Texto El Virus de La Actitud

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Parece perfectamente claro que, al hablar del “virus de la actitud” nos estamos refiriendo no a una expresión translaticia en el sentido de la lengua sino a una utilización del vocablo “virus” para dar a entender que una enfermedad en el trabajo no es solamente física, como lo puede llegar a ser psicológica. Lo que acontece es que cuando se reconoce este virus en una entidad, se da de cuenta de una anomalía, de algo que esta si no perjudicando, destruyendo las relaciones laborales entre un equipo. Aquí, lo actitudinal se desmiembra; su unidad armónica se va perdiendo: un modelo adecuado a la que debieran orientarse siempre todas las personas de un equipo de trabajo.  Ahora bien, si observamos un poco a profundidad el modo de manifestarse este virus vemos estas formas: encontramos al alterado, que es un sujeto colérico que no se le puede decir nada, que con nada estalla; muy susceptible al enojo (trae los problemas de su casa al trabajo), tenemos al perfeccionista que toma el error y la calidad como armas para hacerle daño a sus compañeros, encontramos al que se etiqueta “ese no es mi trabajo” que es un sujeto que cree que al asignársele una actividad que difiere accidentalmente de la propia suya pedantemente la evade y la rechaza, luego tenemos al que esparce rumores que básicamente gusta del chismorreo y que, sin fundamento y con negatividad, riega comentarios como si este fuese su trabajo, posteriormente, encontramos al no comprometido, quien cree que el puesto de trabajo es una playa en la que se está bronceándose y tomando el sol y por último tenemos al pesimista que es el que imprime un carácter siempre negativo a la empresa en todos sus aspectos y el que piensa que todo es casi imposible el éxito y los buenos resultados. Al dilucidar sucintamente algunas de las formas de este virus, no hay que olvidar que éstas implican también toda una sintomatología somática que las compone a la par: dolores de cabeza, insomnio, estrés, ulceras, pres ión arterial, indigestión. En consecuencia, es interesante tratar algo como esto porque una enfermedad al detectarse en un ámbito, presupone un tratamiento, una cura, un antídoto; cuando se reconoce una responsabilidad en que un problema de actitud es el que está disminuyendo el desarrollo de las metas del equipo, cuando hay un reconocimiento de una conducta, en consonancia, que perjudica la imagen de la empresa, es donde actúa el compañero o líder reflexivo y solidario que se mueve en pro de sus metas personales inherentes con las del equipo, y él mismo es capaz de no detectar sino encontrar la manera de darles solución acercándose a los focos del virus: exhortándolos a una mejor relación; con nuevas respuestas, con un orientación de las tensiones y un seguimiento de las mismas, modificando toda conducta negativa, monitoreando signos vitales, modelando un buen comportamiento, buscando siempre lo más conveniente para esa persona y para el equipo. Sólo así puede existir una entidad libre de ese virus el cual es el de la

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Parece perfectamente claro que, al hablar del virus de la actitud nos estamos refiriendo no a una expresin translaticia en el sentido de la lengua sino a una utilizacin del vocablo virus para dar a entender que una enfermedad en el trabajo no es solamente fsica, como lo puede llegar a ser psicolgica.Lo que acontece es que cuando se reconoce este virus en una entidad, se da de cuenta de una anomala, de algo que esta si no perjudicando, destruyendo las relaciones laborales entre un equipo. Aqu, lo actitudinal se desmiembra; su unidad armnica se va perdiendo: un modelo adecuado a la que debieran orientarse siempre todas las personas de un equipo de trabajo.Ahora bien, si observamos un poco a profundidad el modo de manifestarse este virus vemos estas formas: encontramos al alterado, que es un sujeto colrico que no se le puede decir nada, que con nada estalla; muy susceptible al enojo (trae los problemas de su casa al trabajo), tenemos al perfeccionista que toma el error y la calidad como armas para hacerle dao a sus compaeros, encontramos al que se etiqueta ese no es mi trabajo que es un sujeto que cree que al asignrsele una actividad que difiere accidentalmente de la propia suya pedantemente la evade y la rechaza, luego tenemos al que esparce rumores que bsicamente gusta del chismorreo y que, sin fundamento y con negatividad, riega comentarios como si este fuese su trabajo, posteriormente, encontramos al no comprometido, quien cree que el puesto de trabajo es una playa en la que se est broncendose y tomando el sol y por ltimo tenemos al pesimista que es el que imprime un carcter siempre negativo a la empresa en todos sus aspectos y el que piensa que todo es casi imposible el xito y los buenos resultados. Al dilucidar sucintamente algunas de las formas de este virus, no hay que olvidar que stas implican tambin toda una sintomatologa somtica que las compone a la par: dolores de cabeza, insomnio, estrs, ulceras, presin arterial, indigestin.En consecuencia, es interesante tratar algo como esto porque una enfermedad al detectarse en un mbito, presupone un tratamiento, una cura, un antdoto; cuando se reconoce una responsabilidad en que un problema de actitud es el que est disminuyendo el desarrollo de las metas del equipo, cuando hay un reconocimiento de una conducta, en consonancia, que perjudica la imagen de la empresa, es donde acta el compaero o lder reflexivo y solidario que se mueve en pro de sus metas personales inherentes con las del equipo, y l mismo es capaz de no detectar sino encontrar la manera de darles solucin acercndose a los focos del virus: exhortndolos a una mejor relacin; con nuevas respuestas, con un orientacin de las tensiones y un seguimiento de las mismas, modificando toda conducta negativa, monitoreando signos vitales, modelando un buen comportamiento, buscando siempre lo ms conveniente para esa persona y para el equipo. Slo as puede existir una entidad libre de ese virus el cual es el de la actitud, con una salud integra: compromiso, responsabilidad, dedicacin, perseverancia, solidaridad, amistad, respeto, madurez.