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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 36/14-IX-1996 El Papa confía en España

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 36/14-IX-1996

El PapaconfíaenEspaña

Etapa II - Número 36Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid

Asesores religiosos: Alfonso Simón Muñoz, Manuel Mª Bru AlonsoRedacción: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid

Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo - Redactores: Coro Marín Palacios, Jesús Colina (Roma)Producción: Francisco Flores Domínguez - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

ΩA

25

13

En este númeroSumario

la foto 8

criterios 9

iglesia en madridEn memoria del abogado asesinado en Madrid 10-11

usted tiene la palabra12

testimonio 14

el día del señor 15

raícesLa Universidad de Deustocumple 110 años 16-17

mundoInmigración: «Aquí indocumentados, pero son personas».La vuelta al cole en Kosovo.Declaraciones del NuncioApostólico en España tras el viaje del Papa a Hungría 18-24

la vida 26-27

desde la feCine, libros: «SostienePereira»Código ético de televisión infantil 28-31

contraportada 32

3-7

MUNDO

Asesinado en Burundi

el arzobispo de Giteca

DESDE LA FE

El actor italiano,Vittorio Gassman habla sobre su fe

EN PORTADA

La fe de los españoles, en los discursos de Juan Pablo II:«Reavivad vuestras raíces cristianas»

Cada cinco años los obispos,y con ellos su Iglesia, tie-nen una cita en Roma: la

visita ad limina apostolorum. Enella, los obispos tienen ocasiónde testimoniar su comunión conel sucesor de Pedro, presentar alSanto Padre una relación del es-tado de sus diócesis, y entrevis-tarse con los responsables vati-canos de los distintos campos dela vida de la Iglesia. En esas oca-siones, el Papa, tras las entrevis-tas personales, recibe a los obis-pos en grupo, y pronuncia undiscurso, en el que marca las pau-tas para la acción pastoral. Ésta

será la cuarta visita ad limina delos obispos españoles desde queJuan Pablo II fue elegido SumoPontífice.

Habrá que esperar a que nues-tros obispos vayan haciendo susvisitas para conocer las preocu-paciones y las esperanzas que elSanto Padre tiene hoy para laIglesia española. Mientras tanto,no parece inoportuno repasar losdiscursos de las visitas anterio-res, para descubrir las priorida-des que el Papa ha ido indican-do para la Iglesia en España.

Desde las primeras visitas adlimina que concluyeron con el pri-

mer viaje apostólico de Juan Pa-blo II a España, en noviembre de1982, hasta las que se desarrolla-rán durante este curso, habránpasado quince años que coinci-den, prácticamente, con el pe-ríodo de gobierno del PSOE enEspaña; unos años en los que lapolítica oficial ha marcado unaspautas claras de laicización de lasociedad española, a las que noles ha faltado la connivencia dedeterminados estamentos cultu-rales y medios de comunicación.Aunque el noventa por ciento delos españoles se sigue declarandocatólico, y más de trece millones

van a misa los domingos (un 30por ciento, más o menos), la so-ciedad se rige cada vez más porparámetros no sólo ajenos, sinoopuestos o contrarios a la visióncristiana del mundo. La visita delPapa a España en 1982, en la querecogía lo manifestado a los obis-pos en las visitas ad limina de losaños 1981 y 1982, marcó clara-mente el camino para los católi-cos españoles en el período his-tórico-cultural que se abría ennuestra sociedad, a la vez queanunció muchos de los proble-mas que luego, de hecho, hansurgido.

/3en portadaNº 36/14-IX-1996

LA FE DE LOS ESPAÑOLES, EN LOS DISCURSOS DE JUAN PABLO II

«Reavivad vuestrasraíces cristianas»

El nuevo curso trae

una de las citas más

intensas de la vida

eclesial, aunque al-

gunos traten de re-

ducirla a «eclesiás-

tica»: las visitas «ad

límina» de los obis-

pos españoles, en las

que Juan Pablo II ha

demostrado su cla-

rividencia ante los

problemas y su con-

fianza en España.

En los discursos de 1986, JuanPablo II acentúa su preocupaciónpor el avance del secularismo. Enlos de 1991, no dudó en calificarel panorama social español comoneopagano, calificativo que susci-tó no pocos «escándalos» un tan-to «hipócritas».

TESTIGO DE ESPERANZA

La primera visita de Juan Pa-blo II a España, que hubo de seraplazada en un primer momen-to a causa del atentado que sufrióen mayo de 1981, tuvo que seraplazada de nuevo para que nocoincidiera con el período electo-ral previo a las elecciones del 28de octubre de 1982. Este detalledice mucho de lo que en ese mo-mento podía suponer la presen-cia del Romano Pontífice en Es-paña. De hecho, los dirigentes delPSOE hicieron saber a los obisposque considerarían muy negativoque el Papa viniera en períodoelectoral. Del mismo modo, antecualquier problema de relevan-cia social, y en especial en todos

los períodos electorales, han tra-tado de acallar la voz de la Igle-sia. Sin ir más lejos, en la últimacampaña la ministra Alberdi ma-nifestaba así su «curiosa» inter-pretación de la libertad de expre-sión de la Iglesia: Pido a los obis-pos que permanezcan en silencio; notienen nada que opinar en la actualcontienda electoral. En aquel añodel mundial de fútbol de Naranji-to, ganaron los socialistas por ma-yoría absoluta con un programaque defendía, por ejemplo, el di-vorcio, el aborto y la escuela úni-ca, pública y laica. A los tres días,el Papa besaba el suelo español.

ESPAÑA: IDENTIDAD CATÓLICA

¿Cuáles fueron las claves deese viaje? El Papa venía a la tie-rra de María, una tierra de santos, aun pueblo cuya identidad estabaconstituida por la fe cristiana y ca-tólica. Durante todo el viaje re-calcó la riqueza del patrimoniode fe y de costumbres de Espa-ña, un país rico de fe, de inteligencia,de heroísmo, de arte, de valores hu-manos, de grandes empresas huma-nas y religiosas; buscó despertar elrecuerdo de vuestro pasado cristia-no y de los grandes momentos devuestra historia religiosa, para di-namizar vuestra virtualidad cristia-na, para que sepáis iluminar desdela fe vuestro futuro y construir so-bre las bases de un humanismo cris-

tiano vuestra actual convivencia.Con esta premisa, se entiende

que el Santo Padre insistiera enel rico patrimonio de la singularhistoria cristiana del pueblo es-pañol, que nadie debería arran-carnos. El fenómeno de la secu-larización, tan marcado sobre to-do en el mundo occidental, yaestaba haciendo mella en Espa-ña. Pero, en febrero de ese año1982, Juan Pablo II había dicho alos obispos de las provincias ecle-siásticas de Tarragona y Barcelo-na que no fueran fáciles en dar porsupuesta la descristianización devuestras comunidades. Quedabafirme la esperanza de que las re-servas de vida cristiana florecie-ran de nuevo. Y con esa esperan-za el Papa centró sus discursosen España en torno a los mismostemas que trató en las visitas adlimina de aquel año: la familia(matrimonio, defensa de la vida,educación de los hijos) y la cul-tura (defensa de la moral, tradi-ción, promoción del hombre, de-nuncia de las ideologías).

En el encuentro con los Reyesy con el Parlamento recién elegi-do, el Papa recalcó que fiel a sudeber, y aun respetando la autono-mía del orden temporal, la Iglesia pi-de la misma consideración hacia sumisión cuando se trata de la esferade las cosas que miran a Dios y querigen la conciencia de sus hijos. Es-te sería el genuino comporta-miento de un Gobierno laico, pe-ro que respeta la autonomía dela Iglesia.

Es evidente que nunca se en-tendió así y, poco tiempo habríaque esperar para ver las ingeren-cias del poder político, conformecon su programa electoral, en lavida cristiana y eclesial, con laaprobación de la LODE (junio1983), o la famosa «guerra de loscatecismos» (septiembre 1983),cuando el Gobierno se permitióprohibir que se usaran en las cla-ses de religión los textos oficialesde la Conferencia Episcopal Es-pañola.

Pero, como se veía venir laofensiva laicista, en la Misa paralas familias en la Plaza de Lima

4/ en portada Nº 36/14-IX-1996

CRONOLOGÍAElecciones Generales Visitas ad limina Visitas de Juan Pablo II28 Oct 82(PSOE) 1981–1982 31–X a 9–XI 198222 Jun 86 (PSOE) 1986 10 Oct. 1984 (escala)29 Oct 89 (PSOE) 1991 19 a 21–VIII 198993 (PSOE) 12 a 17 VI 19933 Mar 96 (PP) 1996–1997

(lo recordarán por lo menos dosmillones de asistentes) el Papapidió a los esposos cristianos queaun viviendo en ambientes donde lasnormas de vida cristiana no sean te-nidas en la justa consideración o pue-dan no hallar el debido eco en la vidasocial o en los medios de comunica-ción más accesibles al hogarrealizaran el proyecto cristianode la vida familiar. Lo que signi-ficaba la defensa del matrimoniocomo comunión de amor indiso-luble; la defensa de la vida, yaque legitimar la muerte de uninocente es minar el fundamentomismo de la sociedad (justo al añosiguiente, el 6 de octubre de 1983,se aprobaría la ley de despenali-zación del aborto). Y recordabaque los padres tienen el derecho yel deber primario de educar a sushijos, en lo que la autoridad pú-blica tiene sólo un papel subsi-diario. El mismo plazo de un añobastó para poner en marcha laLODE y minar así la indepen-dencia y libertad de los centroseducativos católicos concertados.

LA AUTÉNTICA «CULTURA»

En el encuentro con los uni-versitarios y con los hombres ymujeres de la cultura en la Uni-versidad Complutense, el SantoPadre hizo un interesantísimoanálisis de la contribución delpensamiento católico español a lacultura universal, y de los pará-metros que deben regir toda au-téntica cultura: el respeto y el ser-vicio al hombre integral. Por esoindicó la responsabilidad de de-fender al hombre contra ideologí-

as teóricas o prácticas que lo reducena objeto de producción o de consumocontra las corrientes fatalistas queparalizan los ánimos; contra el per-misivismo moral que abandona alhombre al vacío del hedonismo; con-tra las ideologías agnósticas, que tien-den a desalojar a Dios de la cultura.

Bien sabía el Papa por dónde

iban las fuerzas de desestabiliza-ción de la sociedad y de descris-tianización del ambiente y de lascostumbres: Esforzaos por que lasleyes y costumbres no vuelvan la es-palda al sentido trascendente delhombre, recalcó. Y Juan Pablo IIrecordó asimismo sus palabras alcrear pocos meses antes el Con-sejo de la Cultura: Una fe que nose hace cultura es una fe no plena-mente acogida, no totalmente pen-sada, no fielmente vivida.

Pero sin duda, de aquella vi-

sita queda como imágen emble-mática el caluroso diálogo delPapa con los jóvenes en el Ber-nabéu. Allí los chicos y chicasespañoles respondieron con en-tusiasmo al reto de hacer vida ycultura su fe, de combatir el malcon el bien; en definitiva, de pre-sentar a la sociedad española el

programa más positivo y alen-tador: ¡Jóvenes! ¡Amigos! Habéisde ser vosotros mismos, sin dejarosmanipular; con modelos de vida enlos que se pueda confiar, en los quepodéis reflejar toda vuestra genero-sa capacidad creativa, toda vuestrased de sinceridad y mejora social,sed de valores permanentes dignosde elecciones sabias. Es el progra-ma de lucha para superar el biencon el mal. El programa de las bie-naventuranzas que Cristo os pro-pone.

1986: SITUACIÓN PREOCUPANTE

Durante este año, los obisposespañoles hicieron su segunda vi-sita ad limina, en la que debíanpresentar un balance de lo con-seguido tras aquel intenso viajede Su Santidad. En esta ocasión,Juan Pablo II evocaba en todossus discursos la experiencia deaquellas fechas, pero constatabaque, por desgracia, el peso de lafe en la vida social estaba en fran-ca decadencia: Es cierto que vues-tros pueblos, en su inmensa mayo-ría, confiesan la fe católica, que lasfamilias abrigan el deseo de que sushijos sean educados en ella y que pordoquier se conservan aún con cariñotradiciones varias en las que se ex-presa la religiosidad popular. Sin em-bargo, algunos fenómenos de vastaexpansión como la creciente secula-rización ambiental, un secularismoanticristiano que halla puntual ecoen algunos medios de comunicaciónsocial, junto a un cierto pluralismoque en no pocos casos difumina laidentidad cristiana, van abriendo pa-so a una situación preocupante, enla que aumenta el número de los quedan por perdida o superada la fe o ladesconectan de la diaria existencia.

Denuncia claramente el plu-ralismo que lleva a que la iden-tidad cristiana se difumine. Pa-rece claro que algunos confun-den una cierta pluralidad(legítima diversidad en la formade entender el compromiso so-cial y cultural) con el pluralismo,según el cual cualquier cosa esválida; el criterio cristiano dejade tenerse en cuenta y la «con-ciencia» del sujeto se convierteen autoridad que decide lo buenoy lo malo. Es éste un error, diceel Papa, que se manifiesta en ladeformación de las conciencias, aljuzgar como logros de la moderni-dad postulados propios de un hedo-nismo materialista o actitudes queson lisa y llanamente, violación dela ley de Dios.

OFERTAS ENGAÑOSAS

Decía a los jóvenes: Conozcopor experiencia personal vuestra vi-da, la aprecio profundamente y lacomprendo. Sé que en vuestra gene-rosidad de jóvenes no os satisfacentantas cosas de nuestra sociedad ac-tual, que desearíais más justa y soli-daria. Sé también que buscáis algoque pueda dar razón, de verdad, a lomás profundo de vosotros mismos, aesa hondura del espíritu humano quesentís, o al menos presentís. Sé queno os bastan los datos secos de la cul-

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tura técnica o de la informática. Noos basta disponer de noticias y cono-cimientos dispersos y fragmentados.Vislumbráis que es preciso dar conuna realidad que comunique a las realidades disgregadas un sentidodecisivo y final. La sociedad actualtiene bastante afinidad con aquellaen la que se abrió paso la primerapredicación del Evangelio. Nos sen-timos aprisionados en nuestra im-potencia, sumergidos en múltiplesofertas de salvación que vemos comodefinitivas y engañosas. Pero desde laexperiencia de nuestra limitación te-nemos hoy la vivencia de que un donque nos desborda, una misericordasumamente acogedora, puede sal-varnos en plenitud, ofreciéndonos lagratitud de su amor».

UN CAMBIO DE MENTALIDAD

En todos estos discursos de1986 se nota la preocupación delPapa por la desconcertante y tur-bia situación que traslucen los in-formes sobre la vivencia de la feen España. Y es que, poco a po-co, los católicos han dejado quesu presencia pública se vayaarrinconando para dejar paso acriterios que, además de no serlos del Evangelio, son los únicosque tienen eco social. Muchoscristianos han cambiado el puntode vista de la fe por el suyo pro-pio y ven como normal el divor-cio, e incluso exigen como un«derecho de la persona» que laIglesia reconozca su situación co-mo legítima; el aborto ya no secondena tan abiertamente, por-que hay que ser tolerantes conquienes lo elijan como opciónpersonal; la fecundación in vitroes una posibilidad perfectamen-te utilizable para quien desee unhijo... La cultura, en general, sereduce a la financiada por los po-deres públicos, y así música, fes-tivales, películas, exposiciones,etcétera, promueven un estilo devida absolutamente contrario ala vivencia de la fe, cuando no ri-diculizan la religión y se mofande los valores que constituyen laidentidad cristiana.

FAMILIA Y ESCUELA

Quiero hacer especial referenciaa la familia y a la escuela, ya que am-bas constituyen las verdaderas raí-ces de la educación y, por consi-guiente, la fuente más honda de laidentidad de las personas. Bien sa-bemos que los principales ataques dela política secularista han ido orien-tados a destruir estos dos baluartes.

La familia llamada «tradicional» espenalizada legalmente, con cargasfiscales y agravios comparativos des-conocidos incluso en otros países eu-ropeos que para nada se confiesancristianos, y ridiculizada como for-ma trasnochada de vivir las relacio-nes afectivas entre personas adultas.

En el campo de la educacióndistingue claramente el Papa losdos problemas más acuciantes:tanto la enseñanza religiosa a cargode instituciones eclesiales, como laenseñanza de la religión en los cen-tros públicos. Por primera vez elPapa utiliza en estos discursos elconcepto de Nueva Evangelización,lo que supone la constatación deuna realidad social alejada del

cristianismo, y el peligro de loque llama tentación del secularis-mo.

1991: NEOPAGANISMO

Cuatro años antes de que elministro Belloch proclamara des-de la televisión que España es unpaís plenamente secularizado, comogran logro de los gobiernos delPSOE, el Santo Padre ya habíadescrito el ambiente social espa-ñol como neopaganismo. Es curio-so, pero esa palabra no gustó alEjecutivo socialista, que se apre-suró a decir que para nada des-cribía la realidad social española.

Los discursos de las visitas del

año 1991 tienen como clave res-ponder a los desafíos de una culturasecularizada, y denuncian bastan-tes de los síntomas de un preocu-pante fenómeno de descristianiza-ción, del indiferentismo, del secula-rismo y de difundidas actitudes delateísmo práctico. ¿Cuáles son esossíntomas? Menospreciar la impor-tancia de la religión y de la fe, y negarla existencia o el valor de normas mo-rales reveladas por Dios o manifes-tadas por la misma naturaleza de lascosas. Además, el descenso consi-derable de matrimonios, la disminu-ción del índice de natalidad, el cre-cimiento de la mentalidad divorcista.Hasta ahora el Papa sólo habíaprevenido de los peligros que

acechaban a la familia, pero nohabía denunciado que se hubie-ran extendido esos comporta-mientos entre los católicos espa-ñoles. No menos elocuente es ladenuncia de que la educación ca-tólica ahora se ve enfrentada a res-tricciones legales y de otra índole,que la hacen cada vez más precariay que incluso amenazan la subsis-tencia misma de no pocos centros es-colares. ¿Qué quería decir el Pa-pa con restricciones de otra índole?Es evidente que los ataques a laescuela no han sido sólo legales.La escasez de medios económi-cos, las presiones sobre los pro-gramas oficiales, la manipulaciónde los órganos directivos, de las

inspecciones... y otros hechos, lle-van al Papa a alentar a los católi-cos a que colaboren de forma de-cidida y generosa en la defensade la escuela católica. Choca estaexigencia con la opinión de algu-nos católicos que defienden laopinión de que la escuela debeser pública, —en el sentido de es-tatal— confundiendo la laborsubsidiaria del Estado (suplirdonde la iniciativa particular olos medios no lleguen) con la deprotagonista.

DEFENSA DE LA MORAL SOCIAL

La inquietud papal abarca,pues, siempre los mismos ámbi-

tos: educación y familia, que esdonde se libra la batalla más cru-cial en la construcción de la so-ciedad. Pero insiste en la defen-sa activa de los valores moralesque constituyen la base de la ar-monía social y del respeto, por loque no duda en acusar a los me-dios de comunicación social quemanipulan en ocasiones la ver-dad y los valores éticos en aras dediscutibles expresiones culturales oartísticas, y alteran la escala de di-chos valores hiriendo los senti-mientos más íntimos de las perso-nas. No se puede olvidar que los ciu-dadanos, en el ejercicio de su libertad,tienen derecho a ser respetados ensus convicciones morales y religio-

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sas, también en lo que se refiere a losmedios de comunicación social queestán al servicio del bien común.

El programa para el católico,por tanto, se amplía a la lucha porla defensa pública de sus dere-chos y del respeto a su libertad.Parece que, en ocasiones, la li-bertad de expresión sólo defiendeal que ofende y no al ofendido,en lo que no poca culpa tenemoslos católicos que hemos dejadoque nos invada una mentalidadpermisiva contradictoria con elrespeto que a nosotros no se nostiene: no nos toleran quienes nosacusan de intolerantes.

Manifestaciones de estos nue-vos ataques contra la familia y dela corrupción moral denunciadosen este año 1991 los tenemos pordoquier: la corrupción de la vidapolítica es sólo unos de ellos. Pe-ro es que, además, tenemos losnuevos proyectos de legalización decomportamientos que en sí mis-mos son moralmente insosteni-bles: la ampliación de los su-puestos para permitir el aborto,la campaña para legitimar la eu-tanasia, el intento de provocar unficticio debate social que lleve ala legalización total de las drogascomo medio para acabar con elnarcotráfico (puesto que el con-sumo privado ya dejó de ser de-lito), el esfuerzo por que se reco-nozcan legalmente las llamadasparejas de hecho y de los matrimo-nios homosexuales. A todo esto selo denomina con el genérico op-ciones personales de vida y se pre-senta como norma en series tele-visivas o en películas subvencio-nadas con dinero público.

La batalla contra esta menta-lidad laicizante destaca, con to-das las de la ley, en el tema de lasclases de religión. Ya lo anunció el

Papa en su visita de 1982 y ya en-tonces citó el artículo de la Cons-titución que reconoce el derechoa que en los colegios los niños re-

ciban la formación religiosa y moralque esté de acuerdo con las convic-ciones de sus padres. ¿Por qué re-sulta tan difícil que se cumpla underecho fundamental? Pero, lo

que es más, ¿por qué tantos mi-llones de católicos, que quierenla educación religiosa de sus hi-jos, no exigen formal y rotunda-

mente que se deje de atentar con-tra un derecho constitucional bá-sico?

Durante su último viaje pas-toral, en junio de 1993, el Santo

Padre recordó en su encuentrocon los obispos y en la misa de laPlaza de Colón, esos mismos sig-nos preocupantes del secularis-mo, pero sobre todo alentaba a laIglesia de España a dejarse inva-dir por la fuerza del amor que irradiade los santos y de la esperanza cris-tiana. Abrid vuestras vidas a la luzde Jesucristo, buscadle donde Él estávivo: en la fe y en la vida de la Iglesia,en el rostro de los santos.

CONFIADA ESPERANZA

No cabe duda de que el lai-cismo y la descristianización denuestra sociedad han ido en au-mento, y de que los medios cul-turales de difusión apoyan ma-sivamente ese ambiente. Lo quedomina, incluso entre muchoscatólicos, absolutiza lo inmedia-to y lo relativo, dejando comopropio de inmaduros, intelectualy afectivamente hablando, losvalores reales y las verdades másprofundas y trascendentes. Enlas visitas ad limina que comien-zan este semestre, con toda se-guridad, junto con la denunciade los síntomas de esta mentali-dad que busca alejar a los hom-bres y sus instituciones de Dios,el Santo Padre reiterará a losobispos españoles el mensaje deconfiada esperanza que nos dejóa su despedida en su visita de1993: Una Nación como ésta no hade permitir que se diluya la riquezaespiritual que ha impulsado los me-jores esfuerzos de su historia, de-jando una huella imborrable en lacultura ¡Reavivad vuestras raícescristianas! ¡Sed fieles a la fe católicaque ha iluminado el camino de vues-tra historia!

José Ángel Agejas

/7en portadaNº 36/14-IX-1996

La religión, en cifras91,2% se declara católico

1,3% otra religión7,5% ninguna religión

Van a misa23% todos los domingos

11,2% casi todos los domingos19,1% en las grandes fiestas

45,3% nunca

Reciben los sacramentos80% de niños bautizados

74% de matrimonios por la Iglesia33% de niños hace la Primera Comunión

«Lo que pidáis al Padre en minombre os lo concederé», diceel Señor. Tras la durísima re-presión y la vida clandestinay heroica, de catacumbas, quedurante los últimos decenioshan vivido los cristianos enlos países del Este de Europa,sometidos a la deshumaniza-ción del comunismo, unanueva etapa, más esperanza-dora, se ha abierto para ellos.Juan Pablo II acaba de deciren Hungría que hay que dar-le tiempo al tiempo y que lasheridas de la Iglesia del silen-cio tardarán en cicatrizar to-davía. Así lo ha entendido, sinduda , esta mujer albanesa.Para comprenderlo, basta versu actitud y su mirada mien-tras reza . El fruto de la siem-bra empieza a aflorar. Es oto-ño, tiempo de recogida de lacosecha. Y el Señor, ya se sa-be, da el ciento por uno.

El ciento por uno

8/ la foto Nº 36/14-IX-1996

/9criteriosNº 36/14-IX-1996

El trabajador tiene pleno de-recho a abandonar el pro-pio país en busca de mejo-

res condiciones de vida, comotambién a volver a él». A veces senos olvida, pero es un derechobásico y fundamental del ser hu-mano, como escribió el Papa enla «Laborem exercens».

Las naciones más prósperastienen el deber de acoger, en cuan-to sea posible, al extranjero quebusca la seguridad y los mediosde vida que no puede encontraren su país de origen». A veces senos olvida, pero es una graveobligación la de atender a losemigrantes, como también escri-be el Papa en la misma encíclica.

Es cierto que la emigración esun «mal necesario» y no lo esmenos que tal vez la verdadera

solución, la más inteligente ytambién la más humana, sería

llevarles a sus países lo que vie-nen a buscar aquí; pero, mien-

tras eso no se hace, lo suyo es underecho y lo nuestro una obliga-ción grave. Para un cristiano,más, porque la fe obra por me-dio de la caridad. Y no pareceinoportuno recordar que si pri-mario es el sustento material, nomenos primaria es la atenciónespiritual a los emigrantes, por-que no sólo de pan vive el hom-bre. No basta, pues, con organi-zar simplemente estructuras deacogida y solidaridad. Esas sonindispensables, pero no bastan;hace falta algo más, bastantemás.

Si esto es así —y así es— ¿quédecir de las actitudes de intole-rancia, de insulto, de manipula-ción o de explotación de los emi-grantes y de su humanísima y pe-nosa situación?

ΩA

Emigrar, un derecho

El hombre solo es un bárbaro» era el título de la primera parte deuna interesante exposición sobre el sentido de la vida, y al leerlo

un visitante -participante por lo visto de esa mentalidad radical-mente individualista que, por desgracia, invade nuestro mundo- semarchó un tanto indignado, negándose a continuar la visita. En re-alidad, tal comportamiento le ponía en evidencia, y ponía en primerplano las palabras de Dios en el relato bíblico de la creación: «No esbueno que el hombre esté solo». Basta escuchar a nuestro corazónpara convencernos de ello. No podía ser de otro modo, pues a ima-gen de Dios hemos sido creados, y Dios está en las antípodas de la so-ledad: ¡Dios es compañía: Padre, Hijo y Espíritu Santo! Una compa-ñía entrelazada por el amor y la obediencia eternos.

La Iglesia (literalmente, «asamblea») somos justamente eso, «com-pañía», la verdadera compañía que, reunida en su unidad fontal, li-bera de toda soledad. Podríamos estar juntos todos los hombres delmundo y sin embargo, estaríamos radicalmente solos si nos faltara esaPresencia que nos ha creado y es nuestro Destino. Las relaciones

dentro de esta «compañía» humana, marcadas por ese amor y esaobediencia, no son algo banal: son fuente y alimento de vida y deesperanza verdaderas.

En este marco es donde podemos entender en toda su profun-didad las visitas «ad limina» que cada cinco años hacen al Papatodos los obispos del mundo y que próximamente les corresponderealizar a los obispos españoles. No se trata de algo protocolario, si-no de un momento privilegiado en que se experimenta toda la in-mensa bondad de ese «no estar solos» del relato bíblico de la crea-ción: en la cercanía del Papa, guiado por el Papa, el pueblo cristia-no camina y crece hacia su Destino. Esa voz del actual Vicario deCristo, Juan Pablo II, que desde la primera visita «ad limina» denuestros obispos y su primer viaje a nuestra patria en 1982 no ha de-jado de manifestar su confianza en España, como recordamos ennuestra portada, es hoy un poderoso reclamo para que los católicosespañoles manifestemos, con palabras y obras, nuestra confianza enel Papa. Lo contrario no sería bueno. Nos quedaríamos solos...

NO ESTAMOS SOLOS

Al final, el padre Javier, enel funeral por su primo,leyó una nota. La escribía

la cajera, a la que Ignacio acudíaa auxiliar en el supermercado.«Que lo sepan sus padres y sumujer. Ignacio no murió solo; unaseñora tenía cogida su mano y lesusurraba cariñosamente: Has si-do muy bueno al defender a losdemás; a ti te espera, seguro, elcielo».

Nuestra Señora del PerpetuoSocorro, 9 de la noche. La iglesiaestá repleta, abarrotada. La asam-blea cristiana preludia el emoti-vo acto: «El Señor es mi luz y misalvación». El padre Javier (pri-mo hermano del fallecido) daconsuelo a los presentes leyendola primera Carta de san Pablo alos Tesalonicenses. «Para que noos entristezcáis como los demás,que no tienen esperanza, porquesi creemos que Jesús murió y queresucitó, de la misma maneraDios llevará consigo a quienesmurieron en Jesús; los que mu-rieron en Cristo resucitarán enprimer lugar».

El padre Javier, que nos hareunido para rezar y para com-partir nuestras lágrimas desde lafe, nos lanza una pregunta...«¿Por qué? Julia me decía estamañana: “¡Qué difícil es creerahora!”. Luis sollozaba: “¡Cómopueden ser los asesinos de Igna-cio hombres hechos a imagen ysemejanza de Dios!” Es, ahoramismo, difícil creer que el DiosPadre que nos ama, que nos quie-re, que es providente, que es mi-sericordioso, que nos conduce,haya permitido esto. Pero es aho-ra cuando hay que creer, porquesi no, perderemos a Ignacio. Ig-nacio, con su asesinato nos ha di-cho muchas cosas».

Don Javier nos recuerda queIgnacio era un hombre de fe, Ig-nacio creía en Dios, A lo largo de

su vida había dado testimonio,porque intentaba aplicar en su vi-da las convicciones que había re-cibido en su casa, la experienciade un cristiano practicante; vivíasu fe en su trabajo, en su familia,a la hora de hacer la compra, ysentencia: «Es más, en Ignacio en-contramos precisamente la cer-teza de que el hombre está hechoa imagen y semejanza de Dios.Ignacio ha sido el reflejo del Diosque se interesa por el débil, es elhombre que se la juega por losdemás».

10/ iglesia en madrid Nº 36/14-IX-1996

EN MEMORIA DE IGNACIO VALENTÍN-GAMACHO

Ignacio, ¡gracias!El sábado pasado el abogado don Ignacio de Valentín-Gamacho fue asesinado por unos atracadores en el

supermercado madrileño en el que hacía la compra. Todos los pormenores del suceso han sido ampliamentecomentados en los periódicos de estos días. Todo Madrid se ha sentido hondamente conmovido por su fe

y por su generosidad. Su calidad humana no abunda, por desgracia.

Ignacio Valentín Gamacho, asesinado por unos atracadores en un supermercado. Arriba, un sacerdote bendice sus restos mortales.

«INTENTABA APLICAR

EN SU VIDA

LAS CONVICCIONES

QUE HABÍA RECIBIDO

EN SU CASA, LA EXPERIENCIA

DE UN CRISTIANO

PRACTICANTE»

Y cuando ocurren estos he-chos, la sociedad estúpida no en-tiende lo que debería ser la nor-ma básica de convivencia, el acu-dir en ayuda al débil. Muchagente habrá pensado: ¡Qué te-merario este chico; yo no lo hu-biese hecho! El padre Javier nosrecuerda que Ignacio, no: «Por sutemperamento, por su historia,por sus convicciones, no lo hizopor un arrebato, por un arranquede furor. Así era su forma de en-tender la vida». Una forma de en-tender la vida que se resiste a mo-rir.

TESTIMONIO DE ESPERANZA

Ignacio es un testimonio deesperanza: «Representa la espe-ranza frente al egoísmo, la huída,el no meterse en líos. Ignacio nosenseña que si estamos en el mun-do, es para servir al otro, paraayudarnos mutuamente. Dios, alfinal, se sale con la suya y su tes-timonio permanece, se multipli-ca en nosotros. Que se fortalezcaen nosotros la cultura de la gene-rosidad, del servicio a los demás».

Fue una homilía impresionan-te. Las palabras del sacerdote senos quedaron a muchos en el co-razón. Cuando llegué a casa, tu-ve la necesidad de releer la pri-mera Carta de san Juan: «No haytemor en el amor; sino que el amor

perfecto expulsa el temor, porqueel temor mira el castigo; quien te-me no ha llegado a la plenitud enel amor. Nosotros amemos, por-que él nos amó primero».

Su otro primo, Alberto, lo de-finió muy bien: «Un Quijote del

siglo XX, Ignacio no ha sido víc-tima de un frío asesinato, ha si-do víctima de su incapacidad pa-ra dejar de ser un caballero, pa-ra esconderse en el anonimato deun individualismo sin compro-miso; lo que hago es rebelarmecontra mí mismo, contra la so-ciedad que estamos construyen-do, llena de palabrería hueca, sinverdaderos ideales, sin coraje, singenerosidad para atacar los malesdesde su raíz. Gracias por tu ges-to, Ignacio de La Mancha».

Yo siempre les he recordado atodos sus familiares, personas degran talla. Y siempre recuerdo ami madre contar que los Valen-tín Gamazo eran unos perfectoscaballeros, unas personas que nose amedrentaban y que eran va-lientes.

Cuando vi el teletipo, creí quela víctima era el padre. Sólo desemejante cuna podía haber sali-do semejante hombre. No voy aentrar en superfluas disquisicio-nes: que si Ignacio se lo buscó;que si la cajera le había avisadode que estaban armados… Igna-cio no fue víctima sólo de los tirosde dos asesinos. Ignacio ha sidovíctima de más cosas; pero per-manece para siempre su honra-dez y de su dar la vida por los de-más.

Ignacio, abogado, apasionadopor la informática y por el mar.Vuelve a la casa del Padre, peronavega tranquilo en medio de lasolas embravecidas porque Cris-to dirige el timón de su barca jo-ven. María acompaña a Ignacioen la travesía. Ignacio, ¡gracias!

Santiago Recio

/11iglesia en madridNº 36/14-IX-1996

El próximo miércoles, 18 deseptiembre, monseñor An-

tonio María Rouco Varela, ar-zobispo de Madrid, celebrarála misa del Espíritu Santo, alas 11 de la mañana, en la ca-pilla de la Universidad SanPablo-CEU, en la calle JuliánRomea nº23. A las 12, en elsalón de actos de la calle Isaac Peral nº58, tendrá lugarel resto de los actos acadé-micos de inauguración del cur-so: la lectura de la memoriadel curso pasado, la entregade medallas al mérito acadé-mico, la lección magistral, y el discurso de aper-tura del rector, don José Raga. La ministra deEducación y Cultura, doña Esperanza Aguirre,concluirá estos actos con la inauguración ofi-cial del curso 1996-1997.

La clara identidad de esta Universidad, cuyolema es «In veritate libertas», y cuyo ideario sefundamenta en la revelación y tradición cristia-na, en el magisterio de la Iglesia, en el propioideario de la Asociación Católica de Propa-gandistas, y en la experiencia de setenta añosdedicados a la enseñanza superior por la Fun-dación Universitaria San Pablo, justifica el de-seo y el esfuerzo permanente de promocionara sus alumnos una «formación humana inte-

gral de inspiración cristiana»: en primer lugaren la entraña misma de su labor académica,en la peculiar mirada sobre la realidad afron-tada en todas sus carreras, que esta inspira-ción supone y, sobre todo, en la manera de en-tender y de vivir esta identidad por parte de suprofesorado. En segundo lugar, en la disponi-bilidad de una asistencia religiosa, a través delCentro Pastoral,que durante el curso ofrece alos alumnos diversas iniciativas de vida cristia-na: grupos de voluntariado social, jornadas dereflexión,sensibilización y oración, celebracio-nes litúrgicas y asistencia espiritual personal.

Manuel María Bru

MONSEÑOR ROUCO INAUGURA EL CURSO

EN LA UNIVERSIDAD SAN PABLO-CEU

12/ usted tiene la palabra Nº 36/14-IX-1996

Recibir al Señor en mis manos.

Cuando se nos brindó la opor-tunidad de recibir la Comu-

nión en la mano me pareció algo«moderno», muy postconciliar;pero también esa acción tan sim-ple (aparentemente atrevida ydesconsiderada) de poner la ma-no representaba tomar parte enla acogida. Significaba no espe-rar pasivamente su llegada, yome incorporaba al recibimientocomo quien corre a abrir la puer-ta de casa a un ser querido cuan-do oye las pisadas en el descan-sillo, sin esperar a que suene eltimbre.

...ahí están mis manos. Son elrecibidor de mi casa donde lo mi-ro tan grande y tan pequeño. Seposa en mi humanidad y yo lointroduzco con todo respeto enel interior de la casa donde todoqueda iluminado. Allí se con-vierte en mi dueño y señor; se pa-raliza mi lengua y, sin palabras,todo mi ser queda abierto a susindicaciones.

«Señor, yo no soy digna deque entres en mis casa...» perocuando oigo que llegas salto degozo a abrir la puerta. Por eso,mi mano ahuecada es manifesta-ción de acogida suave donde temiro temblorosa, con amor y es-tupefacción. Sé que alargar mimano para que te poses en ellano será jamás un gesto rutinario,sino acogida exultante en el ca-lor de mi hogar.

C.D.C.

Noticia de paz

El domingo observé desde miventana, que en un banco de

madera que hay en la acera, sesentó un matrimonio joven con

dos niños: uno como de dos añosy el otro de cuatro. La madreabrió un paquetito y se puso adesmenuzar el jamón York y selo dio a cada uno de los niños.Ellos saltaban y jugaban alrede-dor de sus padres.

La madre con una ternura ypaciencia increíble, daba de co-mer a sus dos pequeños, y ellosparecían pajarillos revoloteandoalrededor de la madre que no in-terrumpía su juego.

Estos días los periódicos traen aterradoras noticias de gen-

te infame que atenta contra la in-fancia. Yo comparé ese horror conesta escena. Los periódicos nodan noticia de unos padres bue-nos porque no es vendible. Estanoticia no da dinero, pero da paz.

Mª Dolores García del Barrio

¿Debemos dar limosna?

Claro está que mirando el Ca-tecismo que con tanto entu-

siasmo adquirimos y tan poco le-emos, se busca la palabra y todoestá resuelto. Pues no. Es necesa-rio leer el 2447 para encontrar quela limosna es una obra de miseri-cordia y una práctica de justicia.

Me dice una vecina que pue-do suscribirme a Cáritas, y tam-bién dar al párroco o a algún mo-nasterio. Pero quedan los pobresde las calles y a las puertas de lostemplos. Leo a un columnista,que ahora es en la puerta de losgrandes almacenes donde pulu-lan los mendigos. Debe ir poco amisa, porque se vería asediado.Si te piden «una limosna, por elamor de Dios», cómo vas a ne-garle aunque sea un durito. Re-sulta un poco duro, más que du-ro, durito, pasar impávido o aca-so sin mirar, pensando: mesuscribiré a los misioneros deUganda o a la Madre Teresa, yella aliviará a pobres verdaderos.

¿Dejaremos de dar limosna aquien la pide? Porque ellos no sevan. Hombres, si los curas dieranresueltamente la orden: ¡no pa-gar!, tal vez los falsos pobres secansarían o irían a buscar el au-xilio que piden a los lugares pro-pios.

En Holanda, en Bélgica y Lu-xemburgo no hay pobres en la ca-lle. Pero donde los haya, apartede poner la «crucecita» y pagarlos impuestos, nos inclinamos aconservar la tradición.

Basilio de la Vega

Santiago, Patrono

El 25 de julio, festividad deSantiago, sigue siendo día de

precepto, pero en el calendariodel Ministerio de Trabajo es jor-nada laboral. Esto, ya varios añosseguidos, produce confusión.Además la ofrenda real al Patro-no de España, pasó de ser leídapor el Rey, a serlo luego por elPríncipe, y luego por un funcio-nario. ¿Qué dificultad hay paraque cada año acuda a los pies delpatrón de España nuestro rey oel príncipe heredero?

Los periódicos nacionales deldía pasan por alto la festividad.Ese año sólo he visto en uno deellos una referencia al día en lapágina de Agenda, y en Santoralse dice: «Santiago Apóstol, Pa-trono de España», y siguen otrossantos del día.

Ginés Alcaraz

Cartasal

Director

/13mundoNº 36/14-IX-1996

Hermanas y hermanos bu-rundeses, contempladconmigo los cuerpos de

nuestros hermanos y hermanasalineados delante de nosotros.Son cientos y cientos que hancaído bajo los golpes de los mal-hechores. Casi todos son mujeresy niños indefensos. Ya habían si-do privados de los suyos en oc-tubre del 93; fueron echados desus colinas y de sus casas y habí-an buscado refugio aquí. No te-nían nada. No conocían más quela miseria, el frío, el hambre y ladispersión por los rincones a losque malamente podían llegar.

Están ante nosotros; acabande dejar esta tierra, asesinadospor sus hermanos, burundesescomo ellos. Señor, que la sangrede estos seres queridos sea paranuestro país una fuente de sal-vación, para que podamos salirde este horror; para que cesen laslágrimas y esta violencia insen-sata y sangrienta que no tienenombre y que nos avergüenza».

Estas palabras pertenecen a lahomilía pronunciada por monse-ñor Joaquín Ruhuna, arzobispode Gitega, durante los funeralespor las víctimas de la tremendamasacre de Bujendana. Ahora lavíctima ha sido él, al igual quedos religiosas, dos muchachas,

una señora y el conductor del jeepen que regresaban desde Burasira.Los asesinos los desnudaron yquemaron junto al vehículo. Evi-dentemente estas palabras im-presionantes, este cristianísimollamamiento a la reconciliación yal perdón no hizo mella en losprepotentes agresores que ahorahan acabado con la vida del celo-so pastor, igual que antes acaba-ron con la de su pueblo.

LA SOMBRA DE CAÍN

Llama poderosamente la aten-ción releer ahora el texto de aque-

lla profética homilía que empe-zaba con estas palabras: «Des-pués de que Caín se lanzara con-tra su hermano Abel y lo matara,el Señor Dios le interpeló con es-tas palabras: «¿Dónde está tu her-mano Abel? ¿Qué has hecho? Lasangre de tu hermano se elevahasta mí. Ahora maldito seas.Sal de esta tierra fértil». Y pre-guntaba el arzobispo: «¿Pero, de-cidme: dónde están los que hancometido estos crímenes? ¿A quéjuicio serán sometidos? ¿No lesatormentará ni un poco siquierasu conciencia? Toda su homilíafue una búsqueda de paz y re-

conciliación, un deseo de com-partir el dolor y la pena de losque tienen que seguir soportandola situación de Burundi, en me-dio, por desgracia, de la más ver-gonzosa insensibilidad del mun-do que se dice civilizado. Fue unangustioso grito de ayuda paraque el mundo lo oyera: «Vuestroscrímenes son la vergüenza de laHumanidad. Os lo suplico: de-poned las armas, terminad conestas matanzas, dejad a la genteque viva en paz. Sabed que el Se-ñor tiene entrañas de misericor-dia y que la Iglesia ha recibido lamisión de manifestarla a cuantossinceramente se arrepienten detodo corazón».

Y todavía pronunció palabrascontra la venganza recordandoque los crímenes étnicos son uncrimen contra Dios de cuya crea-ción se reniega y que para todohombre digno de este nombre,incluso si no está bautizado hayun precepto de conciencia ines-quivable que le prohibe matar. Esuna exigencia de la ley naturalpara cualquiera que tenga uso derazón.

Juan Pablo II ha deploradoamargamente este nuevo acto decrueldad y barbarie.

Alfa y Omega

POR NO ODIAR

Asesinado en Burundi el arzobispo de Giteca

Tras el asesinato, el pasado lunes del arzo-bispo de Gitega, la comunidad de san Egidio,

cuya labor de mediación en los más diversosescenarios de violencia está siendo muy eficaz,ha hecho público el siguiente comunicado:

El asesinato del arzobispo de Gitega, mon-señor Ruhuna, es un horror personalizado quese añade al horror de las masacres y a la tra-gedia de un Burundi que no encuentra la paz.

Monseñor Ruhuna siempre había manifes-tado moderación y equilibrio al afrontar la com-pleja situación de su país. Recordamos sus pa-labras de perdón y reconcialiación pronuncia-das hace tan sólo algunas semanas en el funeralpor las trescientas víctimas del campo de pró-

fugos tutsis, que tuvo lugar en su diócesis. Elmismo tuvo a su familia diezmada durante lasmasacres que sucedieron al golpe de Estadodel 21 de octubre de 1993, pero nunca dejó depracticar la moderación y de pedir el diálogo.

Ante este asesinato, la Comunidad de San Egi-dio, que durante los últimos meses ha establecidocontactos con todas las partes implicadas y que haacogido durante la pasada semana al mediadorNyerere y al enviado del presidente Clinton, Wol-pe, reafirma la necesidad de alcanzar lo antes po-sible una solución negociada del conflicto para in-terrumpir la terrible espiral de violencia y de ven-ganzas, y se siente más comprometida en labúsqueda de las vías de diálogo necesarias.

UN HOMBRE DE DIÁLOGO Y DE PAZ

San Cipriano nació en Cartago, hacia elaño 210 d. C. en el seno de una recta fa-milia patricia. Llegó un momento en su

vida en que se sentía como asediado por unagran sensación de vacío. «Cuando yo estabapostrado en las tinieblas de una noche pro-funda —escribió—, vistas mis costumbres, meparecía entonces verdaderamente difícil loque me prometía la divina misericordia parami salvación».

Cipriano se puso dócilmente en manos de

quien había despertado en él aquella espe-ranza. El 18 de abril del 246 recibe el bautismo.«Fue algo maravilloso ver en seguida cómola certeza borraba mis dudas y cómo parecíaposible todo lo que yo antes daba por impo-sible». Es conmomevora su sorpresa: «Des-pués de recibir al Espíritu que bajó del cielo,un segundo nacimiento me transformó en unhombre nuevo». Dos años después, Cipria-no es presbítero, y es nombrado en el 249 obis-po de Cartago, al morir Donato.

Cipriano es un obispo que se comporta conrealismo, sin imponer nunca pesadas cargas asus hermanos. No se pierde en sociologías.Sugiere a sus hijos insistentemente sólo unacosa, la limosna: «es algo sublime y fácil almismo tiempo». «Por supuesto que podéisguardar y poner a salvo vuestro dinero, peroesto no os salvará a vosotros. Lo mejor quepodéis hacer es compartir lo que poseéis conel Señor vuestro Dios».

En el año 252 se desencadenó una tremen-da epidemia de peste, que duró dos años. Elúnico respiro para todos fue el impresionanteservicio de asistencia y ayudas que en aquelinfierno consiguió organizar Cipriano paratodos, cristianos y paganos. Es quizá el Padrede la Iglesia que más insistió y trabajó por suunidad. Escribió un tratado sobre el tema: «Nopuede tener a Dios por padre quien no tengapor madre a la Iglesia. El primado se le dio aPedro para que fuera una sola Iglesia de Cris-to y una sola la Cátedra». La gracia particu-lar que le sostuvo durante su vida fue la pa-ciencia. «La paciencia es lo que ofrece sólidoscimientos a nuestra fe» —afirmaba—. «Es don-de el hombre más se asemeja a Dios. Él hacesurgir el sol y brillar la luz del día indiferen-temente para los buenos y los malos. Nadieestá excluido de sus beneficios».

En agosto del 257 se desencadenó contrala Iglesia otra persecución. El 13 de sep-tiembre del 258 Cipriano comprende que hallegado su hora. El interrogatorio del 14 seseptiembre ha llegado hasta nosotros. Ci-priano responde con un seco «no» a las pre-tensiones de los idólatras. El magistrado pro-clama la sentencia: decapitación. «Dios esalabado», responde el santo obispo. Moriráaquel mismo día.

Coro Marín

14/ testimonio Nº 36/14-IX-1996

16 DE SEPTIEMBRE, FESTIVIDAD DE SAN CIPRIANO

«Lo mejor es compartirlo que poseéis»

Llegan como pueden, Señor: en pateras, en balsas de malamuerte —más de cuatro la encuentran en el trayecto—, en

las calderas de un mercante en la bodega de un pesquero o enlos pasillos de un tren abarrotado, o a nado, y, luego, a pie.Me los encuentro por los andenes del Metro, con su fardo acuestas o su mercancía extendida, o en las esquinas de la ciu-dad, o en la periferia, o en los trabajos que nadie quiere, «mo-lestando» siempre, Señor, que ya es desgracia.

«Molestan» al bienpensante que tiene una solución de bo-quilla para todo; pero sólo de boquilla, porque en cuanto tiene queechar mano al bolsillo, se le acaban las soluciones; «molestan»a la señora que cree que le están quitando un puesto de traba-jo a su hijo parado, y al grupo de «hijos y niñas de papá» que tie-nen prisa en llegar a la discoteca y se quejan de que ni dejansitio para andar por los andenes del Metro.

Son los emigrantes, Señor. A lo peor pensamos que con de-dicarles una Jornada al año hemos cumplido, pero ellos, como no-sotros, necesitan comer y dormir todos los días. Y ser felices to-

dos los días. Me gustaría hacerte llegar, una vez más, a Ti que deemigrar sabes un rato largo, en estas oraciones de andar porcasa, ésta por los que ni casa tienen, Señor.

Déjame acordarme en tu presencia de un modo especial porlos más emigrantes de todos los emigrantes, los de dentro mis-mo de casa, como esa señora que no podía pagar el alquilerdel piso y la han echado a la calle y anda por la Puerta del Sol conla maleta a cuestas, a sus ochenta años, y sobre ella duerme, conlas estrellas por todo techo, bajo cero o a cuarenta grados. Ytodavía sonríe cuando hablas con ella....

Contágiales, Señor, a todos estos hijos tuyos y hermanosnuestros —aunque nosotros no lo parecemos— una brizna de laserenidad de tu presencia y de la esperanza firme de tu prome-sa: «Lo que hagáis con uno de estos a Mí me lo hacéis». Y per-dona, Señor, a esta sociedad descabellada. Si les molestan loshijos, ¡cómo no le van a molestar los emigrantes!...

Miguel Angel Velasco

ORACIONES DE ANDAR POR CASA

POR LOS QUE NI CASA TIENEN...

Bajorrelieve de un martirio cristiano. Museo de las Catacumbas de Praetextatus.

¿Cuántas veceshe de perdonar?

No te hastíes de perdonarsiempre al que se arre-piente. Si no fueras tam-

bién tú deudor, podrías ser im-punemente un severo acreedor;pero si tienes un deudor, tú queeres también deudor y de quienno tiene deuda alguna, pon aten-ción a lo que haces.

Si te alegras cuando se te per-dona, teme el no perdonar por tuparte. ¡Cuánto hemos de temer,hermanos míos, si tenemos fe, sicreemos en el Evangelio, si nocreemos que el Señor es un men-tiroso! Temamos, prestemos aten-ción, tomemos precaución, per-donemos. ¿Pierdes acaso algo deaquello que perdonas? Otorgasperdón, no dinero...

Si te apena otorgar dinero alindigente, otorga el perdón aquien se arrepiente. ¿Qué pier-des, si lo das? Sé lo que pierdes,sé lo que dejas; lo veo, pero loabandonas para tu bien. Aban-donas la ira, la indignación, ale-jas de tu corazón el odio haciatu hermano. Si permanecen es-tas cosas donde están, ¿dóndeirás a parar tú? La ira, la indig-nación, el odio permanente, ¿quémal no harán en ti? Escucha laEscritura: Quien odia a su her-mano es un homicida. «Enton-ces, ¿he de perdonarle aun cuan-do peque contra mí siete vecesal día?» Perdónale. Lo mandóCristo.

No tengas miedo, que no teengaña. «Pero así —dirás— no

habrá corrección alguna; perma-necerá siempre impune cualquierpecado. Siempre agrada pecarcuando aquel que peca piensaque le vas a perdonar siempre».No es así. Esté en vela la correc-ción, pero no dormite la benevo-lencia. ¿Por qué juzgas que de-vuelves mal por mal cuando dasun correctivo al que peca? No

pienses así; devuelves bien pormal, y no obrarías bien si no lodieses. Eso sí, suaviza la correc-ción con la mansedumbre, perohaz la corrección. Una cosa es eli-minarla por negligencia y otrasuavizarla con la mansedumbre.Perdona y corrige.

San Agustín

/15el día del señorNº 36/14-IX-1996

Evangeliode mañana

XXIV DOMINGO

DEL TIEMPO ORDINARIOMateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercán-dose Pedro a Jesús, le

preguntó: —Si mi hermano me ofen-

de, ¿cuántas veces le tengoque perdonar? ¿Hasta sieteveces?Jesús le contestó:

—No te digo hasta sieteveces, sino hasta setenta ve-ces siete.

Y les propuso esta pará-bola: Se parece el Reino delos cielos a un rey que quisoajustar las cuentas con susempleados. Al empezar aajustarlas, le presentaron unoque debía diez mil talentos.Como no tenía con qué pa-gar, el señor mandó que lovendieran a él con su mujery sus hijos y todas sus pose-siones, y que pagara así. Elempleado, arrojándose a suspies, le suplicaba diciendo:«Ten paciencia conmigo, y telo pagaré todo». El señor tuvolástima de aquel empleado ylo dejó marchar, perdonán-dole la deuda. Pero, al salir,el empleado aquel encontróa uno de sus compañerosque le debía cien denarios, yagarrándolo lo estrangulabadiciendo: «Págame lo que medebes». El compañero le ro-gaba diciendo: «Ten pacienciaconmigo, y te lo pagaré». Pe-ro él se negó, y fue y lo metióen la cárcel hasta que pagaralo que debía. Sus compañe-ros, al ver lo ocurrido, queda-ron consternados y fueron acontarle a su señor todo lo su-cedido. Entonces el señor lollamó y le dijo: «Siervo mal-vado! Toda aquella deuda tela perdoné. ¿No debías tútambién tener compasión detu compañero, como yo tuvecompasión de ti?» Y el señorlo entregó a los verdugos has-ta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con voso-tros mi Padre del cielo si cadacual no perdona de corazón asu hermano.

Qué impacto debió producir aquel diálogo! Yala pregunta de Pedro introducía una novedad:

«¿Cuántas veces tengo que perdonar?» La amistadcon Jesús le había llevado más allá de su justicia decuentas rígidas que bloquean cualquier camino hu-mano. Aquel hombre había hecho emerger en él laposibilidad más humana: el perdón, única posiciónque permite que lo más querido («mi hermano»)no se pierda. Pero este ímpetu de bondad se topacon el límite: «¿hasta siete veces?» Bondad tristecuando se sabe que la fragilidad no se supera: con-ducción de la propia vida dominada por un temorde fondo. Como en Canadá, que con el carnet de

conducir te dan doce puntos y con cada infracciónte los van quitando. Y cada paso tuyo o de los tuyoste hace más incierto y tembloroso, incapaz de crearnada, exasperado.

«No te digo siete, sino hasta setenta veces sie-te». Es decir, ¡siempre! ¡Qué respiro!. El margen delcamino humano no es ya un precipicio, sino un abra-zo. La bondad impotente encuentra una raiz másviva y eficaz: este Tú humano en quien el Ser des-vela su nombre: Misericordia. Quien la acoge nosla hace presente.

Gonzalo Lapuente

¡SIEMPRE!

16/ raíces Nº 36/14-IX-1996

Este ya largo siglo de his-toria —aparte del valorpermanente que encie-rra—tiene el interésañadido de dar testi-

monio de la persecución religiosay, en concreto, de las penalidadessufridas por los jesuitas. La revo-lución de 1868, llamada La Glo-riosa, barrió todas las escuelas ycolegios de los jesuitas y buenaparte de sus miembros fueroncondenados al exilio, lo que, le-jos de derrumbar los ánimos, lesmotivó para hacer realidad unode sus más ambiciosos proyectos:la fundación de una Universidadcatólica. Así fue como, en 1886,nació Deusto, inspirada en losideales cristianos y con el firmeconvencimiento de que la forma-ción integral de la persona primasobre su especialización profe-sional e intelectual. Y así fue co-mo Bilbao, un incipiente foco deindustria, se convirtió también enun importante centro de cultura...Hasta la llegada de la SegundaRepública. En 1932, el GobiernoAzaña disolvió, por decreto, laCompañía de Jesús y expropió to-

Muy pronto, una nueva generación de jóvenes comenzará las clases en la

Universidad de Deusto. Un curso más... y con éste, van ciento diez años

grabados en las aulas, pasillos, biblioteca. Y un rico patrimonio de vi-

vencias que, de pleno derecho, forma ya parte de la mejor historia del

País Vasco, de España entera.

Deusto: más de

/17raícesNº 36/14-IX-1996

das sus propiedades, aunque lasclases continuaron en la Acade-mia Vizcaína de Cultura. Des-pués, durante la guerra civil,Deusto corrió la misma desgra-cia que tantas otras Universida-des y se vio convertida en trin-chera. Tras la toma de Bilbao, fuecampo de concentración, hospi-tal y centro de distribución de ali-mentos.

Sapientia Melior Auro —la sa-biduría vale más que el oro— esel lema del escudo de esta Uni-versidad benemérita, testigo ac-tivo de la historia reciente de Es-paña: las dos Repúblicas, la Res-tauración, los profundos cambiossociales vividos en la década delos 60, la explosión del alumna-do y la incorporación femeninaa la vida universitaria; ha forma-do a muchas e importantes per-sonalidades de nuestro tiempo:a políticos como Agustín Rodrí-guez Sahagún, dirigente de UCDy después alcalde de Madrid, afinancieros y hombres de nego-cios, como Emilio Botín y EmilioYbarra, y a una interminable lis-ta de españoles.

Estos 110 años de Deusto nohan pasado en balde. Y, lo que esmás importante, el espíritu quemovió a sus fundadores sigueaún hoy vivo y con fuerza, adap-tándose a los nuevos tiempos ybuscando soluciones a los retosque se le plantean al hombre dehoy. Y de mañana.

e un siglo de servicio

La antigua Biblioteca de la Universidad deDeusto sigue convocando hoy las esperan-zas y las expectativas mejores. La ya másque centenaria Universidad es obligado pun-to de referencia, lo mismo bajo las nievesinvernales que bajo el sol de traineras. Enlos jardines, en el Campus de San Sebas-tián y en el bosque trasero de la Universi-dad se hace a diario realidad el lema de suescudo: «La sabiduría vale más que el oro».

El reto que se plantea a los cristianos esimportante. Lo ha dicho el Papa, en sumensaje para la Jornada Mundial del

inmigrante y del refugiado 1997: «La fe obrapor medio de la caridad».

No es el único ni el primer men-saje de Juan Pablo II en este sentido.Hace tiempo quiso dejar claro que elemigrante no lo es por gusto, que «eltrabajador tiene derecho a abandonarsu propio país en búsqueda de mejorescondiciones de vida» y que «las nacio-nes más prósperas tienen el deber deacoger, en cuanto sea posible, al ex-tranjero que busca la seguridad y losmedios de vida que no puede encon-trar en su país de origen».

No obstante, la Iglesia es realista. Jo-sé Magaña, director del departamentode Migraciones de la Conferencia Epis-copal, es consciente de que un mundosin fronteras es, hoy por hoy, una utopía.Pero no por ello quedan exentos los ca-tólicos de responsabilidades. «Como cris-tiano —dice Magaña—, la persona quetengo delante de mí es mi hermano y, sisufre, no me puedo quedar cruzado de bra-zos. Otra cosa es la actitud que debemosadoptar ante el fenómeno de la inmigra-ción. Éste es un tema mucho más complejoy no podemos más que obrar como nos dic-te en cada momento nuestra conciencia ytrabajar poco a poco por un mundo más jus-to».

EL VERDADERO PROBLEMA

La solución, según Magaña, pasa por unacooperación al desarrollo con los países po-bres. «Pero claro, eso, sencillamente, no inte-resa, porque hay una cosa clara: si el TercerMundo se desarrollara, no habría en la Tie-rra recursos suficientes para todos y el Pri-mer Mundo no está dispuesto a reducir sunivel de vida». Además hay un hecho no me-nos importante: la economía occidental, lasgrandes multinacionales, extraen las mate-rias primas de países poco industrializados

para, en muchos casos, vendérselas despuésya manufacturadas y con un precio diez vecesmás caro. Se crea un círculo vicioso del

que no parece haber escapatoria en el quepueblos con una inmensa riqueza natural nopueden aprovechar sus propios recursos sino es con la tecnología de los países avanza-dos. Y gracias a esa dependencia, se sustentanlos «Estados del bienestar», no sólo en lo querespecta a las materias primas, sino tambiéna la mano de obra. «Es falso decir que los in-migrantes nos quitan los puestos de trabajo.Se quedan con lo que los nacionales no quie-ren, con trabajos duros y mal pagados. Pero es

que, si no lo hicieran, se desmoronaría el sis-tema económico tal como lo tenemos monta-

do. Y por eso hay redes mafiosas que hacengrandes negocios trayéndolos. Ésta es laparte que siempre se calla». Otro aspecto a tener en cuenta es la demo-

grafía. Mientras la población del «norte»envejece y disminuye, en el sur ocurre todolo contrario, pero a la vez se estanca en supropia pobreza. Es lo que los economistasconocen como el «efecto Mateo»: «Al quetiene, se le dará. Al que no tiene, se le qui-tará incluso aquello poco que tenga». Poreso, las políticas restrictivas, dice José Ma-gaña, conducen más bien a poco. «Tardeo temprano, eso tendrá que estallar, por-que no se puede contener con bayonetasa millones de hombres jóvenes que vie-nen escapando del hambre».

LA POSTURA DE LOS OBISPOS

La Iglesia española celebra el próximo29 de septiembre el Día de las Migra-ciones. Este año, los obispos quierenllamar la atención sobre la situaciónde los «sin papeles». De ahí el eslogan«Aquí indocumentados, pero son per-sonas». La cosa es bien clara. La Con-ferencia Episcopal no cuestiona —sibien piensa que se podría actuar conmayor generosidad—, la soberaníade los Estados para imponer restric-ciones al flujo de migraciones, perouna vez que la persona ha llegado aEspaña, deben primar los derechoshumanos frente a los civiles.

Además, se pretende potencia y mejorar lalabor que desarrollan grupos como Cáritas enfavor de los inmigrantes. El gran reto es que laIglesia, no sólo tenga centros de acogida, si-no que sea ella misma acogedora, que los quevienen de fuera encuentren su sitio natural enlas comunidades en las que se han instalado,porque, como ha dicho el Papa, «la Iglesia esuna y no conoce de nacionalidades».

Ricardo Benjumea

18/ mundo Nº 36/14-IX-1996

NO PODEMOS LAVARNOS LAS MANOS ANTE EL PROBLEMA DE LA INMIGRACIÓN

«Aquí, indocumentados;pero son personas»

La pobreza, la guerra, el hambre... Estos, no lo olvidemos, son los verdaderos problemas detrás de la inmigración. El que este añohayan intentado cruzar el Estrecho 1.500 «ilegales» es sólo mera anécdota o, como ya se le ha empezado a llamar, «la punta deliceberg». Porque si hoy son 1.500, mañana serán 3.000 más. Y, para dentro de 30 años, la ONU calcula que el Tercer Mundodoblará su población y su miseria, ante un Occidente impávido e incluso cómplice, con tal de poder mantener su tren de vida.Son temas sobre los que volveremos muy pronto, coincidiendo con la celebración del Día de las Migraciones el próximo 29 de

septiembre, pero que recientes acontecimientos ponen de triste y urgente actualidad

Cartel del próximo «Día de las migraciones»

Los 103 inmigrantes proce-dentes de diversos paísesafricanos, que este verano

fueron repatriados, se esforzabanpor salir de entornos en los queel hambre, la violencia, la perse-cución política, el miedo –moti-vos de los que este opulento Oc-cidente es responsable– hacen dela vida un sufriente y doliente ca-mino. En el esfuerzo por salir deesa situación, se encontraban enun país como España, considera-do como un Estado social y de-mocrático, en el cual sufrirían,una vez más, la violación de unosderechos que, por ser personas,les corresponde y que, por estaren territorio español, pueden serexigidos legalmente. En este par-ticular asunto, se comprueba, nosólo la falta de sensibilidad anteestas situaciones de las que todossomos responsables, sino tam-bién la falta de escrúpulos conque se vulneran las garantíasconstitucionales en determinadassituaciones.

Estas personas, de doce na-cionalidades diferentes, fuerondrogadas con somníferos, con-traviniendo toda legalidad, fue-ron tratadas de forma conjuntasin atender a las peculiares cir-cunstancias de cada uno y fueronfinalmente expulsadas a tres pa-íses que no eran los de su proce-dencia y que no ofrecían las mí-nimas garantías legales. Estoshermanos, en su huída de miseriay la hambruna, han comprobadola «sensibilidad» occidental antesu situación y han quedado peor parados, pues luchaban porsu dignidad alejándose de su tie-rra y sólo han conseguido esto se-gundo.

Tampoco ha sido época dedescanso el verano para los cien-tos de inmigrantes que han in-tentado pasar nuestras fronteras,especialmente los magrebíes, porel Estrecho de Gibraltar. Es habi-tual por estas fechas el intentode atravesarlo en todo tipo deembarcaciones. Conociendo los

precios que se pagan a los balse-ros y las condiciones del viaje enel cual se están jugando la vida,no resulta muy aventurado adi-vinar el grado de desesperanzaque tienen muchas de esas per-sonas.

Este año, en particular puedehaber sido de más movimientodebido a las noticias interesadasacerca del nuevo proceso de re-gularización, cuyo plazo concluíael 23 de Agosto pasado. El asun-to es que desde diversas organi-

zaciones y medios se ha intenta-do aclarar en todo momento queésta era una regularización par-cial, pues sólo iba dirigida a per-sonas que ya hubieran tenido conanterioridad el permiso de resi-dencia y que, en todo caso, estu-vieran en España antes del 1 deEnero de 1996. Pese a estos es-fuerzos por aclararlo, ha habidopersonas sin escrúpulos dis-puestas a sacar provecho de la si-tuación que han intentado, y enalgunos casos logrado, engañar

a personas que no cumplían losrequisitos. Este hecho, junto alelevado número de extranjerosque no han podido acceder a laregularización, hace necesaria laflexibilización de las condicionesexigidas a los extranjeros en unnuevo proceso que no debiera de-morarse.

Es importante tomar concien-cia de una situación como la dela inmigración que, si bien por sunúmero actual en España aún nopuede ser considerada escanda-losa, sí en cambio, si atendemos ala cada vez más dramática situa-ción de los países del tercer mun-do. La solución pasa por el cam-bio de las políticas económi-cos–comerciales desde Occidente,y por una mejor comprensión ysensibilización nuestra haciaellos, empezando por los que yaestán aquí con nosotros.

José Ignacio Arsuaga

/19mundoNº 36/14-IX-1996

El verano no ha sido época de descanso y paz para todos. Sólo nos hace falta pensar en la cantidad de seres humanos que sufrenlas consecuencias de las injusticias humanas. Hay personas, entre esta gente, que aún encuentran fuerzas para intentar lucharpara que su dignidad humana sea respetada. Los inmigrantes africanos, de triste actualidad este verano, son muestra de ello.

103 AFRICANOS FUERON REPATRIADOS ESTE VERANO

Desesperanza de los emigrantes

«ES NECESARIA LA FLEXIBILIZACIÓN DE LAS CONDICIONES

EXIGIDAS A LOS EXTRANJEROS, EN UN NUEVO PROCESO

QUE NO DEBIERA DEMORARSE»

La paz se ve cada día máscerca en Kosovo, la regiónde mayoría albanesa, en

Serbia, enfrentada desde 1989 alGobierno nacionalista de Milose-vic. Y sin la intervención de laONU, la OTAN ni de los todopo-derosos Estados Unidos. Una pe-queña comunidad católica italia-na, «San Egidio», ha hecho posi-ble un primer acuerdo que, porlo pronto, permitirá a medio mi-llón de niños volver a las escue-las. Ha sido un proceso largo ycomplicado, «sobre todo —cuen-ta una portavoz del grupo en Ma-drid—, porque Milosevic no tran-sigía, forzado en gran medida porlas circunstancias y las grandespresiones que le obligaban aadoptar el papel de “hombre du-ro”». Hicieron falta dos años dearduas negociaciones, plantes yviajes infructosos, o sea, muchapaciencia. «Pero la voluntad lopuede todo», viene a ser la mora-leja. «Es curioso. Nos desayuná-bamos todas las mañanas con no-

ticias de la guerra en los Balcanes,como todo el mundo, con una ho-rrible sensación de impotencia. Y,sin embargo, podemos influir enlos grandes acontecimientos. Lareceta es así de sencilla: fomentarla amistad entre las personas».

«San Egidio» venía desde ha-ce tiempo realizando labores de

carácter humanitario en Albania,un país sin apenas industria, don-de los niños mueren por algo tansimple como un constipado. Lostrabajos se extendieron a Koso-vo. Acababa de empezar el con-flicto en los Balcanes y Belgradosuprimía unilateralmente la au-tonomía de la región, que ame-

nazaba ahora con la indepen-diencia. Y así pasó la guerra. Losacuerdos de Dayton dejaban lascosas relativamente en calma en-tre Yugoslavia (Serbia y Monte-negro) y Croacia y Bosnia. Perola tensión en Kosovo podía esta-llar en cualquier momento e in-cluso incolucrar a la vecina Al-bania. Lo hubiera hecho, muyprobablemente, de no mediar lacomunidad de San Egidio. Estegrupo, en realidad, se limitó aaportar algo tan simple —y a lavez tan complicado— como unavisión optimista, católica, delhombre. Y es que incluso Milo-sevic, el malo de la película en losBalcanes, superado tan sólo porKaradjic y el general Mladic, pue-de ser una persona de lo másagradable si se le sabe ver detrásde la máscara del poder. Desdeluego, para quienes han interve-nido en la mediación, se ha con-vertido en un amigo. Sin esaamistad, nada de lo conseguidohubiera sido posible.

20/ mundo Nº 36/14-IX-1996

GRACIAS A LA EFICAZ COLABORACIÓN DE LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO

La vuelta al cole en Kosovo,primer paso hacia la paz

El Meeting de Rímini para la amistad en-tre los pueblos, celebrado, en su deci-

moséptima edición, del 18 al 24 de agosto,superó todos los récords de participación:700.000 personas: un 25% más que el añopasado.

El título, Se levantó un viento impetuosodel Este y, seguros de su guía, navegaron

hasta los fines de la tierra, pretendía des-cribir la aventura humana que arranca conel Hecho cristiano. Este hecho se imponea lo largo de la historia, suscitando en tor-no a sí preguntas de una extraordinaria re-levancia también para nuestro presente.Sobre estas preguntas ponía el acento ellargo mensaje de Juan Pablo II al Meeting:«Cristo, vino para traer su historia de amory ha prometido estar con nosotros hastael final de los tiempos. Sólo el descubri-miento de Cristo como único salvador pue-de dar razón al modo de vivir de los cre-yentes. No podéis olvidaros de ayudar almundo de hoy, cultivando aquella caracte-rística tensión espiritual que lleva a los par-ticipantes a escuchar con atención las tra-diciones religiosas y culturales, de las cua-

les es portador el Evangelio, para sacar unincentivo siempre nuevo en la profundiza-ción de la verdad. El testimonio de los par-ticipantes contribuirá a hacer de éste untiempo de preparación para el Jubileo delaño 2000, portando frutos de conversiónpara todo el pueblo cristiano».

El Meeting de este año ha repropuesto elhorizonte cristiano como espacio en el quepueden confrontarse culturas y experien-cias, como testimonio. Fue muy importantela apertura del público a la relación entrecristianismo y judaísmo, subrayado por lasintervenciones del arzobispo de Viena, mon-señor Christoph Schönborn, y del rabino deJerusalén, David Rosen.

C.M.

XVII EDICIÓN DEL MEETING PARA LA AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS

UNA AVENTURA QUE ARRANCA

DEL HECHO CRISTIANO

Estos niños serbios ya podrán ir al colegio.

El arzobispo de Popayán, monseñor AlbertoGiraldo, es Presidente de la Conferencia epis-copal colombiana. En esta entrevista explica la

campaña que ha comenzado la Iglesia católica con-tra la droga y la corrupción pública, así como lasnuevas dificultades que experimenta el proceso depacificación nacional.

Monseñor Giraldo, ¿la droga y la guerrilla si-guen siendo las primeras emergencias de Colom-bia?

En estos momentos, estamos particularmentepreocupados por la paz. Cada día se convierte en unreto, pues está amenazada tanto por el narcotráficocomo por la guerrilla. Son las señales de la «cultu-ra» de la muerte en nuestro país.

¿Qué desea hacer la Iglesia en Colombia?Lo mismo que nos ha dicho Juan Pablo II: mo-

vilizar las conciencias. No se trata de una movili-zación revolucionaria, como la entiende la gente, ode una resistencia civil, sino de un camino de con-versión. En el documento que los obispos hemosescrito sobre este argumento, hemos citado a sanPablo en la «Carta a los Romanos» que nos hablade un cambio de mentalidad. Nos dice: cambia tumanera de pensar para que cambie tu manera devivir. Nuestra propuesta de reconciliación es dife-rente a la propuesta por el Presidente de la Repú-blica. Él también ha hablado de «reconciliación»,pero la verdadera reconciliación no es sólo econó-mica y política. Es una reconciliación que ha de co-menzar en el corazón.

¿Parecería que ustedes y los políticos hablanidiomas diferentes?

Sí, en Colombia, cuando se habla de paz, es difícilcomprenderse. He tenido muchas reuniones conelementos de la guerrilla y también ellos me hablande paz y solidaridad, pero el lenguaje no es el mis-mo.

¿Y usted qué ha dicho?Que no puede ser una paz auténtica la que se

alcanza con las armas. No se puede hablar de pazcuando se apunta con una metralleta y se ofrece es-ta opción: «o cambias o te mato».

Ustedes, los obispos, están preparando un do-cumento sobre el narcotráfico; ¿qué es lo que di-rán?

Nuestra reflexión es muy sencilla. A la «mula»,aquella persona que se ve obligada a llevar la dro-ga por las condiciones de vida desesperadas en lasque vive, si es apresada por la policía en el extran-jero, le dejan pudrirse en la cárcel durante unas dé-cadas. Asume este riesgo por ganarse unas dos-

cientas o trescientas mil pesetas. Mientras que elverdadero autor del delito, sigue tan tranquilo enColombia, gana mucho dinero y no corre riesgos.No se trata, por tanto, simplemente del mercadode muerte, porque la droga es muerte, sino tam-bién de una verdadera injusticia que clama al cielo.

¿Y contra la guerrilla?Ya no se puede hablar sólo de guerrilla, sino tam-

bién de grupos paramilitares y de delincuencia co-mún. Todos estos elementos son explosivos. En laEvangelium vitae, tenemos marcada la línea de com-portamiento. El fenómeno colombiano ya había si-do analizado por el Papa hace diez años con estostérminos: «¿Qué significa combatir contra la gue-rrilla? En la práctica se trata de hombres que ma-tan a otros hombres», dijo.

¿No teme con estas condenas la Iglesia atraer-se la enemistad de las autoridades estatales?

Nosotros tenemos que predicar el Evangelio enplena libertad. Hay un texto en los Hechos de losApóstoles que es muy claro.Dice que hay que obe-decer a Dios antes que a los hombres, y san Pablonos dice que si queremos ganarnos el favor de loshombres no lograremos ser siervos de Cristo.

Alfa y Omega

/21mundoNº 36/14-IX-1996

HABLA EL PAPA

NECESIDADES

DEL CORAZÓN

Entre las señales de espe-ranza de nuestro tiempo,

tan rico de luces y sombras, seencuentra ciertamente una re-novada exigencia de espiri-tualidad, que se abre caminoa pesar del galopante procesode secularización.

El hombre se da cuenta deque la ciencia, la técnica, el

bienestar económico no le bas-tan. Los bienes producidospor la civilización industrialpueden hacer la vida más có-moda, pero no logran satisfa-cer las necesidades del cora-zón. La televisión y la infor-mática nos traen, en ciertosentido, el mundo a casa, perono por ello nos aseguran laprofundidad y la serenidad delas relaciones humanas.

No son pocos los que ex-perimentan una necesidad ur-gente de regresar a las raíces,un deseo íntimo de silencio,de contemplación, de búsque-da de lo absoluto. Entre tan-tas palabras, en muchas oca-siones equívocas o vacías, sebusca una palabra de vida.

El cristianismo ofrece des-de siempre una respuesta. Enesta ocasión quiero poner enevidencia la aportación queproviene del cristianismooriental, cuya espiritualidadmerece ser mejor conocida.

Los Padres de Oriente par-ten de la conciencia de que elauténtico compromiso espiri-tual no se reduce a un en-cuentro consigo mismo, o auna simple recuperación de lainterioridad, sino que ha deser un camino de escucha dó-cil del Espíritu de Dios.

(21-7-96)

EMERGENCIA EN COLOMBIA ANTE LA DROGA Y LA GUERRILLA

La paz auténtica no selogra con las armas

La visita del Papa al país conel mayor número de suici-dios del mundo ha tenido

un objetivo evidente: dar al pue-blo huérfano una bocanada deoptimismo. La tierra de los ma-giares, quizá como ninguna otradel Este de Europa –a excepción,claro está de Rusia–, ha sufridoel trauma psicológico de la re-conversión del modelo socialis-ta a la dura competencia del mer-cado. Juan Pablo II no ha oculta-do las dificultades: en los pueblosde Europa del Este «por desgra-cia, el optimismo ligado a la caídahistórica de las ideologías ha du-rado muy poco». Y de este mo-do: «ha vivido un período ator-mentado que, también en Hun-gría, continúa marcando laexistencia de todos». El Papa haaludido a los problemas sociales:«el paro persistente, la falta deseguridad general, el laxismo ga-lopante, los excesos del capitalis-mo salvaje, con sus consiguien-tes fenómenos de banalizaciónmoral».

Dentro de la Iglesia húngaratampoco han faltado las desilu-siones: «Los cristianos se han en-

contrado desprevenidos ante lasnuevas posibilidades que ha

abierto la caída de la dictaduracomunista». En estos momentos

duele «la lentitud en el creci-miento de la práctica religiosa,las dificultades puestas a la res-titución de las instituciones do-centes pertenecientes a la Iglesia,la acción no siempre negativa delos medios de comunicación queproponen con frecuencia la ima-gen de un hombre y de un mo-delo de sociedad alejados delEvangelio».

FUERZAS DE FLAQUEZA

Ante este panorama que po-dría parecer desolador, el Papaha recordado los versos de unode sus poetas, Vorsmarty: «Enuna tal desgracia, después de unatal discordia, disminuida numé-ricamente, pero no destruida, es-ta nación vive en su tierra». Y deeste modo, penetrando en el pro-fundo subconsciente húngaroque celebra su décimo primer si-

22/ mundo Nº 36/14-IX-1996

JUAN PABLO II, EN HUNGRÍA

Un muro más alto de lo La segunda visita pastoral de Juan Pablo II a Hungría, país que vive un momento crucial de su historia —así lo atestiguan lasvisitas del Papa, de los Reyes de España, o el primer Congreso mundial de santuarios y peregrinaciones que allí se celebra—

demuestra el altísimo interés con que la Santa Sede y la Iglesia Católica siguen el proceso histórico del pueblo magiar.

Una vez más estalló la «tormenta» en torno ala salud del Papa. El «vaticanista» de Fran-

ce Press atribuyó al Papa, durante su últimoviaje a Hungría, un malestar, al ver que des-pués de haber iniciado el discurso, Juan PabloII pasó los papeles al secretario de la Confe-rencia episcopal húngara. Como es de imagi-nar, el despacho de la agencia cayó en las re-dacciones como una alarma. Al final todo elmundo se tranquilizó al constatar que, como yahabía sucedido en Hungría hacía cinco años,o en Corea, Japón y Eslovenia, aquellos paí-ses cuyo idioma no domina el Papa –y hay quereconocer que son pocos– algún prelado conti-nua con la lectura de los textos.

Hay que reconocer que el Papa que ha visi-tado Hungría no se encontraba en plena forma.

Los problemas intestinales que le habían afec-tado tanto en marzo como en agosto pasado,no parecen solucionados. El portavoz papal haconfirmado que la causa de la infección viral to-davía se desconoce. Por este motivo ha sidotratada con antibióticos que le causan un can-sancio evidente.

De este modo, el encuentro del Papa conreligiosos ancianos y enfermos tuvo una car-ga altamente emotiva. El texto que había pre-parado cobró un vigor inaudito: «La enfermedades una condición ambivalente: por una parte,al provocar impedimentos a la persona, la llevaa experimentar sus propios límites y su propiafragilidad; por otra, al ponerla en contacto másdirecto con la Cruz de Cristo, la enriquece y leofrece nuevas posibilidades».

UN PAPA SUFRIDO

El Presidente de Hungría, junto al Papa.

glo de vida, el Papa ha tratado debuscar fuerzas en la flaqueza:«Ahora es el momento de perse-verar en el bien», con la «leal co-laboración» de todos para alcan-

zar el bien común». En este sen-tido, Juan Pablo II espera muchode los cristianos húngaros. Lesha rememorado que en estos mo-mentos en los que se han abierto

nuevos espacios en la participa-ción de la vida pública nadie pue-de eximirse de sus responsabili-dades.

Así ha recor-dado a los laicos«que su campode acción propioen la actividadevangelizadorase encuentra enel amplio y com-plicado mundode la política, delas realidadessociales, de laeconomía, de losinstrumentos dela comunicaciónsocial, de lasciencias y de lasartes, de la vida internacional».A los obispos les ha subrayadolos indiscutibles logros de estos

últimos años en la reorganizaciónde la vida eclesial, que ha pre-senciado el renacimiento de las

Congregacionesreligiosas, laconfiguraciónde grupos yasociaciones, elrelanzamientode Cáritas; y lesha pedido uncompromisoapasionado pa-ra restaurar laesperanza: «Nodejéis que la so-lidaridad y sen-tido de respon-sabilidad paracon el prójimosean anulados

por el individualismo y el egoís-mo. En una sociedad que trata deolvidar los valores, los cristianosestán llamados a promover lasensibilidad por el bien común,oponiéndose a aquellos que, es-clavos de la búsqueda de su pro-pio interés, olvidan el sufrimien-to de los pobres y el deber deconstruir una sociedad justa yacogedora. Es necesario conjugarconstantemente el crecimientoeconómico con la solidaridad so-cial, la libertad con el espíritu deservicio, los derechos individua-les con el bien de todos».

Juan Pablo II no ha hecho másque repetir en húngaro –una len-gua que por cierto no domina– el«¡No tengáis miedo!», que desdeel inicio de su pontificado no ce-sa de recordar.

Jesús Colina. Roma

/23mundoNº 36/14-IX-1996

previsto

Sarajevo tendrá que espe-rar. Joaquín Navarro Valls,

portavoz del Papa, ha excluidola posibilidad de que el espe-radísimo viaje de Juan Pablo IIa la capital bosnia tenga lugareste año.

Para el 97 ya existen cua-tro viajes internacionales enla agenda papal. Para abrilestá programado Praga, visi-ta que desea celebrar el mi-lenio del martirio de san Adal-berto. Más tarde, Juan PabloII volverá a la Polonia del

post-Walesa para realizar unalarga visita –quizá de ochodías–, aprovechando la cele-bración del Congreso euca-rístico. En agosto, el Papaviajará a París para encon-trarse con los jóvenes de todoel mundo. Para otoño, está enprograma el viaje a Brasil pa-ra la celebración de la Jorna-da mundial de la Familia y, se-gún palabras del mismo Na-varro, «quizá alguna otraetapa a Sudamérica que to-davía está por definir».

SARAJEVO, ¿SERÁ EN EL 97?

«JUAN PABLO II NO HA

HECHO MÁS QUE REPETIR

EN HÚNGARO –UNA

LENGUA QUE POR CIERTO

NO DOMINA– EL «¡NO

TENGÁIS MIEDO!», QUE DESDE EL INICIO

DE SU PONTIFICADO NO

CESA DE RECORDAR.»

Hungría

Población 10,7 millonesCatólicos 6,7 millonesParroquias 2.152Sacerdotes 2.847Total católicos 65%

24/ mundo Nº 36/14-IX-1996

En los días 6 y 7 de este mes,el Santo Padre Juan PabloII, ha efectuado su segunda

visita a Hungría. La primera fueen 1991, poco después del grancambio acaecido en los países dela Europa medio oriental comoconsecuencia de la caída del sis-tema comunista en la Unión So-viética que abrió las puertas haciaun cambio del sistema que el co-munismo soviético había im-puesto hasta entonces. Fue unmomento de euforia, todos esta-ban llenos de esperanza por unfuturo más humano bajo todoslos aspectos, después de cuaren-ta años del brutal sistema comu-nista. Todo el país, no sólo los ca-tólicos, miraba al Santo Padre co-mo a uno de los más eficientescausantes del cambio y lo salu-daban con entusiasmo. Aquelloscinco días quedan ciertamenteimborrables en la memoria de to-dos los que seguían los pasos delPapa a través de la radio y la te-levisión, y en aquellas multitu-des que asistieron a las diversascelebraciones pontificias.

ESPERANZAS INCUMPLIDAS

Las grandes esperanzas que-daron incumplidas. La euforia seapagó. Tras el optimismo vino laresignación, el dinamismo de lasiniciativas desapareció. La situa-ción económica y social de la po-blación, después de un inicio es-peranzado, llegó a ser cada vezmás difícil. Hoy reina en el paísun difuso sentimiento de deses-peración causado por la inflación,el paro, la escasez de vivienda,de asistencia sanitaria y, sobre to-do, por la incertidumbre de unasalida de la situación actual. Noha habido tampoco un vigorosorenacer de la vida religiosa; pre-ocupa el altísimo número de di-vorcios, abortos y suicidios; fal-tan vocaciones para un clero en-vejecido, y la Iglesia recupera congrandes dificultades, una peque-ña parte de sus instituciones se-cularizadas por el régimen pre-cedente. Después de las últimaselecciones, la orientación del Go-

bierno de coalición entre socia-listas, comunistas y liberales esmuy poco favorable a la promo-ción de la vida de la Iglesia. Anteel estado de áni-mo tan deprimi-do de la nación,era muy impor-tante y oportunauna segunda vi-sita del Papa.

El primer mo-tivo de su visitaera la celebracióndel Milenio de laArchiabadía Be-nedictina de Pan-nonhalma. El Pa-pa puso de relieve los grandesméritos de la abadía para la vidareligiosa y cultural del país a lolargo de su historia. Textualmen-te dijo: Es el amor de Cristo, el Amorcrucificado y resucitado, el que reinóen vuestra Abadía en el pasado y to-davía sigue reinando, está presenteen la contribución de cultura y de

civilización que ofrece vuestra Aba-día a la historia de la nación húnga-ra y de toda Europa. Por todo ello,damos gracias hoy, después de 1000

años, a la Provi-dencia divina. ElSanto Padreaprovechó su vi-sita para dirigir-se a la nación,especialmentedurante su es-tancia en Györ,donde celebró laSanta Misa. Ensu homilía, elPapa exhortó alos presentes a

no dejarse desalentar por las dificul-tades económicas y sociales: el de-sempleo, la pobreza de muchos, la ca-ída de los valores morales, y excla-mó: ¡Cristo es nuestra esperanza!¡Nunca estamos solos! Quiso re-cordar a los húngaros la expe-riencia del pasado: A pesar de todo,el noble pueblo húngaro ha perma-

necido fiel porque en los momentosdecisivos, incluso en medio de lasmayores tragedias, ha logrado reno-varse en la adhesión a la fe y en lapráctica de la vida cristiana.

RENOVADA GENEROSIDAD

Con insistencia se dirigió a losnumerosos jóvenes presentes ala-bándolos por la frescura de vuestroentusiasmo y por la generosa apor-tación a la vida de la Iglesia en vues-tra patria. A los Obispos habló dela formación cristiana, de la de-fensa de la vida, de la familia yde la pérdida del sentido del pe-cado. Urge un renovado empeñoen la pastoral vocacional ante el es-caso número de sacerdotes y dereligiosos. Al mismo tiempo, es in-dispensable recurrir a la aportaciónde laicos seriamente formados y lle-nos de celo apostólico. A pesar deque hubo algunos signos de re-nacimiento ya antes de 1989, elPapa prosiguió: No han faltado lasdecepciones: pesa la lentitud en lavuelta a la práctica religiosa, las di-ficultades surgidas en la restituciónde las instituciones docentes de laIglesia, la acción, no siempre positi-va, de los medios de comunicaciónsocial que, a menudo, proponen unaimagen del hombre y un modelo desociedad lejanos al Evangelio.

Juan Pablo II afirmó con vigorque éste ¡es el momento de unir lasfuerzas con renovada generosidad!Creo que si las distintas catego-rías de la sociedad y de la Igle-sia, a las cuales el Santo Padre hadirigido su palabra y sus conse-jos, las han escuchado con cora-zón abierto y tratan de tenerlospresentes, esta segunda visita pa-pal en la que pone de relieve lasllagas de la sociedad y de la Igle-sia y, al mismo tiempo, da sabiosconsejos para un rebrote de la vi-da, habrá alcanzado su finalidady puede ser muy beneficiosa pa-ra Hungría. Ciertamente, por to-do ello, el Santo Padre mereceque toda una nación le esté pro-fundamente agradecida.

Lajos KadaNuncio Apostólico en España

EL ÚLTIMO VIAJE APÓSTOLICO DEL PAPA A HUNGRÍA

«Una visita muy beneficiosa»El Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Lajos Kada, nació en Hungría, el país que acaba de visitar Juan Pablo II. Tiene,

pues, doble interés este cualificadísimo comentario suyo sobre esta visita pastoral y apostólica.

ANTE EL DEPRIMIDO

ESTADO DE ÁNIMO

DE LA NACIÓN,ERA MUY IMPORTANTE

UNA SEGUNDA VISITA

DEL PAPA

/25desde la feNº 36/14-IX-1996

Hay una vida y hay una muerte. Pero séque todavía hay algo más. Y lo busco.Y quiero encontrarlo». Parece increí-

ble, pero son las palabras de Gabriele d`An-nunzio. ¿Y deberemos maravillarnos de queVittorio Gassman también está buscando «al-go más»?

«Ser actor —dice— es una fatiga estresan-te. Llegó un momento en que me di cuentade que la máquina estaba descargada. AlbertCamus decía que el cuerpo es un instrumen-to a través del cual pasan las historias del al-ma…

—Eso, el alma. ¿Es cierto que, como algún pe-riódico ha dicho, Vittorio Gassman está buscandoalgo más?

—Sí, hace tiempo que este pensamientome persigue. Es una persecución dulce y queda luz, aunque mis ideas no son del todo cla-ras. En materia de fe creo que ni siquiera lossantos han tenido siempre las ideas claras.Pero hay algo claro: nuestra aventura no con-cluye en este pequeño mundo. Envidio a losque tienen una fe profunda; a mí se me hacedifícil. Se me hace difícil dar una forma hu-mana a Dios. No me puedo imaginar el cuer-po del Omnipotente. Pero esto no es impor-tante. Importante es que muchas veces man-do un saludo al techo. Quizá sea una oración,

quizá sólo un gesto. Y me siento contento; medescubro dentro un saco de fragilidad, mesiento menos fuerte, pero querido. Siempreme he sentido un egoísta: ahora no tanto.Confío en que Dios es una persona muy ge-nerosa y creo que si Él no existiese sería deverdad un terrible monstruo.

Aquello que en el Salmo 90, el espíritu me-ridiano, es la llama de pasión, la crisis senti-mental del hombre en la plenitud de la ma-durez, se ha manifestado, en la guerra de tan-tas pasiones como el deseo de una pausa. Unapausa que espera algo más alto, en el misteriodel Infinito.

La edad, en el fondo, es un valor relativo.Me acuerdo de algo que una vez me dijo Er-mete Zacconi, abuelo de mi primera mujer:Eran años de guerra. Zacconi, con 85 años,entendía que yo, casándome con su nieta, ha-bía entrado en su familia. Y en su casa me ca-tequizaba. Un día me dijo: «Ven». Lo seguí,atónito, a otra habitación y allí, me recitó unmonólogo, de Edgar Allan Poe. Después, meintimó: «No hagas de Macbeth». Y recordan-do, probablemente, el fracaso del protago-nista de la famosa tragedia de Shakespeare,me dijo: «Los años pueden ayudarte a pen-sar más profundamente, a captar el signifi-cado de las cosas».

EL ACTOR ITALIANO VITTORIO GASSMAN HABLA SOBRE SU FE

«Busco sentido a mi vida»¿GASSMAN CONVERTIDO?

Se puede hablar de un Gassman conver-tido? El primero en rebelarse sería él.

Desde hace un año y medio que le conoz-co, continúa repitiéndome que no es unsan Pablo en un caballo». Éstas son las pa-labras del monje camaldulense que haconducido a Gassman al camino de la fe.

«Vino un sábado al monasterio de SanAntonio, en Roma. Allí, todos los sábadosdel año unas ochenta personas se reúnenpara leer y meditar sobre los textos bíbli-cos. Con él, hablamos como amigos. Notenía fe, pero buscaba sentido a su vida.Anduvimos dentro de la Palabra de Dios,buscando el sentido espiritual, aquello queda fuerza a la vida de cada uno. Le emo-cionaron las palabras. Pero allí, en el mo-nasterio, estaba en silencio. Nos escuchabahablando de la Palabra de Dios. No creoque en ese momento hubiera descubierto aDios, sino que descubrió que además dela palabra de hombre hay una Palabra Ab-soluta. No para pronunciarla, sino para es-cucharla.

El actor estaba profundamente depri-mido. Nosotros acogemos a la gente comoes, no pretendemos cambiarla. Si la palabrade Dios ayuda a mejorar su vida, estamoscontentos. En la noche de Pascua los mon-jes propusimos a Gassman leer la primeralectura de la Vigilia, la creación del mundo,en la iglesia de San Gregorio en el Celio.Fue impresionante su lectura. Se veía elinterés del hombre por buscar la fe en eltexto. Un hombre lleno de la Palabra. Qui-zá allí se dio la vuelta a la vida de Gass-man. Pero, repito, no se trata de una con-versión. Él transmitió en ese día que otraPalabra le emocionaba.

Gassman se ha hecho amigo del padreInocenzo, lo escucha los domingos hablarsobre la espiritualidad monacal y sobre la fe.«Tiene una montaña de dudas pero yo ledigo que quien no ha tenido dudas sobrela fe no es uno que cree, que si la fe fuesetodo evidencia, que si todas las cosas estu-vieran claras, no existiría la fe. Esto le haabierto el corazón. Ha nacido una amistadmuy sencilla, centrada en la profundidadde la Palabra de Dios, lo que el ama más enla vida. Cuando le conté que teníamos unareflexión sobre la resurrección de Jesús dijoque quería participar. LLegó y sintió la po-tencia del lugar: el bosque, el silencio. Esalguien que ama la vida.

Carlo María Peusa,Famiglia Cristiana

26/ la vida Nº 36/14-IX-1996

La pintura religiosa italiana y españo-la de los siglos de oro (XVI al XVIII),

expuesta en la catedral de Burgos du-rante todo el verano, hasta primeros deoctubre, ha concitado un auténtico alu-vión de visitantes y admiradores, hastael punto de que el éxito de la exposi-ción «Tesoros de la catedral de Bur-gos», está pidiendo que se amplíe elplazo de la muestra bajo las naves de laespléndida catedral castellana. Duran-te muchos años parte de los fondos,tanto pictóricos como escultóricos, deesta inigualable catedral, habían estadoalmacenados y medio arrinconados yperdidos. Ha sido una gran idea recu-perarlos: entre ellos hay admirablesobras de Pedro de Campaña, Sebas-tiano del Piombo, Fray Juan Rizi, Gre-gorio Martínez, Gianpetrino, Cerezo...Discípulos unos de Rafael, otros de Le-onardo y, en cualquier caso, auténticosmaestros de la pintura. El trascoro de lacatedral ofrece una valiosa colecciónde pintura barroca española, en totalmás de una treintena de obras de ex-cepcional calidad no sólo estética sinohistórica, cultural y sobre todo religio-sa. Merece sincero elogio la excelente

labor de restauración de pinturas, tantoen tabla como al fresco, así como la re-cuperación de la fantástica imagineríade la catedral burgalesa, por ejemplola de los retablos de la capilla del Con-destable.

Tesoros de la catedral de Burgos

Nuevo obispode Cuenca

Mañana reci-birá la con-

sagración epis-copal y tomaráposesión de ladiócesis en lacatedral con-quense, el nue-vo obispo mon-señor Ramón del Hoyo López. Para200.000 habitantes, cuenta con 331sacerdotes cuyo promedio de edadsupera los 51 años, con 17 religiososy 352 religiosas en 157 parroquias.Monseñor del Hoyo, burgalés de 55años y experto canonista que hastaahora era Vicario general de Burgos,sucede en Cuenca al benemérito mon-

señor JoséGuerra Cam-pos, que estemes cumple 76años, y que haregido la Iglesiade Cuenca des-de 1973. En1964, fue nom-brado por Pablo

VI, obispo auxiliar de Madrid-Alcalá.Entre 1966 y 1972 monseñor GuerraCampos fue el primer secretario ge-neral de la Conferencia Episcopal Es-pañola. En estos 23 años, monseñorGuerra ha servido con fidelidad al pue-blo de Dios en Cuenca, lo que le hagranjeado el respeto y el afecto de susfieles.

Don Alberione

El padre Al-berione,

fundador de lafamilia Paulina,puede alcanzarel honor de losaltares en fechapróxima. Estesacerdote italia-no, precursor del apostolado a travésde los medios de comunicación social,fue un hombre de gran clarividenciaque advirtió la necesidad ineludible enlos tiempos modernos de crear perió-dicos, revistas y libros, que llevaran a loshombres la palabra de Dios, para lareflexión y meditación personal y fami-liar, y todo ello con los medios, con elestilo y las técnicas de hoy.

En Roma y fuera deRoma empieza a

hablarse de la probabi-lidad de un nuevo con-sistorio cardenalicio pa-ra la creación de losnuevos cardenales quecompletarían el plenodel Colegio cardenali-cio. Se habla incluso delpróximo noviembre co-mo posible fecha. Co-mo es sabido, el máxi-mo de cardenales elec-tores del Papa en uneventual cónclave es de120, que deben tener menos de 80años. En este momento los cardenalesson 155, pero sólo 112 tienen menosde 80 años y el 2 de octubre los cumpleprecisamente el cardenal Angel Suquía,que fue arzobispo de Madrid. El si-guiente en cumplir los 80 años será elcardenal africano Zoungrana, pero yaen septiembre de 1997, y los cardena-les Brendan Daly y Luigi Poggi los cum-plen el 1 de octubre y el 25 de noviem-bre del 97.

En los seis consistorios de este pon-tificado (1979,1983, 1985, 1988, 1991 y1994) Juan Pablo II ha creado no me-nos de 14 cardenales en cada uno.

Actualmente son bastantes más losposibles cardenales (por su prestigiopersonal, por sus servicios a la Igle-sia, o por la importancia pastoral delas diócesis que rigen) que las vacan-tes existentes en el colegio cardenali-cio: hay varios Proprefectos de Con-gregaciones (Bovone, Castrillón, Me-dina), otros miembros de la Curia(Cheli, Cordes, Foley, Mejía...) y natu-ralmente están los arzobispos que ri-gen diócesis tan importantes como Ar-gel, Bogotá, Caracas, Ciudad de Méji-co, Génova, Madrid, Ouagadougou,Palermo, Quito, Viena; así como algu-nos nuncios.

¿Próximo consistorio cardenalicio?NOMBRES PROPIOS

/27la vidaNº 36/14-IX-1996

Leído este verano en una hoja parro-quial de una iglesia de barriada en

una ciudad del norte de España: «Si su sermón pasa de diez minutos,es un charlatán.Si el sermón es corto, no sabe qué de-cir.Si visita a sus fieles, da vueltas y no es-tá nunca en el despacho.Si está siempre en casa, no visita a lasfamilias.Si en el confesionario escucha a los pe-nitentes, se hace curioso e intermina-ble.

Si confiesa de prisa, no es capaz de es-cuchar.Si empieza la Misa con puntualidad, lle-va el reloj adelantado.Si se ratrasa un poco, hace perder eltiempo a todos.Si adorna la iglesia, hecha a perder eldinero inútilmente.Si no la cuida, deja que todo se malo-gre.Si es joven, le falta experiencia.Si es viejo, no se adapta a los tiempos...Si muere... ¡imposible encontrar quién losustituya!

¡Pobre cura...!

El padre Matos,destinadoa Murcia

El padre Ma-nuel Matos,

de la Compañíade Jesús, quehasta ahora es-taba al frente dela parroquia deSan Franciscode Borja, de Ma-drid, ha sidodestinado a Murcia como superior deaquella comunidad jesuítica.

Es ésta una buena ocasión paraagradecerle de veras su entrega y de-dicación al servicio de nuestra Iglesiadiocesana. Recordamos su trabajo alfrente de Cáritas, como delegado deMedios de Comunicación Social, co-mo profesor y director del Centro deEstudios Teológicos San Dámaso, ytantas otras tareas pastorales.

Quienes hacemos Alfa y Omega ledeseamos todo lo mejor en la nuevamisión que le ha sido encomendada,pidiendo al Señor que multiplique laalegría de su vida y la fecundidad desu ministerio. Por nuestra parte, no-sotros también nos encomendamosa sus oraciones.

Nuevo directorgeneral de los Operariosdiocesanos

En la recienteasamblea

general de laHermandad deSacerdotesOperarios Dio-cesanos, fueelegido directorgeneral para elsexenio 1996-

2002, don Angel Javier Pérez Cuello.La Hermandad es un Instituto secu-lar de derecho pontificio fundado en1973, en Tortosa, por el beato ManuelDomingo y Sol, y dedicado preferen-temente a la formación de todas lasvocaciones, especialmente las sa-cerdotales.

Se ve en el chiste unmapa de la región nor-

te que Umberto Bossiquiere convertir en naciónseparada de Italia, bajo elnombre de Padania, y seve a este curioso sujetoqueriendo acuñar su pro-pia moneda, su propio«euro», para presentarloen Europa... Y se ve aunos eurócratas desterni-llándose de risa y dicien-do: “Esto no es euro, sinoneuro”.

Bossi está dispuesto apasar el Rubicón. Anuncióa bombo y platillo que mañana era el grandía en que el líder de la Liga del Norteproclamará en Venecia la independen-cia de Padania. Esta zona, la más ricade Italia, iría desde Liguria a Friuli, deVentimiglia a Trieste, pasando por Pie-monte, Valle de Aosta, Lombardía, Tren-tino y Véneto. Unos días se para, en susexaltadas palabras, al sur de Parma;

otros —depende del humor con que sehaya levantado—, baja hasta Bolonia eincluso hasta Florencia. Total nada...

Es más un problema económico quepolítico. Menos mal que Europa, y tam-bién las más responsables cabezas deItalia, están tratando la situación con sen-satez y equilibrio, porque constituye unserio problema, que amplía y exacerbahasta límites difícilmente tolerables labrecha, vieja ya, entre el poderoso nortey el abandonado y subdesarrollado Mez-zogiorno, es decir el sur de Italia, al queel Norte acusa de desidia. Para Bossi,de Florencia para abajo no hay más quevagos y chupópteros que se quierenaprovechar del norte, y a los que su rim-bombante Parlamento del Norte les ne-garía obviamente el pan y la sal.

Es de esperar que toda ésta, a decirpoco, disparatada parafernalia, se quedeen folklore y poco más, y ojalá las aguasdel Po arrastren este invierno, de unavez por todas, los restos de algo que se-ría verdaderamente letal para Italia. To-davía se oyen por los pasillos de Bruse-las las carcajadas suscitadas por la peti-ción de adhesión de la Padania a laUnión Monetaria Europea, para el 1 deenero de 1999.

Una «secesión» folklórica NOMBRES PROPIOS

No era fácil la adaptaciónfílmica de Sostiene Perei-ra, la magnífica novela de

Antonio Tabucchi. El enorme éxi-to popular de la obra —una delas más redondas del escritor ita-liano— y la poliédrica y entraña-ble personalidad de su protago-nista convertían la empresa en undifícil desafío. Lo ha afrontadocon valentía el también italianoRoberto Faenza (Copkiller, Mio ca-ro Dottor Grasler, Jona che visse ne-lla balena), que ha contado con laayuda del propio Tabucchi en larevisión de los diálogos. Pero elresultado, aunque digno, no hacejusticia a la obra original.

La acción se desarrolla a lo lar-go del verano de 1938 en una Lis-boa agitada por la dictadura deSalazar e inquieta por la cercanaguerra civil española y la ascen-sión del fascismo italiano y delnazismo alemán. Esta atmósferaopresiva provocará una otoñalreconversión ético-política en Pe-reira (Marcello Mastroianni, enla foto), un maduro periodista,viudo, achacoso, ingenuo, desin-formado y acomodaticio, que di-rige la página literaria de un dia-rio lisboeta. El detonante de estecambio será su encuentro conMonteiro Rossi (Stefano Dionisi),un joven italiano, idealista y so-ñador, al que Pereira contrata pa-ra que redacte por anticipado lasnotas necrológicas de escritoresfamosos del momento. A travésde él, Pereira entrará en contac-to con un grupo clandestino dejóvenes revolucionarios que pocoa poco le irán implicando, a supesar, en la lucha contra la dicta-dura salazarista, hasta el puntode hacerle replantearse el senti-do entero de su vida.

Por un lado, Faenza muestracierta torpeza en su puesta en es-cena. Temeroso quizá de malo-grar la novela de Tabucchi, harespetado hasta su desarrollo na-rrativo en off, como si de un in-forme judicial se tratara. Esto ha-ce que la película resulte en ex-

ceso literaria, de modo que laspulcras imágenes son con fre-cuencia una simple ilustración vi-sual de los textos y diálogos.También el trabajo de los actoresse resiente un poco de este aca-

demicismo. Y es que, para queunos personajes de papel no re-sulten acartonados en su encar-nación en pantalla, hace falta ungran esfuerzo de traducción vi-sual de los múltiples matices dra-máticos que siempre ofrece unabuena novela.

Este defecto formal se agravaen lo que se refiere a los mensajesde fondo de la novela de Tabuc-chi. Ya el escritor italiano da ensu obra una visión algo tenden-ciosa y maniquea de la guerra ci-vil española, y en concreto de laposición de la Iglesia católica. Sinembargo, Tabucchi lograba guar-dar las formas gracias a un tonoamable y lleno de humanidad,que muestra con respeto las fuer-tes convicciones católicas de Pe-reira y su amor inquebrantable asu esposa muerta, con la que Pe-reira habla diariamente a travésde su retrato. Faenza, por el con-trario, tiende en exceso hacia la

caricatura, como se aprecia en losesperpénticos retratos que hacedel confesor de Pereira y del di-rector de su periódico, domina-dos por un apolillado y superfi-cial anticlericalismo. Más acep-table resulta su romántico alegatoa favor del compromiso político-social, especialmente de los pe-riodistas, que eleva el tono de laresolución de la trama, sin dudalo más logrado de la película.

En cualquier caso, la propiacalidad del argumento, su cuida-da ambientación, la belleza de lafotografía de Blasco Giurato y dela partitura de Ennio Morricone,y el buen hacer de Mastroianni yde algunos secundarios —sobretodo de Daniel Auteuil y Joaquimde Almeida— hacen que la pelí-cula se vea con interés, sobre todosi no se ha leído la novela de Ta-bucchi.

Jerónimo José Martín

28/ desde la fe Nº 36/14-IX-1996

CINE: SOSTIENE PEREIRA

Espléndida novela, discreta película

«FAENZA TIENDE

A LA CARICATURA, COMO SE APRECIA

EN LOS ESPERPÉNTICOS

RETRATOS QUE HACE

DEL CONFESOR DE PEREIRA

Y DEL DIRECTOR

DE SU PERIÓDICO,DOMINADOS

POR UN APOLILLADO

ANTICLERICALISMO»

Incrementar la calidad cultu-ral, educativa, psicológica, ética,deontológica, social y profesio-nal.

Compromiso formal en favorde unos medios de calidad.

Tratar de evitar que los niñossean instrumentalizados, mani-pulados, utilizados en la publici-dad destinada a ellos mismos oa las personas adultas.

Procurar que en los medios decomunicación no se acelere el de-sarrollo psíquico y emocional delniño, su capacidad de imagina-ción y de creatividad.

No «infantilizar» la vida del ni-ño, frenando el desarrollo de supropia personalidad, sino estimulary hacer un seguimiento de lo queha de ser un crecimiento ordenadodel niño en todos los sentidos.

Fomentar el respeto a los de-rechos humanos, la alegría, la es-

peranza, el juego, el valor de laamistad, la sinceridad... Mostrar,también, a aquellos otros niñosque sufren por la guerra, la vio-lencia o el hambre.

La televisión puede cooperaren la mejor formación y educa-ción del niño, pero nunca los pa-dres deben abdicar en ella el de-ber y la responsabilidad forma-tiva y educativa que lescorresponde.

Los padres de familia debenesforzarse por enseñar al niñootros medios, sistemas y méto-dos para la comunicación au-diovisual: visitas a museos, se-siones de teatro, visitas a par-ques naturales, a niñoshospitalizados...

No ver la televisión no debeconvertirse para el niño en un im-portante castigo. Los padres tam-bién deben aprender a ver la te-levisión con sus hijos y con losamigos de sus hijos.

El niño tiene legítimo e indis-cutible derecho a sentirse feliz élmismo, con sus padres, con sushermanos y amigos, nunca solo,única y exclusivamente engan-chado a un televisor.

Los padres de familia y educa-dores han de tener un plan desti-nado a conducir la relación de losniños con los medios de comuni-cación porque cuando su plan noexiste, serán los hijos quienes loimpongan. Deben hacer com-prender a los niños que la televi-sión no es imprescindible.

La virtud del ejemplo resulta aveces una terapia eficaz. Si algu-nos padres de familia ven muchatelevisión ¿con qué criterio van aevitar que los hijos vean indiscri-minadamente aquellos progra-mas de televisión que les afectannegativamente?

La televisión no puede olvidarsu papel formativo. El mérito es-tá en saber hacer propio entrete-nimiento algo verdaderamenteútil y necesario.

No podrá ser insertada publi-cidad o anuncios susceptibles deatentar contra la integridad moraly psíquica de niños. Urgen orga-nismos encargados de clasificarel contenido de las emisiones detelevisión ante su difusión, conel fin de proteger a los menoresdel exceso de violencia o de es-cenas de pornografía. Todos lostelevisores del futuro estarán do-tados de un dispositivo técnicopara vetar programas. Todos losprogramas deberán ser codifica-dos según su grado de ruido, conel fin de permitir a los padres ele-gir las emisiones que sus hijospuedan ver.

/29desde la feNº 36/14-IX-1996

TELEVISIÓN

Código ético parala televisión infantil

Andrés Romero Rubio, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información en la UniversidadComplutense, ha elaborado un Código Ético y Deontológico para una mejor televisión infantil.De él recogemos algunas de las premisas de las que debe arrancar el desarrollo de los medios de

comunicación destinados a los niños

La piedad y el sentido ar-tístico de nuestros mayo-

res han creado un vasto pa-trimonio religioso y culturalcuyo titular es la Iglesia Ca-tólica, que no dispone demedios para su restauracióny apenas para su manteni-miento.

Las catedrales, los tem-plos y otros edificios históri-cos siguen prestando losservicios para los que fue-ron construidos. Pero tam-bién prestan buena ayuda alturismo nacional e interna-cional: el llamado turismocultural, es el objeto de laoferta turística de la Españasin mar y está compuestoprincipalmente por el patri-monio monumental religio-so.

Las Autoridades autonó-micas y municipales lo sa-ben muy bien y buscan fi-nanciación para conservar-lo: recursos propios, delEstado, europeos, de la Ban-ca privada, todo es poco pa-ra mantener la industria tu-rística cultural. La Junta deCastilla-León, a través de suplan de Recuperación Patri-monial con fondos europe-os, y los Ayuntamientos res-pectivos se están haciendocargo de las catedrales em-blemáticas Burgos, León, lasde Salamanca.

La excepción es Avila, cu-yo obispado se queja de quelas subvenciones que la ciu-dad recibe como Patrimoniode la Humanidad no llegana la catedral e iglesias ro-mánicas. El Ayuntamiento deAvila se ha embarcado enuna serie de planes y accio-nes que exigen abundantefinanciación, como abrir to-da la muralla al turismo demasas, sin tener en cuentala degradación del tramoabierto del adarve.

Entretanto, la catedral ylas iglesias románicas deAvila siguen sin ser repara-das.

Ramón Armengod

Punto de VistaMONUMENTOS

RELIGIOSOS

30/ desde la fe Nº 36/14-IX-1996

Antonio Tabucchi se ha con-vertido en poco tiempo en

uno de los mejores escritoresitalianos de su generación y suúltimo libro Sostiene Pereira lle-vado al cine en la película delmismo título, que los especta-dores tienen ocasión de ver es-tos días en Madrid, es muchomejor, sin duda, que la película.

Sostiene Tabucchi autor en-tre otros libros de Nocturno hin-dú (también llevado al cine), deDama de Porto Pim y de Enig-ma, que la primera vez que co-noció a Pereira era una pre-sencia vaga huidiza y difumi-

nada, sin trazos definidos, pe-ro que deseaba ya ser prota-gonista de un libro. Apenas eraun personaje en busca de au-tor. Si es así, Pereira ha teni-do mucha suerte al encontrara Tabucchi.

Sostiene Tabucchi que le co-gió cariño a Pereira. No es pa-ra menos. Sostiene Tabucchique Pereira en portugués sig-nifica peral y, como todos losnombres de árboles frutales,es, en Portugal, un apellido deorigen judío, igual que en Ita-lia los apellidos de origen judíoson nombres de ciudades. Es

Sostiene TabucchiLIBROS

GENTESMONSEÑOR ANTONIO MONTERO, arzobispo de Mérida-Badajoz: «Ser cris-tiano es y sigue siendo rezar el «Padre nuestro». Ser católico es rezar, comouna tonadilla que se cuela en el alma y tintinea siempre, el «Dios te salve, Ma-ría». De padrenuestros y avemarías está alfombrado de flores, desde la vidaa la muerte, el camino humilde de millones de cristianos, a lo largo de los si-glos. En estas dos oraciones se condensa todo el Evangelio, incluido, comodecía Jesús, la Ley y los profetas. Saberse estas plegarias, rezarlas, saborearlas,está en el mismo meollo de la experiencia creyente del Pueblo de Dios».

PILAR CERNUDA, periodista: « Hay mucha hipocresía en todo lo que rodeaal mundo de los niños. Los mismos que se hacen cruces cuando leen las no-ticias sobre trata de blancas o que se enfurecen con el belga asesino y se-cuestrador de niñas, pasan después unas vacaciones de sexo en un país ter-cermundista al que supuestamente viajan atraídos por sus playas de blancasarenas y verdes palmeras. Si no existieran clientes para las redes de prosti-tución infantil, desde luego no serían tan importantes esas redes de infamenegocio. Y turistas inclinados a meterse de lleno allá, en lo que supuesta-mente rechazan aquí, desgraciadamente hay cantidad».

RAMÓN TAMAMES, economista: «La herencia más perdurable de España enel archipiélago de Filipinas es la religión. Los misioneros, a partir de la con-quista de Legazpi en el tercer tercio del siglo XVI, aseguraron la evangeli-zación».

EL PERDÓN

Cuando la sociedad estácrispada por la violen-

cia, recobra mayor actuali-dad el perdón, con el estilode Cristo. El perdón nosrescata de la espiral de lavenganza y nos coloca enuna nueva dimensión anteel que nos ha atendido. Elhombre que se siente per-donado por Dios es máspropicio a recibir y a dar elperdón. El perdón es frutodel amor y de la fe y abre lapuerta a la esperanza. Ade-más, según los entendidos,elimina el riesgo del infarto.

El que ha aprendido apedir perdón, descubre unanueva alegría. Desde laspropias heridas cicatriza-das, se convierte de recep-tor en donante. La Biblia tie-ne hermosas páginas conhistorias de perdón: Josévendido por sus hermanos,el Siervo de Yavé descritopor Isaías, Oseas con sucorazón herido pero no roto;¿Qué lugar ocupa el perdónen nuestra vida? El perdóndado y el perdón recibido.

Aunque la sociedad noperdone, nosotros, los cris-tianos, podemos y debemosperdonar. Que cuando re-clamemos justicia, no ca-muflemos un deseo de ven-ganza. De los pleitos, líbra-nos, Señor.

El perdón cristiano estáexpresado bellamente porRembrant en el abrazo delpadre al hijo pródigo y sirvede portada y de comentarioa un libro que está haciendofuror: «La vuelta del hijo».El perdón es la experienciadel amor de Dios. No es laconversión la que lleva a lafe, sino la fe la que lleva ala conversión. El perdón esun proceso que se inicia conla fe, luego se experimentala curación del corazón y,por fin, culmina en un ban-quete. Para Jesús el perdónes un amor de bodas. Queno nos extrañe, pues, verlocomiendo con pecadores

José Antonio Marcellán

CONTRAPUNTO

/31desde la feNº 36/14-IX-1996

obvio que ha querido rendir homenaje aun pueblo que ha sufrido grandes injusti-cias de la historia; pero sostiene Tabucchique le empujaba hacia ese nombre tam-bién una pequeña pieza teatral de Eliot ti-tulada «What about Pereira?».

Sostiene Tabucchi que su Pereira eraviudo, cardiópata e infeliz, apasionado porla literatura francesa y en especial por es-critores católicos como Mauriac y Berna-nos, y que estaba obsesionado por la ideade la muerte.Se entiende que el mejoracierto de la película realizada sobre estanovela haya sido confiar el protagonista aMarcello Mastroianni que borda literal-mente el humanísimo personaje del viudoque no quiere líos de ninguna clase y me-nos aún políticos, cuya descarnada sole-dad le hace hablar con el retrato de su mu-jer, pero al que la rueda de la vida, le hacecomprometerse hasta el máximo al finalpor culpa —es un decir— de dos jóvenesrevolucionarios antisalazaristas. Desde de-

terminados ámbitos de la crítica literaria,también italiana, se le ha echado en cara aTabucchi, injustamente, haber elegido co-mo marco para el compromiso de su Pe-reira el Portugal de Salazar y el trasfondode la guerra civil española. Podía haberelegido —dicen— La Habana, o el Pekínde hoy o, como mucho, el Chile de Allendeo la Nicaragua del sandinismo, donde tan-tos Pereiras han sido machacados, perole hubiera faltado a Tabucchi, aparte demuchas oportunidades editoriales, ese dis-creto encanto, tan sugestivo de la sauda-de portuguesa, tan pereiriana.

Ha sido una lástima, pero cada autorhace vivir a sus personajes donde mejorle parece; en cualquier caso no es tan fá-cil hacer política sin ideologizar manique-amente, aunque se trate de nada menosque la historia de la vida de un hombre,como sostienen Pereira y Tabucchi...

M.V.

¡La que se ha armado enItalia el pasado fin de semanapor el hecho de que haya sidoelegida «Miss Italia» DennyMéndez, una preciosa mu-chacha de raza negra...! Condecir que los medios de co-municación social, italianosy extranjeros, la han califica-do ya como «Miss discordia»está dicho todo. El hecho esque cuando ya se perfilabacomo firme candidata a tansoñado título, hubo quien sellevó las manos a la cabezacon cínica sorpresa: ¿cómoera posible que una mucha-cha negra pudiera represen-tar a la mujer italiana? Hasta ahí podíamos llegar... Y el hecho es queen todo el país, y por supuesto, en las votaciones de la final del con-curso, tanto el jurado como el aluvión de votos de telespectadoresque se acercó a los diez millones, se convirtió en un verdadero ple-biscito a favor de la preciosa chica originaria de Santo Domingo, perode nacionalidad italiana desde hace más de cuatro años. Me gustaríasaber qué hubiera ocurrido en España en un caso semejante.

De cualquier modo, lo que verdaderamente preocupa y llama laatención, más allá de este polémico y curioso episodio de descargocolectivo de conciencia, es que muchos puedan creer que basta conhacer «Miss lo que sea» a una chica de piel oscura para que la con-ciencia se quede tranquila. No es verdad. Es en el concurso diario dela vida donde no debe haber discriminación alguna por motivo depiel o de raza, ni por ningún otro motivo. Las discriminaciones en-tre seres humanos siempre son injustas. Otra cosa es que a cada cualse le de lo suyo según los méritos que tenga y se trate del ámbitoque se trate: el laboral, el universitario o...un simple concurso de be-lleza. Es curioso, pero, a veces, donde más se le ve el plumero a la gen-te es en las cosas más sencillas.

Resulta ya terriblemente aburrido escuchar una y otra vez, a travésde los medios de comunicación, cómo unos, cuya conducta nadie esquién para juzgar, ¡faltaría más!, atizan a diestro y siniestro por unacierta o supuesta corrupción moral (por cierto, ¿qué alta instanciadetermina semejantes criterios morales en los que curiosamente que-dan excluidas de tal atizamiento las conductas contrarias a la moralsexual y familiar?), y cómo otros se defienden negando toda mácula,por pequeña que fuere, en su comportamiento. Pues no es verdad. Laverdad es que me recuerdan, unos y otros, a un compañero que tuveen mi adolescencia, y que en el acto penitencial con que comienzasiempre la Misa (a propósito, ¿se han parado vuesas mercedes a pen-sar alguna vez que, en el acto primerísimo y central de la Iglesia, loscristianos comenzamos siempre reconociendo nuestros pecados?),estando a mi lado, decía muy piadoso él, mientras golpeaba mi pecho:«por tu culpa, por tu culpa, por tu grandísima culpa».

No se lo creerán ustedes —la verdad es que, a estas alturas de la pe-lícula cuesta bastante creérselo— pero hay todavía quien, irreme-diablemente, y en una especie de fijación patológica, sigue teniendoa Franco como punto de referencia y de comparación incluso para loque nada tiene que ver ni con la política ni con la persona de quiendurante tanto tiempo fue Jefe del Estado español. No se lo creerán us-tedes pero uno de éstos, por lo que se ve «nostálgicos impeniten-tes» es el señor Haro Tecglen quien, para escribir algo sobre Yeltsin,el Papa o la Madre Teresa de Calcuta, se ve impulsado a recurrir aFranco en una columna titulada en «El País» «Los otros Francos delmundo» ¡Qué obsesión! Digo yo que qué tendrá que ver... pero me loempiezo a explicar si leo que «el Papa compone mejor su agonía»(¿a qué agonía se referirá este señor?), o que «quedaría mejor si, co-mo sus predecesores, se recluyera, se mostrara poco, se dejara es-cribir sus encíclicas...» ¡Ah! ¿se trataba de esto? Este desfasado mar-xista tan nostálgico de Franco y autor de «El niño de la República» loque quería era aprovechar para meterse con el Papa, cuya últimamanifestación de «agonía» ha sido la impresionante visita pastoral aHungría... Acabáramos

Gonzalo de Berceo

No es verdad

Un carpintero tenía un apren-diz muy formal y trabajador.Estas virtudes del muchachotenían la culpa de que el amo,al acercarse las Navidades, no

quisiera mandarle a casa, a pesar de quepor entonces había poco trabajo. Una ma-ñana, mientras preparaban en el pajar unasvigas, dijo el maestro:

— Hoy, a mediodía, tendremos mesade fiesta: hay carpas.

Pero, cuando llegó la hora de comer, loque la mujer del carpintero puso sobre lamesa eran unos diminutos barbos. Elaprendiz, al que durante toda la mañana sele había estado haciendo la boca agua pen-sando en las carpas —y un aprendiz tienesiempre un apetito feroz—, hizo un gestode disgusto y refunfuñó:

—No querrán decir que esto son car-pas. En mi casa los llamamos barbos.

—¡En tu casa! —exclamó el carpinte-ro—. Aquí se las llama carpas, y son carpas.

El aprendiz levantó por la cola uno delos pececillos y dijo:

—Si esto es una carpa yo soy el rey Fe-derico de Prusia.

— Llámate como quieras —gritó furio-so el carpintero—, pero escoge: o admitesahora mismo que son carpas, o esta tarde,vacación y puedes irte a tu casa.

El aprendiz, pensando en el hielo y lanieve que cubría todos los caminos, no te-nía ningún deseo de marcharse.

— Mirándolo bien —dijo después deunos instantes de reflexión—, yo diría queson carpas, sólo que pequeñas.

Pasaron los meses y se acercaba la Pas-cua. Era tanto el trabajo, que el carpinterono salía del taller. Una mañana, mientras éltrabajaba, unos bulliciosos gorriones se po-saron ante la puerta de la carpintería; sal-taban y picoteaban al sol, en medio de unaestrepitosa algarabía.

— Mire las cigüeñas, maestro —dijo elaprendiz—. ¡Qué pronto han venido esteaño!

— ¿Dónde ves tú las cigüeñas? —pre-guntó riendo el maestro—. ¿No te referi-rás a esos gorriones?

— ¿Está usted ciego? Son cigüeñas, acual más bonita… ¡Si conoceré yo a las ci-güeñas!

—Si aquí hay algún ciego, eres tú —di-jo malhumorado el carpintero—. Son go-rriones, y no hablemos más.

— ¿Cómo no hablemos más? —replicó elaprendiz—. O reconoce usted ahora mis-

mo que son cigüeñas, o esta tarde me tomovacaciones y se queda usted solo en el taller.

El maestro se acordó entonces de lascarpas, y como no podía prescindir delaprendiz por el apremio al trabajo, no lequedó otro remedio que recoger velas:

—Mirándolo bien —dijo—, yo diría que

son cigüeñas, sólo que todavía son muypequeñas.

E. WeissTraducción de Mariano Herranz

Carpas y cigüeñas No es buen camino —para el propio bien— el de amarse más a uno mismo que a la verdad.

Sólo la verdad nos hace libres, por muchas molestias que imaginemos pueda causar.

Dios crea los astros, los peces y los pájaros.Miniatura del siglo XIV. Perugia.