Teología Vol I Tratado I - Introducción a la Teologia

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    SUMMA DE LA SAGRADA TEOLOGA

    (SACRAE THEOLOGIAE SUMMA)

    Por los Padres de la Compaa de Jess

    PREFACIO

    Habiendo presentado Po XI en la Constitucin Apostlica Deus scientaurum Dominus ( Dios,Seor de las ciencias), a los oyentes (auditores) de las facultades teolgicas, y el Cdigo deDerecho Cannico a los alumnos de los Seminarios clericales, un curso cuatrienal de SagradaTeologa, con el que se alimentasen con palabras de fe y de buena doctrina, buenos ministros dela Iglesia de Cristo Jess, y llegaran a ser fieles dispensadores de los misterios de Dios; losPadres de la Compaa de Jess, Profesores de las Facultades teolgicas en Espaa, tomamosla determinacin de conscribir una Suma de la Sagrada Teologa, armonizada con mtodocientfico y acomodada lo ms posible al uso de las preelecciones en las escuelas, quecomprendiese sumariamente todas las cuestiones de la Teologa y revisase cuidadosamente y sincesar, los nuevos progresos de doctrina y erudicin en sucesivas ediciones.

    Para que esta SUMA DE LA SAGRADA TEOLOGIA fuese un apto subsidio para los alumnos paraaprender ms fcilmente toda la doctrina sagrada, y tambin un til instrumento para losmaestros, que pudiesen utilizar en las prelecciones de las escuelas, procuramos en primer lugaratender a la necesaria brevedad y juntamente a la conveniente plenitud. Sin embargo, para unams amplia erudicin de cada cuestin, antepusimos una bibliografa y aadimos anotaciones,con ayuda de las cuales se pudiese comprender ms plenamente la doctrina propuesta y ser msabundantemente ilustrada.

    En todo nuestro tratado hemos seguido fielmente a la Iglesia, "Maestra de la divina verdad, que nosabe engaarse y, por tanto, patrona y madre de toda humana doctrina". Por lo cual, hemosseguido aquella slida doctrina transmitida por los mayores y recibida comnmente por la Iglesia,evitando las novedades profanas de las expresiones y la ciencia de falso nombre.

    Hemos empleado cuidadosamente el mtodo que la Iglesia hace tiempo haba encomendado: "LaSagrada Teologa debe ser transmitida con mtodo, tanto positivo como escolstico, por lo cual,expuestas las verdades de la fe, y demostradas por la Sagrada Escritura y la Tradicin,investguense e ilstrense la naturaleza y la ntima razn de esas verdades, segn los principios y

    las doctrinas de Santo Toms de Aquino. Para observar rectamente el mtodo cientfico deestudiar, de modo que no slo aprendan bien la doctrina, sino que conozcan tambin las fuentespropias de cada disciplina y las leyes de interpretarlas, y se acostumbren a utilizar con fruto lossubsidios y ayudas del trabajo cientfico.

    Por lo cual, para introducir de alguna manera a los alumnos en este mtodo de investigar,escribimos de tal manera nuestra SUMA DE LA SAGRADA TEOLOGIA, que, segn ella fuesenecesario tener siempre en las manos, no solo la Sagrada Escritura y el Enchiridion Symbolarum ,sino tambin el Enchiridion Patristicum , y la Summa de Santo Toms . Porque remitimosconstantemente a los textos de la Sagrada Escritura, del Magisterio Eclesistico de los SantosPadres y de Santo Toms, ms que transcribir las palabras de los autores, para que los quecultivan la sagrada ciencia, estudien a fondo, con mas solicitud y en su contexto, el sentido

    genuino de las sentencias dictadas y empleen constantemente aquel modo cientfico de indagar,que es especialmente propio de la Sagrada Teologa.

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    SUMA DE LA SAGRADA TEOLOGA

    TRATADO I

    INTRODUCCIN A LA TEOLOGA

    Por el Rev. P. MIGUEL NICOLAU, S.J.Profesor de la Facultad Teolgica de la Universidad Pontificia de Salamanca

    CAPITULO I

    INTRODUCCION GENERAL A LA TEOLOGIA

    1.- Naturaleza de la Teologa

    La teologa es la ciencia de Dios y de las cosas divinas .Por ser ciencia, en Teologa se tiene un conjunto ordenado y conexo de conocimientosciertos por aun causas.

    Dios es el objeto primario de esta ciencia, otras cosas en cuanto hechos o queridas porDios, son el objeto secundario. Por lo tanto, las cosas terrenas pueden ser objeto de laTeologa en cuanto se refieren a Dios y en este sentido, pueden ser consideradas comocosas divinas, objeto de la Teologa.2.- La Teologa puede ser natural y sobrenatural.

    La Teologa natural o Teodicea toma sus conocimientos sobre Dios de verdadesconocidas o demostradas por la razn y toca su objeto material en cuanto es cognosciblepor la razn-natural. Este es suobjeto formal .

    Teologa sobrenatural , o simplemente Teologa y en sentido estricto, toma susconocimientos de los principios de la fe conocidos por revelacin divina y toca su objetoen cuanto es cognoscible por la revelacin divina y se diversifica de la Teodicea en estesu objeto formal .

    Luego, la Teologa natural se eleva del conocimiento de las criaturas a Dios; la Teologasobrenatural desciende del conocimiento de Dios y de la revelacin al conocimiento de lasdems cosas.

    3.- Teologa y Fe.

    Cualquier ciencia comienza o por los primeros principios que son verdades conocidas pors mismas ( per se notae), o por los principios tomados de otra ciencia, que se llama

    ciencia subalternante .

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    En la Teologa los principios casi por el conocidos ( quasi per se nota), de donde empiezaente ciencia, son los artculos de la fe, y adems la doctrina revelada por Diossobrenatural y pblicamente. Esta se conoce evidentemente por la ciencia de Dios y delos bienaventurados.

    Y no sera verdadero telogo quin no tuviese la fe inicial al menos informe, ni sera

    verdadera teologa la teologa de un hereje. Pues en la Teologa no se debe proceder porla sola razn, sino por la fe. Cf. D. 1616 (sobre el indeferentismo de Lammenais), 1642(sobre el racionalismo).

    Pero si los artculos de la fe y la doctrina revelada por Dios son losprincipios objetivos para la ciencia teolgica, elprincipio subjetivo para el trabajo del hombre en la Teologa,es la razn ilustrada por la fe . (D-1796).

    4.- Por lo tanto, le teologa es laciencia de la fe , porque el objeto de su investigacin es ladoctrina de la fe, el principio - objetivo de donde empieza su investigacin, es la doctrinarevelada por - Dios que se acepta por la fe, por fin el principio subjetivo para investigar enla razn ilustrada por la fe. Por lo cual la Teologa servir para ensear la fe y parapenetrar y saborear la fe.

    La fe y la luz de la fe debern permanecer tambin durante todo el curso de lainvestigacin para que no se de una contradiccin con la posicin inicial por la que seempez, ni se yerra del recto camino.

    5. La fe. de la que tratamos (la cual conviene ya bosquejar y definir) segn la doctrina delVaticano I,"es una virtud sobrenatural, por la cual, por la inspiracin de Dios y la ayuda de la gracia, creemos que son verdaderas las cosas reveladas por El, no por la intrnseca verdad de las cosas percibidas por la luz natural de la razn, sino por la autoridad del mismo Dios que revela, la cual no puede ni engaarse ni engaar". (D.1789). Pero, paraque pudisemos satisfacer el deber de abrazar la verdadera fe y de perseverarconstantemente en ella, Dios instituy la Iglesia por su Hijo Unignito y la provey denotas claras de su institucin, a fin de que pudiese ser reconocida por todos comocustodia y maestra de la ver dad revelada (D.1793)"Deben ser credas con fe divina y catlica todas aquellas cosas que estn contenidas en la palabra de Dios escrita o tradicional y son propuestas por la Iglesia, sea por su juicio solemne, sea por su magisterio ordinario y universal, para ser credas como reveladas por Dios (D.1792).

    6.- La regla prxima de la fe. La norma o regla prxima, inmediata y suprema de la fe es

    para el catlico la doctrina del Magisterio de la Iglesia, vivo, autntico y tradicional. Porqueeste magisterio da ntegra la doctrina revelada, su sentido genuino y su interpretacinautntica y sirve para proponer, en cualquier tiempo y lugar, la doctrina revelada infalible yautntica.

    Por lo tanto, para el telogo que debe comenzar por la doctrina de la fe propuesta por laregla prxima de la fe, el magisterio de la Iglesia deber ser investigado lo que siente elmagisterio de la Iglesia sobre cualquier cosa, pero esto es slo la introduccin de lateologa, no es su nico constitutivo.1 7.- TEOLOGA POSITIVA Y TEOLOGA ESCOLSTICA O ESPECULATIVA

    Por razn del mtodo y de su funcin, la Teologa se divide enpositiva y en escolstica o especulativa. 2

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    Dnde se tiene un dato teolgico ofrecido por el magisterio contemporneo o cuasicontemporneo de la Iglesia, sobre el cual ya hablamos ms arriba, el trabajo propio de laciencia teolgica es justificar este dato por sus causas , o si el Magisterio no se pronuncian explcitamente en algunas cosas, la labor del telogo ser encontrarque verdades reveladas se contienen en las fuentes. Estas cosas se deben mostrar con mtodopositivo, y la funcin teolgica por la cual se demuestra con tal mtodo positivo, que

    verdades reveladas contienen las fuentes positivas (Escritura, Tradicin), se llamaTeologa positiva . Esta funcin teolgica se ha desarrollado especialmente desde la edaddel renacimiento y la moderna, porque era necesario justificar ante los humanistas yprotestantes el depsito transmitido de la fe en cuanto tal, y la prctica de tal Teologaest en la explcita voluntad de la Iglesia.

    Aadimos a esto que tambin a Nos nos parecen dignos de alabanza quienes con enterareverencia para con la Tradicin y los Padres y el Magisterio Eclesistico, con sabio juicioy usando de las normas catlicas ( lo que no ocurre igualmente con todos), trabajan poriluminar la Teologa positiva, tomando luz de la verdadera historia. Porque ciertamente sedebe tener mayor cuenta que hasta ahora de la teologa positiva, pero hgase esto de talmodo, que no sufra ningn detrimento la escolstica y sean reprendidos quienes ensalzanla positiva de tal modo, que parezcan despreciar la Teologa escolstica, puesto que asfavorecen el objetivo de los modernistas.3 8.- La Teologa escolstica o especulativa , procede principalmente por el mtodoespeculativo y es aquella funcin teolgica que en las escuelas del Medioevo floreci engran manera y que tambin ha conseguido un gran esplendor por los escolsticos delrenacimiento. La Iglesia defiende con gran inters esta funcin teolgica y especialmentedespus de los ataques con que ha sido impugnada, y San Po X deca: (LosModernistas) se burlan y desprecian constantemente a la filosofa y Teologa escolstica.Sea que lo hagan por ignorancia o por miedo, o ms bien por una y otra causa, es ciertoque a la inclinacin a las novedades se une siempre con el odio al mtodo escolstico yno hay un indicio ms claro de que alguien empiece a favorecer a las doctrinas delmodernismo, que cuando comienza a aborrecer el mtodo escolstico" (ASS 40-190) -636 a 637).

    Y Po XII, en la Carta Humani Genaris: No slo es una imprudencia suma, sino quetambin hace al mismo dogma como una caa agitada por el viento, el descuidar orechazar o privar de su valor a tantas y tan grandes cosas que muchas veces han sidohechas en un trabajo secular por varones de un ingenio y una santidad no comn, bajo lavigilancia del sagrado Magisterio, ni sin la luz y la direccin del Espritu Santo, para

    expresar cada vez ms cuidadosamente las verdades de la fe, con una menteconvencida, viva y pulida, para que en lugar de aquellas mismas cosas, basten nocionesconjeturales y ciertas nociones de una vaga y vacilante filosofa nueva que, como la flordel campo, crecen hoy y maana se secan. El desprecio de las palabras y nociones deque suelen usar los telogos escolstica, conduce espontneamente a debilitar la teologa- como la llaman- especulativa, la cual estiman que carece de verdadera certeza, porquese sustenta por la razn teolgica.

    Ciertamente -oh dolor- los estudiosos de novedades pasan fcilmente -del desprecio de laTeologa escolstica a la negligencia y an al desprecio del mismo Magisterio de laIglesia. ( D 2312 s).

    9.- Llaman a la Teologa positiva elentendimiento que busca la fe , pues la razn buscaque contienen las fuentes de la revelacin y de la fe.

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    En cambio, a la Teologa escolstica se la llamala fe que busca al entendimiento ; esciertamente lo que deseaba San Agustn: dese ver con el entendimiento lo que cre ", ySan Anselmo : "No intento, Seor, penetrar en tu profundidad, porque de ningn modo la comparo a mi entendimiento, pero deseo entender algo tu verdad que cree y ama mi corazn. Porque tampoco busco entender para creer, sino que creo para entender .... En

    fin, es aquella inteligencia de los misterios y esta fructuossima, la que con la gracia deDios, alcanza la razn ilustrada por la fe cuando, atenta, piadosa y sobriamente, busca laanaloga, ya de aquellas cosas que naturalmente conoce, ya de la conexin de losmisterios entre s y con el ltimo fin del hombre (D 1789).

    10.- Por la Teologa escolstica la fe se explica ms claramente, es decir:

    a) Las verdades reveladas menos conocidas se explican y demuestran con la ayuda de otras ms conocidas y desde los artculos de la fe, esta doctrina argumenta aotras" ( S.Th. i q. 1 a 8).

    b) Las verdades de la fese explican desde la analoga de aquellas cosas que la razn conoce naturalmente.

    c) De las verdades reveladas se deducen nuevas verdades , que por lo tanto,estaban contenidas en ellas virtualmente, esto se hace principalmente con la ayuda de lafilosofa.

    d) Se demuestra la conexin entre las verdades reveladas y se las reduce a unsistema cientfico .

    11.- EL SUJETO DE LA TEOLOGIA

    El sujeto de una ciencia es aquello que se somete primariamente a su consideracin einvestigacin. Es casi la base y el fundamento que sustenta a otras verdades que seconsideran en esa ciencia.

    El sujeto de la Teologa es Dios . Y no solo por parte del objeto material, sino tambin porparte de la razn con que se considera, porque "todas las cosas ... se tratan en la doctrinasacra bajo la razn de Dios, o porque son el mismo Dios, o porque estn ordenadas aDios como a principio y fin". (S.Th. i.q. 1 a 7).

    Sin embargo, son posibles otros modos de considerar y ordenar los conocimientosteolgicos, segn sea el ncleo o centro que se tome. (V.gr. El Verbo encarnado), segnel fin que se pretenda (especulativo prctico y carismtico).

    12.- LOS LUGARES TEOLGICOS o el mtodo teolgico.

    Las fuentes de argumentacin teolgica, tomando el nombre de la retrica o del trabajo deAgrcola, De Inventione dialctica (los lugares dialcticos, se llamanlugares teolgicos .Son, pues fuentes del conocimiento teolgico, sea para buscar, sea para juzgar loencontrado, y como categoras de argumentos o domicilios y sedes de los argumentospara probar y refutar. Celebrrima y clsica es la obra de Melchor CanoDe locis theologicis ( Los lugares teolgicos) (Cf. n.76).13.- Las fuentes unas son propias, otras adjuntas.

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    Los lugares teolgicos propios son aquellas fuentes de argumentacin propias de lateologa, que muestran la misma doctrina revelada. Sonfundamentales y constitutivas aqullas que contienen la revelacin la constituyen:Escritura, Tradicin . La razn teolgica es una forma de argumentar tomada de una premisa conocida por la razn,muestra las virtualidades de la Revelacin.

    Los lugares adjuntos son aquellos que sirven para una mayor inteligencia y confirmacinde la doctrina revelada: Filosofa, Historia, Derecho,...

    14.- He aqu el cuadro de los lugares:

    Escritura

    Las Actas del magisterio Extraordinarioordinario, Liturg.universal

    Constituyentes Tradicinse conocepor:

    Los Testigos de la tradicin

    -consentimiento delos Padres-consentimiento delos telogos-consentimiento delos fieles

    Propios

    Razn teolgica

    Adjuntos Ciencias filosficas Ciencias histricas Ciencias jurdicas

    15.- Ayuda notar que la demostracin de la verdad revelada por la Tradicin, por las actasdel Magisterio extraordinario ( definiciones de los Concilios y de los Romanos Pontfices ytambin otros documentos de la Iglesia ....)no se identifica necesariamente aunque puedacoincidir especialmente en la prctica didctica)con aquello que dijimos inicio de la Teologa y su funcin primera : encontrar la doctrina misma del magisterio de la Iglesia,porque esto significa encontrar qu dice la regla-prxima de la fe, es decir, especialmenteel magisterio contemporneo, o casi contemporneo, lo cual se comprueba despusteolgicamente como contenido en la tradicin, por medio de otros documentos msantiguos.

    16.- Tambin hay diferencia entre el argumento de Escritura o Tradicin en la Teologadogmtica y las investigaciones propias de la Teologa bblica y patrstica. Porque all setrata de probar una tesis conocida previamente, la cual se podra realizar con pocaspalabras. Aqu, en cambio, se trata de encontrar conclusiones relativas a algn temaamplio o corto, segn plazca y se suponen investigaciones exhaustivas en cuanto seaposible. All se utiliza la va regresiva y ascendente, aqu la va es progresiva ydescendiente.

    17.- Las Liturgias nos ensean no solamente la fe de algn Padre, sino la fe de algunaIglesia, es decir, la fe de todos aquellos Padres y fieles que han utilizado esa Liturgia. Silas Liturgias sonuniversales , entonces implican la tradicin-y el magisterio (ordinario)universal y son documentos de valor eximio.

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    18.- TEOLOGA DOGMTICA O TERICA Y TEOLOGA PRCTICA.

    Por razn de la materia , la Teologa puede ser terica o prctica. La Teologaterica tratade las verdades que no se ordenan inmediata y directamente para dirigir la accin delhombre, pues descansa inmediatamente en la contemplacin de la verdad, aunquemediata e indirectamente tenga un objeto prctico, es decir, la accin, porque el espritu

    vive esas verdades. Se le llama tambinteologa dogmtica , porque trata mucho acercade los dogmas o de las verdades reveladas propuestas por la Iglesia como tales.

    La Teologa prctica estudia las verdades que directamente tienden a dirigir la vida delhombre. Se llama tambin Teologamoral en sentido amplsimo, significando que estudiala ntegra accin humana, en cuanto que sta se debe conformar a la norma de lamoralidad conocida sobrenaturalmente, o en cuanto considera el movimiento integro de lacriatura racional hacia Dios.

    Sin embargo, en un sentido ms estricto, se entiende frecuentemente por Teologamoral ,aquella parte de la Teologa prctica que trata de la accin humana como prescripta, estoes, como licita o ilcita. Otra parte de la Teologa prctica se llama Teologaespiritual (asctica y mstica), que trata sobre la perfeccin sobrenatural de la accin y de la vidahumana.

    Por fin, la Teologapastoral , que es tambin parte de la Teologa prctica, considera yensea el modo de proceder en el cuidado de las almas y en el apostolado prctico,considerando ya lo que se refiere al rgimen y gobierno de las almas (Hodegtica ) y a loque pertenece a su instruccin y educacin religiosa (Catequtica, Pedagoga religiosa ) yal ministerio de la palabra (Homiltica ), ya por fin , aquellas cosas que tocan directamentea la santificacin de las almas, por medios, o estrictamentelitrgicos , (Misa,Sacramentos), o no litrgicos.

    Segn Santo Toms , la sagrada doctrina es ms especulativa que practica, porque tratamuy especialmente de las cosas divinas mas que de los hechos humanos.San Buenaventura sublinea el aspecto prctico y afectivo en la Teologa, porque si elentendimiento es considerado en s mismo, se perfecciona por la ciencia especulativa, sise le considera en cuanto que rige la accin, se perfecciona por la ciencia prctica omoral, pero si se le considera de un modo intermediocomo nacido para extenderse al afecto , se perfecciona por un hbito intermedio entre el puramente especulativo ypuramente prctico, y este hbito es la sabidura , que se refiere juntamente alconocimiento y al afecto; la ciencia teolgica es ese hbito intermedio y tiene por fin, ya la

    contemplacin, ya el que seamos buenos, pero principal mente, el que seamos buenos.La divisin de la que tratamos en los ns. 7-10 en Teologa positiva y escolstica, serefera al mtodo. Pero esta divisin en Teologa dogmtica (terica) y prctica, se refiere,como dijimos, a la materia, y en una teologa o en la otra, se puede proceder, ya con elmtodo positivo ya con el especulativo.

    19.- TEOLOGA KERYGMATICA.

    Pretende ordenarse el kerigma, o sea la predicacin. Porque para la predicacin, locapital es mover la voluntad, y la voluntad se mueve por la proposicin del bien o de los

    valores de las cosas, esta Teologa pretende, no ciertamente omitir la proposicin de laverdad (porque la verdad y el bien se identifican -convertuntur-), sino insistir

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    especialmente en los valores de los dogmas. De este fin -dicen - se deben tomar el modode proceder y el ncleo de esta Teologa: Jesucristo.

    A nosotros nos parece que se debe procurar realmente esta funcin kerigmtica oconsideracin de los valores en la Teologa, y estimamos dignos de alabanza a aquellosautores que trabajaron con un esfuerzo peculiar en esta materia, pero,no por eso parecera necesario constituir una Teologa autnoma o independiente .20.- LA TEOLOGA Y EL PROGRESO.

    Hay tambin quienes recientemente insisten en el estudioteolgico de las cosas terrestres , cuales son las ciencias humanas, culturas y civilizaciones, artes estticas eindustriales, el trabajo humano, el cuerpo, la tcnica... con la intencin de que por esteestudio, desde las fuentes de la revelacin, aparezcan los valores espirituales de lascosas temporales, y se evite en muchas sociedades humanas, la disociacin entre elReino de Cristo y las cosas temporales. Tal estudio, no siempre relegado, se podr tenerciertamente muy bien en la Teologa verdaderamente completa, ya por la consideracinde Dios creador de tales cosas temporales y de su fin, ya por el estudio de las relacionesentre las penas del pecado original y el mundo temporal, ya, por fin, desde el orden de lareintegracin y restauracin y consumacin de todas las cosas, tanto las del cielo comolas de la tierra,por Cristo y en Cristo .

    Tambin existen hoy conatos de tratar con una consideracin plenamente teolgicamuchas cosas humanas, de modo que no slo la razn natural, sino tambin la raznilustrada por la fe, trate e investigue sobre ellas. As, no solo acerca de la Teologa de laHistoria, sino tambin acerca de la teologa del trabajo, la teologa de la mujer, la teologadel estado laical, etc.

    21.- Otros han hablado de laTeologa nueva .

    Es ciertamente propio del telogo que de tal manera hable, sea de palabra o por escritoga los hombres de su tiempo, que le escuchen con agrado inteligente y voluntariamente.De lo cual es deduce que deben acomodar sapientemente sus palabras al ingenio y a la propensin de su siglo, en las cuestiones que proponen y presentan, en el modo de conducir las argumentaciones y tambin al elegir el gnero de diccin. Pero nadie turbe o cambie lo que es inmutable.. Cuando se tratan cuestiones nuevas y libres, resplandezcan siempre en las mentes los principios de la doctrina catlica. Sopsese con vigilante cautela lo que en Teologa suena como realmente nuevo. Sea separado cierta y

    firmemente de aquello que es conducido por conjeturas, de aquello que pueda conducir a infiltrar la costumbre resbaladiza y no siempre laudable, an en la Teologa y Filosofa, a los que yerran. mustreseles una mano amiga, pero no se tenga ninguna indulgencia para los errores de las opiniones . (Po XII a los Padres S.I. de la Congregacin General XIX -set. 1946- AAS. 38 1946- 3845).

    22.- EL METODO DE PRENDER

    El telogo debe pretender, en primer lugar, conocer profundamente los fundamentos de lareligin catlicabajo la gua de la Iglesia Maestra y penetrar ntimamente los motivos decredibilidad de la fe, despus procrese el conocimientoclaro y recto, slido e ntimo , de

    los dogmas y de otras verdades reveladas, sin descuidar en nada las doctrinas que estnen conexin con el dogma o se derivan de l. Ah se har uncuerpo sistemtico , y, por lo

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    Universidad de Paris, pensando as de ellos y recomendando diversas formas de losmismos:

    Las Ejercitaciones, cuantas ms sean y mas tiles, harn tanto ms doctos a los alumnos. Parece que son necesarias siete: La 1, es, que acabada la preleccin y an reciente, la recitan en la misma clase o en otro sitio, hasta que entiendan rectamente

    todas las cosas y las impriman en la memoria; 2, a otra hora del mismo da repitan otra vez y disputen sobre ello, en la clase o en otro sitio, estando presente el preceptor; 3, el sbado o en los das de fiesta, disputen en la clase o en otro si to, durante dos horas,presidiendo el preceptor; 4, cada mes tengan disputaciones ms clebres durante medio da, en que no slo disputen los discpulos, sino tambin los preceptores; 5, cada ao,antes de la renovacin general de los estudios, sostengan disputas durante uno o dos das con la mxima celebridad que se pueda; 6, alguna vez tengan prelecciones privadamente en casa sobre esas cosas, para que poco a poco se formen preceptores; 7, traten por escrito, alguna cuestin y mustrela al preceptor para que la corrija.

    Si se trata la Teologa con este mtodo prudentemente acomodado, adquiriremos unasolidez y un raciocinar exacto, mas que una apariencia o indigesta abundancia deerudicin.

    26.- LA TEOLOGIA Y LA VIDA SACERDOTAL.

    Consta, por la clara y frecuente doctrina de la Iglesia, que la Teologa es necesaria para elMinisterio sacerdotal. As, en la Encclica Ad Catholici Sacerdoti , donde se nos presentael recuerdo elocuentsimo de Malaquas (2,7): "Los labios del sacerdote custodiarn la ciencia y se buscar la ley de su boca , y tambin en laLiturgia de la ordenacin se deseaque los nuevos presbteros sean maduros en la ciencia, y su doctrina sea medicina espiritual para el pueblo de Dios, y meditando da y noche en la ley divina, crean lo que leen, enseen lo que han credo, imiten lo que ensean . Pablo Apstol recomendaba aTimoteo, que atendiese a s y a la doctrina, y que instando en estas cosas, se salvase a smismo y a los dems ( I. Tim 4,16).4 27.- Tambin para la misma vida espiritual y de oracin de los sacerdotes, la Teologa esante todo, necesaria. Porque errara quin juzgase que descuidados los estudios antes del sacerdocio, o dejados despus y piense que despojados de aquel abundante conocimiento de Dios y de los misterios de la fe, que se adquiere de las doctrinas sagradas, podrn fcilmente elevarse a las alturas y ser llevados e introducidos en la interior unin con Dios . Y la Iglesia conden, al menos como tendenciosa la proposicin

    de Miguel de Molinos, queel telogo tiene una disposicin menor que el hombre rudo para el estado contemplativo . (D.1284).

    28.- Al manos, se obtendrn ciertamente estos beneficios, si, como advierte SanBernardo, se entrega con la debida intencin a los estudios. Porque hay quienes quieren saber con el nico fin de saber y es una torpe curiosidad. Y hay quienes quieren saber para ser ellos mismos conocidos, y es una torpe vanidad .... y hay quienes tambin quieren saber para vender su ciencia, por ej., por dinero, por honores, y es una torpe ganancia. Pero hay quienes quieren saber para edificar, y esto es caridad. Y an hay quienes quieren saber para ser ellos edificados, y esto es prudencia ".

    29.- A lo cual ayudar a acomodar con la debida proporcin, las palabras deSan Buenaventura:

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    As pues, invito en primer lugar, al lector, al gemido de la oracin de Cristo crucificado,por cuya sangre somos purificados de las inmundicias de los vicios, no crea quizs que le sea suficiente la lectura sin uncin, la especulacin sin devocin, la investigacin sin admiracin, la circunspeccin sin exultacin, la industria sin piedad, la ciencia sin caridad,la inteligencia sin humildad, el estudio sin la gracia divina, la observacin sin la sabidura inspirada por Dios. A los prevenidos con la divina gracia, a los humildes y piadosos, a los

    compungidos y devotos, a los ungidos con el leo de la alegra y a los amadores de la divina sabidura e inflamados por su deseo, y a los que quieren vacar para magnificar a Dios, admirndole y gustando de El, les propongo las observaciones referidas, insinuando que es poco a nada el espejo propuesto exteriormente, a no ser que el espejo de nuestra mente est terso y pulido ".

    30.- As suceder que el telogo no solo posea la ciencia teolgica, sino que tambinvenga a la sabidura, y esto, no slo en sentido aristotlico, que tenga el conocimiento delas cosas por las ltimas causas, es decir, por la primera causa, Dios, sino tambin en elsentido de que tenga un conocimiento de sapiencia (gustoso) de las cosas divinas.

    31.- As puede concebirse el oficio del telogo, semejantemente al que Cristo enunci asus discpulos al estar para ascender al cielo, ser testigo de Jess en la patria y en lasregiones limtrofes y hasta el fin de la tierra, es decir, como en el prximo tratadohablaremos de la Teologa apologtica, ser propio del telogo el conocer todos losargumentos que comprueban lucidsimamente la legacin de Jess y su mesianidad ydivinidad para que pueda proponerlos con palabra eficaz a los rudos y a los sabios. Y noslo d este testimonio puramente cientfico por Cristo (el cual conmueve muchociertamente al pueblo cuando sabe que los hombres eruditos creen), sino que con ungusto espiritual y una experiencia interna de las cosas teolgicas y con la misma vida,intente el telogo ser un testigo vericsimo de Cristo, casi como testigo ocular y auricular,es decir, analgicamente a los dichos de Pedro y Juan:Os hemos dado a conocer el poder y la presencia de nuestro Seor Jesucristo, no siguiendo fbulas ingeniosas, sino tras haber visto su majestad." (2 Petr. 1,16) y tambin : Lo que omos, lo que vimos con nues t ros propios ojos, lo que contemplamos ...., os lo anunciamos a vosotros . (1 Jo. 1,1-3).5

    CAPTULO II

    PROLEGMENOS A LA TEOLOGA FUNDAMENTAL

    38.- NATURALEZA DE LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL

    La Teologa es la ciencia de la fe, la Teologa fundamental es la ciencia de losfundamentos de la fe, o aquella parte de la Teologa que trata de losfundamentos de la fe .

    La Teologa -como dijimos-, tiene como principiosdesde los cuales argumenta , losprincipios de la fe,luego los principios de la fe en sentido objetivo, son los fundamentos sobre los cuales se construye el edificio teolgico . Pero la fe a su vez, y la Teologafundada en la fe presuponen lgicamente y prerrequieren:

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    1) El conocimiento cierto del hecho de la revelacin divina, y de otras cosas quemuestran la racionabilidad de la fe y la obligacin de adherirse a ella y es decir,prerrequieren el conocimiento de la credibilidad y de la credentidad de la fe . Elconocimiento de todas estas cosas es tambin en sentido lgico (por mas que noconvenga unvocamente con el fundamento expuesto mas arriba), elfundamento de la fey el fundamento de la Teologa fundada en la fe, porque mediante l se establecen como

    razonables y crebles la fe y la Teologa.2) Pero porque la fe, sobre la cual se funda la teologa catlica, es la fe catlica (n.

    3-5) y tiene como regla la doctrina del Magisterio de la Iglesia (n.6), la racionabilidad y laobligacin de adhesin a esta regla presuponenel conocimiento cierto de la existencia de este Magisterio infalible y autntico como custodio de la palabra de Dios revelada . As yaaparece claro fcilmente en qu partes mis importantes se divide en -primer lugar laTeologa fundamental.

    3) Mas an, para que la Teologa dogmtica proceda rectamente, se presumeel conocimiento de las fuentes de donde toma sus verdades y el conocimiento de los lugares para argumentar.

    Luego la ciencia, o mas bien aquella parte de la Teologa que trata de los fundamentoslgicos de la fe y de la Teologa, esla Teologa fundamental .

    39.- Como aparece claro, esta disciplina es como unaintroduccin a la Teologa dogmtica y casi un puente entre la Filosofa y la Teologa dogmtica . Considera tambintodo el objeto revelado en cuanto atiende a las notas comunes y generales de l, el quesea creble, credendo, deseable .... Por lo tanto, tambin se llamaTeologa general (H.Hurter), Teologa dogmtica general (F. Egger, P. Minges), Teologa dogmtica fundamental (A. Tanquerey). Otros la llamanApologtica , como la parte mas importanteque se considera en la Teologa fundamental .

    Pero el nombre da Teologa fundamental designa el fin interno, primario y ciertamentepositivo y ms comprehensivo de esta disciplina, antes que el fin externo, defensivossecundario, de menos comprehensin y hasta cierto punto negativo que el que suena conel nombre deApologtica .

    40.- La Teologa fundamental comprende dos partes totalmente diversas por el modo deproceder en ellas: la Apologtica y el Tratado sobre las fuentes que contienen la revelacin . Luego ser necesario exponer su naturaleza.

    41.- EL OBJETO DE LA APOLOGTICA

    Apologtica, del verbo griego defender, significa (en materia religiosa) la defensa y la justificacin de la religin.

    Por su uso se distingue de laapologa , porque esta pretende la defensa de un hecho o deuna verdad particular, en cambio, la Apologtica catlica pretende la justificacin cientfica y, por lo tanto,sistemtica de toda la verdad religiosa o del hecho religioso catlico . Nopor eso significa que quiera demostrar intrnsicamente todo el dogma catlico (puesto queno lo puede hacer, si se trata de los misterios), ni tampoco porque pretenda una prueba

    extrnseca por autoridad de todos y cada uno de los dogmas (lo que hace la Teologadogmtica, desde las fuentes de la revelacin), sino porque justifica la religin catlicaporque demuestra el hecho fundamental de la revelacin divina por Jesucristo, y tambin

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    el cargo encomendado a la Iglesia catlica,_de custodiar y exponer esta revelacin cristiana.

    42.- Segn el concepto que cada uno tenga de la fe y de la religin, as concebir unaapologtica de la fe y de la religin. As hay algunos que entienden la fe y la religin comoun vago y oscuro sentimiento de Dios o un culto puramente natural de Dios, sin pensar en

    dogmas obligaciones positivas...Pero nosotros entendemos la fe religiosa como laentiende la Iglesia catlica, es decir, la fe es un asentimiento intelectual (no unsentimiento) a las verdades reveladas por Dios, por la autoridad (ciencia y veracidad) deDice que revela. (D.1789).

    Como en la fe humana creemos no por la evidencia intrnseca de la cosa, sino por eltestimonio extrnseco del hombre que conoce la cosa, es decir, por la conocida autoridaddoctrinal del que tiene ciencia y veracidad sobre esa cosa, as, en la fe divina no creemospor la intrnseca evidencia de la verdad, sino por el testimonio extrnseco de Dios sobreella, el cual manifest esa cosa, es decir, creemos "por la autoridad del mismo Dios que revela, que ni se engaa ni puede engaar ".

    Entendemos la fe divina y catlica como un asentimiento a las verdades reveladas porDios y propuestas por la Iglesia como tales (D.1792).

    Frecuente y generalmente sabemos que Dios ha hablado por la proposicin de la Iglesia,que as lo afirma. De donde,para que la fe sea razonable , no slo requiere la certeza delhecho de la revelacin, adquirida, ya vulgar, ya cientficamente, sino tambin lademostracin del derecho de la Iglesia catlica a proponer y ensear la doctrina de larevelacin divina.

    43.- El objeto de la Apologtica es tambin la demostracin de lacredenticidad uobligacin de creer.

    Porque si slo demuestra la credibilidad de la fe, demuestra slo la posibilidad de la fe,pero no la obligacin de abrazarla y de someterse al Magisterio eclesistico. Es as quese cultiva la apologtica para que, demostrando esta obligacin, conduzca al infiel a laIglesia y el telogo sea casi un puente entre la Teodicea y la Teologa. Luego laApologtica no cumplira su deber, si no atendiese a la demostracin de la credentidad.

    44.- De lo dicho, consta que el objeto de la Apologtica no es tratar de cualquier cosabiolgica, o cosmolgica, astronmica, o histrica, ... de donde la religin sea atacada

    sino tratar de lacredibilidad racional y de la credentidad de la religin cristiano-catlica .Por lo cual, el objeto de laApologtica es demostrar el hecho de la revelacin divina y la autoridad magisterial de la Iglesia , y otras verdades que estn en prxima conexin constas.

    Decimos prximamente, porque de otras verdades que se relacionanremotamente , no espropio tratar de ellas en la Apologtica cientfica, porque no deben ser demostradas denuevo, sino recibidas todas las conclusiones de otras ciencias.

    45.- VERDADES QUE SE DEBEN PRESUPONER-

    No corresponde en la Apologtica cientfica probar los principios que se toman de otrasciencias, porque en ellas deben ser probados. Pero en la Apologtica prctica

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    frecuentemente, deben ser reforzados y demostrados desde el principio, pues a muchos no les falta tanto la religin, como la razn ". (Fnelon).

    Las verdades que en Apologtica se presuponen lgicamente para la validez de suproceso y para la eficacia de sus demostraciones, son fundamento de la Apologtica, ypor esto, son fundamentos remotos o preambula fidei (prembulos de la fe).

    As, de la Criteriologa debe ser conservado, el valor objetivo del conocimiento humano yde nuestras facultades y la existencia de la verdad absoluta, no meramente relativa, de laSicologa, la espiritualidad y la libertad del alma humana, de la Teodicea la existencia delDios personal y sus principales atributos, omnipotencia, omniscencia, veracidad,misericordia, providencia,... de la tica la obligacin que nace para el hombre de tenderhaca Dios y de rendirle culto privado y pblico ....

    Con respecto a esto, San Agustn: Si no creemos que Dios existe y que ayuda a las mentes humanas, ni siquiera debemos buscar la verdadera religin , y tambin: "Porque si la providencia de Dios no preside las cosas humanas, no debemos ni preocuparnos de la religin .De donde debe ser rechazad aquella filosofa que no determine verdades racionalesacerca de Dios y de las obligaciones prerrequeridas para la fe, tambin, como veremos, loque impugno la posibilidad de la revelacin y el hecho de la locucin divina, tambin loque ataque el objetivo y suficiente valor de los motivos de credibilidad, y en especial losexternos, como son los milagros y las profecas.

    Pero no todo error filosfico, aunque craso, destruye necesariamente la Apologticavlida, ni choca contra los motivos de credibilidad, mas aun, aun los errores que aparecenen un infiel en el curso de la demostracin apologtica, o las dificultades que suscite en sicontra la demostracin, no por eso destruyen el sentido comn y el uso de la razn en el,y ayudado por ellos, podr dejar en parte y gradualmente la falsa filosofa y conformarseinsensiblemente a la verdad religiosa, que se le proponga de tal modo que seaconquistado su corazn y su mente.

    46.- ESTADO INICIAL DE LA MENTE

    El telogo no empieza la inquisicin apologtica con una duda real y objetiva, comoqueran Hermes y sus seguidores, sobre las cosas que ensean la fe y la Iglesia, niprescindiendo totalmente de aquellas cosas que la fe declara -ni siquiera por algn

    tiempo-, porque el telogo apologeta durantesu inquisicin no deja de ser catlico y est cierto del carisma de la verdad , y tiene ya una obligacin anterior de no desertar de la feprobada para s (aunque quiz vulgarmente). Porque aquellos que recibieron la fe bajo el Magisterio de la Iglesia, no pueden tener nunca ninguna causa justa de mudar o de poner en duda la misma fe (D.1794) Cfr.Tratado II n 43.

    Adems, en ninguna investigacin cientfica es lcito prescindir de alguna fuente deinformacin, aunque parezca sospechosa, yes mucho menos lcito rechazar una fuente ya antes admitida como cierta , con tal que no influya viciosamente en la misma pruebe

    objetiva de la nueva verdad. Porque la luz se busca con la luz, ni en la misma Filosofatiene eficacia empezar con una duda real de todas las cosas.

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    Ni tampoco existe un peligro psicolgico, por una coaccin extrnseca del Magisterio de laIglesia, que admitiese cosas mal probadas, porque propiamente se puede precaver talpeligro, como tambin por otra parte cualquier telogo prudente debe precaverse de laautoridad y de los dichos de los incrdulos. Sin embargo, deber preocuparse con raznde que en la misma demostracin intrnseca de las verdades apologticas, no se admita ointroduzca algo que presuponga lo que debe ser probado, es decir, la autoridad del

    Magisterio de la Iglesia.47.- CERTEZA QUE SE DEBE OBTENER

    No es la matemtica, porque no se trata de ninguna cuestin matemtica. Ni ser siempremetafsica, porque no siempre se trata de verdades de orden metafsico. La cuestin setrata en el terreno histrico-filosfico, y por tanto,la certeza que se deber obtener ser del orden moral , aunque, no raramente podr reducirse a la certeza metafsica. Sinembargo, esta certeza apologtica no necesita (fuerza o coacciona necesariamente) alentendimiento de tal modo que ni imprudentemente se d lugar a la duda, pero se trata deuna certeza libre , lo que ocurre convenientemente en materia religiosa.

    Se aaden, adems, las pasiones y las concupiscencias del hombre que perturban laserenidad de su mente en la verdad religiosa. Porque si los teoremas geomtricosinfluyen en el orden moral y psicolgico, fcilmente los tendramos tambin comofantasas. (Leibnitz).

    ...la mente humana puede padecer a ves, dificultades tambin al formar un juicio cierto de "credibilidad" acerca de la fe catlica, por ms que haya tantos y tan admirables signos externos dispuestos por Dios por los que an slo con la luz de la razn natural, se pueda probar con certeza el origen divino de la religin cristiana. Porque el hombre, sea porqu es conducido por opiniones prejuzgadas, sea porque es instigado por las concupiscencias y la mala voluntad, puede negar y resistir, no solo la evidencia de los signos externos que estn patentes, sino tambin las supremas inspiraciones que Dios infunde en nuestros nimos . (Enc. Humani Generis 02305).

    Y de nuevo la Encclica Humani Generis ", acerca del influjo de la voluntad para conocerla verdad especulativa:

    Porque nunca neg la filosofa cristiana la utilidad y la eficacia de las buenas disposiciones del alma entera para conocer y abrazar plenamente las verdades religiosas,y morales, ms bien, siempre ense que la falta de tales disposiciones puede ser la

    causa por la que el entendimiento, afectado por las concupiscencias y la mala voluntad,se oscurezca de tal manera que no vea rectamante. Ms an, el Doctor Comn piensa que el entendimiento puede de algn modo percibir los bienes ms altos que pertenecen al orden moral, tanto natural como sobrenatural, en cuanto experimenta en el alma cierta connaturalidad afectiva, con los mismos bienes, ya natural, ya aadida por don de la gracia. (2,2.q.1.4 ad3). (q4.a.2.c) y es evidente de cuan grande auxilio puede ser an este semioscuro conocimiento para las investigaciones de la razn. Sin embargo, una cosa es reconocer su fuerza la disposicin afectiva de la voluntad para ayudar a la razn a alcanzar un conocimiento ms cierto y firme de las verdades morales y otra lo que pretenden estos innovadores, a saber, atribuir a las facultades volativa y afectiva cierta fuerza de intuicin y que el hombre, cuando por el discurso de la razn no pueda

    determinar con certeza que es lo que debe abrazar como verdadero, que se incline a la voluntad, por la que decidiendo libremente, elija entre opiniones opuestas, en una confusa muestra de conocimiento y acto de voluntad . (D.2324).

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    En algunos se da el hipercriticismo que como defecto intelectual (al modo de escrpulosy las indecisiones y nimias perplejidades en la vida prctica) puede impedir el equilibrio yque la mente permanezca serena en la verdad.

    48.- APOLOGTICA PRCTICA

    La apologtica puede ser terica y prctica. La Apologtica terica atiende a la tericaexposicin y a la sistematizacin cientfica de todos los motivos y pruebas quedemuestran que la religin cristiana, en especial la catlica, es creble y credenda.

    Pero la Apologa prctica o pastoral atiende al uso prctico de estos argumentos yaprobaciones, segn la experiencia pastoral y el sentido de acomodacin muestran quese debe aplicar.

    Entonces ciertamente valdr mucho la sicologa de la conversin y atender ante todo, a labenignidad y mansedumbre del Divino Redentor, y no ser necesario procurar, tanto elorden puramente dialctico y abstracto, como el psicolgico, concreto, moral,... tambinayudar a no invocar tanto los principios de alguna determinada escuela filosfica, comola Filosofa verdaderamente perenne.

    Por otra parte, el que posee la Apologtica terica y conoce bien la fuerza de los diversosargumentos, se acomodar ms fcilmente a las circunstancias concretas y a lasnecesidades de las lamas, para proponer un argumentos mejor que otro, o emprender uncamino mejor que otro.

    Porque en la prctica de la apologtica, proviene una gran dificultad de la dbil instruccinreligiosa de los hombres o de su ignorancia crasa. Porque la instruccin religiosa esfrecuentemente casi de nios, en comparacin a su instruccin profana, por lo cualsucede que se desvanecen muchas dificultades a la sola luz de la exposicin positiva yclara del sistema catlico sobre la racionalidad de la fe.

    49.- Pira conducir prcticamente a la fe, conviene tener present estas cosas: 1) la fe esun acto razonable del entendimiento que presupone el conocimiento cierto del hecho de larevelacin divina; 2) que este acto de fe es imperado libremente por la voluntad; 3) tantoel acto de fe y el juicio precedente de credibilidad como el imperio de la voluntad y elprecedente juicio de credentidad son actos de hechos sobrenaturales (Cfr. D.1638; 2305).

    De aqu, el apologeta prctico debe esforzarse: 1) en demostrar con toda la claridad ysolidez posibles, el mismo hecho de la revelacin divina confiado a la Iglesia; 2) con todala eficacia que pueda, debe impulsar la mocin y el imperio de la voluntad, proponiendolos motivos de la obligacin y de todos los bienes y valores que hay en la fe y en lareligin y moviendo a que el hombre evite los impedimentos contrarios, porque esconocido como oscurecen la verdad moral y religiosa los malos hbitos y la maladisposicin del corazn,porque la luz vino al mundo y los hombres amaron ms las tinieblas que la luz , porque eran malas sus obras. (Jo. 3,19); 3) porque este querer creery el mismo creer como conviene supera las fuerzas de la naturaleza, ser necesario pedircon humilde oracin el espritu bueno del Padre de las luces, que da a todos abundancia yno reproche.

    La aceptacin sincera y generosa de la nueva fe supone la mutacin del hombre y laconversin, que debe ser preparada por el deseo de poseer la luz, por la humildad del

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    corazn, por la pureza de una vida ntegra. Y nunca diremos bastante y lo apreciaremosen su valor que todas estas cosas sobrenaturales, deben ser obtenidas por la graciadivina, adquirida por una humilde y perseverante oracin.6 50.- UTILIDAD DE LA APOLOGETICA

    Aunque el nombre significadefensa , sin embargo, no se debe creer que la Apologticatenga como nico trabajo lo polmico, porque incluye unafuncin positiva, la exposicinde los fundamentos de la fe y de la Teologa, hecha de un modo cientfico y exhaustivo.

    Esto ayuda, no slo a la defensa y justificacin de la fe catlica, si es necesario hacerloalguna vez, sino tambin, aun conocimiento ms plano y cientfico del objeto teolgico ,pero adems responde al inters sicolgico, por el cual se quieren conocer plenamentelos fundamentos de la propia fe y estar siempre preparado a dar satisfaccin a todo el quepregunta sobre la propia esperanza. (Ptr-3,15). Por lo cual,la Apologtica convierte la certeza vulgar acerca de los motivos de credibilidad en certeza cientfica .

    En la certeza vulgar , que sea verdaderamente objetiva y no meramente subjetiva, se dany se conocen motivos vlidos para el asentimiento firme de la mente, pero stos no seconocen reflejamente , y de aqu la dificultad, para aquellos que tienen slo esta certeza,de desenredarse de las dificultades o de exponer los motivos propios de esa certeza. Encambio, en la certeza cientfica, se conocen los motivos reflejamente. En la cienciaapologtica se examinan casi todos los motivos, se juzgan y se conexionan aptamenteentre s.

    La diferencia, pues, entre la certeza cientfica y la vulgar est en elconocimiento reflejo delos motivos, pero no en la firmeza del asentimiento. De donde puede suceder que unhombre rudo, que solamente tiene una certeza vulgar, tenga una fe ms firme que untelogo cientfico que conoce todos los motivos y puede disertar sobre ellosabundantemente.

    Pero tambin se ama la fe por un conocimiento cientfico de los fundamentos de la fe,pues consta que es verdadera y plenamente creble, de donde la fe se robustece.

    51.- Pero no se debera creer que la fuerza de la fe se conmensura con un puroconocimiento de los motivos de credibilidad y que tiene mayor y ms intensa fe, el queposee una mayor ciencia apologtica. Porque la fe, aunque presuponga tal conocimientocierto de los motivos, depende del imperio libre de la voluntad, como ya se ha dicho (n.

    47-49). Por lo cual este imperio y su consecuente fe, sern ms firmes, ms intensos yms perpetuos, cuanto ms se ame la fe y se considere como un bien por el cual nosadherimos a Dios y ponemos en El nuestra esperanza.As se deben apreciar los valores de la fe y sus utilidades, que es justo, beneficioso, bueno, adherirse a la primera verdady ofrecer un piadoso obsequio del entendimiento al Padre amantsimo por lo cual ayuda aconfiarse a Cristo que habla; el que la religin que abrazamos por la fe sea el compendiode todos los bienes superiores, de la paz, de la buena conciencia, de la fortaleza en loscasos de la vida dignos de conmiseracin y tambin de la belleza moral .....

    Por fin, es de suma importancia para fomentar y proteger la solidez y la perpetuidad de lafe en los adolescentes y en los afligidos, no slo haber conocido especulativamente estos

    valores, sino tambin haberlos experimentado afectivamente.

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    Para aqul, finalmente, que debe ensear al pueblo, o para el cristiano culto que quiere (ydebe) dar razn de lo que cree, y tambin para aqul que quiere satisfacer a lasdificultades y objeciones que se le ocurren : la Apologtica es totalmente necesaria.

    52.- RELACIONES ENTRE LA TEOLOGIA Y LA APOLOGETICA

    Atendiendo a los principios y al mtodo: Los principios de la ciencia teolgica sonverdades de fe, los principios de la Apologtica son verdades de orden natural, filosficas,histricas, experimentales,...

    El mtodo de demostrar en la Teologa se funda en la revelacin divina, es decir, en lasfuentes que la contienen, Escritura y Tradicin; el mtodo de demostrar en la Apologtica,se funda en la razn natural.

    La Teologa presupone la fe, y aqul que no tuviese fe sera un seudo-telogo, laApologtica, en cambio, hace posible a la fe en cuanto cimenta su fundamento racional.La Teologa es, pues, para los fieles y la Apologtica se dirige principalmente a los infielesa los que pretende convencer.Si la Apologtica considera a veces las mismas verdades que la Teologa dogmtica,v.gr., la divinidad de Jesucristo y su magisterio, lo hace bajo un objeto formal diverso, esdecir, la Apologtica, en cuanto que se conocen y demuestran, por argumentos de raznhistrico-filosfica, la Teologa dogmtica, en cuanto que se conocen y demuestran por larevelacin divina. Pero si se mezclan algo cuestiones dogmticas y apologticas,especialmente en el tratado sobre la Iglesia, se hace esto, por la oportunidad de laenseanza, pero conviene distinguir muy bien aqullas de stas, hasta que prevalezca lacostumbre de insertar el tratado dogmtico sobre la Iglesia o sobre el Cuerpo Mstico deCristo despus del tratado de Verbo Incarnato y de su Gracia (De Cristologa ySoteriologa).

    53.- Sin embargo,se debe decir que la Apologtica pertenece a la Teologa, o sea, que es un oficio teolgico o una funcin teolgica , no solo por razn del objeto, por razn de quelas verdades que tratan y afirman una y otra disciplina son frecuentemente las mismasv.gr., Cristo el Seor, la Iglesia ...., aunque se consideran bajo un aspecto diverso y seafirman por un motivo diferente, pero tambin principalmente porquees propio de la Teologa dogmtica defender y justificar sus principios , como hace cualquier cienciasuprema, como la Metafsica (que no est subalternada a otras) cuando sus principios noson evidentes por s mismos. Luego, es propio de la Teologa justificar y defender la mima

    fe divina, y la propia dependencia al Magisterio de la Iglesia, a lo cual provee por laApologtica.

    Luego, como la Metafsica racional defiende los propios principios, entre los cualesdefiende aquellos mismos principios que fundamentan el conocimiento humano (por laCrtica y la Epistemologa), as, la Metafsica sobrenatural (Teologa), defiende elconocimiento sobrenatural de la fe, sus posibilidades y credibilidad, tratando de laposibilidad de la revelacin divina y de los criterios para discernir la verdadera revelacin(Epistemologa) (o Criteriologa) sobrenatural, y como estos criterios se cumplen en lareligin cristiana-catlica.

    Adems, es propio de la Teologamostrar las propiedades de la fe , entre ellas las quedebemos recordar y defender:que la fe es razonable y creble . La Teologa debe probarque esta propiedad reside (ingiere) en la fe y esto con argumentos de razn, como

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    cuando demuestra la existencia de Dios, los argumentos sern de razn, pero laconsideracin ser teolgica.

    54.- Luego, en la Teologa apologtica, sirven las normas comunes de la Teologa quepueden valer para ella (para la Apologtica), es decir, ser propio del telogo apologeta:en primer lugar, buscar y establecer la doctrina del Magisterio eclesistico acerca de la

    Apologtica y acerca de la tesis apologtica, y debe dejarse conducir por ellas comonormas positivas (no meramentenegativas igual que el filsofo cristiano, pensemos en ladefinicin de los accidentes y de la persona).

    Sin embargo, las demostraciones no procedern del mismo Magisterio de la Iglesia o dela doctrina revelada en cuanto tal, porque siendo eso, precisamente, lo que quieredemostrar, sera un crculo vicioso.

    Luego la Teologa apologtica discurre bajo la gua de la fe y del Magisterio de la Iglesia ysin embargo no arguye por razones de fe o del Magisterio de la Iglesia.

    55.- La Apologtica demostrando la racionalidad de la fe, demuestra, asimismo,indirectamente, los principios de la Teologa dogmtica, para que esta pueda llamarse enverdad, ciencia tambin con el significado de algunos que solo atribuyen este nombre alas disciplinas en las que se prueban los principios no evidentes. As puede decirse que laApologtica es, en este sentido, el fundamento lgico, mediato, extrnseco para laTeologa. Pero el fundamento inmediato e intrnseco para la Teologa dogmtica, elmismo objeto revelado,no es dado por la Apologtica, sino que se da por la fe , como elconocimiento (del ente natural) del ser natural, para el que no es escptico, no se da porla Epistemologa, se da por el conocimiento natural, anterior la Criteriologa.

    56.- CONCLUSIN

    Si la Apologtica tiene un objeto material diverso al de otras ciencias filosficas ehistricas, ser una ciencia propia e independiente de ellas, si tambin tiene un diversoobjeto formal al de la Teologa dogmtica, porque conoce su objeto en cuanto que esdemostrable por argumentos filosficos e histricos (no por la revelacin divina), sertambin una ciencia diversa de la Teologa dogmtica. Esta es la ciencia apologtica quedesde fuera a dentro quiere encontrar y probar el hecho de la revelacin divina y lainstitucin del Magisterio de la Iglesia.

    De otra manera, la Teologa apologtica, que como funcin exigitiva de la Teologa, se

    centra a fuera, bajo la gua de la fe y del Magisterio de la Iglesia, quiere, no encontrar,sino solamente demostrar y presentar la credibilidad del hecho de la revelacin y lainstitucin del Magisterio. Esta es tambin disciplina diversa de los tratados dogmticosporque demuestra su objeto de otra manera a como se hace en los tratados dogmticos otiene otro objeto formal distinto del de la Teologa dogmtica, pero es una tarea y unafuncin de la misma ciencia dogmtica.

    57.- OTROS TRATADOS DE LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL

    El tratado sobre las fuentes que contienen la revelacin, o sobre la Tradicin y la Escritura , es fundamento para la Teologa dogmtica, porque es importante saber, en la

    Teologa, donde se contiene la revelacin , puesto que la Teologa dogmtica comodijimos, toma de la revelacin divina sus demostraciones.

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    Pero porque las categoras o sedes de los argumentos en la Teologa se llamanlugares teolgicos , por lo tanto, este tratado se llama tambin de los lugares teolgicos y porquelas sedes principales y propias de los argumentos son la Tradicin y la Escritura.

    Conviene tambin antes de pasar ms adelante, para entrar en la Teologa dogmtica,considerar atentamente su metodologa, o modo de la Lgica teolgica.

    Este tratado pertenece a la Teologa dogmtica , porque investiga el mismo dogma acercade las fuentes de la revelacin y demuestra, a partir de la misma revelacin y de la fe, yaconocidas y justificadas por la Apologtica. Es, pues,casi el fundamento intrnseco de la Teologa dogmtica , y ciertamente de la misma naturaleza que la Teologa dogmtica,pues se dice, y con razn, que el fundamento del edificio pertenece al mismo edificio,Pero la Apologtica es elfundamento lgico y casi extrnseco para la Teologa dogmtica,porque precede de otro modo.

    De aqu que la Teologa fundamental comprende a laApologtica y el Tratado sobre la Tradicin y la Escritura , como el fundamento para la Teologa dogmtica, pero de una yde otra maneras y no se identifican, sino inadecuadamente, la Teologa fundamental y laApologtica.

    58.- PROPORCIN ENTRE LA TEOLOGA FUNDAMENTAL CON RELACIN A LATEOLOGA Y LA CRITERIOLOGA Y ONTOLOGA EN RELACIN AL RESTO DE LAFILOSOFA.

    La Teologa Fundamental est relacionada con la Teologa como la Criteriologa y laOntologa con el resto de la filosofa.

    Porque:

    a) La Criteriologa y la Ontologa son partes de la Filosofa, y la Teologafundamental,es parte de la Teologa .

    b) La Criteriologano supone necesariamente un escepticismo real ni la dudametdica real sobre la aptitud de nuestras facultades para conocer la verdad, ms an,tiene una persuasin natural de la realidad del ser y del valor cognoscitivo de nuestrasfacultades. La Teologa fundamental no incluye la duda inicial de la fe catlica, sino quetiene la persuasin, al menos vulgar, de la realidad de las verdades de la fe y del propiovalor cognoscitivo con la ayuda de la fe y del Magisterio de la Iglesia.

    c) La Criteriologainquiere en el valor cognoscitivo de nuestras facultades . LaTeologa fundamentalinquiere en el valor que va a demostrar de la revelacin divina porJess y del Magisterio de la Iglesia.

    d) La Criteriologa inquiere en loscriterios de certeza . La Teologa fundamentalinquiere en quargumentos demuestran vlida y ciertamente el hecho de la revelacin y el Magisterio infalible de la Iglesia , mas an, la Teologa fundamental inquiere en loslugares teolgicos, o sea, en las fuentes de una argumentacin cierta para la Teologadogmtica.

    e) La Ontologa considera los principiosms generales del ser y da nociones tiles para el resto de la Filosofa . La Teologa fundamental considera la razn ms general dela credibilidad y credentidad (obligacin de creer)de toda la revelacin divina y de toda

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    proposicin de la Iglesia y da las nociones mas generales y estas utilsimas : como, p.e.j.de la religin, revelacin, lo sobrenatural, misterio, milagro, profecas, legado, Mesas,martirio, infalibilidad, necesidad de medio, inspiracin,...

    59.-DOS VAS APOLOGTICAS

    La demostracin apologtica se puede hacer empezando por el mismo hecho actual de laIglesia, fcilmente perceptible, por este camino ciertamente, muchos, especialmente losrudos, son conducidos al conocimiento de un motivo verdaderamente vlido para lacredibilidad de la fe catlica. Porque, la Iglesia por s misma, es decir, por su admirablepropagacin, eximia santidad e inexhausta fecundidad en toda suerte de bienes, por suunidad catlica y su invicta estabilidad, es un grande y perpetuo motivo de credibilidad ytestimonio irrefragable de su divina legacin.

    De lo que resulta que ella misma, como una bandera levantada entre las naciones(Is.11,12), no slo invita a s, a los que todava no han credo, sino que da a sus hijos lacerteza de que la fe que profesan se apoya en un fundamento firmsimo. (D.1794).

    As, por el anlisis de este hecho de la Iglesia, y deduciendo al mismo tiempo, con laayuda del raciocinio, se puede establecer el origen divino del Magisterio infalible yautntico de la Iglesia y llegar a su fuente histrica y retroceder al mismo Fundados,Jesucristo, cuya revelacin se demostrar como totalmente creble y divina y aparecer atodos como credenda (digna y obligatoria de ser creda). Esta es, pues, la va regresiva yascendente.

    60.- Otra es la va histrica y cronolgicamente progresiva , por la cual concluye, por elexamen histrico de la vida de Jesucristo, el hecho cierto de la revelacin divinamanifestada por El mismo (demostracin cristiana) y de ah inquiere en las notas de lainstitucin de Cristo, para continuar su obra, para llegar por fin a la conclusin cierta de lainstitucin de la Iglesia Catlica, como custodia y maestra de la revelacin de Jesucristo(demostracin catlica).

    Nosotros seguiremos esta va, la cual parece ms apta para reducir a un orden cientficotodos los hechos y argumentos, puesto que sigue un orden histrico y cronolgico.

    Pero como introduccin a la demostracin del hecho de la revelacin cristiana, y comodefensa contra. los adversarios, deberemos tratar sobre lateora de la revelacin paraque despus se aplique ms fcilmente al orden concreto su concepto y su importancia. Y

    porque la misma revelacin funda la religin sobrenatural, que vamos a considerar, sernecesario tratar antes sobre la religin , para conocer el hecho natural de la religin(demostracin religiosa).

    DIVISION DE LA TEOLOGA FUNDAMENTAL Y DOGMTICADe larevelacin oVERDADERARELIGIN

    Teora de la religin y revelacin.De las fuentes histricas para probar elhecho de la revelacin.Comprobacin del hecho de la revelacincristiana.

    TEOLOGIAFUNDAMENTALApologtica...LA IGLESIADE CRISTO Sobre la constitucin de la IglesiaDel Magisterio de la IglesiaDe las propiedades de la Iglesia

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    DE LASFUENTESQUECONTIENENLAREVELACIN

    La Tradicin

    La Escritura

    En siDios unoDios TrinoDios Creador y elevador De los pecados original ypersonal

    Fuera de simismo

    De Diospreparador

    CristologaSoteriologaMariologaLa GraciaLas VirtudesinfusasLosSacramentos

    TEOLOGADOGMTICA

    SOBRE DIOS

    Sobre Diosconsumador

    Losnovsimos

    ESQUEMA HISTRICO DE LA APOLOGTICA

    64.- Dado que la religin cristiana apareca desde el principio como una religinexclusivista, opuesta a las dems religiones y que contradeca a los vicios de lanaturaleza, desde el principio tuvo que defenderse a s misma de los infieles y de los judos, al mismo tiempo que mostraba los ttulos propios por los que quera ser admitidacomo la nica religin legitima. De aqu el antiguo nacimiento de la Apologtica, no slonegativa y defensiva, sino tambin positiva y expositiva.

    65.- PRIMER PERIODO

    JESUCRISTO, propuesta su legacin divina, no omiti indicar, contra los judosincrdulos, elargumento de su ndole personal de legado santo veraz (Jo. 7,18; 8,14),

    pero para justificar directamente su legacin,apel a las profecas del Antiguo Testamento , cumplidas en s mismo, porque son las mismas Escrituras las que dabantestimonio de El. (Jo 5, 39-48) y era necesario que se cumpliesen todas las cosas quehaban sido escritas sobre El en la ley de Moiss, en los Profetas y en los Salmos (Lc,24,44. cfr., Luc. 4,21...) o apelaba Jess y esto principalmente,a las obras milagrosas queEl mismo haca, para que creyesen a las obras, porque las obras que El mismo hacadaban testimonio de El, de que el Padre le haba enviado (Jo. 5,36; 10,38;14,10-13), einvocaba el cumplimiento de los vaticinios hechos por s para que cuando se realizasen creyesen en El . (Jo.14,29; 13,19; 16,4; Mt. 24,23-25), o como el signo por antonomasiaapelaba al mximo milagro, a la propia resurreccin, signo que se deba dar a lageneracin incrdula y adltera (Mt. 12,38-40; 16,1-5).

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    66.- Por los milagros creyeron los Apstoles y discpulos (Jo. 2,11; Mt. 14,33; Jo 3,2;11,47; 12,11...), a su vez los Apstoles predicando la misin y la obra de Jess,invocaban ante los judos las profecas cumplidas y la resurreccin de Jess, porque Diosha dado as cumplimiento a los que habla anunciado por boca de todos los profetas, lapasin de Cristo (S. PEDRO), (Hechos 3,18...) y los israelitas desconociendo a Jess ylas palabras de los profetas que se leen cada sbado, lo cumplieron condenndoleconsumando todas las cosas que hablan sido escritas sobre El (Hech. 13,27-29). As, SanPablo predicaba a los judos anunciando la promesa que les haba sido hecha a suspadres, porque Dios la cumpli en sus hijos, resucitando a Jess ... ( Hech. 13,22 s.)Porque si los Apstoles predicaban a los gentiles y a todos los pueblos, el Seorcooperaba y confirmaba su palabra con los signos que se seguan. (Mc. 16,20).

    Los PADRES APOSTLICOS insisten en el cumplimiento de los vaticinios del A.T. acercadel Mesas y acerca de la nueva Alianza o economa de salvacin.

    67.- APOLOGISTAS SIGUIENTES, en el siglo segundo, llamado siglo de los apologetas,debieron tambin insistir en las mismas cosas, especialmente contra los judos, a loscuales importaba principalmente este argumento. Pero tambin deban ser refutadas lascalumnias de los gentiles, es decir, que los cristianos eran ateos, porque no daban culto adioses visibles, que eran enemigos del estado y de los emperadores, a los cuales senegaban a dar culto como a dioses, que cometan crmenes abominables, que comancarne de nios, que tenan odio al gnero humano, que adoraban a un hombrecrucificado. Estas cosas deban ser refutadas y otras semejantes y absurdas, lo querealizan los apologistas con laexposicin recta de la doctrina y la refutacin directa de lascalumnias. Son eminentes entre los apologistas : EL AUTOR DE LA EPSTOLA ADDIOZNETES, S.CUADRATO (Apologa ca.124), ARISTIDES (Apologa ca. 140), S.JUSTINO, fcilmente el prncipe de los apologetas (Apologa, El Dialogo con Trifn , haciala mitad del siglo II), TACIANO (Adversus graecos ora , ca. 165), ATENAGORAS (Legatio pro christianis , ca. 177), S. TEOFILO ANTIOQUENO (Ad Autolicum , cs. 181), S. IRINEO(Adversus haereses, demostratio procedicationis evangelicae ), MINUCIO FELIX (Octavius ca. 180-192). TERTULIANO (Apologeticus a.197), HERMIAS (Irrisio gentilium philosoforum )

    68.- Los milagros igualmente, se aducen como prueba, como en el periodo apostlico.Pero, porque los judos podan suponer que los milagros haban sido hechos por el poderde Belzeb y los gentiles podran pensar que haban sido realizados por la magia, sedesarrollan seales por las que se pueda discernir el milagro verdadero y genuino,especialmente su fin y sus efectos. Y no slo ya se podan aducir como prueba losmilagros fsicos, sino tambin los milagros morales, como la conversin del mundo y lapropagacin del cristianismo, no obstante las persecuciones, de donde aquellaconocidsima frase de Tertuliano :"Somos de ayer y ya llenamos el orbe y todas vuestras cosas, ciudades, islas, palacios, municipios, asambleas, los mismos campamentos, tribus,decurias, el palacio, el senado, el foro; slo os hemos dejado a vosotros los templos... (R.279). Y el argumento del martirio y la santidad de los cristianos Crucificadnos,torturadnos, condenadnos, trituradnos,vuestra iniquidad es una prueba de nuestra inocencia, Por eso Dios padece el que nosotros padecemos esto . Porque condenando auna cristiana al lenocinio ms bien que al len, confesis que entre nosotros se juzga msatroz la prdida de la castidad que toda pena y toda muerte Hemos crecido en nmero,cuantas veces nos contis : es semilla la sangre de los cristianos" (r.285).

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    Ms an, no raramente se aducan los criterios internos del examen de la doctrina y susublimidad y de la satisfaccin de las tendencias, de los cuales tambin se indica aquellocelebrrimo de Tertuliano Oh testimonio del alma naturalmente cristiana .... (R.275).

    69.- SIGLOS III V

    Entre los Padres y escritores eclesisticos de los siglos III al V, se deben recordarespecialmente los siguientes:

    CLEMENTE DE ALEJANDRIA (ca. 150- ca 210)-, de quin sonCohortatio ad Graecos,Paedagogus (despus del ao 195),Stromata (ca. 210), en los cuales mientras derrota alpaganismo, desenmascarando su culto vaco sin olvidar los argumentos histricos de losvaticinios y milagros, descubre como la doctrina de los filsofos es pedagoga de Cristo, encuya religin se da la plena satisfaccin y el gozo perfecto.

    ORIGENES (185-254) escribi los librosContra Celsum (a.248), insistiendo en losmilagros de Cristo y del cristianismo y en los vaticinios.

    LACTANCIO (ca.320) muy conocido como humanista cristiano por su elocuencia tuliana(la elocuencia propia de Marco Tulio Cicern), escribiDivinarum institutionumlibros VIII (305-310), en los cuales refuta las sectas de los gentiles y su filosofa.

    EUSEBIO DE CESAREA (ca. 265-340), como es el "Padre de la Historia eclesisticatambin se le llama el "Padre de la Apologtica, porque casi todas las cosas que hoy sesuelen proponer, es fcil encontarlo ya en l. EscribiPreparationis evangelicae libros XV (a. 315-320) yDemostrationis evangelicae libros XX ( despus del ao 315-320).

    70.- Pero especialmente debemos recordar a San Agustn (354-430), porque tienemuchas preclaras obras apologticas:De vera religione (a.389-391), De utilitate credendi (a.-391-392),De fide rarum quae non videntur (a.400), mostrando la naturaleza razonablede la fe, sus necesidades y sus valores. Pero la ms egregia de sus obras es la que setitulaDe civitate Dei libri XXII (a 413-416), donde se investigan los consejos de la divinaprovidencia en el curso de la historia y se tratan de descubrir las causa de la ruina delpaganismo. Porque el abandono de la religin pagana no fue la causa de la ruina delimperio, sino la victoria de la creciente Ciudad de Dios. El Politesmo no poda procurar lafelicidad y la prosperidad temporal, era intil para esto y fue vencido por la ciudad de Diosque se desarrollaba contra la Ciudad del diablo, que son dos reinos mutuamentecontrarios. Pero, con el auxilio de Dios vencer la ciudad de Dios. Ella se ha propagado

    maravillosamente y slo esto es ya un milagro, aunque se hubiese propagado sin ningnotro milagro, y la misma Iglesia es un argumento de la verdad. San Agustn no ignoraciertamente los argumentos de las profecas y de los milagros fsicos, ms an, losemplea tilmente para emplearlos eficazmente y prevenir las objeciones que se pudieranhacer por el prestigio de la magia y de los falsos milagros, utiliza mucho el criterio de lasconversiones y de los efectos de la entidad, etc, que han nacido de la religin cristiana.

    71.- EDAD MEDIA

    En el Medioevo ya haba sido obtenida pblicamente la victoria del cristianismo. De aquque las controversias no son tanto contra los gentiles, como con sectas peculiares que

    deben ser impugnadas, es decir, especialmente los judos y los mahometanos.Sobresalen, entre otros, S. Isidoro de Sevilla (ca,560-636) y S. JUAN DAMASCENO (en laprimera mitad del siglo VIII).

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    Entre los escolsticos ya SAN ANSELMO (ca. 1033-1109) admita la funcin justificativade la fe entre los fieles,queriendo mostrarles razonablemente cuan irrazonablemente nos condenan . Entre otros tambin escolsticos, tienen importancia apologticaespecialmente cuando exponen la doctrina sobre la fe y sobre su certeza. Pero an noexiste la Apologtica como ciencia independiente.

    72.- En SANTO TOMASse considera la apologtica o defensa de la fe y es funcinteolgica, porque aunque la apologa no prueba sus principios (que los recibe de laciencia de Dios y de la revelacin divina), siendo sin embargo, ciencia suprema, como esla Metafsica,es propio de ella disputar con el que niega sus principios, argumentando ciertamente si el adversario concede algo de aquellas cosas que se tienen por la revelacin divina .... (as, p. ej., si se trata de los judos, mahometanos... (que admiten algode las cosas que se poseen por la divina revelacin),. pero si el adversario no admitenada de ellas, queda el camino por la solucin de las dificultades que acumuladeclarndole que son falsas o no necesarias (1q.1. a.8). El Doctor Anglico demuestratambin filosficamente los prembulos de la fe y en ellos se poya. Su gran obraapologtica se contiene en la Suma contra Gentiles.Sto. Toms escribi laSuma Contra Gentiles contra los Averroistas que tambin dabangran importancia a la filosofa aristotlica. El Sto. Doctor emplea la doctrina de Aristtelesen aquellas cosas que no son contra la fe, y tambin demuestra con argumentosintrnsecos los prembulos filosficos para la fe, y presenta su credibilidad no solonegativamente, porque ninguna verdad de la razn contradice a la verdad de la fe, sinotambin positivamente por milagros fsicos, por el milagro intelectual de la sabidura yelocuencia de los apstoles y de la admirable conversin del mundo al cristianismo.

    73.- Entre los que combaten contra las sectas de aquel tiempo, se debe recordarespecialmente a RAIMUNDO MARTI (+ 1286), de quin en la obra celebrrimaPugio fidei adversus Mauros et Judaeos (a.1276-1278), all defiende la revelacin divina hecha porJesucristo, en la cual se verifican las predicciones del A.T., que propone abundante yegregiamente.

    Su autor nacido en Subirats ('Catalua), por mandato del Captulo de la Orden dePredicadores, tenido en Toledo el ao1250, estudi la lengua rabe y despus fuemisionero de los sarracenos en Tnez. Conoca a fondo la lengua rabe, caldea y hebrea,en la cual era sumamente docto. Entre sus diversas obras catequsticas, es eminenteaqulla, Pugio fidei , escrita en latn y hebreo, en la primera parte prueba que existe Dios,

    en la segunda parte contra los judos, que ya haba venido el Mesas, la parte tercera, quela fe de los cristianos es la fe de los profetas del A.T. - fue cuidadoso al citar las doctrinasque refuta, lo que es reconocido tambin por los judos.

    Tambin recordaremos aqu a los judos convertidos al cristianismo que escribieron contrael judasmo a favor de la nueva religin, tales como PABLO ALVARO de Crdoba,PEDRO ALFONSO JERONIMO de SANTA FE, PABLO DE SANTA MARA, SALOMONBEN LEVI, que forman una gran parte de la apologtica de aquel tiempo.

    75.- DESDE LA REFORMA DEL SIGLO XVI

    Contra los reformadores del siglo XVI la defensa y la apologtica se debi hacer acercade las verdades negadas por ellos, y especialmente sobre la verdadera Iglesia de Cristo(que decan ellos que habla sido traicionada) y las notas para discernirla, lo mismo sobre

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    el magisterio tradicional de la Iglesia, apoyndose ciertamente en la Sagrada Escritura,cuyo valor teolgico se reconoca, y en los documentos de los Padres, especialmente delos cuatro primeros siglos, puesto que -decan- que entonces la Iglesia no haba perecidoan. As, pues, se reconoca el valor humano de los documentos de los Padres. De aqu,los controvertistas usan de estos documentos y, adems de los dogmas negados por losprotestantes, insisten en la apologtica de la Iglesia y en los criterios para discernir los

    libros sagrados. S. ROBERTO BELARNINO (1542- 1621) fue celebrrimo entre loscontroversistas de quin es la obra Discutationis de controversiis christianae fidei (Disputas sobre las controversias acerca del fe cristiana), tambin S. FRANCISCO DESALES (1567-1622).

    76.- Mediante el siglo XVI, San JUAN DE AVILA (1499-1569), predicador eximio y egregioescritor asctico desarrollaba especialmente en suAudi filia , (c-32-42t), su apologticacristiana, indicando cientficamente los motivos vlidos de credibilidad y moviendo almismo tiempo, la voluntad a la fe, entre esos motivos, adems de los milagros del Seor,trae otros milagros, morales, por los efectos de la santidad y de la propagacin cristiana.

    No podemos olvidar la parte que Melchor Cano O.P. (ca.1509-1560) tuvo en laorganizacin de la metodologa teolgica y en exaltar los valores apologticos al escribirDe locis teologicis libros XII . (Los lugares teolgicos XII libros) en que disputa sobre laautoridad de la Iglesia catlica romana, los concilios, las tradiciones, .... y de las reglascientficas.

    Tambin otros dominios tuvieron una parte egregia en el desarrollo de la Apologtica,como LUIS DE GRANADA, (1504-1588), con la Introduccin al Smbolo de la Fe,BARTOLOME MEDINA (+1580), DOMINGO BAEZ (1528-1604), y este es eminente enEclesiologa.

    77.- Hablando en general, los Escolsticos de los siglos XVI y XVII , insinuaban laApologtica o la enseaban altratar de la fe divina , y en este tratado teolgico, dondedeban mostrar las propiedades del acto de fe, entre las cuales estn su racionabilidad ocredibilidad. As estos escolsticos

    a) Insisten mucho en los argumentos del orden moral, v. gr., la conversin delmundo y la propagacin del Cristianismo (despus de Sto. Toms, Contra gentiles, 1.i.c.6)y en el consentimiento de tantos pueblos, o usando de argumentos internos, por laconveniencia y sublimidad de la doctrina cristiana, especialmente despus deFrancisco Surez (1548-1617). As, con unos y otros argumentos enaltece la credibilidad de la fe.

    Gregorio de Valencia (1549,1603).Y no es de admirar, porque cuando lo hacen, no para demostrar inmediatamente el

    hecho de la revelacin, sino para demostrar que la doctrina propuesta es creble por fe, lopropio es comenzar por las consideraciones que estn en conexin con la doctrina.Adems, quieren ensear aquellas cosas que mueven a la voluntad a imperar elasentimiento, pues estos motivos morales mueven mas vehementemente y no fue ajenoel ejemplo de San Agustn y su influjo para que obrasen de ese modo los escolsticos deaquel tiempo.

    b) Estos autores proceden frecuentemente, al demostrar la credibilidad,

    considerando la convergencia de los argumentos o de los indicios , ya ciertos, yaprobables. As frecuentemente ni siquiera urgen la fuerza de cada argumento singularpara venir a la certeza resplandeciente, sino que se contentan con la probabilidad. Porque

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    con la unidad de los argumentos y su fuerza mutua, demuestran de una manera invicta lacredibilidad, que por la Providencia divina, se debe atribuir necesariamente a la fe, dedonde terminan fcilmente con las palabras de Hugo de S. Vitores: "Seor, si es un error,hemos sido engaados por ti mismo, porque tales cosas han sido confirmadas ennosotros, por tales y tan grandes signos y prodigios, que solo podran ser hechos por ti.

    78.- FORMACIN DE LA APOLOGTICA MAS RECIENTEPosteriormente surge la Apologtica del influjo de las apologas del cristianismo contra losdestas (E. Herbert lord Cherbury, - 1648), contra el naturalismo (Spinoza) - 1677) y elindeferentismo, que atacaban la misma base y el mismo fundamento de la religin, esdecir, el hecho mismo de la revelacin sobrenatural, as, la Apologtica paso a ser nuestrasistematizacin cientfica, tras haber utilizado los mismos trabajos de los telogos acercade la credibilidad del objeto de la fe.

    79.- La forma de la Reciente ciencia apologtica, se encuentra ya como ciencia autnomaen el siglo XVII. En el ao 1627, HUGO DE GRROT (1583-1645), protestante, editaba enParis el Sentido de los libros, seis , que escribi en idioma bvaro (antiguo holands)en favor de la verdadera religin cristiana , aludiendo a la obra primitiva dada a luz enAmsterdam.

    MIGUEL DE ELIZALDE, S.J. (1616-1678) edit en Npoles en el ao 1662,la obra Forma de buscar y encontrar la verdadera religin .

    80.- En Francia, en el siglo XVII, P.D, HUET (1630-1721), con su libro Demostracin Evanglica (a.1679), expone los argumentos histricos en favor del cristianismo yprincipalmente desde las profecas. BOSSUET (1627-1704), en la segunda parte del libroDiscursos sobre la Historia Universal (1681), desarrolla apologticamente la historia de lareligin cristiana. B. PASCAL (1623-1662)Les Penses , propone la prueba por la doctrinamoral, por la doctrina terica, por los milagros, por las profecas ... insistiendo en que,propuestos en primer lugar los argumentos que le venzan por la hermosura y bondad dela religin cristiana, el incrdulo sea conducido a desear la verdad de la religin, al que sele deben proponer otros argumentos de los milagros, etc... a El mismo Pascal urga quenosotros ramos inducidos a admitir las verdades por la inclinacin del corazn.

    En los siglos XVII y XVIII han sido escritas otras muchas cosas en favor de la religin,principalmente por el naturalismo, indiferentismo, racionalismo, que la atacaban.

    81.- SIGLO XIXEntre los apologistas del siglo XIX, debemos recordar, entre otros, F.R. CHATEUBRIAND(1768-1848), quin considera la importancia esttica y mas externa del Cristianismo, juntocon la sublimidad de la doctrina, en su obraLe Genie du Christianisme (El Genio delCristianismo) (1802). AUGUSTO NICOLAS (1807-1888) atiende ms a los motivosfilosficos, aunque a veces bajo el influjo del tradicionalismo, escibiEtudes philosophiques sur le Christianisme (Estudios filosficos sobre el Cristianismo) (a.1842) ylArt de croire ( El Arte de creer) (a.1866).

    El clebre predicador H. LACORDAIRE, O.P. (1802-1861), ensalzaba en sus conferencias

    la importancia social y moral del cristianismo (Conferences de Notre Dame , Paris 1835ss), como J. FELIX S.J. (1810-1891) el Progreso Cultural, Le Progrs parle Christianisme,Paris -1860 ss.).

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    82.- En Inglaterra son conocidsimos los nombres DE LOS CARDENALES WISEMAN,MANNING, NEWMAN. Estos demuestran con certeza la credibilidad de la religincristiana utilizando la convergencia de los argumentos o de los juicios, con un argumentosemejante al de la convergencia de probabilidades, con el argumento lgico del principiode razn suficiente.

    83.- En Espaa, JAIME BALMES (1810-1848) labor egregiamente en el trabajoapologtico escribiendoCartas a un escptico , El protestantismo comparado con elcatolicismo en sus relaciones con la civilizacin europea (a.1841-1844), como antes habaescrito La religin demostrada al alcance de los nios . Ni faltan momentos apologticosen El Criterio (c.21 Religin)- (a.1845) y en otros de sus escritos. De igual modo se deberecordar a DONOSO CORTES (1809-1853), cuyo trabajo principal fueEnsayo sobre el catolicismo , el liberalismo y el socialismo (a.1851). Otros resplandecan tambin en laapologtica, como J.M. CUADRADO, TOMAS AGUILO, J. RUBIO Y ORS....En tiempoposterior, J. MENDIVE S.J. (La religin catlica vindicada de las imposturas nacionalistas (a.1888), JUAN MIR, S.J. (El milagro y la profeca , Armona entre la ciencia y la fe ,(a.1881) y tambin M. MENENDEZ PELAYO, especialmente en suHistoria de los heterodoxos espaoles .

    84.- En Alemania, obtuvieron un nombre clebre, A. MOEHLER, DOELLINGER, F.HETTINGER, A.M. WEISS, O.P. P. SCHANZ, como los otros recordados ya,GUTBERLET, OTTIGER, etc... en la bibliografa general de la Teologa fundamental.

    En Italia se debe recordar igualmente a MANZONI, VENTURA, PERRONE, MAZELLA,ZIGLIARA...

    85.- EL CARDENAL DECHAMPS, en Blgica, exaltaba la fuerza fcil y sicolgica queconstituye el mismo hecho de la Iglesia para la demostracin de la verdad catlica, comomas tarde proclam claramente el Concilio Vaticano I:Es ms, la iglesia, por si misa, es decir, por su admirable propagacin, eximia santidad a inexhausta fecundidad en toda suerte de bienes, por su unidad catlica y su invicta estabilidad, es un grande y perpetuo motivo de credibilidad y testimonio irrefragable de su divina legacin. De lo que resulta que ella misma, como una bandera levantada entre las naciones, (Isaas 11,12), no slo invita a los que todava no han credo, sino que da a sus hijos la certeza de que la fe que profesan se apoya en fundamento firmsimo. (D-1794).

    Para lo cual, dice Dechamps, nosotros debemos atender ciertamente al hecho externo, y

    conducir principalmente de ah, a la demostracin apologtica, no porque sea intil yanticuado otro camino tradicional (por la demostracin de la verdad de la revelacincristiana y de las notas de la Iglesia verdadera), sino porque la atencin al hechocontemporneo y perfectamente visible es ms fcil y, por tanto, ms evidente sucomprobacin.

    Pero para conseguir esta prueba cierta ser ptima la preparacin y disposicin (no laverdadera prueba) de quin considera las indigencias internas propias y las propiasdificultades para conocer el bien y el mal y principalmente para su ejecucin.

    En lnea paralela y correlativa se encuentra la religin catlica, que da solucin a estos

    problemas y a estas indigencias como testifica la propia conciencia de cada uno.7

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    86.- Entre algunos ms recientes y prevaleci elmtodo llamado de inmanencia , entre loscuales hay grados:

    1) Algunos proceden de modo que se adapten a las condiciones y prejuicios de sutiempo (mtodo de adaptacin), pero despus demuestran el hecho de la revelacin por lava tradicional de los milagros y vaticinios. As OLLE-LAPRUNE (1839-1898) y G.

    FONSEGRIVE (1852-1917). Empecemos, dicen, por las ideas ahora vigentes y familiares,para que se dispongan los hombres los mtodos intelectuales del mtodo antiguo,empecemos por el mismo hombre y su vida, mostrando las tendencias y exigenciasmorales e intelectuales que tiene y tambin las leyes porque se rige su vida superiormoral e intelectual. Y juntamente aparecer la impotencia para llevar una vida digna y lanecesidad de ayuda... Donde estar la solucin de esta dificultad? Donde el auxilio? Enla religin cristiana que ensea el pecado original y la redencin y la gracia... Luego,esforcmonos por estudiar esta religin y experimentmosla y Preparmosla a los dems.

    2) Otros partidarios de esta apologtica de inmanencia queran demostrar el hechode la revelacin con criterios subjetivos solamente, rechazando el mtodo tradicional delos milagros como inepto, puesto que sabia aextrinsecismo , historicismo, intelectualismo.(Cfr tratado II ( De revelatione) (n. 138-41).

    3) Por fin, otros defensores del mtodo de inmanencia, son los modernistas, quepervirtiendo la verdadera nocin de religin, pervirtieron, tambin el verdadero conceptode apologtica. Sobre stos, la Encclica Pascendi (D.2103. Cfr. tratado De revelatione;n. 138-140).

    1 Este sagrado Magisterio, en cosas de fe y de costumbres, debe ser para cualquier telogo, la prxima y universalnorma de verdad, puesto que Cristo, el Seor, le confi a l todo el depsito de la fe, es decir las Sagradas Letras y ladivina "tradicin", para custodiarlo, protegerlo e interpretarlo..." (Encclica Humani Generis- D.2313). Laexposicin sistemtica de la doctrina del Magisterio de la Iglesia ha sido hecha por F. Cavallers S.I. ,Thesaurus doctrinae catholicae ex documentis magisterii ecclesiastici , como la exposicin cronolgica fue hecha por H. Denzinger,Enchiridium sImbolorum .2 Len XIII en cierto documento