Tema 4. LA PSICOMOTRICIDAD EN EL CURRÍCULO … · componentes del currículo. 1.1. Objetivos...

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CURSO PSICOMOTRICIDAD INFANTIL NIVEL 1 Tema 4. LA PSICOMOTRICIDAD EN EL CURRÍCULO DE INFANTIL

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CURSO PSICOMOTRICIDAD INFANTIL

NIVEL 1

Tema 4.

LA PSICOMOTRICIDAD EN EL CURRÍCULO

DE INFANTIL

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UNIDAD DIDÁCTICA: La psicomotricidad en el curricul um de infantil

PRESENTACIÓN: Partiendo de nuestra formación y de la posibilidad de participación y elaboración en el

curriculum de esta, nuestra escuela; podemos encaminarnos a averiguar qué es lo que nuestro

alumnado sabe y qué actividades no ayudarían a conseguir, hacer más efectiva nuestra

enseñanza y que se refleje de alguna manera, el proceso de aprendizaje alcanzado de nuestros

alumnos. A todo esto, sabemos que no existen recetas mágicas para la Educación Infantil,

como tampoco en ninguna etapa. Sin embargo sí disponemos de estrategias y recursos que

nos facilitan nuestra acción pedagógica.

La posibilidad de disponer de un lugar, llamase sala o aula, para la práctica

psicomotriz única y exclusivamente para nuestros alumn@s, significa, el poder contar con un

recurso didáctico más que justificado. Sin entrar a valorar los beneficios más que

comprobados que la práctica psicomotriz aporta al alumnado, sí nos gustaría calificarla de

necesaria y trascendental para el desarrollo integral del alumnado. La sala de psicomotricidad

es un lugar de descubrimiento, un lugar mágico que nos permitirá reflexionar sobre las

posibilidades de desarrollar los contenidos del curriculum de Educación Infantil a partir de

experiencias y vivencias que se dan durante la sesión psicomotriz.

Si en realidad, como veremos en el desarrollo del temario, la psicomotricidad está

presente en el curriculum de forma explícita e implícita, diremos entonces que la misma no

queda aislada como un elemento más escogido a la azar, si no que está dando la oportunidad

para que éste se convierta en un eje vertebrador e importante de nuestra programación.

Respetando la globalidad, la forma de ser de los niños y niñas, de conocer y de entender el

mundo que nos rodea. Si a todo esto le añadimos que es el cuerpo, el gran olvidado de

nuestras escuelas por la escasa presencia en el día a día, que cuando aparece en las

programaciones, solamente se plantea en forma de actividades aisladas, centradas en objetivos

específicos y desde una concepción instrumentalista y racional del mismo. Ante esto

responderemos que no es, un mero instrumento, si no que es, principalmente, fuente de

conocimiento, de comunicación, de relación y de afecto. Todos, absolutamente todos somos

seres psicomotores1, y en esto coinciden todos los autores de la materia. Por que a través de

nuestras manifestaciones psicomotoras expresamos problemas, comunicamos sentimientos y

1 El término "psicomotricidad" integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico.

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emociones. Por eso creemos que las prácticas educativas deben partir de la concepción

unitaria de la persona, en la que el cuerpo aparezca como una dimensión básica de la

enseñanza y del aprendizaje. La dimensión de esta práctica puede llegar a convertirse, en un

planteamiento de libertad con límites, en el que se hacen propuestas y se sugieren situaciones

de búsqueda, en lugar de promover sólo actividades, aceptando que los niños y niñas puedan

hacer sus propias interpretaciones; sin embargo, tratar de que los niños sean sus propios

protagonistas, es decir que sean autónomos, exige reducir el poder del adulto y estimular al

alumnado a escoger, a decidir por sí mismos, a animarlos a que se relacionen los unos con los

otros y a que resuelvan los conflictos entre ellos; ayudarles par que sean independientes y

curiosos, a que usen la iniciativa al perseguir sus intereses, a tener confianza en su capacidad

de resolver las cosas de forma autónoma, a dar su opinión y a razonar su convicción. Por ello,

en este módulo al menos, se defiende la no directividad: nosotros los educadores no debemos

dirigir situaciones, ni imponer deseos; más bien proponemos, ayudamos, aportamos y

colaboramos. Esto implica también el derecho al error, tanto por parte del discente como del

docente y aprender de ellos en futuros procesos. Conlleva, en último término, al uso de la

palabra, a la expresión libre, tanto oral como escrita y corporal.

Nuestras pretensiones son de acercamiento a la capacidad de análisis y síntesis, lo que

implica la formación del pensamiento operativo2. Para llegar a esto es necesario que los niños

y las niñas vivencien el espacio, su situación en ese espacio y sus relaciones con los objetos y

las personas que están en él. A partir de estas vivencias los niños y las niñas serán capaces de

distanciarse, tanto sensoriomotriz como emocionalmente, para descubrir los componentes

físicos del espacio y de los objetos: longitud, anchura, altura, peso, volumen, colores, materia,

etc. A través de estos apuntes trataremos de vivenciar más si cabe, la apuesta por la

psicomotricidad en la escuelas de infantil.

2 La variedad de situaciones que se procesan en el pensamiento humano recibe el nombre de pensamiento operativo, su particularidad consiste en que no esta vinculado a conceptos abstractos sino a operaciones prácticas de trabajo, en ese sentido, el pensamiento se dirige satisfactoriamente a la solución de una u otras tareas. Teoría de Piaget.

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Los epígrafes que contendrá este módulo será:

1. PSICOMOTRICIDAD EN EL ÁMBITO EDUCATIVO...................................................... 5

1.1.Objetivos generales de la Etapa Infantil del segundo ciclo de infantil de tres a seis años según LOE.............................................................................................................................. 5 1.2.Los contenidos en la etapa infantil ................................................................................... 6

1.2.1. Bloques de contenidos del Área de Identidad y Autonomía Personal ..................... 7 1.2.2. Bloques de contenidos del Área de Descubrimiento del Medio Físico y Social.... 10 1.2.3. Bloques de contenidos del Área de Comunicación y Representación ................... 11

1.3.Principios metodológicos en Educación Infantil............................................................ 12 1.4. La evaluación de la práctica psicomotriz ...................................................................... 15

2. PRAXIA GLOBAL o DOMINIO DE COORDINACIÓN DINÁMICA............................ 16 3. PRAXIA FINA o MOTRICIDAD DE MANIPULACIÓN................................................ 19 4. EL ESQUEMA CORPORAL. DOMINIO DEL ESPACIO ................................................ 22

4.1. EL ESQUEMA CORPORAL ....................................................................................... 23 4.1.1. Concepto de Esquema Corporal ............................................................................. 23 4.1.2. Elementos que forman parte del Esquema Corporal como un todo....................... 24 4.1.3. Etapas en la elaboración del esquema corporal...................................................... 40

4.2. LA PERCEPCIÓN DEL ENTORNO ........................................................................... 43 4.2.1. Percepción y estructuración espacial...................................................................... 43 4.2.2. Percepción y estructuración temporal .................................................................... 45 4.2.3. La estructuración espacio-tiempo........................................................................... 46

4.3. LA COORDINACIÓN MOTRIZ ................................................................................. 47 4.4. DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES PERCEPTIVOS MOTRICES................ 48

5. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PRÁCTICAS EN EL 1º Y 2º CICLO DE INFANTIL ............................................................................................................................... 49

5.1. OBJETIVOS.................................................................................................................. 50 5.2. METODOLOGIA ......................................................................................................... 50 5.3. CONTENIDOS ............................................................................................................. 51

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS: ............................................................................................. 52

OBJETIVOS: 1. Conocer la trascendencia de la psicomotricidad en la educación integral del alumno de

infantil 2. Desarrollar conocimientos que acerquen más al maestr@ a esta disciplina. 3. Vivenciar y adoptar estrategias educativas en la intervención psicomotriz como

recurso didáctico. 4. Aportar al bagaje del educador herramientas de trabajo para la evaluación de la

práctica psicomotriz

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CONTENIDOS:

1. PSICOMOTRICIDAD EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

La psicomotricidad no debe ser una materia parcializada y aislada del programa

educativo, sino más bien una metodología que favorezca el desarrollo integral de los niñ@s y

que parte de la utilización del cuerpo y su movimiento. Cuerpo en movimiento que constituye

un medio globalizador, ya que no solo organiza las funciones motrices sino también las de

pensamiento y sentimiento.

En este apartado se va a analizar la coherencia de esta práctica con el Diseño

Curricular Base de la Educación Infantil que en la actualidad y hasta que se apruebe el

borrador de infantil para nuestra Comunidad, se rige por el Real Decreto 1630/2006, de 29 de

Diciembre, en el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación

Infantil. Nos centraremos únicamente en la aportación de la psicomotricidad a los diferentes

componentes del currículo.

1.1. Objetivos generales de la Etapa Infantil del segundo ciclo de infantil de tres a seis años según LOE. Con respecto al área de Identidad y Autonomía personal diremos que los seis objetivos

guardan relación directa con la práctica psicomotriz en la escuela. En la sala de

psicomotricidad los niños y niñas se ponen a prueba, exploran sus posibilidades, desarrollan

su competencia corporal partiendo de sus posibilidades, sin miedo a ser juzgados porque hay

un adulto que los acepta como son y los anima y los ayuda para que cada vez se sientan más

seguros. El niñ@ se siente reconocido y esto le da seguridad efectiva y emocional,

desarrollando su autoestima.

A partir del juego espontáneo en el que utilizan los materiales y el espacio propuesto

por el maestro, los niñ@s desarrollan todo un juego sensoriomotor (saltos, carreras, arrastres,

trepas...), consiguiendo progresivamente el control del propio cuerpo, formándose una imagen

positiva de sí mismos.

El compartir el espacio con el resto de compañeras y compañeros de su grupo, le

permite establecer relaciones en un marco de libertad en el que se pueden autoafirmar pero

admitiendo que hay unas normas que pone el grupo y que tiene que respetar. De esta forma, el

niñ@ se autorregula y entiende que hay diferentes puntos de vista, diferente nivel de

competencias, pero todos tienen que ser respetados.

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A través del juego sensoriomotor y simbólico el niñ@ establece relaciones con sus

iguales y con el adulto poniendo de manifiesto su dimensión afectiva, desarrollando unos

personajes que guardan una estrecha relación con sus vivencias que podrá reelaborar en el

juego.

Utilizamos el juego espontáneo porque es el que permite al niñ@ expresarse más

libremente. El adulto no propone el juego, en todo caso se inscribe en él, acompañando al

niñ@ simbólicamente, estando disponible a representar los papeles que el niñ@ le asigne, con

una actitud de escucha para responder a sus demandas y necesidades. El juego irá

evolucionando de forma que el niñ@ es cada vez más autónomo y el adulto se limita a

observar y a recoger una información valiosa sobre el momento de cada componente del

grupo.

Hay un segundo bloque de objetivos, cinco en concreto, del Área de Descubrimiento

del Medio Físico y Social los cuales podemos relacionar también con lo psicomotor en un

primer y segundo plano.

La práctica psicomotriz no es ajena a la realidad en la que se encuentra el niño y la

niña. En este sentido, las fiestas como pueden ser los carnavales, las navidades, el

cumpleaños... se ven reflejadas en los juegos que se desarrollan en la sala. En otras ocasiones

sus juegos reflejan historias de animales, de familias, de profesiones, etc., que nos permiten

conectar con esa realidad de su medio físico y social. A veces, un material nos posibilita

hablar de su procedencia y naturaleza, su utilidad, accediendo a su conocimiento a partir de la

vivencia. La relación social que se establece durante la sesión es evidente, puede haber una

interacción compartida en distintos niveles. El inicio de habilidades matemáticas se hace

patente desde el momento que el niño y la niña comienza a establecer contacto lúdico con el

material de juego.

La dinámica de las sesiones facilita el desarrollo de las capacidades representativas y

simbólicas tratando de que el niñ@ represente, mediante el dibujo, el modelado o las palabras,

sus propias vivencias; lo que guarda relación con el último bloque de objetivos que se refieren

al Área de Comunicación y Representación. Donde diremos que al menos de los siete

objetivos presentados, en cinco (1,2, 3, 4 y 6) vemos cierta relación con la psicomotricidad.

1.2. Los contenidos en la etapa infantil Los objetivos generales como referente principal quedan posteriormente contextuados

en los de cada una de las áreas y estos se relacionarán con los bloques de contenido.

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Así pues, una vez analizados los objetivos generales, nos centraremos en los bloques

de contenidos de cada área, reflexionando sobre las posibilidades de la práctica psicomotriz

para el desarrollo de los mismos.

1.2.1. Bloques de contenidos del Área de Identidad y Autonomía Personal Si seguimos el Real Decreto veremos que nos encontraremos que los cuatro bloques

de contenido tienen relación directa con la práctica de la psicomotricidad.

Los dos primeros bloques hacen referencia al conocimiento y control del propio

cuerpo que configuran la imagen de uno mismo. Desde la práctica psicomotriz, el

conocimiento y control del propio cuerpo no solo implica el concepto corporal y el desarrollo

de una serie de destrezas y habilidades, sino que también implica el conocer sus posibilidades

expresivas y de comunicación que están íntimamente relacionadas.

Es cierto que hay un cuerpo funcional que está sometido a unas leyes de maduración

neurológica y biológica en su evolución, pero también es cierto que esta evolución solo se

puede dar en un marco de relación y es a través de esta relación como se va creando su

imagen. Distinguimos en este proceso evolutivo dos etapas. Una etapa presimbólica que se

sitúa en torno a los dos primeros años, y a continuación la etapa simbólica. En la etapa

presimbólica el niñ@ para formarse su propia imagen corporal necesita la presencia del otro,

que será cada vez menos necesaria a medida que el niñ@ se va acercando a la capacidad

simbólica.

La presencia y la intervención del adulto facilitarán en el niñ@ el descubrimiento de

las nociones propioceptivas3 y el reconocimiento de sí mismo, haciendo de espejo de sus

emociones. La alternancia entre la presencia y la ausencia del adulto, permite que se vaya

produciendo el proceso de separación, que lleva a la progresiva conciencia de una identidad

corporal diferenciada.

Cuando el niñ@ toma conciencia de si mismo, es cuando puede jugar a identificarse

con personajes que son diferentes a él. En las identificaciones primarias, el niñ@ se fusiona

con el personaje con el que se identifica; en las identificaciones secundarias, juega a

identificarse con personajes que son diferentes a é1 mismo.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, a través del juego, en la sala de

psicomotricidad, el niñ@ descubre su cuerpo, sus posibilidades de movimiento y

desplazamiento en el espacio y en el tiempo, vivencia diferentes sensaciones y percepciones

3 Sensibilidad propioceptiva: Informa de la estructura somática del organismo (estado actual y situación en el espacio)

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corporales y pone de manifiesto sus sentimientos y emociones sintiéndose reconocido por el

adulto que lo acepta y lo anima, generando autoestima y confianza en sus posibilidades, a la

vez que respeto hacia las diferencias individuales y a que cada uno actúa en función de sus

posibilidades.

Lo que se pretende es que el niñ@ acceda a la autonomía, siendo conscientes de que

en muchas situaciones sigue necesitando al adulto, reclamando su ayuda o su reconocimiento,

haciendo cosas especialmente para nosotros; otras veces, manifestándose inhibido ante la

presencia del adulto, siendo nuestra responsabilidad hacer evolucionar esa situación; y otras

veces, el niñ@ se manifiesta autónomamente sin ningún tipo de dependencia hacia el adulto.

A medida que el niñ@ gana autonomía también se desarrollarán sus habilidades

perceptivomotrices, gana seguridad en sus desplazamientos, madura y controla su cuerpo,

pudiendo adoptar diferentes posturas, mejorando sus coordinación, el control segmentario y

en sus desplazamientos en el espacio y el tiempo adquiriendo las nociones topológicas básicas

y la estructuración rítmica.

El tercer bloque de contenidos se relaciona con la socialización del individuo. La

relación del niñ@ con sus iguales, la integración en el grupo, es un aspecto fundamental del

desarrollo. Para que el individuo aprenda a vivir en sociedad es necesario que abandone su

egocentrismo para aceptar el punto de vista de los demás, necesita interiorizar las normas

sociales, adaptarse a las diferentes situaciones de su vida diaria, adquiriendo hábitos de

trabajo y regulando su propio comportamiento.

En la práctica psicomotriz el niño y la niña juegan en el seno del grupo, entran en

relación con sus iguales y con el adulto y sabe que hay una serie de normas que ha de cumplir.

Hemos de procurar que las normas sean las mínimas e indispensables para no limitar la

expresividad, son normas que pone el grupo, que las recordamos al indicio de cada sesión y

que el adulto debe hacer respetar.

Los niños y niñas saben que no se puede hacer daño al compañero, que no se pude

romper el material, que hay que respetar los turnos y las producciones de los demás, que hay

que compartir el espacio y los materiales, que tiene que colaborar en la recogida de los

materiales, y poco a poco ajustarse a los diferentes momentos de la sesión. La sala de

psicomotricidad es un espacio con un gran margen de libertad, pero donde existe un orden,

estando claro lo que no se puede hacer (las normas mínimas) y lo que si se puede hacer

(jugar).

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También puede ayudar a la socialización, el tipo de juegos que se desarrolla en la sala

y que expresan relaciones sociales requiriendo la cooperación y el acuerdo en la adquisición

de roles.

El bloque 4 y último de esta área se refiere al cuidado de uno mismo y del entorno. Tal

como se plantean los contenidos de este bloque, la aportación de la práctica psicomotriz al

desarrollo de los niñ@s es colateral, aunque es cierto que se pueden rescatar algunas

vivencias de la sala para verbalizarlas luego en el aula y a partir ahí desarrollarlas en relación

a los contenidos de este bloque.

En los juegos de los niñ@s vemos reflejadas las situaciones de su vida diaria y, juegan

a los médicos, los heridos, los hospitales, a las casitas donde está el bebé que hay que cuidar,

a veces está malito, o donde la familia tiene que comer, casas que algunos pretenden mantener

limpias y ordenadas... son solo ejemplos de situaciones que luego pueden seguir desarrollando

a través del juego en los rincones del aula y con la puesta en común de sus ideas previas

acerca de estos temas.

Si en todo momento es importante la relación familia-escuela, en el desarrollo de los

contenidos a los que se hace referencia, el papel de la familia es fundamental. Las habilidades

básicas relacionadas con el cuidado de uno mismo y del entorno se desarrollan desde la

familia, necesitándose una coordinación familia-escuela en cuanto a los contenidos

conceptuales y actitudinales y la colaboración en los procedimientos.

Hay una serie de habilidades básicas relacionadas con el cuidado de uno mismo que no

vemos reflejadas en los contenidos de esta área. Nos referimos a los hábitos de autonomía

personal como pueden ser: vestirse, desvestirse, ponerse/quitarse las playeras y zapatos de

forma correcta, ordenar su ropa... En la sala de psicomotricidad, al inicio y al final de la

sesión nos encontramos habitualmente con que estas habilidades no están plenamente

desarrolladas, lo que requiere nuestra atención y nos lleva a plantear la necesidad de

colaboración con la familia para el desarrollo de estas habilidades y un mayor nivel de

autonomía.

En relación a su salud, el niñ@ aprende a través de las vivencias de la sala, a cuidarse

a si mismo, comprende que si está enfermo no es conveniente quitarse la camiseta y los

calcetines, que para sudar menos no deben estar muy abrigados, que si hace frío hay que

ponerse el suéter antes de salir...

En resumen, podemos observar como los contenidos de procedimiento son los que

tienen más peso en esta área y que la aportación de la práctica psicomotriz es fundamental,

indispensable, para el desarrollo no solo de los procedimientos, sino también de las actitudes

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y conceptos, sobre todo en los tres primeros bloques. Es el área que más guarda relación con

lo que B. Aucouturier denomina primer tiempo de la sesión y que se desarrolla plenamente

en la sala de psicomotricidad.

1.2.2. Bloques de contenidos del Área de Descubrimiento del Medio Físico y Social

El Real Decreto 1630/2006 plantea que la razón de establecer un área de estas

características no es epistemológica sino educativa y psicogenética. Se justifica esta área por

la necesidad de implicar a la infancia en las relaciones cotidianas del mundo físico y social y

de facilitar a ésta la vinculación de la escuela con el medio y la comunidad.

Dentro de esta área podemos encontrar tres grandes bloques de contenido, y que

haciendo un análisis de los mismos vemos que el peso recae fundamentalmente en los

conceptos y por las peculiaridades de los contenidos no guardan relación directa con la

práctica psicomotriz, aunque sí que es un recurso importante ya que el juego que se desarrolla

en como pueden ser: la familia, la vivienda, algunos medios de transporte y comunicación

social, atributos físico de algunos objetos, los animales, etc.

Se trata de aprovechar las situaciones que plantean en la sala para que sirvan como

punto de partida a la hora de desarrollar los contenidos, ya que la construcción del

pensamiento se realiza a partir de sus vivencias y de las ideas que manifiestan cuando juegan

a las familias, cuando construyen casas, cuando utilizan distintos medios de transporte para

trasladarse de un lugar a otro, cuando utilizan el papel de periódico o cartones en sus juegos,

cuando manipulan diferentes objetos o cuando representan a diferentes animales (de todas las

especies), o cuando utilizamos como material el agua que es un elemento que nos aporta la

naturaleza.

A todos estos juegos, se pueden añadir los que guardan relación con los diferentes

tipos de alimentos y profesiones, ya que son conceptos que deberían verse reflejados en esta

área.

En lo referente a los contenidos procedimentales los que más reflejo tienen en la

práctica psicomotriz son los referidos a la manipulación de los objetos ya la utilización

creativa que realizan. Se procura facilitarles materiales y objetos poco estructurados, que no

solo les permitan una utilización convencional, sino que les permita manipularlos y darles

contenido en función de sus propios intereses, facilitando así los procesos de decodificación

simbólica.

Son los contenidos de actitud los que se verán reflejados en la práctica psicomotriz

sobre todo los que se refieren al bloque 1, ya que la actividad psicomotriz se plantea en grupo

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y el niñ@ aprende, poco a poco, a respetar las normas de este contexto, adquiere autonomía

para resolver los conflictos que se generan en su relaciones disfruta de las actividades de ocio,

etc.; y en menor medida, cuando hace referencia a los elementos u objetos, ya que se propicia

el cuidado de los materiales y las posibilidades de compartirlos en sus juegos.

1.2.3. Bloques de contenidos del Área de Comunicación y Representación A medida que el desarrollo cognitivo, afectivo y social del niñ@, y los contenidos que

le comunican los adultos se van haciendo cada vez más complejos, se hace preciso que este

aprenda a dominar y usar las diferentes formas de representación. Las diferentes formas de

expresión van a favorecer y potenciar sus capacidades y a mejorar sus posibilidades de

comunicación, a la vez que lo prepararán para que pueda acceder a contenidos culturales que

llegarán a él a través de las distintas formas de representación.

Lo dispuesto en el Real Decreto sobre los contenidos de esta área, nos viene a decir

que la representación no se ha de asociar de manera exclusiva al segundo momento de la

sesión. En realidad, podemos hablar de un nivel de representación pre-simbólico, que el niño

o la niña exterioriza a través de su movimiento, de la construcción que hace de los objetos

dentro del espacio, etc. Un nivel de representación pre-simbólica, que moviliza el imaginario

y prepara un segundo nivel de representación, que es el que se da a un nivel simbólico a

través del dibujo, del modelado, de las construcciones... y sobre todo, a través del lenguaje.

Este segundo nivel es el que aparece en el segundo momento de la sesión.

Así pues, sin entrar a detallar, la mayoría de los contenidos de este área son abordados

en el segundo momento de la práctica psicomotriz, es decir, una vez finalizada la actividad,

cuando nos sentamos, nos distanciamos de la vivencia y ponemos palabra a lo realizado por

cada uno pudiendo abordarse los contenidos del bloque uno, o cuando nos comentan sus

dibujos sobre la sesión, donde ellos y ellas dicen las palabras y nosotros las escribimos, o

cuando planteamos diferentes materiales (pinturas, maderas, arcilla, plastilina, el propio

cuerpo) para que expresen aquello que acaban de vivir.

Se trataría de realizar lo que Lapierre y Aucouturier plantean en su metodología de

Educación Vivenciada: a partir del descubrimiento de una determinada noción y de su

vivencia, buscar con los niñ@s las diferentes posibilidades de expresión de la misma noción

(expresión por el cuerpo; por el gesto; por la actitud; expresión sonora; expresión gráfica:

volumen, línea, trazo, color; expresión verbal). De esta forma se va de una expresión

simbólica, libre y espontánea, a una expresión cada vez más codificada y precisa: a la vez se

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trata de diferenciar los distintos modos de expresión, de pasar de uno a otro, de descubrir las

analogías y las correspondencias.

Como reflexión final a este apartado de contenidos podemos determinar que la

mayoría de los contenidos de educación infantil se pueden abordar desde una concepción

psicomotriz que utiliza como recurso pedagógico el juego, contemplando la actividad corporal

en todas sus dimensiones.

Vemos que la práctica psicomotriz juega un papel fundamental en el desarrollo de los

contenidos del área de identidad y autonomía personal (primer momento de la sesión) y en el

área de comunicación y representación (segundo momento de la sesión), mientras que en el

desarrollo de los contenidos del área de descubrimiento del medio físico y social puede ser un

recurso complementario sobre todo para determinados conceptos y actitudes.

1.3. Principios metodológicos en Educación Infantil A la hora de desarrollar el concepto de psicomotricidad en el ámbito educativo existen

diferentes metodologías de intervención. Es el educador, en base a su formación, su

concepción corporal, las condiciones del centro, las características del alumnado, etc., quién

ha de elegir aquella que se ajuste mejor a su forma de entender la educación.

Es evidente que debe existir coherencia entre las ideas acerca de la educación y como

estas se plasman en la práctica, y en este sentido suponemos que una concepción instrumental

y racional del cuerpo no tiene cabida en los principios metodológicos recogidos en la actual

Ley Educativa, por lo que no compartimos que cualquier método pueda ser válido. En este

apartado, trataremos de analizar si nuestra propuesta de práctica psicomotriz, basada en el

juego libre v el respeto a la espontaneidad para favorecer la expresividad del individuo,

contribuye a conseguir los fines recogidos en la actual Ley para la Educación Infantil.

Ciertamente la práctica psicomotriz es sinónimo de actividad. Actividad, a través del

movimiento que el niñ@ desarrolla en su juego y que le permite expresarse, implicando todo

su ser, poniendo de manifiesto sus sentimientos y emociones, pero también actividad que le

permitirá reflexionar con posterioridad sobre lo realizado y vivido, pudiendo acceder a un

pensamiento racional más elaborado que parte de las relaciones establecidas "activamente"

consigo mismo, con los objetos o con las demás personas.

En concreto en el Real Decreto de infantil se destaca el juego como una de las

principales fuentes de aprendizaje, junto a la acción, la experimentación y los procedimientos.

Esto es precisamente lo que se plantea en la práctica psicomotriz, a partir del juego, quizás

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con la matización de que es un juego libre y esto supone la no directividad: el educador no

dirige situaciones, ni impone sus deseos; propone, ayuda y colabora.

En todo momento, el maestro adecuará la enseñanza a la manera de aprender de los

alumnos. En nuestra práctica educativa y en concreto en la propuesta de trabajo psicomotor

partimos de lo positivo, de lo que cada uno sabe hacer, de las competencias individuales,

ofreciendo diferentes posibilidades de acción, siendo el niño y la niña quienes deciden

libremente lo que quieren hacer, nosotros podemos sugerir pero en ningún momento hacemos

juicios de valor, siempre se podrán hacer las cosas mejor y hay que motivarlos para que se

superen, pero teniendo en cuenta las diferencias individuales, adaptando el proceso de

enseñanza-aprendizaje al ritmo de cada alumno.

Esto significa aceptar el derecho al error, porque los fallos son trampolín de futuros

aprendizajes, considerados como algo natural en este proceso y no como fracaso.

La organización del aprendizaje se desarrollará de forma global porque así se recoge

en el Real Decreto para Infantil y en la propia Ley Orgánica de Educación, el principio de

globalización supone que el aprendizaje es el producto del establecimiento de múltiples

conexiones entre lo nuevo y lo ya sabido, experimentado o vivido. Supone un acercamiento

global del individuo a la realidad que quiere conocer.

En la sala de psicomotricidad, el niñ@ crea y desarrolla situaciones partiendo de sus

posibilidades y sus vivencias, se expresa globalmente, entra en contacto con los objetos y con

las demás personas, llevando implícitas estas relaciones contenidos de distinto género

(nociones, procedimientos y actitudes) y distintas áreas. A estás edades el niñ@ construye su

personalidad y conquista el mundo a partir de la sensoriomotricidad y sobre un fondo tónico-

emocional. La historia de nuestro cuerpo equivale a nuestra propia historia afectiva. La

expresividad psicomotriz está relacionada con el inconsciente, con todo lo que el niñ@ ha

vivido asociado a su placer y displacer, es la expresión de su afectividad más profunda.

Es desde esta globalidad como podemos comprender los deseos, las posibilidades de

comunicación y de conceptualización del niñ@, todo ello como expresión de una totalidad. La

globalidad hace referencia a la estrecha relación entre la estructura somática del ser humano,

su estructura afectiva y su estructura cognitiva.

Aunque, en realidad, estos tres aspectos de nuestra personalidad seguirán

interrelacionándose a lo largo de nuestra vida, a partir de los 7-8 años aproximadamente se

produce un cambio en el niñ@: se abre al pensamiento operatorio y toma conciencia de que

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existe en el mundo con un soporte corporal, de ahí el interés por las sensaciones cinestésicas4,

por la transformación de su morfología, por su musculatura, por su propia habilidad y

potencia físicas, por los juegos sometidos a reglas y normas. Puede ya poner distancia entre el

mundo y sus emociones, no siendo necesario un contacto pleno a nivel tónico-emocional con

el mundo que le rodea. Por ello tiene menos necesidad de su expresividad psicomotriz, puede

mediatizar sus emociones y su vida fantasmática a través del lenguaje y otras actividades

expresivo-simbólicas, y esto le permite una nueva mirada sobre el mundo exterior. El

lenguaje verbal se transforma así en un instrumento de representación relacional; gracias a él,

puede distanciarse de lo que vive, de lo que ha vivido, de lo que quiere vivir, mientras que

antes solo vivía. Como afirma Aucouturier, pasar al nivel operatorio equivale a reconstruir

progresivamente en el plano de la representación lo que estaba adquirido en el plano de la

acción. El espacio, los objetos, se perciben como entidades externas a si y, por tanto, pueden

ser conocidos, usados y dominados cada vez más objetivamente; el niñ@ cuestiona su

realidad, es el acceso a la reversibilidad. Así pues, el momento privilegiado para la práctica

psicomotriz es el periodo hasta-los 7-8 años, edad hasta la cual el niñ@ tiene esta vivencia

unitaria del mundo.

Partiendo de esta concepción del individuo, es posible seguir desarrollando, luego en

el aula (segundo momento) los contenidos de la etapa, pero partiendo de sus vivencias, de lo

observado o de lo que ellos y ellas manifiestan cuando hablan o hacen sus dibujos sobre lo

realizado en la sala de psicomotricidad.

Aprendizaje significativo. El aprendizaje significativo tiene lugar cuando las nuevas

informaciones y conocimientos pueden relacionarse, de una manera no arbitraria con lo que la

persona ya sabe. Es el momento en que aquello que se está aprendiendo puede ponerse en

relación e integrarse con conocimientos que ya poseen, es posible incorporarlo a las

estructuras de conocimiento actuales. Por el contrario, cuando quien aprende se encuentra con

contenidos que contempla sin apenas sentido, arbitrariamente conectados entre sí y con

verdaderas dificultades para relacionarlos con los contenidos de su actual estructura cognitiva,

se produce un aprendizaje memorístico.

Es necesario aprovechar las posibilidades de la práctica psicomotriz en tanto que

metodológicamente impulsa y amplía la actividad del alumnado a medida que construye el

conocimiento con sus experiencias. Hemos de tener en cuenta primero, las "ideas previas",

como se han formado, su incoherencia, estabilidad y resistencia al cambio, el que tomen

4 Sensibilidad cinestésica: Se le conoce también como sentido muscular, consiste en recoger información de cómo se hallan posicionados los diferentes segmentos corporales sin necesidad de una información visual.

15

conciencia de ellas para luego modificarlas. Organizando, después, la situación de enseñanza-

aprendizaje en función de lo que sabe, facilitando la conexión entre los conocimientos que ya

dispone y los conocimientos que pretendemos que adquiera a través del aprendizaje escolar.

El aprendizaje que se desarrolla mediante la práctica psicomotriz se vuelve más

significativo en la medida que parte de los intereses y las vivencias del niñ@.

1.4. La evaluación de la práctica psicomotriz Partiendo de las reflexiones teóricas sobre la evaluación y tratando de dejar atrás el

lastre que ha supuesto, hasta épocas muy recientes, la evaluación cuantitativa del desarrollo

psicomotor. Nos plantearemos la evaluación como recogida de información de cada individuo

en particular, sin hacer juicios de valor, de forma que nos permita y ajustar eficazmente la

acción educativa. Sin duda alguna el planteamiento de una práctica psicomotriz vivenciada

choca directamente con las prácticas puramente dirigidas que en ocasiones y dependiendo de

quién y dónde llevemos a cabo la práctica, se realizarán de una manera u otra y por tanto sus

registros de evaluación. Nosotros, en estos apuntes, hacemos más referencia a la práctica

vivenciada.

El instrumento idóneo para evaluar y planificar el proceso de enseñanza- aprendizaje

es la propia observación. Hay numerosas tablas de evaluación que te permiten evaluar de

forma exhaustiva la acción del niñ@ bajo este tipo de instrumento. La sala de psicomotricidad

es el lugar ideal para la observación ya que en este espacio el niño se encuentra en una

situación de seguridad, aceptación que le permite actuar libremente; además encuentra unos

materiales que puede manipular de forma creativa y unos compañeros y adultos con los que se

relaciona y juega, manifestando sus diferentes formas de relación y su forma de ver y

entender el mundo.

A partir de esta observación se puede ajustar una intervención específica para cada

niñ@ y planificar las situaciones que se plantearán al grupo, al menos inicialmente, en la

próxima sesión.

La observación, que a ser posible es contrastada con la realizada por una grabación en

video (siempre y cuando el colegio te lo permita y bajo el amparo de una protección de datos

pertinente), se realiza a partir de unos parámetros que permiten ver la expresividad motriz de

cada niño. Sería lo ideal para poder hacer frente a clases numerosas de alumnos.

Partiendo de unos parámetros que hacen referencia a la actuación de cada niñ@ en la

relación con el objeto, la relación en el espacio, la relación con el tiempo, la relación con los

otros y la relación consigo mismo, cada educador y dependiendo de las características del

16

grupo de niños y niñas, se planteará unas categorías que le ayuden a sistematizar la

información.

Además de la observación, otro instrumento valioso de evaluación son los dibujos

realizados por los niños y niñas al finalizar cada sesión. Estos dibujos permiten observar su

evolución a nivel de representación mental de su cuerpo, de su madurez grafomotora, el nivel

de representación alcanzado y además ponen de manifiesto sus vivencias más significativas y

como se sitúan en el grupo.

Por otra parte, las fotos y diapositivas fijan momentos que resultan representativos y

que permite comparar situaciones que se dan en diferentes momentos.

2. PRAXIA GLOBAL O DOMINIO DE COORDINACIÓN DINÁ MICA Definiremos la coordinación como, la capacidad del organismo para aunar y

sincronizar el trabajo de diferentes grupos musculares, con la intención de realizar acciones

específicas de forma armónica y sincronizada, sin rigideces ni brusquedades. La coordinación

dinámica es el control de los movimientos gruesos (grandes, amplios) que requieren la

integración de funciones musculares, esqueléticas y neurológicas que se utiliza para producir

tales movimientos (tales como agitar un brazo o levantar una pierna).

En palabras de Le Bouch, es aquella coordinación que, requiriendo un reajuste

recíproco de todas las partes del cuerpo (extremidades, superiores, inferiores, tronco, está

orientada a la locomoción y permite una sincronización de movimientos que facilita la

superación de posibles obstáculos, orientando los movimientos hacia la resolución de una

intención.

El desarrollo del control motor grueso supone un proceso de refinamiento de

movimientos descontrolados aleatorios e involuntarios que son el resultado de la maduración

del sistema neurológico. El control motor grueso precede al control motor fino y se considera

un acontecimiento importante para evaluar el desarrollo neurológico de un bebé.

La praxia5 global para poder ser ejecutada con precisión requiere la interacción y la

integración de la primera y la segunda unidades funcionales del modelo de Luria ; poniéndose

en juego la tonicidad, el equilibrio, la coordinación de la lateralidad, de la noción de cuerpo y

de la estructuración espacio-temporal. Requerirá también una sinergia6 entre el conocimiento

interiorizado del propio cuerpo, la integración cognitiva y emocional de las experiencias

vividas hasta el momento, la integración de los estímulos externos y una satisfactoria

5 Praxia: movimiento. 6 Sinergia: Acción combinada de diversas acciones musculares tendentes a lograr un efecto único con economía de acción motora.

17

integración propioceptiva (cuya función de información se retroalimenta a partir de los

propios movimientos).

En el desarrollo de la praxia global podemos observar diferentes estadios:

• Desplazamientos por el suelo: es un paso previo (aunque no necesario) para la

aparición de la marcha bípeda. Bajo este epígrafe se diferencian dos modalidades: la reptación

y la marcha cuadrúpeda (o marcha a gatas).

• Marcha bípeda: permite al sujeto una autonomía para desplazarse por el espacio y

potencia, en consecuencia, su capacidad exploratoria dinámica del entorno al superar la

distancia de apresamiento. En términos generales el inicio de la bipedestación es muy

variable, y puede oscilar entre los 9 y los 16 meses. Aún así, mayormente los principales

progresos tienen lugar entre los 13 y los 16 meses; habiéndose adquiriendo ya a los 18 meses

una marcha fácil y rítmica El inicio de la marcha contribuye a la elaboración del esquema

corporal.

• Carrera: tiene un recorrido evolutivo más largo ya que requiere la coordinación de

movimientos de bravos y piernas, así como la resistencia y la potencia muscular suficiente y

necesaria para recibir el peso del cuerpo en una sola pierna y seguidamente propulsarlo de

nuevo (en movimientos simultáneos y alternativos) El inicio de la carrera se establece

normativamente con posterioridad a los 2 años.

• Salto: alrededor de los 18 meses inicia las tentativas de superar obstáculos y hacia los 2

años es capaz de saltar con pies juntos sin apenas desplazarse del sitio.

En la consideración de la coordinación dinámica también deberán tenerse en cuenta la

disociación motriz es la capacidad para controlar por separado cada segmento motor sin que

entren en funcionamiento otros segmentos que no están implicados en la ejecución de la tarea.

Así, al escribir, se hace con la mano, y no con todo el cuerpo.

En su evaluación deberá tenerse en cuenta la adquisición de las siguientes habilidades,

reseñadas en el siguiente gráfico (Pág. 15) según diferentes autores junto a la edad de

adquisición en la infancia.

18

CRATTY

(Estados Unidos)

PIAGET Y WALLON

(Suiza y Francia)

KATHE LEWIN

(Alemania)

CARRERA

-Aparece de forma accidental cuando el niño hace sus primeros intentos de caminar (18-20 meses). -Hacia los cinco años que se estructura como tal.

-Aparece el inicio de los 2 años como una carrera torpe. -A los 4 años comienzan a discriminar distintas velocidades en el ritmo de la carrera.

-Al final de los 2 años aparece la carrera después de caminar y lanzar. -Entrando en los 3 años trotan hasta 30 metros y a partir de los 5 años realizan la carrera con tiempo.

SALTOS

-Este autor no describe esta habilidad.

-A los 2 años realizan el salto desde arriba de pequeños obstáculos. -Saltan con los pies unidos por sobre una cuerda en el piso. -A los 4 años salta separando y uniendo las piernas. -A los 5 años saltan sobre un pie.

-Aparecen los saltitos al final de los 2 años, conjuntamente con la carrera. -A partir de los 3 años saltan desde arriba de obstáculos. -A los 4 años saltan sobre un pie. -A los 5 años salta sobre un objetivo y a los 6 años ejecutan el salto largo sin carrera de impulso.

LANZAR Y RECEPCIONAR

-Hacia los 6 meses lanzan objetos de forma burda. En los primeros 2 a 3 años lanzan con las dos manos. -Entre los 5 y 6 años lanzan con una mano dando un paso adelante con la pierna de ese brazo. -A los 6 años consideran el lanzamiento maduro. -Capturan desde 2 a 3 años de forma primitiva (atrape con apoyo de todo el cuerpo). A los 5 años capturan la pelota que les lanzan.

-A los 2 años realizan lanzamientos dirigidos y captura torpe. A los 3 años lanzan hacia abajo con dirección. -A los 4 años capturan la pelota con más seguridad. -A los 6 años lanzan y capturan la pelota después que rebota contra la pared.

-A partir de 1 año lanzan con giro. -A los 2 años lanzan sin objetivo. -A los 3 años lanzan con ambas manos y brazos extendidos. -A los 4 años lanzan con objetivo y a los 5 años lanzan a distancia (5-8 mts) y hacia objetos a altura. -Se plantea la combinación de lanzar y capturar a los 6 años. -Las combinaciones de lanzar con otras acciones no aparecen hasta los 7 años.

TREPAR

-A los 2 años y medio alcanzan la habilidad de subir y bajar escaleras, desde con apoyo hasta hacerlo solos, pero la acción de bajar no se logra hasta los 3 años.

-Entre los 12 y 14 meses ascienden escalones uniendo los pies en cada escalón y descienden escalones con poca seguridad. -A los 3 años suben escaleras alternadamente y bajan igual.

-Al final de 1 año (12 meses) suben y bajan de un objeto con ayuda. -A los 3 años suben una escalera diagonal. -A los 4 años la trepa es más madura.

19

3. PRAXIA FINA O MOTRICIDAD DE MANIPULACIÓN La praxis fina se refiere al control de los movimientos finos (pequeños, precisos)

ajustados y regulados por el control de la visión. También hace referencia a la integración de

las funciones neurológicas, esqueléticas y musculares utilizadas para hacer movimientos

pequeños, precisos, coordinados (como señalar de manera precisa un objeto pequeño con un

dedo en lugar de mover un brazo hacia el área en general).

De forma más específica, la motricidad de manipulación o praxia fina presupone la

actividad conjunta de lo perceptivo con las extremidades, más con los brazos que con las

piernas, implicando, además, un cierto grado de precisión (a través del ajuste

perceptivovisual) en la ejecución de la conducta; por lo que recibe también la denominación

de coordinación óculo-manual. También podemos diferenciar la coordinación óculo-pedal.

La praxia fina permite al sujeto una capacidad de destreza manual muy relevante para

los procesos de aprendizaje y elaboración a través de la manipulación de objetos.

La actividad óculo-manual será básica para el aprendizaje de la escritura (a través de la

grafomotricidad). Sus actividades básicas son:

Prensión: representa una etapa fundamental en el desarrollo infantil. Para realizarse de

forma correcta necesita de la presencia de coordinación óculo-manual y de la propiocepción

de las manos. Comúnmente se considera que la organización de la prensión se inicia a los 3-4

meses de edad. Al igual que sucede con la marcha, el inicio de la prensión posibilita un

despliegue de oportunidades exploratorias, empezando por su propio cuerpo.

* Prensión cúbito-palmar. Sobre los 4-6 meses. Entre falange, meñique y eminencia

hipotenar. Es una pinza muy breve.

* Prensión palmar simple (7 meses). Entre 4 últimos dedos y palma.

* Prensión radio-palmar (8 meses). Ya intervienen el pulgar (aún poco activo) y el

resto de los dedos. A esta edad cambia objetos de una mano a otra.

* Pinza radio-digital o inferior (9 meses). Entre borde externo de la última falange del

índice y el pulgar. Supone el inicio de la prensión fina.

* Pinza pulgar-índice (12 meses). Es capaz también de colocar voluntariamente un

objeto. Es la pinza superior o pinza fina.

* Trípode manual para sostener el lápiz (4-6 años).

Lanzamiento: se inicia (6 meses) con el desprendimiento brusco por parte del niñ@ de

los objetos que tiene en sus manos.

- Lanzamiento mediante extensión del brazo sin participación del tronco (2-3

años).

20

- Rotación del tronco en sentido del lanzamiento en coordinación con la

extensión del brazo (3-5 años). No participan aún los pies.

- Participación de los pies, avanzando una pierna (la misma que el brazo de

lanzamiento), que favorece una mayor rotación del tronco y una mayor distancia de

lanzamiento (5-6 años).

- Lanzamiento maduro (6-7 años), en el que los miembros inferiores

intervienen en de forma coordinada en oposición a los superiores.

Recepción: consiste en la intercepción de un objeto en movimiento, acostumbra a ser

una pelota.

- A los 2 años el niñ@ espera que la pelota le golpee el pecho antes de intentar

cogerla, y tiende los brazos de forma rígida con las manos extendidas.

- Sobre los 4 años de edad, tienen un gesto menos rígido y tienden a abrir los

brazos en espera de la recepción.

- Hacia los 5 años los brazos se mantienen relajados en espera del

apresamiento, mientras que los ojos siguen la trayectoria del balón y brazos y manos los

reciben amortiguando la fuerza del impacto.

El progresivo dominio de la praxia fina y de la coordinación óculo-manual permite al

sujeto la adquisición de la motricidad gráfica.

La motricidad gráfica es una de las destrezas más relevantes que el niñ@ va a

necesitar desarrollar para su adaptación al medio social en el que vive. Consiste en la

capacidad de escribir o de manipular determinados utensilios que dejan huella o trazos sobre

un soporte. Estos trazos en un principio sólo responden a un simple placer motor,

posteriormente van a adquirir significado e intencionalidad. En la actividad gráfica

intervienen los siguientes factores:

• Motor: determinado por el nivel de maduración. Hace referencia a la capacidad de

control neuromuscular (presión del instrumento, postura del cuerpo, independencia funcional

del brazo y mano, coordinación óculo-manual).

• Perceptivo: hace referencia a la forma y característica del trazo (posición,

orientación, tamaño, proporción, etc.) el niñ@ debe darse cuenta de las características del

mismo para poder reproducirlo con eficacia. El aprendizaje de las nociones espacio-

temporales con el tiempo le ayudará a comprender las diferencias entre b y p, d y q, etc.

• Representativo: hace referencia al significado del trazo. Este significado puede ser

más o menos personal, como el dibujo libre; o codificado, como las palabras en la escritura.

21

Evolución de la maduración de grafomotriz:

• Hacía el año y medio aparecen las primeras manifestaciones. El niñ@ ya es capaz de

coger un objeto, en este caso el lápiz o pintura, y realiza trazos en forma de garabatos; es un

movimiento impulsivo y rápido, sin control, se mueve todo el brazo y no hay coordinación

visual y manual. Hay un placer en la mera actividad, el movimiento de la mano es lo que

mueve a realizar el acto gráfico:

• Hacia los 20 meses ya entra en juego la articulación del codo, y como resultado

aparece un garabato de vaivén, denominado "barrido", el niñ@ no observa lo que hace.

Posteriormente el garabato se hace circular.

• A partir de los 2 años y medio, y con un mayor control de la muñeca y el

movimiento de pinza, es capaz de hacer trazos independientes. Su mirada sigue los

movimientos de la mano. El acto motor es independiente aún del acto visual. Interés sobre

todo el placer que obtiene en el movimiento. El garabato se vuelve representativo.

• Alrededor del tercer año se empieza a establecer la coordinación óculo-manual y

entra en juego la percepción. El niñ@ ya mira lo que dibuja y trata de controlar o dirigir el

movimiento de la mano. Se observa en el niñ@ un mayor interés y atención en sus

producciones. Empieza a respetar los limites del espacio (no se sale del papel), trata de cerrar

las líneas, etc. Los trazos característicos de esta edad son: copia círculos, traza zig-zags,

realiza cruzamientos de líneas y traza rectas.

• A partir de los 3 años se observa un salto significativo. Hay un momento en el que el

niñ@ de forma espontánea, da nombre al dibujo que realiza. En principio no hay una relación

de semejanza entre el dibujo y el nombre que le asigna, sin embargo posteriormente si se

observará una ligera relación. Hacia el cuarto año, el niñ@ dice antes lo que va a dibujar.

Comienza a sujetar el lápiz con prensión adulta y ya es capaz de realizar círculos de izquierda

a derecha, de trazar una cruz, realiza rectas con direccionalidad y empieza a dibujar cuadrados

(los realiza con escaso ángulo).

• Entre los 4 y los 5 años, en el círculo inicial empiezan a aparecer ángulos,

apareciendo la capacidad de dibujar cuadrados. A los 5 años dibuja cuadrado y triángulo, pero

persisten dificultades en la copia del rombo. A partir de este momento el niñ@ está en

condiciones de iniciarse en las actividades de preescritura a través de la ejecución de cenefas,

trazos de distintos sentidos y direcciones, etc.

La evaluación de la praxia fina debe comportar la valoración de la madurez

práxicomanual (a través de la coordinación dinámica manual), de la disociación digital

(mediante p. ej. tamborileo) y su complementaria organización visoperceptiva (precisión

22

visuo-gráfica). Además de la coordinación óculo-manual (precisión de lanzamiento y de

recepción) y óculo-pedal (p. ej. chutar una pelota en una dirección determinada).

4. EL ESQUEMA CORPORAL. DOMINIO DEL ESPACIO Entre los contenidos del Área de Educación Física en las primeros niveles de

enseñanza destacan los referidos a las capacidades perceptivo-motrices o psicomotrices, unas

de tipo interno como el esquema corporal y la lateralidad, otras de tipo externo como el

espacio y el tiempo, y otras que se refieren a las relaciones que se establecen entre ambos a

través del movimiento.

Todos estos conceptos (imagen y esquema corporal, lateralidad, organización espacial,

etc.) provienen de la Psicomotricidad y más concretamente de la obra de Le Boulch, a la que

este denominó Educación Psicocinética. Se trata por tanto de una concepción general de

utilización del cuerpo y el movimiento como medio de educación global de la personalidad.

Es una técnica que tiende a favorecer, por el dominio corporal, la relación y la comunicación

que el niñ@ va a establecer con el mundo que le rodea (Ramos, 1979).

En general, las capacidades perceptivo-motrices (Ruiz, 1994) son aquellas que centran

la atención en los mecanismos preceptivos vinculados al movimiento corporal. Es decir:

• Conocimiento y análisis de sensaciones e informaciones relativas al cuerpo, y

• Conocimiento y análisis de las informaciones procedentes del mundo exterior,

referidas al mundo de los objetos y de los demás, todo ello inmerso en las relaciones

espaciotemporales.

Desde el punto de vista didáctico clasificamos los aspectos psicomotrices en los

siguientes objetivos:

1º Desarrollo del Esquema Corporal: Conocimiento y control del propio cuerpo,

afirmación de la lateralidad, educación de la respiración, la relajación, desarrollo sensorial, la

actitud corporal.

2º Desarrollo de la Coordinación motriz: Coordinación dinámica general, coordinación

óculo-manual, coordinación óculo-pedal, coordinaciones disociadas, reequilibrio.

3º Desarrollo de las conductas perceptivas: Organización espacial, Organización temporal,

estructuración espacio temporal, ritmo.

23

4.1. EL ESQUEMA CORPORAL

4.1.1. Concepto de Esquema Corporal Entendemos por Esquema Corporal al conocimiento de nuestro propio cuerpo, a la

imagen que cada uno tiene de sí mismo y que es el resultado de las relaciones entre el

individuo y el medio.

Pierre Vayer (1977) define el Esquema Corporal como la organización de las

sensaciones relativas a nuestro propio cuerpo en relación con los datos del mundo exterior.

Por su parte Le Boulch (1984), identifica el concepto de Esquema Corporal con el de

Imagen Corporal, definiéndolo como una intuición de conjunto o un conocimiento inmediato

de nuestro cuerpo en estado estático o en movimiento, en relación de sus diferentes partes

entre ellas y en sus relaciones con el espacio circundante de los objetos y de las personas.

El Esquema Corporal es el resultado de la experiencia del cuerpo, de la que el

individuo toma poco a poco conciencia, y la forma de relacionarse con el medio con sus

propias posibilidades (Coste (1980).

Ligado al término de Esquema Corporal se encuentran otras acepciones como "Imagen

Corporal", el "yo corporal", "conciencia corporal", o simplemente y en clave psicoanalista el

"Yo" freudiano. Todas estas acepciones tienen una significación muy próxima.

El Esquema Corporal es la organización psicomotriz global, comprendiendo todos los

mecanismos y procesos de los niveles motores, tónicos, perceptivos y sensoriales, expresivos

(verbal y no verbal), procesos en los cuales, y por los cuales, el nivel afectivo está

constantemente presente.

Esta imagen o noción corporal es el eje de la sensación de disponibilidad de nuestro

cuerpo, por ello un esquema corporal mal estructurado es un déficit en la relación sujeto-

mundo externo y significará:

• En el plano de la percepción, déficit de la estructuración espacio-temporal, ya que

el propio cuerpo es el punto de referencia de la percepción y su estabilidad es la base sobre la

cual se funda la relación con el mundo. Se traduce, incluso, en problemas de escritura y

dislexias. Por ejemplo, en confundir la b con la d, o la p con la q, por un problema de

inversión de la orientación derecha-izquierda; o arriba-abajo como es el caso de la n con la u;

o la inversión en la ubicación de las letras: po-pro-orp, etc.

• En el plano de la motricidad, torpeza e incoordinación, mala postura, lentitud. La

importancia del esquema corporal es vital para la acción en general, ya que sin él, el niñ@ es

incapaz de organizar los esquemas motores que dan origen a los actos más usuales.

24

• En el plano de las relaciones con los demás, inseguridad, perturbaciones efectivas.

El niñ@ probablemente vivirá una situación de fracaso escolar, o familiar, que pueden

llevarle a reacciones de agresividad y rechazo hacia su medio.

4.1.2. Elementos que forman parte del Esquema Corporal como un todo. Aunque el Esquema Corporal hay que considerarlo como un todo único e indivisible, a

efectos didácticos podemos decir que los elementos que integran la idea del propio cuerpo son

los siguientes:

a. Percepción, conocimiento y control del propio cuerpo

b. La lateralidad

c. La respiración

d. La relajación

e. El desarrollo sensorial

f. La actitud corporal

La construcción correcta del Esquema Corporal (Wallon), se realiza cuando se

acomodan las posibilidades motrices con el mundo exterior, cuando se da una

correspondencia entre las impresiones sensoriales recibidas del mundo de los objetos y el

factor kinestésico y postural.

a) Percepción, conocimiento y control del propio cuerpo

Para Frostig y Maslow (1984), el concepto corporal se refiere al conocimiento fáctico

del cuerpo: saber que el cuerpo humano tiene dos ojos, dos hombros que unen los brazos al

cuerpo, dos piernas, y así sucesivamente. Por su parte, Teresa Lleixá (1988) utiliza la

expresión estructura corporal para referirse al conocimiento y verbalización de las partes del

cuerpo. Desarrollaremos a continuación como es la evolución del conocimiento corporal, una

propuesta de objetivos educativos para alcanzar la percepción y el control del cuerpo, para

luego llegar a conseguir una representación y toma de de conciencia del mismo, a demás de

un programa educativo propuesto por Le Boulch.

Evolución del conocimiento corporal

Para de La Torre (1980), el desarrollo evolutivo del conocimiento del cuerpo pasa por

las siguientes fases:

3 años: nombra e indica sus manos, pies, boca, nariz, cabellos, ojos, brazos, piernas,

cabeza..., siéndole más fácil señalar estas partes sobre un muñeco que sobre su propio

cuerpo.

25

4 años: el niño señala sus hombros, rodillas, frente, dientes, labios, mejillas, barbilla,

cuello, pulgar, uñas, talones...

5 años: localiza las cejas, pestañas, orificios de la nariz, muñecas, codos...

Como señala de la Torre (1980), el niñ@ encuentra más dificultad en nombrar sobre sí

mismo las diversas partes de su cuerpo que en señalarlas. Nada nos debe extrañar, pues, que

la interiorización del esquema corporal con verbalización de los miembros siga un cierto

retraso cronológico.

Objetivos educativos

A tenor de lo dicho, previamente a que el niñ@ tome conciencia e interiorice las

diferentes partes del cuerpo y su posibilidad de movimiento, se hace necesario que las

conozca, las localice y las nombre.

Lleixa (1988) propone las siguientes actividades:

localizar partes del cuerpo.

mostrar partes del cuerpo.

nombrar partes del cuerpo.

No se debe caer en el error de hacer que el niñ@ nombre y señale elementos corporales

sin otra motivación que obedecer las órdenes del maestro. Por el contrario, es preciso

enmarcar estas actividades en situaciones dinámicas (motrices) y lúdicas (divertidas).

Representación y toma de conciencia del propio cuerpo

Como ya hemos señalado al analizar la evolución del esquema corporal en el niñ@, hasta

los cinco años existe una prevalencia de los elementos motores sobre los preceptivos. En esta

etapa el niñ@ adquiere diferentes praxis (movimientos coordinados en función de un

objetivo), mediante la función de ajuste desarrollada de un modo global: vestirse, correr,

escribir, etc. Estas habilidades se adquieren, por tanto, de forma global (aprendizaje por

ensayo-error). Según Wallon (1974), los centros que ordenan los conjuntos entran en

actividad antes que los centros analizásemos.

No obstante, durante este mismo período, la motricidad global se va transformando de

impulsivo a mejor controlada. Es importante ayudar al niñ@ a ejercitar una inhibición

voluntaria sobre sus reacciones espontáneas, que permite el funcionamiento de la atención

perceptiva y particularmente, de esta forma de atención orientada hacia su propio cuerpo, que

según Ramain llamamos función de interiorización (Le Boulch, 198l).

De los 5 a los 7 años el niñ@ está en disposición de desarrollar las estructuras más finas

que dependen de los centros analizásemos. De un cuerpo vivido el niñ@ es capaz de pasar

26

hacia una toma de conciencia de su propio cuerpo, con la posibilidad posterior de

representación mental y de transposición de sí mismo a los demás.

Programa educativo

Le Boulch (198 l), propone el siguiente programa para niñ@s de hasta 6 años:

1) Control tónico y consolidación del predominio lateral.

2) Descubrimiento y toma de conciencia, de las diferentes partes del cuerpo con

verbalización. Para esto, el educador atraerá la atención del niñ@ sobre la asociación de las

sensaciones kinestésicas:

• Con las sensaciones de presión

• Con las sensaciones de contacto más finas

• Con las sensaciones visuales

3) Juegos de imitación para llegar a una mejor representación mental de su propio

cuerpo.

4) Orientación del propio cuerpo con verbalización.

b) La afirmación de la lateralidad

La lateralidad se puede definir como, el predominio funcional de uno de los lados cuerpo

humano, que a su vez viene dado por la supremacía que un hemisferio cerebral ejerce sobre el

otro. Una falta de predominio lateral va a originar dificultades para resolver problemas de

orientación espacio-temporal, comunes a áreas escolares tan específicas como la aritmética, el

lenguaje, la escritura y la lectura.

La lateralidad se puede definir como, el predominio funcional de uno de los lados cuerpo

humano, que a su vez viene dado por la supremacía que un hemisferio cerebral ejerce sobre el

otro.

Una falta de predominio lateral va a originar dificultades para resolver problemas de

orientación espacio-temporal, comunes a áreas escolares tan específicas como la aritmética, el

lenguaje, la escritura y la lectura.

Frostig y Maslow (1984), sostienen que si bien el predominio lateral no tener una

influencia directa en el aprendizaje, sí la puede ejercer de un modo indirecto. La falta de

preferencia lateral definida para una u otra mano inhibe el conocimiento de derecha e

izquierda y puede provocar confusiones a la hora de orientar objetos o símbolos en el espacio,

tal y como lo demuestran estudios sobre su relación con la capacidad de aprendizaje. El

predominio lateral exige el uso constante de un lado del cuerpo fortaleciendo los músculos

correspondientes, y posiblemente causa un tono muscular diferente. Esta sensación cinestésica

particular caracteriza el lado dominante y lleva al inmediato conocimiento del lado derecho e

27

izquierdo. Los niñ@s que carecen de esta guía cinestésica son deficientes en la adquisición de

la direccionalidad (orientación espacial).

Si bien la dominancia lateral es un fenómeno de maduración, Rudel y Teuber (196 1)

evidencian que es posible influir en los cuadros motores inmaduros y también en la

direccionalidad. La educación motriz puede ayudar a mejorar la inmadurez general de las

funciones motrices y desarrollar la direccionalidad.

Evolución de la lateralidad

Son mayoría los autores que defienden que la lateralidad está ligada al potencial

genético y, por tanto, es innata: Ramaley (1913), Chamberlain (1928), While (1934), Trankell

(1950) y klingebiel (1965). No obstante, es necesario matizar que este predominio genético

puede ser parcialmente modelado por la experiencia o el adiestramiento, o por una presión

social, sobre todo en el zurdo, o por la influencia de casos patológicos. En este sentido,

Bérges diferencia entre lateralidad de utilización y lateralidad espontánea, manifestación del

potencial genético.

Para algunos autores, las primeras experiencias del niñ@ relacionadas con la

lateralidad se manifiestan hacia los 7-8 meses de gestación, al introducir el dedo en la boca,

desarrollando de esta forma el reflejo de succión.

Según Tournay, el esbozo de la dominancia manual se puede detectar hacia los cuatro

meses de edad, cuando el niñ@ sigue con los ojos el desplazamiento de su mano.

Otros autores señalan que es a partir de los siete meses cuando se aprecia una

prevalencia. Así, una mano se revela como más hábil que la otra en las manipulaciones y por

esta razón el niñ@ la utiliza preferentemente.

Según Le Boulch, la lateralidad evoluciona de la siguiente manera:

• Desde los dos años de edad se va elaborando el predominio lateral

• Hacia los cuatro años se define la preferencia lateral. Así, en esta edad, alguno

demuestra un marcado predominio lateral que con el tiempo tiende a afirmarse.

• A los 6-7 años se afirma definitivamente la lateralidad y se orienta el esquema

corporal.

• A los 6-8 años, el niñ@ orienta los cuerpos de los otros niñ@, los símbolos y objetos

(proyección espacial).

• A los 8-12 años, el niñ@ resuelve problemas complejos de orientación de espacio-

temporal (relaciones espaciales de varios elementos)

Tipos de lateralidad

1. Predominio homogéneo del lado diestro o zurdo

28

2. Ambidiestrismo, cuando las acciones se realizan indistintamente con un lado y con

el otro.

3. Lateralidad cruzada, cuando la mano y pierna predominante no corresponden al

mismo lado, o la mano y oído.

4. Lateralidad invertida, cuando emplea preferente el lado contrario al genéticamente

establecido. Se trata en la mayoría de los casos por un accidente, parálisis o amputación, que

impide la utilización del brazo dominante.

Test de lateralidad

Para conocer el predominio lateral del niñ@ se suele pedir a los niñ@s que realicen u

número determinado de tareas que impliquen la utilización de un solo lado del cuerpo (mano,

ojo, pierna). De este modo se puede establecer un porcentaje que indique en medida son

diestros o la mano y oído.

Hay unas pruebas de evaluación de la actitud motriz que se aplica dentro del marco del

currículum para Canarias llamado el Harris Tests of Lateral Dominance referido a detectar la

preferencia de mano, ojo y de pie (tomadas por Vayer, 1977)

A. Preferencia de mano (Prueba II del Harris Tests of Lateral Dominance). Realizar

las siguientes acciones:

1. Tirar una pelota con la mano

2. Dar cuerda al despertador

3. Clavar un clavo.

4. Cepillarse los dientes.

5. Peinarse.

6. Girar el pomo de la puerta.

7. Sonarse.

8. Utilizar las tijeras.

9. Cortar con un cuchillo.

10. Escribir.

Consignas:

El niñ@ está de pie, sin ningún objeto al alcance de su mano. Ahora vamos a jugar

algo muy interesante, me vas a demostrar cómo haces para...

29

Anotación:

Anotar la mano utilizada:

D. para la derecha

1. para la izquierda.

2. para las dos manos.

B. Dominancia de los ojos (Prueba VIII de Harris Test) Consta de tres ejercicios:

1 Sighting: Con un cartón de 15 x 25 y un agujero en el centro de 0,5 cm. de diámetro.

El cartón sostenido con el brazo extendido, se va aproximando lentamente a la cara,

para mirar por el agujero con un solo ojo.

2. Telescopio:

Con un tubo largo de cartón (a modo de telescopio), se le pide que mire por él y que

localice un objeto lejano.

3. Calidoscopio: Tubo que al mirar por el y girarlo se irán formando figuras distintas.

Se pide al alumno que mire por el y diga lo que ve.

Anotación: Tras cada prueba anotar el ojo utilizado: D, 1 ó 2 (los dos)

C. Dominancia de los pies:

Se coloca un balón en un rincón de la sala y se le pide que lo traiga utilizando solo las

piernas. Lo vas a sacar con el pie y me lo traes rodando también con el pie (conducción del

balón), y finalmente que chute.

Anotación: Anotar sucesivamente el pie utilizado para sacarlo, hacerlo rodar y chutar.

Fórmula de lateralidad

Preferencia de mano: Anotar con una letra mayúscula o minúscula.

D.: cuando efectúa las 10 pruebas con la mano derecha.

d.: 7, 8 ó 9 pruebas con la derecha.

I.: cuando las 10 pruebas son ejecutadas con la mano izquierda.

i.: 7, 8 ó 9 pruebas con la mano izquierda.

M.: todos los demás casos.

Dominancia de los ojos:

D.: si utiliza el derecho en las tres pruebas.

d.: si lo utiliza en dos de las tres.

I.: si utiliza el izquierdo en las tres pruebas.

i.: si utiliza el izquierdo en dos de las tres.

M.: en los casos en que el niñ@ utilice indistintamente los dos.

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Dominancia de los pies:

La misma anotación que para la dominancia de los ojos.

Obtenemos así:

D.D.D.: diestro completo.

DID.: lateralidad cruzada.

d. d. D.: lateralidad mal afirmada.

Etc.

Programa educativo

El profesor debe ayudar a que el niñ@ consolide el predominio lateral genético; para

ello debe procurar experiencias motrices que permitan al niñ@ descubrir y afirmar esa

lateralidad innata.

Estas experiencias motrices se edificarán sobre ejercicios bilaterales, laterales y de

dominio lateral, desarrollados en:

juegos y actividades de expresión libre,

ejercicios de coordinación dinámica general,

ejercicios de coordinación óculo-mano (manipulación, juegos de mano y lanzamientos

con la pelota u otros objetos),

ejercicios de coordinación óculo-pie.

Durante una primera fase debido a la necesidad de llamar las cosas por su nombre,

utilizará los términos derecha e izquierda para permitir que la lateralidad se exprese, siempre

y cuando no se fuerce al niñ@. Posteriormente, y al mecanismo de la función de

interiorización, pedirá al niñ@ que tome conciencia de las diferentes partes de su cuerpo, así

como de la simetría corporal. Por último, pasará a desarrollar actividades que tengan como

objetivo la orientación metódica del esquema corporal.

c) La Educación de la respiración

En un sentido amplio, el término respiración se aplica tanto a los procesos mediante los

cuales el O² y el CO² se intercambian con el medio, como para significar la utilización de O² y

la producción de CO² por cada una de las células. Para el tema que nos ocupa, podemos

definir la respiración como el proceso de entrada y salida del aire de los pulmones, que a su

vez está permitida por la elevación y depresión de la caja torácica y por el ascenso y descenso

de la base del tórax. En la respiración tranquila y normal, llamada eupnea, la inspiración se

produce esencialmente por la contracción del diafragma y de los músculos intercostales

externos, y la espiración es un proceso pasivo. Los músculos escalenos y

esternocleidomastoideos intervienen únicamente en la respiración forzada.

31

La respiración está íntimamente relacionada, como unidad psicobiológica que es el

hombre, con la tonicidad (relajación) y el psiquismo. Así, en estados de equilibrio emocional

el tono muscular disminuye (la relajación, por tanto, aumenta) y la frecuencia respiratoria

también disminuye (incluso varía el tipo de respiración). Por el contrario, en situaciones de

desequilibrio emocional el tono muscular aumenta (la relajación disminuye), como también

aumenta la frecuencia respiratoria.

Según Vayer (1977), el niñ@ ansioso, agitado o retrasado es incapaz de ventilar

correctamente sus pulmones, por estar reducido a ese tipo de respiración corta y bucal,

incompatible con cualquier fijación de la atención. Según Schinca (1980), es frecuente

encontrar problemas de ansiedad, fatiga y de atención, debido a una mala respiración.

La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones por minuto, y depende, entre

otros factores, del ejercicio, el estado emocional, el tipo de respiración y la edad. Al nacer

oscila entre 40 y 70 por minuto a los 5 años, 25 por minuto; a los 15 años, 20 por minuto, y en

el adulto entre 14 y 18 por minuto.

Los movimientos de la respiración pulmonar se llaman inspiración y espiración, y la

parada apnea.

El motivo de que la respiración sea considerada como una unidad temática en la

Educación Psicomotriz, es debido a que puede ser controlada voluntariamente, lo que ayuda,

por un lado, a que el niño conozca su propio cuerpo y, por otro lado, sirve para automatizar un

tipo eficiente de respiración.

Tipos de respiración:

1. Respiración alta o clavicular.

A) Funcionamiento:

• Se levantan las costillas superiores, debido a la contracción de los músculos

intercostales externos de esa zona, las clavículas y los hombros, por la contracción de los

• Músculos escalenos y esternocleidomastoideos.

• Se hunde el abdomen.

• Se levanta el diafragma, por lo que el aire no se puede expandir libremente.

B) Características:

Es un tipo de respiración poco eficiente. Para mantener un determinado volumen de

oxígeno por minuto es necesaria una frecuencia respiratoria alta, por lo que el consumo de

energía es elevado. Es el peor modo de respiración.

• Llena la porción superior de los pulmones.

• Se observa más en personas sedentarias.

32

• Con la inspiración aumenta el diámetro antero-posterior.

2. Respiración media o intercostal.

A) Funcionamiento:

• Se separan las costillas (porción media) por la contracción de los músculos

intercostales externos de esa zona.

• Se hunde el abdomen.

• Se levanta el diafragma.

B) Características:

• Es un tipo de respiración mejor que el anterior, sin llegar a ser el más

eficiente. Llena la porción media y algo de la superior de los pulmones.

• Aumenta el diámetro lateral.

3. Respiración baja, abdominal o diafragmática.

A) Funcionamiento: Cuando el diafragma está relajado adopta la forma de una cúpula

dentro de la cavidad torácica, y lejos del plano de sus inserciones en las costillas inferiores.

Cuando el diafragma se contrae la cúpula se aplana, descendiendo la protuberancia de la

postura cóncava de partida y oprimiendo los órganos abdominales y empujando hacia afuera.

B) Características:

• Se inhala mayor cantidad de aire, siendo mejor que las dos anteriores.

• Es una forma natural de respirar.

• Llena la porción baja y parte de la porción media de los pulmones.

• Aumenta el diámetro vertical.

4. Respiración completa

A) Funcionamiento:

• Se llena primero la parte inferior de los pulmones gracias a la contracción del

diafragma.

• A continuación se sigue llenando la porción media de los pulmones por la

contracción de los músculos intercostales externos de esa zona.

• Por último, se llena la porción alta fundamentalmente por la contracción de

los músculos intercostales superiores

• En la segunda y tercera fase, la parte interior del abdomen se contrae

ligeramente para colaborar en el llenado de aire.

B) Características:

• Todos los músculos respiratorios entran en juego.

• Se suele utilizar asociada a técnicas de relajación.

33

Objetivos educativos:

1. Conocer tu propio cuerpo

2. Percepción: vías, fases y formas respiratorias

3. Experimentación en distintas actividades (ritmo respiratorio, en el agua, en tareas

de

Peligro,…)

4. Autocontrol de la función en todas las situaciones (relajación, con instrumentos

musicales, globos, etc.)

5. Automatizar un tipo eficiente de respiración

El comienzo de la acción educativa se debe limitar al aprendizaje y control de la

espiración. En primer lugar, soplar durante largo rato con la boca y aprender a sonarse. Una

vez que el niñ@ sea capaz de controlar su espiración podremos pasar a desarrollar actividades

que tengan como finalidad la toma de conciencia de los movimientos respiratorios y de su

control. En todo caso, estos últimos ejercicios deben ir precedidos de un período de relajación

global o, al menos, de un período corto de reposo.

d) La Educación de la relajación

En sentido genérico la relajación es una situación transitoria que puede alcanzar toda

persona, y que se caracteriza por una eliminación de tensiones tanto en el aspecto físico como

en el psíquico.

Desde el punto de vista físico está unida al tono muscular. Según Ajuriaguerra, «la

relajación permite al niño, con la disminución de la tensión muscular; sentirse más a gusto en

su cuerpo, y por ende, en el conjunto de su comportamiento tónico-emocional. No se trata de

suprimir el sostén tónico necesario en los momentos de la acción, sino la hipertonía muscular

agotadora que constituye el fondo del estado tensional y que repercute en el

comportamiento».

Los objetivos que se proponen son los siguientes, según indica Le Boulch.

• Enseñar al alumno a disponer de sus músculos a voluntad; primero de forma

localizada y después total, por medio de la concienciación del estado de contracción o

relajación de los grupos musculares.

• Por medio de la repetición, enseñarle a liberar tensiones musculares inútiles que

producen fatiga, deformaciones y torpeza en los movimientos.

• Lograr la distensión psíquica, tan importante para el niñ@ que debe hacer frente a

dificultades escolares, fuente de hiperemotividad, ansiedad y timidez.

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• Facilitar una buena educación de la actitud una más adecuada percepción del propio

cuerpo y un mejor control de la respiración. Todo ello a través de mejorar la atención

interiorizada.

Formas de trabajo:

Las condiciones para hacer relajación con los niñ@s deben ser adecuadas (suelo

cálido, luz tenue, música opcional) con tiempos no superiores a los 15 minutos, en ambiente

tranquilo y con voz clara, lenta y suave del maestro/a que tendrá una presencia discreta.

Se distinguen dos partes en este trabajo:

1. Mejora de las capacidades de percepción: Mediante el trabajo global y segmentario:

Estático:

• Sensaciones de piso.

• Orientación a estímulos.

• Interiorización de posturas relajantes.

Dinámico:

• Control en la velocidad de desplazamiento.

• Tareas con movimientos pasivos: manipulaciones entre compañeros, soltura.

• Movimientos pendulares y caídas.

• Contracción-descontracción.

• Actividades asociadas a la respiración.

2. Técnicas de relajación práctica:

• Entrenamiento autógeno de Schultz método global con enfoque Psicoterapéutico

procedente de la teoría de la hipnosis y de autosugestión.

• Relajación diferencial de Jacobson: método analítico con enfoque fisiológico.

Basado en las sensaciones opuestas tensión-distensión:

• Eutonía de Gerda Alexander: método de búsqueda del equilibrio tónico, para afrontar

con una mayor disponibilidad las actividades cotidianas.

e) El desarrollo sensorial

La percepción del cuerpo es el conocimiento que obtenemos a través de la

información que recibimos de nuestro propio cuerpo, mediante los receptores nerviosos.

La sensibilidad puede dividirse en exteroceptiva, propioceptiva e interoceptiva.

• La sensibilidad exteroceptiva informa de los cambios producidos en el medio

exterior e integra los cinco sentidos clásicos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.

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• La sensibilidad propioceptiva informa de la estructura somática del organismo

(estado actual y situación en el espacio), y se subdivide en sensibilidad cinestésica y

sensibilidad laberíntica.

• La sensibilidad interoceptiva (600 sentidos internos) informa del estado funcional

del organismo (vísceras, regulación metabólica,…)

La sensibilidad cinestésica (también se la conoce como sentido muscular) recoge

información de cómo se hallan posicionados los diferentes segmentos corporales sin

necesidad de una información visual. Sus receptores sensitivos se hallan localizados en los

husos musculares y en las articulaciones.

Los receptores de los husos musculares se colocan paralelamente a la fibra muscular y

recogen información sobre la forma del músculo, sus cambios y su tensión. Hay dos tipos de

receptores que reciben su denominación según su forma:

• Anuloespirales, que informan de la posición del cuerpo en movimiento.

• Arborescentes, que informan de la posición estática.

En las articulaciones hay unos receptores que son deformados por el movimiento de

las mismas, gracias a tres tipos de corpúsculos:

• Los corpúsculos de Ruffini están situados en las cápsulas articulares. Son de

adaptación lenta e informan de la flexión, extensión y amplitud del movimiento.

• Los corpúsculos de Golgi están situados en tendones y ligamentos. Tienen forma de

cebolla con distintas capas concéntricas y actúan a modo de dinamómetro. Informan de la

rotación interna y externa.

• Los corpúsculos de Paccini están situados en tejidos más profundos. Son de

adaptación muy rápida e informan de la velocidad y de la aceleración.

La sensibilidad laberíntica también se la conoce como sentido del equilibrio y

comprende dos zonas principales: los canales semicirculares y los órganos otolíticos.

Los canales semicirculares detectan toda aceleración angular o rotatoria de la cabeza y

de todo el cuerpo, por lo que son considerados como el aparato de orientación dinámica. La

inercia del fluido (endolinfa) que contienen estos canales provoca una presión en los

receptores sensitivos existentes en dicha zona, con lo que se inicia un impulso nervioso. Los

conductos horizontales (laterales) son los no gravitatorios y se vinculan con los movimientos

de rotación alrededor de un eje vertical, como ocurre al bailar. Los conductos verticales, que

son los gravitatorios, se relacionan con los movimientos alrededor de un eje horizontal, como

ocurre con los saltos.

36

El utrículo y el sáculo conforman los órganos otolíticos y son estimulados por las

inclinaciones lentas del cuerpo y de la cabeza, Sólo reaccionan ante la gravedad y constituyen

el aparato de orientación estática. Con la cabeza en posición erecta, el utrículo informa de los

movimientos en el plano horizontal, mientras el sáculo lo hace en el plano vertical.

La sensación, la percepción y la representación mental

La sensación es un proceso relativamente simple y de carácter analítico, que consiste

en el reflejo de las cualidades sensoriales de la realidad. Es una reacción biológica, un proceso

estrictamente receptivo por el cual anticipamos impresiones sensoriales del mundo exterior.

La percepción, por contra, es un proceso mental mucho más complejo, ya que permite

el conocimiento de esas respuestas sensoriales. La percepción es, por tanto, la organización e

interpretación casi inmediata, de las experiencias que siguen a los estímulos sensoriales,

siempre que éstos no sean totalmente nuevos.

La representación es un proceso mental por el cual el niñ@ es capaz de operar con las

imágenes mentales de los objetos sin necesidad de que éstos estén presentes.

Siguiendo estos tres conceptos, García y Martínez (1988) diferencian tres etapas en

el desarrollo infantil:

• Etapa de la sensación (0~3 años). Esta etapa se correspondería, a nivel de desarrollo

neurofisiológico, con la maduración funcional de las zonas primarias de la corteza cerebral,

encargadas de recibir los impulsos estrictamente especializados de los analizadores.

• Etapa de la percepción (3-5 años). A nivel de desarrollo neurofisiológico, esta etapa

se correspondería con la maduración funcional de las zonas secundarias y terciarias de la

corteza cerebral, encargadas de sintetizar los diversos estímulos recibidos de las zonas

primarias, de integrarlos dentro de la misma modalidad sensorial y de establecer asociaciones

entre una modalidad sensorial y otra.

• Etapa de la representación (5-12 años). A nivel de desarrollo neurofisiológico, esta

etapa se correspondería con el desarrollo de las regiones corticales encargadas de las

funciones lingüísticas y de las zonas terciarias del córtex, una de cuyas funciones es la

codificación y almacenamiento de la información.

Objetivos educativos

Vista:

• Agudeza visual Es la capacidad para captar y distinguir las diversas escenas

que se nos ofrecen a la vista.

• Rastreo visual. Es la capacidad para seguir con unos movimientos bien

coordinados de los s ciertos símbolos u objetos.

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• Memoria visual. Es la capacidad para recordar con la palabra, la escritura, el

dibujo o el movimiento ciertas experiencias visuales pasadas.

• Diversificación entre figura y fondo. Es la capacidad para señalar la figura

predominante en un medio cualquiera.

• Estabilidad perceptiva. Es la capacidad para persistir en sus interpretaciones

ante o con características comunes (clasificación, seriación, etc.).

Oído:

• Agudeza auditiva. Es la capacidad para captar y distinguir los sonidos y su

correspondiente tono e intensidad.

• Rastreo auditivo. Es la capacidad de localizar sonidos y de seguir sus

huellas.

• Memoria auditiva. Es la capacidad para recordar, reconocer e imitar unas

experiencias auditivas que ya se han efectuado.

Tacto:

• Discriminación táctil. Es la capacidad para distinguir tejidos, objetos, rostros,

etc., sirviéndose tan sólo del tacto.

Gusto:

• Discriminación gustativa. Es la capacidad para distinguir sabores, alimentos,

etc., sirviéndose tan sólo del gusto.

Olfato:

• Discriminación olfativa. Es la capacidad para distinguir olores sirviéndose

tan sólo del olfato.

La sensibilidad propioceptiva se desarrollará a través de actividades dirigidas hacia el

conocimiento del cuerpo, de la educación de la actitud, de coordinación y del equilibrio.

f) La actitud

La tonicidad.

Tema este muy ligado a los aspectos anteriores (como no podía ser menos al formar

parte de un mismo concepto de esquema corporal) y cuya importancia queda reflejada en las

palabras de Wallon cuando expresa que «las emociones, tienen por sostén el tono muscular»

ya que es a través de la actividad tónica como el niñ@ entra en relación con el entorno.

Para Fabre Rougier el tono «es un estado de base y variable de la contracción

muscular permanente e involuntario de naturaleza refleja».

38

Para López Prieto, «los músculos están en un estado de contracción permanente, aún

en reposo, involuntario e inconsciente; es el llamado tono residual o de reposo, que se

modifica según las actitudes».

Para M. Dubois, la actividad tónica es aquella actividad muscular que no se acompaña

de movimientos de desplazamiento. Todo músculo se encuentra en un estado de tensión

permanente, variable con el estado de vigilia del sujeto.

En definitiva, podemos hablar del tono como un fenómeno nervioso complejo que

constituye la trama de todos los movimientos y participa en todas las funciones motrices

(equilibrio, coordinación,...). Es el vehículo de expresión de las emociones y el soporte del

lenguaje del cuerpo.

Según Mosso; hay tres niveles de tono diferentes:

• Tono de reposo: una ligera tensión con doble función:

- Papel de ligamento activo de la articulación.

- Preparación del músculo para no contraerse en frío.

• Tono de actitud: contracción tónica que inmoviliza las piezas del esqueleto en

posiciones determinadas, solidarias unas de otras, que dan al cuerpo una actitud de conjunto.

• Tono de sostén: sub-base tónica de la actitud finalizada y mantenida.

Postura, equilibración y actitud:

Definimos la postura como el resultado del control del tono bajo una forma

determinada. La posición adquirida por el cuerpo en el sentido más físico. Ese control del

tono permite al individuo analizar la cantidad de esfuerzo necesaria para adoptarla, para

realizar gestos o para llevar al cuerpo a otra posición determinada.

Existe un sistema de ajuste postura] en cada persona según sus características de maduración

psicomotriz, de su fuerza muscular y en general de su hábito de conducta motriz que le

empuja a adoptar determinadas posturas que en muchos casos suelen ser «viciosas» y por

tanto susceptibles de ser corregidas.

A medida que pasan los años, se instala en la persona una actitud postural que se

consolida con sus correspondientes compensaciones musculares, y que responde a

necesidades mecánicas, al peso corporal y al principio de eficacia en el movimiento, junto a

ciertas necesidades estéticas.

En el camino de encuentro de una actitud adecuada interesa la función de

equilibración como dato fundamental. Dicha función permite estabilizar la posición de «en

pie», tanto en reposo como en movimiento, manteniéndose o reequilibrándose en todo

momento gracias al ajuste apropiado de la musculatura, y por tanto del tono.

39

Intervienen en esta función tanto los reflejos de enderezamiento como los de

equilibrio.

Recordando las palabras de Wallon donde se relaciona el tono con las emociones, cabe

reseñar que efectivamente aparte de la postura, se pueden dar modificaciones en el tono por

causas emocionales. Esa parte, en común acción con la postura, va a propiciar en cada

individuo lo que denominamos actitud y que va a ser algo así como las señas de identidad de

la persona en cuanto a su configuración o aspecto exterior corporalmente hablando.

Para Le Boulch, «la educación de la actitud consiste en pasar de la adopción de una

actitud global a la conquista de una actitud habitual, cómoda y susceptible de ser mantenida

con un mínimo de fatiga y sin peligro de provocar desequilibrios osteo-articulares».

Educación de la actitud:

1. Aspectos fundamentales:

• La actitud es sobre todo un comportamiento y como tal un modo de expresión

de la personalidad.

• Las contracciones tónicas equilibradoras tienen un punto de partida sensitivo

(propioceptivas).

• Tomar conciencia global y localizada del cuerpo es vital.

2. Fases del trabajo:

• Construir primeramente el esquema de la actitud por referencia al propio

cuerpo y al mundo exterior.

• Utilizar al máximo los diversos reflejos.

• Conseguir cierta flexibilidad articular.

• Obtener la automatización de la actitud.

3. Elementos de trabajo: A modo de grupos de tareas, se indican aquellos núcleos que

aportan datos al desarrollo de la actitud, y son:

• Desarrollo de la percepción y control del cuerpo.

• Equilibración general:

- Educación de los apoyos (sensaciones plantares, impulsiones,

caídas,…)

- Conciencia de los apoyos en diferentes posturas

- Control del eje corporal y de la movilidad tronco-pelvis.

- Movimientos y emplazamiento de la cintura escapular, y cabeza.

- Equilibrios segmentarios

40

• Desarrollo de la movilidad articular.

• Fortalecimiento abdominal.

• Dominio de la respiración y la relajación.

• Información y conciencia de trabajos compensatorios útiles.

Partiendo de una postura equilibrada, la pelvis puede bascular hacia adelante o hacia

atrás y ello provoca un movimiento de modificación en las curvas de la columna. Los

músculos abdominales juegan un importante papel, al igual que los dorsales fijadores de los

omóplatos y los músculos respiratorios que actúan sobre la parte dorsal de la columna y

contribuyen a la postura equilibrada.

En resumen, podemos decir que la postura y el equilibrio son la resultante de un

complejo proceso de integración neuromotriz de infinidad de informaciones sensitivo-motoras

propioceptivas y exteroceptivas, que queda registrada en los centros ideomotores como un

esquema de actitud (representación mental del propio equilibrio) y que queda ahí como una

referencia inconsciente, automática y constante, a la que se vuelve siempre como hábito

permanente.

4.1.3. Etapas en la elaboración del esquema corporal. La elaboración del esquema corporal sigue las mismas leyes de la maduración

nerviosa:

- Ley céfalo-caudal: el desarrollo se extiende a través del cuerpo desde la

cabeza hasta las extremidades.

- Ley próximo-distal: el desarrollo procede desde el centro hacia la periferia a

partir del eje central del cuerpo.

Siguiendo estas leyes y teniendo en cuenta que su elaboración se realiza a través de

un diálogo constante Yo-Mundo, Vayer (1977), diferencia las siguientes etapas:

1. Período maternal (0-2 años). El niñ@ pasa desde los primeros reflejos

(reflejos nucales) a la marcha y a las primeras coordinaciones motrices a través de un diálogo

tónico madre-niñ@ (padre-niñ@) muy cerrado al principio, luego cada vez más suelto.

En esta etapa los mayores progresos se dan en el plano postural. Así, del recién nacido

que no puede mantener su cabeza pasamos, siguiendo las leyes citadas, a que pueda sostener

la cabeza, los hombros, los brazos, las manos, a rastrear, sentarse, gatear, ponerse de pie y,

finalmente, andar.

41

Este primer esbozo de esquema corporal es de carácter fragmentario y analítico. El

cuerpo se va delimitando segmento a segmento y, por tanto, la imagen corporal está

parcelada.

2. Período global de aprendizaje y uso de sí (2-5 años). En esta etapa la acción

organiza a un nivel infraconsciente. El aprendizaje es de índole global y se basa en el tanteo

experimental, en el cual sólo es consciente el objetivo a alcanzar, mientras que la

programación de las diferentes partes del movimiento tiene lugar por debajo del nivel de

vigilancia consciente (ensayo-error).

En esta etapa cobra significación lo que Bartley llama reacción preceptiva, que no es

más que la respuesta inmediata y diversificada del alumno ante su medio y considera como

tales todas las reacciones que se inician a través de un acto motor.

Hasta los cuatro años, los elementos motores y cinestésicos prevalecen sobre los

elementos visuales y topográficos. Según Ajuriaguerra , esta prevalencia se relaciona con el

predominio lateral.

3. Periodo de transición (5-7 años) El niñ@ pasa del estado global anterior a la

diferenciación y el análisis. La asociación de las sensaciones motoras y cinestésicas a los

otros datos sensoriales, especialmente visuales, permiten pasar progresivamente de la acción a

la representación y concienciación del propio cuerpo con la posibilidad de una transposición

de sí mismo a los demás y de los demás a sí mismo.

Para Wallon (1974), la ajustada asociación de los campos visual y cinestésico, corno

su correcta coordinación, son de capital importancia en lo que respecta a la estructura del

esquema corporal.

Según Ajuriaguerra, el niñ@ a los 6 años afirma su lateralidad y orienta el esquema

corporal. Entre los 6-8 años, va adquiriendo progresiva capacidad para trasladar esta

orientación a los objetos y demás personas (proyecciones espaciales).

Para Vayer (1977), en esta etapa se produce:

• El desarrollo de las posibilidades de control postural y respiratorio.

• La afirmación definitiva de la lateralidad.

• El conocimiento de la derecha y de la izquierda.

• La independencia de brazos con respecto al tronco.

4. Período de elaboración definitiva del esquema corporal (7 -121 años).

Gracias a la toma de conciencia de los diferentes elementos corporales y el control de su

movilización con vistas a la acción, se desarrollan e instalan:

• Las posibilidades de relajamiento global y segmentario.

42

• La independencia de los brazos y piernas con respecto al tronco.

• La independencia de la derecha con respecto a la izquierda.

• La independencia funcional de los diversos segmentos corporales.

• La transposición del conocimiento de sí al conocimiento de los demás,

Según Le Boulch, e inspirado en los trabajos de Muccielli, Wallon y Ajuriaguerra,

plantea las siguientes etapas: en la elaboración del Esquema Corporal

1) Etapa del cuerpo vivido (0-3 años):

• Se produce el descubrimiento del propio cuerpo.

• Va delimitando su propio cuerpo del mundo de los objetos y de las personas. Esta

limitación se hace por partes, según la ley céfalo-caudal y próximo-distal.

• Tiene un comportamiento motor global, de manera marcadamente efectiva, como

consecuencia de la satisfacción o no de sus necesidades.

• Al final de la etapa se puede decir que el niñ@ adquiere una toma de conciencia

propio cuerpo y se añaden como dos importantes aspectos la marcha y el lenguaje, que abrirán

las puertas de un mayor campo de experiencias.

2) Etapa de la discriminación perceptiva o cuerpo percibido (3-7 años):

• Notable predominio en el desarrollo de las estructuras sensoriales y una maduración

más fina de los centros analizadores.

• Mayor campo de exploración y de experiencias.

• Diferencia con más profundidad su cuerpo del entorno y consigue bastante dominio

del espacio y de su orientación en él y en el tiempo.

• Progresivo desarrollo de la orientación del esquema corporal y la afirmación de la

lateralidad.

3) Etapa del cuerpo representado en movimiento (7-12 años)

• Se corresponde con el estadio de las operaciones concretas de Piaget. Juega un papel

decisivo el esquema de acción aspecto dinámico del esquema corporal.

• El niñ@ domina su cuerpo y dispone de una gran independencia en sus acciones

Toma mayor conciencia de su motricidad.

• Es la etapa de la unidad somática, tanto afectiva como intelectual.

43

4.2. LA PERCEPCIÓN DEL ENTORNO Todo comportamiento motor supone una interacción entre el sujeto y el entorno,

dándole así un grado de disponibilidad y de autonomía cada vez mayores.

Como dice Vayer,"basta que el niñ@ no sea capaz de analizar su propio cuerpo, no

podrá analizar las relaciones de sus objetos, ni transferir el conocimiento de sí al

conocimiento del otro y organizarse con relación a él"

Teniendo en cuenta que el acto motor ocupa por necesidad un espacio y un tiempo,

llegamos a la conclusión de que las coordenadas espacio-temporales y el movimiento

mantienen una relación indisociable. Este es el motivo por el que el espacio y el tiempo, su

percepción y estructuración, son objetivos de la educación psicomotriz, máxime si tenemos en

cuenta el papel fundamental que cumple la conducta motriz en las primeras etapas, del

desarrollo infantil en este proceso constructivo.

4.2.1. Percepción y estructuración espacial El niñ@ al nacer no es capaz de distinguir su propia realidad corporal del entorno. A

nivel de organización espacial necesita orientarse, establecer relaciones espaciales entre

objetos, localizarse él mismo en el espacio, así como localizar a las personas y objetos que

tiene alrededor, etc. En este aprendizaje tan necesario, las experiencias motrices ejercidas en

su entorno natural juegan un papel fundamental.

Las nociones de dirección situación y orientación definen la organización espacial.

a) Evolución en la construcción del espacio

Hasta los tres años el niñ@ se limita a vivir afectivamente el espacio, y se orienta en él

exclusivamente en función de sus necesidades. Esta exploración comienza cuando el niñ@

intenta coger un objeto. A esta primera fase manipulativa sigue la fase de locomoción, que le

posibilita dirigirse hacia lugares relativamente lejanos. Esto, unido al proceso de

verbalización que le permite designar objetos y organizar el espacio próximo, desemboca en

una organización vivida del espacio y en el conocimiento de una cierta geometría topológica

que el niñ@ construye al relacionar objetos entre sí (alrededor, dentro, fuera, cerca, lejos,

etc.). Es éste un espacio sin formas ni dimensiones que se caracteriza por las relaciones de

cercanía, orden y separación.

Entre los tres y ocho años el niñ@ tendrá que pasar de un espacio topológico al

espacio euclidiano y al espacio proyectivo. En una primera fase la puesta en relación de su

44

propio cuerpo con el espacio de los objetos y de las demás personas permite el acceso a un

espacio egocéntrico en el que el cuerpo del niño/a es el elemento de referencia. A los seis

años el niñ@ afirma la lateralidad y orienta su esquema corporal (derecha, izquierda, delante,

detrás). Entre los 6-8 años el niñ@ es capaz de orientar los cuerpos de otras personas,

objetos, símbolos, etc., (proyección espacial). A esta representación descentralizada, según

expresión de Piaget, sigue entre los 8-12 años la posibilidad, por parte del niñ@, de construir

relaciones espaciales complejas entre objetos y personas. Del mismo modo es capaz de tomar

distancia de los objetos y de las situaciones, pudiendo ahora representarlas por medio de un

símbolo que le permite obrar sobre un espacio virtual.

b) Programa educativo para la educación de la organización espacial

Le Boulch (1983), propone un programa educativo para la educación del espacio en la

Educación Infantil que consta de las siguientes fases:

1. Ajuste al espacio.

2. Consolidación de las nociones de geometría topológica.

3. Organización del espacio de acción en el interior del grupo.

4. Acceso al espacio orientado.

5. Percepción de formas geométricas.

Este mismo autor (Le Boulch, 1984, propone para niñ@s de 6-8 años el siguiente

programa:

I. Orientación espacial y localización de un objeto en el espacio.

A. Ejercicios de orientación del niñ@ en el espacio.

B. Ejercicios de apreciación de distancias e intervalos,

C. Percepción de la tercera dimensión. Apreciación de trayectorias.

D. Relación espacio-tiempo: apreciación de velocidades.

II. Estructuración del espacio de acción del niñ@.

A. Adquisición de la noción de agrupación-dispersión

B. Evoluciones.

C. Recorridos de orientación.

D. Evoluciones con acompañamiento musical.

III. Ejercicios de percepción y estructuración espacial para niñ@s de 8-12 años.

A. Relación espacio-tiempo y apreciación de velocidades.

B. Estructuración del espacio de acción.

C. Recorridos de orientación.

D. Evoluciones con acompañamiento musical.

45

Es fundamental que, en las primeras edades, se fijen las nociones de dominios, límites,

fronteras, entradas y salidas, dentro y fuera, exterior, adelante, al revés, pequeño, etc. a través

de tareas motrices significativas.

4.2.2. Percepción y estructuración temporal Como ya hemos comentado, espacio, tiempo y movimiento forman un todo

indisociable. Pero mientras la noción de espacio resulta fácil de aprehender, porque es algo

que se capta visualmente, el tiempo sólo existe en sus manifestaciones o maneras de

concretizarse: únicamente lo descubrimos al percibir un movimiento en el espacio. Por tanto,

uno de los medios más importantes con que cuenta la educación para concretizar los datos

temporales es el movimiento.

Las nociones de duración (pausa, duración de la pausa,...), orden (antes, durante,

después,...) y sucesión (simultaneidad,...) facilitan la estructuración temporal.

a) Niveles de la organización temporal

Como ocurre en la organización del espacio, la organización del tiempo presenta dos

niveles distintos (Le Boulch, 1984): Nivel de la percepción inmediata, no susceptible de ser

reducida a otro mecanismo, y que supone la organización espontánea de fenómenos

educativos.

Nivel de representación mental. A partir del momento en que el sujeto se ubica puede abarcar

las perspectivas temporales pasadas y futuras que constituyen su propio horizonte temporal.

Según Fraise, la percepción del tiempo consiste fundamentalmente en la percepción de

lo sucesivo como unidad. Este mismo autor diferencia dos aspectos en el tiempo:

• Aspecto cualitativo: distribución cronológica de los cambios o acontecimientos

sucesivos. Percepción de un orden.

• Aspecto cuantitativo: intervalo de tiempo entre dos momentos. Percepción de una

duración,

Programa educativo para el desarrollo de la Organización temporal

De acuerdo con lo que acabamos de exponer, Le Boulch (1984) propone dos tipos de

ejercicios para el aprendizaje de la percepción temporal:

• Ejercicios de percepción de la duración.

• Ejercicios de percepción de estructuras sonoras.

P.Vayer (1977) distingue tres etapas de organización progresiva de las relaciones en el

tiempo, y propone el siguiente programa educativo:

1. Nociones elementales:

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a) Noción de velocidad

b) Noción de duración

c) Noción de cadencia regular.

d) Noción de sucesión.

2. Relaciones en el tiempo:

a) Asociación espacio-tiempo.

b) Sucesión temporal.

c) Representación.

3. Adaptación a las referencias temporales:

a) Adaptación a la cadencia y a la velocidad.

b) Sucesión temporal: adaptación y representación.

c) Representación.

Las actividades rítmicas deberían, potenciarse, en los primeros niveles educativos ya

que incidirán en un mejor desarrollo de la coordinación, de los "tiempos" de un movimiento.

4.2.3. La estructuración espacio-tiempo La gran parte de las actividades motrices se desenvuelven en las coordenadas del

espacio y el tiempo. La danza, el baile o los juegos deportivos son algunas de las actividades

que requieren de la sincronización espacio/temporal.

Aprendizajes básicos como la lectura y la escritura tienen sus fundamentos en la

actividad perceptivo-motriz. Las deficiencias de ésta, pueden provocar alteraciones en las

primeras.

La estructuración espacio-temporal está muy ligada a la elaboración del esquema

corporal y la lateralización.

Actividades para su desarrollo:

1. Capacidad de apreciación de velocidades:

a. Durante las acciones del niñ@:

• Ejercicios de diferenciación entre desplazamientos rápidos y lentos.

• Manipulación de objetos con rapidez y lentitud.

• Lanzamiento de objetos con diferentes intensidades de movimiento.

• Intercepciones o recepciones de objetos que llevan diferentes velocidades.

b. Observación de la velocidad de un niñ@ con respecto a la velocidad de otro:

• Ejercicios de desplazamientos por parejas o pequeños grupos a una

determinada velocidad igual para todos.

47

• Ídem, pero variando cada uno la velocidad de desplazamiento.

c. Velocidad del niñ@ en relación con objetos en movimiento:

• Ejercicios de adaptación y seguimiento de los objetos en movimiento a

diferentes velocidades (imitaciones).

d. Comparación de las velocidades de distintos objetos:

• Ejercicios de lanzamiento de varios objetos ya sea por uno mismo o con los

compañeros, adaptándose a la velocidad de los móviles.

2. Capacidad de previsión de un movimiento:

Se dan de forma continua en las actividades deportivas o habilidades específicas como

juegos colectivos con cierto componente de alta organización. En ellos se requiere un dominio

de todas las capacidades descritas hasta aquí.

4.3. LA COORDINACIÓN MOTRIZ Todos los elementos perceptivos expuestos con anterioridad confluyen en la capacidad

humana de coordinación. En efecto ésta incluye la especialidad y la temporalidad, sino que

además incorpora, para su eficaz funcionamiento, aspectos referidos a las cualidades físicas

básicas, manifestándose todo ello, al menos inicialmente en las llamadas habilidades y

destrezas básicas.

Coordinar significa literalmente concertar esfuerzos, medios, etc. para una acción

común. Coordinación motriz, por tanto, es el ordenamiento, la concertación, la organización

de acciones motrices orientadas hacia la consecución de un objetivo determinado. Ese

ordenamiento supone la armonización y acomodación de todos los parámetros musculares

implicados en el movimiento que permite el ajuste permanente entre el sujeto y su entorno

material.

Tipos de coordinación

Coordinación dinámica general. Es la capacidad para ajustar de forma dinámica todas

las partes del cuerpo.

Coordinación óculo-manual. Es la capacidad para ajustar los datos provenientes del

campo visual con la motricidad de la mano, de la cual recibimos información vía cinestésica.

Coordinación óculo-pie

Coordinaciones disociadas

Reequilibrio

48

Pedagogía de los ejercicios de coordinación global

a) El profesor debe ofrecer al niñ@ las condiciones óptimas para la realización de sus

ensayos y errores. Es más importante el tanteo efectuado por el alumno/a que el resultado de

este trabajo (adquisición de un automatismo). Como señala Le Boulch (1990), nada puede

sustituir a la experiencia motriz vivida por uno. La exploración motriz personal es

incontestable en una pedagogía de alta significación cualitativa.

b) El educador no debe proporcionar al alumno soluciones que hagan innecesarios e

esfuerzo y la investigación. Por el contrario, planteará una situación-problema que el alumno

deberá resolver.

c) Por último, el educador debe saber aceptar los errores del alumno, ya que de este

modo permitirá que sea éste el que se autorregule y se haga cargo de su propio aprendizaje.

No debe por tanto el profesor acelerar el proceso.

4.4. DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES PERCEPTIVOS MOTRICES Ya hemos comentado en el análisis de cada una de las capacidades perceptivo-

motrices cómo se van construyendo y las tareas más importantes que aseguran un correcto

desarrollo de las mismas.

El desarrollo de las capacidades perceptivo-motrices debe constituir el eje del trabajo a

lo largo de toda la etapa correspondiente a la educación infantil y primaria, especialmente en

los primeros ciclos.

Por lo tanto, en este apartado vamos a enumerar una serie de criterios que han de estar

presentes en el quehacer educativo que se trabaje este contenido de la Educación Física:

• Las actividades deben ser variadas, procurando ofrecer diversidad en las

ejecuciones y en las de manera que las experiencias vividas por el alumnado procuren la

mayor riqueza perceptiva y motriz posible.

• Pero también procuraremos una "cantidad" de práctica que permita que las

adquisiciones se precisen se integren, es decir, debemos asegurarnos de que la experiencia

ofrezca posibilidades de exploración, de descubrimiento, de interiorización y de constatación

de los aprendizajes.

• Las tareas propuestas deberán adaptarse siempre al momento madurativo de

los niñ@s así como a sus intereses.

• Se ha de perseguir la participación "activa" del alumnado, huyendo de las

ejercitaciones mecánicas sin significado. En la medida que su proceso evolutivo lo permita,

procuraremos que nuestro alumnado tome conciencia de lo que está realizando.

49

• Buscar situaciones sugerentes, motivantes. Como bien sabemos, el juego

constituye un medio óptimo para el logro de los objetivos educativos.

La Educación Psicomotriz tiene tantos enfoques metodológicos diferentes como

autores relevantes han expuesto sus teorías en los últimos años Unos enfoques son más

analíticos, otros más globales, en unos se pone más énfasis en la actividad exploratoria del

niñ@, mientras que otros lo hacen en la ejecución; también existen algunas diferencias en

cuanto a la consideración de la relación afectiva profesor-alumno o profesor-grupo, aunque

todos ellos mencionan como un factor decisivo el desarrollo emocional de los niños y las

niñas.

En todos ellos se proponen una gran variedad de tareas y juegos, que Incluyen:

• Toma de conciencia de las diferentes partes del cuerpo, de las posibilidades y

limitaciones de movimiento de cada una de ellas, de su localización en diferentes posturas y

acciones.

• Actividades de relajación global y segmentaria.

• Ejercicios de control tónico y postural, tanto en situaciones estáticas como

dinámicas.

• Desplazamientos de diferentes formas (reptar, gatear, cuclillas, de rodillas, de pie,

etc.), con diferentes ritmos, direcciones, trayectorias.

• Utilización de una gran variedad de materiales (formas, colores, tamaños,

trayectorias, pesos, volúmenes, velocidad, etc.).

• Actividades de identificación del predominio lateral y de afirmación del mismo

5. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PRÁCTICAS EN EL 1º Y 2º CICLO DE INFANTIL

El desarrollo de la psicomotricidad se produce por el estímulo conjunto de la

maduración biológica y de la estimulación social que el niñ@ recibe (Le Boulch, 1983). Sin

maduración cerebral y física no hay progreso, pero la maduración por sí sola no da lugar al

desarrollo, y menos cuanto más complejas se van haciendo las adquisiciones. Además de

maduración el niñ@ la necesita situaciones que estimulen el aprendizaje de determinadas

actividades y su práctica posterior; necesita guía, modelos, motivación, refuerzos por sus

logros, así como afecto y apoyo cuando fracasa en sus acciones (Palacios, 1990).

Quienes se encarguen del cuidado y educación del niñ@ tienen la responsabilidad de

potenciar al máximo sus posibilidades.

La educación psicomotriz en niñ@ que no presenta problemas específicos, se lleva a la

práctica siguiendo programas más o menos amplios y elaborados con mayor o menor grado de

50

especificidad. No obstante, todos ellos integran al menos tres elementos: objetivos,

metodología y contenidos.

Los alumnos interesados en profundizar en programas pueden consultar los trabajos de

Jiménez, uso y Jiménez (1992ay 1992b); De la Cruz y Mazaira (1990); Iglesias (1992) y De la

Torre (1989).

De una forma general orientativa vamos a seguir aquí el esquema planteado por

Martínez y Núñez (1980) respecto a objetivos, metodología y contenidos en la educación

psicomotriz.

5.1. OBJETIVOS a) Educar la capacidad sensitiva a partir de las sensaciones del propio cuerpo. Se trata

de transmitir al cerebro el máximo de información posible relativa al propio cuerpo (tono

muscular, posición de los distintos segmentos corporales) o relativa al mundo exterior

(cualidades sensibles de los objetos como forma, color, etc.).

b) Educar la capacidad perceptiva es decir, estructurar toda la información disponible,

integrándola en esquemas perceptivos que den sentido a esa información.

Esta integración implica:

• Tomar conciencia del esquema corporal y de sus funciones para adaptar el

movimiento a la acción.

• Estructurar las relaciones espacios-temporales

• Coordinar movimientos.

c) Educar la capacidad representativa y simbólica. El estímulo que inicie el

movimiento debe proceder de una representación o imagen mental anterior a su realización;

hay que ayudarlo a tomar conciencia de qué movimiento quiere hacer, cómo y para que.

En todos estos objetivos tiene una gran importancia la utilización del lenguaje por

parte del educadora y por parte del niñ@.

5.2. METODOLOGIA a) Utilizar la actividad corporal y el lenguaje como instrumentos de la intervención

educativa.

b) Motivar. La educación debe estar en consonancia con las necesidades e intereses del

niñ@. Una de sus primeras necesidades es el juego. De ahí que las actividades educativas

deben presentarse con un carácter lúdico.

Cuanto menor sea el niñ@, más cambios y variaciones en las actividades habrá que

hacer para mantenerle motivado.

51

c) Dar instrucciones claras, utilizar refuerzos y evitar castigos.

d) Orden y organización espacio-temporal en la casa y en la clase:

- Cada cosa ha de tener su sitio.

- Cada actividad tiene un principio un fin (y si es posible un sitio diferente

donde realizarla).

- El orden de las actividades deber ser todos los días el mismo.

e) Las actividades han de presentarse en orden de dificultad creciente, teniendo

siempre en cuenta el nivel de desarrollo psicomotriz en el que se encuentra el niñ@. Los

instrumentos de evaluación, nos indicarán el nivel del cual habrá que partir con cada niñ@.

5.3. CONTENIDOS • Esquema corporal.

• Tenacidad.

• Control postural.

• Control respiratorio.

• Estructuración espacial.

• Estructuración temporal.

• Capacidades preceptivas.

• Iniciación al cálculo.

• Grafomotricidad.

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