Semana Santa de Úbeda

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Folleto con información acerca de la Semana Santa de Úbeda

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La Semana Santa, junto con la Feria y Fiestas de San Miguel, es una de las fiestas más importantes de Úbeda. De hecho se la vive todo el año, puesto que el resto del ciclo festivo está en gran medida condicionado u orientado hacia la Semana Santa: son las hermandades las que organizan la mayoría de las casetas en la Feria, en la Romería, en las Cruces de Mayo o en las Fiestas del Renacimiento, o las que levantan los distintos altares para la procesión del Corpus. Y, desde que termina la Navidad, se la espera con los cinco sentidos, pendientes de cuantos actos y citas se promueven durante la Cuaresma, hasta que un día se tiene esa sensación de que ya huele a Semana Santa. El fenómeno cofrade es una realidad poliédrica en la que se combinan factores de todo tipo: históricos, sociales, antropológicos, culturales, artísticos y, por supuesto, religiosos. En las filas de las cofradías hay personas de todas las edades, profesiones, ideologías y condiciones sociales. Esto, unido a la alta implicación de los ubetenses con su Semana Santa –nada menos que un tercio de la población es hermano de alguna cofradía– hace que la ciudad entera se vuelque en participar cada año en esta celebración. Esta fecha es, sin duda, uno de los momentos más dinámicos y vitales de Úbeda, y se nota en el trajín que se aprecia de día y de noche en sus calles y plazas.

Cofradía de El Santo Entierro y Santo Sepulcro Portada: Banda de tambores de la Cofradía de Las Angustias

Cofradía de Jesús Nazareno (Ntra. Sra. de los Dolores)

Sabores

Cofradía de El Resucitado

Olores

Como resultado de todo ello la Semana Santa adquiere en Úbeda una grandiosidad y emotividad extraordinarias. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, cuenta con unos perfiles de personalidad propios y diferenciadores. La identidad de esta festividad en Úbeda combina en perfecta armonía la austeridad del dolor y la pasión con la riqueza colorista de Andalucía, dando lugar a un modelo único y original. Los desfiles procesionales de todas y cada una de las dieciocho cofradías existentes, algunas de las cuales se remontan a los siglos XVI y XVII, arrastran a miles de personas. Y como peculiaridad respecto de otros lares se suceden siguiendo el orden cronológico de los Evangelios, desde la Entrada de Jesús en Jerusalén hasta la Resurrección de Cristo, orden que se repite en la Magna Procesión General en la noche del Viernes Santo, clímax de toda la Semana Mayor, y que no es sino una impresionante representación de la Pasión en la que participan veinte tronos, cincuenta tallas y cerca de tres mil penitentes.

Se trata, en fin, de una fiesta total de los sentidos. Fundamentalmente para la vista, con una noble imaginería de autores de primera línea como Mariano Benlliure, Francisco Palma Burgos, Juan Luis Vasallo, Navarro Arteaga, Romero Zafra o Álvarez Duarte; con imponentes tronos bellamente tallados y dorados o artísticamente labrados en orfebrería, mecidos por el buen hacer de los costaleros; y con unos solemnes cortejos procesionales, en los que se exhiben valiosos atributos, marcados por los colores del hábito de la cofradía, que van desde el verde y el amarillo del alegre Domingo de Ramos hasta el morado y el negro del fúnebre Viernes Santo, para acabar con el rojo y el blanco del nuevamente gozoso Domingo de Resurrección.

Olores

Y además el escenario de esta celebración es el Centro Histórico de Úbeda, el segundo mayor de toda Andalucía y que está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. La Semana Santa se adorna así con las salidas y entradas de las imágenes desde espacios monumentales y con la belleza de los rincones por los que transcurren las procesiones. Si la ciudad es en sí un reclamo turístico de primer orden en cualquier momento del año, en Semana Santa adquiere una dimensión especial al recrear un espectáculo visual de enorme atractivo ante sus más destacados monumentos.

Texturas

Pero la Semana Santa es también una fiesta para el oído, con su amplia pluralidad de sonidos, que crean ese peculiar contraste de las marchas procesionales lentas y tristes, escuchadas en silencio o entre lamentos de trompetas, con las más alegres, zarzueleras o casi flamencas, acompañadas a veces de una saeta y siempre del hipnótico tambor. Este componente musical evidencia además la vinculación de Úbeda con el arte de las musas, pues al margen del rico patrimonio propio de marchas de Semana Santa con el que cuenta, celebra durante todo el año certámenes musicales de primer nivel como el Festival Internacional de Música y Danza, el Festival Internacional de Música de Cine o el Festival de Música Antigua.

Cofradía de La Caída

Luz y color

Cofradía de La Expiración

La Semana Santa también tiene sus olores: huele al incienso que se quema para honrar a las sagradas imágenes, a la cera derretida de los cirios, las tulipas y las candelerías, y a los aromas de las distintas flores, desde las autóctonas a las más exóticas, que adornan los tronos, y que se confunden con los aromas de las flores de los jardines, patios y balcones, omnipresentes en esta época primaveral.

Y también es una fiesta para el gusto, con los sabores de la cocina asociada a esta festividad, como el bacalao, los hornazos, las torrijas o los roscos de Jesús, y que se enmarcan dentro de una cocina tradicional sana e intuitiva, que está íntimamente relacionada con los ciclos estacionales y festivos, así como con las materias primas básicas de la tierra: los productos de la huerta, los cereales, las legumbres, la caza menor, las aves de corral, el cerdo, el conejo, los vinos locales y, sobre todo, la aceituna y el aceite de oliva virgen extra, quinta esencia de todos los platos.

El sentido del tacto, aun sin llegar a tocarlos, nos lo regalan los terciopelos de las túnicas de los cristos y de los mantos de las vírgenes, los rasos de las capas de los penitentes, los bordados de los palios y de los pendones... y en general todo el trabajo artesanal de los tronos, ya sea en talla o en orfebrería, que se percibe con otros matices en una ciudad como Úbeda, que ha hecho históricamente de la artesanía una de sus principales señas de identidad.

Cofradía de La Buena Muerte

Sonidos... SilencioSonidos... Silencio

Y así hasta llegar a ese sexto sentido de los sentimientos, de las emociones, de los entusiasmos, de los recuerdos para los propios y de las nuevas vivencias para los foráneos, para acabar en un grato estado de cansancio después del ir y venir y “sentir” por toda la ciudad. De tal modo que todo el cuerpo participa también de las mil sensaciones de la Semana Santa.

Es la imagen de la Úbeda placentera y que apasiona, el recuerdo de una experiencia única....

Contraportada: Cofradía de La Gracia

Cofradía de La Soledad

Cofradía de La Columna