Suspendo el relato y no por barato ,

pues yendo conmigo encuentro un amigo .

Charlamos , bebimos

y ambos salimos , según me parece , haciendo la ese .

. . . . . . . . . . . . . . . .

En cierta gran fonda por limpia oronda ,

en blanco mantel muy bien que almorcé .

Y muchos presentes de porte decente ,

si ; mientras charlaban , ¡Que bien que tragaban!

Con pasos muy lentos

camino sediento de ambiente festivo

que cual fugitivo me huye ansioso .

Por fin , muy preciosos

encuentro jardines llamando a maitines .

Buen gusto declaran sus fuentes tal claras y estatuas hermosas de plumas gloriosas .

Perfil de francés

observo en Morét , ¿Y en Castelar?

No sé contestar .

Que cosas tan lindas la calle me brinda .

El garbo donoso y ojos preciosos

de tantas mujeres luciendo alfileres

en pecho y mantilla , no vi en Sevilla .

No vi monumentos Cristo sangriento con tanta riqueza

en arte . ¡Que piezas!

¿Vinieron de Paros buscando amparo en estos sagrarios ,

ahora calvarios?

La tarde concluye . El pueblo afluye

a las procesiones . de Cristo . Mantones al cuerpo ceñidos , ya han recorrido

sembrando detalles , doscientas mil calles .

Bailando el joropo los buenos piropos al aire perfuman , y el niño que fuma mirando la cielo ,

descubre , por celos ,

su nuevo amor . ¡Que pronto soñó!

Mas vono la noche haciendo derroche

de fé gaditana con luces cristianas ,

y arriba espera la luna lunera ,

en cielo estrellado , a Cristo humillado .

Un publico enorme

parlante y conforme , mostrando impaciencia por vieja experiencia ,

espera amable .

Ya gentes de sable montando a caballo ,

inquietos los hallo aquí , en la plaza ,

donde se alza iglesia chiquita , discreta , bonita .

Su puerta , ¿mudejar? Acaso mas vieja nos dice su arco

por sobrio , por parco . Ahora la puerta

pusieron abierta , y dos monaguillos

con gestos muy pillos hicieron mohines a los mandarines

que muy petulantes se han puesto delante .

Los cinco caballos ,

tres toldos , dos bayos se ponen al paso y sus coletazos despejan la calle

al tiempo que ayes se miedo profieren algunas mujeres .

La manga y el ciriales

en tríptico salen , la cruz bien velada ,

con luz apagada , que sopla Levante furioso y tunante , y a los penitentes

reducen alicientes .

Con porte muy triste y el cirio en ristre , y al brazo la cola , ya vienen a solas las túnicas verdes

que en filas se pierden en la lejanía

de la cofradía ,

Me pisan un callo , no grito , me callo ;

entonces me hundo .

Cambiando de rumbo me arrastran las gentes que muy displicentes me elevan del suelo ,

pues no ando , yo vuelo .

No voy ya en vilo , estoy tranquilo , que del pisotón no siento dolor ,

que tengo a mi vera chiquilla hechicera .

Está muy bien “jecha”.

La calle es estrecha . Me mira . La miro .

Sonríe . Suspiro .

Bajito un requiebro , mas largo que el Ebro ,

le dije con gesto un tanto supuesto .

Miríme al soslayo

diciendo :¡Que payo! Me puso sin tino su dicho cretino . Ya oigo rumores

se broncos tambores y a una trompeta

que grita inquieta , y los orquillazos

que dan los del “paso” .

Un tanto me asombro... Lo traen a hombros .

¡Valiente locura! La calle es oscura ,

por larga y estrecha parece una mecha .

Un fuerte timbrazo detuvo al “paso”, de lindo dorado , hirsuto el tallado .

Azotan a Cristo

romanos muy vistos , de aspectos furiosos

y trajes vistosos que miran los ojos con cierto sonrojo.

El timbre ha sonado . ¿Estáis preparados?

- pregunta el guía con mansa energía .

¿Estamos?...¡Avante!... - ordena al instante .

Al “paso” elevan .

El guía aprueba . ¡Y que rebujina

se forma en la esquina! Con mucha agonía mandaba el guía :

- ¡Muchachos ...Atentos ...! ¡La vuelta es estrecha!...

¡Muy corto el paso , si no al fracaso!...

¡Traseros , izquierda... con tiento!... ¡No pierdan

el paso!... ¿Estamos?...

¿Avante?... pues , vamos...

Y avanza “las andas” sin verse que andan .

Silentes y atentos , suspenso el aliento ,

absorta las gentes y los penitentes ,

observan las “andas” y al que la manda ,

por que un parabrisas rozó en la corniza .

Temblona saeta

cantó una peineta que escuchan , prudente

y contenta las gentes . La copla , lamentos

dispara al viento con giro muy longos .

Aquí una pongo : ¡Ay! , si me perdonas

me das tu corona , me clavas tus clavos y encima te alabo .

El Cristo , herido , con gesto sufrido miró a la cuitada

con dulce mirada , y ella lo mira

y besos le tira , con dedos alados , sus labios rosados .

Ya vino llorosa

la Madre Amorosa , la Virgen sufrida que diera su vida a esos sayones ,

de cuyas pasiones nos vino , al mundo

sentir mas profundo .

Los fúnebres sones de las procesiones tocaban las bandas

detrás de las “andas” y al son de esos sones ,

en negros mantones

ocultas las viejas , lloraban sus quejas .

La Luna silente ,

se fue por Poniente y yo al garaje .

Me cambio de traje y , salgo pitando ,

mas yendo volando pensé escribir

lo puesto aquí .

COSAS DE ANTAÑO

Ente el pueblo “campero” (esto lo digo en secreto) , todos somos caballeros

y parecemos catetos. Tiene hechos venturosos .

Saqueémoslos a la palestra. ¡Ea! , lectores curioso ,

vayan botones de muestra.

La señora del alcalde , con sus cinco sefines ,

tienen entrada de balde en los toros y en el cine. En la puerta de su casa con tiza puso Giralde:

Hambre aquí no se pasa porque vive el alcalde. Es liberal pocas veces , algunas , conservador . Se ríe de sus ingleses

como del gobernador . Hombre serio es el juez ,

siendo el fiscal casi idéntico , Viven bien del arancel ,

mas de cazar con podencos. Si tenemos elecciones ,

siempre tenemos heridos ,... por falta de precauciones.

¡Este pueblo es muy sufrido! Hubo una vez varios muertos .

El juez tuvo un sobrecito. Solo supimos de cierto

que impune quedó el delito. El secreto es de Fuera.

Con solo lo puesto vino y pone trigo en la era

que le prestan los vecinos. Si no miente el populacho ,

vino Don Justo soltero , Pidió novia a un ricacho

y se hizo de dinero. De tonto no tiene un pelo ,

es listo, como un lebrel ; a todos nos dio el camelo, y , ¿qué le vamos hacer?

El cajero es paisano , siendo persona formal .

Sumando vuela su mano, pues ...,mejor saber restar.

Si la caja esta maldita puede venir un ratero ,

por eso en su casita la custodia el cajero . En la rebotica dicen

y también el pueblo entero: Si la caja no bendicen culpa no es del cajero .

El cura es buena persona . Cría cerdos y gallinas. Tiene algunas casonas

y una preciosa sobrina. Es persona inteligente.

Habla bien el latín, que no entiende las gentes

y el se harta de reír. El galeno es mata sanos,

de ahí que nada diré . Pues si caigo en sus manos.

Seguro que espicharé. Como hay republicanos

y católicos sin cruz , los gremios de artesanos

trabajan con lentitud. Son mejores los del campo

aunque quejosos esten , porque dicen : Yo me zampo ,

y les parece muy bien . No cito a las mujeres

por no tener largas uñas , deditos como alfileres y menuditas pezuñas .

En este pueblo “campero” , repito que es un secreto , todos somos caballeros y parecemos catetos .

CANCIÓN DEL TROMPETA

Trompeta de antigua plata incrustada de leyenda. Yo te dí como morada

un estuche de azucenas. Aunque sabes mis anhelos

no me abres la frontera.

Por los montes escarpados va mi trompeta , risueña ,

Euterpe me esta escuchando desde todas las fronteras.

¡Que larguísimo el camino,

encantadora trompeta! ¿Por qué la suerte lo alarga cuando llego a la frontera?

Trompeta de antigua plata

incrustada de leyenda.

COSAS DE MI NUERA

¡Como la quiero!... Tengo una nuera

que es mas liguera que un perdiguero

con los ojillos que son dos farolas

como dos soles. ¡Que negros son!

Su nombre es Charo; Nació roteña y de pequeña puso en claro disposiciones

para las “tablas”, de hay que habla con cierto ardor.

Es artesano su otra costilla que maravillas

hacen sus manos con las maderas,

y con la caña pesca con maña

de pescador. Los pajarillos

vuelan inquietos si este sujeto da al gatillo

de una escopeta que ha comprado

con lo ganado con el formol.

Es hacendosa como ninguna

mas con fortuna , en muchas cosas, mueve la aguja y por la noche

pega los broches que se olvidó.

Con mucha guasa y mi Manuela,

corre que vuela, va ha la plaza

a por verduras, y ambas hacen

de las que pasen, burlas atroz. Como diana, cual angelito,

me da un besito por las mañanas,

por que me quiere; yo correspondo, pues a lo hondo

el me llevó. De mascareta hace un enano digno paisano de las caretas de carnavales. Algo de artista tiene –es lista-

su corazón.

Por “soleares” ella se canta.

¡Vaya garganta!... Con sus collares -Decir yo quise-

De perlas buenas, que de azucenas

tienen color. Y los “palillos” por seguidilla, como ardilla ,

o como el grillo, ella maneja

al son de copla que ufano sopla

un mocetón. Tiene unas manos

de cocinera, que ya quisieran

los cirujanos para su oficio.

¡Que bien componen los boquerones!...

¿Y el arroz? Buena cocina.

¡Guisa el conejo y el abadejo!... ¿Y las sardinas a la moruna?

Pues , ¿y la lisa?... ¡Que bien la guisa!

¿Y el macarrón?

Porque le toque la lotería,

todos los días va a san Roque muy tempranito

y a la Pureza mucho le reza con devoción.

Según promesa -esto aparte-

todos los martes también le reza

tres Padres nuestros a santa Ana

y siempre gana con su oración. Tiene andares

de palmita y es mas bonita que los cantares

que alla cantaron los “cantaores” como primores

de la region. ¡Como la quiero!... Tengo una nuera más zalamrera... Y tiene un salero

mi Rosarillo, que su torrente a tantas gentes

el encantó.

¿DUALIDAD?

La trompeta, ¿entra y sale

en la orquesta?

Pasa cantares bellos y danzas siniestras

por los flacos pistones de la trompeta.

Y suena su cantar

como besos de hembras , y bailan sus pistones

como doncellas.

En la orquesta entra y sale la trompeta.

ZODIACALES

Es la musiquita

del mes de enero, el Andante Triste de un concierto;

pero las canciones a Cristo Niño ,son acariciantes

su voz y ritmo.

Como ave de paso se muestra enero, pues avanza grave su mustio cuerpo

tras su propia calma de fría sangre ,

que a odiarla obliga el sol brillante.

El mes,

mi amor, se fue. Adiós a él.

Con su musiquita

febrero marca un Allegro Vivo de fresca savia,

devolviendo al árbol verdor y risas,

dándole al hombre salud y vida.

Sabe todo el mundo

de sus locuras cuando, con el tiempo

ingrato lucha. Por , su vida corta

de él se chiflan otros mesecillos ,

y el se toca.

El mes , mi amor,

se fue. Adiós a el.

Con la musiquita del mes de marzo, bailan los rosales

siempre enamorando a la oscura luna que triste llega,

porque al prado y monte el hielo quema.

Yace en el capullo

la linda rosa. Viene derramando sus tintas Floras. Juguetón y ufano

se muestra el tiempo y los corazones

se tornas tienos .

El mes , mi amor,

se fue. Adiós a el.

Con la musiquita de abril florido , balitando pastan

los coderitos. El pastor esquila

y muerto es Cristo en la luna llena. ¡Estaba escrito!

Llanto y risa beben

en pulcra copa gallegadas , zambas,

zorcicos , jotas, minuetos, valses, boleros , polcas ,

que el mes es eso, la vida en solfa.

El mes ,

mi amor, se fue. Adiós a el.

En la musiquita del mes de mayo,

vemos rosas blancas y lindos nardos; como es donosa

su melodía, a las flores riega con dulce risa.

Con tan bellas notas

nos brinda mayo, de ilusiones puras

precioso ramo, que produce siempre

tranquilo sueño a los corazones

de amor sedientos.

El mes , mi amor,

se fue. Adiós a el.

En la musiquita de junio, vemos

como muchos vacan sin merecerlo.

Y las nubes pardas, de improviso,

quitan muchos panes y hasta vino.

Con ligeros pasos

los dias crecen, siendo el sol loco de largos dientes ,

y el pastorcillo, del sol quejoso,

el rebaño ampara en fresco soto.

El mes ,

mi amor, se fue. Adiós a el.

Con musiquita

del mes de julio, playa y sierran cantan

alegres dúos, porque ninfas locas

con panderetas, brindan a los ojos

sus formas griegas.

Mientras que las horas al trigo secan,

al arroyo quitan el agua fresca ,

dando a la cigarra cantar sin tragua y a la mula torda

trillar la siega.

El mes , mi amor,

se fue. Adiós a él.

Esa musiquita

del mes de agosto , digan lo que digan,

nos da un tono que alegre suena en sistro triple ,

cuyas claras notas a pulso , dicen :

Tu agosto es breve ,

mi julio longo , yo, al perder mis luces ,

ofrezco oro . Ya las ninfas buscan

alegres sombras , como el arie vida

por montes y costas.

El mes , mi amor, se fue . Adiós a el.

Con musiquita septiembre habla

como la flor cuyo perfume agrada; según la flor que sus

colores trinan cuando alegre viene

la luz del día.

Dorada la uva , de mieles llena,

al día el sol iguala y el día , la tregua . Se inflan las nubes ,

el viento brama, no viniendo el trueno

la dicha canta.

El mes , mi amor,

se fue. Adiós a el .

Con la musiquita

del mes de octubre , canta Baco al mosto

canciones dulces. Como el arado abrió la tierra ,

mira al cielo el surco pidiendo hierbas.

Para los finados

el crisantemo crece jubiloso

con fines buenos. Antes de la fiesta

de Cristo Rey, como crecen hierbas,

se llame el buey.

El mes, mi amor,

se fue. Adiós a el.

Con la musiquita noviembre canta soledades tristes con ceras blancas. Procelosa el viento

ahora vuela arrancando al árbol

las hojas secas.

Con sus días crudos , de sombras llenos , busca a diciembre ,

su compañero de amargas voces y acentos tristes .

Hacen de las suyas

y en mal compiten .

El mes , mi amor ,

se fue. Adiós a el.

Con su musiquita diciembre canta

raras aleluya a sus nevadas.

Blanca esta la sierra con luces claras,

dando villancicos las alboradas .

siendo procelosa la Nochebuena,

quita alegría y amendranta .

Con las doce uvas pedimos suerte,

diciendo al tomarlas : ¡Adios Silvestre!

El mes ,

mi amor, se fue. Adiós a el.

REPROCHES AL SACABUCHES

(Con acompañamiento de triangulo y redoblante)

Cuando inflas las mejillas

(tilín tilín) nos parece tu cara

(rataplán) la luna llena.

Tocas en la orquestina

(tilín tilín) canción llena de blandas

(rataplán) y pocas negras.

¿Te aplauden tus gentes?

(tilín tilín) Un río es la calle

(rataplán)

y lleva basuras.

¡Cuantos sacas y metes (tilín tilín)

para alimentar el arte (rataplán)

con pan de burlas!

EM MEDICO Y LA MONA

Una mona descarada, alterada, preguntó:

-Don Arturo, buen galeno,

¿cuántos buenos liquido?

Sorprendido, pronto y claro,

con descaro, replicó:

-Mira, mona

tonta y fea, tu no creas que fui yo. Y te digo: Certifico

que fue un mico quien mató.

-¡Vaya excusa, cirujano

matasanos, que me da!

. . . . . . . . . . . . . .

Cuando la ignorancia se permite preguntar,

muy prudente al que sabe corresponde contestar.

CANCIÓN DEL MELÓMANO

Ruiseñor, un amor intenso

destruye mi calma sobre un calderón.

Este amor mío,

en las noches claras da la primavera ,

“bercenuse”canta.

La música siempre limó mis cadenas

al ir por los montes buscando corcheas.

Ruiseñor ,

un amor intenso destruye mi calma sobre un calderón.

Nado sobre fusas

hablando esperanto. La música es eso, lenguaje amado.

Yo vivo sin verme ,

que órgano y orquesta mi libran del suplicio de la muerte eterna

Ruiseñor,

un amor intenso destruye mi calma sobre un calderón.

EL PRETENDIENTE

No se la que tiene el tiempo por lo que pasa en mi cuerpo.

Parece que tengo miedo y, sin embargo, no tiemblo . Me creo que está lloviendo o que el tiempo esta bueno;

mas , aunque susto no tengo, ¿qué pasa en mis adentros?

Todo en mi es incierto. Quiero hacer algo y no puedo.

Si me acuesto ,no duermo. No quiero pensar y pienso. Sin sufrir ,¡como padezco! No se , no se lo que esto,

porque, aunque este satisfecho, estoy siempre algo inquieto,

y quisiera yo saberlo , y me deshago los sesos,

y llamas hay en mi pecho como las del mismo infierno. Quisiera que desde el cielo me dijeran lo que es esto y me quitara el tormento

aunque me dieran otro nuevo.

¿Qué hago con mi desvelo? ¿A quien , a quien se lo ofrezco?

¿Por cuánto le pongo precio para que compre contento? pero , ¿qué estoy diciendo?

Decir tal cosa no debo, porque el sufrir es un nuestro

que ajeno no debe serlo . Lo quiera o no mi deseo, nunca podré aborrecerlo. ¿Será un grande anhelo

que me dará gran contento? No se. La vi, quede lelo.

¿Después?... De nada recuerdo, que si con ella me encuentro,

pierdo el conocimiento. A mi corazón le inquiero si amor será lo que siento,

y guarda ese silencio hermético del desierto.

De ahí que siempre pienso : ¿Amor será este averno

que pone un río por medio cuando acercarme pretendo?

Si la miro , ciego quedo, y mundo sin hablarle quiero.

Este temor , ¿es pretexto de un amor noble y sincero?

Ella esta en el cuento y yo en mi desarreglo,

que necesito un loquero por el papel que estoy haciendo.

Si le hecho un requiebro, sonríe como el jilguero que le canta a su dueño

por tenerlo siempre preso. Voy tras ella como el perro

raro de hocico y pelo que llevan los de dinero

para que los mire el pueblo. ¡Que rizos tienen tan negros! ¡Que figura!... ¡Vaya cuerpo

precioso para modelo!... ¡Y yo mas tonto que un cero!

Me derrito como el hielo si acercarme pretendo

para decirle :¡Te quiero!... Pero vuelvo un muñeco.

¿Para darme un tiro es esto que me esta sucediendo!...

¡Ay! , ¿cómo tendría arreglo? Si fuera cosa de medico...

¡Ya ¡...Como me llamo Pedro que ,se arreglara esto

tomándome un litro entero del mas peleón sanluqueño.

Por que el vino quita el miedo, porque el vino es consejero de los que dudas tenemos de recibir un desprecio .

Aunque el vino es veneno , hay que cumplir el empeño.

Es peor estar viviendo con el corazón desecho.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡Como estaba la taberna

de gente de baja laya! Las lenguas , envenenadas ,

parecían largas culebras por hablar de esta manera :

Mi patrono es un canalla, se queda con mi semana .

¿Y quieren que no se beba? ¡Mi mujer es una perra!

-dijo una con airada. y aquel que sentencia:

¡En España mal gobiernan! Otro pregunto con pena :

¿Por qué las gentes son malas? Tenemos malas entrañas . Cantando por “petenera”

roncaba rudo chalán durmiendo su gran “taja” de bruces sobre la mesa,

llena, casi , la botella , que el tabernero miraba con intenciones avaras por hacerse de la pieza.

Con un cuarto de docena de amigos o camaradas,

de amores yo conversaba en la inmunda taberna,

recordando a nuestras prendas sin colmarlas de alabanzas,

porque el corazón calla mientras tenga cadenas.

Véase de ella tres muestras: Mi novia se llama Juana

y le dirán la Zapata cuanto que ella me quiera, que puede que hoy lo sea, porque la tengo “chalá”;

porque enamora esta como en abril las yeguas.

La mía de carnes es ligera, menos que una “ensalá”, pareciéndome su andar el mismo de la cigüeña;

pero mi menda “abdíquela”, sabe ella multiplicar y mejor sabe restar...

Es buena cajera. La mía se llama Elena,

es modista, y nada mas. Si empieza a charlar

me parece madrileña, pero ella es trianera; por tanto, Sevillana,

que con eso ya me basta para perder la chaveta.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Yo pille la gran “jumera”, que casi no pronunciaba,

ni veía bien la Giralda

¡ y la tenia yo tan cerca! ¡ Tan cerca, tan junto a ella,

que a pesar de las campanas, sentía girar la veleta. Me agarre a una verja

que no era de su ventana, ni tampoco de su casa,

ni sé quien vivía en ella, ni el tiempo que allí estuviera

y como el sol quemaba, andando a cuatro patas,

me metí en la casapuerta. Por fin , me puse en la acera

y me arregle la corbata mientras despacio andaba

camino de la verbena, dispuesto alo que fuera,

pasara lo que pasara, que la duda es amarga y la certidumbre negra. Cuando llegué a la feria, que frío sentí en la cara; se me apretó la garganta

y un temblor por las piernas... y una cosa por las venas...

¿Qué pasaba en mis entrañas que sonaban a chatarra?

Me creí perder la cabeza... ¿Por donde estaría Elena?... ¡Digo, si estará hoy guapa

con ese traje de pana en forma de guayabera

y esperando por las buenas a que me tire a la plaza

con muleta o con capa!... ¿Me conocerá la oreja?...

Si hoy el si no me entrega; si no me da esperanza;

si se ríe de mis palabras... ¡Ay, pobre de ti, Requena, que poca vida te queda! ¡Que preparen ya tu caja

y que doblen las campanas, Su risa cascabelera

escuche por mi espalda cuando conmigo hablaba de mis cosas y tristezas. Amoniaco fue él verla al dejarla que pasara,

pues me tiro una mirada que aplaco mi borrachera. La seguí siempre de cerca,

llegando a su propia espalda, Más fresco que lo pensara, diciéndole de esta manera

con modales de finezas: Señorita perfumada

con perfumes de albahaca, ¿me deja ir a su vera?

Y me dijo muy contenta. Si no viene usted por guasa...

Pregunte de buena gana: ¿Ya caí en la ratonera?

Muy graciosa, muy flamenca,

Dijo Sí .cayó en la trampa por usted preparada.

Y que sea enhorabuena. Me miró en poco atenta al ver que yo la miraba

como si fuera un Juan Lana enganchado a una carretera, pues quede como de piedra por sus graciosas palabras que también solucionaban mi complicado problema.

Le doy gracias, Elena. Tiene usted cara de santa

cuando mira o cuando habla como zumba la abeja

que miel lleva a la colmena después que dio, despedida,

incontables puñaladas a la flor de la maceta.

¡Vaya boca más parlera! -me dijo tan colorada

como la rosa mas grana que pueda verse en la tierra.

También yo digo de veras -agrego sin mas ni mas-

que en cuenta Dios lo tendrá porque mi pecho le reza. Si es cierto lo que intenta, dueño será de mi alma, a su amor ya abrazada

para ser fiel compañera, sosteniendo con certeza

que me siento ya ligada al calor de sus palabras lisonjeras y despiertas.

Lo mismo que la manteca se fue derritiendo mi alma

en la sartén de su charla, al freírme algunas perlas revueltas con violentas, cuando ella aceptaba,

contenta y enamorada, mis requiebros y promesas.

Palomitas mensajeras al descubrir nuestra charla,

entonces volaron bajas para alegrar la alameda y recoger las promesas por nosotros apuntadas bajo el manto esmeralda

de linda arboleda. La convide a cerveza

y le compre avellanas, y soltó una carcajada

al ver que una francesa, con mantilla y peineta,

venia sobre una jaca tropezando en las guirnaldas

que adornaban la carrera. La acompañe a su puerta, su madre estaba sentada. Dióme ella una guiñada,

de esas que son quita penas, diciéndome que me fuera;

mas cambiando yo la marcha y siempre anda que anda,

iba pensando en ella . Sin saber que hora era,

mas contento que unas pascuas, me encamine a mi casa,

llevando aquí a mi Elena como si fuera la estrella reina de la madrugada, o diosa de la mañana,

ya que con el sol se besa. Solo subí la escalera,

yendo derecho a la cama, pareciéndome mas blanda

al tenderme sobre ella. Cuando apague la vela, recordaba las palabras que antes me dedicara su boquita hechicera.

El Cristo, ¡ay! ,de mi mesa, riéndome me escuchaba

las cosas que a la almohada le decía esta cabeza,

y le dije muy de veras: A que esta por mi chala. Si- contesto sin hablar-; y fue su voz dormidera

BREVE REPORTAJE DEL SAXOFÓN

Para un reportaje, con mucha ilusión entró un periodista

en cierto salón. Tocaba un negro un buen saxofón. Con gusto austero lo hace el trombón. Platillo, trompeta, bombo y tambor,

a su manera rimaban un fox. Estas orquestas,

por modernismo, llevan el ritmo

con pies y cabeza. Guardando las formas,

enciende su pipa -lo tiene por normal- el buen periodista. Poniendo ceniza

en el cenicero, pregunta sin prisa al músico negro.

-El inventor de su instrumento,

¿es el amor? -Su madre baño desnuda en anís su cuerpo blanco,

que secaba el esposo con hojitas de tabaco.

-El saxofón, ¿caza los suspiros de un “cantaó”?

-Viene ahora la pregunta a que floten mis recuerdos, pues la canción andaluza

ardiendo va por mis dedos. -El saxofón ,

¿acompaña al payaso como bufon?

-En la fogosa batalla , olvida ,siendo un divo,

la piña y la naranja de su precioso destino.

-¿Es el señor bien querido por las bandas

por su misión? -Con ternura acariciando por arañas de corcheas (la filosofía del canto)

con agua de canción vieja el derrama licor santo

en la cruz de las veletas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Poniendo cenizas en el cenicero

dejo el periodista al músico negro.

Mientras ,la orquesta , llevaba el ritmo

con pie y cabeza.

CANTO AL CLARINETE

El clarinete tiene sonrisas de hada

y voz muy celeste, como sus graves, nada.

En el alma misma

cuando esta pensando en la verdad de la misa que viene civilizando. Evoca a los remeros

de una Venecia dormida sobre rayos de luceros

alumbradores de vidas.

En sus agudos hay dejos de pesadillas

que quedan transfiguradas en madre Venus en cinta.

Canta mejor que Homero

las poesías; mas siendo cosa sin luz alumbra mas que el dia.

Nada hay comparable,

ni nada brilla, al urdir con sus arpegios de Euterpe las sonrisas.

El clarinete tiene sonrisas de hada

y voz muy celeste siempre alabada.

INSOMNIO

¡Bendita cama, dando las diez,

siempre me llama! hoy, ¿dormiré?

Cuando le rezo al buen Jesús

le doy un beso con fe en la cruz.

, , , , , , , , , , , , , , ,

El cafelito

me ha desvelado, ahora un ratito del otro lado.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

¿Dieron las once?...

No tengo sueño. ¿Qué hago entonces

con este empeño? Mándame sueño, Virgen querida. ¡Cristo del leño, ponme dormida!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mi Paco tiene cosas saladas,

pues no mantiene que soy un hada.

¡Que noche aquella que lo besé!

Sobre una estrella me desmayé.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

El cafelito

me ha desvelado ahora un ratito del otro lado.

, , , , , , , , , , , , , , , , , ,

¡Ah, hoy no vino! ¿Dónde estará?

ahora en el indino ¿Me olvidará?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Dormir no puedo .

Oigo un reloj, pero muy quedo.

¿las doce dio? Estoy confusa.

¿Fue el reloj alguna lechuza que siseo?

Si, son las doce. es hora mala,

duendes atroces abren las alas.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

El cafelito

me ha desvelado, ahora un ratito del otro la lado.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡Jesús, la luna!

Por los cristales pasa la luna

con sus corales.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡No seas travieso!... ¡Calla, Paquito!...

toma el beso, pero bajoto...

¡Como soñaba, madre querida! Con el hablaba

de nuestra vida...

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Yo no me hallo aquí muy bien... ¿Canto mi gallo? Pues son las tres

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

El cafelito

me ha desvelado, ahora un ratito del otro lado.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Si ;nuestra boda pronto ha de ser. Si se incomoda

mal para el .

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mira, Paquito, quiero dormir, vete un ratito de mi sentir...

Pero el indino que no se va.

¡Yo pierdo el tino! ¡Que atrocidad!

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Hace un ratito oí otra hora,

maullara a un gato y a su señora.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mándame sueño, Virgen querida. ¡Cristo del leño, ponme dormida! Ya son las cinco y hay claridad; yo hasta brinco por no llorar.

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

El cafelito

me ha desvelado. ¡Vaya una noche

que yo he pasado!

¡INVITAD AL JAZMÍN!

Invitad al jazmín, al geranio y la rosa

a la boda del río con la viola.

Enloquece al río su parla amorosa

y llevar en el pecho roja amapola.

Al casarse el río

con la linda viola, madrigales floridos dieron sus bodas.

Las estrellas orecen

mil presentes de boda el entrar en la luna flor tan preciosa.

Y sus cuerdas de seda

a los mundos sombran, y la alondra intenta copiar sus coplas.

De su mástil esbelto con cabeza barroca,

a los pueblos embrujan sus dulces notas.

xiloidea es su alma

con sentir de paloma de paloma zurita rizando la onda.

Y nidal es su caja

que disuelve el aroma

de suspiros eternos si el arco roza

De ahí que el jazmín vino

y el geranio y la rosa a la boda del río con la amapola

COSAS DE ABUELITA

En un pueblo castellano

de sos que honran a España con sus nietos, buena abuela

vivía muy sosegada. En las tardes invernales, entre oración y animas

gozosa le refreía del pueblo cosas pasadas.

Podemos verla aquí con las gafas bien caladas y al compás de sus agujas

remedando unas mangas.

¡Como cruje el hogar! ¡Como alumbra la lámpara!

¡Que recoleto silencio reina ahora en la sala!

Los nietos, tan modestitos escuchan la amena charla.

Escribamos ahora aquí

lo dicho en la velada.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Llegaron trompas al pueblo cuando nadie lo esperaba. Venían muchos cantando cuando lo hacia el alba. De los sufridos infantes

resplandecen sus espadas y en cuja los de acaballos traen sus fuertes lanzas. El manso aire lo rompen el choque de las armas,

los toques de las trompetas a algún jefe que manda. Al desfilar por las calles,

todo el pueblo los aclama, que de la guerra llegaron ganadores de las batallas. Al vivaquear la trompa tiene vida muy amarga, por eso cuando regresa franca orgía demanda.

A los de : ¡rompan filas! las hestes llena la plaza,

donde alegres los zagales festejan a las zagalas

Los soldados en las calles requiebran hasta las damas

teniendo que recogerse huyendo de las palabras.

Durante algunas horas el pueblo pierde su calma,

hasra que una trompeta de el toque de llamada.

Después que forma la tropa por casa y posadas

van alojando al soldado. la disposición se acata.

Con los ricachos, los jefes, por buena mesa y cama;

otras clases, los sargentos, con gentes de menos laya,

dos soldados andaluces le toco a nuestra casa; dos pajarillos cantores parecian por su charla. Igual mesa e pusimos

que a las visitas de casa ccuando honrarlas debemos en las fiestas onomásticas.

La vajilla de cristal y los cubiertos de plata, brillaban sobre el mantel

con destellos de esmeralda. Aquel lugar de las flores lo ocupo panzuda jarra

que ambos se la bebieron como si fuera de agua. El ágape fue servido

por sendas criadas de casa, con las mismas deligecias que a nosotros nos tratan.

Quedaron sobre la mesa, de las ofrecidas viandas,

sopa, tortilla, postre, mermelada. Contándonos de la guerra

nos dijo el sol de su marcha para irse con sus rayos a darlosa otra España. Los rigores de la noche brujos y brujas amañan

enredándolos al velo que la oscuridad arrastra.

Nosotros, con los saldados, pasamos bien la velada,

por contarnos chascarrillos de la mas picante salsa. Le pusimos una alcoba

con nuestras prendas de cama, en la habitación trasera

por ser la mas ventilada. Agua clara le pusimos

en preciosas palanganas, dos olorosos jabones

y dos hermosas toallas. Para lavarse los pies, sal y agua avinagrada

con todas los pormenores que el mismo aseo recaba.

Por santo de cabecera tuvieron Cristo de nácar,

y pila de agua bendita de la mejor porcelana.

Sendos catres de encina

con sus jergones de lana, sendos largos cobertores

y las sabanas, de Holanda. Una mesa y dos sillas,

por ser la habitación amplia, mando papá que pusieran

por si las necesitaras. Limpio velón de Lucena

con tijeras y pantalla colócalos en la mesa

para que alambraran. No solos fuimos nosotros

los que tanto agasajan, no; también los mas humildes

al soldado dan su alma. Ante de la media noche

recobraban el pueblo su calma, pero después de la una, ¡Jesús como diluviaba!

Rompe el silencio el trueno cuando el huracán lo arrastra y las manos del diablo abren las nubes con luz fantástica. Si; fue una noche amarga;

¡ay! fue una noche, hijos míos, que no puedo olvidarla. En medo de esta lucha

de las furias con la calma una trompeta chillona, dicen, toco a genérala.

Dicen que este es un toque que a las tropas llaman

a formar, vertiginosas, en situación apurada.

¡Adiós!- Dicen los soldados desde la puerta en voz alta, y, ¡Adiós1, le respondemos

nosotros desde la cama, que la noche es horrible que la noche es aciaga,

que la noche, hijos míos, aun no puedo olvidarla.

Vuelve papá a la noche alcoba dejando la puerta cerrada,

cuando un rayo en el huerto, abrió fosa honda y larga. Dejo profundo silencio

que rompe el perro que ladra, los maullos de muchos gatos y las tropas que se marchan.

Cuando ceso la tormenta, tranquilo vino el alba

descubriendo los destrozos que la tempestad causara. No solo fue la tormenta

quien tuvo manos ingratas, fueron también los soldados por los campos y moradas.

Ambicionando lo ajeno por todos lados afanan

mientras que tranquilo el pueblo duerme tranquilo a la larga.

No dejaron en los silos un granito de cebada,

ni para los animales un manojillo de pajas.

A las mozas ofendieron cuando ellas bailaban y decían a los mozos

desagradables palabras. En casa de don Rodrigo

desapareció la zafra sin poder, hijos, deciros

los hecho con las criadas. En cuantas tabernas entran beben mucho y no pagan,

como aquellos muleros que se albergan en posadas.

-¿Qué gritaron a madre y le hicieron a las chachas?

Pregunto interesante la niñe de trenzas largas. De nosotros se llevaron unos cubiertos de plata, las pilas de agua bendita

y el crucifijo de nácar Nada pudieron hacer

con nuestras queridas chachas pues le pusieron descanso

pegaditos a nuestras camas. Estuvieron en la iglesia, no darle a Dios gracias, sino para al fin llevarse

las cuerdas de las campanas. Tambien de casa del cura se llevaron dos sotanas,

tres candelabros de bronce y de oro unas medallas. Como hicieron ruido, sigilosa bajo el ama

y después que la besaron, le dieron cuatro nalgadas;

le taparon bien la boca las manos atrás le atan a la silla de vaqueta,

donde la dejan sentada. De cartón en un escapulario

le ponen con esta chanza: ¡Por curiosa le jugamo esta partida tan grata!

-¡ay, ay!-exclama un nieto- abuelita de mi alma...

¿Con esa clase de hobres hizo su historia España?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¿Quién pudiera imaginarse

que niño así pensara? Tranquila se levanto

y quitándose las gafas, can arrullos de paloma hablo así con su alma

¡Cállate, dulce inocencia; cuando la verdad es rara; cuando la verdad no esta

con la moral asociada! Y cogiendo a los nietos,

agregó: -¡Vamos, vamos derechitos a la cama!

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CADENCIA

Calderón, tu cola de seda,

sobre Sidon derrama azucenas.

Calderón,

resto y reposo

de un sueño seductor;

nido de notas

con suspiros.

Calderón, senda

sin ritmo de colmena;

abejón

negro con alas

de jilguero.

Calderón, tu cola de seda deja una estela

de ilusión.

DOS COPLITAS, DOS I

Bellos encajes fabrica el viento

con el ramaje del pensamiento.

Por las ramas de un gesto,

corazón mío, suben furiosas las llamas

de mi cariño.

II

Bestias marinas sobren las olas

vienede China por amapolas.

Por los rizos de un gesto

del mar marino, suben sonoro los cantos

de los marinos.

DESAFIO AMOROSO

Parece que está “enfadá” y rebozando de celo,

y que me quiere “pega” como si fuera tu perro. Mira, ci eztá “encelá”,

con el “puñá” que tu quiera, pégame la “puñalá”

donde “mejó” te parezca. Ci en loz ojoz la dá, no sufriré por ciego,

puez te yebo “retratá” en lo “jondo” de mi pecho.

Pero ci tu me la dá en “mita” del corazón,

¡Jozú,”tóo” acabará, que en el estamos loz doz!

No te baya a asusta cundo “bea” corré mi zangre,

porque “el jué” centenciará que mi cuerpo “cea” tu carce.

Maz ci me quiere “matá” con el “puñá”...

¡Anda, clávalo cin “mieo”!... No te pongaz “colorá”.

Dame loz bezoz que quieraz que te loz boy a “pagá”

tan caroz como laz perlaz. Mi boca es “cayará”

como guardo un cecreto. ¡Anda, uno zolo ná máz!... ¡Anda, cachito de cielo!... ¡Mira que erez “pezá”!...

Hazme ya ece regalo y te yeberé al altá

agarradita del brazo.

ROMANCE DE LA GARZA REAL

En velada invernales,

dando puntadas, mi cariñosa abuela cuantos contabas.

Lea este, lector querido, de una garza,

pieza vuelta a la vida por una daga.

Muy curiosa e inquieta la jauría ladra

medrosita, esperando la luz del alba. Mientras marchan los moteros

hacia la caza, las trompas, con tantos canes,

diana daban. Por fin los cien cazadores

y jauría brava, alegres pisan la sierra

muy de mañana. Hondo silencio silvestre

allí reinaba. Los celosos ciervos bebian

el agua clara de una fuente frondosa

cual esmeralda. Cuando sonaron las trompas,

huyó la caza hacia las cumbres volando

sin tener alas. Cuando los corceles oyen

las trompas gratas piafan, pues ellas anuncian

fuertes descargas. Cuando la pólvora suena

bien confiada, caen las piezas heridas

sobre la grama. Cayeron diez jabalines

en la jornada, una veintena de ciervos

y linda garza. Negro brillante el moño,

finas las patas, la cabeza muy pequeña.

Muerta no estaba, llego un montañero

dispuesto a terminarla

y la voz de un hombre raro, así exclamaba:

¡Ay, no me mates , montero, no; que soy hada!

Aquella hija del rey que esta encantada.

El montero asustado, fijo en la garza,

su diestra mano suspende la cuchillada.

Pero medita, y presto, ¡tras!, se la clava,

y aparece la princesa como asustada.

-Gracias, montero, el brujo te engaña.

Por ti vuelve a la vida mi cuerpo y alma.

Asi se expresó la joven desencantada

de manera inaudita e inesperada.

Escoltando a la princesa, la tropa marcha.

se dirige a la corte. La noche de plata.

Las trompas tocan retreta a la llegada.

Reina y rey acuden a sus ventanas.

Cuando vieron a la princesa, ¡como lloraban

con lagrimas tan ardientes como las brazas!

Y al momento, los reyes, con ella casan

Así acabó la abuela nuestra velada.

COSAS DE ABUELITA (II)

De una iglesia chiquita el sacristán avieso,

divulgó la fama tras la historia de este suceso.

Moran en la parroquia

gitanos cuatreros, que celosa persigue

la Guardia Civil con mano de hierro.

Uno, muerto de hambre,

ansioso apela el rezo, yendo mucho a la iglesia

para pedir a la Virgen dinero.

Tiene ella un anillo de oro en el dedo,

pero tiene el gitano de los “civiles” recientes recuerdos.

Al sacristán le choca los deleites santeros

del hambriento gitano, tal vez de mentiras ellos llenos.

Y gozo se esconde

con religioso miedo , junto a la hornacina

para escuchar de gitano el lamento.

Al llegar, congojado se arrodilla con tiento. -¡Ay, Virgencita mía-

implora-,anda, tres duritos quiero!

-Mira, vuelve mañana, que ahora no tengo. El sacristán le dijo.

Riendo salió el gitano contento

De perlas un racimo le puso el al hecho, tan ricas y amenas

que su parla embauca a un compañero.

-¿Me dejara ir contigo? -ci; yo entro primero.

A ti no te conoce, ¿sabes? Entro y luego te daré concejos.

Provisto de un garrote

y arrugado el ceño, el sacristán espera

en su escondite, ahora infierno.

Clarísima esperanza lleva en sus adentros cuando parte afable

hacia la iglesia, para el un monumento.

Entra el pobre gitano cual cándido cordero y según acordaron,

en el atrio quedo el otro cuatrero.

De hinojos ante la Virgen , la mira con respeto.

-Anda ,ya estoy aquí- le dejo con misterioso severo.

No mirando hacia atrás, para no perder tiempo, llegó afable a la puerta,

preguntándole el otro inquieto:

-¿Qué, te dió el parné? Tu vienes muy contento. Entra pronto- contesta-

que tiene “er portamoneaz” abierto.

ROTA Y EL PINTOR

Sobre un blanco lienzo pondré lindo paisaje

donde mar muy tranquilo tan linda costa bañe. Pintare clara el agua,

muy clara y muy pura para que la gaviota retrate su blancura. Hacia el horizonte

pondré, como que pescan, mil seductoras naves

con infladas velas. Para mayor ornato, un nacarado celaje

haciendo mil cambiantes,

pondré en el paisaje. Mas mi cuadro quiero

hacer inimitable pues pintaré a Rota

sobre llanura grande.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Campesina y marinera, ¡que alegría!

fue esta villa hechicera, si; aquella que lucia

verde y oro y en sus pinos se dormía y cantaba sones moros

con clarinetes largos, dulces y sonoros. Soplaron vientos ruines arrastrando sus arenas;

hoy le cantan las sirenas. ¡viva Rota!

siempre hidalga y argentina,

si; aquella gaviota tan risueña

grande cual cigüeña, bienquerida,

como en invierno la leña. Nadie la crea vencida mientras mire al cielo.

¿Qué le importa una herida si la rotura es un anhelo?

Tiene ojos celestiales y sus labios hermosos

teñidos por roja sangre, le dan perfil precioso. Tiene tanta blancura en su bello semblante que irresistiblemente

cautiva a chicos y grandes. En derredor de su cuello

vengan sus trenzas morenas y en sus hombros brillan

cristales de amapolas. Por tantas luces y garbo

y gracia virginales, acudan presurosos

a rendirle homenaje.

EL COMPOSITOR

El compositor maduro ya de ritmos y sonidos

se entrega a Dios por el amplio elemento en que canta

e l ruiseñor.

Es todo bondad, que al entregarle al cielo sus sueños

de luz inmortal, su corazón palpita como una rosa

que quiere volar.

En el mas allá donde el misterio de los sonidos

forma un trigal , descansa su cuerpo sobre líneas

de horizonte astral.

Perfumes el da de expresión tranquila al alma perversa

del mismo Satán cuando del cuerpo el alma pecadora

quiere arrancar.

Las olas del mar. el canto del viento y de la fuente ,

al propio Huracán, y del tierno amor la pasión perfecta,

el puede pintar.

Siempre hablaran, por su pluma el lirio con la rosa,

el sol con el mar y la luna con las estrellas fijas

en la eternidad

Del claro cristal de su cielo interior, divinas heridas

le hacen gozar como poeta de lira profunda

que quiere triunfar.

Y es su ilusión, jardín sobre ambiente amarillo

lo miso que el sol, y en sus flores un batir de palomas

formando oración.

IN MEMORIAM

A son Román García Sanz cuya vida fue tan prove-

chosa y su memoria es tan amada.

A mi olivo lo ha cortado la guadaña de la muerte;

sin olivas me he quedado, ¿mala suerte!

De un sueño

con semblante generoso,

el es dueño.

Al que arrastro cadenas sin culpa ni pecados,

por el , iluminado, cambiaron el por que de su condena.

El fue diestra

y gloria nuestra; el fue cima

que sublima.

Nos dio también dulzuras de un mundo con asilos

donde vivir tranquilo desgranando la ansia ventura.

Dura lucha

lo ennoblece, Dios lo escucha y resplandece.

Su corazón no fue duro, blando si, como la cera. La flor de su calavera

perfumara al lejano futuro.

De un sueño con semblante

generoso, el es dueño.

A mi olvido lo ha cortado la guadaña de la muerte;

sin olivas me he quedado, ¡mala suerte!

¡ NO CEAZ ”EMBUZTERA”!

¡No ceaz embustera, no metaz maz lioz,

ni ocurtes a laz gentes lo que a sucedió!

Ayé le dijiste a tita Rocio,

que yo no te quiero ni tu me az querio.

Tambien tu haz dicho

en un caserio, que tu me haz dejao por cer yo un perdio.

¿Aquien le dijiste muy cerca del rio

que yo nunca un beso tehabia pedio?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

No ceaz embustera, no metaz maz lioz

no ocurtes a laz gentez lo que haz sucedió.

¿Qué yo no te quiero ni tu me haz querio? ¡Chiquilla , ci cemoz doz tontoz perdíoz!

No; ¿qué tu me haz dejao

por cer yo un baldío? ¡Jozú, ni tu mizma tal coza haz creío!

Que yo nunca un beso

te tengo pedío, no debez decirlo.

¿Berdá que haz mentío?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

No ceaz embustera, no metaz maz líoz,

ni ocurte a laz gentez lo que ha sucedió.

Ací ba tu lengua

tramando loz lioz, en cambio, la mía,

no dice ni pio, que a nadie le importa

lo tuyo y lo mio.

Ya, dentro de poco, zabran lo que ha cío. ¡Ay, bien tu lo zabe

y yo no lo orvío. ¡Berdá que muy pronto

trendremoz un crío?

No ceaz embustera, no metaz máz lioz,

que proto laz gentez zabrán lo que ha cío.

PIROPOS A MI NIETA CARMEN LOLA

Ahí (1), hay mil flores

de lindos colores, pero tu sola

mas brilla que todas.

¡Mi nieta mimosa, carita de rosa!...

De rosa encarnada y aterciopelada.

Es una plegaría mi nieta canaría. Con paso de isa

va siempre a misa.

Su cuerpo entero derrama salero.

¡Que lindo y precioso su talle garboso!

¡Lucero chiquito luciente y bonito!

tienen tus ojos los párpados rojos, y tienen miradas de ninfa y hada.

Parecen tus risas

murmullos de brisa, y tienen tus labios decires de sabios.

Tu boca chiquita,

qué fresca y bonita, ¡Ay!, tiene tu boca mohines de loca.

La noble paloma por otra te toma,

que dicha y calma derrama tu alma.

¡Mi niña mimosa, carita de rosa!...

Te envidian las flores y los ruiseñores, y los azahares

y todos los mares. Tu eres bendita canaria chiquita.

(1) Los Realejos.

SOLILOQUIO DE DON LUIS MEJIAS

¡Ay! , dolorido ante el cadáver yerto

de mi Inés ultrajada, el mundo para mi es un desierto

de arena in saciadas.

Tu muerte, bien mio, es dura loza

que oprime mi corazón. Veo en tu frente la ardiente rosa

de mi profunda ilusión.

No se como llevaré esta carga; esta decantada luz,

esta soledad triste y amarga, esta pesada cruz.

¡Ven!, Inés , que a mi amor diste sustento

y a mi infortunio hoy abrigo. Mi amor, mis besos , mi pena y mi

descontentos quisiera partir contigo.

CANTO A LA CAMPANA

Es la campana señora de afanes cristalizados. El badajo hace coplas,

sus silencios son ocasos. Verdoso tiene el vestido

por el tinte de los años.

La campana siempre es canto de cisne enamorado,

cuyo pico es la estrella que se besa con el lago.

Tiene las trenzas muy largas, que acaricia un anciano.

La campana es canción

cuando llega el sembrado, deteniéndose en los trigos para espantar a los pájaro,

dando así al labrador unos millones de granos.

Le canta al ciruelo coplas, madrigales al manzano,

al olivo, sevillanas con azahar del naranjo,

pues alma tiene de Ceres, creadora de los campos.

Ha llamado, la campana a mi corazón inquieto. En el agua lo ha lavado

de la fuente del recuerdo y nunca será olvidada

aunque me valla muy lejos.

¿VERDAD AMOR?

Las niñas van

a la plaza de Ceres. Van a bailar

sobre césped muy verde.

Y tu también con tu mucho reír

bailas , ¿con quien?

¡Lucia! vendrá luego la noche

tirando del día sentada en el coche

de tus alegrías.

¡Ay , cómo vuela el tiempo! ¿Verdad, amor?

En la plaza

lloran los naranjitos cuando se abrazan.

Y tu también

por tu mucho sufrir lloras, ¿por quien?

¡Lucia!

Vendrá luego la noche tirando del día

sentada en el coche de tus alegrías.

LA MUSICA

Su vida es la savia que alegra los campos;

la ilusión romántica de luz hecha cantos de todas las almas

que el mundo dejaron.

Es ella armonía de la Naturaleza.

Escuchad su alegría en el agua que riega con la noble porfía

del girar del planeta.

Ella es risa suave de la eterna mañana.

Escuchad su romances al naranjo que canta abriendo el ramaje

como el ave las alas.

El arrollo que canta en verano se seca;

se convierte en llanura la montaña más vieja.

La vida de Euterpe es cosa eterna.

El frondoso almendro

se desgaja y seca, y se esfuma la nube

cuando riega la tierra. La vida de Euterpe

es cosa eterna. Es la luz de los soles

de la esfera romántica; es alegre y amable

como la rosa cándida. En la vida del tiempo es la eterna mañana.

Bendecida es ella

por los labios humanos al salir desde el pecho transformada en canto.

Es razón y sustancia de un mundo habitado.

La tristeza mas honda y los tiernos amores con la dulce alegría

en sus pliegues se escucha

en trenzadas guirnaldas de violas y voces.

Entregarle debemos los amores y ansias. ¡Ay! a nadie mejor confiemos el alma,

pues baja o sube al cielo por orillas muy santas. ¡Oh, querida Euterpe, por nadie ignorada!

Nada hay comparable con tus cadencias blancas

si el cielo le ofrece al espíritu alas.

PAGINAS

La estrella matutina abrió página a la caza;

la inquieta jauría saluda ladrando al alba.

Va la trompa

por cielo blancos. ¡Y como se aprecian

sus cantos!

Porque ella es eterna en el misterio se baña,

por eso no visten penas sus melodías rosadas.

Por cielo blanco

va la trompa. ¡Y como relumbran

sus sombras!

Me puse a escucharla en un remanso del tiempo

y en fábulas moradas la vi jugar con el ciervo.

Va la trompa

por cielo blanco. ¡Y como se aprecian

sus cantos!

A encina sin bellotas le regalé mis quimeras

y el romance a la trompa fue cambiando la escena.

Por cielo blanco

ya la trompa. ¡Y como relumbran

sus sombras!

La alegría del paisaje es un faro de nostalgia. Los luceros de la tarde pusieron fin a la caza.

ROGANDO

A los versos de esta copla, dale los besos que quieras,

que lo compongo, Manuela, para frescor de tu boca.

Para recrear mi alma te digo en esta otra:

No me los pegues en la cara, pégamelos en la boca.

SOLEARES

Iba el muerto llorando porque- ¡ay!, por seguriyas

el cura iba cantando.

Me estoy muriendo de penas

por haber muerto mi suegra. Le decían: La Granguena.

Me metí en el burladero

al oír decir al toro: hoy te cojo, Trianero.

Se me abren,¡Ay!, los poros cuando le clavan la espada

en el morrillo al toro.

CANCIÓN AL INVENTO DE PAN

Siento en mi alma ahora

grato temblor de corcheas, porque mi alma se pierde

al mirar a las estrellas, que entre ellas hay una rosa

aliviadora de penas, de esas que el pecho oculta

como concha la perla.

Ella es la ninfa Syrinx que emprende veloz carrera

del sátiro Pan huyendo ,

fauno de malas ideas, pues lleva en el pecho fuego

de voluptuosa escena, cuyas alas el Landon troncha

para verlo con tristeza.

A Syrinx lágrimas negras en su encanto la desvelan por pasar a verdes cañas

toda su gentil belleza.

La caña con dio la flauta cuando Pan en Syrinx piensa

y la voluntad del tiempo hizo encajes con ella.

En la flauta siempre vimos un madrigal de princesa

con melodía de plata y primor de primavera.

¡Que melosa alegría

de su interior nos llega por caminos de la tarde luciendo su luna plena!

De la flauta ,¿qué será

cuando Dios al mundo vuelva? ¿Tendremos , entonces , otra

mas preciosa y perfecta?

Por senderos de la tarde, entre rumores de orquestas,

florecieron los cipreses que miran a las estrellas buscando a la esperanza

que es dura, como la piedra, y como el agua de alegre

cuando regada es la huerta.

Del corazón ,¿qué seria? con un Cupido sin flechas?

Por eso siento ahora grato temblor de corcheas,

con las que fui siempre urdiendo de abril canciones tiernas, que sirvieron de antorchas

a mi afición de poeta.

EVOCACIÓN DEL ARPA

Los arpegios del arpa huyen por un pentagrama rosado,

suspiros de lirios y batir de alas.

¡Los arpegios del arpa!

¡Oh, llegaron a las nubes cargadas de nostalgias,

transformando sus cadencias plágales en espíritu halado!

¡Los arpegios del arpa!

Sus soplos de amor

embargan, haciendo de la razón la sustancia de aquella alegría honda y firme,

de aquella alegría ignorada.

Sus lindos arabescos de notas perfumadas,

enredan la ilusión de manos blancas.

¡Los arpegios del arpa!

En el gris de su arpegios

el amor se despierta y canta la alondra entre sus cuerdas.

Franciscana alondra herida con diamante,

nos parece el arpa envuelta en ramaje.

¡Oh, arpa arpa amada, alondra sufrida,

princesa encantada por canción sentida de ninfa adorada!

DESENGAÑATE

No te quiero porque tenga vienes ni tampoco porque seas preciosa; no te quiero porque dichas tienes y menos por ser tan hacendosa.

Te quiero porque Dios lo quiere y te quiero mucho para esposa.

Te quiero tanto, porque prefieres las caricias de mi alma ansiosa.

DESEOS

Sólo contigo, Euterpe,

hasta la muerte.

¿Mis deseos? Los cantos del ruiseñor

y la lira alumbrando al día

con su canción.

Una preciosa voz de tiple,

que no fuera cual otra,

en un aria sin cadencia rota.

Y en un calderón mis deseos todos

trinando en mayor mis deseos.

Después, contigo, Euterpe,

hasta la muerte.

LOS TRES MUSIQUEROS

De los tres musiqueros que estoy usando,

los tres son de acacia y palos santos.

De los tres musiqueros

que estoy usando, el de obras vulgares

esta atestado.

De los tres musiqueros que estoy usando,

el de obras maestras no esta ocupado.

De los tres musiqueros

que estoy usando, el que ocupa mis obras

esta olvidado.

-A los tres musiqueros que estas usando, un colega me dijo: debes quemarlos.

HISTORIANDO Dícticos

Un manso arroyo

tiene por pecho.

Llenos de fuego tiene los ojos.

Tiene la cara

como el jazmín.

Bola de añil tiene por alma.

La morenita

es vergonzosa.

Como española lleva mantilla.

Ayer gozaba

como la copla.

Ríe ahora con todo el alma.

Pronto es amada por buena moza.

Le ofrecen boda nobles palabras.

La iglesia estaba

cual amapola.

El órgano toca solemne marcha.

Camelias blancas lleva en la cola.

El lleva otras

dentro del alma.

Noche sagrada es la de boda.

Ansias sofoca

que fueron castas.

Los días pasan jugando Flora.

La miel dulzona pronto se acaba.

Con la manzana el tiempo llora.

Llora por cosas muy deseadas.

El beso canta

en ambas bocas.

El beso es gota de una esperanza.

Proras de platas surcan la alcoba.

Las gaviotas

vuelan o nadan.

No da naranjas la pobre esposa.

Cuando no sopla el viento, calla.

Las almohadas sufren y lloran.

Marchitas rosas tienen por cama.

Los meses pasan

como las olas.

Cualquier zozobra es siempre larga.

La luna habla y es creadora.

Ella es redonda si esta preñada.

Llego a la casa

cigüeña loca.

Preciosa joya dejo en la cama.

Honda algazara

entro en la alcoba.

Aquella joya es risa santa.

¡Quimera larga y luz redonda!

En esta concha

Dios es quien manda.

EL FAGOT

El fagot vio en el agua su extensión de lagarto y cantó ,como la rana,

un extravagante canto.

Tiene el su pentagrama en ciprés verdoso y alto. El árbol que nunca canta

por estar siempre llorando.

Durante el día va y viene, disfrazado de elegante,

tras los restos de la muerte.

Otra cosa son sus noches porque rositas de carne lo miman en los salones.

Su hermosura viril,

de Narciso es envidia por ser romana y gentil,

gracias que pronto se olvidan.

Asi la de aquel perfil que nos endulza la vida cuando canta la lombriz o el para rayo suspira.

¿Quién denunció la conjura

de los funerarios cantos que el programa estruja?

Cuando lo supo la muerte,

su reloj encenizado le entrego como presente.

MADRIGAL

Viola, tu amor

es cantar de amapola.

Dormirte quieren mis versos sobre el sol,

viola.

En este noble momento, hace tu arco pedazos

al ritmo de mi arpegio, por besarse con los astros.

Tu mirada embrujadora,

es amor, viola.

Mi musa , luna redonda,

quiere que baje al río y que mire en su espejo

a nuestro amor dormido.

Viola, tu amor

es cantar de amapola.

En tu pecho casto veo

durmiendo a tus romanzas en los brazos de mis sueños

pidiéndote la manzana.

Viola, sin amor

es la vida una bola.

ELEGIA AL VIOLONCHELO

Llevas hoy en tus cuerdas una infecunda araña, cuyas tristes miradas

es su pasión hambrienta de músicas coqueta ,

de dulce serenata temblando en la garganta del trovador que sueña.

Tu sombras chopinescas

huyen entre cipreses y tu razón se pierde

con tu nostalgia acuesta.

Tiene las cuerdas secas;

muriendo esta tu alma y del foso de tu caja, voces salen de quejas de ilusiones muertas sobre las almohadas

y sabanas de holandas de un lecho de promesas.

Tu arco produce llanto de fúnebres campanas,

pues tus cuerdas peladas hondo van suspirando.

Irá al fuego tu caja

rellena de ilusiones. Sobre el faro del Norte brotaran tus romanzas

ofreciendo tus naranjas, ciruelas y limones;

pero tus tristes noches, ¿quién podrá hacerlas claras?

¡A LOS TOROS CON ELLA!

(Estampa Jerezana)

- . . . . . . . . . . . . . . . . . .

y dale que dale a veinte pedalez! . . . . . . . .

Bueno, mamá, yeba razón;

por ci o por no, devez cayá.

-Pero ,¿yo que te digo? -¡Y la burra en er trigo!

-¡Ay, Jozú, Pepito! Tu está alegrito.

-La curpa al vino. La curpa ez de laz gentez,

de eze mardito becino que tiene por nombre, Bicente.

-¡Niño, no te acelere, que baz a perder la chaveta con ezo marditoz querere de eza mardita Enriqueta!

-¡Y la burra en er trigo! -Pero ,¿yo que te digo?

-Bueno pero que bueno ... Mira ,mamá.

¿Cuándo pasa er cereno? -de madrugada.

-Pues como me yamo Pepe Peneya que boy a loz toroz con eya.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Sin necesitar bastón,

pero con pasos incierto, a la calle se marchó,

encontrando al momento a un amigo preguntón

que le inquirió con pretexto: -¿A dónde va el camarada?

Quizás vaya a los toros. Aunque yo mal preguntara, ¿vas con alguien o vas solo?

-Aún no ce, Juan Aranda, pero como me yamo Peneya, que boy a los toros con eya.

Una gitana agorera,

de tez como la endrina, de esas, de esas canasteras

de vida tan mezquina, cuando la plástica oyó,

presurosa corre adelante, pero mas pronto volvió

diciendo a Pepa con “ange”: -Ande, ceñorito,

¿le digo la buenaventura por un chabito?

Ande, Pepiyo Peneya ..., que tiene “jechura” de rico...

¿Te digo tu estreya? -¿Cómo zabez mi nombre?

-Ezo ez , ceñorito... Ah,oh ,ci, no ce azombre,

me lo dijo un lorito: ¡Como ce yama Peneya

la cotorra me dijo, que ba a loz toroz con eya!

-¡Que ci! Dalo por fijo. Mira, Dojia (1),

que eztoy “jarto” Atrinca loz cuarto

y lárgate ya: (1) Asunción

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Está animada la calle

que conduce a la plaza. Luciendo vestido de plata exhibe sus galas la tarde. A que pasen los toreros,

en las puertas de las casas parlotean las muchachas

con decires jaraneros. Repicando con donaire los “palillos”,

una ardilla se parece Enriqueta, porque espera la llegada de Pepillo. Viste galas domigeras. Su peineta, madroñera, traje grana y zagalejo,

ponen gracias en sus formas pizpiretas. Siendo de todas espejo -ella lo sabe muy bien-, escudriña en lo espejo

deseando llegue él. Como si paloma fuera, de esta acera a la otra,

los pregones raudos vuelan dando alegría sus notas. Con gracioso sonecillo,

un gitano retrechero Va vendiendo caramelos

pegados a un palello. He aquí el sonsonete

que hace reír a las gentes Er gatito

y er conejito ... Er perrito

y er torito... Er San Antonio bendito mírelo ozté que bonito. Y como el sol quema,

dulce se oye esta queja: A perrita chica, ¿quién la bebe? Agua fresquita, como la nieve. Muy burlones,

con gracia zalamera, mas pregones

se extienden por doquiera. ¡Artamuzes,

zalaitoz y durcez! Garbazos toztao, pa loz sordazo.

Ar buen vino de Jeré. Armojadilla de papé.

Arbeyanaz zalaitaz y zanaz.

Atrochemoche, sesde los coches, sobre el pescante

e incesantes, gritan cual loro:

¡A loz toroz a loz toroz! Y así por aquí y así por allá,

que esto es el cuento de nunca acabar.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Un alegre ormiguero,

sin holgura deambula

en ambiente postinero. Entre el, pues, va Pepillo

con “jechuera” y figura

de que va muy alegrito

Cuando llega ante ella, le canta<

con guasa: ¡Chiquita y bonita

ya, ya ,yay, bonita y chiquita!

-¡Cuánto haz bebió, tonto perdio?

Te parece ar basurero.

¡Ponte bien ece zombrero! El, con cierto talante,

hacia ella se aproxima; mas con aire petulante, casi echándose encima,

quedó le dijo al instante: -Hoy te robo un beso. -Mira no digaz ezo. ¿Qué te haz creio,

tonto perdio? Enriqueta, como la ardilla,

le contestó nerviosilla. El, haciendose el tonto

le dice de pronto: ¡Anda, Enriqueta,

ponte bien esa peineta. -Ponta tu aveztrú.

Contesta volviéndose de espalda y el acercándose muy silente, sin que lo vieran las gentes,

el beso en la nuca le dio. -Eztate quieto,

que noz mira aquel cateto. ¡Jozú, Pepillo,

estas maz pazao que er griyo!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

En jacarando brak, por fin los toreros pasan

tristones

para la plaza mientras muchos los jalean. Los sigue cierto marqués,

y su dama Georgina tras el va en berlina

per siguiendo al cupé. Vacío viene un landó, arrimando a la acera. El que Pepillo espera porque él lo alquiló.

Con calma el cochero paró. Por cumplido de etiqueta, sube primero Enriqueta. Pronto el cochero arreó.

Parte discreta la jaca. Ellos van entusiasmados

mirando a todos lados y pegados como lapas.

-¡Ay ,Jozú ¡... ¡Un tuerto! Haz la cruz.

-No ez cierto, tu, chiquilla. ¿Otra vez?

Zon habliyaz del calé.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Pero, tu no me peyizque.

Me ha dolio . Que te parto laz narices

marnacio.

. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .

Ya ante la plaza el landó, sola se paró la jaca,

se despegan las dos lapas y Pepe el primero bajó.

Diciendo bajaba Enriqueta: -Mira, mi prima Manuela Viene pacá, con Graviela. ¡Mira que zon indiscretas!

-Mira, tu... Haz la cruz.

Cuando llegaron una de las dos,

con gran descaro: así preguntó:

-¿Baiz a entrar? -Ezo ez darce guzto.

-¡Ay loz toroz me dan susto! -Ci, cuando tienez que pagá.

-¡Ay, prima, que fina!

-¿Yo? -No.

-Anda, arcuza.(1) paganoz la entrá.

Un guiño se cruzan que oculta maldad.

-Claro que cí, lindo jazmín.

Mientras oztedez charlan con prima Enriqueta,

boy yo a zacarlaz. Me zobran pesetas.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

-Que ceñorito maz frío,

Parece un ceriyo apagao. -¿Qué tiene pa berte guztao?

-Y tu cayá.... ¡Que no contezta!

-¡Que atrociá! -Pero reza.

Entretanto criticaban , Joselillo investigaba

y llamando a un chiquillo, lleva la diestra al bolsillo:

¿Tu ve ezta peceta? -.................

-¿Y aquella caceta? -................

-Puez toma ezte papé y a la que bizte de grana,

de muy buena gana, le dice, pa ozté.

Volando el chiquillo, cuando peroraban,

llegó al corrillo, que inquieto esperaba. -Ceñorita, un regalito

ezte papé

me dio un ceñorito pa ozté. Lo toma.

Después de leido, de leona

pegó esta bufido. ¡Por uztedez doz

toito acabó! ¡Como me yamo Enriqueta

que a eze tonto le parto la jeta!

SONETILLO DE LOS ARBÓREOS

I

El laurel

El laurel es un gran árbol

por la fama elogiado. Nunca sirve al fracasado,

pero casi al triunfador.

Si la gloria es de bastardo, no se preocupa por eso;

le interesa el suceso que sus hojas coronó.

Hojitas de los laureles,

¿por qué entra en los guisos se patatas con “gravieles”?

Porque testas tus coronas

y por tu un hechizo, te alabamos las personas.

II

Al almendro

Al almendre de mi huerto, un entuerto

lo secó.

Pero el tiempo, generoso,

muy verdoso lo tornó.

Son las cosas

engañosas, corazón.

Tu no espere de la Ceres tal favor.

III

Al olivo

Va de cuento. A un olivo, expresivo

un jumento muy tunante

profería grosería

muy chispantes: ¡A tu tierra

que es muy perra! ¡Forastero!

A España

tu no engañas, pajolero.

¡Ay, qué rico se explicaba el borrico! Y acertaba su ocico.

IV

Al peral

Fruta al olmo

la pedía con porfía un peral,

porque el pobre

no podía y quería

peras dar.

¡Que quimera! ¿No es el colmo que un coloso

te sirviera?

-dijo el olmo muy airoso.

V

Al naranjo

¿No te dije, “naranjero”, que no dieras

muchas flores?

¿Se perdieron tus naranjas?

Yo he perdido mis amores.

Para siempre marchitaron

mis canciones

¡Ay, naranjo, porque diste tantas flores!

VI

A la higuera

Rica sombra una higuera, vieja y seca

sólo dio.

Afamado imaginero

muy contento latalló.

Pero el santo

-dicen muchas-, en milagro

no hizo nunca,

porque brevas malas diera.

VII

Al limonero

El dichoso limonero

curandero y bonachon,

cura el flato y afecciones de riñones sin dolor.

Para el cutis es muy útil medicina.

Cual portento al momento

lo satina.

VIII

Al castaño

Te dedico,¡oh! , castaño, este incauto sonetillo.

Con la encina y el membrillo

manjar fuiste por antaño.

No existía el engaño ni vivían hombrecillos,

sino el rústico y sencillo, en la fauna un extraño.

Si los tiempos van cambiando

sigues al hombre gustando pues, naciste para él.

Fuiste su segundo pecho,

pudiendo de estar satisfecho porque sabe agradecer.

IX

A la encina

Muy cuitada una encina ya termina su miriada.

Despiadado cardonero en enero

la ha cortado.

Cual estrella, tuvo ella

larga vida.

Más querida fue la encina

en cocina.

X

El ciruelo

Un ciruelo achacoso y nudoso

vino al suelo.

De su leño funerarias

cruces, varias hizo el dueño.

Y ahora

tumbas tristes el decora.

Tu, ciruelo,

siempre fuiste un consuelo.

SUPERTICIONES I

¿Por qué los perros ladran mientras la luna nueva? Ladran pidiendo parcas

para la vida enferma. Nada, supuesto insano,

supersticiones vanas de esa creyente plebe buena ,sencilla y sana.

Nada les piden para la vida enferma cuando en la luna nueva los perros ladran,

temen estando solos con las tinieblas.

II

¿Por qué la rana canta bajo la luna plena?

Dicen que pide agua para hierba seca.

Nada , supuesto insano, supersticiones vanas

de esa creyente plebe buena ,sencilla y sana.

Agua no pide para la hierba seca cuando en la luna plena la rana canta,

llora, suplica llamando el macho a la hembra.

AL PIE DE SU TUMBA

Al pie de la umbría tumba, ¡ay!, madre querida,

de tu cadáver tan yerto, ¡madre de mi vida! mi débil mente reza

el Ave Maria de mis recuerdos y sueños.

¡Cuánto me quisiste!

¡Cuánto, ay, te quiero!

Tu me adoraba. Por ti deliro.

Tu encendiste la antorcha de mi visa,

arrullaste mi dormir en tus brazos, me besaba con cálido instinto

si mis ojos inquietos te miraban.

Por el sabroso néctar de tus pechos creciendo fui en tu dulce regazo.

Si tu nombre de reina, balbuceaba, tu reías como ríen las auroras.

Juguetón y ufano llegué a hombre por tus cálidas caricias bien guiado. Por ti , madre envidiada y cariñosa,

la trémula mano de la existencia vino cariñosa a protegerme,

y el color encendido de las flores hoy me hablan de dichas o de amor, sentimiento, como el alma, eterno.

Los días, en corriente impetuosa, a la eternidad lazan mis elogios, y mi cáliz de miel ,mi boca apura recordando la vida de mi infancia

por los años impelida a la roca de las adolescencias deslocadas.

El reino de Dios evoca mis dicha, y afligido mi pecho por ti llora. Cincelada en riquísimo mármol, sin cambiar la actitud de tu cara, la figura de ella guardan mis ojos

recordándola mucho con endechas, si, madre ,que corazón y cuerpo,

donde está la virtud se compenetra.

¡Tiéndeme ,madre ,tus alas de ángel y llévame pronto a donde tu habitas!

¡Cuánto me quisiste! ¡Cuánto, ay , te quiero!

Al pie de la umbría tumba,

de tu cadáver tan yerto, ¡madre de mi vida!, mi débil mente reza

el Ave Maria de mis recuerdos y sueños.

CANTO A DORAMA

(Soneto)

Llorad, islas canarias al ínclito Dorama, de triunfitos rodeada su cólera dañosa,

siendo del invasor espada rigurosa cuando su arrogancia por las cumbres

derrama.

Al ímpetu del viento, devastadoras larmas le hacen parecer de manera engañosa. Espanta su macana por ruda y gloriosa y su quebrado brazo el futuro aclama.

Su mano desatada tembló con su macana al ver su triste suerte, pero el invasor

himnos tira al viento ante tanto valor. Su ira no le ofende, ni su soberbia vana,

que Dios puso en su pecho coraje y daño tanto, para convertir luego tantas glorias en cantos.

INFLUENCIA DEL VERSO

Con ricas estrofas el soneto borda la historia preciosa de bella princesa;

princesa de cuento, cuanto que empieza con son de bemoles en tono menor.

Su historia es de hada viviente entre velos,

cautiva en torre de cristal dorado, llorando al príncipe, doncel encantado por ciertos poemas en verso español.

¿Qué tienen los versos de rima española?

Si pulsa el arpa con voces dolientes, lamentos del viento o lloros de olas.

Mas cuando contento al corazón ronda, murmullos de besos de niña inocente o cantos del alma riendo en la onda.

LA BATUTA

La batuta encierra amores secretos de ninfa amable en río sin cauce.

Es la musa blanca que vive del viento o el alba blanca luciendo cristales.

Es basar azul de hembra perdida

en cielo rosado por luces de carnes o hada dormida en la alameda,

de inquietud herida por quien no se sabe.

Es fruto de aurora que nos trae flores

de jardín celeste, con lindo ramaje, derramando sombra y trazando ilusiones

de ritmos, arpegios, corcheas y claves.

La nostalgia verde mirando al cielo, la luna triunfante, nuestro sol amable,

la gota de agua de lluvia serena o el sentir fatal de nacer tan tarde.

No sufre tristeza de blanca paloma,

ni quiere consejos de viejas comadres, pues colma la vida de signos muy nobles

y al pentagrama de lindos rosales.

Su cuerpo divino, se nutre con rosas y gasas de oxigeno de los manantiales. Al cortar el viento, su amor despierta

resignadas cosas casi impensables.

¡Oh, palito mago, que a tus huestes llevas a rizar loas olas de los bravos mares!

Tu temblor sin miedo en mi pecho alza ilusión romántica sé savia entrañable.

¡Oh, varita mágica, de virtudes llenas! Das vida al mundo, color a la sangre,

a los ojos luces, sosiego al alma y nardos y lirios a santos altares.

Al llevar tú al bosque de silencio lleno, los árboles, mudos, cantaron pesares. Cante con algunas serenas canciones

cargadas de ciencias, que tu me enseñaste.

Del laurel frondoso, profundo y sincero, que lleva por dentro el cuerpo de Dafne,

corté una rama y formé mi batuta, mi estrella polar, de ritmo radiante.

VOZ DE ULTRATUMBA

Yo viví, por ti, por tus falsos besos, una vida llena, ay, de sinsabores. Vida sin vivir, vida de clamores

al considerarme en tu lado preso.

Tendo sobre el alma todavía impreso senderos orillados por tristonas flores,

por donde pasaron agudos dolores tras la dicha ultima: la del Gran Suceso.

Por premiarme el tiempo mis desvelos

al verme de ti tan enamorado, ahora vivo sobre el séptimo cielo.

Mira, tu desdén mi alma ha salvado,

que fue, con tus gracias, mi loco anhelo, y ya ves, quisiera volver a tu lado.

TU NO LO OLVIDES

Besaban las nubes los rayos del sol, con risas de novia la tarde se fue

llevando en los brazos caricias de amor de niña celosa de un rojo clavel.

Con manto oscuro, la noche surgió guardando en sus pliegues secreto muy cruel.

Las brujas, silvestres, conversan sin voz y ríen y cantan y gozan, ¿por qué?

Nos vemos la luna, ni estrellas hay ya;

tinieblas es todo en el cielo de ayer. Sus luces, tan bellas, ¿por dónde estarán?

¿Alumbran los mares donde habita el bien?

De pronto los montes retinglan. ¡Qué horror! Furiosas las nubes no sé, no; por que,

descargan sus iras locas. ¡Ay, Dios! ¡Aplaca tu al viento! ¡La lluvia también!

El trueno retumba. El viento arrancó más furias a las nubes. Entonces rocé.

¡Un claro en el cielo! ... La calma volvió. A Dios se le pide regazo con fé.

AMOR SIN AMOR

Cuando sola parlo con mi coincidencia, Dios, de aquellos tiempos,

un cuadro quiere pintar mis palabras y mis pensamientos.

Me parece imposible conseguirlo

si de el me acuerdo, porque, Dios mío, que trágico sería

mi pobre lienzo.

El pincel de mis penas y recuerdos, Dios, de aquellos tiempos,

quisiera pintar la horrenda barraca que ruge en mi pecho,

que en el lapso de tiempo de aquellos insulsos amores

ingratitudes y oprobios recibo de aquel raro hombre.

Como lloran las pobres golondrinas bajo mi alero,

así lloro, que amor y cariño los tengo por dentro.

PRESENTACIÓN DEL VIOLIN

¿Quién soy? Señores.

¿Un tibor de azucenas? ¿Nidal de ruiseñores?

¿Voz sin garganta que sin sonar suena?

¿Una niña morena de delgada cintura? ¿Los ojos de la pena

puestos en la roca de la Altura?

Soy las palabras dulces de los lirios el narrar la epopeya de su amor. Las llamas de la luz del paraíso,

la melodía hecha corazón.

El corazón doliente de las flores y rey supremo de todos los siglos.

El tembloroso aroma de la noche

condensando a través de los sonidos.

Sin mí, de la vida, ¿qué sería? ¿Un sendero sin ritmo ni flores?

¿Algo raro sin noche ni día? ¿Amor de un vergel sin olores?

Le presenté a las almas mis alas porque sin ellas mucho sufrían

al faltarles la fé y las claras ilusiones que a Dios le pedían.

Por eso mi arco quiere ser paz de todo destino con sabor de pan divino

del astro que nunca muere, y hacer de ti más que eres con el zumo de aquel vino, que con arpegios y trinos, te brinde sanos placeres.

Mi alma es, señores, el médium de mi vida. Con él tengo un mundo de claveles y nardos;

con él tengo un mundo de rosada alegría, donde veo a la luna y al lucero romántico

durmiendo sobre el fuego de melódicas risas. En él tengo el nido tembloroso y soñado

del mancebo jacinto y la rosa amarilla enredando sus ansias a sus pechos de mármol.

Las cerdas de mi arco rezuman la tristeza de cipreses dormidos, del cirio apagado, de la cruz solitaria rodeada de yedras, de las lentas campanas y las tumbas de

mármol; mas también la alegría de pasión con ojeras, del beso en la boca, de la madre sin llanto, de las flores y versos, del collar de perlas

derramando su fuego sobre el pecho blanco.

Soy el refugio de corazones buenos en amistad con la lira amorosa.

Dulce Loto y alma de todos los pechos que en su cáliz azul sus ansias flotan.

Sé que soy azul, franco y tranquilo;

mas si algo soy, es porque vuestra diestra, que jamás quiebra cuanto llevo dicho, de conformidad va con la izquierda.

SONETO AL BELLO SEXO I

Maternidad.

Cierto día pletórico de inquietudes, abrazándote al dolor de un soneto

de nueve plenilunios muy completos, diste un grito, luz de vivios o virtudes.

Dulces néctares liba en tus pechos con sonrisas de angélica infancia,

que envuelto en tules y en sus propias fragancias,

llega a la pubertad algo maltrecho.

Ahora porfían sus gracias con las rosas, pero ayer jugaba, cual mariposa,

con las flores de un jardín abandonado.

¿Oh!, lluvias inocentes lo han regado y bellísimas plantas crecen ahora esperando besos de clara aurora.

II

Juventud.

En bellas flores transformadas, baste ahora que tu forma sea completa

para que la lira embargue del poeta y te cante con estrofas delicadas.

Alégrate por ellas, regaladas

por su musa, tañidas con saetas, afinadas por dedos de atletas

para besar tu frente despejada.

Vuelve tus ojos a ti, juventud, tu corazón piedad santa encierra,

que sobre el mundo, nada como tu.

De él, su paz a tu vida se aferra. Gózate contente tu propia luz,

rayos de los placeres de la tierra.

III

Amor.

Para risueño harén de los amores, el alma tiene soñados jardines,

donde cantan coros de serafines ricos y armoniosos versos a las flores.

Porque el alma vive de ilusiones

que nos llegan de celestes confines cuando nos comunican claros clarines los tiernos encantos de las pasiones.

Por eso os vemos siempre preciosas, aunque no sois más la débil cosa de un gran misterios contenido.

Si es lindo o no su continente, nos parece aquella clara fuente

que la sed apaga al ciervo herido.

IV

Lindas notas de encantadoras liras caen con candidez de las mil canciones

tristes, escuchadas cuando suspiras, la tarde mágica sus oraciones.

Entonces, éxtasis dulces y rozados

embargan vuestro pecho. Si; mujeres, y desaparecéis entre dorados

recuerdos de festines y placeres.

Pues ese dulce vespertino acaso -copia cándida de los infinito- es florecer del último fracaso.

Porque sufrir os veo tanto, vierto lágrimas. ¿No sois eso? ¿No sois

de pretérito y futuro incierto?

HIMNO A ROTA

¡Salve, Villa, trocito de España y gran baluarte que la defendió! Tu siempre al mar que te baña, recuerdas tus grandes hazañas cantándole con dulce primor.

Siempre has sido del Golfo la perla,

muy heroica, muy noble y leal. Nuestros brazos podrán defenderla, pues mañana tendremos que hacerla

capitana de la libertad.

Cariñosa tendió ella su mano cuando vuela Colón sobre el mar

tras un mundo oscuro y lejano que él concibe alegre y ufano,

para luego a la ciencia brindar.

Es furiosa leona luchando cuando vence al moro infiel,

defendiendo la cruz de Fernando, que gozoso la va coronando con ramitas de verde laurel.

Es fogosa en todas las guerras

que le hiciera el pueblo más cruel y luchando por toda la tierra

va escalando las más altas sierras defendiendo de Cristo la fé.

Tiene Rota perfiles del moro bajo un cielo retinto de azul;

con sus playas el himno sonoro que las olas le cantan a coro, reduciéndolo el sol a salud.

Altos pinos le brindan cantares,

los viñedos, perlitas de sol, sus mujeres preciosos collares y los hombres aquellos pesares de su azada o del rudo timón.

¡Gloria a Rota, hermosa y galana! ¡Gloria a Rota, oh, ninfa del mar!

Tu, atenta al difuso mañana, hazle cara alegre y ufana cada día en su despertar.

¡¡¡TIERRA!!!

Canto Colombino.

Siendo aún mora Granada la bella, llegó a Moguer un buen marinero. De otro mundo, con tono parlero, dijo: Tiene el mundo más estrellas.

Su parla convence. Escrita ella, la pasa a Granada fraile austero; pero interesan ahora guerreros para escribir la gran epopeya, pues a ese amor tan abrazada

y al intelectivo don de su acero, no le atrae la maquina estrellada. Son de su virtudes viejas señales tener a Fernando por consejero

y por espada a su generales. Bañados los ojos por hondos llantos;

sufriendo su desdicha rigurosa, las llaves de su joya más preciosa

entrega Boabdil, que defendió tanto. El cielo esconde del moro el espanto

cuando Isabel las recibe gozosa y no menos deleitada que ambiciosa, porque en manos mora es quebranto. ¿Dónde pondrá luego el pensamiento,

quizás tras las estrellas relucientes para alumbrar las gracias de sus glorias?

Si; henchida de singular sentimiento, todo su pasado y feliz presente encadenará a su gran victoria.

Isabel, de piedad santa encendida, vuelve otra vez a la patria amada

de sus lindos ojos tiene mirada para dar al hecho calor y vida. Por eso jamás España la olvida, siendo su reina mejor coronada,

por sus virtudes la mas envidiada al forjar su patria, de historias henchida.

Con su corazón alto sublime de solitaria zurita, no gime,

ni quiere aplausos, ni lisonjas vanas, quiere deshacer la opresión tirana

de tantos laureles y hondos gemidos, estos de esclavos, aquellos de erguidos.

Para buscar especias sin gloria, tres naves, alegres como amapolas,

zarpan de Moguer, luchan con las olas, asombran al orbe y hacen historia.

¡¡TIERRA!!... ¡Oh, la redondez es notoria ante las bellezas de “La Española”, cuyo nombre es preciosa aureola,

aunque baste acaso con su memoria. De aquellos hombres que dudosa suerte,

¡ay!, las quillas llevaban a la muerte, fue el grato orgullo del venturoso día.

Indios de ellos de contento ardían Y los sabios esperaban sonrientes

el regreso de la atrevida gente. A la dichosa tierra han llegado

tras mil fatigas y conducta dura. La sangre por las venas, con dulzura,

la aspereza en amor ha tornado, y Colón, al cuerpo el lazo atado por la ingratitud y desventura,

vio a la pasión, al odio y a la locura , de gozo a sus pies caer desconcertados. Con la verdad que dio “La Española”,

aquella ingratitud quedó vengada e hizo soñar a futuro almirante.

No cantarán los cantos de las violas del mundo tanta verdad presentada,

fervorosas lo hará la cruz amante. Mil naves se remontan altaneras

buscando al mundo otros argumentos y como abrazadas a un juramento, ninguna queda en nuestra rivera. Llevan la soledad por compañera

y confiando en los cielos y elementos, saben que aquel fogoso pensamiento dejó de ser simple y triste quimera. No miran, no, al confuso presente, les basta con el ansioso mañana,

cual adelantados rudos rudos, valientes, que las gentes de ámbito ibero

tienen a la muerte por cosa vana si abre la lucha nobles senderos.

¡Oh!, las tribus, vagando placenteras junto al mar, al invasor esperaban

con tierno amor. Y sus ojos alzaban al claro cielo y a nuestras banderas.

Les llaman nuestro vestir y maneras,

dándole el pensar en su tosca aljaba, cuyas flechas ocultos afilaban

por si el “blanco” la guerra hiciera. Como Isabel y Fernando querían, benigna España su fuerte mano

en cariñosa adopción el extendía. por el placido instinto obligados a querer la patria posarse ufanos, el fraternal brazo es rechazado. Tirando al viento triste alarido

y lanzados unos gritos espantosos; tirando el indio sus dardos rabiosos

al pecho del invasor atrevido, la crueldad el odio se a permitido

y de las praderas el manto hermoso empapa la sangre de mil colosos

que espiran si exhalar un gemido. Mas, ay, no pudieron oír los mortales

al sol elevar a Dios su plegarias tras aquellas batallas infernales;

pero vieron cruzar negras figuras por las noches tristes y solitarias, suspensos de la bóveda oscura.

Del dardo vengador contra el potente; de los indios el furor implacable,

es posible que el mundo no hable, pues siempre el extraño empaña la frente

y si lucha con ardor impaciente, su pecho rebela sentir notable,

no de viendo ser ,pues, abominable su rencor de salvaje inconsciente. En las vibraciones de sus cantares

ofrendas de nuestro cariño llevan, pues hasta se traducen los pesares

y parecen escucharse hondos gemidos cuando sus notas al cielo eleva

su corazón con sensibles latidos. Cuando la pelea la paz nos regala,

sobre el haz de la pampa, sin tibieza, sosegado el indio a vivir empieza

y odio y amor su pecho iguala. Cantan las aves batiendo sus alas y olvidando monótonas tristezas,

doradas mas tarde por las grandezas vistiendo ricas y vistosas galas,

logrólo todo el trajín y las faenas lis cantares de los ríos por los valles,

La verde espesura, el prado hermoso, la oración al cielo, el alma serena, la seo grandiosa, la amplia calle,

el rancho honrado y el pan sabroso. El tiempo cantó la excelsa hazaña

reverdeando del Cid arrogante sus palmas y laureles rutilantes

ganados por su “Colada” extraña, que al triunfar las milicias de España

envainaron la espada coruscante, y asida a arado brillante,

colonizan en singular campaña. Ya no tiene el indo alma de fiera,

pero tiene lagrimas en los ojos y labra el campo y limpia su era,

que cuando pudimos tener amores pasaron los caballos a rastrojo

y del pasto seco brotaron flores. Llegado el día feliz de la ansiada

libertad, se van los conquistadores Dejando atrás tres siglos de rigores

con tantas naciones civilizadas; mas también por doquiera dibujadas,

con lápices de encendidos colores, las ínclitas victorias y loores

de sus obras por siempre celebradas. Y regresan los adustos galeones

tejiendo con sus victorias guirnaldas y temidos de arrogantes naciones; regresan a su puertos venturosos,

cantando a su bandera roja y guarda, himnos el Atlántico proceloso.

SUEÑO

Medrosa la noche nos trajo el día, (silente amapola,

detén a las Horas.) los brazos trabajan con noble porfía;

(Silente amapola detén las Horas.)

mas vino la noche cantando alegrías. (Hojas frescas de mi álbum.)

Soñando despierta mi alma sufría, (Hojita de parra,

descúbreme el cielo.) y vio una fuente. Las ninfas dormían

(Hojita de parra, descúbreme el cielo.)

Mi pecho en la fuente su canto vertía, (Hojas frescas de mi álbum.)

Rumor de nostalgia el río traía

(silente amapola, detén a las Horas.)

y en casto remanso con Venus dormían (Hojita de parra,

descúbreme el cielo.) los altos ardores de mi fantasía.

(Hojas frescas de mi álbum.)

Manchado de tintas el alba volvía;

(Silente amapola, detén a las Horas.)

sus ojos enormes mi sangre encendía (Hojita de parra,

descúbreme el cielo.) con bromas y suspiros. ¡Que gran sinfonía!

(Hojas frescas de mi álbum)

RECORDÁNDOLO

A mi amigo y colega don Salvador Cayetano,

artista de paciencia, trabajo y amor.

Cumpliendo deberes de su rico cargo, en su pueblo, sorteando lamentos,

soportables pocos, muchos amargos, pedagogo lo hace el saber del viento.

Regalando al niño ojos de Argos,

en marfil el graba sus pensamientos; mas con hilo de seda verde y largo le bordó el tapiz de sus contentos.

Por los cristales rotos de su vida,

con el agua luchaba la arena, pero su amor todo lo olvida.

De su academia la nostalgia azul,

ahora boga sobre azucenas

recién cortadas y llenas de luz.

POR EL HORIZONTE

Por el horizonte severo

alumbrando llega la aurora aquellos oscuros senderos de esperanzas seductoras

en el espacio perdidas tras la idea y el pensamiento, sobre nubecillas que olvida

la blanca rosa de los vientos.

Por el horizonte severo la idea viene orgullosa

lactando el pecho hechicero de la ninfa voluptuosa,

la nobleza del sentimiento y la acción benefactora,

visto así por el pensamiento si visten moral redentora.

Por el horizonte severo la ilusión cantando viene la tragedia que el lucero

corusco de noche sostiene con la sombra del engaño, que amarga al viejo tanto por vivir como ermitaño

que jamás llegó a ser santo.

Por el horizonte severo

cruza la juventud con prisa queriendo anidar bajo alero

o en juguetona cornisa, abandonando luego el nido para vivir siempre amante

por su misión haber cumplido llena de placer arrogante.

Por el horizonte severo

la ilusión y la esperanza, con el placer y el dinero

se van bailando una danza con ritmo de desazón,

y su melodía al recuerdo dispuestas al pedir perdón

de maneras y modos lerdos.

Por el horizonte severo la vida pasa presurosa

dejando que los herederos vayan llorando a las fosas; mas estos casos peregrinos

no tenerlos por cosas malas, que si el hado a traerlo vino

la muerte a todos iguala.

PAISAJES DE LA RIADA

Calor de ceniza tienen las nubes

que llenaron de crimen al río, ayer cascabel vació.

Alumbran los montes trenzas de truenos;

sus destrozos bajaron al río, ayer cascabel vació.

Familias enteras y sus utensilios,

se los tragan las aguas del río ayer cascabel vació.

Las chozas de juncos, llenas de quejas,

sus canciones entregan al río, ayer cascabel vació.

La fuerte veleta(¡Pobre ermita!), dando besos al viento, fue al río,

ayer cascabel vacío.

Caballos, ovejas, cabras y toros, sin quererlo, arrastra el río,

ayer cascabel vacío.

Olivos, naranjos, pinos, sumisos todos, pagan tributos al río,

ayer cascabel vacío.

Culebras, lagartos y grillos huían de las aguas del río, ayer cascabel vacío.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Grandiosa esmeralda forma el cielo;

de manzano se viste el río, ayer corazón impío.

Sin lodo el campo, verde ahora,

sevillanas le canta al río, ayer corazón impío.

Mujeres y hombres, viejos y niños

campesinos, bendicen al río, ayer corazón impío.

ABNEGACIÓN

Se eleva la casa en prado muy verde cantándole el gallo. Un perro la guarda

y el río la besa besándola alegre.

La casa es bonita, graciosa y alba. La ocupa Rosario con Tere, su hija,

llevando la casa la aguja en silencio. Con rudos trabajos lo pasan tranquilas

y crece la niña pensando en el cielo. En dulces mañanas que el cielo envía,

la madre, la niña, el perro y el gallo pululan del río a la casa con noble porfía

y dan al paisaje mas vida que el árbol. El día se quiebra pues dieron las doce,

durmiendo cansino el perro en la sombra. ¿Rosario? En la Singer, si, cose que cose ganando a la Tere el pan que se come.

Luciendo en los hombros collares de perlas, cantando graciosos se marcha las tardes.

La madre ya reza o cose sus penas, trayendo a la mente saudades del padre, y llegan las sombras con tristes cantares

durmiendo a la niña. El perro vigila. ¿La madre? En la Singe le da al volante

con esos afanes que agotan la vida. Tendida en su lecho, no duerme, descansa.

Un ángel la guarda rondando la alcoba. ¡Que sueño tan dulce! ¡Que cara de santa!

El ángel la deja, pues vino la aurora.

REQUERIMIENTO

Al hablar de muchas cosas, que lo hiciera de las ligas

me pido la caprichosa Leonora, buena amiga.

Estaba con Maribel

-que por casta Dios bendiga- cuando todo mi saber

le expliqué sobre las ligas.

Para fundir las campanas precisamos el crisol;

para saber de las ligas empleamos la ilusión,

también algunas mentiras, a veces, ser trovador,

quedado entre sus garras cuando sabemos el color.

Al muslo siempre agarrada

entonando su canción con sudores perfumadas,

despiertan la ilusión cual ardiente llamarada

voraz de la pasión voladora en nuestras alma,

que así lo quiso Dios.

Más arriba está la gloria que os hace deseada...

Entonces vuelven la espalda y se marcharon euforias,

teniendo que concluir sin terminar mi cantata,

pero las vi sonreír al volver sus lindas caras.

YA VIENE LA MUERTE

Ya viene la muerte volando hacia aquí. ¿La dejo que llegue si viene por mi?... Ya viene a mi lado

y cerca de ti. Te mira enfática,

sin poder reír. Tu estas impasible,

preciosa hurí. ¿Acaso tu cuerpo

lo hace sufrir?

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Allá va la muerte huyendo de aquí.

¿Qué tiene tu alma que hízola huir? Contigo no pudo

y huyó de ti...

¿Quién pudo contigo dichoso de vivir?

Que venga a verme y vete de aquí,

que al verte no huya y pueda reír.

Que venga la muerte volando por mi,

que amarte no quiero, mejor es morir.

¡AY, SI!

En la lóbrega oscuridad de la alcoba, el fuego fatuo de placeres muertos,

acaricia el recuerdo de los hechos

que sacaban ese órgano que amor incita, lugar es, para muchos, de recreo, para otros, llamas del noble fuego que derrite el mental de la vida.

MI ESPOSA

Una bordadora buena, sencilla; una mujer honrada y hacendosa

hija de oscura andaluza villa, tengo par madre mas que por esposa.

De sus manos salen aún maravillas

para hacerme la vida venturosa, por eso en mi casa siempre brilla

la flor y nata de sus grandes cosas.

De mi vida infeliz lleva la carga de una cruz abrumadora y larga...

¿Quién , como yo, la quiere en el mundo?

CONTESTACIÓN POR DACTILOLALIA

Gitano viejo y chalán requirió al campero de su querido lugar:

-Dígame el toque que das para misa, campero, que no debo faltar.

-¿De mi te quieres burlar? Mal gitano, embustero, le contestó sin replicar.

Lo mira y lo vuelve a mirar y encogiendo índice y anular, dejando el de corazón tieso, el campero, hombre avieso,

Dice: Pa tu hermana el cantar. Ya sabes el toque que va.

MI SOBRINA MARIANA

Mi sobrina Marina es muy buena costurera.

Tiene aire de sultana con esbeltez de palmera.

Tiene alma muy cristiana,

tiene ojos de hechicera y por pechos dos manzanas

mas bonitas que de cera.

Como monja de clausura vive en jaula lujosa

despreciando su hermosura.

¿Ningún corazón humano gozará su vida moza?

¿Será festín del gusano?

AMOR PERMANENTE

Entre la flor del naranjo

anidaron mis amores, que crecieron suspirando

al compás de tus canciones; canciones bañaban

en ríos que no existieron, donde las ninfas lloraran

con perlas de mis recuerdos. Sobre aquellas aguas claras

que nunca a los mares fueron, viven juntas nuestras almas, bogando a ningún puerto, transportando las naranjas

del precioso naranjero, entre cuyas verdes ramas

se unieron nuestros cuerpos. La senectud ha llegado

y el : Te quiero y ¿Me quiere? que en la juventud juramos,

su conservan inherentes. mi tierno amante

SU PAÑUELO

Los coros de ángeles

de mi corazón, con besos cantaban

mi último adiós. ¿Ay, madre querida,

qué pálido estaba! ¿Por qué Dios la vida

tan joven ,quitaba? ¡Madre, madre mía,

qué dulce semblante, aún muerto ,tenia mi tierno amante. Mi tierno amante

subió al cielo y ya agonizante

me dio su pañuelo. Me dio su pañuelo

¡que grato recuerdo! El es mi consuelo.

No; yo no lo pierdo. No; yo no lo pierdo por ser tan querido, por ser un recuerdo

de mi prometido que está en el cielo por Dios elegido... Tu dame consuelo. Tu dame consuelo, ¡madre, madre mía, que perdí el pañuelo que tanto quería!...

¡Ay, madre querida, que pálido estaba!

¿Por qué Dios la vida tan joven le quitaba? Los coros de ángeles

de mi corazón con besos cantaban

mi último adiós.

EL VINO

Delante de mis ojos se extendía la viña grandiosa, sin ribera.

Su verdor en sus luces me envolvía. los racimos pendían por doquiera.

Lejos, allá lejos, muy lejos,

relumbran vides , mas vides cual de esmeraldas los reflejos pidiendo que nadie la olvide.

¡Oh, risueña campiña,

el ámbar de mil colmenas atesoran tus viñas,

de perlas verdes y amenas!

Y pensé admirando:

¿Será, Dios mío, este mar ingente, de vides sembrado,

desgracia de tantas gentes?

A contestarme vino dulce visión de célica hermosura,

de donaire peregrino, casta radiante y pura,

cuya frente serena porfiaba su blancor a la azucena.

Si su alas abría, brotaba luz, como el nuevo día. Ella, por las pámpanas volando

de la encantadora viña, donde el tordo enamora cantando,

donde el tordo vive rapiñas, vino a mi exclamando:

-Ten valor... Ven conmigo... Aclararé tus dudas. Cual hada soy.

Sé cuanto digo... ¿No vienes?...Me voy.

-¡Si; espera! -¿Qué quieres?

-¡Quien supiera! - En la vendimia, oro formo del vino.

Soy la alquimia y el Destino.

Acarreo perjuicios caros contra todo bebedor necio; pero por la senda de lo raro brindo el bien a buen precio.

El vino es el día mismo. Su valor es la existencia,

su color del sol le viene y es la eternidad su ser.

¿Qué, a él, se parece del orbe? ¿Qué resiste su presencia?

Nos produce gran contento, felicidad y

placer. Redile, hombres buenos, vuestro gentil

favor, presentarle las copas. Ofreceros cariñosos y cantaran con vosotros querubines de el

Amor, esas delicias de los ricos vinos olorosos.

mas la visión, suplicante, dejó a mi alma embebida en las cosas de esta vida y se esfumó al instante.

PRESENTE DE LA LUNA

Si nos estamos besando, están las estrellas, a una,

riéndose con la luna.

La luna está observando.

Cuando estamos hablando, ¡Cómo escucha la luna

con atención importuna! Y ella sigue observando.

Si tu me estás abrazando, ¡Cómo nos mira la luna con ojillos de gatuna!

Y ella sigue observando.

Si nos quedamos pensando, sutil, sin duda alguna, vuelve la cara la luna.

Y ella sigue observando.

Las lunas fueron llegando trayendo oro a la cuna,

que es nuestra dicha y fortuna. La luna sigue observando.

CANTO A LA OROTAVA

Orotava laboriosa, madre de todas las rosas,

reina de la juventud, avecilla caprichosa

eres tu. de esta vida e interludio de la otra.

Cuando el sol acaricia

a la humilde choza, es música que canta

por entre los trigales las amapolas.

Cuando el rayo se agarra furioso a la roca,

es música de réquiem por el alma cantara de la alondra.

Cuando el viento duerme

con la celeste bóveda, ¡Dios mío, que contraste

con la música que cantan las rosas!

Cuando el viento brama empujando las olas, es música arpegiada

por las Furias con puñales y antorchas.

Dios la música hizo con el verbo de su Obra, de ahí que todo el cante

con llanto o carcajada de Jota.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

EPIGRAMA

Nunca casó doña Flora, pero dejó en testamento : Si muero viviendo sola,

quiero de acompañamiento el que tuve en mi boda.

-

LA OCTAVA DEL CORPUS OROTAVENSE

Para rendir homenaje a Cristo,

bajó presto del monte la retama, que con las flores maravilladas traman

una manos finas de artista listo.

Pues sobre el verde brezo bienquisto, con motivos eucarísticos de clama de La Orotaba su inaudita fama,

declarando: He aquí el tapiz previsto.

Y la torre, como dándose pisto, difunde un sonoro pentagrama

saludando a los muchos oriflamas.

Y detrás viene lo nunca visto : Un cortejo del pueblo y lindas damas

que al Hábeas Christe en silencio alama.

¡VAYA LETRERO!

¡Vaya letrero...! “La Primavera”

Folio, tercero lista, primera.

Mira, chiquilla,

por aguas de esta bahía no hay barquilla

más preciosa que la mía. ¿Su proa?... Ligera, gallarda y austera; la popa es figura de linda pintura.

¿El timón? Juguetón

¿Y la quilla? Pues sencilla. ¡Que vela!.. ¡Que remos!

Perderla

yo temo.

Estando sola sobre la arena, ¡oh, barcarola,

duermen mis penas! ¿Oh, barcarola,

rompiendo las olas, más nos queremos.

Perderla yo temo.

¡Que vela! ¡Que remos! ¿Y la quilla? ¿El timón? Juguetón

La popa es figura de linda pintura. ¿Su proa? Ligera

gallarda y austera. Mas preciosa que la mía

no hay barquilla por aguas de esta bahía.

Mira, chiquilla, lista primera, folio, tercero.

“La Primavera” ¡Vaya letrero!

SEQUIA DE AMOR

Vengo ahora de la fuente, de donde fuerte

manaba, pues la fuente se ha secado y el ciervo está

sediento ¿Por dónde ahora vuelan las músicas de sus

besos? ¿Dónde están las rosas y sus novios los

claveles? Sin escuchara a la fuente,¿de nostalgia se ha

secado? Si, y las blancas margaritas, con los olorosos

nardos terminaron sus amores al chompas de triste

son. Con daudaes de la fuente , silencioso el río

arrastra no lleva al mar los pétalos de las rosas y

claveles que venían de la fuente y el río arrastró. No es ya ameno el prado, ni tampoco su

floresta, ni reza lo pobre ermita, ni las avecillas cantan,

que la fuente se ha secado al morírseme el alma,

mi alma de ciervo sediento de caricias de amor.

SENSACIÓN ONÍRICA

Mientras nos cantan de noche la brisa, el mundo onírico del pensamiento

compone extravagantes argumentos sin aquellos valores de la premisa.

Brusco el corazón late deprisa

atolondrando tanto el sentimiento que, abrazándose al sentimiento,

nos despierta con lágrimas o risas.

Tras del sueño, un iris generoso por encendidos colores rodeado, el arco de los cierto ha colocado.

Pues sobre fondo celeste precioso vaga luego el cuadro naca rado que la realidad hubo tramado.

ARRIBA HAY QIE MIRAR

Que tremenda es la verdad y más recio el parecido de una copa de cristal,

carente de contenido, con la mente y realidad

de los sabios que se han ido sin haberlos convencidos.

¿Será imposible hallar en el monte blanco grajo?

Tan rara es la verdad que da al sabio trabajo,

pues arriba hay que mirar -el sabio mira hacia abajo- cuando queremos lograr la razón por corto atajo.

CONTRAPOSICIÓN

¡Que desgracia e insulsa vida la del que huye compañerismo y sigue las equivocadas sendas de la indiferencia y egoísmo!

¡Que venturosa y plácida vida

la del que suspirando bien vive por que el sufrir dolor no le causa

una vida que nadie concibe!

INTERROGACIONES

¿Por qué no puedo vivir en el fuego,

ni apetecer en invierno más frió, ni vivir con los peces en el río,

ni pedirle a la muerte: ¡Ven luego!

¿Por qué al sol no puedo mirarlo, ni ascender para vivir en la luna, ni imponer favores a la Fortuna,

ni ver a Dios y menos escucharlo?

Y respondió una voz misteriosa: Si realizar no puedes tales cosas,

culpa es que invierte en deseos tu vida.

Ni fogoso, ni impaciente pidas, si; que Dios impuso a la ciencia el lema de resolver con pausas tus problemas.

EL MUSICO AMBULANTE

Como las ruedas a la carretera, se pueblo en pueblo lo arrastra el sino.

Si el come pan, no bebe vino y el clarinete es su maleta.

Casi sin penas y sin pesetas,

pasa tranquilo por los caminos y por su porte, sucio y mezquino,

hasta del niño es cuchufleta.

Llega a los pueblos con ilusiones, pues lleva nuevas composiciones

con las que espera lograr buen plato.

Del clarinete –parece un gato- se ríe el coro. El indigente

pasa el “platillo” y huyen las gentes.

EL LLANTO

Al cuerpo vida, al corazón cuidados para llorar con lágrimas eternas

e ir por mudos y solitarios prados sembrando siempre nuestras quejas tiernas.

Consuelos breves de dolores largos

es el llanto que el dolor apetece, y si ojos tuviésemos como tuvo Argos,

insuficiente fueran, me parece.

Los collados, arroyos y los ríos, saben que tus llantos y los míos

nos tienen, si, en vida padeciendo.

Es el llanto señal de pesar horrendo, de mucha compasión y tan doliente,

que aun siendo cruel, se torna clemente.

DESENGAÑO

¡oh, sutil surtidor de mi vida! Alegres cánticos tu entonabas

al caer el agua, que murmuraba, dentro del vaso de mi ilusión.

Me asomé al cristal de la fuente para conocer tus pensamientos,

airado un guijarro cogí al momento que ni mano al cristal disparó.

MI HADA, LA SOLEDAD

Solo estoy con mis libros y pesares, ensanchándose mi mente ahora cual céfiro que bulle por la flora

arrastrando el silbo de los pinares.

De mi pecho suspiros ejemplares en la noche se detienen y oran

como el creyente que salud implora a la Virgen Madre de los altares.

¡Que dulce es la soledad! ¡Que ternura!

Ella enciende mi lámpara apagada, llevándose al amor y la ventura.

Ardiendo en gratitud por sus encantos,

adorno hoy con versos a mi hada, porque, la quiero y adoro tanto.

LA RISA

La risa sus donosas alas tiende al volar por el prado deleitoso, y de su batir el cantar sabroso

a las flores sus colores enciende.

De la risa nunca el triste entiende su contenido bueno y poderoso,

por tener el corazón enojoso, mientras ella alegrarlo pretende.

Es la risa fuente cantadora

que amor dichoso comunica con beso de sus ninfas seductoras.

Es un surtidor de elocuencia pura, un libro sin igual que nos dedica

el orden divino con galanura.

LA “ESTOCA” DE LA TARDE

Arriba, banderas, fiambres y gritos; abajo, el ruedo con sangre teñido. El destino se luce al toro ceñido,

los ¡óles! aprueban. Protestan con pitos.

Arriba hay muchos de vino ahítos; abajo ya fueron los brutos heridos

y un banderillero sale cogido. Tremendo silencio tras de unos gritos.

La roja muleta desgrana bellazas

y el diestro, triunfante, derrocha destreza. Lo cuadra..., apunta...La frente le arde.

Se tira...¡ Óle, la estoca de la tarde! El rabo y la oreja, laureles del coso,

escriben la historia de un arte grandioso.

A TI, MAESTRO VILLA

Del viento político era mi destino, castillo de naipes, cosa insegura.

Pero tu espíritu- ¡oh, genio y ventura!- al viento detuvo, de la ley es mi sino.

Brilló liso sol. Por amplio camino

me lleva tu alma, tu nombre y figura, que tiende el castillo solidez y altura,

mas sus fosos limpios se tantos espinos.

Tuya es mi memoria con mis sentimientos, pues mi corazón mucho te aclama,

porque cuanto tengo no es de mi talento.

A ti te lo debo, a tu gentileza, por eso ahora mis versos declaman

de tus ricas prendas su gentil nobleza.

ANTE EL ESPEJO

Dime, madre mía. Estos ojos grandes, esta boca sana como la azucena,

esta frente limpia, madrecita buena, y estos rizos negros, ¿prendas tuyas son?

Este alma sutil, como fuente clara,

y estos pensamientos y estas voliciones, y estos altos rezos y estas bendiciones, ¿vienen a mi cuerpo por tu corazón?

Estos ancestrales, ¿bajan desde el cielo, madrecita buena? ¡Como me consuelo con los dones estos que de ti heredé!

Tales atavismo que de ti he heredado,

porque son tan buenos, a Dios he clamado que a mis hijos, madre de mi bien.

TRIPTICO MUSICAL

Música cantada con flores yendo al alma sus perfumes;

música que trinen las aves inspiradas por su numen,

es dicha y consuelo del hombre cuando el tiempo él consume.

Música que canten los mares

satinada por la brisa; música que venga del cielo

eslabonada a la risa, es bendición para el hombre,

que de su esencia precisa.

Música radiante de pureza con cadencia de ilusiones; música con afán profundo

implorando oraciones, alto pedestal es del hombre

y dosel de sus pasiones.

EL AMOR

Templo de caridad, cárcel de ventura es el amor de todo pecho ardiente

que ora dichoso u ora doliente, brota del alma, seno de luz pura.

Si goza de paz, rechaza la ternura y si la discordia no está ausente,

el lustre pierde la flor de su fuente y sin lustre, por Dios, ¿hay hermosura?

Eterna primavera a en el florece, donde clara luz bella resplandece

inundando de fé los sentidos.

De innumerables rayos adornado

y de sueños y éxtasis rodeado, nos sigue el hado ser querido.

SERENA TRISTE

Por las ondas que realizan los vientos bajo el silencio de la noche

pletórica de sombra y tiempo, un melódico velo de acordes mi viola, mi viola tiró al cielo.

Allí la escucha con sentimiento

y en sedosa nube la recoge, que se la ofrezco para consuelo

de su espíritu en esta noche, allí está, pero vive en mi pecho.

CLISE DE ESTIO

Lindos espectros en traje de baño, en la playa disfrutan

acreciéndole lujurias al fauno, lo decente lo dejan

como corcho en el agua, flotando.

Cristalitos de estío se visten de hastió.

¿En tu mundo estás, Isis soñadora,

bajo el cielo de agosto?... ¡Juventud sin mieles y sin estrofas

tu pudor se desangra en la canción del mar, por ti monótona.

Cristalitos de estío se visten de hastió.

Horas pornográficas del verano,

¿por donde camináis? Los insectos, ahora solitarios,

en lo marchito comen ambrosías salpicadas de llantos.

Cristalitos de estío se visten de hastió.

Vuelvan las ninfas por los secos campos

bajando presta el agua. El invierno vino haciéndose el amo,

helando los recuerdos de la carne sudosa en verano.

Cristalitos de estío se visten de hastió.

LAS CAMPANAS TIENEN ALMA

Del monte, cierta noche,

bajaron alimaña. Sus pérfidos zarpazos

destrozan rebaños. Caen las zagalas.

Ahuyenta a las fieras el resplandor del alba. Los cadáveres yertos

a la muchedumbre contrita espantan.

Cavan las sepulturas la azada y las lágrimas,

y en caso semejante el murmullo triste de la plegarias.

Cuando el alba vino,

lloraron las campanas de la humilde ermita,

que también las campanas tienen alma.

SAETAS CARCELERAS

estoy preso por ladrón; pero tengo el consuelo tener por botica el cielo y por médico al Señor.

Virgen de la Soledad, achícame la condena,

que llevo conducta buena por aprender a rezar.

EL MAESTRO DE ESCUELA

¡El maestro de escuela! No os asombre que temblorosa mi pluma quiera

ver como faro olvidado aquel hombre dador de nuestras lecciones primeras.

Nada tan ilustre como ese hombre, ni estudio mas alto lo ennobleciera. Su sacrificio le dio gran renombre

para esta Edad y las venideras.

Sereno y puro es su pensamiento, y elevado su amor por la infancia

al quererla sacar de la ignorancia.

La ciencia suya es el entendimiento adornado de ardiente fantasía.

Sin su labor, el mundo, ¿qué seria?

LA VIDA

Con los ojillos de la esperanza, cuando soñamos, vemos la gloria

de nuestra vida formando historia, pero la fama pocos la alcanzan.

Muy arrogante el hombre se lanza contra las cosas con perentorias,

ni suficientes en la memoria del tiempo, que es ritmo de danza.

Todos decimos: Todo es mentira,

hasta el vivir. como delira quién tal lo crea. La vida no es eso.

Trabajo es ella y pan y besos

es un presente de gran Amor. Eso es la vida del pecador.

CRISTO DE LA VERACRUZ

A nuestro Padre Jesús,

que no lo tengo por muerto, aunque lo dice su cruz,

le pregunté se era cierto el amor que dices tu.

Con voz dulce y cariñosa

me respondió al momento: Cuidando, que es mentirosa,

tu vivirás muy contento sin tomarla por esposa.

Tu me tendiste los brazos

con tan loco frenesís, que no pude hacerles caso

y bebiendo estoy por ti el áloe de tu lazos.

¡Cristo de la Veracruz,

vengo pidiendo perdón! Dáselo con prontitud a mi pobre corazón

que sufre ingratitud.

LA PENA

Mezclaba mi pena el recóndito llanto entre los firmes y ásperos decretos,

por tenerme el ánimo inquieto un amor pasado al sepulcro santo.

¡Ay!, que así mi pena lo quiere tanto

al ser profundísimo el secreto del atrevido hado, que sin respeto,

me despojó del claro y dulce encanto.

En mi corazón mete ella la mano para sacarme de mi alegría

y llevarse cuanto bueno escondía.

¡Oh, musa!, si me quejo aquí en vano, ¿qué le hago? Fue su nido y morada

el, con dulces caricias fabricadas.

APUNTE HISTORICO

A un pueblo canario, con noble porfía, muchos años luego del gran Acentejo,

llegó un andaluz, músico y viejo, que dicen vivió a entuerto por el día.

De su mala estrella se reía,

y si lo tienen por fuerte pellejo,

saber demostró con claro despejo y por su batuta cobró nombradía.

A chanza el toma si le dicen: “Godo”. Le agrandaba el trato de los plataneros,

gustable el vino y fue parrandero.

El dijo querer vivir a su modo, prurito que nadie acoge ni agrada,

y sale del pueblo por cierta alcaldada.

MENDIGO ANTE UN PINO

Allá, cuando yo infante de triste vida incierta,

fui de puerta en puerta como suco mendigo caminante.

Llegué aquí jadeante, saqué de la espuerta

una piña abierta, un piñón sembré y seguí adelante.

Clamando porque el piñón germinare

¡han pasados mis años a tan lejos! ¡Copudo pino, que llegues a viejo

y la caluroso que tu ampares te bendiga! ¡Siempre estoy contigo

por ser limosna del cielo al mendigo!

LA NOVIA DEL PUEBLO

Cantores celestes con liras de plata, son flautas y oboes, y los clarinetes,

con los saxofones torcidos cual sierpe, olímpico duo de dioses y hadas.

Por nobles guerreros de bíblica estampa, trompera y trombón- dos cisnes alegres-,

con todos los saxos, el Arte los tiene, fraguando con ellos sonoras batallas.

Batallas de flores. ¿Es esto la banda?

La banda de música; la novia del pueblo, pues ambos se tiran besitos de nácar.

El novio le pide que siga ilustrando; que siga su obra de luz y consuelo

y vaya con él cogida del brazo.

HIMNO DE LA HISPANIDAD

De un hombre fuiste,

¡oh, mundo excelso! espuma blanca

de un pensamiento.

El grita: ¡¡Tierra!! Por tus encantos sus ojos vieron en ti un astro,

y al verte gracias, dirige al Justo

tiernas miradas.

Tan largo espacio voló al cielo

pulsando arpas vivos y muertos.

Regó España

tu perfil suelo; mas pronto obtiene triunfitos eternos.

La cruz y el libro,

divinas llamas, su mano grave

puso en tu alma y el rosario, porque lo cantas,

te civiliza más que la espada.

Con sus cantares,

amor versos,

formó su arado silos de ensueños.

Pasó el tiempo

haciendo historia y alzando torres entre las chozas.

Por ser ya tuya la dura brega

de tantos siglos llenos de espera,

muy jubilosa, clemente y digna,

España torna cual golondrina.

Laureles crecen y dan aromas, y las campanas cantan lisonjas.

ABAJO Y ARRIBA

Abajo, mariscos; arriba las rosas tachonan las cuestas. Arriba, arriba;

abajo y arriba guitarra agarena, templillo sonoro y copla amorosa.

Arriba florece la vid muy frondosa.

Abajo se pescan chicharros, morenas. Ni arriba ni abajo conocen que es pena... ¡Con “papas bonitas” su vida es dichosa!

Arriba, La villa (1) con bello semblante y abajo el Puerto (2), del turismo imán,

airoso luchando con su bravo mar.

(1) La Orotava. (2) Puerto de la Cruz.

DESNUDO

Entre olivos sin aceituna, descarada se desnudó la luna.

En concha blanca mis ojos hallaron

a Venus en retórica de Paros.

Alegrando la ribera del mar su cuerpo perfumaba el olivar.

Calienta el suelo sus pies rozados e inefable rumor forman sus brazos.

Cabellera amarilla y larga

alumbra su rostro, que es mar de plata.

Danzarines labios tiene su boca, joya viva, amante y olorosa.

Manzanas doradas tiene por seno

y mueren, por ellas, de amor el deseo.

Por ombligo tiene lindo lucero que alumbra cual sol el bosque de Venus.

Encierran sus muslos ámbar y vino

en cáliz de gozo definitivo.

Ellos esconden dulzuras de miel, la rosa verbo de Dios y Luzbel.

Poeta luminoso y soñador

dio vida a su perfil encantador.

Tiene su dorso adornos de lira y flores de eterna poesía.

Ella presta al alma alegría,

que si ella el alma ¿qué seria?

RECLAMO TEXTIL I

Cuando me compro un traje, Foncuberta me confiere

un buen paño, que sugiere el vestir cual personaje.

No precisa maquillaje

si lo visten las mujeres, de ahí que lo prefieren

más que a vistoso encaje.

Un andaluz zalamero, dijo: No hay tela cara ci si orillo ez Barbara.

Deferencia zu dinero

ci zuz pañoz ozté uzara y hazta pondría otra cara.

Y calándose el “cañero”,

añadó este estribillo: ¡Comprare, ojo al oriyo!

II

Con el reclamo no engaño.

Si usted vestir bien deseara, necesita un buen paño;

ese paño es Barbara.

Nada tuviera de extraño que mejor no lo encontrara.

La lana de mil rabaños tiene el marchamo Barbara.

Para vestir elegante,

no se ponga algodón, el paño es mucho mejor.

Pero si lleva acuciante el signo de Foncuberta, entonces mejor acierta.

MATERNIDAD, FUENTE DE AMOR

Hoy sintiéndose madre. Oí quejidos

y hasta hoy no supe porque me engrien e inundan sus gracias mis sentidos

y su cuerpo y vida me sonríen; hoy, como en Dios, en su amor he creído.

EL SOLDADO HERIDO

Balada.

Por el plomo un soldado

cayó bajo un olivo y un rosal frondoso

surgió de improvisto.

Si está lleno de fruto, ¿por qué llora el olivo, por beberse la sangre del soldado herido?

Tu, centinelas, que viene un muerto; nos des el : ¡ALTO!, que sube al cielo.

Sin que nadie lo riegue

el rosal ha crecido por cuidarlo la sangre

del soldado herido.

Tu, centinela, que viene un muerto; nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.

Si; del rosal frondoso

se clavó un espino la novia del soldado que cayó mal herido.

¡No bebas, no; la sangre del soldado herido! -al chuparse el dedo

le dijo el olivo-

Tu, centinela, que centinela que viene un muerto;

nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.

Ya está con los luceros el soldado herido

y la novia llorando abrazada al olivo.

¡Ay!, del rosal frondoso

no se lo que ha sido. ¿Será aquel lucero de dolor azulino?

Tu, centinela, que viene un muerto;

nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.

LUCES DE CUEVA

En la oscura cueva son nuestros ojos

puntitos inquietos, como los osos.

En la oscura cueva,

sobre lo rojo, vemos a los siglos

y sus despojos.

En la oscura cueva viven asombrosos

de hombres lejanos y misteriosos.

En la oscura cueva

no brilla el oro y si lo pintado

con dedos gordos.

De la oscura cueva salen sollozos

si el gitano evoca pueblos remotos.

De la oscura cueva

sabemos todos que encierra su techo

un gran tesoro.

REPROCHES AL FLAUTÍN

Flautín, diablillo,

voces tienes de organillo.

Cuanto grites tu o calles, todo lo haces con llaves.

Con llaves de níquel fino interpretas pergaminos.

En uno hay un letrero

que tiene mucho salero:

Tus cantares sin de grillos dorados, pero sin brillo.

Flautín,

gracioso, ángel de un arte precioso.

HOMENAJEANDO

Al dibujante Kaito. Fue don Ricardo Garcia (su nombrete es: Kaito)

rehiletero inaudito, de modesta valentía.

Pero tuvo nombradía

por su pluma y lapicero al componer manuscritos

con singular maestría.

Del pulquérrimo blancor lleva una vela clemente dentro de la profesión.

Y debe, con sed de orillas,

navegar eternamente por mar sin fondo ni orilla.

SOLILOQUIO DEL BOMBO

Ay, de mí. En la orquesta hago el trueno y hago: ¡Pon!

¡Soy el ronco cañón que tuvo vida funesta!

Si; voy haciendo fiesta con mi alma de bufón,

y si repito el ¡Pon! el auditorio protesta.

Está el bombo tranquilo

-observa un avispad

por verme siempre parado-.

Pero al final llevo en vilo a todos los profesores.

Es cuanto hago primores.

LA CAJA

La orgullosa caja viva, hermana del redoblante, hace mutis en Andante y en Allegros es activa.

En escenas descriptivas tiene valor abundante.

Marca el paso a los infantes de manera pensativa.

Como los sueños se encienden

en la linterna del niño, sus redobles nos sorprenden.

Y va en las procesiones

tan dulce como un pestiño relleno de atracciones.

LOS PLATILLO

Prodigio de artesanía y de finura prodigio,

sus timbres a veces suenan como canto nunca oído.

Deben de estar orgulloso

como el rubio y tierno niño que en su cuna de corales

sueña con dorado Empíreo.

Ellos, quebrando cristales en tierra de la mañana,

producen bellos cantares.

Cantares sin otros padres que las risas de las playas y los besos de las tardes.

COPLA

Ente hombre y mujer es el amor un sosiego,

siendo en muchos placer como los palos de ciegos..

Fin