Sesión del día 15 de abril 1970 EFECTOS DE LAS ...

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Sesión del día 15 de abril de 1970 EFECTOS DE LAS ACELERACIONES EN EL ANIMAL DE EXPERIMENTACióN M. NmTo CALVET Entendemos por aceleración a la variación de velocidad en la unidad de tiempo. De todos es sabido que nuestro planeta Tierra nos atrae hacia su centro con una fuerza a la que denominamos fuerza de la gravedad, la cual, al actuar sobre los cuerpos sometidos a su influencia, les produce una acel eración, es clech·, un aumento de velocidad, que se ha calculado en 9, 81 metros por segtmdo cada segundo. Hasta hace pocos años, concretamente hasta 1961, en que se lanzó el primer Síitélite mtificial tripulado, ningún ser humano había experimentado la ausencia de peso o estado de ingravidez más tiempo que los segundos que permite una caída libre. En aquella circunstancia, se plantearon dos pro- blemas relacionados con la gravedad. El primero fue la aceleración a que estuvo sometido Yuri Gagarin en el lanzamiento del cohete para alcanzar la trayectoria orbital. El segundo fue el estado de ingravidez, que se prolongó 86 minutos de los 108 de duración total del vuelo. Muchas SOJl, como veremos, las experiencias realizadas sobre acelera- cion es, tanto en el animal como én el hombre. No obstante, la mayoria de ellas tienden a estudiar los efectos de las aceleraciones intensas durante cortos períodos de tiempo. Pero en realidad es poco lo que conocemos sobre las posibilidades de supervivencia, el crecimiento, el desarrollo y la fisio- logía de un animal terrestre sometido a un ambiente de 2, 3 o más G durante períodos prolongados de tiempo. El hombre, en los vuelos espaciales, puede llevar consigo una serie de elementos que le son indispensables: oxígeno, agua, alimentos, etc. Incluso están previst11s naves cósmicas con gravedad artificial mediante un sistema rotatorio . Pero lo que no puede hacer el hombre es disminuir la gravedad cuando se hall e i11merso en un campo gravitatorio de una intensidad superior a la teJTestre. El objeto de este trabajo es pues conh·ibuir, dentro de los límites de nuestros escasos medios y conocimientos, al estudio de los grados de tole- rancia y los efectos de las aceleraciones o supergravedades cuando éstas durante períodos de tiempo prolongados sobre un ru1imal fisioló- giCAmente adaptado a nuestra gravedad terrestre. 8.

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Sesión del día 15 de abril de 1970

EFECTOS DE LAS ACELERACIONES EN EL ANIMAL DE EXPERIMENTACióN

M. NmTo CALVET

Entendemos por aceleración a la variación de velocidad en la unidad de tiempo. De todos es sabido que nuestro planeta Tierra nos atrae hacia su centro con una fuerza a la que denominamos fuerza de la gravedad, la cual, al actuar sobre los cuerpos sometidos a su influencia, les produce una aceleración, es clech·, un aumento de velocidad, que se ha calculado en 9,81 metros por segtmdo cada segundo.

Hasta hace pocos años, concretamente hasta 1961, en que se lanzó el primer Síitélite mtificial tripulado, ningún ser humano había experimentado la ausencia de peso o estado de ingravidez más tiempo que los segundos que permite una caída libre. En aquella circunstancia, se plantearon dos pro­blemas relacionados con la gravedad. El primero fue la aceleración a que estuvo sometido Yuri Gagarin en el lanzamiento del cohete para alcanzar la trayectoria orbital. El segundo fue el estado de ingravidez, que se prolongó 86 minutos de los 108 de duración total del vuelo.

Muchas SOJl, como veremos, las experiencias realizadas sobre acelera­ciones, tanto en el animal como én el hombre. No obstante, la mayoria de ellas tienden a estudiar los efectos de las aceleraciones intensas durante cortos períodos de tiempo. Pero en realidad es poco lo que conocemos sobre las posibilidades de supervivencia, el crecimiento, el desarrollo y la fisio­logía de un animal terrestre sometido a un ambiente de 2, 3 o más G durante períodos prolongados de tiempo.

El hombre, en los vuelos espaciales, puede llevar consigo una serie de elementos que le son indispensables: oxígeno, agua, alimentos, etc. Incluso están previst11s naves cósmicas con gravedad artificial mediante un sistema rotatorio. Pero lo que no puede hacer el hombre es disminuir la gravedad cuando se halle i11merso en un campo gravitatorio de una intensidad superior a la teJTestre.

El objeto de este trabajo es pues conh·ibuir, dentro de los límites de nuestros escasos medios y conocimientos, al estudio de los grados de tole­rancia y los efectos de las aceleraciones o supergravedades cuando éstas a~túan durante períodos de tiempo prolongados sobre un ru1imal fisioló­giCAmente adaptado a nuestra gravedad terrestre.

8.

630 AN \LES. l>ECCIÓ:-: MEDCCINA

ACCIÓN FISIOLÓGICA DE 1, \ GRAVEDAD SOBRE EL OnG \NlSMO. - EJ ser humano se haBa constantemente sometido a un campo de fuerzas prepon­derante, el campo gravitatorio terrestre, el cual es originado por la fuer:z.a de la gravedad . Esta fue r4a de atracción a que estamos sometidos depend~, de acuerdo con la ley de atracción de las masas o Ley de la Gravitación Universal de Newton, de la masa de la Tierra y de nuestra propia masa, factores con los que aumentará proporcionalmente, y es inversamente pro­porcional al cuadrado de la distancia de los centros de las masas conside­radas.

En nuestro caso podemos considerar fija la masa de la Tierra, fija la distancia entre los centros de las masas, que será igual al radio terrestre, y lo único que variará será la masa del indi\riduo considerado, por lo que esta fuerza de atracción será distinta para cada objeto, según sea mayot o mc.nor su masa. A la fuerza r·ealizada por la reacció11 del plano que sustenta al individuo considerado, la denominamos peso, que es igual a la fuerza con que somos atraídos hacia el ce11tro de In Tierra. Esta fuerza produce, independientemen le de la masa considerada, una aceleración, a la que denominamos "aceleración de la gravedad".

En Medicina Aeronáutica, según la dirección en que actúa una acelera· ción sobre el organismo, distinguimos:

- Aceleraciones+ Gz (dirección cabeza-pies).

- Aceleraciones- Cz (dirección pies-cabeza).

- Aceleraciones + Gx (dirección delante-atrás).

- Aceleraciones- Cx (dirección atrás-delante).

- Aceleraciones + Gy (dirección derecha-izqHiercla).

- Aceleraciones- Gy (dirección izquierda-derecha).

Los órganos que fisiológicamente nos informan sobre la acción de la gravedad son: el sentido del tacto, a través de los corpúsculos táctiles de Meissner, los corpúsculos terminales de Krause ~· los receptores táctiles de Golgi-.Mazzoni; el sentido muscular, mediante los husos terminales de Kuhne y los tendinosos de Golgi; el sentido barestésico, constituido por los recepto­res propiooeptivos de Vater-Paccini; el aparato vestibular, situado en el oído intemo e integrado por los conductos semicirculares, el utrículo y el sáculo; Y finalmente el sentido \risu:d, cuyas sensaciones las percibimos en íntima reJa. ción con las originadas en el Lltrículo y el sáculo.

EFECTOS DE LAS ACELEl\ACIONES Y EXPERIENCIAS UEAL.lZADAS.- I-fistO·

ría. - Las aceleraciones de intensidad superior a la terrestre no constituyen un fenómeno nuevo. En realidad es una experiencia tan antigua, que.,el hombre ignora su elástencin, a menos de que su intensidad o duracwn representen dificultades para su fisiología.

NIETO. EFECTO DE LAS ACELERACIO~"ES 631

El instrumento más antiguo capaz de producir una aceleración durante períodos prolongados de tiempo es la ccnlrífuga, aparato que tiene una historia sorprendentemente larga y que hoy está de máxima actualidad en los centros de investigación de MecliciJ1a Aeron[mtica.

ERASMO DARWIN, en su libro "Zoouomía", en 1794, mencionó por pri­mera vez una cámara rotatoria que fue empleada con 1Jropósitos terapéuti­l'OS. El paciente era situado en una cama situada en la periferia de una gran rueda que giraba en tm plano horizontal. Se dijo que cuando la ca­beza del paciente estaba situada en la periferia y las piernas hacia el centro, la rotación inducía el suei'ío. Si el sujeto se situaba en la posición inversa, es decir, con la cabeza hacia el centro y los pies en la periferia, el trabajo cardíaco disminuía y bajaba la fiebre.

Un prototipo más parecido a las modernas centrífugas fue empleado en el Servicio de Psiquiab·ía del Hospital de la Charité de Berlín los años de 1814 a 1818. Se empleó en el tratamiento de los enfermos mentales, obteniéndose resultados satisfactorios en el tratamiento de la histeria. E l aparato giraba hasta 40 o 50 rpm, dando lugar a aceleraciones superiores a las 5 G. Con él se describieron algunos de los efectos que ejerce la fuerza centrífuga sobre la respiración, la frecuencia cardíaca y la distribución sangu1nea.

En 1878, el investigador ruso KoNSTAJ\""TJK EnuARDOYICH TsiOLXOVSh..1. constmyó una máquina rotatoria con la que practicó experiencias con pollos para determinar los efectos de las supergravedades en el anjmal. De este modo, TsiOLKOVSKY comprobó (Jue los animales resistían acelera-ciones de 5 C. -

Los trabajos de los alemanes JoNGBLOED, NoYONS y DIRL'lGSHOFEN en los años 1934 y 1935 marcaron el com ienzo de la moderna investigación sobre aceleraciones. Estos autores obtuvieron numerosos datos sobre la tensión arterial, distribución sanguínea, electrocardiograma e incluso realizaron estu­dios radiológicos en individuos sometidos a supergravedades.

En Estados Unidos, la primera cenb·ífuga diseñada para el hombre fue construida en Ohio en 1936 por la Wright Patterson Air Force Base. Desde entonces, los estudios sobre aceleraciones han progresado 1·ápidamente en distintos países, y se han obtenido los datos que expondremos en el si­guiente apartado.

EFECTOS GENERALES DE LAS ACELEHAClONES SOBRE EL ORGANISMO.- La tolerancia fisiológica a la aceleración constit1.1)'e un factor muy variable y en su estudio se hace muy dificil la sistematización. No obstante, la aceleración tr_ansversa es en general mucho mejor tolerada que la aceleración 1ongitu­dmal. Las columnas hidrostáticas del sistema circulatorio son los factores q~e a~tes se afectan, y, por tanto, se alteran más precozmente cuando su direcc1ón coincide con la del vector aceleración, es decir, en las aceleracio­nes longitudinales cabeza-pies o pies-cabeza, y en cambio soportan mejor

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las aceleraciones transversas, en las c1ue el vector aceleracióu t•s oblicuo 0

perpendicular a la columna hidrostática. Según lo expuesto, la gravedad actúa directamente sobre el retomo ve­

noso ele la retina y, por tanlo, si su magnitud es superior a la de la gra­vedad terrestre, producirá una isquemia a esle nivel, con lo fjUe la visión

será directa y rápidamente afectada. Así, después de estar el individuo some­

tido a una aceleración de + 3 a + 4 Gz, la visión periférica va disminu­yendo, quedando limitada a una zona de visión central, denominada "visión

tubuhu". Después de 5 segundos a + 4 o + 5 Gz, la visión tubular se

hace gris; es la fase de visión gris o "grey out" . Finahnente, entre + 5 y + 6 Gz, según los individuos, ap~u-ece la fase de visión negra o "black out", es decir, la pérdida absoluta de la visión.

Sobre el aparato circulatorio la aceleración + Gz produce una redis­

tribución sanguínea, de modo que a la altura del corazón la presión sistó­

lica está generalmente aumentada, aumento que se mani.fiesta más en la

arteria radial y todavía más en la peclia. Al mismo tiempo, aparece taqui­cm·dia de hasta 120 pulsasiones por minuto y disminuye la volemia perifé­

rica en la mitad superior del cuerpo. Si el individuo se coloca de modo que el eje de aceleración sea per­

pendicular al eje longitudinal del cuerpo (aceleraciones Gx), la tolerancia es mucho mayor, La.nto en el tiempo como en la intensidad de la acelera­

ción. En este ca~o, las alteraciones circulatorias aparecen más tardíamente

y consisten en arritmias y taquiarritmias paroxísticas y signos de insuficiencia

coronaria. En cambio, en esta posición adquieren mayor interés los trastornos respiratmios.

En las ace:eraciones hacia atrás ( + Gx), el aumento de peso del conte­

nido torácico, proporcional al grado de aceleración, produce una presión

muy superior en las partes dorsales del espacio intrapleural que en las

regiones ventrales, según demuestran numerosas experiencias de distintos autores. Esta diferencia de presiones en el espacio pleural ocurre sin duda

también en el parénquima pulmonar, y ello explica la distensión de los

alvéolos pulmonares en Jas partes superior y ventral del pru·énquima y el co­

lapso alveolru· observado por necropsia en las partes dorsales. Como es lógico, P.Stas nlteraciones morfológicas del aparato respiratorio alteran su fisio­

logía. En estas condiciones, las partes dorsales de los pulmones se hallan profusamente irrigadas pero poco ventiladas (colapso alveolar, atelectasias,

etc.), mientras que en las partes ventrales ocurre lo contrru·io: la ventila­

ción es buena pero la irrigación escasa; y todo ello di.ficulta el proceso de intercambio gaseoso, con la consiguiente disminución de la saturación arte1ial

de oxígeno. . Sobre este sistema nervioso central, las aceleraciones pueden producu

también trastornos importantes, que en realidad son consecuencia de la isquemia cerebral secundaria a la redistribución ele la sangre dentro del

árbol circulatorio.

NIETO. EFECTO UE LAS ACELERACIOKES 633

En cuanto a los efectos que la aceleración produce dentro del óxgano vestibular, hay que diferenciar las alteraciones que propiamente son debidas a la aceleración, de aquella~ otras que son consecuencia de las fuerzas de coriolis y que, por tanto, son atribuibles a la rotación de la centrífuga.

Pero además de los efectos producidos en los distintos órganos y apa­ratos, las aceleraciones dan lugar también a trastornos mecánicos por el desplazamiento de las vísceras de mayor masa: hígado, riñón, corazón, etc.

LÍliUTES DE TOLERA.'<CIA A LAS ACELERACJOJ\"ES. -Todos los autores COin­ciden en afirmar que el límite de tolerancia a las aceleraciones longitudinales cabeza-pies ( + Gz) lo dan generalmente los trastornos visuales (visión tu­bular, visión gris y visión negra), que suelen aparecer a partir de las + 3 o + 4 Cz, dependiendo siempre del tiempo de exposición.

Cuando la aceleración actúa en el sentido + Gx, la tolerancia es mayor, y su límite viene dado por la disminución de la saturación arterial de oxígeno, la cual comienza a manifestarse a partir de + 5 Gx, siempre refiriéndonos a tiempos de exposición breves. Algunos autores relacionan el límite de to­lerancia con la aparición del dolor torácico retroesternal secundario a la isquemia coronaria.

EFECTOS DE LAS ACELERACIO~ES PROLO~CADAS. - El estudio de los efec­tos de las aceleraciones de pequeña o mediana intensidad, cuando éstas ac­túan -durante períodos prolongados de tiempo es, aún en nuestros días, muy incompleto, y los datos de que disponemos se deben a experiencias aisladas, realizadas en condiciones diferentes y con propósitos también cUstintos, por lo que no resulta fácil su comparación y sistematización. D e entre las experiencias realizadas en este sentido, destacaremos las siguientes :

- Estudios con plantas vivas: En 1950, en el laboratorio de STEPHAN GRAY se demcstró que los coleóptilos u hojas embrionarias de siembras jóvenes de trigo, mostraban un reb·aso en su crecimiento a partir de las 25 e, y que después de· un período de exposición de 4 días a dicha acele­ración, sólo sobrevivían el 50 % de las plantas.

- Lc1rws de mosca: En 1962 se pudo comprobar en distintos labora­torios americanos que las larvas de mosca comtm de la fruta, la Drosophila melanogaster, sobrevivían casi totalmente a la exposición a 3.000 G durante un período de 48 horas. La tasa de crecimiento disminuyó al aumentar la ~ntensidad del campo hasta las 1.000 C. No obstant~, en campos de vOO C se demostró tm 25% de aumento de la tasa de crecimiento.

- Tortugas acuáticas: En la Universidad de Iovva se realizaron cxpe­rie~cias con la tortuga Pseudomys scripta elegans y se comprobó que estos II!Umales no presentan síntomas de enfermedad después de la exposición a 30 C durante tm período de 36 horas. Por otra parte, sometiendo a las

634 ANALES. SECClÓ~ i';IEDICINA

tottugas a aceleraciones de 5 G, se demostró que durante las primeras seis semanas ele exposición, las crlas crecieron el doble que sus testigos.

- Aves: S?.nTH y colaboradores, en la Universidad de California, rea· lizaron estudios con aves durante varias generaciones. Los autores espe· raban conseguir nuevas razas como consecuencia de una adaptación a gra. vedades elevadas; pero fue necesario volver cada generación a la gravedad normal para conseguir la cría. Se comprobaron varias adaptaciones físicas, tales como el aumento de las dimensiones de las patas y alteraciones del hematocrito. La siguiente generación presentó una mayor supervivencia a la aceleración.

- Ratones: En 1957, C. C. WuNDER v sus colaboradores de la Uni· versidad de Iowa, iniciaron los estudios referentes al desarrollo de ratones durante exposiciones a la centrifugación a lo largo de la vida, sometiéndolos a campos gravitatorios desde 1,5 hasta 14 G. A 7 G los ratones sobrevivie­ron y se desarrollaron durante w1 año. A 2 G vivieron dos años, duración normal de la vida del ratón, y fueron capaces de concebir y también desa· rrollarse sus crías. Durante los primeros días de exposición se observó un crecimiento negativo, es decir, w1a pérdida de masa del cuerpo. Posterior­mente, los animales se adaptaron a su nueva situación, mostrando siempre un retraso en su crecimiento.

- Ratas: En 1953 MATTHEws, en Inglaterra, informaba que aún cuan­do las ratas podían sobrevivir relativamente bien bajo la acción de campos gravitacionales de 3 G, no podían alcanzar su talla normal.

Estudios análogos realizados en hamsters y cobayos demuestran tam· bién un retraso en el crecimiento de estos animales al ser sometidos a ace· Jeraciones de 3 y 4 C.

NuESTRAS EXPERJENCIAS.- Nuestro trabajo de experimentación podemos dividirlo en dos observaciones distintas. En la primera pretendimos estudiar el crecimiento y el desarrollo de veinte ratas blancas sometidas a una acele­ración de 4 G durante un período de 30 días o más,' comparándolas con diez testigos. Al mismo tiempo, determinamos las fosfatasas alcalinas y el hemato­clito de estos animales, cou objeto de ver si aparecía algun<t alteración d~spués de finalizada la experiencia.

Corno veremos, esta observación no fue posible, ya que los animales no resistieron dicha aceleración durante un período tan prolongado. Inte· rrumpimos la cenb·ifugación después de 25 días de haber sido iniciada, habiendo sobrevivido solamente un animal Además, los resultados obtenidos en los análisis practicados dieron resultados muy dispares, por lo que consideramos que era muy difícil establecer unos límites de normalidad. En los animales que fallecieron durante la e.xperiencia, practicamos la necropsi.a y obtuvimos muestras de distintos órganos, con objeto de estudiar las pOSI­bles lesiones anatomopatológicas.

NfE'!O. .I!:FECTO DE LAS ACELt!!nAC!ONES 635

En la segunda observación centrifugamos tambiéa un lote de veinte ratas

blancas en edad de crecimiento, pero esta vez a una aceleración de 2 G. Observamos el peso y el tamaño antes y después de la experiencia, la cual

se prolongó durante 40 días; y al mismo tiempo, determinamos otras cons­

tantes hematológicas, esta vez, c.:alcemia, glucemia y cloruros, con objeto de avenguar si la aceleración producía alguna variación en Jos mismas. En esta ocasión, todos los animales sobrevivieron a la prueba.

MATERIAL Y ll'lÉTonos E.\!PLEAnos. - En nuestra experiencia empleamos

una cenb·ífuga construida con madera y estruclma metálica (fig. 1), accio­

nada por w1 motor de 1/6 de CV. El diámetro de giro de la centrífuga es de 80 cm y los animales iban dispuestos en cinco jauJas (cuatro animales

en cada jaula) cuyas dimensiones son 20 X 20 cm de base y J 5 cm de altura.

Las jaulas se hallan suspendidas mediante unos pasadores, de modo que la

base de cada una de ellas se coloca horizontalmente cuando el aparato se

halla en reposo, mientras que cuando está en marcha, su situación es per­pendicular a la dirección de la gravedad efectiva, es decir, la resultante entre

la fuerza de la gravedad terrestre y la fuerza centrífuga. La distribución

del agua se realizaba automáticamente mediante cinco tubos de plástico

que, por aspiración, conducían el agua desde una botella situada sobre el

eje lle rotación, hasta cada una de las jaulas. Valiéndonos de un sistema de engranajes, conseguimos Teducir las

1.500 rpm que daba el motor n 94 rpm en la primera experiencia y 62 en

F IG. l. - Centl'ifuga empleac.la en nuestra e.xpericncia, \lista por su p:ttte superior.

636 ANALES. Sl!:CC[ÓN MEDTClNA

la segunda, lo que con un diámeb·o de 80 cm·, equivale a una gravedad efectiva de 4 y 2 G, respectivamente.

Los animales empleados en nuestra experiencia fueron ratas blancas de la raza \iVistar, de cinco a seis semanas de edad. Los promedios de peso y tamaño de estos animales antes de la centrifugación fueron, en la primera observación, de 62,41 g y 17,6 cm (5 semanas de edad), y en la segunda, de 67,46 g y 17,6 cm (6 semanas de edad).

Los testigos, en número de diez, cinco machos y cinco hembras, los aco­modamos en una jaula de 37 X 47 cm de base y 2 de altura.

En cada una de las cinco jaulas de la centrífuga colocamos cuatro animales (dos machos y dos hembras), calculando los pesos, ele modo que su promedio antes de la experiencia fuera igual en uno y otro lote, y asi­mismo que el promedio de peso de cada una de las cinco jaulas fuera lo más similar posible, con objeto de evitar oscj]aciones del aparato.

Antes y después ele la cenb·ifugación practicamos las exb·acciones san­guíneas bajo anestesia etérea, disección y punción de la vena yugular )' aspiración de 1,5 ce de sangre.

Durante la experiencia alimentamos a los animales mediante un granula­do que se elabora especialmente para ratas y ratones de laboratorio y se expende con el nombre comercial de Panlab. En ningún momento de la centrifugación les falló agua ni alimento.

La experiencia se prolongó durante 25 días en la primera observación {a 4 G) y 40 días en la segunda (a 2 G), con una intelTupción de unos 5 minutos cada 12 y 24 horas respectivamente, con objeto de controlar el estado de los animales y el suministro de alimento.

REStJ.LTADOS Y CONCLUSIONES. - En las experiencias realizadas, y refi­riéndonos siempre a los animales en ellas empleados- ratas blancas de la raza Wistar de 5 a 6 semanas de edad - obtuvimos los siguientes resultados:

1.0) El 95 % de los animales s&metidos a una aceleración de 4 G resis· tieron durante las primeras 24 horas (gráfica 1), manifestando, no obstante, una anorexia absoluta y signos neurológicos tales como ataxia, temblor gene­ralizado y lentitud de reflejos, sin reacción alguna de defensa. Estos signos fueron cediendo a medida que transcurrió el tiempo de exposición.

Durante los primeros días, al detener la centrifugación, los animales se desplazaban muy lentamente y lo hacían apoyando sobre el suelo no sólo las cuatro patas, sino también la mitad distal de las cuatro extremida­des, las cuales las situaban en abducción.

Dw·ante las primeras 48 horas pudimos observar un lento pero evidente movimiento de oscilación de la cabeza, que aparecía en todos los animales y persistía durante 10 o 15 minutos después de cesar la centrifugación. Es el denominado "nistagmus cefálico".

2.0) No observamos relación alguJ1a enb·e la mortalidad debida a una aceleración de 4 G y el peso de los animales antes de iniciar la experiencia.

NIETO. EFECTO DE LAS ACELEHACIONES 637

El único superviviente al finalizar la centrifugación había dado antes del comienzo un peso (56 g) ligeramente inferior al peso medio de los animales centrifugados {62,40 g).

3.o) El sexo tampoco influyó en la resistencia de los animales a la ace­leración: al tercer día hablan falJecido 5 hembras y 4 machos y al octavo día Jos supervivientes eran un macho y una hembra.

4.0) En el transcurso de la experiencia separamos a cuatro animales por creer que estaban en mal estado, y los aislamos a la gravedad normal. A pesar de esto, los cuah·o faiJecieron antes de las 12 horas.

Basándonos en esta observación, creemos que las alteraciones producidas por una aceleración de 4 G, cuando alcanzan determinada intensidad, son ya irreversibles, y los animales a ellas e}.:puestos no se recuperan aunque se les coloque de nuevo a un campo gravitatorio de 1 G.

5.0 ) Denh·o de la primera semana de exposición a 4 G, fallecieron 18 de los 20 animales cenh·ifugados {gráfica 1), lo que eqtúvale a una leta­liclad del 90 %.

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O 1 A ,S DE EXPOSIC JON 1

GRÁF. 1

6.o) En las mediciones realizadas después de 9, 16 y 25 días de centri­fugación a 4 G, l1allamos:

638 ANALES. SECCIÓN MEDICL'OA

a) Al 9.0 día los dos animales supervivientes l1abian aumentado res­pectivamente 12 )' 15 g de peso con respecto a las determinaciones practi­cadas antes de iniciar la experiencia, mientras que los animales de control habían aumentado un promedio de 41 g. Las ratas sometidas a centrifuga­ción llevaban, por tanto, un reb·aso en su desarrollo ponderal del orden del 25%.

b) Al 16.0 día, el único animal superviviente llevaba un retraso en su desarrollo de un 28 %, habiendo aumentado 33 g de peso con respecto a la primera medición, mientras que los testigos habían aumentado por término medio 60 g.

e) Al 25.0 dfa, la rata superviviente dio un peso de lOO g, mientras que el promedio de peso de los animales de control fue de 157 g, lo que equivale a un retraso en el desarrollo del orden del 37 %.

7.") Sólo tu1 tanto por ciento muy reducido de los animales (el 5% en nuestra experiencia) logra ndaptarse a una aceleración de 4 G (gráHca 1). En nuestro estudio, después de 25 días de centrifugación sobrevivía sola­mente UJ1 animal, el cual manifestaba un estado satisfactorio, por lo que consideramos se había adaptado a la nueva situación .

8.0) De los 19 animales fallecidos a consecuencia de una aceleración

de 4 G, practicamos la necropsia en 15 de ellos, de los cuales 10 (lo que equivale a un 66 %) presentaron hemorragias masivas en intestillo delgado.

Podríamos explicar estns hemorragias por una dificultad de retorno ve-

Frc.. 2. - JJígi.J<lo: gran dilatación de la veua bepáij~, provocada por un:1 aceleraci6n rle 4 G.

Nlt::TO. IZFI!:CTO Df: LAS ACELERAC:tOr-'ES 639

noso y fragilidad capilar a nivel del tubo digestivo; pero carecemos de datos suficientes para demostrar dicho mecanismo de producción.

Otros hallazgos necrópsicos fueron: a) Meteorismo abdominal. b) Hepatomegalia, especialmente manifiesta en aquellos animales que

sobrevivieron más tiempo a la centrifugación. e) En un 30 % de los animales necropsiados hallamos el estómago lleno

de alimento. 9.o) Microscópicamente, en los exámenes anatomopatológicos realizados,

hallamos las siguientes alteraciones: a) Higado: gran -dilatación vascular a nivel de la vena hepática y sus

afiuentes, no observándose en cambio dilatación alguna en el sistema porta (fig. 2).

b) Riñón: aparición de numerosos focos hemonágícos intersticiales (fig. 3).

Flc. 3. - Riñón: nuft1eroso.s focos hcmorr!tJ.'t'icos intersticiales, provocados por una aceleración de 4 G.

e) Pulmón: aparición de atelectasias generalizadas, lesiones descritas ya por distintos autores (fig. 4).

d) No se aprecian lesiones histológicas en el músculo cardíaco ni en la masa encefálica .

. lO.o) Antes y después de la centrifugación a 4 G practicamos determi­naciones de la actividad fos(atásica alcalina y del valor hematocrito, sin que

640 AKALES. SECClÓX MEDICIXA

hayamos podido apreciar diferencias valorables enlre el animal superviviente y los testigos.

11.0) En los estudios radiológicos practicados después de 25 días de

centrifugación a 4 G, observamos las siguientes alteraciones en el animal superviviente (Sg. 5):

a.) Aumento de la silueta cardíaca. b) Aumento del diámetro transversal de tórax \' abdomen. e) Bases diafragmáticas descendidas. d) Gran hepatomegalia. e) Gran meteorismo abdominal. 1) Calcificación precoz de los cmtílagos de crecimiento, con signos de

osteoporosis en las diáfisis de los huesos largos.

F1c:. 4. - Pulmón: ateleclasia.s pu lmonares genera) izadas, determinadas por 1111:1 ncelcradón de 4 C. (Exámenes analomopatológicos realizados por el Pro[. SANe u EZ Luc•s.)

12.") Todas las ratas sometidas a tma aceleradón de 2 G sobrevivieron durante 40 días (gráfica 1). Ni en los primeros días de la experiencia, ni al término de la misma, observamos ninguna alteración en la fisiología de estos animales. A diferencia de los sometidos a una aceleración de 4 G, no aparecieron ataxia, temblor ni otros signos neurológicos objetivables.

13.0 ) El consumo de alimento de las ratas sometidas a una aceleración de 2 G durante 40 días fue igual o ligeramente superior al de los animales de control. La ración diaria total fue de unos 1.100 g, distribuidos en

NIETO. li:FECTO OE LAS ACELERACIO:"\ES 641

300 a 350 g para los diez Lestigos y 7.50 a 800 g pam los veinte cenlri­fugados.

14.0) El promedio de peso de los animales sometidos a una aceleración de 2 e durante 40 días fue de 140,5 g, mientras que el promedio de peso de los testigos al terminar la experiencia fue de 185 g, lo que equivale a un retraso en el desarrollo ponderal de un 25% (gráfica 2).

Ftc. ;. - E>tudio radiológico del animal centrifugado 25 días a 4 G (izquierda}, com¡>a· rado con un testigo de ¡•c•o análogo antes de la ex¡,eriencia.

En el animal centrifugadot ob~erv:unos: - Aumento de la silueta cardíaca. - ~ument~ del diámetro trans"ersal de tórax y abdomen. - nases dtafragmillicas descendidas. - Gra~ hep~!omcgalia. - Calc•ficac10n precoz de los cnrtíl~gos de c•·ecimien to, con signos de ostcoporosis en los

huesos largos.

15.o) Después de 40 días de exposición a 2 G, la talla de los animales fue de 21,8 cm por término medio, mientras que el tamaño de los testigos fue de 22,9 cm, lo que equivale a un retraso en el crecimiento de tm 5 %.

16.o) No observamos alteraciones en el desarrollo relacionadas con el sex? de los animales: los promedios de peso de los machos antes y des­pues de la experiencia fueron respectivamente de 71,1 y 152,3 g, y los de las hembras, 65,4 y 128,7 g. Asimismo, la talla de los animales centrifuga­dos aumentó paralelamente en ambos sexos.

l7.o) Las cifras de glucemia determinadas antes y después de la expe-

642 ANALES. SECClÓX :\IEDICINA

riencia aumenlaron en lodos los animales (de 1,31 a 1,41 g por mil de pro­medio), mientras que disminuian los niveles de calcio (0,121 a 0,100 g por mil) y clonuos (112 a 101 mEq/1) en sangre. Pero estas variaciones apare· cieron tanto en los animales centrifugados como en los testigos, sin diferen· cías apreciables entre unos y otros, por lo que creemos que estos cambios

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deben ser atribuidos a otra causa que actúe del mismo modo en ambos lotes de animales.

Dado que se trata de ratas jóvenes, en plena edad de crecimiento, es posible que las diferencias analiticas antes citadas, no sean más que un reflejo de las variaciones metabólicas propias de la edad del desarrollo.

'(JETO. EFECTO DE l..AS ACELERACIONES 643

De todos modos, podemos concluir que a esta edad, los rurimales em­pleados no sufren alteraciones importantes del metabolismo del calcio ni del metabolismo de los hjdratos de carbono, ni tampoco trastornos electro­liticos evidentes, después de haber sido sometidos a una aceleración de 2 G durante un período de 40 días.

Como resumen y conclusión nnal, señalamos que con los a1rimales em­pleados, sólo un 5% de ellos consigue adaptarse a una aceleración de 4 G, y que más del 50% de los animales fallecidos presentan por necropsia 1morragias masivas en intestino delgado. Microscópicamente, se demues­"ill atelectasias pulmonares, dilatación de la vena hepática y hemonagias iltersticiales en el l'iñón. Radiológicamente se observan alteraciones eJ1 la

calcificación de los huesos, hepatomegalia y meteorismo. A 2 G, en cambio, sobreviven todos los animales, mostrando, como úni­

ca alteración, un retraso en el crecimiento y desarrollo. Los niveles de glu­cosa, calcio y cloruros en sangre, no se ven afectados por una aceleración de 2 G durante 40 días.

9.