Salvatore Ricardo - Los Crimenes de Los Paisanos, Una Aproximacion Estadistica

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  • 7/24/2019 Salvatore Ricardo - Los Crimenes de Los Paisanos, Una Aproximacion Estadistica

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    Anuario det IEHS "Prof. Juan C. Grosso", 12, Tandil, UNCPBA, pp. 91-100

    Los crmenes de s paisanos: una aproximacin estadstica

    Ric ard o D. Sal ore"

    En este ensayo, presento resultados de una reconstruccin estadstica del crimen en la

    campaa de Buenos Aires a partir de la informacin contenida en los Partes de Novedades,

    informes trimestrales o cuatrimestrales que enviaban los jueces de paz a Rosas durante los

    aos 1831 a 1851. Estos informes, que incluyen informacin acerca de los individuos

    arrestados durante el perodo y sus delitos, son tai vez la fuente disponible ms confiable

    sobre la incidencia del crimen (y el control policial) durante este perodo. Los arrestos,

    consignados en su lugar de origen, hacen que esta fuente sea ms reveladora del delito en

    la campaa que otros indicadores con un marcado sesgo urbano (como el ndice de polica

    o las estadsticas de presos en las crceles de la ciudad).' Aunque los Partes no se han

    co ns er va do en su tot ali dad , los que existen permi ten co nst rui r una muestra {1.6 74

    observaciones) que puede tomarse como representativa de los arrestos efectuados durante

    estos veinte aos.2

    Dos fuentes posibles de subestimacin, sin embargo, deben mencionarse. Por un lado,

    los delitos penali zados con "correcci n". Slo en muy contad os casos los jue ces de paz

    incluan en estos Partes delitos menores para los cuales imponan penas de multa, das de

    arre sto en el ju zg ad o, t rab ajo forzado en obra s de la pob lac i n, o sim ple men te una

    "reconvencin". Por otro lado, los famosos "contingentes". Un acuerdo de 1835 ordenaba

    que todos los jueces de paz deban enviar dos o. ms hombres cada mes como nuevos reclutas

    para el ejrci to federal. Aunque algunos Partes consignan presos en cal idad de contingentes,

    ellos estn ausentes en muchos de los informes, dejando la sospecha de que estos presos no

    eran incluidos en el total de arrestos reportado o, alternativamente, que el cumplimiento con

    *

    Unive rsida d Tor cua to Di Telia.

    1 Do s tr ab ajo s qu e usan este tipo de fuen tes son: Richar d Slatta y Ka da Robin son , " Conti nuiti es of Cr im e

    and Punish ment, B uenos Aires, 1820 -1850", en Th e Pr ob iem o' O r de r i Ch&iigiug Societies, Lyman Joh nso n,

    ed. (Albuquerque: University of New Mxico Press, 1990), 18-45; y Mark D. Szuchman, "Disorder and Social

    Control in Buenos Aires, 1810-1860" , Jou rua l of uterdi sc pl iu ary His ory, 15:1 (1984), 83-110.

    O

    Los Partes de Novedades que han podido recuperarse representan el 37 porciento de los partes que debieron

    haberse enviado a Rosas durante todo el periodo y por lodos los partidos.

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    el acuerdo de 1835 dejaba mucho que desear. Las dos fuentes de subestimacin remiten a

    una peculiar divisin del trabajo judicial en la campaa o, mejor dicho, a la existencia de dos

    tipos de justicia: una destinada a moralizar la vida cotidiana, la otra orientada a abastecer de

    reclutas al ejrcito.3

    Una Campaa Violenta?

    La estimacin del total de arrestos que resulta de extrapolar los datos existentes (un

    total que variara entre un mnimo de 7.000 arrestos y un mximo de 10.000 para el perodo

    1831-1852) parece modesta para una campaa reputada por su violencia y criminalidad. Este

    total corresponde a menos de 500 arrestos por ao para toda la provincia o, entre uno y dos

    prisioneros arrestados po r cada par ti do mens ua lm en te . El bajo nt mero de arrestos es

    coincidente con el hecho de que, en muchas ocasiones, los jueces reportaran que el trimestre

    o cuatrimestre de referencia haba pasado "sin novedad", es decir, sin arrestos o delitos que

    informar.

    Las formas ms frecuentes del delito en la campaa -segn resulta de esta fuente-

    tampoco guardan relacin con la imagen de una sociabilidad popular violenta reforzada por

    el terror de estado. Los arrestos por delitos polticos tanto como los arrestos por violencia

    contra las personas resultan menos frecuentes que los delitos contra el estado y contra la

    propiedad. Los del itos contra las personas representan menos del 13 % de los arrestos. Las

    heridas y golpes son las incidencias ms frecuentes en esta categora, seguidas por el

    homicidio y delitos afines. Tal vez, los duelos a cuchillo que resultaban en muertes no se

    reportaban como homicidios o muchos de ellos tenan lugar en espacios no controlados por

    las autoridades. Pero, a partir de los arrestos registrados no se puede decir que la violencia

    interpersonal fuera muy frecuente. Las violaciones y asaltos a mujeres y adolescentes,

    aunque no se reportaban por lo general, dejaron sus huellas en los Partes, indicando la

    p r e oc upa c i n de la s au to r idades locales por p ro te je r el "honor" de las mu je r e s ,

    particularmente de aquellas que eran hijas o esposas de veteranos federales.4

    Los delitos contra el orden pblico (alterar la paz, embriaguez, peleas, juegos de azar,

    portar cuchillo, etc.) no fueron numerosos. Esto puede ser una indicacin de que el rgimen

    realmente haba "restaurado el orden de'la campaa", o de que este tipo de delitos estaba

    sujeto a mayor proporcin de sub-registracin. Los pocos sumarios existentes sobre peleas

    en pulperas parecen indicar que, sabiendo que una combinacin de ofensas verbales, juego

    y bebida conducan a desafos que terminaban en heridas mortales, los paisanos trataban de

    evitar estas confrontaciones. La polica del perodo, laxa con respecto a otras reglas, fue

    particularmente cui dados a en la requisa de cuc hill os en las pul pe ra s. La vaganc ia , la

    principal ofensa en esta categora de delitos, era las ms de las veces una caracterizacin

    social de la persona y no un delito en particular. Estos cargos fueron usados selectivamente

    para remarcar la valoracin negativa que haca la comunidad de ciertos sujetos considerados

    "1 .Vase Rica rdo Salvatore, "Autooratic State and Labor Control in the Argentino Pamp as. Buenos Aires,

    1829 -1852 ", Pea sa ut Stu dies , 18:4 (verano de 1991).

    4 Sobre el rapto de mujeres vese Carlos Mayo, Estancia y .sociedad en )i pa mp a 1740 -182 0 (Buenos Aires :

    Biblos, 1995), 179-190.

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    "desconocidos" o "sin domicilio fijo" -e trmino "vago" rara vez haca referencia a las

    pre fe rencias del in div id uo por el oci o; se usaba ms bien para re fo rzar la cu lpab il idad del

    reo, acusado de otro delito.

    Delitos por ipo. Campaa de Buenos Aires, 1831-1852

    Tipo de Delito N" de Casos Porcentaje

    Contra la propiedad 552 33.1

    Robo 508

    Otros 44

    Contra las personas 216 12.9

    Heridas y golpes 96

    Homicidio y afines 63

    Violacin y secuestro 33

    Insultos 23

    Otros 4

    Contra el estado 627 37.6

    Desercin 285

    Evasin y mal servicio 39

    Sin documento 295

    Otros 39

    Contra el orden pblico 225 13.5

    Vagancia 141

    Embriaguez 13

    Peleas 22

    Juego 1

    Portar cuchi llo 14

    Huida (esclavos, menores) 14

    Ser "desconocido" 13

    Otros 7

    Delitos polticos 17 1.0

    Insurreccin-conspirac. 2

    Unitarios 15

    Otros delitos 32 1.9Por "orden super ior" 20

    Otros 12

    TOTAL DELITOS MUESTRA 1.669 100.0

    Fuente: Procesamiento propio a partir de Partes Novedades, juzgados de paz de

    campaa, A.G.N. sala X, varios legajos.

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    Los delitos polticos (aquellos que resultaban de ser opositor al rgimen gobernante)

    fueron muy infrecuentes en proporcin al nmero de deserciones, viajeros sin identificacin,

    y ladrones de ganado. Muy pocos de los arrestados aparecen sospechados de "unitarios". En

    parte esto se debe a que los unitarios, en tiempos del "unanimismo", fueron por definicin

    un gr upo ext erno a la comunidad federal de la campaa; constituan una minora asoc iadacon las clases mercantiles y propietarias y especialmente con los residentes urbanos, La

    violencia de estado contra los unitarios aparece en la campaa reducida en relacin a la

    violencia ejercida contra los agentes subalternos.

    Delitos contra la Propiedad, Delitos contra el Estado

    La campaa que la mayora de los paisanos habitaron no fue aquella imaginada por los

    ensayistas e historiadores liberales. En realidad, los delitos "polticos" y los delitos "de

    sangre" constituyeron una escasa proporcin de los arrestos totales. Los que s fueron

    importantes son los llamados delitos contra la propiedad y los delitos que, a falta de unadenomi nacin ms apropiada, llamar "delitos contra el estado" . Refiero con este nombre

    a una serie de ilegalidades que se suscitaban en relacin a la obligacin de los varones de

    contribuir servicios militares al estado provincial. Estas ilegalidades (desertores, evasores del

    servicio, gente que viajaba sin identificacin y vecinos acusados de proporcionar "mal

    servicio" a los jueces de paz o policas locales) constituysron el 3.7 % de los arrestos.

    Estos delitos estaban dirigidos no contra la propiedad o contra las personas sino contra

    el estado. Ellos representaban, un rechazo de los paisanos pobres a proveer servicios militares

    o policiales al estado en las condiciones y tiempo demandados por las autoridades. O, visto

    desde otro ngulo, reflejaban la defensa que los paisanos hacan de su propio tiempo (usado

    para atender sus propios cultivos y ganado o para buscar trabajo pago en estancias y chacras)

    frente a las necesidades del estado provincial (la guerra y la administracin de servicios de

    polica y ju s t i c ia ) . Las tensiones entre el estado y los paisanos ( tensiones que eran

    mediatizadas por la ideologa del federalismo y por las negociaciones llevadas a cabo dentro

    de batallones y juzgados) formaban el sustrato de estos delitos. Como veremos, estas ofensas

    fueron sistemticamente penalizadas por el estado y afectaron a un vasto sector de habitantes

    de la campaa; sobre todo a los sujetos ms mviles y con menores recursos.

    Desertar del ejrcito y viajar sin una identificacin adecuada fueron los ofensas ms

    frecuentes dentro de esta categora. La frecuencia de la desercin en los ejrcitos federales

    hizo que peridicamente Rosas destacara comisionados para apresar desertores, ejecutara de

    tanto en tanto a algn desertor, y constantemente insistiera a los jueces de paz sobr e la

    necesidad d averiguar los antecedentes militares de los arrestados.5 An as, las desercionescont inua ron, lo que se traduj o en la prctica en un acortamiento del tiempo de servicio.

    Mientras la mayor parte de los "destinos" incluan la obligacin de servir tres, cuatro o ms

    aos, el tiempo de servicio actual en los ejrcitos fue mucho menor. Al menos 60% de los

    reclutas dej el ejrcito antes de finalizar el primer ao de servicio (el tiempo promedio de

    servicios fue cercano a diez meses).

    . Info rma ci n proveni ente de otra fuente (una muestra de reclutas de 1.364 obse rvac ione s para el pero do

    1810-186 0) indica una tasa de deser cin cercan a al 25 porciento del reclutami ento.

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    Viajar sin documentos de identificacin (pasaporte, papeleta, baja, pase) fue otro de ios

    delitos ms citados como causal de arresto. Visto generalmente corno un complemento del

    delito de "vagancia", es decir, como parte de una estrategia de control social destinada a

    producir peones para la estancia, este tipo de delito afect en realidad ms a los viajeros qu e

    a los desocupados.6

    En algunos casos, esta ofensa era el resultado de la ignorancia. Losprovincianos que bajaban a la provincia de Buenos Aires en bsqueda de trabajo no siempre

    conocan las consecuencias de no llevar pasaporte o algn documento identificatoriq. En

    otros casos, estas ofensas representaron un rechazo del orden documentario del estado

    rosista. Muchos paisanos (especialmente aquellos no favorecidos por la expansin de los

    derech os de propie dad o por la evolucin de las guer ras civiles) resintieron la creci ente

    "documentacin" de sus movimientos como un impedimento a su modo independiente de

    vjda. Estos paisanos, para evitar el control policial, falsificaron pasaportes y guas, robaron

    documentos, viajaron en las tropas bajo el nombre de otra persona, y en general, trataron

    de ocultar su verdadera identidad y filiacin.

    El segundo grupo de delitos en orden de importancia -despus de los delitos contra elestado- fueron las ofensas contra la propiedad. Ellos representan el 33% de los arrestos

    rep ort ado s por los juec es de paz. Las diversas modalidades del robo comp renden la casi

    totalidad de los arrestos registrados bajo esta categora. Entre los casos para los cuales

    disponemos de informacin sobre el objeto robado, sobresale el robo de ganado, con el 70%

    de las observaciones , seguido por el robo de "efectos" (ropa, aperos y cueros

    prin cipalm ente ), con un 20%, y por el robo de dinero , con el 6%. Los robos de caba ll os

    fueron tan frecuentes como los robofc de vacas.

    La importancia del robo de ganado (reses y caballos, por lo general) est relacionada

    con la consolidacin de derechos de propiedad en semovientes, un desarrollo que, debido a

    la propia ambigedad de los derechos sobre tierras, produjo un sinnmero de conflictos. En

    un momento en que el estado aument la fiscalizacin del comercio, transporte y faena de

    ganado imponiendo el uso de guas y, sobre todo, haciendo cumplir la legislacin sobre

    marcas, la prevalencia de este tipo de delitos es de esperar. En una primera lectura, estas

    ilegalidades aparecen como una reaccin de los paisanos a polt icas estatales que

    criminalizaron formas consuetudinarias de apropiacin, intercambio y uso del ganado. La

    apropiacin ilegal de ganado, sea motivada por la necesidad de subsistencia o por el deseo

    de acumulacin, conlleva una negacin a los signos ms visibles de propiedad (las guas y

    riiarcas). La forma en que los paisanos falsificaron guas de transporte y "contramarcaron"

    el ganado es un claro correlato de la falsificacin de pasaportes y bajas y a los cambios de

    identidad con que peones y soldados desafiaron a las autoridades militares y judiciales

    La mayora de los robos fueron cometidos por uno o dos individuos, usualmente en e!mbito de la estancia, la chacra, la pulpera, o las viviendas particulares de los paisanos. Los

    ladrones, por lo general, fueron personas con conexiones temporarias y efmeras con la

    vecindad, como peones itinerantes y viajeros ("desconocidos"). En un sistema social donde

    la apropiacin de ganado era una prctica tolerada entre vecinos (dentro de ciertos lmites),

    el robo de ganado sirvi para criminalizar las actividades de extraos a la comunidad.

    ^ Los arrestos por falta de pase o pasaporte fueron mucho ms frecuentes que aquellos ocasionados por a

    carenci a de la papeleta de conch avo.

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    El objeto del robo fue en la mayora de los casos de poco valor: una o dos cabezas de

    ganado, uno o dos caballos, menos de media docena de cueros, unas pocas piezas del apero.

    Esto estara indicando la escasa importancia del bandidaje o cuatrerismo organizado en este

    medio. Por otra parte, las vctimas de los robos -usualmene pequeos productores- impide

    pensar en este tipo de deli tos como parte de una "guerra social". En los casos en que losinformes contienen informacin sobre las vctimas, stas aparecen descritas com) hombre

    (89% de los casos), vecino (42%), patrono hacendado (21 %), pulpero o comerciante (13%).

    El pequeo robo no dirigido especialmente contra la gran propiedad, en este contexto, apunta

    a la necesidad de reinsertar estos delitos dentro del marco de las tradiciones campesinas de

    apropiacin directa de los objetos de subsistencia as como de las escaramuzas de

    delimitacin de derechos de propiedad entre poseedores y propietarios.

    Un anlisis de las circunstancias que rodean estos delitos ayuda a reforzar nuestra

    impresin de que, en buena medida, la criminalidad de la campaa se centr en las tensas

    relaciones entre el estado y los paisanos pobres. Estos delitos, aunque aparentemente

    dirigidos contra la propiedad, estuvieron relacionados con la cuestin del reclutamiento; es

    decir, con las estrategias de los sectores subalternos de la campaa para escapar a la

    imposicin de trabajo forzoso por parte del estado. La apropiacin ilegal de unos pocos

    caballos, de una o dos vacas, y de algunos cueros o aperos revela la necesidad de procurar

    alimentos, medios de transpor te, y bienes de alta liquidez de quienes huan de la just icia

    (desertores, viajeros sin papels,, y delincuentes),

    Los usos de los bienes robados muestran, por su parte, una diversidad de objetivos por

    pa rte de los auto res de los robos. De 279 arrestos con informacin en este respecto, 170

    corresponden a casos de arreo de ganado o de caballos, 50 a casos de animales carneados

    en el campo, 39 a casos de venta de ganado de otra marca o a falsificacin de marcas, y 15

    a casos donde el arrestado fue acusado de hacer botas de potro o de vender cueros obtenidos

    ilegalmente. Claramente, el deseo de ascender al status de pequeo propietario -de formar

    tropilla o manada propia- coexisti con a apropiacin de ganado para satisfacer necesidades

    de alimentacin y vestido.

    Los indicadores sobre el robo de ganado subrayan lo impreciso e inestable de los

    derechos de propiedad en ste perodo as como la existencia de una economa moral bastante

    tolerante de la apropiacin directa de bienes necesarios a la reproduccin fsica y a la

    movilidad de los habitantes de la campaa. No parece sta una sociedad polarizada entre

    grandes propietarios y personas sin tierra, sino una sociedad con una multiplicidad de

    pequeos conflictos o escaramuzas. Algunos de estos conflitos se refieren a problemas entre

    pa trones y peones , ot ros involucran a los pulperos y sus clientes, otros reflejan tensiones

    entre vecinos acerca de derechos de propiedad (sobre el ganado en primer lugar, peroposiblemente tambin sobre otros derechos de posesin y uso).

    Una Cuestin de Servicio

    Mientras que el robo parece estar condicionado por una multiplicidad de circunstancias

    y motivaciones difciles de reducir a un tipo de conflctividad, los delitos contra el estado

    tienen todos un mismo objetivo y un mismo lenguaje: el rechazo de las prcticas del

    reclutamiento y los malos tratos en el ejrcito. Mientras es difcil hablar de una "guerra

    contra la propiedad", si es posible pensar en una confrontacin cotidiana y permanente contra

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    el estado en relacin a la cuestin del servicio. El estado de Buenos Aires, necesitado de

    hom bre s para las cam paa s militares, tendi a crimina lizar act ividade s generalm ente

    toleradas en las sociedades de la campaa y a penalizar estos delitos con lardos servicios en

    el ejrc ito. Los peones y jorn ale ros (la mayora entre los reclutados en forma coerc itiva)

    respondieron en especie, evitando registrarse en la milicia, eludiendo los servicios activos("arreglndose" para servicios pasivos o "mecnicos") y, una vez dentro del ejrcito,

    dese rtando cuando las condiciones se convrtan en intolerables. Para escapar del alcance de

    las autoridades los desertores o evasores recurrieron a una variedad de lo que James C. Scott

    llama "artes de decepcin": falsificar pasaportes, pases y bajas, esconder los uniformes,

    cambiar nombre, buscar refugio entre parientes y amigos, no hablar de su pasado, cambiar

    de empleo frecuentemente.7

    En un perodo de guerras recurrentes y de un encendido proto nacionalismo, la falta

    de cooperacin de los paisanos al aparato militar del rosism resulta notable. De entre los

    arrestados, 71 porciento dijeron no haber cumplido con la registracin obligatoria en las

    milicias. Aquellos que dijeron que s haban cumplido, tuvieron problemas para probarlo,

    ya que slo el 6 porciento de los arrestados pudo mostrar papeles de enrolamiento al

    momento de su arresto. Aquellos que estaban prestando servicios en los ejrcitos de lnea

    eran la minora, menos del 8 porciento de los arrestados (y slo 3 porciento de ellos pudo

    mostrar sus licencias o bajas).

    Preguntados acerca de su pasado, slo el 37 porciento de los arrestados dijo haber

    prestado serv icios mi li tares a la Federacin . 48 porc iento de ell os tenan ex perien cia de

    combate, otros se haban unido a una unidad de ejrcito o milicia y prestado servicios en

    "cantones" o "destacamentos". El resto dijo haber ayudado a! estado con servicios pasivos:

    acarreando ganado hacia un batalln, cuidando las "caballadas" del estado, participando en

    las carneadas para el consumo de los soldados, unindose a las "part idas" de los jueces de

    paz o po l ci as locales, o cus to diando las prop iedades con fi sc ada s a los un itar ios. Para losje fe s militaies, estas actividades representaban un compromiso menos patr i tico y generoso

    que defender la Federacin en el campo de batalla. Estas realidades, comprobadas a diario

    en la prctica de los interrogatorios a presos, indicaban a las autoridades militares y

    ju di cia le s q ue los paisanos estaban resistiendo los llamados del es tado provincial a tomar las

    armas en defensa de la Federacin.

    Aunque la informacin en materia de penalidades es imprecisa, es claro que los que no

    servan a la causa federal reciban en su mayora condenas en aos de servicio militar.

    Conocemos los "destinos" o sentencias aplicados a 532 de los arrestados (32 porciento de

    a muestra): 353 de ellos fueron sentenciados con aos de servicios, 58 fueron directamente

    asignados a un regimiento (sin la mediacin de Rosas), 4 fueron enviados a servir al

    Departamento General de Polica, 50 fueron liberados (algunos de ellos haban cometido

    "delitos de correccin"), 55 fueron perdonados y sus sentencias condonadas (es el caso de

    aquellos cuyos delitos fueron perdonados si decidan enrolarse "voluntariamente" en el

    ejrcito de la campana a Entre Ros), 2 fueron rebajados del servicio, 5 recibieron extensin

    de sus condenas en servicio, 2 fueron sentenciados a exilio, y 3 fueron ejecutados.

    1Jame s C. Scott, Hiddeu Tr an scr p ts . Dui iuati o aud th e Ar ts o* Res ist anc e (New Haven: Ya!e Umvcrsity

    Press, 1990).

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    Una "Ciase Delincuente"?

    Quines fueron los delincuentes? Constituan ellos un sector especial de la poblacin

    de la campaa? Puede hablarse de la existencia de una "clase delincuente"?

    En cierto sentido, el sistema de justicia de este perodo tendi a discrimi naren trminosde cla se. L os arre s to s y las sent enc ias se basab an en prc t ica s de descr ipc in y

    "clasificacin" que tendan a identificar y separar a los paisanos pobres (en especial a lo que

    Rosas llamaba "clase de pen de campo") como objeto del control y persecucin policial.

    Los paisanos que trabajaban como peones, que vestan chirip, poncho y bota de potro, que

    no saban leer y escribir, y que posean no ms que un caballo, una muda de ropa, y algunos

    aperos eran los que tenan ms probabilidades de ser arrestados. Sobre ellos recaa la mayor

    parte de los serv ic ios activos. Los vecinos propietarios, por el cont ra rio, podan enro larse

    en las milicias y prestar servicios pasivos. Estos Ultimos constituyeron una minora entre los

    arrestados. Su inclusin en las nminas de arrestados no debe considerarse, sin embargo,

    como un error. El estado rosista, comprometido con la "restauracin de las leyes", tena la

    necesidad de castigar los crmenes con independencia de la riqueza de sus autores o, al

    menos, de afirmar con unos pocos casos ejemplificadores, el principio de igualdad ante la

    ley.8

    En la prctica , la posibilidad de identificar y controlar a la "ciase de pen de. campo"

    imposible de detectar a nivel de las apariencias (color de piel, ropa, po se si one s) - result

    depender de la cuestin de la residencia. Aquellos con largo tiempo de residencia en la

    comunidad, los vecinos y sus "conocidos", podan escapar ms fcilmente al peso de la

    justicia ro si sta que los que se cons ideraban ext raos a la comunidad. Lo s trabajadores

    itinetantes (en particular los provincianos) estuvieron as desproporciona!mente representados

    entre los arrestados: sobre.ellos pesaban sospechas de haber violado la ley en otros distritos

    o de ser deser tores del ejrcito. Los "transentes" y los jv enes no suj etos a la autoridadpaterna fueron el objeto de las levas precisamente porque los "vecinos" ms antiguos vean

    falencias en sus costumbres y moral en relacin con el ideal de orden de la repblica federal.

    Ellos eran sindicados como "vagos y malentretenidos-" antes de que violaran ninguna ley.

    Cons ecue ntem ente , no es sorp ren dent e encontrar que los tran sen tes figuran

    desproporcionadamente en las estadsticas de arrestos. Ms del 82 porciento de los arrestados

    haban nacido fuera del partido en el que fueron arrestados. Este porcentaje llegaba al 100

    porciento en part idos nuevos (como Navarro, Chivilcqy, Tordillo, Monsalvo, Dolores y Mar

    Chiquita) pero tambin era alto en viejos partidos del corredor noroeste-sudeste de la

    provincia (Arrecifes, Ar eco , Quilmes). Adem s , 52 porciento de los arrestados eran

    provincianos que haban venido de las provincias del norte. 71 porciento de los arrestados

    eran so lteros, una indicacin de que el sistema de justi cia tendi a castigar ms a aque llos

    trabajadores que no sentan (an) la necesidad de arraigarse en una determinada poblacin.

    Las ocupaciones de los arrestados abarcan una amplia gama de actividades rurales. El

    grupo mayor pertenece a ganadera y agricultura (50 porciento): hay aqu una mayora de

    peones y una minora de labradores y cria dores, capataces y, ocasionalmente, alg n

    He des arr oll ado este punt o en "El Impe rio do la Ley. Delito, esta do y sociedad en la era rosist a". Del ito

    y Sociedad, ao 3, nos. 4-5 (1993-94), 93-118.

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    estanciero. Le siguen juego los jornale ros (18 porciento); luego las actividades ligadas con

    el transporte (8 porciento), muchos de ellos acarreadores de ganado y picadores de carreta;

    y los individuos "sin ocupacin" o trabajo conocido (8 porciento), por lo general, peones en

    bsqueda de tr aba jo . El re sto son so ldados , comerciantes y traba jado res de las indust ria s

    rurales (lomlleios, peones de saladeros). La diversidad de ocupaciones no debe ocultar elhecho de que la mayora de los arrestados pertenecan al grupo de trabajadores asalariados

    mviles de muy bajos recursos.

    Racialmente, los arrestados no diferan sustancialinente de la poblacin en general: 40

    porciento eran trigueos, 32 porc iento blancos, 8 porciento blancos, 9 porc iento mulatos, 5

    po rc i en t o a ind iados o ach inados , y 3 porc ien to indio. No hubo en este sen t ido una

    discriminacin parecida a la que afect a la "clase de pen de cam po". Los estigmas contra

    la "gente de color" de la poca colonial pueden haber persistido en el perodo ue Rosas, pero

    es evidente que las libertades y oportunidades para negros, mulatos y mestizos (trigueos)

    conspiraron cont ra el establ ecimien to de una justic ia racial. Slo los indgenas estuvie ron

    sujetos a otro sistema de justicia. Sus violaciones de la ley eran tratadas de forma especial:

    expediciones punitivas de terror y exterminio contra los toldos. Es que la ley de los

    cri sti ano s no exten da sus benefi cio s a las tribu s pa mpa s; por ello, la prin cipa l f orm a

    del incuencial de es tos sujetos ( los malones) no f igura en informes de presos que

    confeccionaban los jueces de paz.

    Conclusiones

    Represen taciones literarias del perodo de Rosas pintaron !a campaa de Buenos Ai es

    y los suburb ios de la ciudad "ocu pados" por la cultura rural como espacio s saturados de

    viol enci a. En esta tradicin interpretativa, el terror de estad o y la sociabilidad violenta de

    los paisanos configuraron una sociedad con una alta tasa de riesgo para la vida humana. y La

    crtica de la dictadura rosista se uni as al desdn hacia la "barba rie" del "desie rto" para

    produc ir un espacio sin ley, una pampa violenta. Nuestra reconstruccin estadstica del delito

    en la ca mpa a de Buen os Aires duran te el per od o de Rosas l lama a rec ons ide rar la

    verosimilitud de estas representaciones.

    La prevalencia de los delitos contra la propiedad y contra el estado en el total de los

    arrestos, y la escasa incidencia de actos de violencia inter-personal y disturbios pblicos

    parecen contrariar la vis in tradicional de una pampa violenta. La campaa de Buenos Aires,

    dur ant e este per odo , p are ci caracter izarse ms bien por la estabilidad social y por la

    interaccin pacfica. Esta "tranquilidad", reconocida por los contemporneos como uno de

    los ingredient es principa les de la "prosperi dad" de la campaa, cont ribuy a legitimar la

    administracin de Rosas. Los duelos a cuchillo existieron, pero en mucha menor proporcin

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    En Fa cu nd o, el desierto prod uce una sociabilidad brbara donde los individuos madu ran te mp ra na me nt e

    para el homic id io y la re sol uc in vi l en la de lo s con fl ic tos in te rp ers on ales . En El M a t a d e r o , el hroe c ro za la

    ciuda d para caer pres a de las vejac iones de a chusm a federal que trabajan en los subur bios. En Am al ia cinco

    p o r t eo s de fa mi lias de centes que con fab ulan co nt ra Ros as se ven t ra icion ado s p or un ma z o r q u e ro y, c o m o

    cons ecu enc ia, su fre n las violencia s del terror federal. Vase Adolfo Prieto, Proyec ci n del ro,sismo en la li te ra tu ra

    argentina (Rosar io : Fac. de Filosof a y Letras , 1959) , y Avelina Ibez, Unitar ios y federales en la l i teratura

    ar ge nt in a (Buen os Aires: Emp. Lp ez , 1933).

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    a lo que pinta la literatura. De igual manera, los delitos polticos representaron una mnima

    pa rte de los ar restos del perodo.

    Por otra parte, la cuestin del reclutamiento y la de la afirmacin de los derechos de

    propiedad sobre el ganado dos momentos de las relac iones entre los paisanos y el es tado

    pr ovi nci al aparecen centrales a la criminalidad del perodo. La desercin, la fa lt a dedocumentos y el robo de ganado fueron sin duda las causales de arresto ms frecuentes. La

    criminalizacin de la "vagancia", asociada tradicionalmente como el ascenso de la "clase

    terrateniente", rara vez aparece como la causa principal y nica del arresto. Los crmenes

    contra la propiedad y contra el estado estuvieron relacionados: parte de los robos fueron

    complementarios al delito de desercin. Los paisanos pobres tuvieron que recurir al robo a

    fin de continuar con su movilidad a travs del espacio, una estrategia de subsistencia comn

    a desertores y peones itinerantes.

    Adems de ser un indicador de conflictos sobre derechos, las ilegalidades de los

    paisanos indican la exis tencia de una contestacin en la normatividad asociada con la

    formacin del estado posindependiente, en particular, sobre el derecho del estado provincialde imponer servicios mili tares a los paisanos, en condiciones que excedan l mites

    considerados como normales o tolerables. En esta contestacin, la imagen construida por la

    litera tura de gauc hos como vctimas indefe nsas de los hace ndado s o com o br bar os

    pasi ona les que trun ca ba n sus propias vivas en duelos a cuchillo pare ce di so lverse. Los

    paisanos parecen afirmar un ti po de derechos econmicos y civiles y, po r ta nt o, un a

    identidad, que la propia literatura les neg.

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