Tarea 9: Folleto, La apetencia construida por el recorrido de la mirada en lo ovoide

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La apetencia por definición es un movimiento instintivo que incli- na al hombre a desear alguna cosa. Este deseo es un anhelo de cumplir una voluntad o saciar un gusto que puede ser una expe- riencia pasada que provocó placer o también por una potenciali- dad otorgada por algo que se desea. Esta condición es intrínseca al ser humano debido a sus cualidades sensoriales y una cons- tante búsqueda de sentido, que están dados por factores cultu- rales y sociales propios de un individuo. Por ejemplo, desear la felicidad como consecuencia de la adquisición de ciertos bienes o de concretar ideales sociales y personales; o también, desear un plato de comida por sus cualidades perceptivas de luminosidad, aroma, densidad, color, etc; incluso el desear un plato de comida por la experiencia anterior de ya haberlo comido. De esta manera un objeto puede transformarse en objeto de deseo por la per- cepción, idea,concepto, potencialidad o experiencia que se ubica antes de sí mismo. Esto da cuenta de 3 momentos: ante (antes de sí mismo) - durante (disfrute del objeto) - después (sensación). La apetencia construida por el recorrido de la mirada en lo ovoide Tomando el objeto apetente como algo comestible, la composi- ción de sus cualidades formales como la geometría, color y forma van a estar condicionadas por una dimensión abstracta dentro de una situación o contexto propias, lo que le da un valor de uni- cidad a cada uno. Por ejemplo, puede ser apetitoso un trozo (for- ma) de torta rectangular (geometría) a la hora de tomar la once (situación), como un tiempo de relajo o distensión (dimensión abstracta) al final del día, de un sabor dulce y suave conformado por distintas capas intercaladas de un color opaco en contraste con unas brillantes (percepción sensorial).

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La apetencia por definición es un movimiento instintivo que incli-na al hombre a desear alguna cosa. Este deseo es un anhelo de cumplir una voluntad o saciar un gusto que puede ser una expe-riencia pasada que provocó placer o también por una potenciali-dad otorgada por algo que se desea. Esta condición es intrínseca al ser humano debido a sus cualidades sensoriales y una cons-tante búsqueda de sentido, que están dados por factores cultu-rales y sociales propios de un individuo. Por ejemplo, desear la felicidad como consecuencia de la adquisición de ciertos bienes o de concretar ideales sociales y personales; o también, desear un plato de comida por sus cualidades perceptivas de luminosidad, aroma, densidad, color, etc; incluso el desear un plato de comida por la experiencia anterior de ya haberlo comido. De esta manera un objeto puede transformarse en objeto de deseo por la per-cepción, idea,concepto, potencialidad o experiencia que se ubica antes de sí mismo. Esto da cuenta de 3 momentos: ante (antes de sí mismo) - durante (disfrute del objeto) - después (sensación).

La apetencia construida por el recorrido de la mirada en lo ovoide

Tomando el objeto apetente como algo comestible, la composi-ción de sus cualidades formales como la geometría, color y forma van a estar condicionadas por una dimensión abstracta dentro de una situación o contexto propias, lo que le da un valor de uni-cidad a cada uno. Por ejemplo, puede ser apetitoso un trozo (for-ma) de torta rectangular (geometría) a la hora de tomar la once (situación), como un tiempo de relajo o distensión (dimensión abstracta) al final del día, de un sabor dulce y suave conformado por distintas capas intercaladas de un color opaco en contraste con unas brillantes (percepción sensorial).

Situándonos en el mundo de la fruta, se hace un estudio de ob-servación que trata de develar cuales son las dimensiones abs-tractas dentro de su formalidad que traerán consigo la apetencia. Tomando el caso de la uva verde se observa que son pequeñas unidades-bocado con forma de una cápsula translúcida que se encuentran unidas a un segmento que forman parte de un to-tal-racimo, estas pueden desprenderse con los dedos y en su cantidad pueden compartirse siendo cada una integra, tienen una textura lisa con una cáscara muy delgada que da cuenta de una cierta delicadeza en el comer y al masticarlas explotan reve-lando su interior jugoso y dulce. En comparación se toma la ba-nana, que también es parte de un racimo, pero que regularmente se ve como una sola unidad que tiene la dimensión de la mano, posee un tiempo de descubrimiento que está dado por una cás-cara no comestible con ciertas señas en ella sobre cómo se va a desprender, se ocupan las dos manos para abrirla y puede ir revelando su interior denso poco a poco, o sea, se va comiendo en su verticalidad por bocados suaves que guardan la integridad del resto del contenido aún no descubierto.

En conclusión, las dimensiones abstractas de estas dos muestran que la uva en racimo al estar conformada por varias unidades pequeñas se vuelve apetente por esta repetición del gesto deli-cado de desprenderse con los dedos que trae una sensación de cantidad de varios bocados jugosos e íntegros que pueden com-partirse, en cuanto a tiempo es más inmediata. La banana no se ve como un racimo, si no como una unidad debido a su tamaño mayor que tiene un tiempo de descubrimiento que trae consigo la expectación de lo protegido en un bocado suave.

Continuando con la observación-experimentación se busca con-formar una trama abstracta de distintas capas que en su yuxta-posición que recoja estos valores apetitosos. De esta manera, to-mando diferentes frutas, se hacen cortes de distintas densidades para ser colocados en un vidrio, dejando apreciar las cualidades translúcidas y formales que pueden traer lo apetitoso. Se recoge especialmente la frutilla, con una forma ovoide que tiene el tama-ño del tomar con los dedos y que por su densidad no se vincula con lo delicado, si no por lo manejable. Posee una textura que si-gue cierto orden por medio de la repetición de ovoides exteriores dentro de pequeñas concavidades que otorgan un tiempo en su recorrido visual, en comparación a una textura lisa que se ve de una sola vez. Tiene un color dominante de base rojo y un amarillo o café opaco (según la frutilla) dispuesto en puntos que atraen mucho la atención. En cuanto al interior, se muestra por medio de cortes su densidad, que contiene una geometría radial gradua-da de un rojo intenso hacia un interior blanco. La combinación de su dimensión manejable en los dedos, textura contemplativa, color atrayente y densidad interior graduada de lo intenso a lo claro, le otorgan lo apetitoso a la frutilla.

Pasando a la construcción de la trama, algo muy importante es este proceso de iteración que incluye la traducción de las pro-puestas dibujadas a mano al medio digital para trabajar y entender mejor la esencia, y viceversa. Descubriendo que en el desarrollo se parte principalmente por tramas regidas por leyes explícitas de orden y geometría, dejando de lado la expresividad fundamental de lo apetitoso. Así se va reduciendo esta brecha para alcanzar el equilibrio entre una geometría y la expresión esencial de la ape-tencia, que son la combinación de las dimensiones nombradas anteriormente.

La propuesta consiste en la abstracción y acotación de elementos variables de las anteriores tramas para la construcción de una trama apetitosa. Se toma como directriz lo cóncavo y lo ovoide unificados en un trazo amarillo que es contenido por estos bor-des de un rojo graduado de lo intenso a lo claro. Estas formas son atravesadas por una textura compuesta de la repetición de un ovoide en una escala menor, provocando este recorrido de la mirada que traerá la contemplación de la densidad en su cuerpo.

Textura que sigue cierto orden por medio de la repetición de ovoides ex-teriores dentro de pequeñas concavidades que otorgan un tiempo en su recorrido visual.

Uvas verdes. Se observan pequeñas unidades-bocado con forma de una cáp-sula translúcida que se encuentran unidas a un segmento que forman parte de un total-racimo, estas pueden desprenderse con los dedos y en su canti-dad pueden compartirse siendo cada una integra, tienen una textura lisa con una cáscara muy delgada que da cuenta de una cierta delicadeza en el comer y al masticarlas explotan revelando su interior jugoso y dulce

La banana, que también es parte de un racimo, pero que regularmente se ve como una sola unidad que tiene la dimensión de la mano, posee un tiempo de descubrimiento que está dado por una cáscara no comestible con ciertas señas en ella sobre cómo se va a desprender, se ocupan las dos manos para abrirla y puede ir revelando su interior denso poco a poco, o sea, se va co-miendo en su verticalidad por bocados suaves que guardan la integridad del resto del contenido aún no descubierto.

La frutilla en su interior contiene una geometría radial graduada de un rojo intenso hacia un interior blanco.

Esta cualidad radial interior se repite en otras frutas, pero van variando sus cualidad, En el caso de la naranja, lo radial es también un gajo.

Como ejercicio de abstracción, tomando diferentes frutas, se hacen cortes de distintas densidades para ser colocados en un vidrio, dejando apreciar las cualidades translúcidas y formales que podrían traer lo apetitoso.

En contraste de diferentes cortes rectos de frutas, se aprecian sus distintas cualidades de textura.

Se ocupa la textura translucida y nebulosa del pepino para velar la textura de la frutilla, como ensayo de lo podría ser la yuxtaposición de capas en una trama volumétrica.

Además de la textura exterior, ahora se vincula con la textura interior, jugan-do con los valores propios de la frutilla.

Bajo la idea de la contensión de la fruta, esta trama sigue la logica exterior-in-terior, mostrando abstractamente lo que es una frutilla en cuanto a sus dis-tintas texturas,

La misma trama anterior, pero digitalizada para trabajar y crear nuevas pro-puestas

Consecuencia de la trama anterior, intento y busqueda de proponer nuevas tramas, manteniendo la idea de la contensión y el recorrido visual que genera la contemplación.

Pasando de lo digital a lo manual, por medio del dibujo y coloreado, se vuelve a indagar en la busqueda de esta trama apetitosa.

Descubriendo que en el desarrollo se parte principalmente por tramas regi-das por leyes explícitas de orden y geometría, dejando de lado la expresivi-dad fundamental de lo apetitoso

Así se va reduciendo esta brecha para alcanzar el equilibrio entre una geo-metría y la expresión esencial de la apetencia, que son la combinación de las dimensiones nombradas anteriormente.

La textura se va alejando del mismo patrón geométrico buscando un trazo más sinuoso que se acerque a lo natural de algo comestible.

Se comienza a sintetizar la trama buscando una cierta armonía de color en su composición.

Los tamaños son muy pequeños, por lo que una futura matriz tendría de-maciadas variables, asi que se cambian a una proporción mas grande, apa-reciendo la forma ovoide presente en el cuerpo de la frutilla y en su exterior

Se toma como directriz lo cóncavo y lo ovoide unificados en un trazo amarillo que es contenido por estos bordes de un rojo graduado de lo intenso a lo claro.

Esta unidad debe recoger la dimensión del bocado, por lo que se repite la trama anterior, conformando la propuesta final que se partirá en 4 elemen-tos de 60x60 mm. que toma unadimensión un poco mayor que la dada entre el dedo índice y pulgar de una palma relajada, para provocar este gesto de agarrar.

La repetición de la trama final conforma un total a modo de una tesela co-mestible de trazos amarillos ondulantes y de centros de 4 ovoides encon-trados.

Construcción de una matriz con cartón piedra, ya que permite trabajar por capas que luego pueden lijarse, resultando en un cuerpo volumétrico.

Al aplicar la técnica el plástico adopta la forma de la matriz. Se rescata que las matrices no deben tener bordes en 90°, debido a que en el proceso el plástico tiende a ceder y romperse.

Se ocupa un primer molde de plástico para reproducir la forma con pasta das, ocupando la matriz para hacer más matrices. Luego se realiza el proce-so de termoformado.

La forma de las matrices queda impresa volumétricamente en la lamina de mica, construyendo una nueva matriz con 4 unidades.

Vista planta de lrama final construida, aparece la yuxtaposición por capas, mostrando una textura de fondo que en contraste a las unidades voluptuo-sas superficiales de un rojo suave, traen el vacío de los trazos ovoides ama-rillos y el recorrido de la mirada provocando una contemplación apetitosa.