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Satisfacción, Implicación, Calidad 1
Encabezamiento, SATISFACCION LABORAL E IMPLICACION
Satisfacción Laboral e Implicación en el Trabajo entre Directores Académicos
Durante la Implantación de un Programa de Calidad
Sonia Quintana López1
Universidad de Puerto Rico
1 Favor de no citar sin permiso de la autora.
Satisfacción, Implicación, Calidad 2
Resumen
Se examina la satisfacción laboral y la implicación en el trabajo en una muestra de 25 directores
académicos durante la implantación de un programa de mejoramiento de calidad. Para medir la
satisfacción laboral y la implicación en el trabajo se utilizaron los cuestionarios “Minnesota
Satisfaction Questionnaire de Weiss, Dawis, England & Lofquist (1977) y “Job Involvement
Scale” de Lodahl & Kejner (1965). La autora estableció cinco hipótesis y se realizó análisis
descriptivo y de correlación. Los resultados mostraron que los participantes presentaban niveles
de satisfacción laboral e implicación en el trabajo moderadamente altos. No se encontró
correlación significativa entre la satisfacción y la implicación. En cambio, la satisfacción
correlacionó positiva y significativamente con el compromiso y la participación de los directores
en la implantación del programa de calidad.
Satisfacción, Implicación, Calidad 3
Satisfacción Laboral e Implicación en el Trabajo entre Directores Académicos
Durante la Implantación de un Programa de Calidad
Las organizaciones modernas, en su intento por lograr permanencia y una ubicación de
ventaja competitiva, desarrollan e implementan estrategias para transformar sus viejos sistemas
organizacionales en unos más flexibles y adaptables. Una estrategia, utilizada en las últimas
décadas para promover el cambio organizacional y transformar las firmas en unas más exitosas y
competitivas, es la gerencia de calidad. La gerencia de calidad (en adelante GC) demostró ser un
medio efectivo para aumentar la productividad, mejorar la calidad y crear un ambiente propicio
para la participación y el apoderamiento de los miembros de la organización. Se implantó con
éxito en la industria y ahora su uso se extiende a organizaciones de servicio, al gobierno y a
instituciones académicas (Hendricks & Singhal, 1997; Idris & Zairi, 2006; Yang, 2006).
Chase y Aquilano (2006) definen la GC como la forma de administrar la organización de
manera que la misma sobresalga en aquellas dimensiones del producto o servicio importantes
para el cliente. Por consiguiente, todos los empleados (incluyendo la alta gerencia) deben
participar en la búsqueda de dicha meta. Para otros, la GC es a su vez una filosofía del trabajo,
un modelo que comprende un conjunto de principios, ideas, técnicas y herramientas que se deben
asimilar y aplicar progresivamente (Raturi & Evans, 2005). Paralelamente, Heizer & Render
(2005) subrayan que para lograr las expectativas de los clientes es necesario un énfasis en la
calidad de los productos y servicios, más aún cuando la firma busca posesionarse y competir en
los mercados globales.
Las diferentes definiciones de GC sugieren un estilo gerencial donde el diseño del
producto y la organización del trabajo poseen como punto cardinal la calidad; y el mejoramiento
continuo, así como el compromiso y participación de la gerencia (alta e intermedia), es esencial
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para lograr la misma. Implícita está la premisa de que en la medida que las organizaciones
provean alternativas o experiencias a los empleados dirigidas a satisfacer sus necesidades, en esa
medida estarán motivados a ofrecer un servicio de calidad. Bajo esta perspectiva, los empleados
poseen un rol importantísimo en el logro de los objetivos organizacionales y son un ente clave
para el éxito de las empresas.
La literatura sobre GC sugiere que para implantarse con éxito es necesario que las
organizaciones rediseñen sus sistemas de personal (selección, adiestramiento y reconocimiento)
y utilicen tecnología que motive y provea para el apoderamiento de los empleados (Vroman &
Luchinger, 1994; Fruin & Nakamura, 1997; Gurnani, 1999; Raturi & Evans, 2005). Asimismo,
se exige un nuevo estilo de liderato que fomente las actitudes positivas y la participación del
empleado. En esa misma perspectiva, Struebing (1997) apunta que los empleados son el
elemento de mayor valor en cualquier firma. En organizaciones de servicio, los empleados son
quienes crean y brindan el servicio. Por consiguiente, el estado de ánimo, la insatisfacción con
los diferentes aspectos del trabajo y la falta de compromiso afectarán la manera en que se
produce y se provee el servicio.
Académicos y practicantes sugieren que el éxito del programa de calidad recae
mayormente sobre el grupo gerencial, particularmente la alta gerencia y la gerencia intermedia
(Vescovacci, 1996; Easton y Jarrell, 1998; Donoso & Singer, 2005). La gerencia tiene como
función ayudar a la organización a implantar una cultura de calidad. Este grupo tiene la
responsabilidad de crear el clima de trabajo que facilite el proceso de implantación del programa;
y a la vez, tiene que promover la participación y el compromiso de todos los empleados (Bowen
& Lawler, 1992; Master, 1996; Fruin & Nakamura, 1997; Idris & Zairi, 2006; Yang, 2006). Sin
embargo, la participación y el compromiso del grupo gerencial tienen que ser observados por los
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empleados. La participación de estos últimos se verá afectada si observan poco o ningún
compromiso del grupo gerencial. Consecuentemente, las actitudes hacia el trabajo del grupo
gerencial son claves para éxito de un programa de calidad.
Lo anteriormente expuesto pone en evidencia la existente interacción entre los diferentes
grupos humanos y la organización. De esta interacción emergen dos respuestas fundamentales
que, como actitudes hacia el trabajo, toman especial importancia al momento de la implantación
de un programa de calidad. Estas respuestas son la satisfacción laboral (‘job satisfaction”) y la
implicación (o participación) en el trabajo (“job involvement”). Ambos conceptos psicológicos
son considerados como dimensiones de actitudes del trabajo (Mortimer & Lorence, 1989). Su
estudio toma especial importancia porque impactan la conducta del empleado, que a su vez,
afecta productividad y el éxito de las organizaciones.
Satisfacción Laboral
La satisfacción laboral (en adelante SL) se define como “el grado en que una persona
experimenta sentimientos positivos o negativos en relación con los diversos aspectos del trabajo”
(Schermerhorn, 2006, p. 385). Para Muchinsky (2006) la SL se refiere al grado de placer que el
empleado deriva de su trabajo. Por tanto, una persona con alto nivel de satisfacción mostrará una
actitud positiva hacia el mismo. Este concepto es ampliamente estudiado por practicantes y
teóricos que intentan evaluar las actitudes y condiciones del trabajo que afectan la productividad
y el éxito de las organizaciones. Diferentes teorías psicológicas apuntan hacia la satisfacción
dentro de un marco motivacional (“Two-Factor Theory”; Need Fulfillment Theory”; “Hierarchy
of Needs Theory”; “Need Fulfillment Theory”; “ERG Theory”). Estas sugieren que un individuo
podría estar satisfecho en su trabajo en la medida que el mismo contenga factores de motivación
Satisfacción, Implicación, Calidad 6
que sean compatibles con sus necesidades (Berry, 1997; Feldman, 2002; Muchinsky, 2006;
Schermerhorn, 2006).
Por otro lado, la SL se estudia desde dos vertientes: como respuesta a características
individuales o a características del trabajo. Algunos investigadores le dan especial importancia a
las diferencias individuales (pe., tipo de personalidad, sexo, edad) y las consideran determinantes
de la SL (Holland, 1997; Brief, 1998; Roberts & Forti, 1998; Dormann & Zapf, 2001; Judge,
Heller & Mount, M. K. 2002; Thomas, Buboltz & Winkelspecht, 2004; Terpstra & Honoree,
2004; Niklas & Dormann, 2005). En cambio, otros apuntan hacia diferentes aspectos y
condiciones del trabajo (pe., desempeño, variedad, responsabilidad, rotación, ausentismo,
supervisión y relaciones sociales) como indicadores de la satisfacción laboral (Hackman &
Oldham, 1980; Hackett & Guion, 1985; Carsten & Spector, 1987; Kristof, 1996; Blau, 1999;
Pollock, et al., 2000; Osca & Urien, 2001; Pernick, 2001; Barling, Kelloway & Iverson, 2003;
Dawis, 2004; Meade, Brown & Trevan, 2005; Wegge, Schmidt, Parkes & Van Dick, 2007). De
los trabajos de estos autores se desprende que el trabajo repetitivo, el sistema de paga
inadecuada, el estrés excesivo, el trabajo aburrido, la falta de sistemas de recompensa y ascensos,
y un ambiente laboral autoritario, entre otros, constituyen las posibles causas del nivel de
insatisfacción que exhibe un individuo en diferentes escenarios laborales.
La discusión entre los teóricos modernos sobre el papel que juegan la personalidad y las
características del trabajo en el aumento de la satisfacción laboral es intensa. La literatura
analizada en Thomas et al. (2004) demuestra, en cierto grado, la interacción de las características
individuales y las características del trabajo como determinantes de la satisfacción laboral. Sin
embargo, los resultados de dichos autores demostraron que las características (o contenido) del
trabajo son los determinantes más importantes de la satisfacción laboral.
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La diversidad de hallazgos pone al relieve la complejidad implícita en el estudio de la SL.
No obstante, éstos evidencian la importancia del constructo y la necesidad de examinar factores
que expliquen el comportamiento del individuo frente a diversas demandas del ambiente laboral.
Implicación en el trabajo
La literatura sobre la implicación en el trabajo (en adelante IT) es amplia, y diferentes
definiciones e interpretaciones se han dado, dificultando una definición general del constructo
(Lodahl & Kejner, 1965; Elloy, Everett, & Randolph, 1995; González & De Elena, 1999; López-
Araújo, Segovia, & Peiró, 2007). Muchinsky, 2006) define la IT como el grado en el cual una
persona se identifica psicológicamente con su trabajo o la importancia que tiene el mismo para
su auto imagen. Por consiguiente, el empleado que muestra un alto nivel de implicación toma en
serio su trabajo y sus sentimientos se ven afectados por las experiencias del mismo. Para
Mortimer & Lorence (1989), la IT en el trabajo se refiere al grado en que la persona ve la
actividad como central e importante. Consecuentemente, un alto grado de participación en el
trabajo podría implicar un alto nivel de motivación intrínseca hacia el mismo. Por otro lado, los
trabajos de Lodah y Kejner (1965) apuntan hacia tres dimensiones de la IT: la identificación
psicológica hacia el trabajo, las contingencias desempeño-autoestima, y los sentimientos de
deber y obligación hacia el trabajo (Ramsey, Lasso & Marshall, 1995; Elloy et al. 1995;
González & De Elena, 1999; López-Araújo, Segovia, & Peiró, 2007). Sin embargo, para
propósitos del presente estudio, la IT se considerará como una dimensión de actitud hacia el
trabajo, la cual tiene que ver con el grado en que una persona se identifica psicológicamente con
su trabajo (importancia para su auto-estima).
En la revisión de literatura que realizaron Quintana-López & Martínez-Lugo (1991), se
aborda la IT desde tres acercamientos teóricos. El primer acercamiento señala que las raíces de
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la IT están en el proceso de socialización; el segundo la ve como una respuesta del individuo a
las condiciones de la organización; y el tercero la considera como el producto de la interacción
entre la persona y la situación trabajo. Los estudios de Rabinowitz & Hall (1977) sugieren que la
IT se relaciona con características individuales (pe., sexo, educación, años de servicio, entre
otros); y con factores situacionales-organizacionales, como por ejemplo, características del
trabajo, satisfacción laboral, ausentismo y rotación. Por su parte, Lawler, Hackman & Kaufman
(1973) sugieren que la participación en el trabajo es una característica individual, independiente
de de factores externos o de variables que se relacionan con el trabajo. Muchas investigaciones
se han realizado desde estas últimas dos vertientes (pe., Saal, 1978; Edwards & Waters, 1980;
Quintana-López & Martínez-Lugo, 1991; Ramsey et al. 1995; Patel, 1995; Brown, 1996; Elloy
& Flynn, 1998; González & De Elena, 1999; López-Araújo et al., 2007). Los resultados son
variados y algunos contradictorios a la literatura. Sin embargo, de alguna forma u otra
contribuyen a entender la naturaleza del concepto, además de exponer las implicaciones que
tiene éste para las distintas acciones de personal y de desempeño organizacional.
Satisfacción laboral e Implicación en el trabajo
El estudio de la satisfacción laboral y la implicación en el trabajo es de gran relevancia
para los investigadores organizacionales. Ambas variables se consideran dimensiones de
actitudes hacia el trabajo y su manifestación dentro del contexto laboral afecta positiva o
negativamente el desempeño individual y el éxito organizacional. Por ejemplo, de los estudios
de Lawler (1992) y Pleffer (1994) se desprende que las personas que participan activamente en
sus trabajos tienen mayor posibilidad a estar motivados y satisfechos, lo que influirá
positivamente en su rendimiento y en la eficacia organizacional. Al revisar la literatura
contemporánea encontramos que varios trabajos empíricos que estudian la relación entre ambas
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variables. Sin embargo, el estudio de dicha relación se lleva a cabo mayormente en ambientes
laborales de manufactura y de servicios. Por ejemplo, En el 2007, Wegge et al. llevaron a cabo
un estudio sobre la SL y la IT como predictores interactivos del ausentismo en una organización
pública. Los resultados reflejaron que la relación SL-PT constituyó un predictor significativo
para los dos criterios de ausentismo: índice de tiempo (β = 0.27, p < .01) y frecuencia de
ausencias (β = 0.10, p < .01). También se encontraron correlaciones significativas entre la
satisfacción laboral y las variables género (r = -.12, p < .05) y estatus (r = -.10, p < .05). La
implicación en el trabajo correlacionó significativamente con la satisfacción laboral (r = .39, p <
.01) y con género (p= .09, p < .05).
En un meta-análisis de estudios sobre la IT efectuado por Brown (1996) se encontró una
correlación positiva (r = .45) entre esta variable y la satisfacción laboral. Por su parte, Mortimer
& Lorence (1989) exploraron la relación entre la SL y la IT. Utilizaron los datos del “1973-1977
Quality of Employmnet Survey Panel”. Los autores encontraron que la implicación en el trabajo
influía indirectamente sobre la satisfacción laboral a través de la autonomía en el trabajo. En
1999, González & De Elena realizan un estudio con una muestra de 83 empleados de la
administración y encuentran una relación positiva significativa entre la satisfacción y la
implicación en el trabajo (r = .57, p = .0001).
Knoop (1995) utilizó una muestra de enfermeras para probar su hipótesis de que las
variables satisfacción laboral, implicación en el trabajo y compromiso organizativo se
relacionaban significativamente. Los resultados reflejaron que la PT no estaba estadísticamente
relacionada con la SL (r = .19, P > .05). Al separar la satisfacción laboral por criterios, se
encontró que la IT se correlacionaba significativamente con la escala de satisfacción con el
propio trabajo (r = .33, p < .001) y con las oportunidades de ascenso (r= .24, p < .001). El autor
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no encontró relación significativa entre el implicación en el trabajo y las escalas de paga,
supervisión y pares. El compromiso organizativo resultó estar significativamente relacionado
con la SL (r = .64, p < .001) y moderadamente con la IT (r = .32, p = .001). Por otro lado,
efectuaron un análisis de regresión y el mismo reflejó que las diferentes facetas de satisfacción
laboral no eran fuertes predictores de la PT. Por su parte, López-Araújo et al. (2007) analizaron
el papel modulador de la IT en relación al estrés y la SL en el modelo “Occupational Stress
Indicator”, con una muestra de 779 soldados profesionales del Ejército español. Los autores
encontraron una relación positiva entre la SL y la dimensión de IT “identificación psicológica
con el trabajo” (β = .314; p < .001); y una relación negativa entre la SL y la dimensión
“sentimientos de deber u obligación” (β = .229; p < .001).
Finalmente, un estudio que atrajo nuestra atención, por haberse efectuado en un ambiente
de gerencia de calidad, fue el que realizaron Madu & Kuei (1995). Estos exploraron, entre
otros, la satisfacción como dimensión de calidad y su relación con el desempeño organizacional.
Un total de 165 gerentes de nivel intermedio de 12 tipos de firmas de manufactura y de servicios
participaron en la investigación. Aunque los autores no proveen datos sobre el procedimiento
usado en el estudio ni las estadísticas sobre la relación de las variables, sus conclusiones nos
parecen interesantes. Estos concluyeron que la satisfacción, como dimensión de calidad,
explicaba de forma significativa las variaciones en el desempeño organizacional en todas las
firmas estudiadas. En aquellas firmas de servicios que poseían un departamento formal de
calidad, sólo la dimensión de satisfacción ejercía influencia sobre las variaciones observadas en
el desempeño organizacional. Además, concluyen que los gerentes a nivel intermedio percibían
la satisfacción, particularmente en el componente de seguridad de empleo, como el factor más
importante al mejorar el desempeño organizacional.
Satisfacción, Implicación, Calidad 11
En la presente revisión de literatura no se encontró trabajo alguno que estudiara
simultáneamente la relación entre la SL y la IPT en escenarios de educación superior donde se
implanta un programa de mejoramiento de calidad. Por tal motivo, el presente trabajo intenta
añadir datos empíricos que abonen al estudio de ambas variables dentro del ambiente laboral
descrito. Tuvo el propósito, por un lado, de determinar el grado de satisfacción laboral y el nivel
de implicación en el trabajo de los participantes; y por otro, auscultar la posible relación de
ambas variables con el compromiso y la participación en el proceso de implantación del
programa de mejoramiento de calidad (en adelante el programa).
Además de las variables antes mencionada, se consideró la edad (años cronológicos del
empleado), la preparación académica, los años de servicio (número de años que el empleado
lleva trabajando para la institución), los años en el puesto (número de años que el empleado lleva
realizando las tareas correspondientes al puesto) y el número de profesores bajo su mando. Para
guiar el estudio se formularon las siguientes preguntas de investigación: ¿Qué nivel de SL e IT
exhiben los participantes? ¿Cuál es la opinión de los participantes con respecto a su compromiso
y participación en la implantación del programa?
Se establecieron las siguientes hipótesis:
Hipótesis 1. Existe una relación positiva significativa entre la SL y la IT.
Hipótesis 2. Existe una relación significativa entre la SL y las variables compromiso y
participación en la implantación del programa.
Hipótesis 3. Existe una relación significativa entre la SL y las variables edad, años de servicio,
años en el puesto y profesores bajo su cargo.
Hipótesis 4. Existe una relación significativa entre la IT y las variables edad, años de servicio,
años en el puesto y profesores bajo su cargo.
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Hipótesis 5. Existe una relación significativa entre la IT y las variables compromiso y
participación en el programa de calidad.
Método
Participantes
La presente investigación se llevó a cabo en una institución pública de educación
superior. La misma se encontraba en la fase de implantación de un programa de mejoramiento
de calidad de los servicios. Los participantes de este estudio eran docentes que dirigían
departamentos académicos clasificados en las facultades de Administración de Empresas,
Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Educación, Humanidades y Estudios Generales. Este
grupo (en adelante directores) fue objeto de estudio, primordialmente, por ser el puente entre la
alta gerencia y el personal docente. Los directores serían, en primer lugar, los ejecutores de las
metas y directrices de la alta gerencia en torno a la calidad de los servicios. Segundo, tenían la
responsabilidad de proveer al personal docente bajo su mando la información sobre el programa
de calidad, y estimular en ellos el interés, el compromiso y la participación en la implantación
del mismo (Master, 1986; Anderson yAdams, 1997; Chen, 2001).
De un universo de 34 directores, el 74% (n = 25) decidió participar voluntariamente en el
estudio. El 61% (n = 15) de éstos era masculino y el restante 39% (n = 10) femenino. El 79 %
(n = 19) de los participantes indicó que tenía edades sobre los 40 años; y alrededor de un 58%
(n = 14) poseía grado de doctor.
Procedimiento
Luego de solicitar el consentimiento de las autoridades universitarias, se solicitó la
participación voluntaria a los directores. A cada participante se le entregó una carta de
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consentimiento, en la cual se le garantizaba el anonimato y la confidencialidad de sus respuestas.
También se le entregó los cuestionarios que debían cumplimentar y devolver (por correo o
personalmente). El proceso de recopilación de datos y seguimiento duró alrededor de un mes.
Para demostrar el grado de relación entre las variables se efectuó un análisis de correlación
producto-momento de Pearson ( r ) con un nivel de significación (p) de .05 o menos.
Instrumentos
En el presente estudio se utilizaron tres instrumentos. El primero lo constituyó la escala
estandarizada de satisfacción laboral de Minnesota-versión corta (Minnesota Satisfaction
Questionnaire: MSQ) de Weiss, Dawis, England & Lofquist (1977). En 1967, los autores
desarrollaron un cuestionario para medir la satisfacción general y la satisfacción en diferentes
facetas del trabajo. En un análisis posterior de la escala original, encontraron que había 20
reactivos que eran centrales al concepto. Con estos 20 reactivos se construyó la versión corta. La
misma arrojó un índice de consistencia interna de .8793; y estudios posteriores le adjudican un
coeficiente (alpha de Cronbach’s) entre .73 y .94 (Brown, Hohenshil & Brown, 1988).
En 1995, Rodríguez tradujo al español la versión corta del MSQ y realizó el “back to
back transladation” y traducción de Angoff & Cook. Luego, efectuó un análisis de concordancia
(de W. Kandall) y un análisis de confiabilidad (de Kuder Richarson), y encontró un coeficiente
de .83 y .91 respectivamente. El MSQ-versión corta contiene 20 preguntas que se contestan en
una escala que va de muy insatisfecho (=1) a muy satisfecho (=5). La puntuación total fluctúa
de 20 a 100. A mayor puntuación, más alto el grado de satisfacción.
Es segundo cuestionario lo constituyó la escala reducida de Lodahl & Kejner (“Lodahl &
Kejner Job Involvement Scale”, 1965: JIS-versión corta). Esta escala tiene el propósito de medir
el nivel de implicación del empleado en el trabajo. La versión original consistía de 20 ítems que
Satisfacción, Implicación, Calidad 14
se contestaban en una escala tipo Likert que iba desde totalmente en desacuerdo (=1) hasta
totalmente de acuerdo (=5). La misma demostró tener índices de confiabilidad que fluctuaban
entre .72 y .89 (Lodahl & Kejner, l965; Andujar & Martínez-Lugo, 1996; Reeve, 2000). En un
análisis de reactivos, los autores encontraron seis premisas que eran centrales al concepto. Estos
seis reactivos constituyeron la versión corta. La misma ha presentado una consistencia interna
fluctúa entre .62 a .93 (Hollan & Chesser, 1976; Ramsey et al., 1995; González & De Elena,
1999). La JIS-versión corta fue traducida y adaptada al español por Ocasio (1985). Esta
demostró tener índices de confiabilidad (corregido con la formula “Spearman-Brown”) entre .84
y .89 (Ocasio, 1985; Martínez-Lugo, 1988, 1990; Quintana & Martínez-Lugo, 1991). JIS-versión
corta en español contiene 6 ítems y la puntuación total fluctúa de 6 a 30. A mayor puntuación,
más alto el nivel de implicación o participación en el trabajo.
Finalmente, se desarrolló un tercer cuestionario con el propósito de recoger los datos
demográficos de los participantes: sexo, edad, estado civil, preparación académica; además de
tiempo en el puesto, años de servicio y número de profesores bajo el mando. A su vez, el
instrumento contenía preguntas que recogían las opiniones del director sobre a) cuán
comprometido se sentía éste con la implantación del programa de calidad y b) su nivel de
participación en el mismo. Para facilitar el análisis posterior, los participantes debían contestar
las preguntas asignando una puntuación que iba de uno (1) al cinco (5). La puntuación total de
las preguntas era de cinco (5). A mayor puntuación, mayor el nivel de compromiso y
participación en el programa (según la percepción de los participantes).
Resultados
Para someter a corroboración las hipótesis se efectuaron diversos análisis. En primer
lugar, se efectuó un análisis descriptivo por género sexual (Tabla 1). Del mismo se desprende
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que el 67% (n = 15) de los participantes tenía 20 años o menos de servicio; y el 61% (n = 14)
llevaba entre 2 y 4 años en el puesto. El 44% (n = 10) de los directores tenía más de 25
profesores bajo su dirección; el 31% dirigía entre 16 y 25 profesores, y el restante 26% tenía a su
cargo menos de 16 profesores.
Basado en los resultados del MSQ, los directores académicos arrojaron una puntuación
promedio de satisfacción laboral general de 78 y una desviación estándar de 8.57 (Tabla 2). La
puntuación de la escala fluctúa entre 20 y 100 puntos, siendo la mediana igual a 60. Respecto a
la implicación en el trabajo, los resultados obtenidos en el JIS reflejaron una puntuación
promedio de 20 y una desviación estándar de 3.41. La puntuación de la escala fluctúa entre 6 y
30 puntos, siendo la mediana igual a 18.
Según se aprecia en la Tabla 3, la mayoría de los directores (65%) arrojó puntuaciones
sobre la mediana del JIS, ubicándose en un nivel de implicación moderadamente alto. Por su
parte, el 96% (n = 22) de los participantes arrojó puntuaciones sobre la mediana en la escala
MSQ, ubicándose éstos en un nivel de satisfacción moderadamente alto. Al separar los
resultados del MSQ por facetas del trabajo, los aspectos que arrojaron puntuaciones compatibles
con un alto nivel de satisfacción (entre 81 y 100) fueron: a) las oportunidades que brinda el
trabajo de hacer cosas para otras personas; b) trabajar en algo en donde se hace uso de las
habilidades; y c) la seguridad de empleo. En cambio, los aspectos de salario, condiciones de
trabajo, y manera en que las políticas de la institución se ponen en vigor arrojaron la menor
puntuación en la escala (entre 20 y 60), ubicándose en un alto nivel de insatisfacción.
Para determinar el grado de relación entre las diferentes variables se efectuó un análisis
de correlación (Tabla 4). Del mismo se desprende que existe una relación entre la SL y la IT no
significativa (r = .18, p > .05); por lo que no se confirma la primera hipótesis. Tal como
Satisfacción, Implicación, Calidad 16
habíamos establecido en la hipótesis 2, se encontró una relación positiva significativa entre la
satisfacción laboral y las variables compromiso con la implantación del programa de calidad
(r = .6243, p < .01), y el nivel de participación en el mismo (r = .7160, p < .01). En cambio, la
asociación entre la SL y las demás variables bajo estudio no resultó significativa (hipótesis 3).
Por su parte, el nivel de implicación en el trabajo no correlacionó significativamente con el
compromiso (r = -.0866, p > .05) y la participación (r = .2913, p > .05) en la implantación del
programa (hipótesis 4). La hipótesis 5 se confirmó parcialmente. La preparación académica
correlacionó positiva y significativamente con la IT (r = .4322, p < .05). Además, se observó
una relación fuerte entre la IT y el número de profesores que el director tiene bajo su mando
(r = .4134, p = .05).
Finalmente, se computó el índice de correlación entre la participación del director en la
implantación del programa de calidad y su compromiso con dicho proceso. La correlación entre
ambas variables resultó ser positiva y significativa (r = .6157, p < .01).
Satisfacción, Implicación, Calidad 17
Tabla 1
Distribución por frecuencia de respuestas
___________________________________________________________________
Variables Frecuencia y Por ciento de
Respuesta (n = 23)
___________________________________________________________________
Años de Servicio
Menos de 10 6 (26)
De 10 a 15 4 (17)
De 16 a 20 5 (22)
De 21 a 25 2 (9)
De 26 a 30 2 (22)
Más de 30 1 (4)
Años en el Puesto
Menos de 2 7 (31)
De 2 a 4 14 (61)
5 o más 2 (8)
Profesores bajo el mando
Menos de 10 4 (17)
De 10 a 15 2 (9)
De 16 a 20 5 (22)
De 21 a 25 2 (9)
De 26 a 30 5 (22)
Más de 30 5 (22)
___________________________________________________________________
Tabla 2
Media, Desviación Estándar, Mediana y Moda para la Satisfacción Laboral y la Implicación en el
Trabajo
____________________________________________________________________
Variable M DE MD MO
____________________________________________________________________
Satisfacción Laboral 78 8.57 80 77
Participación en el Trabajo 20 3.41 21 21
____________________________________________________________________
Nota: N = 25 para la Satisfacción Laboral y N = 24 para la implicación en el trabajo.
Satisfacción, Implicación, Calidad 18
Tabla 3
Distribución de las respuestas de Satisfacción Laboral e Implicación en el Trabajo por escalas y
género sexual
______________________________________________________________________
% de Respuesta
________________________
Masculino Femenino Total
Escalas (n = 14) (n = 9)___ (n = 23)_
Satisfacción Laboral
De 20 a 40
De 41 a 60 7.1 4.0
De 61 a 80 64.3 44.4 57.0
De 81 a 100 28.6 55.6 39.0
Implicación en el trabajo
De 6 a 12
De 13 a 18 28.6 44.4 35.0
De 19 a 24 57.1 44.4 52.0
De 25 a 30 14.3 11.2 13.0
______________________________________________________________________
Satisfacción, Implicación, Calidad 19
TABLA 4
Relación entre Satisfacción Laboral, Participación en el Trabajo y algunas variables de interés
_________________________________________________________________________
Satisfacción Implicación
VARIABLE Laboral en el Trabajo____
Participación en el trabajo .1800 -
Compromiso con la GC .6243* -.0866
Participación en la GC .7160* .2913
Edad .0862 -.0334
Preparación académica -.2963 .4322**
Años de servicio .1430 -.3053
Años en el puesto .0999 .3400
Número de profesores -.2504 .4134***
_________________________________________________________________________
*p < .01; **p < .05; ***p = .05
_________________________________________________________________________
Discusión
Los hallazgos de la presente investigación sugieren que los directores académicos bajo
estudio, en general, se sienten satisfechos en su trabajo. Consecuentemente, podríamos inferir
que la institución académica, en cierta medida, provee aquellos factores que parecen ser
importantes para los participantes; y por consiguiente, manifiestan actitudes positivas hacia su
trabajo (Hackman & Oldham,1980; Hackett & Guion, 1985; Kristof, 1996; Pernick, 2001;
Thomas et al., 2004; Wegge et al., 2007). Este resultado se puede explicar a la luz de la
evidencia empírica de Jackson (l983). Dicho autor concluye que cuando un trabajo posee la
variedad, la autonomía y la identidad, entre otros, produce un aumento en la motivación. Esta, a
su vez, resulta en un mayor compromiso y satisfacción en el trabajo.
Satisfacción, Implicación, Calidad 20
Por otro lado, este resultado tiene implicaciones sobre la organización y más aún, cuando
se está implantando un programa de calidad. Estudios han demostrado que mientras más
satisfecha se sienta la persona, menor será su inclinación hacia el ausentismo, la rotación y
acciones contrarias a la organización (Hackett, 1989; Mortimer & Lorence, 1989; Elloy, et al.,
1995; Saige, 1998; Wegge, et al., 2007). Consecuentemente, se infiere que un alto nivel de
satisfacción laboral resultará en una mejor actitud hacia el trabajo y una mayor disposición de los
directores a participar en el programa de calidad. Por otro lado, basado en los resultados de las
escalas del MSQ, inferimos que una gran parte de la satisfacción observada descansa sobre la
seguridad de empleo y las oportunidades que tiene el director para hacer uso de sus habilidades
para el beneficio de otras personas y de la institución.
Los directores, además de mostrar satisfacción laboral, mostraron un nivel de implicación
en el trabajo moderadamente alto. Implica que los participantes consideran su trabajo como un
elemento importante en sus vidas y que el mismo contribuye a su auto-imagen. Este resultado es
consistente con los acercamientos teóricos que sugieren, por un lado, que existe un factor
inherente y natural en la persona que lo mueve a participar en el trabajo (Muchinsky, 2006); y
por otro, que cuando existe un alto nivel de congruencia entre la persona y su ambiente de
trabajo, generalmente resulta en una en una mejor disposición a participar activamente en el
mismo (Katz & Kahn, 1978; Lounsbury & Hopes, 1986; Kristof, 1996).
Al correlacionar las variables SL e IT, nuestra primera hipótesis no se sostuvo. La
relación resultó positiva, pero no significativa. Este resultado podría explicarse a la luz de las
teorías que postulan que individuos con un alto nivel de participación en el trabajo pueden sentir
satisfacción o insatisfacción, dependiendo del grado de éxito en los mismos (Hackman &
Oldham, 1980; Knoop, 1995; Muchinky, 2006). Nuestro hallazgo es consistente con los
Satisfacción, Implicación, Calidad 21
resultados de Bhargava (2000); el cual no encontró relación entre ambas variables con una
muestra de oficiales de una organización comercial. También es consistente con los hallazgos de
Knoop (1995). El autor, para explicar la no relación entre ambas variables, hace el
planteamiento de que la implicación en el trabajo no necesariamente lleva a la satisfacción
laboral. Expone que entre las razones para que ocurra esto se encuentran la naturaleza del
trabajo, las diferencias en personalidad o la propia definición de la IT. Por tanto, cualquiera de
estos elementos puede estar afectando la relación entre ambas variables. Por otro lado, nuestro
resultado no concuerdan con los hallazgos Brown (1996), López-Araújo et al. (2007) y Wegge et
al. (2007). Tampoco lo fue con los resultados de Mortimer & Lorence (1989). Estos últimos
encontraron que la satisfacción tenía un efecto directo positivo sobre la implicación, y que esta
última influía sobre la satisfacción a través de la autonomía en el trabajo.
Conforme a nuestra expectativa, la hipótesis 2 se confirmó. La fuerte relación entre el
nivel de satisfacción y la percepción de los participantes sobre su compromiso y participación en
la fase de implantación del programa de calidad resultó significativa. Este hallazgo podría
explicarse a la luz de los estudios empíricos y teóricos sobre la importancia del contenido del
trabajo sobre la motivación y la satisfacción laboral (Hackman & Oldham, 1980; Pernick, 2001;
Thomas et al., 2004). Estos apuntan, por ejemplo, que la satisfacción puede incrementarse
cuando se cambian aspectos del trabajo. Por consiguiente, podríamos inferir que la implantación
de un programa de calidad contiene aquellos factores que hacen del trabajo uno motivador.
Por otro lado, este hallazgo contribuye a sostener las conclusiones de Madu & Kuei
(1995). Estos concluyeron que la SL, como dimensión de calidad, fue percibida por los
participantes como determinantes para el desempeño organizacional. Además, es consistente
con planteamientos que se presentan en la literatura industrial/organizacional sobre los
Satisfacción, Implicación, Calidad 22
beneficios de los programas de calidad (Vrooman y Luchinger, 1994; Master, 1996; Chase y
Aquilano, 2006). En muchas ocasiones se argumenta que la satisfacción en el trabajo tiende a
aumentar en aquellas empresas donde se implanta un programa de calidad. La razón principal
para ello es que el programa provee unas experiencias que, por un lado, contribuyen a enriquecer
el trabajo; y por otro, influyen en la apreciación de un trabajo interesante y motivador.
La hipótesis 3 que afirmaba una relación entre satisfacción y las variables edad,
preparación académica, años de servicio, años en el puesto y número de profesores bajo el
mando no se confirmó. Aunque la literatura establece la hipótesis de una relación significativa
entre las variables bajo estudio, lo cierto es que trabajos empíricos arrojan resultados
inconsistentes (pe., González Burgos, 1988; Butler, 1990; Scout, Macomber, & Ettkin, 1992;
Rodríguez, 1995; Joshi, 1998; Schneider, 2003). La correlación negativa, aunque
estadísticamente no significativa, entre satisfacción y el número de profesores bajo su cargo
sugiere que los directores perciben el número de subordinados como un aspecto que aumenta la
responsabilidad de supervisión y dirección, por lo que sobrecarga su trabajo. Este dato es
consistente con el hallazgo de que los participantes reflejaron estar insatisfechos con el sueldo
recibido por la cantidad de trabajo realizado.
La hipótesis 4 se sostuvo parcialmente. La relación entre la implicación en el trabajo y la
variable preparación académica resultó estadísticamente significativa. Por otro lado, la fuerte
relación entre la IT y el número de profesores bajo su cargo (p = .05) sugiere que a mayor
número de subordinados, mayor el nivel de participación del director en todas las actividades del
trabajo. Este resultado es consistente con las diferentes teorías organizacionales, las cuales
sugieren que un alto número de subordinados exige más responsabilidad y esfuerzo de
supervisión y dirección por parte del supervisor (Greenberg y Baron, 2003; Schermerhorn,
Satisfacción, Implicación, Calidad 23
2006). La relaciones entre la participación y las variables años de servicio y años en el puesto
resultaron moderadas (Howell, 2002), aunque no significativas. Tampoco fue significativa la
relación entre la IT y la edad. Estos resultados concuerdan con los hallazgos de algunos autores
(Lodahl & Kejner, 1965; Martínez- Lugo, 1988; Quintana López y Martínez- Lugo, 1991) y
contrastan con los hallazgos de otros (ej.: Pathak, 1882; Martínez- Lugo, 1988,1990).
Finalmente, la hipótesis 5 no se confirmó. La relación entre la implicación en el trabajo y
las variables compromiso y participación en la implantación del programa no resultó
significativa. Conforme a los postulados de Vroom (1962), este resultado sugiere que los
directores pudieran percibir que las actividades del programa no son pertinentes para sus
habilidades, aptitudes y otros atributos importantes para su auto-concepto. De otro parte,
inferimos que los directores pudieran percibir que las actividades del programa de calidad no son
parte de las responsabilidades regulares de su trabajo. Por consiguiente, participación en éstas es
menor que en otras actividades propias del puesto que ocupan.
Basado en los resultados del presente estudio, concluimos que los participantes bajo
estudio se sienten satisfechos con su trabajo. Implica que éstos manifiestan sentimientos
positivos hacia su el mismo. El resultado puede explicarse a la luz de las teorías
administrativas, las cuales postulan que la naturaleza del trabajo de una persona con funciones
gerenciales puede llevarlo a manifestar alto nivel de satisfacción, particularmente en el factor
intrínseco (Schemerhom, 2006). Consecuentemente, hemos de inferir que el trabajo gerencial
que realizan les provee variedad y reconocimiento, elementos importantes en la satisfacción
laboral. Asimismo, los acercamientos teóricos sobre la conducta en el trabajo podrían sugerir,
por ejemplo, que el control y el poder que ejerce el director sobre el medio ambiente en el cual se
Satisfacción, Implicación, Calidad 24
desenvuelve puede influir en su apreciación de competencia y efectividad; y por ende, en una
actitud positiva hacia el trabajo (Greenberg y Baron, 2003).
Por otro lado, la gerencia de calidad exige un liderato comprometido con las metas
organizacionales y que participe en todos los aspectos del trabajo. Este debe ser un agente
motivador para los empleados y debe ser el promotor de la implantación de los procesos. La
actitud del líder hacia el trabajo y su nivel de satisfacción o insatisfacción laboral tendrán un
efecto sobre las actitudes posteriores de los empleados bajo su mando. En el presente estudio, se
observó que a mayor satisfacción, mayor la participación y el compromiso de los directores con
el programa. Implica que el director estará más motivado a divulgar a sus subalternos (y a poner
en vigor) los planes de la organización. Ello nos lleva a la conclusión de que el alto grado de SL
en los directores y el compromiso y participación en el programa que mostraron éstos
constituyen un factor importante para el éxito de la implantación del programa y el desempeño
organizacional (Madu & Kuei, 1995).
Los participantes mostraron un alto grado de implicación en el trabajo. Explicamos este
resultado a la luz de las teorías de personalidad y las teorías organizacionales. Las primeras
sugieren que existe un factor inherente y natural en la persona que lo mueve a mostrar alto o bajo
nivel de participación en el trabajo (Maslow, 1970; Katz y Kahn, 1978). Las segundas, explican
que el nivel de participación puede ser el resultado de un ambiente adecuado o que existe la
congruencia persona-organización (Vroom, 1962; Argyris, 1964). Consecuentemente,
concluimos que el trabajo que realizan les provee aquellos elementos intrínsecos importantes
para su auto imagen (pe., la autonomía, prestigio, respeto propio, responsabilidad), a la vez que
la oportunidad para contribuir al éxito de la institución. El ambiente institucional también parece
Satisfacción, Implicación, Calidad 25
estimular en el director un sentimiento de identificación con su trabajo, lo que constituye un
elemento estratégico para el éxito organizacional y la ventaja competitiva.
Al observar la baja relación entre la implicación en el trabajo y el compromiso y
participación en el programa de calidad, concluimos que la identificación de los directores ocurre
con el trabajo que regularmente hace el director, pero no con el proceso de implantación del
programa. Concluimos que en nuestro caso la implicación en el trabajo no parece ser un
determinante para el compromiso y la participación con el programa.
Por otra parte, no podemos afirmar que las variables de diferencia individual como edad,
estado civil, preparación académica y años de servicio no son determinantes para la satisfacción
laboral y el nivel de implicación en el trabajo (solo la preparación académica estuvo
correlacionada con esta última). En cambio, podemos afirmar la relación entre el compromiso y
la participación con el programa. Implica que efectivamente cuando una persona está
comprometida con algún aspecto del trabajo, su inclinación a participar en el mismo será mayor.
La presente investigación constituyó un intento por presentar evidencia empírica sobre la
satisfacción laboral y la implicación en el trabajo como dimensiones de calidad. Su contribución
descansa sobre el hecho de que es uno de los pocos trabajos empíricos, quizás el único en el
escenario puertorriqueño, que estudia ambas variables en un ambiente académico donde se
implanta un programa de calidad. Sin embargo, al igual que todo estudio empírico, posee
limitaciones. La no consistencia de algunos resultados con la literatura podría deberse a la
naturaleza de los escenarios en donde se realizan las diferentes investigaciones; además de la
naturaleza del trabajo que realizaban nuestros participantes. El escenario de nuestro estudio fue
uno académico y la dinámica y características en éste es diferente a otros contextos
organizacionales de servicio y de la manufactura. Asimismo, el tamaño de la muestra que se
Satisfacción, Implicación, Calidad 26
utilizó es un elemento a evaluarse al momento de hacer conclusiones. Por ejemplo, un índice de
correlación puede no ser significativo para nuestra muestra, pero con una muestra de tamaño
mayor el mismo índice podría reflejar correlación significativa. Por otra parte, la selección de la
muestra fue no aleatoria, por lo que no se puede asegurar representatividad. Por último, la
metodología utilizada no permite determinar causalidad ni la generalización de los resultados.
Finalmente, recomendamos, a base de las interrogantes que puedan surgir, que se lleven a
cabo estudios similares en donde se relacionen estas variables con elementos de calidad como
liderazgo, adiestramiento, participación de empleados, recompensas y reconocimiento, entre
otros. También se recomienda estudiar ambas variables, como dimensiones de calidad, pero
incorporando variables de diferencia individual (ej.: locus de control, tipo de personalidad) y
variables que se asocian a la interacción persona y situación (ej.: ausentismo, motivación). De
esta manera, podríamos ver mejor la relación satisfacción laboral-implicación en el trabajo como
dimensiones de calidad.
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