Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

download Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

of 5

Transcript of Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

  • 8/16/2019 Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

    1/5

      1

     Artículo publicado en Artefacto/1 – 1996 - www.revista-artefacto.com.ar

     Apuntes sobre el tecnologismo y la voluntadde no querer

    Héctor Schmucler

    I

    Los discursos sobre la técnica suelen ser opacos, tautológicos. Excluyen el pensaren proporción directa a la aceptación de la técnica como un continuo en lahistoria, como una historia única centrada en sí misma. Cuando la técnica sóloadmite su propia mirada para afirmar que es lo que es, no propicia reflexiónalguna sobre  la técnica, sino que produce discursos de la técnica que, alautocomplacerse, diluye su distancia con la naturaleza, se vuelve naturaleza ellamisma. El equívoco se sustenta en la creencia de que la técnica es una ynecesaria. El paso siguiente es la constitución de una ideología de la técnica que,

    en nuestro tiempo, se ha vuelto la ideología dominante y a la que podríamosdenominar tecnologismo. La ideología de la técnica arrincona el pensamiento enuna opción aporética: técnica vs. no técnica, que no sólo prescinde de la voluntadhumana sino que se concibe como matriz en la que se gesta la propia naturalezadel hombre. Mencionar los atributos de la voluntad, sin embargo, está muy lejosde suponer que una misma técnica admite usos sustancialmente distintos. Elcamino es inverso: la técnica lleva en sí la marca de la voluntad, que es anterior ala técnica y que depende de la percepción que los seres humanos tienen de símismos. La técnica construye el mundo pero hay una voluntad humana quepreviamente le ha dado su nacimiento. Se trata de algo raigalmente opuesto a ladoxa que la “naturaliza”. Si se desea escapar de la atenazante aporía señalada másarriba, es ineludible indagar en el origen.

    II

    La meditación heideggeriana ha destacado que la techné  encierra,primitivamente, el concepto de  poiesis -que privilegia el momento creador- máspróximo a la contemplación que a la acción:  poiesis, poesía, entendido como unrenovado y amoroso asombro en la relación del hombre con lo que lo rodea. Laactitud de la técnica moderna es su antagonista. La técnica provocante impone ala naturaleza la exigencia de responder de una manera calculada determinada. Lanaturaleza es llamada a comportarse como reserva disponible de energía, como

  • 8/16/2019 Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

    2/5

      2

    proveedora de recursos. En este orden también el ser humano sólo puede serpensado como recurso productivo: la actual abstractización del hombre,entendido como recurso humano, consagra la negación de su libertad. La técnica

    lo interpela como mero productor.

    III

    Desde la tautología, la técnica moderna -ya fragmentada de todo compromiso conla incesante creación de lo poético- se muestra como afirmación acrítica de símisma; se erige en sentido común, en camino único para la definición de lohumano del hombre. El tecnologismo auspicia un destino humano que se realizaa través de la técnica y un destino de la técnica que se expresa en suinstrumentalizad para dominar el mundo. En adelante, la magnitud de lagrandeza de la técnica será medida por la mayor o menor capacidad de ejercer ese

    dominio. Así, para la técnica moderna no hay más futuro que el de su propiamultiplicación dominadora; verdaderamente no hay futuro sino una expansiónmimética del presente. Sólo si se acepta la existencia de algo estable en lanaturaleza humana, que permanece a través de la técnica, puede pensarse ennuevos nacimientos, interrupciones en el tiempo, comienzos. En cambio si, comoquiere el tecnologismo, la naturaleza humana admite ser moldeada, ningunachispa, ningún misterioso acontecer puede cambiar el sentido del tiempo que se venía recorriendo. En esta relación con el tiempo se muestra la infranqueabledistancia entre la techné como poiesis y la técnica como cálculo para el dominio.Lo constante de lo humano -lo que hace hombre al hombre- radica en sucapacidad de saltar a lo “imposible”, una marca que lo arranca al fatalismo de la

    especie. Entre el animal y el hombre se interpone esta posibilidad de optar por unfuturo no inscripto en la pertenencia genética. La técnica moderna, en su voluntad de hacer previsible el futuro, postula un borramiento de límites, unanatural artificialización, que indiferencia al hombre.

    La metáfora de la técnica se reduce a explicar el mundo en su funcionamientomaquínico. La poiesis, en cambio, la técnica como creación, instala al hombre enla posibilidad más rigurosa de la metáfora. “ir más allá” (meta-fora). La técnicacomo arte, como capacidad humana de avizorar una trascendencia que a veces sesintetiza en la palabra Dios, hace posible el futuro. Los animales -en suinexplicable e irrenunciable perfección- son ajenos a la metáfora, al más allá, al

    futuro. También para la técnica moderna el tiempo ha concluido: el futuro está yacontenido en el presente.

    IV

    Héctor A. Murena ( Homo Atomicus, 1961) evoca la suerte de Marie-Jean-AntoineCaritat, marqués de Condorcet quien, en la cárcel donde se envenenó para nomorir en el cadalso, “redactaba con optimismo” el  Esquisse d’un tableauhistorique des progrès de l’esprit humaine (1794) “en el que el futuro, ese futuroque el condenado a muerte concebía como un progreso indefinido de lahumanidad, no existía. Porque si la esencia del futuro consiste en ser

  • 8/16/2019 Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

    3/5

      3

    desconocido, el  Esquisse  lo cancelaba como tal, en la medida que daba pordescontado que, pese a previsibles detenciones y retrocesos, la humanidad,gracias a la educación intelectual y moral, avanzará inevitablemente rumbo a una

    relativa perfección.” La razón, para el autor del  Esbozo, crece progresivamenteinventando instrumentos de trabajo cada vez más sutiles. Pero mientrasCondorcet afirma su fe en la razón a partir de la “chispa de eternidad” que ellaencierra, algunas décadas más tarde Augusto Comte creyó llegado en momentodel “estadio positivo” de la humanidad, luego de atravesar ilusorios estadiosanteriores: el teológico y el metafísico. La ciencia sólo averigua y comprueba lasleyes dadas en la experiencia, tanto en los fenómenos físicos como en losespirituales y en los del mundo moral y civil. Para el autor del Catecismo positivista, al renunciar a todo lo trascendente y ajustado al nuevo ordenpositivo, el futuro esperado sería un indefinido presente sin engaños, aunque elpropio Comte, hacia el final de su vida, y movido por su pasión amorosa hacia

    Clotilde Vaux, se volcaría al misticismo para imaginar una religión universal. Másde un siglo después, en 1989, el año que vio desmoronarse el proyecto socialistade nuestra época, Francis Fukuyama clausuraba el futuro, una vez más,esgrimiendo razones atendibles: “lo que estamos presenciando puede ser no sóloel fin de la Guerra Fría, o la terminación de un período particular de la historia dela postguerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de laevolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracialiberal occidental como la forma final del gobierno humano”. Hay un momento,reiterado en la historia, en que el tiempo parece inmovilizarse y el optimismo poresa causa se proclama, se vuelve inseparable de la convicción de que la muertepuede ser derrotada. El entusiasmo que intenta transmitir la técnica moderna es

    la expresión de un extraño proyecto de futuro sin devenir, de un futuro quepretende arrancar desde hoy mismo porque, como Fausto, busca detener eltiempo. El tecnologismo repite, triunfalmente, el gesto de borrar el futuro: elfuturo no es otra cosa que la técnica misma. El tecnologismo instaura una visiónfundamentalista de la existencia: impone su proyecto técnico como mandatoindiscutible; niega cualquier posibilidad de decir no al presente. El tecnologismoes una ideología totalitaria.

     V

    El tiempo dominado por la violencia tecnológica es un largo período civilizatorio

    que se realiza históricamente en formas concretas y que hoy aparece bajo elrostro de la llamada “globalización”. Sería inexplicable este nuevo proceso dearticulación económico y social sin el papel instrumental de las tecnologíascontemporáneas. Pero es más importante otro hecho aún poco explorado: lainfluencia del tecnologismo en la propia idea de globalización, que incluyemodificaciones decisivas en conceptos que rigieron permanentemente en elimaginario de Occidente. Nuestra reflexión sobre la tecnología, es buenosubrayarlo, surge de la preocupación por la existencia de los seres humanos en la vida cotidiana contemporánea. Es, dicho, genéricamente, una preocupaciónpolítica. Traer el futuro al presente, ser lo que será, no sólo diluye el futuro sinoque desrealiza el presente. La astucia de la ideología totalitaria consiste en hacer

  • 8/16/2019 Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

    4/5

      4

    impensable la voluntad de no querer, que sólo puede ejercerse en el hoy. Eltecnologismo incluye el “progreso del espíritu”, el “estadio positivo”, el “fin de lahistoria”. Mientras tanto, la libertad humana, en la que se fundamenta cualquier

    forma de responsabilidad, arriesga la decisión de decir no a un presente ofrecidocomo único posible puesto que aparece determinado por el futuro. Al declararsuperfluo el pasado y el presente, se nos propone vivir una apariencia de futuroestablecido en la fugacidad inasible del presente. Desarraigado del espacio y deltiempo, lo que desaparece, en realidad, es el momento único del vivir humanoque, en cualquier hipótesis, sólo puede ser entendido como capacidad de elegir.La ideología totalitaria se asienta sobre la convicción de que en este presente -dispuesto para el futuro- sólo es posible una positividad irrenunciable.

    La ideología tecnológica no admite la voluntad de negación; se enraíza en la puraafirmación del mundo tal cual es. El tecnologismo, mientras ahueca lo propio de

    la naturaleza del ser humano: su posibilidad de opción, le señala al hombre unespacio, el de la técnica, en el que debe realizarse como especie. Determinado porla técnica, el hombre se vuelve especie propia de la técnica, homo tecnicus. Paraello la ideología técnica ha cumplido dos actos que se complementan: por unaparte ha negado cualquier forma transhistórica de la naturaleza humana y, porotra, afirma la posibilidad de cambiar esa naturaleza creando entornos culturales(artificiales) de interacción. “El mundo de las máquinas -dice Hannah Arendt en La condición humana- se ha convertido en un sustituto del mundo real, aunqueeste pseudo-mundo no pueda realizar la tarea más importante del artificiohumano, que es la de ofrecer a los mortales un domicilio más permanente yestable que ellos mismos. En el proceso continuo de la operación, pierde incluso

    ese carácter de mundo independiente que en tan alto grado poseían los útiles,instrumentos y la primera maquinaria de la época moderna. Los procesosnaturales de los que se alimenta lo relacionan cada vez más con el propio proceso biológico, de manera que los aparatos que manejamos libremente en otro tiempocomienzan a parecer caparazones pertenecientes al cuerpo humano como elcaparazón perteneciente al cuerpo de una tortuga.”

     VI

    La pertenencia de la técnica -que implica un incesante cambio de la naturalezahumana- equivale a la negación del vínculo íntimo y orgánico del ser humano con

    su propio pasado, con una memoria que se sostiene en algo permanente que loconstituye y en que se asienta un sentido. El tecnologismo impone la aceptaciónpasiva y paciente de una situación que nos inscribe en una realidad que actúa porsí misma. En consecuencia, el hombre, desolado, sin asidero, pierde laposibilidad de conocer el mundo y, eventualmente, de negarlo.

    Francis Fukuyama, sorprendentemente, concluye su primer trabajo sobre el “finde la historia” con palabras de desaliento ante el mundo que ha descripto: “El finde la historia va a ser un tiempo muy triste. La lucha por el reconocimiento, ladisposición a arriesgar la propia vida por un objetivo puramente abstracto, lalucha ideológica mundial que requería audacia, coraje, imaginación e idealismo,

  • 8/16/2019 Schmucler - Apuntes Sobre El Tecnologismo

    5/5

      5

    serán reemplazadas por los cálculos económicos, la resolución interminable deproblemas técnicos, problemas del medio ambiente y la satisfacción desofisticadas demandas de consumo. (…) tal vez esta misma perspectiva de siglos

    de aburrimiento en el fin de la historia sirva para que la historia comience denuevo.” El fin de la historia bien puede ser la consecuencia de la aceptación de latécnica como sustancialidad del mundo. Vivimos un extraño tiempo en el que laderrota del espíritu humano suele ser celebrado como triunfo. La virtualizacióndel mundo puede interpretarse como un objetivación positiva  de las imágenesengañosas evocadas en la fábula de la caverna platónica. Pero la nuestra -diceDense Souche-Dagues,  Nihilismes, 1996- “es una caverna desprovista de unafuera, la simulación de lo real a reemplazado lo real mismo y ha suprimido eldeseo de una salida”. La consumación idolátrica de la apariencia, después dehaber ejecutado la muerte de Dios, después de haber proclamado que “todo estápermitido” y por lo tanto “todo es posible”, tiende hacia una abismal decisión

    deliberada de la nada totalitaria. La esperanza patética expresada por Fukuyamaen su última frase repite el enigmático verso de Hölderling: “Allí donde está elpeligro nace también lo que salva”. La condición es reconocer que allí está elpeligro.