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1 TEMA 3: EL ARTE GRIEGO 1. Contexto histórico, cultural y geográfico y geográfico. Marco cronológico. 2. Introducción a la arquitectura griega. Los órdenes arquitectónicos. 2.1 Características generales. 2.2 Los órdenes arquitectónicos. 3. El templo griego: el Partenón. 3.1 Características del templo griego. 3.2 El Partenón. 3.3 Otros templos. 3.4 El teatro. 4. La escultura griega. Los grandes maestros de los siglos V y IV: Policleto y Fidias. Praxíteles y Scopas. Lisipo y su canon. 4.1 Características generales. 4.2 Los grandes maestros del clasicismo del siglo V: Mirón, Policleto y Fidias. 4.3 Los representantes del post-clasicismo del siglo IV: Praxíteles y Scopas. Lisipo y su canon. 5. El período helenístico. 5.1 Contexto histórico. 5.2 La arquitectura helenística. 5.3 La escultura helenística. 6. La escultura ibérica. 1. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y GEOGRÁFICO. MARCO CRONOLÓGICO. La civilización griega tiene sus orígenes en las llamadas civilizaciones prehelénicas (cretense y micénica) que se desarrollaron en el 2º milenio antes de Cristo. Cronológicamente, la civilización griega se desarrolla entre los siglos VIII y I a.C. teniendo su época de auge en los siglos V y IV. Se suelen distinguir 3 etapas: - Época Arcaica: s. VIII finales del VI. - Época Clásica: f. VI- fines IV. - Época Helenística: fines IV-fines I a.C. Geográficamente, la civilización griega se desarrolla en lo que hoy es Grecia a lo que hay que sumar las costas de Asia Menor y diversas colonias establecidas a lo largo de toda la costa mediterránea, destacando la parte sur de Italia (Magna Grecia) y Sicilia.

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TEMA 3: EL ARTE GRIEGO 1. Contexto histórico, cultural y geográfico y geográfico. Marco cronológico. 2. Introducción a la arquitectura griega. Los órdenes arquitectónicos.

2.1 Características generales. 2.2 Los órdenes arquitectónicos.

3. El templo griego: el Partenón. 3.1 Características del templo griego. 3.2 El Partenón. 3.3 Otros templos. 3.4 El teatro.

4. La escultura griega. Los grandes maestros de los siglos V y IV: Policleto y Fidias. Praxíteles y Scopas. Lisipo y su canon.

4.1 Características generales. 4.2 Los grandes maestros del clasicismo del siglo V: Mirón, Policleto y Fidias. 4.3 Los representantes del post-clasicismo del siglo IV: Praxíteles y Scopas. Lisipo y su canon.

5. El período helenístico. 5.1 Contexto histórico. 5.2 La arquitectura helenística. 5.3 La escultura helenística.

6. La escultura ibérica.

1. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y GEOGRÁFICO. MARCO CRONOLÓGICO.

La civilización griega tiene sus orígenes en las llamadas civilizaciones prehelénicas (cretense y micénica) que se desarrollaron en el 2º milenio antes de Cristo.

Cronológicamente, la civilización griega se desarrolla entre los siglos VIII y I a.C. teniendo su época de auge en los siglos V y IV. Se suelen distinguir 3 etapas:

- Época Arcaica: s. VIII – finales del VI. - Época Clásica: f. VI- fines IV. - Época Helenística: fines IV-fines I a.C.

Geográficamente, la civilización griega se desarrolla en lo que hoy es Grecia a lo que hay que sumar las costas de Asia Menor y diversas colonias establecidas a lo largo de toda la costa mediterránea, destacando la parte sur de Italia (Magna Grecia) y Sicilia.

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La Grecia clásica sentó las bases de nuestra cultura occidental. En todos los campos del saber destacan nombres propios que debemos simplemente mencionar para hacernos una idea: historiadores (Herodoto y Tucídides), dramaturgos (Eurípides, Sófocles y Esquilo), filósofos (Platón y Aristóteles), matemáticos (Pitágoras), etc… Hay que destacar la dimensión humana, ya que todas sus manifestaciones culturales están presididas por una preocupación por el hombre. Se trata de una cultura antropocéntrica, muy presente en todos los ámbitos, sobre todo en la escultura. No sólo interesa su perfección física sino también sus sentimientos y debilidades. El griego se organiza en polis o ciudades-Estado. La base de estas ciudades era el ágora, un espacio abierto donde los ciudadanos acudían para comerciar y para intercambiar ideas. Las polis se constituyeron como una unidad política, social y económica de Grecia, pero si bien compartían una lengua, religión común, lazos culturales y una identidad racial e intelectual que exhibían con orgullo, los habitantes de estas ciudades no pudieron fundar un estado unificado. Existía una gran rivalidad entre las diferentes polis, consideraban que el reducido tamaño de cada una era lo más idóneo para practicar una adecuada política. Una serie de hombres públicos relevantes, entre ellos el más importante Pericles, se esfuerzan en configurar para Atenas un régimen político, la democracia, basado en la igualdad y el gobierno del pueblo. Tenían la idea de que el ciudadano tiene el deber de colaborar en los asuntos públicos. Los griegos fueron los primeros que se plantearon una forma de pensar racionalista, pasando del mito al logos, es decir, trataron de dar una respuesta razonable, lógica, no mitológica, a los interrogantes de la vida y de la naturaleza. Más que una religión con su teología y su estructura, en Grecia debemos hablar de religiosidad, es decir, de un sentimiento de relación con los dioses, que cada vez serán más parecidos a los humanos. El culto a los dioses de la ciudad unía a sus ciudadanos, al igual que ocurría con el culto a los oráculos de los santuarios, que unían a todo el mundo helénico. Esta enorme religiosidad dejó una huella enorme en el Arte: por un lado, llenó las tierras de Grecia de santuarios y templos, y por otro, la temática religiosa exigió una determinada disposición de la arquitectura en los templos y se plasmó en los relieves que los decoran. El templo griego no es un lugar de culto sino morada de la divinidad. Las formas de culto se desarrollaban fuera del templo: procesiones, juegos atléticos, etc.

2. INTRODUCCIÓN A LA ARQUITECTURA GRIEGA. LOS ÓRDENES ARQUITECTÓNICOS.

2.1 CARACTERÍSTICAS GENERALES. Material: El más utilizado es el POROS: conglomerado o arenisca. También se utiliza la caliza dura y el mármol.

Soportes: Se emplea el muro isódomo, con sillares regulares. La columna es usada profusamente. Cubierta: Adintelada o arquitrabada. Aunque se conoce, no se utiliza el arco y la bóveda. Predominio de la línea recta y las formas geométricas simples: Los edificios griegos son una combinación de cuadrados, rectángulos y triángulos. En ellos, todas las líneas, salvo el fuste de las columnas, son rectas, ya sean horizontales, verticales o inclinadas. Edificios a escala humana: desaparece el colosalismo oriental. Armonía y proporción entre las partes del edificio y, en general, entre las partes y el conjunto. Además, para conseguir una armonía visual perfecta, deforman intencionadamente sus construcciones, rompiendo con las medidas estrictamente matemáticas para introducir correcciones ópticas con el fin de que nos aparezcan perfectamente regulares. Por ejemplo:

- Dan a las columnas de las esquinas de las fachadas un mayor grosor y altura, debido a que, al recibir más luz por su emplazamiento, parecerían más pequeñas a nuestra vista.

- Dan un ensanchamiento (éntasis) al centro de las columnas para evitar la sensación óptica de estrechamiento en la parte central.

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- Las columnas no se elevan rectas sino que se inclinan levísimamente hacia el interior para evitar el efecto óptico de caída.

Despreocupación por el espacio interior: el objetivo de la arquitectura griega no es crear grandes espacios interiores para cumplir una función social sino que sus edificios son hechos para ser contemplados desde el exterior, como si fueran enormes esculturas. Decoración: los edificios se decoraban con esculturas y se pintaban.

2.2 LOS ÓRDENES ARQUITECTÓNICOS.

Se llaman ÓRDENES ARQUITECTÓNICOS al conjunto de normas que establecen cómo deben construirse y combinarse los elementos sustentantes y los elementos sustentados de un edificio. Los griegos establecieron 3 órdenes o maneras de combinar los elementos constructivos -soporte y cubierta-: dórico, jónico y corintio. Los órdenes arquitectónicos son una de las principales aportaciones griegas a la historia de la arquitectura de manera que, en lo sucesivo, serán utilizados en múltiples edificios, con más o menos variantes, hasta nuestros días. ORDEN DÓRICO:

Es el más antiguo, surge en el siglo VII a.C. su carácter severo y robusto responde a la mentalidad de los dorios, griegos del continente, de tradiciones agrícolas y carácter rudo. Sus orígenes hay que buscarlos en unas primitivas construcciones de madera. Estos primeros edificios de madera se levantaban sobre una plataforma para aislarlos de la humedad. Sobre esa plataforma se elevaban troncos que hacían las funciones de columnas. Asimismo, el fuste de este orden tiene estrías o acanaladuras, no siendo liso. Las vigas de madera de la cubierta, alternando con los huecos, darán lugar al juego de triglifos y metopas. Seguramente por influencia egipcia, se empezaron a construir los templos en piedra. Normalmente se usa para divinidades masculinas. Los elementos principales del orden dórico son: Basamento o crepidoma: es una plataforma de piedra escalonada formada por 3 escalones: estereóbatos (los dos inferiores) y estilóbato (el superior). Columna:

carece de basa.

Fuste: recorrido verticalmente por estrías unidas en arista viva y con un ensanchamiento en la parte central (éntasis).

Capitel: formado por 3 elementos: + collarino: pieza que lo separa del fuste. + equino: núcleo principal en forma de plato, especie de cojín de mármol. + ábaco: pieza en forma de tablilla cuadrada que descansa sobre el equino.

Entablamento: elemento que descansa horizontalmente sobre las columnas y formado por 3 partes:

Arquitrabe o dintel : gran viga de piedra lisa.

Friso: segunda viga que descansa sobre la anterior. Dividido en compartimentos: triglifos (espacios rectangulares con estrías verticales) y metopas (espacios entre los triglifos que se decoran con placas decoradas con relieves).

Cornisa: elemento saliente que descansa sobre el friso para desviar la caída del agua. Frontón: en los templos de planta rectangular, al ser la techumbre a doble vertiente, en los lados menores se forma un espacio triangular llamado frontón que se decora con esculturas.

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ORDEN JÓNICO: Surge a mediados del siglo VI a.C. en Jonia (costas de Asia

Menor). Es un orden más esbelto y elegante que el dórico, más orientalizante, por eso se suele emplear para templos que están dedicados a divinidades femeninas. Sus elementos principales son: Basamento o crepidoma: Similar al dórico. Columna:

Tiene basa que se levanta sobre un elemento en forma de paralelepípedo que se levanta sobre el crepidoma llamado plinto. La basa está formada por 2 molduras convexas (toros) y otra cóncava (escocia).

Fuste: recorrido verticalmente por estrías unidas en arista pulida y carece de éntasis. Más esbelto que el dórico.

Capitel: formado por 3 elementos: o Collarino: presenta tabas o astrágalos (decoración

en forma de cuentas imitando el aspecto de huesecillos) en relieve.

o Equino: decorado con ovas u óvalos y dos volutas a los lados.

o Ábaco: similar al dórico. Entablamento: elemento que descansa horizontalmente sobre las columnas y formado por 3 partes:

Arquitrabe o dintel : dividido en 3 bandas horizontales sobresaliendo cada una sobre la inmediata interior.

Friso: superficie continua decorada o no con relieves.

Cornisa: similar a la dórica.. Frontón: similar al dórico. ORDEN CORINTIO:

Aparece a finales del s. V y es similar al jónico salvo en el capitel que presenta como característica propia una decoración en el equino a base de hojas de acanto dispuestas en dos o más filas: las inferiores muy curvadas hacia fuera y las superiores enroscadas (caulículos). También suele tener una roseta o palmeta en cada cara. Se suele usar para divinidades tanto masculinas como femeninas.

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3. EL TEMPLO GRIEGO: EL PARTENÓN.

3.1 CARACTERÍSTICAS DEL TEMPLO GRIEGO. Función: el templo griego no es un lugar de culto sino sólo la residencia del dios. Los ritos religiosos tienen lugar fuera del templo. Son de menor tamaño comparados con los templos egipcios. Concepción del espacio: en relación con la anterior, el valor del templo griego no reside en el espacio interior que crea sino en el exterior y el espacio que genera en torno a él. Un templo griego está hecho para ser visto de fuera. Por eso, se presta más atención al exterior que al interior, es una especie de arquitectura-escultura. Origen: el antecedente del templo griego es el mégaron micénico, gran salón rectangular de los palacios micénicos que servía de salón del trono y otras actividades religiosas. Localización: se suele localizar en un lugar aislado y sagrado al que se accede por unas puertas monumentales (propileos). Planta: Aunque los hay de planta circular (tholos), generalmente el templo griego es de planta rectangular dividido en 3 salas:

- Pronaos: pórtico abierto con muros laterales rematados por pilastras, entre las que suele haber dos columnas “in antis”. Por ella se accede a la naos.

- Naos o cella: sala principal, rectangular, que alberga la estatua del dios.

- Opistodomos: estancia situada en el extremo opuestos a la pronaos y sin comunicación con la naos. Hace la función de cámara del tesoro donde se guardan las ofrendas del dios.

Basamento o crepidoma: plataforma escalonada sobre la que se levanta el templo para realzar al edificio sobre el terreno. Correcciones ópticas: a pesar de su preocupación por las medidas, el arquitecto se permite libertades para corregir los defectos ópticos a través de unos reajustes: curvaturas en el entablamento y el estilóbato hacia arriba, inclinación de las columnas hacia dentro, mayor anchura de las columnas de los ángulos, desigual distancia de los intercolumnios, éntasis… Policromía: no fueron monocromos, incluso cuando se generaliza el mármol se cubría éste con una fina capa de estuco que después pintaban. Había ciertos convencionalismos a la hora de dar los colores: los triglifos solían ser azules, las estrías negras, los tímpanos rojos y negros, etc. Clasificación de los templos: a) Según la distribución de las columnas:

- In antis: Sólo presenta dos columnas en la fachada principal flanqueadas por los muros laterales. También puede haber otras 2 columnas en la fachada opuesta, la de la opistodomos, si existe.

- Próstilo: Sólo presenta un pórtico de columnas, en la fachada principal (la de la pronaos).

- Anfipróstilo: Tiene un pórtico de columnas en cada fachada principal.

- Períptero: Una columnata rodea el edificio entero.

- Díptero: la columnata que rodea el edificio es de doble fila de columnas.

b) Según el número de columnas de la fachada:

- Dístilo: 2 columnas - Tetrástilo: 4 columnas. - Hexástilo: 6 columnas. - Octástilo: 8 columnas.

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3.2 EL PARTENÓN. Identificación: Templo situado en la Acrópolis de Atenas, dedicado a la diosa protectora de Atenas, Athenea Pártenos, orientado de Este a Oeste. Planta rectangular dividida en 3 salas: pronaos, naos y opistodomos. La naos está dividida en 3 naves separadas por columnas. Tras la naos, entre ella y el opistodomos, hay una estancia cuadrada, cuya techumbre se sostenía mediante 4 columnas, denominada partenón o habitación de las vírgenes. No tiene comunicación con la naos, accediéndose a ella a través del opistodomos; parece que estaba destinada a contener las donaciones recibidas por el templo. Tanto la pronaos como el opistodomos son muy pequeñas. Es un templo octástilo, períptero y anfipróstilo.

Material: es un templo hecho íntegramente de mármol labrado en sillares regulares. Elementos constructivos: soportes y cubiertas: responden a las características vistas anteriormente en el orden dórico. Elementos decorativos: Contiene elementos decorativos de todo tipo:

- Arquitectónicos: muchos elementos constructivos tienen también un valor decorativo: columnas con sus acanaladuras, capiteles, friso con sus alternancias de triglifos y metopas, frontón, tejas multicolores de su techumbre.

- Escultóricos: en el Partenón se lleva a cabo un ambicioso programa escultórico realizado por Fidias del

que habría que destacar: la imponente estatua de Athenea colocada en el centro de la naos, el friso de las Panateneas, los relieves de las metopas y de los frontones.

- Pictóricos: Aunque se ha perdido, originariamente el templo estaba policromado: se supone que las

estrías de las columnas estaban pintadas de rojo; los ábacos, de azul; los triglifos, de azul y amarillo; los fondos de frontones y metopas, de rojo.

Todo ello nos permite ver el Partenón, además de cómo arquitectura, como si fuera una enorme escultura para ser vista desde todos los puntos de la ciudad. Valores plásticos: Aunque es un edificio de tamaño considerable, resulta a la vista menor de lo que es debido a los reajustes ópticos y el riguroso estudio de sus medidas y proporciones, convirtiéndose en un modelo de armonía, equilibrio, simetría y proporción. Toda la obra obedece a un canon de proporcionalidad, basado en el número de columnas y la proporción de las medidas del rectángulo: 8 columnas en los lados cortos y el doble +1 en los laterales o lados mayores. Sus medidas globales también son proporcionadas: 30 x 69 x 10. Es decir, es aproximadamente, el doble de largo que de ancho. El módulo de las columnas es el diámetro del fuste, de manera que su altura es algo menos de cinco diámetros y medio. Las metopas disminuyen gradualmente desde el centro del friso hasta los extremos, por lo que los triglifos no coinciden con los ejes de las columnas. Las columnas de los extremos tienen una menor separación entre sí y son de mayor diámetro que el resto. Se inclinan hacia el eje del templo para contrarrestar el efecto óptico de estar inclinadas hacia fuera. El resto de las columnas, por el mismo motivo, tienen una inclinación hacia dentro de 6 cm respecto a la vertical. Las columnas muestran éntasis para evitar el efecto óptico de concavidad que se produciría con un fuste recto.

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Su volumen exterior es simple apareciendo como un paralelepípedo coronado por un triángulo. El espacio interno muestra un eje de composición longitudinal subdividiéndose en los sucesivos espacios ya vistos. Clasificación de la obra: El Partenón es un templo griego de orden dórico con algunos elementos jónicos. Se construyó en la Época Clásica entre el 447-438 a.C. Sus arquitectos fueron Ictinos y Calícrates y su promotor el estadista Pericles. Parece ser que también intervino, como director de las obras, Fidias. Contenido y función: Es una obra religiosa, un templo dedicado a la diosa Athenea Parthenos cuya función era albergar la estatua y el tesoro de la diosa. Los ritos de culto a la diosa no se realizaban dentro del edificio sino en torno a él, en el exterior.

Trascendencia de la obra: El Partenón se construye en el contexto del magno programa de obras públicas promovido por Pericles tras la victoria griega sobre las persas en la 2ª guerra médica (batallas de Salamina, Platea y Micala) con el fin de reconstruir y engrandecer la ciudad que había quedado destrozada tras la invasión de los persas. El Partenón se sitúa en la cima de la Acrópolis. La Acrópolis era una colina calcárea (hoy en el centro de Atenas) que albergaba los edificios religiosos de mayor relevancia para la polis. Era un recinto amurallado en el que, en caso de guerra, se refugiaba la población que tenía sus viviendas en las laderas y la llanura circundantes. En el año 480 a.C., en el curso de la segunda guerra médica, los persas arrasaron la Acrópolis. Derrotados los persas, Pericles promovió la reconstrucción de la Acrópolis concebida a partir de ahora únicamente como santuario. Se levantaron 3 templos: Partenón, Erecteión y Atenea Niké. Además, se hizo una entrada monumental al recinto (Propileos). Durante el dominio romano, la Acrópolis sufrió diversas modificaciones. En el siglo IV a.C., el Partenón, junto con el Erecteión, fue reconvertido en templo cristiano. En el año 1394, los turcos conquistaron Atenas y convirtieron el Partenón en mezquita. En 1687, en el curso de las guerras entre turcos y venecianos, el Partenón fue convertido en polvorín y una bomba veneciana destruyó toda su parte central. En el siglo XVIII los turcos utilizaron sus mármoles en otras construcciones y a principios del siglo XIX, Lord Elgin, embajador inglés en Constantinopla, se llevó a Inglaterra la mayor parte de sus esculturas, que están en el Museo Británico de Londres desde 1816. El Partenón ha tenido una enorme trascendencia en la historia del Arte. Sus soluciones y elementos arquitectónicos han sido copiados e imitados por muchos edificios posteriores.

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3.2 OTROS TEMPLOS.

Además del Partenón, merecen citarse los otros dos templos de la Acrópolis ateniense: el Erecteión y el Templo de Atenea Niké Otros templos: Época Arcaica: Templos de Hera y de Zeus en Olimpia, dóricos; templos de Paestum (Hera, Poseidón y Atenea), dóricos. Época clásica: Templo de Afaia en Egina, dórico; Tesoro de los Atenienses en Delfos, dórico; Templo de Apolo en Delfos, dórico y Tolos de Delfos, dórico.

3.3 EL TEATRO.

Los griegos inventaron el teatro tanto como género literario como edificio para la representación. El teatro griego no era un edificio cerrado sino que aprovechaba la pendiente de una colina para excavar allí el graderío situándose el escenario abajo, en la parte llana. En síntesis, las partes del teatro griego son:

- Graderío: semicircular, destinado a los espectadores. Excavado en la ladera de una colina y dividido por pasillos en cuñas.

- Orchestra: espacio normalmente circular situado al pie del graderío y destinado al coro. - Escena: situada tras la orchestra, es una plataforma que sirve de escenario donde tiene lugar la

representación. Normalmente, móvil y desmontable. El teatro más conocido y muy bien conservado es el Teatro de Epidauro.

4. LA ESCULTURA GRIEGA. LOS GRANDES MAESTROS DE LOS SIGLOS V Y IV: POLICLETO Y FIDIAS. PRAXÍTELES Y

SCOPAS. LISIPO Y SU CANON.

4.1 CARACTERÍSTICAS GENERALES.

Aunque la escultura griega experimenta una fuerte evolución a lo largo de su historia, se intenta a continuación indicar sus pautas generales: Material: se emplea sobre todo el mármol y el bronce. Búsqueda de la belleza, el arte por el arte. En Grecia se descubre el gusto por la contemplación estética. Aparece un sentido autónomo del arte, surge el arte por el arte. En su evolución, se irá descubriendo que la finalidad de la escultura es la belleza, abandonándose las “imágenes de culto” de la época arcaica por la “escultura” cuya finalidad es meramente artística. Realismo idealizado. El punto de partida para la creación figurativa es la naturaleza. La tarea del artista es primeramente reproducir la realidad. Precisamente, la evolución de la escultura griega va en ese sentido, desde un arte casi abstracto a otro muy realista. Sin embargo, las figuras tienden a idealizarse pese a parecer naturales. Se busca conseguir la belleza ideal, que para ellos se resumía en proporción, armonía y equilibrio. Antropocentrismo. El hombre es el tema principal. El estudio de su cuerpo es una preocupación de todos los artistas: las relaciones entre las partes y el todo, el movimiento de los músculos, las más diversas posturas.... Se intenta plasmar el movimiento, y se consigue cuanto más vayamos evolucionando en el estilo. Además al tener que encajar las figuras muchas veces en elementos arquitectónicos, éstas tienden a adoptar formas casi imposibles. Policromía. Las figuras se policromaban con suaves colores. Hoy se ha perdido. Varios puntos de vista: A diferencia de los estilos anteriores, sobre todo el egipcio, las esculturas griegas están hechas para ser contempladas desde varios puntos de vista, dándole una gran importancia al volumen. Variantes: Además de la escultura exenta, en Grecia va a predominar la que está adosada a los edificios, en especial la destinada a las metopas y a los frisos.

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Individualismo. Con frecuencia, los artistas firmaban sus obras. Cuenta ya el elemento personal, la creación artística individual. Hay que dejar constancia de que, en el caso de la escultura exenta, pocas esculturas griegas originales han llegado hasta nosotros. La mayoría son copias romanas que nos las igualan.

Orígenes: Época arcaica: korai y kuroi (entre el siglo VIII y VI a.C.) En esta época destacan un grupo de esculturas con unas características muy marcadas por la influencia de la escultura egipcia, que se repiten en todas. Los kourós (hombres) y las koré (mujeres). Los kourós son atletas, representados generalmente desnudos, siguiendo la ley de la frontalidad, con los brazos extendidos, rígidos y pegados al cuerpo, la sonrisa arcaica, una larga cabellera dispuesta geométricamente, los ojos salidos y almendrados (oblicuos) y una expresión hierática en el rostro. Un ejemplo sería el Kouros de Anavyssos. Las figuras femeninas presentan prácticamente las mismas características, lo que ocurre que en lugar de ir desnudas, se representan con un chitón (túnica) e himatión (manto). La anatomía se refleja perfectamente bajo los ropajes debido a que se ajustan mucho al cuerpo. Todavía muchas de estas esculturas se realizan en piedra. Algunos ejemplos serían la Koré del peplo, ubicada en la Acrópolis de Atenas o la Dama de Auxerre. Periodo severo. El camino a la perfección. A finales del s.VI y durante la primera mitad del S.V a.C. se asiste a una evolución de la escultura que va a liberarse progresivamente de la rigidez y el estatismo del periodo arcaico, desarrollando pautas y criterios más ágiles y dinámicos que anticipan ya lo que habrá de ser el pleno Clasicismo de la mitad de siglo. También se emplean más variedad de materiales, como el bronce y el mármol, y también mayor diversidad temática. Son obras de este periodo el Auriga de Delfos y los guerreros de Riace. La escultura griega alcanza su apogeo en la Época clásica, pudiéndose, a su vez, distinguir dos etapas: el siglo V (clasicismo pleno) y el siglo IV (post-clasicismo).

4.2 LOS GRANDES MAESTROS DEL CLASICISMO DEL SIGLO V: MIRÓN, POLICLETO Y FIDIAS.

Durante el siglo V (siglo de Pericles), Atenas se llena de artistas tan famosos como sus obras. Se abandona la influencia egipcia (rigidez y convencionalismos arcaicos). Se busca el naturalismo: posiciones verdaderas, naturales, en busca de la representación más perfecta del cuerpo humano, su anatomía, movimiento muscular, estudio del ropaje que deja traslucir el cuerpo y sigue su movimiento. Pero este naturalismo está impregnado de un fuerte idealismo: una estatua debe tener aspecto completamente humano pero sin los defectos humanos. Esa tendencia a la idealización lleva a prescindir de todo tema anecdótico y a un estudio riguroso de las proporciones del cuerpo humano y de la simetría. La belleza consiste en una perfecta proporción y simetría entre las diferentes partes del cuerpo. Así, se crean una serie de tipos humanos ideales: el tipo adolescente de formas blandas y aún no plenamente formadas, el tipo joven ya proporcionado como adulto; el hombre maduro lleno todavía de fuerza y vigor, con los músculos endurecidos por los años de ejercicio, la mujer joven llena de la gracia de la juventud, la mujer madura. Los esfuerzos de los artistas se centran en la realización, cada vez más perfecta, de esos tipos, ideales deseables de la humanidad. Los representantes de la escultura clásica del siglo V son 3 escultores:

MIRÓN.

Le interesa sobre todo el cuerpo humano en movimiento, con posturas imposibles y la perfección anatómica; en cambio sus obras resultan bastante inexpresivas. Emplea sobre todo el bronce y casi toda su obra representa un momento de gran esfuerzo. Desarrolla su labor a mediados del siglo V en Atenas. Su obra más conocidas es el Discóbolo.

POLICLETO.

Nacido en Argos hacia el 480 a.C., desarrolla su actividad entre el 450-420 a.C. en la ciudad de Atenas. Allí era Fidias quien monopolizaba el mecenazgo artístico público, por lo que Policleto debió conformarse con encargos particulares, produciéndose una fuerte rivalidad entre ambos escultores.

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Es también broncista, pero no quedan obras originales suyas, solamente copias romanas. Su tema más importante son las esculturas de atletas. Sus dos grandes aportaciones son el canon y el contrapposto.

- El contrapposto rompía con la ley de la simetría y frontalidad propia de la escultura arcaica griega y egipcia. Consistía en que el peso del cuerpo descansa principalmente en una pierna, por lo que la cadera correspondiente se eleva respecto de la otra.

- Le interesan las proporciones del cuerpo. Escribe un libro llamado “Canon”, donde están especificadas

las medidas que tiene que tener el cuerpo para que sea perfecto. La base de su canon es la simetría y la relación de las proporciones de unas partes del cuerpo con otras y con el conjunto de éste. Piensa que la cabeza debe ser la séptima parte del cuerpo.

Destacamos 2 obras suyas: el Doríforo (el portador de lanza) y el Diadúmeno (el que se coloca la corona).

El Diadúmeno. Autor: Policleto. Cronología: 430 a. C. Lugar original: no se conoce. Dimensiones: 1,55 m. de altura. Material: copia romana en mármol del original en bronce. Lugar actual: Museo Arqueológico Nacional de Atenas (Grecia) Copia romana en mármol del original griego realizado en bronce. En la actualidad solo se conservan copias en piedra caliza o mármol. Es una escultura exenta de cuerpo entero que representa a un atleta griego ciñendo a su cabeza la cinta de la victoria, de donde procede el nombre de διαδούμενος / diadoumenos, «el que ciñe y desciñe», que deriva del término griego διαδέω / diadeo, «ceñidor o bien ceñido». Aún está desnudo después de la competición y eleva los brazos para atarse la diadema, una banda en forma de cinta que identifica al ganador y que en la obra original de alrededor del año 420 a. C. estaría representada por una cinta labrada, que en época helenística sería el símbolo de la realeza en las diversas monarquías y de aquí al mundo romano y posterior. El Diadumeno de Delos tiene al lado la capa del vencedor y un carcaj, indicando que él es el vencedor de un concurso de arco, lo que quizás hace una referencia al dios arquero, Apolo, nacido en Delos y adorado en el famoso santuario de la sagrada isla. Aparentemente es un tema profano, un atleta, pero tal vez pueda tratarse de una escultura religiosa de Apolo, el dios arquero representado como un atleta joven y bello. Debe situarse la escultura del Diadumeno dentro de la escultura clásica griega por los siguientes rasgos: Se trata de una escultura realista pero muy idealizada: la posición de la figura es natural, representa de forma perfecta la anatomía del cuerpo humano, su movimiento muscular y transmite movimiento. Este realismo está impregnado de un fuerte idealismo al ser un cuerpo humano perfecto sin los defectos humanos. Es obra del escultor Policleto, que trabajó en Atenas en el siglo V a.C. y por tanto pueden apreciarse en el Diadumeno las dos grandes aportaciones de dicho artista a la escultura griega.

- La pierna derecha es la que soporta el peso del cuerpo estando firmemente apoyada en el suelo, recta y

comprimiendo así la cadera; la pierna izquierda, en cambio, no soporta peso alguno y, retrasada, toca el

suelo con la parte anterior del pie, apoyando solamente los dedos. En la parte superior el esquema

funcional de los miembros está cambiado, el brazo derecho queda relajado mientras que el izquierdo está

más elevado; el torso presenta una ligera inclinación hacia el lado derecho y la cabeza gira en ese mismo

sentido inclinándose levemente. A este ritmo cruzado y compensado del cuerpo es a lo que en el

Renacimiento se llamó "contrapposto".

- La otra aportación será el interés por las proporciones del cuerpo (canon basado en la relación de

proporciones de unas partes del cuerpo con otras y con el conjunto de este). Su canon está basado en que

la cabeza debe ser la séptima parte del cuerpo.

El Diadumeno conserva todavía ciertos rasgos de arcaísmo, ya que está tallado con rudeza, los pectorales son planos, y las líneas de la cintura y la cadera aparecen fuertemente marcadas. El Doríforo Autor: Policleto. Cronología: 440-430 a. C. Dimensiones: 2,12 m. de altura Material: Copia romana en mármol del original en bronce. Lugar actual: Museo de Nápoles (Italia) Esta copia romana en mármol de un original griego, fue encontrada en el siglo XVI en la villa pompeyana de Aldobrandini de Frascati; muy deteriorada, pues le faltaban el brazo derecho y el antebrazo izquierdo, en los muslos tenía graves deterioros y en el pie derecho le faltaban varios dedos, pero su reconstrucción se considera muy fiel gracias a la comparación realizada sobre un camafeo1 original romano de la misma

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figura con la que se aprecia una notable identidad. Hoy se encuentra en el Museo de Nápoles y debió de realizarse antes del año 420, a.C. a partir de un original griego, posiblemente en bronce, traído a Roma como botín de guerra. Representa a una figura masculina joven, desnuda, en actitud de marcha, con una lanza sobre el hombro izquierdo, la cabeza ligeramente ladeada hacia la derecha y con un rostro de serena belleza clásica con la mirada perdida y distante. El Doríforo, "el que lleva la lanza", es la obra más famosa esculpida por Policleto, pues en ella el artista griego concretó el canon de belleza masculina, siendo considerada, incluso desde la Antigüedad, como el modelo de las proporciones del cuerpo humano y la plasmación práctica del sistema de proporciones que Policleto había considerado en su famosa tratado sobre el Canon. Como se ve estamos ante una concepción matemática de la belleza humana. En relación a la composición de la figura, el Doríforo supone la aportación al clasicismo de nuevas concepciones rítmicas y de equilibrio armónico a partir de formas funcionalmente contrapuestas: la pierna derecha es la que soporta el peso del cuerpo estando firmemente apoyada en el suelo, recta y comprimiendo así la cadera; la pierna izquierda, en cambio, no soporta peso alguno y , retrasada, toca el suelo con la parte anterior del pie, apoyando solamente los dedos. En la parte superior el esquema funcional de los miembros está cambiado, el brazo derecho no realiza ningún esfuerzo y cae relajado a lo largo del cuerpo, mientras que el brazo izquierdo se dobla para sostener la lanza que originariamente portaba; el torso presenta una ligera inclinación hacia el lado derecho y la cabeza gira en ese mismo sentido inclinándose levemente. A este ritmo cruzado y compensado del cuerpo es a lo que en el Renacimiento se llamó "contrapposto2". Pese a todo, el Doríforo conserva todavía ciertos rasgos de arcaísmo, ya que está tallado con rudeza, los pectorales son planos, y las líneas de la cintura y la cadera aparecen fuertemente marcadas. El Doríforo fue concebido para ser visto de frente, según la concepción más arcaica de la estatuaria griega, y por ello se marca claramente el eje vertical, pero Policleto rompió con el concepto tradicional de simetría oponiendo las partes del cuerpo respecto del eje, sometiéndolas al servicio de la totalidad, con ello conjuga dos principios básicos, quietud y movimiento, que se complementan en una idea unitaria: quietud en el movimiento y movimiento en la quietud. Belleza y fuerza. Para algunos autores es la representación victoriosa de Aquiles, héroe de la Iliada y prototipo de guerrero joven, protegido por los dioses con la invulnerabilidad, salvo en el talón, y la inmortal gloria como vencedor de Héctor.

FIDIAS.

Nacido en Atenas, su actividad se centra en esta ciudad entre el 470 y el 430 a.C., año de su muerte. Sus propios contemporáneos reconocieron que fue el escultor más importante de Grecia. Pericles le convirtió en coordinador y supervisor de la obra del Partenón. Cuando Pericles cayó en desgracia, Fidias sigue en la desgracia a su mentor y debió abandonar Atenas, por lo que tuvo que huir a Olimpia donde realizaría una de las siete maravillas del mundo: el Zeus Olímpico, lamentablemente desaparecido. Trabajó usando varios materiales como el mármol, del que tenemos muestra en los relieves del Partenón., el bronce como en la estatua de Atenea Lemnia y también en las llamadas esculturas crisoelefantinas, es decir estructuras de madera recubiertas de placas de oro y marfil. Las dos estatuas monumentales de Ateneas Partenos y Zeus de Olimpia estaban hechas de este modo, aunque de ellas sólo nos han llegado descripciones y copias menores. La escultura de Fidias se caracteriza por varios aspectos:

- Idealización corporal que oculta cualquier imperfección y presenta a sus personajes jóvenes en plenitud de facultades físicas. El cuerpo masculino aparece desnudo, pero el de sus mujeres se cubre con telas, sobre las que Fidias aplica la técnica de los paños mojados permitiendo de esta manera reconocer la anatomía femenina.

- Idealización del espíritu que ha de reflejarse en un rostro sereno, donde no asomen las pasiones. - Movimiento contenido. El cuerpo ha de mostrarse flexible y en disposición de entrar en movimiento,

pero sólo en potencia. - Pose trascendente y digna. Hace que sus figuras de dioses dejen de ser simples esculturas para

convertirse en imágenes de culto que provocan la devoción del fiel. El cristianismo posterior cristianizó los modelos paganos de Fidias y convirtió a Zeus en el Padre eterno, Apolo en Cristo o a Atenea en la Virgen María.

De su obra no ha llegado a nosotros ningún original, salvo los relieves del Partenón de los que con seguridad él sólo controlaba el plan de ejecución. Las obras que podemos ver, por tanto, son copias hechas con mayor o menor fortuna.

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Zeus de Olimpia. Fue merecedora de ser considerada una de las maravillas del mundo antiguo por su majestuosidad, por su perfección y por la riqueza de materiales (crisoelefantina). La estatua, de doce metros de altura, representaba al dios sedente en su trono del templo de Olimpia sosteniendo en sus manos una victoria un cetro terminado en un águila. Atenea Parthenos. Era la estatua de culto del Partenón. De unos 12 metros de altura estaba hecha en marfil y oro. Sólo poseemos pequeñas copias romanas y descripciones literarias. Debió causar gran impresión en la cella . Sostenía en su mano derecha una imagen de la victoria de tamaño superior al natural y en la izquierda un escudo. La diosa encarna los triunfos de Atenas. Los relieves del Partenón La labor de Fidias en la decoración escultórica del Partenón debe entenderse como director de un taller de escultores muy influidos por su técnica. El programa iconográfico muestra una clara finalidad: proclamar la gloria de Atenea y de Atenas, y puede resumirse así: Metopas del Partenón. Son 92 metopas que se conservan en distintos museos de Europa. Son altorrelieves y narran cuatro episodios mitológicos de luchas: amazonas, gigantes, centauros y lapitas y la guerra de Troya. El Friso del Partenón. Es un bajorrelieve que recorre la parte exterior de la cella con una longitud de 160 metros y más de un metro de altura. Representa la procesión que cada cuatro años se celebraba en honor de la diosa (la Panateneas). El relieve posee un gran dinamismo narrativo y solemnidad. Se hizo muy popular ya desde el siglo V puesto que por primera vez se representaba a los atenienses junto a los dioses, y por ello, venía a simbolizar a éstos como portadores de cualidades divinas. Gran parte se encuentra en el Museo Británico en Londres. Los frontones del Partenón. También eran simbólicos. El oriental narraba el nacimiento de Atenea y el Occidental la lucha que mantuvieron Poseidón y la diosa por el dominio del Ática. Eran los mitos sobre los que se fundó la ciudad. Los personajes estaban esculpidos con expresivos efectos de luz y de sombra y un excelente dominio del desnudo y de la técnica de los paños mojados para crear efectos de corporeidad a través de los

finísimos pliegues pegados al cuerpo. Las figuras son conceptualmente un relieve, aunque se labran como esculturas de bulto redondo.

4.3 LOS REPRESENTANTES DEL POSCLASICISMO DEL SIGLO IV: PRAXÍTELES Y SCOPAS. LISIPO Y SU CANON.

Esta es una etapa de un arte más realista, sensual y de proporciones más estilizadas. Ganan terreno los temas costumbristas y de la vida ordinaria y con ello la expresión pasional, la ira, la indignación, la tragedia, en una palabra: todos los sentimientos del hombre. Se pueden distinguir dos tendencias:

- Una hacia la representación de lo amable, de la gracia: “charis” o gracia ática, representada por Praxíteles.

- La otra hacia la expresión de lo dramático, el “pathos” dramático, representada por Scopas. - La síntesis entre ambas tendencias viene representada por Lisipo.

PRAXÍTELES. (Aproximadamente, del 400 al 330 a.C.)

Ateniense que desarrolló su actividad escultórica entre 380-330 a.C. Representa la tendencia al arte de lo amable, de la gracia (“charis” o gracia ática), trata de llenar de aliento psicológico a sus obras, dándoles una expresión melancólica y graciosa, indolente. Su temática fundamental fue la de los dioses, como Fidias, aunque a diferencia de éste los representó como seres humanos, alejados de la pose trascendente. Esculpe ordinariamente figuras de dioses, pero sus modelos son hombres y los representa como seres humanos: adoptan actitudes indolentes, ve a las diosas como doncellas hermosas a las que desnuda y a los dioses como muchachos de formas graciosas. Trabaja el bronce y el mármol. Crea formas blandas, suavemente curvadas: los cuerpos se apoyan en algo exterior describiendo una curva: curva praxiteliana. Evita la línea recta y toda áspera rugosidad. Alarga el canon de Policleto, consiguiendo que sus figuras ganen en esbeltez.

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Entre sus obras destacamos: la Venus de Cnido, Hermes con Dionisos y Apolo sauróctono.

Hermes con Dionisos niño Autor: Praxíteles. Cronología: 330 a. C. Lugar original: Santuario de Olimpia (Grecia) Dimensiones: 2,13 m. de altura. Material: mármol Lugar actual: Museo de Olimpia (Grecia) Escultura en mármol del dios Hermes con el niño Dionisio del templo de Hera en Olimpia es una obra de Praxíteles, del año 330 a.C., que se encuentra en el Museo de Olimpia. La obra fue encontrada en 1877 durante unas excavaciones realizadas en el santuario de Olimpia identificándose sin lugar a dudas con el exvoto realizado por Praxíteles que describe Pausanias con este nombre y que fue donada en el templo de la diosa Hera del santuario de Olimpia. Está considerada, por tanto, como una de las pocas obras originales de la Grecia clásica y por tanto atribuida directamente en su ejecución a la mano de Praxíteles. Se trata de un tema mitológico: el dios Hermes lleva a su pequeño hermanastro para que lo cuiden las ninfas; ha hecho un alto en el camino y ofrece a Dionisos un racimo de uvas que el niño se esfuerza por alcanzar. Las uvas son el símbolo de su divinidad y Dionisio (Baco) será el dios de la embriaguez y las fiestas bacanales o dionisiacas. El personaje divino que lleva en su brazo al niño Dionisio se yergue esbelto sobre sus largas piernas, sus formas corporales son de blanda y pulida modelación y su sereno resplandor se concentra en la cabeza del dios cubierta por un cabello abundante, de cortos rizos ejecutados con trepano, que resaltan la suavidad melancólica de sus rostro. Este Hermes, el dios mensajero de los dioses y el niño Dionisio se funden en una dulce imagen conectados por la acción y el sentimiento. Hermes sonriente y con tierna mirada ofrece al niño un racimo de uvas. El grupo está compuesto como un cuadro: un tronco de árbol, sobre el que se ha tendido un manto, sirve de apoyo al brazo izquierdo de Hermes, el que lleva al niño. El suave tejido se extiende también sobre el brazo para que no se lastime con el áspero leño. La figuras se desarrolla con un sentido puramente frontal, la espalda no fue acabada de cincelar porque fue concebido para ser colocado junto a la pared. El brazo derecho del dios Hermes está incompleto y las caras interiores de los muslos están restauradas con escayola.

SCOPAS.

Contemporáneo de Praxíteles, goza de gran fama en vida. Representa estados de ánimo patéticos, trágicos, de pasión violenta, no melancólicos y de ensueño como Praxíteles. Obliga al mármol a reflejar la satisfacción-insatisfacción del espíritu humano, la alegría y el dolor. Formalmente, consigue ese pathos tanto con el tratamiento que da los ropajes como con él les confiere a los rostros, convertidos en masas redondas y con una disposición especial del arco del entrecejo –encajado- y de la pupila dirigida hacia lo alto.

Obras: Meleagro (Roma, Villa Médicis) y Ménade. LISIPO.

Último escultor de la época clásica. Desarrolló su obra en la 2ª mitad del s. IV. Fue un autor muy prolífico, pero no se conserva ninguna obra original suya sino copias romanas. Trabajó como artista de la corte de Alejandro Magno. Muestra un elevado naturalismo que combina con la elegancia realizando una especie de síntesis entre los estilos de los dos anteriores. Modificó el Canon de Policleto, prefiriendo proporciones más esbeltas y cabeza más pequeña: contenida 8 veces en el cuerpo. Al mismo tiempo, dota a sus figuras de una gran expresividad y elegancia. Sus figuras muestran múltiples puntos de vista, nada de frontalidad. Técnicamente, muestra un gran virtuosismo lo que, de una parte, le lleva a cuidar sus figuras en los más mínimos detalles (por ejemplo, los cabellos) y, de otra, le inclina a expresar lo violento y lo agitado como alternativa a lo bello. Obras: Apoxiomenos, Ares Ludovisi y Hércules Farnesio.

Apoxiomenos. Autor, Lisipo. Hacia 320 a.C. Mármol. Altura 205 cm. Copia romana. Museos Vaticanos. Se trata de una copia romana en mármol de un original en bronce realizado por el escultor del clasicismo griego Lisipo en el siglo IV antes de Cristo, que se encuentra en el Museo Vaticano. Recogiendo la tradición que viene del período arcaico, consagrada en el siglo V a. C. por Policleto, representa a un atleta desnudo, pero en vez de hacerlo en un momento de triunfo, lo hace realizando un acto cotidiano, limpiándose el sudor, el polvo y el aceite con el que estaba cubierto el cuerpo tras acabar su participación en los juegos, mediante el “strigiles”, una especie de espátula usada para esta tarea. Según fuentes antiguas, era el retrato de Agias, atleta y aristócrata de Tesalia del S. V a. C. que fue encargado por un descendiente suyo para un monumento a sus antepasados.

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Se trata de un nuevo tipo de atleta, que difiere del establecido en el siglo anterior por Policleto. La cabeza es menor que la establecida en el siglo V a. C. y las proporciones del cuerpo mucho más esbeltas, ya que ahora la altura total se corresponde con ocho veces la de la cabeza, mientras que en siglo anterior, la correspondencia era de siete cabezas. Otra novedad es que el cuerpo es más flexible y nervioso y además, en la cara hay una mayor expresividad, una naturalidad inexistente hasta el momento en las representaciones atléticas, mostrando una arruga en la frente y sombra en los ojos dejando entrever tal vez el cansancio o la preocupación por la carrera, frente a la ausencia de cualquier tipo de emoción que caracterizaba a la estatuaria del siglo anterior. Además del cambio en el canon, Lisipo muestra otra novedad significativa, ya que tras el largo camino emprendido por la escultura griega desde el período arcaico buscando la inserción de la estatuaria en el espacio, la captación del pleno volumen, el maestro lo logra en esta obra, que debe contemplarse desde diferentes puntos de vista para poder ser captada en su totalidad. Ha conseguido la estereometría. Lo ha hecho de la siguiente manera: el brazo derecho estirado avanza hacia el plano del espectador ofreciéndole un escorzo pronunciado, mientras que el izquierdo doblándose por delante del torso realiza la tarea de limpiarse, con lo que impide que una parte del cuerpo se contemple si el espectador permanece inmóvil; la pierna derecha está inclinada hacia atrás en un plano diferente al resto de las otras partes del cuerpo; el contraposto que muestra ya no solo afecta al alineamiento de la columna y a la posición de la cadera y pierna, sino que además el cuerpo aparece girado rotando ligeramente hacia su derecha, mientras que los hombros se muestran inclinados hacia la izquierda y el cuello con la cabeza girados hacia la derecha. Parece haber acabado de pasar de una postura a otra, de apoyar el peso en un pie, al opuesto. Todo ello obliga a moverse alrededor de la figura, solo así puede captarse en su totalidad, ya que su visión varía por completo según se gira en torno a la misma. En los rostros repite “maneras de hacer” que vemos en otras obras suyas, como el dibujo de la cabeza más redondeado que el óvalo anterior, las mejillas prominentes, los ojos profundos, el cabello desordenado creando claroscuro con los mechones rizados, etc. Se dice que está a medio camino entre la “gracia” de Praxiteles y el “pathos” de Scopas. Lisipo fue uno de los retratistas preferidos por Alejandro Magno.

5. EL PERÍODO HELENÍSTICO.

5. 1 CONTEXTO HISTÓRICO. Cronología: El período helenístico abarca desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) hasta el año 31 a.C. en que los romanos conquistan definitivamente Oriente y Egipto. Políticamente, desaparece la división en polis a favor de una unidad estatal –el Imperio- fruto de las conquistas de Alejandro Magno. A la muerte de A. Magno el imperio se divide en numerosos reinos que, finalmente, confluyen en 4 estados: Macedonia (que incluye Grecia), Egipto con capital en Alejandría, Siria con capital en Antioquía y el reino de Pérgamo. Pero a esta fragmentación política se opone la unidad cultural, económica y lingüística. Geográficamente, la cultura griega se extiende por todo el Oriente Medio a la vez que las culturas autóctonas impregnan a la griega de nuevos elementos (por ejemplo, el colosalismo y la abundancia decorativa en arquitectura). Ideológicamente, la crisis de las polis (marco en los que el hombre vivía y se educaba y en el que encontraba la felicidad y la virtud) favorece la proliferación de nuevas líneas filosóficas (como el epicureísmo y el estoicismo) basadas en éticas personales que dan respuesta a las inquietudes de un hombre que ya no cree en los valores colectivos y que vive en ciudades enormes en las que no hay vida en común. Los artistas se interesan por situaciones de intenso dramatismo en las que el ser humano conoce sus límites y experimenta sentimientos muy personales pero también universales. Como reacción, también se desarrolla el gusto de la etapa anterior por lo evasivo y refinado, de modo que esta etapa aparece llena de contradicciones.

5.2 LA ARQUITECTURA HELENÍSTICA.

En la época helenística, comienzan a perderse el equilibrio clásico, aunque todavía permanece. Los edificios se hacen mucho más monumentales y se amplían registros. Ya no sólo se van a hacer templos prototipos sino que surgen otro tipo de construcciones. Se abandona la escala humana, la armonía y la proporción en favor de la monumentalidad y grandiosidad. Hay una acentuación de la ornamentación, por lo que los edificios aparecen mucho más decorados. Dentro de las columnas, se impone el orden corintio. Como obras principales hay que destacar el Mausoleo de Halicarnaso y el Altar de Zeus en Pérgamo.

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5.3 LA ESCULTURA HELENÍSTICA.

En escultura se inicia una era de realismo un tanto amargo. Se prefiere el desequilibrio de los cuerpos retorcidos a las serenas posturas del estilo anterior, el dramatismo de las expresiones a los rostros tranquilos, la fealdad de monstruos o seres amenazadores a la belleza clásica. Olvida en numerosas ocasiones la idealización de épocas anteriores e incluso el canon para reforzar la expresividad y el realismo. Acentuación del patetismo, el movimiento y la tensión. Temas muy variados: temas fantásticos (alegorías siguiendo la tendencia al antropomorfismo: ríos y ciudades se representan bajo forma humana), escenas de la vida cotidiana, temas anecdóticos, etc. No se desecha la representación de los defectos, lo feo, la vejez. La característica helenística es que en cada uno de los reinos que componen el Imperio Macedónico se va a desarrollar una escuela escultórica distinta: Escuela de Atenas: mantiene todavía los ideales de armonía y belleza clásicos. Se interpreta el amor desde sus formas más puras. Aparecen nuevos temas como esculturas de niños. Algunos ejemplos son la Venus de Milo, el torso del Belvedere, el niño de la espina y el niño de la Oca. Escuela de Pérgamo: son obras de un inmenso dramatismo debido a las invasiones galas que sufre esta ciudad en el siglo III. Además de los relieves del Altar de Zeus hay esculturas como la del Galo moribundo y el Galo Ludovisi. Escuela de Rodas: tiene interés por lo gigantesco, las expresiones de dolor y el movimiento. Algunas de las obras son: Victoria de Samotracia, Laocoonte y sus hijos o el Toro Farnesio. Escuela de Alejandría: se incluyen abundantes enanos y esculturas de ríos con sus afluentes, por ejemplo el río Nilo.

Laocoonte y sus hijos Autor: Quizá adaptado por los escultores del núcleo de Rodas: Agesandro, Polidoro y Atanodoro a partir de un original en bronce de los siglos III-II a. C. Cronología: S. I d.C. Dimensiones: 2,42 m. de altura Material: Mármol. Lugar actual: Museos Vaticanos (Ciudad del Vaticano, Italia) Este grupo escultórico es una de las obras más representativas de las formas helenísticas tardías (desde mediados del siglo II a.C. hasta finales del siglo I a.C.) de la escuela de Rodas. Sus autores fueron los escultores Agesandro, Polidoro y Atanadoro. La obra original, de finales del siglo III o comienzos del II a.C., era de bronce, en tanto que la copia que ahora conocemos es de mármol hecha en un sólo bloque, seguramente en el siglo I d. C. Tiene un tamaño de 2,42 m de altura. El lenguaje formal del barroquismo helenístico se manifiesta claramente en este grupo: la unión del patetismo helenístico con la actitud clasicista, la inserción de un movimiento en el que las fuerzas centrípetas compiten con las centrífugas, generan una composición concebida con criterios más pictóricos y escenográficos que escultóricos. En él se representa a Laocoonte, sacerdote del templo de Neptuno de la ciudad de Troya, que es castigado con la muerte por desobedecer a un mandato divino en la preparación del sacrificio de un toro en el ara. Sacrificio que en contra de los dioses había hecho para convencer a los troyanos del engaño que suponía el caballo de madera que los griegos habían colocado frente a las murallas de la ciudad. Apolo, al ver frustrados los planes de destruir Troya, envió a Curissia y Peibea, dos gigantescas serpientes de mar que se enrollaron a los cuerpos de los hijos de Laocoonte, Antipas y Timbreo, y posteriormente en él mismo y con sus anillos los estrujaron asfixiándolos. Por la presión de los cuerpos de las serpientes, el padre y el hijo más joven son lanzados hacia atrás sobre el altar, siendo mordidos por los monstruos. El joven hijo, viéndose desvalido, busca con la mirada angustiosa la protección de su padre. Una fuerte expresividad y patetismo se desprende del recio cuerpo y de la cabeza detalladamente modelada. El complemento del brazo derecho paterno, cuya mano alzaba como un triunfo un ondulante trozo de serpiente, está doblado hacia la cabeza e intenta arrancarse del cuello a la serpiente. Se ofrece a la vista del espectador como un cuadro de impotencia humana lleno de conmovedor patetismo, cuya composición, pese a todo el movimiento contenido, se desarrolla en un plano frontalista. Sus autores lo concibieron para ser contemplado frontalmente, intentando contraponer la tremenda convulsión muscular de Laocoonte con las anatomías más clásicas de los hijos. En la actualidad se halla en el Museo del Vaticano.

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LA VICTORIA DE SAMOTRACIA. Escultura original griega de la época helenística, realizada hacia el año 190 a.C. Es de un autor desconocido perteneciente a la escuela de Rodas. Altura: 245 cm. Es una obra original, procedente de un Santuario ubicado en la isla de Samotracia. Hoy está en el Museo del Louvre, París. Realizada en mármol, en bulto redondo. Representa a una mujer con alas, posada sobre la proa de un barco de piedra; formaba un espectacular conjunto escultórico erigido en la altura del santuario. La estatua ha perdido la cabeza y los brazos. La mujer mantiene las alas desplegadas y sus ropas se mueven por efecto del viento. Viste un fino jitón transparente, con múltiples pliegues, que debido a la ligereza de la tela fluyen alrededor del cuerpo o se pegan a él con el efecto de “paños mojados”, insinuando y realzando a la vez las bellas formas femeninas. La composición de la obra es abierta, gracias al predominio de los ejes diagonales, y a las curvas de las formas, provocando efecto de movimiento. De frente, la figura se abre hacia arriba gracias a las líneas que marcan las alas. Lateralmente el dinamismo se produce por la disposición de las piernas, la derecha más adelantada, y las diagonales que forman. La sensación de movimiento de la composición se completa con el plástico juego de los pliegues de la ropa. El acabado de la obra es perfecto, representando con verosimilitud las distintas texturas (carne, tela, plumas, barco...) Representa una Niké o Victoria, erigida para conmemorar un triunfo naval, personificado como una mujer con alas que acaba de posarse sobre la proa de un navío que hace de pedestal de la escultura. Es un claro símbolo de la gloria de la victoria. El escultor demuestra tener una excelente técnica para el modelado de las formas. Sabe representar tanto el efecto del viento, como la rotundidad de la Niké o la sensualidad del cuerpo femenino. Los pliegues del vestido dibujan líneas de luces y sombras que dan cierta expresividad a la obra La obra tiene todas las características propias del arte helenístio, último periodo de la escultura griega. Estudiada composición que rompe con el frontalismo y el equilibrio clásico, a favor del movimiento, la expresión y la tensión dramática. Complicación compositiva y sentido teatral, al que ayuda el tono monumental de la obra. Realismo y preocupación por una belleza sensual, más que ideal. Pertenece a la denominada Escuela de Rodas, una de las principales de la etapa helenística, de donde salieron otras famosas como Laocoonte y sus hijos o El toro Farnesio. Fue encargada para conmemorar una victoria naval de Samotracia y presidir un lugar destacado del santuario de Cabiros. El autor se basa en modelos clásicos anteriores, pudiendo encontrase la influencia de Fidias en la técnica de paños mojados; no obstante, aquí todo es más realista. La obra ejerció notable influencia en la escultura romana, así como en los períodos renacentista y neoclásico.

6. LA ESCULTURA IBÉRICA.

A partir del siglo VI a.C. encontramos situados en toda la costa levantina española, así como en casi todo el territorio de la actual Andalucía a una serie de pueblos que las fuentes clásicas agrupan bajo el común denominador de "iberos". Su cultura es fruto de la asimilación de patrones orientales (fenicios y griegos) y de la evolución propia de los pueblos asentados en esas zonas de la península en momentos anteriores, destacando la aportación de elementos procedentes del mundo tartésico. Estos iberos que conocieron la escritura y que levantaron poblados en los que ya es perceptible un incipiente urbanismo destacan, en el campo de la Historia del Arte, por sus realizaciones escultóricas, tanto en bulto redondo como en relieves.

La escultura ibera acusa las influencias de la procedente del mundo griego, aunque también presenta algunos rasgos de origen mediterráneo oriental. Esta mezcla origina una estatuaria con acusada personalidad, en la que se aprecian diversas escuelas. En todas ellas parece mostrarse un especial interés en la representación de grandes damas, de guerreros y de animales, ya sean reales o mitológicos, que parecen tener un sentido de protección de las tumbas y otros espacios sagrados. Esta es quizás la característica fundamental de la escultura ibérica: su vinculación con las prácticas y ceremonias religiosas, sean o no de ultratumba.

Las esculturas más conocidas son las Damas, divinidades vinculadas a cultos funerarios y representaciones de la diosa de la fecundidad. Destaca el magnífico busto femenino de la Dama de Elche, la escultura sedente de la Dama de Baza o la oferente del santuario del Cerro de los Santos en Albacete.

La estatuaria de animales refleja animales reales (leones y toros en su mayoría) o simbólicos (esfinges, grifos), que son las famosas bichas, llamadas así por los habitantes del lugar donde han aparecido. La más famosa de las conocidas es la de Balazote en la provincia de Albacete. Su tipología es la conocida en los territorios que bordean la zona del Mediterráneo oriental y se les atribuye carácter sagrado como protectores del hombre, tanto de los vivos como de los difuntos, correspondiendo su área de expansión por los datos de que disponemos hasta ahora al sector ibérico del sur peninsular.