Terrorismo, guerra, petróleo y negocios - · PDF fileEL MAPA DE LA GUERRA ... a Francia...

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3 de enero de 2005 3 de enero de 2005 UU U 19 18 REPORTAJE REPORTAJE Juan Carrillo Armenta [email protected] El terrorismo implica una amena- za al orden jurídico, al político y al económico, pero un entorno aún más dañino amenaza al mundo: la violencia que realizan algunos países contra otros, con el argu- mento, pretexto o justificación de que se defienden de ataques terroristas. “Detrás de una cortina de humo que pretende construir una teoría del derecho al uso de la fuerza, con base en la legítima defensa, se esconde la más descar- nada explotación de los recursos naturales del planeta”, señaló el juez Carlos Castresana Fernández, fiscal anticorrupción de España y doctor honoris causa de la Univer- sidad de Guadalajara. En su conferencia “Los de- rechos humanos como mínimo común de valores en la comuni- dad”, en el marco de la XVIII Feria Internacional del Libro en Guada- lajara, el juez español, quien ha participado en diferentes casos a favor de la justicia internacional, afirmó que detrás del terrorismo “hay una guerra por el petróleo, que es un recurso imprescindible para la industria del primer mun- do. En todas las partes donde su manejo y control está en peligro, encontramos una guerra”. EL MAPA DE LA GUERRA Castresana Fernández hizo un recorrido por el mapamundi de la guerra. “Para sacar a los oceános el petróleo del mar Caspio solo existen dos caminos: a través de oleoductos en Afganistán (ahí tenemos una guerra) y por oleo- ductos en Chechenia (también ahí existe otra)”. “Por el mar Negro tienen que atravesarse dos estrechos, para uno de los cuales no hay la profundidad suficiente, y por lo tanto, solo pueden sacar el pe- tróleo en pequeños navíos; para hacerlo hasta el Mediterráneo podría pasar por Macedonia o Kosovo, Yugoslavia, lugar de otra guerra”. Agregó que en Darkur, Pakis- tán, los combates se han recru- decido desde que el año pasado descubrieron enormes yacimien- tos de petróleo. “Parece imposible que el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas (ONU) adopte acuerdos efectivos para detener ese conflicto. Es interesante que los derechos para la explotación de ese petróleo sean de China, la que tiene derecho de veto en el Consejo de seguridad”. Al revisar la situación en Iraq, Castresana Fernández explicó que en 1991, cuando Sadam Hussein invadió Kuwait, un acto de agre- sión (otra guerra por el petróleo), el Consejo de seguridad de la ONU autorizó la intervención armada para desalojarlo de ese territorio, orden que fue ejecutada de inmediato. A partir de 1991, en primer término Estados Unidos y otros países (entre éstos Gran Breta- ña), impusieron un embargo al petróleo iraquí, mantenido aproximadamente hasta la mitad de la década (1995), momento en que la ONU, por razones huma- nitarias, autoriza el programa “petroleo para alimentos”, que es boicoteado por Estados Unidos y Gran Bretaña, que sostienen dicho embargo de manera estricta, con la consecuencia de que Sadam Hussein vende todos sus dere- chos sobre dicho combustible (los segundos más importantes del mundo, después de Arabia Saudí) a Francia y Rusia. “En ese contexto llegamos al momento en que nos informan que Sadam Husseim es extrema- damente peligroso, que tiene ar- mas de destrucción masiva y está dispuesto a utilizarlas en 45 mi- nutos. Sin embargo, otros países igualmente peligrosos, como Irán o Corea del Norte, no han sido atacados, porque probablemente sí las tienen, y quizá Iraq fue agredido porque probablemente no las tenía”. UNA SOLA PALABRA En septiembre de 2002, seis meses antes de comenzar la guerra en Irak y de “la puesta en escena” en el Consejo de seguridad de la ONU, Estados Unidos cambió una sola palabra de su doctrina de seguridad nacional, que estaba en correspondencia con el derecho internacional vigente, común- mente aceptado en los últimos 150 años, doctrina creada en 1837 por Estados Unidos”. Hasta ese momento Naciones Unidas autorizaba el uso de la fuerza cuando: a) así lo decida el Consejo de seguridad de Naciones Unidas, b) en legítima defensa después de haber sido atacados y, por último, c) cuando alguna nación esté bajo amenaza “inmi- nente” de ser agredida. “En septiembre de 2002, el pre- sidente George W. Bush redacta un documento de aproximada- mente 50 páginas, en el que solo cambia una palabra con relación al anterior: “Los Estados Unidos se autorreconocen el derecho a hacer uso de la fuerza ante una amenaza ‘suficiente’”. Ya no hace falta que sea ‘inminente’, sino ‘suficiente’”. “A partir de ese momento experimentamos un retroceso que nos envía, no a los periodos de la guerra fría, sino tal vez a los de la segunda guerra mundial, a la etapa en la que fue posible el surgimiento de los regímenes totalitarios”. LA GUERRA: EL GRAN NEGOCIO El investigador del Departamento de Estudios Ibericos y Latinoame- ricanos (Deila), de la Universisi- dad de Guadalajara, Jorge Ceja, coincide en señalar que “con el argumento del terrorismo, Esta- dos Unidos tiene el propósito de reforzar su hegemonía mundial y, de paso, avanzar en la cancelación de las libertades civiles y políticas de los ciudadanos”. Agrega que “detrás de la guerra contra el terrorismo que ha impulsado el gobierno de Es- tados Unidos, están los intereses económicos que buscan favorecer a la industria militar, la que tiene convenios con el gobierno norte- americano”. Jorge Ceja aclara que estos convenios entre empresas parti- culares y gobierno no solo están relacionados con armas y material bélico, sino con el suministro al ejército de comida, agua, medici- nas, uniformes. “Encontramos a prominentes políticos del gobierno de Estados Unidos ligados de manera directa con estos negocios y que han ob- tenido contratos multimillonarios para la reconstrucción de Iraq, sin contar lo que considero un verda- dero acto de pillaje: apropiarse de los recursos petroleros de Iraq. “Las invasiones a Iraq o Afga- nistan, disfrazadas por el discurso oficial del gobierno estadunidense como ‘campañas contra el terroris- mo’, ‘preservación de la vida’ y para ayudar a ‘instalar la democracia en esos países’, son descarados actos de piratería, orientados a apode- rarse de los recursos petroleros y al control del tránsito de los hidrocar- buros en esa parte del mundo”. Comenta que Estados Unidos es de los primeros en fomentar el terrorismo en el mundo al respal- dar las “acciones terroristas de Es- tado que de manera cotidiana co- mete el gobierno Israelí contra la población civil palestina. También están las atrocidades cometidas en Vietnam, el financiamiento a los contras en Nicaragua, y ahora la revelación de que participaron en el golpe de Estado en Chile”. “Así que atribuirse el papel de árbitro internacional, para decidir quiénes tienen el derecho o no para fabricar, comercializar y po- seer armas de destrucción masiva, me parece una actitud arrogante e hipócrita, que no abona en nada a favor de la paz mundial”. Jorge Ceja asevera que el escenario mundial para este año en este aspecto, cambiará poco, ya que la reelección de Bush ace- lerará “la búsqueda del enrique- cimiento de las élites de Estados Unidos a cualquier costo”. “Buscarán apropiarse de los cada vez más escasos recursos naturales y levantarán fortificacio- nes físicas y legales que impidan ser tocados ‘por los males del mundo’, aunque para ello tengan que aumentar exponencialmente dichos males a escala mundial por medio de sus políticas instrumen- tadas en todo el globo”. EL DISCURSO OFICIAL Para el doctor Jeffrey Scott McIllawain, director de seguridad internacional y del Programa de resolución de conflictos, de la Universidad de San Diego, “los adversarios de Estados Unidos no solo son el propio Al- Qaeda, encabezado por Osama Bill Laden, sino muchos otros fundamentalistas comprometidos con esta ‘guerra santa’”. Scott McIllawain, quien impar- tió el pasado 9 de diciembre la con- ferencia “Seguridad y democracia después del 11 de septiembre”, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, comentó que estos terroristas son “un enemigo sin cara para el mun- do occidental”, que ha desarrollado un complejo aparato militar que “incluye entrenamiento sofisticado, reclutamiento, espionaje, compra y transporte de armas”. “Los terroristas tienen una ‘red de redes’ con elementos expertos en combate en Afganistán, Bosnia, Chechenia, Sudán, Somalia, Iraq, Indonesia y otras naciones. Son ex- pertos en asesinato, guerrilla, sabo- taje, secuestro, emboscadas, ataque a vehículos, con armas biológicas, químicas y bombas suicidas”. Además, “estos expertos del terror” han demostrado ser una amenaza real por sus “decretos religiosos, mensajes y documentos serios”, que han sido detectados por el Consejo de seguridad de Estados Unidos y cuya planeación “vital, inteligente y minuciosa” les ha permitido escoger bien “sus blancos civiles en aeropuertos, estaciones de autobuses, edificios públicos, centros marítimos, militares, quí- micos y sitios de almacenamiento de petróleo, agua y alimentos”. 62 ACTOS TERRORISTAS Scott McIllawain señaló que des- pués del 11 de septiembre de 2001, “gracias al trabajo silencioso, en las sombras, de los servicios de inteligencia y contrainteligencia de occidente, han logrado abortar y neutralizar 62 ataques terroristas”. Comentó que estos informes no los han querido hacer pú- blicos “para evitar una psicosis colectiva”. Las autoridades han preferido actuar con discreción y los responsables de estos ataques neutralizados fueron deporta- dos. —¿En qué lugares ocurrieron esos intentos de ataques terroristas? —Había el plan de explotar el puen- te de Brooklyn, en Nueva York. Otro para destruir una plaza comercial en Ohio y atacar sitios norteamericanos de negocios y lugares de consumo y comercio. Detuvieron en San Isidro, cerca de la frontera con Tijuana, a un par de individuos que estaban en la lista de sospechosos. También deportaron a cinco personas invo- lucradas en un atentado contra el aeropuerto de Los Ángeles”. “La vulnerabilidad de Estados Unidos surge de la extensa fronte- ra con Canadá. Prueba de ello son una serie de terroristas que falsi- ficaron documentos y lograron introducirse en el aeropuerto de Detroit, así como otros infiltrados vía acuática en Nueva York”. AMENAZA MUNDIAL Para el doctor Pablo Moloesnik, investigador del Departamento de Estudios Políticos, de la Uni- versidad de Guadalajara, existe una amenaza real en el mundo a causa del terrorismo. “Tal como lo expuso el doctor Scott McIllawain, el fundamentalis- mo religioso, por medio de diversos documentos, le ha declarado la ‘guerra santa’ a occidente, México y América latina incluidos”. —Algunos intelectuales afirman que la ONU está quebrada moral- mente porque justifica que algunos países, con el pretexto del terroris- mo, invadan cualquier país. —El mundo es manejado por intereses. No existe una sociedad internacional igualitaria, sino que está estratificada, por lo que hay diferentes categorías. En estos mo- mentos Estados Unidos, nos guste o no, es la primer potencia mundial. “A lo largo de la historia siem- pre se ha impuesto el más fuerte y la situación actual no es la excep- ción. Hay que ser realistas y no pensar en un idealismo político, superado por la realidad”. —¿Sería esa una justificación su- ficiente para que Estados Unidos invada a cualquier país con cual- quier pretexto? —Repito: la sociedad internacio- nal no es igualitaria. No existe igualdad de Estados, sino países de primer mundo y otros que ni siquiera tienen viabilidad como estados-nación. El mundo vive un estado de semianarquía, porque la mayoría de los países pertenecen a la ONU, pero en muchos casos el más poderoso no está de acuerdo con las resoluciones de los demás y actúa por propia voluntad. “Ahora, como bien lo apunta Aguilar Zínzer, la ONU atraviesa por una crisis moral. Incluso, su secretario general, Kofi Anan, no tiene autoridad moral, porque al ser comandante de los cascos azules, de las tropas de paz de la ONU, no hizo nada para prevenir el genocidio en Ruanda, en 1994, contra la etnia tutsi. “Estados Unidos cuida sus propios intereses, como lo hace México o cualquier otro país. Mien- tras Norteamérica impone el uso de la fuerza, a partir de la guerra preventiva, México no utiliza la fuerza, sino otros instrumentos”. COLOFÓN Para Carlos Castresana Fernán- dez, “el terrorismo puede destruir nuestros edificios, matarnos, atentar contra nuestras ciudades, pero no destruir el orden jurídico. Los avances que la civilización ha conseguido a través de siglos de sacrificios, son conquistas que debemos defender en el marco de nuestros sistemas jurídicos, políticos y económicos”. Terrorismo, guerra, petróleo y negocios En septiembre de 2002, el presidente George W. Bush redacta un documento de aproximadamente 50 páginas, en el que solo cambia una palabra con relación al anterior: “Los Estados Unidos se autorreconocen el derecho a hacer uso de la fuerza ante una amenaza ‘suficiente’”. Ya no hace falta que sea ‘inminente’, sino ‘suficiente’”. A partir de ese momento experimentamos un retroceso que nos envía, no a los periodos de la guerra fría, sino tal vez a los de la segunda guerra mundial, a la etapa en la que fue posible el surgimiento de los regímenes totalitarios“. Carlos Castresana Fernández, fiscal anticorrupción de España “Detrás de la guerra contra el terrorismo que ha impulsado el gobierno de Estados Unidos, están los intereses económicos que buscan favorecer a la industria militar”. Las invasiones a Irak o Afganistán están disfrazadas por el discurso oficial del gobierno de Estados Unidos, como campañas contra el terrorismo, que buscan apoderar- se de los recursos petroleros y el control del tránsito de los hidrocarbu- ros en esa parte del mundo. Después del 11 de septiembre han neutralizado 62 ataques terroristas Jorge Ceja, investigador del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos FRANCISCO QUIRARTE

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3 de enero de 2005 3 de enero de 2005 Un i v e r s i t a r i aUn i v e r s i t a r i aUGaceta Un i v e r s i t a r i aUn i v e r s i t a r i aUGaceta 1918 REPORTAJE REPORTAJE

Juan Carrillo [email protected]

El terrorismo implica una amena-za al orden jurídico, al político y al económico, pero un entorno aún más dañino amenaza al mundo: la violencia que realizan algunos países contra otros, con el argu-mento, pretexto o justificación de que se defi enden de ataques terroristas. “Detrás de una cortina de humo que pretende construir una teoría del derecho al uso de la fuerza, con base en la legítima defensa, se esconde la más descar-nada explotación de los recursos naturales del planeta”, señaló el juez Carlos Castresana Fernández, fi scal anticorrupción de España y doctor honoris causa de la Univer-sidad de Guadalajara. En su conferencia “Los de-rechos humanos como mínimo común de valores en la comuni-dad”, en el marco de la XVIII Feria Internacional del Libro en Guada-lajara, el juez español, quien ha participado en diferentes casos a favor de la justicia internacional, afi rmó que detrás del terrorismo “hay una guerra por el petróleo, que es un recurso imprescindible para la industria del primer mun-do. En todas las partes donde su manejo y control está en peligro, encontramos una guerra”.

EL MAPA DE LA GUERRA

Castresana Fernández hizo un recorrido por el mapamundi de la guerra. “Para sacar a los oceános el petróleo del mar Caspio solo existen dos caminos: a través de oleoductos en Afganistán (ahí tenemos una guerra) y por oleo-ductos en Chechenia (también ahí existe otra)”. “Por el mar Negro tienen que atravesarse dos estrechos, para uno de los cuales no hay la profundidad sufi ciente, y por lo tanto, solo pueden sacar el pe-tróleo en pequeños navíos; para hacerlo hasta el Mediterráneo podría pasar por Macedonia o Kosovo, Yugoslavia, lugar de otra guerra”. Agregó que en Darkur, Pakis-tán, los combates se han recru-decido desde que el año pasado descubrieron enormes yacimien-tos de petróleo. “Parece imposible que el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas (ONU) adopte acuerdos efectivos para detener ese confl icto. Es interesante que los derechos para la explotación

de ese petróleo sean de China, la que tiene derecho de veto en el Consejo de seguridad”. Al revisar la situación en Iraq, Castresana Fernández explicó que en 1991, cuando Sadam Hussein invadió Kuwait, un acto de agre-sión (otra guerra por el petróleo), el Consejo de seguridad de la ONU autorizó la intervención armada para desalojarlo de ese territorio, orden que fue ejecutada de inmediato. A partir de 1991, en primer

término Estados Unidos y otros países (entre éstos Gran Breta-ña), impusieron un embargo al petróleo iraquí, mantenido aproximadamente hasta la mitad de la década (1995), momento en que la ONU, por razones huma-nitarias, autoriza el programa “petroleo para alimentos”, que es boicoteado por Estados Unidos y Gran Bretaña, que sostienen dicho embargo de manera estricta, con la consecuencia de que Sadam Hussein vende todos sus dere-

chos sobre dicho combustible (los segundos más importantes del mundo, después de Arabia Saudí) a Francia y Rusia. “En ese contexto llegamos al momento en que nos informan que Sadam Husseim es extrema-damente peligroso, que tiene ar-mas de destrucción masiva y está dispuesto a utilizarlas en 45 mi-nutos. Sin embargo, otros países igualmente peligrosos, como Irán o Corea del Norte, no han sido atacados, porque probablemente

sí las tienen, y quizá Iraq fue agredido porque probablemente no las tenía”.

UNA SOLA PALABRA

En septiembre de 2002, seis meses antes de comenzar la guerra en Irak y de “la puesta en escena” en el Consejo de seguridad de la ONU, Estados Unidos cambió una sola palabra de su doctrina de seguridad nacional, que estaba en correspondencia con el derecho internacional vigente, común-mente aceptado en los últimos 150 años, doctrina creada en 1837 por Estados Unidos”. Hasta ese momento Naciones Unidas autorizaba el uso de la fuerza cuando: a) así lo decida el Consejo de seguridad de Naciones Unidas, b) en legítima defensa después de haber sido atacados y, por último, c) cuando alguna nación esté bajo amenaza “inmi-nente” de ser agredida. “En septiembre de 2002, el pre-sidente George W. Bush redacta un documento de aproximada-mente 50 páginas, en el que solo cambia una palabra con relación al anterior: “Los Estados Unidos se autorreconocen el derecho a hacer uso de la fuerza ante una amenaza ‘sufi ciente’”. Ya no hace falta que sea ‘inminente’, sino ‘sufi ciente’”. “A partir de ese momento experimentamos un retroceso que nos envía, no a los periodos de la guerra fría, sino tal vez a los de la segunda guerra mundial, a la etapa en la que fue posible el surgimiento de los regímenes totalitarios”.

LA GUERRA: EL GRAN NEGOCIO

El investigador del Departamento de Estudios Ibericos y Latinoame-ricanos (Deila), de la Universisi-dad de Guadalajara, Jorge Ceja, coincide en señalar que “con el argumento del terrorismo, Esta-dos Unidos tiene el propósito de reforzar su hegemonía mundial y, de paso, avanzar en la cancelación de las libertades civiles y políticas de los ciudadanos”. Agrega que “detrás de la guerra contra el terrorismo que ha impulsado el gobierno de Es-tados Unidos, están los intereses económicos que buscan favorecer a la industria militar, la que tiene convenios con el gobierno norte-americano”. Jorge Ceja aclara que estos convenios entre empresas parti-

culares y gobierno no solo están relacionados con armas y material bélico, sino con el suministro al ejército de comida, agua, medici-nas, uniformes. “Encontramos a prominentes políticos del gobierno de Estados Unidos ligados de manera directa con estos negocios y que han ob-tenido contratos multimillonarios para la reconstrucción de Iraq, sin contar lo que considero un verda-dero acto de pillaje: apropiarse de los recursos petroleros de Iraq. “Las invasiones a Iraq o Afga-nistan, disfrazadas por el discurso ofi cial del gobierno estadunidense como ‘campañas contra el terroris-mo’, ‘preservación de la vida’ y para ayudar a ‘instalar la democracia en esos países’, son descarados actos de piratería, orientados a apode-rarse de los recursos petroleros y al control del tránsito de los hidrocar-buros en esa parte del mundo”. Comenta que Estados Unidos es de los primeros en fomentar el terrorismo en el mundo al respal-dar las “acciones terroristas de Es-tado que de manera cotidiana co-mete el gobierno Israelí contra la población civil palestina. También están las atrocidades cometidas en Vietnam, el fi nanciamiento a los contras en Nicaragua, y ahora la revelación de que participaron en el golpe de Estado en Chile”. “Así que atribuirse el papel de árbitro internacional, para decidir quiénes tienen el derecho o no para fabricar, comercializar y po-seer armas de destrucción masiva, me parece una actitud arrogante e hipócrita, que no abona en nada a favor de la paz mundial”. Jorge Ceja asevera que el escenario mundial para este año en este aspecto, cambiará poco, ya que la reelección de Bush ace-lerará “la búsqueda del enrique-cimiento de las élites de Estados Unidos a cualquier costo”. “Buscarán apropiarse de los cada vez más escasos recursos naturales y levantarán fortifi cacio-nes físicas y legales que impidan ser tocados ‘por los males del mundo’, aunque para ello tengan que aumentar exponencialmente dichos males a escala mundial por medio de sus políticas instrumen-tadas en todo el globo”.

EL DISCURSO OFICIAL

Para el doctor Jeffrey Scott McIllawain, director de seguridad internacional y del Programa de resolución de conflictos, de la Universidad de San Diego,

“los adversarios de Estados Unidos no solo son el propio Al-Qaeda, encabezado por Osama Bill Laden, sino muchos otros fundamentalistas comprometidos con esta ‘guerra santa’”. Scott McIllawain, quien impar-tió el pasado 9 de diciembre la con-ferencia “Seguridad y democracia después del 11 de septiembre”, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, comentó que estos terroristas son “un enemigo sin cara para el mun-do occidental”, que ha desarrollado un complejo aparato militar que “incluye entrenamiento sofi sticado, reclutamiento, espionaje, compra y transporte de armas”. “Los terroristas tienen una ‘red de redes’ con elementos expertos en combate en Afganistán, Bosnia, Chechenia, Sudán, Somalia, Iraq, Indonesia y otras naciones. Son ex-pertos en asesinato, guerrilla, sabo-taje, secuestro, emboscadas, ataque a vehículos, con armas biológicas, químicas y bombas suicidas”. Además, “estos expertos del terror” han demostrado ser una

amenaza real por sus “decretos religiosos, mensajes y documentos serios”, que han sido detectados por el Consejo de seguridad de Estados Unidos y cuya planeación “vital, inteligente y minuciosa” les ha permitido escoger bien “sus blancos civiles en aeropuertos, estaciones de autobuses, edifi cios públicos, centros marítimos, militares, quí-micos y sitios de almacenamiento de petróleo, agua y alimentos”.

62 ACTOS TERRORISTAS

Scott McIllawain señaló que des-pués del 11 de septiembre de 2001, “gracias al trabajo silencioso, en las sombras, de los servicios de inteligencia y contrainteligencia de occidente, han logrado abortar y neutralizar 62 ataques terroristas”. Comentó que estos informes no los han querido hacer pú-blicos “para evitar una psicosis colectiva”. Las autoridades han preferido actuar con discreción y los responsables de estos ataques neutralizados fueron deporta-dos.

—¿En qué lugares ocurrieron esos intentos de ataques terroristas?—Había el plan de explotar el puen-te de Brooklyn, en Nueva York. Otro para destruir una plaza comercial en Ohio y atacar sitios norteamericanos de negocios y lugares de consumo y comercio. Detuvieron en San Isidro, cerca de la frontera con Tijuana, a un par de individuos que estaban en la lista de sospechosos. También deportaron a cinco personas invo-lucradas en un atentado contra el aeropuerto de Los Ángeles”. “La vulnerabilidad de Estados Unidos surge de la extensa fronte-ra con Canadá. Prueba de ello son una serie de terroristas que falsi-ficaron documentos y lograron introducirse en el aeropuerto de Detroit, así como otros infi ltrados vía acuática en Nueva York”.

AMENAZA MUNDIAL

Para el doctor Pablo Moloesnik, investigador del Departamento de Estudios Políticos, de la Uni-versidad de Guadalajara, existe una amenaza real en el mundo a causa del terrorismo.

“Tal como lo expuso el doctor Scott McIllawain, el fundamentalis-mo religioso, por medio de diversos documentos, le ha declarado la ‘guerra santa’ a occidente, México y América latina incluidos”.—Algunos intelectuales afi rman que la ONU está quebrada moral-mente porque justifi ca que algunos países, con el pretexto del terroris-mo, invadan cualquier país.—El mundo es manejado por intereses. No existe una sociedad internacional igualitaria, sino que está estratifi cada, por lo que hay diferentes categorías. En estos mo-mentos Estados Unidos, nos guste o no, es la primer potencia mundial. “A lo largo de la historia siem-pre se ha impuesto el más fuerte y la situación actual no es la excep-ción. Hay que ser realistas y no pensar en un idealismo político, superado por la realidad”.—¿Sería esa una justifi cación su-fi ciente para que Estados Unidos invada a cualquier país con cual-quier pretexto?—Repito: la sociedad internacio-nal no es igualitaria. No existe igualdad de Estados, sino países de primer mundo y otros que ni siquiera tienen viabilidad como estados-nación. El mundo vive un estado de semianarquía, porque la mayoría de los países pertenecen a la ONU, pero en muchos casos el más poderoso no está de acuerdo con las resoluciones de los demás y actúa por propia voluntad. “Ahora, como bien lo apunta Aguilar Zínzer, la ONU atraviesa por una crisis moral. Incluso, su secretario general, Kofi Anan, no tiene autoridad moral, porque al ser comandante de los cascos azules, de las tropas de paz de la ONU, no hizo nada para prevenir el genocidio en Ruanda, en 1994, contra la etnia tutsi. “Estados Unidos cuida sus propios intereses, como lo hace México o cualquier otro país. Mien-tras Norteamérica impone el uso de la fuerza, a partir de la guerra preventiva, México no utiliza la fuerza, sino otros instrumentos”.

COLOFÓN

Para Carlos Castresana Fernán-dez, “el terrorismo puede destruir nuestros edificios, matarnos, atentar contra nuestras ciudades, pero no destruir el orden jurídico. Los avances que la civilización ha conseguido a través de siglos de sacrifi cios, son conquistas que debemos defender en el marco de nuestros sistemas jurídicos, políticos y económicos”.

Terrorismo, guerra, petróleo y negocios

En septiembre de 2002, el presidente George W. Bush redacta un documento de aproximadamente 50 páginas, en el que solo cambia una palabra con

relación al anterior: “Los Estados Unidos se autorreconocen el derecho a hacer uso de la fuerza ante una amenaza ‘sufi ciente’”. Ya no hace falta que sea ‘inminente’, sino ‘sufi ciente’”. A partir de ese momento experimentamos un retroceso que nos envía, no a los periodos de la guerra fría, sino tal vez a los de la segunda guerra mundial, a la etapa en la que fue posible el surgimiento de los regímenes totalitarios“.

Carlos Castresana Fernández,fiscal anticorrupción de España

“Detrás de la guerra contra el terrorismo que ha impulsado el gobierno de Estados Unidos, están los intereses económicos que buscan favorecer a la industria militar”.

Las invasiones a Irak o Afganistán están disfrazadas por el discurso oficial del gobierno de Estados Unidos, como campañas contra el terrorismo, que buscan apoderar-se de los recursos petroleros y el control del tránsito de los hidrocarbu-ros en esa parte del mundo.

Después del 11 de septiembre han neutralizado 62 ataques terroristas

Jorge Ceja, investigador del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos

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