Tiempo de Historia 084 Año VII Noviembre 1981 OCR

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- V . *" M o n u m e n t o

a Atatürk en la plaza

Taksim de

Es tambul .

EN ESTE NUMERO DE

José María Solé Mariño

n i j i I • i ki fi m i:l El centenario de Atatürk

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Escaneo original: http://wwiu.tiempodehistoriadigital.com/ Digitalización final en .pdf: http://thedoctorwhol967.blogspot.com.ar/

ANO VII NUM. 8 4

P O R T A D A : Se c u m p l e n en e s t o s d í a s los c u a r e n t a y c inco a ñ o s d e la d e f e n s a he ro ica del m a c h a d i a n o " r o m p e o l a s d e t o d a s las E s p a ñ a s " , q u e f u e el Madr id d e n o v i e m b r e de 1 9 3 6 , e q u i p a r a b l e al le-g e n d a r i o 2 de m a y o de 1 8 0 8 en su d e -f e n s a d e la l iber tad . (Cartel or iginal d e

Cont re ras . )

EL HAITI DE LOS DUVALIER: El régi-m e n dic ta tor ia l q u e a só l a a la nac ión c a -r ibeña d e s d e h a c e un c u a r t o de s ig lo , s i m b o l i z a d o por el " c l a n " Duval ier , e s u n o d e los e s t i g m a s q u e s u f r e la D e m o -crac ia en A m é r i c a . (En la f o t o g r a f í a ,

Frangois Duvalier .)

© TIEMPO DE HISTORIA 1980. Prohibida la reproducción de textos, fo-tografías o dibujos, ni aun ci tando su procedencia. TIEMPO DE HISTORIA no devolverá los originales que no solicite previamente , y tampoco mantendrá correspondencia sobre los mismos.

NOVIEMBRE 1981 1 5 0 PESETAS

P á g s .

LA U L T I M A D E F E N S A DE M A D R I D , p o r E d u a r d o Haro T e c g l e n 4 - 5 6 DE NOVIEMBRE DE 1936: CERCO Y RE-S I S T E N C I A DE MADRID, por C a r l o s S a m p e -l a y o 6 - 2 7 EL PROCESO DE FRANCISCO FERRER GUAR-DIA, R E P E R C U S I O N E S NACIONALES E IN-TERNACIONALES, por L u i s M i g u e l L á z a r o L o r e n t e 2 8 - 4 1 LO MILITAR EN LA SOCIEDAD ESPAÑO-LA: T R E S M O M E N T O S DE CRISIS EN LA RESTAURACION: 1 8 9 5 , 1 8 9 8 y 1 9 0 5 , por M a r i b e l Garc ía S o l e r 4 2 - 4 7 LA AGONIA DE LOS F R A N C E S E S DE CABRE-

por V í c t o r C l a u d í n 4 8 - 6 1 UNA REPUBLICA FRUSTRADA: EL HAITI DE LOS DUVALIER. p o r N e l s o n M a r t í n e z D í a z 6 2 - 7 1 EL CENTENARIO DE ATATURK, p o r J o s é Ma-ría S o l é M a r i n o 7 2 - 8 9 E S P A Ñ A 1 9 5 1 : S e l e c c i ó n d e t e x t o s y g r á f i c o s p o r D i e g o Ga lán y F e r n a n d o Lara 9 0 - 1 0 3 MI TIO PIO BAROJA (CUATRO RETRATOS DE UN HOMBRE), p o r J u l i o C a r o Baroja . . 1 0 4 - 1 1 5 LAS SIETE VIDAS DE CESAR VALLEJO, por J o s é L u i s A g u i a r 1 1 6 - 1 2 5 LA HISTORIA Y LA FICCION EN "MAD MA-RIA", p o r M a r t í n e z Díaz 1 2 6 - 1 2 7 EL HOMBRE ELEFANTE, p o r A l b e r t o Garc ía F e r r e r 1 2 8 - 1 2 9

DIRECTOR: EDUARDO HARO TECGLEN. S E C R E T A R I O DE EDITORIAL: GUILLERMO MORENO DE GUERRA. C O N F E C C I O N : ANGEL TROMPETA, EDITA: PRENSA PERIODICA. S. A. REDACCION: P l a z a d e l C o n d e de l V a l l e d e S ú c h i l , 2 0 . T e l é f o n o 4 4 7 2 7 0 0 , M A D R I D - 1 5 . C a b l e s : P r e n s a p e r . ADMINISTRACION: C E M P R O . F u e n c a r r a l . 9 6 . T e l é f o n o s 2 2 1 2 9 0 4 - 0 5 . M A D R I D - 4 . PUBLICIDAD: REGIE P R E N S A . J o a q u í n M o r e n o Lago . R a -f a e l H e r r e r a . 3 , 1 o A. T e l é f o n o s 7 3 3 4 0 4 4 y 7 3 3 2 1 6 9 . M A D R I D - 1 6 . y E m i l i o B e c k e r , Av P r í n c i p e d e A s t u -r i a s , 8 . p r a l . 1. ' T e l é f o n o s 2 1 8 4 2 5 5 y 2 1 8 4 1 7 1 , B A R C E L O N A - 1 2 . DISTRIBUCION: M a r c o I b é r i c a . D i s t r i b u c i ó n d e E d i c i o n e s , S A. C a r r e t e r a d e I rún , k i l ó m e t r o 1 3 , 3 5 0 , M A D R I D - 3 4 . IMPRIME: G r á f i c a s A r a g ó n , S , A. Po l ígo -n o I n d u s t r i a l " L o s A n g e l e s " . G e t a f e ( M a d r i d ) . D e p ó s i t o L e g a l : 3 5 0 M 3 6 1 3 3 - 1 9 7 4 ISSN 0 2 1 0 - 7 3 3 3 . SUS-C R I P C I O N E S : V e r p á g i n a 1 3 0 . EJEMPLARES ATRASADOS: ! T I TIEMPO DE HISTORIA' e s miembro 1 5 0 p e s e t a s . L a s p e t i c i o n e s d e e i e m p l a r e s d e n ú m e r o s a t r a s a d o s d e -b e r á n s e r a c o m p a ñ a d a s p o r s u i m p o r t e e n s e l l o s d e c o r r e o s .

de la Asociación de Revistas de Infor-mación . ARI, asociada a la Federation International of Periodical Press. FIPP.

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6 de noviembre de 1936

La última defensa de Madrid

Eduardo Haro Tecglen

¡ u n día, recuerda Gregorio Gallego ("Madrid, corazón que se desangra"), "tris-tón y encapotado"; era "plomizo y frío", era "triste, grisáceo y crudo" (Rafael A bella, "La vida cotidiana durante la guerra civil. La España republicana"). Yo

tengo pequeños y bravucones recuerdos de infancia, casi físicos: las manos doloridas y despellejadas por los adoquines con que levantábamos las barricadas, el tacto de la arpillera de los sacos terreros; todo con urgencia, todo con prisa. El silbido de los pro-yectiles de obús —más tarde se aprendería que si el silbido era agudo, la bala iba lejos; que si era grave, podía caer sobre nosotros—, la consigna machacona del "No pasarán", el desfile de las brigadas internacionales, los poemas de Alberti y Luis de Tapia. Ya no se sabe, al cabo del tiempo, lo que se ha vivido, lo que se ha oído a otros, lo que se ha leído. "Tarde negra, lluvia, fango, — tranvías y milicianos..." (Moreno Villa). Todos tenemos la infancia hecha un misterio.

MA D R I D estaba viviendo el 6, el 7 de noviembre, los dias

sucesivos, la que probablemente fue su última epopeya. Algo más grave: es taba viviendo sus últimos dias c o m o ciudad coherente, fo rmada , adul ta . Probablemente no lo será nunca más. Había llegado a ser una ciudad un poco rara , muy peculiar, c o m o consecuencia de una serie de superposiciones históricas, pero, so-bre todo, de una doble personalidad que q u e d a b a muy bien definida con la frase "villa y corte". Villa por un lado, cor te por otro. Villa dudosa , de la que los monarcas desconfia-ban: la idea de "cap i t a l " la llevaban ellos consigo y donde estuvieran: en To ledo o Valladolid. o en El Esco-rial o donde fuese. En los anales y las crónicas se separa bien la cir-cuns tancia . León Pinelo decia: "El rey Don Felipe II, habiendo elegido esta villa para residencia de su cor-te. . ." Car los C a m b r o n e r o recogió documentos municipales de los años 1561 y 1562 en los que se conside-raba siempre c o m o provisional la residencia de la corte en Madr id : "... por el t iempo que su Majes tad estuviere en esta villa..."; "... du-

rante el t iempo que estuviere en esta villa la corte de su Majes tad . . . " . Federico Car los Sainz de Robles, el escritor vivo que mejor cuenta y mejor sabe la historia de Madr id , señala siempre que una cosa era la corte en el Alcázar y o t ra era Ma-drid, el lugaron de Isidro Labrador . "¿Capi ta l Madrid pa ra residencia de él (Felipe II)? No. Lugar Madrid propicio a sus deseos para dejar en él —como se deja el sombrero y cuan to es torba en una percha— la par te suntuosa y odiada de su co-rona. . ." ("Autobiograf ía de Ma-drid").

Esa especie de doble vida la ha te-nido Madrid durante siglos. C o n una natural interdependencia. Ma-drid, con la corte dentro, generaba oficios, empleos, aventuras, espe-ranzas , ilusiones. Venian, pues, a ella de todas partes; y la villa con-servaba la misteriosa, nunca sufi-cientemente explicada, capac idad de convertir en madri leños a los que llegaban y en mezclarlos, sin discri-minación, con los que ya es taban. Quizá sea uno de esos fenómenos sociológicos que suelen explicar los filósofos de la moda: el que llegaba,

llegaba a un prestigio conocido, a algo que no se define so lamente con la pa labra "cap i t a l " y desde luego no enteramente con la pa labra cor-te; quizá Madrid ha sido duran te si-glos una moda , una manera de ha-cei y de vivir, una calidad de cul tura o de civilización. Insis tamos en que no era una manera cor tesana de ha-cer, sino más bien un cont ras te con la corte, que siempre vio con des-conf ianza —con la desconf ianza propia de los es tados a b s o l u t o s -ese crecimiento de la vida pública: desde la corte y todos sus estamen-tos se ha ejercido siempre esa clase de represión mezclada con toleran-cia, con resignación, que han produ-cido los grandes momen tos de la cul tura . La relación entre la villa y la cor te era algo muy peculiar, y producía un estilo. Tenia, por tanto , el que llegaba algo que imitar: un habla, unos dichos, un acento; y una forma de vestir, de andar , de compor ta r se ; y ese código de valo-res de las sociedades y de las m o d a s que determina lo que es y lo que no es (una ciudad tan extraña c o m o Madr id , aunque natura lmente in-comparable , como es Nueva York ,

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DENUEV NUESTRA INDEPENDENCIA

que no es ni siquiera capital de su es tado federal, pero que tiene unos resortes inmensos de poder y que re-presenta una misma dialéctica con ¡acorte, con la capitalidad de Wash-ington, ha inventado lo in y lo out, lo de dentro y lo de fuera, como có-digo); y esa necesidad de imitar —para ser admitido, pa ra ser con-fundido— podía llegar a generar una superación, un supermadri leñismo. Este fenómeno ha du rado has ta en-t rado el siglo X X (el ejemplo más obvio, el que siempre se recuerda: Arniches).

Quizá haya que insistir m u c h o en todo este conjunto de conceptos: lo que iba generando Madrid como vi-lla, como iugaron, era lo que han de-sarrol lado por otras razones históri-c a s ot ras muchas ciudades españo-las: una determinada coherencia, una determinada personalidad. Hay un estilo, una personalidad, una cul-tura , una civilización sevillana, bar-celonesa, cordobesa, burgalesa.. . Y son ciudades ci tadas casi al aza r de entre todas como las que podrían ci-tarse. Habia una personalidad ma-drileña. Una construcción, un traza-do de barrios y calles; una subdivi-sión en personalidades menores, que incluso dejaban huella en la literatu-ra, en la investigación de los escrito-res (podia haber una novela que se llamase "Chamber í " , y o t ra que se titulase "Del Ras t ro a Maravil las", por ejemplo); se formaban por las agrupaciones de gremios, por las clases sociales, por las circunstan-cias históricas. Habia pintores y di-bujantes madrileños, poetas madri-leños, escritores madrileños; meno-res unos, superiores otros, pero to-

dos l i jados en este fenómeno de una coherencia .

T o d o ello funcionó una última vez en el Madrid del 6 de noviembre de 1936; " ¡Madr id , Madr id! qué bien tu nombre suena, — rompeola de todas las Españas . — La tierra se desangra , el cielo t ruena — y tú sonríes con p lomo en las e n t r a ñ a s " (Machado) . Quizá Madrid no sabía en aquel momen to que es taba defen-diendo su manera de ser. Creía que es taba defendiendo una opción co-lectiva de vida frente a o t ra que se le venia encima en la guerra civil; y ese era en efecto la cuestión esen-cial de la defensa de Madr id . Pe ro la resistencia, las barr icadas , las canciones, iba a pagarlas caras . C u a n d o perdió la guerra, Madrid perdió su fisonomía. Ot ras ciuda-des españolas han sabido o han podido conservarla mejor: a pesar de que los nuevos modos de vida tienen todavía sus caracter ís t icas más y mejor conservadas .

Sobre Madrid cayó el alud. Los nuevos dueños de Madrid venían a utilizar la ciudad: a derribar sus vie-j a s casas, a imponer o t ra fo rma de cul tura y de civilización, a especular con sus terrenos, sus t ransportes , sus suministros; los que se instala-ban no traían ya aquella ant igua ne-cesidad de imitación o de asimila-ción de los que llegaban antes, por-que 110 aceptaron nunca la esencia de Madr id . Era una ciudad enemiga que se ocupaba . Alguno de los ven-cedores —Giménez Caballero— lle-gó a proponer que se castigase a Madr id privándola de su carácter de capital. Oja lá hubiese sido así: Ma-drid se hubiera salvado.

Porque lo peor de esta aventura fue que terminó para siempre la dia-léctica entre villa y corte: fue de una vez la capital central - c e n t r a l i s t a -de un Es tado que no solamente era unitario por vocación patriótica o españolista, sino porque imponía un estilo de vida, una manera de ser y una cultura; y lo imponía desde Ma-drid y con todos los resortes centra-dos en Madrid. De esta forma el nombre de la ciudad se convirtió en un sinónimo del f ranquismo; y el nombre de Madrid empezó a ser considerado desde lo que se llama-ba la periferia como el centro de la prohibición, de la imposición, de la dictadura. Se ha hablado de "la bota de Madr id" sin distinguir que la bota llegó a Madrid y aplastó Ma-drid en primer lugar; en nombre de otros valores que no eran los suyos. La des t ruyó para siempre.

Ahora cada ciudad, cada región, c ada provincia o cada nacionalidad, c o m o se quieran llamar, puede emerger de la dictadura superpues-ta. recuperar sus hablas no perdi-das , pero restringidas o maltrata-das; rehacer su cultura, su persona-lidad. Se va viendo que la dictadura no penetró profundamente en esas esencias; que sus resistencias inte-riorizadas, largas y dolorosas, pu-dieron ser mucho mas eficaces por-que pudieron conservarse. A Ma-drid no le queda ya ese recurso. Ni siquiera el de la comprensión. Ma-drid se pierde. Quedan ciertos islo-tes, como quedan las reservas de los pieles rojas en el territorio de los Es-tados Unidos; quedan ciertos inten-tos de recuperación. Pero probable-mente es demas iado tarde. •

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de noviembre de 1936: Cerco resistencia

de Madrid * 4

Carlos Sampelayo

F A empezaban los escritores y periodistas a tomar notas para libros sobre la guerra de España. Ya invadía la zona republicana una se-rie de corresponsales extranjeros que habían de ser notarios subje-

tivos de hechos de vanguardia y retaguardia. Las crónicas que publicaban en sus periódicos han podido constituir más tarde volúmenes de investi-gación y narrativa, de gran aportación a la historia o la literatura. Pu-dieron describir los hechos y el espíritu que los animaba.

6 de noviembre de 1936

En Pravda ha aparec ido un primer art iculo de Dolores Ibar rur i cuya t raducción ha l legado a España , y en el que se expresan té rminos c o m o éste: " L o mismo que siento yo, lo sienten aho ra todas las muje res y madres del pueblo español , las que han manda-do a sus mar idos al sangrien-to c o m b a t e y las que luchan, ellas mismas , por la l ibertad, por la felicidad del pueblo es-pañol , por la paz en todo el m u n d o , con t ra los provoca-dores fascis tas de la gue r ra . "

El Comisa r i ado está insta-lado en el Ministerio de lo que p a s a d o el t iempo se lla-m a r á de Defensa . Pero en todo el edificio no se encuen-

t ra un alma. El de spacho del ministro es tá vacio. T o d o s se han ido. A las seis de la tarde, en el m o m e n t o de la huida ge-neral de los e lementos oficia-les, el sust i tuto del ministro, general Asensio , l lamó a Mia-j a y le ent regó un sobre cerra-do y sellado en el que se leia: " N o abrir lo has ta las seis de la m a ñ a n a del dia 7 de no-viembre de 1936." A h o r a conf iaban en Mia j a para que defendiera Madr id todos los que se reian c u a n d o el 18 de julio había sido n o m b r a d o ministro de la G u e r r a . Nadie le hacía caso entonces , y aho-ra le e n c o m e n d a b a n la misión m á s dura de toda la contien-da .

El general vejado abrió el sobre sin esperar a la ho ra se-ña lada . Era una orden del mi-nistro de la Gue r r a , en la que se le decían cosas c o m o ésta: "Si , pese a t odos los esfuer-

zos, resulta necesar io entre-gar la capital , se enca rga a di-c h o ó r g a n o ( l ) de la salva-ción de todo el material de guerra , asi c o m o de t o d o c u a n t o pueda tener valor pa ra el enemigo. (...) El Esta-do M a y o r y la J u n t a se insta-la rán en el Ministerio de la G u e r r a . "

Pero al Ministerio seguía sin comparece r ni un a lma . Se repetían para el general las vejaciones y desconf i anza en su capac idad que habia sufri-do el 18 de julio.

A las tres de la m a d r u g a d a se le presentó el capi tán de una br igada de t anques , a pe-dir municiones. Llegó lleno de cansanc io , con la ropa he-cha girones, c o m o un espec-tro.

(!) Se refiere a la Junta de Defensa nom-brada al efecto bajo la presidencia de Miaja.

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Los comunistas

Los que m a y o r conciencia demues t ran de la s i tuación son los militantes del Par t ido . En unión de o t ras gentes de conf i anza se dedican a reco-rrer las casas de vecinos, piso por piso, para allegar volun-tarios. En c a d a edificio crean un comité de guerra entre sus habi tantes , con la misión de defenderse has ta el fin, rin-diéndose sólo cuando la casa esté en ruinas.

Dividen a los t r aba j ado re s reciutados en tres partes: una al frente, o t ra a hacer fortifi-caciones, la tercera al abaste-cimiento y producción de guerra: fabr icación y recolec-ción de a rmamen to , muni-ción, etc.

Las calles se llenan de au-

tomóviles, camiones , turis-mos. La ciudad es una botella a t a s c a d a . Es mejor caminar a pie hac iendo regates y aban-d o n a r el coche donde se ha a t a scado . Ya se le encon t r a r á o no c u a n d o se pueda.

Los periódicos de este día 6 publican el parte del Minis-terio de la Gue r r a , que sólo da detalles de breves t iroteos en los frentes de A r a g ó n y el Nor te . C o m i e n z a el inútil di-s imulo de la si tuación en Ma-drid.

Entre las noticias publica-das al margen del par te , un t e l e g r a m a d e B a r c e l o n a a n u n c i a n d o que el consejero de guerra , coronel Sandino, in fo rma que cerca de Bu ja ra -loz tres so ldados se han pasa-do a las fuerzas republ icanas . Not ic ias banales en c o m p a r a -ción con el caos madri leño.

Se tiene m u c h a conf ianza en la Brigada Internacional ,

c o m p u e s t a en su casi totali-dad de f ranceses y alemanes. Qu izá la conf ianza de la gen-te radica en que van bien ves-tidos, con guerreras nuevas, gorros oscuros , polainas o bandas . Se les ve m á s bien jó-venes. Se dice que tienen ex-periencia de la guerra del 14, pero no es posible.

L o s J u n k e r s a t a c a n de p ron to el Ministerio de la G u e r r a , que no tiene refugio ant iaéreo, pero las b o m b a s caen en el paseo de Recole-tos. P roducen una explosión en un gran gara je cercano al Ministerio con muchas victi-mas .

En el cine Monumenta l se celebra por la noche un mitin ded icado a la defensa de Ma-drid. El comunis t a Anton io Mije e n u m e r a brevemente, de una m a n e r a concisa , pero con toda precisión y de fo rma concre ta , las condiciones sin

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La J u n t a de D e f e n s a de Madr id , p res id ida por el g e n e r a l Mia ja , en el Min is te r io de la G u e r r a . Al f o n d o y en el c e n t r o s e ve a S a n t i a g o Carrillo.

las cuales la defensa de Ma-dr id , aunque sólo sea por unos dias, será imposible; hay que crear numerosos des-t a c a m e n t o s de comba te , ofre-cer una resistencia tenaz , lu-c h a r ca sa por casa , hacer for-t if icaciones, t r incheras , barri-c adas , obse rvar una rigurosi-s ima disciplina militar, esta-blecer el orden en la re taguar-dia, cast igo implacable con-t ra la " q u i n t a columna"", con-t ra todos los terroris tas , pro-vocadores , espias, recoger to-d a s las a rmas , producir per-t rechos de guerra , economi-zar r igurosamente los víve-res.

La segunda parte de su dis-cu r so la dedica Mije a la Unión Soviética, que este mi smo día está ce lebrando el aniversar io de su Revolución. Hab la de la de octubre , de la

guer ra en Rusia , la victoria del social ismo, la lucha con-t ra los t rotskis tas y derechis-tas , los planes quinquenales , la dirección del Par t ido , la política del Komin te rn .

Luego, Dolores se dirige a las mujeres presentes en el mitin con frases c o m o ésta:

—/ Veo que no han desapa-recido aún las heroínas de la Guerra de la Independencia, las intrépidas españolas de aquella progenie que luchó contra las tropas de Napo-león Bonaparte y las arrojó del país!

.Y el Gobierno en Valencia

H a n pasado tres dias. D e Valencia, del ministro de la

G u e r r a , del Es t ado M a y o r Cent ra l , no se sabe n a d a . C o m o si hubieran desapareci -do.

H a llegado un batal lón de guerril leros del G u a d a r r a m a , jóvenes valientes, d ispuestos a part irse el pecho. El G u a d a -r r a m a , que has ta a h o r a habia sido el f rente m á s ce rcano , a M a d r i d , es ya el m á s apa r t a -do de la capital , porque toda ella es frente de guerra . P o r eso estos m u c h a c h o s se han replegado a ella c o m o han podido para sumarse a la de-fensa popular .

Al fin se sabe del Gobie r -no. Al Es tado M a y o r llega un a y u d a n t e de La rgo Caba l l e ro provinente de Valencia y le en t rega al presidente de la J u n t a de Defensa un sobre, diciéndole:

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—De parte del jefe del Go-bierno, ministro de la Gue-rra.

Mia ja lee la car ta . En ella, el jefe del Gobie rno y minis-t ro de la Gue r r a , La rgo C a -ballero, se dirige al general, presidente de la J u n t a de De-fensa de Madr id , con un rue-go urgente: d a d o que el Mi-nisterio de la G u e r r a y el Es-t ado M a y o r Centra l , al par-tir, no tuvieron t iempo de lle-varse consigo la vajilla de mesa y la mantelería, cosa que da origen a ciertas difi-cul tades, se ent regarán al por tador de la presente los servicios de mesa y de té del Ministerio de la Gue r r a , con los correspondientes juegos de manteles y servilletas, y, as imismo, se le facilitará el a u t o t r a n s p o r t e n e c e s a r i o para t ras ladar inmedia tamen-te los obje tos ci tados a Valen-c i a -

Pero no hay discusiones ni protestas . Esta J u n t a de De-fensa es menos sonora , m á s práct ica que lo era el Ministe-rio de la G u e r r a cuando se aposen taba en este mi smo lu-gar.

Mient ras tanto , el frente, se sustenta . Parece que de mo-mento se podría resistir dos o t res días más, al c a b o de los cua l e s puede dec id i r se la suerte de Madr id y quizá de t oda la guerra.

El día 11 cont inúa la resis-tencia. Las desar t iculadas co-lumnas madri leñas, abando-n a d a s al azar por el ministe-rio, han podido contener el pr imer a taque frontal del fas-c ismo, han podido f renar el asal to a la c iudad, poner or-den en sus propias filas, de-fender Madr id , casi sin a rma-mento , duran te cinco días, gracias a la abnegación de al-gunos jefes, a la decisión y

valor de los t r aba jadores , a la dirección política de los comi-sar ios . Es un milagro que no se podrá prolongar m u c h o t iempo más sin a y u d a del ex-terior.

Heroísmos

El piloto de caza republica-no P a b l o Pa lanca r se ha lan-z a d o él solo con t ra un g rupo de Junke r s . T r a s él se ha lan-z a d o una escuadril la de Hein-kels y lo ha derr ibado. El pi-loto ha podido saltar en para -ca ídas y ca ído en la Castel la-na . La gente que desde toda

la c i u d a d h a p r e s e n c i a d o e m o c i o n a d a el c o m b a t e le ha r o d e a d o aplaudiendo, lo ha met ido en un coche y lo ha l levado en cuar to de hora an te la misma J u n t a de De-fensa. L o abrazan , lo felici-tan, lo condecoran , lo citan en la orden del día.

El 19 de noviembre por la noche los bombardeos sobre Madr id son pavorosos . To-das las fan tas ías sobre la gue-rra de exterminio se han he-c h o realidad en estos feroces a taques . Se calcula que en 15 dias, la capital de este pais neutral en la G r a n G u e r r a ha suf r ido m á s que todas las ca-pitales eu ropeas duran te toda ella. El héroe es la c iudad.

La m a d r i l e ñ a p laza d e Antón Mar t ín , t r a s un b o m b a r d e o de la av iac ión nac iona l i s t a .

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N o c h e a noche " U n i ó n R a d i o " t ransmite a las diez los par tes de guer ra y las no-ticias políticas. Después se oye la emisora de Burgos, que desde el día 4 comienza lo mismo: cuál será el orden en que se llevará a cabo la p a r a d a fascista por la calle de A l c a l á h a s t a C i b e l e s , los n o m b r e s de los directores de las b a n d a s militares que ar-mon iza rán el desfile partici-p a n d o en él, los distri tos que cor responden a c a d a desta-c a m e n t o de cast igo de " F a -

lange Españo la" , el plan pa ra el t r as lado de las insti tuciones de Burgos a los edificios ofi-ciales de Madr id .

Algunos par tes de guerra dan rabia por lo opt imis tas y t ranqui l izadores , c u a n d o se es tá viendo todo lo que ocu-rre a l rededor . Son antiperio-d i s t í cos , d e s i n f o r m a d o r e s . Pero la defensa de Madr id cont inúa e s fo rzada por el ins-t into del pueblo, sin a tender a razones . Esta defensa se ha conver t ido en un c o m b a t e ge-neral, y quizá decisivo de la

guer ra civil, que se in tuye ya en diciembre que será larga , p remiosa , dificilísima, p o r q u e F r a n c o posee m u c h o mate-rial, en proporc ión m a y o r que h o m b r e s pa ra usarlo.

De los pueblos a l edaños de Madr id , El Escorial se ha sal-vado de las bombas . Pa rece que F r a n c o lo quer ía coger in tac to y esperaba la ocas ión propicia . Se cree que aposen-ta rá en el monas ter io su cuar-tel general imi tando a Feli-pe II , quien has t a o r a n d o en aquella catedral dirigía entre rezo y rezo las guer ras del imperio y los negocios del Es-tado .

Rojo

El que los republ icanos tengan a su disposición uno de los jefes de m á s populari-dad y m á s inteligencia del ejérci to, Vicente Ro jo , es de-cisivo para la resistencia de Madr id . El gobierno ha teni-do en todo m o m e n t o t an ta conf i anza en él y en su presti-gio entre los militares que has ta lo habia m a n d a d o al A l c á z a r de Toledo c o m o par-lamentar io , aunque sin resul-tado . Es uno de los estudio-sos de la táct ica n a d a menos que del G r a n C a p i t á n G o n z a -lo de C ó r d o b a , pero yo creo y es de suponer que ha supe-rado en es t ra tegias de c o m b a -te a aquella f igura histórica d i fuminada , pues el G r a n C a -pitán necesi tó m u c h o s años y dos guerras para organizar por pr imera vez una con jun -ción en c o m b a t e de artillería, caballería e infantería, y Ro-jo , sin la experiencia de aque-llas guerras , ha intuido aque-lla táct ica desde el pr imer m o m e n t o . H a tenido que dar

El p u e b l o d e Madr id p r e s e n c i a d e s d e la a c e r a de G o b e r n a c i ó n , hoy D G S , un b o m -b a r d e o y los c a z a s r e p u b l i c a n o s . Es un e s p e c t á c u l o g r a tu i t o , a u n q u e p r e s e n c i a r l o

c u e s t e la v ida .

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cursos perogrullescos a los soldados. Por ejemplo, que no disparen sin discrimina-ción; que sólo disparen cuan-do crean que el d isparo ha de dar en un blanco elegido de an t emano .

Ya no hay guerrilleros fol-klóricos vestidos de cualquier m a n e r a y os ten tando has ta un sable en el cos tado . Ya hay disciplina porque la gue-rrilla se ha t o rnado en guerra general, y el invierno ha he-cho que las unidades se con-jun ten y los jefes las puedan m a n d a r con acierto. También se han disciplinado al m a n d o superior estos jefes anón imos salidos de la milicia.

H a y pocos comisar ios de guer ra que sepan su oficio, su misión. El que la sabe evita que el combat iente o la uni-dad se recargue de obje tos superf luos que impidan la li-ber tad de movimientos perso-nales para el a taque .

Nadie sabe lo que ha rá después de la guerra. Es una de las preocupaciones que asal tan al soldado-miliciano.

C a d á v e r e s d e n iños m u e r t o s en Madr id a c o n s e c u e n c i a d e los b o m b a r d e o s de la av iac ión d e F ranco .

Una m a d r e con su hijo e n t r e las r u ina s d e su c a s a , t r a s u n a incurs ión d e la av iac ión f a c c i o s a .

Cas i n inguno desea seguir s iendo militar cuando acabe. Pero todos creen que la vida va a cambia r to ta lmente o en gran parte.

H a l legado la Nochebuena . D e n t r o de Madr id , en sus ca-lles —en las que todavía si-guen intactas—, no parece que h a y a guerra .

En los frentes, se ha apro-vechado el " i m p a s s e " navide-ño pa ra reorganizar definiti-vamente las co lumnas en bri-gadas de iguales efectivos, a p r o x i m a d a m e n t e según la plantilla que fue adop tada a finales de oc tubre en base al p royec to del Qu in to Regi-miento.

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Largo Caba l le ro , d e n o m i n a d o e n t o n c e s el "Lenin e s p a ñ o l " , dirigía la gue r r a d e s d e Valencia .

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Aviones f r a n q u i s t a s b o m b a r d e a n una a l d e a d e G u a d a l a j a r a .

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L* P a s i o n a r i a a l e n t a n d o a la r e s i s t e n c i a : " M é s va l e mor i r d e pie q u e vivir d e rod i l l as . "

Verdades perdidas en la c iudad. Volarán sin ne-cesidad de aviones. Los re-cursos de la guer ra defensiva

El ejército a lemán ya se habia dist inguido por su avia-ción duran te la guerra del 14. En Madr id se está ensayando pa ra la guerra fu tura , m á s perfecc ionado, m á s efectivo. La escuadril la del f amoso Richtholen derribó 147 avio-nes duran te año y medio de aquella contienda. Esto se co-men ta entre los aviadores re-publicanos, y es pa radó j ico que todos quieran emular o superar las hazañas de la es-cuadri l la del legendario ale-mán .

H a n sido minadas las al-cantari l las cercanas al frente. C o n esto se emplea una tácti-ca de previsión por si, al fin, se decide la lucha por los fac-ciosos y comienzan a en t ra r

son incontables . Superan to-das las teorías guerreras , la tác t ica y estrategia que se lee en los libros militares, y casi s iempre es m á s útil y da me-jo res resul tados la improvisa-ción de los p rofanos , de los que no han es tudiado en las academias . La mayor ía de es-tas improvisaciones ha sido luego a d o p t a d a en guerras si-guientes c o m o instrucciones de técnica y táct ica militares.

En una guerra civil c o m o la de España , cualquier me-dio defensivo era pertinente, c o m o lo fueron las n a v a j a s en la Independencia , o las hoces en el C o r p u s de Sangre cata-lán.

P a r a advertir a los fascis-tas corre entre los árboles de la C a s a de C a m p o un camión

con al tavoz, servido por G a -briela A b a d , una muy joven p ropagand i s t a del Comisar ia -do.

Los prisioneros dan datos sobre la si tuación en el lado fascista , donde el abasteci-miento de per t rechos por par-te de los ejércitos italiano y a lemán es normal . Obuses , c a r t uchos se reciben diaria-mente. El cansanc io , el ham-bre, el frío, la mala alimenta-ción, los f racasos ante Ma-drid y la prolongación gene-ral de la guerra han provoca-do un es tado de án imo bas-tan te depresivo entre las uni-dades de los fn'-Hosos.

Retaguardias

En los pueblos de la Man-cha , donde la guerra no ha l legado aún , se procede a la detención de los desafectos a la Repúbl ica . Puede calcular-se un p romedio —un pueblo con otro— de quince deteni-dos , y o t ros tantos escondi-dos. L a s hac iendas han sido conf i scadas , pero no reparti-da s todav ía a los t r aba jado-res. L a s autor idades de los pueblos esperan a que acabe la guer ra pa ra ver después qué se hace. T o d o s los habi-tantes de estos pueblos pre-gun tan a los periodistas, que pasan por allí camino del f ren te andaluz , c ó m o va la guerra , c u á n d o se va a aca-bar , si de verdad nos ayudan del ex t ran je ro . H a y pueblos de dist into compor tamien to : en a lgunos apenas se disimu-la su hostil idad y sabo ta je a la Repúbl ica y a su guer ra de-fensiva; miseria demostrat i -va , os ten tosa , en poblaciones que siempre han sido ricas, a capa rac ión y ocul tación de

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T o m a r M a d p i p v

La política en Valencia

En Valencia todo el m u n d o está en cont ra de L a r g o C a -

J u l i á n B e n d a . e n el C o n g r e s o d e Escr i to res , r e u n i d o e n el Madr id c a ñ o n e a d o .

•iloño s i t i a d o por las t r o p a s r e b e l d e s , s i m b o l i z a d o por e s t e car te l a n ó n i m o : " ¿ " T ° m a r M a d f ' d ^ — 11 M i a ú ! ! . . . " \

produc tos y especulación con ellos, explotación de c a m p e s i -nos y jo rna le ros pobres al so -caire de una engañosa p o s t a -ra izquierdis ta de colectivis'-mo, lo que puede resultar sen-cil lamente una protección de la t ierra de sus propietar ios en espera de que estos vuel-van. Por ahora , en plena gue-rra , es muy difícil desc i f rar las pos turas y or ientarse en los objet ivos.

Sin e m b a r g o , la reserva de p r o d u c t o s al imenticios en es-tos pueblos puede decidir la suer te de la cont ienda y de la democrac i a .

El h u m o r i n q u e b r a n t a b l e del m a d i

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C o n m o v e d o r cfesfile d e n iños , s í m b o l o d e un Medr id c o m b a t i v o e n t o d a s las e d a d e s .

ballero. Se le reprocha haber-se ido de Madr id . H a s t a los propios caballeristas le criti-can "so t to-voce" . Pe ro el lla-m a d o "Lenin españo l" ejerce aún una autor idad sobre los suyos a veces temible. Es vio-lento y gritón. N o quiere que le lleven la contrar ia . C o m o ministro de la G u e r r a parece que resolverá todos los pro-blemas de ella sin dar cuenta a nadie, en la ant inomia de las ideologías, c o m o har ía después el " f ü h r e r " en la Ale-man ia de la conf lagración. T a m p o c o en los otros proble-m a s de la adminis t ración pú-blica pretende que nadie le haga objeciones. Por lo visto, el ant iguo solador de oficio cree, c o m o el pintor de bro-cha gorda , que los jefes de G o b i e r n o deben ser dictado-res. Asi, no da cuenta a nadie de sus actos .

H a c i a el 17 de febrero, la guer ra ha t o m a d o ya las pro-porciones de una gran guerra. P e p e Díaz, s e c r e t a r i o g e n e r a l del Pa r t ido C o m u n i s t a .

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Ya no es guerra de guerrillas. Los c o m b a t e s de esta prime-ra qu incena del mes es tán lle-nos de episodios heroicos que demues t r an lo du ra y encar-n izada que es ya la cont ienda general . Lo que el director de mi periódico creia al principio que iban a ser e s c a r a m u z a s sin gran t rascendencia , son y a batallas en t oda la exten-sión de la pa labra —que es cor ta , pero rotunda— sin con-d e s c e n d e n c i a s de n i n g u n a clase. Desde hace t iempo, en Madr id , no d igamos en Ali-cante , en Valencia, en Barce-lona, compar t en con los sol-d a d o s las vida de guerra vie-jos , mujeres y niños.

Pe ro la batalla más g rande d u r a n t e el primer año de ase-dio se ha d a d o al sudoeste de Madr id , batalla que ha dura-do las úl t imas tres s emanas de lebrero, en que no se ha in-t e r rumpido ni un solo mo-

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mentó la lucha, en c o m b a t e s sucesivos.

Era poco probable que la batalla del J a r a m a decidiera la suerte del f rente de Madr id , y m u c h o menos la de toda la cont ienda , aunque así lo cre-yeran a lgunos jefes y elemen-tos del Gobie rno . Pe ro esa batalla ha en t rado en la histo-ria c o m o una gran batal la , compl i cada , ut i l izándose to-dos los tipos de t ropas y ar-m a m e n t o . Sin embargo , hay que salir al paso de los histo-r iadores que exageran elogios a los e squemas sobre la dis-posición de las unidades. Lo m á s impor tan te de ella es que se con tuvo el avance, tenien-do en cuenta que por par te facc iosa comba t í an verdade-ros guerreros a lemanes , per-fecc ionados , al m a n d o de ge-nerales e ins t ructores ; y por el o t ro , el pueblo a r m a d o , ju-ventudes dirigidas por man-

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dos d: milicias y jefes de divi-sión iue l levaban apenas me-dio cño e m p u ñ a n d o las ar-m a s :omo sencillos volunta-ríos.

Guadañara

Se ha in te r rogado a t res soldados italianos c a p t u r a d o s en e frente de G u a d a l a j a r a . D e :us declaraciones se des-prende que han venido a Es-p a ñ i después de sacar los de la guerra colonial de Abisi-nia, adonde Mussolini envia-ba i todos los que no podían pagar una cuo ta pa ra no ir. O sea que es tamos luchando c o r t r a los i tal ianos m á s po-bres. S iempre pasa lo mismo. A as guerras coloniales son enviados los pobres ; los r icos se quedan en las metrópol is .

Los tres so ldados es tán pe-

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El " m e t r o " e s un g r a n r e f u g i o pa ra b o m b a r d e o s , s o b r e t o d o e n la red d e S a n Luis.

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H a n s Beimler y Ludwig Renn , eos e s c r i t o r e s i n c o r p o r a d o s a las Br igadas In t e rna -c iona les , d o s a n t i f a s c i s t a s u n i v i r s a l m e n t e r e c o n o c i d o s c o m o p a c i f i s t a s h a s t a el p u n t o d e no vacilar en c o g e r el Fusil allí d o n d e haya q u e d e f e n d e r la d e m o c r a c i a .

a c t u a r o i en el f r e n t e m a d r i l e ñ o .

sarosos de que los hayar en-viado a otra guerra . Dicen que, sin embargo , el climi de España es muchís imo m y o r que el de Afr ica . Hablan c o m o los turistas. Lo que .ne-nos piensan es en pelear.

Nuest ra reflexión es pesi-mista. Si ninguna potencia democrá t ica se opuso a la in-vasión de Abisinia, ¿por qué

se van a oponer a es ta inva-sión de Italia y Alemania en E s p a ñ a ?

El cue rpo de ejército derro-t a d o en G u a d a l a j a r a el 12 de m a r z o está do tado de todo cuan to hace falta en una ba-talla de ese t iempo pa ra un a t a q u e a un frente l imitado: un regimiento de artillería, m á s de 100 tanques , divisio-

nes especiales ant i tanques y ant iaéreas , unidades de enla-ce, unidades de zapadores , y c o m o complemento , unidades pa ra la guer ra química. ¡Se p r e p a r a b a s o b r e M a d r i d n a d a menos que un ensayo de guerra química! H a c e ya m á s de medio a ñ o que el pue-blo español lucha lleno de inocencia, c o m o c o b a y a de los ' c r imina les que t ra tan de exper imentar sus diabólicos ins t rumentos de ma tanzas en masa .

Pe ro la paliza ha sido enor-me. Apar t e los numerosos pris ioneros, se han cap tu rado camiones i talianos llenos de víveres y utensilios intactos. Es admirable ver lo bien que se habían per t rechado los desmora l i zados expediciona-rios en su excursión hacia Madr id .

Se t eme de todas maneras la represal ia que va a t omar Mussolini ante este f racaso , d a d o el m u c h o a r m a m e n t o que aún poseen, t an to italia-nos c o m o alemanes, y sobre t o d o esa guerra química, que ya comienza a ser un fantas-

Una b a r r i c a d a e n u n a e s q u i n a d e C h a m b e r í , el 6 de n o v i e m b r e d e 1 9 3 6 .

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El c o m a n d a n t e Car ies (Vit torio Vidali). de las B r i g a d a s I n t e r n a c i o n a l e s , h a b l a n d o por rad io .

Alvarez del Vayo. © m i s a r i o g e n e r a l del Ejérc i to .

C ó m o s e e n c o n t r a b a la C iudad Univers i ta r ia e n los d í a s t r á g i c o s .

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Una mil ic iana madr i l eña d i s p u e s t a a c o m b a t i r c o m o " l o s Tr is tán Tzara . e n el C o n g r e s o d e Esc r i to res . h o m b r e s " el 6 d e n o v i e m b r e .

m a entre los republ icanos es-pañoles.

Con sus propias armas

El botín ha sido enorme. Los es tados mayores llevan cinco dias repar t iendo el ma-terial cap turado , distr ibuyen-do por las br igadas cañones y ametra l ladoras , es tud iando documentos , listas de perso-nal y órdenes de los generales italianos. Las carre teras están obs t ru idas con morteros , ca-ñones, setenta camiones ita-lianos sólo en la Brihuegas, con a lambre espinoso, ca j a s de obuses , ca r tuchos , bom-bas de m a n o y o t ros pertre-chos.

Al mayor i taliano Luc iano

Silvin, hecho prisionero, se le ha preguntado:

—¿ Cómo ve usted la gue-rra de España?

—Es una guerra de espa-ñoles contra españoles —ha respondido el muy cínico.

—¿Y por qué se mezclan ustedes en ella?

—En interés de Italia,

N o se le puede sacar más . Es inverosímil es ta victoria

si se considera que la expedi-ción i tal iana se compon ía de var ios miles de camiones a d a p t a d o s pa ra el fuego de amet ra l ladora y de fusil, un eno rme pa rque de artillería compues to de varios centena-res de cañones de diferentes calibres, un gran parque de t anques , nutr idis imas reser-vas de obuses y municiones ,

y las a r m a s químicas. N o se puede imaginar un ejército eu ropeo mejor do tado en aquel t iempo.

Mien t ras t an to , los partes de guer ra fascis tas daban la noticia de que habían con-quis tado T a r a c e n a y los ar ra-bales de G u a d a l a j a r a . Ade-l a n t a b a n a c o n t e c i m i e n t o s , po rque entonces la gran de-r ro t a había sido treinta kiló-met ros antes de aquellos ob-jet ivos.

En todas las batallas del m u n d o se habían cogido pri-s ioneros. Pero aquella vez se superó la m a r c a de todas las anter iores . N inguno sabía por qué combat ía , y el que lo sa-bia se sentía ya hostil a la c ausa que les habia llevado has ta aquella t r ampa . Los m a n d o s abominan también

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Primavera en las retaguardias

ocurre . La Valencia republi-c a n a de las violencias verba-les de Blasco Ibáñez y Rodr i -go Sor iano sigue a tenta a h o r a las cont ingencias de la guer ra c o m o si no fuera con ella, c o m o si co te ja ra los resulta-dos de la liga de fútbol . Posi-blemente es la c iudad que me-nos voluntarios ha a p o r t a d o a la lucha. Y no es porque . h a y a demas iados valencianos fascis tas , pero tienen prisa de que la guerra se termine antes de que llegue al G r a o y an tes de que se queden sin poder pescar . En el puer to se balan-cean los barcos de guerra , dos bri tánicos y un f rancés . El control de la no interven-ción.

La " n o in tervención" , sin embargo , donde m á s se de ja sentir es en la f ron te ra f rance-sa. Allí t odas las faci l idades son para los fascis tas y nin-guna para los republ icanos , a u n q u e de c u a n d o en c u a n d o un. avión f ranquis ta —"desco-noc ido" , según el c o m i t é -a r ro ja b o m b a s sobre ciuda-des f ronter izas f r ancesas sin que el gobierno de Blum se c o n m u e v a . H a s t a H e n d a y a

A últ imos de m a r z o ya hace calor en Valencia. Los func ionar ios del Ministerio de la G u e r r a se bañan en la pla-ya , pero los milicianos orga-nizan redadas de bañis tas y los devuelven a sus pues tos de comba te : las oficinas. ¿Se-rá verdad que a t rescientos y pico de ki lómetros haya gue-rra , h a m b r e y muer te? Aun-

Los t e n i e n t e s c o r o n e l e s de mil ic ias J u a n M o d e s t o y Enr ique Líster . f o r j a d o r e s del Q u i n t o R e g i m i e n t o .

R u i n a s del pa l ac io del d u q u e d e Alba . El f r a n q u i s m o n o r epa ra e n ob j e t i vos .

a h o r a el ensayo de guerra . En el d iar io encon t r ado a un ca-pi tán prisionero se lee: " D e haber sab ido que todo es to iba a ser tan repugnante , ha-bría esquivado esta guerra que parece tan seduc to ra vis-ta desde le jos ."

N i n g u n o de los ex t ran jeros que luchan con el ejérci to re-publ icano popular , y que han t o m a d o par te en guerras civi-les en sus t ierras, ha visto cosa igual.

que Valencia comienza a de-j a r de ser la apacible reta-g u a r d i a . D e c u a n d o en c u a n d o la visitan los avio-nes. Pero todavía parece una f ron te ra de la paz , de la vida muelle que no oye el estruen-do de los cañones . Desde el principio de la guer ra la c iu-dad ha es tado t ranqui la , con las te r razas de los cafés reple-tas , c o m o olvidada de lo que

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llegan balas de la guerra . Ins-t ruc tores a lemanes pasan la f ron te ra " c o m o Pedro por su c a s a " e instruyen a los quin-tos jóvenes de los f achas que a tacan Bilbao, a c o s a d o por todo tipo de aviones enemi-gos, y no defendido por nin-gún amigo. Es, pues, u n a fa-lacia que los par tes de guer ra fascis tas pregonen que en el Norte baten a los "rojos" en el aire. Lo que hacen es quemar con b o m b a s incendiarias de termita matorra les y bosques , asfixian con humos pestilen-tes al g a n a d o y a las perso-nas, pasando poco a poco a la guer ra química. Y los bar-cos de guerra de la " n o inter-vención" esperan en el mar la caida de la gran c iudad.

El Congreso de Escritores

El 19 de junio , en Valencia se celebra el pleno del C o m i t é Cent ra l del Par t ido C o m u n i s -

ta. Se levanta a hablar Dolo-res, y dice:

—¿Quién iba a pensar al principio de la guerra que íbamos a tener bajo las ar-mas a medio millón de hom-bres ?

Y es verdad. A s o m b r o s o que un pais que llevaba m á s de setenta años sin guerras interiores pudiera llegar a aquella celeridad en organi-zarse para el comba te con en-tus iasmo y tesón.

AI C o n g r e s o de Escri tores han fa l tado muchos significa-dos c o m o hombres de iz-quierda en el ex t ran je ro . H a hab ido subter fugios , c o m o lo difícil que era conseguir los pasapor t e s y o t ras za randa-j a s , para no compromete r se .

P a r a p repara r el C o n g r e s o se ocupan de ello t an to el go-bierno central c o m o el cata-lán, y de c a d a uno tres minis-terios: Relaciones Exteriores, G o b e r n a c i ó n e Ins t rucción Públ ica , apar te el de G u e r r a , el C o m i s a r i a d o general , la

Al ianza de Escri tores Anti-fascistas, y varios e lementos m á s que personalmente tra-ba j an es fo rzadamente . Los bu róc ra t a s ministeriales se es fuerzan as imismo por ha-cerles olvidar a los congresis-tas que España está en gue-rra , a lo jándolos en los sitios m á s apa r t ados y seguros. " ¿ P e r o dónde está la gue-r r a ? " , se preguntan asombra -dos los huéspedes.

Alvarez del Vayo saluda a los par t ic ipantes en la sesión de aper tura , c o m o comisar io general de G u e r r a .

En la reunión de Madr id , y t ras ver el e s fuerzo del pueblo español por sobrevivir en li-b e r t a d , a l g u n o s e sc r i t o r e s han de jado sus t r aba jo s lite-rar ios y han e m p u ñ a d o el fu-sil pa ra d isparar tiros en la C i u d a d Universi tar ia . En el audi tor io se discute la si-guiente ponencia : ¿ C ó m o ha de conduci rse el escritor, en con tac to con la guerra civil de E s p a ñ a ?

La de Rus ia y la victoria de los pueblos de ese gran

C o n s t r u y e n d o t r i n c h e r o s e n la plaza de la M o n c l o a . pa ra d e t e n e r a las f u e r z a s f a c c i o s a s .

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D e l a p r é e , pe r iod i s t a f r a n c é s m u e r t o en c u m p l i m i e n t o de su mis ión i n f o r m a t i v a d u r a n t e un a t a q u e f a c c i o s o , en la Ciudad

Univers i ta r ia .

pais, las d ic taduras del fascis-m o en Italia y Alemania , la guer ra civil en España había

conver t ido a los escri tores en luchadores y c o m p a ñ e r o s de sus pueblos en la cont ienda por sus l ibertades y su cultu-ra .

C u a n d o el Congre so termi-na ha p a s a d o más de un a ñ o desde que empezó la guerra .

La unidad social-comunista

Se ha llegado a la lucha de t anques c o m o la m á s eficaz. Je fes y so ldados de este a r m a valoran y tienen en m u c h a es-t ima las preciosas máqu inas , c r eadas con t an to t r a b a j o en las condiciones de los comba-tes y del bloqueo fascis ta . La p r o p a g a n d a car telera ha in-ven tado un " s l o g a n " que, sin e m b a r g o , ha sugerido ironías,

pe ro que encierra una gran verdad:

"¡Haced tanques, tanques! Son la llave de la victoria!"

El Comi té nacional de en-lace de acción c o n j u n t a ent re los par t idos socialista y co-munis ta ha e l abo rado un pro-g r a m a cuyo primer pun to co-m ú n rec lama que se intensifi-que la capac idad c o m b a t i v a del ejército popular republi-cano , que se es tablezca una disciplina de hierro, que se efectúe una enérgica l impieza en el ejérci to y se expulse a los e lementos hostiles, que se ayude práct ica y m o r a l m e n t e a los comisar ios , que se orga-nice la instrucción militar de los jóvenes antes de que en-tren en quin tas y que se creen potentes reservas de t ropas .

En o t ros puntos , el p rogra-m a exige la nacional izac ión

U N I Ó N ( p i e

k Peluqueo m 1 ÜMATO

La c i u d a d no s e a r r ed ra . La vida p r o b l e m á t i c a s i g u e . Los c o m e r c i o s c o n t i n ú a n a b i e r t o s en e s t a f o r m a . S e v e n d e n h a s t a p e r f u m e s

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de la industria guerrera , que se ponga orden en el t rans-por te automóvil y ferrocarr i -lero, que se creen unidades de zapadores y ant iaéreas mode-lo en el f rente y en la reta-guardia .

El sexto punto señala la necesidad de luchar mientras se comba te por el mejora-miento de las condiciones del t r aba jo y de la existencia del prole tar iado en las c iudades y el c ampo .

en F r a n c i a al comenza r la guerra .

Frente de Aragón

Sin dominar Q u i n t o no es posible acercarse a las proxi-midades de Z a r a g o z a y ata-car esta c iudad, que se consi-dera fuera de todo peligro hace ya diez meses de los tre-ce que l levamos de guerra .

Antes de ella viví var ios días en Quinto , porque era el pueblo del padre de Jardiel Poncela , y vacac ionamos allí los dos una semana . A h o r a me da m u c h a pena saber que a lgunos parientes republica-nos de mi amigo el humor i s t a han sido fusi lados por los fac-ciosos.

Se ha tendido un puente en el Ebro por el que han p a s a d o los cañones y demás impedi-mentos guerreros. L a bater ía T h á l m a n n ha t ra ído a este frente un viejo cañón del 75 del siglo X I X t o m a d o del Museo Histór ico Militar de Madr id al principio de la con-t ienda. Es to mueve a risa conmovedora .

Al t omar Qu in to se ha re-cogido documentac ión de ofi-ciales rusos zar is tas que t am-bién ayudan a F r a n c o . Perte-necen a una organización ti-tu lada " U n i ó n Nacional Ru-

Cataluña

sa" , con carnets extendidos

El 11 de sept iembre, en Barce lona , habla C o m p a n y s descle una t r ibuna j u n t o a la e s ta tua de Rafael de C a s a n o -va. Las ovaciones le inte-r rumpen . Se refiere, entre o t r a s cosas , a los g randes es-fuerzos que ha de realizar el pueblo ca ta lán en la presente guerra , es fuerzos decisivos, de los que depende la victo-ria.

C a t a l u ñ a puede sostener la guerra con sus técnicos, sus f inanzas y su si tuación geo-gráf ica. La juven tud ca ta lana es tá dispuesta a dar t o d o por la victoria, aunque h a y a de-fecciones c o m o ésta que se lee en el n ú m e r o 319 del " D i a r i o Oficial de la Genera -li tat": "Requis i tor ias . J u a n A n t o n i o S a m a r a n c h , hijo de F ranc i sco y de J u a n a , na tura l de Barce lona , soltero, estu-diante , de dieciocho años , que desaparec ió el 10 de julio de este año de la 84 Brigada Mixta , 336 Batallón, domici-liado úl t imamente en Barce-lona (...), p rocesado del su-pues to delito de deserción en c a u s a n ú m e r o 600 (...), ro-gándose a todas las au tor ida-des civiles y militares la bus-ca y c a p t u r a de dicho indivi-d u o (...)" Etc .

H a y una cosa simple: du-ran te la guer ra mundial del 14 con t ra las potencias impe-rialistas, C a t a l u ñ a p roduc ía pa ra F r a n c i a var ias veces m á s de lo que produce aho ra pa ra la E s p a ñ a republ icana de la que fo rma parte , aunque las dif icultades de la confla-gración europea también las sufr ía ella. Parece inverosí-

El d e s t a c a d o m i e m b r o de las Br igadas I n t e r n a c i o n a l e s Emil Kleber.

mil, pero es verdad: en el ve-r a n o del 37, el Ministerio de la G u e r r a del gobierno cen-tral tuvo que compra r en el ex t ran je ro tela caqui y zapa-tos pa ra el ejército republica-no. Pero no era culpa de la clase obrera ca ta lana , que ponía a contr ibución, y esta-ba dispuesta a seguir ponien-do, todo su esfuerzo, todo su sacrificio por la victoria final con t ra el fascismo. Las discu-siones entre las comisiones gubernamenta les de Valencia y Barcelona —y la corrup-ción, t o d o hay que decirlo—, c readas pa ra regular la pro-ducción de guerra , eran una de las causas por las que pa-radó j icamente se producía menos .

Las fábr icas obse rvaban con largueza todas las fiestas o manifes tac iones sindicales pa ra no t r aba ja r . Esto, en el m o m e n t o en que media Espa-ña es taba en poder del enemi-go, era nefasto.

En los barr ios burgueses de Barcelona, por ejemplo, en la l lamada derecha del ensan-

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Un g r u p o de m o r o s a t a c a n t e s de Madrid d e s c a n s a n d o en la Casa de C a m p o , m a n d a d o s por un c o m a n d a n t e o r o n d o y j a q u e t ó n .

che, a pesar de ser la ciudad m á s a re taguard ia de los fren-tes, se veían cons tan temente c a r a s largas y se oían pretex-tos c o n t r a la guerra , y pala-bras hostiles a la misma. El " s l o g a n " dañ ino entonces pu-diera haberse t r a n s f o r m a d o en: " C o n F r a n c o viviremos m e j o r . " Sin embargo , el go-bierno ca ta lán , en septiembre, ha conseguido que en cinco meses se h a y a produc ido más mater ial de guer ra que antes.

Una ley de divorcio ejemplar

Y legisla. Veamos , si no, la ley de divorcio, ob ra del pre-sidente C o m p a n y s y el con-sejero de Just ic ia Bosch Gim-pera:

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"Artículo 1° Además de mutuo disenso, son causas de divorcio, para los que tienen la condición jurídica de cata-lanes:

1.a El adulterio no consen-tido ni facilitado por el cón-yuge que lo alegue.

2.a La bigamia, sin perjui-cio de la acción de nulidad que pueda ejercitar cualquie-ra de los cónyuges.

3.a La tentativa del mari-do para prostituir a su mujer y el conato del marido o la

• mujer para corromper a sus hijos, o prostituir a sus hijas, y la connivencia en su corrup-ción o prostitución.

4.a El desamparo de la fa-milia sin justificación.

5.a El abandono culpable por espacio de un año.

6.a La ausencia del cónyu-ge cuando haya transcurrido

un año de la fecha de su de-claración judicial.

7.a El atentado de un cón-yuge contra la vida del otro, contra la de los hijos comu-nes o de los de uno de ellos, los malos tratos de obra y, además, las injurias graves.

8.a La violación de alguno de los deberes que impone el matrimonio, o la conducta in-moral o deshonrosa de uno de los cónyuges, que produz-ca una perturbación de tal naturaleza en las relaciones matrimoniales, que haga in-soportable para el otro cón-yuge la continuación de la vida en común.

9.a La enfermedad conta-giosa y grate de carácter ve-néreo, contraída en relacio-nes sexuales fuera del matri-monio y después de su cele-bración, y la contraída antes

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que haya estado ocultada de una manera culpable al otro cónyuge al tiempo de cele-brarlo.

10. La enfermedad grave, de la cual, por presunción ra-zonable, pueda esperarse que en su desarrollo produzca in-capacidad definitiva para el cumplimiento de alguno de los deberes matrimoniales, y la contagiosa, contraídas las dos antes del matrimonio y ocultadas culpablemente al tiempo de celebrarlo.

11. La condena del cónyu-ge a pena de privación de li-bertad y por tiempo superior a diez años.

12. La separación de he-cho, en distinto domicilio, li-bremente consentida durante un año.

13. La enajenación men-tal de uno de los cónyuges cuando imposibilite su convi-vencia espiritual en términos gravemente perjudiciales para la familia, y que excluya toda presunción racional de que aquélla pueda restable-cerse definitivamente. No po-drá decretarse el divorcio en virtud de esta causa si no queda asegurada la asisten-cia del enfermo.

14. El que hayan sufrido las relaciones matrimoniales una perturbación profunda como consecuencia de la dife-rencia de costumbres o de mentalidad entre los cónyu-ges o una otra causa de natu-raleza parecida que no signi-fique culpabilidad para nin-guno de ellos.

Artículo 2.° El divorcio por mutuo disenso podrá de-cretarse siempre que hayan transcurrido seis meses desde la fecha de celebración del matrimonio.

Artículo 3.° Por mutuo di-senso y por las mismas cau-

M i e n t r a s , la vida cul tura l no s e i n t e r r u m p e . María T e r e s a León y S a n t i a g o O n t a ñ ó n r e p r e s e n t a n d o " A m o r d e d o n Per l impl ín c o n Bel isa en su j a r d í n " , d e Garc ía Lorca en el t e a t r o Españo l . Fuera t a m p o c o s e i n t e r r u m p e el c a ñ o n e o de la c iudad már t i r . .

sas que el divorcio, podrán los cónyuges pedir la separa-ción de personas y bienes sin disolución del vínculo. Pero en el caso de que por una misma causa, que no repre-sente culpabilidad para nin-guno de los cónyuges, uno pida el divorcio y el otro la separación, el Tribunal, si es-tima justificada la causa ale-gada, forzosamente habrá de conceder preferencia a la pe-tición de divorcio.

Las separac iones podrán elevarse a divorcio, d ic tándo-se la opo r tuna sentencia, a petición de los dos cónyuges o de uno solo si en la senten-cia no se ha hecho declara-

ción de culpabil idad. El cón-yuge dec la rado culpable no podrá hacer dicha petición has ta p a s a d o un año de la fe-cha de la sentencia de separa-ción.

Artículo 4.° La tramita-ción de los juicios de divorcio y la separación se ajustará al procedimiento establecido por la legislación general de la República.

Artículo 5.° La Generali-dad de Cataluña será parte en los juicios de divorcio y se-paración, y de todas sus inci-dencias, cuando existan me-nores, ausentes, incapacita-dos o litigantes declarados en rebeldía, en el caso, respecto

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Si q u e r é i s h a c e r m e un h o m e n a j e , m e j o r le p o n é i s mi n o m b r e a una d e v u e s t r a s c o m p a ñ í a s " , hab í a d i cho Do lo re s Ibarruri , e n el f r e n t e d e Madr id .

a estos últimos, que no hayan sido citados personalmente o por cédula. En representa-ción de la Generalidad actua-rá el procurador de Cataluña con las mismas facultades y obligaciones en las leyes se-ñaladas por el Ministerio Fiscal.

La intervención de la G e -neral idad no será obs tácu lo pa ra el ejercicio de acciones o recursos que den t ro del me-c a n i s m o de las leyes procesa-les en vigor puedan corres-ponder a cualquiera de las partes .

Artículo 6.° Se crea en Barcelona un Juzgado Espe-cial para la tramitación de todas las demandas de divor-cio y separación que se for-mulen en dicha ciudad. Este Juzgado tendrá la misma ca-tegoría que los de Primera Instancia de la propia ciu-dad. Si el número de asuntos lo requiere, se podrán crear nuevos Juzgados Especiales.

Se mant iene en la Audien-cia Terri torial de Barcelona la Sala Especial de Divorcios con la misma const i tución ac-

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tual, pero l imitándose su in-tervención a los juic ios que le co r r e spondan de acue rdo con la legislación de la Repúbl ica .

Artículo 7.° Al interponer-se recursos de revisión contra las sentencias de divorcio o separación, la Sala que los haya dictado emplazará, en todo caso, a las partes ante el Tribunal de Casación de Ca-taluña, el cual tramitará el recurso si se considera com-petente, o emplazará a ¡as partes ante el Tribunal Su-premo en caso contrario.

Artículo 8.° En todo lo que no se oponga a la disposi-ción de este Decreto, subsisti-rán los preceptos de carácter sustantivo de la Ley de Di-vorcio de la República, los cuales se consideran incorpo-rados al Derecho Civil Cata-lán vigente.

Artículo 9.° Quedan dero-gadas las disposiciones ante-riormente dictadas en mate-ria de divorcios o separacio-nes de personas -)' de bienes. Se faculta al Consejero de Justicia para dictar las nor-mas necesarias para la apli-cación de este Decreto."

Quinta columna, y sexta columna

industrial

En Madr id a c t u a b a n c o m o quinta columna var ias " b a n -d a s " compues t a s por anti-guos so ldados de la guard ia republ icana, de la guard ia de t ranspor tes , de la guardia de los edificios de G o b e r n a c i ó n y de G u e r r a , e individuos de las fuerzas au tob l indadas de la policia.

Los jóvenes republ icanos es tudiaban c o n s t a n t e m e n t e los libros sobre la guer ra civil en Rusia . Madr id es m á s consciente en todo lo que se refiere a industr ia guer rera que se ha consol idado, o rga-n izándose l i teralmente b a j o el fuego enemigo. H a n aprendi-do, sin cansarse nunca de aprender , la fabr icación de per t rechos para el comba te , de m u c h o s tipos, munic iones var ias de imperiosa necesi-dad . En las cua t ro paredes de un pa rque de automóvi les , sin una máqu ina , el ob re ro con insignias de capi tán Jesús Ba-

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rreira Sánchez ha c reado una fábr ica de material guerrero. H a construido, además , un edificio pa ra que habi ten los t r aba jadores . Esa casa pasa-rá t ras la victoria a poder de los mismos, c o m o premio a su esfuerzo. M á s de un a ñ o de guerra ha d a d o lugar a nu-merosos detalles difíciles de recordar . Después de todo la lucha apo r t a r á cosas nuevas. N o se va a te rminar en dos dias, es la impresión.

Los t r aba jadores de F ran -cia, la prensa ant ifascista del pais, vienen exigiendo de su gobierno desde hace t iempo el envío a Gi jón de una cara-vana de barcos cus tod iados por la a r m a d a para la eva-cuación de los as tur ianos , en primer lugar, mujeres y ni-ños. Todos estos l lamamien-tos han caído en el vacío.

Segundo 6 de noviembre

Madrid es muy distinto de hace un año, c u a n d o el Mi-nisterio de la G u e r r a quedó a b a n d o n a d o , pero los locales de las organizaciones obre-ras, los comités de los parti-dos, en aquella noche de no-viembre es taban llenos de madri leños.

Los fascistas han pasado aho ra a la guerra de posicio-nes y de minas subter ráneas , disponen sobre la ciudad de artillería a lemana de largo al-cance.

Hoy , ante la gloriosa tozu-dez del pueblo de Madr id en no rendirse, las fuerzas^ del nazi-fascismo en Europa han desplegado toda su p ropa-ganda rec lu tando a jóvenes indec i sos con i n s i n u a n t e s consejos. Los jóvenes tienen

miedo a una posible confla-gración cont ra Hitler, y los viejos t ra tan de demos t r a r que se puede evitar esa gue-r ra con cabildeos diplomáti-cos, acuerdos , concesiones, compromisos , uno de los cua-les es sacrif icar a España . H a s t a Suiza, un pais neutral en todas las épocas , fabr ica aho ra por decisión de su pre-sidente Mot t a , p iadoso anfi-trión de la Sociedad de Na-ciones, a r m a m e n t o guerrero en L o c a r n o , L a u s a n a y Gine-bra pa ra abas tecer a F r a n c o , a los Balcanes y al J a p ó n . El p iadoso señor M o t t a se hace el t on to ignorando esas fábri-cas en los a lrededores de di-c h a s c iudades. Y claro, no di-g a m o s Alemania , aún conva-

leciente de la pasada der ro ta , conver t ida ahora en una in-mensa fac tor ía del mismo material exportable a sus amigos . Es la política dictato-rial de Hitler.

Pero el pueblo madri leño ya se ha a c o s t u m b r a d o a los bombardeos . U n a portera ba-rre en el portal y la acera de su casa los e scombros y tro-zos de metral la del último ca-ñonazo , y comen ta :

—Lo peor es que lo ponen todo perdido...

En este segundo 6 de no-viembre de martir io madrile-ño no de ja de recordarse a la Rus ia en fiestas conmemo-r a n d o o t ro victorioso 6 de noviembre. • C . S.

Una po r t e r a b a r r e en el portal y la a c e r a d e su c a s a los e s c o m b r o s y t r ozos de me-tralla del ú l t i m o c a ñ o n a z o , y c o m e n t a : "Lo p e o r e s q u e lo p o n e n t o d o pe rd ido . . . "

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El proceso de Francisco Ferrer Guardia • Repercusiones

nacionales e internacionales

Luis Miguel Lázaro Lo rente

1. Una actitud cambiante: del ataque o silencio al debate abierto

L a f igura y la o b r a polít ico-p e d a g ó g i c a de F r a n c i s c o Fe r re r G u a r d i a ( A l e l l a , 1 0 - 1 -1859 /Barce lona , 13-10-1909) h a s ido p a r a la h is tor iograf ía oficial f r a n q u i s t a b l anco de apas iona -d a s cr i t icas, r a y a n a s las m á s de las veces en el pu ro insulto (1), c u a n d o no de s imple olvido, de no ser p a r a co locar le en los li-b ros de texto f i gu rando c o m o el r e sponsab l e d i rec to de la S e m a -na T r á g i c a .

L a l abor rea l izada por histo-r iadores de ta lante liberal (2)

(1) El caso más evidente seria el de Pabón, que para referirse a Ferrer lo hace en esíos términos: El grande hombre (Ferrer) era un hombre a medias. Medio Landrú; a medias in-teligente e ilustrado; 'educador' a medias y a medias 'hombre de acción'; a medias trabaja-dor material, maestro sin titulo, y burgués adi-nerado." Vid. Pabón, "Cambó, 1876-1918", Ed. Alpha. Barcelona, 1952; págs. 334-335. Vol. I.

(2) Entendida en el sentido que le da Pres ton, "como un intento de acumular datos y es-cribir hechos sin tomar posición". Vid. "Con Paul Presión en Queen Mary College", entre-vista de Jaime Millas en "Triur\fo", número 761, 27-8-77, pág. 37.

c o m o Conne l ly Ul lman en t o r n o a la S e m a n a T r á g i c a y el proble-m a del ant ic ler ical ismo (3), o la de R o m e r o M a u r a a c e r c a de la evolución del mov imien to obre-r o ba rce lonés en la p r imera dé-

c a d a de nues t ro siglo (4), cont r i -buye ron en su día a c a m b i a r a lgo es ta imagen es t e reo t ipada , tan a m p l i a m e n t e d i fund ida , con la q u e se a s o c i a b a a F e r r e r , y que sin d u d a cons t i tuye un buen e j emp lo de " in t e rp re t ac ión poli-

(3) Joan Connelly Ullman: "La Semana Trágica. Estudio sobre las causas socioeconó-micas del anticlericalismo en España, 1898-1912". Ed. Ariel. Barcelona, 1972.

(4) Joaquín Romero Maura: "La Rosa de Fuego. El obrerismo barcelonés de 1899 a 1909". Ed. Grijalbo. Barcelona, 1974.

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cial de la h is tor ia" en el sen t ido que d a T u ñ ó n al t é r m i n o (5).

A c t u a l m e n t e puede hab la r se de una nueva e tapa , f u n d a m e n -ta lmente de deba te c e n t r a d o en la o b r a pedagóg ica de Fe r re r (6), y que p re tende e n c a r a r s e de la f o r m a m á s estr ic ta posible con el t ema , obse rvándose una t o m a de pos tu ra crí t ica f ren te al mi smo . N o obs tan te , en la vinculación de Fe r re r a la S e m a n a T r á g i c a , poster ior proceso , fus i lamiento y

(5) "Lo que yo llamo "interpretación poli-cial" de la historia es aquella que atribuye a hechos concretos, a conspiraciones minorita-rias, complots malignos, etc., los cambios que, en general, están condicionados por el desa-rrollo de las estructuras sociales y de los hom-bres actuando colectivamente en su marco" Vid. Manuel Tuñón de Lara, "La interpreta-ción 'policial' de la historia", art. en "Cuader-nos de Pedagogía", suplemento número 3, "Fascismo y educación", Barcelona, septiem-bre de 1976, pág. 37. También su art. "El 98 y cierta idea de la historia". Suplemento "Artey Pensamiento". Año II, número 39, "El País", 9-7-78, pág. I.

(6) A ello ha contribuido grandemente la publicación casi simultánea de la obra postu-ma de Ferrer, "La Escuela Moderna por las editoriales Tusquets, Júcar y Zero, todas en 1976, con sus respectivos prólogos o introduc-ciones. Ver, también, Caterina Lloret: "Ferrer

repercus ión internacional de es-tos hechos , quedan a spec tos d e s c o n o c i d o s o p o c o conoc idos , de no tab le impor t anc i a a la h o r a de reunir e lementos crí t icos faci-l i tadores del a c e r c a m i e n t o a F e -rrer G u a r d i a y su o b r a . Es en esta línea de in fo rmac ión en la que es tas pág inas p re tenden ins-cribirse.

2. Un proceso montado con mucha prisa

C i e r t a m e n t e que F e r r e r no sa-bia lo q u e le e s p e r a b a c u a n d o , una vez de ten ido por el s o m a t é n

/ Guardia, la lucha por una nueva cultura", art. en "El Viejo Topo", número 3, Barcelona, diciembre de 1976, págs. 9-11. Pere Solá: "F. Ferrer i Guardia: ideóleg i pedagog", art. en "L A venq", número 2, mayo de 1977, págs. 38-43, y Jordi Monés, Pere Solá, Luis Miguel Lá-zaro: "Ferrer Guardia y la pedagogía liberta ria". Icaria Editorial. Barcelona, ¡977, prólo-go de Jaume CarboneU.

de Alella (7), iba a subir a la tar-t a n a que le conduc i r ía a Barce-lona y, dir igiéndose a sus paisa-nos reunidos en la p laza de la Cons t i t uc ión , les h a b l a b a en es-tos té rminos : "Pob lé , á l 'home que no ha fet res no li fán res, y d ' aqu i p o c h s dies ens t o r n a r é m á veu re" (8). Se equ ivocaba . N o volvería a verlos n u n c a más . H a b í a consegu ido salir bien li-b r a d o de su pr imer proceso (9),

(7) Melquíades Alvarez denunció la recom-pensa concedida al somatén que capturó a Fe-rrer por haber realizado "un acto útil a la pa-tria", a lo que La Cierva replicó calificándolo como un acto de civismo. Vid. "Discurso en las Cortes para la revisión del proceso Ferrer", de Melquíades Alvarez, 3.a sesión, 29 de marzo de 1911; en Julien Cruzel: "L'qffaire Ferrer devant les Cortés". Prólogo de B. Pradera. Pa-rís, 1911, pág. 37. No obstante, no todos los somatenes mostraron una actitud colaboracio-nista con el gobierno durante la Semana Trá-gica, pues en varios pueblos de Cataluña, la Guardia Civil procedió a desarmarlos. Ver "El Pueblo", 9-8-1909.

(8) Tomado de José Brissa: "La revolución de julio en Barcelona. Su represión. Sus vícti-mas. Proceso Ferrer" 3.a ed. Ed. Maucci. Barcelona, 1910.

(9) Nos referimos a la Causa por Regicidio Frustrado (atentado de Mateo Morral), que se vio en la Sala Cuarta del Palacio de las Sale-sas de Madrid del 3 al 8 de junio de 1907.

A t e n t a d o en la madr i l eña ca l le Mayor con t r a los r eyes Don Al fonso y Doña Victoria Eugenia el dia de su b o d a . 3 1 d e m a y o de 1 9 0 6 .

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pero es ta vez no iba a ser lo mis-m o , pues se pondr í a especial in-terés por pa r t e del gob ie rno del señor M a u r a y de la j e r a r q u í a eclesial en que no se repitiese la m i s m a s i tuac ión .

El 2 de a g o s t o se ce lebraba el p r imer C o n s e j o de G u e r r a con-t ra R a m ó n Baldera y A z n a r , c o n d e n a d o a c a d e n a pe rpe tua . El 6 del m i s m o mes A n t o n i o C a p d e v i l a y M a r q u é s era sen-t enc i ado con la m i s m a pena . F u e r o n los dos p r imeros de una la rga serie de e n c a r t a d o s que lle-

ga ron a supera r los dos mil (10). Los días 17 y 28 de agos to regis-t ran d o s e jecuc iones en los fosos de M o n t j u i c h . El 13 de sept iem-bre o t r a . Y el 3 de o c t u b r e o t ra . Seis d ías m á s ta rde q u e d a b a reu-nido el C o n s e j o que veria la cau-sa de Fe r re r de ten ido y enca rce -lado desde el 3 1 de agos to .

A p o c o de finalizados los he-

(10) Cifras dadas por Ugarte, fiscal gene-ral, en declaraciones al diario conservador "La Epoca", 28-8-1909. Citado por Josep Be-net en "Maragally la Semana Trágica". Ed. Península. Barcelona, 1966, pág. 128.

c h o s de jul io, el j uez ins t ruc to r Vicente Llivina d a orden de co-m e n z a r las inves t igaciones enca-m i n a d a s a " d e p u r a r quienes sean los ins t igadores , d i rec tores y o r g a n i z a d o r e s de este movi-m i e n t o " (11). C o n f o r m e avan -zan las invest igaciones las c o s a s es tán m á s o s c u r a s , de tal f o r m a que el j uez ins t ruc to r " n o puede m e n o s que cons igna r el desen-c a n t o que hubieran de p roduc i r -le las invest igaciones p rac t i ca -d a s (...) ya que , c o n o c i d o el deli-to y has ta en t é rminos genera les sus induc tores mora les , lo que aqui se perseguía no e ra la acu-sac ión inde te rminada , sino la c o n c r e t a y personal que seña la ra a los au to r e s de los delitos que se hab í an c o m e t i d o " (12). Final -mente , el aud i to r r e c o n o c e q u e " . . . tan a r d u a y necesa r ia empre -sa judicial no fue c o r o n a d a p o r el éx i to" (13).

El fiscal c a r a c t e r i z a b a los su-ce sos de ju l io c o m o del i to de re-belión, a l zamien to públ ico en ab ier ta host i l idad, de a c u e r d o con el ar t iculo 243 del C ó d i g o Penal Ord ina r io , y c o m o rebe-lión mili tar de a c u e r d o al ar t ícu-lo 237 del C ó d i g o de Jus t i c i a Mil i tar que exige el a l zamien to en a r m a s . L a a c u s a c i ó n fiscal p re tend ía que Fe r re r era el res-ponsab le m á x i m o de los sucesos de la S e m a n a T r á g i c a y, con ar reglo al a p a r t a d o 1.° del ar-t ículo 238 del C ó d i g o de Jus t i c i a Mil i tar , pedia p a r a el a c u s a d o la impos ic ión de la pena de muer te . L o c ier to es, que h a s t a el folio 927 de la acusac ión , c o n t r a F e -rrer no a p a r e c e el m e n o r ca rgo , se a t r ibuye la responsab i l idad de los sucesos a los le r rouxis tas , nac iona l i s tas y s indical is tas que p ro te s t a ron c o n t r a la acc ión mi-litar en M a r r u e c o s . A par t i r de ese folio empiezan a verse las

(11) Vid. "Proceso General". Tomo 1, pág. 5. "Orden de proceder". Tomado de "Ferrer y su proceso en las Cortes". Alejandro-Lerroux. Barcelona, 1911. Pág. 117. Apéndice 1.

(12) Vid. "Proceso General". Tomo II, pág. 115. Tomado de Lerroux, op. cii., pág. 118. "Dictamen del Juez Instructor". Apéndice 2.

(13) Vid. "Proceso GeneralTomo II, pág. 302. "Del Dictamen del Auditor", tomado de Lerroux, op. cit., pág. 119. Apéndice 3. Los r eyes d e E s p a ñ a . A l fonso XIII y Victoria Eugenia de B a t t e n b e r g .

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Franc i s co Ferrer Guard ia y su c o m p a ñ e r a , S o l e d a d Vil iafranca.

acusac iones c o n t r a Fe r r e r , y es-tas acusac iones coinciden con la l legada a Barce lona del fiscal del Tr ibuna l S u p r e m o , Ugar t e , y con una c a m p a ñ a de p rensa an-t iferrerista (14).

El cap i tán defensor de F e r r e r G u a r d i a , F r a n c i s c o G a l c e r á n Fer re r , descr ibe las c i rcuns tan-cias en las que se desarrol ló el p roceso en estos té rminos : "(...) D u r a n t e el sumar io han declara-do todos los enemigos ; se han recibido y unido a él c u a n t a s de-nunc ia s a n ó n i m a s podían per ju-dicarle (15); se le han a m o n t o n a -d o pa rece res de au to r idades m á s o m e n o s c o n o c e d o r a s del a sun-to; han sido des t e r r adas c u a n t a s p e r s o n a s podían i lus t ra rnos so-bre la vida, co s tumbres y t r aba -jos a que se ded icaba (16); ade-más , después de la lec tura de los ca rgos , me han sido negadas c u a n t a s p ruebas he sol ici tado; no he pod ido lograr fue ran o ídos los test igos que lo pre tendían por haber t r anscur r ido el p lazo legal p a r a ello, y me encuen t ro con un p roceso t e r m i n a d o (17), sin que en ni un solo m o m e n t o el interés cons t an te y e x t r e m a d o ,

(14) Vid. Melquíades Alvarez, discurso ci-tado, en Cruzel, op. cit.% pág. 34. Esta campa-ña de prensa de los medios conservadores y clericales volvió a tratar el atentado de la calle Mayor, aireó la vida privada de Ferrer, publi-có panfletos antimilitaristas, antimonárquicos, de instigación a la acción directa, sin probar que hubiesen sido escritos por Ferrer. Se pre-sentaba a Ferrer como un indeseable, peligro público, con el que había que acabar como fue-se.

(15) El juez instructor, ante la carencia de testigos y pruebas, publicó una orden llaman-do a declarar a todos aquellos que supiesen cualquier cosa contra Ferrer. Citado por Mel-quíades A Ivarez, discurso citado, 4.a sesión, 30 de marzo de 1911, en Cruzel, op. ci(.t pág. 40.

(16) Se refiere a Soledad Viliafranca, ulti-ma compañera de Ferrer; a su hermano José Ferrer y a su mujer María Fontcuberta; asi como a José Viliafranca, hermano de Sole-dad: a Cristóbal Litrán, director de la Escuela Moderna, y a A nselmo Lorenzo, traductor, su mujer y sus dos hijas. Todos ellos desterrados a Teruel. Previamente habían permanecido ocho días en Alcañiz.

(17) El Tribunal negó la posibilidad de que los amigos de Ferrer en el extranjero declara-ran a su favor. El artículo 563 del Código de Justicia Militar indica que el defensor no pue-de consultar el dossier hasta que la instrucción sumaria ha terminado. No tiene más que un espacio de veinticuatro horas para su estudio, salvo raras excepciones, en las que este tiempo se prolonga hasta diez días. Galcerán dispuso, pues, de un solo día para la lectura de un dos-sier de 1.200 folios.

en b u s c a de cargo , se h a y a diri-gido en b u s c a de la c lar idad, re-c u r r i e n d o a pe r sonas del b a n d o con t r a r io , el que por t o d a clase de medios ha log rado m a n c h a r a mi d e f e n d i d o " (18).

Po r su par te , el Pa r t i do Rad i -cal facil i tó de f o r m a vo lun ta r i a o involun ta r ia las p r u e b a s testifi-cales y d o c u m e n t a l e s que com-promet iesen a Fer re r , " con t r ibu -y e n d o con sus de lac iones fa lsas y e m b o z a d a s dec la rac iones a la o b r a de sus e n e m i g o s " (19). C i e r t o es que A l e j a n d r o Le r roux por esas f echas e s t aba de viaje en A m é r i c a , y que el pa r t ido re-pub l icano , pos te r io rmente , en un man i f i e s to publ icado en " L a Re-beld ia" , pidió la expulsión del pa r t ido de t odos los que dec lara-ron c o n t r a Fe r re r (20).

(18) Vid. "Ferrer, páginas para la historia. Consejo de Guerra: acusación, defensa y sen-tencia. Consejo Supremo de Guerra y Marina. Providencia decretando la irresponsabilidad civil y devolución de los bienes". Ediciones de la Escuela Moderna. Barcelona, 1912, págs. 27-35.

(19) Ibidem, pág. 29. (20) Citado por Jean Jacques Kaspar en

"Réponse des Intellectuels Franfais á S. M. Alphonse XI11. Pour la revisión du procés Fe-

El p rop io Ossor io y Ga l la rdo , g o b e r n a d o r de Barce lona que era al p roduc i r se la S e m a n a T r á -gica, dec la ró que " Q u i z á me equ ivoque , y lea lmente confesa-ré mi ye r ro el día que me sea de-m o s t r a d o . P e r o los hechos me van a f e r r a n d o a mi idea. Los p r o c e s o s se han fa l lado por cen-tenares . Los jueces han a c t u a d o por d o c e n a s . Se han e n c o n t r a d o p r u e b a s de inducción histórica, c o m o las que, en t re o t r a s mu-chas , p e s a b a n sobre Fer re r , y c a r g o s de intervención mater ial en la sedición. Pe ro de con ju ra , de plan, de conc ie r to previo, de recluta de gentes , de distr ibución de papeles , de pago de revolto-sos, de sumin is t ros de a r m a s , de ins t rucc iones concre tas , de todo ello con fecha anter ior al 26 de jul io, no he o ido hablar una pa-

rrer". París, s. d., pág. 37, nota 2. Lerroux, tratando de justificar la postura de su partido, en conversación en París con Jaurés y Fabra Ribas, dijo que cuando fallaba él. "el partido perdía la cabeza y sólo le quedaban los pies". Citado por Antonio Fabra Ribas en "La Se-mana Trágica. El caso Maura. El Krausls-mo". Seminarios y Ediciones, S. A. Madrid, 1975. pág. 70.

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Un a s p e c t o del p r o c e s o de F ranc i s co Ferrer . c e l e b r a d o e n la prisión ce lu lar d e B a r c e l o n a , el 9 d e o c t u b r e d e 1 9 0 9

l a b r a " (21). La act i tud desa r ro -l lada por la au to r idad militar en-c o n t r ó , den t ro de las p rop ias il-las militares, ac t i tudes de crít ica de su proceder , y buena m u e s t r a de ello son las dec la rac iones del general López D o m í n g u e z a " L e Petit J o u r n a l " —reproducidas en " E l P u e b l o " , 1 2 - 8 - 1 9 0 9 - en las que , después de elogiar la ac tua -ción del general San t i ago por su energía en repr imir los sucesos de Barce lona , dice: " N o me ins-piran c o m p a s i ó n los revolucio-nar ios , pe ro no soy par t idar io de las in fo rmac iones , pesquisas , pr is iones y p rocesos después de

(21) Angel Ossorio y Gallardo, en "Barce-lona. julio 1909: Declaración de un testigo". Madrid, 1910, pág. 14. Citado por Benet, en op. cit., pág. 104, nota 17. No se muestra tan ecuánime en "Mis Memorias", Ed. Losada, Buenos Aires, 1946, pues en el Cap. 18, "La Semana Trágica y el fusilamiento de Ferrer ", págs. 92 97, concretamente en la pág. 96, re-memora y hace suyos todos los tópicos vejato-rios sobre Ferrer.

rea l izados los hechos . Esos pro-ced imien tos son los pr incipales p a r a abrir la pue r t a a los e r ro res jud ic ia les . "

P e d r o Vall ina, en sus M e m o -rias, o f rece este val ioso tes t imo-nio q u e refleja lo suced ido du-rante la úl t ima es tanc ia de F e -rrer en Londres ( junio de 1909) en la ent revis ta que este ú l t imo m a n t u v o con Vallina y o t ro ami-go, es tos , "(. . .) A d e m á s de ad-vertirle que es tuviera a ler ta por los peligros que le a c e c h a b a n , le p r o p u s i m o s que ded i ca r a su ca-pital y sus energías a o rgan iza r la insurrección en E s p a ñ a y, una vez que t r iunfa ra , podr ía , sin n ingún obs tácu lo , i m p l a n t a r sus m é t o d o s de e n s e ñ a n z a . L a s perspec t ivas e ran buenas , ya que c o n t á b a m o s con un o f r ec imien to de a b u n d a n t e s a r m a s , por una c a s a a l emana , no h a b i e n d o o t r a di l icul tad que la fal ta de d inero

p a r a paga r la can t idad que se nos exigía ade l an t ada . F e r r e r sonre ía al e s c u c h a r nues t r a s pa-labras y seguía a f e r r a d o a sus ideas de s iempre. Es to no quiere decir que no c o o p e r a r a con su a y u d a a t o d a o b r a revo luc iona-ria, pero no en la med ida que le p r o p o n í a m o s , p a s a n d o a segun-do p l ano la cues t ión de la ense-ñ a n z a (.. .)" (22).

P a r a ca l ib ra r en su j u s t a me-dida este t e s t imonio h a de tener-se en cuen t a q u e u n a de las acu-sac iones base c o n t r a F e r r e r , en dec la rac ión del j e fe de policía de Ba rce lona , era que hab ia vuel to

(22) En Dr. Pedro Vallina, "Mis Memo• ñas". Tomo I. Ed. Tierra y Libertad. Caracas-México, 1968. pág. ¡29. Malato, que hacia de ta revolución una profesión y, por tanto, estaba muy al corriente de toda posible conspiración, ofrece parecidos argumentos en su articulo a propósito del primer aniversario de la muerte de Ferrer en "La Escuela Moder-na. Semanario racionalista", número 25, del 13-10-1910.

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a E s p a ñ a pa ra p r epa ra r la re-vuel ta de jul io, c u a n d o en reali-dad volvió p rec ip i t adamente de L o n d r e s por la g rave enfe rme-dad que a q u e j a b a en esos mo-men tos a su c u ñ a d a y a su sobri-n a —como asi hace cons ta r Fe-rrer con c a r t a s a M. T a r r i d a del M á r m o l , de Londres , con ca r ta f echada en Londres a 11-6-1909, not i f icándole su r áp ida par t ida , y a M. C h a r l e s Alber t , de Par is , previniéndole de su lle-g a d a a Par ís al dia siguiente con c a r t a f echada en Londres a 11-6 -1909 . (Vid. R a s p a r , o p . cit., página 22.)

F ina lmente , y a pesar de que Fer re r , en el A u t o de P rocesa -miento d ic tado por el j uez de M a t a r ó , tan sólo era a c u s a d o del delito de propos ic ión de rebe-lión, por el que le co r r e spond ía s implemente prisión correccio-nal (23), fue dec la rado m á x i m o responsab le de los sucesos de la S e m a n a Trág ica . El C o n s e j o de G u e r r a se iniciaba a las o c h o de la m a ñ a n a y f inal izaba a la una y media . Los jueces de l iberaron has t a cerca de las siete de la tar -de. Soledad Vi l la f ranca telegra-fió a la reina, Jo sé Fe r re r al rey, los d e m á s des te r rados de Teruel a M a u r a . Ningún te legrama ob-tuvo con tes tac ión . El C o n s e j o de Minis t ros ce lebrado en M a -drid el dia 12 te rminó a las o c h o y media y no conced ió el indulto. A las nueve ho ra s y mi-nu tos de la m a ñ a n a del 13 de o c t u b r e —fría y gris, según los cronistas—, Fe r re r caía aba t ido , una bala en la g a r g a n t a y t res en el c ráneo .

(23) José F. Arguelles, juez de Instrucción del partido de Mataró, dictaba A uto de Proce-samiento por delito de proposición de rebelión, previsto y penado en el párrafo 2.° del art. 249 del Código Penal, no correspondiendo al delito pena superior a la de prisión correccional, y depósito de 2.000 pesetas de fianza en previ-sión de costas del sumario. Vid. "A uto de Pro-cesamiento dictado por el Juez civil de Mata-ró". en Lerroux, op. di., págs. 122-125. Apén-dice 5. Melquíades Alvarez, en "Discurso...", 4.a sesión, dice que el lunes mismo de la deten-ción de Ferrer, el capitán general de Barcelo-na —Luis de Santiago- preguntó al auditor militar de qué medios legales disponían para probar la responsabilidad de Ferrer; "Es de-cir: indiqueme los medios para hacer fusilar a Francisco Ferrer Guardia (Murmullos)", en Cruzel, op. cü., pág. 38.

3. Las repercusiones de un proceso

El p r o c e s o de Fer re r G u a r d i a y su pos ter ior fus i lamiento le-v a n t ó una fo rmidab le c a m p a ñ a de p ro tes ta . Tal p ro tes ta puede ser dividida en dos a p a r t a d o s : en E s p a ñ a y en el ex t ran je ro .

R e s p e c t o de la p ro tes ta en Es-p a ñ a , lo único que cabe decir es que fue casi inexistente. Ello fun -d a m e n t a l m e n t e por dos r azones . U n a p r imera de ca rác t e r subjet i-vo, y que es A n s e l m o L o r e n z o quien —quizá invo lun ta r i amen-te— nos la desvela en un p re fac io a la edición i tal iana de los ar-t ículos de Fe r re r en " L a Hue lga G e n e r a l " b a j o el p seudón imo de " C e r o " , ya que al referirse a las ami s t ades de su c o m p a ñ e r o , lo hace en es tos té rminos : " S u s amigos , es do lo roso decirlo, no t en iendo con él m á s que af inida-des parc ia les y e n c o n t r á n d o s e gene ra lmen te a le jados , n o pudie-ron conocer lo . N o lo vieron m á s q u e a t ravés de sus p reocupac io -nes o de sus convenienc ias , y lo j u z g a r o n c o m o un benévolo ex-c é n t r i c o " (24). D e s c a r n a d o testi-m o n i o de la so ledad en c o m p a -ñía q u e sobre l levaba Fe r re r .

(24) Vid. Francisco Ferrer: "Lo sciopero generóle. Compilazione degli articoli di Ferrer (Cero) pubblicati nella 'Huelga General' di Barcellona." Prefazione d'Anselmo Lorenzo. Edizione del Risveglio. Ginebra, 1914. A pro-pósito de estos trabajos de Ferrer, puede verse la edición completa de los números de "La Huelga GeneraI" (Barcelona, 15 noviembre 1901-20 junio 1903), presentada por Diego Abad de Santillán. Buenos Aires, 1974.

A d e m á s , c o m o vimos en el se-g u n d o a p a r t a d o , el p r imero que no t emia por su vida era el pro-p io F e r r e r , d e s p r e o c u p a c i ó n c o m p a r t i d a por l iberales y repu-b l icanos a u e en un principio no pod ían imaginar el desenlace fi-nal del p roceso .

P e r o existe una segunda ra-zón , ob je t iva , y de ca rác t e r m á s d e t e r m i n a n t e que abo r tó todo posible inicio de p ro tes ta . Tal es el du r i s ímo cl ima repres ivo que a t e n a z ó de f o r m a especial a Bar-ce lona y m á s l axamen te al res to del E s t a d o español a raiz del ap l a s t amien to militar de la re-vuel ta de jul io . En efecto, Barce-lona desde finales del mes de ju-lio vive agob i ada ba jo un c l ima enra rec ido . Se suspendieron los t r a b a j o s de o rgan izac ión de las f ies tas de la M e r c e d y de la fies-ta M a y o r de G r a c i a (25), y la ac t iv idad c i u d a d a n a t a r d ó tiem-po en r ecob ra r la normal idad pues " L a c iudad es t aba pacif ica-da of ic ia lmente , pero aunque el o rden era perfecto , la z o z o b r a y el desasos iego que re inaba en to-d a s las clases sociales era visi-ble. L a s con t inuas prisiones y des t ier ros , p r o d u c t o de anóni -m a s de lac iones que d i ezmaban la clase ob re r a a rb i t ra r i amente , m á s parec ía una s is temát ica per-secuc ión de ideas que una repre-sión ¿ jus t a y equ i t a t i va?" (26).

L a au to r idad militar decre tó la suspens ión de los periódicos:

(25) Vid. "El Pueblo" 9-8-1909. (26) Brissa, op. cit., pág. 212. La grafía ¿ ?

es nuestra. Dudamos sinceramente de que se pueda hablar de ninguna "represión justa y equitativa".

i rf-vfj

í t x. uc rtmm. oí r*ez erua • v t i w u e m y mmepim

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m,m*. wam mm * i A-CC J bÜÉLíé * a . *

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Inscr ipc ión e n el m o n u m e n t o a Ferrer . en Bruse l a s : " M e e n c u e n t r o cara a un p r o c e s o t e r m i n a d o sin q u e la ins t rucc ión públ ica , i n t e r e s a d a só lo por los ca rgos , haya b u s c a d o ni e n un so lo m o m e n t o la v e r d a d " , y la f i rma del cap i tón Garce rón , q u e d e f e n d i ó a Fe-

rrer e n el p r o c e s o .

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" E l Poblé C a t a l á " , " L a Rebel-d í a " , "T i e r r a y L i b e r t a d " , " M e -t ra l l a" , "E l D e s c a m i s a d o " y "E l P r o g r e s o " . " L a T r i b u n a " fue s u s p e n d i d o pos te r io rmen te por o rden guberna t iva . El goberna-d o r C r e s p o Azor in imp lan tó la c e n s u r a previa. El minis t ro de la G o b e r n a c i ó n L a C ie rva fue sin d u d a el q u e m o s t r ó una ac t i tud m á s in t rans igente con t o d o in-ten to , no ya de cri t ica, s ino de s imple in fo rmac ión de lo que es-t a b a ocur r i endo . Asi , el día 25 de ju l io , insul ta a la p r ensa inde-pendiente supon iéndo la hostil a la gue r ra por móviles b a s t a r d o s . El 28 de jul io exc l ama : " E s t o y d i spues to a supr imir los periódi-c o s . " El 28 de agos to h a b l a b a de ap l a s t a r y comba t i r a s angre y f u e g o los gé rmenes de la revolu-ción —ya se hab í an fus i lado dos presos . El 29, dice: " H a r é tal re-pres ión que q u e d a r á larga me-m o r i a de e l la ." El 8 de sept iem-bre , c u a n d o y a se hab ia const i -tu ido en el e x t r a n j e r o un C o m i t é P r o - D e f e n s a de Fer re r , dec la ra : " Y a verán los del flamante C o -mité c ó m o c u m p l o yo mi d e b e r . " F ina lmen te , el dia 20 de sept iem-bre, al a r rec ia r en el exter ior la ag i tac ión p ro-Fer re r , L a C i e r v a dice que es inútil que a lboro ten , p o r q u e sus gr i tos me t en t a rán a a p r e t a r m á s los tornil los; t o d o ese a lbo ro to me p r o d u c e la sen-sac ión de ladr idos , que despre-cio ( 2 7 ) " (28).

En el mes de agosto (29) habia en Ba rce lona 1.800 g u a r d i a s ci-viles. El C o m i t é de D e f e n s a So-cial , que a s e s o r a b a a L a Cie rva , se convier te en el m á s ef icaz a l i ado de la repres ión . Pérez G a l d ó s , a med iados de oc tub re , hace publ icar a lgunos ex t r ac to s de una c a r t a env iada desde Bar-celona, que descr ib ía la s i tua-ción: " U n a sospecha , una de-nunc ia bas t a p a r a que se os im-plique en los sucesos de ju l io , y se puede a f i r m a r que , en t re los de tenidos , m á s de la mi tad son inocentes . Los c u r a s y las mon-

j a s de la D e f e n s a Social dir igen, con la policía, las de lac iones , los p rocesos e in te r roga to r ios (30). En las calles no se osa hab la r de los a c o n t e c i m i e n t o s del d ia ; en el m i smo seno de las fa-milias se envuelven sus reflexio-nes de f ó r m u l a s h ipócr i tas , por-que no se es tá seguro de nadie. Los per iódicos barce loneses no revelan lo que pasa , la c e n s u r a se los impide. L a s calles e s t án l lenas de m o n j a s de t o d a s las ó r -denes , de frailes y de c u r a s de t odos los hábi tos , que c a m i n a n con la f rente alta, y el a ire pro-vocat ivo . En c a d a esqu ina de ca-lle se encuen t r a un guard ia civil con su fusil M a u s e r o un policía con su pistola; las pa t ru l las de gua rd i a son f r e c u e n t e s " (31).

A u n con todo, a lgo se hizo, si bien de f o r m a inconexa . El 10 de oc tubre , en Madr id , fue secues-t r a d a la edición comple t a de " E l Soc ia l i s t a" . El 16 de oc tubre ,

(30) (...) (31) Esta carta se publicó en "El País"; es-

tá recogida también en "El Pueblo18-10-1909, y en "Ferrer, l'homme et son oeuvre. Sa mort. Cas tille con t re Catalogne", de G. Nor-mandy y E. Lesueur. Prólogo de Al/red Na-quet. París, s. d., págs. 152-153. Galdós, en su Manifiesto (Madrid. 5-10-1909). habla del "(...) siniestro Santo Oficio llamado por mal nombre 'Defensa Social', vergüenza de Espa-ña y escándalo del siglo", en "El Pueblo", 8-10-1909.

(27) (...) (28) Citado por Lerroux, op. di., págs. 29-

son impedidos s e n d o s mít ines en M a d r i d y en Bilbao. H u b o inten-tos en G i j ó n de s ecunda r la pro-tes ta in ternac ional (32).

P a b l o Iglesias, el 17 de o c t u -bre, r e spond iendo a un f r a n c é s , dice: " M e p r e g u n t a us ted ¿ p o r qué nos q u e d a m o s t r anqu i lo s mien t r a s el e x t r a n j e r o se levan-ta? N o se goza aquí de la liber-tad de la q u e g o z a n o t r o s pue-blos. D e s d e q u e el h e c h o m á s in-s ignif icante se p roduce , el go-bierno se a p o d e r a del t e légra fo y del cor reo , y c u a n d o se t r a t a de un mitin, no lo au tor iza . C u a n d o qu ie ra que las ga r an t í a s const i -tuc ionales se res tab lezcan aquí , hay todavía de ten idos en Ma-dr id , en Vitoria , C a l a h o r r a , Lo-g r o ñ o y también o t r a s c iudades . L a gua rd i a civil en t r a en los lo-ca les per tenecientes a las asoc ia -c iones obre ras , a m e n a z a n d o a los o b r e r o s con a r res ta r les si ha -cen colec tas . N o se o s a move r -s e " (33).

El A y u n t a m i e n t o de M a d r i d presenció una t u m u l t u o s a sesión el m i s m o dia del fus i l amien to de Fer re r , en la que no se d e j a b a hab la r a P a b l o Iglesias p a r a pro-tes ta r por el fus i l amien to de Fe-rrer: " A u n q u e venga la g u a r d i a civil hab la ré . " L a pres idenc ia r o m p i ó la campan i l l a . L a s mino-rías social is ta y r epub l i cana se re t i ra ron en p ro tes ta c o n t r a los fus i lamientos de Barce lona . Si-tuación parec ida se vio en la se-sión del C o n g r e s o del dia 15, al pedir Azza t i la p a l a b r a p a r a p ro tes ta r por el fus i l amien to de Fer re r , y no concedérse la el pre-sidente de la C á m a r a . F a l t ó m u y p o c o p a r a que se l legase a las

30. (29) "El Pueblo9-8-1909.

F r a n c i s c o Fe r r e r G u a r d i a , f u n d a d o r de la Escue la M o d e r n a d e B a r c e l o n a .

(32) "El Pueblo", 19-10-1909. (33) Tomado de Normandy-Lesueur, op.

clt., pág. 150. Pablo Iglesias será elegido dipu-tado por Madrid en 1910, y el primer capitulo de su programa era la revisión del proceso Fe-rrer. Vid. Jean Bécarud-Gilles Lapouge en "Los anarquistas españoles". Ediciones de

Bolsillo. Barcelona, 1972, pág. 70. Pablo Igle-sias, una vez ya en el Parlamento, se refirió en estos términos al caso Ferrer "(...) Es una ini-quidad fusilar en el siglo XX a un hombre como Ferrer por profesar una idea. Nosotros execramos la conducta del Gobierno del señor Maura y nos asociamos a lo hecho por los so-cialistas extranjeros, ya que no tuvimos bríos a su tiempo para oponemos de modo terminan te". (El subrayado es nuestro.) Citado por Fa bra Ribas, op. cit., pág. 110.

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Car ica tura apa rec ida e n "L 'Esque l la d e la Torra txa con ocas ión del f u s i l a m i e n t o de Ferrer Gua rd i a . El p e r s o n a j e q u e s imula dar la o r d e n de f u e g o pref igura a Anton io M a u r a .

m a n o s entre los republ icanos y la mayor í a , en un ambien te ten-so, ro to por los ¡Viva el E jé rc i to ! ( 3 4 ) -

En la mani fes tac ión en M a -drid a favor del nuevo gobie rno de More t , en la que par t i c iparon 30 .000 personas , o r g a n i z a d a por Pérez G a l d ó s y P a b l o Igle-sias, que e n c a b e z a b a n L a r g o Caba l l e ro , N a k e n s , Sol y O r t e -ga, Alca lá Z a m o r a . O r t e g a y G a s s e t y G ine r de los Ríos , se dan vivas a Fe r re r y m u e r a s a sus ases inos (35). R e s p e c t o de la act i tud de la p rensa , a g r a n d e s rasgos , " L a Pub l ic idad" , de Bar-celona, fue quien resue l tamente a b o g ó por la amnis t ía de t odos los impl icados en la S e m a n a Trág i ca , iniciativa rad ica lmente c r i t icada por " L a V a n g u a r d i a " y "E l C o r r e o C a t a l á n " . "E l Pa i s " , de Madrid, y "El Pueblo", de Va-lencia —fundado por Blasco Ibá-ñez y dirigido en esa época por el d ipu t ado repub l icano A z z a -

(34) "El Pueblo" 16-10-1909. (35) "El Pueblo". 25-10-1909.

ti—, cubr ie ron de f o r m a crí t ica t o d a la i n fo rmac ión sob re la Se-m a n a T r á g i c a y su pos ter ior re-presión. "E l P u e b l o " ded icó los n ú m e r o s del 7 y 8 de nov iembre to t a lmen te a Fer re r .

L a intelectual idad e spaño la —al con t r a r i o que la europea— no dio m u e s t r a s de m u c h a sensi-bilidad f ren te al p rob lema Fe-rrer . Insensibi l idad extensible a la ac t i tud que pa r t e de e sa inte-lec tual idad a d o p t ó f rente al pro-b lema d e s e n c a d e n a n t e de la Se-m a n a T rág i ca : la g u e r r a de M a -r ruecos (36). Maraga l l fue sin d u d a el que m á s voluntad p u s o en servir de ca ta l i zador de las tens iones de s igno con t ra r io que e n v e n e n a b a n el ambien te , y su ar t iculo " ¡ A h ! , Barce lona . . . " (1-10-1909, en " L a Veu de C a t a -

(36) Vid. M. Bachoud: "Los intelectuales y las campañas de Marruecos (1909-1913)", en "Prensa y sociedad en España (1820-1936)",

edición de M. Tuñón de Lara, A. Elorza y M. Pérez Ledesma. Ed. "Cuadernos para el Diá-logo". Madrid, 1975, págs. 271 280. Actitud claramente distante de Unamuno, Baroja y Maeztu frente a la más comprometida de Or-tega y Gasset. Costa y Pérez Galdós.

l u n y a " ) y especia lmente " L a C i u t a t del P e r d ó " (37), en el que en med io de un ambien te de hos-tilidad genera l i zada hac ia Fe r re r pedia su indulto, son una p rueba c la ra de esa voluntad . M á x i m e r econoc i endo c o m o señala Benet que Maraga l l "(...) no conoc ía pe r sona lmen te a Fer re r G u a r -dia. ni podía tenerle n inguna s i m p a t í a " y a que de hecho am-bos e ran " d o s hombres , dos ma-neras de ser y de c o m p o r t a r s e to t a lmen te o p u e s t a s " (38). M a -ragall escribía " L a C i u t a t del P e r d ó " el 10 de oc tub re y ese m i s m o dia lo env iaba a " L a Veu de C a t a l u n y a " , en el que n u n c a aparec ió . El ar t iculo t a m p o c o fue publ icado en la p r imera edi-ción de las " O b r a s C o m p l e t a s " del poe ta , y pe rmanec ió inédito h a s t a el a ñ o 1932 (39).

J u n t o a este in tento del poe ta ca t a l án , p r o f u n d a m e n t e motiva-

(37) Benet, op. cit.f págs. 142-144. (38) Ibidem, pág. 139. (39) Para conocer adecuadamente todas

las vicisitudes del articulo. Vid. Benet. op. cit., págs. 145-165.

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do por la " C a r i d a d c r i s t i ana" , no puede de ja r de seña la rse la act i tud c o m p r o m e t i d a que mos-t r a ron G a l d ó s y Gabr ie l Alo-mar . Po r c o n t r a , U n a m u n o , c o m o y a vimos, " inte lectual dis-t a n c i a d o " an te el p rob lema de M a r r u e c o s , m o s t r ó an te Fe r re r —al que no p e r d o n a b a su ateís-mo— una act i tud de c la ro recha-zo , y calif icó la c a m p a ñ a euro-pea de de fensa de Fe r re r c o m o una " C a m p a ñ a indecente de ment i ras , embus te s y c a l u m -n i a s " (40). L a act i tud de U n a -m u n o fue dis t inta en o t r o proce-so de fuer te repercus ión in terna-c ional , el de S a c c o y Vanze t t i , en el que pidió el indul to .

4. La protesta internacional

En E u r o p a , a p e n a s conoc ida la noticia de la de tenc ión de Fe-r rer , empiezan a obse rva r se los inicios de una p ro tes ta general i-z a d a que a l canza r í a en los d ias i n m e d i a t a m e n t e pos ter iores al fus i l amien to de Fe r re r su p u n t o álgido. Par í s fue el ep icen t ro de e sa ola de pro tes tas . Alli e s t a b a la sede del C o m i t é P r o - D e f e n s a de Fe r re r y de las v ic t imas de la repres ión españo la , que an ima-ban f u n d a m e n t a l m e n t e M a l a t o , C h a r l e s Albe r t , He rvé y N a q u e t . A n t e s del ju ic io , en t o d o el ex-t r a n j e r o , se conf ia y se pide el c a m b i o de ju r i sd icc ión , que Fe-rrer no sea j u z g a d o por lo mili-t a r ; las p r i m e r a s listas de adhe-sión a la c a u s a p ro -Fe r r e r son por este mot ivo . H e aqui el tex to del t e l eg rama env iado a M a u r a con tal mot ivo : " O p u e s t o s por pr incipio a t o d o p roced imien to de excepción , los univers i tar ios f r ancese s a b a j o f i rman tes expo-nen r e s p e t u o s a m e n t e al señor M a u r a la e s p e r a n z a de que el se-ñor F e r r e r sea res t i tuido a la jus -ticia o r d i n a r i a . " Iba f i rmado , en-

(40) Frase recogida en el editorial de "Ya", jueves 25 septiembre 1975, "La historia se re-pite"

t re o t ros , por: Adle r , Bosch . Bloch, G i r a r d , Léopold Lévy, L é v y - B r u h l . B r u n s c h w i c g , D u r k h e i m , Pierre Marce l , apo-y a d o s por Painlevé, M a r i o Ro-ques . Paul D u p u y , Ri t ter , C h a -llaye, Longev in , etc.

A h o r a c o n o z c a m o s una sínte-sis esencial de los pr incipales acon tec imien tos de p ro tes ta por el enca rce lamien to , ju ic io y fusi-l amien to de Fer re r :

— En Francia:

El 8 de oc tubre , en Par i s , 60 au tomóvi les a lqui lados circula-ban p a r a m a r c h a r a la E m b a j a -d a e spaño la . Ma la to , Hervé y o t r o s dirigían la man i fes t ac ión que congregó unas 6 .000 perso-nas. H u b o 56 de ten idos . Se for-mó un comi té que presidía G a -briel M o n o d y c u y o secre ta r io general era Gabr ie l Séailles, que recoge cen tenares de f i rmas de pro tes ta , por e jemplo : A n a t o l e F r a n c e , Painlevé, Dr . Haecke l , M a u r i c e y s eño ra Mae te r l inck , K r o p o t k i n . Brizas , B r u n o t , Víc-tor Mérie , R. de M a r m a n d e , Pressensé , Séverine, Sebas t i an F a u r e . J e a n G r a v e , D r . Elie F a u r e , S tackelberg , J a u r é s , E. D u m a s , etc.

El 13 de oc tubre , t ambién en Par i s , la E m b a j a d a e spaño la se ha l laba c u s t o d i a d a por n u m e r o -sas fue rzas de segur idad y de ca-ballería de la gua rd i a republ ica-na, o c u p a n d o las calles a d y a c e n -tes y el f rente del edificio en que e s t a b a la E m b a j a d a . N o obs t an -te, los t r anv ías seguían c i rcu lan-do y l legaban a t e s t ados de man i -fes tantes que, f ren te a la E m b a -j a d a , p r o r r u m p í a n en insultos. El p u n t o de reunión de los man i -fes tantes fue la p laza de Cl ichy , y de alli a la E m b a j a d a ; van con ellos J a u r é s , Alber t , H e r v é y Vail lant , que de c u a n d o en cuan -d o a r e n g a n a los man i f e s t an te s . En la p laza de la O p e r a , calle Roya l e , Paix y o t r a s cén t r icas se c ie r ran t iendas y comerc ios . Los man i f e s t an t e s a r r a n c a r o n fa ro -las de a l u m b r a d o , de r r iba ron b a n c o s , qu ioscos aba t idos , á rbo-les a r r a n c a d o s , t r anv ía s volca-dos . El p re fec to de policía, Lepi-

ne, f u e her ido de un ba l azo en la c a r a , un agente mur ió y o t r o muy grave. U n a decena de m a -ni fes tantes her idos . A t o q u e de c o r n e t a se c a r g ó y desa lo jó a los man i f e s t an t e s de las b a r r i c a d a s . T r e s au tobuses a rd ie ron .

El G r a n Or i en te de F r a n c i a , desde el dia 14, envia una pro-testa oficial a t o d o s los G r a n d e s Or ien tes del m u n d o . El C o m i t é de A s t r ó n o m o s A m a t e u r s ( Jean G r a v e , J . Cou tu r i e r , señor i t a C h e n u , señor i ta Aleso f f ) d e c l a r a " n o poder sopo r t a r la ve rgüenza de conse rva r por colega a Al fon-so X I I I en la Soc iedad A s t r o n ó -mica de F r a n c i a " .

El d o m i n g o 17, 6 0 . 0 0 0 man i -fes tan tes desfi lan de la p laza de Cl ichy a la C o n c o r d e c a n t a n d o la In te rnac iona l y d a n d o gr i tos de v e n g a n z a c o n t r a M a u r a y Es-p a ñ a —"El P u e b l o " h a b l ó de u n o s 120.000 man i fes t an tes . En T o l ó n , los man i fes t an tes f u e r o n espec ia lmente violentos. Inva-dieron la iglesia ca tedra l de San -ta M a r i a la M a y o r , d o n d e se ce lebraban vísperas . En N í m e s . en un a c t o públ ico se reunie-ron 10.000 pe r sonas . En Par i s . C . A. La i san t envía su d imis ión c o m o m i e m b r o de la Real A c a -demia de Cienc ias de M a d r i d , d e c l a r a n d o que él " n o puede en lo suces ivo tener n a d a de c o m ú n ent re la m o n a r q u í a e s p a ñ o l a y la conc ienc ia de un h o m b r e hones-to" .

M. M a h i e u , a lca lde de C h e r -burgo , imita a o t r o s d i g n a t a r i o s i ta l ianos y devuelve al e m b a j a -d o r del Muni las insignias de C o m e n d a d o r de Isabel la Ca tó l i -ca que había recibido de m a n o s de A l f o n s o XI I I . En Lille, C a n -iles, Or l éans , Re ims , Moul ins , L a Rochel le , Montpel l ie r . L imo-ges, Albi, Nice. Marse l l a , los se-n a d o r e s y d i p u t a d o s j u n t o a los a lcaldes se mani f ies tan . Se o r g a -nizan mít ines, co r t e jos , suscr ip-ciones, p ro tes tas en los consu la -dos .

— En Italia:

En R o m a se decide en señal de pro tes ta , a las p o c a s ho ra s de la e jecuc ión de Fe r r e r , la huelga general : 5 0 . 0 0 0 o b r e r o s

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en pa ro . Se o rgan iza una m a -nifes tación m o n s t r u o en la p laza C a m p o dei Fiori , delante de la e s t a tua de G i o r d a n o Bruno . N a t h a m , alcalde de la c iudad , hace co locar un pasquín en el que la mue r t e de Fe r re r se con-sidera " u n a o fensa a la san t idad de la vida h u m a n a , a la l ibertad de conciencia , al p rogreso civil en lucha con t ra la r eacc ión" . El dia 12, t ambién en R o m a , o r g a n i z a d o p o r la s o c i e d a d G i o r d a n o B r u n o y la C á m a r a del T r a b a j o , en mitin a u t o r i z a d o por la policía, se reunie ron 10.000 personas . L o s ob re ros es tuvieron en huelga unas ho-ras. Los t ranvías y los coches d e j a r o n de c i r c u l a r . V a r i o s

el m i s m o mot ivo en Verona , C o r t e ñ a , Bolonia , F lo renc ia , etc. L o s panf le tos anticlericales cu-bren las paredes , los cu ra s son insu l tados y z a r a n d e a d o s . T o d a s las asoc iac iones d e m o c r á t i c a s ponen la b a n d e r a a med ia as ta . L a p r ensa n o a p a r e c e en a lgunos c a s o s . En P isa , los comerc ios c ie r ran . En Livorno , los b a r c o s e spaño les son bo ico teados . En B é r g a m o se abre una suscrip-ción p a r a erigir en f rente del Va-t i cano un m o n u m e n t o a Fer re r . En F i u m e , la principal calle de la c iudad f u e bau t i zada con el n o m b r e de Fer re r , al igual que en R á v e n a , R o m a y 57 c iudades del m u n d o . En M i r a n d o l a , ce rca de M ó d e n a , los man i fes t an tes

Inscripción en el m o n u m e n t o a Ferrer , en B r u s e l a s : "La e n s e ñ a n z a rac ional is ta p u e d e y d e b e discut i r lo todo , s i t u a n d o con an t i c ipac ión al n iño e n la vía s imple y d i rec ta de

la inves t igac ión p e r s o n a l . " El t e x t o es del p rop io Ferrer Gua rd i a .

agentes heridos, c a r g a s de la policía, de tención de a lgunos mani fes tan tes ; al ap rox imar se al palacio de la E m b a j a d a espa-ñola. ce rca del Va t icano , és ta se e n c o n t r a b a r o d e a d a c o m o un islote por la policía.

El dia 12, en Tur ín , de lan te del consu lado de E s p a ñ a se die-ron gri tos de ¡mue ran los jesuí-tas!, los mani fes tan tes quis ieron detener los t ranvías y c a r r u a j e s entre vivas a la revolución espa-ñola. En Milán, el conse jo muni-cipal —monárquico— o r d e n a po-ner la b a n d e r a a media asta . Se f o r m a un cor te jo masivo. El cónsul de E s p a ñ a en esta ciu-dad , M . Broca , imi t ando a alre-dedor de 20 de sus colegas de o t ras c iudades , envía su dimi-sión al gobie rno de M a d r i d .

En Nápo le s ce lebran un mitin de protes ta . H a y reuniones por

e n t r a r o n en la ca tedra l d u r a n t e el of ic io religioso y h u b o enf ren-t a m i e n t o s en t re mani fes tan tes , policía y fieles.

— En Bélgica:

En Bruselas , la Fede rac ión de Soc iedades C o o p e r a t i v a s decide el boicot a los p r o d u c t o s e spaño-les y lleva la cuest ión an te la A l i a n z a C o o p e r a t i v a In ternac io-nal. El C o m i t é In te rnac iona l So-cial ista de es ta c iudad debía ges-t i ona r q u e todos los t r a b a j a d o -res del m u n d o adop t a sen igual med ida . T a m b i é n en Bruse las , el d ía 17, se verif icó un g ran mitin al que siguió una mani fes tac ión que se e n c a m i n ó hac ia la e s t a tua de los condes E g m o n t y H o r n , m u e r t o s en el siglo X V I por la Inquis ic ión e spaño la . En esta m i s m a c iudad es d o n d e se erigi-ría un m o n u m e n t o a la m e m o r i a

de Fe r r e r , " m á r t i r de la l ibertad de conc ienc ia" , que en la Pr ime-r a G u e r r a Mundia l los a lemanes des t ruye ron .

En Char l e ro i , t o d a s las C a s a s del Pueb lo os t en tan una b a n d e r a negra . El d ia 17, en Lieja , los man i f e s t an t e s asa l tan y ocas io-nan graves desper fec tos en los conven tos . En G a n t e y A m b e r e s se ce lebra ron g randes mani fes ta -ciones . En esta úl t ima ciudad, a r m a d o r e s y comerc ian tes deci-den el boicot a los p roduc tos es-pañoles .

— En Inglaterra:

L o s dias 13 y 14 n u m e r o s o s per iódicos aparecen encuad ra -d o s en negro , y fue ron numero-sos los mítines m o n s t r u o s que se hicieron eco de las pro tes tas de la p rensa . " T h e T i m e s " (¡El Ti-mes!) d e p l o r a b a que en el proce-so F e r r e r las au to r idades ". . . ha-y a n d e s c u i d a d o las f o r m a s ele-men ta le s de la jus t ic ia" . El dia 17, en L o n d r e s , T r a f a l g a r Squa-re, mitin g r and ioso en el que los o r a d o r e s eran de diversos países y d iversas ideas. Vallina, que asist ió a este mitin, insiste en que el a g u a ca ia a to r ren tes y aun asi se llenó de gente (41). F ina l izado el mit in, t o d o s los concur ren te s s iguieron a los po r t adores de b a n d e r a s has t a la E m b a j a d a es-paño la , d o n d e s i lbaron, a r ro ja-ron p iedras y dieron gr i tos de vi-vas y m u e r a s .

El d ía 21, en Londres , en el M e m o r i a l Hal l , intervino Kro-potkin , con un d i scurso no exce-s ivamen te conoc ido , en el que empieza a t a c a n d o a la p rensa c o n s e r v a d o r a br i tán ica denun-ciando sus falsas maniobras (42). C o n t i n ú a con una descripción

(41) Vallina, op. citpág. 131. (42) No hace falla decir que la prensa con-

servadora europea no se unió a la campaña, y en lo que pudo ¡a desprestigió profundamente. En Inglaterra, la prensa de los conservadores

fue explícita en este sentido; así, el "Daily Te-legraph", en su editorial del 21 de octubre, di-ce, refiriéndose a la campaña pro-Ferrer, que "Ha habido en todo esto una mezcla caracte-rística de frenética excitación, cálculo histrió-nico y violencia subversiva, siempre a punto de emerger. Hay un espíritu demoniaco suelto. Un espíritu de virulenta vituperación y estimu-lo amenazador". Es a este editorial y al del "Moming Post", del 18 de octubre, a los que en concreto se refiere Kropotkin.

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de la s i tuación e spaño la , y se refiere en c o n c r e t o a los la-m o s o s p r o c e s o s de M o n t j u i c h de 1896, h a b l a n d o de la "Bast i l la de A l f o n s o " y de las b o m b a s del no m e n o s f a m o s o Rull, y a c a b a -rá su intervención s e ñ a l a n d o el h e c h o de que Fer re r no par t ic ipó en la S e m a n a Trág i ca , h e c h o q u e en el fondo piensa que hay que l amenta r po rque "Si él y o t r o s m u c h o s h o m b r e s , en t re los ' in te lec tuales ' en Barce lona , hu-bieran t o m a d o pa r t e en el movi-mien to de p ro tes ta en c o n t r a de la guer ra , quizá habr ían h a b i d o m e n o s c o n v e n t o s q u e m a d o s , pero el resu l tado podr ía habe r

- s ido que la Bastilla de M o n t j u i c h del actual clerical y mili tar go-

origen de la C r i s t i a n d a d " (Bar-celona. 1906, Ediciones de la Es-cuela Mode rna ) , c o n s i d e r a n d o que es por la publ icación de este libro que Fer re r h a p a g a d o con su vida. El principe f inal izó su in tervención con es tas pa l ab ra s : " A h o r a él es tá muer to , pero nues t ro deber es resumir su t ra-ba jo , con t inuar lo , p ropaga r lo , p a r a a t a c a r t o d o el fe t ich ismo que mant iene a la h u m a n i d a d b a j o el yugo del Es t ado , del C a p i t a l i s m o y de la Supers t i -c i ó n " (44).

— En el resto de Europa:

El dia 12, en Zur i ch , numero -sos g r u p o s de pe r sonas se diri-gieron al c o n s u l a d o español en

la g e n d a r m e r í a que p ro tege el c o n s u l a d o español .

En O p o r t o , el d ía 13 h u b o una impor t an t e man i f e s t ac ión . En Lisboa , el A y u n t a m i e n t o co-locó su b a n d e r a a media a s t a .

En Berlín, el 17, se ce leb ra ron t res n u m e r o s a s reuniones , acu-d ieron m á s de 8 .000 p e r s o n a s y o t r a s t an t a s se q u e d a r o n fue ra por no haber sitio.

En Hungr í a , sobre t o d o en Budapes t , P r e sbou rg y Z e s n o v a r h u b o violentas man i fes tac iones . En P r a g a se a c u e r d a erigir una p laca c o n m e m o r a t i v a en la sala d o n d e Fe r re r dio un d i scurso en el C o n g r e s o de L i b r e p e n s a d o r e s de 1907 (45). En Aus t r i a , los o b r e r o s de can t e r a s de c o n s t r u c -

El f o s o d o n d e f u e fus i l ado Ferrer Gua rd i a e n el p r imer an ive r sa r io de su m u e r t e . Su h e r m a n o J o s é a p a r e c e e n la f o t o g r a f í a s e ñ a l ado con una cruz.

bie rno habr ía c a í d o " (43). Des-pués de referirse a t o d a la o b r a educa t iva de Fer re r , que califica c o m o de alto valor , c o m e n t a el p ró logo de Fe r re r al l ibro "E l

(43) "Kropotkin's Speech, Memorial Hall. London, october 21, 1909", en "The Ciet\fue-gos Press Anarchist Review". Vol. One, núme-ro 3. Auíumn, 1977. Aberdeen (UK), págs. 78-79.

ac t i tud a m e n a z a d o r a , preten-d iendo asa l tar lo , r o m p i e n d o la pue r t a de e n t r a d a . Después , mu-c h o s man i f e s t an t e s se dirigieron al domici l io par t icular del cónsul de E s p a ñ a , que fue de fend ido p o r la policía. En G i n e b r a , los co r t e jos en t r an en colisión con

(44) Ibidem.

c iones mar í t imas y del pue r to li-bre de Tr ies te a b a n d o n a r o n el t r a b a j o . En Viena, el d o c t o r A d -ler hace en el A y u n t a m i e n t o el panegí r ico de Fe r re r . En San Pe-t e r sburgo , dos mil e s tud ian tes

(45) Su intervención está recogida en el nú-mero 33 de "Tierra y Libertad", Barcelona, 1910, y en el "Almanaque de Tierra y Liber-tad para 1914", Barcelona, págs. 191-193.

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reunidos en a samblea a d o p t a r o n una vehemente resolución en fa-vor del már t i r , que fue env iada a la E m b a j a d a españo la y a las au to r idades . Decidieron no asis-tir un dia a clase p ro t e s t ando por el fus i lamiento de Fer re r .

— En el cont inente america-n o :

En Montevideo , desde que se c o n o c e la noticia de la mue r t e de Fe r r e r , los gremios a b a n d o n a n el t r aba jo . Millares de mani fes -tan tes recorren las calles can tan-do la Marse l lesa . Las iglesias al igual que la E m b a j a d a e spaño la t ienen que ser pro tegidas por la policía.

En Buenos Aires , huelgas, mí-tines, mani fes tac iones al c a n t o de la In te rnac ional ; p royec to de boico t a ba rcos y p r o d u c t o s es-pañoles .

En N u e v a York , impor t an t e mitin en el Madison . En Ch ica -go, fuego de artif icio " p a r a com-batir el m á s g rande ac to oscu-rant is ta de la é p o c a " . "E l g ran apóstol —se refiere a Ferrer— se ha reunido con los Már t i r es de C h i c a g o " (46).

Bien; has ta aquí, la recensión

(46) La elaboración de esta síntesis ha sido hecha a partir de los datos facilitados por Nomandy Lesueur, op. di., págs. 19-25; José Brisa, op. di., págs. 319-328; Sol Ferrer, en "Le véritable Francisco Ferrer", Ed. S chele! -cher Freres, París, 1948, págs. 219-220 y 269-272; y de "El Pueblo", diario republicano de Valencia, de los días 14 a! 21 de octubre de 1909, passim. Adjetivos como "numeroso-a", "multitudinarios", "violento-a", y otros adje-tivos utilizados para describir y precisar el ca rácter de manifestaciones y acciones de protes-ta pro-Ferrer, los he utilizado reproduciéndo-los tal y como aparecen en las fuentes base de ésta síntesis. Recoger la condena unánime de prácticamente toda la prensa europea haría demasiado extenso este apartado del artículo. Pueden verse síntesis sobre este tema en Normandy Lesueuer, op. cit., págs. 160-178, y en Brisa, op. di., págs. 336-343; para la pren-sa italiana en concreto puede verse en A milca-re Cipriani, Antonio Agresti, etc., "Francisco Ferrer Guardia. Suo sacrificio e giudizlo delVopinionepublica". Casa Editrice Libraría, Roma, 1909, 2.a edizione, págs. 57-75; con arts. aparecidos en "A van til", "11 Corriere della Sera", "11 Secolo", 7/ Giornale d'Italia", "11 Messagero", "La Tribuna", etc. Como ne-cesario contraste pueden verse las posturas de la prensa consejadora europea -con escasas publicaciones— en la recensión que de ellas hacen los autores mauristas J. Paulis y F. So-rel. en "Maura ante el pueblo", prólogo de An-gel Ossorio, en un intento de minimizar la campaña de prensa pro-Ferrer. Ed. Librería española y extranjera Francisco Beltrán. Ma-drid. 1915, págs. 242-244.

m á s breve posible de t o d a la for-midab le c a m p a ñ a de pro tes ta in-te rnac iona l en el c a so Fer re r , que a u n q u e p u e d a parecer ex-haus t iva , ni de hecho lo es, ni t a m p o c o lo pre tende , pues po-dr ía ampl i a r se aún m á s con , por e jemplo , la recensión y análisis de p o s t u r a s de la p rensa euro-pea an te el c a so Fe r re r ; pero es é s t a una cont ingencia que no c o n t e m p l a r e m o s . El ju ic io emiti-d o por la his tor iograf ía oficial e s p a ñ o l a sob re es ta c a m p a ñ a es, an te todo , cualquier cosa m e n o s ecuán ime . P a b ó n , u n o de sus re-p resen tan tes m á s cua l i f icados , qu i so ver en t o d a es ta c a m p a ñ a la o b r a de " t o d o s los sectar ios , t odos los cre t inos y t odos los m a l n a c i d o s de E u r o p a " . L o s tér-minos en los que P a b ó n emite su ju ic io " h i s t ó r i c o " —téngase en cuen t a que en el m o m e n t o de su mue r t e era pres idente de la A c a -d e m i a de Historia— le au todes -cal i f ican c o m o p a r a l lamar a na-die sec tar io ; respec to a la limpie-za de c u n a de las pe r sonas , es preferible no en t ra r , y, en fin, so-bre lo del cre t in ismo, repárese , aun por enc ima , en la lista de in-telectuales eu ropeos que protes-t a ron bien por el juicio, bien por el pos te r ior fus i lamiento de F e -rrer, d e s d e Lévy-Bruhl y Painle-vé, p a s a n d o por D u r k h e i m y M a u s s y a c a b a n d o con Adler , p a r a ver d ó n d e puede a t i sba rse ese cre t in ismo. En fin, seña la r que con mot ivo de la c a m p a ñ a e u r o p e a de p ro tes ta por los C o n -se jos de G u e r r a a mil i tantes de E T A y F R A P y su pos ter ior fu-s i l a m i e n t o en s e p t i e m b r e de 1975, a a lgún per iodis ta y a al-gún h i s to r iador se le d e s p e r t a r o n los ref lejos históricos; asi el edi-torial de " Y a " , " L a his tor ia se r ep i t e" (47), y el ar t ículo de Ri-c a r d o L a C ie rva —con un ti tulo de lo m á s sustancioso— " L o s p lanos de la c a m p a ñ a exter ior c o n t r a E s p a ñ a " , a p a r e c i d o en " L a s P r o v i n c i a s " (48), son bue-

(47) Editorial de "Ya" cit. (48) "Las Provincias". 25 septiembre 1975.

Habla de "la ferre rada" en pág. 5, y en pág. 10 recoge el testimonio de Pabón reseñado en la nota /.

na p r u e b a de ello y de no resistir la ten tac ión de c o m p a r a r a m b a s p ro tes tas in ternacionales , la de 1909 y la de 1975.

U n breve análisis de t odos es-tos ac tos , man i fes tac iones y es-cr i tos de la é p o c a nos c o n f i r m a n un F e r r e r conoc ido por la opi-nión públ ica eu ropea c o m o : li-b r epensador , anticlerical , m a s ó n y a n a r q u i s t a —aunque de h e c h o p r imase m á s su f ace ta librepen-s a d o r a , r a zón por la que F e r r e r era c o n s i d e r a d o c o m o márt i r de la l ibertad de conciencia , vict ima de la in t rans igencia y el o scu ran -t i smo, equ iparab le a G i o r d a n o Bruno , Miguel Servet o S a v o n a -rola, c o m o g u s t a b a n de hacer sus de fensores en oc tub re de 1909— y fue ron prec i samente t odos es tos sec tores un idos o por s e p a r a d o los que a p o y a r o n a Fe r re r . El reunia en si m i smo to-d a s esas face tas , bien po rque a lo la rgo de su vida se si tuó en al-g u n a s de esas á reas ideológicas, bien po rque en el m o m e n t o de su mue r t e pod ia ser adsc r i to —en el f o n d o et iquetado— de una f o r m a c la ra en a lguna de esas face tas seña ladas . Pe ro no nos equivo-q u e m o s , Fer re r fue fus i lado por ana rqu i s t a , lo fuese o lo parecie-se, dis t inción que no cons idero a h o r a relevante. El e m b a j a d o r de E s p a ñ a en el Quir inal asi lo c o m p r e n d í a c u a n d o dec l a r aba q u e " L a p r o p a g a n d a de Fe r re r e r a doble: la anticlerical , que es admis ib le , pero no la ana rqu i s t a que e n s e ñ a a rebelarse c o n t r a la au to r idad y las ideas de patr ia y e j é rc i to" (49).

5. Una carta de Máximo Gorki

Ya muer to Ferrer , G o r k i en-vió una c a r t a a la Asoc iac ión F r a n c i s c o Fe r r e r , de N u e v a York (50), l a m e n t á n d o s e de la

(49) Declaraciones recogidas en "El Pue-blo" del 14-10-1909.

(50) Reproducida por Charles Malato en "L'assassinat de Ferrer. Eclaircissements". Edition du Réveil, Genéve, s. d., 1911-12?

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El escr i to r r u s o M á x i m o Gorki ( 1 8 6 8 -1 9 3 6 ) , q u e s e hizo e c o d e la p r o t e s t a m u n d i a l por el f u s i l a m i e n t o d e F ranc i s co

Ferrer Gua rd i a .

inef icacia de t odas las t en ta t ivas de sa lvar a Fer re r . M a l a t o , que es quien recoge la ca r t a , e n u m e -ra en un folleto pub l i cado en res-pues t a a G o r k i t odos los inten-tos r ea l i zados p a r a sa lvar a Fe-rrer , incluidos t odos los que lle-va ron a c a b o los comi tés de apo -yo a Fe r re r c o m o mani fes tac io -nes, mit ines, ar t ículos de p r ensa , pasqu ines , panf le tos , ges t iones a nivel de e m b a j a d a s , e tcé tera . A p a r t e de es tas acc iones , t a m -bién se in tentó saca r a Fe-rrer de E s p a ñ a ; c o n c r e t a m e n t e Miguel M o r e n o , m a e s t r o racio-nal is ta , m a r c h ó a Alcañ iz y con pos te r io r idad a Teruel p a r a co-noce r el escondi te de Fe r re r y l levarlo a Par is , pero F e r r e r y a h a b í a s ido detenido. I g u a l m e n t e M a l a t o s imuló un viaje a Lon-

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dres con el fin de hacer una falsa en t rev is ta a Fe r re r en esa c iudad —absteniéndose de f irmar—, t ra-t a n d o de e n g a ñ a r a la policía es-p a ñ o l a y hacer creer que F e r r e r e s t a b a en el e x t r a n j e r o (51). L o cierto es que La Cierva conocía la fa l sedad de esa ent revis ta (52). P a r a Ma la to , la expl icación del f r a c a s o de t odo in tento de sa lvar a Fe r re r es tá en que . se-gún él, las m a s a s no se levantan j a m á s , sino ante hechos consu -m a d o s ; es decir , c u a n d o es de-m a s i a d o t a r d e (53). P e r o lo cier-to es que n a d a se hubiera pod ido consegui r po rque t o d o s los a jus -t ic iamientos que se e fec túan con pos te r io r idad a la comis ión de una revuel ta violenta c o n t r a el o rden es tablec ido revisten un ca-rác ter de e s c a r m i e n t o e j empla r , con fuer tes dosis de v e n g a n z a de clase, y que se pre tenden didáct i -cos en t a n t o que quieren ser di-suasor ios . En los c a s o s en que tales a jus t i c iamien tos ven c o m -pl icada su con f igu rac ión por una visible pro tes ta exter ior , pre-via o poster ior al final del proce-so, c o m o sería el c a s o Fe r re r . el de S a c c o y Vanzet t i , el de los es-posos R o s e m b e r g y t a m b i é n los fus i lamientos de E T A y F R A P en 1975, puede añad i r se o t ro f ac to r c a r ac t e r i z ado r : el de rea-f i rmac ión del E s t a d o y de la cla-se que lo con t ro la f ren te a lo que d e n o m i n a n " in je renc ias ex t ran-j e r a s en a sun tos de o rden inter-n o " . En cualquier caso , un repa-so de esos ca sos c i t ados m u e s t r a has t a qué p u n t o t o d a p ro tes ta in ternacional se revel'ó c o m o ine-f icaz y q u e d ó c o m o s imple ac-ción tes t imonial , lo que en abso-luto resta valor a tales p ro tes tas , pues el s imple h e c h o de que se p r o d u z c a n es de por sí significa-tivo.

M á x i m o G o r k i (Alexéi Maxi-movich Péshkov , 1868-1936) ,

(51) La falsa entrevista se publicó en un diario belga, Malato, op. di., pág. 10.

(52) Como asi lo declaró en su discurso de f espuesta a las distintas interpelaciones parla mentarías con motivo del debate por el intento de iniciar la revisión del proceso Ferrer, en la 5.a sesión, 31 de marzo de 1911, en Cruzel, op. cit. pág. 63.

(53) Malato, en op. cit., pág. 15.

escr i tor ruso de origen p o p u l a r y de f o r m a c i ó n a u t o d i d a c t a , por la l echa de la muer te de Fe r re r era m i e m b r o del g r u p o V p e r i o d (Adelan te ) ; este g r u p o tenia la p r e o c u p a c i ó n f u n d a m e n t a l del desa r ro l lo cul tura l p ro le ta r io , desa r ro l lo que L u n a c h a r s k i —in-t imo amigo de Gorki—, en 1914, descr ib ia c o m o " u n med io de e levar la conc ienc ia de clase del p ro le ta r i ado y de p r o m o c i o n a r el espíritu de e n t u s i a s m o mili tan-te p a r a la consecuc ión de los ob-je t ivos de c lase" (54). P o r las fe-c h a s en que G o r k i e r a m i e m b r o de Vper iod (1908-09) , existe una cierta similitud ent re la a c t u a -ción del escr i tor ruso y Fe r r e r , pues en Cap r i , a pr incipios de 1909, se inició la o rgan i zac ión de una "escue la del p a r t i d o " con el fin de p r epa ra r c u a d r o s per-m a n e n t e s de líderes (55) del pa r -tido p roceden tes de la c lase ob re ra . Escue la f i n a n c i a d a con donaciones particulares, especial-men te de G o r k i , de su e s p o s a M. F e d o r o v n a A n d r é e v a y de C h a -liapin (56). Los con fe renc i an t e s de la escuela de C a p r i f u e r o n B o g d á n o v , L u n a c h a r s k i , L iédov . Desni tski , Volski y P o k n o v s k i ; G o r k i d a b a con fe renc i a s sob re historia de la l i te ra tura r u s a . P r inc ipa lmen te es ta similitud de ac tuac ión ent re G o r k i y F e r r e r se s i túa en el desa r ro l lo de pare-j a s func iones de a m b o s en rela-ción a una escuela: f i nanc iadó-res y p rofesores , pe ro c r e o que llevar m á s allá de ese nivel el pa-ra le l ismo es, c u a n d o m e n o s , a r r i e sgado , ya que resul ta difícil e s t imar has t a qué p u n t o existe una e x a c t a similitud de f o n d o ent re las p ropues t a s e d u c a t i v a s de Fer re r y la ocas ional activi-d a d e d u c a d o r a de G o r k i . pues a par te de d i ferencias , tales c o m o el que la escuela de C a p r i fuese una escuela de " p a r t i d o " en la que se p r e p a r a b a n " l íderes de pa r t i do" , es un h e c h o que la po-lítica educa t iva de los boichevi-

(54) Tomado de Sheila Fitzpatrick: "Lu-nacharski y la organización soviética de ta educación y de las artes (1917-1921)". Ed. Si-glo XXL Madrid, 1976, pág. 24.

(55) Ib ídem, págs. 21-22. (56) Ibídem. pág. 22.

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ques no tuvo nunca especiales puntos de contacto con las tesis ferreristas sobre educación; y aun más: en Rusia, el único mo-vimiento que intentó poner en práctica esas tesis fue el Mach-novista, que dirigía Néstor Maj-no, y que a medida ocupaban te-rritorios luchando al lado del Ejército Rojo bolchevique, in-tentaba aplicar tales tesis en el marco más general de una orga-nización social de carácter anar-quista (57), y este movimiento, en el momento en que no sola-mente no era útil a los intereses de los bolcheviques, sino que, además, los obstaculizaba, fue aplastado cruentamente. Era el preludio de Kronstadt. No obs-tante, aclararé que tampoco in-tento asimilar la postura de los bolcheviques a la de Gorki, cuya actitud cara a estos fue muy os-cilante.

Vayamos por último con la carta de Gorki que aqui presen-tamos. Sin duda esta carta no es más que otra protesta de las mu-chas que surgieron a la muerte de Ferrer, y que añadir a la larga lista de intelectuales que en su dia levantaron acta de protesta por lo que consideraban un cri-men de estado. Gorki ya se ha-bía solidarizado con Ferrer a raíz de su primer juicio (58), probablemente a partir de la co-laboración que Gorki mantenía con el "Boletín de Escuela Mo-derna" en el que publicó algunas cosas (59). No obstante, la carta posee una serie de caracteristi-cas que la peculiarizan. En pri-mer lugar, el hecho de que no coincide su aparición cronológi-ca con el resto de escritos efec-t u a d o s bien en o c t u b r e -

(57) Vid. Tina Toma si: "Ideologie líber ta-ñe e formazione umana", La Nuova Italia Editrice, Firenze, 1973, pdg. 222, nota 17; Piotr Arshinov, "El movimiento machnovista", prólogo de Volin, Ed. Tusquets, Barcelona, 1976, pág. 220; Paul Avrich, "Los anarquistas rusos", Alianza Editorial, Madrid, 1974, pág. 220.

(58) Tal y como señala A. Borjas Ruiz (presidente de la Asociación Escolar Republi-cana de Barcelona) en "El fin de una leyenda. España ante el proceso Ferrer". Ed. La Neoti-pia. Barcelona, 1907.

(59) "Boletín de la Escuela Moderna", nú-mero 8. Barcelona, 30 de abril de 1906.

diciembre de 1909, bien con los aparecidos con motivo del pri-mer aniversario de la muerte de Ferrer —a destacar los números dedicados por "Tierra y Liber-tad" y "Escuela Moderna", ór-gano de la Escuela Moderna de Valencia que dirigía Samuel Torner. En segundo lugar, que su destinatario no es la opinión pública europea, sino un reduci-do grupo de gente —la Ferrer Society de Nueva York. Razo-nes por las cuales el testimonio de Gorki se convierte —a mi jui-cio— en una autorreflexión, casi intima, que invita a compartir, en torno a un comportamiento más generalizado y que él mis-mo en Capri está viviendo (60). Se convierte asi la carta en un testimonio superador de su mero h e c h o d e s e n c a d e n a n t e —la muerte de Ferrer— para acabar siendo una lúcida reflexión, críti-ca y autocrítica a un tiempo, so-bre el comportamiento de inte-lectuales y políticos en la época en que la carta fue escrita:

Capri, agosto de 1910."

"Cuando el poder tenebro-so del fanatismo asesina de-lante de nuestras miradas un hombre, porque él ha traba-jado sincera y generosamente por el bien de la humanidad, nosotros somos todos igual-mente culpables de este asesi-nato.

¿La obra de Ferrer no nos es familiar a todos, esta obra que tiene por meta aumentar los hombres sinceros y razo-nables en este mundo? ¿No deberíamos sentirnos todos solidarios y prestarnos apoyo en los momentos de abati-miento y de laxitud, ayudar-nos en el trabajo y proteger-nos unos a otros en el peli-gro? Vivimos vidas solitarias, separadas no por el espacio, pero si por la ausencia de una idea que nos uniría en un fuerte ejército de hombres sinceros.

(60) Fitzpatrick, op. cit., pág. 23.

El m o n u m e n t o a la m e m o r i a d e Fran-c i s c o Ferrer Guard ia , "márt ir d e la li-

b e r t a d d e c o n c i e n c i a " , e n B r u s e l a s .

Somos demasiado indivi-dualistas; nos estimamos de-masiado poco unos a otros. Criticamos a menudo las obras de nuestros amigos, y es por esto por lo que nues-tros enemigos nos asesinan uno a uno. Cuando uno de nosotros es asesinado, nos la-mentamos y lloramos. Es in-terminable.

Hubiésemos hecho mejor de haberle defendido vivien-do, de haber sostenido sus actividades dia a dia, de ha-ber adivinado con antelación el peligro que podia amena-zarle, y de haberle rodeado del cálido abrazo de nuestra amistad y de nuestra estima.

Máximo Gorki • L. M. L. L.

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Lo militar en la sociedad española

la Restauración

Maribel García Soler

"W A institución militar ha sido y es elemento fundamental en la es-¡ jtructura social y política de la sociedad española. Ha dominado

toda la historia contemporánea más que la de ningún otro es-tado europeo occidental. El papel que ha jugado el ejército se inscribe dentro de una dinámica muy accidentada que determina la trayecto-ria de la institución militar.

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siglo XIX comenzó con el desastre de la Guerra de In-

dependencia y concluyó con el desastre colonial. Los inicios del siglo XX están presididos por un marasmo del estamento cas-trense, cuyo proceso evolutivo curiosamente se revitaliza de forma parcial a medida que se agrava la situación bélica, con las guerras coloniales y la guerra de Marruecos.

El proceso evolutivo que vivió el ejército a fines del siglo XIX y parte del siglo XX es un proceso complejo de doble imputación:

1) Factores internos. Consoli-da su "institucionalización". Fin de las guerras carlistas, integrándose la gran mayoría de la oficialidad carlista en el ejército vencedor. Este tras-vase marcó ineludiblemente a la institución castrense, ya que se incorporaron al ejérci-to elementos tradicionalistas y conservadores (este aspec-to no se ha estudiado en pro-fundidad y es de interés).

2) Factores externos. Con una triple vertiente. Las guerras coloniales; vitalización del movimiento obrero y campe-sino, y, sobre todo, el desa-

P r á x e d e s M a t e o S a g a s t a ( 1 8 2 5 - 1 9 0 3 ) .

rrollo de dos fuerzas políticas en la periferia, el catalanismo —que identifican con separa-tismo— y el republicanismo —como corriente ajena a la Monarquía.

CRISIS DE 1895

Esta crisis es una de las más graves de la Restauración. Gra-ve por los hechos que la provo-can y por las circunstancias que

la rodean, que dificultan su solu-ción.

En el interior del país existe un descontento general; descon-fianza en el sistema de partidos. Se está en pleno desarrollo de los "partidos de turno", predo-minio absoluto del partido libe-ral de Sagasta. Se producen dos hechos que son desencadenantes de esta crisis:

1) Se recrudecen las sublevacio-nes en Cuba y Filipinas.

2) Hundimiento del crucero "Reina Regente" al regresar de Marruecos.

La intensificación de la grave-dad de la situación militar era manifiesta. Se vivía un clima bé-lico secundado por la gran ma-yoría de los españoles. Fuertes contingentes militares se desti-nan a las colonias. Casi todos los oficiales que servían eran vo-luntarios; el ejército se habia mostrado reticente a destinar oficiales a Cuba por decreto ad-ministrativo.

En Madrid, el 13 de marzo de 1895, unos treinta a cincuenta oficiales (la cifra varia según la fuente) allanaron y destrozaron todo en la redacción del diario "El Resumen". Habia publicado

Gran re tre ta mil itar c e l e b r a d a e l dia 3 0 d e n o v i e m b r e d e 1 8 9 7 e n M a n i l a (F i l ip inas ) . La c a r r o z a d e la In fanter ía , p r e p a r á n d o s e para sal ir d e l c u a r t e l d e la L u n e t a .

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este periódico en su editorial que entre los tenientes había poco es-píritu militar, pero que éste exis-tia entre jeles superiores y sar-gentos. en declaraciones efectua-das por el general López Domín-guez, ministro de la Guerra y promotor igualmente del citado periódico. En la edición del 15 de marzo, el diario "El Globo" se limitó a transcribir la nota de la Jefatura de Policía, pero con un titulo: "Los valientes". Se produjo la violenta reacción por parte de 300 subalternos del ejército que asaltaron violenta-mente "El Globo", manifestán-dose de forma exaltada por el centro de la capital del Reino. Los altos mandos del ejército mostráronse solidarios con los asaltantes y dando soporte a las exigencias que demandaban, las cuales eran la supresión de algu-nos periódicos que habian sido especialmente críticos con los estamentos castrenses y la apli-

cación del artículo 7.° del Códi-go Militar.

La salida de la crisis fue sol-ventada, obligando a dimitir a Sagasta, aunque no llegó a pros-perar la aplicación del articulo 7.° Para Tuñón de Lara, el ejér-cito en esta crisis actuó como grupo de presión: "en 1895 se produce un primer conato de ese fenómeno —militarismo—, in-II íencia directa sobre el poder del ejército o de grupos milita-res que pretenden representar-lo" (1).

EL 98

Con la pérdida irreversible de las últimas colonias españolas se culminó un proceso de decaden-cia y pesimismo que se había producido a lo largo del siglo

( I ) Tuñón de Lara, M.: La burguesía y la formación del bloque..., pág. 180, en "Estudios sobre el siglo XIX español" Madrid. 1974; Metodología de la Historia social de España " Madrid, Siglo XXI, pág. 73.

pasado. Este periodo estaba en-marcado en la tesitura del replie-gue metropolitano y de la re-construcción interna. Agravado todo ello con una profundísima crisis política, económica y so-cial. La situación en España, como puede apreciarse a fines del siglo XIX, era de pesimismo, fricción, desaliento, que impreg-nó todo el tejido social. La opi-nión pública, especialmente fue-ra de Cataluña, había creído en el patriotismo difundido por los gobiernos de "turno pacifico" y ahora el desencanto y la indig-nación eran enormes.

Ante esta compleja situación surgió el "Regeneracionismo" como movimiento dinamizador de la sociedad española, con la oposición de intelectuales y de las regiones activas, como Cata-luña y el País Vasco. La primera destaca enormemente como ca-talizador del movimiento regene-racionista. El sector intelectual

44 Una c o l u m n a d e l Ejérc i to e s p a ñ o l h a c i e n d o a l to e n Pinar de l Rio . d u r a n t e la guerra d e C u b a .

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r r a a l c a la a l a . l r t . O U d a - r a a ^ a a a a i a i i l laamuaa i oual m ia a a ' j • aa j ao taa . O u . a •"»<-ia o n u i f - a a t a aa La jrauna a . a c u i " ii !>••< >U n a d a la j u i i i i » f u - t i » a i aaU aa

A l i o VIL—NÚM. J % a o i , u . t a i u r ^ . k i r i a n » ^ ta . Jaevtx 19 d o M a n o d o 1896 ^ . . . 1 . ^ 1 , 4 . i a . u a T R E S EDICIONES D I A R I A S

HERALDO DE MADRID

F a c s í m i l d e la p r i m e r a p á g i n a de l " H e r a l d o d e Madr id d e l 1 9 d e m a r z o d e 1 8 9 6 .

planteó examen de conciencia sobre nuestro pretérito nacional: era patente que toda nuestra his-toria resultaba falsificada; repre-sentada por la "España castren-se y frailuna", denunciaban el patriotismo vocinglero.

Empezó a hacer profunda me-lla en España, sobre todo a raiz de las derrotas coloniales, un an-timilitarismo que fue "in cres-cendo". El poder político a tra-vés de la prensa burguesa hizo converger la campaña antimili-tar culpando de todos los males al ejército. Igualmente la prensa

obrera, acorde con sus postula-dos ideológicos —solidaridad de los oprimidos, antimilitarismo, anticlericalismo—, incidía en sus campañas contra los males en-démicos de las instituciones cas-trenses.

Ante la intensificación del cli-ma antimilitarista que no cedia un ápice, el ejército sufrirá una frustración política y profesional que irá progresivamente degene-rando. El estamento castrense estaba lastrado por una impor-tante cabeza de viejos generales, aferrados siempre al pasado. La

connivencia del poder civil, "dé-bil" ante los múltiples males irre-versibles que acuciaban al esta-mento militar, siendo a la vez un sólido sostén, como resalta Jut-glar, en donde asirse, no se sen-tía por las clases dominantes ca-paz de efectuar una extirpación quirúrgica del mal. Los gobier-nos y Alfonso XIII vieron un posible derivativo de ilusiones e intereses para tratar de mante-ner el prestigio del pais y del ejército, aunque en realidad exis-tia una perentoria necesidad de reorganizarlo, distrayendo al

B o m b a r d e o de l c u a r t e l y de l p u e n t e a t r i n c h e r a d o s d e N o v e l e t a . e n C a v i t e . D u r a n t e la g u e r r a d e Fi l ip inas

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D e s t r u c c i ó n d e la e s c u a d r a e s p a ñ o l a de l a l m i r a n t e C e r v e r a . d u r a n t e la g u e r r a d e C u b a , por la n o r t e a m e r i c a n a d e l a l m i r a n t e S a m p s o n . En S a n t i a g o d e C u b a .

el 3 d e ju l io d e 1 8 9 8 .

ejército y a la opinión pública en un nuevo objetivo: Marruecos. La tesis intervencionista, aun a riesgo de cualquier reacción, se fundó en la creencia de la mayo-ría de los políticos españoles de que España seria vulnerable es-tratégicamente y dejaría de con-tar como gran potencia si cual-quier otra nación se asentase en el norte de Marruecos.

El ejército, a lo largo de 1899, estaba siendo repatriado y se su-maba al de la metrópoli. Conta-ba en aquellas fechas con 499 generales, 600 coroneles (apro-ximadamente), 2.400 jefes y ofi-ciales. A raiz de las pérdidas de los territorios de Ultramar, que-daron 8.000 jefes y oficiales sin colocación. Señala Mola que, debido a las exigencias de las guerras civiles, guerras colonia-les y, por último, la intervención en Marruecos, se hicieron oficia-les a granel (2).

La política de los partidos di-násticos se elevaron a cotas ini-maginables e inviables. La ma-yor parte de los regimientos for-mados entre 1896 y I899 seguía existiendo, aunque estos no lle-gaban a 400 miembros. Este cli-

(2) Busquéis, J.: El militar de carrera en España. Col. Demos, Barcelona, 1967, págs. 139-140. Alonso Baquer: El ejército en la so ciedad españolaMadrid, 1971, pág. 259.

ma garantizaba la autopostulación cuasípermanente hacia posturas extramilitares de los mandos más activos entre quienes osten-taban altas graduaciones. El conde de Romanones escribió: "grave mal se ha irrogado al ejército con haberle considerado como algo muy importante, pero apartado del resto de la nación, como una organización indepen-diente de ella" (3). El recrudeci-miento durante los últimos años del siglo XIX de las guerras co-loniales y la intensidad del reclu-tamiento efectuado entre 1895 y 1899 mostraban quiénes lleva-ban sobre sus hombros los cos-tes y sacrificios. Era evidente la incapacidad e irracionalidad de la clase política ante las necesi-dades impuestas por una política de conservación a toda costa, de las últimas posesiones en Ultra-mar, sin atenerse a unos criterios de objetividad y racionalidad por la desproporción entre las posibilidades del erario público, haciendo recaer el peso en las clases populares (4). Jorgen V¡-gón escribió: "Por desgracia su-

S e g i s m u n d o M o r e t y P r e n d e r g a s t ( 1 8 3 8 - 1 9 1 3 ) .

(3) Romanones, conde de: El ejército y la política. Madrid, 1920, pág. 80.

(4) Sales de Buhigas, Nuria: Servicio mili lar y sociedad en la España del siglo XIX, en "Sobre esclavos, reclutas y mercaderes de quintas". Barcelona, 1974, págs. 207-277.

ya, una nota que es común a los jóvenes españoles de su tiempo... formación en un ambiente de ca-tolicismo consuetudinario y so-cialmente flojo que no les basta, como no bastaba a los intelec-tuales de la generación del 98... es reflejada en el ejército" (5).

CRISIS DE 1905

Esta crisis es una de las más graves y largas de la Restaura-ción en el siglo XX, a la cual le irán sucediendo otras que irán desembocando a la desintegra-ción irreversible del régimen.

Se produce una serie de he-chos que fueron desencadenan-tes de la misma: a) Campaña de la prensa cata-

lanista contra los estamentos militares, con una serie de criticas aceradas, tanto en editoriales y artículos como a través de dibujos y caricatu-ras.

b) Prohibición absoluta por par-te del gobernador civil de col-gar banderas y ofrendas flo-rales en el 11 de septiembre.

c) Elecciones municipales. Su-puso una "victoria moral" para los catalanistas, cele-brándose para festejar el

(5) Vigón, J.: Teoría del militarismo, Ed. Rialp, Madrid, 1955, pág. 7.

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triunfo el "Banquete de la Victoria". A la salida del mis-mo se produjeron serios al-tercados entre catalanistas (Lliga) y los republicanos (le-rrouxistas).

El clima se hizo muy tenso en la ciudad de Barcelona, y a raiz de estos últimos hechos se pro-dujeron de inmediato unos deba-tes dialécticos muy encrespados en el Congreso de Diputados y en el Senado de Madrid. Con una hostilidad manifiesta entre regionalistas y republicanos (en estos momentos empezaban a surgir disensiones entre el sector estatista-Lerroux y el federalista, que desembocarán muy pronto en crisis manifiesta entre repu-blicanos).

COMO SUCEDIERON LOS HECHOS

Habia aparecido en el sema-nario satirico-catalanista "Cu-

cut" una caricatura que hacia referencia al "Banquete de la Victoria" y los militares. A raiz de su publicación, el 23 de no-viembre, la oficialidad de la guarnición de Barcelona asaltó las redacciones del "Cu-Cut" y de "La Veu de Catalunya".

El 30 de noviembre, con la sanción del rey, se suspenden las garantías constitucionales. Di-mite Montero Rios y entra el también liberal Moret, decidido a la aplicación de la Ley de Ju-risdicciones, que era lo que los militares habian ido solicitando sistemáticamente. Para ello nombró ministro de la Guerra al teniente general Luque, uno de los altos mandos del ejército que de forma entusiasta se habia su-mado a los actos laudatorios del comportamiento de la oficiali-dad de Barcelona (6). Según

Fernández Almagro, tras el de-sarrollo de los acontecimientos se impuso un armisticio a cual-quier precio, que pagaría, natu-ralmente. el poder civil, cediendo al "pronunciamiento", pues lo era en Madrid y en Barcelona, de modo explícito (7). En enero de 1906 se dio a conocer el pro-yecto de ley dado por el mismo Gobierno con carácter de provi-sionalidad. Y estando en vigor prácticamente hasta nuestros días la famosa Ley de Jurisdic-ciones.

Ante los hechos se retiraron del Congreso de Diputados un amplio sector de fuerzas polí-ticas desde carlistas a republica-nos, fundando Solidaritat Cata-lana. • M. G. S.

(6) Ballesteros y Beretta, A.: Historia de España y su lr\fluencia en la Historia Univer-sal". Tomo VIH. Madrid, 1936, pág. 503 (se-

gún Ballesteros, Montero Rios cayó por defen-der la supremacía del poder civil). Payne, S. G.: Ejército y sociedad en la España liberal, ¡808-1936. Akal, 1977 (coincide con la tesis de Ballesteros).

(7) Fernández Almagro, M.: "Historia del reinado de Don Alfonso XIII". Madrid, 1933, págs. 79 y ss.

E s c e n a de l Circu lo Mil i tar d e Mel i l la . a p r i n c i p i o s d e s i g l o .

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1809 - 1814

La agonía de los Franceses de Cabrera

Víctor Claudín

Cabo Moroboh Punta Pesquera

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CALA Cor*

G A N D U F n M P U E R T O Morro derrita

CABRERA

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ISLA DE CABRERA

M a p a d e la i s la d e Cabrera .

I n d i c e por L. F. Gi l le . A u t o r de l m a p a q u e i lustra l a s " M e m o r i a s d e u n r e c l u t a d e 1 8 0 8 " .

A. E n t r a d a de l P u e r t o B. El Cast i l lo C. P o s a d a D. B e r g a n t í n ing lés E. C h a l u p a s

e s p a ñ o l a s F. P o z o s d e

a g u a s a l o b r e G G r a n g r u t a

d e la M a d r e s e l v a H. A n t i g u o Hosp i t a l

( t i e n d a s ) I. C e m e n t e r i o

J . N u e v o Hosp i t a l K. P o z o i n a c a b a d o L. B o s q u e d e p i n o s

M. G r u t a e n e s p i r a l N. M i n a d e e s t a ñ o . O. M a n a n t i a l

d e a g u a d u l c e P. F u e n t e c i l l a Q. P a l a c i o Rea l R. 1 2 1 R e g i m i e n t o S. G e n d a r m e s T. T e a t r o e n f o r m a

d e c i s t e r n a U P r i m e r R e g i m i e n t o

d e D r a g o n e s V. 5 ." Legión X. M a r i n o s

d e la G u a r d i a Y 4.*1 Leg ión

1 / \ Leg ión G u a r d i a d e P a r í s Capil la Mina d e sa l

ISLA HEDONOA

j J t XIS TE, al menos, un episodio real que sucedió durante la Gue-t j j rra de Independencia que protagonizó el pueblo español frente

al invasor francés y que no es suficientemente conocido. Se tra-ta del atroz cautiverio que vivieron más de trece mil soldados franceses en la isla de Cabrera y que los periodistas Pierre Pellissier y Jéróme Phelipeau lo presentaron en forma de relato novelado cuyos datos y hechos son rigurosamente ciertos y comprobables en fuentes de la épo-ca. Recientemente esa obra, de conocimiento necesario, la ha traduci-do una pequeña editorial mallorquína, Aucadena, con un cuidado ex-quisito en su presentación.

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N a p o l e ó n , p o r D a v i d . (Ga ler ía N a c i o n a l d e W a s h i n g t o n . )

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La ba ta l l a d e B a i l é n . ( I l u s t r a c i ó n d e 18 é p o c a . )

AL final de la guerra se d a b a una situa-ción casi inverosimil, la coincidencia

pa ra un solo pais de un rey vendido a los f ranceses , o t ro rey impues to por los f rance-ses y un tercer m o n a r c a rehén de los f rance-ses. A esas a l turas , ¿qué sabían los so ldados del Ejérci to Imperial , s ino aquella inscripción mural que decía que " L a guer ra de E s p a ñ a es la muer te del so ldado, la ruina de los ofi-ciales, la fo r tuna de los genera les"?

Un ejército regular f rente a la revuelta de todo un pueblo que había as imi lado la con-s igna de vida o muer te c o n t r a el f rancés . N o pudo ser, c o m o unos hab ían a la rdeado , ese " t o m a r España c o m o se t o m a el d e s a y u n o " .

En fin, en abril de 1809, a nueve meses de la capi tulación de Bailén, siete mil pr is ioneros e m b a r c a d o s en buques a n ó n i m o s f rente a la ciudad de Cád iz esperaban la l iberación rum-bo Este: su patr ia .

En aquellos " p o n t o n e s " , ex t r añas prisio-nes l lptantes, la vida se iba hac iendo c a d a vez m á s miserable, donde el a m o n t o n a m i e n t o noc tu rno es m á s penoso que la promiscuidad diurna. La disenteria se extiende a bordo .

Ya en alta mar los mar inos han de enfren-tarse ba jo pésimas condiciones al mal t iem-po, a las tempestades . El convoy llega cabe-ceando pr imero a la bahía de P a l m a y luego a la isla de las cabras . Son dieciséis navios

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que ca rgan con un material h u m a n o dest ro-zado por la fat iga, la sed, las enfe rmedades y, especialmente, la desesperanza . U n a mu je r ha par ido gemelos antes de a lcanzar esa me-ta, y algún h o m b r e más ha muer to .

El posible- in te rcambio con presos e spaño-les en F r a n c i a no se cumple; los r u m o r e s de liberación se van cont radic iendo ante un ro-sario de islas que parecen pro longar la de Pa lma .

Los mar inos españoles o rdenan : " L o s f ranceses , p r e p a r a d o s para d e s e m b a r c a r . " Al menos es una pausa en sus penal idades, to-can la t ierra, locos y ebrios de espacio firme que pisar. La isla no es tá habi tada . Y los es-pañoles se ret iran en sus navios.

Después del reconocimiento de la isla, nada que hacer , sino esperar ; algo a lo q u e ya se han a c o s t u m b r a d o . F ren te a un fuer te a b a n d o n a d o y der ru ido sólo pe rmanece un bergant ín inglés.

Por fin, el descubr imiento de tres c a b r a s que, al ser a co r r a l adas al borde de un acant i -lado por tres mil hombres hambr ien tos q u e corren en cacer ía desesperada , sal tan al va-cío y se e s f u m a n p a r a siempre.

D o s dias después del de sembarco , u n a cha lupa de españoles les lleva los p r imeros viveres: pan mohoso , h a b a s y aceite q u e los oficiales repar ten adecuadamen te . L a vida se

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organ iza lentamente en C a b r e r a . C a d a cua-tro dias la escuálida ración les iba a llegar.

A pesar de las renuncias de a lgunos por hacer algo que convierta esa es tancia en algo estable, van levantándose c a b a ñ a s j u n t o a la playa, aunque la mayor ía de los so ldados f ranceses no hacen sino ent regarse a una es-pera fatídica mientras ven c ó m o sus cuerpos van siendo más esqueléticos c a d a vez. Llegan has ta conf igurar calles, y una plaza que reci-be el nombre de Pala is -Royal , sitio de en-cuent ro para in tercambiar habas por pan o una guerrera usada por un pan ta lón remen-dado . Trueque conver t ido en comerc io con los españoles que se han en te rado que si los f ranceses carecen de todo, al menos conser-van a lgunas monedas de oro.

El 18 de julio de 1809 desciende de la cha-lupa D a m i á n Estelrich, un cura que envian c o m o respuesta a una petición que han hecho los oficiales; es español y al domingo siguien-te da su pr imera misa. El cura va del castillo, donde están los heridos, a o t ro edif icado so-bre la colina, donde están aquellos que se consumen por la disenteria o el escorbuto .

P r imero incineran los cadáveres , luego les ace rca rán picos y palas con los que constru-yen un cementer io.

H a t e rminado el ve rano de 1809 y los ele-mentos na tura les se abaten hostiles sobre ellos. La t o rmen ta barre gran par te de las chozas y a los h o m b r e s m á s débiles, deshace el hospital y extiende los muer tos del cemen-terio por la ladera y las chozas del lado este.

H a y que volver a empezar . Después de la t o rmen ta , los soldados osci-

lan entre el deseo de luchar y la tentación de la renuncia , de partir solitarios hacia el mon-te. Los carceleros de Mal lorca o torgan algu-nas dádivas : les llevan agua con la ración de comida , a a lgunos en fe rmos les ofrecen pla-zas en el hospital de P a l m a y a los oficiales les d ispensan con el favor de su par t ida hacia Pa lma ; sólo se q u e d a r á uno: A r m a n d , que considera su deber cont inuar sirviendo a los suyos . D u c o r , un enfe rmo, vuelve restableci-do de P a l m a , con ropa nueva dispuesto a con ta r pun to por pun to todo lo que ha vivido en la c iudad. Ese para íso provoca infinidad de muti laciones voluntar ias pa ra proveerse

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del destino de los hospitales de M a h ó n o de P a l m a que pronto es ta rán aba r ro t ados . L a población mal lorquína protes ta y devuelve a ios detenidos con la p romesa , nunca cumpli-da , de la construcción de un ve rdadero hospi-tal en la isla.

Lo más terrible sigue s iendo la sed, los la-bios resecos en espera del t u r n o en la inmen-sa cola ante el chorr i to de la fuente que han local izado en el interior de la isla.

La primera evasión la p ro tagon iza rán cua-renta mar inos de la G u a r d i a a los que les ha cor respondido en suerte el intentarlo. Cons i -guiendo distraer a los españoles que vienen con la ración gracias a una pelea s imulada y no ven c ó m o esos hombres t o m a n la cha lupa con el pa t rón español a bo rdo pa ra que sus compañe ros no disparen con t ra ellos. Se t o m a c o m o la suerte de unos y el éxito de to-dos y reina una gran alegría.

El hambre , la sed, el hastío. N a d a m á s que hambre , sed y hast ío du ran t e meses y meses. Se roba para sobrevivir y hay que organizar -se, remplazar a la au tor idad de la oficialidad c reando un C o n s e j o que tendrá doce miem-bros y cuya primera preocupac ión es conse-guir un espacio, luego se impone una racional

distr ibución de los al imentos, un orden en el uso del agua , de jan fuera de la ley los présta-mos usurar ios . Así que se cas t igará a los de f rac to res a tándoseles a un palo duran te cua t ro a veint icuatro horas según la grave-dad del delito; al reincidente se le cor ta rá una ore ja y, luego, y a se verá. H a y que ser seve-ros para conservar la dignidad.

C a s i un h o m b r e de c a d a dos ha muer to , cerca de tres mil.

El C o n s e j o reg lamenta también la caza y la pesca. Alguien incluso llega a nado a la isla C o n e j e r a y consigue buen material que vende y de ja pa ra su propio uso.

También se ha cons t ru ido una superficie e levada con r a m a s y ho j a r a sca a m o d o de es-cenar io teatral d o n d e se representan las obras que se recuerdan de memoria . Asisten los so ldados que proceden de las ciudades, mientras que los campes inos prefieren con-vertirse en isleños silenciosos.

A p a r t e de las visitas cot idianas, un día lle-gan oficiales españoles con la intención de re-clutar entre los t res mil esqueletos de la isla de C a b r e r a . Al fin, después de conversacio-nes inútiles entre los doce ediles, setenta y cua t ro isleños de diferentes países, antes en-

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P a l a i s - R o y a l .

ro lados por los f ranceses , eligen ese t ipo de li-berac ión.

El t i empo ahora , en todo caso , se mide por el paso de las estaciones, perdido ya el senti-do de los dias, de los meses, incluso de los años . Sólo una señal invariable: la barca de los víveres, que si se re t rasa un solo día pro-voca numerosos fallecimientos y una o leada de te r ror entre los supervivientes.

En 1810, después de un dia de re t raso, la b a r c a con los víveres llega; sesenta audaces se apode ran de la ba rca c u a n d o los españoles t o m a n tierra, pero, casi al pun to de esca-par , poco m á s de dos mil seres hambr ien tos les tiran piedras. Ya no vi torean a los fuga-dos , están hambr ien tos y la fuga se ha preci-p i tado; luego llegará la cañone ra y bombar -d e a r á a los qué se han t i rado al agua y a los que aún permanecen en la cha lupa ; no que-d a r á ni un superviviente de los sesenta. Y a los cua t ro dias no viene nadie , ni al quin to dia, ni al sexto... T o d o son conje turas . . . El h a m b r e hace devorar ca rdos guisados con o t r a s yerbas que provocan per forac iones in-testinales, también la " p a t a t a de C a b r e r a " , un bulbo venenoso y, en última instancia, se hacen al fuego cocidos de ropas rasgadas .

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Arr iba , gordo , sen tado en su baúl ce r r ado , está el cu ra que, al fin, repar t i rá entre los m á s fieles a lgunas de las galletas que g u a r d a .

Ya intentan comer los restos h u m a n o s , pero la locura , el ago tamien to y la repugnan-cia pueden con ellos. P a r a alguien m á s que intenta la an t ropofag ia hay juicio y c o n d e n a a muer te que cumplen los españoles . An tes , un últ imo deseo: sacar un bulto, lo que en lenguaje de C a b r e r a quiere decir comer u n a s pocas migas de pan. Al oc tavo día de la terri-ble espera , y después de haber sacr i f icado al bur ro Mar t in , su m a s c o t a m á s querida, los mar inos de la c a ñ o n e r a distr ibuyen sus reser-vas y de jan la vigilancia regresando a Pa lma . C a b r e r a agoniza . A pesar de los cu idados , los gemelos mueren , la viuda J e a n n e enlo-quece.

Al déc imo dia t odos se refugian en una es-pera segura de la muerte. Y precisamente en-tonces se pasa de la ilusión a la realidad de la llegada de la c a ñ o n e r a y de la ba rca con los víveres. La abundanc i a m a t a también a quien no tiene t ranqui l idad. *

Se han ido sucediendo, t ambién , el desem-ba rco de nuevas decenas , cen tenas de prisio-neros. Es un 12 de marzo , el de 18 10, c u a n d o

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El a l m a c é n d e loa v í v e r e s .

FRANCESES DE

l80() • 1814

Pier re Pell issier - JérOme Phel ipeau

Palma de Mallorca

P o r t a d a d e la e d i c i ó n e s p a ñ o l a d e la obra d e Pal l iaaier y Phel i -p e a u , q u e da p i e a e s t e t r a b a j o .

regresan los oficiales. C u e n t a n su vida diso-luta, fácil, en el acuar te lamiento de Pa lma , has ta que la población les pretende ma ta r ; asi que su re to rno es, paradój icamente , un r e m a n s o de paz . Su presencia revitaliza la vida de la isla: los pr imeros esfuerzos son para rehacer las chozas , incluso hacen una casa sólida con materiales procedentes de restos en te r rados que van descubriendo; se o torga un sup lemento de víveres por par te del C o n s e j o . Se contabi l izan 1.422 casas y se baut izan las calles, se e labora un m a p a y se llevan a c a b o nuevos e insospechados descu-brimientos en la isla.

Los ingleses les t raen suplementos de víve-res y a lgunas ropas . Se potencia el comercio con ingleses y españoles. Los isleños ofrecen minerales encon t r ados en una gruta , y cas ta-ñuelas, tenedores y cucha ra s tal ladas en boj . También los mar idos o amantes que no pue-den mantener las venden a sus mujeres pa ra que ellas puedan sobrevivir... En una subas ta , una muje r se ofer ta por diez f r ancos vestida y cinco desnuda . Es t a es una de las pocas ocas iones en que se hace referencia a licen-cias de in tercambio sexual; la moral idad de la época seguramente no permitió que este

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pun to fuera recogido en las c rónicas de la época .

C o n t rompe ta s y t rombones , y t res o cua-tro clarinetes, se improvisa una banda . A la que se suma un coro . Los oficiales del ber-gant ín inglés acuden a la representación tea-tral de la tarde, va a ser una fa r sa de Moliere: Le medecin volant, que han podido recons-truir íntegro. S e m a n a s m á s tarde , los ac tores improvisarán sin éxito una revista ba sada en la vida del Pala is -Royal ; sin éxito porque el público les correrá .

A d e m á s ha nacido una epidemia, la del de-seo de aprender : se aprende a nadar , a leer y escribir, cálculo, ma temát icas , cos tu ra , escul-tura , esgr ima, danza . Son las horas menos do lorosas de C a b r e r a , a pesar de que el ham-bre sigue a t enazando los e s tómagos ; pero el hast io ha sido vencido. Se inaugura un nuevo tea t ro duran te una noche de gala.

Al cumplirse el a ñ o de es tancia en C a b r e r a nadie tiene ganas de c o n m e m o r a r el aniversa-rio. Pe ro es el m o m e n t o en que el cu ra D a -mián intente una gran fiesta religiosa con mot ivo de Pentecostés . Se can ta du ran t e la misa especial el Veni Creator. Su es fuerzo re-dentor se cont inúa con una ca r t a al Conse jo , que tiene la respues ta a d e c u a d a de unos hombres que no to leran que él imponga su ley en la isla.

C u a r e n t a oficiales p reparan una fuga y, en secreto, van cons t ruyendo una balsa que en tres meses es tá p repa rada ; pero en el ú l t imo dia, los españoles les descubren y la destro-zan. Mar ieu desaf ia al delator a un duelo a nava jas , pero será él quien caiga muer to .

Aun c u a n d o la preocupac ión esencial en C a b r e r a es el hambre , la si tuación se suaviza c u a n d o la muer te de pris ioneros permite u n a m a y o r ración a los supervivientes, a u n q u e mal dis tr ibuida. El s is tema se va volviendo injusto, pero el C o n s e j o lo tolera, has ta que el capi tán Louxical exige just icia y la obt iene después de ser re tado a duelo y vencer. Se te rmina con las ven ta j a s y es el fin de la com-pañía teatral po rque los cómicos no t r a b a j a n por nada .

Pe ro los españoles se dan cuen ta de que se envían d e m a s i a d a s raciones, y P a l m a envía un comisar io p a r a que cense C a b r e r a . P e r o se p repa ra u n a m a n i o b r a pa ra engaña r el re-cuento . En los siguientes censos los t r u c o s que uti l izaban los f ranceses eran s iempre exi-tosos, al pun to de que en el tercero o cuar to , la población hab ía a u m e n t a d o sin que se co-r respondiera con nuevas depor tac iones . P a r a el últ imo censo , la J u n t a de P a l m a envió tro-pas a r m a d a s que rodea ron a los f ranceses .

El 27 de julio de 1810, c u a n d o un m a n t o

C u e v a - t e a t r o e n la Brújula

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El c a s t i l l o d e C a b r e r a .

de agonía cubre la isla, los ingleses se llevan a oficiales y suboficiales. A bo rdo del Bri tania llegan a P lymouth y a P o r t s m o u t h luego, de-sembarcan y son conduc idos a la prisión de Portchester , donde pe rmanece rán has ta 1814. U n o s dias después, el 15 de agos to , fiesta del Emperado r , los que pe rmanecen en tierra organizan una pi tanza especial en la gran marmi ta comuni tar ia : c a d a uno pone cinco habas , se mete a un ga to salvaje caza-do en el bosque de pinos y unas cuan t a s ra-tas; hay también a lgunos sa lmonetes y un pulpo. Las lagart i jas salvajes no las cogen; las consideran peligrosas p a r a comer . C o n lo fácil que es apresar las al no tener miedo al hombre. Por r iguroso orden, todos ponen m a n o s a la obra . Es un autént ico festín. H a y quien se e m b o r r a c h a de alegría, de risa, de esperanza .

Pero C a b r e r a no es m a s que un coto de envidias, desconf ianzas y suspicacias , de hombres divididos en rabiosos por escapar , desesperados que se a r r a s t r an por el mon te y algunos resistentes. Los que sólo sueñan en huir tienen la posibilidad en las ba rcas de los españoles que pescan en la bahía de C a b r e r a . U n o s lo consiguen y llegan a Berbería y, al fin, en sept iembre de 1813, los evadidos se unen a las t ropas f rancesas : son m á s de trein-ta hombres. Masson , el cerebro de la fuga , no

conseguir ía un bergant ín para liberar a sus c o m p a ñ e r o s has t a el l de marzo de 1814. Cas i lo consigue.

Pero siguen l legando prisioneros. En 1812, la E u r o p a al iada envía a la isla el contingente más impor tante : unos mil quinientos prisio-neros e m b a r c a d o s en Alicante. N o creen lo que les espera y, c o m o hicieran los primeros, recorren la isla, ven la inmensa cola que espe-ra un poco de agua , llegan has ta una gruta donde se agolpan cuat roc ientos presos con-ducidos allí por su locura , por su enfermedad o por cast igo a sus robos. También está allí J eanne , que perdió a los gemelos, a la bur ra y a su c o m p a ñ e r o y que ahora se repliega so-bre si misma con la mi rada perdida y r iendo sin cesar. . . Son " los t á r t a ros" . Los de Alican-te se horror izan . Pe ro aún no han visto todo, les queda el hospital , mero vestíbulo del " V a -lle de los Muer to s " .

Wagré , el c a b o de la fuente, p repa ra o t ra fuga. Mien t ras , nadie cree todavía en la de-r ro ta y re t i rada del Ejérc i to Imperial .

En una de las visitas de los ingleses, un co-m a n d a n t e vomi ta y al retroceder hacia el ber-gantín ven c o m o un prisionero lame y devora el vómito. Se da poco, pero incluso se ven co-sas peores, c o m o aquel eremita que se comía la mierda.

Un día llega a C a b r e r a Bal tasar , el que va

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A s a l t o a una b a r c a d e p e s c a d o r e s .

!Mtu

La c u e v a d e l o s " t á r t a r o s " .

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a ser el gobernador de C a b r e r a y que va a hacer t r aba j a r a los detenidos pa ra que no si-gan in tentando la evasión.

En la pr imavera de 1813, los cabrerenses , menos "los t á r t a ro s " y " los robinsones" , convergen en el Pa la is -Royal por múltiples motivos: en preparac ión de una evasión, en espera de una liberación inminente, los que compran y los que venden cualquier cosa . Los char la tanes , los j ugadores , hay improvi-sados tenderetes, chozas t r a n s f o r m a d a s en tenduchos . Se dan gritos, se ofer ta la merca-dería. H a aparec ido dinero y se tienen algu-nos buenos productos . L o que ha permit ido todo esto son los agricultores que p lantaron semillas ofrecidas por españoles e ingleses, aunque nada se desarrol ló m á s que las coles. Y asi decrece el escorbuto . También el cura da t r aba jo en un c a m p o de a lgodón que quie-re hacer . En los acant i lados del c a b o Lebe-che se descubren yacimientos de sal mar ina que se venderá a buen precio, pero que entra-ña un gran riesgo conseguirla. El dinero ha venido por los bas tones ta l lados que venden a los españoles; también se encuen t ra la ma-nera de t renzar un cesto o una canast i l la . Se ha conseguido a crédi to un yunque . Y el cura organiza un taller de tejidos. H a y ganaderos que reproducen las ra tas para que no se ex-terminen.

Pe ro las grietas de la nueva sociedad cre-cen con las diferencias sociales: maes t ros , oficiales, aprendices y la corte de pobres: " r o b i n s o n e s " y " t á r t a r o s " , incluso hay inter-mediarios. Eso p rovoca ení 'rentamientos por envidias, egoísmos, rapacidades , etc. Los po-bres se vengan. Y se ha r echazado la autori-dad del C o n s e j o pa ra sopor tar a Bal tasar y a su ad jun to , el comisar io , que los t ra ta c o m o perros f ranceses , go lpeando m á s de una vez a detenidos demas iados lentos a la hora del repar to .

El 16 de m a y o de 1814 sólo quedan en la isla tres mil hombres . U n a goleta man iobra ante la e n t r a d a del puer to , c o m o si quisiera en t ra r en la bahia , ante tres mil hombres que no esperan nada . Los mar inos arr ían las ve-las y echan el ancla . Un oficial de la goleta grita a t ravés de una bocina: " ¡Liber tad! ¡Li-bertad pa ra los pr is ioneros!"

" ¡ L i b e r t a d ! " La locura se adueña de C a b r e r a . " ¡ L i b e r t a d ! " Los detenidos llegan a la a rena de la playa

desde todos los r incones de la isla. U n o s han podido hacerse con un t apa r rabos , o t ros vis-ten una chaque t a desgar rada .

H a n p a s a d o ya cinco años y once dias. " N a p o l e ó n ha d e j a d o de reinar. La nación

entera ha a c l a m a d o el re torno del rey. . ."

El "Val l e d e l o s M u e r t o s " .

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U n " g r o g n a r d " d e C a b r e r a .

Benoist y Jean-Bapt i s te son de los pocos veteranos que han conse rvado la vida. La par t ida se organiza para una s e m a n a después en un pr imer convoy , será ya el 23 ó 24 de m a y o ; a últimos del mes los ba rcos del rey regresan a por el resto. Es el apoteosis .

" A d i ó s peñascos , adiós m o n t a ñ a s , G r u t a s , desiertos, an t ros horribles; D e j a m o s vuestras tr istes c a m p i ñ a s P a r a volver al hogar feliz. P o d e m o s can ta r a c o r o Q u e la paz nos resuci tará ; Pues se regresa del o t ro m u n d o C u a n d o se viene de C a b r e r a . "

T o d o a rde ra el dia del embarque . C a b r e r a se purif ica.

A p r o x i m a d a m e n t e , las cuen tas de J e a n -Baptiste s u m a n unos t rece mil quinientos los detenidos que debieran haber regresado a su patr ia . V uelven menos de tres mil... El cálcu-lo es absu rdo , escalofriante. . . H a n mue r to tres de c a d a cua t ro detenidos.

" ¡ L i b e r t a d ! " El puer to de Marsel la se llena de pasión

por los presidiarios de C a b r e r a , pero son sos-pechosos de no adheri rse al rey.

C o n el paso del t iempo todo se pierde en el olvido. A u n q u e pe rmanezcan a lgunas pre-guntas sin contes ta r , c o m o aquella del por -

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" U l t i m o s d i a s d e N a p o l e ó n " . ( C o p i a d e la e s t a t u a d e V e l a q u e s e c o n s e r v a e n el M u s e o d e V e r s a l l e s . )

qué nunca los barcos de Napo león a tacasen a un bergantín inglés y dos cañone ra s espa-ñolas.

En 1847, un centenar cor to de cabrerenses se reúnen en París . Ese mismo día, sobre una estela de granito co locada en la isla, unas le-t ras permanecerán g rabadas : " A la mémoi re des F ransa i s á C a b r e r a " , es el príncipe de Joinville, hijo de Louis-Phil ippe quien inau-gura el simple m o n u m e n t o .

Hoy la isla de C a b r e r a sigue siendo pro-piedad del Ejérci to español , aunque a lgunas personas , c o m o un tal Feliu, la reivindique c o m o suya. Allí han establecido su pues to un des tacamento de cua ren ta so ldados y, de

c u a n d o en cuando , se prac t ican algunas ope-raciones y ejercicios. En C a b r e r a se sabe que hubo uno de los monas ter ios paleocrist ianos de la alta E d a d Media , du ran te la época de San Agust ín , y que la r iqueza arqueológica de la isla es muy impor tan te y casi está a flor de tierra: la ce rámica griega y o t ras maravi-llas que se mant ienen perdidas, olvidadas, c o m o esa cant idad de restos humanos , cala-veras, esqueletos m á s o menos enteros, hue-sos que se hallan por doquier . Verdadero y bestial r ecuerdo de un episodio desconocido de nues t ra G u e r r a de la Independencia que se ce r ró con la desapar ic ión de más de una de-cena de miles de vidas humanas . • V. C.

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Una república frustrada

i El Haití de los Duvalier Nelson Martínez Díaz

wINTRE 1790 y 1804 se procesa, en el área del Caribe, la acción revolu-f l cionaria que dará nacimiento al primer territorio americano emancipado ™ * de la dominación política metropolitana desde que se proclamara, en 1776, la independencia de las colonias inglesas del norte. Haití, como se denominará desde entonces la parte occidental de la isla de Santo Domingo, es un país de población afroamericana, integrada mayoritariamente por negros y mulatos, con reducidos núcleos de blancos. Proclamada la república, será la primera nación de América en desterrar la esclavitud. Conocerá, no obstante, una sucesión de conflictos, golpes de estado, dictaduras, e intervenciones extranjeras, que le im-pedirán superar el atraso económico y social durante todo el siglo XIX, crisis que se prolonga hasta muy avanzada la época actual. Los múltiples elementos que derivan de esa inestabilidad han hecho posible la dictadura de la dinastía Duvalier, que se inicia en 1957.

OCÉANO ÁHANTIC O S I G N O S C O N V E N C I O N A L E S

M A Í D€ LAS ANTltUS O M A Í CÁ*U£

M a p a d e Haití , p r i m e r a r e p ú b l i c a n e g r a , l a m e n t a b l e m e n t e a s o f o d a p o r d i c t a d u r a s e i n t e r v e n c i o n e s e x t r a n j e r a s .

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D I C T A D U R A S C O N F O N D O D E "MARINES"

Desde finales del siglo X V I I I , los esclavos que t r a b a j a b a n las p lantac iones en la par te f r ancesa de la isla de S a n t o D o m i n g o dieron f recuentes señales de resistencia con t ra sus dominadores . Sin duda , la si tuación revolu-cionar ia en F ranc ia había llegado, a t ravés de los affiranchis, mula tos y negros libres, que asp i raban a obtener derechos políticos de la metrópoli , a la masa de los esclavos. L a re-beldía de los negros somet idos al régimen de esclavitud se puso de manif ies to en el creci-miento del índice de fugas , y los cimarrones —así se l lamaba a los a f r i canos que huian de las p lantaciones y se in te rnaban en los bos-ques o subían a las sierras— c o m e n z a r o n a reunirse en la noche pa ra conce lebrar el vu-dú, mezc lando sus rituales t radicionales, por lo general , procedentes de la región de Daho -mey, con elementos de la religión catól ica in-cu lcada por sus amos . H a c i a fines del siglo, n u m e r o s a s insurrecciones conmovieron la is-la, c o m o la que tuvo lugar en 1791, destru-yendo ingenios y m a s a c r a n d o a numerosos colonos.

La m a r c h a hacia la l iberación fue organi-zada , en la parte f r ancesa de S a n t o Domin-go, por Toussa in t -Louver tu re , en primer tér-mino, y cu lminada luego por su lugarteniente J ean - Jacques Dessal ines. Al p r imero se debe la Cons t i tuc ión de 1801, e n s a y o de salvar el p r o g r a m a revolucionar io a tendiendo a la rea-lidad económica y social en tonces imperante .

E s t a t u a l e v a n t a d a e n P o r t - a u - P r i n c e al n e g r o c i m a r r ó n , pri-m e r a e x p r e s i ó n d e rebe ld ía e n l o s e s c l a v o s d e l a s p l a n t a -

c i o n e s .

Pero la guer ra por la emancipac ión de los es-clavos había oca s ionado cambios en las ca-racter ís t icas económicas , c a u s a n d o la emi-gración de los colonos hacia o t r a s islas, por lo que m u c h a s t ierras pasa ron a poder de je-fes revolucionarios . L a s t ropas enviadas por Napo león , super iores en a r m a m e n t o y expe-riencia, de r ro ta ron a Toussa in t -Louver tu re , que será enviado a Franc ia , donde muere en 1803. Ese mismo año, sin embargo , las fuer-zas del general Leclerc, d i ezmadas por la fie-bre y a c o s a d a s por los combat ientes de Des -salines, capi tu lan , y el mes de enero de 1804 es p r o c l a m a d a la independencia de Hait í .

Los f ranceses con t inuaron , pese a todo , con t ro l ando la economía hai t iana du ran t e largo t iempo. La producción a z u c a r e r a exi-gía, al pasa r de la e t apa esclavista a la econo-mía industrial , inversión de capital y organi-zación especial izada, c o m o todas las empre-sas modernas . L a gran propiedad comenzó , en tonces , a concen t ra r se alrededor de las p lantas p roduc to ras , al t iempo que los peque-ños propietar ios se veían obl igados a vender su tierra. P r o n t o el control f rancés de la eco-nomía hai t iana c o m e n z ó a ser d i spu tado po r Ingla terra y los Es t ados Unidos . Sobre la base de tres p roduc tos : el azúcar , el café y el a lgodón, Haití no lograba a lcanzar niveles de ingreso aceptables pa ra un país h ipo tecado por una deuda de 150 millones de f r a n c o s que se había visto obl igado a reconocer a su an t igua metrópoli .

La es t ruc tu ra social exhibía u n a m a y o r í a de campes inos negros desposeídos , sumidos en la pobreza ; una élite mula ta vinculada a las profes iones liberales, o integrando, j u n t o al sector negro, los puestos burocrá t icos , al t iempo que c o n f o r m a b a una incipiente bur-guesía comercia l ; y, f inalmente, un reducido g rupo de terra tenientes negros y mula tos . L a historia de Hait í , en el siglo X I X , se art icula a l rededor de la lucha por el poder entre poli-t icos negros y mula tos , a p o y a d o s por pode-rosos intereses, no siempre nacionales . A la conll ict ividad in terna debe agregarse , en efecto, la acción intervencionista de poten-cias ex t ran je ras : F ranc ia , G r a n Bre taña y Aleman ia p ro tagon iza ron desembarcos o in-t imidaciones pa ra obtener de la república ne-gra privilegios comerciales , o indemnizacio-nes pa ra d u d o s a s rec lamaciones de sus con-nacionales . La última de estas s i tuaciones fue p ro t agon izada por los Es t ados Un idos en 1914, f rente a la negat iva de Haití a la p ropo-

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T o u s s a i n t Louverture , e n un g r a b a d o d e é p o c a . U n o d e l o s p r i m e r o s h é r o e s d e la i n d e p e n d e n c i a e n A m é r i c a , f u e el ini-c i a d o r d e la lucha por la e m a n c i p a c i ó n e n la p a r t e f r a n c e s a

d e S a n t o D o m i n g o .

sición de establecer un control yanqui sobre sus ingresos aduaneros . D e s e m b a r c a r o n los marines en Por-au-Pr ince , y se dirigieron al Banco Nacional hai t iano; allí se apode ra ron de 500 .000 dólares que se g u a r d a b a n en sus ca j a s fuertes y regresaron con ellos a N u e v a York, para deposi tar los en el Nat ional City Bank. Las rec lamaciones del presidente Théodore sólo p rovocaron su ca ida por la presión nor teamer icana , y el n o m b r a m i e n t o de un gobierno titere encabezado por Sudre Dar t iguenave. En 1915, un T r a t a d o ent re Haiti y los Es tados Unidos establece un pro-tec torado sobre la isla que, desde la base na-val de Mole Saint-Nicholas , ejerce una super-visión de las aduanas , la hac ienda pública, los t ranspor tes , el ejército, la policia y el co-mercio exterior.

La resistencia popular a la ocupac ión nor-teamer icana habia sido muy fuerte, sin em-bargo, y en el norte del pais se a t r incheró la guerrilla mon tañesa respa ldada por la pobla-ción campesina . Los cacos , guerrilleros que ejercían justicia social, aunque l indaban en el bandoler ismo, respondían, en definitiva, a la situación de de samparo que vivían los t raba-jadores rurales sumidos en la miseria. Encon-t ra ron líderes eficaces en los h e r m a n o s Péral-te, entre los que se des tacó C h a r l e m a g n e Pé-ralte, has ta que fue t ra ic ionado y ases inado

S t é n i o V i n c e n t , d e o p o s i t o r a la i n t e r v e n c i ó n n o r t e a m e r i c a n a , p a s ó a u n e s t i l o d e g o b i e r n o r e p r e s i v o y a n t i p o p u l a r .

en 1919. El t ema de la ocupac ión norteameri-c a n a de Haiti c o m e n z ó a tener repercusiones desfavorables en los Es tados Unidos desde el per iodo de Hoover , y du ran t e la presidencia de Frankl in D. Roosevel t se decretó el aban-dono del terr i torio por los marines. Es tos se ret iraron en 1934, pero el control de la eco-nomía hai t iana cont inuó has ta 1941.

EL A S C E N S O POLITICO DE "PAPA DOC"

Sténio Vincent , electo en 1930, inició su m a n d a t o en difíciles condiciones; pese a ello, sus pr imeros ac tos tuvieron un claro sentido nacional : hizo que se hon ra r a la memor ia de C h a r l e m a g n e Péral te , s ímbolo popular de la resistencia con t ra la larga ocupación . Pe ro un tan p ro longado dominio de una potencia ex t ran je ra se hizo sentir en la dependencia económica , el subdesarrol lo , la pobreza gene-ral izada y el anal fabet ismo. Escribía Car le -ton Beals, ensayis ta nor teamer icano: " N o quedó dinero pa ra educación duran te los años de ocupac ión militar ni para los años que s iguieron." M u y pronto , el gobierno de Vincent c a m b i ó de estilo. Surgido del sector nacional is ta que se opusiera a la ocupac ión nor t eamer icana , c o m e n z ó luego a reprimir a crí t icos y adversar ios . Suprimió la libertad de

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*nt"' ro*

Añt*'

H a c i a f i n a l e s de l s i g l o p a s a d o , l a s p o t e n c i a s e u r o p e a s v e l a n la f r a s e d e la d o c t r i n a M o n r o e : " A m é r i c a para l o s a m e r i c a n o s " . t r a n s f o r m a d a e n " A m é r i c a para l o s n o r t e a m e r i c a n o s " , tal c o m o s e re f l e ja e n e s t a c a r i c a t u r a .

prensa , encarceló a escri tores, c o m o el poeta J a c q u e s R o u m a i n , f u n d a d o r del Pa r t i do Co-munis ta hai t iano, y p rovocó un exilio masi-vo. M u c h o s t r a b a j a d o r e s emigra ron a o t ras islas, o a San to Domingo . En este país t endrá lugar, en 1937, una m a s a c r e de m á s de diez mil hai t ianos, o r d e n a d a por el d ic tador Truj i -11o y que abr ió paso a ve rgonzosas negocia-ciones por pago de indemnización ent re am-bos gobiernos. A pesar de haber consent ido una entrega c a d a vez m a y o r de los recursos del país a los monopol ios nor teamer icanos , Sténio Vincent fue impugnado por ellos en 1941 y debió ceder el poder a o t ro mula to : Elie Lescot .

En la década de los años t reinta , E s t a d o s Unidos había desp lazado a las demás poten-cias en el control de la economía hai t iana. Luego de la ret i rada de los mar ines se f i rmó un con t ra to con la Standard Fruit and Steamship Company of New Orleans, que de jaba en sus m a n o s el comerc io de expor ta -ción de la banana . La United Fruit estable-ció, entonces , un dominio que llevó la expor-tación de f ru tas al s egundo lugar en el sector expor tador del país, pero sin que el p roduc to de ese comerc io beneficiara rea lmente a la

e conomía hai t iana . Conso l idada también en el sector f inanciero —el Banco Nac iona l esta-ba con t ro lado en sus puestos claves por per-sonal nor teamericano—, la dominac ión de los Es tados Unidos hizo que la cons t rucc ión de car re te ras estuviera f inanciada por el Expor t -Impor t Bank , con enormes gananc ias p a r a los intermediar ios .

La presidencia de Lescot se vio t u r b a d a por mani fes tac iones de desconten to popula r , que luego se extendieron al sector de emplea-dos de comerc io y funcionar ios del E s t a d o . Nacional i s tas , liberales y marx is tas se unie-ron pa ra rec lamar elecciones libres, levanta-miento del e s t ado de sitio y l iberación de los presos políticos. Elie Lescot fue sust i tuido por un g rupo de militares, pero el pueblo re-sistió su perpe tuac ión en el poder, mient ras Es tados Unidos se mantenía a tento a los su-cesos. El movimiento obrero , todavía en sus comienzos , se m o s t r ó muy activo; en Po r t -au-Prince, la act ividad popular se reunió en to rno a la f igura del populis ta Daniel Fignolé , que presidía el M O P (Movimiento O b r e r o Campes ino) . El secretar io de este par t ido era un joven médico rural , que se iniciaba en la actividad política: F ranco i s Duval ier .

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A la vez, en el p a n o r a m a electoral de Haití se habia c reado una al ianza entre represen-tantes de los terratenientes y la pequeña bur-guesía negra, que con taba con el a p o y o de sectores del ejército, y conf iguró el movi-miento l lamado la Classe. U n a vez más , la cuestión del color de la piel cong regaba fuer-zas sociales para , en última instancia, f rus-t rar las expectat ivas de la mayor í a campesi -na del país y elegir c o m o presidente a un po-deroso terrateniente negro: D u m a r s a i s Esti-mé. Fignolé y Duvalier fueron l lamados pa ra integrar el gabinete Est imé. C u a n d o se pro-d u j o la crisis entre Fignolé, que represen taba el M O P , y los designios del gobierno Est imé, renunció aquél a su ca rgo de ministro de T r a b a j o ; Duvalier ap rovechó la c o y u n t u r a pa ra a b a n d o n a r el Movimiento O b r e r o C a m -pesino y permanecer en el gobierno, integra-do a la Classe.

D u m a r s a i s Est imé fue depuesto, a su vez, por el general Paul Magloire , c r eando una fi-sura en el movimiento de la Classe, pero esta vez Duvalier permaneció fiel a su sector poli-tico; esto le permitió, c u a n d o se p r o d u j o el golpe que derr ibó a Magloire , aparecer c o m o el legitimo representante de la Classe. L a c a m p a ñ a electoral subsiguiente se caracter i -zó por su complej idad y turbulencia . C u a t r o

eran las opciones enf ren tadas en el p a n o r a m a politico-social de Hait i : 1) Daniel Fignolé, respa ldado por el proletar iado de Por t -au-Prince, la m a s a campes ina local y los margi-nados de los barrios bajos; 2) Clement Jumel-le, un intelectual negro que encon t raba su a p o y o en los terratenientes, e in tentaba a t raerse al sector magloir is ta del ejército y a la burocrac ia negra; 3) Louis Déjoie, empre-sario hai t iano vinculado a la industria de aceites, que c o n t a b a con el sustento electoral de la burguesía mula ta y un sector de los te-rratenientes; 4) Franpois Duval ier , aho ra re-presentante de la Classe, también a p o y a d o por sectores terratenientes , supo a t raerse a la pequeña burguesía negra, y, fundamenta l -mente, a los c u a d r o s negros del ejército des-conten tos con Magloire. Luego de una exten-sa man iobra política, en la que par t ic iparon cuadros del ejército hai t iano leales a D u v a -lier, encabezados por el general K a b r e a u , se realizaron nuevas elecciones después de una presidencia provisional de Fignolé.

El 22 de oc tubre de 1957, el doctor F r a n -cois Duval ier o c u p a b a el sitial de presidente. C o n las cárceles repletas, por sus oposi tores, canal izó la m a y o r par te de los votos; sus ad-versarios sólo c o n t a b a n con tres d iputados en la C á m a r a . Su p r o g r a m a de gobierno

Franpo i s D u v a l i e r l e e u n d i s c u r s o , c u s t o d i a d o por l o s " t o n t o n s m a c o u t e s " .

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anunc iaba : " . . . la lucha con t ra la desocupa-ción, la miseria y el h a m b r e mediante un aumento racional de la producción, gracias a la par t ic ipación directa del E s t a d o y a la apor-tación de capitales pr ivados nacionales y ex-t ran je ros ; rehabilitación de las capas inferio-res de la sociedad y part ic ipación de todos los sectores de la nación en la dirección del Es t ado ; supresión de todas las f o rmas de opres ión y servidumbre del pensamiento y de las libertades c iudadanas , solución del pro-blema del anal fabet i smo, en escala nacional , y fomen to de la higiene pública en el c ampo . T o d o por un Nuevo Haiti en la Unidad Na -cional que aseguran la Fue rza , el Progreso y el Bienestar ."

"NEGRITUDE" Y "TONTONS MACOUTES"

U n a población sumida en el analfabetis-mo , re fugiada en ritos ancestra les c o m o fór-mula pa ra enf ren ta rse con la violencia coti-d iana p rovocada por la desocupac ión , la mi-seria y el hambre , carente de fo rmac ión polí-t ica por la perpetuación de gobiernos dictato-

M u j e r h a i t i a n a c o n s u hijo e n e l in ter ior d e u n a c h o z a . La h i g i e n e d e f i c i e n t e y la s u b a l i m e n t a c i ó n m a n t i e n e n u n a l to

í n d i c e d e m o r t a l i d a d infant i l .

Franpo i s D u v a l i e r ( P a p á D o c ) . c a p t a d o e n u n a s u g e r e n t e c a r i c a t u r a .

ríales, era te r reno fértil pa ra la p r o p a g a n d a del régimen duvalierista. " P a p á D o c " se apo-yó en la exal tación de la "cuest ión del co lor" , p roblema que fue utilizado duran te t odos los per iodos his tór icos de Haití pa ra en f ren ta r a negros y mula tos . El an tagon i smo tenia ori-gen en los es fuerzos real izados por los mula-tos para diferenciarse étnica y socialmente de los negros y o c u p a r posiciones de privilegio den t ro de una es t ruc tura lat i fundista . Es t a impotencia pa ra entenderse , por pa r te de dos g rupos c o n d e n a d o s a la segregación, los dis-tanció du ran t e el periodo colonial, y los em-pu jó a la conf ron tac ión política poster ior-mente.

Duval ier supo capi tal izar las cont radicc io-nes existentes en la sociedad hai t iana, y lle-

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varias al máximo g rado de tensión pa ra favo-recer sus finalidades políticas. Los intelectua-les antillanos y a f r icanos desarrol laron en París , desde el terreno literario, los funda -mentos de un movimiento de af i rmación de los valores culturales af r icanos : la négritud. La protesta estaba dirigida con t ra la coloni-zación, que habia desgas tado en la explota-ción a millones de t r aba j ado re s negros, des-truido sus pautas culturales, y p r o v o c a d o una conciencia de colonizado que les hac ia aceptar sin cues t ionamiento la super ior idad del blanco. Se t ra taba de un movimiento con-testatario, mani fes tado a partir de real idades concre tas , surgidas de los pueblos a f r i canos que luchaban por su l iberación, y, en parte , dirigida cont ra los mismos f ranceses que ha-bían convert ido a Haiti en su "provinc ia cul-tural" .

"Papá Doc" supo explotar las vertientes de esta corriente que más convenían a sus fines. Puesto que exal taba los valores cul turales a f r icanos y de la r aza negra, uti l izada en el contexto t raumát ico de Haití por el líder de la Classe, sirvió a los sectores más reacc iona-rios y fue t r a n s f o r m a d a en una suer te de fas-c ismo antil lano por Duvalier . Y c o m o siem-pre, sus connotac iones étnicas sirvieron p a r a convertir en sus victimas a la m a s a de c a m -pesinos y t r aba jadores negros , e n m a s c a r a n -do la explotación que la burguesía y los ter ra-tenientes hacían de sus congéneres . La " revo-lución duval ier is ta" hizo creer a la población negra que par t ic ipaba del poder ejercido por el hombre que se presentaba c o m o c a m p e ó n de la négritud.

Además , en 1957 c o m e n z a r o n a opera r grupos de hombres a rmados , comet iendo crí-menes contra los oposi tores . A c t u a b a n du-rante la noche, y p ron to el pueblo encon t ró un nombre para ellos: tontons macoutes, alu-diendo a personajes del folklore ha i t iano que se l levaban en una cesta a los niños de mal compor tamien to . En 1959, surgió un movi-miento para organizar a los sectores m á s de-mocrá t icos ante las manifes tac iones de auto-r i tar ismo que evidenciaba el s is tema D u v a -lier, y se unieron a ese frente la Asociac ión de Empleados de Banca, la Unión Sindical de Haiti , la Unión Nacional de Maes t ro s de En-señanza Secundar ia y la Unión Nac iona l de Estudiantes . Incluso m u c h o s de sus miem-bros eran, o habían sido, par t idar ios de D u -valier.

D e s d e l o s b a l c o n e s de l P a l a c i o N a c i o n a l e n Haití , " P a p á D o c " y N e l s o n R o c k e f e l l e r t e s t i m o n i a n el a p o y o d e l o s E s t a d o s

U n i d o s al r é g i m e n d e Duva l i er .

La represión no d isminuyó, sin embargo , su intensidad. Disolución de asociaciones sindicales, expulsión de legislativos de la C á -mara , encarce lamientos , muer tos por las ca-lles, y asi lados por centenares ; el régimen de-1

j a b a c laras sus intenciones y las fuerzas con que c o n t a b a para mantenerse en el poder. Los tontons macoutes desfi laron, j u n t o a las t ropas regulares, al celebrarse el segundo año de gobierno de " P a p á D o c " : era la oficializa-ción de los cue rpos parapoliciales. Por lo de-más , sin prensa opos i tora , los cr ímenes per-manecían impunes o desconocidos , mientras tanto , crecía la lista de los "desaparec idos" . R e f o r m a s const i tucionales proyec tadas por el mismo Duval ier fueron ignoradas en dife-

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/. La guerri l la h a i t i a n a , u n a l u c h a p e r m a n e n t e c o n t r a l a s d ic -

t a d u r a s y la i n t e r v e n c i ó n ex tranjera .

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J e a n - C l a u d e Duva l i er . e l s u c e s o r d i n ó s t i c o d e " P a p ó D o c " , t a m b i é n p i e n s a p e r p e t u a r s e e n e l p o d e r .

rentes ocasiones; en consecuencia , el año 1961 sólo se presentaron a las elecciones los par t idar ios del gobierno.

LA DINASTIA Y SUS RESISTENCIAS

En.e l terreno internacional , las relaciones de, Duval ier con los E s t a d o s Unidos fueron , por lo general , cordiales. Iniciado su per íodo presidencial en fecha ce rcana a la revolución c u b a n a , p ron to pudo presentar al terri torio de Haití c o m o seguro bast ión con t ra la ame-naza castr is ta . Ya en 1959, una misión nor-teamer icana llegaba a la isla pa ra asesorar a las t ropas regulares y en t renar a los T T M (tontons macoutes), cuya heterogénea com-posición —hijos de terratenientes , de militares adep tos a " P a p á D o c " , comerc ian tes , y mar-ginados— hacia que sólo reconocieran la autoridad de Duvalier. Al mismo tiempo, el sis-t e m a en t raba en confl icto con extensos secto-res sociales, ya que sólo representaba , en rea-l idad, a grupos minori tarios. T a n t o la Iglesia c o m o algunos cuadros del ejérci to profesio-nal, c o m o los sindicatos y el es tudiantado, fueron contes ta tar ios , pero también sistemá-t icamente perseguidos o aniquilados. Silen-ciamiento de los obispos, depurac iones en el ejérci to, asesinatos, encarce lamientos fueron los métodos seguidos. La si tuación social se to rnó tan grave, que m u c h o s sectores privile-

giados a p o y a r o n la d ic tadura c o m o una solu-ción ante el t emor al estallido de una revolu-ción popular : ese fue el caso, por e jemplo, de la burguesía mercanti l .

La adminis t rac ión Kennedy , pres ionada por los políticos hai t ianos exiliados en Esta-dos Unidos y por a lgunos países democrá t i -cos de Ibe roamér ica , decidió, en 1962, sus-pender la a y u d a al gobierno Duval ier , desti-nada al desarrol lo de p royec tos regionales. Por o t ra par te , los dólares habían sido em-pleados en fortalecer a los T T M , o t ransfer i-dos a cuentas en bancos suizos a n o m b r e de " P a p á D o c " . D u r a n t e ese periodo, conflicti-vo por las tensiones internacionales existen-tes, Duval ier r ecordó al D e p a r t a m e n t o de Es-t ado que podia decidirse por buscar a p o y o en el o t ro bloque de potencias . A d e m á s , y recu-rr iendo a los a rgumen tos del " p o d e r negro" , presentó in te rnamente las críticas que la p rensa no r t eamer i cana hizo a su d i c t adura c o m o una act i tud racis ta cont ra la " repúbl ica negra" . En 1964, ap rovechando la existencia de un complo t pa ra destituirlo, e fec tuó nue-vas purgas en el ejército, ases inando decenas de oficiales oposi tores . En m a y o del m i s m o año, se a p r o b ó una nueva Cons t i tuc ión , que le o t o r g a b a el titulo de "Pres iden te Vitalicio". Un mes m á s t a rde q u e d a b a rat i f icada en con-sulta popular que, según informes oficiales, o b t u v o una ap las tan te mayor ía .

Ba jo la presidencia de J o h n s o n se propi-ciaron nuevas fó rmulas de a y u d a p a r a Hai t i , a u n q u e es tud iadas pa ra no revelar los com-promisos con un régimen universalmente re-pudiado . Al mismo t iempo, aumen tó el g r a d o de penet rac ión económica de los E s t a d o s Unidos a la Haytian American Development. Corporation, que monopol izaba la explota-ción del sisal, se sumaron la Caribean Meat Inc., que d o m i n a b a la impor tac ión de tr igo y la distr ibución de har ina; la Reynolds H a y -tian Mining, del t rus t del aluminio; la Sedren, que explo taba el minera! de cobre; la H a y t i a n Meat and Provis ions C o r p o r a t i o n , que pro-veía de carnes y al imentos. A todo esto debe agregarse la presencia de la United Fruit; pero el m a y o r de los saqueos en las r iquezas hai t ianas se p rodu jo , sin duda , en la p roduc-ción de bauxi ta c u a n d o era m a y o r la d e m a n -da mundial . En 1965 se producían 4 2 7 . 0 0 0 tone ladas , pero en 1969 Haiti o c u p a b a ya el tercer pues to entre los países expor tadores de bauxi ta en A m é r i c a Lat ina. El 100 por 100

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del p roduc to se dirigia hacia los Es t ados Uni-dos , en tanto que igual ocurr ia con la totali-dad de la za f ra azucarera y el 80 por 100 del cale . Los lazos de dependencia eran muy fuertes, y pesaban en las decisiones políticas.

En 1971, muere " P a p á D o c " y le sucede su hijo, J ean -Claude Duvalier . N o se t ransfe-ria, con la sucesión, la personal idad política del padre , y, por supuesto , el s is tema comen-zó a most ra r debilidades. Incluso en la mis-ma familia pudo advert i rse una lucha por el poder , aun en los des te r rados , c o m o Marie-Denise Duvalier y su esposo, el general M a x Dominíque . El régimen político desar ro l lado por Frangois Duvalier fue posible p o r q u e lo-gró eliminar progres ivamente a sus oposi to-res y establecer un temible a p a r a t o represivo, pero también porque conoció y supo manio-brar con los da tos de la realidad hai t iana. En ella predomina el sector agrar io , con relacio-nes de producción que aún presentan f o r m a s precapital is tas; por ello, el s is tema dictatorial y su desarrol lo institucional se a jus t a ron per-fec tamente con la pe rmanenc ia de esa situa-ción. El ingreso per cápita, e s t imado por la C E P A L en unos 60 dólares al a ñ o pa ra el campes ino haitiano, un ana l fabe t i smo que supera el 80 por 100 de la poblac ión, una es-peranza de vida al nacer que sobrepasa con dificultad los cuaren ta años , y tiene c o m o ex-plicación la subal imentación crónica , son ín-dices de la persistencia de esas relaciones.

La única fórmula capaz de man tene r esa si tuación social era, indudablemente , recurr i r a la represión. C o n Duval ier hijo aparec ió un

persona je que se convirt ió en figura central del gobierno: Luckner C a m b r o n e , que ejerce su control sobre el ejército y los tontons ma-coutes. En t re tan to , la lucha por derr ibar a la d ic tadura no ha cesado. La guerrilla a r m a d a sigue una larga tradición de resistencia en los bosques y la sierra; la izquierda se unió, con-f igurando un par t ido, el Partí Unífié des Communistes Haitienes, que si bien aparen-temente no consigue crecer, significa la exis-tencia de una oposición o rgan izada cont ra la dinastía. Pese a las c a m p a ñ a s real izadas pa ra recuperar algún prestigio entre las naciones del cont inente , el gobierno de Duvalier hijo se mant iene, an te todo , por el a p o y o de los Es-tados Unidos , ya que se han desencadenado ofens ivas d ip lomát icas pa ra modif icar la si-tuación interna de Haití . N o obstante , los ca-minos de la historia están siempre abier tos para los pueblos, y el hai t iano encon t ra rá , sin duda , las vias de acceso a la libertad. • N. M. D.

B I B L I O G R A F I A

Car l e ton Beals: América Latina, mundo en re-volución. Buenos Aires , 1964.

S u / y C a s t o r : La ocupación norteamericana de Haiti. México , 1971.

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Wil l iam K r e h m : Democracias y tiranías en el Caribe. Buenos Aires , 1960.

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Ejército , " t o n t o n s m a c o u t e s " , r e p r e s i ó n , s e h a n c o n v e r t i d o e n u n a c o n s t a n t e p r e s e n c i a e n el Haiti d e l o s D u v a l i e r .

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M a p a d e Turquía . S i t u a d a e s t r a t é g i c a m e n t e e n u n p u n t o d e c o n f l u e n c i a d e c o n t i n e n t e s y m a r e s . Turquía ha v i s t o s u d e s arrol lo h i s t ó r i c o d e t e r m i n a d o p o r l o s i n t e r e s e s y a p e t e n c i a s d e s u s v e c i n o s .

« A / f USTAFA Kemal fue un notable soldado-estadista de la ¡Ym Pri,nera mitad del siglo XX. Difirió de los dictadores de su

tiempo en dos aspectos esenciales: su política exterior se basó no en la expansión, sino en la contracción de las fronteras; su política interior, en la fundación de un sistema político que pudiera sobrevivirle. Fue con este espíritu realista cómo reconstruyó a su país, transformando el viejo y desparramado Imperio Otomano en una com-pacta y nueva república de Turquía(Lord Kinross, 1964.)

La decadencia de un Imperio

A finales del siglo X I X la si tuación es caótica en todos los sectores del cuerpo del Imperio O t o m a n o . Desde el m o m e n t o en que los griegos han obtenido su independen-cia —en 1822— todas las de-m á s nacional idades someti-das ai dominio tu rco comen-zaron a imitar el e jemplo, ag ravando con ello los pro-blemas estructurales , prácti-camente insolubles, que aque-jan al heterogéneo con jun to político descri to c o m o "el hombre enfermo de E u r o p a " .

El Imper io , en t regado a cont inuas convulsiones inter-nas y gobernado por camar i -llas cor rup tas e ineficaces, ya

no es dueño de su dest ino desde el m o m e n t o en que su economía es adminis t rada por las potencias occidenta-les, mientras todos sus recur-sos se encuent ran en m a n o s ex t ran je ras . Los grandes Es-tados europeos cont r ibuyen al debil i tamiento, fomentan-do, además , las disidencias par t icular is tas que c a d a vez cob ran mayor auge. En el in-terior, el misero campes inado de Anato l ia —la par te de la p o b l a c i ó n e s p e c í f i c a m e n t e turca— sopor ta la m a y o r pro-porción de las ca rgas t r ibuta-rias; al mi smo t iempo que los sectores medios y altos se en-cuent ran ligados a las compa -ñías ex t ran jeras , que proce-den a un verdadero saqueo de todos los recursos . La banca-r ro ta del Es t ado ha conduci-do, en 1881, a la implanta-

ción de una adminis t ración internacional de la deuda pú-blica o t o m a n a .

Los europeos , detentado-res de los monopol ios estata-les por medio de concesiones, presionan sobre el sultán con la finalidad de favorecer un gradual aper tur ismo. Pero el sul tán, residuo de t iempos pa-sados . gobierna capr ichosa-mente a unos subditos acos-t u m b r a d o s al terror estatal indiscr iminado, ejercido a través de métodos ya incom-prensibles en esa época . Las potencias están interesadas en mantener de cualquier for-ma la languideciente vida del Imperio; y todo intento por par te de a lguna de ellas por darle el golpe definitivo ven-drá a ser de sba ra t ada por la acción de las demás . De esta fo rma , Rusia , s iempre intere-

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sada en la salida al Medite-r ráneo , t ropeza rá repetida-mente con una Ingla terra em-peñada en mantener la comu-nicación directa con sus colo-nias as iát icas a t ravés de un dócil Imper io O t o m a n o . D e fo rma que el expans ion i smo zar is ta , expresado en dos guerras con t ra T u r q u í a desde mediados de siglo, no podrá realizarse de m o d o sat isfacto-rio.

Mient ras t an to , la realidad interior turca es d ramá t i ca . La sociedad se encuen t ra muy lejos de haber accedido a una mínima modernizac ión , y por ello no ofrece alternati-vas de t rans formac ión de tipo burgués. La industr ial ización es prác t icamente una utopia no p lanteada siquiera; y el impues to l ibrecambismo ha venido a destruir incluso a la pequeña ar tesanía local de se-cular tradición. Es dent ro de este ambiente de general de-cadenc ia y descomposic ión d o n d e comienza a surgir el pr imer at isbo de un naciona-lismo turco, similar a los que aparecen en los mismos mo-mentos en o t ros lugares de E u r o p a y Asia. Y es en estos mismos momen tos c u a n d o su pais está entregado, a t ado de

A b d u l H a m i d II ( 1 8 7 6 - 1 9 0 9 ) . t r a s a n u l a r la C o n s t i t u c i ó n , g o b e r n a r á d e s p ó t i c a -m e n t e h a s t a c a e r b a j o la p r e s i ó n d e l o s e l e m e n t o s r e n o v a d o r e s J ó v e n e s Turcos.

pies y manos , a los ext ranje-ros, y c u a n d o vive los mo-mentos m á s ba jos de su dila-t a d a historia, c u a n d o viene al m u n d o el que ha de crear , par t iendo de la nada , una nueva patr ia pa ra su pueblo al do ta r de un sentido nacio-nal a una comun idad que nunca lo había poseído.

Mustqfá Kemal: Orígenes y evolución

Tal es la s i tuación en los m o m e n t o s en que nace Mus-

t a f á Kemal en Salónica, en el mes de m a r z o de 1881 —hace aho ra un siglo. La c iudad, si-t u a d a hoy den t ro del territo-rio griego, venía a representar un caso especial den t ro del c o n j u n t o del c a r c o m i d o Im-perio. P u e r t o impor tan te y activo, lugar de relación di-recta con las tendencias euro-peas en lo relativo a ideas y c o s t u m b r e s , e r a S a l ó n i c a , además , cen t ro natura l del nac ional i smo macedon io , en-c r e spado con t ra la uniformi-z a d o r a autor idad central del Es t ado . D e n t r o de este am-biente urbano , d o m i n a d o por la doct r ina mercanti l de grie-gos y judíos , t r anscur ren los pr imeros años de la vida del fu tu ro Padre de los turcos. Es hijo de un pequeño func iona-rio de ascendencia campes i -na , que une a un espíri tu t ra-dicional y conse rvador unas pos turas personales m á s libe-rales.

Mien t ras vive su padre , M u s t á f á acude a un colegio de mental idad occidenta l izan-te. M á s tarde , a c a u s a de la ru ina familiar, m a r c h a al c a m p o duran te una t e m p o r a -da . En la g ran ja de unos pa-rientes vive unos años dedica-do a los t r a b a j o s rurales .

P a n o r a m a d e E s t a m b u l . La b a s í l i c a b i z a n t i n a d e S a n t a S o f í a , h o y m e z q u i t a d e A h m e t . d o m i n a la a g l o m e r a c i ó n u r b a n a d e la an-t i g u a C o n s t a n t i n o p l a .

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A ñ o s que, p a r a la mayor par-te de sus biógrafos, constitui-rán la base en la formación de su carác ter insociable, or-gulloso y a menudo brutal . M á s tarde , expulsado de la escuela, ingresa en la Acade -mia militar de Monast i r . Será allí donde se gane el sobre-nombre de Rema! —El Per-fecto— por par te de sus profe-sores. Des t acando en mate-mát icas , que apor tan una gran ca rga de lógica a su ca-rácter , comienza su t rayec to-ria vital en medio de un soto-cante ambiente de postr ime-rías, que en esos años finales del siglo m a r c a la tónica ge-neral en el Imperio.

En 1902 m a r c h a por vez pr imera a Cons tan t inop la , para g raduarse de oficial. El joven militar observa a su al-rededor a unas fuerzas a rma-das, an t año temidas en toda Europa , que se desenvuelven aho ra en medio de las condi-ciones más manif ies tamente miserables. Se han llegado a describir los últimos t iempos del Imper io O t o m a n o c o m o los de un país cubierto por una tupida red de espías, en el que nadie se siente seguro de su libertad, s iempre a merced de las denuncias anón imas , en medio de una general apa-tía y el descontento de peque-ñas minorías que no se atre-ven a expresar su oposición siquiera de f o r m a velada.

M u s t a f á Kemal va acce-diendo a las ideas liberales y patr iót icas que se desarrol lan en el seno de un Ejérci to t am-bién descontento. Y par t ic ipa ac t ivamente en una sociedad secreta nacionalis ta denomi-nada Vatan —patria, en ára-be. En este club revoluciona-rio clandest ino comienza una l a b o r pol í t ica q u e y a no a b a n d o n a r á j amás . D e n t r o de ese ambiente conspira tor io

Enver B a j ó ( 1 8 8 1 - 1 9 2 2 ) . l íder de l l e v a n t a m i e n t o mi l i tar p r o d u c i d o e n S a l ó n i c a c o n -tra e l s u l t ó n e n 1 9 0 8 .

lee las ob ra s clásicas del libe-r a l i s m o e u r o p e o : M o n t e s -quieu, Voltaire, Rousseau , los enciclopedistas, S tuar t Mili... Po r sus art iculos y poemas , publ icados también en revis-tas c landest inas , es encarcela-do y pos ter iormente enviado —en 1904— a un regimiento es tac ionado en Siria. L a s con t inuas sublevaciones que se suceden en la zona con-vierten la vida de los militares allí des t inados en un verdade-ro infierno. Aqui comienza K e m a l su vida de conspira-dor que, a m p a r á n d o s e en su un i fo rme militar, le lleva des-de Pales t ina has ta Egipto y Grec ia , pa ra volver de nuevo a los Balcanes, s iempre en efervescencia.

1908: La revolución de los "Jóvenes Turcos99

La proliferación de socie-dades secre tas es inconteni-ble. Florecen sobre todo en las zonas más europeizadas del Imper io , c o m o Macedo-nia. En 1891 se había fo rma-do la que des tacar ía ensegui-da de entre todas ellas, el Co-mité de Unión y Progreso, f o r m a d o principalmente por oficiales de menta l idad liberal re lac ionados con los exiliados políticos con centro en París . Es t a asociación, a la que por algún t iempo pertenecería Kemal , es taba inspirada por

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principios progresis tas con g r a n in f luenc ia m a s ó n i c a , c o m o casi todos los movi-mientos similares de la Euro -pa del siglo X I X . U n a parte

El s u l t á n M o h a m e d V s e r á — e n t r e 1 9 0 9 y 1 9 1 8 — u n a m e r a f i g u r a d e c o r a t i v a , a m -p a r a n d o al g o b i e r n o e f e c t i v o d e l r e f o r m i s m o m o d e r a d o d e l o s J ó v e n e s Turcos .

M u s t a f á K e m a l , j o v e n o f i c ia l de l E jérc i to o t o m a n o al m i s m o t i e m p o q u e m o v e -d i z o c o n s p i r a d o r c o n t r a e l s i s t e m a i m -per ia l , q u e m a n t i e n e a s u p a í s e n ini-m a g i n a b l e s n i v e l e s d e r e t r a s o p o l í t i c o ,

e c o n ó m i c o y s o c i a l .

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impor tan te de su f inanciación corr ia a ca rgo de los comer-ciantes griegos y jud ios , de-seosos de una liberaliz.ación del régimen que les permitir ía una mayor expansión mer-cantil .

Los miembros de Unión y Progreso, núcleo de los fu tu-ros Jóvenes Turcos, exhiben un nacional ismo de fuertes tintes chovinis tas , c o m o reac-ción a la s i tuación de depen-dencia que sufre el país, y de la que acusan al régimen del sultán. Y, c o m o m u c h o s mo-vimientos liberales coe táneos , es tas posiciones intelectuali-zantes gua rdan muy poca re-lación con la verdadera reali-dad del pueblo, que aparece comple tamente a p a r t a d o de todo tipo de corr ientes de pensamiento , inerte y embru-tecido por el inmovil ismo del régimen que fomen ta la igno-rancia en un país en el que el índice de ana l fabe t i smo al-c a n z a al noventa y uno por ciento de la población. Será, pUes, en las g randes c iudades de la costa , c o m o Cons tan t i -nopla, Salónica y Esmirna , donde fruct if ique minori tar ia-

mente la idea de la l ibertad, y s iempre prác t icamente den t ro de un mismo nivel social: la exigua clase media, de d o n d e procede la m a y o r par te de los oficiales y es tudiantes com-promet idos .

M u s t a f á Kemal per tenece duran te poco t iempo al movi-miento l iberal-nacionalista . Su carác ter personal es in-compat ib le con las reglas de la asociación y enseguida lle-ga la rup tura . Por el m o m e n -to, es so lamente un oficial de ideas liberales que ni siquiera es ta rá e n c u a d r a d o en el gru-po que, en el ve rano de 1908, t o m a r á el poder en per juicio de la clase política t radicio-nal. A pesar de la t enaz vigi-lancia de Ja policía, el Comité conoce una ráp ida expansión. Sus ideas regeneracionis tas , expresadas y d i fundidas con prudencia , le g ran jean nuevos seguidores, has ta el m o m e n t o en que se siente con suficiente fue rza para intentar el c a m -bio en la dirección política. A p r o v e c h a n d o la inestabili-dad reinante debido a las in-surrecciones c a d a vez m á s frecuentes , y que a h o r a tienen

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M A i - r r ,

^ ^ f í ' j k t pi* v •

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U n a s p e c t o d e la r e g i ó n d e C a p a d o c i a . Las d u r a s t i e rras d e la p e n í n s u l a d e A n a t o l i a s e r ó n e s c e n a r i o d e la l u c h a p o r la r e c o n q u i s t a d e la i d e n t i d a d n a c i o n a l t u r c a .

por escenarios Albania, Ara-bia y la misma Macedonia , los Jóvenes Turcos hacen una l lamada al sultán en julio de 1908, exigiendo la reposición de la de rogada Consti tución de 1876.

La natural agitación por-tuar ia de Salónica había disi-mulado a los ojos de los vigi-lantes los preparat ivos de la insurrección. En realidad, las fuerzas con que cuentan los sublevados son muy exiguas, y la si tuación corre el riesgo de sufrir un vuelco negativo.

Pero el descontento de la población vendrá a ac larar defini t ivamente el momento a favor de los insurrectos. En su camino hacia la capital se van uniendo a ellos las fuer-zas enviadas por el gobierno con el fin de sofocar la sedi-ción. De esta forma, el triun-virato que encabeza la rebe-lión puede hacerse con el po-der en Cons tan t inopla , donde depone al sultán y le sust i tuye por uno de sus hermanos ; y, f i n a l m e n t e , p r o c l a m a la Cons t i tuc ión el dia 24 de ju-lio de 1908. U n a nueva era parece abrirse ante el mori-bundo Imperio . P rác t i camen-

te todos los sectores sociales aprueban el cambio, al igual que los gobiernos europeos

que, con un régimen m á s fir-me y con una f a c h a d a más presentable que la del ante-rior, esperan poder seguir man ten iendo su si tuación de privilegio.

El largo camino del guerrero: 1908 1919

En el pr imer pa r lamento democrá t ico , reunido en di-c iembre de 1908, comienzan

a hacerse evidentes las pro-f u n d a s divergencias que sepa-ran a los diferentes sectores del m o v i m i e n t o l i be rado r , una vez supe rada la e tapa c landest ina y la euforia del t r iunfo. Sobre las pos turas m o d e r a d a s de los exiliados que han regresado van impo-niéndose las act i tudes estre-chamen te nacional is tas de los oficiales que no saben situar-se de m a n e r a sat isfactoria an te la grave realidad de un Imper io mult inacional en des-compos ic ión . Y por ello aca-barán cayendo en la misma ce r razón de que acusaban al anterior régimen.

A p r o v e c h a n d o esta coyun-tura , mientras los sectores poli t izados se enf ren tan en el pa r l amen to , Bulgaria y Mon-tenegro obtienen su indepen-dencia c o m o Reinos, al tiem-po que Alban ia es causa de creciente malestar . En los Balcanes , todo el a rmazón del Imper io se desmorona , golpeado, además , por los apeti tos territoriales de Aus-tria y Rusia . Se es tán termi-n a n d o de poner las bases

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r

K e m a l , e n t r e g a d o al s u e ñ o d u r a n t e u n a d e s u s c a m p a ñ a s m i l i t a r e s .

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V i s i ó n de l B ó s f o r o d e s d e las v i e j a s m u r a l l a s d e C o n s t a n t i n o p l a . La c i u d a d p e r d e r é la c a p i t a l i d a d e n b e n e f i c i o d e A n k a r a , s í m b o l o para K e m a l d e l c a r á c t e r s e v e r o y r e c i o de l p u e b l o t u r c o .

p a r a las dos guerras balcáni-cas , que servirán de prólogo al gran incendio del ve rano de 1914.

D e n t r o del ámbi to estricta-mente turco, las grandes ma-t anzas de armenios , propicia-das y permit idas por el go-bierno, se unen a los-intentos de sedición que sirven c o m o telón de f o n d o a las disiden-cias que debilitan y despresti-gian al g rupo en el poder , c u y o equ ivocado p r o g r a m a de fegenerac ión les ena j ena las voluntades de quienes en un principio les hab ían apo-yado . Por su parte , M u s t a f á K e m a l resulta persona no m u y g ra ta para los gobernan-tes, dirigidos por Enver Pa -chá . Es por esta causa desti-n a d o en esos años a puestos que no ofrecen la posibilidad del pa so a la acción directa, tales c o m o escuelas militares, m a n d o s en regimientos pro-vinciales o empleos burocrát i -cos. Su figura comienza a aglutinar todo el descon ten to que entre los oficiales m á s li-berales p roduce la nueva polí-tica. Y esta c i rcuns tancia hace de él un e lemento espe-cia lmente sospechoso an te las au to r idades revolucionarias.

Ent re oc tubre de 1912 y agos to del siguiente año , tie-nen lugar las d e n o m i n a d a s

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Guerras balcánicas, que ha-bían de enf rentar al Imper io O t o m a n o con los nuevos Es-t ados surgidos en zonas que muy poco t iempo antes esta-ban incluidas den t ro de sus propios limites. Turqu ía va a perder la m a y o r par te de su terr i torio europeo en estos confl ictos, en los cuales Mus-ta fá Kemal t o m a par te m u y act iva, sin poder evitar, sin embargo , los sucesivos desas-tres que j a lonan la part icipa-ción de su país en ellos. Lle-gada una ef ímera paz, es des-t inado c o m o agregado militar a Sofía. El gobierno de C o n s -tant inopla aleja de nuevo al peligroso personaje , y la capi-tal búlgara parece ser un buen lugar para un d o r a d o dest ierro.

Allí le sorprende el estalli-do de la G r a n G u e r r a , en ju -lio de 1914. El Imper io se en-f ren ta a ella en las peores condiciones internas. Los Jó-venes Turcos demues t r an su ve rdadera condición. Quienes aparec ían c o m o par t idar ios del const i tucional ismo y la modernizac ión , se revelan c o m o ce r rados nacional is tas y opresores de las minorías . U n a nueva ol igarquía ha ve-nido a sustituir s implemente a las personas , man ten iendo prác t icamente t o d o el ent ra-

m a d o básico del anter ior régi-men. L a brutal represión de los disidentes, j u n t o con la presencia de la m i s m a policía del ant iguo sultán, m a r c a n el ambiente general del m o m e n -to. Se suceden los intentos c o n t r a r r e v o l u c i o n a r i o s , fi-nanc iados por las clases al-tas , que se cons ideran per ju-d icadas , y p ro t agon izadas por todo tipo de asociaciones de faná t icos religiosos. En los m o m e n t o s del asesinato de Sara jevo , ya nadie o torga el menor crédito a una supues ta revolución que habia nac ido entre tan tas esperanzas .

Los años cruciales: 19191922

La fuer te influencia a lema-na existente dent ro del Ejérci-to y la sociedad o t o m a n o s coloca al Imper io al lado de las potencias centrales a la ho ra de las hosti l idades. Mus-ta fá Kemal , al m a n d o de una división, obtiene impor tan tes t r iunfos en los Da rdane lo s , pero el previsto de r rumba-miento del Ejérci to no t a r d a en producirse . T r a s c u a t r o años de lucha, el joven gene-ral obtiene g randes ascensos y el g r a d o de B^já. Y a es tá

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El s u l t á n M o h a m e d VI. ú l t i m o s o b e r a n o d e l I m p e r i o O t o -m a n o . S u f a n t a s m a l r e i n a d o s e e x t e n d e r á d e s d e ju l io d e

1 9 1 8 h a s t a n o v i e m b r e d e 1 9 2 2 .

A b d u l M e h i d . m a n t e n i d o d u r a n t e t r e s a ñ o s p o r el r é g i m e n r e p u b l i c a n o c o m o c a l i f a , c a b e z a e s p i r i t u a l d e la r e l i g i ó n i s l á -m i c a . La s u p r e s i ó n d e l C a l i f a t o s e r á otra d e l a s m e d i d a s

m o d e r n i z a d o r a s a d o p t a d a s p o r e l s i s t e m a k e m a l j s t a .

lanzado por el camino que le llevará a ocupar el más alto puesto de su país. C u a n d o se p roduce el armisticio, las a m e n a z a s aliadas acerca del fu tu ro del Imperio o t o m a n o no hacen más que exacerbar las tendencias de Kemal y sus seguidores hacia una r e fo rma radical que permitiese la resu-rrección de Turqu ía tras una reorganización del caót ico con jun to del Imperio. Existia en esos momentos el riesgo cierto del paso de Turqu ía a una situación semicolonial por parte de los vencedores.

Grecia , por su parte, apo-yada por la actitud personal de Lloyd George , comienza una política de intervención a base de desembarcos en la cos ta occidental de Turqu ía . La fácil demagogia desplega-da por Venizelos tiende a una reconst rucción del m u n d o clásico griego alrededor del Egeo, lo que le proporc iona

lógicamente el apoyo incon-dicional de sus compat r io tas . Y será precisamente esa in-tervención vecina la que de-sencadene los pr imeros he-chos tendentes al vuelco de la s i tuación interior. Los nacio-nalistas turcos, desconf iando con razón del entendimiento que desde el armisticio une al gobierno con los aliados, se unen alrededor de la única fi-gu ra que parece oponerse de f o r m a efectiva a la ent rega de su país: Mus t a f á Kemal .

O t r a vez des t inado a regio-nes a le jadas ante el temor de un golpe de fuerza que su p res t ig io p u e d e f a v o r e c e r , Kemal organiza de fo rma práct ica la oposición a la pre-sencia al iada, que ya ha des-p o j a d o al Imper io de a lgunas de sus provincias m á s exten-sas: Siria, Armen ia , Mesopo-tamia. . . Sept iembre de 1919 conoce la reunión del C o n -greso de Sivas, en el que Ke-

mal, presidente de un Comité de salvación nacional, estruc-tura una adminis t ración pa-ralela. Por esta vía, la insu-rrección camina hacia una in-cipiente const i tucionalización que se logrará progresiva-mente. Desde estos pr imeros momen tos está claro que el nuevo Es t ado se ceñirá estric-t amente a las f ron te ras nacio-nales turcas . La ciudad ana-tolia de A n g o r a es el centro del movimiento , que muy rá-pidamente va a extenderse por la gran península ante la inquietud de las autor idades de Cons tan t inop la , a p o y a d a s por las fuerzas aliadas esta-c ionadas desde la firma del armisticio.

C o m o en 1908, m u c h a s de las divisiones a r m a d a s envia-das con t ra los sublevados se unen a estos a m e n a z a n d o con p rovocar el vuelco defini-tivo en la si tuación. En el P a r l a m e n t o de Cons tan t ino-

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pía, los nacional is tas kema-lianos obtienen una mayor í a de los e scaños , pero inmedia-t amente son dec la rados fuera de la ley, perseguidos y en-ca rce lados por la policía esta-tal, que procede a la disolu-ción de la C á m a r a . Al mismo t iempo —en marzo de 1920— las f u e r z a s b r i t á n i c a s de guarnición ocupan los minis-terios militares. Kemal y sus seguidores son condenados a muer te en rebeldía. Es la gue-rra civil abier ta . Un mes m á s tarde, una Gran Asamblea Nacional, reunida en A n g o r a , elige presidente —no sin opo-sición— a M u s t a l a Kemal . Es ya de f o r m a indiscutible el di-rigente del movimiento. En el aspec to bélico, se suceden los enf ren tamien tos entre los dos bandos , que pasa rán a engro-sar la leyenda del fu tu ro pa-dre de la patr ia .

En agosto de 1920, el go-bierno tu rco f i rma el definiti-vo t r a t a d o de paz en Sévres. P a r a los nacional is tas se t ra ta m á s de una provocac ión y un desaf io que un acuerdo. Por él, Tu rqu ía , además de cuan-t iosas pérdidas territoriales, en t rega su economía y f inan-zas en m a n o s de los ext ranje-ros una vez más . Pero muy pron to , las divergencias entre los ant iguos aliados se ha rán no ta r en lo referente a la cuest ión tu rca , r edundando , f inalmente, en beneficio de los nacional is tas . La Rus ia soviética, a pesar de hallarse sumida en su propia guerra civil, apoya dec id idamente a la causa de Kemal , aun cono-ciendo la pos tura de éste con respecto a los comunis tas tur-cos, a los que persigue y eje-cuta .

T a m b i é n resul tará decisivo el a p o y o semiencubier to que Kemal recibe de F r a n c i a y de Italia, opues tas a la política

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británica de intervención por medio del Ejérc i to griego. D e esta fo rma , en agosto de 1922, tiene lugar la t ragedia final del conflicto. La ciudad de Esmirna , has ta en tonces o c u p a d a por los griegos, es asa l tada e incendiada ante la vista de la e scuadra bri tánica s i tuada en el puerto. Después de este ac to decisivo, la gue-r ra civil parece ya decidida a favor de los par t idar ios de Kemal , que ya d o m i n a n sin apenas oposición toda la pe-nínsula de Anatol ia . La reti-r ada de los cont ingentes alia-dos pr ivará al gobierno de sus únicos apoyos frente al empu je nacionalis ta .

Aquel a quien Bal lour ha-bía d e n o m i n a d o " jefe de una part ida de bando le ros" ; el lí-der de los que pa ra C u r z o n no eran más que unos "seres insolentes e in t ra tables" , vie-ne a ocas ionar de f o r m a indi-recta la definitiva ca ída de Lloyd George , a quien los conservadores r ep rochan su i rresponsabil idad al oponerse al movimiento nacional is ta que ya se adivina t r iunfante . P a r a evitar nuevas pérdidas económicas y militares, se impone una vez m á s el senti-do prác t ico inglés, lo que deja a Kemal con las m a n o s libres pa ra ac tuar . Den t ro de Tur -quía , y j a l o n a n d o los pasos fi-nales del car i smát ico jefe ha-cia el poder, las m a t a n z a s de griegos y a rmenios se suce-den i n i n t e r r u m p i d a m e n t e , c o m o reacción de los campe-sinos anatol ios an te la nueva si tuación que se d ibu ja pa ra el fu turo , y que apa ren ta si-tuarles en el lugar privilegia-do den t ro del Es t ado que se va a fo rmar .

El dia 5 de noviembre de 1922, Mus t a l a K e m a l decla-ra oficialmente abol ido el Sul-t ana to y o to rga fuerza de ley

s u p r e m a p i ra todo el país a la Const i tución a p r o b a d a por la Asamblea , todavía du ran t e la guer ra civil, en enero del año a n t e m r . C o n esta deci-sión cae u i a dinast ía que ha-bía gobernado duran te más de seis siglos, y que había conduc ido al Imper io desde el m a y o r esplendor has ta los ni-veles m á s Dajos. El sultán hu-ye, días más tarde , en un na-vio británico. D u r a n t e unos pocos meses, por voluntad de K e m a l , se m a n t e n d r á la figu-ra espiritual del califa, perso-nif icada en un familiar del de-r r o c a d o sultán. N o p a s a r á m u c h o tiempo antes de que también esta figura anacróni -ca desaparezca bar r ida por los cambios que in ten tarán t r ans fo rmar la realidad de una Turquía , reducida territo-rialmente, pero por ello mu-cho m á s c o m p a c t a y cohesio-nada . La salida de las fuerzas al iadas ha sido el paso previo pa ra la p roc lamac ión de la Repúbl ica T u r c a , que tiene lugar el 29 de oc tubre de 1923. M u s t a l a K e m a l es a c l a m a d o c o m o su primer Presidente, y su lugarteniente Ismet será su primer minis-tro.

La Turquía de Kemal: El inicio de las reformas

P o c o antes, en julio de 1923, Turqu ía hab ía llegado

en L a u s a n a a un acue rdo con los al iados acerca de la revi-sión del t r a t ado de Sévres. Por este nuevo c o m p r o m i s o , que ya no tiene el ca rác te r de una imposición, T u r q u í a re-cupera el terr i torio europeo alrededor de Cons tan t inop la , asi c o m o var ias islas del Egeo. A cambio del abando-

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no de los territorios habitados por poblaciones ro turcas, la República obtiene la renuncia aliada a las indennizaciones de guerra, pero le es impuesta la desmilitarización de los es-trechos y la pérdida de Chi-pre. Tras los cambios de so-beranía, tiene lugar el canje de poblaciones, que afecta a más de un millón ce griegos y a cerca de medio millón de turcos. Las calamitosas con-diciones en que se lleva a cabo este traspaso de seres humanos habrían de afectar sensiblemente a los europeos del momento, al ser relatadas por los testigos presenciales, entre los que cabe anotar al joven Ernest Hemingway, co-rresponsal de varios diarios norteamericanos en la destro-zada Europa de la primera posguerra.

Tras el acto de Lausana, y afectando de modo personal al jefe de la nación turca, el país pierde definitivamente la ciudad de Salónica, su lugar de nacimiento, que pasa a in-tegrarse en el territorio de la rival y vecina Grecia. Pero en

definitiva, Turquia, por el mismo sentido positivo del acuerdo de Lausana, nunca será un país resentido ni revi-sionista en contra de los ven-cedores, sino que vendrá a convertirse en un punto de es-tabilidad situado en el centro de una zona altamente con-ílictiva.

Las tareas de t ransforma-ción que preconizaba Kemal son ya desde este momento emprendidas por todos los medios dentro de un país arruinado por la mala admi-nistración y depredación se-culares, agravadas además por las sucesivas y destructo-ras guer ras . Bás icamente , Kemal intenta una vuelta es-piri tual hac ia Asia , pe ro adoptando de forma práctica los adelantos y las reformas creadas e inspirados por Oc-cidente. La secularización del pais, sobre el cual la religión islámica —con todo su arma-zón mental y admin is t ra t ivo-había venido proyectando su sofocante presencia, será el paso inicial hacia la forma-ción de la nueva Turquia. En

la consolidación de todas las reformas proyectadas, Kemal se preocupa por dotar al Es-tado por ¿I creado de unas formas institucionales. Este interés se había venido de-mostrando a lo largo de la guerra civil, cuando decidía apoyar en la voluntad de su-cesivas asambleas todos los actos conducentes a la toma del poder.

Poco antes de la proclama-ción de la República, Kemal había organizado un Partido Popular Turco, y ahora, éste pasaba a constituir la única formación política autorizada en el pais. Esta versión turca de los partidos personalistas y únicos venía a ser la cante-ra de donde surgía toda la clase política y administrativa del Estado. Y al mismo tiem-po, como lógica consecuen-cia, se convertiría rápidamen-te en un verdadero nido de corrupción y favoritismo, al-rededor y dentro del cual pu-lulaban todos aquellos que pretendian cargos, prebendas y ventajas dentro del sistema

Grabado sobro la guerra greco-turca d e 1 9 2 0 - 2 2 . A m p a r a d a por las p o t e n c i a s a l iadas . Grecia o c u p a territorios turcos y pretende una intervenc ión directa e n lo s a s u n t o s internos del derrotado país .

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dictatorial, que ya por su pro-pia naturaleza favorecía este tipo de ramificaciones adya-centes.

La Asamblea Nacional, l 'ormada en su totalidad por partidarios de Kemal, no de-j aba de mostrar sin embargo la existencia de una cierta oposición interna, que a lo largo de los años fue hacién-dose gradualmente más evi-dente. La pequeña ciudad de Angora —rebautizada ahora como Ankara—, situada en la fría y desolada meseta inte-rior de Anatolia, es escogida por Kemal como sede defini-tiva del Gobierno y el Parla-mento. En función de esta de-cisión, comienza en ella una gigantesca labor de sanea-miento y construcción con la finalidad de acondicionarla a sus nuevas actividades. Esta elección de una ciudad atra-sada e interior es ofrecida por Kemal como una respuesta moral de la Turquía tradicio-nal y asiática a la cosmopoli-ta, corrompida y decadente Constantinopla.

La era de los grandes cambios

La situación económica del pais está marcada por el caos. La nueva Turquía tiene demasiada extensión y un gran exceso de población con relación a sus pobres recur-sos. La riqueza natural es in-capaz de desarrollarse debido a la carencia del capital nece-sario, al tiempo que los inver-sores extranjeros mantienen posturas de evidente descon-fianza ante la situación, que aparece poco clara. El nuevo régimen, además, es opuesto a reproducir la tradicional posición de dependencia del exterior, que había constitui-do originariamente una de las causas básicas de la eclosión del nacionalismo turco. A esto se añade una paraliza-ción casi total de las activida-des comerciales y un marca-do declive de la artesanía lo-cal, que todavía predomina sobre una muy incipiente in-dustria.

Este gnve problema es-tructural vendrá a unirse a las convulsiona étnicas durante todo el maida to de Kemal, y posteriorirente hasta hoy. Cont inuas revueltas campesi-nas y de minorías raciales afectarán i la vida turca du-rante deceiios. Las reformas de carácttr político afectan en realidad a un número muy reducido efe personas. La ma-yor parte de la población, compuesta mayoritariarnente por los campesinos anatolios, continuar* marginada y so-por tando una multisecular explotación, si bien bastante a tenuada. Este pueblo llano, inexistentí a la hora de las decisione;, será el destinata-rio visible de las grandes me-didas de reforma que Musta-fá Kemal comenzará a poner en práctica dentro de su linea fundamental de moderniza-ción del país en todos los ór-denes, llevada a cabo en el as-pecto de la dirección por una pequeña minoría, extraña en realidad a la naturaleza del pueblo.

Un a s p e c t o actual de la c iudad d e Ankara. C u a n d o f u e e l eg ida c o m o c e n t r o pol í t ico d e la Turquía q u e sobrev ive al Imper io Oto-m a n o era todavía una p e q u e ñ a a ldea cargada d e r e c u e r d o s h i s tór icos .

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Por el Tratado de paz d e Lausana. f i rmado en 1 9 2 3 . Turquía recupera territorios en el c o n t i n e n t e europeo , asi c o m o la zona d e Esmirna y varias i s las , junto c o n Armenia occ identa l . En la i m a g e n , sala del c a s i n o de Lausana, d o n d e t u v o lugar la c e r e m o n i a d e

la f irma del acuerdo .

La tarea de t ransforma-ción del país es grandiosa e inabarcable. El Derecho reli-gioso islámico es abolido en la Administración, la Justicia y la enseñanza. Con ello, Turquia, a pesar de las pre-siones y protestas de los sec-tores más tradicionales, se li-bra de la pesada carga que la contusión entre Estado y reli-gión había supuesto para el desenvolvimiento de su socie-dad. En este orden de cosas, se añade la implantación del matrimonio civil, la abolición de la poligamia y la supresión de las u l t r a conse rvado ra s hermandades religiosas. Es en esta linea de reformas de costumbres donde se insertan las medidas que, debido a su fuerte impacto externo, han contribuido en mayor medida al conocimiento —siquiera su-perficial— de la personalidad de Kemal fuera de las fronte-ras de Turquia. La prohibi-ción del fez y del velo, de uso tradicional, se une al cambio en las fórmulas de saludo. M á s que las reformas de fon-do, fueron en su momento es-tos cambios de forma los que despertaron las más vivas protestas entre el pueblo, a trasado hasta niveles incon-cebibles, y por ello aferrado a sus antiguas costumbres, que comienzan a ser puestas en

entredicho de la manera más drástica. La vida de los tur-cos vendrá a ser reglamenta-da a partir de ahora por los nuevos códigos —Civil y Pe-nal—, prácticamente calcados de los europeos.

En busca de una actualiza-ción de la vida turca, Kemal ordena y dirige personalmen-te la reforma radical del idio-ma y del lenguaje. El alfabeto árabe es sustituido por el lati-no, y da comienzo una inten-

sa campaña de alfabetización tendente a erradicar la pro-funda ignorancia en que lar-gos siglos de dominación des-pótica habia sumido al pue-blo turco. A lo largo de muy pocos años, florecerán las es-cuelas medias y superiores, dentro de un programa edu-cativo que tiene su punto cul-minante en la creación —en 1936— de la Universidad de Ankara .

Las reformas económicas

En los aspectos comercia-les y financieros, es redacta-do un Código de Comercio, también muy directamente inspirado por el alemán. Se reorganiza el sistema banca-rio y se crean sociedades coo-perativas y bancos agrícolas. El nuevo Estado, de tenden-cia uniformadora, favorece la

M u s t a f á Kemal habia s ido un gran c o n o c e d o r d irecto de los a m p l i o s territorios per-t e n e c i e n t e s al Imperio . En la i m a g e n , v e s t i d o de árabe .

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creación de monopolios y procura rehuir, en lo posible, la participación de créditos extranjeros. El campo, base fundamental de la economía turca, recibe también efectos de la t ransformación general. Se suspenden los diezmos pa-gados por los campesinos y, por vez primera, los habitan-tes de las ciudades cargan con la parte más pesada de los impuestos. Dentro del re-ducido espacio que permite una situación económica tan duramente quebrantada, el campo comienza a adoptar nuevos métodos y herramien-tas de t rabajo, abandonando viejos sistemas ya muy supe-rados. Y, a pesar del f racaso de la reforma agraria que se intenta, será el mayori tar io e ignorante sector campesino el principal soporte social del régimen de Kemal.

De hecho, es la industria la

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El líder d e la nueva Turquía c o n su e s p o s a en uno d e s u s v iajes o f i c i a l e s por el país .

sección de la economía más beneficiada por los cambios. Pretendiendo colocar al pais a nivel europeo, Kemal insis-te en un rápido e intenso fo-mento de la actividad indus-trial, que vendrá 'a unirse a un gran incremento de la política de obras públicas, que repro-duce el esquema clásico de toda etapa dictatorial. El sec-tor de la minería, el de los t ransportes y las comunica-ciones, la urbanización... To-dos los aspectos de la vida del país se ven afectados por el proceso de modernización, siempre dentro de unas teóri-cas tradiciones turcas que asimilan los adelantos occi-dentales sin por ello perder sus valores originarios.

De hecho, t ras las prime-ras —y más trascendentales— etapas del gobierno directo de Kemal, muy pronto quedó demostrada la incapacidad del nuevo régimen para modi-ficar la realidad económica del país. La riqueza existente se mantuvo en manos de sus anteriores poseedores, y si las medidas económicas favore-cieron en cierto grado a las clases hasta entonces despo-seídas, también es cierto que vinieron a beneficiar infinita-mente más a quienes eran dueños de los resortes econó-micos tradicionales. La mis-ma frustración de la reforma agraria lo demuestra sin lugar a dudas. Al ser suprimidas las comunidades religiosas y confiscados sus bienes, estos pasan teóricamente a disposi-ción del Estado para su inclu-sión dentro de la reforma agraria. En realidad, muy poco tiempo después, estas grandes extensiones de tierra y propiedades inmuebles ur-banas y rurales pertenecían por adquisición a los grandes

propietarios o a los burgueses de las ciudades.

El "Padre de los turcos"

Llegado el año 1930, y cre-yendo sólidamente estableci-do el sistema de partido úni-co, Kemal decide llevar a cabo un experimento pseudo-democrát ico sin ningún ante-cedente hasta el momento. Las sucesivas crisis sociales y económicas, provocadas -or la imposición de las mediuas de todo tipo, hacían que to-das las críticas adversas se di-rigiesen hacia el partido esta-tal, con el consiguiente des-contento de la clase política monopolizadora, poco dis-puesta a admitir comentar ios adversos a su gestión, en infi-nitas ocasiones no del todo clara. Por ello, la aparición de otra formación política, teóricamente opositora, pero en realidad totalmente orga-nizada y controlada por el poder, aparece a los ojos de la camarilla gobernante como una buena solución dilatoria de problemas.

En función de esta deci-sión, Kemal obliga a una se-rie de altos personajes de su entorno a encabezar un nue-

vo partido, el Republicano Liberal. Pero la insólita expe-riencia d u r a r á m u y p o c o tiempo. La celebración de elecciones y la t ímida apari-ción de una cierta libertad de expresión, que es tolerada de manera oportunista y dema-gógica, demuestran ensegui-da la existencia de fuertes sectores contrarios a la políti-ca kemalista. Estas zonas crí-ticas proceden tanto de las posturas más cerradamente tradicionales, que consideran

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El Palac io de la A s a m b l e a Nac ional en Ankara, s e d e d e la Cámara legis lat iva, c u y a s f u n c i o n e s d e m o c r á t i c a s han c o n o c i d o repeti-d o s y p r o l o n g a d o s per iodos de interrupción d e b i d o s a s u c e s i v a s i n t e r v e n c i o n e s mil i tares en la vida civil.

al régimen Como peligrosa-mente revolucionario, como de los niveles más liberales, para quienes la dictadura per-sonalista con todas sus con-notaciones y consecuencias es un hecho condenable por principio. Las iniciales críti-cas degeneran enseguida en

huelgas y manifestaciones, que son contrarrestadas con gran violencia. Aprovechan-do la confusión del momento, aparece de nuevo el Comité de Unión y Progreso, puesto fuera de la ley por Kemal y que renace como un intento aglutinador de la oposición.

La misma posición de Ke-mal se debilita ante esta olea-da de embates nunca espera-da. Y la disolución del nuevo partido, en noviembre de 1930, a los tres meses de su formación, vuelve al pais a su anterior situación de general sometimiento. Con ello, la

La i m a g e n de los voluntarios k e m a l i s t a s e n la guerra d e l iberación p e r t e n e c e ya a la historia y a la mi to log ía popular del pueblo turco.

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afirmación del dictador acer-ca de la incapacidad del pue-blo turco para decidir su polí-tica encuentra —para los inte-resados en hallarla— una base suficiente de credibili-dad. La República Turca vuelve de nuevo al sistema de part ido único, que mantendrá hasta el año 1945. Las re-vueltas que estallan en esos momentos en algunas provin-cias son ahora un motivo a utilizar por el poder para unir al pueblo tras la figura, indis-cutida de nuevo, de Kemal. La sangrienta represión ejer-cida sobre las zonas subleva-das representará, una vez más, el símbolo del interés del jefe del Estado por asegurar una unidad de territorio y de pareceres que en realidad es muy ficticia.

De esta Corma, el acto de crear una oposición por de-creto viene a demostrar su fá-cil utilización por parte de quienes idearon la t rama. La minoría gobernante, apoyada por los altos intereses, nunca habían tomado demasiado en serio la posibilidad de permi-

Musta fá Kemal , dec larado e n el a ñ o 1 9 3 5 P a d r e de los Turcos, ded ica los ú l t i m o s a ñ o s d e s u vida al g o b i e r n o y re forma d e su patria, e jerc iendo su poder d e f o r m a autoritaria, s in admitir n ingún t ipo d e o p o s i c i ó n a s u s p l a n t e a m i e n t o s y a su g e s t i ó n .

tir al pueblo el acceso directo a los centros de decisión. Por ello, el hundimiento de la ex-periencia no hace más que re-forzar su propia convicción de constituir un grupo con unos privilegios que, a partir de ahora, ya nadie podrá po-ner en entredicho.

En 1935, dentro de la or-den general que obliga a to-dos los turcos a adoptar un apell ido, M u s t a f á K e m a l

toma el de Atatürk —Padre de los turcos—, que define de la fo rma más inequívoca el papel que cree representar en la vida y en la historia de su pueblo, y cuya simbologia va mucho más allá que la de los demás títulos con que los dic-tadores de la época se ador-naron. Estos se consideraban guías, conductores, dirigentes excepcionales; Atatürk signi-fica algo mucho más amplio:

Estambul representaba para Atatürk el s í m b o l o d e la corrupción y d e c a d e n c i a d e la Turquia o t o m a n a . Nunca amaría a e s t a ciu-dad que , sin e m b a r g o , fue e s c e n a r i o d e su muerte e n 1 9 3 8 . En la i m a g e n , el p u e n t e d e Gálata.

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Musta fá Kemal. en otra fo tograf ía t o m a d a durante s u s d e s p l a z a m i e n t o s por el inte rior del pa ís .

es creador, fundador, fuente de existencia de su país. Es importante tener esto muy claro a la hora de intentar una clasificación del régimen por él encabezado.

El kemalismo: Un intento de análisis

El denominado kemalismo, como forma de organización política en Turquía entre los años 1923 y 1938, ha venido siendo materia de amplia dis-cusión debido a su carácter contradictorio. Su naturaleza la aproxima en muchos pun-tos a la convencional dictadu-ra que florece en esos mo-mentos en Europa bajo for-mas diferentes aparentemen-te, pero muy similares en el fondo. Pero, por otra parte, no carece de acentos impor-tantes que le pueden alejar de esa fácil catalogación.

Acerca a Atatürk a mu-chos dictadores coetáneos una premisa básica: la inexis-tencia de una ideología previa a la toma del poder. Si bien su pensamiento personal y el de sus iniciales seguidores es-

taba basado en las teorías na-cionalistas del siglo X I X , puede afirmarse que el kema-lismo, como tal ideología —que hasta hoy informa la vida turca—, nació sobre la marcha, y encontrando en la propia personalidad del lider su más abundante fuente de orovisión de pensamiento. Actitud negativa en contra del sistema constituido, pasa a convertirse en base para la ordenación radical de una nueva sociedad una vez con-seguido el poder.

En relación con la perso-nalidad de Atatürk, su régi-men admite también la califi-cación ya clásica debonapar-tista. Con todas las lógicas salvedades, Mus ta fá Kemal viene a constituir la versión turca del general prestigioso que es capaz de acceder al poder tras una rápida carrera de éxitos militares al servicio de un régimen debilitado. Su reputación y popularidad han ido convirtiéndose en cans-ina, que tiene su demostra-ción en el momento de derri-bar —en este caso mediante un golpe de fuerza prolonga-do en guerra— al régimen al

que había servido hasta ese momento. La toma efectiva del poder vendrá, por supues-to, una vez ha aglutinado en torno a sí 'suficientes actitu-des de descontento, tanto por parte de mentalidades libera-les, que buscan una salida a un sistema opresivo, como por los sectores más benefi-ciados económica y social-mente, que prefieren salva-guardar sus intereses dentro de un cambio controlado, adelantándose a posibles si-tuaciones en las que perde-rían toda posibilidad de ac-tuación efectiva.

El régimen de Atatürk en-ca ja perfectamente dentro de este esquema, que le acerca, pese a ciertas veleidades so-cializantes, a las dictaduras de su momento histórico. La misma existencia de una ca-marilla corrupta situada alre-dedor del jefe; la intervención

La implantac ión obligatoria del a l fabe to occ identa l f u e uno d e los m a y o r e s in-t e r e s e s del dictador. El m i s m o , e n o c a -s i o n e s . s e acercaba a e n s e ñ a r la nueva escritura a l o s c a m p e s i n o s anato l io s . s o -porte soc ia l del r é g i m e n por él e n -

c a b e z a d o .

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I smet Inonu. s e g u n d o p r e s i d e n t e de la Repúbl ica Turca tras la m u e r t e de Atatürk. Su act iva presenc ia en la vida polít ica d e Turquía ce sará s o l a m e n t e c o n su m u e r t e e n 1 9 6 9 . En la imagen , r o d e a d o por mil i tares , v e r d a d e r o s d e t e n t a d o r e s del poder

en el país d e s d e h a c e m á s d e cuatro d é c a d a s .

estatal en la economía; la re-lación directa del Padre con su pueblo, al que sin embargo ningún lazo afectivo le une; en relación con esto, la preo-cupación demagógica en inte-rés de esa población, a la que por otra parte se mantiene to-talmente apar tada del prota-gonismo político; el fomento de la industria y las grandes

obras públicas, que se preten-de sean elementos de presti-gio para un sistema que teme no ver reconocida plenamen-te su legitimidad, y, finalmen-te, otro rasgo genérico, pero no general en este tipo de re-gímenes de fuerza: la preocu-pación por dotar al sistema de una fachada democrati-zante, que le permita dirigirse

en pie de igualdad a los de-más Estados que todavía se rigen por el tambaleante libe-ralismo de ese periodo de en-treguerras.

El autoritarismo implanta-do por Kemal no puede califi-carse plenamente de fascista. N o existían en la Turquia de 1919 las clases medias ate-morizadas por un hipotético avance comunista que, en los demás países de Europa, sir-vieron como soporte funda-mental al ascenso de los mo-vimientos reaccionarios de signo fascistizante. Es más, el régimen de Kemal ba jo su mando primero, y más tarde en su prolongación hasta hoy, ha creado en Turquía unas clases medias previa-mente inexistentes y que, por el momento, debido a la fragi-lidad de las estructuras, no han podido ejercer el papel de moderadoras de la vida na-cional. Y a pesar de la oposi-ción tradicional y campesina,

El Ejército, pol it ica e n

s i e m p r e presente en la vida de Turquia. bajo la forma de g o l p e s d e Es tado o e j erc i endo un papel v ig i lante s o b r e la c l a s e los breves per íodos e n q u e e s permit ido un aparente j u e g o d e m o c r á t i c o . En la f o t o g r A í a , un grupo de s o l d a d o s e s t a -

c i o n a d o en una p e q u e ñ a c iudad de provincia.

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tantas veces expresada en contra de Atatürk, será en el seno de esas clases medias urbanas de nuevo cuño don-de, dentro de la década de los treinta, comience a tomar cuerpo la oposición al régi-men, que, sin embargo, se sostiene sin muchas dificulta-des debido al apoyo, nunca puesto en duda, del Ejército y de la minoría poseedora de los más vastos intereses eco-nómicos, que los ve aumenta-dos bajo un gobierno duro e intolerante.

La herencia de Atatürk

Muere Mustafá Kemal, en Estambul, el día 10 de no-viembre de 1938. Debido a un carácter violento y coléri-co, tornadizo y orgulloso, llevó durante toda su existen-cia una vida desordenada a todos los niveles. La causa in-mediata de su muerte será una cirrosis hepática produci-da por un alto grado de alco-holismo. El pueblo llano le llora sinceramente y se consi-dera huérfano al no contar con su presencia. Su primer ministro, Ismet Inonu, ocupa la cabeza del Estado. Todo el apara to del sistema se man-tiene intacto durante años, in-cluso en las difíciles circuns-tancias de la Segunda Gue-rra, ante la que Turquía se mantiene neutral.

Hoy, contrariamente a los casos de diferentes dictadores de este siglo, en Turquía que-da de Atatürk mucho más que su cuerpo, depositado en un frío y majestuoso mauso-leo construido sobre las altu-ras de la ciudad de Ankara . Su espíritu sigue siendo váli-do, y siempre invocado, por

los gobernantes turcos, sea cual sea su signo político o las circunstancias de su acce-so al poder. C o n posteriori-dad a su muerte, ha consegui-do su objetivo primordial: ser la figura de referencia para todo su pueblo. Las t ransformaciones materiales han venido a cambiar la faz del país, que, no obstante, se encuentra todavía muy lejos de poder considerarse plena-mente moderno y desarrolla-do. La secular tradición turca que une miseria general y co-rrupción de una minoría se ha suavizado notablemente, pero no ha desaparecido en absoluto.

El sistema de partidos tur-nantes a la manera occidental ha caído en repetidas ocasio-nes bajo la reacción militar, que periódicamente toma el poder en nombre de los prin-cipios del kemalismo supues-tamente en peligro. En el mes de septiembre de 1980, los militares vuelven de nuevo al gobierno tras suspender y prohibir los usos democráti-

cos. Una prolongada etapa caracterizada por la violen-cia de diferentes signos había precedido a la decisión del Ejército. Turquía sigue sien-do plenamente " el enfermo de Europa" , pero su posición es-tratégica es demasiado im-portante en unos momentos en que la tensión mundial vuelve a maicar el clima ge-neral.

En este año, cuando se cumple el centenario del naci-miento del artífice de la Tur-quía actual, el país se encuen-tra inmerso en una situación interna de problemática solu-ción, ya que por experiencias anteriores se ha demostrado sobradamente la debilidad e ineficacia de los remedios aportados por las sucesivas etapas de suspensión de la vida democrática. Las pro-fundas reformas que precisan las estructuras sociales y eco-nómicas de Turquía deben ser llevadas a cabo hoy me-diante el acuerdo y no por medio de la imposición indis-cutida. • J. M. S. M.

El frío y m a j e s t u o s o m a u s o l e o d e Musta fá Kemal Atatürk pres ide c o m o un s í m b o l o v ivo el desarrol lo h is tór ico d e una Turquía a la q u e él dio n a c i m i e n t o .

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ELECCIONES DEL DOMINGO C o n o r d e n y t r a n q u i l i d a d s e c e l e b r a r o n e l d o m i n g o e n t o d a E s p a ñ a l a s e l e c c i o n e s m u n i c i p a l e s c o -r r e s p o n d i e n t e s a l t e r c i o f a m i l i a r . La f o t o g r a f í a r e c o g e u n m o m e n t o d e la v o t a c i ó n e n u n o d e l o s

n u m e r o s o s c o l e g i o s d e M a d r i d . ( F o t o S a n z B e r m e j o . )

F U N D A D O E N 1905 P O R D. T O R C U A T O L U C A D E T E N A

MADRID, D I A 77 DE N O V B R E . D E 1951. NUMERO SUELTO 70 CENTS. * * * G E N E R A L )S £

("ABC", 27-XI-I95I)

t í ñ f S í i r M S M r i r a r v r j r " c a í

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T E N D R I A N Q U E C O R R E G I R S E M U C H A S COSAS PARA Q U E ESPAÑA PUDIERA TOMAR EN C O N S I D E R A C I O N U N A I N V I T A C I O N A FORMAR PARTE DE LAS NACIONES UNIDAS La ceguera de algunos de los principales miembros del Pacto del Atlán-

tico hizo que éste naciera cojo, y cojo tiene que terminar su vida TARDE 0 TEMPRANO HABRA DE RESOLVERSE EL PROBLEMA DE GIBRALTAR, Y SI HOY PODRIA APRECIARSE UNA DEVO-LUCION, NO LO SERIA CUANDO FUERA TARDIA O FORZADA "Sunday T i m e s " , d e L o n d r e s , p u b l i c a m u y d e s t a c a d a s las d e c l a r a c i o n e s h e c h a s

por e l J e f e de l E s t a d o e s p a ñ o l a Cedr ic S a l t c r

Las palabras de Franco han causado sensación entre los delegados de la O. N. U. y en los medios políticos extranjeros

Londres . (Crónica te legráf ica de nues t ro corresponsal . ) " S u n d a y T i m e s " desplegó ayer , en el lugar de honor de su p r imera p lana , unas dec larac iones de F r a n c o a Cedric Sal ter ; " las p r imeras —dice Salter— que h a y a hecho el Jefe del Es tado español a un co r responsa l b r i tán ico después de la vuelta al poder de los conse rvadores" . Ca lcu lo que t endrán publicidad en nues t ros pe-r iódicos y me abs tengo por ello de t ranscr ib i r las .

N o es fácil registrar hoy el impac to de es tas dec larac iones en los medios políticos y diplomáticos de Londres y hab rá que esperar , pues decir que el diario comunis ta "Da i ly W o r k e r " ha l a n z a d o ya su pr imer descarga n o es decir nada . Para "Da i ly W o r k e r " , c u a n d o se t r a t a de España , t odas las ma-ñ a n a s es dia de t r inchera y es to nos hon ra . Mient ras t an to , el p rop io Cedr ic Salter publica en el popula r " S u n d a y C h r o n i c l e " u n a impresión personal de F r a n c o con motivo de su entrevis ta , y " S u n d a y T i m e s " agrega a las declara-ciones una nota en la sección de editoriales, que dice as í :

"Pub l i camos hoy u n a " in t e rv iew" exclusiva y directa con el general F r a n c o . Es to no significa, na tu ra lmen te , que ava l emos sus opiniones. Sin em-ba rgo , sus opiniones tienen tan alto interés p a r a el m u n d o occidental , que de-ben ser pesadas de sapas ionadamen te . E s p a ñ a está hoy en una si tuación anó-mala . Es par te intima de la E u r o p a Oeste , cul tural , económica y es t ra tégica-mente y , no obs tan te , apa rece excluida de sus ó r g a n o s de cooperac ión . Atraer la no es de nues t ra exclusiva incumbenc ia , desde luego. A d e m á s de la opinión de España , hemos de cons ide ra r las de nues t ros a l iados en el Atlánt i -co, objeciones que n o están b a s a d a s to ta lmente en ideas preconcebidas , sino también en la discr iminación de beneficios y pérdidas . L o m á s impor tan te es que las declaraciones del general F r a n c o sean j u z g a d a s con c a l m a , con com-presión y sin prejuicios, pues to que en el f o n d o nues t ro país siente p o r Espa-ña y por su pueblo una fuer te amis t ad y el deseo de la mejor inteligencia en-tre a m b a s naciones."—J. M .

El t ex to de las declaracio-n e s h e c h a s por el J e f e del Es-t a d o españo l al cor responsa l d e la Prensa Kemsley Sr. Ce-dric Sal ter . que ha publ icado " S u n d a y Times" , es el si-g u i e n t e :

-Cuando la visita del difunto al-mirante Sherman se creía general-mente que Su Excelencia era favo-rable a la idea de una cooperación española en los planes americanos de defensa anticomunista. ¿La muerte del almirante o algún nuevo hecho internacional ha modificado en algo el deseo español de asociar-se a las medidas americanas enca-minadas a resistir una posible agre-sión comunista?

—No ha var iado ni hay razón p a r a que variase.

—El deseo español de asociarse activamente a los planes de defensa anticomunista ¿tiene como condi-

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ción previa el suministro de arma-mento y equipo por parte de los Es-tados Unidos? En caso afirmativo, ¿bajo qué condiciones aceptarían los Estados Unidos el suministrar este armamento y equipo?

M á s que un deseo , es un deber con que la nac ión se e n f r e n t a ; u n a obl igac ión mora l en las nac iones el c o l a b o r a r a la de f ensa de lo que les es c o m ú n e insos layable . La p o s t u r a m á s c ó m o d a a p r imera vista p a r a los pueblos seria h u r t a r s e al sacrif i -cio; pe ro por ese s i s t ema a c a b a r í a -m o s s i endo las v ic t imas propic ia to-r i a s de males i r remediab les , de la sue r t e que hoy padecen o t r o s pue-blos cau t ivos de la E u r o p a o c u p a d a .

El sumin i s t ro y do tac ión de los med ios ind ispensables a la de f ensa p o r quienes , m á s pode rosos , los po-seen en ca l idad y c a n t i d a d , es en este o rden na tura l y ob l igado .

—El deseo español de asociarse activamente a estos planes de defen-sa anticomunista ¿ tiene como condi-ción previa una necesidad de ayuda económica por parte de los Estados Unidos? En este caso, ¿qué condi-ciones pondrían los Estados Unidos para suministrar tal ayuda?

—No se puede pensa r en e n c a r a r -se c o n los peligros de u n a gue r r a si la p r e p a r a c i ó n mora l , e c o n ó m i c a y mil i tar de la nac ión no le permit iese el reduci r en la med ida de lo posible los su f r imien tos . Asi lo en t end ie ron los E s t a d o s U n i d o s p a r a sus p lanes g e n e r o s o s de a y u d a a E u r o p a . ¿ P o r q u é hab ia de ser E s p a ñ a u n a excep-ción en e s t a regla? N o pa rece h a y a r a z ó n a l g u n a p a r a que E s p a ñ a su-fr iese d i s t in to t r a t o y cond ic ión que lo q u e o t r o s paises de E u r o p a ob tu -vieron.

—¿Acogería España favorable-mente una invitación para formar parte de las Naciones Unidas?

—Fué tan in jus ta , g rave y conti-n u a d a la hos t i l idad q u e suf r ió nues-tra N a c i ó n a t ravés de es te o rgan i s -m o . q u e t endr í an q u e cor reg i r se mu-chas c o s a s p a r a que E s p a ñ a pud ie ra t o m a r en c o n s i d e r a c i ó n invi tac iones de es te o rden . Po r o t r a par te , la gue-r ra en C o r e a , la o c u p a c i ó n por Ru-sia de t a n t o s paises ayer s o b e r a n o s , la re tención en c a m p o s de esc lavi tud de mil lares de pr i s ioneros a los seis a ñ o s de t e r m i n a d a la úl t ima con t i en-d a y la pe r secuc ión y e x t e r m i n a c i ó n

ESPAÑA 1951

(••ABC". 30-1X 1951)

t r a s el te lón de a c e r o de rel igiosos, mil i tares y d e t e r m i n a d a s c lases so-ciales d e n t r o de los p rop ios miem-b ros de las N a c i o n e s Un idas , c r e o cons t i t uye un c o n s t a n t e p regón de su inef icacia .

N o soy enemigo de las N a c i o n e s U n i d a s , pero mien t r a s no se revisen su cons t i tuc ión y d e t e r m i n a d o s privilegios, e s t imo ca r ece r á de efi-cac i a .

-¿Aceptaría España una invita-ción para ser firmante del Pacto del Atlántico en su forma actual? En caso contrario, ¿bajo qué condicio-nes estaría España dispuesta a en-viar una fuerza simbólica a las órdenes de! general Eisenhower?

—Las c o s a s son c o m o son y no c o m o qu i s i é r amos q u e f u e r a n . L a c e g u e r a de a lgunos de los pr inc ipa-les m i e m b r o s del P a c t o del At lán t i -co hizo que éste nac iera co jo , y c o j o tiene que t e rminar su vida. E s p a ñ a no se exc luyó , E s p a ñ a fue exclu ida . F u e r o n tales las pas iones polí t icas a r t i f ic iosas que a l r ededor de la pa r -t ic ipación e s p a ñ o l a los p r i m a t o s m a r x i s t a s f o r j a r o n , que t o d o c a m b i o q u e se in ten tase t r o p e z a r í a con ese fa l so e s t a d o de opin ión , y en E s p a -ña , la na tura l res is tencia de coger se en l'rio del b r a z o de qu ienes t a n t o nos hos t i l i zaron y o fend ie ron . Só lo el t i empo y u n a e n m i e n d a c l a r a en el p rocede r p o d r á n hace r va r ia r es te e s t a d o de cosas .

Es to no implica el que en la de-fensa de intereses s u p r e m o s c o m u -nes nues t r a s nac iones n o p u e d a n m a r c h a r p o r s e n d a s pa ra le l a s y en-

c o n t r a r s e un dia c o m b a t i e n d o al c o s t a d o , con t o d a s las s e r v i d u m b r e s que en este o rden la neces idad im-p o n g a .

—Su Excelencia ha manifestado que hasta que Gibraltar sea devuel-ta a España, las relaciones hispano-inglesas no pueden ser plenamente satisfactorias. ¿En qué forma po-dría llevarse a cabo tal devolución, ya que ningún Gobierno británico, conservador o laborista, podría lle-var a cabo una simple entrega, sin más?

—Asi o c u r r e en la rea l idad , y lo c o m p r e n d e r á usted m e j o r si, vol-v iendo la o r ac ión p o r pas iva , los in-gleses se imag inasen lo que pensa -rían ellos si P o r t s m o u t h u o t r o puer-to o te r r i tor io inglés es tuv ie ra o c u -p a d o por una base e s p a ñ o l a .

M i e n t r a s en la polí t ica de las na-c iones pres idian c o n c e p t o s ego í s tas e imper ia les de la nac ión s o b r e t o d o y G i b r a l t a r cons t i tu ía el n ido casi invulnerab le de u n a E s c u a d r a que ce l aba el domin io de los m a r e s , los benef ic ios de q u e la nac ión d i s f r u t a -ba podian hacer le p a s a r por e n c i m a de la in jus t ic ia que el h e c h o enca r -n a b a ; pero hoy la rea l idad es total-m e n t e dis t in ta : ni las n a c i o n e s son y a n a d a a i s l adamen te , al ser susti-t u i d a s en su poder por las asoc iac io -nes de nac iones ; ni las e s c u a d r a s se-ñ o r e a n los m a r e s an t e el nuevo po-d e r aé reo ; ni las b a s e s nava le s son y a invu lnerab les ; ni G i b r a l t a r sirve c o m o tal si no va un ida al "h in te r -l a n d " españo l .

Si e s t o es t an c laro, n o s i m p o n e el s ac r i f i ca r a esa neces idad de asoc ia -c ión las viejas c o n c e p c i o n e s y egoís-m o s , y a que n o cabe a s o c i a c i ó n c o n rese rvas u o c u l t a s m a l q u e r e n c i a s .

P a r a que esa devo luc ión se lleve a c a b o y la a r m o n í a se r e s t ab l ezca , lo p r i m e r o es que el pueg lo inglés se c o n v e n z a de t res c o s a s : del y a esca-so va lor de G i b r a l t a r , de la jus t i c ia de la re iv indicación e s p a ñ o l a y de las m a y o r e s v e n t a j a s p a r a la nac ión en la devo luc ión . Si se l legase en ello a u n a inteligencia, s i empre c a b r i a m a n t e n e r el pue r to c o m o z o n a f r a n -c a y negociar un a r r eg lo p a r a la c o n s e r v a c i ó n t empora l de la utiliza-c ión por Ing la te r ra de la f ac to r í a en f o r m a de a r r e n d a m i e n t o .

Pese a las d i f icu l tades que a pri-m e r a vista y a p a r e n t e m e n t e el pro-

f í / » - C , ^ » - C i - » ¿ r . » & " . ? * > 7 7 - 7.7- 7 7 . 7 T ; 7 * . * J

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ESPAÑA 1951

blema p u e d a p resen ta r , t a r d e o tem-p r a n o t end rá que resolverse , y lo que hoy podr í a recoger un ap rec io al ges to que se hiciese, n o lo seria c u a n d o éste sea ta rd io o f o r z a d o .

—¿ Qué medidas especiales se es-tán tomando para luchar este invier-no contra la creciente carestía de la vida ?

—Intensif icar ia p r o d u c c i ó n en to-d o s los ó rdenes e i m p o r t a r c u a n t o s ar t ícu los sean necesar ios y nos per-mi ta nues t ra b a l a n z a general de pa-gos. G r a c i a s a Dios , es te a ñ o h e m o s d i s f r u t a d o de u n a b u e n a c o s e c h a , y la s i tuación e c o n ó m i c a e s p a ñ o l a , pese a lo que fue ra se diga, n o puede ser m á s sana . Imag ínese lo que pa-sa r ía en el c o m e r c i o interior de u n a

nac ión si de repente a su c o m e r c i o se le pr ivase del crédi to . Sólo u n a posic ión e c o n ó m i c a sol idís ima po-d r í a sa lvar la de la qu iebra . Pues lo m i s m o o c u r r e en lo in te rnac iona l , si las nac iones se ven p r ivadas de los c réd i tos exter iores . Y és t a es la p r u e b a que ha s u p e r a d o E s p a ñ a en es tos a ñ o s de la pos tgue r ra .

—¿ Tiene Su Excelencia algún co-mentario que hacer respecto al pa-pel de España en el inmediato por-venir de Europa?

—El papel q u e E s p a ñ a p u e d a de-s e m p e ñ a r en E u r o p a n o es ella la q u e h a de decir lo; el m u n d o lo pre-s iente y lo p r o c l a m a , y la P rov iden-cia se lo ha b r i n d a d o con su s i tua-ción es t r a t ég ica ent re d o s m a r e s y la

ca l idad y recio temple de sus hi jos . Si E u r o p a ha de sa lvarse lo será por el c a m i n o del espíri tu.

-¿Tiene S. E. alguna sugestión que hacer sobre la forma en que se propone eventualmente restaurar la Monarquía en Espiña?

—Es a s u n t o de o o c o interés p a r a los de fuera . La M o n a r q u í a m á s g r a n d e p a r a E s p i ñ a . que fue la de los t i e m p o s de Fel ipe II. no p u d o ser m á s o d i a d a que lo fue en su pais.

C o n el r e f r e n d o de la vo lun tad n a c i o n a l , la nac ión se ha conver t ido en Reino, y, c o m o tal , s e rá pres idida en lo f u t u r o por un Pr inc ipe o Re-gente , de a c u e r d o con la ley de Su-cesión. Pe ro lo que si p u e d o asegu-rar le es que lo ún ico i m p o r t a n t e en este o rden es que , cua lqu ie ra que sea quien en lo f u t u r o lo ri ja, el espí-ritu de la nac ión h a de ser el mi smo , que no se a n d a r á p a r a a t rás .

-Desde que se redactó el anterior cuestionario, las elecciones genera-les en la Gran Bretaña han dado el poder a un Gobierno conservador. ¿ No seria éste un momento propicio para expresar algún sentimiento de amistad hacia el pueblo británico?

—Desde hace siglo y medio nin-gún inglés puede decir que los e spa -ñoles le h a y a n infer ido d i rec ta o in-d i r e c t a m e n t e un d a ñ o . El h a b e r po-d ido sa lvar e s tos a ñ o s t an diliciles y cr í t icos sin que nues t ro s pueb los mi-li tasen en c a m p o s con t r a r ios , debe-m o s a m b o s cons ide ra r lo c o m o una bendic ión , ya que por vivir en u n a m i s m a á r e a geográ f i ca e s t a m o s por n a t u r a l e z a l l a m a d o s a en t ende rnos . E s p a ñ a es pueb lo que sabe hace r h o n o r al adve r sa r io , y pese a las re-se rvas y e n c o n o s q u e el mal t r a t o pol í t ico rec ib ido p r o d u j o en nues t ro pueblo , éste ha sab ido h a c e r j u s t o y noble ap rec io de las vir tudes del pueb lo inglés y del temple y buen espír i tu con q u e s u p o en f r en t a r s e con la adve r s idad los p r imeros y diliciles a ñ o s de la guer ra .

C r e o con el pueblo español de sde hace qu ince a ñ o s que el m a y o r peli-g ro p a r a la paz , la l ibertad y el pro-greso económico-soc ia l del m u n d o res ide en la a m e n a z a c o m u n i s t a . Si Ing l a t e r r a y el m u n d o occ identa l t ambién lo r e c o n o c e n , el interés co-m ú n p a r e c e l l amarnos a una m a y o r intel igencia.

("ABC", 27-XI-1951) » L " i " c " j - r *•> "C?J *

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DIOS, J U N T O A L O S S O L D A D O S Detrás de la c ruz , el diablo, o al menos , la linea de t r incheras ro jas . Es tos solda-dos de las Nac iones Unidas asisten al san to sacrif icio de la misa , que se celebra

en un altar silvestre improv i sado cerca del f ren te an t i comunis ta .

CArriba" de 1951)

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HOY HACE UN AÑO OUE LAS NACIONES UNIDAS DEROGARON LA RECOMENDA-CION CONTRA ESPAÑA, ACORDADA EN

DICIEMBRE DE 1946 Pese a la consigna de boicot diplomático, la Santa Sede, Portugal, Ar-

gentina y Suiza mantuvieron sus Misiones en Madrid ACTUALMENTE, 25 PAISES TIENEN EMBAJADORES, Y 19, MI-

NISTROS PLENIPOTENCIARIOS EN NUESTRA CAPITAL Delegados españoles participan en las t a r e a s de v a r i o s de los m á s i m p o r -

tan-tes organismos especializados de la O. N. U.

-CT* ? S T J T C ? J - C V - T

A U D I E N C I A E N UL P A R D O Ayer por la n ia í i ana Su Exce lenc ia el Jefe deJ l i s t a d o recibió en el p a l a c i o d e U P a r d o al pr incipe Chigi , G r a n M a e s -tre de la S o b e r a n a O r d e n de M a l t a , t a n l igada a los f a s t o s de la m e j o r h is tor ia e s p a ñ o l a por u n a v inculac ión de fe y d e s ang re . li\ Caud i l lo d e p a r t i ó l a r g o r a t o con el pr incipe Chigi . - ( l o t o C o n t r e -

ras) .

p r o h i b í a la i n t e r v e n c i ó n de E s p a ñ a t a n t o e n l a s N a c i o n e s U n i d a s c o m o e n los o r g a n i s m o s i n t e r n a c i o n a l e s q u e d e el la d e p e n d í a n .

El c e r c o , n u n c a c o n s e g u i d o p o r c o m p l e t o , f u e d e b i l i t á n d o s e en a ñ o s s u c e s i v o s al e n v i a r e m b a j a d o r e s , p e s e al a c u e r d o de 1946 , a d e m á s d e la A r g e n t i n a , el Bras i l , la Repú-b l i ca D o m i n i c a n a y P e r ú , y min is -t r o s , Hai t í , H o n d u r a s , I r a k , I r l a n -d a , I s l a n d i a , J o r d a n i a , L íbano , Li-b e r i a , S i r ia , P a r a g u a y y O r d e n de M a l t a , m i e n t r a s q u e Bolivia, Co-l o m b i a , E c u a d o r , Egip to , El S a l v a -d o r , I r l a n d a , N i c a r a g u a , P a r a g u a y y V e n e z u e l a no sólo no o b e d e c í a n el a c u e r d o , s ino q u e e l e v a b a n a E m -b a j a d a s s u s Mis iones d i p l o m á t i c a s .

F i n a l m e n t e , con la d e r o g a c i ó n del f r a c a s a d o a c u e r d o , e n v i a b a n s u s e m b a j a d o r e s d e n u e v o a M a -d r i d , d e s p u é s del 4 de n o v i e m b r e d e 1 9 5 0 , Bélg ica , Cos ta R i ca , Chile, E s t a d o s Unidos , F i l i p inas , F r a n c i a , G r a n B r e t a ñ a , I t a l i a , P a n a m á y T u r q u í a ; m i n i s t r o s d e A f g a n i s t á n , D i n a m a r c a , G r e c i a , N o r u e g a , Pa í -s e s Ba jos , S u e c i a y T a i l a n d i a .

Q u e d a b a as í r e s t a b l e c i d a u n a n o r m a l i d a d d i p l o m á t i c a , a c o g i d a p o r E s p a ñ a con la m i s m a s e r e n a d i g n i d a d , con la q u e h a b í a r ec ib i -do , p r i m e r o , la c o n s i g n a i n j u s t a , y s o p o r t a d o , d e s p u é s , el p r e t e n d i d o y f r a c a s a d o a i s l a m i e n t o i n t e r n a c i o -n a l .

("ABC", 4-XI-I951)

H a c e h o y u n a ñ o q u e p o r el vo to f a v o r a b l e de 3 8 n a c i o n e s , c o n t r a la opos ic ión d e R u s i a y o t r o s n u e v e p a í s e s s a t é l i t e s o a f i n e s y la a b s t e n -c ión de 12, la O. N. U. r e v o c a b a y d e j a b a s in e f e c t o la r e s o l u c i ó n con-t r a E s p a ñ a a d o p t a d a e n d i c i e m b r e de 1946 , m o m e n t o c u l m i n a n t e de u n a c a m p a ñ a i n t e r n a c i o n a l m á s q u e h a b r í a d e f r a c a s a r al a b r i r s e p a s o e n t o d o el m u n d o la conv ic -c ión de c u á l e r a el pa í s a g r e s o r y d e d ó n d e p r o v e n í a el v e r d a d e r o peli-g ro p a r a la paz .

Aque l l a m e d i d a de 1 9 4 6 t en í a d o s a s p e c t o s : p o r u n l ado , r e c o -m e n d a b a la r e t i r a d a de E s p a ñ a d e los e m b a j a d o r e s y m i n i s t r o s q u e re -p r e s e n t a b a n e n M a d r i d a los p a í s e s m i e m b r o s de la O. N. U.; p o r o t ro ,

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ESPAÑA 1951

AMERICANOS Y ESPAÑA Por Antonio GARRIGUES

1SPA ÑA ha sido, hasta su M i guerra civil, uno de los paí-

ses europeos de más reser-vas amarillas; ha pagado siempre sus deudas exteriores, y la actual, aun totalizada en todas sus formas, es de muy poca cuantía, comparati-vamente a su población y a su renta nacional. Pero ahora, nuestra Pa-tria necesita dólares, ni más ni me-nos que los demás países en toda la redondez de la tierra.

Los dólares significan, en térmi-nos generales, el acceso a la produc-ción, hoy más alta y más adelanta-da. Los Estados Unidos, con sólo un 7 por 100 de la población humana, asumen el 50 por 100 de la total producción mundial: Ninguna otra moneda, de cualquiera otra comuni-dad política, representa un sistema económico de tal capacidad de pro-ducción, y por eso son precisamente los créditos en dólares los más ávi-damente buscados por todos los paí-ses, aun los más desarrollados téc-nica y económicamente. ¿ Cómo po-dría, pues, España quedar fuera y ausente de esta universal necesi-dad?

¿ De dónde pueden venir los dóla-res ? Pueden venir o bien del Gobier-no americano, a través de sus agen-cias, o bien de inversiones de capital privado.

En sus términos más simples, el dinero del Gobierno puede ser: o di-nero dado (Administración de Coo-peración, Económica, Ayuda Mu-tua, ayuda puramente militar, etcé-tera), o dinero prestado (Export-Import Bank).

La justificación del dinero dado sólo puede encontrar en el principio de comunidad y de comunicación de sacrificios que impone toda ley de guerra o de preguerra.

España sólo ahora parece que empieza a tener acceso a esta políti-ca inédita en la Historia, y no por interesada menos generosa, del di-nero gratis. El único dinero recibido hasta el presente es un dinero a pla-zo largo e interés moderado, pero un dinero a préstamo. (Los 62.500.000 dólares asignados a Es-paña por ley de 6 de septiembre de 1951 es dinero de la Administración de Cooperación Económica, admi-nistrado por el Export-Import Bank). Podrá con él España, en cuanto el importe de los préstamos alcance el nivel necesario, restable-cer el ritmo normal de su economía, mas no podrá recuperar, comparati-vamente, el tiempo perdido en la guerra y en la posguerra. Con una economía más pobre y sin esa ayuda graciosa no podrá hacer lo que na-ciones más ricas, sólo gracias a una lluvia de oro, han podido hacer.

El dinero prestado a través del Export-Import Bank es, como todo dinero bancario, lo opuesto a un di-nero gratis. No sólo es un dinero por el que se paga un interés, sino, sobre todo, es un dinero que hay que reembolsar. Y esto, por lo pronto, exige que sólo se emplee en aquella clase de inversiones que hagan posi-ble el reembolso.

Pero en cuanto al reembolso, nos hallamos ante un concepto entera-mente nuevo. La novedad consiste en que todo el acento se pone no en

las garantías, aunque también esas se exigen rigurosamente. Y eso no sólo en cuanto al dinero del présta-mo. En la política general de crédito exterior seguida por los Estados Unidos en esta posguerra lo que im-porta es la inversión, el empleo que se haga del dinero recibido a uno u otro titulo; y lo que se vigila riguro-samente es ese uso y manejo del di-nero por el beneficiario.

En términos generales, puede de-cirse que la preocupación y la finali-dad fundamentales en que se inspira esta nueva política es la del resta-' blecimiento sobre bases sólidas y es-tables del país receptor del dinero. Que el país en cuestión se mantenga sobre sus propios pies y marche de su propio paso. Y esto, a justo titulo, no es un problema de garantías, sino de inversiones reproductivas y sanas. Y la sed insaciable de esta-dísticas y de la más depurada y completa información económica por parte de los funcionarios admi-nistradores de estas ayudas finan-cieras nace y es la consecuencia de ese nuevo concepto de la política de crédito exterior.

Frente a este esquema de dicha política, ¿cuál debe ser la actitud de España como país prestatario o be-neficiario del dinero o de las inver-siones americanas? Aunque la ma-teria es de suyo opinable y compleja, algunas consideraciones primeras y elementales sí parece que puedan aventurarse.

Las primeras inversiones en divi-sas deben ser las que sirvan para ahorrar las que se gastan en comer. La política de importar la comida,

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que ha sido la de Inglaterra desde hace más de un siglo, supone: pri-mero, un excedente de producción industrial a exportar; segundo, una Armada (ahora también una Flota aérea) capaz de asegurar la impor-tación de comida, aun en tiempos de guerra. Dos condiciones que, evi-dentemente, no concurren en la ac-tual situación de España. Lo prime-ro que tiene que hacer España, en consencuencia, es producir bastante comida para su creciente población, empezando por el pan.

Las inversiones en la industria son mucho más complejas. Pero em-pecemos por afirmar que España tiene que industrializarse. Un pais antiguo, como el nuestro, que ha dado al mundo, en todos los órdenes de la actividad humana, productos de la más alta calidad, no puede ahora resignarse a recibir una vida manufacturada. Además, hoy día, una nación lo es efectivamente en la media en que está industrializada, como han visto los comunistas en Rusia.

Para industrializarse, España tiene que suplir la insuficiencia de su ahorro nacional e insuficiencia de su técnica más sensible ésta aún, dada la capacidad de sus técnicos. Doble insuficiencia, que requiere, de un lado, aportaciones de capitales o bienes que, o quedan radicados en España, o sólo sean amortizables a muy largo plazo, y de otro, una asis-tencia técnica que, para las indus-trias más vinculadas a costosas in-vestigaciones de laboratorio ha de ser permanente.

Estos bienes y capitales no pue-den ser sólo los procedentes del Go-bierno americano, porque siempre serian insuficientes para una verda-dera industrialización; y porque si se concedieran en la cuantía necesa-ria, pero a base de créditos que hu-biera efectivamente que reembolsar, supondrían una carga financiera nacional insoportable.

Mas esto no es lo fundamental. Lo importante es que tal dinero gu-bernamental no viene acompañado de la técnica, siendo así que la in-dustrialización de España necesita

ESPAÑA 1951 todavía más, si cabe, de la técnica que del capital. Que no consiste la industrialización de un país sólo en levantar fábricas, como no consiste la organización de un Ejército en repartir armas al pueblo, sino en producir el "homo" industrial. Y todo proceso que de alguna manera toca al hombre mismo y a la trans-

formación de la condición humana es siempre lento y complejo y el re-sultado de muchos factores. Las fá-bricas vienen por añadidura, que es lo que ha demostrado la Alemania de la posguerra haciendo resurgir de sus escombros las fábricas asola-das, porque la mente industrial creadora estaba intacta. Nada más ingenuo, por ello, que pensar que una lluvia de dólares convertiría a España, de la noche a la mañana, en un pais industrial.

Quiere, en suma, decirse que la industrialización de España, aparte de ¡a eventual y beneficiosa ayuda del dinero de! Gobierno americano, necesita de la aportación estable del capital privado americano, unido, vinculado a la técnica industrial propia y creadora de ese mismo ca-pital. Como es sabido, no de otra forma, sino a base de capital priva-do y técnicas europeas se inicia el proceso industrial de los Estados Unidos.

Esto está claro. Lo que no lo está tanto es cómo ese complejo capital-técnica puede incorporarse a nues-tra economía nacional, precisamen-te sin desnacionalizarla y sin con-vertirse en un cuerpo extraño, inasi-milable, y perturbador, por ello, de las relaciones entre el pais que da y el que recibe el dinero.

W l f l A A A A A A A A A A A A A A A A A A

• C omerdante ^ V u t s t r d me jo r p u b l i c i d a d , s e r á u n

t u o p o r o t f f o n g r a n d e s l u n o í F u t i d a s -

De un lado, la industria en gene-ral de un país, y no digamos deter-minadas industrias, deben ser na-cionales; de otro, deben ser verdade-ras industrias; esto es, efectivas y actuales, y no un remedo o una som-bra de ellas. A estos efectos, nuestra vigente legislación protectora de la industria nacional, no protegiendo lo bastante, como ha puesto al des-cubierto la proyección en España de ciertas consecuencias de la pasada guerra mundial, ha entorpecido ¡a inversión, real y honesta, de capital extranjero.

No habrá, ciertamente, aporta-ciones sustantivas de capital privado extranjero, sin la garantía técnica de la inversión de esas mismas apor-taciones. Queda luego el hacer com-patible esta garantía con la salva-guarda del interés nacional. Pero, en modo alguno, es éste un proble-ma jurídicamente insoluble. Se pue-de concebir un sistema en el que, manteniéndose rigurosamente los derechos dominicales españoles so-bre nuestro acervo industrial, se ce-dan temporalmente, a favor de la in-versión de capital extranjero, las ne-cesarias prerrogativas en cuanto a la dirección técnica de esa inversión, que sirvan como garantía e incenti-vo para estas aportaciones del capi-tal privado. Unido esto a un sistema más flexible y más amplio en orden a la participación de capital extran-jero en las empresas españolas, a las garantías de convertibilidad en divisas de los dividendos, royalties, cánones, etc., puede asegurarse que todo ello vendría a provocar una po-derosa, irresistible atracción de esas inversiones de capital privado que tan indispensables son en el ineludi-ble proceso de nuestra industrializa-ción.

No puede ser más favorable la ac-tual coyuntura del mundo para con-seguir este objetivo. Un objetivo grandioso, que puede renovar las bases ya seculares en que se asienta la penuria española. En esa obra común, cualesquiera ideas, aunque sean tan modestas como las presen-tes, tienen su cabida. Y esta conside-ración es la que ha movido a escri-birlas.

("ABC", 7-XI-1951)

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ESPAÑA 1951 3 44 GIBRALTAR PARA ESPAÑA 99

MUY pocos p u n t o s cal-z a el " T i m e s " de L o n d r e s en mate r ia e spaño la c u a n -

d o se a t reve a decir que G i b r a l t a r es " u n a reivindicación exc lus ivamente fa langis ta" , y nos so rp r enden la tor-peza y la ignoranc ia que esa a f i rma-ción revela. N u e s t r o co r r e sponsa l en la capi tal br i tánica, al r ep roduc i r el de sa t i nado ju ic io de un per iódico que tiene en el m u n d o f a m a de pon-d e r a d o y bien i n f o r m a d o , s u b r a y ó hace dias la g ravedad del e r ro r . N o s inc l inamos a pensar que se t r a t a de un e r ror in tenc ionado , de un fa l so e r ror , c o n c e b i d o y d i fund ido por el d ia r io londinense con el p ropós i to de que sus lectores, d e n t r o y f u e r a del Reino, mar ren la pista, y . desde-ñ a n d o la inextinguible reivindica-ción de E s p a ñ a , queden ellos per-suad idos de que E s p a ñ a vive muy a gus to con la p e r m a n e n c i a de los in-gleses en aquel t r o z o de ter r i tor io nac iona l nues t ro . Aquel t rozo , pre-c i samente . que , desde M ed i na del C a m p o , el 12 de o c t u b r e de 1504, con f i aba , en su t e s t amen to , la R e i n a Ca tó l i ca , a las generac iones venide-ras , p a r a que " s i e m p r e t engan a la c iudad de Gib ra l t a r . con t odo lo que per tenece, e non la den, ni a j enen , ni cons ien tan d a r ni e n a j e n a r ni c o s a

a lguna de el la"; aquel te r r i tor io que , de sde Fel ipe V, y an tes de la p a z de U t r e c h t , has t a C a r l o s I I I , fue o b j e t o de siete negoc iac iones d ip lomá t i ca s i n f r u c t u o s a s y q u e los m á s apas io -n a d o s a m i g o s de Ing la te r ra , los " eu -r o p e i z a n t e s " mi smos , A r a n d a y Flo-r idab lanca ( " t e n e m o s —decia éste— c l a v a d a la esp ina de G i b r a l t a r " ) c o n s i d e r a b a n c o m o una en feuda -ción de nues t r a sobe ran ía ; aquel te-rr i tor io, en fin. donde , a par t i r de la in icua debe lac ión y u su rpac ión del 4 de a g o s t o de 1704. es tán c o n d e n s a -d o s los sen t imien tos y las asp i rac io-nes de t o d o s los españoles , l iberales y abso lu t i s t as , nac iona l i s tas e inter-nac iona l i s t as , b lancos y ro jos . N o ha h a b i d o españo l que no h a y a res-p i r a d o a l g u n a vez por la herida de G i b r a l t a r , y son incontab les , en es-tos d o s siglos y medio , los escr i to-res, los polít icos, los h o m b r e s de c iencia , los c i u d a d a n o s a n ó n i m o s , que se han d e j a d o a r r a s t r a r por " la voz de la r a z a " , c o m o V á z q u e z de Mel la ca l i f i caba el t e s t a m e n t o de Isabel , y que , amigos o adve r sa r i o s de Alb ión , h a n d a d o libre c u r s o a su do lo r y a su ira.

L o sabe Ing la te r ra y lo saben to-d o s los ingleses. " T h e T i m e s " f inge u n a m a n i o b r a de " t a r t u f i s m o " y fa-

r i sa í smo polít icos. El Es t r echo fué un d ia —también lo di jo Vázquez de Mella— m á s i m p o r t a n t e que el Ska-gerak y el C a t t e g a t . m á s que el g ran Bel y p e q u e ñ o Bel. m á s que Suez , m á s q u e el C a n a l de la M a n c h a . P o r q u e unía a c u a t r o Con t inen t e s : r e l a c i o n a b a al A f r i c a con E u r o p a y era el cen t ro por d o n d e p a s a b a la g ran corr iente as iá t ica y por d o n d e c o m u n i c a b a n con las nac iones me-d i t e r r á n e a s las de A m é r i c a . H o y n o es asi. H o y no rige t a m p o c o la anti-g u a prohibic ión de de fender nues t ra c o s t a y la c o s t a m a r r o q u í . G ib ra l -t a r . no ya sólo la p laza , s ino la sobe-ran ía sobre el Es t r echo , h a n perdi-do . c o m o d e m u e s t r a n los m i s m o s t écn icos ingleses y n o r t e a m e r i c a n o s , t odo aquel va lor e s t ra tég ico que el Imper io br i tánico j u z g a b a vital p a r a sus c o m u n i c a c i o n e s an tes de la últi-m a guer ra . ¿Es . a c a s o , esta la r a z ó n que m u e v e a " T h e T i m e s " a enga-ñ a r s e y a e n g a ñ a r a sus lectores c u a n d o sos t iene u n a tesis falsa res-p e c t o a las re iv indicac iones en t o r n o al P e ñ ó n ? " G i b r a l t a r p a r a E s p a ñ a " cons t i tuye , desde 1704, el anhe lo m á s ard iente de los españoles . L a voz de la His tor ia m a n d a . Y mien-t ras E s p a ñ a no recupere ese p e d a z o a m a d o de su terr i tor io —sépalo " T h e Times"—, t o d o s los e spaño le s vivirán m á s p r e o c u p a d o s por la in-tegr idad de su suelo que por la amis-tad con la nac ión u s u r p a d o r a .

("ABC", 4-XI-195I)

("Associated Press", X-1951)

tS-'i* t T i * C?i tvTJ'T CTj f CTj " • C V " C?j ? c?>T ¿ \ " V 3 - w*\) ~ "V U I # ' L i > T * V 7 . 7 A s 4 7 \ v o . v % _ ? . \ " • 7 7 : • 7

EL NUEVO RESIDENTE GENERAL F R A N C E S . EN RABAT.—El general Agus t i -no Gui l laume, nuevo res idente general e n el M a r r u e c o s f rancés , rec ibe la b i enve -

nida de las autor idades loca les , a su l legada a Rabat .

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ESPAÑA 1951 EL GOBIERNO BRITANICO

MANTENER COR RELA CIONES

FRANCO Declaración oficial del Foreign Office al embajador español

La reivindicación

de Gibraltar El c o r r e s p o n s a l del " T h e T i m e s "

en M a d r i d nos d i r ige la s igu ien te c a r t a :

" E n un a r t icu lo que a p a r e c e en la p á g i n a 3 3 del n ú m e r o de ese dia-r io c o r r e s p o n d i e n t e al d o m i n g o pa-sado , se a f i r m a que el pe r iód ico " T h e T i m e s " , de Londres , se a t r e -vió r e c i e n t e m e n t e a dec i r q u e Gi-b r a l t a r es " u n a r e iv ind icac ión ex-c l u s i v a m e n t e Fa langis ta" . Si, c o m o supongo , el emp leo de las comi l las qu i e re s ign i f icar que las p a l a b r a s c o m p r e n d i d a s e n t r e e l las son la t r a d u c c i ó n l i teral del t ex to q u e t an -to h a o f e n d i d o al ABC, c o n s i d e r o ine ludib le obl igación, por mi p a r t e , c o m o c o r r e s p o n s a l d e d icho per ió-d ico en E s p a ñ a , i n f o r m a r a us ted que la s u p u e s t a c i ta es t a n equ ivo-c a d a c o m o t e n d e n c i o s a .

Ni a h o r a ni en m o m e n t o a l g u n o se h a a f i r m a d o o i n s i n u a d o en " T h e T i m e s " que la r e iv ind icac ión espa-ñola de G ib ra l t a r s e a , o p u d i e r a su-p o n e r s e que es, " e x c l u s i v a m e n t e " f a l a n g i s t a - p o r la c o n s a b i d a r a z ó n , e n t r e o t r a s r a z o n e s , de q u e la p a r -te no es n u n c a m a y o r que el todo. M u c h a moles t i a se h a n t o m a d o , t a n t o el ABC c o m o " A r r i b a " , en re-f u t a r lo que n o f u e m á s que la a f i r -m a c i ó n e scue t a de un h e c h o , a sa-b e r : que su colega , el ó r g a n o of ic ia l d e F.E.T. y de las J .O.N.S. , ap rove -chó la ocas ión de c o m e n t a r las re-c i en t e s e lecciones g e n e r a l e s en la G r a n B r e t a ñ a p a r a r e f e r i r s e , u n a vez m á s , a l a n h e l o f a l a n g i s t a d e r e s c a t a r el Peñón de G ib ra l t a r .

Si no f u e r a p o r q u e e s t a c a r t a pu-d i e r a s e r v i r de p r e t e x t o p a r a segu i r t r a t a n d o es te t e m a en las c o l u m n a s de su per iódico , no a b r i g a r í a g r a n e s p e r a n z a de ver la p u b l i c a d a con el fin de s u b s a n a r un l a m e n t a b l e e r r o r c o m e t i d o por ABC en e s t a ocas ión , que a p r o v e c h o , gus to sa y s i n c e r a m e n t e , p a r a o f r e c e r m e d e us ted a t to . y s.s . , J o h n M a r k s . "

Londres. El embajador español, duque de Primo de Rivera, fué lla-mado al Foreign Office por el ad-junto de Edén, y en la conferencia se le manifestó la disposición del Go-berno británico de mantener cordia-les relaciones con el Gobierno del Generalísimo Franco. Esta declara-ción del Gobierno británico al em-

bajador de España se considera como la primera y más importante hecha desde 1945. Inglaterra —se dice— busca la armonía de relacio-nes con el Gobierno de España, como medio de terminar con una si-tuación falsa y sin salida al exte-rior.

(Agencia "EFE", 10-XI-1951)

("ABC", 9-XI-1951) I ("Arriba", octubre de 1951)

>« . - r—. - C j - c " j TC*VYO."* * » . • T * i r a T kTJ~ **k' l i

N O SE T R A T A DE UN V I A J E DE N O V I O S Las c a t a r a t a s del Niágara , en la f ron te ra en t re Canadá y los E s t a d o s

Unidos, son pun to prefer ido para lunas de miel. En e s t e ca so s e t ra ta d e un viaje oficial. La pr incesa Isabel , cubier ta con un i m p e r m e a b l e e s p e -cial, admira el f abu loso p a n o r a m a . — ( F o t o I.N.P.)

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ESPAÑA 1951 3 EL MINISTRO DE O B R A S PUBLICAS

HABLA DE UN PLAN DE TRANSFORMACION AGRARIA DE BADAJOZ

• Se pondrán en regadío cien mil hectáreas de terreno

El minis t ro de O b r a s Púb l i cas , en su conversac ión de ayer con los re-p re sen tan te s de la P rensa , les mani -festó que se hab ia reunido con la P o n e n c i a e n c a r g a d a de e s tud ia r los p r o b l e m a s de la p rov inc ia de Bada -j o z y de r edac t a r un p r o g r a m a o plan de t r a n s f o r m a c i ó n ag ra r i a , so-cial, y en relación con las o b r a s pú-blicas de r ivadas de los p a n t a n o s de C i j a r a y En t r epeñas , que r iegan las vegas al ta y ba j a del G u a d i a n a . L a t r a n s f o r m a c i ó n p o n d r á en regadío m á s de 100.000 hec tá reas .

A s i s t i e r o í los min is t ros de Indus -tria, señor Planell, y de Agr i cu l tu ra , s eñor C a v e s t a n y , y los t écn icos que integran la Ponenc ia . El plan lleva ane ja la industr ia l ización de aque-llas c o m a r c a s .

Al e x a m i n a r e s t e p r o g r a m a —añadió el conde de V a l l e l l a n o -hice o b s e r v a r que fa l t aban t res pun-tos . a mi ju ic io esenciales: la f i jac ión de los g a s t o s ex t r ao rd ina r ios que su-

LLEGADA A CARTAGENA

DEL MINISTRO

DE MARINA C a r t a g e n a . P r o c e d e n t e d e

M a d r i d llegó e s t a t a r d e el mi-n i s t r o de M a r i n a , D. S a l v a d o r M o r e n o F e r n á n d e z , a q u i e n a c o m p a ñ a b a el a l m i r a n t e j e f e del E s t a d o M a y o r de la A r m a -d a . En C a p i t a n í a f u e r e c i b i d o p o r el c a p i t á n g e n e r a l del De-p a r t a m e n t o , a l m i r a n t e V i e r n a ; g o b e r n a d o r civi l , a l c a l d e y re -p r e s e n t a c i o n e s o f ic ia les .

p o n d r á su desar ro l lo , p o r q u e u n a pa r te de los m i s m o s va c o m p r e n d i -d a en el p r e s u p u e s t o o rd ina r io ; fija-ción de los medios e c o n ó m i c o s que p r o d u z c a un rend imien to al E s t a d o al m a r g e n del s i s t ema t r ibu ta r io exis tente , y, por úl t imo, la m e c á n i c a p a r a la e j ecuc ión del p r o g r a m a , q u e bien pud ie ra ser una especie de C o n -fede rac ión c o m o la del G u a d i a n a , un o r g a n i s m o depend ien te de cual -qu ie ra de los t res d e p a r t a m e n t o s o u n a p e r s o n a des ignada c o m o repre-sen tan te de los mismos . T o d o ello será e s t u d i a d o en un p lazo de qu in -ce o veinte dias . D e los r e su l t ados que se o b t e n g a n se s a c a r á n las c o n -secuenc i a s p a r a apl icar el e n s a y o a la p rov inc ia de J a é n .

E s t a t a r d e —cont inuó d ic iendo el ministro— ce lebraré una i m p o r t a n t e reun ión con el subsec re ta r io y direc-to res genera les de la casa , el de C o -lonizac ión y el de l egado del Servicio N a c i o n a l del Tr igo , p a r a ex t rae r las c o n s e c u e n c i a s de mi úl t imo viaje a A r a g ó n y Lér ida . Asis t i rá , inv i t ado p o r mi, d o n M a n u e l L o r e n z o P a r d o , pres t ig ioso ingeniero, d i r ec to r que

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fue de 1?. C o n f e d e r a c i ó n del E b r o . D e e s t a reunión p re t endo que salga un plan qu inquena l p a r a desar ro l la r las o b r a s que son necesar ias en aquel las z o n a s .

Di jo , por ú l t imo, el minis t ro de O b r a s Púb l icas que hoy, jueves , em-p r e n d e r á via je a C á d i z p a r a c o n o c e r la s i tuac ión de la z o n a f r a n c a , irá a Algec i ras con o b j e t o de en te ra rse del ut i l laje que necesi ta aquel pue r to y vis i tará , a d e m á s , el p a n t a n o de los H u r o n e s . A p r o v e c h a r á su es tanc ia p a r a r ecor re r las p rov inc ias de Sevi-lla y C ó r d o b a , que tienen p r o b l e m a s de inap lazab le resolución.

Un i n f o r m a d o r p r e g u n t ó al conde de Vallel lano si hab ia recibido la vi-sita del a lca lde de M a d r i d , y contes-tó a f i rma t ivamen te . H a s ido una en-t revis ta —dijo— cordia l , en la q u e c a m b i a m o s impres iones sob re deter-m i n a d o s p r o b l e m a s que tienen per-fec ta conex ión en t re el A y u n t a m i e n -to y es te d e p a r t a m e n t o , y que a fec ta a los intereses del vec indar io madr i -leño.

("ABC", 29-XI-1951)

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C E N A S S E L E C T A S PreeenUndo, durante Ita miamaj, >ua *nefn1flc*a colecdor.ti

de modelo* de Invierno

R A P H Y E L (EL FAMOSO MODISTO PARISIEN)

con eue creación** de

M A Ñ A N A • TARDE - SPORT Y N O C H E El t n i j fartuoeo deeflle de VESTDOO, SOMBREROS y PIELES

MOTA IMPOSTANTE* CADA NOCHE, R A P H A E L - ) . PRESENTARA UNA 0 0 U K X 2 0 N DISTINTA

de meeei: Teléfono* 33 27 59 • 339326

(Agencia "Cifra", 28-XI-1951)

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Page 100: Tiempo de Historia 084 Año VII Noviembre 1981 OCR

EL "l\IO MATAR" DEFIENDE TAMBIEN A LOS QUE

AUN NO HAN NACIDO • Un trascendental discurso de Su Santidad Pío XII

R o m a 6. (Crón ica de nues t ro co-rresponsal . ) El discurso que el P a p a lia ded icado a los congres is tas de una tan impor tan te y del icada profe-sión c o m o la de las ma t ronas , ha servido pa ra que ciertos protes tan-tes ingleses demues t ren su mala fe, f a l seando un pá r ra fo relat ivo a la salvación del niño o de la madre , c u a n d o es bien notor io que las pala-bras de Pió XI I se referían exclusi-vamente al abor to , de l iberadamente p rovocado . Al definir c o m o un apos to l ado la atención p r o d i g a d a por las m a t r o n a s a la m a d r e y al ser que va a con templar la luz del mun-do, el San to Padre ha exa l tado la impor tanc ia del nac imien to feliz del n iño, y a l zando la mi rada y el pen-samien to hacia el orden que el C r e a -dor quiere que sea manten ido , ha se-ña lado la eno rme responsabi l idad que pesa sobre el hombre , sob re el h o m b r e y sobre la mujer , f rente al cumpl imien to de tan al ta misión. Trasgred i r la , eludirla, violarla, n o significa sólo t ra ic ionar la p r imera función del individuo sobre la t ierra y ofender al sup remo orden natural , s ino desviar el curso mi smo de la vida h u m a n a , violentar la continui-d a d de la especie y c o m p r o m e t e r el porvenir de la H u m a n i d a d . F ren te a este peligro, que hoy se presenta an t e el hundimiento de t an tas bases de la vida social e individual moder-na, el P a p a —y ésta es la excepcio-nal impor t anc ia de su mensaje— no ha d u d a d o en p ro fund iza r en la par-te más in t ima y m á s de l icadamente pel igrosa del p roblema, p a r a instruir a los ignorantes , advert ir a los olvi-dad izos y aconse j a r a los que dudan de verdad o t ra tan de es tablecer du-d a s sobre deberes pr imar ios e irre-nunciables . Si se exceptúa la Encícli-ca " C a s t i connub i " , de Pío X I . pa-rece ser la pr imera vez que un Ponti-

líce a b o r d a en tan del icados part icu-lares toda la esencia de la vida con-yugal .

Impor ta , pues, al menos , ano t a r los puntos fundamen ta l e s de las or ientaciones d a d a s por Pío XI I a las en f e rmera s que se o c u p a n de las par tur ientas , ya que sus conse jos y adver tenc ias se ext ienden, y aun se dirigen en primer lugar a los padres . El pr imer punto a b a r c a el valor e in-

violabilidad de la vida h u m a n a . Es decir , c a d a niño en el seno ma te rno , tiene de recho a la vida. Es ta vida la obt iene d i rec tamente de Dios . N o los padres , no la soc iedad, n inguna ciencia, n inguna au to r idad , pueden desconocer tan s an to de recho . P o r lo t an to , no puede existir, ni hom-bre. ni poder ter reno, ni conse jo mé-dico, ni eugenésico. ni e conómico , ni mora l , que supr iman vo lun ta r ia o

El sesenta por ciento de los mineros del Norte de España

confiesan y comulgan Obra evange l i zadora de la Asesoría Ecles iást ica de

Minas de la Organización Sindical Acaba do c e l e b r a r s e en la D.

N. S. la VI A s a m b l e a Nacional de A s e s o r e s Ec les iás t icas , y en tal r e u n i ó n s e p u s i e r o n de mani f ies to p r i n c i p a l m e n t e dos c o s a s : h a s t a qt ió p u n t o es cierto el esencia l e s -p í r i t u católico dol q u e h a c e r s in-d ica l y la e fec t iv idad evange l i -z a d o r a d e la Asesor ía .

L i m i t á n d o n o s ú n i c a m e n t e a t ina B o l a d e l a s ponenc i a s a b o r d a d a s e n d i c h a r e u n i ó n — l a q u e r e spec -t a al apos to l ado rel igioso en n u e s -t r a s c u e n c a s m i n e r a s — , o! lector p o d r á j u z g a r por si m i s m o sobre e s t a e f ec t i v idad y tambitfn sob re e l t r a s c e n d e n t a l a l cance q u e e n -t r o n u e s t r o s o b r e r o s logra tal a se -eor ía .

Rvdo. P . Elias F. Reyero , S. J . , ososor eo les lás t l co de Minas , de la Asesor ía Ec les iás t ica Niis

cion.d de S i n d i c a t o s .

("Pueblo", 26-1X1951)

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ESPAÑA 1951 ££VJCMMES d i rec tamen te a la c r i a tu ra que debe

nacer .

El s egundo p u n t o se ded ica y a p lenamente a las m a t r o n a s , que ejer-cen su profesión c o m o mis ioneras y a las que i ncumbe el deber de c o m u -nicar , incluso a los padres , par ien tes o responsab les , el conoc imien to , la es t imac ión y el respe to de la vida h u m a n a y de las leyes s u p r e m a s que la pres iden. En defini t iva, la obl iga-ción mora l que tienen de de fende r la indefensa y todav ía e s c o n d i d a vida del niño. El " n o m a t a r " c o m p r e n d e incluso este del icadís imo c a m p o de la p roc reac ión . Y el pun to t e r ce ro se ref iere a man tene r , de spe r t a r y esti-mula r el sent ido y el a m o r de la ma-tern idad . Po rque , a u n q u e p a r e z c a ment i ra —y el P a p a a l l rma una tr is te realidad— m u c h a s veces, el n iño no sólo no es deseado , s ino que es temi-do. Y aqui sus p a l a b r a s son ro tun -d a s y c o n d e n a t o r i a s c o n t r a el a b o r -to p r o v o c a d o y con t r a los c o o p e r a -d o r e s de tal c r imen .

En es ta f u n d a m e n t a l o r ac ión de Pió XI I t odo r e sponde a u n a sólida e n s e ñ a n z a , llena de nob leza y de pa-labras a l t í s imas y nobles . Resu l ta inútil, por t an to , t r a t a r de b u s c a r p u n t o s f lacos de discusión.—Julián C O R T E S C A V A N I L L A S .

("ABC", 7-XI-I951)

NO S p a r e c e muy bien que los e x t r a n j e r o s vengan a E s p a -ña a so learse en n u e s t r a s

p l a y a s , a d m i r a r n u e s t r a s o b r a s de a r t e y p a s e a r p o r nues t r a s a ldeas y c iudades . Es señal de que h a n ido d e s a p a r e c i e n d o de la m e n t a l i d a d , un m u c h o a s u s t a d i z a , de a l g u n o s paí-ses la idea de u n a E s p a ñ a some t ida al t e r ro r de la t i ranía y a la miser ia de unos c a m p o s sin c o s e c h a s y sin g a n a d o s .

Pe ro h a y tu r i s tas de tur i s tas . Al-g u n o s de esos e x t r a n j e r o s , pr incipal -m e n t e c ier to t ipo de d a m a s , o lv idan que lo p r i m e r o que hay que hace r , c u a n d o se va a la c a s a del vec ino —y p o r c a s a s u y a tienen los e s p a ñ o -les t o d a la geogra f ía de España—, es a t ene r se a unas n o r m a s de respe to y bien pa rece r . M o s t r a r la de sp reocu -p a c i ó n nud i s ta que a lgunos A d a n e s y a l g u n a s E v a s de u l t r a p u e r t o s m u e s t r a n , y no y a en lugares en que la e scasez de r o p a puede ser explica-d a , s ino h a s t a en las cal les de nues-t r as c iudades , lo r e p u t a m o s c h a b a -c a n o y " t a r z a n e s c o " , por n o decir o t r o ju ic io m á s c o n t u n d e n t e .

C o n ser v i tuperable la des facha -tez y la fa l ta de d e c o r o en t o d a s las c o y u n t u r a s del t r a to h u m a n o , resul-ta v e r d a d e r a m e n t e ofens ivo el des-c o c o con que a l g u n o s ex t r an j e ros p re t enden , c o n su a t u e n d o de selva t ropica l , pene t r a r en n u e s t r a s cate-dra les e iglesias. Si en la c a s a del p r ó j i m o h a y que g u a r d a r la obl iga-d a co r recc ión , sube de p u n t o ese de-ber c u a n d o h e m o s de en t ra r en la c a s a de Dios . El " t a r z a n i s m o " es i m p r o p i o de p e r s o n a s que se dicen c ivi l izadas . E s p a ñ a n o es n ingún país sa lva je d o n d e el que llega h a y a de d e s p o j a r s e de sus buenas mane -ra s .

El s inté t ico t r^ je de u n a piscina o de un " s o l a r i u m " no se puede de-c e n t e m e n t e emplea r en la calle. Y m e n o s todav ía p re tender en t r a r con él en los t emplos de Dios . Cua lqu ie r conc ienc ia ca tó l ica o m e r a m e n t e re-ligiosa se revela c o n t r a ese a b u s o . N o se e x t r a ñ e n , pues , los que lo in-t en t an , si a los e spaño les —que pro-f e s a m o s , p o r e n c i m a de nues t ros m u c h o s de fec tos , un ca to l i c i smo sin t r a m p a ni car tón— nos mueve a in-d ignac ión su ca r enc i a de esc rúpu lo . E s p a ñ a no es u n a co lon ia dócil don-de el " b l a n c o " puede permit i rse el m a l g u s t o de p rac t i ca r el " t a r zan i s -m o " . E s t a m o s en E u r o p a y s o m o s E u r o p a , y c o m o e u r o p e o s no admi-t imos esa d e g r a d a c i ó n de las m a n e -ras u r b a n a s .

Po r o t r a pa r t e , ni las iglesias ni las ca t ed ra l e s son sitios p a r a pract i -c a r f r i vo l amen te el t u r i smo , sinó' p a r a rendir la rodilla en o rac ión hu-milde al Al t í s imo. Lo m e n o s que el n o ca tó l i co debe hace r , si en t r a en ellas, es o b s e r v a r c o m p o s t u r a en su vest i r y en sus m o d a l e s . P ro t e s t a r p o r q u e se les exija decenc ia en el vest ir , es u n a " f r e s c u r a " ; engal larse y f o r z a r la p u e r t a , va l iéndose de la f u e r z a del n ú m e r o , es u n a so lemne y d i s p a r a t a d a m a n e r a de despres t ig iar a su pa t r i a de or igen.

("Ya", 31-VIII-1951)

H U M O R A J E N O

C O i. % Y H O G % R henwr. dado b i a r l u a n o n t r o pl»il*

("Idear de Granada, Í9-V1I951)

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ESPAÑA 1951 I N F O R M A C I O N E S Y N O T I C I A S T E A T R A L E S Y C I N E M A T O G R A F I C A S En el Capitol se estrenó ayer la producción española, en color, "La niña

de la venta" TAMBIEN FUE PROYECTADA POR VEZ PRIMERA, EN EL PA-

LACIO DE LA PRENSA, LA CINTA NACIONAL "SURCOS" Desde

Lola Flores, Mano lo C a r a c o l y R u b é n R o j o

D e s p u é s de presenciar ei e s t r eno de ayer en Cap i to l de la p roducc ión e s p a ñ o l a en color " L a niña de la v e n t a " h e m o s de señalar q u e el pro-ced imien to técnico, q u e a n i m a con sus tona l idades la cinta, ha me jo ra -d o sens ib lemente en c o m p a r a c i ó n con anter iores ensayos , y que, por lo t an to , si no se es tac iona en lo ya consegu ido , se halla en vias de indu-dab le y r áp ido per fecc ionamien to , lo cual h a b r á de cons ide ra r se c o m o de g ran impor tanc ia pa ra el fu tu ro de nues t ra industr ia c inematográ f i ca . En c u a n t o al " f i l m " en si —a su de-sarrol lo a rgumen ta ! y carácter— ha-l lamos que la vena folklórica se em-plea con ponderac ión , con equili-brio, y en casi todos los pa sa j e s con acier to. La t r a m a es ligera, c o m o conviene a una o b r a del género, pe ro su acción intriga y su ambien te se ha cu idado con esmero , y en m á s

Lañana al dia 21 se celebrará en el Gran Vía una "Semana del "cine" italiano"

de un m o m e n t o , espec ia lmente en los q u e apa recen los g r u p o s de gita-nos , d o n d e el reflejo de la real idad se obt iene con plena fo r tuna . T a m -poco se deben de j a r sin e logiosa mención las escenas mar ine ras de la pesca , m u y expres ivas , y m u y be-llas, en d e t e r m i n a d a s imágenes , po r su compos ic ión y movimien to .

Los pe r sona jes centra les los de-s e m p e ñ a n Lola F lo res y M a n o l o C a r a c o l , quienes so rp renden por los p rogresos que han rea l i zado c o m o intérpretes del sép t imo arte, al p u n t o que el segundo descuel la notable-mente de todo el r epa r to , fuera de su ac tuac ión c o m o " c a n t a o r " , ya sufi-c ien temente conoc ida . P o r su par te , Lo la F lores a d a p t a la grac ia de su persona , sus canc iones y su movili-d a d , al t ipo que e n c a r n a . Le secun-dan R u b é n Ro jo , el galán me j i cano , a d e c u a d o en ges tos y a d e m a n e s ; Raúl C a n c i o , e n t o n a d o en el sa rgen-to que in terpre ta ; J o s é Nieto, q u e también merece un ap lauso , y Er ika M o r g a n , m u y g u a p a c o m o vampire -sa. El ve te rano " b a i l a o r " Rafae l O r -tega demues t r a poseer excelentes do tes p a r a la panta l la .

Q u i z á h a y a m o m e n t o s en los que el d iá logo se pro longue innecesar ia-mente , pe ro no llegan a pesar . En cambio , t o d a s las canc iones , t an to las de Lola Flores c o m o las de Ma-nolo C a r a c o l , se e s c u c h a n con delei-te y los bailes se con t emplan con idént ico a g r a d o .

En s u m a : p o d e m o s decir de la pe-lícula dirigida por R a m ó n T o r r a d o q u e es una realización s impá t ica , y, ha s t a a h o r a , de las me jo r o r i e n t a d a s d e n t r o de un género que, bien es tu-d iado , puede represen ta r una moda -lidad de ha l agüeño porvenir en nues t ro c i n e m a . - D O N A L D .

M a r u j a Asqucr ino, Luis Peña , F r a n c i s c o A r e n z a n a , Félix D a f a u c e y M a r i s a de

Leza

EN EL PALACIO DE LA PRENSA

SE ESTRENO "SURCOS"

Por tres virtudes campea la pelí-cula "Surcos", estrenada ayer tarde en el Palacio de la Prensa: por di-rección, interpretación y coloquios.

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ESPAÑA 1951 Flaquea por el argumento. Mejor dicho, por el manejo inventivo del argumento. Cierto que, dentro de la narrativa española, de tan sabrosos frutos, el tema es un buen tema, ele-mental, y abierto al sortilegio del mejor neorrealismo fílmico, aunque este neorrealismo, feliz, por lo co-mún, en el curso de la cinta, se en-tretiene demasiado sorteando una teoría anecdótica fatalista que no brota espontáneamente, como acen-to humano, sino que se amontona por la caprichosa tiranía de los guionistas, en este caso la señorita Zaro y el Sr. Torrente Ballester. Y cosa curiosa: al final no sucumbe, como parecía deducirse para ejem-plaridad, el protervo "jefe de los malos", que no debe faltar en ningu-na empresa de esta índole. Y si el detalle defrauda al público, a noso-tros nos satisface plenamente. A es-tas horas, el repulsivo personaje proseguirá ejerciendo su sucia y tor-va industria. Por una vez siquiera, el "cine" no culmina como "cine", y sí, claro está, como la vida, que se apunta tan diestro regate contra el tópico.

("ABC", 13-XI-195I)

DON JACINTO BENAVENTE, ENFERMO El insigne dramaturgo D. Jacinto Be- que de continuo atienden a su salud. Se

navente tuvo ayer una súbita recaída en Ic aplicaron rápidamente los más enérgi-la enfermedad de carácter gripal que !e eos antibióticos modernos. Aunque la fie-obligó a guardar cama en los dias ante- bre, que «e había iniciado por la tarde, de-riores al es treno en el In fan ta Isabel áz cayó en seguida, el estado del glorioso su nueva comedia " L a vida en verso" , escritor no dejó de inspirar inquietud a Salió por primera vez a ]a calle en la no- ¿us más intimes amigos teniendo en cuen-che del jueves, oía 8 del corriente, para ta su avanzada edad (ochenta y cinco presenciar el en:ayo genera! de su obra , años) . De madrugada nos informan que y desde el viernes, en que se celebró el no existe peligro alguno para su vida, estreno, ha acudido diariamente al tea- La tensión de estos últ imos días y su t ro para responder a las aclamaciones del afán de concurrir al teatro han produci-público. Ayer tarde, poco después de ¿1- do una gran fatiga a su organismo, de-mor ra r , se sintió de nuevo enfermo, en bili tado ya por 'a gripjfe, y exigen un si- casa, cuando estaba rodeado de sus reposo abso 'uto. Hacemos fervientes vo-m*s íntimos amigos, y como notaran és- tos por un rápido y completo restablecí-tos que su fisonomía se alteraba, lo lie- miento del gran escritor, gloria de su Pa-varon al lecho y llamaron a los médicos tria.

HA FALLECIDO MARIA MONTEZ.—Cuando se ba-ñaba en su domicilio de París, ha fallecido, a con-secuenc ia de un a t a q u e al corazón, la bella actriz ci-nematográ f i ca María Mon-tez . La fo tograf ía corres-ponde a una de sus pelícu-

las m á s populares .

L S P A N O L A S E N V E N E C I A . — L o l a Flores y Paqui ta Rico, que se encuen-t ran en Vcnecía p a r a asistir al Festival In ternacional C inematográ f i co , ensayan

sus d a n z a s p a r a no perder la c o s t u m b r e .

cAssociated Press", 8-1X-1951)

S E L E C C I O N DE T E X T O S Y G R A F I C O S : D I E G O G A L A N Y F E R N A N D O L A R A

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Mi Tío

Baroja Julio Caro Baroja

La casa de los Baroja, en Vera d e B idasoa

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Cuatro retratos

de un

hombre

UE el tiempo vitalmente conside-MWrado es algo distinto al tiempo

matemático, medido con diferentes artefactos y convenciones, es algo que cual-quier persona experimenta, aunque no lo sepa expresar. Los astrónomos pueden es-pecular sobre millones de años luz y otras cosas por el estilo. Pero el hombre común y corriente no sabe aún cómo medir el tiempo de su vida. Y a mí me pasa esto igual que a cada hijo de vecino, aunque acaso con mayor conciencia de que me pasa. Ahora, a punto de cumplir sesenta y siete años, va a hacer un cuarto de siglo que murió mi tío, Pío Bar o ja.

Interior d e la c a s a d e D. Pío, e n Vera d e B i d a s o a .

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I

Tenía yo entonces cuarenta y dos. Des-compongo mi vida así: 21 + 21 + 25. ¡Pero qué diferencia en la intensidad y si se quiere entre la sensación de "durac ión" que doy a los dos veintiunos primeros y la que asigno al veinti-cinco último!

D e 1914 a 1935 me parece que pasó un t iempo larguísimo, misterioso, lleno de expe-riencias raras y enigmáticas. De 1935 a 1956 otro en conjunto dramático, desagradable, pero más corto. Y de 1956 a 1981 otro que, siendo el más largo matemáticamente, me ha parecido más breve, fugaz y más banal. La vida en vez de cargarse de contenido se me ha trivializado. N o siento la gravedad de la vejez, si no es como podría concebirla lord Chesterfield al sostener que la gravedad es el signo más claro de la impostura. N o me sien-to " b a r b a " de comedia antigua. Pienso que lo más exacto que puede uno decir al morirse de la última parte de la vida es ésto: —¡Pché!

Esto me pasa a mí. Ahora quisiera trasla-dar la experiencia propia a lo que sé de la vida de mi tío. Porque creo también que su vida, más larga que la mía (que no deseo que se prolongue hasta la edad a la que el llegó), también podría dividirse de forma parecida, de esta suerte: 21 + 21 + 21 + 21. Jeroglífico para biógrafos, críticos y exegetas. C u a t r o

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t iempos vitales muy distintos, en contradic-ción con las pretensiones de los biógrafos que quieren hacer " re t ra tos" de artistas o de otras clases de gentes como si hubieran sido los mismos a los veintiséis que a los setenta y seis años; biógrafos que van en contra tam-bién de la sabia praxis de los pintores. Por-que Velázquez no pintó a la "Venus del espe-j o " cuando esta dama era sesentona, sino en una muy apetecible juventud, distinta en todo a su vejez, que ignoramos. Asi yo veo en mi tio cuatro personas en cuatro tiempos. D e los dos primeros puedo hablar por referencias. De los dos segundos, según mi experiencia y mi recuerdo.

II

1872-1893. Infancia, adolescencia, prime-ra juventud. Tres épocas cortas, decisivas, turbulentas primero, angustiosas y dolorosas después. Un niño considerado torpe, un ado-lescente rebelde, un joven crítico y poco sim-pático a profesores y otras gentes respeta-bles. Cambios continuos de residencia, gran-des contrastes entre ciudades como Pamplo-na, San Sebastián, Valencia y Madrid. Vida

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Pío Baroja c o n su madre y su sobrino Julio Caro (autor de es te t rabajo) .

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Un rincón d e la casa de Pío Baroja.

107

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Reunión de m i e m b r o s de la A c a d e m i a d e la Lengua. De izquierda a d e r e c h a : Marañón. M e n é n d e z Pidal, el p r e s i d e n t e d e la Re-públ ica Alca lá-Zamora , Pío Baroja. Royo-Vi l lanova y Cotare lo .

estrecha, pero an imada por una familia inte-resante: un padre con lecturas superiores a las que por lo común se pueden atribuir a un ingeniero vasco, con aficiones artísticas y li-terarias, cierta tendencia a la bohemia y a la extravagancia y un anticlericalismo poco a tono con el medio en que tenia que desenvol-verse. U n a madre austera, poco optimista, que consideraba ya de joven que la vida hay que "aguantar la" . Pío, como sus hermanos, no pensaba esto. Eran rebeldes, sin el opti-mismo bohemio del padre, ni la resignación de la madre. Por lo que yo he hablado con Pío mismo, con Ricardo y con su hermana, es decir, mi propia madre, estos años decimo-nónicos de la vida de los míos estuvieron tan cargados de experiencias y sucesos que no puede compararse su intensidad con la de los de después. Son años "ahistóricos", "amor-fos", cambiantes, sin línea. Los niños y los adolescentes son proteicos. M á s cuanto más cambian los ámbitos en que viven. Sólo los pedagogos pueden creer que con sus pruebas son capaces de determinar cuál es la fo rma y cantidad de su inteligencia, de su sentido éti-co, artístico, etc. ¡Asi vamos como vamos!

108 Don Pío Baroja, por Juan de Echevarría.

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m e&JtyLÁ )3jrjte d e P I O B A R O J A

P O B

TEATRO LIBRE „ M I E R C O L E S , J U E V E S Y Y I E R H E S J O 3 0

Í1DR ARIO SABADOS 7 3 D Y 1 0 a o 1 DOMINGOS 103°

PRECIOS ESPECIALES A COLEGIOS O GRUPOS

Cartel anunciador de una obra de Baroja, representada por Teatro Libre, e n el Centro Cultural "La Corrala", de Madrid.

Según las respetables previsiones de sus maestros, Pió Baroja era un niño de tercera. ¿Pero sabía él mismo lo que llevaba dentro? No, con seguridad. La imagen que yo me he formado de él con respecto a aquella época es la de un niño o un adolescente un poco " a la moderna". Es decir, un niño y un adoles-cente poco cómodo para sus padres, parien-tes y allegados. Lo que pasa es que a esta fal-ta de agrado debía unir algo más que no tie-nen la generalidad de los incómodos niños .modernos: imaginación, capacidad de soñar en la soledad y valentía ante el propio yo. Ahora los adolescentes procuran ser moles-tos en común, formando grupos y no quieren verse solos.

Pensando en mi propia experiencia, creo también que los días que pasó mi tío en la so-ledad fueron mucho más intensos, densos y con una sensación de duración vital más lar-ga que aquellos que pasó en compañía de otros niños y adolescentes. La vida en común de colegios y barriadas parece cosa corta, fu-gaz, de poco contenido, al lado de la vida so-litaria.

Los veintiún años primeros de la vida de Pío Baroja le dieron, así, materia para recor-dar y pensar hasta el final de su vida, cosa que no le ocurrió con la t anda de los cuaren-ta y dos últimos.

Baroja e n c o m p a ñ í a d e Arturo Ruiz-Casti l lo. e s t e úl t imo lle-varía al c ine "Las i n q u i e t u d e s d e Shant i -Andia", una d e las

obras m é s populares d e D. Pío.

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Una d e las s a l a s de la casa d e D. Pío. en Vera.

El editor Lara e n t r e g a n d o a Pío Baroja dinero por los d e r e c h o s d e un libro que le ed i tó .

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Pío Baroja en la d é c a d a d e los cuarenta .

III

1894-1915. ¿Y los inmediatos? Los años finales del siglo X I X y los primeros del X X fueron para Pió Baroja los del gran tránsito. De un joven desconocido a los veinticinco años pasó a ser un escritor famoso con poco más de treinta. Pero a costa de muchos es-fuerzos, de muchas experiencia?, y de no po-cos dolores. Puede decirse también que a los cuarenta y dos años, al término de este se-gundo periodo, habia escrito ya las obras que le han dado mayor fama, habia probado casi todos los géneros que constituyen el mundo barojiano: novela madrileña, novela vasca, novela marítima, histórica, filosófica, de via-jes. También se habia distinguido como arti-culista y habia sido bastante traducido. Esto se ve claramente en cualquier biografía. La vida interior del profesional dedicado a su Arte fue muy intensa: pero muy distinta a la de los años anteriores. Baroja renunció a la Medicina, tuvo que sostener a regañadientes una industria, vivió entre literatos y artistas y pasó por las redacciones de periódicos im-portantes. Incluso buceó en el mar político. Pero fue haciéndose más solitario, errabun-

La verja d e entrada d e la c a s a d e l o s Baroja. e n Vera.

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Pío Baroja en s u s ú l t i m o s a ñ o s .

de, viajero versátil y, al fin, necesitó quietud, reposo, un ancho espacio donde meditar. Re-runció a toda idea de tipo juvenil, de modo uue parece prematuro. Con esta renuncia ob-tuvo algo que casi ningún escritor obtiene: serenidad y tranquilidad de ánimo, que no le abandonaron ya durante el resto de su vida.

Esto no quiere decir que dejara de ser combativo e incisivo. Lo que ocurrió es que al escritor, algo con propósito polémico, siempre dejaba traslucir cierto humor y aca-so esto exasperaba más. Baroja no se aisló del todo; pero desde 1912 vivía gran parte del año en Vera de Bidasoa, con su madre , y acaso allí " L a s horas solitarias" fueron tam-bién horas más largas que las pasadas entre la bohemia madrileña: horas que le fueron distanciando más y más del mundo circun-dante.

C u a n d o yo nací, mi tio Pío tenia alrededor de cuarenta y dos años. C u a n d o empiezo a recordarle, allá hacia 1918, se consideraba un hombre viejo y aún no habia llegado a la cincuentena. Por entonces sufrió la mayor crisis de salud de toda su vida, y en 1920 es-tuvo a punto de morir. Pero después, hasta que empezó la guerra civil, fue uno de los se-res más robustos que he conocido: un hom-bre que, por otra parte, nada tenia que ver con la imagen violenta, agresiva y malhumo-

El dormitor io del escritor e n su refugio de Vera d e B i d a s o a .

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rada que corre por ahí y que acaso , en parte, sólo en parte, podría corresponder a si pri-mera juventud.

L a pr imera imagen que tengo de él es la de un casi cincuentón de es ta tura media, corpu-lento, con grandes manos , una cabeza poten-te, inmensa calva, b a r b a cor ta rojiza, cobri-za, labios rojos, nariz gruesa y o jos claras, medio sorprendidos, medio irónicos. Una ca ra que en Madr id desconcer taba . C u a n d o Fe rnando de los Ríos vio la de Lenin frente a frente, le recordó la ca ra de mi tío Pío. Pero creo que la expresión de éste era m u c h o más suave: tenía la suavidad que da la fal ta de fe.

Pío Baro ja a n d a b a de aquí a allá encorva-do, curioso, a tento a lo que hacían las gentes alrededor, con una capac idad pa ra dialogar con los más humildes que a veces sorprendía e irri taba: porque esta capac idad no la tenia con personas encope tadas e impor tantes . P o r un lado, era el m á s democrá t ico de los hom-bres, porque con el pueblo se encon t raba a gusto. Pero, por otro, podía parecer el m á s an t idemócra ta , porque tan to a ministros, subsecretarios, d iputados , alcaldes y conceja-les como a jefes de izquierda o de derecha, " representantes del pueblo" , en fin, le causa-ban más bien aversión que otra cosa. Aver-sión porque la experiencia le hacia suponer que, en general, eran gentes aburr idas .

Lo peor que podía decir de alguien era: —Ese es un tío lata—. Y los tíos latas parece que, según él, a b u n d a b a n en la "c lase políti-ca" , c o m o se dice ahora .

D e 1925 a 1935 Pío Baro ja vivió pendien-te de la salud de su madre , c ada día más pre-caria. Se aisló más y no part icipó ni a favor ni en cont ra de los movimientos políticos y culturales que exci taban a la juventud . Y o —por ejemplo— no le he oído decir nunca una palabra de los poetas de la l l amada genera-ción del 27. Sí, algo, de los prosistas . M á s de los pintores modernis tas , aunque ya entonces empezó a dominar le una tendencia bas tante " to l s to iana" adversa al excesivo esteticismo. C o n respecto a los fi lósofos y científicos del momen to t ampoco era muy entusiasta . El vi-cio mayor que encon t r aba en los que es taban m á s a la moda era siempre el mismo: "Pa la -brer ía" .

Pero de repente la bestialidad de la vida se le echó encima. En 1935 mor ía su madre . E n 1936 empezaba la guerra civil, y así puede decirse que acabó t rág icamente el tercer cuar to del existir a que me referí antes.

Pío Baroja "en s u r incón ••

IV

El último, el que vivió de 1936 a 1956, fue siniestro al principio. Luego mediocre. Pe ro la mediocr idad compar t ida con los de casa la sobrellevó serenamente y, al final, puede de-cirse que tuvo, por suerte para él, una especie de jovial idad senil, acaso debida a la misma arteriosclerosis. U n a jovialidad que sorpren-día a algunos visitantes cuando iban a ver al ogro legendario.

H a y un personaje dickensiano que aparece en " M a r t i n Chuzz lewi t " y que se caracter iza-ba por su tendencia a la jovial idad: que pen-saba también en lo meritorio de ser jovial en los medios y ambientes menos adecuados pa ra sostenerse en aquella situación de áni-mo. Mi tío, al borde de los ochenta , era jovial en un medio en el que, en efecto, había que tener m u c h o " m é r i t o " para serlo. Porque el cupo de vinagre nacional había aumen tado y se adminis t raba con es tupenda generosidad.

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Entierro d e Pío Baroja. Era el 3 1 d e o c t u b r e d e 1 9 5 6

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Pío Baroja, el n o m b r e d e una c a l l e . . . U n c a m i n o a s e g u i r a t r a v é s d e s u s l ibros y t a m b i é n un c laro e j e m p l o d e h o n e s -

t idad i n t e l e c t u a l .

" D e s d e la última vuelta del c a m i n o " , Pió Baro ja escribió sus memorias . Leyéndolas se ve claro que los cua t ro t iempos de su vida, iguales matemát icamente , fueron comple ta-mente distintos pa ra él en el recuerdo y en la consideración de su impor tancia . Impor t an -cia y recuerdos van d isminuyendo de m o d o progresivo. D e 1882, 1892, 1902, Pió Baro ja r ecordaba al dedillo todo c incuenta o sesenta años después. D e 1902 a 1936 recordaba mucho menos. Y de la guerra y de lo que vi-vió después, muy poco, y esto sin cargar lo de demas iada importancia .

P o c o antes de morir , con la conciencia ya confusa , podía sobresal tarse ante la posibili-dad de tenerse que examinar en San Ca r lo s con don Benito H e r n a n d o o Le tamendi . Pe ro el a m a g o de fusi lamiento de 1936 o los de-sastres que vio en F r a n c i a en 1939 o las mi-serias de la posguerra no q u e d a b a n ref le jadas en sus angustias. En suma, veo por su caso ( también por otros) que cuan to m á s se pro-longa la vida menos intensidad tiene. Q u e la niñez y la adolescencia son la clave.

¿Piensan en esto los críticos y los biógra-fos que cuentan las vidas de sus héroes c o m o algo con una dirección clara hacia un fin, como una marcha ascendente pa ra llegar a la cumbre? • J. C. B.

M N o s i e n t o la g r a v e d a d d e la v e j e z . . . " (Jul io Caro Baroja).

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Las siete . . i ^ 4 O .1 p « » • i

vidas de

José Luis Aguiar

#

LA biogrqfia del poeta peruano César Va-llejo, cual si de una rdra y valiosa mo-neda se tratase, es objeto de ardorosas

disputas. Las personas a él más allegadas —su viuda, sus más caros amigos—, los erudi-tos, /os seguidores de su huella, /os investiga-dores de su fantasma y, por cierto, /tasto e/ portero de algún siniestro hotelucho parisino donde el poeta solía refugiarse, no han llegado a ponerse de acuerdo en quién —y de quién— era este hombre que se paseaba por el mundo con sus encendidas metáforas bajo el brazo, como quien "pasa con un pan al hombro

IA.CIO en Perú, en un pueblito perdido de los

Andes llamado Santiago de Chuco ; a los treinta y un años se instaló en París; a los treinta y seis conoció en Ru-sia la agitada mañana de la revolución bolchevique; a los treinta y nueve se afilió al Partido Comunista español; más tarde fue testigo de la guerra que libró España con-tra si misma, y a los cuarenta y seis años murió en París:

Me moriré en París con aguacero

Un día del cual tengo ya el recuerdo.

Me moriré en París —y no me c o r r o -

Tal vez un jueves, como es hoy, de otoño (1).

Un día radiante de primave-ra, devorado por una fiebre que no descendió de 40 gra-dos.

En esa somera p in tura coinciden todos, desde su viu-da hasta el portero del hotel; pero cuando esos datos cla-man por detalles, reina la controversia en torno a este personaje, que parece poseer siete vidas, como los gatos que él amaba.

Según unos, Vallejo nace el 16 de marzo de 1892, cuan-do, según otros, ya estaba vivo desde hacia diez días. La indigencia que padecía en Pa-rís y que, cuentan sus allega-dos, le habia tornado casi en un pedigüeño a domicilio, pa-rece desmentida por un retra-to que sobre el Vallejo de aquellos días enseña su viuda, y que le exhibe como un dandy al que parecen sobrar-le suficientes monedas como para repartir entre los pordio-seros.

(!) "Piedra Negra sobre una Piedra Blan-ca".

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S a n t i a g o de Chuco , lugar d e n a c i m i e n t o del p o e t a .

Otro punto en discusión: la época en que el poeta ha es-crito " P o e m a s en Prosa" , " P o e m a s H u m a n o s " y "Es-paña, apar ta de mí este cáliz" es tan amplia, para su viuda, que abarca dos periodos: de 1923 a 1928 y de 1931 a 1937. Pa ra otros biógrafos —y esta especie de leyenda es la que encuentra más adep-tos— esa vasta montaña de poemas habria sido pergeña-da entre septiembre y diciem-bre de 1937. ¡En sólo tres meses!

Sobre las ideas políticas de Vallejo, se habla de un con-vencido extremista influido por el trotskismo, cuyo com-promiso político se rastrea en todos y cada uno de sus poe-mas, y al mismo tiempo de un humanista cristiano cuya afi-liación al P C E es un acciden-

te que trae por único resulta-do un pasajero abatimiento poético, al comienzo de los años 30.

Has t a su muerte es blanco de vivaces polémicas. Los "bien informados" señalan que murió de tuberculosis, de cáncer, de hambre y hasta de sífilis. También se afirma que murió una mañana de marzo de 1939 —cuando entonces su cadáver ya estaba en edad de caminar solo—, de la pena producida por la agonía de España. El misterio de su muerte se hace más hondo cuando se rememoran las pa-labras del médico que le aten-dió: "Veo que este hombre se muere, pero no sé de qué.. ."

César Vallejo ha muerto, le pegaban

todos, sin que él les haga nada.

Le daban duro con un palo y duro

también con una soga... (2)

C u a n d o no existen casi di-ferencias de criterio es a la hora de afirmar que César Vallejo es el más grande poe-ta latinoamericano del siglo.

N o e s r i g u r o s a m e n t e "amer i cana" la poesía de Va-llejo. Si en ella bien se identi-fican los latinoamericanos, desde México al sur de Ar-gentina, su obra está lejos de pertenecer a ese continente que se expresa a través de él: es universal. Mientras Vállejo permanece como un cripto-g rama en el que caben múlti-ples interpretaciones, las cla-ves de su obra, llana y bri-llante como un canto rodado,

(2) "PiáJra Negra sobre una Piedra Blan-ca".

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La plaza de Armas de Lima

son fácilmente descifrables por cualquier c iudadano del mundo.

PERU

Los Heraldos Negros

César Abraham Vallejo nació el 6 de marzo de 1892 en Perú, en un pueblito de los Andes que un colono español bautizó Santiago de Chuco. Aún no había aprendido a es-cribir y t razaba garabatos en el suelo, afirmando: "Estoy escribiendo a mamita que tengo hambre ." Ya de mu-chacho solia atizar el fuego del horno donde se cocía el pan familiar y aprovechaba para sacar panes a escondi-das, que ocultaba bajo su al-mohada para comérselos por

la noche. El hambre era habi-tante familiar a finales del si-glo pasado en Santiago de Chuco. (El pan y el hambre constituirán a menudo el eje de su obra poética).

Un hombre pasa con un pan al hombro.

¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo.

¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano.

¿Hablar luego de Sócrates al médico? (3)

Es Perú, a la sazón, según lo describirá Vallejo, un país

(3) "Un hombre pasa con un pan al hom-bro

que ha quedado dormido en el medievo y que camina par-simoniosamente sobre las ce-nizas humeantes de una civili-zación indígena, estrenando su independencia y buscando a tientas su identidad.

Un diez por ciento de blan-cos, descendientes puros de los conquistadores españoles, que guardan entre si "un pa-rentesco cerrado y exclusivo, a la manera de las casas rea-les de Europa" , componen la cas ta privilegiada, la oligar-quía inexpugnable que domi-na el destino de los indígenas y de los mestizos, que consti-tuyen el 90 por 100 de la po-blación.

"El blanco, que se arroga las funciones directivas de la vida económica, demuestra un desprecio que linda con la repugnancia por el indígena,

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y se jac ta ante el mestizo de no tener en sus venas ni una gota de sangre autóctona" , señala el poeta. Los indíge-nas, el gran rebaño de derro-tados, ejercen las tareas más ingratas; se les encuentra es-ca rbando en el interior de las minas o sembrando su propia sangre en las tierras de los hacendados.

Por las venas de Vallejo corre sangre indígena mezcla-da con la de sus abuelos es-pañoles. Las significativas anécdotas de su niñez, ya re-señadas, nos dan una pauta de la suerte que corrían los mestizos en Perú.

Su viuda, Georgette, cuen-ta: " N o habia otra cosa que conmoviera más a Vallejo, que le doliera más, que la in-justicia del mundo. El estaba desde su nacimiento, y prena-talmente, destinado a sufrir por el sufrimiento de los de-más . "

N o es extraño que su con-dición, unida a esa sensibili-dad exquisita hacia el próji-mo, haya convertido a Valle-j o en un temprano comba-tiente de la injusticia social, en un país donde la balanza de la justicia no respetaba, ni por asomo, las leyes de la físi-ca.

N o es en la poesía que es-cribe en esta etapa de su vida, sin embargo, donde se hallan más rastros de su humana re-beldía. Primero surgen " L o s Heraldos Negros" , un grupo de poemas reunidos bajo títu-los colectivos, que ven la luz en 1918, y un año más tarde aparece "Trilce", una hermé-tica obra desprovista de rima y metáfora que marca una nueva época en la poesía cas-tellana.

N o obstante, es j>u vida misma la que se compromete

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" M e moriré en París c o n a g u a c e r o / U n día del cua l t e n g o ya el r e c u e r d o . / M e moriré en París — y no m e corro—/Tal vez un jueves , c o m o e s hoy. de o t o ñ o . "

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entonces, a través de actos que van más allá de la pala-bra, a transformar la incómo-da realidad que le rodea. Toma parte activa en las lu-chas políticas de su país y va a dar con sus huesos en la cárcel.

A partir de entonces, Va-llejo es un hombre señalado. Las autoridades le miran con recelo; la policia golpea a la puerta de su casa; los hori-zontes peruanos comienzan a cerrarse y el poeta emprende una huida hacia adelante.

César Va l l e jo e n París, en 1 9 3 7 .

PARIS Piedra Negra sobre una

Piedra Blanca

A París llega Vallejo a me-diados del año 1923. Trae en el rostro, bajo una frente beethoviana, el paisaje de su tierra: los pómulos que dela-tan su ascendencia indígena... ¡y esa mirada!

Georgette de Vallejo dirá, años después: " La mirada era algo verdaderamente an-gustioso. Cuando lo miraba a usted su mirada no se detenía en sus ojos o en su rostro, pa-recía que lo cruzaba y conti-nuaba miles de kilómetros de-trás suyo. Yo una vez le dije: '¡Mírame, mirame a mi; cómo miras tan lejos!' ¿Y sabe dón-de entendí su mirada? En el Perú, cuando vi por primera vez una llama: las llamas mi-ran panoramas inmensos y esa era la mirada de Vallejo."

Vallejo rápidamente se hace cómplice del París bohe-mio que se bebe la tarde en el café de La Regencia; del Pa-rís bello y apacible que pasea por las calles de Montparnas-se; de un Paris que no duer-me; de un Paris que deambu-la por infames hoteluchos, "a

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cuyo olfato huele a muerto el suelo".

Los bolsillos del poeta no tardan en convertirse en un par de agujeros que miran a los agujeros de las calles. En un año de estadía, Vallejo no consigue trabajo, ni consigue adivinar su porvenir. La si-tuación llega a tal punto que el poeta, asediado por extra-ños dolores físicos e increí-bles abatimientos espirituales, debe soportar un interna-miento en el hospital de La Charité. Desde la cama escri-

be a uno de sus grandes ami-gos, Pablo Abril, por enton-ces secretario de la Embajada de Lima en Madrid:

" M i querido Pablo: M i en-fermedad se ha alargado más y más. Ayer hizo un mes que estoy en cama. Después de la operación, me vino una nue-va hemorragia, que por poco carga conmigo", redacta el poeta el 4 de noviembre de 1924. " L a noche del domingo 27 ha sido fatal. ¡Horrible! Pero hoy estoy otra vez me-jor. Ya estoy, desde el mar-

tes, en mi cuarto, pero siem-pre en cama..."

"Corne jo (Mar iano H. Cornejo, ministro del Perú en Francia por aquellos años), viendo mi situación desespe-rada, por fin me ha pedido un pasaje de regreso al Perú... Yo le he mandado decir que sí, que me volveré al Perú. Pero le ruego, Pablo querido, me jiaga usted el favor de re-comendar a Lima se me dé el pasaje a la mayor brevedad posible, y recomendar tam-bién se me dé en efectivo el valor de ese pasaje..."

Pero el dinero tardará en llegar. Vallejo, una vez re-puesto de su enfermedad, co-mienza a escribir algunos ar-tículos para la prensa, y en 1925 consigue un puesto de secretario en "Los Grandes Periódicos Iberoamericanos", de París, y poco después una colaboración periodística en la revista "Mundia l " , de Li-ma. A l año siguiente también se vincula al periódico ameri-cano "Variedades", con lo que tiene asegurado su sus-tento, teóricamente, puesto que en la práctica la paga lle-ga "tarde, y a veces nunca".

En 1926 su pulso acusa los desniveles de una evidente de-presión nerviosa y dos años más tarde, el insomnio, la de-bilidad y la fatiga lo entregan al "surmenage".

Un amigo le visita, en com-pañía de un médico, en el cuarto del hotel donde el poe-ta guarda reposo. Tras exa-minarle, el médico advierte el mal que le aqueja y susurra al oido del amigo: " L o que tiene este hombre es hambre."

Alguien pasa el sombrero, y la caridad de los amigos le facilita a Vallejo una tregua: tres meses de descanso en el campo. Recupera algunos ki-Escena de la gue r ra de España

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los y hasta sus exangües ga-nas de vivir.

Es entre esos meses que llega, por fin, el pasaje que re-cibe en metálico para regre-sar al Perú. Vallejo, con ese dinero, no irá a Perú. Irá a Rusia.

RUSIA Reportqje al pie del Kremlin

Durante el año 1928 va perfilándose la crisis econó-mica que estallará en el famo-so "crack de 1929". Frente a esa realidad económica, y ante la inminente explosión de una doctrina nacionalista enfermiza que se adueña de tantos europeos, el nuevo ex-perimento económico del so-cialismo, que se gesta en Ru-sia, y que promete un reme-dio a los males secularmente pretendidos insolubles e irre-mediables, no podía dejar de atraer a Vallejo.

" M i querido Pablo: Hoy parto para Moscú. De este viaje ya le había hablado hace mucho tiempo. Hoy lo hago, después de haberme re-posado cerca de tres meses en el campo. Me siento rehe-cho y capaz de afrontar de nuevo la vida y todos sus re-veses."

"Pablo querido, en medio de mi convalecencia me siento otra vez, y acaso más que nunca, atormentado por el problema de mi porvenir. Y es, precisamente, movido del deseo de resolverlo, que em-prendo este viaje. Me doy cuenta de que mi rol en la vida no es éste ni aquél y que aún no he hallado mi camino. Quiero, pues, hallarlo. Quizá en Rusia lo halle, ya que en este otro lado del mundo don-

de hoy vivo las cosas se mue-ven por resortes más o menos semejantes a las enmohecidas tuercas de América. En Paris no haré nunca nada. Quizá en Moscú me defienda mejor del porvenir."

Vallejo escribía esto el 19 de octubre de 1928, y diez días más tarde, también por carta, le confesaba a su ami-go: " N o creo que podré que-darme en Moscú. Lo del idio-ma es terrible. Volveré a Pa-rís dentro de pocos dias."

Vallejo retorna a Paris a comienzos de 1929. Ese mis-mo año realizará un segundo viaje al territorio de los so-viets, pero ya en compañía de Georgette.

Georgette Philippart, como se define ella misma, era " la

pequeña burguesita francesa hecha para el comercio. Estu-diaba piano, leia cosas insus-tanciales, jamás tuve una conversación interesante con mi madre". Era decididamen-te anticomunista, pero no tar-dó en comprender primero, y en aceptar luego, al poeta, al hombre y al revolucionario que anidaba en Vallejo.

Es en el segundo viaje a Moscú, según Georgette, cuando se cristaliza en él la evolución revolucionaria. A la vuelta a Paris, y a sus colaboraciones en los periódi-cos, el nuevo tono de sus artículos, que braman contra el capitalismo, es censurado y el autor es objeto de las más cuidadas atenciones de la policía francesa.

Car te l p i n t a d o por M i r ó , en p e t i c i ó n de ayuda para la España repub l i cana .

1 2 3

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Es en esta época, precisa-mente, donde se advierte un "impasse" en la creación poé-tica de Vallejo, la totalidad de cuyos "Poemas en Prosa" ya habían sido pergeñados entre su primer arribo a París y su segundo regreso de Moscú. Es decir, en el curso de seis años.

Vallejo se embarca en la militancia política, participa en manifestaciones callejeras, firma manifiestos, estudia el marxismo y frecuenta la bi-blioteca de "L 'Humani té" . Se compromete, más allá de su porvenir, con el porvenir del prójimo y sus desventuras singulares; toma conciencia de la orfandad del hombre de su tiempo, y no tardará en dar a luz ese poema que es casi una página del Evangelio arrojada a la calle:

Amado sea aquel que tiene chinches

El que lleva zapato roto b^jo la lluvia

El que vela el cadáver de un pan con dos cerillas

El que se coge el dedo en una puerta

El que no tiene cumpleaños El que perdió su sombra en

un incendio (4).

A fines de 1930, Vallejo, ya fichado en la Prefectura de Paris desde su primer viaje a Rusia, es expulsado del terri-torio francés con expreso re-proche ideológico.

ESPAÑA

Aparta de mí este cáliz.

El poeta cruza los Pirineos y se afilia, en Madrid, al Par-tido Comunista. El 14 de

L ima , Bar r io de San C o s m e . (4) "Traspié entre dos estrellas".

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abril de 1931 se proclama la República de España, que Vallejo, según su viuda, aco-gió con indiferencia. ¡Una re-pública entre tantas!

Ese año realiza su tercer y último viaje a la Unión Sovié-tica, y a su regreso a España publica el libro "Rusia en 1931": una visión candorosa de la realidad soviética que se vende sorpresivamente bien, pero que no salvará a Vallejo de la quiebra que le amenaza de manera constante, puesto que no ha de ver una sola pe-seta en concepto de derechos de autor. También publica en España, con parecido resulta-do económico, la novela "E l Tungsteno", sobre la explota-ción de los indios en las mi-nas de Perú. A comienzos de 1932, tras duras semanas en que se transforma realmente en un tormento la lucha por la subsistencia, César y Georgette emprenden un brusco retorno a Francia.

Durante estos cuatro años siguientes Vallejo escribirá una parte de lo que luego

po con tres obras de teatro. A l referirse a esta época, su viuda recuerda: "Escr ibía metódicamente... Y escribía con nada. Era algo verdade-ramente trágico. A veces no tenía papel, escribía con un lápiz, así, más pequeño que mi dedo meñique."

En 1936, mientras el poeta acaba de concluir "Piedra Negra sobre una Piedra Blan-ca", donde intuye maravillo-samente la cercana presencia de la muerte, estalla la guerra civil española. Vallejo toma partido por los republicanos y pone proa a Madrid y a Barcelona,

¡Cuídate España de tu propia España! (5)

para regresar semanas más tarde a Paris, donde prestará colaboración en un comité de apoyo a la República.

A l año siguiente remonta nuevamente los Pirineos y permanece ora en Madrid, ora en Valencia, ora en Bar-celona,

constituirán sus "Poemas Humanos" y perderá el tiem- ca

(5) "Himno a los voluntarios de la Repúbli-. M

¡Cuídate España de tu propia España!

hasta que en el mes de julio se le ve caminar de nuevo por París. De julio a septiembre, quienes le tratan, le encuen-tran meditabundo, angustia-do por el futuro del pueblo-es-pañol, y sin poder traducir en palabras esa agonía que reco-rre su sien y se asienta en su pecho. Y, de repente... en sep-tiembre esa carga emotiva hace explosión y el resultado son veinticinco poemas, los últimos recopilados bajo el tí-tulo uniforme de "Poemas Humanos", y un lamento no desprovisto de esperanza: "España, aparta de mi este cáliz". Vallejo no llegará a ver estas páginas impresas.

Según el relato de su viuda, el poeta y su Haca sombra to-maron posesión del lecho fi-nal tras el almuerzo del 13 de marzo de 1938. Alegando una profunda fatiga, Vallejo no quiso desprenderse de su almohada. Dos semanas más tarde fue trasladado a la clíni-ca del bulevar Aragó.

Los médicos, desde un principio, se estrellaron con-tra una fiebre que le devoraba y le sumergía en extraños de-lirios, hasta el 15 de abril, en que ya no deliraba, ni miraba, ni respiraba más.

El 16 se presentó el escul-tor para la toma de la masca-rilla, y por la tarde se llevaron su cuerpo al laboratorio para proceder a su embalsamiento.

A l año siguiente, en Espa-ña, sobre la madre España

! • • • Niños, si cae España, Si la madre España cae

—digo, es un decir— (6)

caía la noche. • J. L. A.

César Va l le jo , m u e r t o . (6) "España, aparta de mi este cáliz".

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Nelson Martínez Díaz

DESDE que Machado de Assis abrió camino al naturalismo en la narrativa brasileña con la serie de títulos que mar-can la segunda etapa de su obra, a la vez que rompía con

muchos de los elementos considerados hasta entonces como indisolublemente vinculados a la t rama novelesca, la literatura de su país comenzó a construirse un ámbito propio, rico en pe-culiaridades. A finales del siglo pasado, ya las novelas de Alui-zio de Azevedo nos presentan los arrabales de la gran ciudad, su mezcla heterogénea de personajes igualmente condenados al fracaso existencial, cercados por un medio que no les ofrece resquicios para la evasión. Se trataba de los orígenes de una co-rriente de aproximación a la verdad dura y despiadada del Brasil de los desheredados, esos seres que encontrarán más adelante, en Graciliano Ramos, un narrador insuperable, que serán plas-mados en la obra de Jorge Amado, en la de Erico Verlssimo, que nos ofrece la saga de la pequeña burguesía gaucha, en la obra impactante de Guimaraes Rosa. La realidad brasileña es muy compleja, tanto como el inmenso territorio en que se desa-rrolla el esfuerzo vital de sus hombres, siempre enfrentados con la sorprendente dimensión de sus espacios y una naturaleza exuberante y voraz.

MARCIO SOUZA

MflD HARÍA

UNA M \ F l KREA IRRl MPF I N L \ AM \ZONIA: I A HISTORI A CRUHL. IRONIC A V Ht Rl ON \ l>lr I N \ P tGNA I M T I I l-NTRl UL "PROCiRI SO"

> I * SCI V \

LA novela de Marcio Souza (1) nos relata, preci-samente, una historia sustentada en la trágica, y al mismo t iempo fuer temente vital, realidad

que subyace bajo ese espléndido manto verde que es el Amazonas. La marcha hacia el Oeste en te-rr i torio brasileño ha podido proporcionar tema para más de una historia legendaria, al esti lo de las que nos ha brindado un avance similar en los Estados Unidos, sobre todo durante su primera época. Pero los episodios que podrían servir a la t rama de la f icción en las selvas brasileñas dejan escaso mar-gen, tal como nos lo demuestra la novela M a d M a -ría, para la visión romántica. La violencia sin límites enfrenta a los hombres en obstinada lucha con la naturaleza, igualmente porfiada, y los enfren-ta también con el más terrible de los peligros, el hombre mismo. El indio amazónico que espía el campamento de la compañía del ferrocarril, y que será salvajemente mut i lado más tarde, percibe esa violencia: "Los civilizados eran una tr ibu difícil de entender. Desde lo alto de un árbol, escondido

II Marcio Souza, M a d María. Ed. Argos Vergara. Barcelona. 1981.

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entre las trepadoras, lo había observado todo y sintió miedo. No por los tiros, sino por la carga de odio que los blancos hacía llegar hasta aquí. Sint ió miedo también porque la luz se apagaba frecuente-mente entre los civil izados y ellos no tenían nin-guna ceremonia para los muertos. Era como si la ceremonia de los blancos con relación a la muerte fuera el propio acto de traer la muerte, y esto era difícil de aceptar."

La obra realiza una especie de "cor te " en la reali-dad brasileña de las pr imeras décadas del siglo; el autor recoge de ella lo esencial para su narración - l o esencial de una realidad confl ictiva y brutal— y permite así que nos aproximemos, casi con s impa-tía, a seres for jados en una naturaleza implacable donde pugnan por sobrevivir. Sin embargo, tenemos en nuestras manos una novela, tal como subraya el propio Marcio Souza desde las primeras líneas: "Ca-si todo lo que se cuenta en este l ibro podría haber ocurr ido tal como va escrito. En lo referente a la construcción del ferrocarri l , hay mucho de verdad. En cuanto a la polí t ica de las altas esferas, también. Y en lo que al lector le parece famil iar, no se engaña tampoco: al capi ta l ismo no le da vergüenza repetir-

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se. Pero este libro es sólo una novela." La novela se apoya, en efecto, en la realidad histórica que se fue articulando en la frontera del caucho. La región del Acre, una de las más ricas en los árboles del precia-do látex, originó incluso una guerra entre los brasile-ños instalados en el Abuná y el gobierno boliviano, todo ello estimulado, claro está, por las compañías extranjeras que explotaban el área. Brasil se anexó buena parte del terr i torio en cuestión, y en el conve-nio que se f i rmó poster iormente se comprometía a construir un ferrocarril que permit iera sortear las cascadas del río Mamoré. Esto permitiría a Bolivia una salida al mar por el At lánt ico y al mismo t iempo aseguraba una más rápida llegada a la costa de la producción de caucho.

Ya en 1878, un ingeniero norteamericano, el co-ronel Church, inició los trabajos de construcción del ferrocarril cauchero con la ¡dea de hacer accesibles más rápidamente las zonas más aisladas de la Ama-zonia cauchera. La obra fracasó y las profundidades de la selva devoraron decenas de hombres en las dos millas del ferrocarri l que, f inalmente, logró ten-der Church a través de la maleza, los pantanos y la cortina de humedades que provocaban la malaria. El símbolo, a la vez admirable y siniestro, del tr iunfo de una naturaleza violenta y empecinada sobre la inte-ligencia y la voluntad del hombre es una locomotora abandonada, cerca de Porto Velho, con un árbol emergiendo tr iunfalmente por el tubo de su chime-nea. En la narración de Marcio Souza, dos protago-nistas: Finnegan y Collier, se encuentran con el es-queleto de la máquina de vapor semienterrada en la f loresta. La narración, no obstante, se desarrolla en otra época. Percival Farquhard, personaje de la no-vela, pero también personaje real en la historia de la expansión del imperial ismo por Iberoamérica, perte-nece a otra generación. No se trataba de uno de aquellos empresarios precursores, que poseían una visión a lo Kipling y acudían a cualquier r incón del planeta, convencidos de llevar a sus espaldas el " fardo del hombre b lanco" que los obl igaba a im-plantar la civilización occidental, aun contra la resis-tencia de los naturales. Farquhard era uno de los avanzados de las mult inacionales: el ferrocarri l de-bía ser construido porque así convenía a la estructu-ra general de sus planes; formaba parte de su polít i-ca de apoderamiento de importantes áreas del terri-torio brasileño. Y se construyó. Para ello era necesa-rio contar con personajes de especiales característi-cas, y estos han sido definidos con real ismo en la novela de Marcio Souza. Porque el costo humano del ferrocarril Madei ra-Mamoré ha sido est imado por algunos investigadores —tal vez con exagera-c i ó n - en unas 3 5 . 0 0 0 personas; murieron allí mar-ginados de todos los países y, en este aspecto, la lí-nea férrea cauchera se convirt ió realmente en una obra mult inacional.

El autor no deja de marcar, escuetamente, una de las ironías del capital ismo, su resultado irracional para la sociedad. Cuando el ferrocarril quedó cons-truido en toda su extensión, su f inal idad había sido anulada por decisiones que se tomaban fuera de te-rritorio brasileño.

El caucho del Amazonas quedó relegado por las plantaciones más rentables del Sudeste asiático; signif icó el f in de la prosperidad de Manaos y la cri-sis para el Madeira-Mamoré. El mismo Collier alude

a este resultado: "¿Soy yo el inventor de este ferro-carril que deberá llevar trenes de nada a ninguna parte, en medio del desierto?" El autor nos envuelve en la atmósfera que, paulat inamente, destruye a los personajes y agota pasivamente sus mejores idea-les. Un desarrollo casi circular nos explica cómo se produce esa degradación, el proceso que ha deterio-rado al ingeniero Collier, de qué manera ese mismo proceso desgasta la coraza ideológica que trae el re-cién graduado doctor Finnegan hasta convertir lo en un ser embrutecido. Collier, sin embc.rgo, tiene con-ciencia de ello y así lo expresa en un diálogo con Finnegan: "¿Hay algo en mí que recuerde que soy ingeniero? ¿O que nací en Londres y soy subdito del rey Eduardo? Míreme bien y dígame si queda aún en mí algún rasgo de civil ización después de un año en este infierno. ¿Qué clase de ingeniero soy yo que mando abrir fuego contra los trabajado-res? Me he convert ido en una fiera rabiosa, en un bárbaro. Aquí todos nos convert imos en unos bárbaros..."

Una obra de f icción es, sin duda, una lectura po-sible de cierta realidad que nos resulta desconocida y que el autor construye con elementos escogidos según su visión del mundo, válida para el ámbi to de la historia que nos narra y que hace vivir a sus per-sonajes. Nos encontramos aquí con hechos reales: el ferrocarril, su construcción, el período histórico de auge y derrumbe de la prosperidad del caucho ama-zónico; con personajes como Percival Farquhard; con polít icos corrompidos que juegan en el entra-mado de la novela, pero cuyas facetas resultan de-masiado convincentes por conocidas. Todo ello cir-cunda a los personajes centrales de la narración, que se encuentran bien perfi lados, por cierto. Mar-cio Souza los ha hecho creíbles precisamente por-que muestra sus rasgos humanos; sus solidarida-des, sus rivalidades, la debi l idad que los asalta y el coraje pr imit ivo que pueden exhibir a veces inúti l-mente. Los trabajadores mismos arrastran sus inso-lidaridades, sus prejuicios raciales, hasta el infierno donde construyen el ferrocarril. Esto crea islotes ét-nicos y divisiones profundas en seres igualmente explotados en un trabajo mal pagado y en el cual to-dos los días dialogan con la muerte. En consecuen-cia, se comprende que esta novela no presenta se-res sobresalientes: los personajes deben enfrentarse con un entorno que condiciona sus actos, que los desgasta rápidamente. Si bien la novela gira alrede-dor de una anécdota, como la construcción del fe-rrocarril Madei ra-Mamoré, el tema central, el hilo conductor de toda la t rama, es la forma de operar del imperial ismo en los países subdesarrollados. Existe una muy precisa descripción de sus manio-bras frente a los polít icos corrompidos, de la util iza-ción de agentes, de la irracionalidad tan sólo apa-rente de su comportamiento. Claro que una novela ofrece muchas posibi l idades de interpretación; casi tantas como lectores aborden su lectura. Una de ellas puede ser la del compor tamiento del ser huma-no en situaciones l imite, incluyendo un corte a tra-vés de dist intas clases sociales y culturales diversas mezcladas en un medio hosti l donde deben convivir

I

fatalmente. Lo admirable es la capacidad de este re-presentante de la narrativa brasileña contemporá-nea para mezclar la historia viva con la f icción y ofrecernos esta novela inolvidable. • N. M . D.

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Cine

i i El hombre elefante" Alberto García Ferrer

CONSTRUIDA como un folle-tín por entregas, con fun-didos de cierre y apertura,

tanto la planif icación como la es-tructura de los personajes obede-cen, en "El hombre elefante", a una clara intencional idad: '^huma-nizar" la vida de un hombre que cien años atrás nació marcado por la genética y padeció una socie-dad incapaz de asimilarlo.

David Lynch, un joven director norteamericano, con otro largo-metraje anterior en su carrera: el revulsivo "Eraserhead", que ha permanecido durante años en la programación de algunos circui-tos especiales norteamericanos, ha elegido un camino para contar la historia del Hombre Elefante: la pintura de una época. Ha dese-chado, con acierto, el efect ismo tan en boga en las producciones del género del horror o la despre-ciable promiscuidad de esa excre-cencia del Cinema Venté que han ejercitado algunos realizadores italianos.

Fiel a su intento de recrear la atmósfera de la Inglaterra v ic to-riana, eligió el blanco y negro, no sólo por su aproximación a una textura, sino por la necesidad de los contrastes (excelente fotogra-fía de Freddie Francis).

El retrato de la época y de su espíritu está en el ambiente, en las fábricas, en el humo, a veces denso y blanco, que, como gruesa muralla, oculta el cielo y otras ve-ces negro y sofocante, suspendi-do en el aire sobre los ambientes miserables y las callejuelas som-brías. Sobre todo, la época está en los personajes. Lynch no ha hecho sino pintar una época como la veían, la vivían y nos la conta-ron algunos de sus moradores.

LA EPOCA: ENTRE D I C K E N S Y WELLS

Epoca de inmovi l idad social, donde cada uno lleva el signo de su clase como una mancha inde-leble; no era posible saltar el abis-mo que dividía la Inglaterra de Saint James o Buckingham de la Inglaterra de Whi techapel o la ca-lle Dorset. La burguesía, ajena a la lucha cotidiana y embrutecedora por la subsistencia, vive su propio código de relaciones. Los gestos y las maneras mediatizan la rela-ción entre los hombres. Crean una zona de confl icto exterior a ellos, donde se resuelven los plei tos: la ironía, el cinismo, la act i tud, el gesto, el saludo. La Inglaterra vic-toriana elegante, genti l , mesura-da, represiva, rígida, met iculosa, fría, es la imagen volante, univer-sal, añorada del Imperio. Es la imagen de los gobernadores de las posesiones de ultramar, de sus almirantes, de sus hombres de ne-gocios. La otra Inglaterra, la de puertas adentro, es vulgar, agresi-va, no conoce de dobles sent idos ni de la elegancia del saludo, ni de la ceremonia del té. Sus habi tan-tes viven en la trastienda, com-parten sus vidas con las ratas, la humedad, la pestilencia de los de-sechos industriales, entregan más de quince horas de su vida diaria a los rechinantes telares que dan fama a la industria textil inglesa y se emborrachan en los pubs con enormes jarras de cerveza. A la sonrisa oponen la carcajada, a la curiosidad la burla, a la piedad el rechazo, a la rigidez la brutal idad.

Así construye Lynch la Inglate-rra del Hombre Elefante que es, al fin y al cabo, la Inglaterra de

TOM Merrick arras-tró durante su corta vida la con-

dena de ser exhibido en la periferia de las ciudades, en las bulli-ciosas y miserables ba-rracas de las ferias. • Obligado a comportar-se como un animal acorralado y a contem-plar su deformidad en el rostro horrorizado, burlón, hiriente y agre-sivo de sus especta-dores. '

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Dickens y también la de Conan Doyle y, por qué no, la de George Wells, encendida por el posit ivis-mo científico, la polémica del ma-qumismo, la fe en la Giencia y en el darwin ismo social: la supervi-vencia del más apto.

Una conclusión paradójica, una i ronía-de la sociedad victoriana: sólo un ser deforme, excepcional (por razones ajenas a su voluntad) puede vivir, no sólo conocer, la más patética marginal idad y la abyección de la miseria y repenti-namente, como un sueño apacible que sucediera a la vigilia, compar-t ir el palco de un teatro con la princesa Alejandra y recibir la ovación de la sala cuando la más famosa y cortejada actriz del mo-mento le dedica a él, a Tom Me-rrick, la función de gala.

LA FERIA: EL ESPEJO D E F O R M E DE LA S O C I E D A D

Como el Kaspar Hauser de Herzog, Tom Merrick no t iene sa-lida. No puede librarse de su apa-riencia, de esa parte de sí mismo que, por algún capricho de la Na-turaleza, ha crecido rompiendo los códigos y las leyes de su propia especie. Sabe que su destino es ser mirado y no puede soportar la

lectura de los rostros que le ro-dean. Elige su propio final. Ha te-nido su noche más gloriosa en el palco del teatro, está morta lmen-te enfermo, t iene apenas veinti-tantos años, una idea del mundo que lo rodea: seres que lo han tra-tado brutalmente y otros que han mi t igado su dolor, el retrato de una mujer hermosa que fue su madre y otro de una que lo escu-chó, le habló, le hizo conocer el

teatro y hasta le besó, una ma-queta que él ha construido a partir de las torres, un traje, unos ami-gos, unos libros (entre ellos "Ro-meo y Jul ieta", que ha leído con devoción) y tiene también una ca-ma. Esa es su arma suicida: recos-tarse como un ser humano cuan-do ya no puede esperar nada de la vida.

En una de las escenas más conmovedoras del f i lm, los com-pañeros de la feria logran arrancar a Tom Merrick de la jaula en la que está conf inado por la brutali-dad de quien vive de su exhibición y lo acompañan, a través de un paisaje alucinante, hasta el barco que lo conducirá nuevamente a Inglaterra. Los enanos, la mujer barbuda, el hombre montaña, las siamesas son sus compañeros de espectáculo. Para ellos, como para Tom Merrick, sólo hay un lu-gar permit ido, una zona donde se tolera su existencia, un "ghe t to " : el escaparate de una feria. Con-templar allí la deformidad ajena tiene la vir tud de hacernos apartar la vista, vanamente, de nuestras propias miserias. Fuera de la zona de tolerancia está la persecución, el acoso, el arr inconamiento en los mingi tor ios de una estación de trenes. Porque la proximidad, la famil iar idad, el reconocimiento como ser humano no pueden ser otorgados. La deformidad, la par-t icularidad o la simple diferencia-ción deben ser apartadas, acota-das, señaladas para que, al mirar-se en ellas, quede el alivio de decirse: yo soy "normal " . • A. G. F.

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Libros recibidos

Libertad de elegir. Hacia un nuevo liberalismo económi-co.—Mil ton y Rose Fried-man. Gri jalbo. Barcelona, 1980. 4 3 6 págs.

Episodios Nacionales: La Primera República.—Benito Pérez Galdós. Alianza-Her-nando. Madrid, 1980. 188 páginas.

Episodios Nacionales: De Cartago a Sagunto.—Benito Pérez Galdós. Alianza-Her-nando. Madrid, 1980. 186 páginas.

Episodios Nacionales: Cá-novas.—Benito Pérez Gal-dós. Alianza-Hernando. Ma-drid, 1980. 180 págs.

La Democracia en América. Alexis de Tocqueville. Alianza Editorial (dos tomos). Ma-drid, 1980. 4 4 6 y 2 9 0 págs.

Memorias desde el exilio.— Princesa Ashraf Pahlavi. Pla-neta, 1980. 232 págs.

Montgomery Clift.—Patricia Boswor th . Planeta, 1980 . 3 9 6 págs.

Invitación a la Antropología cultural de España.—C. Li-son Tolosana. Akal Bolsillo. 1 980. 2 0 4 págs.

La América española y por-tuguesa. Siglos XVI -XVI I I . Akal Bolsillo. 1980. 2 8 0 pá-ginas.

Estudios sobre la Revolu-ción francesa y el final del Antiguo Régimen.—Varios Autores. Akal /Univers i tar ia . Madrid, 1980. 228 págs.

El cielo de Siberia.—Evge-nia Ginzburg. Argos-Vergara. Barcelona, 1980. 4 1 4 págs.

Aproximación a la España c o n t e m p o r á n e a . — G a briel Jackson. Grijalbo. Barcelona, 1980. 212 págs. Nosotros los Franco.—Pilar Franco. Planeta, "Espejo de España". Barcelona, 1980. 2 6 6 págs. ¡Viva Franco! (Con perdón). Fernando Vizcaíno Casas. Planeta, "Espejo de España". Barcelona, 1980. 2 4 6 págs.

Juan Carlos, la infancia des-conocida de un Rey.—Juan Antonio Pérez Mateos. Plane-ta, "Espejo de España". Bar-celona, 1980. 222 págs. Iglesia y Política en la Espa-ña de hoy.—Vicente E. y Ta-rancón, Marcelo González, Narciso Jubany. Prólogo e in-troducción de Olegario Gon-zález de Cardedal. Sigúeme. Salamanca, 1980. 144 págs.

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El proceso

de Francisco

Ferrer Guardia Repercusiones nacionales e inter-nacionales

EN ESTE NUMERO DE

TIEMPO DE l M M Luis Miguel

Lázaro Lorente

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• Tprrer Guardia» a Franc isco i e rre

M o n u m e n t o a B r u s e i a s .

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EN ESTE NUMERO DE

Julio Caro Baroja

TIEMPO DE HISTORIA

M i Tío Pío Baroja (Cuatro retratos de un hombre)

9 i Pío Baroja", por Juan de Echevarría.