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    Ediciones Universidad de Salamanca Stud. his., H. mod., 29, 2007, pp. 23-45

    PEGERTO SAAVEDRA LA HISTORIA RURAL AYER Y HOY

    ISSN: 0213-2079

    LA HISTORIA RURAL AYER Y HOY

    Rural History yesterday and today

    Pegerto SAAVEDRA

    Universidad de Santiago de Compostela

    RESUMEN: La historia rural presenta tradiciones y trayectorias distintasen los diferentes pases de Europa Occidental. En Inglaterra se ha mantenidodesde mediados del XX a la actualidad como una vigorosa corriente, cultivadapor numerosos y destacados especialistas, fruto de cuyo trabajo es laAgra-rian History of England and Wales. En Italia, tambin desde el ecuador delsiglo pasado, los ruralistas prestaron gran atencin a los sistemas agrarios,pero sobre todo a las condiciones medioambientales y sociales en las que se

    desarrolla el cultivo de las tierras. En Francia, y en buena medida en Espaa,la Historia Rural tom cuerpo en forma de monografas regionales, quecon planteamientos estructurales y propsitos de totalidad, abordaban lademografa, economa y sociedad de un territorio limitado. Este modo deabordar los problemas se fue abandonando en las dcadas de 1980 y 1990, loque no significa que el mundo rural haya dejado de atraer la atencin de losinvestigadores. Los graves problemas medioambientales y ecolgicos actualesal lado de otros factores, acrecientan el inters por conocer las formas devida desaparecidas abruptamente desde la Segunda Guerra Mundial.

    Palabras clave: historia rural, Inglaterra, Italia, Francia, Espaa, siglosXVI-XIX, agricultura, medioambiente, condiciones sociales, civilizacinrural.

    ABSTRACT: Rural History has different traditions in the various coun-tries of Western Europe. In England it is considered a vigorous researchtendency, developed by many experts, since the middle of the 20th centuryand the great work Agrarian History of England and Wales is the result oftheir collective labours. In Italy, experts in Rural History have showed great

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    interest in the study of the agrarian systems and, above all, in the social andenvironmental conditions of the cultivated land. In France, and in Spain to

    a great extent, Rural History took shape as ambitions regional monographsthat dealt with the demography, economy and society of specific geographicareas. This way of carrying out the study of those farming systems togetherwith its society gradually was given up during the 1980-1990 decades, as otherapproaches and subjects took advantage of the structural Historys crisis.However, it doesnt mean that rural work doesnt attract the researchers:environments serious problems of these days, together with other factors,have reassessed missing ways of life at the time that they act as a stimulusto the study of the rural economy, the role of the local communities, theenvironmental conditions and the rural civilization.

    Key words: Rural History, England, Italy, France, Spain, 16th-18th centu-ries, agriculture, environment, social conditions, rural civilization.

    1. UNA CRISISDEIDENTIDAD

    La historia rural no est de moda, escriba en 1994 el profesor Jean-MarcMoriceau en la introduccin de su excelente libro Les fermiers de lle-de-France. Yen cierto modo no pareca faltarle razn, toda vez que en Francia, despus de una

    poca de esplendor situada entre los aos 1945 y 1975 los treinta gloriosos, enopinin de Jean Jacquart, esa especialidad haba dejado de tener atractivo paralos investigadores jvenes, ms inclinados a temas de antropologa histrica, dehistoria de la cultura y de historia poltica1. Con una dcada de retraso, el mismodesplazamiento se not en Espaa y en Italia, aunque aqu la historia rural no alcanzentre los modernistas la hegemona de que gozara en los otros dos pases.

    Bien mirado, quiz no quepa hablar tanto de crisis como de cambio de enfoque,esto es, de la aparicin de nuevas formas de abordar los problemas y hasta deidentificarlos, pues ningn modernista puede ignorar el peso de la poblacin ydel sector agropecuario hasta la consolidacin de la revolucin industrial en los

    diferentes pases, no en vano el carcter rural es uno de los rasgos definitorios dela sociedad del Antiguo Rgimen. Los ncleos urbanos tenan una importanciaeconmica, cultural y poltica muy superior a su peso demogrfico, pero ni laeconoma, ni la organizacin y dinmica sociales, ni los procesos culturales ni elgobierno poltico de los siglos XVI-XVIII pueden explicarse sin tomar en conside-racin a la rustica progenies y a las lites rurales.

    1. MORICEAU, J.-M.: Les fermiers de lle-de-France: lascension dun patronat agricole (XVe-

    XVIIIe sicle). Pars, 1994.

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    Hacia 1750, la poblacin que viva en el campo en Europa occidental y centralrepresentaba ms del 75 por cien de los efectivos totales, salvo en Holanda.

    DISTRIBUCINDELAPOBLACINPORSECTORES, EN %

    a) 1500

    Urbana Rural no agrcola AgrcolaInglaterra 7 18 74Pases Bajos 30 14 56Blgica 28 14 58Alemania 8 18 73

    Francia 9 18 73Austria/Hungra 5 19 76Polonia 6 19 75Italia 22 16 62Espaa 19 16 65

    b) 1750

    Urbana Rural no agrcola Agrcola

    Inglaterra 23 32 45Pases Bajos 36 22 42Blgica 22 26 51Alemania 9 27 64Francia 13 26 61Austria/Hungra 7 32 61Polonia 4 36 59Italia 23 19 59Espaa 21 16 63

    Fuente: Robert C. Allen: Revolucin en los campos. La reinterpretacin de la revolucin agrcolainglesa. Zaragoza, 2004, p. 227.

    El cambio ms importante acaecido a lo largo de la Edad Moderna no radica enel incremento de la poblacin urbana, sino en el de la poblacin rural no agrcoladifcil de evaluar, que viva de ocupaciones relacionadas con la industria ydel comercio. Pero tambin de ella se ocupa la historia rural, que no ha de redu-cirse a la historia agraria; es historia agraria, pero tambin social, cultural, y hasta

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    poltica, por cuanto nada del mundo rural le es ajeno. Por lo mismo, la crecientecomplejidad de las fuentes de ingresos de las familias campesinas o que residen

    en el campo debe favorecer estudios con mayor riqueza de matices.La historia rural ha sufrido sin duda lo que puede calificarse de una crisis de

    identidad, concretada en el abandono de las monografas regionales con ambi-ciones de totalidad o de historia global y elaboradas con unas fuentes y unosmtodos que de algn modo se haban convertido en clsicos gracias a los trabajosde acreditados maestros como Ernest Labrousse, Pierre Goubert, Pierre Vilar oEmmanuel Le Roy Ladurie. Hasta la dcada de 1970 las grandes tesis regionalesfrancesas constituyeron le fer de lance de la recherche en histoire conomique etsociale. Despus, vino la desafeccin: Dautres domaines de recherches, dautresmodes historiques ont attir les historiens2.

    Las tesis regionales al uso perdieron la primaca dentro de la investigacinmodernista a raz del desplazamiento de los temas objeto de estudio, un cambioque signific un retroceso de la historia econmica y social. Al respecto, resultabien conocido que los ataques a una historia la estructural protagonizada pormasas annimas, y la desconfianza hacia las posibilidades de una historia totalni siquiera admitida como posibilidad, aspiracin u horizonte afectaron demodo muy negativo a las investigaciones planteadas como monografas regionales,y cuya mdula radicaba en el estudio de la demografa, la economa y la sociedaddesde una perspectiva estructural y coyuntural a partir de fuentes parroquiales,fiscales y de protocolos, sin olvidar las municipales y las de naturaleza judicial3.

    Al proclamar los propios mentores de la revistaAnnales que el avance del conoci-miento histrico no radica en la acumulacin de conocimientos o en la integraciny suma de informaciones, sino en el desplazamiento del objetivo a estudiar a loque, con poca originalidad, llaman variacin focal, hasta los herederos deFernand Braudel y de Emmanuel Le Roy Ladurie han extendido el certificadode defuncin del mtodo estructural, que guiara la elaboracin de tesis celebradas,convertidas ahora en ocasiones en material de arqueologa4.

    No es ste el lugar para tratar de todas las implicaciones que ha tenido la crisisde la historia estructural puesta en prctica en monografas regionales o en lasconsagradas al estudio de ciudades. En todo caso, s se puede recordar que los

    2. MORICEAU, J.-M. y BRUNEL, G., en la presentacin del nm. 1 (1992) de Histoire et SocitsRurales, p. 7.

    3. Cf. PREZGARCA, J. M.: La comprensin del fenmeno Annales como historia social delanlisis estructural-coyuntural, Estudis, 12, 1986.

    4. Vid. los editoriales de los nmeros de la revista en cuestin, marzo-abril de 1988 (Histoireet sciences sociales. Un tournant critique?) y noviembre-diciembre de 1989 (Histoire et sciencessociales: tentons lexperience), inspirados por B. Lepetit. Los trabajos aparecidos despus en la revistano permiten, en general, dar solucin a los problemas denunciados; la publicacin ha emprendidouna huida hacia adelante en forma de miscelneas.

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    diversos retornos que han sustituido a ese modelo de investigaciones retornodel sujeto, de la historia narrativa o de la poltica han dado origen a una

    bibliografa tan abundante como desigual sobre la llamada crisis de la historia,el denominado giro lingstico, o la bsqueda tan ansiosa como en ocasionesevanescente de nuevos paradigmas. En general creo que puede afirmarse, ora conalivio ora con frustracin, que los numerosos metodlogos metidos a pontficesno han sido, por lo comn, capaces de descender de la teora a la prctica concretade investigaciones, abandonando por un momento sus severas admoniciones yponiendo sobre la mesa alguna obra de entidad que pudiera servir de gua o modeloa la comunidad de modernistas y no slo modernistas, indiferentes, perplejoso inquietos ante unos debates en los que la jerga, tan abundante como extraa,pretende ocultar la ausencia de alternativas o al menos de resultados slidos, salvo

    que se tomen por tales las ocurrencias frvolas e insustanciales. Los predicadoresson muchos, los remedios, escasos5.

    Habr que reconocer, en relacin con toda esa compleja problemtica, que enapariencia resulta fcil cuestionar los fundamentos sobre los que se bas nuestradisciplina desde su profesionalizacin y desde las aportaciones deAnnales y delmarxismo, aunque sea al costo de defender alternativas que llevan a un relativismoinadmisible, de despreciar las reglas fundamentales de mtodos de trabajo sin lascuales no puede existir comunidad cientfica como advirtiera Marc Bloch y,en consecuencia, de situar en el mismo nivel al historiador que ha construido unaobra slida a lo largo de muchos aos y al aficionado o dilatante que descubre

    mediterrneos, o que exhuma casos anecdticos con la pretensin de resolverproblemas de entidad para explicar la sociedad del pasado, o publica divagacionesque difunden los medios de comunicacin como si fueran aportaciones de relievey fundamentadas, o simplemente busca posibles errores y defectos en las obraselaboradas hace medio siglo.

    No es mi intencin simplificar, con esta especie de exordio, los problemas,pues sera ingenuo negar que nuestra disciplina se enfrenta desde hace algunosaos a situaciones nuevas, algunas de las cuales le afectan de modo profundo. Elcrecimiento del nmero de investigadores, la descentralizacin y la subsiguientemultiplicacin de equipos y grupos, la aparicin continua de nuevas revistas, la

    5. Algunos de estos problemas pueden verse en BELRIDA, F. (dir.): LHistoire et le mtierdhistorien en France, Pars, 1995; AA.VV.: Passs recomposs. Champs et chantiers de lhistoire.Pars, 1996; ANDRS-GALLEGO, J. (dir.):New History, Nouvelle Histoire. Hacia una Nueva Histo-ria. Madrid, 1993; RUIZ TORRES, P.: Los discursos del Mtodo,Ayer, 12, 1993; NOIRIEL, G.: Sur lacrise de lhistoire. Pars, 1995; OLABARRI, J. y GAPISTEGUI, F. J. (eds.): La nueva historia cultural:la influencia del estructuralismo y el auge de la interdisciplinariedad. Madrid, 1996; JENKINS, K.: OnWhat is History?: From Carr and Elton to Rorty and White. Londres, 1995, y CHARTIER, R.:AuBord de la falaise: lhistoire entre certitudes et inquitude. Pars, 1998. Las referencias bibliogrficaspodran multiplicarse.

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    celebracin de Coloquios y Congresos para difundir nuevos conocimientos y realizarbalances historiogrficos, la creciente internacionalizacin del trabajo favorecida

    por la revolucin de las comunicaciones, la acumulacin de conocimientos,son procesos que tienen un indudable aspecto positivo, pero al mismo tiempoprovocan una sensacin de desaliento en el historiador, que se siente incapaz deestar informado de buena parte de lo que se publica y que comprueba cmo surgena cada paso nuevas lneas de investigacin, que a veces utilizan procedimientossofisticados y se caracterizan por la superespecializacin, y cuya relevancia objetivapara el conjunto de la disciplina no siempre es posible establecer al menos a cortoplazo. Podramos admitir que se trata tan slo de una crisis de crecimiento,si no se apreciase al mismo tiempo una enorme dispersin en el tipo de temasinvestigados, una gran diferenciacin en los mtodos y reglas del oficio, una cierta

    prdida en las seas de identidad de la disciplina, lo que conlleva la extensin deun creciente relativismo. Al lado de corrientes que han supuesto una verdaderarenovacin de los estudios en diversos campos del conocimiento casos de lahistoria de la cultura o de la poltica6, hay propuestas y tendencias en las quedomina la hojarasca.

    2. TRADICIONESYTRAYECTORIASDELAHISTORIARURALEN EUROPA

    La historia rural presenta trayectorias y tradiciones diferentes en los diversospases. En Francia se ha caracterizado por incorporar la geografa humana y la

    demografa histrica, por prestar atencin a la coyuntura pero tambin a la civi-lizacin agraria y a la sociedad, y por utilizar unos procedimientos analticosque no suelen ser muy sofisticados. La Histoire de la France Rurale (1974-75)constituye un buen ejemplo del modo de trabajar de los ruralistas galos7: no setrata slo de una historia agraria, sino de una historia global del mundo rural, queresume las grandes monografas que fueran apareciendo hasta el momento yque contiene partes brillantes, como las escritas por Jean Jacquart y EmmanuelLe Roy Ladurie, frente a otras ms descriptivas y desiguales. Paradjicamente, laHistoire de la France Rurale signific el final de una poca antes que un verdaderoimpulso para nuevas investigaciones, aunque parece un tanto injusta la afirmacin

    6. Basta reparar al respecto en la calidad de las obras de R. Chartier, F. Bouza, o P. FernndezAlbaladejo, por citar a tres autores que constituyen otros tantos referentes en historia cultural opoltica en la actualidad.

    7. Dirigida por G. Duby y A. Wallon, se compone de 4 vols., siendo el segundo (Lge clasiquedes paysans: 1340-1789) el que se ocupa de la Edad Moderna. El conjunto de la obra constituye bsi-camente una historia del campesinado francs, escrita cuando Francia haba dejado de ser un pas decampesinos (el tomo cuarto lleva por ttulo La fin de la France paysanne: de 1914 nos jours). Loscolaboradores en el vol. II son autores de grandes tesis regionales, caso de H. Neveux, J. Jacquart,E. Le Roy Ladurie

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    de 1995 de Ghislain Brunel y de Jean-Marc Moriceau de que lhistoire descampagnes franaises reste crire8.

    En Espaa, segn resulta bien conocido, la influencia francesa fue dominante,y con frecuencia la demografa histrica y la historia rural marcharon de la mano.En cambio la historia rural italiana se mantuvo muy atenta al estudio de las relacio-nes sociales y de las condiciones medioambientales, aunque los modelos francesestambin fueron en ocasiones seguidos. Desde muy temprano la historiografaitaliana cuenta con la obra de Emilio Sereni Storia del paessaggio agrario italiano,libro de gran influencia y que puede reputarse de un clsico. En cualquier caso, enItalia la historia rural conoci una fase de florecimiento desde 1950 hasta mediada ladcada de 1980; despus, los temas relacionados con las formas de administracin delos grandes patrimonios, el funcionamiento de las explotaciones, la evolucin de los

    sistemas de cultivos, los problemas medioambientales desecacin, irrigacin ylas implicaciones sociales de las formas de cesin de la tierra en particular de lamezzadria y delgrande affito suscitaron menos atencin (aunque las cuestionesrelacionadas con el medioambiente siguen interesando).

    La preocupacin por las relaciones sociales aparece muy temprano entre loshistoriadores del mundo rural italiano, segn revela la ponencia de Luigi del Paneen el X Congreso de Ciencias Histricas de Roma (1955): el cultivo de los camposno implica slo una relacin entre la tierra y el hombre, tambin supone relacionesentre los hombres, relaciones econmicas, psicolgicas, jurdicas, morales. DelPane abra amplias perspectivas de investigacin y sealaba las fuentes fundamen-

    tales: contabilidades patrimoniales, los catastros y los textos agronmicos9. Lafundacin en 1961 de la Rivista di Storia dellAgricoltura; la celebracin en 1968del Congreso sobreAgricoltura e Sviluppo del Capitalismo en el Instituto Gramsciy tres aos depus, en Miln, del Congreso Nazionale di Storia dellAgricolturason muestras del inters que en la comunidad de historiadores despertaban lascuestiones relacionados con el mundo rural, y que eran abordados desde pers-pectivas ideolgicas diferentes, segn los investigadores estuvieran prximos a laDemocracia Cristiana o al Partido Comunista, pues la fractura poltica del pasresulta asimismo muy evidente en los trabajos consagrados a los problemas delcampo, por la entidad de los problemas sociales abordados.

    Por la abundancia y riqueza de las fuentes catastrales, patrimoniales y agro-nmicas Italia constituye un territorio privilegiado para el cultivo de la historia

    8. BRUNEL, G. y MORICEAU, J.-M., en la presentacin del vol. 3 Histoire et Socits Rurales(1995), p. 17.

    9. Cf. CATTINI, M. y ROMANI, M.: Tendenze e problemi della storiografia agraria europeanegli ultimi quarenta anni (1945-1984), Rivista di Storia dellAgricoltura, 1, 1987, pgs. 25-52, y,de los mismos autores, In Italia alla fine del Novecento: della storia dellagricoltura alla storia dellacivilta rurale, en Balance de la Historiografa modernista, 1973-2001. Actas del VI Coloquio deMetodologa Histrica Aplicada. Santiago de Compostela, 2003, pp. 273-290.

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    rural. Desde mediados del XX a la dcada de 1980 se sucedieron las publicacionesque utilizaban esos materiales para estudiar primero el centro y norte y despus el

    Mezzogiorno. Cabe mencionar, sin nimo de exhaustividad, la de Mario Romani yde su discpulo Salvatore Zaninelli10; las de Aurelio Lepre, Roberto Finzi, GauroCoppola, Angelo Massafra, las muy conocidas de Giorgo Giorgetti y las reflexionesgenerales de Maurice Aymard sobre el papel que les cupo a las estructuras agrariasen la diferente evolucin histrica del centro y norte y del Mezzogiorno11. A GauroCoppola y a Angelo Massafra se debe tambin la direccin de dos obras colectivasfundamentales para entender la administracin y explotacin de los grandes patri-monios agrarios:Agricolture e aziende agrarie nellItalia centrosettentrionale(secoliXVI-XIX), y Problemi di storia delle campagne meridionali nellet modernae contemporanea12. La primera en especial resulta bsica para entender los modosde explotacin, los cultivos y las relaciones sociales en los territorios de mezzadriay en los que predominaban los grandes arriendos, caso del Bergamasco. En estamisma lnea habra que mencionar otras que han explotado las riqusimas conta-bilidades patrimoniales laicas y eclesisticas, y han profundizado en las complejasrelaciones entre los propietarios y los colonos aparceros, inclinados a la maliziao a las variadas formas de fraude13.

    10. Cf. ROMANI, M.: Aspetti e problemi di storia economica Lombarda nei secoli XVIIIe XIX.Miln, 1997; Colectnea de trabajos presentados por S. Zaninelli, entre los que se incluye el libroLa Agricoltura in Lombardia dal periodo delle riforme al 1859 , publicado en 1957, o La guerradel censo, en donde resume los avatares del Catastro, cuyo proyecto arranca de 1709; del mismo,Una grande azienda agricola della pianura irrigna Lombarda nei secoli XVIIIe XIX. Miln, 1964; aeste historiador se debe tambin la direccin del libro La propiet fondiaria in Lombardia del catastoteresiano allet napoleonica. Miln, 1986, 2 vols.

    11. Cf. LEPRE, A.:Feudi e massarie. Problemi della societ meridionale nel 600 e nel 700. Npoles,1972, y del mismo, Terra de Lavoro nellet moderna. Npoles, 1978; FINZI, R.: Monsignore alsuo fattore. La Istruzione de agricoltura di Inocenzo Malvasia (1609). Bolonia, 1974 (anlisis deun interesantstimo texto para conocer el funcionamiento de la mezzadria). COPPOLA, G.: Il maisnelleconomia agricola lombarda (del secoloXVIIallunit). Bolonia, 1979; GIORGETTI, G.: Contadini e

    proprietari nellItalia moderna: rapporti di produzione e contrati agraria del secoloXVIa oggi. Turn,1979, y la colectnea editada pstumamente Capitalismo e agricoltura in Italia. Roma, 1979 (conaportaciones sobre los grandes arriendos y la mezzadria, algunas aparecidas en Studi Storici). En 1979

    se public tambin el homenaje a Giorgetti: Contadini e propietari nella Toscana moderna. Atti delconvegno di studi in onore di Giorgo Giorgetti, Florencia, 1979, 2 vols., con introduccin de M. Mirri.Los planteamientos de AYMARD, M., en Storia dItalia. Annali. I, de la ed. Einaudi, 1974.

    12. Editadas, respectivamente, por COPPOLA, G. (Miln, 1983) y por MASSAFRA, A. (Bari, 1981).13. Vid. AA. VV.: Ricerche di storia Moderna II. Aziende e patrimoni di grande famiglie .

    Pisa, 1979; y el nmero 39 (1978) de Quaderni Storici, sobreAzienda agraria e microstoria. Entreotras monografas que utilizan las ricas contabilidades patrimoniales cabe citar la de BASINI, G. L.:La terre dun monastero. Unazienda agraria emiliana del 1650 al 1750, Bolonia, 1979; LANDI, F.:Unacumulazione senza sviluppo. La vita economica nelle grandi abbazie ravennati in epoca moderna.Lugo, 1979. Sobre la malizia campesina, la colectnea de PONI, C.:Fosi e cavedagne benedicon lacampagne. Bolonia, 1982.

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    La fase de proliferacin en Italia de obras de historia agraria, atentas a lossistemas de cultivo, a la administracin y explotacin de los patrimonios y a las

    relaciones sociales, creemos que puede darse por concluida hacia mediados de ladcada de 1980. La muerte de Giorgo Giorgetti, el retorno de Maurice Aymarda Pars, la reconversin de algunos ruralistas (caso de Aurelio Lepre, que pasa dedicarse al estudio de problemas polticos de la poca contempornea) y elpropio cambio en la tendencia historiogrfica fueron factores que motivaron unmenor inters por el anlisis de la documentacin patrimonial y catastral quehaba servido de base hasta entonces de buena parte de las investigaciones empren-didas, planteadas en buena medida como proyecto colectivo, segn revelan lascolectneas publicadas y los monogrficos de revistas. La atencin a la historiarural en publicaciones peridicas como Studi Storici, Quaderni Storici o Societ

    e Storia es muy escasa, si bien hubo intentos para revitalizar la Rivista di Storiadellagricoltura. Es cierto que los tres volmenes de la Storia dellagricoltura italianain et contemporanea, publicados por la editorial veneciana Marsilio entre 1989y 1991 y dirigidos por Piero Bevilacqua, representan una contribucin extraor-dinaria, pero, en contra de la opinin de algn experto14, no es comparable a laAgrarian History of England and Wales, entre otras razones porque se centra enlos siglos XIX y XX, aunque en algunos puntos se remonte al XVIII, e incluso a siglosanteriores15. En todo caso, no puede negarse que la obra dirigida por Bevilacquacontiene planteamientos novedosos, al menos para los ruralistas no italianos: laextraordinaria atencin que se presta a los sistemas de organizacin del espacio

    y a las formas de paisaje (vol. I, Spazi e paesaggi); a las relaciones sociales (vol.II, Homini e classi), y a la politizacin del campo (vol. III, Mercati e Istituzioni),y en general una preocupacin ticopoltica o valoracin de las transforma-ciones econmicas y de sus costos sociales, una arraigada tradicin en la historiaagraria italiana al menos desde Luigi dal Pane y Emilio Sereni. Cabe mencionartambin diversas publicaciones auspiciadas por la Fundacin Benetton de Treviso,y dirigidas por Danilo Gasparini, centradas fundamentalmente en el estudio decatastros del siglo XVI16.

    Por comparacin a Francia, Espaa e Italia, la historia rural inglesa consti-tuye una venturosa excepcin, pues no slo ha sido una poderosa corriente de

    14. En concreto, de R. Garrabou, en un extenso y justamente elogioso comentario publicadoen elNoticiario de Historia Agraria, 4, 1992, pp. 345-358.

    15. Por ejemplo, la contribucin de MASCELLO, G.: Contadini la piccola propiet colti-vatrice nellItalia contemporanea, en el vol. II, pp. 5 y ss.; la de ANSELMI, S.: Mezzadri e mezzadrienellItalia centrale, ib., pp. 201 y ss., con amplia bibliografa sobre la historia moderna; o la deDELILLE, G.: La famiglia contadina nellItalia moderna, ib., pp. 507 y ss.

    16. Pueden mencionarse, entre otras, las monografas de TODESCO, M. T.: Oderzo e Motta.Paesaggio agrario, propiet e conduzione di due podesterie nella prima met del secolo XVI(1995) yBISCARO, M. G.: Mestre. Paesaggio agrario, propiet (1999).

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    investigacin sino que lo contina siendo en la actualidad, segn puede compro-barse con facilidad por el nmero de libros y artculos publicados sobre la temtica.

    Adems, ni las fuentes patrimoniales ni catastrales son en Inglaterra tan abundantesy ricas como en Espaa e Italia, lo que ha obligado a los historiadores de aquelpas a explotar ingeniosamente los protocolos y otros documentos para tratarde averiguar, por ejemplo, la evolucin de los rendimientos o del tamao de lasexplotaciones. Han contado, eso s, los investigadores del otro lado del Canal conel apoyo de la geografa histrica (Landscape History), de larga tradicin y rigor,y han elaborado, adems, modelos matemticos bastante sofisticados, aunque enocasiones suponen un tratamiento demasiado enrgico o hipottico de lasfuentes. Eso s, los cercamientos o enclosures han dejado en ocasiones materiales

    cartogrficos a menudo desconocidos en otros pases17

    .Los logros de la historia rural inglesa resplandecen en la monumentalAgrarianHistory of England and Wales, publicada en ocho volmenes que abarcan desdela prehistoria a 1939. Los correspondientes a la Edad Moderna son los IV (1500-1640), V (1640-1750, en dos volmenes) y el VI (1750-1850), publicados en 1967,1984-85 y 198918. Como toda obra colectiva, laAgrarian History of England andWales no est exenta de alguna heterogeneidad discontinuidades, ms atencina los mtodos de cultivo que a los rendimientos, y, en consonancia con su ttulo,atiende ms a los aspectos tcnicos de la agricultura que a la sociedad rural (a la quecon todo, se presta atencin en el Vol. IV). Al respecto no resulta irrelevante que

    la obra dirigida por G. Duby y R. Wallon se titule Histoire de la France Rurale,y la publicada por la Universidad de Cambridge sea una Agrarian History. Las3.500 pginas consagradas por la ltima a los aos que van de 1500 a 1850 hanestablecido un listn que las dems comunidades de ruralistas de Europa occidentalno han alcanzado: ni Francia, ni Italia, ni desde luego Espaa pueden exhibir hoypor hoy una obra de esa envergadura, que es fruto de un impulso sostenido poral menos dos generaciones de ruralistas en toda la segunda mitad del siglo XX,pues, segn qued indicado, en Inglaterra, a diferencia de lo sucedido en Francia,en Italia y tambin en Espaa, la atencin al mundo rural no ha decado lo ms

    mnimo en el ltimo cuarto de siglo. As lo sealaban en 1998 Bruce Campbelly Mark Overton:

    17. La riqueza de los fondos cartogrficos existentes para algunos condados puede verse enBEAUROY, J.: Les Coke de Holkham et lessor du Norfolk System of Husbandry (1417-1805),Histoire et Socits Rurales, 10, 1998, pp. 9-45; de la importante contribucin de la geografa hist-rica a la historia agraria puede dar idea el que J. A. Yelling, autor de Common field and enclosure inEngland: 1450-1850 (Londres, 1977), sea un gegrafo.

    18. Los volmenes correspondientes a 1500-1750 han sido editados por J. Thirsk, y el de 1750a 1850 por G. E. Mingay.

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    ces trente dernirs annes ont vu la rentre dune riche moisson dhistoire agricole.Les historiens spcialistes dagriculture ont t plus actifs et nergiques que jamais:

    les anciennes questions ont t rexamines, un plus grand usage a t fait de laquantification, des mthodologies nouvelles et plus rigoureuses ont t elabores,plusierus frontires historiographiques tablies ont t dmanteles, les questionstournes vers la demande ont comenc recevoir une plus grande attention, etdes chercheurs () ont essay devaluer les liens entre lagriculture et le reste delconomie. Bien que beaucoup ait t effectu, il reste encore plus faire, replacerces volution anglaises dans un contexte comparatif europen plus large ntantpas la moindre tche: elle a tout jouste commenc19.

    Monografas y artculos prueban con largueza que pueden reputarse de exage-radas las afirmaciones de Mark Overton y Bruce Campbell. En un estado de lacuestin de 2006 los mismos autores acreditan con abundante bibliografa de los quinceltimos aos que los problemas nucleares, algunos muy antiguos, de la historia ruralinglesa siguen estudindose con intensidad: Socioproperty relations; Commonfield and enclosure; Settlements, farms, fields and the agrarian landscape;Farmingpractice and technology; Output, production and productivity; Comercializationand the market; Consumption, diet and nutrition y Rural society son los temassobre los que proliferan investigaciones de calidad20. Continan los debates sobretemas clsicos, como el referido a la cronologa y protagonistas de la revolucinagraria, a los efectos de los cercamientos, a la relacin entre prcticas agrcolas

    y agronoma, a la trayectoria de la produccin y la productividad (tambin laproductividad del trabajo). Mark Overton y Robert Allen encabezan dos lneasdiferentes de interpretacin de la evolucin de la agricultura inglesa, sin que auno y otro les falten argumentos para sostener que la revolucin tuvo lugar desdemediados del XVIII (Overton) o que acaeci en el siglo XVII, por obra de los yeomeny sin relacin especial con los cercamientos (Allen)21. Tambin en lo tocante alos avatares de los campesinos y a los efectos sociales de los cercamientos, losdebates continan siendo muy vivos, y, en medio de una prctica historiogrfica

    19. CAMPBELL, B. y OVERTON, M.: Lhistoire agraire de lAnglaterre avant 1850. Bilan

    historiographique et tat actuel de la recherche, Histoire et Socits Rurales, 9, 1998, pp. 91-92, yen general 77-105.20. Cf. CAMPBELL, B. M. S. y OVERTON, M.: English agrarian history before 1850: an histo-

    riographic review, en THOEN, E. y VAN MOLLE, L. (eds.): Rural history in the North Sea area. Anoverview of recent research (Middle Ages twentieth century). Turnhout, 2006, pp. 34-71.

    21. Entre otros muchos trabajos pueden consultarse las monografas de OVERTON, M.:Agricul-tural revolution in England: the transformation of the agrarian economy, 1500-1850. Londres, 1996,y ALEN, R. C.: Enclosure and the Yeoman: the agricultural development of the South Middlands,1450-1850. Oxford, 1992, y, del mismo, Revolucin en los campos: la reinterpretacin de la revolucinagrcola inglesa. Zaragoza, 2004.

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    caracterizada por el empleo de mtodos sofisticados, la lnea ms cualitativa deEdward Palmer Thompson y de sus discpulos contina manifestando una gran

    vitalidad y riqueza de matices, como revela la obra de Jeannette Neeson22.El vigor y los logros de la historia rural inglesa han de ser aun ms valorados si

    se repara en que, como qued sealado, las fuentes archivsticas con que cuentanlos investigadores no son en muchos casos comparables a las que se conservan parala Europa latina, en donde las contabilidades seoriales directas ofrecen una extraor-dinaria informacin, cuyo aprovechamiento no puede considerarse aun finalizado.Algunos de los ms intensos debates entre los historiadores ingleses estn relaciona-dos precisamente con las dificultades para establecer, a partir de los inventariospostmortem, la evolucin de la produccin y de los rendimientos y, en consecuencia,la existencia o no de una revolucin agraria. Paradjicamente disponen de mejores

    fuentes a este propsito los medievalistas que los modernistas23.En definitiva, en la historia rural Inglaterra constituye en cierto modo un

    caso aparte, con una continuidad de las lneas de investigacin muy evidente. Lomismo puede comprobarse en otras especialidades, como la historia poltica. Loshistoriadores ingleses no se han dejado impresionar fcilmente por las modas, yaun renovando temas y mtodos, han sido respetuosos con una tradicin que tienemucho de baconiana. Las revistas ms consolidadas y autorizadas EconomicHistory Review o Past and Present continan incluyendo habitualmente trabajossobre el mundo rural, y a laAgricultural History Review, nacida en 1953, se haaadido en 1990 la Rural History. Economy, Society and Culture, editada por laUniversidad de Cambridge, y que presta una notable atencin a la poca moderna.La primera ofrece, adems, cada ao una relacin bibliogrfica de los principaleslibros y artculos publicados sobre el Reino Unido. Hay que mencionar tambin elRural History Centre, que forma parte del complejo del Museum of English RuraleLife (1951), de la Universidad de Reading, con una biblioteca que supera los

    22. Cf. THOMPSON, E. P.: Customs in Common. Londres, 1991 (publicada en castellano por laeditorial Crtica, 1995), y NEESON, J.: Commoners: Common Right, Enclosure and Social Change inEngland, 1700-1820. Londres, 1993 (una revisin, a partir de fuentes originales, de la conflictividady efectos de los cercamientos parlamentarios).

    23. Vid. el comentario crtico de CHEVET, J.-M.: Quelle rvolution agricole en Anglaterre? propos de deux livres rcents sur lagriculture anglaise du Moyen ge au milieu du XIXe sicle,Histoire et Mesure, XI, 1996, pp. 389-410, y los planteamientos de ALLEN, R. C. : Inferring yieldsfrom probate inventories, The Journal of Economic History, 1, 1988, pp. 117-125; y del mismo,The two English agricultural revolution, 1450-1850, en CAMPBELL, B. M. S. y OVERTON, M. (eds.):Land, Labour and Livestock. Historical Studies in European Agriculture Productivity, Manchester,1991, pp. 236-254; y, de los mismos, A new perspective on Medieval and Early Modern Agriculture:six centuries of Norfolk Farming, c. 1250-c. 1850, Past and Present, 141, 1993, pp. 38-105. La pocaconsistencia de los datos sobre rendimientos extrados de los inventariospost-mortem ha sido sealadapor BRUMONT, F.: De la rvolution agricole en Grande-Bretagne. Rflexions a partir de quelquesouvrages rcents, en Balance de la historiografa, op. cit., pp. 249-272.

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    50.000 ttulos (la mayora de historia rural de Gran Bretaa e Irlanda), entre losque figuran muchas publicaciones de los siglos XVIII y XIX.

    3. LAHISTORIARURALEN ESPAA

    Tal vez no treinta, pero al menos veinte fueron los aos gloriosos de la historiarural en Espaa. En las dcadas de 1970 y 1980 aparecieron numerosas monogra-fas de la autora de profesores de historia y de historia econmica. La influenciadel marxismo y de la escuela deAnnales, mezclada en diferente grado segn loscasos, proporcion los fundamentos metodolgicos de esas investigaciones que,en muchos casos, eran fruto de la reaccin de las generaciones jvenes contra lahistoria poltica del franquismo, del deseo de atender a las especificidades regio-nales o nacionales y de explicar, en consecuencia, las diferencias territorialesen el nivel de desarrollo econmico, ya se trate de la arrencada de Catalua odel estancamiento o atraso de Galicia24. En los diversos estados de la cues-tin, de carcter regional, que siguen, realizados por especialistas reconocidos,se abordan estas cuestiones, de un modo que en esta introduccin slo incluirunas consideraciones generales.

    El magisterio de los hispanistas, comenzando por el de Pierre Vilar, y conti-nuando por el de Bartolom Bennassar y Noel Salomn result decisivo, perotambin el de Ernest Labrousse, Pierre Goubert o Emmanuel Le Roy Ladurie.

    Con motivo de la celebracin de las I Jornadas de Metodologa Aplicada a lasCiencias Sociales, el prof. Antonio Eiras Roel reuni en Santiago de Compos-tela, en la primavera de 1973, a buena parte de los grandes ruralistas francesesLabrousse, Goubert y Le Roy, sobre todo y a jvenes investigadores que ala sazn estaban, en su mayor parte, concluyendo su tesis doctoral, en diversasuniversidades espaolas (Baudilio Barreiro, Luis Mara Bilbao, ngel Garca Sanz,

    Jos Manuel Prez Garca, Vicente Prez Moreda, Eugenio Ciscar Pallares, JaimeGarca-Lombardero)25. La historia rural no estaba entonces en Espaa, enpaales, pues, por ejemplo, haca tiempo que Miguel Artola vena impulsandotrabajos sobre el catastro de Ensenada, y Gonzalo Anes haba defendido aos

    24. Cabe recordar que, por ejemplo, P. Vilar, en su obra monumental La Catalogue dans lEspagneModerne. Recherches sur les fondaments conomiques des structures nationales (Pars, 1962, 3 vols.),analiza la evolucin econmica diferenciada de Catalua en el XVIII, cuyas consecuencias polticasse pondran de manifiesto desde la segunda mitad del XIX (la obra de Vilar no es, por lo mismo, unmero estudio coyuntural, como ha sido conceptuada con frecuencia). De modo mucho ms modesto,el libro de GARCA-LOMBARDERO, J.: La agricultura y el estancamiento econmico de Galicia en el

    Antiguo Rgimen (Madrid, 1973), buscaba en el siglo XVIII las races del atraso de Galicia.25. Vid.Actas de las I Jornadas de Metodologa Aplicada a las Ciencias Histricas. III. Historia

    Moderna. Santiago de Compostela, 1975; presentacin de A. Eiras Roel.

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    atrs su tesis sobre Las crisis agrarias en la Espaa Moderna, y podran citarse,adems, otras publicaciones sobre diezmos, precios agrarios o rendimientos26.

    No hay que olvidar tampoco las aportaciones de gegrafos como Manuel deTern, ngel Cabo Alonso, Jess Garca Fernndez y Alain Huetz de Lemps27.Con todo, a partir de 1973, la especialidad recibi un notable impulso, y pruebade ello son las monografas y trabajos menores de mbito regional o comarcalpublicados en la segunda mitad de la dcada de 1970 y en la de 1980, as comola nutrida participacin de espaoles en el coloquio sobre el diezmo celebradoen Pars en 1977, cuando ocho aos antes la representacin hispana fuera muyescasa. La influencia de la historiografa francesa se vio favorecida no slo por elmagisterio sino tambin por la hospitalidad de Pierre Vilar, Bartolom Bennas-sar, Bernard Vincent, Jean-Pierre Amalric o Francis Brumont, que facilitaronenormemente la estancia de jvenes investigadores en universidades galas. Estasuerte de complicidad o simpata del ruralismo hispano-francs se vio impulsada,adems, por coloquios como el organizado en 1982 por la Casa de Velzquez yla Universidad Complutense28.

    A principios de la dcada de 1980 la historia rural espaola haba alcanzadouna expansin y una madurez notables, segn acreditan las monografas y artculosconsagrados a los sistemas agropecuarios y a la coyuntura agraria, as como a lascaractersticas fundamentales de la sociedad. Los documentos de naturaleza fiscal,seorial, parroquial y notarial constituan las fuentes principales que servan de

    soporte a las investigaciones. Quiz lo ms destacable al respecto sea el uso crecientede la documentacin notarial: empleada ya en comunicaciones presentadas a lasI Jornadas de Metodologa de 1973, as como en tesis, tesinas y artculos varios,sus grandes posibilidades quedaron ampliamente de manifiesto en el II Coloquiode Metodologa Aplicada, celebrado en Compostela en 1982, por iniciativa deA. Eiras Roel, y consagrado de modo monogrfico a La documentacin notarial

    26. La monografa sobre las Crisis agrarias en la Espaa Moderna, de G. Anes, se public porprimera vez en 1970 (Madrid), y en ella es evidente la influencia de Labrousse. Por su parte, M. Artoladirigi en Salamanca entre 1966 y 1971 una serie de trabajos sobre La Espaa del Antiguo Rgimen,y fue maestro de futuros profesores que se doctoraron con una tesis regional (E. Fernndez dePinedo, A. Garca Sanz, P. Fernndez Albaladejo). En la Universidad de Santiago, al menos unlustro antes de 1973, A. Eiras Roel haba iniciado una lnea de investigacin en Historia Rural, y enla primavera de ese ao B. Barreiro Malln defendi su tesis sobre La jurisdiccin de Xallas.

    27. Para no multiplicar las citas de libros y artculos remito al reciente trabajo de GMEZ MENDOZA,J.: La obra agrarista de Jess Garca Fernndez, Historia Agraria, 41, 2007, pp. 111-132.

    28. Cf. Congreso de Historia Rural: siglos XValXIX. Madrid, 1984. Las actas de los coloquiosde 1969 y 1977 sobre el diezmo fueron editadas por GOY, J. y LE ROY LADURIE, E.: Les fluctuationsdu produit de la dme: conjunture decimale de la fin du moyen ge au XVIIIe sicle. Pars, 1972,y Prestations paysannes, dmes, rente foncire et mouvement de la production agricole lpoque

    prindustrielle. Pars, 1982.

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    y la historia. Dividido en cuatro secciones, una de ellas vers sobre Protocolosnotariales e historia rural y las comunicaciones presentadas abordaron a partir

    de la mencionada fuente el anlisis de la estructura de la propiedad rural y delas transmisiones de la propiedad, as como el estudio de la estrategia internade la sociedad campesina, de las formas y caracteres de la sociedad rural, de losniveles de produccin y de riqueza29. Tal vez ninguna monografa de historiarural refleja mejor las posibilidades que ofrecen los protocolos que la de JernimoLpez-Salazar sobre Estructuras agrarias y sociedad rural en la Mancha, ss. XVI-XVII (1986), aunque podran citarse otras muchas investigaciones cuyas valiosasaportaciones se fundamentan en la consulta de inventariospost-mortem, partijas,dotes o compraventas.

    Las sntesis elaboradas a fines de la dcada de 1980, en especial las debidas aGonzalo Anes, Jos Manuel Prez Garca, ngel Garca Sanz y Antonio EirasRoel30, constituyen un buen testimonio de los avances que las diversas mono-grafas y trabajos ms breves haban representado para el conocimiento de losdiversos sistemas agropecuarios, de la coyuntura agraria y de la trayectoria de lasociedad rural, aunque el nivel de conocimientos alcanzado no era el mismo paralos diversos territorios y pocas31. En general, el siglo XVIII recibi ms atencinque los dos anteriores, un desequilibrio acentuado desde que en 1988 se celebrel segundo centenario de la muerte de Carlos III, ocasin de mltiples reunionesy publicaciones, y en Santiago el Simposio de Historia Rural (siglos XVIII-XX). A la

    29. Actas del Segundo Coloquio de Metodologa Histrica Aplicada. La Documentacin Notarialy la Historia. Santiago de Compostela, 1984, vol. I, presentacin de A. Eiras Roel.

    30. Cf. EIRAS ROEL, A.: Evolucin agraria y crecimiento demogrfico en Espaa, siglos XVI-XVIII, en Estudios sobre agricultura y poblacin en la Espaa Moderna. Santiago de Compostela,(colecc. Smata, 4), 1990, pp. 131-185; GARCA SANZ, A.: El sector agrario durante el siglo XVII:depresin y reajustes, en Historia de Espaa fundada por Ramn Menndez Pidal, t. XXIII, LaCrisis del siglo XVII. La poblacin. La economa. La sociedad. Madrid, 1989, pp. 160-235; PREZGARCA, J. M.: Economa y sociedad, en Historia de Espaa de la editorial Planeta, t. 6, La crisisdel siglo XVII. Barcelona, 1988, pp. 175-333; ANES, G.: El siglo de las luces. Madrid, 1994 (2 ed.), enla colecc. Historia de Espaa dirigida por Miguel Artola, vol. IV.

    31. Para no alargar la relacin mencionar slo a los autores de monografas por regiones,

    anteriores a 1990: Galicia: H. Rodrguez Ferreiro, Baudilio Barreiro, Jos Manuel Prez Garca,Juan Eloy Gelabert, Ofelia Rey, Pegerto Saavedra; Asturias: Gonzalo Ares; Cantabria: Ramn Lanzay Rafael Domnguez; Pas Vasco: Emiliano Fernndez de Pinedo y Pablo Fernndez Albaladejo; Len:Laureano Rubio; Castilla: ngel Garca Sanz, Francis Brumont, J. A. lvarez Vzquez, Alberto Marcosy Bartolom Yun; La Mancha: Jernimo Lpez-Salazar; Extremadura: Miguel ngel Meln, Jos LuisPereira y A. Rodrguez Grajera; Andaluca: Rafael Bentez, J. I. Fortea Prez y Pierre Ponsot; Murcia: GuyLemenier y M Teresa Prez Picazo; Valencia: A. Alberola, Pedro Ruiz Torres, Jess Milln, J. M. Palopy M. Ardit; Navarra: A. Floristn Imizcoz; Catalua: Pierre Vilar; Aragn: Gegorio Cols. La lista noes exhaustiva, y aparte de las monografas habra que aludir a otros trabajos importantes. Los resultadosde muchas de estas investigaciones se exponen en los diversos captulos de la obra coordinada porFERNNDEZ, R.: Espaa en el siglo XVIII. Homenaje a Pierre Vilar. Barcelona, 1985.

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    vez, Galicia y el Pas Valenciano son, a nuestro juicio, las regiones que concentraronel mayor nmero de estudios, debido al temprano inicio de las investigaciones, a

    la continuidad de stas y al cuasi monopolio de que gozaba la historia rural entrelos modernistas. Por otro lado, si los ruralistas gallegos seguan sobre todo losmodelos deAnnales, uniendo demografa histrica e historia rural, en Valenciala influencia del marxismo fue mayor, lo que orient buena parte de los trabajoshacia el estudio del seoro y de la conflictividad social, una temtica, junto conla de los moriscos y no son independientes a la que han estado muy atentoslos historiadores de la antigua corona de Aragn, segn revela el coloquio sobreSeoro y feudalismo celebrado en Zaragoza en 1989, cuyas actas componen cuatrogruesos volmenes32.

    Podran introducirse otros matices, que a veces estn relacionados con las

    fuentes disponibles (o consultadas). As, en la submeseta norte, y en cierto modotambin en La Mancha, las series de diezmos tienen una riqueza muy superior alos de Galicia, Asturias, Catalua o Valencia, por tratarse de valores en especie,que se remontan en ocasiones a la primera mitad del XVI, y que en consecuenciapermiten anlisis muy detallados de la trayectoria de la produccin de diversoscereales, de vino e incluso de lana a lo largo de prcticamente todo el AntiguoRgimen. En este mbito, los estudios de Gonzalo Anes, de ngel Garca Sanz,Alberto Marcos, de Bartolom Yun, de Juan Antonio Sebastin o de JernimoLpez Salazar resultan de gran inters y no pueden llevarse a cabo con la mismariqueza de resultados en los territorios en los que los diezmos se arrendaban. Encualquier caso, las contabilidades seoriales o patrimoniales conservadas parala Espaa de los siglos XVI-XIX son de extraordinaria riqueza, y nos otorgan unanotable ventaja en el terreno de las fuentes frente a los investigadores deInglaterra o Francia, por ejemplo33.

    32. Vid., SARASA SNCHEZ, E. y SERRANO MARTN, E.: Seoro y feudalismo en la Pennsula Ibrica(ss. XII-XIX). Zaragoza, 1994, 4 vols. Los problemas polticos actuales, y en concreto las preocupa-ciones que despierta el ascenso del islamismo reforzarn sin duda el inters por la cuestin morisca,de larga tradicin en la historiografa valenciana (vid., por ejemplo, BENTEZ SNCHEZ-BLANCO, R.:Heroicas decisiones. La Monarqua Catlica y los moriscos valencianos. Valencia, 2001). Las Actas

    del Simposio de Historia Rural de Santiago, en SAAVEDRA

    , P. y VILLARES

    , R.: Seores y campesinos enla Pennsula Ibrica, siglos XVIII-XX. Vol. I. Os seores da terra. Vol. II. Campesinado y pequeaexplotacin. Barcelona, 1991. De las publicaciones conmemorativas del II centenario de la muertede Carlos III merece citarse Estructuras agrarias y reformismo ilustrado en la Espaa del siglo XVIII.Madrid, 1989.

    33. Una valoracin de las contabilidades decimales, con mencin de los autores que la han utili-zado, en GARCA SANZ, A.: El sector agrario durante el siglo XVII, op. cit.; con posterioridad a estasntesis aparecieron otros trabajos importantes, entre ellos el de SEBASTIN AMARILLA, J. A.:Agricultura

    y rentas monsticas en tierras de Len. Santa Mara de Sandoval (1167-1835). Madrid, 1992, 2 vols.;MARCOS MARTN, A.: El crecimiento agrario castellano del siglo XVIII en el movimiento de largaduracin Mito o realidad?, en Estructuras agrarias y Reformismo Ilustrado, op. cit., pp. 133-163;

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    Desde comienzos de la dcada de 1990 se aprecia, en nuestra opinin, unprogresivo abandono de las monografas de historia rural realizadas al modo

    francs. La clara orientacin hacia la historia poltica de investigadores quecomenzaran sus trabajos siguiendo la lnea deAnnales caso de Pablo Fernn-dez Albadalejo, de Jos Ignacio Fortea, de Juan Eloy Gelabert o de EmilianoFernndez de Pinedo resulta ilustrativa de este cambio de tendencia, as comola preferencia por temas relacionados con la historia de la familia, de la cultura yde las mentalidades. Lo ocurrido en Espaa no deja de presentar semejanzas conlo que antes sucediera en Francia, y al respecto me parece muy significativo queen la reciente y exhaustiva obra de Alberto Marcos Martn apenas se mencionenmonografas de historia rural editadas con posterioridad a 1990. La ms notablees, sin duda, la de Francis Brumont, fundamental para explicar la crisis del XVII

    en Castilla, pero se trata de una tesis defendida en la Universidad de Toulouse enabril de 198834. Se continan haciendo investigaciones importantes, sobre todo enuniversidades jvenes, como Castilla-La Mancha, Len, Vigo o La Rioja, o porparte de grupos de trabajo del rea de Historia Econmica, pero la orientacinde las investigaciones ha cambiado mucho, en particular en universidades comoSantiago o Valencia, otrora puntales en la especialidad (aunque en Valencia hayque mencionar la ltima gran monografa de Manuel Ardit, novedosa y de resul-tados muy importantes en la historia social)35. El mundo rural sigue atrayendo laatencin, pero desde nuevas perspectivas, en especial desde la historia de la familia,de la reproduccin social y de la cultura en toda su amplitud.

    4. ORIENTACIONESRECIENTESDELAINVESTIGACIN

    Las monografas al uso de historia regional, aunque con planteamientos diver-sos, no slo constituan un modo de aproximarse a la historia total, sino queotorgaban a la historia rural una indudable identidad, en la que se reconocansus numerosos cultivadores. Hoy en da, despus de la crisis de los grandesparadigmas, entre ellos el de la historia total, es necesario reconocer que losmodos de abordar el estudio del mundo rural han cambiado, mucho o poco

    IBEZ MARTN, S.: El pan de Dios y el pan de los hombres: diezmos primicias y rentas en la dicesisde Calahorra (ss.XVI-XVIII). Logroo, 1999. En Galicia pueden hallarse abundantes datos de diezmosen especie en las contabilidades cistercienses, poco aprovechadas al efecto. Como ejemplo de susposibilidades, SAAVEDRA, P.: La economa vitcola en la Galicia del Antiguo Rgimen,Agricultura

    y sociedad, 62, 1992, pp. 111-166 (con la documentacin monstica e hidalga estamos preparandouna extensa monografa sobre Monasterios y Pazos en la Galicia Moderna).

    34. MARCOS MARTN, A.: Espaa en los siglos XVI, XVIIy XVIII. Economa y sociedad. Barcelona,2000; BRUMONT, F.: Paysans de Vieille-Castile aux XVIe et XVIIIe sicles. Madrid, 1994.

    35. Cf. ARDIT, M.: Creixement econmic i conflicte social. La foia de Llombai entre els segles XIIIi XIX. Valencia, 2004, que constituye un modelo de anlisis social en un mbito seorial.

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    segn los casos, lo que no significa que tengamos que ser pesimistas. La opininexpresada por Grard Baur en 1992 contina siendo vlida, a nuestro juicio:

    tort ou a raison, ou admet communment que lhistoire rurale est en crise etque lhistoire conomique est bien malade, escriba, para advertir a continua-cin que tanto en Francia como fuera las investigaciones de temtica ruralistacontinuaban manifestando vigor, por lo que habra que preguntarse si ms queun abandono de la historia econmico-social del campo no estaramos ante ledclin des mthodes et lvanuissement des paradigmes que firen antrefois sonsuccs36.

    Lo que realmente se haba producido, segn la autorizada opinin de GrardBaur, es la crisis del mtodo de trabajo propio de historia econmico y socialfrancesa, sin que esto conlleve la difusin de un desinters por los temas referidosal mundo rural. Ocurre ms bien al contrario, y ello por diversas razones, algunasmuy claras y hasta dramticas: los gravsimos problemas medioambientales yecolgicos; el proceso brutal de urbanizacin de la poblacin; la desaparicinbrusca de modos de vida vigentes a lo largo de siglos; la crisis de un modelo decrecimiento que vena justificando los anlisis finalistas del cambio agrario basadoen la eficiencia de la gran explotacin, condicin previa para el despeguestas y otras circunstancias han provocado o lo estn haciendo una revalo-rizacin de ciertos aspectos de la vida rural, un inters por conservar la memoriaa travs de museos o de la proteccin de paisajes de prcticas agropecuarias

    y de formas de existencia periclitadas y un mayor esfuerzo por entender la lgicade las pequeas explotaciones campesinas, cuyo dinamismo y capacidad de resis-tencia no siempre recibieron la necesaria atencin de los historiadores. Este nuevocontexto favorece sin duda que se contine prestando atencin al mundo rural delpasado. Las caractersticas de los sistemas agropecuarios, que formaban complejostecnolgicos bien articulados; la relacin entre el hombre y el medio; la luchacontra las catstrofes naturales o provocadas son temas de cuyo estudio puedenobtenerse enseanzas provechosas para la actualidad37. En cambio, las tendenciasy fluctuaciones de la produccin y de los precios agrarios, cuyo estudio resultabaineludible hace unas dcadas, suscita hoy menos entusiasmo.

    En relacin con los problemas ecolgicos y medioambientales mencionadosque han dado origen a la creacin de ministerios pblicos del ramo en diversospases est sin duda el creciente inters por la historia ecolgica, por el cono-cimiento de los balances energticos y regeneracin del suelo de la agricultura

    36. BAUR, G.: Lhistoire de lconomie rurale lpoque moderne, ou le desarrois du quanti-tativisme. Bilan critique, Histoire et Socits Rurales, 1, 1992, p. 67.

    37. Tambin en Historia Rural il presente spiega il pasato; vid., CATTINI, M. y ROMANI, M.A.: In Italia alla fine del Novecento, op. cit., p. 281.

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    anterior a los abonos qumicos, por los cambios en las condiciones del medio,por la gestin del agua y en general de los recursos colectivos, as como por los

    efectos de las catstrofes de diversa naturaleza. En Italia varios de estos problemashan sido analizados desde hace dcadas, porque, segn qued indicado, los temasmedioambientales control del agua, desecacin, etc. han estado muy presentesentre los ruralistas. Con todo, en los ltimos aos se aprecia una mayor atencina la storia della civilt rurale, que ha desplazado a la storia della agricoltura38.El vigor que siguen manteniendo los estudios sobre la Mesta est relacionado,sin duda, con el creciente inters por la historia ambiental y por las variadas eingeniosas formas de aprovechamiento de recursos naturales complementarios ysituados a grandes distancias39.

    Al margen de estas consideraciones generales, cabe sealar que hay sealespositivas de cambio en pases en los que la historia rural notara un cierto abandono.Es el caso de Francia: el dinamismo de la jovenAsociation dHistoire et SocitsRurales ha permitido la celebracin regular de congresos y la edicin de una revistade notable calidad, en cuyas pginas pueden encontrarse abundantes recensiones yresmenes de tesis ledas. Otra revista, nacida en 1986, Histoire et Mesure, prestanotable atencin a los temas agrarios40. Con recursos materiales modestos, perocon voluntad y buen oficio, los miembros de la Association des Journes Inter-nationales dHistoire de Flaran continan organizando interesantes reunionescientficas, en las que predominan los temas rurales. Junto a monografas que se

    integran en una tradicin metodolgica que a la vez contribuyen a renovar lasde Jean-Michel Boehler, de Jean-Marc Moriceau, de Annie Antoine, de Francis

    38. Cf., por va de ejemplo, GONZLEZDE MOLINA, M. y GUZMN CASADO, G. I. (eds.): Tras lospasos de la insustentabilidad: agricultura y medioambiente en perspectiva histrica. Barcelona, 2006, yALBEROLA ROMA, A.: Catstrofe, economa y poltica en la Valencia del siglo XVIII. Valencia, 1999. Laescasa atencin que revistas como Societ e Storia o Quaderni Storici prestan a la historia rural se cieprecisamente a estos problemas. En el nmero 82 (1998) de Societ e Storia puede verse un trabajode Roberta Cevasco sobre Lambiente e la storia delle societ rurali europee, con la bibliografareciente sobre Italia; vid. tambin CARACCIOLO, A. y BONACHI, G.: Il declino degli elementi. Ambientenaturali e rigeneracione delle ricorse nellEuropa moderna. Bolonia, 1990. Quaderni Storici dedic

    el nm. 79 (1992) al estudio de los balances energticos y el 81 (1992) a los recursos colectivos.39. Como muestra el Seminario celebrado en la Universidad de Castilla-La Mancha ennoviembre de 2006 sobre Mesta y mundo pecuario en la Pennsula Ibrica durante los tiemposmodernos, organizado por el rea de Historia Moderna (Actas en prensa).

    40. As, los nms. 3/4 de 1996 (vol. XI) se dedican de modo monogrfico a Prix, Productionet Productivit Agricoles; y los 3/4 de 2000 (vol. XV) a la Productivit et croisance agricole. Incluyeadems crticas rigurosas de libros de historia agraria (obra de B AUR, G., CHEVET, J.-M., etc.); elvol. VIII (1993) a La mesure de la terre. Desde 1992 la revista Histoire et Socits Rurales aparececon regularidad (dos nmeros por ao). La Association ha editado tambin las actas de diversoscoloquios, por ejemplo, las de los dedicados a LArgent des villages (edicin de FOLLAIN, A., 2000)y a los contratos agrarios (Exploiter la terre, ed. de BAUR, G., 2002).

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    Brumont o de Anne Zink, entre otras41, hay otras que replantean viejos problemascomo el crecimiento agrario, que realizan anlisis microhistricos de familias

    y explotaciones o que abordan los temas nunca agotados de los bienes colectivosy de las comunidades rurales42. Y al lado de stas otras cuestiones nuevas, comola evolucin de las condiciones medioambientales y la arqueologa del paisaje.Annie Antoine es autora de un bello libro, en el que hace una nueva utilizacin dela cartografa de diversa procedencia y de otras fuentes para reconstruir el paisajede las tierras de bocage, un aspecto poco presente en las monografas clsicas dehistoria rural (no puede conceptuarse como verdadero estudio del paisaje la pginaintroductoria sobre el medio geogrfico)43. Con independencia de las aportacionesque supongan los nuevos enfoques, hay que felicitarse de que algunos maestrosmantengan su fidelidad a los temas rurales, y nos ilustren peridicamente con

    obras que destilan un saber profundo; tal es el caso de Marcel Lachiver, que hacepocos aos publicaba un Dictionnaire du monde rural: les mots du pass44, obraespecialmente valiosa cuando los modos de vida tradicionales han desaparecido.Por fin, conviene destacar tambin que en los ltimos aos los investigadoresfranceses han realizado notables esfuerzos para comparar la historia rural de supas con la de Inglaterra o Alemania, una actitud novedosa en una historiografapoco inclinada a mirar al exterior45.

    En Espaa, destacados especialistas en el mundo rural, como Jos Manuel PrezGarca o Laureano Rubio, han realizado aportaciones novedosas en los ltimos aos;del primero cabe destacar su anlisis de patrimonios campesinos, perfeccionando

    41. Cf. BOEHLER, J. M.: La paysannerie de la plaine dAlsace (1648-1789): une societ rurale enmilieu rhnan. Estrasburgo, 1993, 3 vols.; MORICEAU, J.-M.: Les fermiers de lle-de-France: lascensiondun patronat agricole (XV-XVIIIe sicle). Pars, 1994 (2 ed. 1998); ANTOINE, A.:Fiefs et villages duBas-Maine au XVIIIe sicle. Mayenne, 1994; BRUMONT, F.: adiran et Saint-Mont. Histoire et devenirdes vignobles. iarritz, 1999; ZINK, A.: Clochers et troupeaux: les communautsrurales des Land etdu Sud-Ouest avant la Rvolution. Talence, 1997, y, de la misma autora, Pays ou circunscriptions: lescollectivits de la France du Sud-Ouest sous lAncien Rgime. Pars, 2000.

    42. HOFFMAN, Ph.: Growth in a Traditional Society: the French Countryside, 1450-1815. Prin-ceton, 1996; MORICEAU, J.-M. y POSTEL-VINAY, G.:Ferme, entreprise, famille: grande explotation etchangement agricole, les Chartier,XVII-XIXe sicle. Pars, 1992; VIVIER, N.: Propiet collective et identit

    communale. Les bien communaux en France, 1750-1914. Pars, 1998. Un repaso a la bibliografa sobrealguno de estos temas en BAUR, G.: The benefits of a historigraphical crisis: the study of Frenchrural history (c. 1500-1800) during the last fifty years, en THOEN, E. y VAN MOLLE, L. (eds.): Ruralhistory in the North sea area, op. cit., pp. 119-145.

    43. ANTOINE, A.: Le Paysage de lhistorien: archeologie des bocages de lOuest de la France lpoque moderne. Rennes, 2000.

    44. Publicado por la editorial parisina Fayard en 1997.45. Cf., en especial, BAUR, G. (ed.): Les socits rurales en Allemagne et en France (XVIIIe etXIXe

    sicles). Rennes, 2004; VIVIER, N. (ed.): Ruralit franaise et britannique, XIIIe-XXe sicles: approchescompares. Rennes, y MORICEAU, J.-M.: La Terre et les paysans aux XVIIe et XVIIIe sicles: France etGrand-Bretagne. Guide dHistoire agraire. Rennes, 1999.

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    el mtodo de Micheline Baulant para la utilizacin de los inventariospost mortem;viene dirigiendo, adems, en Ourense-Vigo un grupo de investigacin que estudia,

    entre otras cuestiones, la cultura material del campesinado y la evolucin de susniveles de vida. Del segundo merecen citarse sus aportaciones sobre el sistemapoltico concejil de la provincia de Len, que constituyen un demoledor alegadocontra quienes an dudan de la existencia y funcionalidad de la comunidad rural46.No hay que olvidar tampoco que la VII Reunin Cientfica de la Asociacin deHistoria Moderna, celebrada en Ciudad Real en junio de 2002, incluy una sesindedicada al mundo rural, en la que los recursos comunales y el poder seorialocuparon un lugar destacado47.

    A la vez, el Seminario de Historia Agraria, que impulsa la revista HistoriaAgraria nacida en 1991 como modesto Noticiario y hoy convertida en unapublicacin de referencia en la materia, cumple una funcin parecida a la francesaAssociation dHistoire et Socits Rurales (o al revs, pues sta naci con posterio-ridad), si bien est ms centrada en temas de historia econmica contemporneay, en consecuencia, la atencin a la sociedad rural del Antiguo Rgimen en laspginas de la revista es escasa. Aun as, en los congresos peridicos que organizael Seminario se han debatido problemas de historia rural poco conocidos, comola conflictividad (Baeza, 1995), la gestin de los grandes patrimonios (Salamanca,1997), la organizacin del trabajo y sus evoluciones histricas (Bilbao, 1999) o lafiscalidad y la agricultura (Aguilar de Campoo, 2005)48. ltimamente el Seminario

    auspicia tambin la publicacin de una coleccin de monografas de historia rural,de las que se han editado hasta el momento cinco ttulos49.Otro importante foco que ha contribuido a impulsar y renovar los estudios

    sobre el mundo rural lo constituye el Centre de la Recerca dHistria Rural, de laUniversidad de Girona. Agrupa a un colectivo de investigadores dedicados al anlisisde las sociedades rurales desde amplias perspectivas: las formas de poblamiento,la cultura y vida cotidiana, el paisaje y el medio ambiente, la organizacin social, lapoltica o las relaciones campo/ciudad. A la organizacin regular de seminarios,coloquios, cursos y conferencias, se aade el impulso de diversos proyectos

    46. Vid., PREZ GARCA, J. M.: Un modelo social leons de crecimiento: la Vega Baja del Eslaentre 1700 y 1850. Len, 1998; y RUBIO PREZ, L.: El sistema poltico concejil en la provincia de Len.Len, 1993. Algunos de los trabajos de los miembros del grupo de investigacin dirigido por J. M.Prez Garca pueden verse en Cuadernos Feijonianos de Historia Moderna, I y II (1999 y 2000).

    47. Cf. ARANDA PREZ, J. F. (coord.): El mundo rural en la Espaa Moderna. Cuenca, 2004.48. La revista Historia Agraria publica habitualmente los rapports y ponencias de los

    Congresos.49. Entre ellos merecen citarse ALLEN, R. C.: Revolucin en los campos, op. cit., y MILLN

    GARCA-VARELA, J. y SANZ LAFUENTE, G.: Sociedades agrarias y formas de vida. La historia agrariaen la historiografa alemana, siglos XVIII-XX. Zaragoza, 2006.

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    editoriales, en especial de la Biblioteca dHistria Rural (con las colecciones deEstudis, Documents y Fonts), de la revista virtual Camps Oberts / Open

    Fields y de Estudis dHistoria Agraria50.La historia rural puede y debe beneficiarse y en alguna medida ya lo est

    haciendo de las nuevas corrientes o especialidades que se han ido perfilando enlos ltimos aos. Constituye una especie de carrefour, de lugar de encuentro,por ejemplo, de los estudios sobre historia de la familia y de la reproduccinsocial, sobre la pluriactividad campesina, sobre las prcticas culturales y la vidacotidiana, sobre el ejercicio del poder y los modos de accin poltica en el mbitolocal, sobre las redes informales que permitan el acceso al crdito y a otros recursos,por ejemplo el de la informacin, sobre el ciclo de vida y las biografas familiares,y desde luego sobre el clero y la nobleza Los estudios realizados desde estasperspectivas son ms o menos numerosas y en cierto modo compensan el retrocesode las monografas regionales y de los trabajos sobre coyuntura, con anlisis deprecios, rendimientos, etc., que hoy despiertan escaso inters. Empero, las ense-anzas de las monografas continan en vigor y los anlisis de tipo micro, de lasrelaciones y estrategias familiares e individuales, de las genealogas y alianzas,de los lieus sociaux, no pueden, al margen de un contexto social determinado,definido por una acusada jerarquizacin que dificultaba la movilidad, en parti-cular la ascendente. Es cierto que a partir del tournantcritique se han alzadovoces combatiendo las clasificaciones sociales basadas en criterios econmicos,con el argumento de que los seres humanos en este caso los campesinos noson como billetes de banco, que clasifican en fajos de acuerdo con su valor. Enopinin del prematuramente fallecido Bernard Lepetit, en lugar de buscar loslieus sociaux, los lazos de unin entre los diversos grupos y los mecanismosde movilidad ascendente o descendente que vuelven borrosas las fronteras entrelos niveles de riqueza51.

    Es cierto que la elaboracin de estratigrafas de las sociedades rurales no resultatarea sencilla, por las acusadas diversidades territoriales, existentes en este terreno,por las dificultades del vocabulario de la poca que, con todo, remite a realidadesconcretas, porque el campesinotipo no siempre es fcil de encontrar y no

    es lo mismo en todas partes, lo que ha favorecido la multiplicacin de defini-ciones del trmino campesino, y los debates sobre si los jornaleros y artesanos

    50. Como ejemplos de publicaciones dentro de las colecciones de la Biblioteca dHistoria Ruralpueden citarse, TORRES, X.: Els llibres de famlia de pags. Memries de pags, memries de mas (segles

    XVI-XVIII). Gerona, 2000, y CONGOST, R., JOVER, G. y BIAGIOLI, G.: Lorganitzaci de lespai rural alEuropa mediterrnia. Masos, Possessions, Poderi. Gerona, 2003. A CONGOST, R., se debe tambin lareciente monografa, Tierra, leyes, historia. Estudios sobre la gran obra de la propiedad. Barcelona,2006.

    51. LEPETIT, B. (dir.): Les formes de lexperience. Une entre histoire sociale. Pars, 1995.

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    rurales han de considerarse o no campesinos52. Al margen de estos problemas,que en ocasiones han dado origen a polmicas provechosas, los estudios, antiguos

    o recientes, de la estratificacin del campesinado aplicando la palabra tanto alos grandes cultivadores como a los jornaleros nos parecen fundamentales, y slodentro de ese contexto se pueden explicar las estrategias individuales y familiares.De otro modo no se sabe lo que stas tienen de excepcin o de regla.

    * * *

    Por el tipo de fuentes que requiere y por la necesidad de atender a los condicio-nantes medioambientales, la historia rural se ha venido elaborando sobre mbitoscomarcales y regionales. Por otro lado, en su desigual desarrollo territorial y en

    sus orientaciones, han influido factores diversos que tienen mucho que ver conlas propias tradiciones de los departamentos universitarios. Por lo mismo, nos haparecido oportuno solicitar a reconocidos especialistas la redaccin de textos sobrela trayectoria, estado de la cuestin y perspectiva de la historia rural de grandesconjuntos territoriales, atendiendo tambin a Portugal. El coordinador agradecevivamente a Margarida Sobral, Manuel Ardit, Antonio Luis Corts Pea, JernimoLpez-Salazar Prez, Jos Manuel Prez Garca y Laureano Rubio Prez, el quehayan aceptado, generosamente, participar en el presente volumen.

    52. Algunas definiciones del campesinado se recogen en SAAVEDRA, P.: El campesinado en laEspaa del Antiguo Rgimen: algunas consideraciones, en CASTILLO, S. y FERNNDEZ, R. (eds.):Historia social y ciencias sociales. Lrida, 2001, pp. 225-245. Muy pertinentes resultan las consideracio-nes de BAUR, G.: Les categories sociales la campagne: repenser un instrument danalyse,Annalesde Bretagne et des Pays de louest, 1, 1999, pp. 159 y ss. Sobre el debate a propsito de la condicincampesina (o no) de los jornaleros, GONZLEZDE MOLINA, M. (ed.): Campesinos y jornaleros: unarevisin historiogrfica. Granada, 2000.