San Antonio de Ibarra

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San Antonio de Ibarra, un pueblo en donde se da vida a la madera Por: Alfonso Murriagui "San Antonio es un enjambre de casitas que se arriman unas a otras, alegres de día, al calor del sol; sonrientes por las tardes, a la sombra de eucaliptos y nogales. Conjunto de viviendas que parecen esculturas por el juego armonioso de líneas y formas; casas que parecen perder altura por el paso del tiempo, encierran en sus entrañas leyendas de familias, leyendas de pueblo”- Así, bucólica y amorosamente, describe a su tierra el pintor Oswaldo Villalba, nativo de ese hermoso rincón imbabureño, en su libro “Arte y artesanías de San Antonio de Ibarra”. Esta parroquia de la ciudad de Ibarra, que se descuelga por la ladera noroccidental del viejo Imbabura, se ha convertido, por el arte y la magia de sus habitantes, en un centro artístico y cultural único en el Ecuador, por donde desfilan día a día los más variados visitantes del país y del mundo, atraídos por sus bellas esculturas y trabajos de artesanía ejecutados por “3.500 escultores y artesanos talladores de la madera, que han convertido a este solar en un emporio de creatividad artística, en una colmena de trabajo, en un taller en el que diariamente se escucha el ritmo musical marcado por el golpeteo de las herramientas mientras dan forma y vida a los trozos de madera, convirtiéndolos en figuras y objetos que adquieren belleza en las manos hábiles y prodigiosas de los artífices”. Yo soy uno de esos visitantes, fui en búsqueda de un bastón, uno de esos adminículos que usan los “adultos mayores” (para usar el feo eufemismo puesto de moda por los

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San Antonio de Ibarra,un pueblo en donde se da vida a la madera

  Por: Alfonso Murriagui

"San Antonio es un enjambre de casitas que se arriman unas a otras, alegres de día, al calor del sol; sonrientes por las tardes, a la sombra de eucaliptos y nogales. Conjunto de viviendas que parecen esculturas por el juego armonioso de líneas y formas; casas que parecen perder altura por el paso del tiempo, encierran en sus entrañas leyendas de familias, leyendas de pueblo”- Así, bucólica y amorosamente, describe a su tierra el pintor Oswaldo Villalba, nativo de ese hermoso rincón imbabureño, en su libro “Arte y artesanías de San Antonio de Ibarra”.

Esta parroquia de la ciudad de Ibarra, que se descuelga por la ladera noroccidental del viejo Imbabura, se ha convertido, por el arte y la magia de sus habitantes, en un centro artístico y cultural único en el Ecuador, por donde desfilan día a día los más variados visitantes del país y del mundo, atraídos por sus bellas esculturas y trabajos de artesanía ejecutados por “3.500 escultores y artesanos talladores de la madera, que han convertido a este solar en un emporio de creatividad artística, en una colmena de trabajo, en un taller en el que diariamente se escucha el ritmo musical marcado por el golpeteo de las herramientas mientras dan forma y vida a los trozos de madera, convirtiéndolos en figuras y objetos que adquieren belleza en las manos hábiles y prodigiosas de los artífices”.

Yo soy uno de esos visitantes, fui en búsqueda de un bastón, uno de esos adminículos que usan los “adultos mayores” (para usar el feo eufemismo puesto de moda por los burócratas de este inútil gobierno), para apoyarme, en un cercano futuro, si la artritis, la parálisis infantil, o la gana de joder, me impiden caminar libremente.

Estuve en San Antonio y la sorprendí engalanada, con feria artesanal propia, con calles limpiecitas, con cientos de almacenes artesanales, en donde cada uno de sus propietarios o dependientes se entregaban a un extraño ritual: todos estaban dedicados a leer un libro, que acababa de aparecer y me recomendaban su lectura.

Fui a la casa del autor y pude conocerlo: tímido al comienzo, abierto y

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cordial después, ahí estaba don Oswaldo Villalba; hablamos sobre su libro, sobre arte y sobre los talleres que abundan en San Antonio de Ibarra. El libro se llama “Arte y artesanías de San Antonio de Ibarra”, su autor es un maestro retirado, pintor y escultor, cofundador del Colegio Daniel Reyes, en donde se preparan todos los artistas y artesanos, que viven y trabajan en el pueblo, fue profesor del “Liceo” durante 35 años, llegó a ser su rector y ahora es un tranquilo e ilustrado jubilado que sigue trabajando en el arte y que, en lugar de escribir sus memorias, decidió escribir, con amor y nostalgia, la verdadera y única historia de su pueblo, pues hasta ahora nadie la ha escrito, “para que no se pierda la memoria colectiva”.

El núcleo central desde donde se irradia el conocimiento y la fama de los artistas, imagineros y talladores que tiene San Antonio, es el Liceo Artístico “Daniel Reyes”, que fue creado el l4 de Mayo de l944, gracias a la inquietud del párroco Angel Rojas y de una Junta Patriótica que se propuso ofrecer un colegio para los artesanos que ya trabajaban en los talleres existentes y para los jóvenes inquietos por el arte, para que en sus aulas puedan completar su formación artística, dotándoles de conocimientos tanto en cultura general como en materias relacionadas con el campo artístico como la pintura, la escultura religiosa y el tallado en madera y piedra.

El nombre del Colegio se lo escogió para honrar la memoria de don Daniel Reyes, quien en l880 aprendió el oficio de pintor y escultor, lo enseñó a sus hermanos Luis y Fidel y con ellos estableció el primer taller de imaginería en San Antonio de Ibarra, talleres que se han multiplicado tanto que hoy constituyen una gran cadena de talleres colectivos, familiares o individuales que han dado fama y prestigio a esta pequeña población.

Oswaldo Villalba, en su libro, justifica la creación del Colegio: “El Daniel Reyes descorre el velo de la ignorancia, los profesores hablan de teorías artísticas desconocidas en nuestro medio, de escuelas y movimientos desarrollados en Europa. Se plantea el tema indígena dentro de la forma expresionista...Se aplica el estudio del modelo del natural, el paisaje como un proceso de observación y análisis de la naturaleza y las cosas bellas, se los estimula para involucrarse en la vida y en los procesos del arte”.

Del Colegio “Daniel Reyes” han salido grandes exponentes del arte ecuatoriano, entre los que podemos citar a los pintores Gilberto Almeida, Edgar Reascos, Oswaldo Fernando Venegas, Byron Chamorro, Jorge Perugachi, Fernando López López, Solymar López, el ceramista Byron Valencia, los escultores Carlos Rodríguez y Vicente Bolaños. Además, San Antonio de Ibarra es la cuna de famosos artistas como Daniel Reyes, Víctor y Luis Mideros, Nicolás Gómez y Carlos Ribadeneira.

San Antonio de Ibarra es el centro artesanal más importante de la Provincia de Imbabura, en su seno se condensa una rica y creativa comunidad de artesanos y artistas del Ecuador, dedicados a la talla de la madera y su policromía, a la ebanistería, a la escultura y la pintura, lo que nos hace pensar que son los continuadores de los talleres de la Escuela Quiteña del siglo XVII.

http://www.nodo50.org/opcion/cultura/llamingo.htm