SÍNTESIS- 3- Mariología

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MARIOLOGÍA TEMA 9 Introducción 1.- María, anunciada en el AT 2.- Cumplimiento de la promesa en María: Nuevo Testamento 3.- Historia del dogma 3.1 La maternidad de María 3.2 La Virginidad de María 3.3 La Inmaculada Concepción de María 3.4 La Asunción de María 1

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MARIOLOGA

PAGE 1

MARIOLOGATEMA 9

Introduccin

1.- Mara, anunciada en el AT

2.- Cumplimiento de la promesa en Mara: Nuevo Testamento

3.- Historia del dogma

3.1 La maternidad de Mara

3.2 La Virginidad de Mara

3.3 La Inmaculada Concepcin de Mara

3.4 La Asuncin de Mara

TEMA 9:

LA MADRE DE JESS EN LOS TEXTOS DEL NUEVO TESTAMENTO: EL PASO DE MUJER A MADRE Y DISCPULA. LA MATERNIDAD-VIRGINIDAD DE MARA EN EL CONTEXTO DE LA CRISTOLOGA DE LOS PRIMEROS SIGLOS. FUNDAMENTOS BBLICO-ANTROPOLGICOS DE LOS DOGMAS DE LA INMACULADA CONCEPCIN Y DE LA ASUNCIN DE MARA

Introduccin

El misterio de la Virgen slo se entiende a la luz de la cristologa. Lo que la fe catlica dice acerca de Mara se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que ensea sobre Mara ilumina a su vez la fe en Cristo CEC 487. Hay que evitar el riesgo de aislar a la Virgen del misterio de Cristo, cayendo en modos de mitologizacin similares a las divinidades profanas que no son la imagen evanglica de la humilde y creyente sierva del Seor.

El Vaticano II es el primer concilio que se ha manifestado en forma amplia y coherente sobre la funcin e importancia salvfica de Mara. LG 52-69 expone que Mara est en conexin orgnica tanto con el misterio de Cristo como con el misterio de la Iglesia, a la que est incorporada como obra de la gracia de Cristo. En la perspectiva de la Iglesia antigua el concilio saluda a Mara como miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, y tambin como prototipo y modelo destacadsimo en la fe y caridad (LG 53). Desde esta perspectiva cristolgica y eclesial vuelve el concilio a reunir y ordenar las afirmaciones tradicionales sobre Mara. Se excluye el concepto de corredentora, que se prestaba a equvocos, mientras que el de medianera se mantiene junto a los otros de abogada, auxiliadora y socorro, sin que se convierta en un concepto sistemtico (LG 62).

1.- Mara, anunciada en el Antiguo Testamento

Segn dice el Concilio Vaticano II en el nmero 55 de la LG:

La Sagrada Escritura del Antiguo y del Nuevo Testamento y la venerable Tradicin, muestran en forma cada vez ms clara el oficio de la Madre del Salvador en la economa de la salvacin y, por as decirlo, lo muestran ante los ojos. Los libros del Antiguo Testamento describen la historia de la Salvacin en la cual se prepara, paso a paso, el advenimiento de Cristo al mundo.

Estos primeros documentos, tal como son ledos en la Iglesia y son entendidos bajo la luz de una ulterior y ms plena revelacin, cada vez con mayor claridad, iluminan la figura de la mujer Madre del Redentor; ella misma, bajo esta luz es insinuada profticamente en la promesa de victoria sobre la serpiente, dada a nuestros primeros padres cados en pecado (cf. Gen., 3,15).

As tambin, ella es la Virgen que concebir y dar a luz un Hijo cuyo nombre ser Emmanuel (Is., 7,14; Miq., 5,2-3; Mt., 1,22-23). Ella misma sobresale entre los humildes y pobres del Seor, que de El esperan con confianza la salvacin. En fin, con ella, excelsa Hija de Sin, tras larga espera de la primera, se cumple la plenitud de los tiempos y se inaugura la nueva economa, cuando el Hijo de Dios asumi de ella la naturaleza humana para librar al hombre del pecado mediante los misterios de su carne. (LG 55)

2.- Cumplimiento de las promesas en Mara: Nuevo Testamento

Podemos descubrir en la figura de Mara un eslabn esencial en la historia de la salvacin, en la medida en que su existencia est unida a la de Jesucristo. Vamos a profundizar en su persona en torno a tres adjetivos, que le son propios, y que van surgiendo en el NT de forma progresiva: madre de Jess, discpula y madre de la Iglesia.

a) Madre de Jess:

Mc llama a Jess hijo de Mara (6,3), sin mencionar jams a Jos como padre; esa designacin, extraa al uso judo, ha de entenderse como una referencia al nacimiento virginal de Jess. Adems, en el evangelio de Mt de la infancia (1-2) la concepcin virginal por parte de Mara es una referencia a la filiacin divina de Jess. Jos es slo el padre legal (1,20). All Mara participa del homenaje de Jess por parte de los magos (2,11). El nio y su madre (2,11.13.14.20.21) forman un grupo especial, contrapuesto a Jos. En Lc, por la soberana divina de su hijo, Mara es llamada madre de mi Seor (1,43), y a diferencia de Mt (1,21), es ella y no Jos la que le da el nombre de Jess (Lc 1,31). Fuera de los evangelios, en Gal 4,4, se afirma que el Hijo de Dios, enviado por el Padre, es nacido de mujer.

Segn indica el Vat II en LG 57, La unin de la Madre con el Hijo en la obra de la salvacin se manifiesta desde el momento de la concepcin virginal de Cristo hasta su muerte, sealando pasajes significativos como el saludo de Isabel a Mara y cmo el precursor salt de gozo en su seno a causa de su fe y la salvacin prometida en Jess (Lc 1, 41-45); en la Natividad, cuando la Madre de Dios, llega de alegra, muestra a los pastores y a los Magos a su Hijo primognito (Lc 2,15-20 y Mt 2,11); en la presentacin del Seor en el Templo, donde Simen anunci que el Hijo sera signo de contradiccin y que el alma de la Madre compartira ese dolor por su muerte (Lc 2,34-35); en la prdida de Jess en el Templo donde, a pesar de no entender la situacin, su Madre conservaba todo en su corazn(Lc 2, 41-51). Contina en LG 58 con ms ejemplos: las bodas de Can, donde por su intercesin, Jess comenz sus milagros (Jn 2,1-11); Junto a la Cruz, en unin con su Hijo, donde se mantuvo en pie, se condoli y se asoci con corazn maternal a su sacrificio (Jn 19,25).

b) Discpula.

En los sinpticos se menciona a Mara entre los parientes de Jess, pero el crculo de sangre es sobrepasado por el propio Jess, amplindolo a cuantos cumplen la voluntad del Padre (Mc 3,31-35; Mt 12, 46-50 y Lc 8, 12-21). Sin embargo, Lc otorga especial atencin a Mara, en orden a un seguimiento ntimo de Cristo, presentndola como discpula creyente (Lc 11,27; 8,20s); llena de gracia (1,28) y virginal esclava del Seor (1,38); llamada bienaventurada por su fe (1, 45), unindose a esa alabanza todas las generaciones (1,48). Estos textos de Lc y su significado en Mara como perfecta discpula son recogidos tambin en LG 56-57 (llena de gracia, esclava, obediente a la palabra, bienaventurada)

c) Madre de la Iglesia.

En Jn, ms claramente an que en Lc, Mara tiene una funcin simblica. Sin nombrarla, la madre de Jess aparece al comienzo y al final de su vida pblica, siendo en ambos casos la representante de la nueva comunidad, la Iglesia. En las bodas de Can (Jn 2,1-11) representa a quienes aguardan de Jess el don de la salvacin divina e invita al seguimiento. Bajo la cruz (Jn 19, 25-27), Mara representa a la comunidad que con Juan, como testigo autntico, se remite al Evangelio.

En LG 58 se muestra igualmente cmo Mara es dada como Madre al discpulo por el propio Jess en la cruz: Mujer, he ah a tu hijo (Jn 19,26-27). Con lo que Mara es erigida como madre de los creyentes.

En LG 59 se refleja un signo ms de que Mara es smbolo de la Iglesia, cuando das antes de Pentecosts, se la sita orando con los Apstoles, las mujeres y los hermanos de Jess (Hc 1,14).

Finalmente, en el texto de Ap 12,1-18, se nos presenta a una mujer como la que engendra al nio perteneciente al linaje que vencer al dragn, cuya posterior interpretacin da un sentido mariolgico a este pasaje, considerando a Mara, nueva Eva , modelo de la Iglesia.

El Padre de las Misericordias quiso que precediera a la Encarnacin la aceptacin de parte de la Madre predestinada, para que as como la mujer contribuy a la muerte, as tambin contribuir a la vida. Lo cual vale en forma eminente de la Madre de Jess, que dio al mundo la vida misma que renueva todas las cosas y que fue adornada por Dios con dones dignos de tan gran oficio.

Por eso, no es extrao que entre los Santos Padres fuera comn llamar a la Madre de Dios toda santa e inmune de toda mancha de pecado y como plasmada por el Espritu Santo y hecha una nueva criatura. Enriquecida desde el primer instante de su concepcin con esplendores de santidad del todo singular, la Virgen Nazarena es saludada por el ngel por mandato de Dios como "llena de gracia" (cf. Lc., 1,28), y ella responde al enviado celestial: "He aqu la esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra" (Lc., 1,38).

As Mara, hija de Adn, aceptando la palabra divina, fue hecha Madre de Jess, y abrazando la voluntad salvfica de Dios con generoso corazn y sin impedimento de pecado alguno, se consagr totalmente a s misma, cual, esclava del Seor, a la Persona y a la obra de su Hijo, sirviendo al misterio de la Redencin con El y bajo El, por la gracia de Dios omnipotente.

Con razn, pues, los Santos Padres estima a Mara, no como un mero instrumento pasivo, sino como una cooperadora a la salvacin humana por la libre fe y obediencia. Porque ella, como dice San Ireneo, "obedeciendo fue causa de la salvacin propia y de la del gnero humano entero".

Por eso, no pocos padres antiguos en su predicacin, gustosamente afirman: "El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de Mara; lo que at la virgen Eva por la incredulidad, la Virgen Mara lo desat por la fe" ; y comparndola con Eva, llaman a Mara Madre de los vivientes, y afirman con mayor frecuencia: "La muerte vino por Eva; por Mara, la vida". (56 LG)

La unin de la Madre con el Hijo en la obra de la salvacin se manifiesta desde el momento de la concepcin virginal de Cristo hasta su muerte; en primer trmino, cuando Mara se dirige a toda prisa a visitar a Isabel, es saludada por ella a causa de su fe en a salvacin prometida, y el precursor salt de gozo (cf. Lc., 1,41-45) en el seno de su Madre; y en la Natividad, cuando la Madre de Dios, llena de alegra, muestra a los pastores y a los Magos a su Hijo primognito, que lejos de disminuir consagr su integridad virginal.

Y cuando, ofrecido el rescate de los pobres, lo present al Seor en el Templo, oy al mismo tiempo a Simen que anunciaba que el Hijo sera signo de contradiccin y que una espada atravesara el alma de la Madre para que se manifestasen los pensamientos de muchos corazones (cfr. Lc., 2,34-35).

Al Nio Jess perdido y buscado con dolor, sus padres lo hallaron en el templo, ocupado en las cosas que pertenecan a su Padre, y no entendieron su respuesta. Mas su Madre conservaba en su corazn, meditndolas, todas estas cosas (cf. lc., 2,41-51). (57 LG)

58. En la vida pblica de Jess, su Madre aparece significativamente; ya al principio durante las nupcias de Can de Galilea, movida a misericordia, consigui por su intercesin el comienzo de los milagros de Jess Mesas (cf. Jn., 2,1-11). En el decurso de su predicacin recibi las palabras con las que el Hijo (cf. Lc., 2,19-51), elevando el Reino de Dios sobre los motivos y vnculos de la carne y de la sangre, proclam bienaventurados a los que oan y observaban la palabra de Dios como ella lo haca fielmente (cf. Mc., 3,35; Lc., 11, 27-28).

As tambin la Bienaventurada Virgen avanz en la peregrinacin de la fe y mantuvo fielmente la unin con su Hijo hasta la Cruz, en donde, no sin designio divino, se mantuvo de pie (cf. Jn., 19, 25), se condoli vehementemente con su Unignito y se asoci con corazn maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolacin de la vctima engendrada por Ella misma, y, por fin, fue dada como Madre al discpulo por el mismo Cristo Jess, moribundo en la Cruz con estas palabras: "Mujer, he ah a tu hijo!" (Jn., 19,26-27). (58 LG)

Como quiera que plugo a Dios no manifestar solemnemente el sacramento de la salvacin humana antes de derramar el Espritu prometido por Cristo, vemos a los Apstoles antes del da de Pentecosts "perseverar unnimemente en la oracin con las mujeres, y Mara la Madre de Jess y los hermanos de Este" (Act., 1,14); y a Mara implorando con sus ruegos el don del Espritu Santo, quien ya la haba cubierto con su sombra en la Anunciacin.

Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el curso de la vida terrena, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Seor como Reina del Universo, para que se asemejar ms plenamente a su Hijo, Seor de los que dominan (Ap., 19,16) y vencedor del pecado y de la muerte. (59 LG)

3.- Historia del dogma

Dogmas marianos:

DesignacinDeclaracin del Magisterio enContenidoDS

Maternidad divinaConcilio de feso (431)A Mara se le puede llamar madre de Dios (theotokos) por la unin personal de Jess con el Logos divino.251

Virginidad:

concepcin de Jess operada por el Espritu Santo.Smbolo bautismal

(desde el S.III)La encarnacin de Jesucristo en el seno de Mara supera las leyes intramundanas de la generacin y el nacimiento; ha de atribuirse a la accin especfica del Espritu Santo.10 (forma R)

25 (forma T, S.VII)

Virginidad perpetuaSmbolos bautismales (primero en Oriente) (desde el S.IV)Mara se ha consagrado para siempre a su Hijo; el nacimiento del redentor es el comienzo de la creacin nueva, que santifica y exalta a la naturaleza humana. 44

503

Ausencia del pecado original, concepcin inmaculadaPo IX (1854)Desde el comienzo de su existencia Mara es elegida y agraciada para la unin ms ntima y vital con Cristo; con otras palabras, y en una formulacin negativa: es preservada del pecado original.2803

Asuncin de Mara a la gloria de Dios, glorificacin personal de MaraPo XII

(1950)Cumplida su vida terrestre, Mara fue asunta de modo total e indiviso a la gloria de Dios que completa y consuma todo lo terreno3903

3.1. La maternidad de Mara

La maternidad divina ocupa un lugar preferencial en los misterios marianos de la fe catlica. Ya en el Nuevo Testamento hemos visto como Mara pasa a ser madre de Jess, madre del Seor, madre del hijo de Dios.

Los santos Padres comprendieron a Mara como Madre de Cristo (San Justino: Dalogo con Trifn 78, 5) Madre del Hijo de Dios (San Justino: Dilogo con Trifn 100, 5 6)

Nestorio para defender la eternidad de Dios, niega que Mara sea la madre de Dios. Distingue en Jesucristo dos naturalezas sin explicitar el modo de la unin. Mara sera la madre de la naturaleza humana, por tanto anthropotokos, o como mucho Christotokos, pero nunca theotokos. El Concilio de feso respondi a esta cuestin afirmando que Mara es Madre de Dios, no ciertamente porque la naturaleza del Verbo o su divinidad hubiera tenido origen de la santa Virgen, sino que, porque naci de ella el Santo Cuerpo dotado de alma racional, a la cual el Verbo se uni sustancialmente, se dice que el Verbo naci segn la carne DS 251

El Vaticano II llama a Mara tambin Madre de Dios (LG 61)

3.2. La virginidad

En el Nuevo Testamento vemos cmo Jess fue concebido en el seno de la Virgen nicamente por el poder del E.S. En Mt 1, 20 y en Lc 1, 35 vemos cmo presentan la concepcin virginal como obra que sobrepasa toda comprensin. As, la virginidad de Mara expresa la total soberana de Dios en el nacimiento de Jess.

Los primeros smbolos de la fe confiesan que Jess naci de Mara virgen: Confesin de fe en la Tradicin Apostlica de Hiplito: texto romano ms antiguo: forma R (ca. 216): DS 10; forma T: DS 25.

Los Santos Padres hablaron de la virginidad de Mara en relacin con la verdadera humanidad de Cristo en controversia con los docetas y los gnsticos, que la negaban: (San Ignacio de Antioqua, Efesios XIX, 1; San Justino, Dilogo con Trifn 78, 3)

En el siglo IV aparece la expresin siempre virgen en el smbolo de San Epifanio de Salamina (Ds 44): la fe catlica proclama a Mara como la siempre Virgen aei parthenos.

En el Snodo III de Letrn confiesa la conservacin virginal de Mara despus del parto: DS 503. Por lo tanto, la Tradicin habla de una triple virginidad: virginitas ante partum: Mara concibi a Jess por obra del E.S. sin intervencin de varn. virginitas in partu: el nacimiento de Jess es el comienzo gozoso de la colaboracin personal de Mara y signo de la redencin que se inicia. virginitas post partum: tras el nacimiento de Jess, Mara se mantuvo la madre virginal de Dios.

3.3.- La Inmaculada Concepcin

Este ttulo expresa la liberacin de Mara del pecado hereditario en el instante mismo de su concepcin en el seno materno.

Bula Ineffabilis Deus Po IX 1854.

La beatsima Virgen Mara fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepcin por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atencin a los mritos de Cristo Jess salvador del gnero humano(DS 2803)

Lumen Gentium 56

Dios Padre, quiso que fuera Mara la que aceptara libremente la encarnacin. Y concedi a Mara, ya desde su misma concepcin, unos dones dignos de tan gran misin. El hecho de que la eleccin de Dios incluye siempre la preparacin es el ncleo bblico de dicha doctrina. As: El designio electivo de Dios para una misin se da ya en la vocacin de los profetas (cf. Jr 1, 5)

En esta perspectiva, vemos a Mara como la llena de gracia en funcin de su maternidad divina (Lc 1, 28); No slo la eleccin para este servicio sino tambin la buena disposicin al responder es para Mara una gracia otorgada por Dios. Nos dice el Concilio Vaticano II: Enriquecida desde el primer instante de su concepcin con una resplandeciente santidad, del todo singular, la Virgen es saludada por el ngel como llena de gracia (Lc 1, 28)

No hay que admirarse que los Santos Padres la llamen Madre de Dios toda santa, libre de toda mancha de pecado, como si fuera una criatura nueva, creada y formada por el Espritu Santo (San Germn Const. Hom. in Annunt., Deiparae PG 98, 328)

3.3.1.- Desarrollo histrico

El desarrollo del dogma se fragua en torno a las reflexiones acerca de la encarnacin y sobre la Iglesia:

En torno a la encarnacin de Jesucristo

Ya los Padres defendan que Mara, a causa de la encarnacin del Mesas, tuvo que ser santificada como templo de Dios y purificada del pecado (Ireneo de Lyon: Adversus haereses IV, 33, 11)

Orgenes afirmaba que Mara tena que tener pequeos defectos para que fuera destinataria del acto redentor universal de Cristo ( Las homilas de Lucas 17) Sin excluir esto, Santo Toms y San Anselmo afirman que lo que s fue Mara es preservada de la mancha del pecado hereditario desde el comienzo de su concepcin (De concepta virginali et de originali peccato, 27)

La pregunta es: cmo vincular la santificacin de Mara con su necesidad de redencin? Dominicos y franciscanos estaban enfrentados: los primeros rechazaban la total santidad de Mara mientras que los franciscanos la defendan.

Esto fue superado por Guillermo de Ware y Duns Escoto al afirmar con su doctrina de la redencin anticipada: Mara es el miembro principal de la humanidad necesitada de redencin, pero, por el honor de su hijo, fue preservada de la mancha del pecado hereditario desde el instante de su concepcin y acogida en la comunin originaria con Dios por los mritos redentores de Cristo. Se expresaba as el ncleo esencial de dogma futuro.

El Concilio de Trento, al exponer la doctrina sobre el pecado original, afirma que no es intencin suya comprender en este decreto, a la Bienaventurada e Inmaculada Virgen Mara (DS 1516)

En torno a la Iglesia

Los Padres de la Iglesia y los primeros escolsticos observan el paralelismo Eva Mara: a la Eva pecadora se le contrapuso la nueva madre de los vivientes, obediente y Santa. En Mara est la Iglesia santa, que se contrapone a la sinagoga y al mundo gentil. Cuanto ms se reconoce a la Iglesia misma como la esposa santa y sin mancha del Seor (Ef 5, 27), tanto ms aparece Mara bajo esa imagen; en cuanto representante del pueblo de Dios, Mara se convierte en el signo de que existe la Iglesia santa.

Finalmente, es la piedad popular la que acompaa el desarrollo del dogna con la celebracin en las Iglesias orientales en el s. VII de la fiesta de la Concepcin de Mara, aunque sin explicitar su contenido.

3.4. La Asuncin

Finalmente la fe catlica proclama la asuncin corporal de Mara en la gloria celeste por Po XII en la bula Munificentissimus Deus en 1950. (Ds 3903).

proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen Mara, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asumta en cuerpo y alma a la gloria celestial

Como tal, el dogma de la Asuncin no aparece explcitamente en la Sagrada Escritura, pero la vida de la Iglesia y la Tradicin de los primeros siglos, junto con la comprensin de la naturaleza del discipulado y la escatologa, permiten ver cmo esta verdad de fe se articula de forma armnica en el conjunto de la fe cristiana.

3.4.1.- El dogma de la Asuncin expresa cmo Mara, perfecta discpula, unida completamente a Cristo en su vida terrena, disfruta ya de las promesas salvficas que Jesucristo prometi a sus discpulos. La que estuvo unida a Cristo en la vida terrestre lo ha de estar en la gloria.

Mara, la perfecta discpula

Lc 1, 45: Feliz la que ha credo que se cumplirn las cosas que le fueron dichas de parte del Seor

Lc 8, 19 21: Se le presentaron su madre y sus hermanos, pero no podan llegar hasta l a causa de la gente. Le avisaron: -Tu madre y tus hermanos est ah fuera y quieren verte- Pero l les respondin: -mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen.

Jn 19, 25 27: Junto a la cruz de Jess estaba su madre y la hermana de su madre, Mara mujer de Copls y Mara Magdalena. Jess, viendo a su madre, y junto a ella al discpulo al que amaba dice a su madre: mujer, ah tienes a tu hijo. Luego dice al discpulo: ah tienes a tu madre. Y desde aquella hora el discpulo la acogi en su casa

DS 3900: Los Santos Padres y Telogos nos presentan ante los ojos a la augusta Madre de Dios en estrechsima unin con su divino hijo y participando siempre de su suerte

Destino de los discpulos de Jess: Si Mara fue la perfecta discpula, en ella acontencen las promesas hechas por Jess a los discpulos:

Rm 8, 30: Y a los que predestin, a esos tambin los llam; y a los que llam, a esos tambin los justific; a los que justific, a esos tambin los glorific

1Tes 4, 17: Despus nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Seor en los aires. Y as estaremos siempre con el Seor

En qu consiste la vida eterna: No pretende el dogma narrar un acontecimiento histrico, sino expresar de forma analgica, tal como lo hace la Escritura, cmo en Mara se ha cumplido el estar para siempre con el Seor. Veamos cmo la Escritura describe el estado de salvacin:

1Cor 15, 36.42 44: Necio,lo que t siembras no recobra si no muere. As tambin, en la resurreccin de los muertos: se siembra corrupcin, resucita incorrupcin; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo animal hay tambin un cuerpo espiritual

Ef 1, 4 6: Por cuanto nos ha elegido en l antes de la fundacin del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligindonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, segn el beneplcito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agraci en el amado

3.4.2.- Jess quiso por gracia, para manifestar la gloria de Dios, conceder a Mara, su Madre, el privilegio de la glorificacin plena destinada para el fin de los tiempos a todo discpulo.

DS 3900: Siendo nuestro Redentor hijo de Mara, como observador fidelsimo de la Ley divina, ciertamente no poda menos de honrar, adems de a su Padre eterno, a su Madre queridsima. Luego, pudiendo adornarla de tan grande honor, como el de preservarla inmune de la corrupcin del sepulcro, debe creerse que realmente lo hizo

3.4.3.- La Iglesia siempre ha tenido la conviccin, siguiendo el modelo del culto a los Mrtires, de que Mara vive en comunin eterna con Cristo y se le invoca en la oracin.

Ya en el Nuevo Testamento encontramos frmulas de veneracin a Mara:

Lc 1, 48: Porque ha puesto los ojos en la pequeez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarn bienaventurada

Lc 1, 45: Feliz la que ha credo que se cumplirn las cosas que le fueron dichas de parte del Seor

Desde el siglo IV la Iglesia oriental celebra la fiesta del trnsito de Mara el 15 de agosto; la Iglesia occidental conoce primero la fiesta de la Dormicin de Mara. Entre los fundamentos teolgicos se aluden a los ya citados: la eleccin por gracia y a la maternidad divina por la que Mara estuvo ligada corporalmente a Cristo.

No pretende ser una constatacin histrica sino forma analgica de hablar del destino del que se adhiere a Cristo completamente basado en la forma de presentar la Escritura la Escatologa.

Esta idea tambin es recogida en LG 56: Por eso, no pocos padres antiguos en su predicacin, gustosamente afirman: El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de Mara; lo que at la Virgen Eva por la incredulidad, la Virgen Mara lo desat por la fe; y comparndola con Eva, llaman a Mara Madre de los vivientes, y afirman con mayor frecuencia: La muerte vino por Eva; por Mara, la vida.