Conocida como Titi Escalante en el medio artístico, María Teresa Escalante Sol nació en 1953. Estudió pintura en el Centro Nacional de Artes y con el maestro Valero Lecha. De 1984 a 1988 estudió pintura en Nueva York, en donde aprendió la técnica japonesa Sumi-e, en la cual se utiliza papel arroz y tinta negra. Realizó estudios de escultura con el maestro Leonidas Ostorga y modelado en la Academia Nacional de Diseño de Nueva York.Ha desarrollado la técnica mixta con cera, así como óleo, acrílico y Sumi-e. En cuanto a la escultura, sus obras han sido elaboradas en bronce, siendo muy propio el tema de las figuras de ranas, las cuales han ido perdiendo con el tiempo sus formas características, para adoptar rasgos y posiciones humanas, en alusiones a reconocidos personajes o importantes obras del arte universal. Dentro de sus expresiones pictóricas, ha tratado diversas temáticas: flores, árboles y últimamente su expresión se ha volcado a la abstracción.Ha ilustrado las portadas de varios libros escritos por su esposo, el reconocido abogado y escritor salvadoreño David Escobar Galindo, y ha participado en exhibiciones colectivas, dentro y fuera del país, teniendo presencia en la Muestra de Pintura y Escultura Latinoamericana de Galería Espacio (San Salvador) desde 1990 hasta el presente. De manera individual, ha expuesto su obra dentro del ámbito nacional en seis ocasiones. En 2008, la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué”, ubicada en el parque Cuscatlán de la ciudad de San Salvador, presentó una exposición retrospectiva de su obra, que fue acompañada con la edición de un catálogo de lujo.Ha recibido importantes reconocimientos, como el primer premio en la V Exhibición-Concurso Internacional de Sumi-e en 1987 (Nueva York), evento en el cual obtuvo una mención honorífica el siguiente año. Su obra, tanto escultórica como pictórica, se ubica en colecciones privadas de América y Europa.  

El origen de la obra “La danza” viene a partir de la fascinación especial de la artista con la anatomía femenina y las interrelaciones que logra al fundir esta con animales batraceos como las ranas. Para ella la figura femenina está llena de flácida movilidad sensual y la rana es uno de los animales que mejor representa el movimiento.

Según el curador Jorge Palomo, es difícil clasificar a Escalante en un solo estilo puesto que al igual que su inspiración para esta escultura, Henri Matisse, ella usa técnicas y recursos de diversas corrientes artísticas para plasmar su ingenio en sus creaciones.La escultura analizada en este trabajo es una mezcla de estilos como los, expresionistas y abstractos, cubistas ya que las ranas son surreales, pero a la vez expresivas, el grueso en la pintura que utiliza Escalante para decorarlas es expresionista, pero en la escultura es más expresionista con tintes cubistas, es por eso que resulta difícil catalogarla en una corriente específica.Por lo que a continuación podrán encontrar desde la ficha técnica de la escultura hasta un análisis profundo sobre la interpretación de cada elemento de la misma y la relación que esta guarda con su inspiración, que es la pintura homónima que Matisse realizó en 1909.

BIOGRAFÍA

María Teresa Escalante nació en San Salvador en 1953. En 1975 comenzo sus estudios de pintura con el maestro Valero Lecha y Roberto Huezo. Tomó clases de pintura en New York con Rodolfo Mishaan, 1984–1985 y de Sumi-E con Motoi Oi, 1986–1988.

En 1983 hizo su primera exposición individual. Incursiona en la rama de la escultura y estudia con Leonidas Ostorga, en San Salvador y en el National Academy of Design, New York.

Es fundadora de la Asociación de Artistas Plásticos de El Salvador (ADAPES). Su obra incluye pintura, escultura y litografía, con múltiples exposiciones en El Salvador, Estados Unidos y España. Primer premio en la V Exhibición de Jurado Anual Internacional de Sumi-E del Japan-American Sumi-E Club (New York, 1985) y Mención Honorífica de la VI versión del mismo Certamen (1988). En 2001 fue incluida en “Realismo contemporáneo” de la Galería Pléyades, en Nicaragua. Y en 2007 lanzó la obra “La danza”, homenaje a Matisse

Su obra forma parte de la Colección del Museo de Arte de El Salvador y de importantes colecciones privadas en El Salvador, México, Estados Unidos y España.Y definir la corriente artística a la que pertenece la artista resulta trabajo difícil como lo dijimos en la introducción ya que a lo largo de su carrera ha experimentado con diferentes corrientes y movimientos artísticos.

El cuadro de la danza se prestaba para representar la feminidad y demostrar el movimiento el cual tenía el potencial de ser óptimamente explotado por medio de las ranas. De la misma manera en la que dichas creaturas tienen la capacidad de expresar efectivamente el movimiento, también tienen la libertad física de adaptar su forma y estructura para semejarse en lo posible a la figura de la mujer. La feminidad es reflejada por medio de la forma, detalles y texturas las cuales obligan al observador a detenidamente analizar la pieza y todos sus componentes para lograr descubrir cada uno de sus detalles y significado. Los detalles y representaciones crean visualmente una pieza la cual analiza desde un punto de vista indirecto a la mujer utilizando el movimiento como principal factor para realzar la libertad. Como resultado utilizando los anteriormente mencionados elementos se crea una composición la cual indirectamente realza y le da un significado a la mujer y a la libertad.

Su anhelo por la libertad y el deseo de transmutar en el macrocosmos le motivó a plasmar combinaciones radicales de tonos cálidos y fríos con trazos de formas naturales, sobre un lienzo. Así, nacieron sus Paisajes Ecológicos Abstractos.

Cuatro muestras de su más reciente colección de cuadros elaborados con una técnica mixta que

combina ceras y óleo, cuelgan de una de las paredes de la Galería Espacio, en la colonia San Benito.

La artista plástica salvadoreña Titi Escalante vuelve a escena junto a los pintores Manuela Generali, de México y Juan Manuel Hernández, de Costa Rica. Los tres han unido sus venas artísticas para dar vida a la exposición bautizada como Paisajes.

La muestra artística inició el 7 de junio y se extenderá hasta el último día de este mes. Son tres estilos diferentes, tres modos de ver la vida, tres maneras de plasmar las sensaciones.Titi dejó atrás su pasión por las flores y decidió zambullirse en la abstracción, movimiento que se busca con el paso del tiempo. 

“Al abstracto hay que llegar. Cuando uno mira al cielo disfruta admirando esas formas caprichosas que no tienen límites”, expresó.

La artista plástica de 50 años es una mujer que ama la libertad, pero también guarda con celo la definición de los conceptos responsabilidad y respeto.

Reconocida por sus esculturas en bronce, mezcla de humanos y ranas, piensa que el color nace del alma y refleja el estado de ánimo. “La obra es el reflejo de la personalidad del autor”, agrega.

Su pasión por las artes y su avidez por el conocimiento fueron claves para dominar una diversidad de técnicas de las que obtiene día con día grandes lecciones de vida. 

Su primer maestro de pintura, Valero Lecha, dejó una huella profunda en su ser. Con él, mantuvo una relación de alma a alma. “Lo quise tanto que aún lo siento vivo en mí”, expresa.Su maestro de sumi-e, Motoi-Oi, le heredó más que una técnica de dibujo y pintura. Lo conoció en Nueva York, en 1986. Él no hablaba el inglés y ella no hablaba el japonés. “Nos entendimos con señas y con el alma”, recuerda.

La sencillez de la filosofía del japonés le mostró un rostro muy espiritual de la vida que asumió en esa búsqueda por la perfección que todo ser humano anhela. Desde muy joven, Titi (María Teresa Escalante de Escobar) se sintió atraída por las corrientes humanistas y artísticas. Estudió filosofía antes de dedicarse plenamente a las artes plásticas.

Por hoy, su vida gira en torno a tres grandes pasiones: su esposo: David Escobar Galindo, su arte y sus mascotas, Paquita, Lucita y Juan Ramón Jiménez de la Luna Nueva Escobar Galindo.

Su perfil

Titi nació en San Salvador, en 1953, en el hogar de Luis Escalante Arce y Marta Sol de Escalante.

Es descendiente del primer presidente de la república centroamericana independiente, Manuel José Arce. Procreó un hijo, Luis Eduardo Vilanova, de 27

años.

Con su único hermano, Luis Alfredo Escalante, mantienen una excelente relación. Entre sus maestro de arte figuran: Valero Lecha, Leonidas Ostorga y

Motoi-Oi. Han sido grandes soportes en su carrera artística: Toño Salazar y Roberto Huezo.