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TEMA 3. DERECHOS HUMANOS: UNIVERSALIDAD, INDEPENDENCIA Y MECANISMOS DE PROTECCIÓN. RESUMEN Y OPINIÓN TEMA 3. Vídeo. Apuntes 08/05/2012 ABP. Aprendizaje Basado en Problemas El proceso de aprendizaje con ABP Las diferencias entre el aprendizaje tradicional y el ABP se presentan en el siguiente gráfico de forma esquemática. Básicamente, la diferencia fundamental está en el carácter lineal del proceso de aprendizaje que se genera en el primero y el carácter cíclico del segundo. En el aprendizaje tradicional, la identificación de necesidades de aprendizaje y la exposición de conocimientos está a cargo del profesor (tiene principio y fin en la actividad docente). En el ABP, el alumno adquiere el máximo protagonismo al identificar sus necesidades de aprendizaje y buscar el conocimiento para dar respuesta a un problema planteado, lo que a su vez genera nuevas necesidades de aprendizaje. Morales y Landa (2004) establecen que el desarrollo del proceso de ABP ocurre en ocho fases: 1. Leer y analizar el problema: se busca que los alumnos entiendan el enunciado y lo que se les demanda 2. Realizar una lluvia de ideas: supone que los alumnos tomen conciencia de la situación a la que se enfrentan. 3. Hacer una lista de aquello que se conoce:implica que los alumnos recurran a aquellos conocimientos de los que ya disponen, a los detalles del problema que conocen y que podrán utilizar para su posterior resolución. 4. Hacer una lista con aquello que no se conoce: este paso pretende hacer consciente lo que no se sabe y que necesitarán para resolver el problema, incluso es deseable que puedan formular preguntas que orienten la resolución del problema.

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TEMA 3. DERECHOS HUMANOS: UNIVERSALIDAD, INDEPENDENCIA Y MECANISMOS DE PROTECCIÓN.

RESUMEN Y OPINIÓN TEMA 3. Vídeo.

Apuntes 08/05/2012

ABP. Aprendizaje Basado en Problemas

El proceso de aprendizaje con ABP

Las diferencias entre el aprendizaje tradicional y el ABP se presentan en el siguiente gráfico de forma esquemática. Básicamente, la diferencia fundamental está en el carácter lineal del proceso de aprendizaje que se genera en el primero y el carácter cíclico del segundo. En el aprendizaje tradicional, la identificación de necesidades de aprendizaje y la exposición de conocimientos está a cargo del profesor (tiene principio y fin en la actividad docente). En el ABP, el alumno adquiere el máximo protagonismo al identificar sus necesidades de aprendizaje y buscar el conocimiento para dar respuesta a un problema planteado, lo que a su vez genera nuevas necesidades de aprendizaje.

Morales y Landa (2004) establecen que el desarrollo del proceso de ABP ocurre en ocho fases:

1. Leer y analizar el problema: se busca que los alumnos entiendan el enunciado y lo que se les demanda

2. Realizar una lluvia de ideas: supone que los alumnos tomen conciencia de la situación a la que se enfrentan.

3. Hacer una lista de aquello que se conoce:implica que los alumnos recurran a aquellos conocimientos de los que ya disponen, a los detalles del problema que conocen y que podrán utilizar para su posterior resolución.

4. Hacer una lista con aquello que no se conoce: este paso pretende hacer consciente lo que no se sabe y que necesitarán para resolver el problema, incluso es deseable que puedan formular preguntas que orienten la resolución del problema.

5. Hacer una lista con aquello que necesita hacerse para resolver el problema: los alumnos deben plantearse las acciones a seguir para realizar la resolución.

6. Definir el problema: se trata concretamente el problema que van a resolver y en el que se va a centrar

7. Obtener información: aquí se espera que los alumnos se distribuyan las tareas de búsqueda de la información

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8. Presentar resultados: en este paso se espera que los alumnos que hayan trabajado en grupo estudien y comprendan, a la vez que compartan la información obtenida en el paso 7, y por último que elaboren dicha información de manera conjunta para poder resolver la situación planteada.

LA INFANCIA AMENAZADA

LA INFANCIA AMENAZADA

El último informe de la UNICEF —Estado mundial de la infancia 2005— pone los pelos de punta: mil millones de niños y niñas sufren a causa de una o más formas de privación extrema. El estudio concluyó que más de 1.000 millones de niños y niñas –más de la mitad de toda la población infantil de los países en desarrollo– sufren por lo menos una forma de privación grave. El hecho de que uno de cada dos niños esté privado incluso de las mínimas oportunidades en la vida es un dato alarmante.

Además, utilizando estos criterios, el estudio concluyó que alrededor de 700 millones de niños y niñas sufren dos o más formas de privación grave.

Privación de nutrición: Más de un 16% de los menores de cinco años de los países en desarrollo sufren desnutrición grave. Cerca de la mitad de estos 90 millones de niños y de niñas viven en Asia meridional. Muchos de estos niños y niñas sufren anemia, están débiles y son vulnerables a la enfermedad; la mayoría de ellos tenían ya bajo peso al nacer; algunos de ellos confrontarán problemas de aprendizaje si alguna vez acuden a la escuela. Probablemente, seguirán siendo los más pobres de los pobres durante todas sus vidas.

Privación de agua: Alrededor de 400 millones de niños y niñas –un promedio de uno de cada cinco niños en los países en desarrollo– carecen de acceso al agua potable. La situación es especialmente grave en África subsahariana: allí, en países como Etiopía, Rwanda y Uganda, cuatro de cada cinco niños utilizan aguas superficiales o tienen que caminar más de 15 minutos para encontrar una fuente de agua protegida. Las tasas de privación grave de agua son considerablemente mayores en las zonas rurales (27%) que en las urbanas (7%). La falta de agua potable es una de las principales causas de enfermedad, pero también afecta la productividad del niño y su asistencia a la escuela. Los niños y las niñas –especialmente estas últimas– que tienen que caminar grandes distancias en busca de agua sufren a menudo una prohibición de hecho de acudir a la escuela.

Privación de saneamiento: Uno de cada tres niños en el mundo en desarrollo –más de 500 millones de niños y niñas– carece completamente de acceso a instalaciones de saneamiento; de nuevo, este problema es especialmente grave en las zonas rurales. Sin acceso al saneamiento, el riesgo que corren los niños y las niñas de contraer enfermedades aumenta de manera considerable, poniendo aún más en peligro sus posibilidades de

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supervivencia y reduciendo a menudo la posibilidad de aprovechar plenamente su escolarización. Por ejemplo, millones de niños y niñas en edad escolar están infectados por parásitos intestinales que, según todos los estudios, perjudican la capacidad de aprender.

Privación de salud: Alrededor de 270 millones de niños y niñas, o poco más de un 14% de toda la población infantil de los países en desarrollo, no tiene acceso a los servicios de salud. En Asia meridional y África subsahariana, uno de cada cuatro niños no recibe ninguna de las seis vacunas principales o carece de acceso a tratamiento si sufre de diarrea.

Privación de vivienda: Más de 640 millones de niños y niñas de los países en desarrollo sufren una privación grave de vivienda, siendo los que viven en África subsahariana los más afectados. Sin embargo, la falta de acceso a una vivienda adecuada está también generalizada en Asia meridional, Oriente Medio y África del Norte; en esta última región, los niños y niñas de las zonas rurales tienen cuatro veces más probabilidades de carecer de vivienda que sus coetáneos de las zonas urbanas.

Privación de educación: Más de 140 millones de niños y niñas de los países en desarrollo –un 13% de aquellos que tienen de 7 a 18 años– no han acudido nunca a la escuela. Esta tasa es de un 32% entre las niñas en África subsahariana, donde un 27% de los niños tampoco acuden a la escuela, y un 33% entre los niños y niñas de las zonas rurales de Oriente Medio y África del Norte. La diferencia en materia de género es mayor en esta última región, donde un 34% de las niñas y un 12% de los niños nunca han acudido a la escuela. En Asia meridional, estos porcentajes son de un 25% y un 14% respectivamente, lo que contribuye de manera considerable a la desventaja mundial general que sufren las niñas. En todo el mundo, un 16% de las niñas y un 10% de los niños no acuden en ningún momento a la escuela.

Privación de información: Más de 300 millones de niños y niñas en los países en desarrollo carecen de información y no tienen acceso a la televisión, la radio, el teléfono o los periódicos. Sin acceso a la información, los niños y las niñas carecen de educación en el sentido más amplio, incluidos los mecanismos que les permiten estar informados sobre sus derechos y oportunidades, así como su capacidad para participar de manera efectiva en la sociedad.

DERECHOS HUMANOS

DERECHOS DEL NIÑO

NOTICIAS: <<Educación y Derechos Humanos: desde la Reforma Constitucional>>Raúl Arroyo. 2012-05-07.

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Recientemente participamos en sendos espacios de reflexión, con una propuesta acerca de la perspectiva de derechos humanos con la cual, debe atenderse la educación que imparta el Estado mexicano, después de la adición al artículo tercero, incluida en la reforma constitucional de junio de 2011.

Primero fue en Acapulco: el Foro de Educación para la Paz y los Derechos Humanos ante la Reforma Constitucional, convocado por la Asociación Internacional de Educadores a la Paz, la Academia Mexicana de Derechos Humanos, la Cátedra UNESCO de DH, y las comisiones de DDHH de Guerrero y el Distrito Federal. Después, en Puebla, el Séptimo Congreso de los Organismos Públicos Autónomos de México, OPAM, La Nueva Agenda Gubernamental ante los Derechos Fundamentales.

Uno de los temas de la reforma constitucional menos explorado, es el de la educación, cuando debiera serlo conforme a la dimensión de sus implicaciones: conlleva la obligación de formar a las y los niños mexicanos, futuros ciudadanos y gobernantes, en una cultura que aliente el desarrollo nacional con una perspectiva mucho más adelantada de la que hasta ahora ha mostrado el sistema educativo nacional.

La propuesta es asumir una interpretación amplia, amplísima, del mandato que ordena al Estado mexicano impartir una educación que fomente el respeto a los DDHH; eliminando esa concepción reduccionista de insertar en algún programa de la educación básica una materia con ese nombre; o, menos aun, incluir el tema como tal dentro de la materia de educación cívica.

Esto quiere decir, que debemos asumir a la disposición constitucional como la inclusión en todos los programas disciplinares de una enseñanza con perspectiva de DDHH, en todos los niveles educativos. Y es que el respeto a la dignidad humana solo puede realizarse plenamente en una sociedad donde prime una cultura de los DDHH construida a partir de los procesos educativos, desde los elementales y hasta los del posgrado.

El vínculo DDHH-educación, se convierte en la necesaria bisagra que articule contenidos, calidad, cobertura y equidad. No se trata únicamente de concebir a la educación como un derecho humano, ni de ampliar los contenidos con el tema, sino diseñar los objetivos de la enseñanza con esa perspectiva. Será la mejor fórmula para alcanzar un cambio generacional que logre la equidad y acabe con la discriminación.

La educación parte de una premisa: debe estar al alcance de todas y todos, ya sea material o económicamente; respondiendo a los contextos sociales y culturales que presenten las sociedades y las comunidades en transformación. Este fue el compromiso de nuestro país al firmar lo que en el año 2000, la ONU denominó Objetivos de Desarrollo del Milenio.

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En ese contexto, la disposición constitucional se convierte en una ventana de oportunidad para concebir a la educación como un derecho humano; ampliar los contenidos con el propósito de que las personas conozcan sus derechos y aprendan las bases de una convivencia democrática y pluralista, desde su acceso inicial; y se fomenten las condiciones de equidad educativa.

Esa ventana de oportunidad requiere de una reforma educativa -a casi un año de la constitucional, nadie la ha planteado-, que haga efectiva la obligación del Estado de asegurar la educación con perspectiva de DDHH.