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ñera edidón siglo xxi, 1968

SIGLO XXI EDITORES, S. a>nel Mancera 65 —México 12 D Fa su venta en México. ' '

ECHOS RESERVADOS CONFORME

y Jecho en Méxicoated and made in México

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A LA LEY

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ÍNDICE

Prólogo

I POESÍA

La noche que en el sur lo velaronFundación mítica de Buenos AiresAjedrezEl reloj de arenaAlusión a la muerte del coronel Francisco Borees

(1835-74)JunínEl marEl laberintoLaberintoA un poeta sajónJonathan Edwards (1703-1758)EmersonUn soldado de Lee (1862)Camden, 1892París, 1856El Golem

SpinozaLímites

Otro poema de los donesEl instanteEdipo y el enigmaAdroguéEl forastero

Everness

EwigkeitLas cosas

Adam Cast ForthA una moneda

-12 2 8^

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New England, 1967James JoyceHeráclitoMilonga de dos hermanosMilonga de Jacinto ChiclanaLos compadritos muertos

II PROSAS

El testigoUna rosa zunarillaEl puñalEpisodio del enemigoEl cautivoA Leopoldo LugonesIne unending gift

III relatos

TlornT'"""'" ^ Almotásim

Temá'del que se bifurcanEl ímaortafEl fin

muerteHombre de laEa intrusa rosada

ensayos

«.eiifiss»fe.rs'í'í.-EfSobre -W:! .El

VI as

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La escritura del DiosDe las alegorías a las novelasLas KenningarSobre los clásicos

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i rr I

Robert South famosamente escribió: "Un Aristóteles nofue sino los escombros de Adán, y Atenas, los rudimentos del Paraíso." En aquel siglo desanimado, el espacioabsoluto que inspiró los hexámetros de Lucrecio, el espacio absoluto que había sido una liberación para Bruno, fue un laberinto y un abismo para Pascal. Esteaborrecía el universo y hubiera querido adorar a Dios,pero Dios, para él, era menos real que el aborrecí ouniverso. Deploró que no hablara el firmamento, comparó nuestra vida con la de náufragos en una islasierta. Sintió el peso incesante del mundo físico, sintióvértigo, miedo y soledad, y los puso en otras palabras-"La naturaleza es una esfera infinita, cuyo centro cs^aen todas partes y la circunferencia en ninguna.publica Brunschvicg el texto, pero la edición criticaTourneur (París, 1941), que reproduce las tacha uia^y vacilaciones del manuscrito, revela que Pascal empea escribir effroyable: "Una esfera espantosa, cuyo ccn^tro está en todas partes y la circunferencia en ningy^^*

Quizá la historia universal es la historia de la diversaentonación de algunas metáforas.

Buenos Aires, 1951

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la flor de coleridge

Hacia 1938, Paúl Valéi-y escribió: "La LLstoria de laliteratura no debería ser la historia de los autores y delos accidentes de su carrera o de la carrera de sus obrassino la Historia del Espíritu como productor o consu-^dor de literatura. Esa historia podría llevarse a tér-

sin mencionar un solo escritor." No era la primemvez que el Espíritu formulaba esa observación; enon el pueblo de Concord, otro de sus amanuenses la laanotado: "Diríase que una sola persona ha redactadocuantos libros hay en el mundo; tal unidad centra ayen ellos que es innegable que son obra de un solo ca allero omnisciente" (Emerson: Essays, 2, vm). jJaños antes, Shelley dictaminó que todos lospasado, del presente y del porvenir, son episo os olentos de un solo poema infinito, erigido por opoetas del orbe {A defense of poetry, 1821).

Lsas consideraciones (implícitas, desdepanteísmo) permiürían un inacabable deba e, X

las invoco para ejecutar un modesto p^storia de la evolución de una idea, es una

*os heterogéneos de tres autores. El , fines delnota de Coleridge; ignoro si éste '̂J'"ma.alnaente:_

glo xviu, o a principios del xix. > un sueno,Si un hombre atravesara el había estado

y ie dieran una flor como prueba e ixiano---®-llí, y si al despertar encontrara esa¿entonces, qué?" ,

No sé qué opinará mi lector- w ac 4ue opiUdia — Jg ,

juzgo perfecta. Usarla como ue"®,^es felices parece previamente P ^ d®togridad yla unidad de un «de la iit«^.J"^eta. Claro está que lo es; no ^ea coiocomo en los otros, no hay acto 4

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de una infinita serie de causas y manantial de una mfinita serie de efectos. Detrás de la invención de o eridge está la general y antigua invención de las genera

El segundo texto que alegaré es una novela quebosquejó en 1887 y reescribió siete años después, enverano de 1894. La primera versión se tituló The cinic Argonauts (en este título abolido, chronicvalor etimológico de temporal) ; la definitiva, Themachine. Wells, en esa novela, continúa y reformaantiquísima tradición literaria: la previsión de n^futuros. Isaías ve la desolación de Babilonia y ^tauración de Israel; Eneas, el destino militar de suteridad, los romanos; la profetisa de la Eddala vuelta de los dioses que, después de la cíclicalia en que nuestra tierra perecerá, descubrirán,en el pasto de una nueva pradera, las piezas de aje ^con que antes jugaron ... El protagonista de We s,diferencia de tales espectadores proféticos, viajamente al porvenir. Vuelve rendido, polvoriento ytrecho; vuelve de una remota humanidad que sebifurcado en especies que se odian (los ociososhabitan en palacios dilapidados y en ruinosos jarlos subterráneos y nictálopes morlocks, que se alimen ade los primeros) ; vuelve con las sienes encanecidas ytrae del porvenir una flor marchita. Tal es la segundversión de la imagen de Coleridge. Más increíbleuna flor celestial o que la flor de un sueño es lautura, la contradictoria flor cuyos átomos ahora ccu

pan otros lugares y no se combinaron aún. . ,J-a tercera versión que comentaré, la más trabajada,

escritor harto más complejo qu^des nii^^ menos dotado de esas agradables virtu

Me refiero al autortico Lñ™ Tr'"" ^ Nonhmore. el triste y laberin-noveS de ceráT' dejó inconclusa un=una variaet? fantástico, The sJe of the past.

t No he leMo'rr °tación de The time machine.rte Sense of the Past, pero conozco el sufí-164

U.i. JW

cienes de amantes que pidieron como prenda

El protagonista de Wells viaja al porvenir en un inconcebible vehículo, que progresa o retrocede en el tiempocomo los otros vehículos en el espacio; el de James regresa al pasado, al siglo xviii, a fuerza de compenetrarsecon esa época. (Los dos procedimientos son imposibles,Bicsa ai pasado, al siglo xviii, a tuerza ue ——

con esa época. (Los dos procedimientos son imposibles,pero es menos arbitrario el de James.) En d he senseo/ the pasty el nexo entre lo real y lo imaginatuo (entrela- actualidad y el pasado) no es una flor, como en asanteriores ficciones; es un retrato que data del siglo xviiiy que misteriosamente representa al protagonista. Este,fascinado por esa tela, consigue trasladarse a la ccia

que la ejecutaron. Entre las personas que cncuenü-a,figura, necesariamente, el pintor; éste lo pinta con ^

y con aversión, pues intuye algo dcsacostuin ra oy anómalo en esas facciones futuras... James 'un incomparable regressus in infinitian, ya que su 'Ralph Pendrel, se traslada al siglo xviii poique ona un viejo retrato, pero ese retrato rcquieie,

que Pendrel se haya trasladado al siglo , |̂ gtís posterior al efecto, el motivo del viaje es u

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consecuencias del viaje. ^ i ♦ -to de Cole-Wells, verosímilmente, desconocía c ex de

ridge; Éleniv James conocía y adrnira ^ ^WelK Cla.1 está que si es viHda lafodos los autores son un autor,- ta es lejos;uificantes. En rigor, no es de los autores

panteísta que declara que la plur i clasicista,es ilusoria encuentra inesperado poco-

Imuorta muy f ges ilusoria encuentra inesperado apoy poco-según el cual esa pluralidad impor ^gencial, no lo®|as mentes clásicas, la literatura es ^ incorpoindividuos. George Moore y J^^i^

dente análisis de Stephc" amigo de^lement (páginas 105-110). Experi'»^"^

relación puede consultarse c . , del pa»^dsmoSraphy de éste. . el epigra"'®"®f,^rados son

^ Al promediar el siglo ^ cristianoAngelus Silesius dijo que tof^^S) yque todo{Cherubinischer Wandersmaii",be ser Cristo {op. cit-, Vj • lo

«ff.

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rado en sus obras paginas y ¿tros los eje-Wildc solía regalarcutaran; ambas conductas, ^""^1^ ¿ mentido detrarias, pueden e^•idenc.ar un m. mo deSi ™ní,..co \"sri n«V a.»;;;la anidad p.ofnnda dd ^adi , qaa,rnites del sujeto, fue el esianten.o l.^!nado en la tarca de ^ sus contcOPlos dlctátrtcnes éLarr^blar írag^f'" deneos le merecían, se redujo a ens ySéneca, de Qu.ntt ta.to. de Jus jes i-Erasmo. de Maqutavclo, de Bacogcros. Oiiicncs nninuciosanj

Una observación uluma. 9 gonalmente, 1 ]opian a un escritor, lo hacenjorque confunden a f "1° tarse de él enhacen y de laes apartarse de la ^ • infinita Iitermuchos años, yo creí q ^ Carlyle>taba en un hombre. Ese hom j Cansinosncs Becher, fue Whitman, fue Rafaefue De Quíncey.

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EL SUEÑO DE COLERIDGE

lírico Kuhla Khan (cincuenta y tantos

soñad ®irregulares, de prosodia exquisita) fueen urT P°^ta inglés Samuel Taylor Coicridge,cribe ^ ^ verano de 1797. Coicridge es-dc Ex^^ había retirado a una granja en el confínfótico* indisposición lo obligó a tomar un hip-tuj,^ ^ sueño lo venció momentos después de la lec-^c un^ "'} Parchas, que refiere la edificaciónfama por Kublai Khan, el emperador cuyalerid labró Marco Polo. En el sueño de Co-y a casualmente leído procedió a germinarj . '̂pitearse; el hombre que doiTnía intuyó una seque r visuales y, simultáneamente, de palabrascon 1 al cabo de una hora se despertó,poe ^ ^^t'tidumbre de haber compuesto, o recibido, un

unos trescientos versos. Los recordaba con

claridad y pudo trascribir el fragmento que per-y1 obras. Una visita inesperada lo interrumpiótue imposible, después, recordar el resto. "Descubrí,1 pequeña sorpresa y mortificación —cuenta Co-

tidge—, que bien retenía de un modo vago la for-general de la visión, todo lo demás, salvo unas ocho

^ diez líneas sueltas, había desaparecido como Jas imágenes en la superficie de un río en el que se arroja unapiedra, pero, ay de mi, sin la ulterior restauración deestas últimas." Swinbume sintió que lo rescatado erael más alto ejemplo de la música del inglés y que elhombre capaz de analizarlo podría (la metáfora es deJohn Keats) destejer un arco iris. Las traducciones oresúmenes de poemas cuya virtud fundamental es la música son vanEis y pueden ser perjudiciales; bástenos retener, por ahora, que a Goleridge le fue dada en unsueño una página de no discutido esplendor.

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