Telefonia en Mexico

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133 Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad Vol I. No. 3 Mayo/Agosto de 1995 Teléfonos de México: modernización, privatización y nuevas relaciones laborales El artículo presenta el desarrollo de la comunicación telefónica en México desde finales del siglo XIX hasta el proceso de introducción de la fibra óptica a principios de la década de 1980. En este proceso se sitúa la constitución de TELMEX en 1947, primero con la integración de 2 empresas trasnacionales, luego como empresa de la iniciativa pricada en 1958, después como empresa paraestatal en 1972 y finalmente su proceso de privatización en 1990. Frente al proceso de modernización tecnológica de los años ochenta, se pretende mostrar que el sindicato de telefonistas pudo sobrevivir, logrando por un lado conservar su personal sindicalizado y, por otro, incidiendo positivamente en ciertos planes de la expansión telefónica con nuevas relaciones laborales. I GNACIO M EDINA NÚÑEZ El desarrollo de la telefonía en México El escocés Alexander Graham Bell, en 1877, con- virtió en realidad la posibilidad que ya habían vislumbrado e intentado, en años anteriores, otros científicos como Charles Bourseul, Robert Hooke, Joseph Henry, Michael Faraday y Antonio Meucci: la de reproducir la voz a través de un instrumento metálico. Bell presentó, el 10 de mayo de 1876, an- te la Academia de Artes y Ciencias de Boston, los fundamentos científicos y las demostraciones de su sistema para transmitir sonidos. Con ello sur- gió el descubrimiento del teléfono, logrando una 1

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  • 133Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad Vol I. No. 3 Mayo/Agosto de 1995

    Telfonos de Mxico:modernizacin,privatizacin y nuevasrelaciones laborales

    El artculo presenta el desarrollo de la comunicacin telefnica en Mxico desdefinales del siglo XIX hasta el proceso de introduccin de la fibra ptica a principiosde la dcada de 1980. En este proceso se sita la constitucin de TELMEX en 1947,primero con la integracin de 2 empresas trasnacionales, luego como empresa dela iniciativa pricada en 1958, despus como empresa paraestatal en 1972 yfinalmente su proceso de privatizacin en 1990.

    Frente al proceso de modernizacin tecnolgica de los aos ochenta, sepretende mostrar que el sindicato de telefonistas pudo sobrevivir, logrando porun lado conservar su personal sindicalizado y, por otro, incidiendo positivamenteen ciertos planes de la expansin telefnica con nuevas relaciones laborales.

    IGNACIO MEDINA NEZ

    El desarrollo de la telefona en Mxico

    El escocs Alexander Graham Bell, en 1877, con-virti en realidad la posibilidad que ya habanvislumbrado e intentado, en aos anteriores, otroscientficos como Charles Bourseul, Robert Hooke,Joseph Henry, Michael Faraday y Antonio Meucci:la de reproducir la voz a travs de un instrumentometlico. Bell present, el 10 de mayo de 1876, an-te la Academia de Artes y Ciencias de Boston, losfundamentos cientficos y las demostraciones desu sistema para transmitir sonidos. Con ello sur-gi el descubrimiento del telfono, logrando una

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    primera comunicacin de voz humana, a la distancia de 25 kilme-tros, entre Boston y Salem, el 12 de febrero de 1877. El mismo Bellinaugurara posteriormente la primera lnea de larga distanciaintercontinental, en 1912.

    De manera casi inmediata a su descubrimiento, se empez adesarrollar en nuestro pas la industria telefnica: el 13 de marzoen 1878, bajo el gobierno de Porfirio Daz se estableci la primeracomunicacin telefnica entre la inspeccin de Polica de la Ciudadde Mxico y la Comisara de Tlalpan (Gmez-Mont, 1992:75), a unadistancia de 16 kilmetros. El gobierno otorg concesiones para esteservicio al capital extranjero.

    La primera empresa fue la compaa Telefnica Mexicana(MEXTELCO) fundada en 1882 y dependiente de la Western ElectricTelephone Company, (que luego se transformara, el 18 de febrerode 1905, en Compaa Telefnica y Telegrfica Mexicana -MEX-TEL-), a quien el gobierno de Manuel Gonzlez le dio una concesinpor 30 aos.

    En el nuevo siglo, el gobierno de Daz otorg otra concesin por 30aos al seor Jos Sitzenstatter, en 1903, quien a su vez la ofrecia la L. M. Ericsson, de Estocolmo, Suecia. Inici as sus actividadesla compaa Mexikanska Telephonaktiebolaget Ericsson, cuyo re-presentante, Alex Bostrom, realiz el traspaso de la concesin, el 19de abril de 1905, para instalarse en Mxico, con servicio inicial para300 suscriptores a partir del primero de octubre de 1907; el nombrede esta empresa en Mxico se conoci como Teleindustria Ericssonen la primera dcada del presente siglo (Cfr. Expansin No. 471,1987:46), y venda sus servicios de manera paralela a la MEXTEL,en un esquema que continuara por varias dcadas.

    Hubo concesiones a diversas pequeas compaas regionales,pero la MEXTEL y la Ericsson se caracterizaron por sus intentos demonopolizacin del servicio a partir de los aos veinte. La MEXTELadquiri por ejemplo la Compaa Telefnica de Aguascalientes, laCa. Telefnica del Comercio de Puebla, la Ca. Telefnica Potosina,etc., para llegar a contar, a principios de esa dcada, con ms de 35plantas locales en todo el pas. Un proceso parecido tena la Ericsson,

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    que compr la Compaa Telefnica Jalisciense y otras para equipa-rarse en su crecimiento a la MEXTEL, participando en la produccinde aparatos y equipo, control, distribucin y venta del servicio.

    Aunque la industria telefnica, a diferencia del petrleo, no fueafectada por las expropiaciones del cardenismo de los treinta, aligual que la industria elctrica, s fue presionada por las polticas deCrdenas para una mayor efectividad en el servicio mediante elenlazamiento de todas las lneas telefnicas. Ello implic la coordi-nacin de las dos principales empresas, cuyo enlace para el servicionacional e internacional se llev a cabo hasta 1941.

    El 23 de diciembre de 1947 fue creada la empresa telefnica deMxico (TELMEX), al fusionarse la MEXTEL con la infraestructuray equipo de Ericsson. La telefona continuaba en manos extranjeraspero bajo otra denominacin. Posteriormente, el Estado mexicanootorg facilidades para que, el 20 de agosto de 1958, empresariosmexicanos adquirieran la totalidad de las acciones de Telfonos deMxico que estaban en poder de las dos transnacionales, la ITT y laEricsson (Voces, octubre 1982, No. 250). El capital nacional entonceslleg a controlar la empresa.

    Las comunicaciones a nivel mundial, en esa poca, sufrieron unareestructuracin con la inversin en la telecomunicacin por satli-te. Fue la etapa de la introduccin de equipos automticos quedesplazaron a los equipos de batera local. Las transnacionalesfueron dejando la telefona a travs del cable para intervenir en lanueva tecnologa de los satlites. La ITT y la Ericsson cambiaron supapel en Mxico durante la dcada de los cincuenta para convertirseposteriormente en proveedores de material y equipo electrnico deconmutacin y productos de telecomunicacin, aunque tambincontinuaron comercializando el equipo que necesitaba TELMEX,particularizando en la comunicacin por cable de cobre.

    En el sexenio del presidente Lpez Mateos, la introduccin de lasmicroondas en Mxico dio ocasin a una reestructuracin parcial enTELMEX, que afect a trabajadores en diferentes departamentos.El sistema de cableado implicaba la infraestructura de los hilosdirectos de cobre con sistema de inyeccin de aire para evitar la

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    humedad, que tenan que interconectarse tanto al interior de uncentro urbano como entre diferentes ciudades y aun a nivel de pasa pas. En las carreteras importantes de Mxico se podan observarlos postes y el cableado telefnico que posibilitaba la instalada deciudad a ciudad y de pas a pas, aunque no vari el cableado dentrode los centros urbanos.

    An en la actualidad, dentro de las ciudades, las lneas telefni-cas forman un enjambre de hilos fsicos que conectan los aparatos delos usuarios hasta las centrales de la empresa. En este enjambre hayvarias redes:

    - La troncal: es el conjunto o sistema de cables que enlazanelctricamente las centrales telefnicas dentro de la misma locali-dad y estaba dividida en grupos de 50 pares presurizados.

    - La principal o directa: sistema de cables que enlazan a la centralcon las distintas cajas de distribucin en sitios estratgicos delespacio urbano, tambin en grupos de 50 pares presurizados.

    - La secundaria: sistema de cables que conecta las cajas dedistribucin con los distintos puntos de dispersin, en postesempotrados a lo largo de las calles.

    - Existen otras denominaciones, como red subprincipal, subsecun-daria o local, que enlazan la lnea del poste al domicilio particular delusuario o puntos de distribucin internos en un edificio.

    La red de larga distancia estaba integrada por cableado areoque conectaba las diferentes ciudades del pas y por el cual erantransmitidas las llamadas que necesariamente deban hacerse pormedio de operadora. An podemos recordar aquellos postes quecorran paralelos a las carreteras y que, a partir de 1962, empezarona desaparecer junto con los trabajadores que las atendan, llegandoen 1967 a tener una distribucin de 95% en sistemas de microondasy 5% en lneas fsicas (Cliz C.A.M., en lvarez B.A., 1990:165).Fueron afectados en su empleo directo todos los telefonistas encar-gados del cableado de larga distancia y de su mantenimiento.Tambin de manera indirecta fueron afectadas las operadoras,puesto que el enlace automtico de la larga distancia en muchoscasos ya no requera de su intermediacin.

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    Los enlaces va microondas y va satlite (que tambin comenza-ron a travs de la estacin terrestre instalada en Tulancingo,Hidalgo) hicieron obsoletos los cables de cobre en la larga distancia,pero no as en los centros urbanos. La llamada de un usuario va delaparato telefnico por la red subsecundaria, secundaria y principal(a travs del cable) para llegar a la central telefnica; pero el caminode central a central en cualquier parte del pas era automtico paraconectar con el satlite a travs de la estacin de Tulancingo.

    Con el crecimiento industrial y de las ciudades, hubo una mayornecesidad del servicio telefnico que proporcionaba TELMEX y lasotras pequeas compaas. Para 1967 ya haba un milln de telfo-nos instalados: el presidente Daz Ordaz puso en servicio el telfonoun milln con una llamada, el 20 de diciembre de ese ao, a AdolfoLpez Mateos. Y este crecimiento aumentara notablemente duran-te la dcada de 1970 para llegar, en 1981, a la produccin de 8telfonos por cada 100 habitantes.

    En 1972, el gobierno decidi adquirir el 51% de las acciones deTELMEX, convirtindose en socio mayoritario de la empresa. Elcrecimiento de TELMEX se aceler. La expansin se dio tanto en elcrecimiento de las lneas instaladas, como en la progresiva absor-cin de las otras pequeas compaas telefnicas que funcionabana nivel regional. Las ltimas que fueron incorporadas a TELMEXpara convertirla en la nica que controlaba y venda el serviciotelefnico por cable fueron, a mediados de los ochenta, la compaaTele-fnica de Ojinaga, Chih. y la compaa fronteriza de Mexicali,B. C.

    2) La tecnologa digital

    A finales de los setenta, en plena expansin de la empresa, ocurrila introduccin de la tecnologa digital, que produjo una reestructu-racin total de TELMEX, a diferencia de las microondas que,durante los sesenta, haban afectado solamente al departamento delarga distancia.

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    La tecnologa digital est basada en el uso de la fibra ptica comoelemento mltiple de transmisin, en sustitucin de los cables decobre. El sistema de fibra ptica -tecnologa derivada de la inven-cin del rayo lser y experimentada a partir de los aos sesenta-revoluciona la transmisin telefnica. La fibra ptica ha tenido unenorme progreso en la ltima dcada, dejando atrs la transmisinpor conductor metlico (Cliz C. en lvarez B. A., 1990:172).

    La empresa empez a estudiar y a experimentar la digitalizacinen Mxico. TELMEX realiz un estudio entre 1977 y 1980 con lastreinta principales compaas telefnicas del mundo y con lasprincipales firmas consultoras internacionales, que arroj comoconclusin la conveniencia de basar el crecimiento de TELMEX entecnologa digital (Sols V. en El Cotidiano, No. 46, 1992:61).

    Se experiment la fibra en algunas reas de la ciudad de Mxicoy luego la primera prueba verdadera de digitalizacin (y primeratambin en Amrica Latina) en una central, en 1979. Fue el sistemadenominado Tlahuac - Milpa Alta, que inici sus operaciones el 6de septiembre de 1979, uniendo 13 municipios en una sola centralcon equipo digital. En 1980, TELMEX tom la decisin de introdu-cir la nueva tecnologa, contratando como proveedores a las empre-sas Ericsson e Indetel. En 1982 se inicia la instalacin de centralesdigitales (dem: 61).

    Fue el inicio del proceso de sustitucin de las centrales electrome-cnicas y semielectrnicas y de los cables de cobre instalados decentral a central. TELMEX convoc a un concurso de tecnologadigital en 1980, que fue ganado por Indetel y Ericsson.

    Se procedi con lentitud, pero la coyuntura del terremoto queazot la ciudad de Mxico en 1985 produjo cambios drsticos. Losproblemas surgidos por los sismos de 1985, que causaron fuertesdaos a la planta telefnica, obligaron a acelerar el Programa deDigitalizacin con los equipos que sustituyeron a los sistemasafectados (STRM, 1988: 5); en 1988 se encontraba digitalizado el10% de la planta telefnica y se proyectaba lograr el 80% de 30millones de aparatos en el ao 2000. La fibra ptica avanz rpida-mente tambin en tendidos por debajo de la tierra, tanto para

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    interconectar las centrales dentro de los centros urbanos, como paracomunicar las ciudades ms importantes, como es el enlace de13,500 kilmetros de cable de fibra ptica entre las 56 principalesciudades del pas, inaugurado en mayo de 1993.

    Con las caractersticas de la tecnologa digital (el grosor de lafibra del tamao de un cabello humano puede llegar a transmitir 4mil y ms comunicaciones simultneas), en comparacin con laslimitaciones del cable de cobre, hay las siguientes ventajas:

    - mayor precisin y velocidad en la transmisin;- uso simultneo del mismo circuito por multitud de usuarios;- se diversifican los servicios aparte de la voz;- no se reduce el volumen para los equipos;- no hay cortocircuitos;- se requiere menos personal.A pesar de las nuevas inversiones y de que las paraestatales

    mexicanas no se han caracterizado por altos rendimientos, la em-presa continu siendo muy rentable. Para poner un ejemplo espec-fico, encontramos que en 1987-88, en el periodo de mayor inflacinde la historia de Mxico, TELMEX conquist altos beneficios. Lasutilidades pasaron de poco menos de 300 mil millones de pesos en1987, a un billn 428 millones de pesos en 1988, es decir, crecieronen un 450% (Rangel P. M., 1989:7). La propia empresa as loreconoce: en 1989, la utilidad de operacin de la empresa ascendia 1.708,773 millones de pesos, cifra 85.2% superior a la de 1988... Lautilidad neta del ejercicio fue de 1.107,031 millones de pesos(TELMEX, 1991:194).

    No era un simple cambio tecnolgico, sino una verdadera rees-tructuracin: se requera del cambio de toda la infraestructuraanterior de tendidos subterrneos (de central a central y de ciudada ciudad), una sustitucin total de las centrales telefnicas analgicaspor el nuevo equipo de las digitales, un equipo humano de manteni-miento ms calificado, un uso generalizado de la computadora noslo para la comercializacin del servicio, sino para la presentacindel servicio mismo a nivel local y de una larga distancia. La

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    reestructuracin significaba, adems, una remodelacin de los pro-cesos de trabajo y cambios organizacionales de la empresa.

    3) Modernizacin y flexibilizacin

    Uno de los primeros efectos de la modernizacin en TELMEX ha sidouna mayor sustraccin de la materia de trabajo de los sindicalizadospor parte de otros trabajadores subcontratados por la misma empre-sa. El desplazamiento de los trabajadores sindicalizados se haacentuado con la llegada de la nueva tecnologa, dado que para estosequipos y labores, la empresa ha sido ms persistente en contratarterceros, generalmente a los proveedores; as, vemos que la fibraptica, las centrales digitales y el equipo de transmisin PCM, losinstalan ellos invariablemente, incluso con personal extranjero enla direccin de los trabajos (Flix E. R., en Gutirrez G. E., 1989:139).

    Los trabajadores afiliados al Sindicato de Telefonistas de laRepblica Mexicana (STRM), que cuentan con su contrato colectivofrente a TELMEX, no son todos los que laboran para la empresa. ElSTRM slo agrupaba, en 1992, a los cerca de 45 mil trabajadores quese encargan del servicio de comunicacin y del mantenimiento de lalneas en TELMEX y en una de sus filiales denominada Compaade Telfonos y Bienes Races (CTBR); pero la propia empresa hacreado a su vez otras empresas filiales con las que subcontrata larealizacin de trabajos de construccin de centrales, de excavacinde las vas subterrneas, de instalacin de los equipos y a veceshasta de su mantenimiento, desplazando a personal sindicalizado.

    Con este fenmeno, gran parte de las labores del servicio telef-nico en Mxico no dependen slo del STRM, sino de otros trabajado-res de confianza o afiliados formalmente a sindicatos de otrasempresas, o simplemente que son eventuales sin ningn derecholegal y que son contratados ex profeso para determinada obra.

    El contratismo se ha acentuado en la etapa de la tecnologadigital. Hernndez Jurez reconoca, en 1989, que eran alrededor de28,000 trabajadores los que eran utilizados por las filiales deTELMEX (Entrevista en Expansin. No. 516, 1989:57). Se advierte,

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    as, una tendencia a ir sustrayendo lentamente la materia de trabajode los sindicalizados.

    En este momento nos enfocamos solamente a las nuevas relacio-nes laborales suscitadas entre el STRM y TELMEX, a partir de laintroduccin de la nueva tecnologa. La empresa comenz unaestrategia de desprestigio del sindicato al sealarlo como principalcausante del mal servicio telefnico.

    Un hecho reconocido ampliamente en los ochenta es que elservicio telefnico en Mxico era caro y malo. Basta con sealar losproblemas ms graves: la tardanza en contestar el 02, el 05 y el 09;muy pocas quejas atendidas para su reparacin; numerosas llama-das de larga distancia acreditadas a abonados que no las reconocencomo suyas; interferencias en las llamadas con sonidos o con otrasconversaciones; abundante nmero de aparatos en la va pblica sinfuncionar.

    La empresa sealaba que la rgida relacin laboral y problemasde corrupcin en el sindicato causaban el mal servicio telefnico. Asse expresaban tambin diversas cpulas empresariales, atribuyen-do al sindicato la deficiente atencin a los usuarios. HernndezJurez reconoci esta ofensiva de TELMEX: la empresa siempreprocur situarnos todo el tiempo como los villanos: quisodescalificarnos y provocarnos (Entrevista en Expansin, No. 516,1989:44). Se quera mostrar que en los sindicalizados estaba lacausa fundamental del mal funcionamiento.

    En Marzo de 1989, TELMEX exigi claramente una modificacinde la rgida relacin laboral: la causa fundamental del deterioro delservicio telefnico se encuentra en algunas clusulas del ContratoColectivo de Trabajo y en los 57 convenios departamentales. En undocumento planteado al STRM se deca que el retraso de la empresaen introducir la nueva tecnologa se debe en gran parte a laimposibilidad de concretar respuestas giles y responsables con laorganizacin sindical (Citado en Vzquez R. P., El Cotidiano, No.31, 1989:59).

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    El contexto de la reconversin salvaje de varios contratos colec-tivos en otros sindicatos hizo vivir al STRM, a finales de los ochenta,una coyuntura muy riesgosa para su propia existencia. Se habandado ya los casos del SUTIN, de los trabajadores de AHMSA enMonclova, de Aeromxico, del cierre de Fundidora de Monterrey y deAceros de Chihuahua, la clausura del consorcio automotriz Dina-Renault, en 1986, etc.

    Con una negociacin beligerante y un proyecto autnomo frentea la modernizacin, el STRM pudo sobrevivir, mantenindose comointerlocutor frente a la empresa en la titularidad del ContratoColectivo y conservando la mayor parte de su fuerza de trabajo.

    Los telefonistas tuvieron disponibilidad para negociar manifes-tando su apoyo al proyecto de modernizacin de la empresa y almejoramiento del servicio. Los telefonistas tenemos desde hacealgunos aos muy de cerca el fenmeno de la modernizacin, cuyacaracterstica reciente es la profundidad y la celeridad del cambio yde la transformacin de las condiciones y la materia de trabajo en elramo de las telecomunicaciones (STRM, 1988:4). El STRM se suma ella, pero insistiendo en la bilateralidad de las relaciones.

    El STRM propuso la creacin de la comisin de modernizacin en1985 y pudo luego plasmar en el contrato colectivo de 1986 laimportante clusula 193, en la que la empresa se comprometi aprogramar junto con el sindicato las fases de la modernizacintelefnica y a no despedir personal. En el contexto mexicano, esto erauna conquista sorprendente.

    Los telefonistas no rehuyeron su compromiso con el mejoramien-to del servicio. Aceptaron, por ejemplo, en 1987, las medidas delPrograma Intensivo para el Mejoramiento del Servicio (PIMPES),aunque no reconocan la imputacin que TELMEX les haca sea-lndolos como los nicos responsables del psimo servicio; propusie-ron tambin un proyecto de programa alternativo de mejoras me-diante la integracin de una Comisin Mixta de Productividad.

    Pero todo este proceso culmin en la firma del Convenio deConcertacin para la modernizacin y mejoramiento del serviciotelefnico, entre TELMEX y el STRM, el 14 de abril de 1989, en

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    donde se flexibiliz el contrato colectivo de trabajo (Cfr. HernndezJ., 1991:48), afectando importantes clusulas del mismo en un aoen que no tocaba la revisin contractual.

    Por parte de los dirigentes nacionales del STRM, se recalc elgran triunfo sindical en el reconocimiento pblico de una negocia-cin bilateral entre empresa y sindicato y en la conservacin delempleo para todos los telefonistas. A cambio de ello se hicieronnumerosas concesiones.

    TELMEX y el STRM se comprometieron a tomar todas lasmedidas que se necesitaran para la modernizacin y para el mejo-ramiento del servicio. TELMEX manifestaba su decisin de nodespedir personal, pero s se adjudicaba la capacidad de reubicarlosen forma temporal o permanente; los trabajadores aceptaran lasdirectrices dadas por el personal de confianza; se suprimieron los 57convenios departamentales, que fueron sustituidos por los perfilesde puestos, y se integr un tabulador con 40 niveles.

    En relacin a la modernizacin, la negociacin de 1989 concedial STRM tan slo el derecho de ser informado de los planes demodernizacin, pero no a programar conjuntamente las fases. Estoltimo, sin embargo, tuvo cierta variacin en el contrato colectivo de1990, con la formacin de la comisin mixta (entre empresa ysindicato) de productividad, como lo estableci la clusula 195.

    Los acuerdos ms importantes del Convenio de 1989, aceptadospor el sindicato despus de una consulta nacional, fueron los si-guientes:

    - Los trabajadores se obligan a cumplir con los perfiles de puestoque sustituyen los 57 convenios departamentales; desaparecieron585 categoras de puestos de trabajo y niveles salariales para llegara 134 categoras en 31 especialidades.

    - Contratacin de nuevo personal slo de acuerdo a la productivi-dad y necesidades del servicio.

    - Movilidad temporal o permanente de los trabajadores entredepartamentos o traslado a otros puntos del pas de acuerdo a lasnecesidades de produccin.

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    - Creacin de la Comisin Mixta de Productividad en las tareasde capacitacin y adiestramiento.

    - La obligacin de la empresa a informar al sindicato sobre loscambios tecnolgicos slo para efectos de difusin y capacitacin,asumiendo ella la responsabilidad de los diagnsticos, programas ymedidas en el mejoramiento del servicio.

    - Se seala la obligacin de los sindicalizados de obedecer lasdisposiciones y las cargas de trabajo que dicte el personal deconfianza, quien supervisar todas sus labores.

    Francisco Hernndez Jurez admita la realidad de los cambiosdelicados en el Contrato colectivo, pero prefiri enfatizar los logros:Defendimos tres aspectos fundamentales: que no hubiera mutilacindel contrato colectivo, que no hubiera reajuste de personal y que nose afectara al sindicato. Las tres cuestiones se cumplieron y creo quesa fue una de las razones por las cuales mis compaeros decidieronaceptar los trminos del convenio (Hernndez J., Expansin, No.516, 1989:56).

    El presidente Salinas de Gortari dijo claramente a los telefonis-tas, despus de la firma del Convenio de Concertacin, lo que habaestado en juego en la negociacin: Tal como estaba, con la estructu-ra que tena, la empresa no era viable. Ustedes, con el acuerdo quehan logrado, han salvado sus fuentes de trabajo (Citado en Expan-sin, No.516, 1989:44). La otra perspectiva hubiera sido el cierre dela empresa y la desaparicin del sindicato. Parece quedar claro eneste conflicto tambin que, dada la agresividad del TELMEX y denumerosas organizaciones patronales en contra del sindicalismo, laintervencin del Presidente de la Repblica en un intento de conci-liacin fue definitoria: la empresa acept sentarse a negociar con elsindicato.

    La alternativa de un rechazo a la modernizacin hubiera sido unsuicidio para el sindicato. Otra opcin para los sindicatos ha sido, dehecho, la aceptacin obligada de la reestructuracin de las empre-sas, tratando de sostener en lo posible la fuente de trabajo; hayalgunas organizaciones laborales que, junto a la defensa del empleo,han tratado de intervenir directamente en la modernizacin para

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    ser corresponsables en la productividad y sacar mayores beneficiospara sus agremiados.

    Esta ltima opcin escogi el sindicato ante la digitalizacin deTELMEX; se nos presentaba una disyuntiva que obligaba a tomaruna decisin: por un lado, oponernos a resistir este proceso, con loque la organizacin sindical quedaba al margen de la atencin deesta nueva tecnologa y disminuida paulatinamente ante la apari-cin de nuevas empresas y concesionarios de los nuevos servicios.Por otro lado, el de integrarnos al proceso y luchar por una partici-pacin equitativa que garantizara, entre otras cuestiones, la perma-nencia y el crecimiento de la organizacin sindical (STRM, 1988:5).

    Con esta posicin, el sindicalismo mexicano podra dar el trnsitoa una nueva fase: sin oponerse a la modernizacin, sin quedar sloa la defensiva de la fuente de trabajo, elaborando un programapropio de participacin activa en cada uno de los procesos de cambio.Creemos y confiamos que el sindicalismo puede y debe ser partcipede la modernizacin, y que se trata esta participacin de unatendencia poltica acertada que permitir acceder a una nuevaetapa histrica del desarrollo del sindicalismo mexicano (HernndezJ. F., 1990).

    4) La privatizacin

    La firma del Convenio de Concertacin slo fue una etapa prepara-toria para el proceso de privatizacin de la empresa estatal. Lastendencias generales sobre las privatizaciones iban a abarcar tam-bin en la comunicacin telefnica. A pesar de la tradicin mexicanasobre la propiedad del Estado en reas estratgicas de la economa,se empez a presentar el caso de TELMEX como una privatizacinindispensable -por la situacin de ineficiencia- y como algo normaly acorde a la tendencia general en Amrica Latina, como se mostren esos aos: TELMEX no es la primera ni la ltima compaatelefnica que se ha privatizado en Amrica Latina. Chile fue elprimer pas de la regin en llevar a cabo la desincorporacin deENTEL y CTC en 1988. Mxico y Argentina le siguieron a finales de

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    1990 y Venezuela en 1991. Otros pases de la regin que privatizaronel servicio telefnico incluyen a Jamaica, Bermuda, San Kitts yBelice. Uruguay, Per y Costa Rica han ya iniciado dicho proceso(Barrera H., 1992).

    Los aires de la privatizacin se estaban acercando a TELMEX enla dcada de los ochenta, aunque con las reservas de una tradicinque consideraba a las telecomunicaciones como un rea estratgicade la economa y por tanto reservada al control estatal. Sectores dela iniciativa privada -entre los cuales sobresali Televisa- y diversosfuncionarios de TELMEX, durante 1987 y 1988, empezaron amanifestar la necesidad de control de la iniciativa privada sobre lostelfonos, a pesar de que en s misma la empresa estatal de TELMEXera exitosa en su nivel de ganancias y por tanto no tena necesidadde subsidios.

    La propuesta de la privatizacin se sustentaba en dos hechos:primero, las grandes deficiencias de la comunicacin telefnicanacional, que provocaban un reclamo unnime no slo de las empre-sas sino de la poblacin en general; segundo, la necesidad de capitalurgente para instrumentar la modernizacin digital, dado que elEstado se mostraba carente de recursos para tan cuantiosa inver-sin (alrededor de 10 mil millones de dlares).

    El Presidente de la Repblica dio el anuncio oficial de la oferta deTELMEX a la iniciativa privada, en una asamblea general delSTRM, el 18 de septiembre de 1989. El convenio de abril de esemismo ao haba significado, en la prctica, una precondicin clavepara la venta que el gobierno hizo de la empresa en 1990 (Dubb S.,1992).

    En el caso de TELMEX, se estaba cumpliendo una de las reco-mendaciones bsicas de Pedro Aspe para diversos casos deprivatizacin: Puede resultar recomendable reestructurar las gran-des empresas y compaas del sector pblico en sectores importan-tes, antes de privatizarlas (Aspe A. P., 1993:174). El cambioprincipal haba sido la desaparicin de los 57 convenios departa-mentales para consolidar uno solo en una relacin laboral msflexible.

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    Despus del convenio de concertacin de marzo se haba idoanunciando el estudio oficial sobre la privatizacin de la empresa. Amediados de 1989, en medio de la ola privatizadora de la economay tras la campaa general de desprestigio hacia la paraestatal,comenz el debate de la desincorporacin. El presidente CarlosSalinas de Gortari seal entonces que TELMEX no poda seguirsiendo ineficiente y dio instrucciones a la Secretara de Comunica-ciones y Transportes para definir el destino de la empresa: venderlas acciones pertenecientes al Estado (Expansin, No. 559, 20febrero 1991:41).

    El 20 de septiembre de 1989, el Secretario de Comunicaciones yTransportes, Andrs Caso, ofreci una conferencia de prensa paradefinir el tema de la desincorporacin de TELMEX con el objeto deque la indispensable expansin y modernizacin... se realice con losrecursos internos que genera el servicio de la propia empresa ymediante inversin privada (SCT, 1989). Explicit la necesidad de10 mil millones de dlares para la modernizacin, de los cuales 7 milmillones seran aportados por la propia empresa, mientras que losotros 3 mil millones de dlares los invertiran empresarios privados.

    El gobierno mantendra su presencia en la definicin del marcoregulatorio de la empresa y en la supervisin de la operacin, y leotorgaba a TELMEX un nuevo ttulo de concesin con vigencia de 30aos revisable cada cinco. El convenio inclua el servicio pblicotradicional de telefona local y larga distancia nacional e internacio-nal, y tambin el servicio pblico de conduccin de seales de voz,sonidos, datos y textos, entre otros, a travs del nuevo sistema deredes digitales y radiotelefona celular, en interconexin con elsistema de satlites del gobierno federal; l sealaba explcitamenteque podra tambin conceder permisos y concesiones a otras empre-sas en competencia con TELMEX, pero atendiendo a dos factoresfundamentales: el servicio eficiente del usuario y el equilibriofinanciero de Telfonos de Mxico (SCT, 1989).

    En la intencin gubernamental se pretenda garantizar tambinlos derechos de los trabajadores, entendidos stos segn el conveniode concertacin para la modernizacin firmado en abril anterior.

    Telfonos de Mxico: modernizacin, privatizacin...

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    Prometa, adems, que se promovera la investigacin tecnolgica eindustrial, y que el monto de la inversin extranjera (que en esemomento era del 25%) en ningn caso excedera el 49% del total, conel objeto de que el control mayoritario lo tuvieran los mexicanos.

    Se explicitaron cinco criterios bsicos para el proceso de privati-zacin: respeto a los derechos de los trabajadores; TELMEX seguirabajo el control de mexicanos; los nuevos dueos se comprometan aincrementar la calidad y cobertura del servicio; se garantizaba elincremento sostenido de la red; se reforzara la investigacin.

    Se hicieron promesas especficas en relacin a los planes deexpansin de la telefona y la mejora del servicio a los consumidores:un crecimiento anual de 12% entre 1990 y 1994; llegar a instalar,para 1994, 2 casetas pblicas por cada 100 habitantes; bonificar a losabonados la cuota correspondiente en caso de interrupcin delservicio mayor de 72 horas consecutivas; arreglar, a partir de 1991,el 99% de las lneas descompuestas en menos de tres das; un 85%de las llamadas a las operadoras sern contestadas en menos de 10segundos a partir de 1991; las lneas descompuestas no representa-rn en 1994 ms del 0.5%; hacer crecer el servicio comercial en 15%anual y el residencial en 10% anual; tener convertidas en digitales,en cinco aos, por lo menos el 50% de las centrales locales y el 65%de la red troncal; digitalizar, tambin en 5 aos, 8,500 kilmetros dered de microondas e instalar 3 mil kilmetros de fibra ptica a lolargo del pas.

    Con estas condiciones y compromisos se abri la oferta de accio-nes de TELMEX, repitiendo en diferentes ocasiones que los empre-sarios privados que participen en la empresa debern contar con laseguridad jurdica y con un esquema financiero que les permita larecuperacin de la inversin y un margen razonable de utilidades(SCT, 1989).

    El 9 de diciembre de 1990, despus de la subasta pblica, la SHCPnotific pblicamente que el 20.4% del capital social de TELMEX(Acciones AA), que hacan posible tener el control sobre toda laempresa, por un valor total de 1,757.6 millones de dlares, fueadquirido por el Grupo Carso (con el empresario Carlos Slim Hel

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    a la cabeza), France Cable and Radio (filial de la France Telecomm)y Southwestern Bell (de Estados Unidos). El gobierno conserv 187millones de acciones de la serie A para quedarse con el 4.4% delmismo.

    Posteriormente, en mayo de 1991, como segunda fase del procesode privatizacin, se colocaran 1,500 millones de acciones L, en 14bolsas de valores en diversos pases del mundo. La fase ltima delproceso de privatizacin se complet hasta el 11 de mayo de 1994cuando el gobierno federal, a travs de Nacional Financiera, conclu-y la colocacin de bonos de conversin obligatorios en acciones deTELMEX, que fueron las posteriores acciones en manos del gobierno(Exclsior, 12 de mayo de 1994).

    El capital privado no iba a salvar a una empresa en quiebra,porque TELMEX no era una empresa onerosa para el Estado.Aunque ineficiente en muchos de sus servicios, tuvo grandes ganan-cias tanto en la dcada de los setenta como en los ochenta, siendo laprimera empresa ms cotizada en la Bolsa Mexicana de Valores conlos nmeros ms sobresalientes en 1990 entre todas las empresasque cotizan en la bolsa (Cfr. Barrera H., 1991; Antonio Prez Simn,en Expansin, 1991:30). Adems de haber funcionado siempre connmeros negros, TELMEX se ha distinguido en los ltimos aos(1988-1991) por mantener una elevada tasa de ganancia, que serefleja en el incremento de las utilidades netas obtenidas duranteeste periodo (CILAS, en La Jornada, 28 de mayo de 1992).

    La lgica de la privatizacin en este caso apunta ms a latendencia, ya manifiesta en los pases industrializados, dedesregulacin de la economa en un mbito que ya se sita comoestratgico para la produccin mundial. En este sentido, el modeloeconmico mexicano de apertura comercial y basado en la atraccinal capital extranjero exiga mayor eficiencia en las comunicaciones,no tanto en beneficio del pblico consumidor ordinario, sino de losllamados grandes usuarios que demandaban servicios ms avan-zados y rpidos, mejores y ms diversificados (en Mxico, losprimeros demandantes fueron la Banca Nacional, la industriamaquiladora y en general las grandes industrias exportadoras).

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    El sustento de este planteamiento estaba en la inconformidadmanifiesta de la poblacin, atizada por los medios de comunicacin,debido a los altos costos de un mal servicio continuo; aunado a estoestaba la afirmacin tajante del gobierno de carecer de los recursoscuantiosos y necesarios para la introduccin de la fibra ptica en elproceso de modernizacin, cuando, segn el mensaje claro de CarlosSalinas, las telecomunicaciones se convertan en la piedra angulardel programa para modernizar la economa de Mxico (Cfr. ElFinanciero. 15 de octubre de 1987).

    A pesar de haberse opuesto en aos anteriores a la posibilidad dela privatizacin, el comit nacional del STRM lleg a aceptarla,sobre todo a partir de la decisin explcita del Presidente de laRepblica. Adems, los cambios reales en la flexibilizacin deltrabajo se haban dado ya en el convenio de abril de 1989, en dondeexista el compromiso de reconocer al sindicato nacional y demantener al personal empleado. Hay que considerar adems que elcontrato colectivo del 90, ya en pleno proceso de privatizacin (laventa se realiz en diciembre de ese ao), volvi a modificar de nuevovarias clusulas del contrato colectivo, pero varias de ellas enbeneficio de los sindicalizados, devolviendo mayor bilateralidad a larelacin laboral. Para esta coyuntura ayud mucho la remocin deldirector de TELMEX, Joaqun Muoz Izquierdo, quien fue sustitui-do, en octubre de 1989, justo despus del anuncio oficial de la desin-corporacin, por Alfredo Baranda Garca; el nuevo director lleg apermitir mayor injerencia del sindicato en el proceso de moderniza-cin, pero manteniendo la flexibilizacin laboral ya pactada.

    El gran triunfo del sindicato es la continuacin de su existencia,conservando la mayor parte de sus trabajadores empleados (con unsalario entre los mejores dentro del mundo sindicalizado) y mante-niendo la titularidad del contrato colectivo. Dada la agresividad delos empresarios neoconservadores y de la poltica antisindical delgobierno, el STRM conserv la unidad sindical, la fuente de trabajoy continu siendo interlocutor ante TELMEX y ante el Estado engeneral.

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    La condicin para una negociacin ms o menos equilibrada en elperiodo de la modernizacin, sin embargo, est en la existencia deuna organizacin sindical autnoma con normas mnimas de demo-cracia electoral y una cierta participacin de las bases de trabajado-res; en palabras de Bensusn y Len, ello permiti ejercer unaverdadera bilateralidad en la negociacin para resguardar lascondiciones de trabajo y el nivel del empleo, conservando en buenamedida los espacios sindicales para intervenir en la instrumentacinde los cambios vinculados a la modernizacin econmica (Bensusany Len, 1990:17).

    En este sentido, sin negar las grandes limitaciones que les trajoel convenio de concertacin, su posicin poltica ante la moderniza-cin sigue siendo el posible paradigma para un nuevo sindicalismoen Mxico, con un salario relativamente bueno dentro del mundo delos sindicalizados, ms representativo ante sus bases y ante susinterlocutores, pero tambin colaborador en la elevacin de laproductividad y mejoramiento de los servicios, conservando laalianza histrica con el Estado.

    Al interior de la empresa privatizada y con gran significado parael sindicalismo nacional, el STRM pudo subsistir como sindicatobeligerante, sin recorte drstico de su personal, con un importanteprograma de capacitacin para el mantenimiento de la nuevatecnologa digital, con una injerencia limitada en el proceso demodernizacin y con importantes reivindicaciones econmicas y deprestaciones en comparacin con el resto de mexicanos sindicalizados.Parte del precio que se tuvo que pagar por ello se encuentra en unareal flexibilizacin de las relaciones laborales con mayor intensidaden el trabajo y en cierta dependencia poltica hacia la figura delPresidente de la Repblica. El saldo global, sin embargo, aparecepositivo para los telefonistas, aunque la repercusin expansiva deeste nuevo tipo de sindicalismo contina siendo bloqueada por elcorporativismo tradicional.

    Telfonos de Mxico: modernizacin, privatizacin...

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