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EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS YOLOTL GONZÁlEZ TORRES

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EL SACRIFICIOHUMANOENTRELOS

MEXICAS

YOLOTL GONZÁlEZ TORRES

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I. RELIGIÓN Y SACRIFICIO.CONCEPTOS GENERALES

U PALABRA sacrificio proviene del latín saciificium, voz que a su vez estácompuesta de las raíces sacer, "sagrado", y lacere, "hacer"; esto es,"convertir algo en sagrado".

En el uso corriente del español, inglés y francés, el término serefiere también a la ofrenda de algo muy estimado y que puedeledicarse a alguna deidad, a la patria o a alguna persona que se estimemás que el ego.'

La idea básica implícita en el concepto de sacrificio, al margen desu etimología, es el acto de desprenderse de algo que significa muchopara el que lo da, incluso la propia vida o la de un ser querido; perohay una idea más que encontramos en el concepto de sacrificio: la deabstenerse de algo. Es decir, al desprenderse de algo se da algo que alino le pertenece, algo de lo que uno va a privarse. Siguiendo esterden de ideas, la abstención puede ser alimentaría, sexual, de cierta

actividad, de ciertas relaciones sociales, de indumentaria, etc. A esta

1 En alemán, el equivalente de sacrificio es Opfer, "ofrenda", palabra a la que leantecede el tipo de ofrenda de que se trate, por ejemplo: Menschen Opfer, "sacrificio dehombres".

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idea de dar agregaríamos que siempre se espera recibir algo a cambio;los sacrificios no se hacen porque sí, sino porque se necesita hacerlos,aunque esa necesidad sea sólo emocional o psicológica. No creemosque exista un sacrificio desinteresado.

Aunque el sacrificio puede ser de carácter religioso o no, nosotrosnos referiremos aquÍ exclusivamente al religioso, es decir, el queimplica la presencia de un ser o fuerza sobrenatural, lo que se acercaa la connotación original del término latino, de convertir algo ensagrado ..

Consideramos que lo sobrenatural o lo sagrado es un reflejofantástico de la conciencia social, de la relación de los hombres entresí y con la naturaleza; es el desdoblamiento del hombre que crea unmundo sobrenatural, irracional, que se pretende domina al mundoreal (Hainchelin, pp. 20,21). Es decir, entenderemos por sobrenaturalaquellos aspectos de la vida y situación del hombre que están más alláde nuestra capacidad de conocimiento, aunque para el creyente sonparte de su realidad.

Dado que para el creyente lo sagrado o lo sobrenatural es real, lasformas que se utilicen para relacionarse con ello o para afectarlotienen que ser consideradas como reales.

Cabría definir aquÍ la religión como la creencia en lo sobrenatu-ral." Objetivamente es el conjunto de actos externos a través de loscuales se expresa o manifiesta: ritos, oraciones, etc.; subjetivamen-te (cognoscitivamente) es el conocimiento y el sentimiento de un

2 Durkheim (pp. 39-52) parece estar en contra de la palabra sobrenatural, a la queequipara con lo misterioso y extraordinario, lo imprevisto, arguyendo que esta concep-ción no existía en el hombre primitivo; sin embargo, señala como característica de loreligioso la creencia en lo sagrado y lo profano como cosas opuestas, que difieren ensu naturaleza y que llevan al hombre a ver en el mundo dos esferas incompatibles yheterogéneas. Para Hubert y Mauss (1946, p. 27) lo sagrado es el aspecto central detodos los fenómenos religiosos, y aun de los sociales. Godelier (p. 339) menciona quepara Marx y Engels la naturaleza y la sociedad revisten espontáneamente formas"fantásticas, místicas", o sea sagradas. Y más adelante cita a Engels (en Economía,fetichismo y religiáii en las sociedades primitivas, p. 339), utilizando la palabra "sagrado":"Para poder llegar a las condiciones sociales existentes, había que despojadas de sucarácter sagrado."

Eliade (1959, p. 10) define lo sagrado como lo opuesto a lo profano: "Lo sagradosiempre se manifiesta como una realidad de orden totalmente diferente a las realidades'naturales'." Es en este sentido en el que nosotros equiparamos lo sagrado con losobrenatural.

CONCEPTOS GENERALES

poder extramundano con el que el hombre se encuentra en relación,"El sacrificio es un rito y, como tal, persigue el mismo fin general

que éste, es decir, forma parte de una' acción simbólica que se creecapaz de afectar al mundo sobrenatural y reproducir el orden esta-blecido; no es, sin embargo, el único rito mediante el cual se puedaestablecer la comunicación con lo sobrenatural; también se puedehacer mediante oraciones, ofrendas o prácticas ascéticas. O. James(ERE, XI, p. L) define el sacrificio como un rito en el curso del cual algoes perdido o destruido, y cuyo objeto es establecer relaciones entreuna fuente de fuerza espiritual y otra material que la necesita para subeneficio. Adoptaremos aquí esta definición, a la cual sólo cambiare-mos el término "espiritual", que tiene una connotación muy específi-ca, por el de "sobrenatural" o sagrado, que ya hemos aclarado.

El sacrificio puede ser un don o no;" y cuando se trata de un donse convierte en ofrenda, porque implica una relación asimétrica delstatus; es decir, el ofrendante se encuentra en una posición inferior aquien recibe la ofrenda, que es un ser sobrenatural dotado de poderesextrahumanos. El sacrificio no es una ofrenda cuando su fin es la re-petición de un acontecimiento mítico ni cuando se destina a la cimen-tación o a la construcción de edificios, ni en el caso de cierto tipo desacrificios de expiación.

Todo sacrificio implica un acto mora\. El máximo sacrificio en estesentido es el de la propia vida, y puede tener un fin social o persona\.En el primer caso se ofrenda la vida por el bienestar de otra personao de la sociedad; su mejor ejemplo, desde luego, sería el sacrificio deJesucristo para salvar a la humanidad de sus pecados. Por otra parte,el sacrificio de algunos devotos hindúes bajo las ruedas del gigantescocarro de madera que conduce la imagen de Jaganath en Puri, en laIndia, sería un sacrificio con un fin estrictamente personal, hecho poramor a la deidad o por la esperanza de alcanzar la liberación. En amboscasos se trata del sacrificio máximo, pero sus fines son diferentes.

Todo sacrificio es económico, ya que implica la enajenación de un

3 Esto correspondería a las dos categorías que Durkheim (p. 51) señala como partede la religión: creencias y ritos.

• A estos sacrificios-don se les llama "honoríficos", diferenciándolos de los "piacula-res", en los que el dios demanda la vida de la víctima, generalmente para expiar unpecado. Se incluyen dentro de la clasificación de sacrificios deificatorios los de los"acompañantes de edificios", de los "dioses", suicidios rituales, etc. ("Sacrifice", Encyclo-pa,ediaBritannica, t. XIX, p. 803).

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5Jensen (p. 194) asegura que los llamados sacrificios en los pueblos más antiguostenían un sentido completamente diferente al de! "sacrificio", por lo que sugiere quese les llame "occisiones rituales". Él cree que en estos pueblos cultivadores primitivose! fin de la occisión ritual era recordar la muerte de la deidad dema por los demás seresdema.

6 Loisy (cit. por di Nola, p. 660) define e! sacrificio como una acci6n ritual: ladestrucción de un objeto sensible dotado de vida o que se supone contiene vida, pormedio de! cual se ha creído poder influir en las fuerzas invisibles, ya sea para evitar unposible asalto de estas fuerzas, cuando son supuestamente nocivas o dañinas, o bienpara procurarles satisfacción y homenajearlas, y así entrar en comunicación y comunióncon ellas.

El sacrificio humano debe practicarse frente a la deidad, o en unsitio dedicado a su culto, y realizarlo una persona especializada,acatando una serie de reglas para el acto en sí y para las accionesefectuadas antes y después. El punto es muy importante, porque si noes aceptado por la sociedad, se convierte en crimen.

Sin embargo, puede darse el caso de que, aun cuando la inmolaciónsea aceptada por un grupo o sector de la población, para la mayorparte se trate de un crimen. Esto sucedió con los sacrificios a Kali quese llevaban a cabo en la India, lo mismo que en las misas negras deOccidente, o en los sacrificios que continúan practicándose esporádi-camente en diversos lugares de la India.

Por otra parte, aunque la muerte sea aceptada y sancionada por lacomunidad, ésta debe efectuarse con el fin de establecer un intercam-bio de energía con lo sobrenatural, y no sólo con fines religiosos, comoes el caso de las ejecuciones efectuadas por la Inquisición."

La acción principal del rito del sacrificio humano es matar; comodice Girard (p. 51), es una violencia sancionada que se lleva a cabodentro del campo de lo sagrado.

La muerte, especialmente la de un ser humano, y más aún cuan-do es violenta, causa inquietud, desasosiego y temor. Al morir un ser,éste abandona el mundo real para entrar en otro, pasa por un estadointermedio" convirtiéndose (Turner, pp. 201-202) en un ser deumbral, único, capaz de establecer una comunicación entre los dosmundos. Cuando un ser humano es privado de la vida en ciertascondiciones, sobre todo si son violentas, libera una energía que,manejada adecuadamente, puede ser utilizada para diversos fines.Esta energía, que no es el alma, se puede equiparar al mana o alnumen de los romanos primitivos (Rase, p. 161),9 que es un flujo,una corriente, un poder que existe en todo el universo. La corrientede energía o mana va de la víctima a lo sagrado y de éste a todoslos seres, animados e inanimados, principalmente a las plantas y

bien, puesto que el sacrificante pierde algo que enajena en beneficiode lo sobrenatural; pero esta pérdida puede ser de grados y nivelesmuy diversos, hasta convertirse en un símbolo (sacrificio vicario) o enmeras formas de transacción comercial. En este sentido, Radin (p.179) dice: "Debemos, por lo tanto, esperar que el sacrificio se veaasociado a elementos de las distintas capas de la evolución religiosadel hombre y encontrar motivaciones ideológicas no egoístas, muymezcladas con las bajas y egoístas y con la explotación económica yburda." Se dan casos en que un padre sacrifica a su hijo para recobrarsu propia salud o para obtener riquezas, o sea con fines egoístas, hastasacrificios en masa con fines políticos, como los de los aztecas.

Puede haber ofrendas-sacrificios del cuerpo de un individuo sinllegar a la destrucción de la vida; por ejemplo, la tan común ofrendade sangre de los mismos mexicas, o de una falange, o del miembroviril, etcétera.

En algunos casos se considera como sacrificio un ritual en el que laofrenda no se destruye, aunque en el sacrificio cruento en general, yen el humano en particular, la vida de la víctima tiene que ser destruida,por lo que el sacrificio en este caso equivale a occisión ritual."

Nosotros definiremos el sacrificio humano como la inmolación, la'destrucción, por diversos medios, de la vida de un ser humano, a finde establecer un intercambio de energía con lo sobrenatural parainfluir en el mundo natural y el sobrenatural y reproducirlos (es loque algunos investigadores llaman magia);" esto se realiza por mediode la aportación de la energía necesaria para que exista un equilibrioadecuado en el cosmos, lo que incluye a la sociedad; de aquí que unade las funciones más importantes del sacrificio, como la de todo ritual,sea la de regular.

7 Aunque Crawley muy acertadamente piensa que e! auto de fe fue un sacrificioverdadero de la especie penal, y que toda ejecución o pena capital es una forma más omenos consciente de venganza social (Crawley, p. 840).

8 Hay ocasiones en que, por determinadas circunstancias, permanecen en ese estadointermedio; por ello es que en muchas partes de Asia oriental y de! sureste de Asia sedice que alguien que es asesinado o muerto por un tigre se convierte en fantasma.

9 "The Romans, like the Melanesians (and Polynesians) 01 modern times, believed in asupernatural pouer 01' influence which they called numen, plnra! nurnina."

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!lO RELIGIÓN Y SACRIFICIO

N animal S que constituyen el alimento normal de los seres humanos.L 'vi- trauss (p. 36) dice respecto al concepto de mana:

Las diversas concepciones del tipo mana son tan frecuentes y están tanextendidas, que convendría preguntarse si no estamos en presencia de unaforma de pensamiento universal y permanente que, lejos de caracterizar adeterminadas civilizaciones o "estados" arcaicos de la evolución del espírituhumano, sería el resultado de que determinada situación del espíritu hu-mano, al encontrarse en presencia de las cosas, aparezca, por tanto, cadavez que se produce esta situación.

La energía o mana'? existe normalmente en todo el cosmos, pero hayciertos momentos y existen ciertos seres y objetos que están máscargados de ella. Los dioses la tienen en mayor cantidad que los sereshumanos, y algunos de éstos, como los reyes o los sacerdotes, la poseena su vez en mayor cantidad que los mortales comunes y corrientes.

Los momentos en los cuales se llevan a cabo ceremonias o sacrifi-cios, o cuando sobrevienen crisis, tendrán mayor cantidad de mana;lo mismo sucede con los lugares en donde se efectúan ritos o quetienen alguna peculiaridad, como la de estar en alguna encrucijada,en un manantial de agua o en un lugar en donde haya muerto algúnpersonaje importante, etcétera.

Hay un intercambio continuo de mana entre el mundo natural y elsobrenatural; ambos se necesitan y se complementan. En la concep-ción mexica del cosmos esto se ve claramente: los dioses crean alhombre y éste debe alimentarIos a través de la energía; los dioses, asu vez, que son personificaciones de distintos aspectos de la naturale-za, le darán al hombre agua, frutos, riqueza, etcétera.

La forma más obvia de proporcionar energía es mediante el sumi-nistro de alimento; por ello se nutre a los dioses tanto en sentidofigurado, dejándolos participar de la esencia de la ofrenda, como enforma real, introduciendo sangre de los ofrendados en la boca de losídolos. El banquete sacrificial tiene esta misma función si en él se co~eel cuerpo de la víctima.

10 Girad (p. 48), quien supone que la violencia constituye el núcleo de lo sagrado,parece darle en cierto sentido una acepción o un significado muy semejante al de mana;por ejemplo, supone que la violencia causa impureza y contagio ritual, pero también laequipara al desorden. Esto nos haría pensar que la violencia para él es el mana endesequilibrio, aunque en ocasiones (p. 138) hable de violencia maléfica yviolencia benéfica.

CONCEPTOS GENERALES

Para que exista armonía debe haber orden en el cosmos y la energíadebe estar adecuadamente distribuida. Si por alguna razón ocurre undesequilibrio y sobrevienen crisis que llevan al caos, hay que utilizarlos mecanismos adecuados para mantener el orden; una de las formaspara mantenerlo es efectuando ritos, entre los que el sacrificio tieneun papel preponderante.

Las crisis que sobrevienen cuando el mana está en desequilibriopueden ser periódicas, cíclicas u ocasionales. Asimismo las hay huma-nas, personales, sociales y de la naturaleza; todas ellas se encuentraníntimamente relacionadas. El hombre atraviesa en el curso de su vidapor varias crisis: nacimiento, pubertad, casamiento, muerte, cambiode status, o las que él mismo provoca por violaciones de tabúes. Todasmarcan la terminación de cierta etapa para que nazca una nueva. Lasociedad atraviesa por crisis durante el tiempo de siembras o decosechas, durante las guerras, las plagas, en la muerte o la unción deun rey o de un pontífice, por relaciones inadecuadas entre susmiembros, etcétera.

Las crisis de la naturaleza (tierra, sol yagua) también pueden serperiódicas, cíclicas u ocasionales; estas últimas ocurren cuando sobre-viene un terremoto, una inundación o alguna calamidad semejante;aquéllas corresponden a los ciclos diarios y anuales del sol, de la lunay de las estrellas, al aparente periodo de fertilidad y esterilidad de latierra, a la abundancia de las lluvias o a la escasez de éstas.. Los conceptos de sacralización y desacralización se utilizan también

para indicar estados de carga energética o mana en desequilibrio, cuyomanejo implica un peligro para los hombres comunes y corrientes.Para Girard (p. 389) en el reino de lo sagrado impera la violenciaindiferenciada.

Dada la ambivalencia de lo sagrado y lo profano, el pecador y elimpuro, el hombre y la sociedad también están cargados de sacralidad,por lo que deben ser desacralizados a fin de que lleven una vidanormal.

La culpa es una forma de sacralización; cuando el individuo o lasociedad se sienten culpables de alguna transgresión cometida, sondiferentes de lo normal, están "cargados" de mana." Para expiar suculpa y volver a un estado de normalidad deben despojarse del exceso

11 Hvidfeldt (p. 50) dice que la suciedad es mana que hace daño y lo sagrado es manauyos efectos son favorecedores.

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de mana mediante el sacrificio de expiación o por otros medios.Obviamente, esto se relaciona con lo que dice Marx (Marx y Engels,1963, p. 37) respecto a que "la religión es la conciencia de sí mismo yel sentimiento de sí mismo del hombre que aún no se ha encontradoo que ya ha vuelto a perderse"; es decir, el hombre y la sociedad creansu propia culpa, de la misma manera que crean su propio dios o susdioses.

La culpa puede surgir en el cazador-recolector que caza un animaltótem u otro cualquiera; en el pastor que mata un animal de su reba-ño para alimentarse; en el campesino que al labrar la tierra cree quela lastima o que daña a los antepasados que viven en ella; en el cul-tivador que se come las cosechas antes de que maduren; en cualquierhombre que tenga una relación incestuosa real o reprimida; en aquelque desobedece algún mandato divino, aunque sea el de no comer unfruto prohibido, o aun en aquellos que llegan a tener mis de lo quepermiten los cánones de la comunidad.

Sin embargo, el sentimiento de culpa no es universal ni se encuen-tra con igual intensidad en todas las sociedades. No puede decirse quetodos los grupos humanos primitivos sintieran un temor a la natura-leza que los hiciera creer en dios. Es falsa la idea de que todos loshombres primitivos hayan sido crédulos y piadosos, así como la deque el secularismo sea un producto exclusivo de las ciudades (Douglas,1970, pp. 36, 37); esto ha sido probado a través de estudios deantropólogos efectuados en varios lugares.

La relación de muchos seres humanos primitivos con la naturalezano era de temor sino de completa simbiosis con ella. Es muy diferentela actitud de un pigmeo de la selva Ituri a la de un australiano en sudesierto. Radin (p. 7) ha dicho que el primer temor del hombre nofue hacia los fenómenos naturales, sino hacia su inseguridad econó-mica. Tampoco se puede decir que todos los cazadores o pastorespensaban o piensan que los animales no hayan sido hechos para sercomidos, por lo que necesitaban la sanción del sacrificio y sólo losmataban en raras ocasiones. En los grupos pastores donde hay explo-tadores y explotados, en donde existe una gran diferencia en eltamaño del rebaño de unos hombres y otros, los'dueños de los grandesrebaños en general tendrían más oportunidad de comer carne queaquellos que tienen rebaños reducidos o que carecen de ellos. En estesentido, la abundancia o escasez de las ofrendas no será el únicocriterio para que éstas sean apropiadas, y quizá lo más importante sea

CONCEPTOS GENERALES

su carga simbólica, basada en su importancia económica; por ello elcultivo principal o el animal de crianza de mayor valor es el quegeneralmente se sacrifica.

Van del' Leeuw (p. 340) confiere el centro de acción sacrificial aldon mismo, que supuestamente tiene poder.P tiene mana; por lotanto, para este autor lo que genera la energía no es la acción de mataro destruir sino la de dar, hecho que inicia una cadena de reaccionesentre donantes y receptores. Se podría argüir lo mismo que se dijorespecto del tipo de sacrificio "don utilitario" (como lo ha calificadoel mismo Van der Leeuw), que hay varios sacrificios en los cuales elfin principal no es la acción de dar, como en el caso del sacrificio derepetición de un mito.

En el caso específico del sacrificio cruento en general, Turner (pp.196-208) afirma que en las sociedades primitivas reviste un carácterprofiláctico que trata de hacer volver a los miembros del grupo a unestado de communitas, pero que en las sociedades complejas, con unaestratificación social marcada, la función del sacrificio es sobre todoreguladora, marcadora de términos entre periodos de tiempo yexten-siones de espacio. Los elementos del sacrificio, como son el sacrifica-dor, el oficiante, la víctima, el espacio sacralizado, el instrumento delsacrificio, las oraciones correspondientes, etc., están marcados conprecisión y su ejecución es muy rígida. Se utilizan las diferentesespecies animales y vegetales para señalar las diferencias en la natura-leza, ocasiones y contextos sociales de los sacrificios.

Mary Douglas (1970, p. 91) señala al respecto que las sociedadescon un elevado grado de ritualización tienen fuertes lazos comunalesy de control social; en ellas la sociedad en conjunto es más importanteque el individuo y las relaciones sociales están subordinadas en mayorgrado a patrones y papeles públicos. Las instituciones son sacralizadas,las fallas morales se consideran pecados contra la religión, lo que haceque a la economía espiritual de la comunidad se le aplique un cálculode pérdidas y ganancias.

La función reguladora y estabilizadora del sacrificio, señaladatambién por Girard (p. 389), parte de que la complejidad y la rigidezrituales están ligadas en definitiva a sociedades urbanas, con clasesperfectamente diferenciadas y un Estado centralizador en donde el

12 Turner (p. 214), al igual que di Nola, llama "poder" a esta energía que según elprimer autor se libera de la disolución de lazos sistemáticos y estructurales.

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sacerdocio desempeña un papel decisivo, entre otras cosas porque esel que conoce el calendario que regula el ciclo agrícola y el ritualasociado, y porque determina en última instancia cuáles son losmomentos de crisis de desajuste de mana y cómo superarlos.

En la ciudad es donde se concentran los poderes políticos yreligiosos; por ende se construyen en ella los edificios civiles y re-ligiosos, en donde se llevan a cabo los actos y ritos principales, sobretodo los relacionados con el poder central.

La sociedad urbana está formada por grupos diferentes de artesa-nos, especialistas del conocimiento, administradores civiles y reli-giosos, comerciantes, etc., que se identifican con las clases, pero quepueden tener características de antiguos grupos quizá clánicos, conun antepasado común, real o mítico, que fue deificado. El dios tutelardel grupo se identifica con ese primer antepasado y aSÍ, poco a poco,se disuelve el culto a los antepasados en el culto de la naturaleza.

En la sociedad mexica se pueden ver claramente ejemplificados lostres tipos de sacrificio, que corresponden también a tres etapashistóricas que coinciden en el rito sacrificial, a saber: el que ofrendala comunidad, el de los dioses y el regulador.

Ya hemos mencionado lo que piensa Turner respecto a la funcióndel sacrificio en las comunidades simples, en el sentido de que lo quese persigue es la cohesión, el bienestar de toda la comunidad medianteel sacrificio de una víctima que sin duda era parte de la propiacomunidad, tal vez representante del pariente primigenio, y que consu muerte hace que desaparezca toda la violencia contenida en lascrisis de la comunidad.

El tótem generalmente es un animal, pero de cualquier manera esel antepasado, el pariente primigenio que, como lo menciona asimis-mo Hainchelin (p. 106), se metamorfoseó en alguna deidad de lanaturaleza.

Es en esta época también cuando aparece el sacrificio del dios.Hainchelin (ibid.) sugiere que surgió del sacrificio agrario, el que a suvez surgió del totémico y corresponde al momento en qrre aparecenlosjefes y los reyes (ibid., p. 100).

Cuando la sociedad se vuelve compleja y diferenciada y algunoshombres empiezan a exigir al resto el pago de tributos, piensan quetambién los dioses exigen tributo para permitir que se pueda controlarla naturaleza; de aquí el sacrificio de los primogénitos y de lasprimicias.

CONCEPTOS GENERALES

La etapa delos sacrificios de los dioses corresponde a aquella enque aparecen los jefes y los reyes (Hainchelin, p. 100), representantesdel dios, del padre, de la autoridad. A estas sociedades se puede aplicarla tesis de Money-Kyrle (p. 196) de que la culpa y el amor son en granmedida manifestaciones de amor y odio combinados, que fuerondeterminantes en el modelo de la conducta de los hombres para conlos seres de quienes ellos mismos se creían dependientes: los dioses oseres sobrenaturales. Si se relaciona la idea de Money-Kyrle con la deHainchelin (p. 100), de que los dioses que personificaban ciertasactividades y la naturaleza surgieron cuando aparecieron los jefes ylos reyes, que a su vez eran representantes del dios, del padre, de laautoridad, podemos ver cómo los sentimientos de amor y odio com-binados con el rechazo de la autoridad no sólo se reflejaban en laactitud hacia los jefes y hacia los gobernantes, sino también hacia losdioses'? y, desde luego, hacia las imágenes que los representaban. Estatesis converge con la de Girard en cuanto a que la violencia existenten la sociedad se concentra en la víctima, quien tiene la función de

"chivo expiatorio".En esta sociedad, donde existen todavía los grupos con intereses

.ornunes, es donde perduraron como reminiscencia los sacrificios quetienen como fin unir a los miembros de la comunidad, fundiéndolosal sacrificio profiláctico y regulador manejado por el Estado.

El odio y la violencia dirigidos hacia la autoridad representada porl dios, que a su vez representaba al jefe, fueron canalizados por elrupo dominante hacia las víctimas, de la misma manera que en otras

sociedades en las cuales los ajusticiamientos se llevaban a cabo pú-blicamente, actuando los ajusticiados como "chivos expiatorios", oI~ a que se desviaba hacia sus personas la violencia de la que habla

irard (pp. 20, 21), quien insiste en la idea tomada de Turner y deLienhardt de que el sacrificio tiene como función una verdaderaperación de transferencia colectiva efectuada a través de las víctimas,

'0 quienes concentra las tensiones internas y los rencores, rivalidades,.tcétera.

En un Estado centralizado el sacrificio se convierte, con su funciónr guladora y controladora de la violencia, en un medio de manipula-ción y de obtención de poder político a través del manejo de la

13 Hainchelin (p. 104) observó que en muchos pueblos del mundo el súbditodepende tanto del representante del Estado como del dios.

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ideología y de las fuerzas sobrenaturales. Esta manera de adquirirpoder por medio del sacrificio sólo se puede presentar en sociedadesdonde hay gran diferenciación y explotación de una clase por otra; enel caso del sacrificio humano en general las víctimas siempre pertene-cen a sectores de la población que pueden ser explotados aun dentrodel seno de la familia. Girard (p. 26) ya ha hecho notar que las víctimashumanas tienen en común el ser individuos marginados de la sociedadpor los que nadie responde y cuya sangre puede ser derramadaimpunemente.

El sacrificio de los dioses surge y tiene su apogeo cuando el Estadono alcanza todavía una etapa militarista, y aunque el grupo dominantetrata, como se ha indicado, de desviar la violencia hacia las víctimassacrificiales, todavía perduran vestigios de la idea de communitas entrelos diversos grupos ocupacionales, "clánicos", etcétera.

El banquete sacrificial tuvo mayor importancia religiosa en la épocaen que eran sólo las imágenes de los dioses las que se sacrificaban afin de unir a las gentes. Posteriormente, y por medio de manipulacio-nes ideológicas por parte del Estado, importa más el fin político deobtención de poder cuando las víctimas y los sacrificios en sí seconvierten en una forma de competencia entre grupos que luchan porel poder', como en el caso de los guerreros y comerciantes mexicas.Las víctimas humanas llegan incluso a adquirir valor según su utilidaden los requerimientos del sacrificio.

Hay una correlación entre la autoridad política centralizada en elEstado y la existencia de un culto a éste, así como entre un gobiernopoderoso y la magnitud de víctimas ofrendadas. En África y en México,mientras más poder tenía el gobierno, más grandioso era el sacrificio;una buena organización en las guerras era imprescindible para obte-ner un buen número de prisioneros que sacrificar (Loeb, p. 30).

Es importante hacer notar que en estos casos la destrucción de lafuerza de trabajo como consecuencia de la inmolación ritual de un serhumano sólo se explica por las condiciones estructurales de lospueblos en cuestión; mientras que los asirios, por ejemplo, destruye-ron masivamente la fuerza de trabajo de los enemigos cautivos, losmexicas practicaban los mismos sacrificios de sus cautivos pero conun fin político-religioso más importante.

En un Estado despótico los sacrificios se convierten en espectáculosde exhibición del poder estatal y llega un momento en que lo sagradocomo regenerador de energía desempeña un papel secundario, ce-

CONCEPTOS GENERALES

diendo el lugar más importante al papel político del Estado, en dondelo sagrado se maneja como instrumento de represión.

El sacrificio como objeto de concentración y desviación de laviolencia y manipulación del poder deja de tener sentido en lassociedades en donde se encuentra un sustituto para los tiempos decrisis, como fueron las inmolaciones de los cristianos en el circoromano o las de los judíos en la segunda Guerra Mundial.

Hemos visto que, de acuerdo con la evolución histórica de lassociedades, el sacrificio puede tener diversos fines dentro del campode lo social, desde la búsqueda de la unidad y la cohesión de la co-munidad y el beneficio de ésta en las sociedades agrarias menoscomplejas, hasta el objetivo político y de sujeción del Estado enpueblos con una organización social y política muy compleja.

La energía o mana que se genera en el momento del sacrificiomediante la muerte de un ser humano se canaliza hacia la repro-c1uccióndel mundo natural y sobrenatural, pero al mismo tiempo sirvepara canalizar los sentimientos ambivalentes de amor y odio o deviolencia de la comunidad hacia las víctimas del sacrificio, sobre todocuando esta manipulación es manejada por el grupo dominante paradesviar el sentimiento de violencia en contra de ellos y para consolidarsu poder, utilizado a su vez para continuar sojuzgando al pueblo.

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VI. EL TLACAMICTILIZTLI

1 I'LACAMICTILIZTLI,*"muerte ritual de un ser humano", era el ritou11que culminaba cualquier ceremonia importante ..bo esenciaLe_n '"

11 ra precisamente el acto de dar muerte, porque con él se liberaba11 rgía necesana ~ra c0ll!~rVar faarmüñía' del cosmos~ como ya~-- -- .-.-... ...., .....,-.111 s.

( :omo parte de la ideología mexica, el sacrificio por extracción delII,ItÓn, asociado con las actividades y los ritos guerreros, había''IlIirido preponderancia, y aunque encontramos una gran variedad

formas de lo que podríamos denominar torturas previas a la• ión, casi todas terminaban con la muerte por extracción del

11 11. n.

gún la información de que disponemos, sólo se degollaba a las111l' S que eran "imágenes" de Toci, Xilonen y Yoztamiyáhuatl, y a

11 ños, sacrificados en honor de Tláloc.l'ura el momento que estudiamos, el fIechamiento o tlatlacaliztli

1 11 nternente se había convertido en una forma de tortura previa a11111rte; no constituía el rito principal, sino una especie de ceremonia

11111 añante o de comparsa, que se efectuaba en honor de las diosasf.nrnecóatl (Motolinía, p. 65; Durán, 1967, I, p. 140; Torque-

11 mos tomado la palabra náhuatl tlacamictiliztli como sacrificio humano, por-~ aparece en el Vocabulario en lengua mexicana y castellana de fray Alonso de Molí-p~ ar de que en todos los textos de Sahagún aparece como tlamictiliztli.

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120 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

mada, II, p. 286) yToci (Durán, 1967, II, pp. 463, 464).1 Históricamentehay menciones del flechamiento ritual en la Historia tolteca-chichimeca.(p. 145) Ytambién se puede ver ilustrado en gran número de códices.La víctima era inmovilizada amarrándola, con las piernas y los brazosabiertos, a postes o estacas paralelas, de diferentes alturas, siendoposteriormente acribillada a flechazos (figura 6).

Según Durán (1967, II, p. 147), esta forma de sacrificio era la queusaban los chalcas en honor a Camaxtle, dios de la caza, pero esprobable que estuviera muy extendida en América: los mayas (Landa,p. 50) Y pawnees también sacrificaban a flechazos.

El "despeñamiento" consistía en arrojar a un individuo desde unaaltura considerable para que de esta forma encontrara la muerte.Según Durán (1967, 1, pp. 146, 147), en el mes de ochpaniztli, ante ('1sacerdote que representaba a la diosa Toci y que aparecía vestido COII

la piel de la mujer que había sido la imagen de la deidad, se llevaba acabo, entre otros ritos, el siguiente:

En cuatro palos muy gruesos, de a treinta brazas, que para e! efectohincaban en e! templo en cuadra, en todas cuatro partes, de madero amadero, ponían unas gradas que llegaban hasta lo alto de los maderos. Poraquellos escalones subían los ejecutores de aquel sacrificio que eran dos,con sus mitras en la cabeza y embijados los ojos y los labios, y los molledoxy muslos Henos de yeso y puestas unas bandas de ello por todo e! cuerpo.Éstos subían a lo más alto de los maderos y, sentados allá en la cumbre,atábanse con unas sogas e! cuerpo a los palos para no caer, y luego sacaba 11

cuatro sayones al que habían de sacrificar y hacíanle subir por aquellospalos arriba, con una corona de papel puesta en la cabeza, yendo tras (,1aquellos cuatro, ayudándole a subir y, si acaso con e! temor de la muertedesmayaba, picándole con unas puyas de maguey, las asentaderas. Y ("11

llegando que llegaban a donde los dos estaban arriba, apartábanse los qlll'

iban tras de él y los que arriba estaban arrempujándolo, y venía desde loalto de los palos abajo y daba tan grande porrazo abajo que se hadllpedazos. Luego en cayendo llegaban otros y degollábanlo y cogían la sang: ('en un lebrillejo y a este mesmo modo sacrificaban todos los que habían dt'sacrificar.

Únicamente López Medel (p. 222) menciona el sacrificio por d(',~peñamiento desde un templo en el altiplano, pero se trataba de uun

1 Heyden (comunicación verbal) piensa que, aunque el sacrificio por flechamicurnse realizara frente a las diosas, era más bien en honor de los guerreros.

EL TLACAMICTILIZTLI 121

7. Asamiento. (Durán, 1951, trat. 2º, cap. 130.)

Iuruolación voluntaria. De cualquier modo, también ocurría en otrosIII¡{areSde Mesoamérica. En Yucatán se arrojaba un perro o preferi-Itl,'mente a un hombre desde la pirámide del dios Itzamná Kavil haciaIlIt m~ntón de piedras reunidas en el patio y después le sacaban elIII nzon (Morley, p. 222). De igual forma, en la Mixteca, en el pueblo

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122 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

de Tecomaztlahuaca, se despeñaba a un cautivo desde un cerro(Dahlgren, 1954, p. 289; Relación de Michoacán, I1, p. 137). Aú~ en laactualidad se continúa practicando en algunos lugares con animales(Sepúlveda, 1972, p. 54). . ,

Una de las versiones de la muerte del Tlacuilole tlaxcalteca (Duran,1967, I1, p. 457) es que se arrojó desde una pirámide. De la mismamanera, cuando Ezhuahuácatl, uno de los hermanos de Motecuhzoma, fue tomado prisionero y se le ofreció su libertad, se arrojó desdeun poste alto, de cuarenta brazas, muriendo honrosamente de esta

manera (Durán, 1967, II, p. 147).Es muy posible que el sacrificio del despeñamiento tuviera (y tenga

en el caso de los animales) realmente la función de "chivo expiatorio",La víctima se Ileva consigo, en su muerte, los pecados de la comunidad,Esto es claro en el caso del sacrificio relatado por López Medel y ('11

los de Yucatán y la Mixteca; aun los suicidios de Tlacuilole y Ezhuuhuácatl cumplen ese fin de expiación de una culpa cometida; se tralll

8. Tlacamictiliztli por extracción del corazón. (Códice Laud; lám. XVII)

EL TLACAMICTILIZTLI 123de seres cargados de mana negativo por haber transgredido las normasociales. La muerte de Ezhuahuácatl lleva también el germen de la

violenciaal predecir que su sangre sería vengada, ya que antes de matarsedice: "Chalcas, habéis de saber que con mi muerte he de comprarvuestras vidas, y que habéis de servir a mis hijos y nietos y que miangre real ha de ser pagada con la vuestra" (Durán, 1967, II, p. 147).

El rito que hemos llamado de "asamiento" (figura 7) puede haberido otra forma de sacrificio, ya que, según cuenta el mito, así fue

r mo se inmolaron Nanahuatzin y Tecucistécatl en Teotihuacan. Eraun rito asociado con el fuego y con su fuerza de transfor~aciónpllrificadora; pero a la víctima se la sacaba del fuego antes de quexpirara, pues la muerte tenía que venir con la extracción del corazón,ogún la costumbre de la época.

Este rito se realizaba en los meses de xócotl huetzi (Costumbres ... , p.4ó;Sahagún, 1956, r,p. 188; Durán, 1967, r, p. 120) Y teotleco (Sahagún,1056, r, p. 193), aunque Durán (1967, r, pp. 127, 128) también hablaII(~ él en relación con la fiesta de Cihuacóatl Cintéotl.

Había unos sacerdotes particularmente altos, encargados de arrojar, las víctimas al fuego. Antes de hacerlo los cubrían con yautli para'1" "perdieran el sentido y no sintieran tanto la muerte". Los atabanclt' pies y manos y los subían cargando al templo, para de ahí arrojarlos

la gran hoguera. Cuando estaban en agonía los rescataban con unosustrumentos en forma de garabatos, y otros sacerdotes los colocabanubre el téchcatl y les extraían el corazón.

El sacrificio del fuego era propio de los tepanecas y se sabe que 10ealizaban desde su salida de Chicomóztoc (Historia de los mexicanos ... ,

,,219). Durante los primeros sacrificios en masa de los mexicas, en1 ~uerra contra Chalco, arrojaron al fuego a gran parte de los cautivosDurán, 1967, Ir, pp. 142, 143; Tezozómoc, 1944, p. 88); posteriormen-

le, n honor a Toci, también sacrificaron a una parte de los tlaxcaltecasDurán, 1967, I1, p. 463) Yde los huexotzincas (ibid., p. 666) cautivos.

El tlacamictiliztli por extracción del corazón (figura 8) se efectuabale la siguiente manera: se colocaba a la víctima de espaldas sobre laIle'dra de los sacrificios o téchcatl; de tal manera que le quedara eleclro tenso; cuatro sacerdotes le sostenían los pies y las manos, y un

JII nto le colocaba una argolla de madera en la garganta para que norltnra. El sexto sacerdote, que era el principal, empuñaba un cuchilloI p dernal con ambas manos, y de un solo tajo le abría el pecho porI hajo de las costillas (Costumbres ... , p. 213) o en el segundo espacio

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124 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

intercostal," y por la herida, con una mano, le arrancaba el c~razón.Es posible que la técnica variara de una región a otra; por eJe~plo,entre los mayas la herida para extraer el corazón se hacía debajo delas costillas, según describe Landa (p. 51); ello puede verse en lasrepresentaciones de sacrificios halladas en monumentos mayas (figura9), y así lo proponen Rubicsek y Hales. Después de extraído, el corazónse ofrendaba como comida a los dioses, tlatlacaliztli (figura 10), segúnmencionan los informantes de Sahagún (León-Portilla, 1958, p. 57):

Cuando habían abierto el pecho del esclavo o cautivo, en seguida tomabansu sangre en una escudilla y arrojando un papel allí que chupara la sangre,llevaban luego la sangre en la escudilla aplicando en los labios de todos l(l.~dioses la sangre del muerto divino.

Con el primer tajo que se daba al cuerpo de la víctima, y con el prime,borbotón de sangre, el líquido precioso, o xíuhatl, que manaba, SI'

liberaba la energía vital y se iniciaba el intercambio con el mundosobrenatural.

La sangre del tlacamictilizili estaba llena de fuerza vital ambivalenl:',contaminante y purificadora a la vez. Era tan poderosa que no podíaser tocada más que por los sacerdotes, quienes la recogían en vasijaespeciales, para luego ungir con ella a uno o varios dioses. Al ofrr-udante de la víctima le entregaban unas vasijas llenas con esta sangre,en las que colocaban un popo te, papeles o una varita, para que alalimentar a los dioses no tocaran la sangre (Sahagún, 1969,1, p. 2;J!,)(figura 11). En ocasiones los mismos sacerdotes ungían a los ídolos )'las esquinas de los templos con sus propias manos tintas en sanu: f

(Aguilar, p. 91).La sangre que se derramaba sobre el téchcatl; el piso del santu.u lu

y la escalera contribuía a conferir sacralidad al recinto. Es factihhincluso que una de las ideas impulsoras para arrojar el cadáver de le ,.cautivos desde lo alto del templo fuera precisamente el que su sallj\"

2 (Costumbres ... , p. 39); "una cuchillada entre las costillas del lado izquierdo, d•."llllede la tetilla .. ." (Landa, p. 52); "dábala una cuchillada en la tetilla izquierda, d•. d"palmos entre costilla y costilla" (Las Casas,!l, p. 211; para los totonacos, testigo v~~,",1l

EfraÍn Castro (intervención en Mesa Redonda, Cholula, 1972), en sus estudios 11medicina, tratando de reproducir el método empleado por los sacerdotes nu-xh I1extrajo el corazón de un cadáver haciendo la incisión en el segundo espacio intercII,llIILa operación resultó muy sencilla.

EL TLACAMICTILIZTLI 125

. Sacrificio por extracción de corazón entre los mayas. (Códice Dresden,lám.3.)

mtificara la escalera; también se facilitaba que quienes habían ofren-lado a la víctima pudieran manejar el cuerpo al realizar después losI t s y al destazarlo para servir de banquete. La misma idea debe dehaber estado implícita en el sacrificio del juego de pelota practicado

11 l mes de panquetzaliztli.[ a sangre no la bebían, ni siquiera los sacerdotes ni los reyes;" era

llmento exclusivamente para los dioses y, como hemos visto, con ellaungfa a los diversos ídolos o se recogía en el gran quauhxicalli.

,liando llegaron los españoles a la costa de Veracruz y todavía seIusaba que eran dioses, la comida que les dieron iba rociada con11 re de sacrificios (Sahagún, 1969, IV, p. 33). Bebida por un mortal,

;lngre tenía efectos enloquecedores; por ello, a algunas de las

"No les faltaba para llegar a la cumbre de la crueldad sino beber sangre humana,ti" . sabe que la bebiesen" (López de Cómara, !l, p. 429).

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126 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

víctimas destinadas al sacrificio se les daba un brebaje abase de lavazasde la sangre del cuchillo sacrificial, lo que les hacía perder el temor ala muerte. En Michoacán (Relación de Michoacán, p. 10),a quienes eranposeídos por la diosa Curaperi y se ofrecían para ser sacrificados lesdaban a beber sangre.

Tal vez por sus virtudes vivificadoras se ungía con sangre a losídolos. Esto es, cuando menos, lo que dice Sahagún (1969, 1, p. 236)respecto de la efigie de OmácatL Motecuhzoma pretendía rejuveneccr

10. Oj,-ecimiento de corazones al sol. (Códice Flor enüno, 11,

lám. "-"VI, fig. 52.)

EL TLACAMICTILIZTLI

ungiéndose con la sangre de jóvenes cautivos sacrificados (CódiceMatritense, cit. por Luis Reyes, 1979, p. 36).

La sangre actuaba como purificadora o mediadora de fuerzas máspoderosas; así, cuando regresaron de la costa los enviados de Mote-cuhzoma de ver a los españoles recién llegados, fueron "purificados"on la sangre de un sacrificado antes de presentarse ante el rey

(Sahagún, 1969, IV, p. 32): "Hicieron esta ceremonia porque habíanvisto grandes cosas y habían visto a los dioses y hablado con ellos.". Aunque toda la sangre, eztli, estaba cargada de fuerza o energía

vital, no toda era xiuhatl; líquido divino. La sangre derramada poracrificio voluntario contenía menos carga energética, aunque era

también un medio de comunicación y de aportación de energía a loobrenatural en el que todos los devotos (hombres, mujeres y niños)Iarticipaban. La sangre del sacrificio voluntario de Quetzalcóatl,IIvuelta con los huesos de los muertos, dio lugar a la nueva humani-lnd, Robertson Smith (pp. 321, 322) supone que el autosacrificio era11 sustituto del sacrificio humano y que la diferencia básica entre unootro estribaba en que este último no era en beneficio de la víctima,

111 a favor del ofrendante, mientras que el ofrecimiento de la propiangre era una forma de congraciarse con la deidad y de adquiriru-rza. El fin principal del autosacrificio era confirmar o restablecer11 lazo de unión entre el devoto y su dios en una forma más íntima11I la de besar o abrazar al ídolo (ibid., pp. 322, 323). Yendo un poco1, lejos, pensamos que este estado de unión con lo sobrenatural erarado más profundamente a través de la pérdida de la sangre, del

olor de la herida, a lo que iban unidos los ayunos y la ingestión deIIIIIS alucinantes; en realidad, era ésta una de tantas técnicas parau-n r estados alterados de conciencia, en la que estaba incluida

It IiliÍsla creencia en el poder vivificador de la sangre.1 .•1 sangre femenina de la menstruación y la derramada en el partoIhi n deben haber tenido importancia en la concepción indígena;mbargo, en las fuentes hay pocas referencias, pese al gran número

I1 presentaciones de partos tanto en esculturas como en códices.I nngre, que sólo puede ser producida por las mujeres, también

Ir, argada de energía, pero de un tipo diferente del de la sangreIITificio, que probablemente estuviera asociada con el tona o

I H caliente, y desde luego con el sol y el fuego; y que la sangre1\ na tuviera energía fría, asociada con la luna.I corazón seguía en importancia a la sangre; por ello, luego de

127

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11. El dios del sol bebe la sangre de la víctima sacrificada. (Códice Seldrn,lám.12.)

EL TLACAMICTILIZTLI 129

haberlo extraído, el sacerdote lo ofrecía al sol, a la luna o a otro astro,y luego lo colocaba en una jícara o plato, o bien lo arrojaba a los pieso al rostro de los ídolos.

Daba con él [el corazón] encima del umbral del altar, de parte de fuera, ado dejaban hecha una mancha de sangre y caía el corazón en tierra ... ydelante el altar poníanlo en una escudilla. . . [Motolinía, p. 62; véasetambién Las Casas, 11,p. 187].

ahagún, por su parte, refiriéndose a los cautivos de guerra, dice:

Todos los corazones después de haberlos sacado y ofrecido los echaban enuna jícara de madera y llamaban a los corazones quauhnochtli, "tuna deláguila", y a los que morían después de sacados los corazones quauhteca[Sahagún, 1969,1, p. 143].

l.os recipientes en que se colocaban los corazones variaban de acuerdo« n el dios y la ceremonia de que se tratara, pero tenían enormeImportancia ritual; en general recibían el nombre de quauhxicalli,"vasija del águila". En la consagración del templo de Huitzilopochtli,« liando el rey Ahuítzotl realizó sacrificios,

loscorazones los iba dando a los tlamacazque, sacerdotes, y conforme se lesiban dando los corazones, ellos a todo correr iban echando en el agujerode la piedra que llaman quauhxicalli... y los sacerdotes luego que tomaban

1 corazón en la mano, con la sangre iban goteando, iban salpicando laspartes del mundo [Tezozómoc, 1944,p. 332].

uñoz Camargo (p. 172) dice que el corazón y las entrañas seI"!'maban delante de los ídolos, ofreciendo el humo en sacrificio. Losurazones también se arrojaban al "sumidero" de la laguna cuando se

huraba de un sacrificio en honor de Tláloc, o bien los comían los« erdotes o los reyes, únicos personajes que podían hacerlo, por ser

IIllslos únicos que podían soportar la carga de mana.Como el sacrificio por extracción del corazón se volvió indis-"sable probablemente desde la época tolteca, el corazón se con-

1 ti en el símbolo del sacrificio en general, el quauhnochtli o "tunalada", el corazón de Cópil sobre el cual se había fundado Tenoch-

tlan,

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IX. EL LUGAR

ODOS los sacrificios se efectuaban en lugares especiales que reunieran11 requisito básico: el de ser sagrados,' característica que adquiríanorque en ellos se establecía la comunicación con la deidad. Lauturaleza sagrada de estos sitios era permanente porque tenía algunaurticularidad especial, como nacimientos de agua, cúspides de ce-o , remolinos de agua, cruces de caminos, o por haber realizado enllos alguna consagración. En los sitios sagrados casi siempre había1I¡1 imagen antropomórfica o simbólica.

omo es sabido, la forma más característica y más común de losmplos mexicas y, en general, de los mesoamericanos, era la de un.arnento piramidal en cuya cima se encontraba el sancta sanctorum,, .uyo interior se colocaba la imagen, que casi siempre se mantenía

(1I1ta al pueblo común y corriente.Losbasamentos de los templos variaban en altura; algunos eran me-plataformas que necesitaban sólo tres o cuatro escalones para subir

I Para Eliade (1968, p. 368) los lugares sagrados tienen un rasgo en común: "Siemprey un espacio claramente marcado que hace posible (aunque en formas diversas)municarse con lo sagrado."

163

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164 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

casa de dios: templovaso de águilahilera de casas: centro superior de educaciónaltar frontalcasa de las águilas (de los guerreros)juego de pelota divino

EL LUGAR 165

Parece ser que el conjunto arquitectónico llamado Tlacatecu-localco" (lámina 36) era el más importante: ahí se efectuaban lasceremonias principales de las fiestas calendáricas o de las ceremoniasocasionales, como por ejemplo la consagración de un rey.

Los edificios que componían el Tlacateculocalco eran los siguientes:

o bajar; los templos principales, que generalmente eran los más altos,tenían hasta 120 escalones. En la plataforma superior de los másimportantes, entre el remate de la escalera y el sancta sanctorum, seencontraba el téchcatl o piedra de los sacrificios, donde se colocaba ala víctima para extraerle el corazón. Tezozómoc (p. 322) mencionadieciséis "degolladeros" que se puede suponer correspondían a lostemplos con téchcatl que había en Tenochtitlan. En el Gran Teocallitanto Tláloc como Huítzílopochtli tenían su téchcatl; frente a susrespectivos altares.

En los templos mexicas el téchcatl siempre estaba situado en UIIlugar estratégico desde el punto de vista del espectáculo, ya que elsacrificio debía ser observado por el mayor número de personas.

Seguramente en cualquier asentamiento humano con características de centro cívico-religioso había un templo donde se efectuabansacrificios. Sabemos que en todos los lugares donde hubiera un tecpauo palacio se sacrificaba a un niño noble en honor del agua. Dur<Í1I(1967, I, p. 96) dice que, en el mes de tlacaxipehualiztli, "aun en los mil)'desastrados pueblos y en los barrios sacrificaban hombres"; pero losritos controlados por el Estado y por el sacerdocio "estatal" se efcrtuaban, en su mayor parte, en la ciudad donde se encontraba el asient (1

del gobierno civil y religioso. Ya hemos dicho que Tenochtitlan tenínun carácter sagrado que se expresaba en el recinto del Templo Mayor,donde se encontraba una réplica de la montaña mítica, del lugar delnacimiento: Coatépec, Coatépetl o Culhuacan.

El gran centro ceremonial de la ciudad había sido construido I'.\!

profeso para los grandes espectáculos religiosos, entre los que ocupabael lugar central el rito del sacrificio humano, que se efectuaba IUI

solamente en las pirámides, sino también en las plazas, plataformas,templetes, etcétera.

teucalliquauhxicallicalmécatlizmomoztliquauhcalliteutlachtlicolhuacan teocaZZi

tzumpantliYopico teocaZZitemalácatl .macuil cuetzpallimacuil caZZiytuaZZicouatenámitlteuquiyáotl

yc excancallacovaya

palos donde se colocaban las calaverastemplo de Yopicorueda de piedra para el sacrificio gladiatoriocinco lagartijacinco casapatiomuralla de culebraspuertas sagradas; por tres lugares tenían la en-trada (León-Portilla, 1958, pp. 80-82)

quí cabe mencionar las partes del templo de HuitzílopochtIi que eranmportantes para el mito de su nacimiento y para otros ritos: el

ruaxalpan, "orilla de arena", era un espacio que había entre las gradasel patio inferior (Sahagún, 1969, I, pp. 196,272), y el apétlac, "estera

le- agua", era el lugar del templo donde empezaban las gradas (Saha-"10,1969,1, p. 188). Ahí dejaban los guerreros a sus cautivos y de ahí

11' 'ogían algunos cadáveres de los sacrificados. Según la descripción.11' Durán (1967, I, p. 21), la coatenámitl rodeaba directamente al1'1 rnplo Mayor IY así lo vemos en la ilustración que acompaña su Atlas[Durán, 1951, lám. 27). Marquina supone que la coatenámitl era

I Tlacateculocalco, literalmente: "en la casa del hombre búho". TlacatecúlotI, equi-I"nte a "demonio", era uno de los nombres que los españoles le habían dado a los

¡UN s mexicanos, especialmente a Huitzilopochtli. Hemos utilizado este nombreI111que indica un espacio preciso.

.. .los templos que en la ciudad había, todos estaban pegados unos ('011

otros, dentro de un circuito grande, dentro del cual circuito, cada 111111

estaba arrimado al otro y unía sus gradas particulares y su patio particuhuy sus aposentos y dormitorios para los ministros de los templos (Dur.iu,1967,1, p, 20).

En las grandes plazas se reunía el pueblo como espectador (ibid., JI99) o como participante de las danzas. Según Durán (ibid., p. 2' ),"tenían cupo para ocho mil y seiscientos hombres".

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25. Recinto del Templo Mayor. Tlacateculocalco. (Sahagún, Primero:memoriales, cap. 1.)

EL LUGAR 167

diferente a la otra muralla que rodeaba todo el recinto del TemploMayor, que tenía tres puertas de entrada, como dice el Códice Matri-tense (León-Portilla, 1958, p. 80). Suponemos que estas puertas erantambién edificios sagrados, en los que se efectuaban, en ocasiones,sacrificios que correspondían a los Tlacochcalco Ácatl-yiacapan,Tlacochcalco Quauhquiyáhuac y Tlacochcalco Tezcacóac, de dondesin duda partían las calzadas que iban a Tacuba, Coyoacán y Guada-lupe, respectivamente (Marquina, 1960, p. 36) y, según Caso (1956,pp. 144-145), al norte, al sur y al oriente; y agrega una puerta más, aloccidente: Tecpantzinco.

En el conjunto de los edificios del Códice Matritense se observan lostemplos de tres deidades: Huitzilopochtli, Tláloc y Xipe Tótec. Ade-más, se mencionan cuatro estructuras que son muy importantes en elritual mexica y mesoamericano: el tlachco, o 'Juego de pelota", el tzom-pantli, o "hilera de calaveras", el quauhxicalli, o "vasija del águila", yeltemalácatl; "rueda o huso de piedra", a las cuales se hará referenciamás adelante en forma más detallada. Hay además dos lugares dehabitación o reunión de guerreros distinguidos y de sacerdotes: elnalmécac, que ya mencionamos, y el quauhcalli.í

Sahagún (1969, r, pp. 232-242) dice que 78 edificios componían eleran Templo de Tenochtitlan y el Tlacateculocalco, que constaba de14 elementos, entre los que se encuentran la muralla y el patio, quenbarca una superficie bastante grande.

Podemos pensar que este Gran Templo comprende prácticamenteIodos los templos principales de Tenochtitlan, entre los que se encon-traban los "degolladeros" que menciona Tezozómoc, y que ademásIorrespondían a los principales calpulli de esa urbe.

Hemos tratado de identificar los elementos del TlacateculocalcoIon los 78 edificios agrupados en conjuntos que se relacionan con unaII idad principal, y hemos procedido a compararlos con la lista de

"d<'golladeros" y de calpulli mencionados por Tezozómoc. Hay variosnonumentos del Tlacateculocalco que no aparecen en la lista de estosrllficios o que no se mencionan con los mismos nombres; por ejem-

plo: el yxmomoztli, calmécac, quauhcalli, quauhxicaUi, colhuacan teocalli y1/11tz¡Jalli;de éstos suponemos que el yxmomoztli podría corresponderla base sobre la cual estaban colocados el temalácatl y el quauhxicalli,

Duran (1967, I, pp. 24-26) dice que había "monasterios dentro de la cerca, uno de11111 hachos y otro de muchachas, que debían ser solamente de seis barrios".

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168 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

es decir, el Quauhxicalco de Durán (1967, I,p. 98).4 El quauhcalli bienpuede ser el llamado cuacuahtin inchan, "la casa de las águilas", templodel sol que se encontraba frente al temalácatZS y al quauhxicalli (ibid.,pp. 106, 107), que se podía identificar con el edificio 8 de la lista deSahagún, llamado por sus informantes Quauhxicalco y que, según sudescripción, era "un lugar donde se celebraban, entre otras cosas, elayuno del sol. Ahí se mataban a cuatro cautivos llamados chachanme yotros dos que eran la imagen del sol y de la luna". Al mensajero delsol, ofrecido por los caballeros distinguidos, se le sacrificaba sobre elquauhxicalli.

El calmécac lo hemos identificado con el calmécac mexica; al macuilcuetzpalli no le hemos encontrado equivalencia, aunque al parecer lasfiguras 5 Lagartija y 5 Casa solamente eran estatuas portaestandartcsen donde se colocaba una insignia de plumas cuando iba a efectuarseun sacrificio.

La identificación del colhuacan teocalli 6 nos ha intrigado desde hacetiempo: como se podrá observar en la ilustración del recinto delTemplo Mayor, tiene la figura de Huitzilopochtli blandiendo la xiuh»cáatl; y esta deidad nació en Colhuacan y ahí mismo venció con laxiuhcóatl a sus parientes (hermanos o tíos), los Centzonhuitznahua; sinembargo, Huitzilopochtli estaba colocado en el Gran Teocalli, qll<'también recibía los nombres de Coatépec y Coatépetl, junto a laimagen de Tláloc.

Durante el reinado de Motecuhzoma 1se inició la construcción dd.Templo Mayor; Ahuítzotllo terminó colocando la cabeza de Coyolxauhqui y las imágenes de los Centzonhuitznahua, que conmemoraban la lucha de Huitzilopochtli contra éstos en Colhuacan. En CS.I

ocasión se sacrificó una enorme cantidad de cautivos, habiendoiniciado este holocausto Ahuítzotl en el Coatépetl; Tlacaélel en (,1Quauhxicalli; el tlatoani de Tetzcoco, Nezahualpilli, en Yopico; y (·1tlatoani de Tacuba en el Huitznahua Ayauhcaltitlan. Antes del sacriício, Tlacaélelle advierte a Ahuítzotl: "encima del Coatépetl habéis dI'

4 "El Quauhxicalco, que era un patio encalado y liso de espacio de siete brazas en , 1101

dro. En este patio había piedras; a la una llamaban temalácatl ... y a la otra cuauhxicalll,las cuales ataban fijadas en aquel patio, la una junto a la otra" (Durán, 1967,1, p. DH).

5 Marquina identifica el templo del sol en su plano de la "situación probable (.1<- lo.edificios del templo mayor" como el edificio 15.

6 Marquina (p. 195) sólo hace referencia al importante templo que aparece ,." ,1Códice Matritense, al oriente del Gran Teocalli, pero no dice más de él.

EL LUGAR 169

ser visto por todos ... " (Tezozómoc, 1944, p. 318), lo que señala laimportancia de este templo en particular.

Suponemos que los lugares en donde sacrificaron estos personajeseran los más importantes -política y ritualmente- de Tenochtitlan,y que se encontraban dentro del centro ceremonial. No hay problemarespecto a la identificación del Quauhxicalli y del Yopico, pero ¿cuálera el Coatépec en donde sacrificó Ahuítzotl y cuál era el HuitznahuaAyauhcaltitlan en donde sacrificó el t1atoani de Tacuba? Podemosupo- ner, en relación con lo que dice Caso (1956, p. 23), que el barrio

de Huitznahua estaba en el campan de San Pablo Teopan, muyimportante porque fue allí donde los mexicas construyeron su primertemplo cuando llegaron a la isla. Ésta sería una razón de peso paraixplicar por qué el rey de Tacuba realizó sacrificios ahí; por ellopienso, con Vaillant (1965, lám. 57), que éste era el antiguo templo<le Huitzilopochtli.

Podríamos decir entonces que Ahuítzotl sacrificó en el reciénconstruido Gran Teocalli, el nuevo Coatépetl, y que el rey de Tacubaacrificó en el Colhuacan Teocalli, que era el mismo que el Huitznahua

Ayauhcaltitlan.Advertimos de nuevo la importancia de estos lugares cuando se

habla de la ocasión en que Tízoc fue investido, aunque se agrega unomás: "Después de ir al templo de Huitzilopochtli yal Quauhxicalli va.1 Tlilancalco y después a Yopico y por último a Huitznáhuac" (Tezo-I moc, 1944, p. 297).

Cabe anotar que no encontramos mención directa del santuario deIIlIa deidad tan importante como Quetzalcóatl en la lista de lostrrnplos ni en la de las ceremonias mencionadas por los informantese1e' Sahagún, aunque hay edificios en los que posiblemente se leul raba en alguna de sus advocaciones como la estrella matutina 09¡ ·nto.Marquina (p. 68) identificó, en el plano del Códice Matritense, un

rlificio que por su forma circular catalogó como templo de Quetzal-e ("Htl,pensando que la figura dibujada sobre lo que él describe comoy momozili es la de esta deidad. Sin embargo, tal figura no tiene ningún

1 rlbuto que sugiera que se trate de Quetzalcóatl, sino más bien de un\(' rdote. Este templo redondo, "identificado" arqueológicamenteIIhre lbs edificios del Templo Mayor, es conocido por ese motivo1111\0 de Quetzalcóatl.

Las únicas fuentes que hablan de un templo dedicado a Quetzal-

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170 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

cóatl son Motolinía (p. 37), López de Cómara (u, p. 156) YTorquema-da (n, p. 145), quienes lo describen como un templo redondo cuyaentrada es como la boca de una serpiente, y seguramente las dosúltimas lo tomaron de .Motolinía, Es realmente difícil saber por quélos informantes de Sahagún, Durán y los conquistadores no hacenreferencia a este llamado templo de Quetzalcóatl, y por qué Motolinía-que es la fuente más antigua de las que describen el templo deQuetzalcóad- hace una descripción tan detallada. Nos inclinaríamosa pensar que esta descripción de esa casa oscura con entrada de bocade serpiente, por su ubicación tan cercana al templo de Huitzilopochdi, corresponde más bien al Tlilancalco, el templo de Cihuacóatl.

Hay una serie de edificios mencionados en el texto de Sahagún qll!'no están incluidos en su lista de los 78 edificios, algunos porqll!'estaban fuera del centro ceremonial, otros porque quizás eran COIIP

cidos con nombres diferentes y otros más por razones que descouocemos. Entre los primeros está el Tlacochcalco, donde se hacíausacrificios en honor a Tezcatlipoca, situado a la orilla del camino 11

Tlapitzaoayan (Sahagún, 1969,1, p. 155); Izquitlan, un templo de I()~

dioses del pulque, ubicado entre Chapultépec y Coyoacan, dourhoficiaba el sacerdote Izquitlan Teohuatzin (ibid., 1,p. 252); Tocititluu,"garita" donde se extendía la piel de la mujer muerta en ochpanizü!No están en esta lista el Atenpan Atenchicalco, dedicado a TOI

(Sahagún, 1969,1, p. 250; León-Portilla, p. 94), ni el de Ixtlilco, doruhoficiaba un sacerdote llamado Ixtlilcoteohua (Sahagún, 1969,1, p. I !1I1

León-Portilla, p. 102), como tampoco el Cuicacalco, que parece S(,I' 1111

edificio tan importante como el calmécac. Nótese que tampoco I

pueden ubicar los telpochcalli.El Tlacochcalco o Tlacatecco era el lugar donde, antes de ser COI"< 11111

do, hacía penitencia durante cuatro días el señor que había sido c1q~1111

rey (Torquemada, n, p. 361; C. F., n, p. 63) Y donde se festcjahuHuitzilopochtli el día 1 técpatl. Bien puede ser éste uno de los edilir 11

puerta que servían también como arsenal y que se encontraban ,'11 ,1punto de partida de las calzadas, en el recinto del Templo Mayor."

También se menciona específicamente un calmécac de los asunul«junto al de los pochteca que no aparece en la lista de Sahagún.

La lista de los 78 edificios de los informantes de Sahagún ha ~Idlsubdividida en 13 conjuntos que, como ya quedó dicho, coincirlr-u I

7 Torquemada (rr, p. 361) dice que era un calpul O sala, que estaba dentro <Id 11/111

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ma~tes de Sahagún; por ello no encontramos correspondencia delconjunto de templos de Yacatecuhtli con la lista de barrios o "dego-lladeros".

No cabe duda de que en el Gran Teocalli se efectuaba la mayorparte de las ceremonias y los sacrificios, no sólo los relacionados conHuit~ilopochtli o con Tláloc, sino también con dioses que tenían suspropios templos, como Yacatecuhtli o las diosas Toci y Cihuacóatl.. ~o~ sacrificios no se efectuaban exclusivamente en las grandes

plfaml¿es o sobre el téchcatl; algunos se hacían en el juego de pelota;en algun templete, sobre el quauhxicalli o sobre el temalácatl; o bienfuera del recinto sagrado: en los cerros, como el de Tepetzinco,Tepepulco y Cuauhtépetl, Zacatépec o Huixachtécatl.

Muy importante como lugar sagrado era el Pantitlan sumideroituado al oriente de la laguna adonde se arrojaba a los niños vivos o

el cuerpo de los sacrificados en honor de los dioses del agua, ademásde ofrendas como oro y chalchihuites.

172 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

su mayoría con los dioses de los calpulli y con los "degolladeros" ~u~menciona Tezozómoc, lo que significa que corresponden a una dIVI-sión territorial de la ciudad que coincidía con los calpulli. La mayorparte de los templos están dedicados a los dioses de los calpull~. Elnúmero de templos dedicados a las deidades acuáticas es reducido,sobre todo si se considera el hecho de que las fiestas calendáricas eranagrícolas y acuáticas en su mayor parte; la cantidad de dioses acuáticossobrepasa, pues, con mucho, el número de templos en los que se lesrendía culto.

Los trece conjuntos son los siguientes:

1. Huitzilopochtlin. Tláloc

III. Xipe TótecIV. HuitznahuaV. Yacatecuhtli

VI. Fuego-ChanticoVII. Fuego-Xiuhtecuhtli

VIII. MixcóatlIX. Omácatl-TezcatlipocaX. Cihuacóatl-Quilaztli

XI. Cihuatéotl-TociXII. Maíz

XIII. Pulque

No se ha encontrado asociación de templos con losbarrios de Tlacochcalco, Molloco, Milnáhuac y Coatlxoxouhcan, aunque en tepeílhuitl se'sacrificaba una imagen humana de Milnáhuac. Por otra parte, no est:mencionado en la lista de los barrios el de Pochtlan, que según VanZantwijk (1966, p. 180) era parte de Tzonmolco y que encontramosclaramente definido en la lista de los templos, con su templo aYacatecuhtli, su calmécac, y aun su tzompantli.

Faltan algunos edificios que no hemos podido agrupar, entre elloMChililico (47), nombre de un barrio y de un "degolladero" ?e Tet.CIzómoc, que, como ya hemos mencionado, tal vez e~té asoCla~o ("(.11

Quetzalcóatl; el Coacalco (19), donde estaban los dioses cautivos diotros pueblos, que quizá se pueda agregar a los grupos 1 o. III; 1'1I1huicatitlan (40); el Macuil Cipactli Iteopan (26); el M~cu~IIIl;,dlnalliteopan (57); Chico me Ehécatl Iteopan (30), y el Techielli (7/)Algunos de los "degolladeros" de Tezozómoc correspond.en a 101

"puertas" del Templo Mayor y los hem?s incluido "" el COn~Unl()1 CIII, de tal manera que hay algunos conjuntos que tienen mas de 1111

"degolladero". .Tezozómoc no hace referencia alguna al barno de Pochtlan, de III

pochteca, o a sus templos, de los que hablan con prolijidad los ill/llt

EL LUGAR 173

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X. INSTRUMENTOS Y OBJETOS SACRIFICIALES

INl'RE los objetos que se enumeran en el Códice Matritense (León-l'fll'lilla, pp. 78-81) como necesarios para los ritos que se efectuaban

11 '1 Tlacateculocalco se mencionan: téchcatl; piedra de sacrificio;1,/Jr¿t4 pedernal; tlémaytl; sahumador; dmatl; papel; copalli, "copal",111 ¡ nso; momuztli, adoratorio; viztli, espinas; tléquaitl; tizón, etc. Mu-h,l.~de estos objetos eran indispensables para el sacrificio humano yIIOS para diferentes tipos de ritual, como, sobre todo, los autosacri_I os de sangre que se ofrendaban a la deidad, para lo cual seIlIpl aban, entre otras cosas, las espinas y los papeles. Otros objetos,11I1 la leña o los incensarios, se requerían continuamente; otros másuuaban parte de 1<\ indumentaria que utilizaban los sacerdotes en

I uos ritos.

1':11 la lista de los sacerdotes del mismo Códice Matritense se especifica'111 ' tenía que preparar cada uno de ellos de acuerdo con la deidadII1I en se iba a sacrificar; por ejemplo: las sandalias de hule, lasIlIpanillas y el chalequillo, la pintura exigida a la víctima que repre-Ilolha a la deidad; además de papel, copal, hule, flores, tabaco,

11'1''1.

181

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182 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

LA PIEDRA DE LOS SACRIFICIOS

Como ya se ha dicho, para los sacrificios de extracción del corazónera necesario el téchcatl; o piedra de los sacrificios, porque facilitabala operación sangrienta: "Larga de obra 'de una maza y casi palmo ymedio de ancho y un palmo de grueso; lo más de esta piedra estabahincada en la tierra ... " (MotolinÍa, p. 62). ".. .Tan alta que daba a lacintura y tan puntiaguda que echado de espaldas ... " (Durán, 1967,11,p. 93). Torquemada (rr,pp. 166-167) le da "una braza de largo y mediade ancho y grueso una tercia ... más puntiaguda que llena ... ". Se diceque el téchcatl sobre el que sacrificó Ahuítzotl en su consagración COrrH)

rey era "una piedra en que estaba labrada una figura que tenía tercie lala cabeza ... " (Tezozómoc, 1944, pp. 114, 115).

El tamaño del téchcatl de los pueblos del altiplano difería del dI'otros grupos, pues en representaciones mayas vemos individuos qw'están siendo sacrificados en piedras de mucho menor altura, pr;ÍIticamente recostados en el suelo.

Krickeberg (p. 156 Ylám. 476) encontró una piedra de sacrificio (11'sólo 37 centímetros de alto que tiene, en los lados, un relieve COII djeroglífico "piedra preciosa", que se refiere al valioso líquido que <"., lil

sangre humana.Hay una piedra sacrificial en el Museo Nacional de Antropolo¡¡ 11

de México y una in situ en la pirámide de Cempoala. También hll\'modelos de barro y piedra de templos en los que se puede apre'( lill

que el téchcatl ocupa prácticamente toda la terraza anterior del te11I1 "11

Hay también representaciones pictográficas y en relieve.En los códices mixtecos la piedra de los sacrificios tiene rOl 111

cilíndrica con la parte superior convexa.En las excavaciones del Templo Mayor de Tenochtitlan, frente ItI

adoratorio de Huitzilopochtli, se encontró una piedra que tiene 11111

altura de 93 cm desde el piso, un ancho de 43 cm y un espesor dI' Icm, y se supone que perteneció a la etapa rr.

VASlJAS PARA GUARDAR CORAZONES

Las más conocidas eran los quauhxicalli, "vasijas del águila". SI' h 11

conservado algunas realizadas en piedra. Las de dimensiones 111'

reducidas tenían generalmente una imagen del sol arriba o ad(,IIIIII 26. Téchcatl opiedra de los sacrificios. Pieza mexica.

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II

1

184 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

27. Quauhxicalli, vasija para guardar corazones. (Seler, 1960,11,pp. 708, 709.)

una de la tierra abajo; ejemplos de éstas se encuentran en el flIl1Hl'1I

de Berlín. Según Krickeberg, la llamada piedra de Tízoc y el "calc I H 111

rio" azteca eran quauhxicalli, aunque la primera sólo tiene una COIIIII

vidad y el segundo ninguna. Se supone también que los platos qll

tienen los chacmoles servían al mismo fin.El gran quauhxicalli de Tenochtitlan tenía gran imp?rtancia rituul

fue construido o labrado en Tenochtitlan en dos ocasiones y p:1I I 11

consagración se sacrificó a gran número ?e .cautivos. En ocasirunespeciales se utilizaba como piedra de sacrificios. ..

Los corazones de los sacrificados en el mes de etzalcualizili en 1111111 I

del dios Tláloc se colocaban en una olla llamada mixcámitl; "v;a,~illI"nubes" (Códice Florentino, Ir, p. 83), pintada de azul y teñida COII '//11/I

cuatro partes (Sahagún, 1969, I, p. 170). . _El corazón de la mujer "imagen" de Huixtocíhuatl, sacrifir:ul 1

INSTRUMENTOS YOBJETOS SACRIFICIALES

tecuilhuiltontli, se ponía en una jícara llamada chalchiuhxicalli, "vasijapreciosa" (ibid., p. 174).

VASqASPARACONTENERLASANGRE

La sangre de los sacrificados se recogía en jícaras adornadas deacuerdo con la deidad a la que estaban dedicadas. La que se usaba entlacaxipehualiztli tenía la orilla "bordada" de plumas y dentro había uncañuto, también forrado con plumas, que era el conducto para dar lasangre a los dioses (Sahagún, 1969, I, p. 146).

TEPONAA'TLE

El teponaxtle era otro objeto que podía hacer las veces de piedrasacrificial; en él se sacrificaba a los capturados por ambos bandos enla lucha ritual entre los huitznahua y otros guerreros en la fiesta depanquetzaliali; también sobre este instrumento musical se sacrificaba11 los esclavos que acompañaban al rey en su muerte.

EL CUCHILLO DEL SACRIFICIO

1',1cuchillo con el que se daba muerte a las víctimas se llamaba íxquac;jaba hecho de sílex o de pedernal, técpatl. Motolinía (p. 62) especifica

1"

ira una pieza de pedernal de aquellos con los que hacen lumbre, hechoion un hierro de lanza, no agudo mucho porque como es piedra recia yalta, no se puede parar aguda, esto digo porque muchos piensan que eran

nquellas navajas de piedra negra que acá hay que tienen el filo tan delgadoI rno navajas de barbero.

I /, zómoc, 1944 (p. 323) llama a los cuchillos de sacrificio nixcuáu-1/11' ílzmatl; Durán (1967, r,p. 177) llama ixcuanal o ixquácac al cuchillo

111 utilizaba el Youallaua o sacerdote de Xipe para sacrificar.'1' han encontrado cuchillos de sacrificio con mango de madera

Iltl liado con tallas, incrustaciones de turquesas (Vaillant, lám. 60) o

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28. Técpatl. Cuchillo de piedra con mosaico e incrustaciones d('turquesa usado en los sacrificios. (Museo Británico de Londrcs.)

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INSTRUMENTOS Y OBJETOS SACRIFICIALES 187

chapa de oro. Quizá lo que dice Torquemada (u,p. 54) sobre los cuchillosde sacrificio de los mayas pueda también aplicarse a los mexicas:

Tenían ciertos cuchillos de piedra de navaja muy agudos, los cuales dicenque cayeron del cielo, y que de cada pueblo y persona tomaron los quehabía menester; a estos cuchillos llamaban Manos de Dios y del Ídolo aquien sacrificaban; estos cuchillos tenían en tanta reverencia, por hacercomo hacían con ellos los sacrificios, que adoraban y cuando los tenían engrandísima veneración; hacíanles muy ricos cabos y remates con figuras,según su posibilidad, de oro y plata y esmeraldas y otras muy ricas ypreciosas piedras: teníanlos siempre guardados con los ídolos en losaltares.

1<11 cuchillo de sacrificio está representado innumerables veces en losródices; hay incluso un dios Itztapaltótec representado en esta forma.

Indudablemente, el instrumento con el que se daba muerte estabac argado de mana y por ello se le atribuía vida propia.

-~----------- -----~-- -==---~

29. Collera. tDurán, 1951, trato 2, lám. 45, cap. 30.)

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188 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

LA "COLLERA" XI. EL SACRIFICADOR

Para impedir que la víctima levantara la cabeza, se le :olocaba en elcuello una especie de cincho que jalaba hacia abajo uno de I()~sacerdotes (Durán, 1967,1, p. 32; 1951, lám. 4ª, cap. 30). ~uando ~('hacían sacrificios en honor de Huixtocíhuatl, se le detema el cuellocon el pico de un pez sierra.

:OMO en toda religión en la que existe un sistema sacerdotal orga-rizado y una estrecha relación entre la religión y el Estado, el únicoupacitado para llevar a cabo los sacrificios era algún sacerdote de-

I rrninado y en algunas ocasiones el rey mismo. Éste es el caso paraIodos los sacrificios humanos o de animales en cuyo rito hay ciertaomplejidad y es un modo de establecer el monopolio de la comu-ilcación con lo sobrenatural por la clase sacerdotal.

Como se ha dicho, los sacerdotes gozaban de muchos privilegios:1\ los templos en los que servían había tierras trabajadas por losunpesinos como tributo; tenían derecho a comer cierta parte de la( tima; pero, además, debían recibir una remuneración como pagonr sus servicios, que ha de haber sido bastante elevada, tomando enu-nta que todos los sacrificios humanos implicaban un enorme gasto(Ir parte de los ofrendantes.Sacrificar era un privilegio o una capacidad exclusiva de los sacer-

01 s y de los reyes, los únicos que podían soportar la descarga de lohrenatural generada al matar. Eran los únicos que podían investirseI s dioses y personificarlos y comer los corazones de las víctimas;I 110, después de efectuar el sacrificio, dice Tlacaélel -que no era

189

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190 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

rey de jure-: "Mal he hecho en vestirme las vestiduras y s:mejanzas delos dioses y mostrarme sus semejanzas y como tal dios, tomar elcuchillo y sacrificar hombres. Y si lo pude hacer y lo he hecho ... luegorey soy por tal me habéis tenido ... " (Durán, 1967, II, p. 315). E~ lasceremonias especiales los reyes desempeñaban el papel de sacrific»dores. Por ejemplo, cuando se terminó el Templo Mayor, ~~lUítzoll,rey de México; Totoquihuaztli, rey de Tacu~a;. Nezahualp~lh,.rey dI'Tetzcoco, y Tlacaélel, cihuacóatl de México, iniciaron el sacrificio par:Ique lo continuaran los sacerdotes (Durán, 1967, n, p. 344). E~ lainauguración del Quauhxicalli, Huehue ~otecuhzom~ y Tlacac}cliniciaron el sacrificio con los presos de la Mixteca (Duran, II, p. 192),para ello, además de su lujosa indumentaria de reyes y de presentarsecompletamente tiznados, "echáronse a las espaldas unas olletas heclunde piedras verdes, muy ricas, donde significaban que no solamcutreran reyes, pero juntamente sacerdotes". .

Otra ocasión en la que se menciona a los reyes como sacrificado: c'.es cuando los españoles están a punto de conquistar Tenochtitlau, )/Cuauhtémoc y Mayehuatzin, rey de Cuitláhuac, sacrificaron cuau «cautivos cada uno (Códice Florentino, XII, p. 92; Anales ... ,p. 71) ..

Aunque no hay mención específica de que los sacerdotes tuvr« I.111

que efectuar preparativos antes del sacrificio para poder enfre.nl:II ~I

a lo sobrenatural, inferimos que toda la vida del sacerdote meXIC:IC'III

un continuo adiestramiento para ello, que consistía, entre otras co,~" I

en abstinencia alimenticia y sexual, penitencias, mortificaciones dc' 11

carne y expresiones externas, como el pelo largo y el cuerpo y la C 111

pintados. .,Según algunas fuentes, los sacerdotes sacnficadores debla~ clIl,111

se la cabeza con unas mantas blancas (Costumbres ... ,'p. 61; H1SIOlII/,¡los mexicanos ... , p. 240); en las ilustraciones de los sacrificios, .~olllt

todo en los códices poscortesianos, los sacrificadores visten un u/lí.v/lo/ly una manta más o menos ordinaria. Pero pare~e más bien ~lIC, ~(IIIItodo en ciertas ceremonias, el sacerdote sacnficador vestía la 1111111

mentaria del dios que estaba honrando (Durán, 1967, 1,p. 13]). 1·',11Códice Borbonico se puede ver claramente cómo los sacerdotes vl~1I

los atuendos de los diversos dioses. Tezozómoc (1944, pp. 31 H, 11111

da una relación de los dioses cuyas indumentarias vestían los S,\( c'lIltes que sacrificaban durante la consagración del templo mayol ,1Tenochtitlan. En la fiesta de Huitzilopochtli (Durán, 1967,1, p. ~\1)sacrificador tomaba el nombre de Topiltzin, y como tal se vestí»: "11

ELSACRIFICADOR

mant~ colorada, a manera de dalmática, con unas flecaduras verdes yamarillas :n la cabeza, y en las orejas unas orejeras de oro, engastadasen ellas ple.dras verdes, y debajo del labio un bezote de piedra azul."

Los s.acnficadores debían pintarse el cuerpo con tizne o con alma-gre. El t~zne erayamado teotlaqualli, "alimento divino", y estaba hechode~ hall m de bichos y plantas ponzoñosas diversas, según el dios a~UIen s.e fuera a dedicar el sacrificio (Durán, 1967,1, pp. 51-52). Estetizne, SIn duda, ponía al que lo ostentaba en un estado de alienaciónque le hacía posible enfrentarse a los poderes sobrenaturales; por ellolo usaban los sacerdotes o los reyes, quienes estaban más frecuen-temente en ~ontacto con estos poderes. El uso del teotláhuitl; almagrepara los ~acnficadores, lo menciona Sahagún (1969, II, p. 55) para lasceremonias en el mes de panquetzaliztli.

Los sacrificadores recibían nombres particulares de acuerdo con laeremonia en que oficiaban; ya se ha mencionado el de Topiltzin para

la fiesta de Huitzilopochtli. Quien sacrificaba a los guerreros vencidosn la lucha gladiatoria recibía el nombre de youallaua (Sahagún, 1969,

1,pp. 124, 126, etc.). Los que mataban en la fiesta detecuilhuitontli seIla~aban huixtotin (Códice Florentino, II, p. 88). Tlatlacanaualtin erandeSignados los que sacrificaban a la imágen de TIacahuepan Cuexcotzin11tóxcatl (Sahagún, 1969, 1, p. 160). En xócotl huetzi se llamaban

f'¿auquacuiltin (Sahagún, 1969,1, p. 169). Tlillan Tlenamácac mataba aIJ cautivo ~~ honor del "dios del infierno" (Sahagún, 1969,1, p. 233).La menClOn de que el teotlaqualli contribuía a infundirIes valor

lira sacrificar a los hombres indica que no era una tarea fácil nilacentera matar seres humanos, y menos aún niños; por ello, a losr .rdotes que se rehusaban a matar niños los llamaban mocauhque,Ic~ados", "y los tenían por indignos de algún oficio público" (Saha-11,1969, I, p. 141).

Ah~ra bie~ I~s sacerdotes que tenían autoridad para sacrificar cual-rlcr tipo de vicnma tenían un alto status: "reverenciados como supremos«crdotes" (Durán, 1969, 1,p. 31), "y más digno de honor a quien mejor« a este ~acrificio" (Hist01ia de los mexicanos .. " p. 112). El oficio se1I,'dabadlrecta~~ente de padres a hijos (Durán, 1967,1, p. 31).1'.11 algunos SitIOSde Mesoamérica ocurría algo semejante; pormplo, entre los tarascos, los sacerdotes sacrificado res se llamabanlII!ec,ha,y "desta dignidad era el calzonci y los señores y los que lestrnían manos y piernas: hopitiecha y eran tenidos en muchos"locián. de Michoacán, pp. 181, 182). Sin embargo, entre los zapotecos

191

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192 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

y entre los mayas el oficio de sacrificador no era tan bien visto (Landa,p. 49; Krickeberg, p. 306).1

No hay referencias en los textos sobre mujeres sacrificadoras; sinembargo, en varios códices de origen mixteco aparecen damas de altajerarquía extrayendo el corazón a un individuo.

Los AYUDANTES

Además del sumo sacerdote, que era el que abría el pecho de la vícti 11111

y le extraía el corazón, una serie de personas colaboraban en todo ('1proceso.

En primer lugar, cinco sacerdotes, también de alta jerarquía, q"lsostenían las piernas, brazos y cuello de la víctima en el momento dl'lsacrificio y que recibían el nombre de chachalmeca (Durán, 1967,1, l'31). Estaban pintados con el hollín en algunas ceremonias y en otras,como por ejemplo en la celebrada cuando se inauguró el Quauhxicalll(ibid., II, p. 193), estaban pintados de almagre "hasta los braguero» ,ceñidores y almáticas que traían"; pero según Durán siempre traLlI1

unas coronas de papel con rodelillas como remate.Los que ayudaban a subir a la víctima sosteniéndola por los bra/ll.

y que, según Tezozómoc (1944, p. 331), estaban pintados de 111")1,111

con tizne, y los pies y las manos de almagre, parece ser que redil 111

el nombre de mapan mani. A los que portaban las banderas dcluuude ellos, a las mujeres que les lavaban las caras (Sahagún, 1969,1,1'1'

225-229), a los que bajaban los cadáveres y a las mujeres teixasulut!(ibid., p. 206), que habían dado de comer y de beber a los muertos¡ Imuchas de estas personas que participaban de una u otra manera 111

los sacrificios se les remuneraba con mantas y otros objetos. NIsabemos bien si estos cargos eran ocupados por sacerdotes o por W'lliIcomún, ni si existían en todas las ceremonias o sólo en algunas, ( 111111

en panquetzaliztli y quecholli.Había muchos sacerdotes que participaban en el rito san ¡llllr

preparando lo necesario para la ceremonia. Varios de ellos ap"I 1'1111

en la relación de sacerdotes que proporciona Sahagún, prep;1I.LilrI

1 En Amula, Ameca, el sacrificador tenía que ser un "mancebo virgen y '1111 I

hubiese tenido ayuntamiento con mujer" (Relación de los pueblos de Amula, AIII'II/ Iparte, p. 32).

EL SACRIFICADOR193

bjetos para las "imágenes" de los diose ' .mayor parte de estos dioses eran los del :guq:e s~fI~n sacnfic~¿os. La

Había otros ue te' f . Y e a vegetaClon.feccizcuacuilli, qu~ deb~I::st~~:I07~s desrecífi:as en el rito, Como elToci (Sahagún 1969 1 191) PI e a mujer que representaba a

11 muslo. ' , ,p. , o e que llevaba por carátula la piel de

Mictlantecuhtli, con indumentaria de est di .acrificaban en el quauhxicalli en calidad e lOS,guiaba a los que

muerto (Tezozómoc 1944 286) U de acompanantes del reyíura se encargaban de arr0 p. l . n?s sacerdotes de elevada esta-

Con los datos que hem:sa os caut~vos a las grandes hogueras.proporcIonado hasta' d

,omprender claramente cómo d bid 1 .aqui se pue eha ía necesaria la reglamentación ella o a o .c<~mp~~Jodel ritual, seruclores y de los diversos as t ¡1 .especl~hz~clOn de los sacrifi-1111 monopolio más estricto ~ec 01s e ~It°dsacnfiClal, lo que llevaba a

n e manejo e lo sagrado.

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XII. EL SACRIFICANTE

I

)

I acrificante y la víctima son los dos elementos del rito sacrificial que11 n mayor importancia dentro de las relaciones sociales, puesto

lIle' señalan precisamente al sujeto que pretende beneficiarse median-1'( asesinato ritual de un ser humano.Individualmente todos los mexicas debían sacrificar u ofrendar,

lumasu: o vemana, a los dioses, y lo hacían a través de comida11 I arada o matando pequeños animales, sobre todo codornices;

1.1. ACRIFICANTE -<> sacrificantes- era la persona que ofrecía o pro-porcionaba la víctima o víctimas para el sacrificio. Hubert y Mauss( I( 67, p. 10) dicen al respecto:

Damos el nombre de sacrifican te al sujeto en quien recaen los beneficiosdel sacrificio o que pasa por sus efectos. Este sujeto es a veces unindividuo, a veces una comunidad, una familia, un clan, una nación, una

ciedad secreta. Cuando es una colectividad puede ser que el grupoumpla la función del sacrificador, es decir, asiste al sacrificio como un

cuerpo, pero a veces delega a uno de sus miembros, quien actúa en sulugar.

195

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1\)( I<:I.SA am'l :IOII\JMAN ) Jo:N'I'REL )'MEXI ,AS

P r no todos podlan ofrenda,' seres humanos. Esto se había convcrt i(tllen un privilegio exclusivo de la clase superior.

Se puede hacer una división de los sacrificantes de víctimas 1111111 ,

nas en colectivos, individuales y oficiales o del Estado, cada uno de 1I Icuales tenía motivaciones y fines diferentes, Los primeros tenían 111Ifin principalmente religioso y buscaban el bienestar de la cornunid:u 1,mediante beneficios materiales o sociales de unidad; los segu "dllaspiraban al bienestar personal, por medio de prestigio, status y poe11'1,Yen los terceros el fin político se fundía con el religioso y correspoi \(1 fI,a un Estado despótico y expansionista.

EL SACRIFICANTE COLECTIVO

El sacrificio ofrecido por la comunidad, sacrificante colectivo, ('.~I 1más antiguo. En ciertos grupos agrarios se ofrendaban miemln uimportantes de la comunidad, incluso el jefe mis.mo o un~ de ~II,~vástagos, víctimas que eran consideradas como objetos prec\Oso~. 1',1fin último que se buscaba en este tipo de sacrificio era la armonía l.111el cosmos, por 10 que se ponía cuidado especial en los momentos •11

crisis, que, como se ha dicho, coincidían casi siempre con ciclos de 111

naturaleza y con situaciones de cambio o conflictivas de la sociedadAsí, pues, casi todos los sacrificios tenían un c~rácter profil~~1in I \'

estaban relacionados con el ciclo agrícola, con ntos de la fertiliclud uestacionales; probablemente por eso casi todas las mujeres y los ni II1I

sacrificados pertenecían a esta categoría, así como las víctimas nohhy casi todos los esclavos que representaban a un dios en las fi~sta.~:

El sacrificio, como hemos dicho, era una forma de comumcaruutentre los hombres y la divinidad para influir sobre esta última, y Milbeneficios favorecían a toda la comunidad. Este tipo de sacrificios, .'11la época de los toltecas, según Ixtlilxóchitl (p. 273) se ~racticaba sol"con niños y excepcionalmente con delincuentes. Los ejemplos que ••Inacemos nos hacen pensar que se efectuaban en momentos ,11

grandes crisis, como, por ejemplo, cuando los toltecas fueron aso l.:11 11 I

por el hambre durante siete años, después de los cuales los. C~\(I 1

pidieron en sacrificio a los hijos de Huémac, quien para alivia1 1,situación de su pueblo los llevó a Xochiquetzalyapan, a Huizor I I

Xicoco, que eran una acequia y unos cerros, donde fueron inmolar 111

(Anales de Cu.au.htitlan, p. 13).

ELSACRIFICANTE 197

P teriorrnente, en una época de sequía, los tlaloque pidieron a1\itzálxoch, la hija del noble mexicano Toxcuécuex, que fue sacrifi-

1 Ida n Pantitlan, volviendo así la abundancia a la tierra (ibid., p. 13).I,os Anales de Tlatelolco (p. 34) pretenden que la finalidad de esteI .riflcio fue que los mexicanos se salvaran de una penosa enfermedad

'In los había afligido.Netzahualcóyotl (Ixtlilxóchitl, p. 405) trató de modificar la cos-

tumbre de los mexicanos de sacrificar a sus hijos y a sus criados para'111 en su lugar sacrificaran a los "hombres habidos en guerra". SinI mbargo, aún para la época de contacto se siguieron sacrificando11 I S nobles para ofrecerlos a los tlaloque: "cuando ya estaba el maízdI un palmo", en todos los pueblos en donde hubiera un tecpan op.llacio se sacrificaba un niño y una niña de 3 años, hijos de nobles( 1 tolinía, p. 66). En el mes de xochilhuitl eran sacrificadas dos jóvenes.tl h~línea de Tezcacóac -uno de los teomamaque de la peregrinaciónIH'XICa-y ofrecidas a Xochiquétzal (Durán, 1967, Ir, p. 192).

Los cuerpos de los niños y de lasjóvenes no se comían, sino que se111 rraban, a diferencia de los de las otras víctimas. En crisis oca-unales, como la inundación causada por el Acuecuéxatl cuando

11 liaba AhuÍtzotl, se sacrificaron niños "principales", llamados tla-utrcuhtli, para exorcizar el agua (Tezozómoc, 1944, p. 383), pidiéndole1'11' volviera a su curso.

No tenemos la certeza de que en la época de los toltecas los reyes!,Ie gobernaban más de 52 años fueran inmolados, como los de otras1111liras de las que habla Frazer (pp. 312-332), porque habían perdido11 vigor. Desgraciadamente, el párrafo de Ixtlilxóchitl (p. 291) deIlIode se podría sacar esta interpretación es muy oscuro: ".. .losilrccas tenían una costumbre que no habían de gobernar más quetlll uenta y dos años sus reyes, como y<.tlo tengo declarado, y así antes, I Iiempo les quitaban la vida, cumplidos los cincuenta y dos años,111 ¡ue casi todos morían muy mozos". Pero esta idea no resulta tan

abellada si la asociamos con la creencia -que analizaremos más1I lante- en la necesidad de morir para renacer, que a su vez está«la directamente a la carga de mana de los hombres, los hombres-

o. s y los dioses y con la relación entre el mana del dios, especial-lile Tezcatlipoca, y el rey.

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198 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

El sacrificio de los dioses

El sacrificio de los dioses fue practicado por sociedades agrícolascomplejas y diferenciadas, donde existía el politeísmo y no una meracreencia en los espíritus, lo que, como hemos explicado con anterio-ridad, coincidía con las culturas urbanas, ya que los diversos dioses,además de ser personificaciones de fuerzas de la naturaleza, lo erantambién tanto de las diferentes secciones que integraban la sociedadcomo de ésta en su totalidad.

En mi opinión, fue una evolución del sacrificio de la comunidad,es decir, originalmente la persona que representaba al dios era UII

miembro importante de la comunidad y después fue sustituida pOI'un esclavo, al que se purificaba, aunque en algunos casos se siguieronhaciendo sacrificios de niños y de jóvenes nobles.

Cuando llegaron los españoles a Tenochtitlan, los sacriticios de I()~

dioses habían sufrido aún mayores deformaciones, pues se llevaban ncabo en mayor escala y comprendían lo que llamaban "el estrado <1('los dioses", o sea que se sacrificaba a los cautivos de guerra antes qllc'al dios.

Con el fortalecimiento del Estado y su consiguiente manipulaciónde los ritos, éste llegó a canalizar la violencia y la agresión repriruidudel pueblo contra la autoridad encarnada en los gobernantes, q\l(

también eran considerados como dioses, hacia las víctimas "imágeru-x"de éstos. Las víctimas en este sentido desempeñaban el papel de chivcIexpiatorio.

El sacrificio de los dioses ha sido descrito por muchos invesl ig,Idores como uno de los más antiguos y más extendidos geogrMic Itmente. Robertson Smith (p. 313) suponía que en este tipo de sacrilu 111

prevalecía la idea de que entre el dios y la víctima totémica existía 1111

parentesco, y que el sacrificio anual se explicaba porque conmeu« 11

ba y rehacía un drama en el que el dios era la víctima. Frazer (pp. :1 I ,559) asoció el sacrificio totémico con el del asesinato ritual d« 1(1

espíritus de la vegetación y trató de mostrar que del sacri~cio y 111 Ialimento-comunión, por medio del cual el hombre se asemejaba :1 lit

dioses, se originó el sacrificio agrario, en el que para aliarse al dios 1I Icampo éste era muerto y comido. Según estos investigadores, 1 iI Itodos esos sacrificios están basados en la dramatización del mito C'II

que el dios es asesinado para volver a nacer posteriormente por d 1, I

de la humanidad.

EL SACRIFICANTE 199

30. Sacrificio de niños. (Sahagún, 1948, p. 291.)

En el caso del sacrificio de los dioses de los mexicas, existen losp ctos mencionados por Robertson Smith y por Frazer, quien se

11. en Mannhardt. Si bien los dioses mexicas no eran deidades to-micas, tenían indudables vínculos de parentesco con la gente de su

11m, grupo étnico o grupo ocupacional, que en la mayor parte de loso reconocían al dios sacrificado como su antepasado. Tales grupos

In los q~e ofrendaban a las imágenes antropomorfas de sus dioses,111 también .representaban diversos aspectos de la naturaleza. Hay111( bas sufiCIentes para afirmar que los mexicas creían en la transmi-1111 de mana o energía, que se reflejaba,' entre otras cosas, en la

11 sidad de morir para propiciar su renovación o su transmisión.1111 r (p. 212) afirma que el sacrificio presupone una resurrección,

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200 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

o al menos una renovación, y la posibilidad de volver a nacer en otrasépocas o en el ámbito de lo sagrado. Se~er (Códice Borgia, 1, p ..107)transcribe una relación escrita en Metztitlan, en 1579, que dice lo

siguiente:

El ídolo Tezcatlipoca mató al dios del vino, de su ~onsenti~ient~ yconformidad, diciendo que así lo entronizaban, y que SI no mona habla.~de morir todos los que bebieran vino; pero la muerte de este Ometochtlifue un sueño de borrachera, que después de vuelto en sí quedó sano ybueno ...

La muerte de Quetzalcóatl y su renacimiento como. Venus, as.ícornola inmolación de Nanahuatzin y Teccistécatl (Tecucistécatl), vienen aser lo mismo. Estos últimos se arrojan a la hoguera para renacerconvertidos en astros esplendorosos, y piden a su vez la muerte de lo~dioses, petición que es ejecutada por el viento (Sahagún, 1969, n"t258) o por Xólotl (Mendieta, 1,p. 85; Torquemada, TI, p. 78). PO.dll.I

mas interpretar esto como la necesidad de que todos los dIOS"~murieran sacrificados para seguir siendo dioses, sobre todo cuandose iniciaba un cambio como el surgimiento de un nue,vo}ol, lo.<1111'

seguramente se conmemoraba en teotleco,cuando se.deCla; Los dIOM'"llegan ... " Dizque se iban los dioses a algun lugar veinte días, y cuandovolvían se decía: "Llegaron, regresaron, vinieron los dioses" (Sahagúu,

1948, p. 307). .' ILa idea de muerte y resurrección se refleja también en que al~II,I'

fuego tenía que morir cada 52 años apagado por el agua (Motol~III.I,p. 49; Historia de los mexicanos ... , p. 228) para volve~a n:cer con m.'y' 11

fuerza, y en que al maíz se le revivía cada ocho anos, renovando MIjuventud" (Códice Florentino, II, p. 164).

Sabemos, por supuesto, que las mujer~s muerta: en el p:" 111

pasaban al mundo de lo sagrado convertidas en diosas, que 111_guerreros muertos en la guerra o e~ el sacrificio volvían a nacer COII'I'chupamirtos o colibríes en el paralso solar, que los mercaderes.,!,,,morían en el cumplimiento de su deber "no morían, sino que se dlill

al cielo en donde está el sol" (Sahagún, 1969, III, p. 33), y que los n')'1

renacían como dioses, posiblemente fundiendo su mana con el (\1' 11

deidad tutelar. ,Los esclavos muertos en ochpaniztli quemaban sus pertenencia III

noche anterior (Sahagún, 1969,1, p. 205) al sacrificio, pues "0('1 1111

EL SACRIFICANTE 201

que todas estas alhajas que quemaban se las habían de dar en el otromundo donde iban después de la muerte".

Carrasca (1976, p. 240) supone que las víctimas sacrificadas querepresentaban una deidad se sumaban a ésta o al grupo de deidadesa las que se les sacrificaba: "Los sacrificados al dios de la lluvia Tlálocse convierten en diosecillos de la lluvia y los guerreros sacrificados vana servir al sol."

Ya hemos expresado que los dioses se representaban de diversasmaneras, y que una de ellas era a través de las imágenes vivientes quese sacrificaban anualmente para que la esencia divina que estabadentro de la imagen se liberara y pasara a vivificar y a ayudar el aspectode la naturaleza que representaba, o que se identificara con el grupohumano del cual era deidad titular. Estas imágenes de los dioses sellamaban ixiptla, palabra que ha sido analizada por López Austin(1973, p. 79), que dice: "Tiene como su componente más importantela partícula xip y el concepto corresponde al de 'piel', 'cobertura','cáscara', muy semejante a lo que propuse para 'nahualli'."

La imagen humana a la que se podía, mediante el sacrificio, quitarsu cobertura o piel fundía su esencia sagrada con la del cosmos. Esdecir que a través de la imagen humana se podía manejar esa energíasagrada, captándola con la consagración y liberándola después me-diante el sacrificio, en el momento necesario, permitiéndole quevolviera a "rencarnar", por decirlo así, en una imagen distinta en la. iguiente celebración anual. Era también una forma de repetición deciertos mitos para que estuvieran vigentes en su re-actuación.

El mana de la imagen, y en general de todas las víctimas, se(' ntrolaba parcialmente la noche anterior al sacrificio rapando el pelode la coronilla, donde -como hemos explicado en otro trabajo (1976,pp. 14, 15)- se concentra el lona o energía caliente.

Como dijimos, las víctimas que encarnaban a los dioses habían sidooriginalmente miembros de la comunidad, pero para la época det nntacto habían sido sustituidas en su mayoría por esclavos purifica-dos del estigma de la esclavitud por medio de un baño ritual que losconvertía temporalmente en "hombres-dioses", como los ha llamado1,( pez Austin:

e liada aquella ceremonia de lavallos ypurificallos los sacerdotes a causade que eran comprados y con aquello quedaban limpios de la mácula delautiverio [Durán, 1967, 1I, p. 121].

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202 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

A estos esclavos los compraban en mercados especiales, donde losvendían los tealtianime o tecoanime, mercaderes de esclavos. Los requi-sitos más exigidos eran: que no tuvieran defectos físicos, y por lo tantoque fueran de buena apariencia, y que supieran cantar y bailar. Elprecio de compra variaba entre treinta y cuarenta mantas, de acuerdocon las cualidades que reunían.

El papel de dios, que se adquiría mediante el baño ritual y poste-riormente al vestirse con la indumentaria de la deidad representada,duraba de veinte días a un año, periodo durante el cual la víctima eravista y tratada como una deidad, y como tal debía actuar. Una parteimportante de su actuación como dioses era bailar en lugares hechosa propósito, sobre todo la noche anterior al sacrificio, cuando teníanque bailar con todos o con algunos de los ofrendantes. A algunasdiosas las ponían a hilar ante el templo o a vender en el mercado.

Prácticamente en todas las fiestas del calendario anual se sacrificabauna o varias de estas imágenes que habían sido compradas y ofrendadas por grupos unidos por algún vínculo social, económico, políticoy posiblemente de parentesco, y que perseguían como fin de es«sacrificio un beneficio general para su comunidad. Ejemplo de estoson los curanderos y dueños de temazcalli, que ofrecían la imagen dI'Toci (Sahagún, 1969, 1, p. 48); los fabricantes de sal ofrecían la d~'Huixtocíhuatl (Sahagún, 1969,1, p. 154); los amanteca, las de Coyot!ináhual, Nahualpilli, Macuilcalli y Cintéotl (Sahagún, 1969, m, p. 62):los xochimanque, "oficiales de las flores", del barrio de .Coatlan, ofr('cían la imagen de Coatlicue (Sahagún, 1969,1, p. 187); los plateros,entalladores, labradores y tejedoras, la imagen de Xochiquétzal (DIIrán, 1967, 1, p. 196); los calpixque o mayordomos, las imágenes dI'Tona, Cozcamiauh o Ilamatecuhtli, Mixcóatl y Coatlicue (Sahagúu,1969,1, pp. 203, 204); los que hacían pulque ofrecían las imágenes d,Tlamatzíncatl e Izquitécatl (ibid., pp. 204, 205) y Coatlicue; los guen ('ros distinguidos ofrecían un "mensajero", que era "enviado" al solAunque no hay datos suficientes al respecto, suponemos -por lo <jllll

expondremos más adelante-que el señor, el rey, como representannde su pueblo, era el que ofrecía la imagen de Tezcatlipoca.

Las imágenes correspondían al sexo y a la edad del dios que estabuurepresentando. En honor de Tláloc y de los dioses del maíz NI

sacrificaban muchos niños, cuya edad aumentaba conforme la mallldel maíz iba creciendo; de igual manera la edad de ciertas vícuuuufemeninas aumentaba a medida que avanzaba el año.

EL SACRIFlCANTE 203

El sacrificio de niños estaba relacionado principalmente con elagua y su efecto sobre las plantas, sobre todo el maíz; aunque enocasiones también se perseguían fines bélicos. Casi siempre se efec-tua~a .en los cerros y en los lugares donde hubiera agua: lagunas,nacirruentos, etcétera.

~n el mes .de atlcahualo o de quahuitlehua se celebraba una fiesta parapedir la lluvia, y se sacrificaban niños en varios cerros alrededor deTenochtitlan, y en el Pantitlan, el "sumidero" o remolino que había en lalaguna, que, como dijimos, tenía carácter sagrado. Los niños sacrificadosn los cerros recibían los mismos nombres de éstos: Quauhtépetl,

Yoaltécatl, Poyauhtla, Cócotl yYauhqueme; a los sacrificados en Pantitlanse les llamaba Epcóatl o Tláloc (Sahagún, 1969, 1,caps. 1y xx).

Durán, 1967 (n, p. 137) nos hace un relato detallado de las cererno-nias que se efectuaban en el mes de huey tozoztli, que correspondía máso menos a fines de abril y principios de mayo.' Era uno de losmomentos clave para la agricultura, porque las matas de maíz habíanalcanzado una altura que indicaba que si no empezaba a llover sed blarían y perderían; toda la población, por lo tanto, debía participarn las ceremonias.

En el cerro llamado Tlalocan, "que está de esta parte de la sierraN vada como de la otra parte de Tlaxcalla, Huexotzinco", los prin-e ipales, encabezados por el rey, sacrificaban a un niño como de 6 o 7iños: y en el Pantitlan, a una niña de la misma edad que representaba, todas las fuentes y arroyos.

A la ceremonia en el cerro Tlalocan acudían todos los principalesel~ México: incluidos los reyes de Acolhuacan, Xochimilco, Tlacopan

re~ochUtlan; en la madrugada, dentro de una litera, sin que nadielo, Vler~, los sacer.dotes degollaban al niño y recogían su sangre enIIl1a VaSija,que rociaban sobre la imagen de Tláloc, los idolillos que lorodeaban y las ofrendas recibidas.

Cuando los principales permanecían en el monte ante el templo de1'1, loc, en Tenochtitlan, en un bosquecillo que había en el patio delle Huitzilopochtli, se llevaban a cabo otras ceremonias que consistían11hincar un gran árbol, debajo del cual colocaban, en un pabellón, a

IIlIa niña a la que le cantaban sin bailar.

I Costumbres ... (p. 41) describe el sacrificio de una india esclava virgen, a la quelIur 111el nombre de Quetzalcóatl y que guardaban diez días en el templo; es muy11 lble que se refieran al mismo sacrificio.

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I

i j

204 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

Cuando los señores terminaban el rito en el monte y venían (\('regreso a la ciudad, tomaban al árbol y a la niña en su litera, y sin cesaide cantar, acompañados por las mujeres y los niños, la conducían alsumidero de la laguna. En este lugar hincaban el árbol y degollaban ala niña con una fisga de matar patos," para que escurriera la sangl ('en el agua; en seguida arrojaban su cuerpo al sumidero y lanzabanoro, piedras, collares y ajorcas. Finalmente, todos los participanicxregresaban en silencio.

Etzalcualiztli, mes en el que normalmente ya habían entrado Ia~lluvias, era un mes de regocijo y de agradecimiento, por lo cual SI'

realizaban sacrificios de hombres, imágenes de los tlaloque, y cuyocorazones se arrojaban a la laguna; con ellos se inmolaba a un niñoa una niña que colocaban en una canoa, la cual dejaban hundir en 1,1Pantitlan (Motolinía, pp. 66, 67). Hay también un relato sobre el s,crificio de un hombre y de una mujer, imágenes de Tláloc y Huixu 1

cíhuatl, a quienes se hacía vivir como casados.Como los niños sacrificados eran dedicados al agua y a las plaut.i

de maíz, se creía que después de muertos vivían con los tlaloqu»(Torquemada, II, p. 151) o con Tonacatecuhtli, el "señor de III~

mantenimientos" (Códice Florentino, VIII, p. 115).Casi todas las mujeres sacrificadas eran "imagen" de alguna dio~¡I

sólo en el mes de panquetzaliztli y cada cuatro años, en Izcalli, !"I,1I1

sacrificadas en forma masiva.El sacrificio más conocido de la "imagen" de un dios es el dI

Tezcatlipoca en tóxcan3 que representaba su papel durante un aUII

Esta "imagen" se seleccionaba entre los cautivos más apuesto. \conservados especialmente por los calpixque para representar ('papel (Ramirez; p. 155).

Instruido en tañer, cantar, hablar, y en las costumbres de 111

señores, se le educaba en todos los deleites y el rey le regalaba 1'01 HI

Yadornos. Se le proporcionaban ocho pajes que lo acompañaban I

todas partes. A diferentes horas del día, pero sobre todo en la 1101 1"solía subirse a un Quauhxicalc04 y tocar su flauta hacia las ella 11"

2 Creían que la fisga para matar patos,llamada en náhuatl rninacachalli (jnstruuu 1111

de tres puntas), había sido concebida por el dios Opochtli.3 En la 'Relación breve ... , Sahagún 1948 (p. 298) dice que en este mes 1111111

Tezcatlipoca.4 Decimoquinto edificio: "Era pequeño, redondo, de anchura de tres brazas (11 f 11 ,

de altura de braza y media; no tenía cobertura ninguna ... " (Sahagún, 1969,1,1'_' '11

EL SACRIFICANTE 205

direcciones (Sahagún, 1969, 1, p. 234). Los macehuales lo llamaban"señor" y el señor lo llamaba Téotl, "dios". Veinte días antes delsacrific.io, le cambiaban la indumentaria, le cortaban el pelo como alos capitanes y le daban cuatro doncellas para que durmieran con él,a las que les ponían el nombre de las diosas Xochiquétzal, Xilonen,Atlatonan y Huixtocíhuatl. Cinco días antes del sacrificio honrábanlecomo a un dios, cada día en un lugar distinto; el primero en el barriode Tecanman, el segundo en el barrio donde estaba la estatua deTezcatlipoca, que suponemos sería Tezcacóac, el tercero en el monte-cillo Tepetzinco y el cuarto en el montecillo Tepepulco.

E~día del sacrificio lo subían a una canoa perteneciente al señor, ypartiendo de Tepepulco navegaban hacia Tlalpitzaoayan, ya dentro~I, la j~risdicción ~e. Chalco,~ donde estaba un famoso templo de1 zcathpoca y Huitzilopochtli; ahí lo dejaban las mujeres y toda laI(tm~e,y volvían a la ciudad. Acompañado solamente de sus ocho pajes,ubía a un templo pequeño llamado Tlacochcalco, que estaba a la orilla

lid camino; ascendía las gradas con lentitud, rompiendo al mismoI ('mpo las flautas que había tocado durante su personificación del'ezcatlipoca, y ya en la cima le sacaban el corazón de la manera usual,IH\jabanel cuerpo con cuidado entre cuatro personas y después lenrtaban la cabeza, que colocaban en el tzompantli. Parece que luego

Io.~sacerdotes comían su cuerpo.James (s. f., pp. 63-64) hace notar que el rey se recluía por un

II'mpo, antes d~ matar al ixiptla de Tezcatlipoca, lo que se explicaumo una especie de muerte ritual de éste, mientras toda la corte seunía alrededor de su sustituto.IIvidtfeld (p. 89) supone que el ixiptla de Tezcatlipoca compartía

«na con el emperador, y que por tal razón, cuando se acercaba elImpo de que muriera la semejanza del dios, Motecuhzoma desapa-I fa: "El rey consideraba a este prisionero de guerra que se habíautvertido en teixiptla como su téotl." En este caso Hvidtfeld equiparapalabra téotl a mana.E ta idea de James y de Hvidtfeld de que el emperador compartía

11//(1, con Tezcatlipoca se confirma con lo que nos relata López demara (n, p. 399): "Cuando enferma el rey de México, ponen

I"Q , di'ue está cerca e camino de Iztapalapan que va hacia Chako, donde está unuuccillo que llaman Acaquilpan o Caoaltépec" (Sahagún, 1969, 1, p. 155). Según

111, 11 (1967, Ill, p. 366), Ahuítzotl, después de su conquista de los pueblos del sur, fuel' ,1 hacer una ofrenda.

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206 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

máscaras a Tezcatlipoca o Vitzolopochtli, o a otro ídolo, y no se loquitan hasta que sana o muere." Ixtlilxóchitl (pp. 350, 351) relata quecuando Tezozómoc enfermó pusieron un velo a la imagen de Tezca-t1ipoca, "y esta ceremonia fue ordenada de Topiltzin, que cuando elrey enfermaba le ponían si era él el monarca a Tezcatlipoca un velo,y no se lo quitaban hasta que moría o sanaba; y si eran los demás reyes,especialmente los que eran grandes señores, a Huitzilopochtli se hacíacon él esta ceremonia".

La renovación anual del mana del señor a través del sacrificio de la"imagen" de Tezcatlipoca está relacionada con lo que antes hemosmencionado acerca de que los reyes toltecas eran inmolados despuésde cumplir 52 años de gobernar, cuando su mana se había debilitadopor completo. El mana del señor, sin embargo, no se reforzabaexclusivamente con el sacrificio de la imagen de Tezcatlipoca, plll'~también en la trecena quiáuitl eran sacrificados algunos cautivos. "SIdecía que a costa de ellos crecía Motecuhzoma, a costa de elloreforzaba su tona, 'motonalchicaocya', a costa de ellos se ponía en pil'Así se dice que era como si a costa de ellos se convirtiera en niño p:1I11

que viviese mucho tiempo" (Códice Matritense, vol. VIII, fol. 208v).Cabe preguntar por qué, en el caso de toxcatl; el rey se ident i fil 11

con Tezcatlipoca y no con Huitzilopochtli, que era el dios tribal, 1·1calpultéotl del calPulli del rey; aunque, como hemos dicho, en la '1'11

de la Peregrinación el teomama que carga a Huitzilopochtli es 1'('1,1 I

cóac. La explicación puede radicar en algo que ya hemos mencionarlula ambigüedad de una serie de aspectos relacionados tanto (1111

Tezcatlipoca como con HuitzilopochtIi, que explica la prepondera 11111

que estaba cobrando esta última deidad con respecto a las 01111_,

especialmente Tezcatlipoca, dios más antiguo y que había sido 1111

poderoso, cosa que todavía se refleja en este rito.Por otra parte, es notable que, aunque se sacrificaba y se COIII I 11

imagen de tzoalli de HuitzilopochtIi, no hay ninguna referencia (.,,1'''cita de que fuese sacrificado un ixiptla de Huitzilopochtli.

En el mismo mes de tóxcatl se sacrificaba a una imagen de 'I'hu I1huepan Cuexcotzin, a quien se identifica con Huitzilopochili: ~ 11

embargo, esta "imagen" no se adoraba como a un dios, COUIII

Tezcatlipoca (Sahagún, 1969,1,p. 160). Durán (1967, 1,p. 97) mcru 11111que en tlacaxipehualiztli, entre otras "imágenes" de dioses dI' 11barrios, se sacrificaba a Huitzilopochtli.

La vaguedad respecto al sacrificio de un hombre-dios que (111

EL SACRIFICANTE. 207I~al?en de Huitzilopochtli debe tener al '. , ,significar, entre otras cosas " guna exphcaclon; podríacal' a ese dios quizá porq , que mngun ser humano podía personifi-

, ue su muerte hi tó . b .cercana o porque la cornuni , I s orrca esta a demasIado

on con e cuerpo de H itzil htlide masa de tzoalli, que renov b l UI I opoc th hechohacer con la masa y no con la a e padctocon este dios, sólo se podía

. e cuerpo e un homb lsacnficio era diferente. re, ya que e fin del

Los cuerpos de las "imá enes" di' .Untratamiento distinto al d:los ea ~ o~ dIoses sac~lficados recibíanConcuidado por varios homb u~vos. el de los primeros era bajado

. res, mIentras que el d l darrojado escaleras abajo Sin e b -Ó» e os segun os era"imágenes", como la de 'Tlál m ~rfo, a excepcion de ~Igunas de lasque mencionamos, sus cuer o~s~ra~ ~~:~n, o de.los niños yjóvenesautivos. Sin embargo el senPt'd d Idos, al Igual que los de los

, I o e comer una u : " •debe de haber sido diferent Imagen y un caunw,contenían mana la carga de ~' por~ue aunque los cuerpos de ambosmayor que la de' los segundos~s pnmeros debe de haber sido mucho

"Teoqualo" o teofagia

a se ha mencionado que además de los' .le diferente tipo como las i ' ~íptlas humanos, había otros(Amaranthus hibridus) E ta ~a~enes de dIoses que se hacían de tzoalli

. s s Imagenes eran sacrifi d de Ia míanera ue la ícti ~h ica as e a mIsma. ~_~_~~In~. umanas, y sü cuerpo r tí d

omresen los fieles acto al-----d-k-- '1" -- -..- ..epar I o para que loJ d' " . !.~_~ese aoa e nombre de teoqualo "

lOS-,'yg~ estaba relacionad ta b" ~----,,~.,' comer610 '- ---,. '. - .: ~ Tl! ten con el intercambio de mana

que en el caso del sacrificio de e ta .- ,-- -- . ---- .~talizar a la naturaleza, sino que sses::;:~;í:e;::r~:~~I~:raba ~ararsrna, refo~zando los pactos establecidos entre ell mumdadHay relación de imágenes de tzoalli de los o~.I~s muertos asociados con el agua (Sahagúnc;r;~;, de las culebras;

cnficaban en los meses de tepeílh "ti d ' : 1, p. 1~9) que se

uht~i,e,n el mes d~ xócotl huetzi (Co~:u:bres~ ~~e;.o~~~. ~:r~~\ ~t~n"122, López de Gomara II p 419- Relación br: ' , ,1,69 1 P 189)' de Omeá l" roe... , p. 30; Sahagúnn i969 1 P (1)~y :eHac~t :Idel cual.no se especifica la fecha (Saha~, ". , e unzi opochtli en tóxcatl p . .

El sacrificio más important . l ' yen anquetzalzztlz.Huitzilopochtli, cuya ma:::' s:::ol~gart d~~as, era el ~e la imagen

iplo. ran as Jovenes dedIcadas a su

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208 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

Tomaban semillas de bledos y las limpiaban muy bien, quitando la~pajasy apartando otras semillas que se llamaban petzíc~tl y tezcahuahtli; y.la,smolían delicadamente, y después de haberlas molido, estando la harinamuy sutil amasábanla de que se hacía el cuerpo de Huitzilopochtli [Saha-gún, 1969,1, pp. 274-276].

Suponemos que esto se hacía en Xilo~an, m!entras q~e en el Itepéyo<:los sacerdotes o los jóvenes de los seis barrjos (Duran, 1964, I, p. 27,Ramírez, p. 127) eran los que moldeaban la imagen. La masa SI'

mezclaba, según algunas versiones (Durán, 1967, I, ~~ 28), co.n aguamiel o miel de maguey y, según otras, con sangre de mnos sacrificadosy con piedras preciosas (Tapia, p. 582). Para formar el b~lto la ataba 11

con mantas muy delgadas (ibid.). Por huesos le poman palos d\'mizquitl; lavados antes ceremonialmente por la noche (~ostumbres ... ,p. 50). Por ojos le ponían cuentas verdes o azules y por dientes, gralll I

de maíz (Ramírez, p. 128; Durán, 1967, 1,p. 28~. _La imágen que se hacía en toxcatl era del rrusrno tamano que la dI'

madera que estaba en el Templo Mayor (Durán, 196y, 1, p. 28); ,~l'

colocaba sobre unas andas con asideros de cabezas de serpiente, las cuall'~se guardaban en el templo de Huitzna~ua (Sah~gú/n, 1969,1, P: 156). .

Tapia (pp. 582, 586) dice que detras de las Imagenes de piedra di ITemplo Mayor, cubierta por una pared, había una est;atua de. ~"a, 1I

que fue descubierta al destruir ídolos y pared. C~rtes .t~mblell 1

impresionó con estas imágenes, puesto que las describe diciendo <11"

los bultos Ylos cuerpos de los ídolos en quien estas gentes creen SOIldimayores estaturas que el cuerpo de un gran hombre. So~ hechos de IIIII~I'

de todas las semillas y legumbres que ellos comen, mohdas y mezclarhucon otras y amásanlas con sangre de corazones de cuerpos humanos.[Cortés, pp. 52, 53].

La imagen de masa de tzoalli de Huitzilopochtli era ve~tida y adonuul«ricamente, indumentaria que después de la ceremoma era entf(·.l\udt

por el rey a uno de los mercaderes, quien la guardaba como rcliqul«(Costumb,'es. . ., p. 32); frente al ídolo se colocaban pa~e~, he( 11"también de tzoalli, a los que se llamaba "los huesos de Huitzilopor 11111y la carne" (Durán, 1967,1, p. 29; Sahagún, 1~69, I, p. 156).

Después de ser adorada, la imagen era sacrificada en panquelzolll/I

I

I

EL SACRIFICANTE

Un hombre que se llamaba Quetzalcóatl tiraba el cuerpo de dicho Huitzi-lopochtli con un dardo que tenía un caquillo [sic] de piedra, y se le metíapor el corazón, estando presente el rey o señor, y un privado del dichoHuitzilopochtli que se llamaba teohua ... Luego deshacían y desbaratabanel cuerpo de Huitzilopochtli. .. Y el corazón de Huitzilopochtli, tomabanpara elseñor o rey,y todo elcuerpo ypedazos que eran como huesos de dichoHuitzilopochtli los repartían en dos partes, entre los naturales de Méxicoy Tlatilulco... [Sahagún, 1969,1, p. 274].

Partes del texto de Sahagún dan la impresión de que solamente ciertaspersonas comulgaban con la imagen de tzoalli de Huitzilopochtli; sinmbargo, Durán (1967, 1, p. 135) dice que todo el pueblo mexica:

hombres, mujeres, niños y ancianos, recibían y comían parte de lo que-l1osconsideraban como carne y huesos de su dios, para lo cual se ha-bían preparado con un rigurosísimo ayuno que incluía la abstenciónde agua. En realidad, lo que debe de haber sucedido es que sobre al-i-\unaspersonas que comían partes especiales de la imagen de Huitzi-lopochtli recaían ciertas obligaciones que tenían que cumplir duranteun año; pero todo el pueblo mexica comía una parte del cuerpo de sudios, renovando de esta manera el pacto establecido con él.

Representación o recreación de un mito

l. s sacrificios de los dioses tuvieron como fin, en ocasiones, repetir1111 mito o un acontecimiento histórico mitificado para volverIo vigen-11', recordando a la comunidad su origen y sus lazos sanguíneos y11 nevando el pacto o los pactos efectuados con los dioses, trasladán-dolos del pasado al momento actual.

La más notable de estas ceremonias ocurría en panquetzalizili;I liando se representaban dos hechos relacionados: el milagroso na-r lmiento de Huitzilopochtli y la rápida conquista de varios pueblos11111' ste dios o por su pueblo.

Como se sabe, según la leyenda, Coatlicue "falda de serpientes",I",clre de los Centzonhuitznahua, los cuatrocientos huitznahua o sure-1I ,y de Coyolxauhqui, cumplía una penitencia barriendo en el cerro

It Coatépec, cercano a Tula, cuando de pronto le cayó un plumón delIdo que la dejó embarazada de Huitzilopochtli. Creyendo que su1I111re los había deshonrado, los Centzonhuitznahua y Coyolxauhqui1111 iaron matarIa. Dentro del vientre de Coatlicue, Huitzilopochtli,

209

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1

I

31. La lucha de Huitúlopochtli contra los huitznahua. (CódiceFlorentino, lib. III, lám. XVIII, fig. 2.)

EL SACRIFICANTE 211

quien todavía no nacía, la consolaba asegurándole que él la salvaría.Quauitlica, un huitznahua adepto a Huitzilopochtli, lo ayudó avisán-

dole conforme se iban acercando los que pretendían matar a Coatli-cue: "ya llegan al Tzompantitlan, ... al Coaxalpa, ... al Apetlac ... yenmedio de la sierra ... ", y estando a punto de llegar los enemigos nacióHuitzilopochtli (Sahagún, 1969, 1, p. 272).

Trayendo consigo una rodela que se dice teueuelli; con un dardo yvara de colorazul, y su rostro como pintado y en la cabeza traía un pelmazo de pluma pega-do, y la pierna siniestra delgada y emplumada. .. yel dicho Huitzilopochtli dijoa uno que se llamaba Tochancalqui que encendiese una culebra de teas que sellamaba xiuhcoatl; y así la encendió y con ello fue herida la dicha Coyolxauhqui,

... y el dicho Huitzilopochtli levantóse y salió contra los dichos Cen-tzonhuitznahua, persiguiéndolos y echándoles fuera de aquella sierra ... yasí fueron vencidos y muchos de ellos murieron; y los dichos indiosCentzonhuitznahua rogaban y suplicaban al dicho Huitzilopochtli, dicién-dole que no los persiguiese y que se retrayese de la pelea, y el dicho Huitzi-lopochtli no quiso ni consintió, hasta que casi todos los mató, y muy pocosescaparon y salieron huyendo de sus manos, y fueron a un lugar que sedice Huitztlampa, y les quitó y tomó muchos despojos y las armas que traíanque se llamaban anecuíotl [Sahagún, 1969,1, p. 273].

Sahagún y la Historia de los mexicanos por sus pinturas confirman quer-n panquetzaliztli se recreaba la lucha que hemos transcrito:

Y el orden y costumbre que tenían los mexicanos para servir y honrar aldicho Huitzilopochtli tomaron al que se solía usar y hacer en aquella dichaierra que se nombra Coatépec [Sahagún, 1969, 1, p. 273].

y esta fiesta de su nacimiento y muerte de estos cuatrocientos hombreselebraban cada año, como se dirá en el capítulo de las fiestas que tenían ...

[Hist01"iade losmexicanos... , pp. 220, 221].

Notemos en primer lugar que los tres sitios que menciona Quauhui-IIka, cuando se vienen acercando los Centzonhuitznahua con el fin deíuntar a Coatlicue: Tzompantitlan, Coaxalpa," Apétlac, son lugares que

n Coaxalpa: "la arena de la serpiente", nos trae a la memoria varios ritos previos alIllricio en que las víctimas "entran en la arena", xalaquiaya. ¿Será a este lugar

rlunde las llevaban como parte de la consagración para el sacrificio? ¿Es ésta la arena

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212 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

estaban en el templo de Huitzilopochtli o junto a él, y que desernpcñaban un papel importante en los momentos anteriores al sacrificio.

La lucha que tiene lugar entre esclavos divididos en dos bandos,uno de los cuales era de los huitznahua, es indudablemente la recreación bastante real de la lucha de Huitzilopochtli o su gente contra l(,~huitznahua, grupo que siguió conservando su importancia hasta 1.1

época de contacto y que incluso ha sido señalado como uno de l( I

cuatro linajes de "señores" de la sociedad mexica. En la cerernouiuque se efectuaba en el mes de panquetzaliztli, los "bañados" o esclavoxofrendados por los comerciantes llevaban como adorno el anecuiotl,insignia de la que fueron despojados los Centzonhuitznahua el! , 11

lucha contra Huitzilopochtli.Termina la lucha cuando llega Paynal de hacer su recorrido; 1<I~

"bañados" son colocados en el apétlac; y baja Paynal del templo,seguido de un sacerdote que lleva el tehuehuelli, o sea el escudo qll

llevaban Huitzilopochtli y los Centzonhuitznahua en su lurh '.como parte de su indumentaria; otro sacerdote lleva la xiulirt /1//(Sahagún, I, p. 211), que fue el arma con la que venció Huitzilopot htli a los huitznahua. Ambas cosas se colocan en el apétlac o ytlaC1lf/11/1IHuitzilopochtli, el "comedero" de Huitzilopochtli, donde se les pn'lHllfuego, para proceder después con el sacrificio de las víctimas (ibirl.. 111

p.54).En otro trabajo (González de Lesur, p. 188) dije que el mito d, I

nacimiento de Huitzilopochtli en Coatépec, que generalmeuu- 1

interpreta como el joven sol que lucha contra las tinieblas, ('11 1111

opinión es una lucha por el poder de grupos posiblemente ('1111"

rentados por la línea femenina.Al mismo tiempo que se representaba el drama de la lucha <1(. 111

huitznahua contra Huitzilopochtli se efectuaba otro en el <J'U' ,protagonista era también este dios,junto con el pueblo mexica. I".~I·parte de la ceremonia se llama ipaina Huitzilopochtli, "la 1" ¡ 11

velocidad y ligereza de Huitzilopochtli":

L1amábanle así a esta solemnidad y conmemoración a causa de /jll',

todo el tiempo que viviónunca fue alcanzado de nadie ni preso en glll 11Yque siempre salíavictorioso de sus enemigos y por pies ninguno se 11111

de rejuvenecimiento, y por lo tanto de renacimiento, que vieron los envhlil".Motecuhzoma en el Coatépec donde habitaba la anciana madre de Huitzilopor 11,11

EL SACRIFICANTE 213

~i menos, sie~do seguido, lo alcanzó. y así esta fiesta era honra de estaligereza [Duran, 1, pp. 283, 289].

La cer,emonia consistía en que una imagen del dios Paynal (segúnSah~gun) y otra ~e tzoalli del mismo Huitzilopochtli (según Durán)hacI~n un recorrido en la parte occidental de la laguna, sacrificandocautivos en algunos lugares (figura 32).

E~ recorri~~ varía según las fuentes, y el que menciona mayorrantidad de srtros es Sahagún (1969, r, pp. 309-312), pero todos ellosllenen qu~ v.er con la historia de los mexicas desde que llegaron alvalle de Mexlc?, o con gente con la que tuvieron que luchar.

Paynal o la Imagen de tzoalli de Huitzilopochtli bajaba del templo'lile. puede haber sido el llamado Colhuacan, y seguido de grani1ntlda~ d: gente se dirigía primero al Teotlachco, donde sacrificabaI.,atrovíctimas, dos. que representaban a Amapan y dos a Oappatzan,h ses.del tlachco, o Juego de pelota; de ahí se dirigía a Tlatelolco, por1 amrno que llamaban Nonoalco, donde salía a recibirlo el sacerdote1"'. t~mplo co.n la imagen de Quauitlícac, huitznahua que avisó aItlltzllo~ochth acerca de los movimientos de sus hermanos. Juntos

lo, dos dioses, se dirigían a Tacuba-Tlaxotlan; de ahí a Popotlan, enuyo templo mataban otros cautivos. Después iban a Chapultépec7 yIuzaban u~ río que llamaban Izquitlan; delante del templo matabanotros cautivos, a los que llamaban izquiteca," De ahí iban a Coyoacan;

Ir spués a Tepetocan? (junto a las casas de Coyoacan) y luego a.I%atla~lO(que es cerca de la iglesia de San Matías Iztacalco), y de ahí

achinanco (que es cerca de las casas de Alvarado), Iztacaltzinco, II

1m regresar al Templo Mayor.

I (ficieron sacrificios. Se hizo un templo y fueron atacados por todos los vecinos.M"II los .Anales de Tlatelolco (p. 48), "en un cantar mantienen vivo el recuerdo de su11,ullarniento en Chapultépec".

lino de los dioses de los calpuu; que salieron con los mexicas (Durán 1967 II 21)IJ • J "p. .

• rro Junto a Coyoacan (Historia de los mexicanos ... , p. 223).111( urán (1967, II, p. 39).

11 Mencionado por la Historia de los mexicanos ... (p. 227) como un lugar por el que'Il~, ya en I~s confines de Tenochtitlan. Los Anales de Tlatelolco (pp. 42, 43) dicen111(:'c;,ronun Id.olo de masa de tzoalli envuelto con papel, al que llamaban "montaña

'"111 (,ylesacnficaronunoscoyoaque Durán(1967 11 p 43)llabl dr'. , , . a e que testejaron/1 III de los cerros, los cuales hicieron de masa.1111 an incluye, además de los lugares mencionados, Tacubaya (1967 I .284)1"lInfa (p. 61) Huitzilopochco. • ,p , y

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,QCACHINAO

\\\

~IZTACALCO

III,

II c:::,

~~ETEPILCO ó \:j-\J MbaUan T.

//

//

//

o

.1PAINA HUITZILOPOCHTLI·

32.1Paina Huitzilopochtli.

AYOR

EL SACRIFICANTE

De esta manera, la imagen de Huitzilopochtli y sus seguidoreshacían e! recorrido de los lugares que en su opinión habían tenidomayor importancia cuando llegaron al valle de México y que seempezaron a expandir de manera vertiginosa.

En las representaciones de panquetzaliztli, sobre todo en la de!nacimiento de Huitzilopochtli, se hacían sacrificios masivos de es-clavos ofrendados por los mercaderes, y a uno de estos últimosregalaba e! rey la indumentaria de Huitzilopochtli que había traídopuesta su imagen de tzoalli.

Hemos tratado de averiguar la razón de la relevancia de los merca-deres en esta fiesta y su indudable asociación con los huitznahua, perono hemos llegado muy lejos. Esperaríamos que por lo menos en laeremonia de ipaina Huitzilopochtli, donde se conmemoraban los

triunfos guerreros del dios, hubiera más participación de los guerrerosque de los mercaderes, pero no fue asÍ. Lo que más nos intriga es porqué los "bañados" ofrendados participaban tan activamente en larepetición del mito de Coatépec.

Otra fiesta en la que se recreaba un mito era la que tenía lugar enquecholli, mes en el que se festejaba a Mixcóatl, dios de la caza y de losantepasados cazadores chichimecas.

Además de la cacería ritual en la que participaban los hombres"principales" y los del barrio de Tlamatzinco, se sacrificaba a hom-bres y mujeres golpeándoles la cabeza contra una roca; luego lescortaban la cabeza o les sacaban el corazón.

4. Ypor lo que se decía "cuando el rayo de Mixcóatl azota a la gente" eraporque se hacía así: en la tierra tendían nopales de! monte, abrojos,biznagas: en la superficie esparcían grama. 5. Allá se hacía en e! templo deMixcóatl. 6. Y al cautivo o al bañado los ataban de manos y los ataban depies: allí los aporreaban (como el rayo), en seguida les abrían e! pecho ...[Sahagún, 1948, pp. 309, 310].

l'arnbién se mataba de manera semejante a una mujer, la cual seuponía era la imagen de Yoztlamiyáual:

Tomaban a la yndia davan quatro golpes con ella en una peña que havíaen e! templo la cual tenía nombre teocomitl que quiere decir olla divina yantes de acabarse de morir, así aturdida de los golpes cortavanle la gargantecomo quien deguella a un carnero y escurrían le la sangre sobre una peña

215

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216 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

acavada de morir así aturdida de los golpes cortavanle la cabeza y llevanbansela a Micoatontly ... [Durán, 1967,1, pp. 76, 77].

Suponemos que esta forma de sacrificio refleja el pasaje mítico en e-lcual Mixcóatl

tomó un bastón y dio con él en una peña y salieron della cuatrocientoschichimecas, y este dicen fue el principio de los chichimecas, a que decimosotomís ... El que hizo esta peña porque bajasen los cuatro hijos y hija qll('

había creado en el octavo cielo y matasen a los chichimecas para que el sultuviese corazones para comer. .. [Historia de los mexicanos ... , p. 216).

Tal vez se trate de la peña que golpeó Mixcóatl, o puede ser tambiénla recreación de ese sacrificio en Quahuitzintla, en el que tres chichimecas fueron inmolados sobre unas biznagas llamadas teocómitl (Cádk»Boturini), pero lo que sí es indudable es que se trata de la representación de un mito de creación de un pueblo emparentado con 10M

mexicas, en el cual desempeñaron un papel importante los símbok },~usados por los antiguos chichimecas.

Suponemos, también, que el sacrificio en el que se arrojaba a lavíctimas al fuego escenificaba la creación del sol y de la luna, cuan: It}

Nanahuatzin y Teccistécatl o Nahui técpatl se arrojaron al fuego ('11

Teotihuacan. Este sacrificio se llevaba a cabo principalmente en teotla ny en xócotl huetzi, fiestas que, como señalamos en un trabajo anterior(1975, p. 75), se celebraban alrededor del equinoccio de verano, o SI' 1

cuando el solo las fuerzas relacionadas con él llegaban a ser igual('Hque las de las tinieblas. Los días se acortaban, por lo que se necesitnhuun rito para asegurar que el sol continuara brillando; por ello lavíctimas eran siempre hombres en pleno vigor.

Podríamos pensar también que en xócotl huetzi o huey miccailhnnú,gran día de los muertos, morían los dioses de la misma manera <)1111

en el mito. Durán (1967, 1, p. 120) refiere cómo sacrificaban este ti 11,

por el fuego, a sus dioses vivos, y cómo en teotleco, también a través 111

la purificación por el fuego y un sacrificio repetitivo, volvían a nacr I

Recordemos que en teotleco se celebra precisamente el nacimiento dIlos dioses cuya llegada se marcaba en la masa de maíz con la huella dITezcatlipoca, según Sahagún (1969, 1, p. 147), Y de Huitzilopoclull,según Durán (1967, 1, p. 96), Yque los últimos que llegaban eran 111

dioses viejos, Yacatecuhtli y Xiuhtecutli.

EL SACRIFICANTE 217

Existe un registro de mitos relacionados con deidades de cuyocuerpo desmembrado surge la naturaleza, como por ejemplo el deMayáhuel, descuartizada por las tzilzimime (Historia de los mexicanos, p.107) y de cuyo cuerpo recogido por Ehécatl-Quetzalcóatl nacen losmagueyes; o el caso de Cintéotl, quien aparentemente no fue sacrifi-cado, pero que, al meterse debajo de la tierra, de sus cabellos surgióel algodón, de su oreja el huautzontli; de su nariz la chía, de sus dedoslos camotes, de sus uñas el maíz y de su cuerpo en general varias frutas.También podría incluirse dentro de este tipo de mitos el de Tlalte-cuhtli, a quien se parte en dos para formar el cielo y la tierra. Sinembargo, no hemos encontrado ningún sacrificio que reproduzca, oen el que se reactúen, este tipo de mitos. No hay sacrificios en los quela víctima sea partida o desmembrada;" ni en los que su cuerpo seaenterrado para que de él surja alguna planta o plantas, ni siquiera quesirva para fertilizar la tierra que será cultivada, como es el caso delsacrificio del meriah de la India. Es posible que los sacrificios deCintéotl y de Chicomecóatl ya hubieran alcanzado otro nivel semióticaen el que no fuera necesario llevar el pedazo de la VÍctimaa enterrar enl campo de cultivo, sino simplemente manejar el mana o energía crea-

dora, que ayudaría, mediante la muerte de las imágenes de las dei-dades del maíz, a hacer que creciera y fructificara.

Todos los sacrificios a los que hemos hecho referencia en este capí-lulo tienen en común que son ofrendados por la comunidad para esta-blecer un intercambio de mana, que, según el tipo de sacrificio, tienedistintas funciones: una es volver a esparcir o derramar ese mana enla naturaleza; otra es repartirlo entre los ofrendantes para confirmarIIn pacto con la deidad; otra más, reafirmar los lazos que unen a losmiembros de la comunidad, recordándoles su origen. Con el sacrificioperiódico de los dioses se aseguraba la continuación de su existenciaen su ámbito sagrado, ya que todo sacrificio significa resurrección.

Los SACRIFICAt\!TES INDIVIDUALES

Los sacrificantes individuales, como se ha dicho, son aquellos quebuscaban que los beneficios del sacrificio recayeran principalmenteobre sus personas, con el fin de obtener status, prestigio y poder. Este

12 El desmembramiento era una forma de ejecución de traidores, mas no de sacrificio,

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DESDE el punto de vista puramente religioso, se puede afirmar que la]víctima era el eje del rito sacrificial, al convertirse, con su muerte, en \>CIIn ser de umbral que permitía la comunicación entre lo humano y loobre natural y, a través del intercambio de mana, hacía posible larmonía del cosmos.

Las víctimas debían reunir determinados requisitos, entre los questaban la edad, el sexo, la apariencia, la extracción social, etcétera,

para ser aptos para los distintos ritos, lo que estaba determinado tambiénp r una serie de factores, entre los que destaca la deidad a la que eranfrendadas y el fin que se buscaba.Ya vimos que era durante los primeros meses del año cuando la

mayoría de los niños se sacrificaba a los tlaloque, especialmente los que1 nían dos "remolinos" de pelo en la cabeza y habían nacido en un buenIgno (Sahagún, 1969, I, p. 139); los de color más claro eran ofrendadoslos montes y los de color más oscuro a las lagunas (Torquemada, n, p.

l' 1.).Nosotros hemos observado, según los datos del resto de las fuentes,ue ~s niños eran sacrif!cacIº~.~~_lo~_~~ y las n~ii~._en las lagunas.odas las características de las víctimas estaban perfectamente especifi-das para que el sacrificio surtiera el efecto deseado.

XIII. LAS VÍCTIMAS

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256 EL SACRIFICiO HUMANO ENfRE LOS MEXICAS

Las mujeres que también eran sacrificadas generalmente repre-sentaban a alguna diosa, A pesar de que indudablemente habíamuchas mujeres cautivas, tenemos la impresión general, según las des-cripciones de los cronistas, de que, salvo en una o en dos de las fiestasdel ciclo calendárico, no se sacrificaban en gran número como loshombres,

A los ancianos se les sacrificaba poquísimas veces, 10 cual es lógicosi consideramos que su mana debía de haber estado muy débil paraser objeto de ofrenda, Costumbres de Nueva España (p. 45) describe elsacrificio de un anciano en honor de Mictlantecuhtli. Los tlaxcaltecas,antes de su alianza con Cortés, cuando todavía dudaban de su origendivino, le ofrecieron algunas mujeres viejas para que las matase y lascomiese, Los tarascos, en sus escaramuzas previas a la coronación delsoberano, sacrificaban de inmediato a los heridos, a los niños y a losancianos capturados, -

Aunque se suponía que en general los dioses preferían que lesofrendaran ejemplares perfectos de hombres, algunos ritos requería 11

como víctimas a seres deformes o enfermos: los leprosos o sarnososcautivos eran sacrificados en honor del sol (Sahagún, 1969,1, P: 2%;López Austin, 1965, P: 86); y, en Pantitlan, según Tezozómoc (p. 333),cuando no llovía arrojaban a "los nacidos blancos, y que de puroblancos no ven y a los deformes que tenían señales, como decir lacabeza partida, o dos cabezas, que a éstos llamaban y llaman hoy ("11

día los naturales tlacaixtalli Yontecuezcomayo",Durante los eclipses sacrificaban a los albinos, según Sahagún (111,

P: 248), y según Muñoz Camargo (p, 132), hombres bermejos, si s('eclipsaba el sol, y hombres y mujeres blancas si había eclipse lunar.Probablemente Motecuhzoma mantenía a estos seres marcados ('11

algún lugar especial, cerca de donde guardaba las aves,Desde el punto de vista de la sociedad, las víctimas eran la sección

más débil de ésta, a la cual no estaban integradas totalmente (Giranl,P: 29), sea por su calidad de extranjeros, de enemigos, por su condlción servil o por su edad, En fin, las víctimas ejemplificaban a la secciónde la sociedad cuya vida podía ser quitada libremente, pues naclir:reclamaría por su muerte, Por lo mismo, ésta no crearía reacciones de'violencia (ibid" P: 27), sino, al contrario, serviría de catalizador.

Se puede decir, en general, que la mayoría de las víctimas sacrifirudas eran cautivos de guerra; después venían los esclavos, que, COIIIOhemos dicho, podían también ser capturados en guerra y llegaron 1\

LAS VÍCTIMAS 257adquirir alto valor mercantil como víctimas adecuadas pa l ifi' He' ifici d h b ra e sacrt 1-CIO, ay pocas rererencras a sacrr lCIOS e om res, mUier ' _

libres. v sól Ifi d bl OJ es o nmosI res, y so o muy pocas especI rcamente e no es,LAunque la mayor parte de los delincuentes condenado

" s a muerteeran ejecutados de diferentes maneras, a algunos se les d bmuerte de tipo ritual. Por ejemplo, los ladrones de oro a ofren-d d Xi I dí "h 'Z" b eran o ren-a os a Ipe; en e la ce qUla uü mata an en su ha d'h "z '] 1 d dos a muerte oor aloú d lí no- [ e lasa uapipi tin a os con ena os a muerte por a gun e tto q

1 ' 1" (S h ' 1969 334)'''' l bl 'Ue estabanen a caree a agun, ,1, P: ,y SIe no e o de p lidh b d I 1 I 1, , f OCaea I adurta a e temp o a guna cosa, por IVIana que uese lb' l

d ias d ied l mi Id ,earlanecosta o con navajas e pie ra, en e mismo temp o onde hab' h hel hurto, y sacándole el corazón al sol como a dios qUe h bí e~ oofendido" (Cervantes de Salazar, 1, P: 56).1 a la Sido.;¡¡Sele sacaba el corazón a los brujos por ejercer su hechic' l

' , erta y a ossacerdotes por fallar en sus predicciones (Relac. de Genealo' 283'Torquemada, Ir, P: 386; Bernal Díaz, 1, P: 233), 'gla, P: ,

Pese a la famosa estoicidad de los mexicas, de su filo fí dd I id I ' dorni l h ' so la e lamuerte y e al eo ogla ommante que os acra creer en laoblí ' ,

del hombre de alimentar al sol y a los dioses e ir a un cielo IllgaClond 1" h ' d h b eno dee tetas, ay muy pocas menciones e om res o m"tief d ,. N ' . I " res que seo ren aran a SImismos, o existe me uso mngun antecedent ' ,

f d 1, 1" d N h ' T ' , I e mrucouera e a rnrno acron e ana uatzm y eccistecatí, y quiz' dI'Quetzalcóatl, de un sacrificio voluntario, y el de los prirnera e a de

, bi d " Id' Osparecemas ien res pon er a su mteres persona e convertirse e d1 ' , d b I b fici n gran esummanas y no exactamente e uscar e ene lCIOde Su blcomunidad, pue o o

Hay algunas referencias a hombres y mujeres qUe se f 'lib l ifici , o recian¡ remente para e sacn rcio, pero esto parece ser mas bienel dd I l d d ' , pro ucto

e una ocura tempora o e esesperaclOn, como era el ea d l, " ldi' , So e osrnUSlCOS,qUienes, con ta e que se es permitiera tocar losin

I fi frecí " (C strumen-tos en a guna resta, se o recian como víctimas ostumbl'es,, , 59López Medel (p. 222), en su relación escrita en 1612 af ' p, ),

\ bí ,. di' id d frecí ' Irma quela la víctimas e a propia cornum a que se o recian a s' ,I di " lId l " id d d I 1 mismas:so as se Irlglan a o a to e a plfanu e, on e re ataban I "

l frecí ifici l h bí e motivopor e que se o recian en sacri lClOy as veces que a laOcu idf '1' 1"" d d d l rn o estoen su ami la o en su lOaje, arrojan ose es e o alto pa "ra morir

1 Los tarascos sacrificaban esclavos o delincuentes a las fuentes de Ara 'de la diosa Cueráperi (Relación de Michoacán, P: 9), ro, en honor

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258 EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS

despedazados. Los espectadores se apresuraban a recoger un pedazode la carne del suicida para comerla, pues la tenían en gran devoción .

. . .las mujeres públicas ... se ofrecían al sacrificio en traje conocido paraque fuesen como las quales llaman maqui, que estas yban a las guerras conla soldadesca y a morir, o se metían a donde fuesen sacrificadas y muertas,con cuchillo de crueldad ... como a manera de boto y promesa que hazíana sus ydolos qual genero de muger ... eran muy desonestas y degeneradasy satíricas, que quando yban a morir yban, maldiciendo a sí mismas ytratando de desonestidades [Navas, p. 174].

Fuera de estos ejemplos, ninguna víctima parece haber estado conten-ta de serIo. Por eso las "casas de cautivos" estaban muy bien guardadas,a pesar de lo cual no era raro que escapasen algunos; y se tenía previstoque, si lo hacían, se remuneraría al dueño con una joven esclava y COII

una manta (Torquemada, II, p. 305; Motolinía, p. 692); pero se sabíaque, si el prófugo era pilli, no podía regresar a su pueblo porque seríarepudiado. Las víctimas seleccionadas como "imágenes", que podíanandar por donde quisieran, tenían una guardia para que no escaparall(Corona Sánchez, p. 155) Y en las noches las guardaban en 'jaulas"especiales (ibid., pp. 155, 157).

En los días que antecedían al sacrificio las futuras víctimas 11<1

podían comer, pensando en su cercano fin. A la mayor parte Iaxintoxicaban con pulque o con brebajes mágicos para que no sintieranla muerte. A muchos tenían que llevarIos a la piedra sacrificial sos«:niéndolos por los brazos o prácticamente arrastrándolos. A otros M'

les engañaba respecto a lo que les esperaba, pues suponían que scrLImala suerte si se entristecían, pero si los niños víctimas lloraban ('1.1

pronóstico de lluvia abundante.

~

Estas actitudes de las víctimas dan prueba de que el sacrificio ('1.1

una de las formas máximas de explotación; a través del asesinato riru.il...) de un ser humano se perseguían beneficios diversos que, en úlrirun

instancia, recaerían principalmente sobre el Estado.

XIV. RITOS POSTERIORES AL SACRIFICIO

DES~UÉSde sa.crificada la víctima aún quedaba por efectuar una seriede nt?s t~~dlentes a lo que varios investigadores han llamado la de-sacr,ah.zaClon.Lo más importante era lo que se hacía con el cuerpo dela vl;tJma, que estaba t~davía "cargada" de mana y por lo tanto nopodía se~ tocado o manIpulado de la misma manera que cualquierotro cadaver. Los datos que nos aportan los cronistas a este respectoon bastante claros.

~s cuerpos pe,los sacrificados recibían un tratamiento especialsegu~ fueran cautrvos o esclavos, y la deidad a la que habían sidoofrecidos.

Cautivo Esclavo

uerpo rodado escaleras abajo.Cabeza descarnada y colocada

en el tzompantli.Corazón comido, enterrado o

en el suelo.

Lo llevaba a cuestas.Cabeza comida por los sacer-

dotes.Corazón ofrecido al solo arro-

jado a la cara del ídolo (y siacertaban era buena señal).

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302 EL SActuFICIO HUMArJ'0 ENTRE LOS MEXICAS

vida y sobre un teb 1 l ~ban el corazón.t el que arrojaban, l'onaxt e es sac "junto con la sangre l h d.onde ardía todavía el cuerpo del. en a oguera-rey (ibid II P 355) h di' fO se quemaba y parte se enterraba., ,. .Parte e tesoen el templo.

Después de 4 dís b t'-os 10 o 15 esclavos y se decía que'S mata an o' ,.. .

era el tiempo que i~ . d el amma al infierno y necesitaba dea carnman oese socorro. A los 21\dí tab ., 40 esclavos; a los'40, 203; a los 60,

\1 las ma ar-102; a los 80, 10 o 1~(Torquemad~, I1, p. 523).

Según relatan LG d G' f~ (u, p. 395) Y Torquemada (n, pp.pez e oma , " b24, 525), en los fu,' l d l C~I:tontzm de Michoacán se mata a

'Iera es e . . . . blmucha más gente: "d is d l de servicio, vanas mujeres no es,"emas e a ""varones que moría I.•ocad , y artesanos; a estos ,acompa-n por su vo vñantes se les daba n, loeá odolos con porras.

'urer te go pea "acornnañantes dComo ya dijimos l fi . 'pal de matar a los acompanantes e> e In prmci d

los muertos" era pa~ , .¡vi eran a sus amos en el ultramun o.. . a que estos SI . 80 '

Sin embargo el sac íñci d . d,'vtduos a los 4, 20, 40, 60 Y días, '\rJ lCJO e In . .después de ocurriq Id J'uoto con el autosacrificio anual deo e eceso, b' ,los deudos (Costu~b' 4Z), nos hace pensar que tam ten setrataba de aportar" res. ~ ., Pl' eitO con la sangre de los parientes y\!nergta a mude las víctimas sacr\ficadas. .,

El número de V· d dicadas a este nto, al Igual que laslCUmas el. . ., b' ,inmoladas en otras", d dOclo humano, se convrruo tam ten•.ormas e sac " .en vehículo de oste.; ., d deno y nqueza, y refleja claramente••tacion e po. ,la importancia con did 1 structura clasista, pues se pretendíace I a a a elIevarla más allá de la·muerte. ,

El sacrificio de l ~ otes del rey, a la muerte de este, se• QS acompana .

Puede considerar C\ ,'(¡CIOde Estado, cuyos fines son los\:omo un sacrmismos que los de 1 ifici de dedicación al templo y de la coro-sacn ICIOnación de un rey I\ lo seotantes de los pueblos subyugados, ues s repre ,.asisten al funeral tr., d o tributo, ademas de riquezas de todo, 'ayen ocomtipo que se quemal\., 1 erpo del rey, esclavos que 10 acompa-van con e cuñarán a la otra vid'\..

5 Sahagún (1 P: 29&_. taban a "los esclavos y esclavas con saetas,• "fj) dice que ma

metiéndolas por la olla • d I tane a gargan .

CONCLUSIONES

SEPUEDEafirmar que el sacrificio ritual ha sido y sigue siendo prac-ticado por todos los pueblos del mundo que han creído, de unamanera u otra, en la existencia de 10 sobrenatural. No sucede 10 mismocon el sacrificio humano, que, conforme a las evidencias existentes, sepracticó exclusivamente entre los pueblos cultivadores, algunos de loscuales practicaban también el pastoreo como actividad importante.

Gran parte de los pueblos que sacrificaron seres humanos 10hicieron únicamente durante los momentos de crisis graves o con unaperiodicidad regular, pero muy amplia, y las víctimas en general eranmuy pocas. Fueron solamente los mexicas y algunos otros pueblosmesoamericanos, como los tlaxcaltecas y los huexotzincas, los que sa-crificaron hombres en cantidades tan grandes y con tanta frecuencia.

La práctica del sacrificio humano se transformó con la evoluciónde la sociedad; en la mayor parte de los casos desapareció o se fuellevando a cabo cada vez más esporádicamente, efectuándose sólo encasos de verdaderas crisis o como último recurso. En algunos lugares,ciertas ejecuciones se conservaron como ofrenda a las deidades delinframundo; en otros quedaron reminiscencias, tales como la acciónde quemar muñecos de paja o de trapo en algunas festividades, o de

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304 CONCLUSIONES

enterrar figuras antropomorfas de barro con los difuntos. Pero elsacrificio humano no desapareció totalmente con la civilización, nisiquiera con la era industrial, ya que en algunos lugares se ha seguidopracticando como manifestación de contracultura o de cultura subte-rránea.

En Mesoamérica hubo una larga tradición de sacrificio humano queculminó con las inmolaciones masivas efectuadas por los mexicas yque terminó con la conquista de los españoles. Es probable que, si éstano hubiera ocurrido, con el transcurso del tiempo y como parte de sutransformación histórica habría desaparecido también en esta regióndel mundo el sacrificio humano.

Es indudable, sin embargo, que en ningún otro pueblo del orbe elsacrificio humano tuvo tanta importancia en el ritual, ni se practicóen tan grandes cantidades, como en la sociedad mexica.

Los mexicas formaban parte de la tradición mesoamericana, dentrode la cual todos los pueblos eran cultivadores, con diverso grado deevolución, y compartían un conjunto de rasgos, entre los que estabanlas variaciones de religiones politeístas, cuyos ritos exigían la inmola-ción de seres humanos.

De acuerdo con las evidencias arqueológicas, el sacrificio humanose practicaba desde el Preclásico en distintas áreas. Posiblemente laforma más extendida de matar a la víctima era cortándole la cabeza,aunque hay evidencias en el Clásico, sobre todo en el área maya y enTeotihuacan, de que ya también había una forma de extracción decorazón, que parece haber diferido un tanto de la técnica empleadaen el Posclásico. Las pruebas nos señalan que con los toltecas aumentóo se le dio mayor importancia al sacrificio por extracción del corazón,y este pueblo debe haber difundido o implantado esta costumbre enlos pueblos sobre los que influyeron, considerando esta forma deofrendar a los dioses superior a las empleadas antes y seguramentecomo un rasgo civilizatorio.

De toda la bibliografía existente relacionada con los pueblos mesoamericanos, únicamente sobre los mexicas hay suficientes datospara reconstruir no sólo su religión y el sacrificio humano, sinotambién casi toda su organización económica y social, teniendo encuenta, como se ha repetido en diversas ocasiones, las limitaciones deconfiabilidad de las fuentes y las lagunas de conocimientos que C'simposible llenar.

Los mexicas tuvieron una particular historia que se caracterizó pOI

CONCLUSIONES 305

una rápida eV?lución del pueblo pequeño y subyugado que era aEstado despótI.co, en el que la religión tuvo un importante papelrepresor, dominando sobre gr.an parte del territorio denominadoahor~ Mesoamérica. Su capital, Tenochtitlan, alabada por todos loscronistas que la conocieron, se convirtió en el centro económicopolítico y religioso de toda el área, donde se efectuaban las grande~transacci.ones e~o.nómicas, se decidía la política a seguir y se efectua-ban los ntos mas Importantes. Desde aquí se imponían los ritos a lospueblos subyugados, a través de sacerdotes especialmente dedicadosa ello.'

Después de rápidas campañas guerreras, los pueblos del valle deMéxico fueron derrotados, y sus tierras, con sus respectivos labrado-res, repartidas a los principales guerreros mexicas. Cuando se inicia-ron l~s guerras de conquista contra pueblos más alejados, no hubonece~ldad de fuerza de trabajo esclava en el valle de México, puestoque est~ estaba saturada por otras formas de explotación, como larenta-tnbuto, por lo que no fue necesario conservar a los cautivoscomo esclavos, y sus vidas se capitalizaron políticamente, sacrificándo-los a los dioses. A los ojos de los pueblos subyugados esto reforzabael p~der de I~s mexicas y al mismo tiempo era una medida quete~mInaba haciendo de la milicia la profesión más codiciada, cuyosmiembros contaban con los mayores privilegios; el valor en la guerrase traducía en la captura de enemigos que pudieran ser sacrificados yofrendados como tributo.

F~eron precisamente su modo de producción económica y susrelaciones de producción, así como la rápida transformación de éstas,los que llevaron al pueblo mexica al excesivo número de muertesritu~I~~que nos rela~n las fuentes. Seguramente que al agotarse lasP?slblltdade,s de realizar .nuevas conquistas para apropiarse de mástnbutos el numero de sacnficados tendería a disminuir, como de hechoestaba sucediendo. Al tiempo que disminuyeron lasguerras de conquistaa~~e~taron las xoc~iyaóyot~ cuyo objeto era mantener el espíritubélico Impuesto en tiempos pasados; y estas guerras, ya sin el alicientedel botín, convirtieron en presas más valiosas a los cautivos prendidosen ellas.

En el momento del contacto la sociedad mexica estaba definitiva-~ente en una etapa de transformación; prueba de ello es la importan-era que estaban adqu.iriendo el comercio y los mercaderes, cuyo papelera clave, tanto en ttempo de guerra -ya que la mayor parte de los

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306 CONCLUSIONES

encuentros se iniciaban por causa de ellos- como en tiempo de paz-puesto que tenían mayores posibilidades de comerciar.

De acuerdo con nuestro análisis, hubo en Mesoamérica dos tradi-ciones de sacrificio humano, quizá coexistiendo desde épocas muyremotas. Estas dos tradiciones coinciden, grosso modo, con los sacrifi-cios que hemos llamado de la comunidad, y los individuales, queculminaron en los sacrificios de Estado.

Los primeros eran ofrecidos por la comunidad en su totalidad paraque sobre ella recayeran, en los momentos de crisis, los beneficiosrelacionados con las necesidades de supervivencia física y de cohesióndel grupo. Esto se lograba sobre todo a través de la representación deun mito, con lo que' se buscaba regenerar la naturaleza y renovar elpacto con las deidades. Las crisis sobrevenían cuando había un des-equilibrio de las fuerzas motoras del cosmos, y estaban íntimamenterelacionadas con el ciclo anual de la naturaleza, que era el escenariode la continua regeneración de la energía cósmica a través de lo queaparece como nacimiento, crecimiento, muerte y renacimiento.

Las crisis producidas por el desequilibrio de la energía del cosmosse remediaban a través de sacrificios que permitían el flujo del manaconcentrado en la sangre de la víctima y que ayudaba a la regeneracióno revitalización del universo, en una especie de reciclaje dialécticohombre-naturaleza. Por ello los sacrificios de este tipo tenían uncarácter profiláctico de prevención de crisis, y de ahí su importanciaen el ritual calendárico.

La víctima tenía también como función concentrar todo el odio dela comunidad, que estaba dirigido (sobre todo en una sociedad tanreprimida y tan sumisa como la mexica) contra la autoridad repre-sentada por los jefes, por lo que hacía las veces de chivo expiatorio.La víctima, que pertenecía a la propia comunidad, debía llenar losrequisitos necesarios para que su muerte fuera aceptada y no causaracontraviolencia; de ahí que eligieran niños, ciertas mujeres, esclavoso seres que, por ser ya sagrados, como lo eran los reyes, no causabanproblemas de ese tipo. El ser elegidos como víctimas les confería UJI

carácter sagrado y se les trataba como a deidades.

~

La muerte de la víctima actuaba como elemento, transformadorrenovador, proceso en el que la víctima-imagen del dios fundía suti mana con el del cosmos o renacía en otra dimensión o en otra. épocahistórica, que podía ser otra edad cósmica: el mundo de los dioses oel de los antepasados. La muerte era indispensable para que hubiera

CONCLUSIONES 307

~

transformación y la posibilidad de existir en otra vida; a esto se debeque en los mitos cosmogónicos el dios de la muerte sea uno de losR!imeros en ser creados.

Algunos ritos específicos, como el desollamiento y algunas formasde canibalismo, especialmente aquellas en que se comían a los dioses,estaban asociados con este tipo de sacrificio.

Por otra parte, probablemente el sacrificio individual tuviera suorigen en la obtención de trofeos de guerra que proporcionaban elmana del enemigo muerto, y esto implicaba poder, al mismo tiempoque era una demostración del valor y la habilidad individuales delguerrero. Obtener una gran cantidad de trofeos traía consigo mayorprestigio y, en última instancia, mayor poder, puesto que los hombresmás valientes tenían más probabilidades de ser nombrados jefes.

El enemigo muerto era comido para adquirir energía o mana, quizátambién por el gusto mismo del sabor de la carne. Las reliquias delsacrificado se conservaban como recuerdo de la hazaña realizada y porel poder que proporcionaban. Este tipo de asesinatos de miembros deotras tribus tenía como fin primordial ensalzar el valor individual, perola acción de matar y de traer el trofeo beneficiaba a toda la comunidadal aportarle nueva energía.

Cuando se llegó a la concepción de que los dioses necesitaban delsacrificio de seres humanos, se procuró cautivar a los enemigos ydarles muerte con los requisitos que hacían de ésta un sacrificio. Esposible que en un principio los mismos cautivadores actuaran comosacrificadores, como pudo ser el caso de las ejecuciones rituales porflechamiento que relata la Historia tolteca-chichimeca. Posteriormente,la sociedad se diversificó y el ritual se volvió más complejo, convirtién-dose el manejo de lo sobrenatural en monopolio del grupo sacerdotal,que era uno con el Estado, el cual iba adquiriendo rápidamente mayorpoder. La ideología impuesta por el Estado hacía hincapié en laimportancia de las hazañas guerreras, en las que cautivar enemigospara ofrecerlos en sacrificio tenía un lugar primordial. El valor de laguerra -que se expresaba trayendo cautivos para el sacrificio- setransformó en tributo y en muestra de lealtad y sumisión al Estado.Éste convirtió entonces la acción de cautivar prisioneros y traerloscomo tributo en la mejor forma de adquisición de prestigio, riquezay poder.

Al volverse despótico el Estado, con capacidad y fuerza suficientespara manejar grandes ejércitos, sometió a otros pueblos, a los cuales

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308 CONCLUSIONES

impuso fuertes tributos entre los que estaban la aportación de víctimashumanas para las grandes celebraciones político-religiosas que seefectuaban en Tenochtitlan y que tenían como objeto reforzar supoder.

En Tenochtitlan se concentraron los dos tipos de tradición desacrificio que hemos mencionado, y que ejemplificamos, por unaparte, con los sacrificios de "imágenes" de deidades, y, por otra, conlos sacrificios de cautivos, los cuales ya habían adquirido característicasdiferenciadas al evolucionar la sociedad tenochca y los ritos imperan-tes en ese momento en la gran urbe. Asimismo, habían surgido varian-tes, tales como los sacrificios masivos ofrendados individualmente porlos comerciantes, que tenían el mismo fin de adquisición de prestigio.

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