OLIMPIADAS DE AJEDREZ DE BAKÚ: OVEJAS

SOBRE EL TABLERO

RENE NAVARRO: HAY QUE ANALIZAR

LOS PRESUPUESTOS ASIGNADOS

PARA EL DEPORTE

SERGIO GONZÁLEZ Y NIVALDO DÍAZ: ESPÉRENNOS EN LA FINAL DE TOKIO

Año 2. No. 18 Octubre 2016

Ya estamos de vuelta. Después de dos meses sin publicar el equipo Play-Off tiene la satisfacción de presentarles la edición no 18 de nuestra revista.

No crea el lector que fue fácil asimilar esta ausencia. Fue un tiempo necesario para repensarnos y crear nuevas ideas y ajustar dinámicas de trabajo para el nuevo sitio web, que en próximos días tendremos on-line.

La edición que les mostramos -primera después de los Juegos Olímpicos de Rio- no puede dejar de mencionar la dolorosa pérdida física de José Fernández, pelotero cubano en pleno ascenso profesional en Las Grandes Ligas. Aquí usted podrá encontrar nuestro homenaje, sin dudas pequeño, en comparación con la exitosa carrera del criollo.

Este mes, como plato fuerte, traemos una entrevista del dúo que nos llenó de alegría en Rio, aquel que nos mantuvo despierto hasta tarde, levantado balones y sumando puntos para Cuba. Estos muchachos abrieron sus puertas a Play-Off, nos contaron sobre sus expe-riencias en Brasil y sus planes futuros.

El lector podrá encontrar otro artículo de lujo; una entrevista al comentarista y maestro de la narración deportiva cubana, Rene Navarro. Sus consideraciones sobre el deterioro del deporte y la narración en la isla nos darán una visión mucho más ajustada sobre este fenómeno.

Por lo demás continuamos con nuestras secciones habituales, ofreciendo una visión diferente donde el interesando puede encontrar respuestas a muchas preguntas que se abren sobre el futuro incierto de la actividad atlética.

Gracias por seguir con nosotros.

Dirección GeneralDirección Editorial: Pedro Enrique Rodríguez Uz

Producción Ejecutiva: Ariel Blanco UzAlena González Manuel Valls Ferrer

Edición: Joanna Castillo Wilson

Diseño y Maquetación: Javier Martínez Acosta

Dirección de Fotografía: Hansel Leyva Fanego

Corrección de cierre: Grettel Gutiérrez

Ilustración: Javier Guillén.

Comercial: Lissette Rosabal Álvarez

Asesoría de información: Heeney Figueroa

PLAY-OFF ® ISSN: 2443-9800Calle Pintor Ricardo Verde, e/Amadeo de Saboya y Finlandia, Valencia, España, CP: 46010www.playoffmagazine.com

NOTAEDITORIAL

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BLACK & WHITEOvejas sobre el tablero

MATCH POINTLos círculos del Olimpo

MVPCuba enamoró a Copacabana

ROOKIELosé Fernández: Cae el telón

OUTFIELDLas vacas flacas pastan en el San Siro

Yuliesky Gurriel: Apuntes sobre un debut esperado

POST GAMEPerdida de talentos: Poner el parche, ¿la clave?

VETERANPestano en 3 y 2 se fue

SHUTTER SPEEDAburridos en el estadio

HALF TIME SHOWRené Navarro: ¡De madrugada... De Cuba

y para el mundo

INFIELDDesvaríos de un mal perdedor

06

08

12

18

3034

38

42

46

58

60

EL PLAY

18HONOR A

JOSÉ FERNÁNDEZ

Por Michel ContrerasIlustración: Javier Guillén

BLACK &

WHITE

Mal. No encuentro otra palabra para calificar el desempeño de la escuadra masculina cubana en la Olimpiada de Ajedrez de Bakú, adonde llegamos en plan lobo con la etiqueta del séptimo lugar hace dos años y, cual mansísimas ovejas tropicales, salimos dolorosamente trasquilados.

De acuerdo con su ELO colectivo, Cuba represen-taba el décimo quinto mejor roster del evento y, por demás, a los jugadores les sobraba experiencia com-petitiva en estas lides. Sin embargo, solo se consiguió el peldaño 25, uno de los peores de nuestra historia olímpica (en 28 participaciones anteriores solo exis-tía un rendimiento similar a éste, el de Niza 1974, y uno de inferior categoría: el puesto 37 de Bled 2002).

Justo entonces, en aquella ciudad eslovena, asu-mieron Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón los ta-bleros principales de la escuadra (los dos habían debutado poco antes, en Estambul 2000, pero como subalternos de Jesús Nogueiras, Reinaldo Vera y Wal-ter Arencibia). Así pues, el de Güines y el de Las Tu-nas fueron novatos como protagónicos en Bled, y lo pagaron caro. No obstante, pasó el tiempo, pasó el águila por el mar, pasaron un montón de campeo-natos por equipos, y ellos siguieron siendo la cabeza de la armada.

Se trata, en mi criterio, del mejor binomio aje-drecístico con que ha contado Cuba (el de Noguei-ras-Guillermo García no alcanza su nivel, y a Ca-pablanca le tocó ser el llanero solitario en materia de respetabilidad extrafronteras). De Domínguez y Bruzón ha debido colgarse la esperanza nacional por espacio de más de una década –inclúyanse en el pe-ríodo los Top Ten de Calviá y Tromso- y, cuando uno de ellos ha fallado, el resultado ha recibido un vara-palo. Esta vez fue Bruzón….

Para nadie es secreto que el maestro oriental no ha podido continuar con aquella progresión que lo llevó a campeón mundial juvenil, titular del torneo Young Masters y, más tarde, líder del grupo B en el poderoso Wijkaan Zee. Dicen que la bebida lo había alejado de los entrenamientos, y por ese camino su juego perdió fuerza, y su coeficiente, puntos.

De manera que no existían razones para esperar milagros. Bruzón llegó a Bakú renqueante, y sus ri-vales, maliciosos, le asestaron una herida tras otra. Vea estos datos: el Rating Performance le deparó un patético 2551, y su cosecha se limitó a la mitad de

los puntos posibles pese a no tener ¡ni por asomo! la oposición que encontró Calviá (Tiviakov, Ponoma-riov, Svidler, Sutovsky) y Tromso (Sasikiran, Radja-bov, Meier, Cheparinov).

En el ajedrez contemporáneo, el equipo que quie-ra codearse con la elite y no salir aniquilado nece-sita, obligatoriamente, cuando menos, dos trebe-jistas sólidos en las primeras mesas. Por ejemplo: en los brillantes desempeños de 2004 y 2014, la faena conjunta de Domínguez y Bruzón ascendió a 30 de 44 unidades, para un rendimiento de más del 68 por ciento; ni siquiera importó que entre ambos certá-menes tuvieran que encarar a 27 hombres con coe-ficientes ELO superiores a 2600. Cuando los jefes de la manada están en plena forma, todo puede ocurrir en un dual meet.

Por eso ahora –cuando apenas chocamos contra tres planteles de 2600 o más- no bastó con la ex-celente brega de Domínguez, quien sacó 7,5 de 10 y mereció la presea de plata en el primer tablero. Por desgracia, cada vez que su mano derecha falló (ver-sus Canadá, versus Holanda), el equipo perdió el duelo. Veámoslo más gráficamente: si el tunero hu-biera conseguido aportar un punto más –tan solo un punto más- Cuba habría ocupado un escalón entre los lugares 11 y 15. Y eso estaba al alcance de Bruzón, quien jugaba para el 62 por ciento de efectividad en 89 cotejos olímpicos, y ahora no consiguió pasar de un discreto 50.

Hay quien podría pensar que estoy haciendo leña del jugador caído, y no es el caso. He profesado siem-pre una admiración muy grande por su juego, que en su momento de esplendor era más agresivo (atracti-vo) que el de su compatriota güinero. Pero las causas de un fracaso hay que buscarlas antes en los perso-najes centrales que en los secundarios, y uno no pue-de señalar, por el revés, digamos, a Yuri González, sino a un ajedrecista de condiciones demostradas y más peso en el devenir del grupo.

Una cosa está clara: mientras no volvamos a tener una yunta adecuada para Leinier Domínguez será di-fícil en extremo recuperar escaños y prestigio en los grandes campeonatos por equipos (pienso ahora mis-mo en la pelota, donde el slump de tercero o cuarto bate arrastra consigo una avalancha de reveses). A mi modo de ver, Bruzón aún está a tiempo de retomar la plaza; el talento le asiste y, la voluntad, espero que también.

OVEJAS SOBRE EL TABLERO

LOS CÍRCULOS

Al terminar los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016 sentí el pálpito del aficionado con la actuación imperial de Mijaín López, con el premio al sacrificio de Ismael Borrero, el salto a la excelencia de Arlen López, la reconquista de Robeisy Ramírez, la deuda saldada por Julio Cesar la Cruz y la plata divina de Yasmany Lugo. Tampoco fue menos mi alegría con los subtítulos de Osmany Juantorena, Orlando Or-tega y Lorenzo Sotomayor, o los bronces de Yasmany Copello y Frank Chamizo, que llegaron desde la año-ranza.

Deseé mucho más del tatami para la adorable Idalis Ortiz; algo mejor en los puños para Lázaro Álvarez y Yohanis Argilados, como mismo se me arrugó el co-razón al no ver en el podio a la princesa de la garro-cha Yarisley Silva. No pudiera decir menos de Ashley González, Liván López, Leuris Pupo y Leonel Suárez.Pero el compromiso profesional me alimentó el sen-timiento. No da para otra cosa, al ver reflejado el pronóstico vaticinado para la actuación de Rio 2016 -la prueba del ciclo que se viene cerrando desde Bar-celona 92´.

Por Alejandro CéspedesFotografía: Wordpress@

MATCH P

OINT

De Catalunya a la Ciudad Maravillosa.Un amigo me preguntó: … “Compadre: ¿por qué

estamos tan mal en el deporte? Ese medallero olím-pico nos dejó mal. Ya nada es como antes, cuando le ganábamos a casi todo el mundo. La cosa está mala, pero no puede ser solo eso. ¿Por qué?”.

El deporte es reflejo de la sociedad en la que se desarrolla. En Barcelona 92´ la moderna España lo-gró una actuación sin precedentes, y Cuba llegó con fuerzas a lo más alto de sus posibilidades -sostenida

por la inversión que propició el hasta entonces infa-lible campo socialista, que permitió desarrollar un movimiento deportivo que vistió de dorado a figu-ras como Orlandito Martínez, María Caridad Colón, Alberto Juantorena y Teófilo Stevenson.

Pero ya lo dijo Silvio: “…cuando yo era chiquito, era del monte y soñaba espuma…”. El inesperado y fortí-simo recto al mentón del deporte cubano que propinó la caída del Campo Socialista, con el prolongado con-teo de protección que devino en el Período Especial, hizo que los resultados olímpicos se tambalearan.

DEL OLIMPO

Los 5 anillos del apocalipsisLa parca de resultados que hoy tene-

mos en el deporte olímpico es multicau-sal, pero con un denominador común: la economía. Esta se ramifica en causas, que estuvieron a la sombra, pero hoy la clari-dad las acecha.Los métodos de dirección del INDER:

a) Los profesores en las escuelas deportivas le queman etapas en el desa-rrollo deportivo a sus atletas en el afán de obtener las máximas evaluaciones para el pago por estimulación y la posible pro-moción a los equipos nacionales, o las misiones de colaboración. Esto, dada la exigencia que se les hace a los funciona-rios provinciales del deporte para obtener resultados en los Juegos Escolares y las

Olimpiadas Juveniles por parte de la di-rección nacional, y así exprimir la cantera para sostener los equipos nacionales.

b) Esto da la medida de que los atletas escolares, de cadetes y juveni-les cubanos tengan marcas y estándares competitivos en los deportes individua-les, principalmente, y colectivos por encima de la media de la mayoría de los países del área y a nivel mundial. Esto provoca que en esas categorías sean rivales poderosos, pero cuando se es-tablecen en el primer nivel no puedan alcanzar los mismos estándares que se vaticinaban desde sus categorías ante-riores.

c) La vida deportiva del atleta cu-bano se acorta considerablemente. Con 28 años -la edad optima del deportista

por ser poderoso físicamente y con ex-periencia competitiva- el atleta cubano de máximo nivel ya arrastra una serie de lesiones y desgaste físico que lo ha-cen “viejo”. Esto trastoca con los atletas foráneos, que extienden su vida atlética hasta los 35 años y más. Este factor está dado fuera de ciertos deportes de carac-terísticas especiales.

d) La quema de etapas también in-fluye en la salud del atleta para su vida posterior, al tener que someterse a un periodo de desentrenamiento riguroso, que no entra en las proyecciones de IN-DER. Ello lo hace propenso a enfermeda-des cardiacas, renales, el sobre peso, las causadas por las lesiones que deja el en-trenamiento, así como psicológicas por el proceso de adaptación.

La preparación de los instructores y entrenadores:a) Los métodos de entrenamiento heredados

por los instructores del campo socialista son, aún, la base del trabajo de los entrenadores cubanos en varios niveles. Solo los entrenadores de los centros nacionales, que han tenido contacto con el conoci-miento foráneo, se han volcado en la experimenta-ción de nuevas formas de trabajar los ciclos de entre-namiento.

b) Las bibliografías que están en las escuelas deportivas para la preparación académica de los es-tudiantes y futuros entrenadores tienen 20 y 30 años de atraso. Las más actuales están en sistema digital, lo cual no es asequible para todos por igual.

c) La promoción de profesores en las escue-las de especialización deportiva está dada a la ma-

sividad y no a la calidad, en base a cumplir con el plan económico de la prestación de los servicios y la graduación universitaria. Se ha inflado una ca-rrera de alto perfil, llevándola a ser subestimada y manipulada para obtener títulos universitarios.

d) Los ex-atletas cuentan con cierto favoritis-mo en su inclusión dentro del claustro de profesores de las escuelas deportivas y los centros de alto ren-dimiento sin cumplir con el nivel intelectual y peda-gógico necesario, en detrimento de otros con mejor preparación.

e) Las glorias deportivas no son seleccionadas en correspondencia de su nivel como entrenadores, y si como un reconocimiento o utilización laboral en dependencia de su importancia social o interés per-

sonal de los directivos que los coordinan.f) La preparación para obtener un resultado

inmediato o a corto plazo, obviando los ciclos de 4 y 8 años para obtener resultados olímpicos, hacen que los atletas y los entrenadores pasen por alto la pre-paración académica de sus deportes. Esta es la base para interpretar su trabajo actual y futuro. Este as-pecto es primordial para el éxito del deportista, pues en la repetición, y no en la fuerza, está la distinción del deportista.

La selección de talentos:a) Los atletas que hoy en día compiten en los

Juegos Olímpicos por Cuba nacieron en los años 90´, en medio de una crisis económica que atentó contra la alimentación y el desarrollo biológico de los mis-mos. Por ello la estatura y el somatotipo de los po-sibles talentos es más difícil de encontrar y, dada la escases de recursos, de sustentarlos.

b) Por la escasez y la concentración de las fi-nanzas en las cabeceras provinciales, los talentos alejados de las capitales pierden posibilidades de lle-gar, o mantenerse, en los centros de alto rendimien-to.

c) Por la urgencia de crear un atleta, se de- sechan los niños y jóvenes que no cumplen con los exigentes requisitos para su inmediata inclusión en el alto rendimiento, y se obvia la variante de desarro-llo lento o tardío del cuerpo humano. Esto trae como consecuencia que no puedan desarrollar la técnica y las habilidades en su deporte y, para cuando toman una edad y condiciones óptimas para competir de-portivamente, no estén preparados.

Las instalaciones y los implementos deportivos:a) Las instalaciones donde se puede masificar

el deporte en la base están sin las condiciones nece-

sarias para poder sustentar la práctica sistemática de los niños y jóvenes; así como son escasos y rústicos los implementos para los diferentes deportes.

b) Los profesores no cuentan con los recur-sos antes mencionados, y sin apoyo constante para desarrollar competencias zonales o regionales para medir la calidad de su trabajo y de sus posibles talen-tos, pues el tope es la máxima expresión en la prepa-ración del deportista.

La deserción de atletas y el crecimiento deportivo foráneo:

a) Hace unos años eran solo los atletas de de-portes colectivos los que se marchaban del país, con mayor frecuencia, y pocos continuaban su carrera deportiva fuera de Cuba. Sin embargo, con el nivel de inversión que han colocado los diferentes países del mundo para el deporte, el prestigio del depor-tista cubano, que viene forjado en una tradición que supera en varias generaciones a sus competidores, lo convierte en un plato fuerte para inyectar títulos y prestigio a la esfera deportiva de muchas naciones.

b) El factor migratorio de las familias jóvenes en Cuba lleva a que la descendencia cree o continúe su carrera deportiva fuera de la isla, y por las políti-cas del gobierno cubano se vean imposibilitadas de representar a su país de origen. Como mismo sucede con los que ya se formaron en la pirámide criolla y, al marcharse de Cuba, no son aceptados bajo el comité olímpico cubano, o son sometidos a estrictas medi-das para evaluar su aceptación.

Creo que estos factores conforman la clave de la crisis deportiva que hoy tenemos, y que, silencio-samente, son compartidos. Pero no todos “desean” ponerle el cascabel al gato, y si sumarse al coro de la victoria detrás de cada medalla.

CUBACOPACABANAA

ENAMORÓ

Era casi la una de la madrugada del 16 de agosto y, en una porción de la famosa arena de Copacabana, casi 10 mil personas deliraban con un partido de voleibol de playa. La masa verdeamarelha esperó el último encuentro de la jornada para disfrutar del juego de un dueto prácticamente desconocido que se había ganado el corazón de la gente. En la cancha no había ninguna pareja brasileña: disputaban las semifinales los cubanos Nivaldo Díaz y Sergio González.

Mientras se escuchaba con fuerza el nombre de Cuba, la encarnizada batalla con los rusos Konstantin Smenov y Viacheslav Krasilnikov tenía matices sobrehumanos -de infarto-, como decía una colega cubana que no pa-raba de saltar en las gradas de la instalación deportiva.

Después de dos trepidantes primeros sets (20-22 y 24-22), el tiebreak fue más de lo mismo. Los anti-llanos consiguieron una ventaja de 13-10 que parecía definitiva, pero se esfumó cual apretón de garganta, convertido en asfixia cuando un saque europeo dio en la banda superior de la net y, en segundos eternos, la pelota caprichosamente cayó inmaculada en cancha cubana. Fin de la historia. Ganaron los rusos 18-16.

MVP

Por Dayán García La OFotografía: Hansel Leyva Fanego[

Más de 35 días después de esos sucesos me en-cuentro nuevamente con la pareja de voleibolistas cubanos sin aquel desconsuelo que tenían en la zona mixta de la playa carioca. Sergio y Nivaldo regresa-ron del gigante suramericano y fueron sorprendidos por las muestras de cariño por ese quinto puesto en los olímpicos. Pero es que, medallas aparte, el dúo protagonizó una de las páginas más disfrutadas en los Juegos -incluso aquel sufrido partido ante los ru-sos.

Después de una sesión de fotos, Sergio -26 años y 195 centímetros de estatura-, fue el primero en con-testar las preguntas de Play-Off sobre la aventura brasileña y algunos necesarios antecedentes.

«Creo que todo comenzó en el mundial de 2015, con el noveno lugar. Fuimos creciendo como pareja, con la química necesaria. Enfrentamos dúos de pri-mer nivel y nos sentimos en condiciones de ganar-les. Además, en el circuito NORCECA ya habíamos demostrado que nuestro voleibol tenía para más», refirió el holguinero.

Por su lado, el habanero Nivaldo agradeció a la se-gunda pareja de Cuba, conformada por Daysel Que-sada y Karel Peña, quienes aportaron en el preolím-pico para que la Isla se llevara el cupo en disputa.

«Ellos tienen mucha calidad y eso nos obliga a es-tar siempre en forma. No podemos aflojar en los en-trenamientos», dijo el joven de 22 años y dos metros de altura.

¿Esperaban la excelente actuación que protagonizaron en Río 2016?

Sergio: «Sabíamos que podíamos tener un resul-tado convincente. Estábamos preparados desde lo físico y lo psicológico. A pesar de que fueron a la Ciu-dad Maravillosa parejas de mucho nivel, tenía mucho optimismo, y así se lo hice saber a mi compañero».

¿La primera victoria ante los brasileños Pedro Solberg y Evandro Gonçalves fue el catalizador de lo que vino después?

Sergio: «Imagínate, eran los segundos del ranking y además estaban en su casa ante más de 10 mil es-pectadores. Fue un juego muy reñido. La gente que-ría verlos ganar, pero supieron reconocer nuestro esfuerzo y el voleibol que estábamos regalando. Al final vencimos y creo que desde ahí nos fundimos en una relación especial con el público».

Nivaldo: «En ese choque también tuve que poner a tiro mi prearranque; fue lo más complicado. Era mi primera experiencia olímpica; fue una mezcla de presión y emociones. Ya en el calentamiento previo pensé que no tenía nada que perder y sí mucho por ganar. El público hizo lo suyo y consiguió un am-biente acogedor para jugar voly. Pocos podían creer que dos desconocidos dejaron fuera a ese par de ído-los locales, medallistas en mundiales. Por eso siem-pre tuvimos el favor del respetable».

Al regre-sar fueron sorpren-didos por las mues-tras de cariño por ese quin-to puesto olímpico

En el partido de cuartos de final ante los rusos estu-vieron muy cerca de la victoria. ¿Bajaron la guardia o aumentaron la confianza?

Sergio: «Ninguna de los dos. En ese tiebreak sí hubo un momento en el cual pensé que el triunfo era nuestro, pero seguimos dándolo todo. En esos finales el defensor ruso Krasilnikov hizo salvadas fenome-nales. También hay que darle el crédito a los rivales. Solo puedo asegurar que esa pareja no nos gana nun-ca más. Esa espina me la tengo que sacar».

Nivaldo: «Fallé un ataque en el final del tiebreak que podía inclinar la balanza a nuestro favor. Me es-taban saliendo bien las cosas en la competencia, pero creo que en esos instantes me preocupé demasiado por hacer el punto. Dejé de generar voleibol y cometí errores. Cuando el partido concluyó me hice mu-chas preguntas; pasé mucho trabajo para asimilarlo. Fueron muchos los que me apoyaron, esa fue la clave para recuperarme».

¿Cómo los recibieron en la isla?Sergio: «No teníamos idea de que tantas personas

habían visto el partido decisivo, porque fue después de las 12 de la noche en Cuba. Es increíble cómo la gente nos para en la calle para agradecernos y darnos ánimo. Esto nos compromete para el próximo cua-trienio».

Nivaldo: «Fue lo máximo. Llegué a mi barrio un poco acongojado, pero al ver la cantidad de gente que fue a abrazarme y saludarme, entonces supe que habíamos dejado una huella importante; más allá de no clasificar a las semifinales».

Es casi inminente su participación en el próximo circuito mundial. ¿Hasta qué punto los ayudaría esta inserción?

Sergio: «Sería genial para nuestro rendimiento, porque uno se adapta a jugar a ese nivel y sabes cómo resolver en situaciones de presión. Eso fue lo que nos sucedió en Río: nos faltó serenidad a la hora de to-mar decisiones. Estamos muy esperanzados y si se cumple se pueden esperar noticias muy agradables de nosotros en el camino a Tokio 2020».

Nivaldo: «Confrontar con los mejores del mundo ayudaría a estabilizar nuestro rendimiento, así como también elevaría nuestra capacidad mental y la ex-periencia competitiva. Ya hemos demostrado que en lo físico y técnico podemos medirnos con el primer nivel. Todavía tenemos mucho para dar».

Fueron segundos eternos los que corrieron mien-tras aquella pelota dio en el borde de la net y capri-chosamente siguió su curso hasta el silencio total en la Arena de Voly de Playa. Unos pocos rusos saltaron de alegría. Copacabana enmudeció, como si quisie-ra que el silencio regresara las voces que corearon Cuba, Cuba, Cuba… para agradecer a un par de des-conocidos que enamoraron, con su entrega, a miles de fanáticos.

Supe que habíamos

dejado una huella im-

portante más allá de

no clasi-ficar para

las semifi-nales

ROOKIE

Por Gabriel García GalanoFotografía: Getty Imagesb

Como una buena obra de teatro que finaliza de pronto dejando a todos boquiabiertos, terminó este domingo la vida de José Fernández, sin dar tiempo siquiera para la ovación final que hubiera merecido.

Fueron miles, de uno y otro lado, los que queda-ron con ganas de verle lanzar nuevamente, ya fuera en Miami o en cualquiera de los estadios que acogiera a los Marlins. La vida, injusta en ocasiones, se encar-gó de llevarse, para siempre a otro lugar, a un talento de gran futuro por delante.

En este momento no importan las especulacio-nes. Mucho se ha dicho alrededor del desafortunado accidente y no faltan las teorías que mezclan drogas con mal tiempo y decisiones desafortunadas.

Tampoco importa si Fernández estaba molesto y se fue de paseo para tratar de aclarar su mente. Lo cierto es que José no está; que se nos ha ido.

Y digo «se nos ha ido» porque más que de los Marlins, Fernández es nuestro. Villaclareño nacido en el último día de julio de 1992, deleitó a muchos en su paso por las categorías inferiores hasta que se fue del país en busca de mayor fortuna en el me-jor béisbol del mundo. En aquellos momentos, po-cos tenían la idea clara de lo que llegaría a ser este muchacho, y otros tantos, como siempre, parecían escépticos.

Pero Fernández sabía lo que quería. Y quería bri-llar. Lo demostró con su paso arrollador por las Li-gas Menores, donde en 2012 terminó con un récord personal de 14 victorias y solo una derrota, promedio de 1.75 y 158 ponches en 134 entradas de actuación. Incluso lanzó las primeras seis entradas de un no hit-no run, dejando claro que los dos millones de su ficha valían cada centavo y se iban a quedar cortos.

Desde su segunda salida se ganó elogios, pues el manager Joe Maddon dijo que «era el mejor lanzador joven que había visto en su vida a esa edad». Además fue el séptimo lanzador en debutar en MLB con ocho ponches desde 1916.

Fue seleccionado en 2013 para el Juego de las Es-trellas y, al final de la temporada, lo nombraron No-vato del Año. Ciento ochenta y siete ponches en 172.2 entradas y un 2.19 de carreras limpias como prome-dio cada nueve entradas avalaron la decisión.

De ahí en adelante siguió un camino que lo llevó a tener, para el momento de su deceso, average de pit-cheo de 2.58, con 38 victorias y 17 derrotas, además de 589 ponches, en su corto camino de tres años en la Gran Carpa. Este año había conseguido 16 victorias, con 253 ponches.

El 20 de septiembre lanzó su último partido, una victoria de 1-0, luego de la cual le dijo a Martín Pra-do que era el mejor juego que había lanzado. Segu-ro pensaba en cambiar la historia. Seguro pensaba, como nosotros, lanzar otra vez. Mas eso no sucedió. Encontraron la lancha volcada sobre un rompeolas y se dijo que todos murieron en el acto. Fernández era uno de los fallecidos.

Ciertamente no querría estar escribiendo esto ahora. Por preferir me hubiera gustado más hablar de un juego perfecto o de su ponche número 2000, cosa que sin dudas podría alcanzar dentro de unos tres años. Pero la caprichosa condición humana que exige que para morir solo hay que estar vivo se hizo presente, esta vez en un muchacho más joven que yo, y que de buena manera simbolizaba lo que mu-chos, incluido el que escribe, hubieran querido ser.

Lágrimas, mensajes, luto en todos los parques de la MLB, homenajes y un dorsal número 16 que no re-gresará a la espalda de nadie más. Esto es lo que le queda a unos Marlins que, desde ya, han tenido que comenzar a reestructurarse sin su lanzador estre-lla, buscando salir del golpe psicológico de perder a alguien tan joven y tan importante. José Fernández nos deja así, sin más, sin palabras para describir una pérdida que el béisbol lamenta amargamente y no se borrará tan fácil. Terminó su obra sin tiempo para aplausos, y dejó caer el telón.

JOSÉ FERNÁNDEZ: CAE EL TELÓN

OUTFIEL

D

Por Daquito Jr. Valdés (@daguitojr83)Fotografía: Getty Images

P

LAS VACAS FLACAS PASTAN EN SAN SIRO

Milán es la ciudad de la moda y el gla-mour, pero también es la urbe comparte dos pasiones por dos equipos históricos que andan en horas bajas.

El AC Milán y el Internazionale son los dos clubes de fútbol de esta ciudad lom-barda; dos equipos que cohabitan en un mítico estadio de la barriada de San Siro y que llevan la rivalidad y el desencuentro deportivo a planos inimaginables.

Dos históricos que acumulan 36 Ligas, 12 Copas y 10 Ligas de Campeones, pero que hace ya varias temporadas que a sus vitrinas no llega un nuevo trofeo: ni si-quiera pueden ya disfrutar de competir en la Champions. Han cedido terreno en el torneo doméstico y la inestabilidad en los vestuarios ha sido una norma en los últimos cursos.

Los invito cordialmente a hacerse es-tas cuatro interrogantes, que pudieran despejar dudas sobre los tiempos de crisis que corren en Milán.

¿Desde cuándo no ganan nada?Tendríamos que remontarnos a la temporada

2010-11 para ver ganar, por última vez, a alguno de nuestros dos protagonistas. En esa ocasión fue el Mi-lán el que ganó la Serie A, dirigido por Massimiliano Allegri y liderado por el astro sueco Zlatan Ibrahi-movic (perdieron 3 partidos en toda la liga y termi-naron sacándole 6 puntos a sus rivales de ciudad).

El Inter, por su parte, había ganado sus últimos trofeos justamente el año anterior (2009-2010), de la mano de José Mourinho -una temporada espectacu-lar e histórica donde ganaron el Triplete (Liga, Copa y Champions). En el invierno de 2010 se fue Mou, y con él las últimas esperanzas de volver a ganar algo.¿Qué ha pasado desde entonces?

Pues muy fácil y bien resumido: El Reinado Abso-luto de la Juventus.

En las si-guientes dos

temporadas el AC Milán aguantó

la resaca del triunfo de Allegri y se mantuvo

entre los tres primeros clasi-ficados, lo que le permitió ascen-

der a la Champions sin muchos proble-mas. El Inter, sin embargo, comenzó una espiral descendente que le llevó a terminar 6to. en el 2011 y 9no. en el 2012. Quedó fuera de toda competi-ción europea y perdió la credibilidad y confianza de sus aficionados.

Para el verano de 2014 los dos conjuntos estaban fuera de la lu-cha por los puestos europeos y su-mergidos en una crisis deportiva e institucional de dimensiones importantes. En el curso 2013-14 los Rossoneri terminaron en un estrepitoso 8vo. puesto mientras los vecinos se ubicaban en la 5ta plaza de la Serie A. Al finalizar la liga 2014-2015 la tabla clasifica-toria no nos daba buenas noti-cias del Milán y el Inter: 10mo. y 8vo. respectivamente.

La temporada pasada, con Roberto Mancini en el ban-quillo, el Internazionale hizo amagues de regresar a

lo más alto de la clasifica-ción, pero terminaron

4tos. (mejor ubicación en los últimos 6 años)

y fuera de la Cham-pions otra vez. El

Milán acabó en un magro 7mo. lugar.

¿Las causas?Yo veo dos cuestiones fundamentales:1ra. Una crisis generacional e ineficiente inversión

en fichajes.El envejecimiento continuo de ambas plantillas

fue marcando este difícil periodo en el que se retira-ron o vendieron varias figuran importantes en los úl-timos años. Pirlo, Gattusso, Nesta, Ronaldinho, Kaka o Seedorf fueron elementos medulares en el Milán de la última década que dejaron auténticos cráteres cuando abandonaron sus filas. Con el Inter más de lo mismo: Zanetti, Milito, Eto’o, Cambiasso, Sneijder o el propio Materazzi nunca fueron suplidos correcta-mente en estos últimos años.

Han llegado figuras –presuntamente- promete-doras pero que han sido verdaderos fiascos a corto y mediano plazo; ninguno con el caché y la calidad de los antes mencionados.

2da. Inestabilidad en los banquillos o la falta de un proyecto a largo plazo.

Increíble es la miríada de entrenadores que han pasado por San Siro -en ambas áreas técnicas- en el pasado quinquenio.

Un total de 15 cambios desde 2010 suman las dos instituciones milanesas. 8 por el Inter y 7 por el Mi-lán. Ha sido un variopinto desfile de directores téc-nicos de diferentes estilos, escuelas y edades que han venido a tratar de salvar a estos gigantes de la inva-sión de las vacas flacas, pero ninguno lo consiguió.

Es imposible que, con este vaivén en la dirección de los equipos, se pueda asentar un proyecto deco-roso que asegure, no solo resultados, sino también el boceto de la futura conquista de trofeos impor-tantes. Y es que así se pierden generaciones enteras en las canteras, se cambia de estilo táctico segui-damente, se crean desencuentros entre jugadores y directiva y, lo que es más importante, se hace sufrir a los miles de seguidores que tienen estos dos clu-bes, que terminan por dejar de creer en el equipo de sus sueños.

¿Hay esperanzas?Pues no mucha, la verdad. Los fichajes

en este verano no llevan a pensar que será un gran año para la ciudad de Milán en lo futbolístico.

El Inter hizo algunas incorporaciones interesantes, sobre todo la de Gabigol (Gabriel Barbosa) y Joao Mario, que pue-den llegar a ser importantes para Frank de Bóer, pero el comienzo de la Serie A no ha sido nada bueno para ellos.

La decepción la llevo muy adentro con

el AC Milán: no hizo ningún fichaje des-tacable y no le veo con la capacidad de competir con la Juve por el Título liguero.

Las dos plantillas están muy parejas: tie-nen buenos jugadores, pero ninguno a la altura de los mejores jugadores del planeta. Ojalá a Frank de Bóer le den tiempo para hacerse con el equipo y plantar un plan de futuro que traiga los añorados éxitos.Conclusión

Estas cuatro interrogantes te vendrán recurrentemente a la cabeza cada vez

que recuerdes los memorables tiempos de Mourinho en el Inter o Ancelotti en el Milán; esos años en que disfrutábamos de los Derbis della Madonnina con épica intensidad y marcados por grandes es-trellas.

Los nubarrones que surcan el cielo balompédico milanés nos afligen y pre-ocupan a todos los que amamos el buen fútbol, y que queremos ver, donde se me-recen estar, a estos dos Clásicos del fútbol mundial.

YULIESKI GURRIEL:

APUNTES SOBRE UN DEBUT ESPERADO

Por Gabriel García GalanoFotografía: Getty Imagesb

Cuando me propuse, y propuse -valga la redundancia-, hacer un trabajo para este Outfield sobre Yulieski Gurriel, no sabía a ciencia cierta cómo afrontar el reto. Mu-cho se ha hablado ya de un hombre que, desde hacía un tiempo, no sabríamos de-finir como capitalino o espirituano, y caer en repeticiones parece inevitable.

Fue entonces cuando me topé con un trabajo de Francys Romero publicado el 23 de julio de 2016, en OnCuba, bajo el título “¿Cómo interpretar el contrato de Yulieski Gurriel?”, y la verdad que, poniendo aparte los acertados comentarios de su autor, lo que terminó motivándome fueron los comentarios.

Porque para dos o tres que no saben desligar las cosas -y en el mundo para que mundo sea tiene que haber de todo-, Gu-rriel no se merece ni el aire que respira, es «un chiquillo caprichoso y malcriado», mal agradecido y no le deseaban suerte ni como cargabates…. Hubo quien, incluso, afirmó y cito: «el único Gourriel que yo recuerdo es papá Gourriel, por su talento a la hora de decidir un juego».

Por tanto, creo llegó la hora de des-pertar de la mala fe y los escepticismos. El nacido en Sancti Spíritus el 9 de junio de 1984, exjugador de los Gallos, Industriales y el team Cuba, debutó en la Gran Carpa y, contra todo mal que le han anhelado, lo está haciendo a la altura de lo que necesita su equipo -a pesar de que el resultado no se traduzca en victoria para unos Astros que han variado en su desempeño con res-pecto a la campaña 2015-2016.

Treinta y dos años, acompañados de números que quedarán marcados -quizás para siempre con un asterisco en las pági-nas de nuestras Guías Oficiales del Béisbol, pues el hombre abandonó el país en medio de la campaña-, quedaron atrás en lo que iba a ser una Serie 55 formidable para él, donde iba a dejar un récord de bateo para la historia probablemente por encima de .500. Pero lo que pudo ser, y no fue….

Lo cierto es que esos 32 almanaques desaparecieron en un momento que mu-chos le recriminaron y otros le aplaudie-ron, pero que igualmente sirvió para dar el tiro de gracia a una Serie Nacional mo-ribunda. Y con esa desaparición voló todo -incluso el «papá Gourriel», talentoso a la hora de decidir un juego.

Ahí comenzó la incertidumbre: Yulieski se veía viejo para un debut en Grandes Li-gas y, si lo lograba, poco tiempo le queda-ría por delante, quizás cuatro o cinco años a lo sumo. Su «falta de consistencia» y

demoras en el trámite para hacerse agente libre le iban a privar de un buen contrato y, tal vez, debería lanzarse a por lo prime-ro que le pusieran en la mesa, para poder realizar su sueño MLB. Por eso me com-place tanto ver sus números actuales.

Hasta el momento en el que ponga pun-to final a este trabajo, Yulieski Gurriel Cas-tillo, espirituano devenido habanero -por las causas que fueran-, y olvidado de un día para otro en medio de notas informa-tivas y otras cosas que bien dieron lástima, batea para .321 con los Astros de Houston, y tiene slugging de .488 y OBP de .341.

El período entre el 8 y el 18 de septiem-bre vio al cubano irse en blanco en sólo un desafío, si bien es cierto que descendió desde los .346 hasta los actuales .321. En cambio, empujó en esos días siete carreras con 13 indiscutibles y par de cuadrangu-lares junto a dos dobles como extra bases.

Alternando en distintas posiciones, que han ido desde las esquinas hasta los jardines, el campeón mundial juvenil que se estrenara en Cuba junto a Kendry Mo-rales ha batido los rumores que lo con-denaban a solo par de posiciones en el cuadro. Durante lo que va de septiembre mantiene un aceptable .323 ofensivo.

No me gusta decirle el Yuli, pero a razón de no querer repetir nuevamente su nom-bre completo por una cuestión de comodi-dad a la hora de escribir, Yuli viene demos-trando que, a pesar de no haber sido jamás campeón con los espirituanos y caer en des-gracia para muchos (incluido el que escribe, durante un tiempo) luego del infortunado batazo para doble-play en Beijing 2008, es un hombre de grandes ligas, preparado para afrontar un reto que no se hubiera perdona-do haber evadido toda su vida.

Por suerte, a pesar del veneno que des-tilan algunas lenguas y manos prejuicio-sas en micrófonos y teclados, no dejo de toparme con gente que en la calle no hace nada más que dejar el sueño para bajar y, al ritmo de un buche de café preguntar: «¿Y qué hizo el hombre ayer?», a lo que a veces desearía contestar yo mismo y de-tenerme a debatir en cualquier esquina.

Así que no; de cargabates, no. De carga-bates no tendrá suerte porque ese no es el puesto que le toca a Yulieski Gurriel, miem-bro de una de las plantillas con mejor futuro en Estados Unidos. Por cuánto tiempo será parte de este futuro, es una incógnita. Por el momento nos contentamos con seguirlo de cerca, para, en otra edición, si lo amerita, dedicarle otro Outfield.

CONTRA TODO MAL

QUE LA HABÍAN

ANHELADO LO ESTÁ

HACIENDO A LA

ALTURA DE LO QUE

NECESITA SU TIEMPO

POST GA

ME

Orlando Ortega: subcampeón olímpico en 110 con vallas en Rio 2016

PÉRDIDADE TALENTOS:

PONER EL PARCHE, ¿LA CLAVE?

Frank Chamizo, Osmany Juantorena, Lorenzo Soto-mayor, Orlando Ortega, Arturo Diz Pé, Yasmany Copello, Libania Grenot, Wilfredo León, Jhoan Moncada, Rafael Capote…. Sus vidas están marcadas por disí-miles historias, pero todas convergen en un punto: destilan talento cubano, marca registrada, solo que otras latitudes acogen sus hazañas. Y no son ellos los únicos. Ciertamente el fenómeno de la nacionalización de deportistas nos ha golpeado. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 alcanzó su máxima expresión, luego de que en ese contexto el saltador de longitud Joan Lino Martínez (8.32 metros) se vistiera de bronce en Atenas 2004. Antes, la espadista Taimí Chappé, al igual que Martínez, Ortega y otros, acogida a la nacionalidad ibérica, abrió la senda en calidad de pionera, como también el balonmanista Rolando Urios. Diseminados por el mundo hay legiones de chinos, representantes de ex repúblicas soviéticas, africanos

y de otras naciones que, ya sea por no constituir las principales cartas de triunfo en su país de

origen, por ofertas de dinero sumamente lucrativas, por la diversidad de origen

en sus genes paternos, o por unión conyugal, batallan y

ponen su talento al servicio de otra patria que no fue la

que los vio nacer.

Por Harold Iglesias ManresaFotografía: Vivelohoyw

Profesionales del deporte cambian de clubes y países, y, con el paso del tiempo, acaban asimilando la nacionali-dad de la “patria” que los acoge. Gene-ralmente se trata de un proceso lento y paulatino (aunque ahora están de moda las nacionalizaciones express vía boda o vía decreto político y talonario de che-ques mediante), en donde el deportista marcha de su país de origen en busca de unas mejores condiciones deportivas y de vida. Esta es una norma no escrita que también tiene sus excepciones.

A pesar de su explosión a nivel su-premo a partir de la cita bajo los cinco aros de Sydney 2000, el fenómeno de la naturalización de los deportistas es añejo a nivel mundial. El ex futbolista argentino Alfredo Di Stefano fue uno de los pioneros cuando, a mediados de la década del cincuenta, decidió volverse justamente español.

El caso Cuba encierra otra dosis de complejidad, pues contrario a la década de los 90 del pasado siglo, la estampida de talento se ha agudizado con la irrup-ción del nuevo milenio -incluso siendo benjamines o adolescentes….

El principal argumento de nuestros atletas para tomar una decisión tan im-portante se centra en intereses econó-micos, aunque no todos los casos pasan por ese pensamiento de lucro. Osmany Juantorena fue seleccionado, en dos oca-siones, el mejor voleibolista del planeta a nivel de clubes, distinción heredada por Wilfredo León en el 2015. Juantorena y Diz Pé decidieron volar luego de que se le imputaran acusaciones de dopaje; mientras Orlando Ortega abandonó la delegación antillana al regreso del Mun-dial de atletismo 2013.

El luchador del estilo libre y as del orbe de los 65 kg en Las Vegas el pa-sado año, Frank Chamizo, después de pasarse en la báscula por 200 gramos en los Panamericanos de Guadalajara 2011 y estar cumpliendo sanción, se casó con la gladiadora italiana Dagma Caneva y cambió el curso de su vida. La variante de desposarse es una de las que más auge ha cobrado, especialmente en el de-porte de la malla alta u otras disciplinas colectivas.

Ahora bien, esa es solo una de las variables dentro de una ecuación bien nutrida. Un lugar importante ocupa la endeble captación en toda la geografía nacional. Recuerdo que antes se peinaba Libiana Grenot: atleta cubana que compite por Italia

el archipiélago de punta a Cabo en busca de los muchachos de mayores potenciali-dades, y existían municipios de avanzada bien focalizados como Diez de Octubre en la capital, Palma Soriano, Florida, en-tre otros. Ahora no se hace y, por demás, esas localidades han declinado en su rol de canteras de poderío.

La proporción es elemental: si se reduce la estructura competitiva desde la base, y los Juegos Escolares práctica-mente devienen Juegos inter EIDE, lógi-camente el nicho fértil de que se dispone para descubrir gemas será más reducido.

Luego, en el tránsito hasta la categoría élite, afloran otros escollos: vicisitudes asociadas a las condiciones de vida, los recursos para la práctica con todas las de la ley de su especialidad y el crecimiento cualitativo -la para nada ajena “piña” que favorece a homólogos de muchas menores virtudes. En este acápite abro un paréntesis para introducir desave-

nencias que, en más de una ocasión, se han derivado de malas políticas del INDER asociadas a su relación con los deportistas o el tratamiento casuístico de un problema de cualquier índole….

Cuando usted le va agregando piedras al saco y, generacionalmente, el cambio de mentalidad se ha hecho latente, derivado de una transformación socioeconómica ineludible, se antoja escabroso preservar los talentos, modificar decisiones que pue-den ser cruciales en el curso posterior de la vida de los atletas, o, por el contrario, in-tentar persuadir a los padres desde edades tempranas para que la formación de sus hijos transite por la ruta de los preceptos de nuestro movimiento deportivo.

No se trata de poner el parche, pero lejos de atenuar la estampida de talentos o la pérdida de esos no descubiertos o que han bifurcado su camino, la lista de atletas nuestros que enrumban hacia otros horizontes crece. Baste mencionar, en el

orden de cientos, los peloteros que han abandonado Cuba del 2000 a la fecha, con el voleibol en un segundo orden de bajas por ese concepto; balonmano, balonces-to…, y hasta disciplinas individuales como el boxeo, pues ni siquiera el buque insignia ha escapado. ¿Verdad Lorenzo Sotomayor?

Hay que revolucionar nuestro mo-vimiento deportivo, sin renunciar a cuestiones medulares de su génesis, pero sí atemperarlo a las dinámicas que lo rigen a nivel mundial, como la política de contratación y el desarrollo mediante su inserción en clubes, sin que esto signi-fique convertirlos en mercancía, mucho menos desde edades tempranas.

Nuestros entrenadores, la infraes-tructura deportiva casi arquetípica y la mente de los decisores también urge refrescarse. Cada día resulta menos pro-bable darle la espalda al mundo. Antes de poner parches, ¿no sería mejor moldear nuestro sistema?

Hay que renovar nuestro movimiento deportivoWilfredo León: dentro de los mejores atacadores del mundo

VETERA

N

PESTANOEN 3 y 2

SE FUÉ

Por Mayli EstévezFotografía: Carolina Vilchesb

«Pareces un torpedero detrás de home», le dice el toletero do-minicano David Ortiz al cubano Ariel Pestano en pleno I Clásico Mundial de Béisbol. Este se sonríe, porque no lo dice cualquier pelotero de las Grandes Ligas: lo asegura Big Papi. El domini-cano estará hastiado de ver excelentes receptores en la Gran Carpa, pero se detuvo ante el villaclareño para hacer semejante reflexión. Así se le rendirían a sus pies comentaristas deportivos de ESPN, Univisión y otras televisoras de habla hispana en Es-tados Unidos. Uno de ellos afirmaba sin tapujos ni resguardos: «Ariel Pestano es el mejor cátcher de la pelota cubana». Y no se equivocaba.

Con 22 temporadas en la pelota cubana, el nacido en Caiba-rién, un pueblo pesquero al norte de la isla, tiene el mejor pro-

medio defensivo desde el plato con un «extraterrestre» 991. Muy por debajo están figuras de la receptoría na-

cional como Juan Castro, Albertico Martínez o Lázaro Pérez. El villaclareño posee, además, el mejor por-ciento de cogidos robando en comparación con to-dos los ilustres anteriores, e igualmente sus nume-

ritos en los errores por capítulos es más ínfimo que el resto. En la enciclopedia de las estadísticas, el nombre de

Ariel Pestano está escrito con ribetes dorados. Hay otra cifra que habla a las claras del respeto que los co-

rredores en base le tenían al máscara villaclareño: a Pestano le salían al robo cada 13, 6 inning.

El que llevó 12 años las arreas del equipo grande lo tuvo claro desde el principio.

«Sí, era la posición que me gustaba. Desde los nueve años fui cátcher; incluso, he sido de los pocos que ha integrado todos los equipos Cuba, tanto en la categoría infantil, como juvenil y la de mayores. Que recuerde, el otro es Antonio Pacheco», dijo una vez a la prensa nacional.

Sin referentes siguió su camino, porque no vio jugar a los me-jores receptores que le antecedieron. No tuvo a nadie a quien imitar; fue Pestano y solo Pestano desde el inicio.

«Aunque los tres fueron mis entrenadores y aprendí mucho de ellos. Pero…, querer ser como alguien, no; no hubo nadie».

Como todo pelotero que aspire a lo mejor, Pestano también hubiese querido probarse en las Grandes Ligas. «Esa es la aspi-ración de cualquier pelotero», afirmó. Y como a casi todas las grandes figuras del pasatiempo nacional también le hicieron ofertas tentadoras, pero esa manera nunca la prefirió. Pestano se entregó al equipo nacional hasta que, en 2013, una llamada del entonces jefe técnico del team, Jorge Fuentes, desató una de las polémicas más largas del pasatiempo de los cubanos; una te-lenovela que se extendió hasta el final de la Serie 52 -desenlace

que incluyó a los protagonistas de la trama: Pestano y el ma-nager Víctor Mesa.

«En ese momento uno no piensa. Uno se sorprende, se queda sin palabras. Me siento mal, decepcionado, tris-te, pero soy de las personas que piensan que la vida no

se acaba por un día malo», confesó a esta reportera cuando todavía no había digerido la exclusión al III

Clásico Mundial. «Dicen que los hombres no se miden por las

veces que se caen sino por las veces que se le-

vantan, y yo he sido un eterno luchador y no me voy a cansar de luchar. Gústele a quien le guste y pésele a quien le pese».

Y Pestano lo hizo. Se incorporó nuevamente al equipo naran-ja y, en el último juego de la final beisbolera, con las bases llenas y un Sandino atestado hasta las torres, despachó un cuadran-gular inolvidable. Con el bambinazo se despedía el último gran héroe del béisbol villaclareño.

«El Grand Slam contra Matanzas en el play off de la Serie Na-cional 52, fue el final de mi carrera deportiva; el mejor colofón para tantos años de entrega, de sacrificio, de éxitos, y también de sinsabores y tristezas en los últimos momentos. Ese jonrón fue espectacular. Le di la posibilidad al pueblo de Villa Clara de que disfrutara un título después de 18 años de espera y, además, le dejé una huella, un batazo para que me recuerden siempre», expresó en una ocasión. Para quien ya había decidido, en 1994, otro banderín para su equipo provincial, este tuvo un sabor es-pecial. La decepción de la exclusión al Clásico quedó saldada en el jonronazo del quinto juego final.

«Esto es una alegría tremenda. Muchos se rieron de mí cuan-do dije en una entrevista que no me retiraba hasta que no fuera campeón, y aquí está. Tengo la mayor satisfacción de este pue-

blo, por haber confiado en mí, por haberme obligado a jugar béisbol de nuevo y por ser villaclareño», dijo al calor de aquel suceso.

El Campeonato naranja le hizo marcar otra cruz a su abultado arsenal internacional: el regreso de Cuba a las Series del Caribe luego de cinco décadas, y con él en aquello. Pestano cuenta con la medalla de oro olímpica en Atenas 2004, y dos de plata en Sídney 2000 y Atenas 2008. Fue tres veces campeón de la Copa Mundial de Béisbol (IBAF) en 2001, 2003 y 2005; multi-campeón en Copas Intercontinentales, Juegos Panamericanos y Centro-americanos. Fue artífice de la plata del Clásico Mundial, en su opinión la página más gloriosa de la pelota cubana. Su presencia en la Serie del Caribe de Margarita, más la experiencia profesio-nal con los Piratas de Campeche lo convertían en un pelotero irrepetible, al que solo le faltó la experiencia en la Gran Carpa.

Este septiembre de 2016 lo despide oficialmente de los dia-mantes; nunca más de careta, sonriendo a los rivales. Estará en su pueblo pesquero de la costa norte, cerca de un estadio que no iguala su magnitud, pero que le vio dar las primeras señas en la pelota cubana. El mejor receptor de la pelota cubana dijo adiós al béisbol en activo; esta vez, para siempre.

Ariel Pestano celebra su Home Run con bases llenas en la final de la 52 Serie Nacional.

SHUTTE

R SPEED

Fotografía: Hansel Leyva FanegoE

El estadio está vacío. Ya los padres no llevan a sus hijos. Las peñas, los gritos, los aplausos han desaparecido.

ABURRIDOS

ELos estadios están tristes, el pasto gris se lamenta, los fanáticos abandonan los banquillos.

EEstá muriendo parte de nuestra cultura, esta falleciendo el béisbol en Cuba carajo, lo saben y no hacen nada.

ELos estadios están vacíos, vacíos como tú, o como yo mañana, o como toda Cuba.

HALF TI

ME SHO

W

La historia de los narradores deportivos cubanos reserva un capítulo especial para René Navarro. A través de su voz, generaciones enteras de cubanos llegaron al éxtasis con cada victoria de las «espec-taculares morenas del Caribe», corearon al unísono «¡Anier! ¡Anier!» en cada valla que lo empujó hacia la gloria olímpica, contuvieron la respiración con el último salto de Iván Pedroso, o “volaron” ese endemo-niado hectómetro junto a Carl Lewis, el hijo del viento, en la mejor carrera jamás celebrada en el siglo XX.

Respetuoso, controvertido, espontáneo; todo un artista de la oratoria. Se puede afirmar que Navarro representa, para la narración, lo que Juan Formell a la música. Ritmo, fuerza, cubanía y autenticidad se desbordan tanto en un songo como en la voz de René durante un set de Cuba frente a Italia en la Liga Mundial. Si me cree, pruebe y escuche, ponga atención a cada detalle; mézclelos si le sabe mejor: «¡Tanto, tanto, tanto para Cuba…, arriba Cuba! ¡Se acabó el querer!»

Al igual que la genialidad de Formell confirió una expresión musical a nuestra realidad, la de Navarro orquestó la banda sonora de grandes momentos del deporte cubano; recuerdos imborrables que llevan en su ADN el inconfundible sello de este hijo pródigo del municipio mayabequense de Madruga. Y fue allí, en uno de los parques de su tierra natal, donde nacieron algunas de las frases que pegaron como estribillo de los Van Van: «¡Torre a cuatro manos! ¡Balón que sube, balón que baja!»

Hoy nos acercamos al hombre que encumbró, con una frase, a estrellas como Mireya Luis, Regla Torres, Tania Ortíz, lo mismo en Camagüey, en La Habana, en Cuba y para el mundo…. Una gloria, a quien lamenta-blemente no vemos con la regularidad de antaño en la pantalla de nuestros televisores.

El 15 de diciembre de 2005, a los 60 años de edad, decidió abandonar los estudios y micrófonos de la Televisión Nacional….

«Yo lo tenía decidido, aunque algunos compañeros, como Eddy Martin –vivo en aquellos momentos-, me preguntaron: “¿Por qué retirarte si estas en plenitud de forma?”. Pero en esa época el sistema de trabajo era difícil y la interrelación con los compañeros se volvió complicada. Además, fue una etapa donde el deporte cubano empezaba a declinar; los resultados de Cuba no eran los mismos. Y yo, al menos, tuve la opor-tunidad de cubrir como narrador deportivo una era brillante del deporte antillano».

No obstante, usted se ha mantenido bien activo…. «En estos momentos soy comentarista en un

programa deportivo del canal Cubavisión Internacional y trabajo en la emisora COCO, de la capital. Colaboro con Radio Rebelde y Radio Artemisa, e igualmente se me presentan un gran número de actividades en la calle organizadas por el INDER y otros proyectos como el Marabana-Maracuba.

»He sido contratado en las dos últimas ediciones de los Juegos Olímpicos. En Londres 2012 formé parte del equipo de la Organización Internacional Olímpica de Televisión y en Río de Janeiro trabajé para la cadena televisiva Claro Sports, radicada en México, pero que transmite para muchos países de Latinoamérica. En la cita brasileña narré el voleibol de playa desde la misma instalación situada en Copacabana, creo que la más animada y de mejor ambiente de todo el certamen».

Sus narraciones están indisolublemente ligadas a grandes momentos del voleibol y el atletismo cubano. Sin embargo, el baloncesto y el ciclismo están entre sus deportes predilectos.

«Mi desvelo por el ciclismo comenzó en los años `60, gracias a la primerísima figura de los pedales

¡DE MADRUGA…. DE CUBA Y PARA EL MUNDO!

RENÉ NAVARRO :

Por: Jorge Carlos de La PazFotografía: Hansel LeyvaE

cubanos Sergio Pipián Martínez Sánchez, coterráneo mío. A cada competencia que iba Pipián yo lo seguía.

»Fui profesor y atleta de baloncesto en la Univer-sidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo y nunca olvidaré que la primera transmisión que realicé para un medio de comunica-ción nacional fue precisamente de esta disciplina para la emisora Radio Progreso desde la Ciudad Deportiva. También fui comentarista deportivo de béisbol, y ante-riormente había sido anotador y estadístico de pelota, un trabajo al cual me fui vinculando desde niño.

»El voleibol me gustaba, pero no me llegaba como el baloncesto o el ciclismo. No obstante, me sirvió para introducir términos que se arraigaron en un deporte que se hizo muy popular por sus resultados, sobre todo a partir del campeonato NORCECA de 1975 celebrado en la ciudad estadounidense de Los Ángeles.

»La importancia de este evento radicó en que, por vez primera, una delegación deportiva de Cuba –en este caso los equipos de voleibol en ambos

sexos- competía en los Estados Unidos después del rompimiento de las relaciones diplomá-ticas entre ambas naciones. Por la dife-rencia horaria, los dos partidos de la final -precisamente entre cubanos y nortea-mericanos- se desarrollaron en horas de la madrugada de nuestro país. Toda la isla estuvo en sintonía a través de la radio –no había televisión- para disfrutar de las dos finales en las que ambos conjuntos anti-llanos se llevaron la medalla de oro. Esa fecha puede catalogarse como el despegue definitivo del voleibol cubano.

»Hoy, lamentablemente, esa disciplina está en un mal momento. Súmale, a la pérdida constante de jugadores, las carencias que existen en la enseñanza de la base. En nues-tros actuales equipos juveniles y de mayores se notan las deficiencias en el aprendizaje de los fundamentos. Esto abarca todos los deportes, no

solo el voleibol. Igualmente, las captaciones de las escuelas deportivas han dejado de ser selec-

tivas para convertirse en masivas. Es un bache en el que estamos ahora y ojalá podamos salir en el

futuro».

¿Cuáles son, a su juicio, los grandes problemas del deporte cubano?

«Yo escucho hablar de contrataciones en el exterior y, salvo en contados casos, como el béisbol, yo me pregunto: ¿para qué ligas o clubes serios han contra-tado a los jugadores cubanos? Primeramente, si el deporte de adentro no tiene buenos campeonatos, rigurosos torneos con todas las condiciones debidas, no vamos a ir hacia adelante.

»El deporte cubano, en términos generales –y no es un secreto para nadie-, ha descendido enorme-mente por distintas situaciones: falta de recurso, mal estado de instalaciones deportivas, problemas econó-Regla Torres: integrante de las Morenas del Caribe

micos…, etc. Para hacer deporte se necesita dinero. Si no hay recursos difícilmente se pueda organizar una buena competencia deportiva.

»Generalmente, el estado o gobierno de ningún país asume la totalidad de los gastos deportivos -a excepción de Cuba, que lo realiza a través del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER). Muchas veces, el presupuesto que se asigna a las acti-vidades deportivas en el país no satisface las necesidades o está mal empleado.

»Yo escucho hablar de roce internacional, pero hay que ver cómo se invierte el dinero. Por ejemplo: nuestros voleibolistas de playa nos representaron magníficamente en Río y nunca han recibido capital para participar en un evento importante más allá del área centroamericana -dinero que seguro se ha invertido en atletas que sabemos que no van a llegar al primer nivel de competencia.

»Hay que investigar y hacer un estudio del deporte cubano por dentro. Nues-tras competencias internas no responden al máximo nivel. Por eso repito, lo que hacemos dentro del país repercute en lo que llevamos después al exterior. En los Juegos Olímpicos llevamos más de 40 atletas en el deporte rey: el atletismo. Sin embargo, sabíamos desde Cuba que en ese grupo teníamos contadísimas figuras que iban a dar la talla. Yo me pregunto: ¿a qué obedece ello?, ¿por qué inflamos el grupo de atletas?, ¿lo hicimos para llevar más acompañantes, entrenadores, médicos o directivos? Digo yo…, no sé si es así realmente».

¿Cómo valora el estado actual de la narración cubana?«La narración en Cuba no está en su mejor

momento, pero tampoco en el peor. Lo que se hace actualmente a veces me agrada muchísimo, pero otras no tanto. No me gustan los narradores planos, que narran un jonrón igual que un roletazo al campo corto; a veces falta esa diferenciación.

»Tampoco me gusta algo que considero una falta de ética: hablar constantemente del arbitraje o de cómo cree que debe ser la táctica del entrenador. Yo me pregunto: ¿somos narradores, entrenadores o árbitros? Creo que debe existir una distancia que hay que respetar a la hora de referirse a esas figuras, porque si no estamos conspirando en la construcción de un estado de opinión desfavorable hacia ellos. Iván Pedroso: campeón olímpico Sidney 2000

Confieso: soy un pésimo perdedor…. Soy tan malo li-diando con la derrota -incluso con la que no depende de mí-, que a veces creo que un hooligan asumiría con más pachorra un fiasco deportivo que yo. Mi problema fuera patológico de no ser porque los cu-banos, en general, somos los peores perdedores del mundo -y si alguien nos ganara en eso, nos lo toma-ríamos muy mal; patearíamos al árbitro, o algo así….

¡Oops! Se me fue la mano….En honor a la verdad, aquí no llegamos a los ex-

tremos de Norcorea (condenar a todo un equipo de fútbol a trabajos forzados y escarnio público por no haber avanzado en un Mundial); o Zimbawe, donde mandaron a sus olímpicos a la cárcel, por conside-rar que fueron a Rio a vacacionar. Tampoco tan calvo que se nos vea el cerebro.

En cuanto a mi, no debería ser tan mal perdedor dadas mis filias deportivas: fan del Villa Clara en la pelota, y del Atlético de Madrid en el fútbol. Mala mía de irle a dos equipos con la cruz de perder el que podían y tenían que haber ganado. En España, los colchoneros se lo toman como algo identitario, y afirman que sufrir está en la esencia rojiblanca. Pero en Villa Clara no acabamos de acostumbrarnos. Creo que Santa Clara tiene el mejor Cardiocentro de Cuba, de tanto tipo infartado con la pelota….

Y conste que yo he mejorado. Aún recuerdo el be-rrinche que monté cuando aquel Holguín, que pare-cía haber salido de una micro-brigada con aquellos cascos blancos, eliminó a mi equipo en play off. No me faltó una madre por mentar. Tiré sillas y des-ahogué a puro grito la frustración, prometiendo in-fernales cortes de caña para esos malditos infames

desconsiderados. Así habrá sido mi show que al día siguiente vino un vecino y me dijo: «Cógela suave, que a tu edad no se rebasan los infartos».

Visto en la distancia, aquello era una soberana es-tupidez. Ni que nuestro desvelo le quitara el sueño a ningún deportista. Pensar que le importamos de-masiado nos hace tan ilusos como esos que, citando al genial bofe de Sheldon Cooper, creen que la ali-neación casual del cosmos en el día en que nacieron marcará el rumbo de sus vidas, o los definirá como personas. Creer en el horóscopo es tan ingenuo como pensar que nuestro actuar puede incidir en el resul-tado de un partido. Aún así, nos aferramos a supers-ticiones, cábalas y rituales….

Hay que ser gilipollas, perdonen el españolismo, para pensar que cuando cambias de canal a tu equipo le va mejor; o que la victoria será inevitable si ves el partido con el mismo calzoncillo que llevabas la últi-ma vez que los tuyos ganaron un campeonato. Y hay gente que enciende velas, cuelga banderas, no per-mite que le hablen; se persigna con la zurda al son de la Marsellesa, o simplemente no soporta la tensión y se va a la cama; ya mañana se enterará de todo. Se pierde, así, el placer –o el suplicio- de palpitar con las acciones, aunque acabe con taquicardia y vocife-rando como un poseso.

Yo también comprendo, como Varela, que son sueños que ayudan a vivir, y que sin esas dosis de irracional pasión, y locas cosas de familia o de so-cios, al deporte le faltaría el ingrediente de cercanía y pertenencia que nos hace sentir parte de algo más grande que nosotros mismos; algo con la inefable propiedad de alegrarnos o jodernos el día….

DESVARÍOSDE UN MAL PERDEDOR

Por Charly MoralesIlustración: Javier GuillénK

INFIELD

# ú n e t e a l p l a y

( + 5 3 ) 5 2 4 9 2 9 4 4 e d i t o r i a l @ p l a y o f f m a g a z i n e . c o mw w w. p l a y o f f m a g a z i n e . c o m f a c e b o o k . c o m / P l a y O f f M a g t w i t t e r. c o m / P l a y O f f C u b ap l u s . g o o g l e . c o m / P l a y O f f M a g a z i n e C u b a