RESUMEN DEL REY BURGUÉS:

Se trata de un rey muy rico y poderoso en cuyo inmenso palacio acumulaba riquezas y objetos de arte maravillosos. Se subía por una escalera llena de columnas de alabastro y de esmaragdita, que tenia a los lados leones de mármol. En su bello jardín se congregaban toda clase de animales.. El tenía cisnes de cuellos blancos en el estanque y canarios, gorriones, senzontes en la pajera. Un día, un poeta que vivía en la miseria fue a tocar las puertas del palacio del rey. Él tenía la esperanza que le iba a ir bien ya que el rey era extremadamente rico. El consiguió un puesto en el palacio, pero no el que él deseaba como declamador de poemas, sino que iba a dar vueltas a un manubrio e iba a hacer sonar una caja de música y por cada pieza de música que él tocaba le iban a dar pan para que comiera. Lo pusieron en el centro de el jardín y cuando el rey pasaba el tenia que tocar una tonada. Con el transcurso del tiempo, hizo mucho frio, el rey mandó que arroparan a todos sus animales e ignoró por completo al poeta. El poeta se sintió olvidado y no pudo aguantar el frio. Así que terminó muriéndose. Al día siguiente, el rey y sus cortesanos encontraron al pobre poeta muerto con la mano en el manubrio.

POEMA XV

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 

y te pareces a la palabra melancolía. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 

déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. 

Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 

Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.