SOLUCIONARIO por Irina Martí - Planetalector · facilitar el segundo (Bobo). ... o también que es...

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www.planetalector.com -1- SOLUCIONARIO: por Irina Martí Primera parte: Tus nietos no te olvidan Los de mi barrio se quejan 1. Compraron el libro por la novedad y para saber si Manolito contaba cosas acerca de ellos. Dejaron de comprarlos al enfadarse por cómo los sacaba Manolito y por cómo los dibujaba Emilio Urberuaga: no querían gastar su dinero para verse gordos y feos y haciendo el ridículo. 2. Se trata del Imbécil. Le gusta especialmente que el dibujante le saque en las portadas. 3. A don Ezequiel no le gusta que el dibujante no refleje las reformas que ha hecho en su establecimiento. 4. A la autora, que, según Manolito, se queda con lo peor de lo que él le cuenta. 5. Debido a su edad avanzada, el abuelo de Manolito padece un agrandamiento de la próstata. El médico le dice que deben operarle para solucionar ese problema. 6. Deben comprar camisetas de Termolactyl, un tejido termorregulador. Según Manolito, su madre se las pone al Imbécil y a él porque le gusta verles sudar en invierno y añade que no se queda tranquila hasta que les sale sarpullido en el cuello por el sudor. 7. VOCABULARIO: pasarlas canutas: „verse en situación muy apurada‟. Los protagonistas nunca pagan 1. Con otro señor mayor que estaba en la tienda comprando unos calzoncillos y que, al escuchar cómo Nicolás hablaba al dependiente sobre su próxima operación de próstata, interviene

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SOLUCIONARIO: por Irina Martí

Primera parte: Tus nietos no te olvidan

Los de mi barrio se quejan

1. Compraron el libro por la novedad y para saber si Manolito contaba

cosas acerca de ellos. Dejaron de comprarlos al enfadarse por

cómo los sacaba Manolito y por cómo los dibujaba Emilio

Urberuaga: no querían gastar su dinero para verse gordos y feos

y haciendo el ridículo.

2. Se trata del Imbécil. Le gusta especialmente que el dibujante le

saque en las portadas.

3. A don Ezequiel no le gusta que el dibujante no refleje las reformas

que ha hecho en su establecimiento.

4. A la autora, que, según Manolito, se queda con lo peor de lo que él

le cuenta.

5. Debido a su edad avanzada, el abuelo de Manolito padece un

agrandamiento de la próstata. El médico le dice que deben

operarle para solucionar ese problema.

6. Deben comprar camisetas de Termolactyl, un tejido

termorregulador. Según Manolito, su madre se las pone al Imbécil

y a él porque le gusta verles sudar en invierno y añade que no se

queda tranquila hasta que les sale sarpullido en el cuello por el

sudor.

7. VOCABULARIO: pasarlas canutas: „verse en situación muy

apurada‟.

Los protagonistas nunca pagan

1. Con otro señor mayor que estaba en la tienda comprando unos

calzoncillos y que, al escuchar cómo Nicolás hablaba al

dependiente sobre su próxima operación de próstata, interviene

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en la charla hablando de su propia operación, les enseña su

cicatriz y consigue tranquilizar a don Nicolás.

2. Doña Manolita es la administración de lotería número 67 de

Madrid. El establecimiento abrió sus puertas en 1904, en la calle

San Bernardo (entonces llamada calle Ancha). En 1931 la

administración se trasladó al número 31 de la Gran Vía madrileña,

donde permaneció hasta 2011, en que nuevamente cambió de

ubicación a la calle del Carmen 22, su actual sede.

Debe su fama a los numerosos premios gordos que ha repartido

en el sorteo de Navidad, y al carisma de su titular, Manolita de

Pablos (1879-1951). Cuando contaba 25 años de edad, Manolita

decidió probar suerte como lotera ayudada por sus tres hermanas.

Su belleza, su amabilidad y los numerosos premios que repartía la

hicieron popular entre los estudiantes de la antigua Universidad

Central, próxima al establecimiento, una fama que pervive hoy en

día.

3. En una librería de la Gran Vía. Sobre una mesa de la librería

Manolito descubre varios de los títulos de los que es coautor:

Manolito Gafotas, ¡Cómo molo!, Pobre Manolito... Al verlos, le da

la risa.

4. De Carabanchel Bajo, que junto a Carabanchel Alto —el barrio de

Manolito— conforma el distrito de Carabanchel.

5. Manolito considera que puede llevarse uno de los libros sobre su

vida que ha visto en la librería. Al contarle al vendedor su

intención, este le dice que le parece bien que se lleve el libro

siempre que previamente lo pague. Manolito le responde que no

hace falta que lo pague, porque él es el protagonista de esos

libros y los protagonistas nunca pagan los libros en los que salen.

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Cuando se dirige hacia la salida, el dependiente le detiene

agarrándolo por el hombro, le dice que no puede llevarse el libro y

se lo quita de las manos. En ese momento Manolito rompe a

llorar.

6. Cuando el abuelo Nicolás llega a la librería, encuentra a su nieto

llorando junto al dependiente y le pregunta a este qué ha

ocurrido. El abuelo Nicolás le dice al vendedor que Manolito es un

niño muy bueno.

Los únicos peros que el abuelo de Manolito piensa que se le

pueden poner a su nieto son lo vago que es en el colegio, los

celos que tiene de su hermano, su locuacidad y el hecho de que

ponga tan nerviosa a su madre.

7. VOCABULARIO:

ponérsele a alguien los nervios de punta: „ponerse muy nervioso,

irritado o exasperado‟.

por el morro: expresión coloquial que significa „de forma gratuita

y con descaro‟. Existe otra variante de la misma locución: por

todo el morro.

Un amante de los niños

1. El dependiente le dice que todos los días acuden a la librería chicos

afirmando ser los autores de las historias de Manolito con el fin de

poder llevarse los libros gratis. Afirma que en esos libros sale todo

Carabanchel, excepto él, tal vez por ser de Carabanchel Bajo.

2. Le promete que su nieto hará todo lo posible por que salga en el

próximo libro sobre Manolito.

3. Les da su nombre y primer apellido, Jaime Sánchez, aunque elude

facilitar el segundo (Bobo).

Entre los datos que le gustaría que se recogieran acerca de él en

el libro, ofrece los siguientes: dice ser un hombre honrado y

amante de «los niños de la infancia», ser socio del Real Madrid y

autor de poesías dedicadas a varios jugadores de ese club de

fútbol.

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4. Dice que no puede regalárselo porque, aunque don Nicolás le

parece una persona legal, no está seguro del todo de que Manolito

sea quien afirma ser, porque la gente no le parece fiable y es

«muy mala».

5. Pobre Manolito. En un capítulo de ese libro, titulado «Los

Cochinitos», se recoge un episodio en el que Bernabé, marido de

la Luisa, se tira unos «pedos monstruosos» por el pasillo, sin

saber que la familia de Manolito está en ese momento en su casa

para darle una fiesta sorpresa.

6. VOCABULARIO:

antojo: „capricho, deseo caprichoso o pasajero de algo‟. Se aplica

específicamente a los tenidos por las mujeres durante el

embarazo, que, según creencia popular, si no se cumplen,

quedan reflejados en forma de una mancha o lunar en el cuerpo

de la criatura que nace.

la mar de: „mucho, con abundancia‟.

Un abuelo hueco

1. La Luisa está limpiando la mirilla, «como siempre».

Respuesta libre.

La frase de Manolito tiene doble sentido. Al decir que la Luisa

siempre está limpiando la mirilla puede querer indicar dos cosas:

que la ensucia de tanto como la usa para cotillear, o también que

es la excusa que tiene para permanecer cerca de la puerta de su

piso y poder fisgar a los vecinos.

Más adelante vuelve sobre el tema y dice que lo de ponerse a

limpiar la mirilla al oír pasos por la escalera es un tic bastante

incontrolable que la Luisa tiene.

2. En Lluvia de Estrellas, un exitoso concurso musical de televisión de

la década de 1990 que consistía en competir por la mejor

interpretación posible de los ídolos de los concursantes. Estos

debían conseguir el máximo parecido con sus imitados, no solo en

la voz, sino también en la imagen y el aspecto físico de los

artistas.

Posteriormente hubo una versión infantil del concurso, que se

llamó Menudas Estrellas.

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Manolito y el Orejones se proponen imitar al dúo Azúcar Moreno

«como un par de niños drag-queen».

3. Se entera a través de la Luisa, que antes había escuchado la

conversación entre abuelo y nieto en la escalera, y se presenta en

casa de Manolito para saber si ya le han contado a Cata lo que

ocurre y para poder hablar de uno de sus temas preferidos: las

enfermedades y las operaciones quirúrgicas.

4. Manolito cuenta a su madre el comentario que la Luisa les ha

hecho antes en la escalera acerca de que al cirujano puede írsele

la mano durante la intervención a don Nicolás y dejarle hueco por

dentro. Al imaginar así a su abuelo, el Imbécil rompe a llorar.

5. VOCABULARIO:

comecome: „Picazón que se padece en alguna parte del cuerpo o

en todo él. Desazón moral, especialmente la que ocasiona el

deseo o apetito de algo mientras no se logra‟.

«El día que yo falte»

1. Hablan en la cama de temas relacionados con la operación. El

Imbécil.

2. Le permite dormir en su cama.

Que no se mee, porque luego no hay forma de quitar el olor a pis

del colchón.

3. El plástico protector del colchón. Sabe que se hará pis en la cama

del abuelo y le ha prometido que evitará mojar el colchón

poniendo el plástico bajo la sábana.

Manolito define a su hermano como un niño sin complejos y con

bastante morro.

4. Cata ha ido contando por el barrio que el Imbécil se hace pis en la

cama, en un intento de que el niño se avergüence y deje de

hacerlo. Manolito piensa que esta estrategia es inútil, pues el

Imbécil no tiene vergüenza.

Respuesta libre. A la edad que tiene el hermano de Manolito es

normal que los niños no controlen completamente sus esfínteres.

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La madre debería quitar importancia a esos «escapes» nocturnos,

porque lo único que puede conseguir contándolos por ahí es

agravar la situación.

5. Consiste en hablar de lo que el abuelo dejará en testamento a sus

dos nietos, que son lo que más quiere en este mundo. En este

juego los niños suelen acabar peleándose, porque ambos aspiran

a heredar todo lo que su abuelo tiene: la casa del pueblo, el

dinero de la cuenta, el último cupón de la ONCE o décimo de

lotería, las bufandas...

6. Una foto de los dos hermanos con la dedicatoria «Tus nietos no te

olvidan». A Manolito le cuesta hacer entender a su hermano que

deben permanecer juntos y quietos para hacerse la foto, los dos

buscan ocupar más sitio en esa instantánea y por esa razón salen

peleándose en las cuatro imágenes del fotomatón.

7. Al abuelo Nicolás le emociona el regalo de sus nietos. Les pide que

cuando muera le pongan esa misma frase en el cementerio.

8. VOCABULARIO:

fotomatón: „cabina equipada para hacer pequeñas fotografías en

pocos minutos‟.

Brazos de pollo

1. Cata piensa que el hospital no es un «espectáculo bonito» para

unos niños, y también que los niños pueden molestar a los

enfermos, tumbándose en las camas, tocando los goteros,

subiendo y bajando el respaldo de las camas de las personas

recién operadas... Por eso les cuenta que en los hospitales hay

una enfermera gorda que se lleva a los niños inaguantables a la

«sala de los niños dormidos», después de inyectarles un calmante

que lleva en el bolsillo de su bata.

2. El Imbécil se esconde en el mueble bar, cerrando la puerta desde

dentro, y Manolito, debajo del sofá.

3. El abuelo Nicolás llamaba desde el teléfono móvil de su

compañero de habitación. Quería pedirle a su hija que llevara a

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los niños al hospital para poder verlos antes de que le pusieran

una anestesia «bastante general».

4. El Imbécil estaba aterrado por la historia que su madre les había

contado acerca de esa sala del hospital llena de niños dormidos y

la enfermera que los adormecía inyectándoles calmantes.

Como está muerto de miedo, les cuesta sacarlo del mueble bar,

vestirlo, subirlo al autobús, bajarlo del autobús y conseguir que

entre en el hospital. Se le pasa el miedo a base de las golosinas

que le compra su madre (Kit Kat, Crunch, m&m).

5. Porque los tiene muy delgados y la piel le cuelga.

6. VOCABULARIO:

Respuesta libre. La comparación parece adecuada, por cuanto

pretende remarcar la idea de alguien voluminoso. Pero tal vez

sería más apropiado decir «gorda como una vaca», ya que la

gordura es una cualidad característica de seres vivos, no de

objetos inanimados como un camión, que más bien sería

«grande».

El cupón revelador

1. Tal como Manolito describe el juego consiste en tapar la cabeza del

bebé con una tela (en este caso, una servilleta) al tiempo que se

dice «cucú». Al momento, cuando el bebé se retira la tela de la

cabeza, todos dicen «trastrás».

En teoría, mediante este juego el bebé aprende que las cosas y

las personas siguen estando o permanecen aunque él no las vea

momentáneamente. En el caso del Imbécil, y siempre según la

visión de Manolito, parece que lo que el niño ha aprendido es

justamente lo contrario, que alguien deja de estar cuando se le

tapa la cabeza.

2. Dos: las malas y las que se hacen las buenas. La enfermera del

abuelo Nicolás pertenece al segundo grupo, que según Manolito

son las peores.

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3. El abuelo le dice que seguramente la tirarán a la basura. Los

enfermeros dicen que se usan para hacer cremas para las

señoras.

4. En el último momento antes de que el abuelo entre en el

quirófano, la madre de Manolito le pregunta dónde ha guardado el

cupón de la ONCE y el décimo de lotería que había comprado.

Este detalle le lleva a pensar a Manolito que tal vez la vida de su

abuelo corra peligro y hayan intentado ocultárselo.

Segunda parte: Dos niños bastante abandonados

Nuestra vida en el hospital

1. Manolito y el Imbécil pasean por los pasillos del hospital junto a

otros ancianos ingresados («viejos moribundos», los llama

Manolito), a su paso («como en las procesiones»)

La madre de los niños aprovecha para hacer varias llamadas

desde el móvil del compañero de habitación del abuelo.

2. Son bolsas de diuresis. Se supone que a los ancianos les han

operado del mismo problema que padece don Nicolás y por eso

les han colocado una sonda vesical y la bolsa de diuresis, en la

que se va recogiendo la orina.

3. Juegan a ser dos enfermos moribundos: Manolito se hace el

muerto y el Imbécil le resucita lanzándole superpoderes con los

dedos. Manolito decide hacerse el muerto más rato, y no resucita

cuando su hermano le lanza superpoderes hasta más de diez

veces. El Imbécil se asusta y grita: «¡Manolito muerto no! ¡Muerto

no! ¡Manolito vivo!». Entonces el Imbécil escupe en la cara a

Manolito en otro intento de «resucitarle».

4. Un paquete de galletas que les da el enfermero y las sobras de la

merienda del enfermo de la cama contigua a la del abuelo Nicolás.

5. Le dice que se ha ido la conexión, pero que ella no ha hecho nada.

El señor le dice que ha gastado la batería del móvil y le pregunta

a Cata si ha telefoneado al extranjero.

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6. Mantener despierto al abuelo cueste lo que cueste. Lo que los

enfermeros dicen en realidad es que no le dejen dormir, porque

tiene que espabilarse de la anestesia.

7. VOCABULARIO:

dar la murga: „molestar con palabras o acciones que causan

hastío por prolijas o impertinentes‟.

La mamá del Imbécil

1. Porque siente celos de la relación que su hermano pequeño tiene

con su madre.

Respuesta libre. Podría ser alguna de las siguientes:

«La mamá del Imbécil, “su mamá”, como le gusta decir, que

parece que no se entera de que yo llegué antes a este planeta y

de que es mía también [...]» (pp. 65-66)

«”Mi mamá”, con esa sonrisa que se le pone cuando habla de ella,

porque yo creo que si el Imbécil y mi madre pudieran nos

echarían a todos de casa, incluido mi padre, y se quedarían los

dos solos como dos enamorados del amor.» (p. 65)

2. Usan la palanca de la cama para sentar al abuelo y obligarle a

permanecer despierto. Además, le piden al compañero de

habitación una moneda para poder encender el televisor.

Su plan no funciona, porque el abuelo sigue bajo los efectos de la

anestesia y se desplaza hacia un lado de la cama. El compañero

de habitación toca el timbre para que la enfermera acuda a la

habitación.

3. — Manolito tuvo que rescatarlo después de haberlo tirado por la

ventana el día del cumpleaños de su hermano.

— Hubo que sacarlo del inodoro después de que al Imbécil se le

cayera dentro.

— Todos lo llaman «el tete», por ser el chupete más antiguo de

todos.

— Se lo devolvió su vecina la Luisa después de que en una ocasión se

lo robara al Imbécil su perrita Boni.

— El Imbécil lo moja en todas las salsas.

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— El Imbécil lo busca por las noches a las diez, después de cenar

— El Imbécil llora como un becerro si lo pierde;

— A veces la familia al completo lo ha buscado por toda la casa, la

casa de la Luisa o incluso El Tropezón.

— Una vez el padre de Manolito tuvo que volver un lunes por la noche

desde Valencia porque cuando los niños habían subido al camión

para despedirse de él el Imbécil se lo había dejado olvidado en el

asiento.

4. VOCABULARIO:

producto interior bruto: „valor de todos los bienes y servicios

obtenidos en la economía de un país en un período de tiempo

dado‟.

tiralíneas: „instrumento de metal, a modo de pinzas, cuya

separación se gradúa con un tornillo, y sirve para trazar líneas

de tinta más o menos gruesas, según dicha separación‟.

Dos niños bastante abandonados

1. Cata deja a sus hijos con su vecina, la Luisa.

Respuesta libre. Sin embargo, no parece muy correcto que

prepare las mochilas de sus hijos con mudas y pijamas y los deje

directamente ante la puerta de la casa de la Luisa, sin ni siquiera

consultarle si puede ocuparse de los niños. Procede así por temor

a que la Luisa pueda decirle que no le va bien quedarse con los

niños, porque esto complicaría su situación: no puede llevar a los

niños al hospital ni puede quedarse con ellos en casa, pues el

abuelo Nicolás está recién operado y la necesita a su lado en el

hospital.

2. No, lo va manifestando en voz alta, ante la perplejidad de sus

hijos.

3. De vez en cuando, la madre de Manolito y el Imbécil decide hablar

sola. En esas ocasiones los niños suelen «chivarse» a su padre,

porque les asusta ver a su madre en esa situación, aunque para

ella parece lo más natural del mundo. Y el argumento de su

madre es: «¿Cómo no voy a hablar sola si es que estoy sola toda

la semana?». Ante estas palabras de su madre, Manolito concluye

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que su madre debe de considerar que ni el Imbécil ni él son

gente.

4. Les dirigió una de esas sonrisas que, según dice Manolito, «dan

miedo» y les dijo que se portaran bien, y que cuando la Luisa

abriera la puerta le dijeran que se había ido porque al abuelo se le

había «escapado un punto». Luego llamó al timbre y bajó

corriendo las escaleras.

5. De «terriblemente enigmática».

6. Salir a comer a un restaurante con Bernabé, el marido de la Luisa.

7. La Luisa le dice a Manolito: «Cuando vuelva tu madre no os va a

conocer». A Manolito un escalofrío le recorre el cuerpo.

Camino de perfección

1. Teresa de Jesús (1515-1582) escribió Camino de perfección

(1564-1567) para las monjas carmelitas del monasterio abulense

de San José. Los primeros 26 capítulos del libro, de un total de

42, están dedicados a aconsejar sobre el progreso en la vida

contemplativa (pobreza, amor al prójimo, humildad, oración). El

resto de la obra es una meditación sobre las palabras del

padrenuestro.

Camino de perfección (pasión mística), de Pío Baroja (1872-

1956), consta de sesenta capítulos y es la tercera entrega de la

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trilogía La vida fantástica. La obra muestra la sociedad española

de principios del siglo XX, retrata la pobreza económica y cultural

y el malestar popular). Apareció en el diario madrileño La Opinión

entre el 30 de agosto y el 6 de octubre de 1901, y un año más

tarde se publicó en forma de libro. Su protagonista, Fernando

Osorio, es un personaje abocado al fracaso, inadaptado al medio

social y existencialmente errante, y está marcado por la lectura

de Schopenhauer y Nietzsche.

2. Cuando la Luisa abre la puerta de su casa a Manolito y el Imbécil

lleva puesta una bata de flores —tal como había anticipado la

madre de los niños en el capítulo anterior: «Ahora sale con su

bata de flores [...]» (p. 72)—. Después se pone un vestido

también de flores. Según Manolito, a la Luisa le encantan las

flores.

3. «Goño, goño, goño...»

«Ñoñoñoño...»

4. Les intriga. Piensan cómo hará para cambiarlos, teniendo en

cuenta lo que su madre afirma de ellos que nunca cambian y si lo

hacen es para peor.

5. Porque la Luisa se había puesto encima medio frasco de colonia y

les marea ese olor.

6. El remolino que tienen en el pelo los García Moreno en toda la

superficie craneal y que les pone «un pelo pacá y otro pallá» sin

que ningún peine haya podido hacerse nunca con el control.

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7. Opina que los niños de ahora siempre ponen pegas a todo, que son

horribles, sin educación, que siempre van con chándales y

zapatillas que apestan

8. Manolito imagina que acceden por la rampa metálica con sus

chándales apestosos y salen por otra rampa de la parte trasera

del edificio convertidos en unos niños «pedorrillos».

Imaginan que el Manolito y el Imbécil antiguos les dicen adiós

desde las puertas del híper.

9. VOCABULARIO:

en un pispás: „en un santiamén‟.

entrar o entrarle [a alguien algo] por un oído y salir, o salirle, por

el otro: „no hacer caso ni aprecio de lo que le dicen, desatender y no

estimar el aviso, noticia o consejo que le dan‟.

pijo: „dicho de una persona, especialmente joven, que en su

vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta afectadamente

gustos de una clase social adinerada‟.

Un niño sin traumas

1. Les pide ayuda para equipar a los niños de forma parecida a como

van vestidos dos maniquíes que hay sobre un pedestal.

2. Azules. Porque, según el chulito de su barrio, Yihad, ese es el color

de los pijos.

3. Morder a los demás. Manolito dice que tiene la espalda marcada

con los dientes de su hermano.

4. Del Imbécil, que tiene un michelín muy gracioso y una barrigota

«rica», y que está tan hermoso que ni cuello tiene.

De Manolito, que tiene un estómago como de hombre de cuarenta

años, que se le pone el culo «panadero»...

Que ninguna mujer los viera desnudos.

5. michelín: „pliegue de gordura que se forma en alguna parte del

cuerpo‟. Deriva de la marca de neumáticos Michellin, por alusión a

la enorme figura formada con neumáticos con que se anunciaba.

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Los niños de azul

1. Se refiere a que el momento es complicado porque al Imbécil le

entran ganas de hacer caca, precisamente en un lugar donde no

hay váter. Según Manolito, su hermano suele tener ese sentido de

la oportunidad. El Imbécil se va poniendo más y más rojo, y el

aire del probador se vuelve «gris», porque el niño empieza a

tirarse pedos.

2. Manolito le quita al Imbécil los pantalones que se estaba probando,

le dice a su hermano que apriete fuerte fuerte y que irán

rápidamente a un váter.

No lo consigue, porque el Imbécil no aprieta hacia dentro, sino

hacia fuera, y se hace caca.

3. Manolito envuelve la caca de su hermano en el calzoncillo y lo

deposita en el probador contiguo.

4. Que así da gusto ir con ellos por la calle, que ya no son niños de

vergüenza ajena.

5. VOCABULARIO:

vergüenza ajena: „la que uno siente por lo que hacen o dicen

otros‟.

Los herederos del Imperio

1. Porque los zapatos nuevos les resultaban demasiado duros y no

podían andar de otra manera.

2. Con los de dos pingüinos, con los pies planos y las puntas

ligeramente hacia arriba.

3. Dice que está «cuando a Madrid ya se le han acabado las casas y

empieza el suelo de tierra».

4. El Imperio de la Aceituna.

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5. Lo compara con el de la catedral en la que bautizaron al Imbécil a

escondidas de su padre (a quien «no le gusta que los niños se

bauticen»). Dice que era de uralita pura y tenía arriba un tragaluz

«para que se colara el sol».

Manolito dice que el despacho de Bernabé estaba a un lado de la

nave y que era «tan colgante como la casa de Tarzán».

6. Superbernabé, con su traje y su corbata, dispuesto a vender

aceitunas en cualquier parte del mundo.

7. Una lata de banderillas y un librito con los productos que se

producen en el Imperio de la Aceituna. Con el tiempo ese catálogo

se convierte en el libro preferido del Imbécil.

8. El mono de Ortega no está planchado a raya como el de Bernabé.

Según Manolito, únicamente el encargado (en este caso, Bernabé)

puede llevar el mono así planchado.

9. Dándole un poco al de delante y otro poco al de detrás. No, el

procedimiento es el habitual: según Manolito, la Luisa sacó el

coche como lo hace siempre.

10. El Mesón del Costillar.

11. La madre de Manolito piensa que a sus hijos no puede llevarlos a

un restaurante porque la dejarán en evidencia, al igual que el

abuelo Nicolás, a quien no quiere llevar mientras no se ponga una

dentadura nueva.

12. Gusanos gordos.

13. Para Manolito, el hecho de que en el restaurante no haya

salchichas con ketchup apoya la idea de que la comida tradicional

únicamente puede encontrarse en casa.

Respuesta libre. Se podría hacer referencia a la confusión de

Manolito al equiparar la «comida tradicional» con la que se toma

habitualmente en su casa. Más que un plato tradicional, las

salchichas con ketchup podrían considerarse «comida rápida», y el

hecho de que en su casa prácticamente no consuman otra cosa no

convierte ese plato en tradicional. Por la misma razón, Manolito

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nunca consideraría un chuletón comida casera, pues es algo que

no suelen tomar en su casa.

La perra y la gamba

1. Libros de «educación pedagógica», de cómo triunfar en los

negocios, de stop a la celulitis, del Antiguo Egipto...

2. Para la Luisa la Boni es más inteligente que muchas personas de

las que conoce. Llegó a esa conclusión cuando, mientras la

adiestraba para que se sentara en el suelo, usando como

incentivo una gamba, la perra, en vez de sentarse en el suelo lo

hizo en el sofá, harta de no poder alcanzar a saltos la gamba. Esto

de sentarse en el sofá en vez de en el suelo la convierte, a ojos de

su dueña y de los niños, en una perra «bastante humana».

3. La Luisa se ensombrece cuando los niños quieren saber por qué no

ha tenido hijos.

Les responde que no ha tenido hijos porque no lo ha querido la

«Madre Naturaleza».

4. Pensando que ha sido el causante de la tristeza de la Luisa,

Manolito intenta consolarla diciéndole que la quiere más que a su

madre.

El Imbécil responde que la quiere mucho y menos que a su madre.

5. Hacerlo vestidos de azul-pijo y pasar ante el parque del Ahorcado,

donde tal vez estén sus amigos Melody, Yihad, Orejones..., y

puedan verle vestido así.

6. VOCABULARIO:

celulitis: „acumulación subcutánea de grasa en ciertas partes del

cuerpo, que produce en la piel una rugosidad similar a la de la

naranja‟.

postrimerías: „periodo último de la duración de algo‟.

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Los hermanos siameses

1. No, a diferencia de Manolito, el Imbécil no se resigna a sentir

vergüenza y le dice a la Luisa que quiere ir solo.

2. Le dice que, como buen hermano salvador que es, irá con su

hermano, cuyo extraño comportamiento atribuye a la ausencia de

su madre.

3. El Imbécil, tapándose la cabeza con el pañuelo bordado que le ha

pedido prestado a Bernabé.

Manolito, con la cabeza metida en el cuello.

4. A Manolito le da por pensar que el Imbécil y él cada día se parecen

más, porque el Imbécil le imita en todo y, además, Manolito no

crece nunca mientras que el Imbécil no para de crecer.

5. «¿Pero de qué te has vestido, Gafotas, que pareces un hijo del

presidente del Gobierno?»

Los demás —el Orejones, Susana, Jessica, Mostaza, Arturo Román

y dos niños más del instituto «Baronesa Thyssen»— ríen el

comentario de Yihad.

6. El Imbécil da patadas en las espinillas a Yihad; este responde a la

agresión empujándole y tirándole al suelo; Manolito sale en

defensa de su hermano, y Yihad arremete entonces contra él.

En ese momento aparece Melody Martínez, que libera a Manolito

de las garras de Yihad sujetándole por el cuello y retorciéndole un

brazo.

7. VOCABULARIO:

cogote: „parte superior y posterior del cuello‟.

siamés: „dicho de un hermano, gemelo que nace unido por alguna

parte de su cuerpo‟. Se usa más en plural.

La «N» de Nicolás

1. El Imbécil está jugando con la tierra, dibujando en el suelo la letra

«N», que recientemente ha aprendido a hacer en el colegio. Es la

inicial de su nombre —se llama Nicolás, como su abuelo—, aunque

él dice que es la «N» de abuelo.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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2. Respuesta libre. Podría hacer referencia al machismo que se

desprende de una afirmación de ese tipo, que equipara lo

femenino con la debilidad.

La respuesta de Melody Martínez, una chica físicamente fuerte,

desmonta la argumentación de Yihad, que compara la femineidad

y la debilidad.

La respuesta de Susana Bragas-Sucias incide en la posibilidad que

como chica tiene de defenderse de alguien como Yihad.

3. VOCABULARIO:

taekwondo: „arte marcial de origen coreano, que desarrolla

especialmente las técnicas del salto‟.

gorila: coloquialmente, „guardaespaldas‟.

Recuerdos de una madre

1. El olor a su abuelo Nicolás, a su madre y a su padre los fines de

semana; al Imbécil, a la colonia que le pone su madre y a sus

construcciones.

El Imbécil percibe el olor «a Manolito».

2. En verano duermen en calzoncillos; en invierno, con un chándal

viejo.

3. Diez veces.

4. Manolito y el Imbécil cierran con llave la puerta del cuarto de

baño y abren el grifo para simular que están bañándose. Pasan

media hora haciendo tonterías encima del váter o del bidé y,

finalmente, después de que su madre les haya llamado a cenar

diez veces, se mojan un poco la cabeza para hacer ver que están

«bastante limpios».

Aunque su madre se da cuenta del engaño, no se lo hace saber

esa noche, sino que espera hasta la mañana siguiente y les

despierta una hora antes para que se duchen.

5. En estar solos en un piso vacío, con su padre en la carretera y su

abuelo y su madre en un hospital, en estar recordando a su

familia mientras buscan unos pijamas inexistentes.

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Cómo librarnos de la Luisa

1. Cata dice de los albornoces: «Dentro de poco los corto a trozos

para trapos» (p. 132), algo que suele hacerse con la ropa que

está inservible.

Manolito afirma que su hermano se seca al aire por no usar sus

«albornoces de lija [...] llenos de tomates» (p. 133).

2. Se refiere a una vez en que preparó el baño para los niños con

agua demasiado caliente. Cuando diez minutos más tarde entró a

ver cómo iba todo, se los encontró flotando, con la cara y las

barrigas al aire, enrojecidas. En palabras de Manolito, les había

puesto el agua tan caliente que se les «había ido la olla» y

estaban a punto de dormirse. Para intentar reanimarles, abrió el

grifo del agua fría. Manolito recuerda la experiencia como «un

momento bastante duro» (p. 135).

3. «Las pedorretas, los pedos propiamente dichos y las gárgaras

marítimas.»

4. El plan consistía en que el Imbécil iría a la cocina y pediría a

Bernabé un vaso de agua y, una vez allí, llamaría a la Luisa, que

estaba preparando el baño. Les daría besos a los dos y les pediría

a ellos que se dieran un beso «en los morros». En ese momento el

Imbécil saldría corriendo, encontraría a Manolito esperándole en el

pasillo, con la puerta del baño abierta, y los dos entrarían y

echarían el pestillo.

5. Le compara con Chucky, el muñeco diabólico, personaje de una

saga de películas de terror ideado por el guionista, director y

productor estadounidense Don Mancini. La primera película de las

seis filmadas sobre el personaje, estrenada en 1988, narra la

historia del asesino Charles Lee Ray que, herido de muerte y

acorralado por la policía, traspasa su alma a un juguete de moda,

un muñeco Good Guy, mediante magia vudú.

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(A la izquierda de la imagen, Chucky; a la derecha, el Good Guy

original.)

6. VOCABULARIO:

tomate: „roto o agujero hecho en una prenda de punto, como una

media, un calcetín, un guante, etc.‟.

El angelote

1. Melanie Griffith la Luisa (según el Imbécil)

Arnold Schwarzenegger (en mujer) Melody Martínez

2. Sales de baño, bolitas de aceite y gel relajante.

A Manolito la bañera le recuerda el fondo de una pecera.

3. Se forma abundante espuma en la bañera

4. A Bernabé le cayó en la cabeza la figura de un angelote que se

había descolgado de la pared y le hizo una brecha. Según la Luisa

eso le pasó por no dormir con el peluquín puesto; desde aquel

incidente, Bernabé no se desprende del peluquín al acostarse.

5. Porque tienen que pagar los plazos de un camión o los de un piso.

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El cuarto de invitados

1. «Yo sabía que eran judías verdes, porque hace dos años mi abuelo

pasó una temporada sin dientes mientras le fabricaban la

dentadura nueva que todo el mundo conoce actualmente, y en

esa temporada comió cosas blandas, judías verdes y otras hierbas

en remojo.»

2. Chupetes de la marca que usa el Imbécil.

Manolito piensa que su madre se aprovisiona de salchichas y

chupetes porque si faltaran en casa y hubiera una alarma nuclear

no podrían soportar el llanto del Imbécil.

3. Manolito le dice a la Luisa que las salchichas deben estar un poco

quemadas por fuera y crudas por dentro, que eso es a lo que

están acostumbrados.

4. Respuesta libre.

El uso de esa figura retórica parece deliberado, e incide

nuevamente en la consideración de la Boni como una perrita

inteligente, «bastante humana».

Se denomina personificación o prosopopeya, y consiste en atribuir

a las cosas inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias

de seres animados, o a los seres irracionales las del hombre,

como ocurre en este caso.

5. Acostados en el cuarto de invitados en casa de la Luisa, Manolito y

el Imbécil extrañan su propia casa («Encima de nosotros [...]

estaba nuestra casa sola y oscura», p. 149), las costumbres

nocturnas de su familia y los ruidos que suelen acompañarles

durante la noche («se oye roncar a mi abuelo», «se oye a mis

padres hablar hasta las tantas», «el Imbécil pide agua cada dos

por tres», «la radio de mi abuelo se pasa la noche encendida», p.

149).

6. VOCABULARIO:

cada dos por tres: „con frecuencia‟.

a palo seco: „escuetamente, sin nada accesorio o

complementario‟; „sin comer ni beber‟.

en redondo o en rotundo: „claramente, categóricamente‟.

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Los Bernabés

1. Respuesta libre. Aunque Manolito parece querer decir que les

costó tiempo darse cuenta de en dónde estaban («lo menos»),

resulta contradictorio que el tiempo empleado sea tan nimio,

treinta segundos tan solo.

2. Se aficionó a recopilar errores médicos, bien publicados en la

prensa, o bien escritos por ella misma después de que personas

afectadas se los contaran.

Escribir un libro, que se convertirá en un best seller y les

permitirá retirarse a vivir a una playa tropical.

3. Con unos bombones que ellos se comerán, ya que el abuelo, recién

operado, no puede tomarlos.

4. Manolito quiere expresar que lo ocurrido esa mañana durante el

desayuno es algo completamente fuera de lo normal, muy distinto

de a lo que en su casa están acostumbrados. En ese sentido la

palabra que utiliza sí viene al caso, más si se tiene en cuenta que

Manolito tiende a expresarse de forma exagerada: es exagerado

que compare el hecho de que el Imbécil no haya derramado la

leche con el paso de un cometa o la caída de un meteorito.

5. La peluquería se llama Don Moño.

Deben cuidar de la Boni, de un pez (Fernandito) y de un canario

(Tutto).

Se asoman a la ventana para comprobar que, efectivamente, la

Luisa está en la calle; luego se disfrazan de Bernabé, poniéndose

sus peluquines, y deciden jugar a veterinarios.

6. Luciano Pavarotti.

Seguramente la Luisa ha confundido la primera de las palabras del

título del disco (Tutto) con el nombre de pila del tenor (Luciano).

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7. Como los dos hermanos se disfrazan de Bernabé, así es como

quieren llamarse ambos. Manolito le propone al Imbécil nombres

como los de Francisco, Eusebio o Vicente, que en su opinión son

adecuados para un veterinario. Pero ninguno de los dos cede en

renunciar al nombre de Bernabé, así que deciden ser los primeros

hermanos en la historia que se llamen de igual modo.

8. VOCABULARIO:

best seller: „libro o disco de gran éxito y mucha venta‟.

meteorito: „fragmento de materia cósmica que cae sobre la

Tierra‟.

El soldado desconocido

1. El Imbécil traza un plan que consiste en encerrar a la Boni en la

cocina para poder cazar a Tutto y volver a meterlo en la jaula.

Para llevarlo a la práctica, el Imbécil le pide a Manolito que le

cubra mientras se dirige a la cocina; allí cogerá un filete crudo, lo

ocultará tras su espalda y saldrá nuevamente al salón, donde

intentará atraer la atención del animal, lanzará el filete a la cocina

y así conseguirá que la Boni salga del salón.

2. Un pergamino egipcio, unos fósiles comprados en el Pryca, unos

luchadores de sumo y un póster de Viena.

3. Existe la tradición de honrar a los soldados muertos en las guerras

que no pudieron ser identificados erigiendo monumentos

conmemorativos; estos pueden ser meramente simbólicos y

evocar a todos los ciudadanos que murieron en determinado

conflicto, pero también pueden contener los restos de soldados

anónimos.

Entre los monumentos de esta clase más famosos se encuentran

el situado bajo el Arco del Triunfo de París (1921), dedicado a los

fallecidos en la primera guerra mundial, y el situado en los

jardines de Alexander, en la Plaza Roja de Moscú (imagen),

dedicado a los soldados soviéticos caídos en la segunda guerra

mundial (1941-1945) y que consta de una lápida en granito y un

conjunto escultural en bronce, con una estrella de cinco puntas en

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cuyo centro arde la llama eterna. Lleva grabada la siguiente

leyenda: «Tu nombre es desconocido, tu hazaña es inmortal».

4. Lanzando el peluquín de Bernabé hacia el cuadro donde se había

posado el canario. Al quinto lanzamiento el animal cae envuelto

en el peluquín y el Imbécil lo mete en su jaula, peluquín incluido.

«Fernandito», un pez sin hogar

1. La pecera de Fernandito es redonda. Contiene una roca a la que

da vueltas constantemente, un buzo de plástico y un cofre con un

tesoro de los Lego que en una ocasión Manolito regaló a la Luisa.

2. Para Manolito, Fernandito es de color naranja y no tiene ninguna

gracia, a diferencia de Tutto, que canta, o la Boni, que come

gambas.

3. Moja el chupete en la pecera y luego se lo mete en la boca.

4. Manolito cree que el agua de la pecera de Fernandito está

demasiado fría y que el animal sería más expresivo si el agua

fuera más cálida, porque posiblemente, en las condiciones

actuales, tenga los músculos agarrotados y de ahí su

inexpresividad.

5. A Manolito se le resbala la pecera entre las manos, cae al suelo y

se rompe en mil pedazos.

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6. El Imbécil echa su chupete en el vaso, que acaricia, al tiempo que

«informa» al pez de que el buzo que ha dejado de ver se

encuentra en buen estado.

7. Dice que no ha sufrido «daños personales», algo del todo

imposible, porque se trata de una figura de plástico.

8. El Imbécil coge otro filete y esta vez lo arroja al salón. La Boni

suelta el primer filete y se abalanza sobre el nuevo, que ha ido a

caer sobre el sofá.

9. En la olla a presión, que les parece una casa suficientemente

grande en la que podrá vivir sin estrecheces. Además, cuando el

agua se quede fría, bastará con ponerla al fuego para volver a

calentarla, sin necesidad de renovarla.

La olla tiene el inconveniente de no ser transparente. Para que a

Fernandito su nuevo hábitat no le parezca tan oscuro, atan una

linterna a una de las asas de la olla y la orientan hacia el fondo

del recipiente para que lo ilumine.

10. VOCABULARIO:

estar [alguien] en las últimas: ‘estar al cabo, estar para morir, en

el fin de la vida’.

La Luisa no nos quiere

1. Por el ruido de las llaves en la cerradura y por el olor a laca.

2. Manolito dice que esa laca penetra traspasando la madera de las

puertas y los ladrillos de las paredes, que se trata de un

fenómeno paranormal digno de una superproducción de

Hollywood, y que al olerla hace perder el equilibrio.

3. El filete que la Boni se está comiendo se lo ha dado el Imbécil.

Han usado los peluquines de Bernabé para jugar a veterinarios.

El segundo peluquín está dentro de la jaula de Tutto.

Tutto se ha posado sobre el cuadro con la foto de Viena para que

no se lo coma la Boni.

El Imbécil tiró un primer filete a la Boni y capturó a Tutto con el

peluquín.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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El agua de la pecera de Fernandito estaba fría y han decidido

cambiarla.

Fernandito está en la olla.

El Imbécil ha lanzado a la Boni dos filetes, no uno.

La Luisa nos da la charla

1. En una depredadora.

2. El peluquín está manchado de excrementos del canario.

Lo que la Luisa pretende decir es que el animal no ha ensuciado el

peluquín intencionadamente. No lo expresa de manera adecuada,

primero, porque la expresión latina correcta es «motu proprio»,

no propio, y segundo, porque la frase no está bien construida;

tendría que quedar como sigue:

«Exactamente —dijo la Luisa—, se ha cagao, pero no se ha cagao

motu proprio […].»

3. Respuesta libre.

«Nos daba la charla saltándose los semáforos, o pegando unos

acelerones que nos subieron varias veces el medio filete a la

garganta. Nosotros nos dábamos cuenta de que los coches de

alrededor la iban pitando, porque la Luisa hacía cosas horribles

(siempre las hace) […]»

4. Les arregla el traje y el pelo, y les peina las cejas con un poco de

saliva.

5. Porque supone que si entra le contará a su madre que se han

portado mal cuando se han quedado solos en casa de la Luisa.

6. No. Aprovechando que los niños estaban con la Luisa, Cata se ha

ido de compras.

7. VOCABULARIO:

depredador: „animal que caza a otros de distinta especie para su

subsistencia‟.

motu proprio: „por propio impulso, espontánea o

voluntariamente‟.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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y adiós muy buenas: „expresión coloquial empleada para indicar

que algo ha concluido o se ha rechazado‟.

Yo y el Imbécil

1. Lo correcto sería que Manolito antepusiera el apodo de su

hermano al pronombre «yo» que hace referencia a él. Si antepone

el «yo» a «el Imbécil» es para que el apodo de su hermano quede

relegado, para destacar su nombre (o en este caso, el pronombre

que lo sustituye) frente al de su hermano. Manolito parece querer

dejar claro que él es el más importante de los dos. En definitiva,

el orden de esos elementos denota un modo de hacerse notar o

de destacar frente a su hermano pequeño, de quien

inevitablemente siente celos.

2. Aunque la Luisa da dinero a los niños para que vayan a la tienda

que hay a la entrada del hospital y compren el periódico para su

abuelo y unos chicles para ellos, lo que en realidad busca es que

no estén presentes cuando hable mal de su madre al compañero

de habitación de don Nicolás.

3. En el ascensor que toman Manolito y el Imbécil hay dos camilleros

y una paciente que está de parto. Eso le da pie a Manolito para

hablar a su hermano de la reproducción humana, un tema que al

parecer no interesa en absoluto al Imbécil, que se tapa los oídos y

canta para no oír lo que Manolito dice.

4. El Imbécil intenta que le regalen el Kit Kat, primero el quiosquero

y luego una señora que está en esa tienda comprando una

revista. Como no lo consigue, pide al quiosquero un boli y una

hoja para que Manolito escriba este mensaje: «Somos dos

hermanos de Carabanchel (Alto). Nuestro abuelo ya no tiene

próstata y nuestra madre se ha ido. Tenemos hambre y queremos

merendar, y la Luisa (nuestra vecina) no nos da. Firmado: yo y el

Imbécil». Luego se sientan en la acera a pedir.

5. VOCABULARIO:

dar la espalda [a alguien]: „desairarlo, ignorarlo, desatenderlo‟.

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El Imbécil se queda sin habla

1. Hay escrito que tiene tres hijos y una mujer enferma y que no

puede volver a casa sin llevarles algo de comer.

Les dice que se vayan al lado opuesto de la entrada al hospital,

porque su cartel parece de broma y espantan a la gente que

podría estar dispuesta a darle un donativo a él.

2. Un calcetín del Imbécil, abierto por la parte superior.

3. La colección Thyssen-Bornemisza está formada por obras de arte

reunidas por la familia que da nombre a la colección durante más

de dos generaciones. En la década de los noventa del siglo XX el

Estado español adquirió la mayor parte de esa colección. Una

selección de obras medievales, renacentistas y barrocas se

encuentra instalada en una sala del Museu Nacional d‟Art de

Catalunya (MNAC). El resto de esa colección, unas ochocientas

obras, se guarda en el Palacio de Villahermosa de Madrid (finales

del siglo XVIII-comienzos del siglo XIX), muestra de la arquitectura

neoclásica madrileña. El arquitecto Rafael Moneo fue el encargado

de rehabilitar el edificio para adecuarlo a su nueva función.

La colección está instalada siguiendo un recorrido histórico y la

numeración de las salas indica el itinerario sugerido, que se inicia

en la segunda planta y se hace girando hacia la derecha en torno

a un patio central.

Además de la importante colección Thyssen-Bornemisza, el

museo, que celebró su vigésimo aniversario el 8 de octubre de

2012, suele acoger interesantes exposiciones temporales —casi

un centenar en sus veinte años de existencia— con gran éxito de

crítica y público.

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4. Les hubiera gustado tener a la Boni, la perrita de la Luisa, junto al

calcetín. Lo descartan porque piensan que la Boni chuparía el

calcetín del Imbécil y, para evitarlo, tendrían que darle un filete

de carne, y esa imagen de la perra comiendo el filete podría

disuadir a la gente de darles monedas a ellos, al pensar que no

las necesitan.

5. Sí. Primero una señora se acerca y les pregunta de qué tienen

hambre, y al decirle que de Kit Kat ella le pide a Manolito que la

acompañe al quiosco y le compra una de esas chocolatinas.

Mientras tanto, el Imbécil se gana la simpatía de tres señoras que

se han detenido a leer el cártel y le compran dos Kit Kat más.

6. La madre de los niños llega en ese momento al hospital cargada de

bolsas de tiendas. El Imbécil se lanza a los brazos de su madre y

se dan besos «que sonaban como ventosas».

Manolito siente rabia y le regala al mendigo que estaba pidiendo

junto a la puerta los tres Kit Kat que les habían comprado a ellos.

7. VOCABULARIO:

matar dos pájaros de un tiro [o de una pedrada]: „hacer o lograr

dos cosas de una vez‟.

El malo y el tontorrón

1. Manolito dice que cuando su hermano llora, los primeros diez

minutos llora de verdad, «con sentimiento», pero después de ese

tiempo y durante otros diez minutos ya llora por vicio, haciendo el

ruido, pero sin lágrimas, únicamente para molestar.

2. Manolito dice que la fila de abuelos paseando de dos en dos, con

sus camisones y sus bolsas de diuresis, parece una fila de abuelos

travestidos.

3. El Imbécil y Manolito casi derriban a todos los abuelos, que según

el protagonista parecían más un conjunto de bolos que de

abuelos.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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4. La Luisa está contando al vecino de habitación del abuelo Nicolás

los destrozos que han hecho los niños en su casa esa misma

mañana; le dice que a los niños su madre los tiene malcriados,

especialmente al Imbécil, y la responsabiliza de que se comporten

como lo hacen.

5. Le da una «colleja insonora», que es la que dan las madres cuando

se está en público.

6. Se refiere al momento en que su madre empuja la puerta de la

habitación del abuelo como si hubiera dado una patada, la Luisa

se incorpora de un salto y Cata se dirige a ella con furia contenida

diciéndole: «Está bien, Luisa, lo que tengas que decirme dímelo a

la cara».

7. VOCABULARIO:

poner verde [a alguien]: „colmarlo de improperios o censurarlo

con aspereza‟.

Tercera parte: Las mil y una noches

El precio de la amistad

1. Cuando Luisa obtiene el permiso de conducir, como no le gusta ir

sola en el coche, Cata permite que sus hijos la acompañen, a

sabiendas de que su vecina conduce de forma temeraria.

En su casa, la Luisa siempre es bien recibida, y en ella incluso

manda más que la propia Cata.

Cata vigila la casa de la Luisa y le riega las plantas durante todo

el mes de agosto, y muchas veces cuida a la perra, al pez y al

pájaro de su vecina.

2. Cata pregunta «a quien quiera responder» si es amistad que la

Luisa le clave un puñal por la espalda criticándola, después de los

muchos favores que ella le hace y únicamente por haberle pedido

a cambio que se quedara con sus hijos durante el posoperatorio

de don Nicolás.

Todos los abuelos operados, que se habían acercado a la

habitación al oír el discurso de Cata, responden al unísono que no,

que la amistad no consiste en eso.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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3. Luisa pregunta si puede llamarse traición a hacer un comentario

para desahogarse por lo mal que los niños se han portado en

ausencia de su madre.

4. Cata le dice a la Luisa que una de esas bolsas que ha llevado al

hospital contiene un regalo para ella, en agradecimiento por

haberse ocupado de los niños durante la hospitalización del

abuelo.

Cata y la Luisa se abrazan y se perdonan.

Todos los abuelos exclaman «¡Ooohhh!» al imaginarse a la Luisa

con lo que Cata le ha regalado: un camisón rojo.

El Imbécil y Manolito reaccionan exactamente igual que los

abuelos.

5. La entrada en la habitación de la «enfermera giganta» anunciando

que es la hora de la cena, y despachando a los demás abuelos a

sus habitaciones y a las visitas a sus casas.

6. VOCABULARIO:

conejillo de Indias: „animal o persona sometido a observación o

experimentación‟.

Los hermanos paranormales

1. Que los niños no comen todo lo variado que debieran comer, pues

básicamente se alimentan a base de salchichas y dulces, no

toman fruta ni verdura (recordemos que en casa de la Luisa el

Imbécil rompe a llorar ante la sola visión de un plato de judías

verdes).

2. Una «fundí» (es decir, una fondue), unos cuchillos cebolleros, un

cepillo de dientes eléctrico, un volumen de cocina hindú y un

robot pelapatatas.

Cata se pone triste al darse cuenta de que lo que ha comprado es

«todo para la cocina» y que lo que había comprado para ella (el

camisón rojo) se lo ha regalado a la Luisa.

3. En el mueble bar, porque la mesa está ocupada con todos los

utensilios que ha comprado Cata.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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4. Porque no quiere dormir solo en la terraza cubierta donde

habitualmente duerme con su abuelo.

Le pide que el Imbécil duerma esa noche en su habitación con él.

5. El Imbécil dice que su madre está sola y los dos hermanos van a

verla a su habitación. Cata les dice que pueden quedarse en su

cuarto, ellos se lanzan en la cama y ella se acuesta entre los dos y

los abraza.

Dice que, si no fuera porque su padre está en casa los viernes, se

pediría dormir siempre en la cama de sus padres y con la mamá

del nene y con el Imbécil.

6. El Imbécil le dice a su madre que Manolito y él le comprarán un

camisón igual al que ahora tiene la Luisa.

7. VOCABULARIO:

fondue: „conjunto de utensilios para preparar una comida de

origen suizo, del mismo nombre, a base de queso que se funde

dentro de una cazuela especial, en el momento de comerla; por

extensión, también se aplica la misma denominación a la

comida que se hace con otros ingredientes, como carne o

chocolate‟.

El niño misterioso

1. Les dice que, cuando salgan del colegio, vayan directamente a

casa de la Luisa, porque ellas dos han hecho las paces y nadie

más puede dar a su vecina el cariño que ellos le dan.

2. Manolito dice que su hermano parece un niño de anuncio.

3. A Manolito le da cierta vergüenza que le defiendan una niña y su

hermano pequeño, preferiría que los papeles fueran inversos,

pero se resigna a que las cosas sean como son.

4. A Manolito le extraña el interés de su hermano por ver la etiqueta

del camisón; sus idas y venidas al cuarto de baño, cuando se

trata de un niño al que siempre hay que recordarle que debe ir a

hacer pis; y también, un gesto raro que hace con los ojos —al

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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intentar guiñar uno se le cierran los dos— y con el que busca que

Manolito le siga el juego.

5. La composición de la prenda (cien por cien poliéster) y su precio

(siete mil quinientas pesetas).

6. Dice que era un niño buenísimo, que siempre estaba en brazos de

su madre, de su abuelo o de la Luisa y que ya entonces llevaba

gafitas. Y añade que, tras la llegada del Imbécil, se le torció el

carácter, empezó a hacer tonterías y para su madre pasó de ser

«su gafitas» a ser «el de las gafas».

7. Manolito piensa que el misterioso de su hermano está a punto de

meterlo en un buen lío.

El primer atraco del Imbécil

1. Le dice que si no le cuenta sus planes, le quitará el chupete que

lleva en la cartera y se lo tirará en el váter más próximo, el del

Tropezón. Al decirle el Imbécil que El Tropezón está cerrado y

reírse de la amenaza de Manolito este le dice que se lo tirará al

váter del colegio.

2. Dos chicos asaltan a Manolito y el Imbécil. Preguntan la hora a

Manolito y cuando este les responde le piden que les entregue el

reloj. Al principio Manolito se niega a hacerlo (es el reloj de su

primera comunión, su reloj water resist, el de números

fosforescentes que mira todas las noches en la oscuridad), pero al

darse cuenta de que el Imbécil lleva esos billetes encima decide

darles el reloj para que se alejen y no le roben el dinero a su

hermano.

3. Cuando Manolito se desabrocha el reloj para entregárselo a los

atracadores, el Imbécil se lo arrebata a su hermano. Manolito

intenta hacer entender al Imbécil la situación en que se

encuentran, pero este no parece estar del todo convencido de

estar viviendo un atraco. Entonces empieza a gritar como loco y

los atracadores comienzan a intranquilizarse. Al fin, Manolito

consigue arrebatar el reloj a su hermano y se lo entrega a uno de

los atracadores.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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4. Manolito dice que el chico más bajo tiene cara de loco.

El chico más alto advierte a Manolito que no se le ocurra chivarse

de lo ocurrido, o al día siguiente volverán para robarle las

zapatillas.

5. Ezequiel, el dueño del bar El Tropezón. Dice a los niños que

entrará en el bar para llamar a la policía.

6. El Imbécil le cuenta a Manolito que el dinero que lleva encima

(ocho mil pesetas) se lo ha robado a la Luisa de su cajón, para

que puedan comprar con él el camisón rojo a su madre.

7. El Imbécil hace ver a Manolito que si revela el robo del dinero

estará actuando como un chivato.

8. El Imbécil responde que el dinero estará más seguro con él, ya que

a Manolito «le roban», como prueba el incidente del robo del reloj.

9. VOCABULARIO:

de refilón: „oblicuamente, de soslayo, al sesgo; de paso, de

pasada‟.

La cara del culpable

1. Aunque, según Manolito, habrían necesitado más de veinte años de

pagas para reunir el dinero invertido en el camisón, su madre no

tenía ninguna duda de que el dinero ha salido de sus cerdos

hucha, y esto solo podía tener una explicación, que a su madre las

cuentas se le dan fatal.

2. El abuelo ha hecho varios amigos durante el ingreso hospitalario y

cree que los echará de menos. También añorará la comida en el

hospital, que considera bastante mejor que la que le prepara su

hija Cata.

3. No es el himno de Carabanchel. El propio Manolito revela que esa

canción se la enseñó el cura del barrio y cree recordar que donde

ahora dicen «Carabanchel» antes decían «Jerusalén». En realidad,

lo que Manolito y el Imbécil cantan es una variación inventada en

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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su barrio de unos versículos del salmo 121 de la Biblia. Titulado

Salutación (o Saludo) a Jerusalén, se trata de un himno de

alabanza hacia esa ciudad santa que los peregrinos cantan a las

puertas de Jerusalén.

Según Manolito, dos eventos justificarían que se cantara ese

himno: la visita del rey de España o la de Raúl, antiguo jugador

del Real Madrid.

4. La Luisa siente debilidad por dejar su coche bien subido en la

acera, embistiendo contra las sillas de la terraza del Tropezón.

5. Porque es muy psicóloga y muy pedagoga y muy buena persona.

6. Cinco salchichas, todo el ketchup del mundo, gaseosa en vasos

grandes, y con uno, dos y hasta tres hielos.

7. Cuando la Luisa vuelve a casa de sus vecinos, está muy pálida y

comunica a su amiga que faltan ocho mil pesetas en su cajón.

Manolito se ruboriza de inmediato.

El Imbécil se sirve más ketchup.

8. VOCABULARIO:

remordimiento: „inquietud, pesar interno que queda después de

ejecutada una mala acción‟.

de memoria: „teniendo en ella puntualmente lo que se leyó u oyó‟.

pedagogo(-a): „persona que tiene como profesión educar a los

niños; persona versada en pedagogía o de grandes cualidades

como maestro‟.

vampiro (-a): „espectro o cadáver que, según la creencia popular

en ciertos países, va por las noches a chupar poco a poco la

sangre de los vivos hasta matarlos‟.

Delincuentes y rencorosos

1. Un comentario del Imbécil en el que corrige a la Luisa diciendo

que el dinero robado no es el mismo que el que cuesta el

camisón, pues el camisón cuesta siete mil quinientas pesetas y

«al nene le ha sobrado una moneda gorda».

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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Un comentario de Manolito («¡Qué morro tienes!») en respuesta a

la afirmación del Imbécil de que él no ha sido quien ha robado el

dinero en casa de la Luisa.

2. Esa noche su madre se despide de la Luisa inmediatamente,

cuando lo habitual es que las dos amigas se queden hablando más

rato.

Cuando llama por teléfono el padre de Manolito, su madre le

asegura que no le pasa nada, que si le nota la voz extraña es

porque está cansada de ir y venir al hospital. A Manolito le

sorprende que su madre le cuente a su padre cualquier tontería

de las que hacen y no algo tan grave como lo ocurrido.

A la mañana siguiente Manolito echa de menos que su madre no

les dé un beso como todos los días, que les ponga el desayuno sin

decirles palabra, que no les repase el pelo con el peine, que se

despida de ellos solo con un «adiós» y cerrando la puerta, y que

no se asome a la ventana para despedirse otra vez, como tiene

por costumbre.

3. Además de por no ser el autor del robo, Manolito siente que sale

perdiendo frente al Imbécil porque su hermano se lo pasa igual de

bien quedándose en casa, mientras que él necesita bajar a

merendar e ir al parque del Ahorcado con sus amigos.

4. Se sienten culpables, además de por lo ocurrido, porque su abuelo

pasará más tiempo solo en el hospital, ya que su madre no puede

mandarlos a comer a casa de la Luisa y tendrá que volver para

darles ella misma la comida a mediodía, en vez de dedicar ese

tiempo al abuelo Nicolás.

5. VOCABULARIO:

no estar el horno para bollos [o para tortas]: „no haber

oportunidad o conveniencia para hacer algo‟.

El nene se confiesa

1. Manolito siente que lo peor de lo peor es el silencio, la ausencia

de comunicación con su madre y su hermano.

Guía de lectura: ”Yo y el Imbécil”

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Respuesta libre. Ese sentimiento de Manolito puede indicar que,

en contra de lo que en ocasiones pueda manifestar, la relación

con su familia es importante para él, es algo que valora mucho.

2. Ese día no encuentran al abuelo en la cama, ni paseando por los

pasillos con otros abuelos, sino jugando una partida de tute.

Además, ya lleva puesta su dentadura postiza. En esa situación, a

Manolito su abuelo le recuerda más al que está acostumbrado a

ver.

3. Don Nicolás actúa de mediador entre su hija y sus nietos. Hace

ver a Cata que si Manolito ocultó lo del robo de su reloj fue para

evitar que ella se enfadara, pues tenía dicho al niño que si alguien

se acercaba para robarle echara a correr, cosa que Manolito no

hizo al verse en esa situación. Respecto al Imbécil, el abuelo

Nicolás le dice a Cata que el niño no ha cogido el dinero de la

Luisa porque sea malo, como ella sostiene, sino porque quería

comprarle un camisón igual al que ella había tenido que regalar a

la Luisa.

4. Don Nicolás les revela que el contenido de esas bolsas que llevan

otros abuelos y él, y que tanto les intrigan, no es otra cosa que

orina. Los niños reaccionan tirándose al suelo, muertos de risa.

5. VOCABULARIO:

dar [alguien] una vuelta: „pasear un rato‟.

Cosas que se piensan y no se dicen

1. Don Nicolás le dice a Manolito que su madre ya sabe que el Imbécil

fue quien robó en casa de Luisa y que, por lo tanto, no tiene

sentido que siga guardándole rencor a su hermano porque Cata

lleve un día sin hablarle, pues esa situación ya está resuelta.

Además, el abuelo hace ver a Manolito que no actuó bien cuando

cogió las mil pesetas que él les había dado de paga por haberse

portado bien con su madre, pues al hacerlo estaba ocultando la

verdad de lo sucedido.

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2. El abuelo hace ver a los niños que devolver el dinero a la Luisa no

resuelve todo, que deben demostrarle que la quieren. Los niños

cuentan al abuelo que a la Luisa le haría ilusión tener unas

zapatillas rojas a juego con el camisón. Manolito aporta las mil

pesetas que su abuelo le había dado de paga, y el Imbécil sus mil

por el mismo concepto más las quinientas sobrantes del dinero

robado tras la compra del camisón.

Don Nicolás propone a los niños comprar otras zapatillas para su

madre, con tres mil pesetas más que aporta él.

3. La preocupación de Manolito es que seguirán debiéndole mucho

dinero a la Luisa.

La hipótesis del abuelo es que la Luisa se emocionará con el

regalo que le hagan los niños y se olvidará de la cuestión del

dinero desaparecido.

4. Manolito sostiene que a los pacientes los sondan para que no

hagan pis en el váter y de esa manera ahorrarse el coste de las

descargas de agua de las cisternas.

5. Echar tanto de menos a sus nietos durante las noches.

Manolito se muestra pudoroso respecto a sus sentimientos. Piensa

que, aunque a ellos les ocurre exactamente lo mismo con su

abuelo, hay cosas que, aunque uno piense, no debe decirlas.

6. VOCABULARIO:

sonda: „instrumento algo encorvado, hueco, abierto por una punta

y agujereado por uno o por dos lados del otro extremo, que se

usa para las operaciones de la vejiga, para la dilatación de la

uretra y, especialmente, para dar curso y salida a la orina‟.

Mi abuelo entiende de mujeres

1. El señor Faustino, amigo de don Nicolás y abuelo de Yihad, que

había acudido a visitar al abuelo al hospital.

A una tienda llamada Las mil y una noches.

2. El señor Faustino llama por teléfono a la Luisa haciéndose pasar

por un encuestador del Ministerio de Sanidad y la mujer le facilita

ese y otros datos sobre sus pies.

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3. Se sienten tan nerviosos como la noche de la víspera de Reyes.

Siguiendo instrucciones del abuelo, Manolito, favorito de la Luisa,

debe entregar las zapatillas a su madre, y el Imbécil, preferido de

Cata, debe entregárselas a la Luisa.

4. Que él y su hermano ahorrarían a partir de ese momento para

devolverle el dinero que le habían quitado

La Luisa dice a los niños que no quiere que le devuelvan nada,

que con el detalle que han tenido con ella la cuenta queda

saldada.

5. Respuesta libre. Aunque se trata de una afirmación

excesivamente general, lo cierto es que el abuelo sí parece

conocer acertadamente el modo en que va a reaccionar la Luisa, y

antes también ha demostrado la capacidad de entender a su hija

y de hacerle ver determinadas cuestiones. Por lo tanto, don

Nicolás sí conoce al menos el modo de pensar de Cata y la Luisa,

otra cosa es que ese conocimiento pueda hacerse extensivo a

todas las mujeres.

La mamá de Manolito

1. Porque a la pregunta del guarda jurado del hospital sobre si

seguirá robando, el Imbécil responde que no, que luego debe

devolverlo y eso no le gusta. Eso le hace pensar a Manolito que su

hermano es un niño sin moral, incapaz de distinguir el bien del

mal.

2. Un paquete alargado que contiene un reloj water resist, y una nota

de su madre con el siguiente texto: «Con todo mi cariño, la mamá

de Manolito».

3. El Imbécil se aprieta contra Manolito, pone los pies sobre la barriga

de este para que se los caliente y mira el reloj de su hermano

mayor, mientras da vueltas al asa del chupete.

4. Porque el Imbécil no se enfada cuando únicamente Manolito recibe

un regalo ni tampoco cuando su madre firma como «la mamá de

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Manolito», y en cambio a él le molesta mucho que el Imbécil se

refiera a su madre como «la mamá del nene».

5. Respuesta libre. Es probable que Manolito tenga esa sensación

debido a que han sido muchos los acontecimientos que se han

sucedido en muy poco tiempo. También a que lo ocurrido ha

tenido lugar fuera de su rutina habitual del colegio, en contextos

más desconocidos para él, como un hospital, un restaurante, el

lugar de trabajo de Bernabé… En circunstancias normales, en

clase, jugando con sus amigos, el tiempo fluye de forma distinta

para el protagonista.

6. VOCABULARIO:

moscón: „persona pesada y molesta‟.