8/18/2019 Textos Adoracion Jueves Sto

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 JUEVES SANTO – MOMENTO DE ADORACIÓN

De la Carta de Convocación al Jubileo de la Misericordia

1. Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristianaparece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y haalcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico en misericordia ! "Ef #,$%,despu&s de haber revelado su nombre a 'ois&s como « (ios compasivo ymisericordioso, lento a la ira, y pr)di*o en amor y +delidad ! "Ex $,-% no ha cesadode dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia sunaturaleza divina. En la « plenitud del tiempo ! "Gal $,$%, cuando todo estabadispuesto se*ún su plan de salvaci)n, l envi) a su /i0o nacido de la ir*en 'aríapara revelarnos de manera de+nitiva su amor. 2uien lo ve a l ve al Padre"cfr Jn 1$,3%. Jesús de Nazaret con su palabra, con sus *estos y con toda supersona415 revela la misericordia de (ios.

#.67iempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es

fuente de ale*ría, de serenidad y de paz. Es condici)n para nuestra salvaci)n.'isericordia8 es la palabra 9ue revela el misterio de la 7antísima :rinidad.'isericordia8 es el acto último y supremo con el cual (ios viene a nuestroencuentro. 'isericordia8 es la ley fundamental 9ue habita en el coraz)n de cadapersona cuando mira con o0os sinceros al hermano 9ue encuentra en el camino dela vida. 'isericordia8 es la vía 9ue une (ios y el hombre, por9ue abre el coraz)n a laesperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.

.6/ay momentos en los 9ue de un modo mucho m;s intenso estamos llamados a

tener la mirada +0a en la misericordia para poder ser tambi&n nosotros mismossi*no e+caz del obrar del Padre. Es por esto 9ue he anunciado un JubileoExtraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la on la mirada +0a en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir elamor de la 7antísima :rinidad. ?a misi)n 9ue Jesús ha recibido del Padre ha sido lade revelar el misterio del amor divino en plenitud. « (ios es amor ! " 1 Jn $,=.1-%,a+rma por la primera y única vez en toda la 7a*rada Escritura el evan*elista Juan.Este amor se ha hecho ahora visible y tan*ible en toda la vida de Jesús. 7u persona

no es otra cosa sino amor. @n amor 9ue se dona *ratuitamente. 7us relaciones conlas personas 9ue se le acercan de0an ver al*o único e irrepetible. ?os si*nos 9uerealiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, eAcluidas,enfermas y sufrientes llevan consi*o el distintivo de la misericordia. En l todohabla de misericordia. Nada en l es falto de compasi)n.

 Jesús, ante la multitud de personas 9ue lo se*uían, viendo 9ue estaban cansadas yeAtenuadas, p&rdidas y sin *uía, sinti) desde lo profundo del coraz)n una intensacompasi)n por ellas "cfr Mt 3,-%. B causa de este amor compasivo cur) los

enfermos 9ue le presentaban "cfr Mt 1$,1$% y con pocos panes y peces calm) elhambre de *randes muchedumbres "cfr Mt 1C,D%. ?o 9ue movía a Jesús en todaslas circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el coraz)n de losinterlocutores y respondía a sus necesidades m;s reales. >uando encontr) la viuda

https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html#_ftn1https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html#_ftn1

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de Naim, 9ue llevaba su único hi0o al sepulcro, sinti) *ran compasi)n por el inmensodolor de la madre en l;*rimas, y le devolvi) a su hi0o resucit;ndolo de la muerte"cfr Lc D,1C%. (espu&s de haber liberado el endemoniado de erasa, le confía estamisi)n8 « Bnuncia todo lo 9ue el 7eFor te ha hecho y la misericordia 9ue ha obradoconti*o ! "Mc C,13%. :ambi&n la vocaci)n de 'ateo se coloca en el horizonte de lamisericordia. Pasando delante del banco de los impuestos, los o0os de Jesús seposan sobre los de 'ateo. Era una mirada car*ada de misericordia 9ue perdonabalos pecados de a9uel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, loesco*e a &l, el pecador y publicano, para 9ue sea uno de los (oce.

3.6En las par;bolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de (ioscomo la de un Padre 9ue 0am;s se da por vencido hasta tanto no haya disuelto elpecado y superado el rechazo con la compasi)n y la misericordia. >onocemos estaspar;bolasG tres en particular8 la de la ove0a perdida y de la moneda eAtraviada, y ladel padre y los dos hi0os "cfr Lc 1C,1H#%. En estas par;bolas, (ios es presentadosiempre lleno de ale*ría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el

núcleo del Evan*elio y de nuestra fe, por9ue la misericordia se muestra como lafuerza 9ue todo vence, 9ue llena de amor el coraz)n y 9ue consuela con el perd)n.

(e otra par;bola, adem;s, podemos eAtraer una enseFanza para nuestro estilo devida cristiano. Provocado por la pre*unta de Pedro acerca de cu;ntas veces fuesenecesario perdonar, Jesús responde8 « No te di*o hasta siete, sino hasta setentaveces siete ! "Mt 1=,##% y pronunci) la par;bola del Isiervo despiadado. Este,llamado por el patr)n a restituir una *rande suma, le suplica de rodillas y el patr)nle condona la deuda. Pero inmediatamente encuentra otro siervo como &l 9ue le

debía unos pocos cent&simos, el cual le suplica de rodillas 9ue ten*a piedad, pero &lse nie*a y lo hace encarcelar. Entonces el patr)n, advertido del hecho, se irritamucho y volviendo a llamar a9uel siervo le dice8 « KNo debías tambi&n tú tenercompasi)n de tu compaFero, como yo me compadecí de tiL ! "Mt 1=,%. M Jesúsconcluye8 « ?o mismo har; tambi&n mi Padre celestial con ustedes, si no perdonande coraz)n a sus hermanos ! "Mt 1=,C%.

?a par;bola ofrece una profunda enseFanza a cada uno de nosotros. Jesús a+rma9ue la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino 9ue ella se convierte en elcriterio para saber 9ui&nes son realmente sus verdaderos hi0os. Bsí entonces,

estamos llamados a vivir de misericordia, por9ue a nosotros en primer lu*ar se nosha aplicado misericordia. El perd)n de las ofensas deviene la eApresi)n m;sevidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del9ue no podemos prescindir. >)mo es difícil muchas veces perdonarO M, sinembar*o, el perd)n es el instrumento puesto en nuestras fr;*iles manos paraalcanzar la serenidad del coraz)n. (e0ar caer el rencor, la rabia, la violencia y laven*anza son condiciones necesarias para vivir felices. Bco0amos entonces laeAhortaci)n del Bp)stol8 « No permitan 9ue la noche los sorprenda eno0ados !"Ef $,#-%. M sobre todo escuchemos la palabra de Jesús 9ue ha seFalado la

misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. «(ichosos los misericordiosos, por9ue encontrar;n misericordia ! "Mt C,D% es labienaventuranza en la 9ue hay 9ue inspirarse durante este BFo 7anto.

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De la encíclica La alegría del Evangelio del papa Francisco

1.?B B?EQB (E? EBNE?on Jesucristo siempre nace y renace laale*ría.

#. El *ran ries*o del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta deconsumo, es una tristeza individualista 9ue brota del coraz)n c)modo y avaro, de labús9ueda enfermiza de placeres super+ciales, de la conciencia aislada. >uando lavida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los dem;s,ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de (ios, ya no se *oza la dulceale*ría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. ?os creyentestambi&n corren ese ries*o, cierto y permanente. 'uchos caen en &l y se conviertenen seres resentidos, 9ue0osos, sin vida. sa no es la opci)n de una vida di*na yplena, &se no es el deseo de (ios para nosotros, &sa no es la vida en el Espíritu 9uebrota del coraz)n de >risto resucitado.

ste es el momento para decirle a Jesucristo8 «7eFor, me he de0ado en*aFar, de milmaneras escap& de tu amor, pero a9uí estoy otra vez para renovar mi alianzaconti*o. :e necesito.esc;tame de nuevo, 7eFor, ac&ptame una vez m;s entre tus brazos redentores!.Nos hace tanto bien volver a l cuando nos hemos perdidoO

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=. 7)lo *racias a ese encuentro Uo reencuentroU con el amor de (ios, 9ue seconvierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de laautorreferencialidad. ?le*amos a ser plenamente humanos cuando somos m;s 9uehumanos, cuando le permitimos a (ios 9ue nos lleve m;s all; de nosotros mismospara alcanzar nuestro ser m;s verdadero. Bllí est; el manantial de la acci)nevan*elizadora. Por9ue, si al*uien ha aco*ido ese amor 9ue le devuelve el sentidode la vida, Kc)mo puede contener el deseo de comunicarlo a otrosL

3. El bien siempre tiende a comunicarse. :oda eAperiencia aut&ntica de verdad y debelleza busca por sí misma su eApansi)n, y cual9uier persona 9ue viva unaprofunda liberaci)n ad9uiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los dem;s.>omunic;ndolo, el bien se arrai*a y se desarrolla. Por eso, 9uien 9uiera vivir condi*nidad y plenitud no tiene otro camino m;s 9ue reconocer al otro y buscar subien. No deberían asombrarnos entonces al*unas eApresiones de san Pablo8 «Elamor de >risto nos apremia! "2 Co C,1$%G «By de mí si no anunciara el Evan*elioO!"1Co 3,1-%.

1T. ?a propuesta es vivir en un nivel superior, pero no con menor intensidad8 «?avida se acrecienta d;ndola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. (e hecho,los 9ue m;s disfrutan de la vida son los 9ue de0an la se*uridad de la orilla y seapasionan en la misi)n de comunicar vida a los dem;s!.$ >uando la risto!.-