Solidaridad - Prensa N1 del FeL

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El 21 de junio nos encontramos con que 11 estudiantes, un graduado y una docente de distintas carreras de la facultad de humanidades estaban siendo imputados bajo la ordenanza del consejo superior 822/90 titulada Régimen Disciplinario Estudiantil (en ade-lante OCS 822/90). El motivo de la apertura de dichas causas se debió a un conflicto inicia-do en el año 2009 en el marco de la exigencia de la realización de concursos transparentes en geografía. Tal hecho no es nuevo en esta unidad académica ya que lo mismo se intentó hacer en años anteriores con compañeros de la carrera de filosofía por reclamos similares.Quien se aprecie de ver la realidad marplatense notará que estos hechos no son aislados, basta ver la represión a los trabajadores del puerto, a los sin techo en el barrio Pueyrredón, por no hablar de los horribles acontecimientos a nivel nacional como la represión a los docentes de Santa Cruz, a los petroleros en Las Heras y un largo etcétera.Ante el amedrentamiento de la gestión de humanidades los estudiantes demostramos que el músculo de la organización lejos de estar atrofiado se muestra firme. La masiva asam-blea del día 27 de junio vislumbró dicha capacidad de reacción, mostrando que buena parte de los estudiantes comprendimos que el derecho a huelga (es decir la toma de la facultad) es la herramienta más efectiva para contrarrestar el avance de la gestión y que la masividad se logra con medidas de lucha concretas como esta y no con la prudencia predicada por corrientes que con el maquillaje de la unidad y la “masificación” terminan pateando el conflicto para una próxima asamblea que, como nos muestra la experiencia, siempre suele tener menor concurrencia.Paradójicamente la medida mostró su efectividad antes de comenzar la asamblea; la de-cana Rosenthal (del Frente Para la Victoria) , viendo que era muy probable que se tomara la facultad por la gravedad de los hechos, mandó a uno de sus vasallos a comunicar que la intención de la gestión era echar para atrás las acusaciones pero dejando en claro que no era por voluntad política sino por presión de los estudiantes, reconociendo que lejos de estar arrepentidos por poner en juego la reputación y la continuidad en los estudios de los compañeros, lo harían por el apoyo masivo de los estudiantes. Luego de mocionar y votar afirmativamente la expulsión del secretario de Rosenthal, se prosiguió con la asamblea votando la toma de la facultad hasta que no se desprocese a los compañeros y se dero-gue la OCS 822.Tras la segunda asamblea el día jueves 30 se ratificó la medida de lucha. A esa altura era prácticamente un hecho el desprocesamiento de los compañeros, pero estaba en duda la derogación de la OCS 822. Lo cierto es que la gestión nos vio divididos en este punto y pudo ver que no íbamos a ir a fondo, al menos de conjunto, por la abolición de esta he-rramienta que tienen las gestiones para disciplinarnos. Con esto no queremos decir que de haber ido de conjunto hubiésemos logrado de por sí la derogación, pero si habríamos dejado el precedente de que la lucha contra la mercantilización de la educación la vamos a llevar hasta las últimas consecuencias, intentando hacer extensivo dicho espíritu a otras unidades académicas (como por ejemplo con Cs. de la Salud y T.S. que se encontraba con el mismo problema).

Finalmente el día jueves 07 marchamos al rectorado para llevar la postura al consejo supe-rior del rector Morea (candidato a vicegobernador por el FAP) de que no íbamos a aceptar ningún código de disciplinamiento, entendiendo que ningún poder centralizado se va a privar de tener herramientas que le permitan reprimir a los sectores dominados (no está de más recordar que la composición de los órganos de cogobierno es profundamente antide-mocrática). En concreto, interrumpimos el superior no dejándolo sesionar. El mismo día, a las 16 horas, se realizó la tercer y última asamblea donde si bien no se logró uno de los dos objetivos (la derogación de la OCS 822), se resolvió levantar la toma porque el escenario dejaba de ser la facultad y pasaba a ser el rectorado, ya que este tiene la potestad de derogar dicha ordenanza.

El proceso de lucha dejo un balance positivo (con los 11 compañeros desprocesados) vien-do el vaso medio lleno. Lejos de conformarnos con esto entendemos que el único ca-mino para conquistar derechos sigue siendo la acción directa y lo podemos ver ya que hubo seis compañeros de salud imputados y al no responder con esta metodología de lucha el superior no tiró para atrás sus causas.Como sabemos, las políticas neoliberales, en buena medida, siguen su cauce también con el gobierno de CFK. La ley de educación superior menemista sigue vigente y la intención de acreditar las carreras a organismo de evaluación externos como la CoNEAU (o su va-riante ANFHE –CUCEN) es palpable. Sirva de ejemplo recordar que en la facultad donde hay mayor capacidad de respuesta se acreditaron a la CoNEAU los posgrados de historia y letras. Al respecto y con la poca información que circula es imperioso mantenernos en guardia, ya que en agosto está programado la próxima reunión plenaria de los decanos de la ANFHE[2] en Mar del Plata con el antecedente de que el ministro de educación Sileoni el año paso declaró de interés público los profesorados (bajo el artículo 43 de la LES), lo cual evidencia que en la agenda del gobierno esta presente la profundización de la mercan-tilización de la educación[3].

El problema de la acreditación, la falta de financiamiento, la intromisión de las em-presas y el clero en la educación pública y el financiamiento al sector privado de la educación es una realidad que tiene su correlato en el mantenimiento por parte de este gobierno de las leyes punitivas de asociación sindical, en las leyes de flexibiliza-ción (eufemismo de precarización) laboral, etc. En este sentido, entendemos que como movimiento estudiantil tenemos que apostar a hacer extensivo no solo al resto de los estudiantes de los diferentes niveles educativos de la ciudad sino también al resto del movimiento estudiantil a nivel nacional, reconociendo que no alcanza con realizar reclamos aislados, sino que hay que potencializar la unidad entre estudiantes y tra-bajadores, comprendiendo que un problema estructural no se soluciona de la noche a la mañana sino con el compromiso de los oprimidos de superar el estado actual de explotación y dominación.

Hemos visto durante 15 años los intentos de, o bien recortar el presupuesto educativo (du-rante el 1 a 1 menemista), o bien de subejecutarlo, como es el caso del gobierno nacional.Protagonizamos masivas movilizaciones y tomas de establecimientos en rechazo de la LES a lo largo y ancho del país, con increíbles experiencias de unidad en la lucha -como en Coma-hue en el 2004-. Así es como logramos para el caso de la UBA la No Aplicación inmediata.Resistimos uno a uno, lo mejor que pudimos, los intentos de acreditar carreras a la CO-NEAU en los últimos años. Tras tomar durante días el decanato, realizar un masivo plebis-cito y decenas de medidas de lucha, los estudiantes de Exactas-UBA rechazamos las acredi-taciones de las carreras de grado.

Este organismo, la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universi-taria) pretende darle más injerencia al sector privado sobre las carreras de las universi-dades públicas. Y no sólo eso, sino que es directamente auspiciado por un préstamo del Banco Mundial de 270 millones de dólares para la reforma de la educación superior, de los cuales 10,5 millones iban dirigidos a la creación de la CoNEAU, aprobándose el 6/07/95, justo dos semanas antes de la sanción de la LES. Por si fuera poco, tuvimos que enfrentar cada uno de los intentos de introducir el financia-miento privado en nuestras Universidades. Este financiamiento intenta influenciar nues-tros contenidos (fugando hacia delante, a posgrados pagos las materias de especialización), ganar la complicidad de nuestros científicos (como por ejemplo la complicidad con la megaminería contaminante YMAD, la cual -como prevee la LES -aporta “recursos pro-pios”, plata por fuera del presupuesto estatal, a las Universidades Nacionales), y sobre todo, le quita la responsabilidad al Estado del financiamiento de la educación superior.

Ante el paradigma de “ahora pongo plata en lo que me trae rentabilidad”, la política del Ban-co Mundial es clara: la educación hoy no es rentable y hay que tratar de recuperar ingresos de la misma. Sin embargo, nos preguntamos, ¿por qué habría que tener este criterio cuando se trata de la educación, de una garantía elemental? Y antes que terminemos de formular la pregunta la misma burguesía que viene avanzando sobre la salud y las jubilaciones se nos mata de risa en la cara...Entonces, la política es “mercantilizar” la educación, convertirla en una mercancía, en algo que tenga un valor de cambio, que se pueda comprar y vender. Si la educación es mer-cancía, primero tiene que tener (como muchas mercancías) un control de calidad para que el burgués sepa qué precio ponerle. Este rol es el que cumple la CONEAU, calificando las carreras y homogeneizando los contenidos.Los tecnócratas del Banco Mundial saben que un intento directo por arancelar todos los niveles de la educación sería una medida antipopular y rechazada por la población. Para evitar esto, atacan abiertamente ahí donde saben que pueden avanzar, buscando el arance-lamiento o la “recuperación de recursos” de los niveles superiories. También aprenden de la experiencia histórica: en México, el intento directo de arancelamiento generó meses de toma de la ciudad universitaria, hasta que se logró derrotarlo. Por eso, si bien no se bajan del objetivo de avanzar sobre el conjunto de la educación superior, hoy sólo intentan mantener arancelados los posgrados. Y, por si fuera poco, tratan de devaluar los títulos de grado para hacer crecer el mercado de los posgrados pagos.Además, intentan lavarse la cara planteando “la necesidad de que el Banco Mundial recupe-re legitimidad en la sociedad” ya que “durante la década de 1990 (…) la institución pagó un costo por las intervenciones fallidas en el campo educativo, lo que provocó cierta resistencia entre los actores del campo. En tal sentido, se recomendó evitar excesos de protagonismo público, y operar mucho más sobre la base de una institución de respaldo y consulta de las

iniciativas nacionales y provinciales.”En esta diversificación de estrategias se promueven, por ejemplo, los recursos propios. Esto implica que en cada universidad o facultad se gestione el “apoyo financiero” de agentes pri-vados (por ejemplo a cambio de servicios, como es el caso del Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA).

La CONEAU en tiempos K ha estado lejos de eliminarse (como sería deseable) o de reemplazarse por un organismo “nacional y popular”. Más bien resultó que el gobierno, mientras dice rechazar las políticas neoliberales, acreditó más carreras que el gobierno menemista. A su vez, se profundizó la mercantilización de la educación y de la ciencia que se produce en las Universidades Nacionales, multiplicándose los convenios de las Universi-dades con empresas privadas.Así, el movimiento estudiantil siguió de cerca toda una serie de pantomimas sobre la posible derogación de la LES y aprobación de una nueva, la LENES, supuestamente progresiva. Ya en el 2008 se anunciaba la sanción de esta nueva ley, habiendo proyectos por parte del Frente para la Victoria (FpV) que se cajonearon indefinidamente. Hoy hay un proyecto nuevo del FpV, de Puiggrós, también a la espera, pero usado en campaña para mostrar una perspectiva progre.Estos proyectos ni siquiera rompían con los dos rasgos más salientes de la mercantilización: organismos de control con participación directa de la burguesía (no sólo a través del Esta-do) y financiamiento con recursos privados.A pesar de esto, todo este teatro oficialista genera expectativas en los sectores del movi-miento estudiantil que proponen “ir por la positiva” y acercar posiciones con distintos proyectos de ley.Un posicionamiento por la positiva implica en realidad romper con estas políticas de mercantilización de la educación e implica oponerse a las políticas de la burguesía y el Banco Mundial: no hacerle guiños a tendencias progresistas que no van a tomar este rumbo, sino que van a cambiar algo para que nada cambie.

Después de la acreditación, la carrera de Letras de la Universidad Nacional de Nordeste recortó drásticamente su carrera de grado. El resultado: la formación en investigación pasó a posgrados pagos, convirtiéndose la carrera de grado -en la práctica -en un profesorado de Letras.Sobre todo en las carreras asociadas a la investigación científica se puede ver cómo irrumpe la mercantilización del conocimiento y los saberes producidos en las facultades. Un ejemplo claro de esto es la Cátedra 3 de la materia de Farmacología, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, al servicio de los intereses de Bagó; o las cátedras que se crean en la UTN al servicio de VolksWagen.Algunos cambios se hacen antes incluso de acreditar para evitar enfrentar al movimiento estudiantil. En Ingeniería química de la UBA hace ya algunos años, se fugaron hacia delante todas las materias especializadas en petróleo, creando con las mismas materias (antes opta-tivas de grado) un posgrado pago.

Para evitar este avance en la mercantilización de la educación, nuestra tarea principal es poner en pie, a lo largo y ancho del país, un movimiento estudiantil horizontal y combativo, que adquiera fuerza en cada lucha y que -de una vez por todas- logre la de-rogación de la LES; para así empezar a esbozar otra educación y aportar sus fuerzas a un movimiento revolucionario.

Mercantilización, cara y seca de laLa lucha contra la Ley de Educación Superior (LES) menemista es la posta que se han venido pasando generaciones de estudiantes de mano en mano desde 1995 hasta hoy. Por más que quieran desdibujar el reclamo en nombre de lo “nacional y popular” de este gobierno, los estudiantes tenemos memoria.L es y Coneau

Especial Mar del Plata

la COLMENALuego de un exitoso proceso de lucha que contó con 11 días de toma del establecimiento de la facultad de humanidades, difusión en los medios y más actividades, seguimos ratificando que la acción directa y la asamblea de base no solo son los mecanismos más democráticos sino los más efectivos a la hora de enfrentar el avasallamiento a la educación por parte de las autoridades de turno.

AGRUPACION

ESTUDIANTIL

LIBERTARIA

Bandera Negra es la organizacion de estudiantes secundarios del FeL. Como organizacion anarquista de estudiantes secundarios llama a todos aquellos que compartan los principios libertarios, a quienes se identifican con sus practicas, quienes deseen ser dueños de sus decisiones y de poder llevarlas a cabo mediante la acción directa y la democracia directa, a que se acerquen para luchar de conjunto y organizados por la libertad, contra la opresion y la explotacion. Llamamos a nuestros compañeros y compañeras que sienten que la educación debe ser defendida, que aspiran a la igualdad a que se organicen junto a los compañeros y compañeras de Bandera Negra.

Que nuestras palabras lleguen a los oídos de todos aquellos que sientan la necesidad de ser artifices de su propia emancipación, y estén dispuestos a dar batalla por ello.

Solidaridad. El titulo de esta prensa apuesta a reabrir una de las cerraduras de la caja de pandora del capitalismo. La solidaridad siempre ha sido para los anarquistas mucho más que una palabra. Dese nuestra perspectiva la solidaridad obrera prefigura la sociedad del mañana, donde la tan deseada igualdad será la única moneda imperante. En el siglo pasado, ante el derrotero histórico de la clase obrera mundial y de su proyecto autoemancipador, la solidaridad de clase ha sido debilitada por su muy pobre contracara: el individualismo. En estos ultimos años, diferentes órganos de la clase obrera, sindicatos, organizaciones políticas, culturales y ateneos, hemos comenzado a tallar nuevamente la piedra angular, la solidaridad, de una más justa sociedad actual y de la sociedad futura. Con nuestros aciertos y errores presentes, pasados y futuros somos y seremos un cincel más en esta escultura colectiva. Parte de esta búsqueda se expresa en esta nueva prensa

En los últimos años ha habido una evolución en las condiciones materiales y subjetivas del movimento libertario del que formamos parte. Este avance es el que permitió crear esta prensa. Hemos extraido lecciones de la lucha de nuestra clase, de las luchas de las que hemos participado, de experiencias individuales y colectivas anteriores al FeL. Estas lecciones son las que buscamos difundir para que más compañeros y compañeras se sumen a la organización solidaria de los de abajo.

En la marea de letras y palabras que componen esta prensa pretendemos desarrollar articulos que analicen la realidad, sacar conclusiones prácticas y teóricas para avanzar en la transformación de lo cotidiano. También buscamos poner sobre la mesa los problemas que vemos en la izquierda y en el anarquismo sin caer en el sectarismo. Ahora bien “si planteamos problemas, es porque creemos que podemos dar respuestas”, citando al Castoriadis del primer número de la revista Socialismo o Barbarie. Algunos de los problemas que vamos a tratar en términos teóricos y en términos prácticos son los de la lucha particular contra el Estado, la relación minoría revolucionaria-mayoría y la construcción de poder por parte de las masas, la organización de la minoría y el programa de transformacion de la sociedad, además de las tareas que creemos que deben tener los revolucionarios en el ambito educativo.

Antiestatismo - Los anarquistas entendemos que la lucha contra el Estado, además de la lucha contra el Capital, merece particular atencion. Como dice Gabriel Rivas en el anarquismo y el problema del poder “[La abolición del Estado] no podría alcanzarse de golpe, pues en la historia, al igual que en la naturaleza física, nada se hace de golpe. Hasta las más súbitas revoluciones, las más inesperadas y radicales, siempre han sido preparadas por un largo trabajo de descomposición y de nueva formación. Trabajo subterráneo o visible, pero nunca interrumpido y siempre creciente. Por lo tanto, tampoco para la internacional se trata de destruir de un día para otro todos los Estados. Emprender esto, o tan sólo soñar con él, sería

una locura.” Por lo tanto, en contra de todos los mitos elaborados contra el anarquismo, no hay nada más ajeno a Bakunin que el romanticismo espontaneísta de pensar que el Estado es simplemente abolido de un día para otro sin mediación de un proceso de acumulación de fuerzas y posterior organización de las masas obreras. Tal como se opone a las revoluciones por decreto, es coherente que se oponga a la desaparición súbita del Estado. De esta forma, la destrucción del estado debe venir de otro lado, de un poder creciente que, en su consolidación, sea capaz de quitarle todos los espacios, suprimiéndole mediante el combate y es en beneficio de ese nuevo poder que el Estado debe ser suprimido, si es que no desea morir.”

Relación minoría, mayoría - En este momento, como en la mayoría de los periódos históricos, solo una minoría activa se opone al capitalismo en terminos revolucionarios. Es clave buscar una respuesta en la práctica militante a cómo esta minoría, más alla del nombre que use (movimiento, organización, partido, etc), se relaciona con las organizaciones de masas. “El anarquismo organizado es una forma de lidiar con esta separación [entre minoría y mayoría], es una forma de superarla a través de la política práctica, una vía distinta del leninismo” - Wayne Price.

Medios, fines - En la lucha contra el Estado y el Capital creemos que es necesario mantener una coherencia entre medios y fines. La organización actual de la minoría revolucionaria y de las organizaciones de masas donde ésta interviene deben prefigurar la sociedad del mañana. La estructura que nos damos condiciona la estrategia que nos trazamos. Forma y contenido son indisociables. No creemos que se pueda hacer la revolución si desde hoy no buscamos ser todos iguales. La asamblea y la organización de base no son propuestas solamante de cara a la externa de la organización, si no que son el eje central de nuestra organizacion interna.

Revolución - Otro problema a resolver es el de qué entendemos por revolución y cómo vemos que esta se desarrollará. No compartimos en ninguna medida la famosa frase de Lenin: “Comunismo es todo el poder para los soviets más la electrificación de todo el país.” El comunismo libertario es mucho más que el pasaje de la administración de la sociedad por los obreros más el desarrollo de las fuerzas productivas. Es neceasrio cuestionar qué producimos, cómo y para qué.

Programa para el ambito educativo - Estudiantes Por último como estudiantes debemos agregar un problema extra: “¿Qué pueden aportar los estudiantes a la transformación social?” más allá de apostar a fomentar la crucial unidad obrero-estudiantil. Estamos de acuerdo con el UBA Factory en que “los estudiantes revolucionarios deben colaborar en la construcción del programa que permita la transformación social, pero esta construcción debe ser acompañada por la elaboración de una estrategia revolucionaria sobre el lugar en el que se actúa.” No hay un proyecto de educación por parte de las organizaciones revolucionarias como contrapartida al proyecto de educación al servicio del Capital de los gobiernos.

Editorial¿Qué es el FeL?

El Frente de Estudiantes Libertarios es una organización político-social de intención revolucionaria con unidad estratégica y táctica que busca construir a nivel nacional y que pretende elaborar un programa político que conste de objetivos, estrategias y tácticas para unir al movimiento estudiantil en pos de avanzar en la transformación de la sociedad.

Lo integran militantes que reconocen la necesidad de avanzar colectivamente en la superación de la sociedad de clases y el capitalismo por el establecimiento de un sistema social y económico basado en la autogestión social de la riqueza y el autogobierno: El Comunismo Libertario. De esta manera, los militantes del FeL somos estudiantes que nos organizamos de manera horizontal y federativa en cada uno de nuestros espacios de base.

La organización político-social es una organización que nace y se nutre de un espacio social particular y determinado, en nuestro caso el educativo, desde el cual se orientan las diversas luchas reivindicativas hacia un proyecto mayor, que en articulación con otros sectores sociales, se caracteriza como revolucionario, de clase y libertario.

Entendemos por libertario no un ideal especifico sino una serie de orientaciones y prácticas, las que están articuladas por la intención revolucionaria de la organización y sus militantes. Además comprendemos el clasismo como eje fundamental de construcción y orientación en las luchas sociales, concibiéndolo como la asimilación de los intereses políticos, económicos y sociales históricos de la clase trabajadora. En este sentido aspiramos a la unidad y articulación de las diferentes expresiones organizadas del pueblo trabajador en sus diferentes espacios sociales, para aportar a la construcción de un movimiento clasista y libertario. Por consiguiente, consideramos necesaria la organización basada en los principios de democracia directa, como la participación concreta de las bases, además de la efectividad, solidez y coherencia de las discusiones y las decisiones.

En este marco confluyen compañeros anarquistas, con o sin experiencias previas de militancia unidos por la convicción de que la emancipación de la clase trabajadora debe ser colectiva, y que para lograrla debemos fortalecer las organizaciones de masas acumulando fuerzas para la construcción de poder obrero.

¿Qué es Bandera Negra?

ColeccionUtopiaLibertaria

Agradecimientos

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54Kirchnerismo y burocraciala doble tarea del movimiento estudiantil

El kirchnerismo ha decidido, desde el año pasado, comenzar a avanzar sobre el mo-vimiento estudiantil. Esto nos trae hoy, a semanas de las elecciones de centros de estudiantes y de las elecciones nacionales, ante una situación crítica: la posibilidad de perder la autonomía y la independencia

de nuestros espacios de organización. Hoy vemos que las agrupaciones estudiantiles K no son simplemente organizaciones afi-nes al gobierno, ni son tan sólo agrupacio-nes que coinciden ideológicamente con el kirchnerismo: La Cámpora y demás orga-nizaciones K son el brazo del gobierno na-cional en el movimiento estudiantil, y por esa misma razón es que son absolutamente incapaces de cualquier crítica a las políticas que lleva adelante el gobierno de Cristina Kirchner. La discusión que se presenta es ¿cómo enfrentar una avanzada directa del Gobierno y del Estado sobre los espacios de organización del movimiento estudiantil? ¿cómo garantizar la autonomía de nuestras herramientas político-gremiales, respecto del Estado y los partidos políticos?

Está claro el alineamiento de las autoridades de la UBA con el gobierno nacional. Basta mencionar la inauguración de la Cátedra Néstor Kirchner en la facultad de Ciencias Sociales por parte de los decanos Trinche-ro (Filosofía y Letras), Caletti (Sociales) y Aliaga (Exactas) en abril de este año, el ex decano Sorin (Arquitectura) miembro de Carta Abierta, con su sucesor, Cajide, quien en mayo de este año participó en un acto conjunto con Boudou, Scioli y Hallú en el aula magna de la facultad, la asistencia de Hugo Trinchero al acto de lanzamiento de la precandidatura de Tomada, Boudou y Filmus, en el microestadio de Argentinos Juniors a fines de marzo, en consonancia con la posibilidad de que el decano pudiera ocupar un lugar en la lista.

Se perfila desde el gobierno la intención de reeditar una situación que no se daba en la UBA desde la época de Franja Mo-rada: la hegemonía del partido gober-nante en todos los ámbitos políticos de la Universidad. La cúpula universitaria ya está ganada para el kirchnerismo. La inten-ción de las agrupaciones estudiantiles K es completar el cuadro en el movimiento estudiantil, para hacer de los centros de

estudiantes un puntal de la política del FpV. Esto significaría una pérdida absoluta de autonomía de las herramientas organi-zativas del movimiento estudiantil, subor-dinándolas a las necesidades del gobierno nacional y el Estado.

Los peli-gros que entrañaría esta perspectiva pueden verse en el accionar de estas agrupaciones en los últimos meses. En marzo de 2011 La Cámpora organizó “contra-marchas” para “escrachar” la manifestación de los activis-tas ambientalistas de Mendoza, que lucha-ban para frenar el avance de la megaminería destructura del medioambiente. Esta mis-ma organización, alineada con el goberna-dor de Formosa Gildo Insfrán, garantizó el “desalojo quirúrgico” del acampe Qom en la 9 de Julio, y luego quiso ocultar su accionar con un comunicado trucho que afirmaba que los Qom habían levantado el acampe voluntariamente.En las facultades y secundarios, hemos sido testigos del accionar carnero que han teni-do estas agrupaciones en los últimos con-flictos en defensa de la educación pública. Han actuado en pos de romper masivas asambleas y ningunear las reivindicaciones: en Filosofìa y Letras ridiculizaron la toma, afirmando que los estudiantes exigíamos un edificio “con pileta y solarium”. Durante la toma de Sociales, llegaron al punto de lla-mar a desalojar la facultad. A nivel secunda-rios, las agrupaciones alineadas con el go-bierno hicieron lo imposible durante las movilizaciones estudiantiles del año pasado para remitir las críticas úni-camente a Macri, de modo de impedir la coordinación efectiva con los estudiantes universitarios, claramente posicionados en contra del gobierno nacional. Ante la imposibilidad de hegemoni-zar la Coordinadora Única de Estudiantes Secundarios, decidieron dividir la lucha de los estudiantes creando una coordinadora K, la Federación de Estudiantes Secunda-rios. En definitiva, su alineamiento in-condicional con el gobierno nacional los lleva a posicionarse en contra de las lu-chas de las universidades nacionales, que dependen directamente del gobierno, y a romper con los estudiantes secundarios

combativos que se plantan ante Macri y Cristina.

Las agrupaciones K quieren subordinar nuestros órganos de lucha a un gobierno res-ponsable tanto del vaciamiento presupues-tario sistemático -causa del hacinamiento y del incumplimiento de las normas mínimas de seguridad edilicia- como del desmante-lamiento de las carreras de grado a través de las acreditaciones, vía reforma de planes de estudio. El kirchnerismo estudiantil es ga-rante de la política universitaria del gobier-no nacional, expresada perfectamente en el proyecto de ley de Adriana Puiggrós. Este proyecto retoma reivindicaciones del movi-miento estudiantil -boleto estudiantil y co-medores- pero garantiza la continuidad de lo más nefasto de la política educativa me-nemista: la intervención del poder ejecutivo en los contenidos y estructruración de las carreras universitarias, potestad que hasta ahora sigue correspondiendo en la UBA al consejo directivo. Pero el aspecto más grave es el silencio de estas agrupaciones frente a la represión ordenada desde el gobierno nacional y desde provincias oficialistas. Por su organicidad al gobierno nacional, las organizaciones estudiantiles kirchneristas minimizan o desligan de toda responsabi-lidad al gobierno, tratando por ejemplo de desvincularlo de la patota sindical que mató a Mariano Ferreyra.

En un contexto de escalada represiva a ni-vel nacional, de avance del Estado sobre la educación pública (acreditaciones, ahogo presupuestario), y de ofensiva kirchneris-ta en el movimiento estudiantil, debemos subrayar la necesidad de luchar por la in-dependencia de nuestras herramientas po-

lítico-gremiales. Un centro de estudiantes kirchnerista, será un centro que calle ante el desmantelamiento de nuestras carreras a manos de la CoNEAU (impulsada desde el gobierno), que calle ante la represión del es-tado (recordemos que Cristina Kirchner ni siquiera mencionó los muertos de Jujuy), y que reduzca la lucha de clases a un enfren-tamiento contra el Grupo Clarín. Será un centro que, tal como lo anunció La Cám-

pora en Filosofía y Letras, desconocerá las asambleas como máximo órgano de deci-sión de los estudiantes, y reducirá toda par-ticipación política a un apoyo incondicional al “modelo nacional y popular”Desde el FeL vamos a seguir luchando para que los centros de estudiantes sean demo-cráticos, asamblearios y de base: que discu-tan la política del movimiento, y sostengan un trabajo militante concreto sin ser tutela-dos ni por organizaciones polìticas ni por el Estado. Un centro como lo hemos descrito se encuentra en diametral oposición a los centros de servicios, legado de la Franja Mo-rada, aún enquistada en algunas facultades. Un centro proveedor de servicios (como bar y fotocopiadora) no sólo exime al estado de toda responsabilidad de garantizar una edu-cación verdaderamente gratuita, que inclu-ya materiales de estudio y comidas a precios populares, sino que también pone a nuestro gremio en el lugar de una pequeña patronal más que explota a sus propios compañeros estudiantes. De este modo, el centro de estu-diantes se desvía de sus propósitos políticos, para privilegiar los económicos o adminis-trativos.

La coyuntura actual exige al movimiento estudiantil una doble tarea. Por un lado, debemos neutralizar el avance del gobier-no nacional en el movimiento estudiantil, discutiendo la importancia de la indepen-dencia política y las implicancias de su pérdida a manos del partido gobernante. Por otro lado, es imprescindible comenzar de una vez por todas a romper las estruc-turas burocráticas de nuestros centros de estudiantes. Es urgente terminar con los centros proveedores de servicios, y con las estructuras verticalistas que reducen los

centros a su comisión directi-va. De cara a estas tareas, los métodos anarquistas sabrán cortar de raíz con los centros-PyME, y recuperar nuestros gremios levantando una polí-tica clasista. Para que nuestro gremio participe de la lucha de clases del lado de los tra-bajadores, terminemos con la burocracia. Un centro-patrón

no puede luchar contra la explotación.

Llamamos a todas las fuerzas de izquierda a conformar frentes de unidad en las fa-cultades, los terciarios y los secundarios, para enfrentar esta avanzada del gobierno sobre nuestras organizaciones de base, so-bre la educación pública y sobre todos los compañeros que salimos a luchar.

Con la asunción de Néstor en el 2003 parecía ser -o al menos eso nos decían- que el Estado ya no iba a reprimir más. En los últimos meses, el progresismo y los kirchneristas críticos, parecen creer que la política represiva implementada por el gobierno nacional hacia los reclamos salariales y de vivienda, es una cues-tión menor que se ha dado únicamente por tratarse de un período extraordinario del mandato de Cristina. Pero mientras tanto, Fuentealba era asesinado en Nequén, Julio López desaparecía en La Plata, y los casos de gatillo fácil en Argentina se multiplicaban hasta llegar a la triste cifra de hoy, de un pibe asesinado cada 26hs en manos de la policía. Ya en el 2009 el gobierno mostraba -cada vez más- lo imposible que es para la clase dominante mantenerse en el poder sin represión. El conflicto de Kraft y del Casino, entre tantos otros, habían dejado entrever la verdadera cara y rol del gobierno ante los reclamos obreros. Ese mismo año, por lo bajo, Cristina nombraba como Jefe General del Ejército al represor de Campo de Mayo, Luis Pozzi -el mismo que había ayudado en el célebre acto a Néstor a descolgar el cuadrito de Videla en la ESMA-.

En el 2010 es asesinado nuestro compañero Mariano Ferreyra por la burocracia sindical adicta al gobierno de los Kirchner; y a los pocos meses, caen los compañeros del Indoamericano en una desesperada lucha por un lugar para vivir, tiroteados y vapuleados por un operativo conjunto de la Metropolitana y la Federal.Año 2011, el gobierno de Cristina ya en el triste podio de los gobiernos con más compañeros asesinados en la lucha, comienza a reprimir en forma descarada cualquier conflicto que amenace su modelo -de nego-cios-. La respuesta que se le dio a los ocupantes de las tierras en Formosa, Jujuy, y Tucumán; la represión a los docentes de ADOSAC en pleno centro porteño, y una larga lista, son los ejemplos de esta escalada represiva.Hoy, el operativo Centinela lanzado por la Ministra de la “seguridad democrática” Nilda Garré, pone 9 mil gendarmes en las calles. La única seguridad que garantizan los gendarmes en las calles es la del gobierno y los explotadores. ¿Qué podríamos esperar de un “modelo” con el que se llenan la panza los Blaquier y Cristobal López? No hay Estado sin represión, y este gobierno, por más que intente demostrar lo contrario, es el más sangriento desde el 83 hasta hoy.

Por que el límite de la opresión del gobierno es la fuerza que el pueblo se muestra capaz de oponerle, enfrentemos al gobierno con organización y lucha. ¡Basta de represión!

- Está claro el alineamiento de las autori-

dades de la UBA con el gobierno nacional -

- En un contexto de escalada represiva a nivel nacional, de avance del Estado sobre la edu-cación pública (acreditaciones, ahogo presu-puestario), y de ofensiva kirchnerista en el movimiento estudiantil, debemos subrayar la necesidad de luchar por la independencia de nuestras herramientas político-gremiales -

Para repudiar a los docentes de ADOSAC

Cuando se trata de un reclamo que afecta intereses directos, no importa si de bur-guesía de derecha tradicional o de la burguesía progresista nacional y popular se trata: la clase do-minante cierra filas contra los trabaja-dores. Si bien esto es algo que se puede ver cotidianamente en numerosos as-pectos de la lucha de clases, los me-dios de comuni-cación burgueses se encargaron de recordárnoslo con especial énfasis en la cobertura que dieron a la lucha llevada adelante por los docentes santacruceños (nucleados en la Asociación Do-centes de Santa Cruz, ADO-SAC).

Sin ánimos de juzgar aquí la legitimidad del reclamo (que consideramos, la tiene por demás), analizaremos las opera-ciones de ocultamiento y desvíos discursivos expresados en las gacetas que representan a distintos sectores de la burguesía local: la oligarquía tradicional (La Nación), nue-va derecha liberal (Clarín), progresista nacional (Página/12) y al kirchnerismo (Tiempo Argentino/El Argentino).

Que La Nación y Clarín mantengan una construcción de la noticia en forma reaccionaria al reclamo de los trabajado-res, es algo bastante predecible. Sin embargo, medios que pueden estar mas vinculados con el progresismo, como Pá-gina/12 o bien Tiempo Argentino, se encargaron de jugar un rol todavía más reaccionario que los medios identifica-dos con la derecha. ¿Sorpresa? Si ubicáramos a los medios en un mapa político netamente discursivo, probablemente lo sería. Si, en cambio, tenemos en cuenta el lugar dentro de la hegemonía burguesa que ocupan cada uno de los secto-res con los que tales medios están vinculados, el margen de sorpresa se reduce bastante.

Invisivilización y ocultamiento, son las primeras estrategias que cualquier medio de la burguesía se da en el momento que se explicita un conflicto contra el Capital, o el Estado, que es lo mismo pero en otra forma. Al mismo tiempo, re-cordemos que lograr la categoría de “noticiable” para un medio burgués de Argentina, requiere que la magnitud del conflicto sea proporcional a la cantidad de kilómetros que distan de Buenos Aires. Sin embargo, la golpiza propiciada por una patota de la UOCRA a los docentes al tercer día de iniciado la medida de huelga (12/04), fue el nefasto catali-zador para que el reclamo docente cobrara cierta visibilidad de en los medios burgueses, pero en función de los golpes recibidos y no del reclamo que llevaban adelante.

Luego de ese momento, tuvo que pasar un mes de conflicto interrumpido para que la huelga de los docentes alcanzara el status de noticiable en los medios mencionados. Allí comenzaron a verse los primeros desplaza-mientos coherentes con el conservadurismo burgués, centrando la noticia sobre un servicio no prestado en vez de sobre un salario que no llega a cubrir la canasta básica de las latitudes san-tacruceñas.

Uno de los más tradicionales tiene por base el presuponer una división esencial en entre los usuarios de un servicio y los trabajadores, dando por hecho que los usuarios no son trabajadores, y estableciendo así un supuesto conflic-to de intereses entre trabajadores que envían a sus hijos a escuelas estatales y trabajadores de la docencia. Es en esta presuposición anticipada, premeditada, y ejercitada en cada redacción, donde se hace efectiva la violencia simbólica que da por resultado el mito de una división entre “usuarios y huelguistas”.

Los títulos “Cuarenta y dos días sin tizas” (03/06) y “Santa Cruz sigue sin clases” (09/06), podrían así ser atribuidos a un medio burgués muy de derecha por la claridad de ejecución que logra la operatoria mencionada. Sin embargo, estos titulares corres-ponden a Página/12, que de no ser por estar emparentado discursivamente con el progresismo, no tendría en este caso mucho para diferenciarse de la más recalcitrante columna de La Nación o Clarín.

En el día 10 de junio por la noche, un grupo proveniente de una unidad básica vinculada a Rudy Ulloa (actual secreta-rio de medios de la presidencia), tomó la sede del sindica-to ADOSAC, en una acción destinada a amedrentar a los docentes en lucha. Sin embargo, el aspecto patoteril de la acción fue algo mucho menos que resaltado en la editoriali-zación de los titulares. En lugar de eso los medios de la bur-guesía caracterizaron al grupo como “alumnos”, tratando de despegar el sentido violento y sectario a través de la palabra que eligieron, más bien vinculada al de “blancas palomitas” que a un grupo de choque intersindical. La coincidencia entre los cuatro medios en cuestión vuelve borronear las fronteras que el progresismo sugiere dibujar con el fin de presentar a una burguesía como “menos peor” que otra:

- La Nación: “Santa Cruz: los alumnos desalojaron el gre-mio docente”- Clarín: “Santa Cruz: alumnos protestaron tomando el sin-dicato de docentes”- Página/12: “Estudiantes tomaron la sede de ADOSAC”- El Argentino: “Padres y alumnos, cansados de la falta de clases, toman gremio”

El caso de Página/12 es particularmente llamativo, dado que directamente no menciona el vínculo de esta patota con el gobierno (además de la escasísima extensión de la crónica del hecho), algo que sí fue mencionado en el cuerpo

de las notas que La Na-ción y Clarín publicaron ese mismo día, aprove-chando para pegarle al gobierno por las conoci-das diferencias que man-tienen con el sector de la burguesía kirchnerista. Como nota de color, ante este hecho Clarín habría entrado en una contra-dicción interna tal (entre pegarle al gobierno y re-

pudiar el reclamos de los trabajadores docentes) que con-cluyó en borrar las dos notas publicadas acerca del tema de su edición online, a pesar de que el buscador de su página encuentre las publicaciones.

Otra operatoria tradicional que realizaron los medios burgueses, es la de dar por hecho una postura particular, borrando tal particularidad en los titulares. Así es que Pá-gina/12, luego de que los supuestos “estudiantes” tomaron la sede del sindicato ADOSAC, se puso la sotana judicial titulando con palabras propias el dictamen de la Cámara de

Apelaciones de Río Gallegos. “Los do-centes deberán aca-tar la conciliación obligatoria” (11/06) tituló por entonces el diario “progre” por excelencia, sin entrecomillar, ni to-mando distancia en el título. Sin ánimos de presentarlo como menos peor, pero sí de contrastar, La Na-ción se atuvo al credo liberal periodístico tradicional ante un dictamen anterior titu-lando que “Un juez or-denó el desalojo de los maestros que cortan rutas en Santa Cruz” (25/05). A la operato-ria recurrente de elegir voces gubernamentales para poner en agenda la visión represiva de un hecho, Página/12 le sumó un copy/paste di-recto del Boletín Oficial.

Como es sabido, la in-transigencia del gobier-no provincial, catapultó aún más la decisión de los

docentes de ADOSAC de buscar la nacionalización del conflicto viajando a Buenos Aires. Durante la noche del acampe frente al ministerio de Trabajo, fueron reprimidos por la policía federal. Si bien Página/12 y La Nación se afe-rraron al criterio periodístico básico de una cobertura más, Clarín, Tiempo Argentino, y El Argentino se encargaron de ponerle un poco de color a este episodio. Los jóvenes matu-tinos ultra K, se encargaron de destacar que el ministerio de Trabajo “recibió” a los docentes santacruceños, omitiendo que ese recibimiento se pasó de cocción en su calidez, sin contar que tampoco mencionaron palos, ni camión hidran-te alguno. El tabloide de la corneta, dado su enfrentamiento con el kirchnerismo, ya no se preocupó tanto por repudiar el reclamo docente como por sacar provecho de la situación dando voz a los trabajadores, y resaltar las declaraciones en las que funcionarios K mancaron la represión. Cualquiera que piense que este párrafo tiene pretensiones humorísticas, se equivoca.

- Tiempo Argentino: “Trabajo volvió a recibir a los docen-tes”- El Argentino: “El Gobierno recibe a los docentes de Santa Cruz”- Clarín: “¡Cuántas protestas hay acá y sólo a nosotros nos reprimen!”- Clarín: “Filmus justificó la represión a los docentes de San-ta Cruz”

Luego de la represión al acampe, el gobierno decidió con-tinuar su escalada represiva, ahora por la vía judicial, ame-nazando a los docentes de quitarles la personería jurídica al gremio ADOSAC, en caso de que no empezaran las clases. A fin desplazar del centro de la escena un reclamo salarial resuelto en forma represiva, todos los medios de la burgue-sía focalizaron sus titulares sobre la vuelta a las clases. En este punto, la indiferenciación alcanzada por los distintas prensas burguesas en cuanto al interés de barrer por com-pleto el reclamo de los trabajadores, di por resultado titula-res casi calcados:

- La Nación: “Después de 58 días suspenden el paro docente en Santa Cruz”- Clarín: “”- Página/12: “De vuelta a las aulas en Santa Cruz”- El Argentino: “Santa Cruz vuelve a las aulas tras 59 días de paro”- Tiempo Argentino: “Santa Cruz: volvieron a clase los do-centes”

Si la “pluralidad de voces” militada por el movimiento kirchnerista es un factor que el benevolente “apoyo crí-tico” rescata, la cobertura que los medios oficiales y ofi-cialista dieron a un reclamo -con sobrada legitimidad- muestra a las claras que la amplitud de esa pluralidad puede llegar a abarcar a la derecha, a la burguesía local, y hasta al reformismo (que también es burgués).

Sin embargo, lo que sí es seguro, es que la “pluralidad de voces” no incluye a la voz de los trabajadores.

¿Que medios burgueses se llevaronel premio al mas reaccionario?

Invisivilización y oculta-miento, son las primeras es-trategias que cualquier me-dio de la burguesía se da en el momento que se explicita un conflicto contra el Capital”

L a r e p r e s i ó n d e m o c r á t i c a

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FeL-Arg.: Bueno, primero podríamos tratar de hacer una introducción al panorama de las movilizaciones, que sirva para manejar fechas, sectores que están actuando. Luego, contar cuáles son los órganos de coordinación que existen y a través de qué organismos está pasando la organización de las movilizacio-nes.

FeL-Chile: Bueno, en torno a fechas, po-dría decir que las movilizaciones este año partieron bastante tarde con respecto a lo que estábamos acostumbrados: fueron co-menzando por el mes de Mayo. En ese sen-tido se demoraron un poco en alcanzar el techo de masividad que se consiguió en el último mes, con las manifestaciones ya de cien mil, doscientas mil personas. En torno a los sectores principales, comenzó fuerte-mente con los universitarios tradicionales, con una pequeña pero creciente presencia de sectores no tradicionales, que son priva-das nuevas; y ya para la primera gran mar-cha entraron con fuerza los secundarios, y se han mantenido alrededor de un mes y un poco más movilizándose por sus pro-pias demandas, pero, digamos, siempre la movilización es conjunta. La organización principal que está coordinando todo el tema tanto las reivindicaciones como de los tiem-pos políticos es la ConfECh, la Confedera-ción de Estudiantes de Chile, que agrupa a las federaciones de todas las universidades tradicionales, que son las creadas antes del

año 81; y agrupa a universidades estatales (o, digamos, formalmente estatales) y pri-vadas antiguas. Estas son las universidades que tienen mayor poder de convocatoria, una tradición de participación política y federaciones estudiantiles “históricas”. En cuanto a grupos políticos, la hegemonía es la misma de siempre, o sea, numéricamente las Juventudes Comunistas son el grupo por lejos más posicionado, tanto en número de militantes como en número de dirigencias que ocupan, pero por primera vez en mu-cho tiempo su poder hegemónico no es tan grande, no tanto por la presencia de federa-ciones de derecha -porque solo hay una -o de federaciones de la Concertación, que es el centro, sino más bien por la presencia amplia de muchos sectores de izquierda formalmente revolucionaria, que tienen pequeños puestos: una federación, dos federaciones, puestos en los plenos de federación y posiciones que refrenan un poco esta presencia hegemónica de las Ju-ventudes Comunistas (JJCC). Ahora, hay que entender que justamente el hecho de que estas movilizaciones sean tan masivas también limita en gran medida la posibili-dad que tenía cualquier grupo político de poder actuar sin responderle a las bases.

FeL-Arg.: Claro. Me sorprendió mucho, por ejemplo, en la marcha del jueves ver a muchos partidos que antes no salían a la calle ni para celebrar, digamos. ¿Cuál es la

política que están llevando a cabo el PC y la Concertación, y cómo se traduce eso en las federaciones o en las organizaciones de los estudiantes?

FeL-Chile: En general ninguna organiza-ción de izquierda tiene línea adecuada para el minuto. Estamos todos tratando de ade-cuarnos a esta explosión de manifestación que nadie se esperaba. La Juventud Comunista, en ese sentido, ha tratado de impulsar, o más bien, se ha vis-to enfrentada a impulsar en cierta medida nuestras políticas, digamos, porque coinci-den; nosotros tuvimos una gran incidencia en que se adoptaran, pero tampoco noso-

tros hemos sido capaces como FeL de im-pulsar nuestras políticas de manera pura,

no tenemos esa capacidad. En este instante están con el tema de llamar a un plebisci-to nacional y avanzar hacia una Asamblea Constituyente, que son las posiciones que ha tenido el Partido Comunista, no la Ju-ventud, es decir, la han estado bajando de-bido a este callejón sin salida en el que nos encontramos actualmente.Y, bueno, la Concertación es casi un factor inexistente, a excepción del presidente de la Federación de la Universidad Católica, que de todas maneras es muy cuestionado den-tro de la ConfECh por la gente de izquier-da, ya que esa universidad se movilizó en un grado mucho menor a todas las demás de Chile, y es un lugar donde nosotros te-

nemos una presencia bastante buena y hemos estado presionando desde la iz-quierda a la federación. El asunto es que, aparte de este dirigente que es de la se-gunda universidad más importante, no tienen mucho, y son el vagón de cola de la Jota [JJCC]. El resto de la izquierda ha dado bote y ahora está actuando más en bloque, pero -como dije -son muchos, muchos grupos de descolgados. Francamente después de la Juventud Comunista, vendría algo así como la izquierda autónoma y el FeL.

FeL-Arg.: Y eso que, dentro de todo, no son un grupo tan numeroso como la Jota

[JJCC]. Ustedes sacaron como FeL un ma-terial hace un tiempo que hacía un llama-

Desde Mayo, en la región chilena se han desatado -una vez más- fuertes movilizaciones desde el sector estudiantil en defensa de la educación pública. La educación chilena es desmantelada sistemáticamente por las políticas neoliberales impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet y los gobiernos de “transición a la democracia” de la Concertación (frente que agrupa al Partido Socialista, el Partido Por la Democracia, la Democracia Cristiana y el Partido Radical Social-Demócrata). Estos partidos son continuadores de las políticas privatistas en la educación, de la flexibilización laboral y de la represión sis-temática a las protestas del pueblo trabajador chileno, que se llevó la vida de compañeros y compañeras luchadoras desde sus primeros años de gobierno (basta recordar los nom-bres de Claudia López, Álex Lemún, Daniel Menco, Matías Catrileo, Rodrigo Cisternas, entre muchos otros). Dichos gobiernos y dichas políticas fueron enfrentadas -ya en el pasado- por un movimiento estudiantil que no solo supo ponerse de pie luego de las traiciones del bloque gobernante y sus falsas promesas, sino que en el 2006 marcó un punto de inflexión en la historia de las protestas del campo social, marcando una apertura, como demostraron las posteriores huelgas mineras, forestales y pesqueras.

Hoy el escenario es claramente distinto. Con la derecha golpista nuevamente en el po-der tras el agotamiento del discurso de la Concertación, el movimiento estudiantil se enfrenta, por un lado, a un discurso y a una política explícitamente privatista y, por el otro, a la tarea de salir a luchar por sus reivindicaciones históricas: la des-municipa-lización de la educación secundaria, el mejoramiento de la triste situación edilicia, la revisión de la Jornada Escolar Completa; el enfrentamiento a los elevados aranceles de la educación superior (cuyos niveles más bajos son prácticamente equivalentes al valor del sueldo mínimo), el bajísimo aporte estatal a ésta y los descarnados créditos con los cuales la mayoría de la población accede a ésta; entre otras. Sin embargo, tam-bién es distinto el escenario en otro aspecto: este año, las reivindicaciones han logrado sacar a la calle a un número de estudiantes y trabajadores que no se veían desde las movi-lizaciones secundarias del 86-87, logrando una histórica marcha en conjunto con sectores obreros de más de 400.000 personas solo en la capital, que logró, junto con el resto de las marchas, conquistar nuevamente el derecho de marchar por la avenida principal del centro de Santiago –la Alameda.

La nota siguiente es una entrevista a una organización hermana, el Frente de Estudiantes Libertarios (Chile). Al momento de realizarla, varios de los hechos que hoy determinan el futuro de las movilizaciones no habían sucedido aún. En este sentido, la lectura de esta entrevista debe hacerse con ese recaudo, y teniendo en consideración que desde la entrevista hasta la fecha se concretó un cambio en el gabinete de Sebastián Piñera (o, más bien, un enroque, ya que los ocho cambios fueron prácticamente una rotación entre ministerios), un paro nacional convocado por la Central Única de Trabajadores y que la represión ha iniciado una escalada cuya crudeza fue demostrada sobradamente tanto en la jornada del 4 de Agosto, que sumó más de 900 detenidos (que se tomaron tanto desde la calle como desde los colectivos y el subte) y terminó con una noche inundada de ca-cerolazos como respuesta de la población a la brutalidad de la policía y de la política del Ministerio del Interior; como en el reciente asesinato de Manuel Gutiérrez, baleado por la policía mientras presenciaba las barricadas que se levantaban en su barrio.

Desde ya que como Frente de Estudiantil Libertarios (Argentina) nos solidarizamos con la formidable y necesaria lucha que están dando nuestros compañeros y compañeras al otro lado de la cordillera. Vemos en las movilizaciones en curso una gran potencialidad, no solo por la cantidad de personas que han estado dando la pelea más de dos meses este año, sino también por la vasta experiencia acumulada en las anteriores luchas que lleva a los sectores más avanzados del movimiento a buscar la unidad con los trabajadores del cobre a través de la reivindicación de Re-nacionalización del cobre para financiar la educación pública y gratuita. Hoy el estudiantado y el pueblo trabajador chileno tiene una enorme tarea por delante: torcerle el brazo a la misma derecha que hace poco me-nos de cuarenta años iniciaba unos de los más oscuros periodos de la historia chilena, intentando borrar de un plumazo la organización de los y las trabajadoras. Hoy, más que nunca, con Manuel en la memoria, es necesario mirar atrás y recordar el Chile de los cordones industriales, el de los comandos comunales, el del pueblo consciente, orga-nizado y decidido, y volver a mirar hacia adelante, hacia el rearme de los explotados.

¡Manuel Gutiérrez vive en los y las que luchan!

do a la izquierda revolucionaria a sentar la unidad de los estudiantes. Esta crítica y este llamado a la unidad, supongo, se origina a partir de una mala práctica -bastante típica de la izquierda trotskista acá en Chile- de di-visión del movimiento.

FeL-Chile: Históricamente, digamos, desde el año ’73 en adelante, la izquierda de in-tención revolucionaria ha tendido a hacer política satélite de una simple oposición a todo lo que diga el Partido Comunista. También porque hemos sido pocos, por una simple incapacidad propia de poder realizar política de verdad, pero también por una política ombliguista y sectaria. La izquier-da chilena es muy sectaria. Entonces, como siempre, la práctica chilena del trotskismo ha sido siempre sectaria y ha sido siempre de grupos pequeños que se quiebran. No es ninguna sorpresa que tengan ese com-portamiento, sobre todo de parte del grupo más grande – dentro del trotskismo- que es el Partido de los Trabajadores Revolucio-narios – Clase contra Clase. Pero tiene que ver también con gente que viene descolgada de los grupos rodriguistas, que son grupos insurreccionales que provienen de la lucha contra la dictadura. Hay dos MIR distintos,

y hay mucha gente inorgánica de izquierda que, en el fondo, debido a esta hegemonía del Partido Comunista (porque el Partido Comunista les gana las direcciones) aposta-ban a un quiebre de la ConfECh y a crear organismos paralelos sin ninguna represen-tatividad, sin ninguna posibilidad de mar-car tiempos políticos, sin ninguna discusión política real, entonces en el fondo era bus-car crédito político usando a los estudiantes como carne de cañón. Nosotros pusimos un alto a eso y hemos es-tado ya en conversaciones con esos grupos y, si bien no son nuestros aliados estratégi-cos, sí coyunturalmente estamos trabajando con ellos.

FeL-Arg.: El petitorio nacional: entiendo yo que, sobre todo con esta cuestión de que las universidades privadas están entrando, y, bueno, también por conversaciones informa-les, hay muchas universidades privadas que se están movilizando más que nada por un petitorio interno. ¿Cómo es este juego entre el petitorio interno y el grado de adhesión que se tiene respecto al petitorio nacional?

FeL-Chile: En general yo tengo la impre-sión de que los estudiantes de universidades privadas que van a marchar, van a marchar por el petitorio ConfECh, pero también por esta necesidad de participación, de que el estudiante de la universidad privada se está dando cuenta de que es estudiante y no es cliente. El problema es que hay muchas universidades en las que está prohibida la organización estudiantil, en muchas uni-versidades no existe la discusión política, entonces yo no sé si el análisis que ellos ha-cen es tan avanzado, creo que es algo mu-cho más en pañales, creo que la gente de las universidades privadas está empezando a organizarse ya de manera más estable, fun-dando federaciones, fundando centros de alumnos o democratizando las federacio-nes que habían levantado las rectorías para poder acreditarse. En ese sentido, tengo la impresión de que a nivel general no hay de-masiadas contradicciones, ya que a comien-zos de año, en las primeras movilizaciones, se superó esta reivindicación que tenían las

Juventudes Comunistas y la Concertación, que era la del sentido público: que había universidades privadas que tenían sentido público y que entonces merecían recursos estatales. Eso, digamos, fracasó, y, entonces, si tú ves el petitorio nacional, en general tie-ne un vacío más o menos considerable en torno a las reivindicaciones hacia el sector privado, pero yo creo que eso no ha genera-do resquemores en los estudiantes que están movilizando esas casas de estudio y, es más, ellos están aprovechando este envión para perfeccionar su propia organización. Y ade-más, bueno, porque está el tema del lucro, que es algo que los toca directamente.

FeL-Arg.: Sí, eso pasa también, creo yo, porque hay un montón de universidades pri-vadas a las que, de hecho, caen parte de los sectores bajos que no acceden a las univer-sidades tradicionales. Si bien no es algo ge-neralizable, hay algunos casos, sea por una cuestión de facilidades que dan para becas, para que ingresen mejores puntajes PSU, etc. Son capaces de captar sectores que no están en el sistema de universidades tradicionales.

FeL-Chile: Claro, lo que pasa es que ahí hay dos cosas: hay un núcleo duro de universi-

dades privadas que son de élite económica, que dan muchas facilidades para que gente de las clases más bajas puedan entrar con beca, como parte de su proyecto de forma-ción ideológica, también; y que, digamos, esas son las universidades que tienen más presupuesto, que cobran aranceles más al-tos, pero que también dan al interior de las universidades privadas muchas facilidades de pago, entonces tienen mucha entrada a crédito de bancos y también las acreditadas pueden postular a créditos con aval del Es-tado; pero yo no diría que son las univer-sidades privadas las que concentran a los estudiantes de los estratos más bajos, sino que son los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, que son, además, los que están menos acreditados, es decir, que en estricto rigor no tendrían mejor ca-lidad, sino que, al contrario, serían los más precarios, los con créditos más altos y don-de es legal el lucro, a diferencia de las uni-versidades, donde está prohibido.

FeL-Arg.: Y la gente de Institutos Profesiona-les e Institutos Técnicos, ¿está movilizándose?

FeL-Chile: Muy poco, pero está saliendo. Sobre todo se ha visto gente de los más grandes, del DUOC y del INACAP. Lento, lento pero están. Han sido universidades privadas no tradicionales las que se han empezado a mover, yo creo por el asunto de que indirectamente igual tienen, por un asunto de carreras, más relación con lo que es la discusión política y tienen incluso más libertad en general, excepto universidades como la Gabriela Mistral, que son como corporativistas. El tema de los Institutos Profesionales está muy cortado por el asun-to de las matrículas, de que el reglamento es muy duro, muy represivo, de que son gente de estratos muy bajos, entonces no pueden darse el lujo de perder el año y de que tienen que matricularse todos los años, por lo tanto los pueden sacar del sistema, simplemente.

FeL-Arg.:¿Qué tanto eco hace la reivindica-ción por la re-nacionalización del cobre en los estudiantes en general?

F e L -Chile: En los e s t u -diantes en general está avan-zando, en el sentido de que hace ruido en mucha gente la poca utilización que hace Chile del cobre hacia sí mis-mo, y también se ha podido ver eso hasta en Calama. En la ciudad de Calama, donde está Chuquicamata, hubo una huelga general hace un par de semanas, justamen-te por el abandono y por la falta de relación que tiene la ciudad misma con los re-cursos que genera la minería del cobre; no les llegan, les llegan al gobierno central, entonces está muy dejada de lado. Ahora, es un tema que efectivamente es complejo… es una reivindicación que está muy ligada a la izquierda, pero que ha logrado avanzar y que ha sido un punto de apoyo a la puesta en duda del sistema. Aho-ra, hay que entender que tampoco es algo que en general se abogue por lograr en esta movilización. La ConfECh tiene como pun-to principal y como punto inmediato los pi-sos mínimos, que tienen que ver con otras cosas; que son, digamos, la salida que se le estaba dando al gobierno: cincuenta por ciento de aportes basales a todas las univer-sidades estatales, fondos de revitalización para todas las universidades estatales, la eli-minación del crédito con aval del Estado y la expansión del Fondo Solidario –que tiene mucho menos interés –y la eliminación del decreto con fuerza de ley número dos, que prohíbe la organización estudiantil en mu-chas universidades privadas y que, además, prohíbe la participación de los estudiantes en los organismos colegiados, es decir, pro-híbe el cogobierno y la participación estu-diantil.

FeL-Arg.: En el marco de esta reivindica-ción de la re-nacionalización del cobre y las huelgas mineras de las últimas semanas, ¿en qué medida se ha coordinado con ellos o en qué medida se siente la necesidad, por el te-cho que está alcanzando o que ya alcanzó la movilización estudiantil, de la unidad con la clase trabajadora?

FeL-Chile: El tema de la unidad con otros sectores siempre ha sido un elemento cen-tral en lo que ha sido la política del FeL. Ahora, la clase trabajadora en general está muy atrasada en lo que es su propia orga-nicidad, entonces esta unidad, si no es en la lucha, en general pasa a ser siempre entre las distintas dirigencias -dado el atraso que tenemos en el país en cuanto a la organiza-ción sindical-. En ese sentido, las relaciones que se tenían, por ejemplo, con el Sindicato de Contratistas de la mina El Teniente de Codelco, que es la cuprífera estatal, era con el SITECO, un sindicato que se reconoce a sí mismo como mucho más izquierdista que el resto, pero que es uno de los menos representativos de los trabajadores de esa mina. Si bien fue muy representativo en el pasado, su dirigente principal, Jorge Peña, se tendenció demasiado hacia la izquierda y tuvo un desligamiento con una masa de afi-liados. Actualmente, no es tan representa-tivo como podría ser. En estos casos es que entra la duda de si son las bases sindicales las que están pidiendo esta unidad o si es la

dirigencia de izquierda simplemente, esto es algo que también le ha pasado y que le pasa sobre todo al trotskismo.

FeL-Arg.: Sí, suele pasar, de hecho, que usan los espacios políticos de masas como patio trasero.

FeL-Chile: Claro. Hace muy poco, la se-mana pasada, hubo un paro de Codelco, el primer paro en décadas, de los trabajadores directos, no subcontratistas, y justamente por el tema de conflicto actual, que es la pri-vatización de la empresa. Yo creo que está empezando algo; pero no hay que emocio-narse y creer que estamos tomando atajos en la construcción, ni nada por el estilo.

FeL-Arg.: También respecto a la coordina-ción con los trabajadores: justamente en la marcha del jueves había varios sindicatos, so-bre todo de lo que es el Colegio de Profesores, que está directamente relacionado con el Par-tido Comunista. Esta presencia en general de sindicatos que se ve, sea de forma incipiente o para los paros nacionales solamente, ¿qué tan relacionada está con la Concertación y con el Partido Comunista?

FeL-Chile: En general los organismos más grandes a nivel sindical son del Partido Co-munista. La Confederación de Trabajadores del Cobre, que es la organización que agru-pa a los trabajadores contratistas del cobre (de Codelco, digamos, no de las privadas), tiene dirigencia comunista y asimismo el Colegio de Profesores, entonces está el pro-blema de que también la relación que se da entre la ConfECh y el Colegio de Profesores es cupular, tiene que ver con las dirigencias, y las políticas que el Colegio de Profesores implementa son las de su dirigencia; y ese organismo gremial, sindical, siempre ha tenido un problema de democracia inter-na bastante considerable. Lo que nosotros hemos estado intentando apostar ahora, porque se está dando ahora la política del acuerdo social entre sectores sociales popu-lares en contra de este proyecto educativo del gobierno, es hacerlo por la base, con los profesores de los establecimientos, con los funcionarios de los establecimientos y ha-ciendo un bypass a Jaime Gajardo y el resto de las dirigencias del Colegio de Profesores. Ahora, claro, a estas movilizaciones van varias organizaciones: está la ANEF tam-bién, que es oposición dentro de la CUT a Arturo Martínez, pero que ha comenzado a girar hacia no tanto tiempo; digamos que siempre ha sido de los sectores más movili-zados, pero también si tú ves bien, han sido

Entrevista al Frente de Estudiantes Libertarios de Chile

El estudiantazo continua... en Chile

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98 los dirigentes los que van a las marchas, los que tienen fuero, dirigentes nacionales, y no hay un paro de la ANEF, que la ANEF pare y saque a toda su masa de afiliados; pero yo creo que son pequeñas señales de que algo está pasando, no hay que minimizarlas, porque es algo que hace diez años no pasaba; hace cinco años pasaba muy poco, y ahora está pasando. En ese sen-tido, puede ser que, en cuanto a la capacidad de movilización “por abajo”, los estudiantes estén asumiendo un rol sustituto de los tra-bajadores por el nivel de retraso que existe, aunque el desarrollo en las masas de la clase trabajadora es incipiente, está avanzando. Está avanzando bien, nosotros le estamos poniendo energía, pero no estamos ad por-tas de la conquista del Palacio de Invierno.

FeL-Arg.: En general, la organización con secundarios ¿qué tan avanzada es? Porque al principio mencionabas que las reivindicacio-nes son distintas, obviamente, por la especi-ficidad que tiene cada nivel de la educación y que, sin embargo, están marchando juntos. ¿Cuál es el grado de coordinación que existe con los secundarios? ¿cuáles son las organiza-ciones a través de las cuales se están organi-zando los secundarios?

FeL-Chile: Bueno, a diferencia de los es-tudiantes universitarios tradicionales, los secundarios no tienen una organización na-cional y, de hecho, muchas veces no tienen ni siquiera una organización regional única. En Santiago tampoco hay una federación metropolitana. Hay una que se llama Fe-MES, que es la Federación Metropolitana de Estudiantes Secundarios, pero no es la única organización. Eso se terminó en Santiago, por ejemplo, cuando se cayó la FESeS en los noventa, lo cual fue reconocido como una política errónea a posteriori por los secto-res de intención revolucionaria, porque por eso mismo, por la incapacidad que tuvimos de ganarle al Partido Comunista, o de en-frentarlo políticamente, nos llevó a quebrar la organización social y a nunca más ser ca-paces de tener una organización unitaria en el sector secundario. A nivel nacional están la ACES (Asamblea Coordinadora de Estu-diantes Secundarios) y la CONES (confede-ración o coordinación nacional). En general tienen varias organizaciones, pero están teniendo menos contradicciones en cuanto a cuándo bajar la movilización y hasta qué luchar que en años anteriores, aunque les si-gue pesando no tener una sola organización de masas.A nivel de coordinación, los paros nacio-nales son conjuntos y se exige por ambas partes que en las instancias de reunión, de coordinación y de negociación o de lo que sea, sea con todos los sectores, que no sea sectorial. Eso está instalado tanto en los es-tudiantes universitarios como en los secun-darios.

FeL-Arg.: Por esta multiplicidad de orga-nizaciones que hay en los secundarios, el gobierno en general o las personas que se es-tán sentando a negociar, digamos más bien municipios en algunos lugares, mismo por el tema de la municipalización de la educación secundaria, ¿a qué interlocutores están reco-nociendo como válidos?

FeL-Chile: Van, tengo la impresión, todos los grupos; lo que sucede es que no son tan-tos a nivel nacional. Está la ACES, está la CONES, que son los principales, y se habla con ambas. Ahora, en general, el interlocu-tor nacional es el Ministerio de Educación, en el sentido de que las reivindicaciones no son tanto por presupuesto o una pelea que se podría dar contra una municipalidad, sino que son por asuntos que requieren re-formas, incluso algunas de ley, por lo que el interlocutor estaba siendo el Ministerio de Educación. Ahora bien, esto cambió hace un par de semanas, cuando el presidente Pi-ñera dio una cadena nacional y se transfor-mó él en el interlocutor en vez del ministro de educación, que estaba bajando muchísi-mo en las encuestas y estaba siendo la figura principal de este conflicto. Pero el presiden-te Piñera apareció en la tele hablando, to-mando responsabilidad de todo lo que es-taba sucediendo, pero desviando del asunto al Congreso; entonces él también aparece y desaparece automáticamente.

FeL-Arg.: Claro, aparece solo para tirar el problema para otro lado.

FeL-Chile: E x a c t a -mente. En

general el gobierno se ve forzado a recono-cer a los representantes que los estudian-tes movilizados le lleven. El Ministerio de Educación intentó negociar, intento tener contactos con organizaciones de represen-tación de universidades privadas, con fede-raciones de derecha, muy poco representa-tivas, muy chicas, y eso fracasó. De hecho, varias de esas federaciones, como la de la Universidad Andrés Bello, fueron atacadas posteriormente por los centros de alumnos que ellas representaban, porque esta parti-cipación y esta negociación nunca fueron aprobadas; y ahí esperamos que se estén dando ya procesos de democratización de esas estructuras de representación. Tengo la impresión de que eso está sucediendo.

FeL-Arg.: Esto tiene que ver con la historia que tiene el movimiento estudiantil, ya que la mayoría de las reivindicaciones que men-cionas son históricas. Desde los ochenta, des-de las movilizaciones secundarias del ’86, se arrastran parte de estas cuestiones: el fin a la municipalización, todo eso. Después viene el Mochilazo, después el 2006, el resurgir muy grande. De hecho, las movilizaciones de este año se han llegado a comparar en cuanto a número de personas movilizadas con la de finales de los ochenta. Respecto a la compa-ración con la experiencia más grande y más cercana, que es el 2006, ¿cómo ven uste-des, a nivel por

ejemplo del apoyo que han tenido las mo-vilizaciones por parte de otros sectores que no son estudiantiles? Y también, ¿ha habido o no una toma de lecciones con respecto a otras movilizaciones anteriores? Por ejemplo el caso de 2006, que fue un fracaso rotundo el sentarse a negociar para sacar una ley que después terminó siendo igual a la Ley Orgá-nica Constitucional de la Educación, solo que con un par de cosas maquilladas.

FeL-Chile: Bueno, yo creo que hay una gran diferencia entre lo que fue el 2006 y lo que es ahora. En primer lugar, tiene que ver con el movimiento universitario, que fue el que comenzó este año como fuerza, y con que el 2005 había tenido una horro-rosa derrota como movimiento tradicional de estudiantes de la educación superior por haber justamente firmado su capitulación en el acuerdo ConfECh-MinEduc [Minis-terio de Educación] de ese año, que creaba el Crédito con Aval del Estado, crédito que significó una catástrofe para todos los estu-diantes que se financiaran de esa manera, con intereses de más del 6%. Creo que ahora va por el 5,8%, pero sigue siendo una cosa horrorosa.Después del 2006 para adelante y hasta este año, vimos casi la desaparición de las organizaciones de representación formales d e l movimiento estudiantil.

La ConfECh se vio muy debi-

litada, mu-

chas federaciones bajaron su quórum de votación, e increíblemente la participación bajó muchísimo y, claro, las movilizaciones eran llamadas por otros organismos, orga-nismos informales que eran levantados por grupos políticos que ganaban rápidamente mucha representación; la política dejó de ser esa gran política, comenzó a ser local, muchos colectivos, muy poco partido tradi-cional. Eso comenzó a cambiar ya desde el año pasado, cuando nosotros comenzamos a identificar como FeL que el reflujo estaba terminando. Hoy día podemos decir que ya no hay reflujo, que comenzó ya esta escala-da a nivel también de las reivindicaciones. El hecho de que haya un marco reivindica-tivo que no sea solamente coyuntural, sino que tenga bases sólidas para seguir siendo el mismo el próximo año, con objetivos estra-tégicos ya claros, que se haya logrado man-tener la unidad. Que la Juventud Comu-nista tenga mayoría numérica, pero no mayoría hegemónica políticamente. Todo ese tipo de cosas, esta discu-sión ya que se está planteando de la inclusión de las nuevas federaciones en lo que es la estructura de la ConfECh también son índices que indican que se aprendieron las lecciones, o sea, las marchas de doscientas mil per-sonas efectivamente no

se veían desde la campaña del plebiscito del No. Y que vienen a marcar también –esto a título personal –que terminó este espíritu de los ’90, que era el espíritu de la transición. Y, bueno, no es casualidad que sea justa-mente el sector estudiantil el que haga esto, porque es el que no vivió la dictadura y el que no se siente tan comprometido con los pactos que se realizaron para llevar a cabo la transición. Entonces eso marca un cam-bio rotundo en lo que era cómo se estaban llevando a cabo las movilizaciones y cómo era el comportamiento del movimiento po-pular. A nivel secundario, si bien ya no son grandes asambleas como las que se vio el 2006, yo creo que se avanzó, y se avanzó en organicidad, se avanzó en cómo llevar las discusiones. Hay muchas cosas que arreglar, por supuesto, pero el nivel de compromiso que se ha tenido este año ha sido gigantesco. Sobre todo pensando en que no han parado las movilizaciones; estuvo la Copa América, se decretaron vacaciones antes de tiempo, ha habido muchísimos desalojos y tampo-co ha habido paros nacionales tan seguido. De hecho, es casi un milagro de combativi-dad el hecho de que haya paros nacionales cada dos semanas y estén saliendo todas las semanas más de cien mil personas. O sea, hay dos semanas que son una pausa casi en cómo se siente el conflicto en la calle, y, a pesar de eso, sigue saliendo la gente.

FeL-Arg.: En relación a las movilizaciones en general, la respuesta del gobierno y cómo ha sido históricamente en Chile la cuestión de la

represión a la movilización callejera: tengo entendido que por primera vez me parece que desde 2006 que se puede marchar por la Ala-meda[4] y que se puede, digamos, por una cuestión de correlación de fuerzas creada en la lucha. En movilizaciones pasadas, 2008 o 2006, reprimían muy fácilmente y lograban dispersar las marchas. Este año las marchas en su mayoría, tengo entendido, se han de-sarrollado por la Alameda, pasando por La Moneda y culminando, como siempre, con represión. La respuesta del gobierno en ge-neral, a nivel discursivo, a nivel de aparato represivo, a nivel de políticas, ¿cuál ha sido?

FeL-Chile: Al comienzo, el ministro Lavín centró su discurso en la violencia: en la vio-lencia de la movilización, en la violencia de las tomas, en la violencia de los destrozos, de posibles saqueos, de la destrucción del orden público, en el sentido no de quemar la ciudad, sino del desorden en sí, el que no sucediera lo que estaba planificado que de-bía suceder; el que se cortara el tránsito con una movilización, criminalizando de una manera muy fuerte a todo el movimiento en general. Eso se vio forzado a cambiar luego de la primera movilización que alcanzó el techo de las cien mil personas; y se vio forza-do a hacerlo por la fuerza que juntó el movi-miento. Efectivamente yo creo que desde el suceso de la molotov al baño del subsecre-tario del interior[6] que estaban prohibidas, casi por ley tengo entendido, las marchas por la Alameda y acercarse a La Moneda ha-

c i e n -d o algún t i p o de manifestación. En ese sentido, las me-didas de seguridad que existen en el centro de Santiago son muy grandes, con mucho carabinero, con muchas fuerzas especiales, con francotiradores, con helicópteros, con policías de civil e investigaciones. Pero ha habido un cambio muy grande de cómo era la represión en los gobiernos de la Concer-tación con respecto a la represión de ahora. Durante los gobiernos de la Concertación, hasta el gobierno de Bachelet, la táctica de carabineros era utilizar gases, utilizar agua, pero sobre todo tomar muchos detenidos y lanzar piquetes de carabineros a la pelea, a la pelea directa, a lumazos, a quebrar las mo-vilizaciones a golpes. Hay incluso imágenes de carabineros disparando al aire en movili-zaciones estudiantiles; balas, digamos, como munición de combate, no balas de goma, ni balines: balas, balas que matan, en cualquier lugar del cuerpo. Ahora, sí, hay mucha más presencia de inteligencia, hay mucha más presencia de infiltrados, hubo muchísi-mos desalojos de colegios en los primeros tiempos; como mencioné antes, alargaron las vacaciones y se ha acusado permanen-temente de intransigencia, de sobreideolo-gización, de estar siendo ocupados, mane-jados por grupos políticos oscuros, y ese ha sido el discurso permanente del gobierno para negarse a negociar, para negarse a ce-

der, para reprimir. Claro, y e l cambio que ahora ha habido, que fue muy fuerte sobre todo en el 2006 cuando hubo conflictos muy grandes a nivel nacional, porque carabineros en esa represión horro-rosa no solamente atacó estudiantes sino que además atacó a la prensa burguesa, y eso se defendió corporativamente: como le interesaba mostrar en ese minuto la repre-sión, mostró; entonces, ahí fue el giro hacia el gas y el agua. Tú fuiste testigo de la can-tidad de gas lacrimógeno que usaron en la última manifestación, y ese gas lacrimógeno no es el gas lacrimógeno que normalmente se usa en Europa, no es gas pimienta; es un lacrimógeno que es arma de guerra, está ca-talogado así por la Convención de Ginebra y prohibido, por supuesto. Entonces, claro, tú ves helicópteros, ves mucha caballería, ves carros blindados, pero, en general, ahora es mucho gas, mucha agua. Efectivamente esta manifestación fue la primera por la Alame-da que estaba prohibida por la intendencia. Se marchó igual y se logró, efectivamente, se marchó hasta Los Héroes. Sin el permi-so de nadie, digamos, y eso fue porque el movimiento social fue capaz de doblarle la mano a la intendencia. Pero, claro, al final siguió habiendo represión. No ha habido tantos detenidos: últimamente 60 o 70 por manifestación, en comparación con los 350 que habían en cada manifestación durante

e l gobierno de Bachelet.

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1110

ORGANIZACIONES REVOLUCIONA-RIAS Y PARTICIPACION ELECTORAL

“El anarquismo, en primera instancia, no tiene nada en contra del voto en cuanto método, en cuanto mecanismo para saldar cuestiones que requieren soluciones prác-ticas, como puede ser la toma de ciertos acuerdos una vez que ya han sido plantea-das y discutidas las diversas posiciones, o como puede ser la elección de un delega-do o de algún representante. Lo realmente importante es el contexto dentro del cual se aplica el mecanismo. El problema es de fondo y no de forma, y precisamente la dis-cusión de cuestiones formales obscurece el debate político. [...] Los anarquistas no es-tamos de suyo, por definición, en contra de las “elecciones” como mecanismo; si en las elecciones llamamos a anular el voto o a no votar, es por el contexto dentro del cual este voto se ejerce: dentro del aparato de Estado, que de esta forma valida su domi-nación sobre quienes nos vemos excluidos de la toma de decisiones (que coinciden-temente, somos los mismos que nos vemos excluidos del festín de los empresarios). Cuando llamamos a anular, llamamos en realidad a la lucha en contra del Estado y el Capitalismo, no en contra de las “elec-ciones” como un suceso. Nuestra oposi-ción no es al voto en cuestión, sino que al aparato estatal en toda su dimensión.

Esto nos lleva, de hecho, a la cuestión de fondo ¿la falla está en la administración del sistema? ¿o es necesaria su superación revo-lucionaria? Y precisamente es este el tema central del cual las elecciones burguesas nos desvían, ayudando a limpiar el rostro al ca-pitalismo.

Otro efecto perverso de las elecciones bur-guesas, es la disociación que generan en nuestras existencias; las elecciones crean un espacio artificial, ad-hoc y ficticio, dentro del cual se maneja, supuestamente, el ámbi-to de lo político, dentro de lo cual se mueve la administración del poder. Esta es la lógica subyacente al principio mismo del Estado. Y es en este punto en el cual debe estar la crítica medular de los anarquistas a esta for-ma de ejercer la política: porque en nues-tra concepción, el poder debe ser ejercido por los propios afectados, en los espa-cios cotidianos, en todos los ámbitos de nuestra existencia y no sólo en instancias “generadas-para-ello”. Porque el poder de la burguesía, aunque ideológicamente lo niegue, aunque ideológicamente se mues-tre sólo dentro de ciertos espacios artifi-ciales, aunque ideológicamente utilice hasta la saciedad expresiones como “libre albedrío”, penetra hasta los más hondo de nuestras existencias, se inmiscuye en to-dos los ámbitos de nuestras vidas.”

Como dice el extracto de texto recién cita-do, el anarquismo, y por ende nosotros, no nos oponemos a las elecciones en terminos morales o principistas si no que lo hacemos en terminos tácticos. Existen circunstancias particulares donde la presentación de fren-tes políticos de izquierda puede garantizar ciertas reivindicaciones para la clase traba-jadora. Como ejemplo podemos marcar el caso del anarquismo español (nucleado en la CNT y la FAI) en la década del ’30. En aquella ocasión existián 30 mil presos po-

líticos, de los cuales una gran parte eran anarquistas. Frente a esta situación la CNT y la FAI deciden no confrontan abiertamen-te con el Frente Popular, compuesto por sectores reformistas y revolucionarios, que terminará ganando las elecciones. La CNT y la FAI, que contaban en conjunto con va-rios cientos de miles de militantes, deciden dar vía libre a sus miembros para elegir si votar o no al Frente Popular. Parte del creci-miento del Frente Popular sobrevino preci-samente por el voto libertario. Finalmente, esto lleva a que los 30 mil presos políticos sean liberados al ganar el Frente Popular. Esta posición no respondía a una disputa dentro de ámbitos burgueses (idea que no compartimos), sino a la necesidad de liberar militantes luego de años de dura represión en un contexto en el cual el poder de la clase obrera era una amenaza seria para el capi-talismo. Creemos que esta era la posición correcta por cuestiones tácticas, aunque en muy pocas ocasiones pueda darse una situa-ción similar.

No se puede obviar que las elecciones son un momento de especial permeabilidad a discutir política y creemos que es impor-tante aprovecharlas haciendo propaganda de nuestras ideas revolucionarias. Sin em-bargo, creemos que la mejor propaganda consiste en mostrar que la democracia burguesa no es una vía para transformar la realidad ni disputarle el poder a la bur-guesía. Para nosotros parte de esta propa-ganda es no ir a elecciones ya que muestra una coherencia con esta posición.

EL TROTSKISMO ANTE LAS ELECCIO-NES: ¿TACTICA O ESTRATEGIA?

Uno de los argumentos esgrimidos en “El Partido Comunista y el Parlamentarismo” documento de la IIIª Internacional (1920) explica una de las razones por las cuales, para los bolcheviques, es correcto utilizar las elecciones y el parlamento como un te-rreno de disputa. El argumento se resume en que la utilización de la acción parlamen-taria sirve como tribuna con fines de agita-ción revolucionaria:Esta acción parlamentaria, que consiste sobre todo en usar la tribuna parlamentaria con fines de agitación revolucionaria, en denun-ciar las maniobras del adversario, en agrupar alrededor ciertas ideas a las masas que, sobre todo en los países atrasados, consideran a la tribuna parlamentaria con grandes ilusiones democráticas, debe ser totalmente subordina-da a los objetivos y a las tareas de la lucha extraparlamentaria de las masas.

El error de esta argumentación consiste, desde nuestra concepción, en no considerar que la participación en las elecciones im-plica una subordinación a la legalidad bur-guesa -que es la que determina las reglas de juego-. Al perseguir una táctica que consiste en utilizar el parlamento como tribuna de agitación, el trotskismo termina cediendo parte de su programa y de su propaganda en función de poder participar. Lo que em-pieza pareciendo una herramienta extra de propaganda revolucionaria termina siendo el condicionante que encorseta la misma. El Estado tiene un mayor poder de adaptar y limitar la política de las organiza-ciones revolucionarias, que la capacidad de éstas de utilizarlo como herramienta.

UNA CRITICA AL PROGRAMA

Más allá de las críticas expuestas en los pun-tos anteriores, nos parece importante poner a discusión por qué no compartimos en va-rios puntos y niveles el programa del FIT. Lo citamos completo a continuación.

Declaración programática del FREN-TE de IZQUIERDA y de los Trabajadores (02/06/2011) Los siguientes puntos programáticos, que in-cluyen y amplían los que planteamos inicial-mente como medidas de emergencia:1-Salario mínimo igual al costo de la canasta familiar indexado periódicamente según el aumento real del costo de vida. Eliminación del IVA de la canasta familiar.2-Reestablecimiento del 82% móvil. Pago de las retroactividades correspondientes. Que la ANSES esté bajo la administración directa de jubilados y trabajadores.3-Reparto de las horas de trabajo con igual salario para terminar con la desocupación. Prohibición de despidos y suspensiones.4-Basta de tercerización. Todos a planta per-manente con vigencia del convenio más favo-rable. Abajo las leyes flexibilizadoras.5-Cese de la persecución y anulación de las causas judiciales contra los más de 4.000 lu-chadores obreros y populares. Libertad a Ro-berto Martino y de todos los presos políticos.6- Expropiación definitiva sin pago de Zanón y demás fábricas recuperadas.7-No al pago de la deuda externa. Descono-cimiento de la deuda al Club de París. Plata para salario, trabajo, salud, educación y vi-vienda, no para la deuda externa.8-Reestatización de todas las privatizadas bajo control de trabajadores y usuarios.9-Nacionalización -sin indemnización y bajo administración y control de trabajadores-, de la banca y el comercio exterior, el petróleo, la minería, pesca y la gran industria.10- Por la expropiación de la oligarquía te-rrateniente, de los grandes pools de siembra, así como de los monopolios cerealeros, acei-teros y frigoríficos. Por la nacionalización de la tierra, comenzando con la expropiación de los 4000 principales propietarios, respetando los derechos de los campesinos pobres, pue-blos originarios y pequeños chacareros que no exploten mano de obra asalariada.No a la expulsión de sus tierras de campe-sinos y originarios. Plena satisfacción a los reclamos de los QOM de Formosa. Basta de trabajo en negro para los trabajadores rura-les. Anulación del decreto ley de la dictadura que rige el trabajo agrario.11-Defensa de la educación y salud públicas y gratuitas. Basta de subsidio a la educación privada. Fuera las iglesias de la educación. Abajo la Ley de Educación Superior. Que el Estado deje de financiar a la Iglesia Católica. Contra la estafa de las pre-pagas y el negocio de las clínicas y sanatorios privados. Por un sistema nacional de salud público y de cali-dad para todos a cargo del Estado. Por una educación nacional única, estatal, gratuita y laica.Nacionalización sin pago de los laboratorios que lucran con la salud del pueblo. Por la pro-visión de medicamentos gratuitos a los nece-sitados. Basta de Obras Sociales con las que se enriquecen los burócratas sindicales. Por su control democrático por parte de comités de trabajadores elegidos en la base.12- Fuera la burocracia sindical patronal de

los ferrocarriles. Reestatización del sistema ferroviario bajo control y gestión de los tra-bajadores de todos los niveles.13- Juicio y castigo a todos los culpables del crimen de Mariano Ferreyra (UGOFE, Poli-cía, Pedraza y su patota).14- Fuera la burocracia de los sindicatos. Por la independencia de los mismos del gobierno y el Estado. Abajo la Ley de Asociaciones Pro-fesionales. Por la más plena democracia sindi-cal. Personería gremial ya al nuevo sindicato del subte. Por el derecho de los trabajadores a organizarse como quieran sin control estatal. Por elección de paritarios en asamblea. Que la CGT rompa su “alianza estratégica” con el gobierno y las patronales y llame a un plan de lucha nacional consultado en la base. Apoyo al sindicalismo combativo y antiburocráticos. Plan de lucha de todo el movimiento obrero por aumento de salarios, contra el trabajo en negro y las tercerizaciones.15- Fuera el FMI y la patota kirchnerista del INDEC. Restitución de todo el personal des-plazado. Por un INDEC administrado por sus trabajadores y técnicos, independiente de cualquier gobierno patronal.16- Aparición con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga. Cárcel a los asesinos mate-riales y políticos de Carlos Fuentealba. Cárcel perpetua y común para todos los genocidas, a los responsables de los crímenes de la Triple A y a los asesinos del gatillo fácil. No a la baja de la edad de imputabilidad. Fuera la Gen-darmería y policía de los barrios populares. Anulación de la ley “antiterrorista”.17- Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Por los derechos de la mujer trabajadora. A igual trabajo, igual salario. Guarderías gratuita en los lu-gares de trabajo y estudio. Contra toda forma de opresión sexual. Abajo los edictos perse-cutorios contra gays, lesbianas, travestis y transexuales.18- Vivienda digna para todos. Por un plan de viviendas populares y urbanización de las villas y asentamientos. Ocupación de las viviendas ociosas de los especuladores inmo-biliarios. No a la criminalización de los ocu-pantes del Indoamericano y de otras luchas por la tierra.19- Que todo legislador gane lo mismo que un obrero especializado o directora de escue-la con diez años de antigüedad. Revocabili-dad de los mandatos por los propios electores. Abolición del Senado y de la institución pre-sidencial con poderes de monarca. Elección directa de los jueces. Por jurados populares.20- Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo impuesto por la movilización de los explotados y oprimidos.21- Retiro inmediato de las tropas argentinas de Haití. Fuera ingleses y la OTAN de Mal-vinas. Contra el bloqueo y cualquier tipo de agresión imperialista contra Cuba y contra la restauración capitalista en la isla. Por una política internacional de apoyo a la rebelión obrera y popular en todo el mundo, por la ex-pulsión del imperialismo de todos los países, por la unidad socialista de América Latina, por el socialismo internacional22- Viva la revolución árabe. Fuera la OTAN de Libia. Abajo la ocupación sionista de Pa-lestina.

Como joven organización que somos, debe-mos admitir que todavía estamos dándonos la tarea de construir un programa revolu-cionario para transformar la sociedad. Sin

E l F I Ty su intervencion

electoral

Desde el Frente de Estudiantes Libertarios nos posicionamos de cara a las elecciones primarias y nacionales. Explicamos nuestra negativa a participar de las elecciones y por ende a llamar a votar a la propuesta presentada por el “Frente de Izquierda y de los Trabajadores”: más allá de las diferencias que mantenemos con las organizaciones que lo componen, buscamos que este texto plantee una discusión actualmente inexistente acerca de algunos puntos sobre estrategia y táctica revolucionaria. A continuación analizamos la validez de la utilización de las las elecciones por parte de las organizaciones revolucionarias en la coyuntura que transitamos; la conformación del FIT (integrado por el Partido Obrero, Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista), sus fundamentos y su elaboración programática para la campaña electoral. Nuestro objetivo final es comenzar una discusión para luego sacar conclusiones sobre las tareas a realizar por las organizaciones revolucionarias.

organizacion revolucionaria,elecciones burguesas

embargo, sí tenemos en claro que el supues-to programa del FIT no es realmente un programa, si no más bien un conjunto de consignas desordenadas. Igualmente hay varias de estas consignas que compartimos (como consignas, no como puntos progra-máticos). Utilizamos un extracto del texto titulado “Consideraciones acerca del Pro-grama Anarquista” de José Antonio Gutie-rrez Danton para explicar que entendemos por programa en el Frente de Estudiantes Libertarios.

Un programa revolucionario es, en breves pa-labras, un conjunto de propuestas muy pre-cisas y concretas para avanzar hacia trans-formaciones sociales de fondo. No es la teoría revolucionaria, sino que es la aplicación de esa teoría para comprender y transformar la sociedad concreta. Parte de un análisis de la sociedad actual, estudia las condiciones actuales del terreno para la lucha de clases, identifica los problemas más urgentes y las condiciones para desarrollar un movimien-to; estudia potenciales aliados y enemigos; y propone una serie de transformaciones, así como una vía para alcanzarlas mediante la lucha. En todos estos momentos de la elabo-ración del programa, la teoría sirve de guía. La teoría no entendida como dogma, sino como una herramienta para comprender me-jor el mundo. [...] Los programas revolucio-narios no deben ser tomados como las tablas de Moisés, sino que deben ser re-evaluados, actualizados o modificados constantemente. El programa debe conservar, en todo momen-to, su relevancia, actualidad y ante todo, debe tener un cable a tierra mediante una práctica colectiva y definida. [...] Ciertamente, esta aproximación programática requiere pasar de las consignas a las propuestas; y requiere pasar de la crítica de la realidad, al estudio crítico de la realidad.

Lógicamente, no compartimos varios de los ejes centrales de la teoría leninista-trotskista (que es en muchos casos antagónica a los principios del propio Marx que los compa-ñeros del FIT dicen reivindicar), y por ende mucho menos compartimos el programa que levantan las organizaciones que com-ponen el FIT: el Programa de Transición, la agonía del capitalismo y las tareas de la IV internacional de Leon Trotsky de 1938. Por último, esto nos lleva a no levantar a algunas de las consignas del “programa” del FIT.

En este texto no vamos a exponer las dife-rencias que tenemos con la teoría leninista-trotskista (hemos incluido en esta prensa un texto titulado Organización anarquista, no vanguardismo leninista de Wayne Price que explica muy brevemente algunas de las diferencias que tenemos con los compañe-ros leninistas), ni una crítica al Programa de Transición de Trotsky ya que no dispone-mos de espacio suficiente y porque este tex-to tiene por finalidad la discusión sobre las

elecciones. Sin embargo, sí vamos a explicar por qué no compartimos algunas de las con-signas del programa del FIT y por qué cree-mos que éstas no están jerarquizadas.

Al respecto de la falta de jerarquización, consideramos que es notable que en algu-nos puntos se plantee la nacionalización, en otros la estatización, en otros la expro-piación de diferentes ramas de la produc-ción capitalista, como si todo esto fuese lo mismo. Se ponen al mismo nivel consignas como “Aparición con vida de Jorge Julio Ló-pez” y “Nacionalización -sin indemnización y bajo administración y control de trabaja-dores-, de la banca y el comercio exterior, el petróleo, la minería, pesca y la gran indus-tria” . Este “programa” no responde a un análisis de la realidad si no que más bien es la expresión de la puja entre fuerzas que apadri-nan diferentes consignas indivi-dualmente.

Al modelo privatista, el FIT en su programa no le opone otra cosa que el modelo estatal que la población pade-ce y padeció durante décadas. No com-partimos la idea de que la estatización de empresas implique un avance hacia el comunismo. La clase obrera no tiene ma-yor control sobre las empresas estatales que sobre las empresas privadas. En paralelo, tampoco somos de la idea de que la nacio-nalización de empresas implica una mejora para los trabajadores. No importa la nacio-nalidad de la patronal, los trabajadores son explotados por igual.

En el caso de la educación y salud pública (que no es lo mismo que estatal) no creemos que haya que defenderlas sin ningún tipo de crítica. La defensa acrítica de la educación y la salud pública como las conocemos impli-ca correr el riesgo de que pocos se sumen a su defensa.

No compartimos que la elección directa de jueces sea un avance en algún sentido. El Estado burgués va a seguir en pie mientras exista el capitalismo y por ende también el derecho y la justicia burguesa. Como dijo Bakunin: “Tómese al revolucionario más ra-dical y colóquesele en el trono de todas las Rusias, o désele el poder dictatorial con el que sueñan tantos de nuestros jóvenes revo-

lucionarios, y en un año se convertirá en al-guien peor que el propio emperador”. El Es-tado debe ser entendido como una relación social, no como una cosa que se alcanza y se ocupa para ejercer la fuerza, sino que, antes que fuerza, el Estado es una forma determi-nada de organizarla. La elección directa de jueces no transforma a la justicia burguesa en “jurados populares”.

Por último compartimos la necesidad de que se expropie el campo, sin embargo creemos

que es n e c e -s a r i o discu-tir si en la Argentina moderna existen pe-queños chacareros que no explotan mano de obra asalariada o campesinos pobres. La existencia de estos sectores cambia radical-mente el tipo de programa para la sociali-zación del campo argentino. Nosotros com-partimos los análisis que plantean que los pequeños chacareros o c a m p e -sinos pobres son muy pocos e n

Ar-gen-t i na. Lo que sí existen son obreros rurales que subsisten a partir de la ven- ta de su fuerza de trabajo. Esta discusión excede los alcances de este texto, pero sin embargo está íntimamente ligada a la interpretación de la realidad que tene-mos nosotros y las organizaciones del FIT (nivel de desarrollo del capitalismo en Ar-gentina, noción de imperialismo, etc). Las implicancias prácticas de este debate no son menores. Estas definiciones llevaron a uno de los partidos que integra el FIT a apoyar críticamente a un sector del campo en la lu-cha interburguesa campo-gobierno del 2008 por la resolución 125.

El FIT LUCHANDO EN EL BARRO...

El FIT no se ha conformado a partir de un trabajo cotidiano en la lucha entre las dife-rentes organizaciones que lo conforman. La conformación del FIT nace a partir de la necesidad de superar la proscripción. Las diferencias que existenn entre los diferentes partidos siguen existiendo en la misma me-dida ya que no ha habido una real discusión de acuerdos y programa entre los militan-tes de estos partidos para conformar este

frente. Este frente es un fren-te exclusivamente electoral que tiene por finalidad conseguir cargos en el Estado o mantener el -injustamente cuestionado por la Ley Electoral- derecho de presentarse a unas futuras elecciones. En los siguientes párrafos buscaremos mostrar algunas de las razones por las cuales creemos esto.

En la Prensa Obrera 1179 del 2 de Junio de 2011 Altamira en una nota titu-

lada “Apoyo crítico [...]” dice: “Nuestra po-sición es: 1) no

llamamos a na-die que tiene in-tención de votar

por partidos capi-talistas a que nos dé un “voto demo-

crático” en nuestras internas, porque si se trata de luchar contra

la proscripción el mé-todo es la movilización, no la confusión (estafa)

política; 2) rechazamos el voto a los K en el primer o en un segundo turno, por-

que se trata del gobierno capitalista de los mineros,

petroleros, cerealeros, ban-queros, etc., que paga la deu-

da confiscatoria con dinero de la Anses”

Dentro de su propia lógica, con la que ya marcamos nuestras diferen-cias, tiene sentido la posición enunciada por Altamira, porque concibe la utilizacion del parlamento y las elecciones como un espa-cio de agitación. Lo notable es que ésta no es la posición que ha mantenido el FIT en las semanas siguientes. Esto es visible cuan-do Altamira en el periódico Diagonales (24/07/11) dice:“¿Qué hacemos con Cristina que me lleva de candidato a un amigo del hombre que mató a mi compañero Mariano Ferreyra como lo es Carlos Tomada? ¿Llamo a votar a Tomada? Ni muerto. [...] Yo creo que a la gente mili-tante y luchadora del kirchnerismo hay que decirle: ‘Querés defender a Cristina, bueno votála sólo a ella. Para abajo votá al Frente de Izquierda’. Si Cristina es el proyecto y los demás son todos derechistas, votá al Frente de Izquierda.”

En función de poder ganarle a la proscrip-ción: ¿Es valido que el maximo referente del FIT pase por alto que la presidenta es tan responsable del asesinato de Mariano Ferreyra como Carlos Tomada? En menos de dos meses, los referentes del FIT han cambiado su posición de forma extrema: pasaron de rechazar el “voto democrático” a impulsar “que no silencien tu reclamo”.

En la misma Prensa Obrera del 2 de Junio, el compañero Pitrola expreso que “el énfasis en atravesar el 1,5% electoral es una autocon-vocatoria a la marginalidad política, lo cual no interesa a nadie”. A las pocas semanas la campaña electoral del FIT dio vuelco cen-trándose casi exclusivamente en la consigna “Para que no silencien tu reclamo, danos tu voto”.

Volviendo al documento de la IIIª Interna-cional que citamos y criticamos al principio:“La lucha de las masas constituye todo un sistema de acciones en vías de desarrollo, que se avivan por su forma misma y conducen ló-gicamente a la insurrección contra el estado capitalista. En esta lucha de masas, llamada a transformarse en guerra civil, el partido diri-gente del proletariado debe, por regla general, fortalecer todas sus posiciones legales, trans-formarlas en puntos de apoyo secundarios de su acción revolucionaria y subordinarlas al plan de la campaña principal, es decir a la lucha de masas”

El FIT no fortalece sus posiciones legales transformándolas en puntos de apoyo se-cundarios sino que centra su militancia en la conquista de puestos legales. El Frente no es consecuente con la teoría e historia que reivindica. No han utilizado las elecciones para propagandizar ideas revolucionarias. No ha hecho propaganda anticapitalista, ni antiestatista, ni ha criticado la demo-cracia burguesa como tal. Ni siquiera ha

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Desde el Frente de Estudiantes Libertarios consideramos el Centro de Estudiantes como un órgano político-gremial. Esto sig-nifica que el Centro debe cumplir tanto funciones netamente gremiales (lucha por el edificio, becas, etc), como funciones cla-ramente políticas. Este último aspecto im-plica que el Centro de Estudiantes interven-ga en la escena política nacional, sin limitar su accionar a la lucha al interior de la uni-versidad. A este respecto, este año el FeL de-cidió presentarse a elecciones en Sociales y en Filosofía y Letras para recuperar un Cen-tro que intervenga con claridad en la lucha de clases junto a los trabajadores, y que sepa también enfrentar a una gestión que busca adaptar a la UBA a las necesidades del capi-talismo del siglo XXI. A tal fin, el Frente de Estudiantes Libertarios decidió conformar frentes políticos con la izquierda clasista en esas dos facultades. Ante la consolidación política de la burguesía (en su expresión kir-chnerista) a nivel nacional y universitario, y ante la política de no confrontación con el gobierno nacional que ha llevado a cabo La Juntada, creemos imprescindible presentar-nos a elecciones de Centro de Estudiantes, a fin de recuperar nuestro órgano político-gremial para la lucha.

Tanto en Sociales como en Filo seremos parte de frentes que incluyen a otras fuerzas con las que nos encontramos día a día en la universidad y en la calle luchando contra el Estado y la burguesía. Estos frentes no son casuales ni meros armados coyunturales: muy por el contrario, son expresión de una caracterización común de la etapa y de las tareas de la izquierda para este período en las facultades. El FeL considera un error político presentarse sistemáticamente a elecciones de Centro sin considerar el contexto político nacional y universitario: cada instancia electoral supone para noso-tros una discusión profunda de la coyun-tura y a partir de ella un trabajo minucio-so por desarrollar nuestra política.

En este sentido, entendemos que el 2011 en las facultades de Filo y de Sociales necesita de un espacio de reagrupamiento de la iz-quierda que signifique un salto cualitativo en sus formas de coordinación e interven-ción de conjunto. Este espacio que hoy se expresa en una boleta electoral tiene como finalidad cerrar filas entre quienes nos posi-cionamos de manera firme contra la irrup-

ción del brazo estudiantil del gobierno en nuestras organizaciones político-gremiales. Nuestra apuesta es que las elecciones de Centro sean sólo uno de los distintos espa-cios donde estos frentes den la disputa. So-mos conscientes de que muchas agrupacio-nes dejan de lado la militancia de conjunto cuando terminan las elecciones, y esto es lo que queremos revertir. Con esto no le res-tamos importancia a las elecciones, no es casual que en la facultades donde nos pre-sentamos el avance del kirchnerismo se haya visto de manera más significativa: perder el Centro a manos del gobierno significaría la pérdida de independencia del órgano polí-tico-gremial de los estudiantes y su subor-dinación acrítica a las necesidades políticas del kirchnerismo. La Juntada, actual con-ducción de los Centros de Filo y Sociales, ha decidido adoptar una política no con-frontativa respecto del gobierno nacional. En la actual coyuntura de fortalecimiento de la burguesía tras las elecciones prima-rias, esta política oportunista representa un riesgo para el movimiento estudiantil, que al interior de la universidad enfrenta a una gestión dependiente del gobierno nacional, y en las calles lucha contra la represión del gobierno (desde los Qom y los docentes de Santa Cruz, hasta los detenidos en la marcha por los estudiantes chilenos).

Es por esta caracterización de la situación actual que creemos que, lejos de ser una con-tradicción con los principios anarquistas, militar estas elecciones es una tarea funda-mental para los militantes revolucionarios. Sin miedo a equivocarnos continuamos construyendo un anarquismo militante en el seno de la lucha de clases, en todas sus manifestaciones, tomando siempre posi-ción por los explotados.

EL ANARQUISMO ANTE LOS CEN-TROS BUROCRATICOS DE HOY

Concebimos un centro de estudiantes que sea verdaderamente democrático, capaz de representar nuestros intereses a través de la asamblea como órgano máximo de decisión, y mediante la articulación de co-misiones de base que discutan la política del movimiento, y sostengan un trabajo militante concreto sin ser tuteladas ni por organizaciones políticas ni por el Estado. Este Centro se encuentra en diametral opo-sición a los Centros concebidos como pro-

veedores de servicios, legado de las conduc-ciones de la Franja Morada, aún enquistada en algunas facultades. Un Centro proveedor de servicios (tales como bar y fotocopiado-ras) exime al Estado de toda responsabilidad de garantizar una educación verdaderamen-te gratuita (materiales de estudio) y comidas a precios populares, y hace de nuestro gre-mio una patronal más que explota a los pro-pios estudiantes. De este modo, el Centro de Estudiantes se desvía de sus propósitos polí-ticos, para privilegiar los económicos o ad-ministrativos. Se asignan recursos militantes a la generación de beneficio capitalista en lugar de asignarlos al desarrollo de una polí-tica de lucha para el movimiento estudiantil. En este sentido, el FeL propone: excedente CERO. El Centro de Estudiantes debe dejar de ser caja para las agrupaciones que condu-cen y debe dejar de ser patrón de nuestros compañeros. El Centro debe trazar un plan de lucha para el pase a planta permanente de los trabajadores del bar y fotocopiado-ra como trabajadores estatales. Hasta tan-to no se haya logrado esto, que el excedente de los espacios (un mínimo sobrante tras cubrir los costos de producción) se pon-ga a disposición de la asamblea general del Centro de Estudiantes. Un centro-patrón no puede luchar contra la explotación.

Por otro lado, es imprescindible comen-zar una política de desburocratización de nuestros Centros de Estudiantes. Es urgen-te terminar con las estructuras verticalis-tas que reducen los Centros a su comisión directiva (CD). La CD no es más que una mesa chica de agrupaciones políticas, don-de la política del Centro se decide a espal-das del movimiento estudiantil. Los vocales de los Centros reproducen lo más nefasto de la “democracia” burguesa: su voto en la CD no proviene de ningún mandato de base (asamblea, comisiones de estudiantes), sino que responde enteramente a la agrupación política a la que pertenecen dichos vocales. Este funcionamiento sólo es superado en co-yunturas en que el movimiento estudiantil desborda el funcionamiento burocrático de la CD a través de mecanismos asamblearios de democracia directa. Este es el norte del Frente de Estudiantes Libertarios. En este mismo sentido, consideramos burocrati-zante el uso de “sellos” superestructurales tales como Presidencia/Vicepresidencia del Centro, Secretaría y demás. Estos no son más que sellos de goma, adornos exhibidos como trofeos por las organizaciones que los detentan, y que no hacen más que acentuar la distancia entre la CD y las bases, entre di-rigentes y dirigidos. En este sentido, el FeL propone: terminar con la CD tal como es

hoy y que las decisiones políticas se tomen en la asamblea. Que la coordinación del día a día la ejecute un secretariado, que no tenga atribuciones políticas profundas, sino capacidad de organizar y ejecutar lo decidido en las instancias de base.

Por esto, todos los vocales de la CD que obtenga el FeL en elecciones bucarán per-manentemente el mandato de la asamblea general, así como de las comisiones de base. Los vocales del FeL van a abstenerse en toda votación en que no haya mandato de asamblea, salvo en votaciones de tipo ope-rativas que respondan a lineamientos políti-cos generales de la asamblea, como pueden ser: llevar la bandera del Centro a conflictos obreros, aportar recursos para fondos de huelga, etc.

Siguiendo esta misma lógica, consideramos absolutamente burocrático y antidemocrá-tico que las asambleas sean presentadas, moderadas y encabezadas por la conduc-ción del Centro, y rechazamos de igual manera que el orden de intervención co-rresponda al orden de las vicepresidencias (1era, 2da…). La asamblea es soberana, y como tal debe decidir sobre estas cuestio-nes de manera autárquica, es decir darse sus propios moderadores, voceros, dele-gados, etc.

De cara a estas tareas, los métodos anar-quistas sabrán cortar de raíz con los Cen-tros-PyME, y recuperar nuestros gremios para la política clasista. Para que nuestro gremio participe de la lucha de clases del lado de los trabajadores, terminemos con la burocracia. Para luchar hay que demo-cratizar.

CONSEJO DIRECTIVO

Desde el FeL consideramos que el Consejo Directivo (CjD), al igual que resto de los organismos de co-gobierno universitario, es una instancia antidemocrática que se rige con una lógica delegativa de la volun-tad de los supuestamente “representados”. El único momento en que los estudiantes tenemos posibilidad de intervención en el CjD es durante las elecciones obligatorias de este órgano, momento en que elegimos quién queremos que se siente allí a decidir por nosotros. En la era de la democracia burguesa, el reloj del CjD no atrasa algunos minutos, sino cuando menos tres o cuatro siglos: no conforme con una democracia de tipo liberal/burguesa (una persona/un voto), este órgano se rige con mecanismos feudales. El CjD se divide en tres claustros (o “estamentos” en lenguaje medieval): los Es-tudiantes tenemos cuatro “representantes”, los Graduados (docentes debajo del cargo de Titular y Adjunto) tienen cuatro y los Pro-fesores (Titulares y Adjuntos) tienen ocho. Esta minúscula minoría con capacidad para empatar con la abrumadora mayoría de la universidad, cuenta con el voto de otro Pro-fesor habilitado para votar en caso de em-pate: el decano. Es decir que el claustro de Profesores tiene mayoría absoluta (más del 50% de los votos) en el CjD. Cuando se fo-menta la idea de que existe un cambio posi-ble a través de organismos inherentemente burocráticos como el Conse-jo Directivo se entierra la real participación de todos. Nues-tra tarea es defender la orga-nización horizontal del movi-miento estudiantil mediante la democratización de nues-tro órgano político-gremial. Por ello, rechazamos toda participación en instancias que -como el CjD- han sido diseñadas para anular políti-camente a los estudiantes.

Todas las reivindicaciones de peso que se obtuvieron en el Consejo Directivo (como por ejemplo el rechazo a la CoNEAU en Exactas, el acta-compromiso sobre el edificio en Filo) no se ganaron por tener uno o dos consejeros más sino que fue la lucha y la movilización las que le torcieron el brazo a la gestión. Sin asambleas y acción directa, el movimien-to estudiantil no tiene nada por ganar en el Consejo Directivo. Insistimos: no puede haber muestra más clara de esto que la lucha contra la CoNEAU en Exactas, y la del edifi-cio en Filo. Ante un aula magna llena y luego de la toma del decanato en Exactas, cortes

de calle y el plesbicito de las gremiales, las autoridades tuvieron que recular y votar en contra de las acreditaciones para evitar una movilización mayor. Ante un aula “magna” llena en Filo, y luego de una toma de más de treinta días, el CjD tuvo que comprome-terse a construir un edificio nuevo integrado al actual y con guardería. Lo único que se logró en CjD fuera de períodos de moviliza-ción han sido declaraciones de apoyo sim-bólicas o resoluciones que no van a fondo en la problemática de la facultad y la UBA en general. Por eso reiteramos: no a la par-ticipación en espacios burgueses inherente-mente burocráticos. El camino es recuperar los Centros para el clasismo, y avanzar en su democratización.

FUBA

Como férreos defensores de la organización de los oprimidos para enfrentar al Estado y el Capital, somos conscientes de la nece-sidad del movimiento estudiantil de darse herramientas que trasciendan los Centros de Estudiantes por facultades, e incluso por regiones, para dar una batalla de conjunto con los sectores en lucha por una educa-ción verdaderamente pública y al servicio de los trabajadores. En este sentido es que reivindicamos la existencia de las federacio-nes universitarias que nucleen al conjunto del estudiantado combativo de nuestro país (FUBA, FULP, FUA, etc.). Sin embargo con-sideramos que hoy en día las federaciones no están puestas al servicio de una organi-zación realmente de base, sino que siguen siendo (por herencia de la Franja Morada) instancias burocráticas separadas de los Centros de Estudiantes y del movimiento estudiantil en su conjunto.

Ya hace 10 años que la FUBA fue recupe-rada por un sector de la izquierda. Esta recuperación no significó un cambio real de su estructura, y hoy en día no es más

que un organismo cuya principal tarea es recaudar fondos obtenidos de la venta de apuntes. Como anarquistas repudiamos esta limitación impuesta por la misma izquierda a la Federación y militamos por su reestruc-turación en base a los principios de la demo-cracia y acción directa, para darle un carác-ter realmente representativo y combativo. La única instancia que hoy conocemos de la

FUBA s o n los fa-mosos y fangosos “congresos”, que se reducen a una jornada entera de rosca y armado de listas oportunistas para obtener los votos necesa-rios con el fin de ganar la Federación.

Repudiamos la realización de congresos de la FUBA sin preaviso, y sin que puedan con-vocarse asambleas que mandaten a los dele-gados de cada facultad. La FUBA debe fun-cionar como instancia órganica en que se expresen los mandatos de base de las asam-bleas de cada facultad. El funcionamiento por delegados que responden a las organiza-

ciones políticas y no a las bases es una per-versión del principio federativo, al igual que la lógica de la FUBA-PyME. Al igual que para los Centros de Estudiantes, entende-mos que este funcionamiento burocrático es una reproducción exacta de los mecanismo con los que se manejaba la Franja Morada. El mantenimiento de las estructuras bru-cráticas de la FUBA hace más que probable la posibilidad de que la derecha retome las riendas de la Federación. Si no hay un cam-bio radical del modo de funcionamiento de la FUBA, lo único que se necesita para que la Franja la hegemonice nuevamente, es un mero cambio en la correlación de fuerzas electoral. Hoy en día esta posibilidad es muy real, ya que el PO y La Mella juntos suman casi la misma cantidad de delegados que la derecha. La única solución es avanzar en la desburocratización de la FUBA, implemen-tando la democracia directa en base a dele-gados mandatados por las asambleas de las facultades.

EL CENTRO DE ESTUDIANTES

Los Centros de Estudiantes tal como existen hoy no son una mera limitación para la or-ganización de los estudiantes. El escenario

es más grave: los Centros buro-cráticos son Centros servidos en bandeja a la burguesía, ya que están operando con el mis-mo mecanismo que el kirchne-rismo necesita para que nuestros órganos de lucha estén plena-mente sometidos a las políticas del gobierno nacional. De cara a esto, el Frente de Estudiantes Libertarios considera como ta-rea prioritaria crear los meca-nismos necesarios para que la política de nuestros Centros sea decidida en los espacios de base del movimiento estudiantil: la asamblea general y las comisio-nes. Nuestro norte político es un Centro estructurado de tal for-ma que ninguna fuerza política pueda ir en contra de lo decidido por la asamblea y los espacios de

base del movimiento estudiantil. Queremos ser perfectamente claros a este respecto: la forma en que se organizan los Centros de Estudiantes es indisociable de una discusión eminentemente política. No es en absoluto un mero formalismo. Se trata en cambio de un punto fundamental de nuestro progra-ma político como estudiantes anarquistas. Consideramos que una de las principales

tareas en la lucha contra el kir-chnerismo estudiantil estriba en la demo-cratización de los Centros.

Para alcanzar estos objetivos, el FeL pro-pone:

1 – Que el Centro toma como premisa fun-damental que la Asamblea General es la instancia máxima de decisión de los es-tudiantes. Entiende que cada asamblea es soberana sobre sí misma y que su manda-to debe respetarse y llevarse adelante. Asi-

mismo debe garantizar su fun-cionamiento, la plena difusión y convocatoria de cada una, como también la difusión de sus resolu-ciones.2 – Que se convoquen asambleas periódicas del Centro de Estu-diantes, con temario fijado de antemano (no tan sólo por las fuerzas del Centro) y ampliamente difundidas. Que se garantice que cualquier comisión del Centro de Estudiantes tenga la asistencia del Centro de Estudiantes en caso de ver la necesidad de convocar una asamblea o actividad.3 – Que se reconozca a las comi-siones como parte orgánica del Centro dedicada a profundizar los mandatos políticos de la asam-blea. Reconociéndolas como tales reconoce también la legitimidad de sus resoluciones y sus inicia-tivas políticas, léase materiales de difusión, actividades, e incluso elaboración de convocatorias a asambleas y elaboración de pla-nes de acción y de lucha (todo a refrendar cuanto se pueda en la asamblea general). Entra dentro de estas consideraciones también

la intercomisiones (en Filo), y cualquier otra herramienta democrática de que el movi-miento se dote. En ese sentido, sostenemos que los vocales del Centro deben buscar, en-tre cada asamblea, el mandato de la interco-misiones (Filo), o de la comisión más acorde a la temática tratada, siempre y cuando no contradiga un mandato de asamblea.4 – Retomando estos considerandos, cual-quier otra instancia deliberativa del Centro de Estudiantes debe retomar tajantemente el mandato de las asambleas, o las instan-cias que de ella dependen, como las comi-siones y, por lo tanto, la intercomisiones (en Filo). Entran aquí secretarías, vocalías, delegados FUBA, y se hace extensivo a con-sejeros5 – Que los espacios de gestión (bar, foto-copiadoras, apuntes) tengan el 100% de sus trabajadores sorteados. El Centro de Estudiantes debe dejar de ser caja para las agrupaciones que conducen y debe dejar de ser patrón de nuestros compañeros. Que el excedente de los espacios (un mínimo tras cubrir los costos de producción) se ponga a disposición de la asamblea general del Cen-tro de Estudiantes.6 – Hasta que no se avance sobre el 100% de sorteados, que los espacios sean ges-tionados por una comisión abierta que garantice su funcionamiento y al mismo tiempo que proyecte planes de acción serios para arrancarle al Estado el financiamiento total de comedor y apuntes, y el pase a plan-ta permanente de los trabajadores de estos espacios como trabajadores estatales.

Para recuperar la FUBA como una herra-mienta de las bases y verdaderamente fe-deralista, proponemos:

1 - Que los delegados FUBA del Centro de Estudiantes respondan a la asamblea gene-ral del mismo.2 – Que los delegados FUBA busquen explí-cita y activamente ser mandatados por dicha asamblea general. En caso de no haber sido mandatado, el delegado deberá abstenerse de votar.3 – Que ningún congreso ordinario de la FUBA se realice sin menos de un mes de preanuncio.4 – Que la FUBA no tenga militantes renta-dos. Que la totalidad de sus puestos de tra-bajo sean sorteados.5 – Que el uso de los fondos provenientes de las actividades económicas de la FUBA sea decidido vía mandato de los delegados en las asambleas generales de las facultades.

criticado de forma clara al gobierno kirch-nerista en sus afiches. El Frente se presenta como la “alternativa de izquierda” que va a presentar los “reclamos” de los traba-jadores en el parlamento. Desde nuestra perspectiva terminan devualuando sus posiciones y su propaganda en función de poder participar en las elecciones a toda costa. Su táctica electoral transforma un medio en objetivo y esto socava su progra-ma revolucionario. Se subordina la propa-ganda a la necesidad electoral.

Nuestro posicionamiento como Frente de Estudiantes Libertarios: el reagrupamiento de todas las fuerzas militantes y la búsqueda de unidad sobre bases clasistas y combativas.

Al mismo tiempo, nos parece importante problematizar la cuestión de la proscrip-ción. Si bien nosotros estamos en contra de que una porción de la izquierda se presente a elecciones no miramos este asunto de costa-do y no nos regodeamos porque la burguesía le prohiba a nuestros compañeros lo que no-sotros no queremos que hagan. Muy por el contrario, debemos ver la proscripción como otro frente de represión política del Estado, e insertarla en el marco general de avanzada del aparato burgués. Ahora bien, este avance represivo no se enfrenta ni se supera en la lucha electoral si no que se contrarresta con la organización de los de abajo. Justamente

para enfrentar este avance no debemos bus-car adaptarnos y amoldarnos a los requisitos del Estado y la burguesía, si no que tenemos que oponernos de lleno sin matices. Nues-tra propaganda y acción revolucionaria no puede verse diluida por las exigencias de un Estado inherentemente represor y capitalis-ta. Desde nuestra concepción, las contradic-ciones “prácticas” con las que se enfrentan los compañeros del FIT, sus giros y la pobre-za (política y propagandística) que tuvo su participación en las elecciones, son el final anunciado de una pelea que estaba perdi-da antes de empezar. Al concebir -aunque discursivamente lo nieguen- las institucio-nes burguesas y los escalafones del Estado como posiciones desde donde dar una pelea contra el capital, los compañeros pierden de vista las tareas estratégicas y las tácticas válidas de la etapa. El error en la militancia en el que caen los compañeros del FIT no se debe tanto a las falencias en la aplicación de su teoría. Su propia teoría es la que los lleva a dejar de lado las tareas prioritarias para los revolucionarios.

No vamos a ganar esta lucha votando, de la misma forma que no curamos la enferme-dad eliminando sus síntomas. La tarea es dar una lucha real en las calles, los institutos, las fábricas, y todos los lugares donde la iz-quierda tiene inserción, por la superacion de la fragmentacion de la izquierda, disputar la

hegemonía cultural y teórica del kirchneris-mo y defender desde abajo todas las posicio-nes arrancadas al Estado y al Capital por los trabajadores. Consideramos que debemos aportar a la construcción de la unidad de la izquierda para frenar el avance del kirchne-rismo. Desde el FeL proponemos que esta unidad se desarrolle desde las asambleas y las comisiones de base, abiertos a todos los estudiantes para poder construir planes de lucha frente a nuestros problemas concretos, y buscar encauzarlos hacia un norte de uni-dad con la lucha de los trabajadores.

Es por eso que planteamos que el FeL tam-bién va a militar durante en epoca de elec-ciones, pero no presentando candidatos, sino construyendo en nuestros espacios de base un programa revolucionario que ten-ga por eje central la lucha codo a codo con los trabajadores, levantando sus métodos históricos como son la asamblea y la acción directa, buscando romper toda ilusión en las instituciones burguesas, y en pos de la recuperación de sus organizaciones de clase, la construcción del poder obrero, la expro-piación de la burguesía, y la instauración del comunismo anárquico.

Fuentes de consulta

Anarkismo.nethttp://www.anarkismo.net/

Revista Sudestada - Especialmente la edi-ción número 100 que incluye un debate so-bre la izquierda y las elecciones http://www.revistasudestada.com.ar/

Blog y web de Rolando Astarita http://rolandoastarita.wordpress.com/http://rolandoastarita.com/

Comunicados del Frente de Izquierda y los Trabajadores en la página del PO, PTS e IS:www.po.org.arwww.pts.org.arhttp://www.izquierdasocialista.org.ar/

Nuevo MAShttp://www.mas.org.ar/

IPShttp://www.ips.org.ar/

“Blogs amigos” del IPSEl violento oficio de la críticahttp://elviolentooficio.blogspot.com/

Los galos de Asterixhttp://losgalosdeasterix.blogspot.com/

Centros de EstudiantesEl Programa del FeL para los

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Por qué es necesaria una organización anarquista… pero no un “partido de van-guardiaHoy en día pocas personas son anarquistas revolucionarios. La gran mayoría de la gen-te rechaza el anarquismo y toda clase de ra-dicalismo (si es que siquiera piensa en ello). Para los que somos anarquistas, la relación entre la minoría revolucionaria (nosotros), y la mayoría moderada y (todavía) no re-volucionaria es una cuestión clave. ¿Debe la minoría revolucionaria esperar a que las Leyes de la Historia hagan que la mayoría (o al menos la clase trabajadora) se vuelva revolucionaria, como algunos proponen? En ese caso, la minoría no tiene que hacer prácticamente nada. ¿O acaso la minoría radical tiene que organizarse para difundir sus ideas liberadoras, cooperando con el proceso histórico? Si es así, ¿debe la minoría revolucionaria organizarse de manera ver-ticalista y centralizada, o puede en cambio organizarse como una federación radical-mente democrática, consistente con su ob-jetivo de libertad?

La tendencia más excitante hoy en la iz-quierda es quizás el crecimiento del anar-quismo organizador clasista. Esto incluye al plataformismo internacional, al especifismo latinoamericano, y a otros elementos (el plataformismo se inspira en la Plataforma Organizativa de la Unión General de Anar-quistas, de 1926; en Skirda, 2002). Incluso algunos trotskistas observaron que “el pla-taformismo es una de las corrientes más a la izquierda dentro del anarquismo contem-poráneo” (International Bolshevik Tenden-cy, 2002; p. 1).

Para el anarquismo organizador clasista, la organización de los anarquistas según sus creencias es un principio central. Esto se aplica en particular a los que concuer-dan con un programa de revolución social antiautoritaria llevada a cabo por la clase obrera internacional y todos los oprimidos. Deberán por lo tanto organizar una asocia-ción voluntaria específicamente anarquista. Se estructurará como una federación de-mocrática de grupos más pequeños. Dicha organización producirá literatura política y trabajará para difundir sus ideas. Con uni-dad programática y táctica, sus miembros participarán en asociaciones más amplias y heterogéneas, como sindicatos, organiza-ciones comunitarias, grupos antiguerra, y –cuando surjan en un período revoluciona-rio- consejos obreros y comunitarios. Estas organizaciones anarquistas no serán “par-tidos”, porque no buscarán tomar el poder para sí mismas. Buscarán liderar a través de las ideas y del ejemplo, sin dominar o apo-derarse de las organizaciones populares, y sin tomar el poder estatal.

Este enfoque (resumido más arriba de ma-nera condensada) ha sido atacado por dos lados. De un lado están los anarquistas anti-organizadores (incluidos los individualistas, primitivistas y “post-izquierdistas”, entre otros). A lo sumo éstos aceptan colectivos locales, con la asociación más laxa entre sí (una “red”). Han denunciado al anarquismo organizador como un intento de construir nuevos partidos autoritarios, esencialmente leninistas. Los verdaderos leninistas tam-bién lo han denunciado por no ser leninista. El único trabajo extenso de los leninistas sobre el tema (Platformism & Bolshevism, de la I.B.T. trotskista, 2002) declara que hay “un abismo político entre la Plataforma de 1926 y el bolchevismo” (p. 2). Los platafor-mistas, dice el texto, son “demasiado anar-quistas para los bolcheviques, y demasiado ‘bolcheviques’ para los anarquistas” aunque “el grado de separación del plataformismo respecto de su herencia libertaria ha sido so-breestimada por sus críticos anarquistas…” (p. 3). Según los autores, la única solución es adoptar el partido centralizado leninista de vanguardia y el estado dictatorial de los trabajadores. Los anarquistas anti-organiza-dores y los leninistas coinciden en que una organización revolucionaria radicalmente democrática, no autoritaria y federada es imposible.

Los trotskistas señalan que los movimien-tos anarquistas fracasaron invariablemente en su objetivo de lograr una sociedad libre. Ellos sostienen que las únicas revoluciones exitosas fueron dirigidas por partidos de tipo leninista. La réplica obvia de los anar-quistas es que estos “éxitos” leninistas resul-taron en estados totalitarios monstruosos que asesinaron a decenas de millones de trabajadores y campesinos. Los anarquistas desean derribar el capitalismo sin terminar en “éxitos” de ese tipo. (Asimismo, todas las variedades de leninismo fracasaron com-pletamente en alcanzar el objetivo principal de Marx y Lenin, una revolución de la clase obrera en los países industrializados e im-perialistas). De todas maneras, esto plantea una pregunta válida: ¿cómo puede el anar-quismo evitar repetir su historia de fracaso y derrota? ¿Cómo podemos derribar el ca-pitalismo mundial sin crear estados de tipo stalinista? El anarquismo organizador fue desarrollado precisamente para lidiar con este problema.

Hay disputas similares respecto de formar organizaciones tanto entre los marxistas li-bertarios (o autonomistas) como entre los anarquistas. Aparentemente, esto tuvo inci-dencia en la división entre C.L.R. James y Raya Dunayevskaya. También fue un pro-blema en el movimiento del Comunismo de Consejos, con teóricos diferentes defendien-do perspectivas distintas. En el grupo Socia-lisme ou Barbarie de la segunda posguerra francesa, hubo una división entre Cornelius Castoriadis, quien adoptó una posición or-ganizadora, y Claude Lefort, quien adoptó una posición anti-organizadora.En este ensayo, reseñaré los argumentos anarquistas a favor de alguna forma de or-ganización política, incluyendo el debate histórico entre los anarco-sindicalistas y los anarco-comunistas. Reseñaré poste-riormente una crítica anarquista al partido leninista. Revisaré la revolución rusa para demostrar que la necesidad de una centrali-zación leninista es un mito. El partido bol-chevique dirigió la revolución rusa cuando los bolcheviques eran más parecidos a una federación anarquista.

La organización política revolucionaria anarquistaMuchos anarquistas parecen creer que un buen día la mayoría de la gente compren-derá la inutilidad de una sociedad autorita-ria. Todos juntos, como una sola persona, en un momento dado, abrirán los ojos ante su alienación, se pondrán de pie y recupe-rarán su sociedad. Este enfoque es a veces denominado “espontaneísmo”. Desgra-ciadamente las cosas no funcionan así. En general, a largo plazo, la gente se radicaliza de forma heterogénea. En épocas conserva-doras, la gente se vuelve revolucionaria en números reducidos. A medida que la situa-ción se radicaliza, se hacen revolucionarios grupos y núcleos enteros. Luego, a medida que la situación avanza hacia un período de radicalización, capas enteras se hacen re-volucionarias. Finalmente, en períodos de rebelión, poblaciones enteras se sublevan. Pero muchos, o las personas recientemente radicalizadas, no han reflexionado sobre sus objetivos o estrategias. Suelen estar llenos de energías, pero confundidos e inseguros, hasta que logran ordenar sus ideas a través de la experiencia. En estos períodos, los re-formistas pueden fácilmente desviarlos ha-cia un regreso a las antiguas costumbres, y los grupos autoritarios pueden instalar nue-vos gobernadores. Esto ha sido demostra-do por la triste historia de las revolucionas posteriores a la segunda guerra mundial en Europa y el “Tercer Mundo”. Más reciente-mente, hemos visto los lamentables resul-tados de la revolución iraní, que puso a los ayatolás en el poder, o el caso de la Argenti-na, donde la rebelión de masas produjo tan sólo un régimen capitalista un poco más de izquierda (pero las luchas en Argentina y el resto de América Latina aún no han termi-nado).

A medida que grupos y capas de trabajado-

res y otros grupos se radicalizan, tienen la oportunidad de organizarse para difundir eficazmente sus ideas entre el resto de la población aun no radicalizada. Esto no con-tradice la auto-organización del conjunto de la población oprimida. Es una parte integral de esta auto-organización.

Muchos grupos se organizarán siguiendo líneas autoritarias (reformistas, o para una nueva dominación revolucionaria). Esto es inevitable, ya que el autoritarismo es todo lo que conocemos. Pero es posible que algu-nos se organicen en direcciones libertarias, igualitarias y cooperativas –es decir, que se hagan anarquistas u otro tipo de anti-auto-ritarios. Esto es de vital importancia para no repetir la desastrosa historia de derrotas de las revoluciones de los trabajadores.

Una organización política ayudará a los an-ti-autoritarios a hablar entre sí, a educarse entre sí, a desarrollar su teoría, sus tácticas y su estrategia, su análisis de lo que está pa-sando y de qué hacer al respecto, y su visión de cómo podría ser una sociedad socialista. Podrán debatir lo que aprendieron de otras personas y lo que pueden enseñar a otros. Ser parte de una organización puede ayu-darlos a resistir la influencia conservadora y desmoralizante del resto de la sociedad. Algo así como lo que decía el anarquista Paul Goodman, “Alcanza con buscar y hacer una banda, doscientas personas ideológica-mente afines, para saber que uno está cuer-do y que el resto de la ciudad está desquicia-da” (1962; p. 17).

Aquí la cuestión es la relación entre la mi-noría que llegó a conclusiones revolucio-narias, y la mayoría que, la mayor parte de las veces, no es revolucionaria –salvo en períodos revolucionarios. (¡El hecho de que la mayoría se haya vuelto revolucionaria es lo que, por definición, hace que un pe-ríodo sea revolucionario!). Los anarquistas espontaneístas y anti-organizadores no ven esto como un problema: niegan su existen-cia. Para ellos, incluso hablar de una mino-ría revolucionaria es ser autoritario. Niegan la realidad. Sólo es posible contrarrestar los peligros del autoritarismo si admitimos que éste puede surgir de la separación entre una minoría revolucionaria y la mayoría. El anarquismo organizador es una forma de lidiar con esta separación, es una forma de superarla a través de la política práctica, una vía distinta del leninismo.

Una federación revolucionaria anarquista tendrá dos tareas entretejidas, dentro de las organizaciones populares más amplias. Una es luchar contra todas las organizaciones autoritarias que surgirán inevitablemente: stalinistas, socialdemócratas, liberales, fas-cistas, etc. Todos ellos tratarán de minar la confianza de los trabajadores y la iniciati-va popular. Argumentaremos contra estas agrupaciones, lucharemos contra ellas, y alentaremos a los trabajadores, mujeres, mi-norías raciales y nacionales, etc., para que tengan confianza en sí mismos, para que to-men el poder para sí mismos, y cuenten con sí mismos, no con algún salvador venido de arriba.

La otra tarea entrelazada es hacer alianzas con todas las personas y grupos con que sea posible –con cualquiera que vaya en nuestra dirección. Nadie tiene todas las respuestas. Por ejemplo, en la enorme sociedad de Es-tados Unidos, es improbable que una sola organización (“vanguardista”) tenga todos los mejores militantes y todas las ideas co-rrectas. Los anarquistas revolucionarios deberán estar preparados para hacer frentes unidos con cualquier grupo que se desarro-lle en una dirección anti-autoritaria.

Muchos de estos problemas fueron plan-teados en el Congreso Anarquista Interna-cional de Amsterdam, en 1097. Estuvieron presentes cerca de ochenta anarquistas de Europa, América del Norte y del Sur y otras regiones, incluyendo figuras muy conocidas de la época, como Emma Goldman. Entre otros temas discutidos, Pierre Monatte, un

anarco-sindicalista francés, urgió a los anar-quistas a ingresar a las uniones [sindicatos], para ayudar en su organización y construc-ción. Argumentó que éste era el camino para que los anarquistas salieran de sus pe-queños círculos aislados, y abandonaran re-beliones sin sentido y (en algunos casos) el terrorismo. Según Monatte, de esta manera los anarquistas podrían entrar en contacto con los trabajadores y participar en sus vi-das y sus luchas.

Hablando en contra de él se encontraba el anarco-comunista italiano Errico Malates-ta. (Estas etiquetas llevan a la confusión, ya que los anarco-sindicalistas coinciden en que su objetivo es el comunismo anárquico, mientras que los anarco-comunistas coinci-den en que los sindicatos son valiosos). Es-taba de acuerdo con que era importante que los anarquistas participasen de los sindica-tos. Pero objetaba la idea implícita de que los anarquistas debían, en efecto, disolverse dentro de los sindicatos. Malatesta advirtió que esto era peligroso porque los sindica-tos, por su misma naturaleza, tenían que atraer trabajadores con una gran variedad de niveles de conciencia, conservadores y socialistas de estado así como anarquistas. Asimismo, el trabajo de los sindicatos era negociar mejores condiciones de trabajo y salario bajo el capitalismo, siempre que no hubiese una situación revolucionaria. Es de-cir, los sindicatos tienen que adaptarse tanto a la conciencia más conservadora de la ma-yoría de sus miembros, como a las necesi-dades prácticas del mercado capitalista. Por lo tanto, Malatesta y otros concluyeron que los trabajadores anarquistas debían también organizarse en organizaciones específica-mente anarquistas, para luchar por las ideas anarquistas. Ellos trabajarían dentro y fue-ra de los sindicatos, ocupándose no sólo de cuestiones sindicales, sino también de toda lucha contra la opresión de cualquier sector.

(Llamativamente, muchas personas de iz-quierda conocen en detalle el debate de Le-nin con los “economistas” –marxistas que querían concentrarse únicamente en la or-ganización de sindicatos- como lo consigna Lenin en ¿Qué hacer?. Pero no saben nada sobre el debate Malatesta-Monatte, que abarcó el mismo período. Los trotskistas de la I.B.T. observan, con aparente sorpresa, “… los plataformistas tienen antecedentes de participación en las luchas por extender y defender los derechos democráticos… Esto demuestra una comprensión relativa-mente sofisticada de cómo opera el estado capitalista y es congruente con el ¿Qué ha-cer? de Lenin…” [2002, p. 14].)

Monatte estaba en lo correcto acerca del va-lor del ingreso de los anarquistas a los sin-dicatos. Con este enfoque, los anarquistas terminaron con su aislamiento y lograron una gran influencia entre los trabajado-res y otros grupos. Pero Malatesta tenían igualmente razón. Los otrora militantes sindicatos franceses (la C.G.T.) se volvieron conservadores. Lo único que los altos jefes de los sindicatos conservaron de su anar-quismo original fue un deseo de mantener a los sindicatos separados de los partidos so-cialistas. Cuando se desencadenó la prime-ra guerra mundial, los sindicatos franceses apoyaron la guerra y al gobierno. Monatte se hizo opositor a la burocracia de los sindi-catos y a su proimperialismo.

Los anarco-sindicalistas sabían lo que había pasado en Francia y vieron tendencias simi-lares en los sindicatos españoles (la C.N.T.). A diferencia de los anarco-sindicalistas franceses, los españoles se organizaron en una federación específicamente anarquista, la F.A.I., dentro de la C.N.T. Lograron batir en retirada a la tendencia reformista y buro-crática (y luego a los comunistas). Más allá de sus eventuales errores, en esta cuestión la F.A.I. sigue siendo un ejemplo para los anarquistas organizadores. 

El partido leninistaComo es sabido, el concepto de partido es fundamental para el leninismo. Éste ha sido

definido de varias maneras. El documento central del trotskismo (una variante del le-ninismo) es el Programa de transición. Su primera oración –y concepto fundamental- es, “La situación política mundial en su con-junto se caracteriza principalmente por una crisis de la dirección del proletariado” (1977, p. 111). Es decir que el problema principal no es el conservadurismo de las masas de trabajadores, porque en nuestra época los trabajadores y los oprimidos se han alzado contra el capitalismo de tanto en tanto. El problema es que los socialdemócratas, libe-rales, stalinistas y nacionalistas, son los lí-deres establecidos y respetados. Estas elites llevan a los trabajadores a alguna versión de la antigua opresión. Lo que se necesita entonces es construir una nueva dirección, un partido comprometido con un programa revolucionario de palabra y de hecho, que pueda ganarse el apoyo de la mayoría de los trabajadores y oprimidos.

La ventaja de esta concepción es que dice a la minoría revolucionaria que no culpe a los trabajadores por el fracaso de la revolución. Esto no niega que la conciencia no revolu-cionaria de la mayoría de los trabajadores sea un problema. Pero lamentarse del “atra-so” de la mayoría es tan incoherente como idealizar a los trabajadores. La decadencia del capitalismo llevará repetidamente a la clase obrera a rebelarse. La tarea de la mi-noría revolucionaria es desarrollar su pro-pia teoría, análisis, estrategia, táctica, y una práctica real.

La desventaja de esta concepción de lide-razgo es que se presta a considerar a la di-rección como lo más importante. De este modo, se busca reemplazar a los líderes malos por los líderes buenos, a los parti-dos malos por el partido bueno –esto es, el partido con las ideas correctas. En lugar de concentrarse en agitar al pueblo, alentando su independencia y autonomía, esta pers-pectiva implica que todo lo que se necesita es llevar a los dirigentes adecuados al poder. En los casos más lamentables, el partido se convierte en un substituto de la clase obrera.

Los leninistas conciben al partido como una organización centralizada –bajo “centralis-mo democrático”. Esto se basa en su visión del socialismo, entendido como una eco-nomía centralizada dirigida por un estado centralizado. Para alcanzar este objetivo y dirigir la economía centralizada y estatiza-da es necesario un partido centralizado. En teoría el estado y el partido “se desintegra-rán” (algún día), pero la economía perma-necerá centralizada –y en una escala mun-dial, nada menos. La idea misma es una pesadilla burocrática.

El “centralismo” no es sólo coordinación, unificación o cooperación. El centralismo (“democrático” o de otro tipo) significa que todo está dirigido desde un centro. Manda una minoría. Como lo dijo Paul Goodman, “En una empresa centralizada… la autori-dad es vertical. La información se reúne abajo en el campo y es procesada para luego emplearse en niveles superiores; las deci-siones se toman en las sedes centrales; las políticas, agendas, y procedimientos estan-darizados se transmiten hacia abajo por una cadena de mando… El sistema se ideó para disciplinar ejércitos; para llevar registros, cobrar impuestos, y para funciones buro-cráticas; y para… la producción en masa.” (1977, pp. 3-4). Este es el modelo básico de la sociedad capitalista, y el partido leninista la mantiene. Este es el estado en embrión, la relación capital/trabajo en práctica.

Sin duda, una federación anarquista tam-bién tiene cierto grado de “centralismo”, es decir que la organización en conjunto asig-na ciertas tareas específicas a grupos e in-dividuos específicos. Estos grupos centrales son elegidos, y son revocables en todo mo-mento, con una rotación de tareas entre los miembros. Por definición, una federación equilibra la centralización con descentrali-zación: la centralización mínima indispen-sable, y toda la descentralización posible en la organización anarquista.

Entre los leninistas, el partido centralizado está justificado filosóficamente. Se supone que el partido conoce la Verdad, el “socia-lismo científico”. El partido es considerado como la encarnación de la conciencia del proletariado. La conciencia del proletariado no es lo que el proletariado realmente cree, sino lo que debería creer, lo que tiene que

creer, y que solamente el partido conoce con seguridad. Por lo tanto, el partido no tiene nada que aprender de nadie ajeno a él. La dirección del partido es probablemente la más entendida en cuanto a la verdad. Por lo tanto, el partido debe ser centralizado, con una dirección central estable. Ella lleva “la carga del hombre brillante”1 (Landy, 1990, p. 5). El partido –o sus altos dirigentes- es la “vanguardia”.

No quiero protestar por definiciones de pa-labras, cuando lo que importa son los con-ceptos. Algunos anarquistas utilizaron la pa-labra “vanguardia” para describirse. Usaron el término para expresar que estaban crean-do pensamiento político de avanzada, y que eran los revolucionarios más extremos, la izquierda de la izquierda. Usaron “vanguar-dia” del mismo modo en que los artistas usan el término francés “avant-garde”, esto es, aquellos al frente de las nuevas ideas. Pero “vanguardia” designa hoy no sólo a un grupo que tiene ideas propias, la minoría revolucionaria. Designa a los que creen que tienen todas las respuestas y que tienen por lo tanto el derecho a dirigir al resto. Esto es lo que los anarquistas rechazan.

Por ejemplo, el panfleto de la I.B.T. argu-menta que los bolcheviques estaban en lo correcto al mantener una dictadura de par-tido único en los inicios de la Unión Sovié-tica (cuando Lenin y Trotsky estaban en el poder). Esto es correcto, dicen, a pesar de que la mayoría de los trabajadores (por no hablar de los campesinos) ya no los apoya-ba. Si hubieran permitido elecciones libres en los soviets, los trabajadores y los campe-sinos los habrían echado, votando a los so-cial-revolucionarios de izquierda (populis-tas), a los mencheviques, o a los anarquistas. Éstos, sostienen, habrían capitulado ante el capitalismo y permitido el surgimiento de un proto-fascismo. Cierto o no, los trotskis-tas justifican que gobierne una dictadura de un partido minoritario, porque el partido sabe qué es lo mejor para el pueblo. Sin em-bargo, este enfoque no llevó al socialismo, sino al stalinismo, la contrarrevolución a través del partido. El stalinismo fue casi tan brutal como el nazismo. Según el panfleto de la I.B.T., hacia 1924 el partido bolchevi-que ya no era revolucionario, poco tiempo después de la revolución de 1917. Concluyo, por lo tanto, que hubiese sido mejor para los bolcheviques ceñirse a la democracia revo-lucionaria de los soviets originales, incluso si esto significase perder el poder. Nada po-dría haber sido peor que lo que sucedió.

El mito de la revolución bolchevique Generalmente, se cree que la revolución rusa demuestra la necesidad de un par-tido centralizado, verticalista, de estilo bolchevique. Sin este tipo de partido, se sostiene, no habría habido una revolu-ción socialista. Por lo tanto, es hoy nece-sario construir partidos de este tipo. Este argumento es mayormente mitológico.

En el exilio europeo, Lenin había cons-truido un cuerpo centralizado de cua-dros profesionales, pero éstos no con-trolaban en absoluto a las bases reales del movimiento marxista del imperio ruso. El movimiento socialista había sido afectado por la represión zarista, y por las luchas entre facciones internas, que originaron rupturas como la de los mencheviques, tan sólo la más conoci-da. Murray Bookchin resumió: “El par-tido bolchevique… fue una organización ilegal durante la mayor parte de los años que precedieron a la revolución. El partido fue constantemente destruido y reconstrui-do, con el resultado de que, hasta la toma del poder, nunca se cristalizó en una maqui-naria plenamente centralizada, burocrática y jerárquica. Más aun, se vio acribillado por facciones… hacia la guerra civil.” (1986, p. 220).

Hal Draper, una autoridad en Marx y Lenin, hizo observaciones similares “… Los pasos previos para un partido de masas habían sido dados en Rusia no bajo la forma de sectas, sino de círculos locales de obreros, que siguieron siendo amplios y formaron asociaciones regionales amplias… Las orga-nizaciones asociadas en Rusia eran grupos partidarios locales y regionales, que podían tener simpatías en parte bolcheviques y en parte mencheviques, o podían cambiar su apoyo de un grupo a otro de vez en cuando, etc. Cada vez que tenía lugar un ‘congreso del partido’ o una conferencia, cada grupo

parti-d ar i o t e n í a q u e decidir si asistir a uno u otro, o a los dos… Los miembros individuales de un partido en Rusia, o los grupos partidarios, podían decidir distribuir el periódico de Lenin o el de los mencheviques, o ninguno de los dos –muchos prefirieron órganos ‘no-facciosos’ como el que Trotsky creó en Viena; o po-dían usar las publicaciones bolcheviques que más les gustaban, más otras de los men-cheviques u otros grupos, sin ningún tipo de constricción.” (1971, pp. 7-8).

El papel de los bolcheviques en el derro-camiento del gobierno provisional capi-talista ha sido cuidadosamente estudiado por Alexander Rabinowitch (1976, 1991). Mediante un estudio de las memorias tem-pranas de los activistas bolcheviques y una lectura de los periódicos bolcheviques de la época, llegó a la conclusión de que “… la casi monolítica unidad y ‘disciplina de hierro’ del partido bolchevique en 1917 son en gran parte un mito…” (1991, pp. viii-ix). El comité central del partido no logró controlar a muchas organizaciones regio-nales y locales, y generalmente tampoco lo intentaba. Incluso en lugares centrales como Petrogrado y Moscú, había cuerpos bolcheviques relativamente autónomos que crearon sus propios periódicos y se dieron sus propias políticas inmediatas. En el co-mité central había militantes con voluntad firme, que pelearon por sus opiniones, a veces ignorando la disciplina partidaria. Mientras tanto, el partido se había abierto a decenas de miles de nuevos miembros obreros, que sacudieron considerablemente a la organización. Cuando Lenin regresó a Rusia, confió en esta nueva base para anular las políticas conservadoras de los antiguos bolcheviques. Rabinowitch llegó a la con-clusión de que estas divisiones “descentra-lizadas e indisciplinadas” (p. ix) causaron algunas dificultades, pero en términos ge-nerales fueron de vital utilidad. “… La flexi-bilidad organizativa de los bolcheviques, su carácter relativamente abierto y receptivo… habrían de ser una parte importante de la fuerza y habilidad del partido para tomar el poder.” (1991, p. xi).

La creación del partido centralizado y mo-nolitico se llevó a cabo después de la revo-lución, durante la guerra civil contra los Blancos contrarrevolucionarios. Cuando terminó la guerra civil en 1921, los bolche-viques sofocaron la revuelta en la fortaleza

naval de Kronstadt y derrotaron a la opo-sición interna del partido –dos manifes-taciones que reclamaban más democracia obrera. Lenin persuadió a los bolcheviques (ahora Partido Comunista) de que prohi-bieran todas las camarillas y facciones in-ternas (Trotsky estuvo de acuerdo). “… Los bolcheviques tendieron a centralizar su par-tido al grado de aislarse de la clase obrera.” (Bookchin, 1986, p. 221). El partido se hizo aun más burocrático e internamente repre-sivo con la victoria de Stalin en 1924.

¡El partido bolchevique hizo la revolución rusa cuando éste se parecía más a una fede-ración anarquista! El partido centralizado y monolítico no fue el partido de la revo-lución, sino el de la contrarrevolución. Los partidos leninistas autoritarios que hicie-ron las revoluciones china, vietnamita, yu-goslava y norcoreana tuvieron por modelo al partido de la Unión Soviética stalinista. Mao y otros querían un partido que creara un similar régimen totalitario de capitalis-mo de estado.

Hay otro aspecto mitológico de la imagen corriente de la revolución rusa y del par-tido bolchevique. Es la idea de que fueron los bolcheviques por sí mismos quienes de-rrocaron al gobierno provisional. Eso no es cierto. La toma del poder original fue lleva-da a cabo por un frente unido del partido bolchevique, los social-revolucionarios de izquierda y los anarquistas. Los bolchevi-ques jugaron un papel dirigente a causa de la debilidad de los otros dos grupos, pero no podrían haber actuado solos. Los social-re-volucionarios de izquierda eran los herede-ros del populismo campesino ruso, con un programa socialista libertario. A diferencia de los bolcheviques, tenían apoyo entre los campesinos. Su debilidad fueron sus enre-dos con el ala derecha del partido, de la que comenzaron a separarse tan sólo en 1917. Los anarquistas eran activos en las ciuda-des principales y en muchas industrias. Los anarco-sindicalistas fueron importantes en la construcción de consejos de fábrica. Desgraciadamente, los anarquistas estaban divididos en varias tendencias, y fueron su-perados por el mayor grado de organización de los partidos políticos. (Los anarco-sindi-calistas parecen haber estado mejor organi-zados que los anarco-comunistas, en térmi-nos de creación de periódicos y difusión de sus opiniones).

Los social-revolucionarios de izquierda y los anarquistas concordaron con los bolche-viques en la necesidad de derrocar al gobier-no provisional burgués y reemplazarlo por los soviets. Todos cooperaron en el comité militar, dirigido por Trotsky, que derrocó al gobierno provisional. Los social-revolu-cionarios de izquierda formaron luego un gobierno conjunto con los bolcheviques en los soviets. Los anarquistas participaron de los soviets y apoyaron generalmente las po-líticas de los bolcheviques y social-revolu-cionarios de izquierda. El fin de este frente unido fue un paso importante hacia la dic-tadura de partido único de los comunistas. (El desarrollo de este proceso es demasia-do confuso para exponerlo aquí). En 1921, además de prohibir las facciones dentro del partido comunista, Lenin y Trotsky tam-bién exigieron la prohibición final de todos los demás partidos, por más dispuestos que estuvieran a apoyar al socialismo. La dicta-dura monolítica y centralizada de partido único acababa de ser creada, aunque pasó por algunas etapas más antes de que Stalin

la perfeccionase completamente. Pero no fue así como se hizo la revolución.

ConclusiónMás allá de sus logros, el anar-quismo fracasó repetidamente en sus intentos de crear una so-ciedad cooperativa libre. Las re-voluciones influenciadas por los anarquistas han sido derrotadas, o “triunfaron” al ser controladas por los estatistas. Hoy hay un rebrote del anarquismo a escala mundial. Muchos militantes tie-nen sus expectativas puestas en la tendencia organizadora y clasista del anarquismo histórico, como la expresaron Malatesta, los pla-taformistas, la F.A.I., y los especi-

fistas. Algunos de nosotros también pone-mos nuestras expectativas en la tendencia autonomista del marxismo. Propugnamos la creación de federaciones democráticas organizadas en torno a un programa de re-volución internacional de la clase obrera y todos los oprimidos. Los anarquistas anti-organizadores denuncian que se crean así partidos de tipo leninista. Más allá de sus intenciones, en la práctica los anti-organiza-dores abandonan la organización anarquis-ta efectiva contra el capitalismo y el estado. Mientras tanto, los leninistas construyen partidos que re-crean la división centrali-zada dirigente/dirigido del capitalismo de estado. Ellos propagan una imagen falsa y autoritaria de cómo se logró la revolución rusa. Nosotros, sin embargo, creemos aun que la emancipación de la clase trabajadora y los oprimidos será obra de la clase trabaja-dora y los oprimidos mismos. Creemos que la formación de federaciones anarquistas revolucionarias es parte de la auto-organi-zación de los oprimidos y explotados por el capitalismo. Esa auto-organización sigue siendo la clave para la liberación humana.

organizacion anarquista,no vanguardismo leninista

Texto de Wayne Price Traducción del FeL

http://www.fel-arg.org/lecturas-recomendadas/

Page 9: Solidaridad - Prensa N1 del FeL

El comunismo anárquico es una doctrina revolucionaria que lucha por la superación de la actual sociedad basada en la explotación, la opresión, el autoritarismo y la pobreza. Luchamos por una sociedad que se funde bajo el principio de “de cada cual según sus necesidades”, en la cual se haya eliminado la propiedad privada de los medios productivos y a la clase (patronal) que vive a costa del trabajo ajeno, pasando los medios de producción y distribución a manos del conjunto del pueblo y su gestión a manos de la colectividad de trabajadores directamente involucrados en él. Del mismo modo, queremos poner los inmensos avances de la sociedad actual no para satisfacer las ansias de ganancia y acumulación de unos pocos según la lógica del mercado, sino para satisfacer las necesidades de todos. Reorientando el trabajo en este sentido, verdaderamente útil y creador, podremos alcanzar el objetivo final de la abolición del sistema del trabajo asalariado, en el cual no se nos permite gozar del fruto de nuestro labor, sino que éste está destinado a enriquecer a la burguesía. Del mismo modo queremos refundar las relaciones sociales sobre bases federativas, desde abajo hacia arriba, desde las unidades básicas a las más complejas, de modo que podamos volver a ser dueños de nuestras vidas y no nos veamos sometidos al papel de ejecutores de voluntades externas. Demandamos la participación real en todos los aspectos que nos incumben en nuestras vidas, activa y conciente. Esto implica la abolición del Estado, como un organismo centralizado, cupular y enajenador del poder popular. Sólo de esta forma, podremos crear una vida llena de sentido y dignidad en la cual no tenga cabida el egoísmo, la explotación, la pobreza ni la opresión en ninguna de sus formas. Una vida en la cual la solidaridad y la dignidad impregnen todos los aspectos de nuestra existencia. Pero esto no ocurrirá sólo con buenas

intenciones. Hay que generar las condiciones materiales para que esto ocurra. Y estas condiciones sólo se pueden generar mediante la revolución social y la práctica de la acción directa, ya que tendremos que enfrentar la enconada oposición de quienes hoy detentan los privilegios.

Para alcanzar este fin, es necesario que quienes sostenemos estas aspiraciones, los anarquistas, nos organicemos en todos los espacios en que nos desenvolvamos, ayudando en ellos a prefigurar el mundo por el que luchamos y ayudando a que nuestras organizaciones sean herramientas de transformación social. Ello implica que debemos participar activamente en nuestras sindicatos, federaciones estudiantiles, agrupaciones poblacionales o coyunturales, impulsando en ellas nuestra orientación. Del mismo modo, implica que nos organicemos en agrupaciones de carácter político revolucionario, con el fin explícito de desarrollar nuestras políticas, bajo principios unitarios (tanto en la teoría como en la práctica) y federativos, y con disciplina.

Nuestra meta, la sociedad comunista anárquica, no es algo que tenemos que esperar a que un día suceda espontáneamente. No se trata de una utopía. Se trata de un norte alcanzable, cuyas raíces se encuentran clavadas en nuestra propia sociedad y es necesario que desarrollemos los elementos que la hagan posible. Este norte se materializa a cada momento en la lucha, se hace real y presente en la medida en que construimos poder popular, en la medida en que desarrollamos las potencialidades asociativas, organizativas y de lucha de nuestra clase. En fin, esta sociedad se prefigura, en la medida en que luchamos por acabar con el capitalismo, a la vez que sentamos las bases de un nueva vida.