Satanas

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SATANAS ,¿ COSA O PERSONA?. La Summa Daemoniaca es el título en latín de un libro publicado en el año 2004 por el padre José Antonio Forcea cuyo contenido trata sobre el Demonio, los casos de posesión y los ritos de exorcismo para liberación de los posesos. Así mismo, la iglesia católica ha decidido entrenar a mas sacerdotes que se dediquen especialmente a combatir a Satanás y sus huestes, por otra parte, en el sector protestante y aun más específico en los movimientos evangélicos, pentecostales y neo pentecostales las labores de liberación y de combate contra Satanás y sus demonios ocupan un lugar preponderante en la actividad de dichas iglesias. Lo anterior es un reflejo de cuan extendida o mejor aun cuan vigente es en pleno siglo XXI la creencia en un ser maléfico, cruel, que personifica el mal y que se dedica a causar toda suerte de daño a quienes sirven Dios. Dicha creencia no es nueva sino mas bien es la herencia recibida de siglos de enseñanzas religiosas sobre un ser malévolo que reina en el mundo de los espíritus pero que afecta la vida concreta y el cual se ha designado con distintos títulos como Satanás, el Diablo, el

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SATANAS ,¿ COSA O PERSONA?.

La Summa Daemoniaca es el título en latín de un libro publicado en el año 2004 por el padre José

Antonio Forcea cuyo contenido trata sobre el Demonio, los casos de posesión y los ritos de

exorcismo para liberación de los posesos. Así mismo, la iglesia católica ha decidido entrenar a

mas sacerdotes que se dediquen especialmente a combatir a Satanás y sus huestes, por otra parte,

en el sector protestante y aun más específico en los movimientos evangélicos, pentecostales y neo

pentecostales las labores de liberación y de combate contra Satanás y sus demonios ocupan un

lugar preponderante en la actividad de dichas iglesias.

Lo anterior es un reflejo de cuan extendida o mejor aun cuan vigente es en pleno siglo XXI la

creencia en un ser maléfico, cruel, que personifica el mal y que se dedica a causar toda suerte de

daño a quienes sirven Dios. Dicha creencia no es nueva sino mas bien es la herencia recibida de

siglos de enseñanzas religiosas sobre un ser malévolo que reina en el mundo de los espíritus pero

que afecta la vida concreta y el cual se ha designado con distintos títulos como Satanás, el Diablo,

el Demonio, Lucifer, Belial, entre otros. Aun más, toda una industria en el sector del

entretenimiento se ha desarrollado en torno al tema en forma de películas, libros, canciones y

demás moviendo miles de millones de dólares en ganancias mostrando esto el gran interés que

produce en las personas. No obstante no es una creencia única en la fe Cristiana, ya que se puede

rastrear su presencia en las religiones de cierta importancia en la población mundial, como por

ejemplo, el judaísmo, el islamismo y religiones de origen oriental. También, su presencia la

encontramos en sistemas de creencia de corte tribal y africanas Por otra parte, debido a la

secularización de la sociedad miles de personas aun creyentes en un Dios ya no creen en la

existencia de un Demonio o por lo menos no como lo enseñan gran parte de las denominaciones

cristianas a las que asisten. Así mismo con el auge del pensamiento científico y del ateísmo

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muchos mas no creen en la existencia de Dios y de paso mucho menos en la de un ser encarnado

en el mal. Todo esto ha llevado a cuestionamientos de parte y parte sobre la existencia o no

existencia de un ente del mal responsable de los sufrimientos, las calamidades y desgracias de

todo tipo que aquejan a la humanidad. Aun mas, millones consideran que dependiendo de su

forma de vivir en la tierra su destino podría ser el encuentro con Satanás en un Infierno de fuego

por toda la eternidad. Por ello es pertinente, el presente análisis sobre este fenómeno que ha

ocupado y ocupa aun un lugar importante en los sistemas de creencias de la mayoría de la

población mundial, pero nos centraremos especialmente en el lugar que tiene en la fe Cristiana.

SATANAS Y LA BIBLIA.

Basta consultar en una concordancia Bíblica como para percatarnos de que la presencia de

Satanás hace su presencia a lo largo de toda la Biblia, encontramos su mención tanto al principio

de la misma en el comienzo del relato del Génesis como al final de los escritos sagrados en el

libro de Apocalipsis o revelación, hace su aparición en libros Bíblicos llamados históricos como

los libros de Los Reyes o de Crónicas así mismo en libros sapienciales como el de Job También

lo encontramos en los Evangelios tentando a jesus, como su mención en los escritos Paulinos

como agente de oposición a la labor de los primeros cristianos.

Todo lo anterior, refleja que desde la antigüedad el pueblo de Dios en su historia de salvación

ha contado con la presencia de este ser maligno, como también ha evolucionado su concepción

sobre el mismo, es decir, no es lo mismo el Diablo o Satanás que se pinta en el Antiguo

Testamento con el que se representa en el Nuevo Testamento. Si tomamos como punto de partida

y referencia la historia del pueblo de Israel Dicho imaginario se ha desarrollado también a la par

con su formación como nación la cual pasó de ser una pequeña semi nómada liga tribal en la

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que cada tribu aportaba su cuota de creencia en varios dioses buenos y malos, a convertirse

posteriormente en una Nación bien organizada y conformada con su único Dios nacional Yawe

acompañado a su vez de la figura de un incipiente ser maligno llamado Diablo. Aun mas, cuando

vemos el desarrollo de la personificación del mal podemos ver distintos matices en la literatura

veterotestamentaria, pues no es el mismo Satanás de Job que el señalado por los profetas como

Ezequiel o Isaías. Así pues, para una mayor aproximación a este asunto debemos desaprender

todos los imaginarios heredados sobre el Diablo y emprender una búsqueda sistemática y a la

vez crítica sobre esta figura a través de las escrituras que como ya hemos dicho ocupa un lugar

relevante en la historia de la salvación de la fe tanto Judía como cristiana y que a su vez a

impactado gran parte de las creencias de millones de fieles en todo el mundo.

BREVE DESARROLLO TEOLÓGICO ACERCA DEL DIABLO.

Lo primero que debemos advertir es que la Biblia no expresa una enseñanza sistemática acerca

del Diablo. Solo encontramos ocasiones contadas en los relatos Bíblicos en los que este participa

y de los cuales debemos inferir su naturaleza y accionar, por ello debemos además tener en

cuenta las creencia y literaturas en torno a él que no conforman el cuerpo de escrituras canónicas

pero que nos ayudan a tener un cuadro de comprensión más completo, en la historia de su figura

encontramos que la elaboración de creencias en torno al Diablo obedece más a elucubraciones

teológico-filosóficas que hemos heredado y repetido, que a información Bíblica directa, dichas

reflexiones obedecen a su vez a intentos de conciliar la información escasa que arroja la Biblia

con la historia de la salvación. Por ejemplo, vemos esto cuando consideramos que era impensable

para los padres de la iglesia relacionar un ser del mal creado por Dios que contendiera contra su

creador al mejor estilo de la religión persa Mazdeista, por eso, se llegó a la solución que Dios

creó al Diablo como un ángel bueno que después se auto transformó en un ser malo tal como se

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expresa ya en Ireneo, que en realidad era un ángel principal o querubín como lo explica Gregorio

Magno y que lo repite en la Edad Media Tomas de Aquino. De hecho se justifico dicha reflexión

basándose en el capítulo 28 del libro del profeta Ezequiel en el cual se indica como Satanás se

apartó de Dios porque había pecado, sin embargo, una solución teológica conlleva a más

dilemas, pues la pregunta que le sigue es ¿cual fue ese pecado que lo convirtió en Satanás?, las

explicaciones no se hicieron esperar y se pensó que fue debido a la mala ejecución de una tarea

encomendada por Dios la cual según Ireneo consistió en venerar al Hombre a lo cual el Diablo y

otros ángeles se opusieron trayendo sobre si su condena divina, dicha explicación penetro en el

islam y también fue difundida en la cristiandad por Francisco Suarez , Jesuita y teólogo del siglo

XV. Así mismo, yendo un poco más allá se propuso por parte de no pocos autores como

Orígenes, Gregorio Nacianceno y el mismo Agustín que el verdadero pecado de Satanás fue la

soberbia y para ello arbitrariamente se pusieron en boca de él las palabras registradas en Isaías

14,12-13 de donde surge a su vez el titulo Lucifer o lucero de la mañana llegando así a

constituirse en el ángel rebelde que se opone a Dios y sus planes cuya imagen está bastante

difundida en esta era contemporánea.

Por otra parte, muchos ángeles siguieron al Diablo en su proceder. Fueron Ireneo y Clemente

de Alejandría entre otros quienes empleando Génesis 6,2-4 concluyeron que el pecado de estos

consistió en a tener relaciones sexuales con mujeres, aunque no todos los teólogos de ese tiempo

estuvieron de acuerdo con semejante conclusión y propusieron más bien que su caída fue por

motivo de una tarea divina mal ejecutada lo cual conllevó a que dichos ángeles se transformaran

en Demonios. Como etapa final, el Diablo junto con los Demonios según lo explica Apoc.12,

7.11-13 sufren un castigo temporal al ser arrojados a la tierra a la espera de su destrucción

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definitiva en el juicio universal, mientras tanto se entiende que se hallan en la confinidad de la

tierra para tentar y desbaratar los proyectos de los que siguen a Cristo.

UNA APROXIMACION BIBLICA.

Todo lo anterior deja en evidencia que nuestros imaginarios acerca de Satanás, el Diablo y los

Demonios han sido configurados por la influencia que nos dejó todo la elaboración teológica,

filosófica y cultural desde la era patrística pasando por toda la edad media hasta bien adentrada la

modernidad. Así mismo, observamos que se trata de sustentar dichas elaboraciones en

interpretaciones sin mayor trabajo exegético y hermenéutico de ciertos pasajes, relatos y

expresiones sacadas tanto del antiguo como del nuevo testamento. Por otra parte, desde la

Reforma Protestante se ha iniciado una revisión de todo el andamiaje teológico referente al tema

sumándose a ello nuevos aportes e investigaciones Bíblicas que ayudan a una mejor

aproximación a la comprensión del texto Bíblico en lo referente a este asunto.

Por ello, tomemos como ejemplo unos de los pasajes clásicos del Antiguo Testamento que

tiene como personaje central al Diablo y que se ha tomado como base para las construcciones de

conceptos sobre este mismo, nos referimos al libro de Job. Pues bien, en esencia se explica de

antaño que este relato evidencia entre otras cosas la existencia de un ser maligno que se empeña

en oponerse a Dios y acusar a sus siervos leales infligiéndoles sufrimientos para quebrantar su

integridad. Sin embargo nuevas perspectivas causadas por serios estudios realizados a este texto

perteneciente al canon Bíblico veterotestamentario nos invitan a reflexionar nuevamente sobre su

mensaje, propósito y significado. Por ejemplo ya no debemos apresurarnos a tomar el relato de

forma literal pues ya desde la antiquísima obra judía El Talmud se consideraba el libro de Job

como una parábola con una enseñanza clara para los lectores y el mismo Job como personaje

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ficticio.asi mismo, Maimónides erudito, medico, rabino de la edad media afirmaba que en esencia

este libro era una ficción para aleccionar sobre la providencia Divina. Se comprende estas

afirmaciones si se tiene en cuenta que su lugar en el canon Bíblico nunca estuvo en los libros de

género Histórico como Reyes o Crónica, antes por el contrario siempre se le ubicó en las

colecciones sapienciales y poética así, vemos como prueba de ello que en el canon Hebraico-

masorético aparece después de salmos y antes de proverbios, aun mas, en la Septuaginta está

después de salmos, proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares, pero antes de la Sabiduría

del Sirácida y los salmos de Salomón ubicándose en pleno centro de dicha colección Poética-

sapiencial. Todo lo anterior resta vigor a un abordaje histórico del texto y más bien nos señala

hacia una consideración metafórica del relato y por lo tanto de sus personajes incluyendo a

Satanás. Si a esto le sumamos la Critica Redaccional encontramos tres etapas de Redacción que

comprenden una primera que abarca solamente los dos primeros capítulos confeccionada en el

siglo VIII a.e.c. después, tenemos un segundo momento redaccional que va del capítulo 2 al 31

el cual fue elaborado mucho tiempo después en el siglo V a.e.c. por último tenemos el bloque

final que está emparentado con los dos primeros capítulos y que desarrolla la teología que

pretende comunicar. Lo anterior nos indica que la redacción total del libro está anclada y se nutre

de los cuentos de pueblos circundantes reflejando sentencias éticas y morales lo que nos mueve

por el peso de la prueba a realizar una relectura de la figura del Diablo en la literatura del A.T.

RELECTURA DE LA FIGURA DE SATANAS EN EL LIBRO DE JOB.

Primero esbocemos el postulado central en la teología del libro de Job En esencia es una

refutación a la tesis de la Retribución, es decir, solo si somos justos delante del creador podremos

contar con su bendición de lo contrario sino guardamos lealtad a Dios entonces sufriremos su

castigo, pero detrás de esto está un esfuerzo por explicar el sufrimiento de parte de un pueblo que

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dice servir al Dos todopoderoso, más aun, este dilema se trata de resolver no solo en el plano

colectivo, comunitario sino además a un nivel puramente individual. Entonces, lo que aquí

tenemos es un tema netamente forense donde se sopesa la justicia divina versus la justicia

humana mediadas por el sufrimiento y el dolor que acaece la humanidad. Por lo tanto leyendo el

libro en clave jurídica podemos entender mejor la escena de Job 1,6-12.

Así pues, tengamos en cuenta que Job tiene su tradición narrativa pero editada de los relatos

babilónicos y egipcios de tipo sapiencial. Por ello cuando leemos la porción citada estamos

contemplando la típica imagen de un monarca oriental el cual se sienta en su trono a recibir los

informes de sus ministros y a la vez impartir órdenes según lo que él decida conveniente, la

naturaleza de dichos informes pueden ser positivos como también contener motivos acusatorios

para con algunos individuos que no obran justicia. Entonces, en nuestro relato tenemos una

antropomorfización de Dios sentado con sus ángeles o ministros reunidos en asamblea rindiendo

informe, el acento se coloca entonces no en dichos mensajeros sino en la labor que están

realizando y el contenido de la misma, no existe una valoración ni ética ni moral sobre ellos en el

sentido de malo o bueno pues lo importante es el informe que presentan. Por eso, ¿quién o qué es

el Satanás y qué función cumple?

“Entre ellos se cuenta el «Adversario» (el «Satán»; no ha de entenderse como un nombre propio), el

fiscal que espía las malas acciones de los hombres para informar después a su señor (cf. Zac 3,lss). No es

aún el «demonio» del judaísmo posterior y de la teología cristiana; identificarlo como tal supondría una

distorsión de su significado en este libro….Sin embargo, es un personaje ingrato, cuya actitud cínica

frente a las posibilidades humanas para el bien se opone a la idea optimista de Yahvé. (San jerónimo,

p.231, 1971)

De todo esto se colige que es un personaje de una obra dramática, metafórica que desempeña

el papel forense de acusador del hombre y su capacidad para el bien, su existencia es una excusa

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en la creación del autor o de los autores para argumentar teológicamente aspectos de la teodicea

divina; no pretende exponerse en la obra como postulado doctrinal la existencia de un ser que

contiene toda la esencia de la maldad per se. No existe razón alguna para realizar una lectura

literal de esta figura o de seguir sosteniendo la imagen tradicional sobre Satanás. Por lo menos el

anterior análisis nos debe alentar a revisar nuestra comprensión de la presencia de este ser en los

diversos relatos siquiera en lo que respecta al Antiguo Testamento.

SATANAS EN EL NUEVO TESTAMENTO.

En lo que atañe al Nuevo Testamento y la figura del Diablo acogeré la pericopa contenida en

Mateo 4,1-11 por ser típica o representativa en la argumentación bíblica para probar la existencia

literal de Satanás o el Diablo. Dicho relato es conocido como la o las tentaciones de jesus donde

los actores principales son nuestro señor Jesús y el Tentador o Satanás quien pretende quebrantar

su integridad. Iniciaremos señalando que el relato en cuanto a genero es mítico y hay varios

elementos que así lo indican como por ejemplo la dinámica progresiva de las tentaciones en

orden ascendente, es decir, del desierto pasa a una cúspide indeterminada del Templo, de ahí

ascienden a una gran montaña donde se puede observar el planeta entero y sus reinos, la pericopa

concluye con una asistencia de parte de ángeles que descienden a bridar ayuda; tales

descripciones a todas luces resultan ilógicas de realizar si se asumen de forma literal. Más aun la

génesis de este tipo de relatos encuentra su resonancia en la tentación de personajes religiosos

relevantes como Buda, Zaratustra, Hércules entre otros. Por otra parte, este relato es previo a

Mateo porque se haya presente en la fuente Q que a su vez es una elaboración tardía de la

comunidad cristiana quien refleja sus interés particulares que le dan centralidad al tema del relato,

dicho tema no es el hostigamiento del Diablo al señor sino la demostración evidente de la

filiación divina del Señor como Hijo de Dios, vesr.3 y 6. Por ello se han ofrecido distintas

interpretaciones de tipo parenético al texto .Así que, ¿cuál es el lugar que ocupa la figura del

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Diablo en todo esto? Pues ateniéndonos a lo ya considerado podemos discernir que no se trata de

un Diablo personal, mas bien, representa la presencia y experiencia del mal como tentación

permanente que pretende sabotear el proyecto divino del Reino de Dios a través de actos de

desobediencia y deslealtad.

“El «diablo» significa la experiencia de que el mal no radica simplemente en el libre albedrío del

hombre, sino que puede ejercer un dominio sobre él. La dimensión mitológica de nuestro texto implica

que los ángeles sirvieron a Jesús (v. 11). Ellos ocupan el puesto que ha dejado el diablo. Ellos son Una

expresión mítica de la presencia y la ayuda de Dios. Y la dimensión mitológica implica, por último, el

hablar, no de tentaciones cotidianas, sino de tentaciones radicales del Hijo de Dios. El relato no aborda

experiencias humanas cotidianas, sino la cuestión de quién ejerce la soberanía en el mundo: el diablo, al

que Jesús no se somete y que por eso tiene que ceder el puesto, o Dios, que envía a sus ángeles.”(Ulrich,

p.226,1993).

Una vez mas lo que pretendemos no es desvirtuar la fe , creencias o convicciones acogidas y

heredadas sino mas bien estimular a nuevas perspectivas y formas de leer los relatos donde esta

figura del mal es referenciada con el objetivo de que también podrá suministrar elementos

enriquecedores a nuestra espiritualidad.

EL DIABLO EN EL PENSAMIENTO DE PABLO

Como ya mencionamos Satanás hace su aparición en distintos lugares de la palabra de Dios de

principio a fin esto incluye también las cartas autenticas de pablo, en ellas se hace alusión a esta

figura del mal asignándole distintos nombres. A manera de ejemplo, encontramos en 2 Cor. 4,4

una referencia al dios de este mundo que se opone a Cristo cegándoles las mentes a los

incrédulos. No podemos lograr un verdadero acercamiento a lo que pablo tenía en mente al

expresar dichas palabras si no salvamos la distancia espacial y temporal que nos separa del

mundo del apóstol y el nuestro. De hecho, dos cosas son imprescindibles para entender no solo

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este texto sino todo el pensamiento de Pablo expresado en sus cartas autenticas a saber, el culto al

Emperador y el sistema de patronazgo.

Ahora bien, el culto al emperador fue verdadera fuente de conflicto, controversia, persecución

y por lo tanto sufrimientos para la fe cristiana. La razón es que todo el imperio Romano se

sustentaba en la creencia proclamada de la divinidad del Emperador al cual se le debía rendir

culto y obediencia incondicional por ser hijo de Dios, princeps como titulo político, Emperador

como titulo militar, Cesar que es la latinización del griego Kyrios, es decir Señor de Señores,

Theós o dios en la tierra. Todo ello mediado por una propaganda imperial de buenas noticias o

evangelio que pregonaba las bondades ofrecidas en torno al emperador. No obstante, este

aparente orden del mundo conocido era bajo la superficie aparente de estabilidad un verdadero

desorden mundial, pues el imperio Romano se forjó a base de conquistas, despojos, masacres,

esclavitud destrucción e incendio de ciudades enteras. Aun más, para mantener el status quo se

diseñó una estructura social de sometimiento llamado patronazgo, el cual consistía en lo básico

en la instalación por parte del imperio de reyes o gobernantes vasallos y señores clientelares

encargado de regentar y recoger los altos tributo e impuestos para Roma, velar por el debido culto

al emperador y aplacar por la espada cualquier tipo de revuelta o inconformidad.

Así pues cuando leemos expresiones como las de 1 Cor. 4,4 podemos comprender que el dios

de este mundo del mundo de pablo no es un ser espiritual maléfico, abstracto, en realidad era una

entidad del mal que regentaba el poder político, económico y militar cuyos planes iban todos en

oposición al proyecto de Dios para la humanidad o Reino de Dios. La expresión política de ese

dios se centraba en la figura del Cesar, el emperador Romano o dios de ese mundo conocido. Es

en el pensamiento paulino donde se identifica el mal de manera concreta en estructuras

socioeconómicas y políticas anti-vida que tienen como único fin la abolición de la condición

humana y su dignidad.

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EL DIABLO HOY.

“Miren, yo creo que los primeros ciudadanos que deberían leer este libro (Hegemonía o Supervivencia.

La estrategia imperialista de Estados Unidos de Noam Chomsky) son los ciudadanos hermanos y

hermanas de los Estados Unidos, porque la amenaza la tienen en su propia casa, el Diablo está en casa

pues. El Diablo, el propio Diablo está en casa. Ayer vino el Diablo aquí, (risas y aplausos) ayer estuvo el

Diablo aquí, en este mismo lugar. Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar. Ayer

señoras, señores, desde esta misma tribuna el Señor Presidente de los Estados Unidos, a quien yo llamo

“El Diablo”, vino aquí hablando como dueño del mundo. Un psiquiatra no estaría de más para analizar el

discurso de ayer del Presidente de los Estados Unidos. Como vocero del Imperialismo vino a dar sus

recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación, de explotación y de saqueo a los pueblos

del mundo. Para una película de Alfred Hitchcok estaría buena, incluso yo propondría un título: “La receta

del Diablo”. Es decir, el Imperialismo norteamericano, y aquí lo dice Chomsky con una claridad

meridiana y profunda, está siendo desesperados esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de

dominación. Nosotros no podemos permitir que eso ocurra, no podemos permitir que se instale la

dictadura mundial, que se consolide pues, que se consolide la dictadura mundial.”(Chávez, O.N.U., 2006).

En Esta intervención del fallecido presidente de La República de Venezuela, Hugo Chávez

Frías ante la asamblea de la O.N.U. en el año 2006 se compara el Diablo con la persona del

presidente de los EEUU J. Bush. Esto es representativo de la relectura que se está haciendo sobre

el Diablo en estos tiempos. Cada vez más desde el campo de la teología pasando por el eclesial

y aterrizando en áreas del quehacer humano como la economía, la sociología y la política se está

revisando los símbolos religiosos y su articulación con vida concreta. Aunque como

mencionamos la imagen clásica de un Diablo personal como se comprendía antaño todavía se

mantiene muy arraigada en lo imaginarios de gran parte de las religiones del mundo incluyendo

la cristiana. Es cierto también que poco a poco y en particular desde los aportes de la Teología de

la Liberación se ha desmitificado la figura de este y se logrado una mayor aproximación al

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significado original que emplearon los autores de los escritos sagrados tanto del Antiguo como

del Nuevo Testamento. De hecho, no es una exageración la mención anterior del presidente de

Venezuela acerca de la existencia de un imperio vigente, el de los Estados Unidos de

Norteamérica quien como si fuera la nueva Roma a asumido una actitud endiosada de creerse

dueño de este mundo, su auto concepción expresada en declaraciones como la del Destino

Manifiesto, implican una especie de misión divina en la que este imperio es el agente de dios para

implantar su ideología, cultura, religión, política y lo que es peor aun su sistema económico a

todos los países bajo su dominio. So pena esto en caso de desobediencia se llega al extremo de

castigar a cualquier nación que no se acoja a su voluntad, castigos que pueden ir desde sanciones

económicas como en el caso a Cuba hasta sangrientas intervenciones militares como en el caso de

Irak. Así pues, al encontrar un paralelo de actitudes imperialistas entre el tiempo de Jesús y Pablo

con el imperio Romano y nuestro tiempo con el imperio Estadounidense no podemos menos que

desde los ojos de la fe interpretar quien está ocupando hoy la figura del Diablo en el escenario

mundial. Hoy por hoy se hace preciso identificar los reales y concretos agentes demoniacos que

pretenden traer solo muerte, opresión y desolación; apoyar la manifestación concreta del Reino

de Dios mediante el cual se pueda producir una autentica liberación del cautiverio de las fuerzas

Diabólicas imperantes hoy.

Al igual que en el pasado existe también una propaganda ideológica que va en dirección

opuesta al proyecto divino, tal propaganda promueve el culto al mercado, a la mercancía y al

dinero. La idolatría entorno a esto trata de imponerse por la fuerza a veces o de manera sutil en

otras repercutiendo en la explotación de los recursos a países subyugados como la América

Latina. A diez años de la confesión de Accra se hace pertinente la unión de os hermanos

cristianos y demás fes para de manera decidida expulsar de esta planeta el actual Dios de este

mundo.

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INTRODUCCION.

El presente ensayo tiene como propósito analizar el desarrollo teológico de la figura del Diablo en la fe

cristiana, pretendo hacer una lectura crítica de diversos pasajes Bíblicos tanto del Antiguo como del

Nuevo testamento con el fin de estimular una revisión de los imaginarios que hemos heredado de la

cultura y fe cristiana para así lograr que el empleo de esta misma se haga vigente, concreta y responda a

los nuevos desafíos que plantea la sociedad actual a nuestra fe en torno al tema. No es la intención analizar

cada uno de los relatos donde aparece la figura del Diablo, más bien para ello he elegido algunos textos y

pasajes que a mi juicio resultan representativos para abordar el tema

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BIBLIOGRAFIA.

Ulrich, L (1993). El Evangelio según san Mateo. Salamanca: Ediciones Sígueme.

Brown, R (1971). Comentario Bíblico San Jerónimo tomo II y III. Madrid: Ediciones Cristiandad.

Ribla 52.

Alfaro, J. (1979). “Diablos” en Conceptos fundamentales de teología, Tomo I, dirigido por Heinrich Fries. Madrid, España: Editorial Cristiandad.

Jeremías. (1974). Las parábolas de Jesús. Navarra, España: Editorial Verbo Divino.

Ribla 20.

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COORPORACION UNIVERSITARIA REFORMADA.

PROGRAMA DE TEOLOGIA.

TEOLOGIA SISTEMATICA II.

PREPARADA POR:

FRANKLIN BARRAZA G..

BARRANQUILLA, COLOMBIA.

2014.