San Francisco Javier

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San Francisco Javier. Día 3 de Diciembre. "El gigante de la historia de las misiones". El gran misionero, que iba abriendo caminos para otros misioneros, hasta los confines de la tierra. Despertó el espíritu misional de la cristiandad. - PowerPoint PPT Presentation

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El gran misionero, que iba abriendo caminos para otros misioneros, hasta los confines de la tierra.

Iniciador de las modernas maneras de misionar por su adaptación a los diversos ambientes exóticos y su visión de los métodos.

Cuando predicaba, más que con sus argumentos convencía con su santidad y con la fuerza de sus milagros.

Las cartas que escribía Francisco Javier a sus compañeros de Roma suscitaron muchas vocaciones misioneras.

Nace san Francisco en el castillo de Javier (Navarra – España)

Su familia era noble. Su padre, Juan de Jaso era presidente del real consejo de Navarra. Su madre:

María de Azpilicueta.

Tenía 4 hermanos.Pila bautismal

Su infancia fue muy turbada por las guerras locales. Sus hermanos pertenecían al ejército navarro.

El reino de Navarra perdió su independencia y el castillo de Javier sus principales torres. La familia fue a menos y tuvo que dedicarse a cultivar las tierras.

A los 18 años va a la Sorbona de París a estudiar literatu-ra y filosofía. Su ilusión es devolver a su familia , por me-dio de las letras, el honor que antes tenía por las armas.

Se hospeda en el colegio de santa Bárbara, compartiendo habitación con Pedro Fabro. Es alegre y deportista.

Después de varios años, a punto de terminar sus estudios, conoció a Íñigo de Loyola, antiguo capitán en Pamplona, adversario de sus hermanos; pero que había transformado su vida.

Íñigo (san Ignacio), con paciencia, habilidad y ejemplos personales le fue llevando a Dios, especialmente con esta frase repetida:

Francisco se pone incondicionalmente en manos de Ignacio de Loyola.

Bajo su dirección, durante 40 días, hace los ejercicios espirituales.

En Montmartre, París, los siete primeros jesuitas hacen sus votos de pobreza y castidad.

Celebra la misa el único sacerdote y recién ordenado, Pedro Fabro.

Ignacio vuelve a su tierra por motivos de salud. Francisco y los demás permanecen en París, por dos años, estudiando teología para poder ser sacerdotes.

Como habían prometido ir a Tierra Santa, se reúnen en Venecia, ahora ya con Ignacio, para esperar una embar-cación que les lleve.

Estando en Venecia, al ver esclavos etíopes, sueña Francisco con evangelizar en África y en la India.

Una noche cree que camina con un etíope a la espalda y se despierta gritando: “más, más”.

En Venecia san Francisco Javier, con san Ignacio y algunos otros, recibe la ordenación sacerdotal.

Como no pueden ir a Tierra santa por la guerra entre Venecia y los turcos, deciden ir a Roma a recibir la bendición del papa.

Necesitan también gestionar las bulas para la fundación de la “Compañía de Jesús”.

Durante unos meses se dedican a evangelizar en varias ciudades.

A Javier, juntamente con Bobadilla, le toca ir a Bolonia.

Se cuenta que en Bolonia, en una misa, san Francisco se elevó en un éxtasis. El monaguillo le tiraba de los ornamentos, sin enterarse el santo.

Unos meses después se reúnen en Roma para presentar las constituciones al papa y ponerse a sus órdenes directas.

Por ahora seguirán evangelizando en Roma.

A principios de 1540, el embajador de Portugal pide a Ignacio algunos de los suyos para ir a las Indias Orientales. Son elegidos el portugués Simón Rodríguez y Nicolás Bobadilla. Pero, enfermando éste, es designado Francisco Javier, que lo estaba deeseando.

Al día siguiente fue Francisco a recibir la bendición del papa Paulo III, quien le nombró legado suyo para el Oriente.

Las cartas decían: “para las tierras del Mar Rojo, del Pérsico y de Oceanía, a uno y otro lado del Ganges”.

El 16 de Marzo de 1540 parte Francisco de Roma, después de despedirse de “su padre del alma”, como llamaba a Ignacio.

Antes de ir a Lisboa, pasa por Azpeitia, la patria chica de Ignacio, para entregar una carta de éste a su hermano.

En Lisboa pasaron varios meses sin poder zarpar. Francisco y el compañero hacían apostolado viviendo en el hospital, aunque el rey quería tenerlos en el palacio.

Como el rey estaba muy complacido, quería que uno de los dos se quedase en Lisboa. Ignacio desde Roma escribió que debía ser Francisco quien fuese a las Indias.

Después de varios meses de navegación, llegaron a Mozambique el 22 de Septiembre.

Allí tuvo que estar hasta finales de Febrero de 1542. Evangelizó; pero vio cómo los indígenas eran explotados por los colonizadores portugueses.

Después de breves escalas en Melinde y Socotora, llega Javier a la India, llega a Goa.

Goa era la capital de la India portuguesa.

Lo primero que hizo fue transcribir un pequeño catecismo portugués. Luego: asistir a moribundos, visitar presos en la cárcel, socorrer a pobres. Y especialmente aprender la lengua del país…

Desechando oficios eclesiásticos, como el de ser director de un colegio, parte para las islas de la Pesquería.

Durante un año evangelizó a los indios paravas, que en condiciones deplorables se dedicaban a la pesca de perlas

Los brahamanes de aquellas pagodas se hicieron sus enemigos.

Entre grandes trabajos y “gran-des consolaciones” bautizó aldeas enteras. Y comenzó su fama de taumaturgo.

Volvió a Goa para planear nuevas campañas y buscar compañeros para sus misiones.

Después de dos meses embarcó hacia las islas de las Pesquerías.

En la escala de Cochín escribió algunas de sus más célebres cartas. En una dirigida a sus compañeros de Roma decía:

“Muchos cristianos se dejan de hacer en estas partes, por no haber personas que se ocupen en la evangelización. Muchas veces me mueven pensamientos de ir a esas universidades dando voces como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la Universidad de París, diciendo en la Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: ¡Cuántas almas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!”

Y más adelante:

“Es tanta la multitud de los que se convierten a la fe de Cristo en estas partes, en esta tierra donde ando, que muchas veces me acaece tener cansados los brazos de bautizar, y no poder hablar de tantas veces decir el Credo y mandamientos en su lengua de ellos y las otras oraciones”.

Cochín, 15 de Enero de 1544

En las islas de la Pesquería designa a sus compañeros un territorio y Francisco va a Manapar; después a Travancor a evangelizar a los pescadores makuas. Aquí se entera de una matanza de cristianos en la isla Ceylán.

Para procurar solucionar el problema debe volver a Cochín y luego a Goa. Poco puede resolver; pero sigue evangelizando por diversos lugares, dirigiéndose ahora hacia las islas Molucas.

En el camino hacia las Molucas, por el mal tiempo, debe desviarse hacia el norte, aprovechando para visitar Santo Tomé, venerando la tumba de santo Tomás. Vive con el vicario de la iglesia y sigue evangelizando. Hasta que puede zarpar y en un mes de navegación llega a Malaca.

Pasa por Sumatra, Java y Borneo. En las islas de Amboino y Ternate prepara unas instrucciones para los catequistas de la Compañía de Jesús.

En una de estas islas, en Baranula, parece ser que tuvo lugar el hecho del cangrejo.

En la travesía, por la gran tormenta, se cayó al mar el crucifijo de Javier; pero un cangrejo lo devolvió en la playa.

Llega a la isla Ternate, que es la última posesión de los portugueses en el Extremo Oriente, y evangeliza especialmente las islas del Moro.

Comienza siempre ganando a los muchachos, les enseña a rezar cantando las oraciones, y pronto comienza a bautizar a familias enteras, dejando algún compañero o catequista…

Su gran sufrimiento era ver el maltrato de los indígenas por algunos funcionarios portugueses.

A finales de 1948 se encontró Javier con un mercader portugués que, por causa de un huracán, había llegado a las costas de Japón. Venía con un japonés que huía por haber matado a un hombre. El japonés era Angiro.

A Angiro le bautizó el obispo de Goa, con el nombre de Pablo de Santa fe. San Francisco comenzó a soñar y a preparar el viaje a Japón.

El japonés le dijo a Francisco que en Japón no se bautizarían enseguida, pues, como son muy razonables, primero querrán conocer bien qué es el bautismo.

Una vez que arregló asuntos en la India, el domingo de ramos de 1549 partió en un pequeño barco con unos compañeros y el japonés Pablo.

Llegaron el 15 de Agosto de 1549 a Cangoxima, capital del reino sur del Japón.

Dos años y tres meses estará en las islas niponas, en medio de una civilización muy distinta de la occidental e india. Y con una lengua tan diferente, que siempre debía tener un traductor.

Tenía muchas dificultades en la predicación: Fue objeto de persecución por parte de los bonzos, conseguía muy pocas conversiones y escasos bautismos; pero continuaba su intensa predicación.

Para ello aprendió los artículos de la Fe, que decía de carrerilla,y cuando había preguntas, respondía el traductor.

Viendo el gran esfuerzo que hacía y el escaso fruto obtenido, pensó estar con algún rey, pues eran varios. Pasó por Sakai y por Meaco, sin poder conseguir audiencia con el rey.

Por fin lo consigue en Yamaguchi, donde estaba un príncipe más poderoso. Obtiene la garantía de respeto hacia los súbditos cristianos y logra una pequeña pero fervorosa comunidad.

Perseguido por los bonzos, prefiere ir a la isla de Bungo. Aquí comienza un gran trabajo, aunque siempre en medio de la persecución.

Estando en Bungo se entera de graves sucesos en las misiones de la India y decide volver.Era Noviembre de 1551. Con tres compañeros embarca rumbo a Malaca. Aquí le proponen que podría entrar en China como embajador del rey de Portugal. El sueño de una gran evangelización comienza en el alma de Javier.

Pasando por Cochín debe llegar a Goa para procurar organizar las misiones en la India y planificar su viaje a China.

Parte de Goa con dos compañeros, un criado indio y el chino Antonio.

Llegan a Malaca después de una borrascosa travesía.

Por culpa de otra borrasca, esta vez humana, por rencillas entre capitán y marineros, debe esperar dos largos meses. Por fin pudo partir Javier hacia las islas de Cantón. Junto a una isla desierta, la de Sanchón, deben echar anclas a fines de Agosto de 1552. Ahí se daban cita mercaderes chinos y portugueses.

Pasaron meses de inútil espera del junco chino que debía llevarlo clandestinamente al continente.

Francisco Javier se encontraba aterido de frío y con una grave pulmonía. Sólo tenía, como compañero, al chino Antonio.

Dicen que, cuando Francisco estaba en la agonía, el Cristo del castillo sudó sangre.

Sus últimas palabras fueron una leve plegaria en su lengua natal, el euskara.

“Hizo un movimiento extraño y se durmió en el Señor”. Una paz celestial transfiguró el rostro del santo.

Era el 3 de Diciembre de 1552.

El chino Antonio lo enterró. A los dos meses le embarcaron, echando cal en el ataúd para que se corrompiera antes; pero llegó incorrupto.

Y así sigue, aunque después de un siglo, está momificado

Allí sigue con gran veneración.

San Francisco Javier fue canonizado en 1622, juntamente con su “padre y amigo” san Ignacio de Loyola, con santa Teresa de Jesús, san Isidro y san Felipe Neri.

Su milagro mayor fueron su fe, entusiasmo y confianza con un corazón ardiente hasta exclamar: “Basta, Señor, basta”.

En 1904 fue declarado patrono de la Obra de la Propagación de la Fe. Y desde 1927: patrono de todas las misiones.

Por el valle de mis padres

van llorando las campanas…Automático

el mejor mozo de casa…

Es Javier el que se ha muerto

de repente en la mañana;

Es Javier, el misionero, que se fue en la madrugada.

de su tierra y de sus gentes se marchó.

Se marchó, se marchó, se marchó a anunciar la liberación.

Se marchó, se marchó;

su sueño fue de Cristo libertador.

alumbró siempre su llama;

anunció la Buena Nueva,

En tu tierra, entre tus gentes,

hoy es fiesta, hoy es pascua:

cantan todas las campanas,

sigue viva tu guitarra.

Es Javier el que se ha muerto

Es Javier, el misionero, que se fue en la madrugada.

En tu tierra, entre tus gentes, hoy es fiesta, hoy es pascua.

cantan todas las campanas,

Que la Virgen del castillo de Javier, ante cuya imagen el santo aprendió a orar nos ayude a imitarle y estar con él en el cielo.

AMÉN