Sector Salud corrupción y

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Chilpancingo, Gro. | Semana del 1 al 7 de junio de 2020 | Tercera Época | $ 10.00 No. 1011 Humberto Santos Bautista José Francisco García González La oscuridad ideológica y el poder La conveniente ignorancia SECTOR SALUD: CORRUPCIÓN Y CORONAVIRUS [Foto: Trinchera]

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Trinchera Política y Cultura (año 18, número 1011) es una publicación semanal editada y distribuida por Colectivo Trinchera, A. C., Priv. Electricistas No. 9, Col. Guerrero 200, Chilpancingo, Gro., C. P. 39097www.trinchera-politicaycultura.comsem_trinchera@yahoo.com.mxEditor responsable: Ulises Domínguez Mariano.Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No.04-2019-060713063900-101, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.Certificado de Licitud de título y contenido No. 17328, expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, de la Secretaría de Gobernación.Impreso por Ulises Domínguez Mariano, Nogal No. 56,Fracc. Jacarandas II, Chilpancingo, Gro., C. P. 39090.Este número se imprimió el 31 de mayo de 2020.

DIRECTORIO

Coord. de InformaCIón:Zacarías Cervantes

InformaCIón:Eduardo Añorve

Eduardo Yener SantosHercilia Castro

Kau Sirenio

opInIón:José María Hernández

Humberto Santos Bautista

Cultura:Carlos ortIz

tohuampohuan

fotografIa:Yener Santos

Diseño:Irving Ulises

Coord. general:

Ulises Domínguez Mariano

dIreCtor fundador:Manuel Domínguez Jaimes (t)

Zacarías Cervantes

lano Perdido es una de las comunidades indígenas más apartada de uno de los muni-cipios más pobres del estado:

Cochoapa el Grande. Su comisario municipal, Regino Maldonado García, denunció el 24 de mayo que ochenta de sus paisanos estaban enfermos, todos con síntomas parecidos a los de coro-navirus.

La gente del pueblo se alarmó y le pidió que le avisara al gobierno del estado para que fuera a diagnosticar-

los, no fuera el caso de que estuvieran contagiados de Covid-19. Así lo hizo y después de una semana que estuvo insistiendo, finalmente le hicieron caso hasta que publicó el caso en los medios de comunicación y en las redes sociales.

La brigada médica de la jurisdicción sanitaria de Tlapa que acudió a su pueblo diagnosticó que lo que tienen es dengue, gripa, calentura, dolor de cuerpo, y des-cartó que fuera coronavirus.

Regino Maldonado denunció, parale-lamente, que en su pueblo Ñuu savi hace

año y medio la presidenta municipal, del PRD, Edith López Rivera, inauguró un centro de salud que sigue cerrado porque no hay médicos, enfermeras ni medica-mentos. Nada más se inauguró y nunca funcionó, de tal forma que actualmente no tienen servicio ni para que se les atienda de un resfriado.

Para poder atenderse, los pacientes de Llano Perdido tienen que caminar hasta Chilixtlahuaca, un pueblo vecino que se encuentra a unos siete u ocho kilómetros.

Sector salud:corrupción y coronavirus

L

pueblos Indígenas de CoChoapa. margInaCIón y

pobreza.[foto: yener

santos]

Diríase que casos como el Centro de Salud de Llano Perdido pasan solo en comunidades marginadas del estado, donde es fácil ocultar la corrupción de los funcionarios que se roban el presu-puesto destinado para las obras, para el equipo y medicamentos, así como para el salario de los médicos y enfermeras.

Sin embargo, el descaro de quienes se roban el dinero del sector salud está a la vista de todos. Otro caso, por ejem-plo, es el hospital de Chilapa, municipio ubicado a una hora de Chilpancingo, en donde la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 vino a echar tierra a nue-ve años de corrupción de funcionarios y exfuncionarios del sector salud.

El 22 de abril, el gobernador Héc-tor Astudillo Flores, acompañado por mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Guerrero, entregó el hospital de Chilapa al Ejército para que fuera operado como hospital Covid.

El hospital que sería de especia-lidades fue reabierto casi nueve años después para atender, ahora, de manera exclusiva, a pacientes con coronavirus y administrado por la Sedena.

El 21 de junio de 2011, el entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero; su secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, y el entonces alcalde, Sergio Dolores Flores (asesinado este 17 de marzo), colocaron la primera piedra del nosocomio. Entonces se dijo que sería de especialidades y que contaría con sesenta camas.

Las instalaciones están ubicadas en la periferia de la ciudad, en el crucero de las comunidades de Acatlán, Pochahuiz-co y Topiltepec, a orillas de la carretera estatal Chilapa-Zitlala.

El día que lo inauguraron, el enton-ces secretario de Salud Lázaro Mazón declaró que el nosocomio se concluiría en septiembre de 2012 con una inversión total de ciento cuarenta y dos millones de pesos. La obra inició de inmediato, incluso sin contar con licitación de la empresa que lo construiría.

Sin embargo, hasta noviembre de 2019, el costo casi se triplicó, pues de 142 000 000 de pesos presupuestados pasó a 370 898 602 pesos, de acuerdo con la Secretaría de Salud del gobierno del estado. Es decir, el aumento por encima de lo presupuestado fue de 228 898 602.

Solo en las administraciones de Án-gel Aguirre y Rogelio Ortega, de 2011 a 2014, se aplicaron doscientos noventa y dos millones de pesos. El resto de la

inversión ha sido en la actual adminis-tración.

Las nuevas instalaciones sustituirían al antiguo hospital general de Chilapa, construido en el año 1964 en el centro de la ciudad, cuya infraestructura tenía daños severos y cuya capacidad ya resultaba insuficiente para atender a pobladores de los municipios de Chi-lapa, Zitlala, José Joaquín de Herrera, Atlixtac, Acatepec, Zapotitlán Tablas y Ahuacuotzingo.

El sismo del 19 de septiembre de 2017 dejó en el edificio cuarteaduras y grietas de más de dos metros. El per-sonal médico decidió dejar de trabajar en ese edificio ante el riesgo de que se desplomara cuando regresaran unos cien pacientes que permanecían hospi-talizados.

El 14 de octubre de ese año, el se-cretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, informó que los servicios médicos del Hospital General de Chila-pa serían trasladados al edificio de una clínica particular, ubicada, en el bulevar Eucaria Apreza. No se informó el costo de la renta que se pagaría a más de dos años de su funcionamiento.

El 29 de noviembre pasado, el direc-tor general del IMSS, Zoé Robledo, y el secretario de Salud del gobierno federal, Jorge Alcocer, anunciaron aquí la próxi-ma apertura del hospital en tres meses.

Fue hasta el 18 de mayo que el gobernador Astudillo Flores y el co-mandante de la Novena Región Militar, Juan Manuel Rico Gámez, abrieron y pusieron en operación –con personal de la Sedena– el nosocomio que cuenta con cincuenta camas con equipo especial para pacientes con Covid-19.

Las prisas por utilizar el inmueble, a raíz de la epidemia terminaron con el ne-gocio de funcionarios y exfuncionarios estatales, pues entre la gente de Chilapa es conocido que no solo hubo desvíos del presupuesto para la construcción y el equipo del hospital, sino también para el pago de la renta del edificio donde funcionaba desde el 2017.

La opacidad con que se manejan los recursos por parte de las autoridades, no solo no permitió conocer cuánto se pagaba de renta, sino a quien, aunque la voz populi aseguraba que ese edificio ubicado a la salida hacia Chilpancingo es propiedad de la ex presidenta muni-cipal, ex diputada federal, ex secretara de Salud y actual diputada local priista Verónica Muñoz Parra.

Como el Centro de Salud de Llano

Perdido y el hospital de Chilapa, hay, según datos del gobierno federal, unas terinta obras inconclusas o sin fun-cionar por falta de equipo, médicos y enfermeras.

Por ejemplo, se encuentran abando-nados el Hospital de Cruz Grande y el Centro de Salud de Las Vigas, municipio de San Marcos, situación que ha dejado sin atención médica a más de veinte mil habitantes de la región.

«Hemos visto que vienen funciona-rios a entregar obras, equipo y material, pero, luego de que se van, cierran el hospital, cierran el centro de salud y no hay quien atienda», denunció a finales del año pasado un dirigente social de la región, quien no autorizó ser citado como fuente.

Pero aseguró que ya denunciaron la situación al diputado federal por ese distrito, Rubén Cayetano García, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se presume desvío de recur-sos destinados a la salud, pues no son aplicados, al menos en esos municipios.

«Es inhumado y viola nuestro dere-cho a la salud», recriminó la fuente quien recordó que en el hospital de Cruz Gran-de se habló de una inversión de treinta millones de pesos, pero está convertido en un elefante blanco, porque no lo han abierto a la población, mientras que en el Centro de Salud de Las Vigas no hay médicos, enfermeras ni medicamentos, por lo que también lo mantienen cerrado y quienes se enferman tienen que tras-ladarse a otros lugares, como Acapulco, aunque se trate de una emergencia.

Los casos de corrupción impune en el pasado y en el presente en el sector salud indignan porque se trata de un área sensible para la población. Indigna en estos tiempos de pandemia que es cuan-do se resienten las carencias, porque por la falta de instalaciones adecuadas, equipo, material de protección para los trabajadores y medicamentos, tal vez, muchos pacientes que podrían recupe-rarse, mueren.

Indigna porque quienes se robaron el presupuesto que debió ser utilizado para un sistema de salud más suficiente y eficiente, viven impunes e inmunes. Impunes porque nadie los investiga ni los castiga, e inmunes porque con todo el dinero que se llevaron a sus bolsillos les permite hoy quedarse confinados cómodamente el tiempo que sea en sus residencias, sin el riesgo de contagiarse en las calles, como ocurre con los miles que viven de sus ingresos diarios.

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Eduardo Yener Santos

n plena emergencia por el Covid-19, en Tianquizolco, municipio de Cuetzala del Progeso, la gente teme más a las amenazas de los grupos

delictivos que al contagio del virus que tiene en alerta máxima a todo el mundo.

El martes 19 de mayo, desde los cerros cercanos al poblado, unos cuarenta hombres atacaron a balazos

a los pobladores; la Policía Rural de Tianquizolco repelió el ataque y se produjo un enfrentamiento que duró tres días. Un joven de la comunidad murió y tres familias huyeron del lugar, pero el resto se quedó a enfrentar a los criminales.

Los grupos que acosan a este pueblo son La Familia Michoacana, Los Tla-cos, de Tlacoptepec; el Cártel Jalisco Nueva Generación y Guerreros Unidos.

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Tianquizolco, una de las veinte co-munidades del municipio de Cuetzala del Progreso, tiene una población de unas ochocientas personas, la mayoría, campesinos dedicados a la siembra de maíz, frijol y calabaza. Colinda con Chilacahapa y Apetlanca, junto con las cuales conforma un corredor de acceso a la cabecera municipal de Cuetzala,

Tianquizolco: otra vez bajo acoso criminal

e

tIanquIzolCo. terrItorIo

CodICIado.[foto: yener

santos]cuando se llega de los municipios de Iguala y Cocula.

Estas tres comunidades se localizan también en el camino a la mina La Fun-dición, propiedad de la minera Media Luna, y a una mina más, localizada en las inmediaciones de Cocula y Cuetzala.

En al año 2007, una célula de La Familia Michoacana irrumpió en Tian-quizolco y en Apetlanca, y comenzó a extorsionar y secuestrar a los poblado-res. Los campesinos de estos pueblos ca-recen de riquezas, pero aun así el grupo delictivo los sometió por alrededor de siete años, debido a que las autoridades nunca hicieron caso a las denuncias de los pobladores.

En el año 2014, los habitantes de Tianquizolco se armaron para crear la Policía Rural del municipio de Cuetzala del Progreso e invitaron a la comunidad de San Andrés Tzicuilan y Apetlanca a seguir su ejemplo. A seis años de la creación de este sistema de seguridad y de organización, los grupos delictivos han regresado a Tanquizolco, pero esta vez no solo es La Familia Michoacana, sino también Los Tlaco, de Tlacotepec, el Cártel Jalisco Nueva Generación y Guerreros Unidos.

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El comisario de Tianquizolco, Manuel Rivera, reveló que el 10 de diciembre de 2019, un criminal le solicitó convencer a la población para que la policía rural se uniera al grupo delictivo, pero los habitantes rechazaron la propuesta.

Rivera declaró a reporteros que el 10 de enero de este año, hubo un segundo

intento por parte de un grupo delictivo que ofreció doscientos cincuenta mil pesos como pago para que hombres armados ingresaran a Tianquizolco, pero la oferta también fue rechazada. Tras la negativa, los grupos delictivos declararon la guerra a los habitantes de Tianquizolco.

El comisario aseguró que los grupos delictivos pelean el control del corredor Tanquizolco-Apetlanca-Chilacachapa, para extorsionar a las empresas mineras y los ejidatarios de estas poblaciones, porque los campesinos prestan sus tie-rras a las mineras y por ese préstamo, ellos reciben un ingreso.

Explicó que los grupos delictivos desean que el corredor Tanquizolco-Apetlanca-Chilacachapa, sea un camino despejado para el trasiego de drogas, y ellos tener el control de los trabajos que ofertan las mineras.

Las fuerzas armadas del Estado llegaron a Tianquizolco el lunes 25 de mayo con la finalidad de vigilar y resguardar a los habitantes de las tres comunidades. El comisario demandó la presencia permanente de los agentes de seguridad porque en su comunidad toda la población teme ser atacada.

En Tianquizolco se concentran unos ochenta hombres armados, entre ele-mentos de la Guardia Nacional, policías estatales y las policías comunitarias de Cuetzala y la Tecampanera de Teloloa-pan.

La llegada de las fuerzas del Estado a Tianquizolco ocurrió luego de que los pobladores bloquearon por más de diecisiete horas la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, el sábado 23

de mayo, después de que la delincuen-cia atacó la base de la autodefensa en Tianquizolco.

Los integrantes de la policía Tecam-panera, acudieron a Tianquizolco para auxiliar a la población, luego de que se enteraron de las balaceras. La diferencia de estos dos grupos de autodefensa se nota en las armas. Los de Tianquizolco portan escopetas, escuadras calibre 22 y se transportan en camionetas de redilas que ocupan para acarrear maíz, leña o animales. Los tecampaneros portan armas tipo AR 15, metralletas y se transportan en camionetas más sofisticadas como Tacoma pickup de la marca Toyota.

La demanda de esta población es que los gobiernos estatal y federal in-tervengan contra los delincuentes y los habitantes continúen con sus labores, porque desde los enfrentamientos ellos se han resguardo en sus hogares.

A diferencia de otras partes de Gue-rrero donde la población se encierra y coloca filtros en los accesos de sus comunidades por temor al Covid-19, en Tianquizolco los habitantes se en-cerraron por temor a los armados y han colocado filtros para evitar que ingresen los grupos delictivos.

Del Covid-19, la población se ha ol-vidado y lo que ha demando a las autori-dades es que envíen seguridad. También que el gobierno federal en coordinación con el municipal, les pueda entregar el fertilizante hasta su comunidad.

ALIANZA DE MEDIOS

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Kau Sirenio

l exguerrillero José Arturo Gallegos Nájera falleció el 24 de mayo en el hospital de Instituto Mexicano del

Seguro Social (IMSS) de Acapulco, a causa del Covid-19, a la edad de setenta años. La noticia de su muerte se extendió por las redes sociales la tarde de ese domingo.

Arturo Gallegos comenzó su actividad guerrillera a principios de la década de los setenta, en el Par-tido de los Pobres, al lado de Lucio Cabañas Barrientos, en la Costa Grande de Guerrero. Al separarse de la organización que comandaba el legendario maestro egresado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro

Burgos, de Ayotzinapa, se unió a Carmelo Cortés y Aurora de la Paz Navarro del Campo para fundar la guerrilla urbana Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el puerto de Acapulco.

A la edad de veinte años y con apenas cinco meses de casado, Ar-turo conoció a Lucio Cabañas, en

Arturo Gallegos: fin de medio siglo de lucha social

e

arturo gallegos. CongruenCIa en

la luCha.[foto: JavIer

verdín / CromátICa

agenCIa]

diciembre de 1970. Desde ese mo-mento se hizo colaborador del grupo insurgente. Cuando detienen y desa-parecen a su suegro, Petronilo Castro Hernández, Arturo se convierte en prófugo político, desde el 22 de abril de 1972. Petronilo Castro era cercano a Lucio Cabañas y al Partido de los Pobres, con quien organizaron la Bri-gada Campesina de Ajusticiamiento.

Avecindado en la Calle 13 de la colonia Juan R. Escudero, de Aca-pulco, Arturo conoció de cerca la detención y desaparición de Guada-lupe Castro Molina el 22 de abril de 1972. Tres días después atestiguó la detención de Petronilo Castro. Desde entonces Guadalupe y Petronilo con-tinúan desaparecidos por el Estado mexicano.

En la promoción y difusión de la cultura, el revolucionario impulsó la Feria del Libro Sindical y Popular en marzo 2017 y escribió dos libros sobre el movimiento armado: La guerrilla en Guerrero y A Merced del enemigo, así como Mi vida en prisión.

***

Después de la reunión entre la Parti-daria (antes de la Liga Comunista 23 de Septiembre) y el Partido de Los Pobres, el movimiento armado entró en crisis. Carmelo Cortes salio de la guerrilla por diferencias con Lucio Cabañas en la conducción de movi-miento, pero oficialmente la guerrilla alegó inmoralidad.

Con ese antecedente, Gallegos Nájera y Carmelo Cortés rompieron con el PDLP para fundar las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Arturo la llamó «la tercera vía».

Arturo Gallegos nació en Arcelia, Guerrero, el 15 de agosto de 1950, pero al cumplir un año de edad, su madre lo llevó a vivir a El Zapote, municipio de Coyuca de Benítez, junto con sus hermanos Francisca, Humberto y Minerva.

A los veintitrés años de edad,

Arturo se unió a Carmelo Cortés, Aurora de la Paz Navarro del Campo, Daniel Martínez García y Humberto Brito Nájera para fundar la guerrilla urbana Fuerzas Armadas Revolu-cionarias, grupo armado que tuvo su comandancia clandestina en el puerto de Acapulco.

Un año después de la gesta de la FAR, Arturo fue detenido por mi-litares y torturado en la base aérea militar de Pie de la Cuesta. El Ejército mexicano lo mantuvo en cautiverio durante varios días, hasta que lo presentaron ante autoridades civiles en la cárcel de Acapulco. A partir de esa fecha formó parte de los presos políticos, hasta su liberación en 1982.

***

En su adolescencia, Arturo Gallegos Nájera se dedicaba a la sastrería, oficio que le permitía ayudar en el gasto familiar. A los veinte años se casó con Martha Castro Molina, el 4 de julio de 1970.

Antes de ingresar a la guerrilla, estudió en la primaria federal vesper-tina Eduardo Mendoza, de Acapulco. Cuando conoció al PDLP subió a la sierra y adoptó los alias Edil, Saúl, Juan Manuel y Jorge Gómez Salas.

Con la detención y desaparición de su suegro, el guerrillero se ve obligado salir de Guerrero y se va al entonces Distrito Federal, Gua-dalajara y Cuernavaca. Sin dinero ni posibilidad de conseguir empleo, regresa a Acapulco el 20 de agosto de 1972.

Con la sanción que PDLP le impo-ne a Carmelo Cortés Castro en mayo de 1973, Gallegos Nájera recibe en su casa a quien sería su compañero de armas en la guerrilla urbana de Acapulco.

Tres meses después de ese en-cuentro nace la nueva guerrilla, Fuerzas Armadas Revolucionarias, con Carmelo a la cabeza, seguido por Aurora y José Arturo. Este último era el que más destacaba en la disciplina

militar y en el trabajo comunitario.En el campo de combate parti-

cipó en todas las acciones que las FAR planearon y ejecutaron. Cayó prisionero el 20 de septiembre de 1974, junto con sus cuñados: Eleazar Castro Molina, de diecisiete años, y Fabiola Castro Molina, a los cuales desparecieron. En 1977, la policía política también desapareció a su concuño, Daniel Martínez García.

Mientras Arturo Gallegos estaba en la cárcel, Carmelo Cortés fue asesinado y Aurora de la Paz Navarro detenida y desaparecida.

***

Desde su liberación en 1982, Arturo se dedicó a la lucha por la presenta-ción con vida de los guerrilleros des-aparecidos por el Estado mexicano, y trabajó como bibliotecario en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).

A raíz de la creación de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), organizaciones de familiares de desaparecidos denunciaron al expre-sidente de México Luis Echeverría Álvarez, a miembros del Ejército mexicano y a la policía política por la desaparición, ejecución y tortura de que fueron objeto durante la guerra sucia en Guerrero.

Arturo recorrió múltiples foros para exigir justicia y se integró a sobrevivientes de la guerrilla para sistematizar sus experiencias de lu-cha, y en el año 2009, promovieron la creación de la Comisión de la Verdad. Esta comisión se instala tres años después, y Arturo se integra al órgano investigador de 2012 y 2014.

José Arturo Gallegos escribió tres libros donde narra su vivencia en la guerrilla: La guerrilla en Guerrero, ¡A merced del enemigo! y Mi vida en prisión; en cada obra da cuenta de su proceso de incorporación y lucha ar-mada, la tortura y el encarcelamiento que vivió.

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Eduardo Añorve

astaría con la sencilla valora-ción que hace don Gonzalo Aguirre Beltrán sobre la con-sumación legal de la Indepen-

dencia para tener en claro y en firme que la actuación de don Vicente Guerrero, El Negro, fue decisiva para obtenerla y para derrumbar los cimientos del sistema co-lonial virreinal novohispano y, por ende, de la importancia de la abolición de la esclavitud y del sistema de castas que tanto propugnaron esos patriotas afroindios:

«El estudio histórico del negro, por su parte, nos hace saber que su integración a la sociedad nacional fue legalmente consumada por la Independencia, cuando la constitución que dio su carta ideológica a la República declaró la abolición de la esclavitud y el fin de la estructura de castas. Viéndolo bien, la legislación no vino sino a confirmar hechos, socialmente sancionados, que sobrevinieron como inevitable resultado de las contradicciones

del sistema colonial.»Los negros y hombres de mezcla,

mestizos y mulatos, alforrados y fugitivos, constituyen –después de los indios– el sector más numeroso al término de la Colonia. Es precisamente el logro simple de esa magnitud lo que en definitiva acaba con el sistema de castas, ya no teniendo los hombres marginales una posición definida en el sistema, y siendo los más, faltaba al sistema lógicamente base de sustentación», asevera Aguirre Beltrán en La población negra de México.

El negro-mulato-hombre de mezcla que fue don Vicente Guerrero concretó esa revolución social y política que significó la Independencia y que minó las bases en que se sustentaba el virreinato. Don Vicente y sus pardos y mulatos y zambos, sus afroindios.

Eduardo Miranda Arrieta, por su parte, informa que el 12 de marzo de 1820 la Junta Subalterna, institución insurgente

que gobernó desde la desintegración del Congreso que se formó en Chilpancingo al sur de México, delegó en el negro Vicente Guerrero «toda la autoridad y el mando», dejando así en «su subalterno de mayor liderazgo» el poder político.

Además, escribe este académico (en su ensayo La causa de la independencia y la república. Vicente Guerrero, un insurgente mexicano frente a la revivida Constitución Española en 1820), en este mismo año se restableció la constitución de la monarquía española, proscrita desde 1814.

Por ello es fácil colegir por qué –des-pués de conocida la noticia del restable-cimiento de la Constitución de 1812 en España– Vicente Guerrero asumió el poder político insurgente, y no sólo militar, sino también ideológico (él, el primero, tal vez, en utilizar el término y el concepto de república para referirse a la forma de gobierno propugnada).

Al respecto, Medina Arrieta explica:

De El Negro Vicente, y de los conservadores del documental

b

«En esta coyuntura, hay que subrayarlo, Vicente Guerrero comenzó a generar un nuevo tipo de batalla, más ideológica y política, donde se enfrentaron (al menos en la zona de guerra) dos proyectos de gobierno: el oficial, que preconizaba la monarquía constitucional, y el insurgente, que se pensó –con arreglo a su constitu-ción y el funcionamiento de su gobierno– republicano».

Y precisa este estudioso michoacano en qué consistió ese nuevo tipo de batalla: «Primero (Guerrero) buscó detener la de-serción de las tropas insurgentes y contro-lar el abandono a la causa que intentaban algunos jefes revolucionarios. Segundo, procuró lanzar toda una afanosa campaña promotora (“el malvado Guerrero hace correr seductores papeles por todos los pueblos y cuadrillas”) de los fines políticos que se perseguían, los cuales en muchos asuntos se contraponían con los principios del documento constitucional español».

La estrategia más potente, adecuada y efectiva fue cuestionar el contenido de la constitución española, en particular el artículo 22, el que decía: «A los españo-les que por cualquier línea son habidos y reputados por originarios del África, les queda abierta la puerta de la virtud y el merecimiento para ser ciudadanos»; es decir, a la norma que excluía a los afrodes-cendientes, como don Vicente Guerrero y sus huestes, y cita Medina Arrieta al realista Carlos de Moya (uno de los jefes militares que lo combatían) para repro-ducir la respuesta de aquel guerrillero del Sur: «¿Cómo me he de presentar yo en mi Patria en donde quedo excluido del derecho de ciudadano?».

Además, el historiador michoacano evalúa esta acción y otras de sus repercu-siones entre negros y mulatos realistas: «El artículo ofendía sectores importan-tes de la población sureña, sobre todo a aquellos descendientes de los africanos (negros y mulatos) que habitaban en la costa, muchos de los cuales incluso se ha-bían sustraído de participar al lado de los insurgentes y se encontraban colaborando como soldados en los ejércitos realistas».

Tiene razón, pues, Aguirre Beltrán en atribuir a la condición étnica –digamos– de los independentistas la persistente y entusiasta resistencia ejercida para lograr, al fin, la independencia, para romper con España. En ello coinciden ambos estudio-sos: «…lo que trataba Vicente Guerrero era desacreditar públicamente lo dispuesto en el Código español con la intención de seguir sosteniendo la guerra y el proyecto político insurgente que también garanti-zaba, desde su composición original, la igualdad de todos los habitantes de este territorio»; esta pretensión de igualdad,

obviamente, no fue incluida en la Consti-tución de Cádiz.

Enterado de esta estrategia de don Vicente, el virrey conde del Venadito dio órdenes para contrarrestarla. «Envió una orden ejecutiva al comandante general de la provincia –coronel Manuel Obeso– para que en “puntual cumplimiento en la parte que le toca”, diera “una orden en las tropas de las divisiones de gente de color manifestándoles que en el hecho de estar sirviendo con las armas en la mano en los ejércitos nacionales están en la carrera de la virtud y del merecimiento”», anota Eduardo Miranda.

Y valora: «Se trataba, en efecto, de seguir ganando adeptos para el soste-nimiento de la guerra, pero en el fondo se efectuaba al mismo tiempo una lucha política en la que se cuestionaba una norma constitucional haciendo referencia implícita de la existencia de otra (también constitucional) que garantizaba la igual-dad de todos los habitantes americanos sin distinción étnica alguna. Es decir, Vicente Guerrero mantenía como eje de normatividad de la insurgencia el Código de Apatzingán, como lo venía haciendo la Junta Subalterna que delegó en su persona el mando».

Además, –estratega político– don Vicente dirigió cartas a jefes militares realistas, como Armijo y Moya, para que se «decidieran por el partido de la cau-sa Mexicana», aunque ellos rehusaron aceptar.

«Nada consiguió pero dejó abierta una brecha de negociación que tendría signifi-cativos alcances el año siguiente de 1821», considera Miranda Arrieta. Hay que acotar que hasta hace algunos años no se conocía un par de cartas entre don Vicente y el sucesor de Armijo, Iturbide, de mediados de noviembre de 1820, ofreciéndole éste el indulto, y desechándolo aquél, y donde le comunicó su intención de continuar con la gesta independentista iniciada por don Miguel Hidalgo, e invitándolo a su vez a sumarse a la causa de la nación Mexicana.

Días antes, a finales de 1820, los primeros días de noviembre, el virrey Apodaca, instigado por los conspiradores de La Profesa, nombró al taimado Agustín de Iturbide como jefe de la comandancia del Sur, ante la renuncia del desastrado Armijo, con la intención de someter de modo definitivo a don Vicente Guerrero y sus huestes. Vale recordar aquí que Iturbide fue rescatado de la ignominia, de la deshonra y del deshonor.

«Deseaba ardientemente Iturbide ser nombrado para un mando militar que fuese base de los ambiciosos proyectos que meditaba, y los miembros de las juntas de la Profesa, movidos por iguales

deseos, aunque con el propósito de que sirviera á los que ellos tramaban, lo habían recomendado al virey. Ya hemos visto que por medio de estos personajes Iturbide y Apocada habían tenido una entrevista, y quizá hubo de quedar satisfecho este últi-mo, pues el 9 de noviembre (1820) y con motivo de la renuncia de Armijo, acordó el nombramiento de Iturbide para la co-mandancia general del Sur y rumbo de Acapulco, recomendándole verbalmente que acordara atraer á Guerrero y á Ascen-cio al indulto, evitando en cuanto fuese posible la efusión de sangre», consigna Julio Zárate en el tercer tomo de México a través de los siglos.

Por otro lado, Iturbide, avaricioso, pidió nombramientos, tropas y dineros al virrey, quien se los concedió. «A todo accedió Apodaca, pues había llegado a tener confianza en la lealtad de Iturbi-de y ansiaba terminar cuanto antes la reducción del Sur. También al nuevo comandante general importaba destruir prontamente á los independientes…», escribe Julio Zárate.

Es decir: los realistas no pretendían negociar, sino que simulaban hacerlo, con el propósito aferrado de someter y avasa-llar a Guerrero y a sus tropas guerrilleras. Una de las primeras acciones punitivas emprendidas por Iturbide fue ordenar al teniente coronel Carlos Moya, a fines de diciembre de 1820, «siguiese á aquél caudillo con una sección de cuatrocientos hombres y que le atacase si se presentaba favorable coyuntura…», refiere Zárate. En esas fechas, don Vicente ya había recha-zado el indulto que le ofrecieran.

Pero las acciones militares del sangui-nario Iturbide no sirvieron para derrotar a los guerrilleros del Sur y, frustrado, cambió de modo radical sus planes, como todo mundo ya sabe.

El documental del gobierno del estado:Iturbide tomó el control de la Coman-dancia del Sur

Más allá del entusiasta gazapo del gober-nador del estado de Guerrero (el primer personaje que aparece a cuadro) nombran-do a Vicente Guerrero como un guerre-rense distinguido (¡El estado no existía!), la visión que impera o desde donde fue concebido este documental tergiversa los hechos históricos; basta notar una frase que allí aparece: «…Iturbide tomó el con-trol de la Comandancia del Sur».

Me refiero al documental Vicente Gue-rrero y la consumación de la Independen-cia de México (sin fecha; probablemente 2019), de la serie «Un soldado en cada hijo te dio», del realizador David Cienfuegos Salgado. 12

agustín de IturbIde.

[Imagen tomada de Internet]

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l problema fundamental entre la llamada clase política y los ciudadanos es que a diferencia de la narrativa con la que los primeros pretenden

legitimarse frente «al pueblo», diciendo que son diferentes, cuando, en realidad son los mismos, si por tal cosa se entiende, los fines que persiguen y las formas que diseñan para conseguirlos. Son ambicio-sos porque ésa es su naturaleza intrínseca, si no, ¿para qué buscarían el poder? Y esa ambición de poder se refuerza una vez que lo alcanzan, porque empiezan a negar las mismas leyes que les permitieron acceder al poder y pretenden legitimar una narrativa que no está sustentada en la ley, pero que se justifica porque hablan a nombre «del pueblo». De esta forma, la ley fundamental de la Nación –que le ha costado revoluciones al pueblo, que le ha valido mucha sangre derramada, para constituir una república federal, y en la que se establece claramente que: «El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el carácter de interi-no o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo Federal, en ningun caso y por ningun motivo podra volver a desempeñar ese puesto» (Artículo 83 Constitucional)– se ve amenazada por la tentación de ser reformada para permitir la permanencia en el poder, lo que significa hacer a un lado la enseñanza histórica que todos los días se les hace presente en los mismos documentos que despachan, cuando aparece la leyenda maderista: «Sufragio efectivo, no reelec-ción» (por supuesto, si la coma se recorre, el sentido de la frase sería otro). Se les olvida que una de las características de la república es precisamente la duración periódica del poder y el cambio perma-nente de quienes lo detentan. Se dicen demócratas, pero solo lo son en tanto esa filiación quede acotada a lo electoral y no a una auténtica socialización del poder, como por ejemplo, ¿por qué un médico o un maestro gana menos que un diputado, un senador e, incluso, regidor, si el trabajo del médico y del maestro es más signifi-cativo con relación al inútil desempeño de los políticos? ¿No es más importante

el trabajo que desempeña un empleado encargado de las labores de limpieza de una ciudad que lo que realmente hace un regidor o el propio presidente municipal? Sería muy interesante llevar este debate al congreso y abierto a la opinión pública. La democracia o llega hasta la cocina o no es democracia, y hasta ahora, ninguno de los políticos que están en el poder –sean de derecha o de izquierda– viven como el pueblo pobre, aunque hablen en su nombre para legitimarse, y más bien, viven de ese discurso que solo contribuye a seguir empobreciendo el debate público y a encerrar literalmente en la pobreza al pueblo. ¿Qué otra cosa le puede legar al pueblo una clase política como la de Gue-rrero, que no sea su ignorancia? ¿Alguien puede pensar que de verdad la clase política conoce los problemas de la gente? El turismo «democrático» que realizan cada tres o seis años sirve para el despil-farro, pero no para conocer los problemas del «pueblo» al que dicen representar. Si no fuera así, ¿por qué siempre dicen que el tiempo no les alcanza? El presidente Juan Álvarez solo necesito dos meses para transformar radicalmente a la República.

Del otro lado, se empieza a presentar una oposición que si no fuera por la estri-dencia más propia de su impotencia para articular un discurso que al menos le diera claridad a sus demandas y asumieran una identidad propia, lo que se percibe es más bien una escena tragicómica que no tiene ni idea de lo que demanda y exhibe una ignorancia peor, cuando pide, por ejemplo, la dimisión del presidente de la República y se olvida que por mandato constitucional, el cargo de presidente «solo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso de la Unión, ante el que se presentará la renuncia». (Art. 86 de la Constitución), y que si el titular del Eje-cutivo fue elegido por el voto popular para un periodo de seis años, son los mismos que tendrá que cumplir. Por eso es muy grave que a esa minoría de derecha que si no fuera porque sus mismos oponentes «de izquierda» (todavía no queda claro si Bartlett o varios dirigentes de Morena, como Yeidckol Polevnsky,

son de izquierda) les dieran publicidad gratuita, pasarían desapercibidos. Eso también ha contribuido a empobrecer

el debate público y lejos de servir para la politización del pueblo, solo ha con-tribuido a una polarización que coincide en la misma carencia de ideas: no tienen proyecto. ¿Hay algún militante, aparte del Presidente, que con seriedad pueda expli-carle al pueblo en qué realmente consiste la llamada 4T? La pregunta es porque la experiencia enseña que los proyectos los define la historia y que no se bautizan an-tes, porque cuando eso ocurre no siempre salen bien librados; ejemplos sobran: de «El nacionalismo revolucionario» de López Portillo al «Proyecto de Modernización» de Salinas de Gortari, del ahora llamado «viejo régimen» priista.

Por eso es preocupante que en plena emergencia por el coronavirus, se pierda tanto tiempo en banalidades, porque es ridículo que pretendiendo emular a Juárez, los militantes de la 4T le den tanta difusión a una oposición deshilvanada y se les olvide que Don Benito Juárez apuntaló la reforma, se enfrentó a conservadores ilustrados, derrotó a una invasión extran-jera y a un imperio, y eso es lo menos que se esperaría de un gobierno de izquierda para que transformará la República, empezando por una reforma profunda en el contexto del Siglo XXI. Por supuesto, para eso el Presidente necesita tener a pensadores brillantes que lo acompañen en su proyecto, porque un vacío como ése no se puede llenar solo con propaganda. Se necesitan ideas, porque la revolución no se improvisa.

Los profesionales de la lisonja cortesa-na podrán decir que Juárez se reeligió las veces que quiso y permaneció y murió en el poder, y eso es cierto, pero el costo de todo eso fue el porfiriato y luego el PRI.

Ese ha sido el costo que la Nación ha pagado por la ambición oculta de perma-necer indefinidamente en el poder.

Por eso, en un ambiente plagado de confusión ideológica y con un gran vacío de ideas –no hay claridad ni siquiera en qué hacer con la pandemia– es mejor pasar por la criba de la crítica radical, así sean mayores las coincidencias que las diferencias.

Me parece que en estos momen-tos ayuda más un apoyo crítico que la incondicionalidad ciega.

L a oscuridad ideoLógica y eL poder

Humberto Santos Bautista

ELa libertad de la conciencia tiene un sentido

unívoco, no admite coordenadas, no acepta que la enjaulen, no puede vivir encerrada en el apando.

José Revueltas los intelectuales de alcurnia que nacieron en pañales de seda y crecieron rodeados de anaqueles repletos de

una gran variedad de títulos de libros y enciclopedias, les parece inconcebible que haya gente huérfana de letras, que no ha leído, ya no digamos los diez libros de todos los tiempos, sino las lecturas más elementales para formarse una mediana cultura general. Pero la ig-norancia de las masas ha existido desde siempre. La cultura no es un bien masi-vo. A lo largo de toda la evolución del conocimiento humano, a las clases en el poder siempre les ha causado escozor que los de abajo conozcan las simbolo-gías y, sobre todo, que las interpreten y utilicen a su favor. Eso ocurrió incluso en la revolución industrial con los avances tecnológicos. El proletariado solo de-bería aprender lo necesario para hacer funcionar las líneas de la cadena pro-ductiva industrial de materias primas. Es de todos sabido que el conocimiento da poder para subyugar al que no lo tiene. Dominar algún tema en particu-lar otorga ciertas ventajas y coloca en una condición de privilegio sobre los demás. El desarrollo de las capacidades radica en esto de saber y aprender a manipular las herramientas necesarias. En la obra de Friedrich Engels, El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, podemos encontrar teorías interesante sobre la evolución de la humanidad, lo mismo que en la de Charles Darwin, El origen de la espe-cies, y en la de Henry Lewis Morgan, La sociedad primitiva. De esta última se retomaron algunas hipótesis para la obra de Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

Durante la evolución de la raza humana, a partir de la elaboración de sus propias herramientas rústicas en el Paleolítico y con el descubrimiento, utilidad y manejo del fuego, los huma-nos fueron dando pasos hacia una vida más organizada. Johann Jakob Ba-chofen plantea en su obra del derecho materno, la etapa de dominación de la mujer, por el supuesto heterismo que existía en esa etapa de la historia, es lo que también llama como ginecocra-cia. En Estudios de la Historia Antigua, McLenann plantea el dominio de la mujer en esa sociedad antigua: «Desde

el momento en que la exogamia y la poliandria proceden de una sola causa, del desequilibrio numérico entre los sexos, debemos considerar que entre todas las razas exogámicas ha existido primitivamente la poliandria (…) Y por esto debemos tener por indiscutible que entre las razas exógamas el primer sis-tema de parentesco era aquel que sólo reconocía el vínculo de la sangre por el lado materno».

Respecto a las etapas evolutivas de la civilización, Morgan menciona tres por las que han atravesado la humani-dad y lo describe con la utilización de las armas para su propia destrucción: « El arco y la flecha fueron para el estadio salvaje lo que la espada de hierro para la barbarie, y el arma de fuego para la civilización: el arma decisiva».

Con todo esto, pretendo, en pri-mer lugar, explicar la instinto humano de estar encima de los demás. Desde la antigua Mesopotamia, la cultura griega, romana y en la era moderna, se han elaborado leyes con el fin de que una reducida clase dominante tenga el control sobre los demás. Incluso, se ha recurrdio al mito de dioses que desean que sus creyentes cumplan sus man-datos. Las leyes divinas se inventaron antes de las leyes sociales. Pero la fe representa un dilema para el raciocinio del homo sapiens. ¿Cómo saber las verdaderas intenciones de quien o quie-nes escribieron los mandamientos de la divinidad y aseguran haber sido tocados por la mano divina, como Los Diez Man-damientos en las piedras de Moisés? Desde la cultura antigua se han venido practicando actos místicos y tratado de explicar el origen de los fenómenos naturales como una consecuencia de los designios o la furia de los dioses.

Sea cual fuere la intensión, así ha sido durante las distintas etapas de la historia. En la división de las activida-des en su forma sedentaria productiva, eran quizá necesarios los descansos espirituales; es por ello explicable que casi en todas las culturas encontremos curanderos del alma, ya sea como sec-tas o abiertamente predicando las fuer-zas y bondades divinas. Si al final se le dio el papel perverso de manipular para controlar las voluntad de los débiles al interior de los miembros de su misma tribu o de otras, convenciéndoles de que era bueno para mantener en paz a los

grupos de población, conduciéndolos a un estado de tranquilidad. Tener algo en que creer y hacer actividades por gusto, se puede comprender, pero difícilmen-te justificar. Porque también se fueron forjando con el propósito de tener el dominio sobre quienes las creyeran y se resignaran a seguirlas, obedecerlas y propagarlas a los demás con el mismo sentimiento fatalista del no haber otro camino para salvar el alma que obede-ciendo el mandato supremo del creador de todo cuanto existe en la tierra, cielo y mar. No en balde, Karl Marx acu-ñó la frase: «La religión es el opio del pueblo». Se refería precisamente a la dominación de unos cuantos sobre la gran mayoría de la población.

No es la intención entrar al terre-no sociológico y/o antropológico, me limitaré a abordar de manera general el planteamiento de por qué se oculta la verdad. A pocos religiosos les agrada hablar del tema del periodo renacentista emergiendo del oscurantismo inquisidor de la desinformación. Tendríamos que ver a Nicolás Copérnico y a Galileo Galilei, pero ese es tema aparte. Para salir de la ignorancia del fatalismo y la resignación, tenemos que remitirnos a estudiar a ese periodo en particular: el de las luces para salir de las sombras.

Pero vamos… entonces: ¿cuáles han sido los miedos de las clases en el poder durante las distintas etapas de la historia universal?

A lo largo de toda la historia, el temor de los poderosos ha sido que los vencidos reflexionen, piensen y actuen para salir de la opresión, al grado de si-tuarse en una posición de igualdad para desde ahí luchar por mejores oportu-nidades de desarrollo, como sucedió con la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Ningún evento podía estar fuera del alcance para comprender su propia realidad, intrínseca a la evolución humana. A los que se acostumbran a vivir en un estado de confort se les olvida que el cerebro, asistido por los sentidos exteriores, tiene hilos geniales y cuando se encuentra la forma de desmadejarlos, afloran las ideas para desmitificar y materializar cualquier cosa que esté al alcance de sus manos. Por mencionar algo, los más grandes creadores de la humanidad, hombres y mujeres, vienen de actos de personajes honestos en lo que realizan.

A

L a conveniente ignorancia

José Francisco García González

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Por ejemplo aquel Miguel Ángel Buona-rroti, que pintó la Capilla Sixtina e hizo esculturas que casi hablan, como su David, Moisés, La Piedad (la única obra firmada por él), aunque hayan sido por encargo por sus principales mecenas, el papa Julio II y la familia Médici. Los que cuentan con los recursos de sobra, solo tienen la oportunidad de financiar a la gente inteligente y en muchas ocasiones para su beneficio, y los que no tienen lo hacen con el afán de la creación y de sobresalir para mostrar al mundo lo que pudiera quedar perdido y preso en el cerebro sin la menor oportunidad para salir. Es el caso de Marx y la provechosa relación de amistad con Engels, que contaba con recursos suficientes para ayudarle a desarrollar toda la teoría del Materialismo histórico y la teoría de la plusvalía.

Respetando la percepción de algu-nos lectores y guardando las dimensio-nes de su extensa cultura general, quizá sea poco provechoso hacer referencias históricas para ilustrar temas que termi-nen en simples problemas domésticos; pero a veces es necesario utilizar el viejo método deductivo para revestir de fiabi-lidad el planteamiento final.

A mediados de los ochenta del siglo pasado, se tenían categorías para definir a los teóricos que servían de soporte ideológico al sistema capitalista. Por ejemplo, a los socialistas críticos de la teoría marxista les conocían como revisionistas, porque interpretaban la teoría a conveniencia, quitándole todo el filo del cambio radical y ocultando los descubrimientos de la explotación de la clase obrera por parte de la burguesía y de la ofensiva acumulación de capital. Durante la gran recesión en Estados Unidos y después con la guerra fría, surgieron todo tipo de teóricos de la economía, estructurando fórmulas para difuminar la teoría y planteamiento de Vladimir Ilyich Lenin sobre el imperialis-mo como fase superior del capitalismo. Lo que necesitaba el sistema capitalista

era cortar, sacar ventaja a otro tipo de forma de producción que no fuera la del capital y ya en esos tiempos el financie-ro y especulativo.

El imperialismo, estudiado como la última etapa del capitalismo, antes de su eminente derrumbe. Entre otras características Lenin enumeraba las siguientes:

«El elevado desarrollo de la produc-ción capitalista se ha concentrado en unos pocos grandes monopolios y este fenómeno puede observarse en todos los países (…) El nuevo papel de los bancos y la fusión de estos con el capital industrial llevan a la formación del capi-tal financiero y al poder de la oligarquía financiera. Los bancos ya no son pe-queños prestamistas. Los volúmenes de capital en liza son tan grandes que su actividad se vuelve imprescindible para la producción. Aún más, la información y la capacidad de incidencia que tienen los bancos los convierten en un centro decisivo para la economía de cada país (…) La exportación de capital adquiere una gran importancia respecto a la ex-portación de mercancías, característica de la fase precedente. Esto facilita la pe-netración y el expolio de las grandes po-tencias contra los países menos desarro-llados (…) La formación de asociaciones de capitalistas internacionales que se reparten el mundo, y la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importan-tes. En la época del librecambio, en el siglo XIX, las burguesías de los distintos países buscaban nuevos países para obtener más materias primas y nuevos mercados donde colocar sus mercan-cías. Dicho proceso ha terminado. El mundo se ha repartido territorialmente de forma completa y concreta. Esto obli-ga a cualquier potencia a desplazar o someter a otros países (o a otras poten-cias) si pretende obtener más materias primas o ampliar su mercado. Y si no lo hace las que sí lo hagan se acabarán haciendo más poderosas (…) Con todo

ello se formará lo que se conoce como una cadena imperialista. Es decir, una jerarquía entre las distintas potencias cuyos eslabones de alianza y depen-dencia (o sometimiento) se establecen según la fuerza (política y militar) y según el capital que poseen. Para poder competir y desarrollarse cada potencia se ve sometida al papel que ocupa en dicha cadena. Dadas estas condiciones el sistema político que prevalece es un sistema imperialista, propio de aquellas potencias que se colocan a la cabeza para dominar al resto de países a costa de someterlos de una u otra manera».

Era necesaria la extensa cita por el papel que está jugando la oligarquía internacional en estos tiempos de crisis mundial por la pandemia que no termi-nará en un plazo corto si no se tienen los métodos y las medicinas especiales para pararla. Es triste, pero tenemos que vivir de aquí para adelante con la incertidumbre que en cualquier tiempo se pueda desatar una peste imparable que extermine un buen porcentaje de la población mundial.

Hay que reconocer que en la actua-lidad algunas tesis de Lenin a principios del siglo XX se encuentran rebasadas. El imperialismo fue más allá cuando globalizó las economías y los recur-sos naturales en beneficio descarado para las potencias y un porcentaje muy reducido de familias económicamente poderosas, dueñas de esos monopolios que Lenin menciona.

Sobre este tema, en México se tiene amplia experiencia porque lo vivimos en carne propia desde las dos visiones. Desde las luchas por la conquista de mejores condiciones de vida y desde el desmantelamiento de lo logrado, con el saqueo y depredación que hicieron toda una generación de políticos y empre-sarios corruptos que no se llenaron y hoy siguen reclamando con cinismo sus privilegios perdidos, como si les asistiera el derecho y la razón.

9¿Iturbide tomó el control de la coman-

dancia del Sur? ¿Cuál era la situación política y militar de la Nueva España, y cuáles eran las circunstancias de don Agustín, que permitieron que tomara, así como así, el control de esa comandancia, por su mera voluntad? ¿Tal era su poder? Exageraré: escuchando …y leyendo, por-que le adicionaron subtítulos en español para visualizar las voces, en español, de quienes allí participan… escuchando esa frase, uno piensa inmediatamente: ¿La Comandancia del Sur era una rosca de guamuches en una rama baja del palo, puesta para que la tomara quien quisiera, el primero que se le antojara?

Con ese «argumento» (Iturbide tomó el control de la comandancia del Sur, se dice y escribe en el documental, dando la consecuencia por la causa, sin explicarse que quien lo llevó a ese puesto fue el vi-rrey Apodaca, instigado por los conspira-dores de La Profesa; es decir, que no llegó por él mismo, sino por acción y gracia del grupo en el poder), algunos historiadores y analistas concluyen en que fue Iturbide el «consumador» de la Independencia; es decir, proponen que el «verdadero héroe» fue él y que don Vicente Guerrero (el negro) fue sólo una comparsa, un segun-dón, un atenido a personajes de mayor relevancia y talento que él.

De nuevo, se le escatima y desprecia, se disminuye su importancia histórica, aunque se arguya que se pretende lo contrario.

Al final, es altamente probable que sea cierto lo que dice uno de los entrevista-dos, un fodongo intelectual que medra en la Universidad Autónoma de Guerrero como profesor e investigador: «De Vi-cente Guerrero conocemos tan poco, que, quizá no sabemos ni datos fundamenta-les…». Aun así, hacen un documental en nombre del estado de Guerrero, y con recursos públicos, para demeritar a don Vicente –según mi juicio–. En esto se parecen a Alamán.

Esta obra es una antología inédita de cuentos in-fantiles (dôwa) escritos por Mimei Ogawa y Nankichi Niimi, dos pilares fundamentales de la cuentística mo-derna y precursores de lo que en la actualidad deno-minan como Literatura Infantil Japonesa (Nihon jidô

bungaku). A lo largo de sus páginas descubrirán cuarenta relatos cortos que, alejados ya de la vieja tradición oral (setsuwa), narran con una sen-sibilidad extraordinaria temas que forjaron el espíritu de muchos niños y niñas del Japón de la primera mi-tad del siglo XX como, por ejemplo, la amistad, la igualdad, la pobreza, la guerra, la muerte, el respeto por la naturaleza y las tradiciones o el devastador efecto de la industriali-zación. Aún hoy día, cuentos como

El zorrito Gon (Gongitsune) o spanara comprar unos guantes (Tebukuro wo kai ni) siguen vigentes en la memoria colectiva del país gracias a su fomento en las escuelas. Así pues, consideramos lectura obligatoria para cualquier lector interesado en Literatura Japo-nesa y, en especial, en nuestra colección de Fábulas y Leyendas.

El joven y arrogante Noboru Yasumoto regresa a Edo, la gran capital, después de estudiar medicina en Nagasaki. A su llegada sufrirá una gran desilu-sión: en lugar de ser nombrado médico del shogun

es destinado a una clínica para indigentes y desamparados que cuenta con muy pocos recursos. Allí, como ayudante del doctor Niide (Barbarroja), aprenderá que las vidas de los pacientes son mucho más importantes que la riqueza o el estatus y que el sufrimiento también puede ser mitigado con compasión. Shugo-ro Yamamoto fue uno de los alias de Satomu Shimizu (1903-1967), un novelista y escritor de relatos

cortos que vivió durante el periodo Showa. Alcanzó una gran fama por sus obras, de temática popular, y llegó a publicar sus escritos bajo más de catorce alias diferentes. Con un estilo fácil de leer, la obra trata temas sociales como la pobreza y la prostitución, pero también ideas sobre el honor, el valor de las promesas y la compasión.

EL PAJARO ROJOMIMEI OGAWAALFAOMEGA – QUATERNIPáginas: 208

LAS HISTORIAS DEL DOCTOR BARBARROJASHUGORO YAMAMOTOALFAOMEGA - QUATERNIPáginas: 232

Dicha reunión es un hecho histórico prácticamente desconocido. En esta novela dialogada, José Manuel Villalpando reconstruye desde la ficción el episodio con el cuidado, metódico y preciso, de poner en las propias palabras de sus personajes ideas expresadas en

fuentes primarias, y plantea la con-jetura verosímil de que durante esa charla de café los ilustres personajes hablaron sobre el régimen monárqui-co (una aventura fallida del mexicano y un anhelo oculto del sudamericano), además de reconocer sus similitudes ideológicas y referirse al inminente viaje de retorno a su patria que habría de emprender el exemperador. El relato se complementa con la conver-sación paralela entre Mariano Miche-lena y Carlos María Alvear, dos espías masones que acuden al mismo café, a

prudente distancia, para intentar captar la información que cruzan los libertadores. Para desgracia de Iturbide, son los únicos que conocen la conjura que culminará en su fusilamiento, apenas unos días después de pisar tierras mexicanas.

LOS LIBERTADORES TOMAN CAFEJOSE MANUEL VILLALPANDOGRIJALBOPáginas: 184

BapelTorre de

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***Pronto todo estaba cerrado: centros comerciales,

tiendas, bares, gimnasios, cafés, restaurantes… Los cafés y restaurantes ofrecían sus productos para llevar. No puedes entrar y sentarte en una mesa. Empezó el aviso, que se repite y se repite: si no es necesario que salgas, ¡quédate en casa! Muchos no pueden hacer eso: tienen que seguir trabajando, tienen que subirse todos los días al metro, al Me-trobús. Otros, como yo, sí podemos quedarnos. La quincena llega puntual a mi cuenta, y todo lo que tengo que hacer es acudir a un cajero. Eso sí, con cubrebocas. Sana distancia. Gel antibacterial.

***Susana y yo nos la pasamos encerrados. Salimos

una o dos veces cada día: para ir al súper y estirar un poco las piernas en el camellón de la avenida Ámsterdam y en calles aledañas. No hay tantos au-tos ni tanta gente como antes, pero sí la hay porque en estos últimos días se ha relajado la cuarentena. No todos los peatones usan cubrebocas. Todavía hay gente que no cree que sea cierto lo del Coro-navirus. Otros sí creen, pero se comportan como si no supieran o no se acordaran: organizan fiestas los fines de semana, se reúnen para festejar. ¿Festejar qué?

***Los síntomas del Covid-19 son parecidos a los

de la gripa o resfriado, aunque pueden complicarse con rapidez: tos, fiebre, dolor de cabeza, dificultad para respirar, dolor muscular, neumonía… Despier-tas una mañana con algo de tos. Como que te duele la cabeza. Piensas que ya te contagiaste. Pero te bañas, te reanimas y te das cuenta de que no te has contagiado aunque hayas salido a dar la vuelta al óvalo de Ámsterdam y te hayas topado con corre-dores sin cubrebocas. La muerte por Covid-19 es horrible: mueres asfixiado. Hay respiradores artifi-ciales en los hospitales, pero no son suficientes. Los hospitales están desbordados, llenos a su máxima capacidad. No hay camas. O hay pocas camas y a ver si alcanzas alguna. A ver si te atienden con prontitud cuando llegues al hospital con los sínto-mas. Mejor no enfermarte. Mejor no contagiarte. Quédate en casa, lávate las manos. Nos resignamos al encierro domiciliario y nos lavamos las manos o nos untamos gel cuatro o cinco veces al día. Yo no-más salgo un ratito. Qué tanto es tantito, decía mi tocayo Armando Ramírez, el autor de Chin Chin el teporocho. Eso sí: sana distancia. Cuando veo acer-carse a un corredor sin tapabocas, le saco la vuelta, dejo el camellón y camino por la acera. Ahí viene una chava sin cubrebocas, oyendo sus canciones y tarareando la letra como si nada pasara. Pinche gente inconsciente, sin criterio. Los hay.

***Mantenemos con-

tacto con nuestros tres hijos. Han venido a casa con su cubrebocas, pero por separado. Armando se trajo sus aparatos de música, se encerró en un cuarto y se puso a gra-bar. Es DJ. Se ha presen-tado en varios lugares y sus creaciones tienen éxito en el feis. Susy no ha venido a la casa, pero nosotros sí la hemos buscado en su edifi-cio. Nos vemos abajo, vamos por un café que nos tomamos en algún camellón. Platicamos un poco. Mi hijo menor, que ya no es tan menor –29 años–, vino ayer, comió con nosotros y nos acompañó parte de la tarde. Antes de que anocheciera, regresó a su casa en un DiDi, con el cubrebocas. Ninguno de nosotros está con-tagiado. Hemos tenido suerte. Hasta ahora.

***Duermo tarde,

despierto temprano. Pero es común que pase toda la noche en vela. Si me animo, leo un libro; si no, nado en el feis. Quién sabe qué sería de nosotros sin las redes sociales. A mí no me parecen ni tan perni-ciosas ni tan frívolas como opinan otros, que también las usan. De acuerdo, se da voz a los idiotas y se escriben mucha frivolidades.

A dónde van...

Abundan los memes y chistes, y no todos son tan ingeniosos. Pero también hay análisis se-rios, comentarios inteligentes. Para bien y para mal, las redes sociales son propias del tiempo que nos tocó vivir. Estamos comunicados unos con otros, en contacto constante. Aquí y en China. Por eso podemos seguir el desarrollo de la pandemia en tiempo real, aunque la in-formación que nos llega de muchas fuentes sea confusa, contradictoria, y ya no sepamos ni qué pensar. En algo coinciden todos: va para largo. La pandemia seguirá. El virus llegó para quedarse. El confinamiento, no. Imposible mantener estancadas las actividades econó-micas. Con restricciones, volverán a abrir los centros comerciales, las tiendas, los cines, los gimnasios, los restaurantes, los antros… Los deportes regresarán. Podremos ver, otra vez, el fut, el beis, peleas de box y lucha libre. Sin público.

***Hago ejercicio todos los días: bicicleta fija,

pesas, lagartijas, rodillo. Rounds de sombra. Me baño, me arreglo. Desayuno. Reviso trabajos de los alumnos, escribo, leo, divago. Salgo un par de veces, ya lo confesé: al súper y a estirar las piernas. Estirar la pata, se decía antes cuando alguien se despedía de este mundo. Ahora, los usuarios del feis hablan de un misterioso viaje. Buen viaje, se le desea a la persona que se muere por Covid-19 o por cualquier otra causa. Un viaje al infinito y más allá. Un viaje a quién sabe qué destino. A dónde van los muertos, quién sabe a dónde irán.

PIII

Dulce manantial ojo de agua

Boca que purifica con suave

viento

Reposo húmedo

sobre un tiempo antiguo

que sacude la sombra de tu presencia

y libera salvaje

los frutos postrados

de tu beso.

IVTraje las palabras en mis brazos,

viejos árboles trozados en voz, ni en

sangre ni en progreso.

ramillete ácido de aves,

de voces distantes que el viento trajo,

memoria de un sol esplendoroso.

La parvada se va sin decir adiós

Rencorosa abriendo el cielo

Nos deja por fin

Ser cuestión

libres y andando.

VAhí la noche

Con el mural de nuestra voz

Ahí el sueño

Que se consume en cada bombilla

Ahí la furia del filamento.

Poema de Paul Bernardo Díaz

te ju-gue-

rabioso

IEn tiempo de resumir veamos

Sigo vivo en la audacia del viento que nada lo detiene

en el crisol frente a mis ojos cerrados

en la forma definida del momento

vivo en las palabras disidentes de lo amargo

y sigo

vivo en el rechinar de dientes del dormido

vivo en la larga apariencia del olvido

en el tiempo de todo lo posible

en el pulso de la vida y lo tangible

sigo vivo en el caminar de buey en el arado

en el trueno indómito y serpenteante del olvido,

sigo vivo

IIHeme aquí, día hermoso.

Ante tu consigna. Ante la tonada de tu mano.

Tocado por el eco de tu tiempo, mi mar se torna en calma.

Heme aquí, hermoso fulgor Saciada alegría que nos obliga al destierro.

Heme aquí, preciso momento de fruta que se ofrece.

Más vivo entre tus manos, eterno si me miras.

Todo se consume por el halo incontenible de tu fuga.

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tienen que ser inesperados pero lógicos. Cada nuevo incidente tiene que partir del anterior pero pasar a un estado nuevo. El inciden-te es una herramienta al servicio de la construcción de un personaje, un objetivo supremo.

5. Decidir cuánto tiempo se le dedica a cada episodio es un asunto de intuición, de acuerdo a su grado de importancia y su posición en el relato. La cantidad de información que se procesa a lo largo de una historia debe mere-

cer mayor o menor tiempo, de acuerdo a la relevancia que se le quiera dar. En El agente secreto, Joseph Conrad narra en una página el asesinato de Verloc, que ocurre en el instante en el que su esposa le asesta una cuchillada. Por otro lado, un tiempo real largo puede me-recer solo una frase: “Pasaron algunos años”. Una novela o un relato es un vehículo tempo-ral que cambia de velocidad constantemente, creando sus propios tiempos.

6. Nunca pienses que escribes para nadie, ni siquiera para un lector imaginario. Escribes para ti mismo. Lo demás son consignas.

7. Es importantísimo conocer a tus perso-najes como si estuvieran dentro de ti. Debes saber a qué hora les gusta levantarse, qué han soñado, qué toman de desayuno, qué música los hace bailar, cuáles son sus pensamientos ocultos. Sus manías en el vestido, en la forma de comer, sus terrones ocultos, sus frustra-ciones y anhelos de los cuales ellos mismos pueden no ser conscientes también son parte de la materia prima de un personaje. Esto no significa que necesariamente vas a incluir todos esos detalles en la narración. Pero debes saber-los para conocer bien a los personajes. Toma tiempo conocerlos. Mientras escribes, son más importantes que los amigos y familiares, aun-que alguno de estos pueda haberte inspirado. El personaje termina reflejando un aspecto de la intimidad de un escritor, que lo asume como propio. Lo más importante es entenderlos

31Trece sugerencias

1. La literatura es una cuestión de oído. Lee lo que has escrito en voz alta. Repítelo y corrige los tropiezos del ritmo hasta que “suene bien”. Por “sonar bien” se entiende una relación fluida entre el sonido y el sentido. La literatura, como la música, ocurre en el tiempo. No hay mejor prueba que la voz.

2. La literatura también es una cuestión de mirada. Un escritor debe poder “ver” a sus personajes, gracias a una descripción viva de un detalle físico. Puede cambiar el lente de sus frases para descubrir una luz oculta en sus ojos así como para poder describir el panorama de una plaza o una calle. El lenguaje es un sistema de observación que va graduándose a lo largo de una narración.

3. Parafraseando una frase de Strunk and White, narrar tiene que ver con lo específico, lo particular y lo singular, no con lo abstracto, lo vago y lo general. Estas últimas categorías son de pensadores y científicos, no de escri-tores. La frase “acaban de matar a Pedro” es más fuerte que “La muerte de un hombre es una tragedia”. Hay que tratar de ser lo más concreto posible. Si escribes que Lucía se subió a su vehículo, dices muy poco. Si escribes que se subió a su automóvil, dices un poco más. Pero si escribes que se subió a su Peugeot azul, estás definiendo una parte de su vida. En ese sentido, los detalles son el dios de la historia. Cuando Anna Karenina ve llegar a su marido a la estación después de haber caído fulminada de amor por Vronski, Tolstoi nos dice que sus orejas le parecieron demasiado grandes. Solo así sabemos que ha dejado de amarlo.

4. Todos los hechos de una narración

para escritores de Alonso

Cueto

MMe mudé hace poco de la casa de

mi madre. Allá las cosas tenían rostro.Mi madre tenía un resumidero con

cara de rana. Bueno, tenía dos. También una palita para la pasta con una cara sonriente y una colección de tazas y tazones, todos felices.

Mis utensilios son más prácticos por-que, a pesar de mis sueños de indepen-dencia, son las sobras que Madre ya no estaba usando. Mis platos y mis tazas son blancos y negros, viejos, con experiencia y sin la jocosidad de sonreírme. La cafete-ra es la más antigua y tiene un filtro que se abre solo a veces; la licuadora luce una grieta, la canasta para las verduras se abre por abajo. A todas estas cosas las he visto por años, pero a la luz de mi nuevo hogar adquirieron una dimensión diferente. Con el foco amarillo y las altas paredes blancas de mi cocina, pierden los ojos. Puedo cocinar sin que nadie me vea, como si fuera un secreto.

Lleno de colillas el cenicero de la cocina para perder el tiempo. Nunca las tiro. Me gusta ver cómo se va llenando. Me gusta ver las manchas amarillas en los filtros. No me da el más mínimo asco. No tienen ojos ni tienen boca. Además, nunca entendí porque debería desagradarme el aroma del cigarro. Si no me gustara, no fumaría.

Tengo mi laptop y la computadora del trabajo en la cocina porque me falta

Mi casa no tiene

ojos

espacio. También el casero puso allí la lavadora, ni idea por qué. Es mi estudio/comedor/cocina/lavandería. Me gusta dejar la licuadora al lado de mis libros y el teclado del trabajo junto a la cafe-tera. Superficies negras o transparentes donde los únicos ojos que me miran son los míos. ¿Qué adjetivo les daría a sus expresiones? El adjetivo que usaría sería “quedo”.

Mi casa es queda. No tiene rostro ni ojos. La descripción de un hombre sin rostro es un clásico en las descripciones de monstruos. Temer a eso resultaría bastante natural. Pero en mis paredes blancas y sin rostro me encuentro con aquel ser sin ojos ni boca, y no encuen-tro problema alguno en ofrecerle un café y un cigarro. Un café que viene de una cafetera que tampoco tiene rostro y un cigarro que se irá acumulando en espera de algo, no sé de qué. Quizá de que el monstruo sin rostro se digne a decirme algo. Dudo que lo haga, está muy quedo.

Si todas las casas tienen un rostro, la mía también lo tiene. Aunque tenga boca, porque toma café (y fuma), no habla. Su silencio se construye como una estalactita transparente en las paredes blancas de mi cocina, que es también mi estudio (y mi lavandería). Mi cocina es una cara blanca y nos observamos, que-dos, mientras yo cocino en secreto.

Juan Iván González

desde dentro.8. Busca las historias que más te

obsesionen. Escucha con atención las historias que te cuentan. Recuerda las historias de la Biblia o de los cuentos infantiles y trata de adaptarlas a tu vida para contarlas otra vez. Recuer-da tus propias historias. Tu infancia es una caverna llena de memorias ín-timas, entrañables, desgarradas en las que tienes que internarte. Estamos rodeados de historias. Pero solo son un punto de partida. Lo importante es lo que hagas con ellas.

9. Mira a la gente a tu alrededor. Los relatos de cada persona están escritos en su ropa, en sus gestos, en sus palabras. Los paraderos, los restaurantes, las colas de los bancos son buenos lugares de observación. No puedes dejar de observar.

10. Lee a los grandes autores pero también a los malos que te gusten y que tengan algo que enseñarte. Una vez que te enseñen algo, trata de ol-vidarlos. Nunca leas por obligación, siempre por placer. A veces se puede aprender más de un autor que cuenta una historia sin pretensiones artísti-cas que de un “artista consumado”. Si descubres algunos errores en sus frases o en su historia, imagina lo que habrías hecho en su lugar.

11. Piensa siempre que el crítico literario, salvo casos excepcionales, es solo un lector más. Solo hay un puñado de ellos que valen la pena, y lo puedes saber si en sus textos te han dicho algo interesante que no tiene que ver directamente con los libros que te comentan.

12. Escribir es urgente. Una señal de ello es que nadie te pide que escri-bas. Nunca dejes de escribir. Nunca dejes de pensar en historias. Nunca fantasees con lo que vas a ganar o a perder escribiendo. Ese no es el problema. No hay problema. Escribe todo el tiempo, aun cuando no estés frente a un papel o a una pantalla. Si ya has vivido lo suficiente, busca la soledad y el silencio. No importa lo que digan. Casi todos los otros seres humanos son potenciales enemigos del trabajo de un escritor. Los aliados escasean. Asegúrate de que tu cónyu-ge sea uno. De lo contrario, sepárate cuanto antes.

13. Nunca olvides que escribir es romper todos los diques: abandonar-se, perderse, olvidarse

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o por mero accidente… O lo esparcen desde aviones para controlar la sobrepoblación… El chino que lo descubrió murió infectado. El virus se convirtió en un fantasma que recorrió Europa más aprisa que el comunismo. De Europa brincó a Estados Unidos y de Estados Unidos a México. Está en los cinco continentes.

***No lo creía a pesar de

las advertencias. No lo creía nadie. Seguro que no sería tan grave. Eso pen-saban muchos. Por eso el bicho nos agarró despreve-nidos. Contó con el factor sorpresa. Aquí y en todas partes. Miles de muertos en Italia, España, Fran-cia y otros países. Miles de muertos en Estados Unidos. Miles de muertos en Rusia. Miles de muertos en México, en centro y Sudamérica. No estábamos preparados.

***En la universidad en la

que soy profe de tiempo

completo circuló en marzo un comunicado. Se tomaban medidas preventivas: se garan-tizaba que habría jabón y papel higiénico, todos los días, en los baños (sic). Las clases presenciales continuaban mientras no hubiera otras disposiciones por parte de las autori-dades sanitarias. Dos días después llegó otro comunicado: se suspendían las clases pre-senciales. En adelante, deberíamos atender a nuestros estudiantes por medios electrónicos. El jueves 19 de marzo ya no me presenté en el plantel de San Lorenzo Tezonco. El lunes 23 se cerraron todos los planteles.

***Tenía cita con un alumno en mi cubículo,

para platicar sobre su libro en preparación, con el que espera, además, recibirse. Le escri-bí: no podría trasladarme a la Universidad, pero nos encontraríamos en un Sanborns. ¿Su libro? Crónicas sobre gente de la ciudad, que ejerce oficios precarios: organilleras, pul-queros, vendedores de algodones de azúcar, globeras… ¿Qué habrá sido de ellos en estos días de epidemia? Estarán sin chamba, sin ingresos. Como tantos mexicanos.

***En la mitad de los gabinetes y mesas

había un letrero: “Disculpe la molestia: mesa deshabilitada.” Pocos parroquianos. Las meseras no querían acercarse, y eso que me conocen muy bien. Soy cliente frecuente. Me llaman “profe” porque me ven con mi laptop, mis libros y papeles. Ahora tenían miedo. No querían ser contagiadas, qué tal si yo o mi alumno estábamos infectados. Dos días después, ya no había servicio en mesas. No había tampoco servicio en la tienda, salvo en la farmacia.

mAA dónde

De:

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ando

Ala

nís

van los muertos

29 de mayo: 9,044 muertes registradas en México por el Covid-19. Pueden ser más, el triple o más… Me pierdo sin remedio en la selva de números, gráficas, porcentajes. Llevamos dos meses y algunos días en confinamiento. Puedo considerarme un privilegiado porque tengo casa propia –departamento, que es lo mismo–, familia, gente a la que quiero y que me quiere, comida que llevarme a la boca. Hasta puedo darme algún lujo, como comprar cervezas artesanales en La Naval, a menos de una cuadra. Voy con mi cubrebocas; no dejan entrar al que no lo lleve. Me dirijo a buen tranco a los refris que están al fondo y elijo dos o tres botellas de cerveza artesanal. Queso, aceitunas, papas fritas. Regreso a casa.

***Ayer fui al banco. Una sucursal de Santander.

Todos embozados, hasta las cajeras. Como delin-cuentes.

***¿Cómo empezó esto? Recuerdo los primeros

memes en Facebook: ampolletas de cerveza Corona. En China, muy lejos de nuestro país, se había detectado el brote de un nuevo virus. Un nuevo Coronavirus. Yo al principio oía las noticias sobre esta pandemia y las muertes que dejaba a su paso como una amenaza que no podía afectarme. El primer caso se reportó en diciembre del año pasado en Wuhan. Primera vez que oía hablar de esa ciudad. Pronto surgieron teorías: el virus había sido transmitido por un murciélago. El murciélago caga sobre los sembrados, el pangolín entra en contacto con el excremento y los asiáticos se comen el pangolín y se infectan… El virus, aseguraban otros, fue creado en un laboratorio por humanos enemigos de los humanos

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El escritor Armando Alanís escribe un diario desde el confinamiento, una crónica de estos días que nos han mos-

trado la incertidumbre en la que nos vemos a causa de la pandemia.