Becker (2009). Outsiders. Hacia un sociología de la desviación
Sociología de la desviación
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Sociología de la desviaciónSe ha sugerido que este artículo o sección sea fusionado con Desviación social (discusión).Una vez que hayas realizado la fusión de artículos, pide la fusión de historiales aquí.
El incumplimiento de las normas es uno de los principales ámbitos de estudio de la sociología de la desviación.
La sociología de la desviación es la rama de la sociología que se encarga del estudio
del consenso sobre las normas sociales, los actos y comportamientos que se desvían de éstas y el
sistema de control social construido para evitar tales desviaciones.1
La desviación es un tema fundamental en sociología y desde el nacimiento de esta disciplina ha sido
una de sus principales preocupaciones.1 En este sentido las principales corrientes sociológicas han
dado su interpretación sobre el cómo y el porqué del incumplimiento de las normas sociales.
La desviación ha sido analizada desde distintas disciplinas, como la filosofía, el derecho,
la biología o la medicina. Además, en los últimos años se han desarrollado estudios en criminología,
disciplina con la que la sociología de la desviación está íntimamente ligada. Si bien la primera se
centra más en la relación entre la víctima, el victimario y las leyes, la sociología de la desviación
analiza también las conductas que, sin estar prescritas como delitos, son catalogadas
como anormales y reciben algún tipo de sanción social.2
Índice
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1 Concepto de desviación desde una perspectiva sociológica
2 Las normas
3 Teorías presociológicas de la desviación
o 3.1 Teoría clásica
o 3.2 Enfoque biológico
4 Teorías macrosociológicas de la desviación
o 4.1 Teoría funcionalista
o 4.2 Teoría marxista
o 4.3 Teoría de la subcultura
5 Teorías microsociológicas de la desviación
o 5.1 Teoría del etiquetamiento
o 5.2 Teoría de la elección racional
6 El control social
o 6.1 El castigo
7 Problemas metodológicos en el estudio de la desviación
8 Véase también
9 Notas
10 Enlaces externos
Concepto de desviación desde una perspectiva sociológica[editar · editar código]
En sociología se considera una desviación cualquier acto o comportamiento, aunque sea
simplemente verbal, de una persona o un grupo que viole las normas de una colectividad y,
consecuentemente, conlleve algún tipo de sanción.3Sin embargo, ésta no es una característica
intrínseca de ciertos actos, sino que depende de la respuesta y la definición que los miembros de
una colectividad le atribuyan. En palabras de uno de los fundadores de la sociología:
No lo reprobamos porque es un crimen, sino que es un crimen porque lo reprobamos.
Émile Durkheim, 18934
Es por ello que un acto sólo puede ser juzgado como desviado en relación a:
Un contexto histórico: ya que la concepción de desviación varía en el tiempo, por ejemplo
ser zurdo ha sido considerado en muchas sociedades históricas como una forma de
desviación.5
Una sociedad concreta: como es notorio, las diferentes sociedades que comparten un
momento histórico pueden tener diferentes concepciones de la desviación. Un ejemplo actual
sería la poligamia, que en algunas sociedades es una muestra de prestigio y en otras un delito.
Un contexto situacional: Muchas actividades son permitidas, e incluso bien vistas, dentro una
situación, y juzgadas como desviadas en otra. Por ejemplo, a ninguna sociedad se le ha
ocurrido prohibir las relaciones sexuales, pero casi todas limitan su práctica, prohibiendo
realizarlas en público, fuera del matrimonio, etc.
Esta aproximación relativista a la desviación, que caracteriza a la Sociología, ya había sido
anticipada por algunos pensadores. Cabe destacar al filósofo francés Pascal que ya en el siglo
XVII declaraba:
No hay nada justo o injusto que no cambia de cualidad con el cambiar del clima, tres grados de latitud
subvierten toda la legislación[...] En pocos años las leyes fundamentales cambian, el robo, el incesto, el
asesinato de padres e hijos, todo ha encontrado un lugar entre las acciones virtuosas.
Blaise Pascal, 16696
Ya en el siglo XX los estudios de antropología comparada han puesto de manifiesto que realmente
existen muy pocas formas de desviación que puedan considerarse universales. Sin embargo, y
contradiciendo a Pascal, existe unConsenso científico sobre que el incesto entre padre e hija ha
resultado tabú en todas sociedades durante toda la historia, llegando Claude Lévi-Strauss a
considerar su prohibición como el origen de la vida cultural y del resto de lasinstituciones sociales.7
Las normas[editar · editar código]
Artículo principal: Norma social.
Diferentes tipos de normas y tipo de desviación que implica su incumplimiento.
El concepto de desviación está íntimamente ligado al concepto de norma, ya que es de la norma de
lo que un comportamiento se desvía. Por ello se afirma que donde no existe norma no puede existir
desviación.1
Las normas sociales se definen como proposiciones que prescriben a individuos o grupos el
comportamiento adecuado en determinadas situaciones, o bien las acciones a evitar.8 Pueden ser
clasificadas según diversos criterios, pero el más habitual dentro de la sociología de la desviación es
agruparlas dentro de sistemas normativos según el grado de la sanción que se aplica al infractor.
Con este sistema obtenemos una clasificación de los comportamientos desviados según su
gravedad:
Normas penales: Son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo duro de
cualquier sistema social. Recoge las normas que tutelan los bienes fundamentales del grupo
social —la vida, la propiedad, las instituciones, etc.—. El incumplimiento de éstas es un delito y
convierte al autor en delincuente. Conlleva el tipo de sanción más grave: la pena.
Normas jurídicas : Son las normas contenidas en reglamentos u ordenamientos; su violación
es un acto ilícito y conlleva sanciones de tipo pecuniario o administrativo.
Normas sociales: Es un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como la moda,
la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica una sanción
institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche social. En las últimas
décadas existe la tendencia a reconceptualizar estos comportamientos de desviados en
diversos
Moral individual: Son las normas autoimpuestas del tipo no comeré nunca en un McDonald's.
Incumplirlas tiene escasa relevancia social, pero puede ser calificado comohipocresía.
En el diagrama puede observarse cómo los distintos sistemas normativos se agrupan unos dentro
de otros. Esto se hace para reflejar cómo, por ejemplo, no todas las normas sociales están en el
código penal, pero todas las normas del código penal son normas sociales. En realidad este modelo
es una simplificación de cómo se interrelacionan los sistemas normativos, ya que existen multitud de
excepciones: es habitual que alguna de las normas sociales existentes no sea aceptada por la moral
individual de algunas personas, lo que da lugar a la aparición de las subculturas; también sucede a
menudo que algunas normas del sistema jurídico o penal no lleguen a integrarse dentro de las
normas sociales. Esto sucede, sobre todo, en los sistemas no democráticos, aunque también ocurre
en las democracias. Un ejemplo actual es la contradicción de muchas legislaciones con la
aceptación social de las descargas por internet. Cuando existen fuertes contradicciones entre los
sistemas normativos puede producirse una crisis que los modifique. Por este motivo, autores como
Durkheim consideran la desviación como un motor del cambio social.4
En los últimos años algunos autores han identificado la existencia de situaciones en las que se
califica de desviado, no a quien incumple la norma sino a quien la cumple con demasiado
celo. Glenna Huls ejemplifica este fenómeno con la concepción social del empollón o de quien paga
religiosamente sus impuestos en la sociedad norteamericana.5
Teorías presociológicas de la desviación[editar · editar código]
El estudio de la desviación es anterior a la aparición de la sociología. Ya en la Antigüedad clásica se
desarrollaron las primeras teorías sobre la delincuencia y el castigo, filósofos
como Sócrates, Pitágoras, Platón o Aristótelesdebatieron sobre ello, atribuyendo los delitos a la
herencia o a deficiencias físicas o mentales. En la Edad Media se realizaron algunos estudios
médicos para investigar crímenes aislados y Tomás de Aquino en su obra Escolástica, intentó sentar
las bases de una Filosofía del Derecho. En los siglos XVIII y XIX, con la llegada de la ilustración y
el positivismo, aparecieron teorías y enfoques cuya influencia ha llegado hasta nuestros días. Dos
ejemplos destacados de ello son:
Teoría clásica[editar · editar código]
Se denomina Teoría Clásica de la desviación a los esfuerzos teóricos del iluminismo por dar una
definición objetiva del delito y de la pena que sustituyese la concepción relativista y arbitraria
característica del Antiguo Régimen. Esta objetivización del delito era imprescindible para construir
el Estado de derecho —base del Estado liberal— ya que es un prerrequisito necesario del principio
de legalidad, la seguridad jurídica o la igualdad ante la ley.
El autor más representativo fue Cesare Beccaria, que desarrolló sus ideas en un libro que se ha
convertido en un clásico del Derecho: De los delitos y las penas, en el que, en palabras del propio
autor, se incluyen
Los presupuestos para una teoría jurídica del delito y de la pena [...] en el cuadro de una concepción
liberal del Estado de derecho, basada sobre el principio utilitarístico de la máxima felicidad para el mayor
número de personas y sobre la idea del contrato social.
Cesare Becaria.9
De acuerdo con estos principios del utilitarismo y el contractualismo, para Beccaria el hombre nace
libre, pero establece un contrato con el estado por el que renuncia a parte de su libertad a cambio
de seguridad. El delincuente sería alguien que incumple ese contrato, por lo que debe ser
sancionado, pero la sanción no tiene un objetivo de venganza sino de prevenir nuevos daños y
servir de ejemplo disuasivo al resto de los ciudadanos.
La Teoría Clásica tiene los evidentes límites de que se centra en el delito —sin analizar el resto de
desviaciones sociales— y que no investiga sobre las causas de éste, lo que es el objeto principal de
las teorías posteriores. Esta teoría tendría una gran influencia sobre la Teoría de la Elección
racional, llegando al punto de que algunos autores denominan a esta última como Teoría
Neoclásica.
Enfoque biológico[editar · editar código]
Uno de los primeros intentos para entender de manera científica el fenómeno de la desviación se
hicieron desde el ámbito de la Biología. Durante el siglo XIX se desarrollaron diversos estudios para
intentar descubrir cuáles eran las características físicas que convertían a las personas en desviadas.
La idea de poder explicar la conducta delictiva en base a rasgos biológicos tiene interesantes
precedentes en algunas legislaciones medievales, en las que se recomendaba a los jueces que
dudasen entre dos sospechosos eligiesen a los más feos y deformes.10 En 1876, el médico
penitenciario Cesare Lombroso elaboró una detallada teoría sobre las características físicas que
provocaban la delincuencia. Los rasgos físicos descritos eran básicamente simiescos: vello
abundante, brazos largos, frente estrecha, mandíbula prominente, etc. Aunque los estudios de
Lambroso alcanzaron una gran notoriedad en su época, eldeterminismo biológico, tras las sucesivas
críticas, fue cayendo en desuso hasta mediados del siglo XX, cuando Willians Sheldon realiza un
estudio con cientos de jóvenes en el que llega a conclusiones similares. Para Sheldon existen tres
tipos básicos de constitución física —endomorfo, mesomorfo y ectomorfo— a los que corresponden
tres personalidades diversas, siendo los mesomorfos —con constitución musculosa y atlética— los
más predispuestos a delinquir. Los datos de Sheldon fueron reanalizados por Eleonor
Glueck llegando a la conclusión de que no puede afirmarse que la constitución atlética sea un buen
predictor de la delincuencia, y muchos menos su causa.11
Desde los años 80 se está dando una revitalización del enfoque biológico, basada en los avances de
la genética. En este ámbito se han hecho particularmente populares los estudios sobre el Síndrome
del XYY —una anomalía cromosómica por la que el varón recibe un cromosoma Y extra— que
algunos autores relacionan con una tendencia a la violencia, aunque numerosos estudios han
confirmado que esto no se observa con frecuencia.12 13 14 15 16
Teorías macrosociológicas de la desviación[editar · editar código]
Teoría funcionalista[editar · editar código]
Emile Durkheim, padre delfuncionalismo.
Los teóricos funcionalistas se vieron ante la tarea de hallar respuesta a la necesidad, por parte de
algunos individuos, de no cumplir las reglas. El primero en describir algunas de las funciones
sociales que cumplía la desviación fue Émile Durkheim. Aunque parezca contradictorio, para
Durkheim la desviación contribuye a consolidar los valores y las normas culturales, ya que es parte
indispensable en el proceso de creación y mantenimiento del consenso sobre las mismas. La base
de esta idea es que sin el delito no hay justicia ni es posible por tanto el consenso sobre las ideas
del bien y el mal. En este sentido la desviación contribuiría a definir los límites morales. Definiendo a
algunos como desviados el resto de la sociedad puede observar claramente el límite entre el bien y
el mal. Otra función de la desviación sería el fomento de la unidad social, ya que la respuesta
unitaria frente a las acciones extremas de desviación —asesinato, atentados— fortalece el lazo
social. Por otro lado la desviación también contribuiría al cambio social, ya que el transgredir una
norma invita a reflexionar sobre la necesidad o la conveniencia de ésta, y representa un modelo de
conducta alternativo que puede llegar a convertirse en mayoritario, ya que lo que hoy es una
conducta desviada puede no serlo en el futuro.4
Teoría marxista[editar · editar código]
Aunque ya desde sus inicios el marxismo había tratado temas relacionados con la desviación, es en
los años 70 cuando aparecen obras sistemáticas sobre ésta desde una perspectiva marxista.
Autores destacados en esta sistematización fueron Iain Taylor, Paul Walton y Jock Young, que
argumentaron que las teorías existentes obviaban ciertos factores estructurales, como la desigual
distribución del poder y la riqueza, que eran fundamentales para entender las conductas
desviadas.17
Este argumento fue posteriormente desarrollado por Steven Spitzer, que ejemplificó ampliamente
cómo las personas que son etiquetadas como desviadas suelen ser sujetos que obstaculizan el
desarrollo del Capitalismo. Spitzer analizó cómo los sujetos que amenazan la propiedad privada,
base del capitalismo, son siempre calificados como desviados; sin embargo, los actos de lasclases
privilegiadas contra los intereses de las subordinadas, como una gran subida del precio de la
vivienda, lejos de considerarse desviadas, son asumidas como una legítima defensa de sus
intereses. También analiza cómo, al ser la explotación del trabajo otro de los fundamentos del
capitalismo, quien no trabaja, sea por imposibilidad —minusválidos, parados involuntarios—, sea por
voluntad, tiene muchas posibilidades de ser etiquetado como desviado. Ejemplos de esto los
encontramos en la legislación contra vagos y maleantes.18
Teoría de la subcultura[editar · editar código]
Esta teoría se basa en el principio de que la conducta desviada —al igual que el resto de conductas
— se aprende en el ambiente en que se vive. Los actos desviados serían por lo tanto una
consecuencia de la socialización en ambientes con valores y normas distintos a los de la sociedad
en general. La teoría fue elaborada por Clifford Shaw y Henry Mckay y tiene su origen en los
estudios etnográficos realizados por la Escuela de Chicago durante los años veinte. Los
investigadores dividieron la ciudad de Chicago en cinco zonas, realizando círculos concéntricos y
comparando la tasa de delincuencia y la relación entre el número de delincuentes y el total de la
población de cada zona. Los datos evidenciaron que el valor de la tasa disminuía conforme se
alejaba del centro, y lo que es más interesante, que entre 1900 y 1920 la relación entre las tasas de
delincuencia de cada zona permaneció invariable, a pesar de que en este periodo hubo grandes
movimientos de población que cambiaron la composición étnica de cada zona. Estos hechos
hicieron llegar a los investigadores a la conclusión de que la subcultura desviada formaba parte de
la idiosincrasiade algunos barrios, por lo que era trasmitida a los nuevos habitantes.
Numerosos investigadores han desarrollado la teoría, comprobando que es común que los
individuos con comportamientos desviados pertenezcan a grupos en las que estas conductas son
permitidas —o incluso prescritas— por lo que tal conducta solo podría juzgarse como desviada
respecto a las normas y valores de la sociedad, pero no respecto a las de su grupo de referencia.
Respecto a esto el criminólogo Edwin Sutherland escribiría que
La cultura criminal es tan real como la legal, y mucho más difundida de lo que se piensa habitualmente.
Edwin Sutherland3
Walter Miller estudió cómo se crean las subculturas de la desviación, llegando a la conclusión de
que éstas suelen aparecer entre los jóvenes de clase baja, ya que son los que tienen menos
posibilidades de cumplir sus aspiraciones por medios legítimos. Miller además individualizó las
características de estas subculturas, cuyos principales rasgos serían: La rutinización del conflicto, la
dureza, la sagacidad y la autonomía.19
Teorías microsociológicas de la desviación[editar · editar código]
Teoría del etiquetamiento[editar · editar código]
Artículo principal: Teoría del etiquetado.
En los años 1960 se empieza a estudiar la desviación desde la perspectiva del interaccionismo
simbólico. Estos autores centran sus estudios no tanto en las posibles causas de la conducta
desviada, sino en las formas de control e interacción social por las que se definen a ciertos
individuos como desviados. La principal aportación teórica de esta escuela es la teoría del
etiquetaje, que podría sintetizarse así:
Los grupos sociales crean la desviación estableciendo reglas cuya infracción constituye una desviación, y
aplicando estas reglas a personas particulares, que etiquetan como outsiders [...] La desviación no es una
cualidad de la acción cometida sino la consecuencia de la aplicación —por parte de otros— de reglas y
sanciones. El desviado es alguien al que la etiqueta le ha sido puesta con éxito; el comportamiento
desviado es el comportamiento etiquetado así por la gente.
Howard Becker.20
Una de las aportaciones fundamentales de esta teoría es la distinción entre desviación primaria y
secundaria realizada por Edwin Lemert. Dentro de la primaria se encuadrarían los incumplimientos
de las normas que no hacen sentirse desviado a quien lo comete, ni es visto así por los demás.
Dentro de la secundaria estarían por el contrario los incumplimientos que hacen cambiar la
concepción que los demás tienen del autor, etiquetándolo como desviado. Este etiquetamiento
provocará que el autor reorganice la percepción de sí mismo asumiendo la nueva definición que los
demás dan de él.21 La base de esta distinción está en el hecho de que, en realidad, prácticamente
todo el mundo ha cometido actos desviados. Es difícil encontrar a alguien que no haya mentido,
cometido algún pequeño robo o consumido alguna droga ilegal, pero pocas de estas personas son
catalogadas —o autocatalogadas— como mentirosos, ladrones o drogadictos.3
La desviación secundaria está muy relacionada con el concepto de estigma desarrollado por Erving
Goffman, definido como una marca social negativa usada para definir a una persona. El estigma se
convierte en un rol dominante del individuo y todos los actos pasados empiezan a reinterpretarse
bajo la perspectiva del nuevo estigma, en un proceso de distorsión biográfica conocido
como etiquetaje retrospectivo. Goffman desarrolló la posibilidad de que al estigmatizar a alguien —
con mayor o menor motivo— se activasen una serie de mecanismos, como el rechazo social, que le
impulsaran a buscar compañía entre quienes no le censuran —otros estigmatizados— reforzando
así la identidad desviada e impulsándolo a continuar su carrera delictiva. De este modo la desviación
podría ser una de esas profecías autorealizadas que Robert K. Merton elaboró basándose en
el Teorema de Thomas.
Teoría de la elección racional[editar · editar código]
Los teóricos de la elección racional, también llamados neoclásicos, enmarcaron la desviación dentro
de su modelo general de conducta, según el cual las acciones de las personas están guiadas por
un frío racionalismo cuyo objetivo es calculado para obtener placer y evitar dolor. Aunque
posteriormente fue asumida por algunos sociólogos esta teoría fue desarrollada en sus inicios
por economistas, como Gary Becker que elaboró el modelo económico del crimenque describe una
conducta desviada guiada por el cálculo de utilidad relativa en la que se ponen en una balanza los
costes y los beneficios que puede tener tal conducta. Estudios posteriores han intentado localizar
cuáles son los costes y beneficios concretos de las conductas desviadas, llegando a la conclusión
de que los beneficios serían los comunes a todas las acciones —lucro, prestigio, poder, placer—
mientras que los costes pueden dividirse en tres: las sanciones formales impuestas por el Estado,
las sanciones sociales de su entorno y las autosanciones que el desviado se imponga, como
vergüenza o sentimiento de culpa, debido a la interiorización de las normas.
La teoría de la elección racional también ha realizado varios estudios sobre la eficacia de las
sanciones. Según el modelo teórico, una forma de reducir el delito sería aumentar los costes de su
realización, por ello desde esta teoría se propuso aumentar la severidad de las penas. Estudios
posteriores desde esta perspectiva han puesto de manifiesto que la severidad de la sanción tiene
repercusiones irrelevantes, mientras que por el contrario, la certeza de la pena —la convicción de
que existirá una sanción— puede influir en la reducción de la delincuencia.22
El control social[editar · editar código]
Artículo principal: Control social.
Al ser uno de sus instrumentos más evidentes, las cámaras de vigilancia han sido usadas con frecuencia como
símbolo del control social.
Además de las normas y su incumplimiento, el control social es el otro gran campo de estudio de la
Sociología de la desviación. Bajo este concepto se integran el conjunto de mecanismos e instancias
a partir de los cuales toda sociedad, de una u otra forma, induce a sus miembros a comportarse
acorde con las normas, valores y pautas culturales predominantes.23 Por ello el control social es
mucho más amplio que las instituciones más visibles a las que generalmente se asocia —
policía, cárceles, juzgados...— e incluye a otras como los manicomios, los trabajadores sociales o
el sistema educativo, siendo el rol de este último de especial importancia.24 Además de por estos
agentes institucionalizados, el control social es ejercido en gran medida por mecanismos informales
y difusos. Sociólogos como Talcott Parsons destacan, por ejemplo, el papel que juega la familia en
el proceso.25
La importancia de la familia y del sistema educativo viene dada sobre todo por su función en el
proceso de interiorización de las normas, en el cual las normas sociales son transformadas en
normas morales, siendo así asumidas como propias por los individuos. Este proceso permite que no
se incumplan las normas aun cuando ningún factor externo lo impida y, lo que es más importante,
nos convierte a todos en agentes de control social, ya que mantendremos una actitud reprobatoria
ante quien las incumpla.26
En este sentido, la psicología social ha estudiado de forma experimental distintos mecanismos
interiorizados del control social. El experimento de Milgram demostró los actos que se pueden llegar
a hacer si éstos son ordenados por una figura de autoridad; el experimento de la cárcel de Stanford,
la obediencia que se puede obtener con ideología legitimadora; el experimento de Robber's Cave,
cómo a través de la construcción del enemigo externo se logra la unidad interna; los experimentos
de Sherif y Asch, cómo se cambia la propia opinión para que ésta se adapte a la de la mayoría.
Estos experimentos, hoy ya convertidos en clásicos, muestran con qué naturalidad nuestros
comportamientos se adaptan a las exigencias de la norma, la normalidad y la autoridad.
El castigo[editar · editar código]
El castigo es una forma clave del control social, con la explícita función de corregir el comportamiento de los
individuos.
Debido a su función explícita de corrector de actos o comportamientos, el castigo es una de las
formas de control social más investigada. Desde la sociología de la desviación se han estudiado las
distintas funciones que ha poseído el castigo y la efectividad que los distintos castigos poseen para
reducir el comportamiento desviado.
John Macionis identifica cuatro funciones que, en distintas sociedades o épocas, han justificado la
existencia del castigo. La primera, y más antigua, sería el desquite, que se basa en la idea de
recuperar el orden interrumpido, por lo que se aplica al infractor un daño proporcional al daño
cometido. Está contenida en la ley del talión y el principio bíblico de ojo por ojo, diente por diente. La
segunda, la disuasión, es la idea de que el castigo desincentiva el incumplimiento normativo. Se
formaliza teóricamente en el siglo XVIII, con la concepción del ser humano como un ser racional,
movido por cálculos de coste y beneficio. La tercera es la rehabilitación, por la que se pretenden
modificar las pautas de conductas desviadas del individuo. Toma auge en el siglo XIX con la
aparición de las Ciencias sociales y los estudios científicos sobre la conducta humana. Por último
estaría la función de protección de la sociedad por la que se separa al desviado del resto del cuerpo
social, ya sea encerrándolo, desterrándolo o ejecutándolo. El hecho de que, más allá de que en un
momento histórico determinado se ponga el acento en una u otra, el que las cuatro ideas sobre la
función del castigo puedan darse contemporáneamente es contingente.
Por otro lado, la cuestión de la eficacia de los castigos ha supuesto grandes debates entre los
estudiosos, siendo la prisión —que desde su aparición en el siglo XVIII se ha convertido en la forma
generalizada del castigo penal— uno de los centros del debate. Su eficacia ha sido puesta en duda
por diversos autores, avalados por una gran cantidad de estudios en diversos países que muestran
el alto porcentaje de personas que retornan a la cárcel tras haber cumplido condena. La reincidencia
en los tres primeros años de la excarcelación es de un 40 a un 60%,27 en Estados Unidos el
porcentaje de reincidencia estaría en torno al 60%5 y en España entorno al 40%.28 Estas cifras han
llevado a algunos autores a concluir que la prisión no es una institución eficiente en su función de
modificar los comportamientos y conductas delictivas.29 Se señala también que la prisión puede
tener aspectos que incluso fomentarían el delito ya que los largos periodos de reclusión destruirían
los lazos sociales, y el contacto casi exclusivo con delincuentes fomentaría la creación y
reproducción de la subcultura criminal. Las críticas han provocado que las instituciones
penitenciarias realicen pruebas experimentales sobre soluciones alternativas a la simple privación
de libertad, generalmente centradas en terapias de desintoxicación, que han dado resultados
notables.30 27 Otros autores continúan defendiendo como innegable el efecto disuasorio de las
prisiones.31
Pena de muerte en el mundo (06/2005): Suprimida para todos los crímenes Suprimida para los crímenes no
cometidos en circunstancias excepcionales (como los cometidos en tiempo de guerra) Contemplada como sanción penal,
pero suprimida en la práctica Contemplada como sanción penal, aún aplicada
Otro castigo que provoca grandes debates sobre su eficacia es la pena de muerte, un castigo que
ha sido practicado desde la antigüedad en prácticamente todas las sociedades. En el siglo XIX se
inicia una tendencia hacia su abolición —o limitación a casos extraordinarios— en un creciente
número de países. Por ello, en los países donde todavía se practica, como Estados Unidos, existe
un debate político sobre la conveniencia de abolirla, que ha provocado que se realicen numerosos
estudios sobre su eficacia en la prevención del crimen, ya que éste es el principal argumento para
su mantenimiento. Los diversos estudios realizados hacen concluir a la mayoría de los autores que
las evidencias empíricas disponibles muestran que la pena capital apenas tendría efecto
disuasorio.32 33 34
La tendencia a abolir la pena de muerte, la aparición de las cárceles y la humanización de la
pena en general, han sido analizadas por Michel Foucault, en su clásico Vigilar y castigar. El autor
analiza el gran cambio sufrido por los castigos entre los siglos XVIII y XIX, en el que se pasa de la
espectacularidad de las torturas y ejecuciones públicas medievales a los castigos dentro de la
institución burocrática y aséptica de la prisión. La perspectiva foucoliana —que ya es un hito dentro
del análisis del control social— sobre este proceso es que, lejos de producirse por motivos éticos o
morales, su causa es el aumento de la eficacia de la pena.
Problemas metodológicos en el estudio de la desviación[editar · editar código]
La desviación es uno de los fenómenos sociales más complejos de analizar científicamente, ya que
aquellos que los cometen tienden a ocultarlos. Por ello, el debate metodológico se remonta a los
orígenes de la disciplina, cuando Emilie Durkhaim escribe El suicidio. Esta obra consiste en
un estudio cuantitativo sobre el fenómeno del suicidioen distintos países europeos, utilizando las
fuentes oficiales de cada estado, con el fin de comprobar la distinta influencia que tenía en cada
país. Estudios posteriores comprobaron que las estadísticas oficiales infravaloran casi siempre el
fenómeno, existiendo además variaciones según la definición de suicidio de las distintas
legislaciones. En este sentido se ha comprobado la correlación entre la posibilidad de que una
muerte sea registrada como suicidio, en vez de como accidente u homicidio, y la valoración social
sobre del fenómeno: cuanto peor visto sea el suicidio en una sociedad, tanto menores serán las
posibilidades de que este se registre como tal.3
Los estudios sobre la incidencia de la delincuencia se han encontrado con problemas aún mayores.
Los sociólogos han utilizado a menudo como fuente las estadísticas policiales sobre denuncias, o
las judiciales sobre condenas, pero se ha comprobado que se cometen muchos más delitos que los
registrados. Investigaciones llevadas a cabo en Inglaterra en los años noventa llegaron a la
conclusión de que el porcentaje de delitos que se notifica es del 47%, el que se denuncia el 27% y el
que llega a condenarse en un tribunal tan solo un 3%.35 Las causas de este bajo índice de
denuncias son múltiples: temor a represalias —como en el caso de la mafia—, cercanía al que lo
comete —violencia de género—, tolerancia —maltrato a animales—, voluntad de olvidarlo —
violaciones—, desconfianza en la utilidad de la denuncia —hurtos—, ignorancia sobre si constituye
un delito —delitos de índole económica—, etc. En este sentido se ha comprobado cómo los distintos
tipos de delitos tienen un porcentaje de denuncias muy desigual, hay delitos que se denuncian
prácticamente en su totalidad, como el robo de coches o las muertes violentas, y otros que su
inmensa mayoría no son denunciados, como el intento de violación o los pequeños hurtos.36
Estas limitaciones en las fuentes oficiales han obligado a desarrollar métodos alternativos para la
cuantificación de la delincuencia. Actualmente se utiliza tanto la autodenuncia, en el que se realiza
una encuesta a una muestra de población preguntándoles si han cometido algún delito y si este ha
sido denunciado, como la victimización, que es un método similar pero en el que se pregunta si se
ha sido víctima de algún delito.
Véase también[editar · editar código]
Criminología
Fritz Sack
Filosofía del Derecho
De los delitos y las penas (ensayo)
Efecto del falso consenso
Notas[editar · editar código]
1. ↑ Jump up to:a b c Bertelli, Bruno (2002). Devianza e vittimizzazione, teorie eziologiche del
controllo sociale,. Trento: Artimedia.ISBN 88-87980-05-5.
2. Jump up↑ Arroyo Juárez, Mario. Derechos humanos y criminología: un vínculo ignorado,
en Economía, sociedad y territorio, vol III, número 11, 2002. Consultado el 21 de mayo de
2008.
3. ↑ Jump up to:a b c d Bagnasco,A., Barbagli,M. y Cavalli,A. (1997). Sociologia, cultura e
società. Bolonia: Il mulino. ISBN 88-15-08263-8.
4. ↑ Jump up to:a b c Durkheim, Émile (1993)La división social del trabajo, Tres Cantos:
Akal ISBN 978-84-7600-229-2
5. ↑ Jump up to:a b c Macionis, Jhon (1999). Sociología. Madrid: Prentice Hall. ISBN 84-8322-152-
7.
6. Jump up↑ Pascal, Blasie (1669) Pensées, consultado el 11-5-1008
7. Jump up↑ Levi-Strauss, Claude (1971). The Elementary Structures of Kinship. Beacon
Press. ISBN 978-0-8070-4669-2.
8. Jump up↑ Gallino, Luciano (2006). Dizionario di sociologia. Turín: Universidad de
Turín. ISBN 88-02-07482-8.
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