Simpleza inteligente

La simpleza es una de las cosas más difíciles que he tenido que aprender en mi camino y aun no soy experta. A veces me preguntaba si Dios me había hecho complicada y sentía que me esperaba un futuro de quebrantos cerebrales tratando de entenderme a mí misma, pero por supuesto, ¡era absurdo pensar así!

Entendí que Dios me había hecho creativa y con muchos matices, y llegué a descubrir que hasta la creatividad tenía que regularse de tal manera que no afectase mi vida tanto como para frustrarme. ¿Frustrarme? Te preguntaras ¿por qué? Bueno, yo nunca escojo el camino más fácil, siempre busco hacer más de lo que se me pide…en la escuela me pedían escribir 20 páginas de monografía, y yo escribía 50 o me decían pinta esta figura en blanco y negro y yo usaba azul, rojo, amarillo… y así, iba por la vida complicándome cada vez más...

No puedo dejar de asegurarte que es un camino que te lleva al éxito seguro pues trabajas más de lo que se necesita, pero todo eso a costa de cansancio, mala salud, y a veces indiferencia. Por eso decidí encontrar un balance y aunque no he dejado de dar más de lo que recibo porque ese es nuestro llamado, ahora puedo decir que trato de pensar en el famoso 50/50 en el que doy lo mejor de mí sin olvidarme de mí, ¡valga la redundancia!

…Y así quedaras bien con los demás y contigo misma también. Sé que escucharas muchas veces frases maravillosas como “ama hasta que duela” o “da aunque nunca recibas” y son verdades que nunca debes olvidar. Ahora piensa: ¿Puedes amar hasta que duela si no tienes ni siquiera la fuerza de amarte a ti misma? o ¿Qué vas a dar de ti a los demás si no cuidas de ti también?

Nubia Granja