SAN AGUSTÍN

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28 de agosto 2012 Fiesta de nuestro Padre San Agustín Felicidades en este día a los miembros de la familia agustiniana, y a quienes se sienten cercanos a ella y a San Agustín P. Teodoro B clic

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Autor: Padre Teodoro Baztan

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Page 1: SAN AGUSTÍN

28

de agosto

2012

Fiesta

de

nuestro

Padre

San Agustín

Felicidades en este día a los miembros de la familia agustiniana, y a quienes se sienten cercanos a ella y

a San Agustín P. Teodoro B

clic

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ICONOGRAFÍA

DEL GRAN PADRE AURELIO AGUSTÍN,

OBISPO DE HIPONA

Y DOCTOR DE LA IGLESIA

. Grabaciones realizadas por Schelte de Bolswert (1624).

Una serie completa de 26 estampas se conservan en París.

Fueron impresas para ilustrar la biografía del santo de Hipona,

titulada “Iconographia Magni Patris Aurelii Augustini”. encargada por el Prior de los Eremitas de la Casa de Malinas (Bélgica),

Georges Maigret.

Las fuentes escritas usadas fueron principalmente "Las Confesiones" y "La Ciudad de Dios",

obras escritas por el mismo santo, "Vida de San Agustín" escrita por San Posidio,

y "La Leyenda Dorada" de Santiago de La Vorágine.

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Daba voces lastimeras: “¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo diré: mañana y mañana? ¿Por qué no ahora? ¿Por qué no en esta hora el fin de mis torpezas?”. Lloraba con amarguísima contrición de mi corazón. Y he aquí que oigo de la casa vecina una voz que decía cantando y repetía muchas veces: “¡Toma y lee; toma y lee!” Me puse a pensar, si acaso habría algún juego, en que los niños usasen canturrear algo parecido; y no recordaba haberlo jamás oído en parte alguna. Me levanté, abrí el libro y leí el primer capítulo que se me vino a los ojos: “No en comilonas y embriagueces; no en fornicaciones y desonestidades; no en rivalidad y envidia; sino vestíos de nuestro Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne para satisfacer sus concupiscencias”. No quise leer más, ni fue menester. Todas las tinieblas de la duda se desvanecieron. (San Agustín, Confesiones)

CONVERSIÓN DE SAN AGUSTÍN

Buscando AGUSTÍN un lugar solitario con intención de llorar, se apartó más lejos de

Alipio, donde, recostado bajo un tronco de higuera, entre torrentes de lágrimas, oyó una voz

enviada por Dios: “Coge, lee, Coge, lee”.

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Cuando llegó el tiempo en que debíamos dar el nombre, dejando el campo nos volvimos a Milán. Quiso también Alipio renacer en Vos conmigo. Juntamos también con nosotros al niño Adeodato, nacido carnalmente de mi, fruto de mi pecado. Vos le habíais hecho bien. Era como de quince años. Recibimos el Bautismo y huyó de nosotros la inquietud por la vida pasada. Y no me hartaba en aquellos días de considerar con maravillosa dulzura la alteza de vuestro consejo sobre la salud del género humano. ¡Cuánto lloré en vuestros himnos y cánticos, fuertemente conmovido por las voces de vuestra Iglesia, que suavemente cantaba! Entraban aquellas voces en mis oídos, y vuestra verdad se derretía en mi corazón, y con esto se inflamaba el afecto de piedad, y corrían las lágrimas, y me iba bien con ellas.

(San Agustín, Confesiones)

BAUTISMO DE SAN AGUSTÍN

Cuando llegó el tiempo en que tenía que dar el nombre, al llegar a Milán es bautizado por

el Obispo AMBROSIO junto a Alipio y a su hijo, Adeodato; y por primera vez se canta por

inspiración divina el himno celestial “Te Deum laudamus”.

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Al punto, con todas las veras del corazón dejó toda esperanza secular, sin buscar mujer, ni hijos, ni riquezas, ni honores mundanos, sino sólo servir a Dios con los suyos, ... Contaba a la sazón más de treinta años, y le acompañaba sola su Madre, gozosa de seguirle y encantada de sus propósitos religiosos, más que de los nietos según la carne. Su padre había muerto ya. Avisó también a los estudiantes, a quienes enseñaba la retórica, que buscasen otro maestro, porque él había resuelto servir a Dios. (San Posidio)

DESPUÉS DE RECIBIR EL HÁBITO NEGRO Y EL CAPUCHÓN

DE MANOS DE SAN AMBROSIO,

RECIBE LA CORREA DE MANOS DEL ERMITAÑO SIMPLICIANO

Recibido el salvífico bautismo, AGUSTÍN ha dejado tras de sí toda la esperanza que tenía en

el mundo; a continuación vestido con una cogulla negra, Simpliciano cíñelo por vez primera

con un cinturón de cuero, y es llamado siervo de Dios.

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Recibido el bautismo, juntamente con otros compañeros amigos, inclinados también, al servicio del Señor, pensó en volverse al África, a su propia casa y heredad; y una vez establecido allí, casi por espacio de tres años, ajeno a todos los cuidados seculares, en compañía de los que se le habían unido, vivió para Dios con ayunos, oración y buenas obras, meditando día y noche en la divina ley. Comunicaba a los demás los secretos de su oración y meditación, enseñando a presentes y ausentes con su palabra y escritos. (San Posidio)

SAN AGUSTÍN

VISITA A LOS ERMITAÑOS DE MONTE PISANO

Complacido por los monjes de la Toscana junto al monte Pisano y las cien celdas, se entrega

a su inclinación por la contemplación; y acomete la escritura de los libros Sobre la Trinidad;

pero deteniédose de nuevo por consejo de un niño de corta edad, apártase de las

muchedumbres con santa resolución. Autores varios.

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“Hijo, por lo que a mí toca, ninguna cosa me deleita ya en esta vida. Una sola cosa había por la cual deseaba detenerme un poco en esta vida, para verte cristiano católico antes de mi muerte. Dios me lo ha concedido. ¡Qué hago yo aquí?” No recuerdo bien lo que a esto respondí; pero dentro de cinco días, o poco más, cayó en cama con fiebres. Acudimos todos nosotros, y nos dijo: “Enterrad este cuerpo en cualquier parte, no os preocupe más su cuidado; solamente os ruego que, adonde quiera que os hallareis os acordéis de mí ante el altar del Señor”. Y habiéndonos explicado este pensamiento, con las palabras que podía, calló; y agravándose la enfermedad, entró en agonía. Así, pues, a los cincuenta y seis años de su edad y treinta y tres de la mía, aquella alma, religiosa y piadosa fue desatada del cuerpo. (San Agustín, Confesiones)

MUERTE DE SANTA MÓNICA

Encontrándose AGUSTÍN en Ostia del Tíber cuando se disponía a volver a África, murió

MÓNICA su piadosa madre. Entonces al abrir Evodio el psalterio, llora con sus compañeros

cantando las exequias, y llorando canta.

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San Agustín relató uno de los episodios de su vida que consideró como prueba de la existencia de los milagros efectuados para que el mundo creyera en Cristo, en su obra La Ciudad de Dios: “Pero en Cartago, ¿Quién sabe, a excepción de muy pocos, la salud que recobró Inocencio, hallándome yo presente y viéndolo con mis propios ojos? ... Curábanle los médicos unas fístulas que tenía, siendo muchas y muy juntas, ... una de sus heridas no sanaba y uno de los médicos decidió que lo mejor era aplicarle fuego, según los procedimientos de la época, lo cual significaba un gran martirio para Inocencio, quien solicitó los rezos y las bendiciones de importantes religiosos. “Llegado el momento, descubren la herida, mírale el médico, escudriña con los ojos, tiéntalo con los dedos y halló una finísima cicatriz. La alegría, alabanzas y acciones de gracias que dieron todos llorando de contento, no hay que fiarlo a mis razones y expresiones patéticas: mejor es considerarlo que decirlo”.

AGUSTÍN SANA A INOCENCIO

De regreso a su patria es acogido como huésped por el obispo de Cartago Inocencio, por el

que, postrado gravemente por una úlcera sinuosa, pide a Dios el beneficio de una sanación

sin esperanza con sus oraciones y las de los suyos.

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Según una leyenda española del siglo XV, Agustín habría recibido la petición de ayuda de un peregrino que en realidad era Jesús. El santo, ignorando la verdadera identidad del hombre, lo atendió con toda entrega, confirmando así el amor que profesó a su prójimo.

AGUSTÍN LAVA LOS PIES DE CRISTO VESTIDO DE PEREGRINO

Retirándose a las entrañas del desierto, acoge como huésped a Cristo, lava sus pies, y oye:

“Agustín, hoy has merecido verme encarnado como Hijo de Dios; a ti confío mi Iglesia”.

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Regía la Iglesia de Hipona el Santo Obispo Valerio, quien habló a los fieles de la provisión y ordenación de un sacerdote idóneo para la ciudad; y los católicos, que ya conocían el propósito y la doctrina de San Agustín, arrebatándole, porque se hallaba seguro en medio de la multitud, lo presentaron a Valerio para que lo ordenase, según lo exigían con clamor unánime y grandes deseos de todos, exceptuando él, que lloraba copiosamente. Y Valerio no cabía en sí de gozo, dando gracias a Dios, por haber despachado sus peticiones tan favorablemente. Y dio a su presbítero potestad para predicar el Evangelio en su presencia y dirigir frecuentemente la palabra al pueblo. (San Posidio)

SAN AGUSTÍN ES PRESENTADO

PARA QUE SEA ORDENADO SACERDOTE

“Exhortando san VALERO al pueblo a proveer y ordenar un presbítero natural del país,

agarraron a Agustín, que casualmente asistía al acto en pie y en modo alguno sospechaba

tal cosa, y no obstante su resistencia y lágrimas, oblíganlo a recibir las órdenes de manos

del obispo”.

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Ordenado presbítero, luego fundó un monasterio en la Iglesia y comenzó a vivir con los siervos de Dios según el modo y la regla establecida por los Apóstoles. Ante todo, queridos hermanos, amemos a Dios; después, también al prójimo, porque estos son los principales mandamientos que se nos han dado. Lo primero por lo que os habéis congregado en la comunidad es para que habitéis unánimes en la casa, y tengáis una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios. Buscad, pues, la convivencia y la concordia en todo, y honrad a Dios de quien sois templos vivos los unos en los otros.

SAN AGUSTÍN ENTREGA LA REGLA A SUS RELIGIOSOS

“Ya elegido presbítero, Agustín construye un monasterio en un huerto donado para ello a

beneficio suyo por el obispo Valerio, y redacta la regla que han de guardar los compañeros,

que en gran manera empiezan a crecer en número”.

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Los cristianos se entrevistaron con San Agustín, rogándole fuese a ver al maniqueo Fortunato, a quien tenían por docto, para tratar con él de la ley. Al punto accedió a su demanda. Mas preguntó antes, si estaba, también, el maniqueo dispuesto a lo mismo. Informaron del asunto a Fortunato. Pero éste había conocido a Agustín en Cartago, y temía entrar en liza con él. Con todo, apremiado por la instancia y la vergüenza, prometió carearse con él. Señalados el día y el lugar de la reunión, y dispuestas las mesas de los notarios, se comenzó la reunión, que se acabó el segundo día. En ella el maestro maniqueo, ni pudo rebatir las aserciones de la doctrina cristiana ni apoyar sobre bases firmes la de Manés. (San Posidio)

CONFERENCIA PÚBLICA DE SAN AGUSTÍN

CONTRA EL SACERDOTE MANIQUEO FORTUNATO

“Sutilísimo hostigados de toda laya de herejes, ya de presbítero acribilla a un gran número

con la cuchilla de su palabra, y hasta tal punto los desconcierta que entre los que aún

quedaban, Fortunato, refutado por dos veces en presencia de notarios, se retira

voluntariamente”.

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El bienaventurado anciano Valerio, respiraba alegría, dando gracias a Dios por el beneficio singular que había hecho a su Iglesia; pero comenzó a temer que se lo arrebatasen para alguna Iglesia privada de sacerdote. Acudió con letras secretas al Primado de Cartago, rogando nombrase Obispo Auxiliar de Hipona a Agustín. Más tarde, y presente en la Basílica de Hipona el Primado de Numidia, el Obispo de Calama, Megalio, manifestó su resolución. La propuesta fue acogida con alegría, congratulaciones y aplausos de aprobación y deseo. Solo Agustín repulsaba la consagración episcopal, alegando la costumbre en contra mientras viviera su Obispo. (San Posidio)

SAN AGUSTÍN RECIBE LA UNCIÓN EPISCOPAL

“Obligado a recibir la ordenación de la cúspide episcopal, no tanto sucede cuanto que de un

modo inusitado AGUSTÍN agregase a Valerio, hasta entonces obispo de Hipona, en calidad

de sacerdote de rango similar”.

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Con la gracia de Cristo aumentaba de día en día y se multiplicaba la unidad de la paz y de la fraternidad eclesiástica. Particularmente se logró esto después de la conferencia celebrada más tarde en Cartago por los Obispos católicos y donatistas, con la anuencia y favor del muy religioso y glorioso Emperador Honorio, para lo cual envió a su tribuno y secretario Marcelino como árbitro. En aquella controversia, los donatistas, acometidos por todos los flancos y convencidos de error por los católicos, fueron condenados con sentencia judicial, y después de su apelación confirmó todo lo actuado el Emperador, reprobándolos como herejes. (San Posidio)

PRESENTACIÓN DE AGUSTÍN ANTE EL EMPERADOR HONORIO.

SAN AGUSTÍN EN FAVOR DE LA PAZ DE LA IGLESIA

“Cumple la comisión de una embajada ante el emperador Honorio con el objeto de que la

pertinacia de los donatistas fuese corregida con los severos castigos de las leyes; con todo,

para reducir a estos, estaba dispuesto a ceder el obispado”.

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Nombrado Obispo, Agustín se dedicó al ministerio de la palabra divina con más entusiasmo, fervor y autoridad, con provecho y crecimiento de la Iglesia de Dios. Y los donatistas recogían sus dichos y los llevaban a sus Obispos. San Agustín, después de averiguarlo todo con paciencia y suavidad, con temor y temblor, trabajaba por la salvación común, mostrándoles cuan sin fuste era toda su refutación y cuan verdadero y manifiesto lo que la fe católica enseña. Asistió, cuando pudo, a los concilios celebrados en diversas provincias, buscando siempre la gloria de Jesucristo, no la suya propia, para que la fe de la Iglesia se conservase incólume o algunos sacerdotes y clérigos excomulgados, justa o injustamente, fuesen absueltos o depuestos. (San Posidio)

GRAN CONFERENCIA DE CARTAGO A LA QUE ASISTEN

159 OBISPOS DONATISTAS

Y 286 OBISPOS CATÓLICOS

“AGUSTÍN requerido en varios concilios de la Iglesia, presidió uno en Cartago, que

congregaba a doscientos ochenta y seis obispos católicos y ciento cincuenta y nueve

donatistas, y redactó el breviario de las actas”.

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He aquí que en enigma aparece ante mí la Trinidad, que sois Vos, Dios mío. Porque Vos, Padre, en el principio de nuestra Sabiduría, que es vuestra sabiduría nacida de Vos e igual y coetánea con Vos, esto es, en vuestro Hijo, hicisteis el cielo y la tierra. Y tenía ya al Padre en el nombre a Dios que hizo estas cosas; y al Hijo en el nombre del Principio en que las hizo; y creyendo como creo que mi Dios es Trinidad, buscaba en vuestras santas palabras, y he aquí que vuestro Espíritu se cernía sobre las aguas. He aquí la Trinidad, Dios mío, Padre e Hijo y Espíritu Santo, Creador de toda criatura. (San Agustín, Confesiones)

SAN AGUSTÍN ESCRIBE LA TRINIDAD

“Finalmente el docto escritor dio a luz del tesoro de su prolífica sabiduría, los divinos

volúmenes sobre la Santísima Trinidad, y otros innumerables libros, tratados, homilías,

epístolas, etcétera”.

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"Una mujer acudió a San Agustín en demanda de consejo. Lo saludó respetuosamente; pero él ni siquiera dirigió a ella su mirada. Al día siguiente en la misa, y al concluir la elevación del cuerpo del Señor, -era san Agustín quien celebraba el santo sacrificio-, quedó arrobada en éxtasis y, veíase ella ante el trono de la Santísima Trinidad, y veía, también, a Agustín con la cabeza inclinada en actitud de absorta meditación sobre el augusto misterio trinitario, cuando oyó una voz que decía: "Tal como ves ahora a Agustín, así estaba ayer: tan absorto en sus meditaciones que no se dio cuenta de que estabas allí. Vete a verle de nuevo, cuéntale lo que sucede, no dudes en hacerlo y ten la completa seguridad de que te recibirá amablemente y te dará muy atinados consejos" (Santiago de la Vorágine)

AGUSTÍN

ENCANTADO ANTE LA TRINIDAD

NO VE A UNA MUJER QUE LE IMPLORA

“Al rehusar la respuesta a una mujer cuando se disponía a entrar libremente en su aposento

(como era costumbre) en demanda de consejos; el día siguiente durante el sacrificio de la

misa véselo disertar sobre este misterio ante el trono de la Santísima Trinidad”.

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“Señor, habéis herido mi corazón con la flecha de vuestra caridad,

y mis entrañas permanecen atravesadas por vuestras palabras”.

El Cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos me dicen que te ame. Pero ¿qué es lo que amo cuando te amo a Ti? No es una apariencia corporal, ni el candor de la luz grata a los ojos, ni las dulces sinfonías melodiosas, ni es perfume de flores, ungüentos o aromas, no es maná ni miel, ni miembros suaves del tacto ... Y, sin embargo, amo una cierta luz, voz, olor, comida, y abrazo de mi hombre interior ... ¿Y qué es eso? Pregunté a la tierra y dijo: yo no soy. Pregunté al mar, a los abismos, a los reptiles y dijeron: no somos tu dios. Pregunté al cielo, al Sol, a la Luna a las estrellas y dijeron: tampoco nosotras somos ese dios que buscas. Y dije a todos los objetos que me rodean: me habéis dicho que no sois dios, decidme pues algo acerca de él. Y respondieron con un clamor inmenso: Él nos ha hecho. (San Agustín, Confesiones)

“En la intimidad recóndita de su corazón, malherido con los estigmas de las sagradas heridas

de Cristo, da pruebas del más tierno amor a Dios y a la Virgen, Madre de Dios, con suspiros,

lágrimas y admirables palabras”.

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Un día, nos dijo: Habéis de saber que yo en este tiempo de angustia pido a Dios o que libre a la ciudad del cerco de los enemigos o, si es otro su beneplácito, fortifique a sus siervos para cumplir su voluntad o me arrebate a mí de este mundo para llevarme consigo. En el tercer mes de asedio, el Santo enfermó con unas fiebres, y aquella fue la última prueba de su vida. No privó Dios a su buen siervo del fruto de su plegaria. Un hombre se acercó a su lecho con un enfermo rogándole le impusiera las manos para curarlo. Le respondió que si tuviera el don de las curaciones, primeramente lo emplearía en su provecho. El hombre añadió que había tenido una visión en sueños que le había dicho: Vete al Obispo Agustín para que te imponga las manos y serás sano. Al informarse de esto, al punto hizo lo que le pedía, y con la virtud de lo alto restituyó la salud al enfermo. (San Posidio)

ÚLTIMA ENFERMEDAD DE SAN AGUSTÍN

“Al tercer mes del asedio de Hipona, extenuado por las fiebres, devuelve la salud a un

enfermo que le habían llevado a su presencia por sugerencia divina; en cambio él, repetidos

continuamente los salmos de la penitencia de David, se `repara para una vida mejor”.

Page 21: SAN AGUSTÍN

Vivió San Agustín setenta y seis

años, consagrando su larga vida a

la utilidad y provecho de la

Iglesia.

Solía decirme que después del

bautismo, aun los más calificados

cristianos y sacerdotes deben

hacer conveniente penitencia antes

de partir de este mundo.

Mandó colocar para sí los salmos

de David, que llaman de la

penitencia, y poniendo los

cuadernos en la pared ante sus

ojos, el santo enfermo los miraba y

los leía, llorando copiosamente.

Y al fin, conservando los

miembros corporales, sin perder

la vista y el oído, asistido de

nosotros, durmiose con sus padres,

disfrutando aún de buena vejez.

(San Posidio)

MUERTE DE SAN AGUSTÍN, 28 DE AGOSTO DE 430

“Al septuagésimo año de vida, habiendo alcanzado ya AGUSTÍN su deseo, sano en todos

sus miembros, asistido y con la oración de sus hermanos, se adormeció al lado de sus padres”

Page 22: SAN AGUSTÍN

Nosotros ofrecimos a Dios el

sacrificio por la deposición de su

cuerpo y fue sepultado.

No hizo ningún testamento,

porque, como pobre de Dios, nada

tenía que dejar.

(San Posidio)

* * *

Después que San Agustín murió, los

fieles tomaron su cuerpo, y para

evitar que cayera en manos de los

bárbaros, que habían invadido toda

aquella tierra y profanaban los

templos y las cosas santas, lo

trasladaron a Cerdeña.

FUNERALES DE SAN AGUSTÍN

“Llevada al cielo su beatísima alma, su cuerpo no sin abundantísimas lágrimas de los suyos,

y con duelo de toda la ciudad y del orbe, tras ofrecer, según costumbre, un sacrificio

incruento, es confiado a la tierra en la basílica catedral de San Esteban”.

Page 23: SAN AGUSTÍN

Tres milagros han sido reunidos

en una sola imagen.

Milagros póstumos narrados en

la leyenda áurea.

En primer plano Agustín sana a

un prior,

más atrás rescata a un joven de la

cárcel

y por último una multitud de

peregrinos se congrega ante su

tumba después de haber sido

guiados y sanados.

(Santiago de la Vorágine)

SAN AGUSTÍN SANA A UN PRIOR,

RESCATA A UN PRISIONERO …

“Clavado al lecho por una enfermedad de tres años, un obispo y un adolescente que

encontrábase sediento en la cárcel y otros cuarenta peregrinos experimentan el auxilio el de

San Agustín que se les aparece”.

Page 24: SAN AGUSTÍN

Hacia el año 718, Luitprando,

piadoso rey de los lombardos, al

enterarse de que los sarracenos

habían devastado esta isla, envió a

ella unos emisarios suyos para que

sacasen de allí los restos del santo

doctor y los llevasen a Pavía.

* * *

Somos piedras vivas trabajadas

por la fe,

asentadas por la esperanza y

ensambladas por la caridad.

Nuestro fundamento es Cristo.

Y Él es, también, nuestra piedra

angular.

Es fundamento porque nos

sostiene.

Es piedra angular porque nos

junta.

Mientras somos edificados,

nuestra humildad gime ante el

Señor.

(San Agustín, ser. 337, 1 ss)

TRASLADO DE LAS RELIQUIAS DE SAN AGUSTÍN A PAVÍA

“Los despojos de su santo cuerpo, son trasladados primero desde África a Cerdeña por san

Fulgencio, obispo de Ruspe, después por el rey longobardo Luitprando, de esta isla a Pavía”.

Page 25: SAN AGUSTÍN

LAS RELIQUIAS DE SAN AGUSTÍN

REPOSAN EN LA BASÍLICA DE SAN PIETRO IN CIEL D’ ÒRO

Señor Dios, dadnos la paz,

la paz del descanso, la paz del

sábado, la paz sin tarde.

Pues ello es así

que todo este orden hermosísimo

de las cosas en extremo buenas,

cumplidas sus medidas, ha de

pasar:

ha de tener, pues, tarde y mañana.

Mas el día séptimo es sin tarde y no

tiene ocaso,

porque Vos lo santificasteis para

sempiterna permanencia;

para que, lo mismo que Vos,

después de vuestras obras,

descansasteis el día séptimo,

también nosotros después de

nuestras obras,

el sábado de la vida eterna

descansaremos en Vos.

(San Agustín, Confesiones)

“En Pavía en la iglesia de san Pedro de la cúpula dorada tras inhumar la prenda santa de su

cuerpo, brota un manantial de agua perenne para salud de los aquejados de fiebre y señal de

la elocuencia agustiniana”.

Page 26: SAN AGUSTÍN

***

¡Grande eres, Señor, y muy digno

de alabanza;

grande tu poder, e infinita tu

sabiduría!

¡Y te quiere alabar el hombre,

alguna parte de tu creación:

el hombre, que lleva por todas

partes su mortalidad,

que lleva por todas partes la

marca de su pecado

y el testimonio de que Tú resistes a

los soberbios!

Con todo quiere alabarte el

hombre, alguna parte de tu

creación.

Tú le despiertas para que se

deleite en alabarte;

pues nos hiciste para Ti,

y nuestro corazón está inquieto

hasta que descanse en Ti.

(San Agustín, Confesiones)

SAN AGUSTÍN, FALLECIDO,

APARECE EN EL PELIGRO A FRANCISCO GONZAGA,

DUQUE DE MANTUA

“Francisco Gonzaga, Duque de Mantua, ve a SAN AGUSTÍN vestido con habito negro y

cinturón de cuero, como quiera que en dos ocasiones acudiera presto al abrigo de su poder

contra los genoveses que le eran hostiles”.

Page 27: SAN AGUSTÍN

MILAGRO DE LOS CIRIOS

QUE NO SE ACABAN

¡Oh verdad, luz de mi corazón,

no me hablen mis tinieblas!

Me corrí hacia ellas y me quedé a

oscuras;

pero aún desde ellas, sí, desde

ellas estuve enamorado de Vos.

Descarriado anduve, y me acordé

de Vos.

Oí vuestra voz detrás de mí, para

que volviese,

y apenas la oí por los tumultos de

mis alborotadas pasiones.

Y ahora, he aquí que, abrasado y

anhelante, vuelvo a vuestra

fuente.

Nadie me estorbe: en ella beberé;

y de ella viviré.

No sea yo mi propia vida;

malamente he vivido de mí; la

muerte fue para mí:

en Vos torno a vivir.

Habladme Vos; conversad Vos

conmigo.

He dado fe a vuestros libros, y sus

palabras son harto misteriosas.

(San Agustín, Confesiones)

“Milagro que tiene lugar cada año en Valenzuela cerca de Almagro en España por el que

muchos cirios de SAN AGUSTÍN encendidos desde hace seis días, no sienten la pérdida del

disminuido peso; para que comprendas que la luz de la doctrina no falta”.

Page 28: SAN AGUSTÍN

SAN AGUSTÍN

LIBERA A TOLEDO DE UNA PLAGA DE LANGOSTAS

En 1262, Toledo fue

amenazada y asolada por una

plaga de langostas.

San Agustín aparece ante el

pueblo suplicante,

obligando a las langostas a

tirarse a las aguas del río Tajo.

El Obispo de Toledo y las

Autoridades están rezando,

arrodillados.

(Santiago de la Vorágine)

“Invocado a menudo en España contra el estrago provocado por las langostas, presta su ayuda;

sobre todo en Toledo, puesto el clero y el pueblo en oración para ello, viósele vestido con habito de

ermitaño hundir a la bruta bandada en la corriente del Tajo” (Ann. Eccl. Tolet.).

Page 29: SAN AGUSTÍN

AGUSTÍN Y SU POSTERIDAD ESPIRITUAL

Mirando a los venideros,

quería que se guardase con

esmero toda su biblioteca y los

códices antiguos.

Dejó a la Iglesia Clero

sufucientísimo y monasterios

llenos de religiosos y religiosas,

con su debida organización, sus

bibliotecas provistas de sus

libros y tratados y de los otros

santos; y en ellos se refleja la

grandeza singular de este

hombre dado por Dios a la

Iglesia, y allí los fieles lo

encuentran inmortal y vivo.

Y esto lo reconocieron bien los

que leyéndole se aprovecharon

de sus enseñanzas religiosas.

(San Posidio)

“Al morir no hizo testamento alguno; sino que dejó a la Iglesia un clero muy abastecido y

monasterios llenos de hombres y mujeres que guardan la castidad (de donde proceden casi sesenta

congregaciones e innumerables asambleas de santos).

Page 30: SAN AGUSTÍN

FECHAS IMPORTANTES EN LA VIDA DE SAN AGUSTÍN.

13 Noviembre de 354: Nace en Tagaste (Norte de África). 365. Va a Madaura (una ciudad cercana) para cursar educación general. 370. Va a Cartago para estudiar Retórica y Artes liberales. Muerte de su padre, Patricio. Lee el Hortensio de

Cicerón. Se enamora de Melania. 373. Se hace maniqueo. Vuelve a Tagaste, como profesor de Gramática. 374. Buscando «mejores pastos», se va a Cartago como profesor de Retórca. 383. Atraído por el esplendor y las oportunidades de la capital del Imperio, sale para Roma donde se

establece como profesor de Retórica. 385. Tras ganar el concurso-oposición a la cátedra de Retórica de la casa imperial, va a Milán. Su madre,

Mónica, viene desde África para estar con él. Se encuentra con San Ambrosio, Obispo de Milán. Septiembre del 386 (Milán). Se convierte a la fe católica. Pasa unos meses en Casiciaco, juntamente con su

madre y sus amigos, preparándose para el Bautismo. Pascua del 387. Es bautizado por San Ambrosio en la catedral de Milán. Mónica muere en Ostia, antes de

embarcar para África. Finales del 387. Vuelve a Tagaste donde, tras vender sus propiedades, funda el primer monasterio

agustiniano en su propia casa (él y sus amigos). 391. Es ordenado sacerdote en Hipona. Funda un segundo monasterio de laicos. 395. Es consagrado Obispo auxiliar de Hipona. 396. Tras la muerte de Valerio, ocupa la sede residencial de Hipona. Tercer monasterio agustiniano (él y sus

clérigos). 400. Publica sus Confesiones. 426. Publica la Ciudad de Dios. 28 de agosto de 430. Muere en Hipona.

Page 31: SAN AGUSTÍN

PERSONAS IMPORTANTES EN LA VIDA DE SAN AGUSTÍN

Santa Mónica, su madre: Principal responsable de su conversión. Ejemplo viviente de una madre y esposa cristiana.

Patricio, su padre: Oficial de la municipalidad de Tagaste. Muy preocupado por la educación de Agustín, pero bastante despreocupado por su formación moral.

Navigio, su hermano: Buen estudiante. Murió muy joven. Perpetua, su hermana: Viuda, entró en un convento agustiniano en Hipona. Melania, su amante: Madre de su hijo. Adeodato, su hijo: Un chico inteligente. Murió en su juventud. Alipio: Paisano de Agustín y discípulo suyo en Tagaste y Cartago. Su compañero inseparable en Roma, Milán,

Casiciaco. Miembro de la primera comunidad agustiniana. Obispo, más tarde, de Tagaste. Evodio: También tagasteño. Miembro del grupo en Milán y uno de los primeros agustinos en África. Obispo

de Uzala. Severo: Integrante de la primera comunidad. Obispo de Milevi. Posoidio: Autor de la primera Biografía de San Agustín. Monje en Tagaste. Obispo de Calama. Romaniano: Hombre rico de Tagaste. Pagó los estudios de Agustín en Cartago. Cicerón: Escritor latino. La lectura de su libro El Hortensio a la edad de 17 anos, significó para Agustín un

primer paso hacia la conversión. Fausto: Jefe supremo y mentor de la secta de los maniqueos. El tan esperado diálogo con él fue un total

desengaño para Agustín. Como consecuencia, dejó el maniqueísmo y dio un nuevo paso hacia la fe. San Ambrosio: Obispo de Milán. Sus sermones y charlas privadas tuvieron una influencia decisiva en la

conversión de Agustín. Victoriano: La noticia de su conversión a la fe católica, ayudó a Agustín a dar el último paso. San Jerónimo: Tradujo la Biblia al latín. Agustín se carteó con él, haciéndole consultas en materia bíblica.

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LUGARES IMPORTANTES EN LA VIDA DE SAN AGUSTÍN

Tagaste, pueblo natal de San Agustin: Educación primaria. Primera experiencia como profesor de Gramática.

Primer monasterio agustiniano. Madaura: Educación secundaria. Cartago: Educación superior, Artes liberales y retórica. Primera experiencia como profesor de Retórica. Sede

de muchos Concilios Generales y Regionales, a los que asistió san Agustin como Obispo. Un monasterio agustiniano.

Roma, Capital del Imperio romano: Cátedra de Retórica. Lugar de reposo tras la muerte de Santa Mónica, en

vísperas de retornar a África. Milán, Residencia del Emperador: Cátedra oficial de retórica en el palacio imperial. Lugar de su conversión y

bautismo. Casiciaco, una villa en la campiña de Milán: Lugar de retiro en preparación para el bautismo. Allí escribió

varios tratados filosóficos en diálogo con sus amigos. Hipona: sede diocesana de Agustín. Ordenación como sacerdote. Consagración como Obispo. Residencia de

Agustín desde el 391 hasta su muerte (430). 3 monasterios agustinianos: uno de monjes, otro de clérigos y otro de vírgenes.

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LIBROS MÁS IMPORTANTES DE SAN AGUSTÍN

Las Confesiones: Su propia autobiografía. La Ciudad de Dios. Un tratado de filosofía de la historia. Visión crítico-religiosa del mundo desde su origen

hasta el siglo V. De la Santísima Trinidad. Un acercamiento racional y teológico a Dios en su Unidad y Trinidad. Tratados Filosóficos: De la vida feliz, Contra los Académicos, De la inmortalidad del alma, De la libertad. 83

cuestiones diferentes, Del orden, De la naturaleza y de la gracia, De la cuantidad del alma, los Soliloquios, etc...

Tratados Educacionales: Del Maestro, De la instrucción de los menos instruidos, De la doctrina cristiana,

etc... Tratados Bíblicos: Discursos sobre los Salmos, Exposición literal del Génesis, Comentarios sobre el Evangelio

de San Juan, Cuestiones sobre el Heptateuco, Comentarios a las Epístolas de San Juan y de San Pablo, etc...

Sobre la Vida Religiosa: La Regla a los siervos de Dios, Del trabajo de los monjes, De la santa virginidad,

etc... Tratados Dogmáticos: De la verdadera religión, De la fe y el credo. Del Bautismo, De la gracia y la libertad,

etc... En Defensa de la Fe: Contra Fausto el maniqueo, Contra las Cartas de Petiliano y Parmeniano, Contra los

Donatistas, Contra Juliano. De la unidad de la Iglesia, ect...

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¡Tarde te amé, Oh belleza siempre antigua y siempre nueva, tarde te amé!

El caso es que tú estabas dentro de mí y yo fuera. Y fuera te andaba buscando y, como un engendro de fealdad, me

abalanzaba sobre la belleza de tus criaturas. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.

Me tenían prisionero lejos de ti aquellas cosas que, si no existieran en ti, no existirían.

Pero Tú me llamaste, me gritaste, y desfondaste mi sordera. Relampagueaste, resplandeciste, y tu resplandor disipó mi ceguera.

Derramaste tu fragancia, respiré hondo, y suspiro por ti. Te he paladeado, y me muero de hambre y de sed.

Me tocaste, y ardo en deseos de tu paz. (Conf. 10, 27, 38)