Separata Trento

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1 Reforma Católica y Concilio de Trento (1545-1563) 1. Antecedentes Un intento fallido: Adriano VI En 1522 es elegido Papa un alemán con el nombre de Adriano VI, personaje muy cercano a los Hermanos de la Vida Común y al Emperador Carlos V de quien recibió el obispado. Bajo su gestión pretendió unificar a los cristianos enfrentados (Francisco I (Francia) vs. Carlos V (Alemania-España) para enfrentar a los turcos. Fracasó. Por otra parte intentó reformar la Curia, tampoco lo logró. Fue un Papa rigorista, mal comprendido. Llegó a leer una grandiosa confesión de culpa de la mundanizada curia. Lutero lo tachó de tonto e ignorante. La renovación de la curia Paradójicamente la empezó Paulo III (1534-1549). En 1536 convocó al Consilium de enmendanda Ecclesia. Allí se reconoció la corrupción de la Curia y el Papado. Sin embargo, no tuvo mayor éxito. Por 1542, Ignacio de Loyola recomendó al Papa organizar mejor la defensa mediante el Tribunal de la Santa Inquisición Romana. “El concilio se suspendió el Viernes Santo y me pareció ver ante mí el cuerpo de Cristo, de quien el concilio, que representa al conjunto de la Iglesia, es imagen. Hace bien poco, este alumbraba las mayores esperanzas de reforma, y ahora, al igual que Nuestro Señor en el día de su Pasión, parece que lo hayan azotado, que haya muerto y que vaya a ser enterrado. Pero ese mismo día, recordé la resurrección de Cristo y todas las bendiciones que trajo consigo, y entonces albergué nuevas esperanzas. “ El cardenal Pole al cardenal Seripando, julio de 1552. Historia de la Iglesia Moderna Semestre 2009-1 Profesor: Carlos Aburto Cotrina Para reflexionar y debatir: 1. ¿En qué consistió la reforma católica? 2. ¿Es válida la expresión contrarreforma? ¿Por qué? 3. ¿Qué implicancias tuvo el Concilio de Trento en la Historia de la Iglesia?

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    Reforma Catlica y Concilio de Trento (1545-1563)

    1. Antecedentes Un intento fallido: Adriano VI

    En 1522 es elegido Papa un alemn con el nombre de Adriano VI, personaje muy cercano a los Hermanos de la Vida Comn y al Emperador Carlos V de quien recibi el obispado.

    Bajo su gestin pretendi unificar a los cristianos enfrentados (Francisco I (Francia) vs. Carlos V (Alemania-Espaa) para enfrentar a los turcos. Fracas.

    Por otra parte intent reformar la Curia, tampoco lo logr. Fue un Papa rigorista, mal comprendido. Lleg a leer una grandiosa confesin de culpa de la mundanizada curia. Lutero lo tach de tonto e ignorante.

    La renovacin de la curia

    Paradjicamente la empez Paulo III (1534-1549). En 1536 convoc al Consilium de enmendanda Ecclesia. All se reconoci la corrupcin de la Curia y el Papado. Sin embargo, no tuvo mayor xito.

    Por 1542, Ignacio de Loyola recomend al Papa organizar mejor la defensa mediante el Tribunal de la Santa Inquisicin Romana.

    El concilio se suspendi el Viernes Santo y me pareci ver ante m el cuerpo de Cristo, de quien el concilio, que representa al conjunto de la Iglesia, es imagen. Hace bien poco, este alumbraba las mayores esperanzas de reforma, y ahora, al

    igual que Nuestro Seor en el da de su Pasin, parece que lo hayan azotado, que haya muerto y que vaya a ser enterrado. Pero ese mismo da, record la

    resurreccin de Cristo y todas las bendiciones que trajo consigo, y entonces albergu nuevas esperanzas.

    El cardenal Pole al cardenal Seripando, julio de 1552.

    Historia de la Iglesia Moderna Semestre 2009-1 Profesor: Carlos Aburto Cotrina

    Para reflexionar y debatir: 1. En qu consisti la reforma catlica? 2. Es vlida la expresin contrarreforma? Por qu? 3. Qu implicancias tuvo el Concilio de Trento en la Historia de la

    Iglesia?

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    Documento 1: procesos de reforma anteriores

    l impulso de reforma no solo en Kast, Melk, Bursfeld y Valladolid parti de

    los seores temporales del lugar, sino tambin en la orden premonstratense, comenzando por Magdeburgo en los aos 1446-1447. La reforma condujo a una visitacin sistemtica, promovida por Carlos de Francia y decidida en 1502, cuyas circunstancias polticas, sin embargo, fueron ocasin de que las circaras inglesas (1512), escocesas y holandesas (1552) y espaolas (1573) se separaran para formar congregaciones autnomas. Los comienzos de esta reforma estaban ya bajo el influjo de la congregacin de cannigos de Windesheim, que naci en 1395; se incorporaron a ella (1500) 87 cabildos, y en conjunto fecund a 300 monasterios. Su piedad, que inicialmente tuvo fuerte carcter contemplativo, se aproximaba a los hermanos de vida comn, una comunidad semirreligiosa de clrigos sin regla existente desde 1380, imitacin de los begardos, cuyo objeto era llevar a la vida del mundo una piedad ntima (devotio moderna). En Italia y Portugal ejercieron, desde 1404, cierta influencia los cannigos de san Jorge de Alga (junto a Venecia). La reforma de los observantes

    Por el descontento que produjo la relajacin del precepto de la pobreza despus de la intervencin de Juan aparecieron en la orden franciscana, independientes unos de otros, movimientos de retorno a la primitiva observancia en Italia (1368), Francia (1372), Hungra (1380) y Espaa (1397). En 1415, el concilio de Constanza permiti al grupo reformista francs un vicario general y un captulo general propios. Gracias al prestigio de Bernardino de Siena (+ 1444) y de Juan de Capistrano (+ 1456), subi de punto dentro de la orden la creciente observancia en contraste con los conventuales refractarios a la reforma, tanto ms por el hecho de que las tentativas de unin haban fracasado, o bien, al no aceptarse ms que parcialmente los deseos de reforma, haban llevado a la formacin de nuevos grupos. La ltima tentativa ordenada por Len X trajo en 1517 una unin de todos los grupos de observantes, pero sell tambin la divisin de la orden en observantes y conventuales; los

    observantes lograron claro predominio al mandar el cardenal Jimnez de Cisneros a los franciscanos espaoles que se unieran a aqullos. Sin embargo, por su gran dilatacin la observancia perdi fuerza interna, de suerte que, aguijados por el deseo de ms alta perfeccin, surgieron dentro de la observancia nuevos grupos de reforma (en 1531 los riformati de Italia, en 1540 los alcantarinos de Espaa y en 1592-1602 los recoletos de Francia; en 1897 unidos todos de nuevo a la observancia). El grupo ms importante de reforma fueron los capuchinos. Iniciada el ao 1525, esta reforma aspiraba bajo Luis de Fossombrone, el verdadero fundador, a una restauracin de la bula Exiit, con tendencias a la vida eremtica, que fue aprobada en 1536. En 1619 los capuchinos lograron hacerse independientes del ministro general de los conventuales y, con ellos, formar una orden propia; desde entonces se consagraron tambin ms intensamente al apostolado popular (misiones) y se pusieron particularmente al servicio de los esfuerzos de la contrarreforma. Caracterstica de estos movimientos de reforma es la necesidad de alejamiento eremtico y, con ello, dentro de las rdenes mendicantes, un retorno en muchos casos a la primitiva forma de existencia. El impulso vino de contactos con los camaldulenses y, en el caso de la observancia de los jernimos de 1422, con los cartujos. Los eremitas del sur de Italia, unidos el ao 1454 en la orden de los mnimos (confirmada en 1493 por Alejandro VI), vivan juntos en eremitorios; no se salieron de la orden franciscana, y seguan la regla de san Francisco, si bien con el fin de llevar una vida ms estrecha que la prescrita por Francisco a los frailes menores. Por estadios de reforma semejantes a los de los franciscanos pasaron tambin los servitas. De Montesenario, cuna de la orden, sali en 1411 un movimiento de reforma que recibi en 1440 un vicario general propio, pero no pudo impedir la separacin de nuevos grupos reformistas (as, en 1491, la observancia de Corvara). Todos ellos, incluso la ltima reforma de los servitas

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    descalzos (1593), aspiraban a restaurar el primigenio ideal eremtico. Un movimiento de observantes parti tambin del sur de Alemania en 1389 por obra de Raimundo de Capua, y fue enrgicamente favorecido en Italia por Catalina de Siena. Aqu tambin se formaron grupos particulares (as por obra de Girolamo Savonarola) una vez que, por los aos 1475-1477, Sixto IV permiti de modo general la posesin de bienes races; pero no se lleg a escisiones definitivas, porque los conventuales, por iniciativa de Po v, entraron en la observancia. Ms marcada que entre los dominicos fue la corriente de observancia en la orden de los carmelitas, en el sentido de mantener el rigor antiguo, cuya mitigacin se haba solicitado en 1430 de Eugenio IV. El general Juan Soreth, en 1466, quiso contrarrestar la formacin de grupos aparte por medio de una reforma general, que no tuvo xito duradero, pero condujo a la creacin de la rama femenina, que an faltaba; pues en 1452, tras una visita del cardenal Nicols de Cusa, las beguinas de Geldres se unieron a los carmelitas. La reforma de los carmelitas De las monjas carmelitas arrancara en 1563 una escisin de toda la orden, que se debi nicamente a la energa de Teresa de Jess. En su mstica entraba, adems del retiro eremtico, la introduccin de una clausura. A eso aadi Juan de la Cruz en la rama masculina desde 1568, entre grandsimas dificultades, la renuncia (abandonada luego) a la cura de almas y a la predicacin. La divisin de la orden en carmelitas calzados y descalzos se concluy por iniciativa del partido reformador en 1593. Por el mismo tiempo se dividieron tambin los ermitaos de san Agustn en calzados y descalzos, una vez que tambin entre ellos (sobre todo en Italia, Espaa y Alemania), desde fines del s. XIV, la

    observancia haba hallado expresin visible en diversas congregaciones. Como fenmeno caracterstico, el deseo de volver al ideal primitivo de la fraternidad y desprenderse del lastre histrico acumulado, se haba despertado en la mayora de las rdenes mendicantes a fines del s. XIV. Tena sus races en el esfuerzo de la Iglesia de la baja edad media por la propia reforma, y ni siquiera en los epgonos del movimiento de reforma fue una reaccin contra la reforma protestante, que, segn la manera de entenderse a s misma, no quera por su parte ms que restablecer el cristianismo primitivo. Por mucho que todas las rdenes hubieran de sufrir a causa de la hostilidad de los reformadores protestantes frente a la vida monstica y por muy considerables prdidas que hubieran de lamentar en sus propias filas, en ninguna parte, sin embargo, es de observar una ruptura decisiva en la evolucin de la estructura como tal de cada orden. Las tentativas de reforma de las rdenes monsticas y canonicales ms antiguas no han de mirarse como retorno a la primitiva forma de vida, sino, ms bien, como ensayos de adaptacin con miras a las ventajas de una asociacin personal, para escapar a la propia decadencia. Dentro de esta corriente reformista que mira menos al pasado, hay que poner, en el marco de la reforma catlica, las nuevas creaciones de rdenes, que estn representadas por la orden de los jesuitas, cuyo origen tampoco puede atribuirse a la reforma protestante. El prototipo de esas rdenes parece ser los hermanos de vida comn, aunque no puede demostrarse un apoyo directo en ellos; y precisamente esta comunidad solo en escasos restos pudo escapar a la ruina entre los trastornos de la reforma protestante. Fuente: http://www.mercaba.org/Mundi/5/religiosos.htm

    Qu llev a la conformacin de los movimientos de observantes? En qu tipo de asociaciones religiosas se dio?

    En qu radica la importancia de la reforma carmelita?

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    Documento 2: Bula convocatoria del Concilio de Trento Paulo III (Fragmento)

    Obispo, siervo de los siervos de Dios: para

    perpetua memoria. Considerando ya desde los principios de este nuestro Pontificado, que no por mrito alguno de nuestra parte, sino por su gran bondad nos confi la providencia de Dios omnipotente; en qu tiempos tan revueltos, y en qu circunstancias tan apretadas de casi todos los negocios, se haba elegido nuestra solicitud y vigilancia Pastoral; desebamos por cierto aplicar remedio a los males que tanto tiempo hace han afligido, y casi oprimido la repblica cristiana. Mas Nos, posedos tambin, como hombres, de nuestra propia debilidad,

    comprendamos que eran insuficientes nuestras fuerzas para sostener tan grave peso. Pues como entendisemos que se necesitaba de paz, para libertar y conservar la repblica de tantos peligros como la amenazaban, hallamos por el contrario, que todo estaba lleno de odios y disensiones, y en especial, opuestos entre s aquellos Prncipes a quienes Dios ha encomendado casi todo el gobierno de las cosas. Porque teniendo por necesario que fuese uno solo el redil, y uno solo el pastor de la grey del Seor, para mantener la unidad de la religin cristiana, y para confirmar entre los hombres la esperanza de los bienes celestiales; se hallaba casi rota y despedazada la unidad del nombre cristiano con cismas, disensiones y herejas.

    Paulo

    2. Objetivos y logros Combatir la difusin de la doctrina de Martn Lutero fue el imperativo del Estado Imperial de Carlos V y de la Iglesia a partir del ao 1517, y Trento, tras muchas discusiones y no pocas oposiciones, fue elegida la sede de un Concilio Ecumnico por su colocacin estratgica en el corazn de Europa y bajo el dominio del Emperador. El concilio fue anunciado en noviembre de 1544. Tras varios intentos fallidos, se inici el 13 de diciembre de 1545 y se concluy el 14 de diciembre 1563 despus de veinte aos durante los cuales el escenario se traslad a la ciudad de Boloa y sufri varias interrupciones. Durante el Concilio se enfrentaron dos lneas de pensamiento, una que propona en primer plano la reforma moral y disciplinar al interior de la Iglesia corrompida; la otra, ms bien, se diriga bsicamente a condenar la nueva doctrina de Martn Lutero. El Concilio de Trento consigui obtener un compromiso entre los partidarios de ambas posiciones, elimin la teora de la justificacin por la fe, y afirm la necesidad de las obras para obtener la salvacin eterna. Incluso se puso en marcha una reorganizacin y moralizacin del aparato eclesistico y se decretaron reglas de comportamiento para los obispos, confirmndose la indiscutible y absoluta autoridad del pontfice.

    3. Desarrollo Papados: Paulo III, Julio III y Po IV.

    Periodos: 1545-1547; 1551-1552 y 1562-1563.

    11 sesiones en total.

    Paulo III inicia el concilio. Reforma del Colegio cardenalicio.

    Apoyo de reyes: Carlos V (Sacro Imperio-Espaa) y Francisco I (Francia). Pusieron fin a sus luchas.

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    Y deseando Nos tambin que estuviese prevenida, y asegurada la repblica contra las armas y asechanzas de los infieles; por los yerros y culpas de todos nosotros, ya al descargar la ira divina sobre nuestros pecados, se perdi la isla de Rodas, fue devastada la Ungra, y concebida y proyectada la guerra por mar y tierra contra la Italia, contra la Austria y contra la Esclavonia: porque no sosegando en tiempo alguno nuestro impo y feroz enemigo el Turco; juzgaba que los odios y disensiones que fomentaban los cristianos entre s, era la ocasin ms oportuna para ejecutar felizmente sus designios. Siendo pues llamados, como decamos, en medio de tantas turbulencias de herejas, disensiones y guerras, y de tormentas tan revueltas como se han revuelto, para regir y gobernar la navecilla de san Pedro; y desconfiando de nuestras propias fuerzas, volvimos ante todas cosas nuestros pensamientos a Dios, para que l mismo nos vigorase y armase nuestro nimo de fortaleza y constancia, y nuestro entendimiento del don de consejo y sabidura. Despus de esto, considerando que nuestros antepasados, que tanto se distinguieron por su admirable sabidura y santidad, se valieron muchas veces en los ms inminentes peligros de la repblica cristiana, de los concilios ecumnicos, y de las juntas generales de los Obispos, como del mejor y ms oportuno remedio; tomamos tambin la resolucin de celebrar un concilio general: y averiguados los pareceres de los Prncipes, cuyo consentimiento en particular nos pareca til y conducente para celebrarlo; hallndolos entonces inclinados a tan santa obra, indicamos el concilio ecumnico y general de aquellos Obispos, y la junta de otros Padres a quienes tocase concurrir, para la ciudad de Mantua, en el ao de la Encarnacin del Seor 1537, tercero de nuestro Pontificado, como consta en nuestras letras y monumentos, asignando su abertura para el da 23 de mayo, con esperanzas casi ciertas de que cuando estuvisemos all congregados en nombre del Seor, asistira su Majestad en medio de nosotros, como prometi, y disipara fcilmente por su bondad y misericordia

    todas las tempestades de estos tiempos, y todos los peligros con el aliento de su boca. Pero como siempre arma lazos el enemigo del humano linaje contra todas las obras piadosas; se nos deneg primeramente contra toda nuestra esperanza y expectacin, la ciudad de Mantua, a no admitir algunas condiciones muy ajenas de la conducta de nuestros mayores, de las circunstancias del tiempo, de nuestra dignidad y libertad, de la de esta santa Sede, y del nombre y honor eclesistico; las que hemos expresado en otras letras Apostlicas. Nos vimos en consecuencia necesitados a buscar otro lugar, y sealar otra ciudad, que no ocurrindonos por el pronto oportuna ni proporcionada, nos hallamos en la precisin de prorrogar la celebracin del concilio hasta el primer da de noviembre. Entre tanto nuestro cruel y perpetuo enemigo el Turco invadi la Italia con una grande y numerosa escuadra; tom, destruy y saque algunos lugares en las costas de la Pulla, y se llev cautivas muchas personas. Nos estuvimos ocupados, en medio del grande temor y peligro de todos, en fortificar nuestras costas, y ayudar con nuestros socorros a los comarcanos, sin dejar no obstante de aconsejar entre tanto, ni de exhortar los Prncipes cristianos a que nos manifestasen sus dictmenes acerca del lugar que tuviesen por oportuno para celebrar el concilio. Mas siendo varios y dudosos sus pareceres, y creyendo Nos que se dilataba el tiempo mas de lo que pedan las circunstancias; con muy buen deseo, y a nuestro parecer tambin con muy prudente resolucin, elegimos a Vincencia, ciudad abundante, y que adems de tener la entrada franca, gozaba de una situacin enteramente libre y segura para todos, mediante la probidad, crdito y poder de los Venecianos, que nos la concedan. Pero habindose adelantado el tiempo mucho, y siendo necesario avisar a todos la eleccin de la nueva ciudad; y no siendo posible por la proximidad del primer da de noviembre, que se divulgase la noticia de la que se haba asignado, y estando tambin cerca el invierno; nos vimos otra vez necesitados a diferir con

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    nueva prrroga el tiempo del concilio hasta la primavera prxima, y da primero del siguiente mes de mayo. Tomada y resuelta firmemente esta determinacin, habindonos preparado, as como todas las dems cosas, para tener y celebrar exactamente con el auxilio de Dios el concilio; creyendo que era muy conducente, as para su celebracin, como para toda la cristiandad, que los Prncipes cristianos tuviesen entre s paz y concordia; insistimos en rogar y suplicar a nuestros carsimos hijos en Cristo, Carlos emperador de Romanos siempre Augusto y Francisco rey cristiansimo, ambos columnas y apoyos principales del nombre cristiano, que concurriesen a un coloquio entre s, y con Nos: en efecto con ambos habamos procurado muchsimas veces por medio de cartas, Nuncios y Legados nuestros a latere, escogidos entre nuestros venerables hermanos los Cardenales, que se dignasen pasar de las enemistades y discordias que tenan a una piadosa alianza y amistad, y prestasen su auxilio a los negocios de la cristiandad que se arruinaban; pues teniendo ellos el poder principal concedido por Dios para conservarlos, tendran que dar rgida y severa cuenta al mismo Dios, si no lo hiciesen as, ni dirigiesen sus designios al bien comn de la cristiandad. Por fin movidos los dos de nuestras splicas, concurrieron a Niza, adonde Nos tambin emprendimos un viaje largo y muy penoso en nuestra anciana edad, llevados de la causa de Dios y del restablecimiento de la paz: sin que entre tanto omitisemos, pues se acercaba el tiempo sealado para principiar el concilio, es a saber, el primer da de mayo, enviar a Vincencia Legados a latere de suma virtud y autoridad, del nmero de los mismos hermanos nuestros los cardenales de la santa Iglesia Romana, para que hiciesen la abertura del concilio, recibiesen los Prelados que vendran de todas partes, y ejecutasen y tratasen las cosas que tuviesen por necesarias, hasta que volviendo Nos del viaje y conferencias de la paz, pudisemos arreglarlo todo con la mayor exactitud. En el tiempo intermedio nos dedicamos a aquella santa, y en extremo necesaria obra, es a saber, a tratar de la paz entre los Prncipes; lo que por

    cierto hicimos con sumo cuidado, y con toda caridad y esmero de nuestra parte. Testigo nos es Dios, en cuya clemencia confibamos, cuando nos expusimos a los peligros de la vida y del camino. Testigo nos es nuestra propia conciencia, que en nada por cierto tiene que reprendernos, o por haber omitido, o por no haber buscado los medios de conciliar la paz. Testigos son tambin los mismos Prncipes, a quienes tantas veces, y con tanta vehemencia hemos suplicado por medio de Nuncios, cartas, Legados, avisos, exhortaciones, y toda especie de ruegos, que depusiesen sus enemistades, se confederasen, y ocurriesen unidos con sus providencias y auxilios a socorrer la repblica cristiana, puesta en el mayor y ms inminente peligro. En fin, testigos son aquellas vigilias y cuidados, aquellos trabajos que da y noche, afligan nuestro nimo, y aquellos graves y frecuentsimos desvelos que hemos tenido por esta causa y objeto: sin que aun todava hayan tocado el fin que han pretendido nuestros designios y disposiciones. Tal ha sido la voluntad de Dios; de quien sin embargo no desesperamos que mirar alguna vez con benignidad nuestros deseos. Nos por cierto, en cuanto ha estado de nuestra parte, nada hemos omitido de cuanto era correspondiente a nuestro Pastoral oficio. Y si hay algunos que interpreten en siniestro sentido estas nuestras acciones de paz; lo sentimos por cierto; mas no obstante en medio de nuestro dolor damos gracias a Dios omnipotente, quien por darnos ejemplo y enseanza de paciencia, quiso que sus Apstoles se tuviesen por dignos de padecer injurias por el nombre de Jesucristo, que es nuestra paz. Y aunque en aquel nuestro congreso, y coloquio que se tuvo en Niza, no se pudo, por nuestros pecados, efectuar una verdadera y perpetua paz entre los Prncipes; se hicieron no obstante treguas por diez aos: y esperanzados Nos de que con esta oportunidad se podra celebrar ms cmodamente el sagrado concilio, y adems de esto efectuarse la paz por la autoridad del mismo; insistimos con los Prncipes en que concurriesen personalmente a l, condujesen los Prelados que tenan consigo, y llamasen los ausentes.

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    Mas habindose excusado los Prncipes en una y otra instancia, por tener a la sazn necesidad de volver a sus reinos, y ser debido que los Prelados que haban trado consigo, cansados del camino, y apurados con los gastos, descansasen, y se restableciesen; nos exhortaron a que decretsemos otra prrroga para la celebracin del concilio. Como tuvisemos alguna dificultad en concederla, recibimos en este medio tiempo cartas de nuestros Legados que estaban en Vincencia, en que nos decan, que pasado ya, con mucho, el da sealado para principiar el concilio, apenas haba venido a aquella ciudad uno u otro Prelado de las naciones extranjeras.

    Con esta nueva, viendo que de ningn modo se poda celebrar en aquel tiempo, concedimos a los mismos Prncipes que se difiriese hasta el santo da de Pascua, y fiesta prxima de la Resurreccin del Seor. Las Bulas de este nuestro precepto, y decreto sobre la dilacin, se expidieron y publicaron en Gnova el 28 de junio del ao de la Encarnacin del Seor 1538: y con tanto mayor gusto convenimos en esta demora, cuanto los dos Prncipes nos prometieron que enviaran sus embajadas a Roma para que ventilasen y tratasen en ella con Nos mas cmodamente los puntos que quedaban por resolver para la conclusin de la paz, y no se haban podido evacuar todos en Niza por la brevedad del tiempo.

    Para discutir:

    1. Qu dificultades esboza el papa para el desarrollo del concilio? 2. Cul es la posicin de los reyes de Francia y Espaa? Cmo era la relacin entre ellos? Por

    qu?

    3. En el texto aparece mencionado El Turco. A quin se refiere? Cul fue su rol en aquel entonces? Localiza en un mapa el rea de desarrollo.

    4. Pronunciamientos dogmticos Las fuentes de la fe son las Escrituras, la Tradicin y el Magisterio.

    Fij los libros de la Sagrada Escritura.

    Doctrina del pecado original, la gracia y los sacramentos.

    Confirm los siete sacramentos.

    Volvi a ensear, conforme a la tradicin, el valor de las indulgencias, el culto a los santos, el celibato sacerdotal, la vida religiosa y la existencia del Purgatorio.

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    Documento 3: Algunos decretos del Concilio

    DE LA JUSTIFICACIN

    CANON I: Si alguno dijere que el hombre se puede justificar para con Dios por sus

    propias obras hechas o con solas fuerzas de naturaleza, o por doctrina de la ley, sin la divina gracia adquirida por Jesucristo; sea excomulgado.

    CANON II: Si alguno dijere que la divina gracia, adquirida por Jesucristo se confiere

    nicamente para que el hombre pueda con mayor facilidad vivir en justicia, y merecer la vida eterna; como si por su libre albedro, y sin gracia pudiese adquirir uno y otro, aunque con trabajo y dificultad; se excomulgado.

    CANON III: Si alguno dijere que el libre albedro del hombre movido y excitado por

    Dios, nada coopera asistiendo a Dios que le excita, y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificacin; y que no puede disentir aunque quiera, sino como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado.

    CANON V: Si alguno dijere que el libre albedro del hombre est perdido y extinto

    despus del pecado de Adn: o que es cosa de solo nombre, o ms bien nombre sin objeto, y en fin ficcin introducida por el demonio en la Iglesia; sea excomulgado.

    CANON VI: Si alguno dijere que no est en poder del hombre dirigir mal su vida, sino

    que Dios hace tanto las obras malas, como las buenas, no solo permitindolas, sino ejecutndolas con toda propiedad, y por s mismo; de suerte que no es menos su propia obra suya la traicin de Judas, que la vocacin de San Pablo; sea excomulgado.

    Extrado de Ignacio Lpez de Ayala, El Sacrosanto y Ecumnico Concilio de Trento.

    Para debatir

    Analiza cada uno de los cnones del documento conciliar. Luego responde: Qu doctrinas y vertientes del protestantismo cuestiona el documento?

    Imagina una respuesta de Lutero a este documento. Redctalo.

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    Documento 4 : EL PECADO ORIGINAL. SESION V

    Celebrada el 17 de junio de 1546.

    DECRETO SOBRE EL PECADO ORIGINAL

    Para que nuestra santa fe catlica, sin la cual es imposible agradar a Dios, purgada de todo error, se conserve entera y pura en su sinceridad, y para que no flucte el pueblo cristiano a todos vientos de nuevas doctrinas; constando que la antigua serpiente, enemigo perpetuo del humano linaje, entre muchsimos males que en nuestros das perturban a la Iglesia de Dios, aun ha suscitado no solo nuevas herejas, sino tambin las antiguas sobre el pecado original, y su remedio; el sacrosanto, ecumnico y general Concilio de Trento, congregado legtimamente en el Espritu Santo, y presidido de los mismos tres Legados de la Sede Apostlica, resuelto ya a emprender la reduccin de los que van errados y a confirmar los que titubean; siguiendo los testimonios de la sagrada Escritura, de los santos Padres y de los concilios mas bien recibidos, y el dictamen y consentimiento de la misma Iglesia, establece, confiesa y declara estos dogmas acerca del pecado original. I. Si alguno no confiesa que Adan, el primer hombre, cuando quebrant el precepto de Dios en el paraso, perdi inmediatamente la santidad y justicia en que fue constituido, e incurri por la culpa de su prevaricacin en la ira e indignacin de Dios, y consiguientemente en la muerte con que Dios le habla antes amenazado, y con la muerte en el cautiverio bajo el poder del mismo que despus tuvo el imperio de la muerte, es a saber del demonio, y no confiesa que todo Adn pas por el pecado de su prevaricacin a peor estado en el cuerpo y en el alma; sea excomulgado. II. Si alguno afirma que el pecado de Adn le da a l solo, y no a su descendencia; y que la santidad que recibi de Dios, y la justicia que perdi, la perdi para s solo, y no tambin para nosotros; o que inficionado l mismo con la culpa de su inobediencia, solo traspas la muerte y penas corporales a todo el gnero humano, pero no el pecado, que es la muerte del alma; sea excomulgado: pues contradice al Apstol que afirma: Por un hombre entr el pecado

    en el mundo, y por el pecado la muerte; y de este modo pas la muerte a todos los hombres por aquel en quien todos pecaron. III. Si alguno afirma que este pecado de Adn, que es uno en su origen, y transfundido en todos por la propagacin, no por imitacin, se hace propio de cada uno; se puede quitar por las fuerzas de la naturaleza humana, o por otro remedio que no sea el mrito de Jesucristo, Seor nuestro, nico mediador, que nos reconcili con Dios por medio de su pasin, hecho para nosotros justicia, santificacin y redencin; o niega que el mismo mrito de Jesucristo se aplica as a los adultos, como a los prvulos por medio del sacramento del bautismo, exactamente conferido segn la forma de la Iglesia; sea excomulgado: porque no hay otro nombre dado a los hombres en la tierra, en que se pueda lograr la salvacin. De aqu es aquella voz: Este es el cordero de Dios; este es el que quita los pecados del mundo. Y tambin aquellas: Todos los que fuisteis bautizados, os reveststeis de Jesucristo. IV. Si alguno niega que los nios recin nacidos se hayan de bautizar, aunque sean hijos de padres bautizados; o dice que se bautizan para que se les perdonen los pecados, pero que nada participan del pecado original de Adn, de que necesiten purificarse con el bao de la regeneracin para conseguir la vida eterna; de donde es consiguiente que la forma del bautismo se entienda respecto de ellos no verdadera, sino falsa en orden a la remisin de los pecados; sea excomulgado: pues estas palabras del Apstol: Por un hombre entr el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte; y de este modo pas la muerte a todos los hombres por aquel en quien todos pecaron; no deben entenderse en otro sentido sino en el que siempre las ha entendido la Iglesia catlica difundida por todo el mundo. Y as por esta regla de fe, conforme a la tradicin de los Apstoles, aun los prvulos que todava no han podido cometer pecado alguno personal, reciben con toda verdad el bautismo en remisin de sus pecados; para que purifique la regeneracin en ellos lo que contrajeron por la generacin: Pues no

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    puede entrar en el reino de Dios, sino el que haya renacido del agua, y del Espritu Santo. V. Si alguno niega que se perdona el reato del pecado original por la gracia de nuestro Seor Jesucristo que se confiere en el bautismo; o afirma que no se quita todo lo que es propia y verdaderamente pecado; sino dice, que este solamente se rae, o deja de imputarse; sea excomulgado. Dios por cierto nada aborrece en los que han renacido; pues cesa absolutamente la condenacin respecto de aquellos, que sepultados en realidad por el bautismo con Jesucristo en la muerte, no viven segn la carne, sino que despojados del hombre viejo, y vestidos del nuevo, que est creado segn Dios, pasan a ser inocentes, sin mancha, puros, sin culpa, y amigos de Dios, sus herederos y partcipes con Jesucristo de la herencia de Dios; de manera que nada puede retardarles su entrada en el cielo. Confiesa no obstante, y cree este santo Concilio, que queda en los bautizados, la

    concupiscencia, o fomes, que como dejada para ejercicio, no puede daar a los que no consienten, y la resisten varonilmente con la gracia de Jesucristo: por el contrario, aquel ser coronado que legtimamente peleare. La santa Snodo declara, que la Iglesia catlica jams ha entendido que esta concupiscencia, llamada alguna vez pecado por el Apstol san Pablo, tenga este nombre, porque sea verdadera y propiamente pecado en los renacidos por el bautismo; sino porque dimana del pecado, e inclina a l. Si alguno sintiese lo contrario; sea excomulgado. Declara no obstante el mismo santo Concilio, que no es su intencin comprender en este decreto, en que se trata del pecado original, a la bienaventurada, e inmaculada virgen Mara, madre de Dios; sino que se observen las constituciones del Papa Sixto IV de feliz memoria, las mismas que renueva; bajo las penas contenidas en las mismas constituciones.

    Documento 5: EL PURGATORIO

    SESION XXV

    Que es la IX y ltima celebrada en tiempo del sumo Pontfice Po IV, principiada el da 3, y acabada en el 4 de diciembre de 1563.

    DECRETO SOBRE EL PURGATORIO

    Habiendo la Iglesia catlica, instruida por el Espritu Santo, segn la doctrina de la sagrada Escritura y de la antigua tradicin de los Padres, enseado en los sagrados concilios, y ltimamente en este general de Trento, que hay Purgatorio; y que las almas detenidas en l reciben alivio con los sufragios de los fieles, y en especial con el aceptable sacrificio de la misa; manda el santo Concilio a los Obispos que cuiden con suma diligencia que la sana doctrina del Purgatorio, recibida de los santos Padres y sagrados concilios, se ensee y predique en todas partes, y se crea y conserve por los fieles cristianos. Exclyanse empero de los sermones, predicados en lengua vulgar a la ruda plebe, las cuestiones muy difciles y sutiles que nada conducen a la edificacin, y con las que rara vez se aumenta la piedad. Tampoco permitan que se divulguen, y traten cosas inciertas, o que tienen vislumbres o indicios de falsedad. Prohban como escandalosas y que sirven de tropiezo a los fieles las que tocan en cierta curiosidad, o supersticin, o tienen resabios de inters o srdida ganancia. Mas cuiden los Obispos que los sufragios de los fieles, es a saber, los sacrificios de las misas, las oraciones, las limosnas y otras obras de piedad, que se acostumbran hacer por otros fieles difuntos, se ejecuten piadosa y devotamente segn lo establecido por la Iglesia; y que se satisfaga con diligencia y exactitud cuanto se debe hacer por los difuntos, segn exijan las fundaciones de los testadores, u otras razones, no superficialmente, sino por sacerdotes y ministros de la Iglesia y otros que tienen esta obligacin.

    Para reflexionar y discutir: Qu planteamientos del protestantismo de aquel entonces cuestiona la Iglesia catlica

    mediante la confirmacin de la creencia en el Purgatorio?

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    5. Sesiones principales A. Cuarta sesin

    Defini la doctrina catlica sobre los canales de la Revelacin: Escritura y tradicin.

    Estableci el canon de los libros inspirados.

    Afirm la autenticidad de la Vulgata latina. B. Quinta sesin Se defini la doctrina catlica sobre el pecado y sobre la justificacin. C. Stima sesin Doctrina sobre los sacramentos. D. Sesin XIII y XIV Eucarista, penitencia y extrema uncin.

    6. Impacto del Concilio de Trento Professio fidei tridentinae.

    Reorganizacin de los tribunales pontificios y de la Cmara Apostlica.

    Reduccin de la corte pontificia.

    Nuevas congregaciones religiosas

    Documento 6

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    Documento 7: nuevas congregaciones Formados en equipos de tres, busquen informacin en libros y pginas web sobre las nuevas congregaciones religiosas surgidas en el contexto del Concilio de Trento. Luego, completen el siguiente cuadro. No olviden mencionar las fuentes consultadas.

    Congregacin Fundador Carisma Actividades principales

    Legado

    Compaa de Jess (1540). San Ignacio de Loyola.

    Oratorianos. San Felipe Neri (1515-1595).

    San Francisco de Sales (1567-1622).

    Misionero y obispo.

    San Vicente de Pal (1581-1660)

    Les Dames de la Charit

    (1617)

    Congregacin de la Misin

    (1626)

    Lazaristas (1651).

    Otros

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    Documento 8: nuevas congregaciones

    omo fenmeno caracterstico, el deseo de volver al ideal primitivo

    de la fraternidad y desprenderse del lastre histrico acumulado, se haba despertado en la mayora de las rdenes mendicantes a fines del s. XIV. Tena sus races en el esfuerzo de la Iglesia de la baja edad media por la propia reforma, y ni siquiera en los epgonos del movimiento de reforma fue una reaccin contra la reforma protestante, que, segn la manera de entenderse a s misma, no quera por su parte ms que restablecer el cristianismo primitivo. Por mucho que todas las rdenes hubieran de sufrir a causa de la hostilidad de los reformadores protestantes frente a la vida monstica y por muy considerables prdidas que hubieran de lamentar en sus propias filas, en ninguna parte, sin embargo, es de observar una ruptura decisiva en la evolucin de la estructura como tal de cada orden. Las tentativas de reforma de las rdenes monsticas y canonicales ms antiguas no han de mirarse como retorno a la primitiva forma de vida, sino, ms bien, como ensayos de adaptacin con miras a las ventajas de una asociacin personal, para escapar a la propia decadencia. Dentro de esta corriente reformista que mira menos al pasado, hay que poner, en el marco de la reforma catlica, las nuevas creaciones de rdenes, que estn representadas por la orden de los jesuitas, cuyo origen tampoco puede atribuirse a la reforma protestante. El prototipo de esas rdenes parece ser los hermanos de vida comn, aunque no puede demostrarse un apoyo directo en ellos; y precisamente esta comunidad solo en escasos restos pudo escapar a la ruina entre los trastornos de la reforma protestante. Cuestiones arduas acerca de la extensin del alejamiento eremtico o

    de la pobreza estaban fuera del horizonte de dichas rdenes; su intencin fundamental era servir a Dios en la Iglesia visible por medio de una profunda piedad, viendo ah el cumplimiento de su aspiracin a la perfeccin personal. Hasta qu punto desempeaba papel secundario la forma exterior de vida y, consiguientemente, tambin la forma de la orden, se pone de manifiesto en los oblatos de san Ambrosio, comunidad de sacerdotes que, desde 1578, se consagraban al apostolado en la dicesis de Miln, y vivan juntos en casas de colegiatas o aisladamente en puestos de cura de almas. Carcter semejante tenan los oratorios (sin votos ni reglas), fundados (desde 1564) por Felipe Neri en Italia, y los oratorios franceses, creados por Pierre de Brulle (desde 1611), que estaban bajo un superior general comn. Tambin la congregacin de los teatinos sali de un oratorio de sacerdotes y laicos, mas por obra de sus fundadores Cayetano de Tiene y Gianpietro Carafa (el futuro Paulo IV) adopt en 1524 la regla de san Agustn con los privilegios de los cannigos lateranenses, y origin as el tipo de clrigos regulares. Rasgos ms tradicionales todava ostentan los barnabitas, que en 1533 recibieron una regla propia y, adems de practicar el apostolado, llevaban una vida de penitencia y cultivaban el rezo coral solemne. La Compaa de Jess no fue la primera orden de clrigos regulares, pero imprimi por primera vez el sello decisivo a este tipo de orden. No tom una regla en el sentido tradicional, sino que su fundador Ignacio de Loyola nicamente le dio estatutos religiosos, que se componan de un Examen general y de las Constituciones en diez partes, y que fueron aceptados en 1558. Como norma exterior, presuponan el

    C

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    encuentro individual de cada miembro con Cristo, al que deban conducir los -> Ejercicios, que Ignacio desarroll a base de su experiencia personal. La finalidad era todava limitada cuando Ignacio y seis compaeros el ao 1534 formaron en Pars una comunidad; sin embargo, por motivos polticos no pudo llevarse a cabo una misin entre gentiles en Tierra Santa, de suerte que la societas o compaa se puso a disposicin del papa. El campo de trabajo cobr as carcter universal con puntos especiales de gravedad en la formacin de los clrigos, el apostolado por estamentos (en el s. XVII misiones populares) y la evangelizacin de los gentiles. Por la plenitud de poderes del general de la orden, elegido de por vida, con perjuicio de las instancias intermedias tradicionales, se acentu ms fuertemente que hasta entonces el carcter centralista de la asociacin

    personal. Y por la divisin, desde 1546, de los miembros en profesos con cuatro votos solemnes (el cuarto de obediencia especial al papa) y coadjutores con solo tres votos simples (que obligaban al que los emita, no a la orden), recibi la orden un carcter de minora selecta, tanto ms por el hecho de que, al aumentar bajo el general Acquaviva (1581-1615) hasta 27 el nmero de provincias, no subi proporcionalmente el nmero de profesos. Al unir la propia formacin a fondo de sus miembros y los nuevos mtodos de apostolado, acuados por la Compaa misma (ejercicios, congregaciones marianas, catecismo, universidades y colegios), sta vino a ser uno de los instrumentos ms importantes de la reforma tridentina. http://www.mercaba.org/Mundi/5/religiosos.htm

    6. Reformadores San Juan de la Cruz y Santa Teresa de vila reformaron los carmelitas.

    Po V (1566-1572) promovi la reforma. Catecismo Romano, renov el Breviario y el Misal Romano.

    Gregorio XIII (1572-1585): calendario. Apoy los colegios en Roma: Universidad Gregoriana.

    Sixto V (1585-1590). Descentralizacin administrativa mediante 15 congregaciones cardenalicias.

    Gregorio XV (1621-1623): fund Congregatio de Propaganda Fide.

    Urbano VIII (1623-1644): Proceso a Galileo Galilei

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    El caso de santa Teresa de vila

    Documento 9: El rechazo de su proyecto

    No se hubo comenzado a saber [la noticia] por el lugar, cuando no se podr escribir en breve la gran persecucin que vino sobre nosotras: los dichos, las risas, el decir que era disparate; a m, que bien me estaba en mi monasterio; a la mi compaera, tanta persecucin que la traan fatigada... Fueron tantos los dichos y el alboroto en mi mismo monasterio que al provincial le pareci recio ponerse contra todos, y as mud el parecer y no la quiso admitir. Dijo que la renta no era segura y que era poca y que era mucha la contradiccin... Como se dej y qued as, confirmose ms ser todo disparate de mujeres y a crecer la murmuracin sobre m... Estaba muy mal quista en todo mi monasterio, porque quera hacer monasterio ms encerrado. Decan que las afrentaba, que all poda tambin servir a Dios, pues haba otras mejores que yo, que no tena amor a la casa... [Me pareci que] haba sido yo ocasin y tenido culpa, en que se ofendiese, y que si estas visiones eran ilusin, que toda la oracin que tena era engao. The Life of SI. Teresa of Avila by Herself (escrita

    entre 1557 y 1565).

    Documento 10: El radicalismo de Teresa de Jess: la pobreza y la equidad y si con conciencia puedo decir que el da que los hicieren [edificios suntuosos] se tornen luego a caer, que las mate a todas, yendo con buena conciencia lo digo y lo suplicar a Dios. Muy mal parece, hermanas mas, de la hacienda de los pobrecitos, que a muchos les falta, se hagan grandes casas; no lo permita Dios... Siempre se acuerden se ha de caer todo el Da del Juicio; qu sabemos si ser presto? Pues hacer mucho ruido al caerse el de doce pobrecillas no es bien, que los pobres nunca hacen ruido. Esto no viene aqu, porque en esta casa nunca, plega a Dios, haya acuerdo de cosas de stas [el linaje]... sino que la que fuere ms, tome menos a su padre en la boca: todas han de ser iguales. Oh, colegio de

    Cristo!, que tena ms mando san Pedro con ser un pescador -y lo quiso as el Seor-, que san Bartolom, que era hijo de rey. Saba Su Majestad lo que haba de pasar sobre cul era de mejor tierra, que no es otra cosa que debatir si ser para lodo buena o para adobes. Oh, vlame Dios, qu gran ceguedad!

    Teresa de viIa, Tbe Way of Perfection, (1563-1565)

    Documento 11las mujeres como soldados de la Contrarreforma Vinieron a mi noticia los daos de Francia y el estrago que haban hecho estos luteranos... Parecame que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las muchas que all se perdan; y como me vi mujer y ruin, y imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en servicio de Dios... As que no pensis, hijas, que es menester poco favor de Dios para esta gran batalla adonde se meten [quienes tratan con el mundo], sino grandsimo. Para estas dos cosas os pido yo procuris ser tales que merezcamos alcanzarlas de Dios: la una, que haya muchos, de los muy letrados y religiosos, que tengan las panes que han menester -como he dicho- para esto; ... y la otra, que despus de puestos en esta pelea... los tenga [Dios] de su mano para que sepan librarse de los peligros ... Esforzaos en observar nuestras reglas para que nuestras oraciones y penitencias puedan ser de provecho para ayudar a esos siervos de Dios... ste es un favor especial, que no comparten los hombres de los que os he hablado. Teresa de viIa, Tbe Way of Perfectlon, cit., pp.

    5-6, 17-19, 218.

    Los intereses de la nobleza Yo no le quera admitir [el encargo de fundar un convento] en ninguna manera, por ser lugar tan pequeo, que forzado haba de tener renta para poderse mantener, de lo que yo estaba muy enemiga... Tratado con letrados y confesor mo, me dijeron que haca mal, que, pues el santo concilio daba licencia de tenerla, que no se haba de dejar de hacer un monasterio, adonde se poda tanto el Seor servir, por mi opinin. Con esto se juntaron las muchas importunaciones de esta seora,

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    por donde no pude hacer menos de admitirle.

    Santa Teresa, The Book of Their Foundations (escritoca. 1573-1582)

    7. Los jesuitas

    1491- Ao probable del nacimiento de Ignacio de Loyola. Lugar:

    zona Vasca.

    1521- Colabora en la defensa de Pamplona acosada por el rey de Francia. Es herido en la pierna derecha y enviado a Loyola, donde pasa la convalecencia. En este tiempo caen en sus manos algunos libros piadosos que le hacen descubrir, en la vida de Jess y de los Santos, un nuevo horizonte en su vida. Se produce en Ignacio una primera conversin. Experimenta, igualmente, una lucha interior entre deseos piadosos y deseos mundanos.

    1522- San Ignacio comienza una peregrinacin al Santuario de Nuestra Seora de Montserrat. Una vez en Montserrat, hace una confesin general y deja sus vestidos y su espada. Contina el camino hacia Manresa donde da comienzo a una vida de pobreza, oracin, y penitencia. Despus de un tiempo de turbacin, escrpulos, dudas y angustias, vivir una singular experiencia de Dios que recordar toda la vida: "la ilustracin del Cardoner". Igualmente comenzar a formular su experiencia espiritual con lo que da comienzo a lo que ms adelante ser el libro de los Ejercicios Espirituales.

    La importancia primordial de la purificacin del corazn y la entrega humilde a la voluntad de Dios es la meta ms importante de la vida religiosa.

    Ordenacin metdica de la vida interior, de modo que no se deje nada a la improvisacin del momento ni

    tampoco al arbitrio de la persona piadosa.

    1527-A lo largo de este ao Ignacio vivir dos procesamientos ms y ser encarcelado. Al salir de la prisin viaja a Salamanca. Nuevamente tendr procesos inquisitoriales, se le prohbe predicar y ensear materias teolgicas por no haber hecho suficientes estudios. Ignacio decide marchar de Salamanca, pasa por Barcelona y se encamina a Pars.

    1538- San Ignacio celebra su primera misa en la iglesia de Santa Mara la Maggiore.

    1539: Decidido a conformar una orden religiosa propia, envan a Roma la Formula Instituti.

    1540- Paulo III confirma la fundacin de la Compaa de Jess. Regimini militantes Eclesiae.

    1541- Ignacio comienza la redaccin de las Constituciones de la Compaa y es elegido superior general de la misma. A partir de este momento Ignacio vivir permanentemente en Roma.

    1556- Muerte de San Ignacio de Loyola. Es enterrado en el lugar donde actualmente est la iglesia del Ges en Roma.

    1609- El Papa Paulo V beatifica a Ignacio de Loyola.

    1622- Canonizacin de Ignacio de Loyola por el Papa Gregorio XV.

    Los Ejercicios

    Espirituales

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    LA COMPAA DE

    JESS

    1. Servicio a la Iglesia en lo que sea ms importante para ella.

    2. A parte de los tres votos de las dems rdenes religiosas, ellos profesan un cuarto: juramento de obediencia al Papa.

    3. Obra inspiradora: Los Ejercicios

    Espirituales, mediante la cual

    buscan: a. Una purificacin del corazn. b. Una entrega humilde a la

    voluntad de Dios. c. Una ordenacin metdica de la

    vida interior.

    Carisma

    Acusados de propagar doctrinas peligrosas como el probabilismo y tesis regicidas (Mariana).

    Acumularon gran poder poltico en algunas cortes europeas.

    xito de sus empresas econmicas genera recelos en varios grupos sociales. Esto alimenta el antijesuitismo.

    Muy autnomos con respecto al Estado.

    1. Inicio y desarrollo (1540-1750) Estrechamente vinculados al Concilio de Trento.

    2. Expulsin y supresin (1750-1773) Expulsados de Francia, Portugal y Espaa

    3. Restauracin (1814- ) Estrechamente vinculados a la postura ultramontana

    Etapas

    1. Educacin de todas las clases sociales, principalmente de las elites.

    2. Misiones internacionales

    Evangelizar en los confines de la Cristiandad. Destacan en Asia y Amrica.

    Escriben las Cartas Anuas que permite el intercambio de ideas entre misioneros. Misionologa jesuita.

    3. Grandes consejeros de prncipes y reyes.

    4. Excelentes administradores de bienes, por ejemplo de haciendas.

    Actividades Problemtica

    Distintivo La voluntad de no aceptar dignidades eclesisticas. Por ejemplo, no aceptaron doctrinas

    en los Andes, con excepcin de Juli.

    Incremento de la formacin religiosa. Se prolonga el noviciado de uno a dos aos, con un tercer ao que va despus del sacerdocio. Adems, los candidatos profesan solo los votos simples, los votos solemnes son posteriores.

    La Compaa no mantiene la oracin en el coro para dedicarlo a otras obras sociales.

    La Compaa tena un hbito religioso distintivo.

    No acepta la direccin de conventos.

    Posee una estructura monrquica y jerrquica. El General era elegido de forma vitalicia.

    Fue la primera orden en asumir nuevas tareas como: las misiones extranjeras, la obediencia al papa, la educacin de la juventud de todas las clases, la instruccin de los ignorantes y de los pobres, el ministerio de los enfermos, la asistencia a los prisioneros, etc.

  • 18

    Documento 12: el distintivo jesuita ... una comunidad instituida principalmente para provecho de las almas en vida y doctrina, ... para la propagacin de la fe por medio del ministerio de la palabra, de los ejercicios espirituales, de las obras de caridad y, expresamente, por medio de la instruccin en la doctrina cristiana de nios y rudos... Esta Sociedad universalmente y cada uno en particular, bajo la obediencia fiel a nuestro santsimo seor Pablo III y a sus sucesores, son soldados de Dios y estn bajo el poder y la divina autoridad del vicario de Cristo, no solo con la obligacin que comnmente le deben todos los clrigos, sino tambin por el vnculo del voto que obliga a acudir dondequiera que Su Santidad entienda pertinente enviamos para provecho de las almas y propagacin de la fe, ya sea que nos enve con los turcos, al Nuevo Mundo, con los luteranos o con cualquier otros. Todos los hermanos que tengan rdenes sagradas... estarn obligados a decir los oficios segn los ritos de la Iglesia, pero no en el coro, para que no descuiden las obras de caridad a las que todos debemos dedicacin, ... pues de acuerdo a la forma de nuestra vocacin, adems de otros oficios necesarios, debemos ocupamos la mayor parte del da e incluso de la noche en el consuelo de quienes padecen enfermedades tanto corporales como espirituales.

    Pablo III aprob esta deliberacin en septiembre de 1539, mientras que la bula de institucin de la orden jesuita (Regimini mi/itantis Ecclesiae) se promulg en septiembre de 1540.

    Ignacio de Loyola, Prima Summa (1539), en Olin, Catbolk Reform, cit., pp. 83-84 Y 86.

    Documento 13: el cuarto voto a). Todos los que estamos mutuamente unidos dentro de esta Compaa nos encomendamos al Supremo Pontfice, como seor de la entera via de Cristo; y por medio de este tributo que le hacemos, le avisamos que estamos preparados para todo aquello que en Cristo pueda resolver sobre nosotros... La razn por la que nos sometemos de esta forma a su juicio y voluntad es porque sabemos que posee mayor discernimiento acerca de lo que conviene al conjunto de la Cristiandad.

    Pierre Favre, miembro fundador de la Compaia, a Diogo de Gouvela (noviembre de 1538), en Olin, Catbolic Reform, cit., p. 81.

    (b) Conocen el fin para el que son llamados, que es el de procurar la salud y el provecho de las todas almas. Saben tambin que estn sujetos al Sumo Pontfice por el cuarto voto, que los obliga a acudir en ayuda de las almas a las misiones universales que aqul les encomendare... Ven que no pueden construir ni adquirir todas las casas que necesitaran para acabar con este combate, pero, siendo as, consideran que estn en la ms pacfica y placentera casa cuando perpetuamente peregrinan y recorren el mundo.

    Jernimo NadaI, jesuita y miembro prominente del crculo de Ignacio de Loyola, Comentario a las Constituciones de la Compaa de Jess (1561).

  • 19

    8. Las guerras religiosas Uno de los episodios ms sangrientos de la

    historia europea.

    Conflictos tanto al interior como entre naciones.

    Escenarios: Pases Bajos, Francia e Inglaterra.

    Guerra de los 30 aos (1618-1648): Alemania. Paz de Westphalia (1648).

    Felipe II

    Gobern Espaa tras la abdicacin de su padre Carlos V.

    Prosigui las guerras religiosas en los Pases Bajos.

    Se enfrent a Isabel I de Inglaterra (hija de Enrique VIII). Derrota de la Armada

    Invencible espaola.

    Literatura: Siglo de Oro espaol.

  • 20

    Documento 14 "Tambin el hombre espaol de la Contrarreforma, grave, reservado, solemne, enlutado, ha mudado con respecto al anterior, todava el de la corte de Carlos V. Felipe II es quien impone el nuevo estilo de vida... El abrumador ceremonial de su corte, la gravedad impresionante de Su Majestad, la misin religiosa concebida como la dura tarea y el penoso quehacer de reprimir herejas, van privando paulatinamente al espaol del gozo antiguo, de la euthimia y athamba catlico-clsicas. En otros pases catlicos, el barroco propender en seguida a la morbidezza, a la molicie y a una concepcin sensual -o rococ- de la existencia En Espaa, no. Antonio Marichalar... denunciaba en dos libros alemanes sobre sendos aspectos del barroco espaol, El barroco, arte de la Contrarreforma, de Weisbach, y Felipe Il, de Ludwig Pfandl, la infiltracin de ideas y sentimientos protestantes, inadecuados, por tanto, para el recto entendimiento de realidades espaolas. El recensor tena indudable razn. Pero, no habr en la trama misma de la Contrarreforma algo que d lugar y, hasta cierto punto, excuse a esta induccin de categoras religiosas protestantes? Creo que s. El contrarreformador lucha con el alma y la vida contra el protestante. Pero en la pelea, y en la medida en que lo permite la oposicin dogmtica, se contamina de su estilo"

    O. L. Lpez Aranguren, Catolicismo y Protestantismo como formas de existencia.

    Documento 15 "En otros pases, las dinastas cooperaban con sus pueblos. Los Habsburgo crean que sus pueblos solo cooperaran contra la dinasta. Buscaron un aliado contra sus propios sbditos, y por fin encontraron este aliado en la Contrarreforma. La alianza de la dinasta y de los jesuitas salv a los Habsburgo y derrot al Protestantismo en la Europa central; tambin dio a la cultura 'austraca' un sello peculiar que conserv hasta el fin. La civilizacin barroca, como los edificios que levant, fue grandiosa, llena de vida superficial pero interiormente estril: fue teatro, no realidad... Los Habsburgo aprendieron de los jesuitas la paciencia, la sutileza y la espectacularidad... Y, as, las tierras germnicas fueron recuperadas pacficamente por la Contrarreforma a fines del siglo XVI"

    A. J. P. Taylor, The Habsburg Monarchy.

    Documento 16 "En el mundo catlico se impuso tambin una reforma, aunque acabase por ser llamada 'Contrarreforma'..., que estall en el concilio de Trento... Por un lado, esta Contrarreforma combata el derecho a la interpretacin individual que, por el camino de la generalizacin del libre examen, haba de conducir a la irreligiosidad; por otro lado, al cargar el acento en las cuestiones morales y prcticas sobre las dogmticas y litrgicas (a pesar de contarse en ella figuras como la de Surez, la ms alta despus de Toms de Aquino en la formulacin de un pensamiento filosfico sujeto a la teologa) con lo que se llamaba primaca del ethos sobre el logos, continuaba una inspiracin antitradicional, vemacular y democrtica, cuya traduccin poltica haba de verse en ciertos ensayos de repblica jesutica, como los del Canad y el Paraguay"

    E. D'Ors, La civilizacin en la historia.

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    9. El Barroco y la contrarreforma

    Barroco y jesuitas La Compaa de Jess se ali estrechamente con el estilo barroco, tanto por sus numerosos encargos de obras y pintura como por sus relaciones amistosas con muchos grandes maestros; y puso el estilo barroco en todas partes al servicio de la Contrarreforrna. Segn su idea, a la humanidad haba que arrancarla constantemente de la esfera de los intereses cotidianos y encaminarla a lo divino por medio de iglesias suntuosas, altares inundados de luz, imgenes de santos dorados, estatuas, confesonarios y techos con perspectivas que sealaran al cielo"

    Ren Flop Miller, El poder y los secretos de los jesuitas.

    Arquitectura barroca y Contrarreforma "El barroco fue la arquitectura de la Contrarreforma. Se extendi por toda Europa junto con la Compaa de Jess. Al principio era algo cauteloso y contenido, el estilo adecuado para las avanzadas de un ejrcito que trataba de reconquistar el terreno perdido. Pero era evidente que estaban seguros de su triunfo. Solo se necesitaba el impulso del xito para elevarse en las formas ms elaboradas del barroco a un resonante coro triunfal. El estilo fue as el equivalente en piedra y estuco de la Contrarreforma; represent a la Iglesia militante"

    G. R. Cragg, The Church and the age of reason.

    El genio del Barroco Pero el verdadero genio de la pintura barroca es Pedro Pablo Rubens (1577-1640), hijo de un concejal de Amberes, que estudia sucesivamente en Venecia, Mantua y Roma; pasa a Espaa, antes de volver a su tierra natal de Flandes, es pintor oficial del archiduque Alberto y expresa plenamente en sus obras el alma de aquellos Pases Bajos del sur, fieles al catolicismo y prototipo de la Contrarreforma. En l est toda la exuberancia de esos tiempos de renovacin: toda la prodigiosa fuerza vital. Sus figuras son tan naturalmente csmicas como realistas y verdaderas. Hay en l una especie de concupiscencia, a la que no podran frenar los decretos del concilio de Trento ni los artculos del catecismo, pero que rpidamente domina en servicio de la causa catlica a la que se ha ligado profundamente. Trabaja de modo inconmensurable para la Iglesia: escenas de la vida de Cristo, cuadros de santos y santas, en gran nmero. Lo que le empuja es la evocacin de la gloria de Dios y de la Iglesia: la Disputa del Santsimo Sacramento, el Encuentro de San Ambrosio y Teodosio, el Milagro de San Ignacio de Loyola, la Asuncin de la Virgen... Y cuando en 1620 pinta La Lanzada, el crucificado que nos muestra no es un vencido, un torturado, sino Aqul por quien la muerte est ya derrotada. Apasionado por los hallazgos extraos, por los inesperados acordes de tonos, composiciones complejas y audaces, luces deslumbradoras, no escapa a los peligros del barroco ms que en razn de su genio. Nadie mejor que l ha hecho sentir el movimiento de las fuerzas de su poca, esa ley de perpetuo cambio en que la Iglesia ha sabido reconocer la accin inefable de Dios.

    Daniel-Rops, La Iglesia del Renacimiento y de la Reforma. Una era de renovacin. La reforma catlica. Barcelona, editor Luis de Caralt, 1957.

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    Documento 17: Un control sobre el arte El control y la represin que emanaron del contexto de la reforma religiosa tambin influyeron en el arte. Su objetivo: evitar toda imprecisin teolgica y eliminar todo aquello que tuviera resonancias de pagano y secular. Un ejemplo del choque entre la concepcin renacentista y la concepcin tridentina lo constituye el proceso inquisitorial dirigido contra Paolo Cagliari, Il Veronese (el Verons), por su pintura de la Cena en casa de Lev. A continuacin algunos pasajes importantes del interrogatorio.

    Inquisidor: Qu significa en la Cena del convento de los Santos Juan y Pablo aquella figura que le mana sangre de la nariz? Paolo: No es ms que un criado que, por aIgn acddente, ha tenido aquella hemorragia. Inquisidor: Y aquellos soldados alemanes con alabardas, qu tienen que ver con la Cena? Paolo: Nosotros, pintores, nos tomamos la licenda que se toman los poetas y los locos. Y yo he puesto aquellos alabarderos para dar a entender que el patrn de la casa era hombre rico y grande y poda tener tales servidores. Inquisidor: Y aquel bufn con un papagayo, por qu lo habis puesto en la escena? Paolo: Est para adorno, como es costumbre... Inquisidor: Quines creis que se encontraban en el acto de las Bodas? Paolo: Creo que se encontraban el Cristo y los apstoles; pero si queda espacio en el cuadro, yo lo adorno con figuras de mi invencin. Inquisidor: Es que os han pedido que pintseis en aquel cuadro soldados alemanes, bufones y otras cosas por el estilo?

    Paolo: No, seor. Pero me dejaron en libertad de adornar el cuadro como me pareciese, y como era grande y caban muchas figuras, puse all las que me gustaban. Inquisidor: Es que os han pedido que pintseis en aquel cuadro soldados alemanes, bufones y otras cosas por el estilo? Paolo: No, seor. Pero me dejaron en libertad de adornar el cuadro como me pareciese, y como era grande y caban muchas figuras, puse all las que me gustaban. Inquisidor: Es que el pintor no debe atenerse a lo que es ms conveniente y proporcionado a los asuntos, o puede poner todo lo que le pasa por la cabeza sin discrecin? Paolo: Yo hago mis pinturas teniendo en consideracin lo que es ms conveniente, segn puedo comprender con mi intelecto. Inquisidor: Pero no sabis que en Alemania y otros lugares infestados de hereja acostumbran vituperar y mofarse de las cosas de la Santa Iglesia Catlica a causa de estas pinturas llenas de frivolidad y sensualidad? Paolo: Si esto es as, habr hecho mal; pero en este caso no he he cho ms que repetir lo que han hecho otros mayores.

    El artista fue condenado a quitar algunas figuras. Pero independientemente de la presin eclesistica, la mentalidad del tipo renacentista iba ya decayendo, por la misma fuerza de la evolucin esttica y social; una vez llegados al clasicismo -objetivo perseguido por los Cuatrocentistas-, con Leonardo, Rafael y Miguel ngel en los primeros decenios del siglo XVI, empiezan a aparecer las primeras formas de manierismo y barroco. Adaptado de Marina Lpez. En: Historia Universal. Ed. Salvat. Lima, El Comercio, tomo 13. La era de los descubrimientos europeos. Las luchas de religin.

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    Documento 18 EL CONCILIO DE TRENTO Y EL CONCILIO VATICANO II

    COMPARACIN

    CONCILIO DE TRENTO

    CONCILIO VATICANO II

    PAPAS

    Paulo III Paulo IV Po IV

    Juan XXIII Paulo VI

    POCA

    Siglo XVI 1545-1547; 1551-1552 y 1562-1563

    Siglo XX 1962-1965

    SACRAMENTOS

    Se ratifican los 7 Sacramentos

    LIBRO CENTRAL

    Catecismo: Es ms casustico pegado a la ley.

    La Biblia se convierte en el libro central del catolicismo.

    PAPEL DE LOS LAICOS

    Control sobre movimientos laicales sometindolos al control de las rdenes mendicantes.

    Se impulsa un rol ms activo en la Iglesia como agentes pastorales.

    RELACIN CON LOS

    PROTESTANTES

    Condena del protestantismo.

    Dilogo ecumnico. Iglesias cristianas separadas invitadas como observadoras. Acepta los puntos positivos del protestantismo.

    PAPEL DE AMRICA

    LATINA

    Tiene una influencia indirecta y posterior. Influye en el II y III Concilios Limenses.

    Tiene una profunda resonancia a travs de Puebla y Medelln. Acogido por quienes desarrollaron la Teologa de la Liberacin y la opcin preferencial por los pobres.

    CONSECUENCIAS

    POLTICAS

    Se desatan guerras entre protestantes y catlicos al interior y entre pases. Un ejemplo es el de Francisco I contra Carlos V, la represin anglicana ejecutada por Isabel I, las persecuciones de Felipe I, la matanza de San Bartolom (Mdicis)

    Clero latinoamericano vir hacia la izquierda y las problemticas sociales. Esto es visto como peligroso por las dictaduras militares latinoamericanas y los EE.UU. Ciertos sectores ven muchas de sus medidas con temor, como expresin de una mundanizacin de la vida

    religiosa.

    SIGNIFICADO HISTRICO

    Puso ciertas cosas en orden, sobre todo en lo referente a la preparacin y la moral del clero.

    Una actitud de acogida hacia el mundo y sus valores, una Iglesia que se define al servicio del pueblo de Dios.