Texto: Leonardo Huerta Mendoza sabina0210 @hotmail.com ó ó · título Mars methane detection and...

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Viernes 27 de febrero de 2015 EL UNIVERSAL ó La Federación Mexicana de Robótica y la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional convocan a los jóvenes mexicanos de todas las edades a participar en el Torneo Mexicano de Robótica 2015, que se llevará a cabo del 23 al 25 de abril. Fecha límite de registro: 27 de marzo. Más informes, en la página electrónica: w w w.t m r 2 0 1 5.m x ó Mediante el Laboratorio Sample Analysis at Mars (SAM), en cuyo di- seño participó Rafael Navarro, in- vestigador del Instituto de Ciencias Nucleares, el robot Curiosity de la NASA, que actualmente explora el suelo de Marte, descubrió una fuen- te fluctuante de metano en la at- mósfera de este planeta, lo cual su- giere que podría tener procesos geo- lógicos o químicos hasta ahora des- conocidos. Esta investigación, de la que Navarro es uno de los autores principales, se publicó reciente- mente en la revista S cience, con el título Mars methane detection and variability at Gale crater. ó Pamela Robles Franco, alumna del sexto semestre de Ingeniería Civil en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, contribuyó al mejora- miento de un dispositivo diseñado por el equipo de investigación del Laboratorio del Centro de Ubica- ción Cognitiva, en la Universidad Estatal de Arizona. El prototipo de este dispositivo, denominado Inte- lligent Stick, es una vara inteligente que ayuda a la recuperación, por medio de vibraciones y sondeos, de las personas que han sufrido acci- dentes cerebrovasculares; además, emite gráficas que señalan los avan- ces conseguidos. Texto: Leonardo Huerta Mendoza [email protected] “ ó á ” istoriador, especialista en la cosmovi- sión, los mitos, los rituales y la icono- grafía de las culturas de Mesoamérica, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas y pro- fesor en la Facultad de Filosofía y Le- tras de la UNAM, Alfredo López Austin es autor de numerosos libros en los que ha expuesto ideas y puntos de vista novedosos y polémicos relacionados con su quehacer profe- sional, y de al menos una obra que hizo a más de uno levantar las cejas. “Mi vida es una vida común, y quiero que se vea así; no tiene grandes altibajos ni hechos espec- taculares o notables ni episodios traumáticos ni definitorios. Fue definitoria, tal vez, mi decisión de cambiar de profesión. Para muchos, mi vida puede parecer aburrida, pero ha sido muy activa y estoy satisfecho de ella. Pertenezco a una familia clasemediera de la frontera norte, de Ciudad Juá- rez, Chihuahua. Allí recibí una educación que en aquel tiempo era muy diferente de la del centro de México, y a ella le debo mucho”, dice. De niño, en lugar de tener una sola casa familiar, tuvo dos: la de sus padres y la de su abuela paterna y sus tías. Éstas últimas eran cuatro mujeres sol- teras dedicadas por completo al trabajo, por me- dio del cual se abrieron camino en la vida. En la casa paterna fue hijo único hasta los cinco años; después nacieron sus hermanos. Como sus padres trabajaban arduamente en el negocio fa- miliar (una empacadora de carnes, una carnicería y la cría de animales), no tenían manera de con- trolarlo; así que se pasaba buena parte del día en casa de su abuela y sus tías. Esta doble pertenen- cia le permitía andar mucho tiempo de vago, cuando en ambas casa creían que estaba en la otra, y aprovechar bastantes horas de libertad. “Debo decir que nunca fui un niño dócil. En ambas casas encontraba mucho amor, pero con frecuencia también tenía problemas por mi in- disciplina. Era un niño-problema, pero feliz. De las seis mujeres que me educaron, la que ejerció más influencia sobre mí fue mi madre. Era una mujer lacónica, pero ella y yo nos entendíamos sin palabras; asimismo, era amorosa, pero muy rígida en cuestiones morales, sobre todo en lo que atañe a la dedicación al trabajo y la honradez. Pero, evi- dentemente, todas me jalaban las orejas.” López Austin recibió en sus primeros años una educación familiar que era muy común en la fron- tera. Los niños y jóvenes tenían que trabajar den- tro y fuera del hogar como parte de la enseñanza necesaria para la vida. “Hoy, con los criterios vigentes, se vería como explotación de menores lo que en nuestros tiempos era parte de un aprendizaje sano que nos enorgullecía y nos divertía. Creo que se debe distinguir entre lo que es una verdadera explo- tación de menores y lo que es parte de la for- mación del carácter y de la creación de habili- dades en los niños. A uno lo ponían a trabajar no precisamente para que aportara dinero a la casa o para que hiciera labores económicamente importantes, sino como una obligación que lo favorecía. En mi caso, después de incorporarme paulatinamente al negocio familiar, llegó el día en que mi padre me dijo que debía aprender a trabajar en el exterior. Llegué así a una agencia aduanal, ‘Mora y González’, a la edad de 12 años. ¿Qué podía hacer allí? ¡Trabajar de mozo! Barría, trapeaba, limpiaba los muebles, iba a la aduana a hacer trámites, o a los bancos… Esto fue du- rante mis vacaciones escolares, antes de entrar en la secundaria”, asegura. En la secundaria, al salir de vacaciones, todos los niños se peleaban por tener chamba en las tala- barterías. Para todos era un trabajo muy atractivo, no por lo que les pagaban, sino por aprender a repujar en el cuero los floridos adornos de las bo- tas de vaquero. La fabricación de botas vaqueras era entonces, en ambos lados de la frontera, un negocio muy lucrativo. Claro que no había lugar para todos los muchachos, y López Austin nunca tuvo la suerte de aprender a labrar cuero; se quedó con las ganas. “No tuve una infancia dócil; más bien fui un rebelde. Durante la primaria me vi constreñido en una escuela demasiado rígida. Desde esa edad odio la disciplina. Al entrar en la secundaria, a la Escuela Federal número 13, encontré la libertad. La escuela era el reflejo de la ciudad. Allí concu- rríamos jóvenes de todos los barrios, incluso de todos los poblados vecinos: pobres y ricos, altos y chaparros, gordos y flacos. Era también la sede de la Preparatoria Federal, por lo que allí convi- vimos, en el mismo edificio, durante varios años”, apunta. La secundaria y la preparatoria compartían espacios y, esto era lo más interesante, los pro- fesores. Los que daban clases de matemáticas, biología, historia, español, empezaban a diri- girlos en secundaria y seguían haciéndolo en la preparatoria. “Después de cinco años (tres de secundaria y dos de preparatoria: así era el plan de estu- dios), llegábamos a formar una gran familia. Fueron cinco años muy importantes en mi eta- pa formativa.” Después de haber trabajado en la agencia aduanal y en otros empleos, López Austin volvió al negocio f a m i l i a r. “Lo que más me gustaba era estar en contacto con los animales. Una de mis responsabilidades consistía en alimentarlos, cuidarlos y curarlos. Me gustaba muchísimo vaquerear. No sé si fui buen vaquero, pero fui un vaquero feliz”, señala. El desierto fue muy importante para el futuro investigador universitario. Allí jugó y trabajó des- de muy chico. En ocasiones acompañaba a sus mayores a comprar ganado desierto adentro. Lue- go lo recibía en la ciudad, cuando llegaba en las jaulas del ferrocarril. “El desierto me trae muchísimos recuerdos. To- davía sueño con el desierto. Son sueños muy fe- lices, en los que me veo fumando, aunque no sé por qué, pues dejé ese vicio hace más de 30 años. Allí, en el desierto, aprendí a fumar de niño.” López Austin está casado desde hace 53 años con Martha Luján, a quien conoció en el jardín de ni- ños y con quien procreó dos hijos varones. “Estuvimos juntos en el kínder, en el mismo sa- lón, y durante mucho tiempo seguimos viendo a nuestra profesora”, recuerda. En la primaria cada quien tomó su camino y muy ocasionalmente se veían. En la secunda- ria, López Austin conoció a los hermanos de Martha, más jóvenes que ella, pero no los trató mucho. Su futuro suegro era un hombre muy popular en la ciudad: el locutor Arturo Luján, muy amigo y compañero de trabajo de Germán Valdés, antes de que éste cambiara de oficio y se llamara Tin Tan. “Vine a la ciudad de México a hacer la carrera de Derecho y regresé a Ciudad Juárez antes de presentar la tesis. Entonces, Martha y yo nos reen- contramos y nos hicimos novios. Volví ya con el título, empecé a trabajar como abogado y poco después nos casamos. La boda civil se realizó el último día de 1961 en casa de mis tías.” El matrimonio López Luján vivió en Ciudad Juárez casi dos años y luego decidió venir a Mé- xico. Allá había un futuro muy promisorio. Pero no era lo suyo. Se aburría solemnemente. b Í ó á í ó í í ñ ó Ó é ó é ó á ó ó ó í é ó á é ROBERTO GUTIÉRREZ ALCALÁ La segunda edición de la Cátedra México-China, organizada por el Centro de Estudios China-Mé- xico (CECHIMEX) de la Facultad de Economía (FE), en colaboración con AGENDASIA —orga- nización que promueve la reflexión sobre asuntos estratégicos entre estos dos países—, se realizará del 2 al 6 de marzo en la sala Jesús Silva Herzog, ubicada en el primer piso del edificio B de la FE. En ella se presentará el ciclo de conferencias “Glo- bal Production Networks. The Case of China”, im- partido por Dieter Ernst, catedrático del Centro de Investigaciones “East-West Center”, en Honolulu, Hawai, y especialista en temas de políticas indus- triales, tecnologías de la información e innova- ción en Estados Unidos, China, India y otros paí- ses emergentes. La primera conferencia —“Global Production Networks: Innovation and Knowledge Networks: Towards a New Geography?”— será el lunes 2, a las 12 horas; la segunda —“From Catching-Up to Forging Ahead? China’s Prospects in Semicon- duc tors”—, el miércoles 4, a las 12 horas; y la ter- cera —“Trade and Innovation in Global Networ- ks. Lessons from China and East Asia for Indus- trial Policy”—, el viernes 6, a la misma hora. “Las tres están relacionadas con el tema de la electrónica, los semiconductores y las telecomu- nicaciones. En 2014, 43% de las importaciones provenientes de China correspondieron al área de la electrónica. Es decir, la electrónica es el prin- cipal capítulo de importaciones de México con China. De esta manera, la Cátedra México-China 2015 abundará en las expectativas que se abren en dicha área, en términos de inversiones, de com- prensión de la organización industrial y también de experiencias de otros países con China. Esto puede ser de relevancia para instituciones vincu- ladas a temas industriales, comerciales, de inno- vación, de atracción de inversión extranjera, et- c é te r a”, dijo Enrique Dussel Peters, coordinador del CECHIMEX. El periodo de inscripciones (sin costo) estará abierto hasta el 28 de febrero. Podrán asistir aca- démicos, especialistas, funcionarios públicos, miembros de instituciones o empresas, y estu- diantes de licenciatura (últimos semestres) y de posgrado. Para registrarse y obtener más informes consulte las páginas www.economia.unam.mx/ce- chimex/index.php/es/acervo y w w w.a ge n d a s i a. org, o bien escriba a c a t ch i n a @ u n a m.m x b

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Page 1: Texto: Leonardo Huerta Mendoza sabina0210 @hotmail.com ó ó · título Mars methane detection and ... y estoy satisfecho de ella. Pertenezco a una familia clasemediera de la frontera

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������ ������ �� �� ó��La Federación Mexicana de Robótica y la Facultad de Estudios SuperioresAcatlán de la Universidad Nacional convocan a los jóvenes mexicanos detodas las edades a participar en el Torneo Mexicano de Robótica 2015, quese llevará a cabo del 23 al 25 de abril. Fecha límite de registro: 27 de marzo.Más informes, en la página electrónica: w w w.t m r 2 0 1 5.m x

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�������ó��� ���������� ���������Pamela Robles Franco, alumna delsexto semestre de Ingeniería Civil enla Facultad de Estudios Superiores(FES) Aragón, contribuyó al mejora-miento de un dispositivo diseñadopor el equipo de investigación delLaboratorio del Centro de Ubica-ción Cognitiva, en la UniversidadEstatal de Arizona. El prototipo deeste dispositivo, denominado Inte -lligent Stick, es una vara inteligenteque ayuda a la recuperación, pormedio de vibraciones y sondeos, delas personas que han sufrido acci-dentes cerebrovasculares; además,emite gráficas que señalan los avan-ces conseguidos.

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Texto: Leonardo Huerta Mendoza sabina0210 @hotmail.com

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�istoriador, especialista en la cosmovi-sión, los mitos, los rituales y la icono-grafía de las culturas de Mesoamérica,investigador emérito del Instituto deInvestigaciones Antropológicas y pro-fesor en la Facultad de Filosofía y Le-tras de la UNAM, Alfredo López Austines autor de numerosos libros en los que

ha expuesto ideas y puntos de vista novedosos ypolémicos relacionados con su quehacer profe-sional, y de al menos una obra que hizo a más deuno levantar las cejas.

“Mi vida es una vida común, y quiero que se veaasí; no tiene grandes altibajos ni hechos espec-taculares o notables ni episodios traumáticos nidefinitorios. Fue definitoria, tal vez, mi decisiónde cambiar de profesión. Para muchos, mi vidapuede parecer aburrida, pero ha sido muy activay estoy satisfecho de ella. Pertenezco a una familiaclasemediera de la frontera norte, de Ciudad Juá-rez, Chihuahua. Allí recibí una educación que enaquel tiempo era muy diferente de la del centrode México, y a ella le debo mucho”, dice.

De niño, en lugar de tener una sola casa familiar,tuvo dos: la de sus padres y la de su abuela paternay sus tías. Éstas últimas eran cuatro mujeres sol-teras dedicadas por completo al trabajo, por me-dio del cual se abrieron camino en la vida.

En la casa paterna fue hijo único hasta los cincoaños; después nacieron sus hermanos. Como suspadres trabajaban arduamente en el negocio fa-miliar (una empacadora de carnes, una carniceríay la cría de animales), no tenían manera de con-trolarlo; así que se pasaba buena parte del día encasa de su abuela y sus tías. Esta doble pertenen-cia le permitía andar mucho tiempo de vago,cuando en ambas casa creían que estaba en laotra, y aprovechar bastantes horas de libertad.

“Debo decir que nunca fui un niño dócil. Enambas casas encontraba mucho amor, pero confrecuencia también tenía problemas por mi in-disciplina. Era un niño-problema, pero feliz. Delas seis mujeres que me educaron, la que ejerciómás influencia sobre mí fue mi madre. Era unamujer lacónica, pero ella y yo nos entendíamos sinpalabras; asimismo, era amorosa, pero muy rígidaen cuestiones morales, sobre todo en lo que atañea la dedicación al trabajo y la honradez. Pero, evi-dentemente, todas me jalaban las orejas.”

�� �� �������López Austin recibió en sus primeros años unaeducación familiar que era muy común en la fron-tera. Los niños y jóvenes tenían que trabajar den-tro y fuera del hogar como parte de la enseñanzanecesaria para la vida.

“Hoy, con los criterios vigentes, se vería comoexplotación de menores lo que en nuestrostiempos era parte de un aprendizaje sano quenos enorgullecía y nos divertía. Creo que se debedistinguir entre lo que es una verdadera explo-tación de menores y lo que es parte de la for-mación del carácter y de la creación de habili-dades en los niños. A uno lo ponían a trabajarno precisamente para que aportara dinero a lacasa o para que hiciera labores económicamenteimportantes, sino como una obligación que lofavorecía. En mi caso, después de incorporarmepaulatinamente al negocio familiar, llegó el díaen que mi padre me dijo que debía aprender atrabajar en el exterior. Llegué así a una agenciaaduanal, ‘Mora y González’, a la edad de 12 años.¿Qué podía hacer allí? ¡Trabajar de mozo! Barría,trapeaba, limpiaba los muebles, iba a la aduanaa hacer trámites, o a los bancos… Esto fue du-rante mis vacaciones escolares, antes de entraren la secundaria”, asegura.

������� � ���������En la secundaria, al salir de vacaciones, todos losniños se peleaban por tener chamba en las tala-barterías. Para todos era un trabajo muy atractivo,no por lo que les pagaban, sino por aprender arepujar en el cuero los floridos adornos de las bo-tas de vaquero. La fabricación de botas vaquerasera entonces, en ambos lados de la frontera, unnegocio muy lucrativo. Claro que no había lugarpara todos los muchachos, y López Austin nuncatuvo la suerte de aprender a labrar cuero; se quedócon las ganas.

“No tuve una infancia dócil; más bien fui unrebelde. Durante la primaria me vi constreñido enuna escuela demasiado rígida. Desde esa edadodio la disciplina. Al entrar en la secundaria, a la

Escuela Federal número 13, encontré la libertad.La escuela era el reflejo de la ciudad. Allí concu-rríamos jóvenes de todos los barrios, incluso detodos los poblados vecinos: pobres y ricos, altosy chaparros, gordos y flacos. Era también la sedede la Preparatoria Federal, por lo que allí convi-vimos, en el mismo edificio, durante varios años”,apunta.

La secundaria y la preparatoria compartíanespacios y, esto era lo más interesante, los pro-fesores. Los que daban clases de matemáticas,biología, historia, español, empezaban a diri-girlos en secundaria y seguían haciéndolo en lap re p a r a to r i a .

“Después de cinco años (tres de secundariay dos de preparatoria: así era el plan de estu-dios), llegábamos a formar una gran familia.Fueron cinco años muy importantes en mi eta-pa formativa.”

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“Lo que más me gustaba era estar en contactocon los animales. Una de mis responsabilidadesconsistía en alimentarlos, cuidarlos y curarlos. Megustaba muchísimo vaquerear. No sé si fui buenvaquero, pero fui un vaquero feliz”, señala.

El desierto fue muy importante para el futuroinvestigador universitario. Allí jugó y trabajó des-de muy chico. En ocasiones acompañaba a susmayores a comprar ganado desierto adentro. Lue-go lo recibía en la ciudad, cuando llegaba en las

jaulas del ferrocarril.“El desierto me trae muchísimos recuerdos. To-

davía sueño con el desierto. Son sueños muy fe-lices, en los que me veo fumando, aunque no sépor qué, pues dejé ese vicio hace más de 30 años.Allí, en el desierto, aprendí a fumar de niño.”

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“Estuvimos juntos en el kínder, en el mismo sa-lón, y durante mucho tiempo seguimos viendo anuestra profesora”, recuerda.

En la primaria cada quien tomó su camino ymuy ocasionalmente se veían. En la secunda-ria, López Austin conoció a los hermanos deMartha, más jóvenes que ella, pero no los tratómucho. Su futuro suegro era un hombre muypopular en la ciudad: el locutor Arturo Luján,muy amigo y compañero de trabajo de GermánValdés, antes de que éste cambiara de oficio yse llamara Tin Tan.

“Vine a la ciudad de México a hacer la carrerade Derecho y regresé a Ciudad Juárez antes depresentar la tesis. Entonces, Martha y yo nos reen-contramos y nos hicimos novios. Volví ya con eltítulo, empecé a trabajar como abogado y pocodespués nos casamos. La boda civil se realizó elúltimo día de 1961 en casa de mis tías.”

El matrimonio López Luján vivió en CiudadJuárez casi dos años y luego decidió venir a Mé-xico. Allá había un futuro muy promisorio. Perono era lo suyo. Se aburría solemnemente. b

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La segunda edición de la Cátedra México-China,organizada por el Centro de Estudios China-Mé-xico (CECHIMEX) de la Facultad de Economía(FE), en colaboración con AGENDASIA —orga -nización que promueve la reflexión sobre asuntosestratégicos entre estos dos países—, se realizarádel 2 al 6 de marzo en la sala Jesús Silva Herzog,ubicada en el primer piso del edificio B de la FE.En ella se presentará el ciclo de conferencias “Glo -bal Production Networks. The Case of China”, im-partido por Dieter Ernst, catedrático del Centro de

Investigaciones “East-West Center”, en Honolulu,Hawai, y especialista en temas de políticas indus-triales, tecnologías de la información e innova-ción en Estados Unidos, China, India y otros paí-ses emergentes.

La primera conferencia —“Global ProductionNetworks: Innovation and Knowledge Networks:Towards a New Geography?”— será el lunes 2, alas 12 horas; la segunda —“From Catching-Up toForging Ahead? China’s Prospects in Semicon-duc tors”—, el miércoles 4, a las 12 horas; y la ter-cera —“Trade and Innovation in Global Networ-ks. Lessons from China and East Asia for Indus-

trial Policy”—, el viernes 6, a la misma hora.“Las tres están relacionadas con el tema de la

electrónica, los semiconductores y las telecomu-nicaciones. En 2014, 43% de las importacionesprovenientes de China correspondieron al área dela electrónica. Es decir, la electrónica es el prin-cipal capítulo de importaciones de México conChina. De esta manera, la Cátedra México-China2015 abundará en las expectativas que se abren endicha área, en términos de inversiones, de com-prensión de la organización industrial y tambiénde experiencias de otros países con China. Estopuede ser de relevancia para instituciones vincu-

ladas a temas industriales, comerciales, de inno-vación, de atracción de inversión extranjera, et-c é te r a”, dijo Enrique Dussel Peters, coordinadordel CECHIMEX.

El periodo de inscripciones (sin costo) estaráabierto hasta el 28 de febrero. Podrán asistir aca-démicos, especialistas, funcionarios públicos,miembros de instituciones o empresas, y estu-diantes de licenciatura (últimos semestres) y deposgrado. Para registrarse y obtener más informesconsulte las páginas www.economia.unam.mx/ce -chimex/index.php/es/acervo y w w w.a ge n d a s i a.org, o bien escriba a c a t ch i n a @ u n a m.m x b