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Cuadernos de Geografía - Revista Colombiana de Geografía ISSN: 0121-215X [email protected] Universidad Nacional de Colombia Colombia Velázquez, Guillermo; Gómez Lende, Sebastián Medio técnico-científico-informacional y equipamiento tecnológico: Modernización y fragmentación socioterritorial en la Argentina a comienzos del siglo XXI Cuadernos de Geografía - Revista Colombiana de Geografía, núm. 14, 2005, pp. 43-63 Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281821954004 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Cuadernos de Geografía - Revista Colombiana

de Geografía

ISSN: 0121-215X

[email protected]

Universidad Nacional de Colombia

Colombia

Velázquez, Guillermo; Gómez Lende, Sebastián

Medio técnico-científico-informacional y equipamiento tecnológico: Modernización y fragmentación

socioterritorial en la Argentina a comienzos del siglo XXI

Cuadernos de Geografía - Revista Colombiana de Geografía, núm. 14, 2005, pp. 43-63

Universidad Nacional de Colombia

Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281821954004

Cómo citar el artículo

Número completo

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Medio técnico-científico-informacional y equipamientotecnológico: Modernización y fragmentación

socioterritorial en la Argentina a comienzos del siglo XXI

Guillermo Velázquez1

Sebastián G6mez Lende2

ResumenEn este trabajo pretendemos estudiar el proceso de diferenciación regional en la Argentina a comienzos delnuevo siglo, procurando conocer los nuevos mecanismos de fragmentación de la sociedad y del territorio.De este modo, intentamos dar cuenta de la cristalización de nuevas desigualdades, plasmadas en la difusiónselectiva y asimétrica del medio técnico-eientÍfico-informacional en el país. La presencia de esa modernidaden el territorio se halla parcialmente manifestada a través del equipamiento tecnológico del que dispone lapoblación, desagregado en un considerable acervo de nuevos objetos técnicos que, en tanto datos centralesdel período contemporáneo, se amalgaman al territorio, imponiendo nuevas jerarquías. Procuramos distin-guir entre los espacios de la globalización (recortes territoriales modernos y luminosos) y los espacios opa-cos, ajenos a la modernidad contemporánea, que conocen más su nombre que su existencia concreta.

PalabrilS c1dve: medro ticnicrx:ientfliro-in.fimntrimoJ, modemizaei6n, er¡ui¡Ktmiento teenoIógiJ;o,fragment:triínsocitJterritDri

AbstractIn this paper we make an approach to the study of the regional differentiation process in Argentina at thebeginning of the new century, trying to determine wich are the new mechanisms of fragmentation presentin the society and the territory. We give bill of the crystallization of new inequities, captured in the selectiveand asymmetric diffusion of the technical-scientific-informational medium in the country. The presence ofsuch modernity in the territory is partially manifested through the technological equipment that thepopulation has, divided in a considerable wealth of new technical objects that, as long as central data of thecontemporary periad, are amalgamated to the territory, imposing new hierarchies. We will try to distinguishamong the spaces of the globalization (modern and luminous territorial cuttings), and the opaque spaces,unaware to the contemporary modernity, knowing just its name but not its concrete existence.

Keyworr1s ta:hniroJ'50entifiúrformt1tionalmeJimn,mcdernizdtion,ta:hno/cgit:dler¡uipment,sociolandterri:tDridlfragmentalion.

Cuadernos de geogmjfa. número 14,2005, pp 43 ·63o 2005 Departamento de GeograHa. Universidad Nacional de ColombiaCiudad universitaria, Bogotá D.C., Colombia

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1. Introducci6n

En este trabajo pretendemos estudiar el proceso dediferenciación regional en la Argentina a comienzos delnuevo siglo. A panir de la información proporcionadapor el Censo de Población, Hogares y Viviendas, co-rrespondiente al año 2001, intentaremos dar cuenta dela cristalización de nuevas desigualdades, plasmadas enla difusión selectiva y asimétrica del medio técnico-cien-tífico-informacional en la formación socioespacial. Lapresencia de la modernidad en el territorio no sólo seexpresa a través de grandes obras de infraestructura, di-visiones territoriales del trabajo valorizadas a escalamundial o la circulación creciente de innovaciones téc-nicas y organizacionales. También el equipamiento tec-nológico del que dispone la población se torna una va-riable clave para comprender las nuevas dinámicasterritoriales. Son los nuevos objetos técnicos - TV porcable, teléfono celular, microondas, computadoras einternet-que, en tanto datos centrales del período con-temporáneo, se amalgaman al territorio, imponiendonuevas jerarquizaciones y formas de alienación.

En primer lugar, presentaremos el marco teórico enel que se sustenta esta investigación, aniculado a travésde los conceptos de espacio geográfico, modernización ymedio técnico-científico-informacional. Esto nos permi-tirá abordar las nociones de psicoesfera, tecnoesfera, y lacuestión de la racionalidad. En segundo término, dare-mos cuenta de la metodología empleada, explicitando lascategorías de análisis empleadas y su papel en este esque-ma interpretativo. En tercera instancia, abordaremos lasreformas estructurales inherentes a la última década, yprocuraremos dar cuenta de la nueva dinámica de acu-mulación del capital, cuyos correlatos inequívocos sonla modernización territorial, selectiva y asimétrica, y laexclusión social, sistemática e inequívoca. En cuatto lu-gar, daremos cuenta de la naturaleza de los objetos técni-cos contemporáneos, centrándonos en sus rasgos cientí-ficos e informacionales, aniculados por una crecientehipenelia, que induce, en el período actual, a nuevas for-mas de alienación y fragmentación. Ese análisis nos per-mitirá, a continuación, abordar la configuración de nue-vos espacios de la racionalidad, diferenciados,

jerarquizados, fragmentados, en vinud del equipamien-to tecnológico con el que cuentan: TV por cable/ satelital,telefonía celular, hornos de microondas, computadorasy conexión a internet. Finalmente, presentaremos lasconclusiones a las que este trabajo ha arribado.

2. Espacio ,geográfico y modernizaci6n:El medio tecnico-científico-informacional

y la cuesti6n de la racionalidad

Consideramos al espacio geográfico como un con-junto indisoluble, solidario y contradictorio de siste-mas de objetos y sistemas de acciones, mediados por lasnormas (Santos 1996a). Dado que "no hay producciónque no sea producción del espacio", y, asimismo, "laforma de vida del hombre es el proceso de creación delespacio" (Santos 1995: 81), "lo que interesa discutir es,entonces, el territorio usado, sinónimo de espacio geo-gráfico" (Santos; Silveira 2001: 20). A cada período his-tórico le corresponde un medio geográfico específico,inherente a cada etapa del proceso de modernización,que no se expresa de manera sincrónica y homogéneaen todos los países y regiones.

llamamos modernidad, pues, al conjunto de posibi-lidades concretas que el mundo ofrece a cada instante delproceso histórico, y cuya coherencia sistémica permitediferenciar distintos períodos, distintos modos de ser delmundo, distintas formas de renovación y reproducciónde la totalidad. Cada territorio se anicula de forma des-igual a ese proceso, incorporando de modo diferencial yselectivo los "datos centrales del período histórico vigen-te", los cuales "derivan en transformaciones de los obje-tos, de las acciones, en fm, en el modo de producción. Aese proceso estamos llamando modernización" (Silveira1999: 22). De esta manera, la modernidad surge en tanto"cone metodológico de la llegada permanente, a los lu-gares, de los vectores del mundo. De allí proviene la im-ponancia de referirnos a las modernidades en plural,porque cada época es definida por las respectivas moder-nizaciones" (Silveira 1999: 22).

Una nueva modernidad comienza a imponerse a es-cala mundial en los últimos cuarenta años, sustentada entres procesos fundamentales: la presencia de un sistema

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técIÚco único -el capitalismo-, la existencia de una uni-cidad temporal-o convergencia de los momentos-a es-cala planetaria, y la producción de un motor unificadoglobal, vinculado a la generación y apropiación mundialde la plusvalía. Esas son las bases del medio técnico-científico-informacional. El mundo se torna así una re-ferencia constante para cada subespacio, cualquiera seasu extensión o importancia relativa. El medio técIÚco-científico-informacional se constituye en la expresióngeográfica de la hegemoIÚa de una nueva forma de serdel mundo, sustentada en la amalgama totalizante cons-truida por la ciencia y la técIÚca, y su articulación a tra-vés del mercado mundial. Una nueva modernidadirrumpe en los territorios, impregnando de manera di-versa, selectiva y desigual la trama sistémica de objetos,acciones y normas que los constituyen, arrasando condivisiones territoriales del trabajo menos modernas, opermitiendo su permanencia, según el caso.

Ese medio técIÚco-científico-informacional adquie-re ciertos rasgos, a saber: la transformación de los terri-torios nacionales en espacios nacionales de la economíainternacional; la exacerbación de las especializacionesproductivas; la acderación de todas las formas de circu-lación, la consolidación de la división territorial y socialdel trabajo; las localizaciones empresarias vinculadas ala productividad espacial de los lugares; el recorte hori-zontal y vertical de los territorios; la constitución de lasregiones a través de la orgaIÚZación y regulación socioeco-nómica del territorio; y la tensión creciente entre locali-dad y globalidad (Santos 1996b: 133).

Progresivamente, comienza a difundirse en las for-maciones socioespaciales, de modo selectivo y asimé-trico, "una tecnoesfera dependiente de la ciencia y latecnología" (Santos 1996a: 204) que se adapta a los man-datos de la producción y del intercambio, y que expre-sa intereses distantes, lejanos. Esa tecnoesfera es acom-pañada por una ideología específica, la psicoesfera, esdecir, un conjunto de creencias, ideas, sigIÚficados, lu-gar de la producción de un sentido que consolida la basesocial de la técIÚca, a veces anticipándose a su llegada.Se tornan, pues, "prótesis ideológicas dd proceso de mo-derIÚzación", revelando un "conjunto de símbolos, va-lores e imágenes" que impregnan la totalidad social con

"una intencionalidad que es, al mismo tiempo, mercantily simbólica" (Silveira 1999: 331-332). La tecnoesferadeviene, pues, en "el mundo de los objetos", y lapsicoesfera, en "la esfera de la acción" (Santos 1996a:204). Tanto una como otra constituyen pilares median-te los cuales el medio técIÚco-científico-informacionalintroduce la racionalidad, la irracionalidad y la contra-rracionalidad en el propio contenido del territorio (San-tos 1996a: 204).

Los espacios de la racionalidad, en primera instan-cia, "funcionan como un mecanismo regulado, dondecada pieza convoca a las demás a ponerse en movimien-to, a partir de un comando centralizado" (Santos 1996a:239-240). Se trata de aquellos recortes espaciales -paí-ses, regiones, etc.- marcados por la ciencia, la tecnolo-gía y la información. Son, verdaderamente, espacios in-teligentes. Por otra parte, "ante la racionalidaddominante, deseosa de conquistar todo, se puede, desdeel punto de vista de los actores no beneficiados, hablarde irracionalidad, esto es, de la producción deliberadade situaciones no razonables. Objetivamente, se puededecir también que, a partir de esa racionalidad hegemó-nica, se instalan paralelamente contra-racionalidades"(Santos 1996a: 246). Mientras que los espacios de la ra-cionalidad, en virtud de su papel hegemónico o hege-mOIÚzado en el proceso espacial -según sea el caso-,regulan u obedecen los desigIÚos de la moderIÚzación,todas las situaciones geográficas que expresan la con-trarracionalidad resultan defiIÚdas "por su incapacidadde subordinación completa a las racionalidades domi-nantes, ya que no disponen de los medios para teneracceso a la moderIÚdad material contemporánea" (San-tos 1996a: 246). Mientras que los espacios de la contra-rracionalidad rechazan a la racionalidad hegemónica,los espacios de la racionalidad se someten a los desig-nios de ésta, cuando no participan en su control.

Así, pues, se expresa una geografía luminosa, plas-mada en lugares en los cuales el trabajo universal y eltrabajo local crean una solidaridad ad hoc, fiel al ordenglobal establecido. Tanto las configuraciones territoria-les poseedoras de las instancias de control y comandodel territorio Quminosidad primaria), como aquellas vin-culadas con los rasgos dominantes de la moderIÚdad en

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curso, dependientes y alienadas Owninosidad secunda-ria), reflejan la presencia selectiva del medio técnico-cientÍfico-informacional. Esta se expresa en divisionesterritoriales del trabajo valorizadas, redes materiales einmateriales modernas al servicio de los actores hege-mónicos, objetos perfectos, acciones precisas, informa-ción exacta, y normas rígidas, emanadas desde el mer-cado mundial. En contrapartida, las áreas letárgicas uopacas intentan reproducir una totalidad anterior, pues"muestran una división territorial del trabajo pretéri-ta" (Silveira 1999: 414). Allí, las funciones más valori-zadas se hallan ausentes, y la ciencia y la informaciónrevisten un carácter banal, impreciso, derivado de lapresencia de acciones irracionales y objetos obsoletos.Es la manifestación inequívoca de un proceso de desa-rrollo desigual y combinado.

3. Consideraciones metodo16gicas

En este trabajo nos proponemos brindar aportespara el estudio del proceso de diferenciación regionalen la Argentina a comienzos del nuevo siglo, particu-larmente en lo que respecta a los nuevos símbolos de lamodernidad en el territorio. A partir de la reelaboraciónde información inédita revelada por el Censo Nacionalde Población, Hogares y Viviendas correspondiente alaño 2001, intentaremos dar cuenta de la cristalizaciónde nuevas desigualdades, plasmadas en la difusión selec-tiva y asimétrica del medio técnico-científico-informa-cional en la formación socioespacial.

La presencia de la modernidad en el territorio nosólo se expresa a través de grandes obras de infraestruc-tura, divisiones territoriales del trabajo valorizadas a es-cala mundial o la circulación creciente de innovacionestécnicas y organizacionales. También el equipamientotecnológico del que dispone la población se toma unavariable clave para comprender las nuevas dinámicas te-rritoriales. Son los nuevos objetos técnicos ('IV por ca-ble y satelital, teléfono celular, hornos de microondas,computadoras y acceso a internet), que en tanto datoscentrales del período contemporáneo, se amalgaman alterritorio, imponiendo nuevas jerarquizaciones, más tam-bién, nuevas formas de alienación.

De esta manera, el análisis e interpretación de losdatos acerca del equipamiento disponible en los hogarescensados, desagregados a escala departamental, nos per-mitirán conocer nuevas formas de fragmentación de lasociedad y el territorio, yal mismo tiempo, comprenderla naturaleza de la modernidad contemporánea. Esos re-sultados nos autorizarán a distinguir entre los espaciosde la globalización -recortes territoriales modernos yluminosos-, y aquellos subespacios opacos, para los cua-les la modernización permanece misteriosa, pues cono-cen más su nombre que su existencia concreta.

Podríamos ensayar, tal vez, un pequeño inventariode objetos técnicos modernos pertinente al período con-temporáneo, intrínseco al medio técnico-cientÍfico-in-formacional, y que, al invadir distintas instancias so-ciales, constituye buena parte del equipamientotecnológico doméstico al que accede la población ar-gentina. Entre ellos podríamos distinguir teléfonos ce-lulares, servicios de TV por cable o satelital, hornos demicroondas, computadoras y servicios de conexión ainternet. En el territorio nacional, éstos devienen enelementos centrales de la modernidad contemporánea,especialmente a partir de la segunda mitad de la décadade los noventa.

La hipótesis de trabajo que pretendemos defenderaquí establece que, en el contexto impuesto por el ad-venimiento y consolidación del medio técnico-científi-co-informacional en la formación socioespacial, obje-tos técnicos modernos -plasmados en el equipamientotecnológico o doméstico privado-se combinan para en-gendrar nuevos mecanismos de diferenciación y frag-mentación socioterritorial. Esos mecanismos, resulta-do del implacable proceso de racionalización de lasociedad y el territorio, son el resultado inequívoco delas reformas estructurales de los noventa, mediadas porel discurso de la modernización inevitable, y expresa-das -vaya paradoja- en un acceso cada vez más desiguala la modernidad material reinante. Esa jerarquización,creciente e incesante, no sólo impone nuevas desigual-dades y fragmentaciones entre las jurisdicciones queconstituyen nuestro universo de análisis, sino que tam-bién las fragmenta internamente, en virtud de la pre-sencia de elementos superfluos de la modernidad con-

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temporánea y, en algunos casos, de la ausencia de servi-cios urbanos básicos y elementales.

4. Las reformas estructurales de losnoventa: modernización y exclusión

social

Durante la década de los noventa, el medio técni-co-científico-informacional irrumpió de lleno en el te-rritorio argentino. Las reformas estructurales imple-mentadas de manera lineal y acrítica durante ese períodohan poseído su correlato fundamental en un procesoinédito y simultáneo de desindustrialización de la es-tructura productiva nacional e inserción regionalmenteasimétrica en el mercado internacional. Se trató de unproceso de reestructuración defensiva, derivado de laimplantación de un modo de desarrollo de característi-cas intensivas, sustentado en un régimen de acumula-ción de elevada composición de valor del capital, y unmodo de regulación que arbitró decididamente en fa-vor de los estímulos y presiones derivadas de los paísese instituciones centrales en la dinámica de acumulacióncapitalista a escala mundial.

El Estado argentino promovió un proceso progre-sivo y paralelo de terciarización y reprimarización dela estructura económica, la cual se sustentó en la pro-ducción de bienes no transables de características mo-nopólicas u oligopólicas ~erivadas fundamentalmen-te de los procesos de privatización y desrregulación deservicios públicos-, yen actividades de sesgo primario,escaso valor añadido, y mermada demanda de fuerza detrabajo. El endeudamiento externo, la apertura comer-cial y financiera, y la convertibilidad monetaria, entreotros factores, se tornaron en las variables clave queexplican la transformación de la formación socioespa-cial en un espacio nacional de la economía internacio-nal. Esto construyó los esquemas de sustentación de unanueva división territorial del trabajo.

El modo de desarrollo imperante devino rápidamen-te en intensivo, incrementando la tasa de productivi-dad del trabajo y el capital a través de nuevas inversio-nes, vía la introducción y difusión generalizada de lainnovación y el cambio tecnológico, lo cual implicó el

incremento de la composición de valor y orgánica delcapital, y por ende, mayor apropiación de plusvalía re-lativa. La reforma neoliberal del Estado argentino deri-vó en un marcado retroceso de su marco de actuación,puesto que se transfirieron a manos de los capitales he-gemónicos buena parte de los eslabones productivos másrentables del proceso de acumulación. Estas instanciasdefinieron el perfil del nuevo modelo de acumulaciónimplantado en el territorio nacional durante la pasadadécada, caracterizado por una neorregulación burocrá-tica que colocó a disposición del mercado mundial im-portantes instancias de control del proceso productivodesarrollado internamente.

En efecto, privatizaciones y desrregulación definie-ron las bases estructurales de sustentación de un esque-ma de reproducción económica ligado a la aperturaimportadora, la inversión de capitales especulativos atraí-dos por altas tasas de interés, la creciente precarizacióndel mercado de trabajo, el fulminante incremento de laproductividad física y aparente, y la incorporación masi-va de capital fijo materializado en medios de produccióncuya importación fue liberalizada. Estas instancias defi-nieron el perfil del nuevo modelo de acumulación im-plantado en la formación socioespacial durante los últi-mos quince años, a partir del cual el Estado abandonó,pues, su rol empresarial característico, intrínseco a loscuarenta años previos, para pasar a ser administrado, enlos noventa, como si de una firma se tratara.

El proceso privatizador fue acelerado e implacable,puesto que antes de la mitad de la pasada década ya seencontraban privatizados canales de televisión, teléfo-nos, petroquímicas, áreas petroleras, gasíferas y sus re-des de distribución, transporte aéreo, ramales ferrovia-rios y las concesiones de rutas de mayor tránsito, másel reemplazo parcial del sistema previsional preexistentepor la capitalización individual de aportes. Asimismo,a través de la mal llamada desrregulación,3 el Estado hatransferido a las empresas más concentradas la capaci-dad de regular el funcionamiento de los mercados, comoen el caso del petróleo, la siderurgia, la provisión deservicios públicos, etc. De este modo, "el discurso so-bre la inviabilidad del aparato del Estado terminó porcrear historia" (Silveira 1999: 333). Los capitales hege-

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mónicos, hoy día, regulan no sólo el mercado, sino tam-bién la fuerza de trabajo, la producción, la circulación,el consumo, el territorio, en suma, la totalidad de lascondiciones de reproducción de existencia de los acto-res no hegemónicos, refutando la noción, tan cara alneoliberalismo, de libertad en tanto ausencia deconstricciones al modo de obrar de los actores sociales.

La expulsión de la fuerza de trabajo del proceso pro-ductivo y la precarización del mercado laboral forma-ron parte de las racionalidades hegemónicas reinantesdurante la década de los noventa. Este proceso condi-cionó y limitó objetivamente las condiciones de repro-ducción de buena parte de la fuerza de trabajo y, conello, la adecuada reproducción de las condiciones de vidade la poblaci6n. El cambio tecno16gico, la incorpora-ci6n masiva de capital fijo y medios de producci6n, laapertura importadora y la desverticalizaci6n de la pro-ducci6n, configuraron una nueva dinámica de acumu-laci6n del capital, de sesgo concentrador y excluyente,que impuls6la generaci6n de vertientes hasta entoncesdesconocidas de crisis y exclusi6n social. Las inéditastasas de desocupaci6n abierta y subocupaci6n horariaimperantes durante la pasada década -y aún hoy vi gen-tes-, acompañadas por la caída del salario real y, porende, por elevadas tasas de sobreocupaci6n horaria, seimponen como tendencias claras e inequívocas del pro-ceso de creciente exclusi6n social. Asistimos, pues, a lacontradicci6n dialéctica entre crecimiento econ6micoy desarrollo social, dado que la expansi6n del 53% delproducto y del 177% de la inversi6n alcanzada entre1990 y 1997 ocurre a la par con un incremento del nú-mero de desocupados situado en el orden del 154%(Giosa Zuazua 2000).

Las elevadas tasas de desocupaci6n abierta conflu-yeron con una persistente caída del salario real, el cualdescendi6 más del 25% en s6lo nueve años. Se asisti6,además, a una marcada precarizaci6n del mercado detrabajo, vinculada a la subocupaci6n horaria, la infor-malidad y la polivalencia. Las innovaciones implemen-tadas en el proceso productivo, tendientes a adecuar altejido industrial nacional y local a los tiempos del mun-do, y la introducci6n de nuevos sistemas de objetos téc-nicos, implicaron la producci6n acelerada de escasez y

exclusi6n social. Se consolida así "un perfil productivosocial y territorialmente excluyente" (Marina y Veláz-quez 1999: 7), que implica, en consecuencia, la hege-monía del Estado del malestar (Bustelo 1992).

Ese conjunto de reformas estructurales fue intro-yectado en el imaginario colectivo como necesario, im-prescindible e inevitable, mediante un discurso vehe-mente y eficaz, cuya explícita intencionalidad apuntabaa legitimar los contenidos de la nueva modernidad, em-prendiendo un proceso sistemático e inequívoco de ra-cionalización de la sociedad y del territorio. En efecto,esas reformas estructurales constituían un mosaico devalores, símbolos, ideas y significados que debía ser acep-tado de manera acrítica e irreflexiva en pos de extendera la sociedad toda los supuestos beneficios del procesode modernización. Por otra parte, ese discurso hege-mónico pretendía confundir las reformas estructuralesimplementadas con el acceso igualitario para la socie-dad toda a los beneficios de la modernidad material re-sultante. De este modo, nuevos e inéditos mecanismosde desigualdad, alienación y fragmentación fueron, pues,legitimados por el discurso dominante, y se impusie-ron progresivamente en el territorio nacional. El Esta-do cedió explícitamente a los capitales hegemónicos elcontrol y la regulación del mercado, la fuerza de traba-jo, la producción, la circulación, el consumo y el terri-torio. Esa nueva modernidad material, que tambiéninvolucra elementos organizacionales y normativos, seplasmó en una nueva generación de objetos técnicos,vinculados al devenir, desigual y selectivo, del mediotécnico-cientÍfico-informacional.

En efecto, la llegada, consolidación y difusión se-lectiva de los nuevos objetos técnicos se tornó el in-equívoco resultado de la sistemática implementaciónde esas reformas estructurales, especialmente las priva-tizaciones y la "desrregulación". Es el reino de la racio-nalidad hegemónica, plasmado en espacios marcados porla ciencia y la tecnología. De este modo, la presencia deobjetos técnicos modernos ligados al imperio del me-dio técnico-cientÍfico-informacional, funcionaliza y re-produce nuevas desigualdades, más agudas y lacerantes.En ese contexto, asistimos, pues, al devenir de "una pro-ducción limitada de racionalidad, asociada a una pro-

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ducción amplia de escasez", a partir de la cual las de-mandas de productividad por parte de los actores hege-mónicos coexisten con la "producción de irracionali-dad para la mayor parte" (Santos 1996a: 244-245).

La presencia del medio técnico-científico-informacio-nal en el territorio nacional propició el advenimiento denuevas formas de fragmentación y alienación. Frente a lacaída de los ingresos y salarios de buena parte de la pobla-ción, surgen nuevas formas de consumo. Son los nuevosobjetos técnicos, cuya naturaleza cientÍfica e informacio-nal impone, además, otras formas de segregación social yjerarquización espacial. No obstante, para comprender lasnuevas racionalidades, es preciso dar cuenta del papel de-sarrollado por los objetos técnicos contemporáneos en elterritorio actual. De este modo, podremos 1uego dar cuentaempírica de la naturaleza que asumen la modernidad, lafragmentación y la alienación en tanto vectores intrínse-cos a la configuración territorial y la dinámica social con-temporáneas del país como un todo.

5. Los nuevos objetos técnicos: Mediotécnico-científico-informacional,

fragmentaci6n y alienaci6n

En el período contemporáneo, "cada vez más, losobjetos han tomado el lugar de las cosas. En un principiotodo eran cosas, mientras que hoy todo tiende a ser obje-to, ya que las propias cosas, dádivas de la naturaleza, cuan-do son utilizadas por los hombres a partir de un conjun-to de intenciones sociales, pasan también a ser objetos"(Santos 1996a: 56). Así, pues, hemos sido "rodeados, enestos últimos cuarenta años, por más objetos que duran-te los precedentes cuarenta mil años. Pero sabemos muypoco sobre lo que nos rodea" (Santos 1997: 20), fenóme-no que implica, inequívocamente, la presencia de nue-vas formas de fetichismo y alienación. Eso es lo que im-pulsa a Baudrillard (1970: 18) a afirmar que "vivimos enla era de los objetos: quiero decir que vivimos a su ritmoy según su incesante sucesión. Somos nosotros los quelos vemos nacer, desarrollarse y morir, en cuanto en to-das las civilizaciones humanas anteriores eran los obje-tos, instrumentos o monumentos los que sobrevivían alas generaciones humanas".

Cada objeto es cristalización de una acción queposee una temporalidad específica, pero esa acción (pa-sada o presente) reviste una intencionalidad, un pro-yecto, una finalidad, cuyo escenario concreto es el fu-turo. Así, pues, pasado, presente y futuro forman unatotalidad temporal, en la que la naturaleza de los obje-tos, las acciones, y la intencionalidad que los articula,definen la naturaleza del espacio geográfico. Asimismo,"toda creación de objetos responde a las condicionessociales y técnicas presentes en un momento históricodeterminado" (Santos 1996a: 58). Esas condiciones,materiales e inmateriales constituyen existencialmentea los objetos, impregnándolos de pertinencia geográfi-ca. Esos rasgos se tornan aún más explícitos para unautor como Simondon (1958), quien asevera que losobjetos son estrictamente técnicos, pero que su estruc-tura es social, puesto que son pensados y fabricados pararesponder a funciones específicas, generando una suer-te de especialización funcional extrema -la hipertelia,en el vocabulario simondoniano-, cuya génesis prime-ra es la intencionalidad de los actores sociales en gene-ral y, específicamente, los proyectos de loa actores he-gemónicos y las clases dominantes.

Los diversos conjuntos funcionales de objetos mo-dernos no se difunden, social y territorialmente, demanera homogénea. De esta manera, mientras que "al-gunas personas adoptan la novedad en breve espacio detiempo", otras "no reúnen las condiciones para hacer-lo, o prefieren rechazarla y permanecer con modelosanteriores. Aunque cada época crea nuevos modelos,su uso, sin embargo, no es general" (Santos 1996a: 58).Por ello hablamos de una trama sistémica de objetos,pues éstos no funcionan aisladamente, y más aún, hansido pensados, diseñados y fabricados vía la introyecciónde una determinada carga de racionalidad, esto es, unasolidaridad que es técnica y organizacional a la vez, yque los compele a funcionar en conj unto, estructurandodiversas configuraciones de formas geográficas anima-das por un contenido social. En otros términos, al pen-sar en un objeto debemos pensar en una conexión deobjetos. Hoy día, pocos objetos son ofrecidos solos,puesto que son incapaces de funcionar correcta y efi-cazmente en situaciones de aislamiento.

5O Guillermo Velázquez y Sebastián G6mez Lende

Los objetos contemporáneos, además de ser técni-cos, son científicos e informacionales. Esos rasgos defi-nen su esencia y su naturaleza. De este modo, cada "ob-jeto es cientÍfico gracias a la naturaleza de su concepción,es técnico por su estructura interna, yes científico-téc-nico porque su producción y funcionamiento no sepa-ran ciencia y técnica. El es, también, informacional,porque, de un lado, es llamado a producir un trabajopreciso -que es una información- y, del otro lado, fun-ciona a partir de informaciones" (Santos 1996a: 171).Podemos afirmar, pues, que "los objetos ya no trabajansin el comando de la información, pero, además de eso,pasan a ser, sobre todo, información. Una informaciónespecializada, específica, y doblemente exigida: infor-mación para los objetos, información en los objetos" (San-tos 1996a: 172).

Por otra parte, los objetos técnicos nacen ya conuna fecha de caducidad incorporada en cuanto a su apre-ciación y valor. En efecto, "los objetos preexistentes seven envejecidos por la aparición de objetos técnicamentemás avanzados, dotados de calidad operacional superior.De ese modo, se crea una tensión en los objetos del con-junto, paralela a la tensión que se levanta, dentro de lasociedad, entre acciones hegemónicas y acciones nohegemónicas" (Santos 1996a: 177). De allí proviene elimperativo de la modernización, puesto que impone, acada momento, la necesidad de sustituir determinadasparcelas de objetos técnicos, y al mismo tiempo, reno-var el contenido estructural y funcional de los objetosremanentes. Ese proceso se torna posible a través de laamalgama entre ciencia, técnica e información, tan ca-racterística del período contemporáneo, pues esa con-junción determina la preexistencia de la produccióncientÍfica con respecto a la producción material. Esosobjetos son híbridos (Latour 1991), y "no nacen sólocon una vocación técnico-funcional, como los objetossimples, sino con la perspectiva de una solidaridad ver-tical, porque son pensados para facilitar el comando cen-tralizado de los procesos de producción y de circula-ción material e inmaterial, a través de las redes de lasque forman parte" (Silveira 1999: 130).

Hoy día, los objetos "sugieren un papel a desempe-ñar, porque son instalados obedeciendo a una lógica que

nos es extraña, una nueva fuente de alienación. Sufuncionalidad es extrema, pero sus fines últimos se nosescapan" (Santos 1996a: 173). Los objetos modernos sontransparentes a la mirada de los actores hegemónicos,pero, simultáneamente, generan una nueva opacidad enla conciencia de los actores hegemonizados. Los obje-tos de la modernidad contemporánea, esto es, el mediotécnico-cientÍfico-informacional, traen consigo, pues,nuevas formas de fragmentación y alienación, tanto so-cial como territorial, e imponen nuevas jerarquías, nue-vas valorizaciones, nuevas desigualdades.

5.1. Racionalidad hegemónica y alienación: Elcaso del servicio de TV satelital y por cable

La difusión de la TV por cable y satelital durantelos años noventa en la Argentina se desarrolló en el con-texto del retiro del Estado y la consecuente privatizaciónde los medios de difusión. En ese contexto, la sociedadargentina se vio compelida a adoptar la racionalidadhegemónica imperante, vinculada a la producción y di-fusión creciente de una ideología mercantil y simbóli-ca. Así, de la mano de la renovada lógica del mercado,se asiste a un sostenido crecimiento de la oferta de TVprivada, simultánea a la transformación de la informa-ción en mera mercancía y la consolidación de los gran-des grupos económicos diversificados. Estos compren-den grandes firmas globales y, en menor medida,empresas nacionales con comunidad de intereses. Po-demos citar, entre otras, a VCC, Cable Visión yMulticanal como oferentes de cable, en tanto que el seg-mento satelital se hallaba en manos de Sky y DirecTV.

El proceso de difusión de la nueva técnica informa-cional se desarrolló en un contexto de incipiente desa-rrollo por parte de empresas locales que luego derivóhacia una desordenada y abrupta concentración en ma-nos de grandes conglomerados transnacionales. La leyde radiodifusión vigente hasta los noventa impedía ex-plícitamente la constitución de grupos multimediosvedando así la participación de una misma empresa endistintos segmentos de la información (radio, TV, me-dios gráficos, etc). Durante los noventa, la nueva densi-dad normativa estatal permitió a las empresas propieta-rias de medios gráficos, radiales o televisivos conformar

Medio técnico-eientífico-informacional y equipamiento tecnol6gico 51

Fuente: Elaboración personal sobre la base de Censo 2001.

Gran Tucumán

o 125250 500 750 1.000 KM

Gran 8uenos Aires

ReferenciasO DEPARTAMENTOS

Países Limítrofes

EQUI_HOG.XlVCABlE_ 4.26·21,95

_ 21,96·36,30

36,31 ·51 {j2

051,53.74,14

% Hogares con TV por cable/sate1ital. Argentina, 2001

52 Guillermo Velázquezy SebastiánGómez Lende

grupos multimedios. Se conforma así un puñado de gran-des holdings empresariales, los cuales concentran bajo unmismo esquema la totalidad de las instancias de la ofer-ta de información en el territorio nacional.

La "información" pasa así a tener un costo eleva-do, casi prohibitivo, para buena parte de la poblaciónargentina. Ese fenómeno propicia el surgimiento de uncircuito inferior sectorial que raya en la ilegalidad, yque incluye un amplio espectro de horizontalidades, go-bernadas la contigüidad espacial y una solidaridad or-gánica. Frente a la acción global de las empresas, verti-cal y fragmentadora, vinculada a la segregación de lademanda a través de paquetes diferenciales de oferta delservicio, los usuarios intentan burlar a la primera, opo-niendo, de manera inequívoca y sistemática, algunosmecanismos horizontales, entre los cuales se incluyenfenómenos tales como la utilización de conversoresapócrifos, el acceso compartido al servicio mediante elpago de un único abono o, lisa y llanamente, la vincula-ción gratuita, eludiendo el pago del servicio.

Los coritenidos técnicos del servicio de TV por ca-ble y satelital imponen, asimismo, nuevas formas dediferenciación entre lo urbano y lo rural. Mientras quela alternativa satelital se torna única en el medio rural,en el espacio urbano coexisten ambas opciones. Exis-ten, asimismo, solidaridades técnicas y organizacionalesentre los objetos modernos contemporáneos. Porejem-plo, el acceso a ciertos servicios de TV por cable ysatelital requiere la posesión inexorable de televisoresmodernos (multi-norma, con varios canales), yconversores o sintonizadores.

En el año 2001, el 53,8% de los hogares argentinoscontaba con TV por cable o satelital. Puede apreciarseuna mayor penetración relativa del servicio en el inte-rior del país en función de la orfandad de oferta de TVpor aire, puesto que en la mayor parte del territorionacional la población sólo cuenta con uno o dos cana-les de aire. En este sentido, "es importante indicar que,mientras que en la Capital Federal, la televisión porcable representa el 42% del total de la oferta, en el inte-rior los índice son superiores: 78% en Bahía Blanca, 77%en Mendoza, 76% en Neuquén y Cipolletti, 68% enRosario. Ese hecho está ligado a la posibilidad, gracias

a esos sistemas técnicos, de sintonizar en el interior delpaís los canales de Buenos Aires. Es la presencia de lametrópoli en el territorio nacional" (Silveira 1999: 216-217). Este fenómeno produce nuevas formas de aliena-ción, ya que se suele obtener mayor "información" conrespecto a la metrópoli nacional, o la visión hegemóni-ca, parcial y fragmentada acerca del acontecer mundial,en detrimento de las propias realidades nacionales, re-gionales y locales. Así, pues, resulta posible dar cuentade un doble circuito: el de los hechos banales, los cualesimponen una nueva opacidad de la conciencia sobrebuena parte del imaginario colectivo, y el de la infor-mación restringida, escasa y valorizada, destinada a losactores hegemónicos.

El mapa % Hogares con 1V por cable /satelital reflejala fragmentación intrínseca a los contenidos fundamen-tales de la sociedad y el territorio a comienzos delnuevo siglo. Las situaciones extremas, con menos del8% del total de hogares, las constituyen los departa-mentos de Figueroa, San Martín y Mitre en Santiagodel Estero, Bermejo en Formosa, Rivadavia y Moli-nos en Salta, Ancasti en Catamarca, Pocho en Córdo-ba y Ñorquinco en Río Negro. Por el contrario lasáreas en las que el servicio se difundió con mayor in-tensidad (superior al 50%) se encuentran representa-das por los partidos de Tres Lomas, Zárate, Suipacha,Saavedra, Salliqueló, Azul, Lincoln, Bragado, Merce-des, Arrecifes y San Antonio de Areco, todos ellos enla provincia de Buenos Aires.

A escala regional se puede apreciar que en todo elnorte argentino el nivel de conexión es muy bajo, aligual que en Cuyo. La región pampeana, por su parte,exhibe una creciente adopción del servicio, mientrasque la Patagonia se muestra decididamentecompartimentada y fragmentada. La porción sudeste dela Patagonia es la que experimenta la mejor situaciónrelativa del conjunto. En el Área Metropolitana de Bue-nos Aires se observa más claramente la fragmentaciónde la sociedad y el territorio. Así, tenemos la CapitalFederal en mejor situación relativa, mientras que lospartidos de Vicente López, San Isidro, San Fernando,General San Martín, Tres de Febrero, Hurlingham,Morón y Avellaneda se sitúan en el segundo intervalo.

Medio técnico-científico-informacional y equipamiento tecnol6gico 53

Fuente: Baboración personal sobre la base de Censo 2001.

Gran Tucumán

o 125 250 500 750 1.000 KM

Gran Buenos Aires

ReferenciasTeléfono celular_ 0.11-9.86

_ 9.81- 17.22

_ 17,23- 24,47

024,48- 42,60•••....•....•Países Limítrofes

% Hogares con teléfono celular. Argentina, 2001

54 Guillermo Velázquezy SebastiánG6mez Lende

La peor situación relativa corresponde a Ezeiza, EstebanEchevarrÍa, Presidente Perón y Florencio Varela, situán-dose el resto del con urbano en el tercer intervalo. Másallá de esta pauta general, es posible dar cuenta de algu-nos casos atípicos (General Pedernera en San Luis,Cafayate en Salta, con índices superiores al 50%), que setornan manifestaciones empíricas inequívocas de la frag-mentación de la sociedad y'del territorio. También es elcaso de algunos partidos de la provincia de Buenos Ai-res, tales como Villarino, Balcarce, Mar Chiquita y Ge-neral Guido, que presentan los índices más bajos.

5.2. Las redes técnicas y las solidaridadesorganizacionales de la telefonía celular

La telefonía celular se constituye en otro de los hi-tos de la modernidad de los noventa. Esa innovación datade mediados de la década del ochenta en la historia mun-dial, pero su difusión ocurre en los albores del actual de-cenio, cuando se implanta en las capitales latinoamerica-nas. Esta surge, tímida e incipientemente, de la mano defirmas norteamericanas y europeas tales como Movicom,Miniphone y posteriormente CTI, y se consolidasistemáticamente luego de la privatización de la empresaestatal de telefonía (ENTEL), con el advenimiento de lasempresas Personal y Unifón, pertenecientes a Telecomy Telefónica de España, respectivamente. El mercadoargentino de telecomunicaciones se toma, pues, escena-rio de disputa de oligopolios globales. Sin embargo, apesar del crecimiento de la red de telefonía celular en laArgentina a comienzos del pasado decenio, la difusiónno alcanzaba aún niveles comparables a los de los paíseseuropeos, puesto que, en 1993, existía una densidad si-tuada en el orden de un teléfono celular por cada 168,4habitantes (Silveira 1999: 141-142).

La construcción de centrales para telefonía celularen el área metropolitana de Buenos Aires, desarrollada acomienzos de la década de los noventa, impulsó la am-pliación del área de cobertura, y con ella, la expansióndesigual y asimétrica del nuevo objeto moderno en bue-na parte de la formación socioespacial. También la inver-sión creciente en soportes territoriales destinados a sus-tentar esas nuevas formas de circulación -antenas, redesde fibra óptica, etc.-, devienen en rasgos característicos

de la nueva densidad técnica e informacional impuesta enel territorio nacional. La difusión de la telefonía celularen la formación socioespacial ha sido desigual, en virtudde densidades normativas y técnicas diferenciadasregionalmente. Así, pues, "en la Patagonia Norte y enotras regiones del país, ese dato técnico llega solamenteen 1995, pues fue necesario garantizar no sólo una fluideznormativa del terri,torio nacional a las empresas, sino so-bre todo un mercado potencial" (Silveira 1999: 141).

En una primera instancia, estos nuevos objetos téc-nicos fueron destinados, en virtud de su elevado costo,a sectores de altos ingresos. Posteriormente, conocie-ron una difusión acelerada y sistemática en todo el te-rritorio nacional, debido fundamentalmente al desarro-llo de una compleja urdimbre de innovaciones técnicasy organizacionales, tendientes a incorporar una parcelacada más amplia de consumidores y usuarios. Se tejie-ron, pues, solidaridades técnicas entre distintos segmen-tos de las telecomunicaciones, puesto que la llegada delfax y el teléfono celular permitieron "la ampliación fun-cional y territorial de la utilización de las líneas telefó-nicas" (Silveira 1999: 141). Por otra parte, una suerte deinterdependencia funcional entre la telefonía celular,la fibra óptica, la tecnología satelital e internet, promo-vió el advenimiento y consolidación de una nueva den-sidad informacional.

Otros elementos despuntan en tanto vectores inequí-vocos de la difusión acelerada de la telefonía celular en elterritorio nacional. La incesante ampliación del área decobertura, el lanzamiento de planes sin abono, laobsolescencia tecnológica rápida y fugaz, la reduccióndel precio de los teléfonos móviles, y el costo prohibiti-vo que alcanzó el servicio de telefonía fija luego de laprivatización; devienen en elementos clave para com-prender la hegemonía de ese subsistema técnico en laformación socioespacial. Asimismo, la publicidad adquie-re un papel fundamental en esta expansión frenética, ysus contenidos son sistemáticamente dirigidos hacia laparcela de la población perteneciente a una franja etariaque alcanza a jóvenes y adultos jóvenes, imponiéndoles,de este modo, nuevas formas de alienación.

Estos nuevos objetos de la modernidad contempo-ránea construyen nuevas rigideces, y al mismo tiempo,

Fuente: 8aboraci6n personal sobre la base de Censo 2001.

Gran Tueumán

Medio técnico-eientífico-informacional y equipamiento tecnológico

Gran Buenos Aires

ReferenciasO DEPARTAMENTOS

Países Limítrofes

EQUCHOG.XMICROONOA.0.00-6.22_6.23-12,67

.12,68-21.11021,12-41,10

o 125 250 500 750 1.000 KM', ,

55 .,

% Hogares con horno de microondas. Argentina, 2001

56 Guillermo Velázquez y Sebastián G6mez Lende

nuevas formas de flexibilidad, tendientes a consolidarsu hegemonía. Su hipertelia, esto es, su exceso de espe-cialización funcional, es acompañada por una crecientepolivalencia, y ambas se articulan de modo sistemáticocon el imperativo empresarial de incrementar suplusvalía en el territorio nacional. Las nuevas posibili-dades técnicas y organizacionales de la telefonía celularpermiten, en el penodo contemporáneo, contar ademáscon servicios de internet, correo electrónico, juegos, eincluso, técnicas de control remoto para sistemas deaudio y video. Así, pues, se construyen solidaridadestécnicas y organizacionales entre objetos contemporá-neos y otros menos modernos. La telefonía celular atra-viesa distintas camadas de familias de objetos técnicosde edades diversas.

En el año 2001, el 27,1% de los hogares argenti-nos contaba con el servicio de telefonía celular, ele-vando la tasa a un umbral mínimo situado en el or-den de un teléfono celular por cada 13,4 habitantes.5

El mapa % Hogares con teléfono celular muestra clara-mente la compartimentación y, al mismo tiempo, la frag-mentación de la sociedad y el territorio. La situación másadversa puede ser apreciada en el departamento de Rin-conada en Jujuy (0,11%), seguida por Valle Grande y SantaCatalina en Jujuy, Iruya y La Poma en Salta, Antofagastade la Sierra en Catamarca, y Curacó en La Pampa, todosellos bajo el umbral del 1%. En contraposición, la mejorsituación relativa se observa en el departamento deUshuaia, en Tierra del Fuego (42,60%), acompañada porRío Grande en Tierra del Fuego, Lago Buenos Aires enSanta Cruz, Los Lagos en Neuquén y Monte Hermoso,Pila, General Lavalle, Tornquist, San Isidro y VicenteLópez en la Provincia de Buenos Aires.

En el contexto regional se advierte que el norte ar-gentino experimenta una virtual ausencia de este obje-to moderno, con las excepciones de la totalidad de lascapitales provinciales y del departamento Yerba Buenaen Tucumán. En Cuyo, la situación relativa es mejor,especialmente en los oasis cuyanos. La región pampeanaexperimenta una difusión sistemática y creciente delservicio como expresa la ubicación de la provincia deBuenos Aires en los dos primeros intervalos; lo mismoocurre en las áreas colindantes de las provincias de La

Pampa, Santa Fe y Córdoba. Sus periferias, sin embar-go se muestran más fragmentadas. En el Área Metro-politana de Buenos Aires, por su parte, el partido dePresidente Perón exhibe la peor situación relativa. Laregión Patagónica, por último, sufre un creciente pro-ceso de fragmentación, manifestado en las provinciasde Santa Cruz, Tierra del Fuego y las áreas costeras ycordilleranas de Chubut, que se destacan positivamen-te en detrimento del resto de la región.

5.3. La reestructuraci6n del equipamientotecnol6gico doméstico: El caso de los hornosde microondas

La proliferación de los hornos de microondas enlos hogares argentinos constituye otro de los símbolosinequívocos de la modernidad de los noventa, en lo queconcierne al equipamiento doméstico. En el contextode estabilización monetaria (convertibilidad) y el acce-so renovado al crédito, la compra de electrodomésticosy otros bienes suntuarios se difundió aceleradamente.La apertura importadora intnnseca a los noventa pro-movió el ingreso masivo al territorio nacional de elec-trodomésticos y productos afines provenientes desdelos denominados "tigres asiáticos", especialmente deTaiwán. Esta suerte de introyección sistemática de lasracionalidades externas en la formación socioespacial,propició que ésta se tomara un espacio nacional de laeconomía internacional, en el sentido estricto del tér-mino. La apertura importadora socavó las bases desustentación de la industria electrónica de Tierra delFuego, la cual, frente a ese estrangulamiento del merca-do interno y el proteccionismo acérrimo implementadopor algunos países importadores -Brasil, especialmen-te-, colapsó inexorablemente.

El discurso del "progreso inevitable", sumado al im-perativo de la pretendida modernización e ingreso al"Primer Mundo", desató una creciente presión por ad-quirir bienes superfluos con alto contenido tecnológi-co, que se tradujo en la difusión sistemática, pero selec-tiva, de los hornos de microondas en la formaciónsocioespacial. En ese contexto, la incesante expansiónde los hogares unipersonales, acompañada por la cre-ciente proliferación de la doble jornada laboral femeni-

Medio técnico-eientífico-informacional y equipamiento tecnol6gico 59

na, promovió la incorporación de los nuevos objetosde la modernidad al equipamiento doméstico de la po-blación. Por otra parte, los créditos otorgados por lasempresas del ramo para financiar el consumo suntua-rio de electrodomésticos determinaron en buena partela supervivencia del modelo de convertibilidad mone-taria imperante. En efecto, la continuidad de las refor-mas estructurales impuestas durante la década de losnoventa derivó, parcial pero inequívocamente, del de-nominado "voto cuota", empleado por las clases másacomodadas con la finalidad de impedir la reestructura-ción de los créditos contraídos frente a una eventualdevaluación del signo monetario argentino.

En el año 2001, el 20% de los hogares argentinoscontaba con hornos de microondas. El mapa % Hogarescon horno de microondas muestra que, a excepción de algu-nas situaciones puntuales, ese objeto técnico contem-poráneo constituye un elemento ajeno a la configura-ción territorial y la dinámica social de la formaciónsocioespacial. Para ejemplificar este fenómeno, bastacon señalar que la presencia de este elemento en loshogares pertenecientes a más de la mitad de los departa-mentos del territorio nacional no alcanza el umbral del8%. La peor situación relativa puede ser observada enel departamento Valle Grande en Jujuy, donde esteobjeto técnico se encuentra totalmente ausente. Por suparte, la Capital de Mendoza en Cuyo, así como tam-bién la Capital Federal, Vicente López, San Isidro, LaPlata y Morón en el Área Metropolitana de Buenos Ai-res, Río Grande y Ushuaia en Tierra del Fuego, yalgu-nas jurisdicciones de Santa Cruz, experimentan la me-jor situación relativa, tornándose puntos de laverticalidad, modernos y racionales, frente al contextoimperante en el resto del país.

5.4. Las nueva racionalizaci6n de la sociedad yel territorio: Computadoras e intemet

Durante la década de los noventa, el discurso de lamodernización inevitable hizo presa del territorio nacio-nal. Sin embargo, ningún otro subsistema técnico con-temporáneo se ha tomado tan hegemónico en la forma-ción socioespacial como la informática y, especialmente,las redes informacionales. Esas redes, materiales e

inmateriales, son diseñadas para servir a los actores hege-mónicos, pero también su uso se difunde y banaliza paraimportantes fracciones de la sociedad argentina. Se tratade un elemento asociado clara e inequívocamente a la mo-dernidad contemporánea, especialmente en los ámbitosurbanos, aunque comienza a difundirse, de manera cre-ciente e incesante, en el medio rural. Su banalización enel contexto nacional impregna prácticamente la totalidadde las instancias y fracciones sociales, y deviene en unfenómeno fundamentalmente vinculado a la existenciade un mercado doméstico cautivo, y a la localización defiliales de las principales empresas globales del ramo. Eneste contexto, "gracias al advenimiento de la informáticacomo soporte técnico, la circulación de la informaciónconoce diseños reticulares" (Silveira 1999: 202).

Las reformas estructurales de los noventa propicia-ron la consolidación, incipiente y progresiva, del sec-tor en tanto segmento hegemónico en el proceso de acu-mulación capitalista a escala nacional. Así, pues, unafirma como la Lotus Development Corp obtiene, porejemplo, el 30% de su plusvalía mundial de su filial enla Capital Federal. La elevada densidad normativa ge-nerada por el Estado para el sector, y la relativamentebaja densidad técnica del territorio con respecto a lapresencia de dicha industria, propició una alta deman-da de productos informáticos y la rápida circulación dela información. La formación socioespacial desarrolla,pues, solidaridades organizacionales inequívocas, fun-cionales para la consolidación de este subsistema hege-mónico. En este contexto, "las corporaciones globalesde la informática, en virtud de las oportunidades de laneo-regulación del sector, fijan sus filiales argentinas.Indicamos algunas: la alemana SAP, la holandesa Origin,la israelí RAD, la taiwanesa her y las americanas 3Com, Autodesk, Bay Networks, Informix, Micron,Novell, SCO, Sun y Microsystems" (Silveira 1999: 256).

Al igual que en el caso anterior, la paridad moneta-ria con el dólar norteamericano y el retomo del créditodurante la década de los noventa promovieron la ad-quisición acelerada de bienes informáticos, especialmen-te de las PC (personal computer). El creciente abaratamien-to de éstas, vinculado a su incesante obsolescenciatecnológica, permitió la incorporación de este objeto

60 Guillermo Velázquez y Sebastián G6mez Lende

técnico moderno a la dinámica social y la configura-ción territorial del país. Las PC se volvieron, pues, enuna primera instancia, un elemento exclusivo o priva-tivo de las grandes empresas, pero luego se difundie-ron, de modo más tardío y diacrónico, a un variado con-junto de fracciones sociales, contribuyendo así alproceso de racionalización del territorio.

El territorio argentino mostraba, hasta entonces,rasgos bastante heterogéneos en la adopción de las nue-vas técnicas modernas. Comenzó, pues, un progresi-vo proceso de estandarización normativa, asociado ala difusión de los sistemas operativos en tanto lengua-je informático hegemónico. La multiplicidad de siste-mas operativos se extendió en Argentina hasta princi-pios de la década de los noventa, y fue truncada por ladifusión cuasi-sincrónica del sistema operativo DOS,y más tarde, por la hegemonía de Microsoft y su prin-cipal desarrollo de software, el Windows. De ese modo,se "posibilita una mayor complementariedad entreequipamientos y organizaciones fundada en una téc-nica única" (Silveira 1999: 206).

En el año 2001, el 14,4% de los hogares poseía almenos una computadora personal.6 El mapa % Hogarescon computadora muestra situaciones paradigmáticas, aun-que no tan extremas como en los casos de TV por cable/satelital y teleforua celular, explicados con anterioridad.En este contexto, podemos citar el caso del departamen-to Rinconada en Jujuy, con la presencia de PC en sólo el0,11% de los hogares. Por debajo del umbral del 1%, puedeincluirse a buena parte del Norte Argentino, entre loscuales Santa Catalina, Susques y Valle Grande en Jujuy,Iruya en Salta, Bermejo en Formosa, y Figueroa, SanMartín y Atamisqui en Santiago del Estero, constituyenespacios irracionales, áreas letárgicas y poco moderniza-das. En el otro extremo, puede apreciarse un reducidoabanico de lugares en los que el medio técnico-científico-informacional se halla más difundido, superando el um-bral del 17%. Los partidos de Vicente López, San Isidroy La Plata devienen en puntos de la verticalidad en estecontexto, al igual que los departamentos de Corpen Aikey Güer Aike en Santa Cruz. Río Grande (25,31%) YUshuaia (23,98%), por su parte, muestran las dos mejo-res situaciones relativas.

Desde el punto de vista regional, el NOAy el NEAse encuentran en los niveles más bajos, con honrosasexcepciones. Escapan sólo a esta lógica las capitales pro-vinciales de Jujuy, Catamarca, La Rioja, Salta, Santiagodel Estero, Corrientes, Chaco y Misiones, así como tam-bién algunas jurisdicciones departamentales colindan-tes con las primeras, tales como Valle Viejo enCatamarca,Chamical en la Rioja y Yerba Buena enTucumán. Es significativa la situación de Formosa, don-de la capital provincial sólo logra ubicarse en el tercerintervalo. En Cuyo, por su parte, los oasis mendocinosy sanjuaninos se destacan en la tendencia general, espe-cialmente los departamentos Capital, Godoy Cruz yRivadavia en San Juan, y la capital puntana.

La región pampeana, por su parte, muestra algunosatisbos de fragmentación. En la provincia de BuenosAires se destacan Tandil, Olavarría, Coronel Rosales yBahía Blanca y, en Córdoba y Santa Fe, sólo la capital yel sur provincial, respectivamente; las peores situacio-nes relativas se vinculan, fundamentalmente, al nortecordobés, santafesino y entrerriano, y al oeste pampea-no. El con urbano bonaerense, en cambio, se destacapositivamente en los departamentos de Mercedes, LaPlata, Vicente López, San Isidro, Tres de Febrero,Morón, ltuzaingó y Avellaneda, así como también laCapital Federal. En la Patagonia, buena parte de las pro-vincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego se ubican enel primer intervalo, además de los departamentos deConfluencia, Zapala y Los Lagos en Neuquén, AdolfoAlsina y Bariloche en Río Negro, y Rawson, Escalante,Sarmiento y Biedma en Chubut.

Internet también deviene, por su parte, en un ele-mento clave en la difusión del medio técnico-científi-co-informacional en la formación socioespacial. En tan-to manifestación del fenómeno de la unificación técnica,ésta "vincula más de 50 mil redes del mundo, ofrecien-do, entre otros datos, bolsas de empleo, movimientosde stocks de empresas y bolsas de valores" (Silveira 1999:207-208). Existe, hoy día, una profusa trama de empre-sas globales que regula el acceso a la red, configurandoun escenario muy distinto del imperante hacia media-dos de la década de los noventa, cuando sólo Stanel (pro-ducto de la alianza tejida entre Telecom y Telefónica

Medio técnico-eientijico-injormacional y equipamiento tecnol6gico 61

de España) y los Pinos TI participaban en la regulacióndel territorio nacional.

En el año 2001, sólo el 9,1% de los hogares argenti-nos se hallaba conectado a internet. Esta red inmaterialha conocido una expansión frenética y brutal en pocomenos de una década, promoviendo una adhesión ace-lerada al sistema en los últimos años. Según datos de M.L. Silveira (1999: 208), en 1993 existían sólo doscientascomputadoras conectadas a la red, mientras que, dosaños más tarde, ese número se había elevado a 3500.Esas cifras, no obstante, se tornan insignificantes fren-te los valores revelados en el año 2001: al menos 912920 hogares cuentan con conexión a internet, lo queexpresa una inédita tasa de crecimiento del 186% anualpara el período 1993-2001,7

El mapa % Hogares con computadora e internetmuestra, sin embargo, un retrato del territorio que noexpresa de modo contundente esta realidad. Podría-mos afirmar, quizás, que la contemporaneidad y hege-monía de este sistema técnico implica una difusión mu-cho más concentrada, asimétrica y selectiva de estefenómeno informacional. Este elemento fundamentalde la modernidad contemporánea se halla totalmenteausente (0%) en los departamentos de Rinconada en]ujuy, Iruya, Guachipas y La Candelaria en Salta, Ber-mejo en Formosa, Berón de Astrada en Corrientes,Guasayán, Sarmiento y Mitre en Santiago del Estero,El Alto y Ancasti en Catamarca, General La Madriden La Rioja, Limay-Mahuida y Lihuai-Calel en La Pam-pa, y Gastre, Mártires y Paso de Indios en Chubut. Encontrapartida, un puñado de jurisdicciones ostenta lamejor situación relativa del conjunto nacional. Capi-tal Federal, Vicente López y San Isidro en el área me-tropolitana, Ushuaia y Río Grande en Tierra del Fue-go, Lacar en Neuquén, y la capital mendocina reflejan,a grandes rasgos, los trazos del medio técnico-cientÍfi-co-informacional. En este sentido, la escasa incorpo-ración de este objeto moderno contemporáneo al equi-pamiento doméstico de los hogares argentinos seexpresa en una enorme mancha, extensa y contigua,de espacios irracionales, cuya continuidad sólo es rotapor un puñado de islas de la modernidad.

6. Conclusiones

En este trabajo, hemos logrado brindar algunos apor-tes para el estudio del proceso de diferenciación regionalen la Argentina durante la última década, especialmenteen lo que respecta a aquellos fenómenos vinculados a ladifusión, selectiva y asimétrica, de los nuevos símbolosde la modernidad en el territorio. A partir de lareelaboración de información inédita revelada por el Cen-so Nacional de Población, Hogares y Viviendas corres-pondiente al año 2001, hemos dado cuenta de la cristali-zación de nuevas desigualdades, resultado ineluctable dela presencia desigual del medio técnico-científico-infor-macional en la formación socioespacial. A partir de lainformación proporcionada por el Censo de Población,Hogares y Viviendas correspondiente al año 2001,desagregada a escala departamental, hemos logrado ob-servar la cristalización de nuevas desigualdades, plasma-das en la difusión selectiva y asimétrica del medio técni-co-cientÍfico-informacional en la formación socioespacial,y hemos develado el nuevo proceso de racionalizaciónde la sociedad y el territorio, caracterizado por la pro-ducción y recreación sincrónica de situaciones geográfi-cas racionales e irracionales.

Es irrefutable, pues, que el equipamiento tecnológi-co privado al que accede la población es una manifesta-ción clara e inequívoca del devenir de la modernidad con-temporánea en el territorio. Hemos develado ycomprendido las nuevas dinámicas territoriales que sub-yacen a la crisis y a la exclusión social. Los nuevos obje-tos técnicos se han amalgamado al territorio, imponien-do nuevas jerarquías y desigualdades, engendrando nuevasformas de alienación y expresando el imperio de la ra-cionalidad hegemónica. De este modo, hemos develadolas nuevas formas-eontenido de la modernidad en el te-rritorio, plasmadas no sólo en grandes obras de infraes-tructura, divisiones territoriales del trabajo valorizadasa escala mundial o la circulación incesante de innovacio-nes de Índole técnica u organizacional, sino también enel equipamiento tecnológico del que dispone la pobla-ción, variable clave para comprender los mecanismosactuales de fragmentación y alienación socioespacial. Losnuevos objetos técnicos, símbolos de la modernidad

62 Guillermo Velázquez y Sebastián Gómez Lende

contemporánea, imponen nuevas jerarquías territoriales,nuevas segregaciones sociales. Hemos revelado el movi-miento incesante del medio técnico-científico-informa-cional, mediante el cual éste introduce la racionalidad, lairracionalidad y la contrarracionalidad en el territoriocontemporáneo, permitiendo su recreación y su expan-sión, tomando a la fragmentación socioterritorial y a lasegregación socioespacial en manifestaciones inequívo-cas de la modernidad contemporánea.

El análisis y la interpretación de los datos acercadel equipamiento disponible en los hogares censados,desagregados a escala departamental, nos permitieron,pues, conocer nuevas formas de fragmentación de la so-ciedad y el territorio, y al mismo tiempo, comprenderla naturaleza de la modernidad contemporánea. Hemoslogrado diferenciar, pues, a un selecto y restringido gru-po de los espacios de la racionalidad -buena parte de laprovincia de Buenos Aires, la porción sur de la regiónpatagónica, una acotada parcela del conurbano bonae-rense y algunos fragmentos de la Patagonia Norte yCuyo-, los cuales detentan un papel hegemónico en ladifusión de las nuevas densidades técnicas e informa-cionales. En contrapartida, buena parte del territorioargentino deviene en un amplio espectro de situacionesgeográficas irracionales u opacas, que representan, entérminos dialécticos, otras modernidades, otras formasde ser del mundo, que niegan la presencia del mediotécnico-cientÍfico-informacional en la formación socio-espacial. De este modo, mientras que un escaso puñadode departamentos se toma imperio de la racionalidadhegemónica en tanto objetivación funcional y perfectadel medio técnico-científico-informacional, buena par-te de las jurisdicciones que constituyen el universo deanálisis devienen en escenarios de la irracionalidadhegemonizada, para los cuales la modernización per-manece misteriosa, puesto que conocen más su nom-bre que su existencia concreta.

Notas

1 Profesor Titular, Director Centro de Investiga-ciones Geográficas, Universidad Nacional del Centrode la Provincia de Buenos Aires, Tandil, Argentina. E-mail: [email protected]

2 Becario Consejo Nacional de Investigaciones CientÍ-ficas y Técnicas (CONICEl). Investigador en formacióndel Centro de Investigaciones Geográficas, UniversidadNacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil,Argentina. E-mail: gomezlen@Ích.unicen.edu.edu.ar

3 Tal como afirma Santos (1996a: 219), "al contrariodel imaginario que la acompaña, la desregulación no su-prime las normas. En verdad, desregular significa multi-plicar el número de normas". La desrregulación implicatransferir una parcela del proceso de regulación desde elEstado hacia los capitales hegemónicos. Así, pues, se pro-ducen y reproducen normas que legitiman el uso privati-vo y corporativo del territorio, y cuyo correlato es laexclusión del resto de los actores sociales.

4 Poco antes de la privatización de la empresa es-tatal de telefonía (ENTEL), "el valor del pulso telefó-nico (medido en dólares estadounidenses) aumentó másde ocho veces entre diciembre de 1989 y noviembrede 1990, al pasar, en dicho lapso, de US$ 0,0047 a US$0,0381" (Abeles, Porcinito y Schorr 1998: 96). Algu-nos años más tarde, en 1997, los consorcios adjudica-tarios de ENTEL impulsaron una suerte de rebalanceotarifario, el cual "suponía la compensación de un au-mento en las tarifas urbanas con una disminución enel nivel de las tarifas correspondientes a las llamadasde media y larga distancia", e implicó "un aumentodel 15,7% en el costo promedio del servicio telefónicopara los usuarios" (Abeles, Porcinito y Schorr 1998:113-114).

5 Esta densidad debe ser interpretada como un um-bral mínimo o piso relativo, puesto que el Censo Na-cional de Población Hogares y Viviendas correspon-diente al año 2001 sólo revelaba la presenciá de esteservicio o equipamiento en los hogares, pero no regis-traba su número o cantidad. Por tanto, es posible que,en virtud de la acelerada difusión de la telefonía celularen el territorio nacional, esta densidad sea aún superiora la calculada en este trabajo.

6 El Censo Nacional de Población, Hogares y Vi-viendas correspondiente al año 2001 sólo reveló la exis-tencia de computadoras personales en los hogares, sinregistrar su número o cantidad. Dado que un hogar pue-de poseer dos o más computadoras personales, el nú-

Medio técnico-eientfjico-injormacional y equipamiento tecnol6gico 63

mero de éstas puede ser superior a la cantidad de hoga-res que gozan de ese equipamiento moderno.

6 El Censo Nacional de Población, Hogares y Vi-viendas correspondiente al año 2001 sólo reveló la pre-sencia del servicio de conexión a intemet en los hogares,sin registrar la cantidad de conexiones existentes al inte-rior de cada uno de éstos. Dado que en un hogar puedenexistir de hecho dos o más conexiones a esa red informa-cional, el número de éstas puede ser sensiblemente supe-rior a la cantidad de hogares que gozan de este serviciomoderno. Por ello debemos referirnos a este fenómenoen términos de número de hogares conectados, y no entérminos de cantidad de conexiones realizadas.

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