Stephen King - Danza Macabra Parte 2

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STEPHEN KING —— Danza Macabra

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Danza Macabra. Parte 2

Transcript of Stephen King - Danza Macabra Parte 2

STEPHEN

STEPHEN

KING

Danza

Macabra

Es lo suficientemente fcil quizs demasiado hacer homenajes a los muertos. Este libro es para seis grandes escritores de lo macabro que an estn vivos.

ROBERT BLOCH

JORGE LUIS BORGES

RAY BRADBURY

FRANK BELKNAP LONG

DONALD WANDREI

MANLY WADE WELLMAN

Entra, Extrao, a tu propio riesgo: Aqu hay Tigres

CONTENIDOS

PRLOGO.......................................................................................................... 4

I

Octubre 4, 1957, y una invitacin a Bailar...........................................................9

II

Historias del Garfio.............................................................................................20

III

Historias del Tarot.............................................................................................. 45

IV

Una Pausa Autobiogrfica..................................................................................54

V

La Radio y el Sentido de la Realidad................................................................. 68

VI

La Pelcula Americana Moderna de Horror - Texto y Subtexto........................80

VII

La Pelcula de Horror como Comida Basura....................................................122

VIII

La Teta de Vidrio, o Este Monstruo fue trado a ti gracias a Gainesburgers....132

IX

Ficcin de Horror............................................................................................. 151

X

El ltimo vals Horror y Moralidad, Horror y Magia........................................227

EPLOGO........................................................................................................ 240

APNDICE 1. LAS PELCULAS...................................................................... 242

APNDICE 2. LOS LIBROS............................................................................ 245

Prlogo

ESTE LIBRO est en tus manos como resultado de una llamada telefnica que me hicieron en Noviembre de 1978. Por esa poca estaba enseando Escritura creativa y un par de cursos de literatura en la Universidad de Maine en Orono y trabajando, en el tiempo suelto que poda hacerme, en la versin final de una novela, Firestarter, que a esta altura debera haberse publicado ya. La llamada fue de Bill Thompson, quien ha editado mis primeros cinco libros (Carrie, Salem's Lot, The Shining, Night Shift, y The Stand) entre los aos 1974-1978. Ms importante que eso... Bill Thompson, que entonces era un editor de Doubleday, fue la primera persona que logr conectar con el establishment del mercado editorial en New York para que leyeran mis tempranos e inditos trabajos con cierto simptico inters. l tena aquellos importantes contactos que todos los nuevos escritores esperan y desean . . . y tan pocos consiguen.

Doubleday y yo llegamos a un acuerdo de separacin luego de The Stand, y Bill tambin se mud se convirti en editor senior en Everest House, editorial que imprimi el volumen que ustedes tienen en manos.

Por eso fue que nos convertimos en amigos, adems de en colegas. A travs de los aos de nuestra asociacin, continuamos en contacto, almorzbamos juntos ocasionalmente . . . y ocasionalmente nos emborrachbamos juntos tambin. El mejor de todos fue tal vez durante el partido de las estrellas de bisbol, en Julio de 1978, el cual vimos en una televisin de pantalla gigante con innumerables cervezas en un pub irlands en algn lugar de New York. Haba un cartel al fondo del bar que deca: HAPPY HOUR para pjaros tempraneros, de 8 a 10 A.M., con todos los tragos a slo cincuenta centavos. Cuando le preguntamos al barman que clase de clientela poda estar all a las 8:15 A.M. por un ron Collins o un gin Rickey, l me puso en mi lugar con una sonrisa boba, restreg sus manos sobre su delantal, y dijo: "universitarios, como ustedes."

Pero en esa noche de Noviembre no demasiado despus de Halloween, Bill me llam y me dijo, "Por qu no escribes un libro acerca de todos los fenmenos de horror tal como lo viste? Libros, pelculas, radio, TV, todo. Lo haremos juntos, si quieres."

El concepto me intrig y me asust al mismo tiempo. Me intrigu porque me preguntaba una y otra vez, por qu yo escriba acerca de ese tipo de cosas, por qu la gente quera leerlo o ir a los cines para verlo la paradoja pareca ser: por qu la gente iba a pagar su buen dinero para estar extremadamente incmoda? He hablado con suficiente gente del asunto, y escrito las suficientes palabras del mismo (incluyendo un prlogo lo suficientemente largo para mi coleccin de historias cortas, Night Shift) para hacerme una idea de que un Testimonio Final acerca del asunto, sera algo atractivo. Para el resto de los tiempos, podra creer.

Sera la solucin para contestar: si quers saber qu pienso acerca del horror, est este libro que escrib con respecto al tema. Lelo. Es mi Declaracin Final y eterna acerca de las historias de terror.

Me asust porque poda prever que el trabajo podra abarcarme aos, dcadas, siglos... Si uno va a empezar con Grendel y la mam de Grendel y trabajar desde ah, incluso la versin condensada del Reader's Digest abarca cuatro volmenes.

Los lmites segn Bill eran: que yo debera restringirme a los ltimos treinta aos, ms o menos, con algunos viajecitos para explorar las races del gnero. Le dije lo que pensaba acerca de eso, y puse manos a la obra. Pensaba que sera largo y difcil. Nunca antes haba intentado un proyecto de no-ficcin del tamao de un libro, y la idea me intimidaba. El simple pensamiento de tener que decir la verdad era intimidante. La ficcin, despus de todo, es mentiras y ms mentiras... lo cual es el porqu de que los puritanos nunca podran ir detrs de eso, y van con la corriente. En un trabajo de ficcin, si te queds estancado, siempre pods arreglar algo o retroceder unas pginas y cambiar algo. Con la no-ficcin, hay un asunto complicado: el tener que asegurarte de que los hechos sean correctos, directos, que las fechas coincidan, que los nombres estn bien escritos... y lo peor de todo, significa pasar al frente. Un novelista, despus de todo, es una criatura escondida; a diferencia del msico o del actor, l puede pasar desapercibido en cualquier calle. Sus creaciones atraviesan la escena mientras l contina sin ser visto.

The escritor de no-ficcin est demasiado visible.

An, la idea tena su atractivo. Comenc a comprenderlo, tal vez como los personajes que predican en Hyde Park ("los nutters," como los llaman nuestros primos britnicos) se deben sentir mientras van arrastrando y poniendo en posicin sus cajas de jabn y se preparan para montarse en ellas. Pensaba en tener pginas y pginas en las cuales jugar y jugar a todos mis jueguecitos"Y que encima te paguen por eso!' grit Bill, restregndose las manos y riendo a carcajadas como loco. Pensaba en dar una clase de literatura el semestre siguiente, una clase llamada Temas de Literatura Sobrenatural. Pero principalmente pens que aqu estaba mi oportunidad de hablar acerca de un genero que amo, una oportunidad, que se les ha ofrecido muy pocos escritores comunes de ficcin.

Como para mi curso de Literatura Sobrenatural: en aquella noche de Noviembre en que llam Bill, estaba sentado en la mesa de la cocina con una cerveza, tratando de salir del atontamiento y decir, aunque sea una slaba... y meditando en voz alta junto a mi esposa: estoy a punto de pasar un montn de tiempo frente a una multitud, hablando acerca de un asunto del que antes slo haba recorrido instintivamente, como un ciego. A pesar de que algunos de los libros y pelculas discutidos en las pginas siguientes son ahora enseados rutinariamente en las universidades, me le los libros, vi los filmes y form mis conclusiones personales, sin textos escolares de ningn tipo para guiar mis pensamientos. Pareca que estaba muy cerca, pareca que debera poder ver, por primera vez, el verdadero color de mis pensamientos.

Esto puede parecer una frase extraa. Ms adelante en este libro, he escrito mi creencia de que nadie est exactamente seguro de qu es exactamente lo que quieren decir acerca de un asunto; hasta que haya escrito sus pensamientos. De similar modo, creo que tenemos muy poca comprensin de aquello que pensamos hasta que hemos transmitido esos pensamientos a otros que sean al menos tan inteligentes como nosotros mismos. Por eso, si, estaba nervioso por la perspectiva de ingresar al saln de clases de Barrows Hall y pasar buena parte de lo que de otra manera seran unas adorables vacaciones en St. Thomas, en la agona de aquel ao, hablando sobre el uso del humor en el Drcula de Stoker, y el coeficiente paranoico de Body Snatchers, de Jack Finney.

En los das siguientes a la llamada de Bill, comenc a pensar ms y ms que mi serie de charlas (no tuve las bolas suficientes como para llamarlas conferencias) en el campo del horror gtico sobrenatural, parecan ser bien recibidas tanto por m como por mis estudiantes entonces quizs escribir un libro del asunto podra completar el crculo. Finalmente llam a Bill y le dije que poda intentar escribir el libro. Y, como podrn ver, lo hice.

Todo esto es para reconocerle a Bill Thompson, como el que cre el concepto de este libro. Fue su idea, y fue una buena idea. Si te gusta el libro que sigue, agradceselo a Bill, a l se le ocurri. Si no les gusta, culpen al autor, que arruin todo.

Esto tambin es en reconocimiento a aquellos cien estudiantes que escucharon pacientemente (y a veces soportndolo) cmo trabajaba en mis ideas. Como resultado de esa clase, muchas de esas ideas no pueden decirse que son mas, porque ellas fueron modificadas durante las discusiones, debatidas; y, en muchos casos, cambiadas.

Durante esa clase, un profesor de ingls de la Universidad de Maine, Burton Hatlen, vino a dar una conferencia un da sobre el Drcula de Stoker y ustedes descubrirn que sus ideas del honor, como una potente pileta de mitos en donde todos nos pegamos un chapuzn, tambin forma parte de la columna vertebral de este libro.

Por eso, gracias, Burt.

Mi agente, Kirby McCauley, un fan de la fantasa y del horror y un Minnesotano irredento, tambin merece mi agradecimientio por leer este manuscrito, apuntando errores de hecho, discutiendo conclusions... y ms que nada por sentarse conmigo una perfecta noche de borrachera en el hotel U.N. Plaza, en New York y ayudarme a confeccionar la lista de los filmes de terror recomendados durante los aos 1950-1980, que forman el Apndice 1 de este libro. Le debo a Kirby ms que eso, mucho ms, pero por ahora, esto es todo lo que tengo que hacer.

He abrevado de unas cuantas fuentes externas durante el curso de mi trabajo en Danse Macabre, y he tratado tan concienzudamente como pude de reconocerlas en orden de aparicin, pero debo mencionar algunas que fueron fundamentales: el trabajo seminal de Carlos Clarens acerca de las pelculas de horror: An Illustrated History of the Horror Film; el cuidadoso resumen captulo por captulo de The Twilight Zone en Starlog; The Ciencia ficcin Encyclopedia, editada por Peter Nichols, quien fue particularmente til en darle sentido (o en intentarlo de todos modos) a los trabajos de Harlan Ellison y del programa de televisin The Outer Limits; e incontables atajos a las viscicitudes que me toc recorrer.

Finalmente, gracias a los escritores Ray Bradbury, Harlan Ellison, Richard Matheson, Jack Finney, Peter Straub, y Anne Rivers Siddons entre otros que fueron lo suficientemente amables como para responder mis cartas de consulta y proveer informacin acerca de la gnesis de los trabajos discutidos aqu. Sus voces proveen una dimensin a este trabajo, que, de otra manera, podra haber quedado tristemente vaco.

Imagino que eso es todo, excepto que no querra en absoluto dejarlos con la idea de que lo que sigue se acerca a la perfeccin. Yo lo imagino lleno de errores, a pesar del cuidadoso rastreo. Slo puedo esperar que los errores no sean demasiado graves, o demasiados. Si encuentran esos errores, espero que me escriban y me los indiquen, as puedo hacer correcciones en algunas ediciones futuras.

Y, ustedes saben, espero que se diviertan un poco con el libro. Cmanlo: mordisqueen las puntas o trguenselo de un bocado, pero divirtanse. Para eso fue escrito, tanto como algunas de mis novelas. Tal vez haya aqu algo para hacerlos pensar o hacerlos reir; o slo para volverlos locos. Cualquiera de esas reaccionesme complacer. Aburrirlos, de algn modo, podra ser un fracaso.

Escribir este libro, para m, ha sido al mismo tiempo una exasperacin y un profundo placer, una carga algunos das, y una tarea de amor en otros. Como resultado, supongo que descubrirn en el camino cules sonlos baches y accidentes. Puedo slo esperar que alguna vez descubran, como me ha pasado, que el viaje no ha sido en vano.

STEPHEN KING

Center Lovell, Maine

"Qu es lo peor que has hecho?"

"No podra contarte eso, pero dir la peor cosa

que me pas a m... lo ms espantoso

PETER STRAUB, Ghost Story

"Bueno, tendremos realmente una fiesta,

pero vamos a poner un guardia afuera

EDDIE COCHRAN, "Come On Everybody"

CAPTULO I

Octubre 4, 1957, y una

Invitacin a Bailar

1

Para m, el terror, -el verdadero terror, por oposicin a cualquier demonio o fantasma que pudiera vivir en mi propia mente- comenz una tarde de Octubre de 1957. Recin haba cumplido 10 aos. Y como corresponda, estaba en un cine: el Stratford Theater, en el centro de Stratford, Connecticut.

La pelcula que daban aquel da era una de mis favoritas de todos los tiempos, y el hecho de que fuera sa la pelcula que daban en vez de un western de Randolph Scott western o una pelcula de guerra de John Wayne era tambin porque corresponda. La matine del sbado de aquel da en que comenz el verdadero terror fue Tierra vs. los Platillos voladores (La Tierra Contra Los Platos Voladores), protagonizada por Hugh Marlowe, quien por aquel tiempo era quizs ms conocido por su rol como el novio abandonado y xenfobo fantico de Patricia Neal en The Day the Tierra Stood Still, una pelcula de ciencia ficcin un tanto ms vieja y mucho ms racional.

En The Day the Tierra Stood Still, un alien llamado Klaatu (Michael Rennie un traje

intergalctico blanco brillante) aterriza sobre el Mall, en Washington, D.C., en un plato volador (el que, cuando tena baja opotencia, resplandeca como aquellos Jesucristos de plstico que acostumbraban darnos en la escuela bblica de vacaciones por memoprizar versculos de la Biblia). Klaatu desciende por la pasarela, y se detiene al primer paso, convirtindose en el foco de todos los ojos hororizados y de las bocas de varios centenares de armas del ejrcito. Es un momento de tensin memorable, un momento dulce en retrospectiva la clase de momento que hace que la gente como yo se convierta en fantica del cine de por vida. Klaatu comienza a tontear con cierta clase de arma pareca una especie de cortadora de cesped, tal como puedo recordar- y un joven soldado gatillo fcil rapidamente le dispara en un brazo. Termina siendo, por supuesto, que el aparato era un regalopara el presidente. Aqu no haba rayos mortales, slo un simplecomunicado de estrella a estrella.

Eso fue en 1951. En aquell atarde de sbado en Connecticut cosa de seis aos ms tarde, los amigos de los platillos voladores parecan, y actuaban un poco menos amistosos. Lejos de aquel noble e igualmente triste estilo de Michael Rennie como Klaatu, los tipos del espacio de La Tierra vs. los Platillos voladores parec+an viejos rboles vivos y extremadamente malignos, con sus cuerpos nudosos y marchitos, y sus caras de viejos gruones.

En vez de llevar un recuerdo al Presidente como cualquier nuevo embajador llevando una prueba de la estirpe de su pas, la gente del platillo en Tierra vs. the Flying Saucers llevaban rayopsmortales, destruccin y, finalmente, una guerra con todo. Todo esto y en particular la destruccin de Washington, D.C. fue construido con maravilloso reliasmo , por el trabajo en efectos especiales de Ray Harryhausen, un tipo que sola ir al cine con un compinche llamado Ray Bradbury cuando era nio.

Klaatu viene a extender una mano de amistad y hermanadad. Le otrece al pueblo de la tierra formar parte de uan especie de ONU interestelar siempre y cuando dejemos de lado nuestro desafortunado hbito de matarnos los unos a los otros, como vinimos hacindolo por millones. Los platilleros de La Tierra vs. los Platillos voladores, llegaron slo a conquistar, la ltima armada de un planeta moribundo, viejo y codicioso, sin buscar la paz, sino el pillaje.

The Day the Earth Stood Still es una en un selecto puado las verdaderas pelculas de ciencia ficcin-. Los antiguos platilleros de La Tierra vs. los Platillos voladores son emisarios de una raza de pelcula mucho ms comn: las de horror. No hay un sinsentido con eso de "Iba a ser un regalo para su Presidente"; esta gente desciende de una nave del tipo Project Skyhook de Hugh Marlowe, en Cabo Caaveral y empiezan a patear culos.

Pienso que en el espacio entermedio entre estas dos filosofas fue sembrado el terror. Si hay una lnea de fuerza entre estas ideas aparentemente opuestas, entonces el terror casi con seguridad creci ah.

Porque, justo cuando los platillos estaban montando su ataque en la Capital de Nuestra Nacin, en el rollo final de la pelcula, todo simplemente se detuvo. La panatalla se puso negra. El cine estaba lleno de chicos, pero haba sorprendentemente muy poco barullo. Isi uno recuerda las matines de sbado en aquella disipada juventud, uno podr acordarse que un montn de chicos en el cine, tiene numerosas manera de expresar su resentimiento por la interrupcin de la proyeccin o por su comienzo retrasado rtmicos aplausos; ese grandioso canto tribal de la infancia de Queremos-el-show! Queremos-el-show! Queremos-el-show!"; cajas de caramelos que volaban contra la pantalla, cnos de pochoclo que se convertan en cornetas... Si algn chico tena un petardo Black Cat en su bolsillo desde el ltimo Cuatro de Julio, tendra su oportunidad de sacarlo de ah, ortentar frente a sus amigos, para obtener aprobacin y admiracin, y luego encenderlo y arrojarlo desde el gallinero.

Ninguna de esas cosas ocurrieron en aquel da de Octubre. El filme no se haba cortado; simplemente haba sido apagado el proyector. Entopnces se encendieron las luces, algo totalmente inaudito. Nos sentamos, parpadeando en la luz como topos.

El gerente camin hasta el medio del escenario y levant sus manos pidiendo silencio algo innecesario-. Seis aos ms tarde, en 1963, tuve un flash de ese momento cuando una tarde de viernes de noviembre, el muchacho que nosllevaba a casa desde el colegio, nos cont que el Presidente haba sido baleado en Dallas.

2

Si la danza macabra tiene alguna verdad, o algpun valor, este es simplemente que las novelas, pelculas y programas de radio y televisin incluso los comicsque tratan con el horror siempre hacen su trabajo en dos niveles. Al tope est el nivel asquerosocuando Regan vomita en la cara del sacerdote o se masturba con un crucifico en The Exorcist, o cuando el crudo monstruo interior de La Profeca de John Frankenheimer le arranca la cabeza al piloto como si fuera un mueco. El asco puede ser obtenidos con una variedad de grados de fineza artstica, pero siempre est all

Pero en otro nivel, ms potente, el trabajo del horror realmente es una danza, una bsqueda rtmica, movediza.

Y lo que est buscando es el lugar donde t, el lector o espectador, vives en tu nivel ms primitivo. El trabajo del horror no est interesado en el amoblamiento civilizado de nuestras vidas. Como un nmero de baile, atraviesa nuestros espacios, aquellos que hemos ordenado poco a poco,con cada pieza expresando (eso espero!) nuestro carcter socialmente aceptable, amable y culto. Est en la bsqueda de otro lugar, una habitacin que puede parecerse al refugio secreto de un caballero victoriano, o a veces la cmara de tortura de la Inquisicin Espaola... pero quizs ms frecuentemente y con ms xito a la simple, corriente y brutal cueva del caverncola de la Edad de Piedra.

Es arte el horror? En este segundo nivel, el trabajo del horror, no puede ser otra cosa, alcanza el nivel de arte, porque simplemente est buscando algo ms all del arte, algo que depreda al arte: est buscando lo que puedo llamar puntos de presin fbica. Una buena historia de horror har su danza hasta el centro de tu vida, y hallar la puerta secreta del cuarto que t creas que nadie conoca como alguna vez dijeron Albert Camus y Billy Joel, El Extrao nos pone nerviosos, pero nos encanta intentar enfrentarlo en secreto-.Las araas te aterran? Excelente. tenemos araas, como en Tarntula, El Increble Hombre Reducible, y Reino de las Araas. Qu hay acerca de las ratas? En la novela de James Herbert del mismo nombre, uno puede sentirlas arrastrarse por encima de ti... y comerte vivo. Y las serpientes? Una sensacin de encierro? Alturas? O...? Hay de lo que quieras.

Porque los libros y las pelculas son medios masivos, el campo del horror ha estado a vedes en laposibilidad de mejorar cualquier miedo personal en los ltimos treinta aos. Durante aquel perodo (y en un menor grados en los aos anteriores a los setentas), el gnero del horror ha sido capaz a veces de encontrar los puntos fbicos nacionales de presin, y aquellos libros y films que han sido los ms exitosos, casi siempre parecen ocuparse de expresar los miedos que existen para un ampli espectro de personas. Esa clase de miedos que son a veces polticos, econmicos, y psicolgicos ms que sobrenaturales, nos dan el mejor trabajo de cmo un alegrico y grato sentimiento, y es una suerte de alegora que la mayora de los cineastas se siente muy cmodo con eso. Tal vez porque ellos saben que si lamierda comienza a ponerse demasiado espesa, ellos pueden guardar al monstruo en la oscuridad de nuevo.

Estamos regresando a Stratford en 1957, hace mucho tiempo, pero antes de eso, djenme sugerirles que uno de los filmes de los ltimos treinta aos en encontrar un punto de presin con gran exactitud fue Invasion of the Body Snatchers (La invasin de los ladrones de cadveres), de Don Siegel. Ms an, discutiremos acerca de la novela y Jack Finney, el autor, tendr tambin algunas cosaspara decir. pero por ahora, echemos un breve vistazo al filme.

En realidad no hay nada fsicamente horrible la versin de Siegel de Invasion of the Body Snatchers; no hay nudosos y malignos viajeros estelares aqu, no hay retorcidas sombras mutantes bajo una fachada de normalidad. La gente capullo es slo un poquito diferente, eso es todo. Un poco vagos, un poco desordenados. A pesar de eso, Finney nunca pone esto en letras de molde en su libro, pero ciertamente sugiere que la cosa ms horrible acerca de "ellos" es que carecen del ms comn y asible sentido de la esttica. No importa, Finney sugiere que estos aliens usurpadores del espacio exterior no pueden apreciar La Traviata o Moby Dick o ni siquiera una buena tapa de Norman Rockwell en el Saturday Evening Post. Esto es suficientemente malo, peroDios mo! ellos no cortan su cped, ni reemplazan el vidrio del garage que se rompi cuando el chico de la esquina bate una pelota atravs e l. Ellos no vuelven a pintar sus casas cuando se descascaran. Este camino lleva a Santa Mira, nos dicen, y estn tan llenos de baches e irregularidades que uno empieza a pensar que quien se encarga del mantenimiento de la ciudad la misma que airea sus pulmones municipales con atmsfera vital del capitalismo, uno puede decir los problemas estn por venir.

El nivel del asco es una cosa, pero es en ese segundo nivel de horror en que a veces experimentamos ese sutil sensacin de ansiedad que llamamos "la piel de gallina." A travs de los aos, Invasion of the Body Snatchers nos ha dado piel de gallina a muchos, y se le an imputado a la versin flmica de Siegel toda clase de ideas subliminales. Fue visto como un filme anti-McCarthy hasta que alguien indic el hecho de que las visiones polticas de Don Siegel dificilmente podran se r consideradas izquierdistas. Entonces la gente comenz a a verlo como un filme del tipo "Mejor muerto que Rojo". De las dos ideas, pienso que la segunda, encaja mnejor con el film que hizo Siegel, la escena que termina con Kevin McCarthy en en el medio de uan autopista, gritando "Estn viniendo! Estn viniendo!" a los autos que pasan velozmente y sin control a su lado. Pero en mi corazn, no creo realmente que Siegel estuviera usando del todo un sombrero poltico cuando hizo la pelcula (y ustedes vern ms tarde que Jack Finney nunca lo ha credo); yo creo que l slo se estaba divirtiendo, y que los matices... simplemente ocurrieron.

Esto no invalida la idea de que hay un elemento alegrico en Invasion of the Body

Snatchers; simplemente sugiere que a veces esos puntos de presin, esas terminales de miedo, estn tan profundamente enterradas y siguen siendo tan vitales que podemos cerrarlas como pozos artesianos,diciendo una cosa, a la vez que expresamos algo ms en un susurro.

La versin de Philip Kaufman de la novela de Finney es divertida (a pesar de que, para ser francos, no lo es tanto como la de Siegel), pero ese susurro ha cambiado a otro enteramente diferente: el subtexto de la pelcula de Kaufman parece satirizar a todo el movimiento de los egocntricos setentas: Estoy-bien-t-ests-bien-por-eso-metmonos-en-la-baera-caliente-y-masajeemos-nuestras-preciosas conciencias lo cual es sugerir que, a pesar de los sueos intranquilos de las masas, que subonscientemente pueden cambiar de una dcada a otra, la tubera interna de aquel pozo de sueos permanece constante y vital.

Esta es, sospecho, la verdadera danse macabre: esos inolvidables momentos en los que el creador de una historia de horror est capacitado para unir las mentes consciente y subconsciente con una sola potente idea. Creo que ocurri en un mayor grado en la versin Siegel de Invasion of the Body Snatchers, pero por supuesto, ambos, Siegel y Kaufman, pudieron hacer lo suyo por cortesa de Jack Finney, quien excav bien en el original.

Todo eso, nos lleva de regreso, creo, al Stratford Theater en una clida tarde de otroo de 1957.

3

Nos sentamos ah en nuestros asientos, como muecos, contemplando al gerente. El se vea nervioso y cetrino o tal vez eran slo los reflectores. Nos sentamos preguntndonos que clase de catstrofe podra haberlo motivado a detener la pelcula justo cuando restaba alcanzando la apoteosis de cada matine de sbado, "la parte buena", y el modo en que tembl su voz cuando habl no agreg para nadie una sensacin de estar todo bien.

"Quiero decirles," dijo con esa voz temblorosa, "que los Rusos han puesto en rbita un satlite espacial alrededor de la tierra. Ellos lo llamaron...Spootnik."

Esamuestra de informacin fue recibida por un silencio sepulcral, absoluto. Simplemente nos quedamos ah, una audiencia de chicos de los 50s, chicos con cortes al rape, cortes de blancos, colas de caballo, colas de pato, miriaques, chinos, jeans con dobladillos, anillos del Capitn medianoche, chicos que recin habamos descubierto a Chuck Berry y Little Richard en una radio de rhythm & blues negro de New York, que a veces se sintonizaba de noche, oscilando una y otra vez, en un plano distante, una radio en donde hablaban con una poderosa jerga. ramos ellos, chicos que crecieron con el Capitn Video y Terry y los Piratas. ramos los chicos heabamos visto innumerables veces a Combat Casey sacarle los dientes a North Korean en los comics. Eramos los chicos que vimos a Richard Carlson atrapar miles de sucios comunistas espas En I Led Three Lives. ramos los chicos que juntbamos de a cuartos de dlar para ver a Hugh Marlowe in Earth vs. the Flying Saucers y nos daban esa clase de noticias sorprendentes como una especie de desagradable bonus.

Recuerdo esto muy claramente: cortando aquel espantoso silencio de muerte, lleg una voz aguda, no s si era un chico o una chica, una voz que estaba cerca de las lgrimas, pero que tambin estaba llena de una furia espantosa: "Oh, vamos, pon la pelcula, mentiroso!"

El gerente no mir en ningn momento en direccin al lugar de donde vena esa voz, y eso fue de algn modo, lo peor de todo. De alguna menera eso lo probaba. Los Rusos nos haban vencido en el espacio.

En algn lugar, por encima de nuestras cabezas, pitando triunfalmente, haba una bola electrnica que haba sido construida detrs de la Cortina de Hierro. Ningn Capitn Medianoche ni Richard Carlson (quien tambin protagonizaba Riders to the Stars -Jinetes a las estrellas- ; y oh muchacho, la amarga irona que hay en eso) haba conseguido detenerlo. Estaba all arriba, y ellos lo llamaron Spootnik. El gerente permaneci all por un largo rato, mirndonos como si esperara tener algo ms que decir, pero no se le ocurra. Entonces se fue y muy pronto, la pelcula empez de nuevo.

4

Entonces, aqu est la cuestin. Ustedes recuerdan dnde estaban cuando el Presidente Kennedy fue asesinado. Recuerdan dnde estaban cuando escucharon que RFK cay en una cocina de ciero hotel como resultado de los actos de otro loco. Tal vez recuerden incluso donde estaban durante la crisis de misiles cubana.

Recuerdan dnde estaban cuando los Rusos lanzaron el Sputnik I?

Terror lo que Hunter Thompson llama "miedo y odio" a veces surge de una penetrante sensacin de inastabilidad... de que esas cosas estn fuera de su sitio. Si ese sentido de desubicacin es repentino, y parece personal, si te golpea cerca del corazn, entonces queda en tu memoria como un todo. Slo el hecho de que casi todos recuerdan dnde estaban cuando escucharon las noticias del asesinato de Kennedy, es algo que encuentro casi tan interesante como el hecho de que un nerd con un revlver comprado por correo pueda cambiar el curso de la historia mundial en el curso de catorce segundos o algo as. Ese momento de certeza y el espasmo de tres das de dolor atontado que le siguieron, fue, quizs, el ms cercano a la conciencia y empata masivas a las que cualquier pueblo de toda la historia ha llegado a vivir en un perodo. Y, en retrospectiva, recuerdos masivos: doscientos millones de personas como si fueran un friso viviente. El amor no podr lograr esa suerte de golpe emocional que hzo que pareciramos arrojadors por la borda. Peor es la compasin. No estoy sugiriendo que la noticia del lanzamiento del Sputnik tuviera en cualquier parte, elmismo golpe de efecto sobre la psique americana (a pesar de todo, tuvo lo suyo, vean por ejemplo, la entretenida narrativa de eventos posteriores el xito del lanzamiento ruso que hizo Tom Wolfe en su superlativo libro acerca de nuestro programa espacial, The Right Stuff El Material adecuado-), Pero tambin me opregunto si un montn de chicos los bebs de la guerra, como fuimos llamados recuerdan el evento tan bien como yo.

Somos frtiles campos para las semillas del terror, nosotros, los bebs de la guerra; hemos sido criados en una extraa y circense atmsfera de paranoia, patriotismo, y hubris nacional. Nos han dicho que ramosla nacin ms grande de la Tierra y que cualquier forajido que recurra a su cortina de hierro en ese gran saloon que es la poltica internacional descubrira quien es el revlver ms rpido del Oeste (como ocurre en la iluminada novela acerca de aquel perodo que escribi Pat Frank, Alas, Babylon), pero tambin nos dijeron con exactitud que debamos quedarnos en nuestros refugios atmicos y cuanto tiempo debamos permanecer all una vez que hayamos ganado la guerra. Tenamos ms alimentos que cualquier nacin en la historia del mundo, pero habra vestigios de Estroncio-90 en nuestra leche despus de las pruebas nucleares.

Fuimos los hijos de los hombres y las mujeres que ganaron lo que Duke Wayne sola llamar "la grande," y cuando el polvo se dispers, Estados Unidos estaba en la cima. Habamos reemplazado a Inglaterra en el puesto del coloso que se paraba a horcajadas sobre el mundo.Cuando la gente se gunt una vez ms para hacerme, a m y a otros millones de chicos como yo, Londres haba sido bombardeada hasta dejarla casi arrasada, el sol se pona cada doce horas, o algo as en el Imperio Britnico, y Rusia haba sido desangrada hasta la anemia en su guerra contra los Nazis; durante el sitio de Stalingrado, los soldados rusos haban sido obligados a comerse a sus camaradas muertos. Pero ni una sola bomba haba cado sobre New York, y los Estados Unidos tenan la menor tasa de bajas de cualquiera de las grandes potencias involucradas en la guerra.

Ms an, tenamos una gran historia para redactar (todas las historias cortasson grandes historias), particularmente en asuntos de invencin e innovacin. Cada maestro de grado dijo las mismas dos palabras para deleite de sus estudiantes; dos mgicas palabras encendindose y apagndose como un bello cartel de nen;

dos palabras unpoder y gracia casi increble; y esas dos palabras eran: ESPRITU PIONERO. Mis compaeros y yo crecimos seguron con la conciencia del ESPRITU PIONERO de los Estados Unidos, un conopcimiento que puede ser sintetizado en una letana de nombres aprendidos de memoria en el aula. Eli Whitney. Samuel Morse. Alexander Graham Bell. Henry Ford. Robert Goddard. Wilbur y Orville Wright. Robert Oppenheimer. Esos hombres, damas y caballeros tenan todos una gran cosa en comn. Todos ellos eran americanos simplemente repletos de ESPRITU PIONERO. Ellos eran, y siempre han sido como esa mordaz frase americana: ms rpidos y mejores que la mayora.

Y qu mundo se extenda adelante! Estaba todo esbozado en las historias de Robert A. Heinlein, Lester del Rey, Alfred Bester, Stanley Weinbaum, y docenas de otros! Esos sueos vinieron en las ltimas revistas de ciencia ficcin baratas, que por octubre de 1957 estaban contrayndose y muriendo. ... pero la ciencia ficcin en si misma nunca estuvo en mejor forma. El espacio podr ser algo ms que conquistado, nos dijeron esos autores... podra ser habitado! Alfileres de plata travesando el vaco, seguido por cohetes flamgeros empujando a enormes naves dentro de los mundos extraterrestres, seguidos por robustas colonias llenas de hombres y mujeres. (hombres y mujeres americanas, no hace falta aclarar) con ESPRITU PIONERO rezumando por todos los poros. Marte podra convertirse en nuestro patio trasero, se instalar en el cinturn de asteroides la nueva the fiebre del oro (o possiblemente la nueva fiebre del rodio)... finalmente, por supuesto, las mismsimas estrellas sern nuestras. Un furo glorioso aguardaba, con los turistas haciendo chasquear sus Kodaks y obteniendo impresiones de las seis lunas de Procyon IV, y una lnea de ensamble del Chevrolet JetCar en Sirio III. La Tierra misma se transformara en una utopa que uno poda ver en la tapa de cualquier nmero de los '50s de Fantay & Science Fiction, Amazing Stories, Galaxy, o Astounding Stories.

Un futuro lleno de ESPRITU PIONERO; an mejor, un futuro lleno de ESPRITU PIONERO AMERICANO. Vean, por ejemplo, la tapa de la edicin original en rstica de Bantam de Crnicas Marcianas, de Ray Bradbury. No hay nada esta visin artstica un producto de la imaginacin del artista y no de Bradbury; no hay nada tan etnocntrico o descaradamente tonto como esa tapa del clsico mximo de la ciencia ficcin y la fantasa Los viajeros del espacio que atrerrizaban parecan una unidad militar entrando de improviso en una playa de Saipan o Tarawa. Es un cohete en lugar de un LST lo que hay en el fondo, es verdad, pero su comandante, de mandbula saliente blandiendo su automtica bien podra haberse escapado de una pelcula de John Wayne: "Vamos, tontos, quieren vivir para siempre? Dnde est su ESPRITU PIONERO?"

Esta fue la cuna de una una elemental teora poltica y el sueo tecnlogico en el cual yo, y un monton de otros bebs de la guerra fuimos mecidos hasta aquel da de Octubre, cuando la cuna fue rudamente vapuleada, y todos nosotros nos camos de ella. Para m, fue el final del dulce sueo... y el comienzo de la pesadilla.

Los chicos comprendieron las implicancia de lo que los rusos haban hecho tan bien y tan rpidamente como ningn otro. Cietrtamente tan rpido como los polticos que fueron cayendo unos sobre otros para hacer lea de esta situacin. Los grandes bombarderos que han alcanzado a Berln y Hamburgo en la Segunda Guerra Mundial, incluso entonces, en 1957, se han vuelto obsoletos. Una nueva y ominosa abreviatura llegaba al vocabulario del temor: IBCM. Los ICBMs, tal como entendimos, eran simplemente los cohetes V alemanes que haban crecido. Ellos podan transportar enormes cantidades de muerte y destruccin nuclear y si los rusos, intentaban algo ocurrente, nosotros simplemente podramos borrarlos de la faz de la tierra. Cuidado Mosc! Aqu llega una enorme dosis caliente de ESPRITU PIONERO para ustedes, pavos!

Excepto aquello... de algun modo, increblemente los Rusos estaban prestndoles mucha atencin a sus propios departamentos de desarrollo de ICBM. Despus de todo, los ICBMs eran slo grandes cohetes, y los Commies ciertamente no habin puesto al Sputnik I en rbita con un pisapapas.

Y en ese contexto, la pelcula volvi a empezar en Stratford, con las ominosas, gorgeantes voces de los platilleros haciendo eco por todas partes: "Miren al firmamento... el aviso llegar desde el cielo... miren al cielo..."

5

Este libro intenta ser un pantallazo informal acerca de dnde viene el gnero del horror en los ltimos treinta aos, y no una autobiografa de un servidor.La autobiografa de un padre, escritor, y ex profesor de secundaria podra ser, en efecto, montono. Soy un escritor de oficio, lo que significa que las cosas ms interesantes que me pasaron, me pasaron en mis sueos. Pero porque soy un novelista de horror, y tambin un chico de mi poca, y porque creo que el horror no horroriza hasta que el lecto o espectador no se sienta tocado personalmente, ustedes encontrarn el elemento autobiogrfico constantemente deslizndose. El horror en la vida real es una emocin con la que uno lucha cmo yo mismo he luchado con la idea de que los rusos nos haban vencido en el espacio totalmente solo. Es un combate librado en los huecos secretos del corazn.

Creo que en el fondo estamos todos solos y que cualquier contacto humano profundo y perdurable no es ms que una ilusin necesaria pero al menos los sentimientos que creemos positivos" y "constructivos" estn fuera de alcance, y es necesario un esfuerzo para hacer contacto y establecer una suerte de comunicacin. Los sentimientos de amor y bondad, la aptitud para querer y empatizar, es todo lo que sabemos de la luz. Son esfuerzos para conectar e integrarnos; son emociones que nos mantienen juntos, almenos son una confortable ilusin, que convierte la carga de ser mortales en algo ms fcil de acarrear.

Horror, terror, miedo, pnico: sas son las emociones que nos llevan a separarnos, a salirnos de la multitud, y nos hace sentir solos. Es apradjico que esos sentimientos y emociones que asociamos con el instinto de masas " puedan hacer esto, pero nos han dicho que las multitudes son lugares solitarios para estar, una camaradera sin amor. Las melodas de las historias de horror son simples y repetitivas, y son melodas de inestabilidad y desintegracin... pero otra paradoja es que el ritual que surge de esas emociones parecen retornar las cosas una vez ms a una situacin ms estable y constructiva. Pregntenle a cualquier psiquiatra qu est haciendo su paciente mientras se recuesta en el divn y habla acerca de qu es lo que le mantiene despierto, y qu ve en sus sueos. Qu ven ustedes cuando apagan la luz? preguntaron los Beatles; su respuesta: No puedo decrtelo, pero s que es mo.

El gnero del que estamos hablando, sea en trminos de libros, filmes, o TV, es realmente todo en uno: hacer crebles los horrores. Y una de las preguntas que se hacen ms frecuentemente por la gente que ha comprendido la paradoja (pero quizs no ha logrado articularla del todo en sus propias mentes) es: Por qu quers hacer cosas horribles cuando hay tanto horror real en el mundo?

La respuesta parece ser que hacemos horrores para ayudarnos a manejar los verdaderos horrores. Con la infinita inventiva de la humanidad aferramos todos los elementos que provocan divisin y destruccin y tratamos de convertirlos en herramientas para desmantelarlos. El trmino catarsis es tan viejo como el drama griego, y ha sido usado un poco demasiado por algunos colegas algo charlatanes para justificar lo que hacen, pero an eso limita su uso. El sueo del horror es en s mismo una va de escape, una lanza... y puede ocurrir tranquilamente que el sueo de los medios masivos del horror puede a veces convertirse en el divn de analista de todo un pas.

Por eso en el tiempo al cual nos habamos transportado, Octubre of 1957; parece absurdo si los vemos con los ojos de hoy, pero La Tierra vs. los Platillos voladores se haba convertido en una simblica declaracin poltica.

Por encima de la historia barata de invasores-del-espacio, eso se convierte en una delanto de la guerra definitiva. Esos codiciosos y retorcidos monstruos viejos piloteando los platillos son en realidad, los rusos; la destruccin del monumento a Washington, la cpula del Capitolio, y la Suprema Corte todo mostrado con siniestro realismo por los efectos especiales de Harry Hausen se convierten en nada menos que la destruccin que uno logicamente espera cuando las bombas-A finalmente vuelen.

Y entonces llega el final de la pelcula. El ltimo plato volador ha sido derribado por el arma secreta de Hugh Marlowe, un revlver ultrasnico que interrumpe la energa electromagntica de los platillos voladores, u otra especie de pavada agradable. Los parlantes, que parecen estar en todas las esquinas de Washington voceaban: El peligro inminente... ha terminado. El peligro inminente... ha terminado. El peligro inminente... ha terminado." La cmara nos muestra el cielo lmpido. Esos viejos monstruos malvados con sus helados gruidos y sus caras de races retorcidas han sido vencidos. Cortamos a uan playa de California, mgicamente desierta, excepto por Hugh Marlowe y su nueva mujer (que es, por supuesto, la hija del Viejo Miltar Malhumorado Que Muri Por Su Pas); Ellos estn en su luna de miel.

"Russ," ella le pregunta, "volvern?"

Marlowe mira sabiamante al cielo, luego vuelve a mirar a su esposa. "No en este hermoso da," dice plcidamente. "Y no en este mundo perfecto."

Ellos corren tomados de la mano hasta las olas, y los crditos del final empiezan a rodar.

Por un momento slo por un momento el paradjico truco ha funcionado. Hemos tomado el horror en una mano, y lo hemos usado para destruirse, un truco parecido a pisarse los cordones de tus propios zapatos. Por un rato, el miedo ms profundo la realidad del Sputnik ruso y lo que eso significa ha sido extirpado.

Crecer una vez ms, pero eso ser ms tarde. Por ahora, lo peor ha sido enfrentado y no ha salido tan mal despus de todo. Hubo aquel mgico momento de reintegracin y seguridad al final, es el mismo sentimiento que llega cuando se detiene la montaa rusa al final de la vuelta y sales con tu chica, ambos enteros e ilesos.

Creo que ese sentimiento de reintegracin, que surge de un campo que se especializa en la muerte, el miedo y la monstruosidad, es el que hace a la danse macabre tan gratificante y mgica... eso y la habilidad ilimitada de la imaginacin humana para crear mundos interminables y hacerlos realidad. Es un mundo en el cual una excelente poetisa como Anne Sexton puede "escribir para estar sana." De sus poemas que expresan y delinean su descenso a las profundidades de la insania, su propia habilidad para tratar con el mundo, eventualmente regreso, almenospor un rato... y quizs otros han sido capaces de utilizar sus poemas en su oportunidad. Esto no sugiere que escribir puede justificarse en su utilidad; pero escribir simplemente para deleitar al lector es suficiente, no?

Este es un mundo en el que he vivido por mi cuenta eligiendo desde que era un nio, desde mucho antes de lo del Stratford Theater y el Sputnik I. No estoy ciertamente tratando de decirles que los rusos me han traumatizado afectando mi inters en la ficcin de horror, pero estoy simplemente indicando que fue en aquel instante cuando comenc a tener una sensacin de conexin til entre el mundo de la fantasa y aquello que My Weekly Reader acostumbraba llamar Eventos Actuales. Este libro es slo mi excursin a travs de ese mundo a travs de todos los mundos de fantasa y horror que me han deleitado y aterrado. Llaga con un muy pequeo plan de ordenamiento, y si a veces te sientes como un perro de caza con una nariz de baja calidad lanzado hacia delante buscando un rastro de esencia interesante, y aunque tropiece, para m es genial.

Pero esto no es una cacera. Es una danza. Y a veces ellos apagan las luces en el saln de baile.

Pero bailemos de todos modos, t y yo. Incluso en la oscuridad. Especialmente en la oscuridad.

Me haran el honor?

CAPTULO II

Historias del Garfio

EL PRIMER NMERO que compr de la revista espantosamente alegre Famous Monsters of Filmland (Monstruos Famosos de Cinelandia), de Forrest Ackerman, contena un artcula largo y casi escolar escrito por Robert Bloch sobre la diferencia entre las pelculas de ciencia ficcin y los films de horror. Era un interesante trabajo y no recuerdo haber ledo nada ms de l en los ltimos dieciocho aos. Pero s recuerdo a Bloch diciendo que la colaboracin entre Howard Hawks y Christian Nyby en The Thing La Cosa- (basada en la clsica novela de ciencia ficcin de John W. Campbell "Who Goes There?" -Quin anda ah-) era ciencia ficcin hasta la mdula a pesar de sus elementos aterradores, y que el filme posterior, Them!, acerca de hormigas gigantes engendradas en el desierto de Nuevo Mxico (como resultado de ciertas pruebas de bombas-A, naturalmente), era un filme de puro horror a pesar de toda su parafernalia de ciencia ficcin.

La lnea divisoria entre la fantasa y la ciencia ficcin (hablando apropiadamente, la fantasa es lo que es; el gnero del horror es solo una categora de un gnero ms amplio) es un asunto que surge en algn punto en de casi todas las convenciones de fantasa o ciencia ficcin (y para aquellos que no estn al tanto de la subcultura, hay literalmente cientos de ellas cada ao). Si tuviera cinco centavos por cada carta publicada acerca de la dicotoma fantasa/ciencia ficcin en las columnas de las revistas amateur y especializadas en ambos campos, podra comprar la isla de Bermuda.

Esta clase de definicin es una trampa, y no se me ocurre un asunto acadmico ms aburrido. Como esas discusiones interminables de las pausas en la poesa, o la posible intrusin de cierta puntuacin en las historias cortas; es realmente una discusin del tipo de cuntos ngeles pueden bailar en la cabeza de un alfiler. Realmente, no interesa demasiado si los involucrados en el debate son borrachos o estudiantes graduados: dos estados de similar incompetencia. Me conformo con sealar los obvios imposibles: ambos son productos de la imaginacin y ambos tratan de crear mundos que no existen, no podran existir o no existen en la actualidad. Hay una diferencia, por supuesto, pero t debes trazar tu propia frontera; si quieres, y si lo intentas, puedes descubrir que es en efecto, un lmite muy serpenteante. Alien, por ejemplo es una pelcula de horror a pesar de que est ms firmemente asentada en la proyeccin cientfica que Star Wars. Star Wars es un filme de ciencia ficcin, aunque debemos reconocer el hecho de que es ciencia ficcin de la escuela de golpe y tajo, de E. E. "Doc" Smith y Murray Leinster: un western del espacio exterior desbordado de ESPRITU PIONERO.

En algn lugar entre esos dos, en una zona hueca que ha sido muy poco usada por las pelculas, hay trabajos que parecen combinar la ciencia ficcin y la fantasa

en un estilo poco amenazante Encuentros cercanos del Tercer Tipo, por ejemplo.

Con un cierto nmero de divisiones (y cualquier fan dedicado a la ciencia ficcin o la fantasa puede ofrecer una docena ms, en un rango que va desde Ficcin Utpica, Ficcin Utpica Negativa, Espadas y Hechicera, Fantasa Heroica, Historia Futura, y as hasta el amanecer), ustedes vern por qu no quiero abrir esa puerta en particular ms de lo que debo.

Djenme, en vez de definir, ofrecerles un par de ejemplos, y entonces nos moveremos hacia la respuesta. Y qu mejor ejemplo que Donovan's Brain el Cerebro de Donovan-?

La ficcin de horror no tiene que ser necesariamente no-cientfica. La novela de Curt Siodmak, Donovan's Brain, pasa de una base cientfica al horror absoluto (igual que Alien). Fue adaptada dos veces para la pantalla, y ambas versiones disfrutaron de un xito de pblico merecido. Las novelas y el filme se enfocan en un cientfico que, si bien no est loco del todo, est ciertamente movindose lejos de los lmites de racionalidad. Por lo tanto, podemos ubicarlo en la lnea de descendencia del Propietario Loco Original del Laboratorio, Victor Frankenstein. Este cientfico estuvo experimentando con una tcnica diseada para mantener el cerebro vivo despus de que el cuerpo haya muerto especficamente en un tanque lleno de una solucin salina cargada elctricamente

En el transcurso de la novela, el avin privado de W. D. Donovan, un millonario rico y dominante, se estrella cerca del laboratorio del cientfico en el desierto. Reconociendo el golpe de suerte, el cientfico remueve el crneo del agonizante millonario, y arroja el cerebro de Donovan a su tanque.

Hasta ahora, bien. Esta historia tiene elementos de horror y ciencia ficcin; Desde este punto, podra ir en cualquier direccin, dependiendo del manejo del asunto por Siodmak. La versin ms temprana del film muestra su juego casi enseguida: la operacin de remocin tiene lugar con el marco de una rugiente tormenta y el laboratorio de Arizona del cientfico se parece ms al saln de los Baskerville. Y ninguna versin flmica est por encima de la historia de creciente terror que Siodmak construye en su cuidadosa y racional prosa. La operacin es un xito. El cerebro sigue vivo y posiblemente incluso pensando en su tanque de borrascoso lquido. El problema ahora parece ser de comunicacin. Los cientficos comienzan a intentar contactarse con el cerebro por medio de la telepata...y finalmente lo consiguen. A mitad del trance, l escribi el nombre W. D. Donovan tres o cuatro veces en un pedazo de papel, y la comparacin muestra que la firma es idntica a la del millonario.

En su tanque, el cerebro de Donovan comienza a cambiar y mutar. Crece y se hace ms fuerte, y ms capaz de dominar a nuestro joven hroe. Comienza a vencer a Donovan en la puja, quiero decir puja, en el sentido de la determinacin de Donovan de asegurarse de que la persona correcta herede su fortuna. El cientfico comienza a experimentar las fragilidades del cuerpo fsico de Donovan physical body (ahora descomponindose en una tumba sin identificar): un dolor sordo y una creciente renguera. A medida de que la historia va llegando a su climax, Donovan trata de usar al cientfico para sacar del medio a una nia que sigue en el camino de su imparable, monstruosa voluntad.

En una de sus encarnaciones flmicas, la Bella y Joven Mujer (no existe una criatura comparable en la novela de Siodmak) improvisa unas varas luminosas, con las que ataca al cerebro en su tanque. Al final del libro, el cientfico ataca el tanque con un hacha, resistindose a la imparable la voluntad de Donovan al recitar una simple y al mismo tiempo obsesivamente mnemotcnica frase: Golpea el poste enhiesto con sus puos y an insiste que ha visto a los espectros. El vidrio estalla, la solucin salina se vuelca, y el repelente cerebro latente est a punto de morir como una babosa en el piso del laboratorio.

Siodmak es un excelente pensador y un muy buen escritor. El flujo de sus ideas especulativas en Donovan's Brain es tan excitante de seguir como el flujo de ideas en una novela de Isaac Asimov o Arthur C. Clarke; o mi favorito personal en el gnero, el fallecido John Wyndham. Pero ninguno de esos estimados caballeros ha escrito jams una novela como Donovan's Brain... de hecho, nadie lo ha hecho.

El dato final llega cuando termina el libro, cuando el sobrino de Donovan (o quizs sea su hijo bastardo, maldita sea si puedo recordarlo) es ahorcado por el asesino Tres veces la trampilla del patbulo se niega a abrirse, cuando se pone en marcha el mecanismo, y el narrador especula con que el espritu de Donovan contina all, indomable, implacable...y hambriento.

Por toda su parafernalia cientfica, Donovan's Brain es tanto una historia de horror como "Casting the Runes", de M. R. James o como una historia de ciencia ficcin del tipo "The Colour Out of Space, de de H. P. Lovecraft."

Ahora, tomemos otra historia. sta es una historia oral del tipo de las que nunca han sido escritas. Simplemente pasa de boca en boca, usualmente alrededor de los fogones de los chicos o chicas exploradores despus de que ha cado el sol y los malvaviscos han sido ensartados para ser asados sobre las brasas. La has escuchado, me imagino, pero en vez de resumrtela me gustara contrtela tal como la he escuchado originalmente, con la boca abierta del terror, mientras el sol se iba detrs del baldo en Stratford donde acostumbrbamos jugar al bisbol cuando hubiera suficientes chicos para armar dos equipos. Esta es la historia de horror ms bsica que conozco:

"Este chico y su chica tenan una cita, saben? y ellos iban a estacionarse en el Lover's Lane. Entonces, mientras iban para all, la radio emiti un boletn. El informante deca que un peligroso manitico homicida llamado El Garfio acababa de escapar del Asilo Sunnydale Para Criminales Dementes. Lo lllamaban El Garfio porque eso era lo que tena en lugar de su mano derecha, un garfio afilado como navaja, y acostumbraba a vagabundear por los senderos para parejas, ustedes saben, y atrapaba a esa gente y les cortaba las cabezas con el garfio. Poda hacer esto porque estaba taaan afilado, saben, y cuando lo atraparon encontraron como quince o veinte cabezas en su refrigerador. Entonces el tipo de las noticias deca que estn atentos a cualquier tipo con un garfio en vez de una mano, y que se mantengan alejados de los lugares oscuros y solitarios donde la gente iba a, bueno, ustedes saben a qu.

"Entonces la chica dice, Vamos a casa, s? y el chico l es un verdadero muchachote, ustedes saben, con msculos sobre sus msculos dice, No tengo miedo de ese tipo, y probablemente est a millas de ac. Entonces ella sigue, Vamos, Louie, tengo miedo, el Asilo Sunnydale no est muy lejos de aqu. Volvamos a mi casa, Har palomitas de maz y podremos ver la tele,

"Pero el muchacho no iba a escucharle, y enseguida estaban en El Mirador, estacionados al final del camino, y parecan bandidos. Ella segua diciendo que quera ir a casa, porque el de ellos era el nico auto ah, ustedes saben. Todo el asunto de El Garfio haba ahuyentado a todos los dems. Pero l segua diciendo', Vamos, no seas gallina, no hay nada de que temer, y si lo hubiera, yo te protegera; y cosas como esas.

"Entonces ellos se quedaron un rato ms y luego ella escuch un ruido como una rama quebrada o algo as. Como si hubiera algo en los bosques, arrastrndose por encima de ellos. Entonces ella realmente se desquici... se puso histrica, y todo eso, como hacen las chicas. Empez a rogarle al tipo que la llevara a casa. El muchacho segua diciendo que no haba escuchado nada de nada, pero ella mir en el espejo retrovisor, y crey que vea a alguien voluminoso, agazapado detrs del auto, vigilndolos y sonriendo. Ella dijo que si no la llevaba a casa nunca volvera a estacionarse all otra vez con l y bla bla bla.

Entonces al final, pone el auto en marcha y arranca, porque estaba harto de ella. En realidad, tena las bolas llenas.

"Entonces de todos modos llegaron a casa, ustedes saben, y el tipo dio la vuelta al auto para abrirle la puerta, y cuando llega all se queda inmvil ponindose tan blanco como una hoja de papel, y sus ojos se agrandan tanto que uno puede creer que se le van a caer encima de los zapatos. Ella dice Louie, qu pasa? y l simplemente se desmay en la vereda.

"Ella sale para ver qu pasa, y cuando cierra la puerta del auto escucha ese tintineo... y se da vuelta para ver qu es. Y entonces, colgando de la manija de la puerta, estaba el afilado garfio."

La historia de El Garfio es un clsico de horror simple y brutal. No ofrece caracterizacin, ni tema, ni astucias en particular; no aspira a la belleza simblica ni trata de resumir los tiempos, la mente o el espritu humano. Para encontrar estas cosas debemos ir a la "literatura" quizs a la historia de Flannery O'Connor Es difcil encontrar un buen Hombre ("A Good Man Is Hard to Find")--, que es en gran parte la historia de El Garfio en su trama y construccin.

No, la historia de El Garfio existe por una, y slo una razn: para asustar a los chicos hasta cagarse despus de que cae el sol.

Uno puede manipular la historia de El Garfio para convertirlo en una criatura del espacio exterior, y uno puede atribuirle a esta criatura la habilidad de viajar a travs de los parsecs por un tnel de fotones, o un tortuoso conducto; puede convertirlo en una criatura de un planeta alternativo a la Clifford D. Simak. Pero ninguna de estas convenciones de la ciencia ficcin puede convertir a la historia de El Garfio en ciencia ficcin. Es una historia que pone la piel de gallina, pura y simple, y tiene un progreso punto a punto, su brevedad, y su uso de la historia en un solo sentido, para conseguir el efectos en la ltima frase, es extraordinariamente similar al de Halloween, de John Carpenter ( "fue el hombre-esqueleto, dice Jamie Lee Curtis al final de la pelcula. "Si," coincide auvemente Donald Pleasance. "Efectivamente, fue l.") o La Niebla (The Fog). Ambas pelculas son extremadamente aterrorizantes, pero la historia de El Garfio lleg primero.

El punto parece ser que el horror simplemente es lo que es, independientemente de su definicin o su racionalizacin. En una nota de tapa de la revista Newsweek llamada "Verano de Terror en Hollywood " (referindose al verano de 1979, el verano de Phantasm, La profeca, Dawn of the Dead, Nightwing, y Alien) el autor dice que, durante las grandes escenas de terror de Alien, la audiencia pareca ms dispuesta a gemir de repulsin que a gritar de terror. La verdad de esto, no puede ser discutida; ya es suficientemente malo ver una especie de cangrejo gelatinoso estirndose sobre la cara de un tipo, pero la infame escena de la explosin del pecho que le sigui es un salto ms en el espanto... y, encima, ocurri en la mesa donde estn cenando. Es suficiente como para que a uno se le vayan las ganas de ms palomitas de maz.

Lo ms cerca que quiero estar de una definicin o racionalizacin es sugerirles que el gnero existe es tres niveles ms o menos diferenciados, cada uno de ellos un poco mejor que el anterior. La mxima emocin es el terror, esa emocin que recordamos en la historia de El Garfio y tambin en ese antiguo clsico llamado "The Monkey's Paw" (La Pata de Mono). Realmente no vemos nada totalmente repugnante en ninguna historia; en una tenemos al Garfio y en la otra est la pata, la cual, seca y momificada, no puede ser peor que esos perros de plstico que se venden en cualquier negocio de novedades. Es lo que la mente ve en esas historias lo que los convierte en relatos quintaesenciales de terror. Es la especulacin molesta convocada para imaginar cuando comienzan los golpes a la puerta en la ltima historia, y la anciana consternada se apresura para atender. No hay nada ah, salvo el viento, cuando ella finalmente abre la puerta... pero qu?, se pregunta finalmente la mente, qu podra haber ah? Si su esposo estaba un poco retrasado con aquel, su tercer deseo.

De nio, me cri con los comics de horror de William B. Gainer Ciencia Bizarra, Cuentos de la Cripta, Historias Del Bal ms todos los imitadores de Gaines (pero como un buen disco de Elvis, las revistas de Gaines, a veces son imitadas, pero nunca igualadas). Estos comics de horror de los cincuenta, an resumen la eptome del horror, esa emocin de miedo que subyace al terror, una emocin que es ligeramente inferior en calidad, porque no es enteramente mental. El horror tambin invita a una reaccin orgnica que nos muestra que hay algo que est fsicamente mal.

Una tpica historia de gritos de E.C. es sta: La esposa del hroe y su novio, se deciden a acabar con aqul, para luego huir juntos y casarse. En casi todos los comics bizarros de los '50s, las mujeres son vistas como un poco demasiado encantadoramente carnales y sexuales, pero finalmente malvadas: perras castradoras, que, como una araa tramposa, sienten la necesidad casi instintiva de continuar el coito con un acto de canibalismo. Estos dos, que tranquilamente podran salir vivos y respirando de una novela de James M. Cain, agarran al pobre diablo del marido, lo llevan a dar un paseo, y el novio le pone una bala entre los ojos. Atan con alambres las piernas del cuerpo a un bloque de cemento y lo arrojan al ro desde un puente.

Dos o tres semanas ms tarde, nuestro hroe , un cadver viviente, emerge del ro, podrido y comido por los peces. Se arrastra tras su esposa y su amigo...y no para invitarlos a su casa para unos tragos, precisamente. Un trozo del dilogo de esta historia que nunca he olvidado es, "Estoy llegando Marie, pero tengo que ir lentamente... porque algunos pedacitos de m se estn cayendo..."

En "The Monkey's Paw," slo la imaginacin es estimulada. El lector hace el trabajo por s mismo. En los comics de horror (as como en la literatura barata de horror de los aos 1930-1955), las vsceras estn comprometidas tambin.

Como ya hemos indicado, el viejo de "The Monkey's Paw" consigue desear que se vaya esa espantosa aparicin antes de que su frentica esposa pueda abrir la puerta. En Historias de la Cripta, la Cosa de Ms All de la Tumba sigue ah cuando la puerta se abre, tan grande como viva y el doble de fea.

El terror es el sonido de los continuos latidos del viejo en "The Tell-Tale Heart" un sonido rpido, "como un reloj envuelto en algodn. El horror es la amorfa, pero muy fsica "cosa" de la maravillosa novela de Joseph Payne Brennan, "Slime" cuando se envuelve sobre si misma sobre el cuerpo de un aullante perro.

Pero hay un tercer nivel, y ese es el de la repulsin. Este parece ser donde se ubica la explosin del pecho de Alien.

Mejor, tomemos otro ejemplo de los archivos de E.C. como una muestra de la Historia Repugnante. "Foul Play", de Jack Davis, de La Cripta del Terror, servir perfectamente, creo. Y si ahora ests sentado en tu sala de estar, guarda las papas fritas y la salsa, o tal vez esos pepperoni rebanados sobre galletitas, mientras leas esto, o quizs deberas esconder esas cositas para picar por un rato, porque sta va a hacer que la explosin del pecho de Alien parezca una escena de El sonido de la Msica (The Sound of Music). Notars que la historia carece de cualquier lgica real, motivacin, o desarrollo de personajes, pero, tal como en el relato de El Garfio, la historia en s misma es poco ms que lo que se dice al final, un modo de llegar a las ltimas instancias.

"Foul Play" es la historia de Herbie Satten, pitcher del equipo de beisbol de las ligas menores de Bayville. Herbie es la apoteosis del villano de E.C. Es un personaje totalmente oscuro, sin absolutamente ninguna cualidad que lo redima. Es el Completo Monstruo. Es homicida, egocntrico, engredo, y capaz de cualquier cosa con tal de ganar. l representa al Pandillero que vive dentro de cada uno de nosotros; podramos ver muy satisfechos como linchan a Herbie desde el manzano ms cercano, jams invocaramos a la Unin de Libertades Civiles.

Con su equipo ganando por slo una carrera al principio de la novena, Herbie obtiene la primera base al hacerse golpear deliberadamente por un lanzamiento del pitcher. A pesar de que es grandote y pesado, consigue la segunda base en el siguiente lanzamiento. Cubriendo la segunda base est el bueno de Jerry Deegan de Central City. Deegan, ha dicho de estar "seguro de ganar el partido para los locales al final de la novena." El malvado Herbie Satten se desliza en la segunda base con sus zapatillas por delante, pero el bueno de Jerry lo estaba esperando, y lo elimina.

Jerry se ha lastimado con los clavos de las zapatillas, pero sus heridas son menores... o al menos lo parecen. Pero de hecho, Herbie haba pintado sus clavos con un veneno mortal, de accin rpida. A la mitad de la novena entrada para Central City, Jerry lleg al montculo, con dos jugadores eliminados y un hombre en posicin de anotar. Todo pintaba bien para los chicos del equipo local, pero desafortunadamente Jerry cay muerto ah mismo, mientras el umpire deca: strike tres. Sale de escena el malfico Herbie Satten, con una sonrisa malvada.

El mdico del equipo Central City descubre que Jerry ha sido envenenado. Uno de los jugadores de Central City dice Este es un trabajo para la polica! Otro responde ominosamente: "No! Esperen! Nosotros mismos nos encargaremos de l... a nuestro modo."

El equipo le enva a Herbie una carta, invitndolo al estadio una noche, para ser retribuido con una plaqueta honrndolo por sus logros en el bisbol. Herbie, aparentemente tan estpido como maligno, se traga el anzuelo, y en la siguiente escena vemos a los nueve de Central City en el campo. El doctor del equipo est disfrazado con todos los accesorios del umpire. Est sacudiendo fuera del montculo del equipo local... algo que parece ser un corazn humano. Los senderos hacia las bases son intestinos. Las bases son padazos del cuerpo del desafortunado Herbie Satten. En el penltimo panel vemos que el bateador est parado en la caja, y que en vez de un Louisville Slugger est balanceando una de las piernas cortadas de Herbie. El pitcher est sosteniendo una cabeza humana grotescamente mutilada, y se prepara para lanzarla. La cabeza, de la que cuelga uno de los globos oculares fuera de su rbita, parece haber sido arrojada por encima de la valla por un par de home runs, aunque como Davis ha escrito ( "Jolly Jack Davis," como lo llamaban los fans de aquellos tiempos; ahora est haciendo a veces algunas tapas para TV Guide), uno no poda esperar que llegaran tan lejos. Esto es, en la jerga de los jugadores de bisbol, "una bola muerta."

El Viejo Brujo completa esta racin de caos con sus propias conclusiones, comenzando con el inmortal E. C. Chuckle: "Eh, eh! Este fue mi cuento de aullidos por este nmero, amigos. Herbie, el pitcher, fue despedazado esa noche y qued afuera... de la existencia, claro..."

Como pueden ver, "The Monkey's Paw" y "Foul Play" son historias de horror, pero su modo de ataque y su efecto final, estn a aos luz de distancia. Tambin uno puede hacerse una idea de por qu los editores de comics de los Estados Unidos limpiaban su propia casa a principios de los 50s...antes de que el Senado de los Estados Unidos decidiera hacerlo por ellos.

Entonces: el terror en la cima, el horror por debajo, y por debajo de todo, el reflejo de nuseas de la repulsin. Mi propia filosofa como escritor de ficcin de horror es la de reconocer estas distinciones porque a veces son muy tiles, pero evitar cualquier preferencia de uno sobre otro en las reas en las que un efecto es de alguna manera mejor que otra. El problema con las definiciones es que tienen una forma de llevarnos a las herramientas de la crtica, y a esta suerte de crtica que podemos llamar radical, me parece necesariamente restrictiva, e incluso peligrosa. Reconozco al terror como la mejor emocin (la usada para un casi quintaesencial efecto en el filme de Robert Wise, The Haunting, donde, como en "The Monkey's Paw," nunca estamos seguro de ver lo que hay detrs de la puerta) y por eso trato de aterrorizar al al lector. Pero si descubro que no puedo aterrarlo, tratar de horrorizarlo; y si me doy cuenta que no puedo horrorizarlo, voy a por el asco. No estoy orgulloso de eso. Cuando conceb la novela de vampiros en la que se convirti 'Salem's Lot, decid despotricar para utilizar este libro parcialmente como una forma de homenaje literario (como Peter Straub lo hizo en Ghost Story, trabajando en la tradicin es esos escritores clsicos de historias de fantasmas como Henry James, M. R. James, y Nathaniel Hawthorne). Por eso mi novela ostenta una similitud intencional al Drcula de Bram Stoker y despus de un tiempo comenz a parecerme que lo que estaba haciendo era un interesante al menos para m juego de racquet-ball literario: 'Salem's Lot era la bola y Drcula la pared contra la que me la pasaba golpendola, mirando cmo y dnde rebotaba, y entonces le pegaba de nuevo. De hecho me dio ciertos rebotes muy interesantes, y atribuyo la mayora de ellos al hecho de que mientras mi bola exista en el siglo XX, mi pared era en gran parte, un producto del siglo XIX. Al mismo tiempo, porque la historia de vampiros eran el ingrediente bsico de muchas de los comics de E.C. con los que crec, decid que tambin poda tratar de hacer mi aporte en este aspecto de las historias de horror.

Algunas de las escenas de Salem's Lot que corren paralelas a las escenas de Drcula son la clavadura de estaca de Susan Norton (correspondiente a la de Lucy Westenra en el libro de Stoker), la toma de sangre del vampiro por el sacerdote, Padre Callahan (en Drcula es Mina Murray Harker quien es forzada a tomar la perversa comunin del Conde tal como l lo recita en esas memorables, escalofriantes lneas: "Mi abundante vino por un ratito" ), la quemadura de la mano de Callahan cuando intent ingresar a su iglesia para recibir la absolucin (cuando, en Drcula, Van Helsing toca la frente de Mina con un pedazo de la Hostia para limpiarla del sucio contacto del Conde, estalla en llamas, dejndole una terrible cicatriz). Y, por supuesto, la banda de Valientes Cazadores de Vampiros que se forma en cada libro.

Las escenas de Drcula que eleg para recomponer en mi propio libro fueron las que ms profundamente me impresionaron, las que Stoker parece haber escrito al rojo vivo. Hay otras, pero el nico lmite que nunca super en el libro terminado fue una escena en la que Stoker usa a las ratas en Drcula.

En la novela de Stoker, los Valientes Cazadores de Vampiros Van Helsing, Jonathan Harker, Dr. Seward, Lord Godalming, y Quincey Morris entran al stano de Carfax, la casa inglesa del Conde. El Conde mismo lleva largo rato desaparecido dela escena, pero ha dejado tras de s algunos de sus atades de viaje (cajas llenas de su tierra natal), y otra desagradable sorpresa. Muy poco despus de la entrada de los V.C.V., el stano se llena de ratas. De acuerdo al saber popular (y en su larga novela, Stoker ofrece una formidable cantidad de mitos de vampiros), un vampiro tiene la habilidad de comandar a los animales inferiores gatos, ratas, comadrejas (y posiblemente republicanos, ja ja). Es Drcula quien ha enviado esas ratas para hacerles pasar un mal momento a nuestros hroes.

Lord Godalming est preparado para esto, de todos modos. Suelta a un par de terriers de una bolsa, y ellos acaban enseguida con las ratas del Conde. Decid que dejara que Barlowmi versin del Conde Drcula tambin usara a las ratas, y para eso le di a la ciudad de Jerusalem's Lot un basurero al aire libre, donde haba montones de ratas. Yo explot la presencia de las ratas ah varias veces en las primeras doscientas pginas de la novela, y hoy da recibo a veces cartas preguntndome si me olvid de las ratas, o trat de usarlas para crear una atmsfera, o qu. En realidad, las us para crear una escena tan repulsiva que mi editor en Doubleday (el mismo Bill Thompson mencionado en el prlogo de este volumen) sugiri enfticamente que la sacara, y la sustituyera por otra cosa. Despus de refunfuar un poco, acced a sus deseos. En la edicin de Doubleday/New American Library de 'Salem's Lot, Jimmy Cody, un doctor local, y Mark Petrie, el muchacho que lo acompaaba, descubren que el rey vampiro para el mordaz trmino de Van Helsing est casi seguramente escondido en el stano de una casa de huspedes de la ciudad. Jimmy comienza a bajar las escaleras , pero estas se rompen y el piso por debajo de l se desploma sobre los cuchillos clavados por debajo de las tablas. Jimmy Cody muere empalado por esos cuchillos en una escena de lo que yo puedo llamar "horror" como opuesto a "terror" o "repulsin," la escena est a mitad de camino.

En el primer manuscrito, de todas maneras, tena a Jimmy bajando las escaleras y descubre demasiado tarde que Barlow haba convocado a todas las ratas del vertedero para que vengan al stano de la casa de huspedes de Eva Miller. Haba una autopista de ratas ah abajo, y Jimmy Cody se encontraba en el carril principal. Ellas atacan a Jimmy por centenares, y nosotros somos deleitados (si es que es esa la palabra) con una imagen del doctor esforzndose para subir las escaleras, cubierto de ratas. Estaban bajo su camisa, reptando por el pelo, mordiendo su cuello y brazos. Cuando abri su boca para gritarle a Mark una advertencia, una de ellas se mete en su boca y se aloja all, retorcindose.

Me deleitaba con la escena a medida que la iba escribiendo porque me dio la posibilidad de combinar los saberes populares de Drcula y los mitos de E.C. en uno solo. Mi editor sinti que eso estaba, para decirlo francamente, fuera del men, y fui eventualmente persuadido para verlo de ese modo. Quizas l tena razn.He tratado aqu de delinear algunas de las diferencias entre ciencia ficcin y horror; ciencia ficcin y fantasa; terror y horror; horror y repulsin, ms a travs de ejemplos que por definicin. Todo eso est muy bien, pero quizs deberamos examinar la emocin del horror un poco ms de cerca, no en trminos de definicin sino en trminos de efectos. Qu es lo que hace el horror? Por qu la gente quiere ser horrorizada... por qu pagan por ser horrizados? Por qu un Exorcista? Por qu un Tiburn? Por qu un Alien?.

Pero antes de que hablemos acerca de por qu la gente ansa ese efecto, tal vez debemos perder un poquito de tiempo pensando acerca de sus componentes; y si no elegimos definir el horror en s mismo, podemos al menos examinar los elementos y quizs llegar a algunas conclusiones desde aquellos.

2

Las pelculas y novelas de horror han sido siempre populares, pero cada diez o veinte aos parecen disfrutar de un ciclo de creciente xito y visibilidad. Estos perodos casi siempre parecen coincidir con perodos de crisis econmica y/o poltica bastante serios, y los libros y pelculas parecen reflejar esas ansiedades que flotan libremente (si es que hay un trmino mejor) que acompaan a estas dislocaciones, serias pero no mortales. Han funcionado en menor medida en los perodos en los que el pueblo americano se ha enfrentado con ejemplos extremos de horror en sus propias vidas.

El horror tuvo un perodo de boom en los aos 30. Cuando la gente estaba en apuros por la depresin, no iba a querer poner dinero en las taquillas para ver a cien chicas de Busby Berkeley bailando al ritmo de "We're in the Money", ellos, tal vez aliviaban sus ansiedades de otra manera, viendo a Boris Karloff arrastrndose por los pramos en Frankenstein o a Bela Lugosi reptando en la oscuridad con su capa por encima de su rostro en Dracula. Los '30s tambin marcaron el ascenso de los llamados pasquines de miedo, que iban desde Historias Bizarras (Weird Histories) a Marca Negra (Black Mark).

Encontramos algunas pelculas o novelas de horror notables en los 40s, y la nica gran revista de fantasa que debut en esa poca, Desconocido (Unknown), no sobrevivi demasiado. Los majestuosos monstruos de Universal Studios de los das de la depresin El monstruo de Frankenstein, El Hombre Lobo, La Momia, y el Conde fueron muriendo en esa forma particularmente vergonzosa y confusa que las pelculas parecen reservar para los enfermos terminales: en vez de ser jubilados con honores y ser enterrados decentemente en el suelo mohoso de los patios de sus iglesias europeas; Hollywood decidi usarlos para la risa, exprimindoles hasta el ltimo cuarto de dlar, y si es posible diez centavos, en las entradas, antes de dejarlos ir.

Hence, Abbott & Costello, tuvieron encuentros con los monstruos, as como los Bowery Boys, por no mencionar a aquellos adorables piqueteros de ojos y golpeadores de cabeza, Los Tres Cliflados. En los 40s, los monstruos mismos se volvieron tteres. Aos ms tarde, en otro perodo post guerra, Mel Brooks nos dara su versin de Abbott y Costello conocen a Frankenstein, El joven Frankenstein, protagonizada por Gene Wilder y Marty Feldman, en vez de Bud Abbott y Lou Costello.

El eclipse del horror en la ficcin que comenz en 1940 dur 25 aos. Ah, una novela ocasional como Shrinking Man de Richard Matheson o una de William Sloane, Edge of Running Water, aparecieron, recordndonos que el gnero an estaba ah (a pesar de que la historia de Matheson, acerca de un-hombre-contra-una-araa-gigante, sea una historia de horror si es que en algn momento hubo alguna, es considerada como de ciencia ficcin), pero la idea de una novela de horror de gran venta habra hecho rer desaforadamente a toda una fila de editores.

As como con las pelculas, la edad dorada de la ficcin bizarra ocurri en los 30s, cuando Weird Histories estaba en el pico de su influencia y calidad (por no mencionar su tirada), publicando la ficcin de Clark Ashton Smith, el joven Robert Block, el doctor David H. Keller, y, por supuesto, el prncipe de las historias de horror del siglo XX, el oscuro y barroco H. P. Lovecraft. No ofender a aquellos que han seguido la ficcin bizarra por ms de cincuenta aos y que sugieren que el horror casi desapareci en los 40s, si les digo que no del todo. Arkham House fue fundada por el fallecido August Derleth. Arkham public lo que recuerdo como sus ms importantes trabajos en el perodo 1939-1950 trabajos que incluyen The Outrider y Ms all del Muro del Sueo (Beyond the Wall of Sleep), de Lovecraft; Jumbee, El Abrecaminos (Jumbee, The Opener of the Way), de Henry S. Whitehead; y Sueos placenteros (Pleasant Dreams), de Robert Bloch; y Carnaval negro de Ray Bradbury (Ray Bradbury's Dark Carnival), una maravillosa y aterradora coleccin de un mundo ms oscuro, situado justo despus del umbral de ste.

Pero Lovecraft estaba muerto antes de Pearl Harbor; Bradbury se dedicara ms y ms a su propia mezcla lrica de ciencia-ficcin y fantasa (y fue slo despus de que lo haya hecho cuando su trabajo comenz a ser aceptado por las principales revistas como Collier's y The Saturday Evening Post); Robert Bloch comenz a escribir sus historias de suspenso, usando lo que haba aprendido en sus primeras dos dcadas como escritor para crear una serie poderosa de novelas poco convencionales que slo fueron superadas por las novelas de Cornell Woolrich.

Durante y despus de los aos de la guerra, la ficcin de horror estaba en declive. Los tiempos no eran como aquellos. Fue un perodo de rpido desarrollo cientfico y racionalismo creciendo en la atmsfera de la guerra, gracias-, y se convirti en el perodo que es, ahora considerado, por los fans y los escritores por igual, como la edad de oro de la ciencia-ficcin). Mientras Historias bizarras era promocionada por su seriedad, poda sostenerse a s misma, pero difcilmente cosechara millones (probablemente haya doblado esa cifra a mediados de los 50s, despus de una reduccin de tamao, pasando de su llamativa edicin barata original a un formato pequeo; pero fall en el intento de sanear su circulacin defectuosa), el mercado de ciencia-ficcin explot diseminando una docena de publicaciones muy recordadas, y cre nombres como Heinlein, Asimov, Campbell, y del Rey; que aunque no eran archi populares, eran al menos familiares y exitantes para una comunidad siempre creciente de fans dedicados a la propuesta del cohete, la estacin espacial y el siempre popular rayo mortal.

Entonces, el horror languideci en una mazmorra hasta 1955 aproximadamente, haciendo resonar sus cadenas de vez en cuando, pero sin causar demasiado revuelo.

Fue en esa poca cuando dos hombres llamados Samuel Z. Arkoff y James H. Nicholson tropezaron cayendo escaleras abajo y descubrieron una mquina de hacer dinero oxidndose sin que nadie conociera esa celda en particular. Originalmente fueron distribuidores flmicos, pero Arkoff y Nicholson decidieron que, habiendo una aguda escasez de pelculas B a principios de los 50s, podan hacer las suyas.

Los conocedores predijeron velozmente la ruina econmica para estos emprendedores. Les dijeron que estaban en el mar en un pequeo bote a la deriva; sa era la era de la televisin. Los conocedores podan ver el futuro, y el futuro perteneca a Dagmar y Richard Diamond, Detective Privado. El consenso entre aquellos a los que les importaba (y no haba tantos) era que Arkoff y Nicholson iban a perder hasta sus camisas muy rpidamente.

Pero durante los veinticinco aos que lleva la compaa que formaron, American-International Pictures (ahora est Arkoff solo, James Nicholson muri hace varios aos), ha sido la nica empresa flmica grande de los Estados Unidos en mostrar un perfil consistente, ao tras ao. AIP ha realizado una gran variedad de filmes, pero todos ellos han tenido una puntera mortal sobre el mercado de los jvenes. Las pelculas de la compaa incluyen algunos dudosos clsicos como Boxcar Bertha, Bloody Mama, Dragstrip Girl, The Trip, Dillinger, y la inmortal Beach Blanket Bingo. Pero su mximo suceso fue con los filmes de horror.

Qu elementos convirtieron a esos filmes de AIP en clsicos? Eran simples, filmados de un solo tirn, y tan amateurs, que uno poda ver a veces la sombra del boom mike en el rodaje, o el destello de un tanque de aire dentro del traje de monstruo de una criatura submarina (como pasa en El ataque de las sanguijuelas gigantes). Arkoff mismo recuerda que ellos raramente empezaban con un guin completo, ni siquiera con una puesta en escena coherente; a veces se dedicaba dinero a proyectos sobre la base de un ttulo que sonaba comercial como Terror desde el ao 5000 o Los comecerebros, algo que simplemente poda darles un cartel llamativo.

No importa, si los elementos estaban, funcionaban.

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3

Bueno, dejemos todo por el momento. Hablemos de los monstruos.

Qu es exactamente un monstruo?

Comencemos asumiendo que la historia de horror no importa que tan primitiva sea, es alegrica por naturaleza; es simblica. Asumamos que hablamos de nosotros, como un paciente en el silln de un psicoanalista, acerca de una cosa mientras queremos decir otra. No estoy diciendo que el horror sea conscientemente alegrico o simblico; esto es para sugerir un ingenio al que poco escritores de ficcin de horror o directores de filmes de horror pueden aspirar. Hubo recientemente una retrospectiva de las pelculas de AIP en Nueva York (1979), y la idea de una retrospectiva sugiere arte, pero en su mayora es arte basura. Las pelculas tienen un gran valor nostlgico, pero esa bsqueda de cultura puede observarse en otra parte. Sugerir que Roger Corman estaba creando arte inconscientemente con una agenda de rodaje de doce das y un presupuesto de ochenta mil dlares es sugerir un absurdo.

El elemento de la alegora est ah, slo porque est incorporado, previsto, imposibilitado de huir. El horror apela a nosotros porque dice de una manera simblica que las cosas que tenemos miedo de nombrar de manera directa, con el grito an en el aire, nos ofrece una chance de ejercitar (correcto, no exorcizar sino ejercitar) las emociones que la sociedad exige que mantengamos ocultas. El filme de horror es una invitacin a ceder a la perversin, conducta antisocial por excelencia, para cometer actos de violencia gratuitos, ceder a nuestras pueriles ansias de poder, rendirse a nuestros miedos ms anhelados. Quizs ms que cualquier otra cosa, la historia o la pelcula de horror dice que est todo bien para sumarse a la masa, para convertirse en un ser totalmente tribal, para destruir al forastero. Esto nunca funcion mejor o ms literalmente que en el cuento corto de Shirley Jackson, La lotera ("The Lottery"), en la que todo el concepto de forastero es simblico, creado simplemente por un crculo negro coloreado en un papelito. Pero no hay simbolismo en la lluvia de piedras con que culmina la historia; el propio hijo de la vctima da una mano a medida que la madre muere gritando no es justo!, no es justo!.

No es una casualidad tampoco que la historia de horror termine a menudo con un O. Henry cambiando el giro de la historia y llevndolo directamente al pozo de una mina. Cuando pasamos a la escalofriante pelcula o al libro que eriza los pelos, no vamos pensando que todo est calculado para que salga bien. Estamos esperando que nos digan lo que tan a menudo sospechamos: que todo est yendose a la mierda. En la mayora de los casos las historias de horror proveen generosas pruebas de que efectivamente as es, y no creo que cuando Katharine Ross es vctima de la Asociacin de Hombres de Stepford, al final de Las viudas de Stepford (The Stepford Wives); o cuando el heroico hombre negro es baleado por el idiota del sheriff al final de La noche de los muertos vivos (Night of the Living Dead), que cualquiera pueda sorprenderse. Es, como dicen, parte del juego.

Y la monstruosidad? Qu hay acerca de esa parte del juego? Qu clase de puerta debemos abrir para pasar a ese tema? Si no definimos, podemos al menos ejemplificar? Aqu hay un paquete completamente explosivo, mis amigos.

Qu acerca de los fenmenos de circo? Las aberraciones carnales observadas a la cruda luz de lmparas de 100 watts. Qu hay acerca de Cheng y Eng, los famosos hermanos siameses? La mayor parte de la gente de su poca los consideraba monstruos; un nmero incluso ms grande, no lo dudaba, considerando el hecho de que cada uno se haba casado, lo vean an ms monstruosos. El ms mordaz de los dibujantes y a veces el ms divertido- de los Estados Unidos, un tipo llamado Rodrigues, fue un escaln ms arriba en el tema de los siameses con su tira Aesop Brothers publicada en el National Lampoon, donde todos tenamos nuestras narices puestas en casi todas las raras exigencias posibles de la vida de aquellos mortalmente unidos: su vida sexual, sus necesidades fisiolgicas, sus vidas amorosas, sus enfermedades. Rodrigues responde todo aquello que alguna vez nos preguntamos acerca de los siameses... y supera tus ms oscuras fantasas. De ms est decir que todo esto de tan mal gusto puede ser cierto, pero hay una sutil e impotente crtica. El viejo National Enquirer acostumbraba poner fotos de vctimas descuartizadas de accidentes automovilsticos, y perros felices masticando cabezas humanas, pero eso signific slo un breve aterrizaje en el terreno de lo asqueroso, antes de retornar a las aguas ms calmas del periodismo comercial americano.

Y qu hay con los otros fenmenos humanos? Se pueden clasificar como monstruosidades? Enanos? Miniaturas? La mujer barbuda? La mujer gorda? El hombre esqueleto? Alguna que otra vez la mayor parte de nosotros ha estado ah, parado sobre el aserrn pisoteado y desparramado con un hot dog con chile, o un copo de algodn azucarado en una mano mientras el voceador convocaba, generalmente con una muestra de esos ejemplares humanos como si fueran un especmen. La mujer gorda con su tut rosa de niita, el hombre tatuado con la cola de un dragn alrededor de su fornido cuello, como si fuera un fabuloso lazo de horca, o el hombre que come clavos, trozos de metal y foquitos de luz. Quizs no tantos de nosotros se han rendido al deseo de soltar esas dos, cuatro, o seis monedas para entrar y verlos, junto a algunos favoritos de todos los tiempos, como la Vaca de Dos Cabezas o El Feto Embotellado. Vengo escribiendo historias de horror desde los ocho aos, pero nunca fui a un show de fenmenos. La mayor parte de nosotros generalmente sentimos ese impulso. En algunas ferias, el fenmeno ms terrible se mantiene afuera, escondido en la oscuridad como alguna cosa maldita del Noveno Crculo del Infierno del Dante, escondida all porque est prohibida por la ley desde hace largo tiempo, por ejemplo desde 1910, escondido en un nido y envuelto en harapos. Esto es lo mximo. Y por un dlar ms, o dos, uno puede pararse al borde de su nido y verlo mordindole la cabeza a un pollo vivo, y tragndosela mientras el ave decapitada aletea en sus manos.

Hay algo tan atractivo acerca de los freaks, algo tan prohibido y atemorizante, que el nico esfuerzo serio en usarlos como el tema principal de una pelcula de horror result ser un film en formato rpido.

La pelcula fue Freaks, un film de Tod Browning realizado en 1932 para MGM.

Freaks es la historia de Cleopatra, la bella acrbata que se cas con un enano. En la mejor tradicin de E.C. (un E.C. al cual en 1932 le faltaran casi veinte aos para nacer), ella tena un corazn tan negro como la medianoche en una mina de carbn. No es el enano lo que le interesa, es su dinero. Como las araas canbales de aquellas historias de comic que estaban por venir, pronto se dedicara a otro hombre, que en este caso es Hercules, el forzudo del show. Como la misma Cleopatra, Hrcules luce bien, al menos a primera vista; a pesar de que los freaks son los que se ganan nuestra simpata. Ellos dos comienzan un programa sistemtico de envenenamiento sobre el diminuto esposo de Cleo. Los otros freaks descubren lo que estaba sucediendo, y se vengan de la pareja de una manera casi inaudita. Hrcules es asesinado (hay un rumor que dice que, tal como Browning concibi originalmente al fi