Señorío y rentas de la Iglesia de Cartagena en la baja Edad Media · 2017. 4. 30. · Señorío y...

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Señorío y rentas de la Iglesia de Cartagena en la baja Edad Media INflo DUCCIÓN La sede episcopal de Cartagena fue restaurada por Inocencio IV el 31 de julio de 1250, siete años después de que el reino musulmán de Murcia se incorporara a la corona de Castilla y en un momento en que la castellanización de este reino habla logrado avances irre- versibles. En 6 de agosto de 1250 también el papa declaró exenta y sujeta directamente a la Santa Sede la nueva diócesis, lo que no deja de ser importante dato de individualización eclesiástica y que junto a ser un obispado en cuyo territorio coexistían súbditos de diferentes coronas (castallana y aragonesa) hace que esta iglesia deba ser contemplada respetando su personalidad, mayor aún que en otros casos. En 1291 se trasladará la sede de la ciudad de Cartagena a la capital de Murcia, por la inseguridad de las comunicaciones> por la importancia que la capital tenía estando más poblada de cristia- nos a la vez que era lugar más céntrico y el mayor baluarte frente a granadinos y aragoneses y por la mayor cantidad de intereses eco- nómicos que la Iglesia mantenía en el dilatado término de esta ciudad. En cuanto a las divisiones administrativas del obispado, baste decir que las realmente operativas eran, de un lado, los aricprestaz- gos y vicarías (distintos nombres de una misma realidad y que solían coincidir con una comarca natural) y, de otro, las parroquias. Estas, con su delimitación territorial y jurisdiccional eran de capital im- portancia para la percepción del diezmo eclesiástico, pero no la te- nían igualmente para las demás rentas, que se podían agrupar por conceptos o lugares según fuera más práctico.

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  • Señorío y rentas de la Iglesia de Cartagenaen la baja Edad Media

    INflo DUCCIÓN

    La sedeepiscopalde Cartagenafue restauradapor Inocencio IVel 31 de julio de 1250, siete años despuésde que el reino musulmánde Murcia se incorporaraa la corona de Castilla y en un momentoen que la castellanizaciónde este reino habla logrado avancesirre-versibles. En 6 de agosto de 1250 también el papa declaró exentay sujetadirectamentea la Santa Sede la nueva diócesis, lo que nodeja de ser importante dato de individualización eclesiásticay quejunto a ser un obispadoen cuyo territorio coexistían súbditos dediferentescoronas(castallanay aragonesa)hacequeestaiglesiadebasercontempladarespetandosu personalidad,mayor aún queen otroscasos.En 1291 se trasladarála sede de la ciudad de Cartagenaala capital de Murcia, por la inseguridadde las comunicaciones>porla importancia que la capital tenía estandomás pobladade cristia-nos a la vez que era lugar más céntrico y el mayor baluarte frentea granadinosy aragonesesy por la mayor cantidadde intereseseco-nómicos que la Iglesia mantenía en el dilatado término de estaciudad.

    En cuanto a las divisiones administrativasdel obispado,bastedecir que las realmenteoperativaseran, de un lado, los aricprestaz-gos y vicarías(distintos nombresde unamisma realidady que solíancoincidir con una comarcanatural) y, de otro, las parroquias.Estas,con su delimitación territorial y jurisdiccional eran de capital im-portanciapara la percepcióndel diezmo eclesiástico,pero no la te-nían igualmentepara las demás rentas, que se podíanagrupar porconceptoso lugares según fuera más práctico.

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    Conviene también recordar que la gobernaciónde Orihuela per-tenecíaal obispado de Cartagenaa todos los efectos, si bien estorepercutíaa veces desagradablementeen las relacionesde esta igle-sia con aquellossúbditos. Igualmente dentro del obispadohay quedistinguir en el orden jurídico tres tipos de territorios: el ocupadopor las OrdenesMilitares en régimen de encomienda,el de los seño-dos secularesy el pequeñoseñorío eclesiástico>finalmente el derealengo.Toda estavariedadrepercutiráen el mayor o menor gradode ejercicio de la jurisdicción eclesiásticay naturalmentese refle-jará en ei asuntoque tratamos.Por fin, el contactode los pobladorese institucionescastellanascon los musulmanesmurcianosfue directoy la influencia de éstosen muchospuntos es evidente, tanto en me-didas de valoración productiva de las tierras> en los cultivos, en lastécnicas,en los conceptosimpositivos. De hecholos vasallosdel se-ñorío de abadengode Alguazas y Alcantarilla eran mudéjares>consus costumbrese institucionespropias.

    1. EL SENO~1O EPISCOPAL Y CAPITULAR

    Ambos señoríosnacieron juntos desdela primera donaciónreal,en 1 de marzo de 1250 y confirmada en 17 de abril de 1255’, queconstituíala dote, consistenteen diez mil maravedíesanualesde lasrentas reales en el vasallo reino de Murcia, pero con la voluntadfirme de transformarlosen bienes raíces. Esta cantidad, o su equi-valente, debe ser consideradala dotación normal de una diócesisrestauradaen tiempos de FemandoIII. Este señorío se fue aumen-tandode unamanerarápidahastael final de la primera etapa,quefijamos también por otras razonesen 1311, mediantedonacionesycomprasde la Iglesia.

    El principal y casi único agentede este señorío fue la corona>conquistadorade un nuevo reino, que irá haciendoconstantementedonaciones,entre otros beneficiarios,a la Iglesia. Los motivos deestasmercedesde heredades>rentas,derechos,exenciones>etc., fue-ron varios. En primer lugar> el reino murciano era fronterizo porpartida doble, y su Iglesia uno de los más capacesmedios de caste-llanización y de fidelidad a la corona. También repercutió favora-blementeen este acrecentamientoel que su obispo apoyé al infantedon Sanchoen la pugnaque mantuvocon su padre, Alfonxo X, yquese tradujo despuésen numerosase importantesdonaciones>con-

    1 CODOM, 1 (= Colecciónde Documentospara la Historia del Reinode Mur-cia), ed.TorresFontes,Murcia> 1963, doc. 3; Abekrdo MERINO ALVAREZ: Geograffahistórica del territorio actual de la provincia de Murica, Madrid, 1915, p. 160.

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    cesionesy apoyosregios.Los reyes quedestacanpor su colaboraciónen crear un obispadobien dotado son Alfonso X, Sancho IV, Fer-nando IV y Alfonso XI.

    Entre los diferentesbienesque componíanel señorío territorialpodemosdestacar:donadíosy heredamientosde tierras,casasy ren-tas; molinos, hornos, tiendas y norias que la Iglesia explota gene-ralment¿a censo; gran número de mezquitascon sus dependenciasy cementerios; finalmente, el señorío de abadengo de AlguazasyAlcantarilla.

    El señoríojurisdiccional se componíade exenciones>privilegiosy derechose inmunidades.Así> exención de todo pecho al cabildo,obispo y clérigos del obispado y total libertad y franquezaen suspersonasy cosas’. Hubo también la concesiónde excusadosparaservidoresde la Iglesia> por ejemplopara el escribanot y en generalésta hacía valer la condición de pertenecientesa la misma a todossus servidores,a fin de quegozarande todos los privilegios y exen-ciones de los clérigos. También gozó la Iglesia del privilegio de quesus caballerías>frutos, diezmos,etc., pasaranlibrementede un lugaraotro del reino murciano sin pagartributos, de podertener escriba-nosen las puertasde las ciudadespara recaudarel diezmo, de ponertercerosque estuvieranpresentesen las particiones de los diezmoseclesiásticoso de los diezmos del almojarifazgo y de los censalesconcedidosa esta iglesia.

    También el obispo y cabildo gozaron del privilegio de tener jus-ticia propia en los lugares de su señoríode abadengo.Este señoríose constituyócomo tal en 1321, añoen que lo obtiene efectivamentepor canje del castillo de Lubrín junto con otros lugares y bienesque gobernaronmancomunadamenteobispo y cabildo. Aquí continúala comunidadmudéjar,gobernadapor su alcaide y ancianos,depen-diente directamentede la Iglesia de Cartagenay administradaporsu mayordomoy por su alcalde de la torre defensivade Alguazas~.La autoridadde la Iglesia es omnímoda,pues sus decisionesde go-bierno, de administraciónde justicia, de orden y de funcionespú-blicas no admitían intervención ajena> pero, además,su autoridad

    2 CODOM, IV, ed.Torres Fontes,Murcia, 1977, doc. 16. Exencionesanterioresya fueron: exencióndel pago de vecindaden Murcia a los clérigos por los here-damientosque pudieran tener(CODOM, 1, doc. 81), que los hombresdel obispoe Iglesia de las ciudadesa las que concedió e] fuero de Córdobano pechasencon los de los concejos respectivos,sino que todo pecho y facenderadebíanhacerlo por mano del obispo (CODOM, III, Ecl. Torres Fontes, Murcia, 1973,docs. 13, 60, 114).‘~ggg~> ~. doc. 79.

    docs. 45, 80; COD0M, IV, docs. 40, 70, 91, 93, 102; CODOM, V,Ed. Torres Fontes,Murcia, 1980; doc. 65.

    5 CODOM, V, doc. 100. Véasetambiéndocs. 62, 63, 69, 93, 98, 99, 101.

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    se veía dobladapor ser territorio eclesiásticoy gozar de todas lasexencionesde la Iglesia.

    Por lo demás> la Iglesia siemprehabía tenido su justicia propiaque aplicabaa sus personas>posesionesy derechos>y en cuya apli-cación recibía ayuda de los reyes, que declarabancompetenciaex-clusiva de la justicia eclesiástica los pleitos que esta institucióntuviera, por ejemplo, con sus censaleros,consideradospor esto «va-sallos» de la misma6 Tambiénlos reyes concederánal obispo poderintervenir en la aplicación de las disposicionestestamentariasen lotocantea las mandaspiadosas~. Finalmente,pararecabary ejecutarsus derechosy su justicia tenía sus propios emplazadores,mampos-teros> etc.8

    II. RENTAS BE LA IGLESIA BE CARTAGENA

    Las rentas que vamos a examinar podemosdividirlas en: rentasterritoriales, jurisdiccionales (éstas a su vez subdivididas en ren-tas más propiamentejurisdiccionales o de sus vasallos y todas lasdemás) y eclesiásticas.Estas últimas, sobre todo por la sustancialimportancia de los diezmos,las veremosen el punto siguiente.

    1. Rentas territoriales.—Secomponíande los frutos que produ-jeran sus propiedadesterritoriales y lo que rentasensus propieda-des a censo,que era el modo como generalmenteadministrabaestaIglesia sus bienesraíces. Estosfrutos se percibían bien en especie(trigo> cebada,vino...), bien en dinero.Los bienes raíces de los quepercibía estasrentaseran:

    a) Donadíosy heredamientosde tierrasy casas.—Losdonadíosy heredamientosfueron abundantes,especialmenteen los términosconcejilesde Murcia y Lorca. De este tipo tenemosprincipalmenteun real con su huerto en Lorca, que habla sido del derrotadoarráezAlmoniara ~. Heredamientosconcedidospor Alfonso X a los diecisieteclérigos de la ciudad de Murcia “‘. Licencia para que la Iglesia y losclérigos compraran heredamientosy donadíosen el reino murcianoa los cristianos y también heredamientosa los mudéjaresde Lorcay su término hastaun valor de seis mil maravedíesalfonsíes,com-pras éstas libres de toda carga, respondiendoasí al deseo de cons-

    6 CODOM, IV, docs.12, 23, 27, 37, 39, 57, 58> 59, 137.CODOM> IV, doc. 155.

    8 CODOM> III, doc. 107; CODOM, IV, doc. 130, 158.~ CODOM> 1, doc. 7.~ Privilegio publicadopor JuanTORRESFoNTES: El obispado de Cartagenaen

    el siglo XII!> Madrid, 1953, Pp. 103-113.

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    tituir un sólido patrimonio“. Trescientasalfabas (unas seiscientascincuentatahullas)en la huerta de Murcia a favor de obispo y ca-bildo, situadas en los términos de La Herrera, Albadel y Aljucer,más mil quinientosmaravedíesanualesde las rentasreales situadosen los censosde Murcia (como dotación definitiva a cambio de losanterioresdiez mil maravedíes>.En 1275 se repartieron equitativa-mente,correspondiendotrescientasdiez tahullas al obispo y trescien-tas cuarentaal cabildo l2~ Casasen Murcia que habían sido del par-tidor don Gil de Azagra junto con sus pertenencias(horno> baño,tiendas,etc.>, y cuyas rentas debían dividirse por mitad entre obis-po y cabildo. Concesiónde SanchoIV de las tiendasvacías del mer-cado de Murcia y de las tahullas a éstasasignadaspor Alfonso X,más heredamientossituados junto al puentedel alcázar,y molinosy noria junto al puentedel Segura.FemandoIV también concederáel castillo de Lubrín, ganadopor el obispo> que serácanjeadoporlas posesionesque la madre del rey tenía en Murcia. Finalmente, ladonación de la alquería de Alachach, hecha por doña Seguina en1256’3.

    b) Las mezquitas y sus pertenencias.—Esteasunto merece serresaltado no sólo por su importancia económica>sino también por-que nos habla en general de la continuidad de los lugares de culto>ahora ya consagradospara la religión cristiana y> sobre todo> de-muestra la rapidez con que se puedecrear una estructura jurídico-territorial con baseen el edificio religioso y sus pertenencias>quepermite, por un lado, la instauración rápida del culto y> por otro,Ja unidad base para la percepciónde los diezmos y primicias y laasignación de beneficios parroquiales.

    Mezquitas y osarios ya poseía la Iglesia al menos desde 1264.Estas posesionesaumentaronde forma sustancialtras la represiónde la revuelta mudéjar de 1266> y en ese mismo año se consagróla mezquita mayor de Murcia bajo la advocación de Santa María.En general, todas las mezquitasde que habían sido desposeídoslosmusulmanes debían pasar a poder de la Iglesia, pero no fue así:algunas quedaronen poder de particulares, seguramenteporque enun principio la organizacióndiocesanaaún no estabasuficientementedesarrolladay por la falta de pobladorescristianos. Muchas de estasmezquitasse dedicarona iglesias,pero otra gran parte de ellas cons-

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    tituyó un bien patrimonial que la Iglesia explotaba a censo

    “ CODOM, 1, doc. 9.12 COIIOM, 1, docs. 3, 52; CODOM, II, Ed. Torres Fontes, Murcia, 1969;

    docs. 50, 62.u Todasestasconcesionesen CODOM, 1, docs.62, 78> 83; CODQM, IV; docs.10,

    35, 38, 47, 48, 49.‘~ CODOM, II, docs.21, 22, 24; CODOM, IV, docs. 61, 72, 76, 85, 94.

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    2. Rentas jurisdiccionaies

    a) Rentasde sus propios vasallos.—Secomponíande los tribu-tos que los vasallospagabana sus señoresy de los derechosde jus-ticia, etc.> que la Iglesia tenía sobre ellos. Trataremos,pues, de lasrentas obtenidasde los vasallos del único y pequeñoseñorío:

    En Alguazas

    Unidas a las personasde los vasallosencontramosvarias impo-siciones‘~. En primer lugar> un cabezajequedebíapagar todo varónmudéjar vecino de este lugar mayor de quince años, fijado en seismaravedíesy dos blancas. Otra capitación, llamada «alfatra», queafectabaa todos los mudéjares (mujeres y niños), consistenteenun celemínde cebadapor persona.Pagadopor la aljama, un censoanual por las heredadesfijado en 2.740 maravedíesde tres blancas.

    Las imposiciones afectas a la producción agrícola eran varias.Tarifas distintas tenían asignadaslas tierras de cereales según fue-ran o no de regadío.El «almaja»es el diezmo pagadopor los ce-reales de secano,consistenteen un cahiz de cada diez> más un com-plemento de 5 maravedíespor cahíz. Todo lo cosechadoen la huer-ta, quees de regadío,pagael diezmo (de diez cahicesuno), El diez-mo sobre los cerealesde otros lugares específicoses variables: enNervi es de cinco cahices,uno; en Adaymuz, de cuatro cahices,uno; yen las tahullas llamadas de doña Milla el número de cahices estásustituido por puntos suspensivosen nuestrafuente. Los demáscul-tivos (lino, aceite, cebollas, ajos> arroz e higos) también pagabansu diezmo. El caso de la vid es distinto, ya que la importancia desu cultivo evolucionaen el tiempo: hastapoco antesde ser puestapor escrito nuestrafuentehabíauna sola parra, que pagabaun tantoalzado de 96 maravedíes;después, la mayoría de los cultivadoresdecidiránplantar parralesen varias tierras que anteseran de cerea-les, y entonceslos señoresdesearánpercibir el anterior diezmo delcereal, aplicado ahora al nuevo cultivo.

    También sobre la ganaderíarecaían varias gabelas. El diezmosobre el ganadoovino (corderosy cabritos,de diez, uno, y de cinco>medio). El «assequi’>,consistenteen el pago de una por cada cua-renta cabrasy ovejas, siempre que el rebaño llegara a ese númeroy exceptuandoen el recuentolos sementales.Cadacorral pagabaunagallina y un poíío.

    Los monopoliosseñorialeseranun horno,unatabernay una tien-da, por cuyo uso habíaquepagar la gabelacorrespondiente,cobradapor arrendamientoal mejor postor. Igualmenteel molino señorial>que antespagabaun censode cinco doblasvaladíesviejas o su esti-

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    mación y quefinalmente se arrendaba.También existíael impuestodel carnaje.Otras imposiciones se cobrabanpor «casaspobladas»:tresgallinas y un poílo por Navidad>unacargade leña mensualparael alcaide de la torre (o su estimaciónen dinero) y una carga depaja para los señores.

    Sobre las actividadescomercialesse pagabael impuesto del al-quilate, que pesabasobrela compraventa,siendopagadopor la alja-ma en una cuantía de 250 maravedíesanuales. También sobre lasherenciaslos derechosseñorialespodían percibir algún beneficio: enel caso de que no hubieraherederoso que éstos estuvieranen elreino de Granada,los bienes de los difuntos pasabaníntegramentea los señores.

    Finalmente>los derechosde justicia> por el mero y mixto impe-rio> proporcionabanotras rentas.Las penasmenoressolían redimir-se (un maravedípor azote)y entrabanen los arrendamientosde lasrentas del lugar. Las penas mayoresno se arrendaban>lógicamente,pero sí se rescatabancon dinero, siendo la mitad para los señores.

    En Alcantarille

    Las rentas de este lugar eran parecidasa las del anterior. Asíla «alfatra» (de la que estabanexentoslos jurados ,alfaquí, alcaldey alcaide del lugar), el cabezajede los varones mayores de quinceaños,el alquilate (si bien aquí no se pagabapor un tanto alzadoanual, sino el diezmo y medio del valor de las rentas del comercio),el diezmo del ganadoy el «assequi»>los monopolios señoriales el diezmodel lino y de los frutos menudos,las gallinas y los poiíos por casapobladay por corral, los derechossobre las herencias,las rentas delas penas menoresredimidas (apartadoel diezmo para el juez mu-déjar) y las parras.

    Sin embargo,varias rentas se cobrabanen forma distinta. Sobrela producción cerealísticatambién se tenía en cuenta la productivi-dad de cadatierra: así el secanono pagabacenso>pero como diezmoentregabade ocho> uno; los «algaidonares»pagabanun censode cier-tos maravedíesy hasta que fueron de regadíopagaronmedio diez-mo; las tierras de regadíopagabandiezmo más ciertos maravedíescadatahulla como censo,segúnel rendimiento.También el lugar deAlgualejas pagabacensoy diezmo(estecenso máslos de las tierrasde regadíosumaban2.490 mrs.). Las tahullas de estelugar que per-tenecíanal obispo y cabildo estabanarrendadasy no pagabancen-so, pero sí un fuerte diezmo: de cuatro cahices,uno.

    Otras rentas de Alcantarilla eran las provenientesdel lugar deEl Navalejo, pagadaspor la aljama al estardespoblado.Había col-

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    menas,que pagabancuatro dineros cada una, pero, a diferencia deAlguazas,no se pagabae ldiezmo de los higos. Cada casapobladaentregabaanualmente,además,una cargade leña y otra de paja paralos señores.Finalmente,el dinero de la redenciónde unapenamayorpasabaíntegramentea los señores.

    14 Derechosde la justicia eclesiástica:el catedráticoy la «luc-tuosa» de los clérigos, las penas,los derechosde cancillería.—.--Comorentas,aunquefueran de menor importanciay sirvieran mayormenteal mantenimientode la burocraciacurial, también debemosver lasprocedentesde la administraciónde la justicia eclesiástica>aplicadaa clérigos y laicos.

    El catedrático y la «luctuosa»

    El primero es un derechodel obispo, que consistíaen el pagocomo mínimo de cuatro maravedíespor parte de cada clérigo, comoreconocimiento del señorío episcopal sobre todos los clérigos (in-cluidos los casados),siendoestepago indispensableparagozar de ladefensaeclesiásticaante cualquier jurisdicción o fuero. El segundoderecho, que no tiene denominaciónen las fuentes, consistíaen elpago de un marco de plata que se debía hacerefectivo al obispotras la muerte de un clérigo parroquial.En mi opinión, se asimiladaal derechode luctuosa o bien de mañería“.

    Penas

    A las penas eclesiásticasestabansujetos todos los infractoresde la legislación eclesiástica,particularmentede la sinodal, si bienlas personasvirtualmentemás penadaseran los clérigos. Las penasespirituales solían llevar anejasel pago de cierta cantidad de dinero>mientras también las había que sólo consistíanen ese pago. Hayalgunaspenas que o no se imponían o no se pagarían,como una

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    espiritual que llevaba aneja la multa de cien maravedíesde oroLas penas pecuniariasque más podían dejar a la cámaraepiscopaleranlas procedentesde la excomuniones,variablestanto por la gra-vedad de la falta como por si aún se era contumaz>etc.

    13 Para la determinaciónde ésta y de muchas otras rentas> especialmentela del diezmo eclesiástico>nos hemosservido del escrito del obispo cartagenerodon Diego de Comontes,que lo fue desde1447 a 1458, titulado Fundamentodela Santa iglesia y de toda la Diócesis de Carthagena, incluido en 1. ROJAS YCONTRERAS: Diferentesinstrumentos,bulas . . - de la iglesia de Cartagena> Ed. deG. Ramírez,Madrid, 1756, foN. 11-58.

    16 Véasela colecciónmanuscritade las constitucionesotorgadasen los síno-dos diocesanosde la Iglesia de Cartagenade los años 1323 a 1409> en Bibilot ecode El Escorial, manuscritoL. II. 9, fols. 48v a 49v y 23v.

    17 ibid., fol. 52r.

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    Derecho de cancillería

    En el sínodo diocesanode 1384 presentóel obispo don Fernandode Pedrosaun nuevocuadernode tasassobre: testimoniosde órdenessagradas,citaciones,anatemas,sentenciasinterlocutoriasy definitivas,absoluciones,etc.> y también sobrelos derechosa percibir por losoficiales, jueces, escribanos,etc. Al parecerse hizo necesarioestenuevo cuadernoante las quejas elevadasa causade las anteriores

    18tasascuriales consideradasexcesivas

    III. RENTAS EcLESIÁSTIcAS

    Las rentas percibidas por este concepto eran muy importantesy, además,objeto de abundantelegislacióny disposicionesparticu-lares. Forman parte de estasrentas todo lo provenientedel diezmoeclesiástico,primicias,pie de altar y oblaciones,siendoel diezmoecle-siástico, bajo todos los puntos de vista, la fuente de ingresosconmucho másimportante.

    1. Las rentas decimales

    El establecimientodel diezmo eclesiásticoen la Iglesia de Car-tagenase llevó a cabo desde el mismo momento de la dotación yrestauraciónde la sede.También desdeese mismo momento surgie-ron las dificultades para una percepciónsatisfactoriade esta renta,por lo que los reyes> a petición de los obispos> acudieroncon susdisposicionesen favor de este derechoeclesiástico.

    El obispo electo don Garcíase preocupócuanto pudo de la orga-nización del diezmo, precisandolas formasde pago y percepcióndelmismo: en 1271 impone la presenciade terceros;en 1278 obtiene deAlfonso X el almudí viejo para graneromayor de la iglesia y podertener escribanosen las ciudadespara recaudarel diezmo. Ademásrealizó en estamateriavarias composiciones:en 1271> con don Gre-gorio y doña Guiralda de SantaFe, sobre los diezmosde Alcaudete;en 1274, con el concejo de Orihuela, por los diezmosde los potros,muletos,becerros,pollinos y colmenas; en 1275, con el concejo deLorca, tocantea los poseedoresde donadíosy ganadostranshuman-tes. Con todo, la concordia más importante fue con el maestredeSantiago>don Pelay PérezCorrea, en 1271: la iglesia de Cartagenapercibiría en concepto de diezmo eclesiásticoy demásderechossobrelos territorios que la Orden tenía en el obispado, la octava partede los diezmosdel ganadoy de los diezmosque la Orden tenía enMurcia, Lorca y Orihuela; además>100 maravedíesalfonsíesanuales

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    en Aledo, 50 en Moratalla, Castella y Orce, 40 en Burguella (todomientrasestos lugaresestuvieranen manosde los musulmanes,por-que una vez ganadosy pobladosde cristianospasaríanal régimengeneral de la octava parte de los diezmos); finalmente, la octavaparte de los diezmosdel ganadomenudo,del mortuorium y de todaslas mandashechasa la Iglesia en Huéscar,Galera, Mirabete, Volte-ruela y sus términos‘~.

    Las desavenenciasy litigios por la percepciónde estos diezmosse sucedíancon los señores,los concejosy especialmentecon lasOrdenesMilitares. Las concordiashechascon las Ordenes,a peticiónde la iglesia de Cartagenaque las habíadenunciadoante el papa,hubieron de renegociarsehacia 1282, y aunquedesconocemosconqué resultados,sospechamosque el efecto inmediato seríaaumentarel desordenen este punto. Los años de debilidad de la autoridadmonárquica,quevan del levantamientodel infante don Sanchohastala salida del reino murciano de las tropas aragonesasen 1305> másel carácterfronterizo del reino y el deseo de labrarseun señoríoo unafortuna por parte de los herederos>preocupándosemás de laacumulaciónde posesionesy privilegios que del desarrollo de loscultivos, constituyenseguramenteuna explicación sobreestascons-tantes dificultades:

    a) Normativa en torno al diezmo.—Pasemosahora a conocerlanormativa que sobreel diezmo desarrolló esta iglesia, porquea lasdificultades externasse unían las internas,es decir, la falta de unalegislación clara y concretapor parte de la Iglesia misma, especial-mente necesariapara una renta tan importante. El primer paso yfundamentalfue aplicar casi en su totalidad las normas y usos dela iglesia de Sevilla, por privilegio de Sancho IV. Este rey pidió eltrasladode esta normativa al cabildo hispalense>y en 1289 lo envióel mismo rey al concejo murciano> a fin de que éste> en sus rela-ciones con la Iglesia, se atuviera en todo a esasnormasy usos yademáslo hiciera así cumplir a todos. Resumiendo>la normativay usospara la percepcióndel diezmo eclesiásticoquedaríaasí~:

    Productos de la tierra

    Antes que cualquierotra partición y en presenciadel tercero dela iglesia, se tomabaen la era el diezmo de los cereales(las espiga-dorastambién debían entregarlo), quedandoa cargo del tercero eltrasladoal graneroeclesiásticoo bien pagar el acarreo.Del mismo

    ‘~ ibid., fois. 45r a 48r.19 CODOM, 1, docs. 45, 78, 80; CODOM, II, docs. 45, 46, 60, 61.~‘ Biblioteca de El Escorial, manuscritoL. II. 9, fol. 34v.

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    modo se procedíacon el diezmo de las legumbres,del lino y cáñamo.También se percibía el diezmo de la miel, seda,hortalizas y frutas.De la vid, el obligadoal diezmodebíaacarrearloen uva, pero a costadel tercero en el caso de Sevilla y sin costaalguna en los demáslugares.

    Ganados

    Se pagabasin costaalguna parael tercero el diezmo de las avesdomésticasy de sus crías desdeque podíanvivir sin la madre.Tam-bién el diezmo de los potros, muletosy pollinos de un año, juntocon el ganadoadulto. Cuando sólo se llegaba a medio diezmo> seponía en almoneday la mitad de su precio se entregabacomo diez-mo, mientras quesi no se llegabaal medio diezmo se dabapor ca-beza un maravedíy medio. Los productos del ganado(queso, lanay leche) tambiéndiezmaban.

    Personas

    Los menestralesy albarranesy todo hombreo mujer quehabitasecasadabaen reconocimientode diezmounacuartade maravedí.Losmudéjaresy judíos también pagabandiezmos y primicias de susheredamientosy ganados,que correspondíanúnicamenteal arzobispoy cabildo, junto con los treinta dineros de los judíos.

    Comercio, caza y cabalgadas

    De los pescadores,menestrales,barranosy recueros,así como dela alfalfa y cebadaen hierba(alcaceres)se tomabael diezmo de todolo vendido, en pan o en dineros.De los puertosdel mar y del almo-jarifazgo se cobrabadel rey el diezmo en dinero. De la caza única-menteel diezmo de los conejos>y de las cabalgadasel diezmo delquinto del rey y de los ricos hombres.

    La normativa, pues, estabaya más clara, aunquetambién Fer-nando IV hubo de acudir en ayuda de su cumplimiento. Cuando,finalmente> la iglesia de Cartagenacobraconciencia de su potestadlegislativa, la aplicará también a este asuntode capital importanciaparasu economía,desarrollandosu normativapropia en los sínodos.

    b) Justificaciónde la normativa.—Enprimer lugar, se recuerdaque la ley del diezmo eclesiásticoobliga a todos y a todo: «Comosegund derechoestablegip-xientode Santa Madre Yglesia todos losfieles christianos, judíos e moros, de qual quier ley> estadoo con-digion quesean,son tenudosde dar e pagarenteramentea la Yglesia

  • 992 Iluminado SanzSancho

    los diezmosde todos los derechos>cosasque ovierene Dios les dade cadaanno, asi de vino, e pan,e carne>e lana, e de todaslas otrascosasquales quier asi de granadocomo de menudo...»“ La razónestá clara: de cuyo testimonio tambiénecha mano la Iglesia para fundar definitivamente la obligación del

    21diezmo

    La defensaque de éste y otros derechoseclesiásticoshace laIglesia de Cartagenase puede calificar de absolutapor el conoci-miento quetenemosde las normassinodalesy de las condenasefec-tivas que se realizaron por este motivo. Aquí nos fijaremos única-mente en la precisión que alcanzala normativa sobrealgunos diez-mos, habida cuenta de que por lo general se legisla más sobre loconflictivo. Así el diezmo de la lana: se ordenacontribuir con eldiezmo de la lana también de las ovejas paridas.Para evitar la pi-carescade los ganaderosque pasabansus ovejas al territorio deotro obispadoal tiempo del trasquileo,se determinaqueestediezmodebe ser pagadoen el lugar donde se es vecino, y, si el trasquileose hace en otro obispado,apliquese la norma anterior cuando lamarcha no se produjo tres mesesantes. La normativa sinodal tam-bién contemplael fraude de muchos que teníancasasen distintoslugares del obispadoy que cambiabande domicilio a lo largo delaño para obtenerbuenasrebajas de los arrendadoresde los diez-mos: deberánpagarlos única, pero enteramente>allí donde vivanla mayor parte del año.

    2. Primicias, pie de altar y oblaciones.—Estasrentas eclesiás-ticas se carazterizanante todo por su pequeñovalor económico encomparacióncon las decimales.Las primicias, su modo de perci-birías y su obligatoriedad,son contempladasconjuntamentecon eldiezmo eclesiástico.Así el traslado de la normativay usos del diez-mo en la Iglesia de Sevilla, que se adopta en Murcia: todos danqueso de la primera noche como primicia y también deben dar pri-micias judíos y moros> las cuales consistenen la primera medidade cadacosa.

    El pie de altar y las oblacionesy ofrendasaparecentambién enlos textos. Sólo el primero tendríaalgunaimportanciaeconómica>yaque se legisla que esta renta únicamentepodía ser arrendadaporun clérigo de orden sacra> pero nunca por un lego~.

    21 ibid., fol. 39v.

    ~ Ibid., fol. éZv.

    24 ibid., fol. 51v.

  • Señoríoy rentas dela Iglesia de Cartagena... 993

    IV. LA RECAUDACIÓN DE LAS RENTAS

    La Iglesia de Cartagenaempleó los sistemasentoncesusualesderecaudaciónde impuesto> el arrendamientoy la fieldad, teniendoademáspresentequeposeíaen los lugaresmás importantessus pro-pios graneros.De ambossistemastenemostestimonios y> al parecer,predominó el segundoen los comienzos,mientras.que el primerosería relativamentemayoritario al final de la Edad Media. Figuraclave eran los mayordomos,que organizabany poníana los fielesen los granerosy que firmaban los contraosde arrendamientodelas distintas rentas.

    1. Fieldad

    La recaudaciónen fieldad era realizadapor un «fiel» o «tercero»designadopor el obispo y cabildo, o por uno solo de éstos si el otrono tenía parteen alguna renta. Generalmenteeran clérigos. Las fun-cionesde estosfieles podíanserdiversas.En la ciudad de Chinchilla,en cuyo granero>llamado «casade la tercia’>, se recogíanlos frutosy rentas decimalesdel lugar y de sus aldeas, se poníancada añocuatro fieles o terceros,cada uno con su llave> por encargode cadauno de los beneficiarios de aquellas rentas: el rey, el obispo, elcabildo y los beneficiariosdel lugar. Estostercerosteníanel encargode allegar y hacer traer todos los frutos y rentas correspondientes,paralo cual contratabanrecuerosy acarreadoresa quienespagabancon el primer rediezmo de la renta del pan, y> finalmente, partiraquellas rentas entre los beneficiariosa su debido tiempo. Por sutrabajo cobrabanel segundorediezmo de la renta del pan. Casossimilares de fieldad se dabanen Alpera, Montealegrey Beas, cuyosfieles eran ciertamenteclérigos.

    EJ casode los fieles del granerode Orihuelaera distinto. Su tra-bajo consistíaen guardarlas llaves> organizarel depósitode los fru-tos en el granero, atendera los arreglos neecsariosdel mismo gra-nero y defenderla partede renta quecorrespondieraa sus represen-tados.Pero el acarreode los frutos corresponderíaa los arrendadoresde las rentas.Estos fieles también debieron ser generalmentecléri-gos, debidoa que por sufuero eclesiásticodependíanmás claramenteen todo de la Iglesia. En situación similar estaríanlos fieles de losgranerosde Elche, Alicante, Alcaudete,Ayora, Sax, Villena y Lorca>ya que se habla del rediezmode los acarreadores,contratadossegu-ramente por los mayordomosde la Iglesia. El fiel del granero deOrihuela cobrabapor su trabajo 120 sueldos en la primera mitaddle siglo xvi.

  • 994 Iluminado SanzSancho

    Los granerosde la ciudad de Murcia estabana cargo de fielesmás directamentea las órdenesde los mayordomosde la Iglesiade Cartagena.

    2. Arrendamientos

    La recaudaciónde las rentas por el sistema de arrendamientoconsistía,como se sabe>en adjudicaral mejor postor la recaudaciónde una determinadarentaen pública subasta.Estearrendadorpodíapagarel monto total de la renta adjudicada«a dinerosadelantados’o en los plazos fijados por el contrato.

    La copiaquetenemosde la ordenaciónqueen 15 de enerode 1381hizo el obispo don Guillén> titulada Constitutio secundumordinatio-nem super Arrendamentosr, habla únicamentede «las pujas de losquintos>e quintadoresde ellas> sobrelos qualesquintos no se fallabaalguna cosaordenada,que estuviesepor escrito». Sin embargo,po-demos deducir varios puntos fundamentales.

    En primer lugar, era derechoexclusivo de la Iglesia cualquierlegislación sobrelos arrendamientosde cualesquierade sus rentas>así como determinarel proceso de arrendamientoo adjudicaciónentre los pujadores,de lo cual es pruebala constituciónaludida,asícomo cuanto hemos dicho de la legislación sinodal.

    Una vez adjudicadauna renta tras la puja el «principal arren-dador» debíaacudir connotario y testigosante «... dos mayordomos,qualsequierde los del obispo, y cabildo> y clerecía,que han poderde facer las rentas,o en presenciadel obispo, o del cabildo...».Des-pués los escribanosde la curia episcopalredactabanel documentode arrendamientocon la cantidadde la renta, condiciones,obligacio-nes,fiadores,etc.,por el cual el arrendadordebíapagarunacantidadvariable> segúnla cuantíade la renta.

    Debió, sin embargo,sercomúnque se mejoraraun arrendamientoincluso despuésde haberserematadoy otorgado la carta correspon-dientes.A estasmejorasnuestrafuente las llama «quintar» y «re-quintar». Las condicionespara hacerestos quintos y requintos sontambién puestaspor la Iglesia. Como regla general, en el arrenda-miento de don Guillén se admitecualquiermejora> siempreque seasobreel total de la renta arrendada,hasta sesentadías despuésdehecho el remate del arrendamiento,en cualquier lugar del obispadoy se cobreen dinero o especie.La excepciónes queel arrendamientose hubierahecho «a dineros adelantados»y se hubierapagadototal-mente.Ahora bien, como para algunasrentas este plazo sería exce-sivo y perjudicial parael «principal arrendador»,se establecenplazos

    Contenida en 1. RojAs y CoNrnnns: Diversos instrumentos..., op. cit.,foN. 42 y 43.

  • Señoríoy rentasde la iglesia de Cartagena... 995

    más coflos para varias rentas: de veinte y treinta días despuésdesu remate,amén de otras salvaguardiasy pagos que indemnicenalprimer arrendador.

    No sabemosque la Iglesia de Cartagenaprohibieseexpresamentea personaspoderosaso a judíos el arrendamientode ningunade susrentas>exceptola de pie de altar> como vimos. Cosa distinta es quelo evitara prudentementey que en su legislación sinodal condenaraa quienesse apropiaranindebidamentede las rentasy derechosecle-siásticos,fundamentalmentelos poderososy los concejos,por ejem-plo en los sínidos de 1323 y de 1375. En cualquiercaso> corría porcuenta del arrendadorcargar con las dificultades y costasde la re-caudación,si bien éste se ve protegido por la legislación sinodal ensu trabajo, como vimos, al recogeréstala quejade los arrendadoresy denunciar los fraudes, y por la justicia eclesiásticaque le exten-dería el poder para recaudar.

    3. Graneros de la Iglesia

    Si en otros obispadoslos fieles y los arrendadoresmuchasvecesdebierontambién cargar con el almacenamientode las rentasrecau-dadas,no fue éste,en general,el casode nuestroobispado.En efecto>por un lado tenía bastantescomposicioneshechaspor OrdenesMi-litares, señoresy concejos>por lo que en su mayor parte cobrabaen dinero las rentasy derechosy lo demáslo percibiríanlos mayor-domos de los granerosen que aquéllos recogieransus rentas. Porel otro, la misma Iglesia poseíasus propios granerosestratégicainen-te situados y hasta tenía previsto qué cantidad de las rentas allírecogidasdebíadestinarsea los gastosnecesariosde mantenimiento,limpieza, etc., así como la parte correspondienteal pago de los aca-rreadorescontratados.

    En la ciudad de Murcia poseíala Iglesia dos graneros:en el gra-nero mayor se recogían todos los frutos y rentas decimales de laciudad y su término, mientrasen el granerochico, que era del «do-nadio», se recogíanlos frutos y rentas que correspondiesenúnica-mente al obispo y cabildo. Otros granerosmanteníala Iglesia enLorca, Chinchilla, Orihuela,Alicante y en Elche (aquí tenía dos: ma-yor y menor). Podemos considerar como graneros menores los deAlpera, Montealegre, Reas, Alcaudete, Ayora, Sax Villena y algúnotro.

    4. La distribución en rentas

    Por lo queanteriormentehemosvisto era de esperarque la Igle-sia de Cartagena,a fin de proceder a un ordenadoarrendamiento

  • 996 Iluminado SanzSancho

    y posterior división de sus rentasentrelos beneficiados,debíatenerdistribuidos en determinadasrentas los diferentes frutos> derechos>etcétera.Los criterios de distribución en rentas son varios, predo-minandoel de designaríascon el nombredel lugar donde se reco-gían, hastaformar unasola renta los diezmosy censosde un lugardeterminadoo únicamentelos diezmos de varios lugares menoresque se recogíanen otro más importantecon iglesia parroquial. Enlos lugarescomo Murcia y Orihuela, Elche, etc., en que los derechos>diezmos, censos>etc. eran más cuantiosos,el criterio predominantede distribución en rentas es el de los conceptospor los que se per-cibían o la condición de únicos beneficiariosde tales rentas>como,por ejemplo> es renta del donadío de un lugar aquello que corres-pondesólo a obispo y cabildo. Estaban,además>las rentasque pro-venían de las composicioneccon las OrdenesMilitares, que general-menteformabanparte de la rentadel donadío.

    Cuando se trataba de repartir entre los beneficiarios de la «gros-sa» de la mesacapitular la masa de rentas acumuladasse empleanotros nombres.Segúnlos lugares de procedencialas rentas se divi-den en «rentasde ración» y «rentas de préstamo».las primeras de-signanconjuntamentea todaslas rentas quehabían de dividirse enraciones iguales, pero de las que las dignidadesdel cabildo recibíandosy los canónigossolamenteuna.Las rentasde préstamodesignanconjuntamentea todas las rentas de la grossaque se dividían ensólo veintiuna canongías,y tanto a la dignidad como al canónigocorrespondíala misma cantidad: una canongíao prebenda.

    V. DIVISIÓN DE LAS RENTAS DE LA IGLESIA DE CARTAGENAENTRE SUS EENEFIGIARIOS

    Debemosdistinguir entre dos grandesbloques de rentas: el unoconstiuido por todas las rentas que hemos llamado territoriales yjurisdiccionales, y el otro por las rentas propiamenteeclesiásticas,fundamentalmentelos diezmos. Del primer bloque son los grandesbeneficiarios el obispo y el cabildo conjuntamente,con la salvedadde que algunasrentaspatrimoniales constituían parte de los benefi-dos parroquiales.Del segundobloque,separandolas menguadasren-tas que se obtuvieran por el pie de altar, las oblacionesy segura-mente las primicias, que también formarían parte de los ingresosdel clero parroquial,es decir, de las rentas del diezmo eclesiásticolos beneficiarios son el obispo y el cabildo, el clero parroquial> elrey y las fábricasde las iglesias. En este segundobloque se percibecomo sistemabásico de división el tradicional de la Iglesia hispanaen tres tercios: pontifical, clérigos de la parroquia y fábricas. El

  • Señoríoy rentasde la iglesia de Cartagena... 997

    tercio pontifical> pertenecientea obispo y cabildo> atendíaa la limos-na, como vemos reflejado en las fuentes.

    Para determinar lo más concretamenteposible las rentas quepercibía cadabeneficiario, hemos preferido distribuirlas en: rentasde la mesaepiscopal,de la mesacapitular, de los clérigos o benefi-icos y préstamosparroqiales,de las «tercias reales»y del «terzuelo»de las fábricas.

    1. La mesa episcopal.—Lasmesasepiscopaly capitular habíannacido separadasy distintas con la restauraciónde la sede,y así loconfirman las donacionesreales quenombran a ambosbeneficiarios,obispo y cabildo> y también los contratosde censohechospor algúncapitular. En las varias ordenacionesdel cabildo que hubo tambiénpodemos ver las divisiones que entre ambas mesas se hicieron delos bienes y rentaspertenecientesa la Iglesia y al tercio pontifical.

    La ordenación del primer obispo, fray Pedro Gallego, al aceptarel modelo cordobés, consagrabaun principio de división básico ypermanente:dividir por mitad entre ambasmesas,lo que se ve con-firmado por la partición equitativa que se hace entre obispo y ca-bildo de las trescientasalfabas de la dote en 1275 para su adminis-tración y percepción de sus frutos y rentas,mientras que la granmayoría de las demás rentas se administrabanen común, dividién-dose finalmente a partes iguales entre ambasmesas.La ordenaciónque hace don Nicolás de Aguilar reitera este principio fundamentalen 1366 y, en la práctica, se mantendrácon don Guillén en 1381 ysu sucesor,don Fernandode Pedrosa.

    Las rentas de la mesaepiscopal procedíanfundamentalmentedeaquellasque pertenecíana su exclusiva administración y percepción>de las que compartíacon el cabildo catedral y de la parteque sobrelos diezmos tenía asignadatambién junto con el cabildo, es decir,la mitad del tercio pontifical.

    De las rentas de exclusiva administración de esta mesa poco sa-bemos.Las rentas de administración y arrendamientoconjunto conel cabildo eran: la renta del extremeño en todo el obispado (con-sistente en el medio diezmo de este ganado y en el diezmo de suqueso y lana); la renta del donadío de la ciudad de Murcia> queconsistía en: un tercio del cúmulo total del trigo> cebada,alcandía,aceite, lino y panizo del granero mayor, más el vino del granerochico, más un tercio de la renta de minucias de la ciudad una vezdescontadasvarias costas; la renta de los treinta dineros de los ju-díos de Murcia y su oficialazgo, con Cartagenay Lorca; la renta delos censalesde la dote de la iglesia que hay en la ciudad y huertade Murcia; la renta de las ofrendasde la iglesia mayor y de los hos-pitales y ermitas de su parroquia. Además, los donadíos siguientes:las rentas y diezmos de Monteagudo, el diezmo de Fortuna y el de

  • 998 Iluminado SanzSancho

    Cotillas. Las composicionespor los diezmos debidos de Caravaca,Avanilla, Archenay Picote. Igualmenteeran exclusivasde ambasme-sas las rentas de su señoríode abadengode Alguazasy Alcantarilla,los diezmos de Cartagenay los de Las Quéjolas.

    Otras rentas que también pertenecíana ambas mesasy se divi-dian por mitad eran éstas: el donadío de Orihuela, consistenteenuna renta del trigo que se solía arrendaraparte del de realengoyque cuando se arrendabaen común correspondíaa 1/7 del total;este donadío también lo habíaen las rentasde la cebada>alcandía>aceite, lino, vino y minucias de la ciudad de Orihuela. También per-tenecíana ambasmesasla renta de los treinta dineros de los judíosde Orihuelay su arciprestazgo>la rentade la morería de Elche y losdiezmosdel almojarifazgoreal. Finalmente,como rentasde donadíoen la parte de Aragón: los diezmos de Cox, las tierras y rentas deldonadío de Catral, el diezmo de Salinasy los diezmos de Almoradíy Albatera.El graneromenor de Elche recogíalas rentasdel donadíode estelugar y los diezmosde sus cuatroalquerías,tocandoal obis-po y cabildo dos tercios de ellas. De Crevillente sólo llevaban el re-diezmo en sus diezmos.

    Las rentas procedentesdel tercio pontifical que tocabanpor losdiezmos eclesiásticos,compartidastambién con el cabildo, eran: enMurcia, treinta y nueve racionesde las rentasdel trigo> cebada,al-candía, higos, aceite, lino, panizo y vino del granero mayor; de larentade la miel y cera, y de la rentade minucias de la ciudad, aun-que éstasuna vez deducidasvarias costas.Además,en la parte cas-tellana del obispado>las terciaspontificales del diezmo de Beniaján,Cinco Alquerías,Beniafiel, Librilla, Alhama,Molina Seca.Cieza,Lorca(aquí equivalían a veinticuatro raciones), Hellin, Tobarra, Villena,Yecla, Alcaudete,Almansa,Sax,Chinchilla, Alpera,Montealegre.Peñasde San Pedro, Albacete,La Gineta, Jorquera,Beas, Torres y Cubas,Huéscar,Galeray Castilleja.Por fin, en la partede Aragón: un terciode las rentas del trigo> cebada,alcandía, higos, aceite, lino, vino,carnaje y minucias de Orihuela; más el tercio de los diezmos deCallosa,Catral y Almoradí, Guardamar,Elche (del granero mayor),Alicante, Busot, Monforte, Agost, Alcaudete, Jumilla y Ayora.

    2. La mesa capitular.—Eran rentas de única administración yarrrendamientodel cabildo las procedentesde las trescientascua-renta tahullas en la huertade Murcia( la mayoría de ellas distribui-das entre los beneficiadoscapitulares),diversos censosde tierras ycasas,el tercio pontifical de los diezmos eclesiásticosy rentas deMuía con su Pueblay de los diezmos de Lorqul y Ceptí, más lascomposicionesde Campos y Albudeite. Las demás rentas las parti-cipaba con el obispo.

  • Señoríoy rentas dela Iglesia de Cartagena... 999

    Interesanteresulta examinar cómo se dividían las rentas queconstituíanla «grossa»(«globo universal de las rentas comunes,asídicha grossa,por sercumulacióngruessa>’,nos dice la fuente) de lamesa capitular entre sus componentes.Modos y tiempos de estasdivisiones habían sido recogidoscomo definitivamente cuajadosen1366, y aparecencompletadosy pormenorizadosdespuésde más deun siglo de aplicación, divididos en dos grandesapartados: rentasprocedentesde Castilla y de Aragón,y subdivididasen rentas de ra-ción y de préstamo.

    Las rentas de ración se dividían en veintinuevecanongiaso pre-bendas>de las cuales correspondíandos a cada dignidad, más otratodavíaal tesoreroy otra al maestrescuela,una correspondíaa cadacanónigo, media al racionero y una cuarta de canongía al medioracionero.

    Las «rentasde maravedísde ración de la partede Castilla» eran:las rentas de Alguazas y Alcantarilla, más las penasy herenciassilas hubiere.La renta del molino de Alcantarilla y la del carnaje deMurcia. Las sobrasde los docemil maravedíesdel carnajede Murciadestinadosa las costasdel vino en el graneromayor de Murcia, lassobras de los remostos y lagarejosde ambos granerosde Murcia.Las rentasde minuciasy las de la miel y cerade Murcia. La rentade los treinta dineros de los judíos de Murcia y su oficialazgo, máslos de Lorca y Cartagena.Los censosde trigo y cebadade la Torre.La rentadel lino y los censalesde la dote de Murcia. Las rentasdeMonteagudo,Beniaján,Cinco Alquerías,Ceptí y Lorqul, Beniafiel conAlfandarin, Real> Realetey Santomera.La renta de Cartagenay lasde Huéscar,Galera y Castilleja con los lugares de su arciprestazgo.Las rentas de las composicionesde Cotillas, Archena y Calasparra.La parte tocante al cabildo de las rentasdel extremeñoen todo elobispadoy de los almojarifazgosde Murcia, Lorca y Cartagena.Cen-sos de trigo y cebadade Villena> másotros censosde tierrasy casasdel cabildo, cuyassobrasa repartir ascendíana 572 maravedíes.Estasrentas todas ya estabanlistas para dividir una vez que se sacaranlas costasordinariasy extraordinariasanualesdel cabildo: subsidios,visitaciones,limosnas,etc.

    Las «rentasde ración en sueldos de la parte de Aragón» eran:las rentas de Orihuela y sus aldeas(las cuales llegan ya repartidasa cada beneficiario por el procurador que el cabildo mantenía enOrihuela). Las rentas de Aspe> Elda> Novelda, Chinosa y Monóvar.Las rentasde las salinas.Las rentasdel extremeñode la Gobernaciónde Orihuelay del extremeñode Ayora. Las rentas de la morería deElche. La composiciónde Albatera y el franco de Aspe

    Por su parte> las rentas de la grossa que eran de préstamo sedividían en veintiuna partes iguales, ya que la dignidad no tomaba

  • 1000 Iluminado SanzSancho

    sino una sola canongíao prebenda,al igual que el canónigo, peroracionerosy medio racionerosseguíanpercibiendosólo su mitad ycuarta parte correspondientes.

    Las «rentasde maravedísde préstamode la parte de Castilla»posicionesde Avanilla (337 mrs.) y de Cehegín,Caravacay Canara(250 mrs.).

    Las «rentasde florines de préstamode la partede Castilla» eran:las rentasde Chinchilla y sus alquerías,las de Albacetecon La Ginetay La Grajuela, las de Las Peñasde San Pedro con Las Quéjolas ylas soldadasde los collazos, las de ¡orquera y lugares de su arci-prestazgo,las de Hellin con Isso y sus alquerías,las de Tobarraconsu alquería, y las rentas de Jumilla, Villena, Sax> Alhama y Yecla.

    Las «rentasde préstamoen florines de la partede Aragón» eran:las de Ayora, Alcaudete, Alicante con Aguas y Busot y el almojari-fazgo, las rentas de Monforte con Agost, las de Petrel, Guardamary La Muela, y las rentasde Elche con Crevillente.

    Había ademásotras distribuciones,entre los capitulares,de ren-tas de la grossa que se hacíanpor asistenciaa fiestas especialesyotras por asistencianormal a sus obligaciones, llamadas distribu-ciones cotidianasy ordinarias.Pero estereparto> así como el cuándode las varias distribucionesno lo consideramosnecesarioincluir eneste breve artículo.

    Sin embargo, podemos examinar los casos particulares por serilustrativos, es decir, qué percibían de hecho los diversos beneficioscapitulares,teniendoen cuentaque ademáscada capitular ingresabauna cantidad mayor o menor en razón de su presenciao ausenciade los actoscultualesobligados.Otros ingresosmenorestambiénlosconstituían su asistenciaa aniversariosinstituidos o la realizaciónde algunagestióno comisiónqueel capítuloencomendaraaun miem-tiro suyo.

    El deánposeía como beneficio uno de íos dos prestimoniosquela Iglesia tenía en Molina Seca,la prebendaaneja a cada dignidad,máslas veinticuatro tahullasen Albadel que tambiénestabanunidasa cada dignidad. Además,las rentas de la mesa capitular, tanto lasque se distribuían en especiecomo las de la grossa,percibiendoaligual que las demás dignidadesdos «raciones»y un «préstamo».Fi-nalmente, «ganabalas ausencias»con su categoríade dignidad enlas distribuciones>es decir, el duplo de lo que tocaseal canónigo.

    El arcedianode Cartagenapercibía como beneficio la doceavaparte de las rentasde pan,vino y de todo fruto que se recogía de laciudad de Murcia en su graneromayor y queva apartede las rentasque se arriendanen dinero como el lino, etc. Por ser también dig-nidad poseeráuna prebendaaneja,etc., como en el caso del deán.

  • Señorioy rentas de Za Iglesia de Cartagena... 1001

    Las demás percepcionesde distribucionessiguenla regla generaldelos capitulares.

    El arcedianode Lorca como beneficio tenía tres porcionesenLorca, conjuntamentecon el chantre, que eran equivalentesa tresbeneficios parroquiales,más las rentasy frutos y tahullas anejasatoda dignidad capitular. Igualmentelas demás percepcionesde lasdistribucionespor asistencia.

    El beneficio del chantre lo constituían tres porcionesen Lorcaparticipadascon el arcedianode Lorca> más su respectivaprebendaaneja a toda dignidad> etc.> como en los casosanteriores.

    Los dos oficios, tesoreroy maestrescuela,en razón de su trabajoy de que de ellos dependíansacristán,campanero,etc., de unaparte>y maestrode Gramática,Lógica y Artes, de otra, gozabande unaprebendamás cada uno, ademásde la aneja a cada dignidad, pre-bendaquenuncapodíavacar,y de treinta y seis tahullasen Albadelen lugar de sólo veinticuatro. Además,el tesorerocompartíacon elarcedianode Cartagenala doceavaparte de las rentas en especiedel graneromayor de Murcia. Para lo demásamboseran dignida-des del cabildo.

    El beneficio de cada canónigo se componíade doce tahullas enAlbadel, másuna «ración»y un «préstamo»de las rentasde la mesacapitular. Las distribucionesextraordinariasy las cotidianaspor asis-tencia al culto, etc., podían sumar en más o en menosel total deingresosde cada uno> sabiendoque le tocabala mitad que a la dig-nidad y el doble que al racionero.

    Los racioneros tenían como beneficio, cada uno> seis tahullasen Albadel, más media «ración’> y medio «préstamo»de las rentasde la mesa capitular> mientras participaban en las distribuciones,percibiendola mitad que el canónigo y el doble que el medio ra-cionero. Finalmente,los medio racionerostenían tres tahullas, másuna cuartade «ración»y unacuartade «préstamo»,y con esta mis-ma proporción participabanen las distribuciones.

    Aunque sin sercomponentesdel cabildo, el diáconoy el subdiá-cono eran sus servidoresinstituidos en el culto de la iglesia mayory tenían su beneficio asignado.Ambos recibían, al igual que cual-quier otro clérigo parroquial de Murcia> una porción íntegra delgranero mayor. Además contaba con cuatro tahullas en Albadel yuna capellaníadotadacon 600 maravedíesel diácono,mientrasqueel subdiáconosólo con una capellanía también de 600 maravedíes.

    3. Los beneficiosparroquiales.—Encuanto a los frutos y rentasde los beneficios y préstamosparroquialesdebieron estar siempreclaros, pues se siguió la normativa del derechocomún eclesiásticoy su correspondientesanciónen el concilio vallisoletano de 1322 so-bre la erecciónde un beneficio. Esto en cuanto a las rentas proce-

  • 1002 Iluminado SanzSancho

    dentes de la dotación de cada beneficio o préstamo, y en cuantorespectaa la participación del beneficiadoo prestameroparroquialen las rentasdel diezmo eclesiástico,como parte integrantetambiénde su beneficio, siempre mantuvo su tercio correspondiente.

    Así, el tercio de los diezmoscorrespondientesal clero parroquialen la ciudad de Murcia se componíade treinta y tres raciones,tan-tas como beneficiosparroquialesy préstamoshabía en las iglesiasde la ciudad, más la ración de diáconoy subdiáconovistas. En otroslugares la parte correspondientea este tercio también se distribuíaentre los beneficiosy préstamosque hubiera en cada iglesia parro-quial, con algún ligero retoqueen ciertos casos.

    4. Tercias reales.—Ladistribución del tercio de fábrica fue sen-cilIo asuntoen general,una vez que se admitió la participación delrey en las rentasdecimalesy se asignarondos novenosparalas ter-cias reales,es decir, queel fisco real en generalpercibía dos terciosdel tercio de fábrica de cada iglesia parroquial. La Iglesia de Car-tagena no debió oponer resistenciaa esta contribución extraordi-naria, que se convertida en ordinaria a mediadosdel siglo xrv, yaque ella misma se beneficiabade abundantesconcesionesreales ypoco le podía suponerdestinarpara la haciendaregia esa parte deltercio de las fábricasde las parroquias.Las noticias queposeemosde las relaciones fisco real-Iglesia de Cartagenanos permiten su-ponerlo.

    Lo anterior vale para la parte castellanadel obispado> porqueel caso de la parte aragonesafue distinto. También aquí cuajaronalgunasexigencias similares de cobros sobre las tercias de fábricapero a favor de las señoríastemporales.Las señoríasde Alcaudete,La Daya y Ayora percibían los dos tercios del tercio de fábrica desus iglesias,mientrasla señoríade Elche se llevaba un tercio de losdiezmosde la villa que anteriormentehabíansufrido dos rediezmos.La señoríade Crevillente tomabatodos los diezmos tras un primerrediezmo en favor de obispo y cabildo, y la del valle de Elda untercio del ochenta por ciento de los diezmos,pues el obispo y ca-bildo previamenteapartabanun quinto íntegro para ellos.

    Pero también en la parte castellanahabía lugares que no coti-zaban tercias reales,bien por ser donadíos(Monteagudo,Fortuna yCotillas), bien por ser composición con las Ordenes o con algúnseñor, bien por llevárselasel obispo (Sax y Las Ouéjolas).

    Así pues, el fisco real castellanopercibía las tercias reales deestos lugares: de las treinta y tres racionesque en la ciudad deMurcia correspondíana la fábrica de sus iglesias,es decir, veintidósracionesen total; las tercias de Beniaján,Cinco Alquerías,Heniafiel,Librilla, Alhama, Muía, Molina Seca,Lorca (en total catorceraciones

  • Señoríoy rentas de la Iglesia de Cartagena... 1003

    de esta ciudad)> Alpera, Montealegre,Las Peñasde San Pedro, Al-bacete,La Gineta, Jorquera>Beas, Torres y Cubasy Huéscar.

    4. Las tercias de fábrica o terzuelos.—Lafábrica de las iglesiasque estabanen la parte del obispadopertenecientea la corona deCastilla se vio realmenteperjudicadadesde el momento en que seintrodujo la obligaciónde pagarasu costalas terciasreales,quedandopara estasfábricassólo un tercio de su tercio correspondientedelos diezmos eclesiásticos,es decir, el terzuelo. Esta pequeñarentaaún se verá más disminuidacon la obligación impuestaen el sínodode 1416 de entregar el quinto de su terzuelo para la obra de lacatedral, obligación que también afectabaa las fábricas de la partearagonesadel obispado.

    Las únicas iglesias que podíansalir algo más airosaseran las si-tuadasen la parte aragonesay cuya fábrica no tuviera queentregar«tercias reales» a la señoríacorrespondienteo al obispo> es decir>las iglesias de Orihuela y las de Callosa, Catral, Almoradí, Jumilla,Guardamar,Alicante, Busot y Monforte.

    Iluminado SANZ SANcHo(Universidad de Madrid)