tema 1 procesal penal Uc3m

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1.-Principios del proceso, principios del procedimiento. El proceso penal funciona precisamente como el elemento de cierre de la lucha contra la criminalidad y de las medidas de política criminal de diversa índole que deben adoptar los poderes públicos. En la percepción ciudadana el proceso penal sirve esencialmente como respuesta a la delincuencia, sancionando con una pena las conductas que lo merezcan. Pero no se agotan así los fines que el proceso penal debe cumplir, pues el delito es manifestación de un conflicto jurídico que deriva de un acto ilícito, no autorizado por el Derecho, que concierne a quien lo comete, y que también afecta a quien lo padece; desde este punto de vista, el proceso penal ha de dar cumplida respuesta y solución a este conflicto de doble dimensión: el que se plantea entre el delincuente y la sociedad, y el que surge entre el agresor y el agredido. 1. El sistema penal como instrumento de control social y de respuesta a la delincuencia El conjunto de normas que conforman la justicia

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Resumen del manual de Moreno Catena

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1.-Principios del proceso, principios del procedimiento.

El proceso penal funciona precisamente como el elemento de cierre de la lucha contra la criminalidad y de las medidas de poltica criminal de diversa ndole que deben adoptar los poderes pblicos. En la percepcin ciudadana el proceso penal sirve esencialmente como respuesta a la delincuencia, sancionando con una pena las conductas que lo merezcan. Pero no se agotan as los fines que el proceso penal debe cumplir, pues el delito es manifestacin de un conflicto jurdico que deriva de un acto ilcito, no autorizado por el Derecho, que concierne a quien lo comete, y que tambin afecta a quien lo padece; desde este punto de vista, el proceso penal ha de dar cumplida respuesta y solucin a este conflicto de doble dimensin: el que se plantea entre el delincuente y la sociedad, y el que surge entre el agresor y el agredido.

1. El sistema penal como instrumento de control social y de respuesta a la delincuenciaEl conjunto de normas que conforman la justicia penal debe permitir un control de la criminalidad que resulte socialmente asumible y, al propio tiempo, servir como respuesta punitiva de esas conductas que aparecen como intolerables para el conjunto de la sociedad.La amenaza del Derecho penal no puede comprender la sancin de cualquier desviacin de la ley, de modo que no todo acto ilcito debe merecer una pena. Por eso, tomando en consideracin los propios fines y objetivos que pueden alcanzarse con el Derecho penal, cabe sostener en la actualidad la vigencia del principio de intervencin mnima, de forma que slo cuando resulte afectado un bien jurdico esencial para el comn sentir de la sociedad (la vida, la integridad fsica, la libertad, la dignidad...) resultara legtima la respuesta penal.Resulta claro que la criminalidad puede presentar grados muy diferentes en la lesin de bienes jurdicos, de modo que la respuesta represiva ha de diferenciarse y adecuarse a la gravedad de cada delito y, por eso mismo, las penas deben guardar la oportuna proporcin con la entidad del bien que se protege, con la lesin producida, con el modo en que la infraccin se ha cometido y con las circunstancias del responsable.

2. Los fines de la penaEn la actualidad el catlogo penolgico se ha incrementado notablemente, de modo que, manteniendo la pena de prisin y acomodando a las circunstancias del penado la sancin econmica, se regulan adems otras penas diferentes, como la pena de trabajos en beneficio de la comunidad, que puede presentar modalidades muy diversas.Con todo eso, el legislador puede manejar un amplio abanico de posibilidades y adecuar con mayor precisin las sanciones a cada concreta infraccin delictiva, pues as se puede enfocar mejor el cumplimiento de los fines que se atribuyen a la sancin penal que trasciende del propio castigo.

3. La reparacin de las vctimasCuando se trata de quien ha sido ofendido o perjudicado por el hecho delictivo, la ley procesal hubo de dar un paso ms y reconocerle un status procesal propio; as, no slo se le da noticia de la existencia del procedimiento, ofrecindole la posibilidad de comparecer como parte activa (art. 109), sino que desaparecen alguna de las restricciones establecidas para el ejercicio de la accin popular, como la prestacin de fianza (art. 281), y la vctima puede mostrarse parte en el proceso sin necesidad de querella (art. 761.2); incluso desde la Ley 30/1995. de 15 de diciembre, se debe comunicar a la vctima cualquier circunstancia del proceso, y especialmente su finalizacin, aunque no se haya personado como parte (arts. 785.3 y 791.2).Ahora bien, la posibilidad legal de intervenir como parte en el proceso no siempre satisface el derecho de las vctimas; la intervencin les impone una carga muy importante, tambin en trminos econmicos, puesto que la comparecencia en el proceso ha de hacerse con abogado y procurador, profesionales que cobran honorarios a veces elevados, que satisface el Estado slo en el caso de que la vctima que pretende actuar en el proceso carezca de recursos econmicos suficientes. Por eso, desde siempre se ha encomendado al Ministerio Fiscal la legitimacin por sustitucin de la vctima en el proceso penal, y la LECrim, salvo que el ofendido o perjudicado renunciara a la accin civil, o la reservara para ejercitarla l mismo en un proceso civil posterior (art. 112), le exige al acusador pblico que ejercite, junto con la accin penal (art. 105), tambin la civil (art. 108), para obtener la reparacin de las consecuencias daosas del hecho a favor de la vctima, logrando la devolucin de la cosa, el resarcimiento de los daos o la indemnizacin de los perjuicios.36VCTOR MORENO CATENA

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Ms especficamente, el art. 773.1 encomienda al Ministerio Fiscal el deber de velar por la proteccin de los derechos de la vctima y de los perjudicados por el delito. Por tanto, al Ministerio Fiscal no slo no le est permitido desentenderse de las vctimas, sino que ha de adoptar una postura proactiva, ordenando su actuacin con la mirada puesta en la mejor defensa de sus intereses, para instar la reparacin total cuando acusa, pero tambin para lograr la mejor solucin para la vctima cuando logra la conformidad del acusado con su escrito de acusacin.Cuando las actuaciones se inician en el Juzgado de Instruccin, o una vez que se recibe all el atestado, el secretario judicial deber informar de sus derechos al ofendido y al perjudicado, aunque ya lo hubiera hecho la polica, instruyndoles muy especialmente de las medidas de asistencia a las vctimas que prev la legislacin vigente (art. 776; es decir, de los derechos previstos en la Ley 35/1995, de 11 diciembre, de ayudas y asistencia a las vctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual, o en otras normas sectoriales, como cuando se trate de delitos de terrorismo, as como de las medidas asistenciales que proporcionan las diferentes Administraciones Pblicas).Cuando el juez instructor considere que los hechos no son constitutivos de infraccin penal, o que no aparece suficientemente justificada su perpetracin, y acuerde el sobreseimiento, debe notificar esta resolucin a quienes pudiera causar perjuicio, aunque no se hayan mostrado parte en la causa (art. 779.1.1).Finalmente, como dispone el art. 782.2, si el MF solicitara el sobreseimiento de la causa y no se hubiera personado un acusador particular dispuesto a sostener la acusacin, antes de acordar el sobreseimiento, el juez de instruccin podr ordenar que se haga saber esta pretensin a los directamente ofendidos o perjudicados conocidos que no se hubieran personado, para que dentro del plazo mximo de quince das comparezcan a defender su accin si lo consideran oportuno.

4. La garanta de los derechos del imputado en el procesoDesde su consideracin como una parte del proceso, el imputado tiene derecho a su defensa, lo que se traduce en un haz de derechos instrumentales que van desde el derecho a conocer que se est siguiendo un proceso contra l, al derecho a intervenir activamente en el proceso o adoptar una actitud pasiva, segn considere convenirle, o al derecho a recurrir la resolucin desfavorable.La mera imputacin extraprocesal confiere una serie de derechos de defensa, que deben ser escrupulosamente respetados: el derecho a conocer que se est siguiendo una investigacin que le apunta como presunto responsable y el derecho a la asistencia de abogado (art. 17.3 CE), derechos que se le deben garantizar tambin en las investigaciones policiales o en las que desarrolle el Ministerio Fiscal, permitindole intervenir en ellas, con independencia de su resultado final. Para superar el proceso penal inquisitivo, que en su forma ms aguda y radical representa la situacin de una persona que se sabe sometida a un proceso pero ignora de qu se le acusa, un elemento capital del moderno proceso penal es el derecho a ser informado de la acusacin en todo momento: de esta manera se evitan las inquisiciones generales y se impide la actuacin secreta e ignorada del aparato estatal, que pudiera durar indefinidamente, y mantener viva la sospecha sobre el investigado, para luego caer sobre l. En el proceso inquisitivo el instructor inquira sin comunicar lo que buscaba, y poda interrogar a un sospechoso sin hacerle saber de qu y por qu sospechaba de l; muchas veces no se le interrogaba porque se presumiera que haba cometido un hecho delictivo, sino para saber si haba hecho algo.De la imputacin se debe informar inmediatamente, sin que sea legtimo ningn gnero de demora; la comunicacin de la imputacin no puede retrasarse ms de lo indispensable, y no puede impedirse al imputado intervenir en el procedimiento. La comunicacin de la imputacin consistir en darle a conocer, de modo que le sea comprensible, todos y cada uno de los hechos delictivos que se le atribuyen y estn siendo investigados, el sentido de la instruccin y las posibles consecuencias del proceso penal, ilustrndole de forma suficiente para poder defenderse con eficacia, lo que comprende al propio tiempo la ilustracin acerca de todos los derechos que integran la defensa (STC 186/1990).Frente al derecho a la acusacin se reconoce un derecho de signo contrario: el derecho del acusado a articular una adecuada defensa, a repeler esta agresin que pone en cuestin sus bienes jurdicos ms importantes, entre ellos, su libertad, derecho de defensa que opera como factor de legitimidad de la acusacin y de la sancin penal.Adems, el derecho de defensa se traduce en una serie de derechos instrumentales, tambin de rango constitucional: derecho a la asistencia de abogado, a la utilizacin de los medios de prueba pertinentes, a no declarar contra s mismos y a no confesarse culpable (art. 24.2). 38VCTOR MORENO CATENA

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5. La responsabilidad penal de las personas jurdicasEl legislador penal espaol decidi, a travs de la LO 5/2010, de modificacin del Cdigo penal, incorporar al mismo la responsabilidad penal de las personas jurdicas. Sin embargo, el CP no modifica ni la definicin de delito como las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley (art. 10), ni el principio de responsabilidad subjetiva del art. 5 (no hay pena sin dolo o imprudencia).El Cdigo penal no reconoce a las personas jurdicas una responsabilidad por hecho propio, sino una responsabilidad por transferencia de las acciones u omisiones de la persona fsica que vaya intervenido como su representante, administrador o dependiente, actuando sin el debido control de la entidad, aunque las actuaciones de las personas intervinientes no hayan sido castigadas. Sin embargo, la estructura penal es una estructura de responsabilidad de las personas jurdicas propia y autnoma, por los delitos cometidos en su nombre o por su cuenta y en su provecho por sus representantes, administradores o apoderados (dolo organizativo directo) o por personal sometido a la autoridad de stos por falta del debido control (dolo organizativo indirecto).