Semanario de Información del Arzobispado de Oviedo • D.L.: O-388-65 • Directora: Ana Isabel Llamas Palacios • 20 de marzo de 2014 • Núm. 1167

Jornadas Iglesia y Sociedad

Giijón

El arciprestazgo de Gijón ha organizado las Jornadas “Igle-sia y Sociedad”, que tienen como objetivo fortalecer la di-mensión social de la actividad de la Iglesia en la ciudad, no li-mitándose exclusivamente a la labor asistencial y en línea con los planteamientos del Papa Francisco. Para ello, todos los miércoles hasta el 11 de abril, a las 20,00 horas en el salón de actos de la Iglesia de los PP. Capuchinos, se impartirán las siguientes conferencias: “Retos de la crisis en Gijón y Astu-rias” (26 de marzo), a cargo de Sergio González Begaga, pro-fesor de Sociología en la Uni-versidad de Oviedo y Rafael Fernández, profesor de Ense-ñanza Secundaria y miembro de Acción Católica; “Restos de la exclusión social” (2 de abril), por Jesús Rodríguez de la Vega, Delegado Episcopal de Cáritas y, finalmente, “Lec-tura cristiana de la dialéctica norte-sur” (11 de abril), de Ro-berto Carnero Ros, miembro de la Comisión de Solidaridad Socio-Misionera.

Mons. Jesús Sanz:“Servidores de la alegría. Día del Seminario”

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Jaime Díaz Pieiga: “San José,hombre de silencio”

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Asturias peregrina a Lourdes

oviedo

El próximo martes, día 25 de marzo, dará comienzo el plazo de inscripción para la Peregrinación diocesana a Lourdes, que organiza todos los años la Hospitalidad de Lourdes en Oviedo. En esta ocasión, el viaje se desarrollará entre los días 17 y 21 de mayo, estará presidida por el Arzo-bispo de Oviedo y a ella están invitados todos aquellos enfer-mos, familiares o voluntarios que lo deseen.

oviedo

n Las Siervas de Jesús, dedicadas al cuida-do de los enfermos, han decidido poner en marcha un comedor social en su propia casa, situada en la céntrica calle Uría de Oviedo, donde ofrecerán desayunos a personas en situación de necesidad. Desde hace años reparten entre veinte y treinta bocadillos a diario, por lo que han decidido dar un paso más en su labor asistencial. El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, bendecirá las ins-talaciones del comedor esta tarde, a las 18 h.

Las Siervas de Jesúsabren un comedor social para desayunos

oviedo

n El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, pronuncia hoy, en el Club de Pren-sa de La Nueva España (Calle Calvo Sotelo número 7), la Conferencia que lleva por tí-tulo “El Papa Francisco: ¿ruptura o continui-dad?”. Será a las 20,00 horas y está organiza-do por la Hermandad de Jesús Cautivo, con motivo del primer aniversario de la elección del Papa Francisco. Un aniversario que se ha celebrado en todo el mundo y que el propio Papa ha agradecido en su cuenta de Twitter.

Mons. Jesús Sanz, ante el primer aniversario del Papa

turón

n Mañana viernes, a las 19 horas, tendrá lu-gar una Eucaristía de Acción de Gracias por la reapertura del templo de San Martín, de Turón, al finalizar las obras de recuperación del templo. La celebración estará presidida por el Arzobispo de Oviedo y servirá tam-bién para rendir un homenaje a las religiosas Dominicas de la Anunciata, presentes en la zona desde hace 75 años. Ese mismo día se trasladarán las reliquias de los mártires de Turón a la capilla dedicada a su memoria.

Reapertura del templo de San Martín de Turón tras las obras

oviedo

Con un ciclo de conferencias que viene celebrándose desde el pasado lunes en Oviedo y en Gijón, y que finaliza hoy con la participación del profesor de la Universidad de Comillas Alfredo Verdoy S.J. a las 19,30 h. en la Es-cuela de Hostelería de Gijón, los jesuitas en Asturias han querido rendir homenaje a los miembros de la Compañía de Jesús que, en el siglo XVIII, vieron suprimida su orden y fueron expulsados de España y otros muchos países.

La celebración de los doscien-tos años de la restauración por Pío VII, en el año 1814, de la Compa-ñía de Jesús, ha sido contemplada por sus miembros, hoy, como una Acción de Gracias por la vida de aquellos religiosos que lograron poner en pie la orden sin apenas recursos materiales y humanos, siendo fieles al espíritu de San Ignacio, así como una mirada al pasado para mejorar el futuro. Por ello, la clausura de estos actos tendrá lugar este sábado día 22, con una Eucaristía de Acción de Gracias, en la Iglesia de las Salesas de Oviedo, a las 19,30 horas, y es-tará presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes.

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Reflexión y esperanzaLos Jesuitas en Asturias clausuran la celebración del Bicentenariode la Restauración de la Compañía con una Eucaristía este próximo sábado

La iglesia de San isidoro, en oviedo, fundada por los jesuitas junto con el colegio San Matías, ya desaparecido.

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Nuestro tiempo

Un aniversario y acción de graciasEl próximo sábado, el Arzobispo, Mons. Jesús Sanz clausurará el ciclo sobre los 200 años de la Restauración de la Compañía de Jesús

OVIEDO

“Como una acción de gracias, un reconocimiento a esos hombres que prácticamente de la nada y sin recursos fueron capaces de hacer resurgir la Compañía, tras más de cuarenta años desaparecida”. Así describe el actual Superior de la Comunidad de Jesuitas de Ovie-do, el padre Inocencio Martín Vi-cente, los actos en torno al bicen-tenario de la Restauración de la Compañía de Jesús, que se vienen desarrollando en todo el mundo, y que esta semana están tenien-do lugar en Asturias. Los pasados días 17 y 19, lunes y miércoles, el padre Pedro Miguel Lamet SJ, autor del libro “El último jesui-ta”, ofreció una charla en Oviedo y otra en Gijón, sobre la “supre-sión de la compañía en España y sus trágicas consecuencias”; y el pasado martes, el historiador Al-fredo Verdoy SJ, de la Universidad Pontificia de Comillas, impartió en Oviedo una conferencia sobre la “Restauración” de la Compañía, charla que se repetirá hoy en Gi-jón, en la Escuela de Hostelería, a las 19,30 horas. Finalmente, para clausurar este ciclo, el Arzobispo de Oviedo presidirá una Eucaris-tía el próximo sábado, día 22, en la Iglesia de las Salesas de Oviedo, a las 19,30 horas.Desde el año 1773 hasta el 1814, la Compañía de Jesús, orden fun-dada por Ignacio de Loyola dos-cientos años antes, fue suprimida y sus miembros expulsados de sus países, obligándolos a concentrar-se y sobrevivir en la Prusia y Rusia ortodoxas, únicos países que les acogieron. La Compañía de Jesús era diferen-te al resto de las órdenes religiosas existentes hasta el momento, pues entendían la misión como la esen-cia de su vida. El mundo entero, sin fronteras ni reparos, era consi-derado su hogar; no tenían claus-tro, no tenían coro, ni siquiera un hábito que les identificara: San Ignacio les había recomendado vestirse “como los sacerdotes del lugar”. Estas novedades y esta for-ma de entender la vida religiosa no fue bien vista en sus comien-zos por otras órdenes religiosas. A su creciente influencia tanto en el plano de la educación como en el social o el político, y a su impa-rable expansión e innovaciones se sumaban en paralelo enemis-tades recelosas de sus privilegios y ciertos errores cometidos que acabaron siendo el detonante de

su expulsión. La propia compañía cita, entre otros, el hecho de no tener que pagar diezmos, lo que les granjeó numerosas enemis-tades entre obispos, sacerdotes y religiosos; su cercanía al poder político, teniendo en cuenta que, durante décadas, los confesores de los principales reyes de Euro-pa fueron jesuitas; el problema de los ritos chinos y malabares, pues los jesuitas procuraban adaptar el cristianismo a la mentalidad y cultura del pueblo al que llega-ban, aspecto que fue considerado como blasfemo en Europa. Tam-bién sus misiones y su forma de gestionarlas provocaban recelos, así como su enérgica defensa de la ortodoxia doctrinal católica.

El proceso de expulsión, por di-ferentes causas, comenzó en Por-tugal, siguió por Francia, Italia, y continuó en España, que tuvo como detonante la propagación de la idea de que los jesuitas ha-bían sido los instigadores del mo-tín “de Esquilache”, en 1766, que tenía como propósito acabar con la vida del rey Carlos III para im-poner a un monarca que mostrase total obediencia al Papa. Con la pragmática sanción del 2 de abril de 1767 se condenó a los jesuitas a la pena de “extrañamiento”, por la que perdían la nacionalidad, eran expulsados y sus bienes quedaban vacantes, siendo ocupados por la Corona”. El Padre Inocencio Martín des-taca que, mirando atrás, hoy la Compañía reconoce que “cierta.

mente en tiempo de la expulsión en España y el resto de países te-nía una gran influencia, porque estaba metida en todos los estra-tos de la sociedad y, fundamental-mente, en la educación. Pero algo que con frecuencia se obvia es que cuando se expulsa a los jesuitas de España, las dos terceras partes de los colegios que poseían impar-tían educación gratuita. En todo caso la Compañía tenía una gran influencia y llegó un momento en que llegaron a creerse un cuerpo orgulloso y autosuficiente. Y ese fue, probablemente, nuestro peor gran defecto, que suscitó las insi-dias, las envidias de tantos, hasta el punto de decir que estábamos detrás del motín de Esquilache, o del atentado del rey José de Por-tugal, u otras calumnias como que envenenábamos las fuentes. Nues-tra lectura, a día de hoy, es que la expulsión fue una ignonimia, algo desproporcionado. Algunos fue-ron orgullosos, pero la mayoría eran personas normales y traba-jadoras. Ciertamente no nos ve-nía mal una purificación, pero no como para eliminarnos del mapa”.Doscientos años más tarde, ani-mados también por el propio General de la Compañía, el padre Adolfo Nicolás SJ, los jesuitas en el mundo celebran este aniversa-rio con el deseo de “promover una reflexión orante sobre el pasado para un servicio más eficaz en el futuro”, al tiempo que se reconoce, en justicia, la obediencia fiel, aun-que con dolor, a la orden del Papa de supresión por parte de los je-suitas de entonces, su perseveran-cia en su vocación, o su capacidad para reconstruir la Compañía con ilusión y empezar de cero, siendo fieles a los ideales de San Ignacio.

El Padre Inocencio Martín SJ, Superior de la Comunidad de Jesuitas de Oviedo. A la izquierda, retrato de San Ignacio, por Sara Iglesias.

n En el momento de la expulsión de España, en Asturias había entonces una comunidad de 23 je-suitas, en el Colegio de San Matías de Oviedo, que en su día estaba anexo a la Iglesia de San Isidoro. “No tengo muchos datos sobre aquella comuni-dad –explica el padre Inocencio–, pero sí sabe-mos que hubo un estándar general para expulsar a los jesuitas en toda España. Se presentaban a golpe de balloneta en la madrugada, se dirigían a la habitación del Superior y le decían que tenían

una orden de expulsión. Les situaban a todos en un comedor o zona común, allí les leían la orden, les hacían coger el breviario o alguna pequeña pertenencia y fuera les esperaban para llevárselos a los puertos a embarcar”. Todo ello discurría en el plazo de un día. En total, se calcula que unos 5.000 jesuitas fueron expulsados de la Corona de España: unos 2.700 de la Península y alrededor de 2.300 de las Colonias. Tan sólo el 20% abandonó la Compañía, a pesar de los 40 años de supresión.

Asturias, año 1773

Los jesuitas celebran este aniversario “con el deseo de promover una reflexión orante sobre el pasado, para un servicio más eficaz en el futuro”

ESTA HORA3 20 de marzo de 2014

Nuestra Iglesia

“Llevar siempre encima un Evangelio”

Hace unos años durante unos ejercicios espirituales, el enton-ces cardenal Ratzinger nos invitó a un grupo de sacerdotes a ser “servidores de la alegría”. No se trataba de convertirnos en inge-niosos graciosillos, en ocurrentes chistosos, en frívolos picarones del chascarrillo. Servidores de la alegría. Me parece una hermosa definición del oficio sagrado que entraña siempre el ministerio sa-cerdotal.

Porque la alegría no es la au-sencia de problemas, sino la lle-gada de un modo nuevo de ver la vida de cada día, con sus luces y sus sombras, sus derrotas y sus conquistas, sus dramas imposto-res y la esperanza de sus dichas. Es lo que ya el libro de los Hechos re-cogía ante la llegada del cristianis-mo a Samaria: «La ciudad se llenó de alegría» (Hch 8,8). Y así se ti-tuló mi exhortación postsinodal y dio nombre luego al Plan Pastoral Diocesano que tenemos en curso.

Una alegría que no caduque ni claudique, que no engañe ni nos haga chantaje. Que abrace con humildad los motivos de mi es-peranza en la circunstancia con-creta de cada día. No se trata de una quimera, ni siquiera de un legítimo deseo, sino de algo que ha cambiado la vida de personas y ha transformado el claroscuro de una comunidad. Es algo que la tradición de la Iglesia no ha dejado de volver a verificar con sorpresa y gratitud: ver que una circunstancia puede ser renovada por la gracia de un don que in-merecidamente se regala a quien

lo pide, a quien lo espera, a quien lo reconoce. Entonces, el Espíritu que hace nuevas todas las cosas, vuelve a cambiar el caos en armo-nía como la mañana primera, lle-nando la ciudad de alegría.

Es también el comienzo de la exhortación apostólica Evange-lii gaudium del papa Francisco: «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del ais-lamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría».

Todo este mensaje redunda como quien quiere abrir un nuevo horizonte, en el día del Seminario que siempre celebramos en la fes-tividad de San José. Porque a José

se le dijo que no debía temer ante algo que no comprendía o que no contaba con ello. No fue la fuga su respuesta, sino el ponerse al servi-cio de esa misión que se le pedía, custodiando la vida que se le invi-taba a acompañar y proteger. Esta es precisamente la misión del sa-cerdote, y para esta misión se pre-paran nuestros seminaristas: ser servidores de la alegría de Dios, que llene de esperanza el corazón de los hombres.

Podemos estar agradecidos por la bendición que supone tener en la Diócesis de Oviedo nada me-nos que treinta seminaristas. Un regalo que no es pago de nuestra entrega ni conquista de nuestras mañas, sino un don inmerecido que sólo podemos agradecer hu-mildemente y tener la osadía de seguir pidiéndolo a quien única-mente lo puede dar, que es el Se-ñor. Con nuestra oración, nuestro afecto y nuestra limosna, hemos de ayudar a sostener el Seminario.

La alegría de los sacerdotes, la alegría de nuestros seminaristas, cuando no es un fugaz y postizo contento sino la expresión con-fiada de la fidelidad a la llamada personal, se convierte en el mejor reclamo para otros jóvenes que quizás se están interrogando so-bre su camino vocacional. Y ayu-da a vivir gozosos la vocación re-cibida. Necesitamos de servidores de una alegría distinta, que llene nuestro corazón de paz, ponga nuestras manos a trabajar a favor de la justicia y la santidad, y dibu-je sin engaño en nuestro rostro la mejor de las sonrisas.

Servidores de la alegría.Día del Seminario

Paz y bienCarta semanal del Arzobispo de Oviedo

Jesús Sanz Montes OFMArzobispo de Oviedo

ROMA

En la Audiencia General ce-lebrada ayer miércoles en el Va-ticano, festividad de San José, el Papa se quiso centrar en su papel como “educador de Jesús”. “Efec-tivamente –explicó–, nos dice la Escritura que José acompaña el crecimiento de Jesús en sabidu-ría, estatura y gracia. En primer lugar, José y María se preocupan de que a Jesús no le falte lo ne-cesario para un sano desarrollo físico y psicológico. Lo defien-den en los duros días de la huida a Egipto, amenazados por He-rodes. Le enseñan también un trabajo, siendo después conoci-do como el hijo del carpintero. En segundo lugar, José y María se preocupan de su crecimiento en sabiduría, el santo temor de Dios, enseñándole a escuchar las Sagradas Escrituras, lleván-dolo a la Sinagoga los sábados. Así, a los 12 años, lo encontra-mos en el templo discutiendo con los doctores. Finalmente, el crecimiento en gracia, que sien-do obra de Dios, tiene en José y María unos grandes colabo-radores, pues ellos fueron para Jesús ejemplo de docilidad a su voluntad, a la acción del Espíritu Santo y de una vida de oración y unión con Dios”.

Un día antes, en la homilía

de la Eucaristía en Santa Marta, el Papa volvió a recordar que la Cuaresma “es un tiempo para ajustar la vida” y “acercarnos al Señor”: “El signo de que estamos lejos del Señor es la hipocresía. El hipócrita no tiene necesidad del Señor, se salva por sí mismo, así piensa, y se viste de santo. El signo de que nosotros nos acercamos al Señor con la peni-tencia, pidiendo perdón, es que nosotros cuidamos a nuestros hermanos necesitados”, dijo. “Para no ser cristianos disfra-zados –recalcó– lávense, puri-fíquense, dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien”.

El lunes, en una de sus visi-tas a las parroquias de Roma, acudió a Santa María de la Ora-ción, donde se encontró con un grupo de padres y de niños. Allí recomendó a los adultos “llevar siempre un pequeño Evangelio para ir leyendo en el bus o cuan-do tenemos un poco de tiempo”, porque “éste es nuestro primer alimento, lo que nutre nuestra fe”. A los niños, en un cariño-so diálogo, les animó a “pedir la gracia de no tener vergüenza de ser cristiano”, “y si siento que voy a tener vergüenza, hacer lo que hacen los niños cuando tie-nen miedo, se pegan a la mamá. Nosotros debemos ir adelante con nuestra mamá: María”.

Podemos estar agradecidos por la bendición que supone tener en la Diócesis de Oviedo nada menos que treinta seminaristas. Un regalo que no es pago de nuestra entrega ni conquista de nuestras mañas, sino un don inmerecido que sólo podemos agradecer y tener la osadía de seguir pidiéndolo a quien únicamente lo puede dar, el Señor

Las alternativas al aborto en Asturias, en la “Jornada por la Vida”

OviedO

El martes 25 de marzo, festivi-dad de la Anunciación, la Iglesia celebra la Jornada por la Vida, como está instituido cada año. En este caso, el lema elegido es “¡Sí a la vida! Esperanza ante la crisis”.

A nivel diocesano, esta Jornada

se celebrará el mismo día 25, con una Eucaristía en el Seminario de Oviedo, presidida por el Obis-po Auxiliar, Mons. Juan Antonio Menéndez. Al finalizar, tendrá lugar una Mesa Redonda, con el título “Alternativas del aborto en Asturias”, en la que participarán la Asociación Mar, Red Madre y

Una Eucaristía y una Mesa Redonda en el Seminario son las actividades propuestas por la Delegación de Pastoral Familiar

En hora

del mediodía, donde se procederá a leer el Manifiesto por la Vida y el lunes 24, a las 20,00 horas en el Auditorio Príncipe Felipe, el presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, pronunciará una conferencia sobre el “Anteproyec-to de Ley para la protección de la vida del concebido y de los dere-chos de la mujer embarazada”.

Los obispos, en su carta para esta Jornada, recuerdan las valien-tes palabras del Papa Francisco: “No es progresista pretender re-solver los problemas eliminando una vida humana”.

Cartel Jornada por la vida.

las religiosas de la Casa de Acogi-da de Madres Gestantes Nuestra Señora de los Desamparados, de Gijón.

También las diversas asociacio-nes civiles, que trabajan para de-fender los derechos del no nacido, han organizado actividades en torno a este día que se celebra en

todo el mundo. Así, este domingo tendrá lugar una concentración en la Plaza de la Escandalera, a las 12

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gijón

Las periferias existenciales, tan mencionadas por el Papa Fran-cisco, encuentran su inmediato antecedente en la idea de buscar puntos de encuentro y de diálogo entre el mundo creyente y el no creyente del que habló Benedicto XVI cuando presentó la iniciativa del “Atrio de los gentiles”. Una ini-ciativa encomendada, en su día, al Pontificio Consejo para la Cul-tura, que la fue desarrollando, de forma itinerante, en grandes ciu-dades y buscando para ello luga-res emblemáticos, que reunieran en sí mismas el ser un espacio no sagrado, pero cercano a lo sagra-do.

Con esa misma intención de diálogo y encuentro con los no creyentes va a desarrollarse un “Atrio de los gentiles” en la dióce-sis. La localidad elegida es Gijón, por ser la más populosa de Astu-rias y quizá uno de los lugares más secularizados del Principado y la sede, el Centro de Cultura Anti-guo Instituto, situado estratética-mente a las puertas de la Basílica del Sagrado Corazón, un “atrio” del templo, en el sentido literal. La cita será durante toda una se-mana, de 18 a 20 horas, desde el viernes 21 hasta el viernes 28, día en que el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, clausurará el ciclo de conferencias junto con un representante del Principado de Asturias.

Se trata de una iniciativa desa-rrollada por las Delegaciones de Pastoral Universitaria y Cultura y Nueva Evangelización, con sus

El Atrio de los Gentiles, en GijónEl análisis de la realidad social, en diálogo con los no creyentes, es el objetivo de estas Jornadas, que comenzarán mañana, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto a las 18,00 horas

Los sacerdotes Fernando Llenín y Enrique Álvarez Moro, organizadores del primer Atrio de los gentiles en la diócesis.

Cuentan que, en los inicios del Concilio Vaticano II, un obispo yugoslavo, con la espontaneidad propia del que se deja guiar por el Espíritu Santo, se levantó de-lante de sus hermanos obispos advirtiendo que San José había sido demasiado olvidado en la enseñanza de la Iglesia. La car-cajada en el aula conciliar dicen que fue general, pues parecía una aportación del todo insignifican-

te ante un auditorio convocado para reflexionar sobre asuntos mucho más importantes. Aquella intervención aterrizó en el deseo y mandato del beato Juan XXIII de introducir en el canon de la Misa a San José; deseo que reno-vó recientemente el Papa Fran-cisco. San José, aunque a veces se nos pueda olvidar, es siempre una escuela para los que formamos la Iglesia. Su vida se expresa en ges-tos de servicio y donación, fruto de escucha y fidelidad generosa a la Palabra de Dios. Gestos hechos en silencio. No lo dice así el Evan-gelio, pero el modo de narrar los distintos momentos y situaciones

por las que pasa el esposo de la Virgen María, predican constan-temente ese callar. No dijo, pero hizo. Creo que no es nada aven-turado decir que hoy existen esos “José” anónimos en la familia, el trabajo, la comunicación social, el estudio, la vida consagrada, el sacerdocio….Y nada pretencioso parece pensar que siguen siendo necesarios hombres y mujeres que transformen la existencia en una donación callada al servicio de la Iglesia, misterio, comunión y misión. A “aquél a quien el Pa-dre celestial quiso hacer, en la tierra, el hombre de su confianza”, como dijo el beato Juan Pablo II,

San José, hombre de silencioClaves

Caminos de Iglesia

Delegados, Enrique Álvarez Moro y Fernando Llenín a la cabeza.

Esta edición del “Atrio de los Gentiles” está orientada como una actividad cultural y social para la población, pero también es una actividad enfocada al mundo de la Universidad. El protagonismo de la Universidad, en esta iniciativa, se debe a que ésta “debe ser siem-pre un lugar de discernimiento, sin prejuicio ideológicos; un lugar de síntesis entre fe y cultura que aspira a que haya un diálogo fruc-tífero entre creyentes y no creyen-tes, que busca como último objeti-vo la verdad de las cosas” –explica

Enrique Álvarez Moro, Delegado de Pastoral Universitaria.

“La Universidad –añade el sa-cerdote Fernando Llenín, Dele-

gado de Cultura y Nueva Evan-gelización– es un espacio no confesional, pero tiene una di-mensión universal. No debe ser excluyente, no puede serlo, sino que debe ser el lugar más propi-cio para el diálogo entre pensa-mientos e instituciones que no son coincidentes con la Iglesia, precisamente por su tradición y naturaleza”.

En esta primera edición del “Atrio de los gentiles” en la dióce-sis, el tema principal que se abor-dará será la pobreza. “Podríamos pensar que sería interesante ha-blar de cuestiones intelectuales,

culturales, pero al fin y al cabo minoritarias –argumenta Fernan-do Llenín–. Pero un punto de en-cuentro entre creyentes y no cre-yentes, algo que nos une a todos es, precisamente, la problemática tan sentida de la pobreza sobre todo en estos tiempos de crisis, y la sensibilidad social y la solidari-dad, que es compartido por tantas personas y tantas organizaciones diferentes”. “La pobreza es una fuente teológica y existencial que nos ha ofrecido el Papa Francisco cuando nos habla de acudir a las periferias –añade Enrique Álva-rez–. La ayuda a la persona nece-sitada es una cuestión de fe para el creyente, y para el no creyente, un lugar para la realización de la existencia, de filantropía, de al-truismo... y ahí nos encontramos”.

Para desarrollar este “Atrio de los Gentiles” se ha pedido la cola-boración de una organización lai-ca, paradigmática en la sociedad en la atención al necesitado, como es la Cruz Roja, que compartirá sus ponencias con la organización de ayuda a los necesitados más importante de la Iglesia: Cáritas. Así, el lunes 25 estarán presentes Pili Díaz Cano, responsable de la Red de Acogida y Acompaña-miento de Cáritas Asturias, y Eva Fernández Zapico, coordinado-ra autonómica de Cruz Roja. Al día siguiente participarán Sebas-tián Mora, Secretario general de Cáritas España y Antonio Bruel Carreras, Coordinador general de Cruz Roja Española. También tendrán cabida organizaciones in-ternacionales como Unicef y Ma-nos Unidas.

le pedimos que la Iglesia siga en el empeño de ser fiel a su misión de transparentar a Cristo resucita-

do y comunicarlo al mundo. Esa realidad y fuerza de la Iglesia no desaparecerá mientras dure la his-toria humana, puesto que ningún poder humano la puede destruir. Los apoyos y las fuerzas humanas podrán disminuir, pero tenemos siempre el aliento fuerte del Espí-ritu.

La figura bíblica de San José tiene valor permanente, por ser mensaje transmitido a través de la palabra divina. Hay que releer los textos evangélicos de San José para descubrir el sentido de la propia vocación en el misterio de Cristo, nacido de María y presente en la Iglesia.

Arzobispado de Oviedo. Oficina de Medios de Comunicación Social. Corrada del Obispo, 1. 33003 OViEDO. Teléf. 985 20 97 17. mcs@iglesiadeasturias.orgRedacción de ESTA HORA: Ana Isabel Llamas Palacios. Carlos Quintana Rubert (Diseño gráfico). Alfonso Suárez (Fotografía)ESTA HORA digital: www.iglesiadeasturias.org. Síguenos en ArchiOviedo y en www.facebook.com/arzobispadodeoviedo

JaimeDíaz PieigaDirector espiritual delSeminario de Oviedo

San José, aunque a veces se nos pueda olvidar, es siempre una escuela para los que formamos la Iglesia. Su vida se expresa en gestos de servicio y donación, fruto de escucha y fidelidad generosa

“La ayuda al nece-sitado es una cues-tión de fe para el creyente, y para el no creyente, un lu-gar para la realiza-ción de la existen-cia, de filantropía, de altruísmo... Y ahí nos encontramos”