TERCER DIA CORDIALIDAD EN 3-D. TRIDUO CORAZON DE MARIA

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Preparación * Colocar unas cuantas imágenes de rostros (que expresen alegría, tristeza, preocupación, gozo, tomadas de revistas, periódicos, carteles, etc.) y nombres de personas en las paredes o en el suelo . Mantener los afiches del 1-D y 2-D. *Se necesitará un paraguas en caso que se haga la oración del Anexo 1. *Gafas de cartulina (ver Anexo 3 ). Oración 10 minutos -Se reúnen en círculo y se inicia la oración del paraguas. Antes ya se ha designado y se les ha explicado a algunas personas lo que harán mientras se lee la oración del paraguas (Anexo 1 ). Mirar nuestro corazón 15 minutos -Los jóvenes recorren la habitación mirando las imágenes. Mientras tanto se puede ambientar con algún canto o música instrumental. -Se reúne a los jóvenes en círculo, de manera que se puedan ver todos. -Se invita a los jóvenes que se pregunten: ¿Qué rostros están en mi corazón? ¿Qué personas hacen palpitar mi corazón? ¿Comparto con esos rostros a menudo o solo son un recuerdo o producto de mi imaginación? ¿Hay rostros que me permitan ver a Jesús? ¿Qué suelo hacer por esas personas? -Escuchamos cómo reaccionaba el corazón de Claret: Anexo 2. Escuchar la Palabra 10 minutos 1. Luego, hacemos un canto (Danos un corazón u otro). Proclamamos el texto de Lc 1,39-43.56. Compartimos desde lo que la Palabra nos ilumina. - Nos preguntamos ¿Qué motiva a María a visitar a su prima? ¿Cuál sería la mirada que tiene María de su gente? ¿Estamos dispuestos(as) a recibir los golpes del martillo y el calor del fuego del Espíritu para cambiar nuestra forma de mirar nuestro propio rostro y el de las demás personas? ¿Qué actitudes nos pueden ayudar? - María manifiesta su prontitud de ánimo ante la Palabra del Señor. Su prontitud es física, pero al mismo tiempo delata una gran prontitud de ánimo. Tal diligencia y disponibilidad no nace del deseo de ayudar a su prima en una necesidad, tampoco de la búsqueda dolorosa y ansiosa de un signo que desvele su vocación, sino de la alegría que le ha producido su vocación, de la esperanza que le rebosa de su corazón. María, alegre, esperanzada, disponible, va en busca de los signos de Dios. Ella misma servirá para crear el ámbito del nuevo signo. Parecería indicarnos que al Dios verdadero lo reconocemos en el servicio cordial a quien lo necesita. Del dicho al hecho 20 minutos 2. Se colocan las nueve gafas en el centro y se pide la colaboración de algunos(as) jóvenes para compartir lo que mirana través de las gafas. Cada persona toma una de las gafas y la explicación de lo que se miraa través de ellas y lo comparte con el resto de la comunidad. -Luego compartimos nuestras apreciaciones sobre las diferentes miradas y tratamos de identificar cuáles son las más comunes, con las que nos identificamos y cuáles serían las ideales. -Enfatizamos el valor de la cordialidad que debe impregnar nuestras miradas, actitudes y formas de relacionarnos como hijos e hijas de Dios. Se puede compartir la reflexión sobre la mirada de María en el Anexo 4. Celebrar 5 min 3. Antes de finalizar con oraciones espontáneas introducimos la reflexión claretiana del día, sobre lo que entendía Claret cuando decía tener para con Dios “corazón de Madre”, del Anexo 6 . Terminamos nuestra celebración con el poema del Anexo 5 y nos damos un saludo cordial. Buena Noticia: Dios nos mira con misericordia, y siempre nos acoge con su corazón de Padre-Madre.

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TRIDUO DEL CORAZON DE MARIA

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Preparación

* Colocar unas cuantas imágenes de rostros (que expresen alegría, tristeza, preocupación, gozo, tomadas de revistas, periódicos, carteles, etc.) y nombres de personas en las paredes o en el suelo . Mantener los afiches del 1-D y 2-D. *Se necesitará un paraguas en caso que se haga la oración del Anexo 1. *Gafas de cartulina (ver Anexo 3).

Oración 10 minutos

-Se reúnen en círculo y se inicia la oración del paraguas. Antes ya se ha designado y se les ha explicado a algunas personas lo que harán mientras se lee la oración del paraguas (Anexo 1).

Mirar nuestro corazón 15 minutos

-Los jóvenes recorren la habitación mirando las imágenes. Mientras tanto se puede ambientar con algún canto o música instrumental. -Se reúne a los jóvenes en círculo, de manera que se puedan ver todos. -Se invita a los jóvenes que se pregunten: ¿Qué rostros están en mi corazón? ¿Qué personas hacen palpitar mi corazón? ¿Comparto con esos rostros a menudo o solo son un recuerdo o producto de mi imaginación? ¿Hay rostros que me permitan ver a Jesús? ¿Qué suelo hacer por esas personas? -Escuchamos cómo reaccionaba el corazón de Claret: Anexo 2.

Escuchar la Palabra 10 minutos

1. Luego, hacemos un canto (Danos un corazón u otro). Proclamamos el texto de Lc 1,39-43.56. Compartimos desde lo que la Palabra nos ilumina. - Nos preguntamos ¿Qué motiva a María a visitar a su prima? ¿Cuál sería la mirada

que tiene María de su gente? ¿Estamos dispuestos(as) a recibir los golpes del martillo y el calor del fuego del Espíritu para cambiar nuestra forma de mirar nuestro propio rostro y el de las demás personas? ¿Qué actitudes nos pueden ayudar?

- María manifiesta su prontitud de ánimo ante la Palabra del Señor. Su prontitud es física, pero al mismo tiempo delata una gran prontitud de ánimo. Tal diligencia y disponibilidad no nace del deseo de ayudar a su prima en una necesidad, tampoco de la búsqueda dolorosa y ansiosa de un signo que desvele su vocación, sino de la alegría que le ha producido su vocación, de la esperanza que le rebosa de su corazón. María, alegre, esperanzada, disponible, va en busca de los signos de Dios. Ella misma servirá para crear el ámbito del nuevo signo. Parecería indicarnos que al Dios verdadero lo reconocemos en el servicio cordial a quien lo necesita.

Del dicho al hecho 20 minutos

2. Se colocan las nueve gafas en el centro y se pide la colaboración de algunos(as) jóvenes para compartir lo que “miran” a través de las gafas. Cada persona toma una de las gafas y la explicación de lo que se “mira” a través de ellas y lo comparte con el resto de la comunidad. -Luego compartimos nuestras apreciaciones sobre las diferentes miradas y tratamos de identificar cuáles son las más comunes, con las que nos identificamos y cuáles serían las ideales. -Enfatizamos el valor de la cordialidad que debe impregnar nuestras miradas, actitudes y formas de relacionarnos como hijos e hijas de Dios. Se puede compartir la reflexión sobre la mirada de María en el Anexo 4.

Celebrar 5 min

3. Antes de finalizar con oraciones espontáneas introducimos la reflexión claretiana del día, sobre lo que entendía Claret cuando decía tener para con Dios “corazón de Madre”, del Anexo 6. Terminamos nuestra celebración con el poema del Anexo 5 y nos damos un saludo cordial.

Buena Noticia: Dios nos mira con misericordia, y siempre nos acoge con su corazón de Padre-Madre.

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Anexos 3D

Anexo 1. Oración del paraguas

Se necesita un paraguas con mango que pueda colgarse del brazo, tener los personajes que dramatizarán en silencio.

Los personajes no hablan, solo van haciendo los gestos señalados.

Voz en off (no se ve al lector o lectora): (paraguas puesto en el centro) ¡Hola! Sí, a ustedes. Mi nombre es Paraguas.

Ya me conocen. De seguro me han usado alguna vez. Pero hoy les he venido a hablar de otra cosa…no sólo de la

lluvia o el sol. Quiero hablarles de mi corazón de paraguas…Es que ser un paraguas no es cosa fácil, pero trae

grandes recompensas.

Entra Rita: por ejemplo con Rita. Ella es una joven feliz, enamorada. Ella quiere volar por los aires para ir a ver a su

amado. Yo le ayudo a soñar que va volando por las calles. El amor hace que los caminos se vuelvan cortos y a la vez

largos…Pero ella los disfruta porque sueña con su príncipe azul. Ella sueña y yo soy sus alas para volar.

Entra Álvaro: O por ejemplo con Álvaro. Él es el cartero de la comunidad. Su trabajo es serio, porque llueva o haga

sol, él está allí llevando las cartas a los hogares. Incluso a veces me ha utilizado como defensa contra algún perro

que lo quiere morder…Nada lo detiene y él cuenta conmigo para hacer bien su trabajo.

Entra Don Saúl: también soy feliz acompañando a Don Saúl. Es un caballero muy elegante. Un hombre mayor, pero

con fuerzas para andar por las calles. Me gusta cuando me lleva muy elegante de su brazo. A veces le sirvo de

bastón. Otras para levantar su sombrero con mucha gala. Qué servicio tan glamuroso me pide don Raúl.

Entra Virginia: con Virginia soy un juguete. Su mamá le insiste que debe llevarme para que no se resfríe, pues sufre

de asma. Ella juega conmigo. A veces soy su caballito…otras, una nave espacial…otras veces soy un rifle para cazar

un tigre en medio de la selva africana…otras veces soy espada para luchar contra los malos…etc. Con Virginia todo el

tiempo hay novedad; él nunca se cansa y yo me alegro de poder colaborar con su imaginación.

Entra Abuela Maribel: con la abuela las cosas a veces no son tan fáciles. Me pone en medio de sus compras del

mercado…pero eso sí, nunca me olvida. Siempre me lleva a donde ella va. Soy muy importante para ella: le sirvo en

la lluvia y en el sol. A veces me usa para corregir a los nietos: hay la Abuela Maribel, ella no quiere ver a sus nietos

salirse de las buenas costumbres. A veces soy su arma por si vienen ladrones: uno nunca sabe y de seguro un

paraguas puede ahuyentar a quien se quiera pasar de listo…de todo le toca hacer uno.

Bueno…son tantas cosas las que hago. Pero sobre todo soy un paraguas. Yo me doy a los de más como soy y siento

que los demás encuentran en mí algo que les complementa. No soy quien más fama tiene, ni un ser costoso o que

requiera grandes cuidados. Solo soy un paraguas que es feliz siendo un paraguas. Mi corazón está abierto para

servir y soy feliz sirviendo a los demás. Y Tú, ¿quién eres?, ¿ya encontraste tu lugar en el mundo?, ¿cómo te realizas

como persona?

Anexo 2. El corazón de Claret

Claret era un niño con una naturaleza bondadosa y pacífica. Era un niño especialmente compasivo. “Soy de corazón tan tierno y compasivo que no puedo ver una desgracia, una miseria que no la socorra, me quitaré el pan de la boca para dar al pobrecito y aun me abstendré de ponérmelo en la boca para tenerlo y darlo cuando me lo pidan, y me da escrúpulo el gastar para mí recordando que hay necesidades para remediar.” Fuente: Claret, Autobiografía: 10.

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Anexo 3. Miradas en 3D Para compartir esta “miradas”, se sugiere elaborar unas gafas para cada mirada (9 gafas). Pueden elaborarse de cartón o cartulina. Se rotula cada una con el título de cada mirada. Aparte, en una ficha su puede copiar la explicación de cada una de las miradas para facilitar la lectura de quienes colaboren en la dinámica. La creativa de cada persona siempre dinamiza el compartir, así que ¡manos a la obra!

Puede hablarse de diferentes tipos de miradas que la gente lanza sobre los otros en su búsqueda de amor e intimidad. Cada cual mira a los otros en base a su nivel de conciencia. La manera en que uno mira a otro indica la clase de relación interpersonal de que él o ella son capaces. La desafortunada división entre amor y persona que se ha colado en la cultura moderna, revela una visión reductiva de la persona humana y se manifiesta en el modo en que los humanos se miran unos a otros. 1. La mirada erótica: es una mirada reductiva que sólo ve las “partes interesantes” de la otra persona a la que toma como objeto de disfrute imaginativo. Se la valora por su “glamour” o por su “atractivo sexual”. 2. La mirada superficial: Uno mira solamente la apariencia del otro desde el punto de vista del color, la raza, la cultura o la edad. Consecuentemente, la otra persona es juzgada, condenada, rechazada o valorada sin tener en cuenta para nada su valor personal íntimo.

3. La mirada consumista: Como si estuviera en una vitrina, al otro se le mira como si tuviera “cosas” que satisfacen la curiosidad adolescente de uno, o para llenar el propio vacío interior. Las partes de su cuerpo son evaluadas y comparadas para darle así valor a la persona. 4. La mirada narcisista: Uno sólo ve la propia imagen reflejada en el otro, aunque pueda haber apariencias de amor y atención. No se da espacio a la singularidad y diferencias del otro. El “yo” es lo más importante llegando a ignorar a la otra persona inclusive. 5. La mirada adúltera: Es una mirada que alberga secretamente en el corazón de quien mira aventuras prohibidas y engañadoras con otra persona. Pueden darse simultáneamente pretensiones de fidelidad a los propios compromisos, porque esas pasiones secretamente ensayadas sólo tienen lugar en el corazón. 6. La mirada pornográfica: Es la mirada que busca imágenes para satisfacer la necesidad de relación. Las personas vivas se sustituyen por imágenes y objetos que pueden ser manipulados a voluntad sin temor al rechazo. 7. La mirada personal: Es la mirada que rompe la fachada externa de una persona con un sentimiento de admiración y gratitud, para encontrar su misterio. La mirada se centra más en los ojos y en la cara de la persona que en las otras partes de su cuerpo que puedan suscitar curiosidad. 8. La mirada contemplativa: se mira a la otra persona holísticamente (en su totalidad), tal como ella es dentro del contexto de su vocación y misión, sus fortalezas y debilidades y en relación con un misterio más amplio de humanidad. Un sentido de conexión y de comunión con la persona, en el seno de una amplia red de relaciones, produce alegría y amor, sin tener en cuenta las respuestas del otro. 9. La mirada de Jesús: Las miradas de Jesús encarnan el amor compasivo del Padre para con todos los humanos. Es la mirada divina que confronta, reafirma, cura y recrea a los humanos, rotos y pecadores. La mirada de Jesús revela a la otra persona su propia belleza como hijo o hija de Dios, invitándolos a iniciar un recorrido de discipulado hacia la plenitud y la santidad. Cuando nuestros corazones están habitados por el Espíritu Santo, también nosotros empezamos a mirarnos unos a otros con el amor compasivo de Dios.

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Anexo 4. La mirada de María Con María puedes revisar tu mirada, tu modo se observar el mundo, la sociedad, la Iglesia, tu comunidad, tus amistades. ¿Tienes ojos sobre todo para el mal? ¿Tus palabras suelen ser más de maldición o de bendición? Tu mirada en relación con el mundo, es la misma que se dirige hacia tu entorno más cercano, tu familia, tu casa, tu amistades y compañeros; y es posible que tampoco la Iglesia se libre de tus críticas; no digamos ya tu grupo, tu comunidad, tus hermanos con su nombre y rostro. Pero, aunque no debes cerras los ojos ante el mal, estás invitado(a) a aprender a mirar con los ojos de Dios, que descubren en el mundo a María, la llena de gracia, en cuyo corazón caben los rostros más olvidados y por quienes sale apresurada en su búsqueda, llena del Espíritu, pues ella tiene la mirada misericordiosa de su hijo, Jesús. Fuente: La Fragua en la vida cotidiana. Anexo 5. El corazón lleno de nombres

Al final del camino me dirán: ‐¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada, Abriré el corazón lleno de nombres.

Fuente: Casaldáliga, Pedro, El tiempo y la espera. Sal Terrae, Santander (España) 1986, p.100.

Anexo 6. El significado para Claret de tener “Corazón de Madre” de Gonzalo Fernández Sanz, CMF. Por fin, para con el prójimo, “corazón de Madre”. Es quizá la expresión más bella si no se la entiende solo en una

perspectiva sentimental. Para nosotros, “corazón de madre” significa “amar como lo hizo María, la Madre”. Ser hijos

del Inmaculado Corazón de María significa ser buscadores de la gloria del Dios, que quiere que todos sus hijos e hijas

vivan con dignidad y plenitud y en armonía con toda la creación. Nuestra misión se hace más urgente en un

momento histórico en el que se oculta o banaliza la Alianza de Dios con la humanidad, se conculcan o transgreden

los derechos de sus hijos más necesitados y se pone en peligro la supervivencia del planeta”. Quizá en la fiesta de

este año podemos dar gracias de manera particular porque hemos sido enriquecidos con un “corazón de Madre”

para el ejercicio fiel y compasivo de nuestra misión.