Todd Landman - Politica Comparada
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Todd LandmanPolltíca comparad.a es la mejor inbo-ducción a las estategias {e invËsti-gación comparada en ciencia políti-ca. Dividido'en tres pãtes, el Iibrocosrienza con un exarnen de los di-férentes métodos, aplicándolos des-pués a las cuestiones más actuäes dela þolítica comparada en r. amplioabanico de casos reales de todo el
de anáIisis hacé que este texto consti-
''''''.'es profesor en la Uni-
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Todd LandmAnf
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AJianza Editorial Alianza Editorial
Po líti ca
Una introducción a su
Todd Landman
comparadaobjeto y métodosde investigación
Traducción de Carlos luengoRevisión técnica de Elisa Chutiá
Alianza Editorial
Título original: Issues and Methods in Comparatíve Politics: Am IntroductionTraducción autorizada de Ia edición inglesa, por Routledge, miembrode Taylor & Francis Group. @ Todos los derechos reservados
Resemdos todos los derechos. El contenido de esta obra €stá protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de
Ias corespondientes indemizaciones por daños y perjuicios, pua quienes reprodujeren, plagiren, distibuyeren o comuicarenpúblicmmte, en todo o en pa¡te, ua obn lite¡aia, artÍstica o cieutífica, o su transfomación, interpretación o ejecución artística frjadam cualquier tipo de soporte o comuicada a través de cualquier medio, sin la preceptiw autorización
@ Toddlandman@ de la haducción: Carlos Luengo Martín,2011@ Alienza Editorial, S. 4., Madri( 2011
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; teléf. 91 393 88 88
ISBN: 978-84-206-5475- I
Depósito legal: M. 35.825-2011
Impresión: Larel Industia Gnific4 S. A.
hinted in Spain
SI QUIERE RECIBIR INFORMACIÓN PERIÓDICA SOBRE LAS NOVEDADES DEALIANZA EDITORIAL, ENVÍE UN CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN:
alianz ae ditorial @anay a.es
Indice
Lista de figuras ............ u
Lista de tablas
Lista de cuadros resumen.
Agradecimientos
Introducción
Primera parte
Por qué compalar, cómo comparar y qué probLemas entraña [a comparación
1. ¿Por qué comparar países?..............Razones para la comparación
Descripción contex.tual. - - -.....Clasificación.....
Contraste de hipótesis ...............Predìccíón
La ciencia en la ciencia política...Términos y conceptos científicos.........
Teoría y método.
Ontología, epistemología y metodologíaCasos, unidades de análisis, variables y observaciones
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17
19
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272828
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Niveles de análisis.,Ulétodos cuanritarivos y cualitativos
Resumen
Lectu¡as cornplementarias ...........-.-.....:............
2-. ¿Cómo comparar paísesi ....................Inlroducción.....\,Iétodos de comparación.La comparación de mucbos países ..----.-...-..La comparación de pocos países
La comparación a través del esrudio de un solo país.....-"{ffrt:!1!::ffi\ ;,,,, :, : ::
Resumen
Lecturas complementarias
3. La comparación de muchos paísesSupuestos de partida....-....La medición de conceptos.....El análisis básico de regresión....-.....Cómo ampliar el modelo básico de regresión
La incorporación de la variable temporal.Limitaciones del análisis comparado globalResumen
Lecturas complementarias
La comparación de pocos países..Supuestos .--...--.
La selección de casos y el diseño de investigación....La ampliación del DSMD y del DSMSCasos negativos
La combinación de la comparación cuantitativa y cualitativa..Limitaciones de las comparaciones de pocos paísesResumen
Lecturas complementarias.
5. Los estudios de un solo país como método de comparación.................-...Funciones de los estudios de un solo país...Cómo aumentar las obseruãciones de los estudios de un solo país ...-.--.....-.-..Limitaciones de los estudios de un solo país..Resumen ......---.Lectu¡as complementarias
4445
4646
Segunda parte
Comparación de comparaciones
6. Desarrollc sconómico y democracia 12.7
El problema de investigación..... 128La comparación dc muchos países ...................... 132La comparación de pocos países. 139
La comparación cuantitativa de pocos países . 139La comparación cualitativa de pocos países......... l4l
Los estudios de un solo país.. 152Resumen.......... .155Lectu¡as complementarias 15g
7. Violencia política y revolución socialEl problema de investigación..-..La comparación de muchos rJ;;''......:::..:......:..:.........::...........:..:.........:.............. ........:.. .
i:J:l#å:ïîji,liiîï'iï: : : : : : : : :
Resumen -
Lectu¡as complementarias
Oposición política no violenta y movimientos socialesEl problema de investigación..La comparación de muchos países ......................La comparación de pocos países.
Los estudios de un solo país
Resumen
Lectu¡as complementarias.
9. Las t¡ansiciones a la democracia....................El problema de investigación.La comparación de muchos países
La comparación de pocos paÍses.
Los estudios de un solo país
Resumen ..-.......Lecturas complementarias
10. Diseño institucional y rendimiento de la.democracia
-49
49s05253
54
555659
626'.7
69
72
73
75
159160
79
798284
899091
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161
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189
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110
110
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114
249250253261266269271
225
238246248
273275
11912r122122
Eì problema de investigación
Los estudios de un solo país.
La comparación de muchos países
La comparación de pocos países..
Resumen
Lecturas complementarias..
I l. Derechos humanosEl problema de investigación
La comparación de muchos países
La comparación de pocos países ..
Defensa transnacional de los derechos humanosComisiones de la verdad...
Los estudios de un solo país .
Resumen......
Lech:ras complementarias
12. Relaciones internacionales y política comparadaProblemas de investigaciónLa comparación de muchos países .
La comparación de pocos países
Los estudios de un solo país.................Resumen
Lecturas complementarias
Tercera parte
Método comparado y nuevos temâ<
13. Temas comunes y comparaciones diferentesCompromisos metodológicos .
La comparación de muchos países
La comparación de pocos países .
Los estudios de un solo país.-.....La construcción de teorías
Conclusión: las lecciones aprendidasLecturas complementarias.
Nuevos desafios para la política comparada...,...El cierre del círculo.............. .
Nuevos métodos
Cómo mantener la relevancia..
Resumen
Lecturas complementarias.
301
301304308
278284
313
314316
321322
34134r
343651
57
l1t2l3T42T2231
284289292296299
322324327330337339
Lista de figuras
3l32
t4
Formas de gobierno puras e híbridas ..............................................Cuatro hipótesis sobre parricipación electoralPredicciones sob¡e la democracia en el Este y Sudeste de AsiaMétodos de comparación .....................Combinación lógica de dos variables en cuarro países .............Grafico de dispersión enüe el nivel de violaciones de los derechos humanos y la desigual-dad en la distribución de la renta.......Matriz de posibilidades de revolución social usando dos v'ariables dicotor¡rizadas inde-pendientes.......Casos <atípicos> o <anómalos> de relación entre desarrollo económico y democracia...
6.I Desarrollo económico y democracia..6.2 Representación de una relación lineal entre <desarrollo económico> y (democracia) ...6.3 Representación de una ¡elación curvilínea entre kdesa¡rollo económico) y (democraciÐ).ó.4 Representación de una relación escalonada ente (desaÍollo económico) y (democraciÐ).
6.5 El problema de la urna y la inercia institucional...6.6 Un argumento sobre la consolidación democrática basado en la inercia institucional ..... 1326.7 Explicación del ¡endimiento institucional democ¡ático en Italia...-.-..... 153'7 .l Un modelo causal las luchas civiles .. 1627.2 Un modelo causal de violencia política 165
7.3 Relación positiva......-.... 1697.4 Relación negativa 169
7.5 Relación con forma de U ............... 169
7.6 Relación con foÍna de U invertida 1697.7 La curva de Loren2..........-.. 170
4.1
51
3443483s2
85
t05u6
Bibliografia ....
352
353
38s
128t29130130131Indice analítico.
72
7.8 El coeficiente de Gini............7.9 Desigualdad y violencia política .............8.1 Estructu¡a de la oporh.rnidad política.......8.2 Tres perspecîvas sobre las relaciones entre los derechos ciud¿danos y los movimientos
sociales8.3 Una comparación de las decisiones legislativas yjurídicas sobre las mujeres en el Rei-
no Unido, los Estados Unidos y Canadâ........-..8.4 Resultados de 53 <grupos desafiantes> en los Estados Unidos, 1800-1945.......9.1 El crecimiento y el declive de la democracia en el mundo9.2 Transformación democrática en España: resumen de Foweraker (1989).............9.3 El Dilema del Prisionero.9.4 La teoria de juegos y la transición democrática polaca.....-......-....
I0.l Recuento del número efectivo de partidos......10.2 Leyes electorales y rendimiento de la democracia...-.................I 1.1 Resumen de los estudios sobre derechos humanos de muchos países ...........-..l2.l Vínculo entre relaciones internacionales y política comparada......12.2 Laprobabilidad de conflicto entre diferentes díadas de Estados...........
r71t72200
Lista de tablas
2.1 Explicación del Estado burocrático-autoritario en América Latina.... 652.2 Métodos comparados: una valoración j43.1 Resumen de los datos estadísticos para tes variables......... g5
4.1 Diseño de sistemas de máxima similitud (DSMS) y diseño de sistemas de máxima di-ferencia (DSMD).......... gg
4.2 Diseño de sistemas de máxima similihrd......... 1044.3 Diseño de sistemas de máxima diferencia 1054.4 Tabla de la verdad hipotética......-.... 10g6.1 Resumen de los principales argumentos desar¡ollados por De Schweinitz en Industria-
lization and Democracy (1964)............. 1446.2 Las tres vías hacia la sociedad moderna de Moore (1966) ............. 14.76-3 condiciones para Ia democracia y el autoritarismo en países avanzados 1496.4 Desarrollo y democratización inicial en América Latina............. l5 I6.5 Desarrollo económico y democracia en perspectiva comparada 1567,I Una exploración de las causas de la violencia política: un resumen de la verificación
de hipótesis en Hibbs (1973)............. t647.2 Tipos de organización agricola ßj7 '3 Condiciones para el estallido de guerras y revoluciones campesinas en el siglo xx ........ l7 57.4 Condicionesparalarevoluciónsocia1...... l7g7.5 condiciones para la revolución social en América Latina, 1956-1990....... rg27'6 violencia potítica y revolución desde una perspectiva comparada.................. rBg8.1 La escala materialista./posmaterialista............. l9.l8.2 Resumen de los kabajos comparados sobre oposición política no violenta y movimien-
tos sociales T59.1 Perspectivas de democracia en el mundo .. 224
205
2062092r9240242243
2s6264282303307
).29.3
949.5
9.610. Ir0.2
0.3
0.4l1t.21.3
1.42.1
12.2
t3.l
14.1
Transiciones desde sistemas autoritarios......Acuerdos entre élites y transición democrátlca....Regímenes modernos no democráticos...-..................Transición democrática y consolidación en Europa Meridional, América del sur yEuropa poscomunista .-................Transiciones a la democracia en perspectiva comparada............-.. :. -.........Tipos de relaciones ejecutivo-legislativo.........-......competencias normativas y:ro norm'ativas de los presidentes elegidos por sufragío po-pu1ar...............- 255La institucionalización de los partidos políticos y el rendimiento de la democra cia........ 265Diseño institucional y rendimiento de Ia democracia en perspectiva comparada............. 270Los principales inskumentos de derechos humanos.......--...._................. .......... . . _ . 274Resumen de The Power of Human Rights de Risse, Ropp y Sikkink (eds.) (1999)..........Comisiones de la verdad en todo el mundoMétodo comparado y la política de derechos humanosApoyo aI convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y de las Li-bertades Fundamentales (CEDH).......... ............................ 312Resumen de estudios que examinan el nexo entre va¡iables nacionales e intemacionales. 315Teorías empíricas de la ciencia política y de las relaciones internacionales: temas yejemplos de la segunda parte.................. 333Evolución de la política comparada: objetos de investigación prioritaria y métodos do-mrnantes
Lista de cuadros resumen
1.1 Formuiación de clasificaciones: Aristóteles y Finer ............1.2 Conûaste de hipótesis1.3 Hacer predicciones........2.1 El problema del sesgo de selección....2.2 Relaciones espurias4.I Diseño de sistemas de máxima similitud y mixima diferencia6.1 Relaciones posibles entre las variables <desa¡rollo económico> y <democracia>).........-6.2 Argumentos en la línea de la <inercia institucionab>6.3 Democratización endógena y exógena...7 .1 Relaciones posibles entre desigualdad económica y violencia política...........'7.2 El coeficiente de Gini como medida de la desigualdad en la distribución de la ¡enta.-....8.1 Ronald Inglehart y el posmaterialismo ..............8.2 Fractu¡as sociales t¡adicionales...8.3 Derechos ciudadanos y movimientos sociales8.4 Mancur Olson y los incentivos selectivos9.1 Acuerdos entre é1ites y convergencia de éIites...........9.2 Clasificación de tipos de regímenes previos según Linz y Stepan (1996)............-...........
9.3 La teoría de juegos y la ciencia política .............10.1 Las relaciones ente los poderes ejecutivo y legislativo....10.2 Sistemas electorales10.3 Recuento del número efectivo de parlidosI 0.4 El umbral electoral .....-........-.......1 1.1 Instrumentos internacionales de derechos humanos .........11.2 Categonas de derechos humanosI1.3 Realismo, modernización y derechos humanos12.1 El juego a dos niveles.-.
227
23r233
23s247251
28829r297
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Agradecimientos
Escribir y revisar este libro ha sido tanto un placer como u¡ desafio. Estoy muy agradecidoa Patrick Proctor, quien me abordó con ocasión del lanzamiento de un libro en Londres
Mi experiencia como docente de política comparada y métodos d.e investigación enEstados unidos, el Reino unido, Italia, A-lemania, Noruega, china y Brasil, ha puesto de
Forí-ùica r:orn¡eiaia
manifiesto que pocos alurnaos comprenden la lógica y el propósito del análisis comparadosistemático. Mi propia formación intelectual incluyó un entrenamiento razonable en métodosde investigación. Después d.e estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Pensilvania yEstudios Latinoamericanos en Ia Universidad de Georgetown, mi estudio formal de los mé-
largo de mis muchos años en la Universidad de Essex quienes han hecho las aportacionesmás importantes. Quiero expresar mi agradecimiento a Hugh ward, David Sanders, DavidHowarth, Albert weale, christian Anglade, John Bartle, Thomas plümper, Kai Arzheimer,Vera Troeger y Roman K¡znaric por sus comentarios, discusiones, sugerencias y colabora-ción. Paul Carter, mi asistente de investigación en el verano de 1998, leyó muchos borrado-res de Ia primera edición para proporcionar la perspectiva del estudiante universitario. Doylas gracias a Joe Foweraker de la Universidad de Oxfor( AtÍacta Ingram de la UniversidadNacional de Irlanda en Dublín, Bert Lockwood de Ia Universidad de Cincinnati, Neil Ro-binson de la Universidad de Limerick y Darren Hawkins de Ia Universidad BrighamYoung.Gracias a Alice Cooper por trabajar conmigo en la literatura sobre paz democrâtica, queforma parte de la discusión del capítulo 12. Igualmente, me gustaría expresar mi agradeci-miento a mis muchos alumnos, a los que he infligido la lógica de la inferencia y he predica-do las virhrdes del análisis comparado sistemático. Me gustaría particularmente agradecerla colaboración de Marcelo Gameiro, Ar¡ra Mackin, Marco Lanzza, Jaime Baeza Freer,EdziaCawalho y Ricardo Lwra Corral.
Un gran número de amigos personales y familiares han contribuido a hacer de mi estan-cia en el Reino Unido un auténtico placer y Ia red social que se ha construido a lo largo de losaños hace que mi vida cotidiana sea r¡na delicia. Dave Smith, Leigh Amos, Malcolrn, Sibel,así como Max Latchman, Pavlenka y Stephen Small, han sido todos ellos u¡os amigos en-trañables druante el proceso de la redacción del libro. Del otro lado del charco, quiero darlas gracias a Drew y Kate Landman, Hank Landman y a mi madre, Laura Landman. paraterminar, quiero hacer extensivo mi agradecimiento más grande y sincero a Melissa, Olivery Sophia por colmar mi vida dia¡ia de risas y alegría. A ellos dedico esta tercera edición.
Todd LandmanColchester, Essex
Introduccion
Este libro pretende ser un texto accesible sobre las estrategias de investigación comparadaen ciencia política. Se dirige a estudiantes de ciencia política y política comparada, asícomo también a los interesados en estudios regionales (política europea, política rusa y pos-comunista, política latinoamericana, política del Tercer Mundo, política africana o políticaasiática), políticas públicas, derechos humanos y análisis político. El libro coloca delibera-damente el método en primer lugar y luego se plantea una serie de <grandes cuestiones> depolítica comparada exami¡ándolas desde la óptica del metodólogo con vistas a enseñar alos estudiantes a reflexionar sobre la lógica subyacente a la comparación y subrayar la ne-cesidad del análisis sistemático en ciencia política. De este modo, el libro considera lacomparación como un medio importante para un fin, a saber, la explicación de los fenóme-nos políticos observados.
El libro se apoya necesariamente en una cierta forma <de hacen> ciencia política. Sincaer en el sempitemo debate sobre los diferentes enfoques de investigación en ciencia polí-tica, y en ciencias sociales en general, baste decir que este libro parte del supuesto de queexisten acontecimientos políticos, actores, intereses, estructuas y resultados observablessobre los que los politólogos pueden formular argumentos analíticos raeonados, i¡forma-dos e inteligentesr. Denomi-nado de diversas formas, tales como <positivismo>, <conductis-
I Las divisiones en el seno de la ciencia política se abordan en Almond (1990), Goodin y Klingema.n(1996b), Caterino y Schram (2006). Las críticas postmodernas de las ciencias sociales encuentran un exce-
lente exponente en Rosenau (1992) y Howarth y Gþos (2007). En Kuhn (1970) y Feyerabend (1993)
pueden hallarse citicas generales a la ciencia, y en Gordon (1991), Gross y Levitt (1994), así como en
Couvalis (1997), respuestas a dichas críticas.
18
h
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2720
mo) o (postconCuctismo> (Fay I975; Von $/right l97i: Sanders 1995; Lane 1996;Fþberg 2001; Brady y Collier 2004; Catertno y Sclram 20C6), este estilo de ciencia polí-tica se centra en comportamientos y acontecimierrtos políticos observables a nivel indivi-dual, de -gmpo o nacional y presupone que las expiicaciones de tales comportamientos son<susceptibles de contraste empírico> (Sanders 1995: 58). Así pues, este ljbro parte de ia hi-pótesis de que los objetos últinlos de la política comparada existen en su mayor parte conindependencia y anterioridad a su investigación (véanse Lane 1996; La-wson 1997). Asimis-mo, en este libro se sostiene que el mundo de la política está formado oor grandes rompe-cabezas empíricos a los que los politólogos aplican un conjunto de teorías y métodos afin de explicarlos y comprenderlos de una manera sensata (véase Gordon 1991: 629-30).A quienes comparten esta perspectiva acerca del estudio del mundo político y social, estelibro se propone ayudarles a formular argumentos sobre Ia política basados en la mejor evi-dencia empírica disponible, teniendo en cuenta las limrtaciones de los recLtrsos de investi-gación. Así pues, este libro acepta que estas observaciones son imperfectas e inciertas, peroal propugnar <procedimientos de investigación> sistemáticos y bien fundados (King er a/.1994: 6) aspira a ayrdar a los estudiantes de ciencia política a foi-mular tales enunciados dela forma más aceptable.
En cada capítuio de la segunda parte se i<lentifica el principal problema o pregunta deinvestigación, se especifican las forrnas id:ales de investigar dicho problema o dicha pre-gunta con los diferentes métodos comparados y se repasan las principales conclusiones delos estudios comparados sobre el tema. De :ste modo, los capítulos de la segunda parte pre-tenden (comparar oomparaciones> con el ':ropósito de demostrar cómo eligen los investi-gadores las preguntas de investigación, cómo formulan las teorías, especifican las hipótesisy aplican los métodos comparados para contrastar sus hipótesis. Los estudiantes que carez-can de conocimientos previos en política comparada pueden comenzan leyendo los capí-tulos de la segunda parte como una primera aproximación al tipo de temas que han recibidoun extenso tratamiento en esta área. Luego pueden volver a los capítulos de la primera par-te para seguir la evolución de los diferentes métodos de comparación y entender sus puntosftiertes y débiles para el estudio de la política. A quienes lleven tiempo estudiando políticacomparada, u otras disciplinas relacionadas, se les recomienda leet el libro en el orden enque se presenta. A todos los lectores se les sugiere leer la tercera parte en último lugar.
En la tercera parte se resumen las principales conclusiones de la segunda parte y seapuntan los desafios a los que tendrá que enfientarse la disciplina en el futuro previsible.En el capítulo l3 se resaltan los temas comunes, las concesiones metodológicas y el origende diferencias que surgen de la comparacion de comparaciones de la segunda parte. El ca-pítulo 14 concluye con un examen de los cesafios tanto sustantivos como metodológicos alos que tendrá qrre hacer frente la disciplina en el futuro. En este último capítulo se resumebrevemente la evolución de la política comparada desde su primera <fase de derecho públi-co> (Valenzuela 1988), se examinan los nuevos métodos que se están desarrollando paralacomparación transnacional, se avanzan formas para superar dicotomías nacionales en la ma-teria y se abordan algunos temas nuevos que captarán la atención de los comparativistas. Ellibro también incluye tablas y figuras elabo:adas a partir de ios hallazgos de la investigacióncomparada; cuadros res s que se aclaran conceptos, términos yrelaciones; sugerencias al final de cada capítr-rlo y una biblio-grafia. Considerado en desde un tratamiento de los diferentesmétodos comparados, abordando temas habituales en política comparada, hasta reflexionessobre la disciplina en el pasado y en el futuro. Dado que es primordialmente un texto sobre
ples and Practice.
F+.(
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I
En los capítulos de esta parte del libro se expone la lógica de la comparación sistemática
enhe países, se muestran las diferentes maneras en que cabe compararlos y se examinan losdistintos problemas a los que han tenido o tendrán que hacer frente los investigadores com-parativistas. Con demasiada frecuencia, tanto la selección de los países como el modo en el
que son comparados se deciden por razones no relacionadas con la pregunta de investiga-ción. En estos capítulos se sostiene, en cambio, que Ia estrategia de la investigación compa-rada es muy importante. Desde la especificación inicial del problema de investigación has-
ta las conclusiones finales, pasando por Ia elección de los países y del método de análisis,los investigadores deben prestar una especial atención a la pregunta de investigación que
abordan y a los modos en los que la comparación ayudará a proporcionar respuestas.
Desde este punto de partida, en el capítulo I se muestra que la comparación entre países
resulta útil tanto para una simple descripción como para hacer clasificaciones, contrastarhipótesis y formular predicciones. Seguidamente se indica cómo los métodos de compara-ción pueden añadir rigor científico al estudio de la política, ayudando tanto a los estudian-tes como a los profesores a formular inferencias más sólidas sobre el mundo político que
observan. A conti¡uación se incluye una discusión sobre los términos clave necesarios para
una ciencia política, a saber: teoría y método; ontología, epistemología y metodología; ca-
sos, unidades de análisis, variables y observaciones; niveles de análisis; así como métodoscuantitativos y cualitativos. En el capítulo 2 se ahonda algo más en las diferentes formasen que pueden compararse los países y en las razones por las que estos diferentes métodosson importantes a la hora de extaer inferencias. Se sostiene que los investigadores se en-
frentan a una relación de intercambio entre el nivel de abstracción conceptual y el alcance
del número de países objeto de estudio. Se muestra asimismo cómo las comparaciones de
F
* Nota de la ¡evisión técnica: aunque el autor de este libro pone el énfasis en la comparación entre paísesy rttiliza la expresión <demasiadas variables y muy pocos países>, en el estudio de la política comparadaes f¡ecuente encont¡ar comparaciones que no sólo se dan ent¡e países y, por lo tanto, Ia expresión máshabitual para denominar el problema que menciona el autor suele ser <muchas va¡iables y pocos casos)>
Q{. de la R.).
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L
1. ¿Por gué comparar países?
Comparar es una actividad humana natural. Desde la Antigüedad hasta nuestros días, Iosindividuos han tratado de comprender y explicar las similitudes y diferencias que percibenentre sí mismos y los demás. Si bien históricamente el descubrimiento de nuevos pueblosrespondió a menudo al deseo de conquistarlos, no por ello la necesidad de comprender lassimilitudes y diferenôias entre conquistadores y conquistados ha sido menos fuerte. Tras lallegada del nuevo milenio, los ciudadanos de todos los países continúan comp¿¡rando su po-sición con la de otros respecto de identidades regionales, étnicas, lingüísticas, religiosas,familiares y culturales; de posesiones materiales; de posiciones económicas, sociales y po-líticas, así como de su lugar relativo en los sistemas de poder y autoridad. Y los estudiantesno dejan de tener enla cabeza las modas, los círculos de amistades, los tipos de música, elaspecto fisico y el comportamiento de sus parejas, el dinero que ganan sus padres, la uni-versidad a la que van y la carre¡a que cursan.
En definitiva, comparar es humano. Pero más allá de estas comparaciones cotidianas,
¿cómo es el proceso de comparación científica? ¿Y cómo nos ayrda la comparación entrepaíses a comprender el mundo político en sentido amplio? Para responder a estas preguntas
frrndamentales, este capítulo se divide en cuatro apartados. En el primer apartado se esta-
blecen las principales razones para la comparación, entre las que se destacan: 7) la descrip-ción contextual,2) la clasificación y creación de tipologías,3) laverificación de hipótesisy la construcción de teorías, y 4) la predicción QTagte et al. 1992:24-27;Mack'te y Marsh1995: 113-176). En el segundo apartado se plantea Ia cuestión de la condición <científicu de
la ciencia política y la subdisciplina de la política comparada y se describen brevemente las
similitudes y diferencias entre la ciencia política y las ciencias naturales. En el tercer apar-
tado se clarifican los términos y conceptos utilizados en el análisis a¡terior y se especifican
26 Prr q*le co[,nÌ]ar¿Ç córno comp"ii-rr 1.i q:lÉ ¡;rrb(en-ras en.i.r.añ¡ t¿ como¡r'aiic¡'r
28 29
otros términos y conceptos necesarios parala ciencia poiítica. En el cuarto apartado se pre-senta un resumen de estas razones, justificaciones y condiciones para una ciencia de la po-1ítica comparada.
Razones para [a comparación
Hoy día, la actividad de comparar países se centra en cuatro grandes objetivos, todos loscuales se refuerzan mutuamente en cualquier estudio comparado sistemático, si bien algunosreciben más atención que otros en función de los objetivos del investigador. La descripcióncontextual permite a los politólogos saber cómo son otros países. La construcción de clasi-f.cacÌones y tipologías reduce la complejidad del mundo político y, de hecho, proporciona alinvestigador <contenedores de datos> en los que organizar las pruebas empíricas (Sartorii970: 1039). La función de verificación de hipótesis de la comparación permite descartarexplicaciones alternativas de eventos, actores, estructuras, etc., con el fin de construir teoríasmás generales. Por último, la comparación de países y las generalizaciones derivadas de ellaposibilitan la prediccíón de los resultados probables en otros países no incluicios en la com-paración original, o bien de resultados futuros cuando se dan ciertos factores y condiciones.
Descri pción co ntextu a I
En ei campo de la política iatinoamericana, la obra de Macauley Sandino Affair repre-senta un ejemplo magistral de descripción contextual. Et tibro es un informe exhaustivo dela guerra de guerrillas emprendida por Augusto Sandino para expulsar a los marines esta-dounidenses de Nicaragua tras una crisis de sucesión presidencial. Detalla los eventos espe-cíficos que rodean la crisis de sucesión, el papel de la intervención estadounidense, la ma-nera en que Sandino defendió sus principios de no intervención mediante ataquesguerrilleros a los marines de los Estados Unidos y, finalmente, la muerte de Sandino a ma-nos de Anastasio Somoza. El estudio sirve como ejemplo de lo que Alrnond (1,996: 52) de-nomina <evidencia sin inferencia>, donde el autor relata la historia de este extraordinariolíder político, pero sin pretender hacerjuicios de valor sobre la lucha contra el imperialis-mo. Eti lugar de ello, la atención se centra en los acontecimientos que se desarroliaron enNicaragua y la participación de los distintos personajes en los sucesos históricos. Con todo,el relato puede aportar mucha información para establecer comparaciones entre pocos paísesy también desarrollar estudios de un solo país sobre la función de la resistencia indígena ala intervención exterior, la historia del autoritarismo militar en Centroamérica, Ias raíces delos movimientos revolucionarios (los sandinistas actuales de los que proce<le el presidenteDaniel Ortega), entre otros temas relevantes parala política comparada en nuestros días,tanto dentro como fuera de Latinoamérica.
Clasificacíón
En aras de la simplificación cognitiva, los comparativistas a menudo establecen diversasclasificaciones conceptuales para agrupar a un número elevado de países, sistemas políti-cos o acontecimientos en categorías diferenciadas con características identificables ycompartidas. La clasificación puede ser una simple dicotomía como la existente entre<autoritarismo>> y <democracia>, basada en una serie de criterios establecidos teóricamen-te que ayudan a determinar en qué categoría incluir a los distintos países. Ahora bien, laclasificación también puede consistir en rma gama más compleja de regímenes y sistemas
cos y autoritarios, países desarrollados y subdesarrollados, países centrales y periféricos,regírnenes civiles y militares, por no citar sino algunos ejenplos de las muchas distincio-nes posibles.
El proceso de clasificación no es nuevo. El esfuerzo más famoso de clasificación sehalla en la obra de A¡istóteles Poldistingue entre seis formas de gobi(virtuoso o corrupto) y del númerotóteles determinó las seis formas
30 y que p.iüû[el""lôs enrrsãe [a cnl.nparl,:ióu
no, un cterto sector preeminente de la stoma de decisiones (ibíd.:47);fiere a los gobernaltes d.esdepersonas)) litia.: st¡. A¡isrótel de
luego en ella las distintas ciudades_estado ::istinciónscribir ya una de
Contrsste de hìpótesís
A pesar de las diferencial siguiente objetivo debras, una vez que las coa investigar los factoreslos años cincuenta, los id.o cada vez mín a los métodos compara_dos para construir teoríorros permite excruir explicaciones
"rt"..,"t,.\,url"yt1i,ltllrîÏfl,îtï"ï,: ff iå:rtåï::":å:perspectivas teóricas examinando similitudes-y diferenciar'i¡t"å".iorrales. con estemodo de análisis, la-razón ¿e ser Ae la-inueva) política com_parada (Mayer 19 fican variabies i*po.tàrrt.r, establecen rela_ciones entre ellasconstruir teorías.
de manera comparada con vistas a generar y
e la comparación pDe modo similar,enfatizar las relaciénfasis con, ionado por las diferencias propias delcontexto en el que observamos y variables> (en Kohli et al.'rcl9s: 1l).
fo.r nt!m9, Mayer (1989: 46) sos otundamente, que <er potencial únicodel análisis comparado radica en acumulativa e incremental de atributos sis_témicos a las teorías explicativas existentes, complet:lndol"r ;;i;;;;."rivamente>>. Dichode otro modo, la comparación_ de países y ál contraste a la acu_mulación progresiva de conocimiento, ,óbr" el mundosobre poutìca comparada en World poliiìr'lroni
"t ot. ';äi:;::
31
CUADRO RESUMEN 1.1 Formutación de clasificaciones: Aristótetes y Finer
La descripción y [a ctasificación son los elementos fundamentates de [a política comparada.
La ctasificación simptifica las descripciones de los objetos importantes de [a investigacióncomparada. Una buena ctasificación contendrá categorías pertectamente definidas que per-
mitan organizar [a evidencia empírica. Las categorías que integran e[ sistema de ctasifica-ción pueden derivarse inductivamente a partir de una consideración minucìosa de [a evi-dencia disponibte o mediante un proceso de deducción en e[ que se generan tìpos<idea[es>. Este cuadro contiene e[ ejemplo más antiguo de clasificación de formas de go-
bierno y uno de los más recientes. Tanto Aristótetes como Samuel Finer pretenden estabte-
cer sistemas de clasificación sìmples para ubicar sociedades reates. Mientras que e[ sistema
de Arístótetes se basa en razones normativas, e[ de Finer ha sido derivado empíricamente.
Las constituciones y sus clasíficociones
En e[ Libro III de Política, Aristótetes deriva formas de gobierno que se dividen, de un
[ado, entre las <puras> y las <corruptas>, y de otro, entre e[ diferente número de gober-
nantes que integran [a autorìdad decisoria, a saber: una sola persona, una minoría y una
mayoría. Los gobiernos puros gobiernan en favor del interés general, mientras que los go-
biernos corruptos gobiernan en interés de los que forman [a autoridad dominante. La in-tersección entre estas dos divisiones arroja seis tipos de gobierno, que son los reflejados
en [a figura 1.1. Entre las formas puras se encuentran [a monarquía, [a aristocracia y [a
repúbtica. Las formas corruptas incluyen [a tiranía, [a otigarquía y [a democrac'ia. Cada
forma se basa en una idea de justicia diferente (McCLel.Land 7997: 57). De este modo, [a
monarquía es e[ ejercicio del poder por una sota persona en pro del interés generat, mien-
tras que [a tiranía es e[ poder de uno para ese uno. La aristocracia es e[ gobierno por [a
minoría en beneficio deL interés genera[, mientras que [a otìgarquía es e[ gobierno de
[a minoría en interés de esa misma minoría. La república es e[ gobierno de [a mayoría
en pro del interés generat, mientras que [a democracia es e[ gobierno por [a mayoría en
interês de esa nayoría, o [o que Aristóteles [[ama e[ <gobierno de [a mu[titud>>.
Figura 1.1 Sistema de clasificación deAristóteles
E[ número de personas que gobiernan
Uno Pocos Muchos
Formas de gobiemoMonarquía Aristocracia Repúb[ica
Tiranía 0tìgarquía
Democracia
(gobierno de [amuttitud)
Corruptas
rurHre: Adaptada de Aristóteles (195s: 110-115); Hague et øL (1992:26); McC[etl¡nd (7997:57)'
32 Por qué coÍEÐare!.. cdrnc comparar 1r 'i;é proh[emas entrañâ la colnparac.ión
Formas de gobíemo
Finer (L997: 37) adopta un enfoque aristotético para [a clasificación de las formas de gobier-no identificando cuatro formas de gobierno (puras)) y sus derivados <<híbridos>>. Cada formade gobiemo se basa en [a naturateza de su personal gobernante. Las formas puras son e[ pa-lacio, e[ foro, [a nobteza y La lgl.esia. Las formas híbridas son [as seis posibtes combinacionesde las formas puras, a saber: palacio-foro, patacio-nobteza, paLacio-IgLesia, foro-nobleza,foro-Igtesia y nobleza-Iglesia. Est¡s formas puns e híbridas deberían describir todas las for-mas de gobierno que han existido en [a historia del mundo desde e[ año 3200 antes de nues-
formas de gobiemo que originatmente eran puras degeneraron en híbridas en diferentes mo-mentos históricos. De todas las formas de gobierno, e[ palacio puro y sus variantes son lasque se han mantenido como las más comunes a [o [argo de [a historia y, pese a su poputa-ridad actual, e[ sistema potítico <<foro>> que representan l¡s democraciai secutares modernases una forma de gobierno relativamente ran y reciente (Finer 1997:46).
Figura 1.2 Formas de gobierno puras e híbridas
Iglesia
Nota: t añadido de[ autor.
Palacio-Foro
Tinnos griegos,
dictadores romanos,
Fnncia napoleónica,
dictaduns modernas
y regímenes
totalitarios
Palacio-Noblezo
Corte de Luis XIV,
6nn Bretaña 7740-7760,Polonia, eL régimen
mameluco en Egipto,y Japón
hasta 1600
Foro Puro
La poLeís griega,
las repúblicas
romanas y lasciudades-medieva[es
eur0peas;
las dernocracias
secu[ares modernas
Foro-Nobleza
Repúbtica
r0mana,
Repúbtica
de Venecia
Foro-IgluioMenonitas
de Eftata 7725,Amîsh 1700-presente t.ambos cerca
de Lancaster,
Pensilvania
FUENIE: 7:34-sB).
,¡;'tl;: :"
Review (89,2:454-481)y PoliticalAnalysis (Brady et aL.2006), al igual que las nuevas
monografias que recogen las reflexiones críticas sobre el estado de la metodología com-paruda, sugieren que las cuestiones de la teoría, la e>:plicación y la función de la compa-ración continúan figurando en primera línea entre las cuestiones de las que se ocupan lospolitólogos (véanse, por ejemplo, Flyvbjerg 2001; Brady y Collier 2004; George y Ben-net 2005).
Además, la publicación de libros con enfoques genuinamente comparativos err la disciplina continúa demostrando lo fructífero de este moio de análisis. Por ejemplo, Luebbef(1991) compara Gran Bretaña, Francia, Suiza, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega,Suecia, Checoslovaquia, Alemania, Italia y España para poner de manifiesto los orígenes
de clase de los regímenes que gobernaron en la Europa de entreguerras. Rueschemeyer etal. (1992) comparan las experiencias históricas de los países indusbiales avanzados con las
del mundo en desarrollo para indagil en la relación existente entre desarrollo capitalista ydemocracia. Wickham-Crowley (1993) compara casos de actividad revolucionaria en Amé-rica Latina para descubrir la configuración causal de l¿s revoluciones sociales, cunplidas o
frustradas, de la región. Foweraker y Landman (1997) comparan los casos de autoritarismode Brasil, Chile, México y España para ilustrar la relación entre derechos ciudadanos y mo-vimientos sociales. Dryzek y Holmes (2002) examinan cómo conciben y perciben la demo-cracia ciudadanos de once países ex comunistas. Haw-kins (2002) usa el caso específico de
Chile para examinar cómo la movilización internacional de condena de la violac-ón de losderechos humanos llevó a facciones (proclives al imperio de la ley> del régimer: de Pino-chet a abogar por uria transición hacia la democracia, cuyas inferencias son aplicadas a loscasos de Cuba y Sudáfrica (véase el capítulo 11). For último, inglehart y'ù/elzel (2005)comparan datos de encuestas internacionales y de otro tipo para evaluar la compleja rela-ción existente entre los procesos de modernización (o posmodernización), los cambiantessistemas de valores y la democracia. En todas estas obras, se definen cuidadosamente lasvariables explicativas y las resultantes y se muestran las relaciones entre ellas mediante lacomparación de evidencias empíricas (véase el cuadro resumen 1.2).
Predicción
El objetivo final y más dificil de Ia política comparada es la extensión lógica del contrastede hipótesis: formular predicciones sobre Io çlue ocurre, o puede ocurrir en el futuro, enotros países, basadas en las generalizaciones a partir de la comparación inicial. En políticacomparada las predicciones suelen plantearse como probabilidades, por ejemplo: c.los países
con sistemas de representación proporcional tienen más probabilidades de contã¡ con mu-chos partidos políticos>. En este ejemplo, un politólogo anticiparía el efecto probable quetendría en un país pasar de un sistema electoral mayoritario a uno proporcional (Hague er a/.1992). Otro ejemplo de predicción es el referido a las ventajas electorales que tienen lospolíticos que ocupan los puestos de gobierno sobre sus contrincantes: con la evidencia em-pírica recabada en çonvocatorias electorales pasadas, los politólogos pueden predecir conrazonable seguridad si en una elección concreta el político que ostenta el poder tiene másprobabilidades de ganar que el de la opðsición (véase King et al. 1994).
33
Í!tI
34
En Conte ótesis referentes a [a pafti-cipación ón se mide por [a asistenciade votan e efectivamente votaron enlas etecc torado debería ser más altaê ados. una constitu_
; de parridos alinea_de los datos proce-
d stas variables en [aparficipación del etectorado (representado gráficamente en [a figura L.3).
Figura 1.3 Cuatro hipótesis sobre participación electoralPIB per cápìta
Contraste de hipótesis
Sistema.de partidos con só[idos + participac,ón electoralatlneamlentol.p¿r:ldos-grupos- (5)
atribuyó a su enfoque de <civilizaciones) más capacidad explicativa de acontecimientos poste-riores a la Guerra Fría que a otros enfoques alternativos. Sus predicciones cobraron una mayorrelevancia tras los atentados del 1l de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, que mu-chos interpretaron como una prueba del choque de civilizaciones entre <Occidenæ> y el<Islam>> descrito en su libro. El análisis que posteriormente se ha realizado por pares de Estãdos(o <díadas>) enhe 1969 y 2003 harevelado que Ia civilización <occidentab> de Hu¡rtington seha hallado más expuesta que oftos grupos de civilizaciones, y que la díada Islam-Occidentereúne más casos de terrorismo. Sin embargo, en contraste con la predicción de Hrurtington, elgrupo islímico no es más violentoper se y, además, los niveles globales de terrorismo no hanaumentado significativamente después de la Guerra Fría Q.,leumayer y plümper 2006).
Del mismo modo, basándose en observaciones de la presencia de recursos económicos yla incidencia de democracia en el mundo desde mediados del siglo xrx hasta hoy día, Van-hanen (1997: 99-154) ha formulado predicciones acerca de la probabilidad de democrati-zación de distintos países y regiones del mundo. Sus resultados invitan a una investigaciónulterior sobre la dinámica de democratización que trascienda Ia consideración de las varia-bles socioeconómicas con las que trabaja (véase el cuadro resumen 1.3). Por último, en elcampo de los derechos humanos, Poe y Tate (1994) deducen de su análisis de la variacióntransnacional en la protección de los derechos humanos que el desarrollo económico y lademocracia tienen un efecto positivo sobre la protección de los derechos humanos, mien-tras que la participación en guerras internacionales y civiles tiene rur efecto negativo. Poe yTate (1994: 861-866) se sirven de estas conciusiones para estimar las probabilidades dearmento de la represión þor ejemplo, las violaciones de los derechos humanos) a lo largo deltiempo atribuibles a la pérdida de democracia, la participación en guerras internacionales yel estallido de guerras civiles, al igual que para predecir el descenso de la represión graciasa la mejora de las condiciones económicas.
La ciencia en [a ciencia política
En el apartado anterior se han especificado los cuatro grandes objetivos de la comparaciónen ciencias políticas y, al hacer referencia a cuestiones de explicación, construcción de teo-rías y predicción, se ha apuntado ya cómo la comparación de países es susceptible de serconsiderada un quehacer científico. El término clave utilizado a lo largo de toda esta discu-sión es el de inferencia. Dicho de forma sencilla, realizar inferencias consiste en <<utilizar
hechos que conocemos para aprender algo sobre hechos que no conocemos)) (Ktng et al.1994:. ll9, tomado de Mill; véase igualmente Couvalis 1997). GabrielAlmond (1996) haseñalado que <el objeto de la ciencia política es... la creación de conocimientos, definidoscomo inferencias o generalizaciones sobre la política extraídas de la evidencia); por su par-te, Mayer (1989: 56) ha sostènido que el <análisis comparado... [es] un método que desem-peña una función central en Ia Iabor explicativa de la propia ciencia políticu. Así pues, lapolítica comparada aspira a formular inferencias mediante la comparación de países. Eneste apartado se explica cómo y por qué el proceso de inferir es el principio subyacente de
la política comparada y de qué manera los presupuestos metodológicos de las ciencias na-turales importan a la ciencia política.
35
CUADRO RESUMEN 1.2
Pa rtí cí p ocì ó n electo ra I
(31 /+/
Leyes favorablesaL voto(4)
Constituciónre prese ntativa
l2l
, ruwre: Adaptada de Powell (1982: 121).
Asimismo. su análisis muestra que e[ nive[ de desarrollo económico y [a estructura constitu-cional no están retacionados directamente con [a participación electoral. pero <<conducen ocontribuyen aI desarrotto de sistemas de partidos y aL diseño de leyes electorales que animan aI los votantes a acudir a las urnas>> (ibíd.: 120). Este orden causal se representa en e[ esquemaI con las flechas y [a numención de cada variabte.
Si bien para los comparativistas actuales la pre menosimportante que en el pasado, algunos siguen articul predic-ciones. Por ejemplo, en la obra de Huntington (1)9 the Re-
más probabilidades de swgir en á¡eas en las que dos o más de estas culturas concurrieran o<<chocaran>. Huntington no sólo trató de predecir futu¡os conflictos en el mundo, sino que
36
CUADRO RESUMEN 1.3 Hacer predicciones
O-
=
Democracia en el Este y Sudeste de Asìa
con métodos simitares a los utilizados por Burkhart y rewis'-neck (1999), vanhanen(1997) ha tratado de predecir e[ niver esperado de demõcracia en paísàs y regiones con-cretos del mundo basándose en su distribución de [os <<recursos de poden>. La democraciase mide mediante una combinación de ia cuota etectora[ de los partidos más pequeños ye[ porcentaje de participación etectora[ (ibíd.: 35). La distribución de los recursos de po-der se mide mediante un índice que.combina las siguientes variabtes: e[ tamaño de ta po-btación urbana y de [a pobtacìón no agraria, [a proporción de estudiantes. e[ tàmaño de[a pob[ación atfabetjzada, e[ número de explotaciones agrícotas familiares y eL grado dedescentra[ización de los recursos económicos no agrarios (vanhanen 1997:59-60). A tra_vés del examen de [a relación entre e[ nivel de democracia y ta distribución de los recur-sos de poder desde 1850 hasta 1993, Vanhanen compara [os vatores democráticos efecti-vos en 1.993 con [as predicciones resultantes del. anál.isis de regresión. La figura L.4muestra los valores de democracia efectivos y predichos de 16 paí-ses del Este y Sudestede Asia.
Figura 1.4 Predicciones sobre ra democracia en el Este y Sudeste de Asia
50
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.g=9=crccÔLCÀ;EÑcG_-oiõñ1.O>:c+=.YEEu,Ze
t----l Valor de democratízación predicho
f Va[or de democratización efectivo
FLENTE: Adaptada de Vanhanen (1997: gg_g9).
Los 16 países se ordenan en e[ eje horizontal y los vatores del índice de democratiza-ción se colocan en e[ eje verticat. Las puntuaciones de democracia predichas representart
e[ nivel de democracja que debería haber logrado cada país en 1993. dada su respectiva
I distribución de los recursos de poder. E[ nivel real es [a puntuación para 1993. La dìferen-. cia entre los dos valores se denomina valor residuat. Japón y ,]orea del Sur parecen haberj alcanzado los nìvetes de democracia predichos, mientras que Matasia, Mongotia y Fil.ipinas
registran nivetes de democracia más elevados que los predichos. Por otro [ado, Brunei.
China y Taiwán presentan puntuacìones inferiores a las previstas. Estos resultados dìspares
' tienen varias ìmpticaciones. En primer lugar, [a dìscrepancìa entre los valores efectivos y; los predichos signìficaría que otro factor distinto del de ta distrìbución de los recursos de
poder exptìcaría e[ nivel de democracia (véase e[ capítuto 3). En segundo lugar. los casos
" atípicos. cuyo nivel de democrac'ia en 1993 resulta ìnesperaco, podrían considerarse ex-
cepciones temporales a [a pauta gtobat. En tercer lugar, los i¡dicadores que se utilizaronpodÉan no reftejar con exactitud los conceptos que Vanhanen pretende medir (véase e[
i capítuto 3). Ahora bien, generalmente e[ proceso de efectuar predicciones puede suscitarnuevas preguntas de investigación y mostrar [a necesidad de centrarse en los casos que no
i (encajan> en [a pauta (véase e[ capítuLo 2).
Definamos <ciencia> como la acumulación gradual de conocimientos sobre el mundoempírico mediante la práctica de investigación sistemática, que incluye la recogida de evì-dencia, la generación y el contraste de hipótesis, así como también la extracción de inferen-cias significativasr. Pero más allá de esta definición básica, ¿qué paralelismos existen entre laciencia política y las ciencias naturales? ¿Cuáles son las prir:cipales diferencias entre am-bas? Y ¿cómo ayuda la comparación a resolver estas diferencias? El argumento más sólidoa favor de una ciencia de la política sugiere que la ciencia política (comparada) compafiencon las ciencias naturales los objetivos fundamentales de describir, clasificar, contrastar hi-pótesis y predecir. Ambas actividades exigen la recogida sistemática de evidencias, su es-fucturación u ordenación, la búsqueda de pautas discernibles: la formulación y el contrastede explicaciones alternativas sobre pautas observadas; y la construcción de teorías más ge-nerales. Así pues, la ciencia política siempre contendrá este <núcleo metodológico de evi-dencia-inferenciu (Almond 1996: 52), o bien el <habitual tándem> de teoría y observación(Feyerabend 1993:23; véase también Gordon 1991:589-634)
. Dos ejemplos de las ciencias naturales pueden ayudar a aclarar estos puntos. Tanto lateoría de la evolución como la teoría de la gravedad se basan en la recogida sistemática depruebas. Charles Darwin trató de documentar la totalidad de la fauna y flora de la Tierra.Originalmente, en su empeño por demostrar la gloria de Ia creación de Dios, Darwin pronto
t Goodin y Klingemann (1996a: 9) ofrecen una definición algo más compleja: <ciencia .. [es] investiga-
ción sistemática, encaminada a la construcción de un conjunto progres:vamente más diferenciado de pro-
posiciones ordenadas sobre el mundo empírico>.
39
descubrió una pauta en lo que estaba observando para la que era posible una explicaciónalternativa. La teoría de la evolución,reforzadamás tarde pår la teoìía de Ia selección natu-ral, surgió como una explicación nueva de Ia variedad de especies existentes en el mundonatural' Del mismo modo, Isaac New4on formuló la teoría deìa gravedad basada en la reco-gida de evidencias (¡la precipitación de la manzaîa al suelol).ïingúa científico ha vistorealmente la evolución o la gravedad, sino meramente observado suì efectos. Así pues, laev intelectuales cuya repetida verificaciónimpíri_ca de una ley.
de manera sistemática þor ejemplo, documen_tos de archivo, entrevistas, estadísticas oficiales, crónicas o encuesias), buscan pautas dis-cernibles en la evidencia y formulan teorías para justificar dichas pauás. En política com-parada, el científico compara países en su empeño por contrastarìas teorías que han sidoformuladas- De este modo, tanto las ciencias iaturales como la ciencia política tratan derealizar inferencias basadas en el mundo empírico que observan y buscan maximizar la cer-teza de estas inferencias. A pesar de estas similituães generales ent¡e ciencias naturales yciencia política, persisten dos diferencias importantes (aunque no absolutas): la experimen-tación y la generación de <leyes> científicas. A continuación abordamos estas diferencias.
La primera diferencia entre las ciencias nah¡rales y la ciencia política estriba en el papelde la experimentación. Si bien en algunas áreas de la investigación científica natu¡al, talescomo la astronomía y Ia sismología, no es posible la experimentación, por lo general, losavances en las ciencias naturales están respaldados por èvidencias recabãdas dè h experi-mentación, lo que supone una manipulación controlada d.e la materia objeto de estudio convistas a aislar factores causales. La evidencia en Ia ciencia política,
"rr.å*bio, no suele re-
cabarse mediante experimentación, ar¡n cuando algunos pótitotogor usen experimentos ensus investigaciones þor ejemplo, los que trabajan en los ámbitos ãe la teoría ãe juegos, congrupos de discusión y <jurados ciudadanos>). La política comparada, en particular, nã puederecurrir a la experimentación por razones tanto prácticar .o-o éticas. poi ejemplo, seria im-posible volver a celebrar las mismas elecciones de la misma manera en un mismo país conun sistema electoral diferente para observar las diferencias de resultados aplicando ambossistemas. Éticamente, sería imposible redistribuir la renta de manera intencionada en un paísen desarrollo para estudiar si estalla una rer,uelta civil. Estos dos ejemplos muestran la nece-sidad de utilizar <contrafactuales> o situaciones en las que los investþadores imaginan unasituación de la cual están ausentes los factores antecedentes de un deteiminado hecÉo y en lacual se considera un curso de acontecimientos o resultados alternativos (Ferguson l-ggib).
Ya se trate de diferentes sistemas electorales, distintas distribuciones de renta, niveles dedesarrollo económico desiguales o de la ausencia de grupos revolucionarios concretos,cuando los politólogos formulan afirmaciones sobre factorei explicativos importantes estiínsugiriendo implícitamente una situación contrafáctica. La afirmación de que los sistemaselectorales mayoritarios tienden a generar sistemas bipartidistas, en realidad equivale aconstatar que los países que no tienen un sistema electoral de este tipo seriin necesariamen-te sistemas con muchos partidos políticos. Aunque algunos historiadores pueden construirescénarios históricos alternativos basados en <cálculos sobre la probabilidad relativa de re-sultados plausibles> (ibíd.: 85), los politólogos comparan países que difieren de forma talque aportan la situación contrafáctica que necesitan. Por ejemplo, mediante la comparación
de los sistemas de partidos políticos de varios países con sistemas electorales diferentes, elcomparativista trata de demostrar que el tipo de sistema electoral incide en cierta medidaen el tipo de sistema de partidos. De esta mânera, la investigación comparada <simula> laexperimentación (Lieberson 1987: 45; Ferguson 1997b; véase también Tetlock y Lebow2001).
La segunda diferencia entre las ciencias naturales y la ciencia política hace referencia a
la categoría similar a ley que se otorga a ciertas teorías científicas. La experimentación y elrepetido contraste empírico proporcionan a las teorías de las ciencias naturales el rango de
leyes (por ejemplo, la ley de la conservación de la energía, las leyes del movimiento de
Newton o la Ley de los Gases de Boyle). Sin embargo, lanafiraleza de las evidencias reca-
badas para respaldar las teorías en la ciencia política es tal que hace dificil hallar generali-zaciones similares a leyes. Con todo, en la disciplina de la ciencia política hay tres <leyes>
ampliamente reconocidas. LaLey de Hierro de la Oligarquía de Michels establece que los
procesos naturales observables en la dinámica de las organizaciones y grupos pequeños,
con el tiempo, tienden a crear en todos los grupog y las organizaciones una estructura de
autoridadjerárquica con una pequeña élite a la cabeza. Esta ley ha sido, por ejemplo, con-trastada mediante el análisis de organizaciones de movimientos sociales; la evidencia reco-gida por Tarrow (1994) apunta a que las organizaciones de movimientos sociaies con más
éxito y mayor duración tienden a ser las que presentan estructwas burocráticas formales yórganos de dirección autoritarios integrados por las élites del movimiento. La segunda ley,
denominada la <Ley Duvergen, establece que los sistemas electorales mayoritarios tienden
a generar dos partidos, mientras que los sistemas con representación proporcional suelen
dar lugar a varios partidos. Esta ley ha sido repetidamente contrastada en estudios compa-
rados sobre sistemas electorales'y, en su conjunto, encuentra respaldo en la evidencia dis-ponible (véanse Rae 1971; Lijphart 1994a).
Según la tercera ley sobre <<Ia paz democráticu, las democracias no se declaran la gue-
rra (Babst 1964; véase también el capítulo 12 de este libro), mientras que según una leyderivada de la anterior, las democracias son menos susceptibles de verse involucradas en
conflictos armados que los países no democráticos (véase Russett y O'Neal 2001). En el
ámbito de las relaciones internacionales, algunos autores han estudiado <díadas> de guerra
(es decir, de dos países que se declaran la guerra) y demostrado que <[el] número de gue-
rras entre democracias durante los dos últimos siglos va de cero a menos de cinco, depen-
diendo precisamente de cómo se define democraciu (Levy 1989: 87-88). Se ha sostenido
por ello que esta ( acias es lo más parecido a una ley em-
pírica que tenemo internacionales> (ibíd.: 88). Además'
combinada con el se ha acentuado desde 1974 (véase el
capítulo 7), la ley n cuanto a conflictos
futuros en el mund el mundo significaría
un menor número sch 1998; Przeworski
et al.2000; eal 2001).
Aparte d ca, el grueso de la investigación compa-
rada evita h pues, ¿cuáles son las grandes conclusio-
nes sobre política comparada que cabe extraer de esta comparación somera con las ciencias
naturales? En primer lugar, por razones prácticas y éticas, la política comparada relaja parte
40
del rigor de las ciencias naturales, aun cuando sigue empleando la misma lógica de inferen-cia- En segundo lugar, la política comparada es una ciencia social no experimental (o cuasi-experimental) que trata de hacer generalizaciones basadas en la mejor evidencia disponible(campbell y Stanley 1963; Lijphart 1975: 162; Lieberson l9s7). En tercer lugar, comosucedáneo de la experimentación, Ia comparación permite cierto control (Sartori 1Só+, rc¡,al poder mantener ciertas va¡iables constantes mientras se examinan y se explican las difé-rencias observadas (véase el capítulo 2). En cuarto lugar, si bien no trata deiormular leyesinmutables, Ia política comparada busca la clarida( h õomprensión y Ia explicación de fenó-menos políticos sobre los que puede obteneruna certeza raeonable. Por elio, la finalidad deeste libro es proporcionar a los estudiantes las he¡ramientas necesarias para lograr esta cla-ridad, comprensión y explicación, evitando al mismo tiempo los tropiezãs y obitáculos quelimitan dicha ta¡ea.
Términos y conceptos científicos
Antes de concluir este capítulo, es necesario definir y aclarar los términos que han sid.o uti-lizados hasta el momento, así como los que se hallaián a Io largo del libro. Se trata de lostgrminos generales que se usan en las ciencias sociales y que toãos los estudiantes de cien-cia política deben conocer si aspiran a entender el munáo político desde una aproximaciónmás científica- Entre dichos términos figwan <teoría> y <método>; <ontolog?o>, <episte-mologíu y <<metodología>; <casos> (o países), <unidadãs de análisis>, <variãbres> y uou-servaciones>>, <niveles de análisiu, así como <métodos cuantitativos y cualitativos>. Enesta efposición se especifica cómo se usan en el libro estos términos y conceptos de lasciencias sociales.
Teoría y método
La ciencia política dos tipos básicos de teoría: las normativas ylas empíricas. Las can cómo deben ser las cosas en sociedad,dadõ un conjunto rltactos y una posición firosófica. Desde los pensadoresgriegos y romanos hasta los filósofos contempor^áneos como L¡" n"*ii ros partidarios dela teoría normativa política han establecido n arcos para lograr el bien común y resolver
mo la edad, la clase social, el sexo, la situa_
reraciones entre dos o más conceptos, al obje ambio' la teoría empírica tata de establecer
políticos observados. por ejemplo, una teoríãcar la importancia de una serie de factorestamiento revolucionario en ciertos tipos de p
a la evidencia (véase el capítulo 7). Asimismo, las teoias con las que trabaja la ciencia polí-tica pueden ser deductivas o inductivas. Las teorías deductivas llegan a sus conclusionesaplicando Iaraz6n a un determinado conjunto de premisas (Stoker 1995: 1'l; Lawson 1997:
16-19; Couvalis 1997). Así, por ejemplo, en el ámbito de la ciencia política, el enfoque ieó-
rico de la elección racional asume que todos los actores políticos maximizan su propia uti-lidadpersonal, o interés propio, a la hora de elegir entre varias alternativas. A partir de este
presupuesto básico, el investigador deduce de manera lógica el abanico de resultados posi-bles (Ward 1995:79; Levi 1997). Por su parte, las teorías inductivas alcarøarr sus conclu-siones mediante la observación de hechos conocidos (Couvalis 1997). Por ejemplo, un es-
tudioso que observa casos más claros de rebelión campesina en zonas geográficas congrandes niveles de desigualdad en la distribución de la tierra y de la iqueza concluirá in-ductivamente que Ia desigualdad está relacionada con la rebelión. Mediante la comparaciónde evidencias procedentes de otros paíseis o regiones geográficas se buscaría confirmar esta
generalización.En cambio, el método es el instn¡mento mediante el cual se desarrolla y se verifica una
teoría, lo que conlleva recoger datos, formular y contrastar hipótesis, así como deducir con-clusiones sustanciales. Las evidencias pueden recabarse, por ejemplo, mediante el examende a¡chivos históricos, la recogida y el análisis de entrevistas abiertas con activistas políti-cos, la elaboración sistemática de informes de observación de participantes en actividadesde movimientos sociales o el diseño y análisis de encuestas masivas de una muestra de lapoblación. A Ia hora de formular y de verificar las hipótesis, el método hace explícitas lasreglas para tomar decisiones y rechazar hipótesis alternativas. Por último, las conclusionessustanciales se extraen de las teoías y los datos. Como sugiere la exposición previa, aun-que este libro no tiene como finalidad primordial analizar las diferentes teorías de la políti-ca comparada, sí pretende mostrar las diferentes formas en que cabe recurrir a los métodoscomparativos para contrastar teorías políticas empíricas deductivas e inductivas.
0ntologíø, epistemología y metodología
Ontología, epistemología y metodología son términos que surgen en el debate de la filoso-fia de la ciencia y las distir:ciones entre ellos a menudo se desdibujan en la bibliografia so-bre política comparada. Literalmente, la ontología consiste en el estudio del ser, es decir, eltratamiento metafisico de la esencia de las cosas, incluida <la naturaleza, la constitución yla estructura de los objetos> de la investigación comparada (Lawson 1997: l5). Versa sobrelo que puede ser estudiado, lo que puede ser comparado y lo que constituye lo político. Enotras palabras, parala política comparada, la ontología se ocupa de los países, fenómenos,actores, instituciones y procesos, entre otras cosas, que son observables y precisan una ex-plicación. La epistemología es el estudio de la naturaleza del conocimiento, es decir, decómo los investigadores y estudiosos logran conocer el mundo, a través de medios de ob-servación, impresión sensorial y experiencia tarfto ex ante como ex post. Al contrario que laontología, trata de averiguar qué conocimiento del mundo político es posible y qué normasde investigación han de seguirse a la hora de explorar el mundo político. En la historia yfilosofia de la ciencia, la epistemología ha pasado de la afirmación categórica de los posi-
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tivistas, según la cual es posible la unidad de las ciencias natuales y sociales, a una posturaque reconoce cierta pluralidad de enfoques basada en un vínculo entre evidencia e iiferen-cia del tipo defendido en este libro (véase Gordon 1991: 589-668). A diferencia de la onto-logía y de la epistemología, la metodología se ocupa de las formÁ de adquirir conocimien-tos sobre el mundo político. Como su nombre sugiere, la metodología eé et estudio de losdiferentes métodos o sistemas de métodos en un campo de invesìigación concreto, Asípues, existen nofinas de investigación específicas para los métodos cualitativos y cuantita-tivos, aunque ambos traten de proporcionar interpretaciones y explicaciones de fenómenospolíticos observados. Estos tres conceptos tienen igualmentã unä <dependencia direccio-nal> y ordenada, de modo que la ontología establece qué es conocibie, la epistemología .
cómo es conocible y la metodología cómo se adquieren sistemáticamente los ionocimien-tos (Hay 2002:61-66).
lJnavez definidos dichos términos, conviene que el lector sepa d.e qué forma los temasabordados en este libro están fundados en ciertos presupuestos óntológicos, epistemológi-cos y metodológicos. Sin entrar en un debate fiiosófico, este libro se basa en la creenciaontológica de que los objetos animados e inanimados del mundo existen en sí y por sí mis-mos y, por extensión, también los eventos observables existen en sí y por sí mismos. El ob-jeto de la ciencia política es explicar y comprender estos eventos, côncretamente por quésuceden, cómo suceden y la probabitidad de que'sucedan nuevamente en el futuro, ãl igualque en otras partes del mundo. Aun suscribiendo el argumento de que la historia <estáabiertu (Popper 1997), este libro parte de la existencia de ciertas <iegularidades de losacontecimientos> (Lawson 19t7) del mundo, que las ciencias políticas pretenden describir,explicar y comprender.
Epistemológicamente, la política comparada abarca un amplio espectro. Desde un extre-mo del espectro se sostiene que todos los fenómenos políticos y sociales son cognoscibles através del proceso de deducción basado en presupuestos irrefutables sobre la nafuraleza hu-mana. Esta postura epistemológica suele denominarse <nomotética-deductivu y, al igualque el positivismo, aspira a generalizaciones sobre el oomportamiento político similarãs alas leyçs nafluales. Desde el polo opuesto del espectro se afirma que todo conocimientoestá culturalmente acotado y es relativo, lo que sugiere la imposibilidad de conocer algofuera de los estrictos confines del contexto cultural local (Kohli et at. 1995). Tal posturapolre en duda, en última instancia, Ia existencia d.e una ciencia política comparada, ya quelos conceptos políticos no podrían transferirse indistintamente a contextos culturales dife-rentes y habría diferencias fundamentales en su significado (véase Macinfyre r971).
Este libro se situa a mitad de camino entre estos dos extremos. De u¡ lad.o, acepta que esposible contrastar ciertas teorías deductivas sobre la política en el mundo real y tambiénformular generalizaciones sobre el mundo de la política, siempre que se respeten adecuada-mente ciertas nonnas de investigación. De otro lado, reconoce que no es posible un conoci-miento del mundo político <desprovisto de valores> y que los procesos de generación deteorías y de observación quizá no sean mutuamente excluyentes (Feyerabend 7993:27;Sanders 1995: 67-68; Couvalis 1997). Por lo tanto, se acepta la posibilidad de llevar a cabociertos tipos de comparaciones entre culturas y entre naciones si se adoptan determinadosprocedimientos (véase el capítulo 2 de este libro). Metodológicamente, el libro se proponeaplicar métodos comparados a problemas de investigación reales en el marco de ta diìcþlina
de la política comparada en un intento de aludar a los estudiantes a formular generalizacio-nes válidas sobre el mundo político observable. Estos distintos métodos de comparación, aligual que sus ventajas y desventajas, se abordan en el capítulo 2.
Casos, unidsdes de anãlisis, variables y obseruqciones
Estos cuatro términos aluden a aspectos cruciales de la investigación sistemática en políticacomparada. Los casos son aqueilos países que son objeto de análisis comparado. Por ejem-plo, en States and Social Revolutions (1979), Theda Skocpol examina los casos de Francia,
Rusia y China. Las unidades de análisis son los objetos sobre los que se recaban datos,
como por ejemplo individuos concretos, países, sistemas electorales, movimientos sociales,
etc. Las variables son aquellos conceptos cuyos valores cambian en el seno de un conjuntode unidades determinado, tales como la renta, la identificación partidista, la tendencia a par-
ticipar en movimientos de protesta, etc. Las observaciones son los valores de las variabiesde cada unidad, que pueden ser numéricos, verbales o incluso visuales. Por ejemplo, un es-
tudio hipotético de los movimientos sociales en el Reino Unido, Francia, Holanda y Alema-nia podría tener una variable denominada <estrategia>, que incluyera las categorías (actua-
ción a través de grupo de presión>, <manifestación pacífica>, <acción violenta directa>,<organización de base> y <labor de concienciacióu. En tal estudio hipotético, los países
serían los casos, las unidades de análisis los movimientos sociales, la variable sería la <es-
trategia>, y la observación, el valor de la variable <estrategia> para un movimiento concreto
en un país determinado.Además de los diferentes valores que toman las variables, estas pueden ser dependientes
o independientes.Las variables dependientes (también denominadas indistintamente varia-
bles de resultado, variables endógenas o eI explanandum) son los resultados políticos que la
investigación trata de explicar. Por ota parte, las variables independientes son las que expli-
can las variables dependientes (y también se denominan indistintamente variables causales,
explicativas, exógenas o eI explanans). La distinción entre va¡iables dependientes e inde-
pendientes se deriva de la pregunta de investigación específica de un proyecto comparado yde la perspectiva teórica concreta que se adopte. Puesto que la mayoría de los fenómenos
políticos tienen múltiples explicaciones, es posible que haya más de una variable indepen-
diente para una va¡iable dependiente concreta. En los modelos formales y en la formula-ción estándar utllizada para las ecuaciones de regresión, con frecuencia la variable depen-
diente se representa como una <</>>,Y la variable independiente como una <<x> (véase el
capítulo 3).Como ejemplos de vari citar el número de votos que obtiene un
partido de izquierda, los g luciones o las transiciones a la democra-
èi.. Todos ellos son ejemp santes para los politólogos. Las variables
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variables independientes figuraríarr la presencia de grupos guerrilleros, el apoyo de trabaja-dores y campesinos, la suficiencia de la fuerza militar guerrillera, la presencia de un régi-men patrimonial tradicional y la retirada del apoyo militar y económiìo estadounidenseilrégimen en el poder (wickham-crowley 1993: 312; véase el capítuio 7 de este libro).
Niveles de anolisis
La ciencia política divide los niveles de análisis entre el nivel micro o individual y el macroo nivel de sistema- En el análisis micro-político se examina la actividad política de perso-nas individuales, como por ejemplo los encuestados en una encuesta, loJintcgrante. ¿" tuélite dirigente de un partido político o gobierno o los activistas en un movimiento de pro-testa- Los análisis macro-políticos se centran en gmpos de individuos, estructuras de pode¡clases sociales, procesos económicos, así como en la interacción entre Estados-nación. Aligual que ocurre respecto de otras divisiones en el seno de la ciencia política, hay quienesplensan que' en política, es posible explicar todo centrándose en los pio""ro, de nivel mi-cro y quienes opinan que todo puede entenderse desde los procesos åe nivel macro. A ve-ces esto se denomina el problema de estructura o agencia de la política (véase Hay i995,2002)' Los microanalistas entienden que el mundo de la política está modelado poi las ac-ciones de (agentes sin estructura>, mientras que los mâcroanalistas consideran que estáconfigurado porprocesos continuos de (esfucturas sin agentes>.
,. En Ia investigación comparada abundan los ejemplos ãe estos diferentes niveles de aná-lisis- En The Rationar peasant, Samuel popkin lisls¡ sostiene q,r" iu *"¡o. forma decomprender los movimientos revolucionarios es centrarse en las preferencias y accionesde campesinos individuales (un microanálisis). La justificación dË esta afirmación se ha-lla tudio esini en Vietnam. Al contrario que popkin,en fion I emuestra que es más probable qr. t", i.uo_luc an enY c análila vez y luego contrastando los hallazgos decapítulo 2).En Liberalism, Fascism, or Socima, que los tipos de regírnenes que surgieronada que ver con <el liderazgo y la ereccìón razonable> (ibíd.: 306), sino que vinieron de_
:.ï:åï::";î:ä:::,äniîî;::;:î:::,1t.e6.4 enBras', ar sugerir.que ras -"",".J:,0.i:i:iiiiälî.1Xiî:"i:i".iîî:î:ï1:de la ruptura ciertamente limitaron, pero no determinaron, las acciones de los distintoslíderes individuales.
En este libro no se da preferencia a un nivel de análisis sobre otro, sino que más bien semuestra cómo encajan los diferentes niveles de análisis en los distinios métodos compara-dos y cómo han abordado los diferentes estudios comparados los principios fundamentalesrle las teorías empíricas dominantes en ras ciencia, pãlíti.u, (ré"rt;i :;pítulo 13 de estaobra).
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M êtodos cus ntitativos y cualitativos
Dicho de forma sencilla, los métodos cuantitativos tratan de mostrar las diferencias numéri-cas entre ciertos objetos de análisis, mientras que los métodos cualitativos tratan de aislar lasdiferencias típicas. Los análisis cuantitativos responden a la simple pregunta <¿cualntos haycomo ellos?> (Miller 1995: 154), donde <ellos>) representan cualesquiera objetos de com-paración susceptibles cle ser contados o de recibir un valor numérico. La ciencia políticaincþe muchos objetos de comparación, tales como las manifestaciones de protesta, las estra-tegias de los movimientos sociales, la identificación de los individuos con determinados par-tidos políticos, las transiciones a la democracia (véase el capítulo 9) y ei grado de protecciónde los derechos humanos (véase el capítulo 11). Los datos cuantitativos pueden ser datosagregados oficiales publicados por los gobiemos sobre las tasas de crecimiènto, la renta y elgasto, los niveles de producción agrícola e industrial, el índice de delincuencia y de pobla-ción reclusa o el número de hectáreas de tierra objeto de reforma agraia. Los datos cuantita-tivos pueden ser igualmente individuales, tales como los hallados en las numerosas encuestasde los estrdios de mercado y sondeos de opinión pública. Los métodos cuantitativos se basanen las distribuciones que presentan estos datos y en las relaciones que pueden establecerseentre las variables numéricas medi4nte el uso de métodos estadísticos simples y avanzados.
Los métodos cualitativos pietenden identificar y comprender los atribuios, las caracte-rísticas y los rasgos de los objetos de investigación, mientras que la naturalezadel métodoexige necesariamente que se centre en un número de países reducido. En política compara-da, existen tres grandes tipos de métodos cualitativos: la comparación macro-histórica (consus tres subtipos) (Skocpol y Somers 1980; Ragin et al. 1996); las entrevistas en profundidad y la observación participante (Devine 1995); y lo que se denomina de diferente formacon los términos interpretativismo, hermenéutica o <descripción densa> (Geertz 1973;Fay1975). Ninguno de estos tipos de métodos aspira a dar-expresión numérica a los objetos dela investigación, y en todos ellos el propósito consiste en proporcionar explicaciones dis-cursivas acabadas y exhaustivas. A menudo se hace referencia a estas explicaciones máscompletas calificándolas como <ideográficas> o <configurativas>, ya que tratan de identi-ficar todos los elementos importantes para la explicación del resultado. Al centrarse en unnúmero de países reducido, la macrohistoria comparada permite la <der¡ostración paralelade la teoríu, el <contraste de contextos> o la explicación <macrocausab> (Skocpol y So-mers 1980). La demostración paralela de la teoría prueba el rendimiento de la teoría en unavariedad de países. El contraste de contextos aluda a identificar rasgos únicos de países enun intento de ilustrar su efecto en los procesos sociales, al tiempo que pone de relieve la ri-queza de los distintos países y aspira al <holismo descriptivo>. El análisis macrocausal tra-ta de explicar los fenómenos políticos observados mediante la identificación y el análisisde <variables maestras) (Luebbert 1991: 5). Con las entrevistas en profundidad y la obser-vación participante se intenta sacar a la luz un nivel de información más profundo, a fin decaptar el significado, el proceso y el contexto en los casos en los que la explicación <con-lleva describir y comprender a las personas como seres humanos conscientes y sociales>(Devine 1995: 140). De modo similar, el interpretativismo, la hermenéutica y la <descrip-ción densa> se ocupan de la interpretación, la comprensión y las estructuras más profi.rndasde significados asociados a objetos de la investigación.
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Resumen
En este capítulo se han descrito los cuatro grandes objetivos de la política comparada, des-tacando, además, que deberían ser concebidos no como mutuamente excluyentes, sinocomo progresivamente acumulables y necesarios para una investigación sistemática. No esposible rcalizr predicciones sin teorías perfectamente fundadas, ni formular teorías sinunas adecuadas clasificaciones, ni hacer clasificaciones sin unas buenas descripciones. Lapolítica comparada es científica por cuanto aspira a formular inferencias sobre el mundopolítico basándose en la mejor evidencia disponible y en nornas de investigación coheren-tes. Por último, en este capítulo se han definido los términos clave que se usarán a lo largodel libro. En el capítulo siguiente se examinan los diferentes métodos de comparación, todosellos pueden utilizarse para hacer inferencias de mayor alcance sobre el mundo político queobservamos.
Lecturas com plementafi as
Brady, H. y Collier, D. (eds.) (2004): Rethinking SocÌal Inquiry: Diverse Tbols, Shared Standards, Lanham,MD: Rowman and Littlefield.Una reflexión razonada y sólida sobre Designing Social Inquiry deK)ng et al. (1994).
Chilcote, R. H. (1994): Theories ofComparative Politics: The Searchþr a Paradigm Reconsìdered,Boul-de¿ CO: Westview.Una visión general de las principales teorías de política comparada, entre las que figuran la teoría delos sistemas, la teoría del Estado, la teoúa de la culh.ra política, la teoría de la modernización, la teoríade la dependencia y la teoría de las clases.
Dogan, M. y Pelassy, D. (1990): How to Compare Natíons: Strategies in Comparative Polítics, Chatham,NJ: Chatham House.Un examen de por qué y cómo comparar países, así como un breve repaso de conceptos habituales enpolítica comparada.
Hague, R., Harrop, M y Breslin, S. (1992): Political Science: A Comparatíve introducfion, NuevaYork:St Martin's Press.
Un libro de texto de ciencia política escrito desde una perspectiva comparada.
Hay, C. (2002): Political Analysrs, Londres: Palgrave.Un resumen y una exposición excelentes sobre la finalidad y el significado del anátisis político.
King, G., Keohane, R. O. yVerba, S. (199a): Designing Social Inquiry Scientífic Inference ín QualitativeResearch, Princeton: P¡inceton University Press.
Un esfuerzo exigente, pero valioso de unificación de los métodos de investigación cualitativos y cuan-titativos bajo una misma lógica de infe¡encia.
Lichbach, M y Zuckerman, A. (eds.) (1997): Comparative PoÌitics: Rationality, Culture, and Structure,Cambridge: Cambridge University Press.
Un texto avaruado sobre teorías racionales, culturales y estructuales y sobre cómo se utilizan en polí-tica comparada.
Ma¡sh, D y Stoker, G. (eds.) (1995): Theories and Methods in Political Science, Londres: Macmillan.Una lectu¡a excelente sobre las principales teorías y los métodos más importaates para la investigaciónen ciencia política.
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2. ¿Cómo comparar países?
Introducción
Como quedó claro en el capítulo anterior, en ciencia política coexisten diferentes estrate-
,gias de investigación comparada, que incluyen la comparación de muchos países, la com-paración de pocos países y los estudios de u¡ solo país. En contra de lo que afirman algu-nos comparativistas (por ejemplo, Lijphat 1971; Peters 1998), en este libro se sostiene que
estas tres estrategias de investigación quedan recogidas bajo el paraguas más amplio de lapolítica comparada (véase Mackie y Marsh 1995:177), que puede unificarse bajo una solalógica de inferencia (King et al. 1994). Los libros de ciencia política están repletos de
ejemplos de todos estos métodos, pero ¿por qué han surgido? y ¿qué ventajas conlleva cadauno de ellos? ¿Por qué algunos comparatir.istas usan una muestra global de países, mientrasotros analizan muestras más pequeñas o un solo país? ¿Cuáles son los problemas penna-nentes de la investigación comparada? ¿Cuáles son las reglas generales que deben seguirsea la hora de selecciona¡ casos para comparar? ¿Cómo se resuelven algwros de los principa-les problemas de la comparación de forma que permita derivar i¡ferencias significativas ygeneralizaciones empíricas más sólidas?
En este capítulo se mostrará que los métodos comparados y las soluciones para muchosde los problemas asociados a la comparación de países deberían ser vistos como una firn-ción de las aspiraciones explicativas del investigador y del nivel de abstracción conceptualde un determinado estudio. En primer luga¡, se describinán brevemente los diferentes tipos demétodos comparados, valorando, cuando no se antepone un método a otro, en qué medi-da cada uno de ellos resulta útil para efectuar inferencias. El análisis pone de relieve quecada uno de ellos tiene sus propias ventajas y desventajas. A continuación se esbozan los
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la comparación de muchos países, en elcapítulo 5 la comparación a través del es
Métodos de comparación
La distinción entre los diferentes métodos comparados debería considerarse una función destigador, delque adopte.alguien queéxito de las
necesa¡iamente habrá de centrarse en el Reino
mlentras familiarizados con los métodos cuantitativos,
rras que :;ef'.,-J,'j;Tj:ï3ä,:::::iffi:1"Äï;ffi:,los segui métodos diferentes'de lo. q.r. ,u.t..r utilizar lospartidarios de la teoría inductiva- Quienes aspiren a generulizactones más universales recu-rrirán a métodos distintos de los utilizados pår los estudiosos que busquen niveies de expli-cación contextualmente más específicos.
. Æ9t." bien, a pesar de estas consideraciones de carácter más práctico e idiosincrásico, iadistinción central entre los difereltes métodos comparativos estriba en la concesión claveentre ei nivel de abstraccióny.er.número depaíses objeto de estudio (Maìr 1996). En gene_ral, cuanto más elevado el nivel de abstraccióì conceptual, más margen habrá para incluir unque los conceptos de la ciencia políti_
diferentes (Sartori 1970, 1994). Alter-ls o en unos pocos países supone que el in_
especíricos objeto de examen por ejempro, ""':i'.:ïJt"Ï:iå'ï:î,f:å;å::'-::ïr,î1.ïuxa comparación de muchos países podría usticos <presidencialistas> y <parlamentarios>comparación de sistemas políticos latinoameconcretas de presidencialismo, ya que en todencialistas (Shugart y Carey 1992; Sartori
Ë
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tr;ìñ9,i
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el concepto de plesidencialismo habría de ser afinado aúrn más para dar cuenta de sus mati-ces en un país peculiar como los Estados Unidos.
En la figura 2.1 se resurren estos métodos de comparación mostrándose la transacción(trade-og entre el nivel de abstracción y el número de países. Las celdas que identifican a
cada método vienen determinadas por la intersección entre el nivel de abstracción (alto,medio y bajo) y el número cle países (uno, pocos y muchos). La figura es un recurso heurís-tico para ilustrar esta relación claramente. En realidad, las líneas divisorias entre los distin-tos métodos son más difusas; diversos estudios utilizan simultilneamente varios métodos
diferentes. Por ejemplo, en Agraricut Revolution, Paige (1975) compara muchos países conei fin de aislar los determinantes estructuraÌes de las revoluciones en el mundo, para luegoanalizar países concretos (Angola, Vietnam y Peru) y comprobar si los hallazgos generales
se sostienen a nivel local. Rueschemeyer et al. (1992) cuestionan los hallazgos estadísticosglobales sobre la relación entre desarrollo económico y democracia comparando cualitati-vamente un número de países bastante amplio (N : 53). Por último, Hawkins (2002) ana-liza el caso de Chile para examinar en qué medida las movilizaciones internacionales en
tomo a las violaciones de los derechos humanos afectaron al régimen de Pinochet, paraluego ampliar su comparación a los casos de Cuba y Sudáfrica.
Esta representación de ios métodos comparativos difiere ligeramente de la descrita en
trabajos anteriores sobre política comparada (Lijphart 1971; Collier 1991 9-12). En primerlugar, se incluyen los tres métodos como modalidades de esludio comparado. En el pasado,Lijphart (1971) denominó <método estadístico> a la comparación de muchos países usandoun análisis cuantitativo, y <método comparado> a la comparación de pocos países usando unanálisis cualitativo. Para muchos autores, los estudios de un solo país. por su propia natu-raleza, no son comparados, aunque puedan tener un valor comparativo. Muchos de estosestudios manejan conceptos aplicables a otros países, desarrolian conceptos nuevos queresultan de aplicación a otros países y/o enmarcan sus estudios en un contexto comparado(Sartori 1994: t5). En este libro sostengo que si uno se propone efecluar i¡ferencias másamplias sobre el funcionamiento de la política mediante alguna forma de comparación yusa para ello conceptos aplicables a más países, aparte de aquel objeto de estudio, 1a inves-tigación será comparada (Lichbach y Zuckerman 1997 4; véase también George y Bennett
Figura 2.1 Métodos de comparación
ALto
Medio
Bajo
Comparación !emuchos países
Comparación de
p0cos parses
Estudìos de un
soLo paÍs
Uno Pocos (.20) Muchos ('50)
Cantidad de paÍses
rue¡n¡: Basada en Sarrori (1970) y Mair (1996).
c
¡
z
52 53
å::'ålï'i,1:Lïi*iåi:.ff ::,îËf ;i:.,.ï:::."îffi jï"å::
En segundo lugar, habinralmente se hacecomo una comparación con una <<n grandeuna comparación con una (n pequeña>>,no conñurdir el uso de la <n>> cuando se Ipuede hacer referencia al número total de obcarácter global usan series temporales de datos procedentes muchos paÍses, de tal maneraque el número totar de observaciones resurta de multiplicar er número'áe país"s $l) por elnúmero de años (T).
Asimismo, es posible que el estudio de uncomo el número de elecciones generales, elde ámbito nacional, el número ãe violacionriodo de tiempo determinado, el número d.e c
omparación de pocos y los esh,tdios cle un
La comparacign de muchos países
comparaclones cualitativas de muchos países,Huntington (1996) y la Historia det Gibiernoe comparan muchos países simultáneamente
ES
n-o-lo
usar controles estadísticos que descarten explicaciones alternativas y mantengan constantes
determinados factores que pueden inducir a conftisión, su amplia cobertura de países a lo
largo del tiempo Y del esP rrobo-
ran en la mayor parte de Países
<atípicos> o <anómalos>, objeto
de verificación. Las princ disPo-
nibilidad limitada de datos para muchos países y periodos de tiempo, lavalidez de los indi-
cadores (a menudo toscas aproximaciones de los conceptos de las ciencias sociales) y las
habilidades matemáticas e informáticas que se requieren para analuar conjuntos de datos cre-
cientemente complejos cuya estructura y propiedades violentan algunas de las hipótesis so-
bre las que se basan los métodos más habituales de análisis estadístico. Además, muchos
autores consideran este método de comparación inapropiado pua analizar temas que entrañan
mecanismos causales complejos, procesos históricos y significados más profundos que de-
penden mucho de las peculiaridades contextuales de casos concretos de países. Estos y otros
rasgos de este método de comparación se abordan pormenorizadamente en el capítulo 3.
La comparación de pocos países
Comparar pocos países conlleva la selección deliberada de unos cuantos países para su
comparación. Esta selección puede hacerse con cualquier número de países, desde dos has-
ta más de veinte, número a partir del cual la distinción entre comparación de pocos y mu-
chos países comienza a difuminarse en cierta medida. El rasgo definitorio de este método
de comparación es la selección deliberada de países dentro de un universo de casos posi-
bles. Como veremos, tal selección de casos, sin tener en cuenta unas determinadas reglas
de investigación, puede llevar a inferencias inciertas, hallazgos limitados y, en algunos ca-
sos, a conclusiones simplemente erróneas sobre un tema concreto. El análisis de los liama-
dos <tigres del Este asiático> ilustra muy bien esta cuestión. Los analistas trataron de com-
prender por qué estas economías habían tenido tanto éxito en su momento. En lugar de
comparar una muestra de países de la región (tanto exitosos como no exitosos) a lo largo de
un periodo que abarcara toda la historia de su emergencia (desde la dependencia agratía
hasta el capitalismo exportador), el análisis se centró en una muestra muy limitada de eco-
nomías prósperas durante un periodo de tiempo corto, lo que llevó a inferencias incorrectas
sobre la estrategia de desarrollo particular seguida por estos países (vgr. industrialización
orientada a la exportación - IOE) y el papel de unos gobiernos fuertes, que reprimieron con
Y-
i
tI
I
I
5455
dtxeza a los trabajadores (véanse Geddes 1990; Brohman 1996; stiglitz 2002). Laspolíticasec<-¡nómicas de gran calado y alcance que adoptaron organizacionei fínancieras internacio-nales, tales como el Banco.M'ndiar (BM) yìt ronao vtonetario Internacionar (FMI), sebasaron en este tipo de estudios.
No obstante, esta anécdota sugiere que es posible realizar un buen análisis comparadode,unos pocos países. Este método ha recibido diversas denominaciànef t"t., como el mé-todo comparado, Ia <estrategia
_de casos comparabres>> (tijphart tilil
" <comparación fo_
calizada>> (Hague et al- 1992). Consigue conùohr el estudio seleccionando cuidadosamen-te ios países objeto de análisis y aplicando un nivel de abstracción conceptual medio. Losestudios que se sirven de este método son más intensivos y menos extensivos, ya que incor-poran un mayor número de.los matices específicos de cáda país. Los resultados-políticosque son objeto de este tipo de comparación a menudo r.
"orrrid"r* <configurativås)), esto
es: producto de múltiples factores causales que actuan conjuntamente. por ello, este tipo decomparación también se denomina <orientada por el caso> (Ragin 1994), yaque la unidadde análisis es frecuentemente el país objeto de ânálisis y el càntrî de ateíción suelen ser lassimilitudes y diferencias entre países, en vez d.e las ielaciones analíticas entre vanables.Hay dos grandes tipos de diseño de investigación que se incluyen dentro de este método decomparación. Algunos estudios comparan resultados diferentes entre países similares, en lo
Máxima Similirud (DSMS); mientras que
o *gT'äi få j:, åï å" "ïi3'.ï,î: #qué tienen en común ros países susceptibre."lXfr:i åi::'ffÏ:ïff,iJ;t:i3kÏå::i::tas distintas estrategias y sus puntos fuertes y débites se abordan dË manera exhaustiva enel capítulo 4.
La comparación a través del estudio de un solo país
Tal y como se ha señalado anteriormente, se consideran comparados los estudios de un solopaís si emplean o desarrollan conceptos aplicables a otros páís"s, y/o buscan hace¡ inferen-cias de amplio alcance que trascienden al país original estudiado.-Con todo, hay que reco-nocer que las inferencias hechas a partir de estudios de un solo país son necesariamentemenos seguras que las resultantes de comparaciones de varios o m.rõhor países. No obstante,estos estudios son útiles para examinar muchas cuestiones comparativas. para Eckstein(1975)' los estudios de un solo país son el equivalente de los estudios clínicos en medicina,donde se examinan intensivamente los efectos de ciertos tratamientos. Aparte de esto, los es-tudios de un solo país proporcionan una descripción contextual, desarrôllan clasificacionesnuevas' generan hipótesis, confirman y rechazan teorías, y explican la presencia de paísesatípicos identificados mediante la comparación internaciônal (véanse iambién Van Evera1997; Gernng 2004; George y Bennetr 2005; Lees 2006).
A pesar de las muchas limitaciones de los estudios de un solo país y de su reciente de-clive y marginalidad en el mundo acädémico de la ciencia política if""r ZOOO, l0gg-1095),el campo de la política comparada se ha beneficiado enormemànte de ellos. Entre los
muchos ejemplos cabe citar Democracy inAmerica de Tocqueville (1888), Who Governs? deDahl (1961), The Politics of Accotnmodation (sobre Holanda) de Lijphart (1968), Moderni-zation and Bureaucratic Authoritariamsz (Argentina) de O'Donnell (1973), Moral Eco-nomy of the Peasant (Vietnam) de Scott (1976), Rational Peasant (Vietnam) de Popkin(1919), The Contentious French de Tilly (1986), Democracy and Disorder (Italia) de Ta-rrow (1989), Making Democracy Work (ltalia) de Putnam (1993), Ethnic Conflict and CivicLife (India) de Varshney (2002), así como Insurgent Collective Action and Civil War in ElSalvador de Wood (2003). Estos son ejemplos de eshrdios de países concretos en los quese han formulado conceptos nuevos y generalizaciones que se han aplicado y/o contrastadoen posteriores estudios de países concretos y en estudios comparados. Las fuaciones, con-tribuciones y limitaciones de los estudios de un solo país se abordan detenidamente en elcapítulo 5.
En este apartado del capítulo se ha mostrado que los tres métodos (comparación de mu-chos países, comparación de pocos países y estudios de un solo país) deberían agruparsebajo el paraguas de la política comparada si su propósito es formular generalizacionesmediante comparaciones explícitas o si manejan y desarrollan conceptos aplicables a otrospaíses a través de comparaciones implícitas. Comparar muchos países es el mejor métodopara extraer inferencias aplicables con un grado más elevado de generaiidad. Mediante eluso del método de las diferencias y del método de las concordancias, comparar pocos países
puede llevar a unas inferencias mejor firndamentadas al incorporar las especificidades con-textuales de los países objeto de análisis. Los estudios de un solo país pueden proporcionardescripciones contextuales, generar hipótesis, confirmar y descartar teorías, así como enri-quecer nuestra comprensión de países atípicos identificados a través de otras comparacio-nes. También ha quedado claro que las diferentes estrategias de comparación deben consi-derarse como el producto de un compromiso entre el nivel de abstracción conceptual y elnúmero de países, así como de los factores convencionales y prácticos que rodean a cual-quier proyecto de i-nvestigación comparada. En el siguiente apartado se examina el proceso
de selección de países, los principales problemas asociados a la comparación y las posiblessoluciones a muchos de estos problemas.
La selección de países y los problemas de comparación
Hasta aquí debería haber quedado algo más claro por qué y cómo los académicos compa-
ran países. Comparan para proporcionar un contexto, rcalizar clasificaciones, contrastar
hipótesis y formular predicciones. Lo hacen comparando muchos países, pocos países o
estudiando en profundidad un solo país. Habida cuenta de los varios compromisos que de
manera consciente ha de asumir el investigador dependiendo de los objetivos que persiga
mediante la comparación, tarnbién hay importantes problemas fundamentales que, si no se
abordan explÍcitamente, pueden limitar los tipos de generalizaciones que cabe extraer de
los estudios. Si bien no suponen obstáculos insalvables parala comparación, es importante
abordar estos problemas y describir las estrategias para superarlos de forma que refuercen
el diseño de investigación y potencien las inferencias resultantes.
t
56
YtI
57
Demaiados variables para ton pocos poíses
El primero de los problemas es el de la existencia de demasiadas variables y un númeroinsuficiente de países (collier l99r; Dogan y pelassy 1990; Hague et at.l992),también de_nominado más generalmente <demasiadas inferenclas y un núáero insuficiente de obser-vaciones> (King er a1.1994: 119). Este probiema surge cuando se han identificado más fac-tores de explicación para el resultado observado que países (u observaciones) presentes enel estudio, lo que nos lleva a lo que se conoce como cliseño dà investigacíón íncleterminarlo.Evidentemente este problema suele asociarse con mayor frecuencia-a estudios de un solo
países que a estudios dodos ejemplos sencillos, #Ï::
, se ilustrará usando un cienciapolítica.
...]_:: cursos de áigebra a menudo presentan ecuaciones simples que adoptan ra siguiente
IONlìâ:
y la canlidad de rrercado de un bien se determinan igualando ias dos ecuaciones, es decir,
en el punto donde se cruzan. Así pues, clisponiendo de ecuaciones de demanda y oferta es-
pecíficas, es posible derivar el precio y la cantidad de mercado.
Tanto en el ejemplo de álgebra como en el de economía, la idea de un sistema de dos
ecuaciones es similar al problema <le demasiadas variables (o inferencias) y un número in-suficiente de países (u observaciones). Por sí misma, la ecuación [2] anterior carece de sen-
tido, ya que )ú e _t pueden tener un número ilimitado de valores que la satisfacen. l)e modo
similar, también carecerîa de sentido una ecuación de demanda sin su ecuación de oferta
complementaria si se quiere saber tanto la cantidad com<¡ el precìo de equilibrio de merca-do. En política compar6da, si un estudio tiene demasiadas incógnitas (vgr. inferencias o po-
sibles expiicaciones) y urr número insuficiente de ecuaciones (vgr. países u observaciones),
despejar las incógnitas resulta problemático. Considérese el siguiente ejernplo hipotético en
ciencia política. Un estudioso desea saber cuáles son los factores clave que explican ungasto público elevado. Tras revisar Ia literatura relevante, postula que el gasto público es
elevado en países ricos gobernados por partidos de centro-izquierda. En este ejemplo, hay
una variable dependiente, el gasto público, y dos variables independientes, el control del
gobierno por un solo partido y la riqueza del país. Lógicamente son posibles cuatro combi-
naciones de las dos variables independientes (figura 2.2). No se podrían conocer los efectos
de estas variables sobre el nivel de gasto público si Ia comparación sólo examinara dos omenos países. Por ejemplo, si se comparara un país pobre de izquierdas con uno rico de
izquierdas, no se permitiría ninguna variación en el partido gobernante. Del mismo modo,si se comparara un país rico de izquierdas con uno rico de derechas, no se permitiría ningu-na variación en la riqueza. La incorporación de un tercer caso a cualquiera de las compara-ciones (por ejemplo, un país pobre de derechas) permite la variación de ambas variables, yla hipótesis puede ser contrastada con un diseño de investigación determinado.
Aplicando esta lógica a un ejemplo ya referido, Wickham-Crowley (1993) no podría co-nocer la relevancia expiicativa del tipo de campesinado considerando sólo a los campesinos
de un único país. Del mismo modo, Luebbert (1991) no podría conocer el resultado proba-ble de las alianzas de clase si limitara su estudio al Reino Unido. En general, un estudioque tiene demasiadas variables y un número insuficiente de países hace que la explicación
Figura2.2 Con¡binación lógica tle dos variables en cuatro países
x+5:10tll
Err esta ecuación, r esxna incógnita cuyo valor se halla restando 5 de r0. un problemaalgo más dificil incluiría dos incógnitas y adoptaría la siguiente forma:
Y:x-rl02x:v+?5
2x: (x + l0) + 352x:x+45x: 45; y: 55
l2lt3l
. En las ecuaciones tz] v lll,los valores de x e y no se conocen inmediatamente; sin em-bargo, al combinar las dos ecuaciones mediante sustitución, es posible hull* tu.r,o x comoy-unz vez que se ha determinado el valor de x, es posible hatlar el valor de7. Los pasospara hacer las sustitr-rciones y pasar las incógrriías cle un lado al otro de la ecuación com-binada son los siguientes:
l4lt5l
y la cantidad de cualquier bien en un mercado en equilibrio esu la demanda der mismo- Los bienes cuya oferta es escasa alcan-z los bienes abundan lós productos cuya deman_Si se produce un desplaza_
esas suben su precio hastaempresa produce una cantidad excesiva de untâ que se venda el exceso de oferta. Conocer
un bieneenela usand
Riqueza del país
Pobre Rico
Izquierdas
Gobierno controladopor un partido de
Derechas
País B
Rico y de izquierdas
País D
Rico y de derechas
País C
Pobre y de derechas
58
ficaciones teóricas más sólidas. El marco DSMD compara deliberadamente un conjunto di-
verso de países, pero centrándose en sus similitudes clave. Por ejemplo, Opp et al. (1995)
comparan la relación entre posiciones ideológicas de izquierda-derecha y el apoyo a la pro-
testa social en Alemania, Peru e Israel. Para ellos, la comparación de países tan diferentes per-
mite una verificación rigurosa de sus principales proposiciones teóricas (ibíd.: 71-72). Me-
diante la aplicación de rura variación sobre el DSMD, Parsa (2000) compara las revoluciones
sociales en lrán, Nicaragua y Filipinas. Estos tres países compartían <experiencias y rasgos
estructurales similares> (desarrollo económico, gobiernos autoritarios, Estados fuertes, y apo-
yo de los Estados Unitlos), pero (unos opositores políticos i¡sólitos se las arreglaron para ha-
ô".r. .o.r el poden>, por 1o que los resultados inmediatos de cada revolución fueron diferentes
(ibíd.: 3-4). Además de comparar países extremadamente diferentes como en estos dos ejem-
plos, gna teoría sólida puede resaltar un conjunto parsimonioso de factores explicativos apli-
iables a diferentes lugares y momentos en el tiempo. Por ejemplo, Ia perspectiva de la <elec-
ción racional> examina la función que desempeñan los <incentivos selectivos> en las
motivaciones de los individuos para participar en acciones colectivas. Tal atención a los in-
centivos selectivos ha sido usada para explicar las acciones de los campesinos revoluciona-
rios en todo el mundo y a lo largo de los siglos (véase Lichbach 1994, 1995).
El establecimi ento de equìvalenci as
El segundo problema es el del establecimiento de equivalencias tanto respecto de los con-
ceptoi teóriõos que se utilizan como de los indicadores operativos de dichos conceptos,
cuando unos y otros se aplican en múltþles contextos (Sartori 1970; Macintyre 1971;Ma-
yer 1989). As1, el concepio de participación política puede significar cosas muy diferentes
en unos contextos o .r,. otror þènsemos, por ejemplo, en ejercer el voto o movilizar activis-
tas contra la energía nuclear). Entender un concepto de manera diferente puede, a Su vez'
llevar al desarrollo de medidas diferentes para dicho concepto (véase Adcock y Coliier
2001). Mayer (1989: 57) sostiene que <la relatividad contextual del significado o las medi-
das áe los indicadores constituye èl impedimento más grave para la validez en diferentes
contextos de una teoría explicatia verificable empíricamente>>. En otras paiabras, ¿es posi-
ble especificar conceptos e indicadores que tengan significados comunes para permitir
comparaciones válidas? Por ejemplo, ¿es igualmente aplicable el concepto de clase a todas
las sociedades? ¿significa ta i¿ea ¿e <<cultura cívica> (Almond y Verba 1963) lo mismo en
Brasil que en Francia? ¿Es posible tener m(Fuentes y Frank 1989; Escobar y Alvatezpartido cuando lo hace un diputado britanico
se (Hague et al. 1992: 29)? El quid de la cues
ticos o incluso similares, sino equivalentes, de modo que su comparación adquiera verda-
1990; Sartori 1994).
s arrojan luz sobre este problema: 1) la posición universalis-
3) la posición intermedia- Según la posición universalista'
para llue los conceptos teóiicos y sus indicadores tengan poder explicativo, es necesano que
puedan aplicarse en cualquier parte del planeta, es decir, que sean susceptibles de <viajao'
59
del resultado sea problemática. Si bien este problema es más frecuente en estudios de unsolo país pocos iaíses, también p;;áe surgir en las compara_
:::i::? mundo hay un número retativamente pequeño y finirouç Euos ( do posible imaginar un estudio que incòrpore nume_rosas variHay tres soluciones
de países, todas ellas bcias) debe ser inferior aLa primera solución esriación global en los factores clave del esdiendo a los <grados de libertad>. Estorítico v s,rs facìores explicativos objero :,diiiiiä:î"#;países al estudio, o comparando subuni En los últimos tra_bajos de política comparada se ha intentadaños usando técnicas del denominado <padas> (véanse Stimson 19g5; Beckrepetidas de países recogiendo datoscapítulo 3 de esta obra). Como mue(1994) comparan 131 países desde 1972hasta 1989, lo que genera un total de 2.35g obser-vaciones, mientras que Landman (1999) compara 17 páíses-latinoamericanos desde 1972hasta 1995 para un tamaño de muestra total de 408 observaciones- En cada ejemplo, âgtu-par la comparación de países a lo largo del tiempo aumenta .t *rÃ"ro de observaciones.En estudios que comparan pocos países, se extraen más casos de la historia del fenómeno
en los estudios de un solo país, se compa_, como el estudio de putnam (1993a) sobreregiones de Italia, el estudio de Hagopianel esrudio de Beer y Mitchell (2006j'sóbre
La segunda solución al problema es usar el diseño de sistemas de máxima similitud(DSMS) para conseguir una comparación más focarizada.n *o. fãio, puir"r. como se haesbozado brevemente, el ma¡co del DSMS busca contolar aquellos factores que son simi-lar^es en todos los países objeto de estudio, para cenharse únicamente en aquellos que sondiferentes y explican el resultad.o. Esta eshategia de comparacio" pr.rìr... en los estudios deárea, aunque algunos opinan que el marco osl,ls simpiemente f.opo..ioou resultados <so-bredeterminados> (przeworski y Teune 1970¡ colier tbm: n¡, ã. ål¿o que muchas expli_caciones alternativas nunca resultan efect mente eliminadas.'Otra cntica almarco DSMShace referencia a la perspectiva, en tden ser diferencias según otro, lo(Collier 1991; King et at. 1994). Azándose con referencia implícita o ediversos p'ntos fuertes y débiles de egias DSMD y DSMS de f-orma más detalrada.
Latetcera solución consiste en reducir el nlmero de variables centrándose en los factoresexplicativos clave que son-srrpuestamente importantes para explicar el resultado. Esto puedelograrse usando el diseño de sistemas de máxìma diferencia gisvo; o contando con especi-
É
60 ,: ::67
soluciones al problema de la existencia de <der¡asiadas variables e insuficiente núrmero de
países), no cabe pasar por alto las transacciones (trade-offs) asociadas con cada una de estas
soluciones. La clave de todo es una especificación de conceptos cuicladosa, una construc-
ción de indicadores rigurosa que los operacionalice, una aplicación esmerada de los mis-
mos en múltiples contextos y un reconocimiento honesto de sus limitaciones.
Volviendo a las di.stinciones realizadas en el capírulo 1, elevar eì nivel de abstracción
permite mayor inclusividad, mientras que rebajarlo lo hace más exclusivo. Por ejemplo, en ei
estudio comparado de la Administración pública, Sartori (1970: 1042) seriala. que e I tcllmino
<empleados> es 1o suficientemente abstracto como para ser aplicado universairnente, Inien-
tras que <administracióo es aplicable en todas las sociedades que cuentall con algún tipo de
burocracia, y <función públicu en todas las sociedades con un Estado modemo plenamente
desarrollado. De este modo, en la medida en que el nivel de abstracción desciende de <em-
pleados> a <función público, también se reduce necesariamente el número de países sus-
ceptibles de comparación. Finer (1997 78) adopta términos que pueden aplicarse a lo largo
del tiempo y del espacio. Sus <variables maestras)) para clasificar los regímenes del mundo
incluyen territorio (ciudad, país o imperio), tipo de régimen þalacio, foro, nobleza, Iglesia, e
híbridos), la presencia o ausencia de un ejército permanente o de burocracia civil, y las limi-taciones sustantivas y procedimentales a las actividades de los gobernantes. Inglehart (1997)
kata de aplicar un rango de dos valores a 43 países: por un lado, el afán de los ciudadanos
por (sobrevivir> frente a disfrutar de <bienestar); por otro, su actitud hacia formas de auto-
ridad <tradicionales> frente a <legales-racionales> (véase también Inglehart y Welzel 2005).
En los dos últimos ejemplos, los conceptos importantes se especifican de tal modo que per-
miten incorpotat ala investigación muestras amplias de países.
La segunda solución (centrarse en un grupo reducido de países que los investigadores
conozcan exhaustivamente) implica ser <<extremadamente cauto a la hora de realizar inves-
tigación comparada entre diferentes países> (Sanders 1994:43). El poder explicativo de los
conceptos puede mejorarse si se aplican en contextos con los que los investigadores estén
muy familiarizados. Por ello, quienes emprenden estudios de área pasan muchos años estu-
diando la historia, la economía, la política y la cultura de un subgrupo regionai de países en
un intento de formular explicaciones cabales de los fenómenos políticos. Este conocimiento<local> puede identificar lagunas entre conceptos teóricos y su aplicación, y redundar en
una comparación con más sentido. Sanders (ibíd.: a8) resume este punto:
Sólo un conocimiento considerable y detallado permite a los analistas hacerjuicios informados tanto de Ia
relevancia de las caracterizaciones que hacen de sistemas particulares como de Ia identidad del significado
ligado a las preguntas que formulan a personas que viven en países diferentes.
La tercera solución se deriva necesariamente de la segunda- Si una comparación verda-deramente fundamentada de muchos países es limitada, quienes pretendan comparar mlr-chos países <habrán de abandonar la seguridad de lo familiar si están dispuestos a colabo-rar con otros estudiosos)) que poseen conocimientos especializados de los países objeto de
examen (Sanders 1994). Esta solución fue por la que optó Fitzgibbon (1967), que trataba
de medir el cambio democrático en América Latina usando un cuestionario a través delcual midió factores sociales y políticos que él estimaba que eran tanto precondiciones
Por ejemplo, los enfoques racionalistas, funcionalistas y estructuralistas adoptan tal posi-ción. Los racionalistas sostienen que todos los individuos nlaximrzan su piopia utiii¿a¿personal, dado uD conjunto- de preferencias y teniendo ante sí un conjunio de opciones(Ward 1995)- Los funcionalistas alegan que <ciertas funciones vitales>, como la articu-lación de intereses y la agregación de intereses, <se satisfacen en todas partes> (Dogan yPelassy 1990 42)- Los estructuralistas afirman que macro-estructuras tales como el Esta-do, el desa¡rollo económico y las clases sociales son omnipresentes, existen en grados dife-rentes y a ellas cabe atribuir los resultados políticos.
En cambio, según la posición relativista, todo significado está determinado localmente;por tanto, una <<ciencia> general de políticariamente limitada (Macintyre l97l; véase tLos enfoques etnográfico, interpretativista y(véanse Geeru 1973, Scott en Kohli et al. lVerba (1963) sobrey México, Macinty de apfueron examinados
s semturas y otras. Por e
sobre cultura cívica deben ser tomadas con crertas reseryas. siit::: u¡ relativista extremo,Sartori (1970, 1994) sostiene que <forzar> excesivamenr. un .o*.pto àilrry. ,r, significa_do y precisión; elto implica que, una vez definidos y op".u.ionarrrãJor, sóro ciertos con_ceptos pueden <viajan> a otras partes del mundo. Estâ påstura relativista también ha apare-cido en el debate sobre ra universaridad de los de¡echos humanos, lo cual, a su vez, afectaarados (véase Landman 2002,2004).preciso que los comparativistas abandonen
f"xiäi:î:'."J3:tff;]Hî1.å.ïiîHï;sociales para expricar las.pautas de la moviliå:åiJ:l,ii.îffi:i::i:,H î::i::i:::clave de explicación desde Ia perspect ereses, estrategias, micro_movili_zación y estructura de oportunidaã po con aspectos culturales de iden_tidad y expresión, a fin de analizar lo , fiayectorias y resultados de los
os comparativistas se consideran a sí mismostos para que se ajustenafirman que sacrificar
ntes perspectivas, pue_at. 1995: t5).
razones en las que descansa la política com_
6263
como signos cebajaban en paísetre 1945 y 1985.similares (Fowerplo que sigue lautiliza equipos de especialistas locales para IEs igualmente una práctica establecida en laelab<¡rar informes mundiales. sobre la protección de tales derechos, como los InformesA¡uales de Amnistía Internacional, los informes de Países a"t oåp*iu-ento de Estado deEE'(ru', o el Informe Aruar.de Httman Rights w.atc!. ¡stos inrorå"s frreo"r, usarse ruegopara análisis secundarios, tales como los ãnátisis globales t;#ì;;.';esión.de los dere-
9 de esta obra). La solución final pasa> de conceptos e indicadores. Esta so_
Si compartensimilares (las No obstante, si comparten la misma función,se dirá que so por ejemplo, los lídåes de los países puedencumplir tres funciones: lica ãe lå náción, prirnei mandatario de unaautoridad estatal y líder nte francés .".;;J;; tres tunciones mien_tras que el monarca bri ión simbólica y el primer ministro británicoasume las funciones de jefe del ejecutivo y1990:37). Según en qué funcione, ,. ..ni,comparen, el estudio puede analizar uno, doscia funcional permite que entidades con ca¡apadas en categorías útiles y exclusivas. En gen qué aspecto es comparable el concepto.
Sesgo de selección
sesgo de selecció roa?.1995; Kingetal I 'í"0¿la posición teóric com_
, que a menudo vi principio científico crucial de utilizar mues-
el <trata-grupo deI términogrupo de
control, dicho resultado se atribuye al tratamiento, dado que todo lo demás permanececonstante (la denominada condición caeteris paribus). En las encuestas de opinión, se se-lecciona una muestra completamente aleatoria de individuos y el análisis de las respuestasarroja inferencias significativas sobre el conjunto de la población de la que ha sido tomadala muestra (véase De Vaus 1991). Los estudios de comportamiento electoral han puesto demanifiesto que los ciudadanos de las clases sociales más bajas tienden a votar a los parti-dos políticos de centro izquierda, mientras que los de las clases sociales más altas suelenvotar a los partidos de centro derecha. EI análisis de los datos de la encuesta compara gru-pos de personas de cada clase social y trata de explicar los efectos de dicha diferencia en supreferencia por partidos políticos concretos.
En estos dos ejemplos, la selección de individuos o unidades de análisis no está relaciona-da con el resultado que debe ser explicado. En política comparada el sesgo de selección ocu-rre a través de Ia elección no aleatoria de los países objeto de comparación, o la selección de-
liberada por el investigador (Collier 1995:462). Aunque la selección de países es un elemento
central de la comparación, una selección irreflexiva puede ocasionar problemas graves de in-ferencia. El sesgo de selección más flagrante se produce cuando el estudio sólo incluye los
casos que corroboran Ia teoría. Sin embargo, se producen formas más sutiles de sesgo de se-
lección cuando la elección de países se basa en los valores de la variabie dependiente (Geddes
1990; King et al. 1994) y, en el caso de estudios cualitativos, en el uso de ciertas fuentes his-tóricas (Lustick 1996), así como en el énfasis exclusivo en sistema políticos contemporáneos.
El problema de la selección no afecta tanto a los estudios que comparan muchos países
como a los que comparan pocos países y es un problema serio para los estudios de un solo
país. Los estudios que comparan muchos países suelen tener un número suficiente de obser-
vaciones para evitar el problema de la selección, y pueden recurrir a varias técnicas estadís-
ticas para eliminar el problema (véanse Gujarati 1988; Fox 1997). AÏora bien, en el caso de
las comparaciones de pocos países y de los estudios de un solo país, Ia selección puede afec-
tar gravemente al tipo de inferencias extraídas. Con frecuencia, en estos tipos de estudios,
se eligen países sólo porque exhiben el resultado que se pretende explicar, como por ejem-
plo una revolución social, un golpe militar, una transición a la democracia, el fracaso de
la disuasión o un desarrollo económico elevado (Geddes 1990; Collier 1995). Seleccionar
de este modo la variable dependiente puede llevar a sobrevalorar efectos que no existen o a
infravalorar efectos que sí existen (Geddes 1990:132-133). En otras palabras, a lahora de dar
cuenta de un resultado, un estudio puede tanto dar más importancia a un conjunto de varia-
bles explicativas como pasar por alto la importancia de otras variables explicativas. Ambos
no compartían los mismos factores precursores, mrentras que sí los compartían países condemocracias consolidadas. Por otro lado, cuando la econimía iatinoamericana entró denuevo vez en crisis a comienzos de los años ochenta, no surgieron ,uevos casos de F.stadoburocrático-autoritario. Así-pues, ra comparació., .nú. ."ror f "-" **" del tiempo revelóque no podía mantenerse tal fuerte conexión entre estos factoies indepådientes y el autori-tTt^mo (cohen 1987). Por tanto, en su estudio de un país individual ó lonnell sobrevaloróel efecto de factores precursores en el resultado político observado (vãase el cuadro resu-men 2'l)' Sus resultados le llevaron a refutar la tesis según la cual elìesarrollo económicoconduce naturalmente a Ia democracia.
Un ejemplo menos obvio, pero iguaimente pSkocpol (1979). Esta autora comparó países que
91a, !ni1a y Francia) para conrrastarlôs con país(Japón' Prusia y el Reino unido) en un intåto de demostrar la relevancia explicativa decie¡tos factores estructurales en dichas revoluciones. Entre dichos facto.es estructuralesfiguran las amenazas militares externas, la reforma del régimen, la ãposición de la clasedominante y el corapso del Estado (véanse los capítulos + il i" btã.p"r 1979). Los casos
iales.pero
e de-ala teoría de Skocpol, pero Geddes (1990:de casos seleccionado de manera diferen_
ca obligó a estos países a traspasar (ucomo democrático> (ibíd.: 23); ès decir,y la instauración de un nuevo gobierno.
os y ausente en otros. Basándose en estasla movilización obrera no es un <factor de_
ciente, para la democratización>. pero su es_antear el número de observaciones mediantedemocrática puede generar un diseño de in_uesto en la figura 2. l, el problema de Collierque es el producto de la intersección entreobrera (sí o no), y 2) democratízación (sí o
CUADRO RESUMËN 2.1 E[ probtema det sesgo de selección
EI surgi mi ento del Estqdo burocrótico- autoritario
A ta hora de expticar e[ surgimiento del Estado burocrático-autoritario en Argentina. O'Don-
neLt (1973) se centró en dos factores explicativos clave: 1) e[ estancamiento de [a econo-
mía evidenciado por ba[anzas de pagos deficitarias, bajas tasas de crecimiento, creciente
inftación, y 2) La ìncapacidad det país de hacer [a necesaria transición de [a <fase fácib> a
[a <fase dura> de [a industrialización sustitutiva de importacìones (ISI).En [a fase fácìL de [a I5I, et Estado se encargó de proteger [a economía [oca[ con arancetes
etevados y cuotas de importación a fin de permitir e[ desarrollo en e[ país de nuevas indus-trias que produjeran [o que solía importarse del extranjero. La potítica inctuía [a concesión de
créditos blandos, una etevada remuneración del trabajo y precios artificialmente altos para
las exportaciones tradicionales manipulando los tipos de cambio. De otro [ado, [a fuse dura
de ta ISI suponía pasar a producir domésticamente todos los bienes intermedios necesarios' para fabricar bienes de capital acabados, [o que se conocía como <profundización> o <inte-
gración vertìcabr. Esta lase requería atraer [a inversión extranjera de empresas muttinaciona-[es, relajar aranceles y restricciones de cuota, reducir satarios y reajustar los tipos de cambio.
En e[ caso de Argentina, e[ estancamiento económico precedió a[ aÞamiento milìtar de
1966 y ta <profundización> de [a economía tuvo lugar después del golpe mititar. A partir de
esta cadena de eventos, 0'DonnetL teorizó una conexión entre los factores precursores, e[ ad-
venimiento del Estado burocrático y [a subsiguiente potítica económica de profundización.
Este razonamìento se representa en [a cotumna tres de [a tabta 2.1. La posterior comparación
con los casos de Brasil, Colombia y Venezuela revetó que mientras los tres experimentaron es-
tancamiento económico, dos (Colombia y Venezueta) no sufrieron golpes mititares, y uno
i (Brasìt) ya había empezado un proceso de profundización antes de que e[ gotpe militar derro-
cara a[ gobierno democrático en 1964. Estos casos opuestos figuran en las columnas cuatro,
cinco y seìs de [a tabla 2.1,- Asi pues, [a conceptualización teórica y [a explicación de 0'Don-
, ne[[ adolecen de sesgo de setección a[ haberse basado únicamente en e[ caso de Argentìna.
Tabla 2.1 Explicación del Estado burocrático-autoritario en América Latina
Argentina Brasil Venezuela Colombia
Factor explicativo 1
Factor expLícativo 2
Resuttado 1
ResuLtado 2
Estancamiento económico
ImposibiLidad de hacer La
transición a [a fase dura de [a ISI
GoLpe miLitar e instauración de
un Estado burocrático-autoritario
Profundizacíón de [a
economía nacionaI
sí
sí
(antes del goLpe)
Sí
sí
FUENTE: Adaptada de O'Donnett (1973); Serra (1979).
67
no). Sus observaciones sólo cubren la mitad de todas las combinaciones posibles de la ma-triz (por ejemplo, casos de reforma democrática con o sin movilización obrera). Para unadescalificación definitiva de la hipótesis de que la movilización obrera influye en la demo-qatizaciót, idealmente tendría que añadir casos a su muestra en los que: 1) no se dio unareforma democrática, pero sí una movilización obrera, o bien en los que 2) no se dio una re-forma democrática ni tampoco movilización obrera. Podría ser que la movilización obreratuviera un impacto negativo en la reforma democrática. Sin añadir ejemplos de cualquierade estas dos combinaciones de variables, su análisis adolece de indeterminación como con-secuencia de una selección de casos según la variable dependiente (véase anteriormente lareferencia al problema de exceso de variables y pocos países).
Tanto en el ejemplo de O'Donnell como en el de Skocpol, la selección basada.en la va-riable dependiente llevó a sobrevalorar la importancia de ciertos factores explicativos,mientras que en el ejemplo de Collier, el sesgo de selección podría haber llevado a una
infravaloración de efectos que sí operaban. En general, existen tres soluciones al problemade elegir basándose en la variable dependiente. La primera solución es contar con una va-riable dependiente que cambie: es decir, países en los que el resultado ha ocurrido y países
en los que no ha ocurrido. Sólo comparando entre la presencia y la ausencia de resultadospuede determinarse la importancia de factores explicativos. En segundo lugar, a la hora de
comparar pocos países, la elección de los países debe reflejar un conocimiento sustancial
de casos paralelos (Laitin 1995 456). En tercer lugar, el recurso a una teoría sólida podría
contribuir a especificar con mayor exactitud un grupo de países en los que se darían ciertos
resultados y para los que valdrían las explicaciones (ibíd.). En cuarto lugar, y relacionadocon la tercera solución, una teoría sólida tarnbién identificaría qué países representan ejem-plos de <mínima probabilidad> del fenómeno objeto de investigación (Caporaso 1995:
458). Las cuatro soluciones exigen un atento examen de los tipos de inferencias que se ha-
cen a la hora de elegir deliberadamente los países objeto de comparación.Una segunda forma de sesgo de selección se produce en estudios cualitativos basados en
fuentes históricas, en los cuales el analista, intencionadamente o no, elige relatos históricoscuya descripción de los eventos encaja con la teoría particular que se contrasta. Tal y como
ha señalado Lustick, <no es legítimo conside¡ar la obra de los historiadores como una na-
rración de antecedentes exenta de problemas de la que puedan extraerse datos teóricamente
neutros para el encuadre de problemas y la comprobación de teorías> (Lustick 1996: 605).
La historiograftavana en su descripción de cómo se desarrolló el pasado, qué eventos me-
recen ser destacados, así como en las diferentes disposiciones teóricas de los propios histo-
riadores. De este modo, las inferencias extraídas de estudios que se sirven de descripciones
históricas que <están organizadas y presentadas de acuerdo con las categorías y las proposi-
ciones de las teorías que están contrastando> se hallarán necesariamente sesgadas (ibíd.:
610). Entre las soluciones para esta forma de sesgo de selección figura el uso de fuentes
múltiples para llegar a un relato <intermedio> de los eventos e identificar las tendencias
dentro de cada fuente para detectar las posibles fuentes de sesgo.
IJna tercera forma de sesgo de selección puede proceder de los periodos de tiempo que
se usan en la comparación, especialmente en los estudios que pretenden analizar un com-portamiento social que tiene una trayectoria histórica muy dilatada, como guerras, inter-cambios comerciales, así como la aparición de Estados y regímenes. La selección de periodos
Relsciones espurías
""ili Íi ,î'.',ï"ïalgún es mientras
que al factor identificado se le ha atribuido erróneamente un efecto sobre el resultado. Este
verano attabajar enzonas turísticas de los Estados Unidos. Con eltiempo, el estudiante sepercata de que, trabaje donde trabaje, parece que siempre hay un número elevado tanto deflamencos como de jubilados. Decide dedicar su tiempo libre a recabar datos sobre la dis-tribución geográfica de flamencos y jubilados. Consciente del problema del sesgo de selec-ción, el eshrdiante amplía la recogida de datos a todos los estados de los Estados Unidos.Una vez recogidos los datos, el estudiante halla una relación positiva entre el número deflamencos y el número de jubilados. A partir de estos sólidos resultados estadísticos, con-cluye que los flamencos causanjubilados. Es evidente que el factor no identificado en esteejemplo es el clima. En resumen, tanto los flamencos como los jubilados de los EstadosUnidos <acuderu> a zonas con climas suaves. Así pues, la conexión errónea entre los dos sedebe al factor no identificado (véase el cuad¡o resumen 2.2). Al omitir la variable del cli-ma, el estudiante concluye erróneamente que los flamencos causan jubilados. Si el estu-diante sólo hubiera recogido datos en Florida, podría haber llegado a la misma conclusión,pero esta adolecería además de wr sesgo de selección.
68
CUADRO RESUMEN 2.2 Relaciones espurias
Las explicaciones simptes de [os eventos a nrenudo adoptan La forma <<sì ocurre e[ even-tc x, entonces ocurre el evento _y>> (Sanders 1994, 1995; Lawson 1997), lo que puede re_presentarse gráfi camcnte como stgue:
X ----------> Y
En este ejempto, )c e l son las únicas varÍabtes que han sido identjficadas. supóngaseque los datos existentes sobre [a ocurrencia de x e y muestÍan que siempre que (o donde)ocurra n, también se producey. La ocurrencia habítuaLy concomitante ie ambas.variabtesllevaría bien a [a conclusión (débjb) de que.n e y están asociadas [a una a [a otra, o bienla conclusión <<fuete>> de que;r ¡'ealmente ocasiána y. Ahora bien, ¿qué sucedería si tam_bién se produjera habituatmente a[gún otro factor zjunto con rú e yiËL .r,rtirt. se arriesgaa especificar una re[ación. entre x e / que podría ser realmente eL iesuitado de [a actuaciónde z sobre -rc e y independientemente. Esta situación se representaría como sìgue:
69
En poiítica comparada, con frecuencia se ha atirmado que los regímenes autoritar'os
pro-oà".n el desarr-ollo económico mejor que ios su <relativa auto-
äomíu respecto de la sociedad les permite contro casos de disiden-
cia política. En un análisis global de la relación se dores de autorita-
rismo ¡, de comportamiento económico, hallando seguramente una fuerte asociación
positivá entre arnbos. Ahora bien, estos estudios pasan por alto que los gobiernos autorita-
iios tienden a hundirse en periodos de crisis econémica, ya que una buena parte de su legi-
timidad radica en t,t .upuòidod de generar bienestar económico (Przeworski et al' 2000)'
IJnavezdesacreditados económicamente, los regímenes autoritarios tienden a perder el po-
der. Por otra parte, las democracias aguantan tanto <en las duras como en las maduras>'
Observando 1å rehción global, este hecho significa que los regímenes autoritarios sólo están
en el poder en épocas de prosperidad económica. Así pues, al ignorar el importante factor
de <dåsgaste>> aêt regimen, la conclusión original en apoyo de la conexión entre regímenes
autorita;os y p.orp".id"d económica resulta espuria (Przeworski y Limongi 1993,1991)-
Como se há visto anteriormente, las soluciones al problema de las relaciones espurias
están relacionadas con el número de países incluidos en los estudios comparativos; asimis-
mo, las transacciones (trade-offs) asociadas a estas soluciones pueden ser a menudo una
fuente de frustración. La solución más fácil para las relaciones espurias consiste en especi-
ficar todas las variables relevantes que pueden explicar el resultado observado Esta solu-
ción es adecuada si la comparación se hace con muchos países o muchas observaciones,
pero si el estudio incluye pocos países o uno solo, la especificación de variables adiciona-
ies puede solaparse con el primer problema identificado en este capítulo (demasiadas varia-
bles, número insuficiente de países). Es importante no especificar variables irrelevantes, ya
que simplemente podrían enturbiar el análisis. La segunda solución consiste en seleccionar
países que encajen con los criterios de la teoría que ha sido especificada, pero esta solución
ioincidè en parte con el problema del sesgo de selección. Así pues, el investigador se ve
forzado a reconocer estos compromisos, al tiempo que maximiza los tipos de inferencias
que pueden extraerse en función de los países y las evidencias disponibles en el estudio-
Falacias ecologicas e indíviduolistas
El quinto problema (falacias ecológicas e individualistas) surge cuando un estudio pretende
hacèr inferencias sobre un nivel de análisis sirviéndose de evidencias de otro nivel de análi-
sis (R-obinson 1950; Scheuch 1966, i969; Miller 1995). Por ejemplo, una teoría de la revo-
lución puede centrarse en factores psicológicos individuales que dan cuenta del comporta-
miento rebelde, pero la comparación para contrastar la teoría puede usar datos estadísticos
agregados internacionales sobre niveles de desigualclad y ejemplos de violencia política.
Existen dos tipos de datos en las ciencias sociales: datos individuales y datos ecológicos-
Los datos individuales, como sugiere su nombre, comprenden información sobre personas
individuales. Los datos ecológicos incluyen información que ha sido agregada para unida-
des territoriales, tales como distritos electorales, municipios, provincias, regiones o estados
federados y países (Scheuch 1969: 136). Los datos individuales se recaban de los censos que
se realizan periódicarnente sobre el conjunto de una población concreta, de otros medios
X
\ /
l
'.
En otro ejempl.o, Lieberson y Hansen (1974 Isìdad idiomátìca (.rc) y desarrotlo þ), cuando compararon una mu lpunto del tiempo. si se hubieran detenido ahí, habrían concluido j
mática inhibe e[ desarrotto- sin embargo, un análisis más exhausti ,.1
largo ptazo, no exìstía relación u ];
hallaron fue que [a variabte <años de exis_ ]
iamente) estaba negativamente relacionada .retacionada con eI desarrotto. De este modo,
,;
Firebaush 1e80). Este ejernpro de reración .rrrl.o:'.':::|ti:äil'Jåt;:ión espuria (véase i
Diversidad idiomática
En ambos ejemplos, e[ hecho cre no identificar e[ factor común subyacente puede [[evar
;#:j:i. inferencia con respecro a [a retación entre las dos variabtes esfecificada origi_
Desarro[[o
I
I
70
77
<oficiales>, o bien de encrrestas que se llevpoblación. Los problemas <gemelos> de faldo se extraen inferencias sobre un nivel delisis. Se produce una falacia ede datos a nivel agregado seindividual. Alternativamente,
Ambas falacias sonbrevalorar relaciones afuentes, a saber: las pretos. En el primer caso,un mayor grado de realidad que los datos a o<el comþortamiento individual puede sermientras que las propiedades del sistema sdual puede ser visto como un mero reflejotructurales>. En cualquiera de los casos, I
conexiones políticas, sociares y económicas entre las personas, tales como <[p]rocesos dedistribución, conflictos, poderes y dominaci-el orden s
formación
personas o ote un es
La disp nte de falacias ecológicas e individualistas,ya que los stituir los datos de un"nivel por los datos de
investigación específica en otro nivel. Et primerce en un estudio del comportamiento electoral de) poco después de concedérseles el derecho a vo_
porcentaje de mujeres en distritos.r".to,ur.Tl:î:i;?,tJ.Ïä,íf*,iåil?l?JJiX'#:i:,ï"ien ciertos referendos Estos investigáa*., ,uponi- que las mujeresserían más proclives ferendos y qie así poariu lrti-u.se indirecta_mente el número de cada distritó. Ogburn y Cottra eran consçien_tes de que podría haber un problema si se extraían inferencias-sobre votantes mujeres com-binando datos agregados sobre la población femenina con datos individuales sobre lasvotaciones de los referendos (véase King 1997: 3-4). De probtemas siÃil"r.s adolecieron
los estudios que intentaron estimar las características socio-económicas de las personas quevotaron al Partido l'lazi durante la República de Weimar.
Los ejemplos de falacias ecológicas e individualistas no se limitan únicamente a los estu-dios de un solo país. Gurr (1968) postuló querebelde era un sentimiento de privación relativa.que se da cuando las personas perciben que los <
mamente derecho a disfrutan> están muy lejosrecursos sociales de que disponen (Gurr 1970: l3). Gurr postulaba que unos altos niveles deprivación relativa debían estar relacionados con unos elevados niveles de violencia política.Dada la inexistencia de datos individuales sobre privación relativa, Gurr contastó esta hipóte-sis usando datos agregados sobre 114 países, que mostraban una asociación positiva entre susmediciones de privación relativa y violencia política. En este caso, los datos agregados f,reronusados para comprobar una hipótesis a nivel individual (Sanders l98l: 30-31).
En Modernization and Postmodernization,Inglehart (1997) incurre en una falacia indivi-dualista en su estudio sobre valores en 43 sociedades. Usando una batería de preguntas quevan desde la importancia de Dios hasta la protección del medio ambiente, Inglehart constnr-ye (grupos) de valores que adoptan pautas geográficas distintivas. Estas pautas, en opiniónde Inglehart, están distribuidas de manera significativa al¡ededor del mundo de acuerdo congrupos culturales generales, a sabe¡: América Latina, Europa del Norte, Europa del Este,Europa católica, Asia Meridional, África y Norteamérica. En este estudio, tnglehart agregarespuestas a preguntas a nivel individual para establecer clasificaciones simplificadas depaíses basadas en Ia cultu¡a. Agrupar porcentajes de personas que respondieron de manerasimilar a una batería de preguntas de encuesta y asignarles <tipos> culturales es un claroejemplo de falacia individualista, que confunde propiedades sistémicas con característicasindividuales (véase igualmente Inglehart y Welzel 2005). El examen de Whiteley (2000) dela relación entre capital social y crecimiento económico también incurre en una falacia indi-vidualista. Este estudioso compara 34 países usando indicadores a nivel individual de capitalsocial e indicadores agregados de crecimiento económico. Su análisis incluye un gráfico dedispersión del porcentaje de los encuestados en el World Values Survey que afirmó confia¡más en la gente que en el PIB per cápita (Whiteley 2000: 455). Su análisis de regresión mul-tivariable incluye datos a nivel individual sobre capital socialjunto a indicadores agregadosde inversión, educación y crecimiento de la población, entre otras variables de control, paraexplicar las va¡iaciones en la tasa media de crecimiento de los países incluidos en su muestra.Si bien sí halla una relación estadísticamente significativa entre altos niveles de confianzaycrecimiento económico, la inferencia de que el capital social incide en el crecimiento no es
fiabie debido al problema de la falacia individualista.Tanto en el ejemplo de lnglehart (1997) como en el de Whiteley (2000), se agregan da-
tos de nivel individual sacados de encuestas nacionales para confeccionar puntuaciones porpaís que luego se incluyen en modelos analíticos junto a datos agregados. Cada estudioparte de la hipótesis de que los países pueden ser incluidos en diferentes gnrpos cuiturales,o bien clasificados en grupos que tienen un capital social fuerte o débil sobre la base de
datos de nivel individual. Scheuch (1966: 158-159) demuestra que no es posible hacer este
tipo de inferencias. Por ejemplo, un sistema democrático puede incluir a muchas personasque responden de manera positiva a una serie de preguntas que demuestran sus tendencias
72 73
autoritarias, ahora bien, no por ello el sistema dejará de sel democrático. Del mismo modo,un sistema autoritario puede incluir muchas personas que respondan de manera positivaa una serie de preguntas que demuestran sus tendencias <Iemócráticas o <<cultura cívica>(Almond y Verba 1963), pero no por ello dejará de ser autoritario. En resumen, atribuir uncierto rasgo cultu¡al o sistémico a un país basándose en una rnlrestra de la población es ex-traer una inferencia i¡correcta sobre dicho sistema basada en un nivel de anãlisis incorrecto.
ambas falacias es sencilla. Los datos usados en las investigacio_n cadena de inferencias entre los conceptos teóricos especifúadosY s conceptos finalmente utilizados en el análisis. Esta solución se
gares a conclusiones precisas sobre iugares; y los análisis de épocas sólo a conclusiouessobre épocas>>r. Los aspectos pragmáticos de la investigación prr.d"o no permitir la medi-ción directa de los fenómenos, pero la idea global sigue siendo que esã medición debe es-tar lo más próxima posible al nivel del fenómeno objÀto de .*u-åo.
Sesgo de valor
El último problema que deben considerar todos los investigadores comparativìstas es el delsesgo de valor, que se r posición culturai, política y filosófi_ca particular del invest as conclusiones dè la invéstigación.Durante el último siglo que aceptar que el conocimiento noestá <exento de valores>>. La clasificación, el análisis y ta iot.þ..tåci¿n sustantiva se veninfluidos por la perspectiva particular del investigador. El análisìs empírico moderno acep-ta, enteóricpararhacer
cuanto a los juicios que se han podido hacer en la construcción global del estudio compa-
rado. Entre dichos juicios cabe àita, la perspectiva teó¡ica en la que se apoya el estudio, la
identificación de sus variables clave, la espÈcificación de su diseño de investigación y los
límites al tipo de inferencias que cabe extraer del mismo'
Resumen
En este capítulo se han repasado brevemente los diferentes métodos comparados disponi-
Ut., y tor mo.tos problernas habituales asociados a estos distintos métodos' En este repaso
general de los métodos fl de muchos países, la comparación
ä. po.o, países y los ha sostenido que estos métodos se
asiËntan såbre una mis estrategia adoptada podría depender
turrto d. la pregunta de investigación específica, del tiempo y de los recursos del investiga-
dor como dil enfoque g.n..ripu.u el estudio de la política que este adopte. También con-
lleva un compromiio átre et nivel de abstracción y el número de países incluidos en el
análisis. En lós tres capítulos siguientes se profundiza más en estos diferentes métodos'
Además de esbozarse los diierentes métodos de comparación posibles, en este capítulo
también se ha identificado una serie de problemas asociados y se ha afirmado que, de no
resolverse, pueden llevar a que se extraigan inferencias no fiables' Especificar demasiadas
jnferencias sin contar con suficientes obiervaciones constituye un diseño de investigación
indeterminado del que a menudo adolecen los estudios de un solo país y aquellos que com-
paran pocos países. Establecer equivalenc
entre sus indicadores operativos constituye
estudios que comp¿Iran muchos países, ya qu
mundo puede minar la precisión de su signi
i.o¡iu q,r" se pretende ånftastar o qn. "riátr
relacionados con valores de las variables de-
p"nOi.tt .r prr.d. d* lugar a la sobrevaloración de una relación que no existe o a la infrava-
ioración de una relaciórique sí existe. No especificar variables de control u otras variables
importantes puede llevar a sobrevalorar determinadas relaciones. Rebasar los diferentes ni-
,reles de anáiisis también puede afectar al tipo de inferencias. Por último, ignorar la pers-
pectiva cultural y teórica que subyace a un estudio y desde la cual se investiga puede empa-
ñar las conclusiones sustantivas de un análisi comparatlvo'
Estos problemas no han sido puestos de relieve para detener a los investigadores compa-
rativistas, las posibles fuentes extraer
inferencia a estos problemas al r inves-
tigación c d" inferència que pu ptación
dã los límites natu¡ales a la investigación comparada es un paso saludable en el tortuoso ca-
mino hacia la generación de conoõimiento. En conjunto, hasta aquí la exposición ha iden-
tificado po. qne los politólogos comparan países, cómo los comparan y los tipos de pro
blemas u to, qrr" frecuentemente se enfrentan en el proceso de investigación' En Ia tabla2'2
se resumen lós métodos de comparación y se valoran sus puntos fuertes y débiles, tanto
con respecto a Su capacidad para llegar a inferencias válidas como a los compromisos que
el investigador ha de asumir cuando emplea cada uno de ellos'
' según uestión, el problema de la falacia ecológica se habría resuelto me-diante el anzadasy la creación de un software específico (King 1997), a dis-posioión línea de investigación. Hasta el -orn"nìo, la nueva técnica ha sidoaplicada a casos de clerce¡ inferencias sob¡e c
s en los que se usan datos agregados para ha_
ciar La extensión der ,0," ,,,^jj,l,"l:Lî:i jå:ffiîì..:,'ffi|.;,,:î"'.îpero requerirá técnicas más complejas' No obstante, quienes no deseen seguir esta línea de trabajo, las teo-rias que poshrlen la existencia de relaciones en niveles individuales debería¡ ser contrastadas con datos re-cabados a nivel individual, e idéntica regla general habrá de aplicarse a las teorías que presuman la exis-tencia de relaciones a nivel agregado.
74
çù.r'a
I¡
75
Métodos comparados: una valoraciónestablecidas entre variables pueden considerarse excesiva_La recogida y el análisis de los datos pueden llevar mucho
ón matemática e informática que muchos comparativistas no
La comparación de pocos países alcanza validez seleccionando cuidadosamente lospaíses que e sistemas de máxima similitud (DSMS) o en el diseñode sistemas DSMD). Estos tipos de estudios son intensivos y ade_cuados para as. Evitan forzar conceptos al basarse en un conoci_
relatos históricos usados como evidencias. Por último, muchos comparativistas que se vena sí mismos como (generalistas> no quieren dedicar tiempo ni energía a aprender los idio-mas y a llevar a cabo la investigación de campo en los países que engloban estos tipos deestudios.
Los estudios de un solo caso son los más intensivos entre los métodos comparados y re-presentan una gran proporción de la investigación que se realiza en el campo de la políticacomparada. Los estudios de países individuales que resultan útiles como herramientas decomparación son aquellos que generan hipótesis, validan o invalidan teorías y esclarecencasos atípicos identificados mediante otros métodos de comparación. Los estudios de unsolo país son los más propensos a problemas de sesgo de selección, y a considerar demasia-das variables y excesivamente pocas observaciones, así como a producir diseños de i¡vesti-gación indeterminados que generan inferencias menos fiables que las de los otros métodosde comparación. Al igual que sucede con los especialistas de área, los <especialistas de país>invierten un tiempo enorrne en el aprendizaje del idioma y de la cultura local de su paísparticular, un compromiso que otros investigadores comparativistas pueden contemplarcomo excesivamente exigente.
Lecturas comptementarias
Collier, D. (1991): <New Perspectives on the Comparative Methoð>, en D. A. Rustow y K. P. Erickson(eds.) Comparative Political þnamics. GIobaI Research Perspectives, NuevaYork: Harper Co-llins, 7-31.
Un excelente repaso de los métodos comparados.
Dogan, M. y Pelassy, D. (1990): How to Compare Nations: Strategies in Comparafive Politics,2." edi,-
ción, Chatham, Nueva Jersey: Chatham House.Esta obra ofrece un excelente análisis sobre el problema del establecimiento de la equivalenciafuncional en política comparada.
Eckstein, H. (1975): <Case-shrdy and Theory in Political Science>, en E I. Greenstein y N. S. Poisby (eds.)
Handboolc of Political Science, vol. 7'. Strategies of Inquíry, Reading, MA: Addison-V/e sley, 79-137 .
El examen más exhaustivo del valor científico de los estudios de un solo país.
Fortalezas Debilidades / RetosComparación de
muchos países
Comparación de pocospaíses
Estudio de un solo caso
Control estadístico
Sesgo de selección limitadoAlcance amplioInferencias sólidas y adecuadaspara la construcción de teorjasIdentificación de países atípicos(casos desviados)
Control mediante la selección de:1) Diseño de sistemas demáxima similirud (DSMS)2) Diseño de sistemas demáxima diferencia (DSMD)Adecuada para la construcciónde teorías
Evita la <disto¡sión conceptuab>
Descripción densa
Estudios cle área
Análisis configurativoMac¡o-historia
Intensivo, ideográfico,path-dependent (inercia institucional)y análisis configurativoSeis tipos:
1) Ateórico
2) Interpretativo
3) Generación de hipótesis4) Confirmación de teorías5) Rechazo de teorías6) Países atípicos (casos desviados)
Medidas no válidasDisponibilidad de datosDemasiado abst¡acto/alto nivelde generalidad
Consume rnucho tiempoFormación matemáticae informática
Inferencias menos fiablesSesgo de selección:
1) Elección de países
2) Elección de relatos históricosAprendizaje de idiomasInvestigación de campo
Infe¡encias poco fiablesSesgo de selección:
l) Elección de países
2) Elección de relatos históricosAprendizaje de idiomasInvestigación de campo
l
76
'^*"';,ï"Y;,!;,??iì #ïIethodological P¡oblems in comparative poli:ics>, Journat of rheoreti-
:J::ii::î,:ir::::::ïi::,i::î:' de sisremas de simiritud máxirna y de direrencia máxima,
Geddes' B' (1990): <How the cases You choose Affect the Answers you Get: Serection Bias in com-parative politics>, polttical Analys¡¡, 2: 131_150unoexcelente artículo sob¡e el slsgo de r.l.r.iån que usa ejemplos ¡eales de ia literatura cornpa-
tt"tï;olj,T,ä;l;,lr'.å:*rt'o s' (ree2): potiticat science'A compaiative tntroductiorz,Nueva
su capítulo 2 contiene breves exposiciones sobre_el ses-{o cle valor, así como sobre los problemasde exceso de -'¡ariables y,rn número insuficienie de países, y d.e la equivarencia.t"irî:ï;,ì.:!iå]!;'¿;#:;i:i:T' rhe Improvement orsocíar ßesearch and rheory,Berkerey,
år:.L":"ot*to 2 se hace una revisión exhaustiva de ros probremas que supone el sesgo cre se_
tuo!]1"1"Í,',nuiil;lir:ln:tive Politics and comparative Method>, rhe American potiticat scien-
tr."#"H:Hlî:"*:hï:'étodo conrparado, que io ubica en el campo de la ciencia sociar
- ili?¿rjl["toff1-"0t" cases strategv in comparative Research>, comparative potitÌcar snçEn este ensayo se exponen reflexiones adicionares sob¡e el método comparado.
- _l!åJ,l,i?; and political Science: Muttiple Historicat Records andun buen repaso Political
,science Review, eoi:;: oos-o t a.
el sesgo de selección.*""f;;'l"ir#ï,f;?;,Íli'ì";",f::.."".ïLï^fi::xi,i:?,._iuo,
'.,n y G Stoker (eds) rheory
Un breve resumen de los método; "".p;;;"r."""Ragin, c' c' (lggg: <Intro_ductìon to Qualitative comparativeAnalysis>, enT. Janoski yA. Hicks
f::!,X;:;itarative Potiticat E""";;;r;l*in' s**,óiÃliägî,ð*u,iag" universiry
Este ensayo tlistingue entre enfoques <orientados a variables>i y <orientados runa vía para unificarlos. 4 Y4rr4uroö)) y (onentados a casos) y propone
Sa
Cioss_national Research>, In _
o aquellos países de los que el
t"iï.i, itii?¡j:îsîlept
Misinrormation in comparative poritics>, Americart potiticat scienceLa declaración crásica sobre <clistorsión conceptuabr y ra <escalera de abstracción>.
.77
- (.1994): <Compare Wity and l{ov': Cornparing, Miscomparing and the Co,nparative Method>, en\4 Dogan y A Kaz.ancígll (eds.) Compartn.g Natktns: Concepts, Strategtes, ,substance, Londres:Basil Blackweli, 14-31Una reformulación de las principales afirmaciones de 1970 y de la idea (comparar cs controlar>>.
Skocpol, T. y Somers, M. (1980): <The uses of comparative History in Macrosocial lnqru;fty>>, cont-paratit,e Studies in Society and IIistory,22-. 174-197.En este ensayo se describen los usos de la historia comparada, así como los métodos de inducciónpor concoLdancias y por diferencias de Nlill.
726
numerosas transiciones a
parte estos desafïos e intereses
rclones) sociales y económicas
repenrmo aumento o. lor;toI:*aminan los intentos de
esfuerzos por explicar los oríseno violenta y de la activida
paración en el contraste de hitrando la atención en el méto
Cada capítulo comienzaexplicando los motivos deofrece a continuación unausando los métodos compcomparaciones pretende relugar, ¿llegan los diferente
seño de investigación algunaen cuenta los distintos estu_
e del libro? por ejemplo, ¿in_comparaciones los posibles
on o no espurias las relacio_análisis? ¿Surgen problemasconfiene un análisis metodo_n, los ejemplos utilizados ena de investigación.
6. Desarrollov
económicodemocracia
Inicialmente, el interés académico por la relación entre el desarrollo económico y la demo-cracia vino motivado por la búsqueda de las <precondiciones> (Karl 1990:2-3) o <requisi-tos> (Landman 2001) de la democracia. Enfoca¡do la atención tanto en las <viejas> demo-cracias del triángulo noroccidental de Europa y Norteamérica como en las <<nuevas>
democracias del resto del mundo, esta línea de iavestigación trata de identificar los factoresclave que contribuyen a explicar la aparición y el mantenimiento de las democ¡acias. Entrelos muchos factores identificados para explicar Ia democracia, el nivel de desarrollo econó-mico continúa interesando especialmente a los investigadores comparativistas y a quienesadoptan decisiones políticas en el seno de la comunidad internacional dedicada a cuestio-nes de desarrollo. En este capítulo se comparan trabajos que han examinado comparativa-mente el vínculo entre estas dos variables, el desarrollo económico y la democracia, patamostrar si los diferentes métodos de comparación empleados han conducido o no al mismoresultado. Se pasa revista a algunos estudios que comparan muchos países, otros que com-paran pocos países y a estudios de un solo país. En cada método de comparación, el aná1i-
sis se centra en cómo las diferentes teorías especifican las variables dependientes e inde-pendientes y la nahxaleza de la relación, en cómo se miden los conceptos, así como en losdistintos problemas con los que se topan los análisis y en los diferentes resultados que
obtienen.
E[ probtema de investigación
? Si es así, ¿por qué? ¿Crea el desarrollo económicoento de la democracia? IJna vez establecida la de_
modelo de ta figura 6.1 es una ,,-p,"Ïåii t
tigación. Muestra que Ia democracia es la vla variable independiente. La flecha de laindicar que el desarrollo económico puedla democracia. Este modelo ha cambìadoconceptos básicos y la relación entre ellos.
Lonómicextraepaldar
cos países y los estudios d.e un solo casocuaiitativas para poner de manifiesto los
vlenen en los procesos de desarrollo econó_ntos más próximos al enfoque de inerciaresumen 6.2).
Figura 6.1 Desarrollo económico y democracia
729
,tes entre tas variabtes<<desarrolto económico> y (democracia>
La relación entre <desarrollo económico> y <democracia>> puede adoptar djferentes formas I
funcionales, siendo las más comunes [a Uneat, [a curvilínea y [a escalonada. I
I
Relacion lineql I
tra en [a figura 6.2. E[ desptazamìento a [o largo de [a línea en [a figura muestra qu. un -,
aumento en una variabte lteva asociado un incremento en [a otra-
Figura 6.2 Representación de una relación lineal entre <<desarrollo económico>y <democracia>
EÕ
esta invierte la relación y examina si las democra_éase Heliwelt (I994).
. En ot¡os textos<inercia institu_
adquirido en las
Relacìón curvilíneo
Desanollo económico
130
131
Figura 6.3 R.epresentación de una relación rurvilínea enh.e <<desarro'oeconómico>> y <<democracio>
DesarroLlo econimico
U n o re lació n <<esca lo n a d a>>
Figura 6'4 Representación de una relación escaronada entre <<desarroroeconómico> y <<democracia>
CIiADRO RESUMEN 6.2 ArEurmentos en [a línea de la <<inerciainstituciona[.>r
Un argumento basado en [a'inercia jnstitucional desarrolta una secuencìa de eventos enun relato histórico. Su hipótesìs básica es que una vez que se produce un evento par-ticular. ya sea una guerra, unas elecciones, una revotución o una decisión importante, e[curso de los eventos que sigue se verá alterado para siempre. Considérense [os dos ejem-plos sìguientes: un ejempto abstracto denominado e[ <problema de [a urna> (Jackson1'996:723) y uno de ta ciencia potítica referente a [a consotidación democrática (Burtonet 01.1.992).
En primer lugar, piénsese en una urna que contìene una petota roja y una pelota blan-ca. En e[ primer caso, se seleccìona una pelota de La urna, y luego esta y una petota deL
mjsmo color son cotocadas nuevamente dentro de [a urna. 5i esta operación es repetidauna segunda y una tercera vez (o infinitamente). [a urna se convertjrá en una distribuciónde petotas rojas y btancas que es attamente dependiente de las primeras elecciones que sehagan. Esta situacìón se itustra en [a figura 6.5. Las diferentes distribuciones posibles depelotas rojas y blancas se multiplican rápidamente con cada ronda sucesj'va, pero de [a fi-gura se desprende claramente que cada distribución sucesiva es attamente dependìente de
[a ronda previa. Por ejemplo, La parte izquìerda de [a figura muestra que si se elige unapelota roja en [a primera ronda, entonces habrá en [a urna dos rojas y una btanca. Si se
escoge nuevamente una roja, [a urna tendrá tres rojas y una blanca, y así sucesivamente.En [a parte inferior de [a figura se muestran cuántos tipos de distribuciones diferentes sonposibtes, pero está claro que las dos primeras etecciones tienen un efecto drástico en Las
distri bucjones posteriores.
Figura 6.5 El problema de Ia urna y la inercia institucional
Comienzo
aEoÊ
La funciónde un nivel
nte diferente de las dos anteriores. En este caso, a parbir
En ra nsura :iiåi:'.:;i:,J,i:"r,."tï# r,ffiî:.J::::åîïli#ïîco, sino un punto de <despegue> hacia [a a.ro.À=i. (Rostow rsoi; L.nam.i fsss;.
oEoÕ
IL1
RRRB
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(x6)
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B BRR
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(x2)
B BBR
BB BBBR
(x6)
BBR
BBBR BBRR
BBBRR RRRBB
(xz) (x2)
En e[ segundo ejempto, Burton et al. (7992:23) desarrotlan un argumento de este tipopara explìcar los diferentes tipos de consotidación democrática en América Latina y Europa
meridiona[, taI como se ìlustra en [a figura 6.6.En e[ caso de países que experimentaron transiciones democráticas acompañadas de
movjlizaciones poputares, e[ esquema muestra iniciatmente dos pautas: consenso de étites
y movilización de masas, o ausencia de consenso de élites y movilizacìón de masas. La pri-
mera pauta conduce a [a estabilización, [a ìnstitucionalizacìón y [a consoLidación de [a
Desarro[Lo econimico
ruenrr: Adaptada de Jackson (1996:723).
i32
cjemocracia. La seguncja parte desemboca emasas que, a su vez, se traduce en una demoo incluso en una vuetta aI autor-itarismo. E[que, una vez que e[ país ll.ega a uno de los n
Figura 6'6 un argumento sobre la consolidación dernocrática basado en rainercia institucional
133
La aplicación de esta definición permitió a Lipset ciividir su muestra de países en cuatrogrupos difèrentes. Dividió los países europeos y angloparlantes en democracias estables,de un laclo, y democracias inestables y dictaduras, de otro. Dividió los países de ArnéricaLatina en democracias y dictaduras inestables, de un lado, y dictaduras estables, de otro.En cuanto al primer grupo, consideró democráticos a los países en los que se podía docu-mentar una <sucesión ininterrumpida de democracia política desde la Primera GuerraNIundial, y ausencia de grandes movimientos políticos contrarios a las "reglas de juego"democráticas en los últimos veinticinco años> (ibíd.: 72). Los países latinoamericanosfireron clasifìcados como democráticos si contaban con (un historial de elecciones más omenos libres durante la mayor parte del periodo posterior a la Prime¡a Guerra Mundial>(rbíd.:72-73).
La comparación proporciona un abanico de indicadores cuantitativos de desarrollo eco-nómico para esta muestra de países, entre los que figura lariqtreza,la industrialización, Iaeducación y lavbanización. La riqueza se mide me como rentâ percápita, médicos, autorrróviles, teléfonos, radios y ej por cada 1.000habitantes. La industrialización se mide teniendo e de varones em-pleados en agricultura y el consumo de energía per cápita. La educación se mide a travésdel porcentaje de posuperior; y la urbanres a 20.000 habitan76-17)- Estas distinteconómico: los valores más altos indican niveles más elevados de desarrollo económico.
estudios que tratan de ahondar en esta comparación original.
desarrollo de lassarrollo económique Cutright (ibícas y el nivel de
lmovitìzacìón socí¿l continúal--ì
--lf
.l ¡u¡lre: Adaptada de Burton et al. (7992:23).
La comparación de muchos países
constitucionalmente establecidas paraseno de una sociedad del problema deque perrnite a la mayor parte posiblede elegir entre candidatos alternativos
734
La confianza general en sus resultados re rleva a predecir er niver d.e desarroro políticoTïiltX1lä:i:îiä'Íå: su muestra, b;;'¿'. en ros varores r,,¿iurä,,ur., de ras distinras
ó su comparación de 60 países no comu_democracia, así como err<la propia defi_
135
nición de desarrollo democrático> (ibíd.: 611). Apoyánciose en los estudios anteriores reali-zados por Lipset (1959) y Cutright (1963), Jackman sostuvo que la democracia se entiende
el veló que la relación curvilínea es
ä l'å:å:* tos argumentos de Dahl
Unidos (ibíd.: 573). Cuando los denominados <países de desarrollo tardío> intentaron <al-cal]zaÍ)> a los otros países en la economía mundial (Gerschenkron 1962), sus esfuerzos
sus sistemas políticos ennto sugiere que los paísesicos que los países que se
Así pues, mediante la comparación de 99 países, Bollen pretendió examinar si el nivelde democracia es mayor en los países que se desarrollaron antes, o bien si es más alto enlos países que simplemente han logrado mejores niveles de desar¡ollo económico, o ambascosas. Su índice de democracia incluyó tres indicadores de soberanía popular y tres indica-dores de libertades políticas (Bollen 1979: 580). Al þal que Jaclcnan (1973) v cutright yWiley (1969), Bollen utilizó el consumo de energía como medida del nivel de desarrollo.El momento preciso del desarrollo se midió restando de 1966 el año de comienzo del desa-rrollo (Bollen 1979: 577). Su análisis estadístico arrojó que el momento preciso del desar¡o-llo económico no es relevante, pero que el nivel de desarrollo tiene rln efecto sustancial ypositivo sobre la democracia. En otras palabras, para esta muestra de países, el nivel dedesarrollo de un país, con independencia de cuándo haya comenzado realmente a desarro-llarse, afecta al grado en el que es democrático.
Desde esta primera fase de trabajos comparativos se han publicado nuevos estudios querecurren crecientemente a técnicas estadísticas sofisticadas, gracias a las cuales los investi-gadores pueden comparar muchos países a lo largo del tiempo, incrementando así el númerode observaciones (véanse a este respecto los capítulos I y 3 de este libro). Cabe destacar tresestudios que usan este método de comparación. Helliwell (1994) compara 125 países duran-te el periodo 1960-1985 (n: 1.250); Burkhart y Lewis-Beck (1994) comparaa 131 paísesdesde 1972 hasta 1989 (n : 2.358); y Przeworski y Limongi (1991) y Przeworski et al. (2000)comparan 135 países entre 1950 y 1990 @: a.126). Los dos primeros estudios hallan evi-
:"t-"":iîx*tón se hizo en r97r con cif¡as der pNB per câpita de r957,cuando existían tanto la I,RSS
734 I
La confiar'za general en sus resultados le llev. a predecir ei nivel de desarrollo políticopara cada país incluido en su muestra, basándose en ios valores individuales de las distintasvariables independientes.
Para responder ala cririca según la cual Iban la relación eran <análisis instantáneorar 40 países <autogobernados> usandoMundial, con el fin de examinar si dicha rel
;",ff :#ål:: ü:;: ìi,ä.ü: li,îl¿:,:;iî .
cuarro décadas para renejar er cambio ""
r".;::::iî'åiît:;îi:i::"tå:i,îîiä::,,1;iî;económico se tomó ia cantidad de energía consumida.n uì uño dado. La comparación delos 40 países a lo largo de las cuatro déãadas revela una relación significativa y estable en-desarrollo económico y ra representación porítica.
"Además, puesto que elra atención en cuatro periodos d.e-tiempo diierentes, cutright y wiley (ibíd.:que el nil-el de representación política es causalmeáte å"penoiente del nivelconómico.
En 1971) semas P ocracia,las co la demomensiones críticas: contestación y paies altos de contestación (es decir, elgozan de libertad para oponerse a ias
a, entre otros países, fueron poliarquías mu_arrollo económico (Dahl l97l: 69_70; véase
su cornparación de 60 países no comu_emocracia, así como en <la propia defi_
135
niciór¡ de desarrollo democrático> (ibíd.: 611). Apoyándose en los estudios anteriores reali-zados por Lipset (1959) y Cutright (1963), Jackman sostuvo que la democracia se entiend.emejor como un concepto continuo, en lugar de como uno dicotómico, por lo que deberíancontrastarse tanto las formas lineales como curvilíneas de la relación. Su medida de lademocracia combina cuatro indicadores, a saber: la participación electoral, la competitivi-dad del sistema de partidos, el grado de irregularidad electoral y una relativa libertad deprensa- Al igual que Cutright y V/iley (i969), como medida de desarrollo económico tomóel nivel de consumo de energía. Su análisis estadístico reveló que la relación curvilínea esmás significativa que la reiación lineal, añadiendo así, en línea con los argumentos de Dahl(19'/l), evidencia comparada a la idea de un umbral democrático.
Citaremos a Bollen (1979) como ei último estudio en esta muestra de los primeros es-fuerzos comparados que examinan la relación entre desarrollo económico y democracia.Además de centrarse en el nivel de desarrollo económico, Bollen también se interesó por lacronología del desarrolio. Este autor se planteó que, posiblemente, los países que se handesarrollado mucho después que los europeos y los norteamericanos hayan tenido más difi-cultades a la hora de establecer formas de gobierno democrático (véase infra). Por ejemplo,el modelo británico de desarrollo económico rápido tuvo profundos efectos en los paisesque se desarrollaron con posterioridad a Reino Unido, como Francia, Bélgica o los EitadosUnidos (ibíd.: 573). Cuando los denominados <países de desarrollo tardío> intentaron <al-canzar>> a los otros países en la economía mundial (Gerschenkron 1962), sus esfuerzosen este sentido podrían haber ejercido una presión indebida sobre sus sistemas políticos enciernes y provocar así la ruptura democrática. Este tipo de argumento sugiere què los paísesque se desarrollan más pronto seriin más probablemente democráticos que los þaíses que sedesarrollan más tarde.
Así pues, mediante la comparación de 99 países, Bollen pretendió examinar si el nivelde democracia es mayor en los países que se desarrollaron antes, o bien si es más alto enlos países que simplemente han logrado mejores niveles de desarrollo económico, o ambascosas. Su índice de democracia incþó tres indícadores de soberanía popular y tres indica-dores de libertades políticas (Bollen 1979: 580). Al igual que Jackman (1913) y Cutrighr yWiley (1969), Bollen utilizó el consumo de energía como medida del nivel de desarroiló.El momento preciso del desarrollo se midió restando de 1966 el año de comienzo del desa-rrollo (Bollen 1979:577). Su análisis estarlístico arrojó que el momento preciso del desarro-llo económico no es relevante, pero que el nivel de desarrollo tiene urefecto sustancial ypositivo sobre la democracia. En otras palabras, para esta muestra de países, el nivel dedesarrollo de un país, con independencia de cuándo haya comenzado reãlmente a desarro-llarse, afecta al grado en el que es democrático.
Desde esta primera fase de trabajos comparativos se han pubiicado nuevos eshrdios querecurren crecientemente a técnicas estadísticas sofisticadas, gracias a las cuales los investi-gadores pueden comparar muchos países a lo largo del tiempo, incrementando así el núme¡ode observaciones (véanse a este respecto los capítulos I y 3 ãe este libro). Cabe destacar tresestudios que usan este método de comparación. Helliwell (1994) compara 125 países duran-te el periodo 1960-1985 (n: 1.250); Burkhart y Lewis-Beck (1994j comparan 131 paísesdesde 1912 hasta 1989 (n = 2.358); y Przeworski y Limongi (t99j) y przewoìski et at. þooo)comparan 135 países entre 1950 y 1990 (n:4.126). Los dos primeros estudios hallan evi-
.#"::ffi*tón se hizo en 1971 con cifras der pNB per cápita de 1957,cuando existían tanro ra (rRSS
136
CUADRO RESUMEN 6.3 Democratización endógena y ex6gena
737
otros países en los que [a democracìa está floreciendo en condiciones de escasez econó-mica. Por ejempto, Mongotia es un país democrático desde comienzos de los años noventaen que cayó e[ régimen comunista que ltevaba en e[ poder desde j.922. Durante [a décadade los noventa, Mongotia privatizó su economía a[ tiempo que ltevaba a cabo reformasdemocrática bres a [o largo de todo e[ periodo enpartido com uego fue desplazado por una alianzaoposición y en una gran coalición. Este y otros[a categoría probabitídad>, ya que su capacídadsin un avance económico sustancial cuestiona los grandes principios de [as teorías dedemocratización endógena y exógena.
dencias estadísticas sustanciales que respaldan una relación entre desarrollo económicoy democracia. El tercer estudio arroja serias dudas sobre estos hallazgos y una comparaciónde los tres estudios pone de manifiesto que sus diferentes resultados dependen, en gran me-dida, de su conceptualización de la democracia y de su especificación de la relación.
Helliwell (1994:226) selecciona una muesfa de países para los cuales <es posible obte-ner medidas comparables de renta per cápita y valoraciones periódicas del alcance de losderechos políticos y civiles>. Su índice de democracia (o <probabilidad de libertad políti-ca>) combina dos medidas diferentes de la protección de las libertades políticas y civiles3,y oscila entre bajo (ausencia de democracia) y alto (democracia plena). Además de su me-dida de desarrollo económico, Helliwelt (lbíd.:228-229) controla los diferentes efectos re-gionales incluyendo en la muestra países de la OCDE, países productores de petróleo deOriente Medio, países africanos y países latinoamericanos. Su análisis estadístico arroja unfuerte efecto positivo de la renta per cápita en el nivel de democracia. Asimismo, su análi-sis revela efectos positivos.para los países de la OCDE y de América Latína, y efectos ne-gativos para los países de Africa y Oriente Medio. Globalmente, los resultados estadísticosconfirman la relación entre desarrollo económico y democracia establecida por los prime-ros estudios comparados.
Bwkhart y Lewis-Beck (1994) usan un conjunto de datos algo más robusto que el deHelliwell 099Ð y una escala de democracia similar, que comprende des<,e la inexistenciade democracia hasta la democracia plena. Recurren al consumo de energía para operacio-nalizar el desarrollo económico y controlan estadísticamente los efectos de <otras fuerzassociales> y la <posición mundial> de los países incluidos en el estudio. Pa¡a la variable<otras fuerzas sociales> se toman como aproximación valores pasados de democracia, y laidentificación de Ia posición de un país en el mundo (central, semiperiférica o periférica) se
hace sobre la base de nueve estudios distintos (Burlùart y Lewis-Beck 1994:904-995).Losresultados del análisis estadístico arrojan que las variables <desarrollo económico> y <otrasfuerzas sociales> están asociadas positivamente a la democracia, mientras que las posicio-
I Las escalas separadas fueron desarrolladas originalmente por Raymond D. Gastil y desde entonces se
aplican anuaimente por la fundación Freedom House (véase Foweraker y Landman 1997: 55-56).
138139
La cornparación de pocos países
Como se ha señalado en los capítulos2y 4,los estudios que comparan pocos países usantécnicas tanto cuantitativas como cualitativas. Ahora bien, ambas técnicas tienen en comúnla selección cleliberada de los países que comparan, basándose en criterios tales como ade-cuación a la teoría, interés en una región o disponibilidad de datos y recursos. Como se
expondrá en este apartado, la selección de países puede afectar a las inferencias que se ex-traen con respecto a Ia relación entre desarrollo económico y democracia (véase tambien elcapítulo 3). En este apartado examinaremos, en primer lugar, tres estudios que empleantécnicas cuantitativas para comparar unos pocos países, a saber: ei estudio de Lerner (1958)sobre modernizacrón en Oriente Medio, ia comparación de Neubauer (1961) del desarrollodemocrático de 23 países, y varios trabajos sobre desarrollo económico v democracia enAmérica Latina (Landman 1999, 2006a; Mainwaring y P&ez-Llñín 2003). A continuación,se hará un repaso de tres estudios cualitativos que comparan varios países, en concreto:el estudio sobre industrialización y democracia en el Reino Unido, los Estados Unidos,Alemania y Rusia, de Schweinitz Q96fl; el estudio de las <tres r,ías a la modernidad>, deMoore (1966); y la comparación de las pautas de desarrollo en países capitalistas avan-zados, América Latina y el Caribe, de Rueschemeyeî et al. (1992).
La comparación cuantitativa de pocos países
Un año antes de que Lipset (1959) aportara el primer estudio comparativo internacional en-tre desarrollo económico y democracia, Damel Lerner (1958) publicó un ambicioso estudioque examinaba pautas de modernización en Oriente Medio. Su estudio comiewa con unacomparación de 73 países que arroja un alto nivel de asociación en una gama de indicado-res de modernidad, incluyendo urbanización, alfabetismo, uso de los medios de comunica-ción y participación política. Esta evidencia inicial le lleva a establecer dichas asociacionesen una muestra de países mucho más pequeña, que incluye Turquía, Líbano, Jordania,Egipto, Siria e lrán, recurriendo a encuestas individuales realízadas por equipos de exper-tos en los diferentes países. La comparación combinada inicial de estos seis países va se-guida de estudios de caso de cada país para identificar las peculiaridades de cada uno deellos, sin descuidar los rasgos comunes que comparten.
Para Lerner (1958: 89), la modernización es una <<tendencia secular en una sola direc-ción. de estilos de vida tradicionales a unos estilos más participativos>. Esta tendencia secu-lar se caracterizapor una movilidad fisica, social y psíquica cuya culminación es una socie-dad participativa moderna con altos niveles de urbanización, alfabetismo, consumo de mediosy capacidades de empatía. Aunque no valora directamente la conexión entre desarrollo eco-nómico y democracia, el estudio da a entender que la democracia es la situación de llegadade la modernización, y que para dos de sus sociedades más <modernas> (Turquía y Líbano),el control del poder político se dirime mediante elecciones (ibíd.: S4-S5). No obstante, lahistoria ha puesto de manifiesto que ambos países han afrontado dificultades para man-tener la democracia: Tirrquía experimentó intervenciones militares en 19ll y 1980, mien-tras que Líbano sufrió una guerra civil entre 1975 y 1990. Las comparaciones iniciales de
nes mundiales periférica y semi-periférica ¡educen estos efectos positivos. En otras pala-bras' el efecto del desarroilo económico en la democra"ia "s
menor en países recientementeas estadísticas mâs avaruadas que lasautores con un alto grado de confian_a (Burkharr y Lewis-Beck 1994: 907;
Przeworslci et al. (2000) muestran escepti_riormente citados. No discuten el hecho de
mente, pero sí cuestionan ra manera.no,,.'#läl:lïäå?iå"ïi"Xi:iî,'^tå:1:Ëill,åîlos países con arreglo a nofinas de vdôracióndel ejecutivo, el la existealternancia en el I tiemposencillo revela q niveleste. Ahora bien, en lugar de proclamar inmemueve la democracia, los autores sostienenconvertrrse en países desarrollados económi
omparada (véanse los cuadros resumen 6.3
ociedad para llegar a su punto). De oho lado, un grupo emer_ación parece corroborarse a lo
ya que las ddebate entren la idea de
140
147
datos agregados llevaron a la siguiente clasificación de niveles denos a más: Irán, Jordania, Siria, Egipto, Líbano y Turquía. A estaanálisis de los datos a nivel individiut ...ogiøi en las seis encues-
Desen que Ia importancia del estudio de Lerner reside
ciones araciones globales para establecer asocia_
den 1o å:ii'[,å:fli;,äî::iî,:#3.ix1n *_
implicaciones de estas hipótesis. y como mostrarán.ras comparaciones de pocos paísesque revrsamos a continuación, el contraste de estas hipótesis rro ., .r, absoruto un asuntozanjado.
,, ^Apoyándose en las aportaciones de racomparación de muchos y pocos países, Neubauer(1967) comparó 23 países media¡rte un índice de desarrollo democrático e indicadores dedesarrollo económico' El índice de desarrollo democrático combina cuatro indicadores
mpetencia electoral presente en un determi_tilizó los mismos indicadores de desarrollo
mocracias reveló que <simplemente no hay relación ¿
de la democracia y ras medidas de desarróflo socioeconómico> (ibíd.: 1007). Su única co_rrelación significativa es Ia existente entre el nivel de .oro*i.u"lonl ei-ren¿imlento de lademo-cracia. En general, concluye que podría existir cierto efecto umbral entre desarrolloeconómico y democracia, pero que en èl ."ro de los países democráticos, unos niveles dedesarrollo económico más altosìo se traducen enmejoras en el rendimiento de la demo-cracia (ibíd.: 1007).
examinan la relación aíses másnte a AméricaLatina Mainwa-comparado 17 países I 1os perio_995 (Landman 1999), ZOO1ù v
durante series temporales mucho más largas que se remontan a los años cuarenta (Mainwa-ríngy Pérez-Liñán 2003). Al iguat que ios sostienen quelas conclusiones de las comparaciones grupos de paísesmás pequeños, en particular, en aquello tanto en desarro-llo económico como en democracia. A diferencia del estudio de Neubauer, los países de lamuestra están geográficamente próximos y son culturalmente similares, por lo que encajanplenamente en el diseño de sistemas de máxima similitud (véanse los capítulos 2 y 4). Lacomparación controla (es decir, mantiene constante) la cultura común de Ia región (legadosibéricos y pautas de desarrollo económico similares), y algunos de los modelos controlanadicionalmente las diferencias subregionales entre el Cono Sur y América Central, quepresentan durante el periodo pautas de desarrollo y democracia algo diferentes. El análisisestadístico comprueba tanto las formas lineales como no lineales de la relación, y no hallaefectos sustanciales entre las variables <desarrollo económico> y <democracia>a. Así pues,esta muestra más pequeña de países de máxima similitud sirve como una prueba de <máxi-ma probabilidad> que refuta las proposiciones teóricas que han recibido un fuerte respaldoempírico en el nivel de análisis global.
Tomados conjuntamente, estos estudios emplean las técnicas cuantitativas de los estu-dios que comparan muchos países, pero limitando sus comparaciones a una selección másreducida de países. Es evidente que la comparación basada en un grupo más pequeño depaíses arroja resultados diferentes, pero, en ambos ejemplos, la selección de los países nodependía del resultado que se pretendía explicar. Lerner (1958) hizo uso de su extensacomparación inicial como guía preliminar para. su investigación más intensiva de seis estu-dios de caso, pero mantuvo un gr¿rn número de observaciones mediante el uso de datos anivel individual. Las comparaciones de democracias y de series temporales de países deAmérica Latina de Neubauer (1967) no revelan relación alguna entre el desarrollo econó-mico y la democracia. Ahora bien, ¿son estos resultados simplemente un producto del ta-maño de la muestra, o bien existen razones teóricas e históricas que justifican las dudasacerca de la asociación entre esas variables? La revisión de algunos eshrdios que comparanpocos países cualitativamente pretende aportar algunas respuestas a esta pregunta impor-tante.
La comparacion cualítatìva de pocos países
El grupo de estudios cualitativos macrohistóricos que aquí se exponen parten del interés
comú¡ en revelar los factores causales de la <caja negra)) dentro de la cual se desarrolla Ia
relación entre el desarrollo económico y la democracia (Rueschemeyer et al. 1992: 29).
Mientras aceptan algunos de los supuestos teóricos de las comparaciones globales y man-tienen que, a lo sumo, Ios resultados estadísticos positivos y significativos que obtienen songeneralizaciones empíricas (ibíd.:30), estos estudios tratan de identificar las variables in-
a Un análisis con un planteamiento idéntico se llevó a cabo para América Central, obteniendo resultados
similares (véase Seligson 1987).
Él
142
143
tuvieron que crearse para contener el impulso democrático mientras se daba rienda suelta alas fuerzas del crecimiento económico (De Schweinitz 1964: 142). Ahon bien, al igual queen el Reino Unido, en los Estados Unidos el crecimiento económico se produjo de formaautónoma y el periodo de rápida industrialización no comenzó hasta después de la Guerrade Secesión. De acuerdo con De Schweinitz (ibíd.: 148-152), existen otras tantas condi-ciones favorables al establecimiento de la democracia en los Estados Unidos, entre ellas,mejores condiciones de trabajo para ios obreros, expectativas económicas más moderadas,menor diferenciación étnica de los grupos de inmigrantes, una arraigada cultura políticade individualismo y el gran tamaño del territorio continental disponible; todas estas condi-ciones contribuyeron a superar el <problema del bienestao> creado por el proceso de indus-trialización.
En contraste con la gradual instalación de la democracia en el Reino Unido y el relati-vamente <caso fácib de los Estados Unidos, según De Schweinitz (ibíd.: 159) la experien-cia alemana acusó plenamente el peso de la historia, que generó la neccsidad de un Estadocentralizado fuerte para unificar sus diversas unidades políticas en la segunda mitad delsiglo xx. Antes de la Primera Guerra Mundial, la rápida industrialización de Alemaniahabía superado a la del Reino Unido, pero tanto la contienda como la posterior llegada alpoder de Hitler trastocaron la hipótesis que relaciona el crecimiento económico autónomoy la democracia (ibíd.: 184). El carácter aparentemente atípico de este caso se explica ha-ciendo referencia a un cierto <excepcionalismo> británico. En una fase comparable dedesarrollo, el Reino unido no era un país plenamente democrático, pero contó con másde medio siglo de paz pata que florecieran las prácticas democráticas. Alemania teníaun legado histórico diferente al británico, que había creado obstáculos más serios a la de-mocratización. Además, el Reino Unido no sucumbió a los problemas políticos y la crisisdel continente. Importa señalar aquí que las comparaciones globales tratan los casos atípi-cos como una ocurrencia normal, toda vez que constituyen simplemente anomalías enuna distribución estándar de resultados. En esta comparación, De Schweinitz (1964) en-cuentra dificultades para explicar por qué Alemania no logró una democracia estable en losalbores del siglo xx.
El último caso de este estudio es Rusia, un país que estaba más subdesarrollado y teníamenos acceso a los recursos naturales que los otros; un país que no experimentó un des-arrollo eipontáneo y autónomo, y estuvo más abierto a la invasión extranjera. Por otra par-te, la ausencia de una clase media y Ia persistencia de un sistema de servidumbre dificulta-ron adicionalmente cualquier avance hacia la democracia. Aunque Rusia logró una rápidaindustrialización hacia finales del siglo xx, según De Schweinitz (1964),la ideología mar-xista se convirtió en un factor importante en la conformación de su historia posterior. Al fi-nal, Rusia puso en marcha un sistema de gobiemo de partido único sin oposición legítima.Paradójicamente, no se ofrece explicación alguna para la Revolución rusa de l9ll'. Encambio, este evento se convierte en un factor nuevo que ayrda a explicar su falta de demo-cracia. En última instancia, tanto Rusia como Alemania tuvieron un desarrollo económicotardío y menos autónomo, y una experiencia limitada o inexistente de democracia, mienhasque el Reino Unido y los Estados Unidos experimentaron un desarrollo económico autóno-mo y desarrollaron valores fundamentales que promovieron el crecimiento de la democra-cia. Estas comparaciones se resumen en la tabla 6.1.
termedias clave que conlribuyen a <descomponer>medias figuran la cronología y lanatoraleza àel des ables inter-
zas enrre tas e-- J ^-;::T:ï.::i ": v las alian-
bién factores rles, la fortaleza como tam_
tanto, estos e
democracia a
flas, pero no suficientes> para elcracia es <un sistema en ei que lollamamiento a las preferenðias dun mecanismo de voto mayoritario abierto ademocrático requiere individuos .u.ionui.,
Estados Unidos tuvo muchos factores a suo. El país norteamericano poseía un inmen_
744 TI
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I
Tabla 6.1esarrollados por De Schweinitz
;;;;; ;...; "
145
nitz (1964), Moore consideraba que ciertos resultados políticos son producto de configu-raciones históricas específicas, que podrían no repetirse. Sus comparaciones descubrierontres <<vías>> hacia el mundo moderno: 1) revoluciones burguesas y democracia, 2) revolu-ción desde arriba y fascismo, y 3) revolución desde abajo y comunismo. Como categoríascentrales de comparación incluyó el desarrollo económico, las estructuras estatales y lasclases sociales.
La vía democrâticahacía la sociedad moderna se logró en Gran Bretaña, Francia y losEstados Unidos. Moore concibió la Revolución puritana (Guerra Civil inglesa), la Revo-lución francesa y la Guerra de Secesión estadounidense como acontecimientos que cam-biaron drásticamente las sendas de desarrollo que tomarían estos tres países. El proceso dedesarrollo económico se vio acompañado por un equilibrio de poderes entre la corona y lanobleza terrateniente. El desarrollo de la agricultura comercial debilitó la función de lasclases altas terratenientes, engrosando al mismo tiempo las filas de Ia burguesía, lo cual, enopinión de Moore (1966: 418), resultó crucial para el desarrollo de la democracia: <Sinburguesía no hay democracia>. Las clases altas terratenientes y la bwguesía no se aliaroncontra los intereses de campesinos y obreros. Por último, en los tres casos se produjo unaruptura revolucionaria con el pasado (lbid-:431).LaRevolución puritana alteró para siem-pre Ia función de la monarquía en el Reino Unido, mientras que la Revolución francesaabolió el absolutismo real y estableció los derechos políticos de la ciudadanía modernas. Siinicialmente la Revolución Americana neutralizó el papel de la Corona británica, la Guerrade Secesión quebró después a las clases altas terratenientes, allanando así el camino para elcrecimiento continuado del capitalismo industrial. Así pues, Moore (1966) sostuvo que es-tos tres acontecimientos históricos fueron revoluciones bu.guesas, cuyas condiciones deposibilidad creó el desa¡rollo económico, y cuya resolución llevó en última instancia al es-tablecimiento de la democracia liberal.
Moore ilustró la vía fascista y <de arriba abajo> hacia la sociedad moderna mediante undetallado análisis de la historia japonesa, comparada implícitamente con la de Alemania.Según Moore (lbíd.: a31), en ambos países el desarrollo de la clase comercial e industrialfue demasiado débil y dependiente para hacerse con el poder por sí sola, por Io cual forjócoaliciones con las altas clases terratenientes y la administración real, <canjeando el de-recho a gobernar por el derecho a hacer dinero>. Esta coalición contra los intereses de
5 Moore admite que la Restauración borbónica ( i 815- 1848) provocó cierta involución conservadora, pero
hacia 1830 el poder de la vieja aristocracia había sido efectivamente eliminado (Moore 1966: 106)
Carácte¡ del Desa¡roÌlo O"rur.o[o Indust¡ialización Industria ]jzacióndesarrollo econóeconómico "u,ónoîï nï;ff ,'liiÏi:ï:"n l;ddÏ;triarización
temprano ' pariialmente por el autónomaEstado
Rasgos únicos Aislamiento Espacio, clima, Fuerte peso de la Escaso acceso a losgeográfico recursos natu¡ales historia recursos naturales
Medio siglo Sin pasado feudal Estado cenkalizado Estado centralizadode paz fuerte y þersistencia de lase¡vidumbre
Desar¡ollo de las Clase media Ciase media Clase media Clase media pococlases sociales ntune¡osa numerosa nurnerosa pero numerosaalienada
Movimiento Movimiento obrero Movimiento ob¡ero Clase obrera poco, obrero fuerte débil Êrc#a . numerosa
Cuitura política Individualismo Individualismo Falta delibe¡al ñê+;-^_ Ideología marxista
Desar¡ollo de lasclases sociales
Ciase medianumerosa
Movimiento obrerodébil
Individualismopertinaz individualismo
Resultado Democracia Democ¡acia Democracia
inestabléNo democ¡acia
,iï:,ï:i:,'å',::ff ffi ',:ff åïr"î'J,",tråï:la relación general entre el desarrollo socioeconó_posibilidaddequeuna.:fli':iff ilti"tä:::J.'i,:ïiJmilîï,'"îjiïilÏnlJi'i,1rilidad de rec'rsos nat,rares]la - ;;ãä;ioblación, ra ideorogía, así como ra ubica-iqug ta aparición det orden;;ú;;" democrárico>
s obstáculos al éxito de h dånociatizaciónresidencrmrento centrado en el Estado. A la hora ãe extraer inferen_comparación de cuato países, De Schweinitz Gbfá., iil
es que se desarrol ounidense hacia la demõcraciá> y *uotouo que los paí-ituciones políticas s.
xx tendrían que hallar otros meáios pã.a "stãbt"c"rior-
147
campesinos y obreros recibió el apoyo de un Fstado fuerte que proporcionaba protecció'comercial y control de la clase obrera. Los diferenter "*p..r.n.rrio.".on lu democracia nofraguaron, ya que, ai fin y al cabo. no eran del gusto de las clases altas terratenientes, sien-do <la represión fascista er resultado finab (Rueschemeyer et ar. 1992:24).
La vía comunista, tanto en Rusia como en según Moore, cuatro grandesaltamente centralizado y una, componente esencial del de_
;:åi:i":#:åîå':do y Francia). Ambassociedades contaban con un campesinado
acción cotecti,," Àri fu.s, ru <ausencia de Jl,:tftt:,.,ïiffiiJ,jlgida por las clases aitas, y la concomitante s nstituciones sociales cam_
orens_
ias
en
Enlaten cuenta teniendo
clases em entre las
prendente ;e considere el producto de una rupturïå:ilita con el pasado, no una instalación gradual de una forma política como resultacio de avan-
enlosaiz
as que posibilitaron la democracia. Al igualresura a señalar que la constelación de aðon_
os no era en absoluto inevitable, yo de eventos ligeramente diferentejhacia el mundo moderno.
iónÍacón40
Tabla 6.2 Las t¡'cs vías haci¿ la sociedacl moderna de Moore (1966)
IGran Bretaña,
Francia,Estados Unidos (lndia)
üAlemania,
Italia,Japón
IIIRusia,
China
Carácter del
dcsarrollo
económico
Desarrollo de
clases y coaliciones
Desarrollo de agriculturaoomercial
Debilitamiento de laaristocrac ia teüateniente
Equilibrio de poderes entre
Corona y aristocracia
ter¡ateniente (en Gran Bretaña,
Francia e India)
Ausencia de coalición entre
aristoc¡acia y burguesía oontra
campesinos y obreros
Desarrollo de agriculturacomercial
Clase ter¡ateniente
poderosa
Coalición entre una clase
ter¡ateniente poderosa
y una burguesía débily dependiente
No desarro-lo de
agricultura comercial
Clase terrateniente
poderosa
Burguesía débil
Campesinado masivo
con capacidad par:a laacción colectiva
Estado centralizado
y represión obrera
Función del Estado Estado fuerte que
propolciona protección
comercial, dirige laindustrialización ycontrola a la clase ob¡era
Ruptura revolucionariay violenta con el pasado
Resultado Democracia parlamentaria
capitaiistaFascismo capitalista Comu¡Lismo
FUENTE: Adaptado de lvloore (1966)
cornplejidad de su estudio, aquí se esbozarán simplemente los principales puntos ,lel análi-sis comparado y el razonamiento subsiguiente.
En la primera parte del estudio, los autores compararon las experiencias cle desarrollo ydemocracia en 17 países avanzados, a saber: suecia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Bélgica,Holanda, Francia, Gran Bretaña, los Estados unidos, Australia, canadá, Nueva Zelanda,Austria-Hungría, España, Italia y Alemania. La finalidad de la comparación estriba en la
glggååËåfFååFåflg rgäflgÈ'**gååå$Fruflss ååcË
åååË*gåå$påäFgååågggåg,,,flågg+åË ånrå aåggFrsç ä IãE x Ê E 5Ë Ë'.*åå g g€
årgåfl$F$äã åËå+ ggågglg:d_Ë.(D =!?ê.s iFt åÐreõ xË 3ã Fç ËsËË ä€SågiE€ [ã, g'*Fs 3¡ ËFËtr Ë"äsõ Ëe :, õ ;;¿Å,Fe E ã' õE'g; I g õ S õ ã õ"^ õ-ã ri ci Ã.) É ^ ts'årË rË$ç
f,' u.*rãËã
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t H ö F Fss q; +TEEEFåäãgiåä rf gËiå$.å=* ?' ã iç sr À sci(D-X aõÞ¡:ä;ç8 Fsæds eäiËfläEäËlËåååËË+ËËåå+å åflËåËaË
Q < Ø ã fi Y i=-¿ñËñ E¿8.È". Häõ-E
aåãg FäË[ËËgå[[ÊË.Ë' ä äfl€Ë. -HEflFç*
:sãËq;F
= äË**gååråååggg
årgg gggggg
rruååååIåËp ååËËf È ä€ f + ,E g
Tabla 6.3 Condiciones para la democracia y el autoritarismo en países avanzados
Suecia, Dinamarca,
Noruega, Suiza,
Bélgica, Holanda,Francia
Reino UnidoEstados Unidos,
Austra lia
Canadá,
Nueva Zelanda
Austriâ-Hungríâ,España, Italia,
Alenania
Desarroll o
Clases
Rápido desarrollo del
capitalisno indushial en
la última mitad del
siglo xtx
Élite agraria débit
Burguesía fuerte
Clase obrera Íìte¡:te
Rápido desarrollo deì
capitalismo indushjal en
la úrltirna rnitad del
siglo xtx
Élite agraria fuerte
Btrrguesía firerte
Clase obrela ñrerte
Rápido desarrollo deì
câpitalismo industrial en la
última mitad del siglo xtx,
sólo en EE.UU.
Élite agraria fuerte
Burguesía fuerte
Clase obrera débil
Estado autónorno
Agricnltura represiva de los
jonraleros
Vastos strministros de tierra
barata
ftrfluencia colonial británica:
gobiemo representativo
y sufi'agio
Ruptura revolucionaria con el
pasado (salvo en Austraìia)
Élite agraria débil
Burguesía fuerle
Estado autónomo
Agricultura no represiva de
los jornaleros
Vastos suministros de tierra
barata
Infl uencia coloniaì bdtánica:
gobierno represetìtativo
y sufiagio
Inexistencia de rupnrra
revolucionaria con el pasado
Indush'ialización tardía
Élite agraria fuerte
Burguesía fuerte (salvo
en Alemania)
Alianza entre Ia élite
agraria, la buguesía
y el Estado
Agricultura represiva de
los jornaleros
Hegernonía ideológica
del autoritarismo
Inexistencia de ruphrra
revolucionaria con el
pasado
Agricultura no represiva AglicultLrra no represiva
de los jornaleros de los jornaleros
Ruptura revolucionaria
con el pasado sólo en
Francia
Ruptura r evolncionaria
con el pasado
Resultado .., o"llo.lu:,u- . ., Democracia
nueNte: Rneschemeyet et d (1992:19-154)
Democracia
.ß..rct
I)emocracia
LNoo.! Õ õ Øv[3 H ã ¿i'è fi ÈÈg,H RE õjã'x E-î Ë s ã q:'iE.;g r-;Y ñ B - Ë v Ã.y Þ o o ã ^Hõj*rd Ñ-;6'îgBãeL
Fic¡Ñ-D';:'T5ÔVpã-^ ,.ÅSåHÃiA6HgäflÊ ¿äËËrËrrä õ g qä o'- ñ'qN"-cù o-óÈiã5 r¡7*29 tõio-õBe ã t -Þ t o'K + rD -^ â *.a *r Ë E'o Þ B Pö-ìåõ ñÉi.RðiiR^Àrgq: 5IEÞ-FNl9Ø - (D
- -i l.Þ -'=ô ä ilBÃip.ÈF[, +þ.FR,ÊNËFñ¡n'^ ZtÈË"#.äõgg"j.ë 6 . ã-Þ L^ (u F 5õ:ö:õ: ':sã rË¡-rsÈ5-Ø2 -p L t¡l = Ibi-'o- fi'3Ë:ËËãã-õE.:3 -È:itrôÞÞilF 3si * ålFõióõõã' sË õ
Fç Sã äoÞË F ¡ o o o'"-ã:g'ÉÈ eH Eã H Ê.õ'+ Þ qË"'ôÊ¡trôai.! o.ö' Q ãl:i* Ht' o¡ o5Ø;lDoP- oHbd.--'ø?E Èj ÈS=o5ß oa IÀP^P-äO Þr-3H"eã' Ë Eú=trË g ÈrÞ.ñ çù õ 5 ìlO'Þ Ø S O ;5'-'t(DF,8.8; E iO-N-Þø
^SÞg È¿ r¡Ë=;; E BaBoF- O HË õ õoc ó gã3ÃFÞ(D'" õ ÉÞ o' ØÞÞäá É t
Tabla 6.4 I)esarrollo y democratización inicial en América Latina
Urugrray,
ArgerrtinaColombia,Icuador
BrasilBolivia,
Venezuela
Chile,Pcrú
Desarrollo Expansión de la
exporlación
Agricultura
No intensiva en
nrano de obla
Agente Partidos
movilizadol clientelistas
Industria- Antes de 1930
lización
Democracia Antes de 1930
inicial
Expansión de la
exportación
Agricultura
Intensiva en
lnano de obra
Partidos
clientelistas
Después de 1945 1930-1945
1930-i945 r94s-r964Ecuador después
de 1 945
Expansión de Expansión de la Expansión de la
la exportación expofiación expoltación
Agrìcultula Minetja Minería
Intensiva en
mano cle obra
Estado Parlidos Partidos
radicales de radicales de
Expansión de ¡\usencia cle
la exportación expansión de la
exportacióu
Minería Agricultura
Intensiva etr
mano de obra
Revolución Estado
Después de 1945 Después de 1945 Antes de 1930 Después d,e 1945
1930-1945 1930;
Bolivia después 1930-1945 para
de 1945 Peru
Autolitadsrno AutoritarisnroDemocracia
estable plena
> 12 años
Democlaciaestable
restnngida> 12 arios
Democracia
estable
restringida> 12 años
Democracia
inestable plena> 12 años
Democracia
inestable
restrìngida> 12 años
r¡
752
Del examen de estos e¡tud10s se desprencre.claramente que ra comparación de pocospaíses ofrece a ros investiguao..r ofã.iurìi"¿., *^li*"1ä;;.î.r. Esre mérodo decomparación permite un examen intðnsivo a. un ,oro-på:su u'vrurr
en las diferencias entre países, "o".1 fi;;" explical laseco.nómico es capaz d"-pro-ou"., ã-"å, å"d"-ocracia.
T:lTid?s en la comparuôlOn p.r_rt. .ãrjä, ,..acontecimientos histi .
tabr e c imi ento ;.- i ;äiil"'.", :] iTå: iîïüt åLa diferencia en resultados .nt é .r^. --"'"referente a la relación entre desar muchos países en losión final, ya que es importante esperar a una discu-tema. solo país sobre este
Los estudios de un soto país
más) estudios de_ un sålo país como países en eldesarrollo y su relación .on l" d"*o.racia. Desdedemocracia en los Estados Urridos t urtu .l ,:fti_on,elre
tan de vincular "l
¿"r-T[o ..cumplen arguno o todos ros objetivos de ros estudios com_
explicaciones comparadas inc trâ medida a las categorías ymenclonan en esteãpartado fi¡ tes" Entre los. estudios que sãlas instituciones democráticas versa sobre el rendimiento deestudios de caso ,oür" go,r,, i9), sobre Argentina, y los tres(19!6) Demorr"iy-orã o"velopment. 'luidos en la obra de Leftwich
En Malcing Democracy woik, putnam (lgg3a).aportó un estudio de un soro país, Itaria,en el que compara el rendimietto ¿. iut ì"li*ii".* ¿.*o.råtiä ".ì. î", u.rnr. regionesadminisrrarivas, elro técnicas ãe ir-vestigació;;;;;;tr*s y cuaritarivas.Putnam (1993a: una medida del rendimiento de las instituciones democrá-ticas, que es un
doce indicado."r^ãå p.o."ro, disposi_indicadores figuran ia esta¡ii¿aã ¿et
murgacióndereyes.""i#å:lîiffi :î"t¿:iäffi1ï::,ile atención primaria, los ins_
el gasto unitario ena capacidad de res_
io. mo variable depen_
153
Geográficamente, el nivel de rendimiento de las instituciones democráticas es mayor enlas regiones del norte que en las del su¡. Basándose en muchos de los mismos estudios revi-sados en este capítulo, Putnam (ibíd.: 83-86) postuló inicialmente que las diferencias en elrendimiento institucional que observa se deben a los distintos nivelel d.e modernización so-
como arrollo económico ayudahasta institucional entre régio-nes, p del sur.
Putnam sospechaba que Ia relación simple entre desarrollo económico e institucional eraespuria, y la paradoja identificada al estudiar la falla norte-sur Ie llevó a buscar algún otrofaclor capaz de explicar el rendimiento institucional en ltal:a. En opinión de Putnam, larespuesta se halia en la historia de Ia participación ciudadana en Italia: un lento proceso deacumulación que se remonta ala época medieval y continúa hasta la Italia moderna (ibíd.:121-162). La participación ciudadana consiste en involucrarse activamente en los asuntospúblicos, en el desa¡rollo de ideas de igualdad política, solidaridad, cotfianzay toìerancia,y en la formación de asociaciones de voluntariado (ibíd.: 86-91). Al analízar los efectos dela variable <participación ciudadanu, la relación directa entre desarrollo económico y ren-dimiento institucional desaparece. En su lugar, Puûram (ibíd.: 157) especificó un modelo(véase la figura 6.7) que establece una conexión entre la participación ciudadana en las dé-cadas iniciales del siglo xx, y la participación ciudadana y el desarrollo socioeconómico delos años setenta. A su vez, el nivel de participación ciudadana en los años setenta está rela-cionado con el rendimiento de las instituciones democráticas en los años ochenta.
Figura 6.7 Explicación del rendimiento institucional democrático en ltalia
imientoen [os años ochenta
Desarrolto económico enlos años setenta
FUENTE: Adâptada de Putnam (1993: 157).
durante eI siqlo u
Partic'ipación cjudadanaen los años setenta
t51
Elequé no 3;,i:':ïilj';åj:i.,îiåK,1#îîii900 y ri¡ Argentina ..girt ã tasas de crecimiento deriores a las de Suecia y f-ranc=ia. A"
"íõ;;;, de la Gran Depresión,rnás alto que en Austrja e ltal: :¿ u _"ã'iàa "
les de(ibí<l.: a los de lo
cracia o¡te leriopero hacia 1930 ta dt
mcrplente s
ãe s de e ste "ñ"
h;. ;'T::"-fr .î :äi"îT:,.","î :ü: J:,ïïde.esta obra). Entre 1930 y iss:, "ii.i, ;äio ,"i,-sobierno miljtar y 25 presiãenres, I & å. ì"r'lr"r.. i"tos entre 1955 y 19g3. El ea mediados de siglo. Las tclncuenta, el 2,9 por cientoniveles ne,eativos en los och en los setenta, e incluso hastalnlento meciio tle sólo un I p 1983, el país registró uu creci-
Para explicar las fluctuacman (1989) uti.lizó categorías e a, Wais-Sos-t1vo que la aparición y e e (J992).se debió ante todo a una tasa e 0-1930)
do permiti( e Pansiórt
lizãción, la ron masrva, una rápida urbani_
En segundrón obrera I
sión (V/aisman 19g9: g4).medida, a la aparición de umrcas muy arraigadas qrrecomo a la represãrtación de :s de las clases subordinadasticas (ibíd.: ZS-SI¡. Este estu( stituciones políticas dernocrá-de Hawlcins (200i¡, que tamb tdolo con ei estudio de Cubacia de condiciones.ecänómica, n a la democracia en presen_
Lo1996) (Iolm 1996), India (Kavirajeconó L vanlación tanto en desarrolionús d olm (1996), Botsuana llevaba
racia err cieures. Desde 196-5clento con una economía, sosa y bienes manufac_
de democracia parlamentaria
antes examinadas (ibíd.: 103y democracia, Holm señaló n entre desarrollo económico
todavía con una democracia
x55
fonrlal, y que la sociedad seguía caracterizándose por un sistema de gobierno secretista conescasa rcndictón de cuentas, partidos de oposición débiles y una sociedad civil subdesarro-lia<la. ìln opinión de Holm (ibíd.: 98, 107), la variable mediadora clave entre el desarrolloeconómico y la democracia es la cultura política tsuana, que mantiene patrones de organi-zación autoritarios y 1erárquicos, y tiende a separar las actividades de la sociedad civil y dela política.
Ai igual que Moore (1966), Kaviraj (1996) ha argumentado que la secuencia temporalde la relación entie el clesarrollo económico y la democra.cia en India difiere de las pauta.sobservadas err Europa. En Occidente, la secularización de la política, la individuación de lasociedad cir''il y el desarrollo de una economía capitalista moderna precedieron al desarro-llo de la democracia. En India estos procesos se prorlujeron todos al mismo tiempo. Asípues, el desarrollo de la democracia alteró, pero no desplazó. las identidades traclicionalesbasadas en el sistema de castas y en las divisiones religiosas. Una redefinición formalizaday <moderna> del sistema de castas tendría prlos bienes económicos del desarrollo, al igualpias cie los agen.tes políticos y económicos encaso de India pone de manifiesto que tanto elmocracia pueden suscitar expectativas dentro de una sociedad al igual que poner en peligrola estabilidad política (ibíd.: 133-134).
El último caso de Corea del Sur se revela como el modelo de modernización con éxito.Como en Bdesde 1965,bución razoAhora bien,tenta, el gobierno cuasi militar de Chun D un periodo de transicióndemocrática entre 1988 y 1992, y hasta I lai prirneras eleccioneslibres y justas (ibíd.: 140). Así pues, el cimiento económico ha
Resumen
En la tabla 6-5 se resume Ia <comparación de comparaciones> sobre la relación entre el
756
Método de
comparaciónNúmero de
países Ejemplos Resultado
Tabla 6-5 Desarro[o económico y democracia en perspectiva coÍiparada
les suponen como punto de partida una trayectoria común ale de una situación <tradicional>> y ltega a una <moderna>, lomás temprano, todos y cada uno de ellos efectuarán necesaria-
tes de las incluidas en las hipótesis de partida de las comparaciones globales.La importancia del momento histórico y el énfasis en las secuencias históricas están ne-
cesariamente vinculados a Ia selección de casos, que, a su vez, se relaciona con las diferen-cias en los resultados obtenidos de las comparaciones que se han expuesto en este capítulo.Así, por ejemplo, como su objetivo consiste en medir el desarrollo democrático, Neubauer(1967) sólo compara democracias. Lerner (1958), Landman (1999,2006a) y Mainwaring yPérez-Läín (2003) comparan países que comparten proximidad geográfica y similitudesculturales. Tanto De Schweinitz (1964) como Moore (1966) eligen los países en función delos resultados en el régimen político; es decir de si conducen a la democracia, al fascismo yal comunismo. Neubauer (1967), De Schweinitz Q96g y Moore (1966) incurren en el pro-blema del sesgo de selección, ya que su elección de casos está determinada por Ia variabledependiente (véase el capítulo 3). El estudio de Lerner (1958) sobre Oriente Medio y losestudios de América Latina no presentan este problema, todavez que su elección de paísesno está relacionada con la variable dependiente. Rueschemeyer et al. (1992) también evitanel sesgo de selección comparando los países dentro de grupos (el grupo de ios países avan-zados, el de los países de América Lafina, el de los de América central y del caribe). Enrealidad, al examinar las democracias más pequeñas del mundo avanzado, excluyen la
Muchos países Entre 48 y 135 en unpunto concreto del tiempoo durante todo un periodo
Lipset i959; Currighr1963; Cutright y Wileyi969; Dahl 1971; Jackman1973;Bollen 1979;Helliwell 1994; Burkharry Lewis-Beck 1994; Boix2003; Boix y Stokes 2003
Przeworski y Limongi1997 ; Przeworski et aI.,2000
Lemer l95B; Neubaue¡1967; Landman 1999,200ó; Mainwaring yPérez-Ltñ.ân 2002
Versión débil: asociademocracia y desarrolloVersión fuerte: el desa¡¡ollo
- causa la democ¡acia
Una vez establecidas, las
democracias ricas no suelensucumbir
Para Lerner, la democraciaestá asociada a lamodernidad; para
Neubauer, Landman,
Mainwaring y Pérez-Liñántal relación no existe
Pocos países Entre 6 y 23 en un punto(cuantitativo) del tiempo concreto o
durante todo un periodo
Pocos países Entre 4 y 37 países a lo De Schweinitz 1964; La democ¡acia es un(cualitativo) largo del tiempo Moore 1966; producto deRueschemeyer et at. 1992 acontecimientos históricos
específicos, no susceptiblesde repetirse en el futu¡o
Estudios de un Un país a lo largo delsolo país tiempo
'Waisman 1989a; Putnam Los factores específicos de
1993a; Holm 1996; cada país, en parricular laKaviraj 1996; Moon y cultura política,
*-.*gj*u condicionan la relación
mico y la democracia. Algunas de.estas comparacrones concluyen que los dos fenómenosestán asociados entre sí, otras sostienen que åstán causalmente relacionados, mientras quelas restantes mantienen que la relación pósitiva se debe ur rt".no ã. lu"iÍrayezestableci-das, las democracias ricas no suelen vênirse abaþ. En cambio, u cåmpu.a.ion de pocospaíses y los estudios de un solo país afirman que la relación entre el desarrollo económicoy la democracia está mediada por otros facto: ås rmportantes, tales como las estructuras declase, la na't)taleza del desarrollo económico, la función ¿"r'Brtuão, lã cultura política, losacontecimientos históricos importantes y ros factores internacionares.
I11
158
ruptura revolucionaria con el pasado como variable explicativa sustancial de la democracia.Aun cuando se evita el sesgo de selección, las diferencias en ios resultados entre las compa-raciones globales y las que estudian un número de países más pequeño todavía se explican,al menos parcialmente, en virhrd de los casos seleccionados. Las comparaciones globalescentran sus esfuerzos en los rasgos comunes que están presentes en una muestra grande depaíses. Los casos atípicos constituyen un fenómeno natural en muestras grandes, pero elobjetivo del análisis consiste en mostrar todo lo que es común a los países inciuidos en ellas.
Por el conh'ario, los estudios que comparan pocos países hacen un mayor hincapié en lasdiferencias entre los países. Estos estudios demuestran que la relación entre el desarrolloeconómico y Ia democracia no se confirma en todos los países. I-os comparativistas globa-les no discreparían de esta conclusión; simplemente replicarían que la relación sí se confir-ma en una mayoría de casos. Así pues, las diferencias en los resultados radican tanto en lanafl:rlaleza de la comparación como en la interpretación de la evidencia. En definitiva, losdistintos métodos comparados deberían verse como complementarios entre sí. Las compa-raciones globales establecen las pautas generales de covariación, que pueden ser examina-das en mayor profundidad mediante el análisis de un número de países más reducido. Lascomparaciones globales permiten la especificación de explicaciones parsimoniosas basadasen un gmpo reducido de variables, mientras que en los estudios que comparan pocos paísespueden especificarse variables adicionales. Por último, ambos métodos de comparación pue-den identifica¡ casos anómalos susceptibles de investigación más pormenorizada a travéi delestudio de un solo caso. A propósito de la relación entre el desar¡ollo económico y la de-mocracia, la evidencia sugiere que existe una asociación positiva estable entre ambos fenó-
tantas otras cosas, s a la regla. Laa política comparad son importantesrencias generales ac
Lecturas complementarias
Boix, C. (2003): Democracy and R Cambridge University press.Un análisis nuevo e interesante a¡rollo económico y ú democracia, y ungran exponente de la idea de la a.
Lipset, S. M. (1994): <The Social Requisites of Democracy Revisited>, Anterican SociologicalRevíew, 59 (febrero): | -22.Esta obra brinda una excelente visión global sobre la relación entre el desarrollo económico y lademoc¡acia.
Prz ocracy and Development: poli_
Cambridge University press.
económico y la democracia, y
7. Violencia polÍticay revolución social
El empeño por comprender las motivaciones individuales, estructurales y culturales dela violencia política y las condiciones que favorecen el éxito d.e las revoluciones sociales sevio en parte estimulado por el proceso de descolonización iniciado después ¿e Ia SegundaGuerra Mundial. En efecto, el interés por la violenciay Ia inestabilidad políticas rJhulludirectamente relacionado con la instauración y el mantenimiento de la democracia. En pri-mer lugar, al intentar comprender los orígenes de la violencia política y las condicio.r"r qu.llevan a la revolución, los investigadores en este campo esperan ante todo promover la paz(Lichbach 1989: 470),la estabilidad democrática (Huntington l96g; Sanders l9g1: l-ii;cammack 7997), la protección de los derechos humanos @oe y Tate 1994) y, en general,una mayor <<seguridad para la humanidad>. Al igual que en las comparaciones de muchospaíses examinadas en el capítulo anterior, en este se co:alparan el disËño de investigación ylos hallazgos sustantivos de las comparaciones de muchos países, pocos países yãe estu-dios de un solo país, en un intento por comprender y explicãr esta ìmporiante pregunta deinvestigación. La <comparación de comparaciones) que ofrece este ôapítulo p..rtu ut.n-ción a la selección y el número de casos, el periodo tèmporal de los estudios, Ìos tipos demedidas e indicadores que utiliza cada estudio para operãcionalizar los conceptos teóricos,así como los diferentes tipos de técnicas cualitativas y cuantitativas que prevalecen en cadaestudio.
Rueschemeyer, D., Stephens, E. H.y Stephens, JCambridge: Polity Press.
Capitalist Development and Democracy,
En el capítulo 2 de este libro se ofrece un repaso de los distintos esfuerzos por examinar la rela-ción entre ei desarrollo económico y la democracia.
767
E[ problerna de investigación
ä:iri:iîiil:,3;::ffi:,t^äón interrelacionadas rorman la base de este campo ¿e investi-
1 ¿Por qué se rebela la gente?2. ¿eué sectores de la sõcredad son más propensos a rebelarse?3. ¿eué factores contribuyen ar éxito ¿" i.ru..votrción social?
duales, estructurales y cultura_variados y entre ellos cabe ci_
nómicas (popkin 197 9 ; LichbMoore 1978) y l.a composición estructural de las economíasmas característica de los países menos desarrollados (pail?:r¡.t^ segunda pregunra remire a los tipos de grupos más
äTJ;i"t" a ras rebeliones viorentas o u io" movimìentos revorucionanos. Dad.o que mu_
unas eco siglo xx ocurrieron en países con164), las a (Midlarsþ y Roberts isss, ro3-peñan lo gran I que desem-os nivel global
j: explicarivosque no han
muchos países tienden a centrarse en los aspectos motiva_n pocos países y los estudios
diciones necesarias para el éx los grupos clave y de las con-individuales ¿. tu
"åtivi¿^¿ n er de vista las motivaciones
prioritaria en la relaciãn entr s países enfocan su atencióncia política, mientras que las c ;ocioeconómicas y la violen-amplían su análisis examinandLa.ñterza de grupos guerrillerormlentras que los estudios decomparaciones de pocos paíseclon que prestan a la revolució on más explícitos en la aten-minan la relación entre el desa exa-guran en este capítulo ponen de manifiesto una va¡iedad e fi-violencia política y er éxito ¿" lu, ..uoi.r.;;;r. î" discusión se centrará ahora en "j"drj:i"iÍ;f,iå:î,å::îJ,:[ï."" .o*puruau-q,,ì"iri.t
"n ros diferentes;;ã". en ros que se
La comparación de muchos paises
portamiento político violento. Partiendo de este supuesto, buscan factores micro y macroque pueden llevar (o no) a niveles elevados de agravio manifestado a través del conflictopolítico.
como se anticipó en las discusiones metodológicas de los capítulos 2y 3,la indaga-ción de Gurr (1968) en las condiciones causantes de las <luchas civiles> se basa en uncampo de investigación empírica de la política comparada que arrancó con la publicacióndelnternalWar(Eckstein 1964).Gurr(1968:1109-1110)operacionalizólanocióndepri-vación relativa a través de medidas y de indicadores individuales de privación persistente,privación de corto pIazo, el potencial coercitivo de Ios Estados, los niveles de instituciona-Iización, el grado de legitimidad política y las condiciones socioestructurales generales.Como variable dependiente tomó la magnitud del conflicto civil, que es una medida combi-nada de manifestaciones, huelgas políticas, disturbios, rebeliones locales, asesinatos, golpesde Estado, motines, conspiraciones, purgas y reweltas generalizadas con respecto a losaños 196i-l965. Los datos fueron codificados a partir de varias fuentes primarias de noti-cias e informes de países individuales, que arrojaron un total de 1.100 (eventos> de lucha(ibíd.: 1109). Mediante correlación y análisis de regresión, Gurr mostró que todos susindicadores de privación se hallaban positivamente relacionados con la magnitud del con-flicto civil, incluso después de controlar (es decir, mantener constantes o neutralizar) losefectos de las variables <<coerción>>, <institucionalización>>, <legitimación>, <facilitación>y <niveles pasados de conflicto civib> (ibíd.: I I 16-1 1 17). Su modelo final se representa enIa figura 7.1.
Magnitud del conflictocivi[ 1961-1965
Condicionessocio-estructura[es
762
Figura 7.1 Un modelo causal de las luchas civiies
Prívación persistente
tes por violencia política y asesinatos políticos. Los componentes de cada uno de estosindicadores (o índices) fueron codificados a partir de fuentes periodísticas y figuran en elWorld Handbook of Political and Social Indicators (Taylor y Hudson t 972). Ambos índiceshacen las veces de variables dependientes que se usan a lo largo de todo el análisis estadís-tico y sirven como controles recíprocos al existir un cierto solapamiento en su composi-ción. Los datos están disponibles para 108 países y se agrupan en dos décadur ..pu.à,lur,concretamente 1948-195'7 y 1958-1967.
En lugar de establecer Hibbs (1973)se ernbarcó en un ejercici (véase el ca_pítulo 1) antes de pasar a de contrastarlas hipótesis, especificó más de 25 relaciones lineales y no lineales diferentes entre susvariables independientes y sus dos índices de violencia politica masiva. Estas relacionesftieron agntpadas en categorías generales que incluyen desarrollo económico, fracturas so-ciales y separatismo, coerción y represión estatal, y política nacional. En la tabla 7.1 se re-
gos para construir un elaborado modelo causal multivariable de violencia política que tieneen cuenta la primacía causal de ciertos factores, los cuales, a su vez, determinan loJ resulta-
La violencia también tiende a ser mayor en los países sin niveles altos de represión y enaquellos no controlados por regímenes comunistas.
163
Norq.: (+)) indica efecto positivo, y )), efecto negalivo.Fr,EN-rE: Adapada de Gun (196g: I t2l) y SanderJ( 1995:7t).
tente y de cortocivil, controlandestudio pone igu variables independientes. Estetodogran uruversales que
delo un amplio grado
sesc notraspalabras,
car-^ varien (véanse I
ö;"adoreceo..".,"_ä:Í.",';#åi1ï"i::#:î,î'5i",få:"'å.näîtJ::i:îïXil:de los análisis más teripranos y exhau:que aquí nos ocupa,rrui¿o
"rt la pregunta de investigación
AIcal Vi uso examinar en Mass politi-nivele cras entre países en cuanto adiab>. or a la Segunda Guerra Mun-políticos como el estudio el examen de factores micro-dencias globales. f¡¡Us ¿ eralizaciones basadas en evi-variable dependiente).dos, huelgas políticas,nes contra el gobierno. El se
nde ataques armados, muer_
764
165
Figura 7.2 Un rnodelc causal de yiolencia política
---*
______> Retación unid.ireccionaI
<----> Relación simultánea
FUENTE: Adaptada de Hibbs (1973: 135-153).
La fuerza del estudio radica en que Hibbs (1973) trató de evitar el problema del <ses-go de las variables omitidas> (King er al. 1994:168-132) mediante la inclusión de unamultitud de variables que, a su entender, pueden (o no) estar relacionadas cnn la violen-cia política. Contando con dos décadas de indicadores separadas, efectivamente duplicael tamaño de su muestra hasta 216 países (108 x 2), lo que proporciona unos grados delibertad adecuados para el análisis; sin embargo, el uso de agregados de diez años ha lle-vado a algunos observadores a cuestionar sus conclusiones (véase Sanders 1981: 41-43).Lo cierto es que las conclusiones de Hibbs se ajustan mucho a los resultados estadísticosy es muy cuidadoso a la hora de especificar qué efectos son causalmente anteriores aotros. A pesar de estas fortalezas, en el estudio no se desarrolla una teoría general de laviolencia política, sino que más bien se contrasta una serie de hipótesis interesantes y seconstruyen modelos individuales de muy diversas formas, lo que realmente, al final, haceque <los árboles no dejen ver el bosque>. En todos los modelos, los niveles pasados deviolencia se toman como dados, o exógenos al sistema, y su efecto significativo en losniveles actuales de violencia política obliga a preguntarse por la explicación de los ni-
Rendjmiento deL gobiernobienestar social
VariabLes causatmente anteriores
\*\f:--._--l
I Kepres'ìon I
/
^r
Variabtes determinadas simu[táneamente
Tabla 7.1 una exploración de ras causas de ra violencia porítica: un resu,'rende la verificación de hipótesis en llibbs (1973i
Variables independientes V¿riables dependientes
Protesta colectiva(r948-19s7)
Guerra interna(19s8-1967)
Hipótesis sobre
desar¡ollo
económico
Población
Desarrollo económico I (estático)Desar¡ollo económico 2 (dinrímico)
Urbanización
Educación
Urbanización/desar¡ollo
Movilidad socialMovilidad social/gasto
Movilidad social x gasto
Movilidad socialibienesta¡Movilidad social x bienestar
Fracturas étnicas x movilidad socialDiscriminación de grupos
Separatismo políticoIndependencia postbélica
Fuerzas de seguridad internasRepresión (1958-1967)
Represión (1948-t957)Golpes militaresMovilidad sociaVinstitucionalización
Rendición de cuentas de las élitesParticipación electoral
Desarrollo político(democracia)
Régimen comunistaIzquierda en el parlamento(% escaños)
Lineal positivaForma de U inve¡tidaNo significativa
No significativaNo significativa
No significativaNo significativaNo significativa
Lineal negativa
Lineal positiva
No significativá
No significativa
Lineal positiva
No significativaLineal positiva
No significativaLineal positivaNo significativa
No significativa
No significativaNo significativa
Lineal negativa
Lineal negativa
Lineal positiva
Fonna de U inve¡tidaNo significativa
No significativaNo significativaLineal positiva
Lineal negativa
No significativa
Lineal negativa
No significativaLineal negativa
No significativaLineal positiva
Lineal positivaT=ineal positiva
Forma de U invertidaLineal positiva
Lineal negativa
Lineal positiva
No significativa
No significativa
No significativa
Lineal negativa
Lineal negativa
No significativa
Hipótesis sobre
fractu¡as
FIipótesis sobre
:epresión
Jipótesis sobre
rolítica nacional
uem: Adaptada de Hibbs (1973:21_131)
166
veles anteriores de violencia política. Por últimc, aparte de una pequeña referencia, en elanálisis nunca se examina ia relación entre la protestâ colectiva y ia guerra interna. Hibbspostuló su estrecha asociación rrlutua, pero no incluyó ninguna de ellas como variableindependiente en al,euno de los modelos. En su conjunto, el estudio sirve como ejemplode una forma extrema de comparación cuantitativa internacional. Si bien incluye mu-chas más variables que Gurr (1968), el <beneficio> teórico parece ser considerablementemenor.
En Agrarian Revoltttion, Jeffrey Paige (1975) se marcó un objetivo académicamente di-ferente del de Gurr (1968) o del de Iìibbs (1973), pero utilizó el mismo método compara-do para alcanzarlo. AI igual que ellos, intentó explicar Ia incidencia de la rebelión y de Iaviolencia colectiva; sin embargo, se centró únicamente en la rebeiión rural en el sectoragratio, y diferenció la variable dependiente dividiéndola en cuatro categorías: reforma,
767
Tabla 7.2 Tinos d1 orga¡r-ización agrícola
Tipo de
organización Definición
Hacienda
Explotaciones en
apatcena
Explotación de
jornaleros migrantes
Plantación
Empresa de propiedad individual que carece de maquinaria de procesamientoy la trabajan usufi'uctuarios, jornaleros residentes o asalariados que acudendia¡iamente a la explotación desde parcelas de subsistencia cercanas
Empresa de propiedad individual que carece de maquinaria de procesamientoy la trabajan aparceros o arrendatarios
Empresa de propiedad individual que carece de rnaquinaria de procesamientoy la trabajan jornaleros migrantes temporeros
Empresa propiedad de una entidad privada o pública, o de una persona fisica sila empresa incluye maquinaria de procesamiento; la trabajan jomalerosresidentes por tiempo indefinido o por más de un año
Miniftindio familiar Empresa de propiedad individual que trabajan el propietario y su familia
FLTENTE: Adaptada de Paige (1975: 79)
Cada evento se codificó usando categorías diferentes, destacando entre ellas la ideología, locual permite examinar la relación entre el tipo de actividad rebelde y la estructura del sectoragrario.
Aplicando el análi evidencia a favor deuna reiación positiva e movimiento socialrural. Las actividades ordialmente por mo_vimientos revolucion correlaciona fuerte_
168
A pe la organizació-n agrícoia y los eventos protagoni_zados p aigeltezs: rzOlî"¡"ãá.o'*pt.ru. una cadenade infer el setiva. No obstante, esta cadena de inferenciasGurr (1968), ya que su unidad de análisisque desarrolla. En ambos tipos de sistemasrevoluciones, los propietarios de la tierra dpoder, mientras que los cultivadores carecen
ucionario (paige 1975: 120_l2I). A in_teoría, Paige <trianguló> (Tarrow I dioAagola y Vietnam), cuya discusión nte
Hibbs (1973) y paige (1975) tiendenpara la violenciapolítica en el mundo-elación existente entre la desigualdadintentado aportar evidencias referen_
negativa, forma de u y forma .i,iïi:åìö;'_îJ,i:"ff:îî:#,i"1,Tïi::fi:'l* li::]lTt^*ultt sobre desigualdad y violencia política es muy exrenso (Sanders lggl; Lichbach1989: 435-436), este apartado se centrará- en dos ejemptos ¿"staàos àe ese conjunto de
entre ellos residen en los diferentes modos
,:å:x1i".i..îî1..i,1î::ïli);iiì,ffiî;ïSigelman y Simpson (1977) compararon
en 49 países du¡ante los años cenhalès de la
y el grado de división étrica como indicador d
oblación urbana enhe 1950 y 196f (ibíd.:la distribución de la renta, medida por elFinalmente, para medir la violencia poli(1973) (ibíd.: 113-114). Así pues, hJme_
T:1i".*i:ïT:'Jå[ïJj]"','J:,*ïi:l:mente la relación entre la desigualdad en la distribución de iá renta y tu uioìàrr.iu política.
I Un repaso exhaustivo de comparaciones cuantitativas que examinal la ¡elación entre la desigualdad y el:onflicto político arroja que la falta de u¡ modelado formal cia¡o y de reflexión teórica ha llevado a resul-:ados no concluyentes, producto de operacionalizar los conceptos y especificar los modelos de maneras di-.erentes (véase Lichbach 1989).
II
CUADRO RESttMEl.l 7.1 Relaciones posibtes entre desiguatd;deconómica y violencia potítica
Los ìnvestigadores han prestado especial atencìón a [a desiguatdad eco-nómica y [a vìo[encia política desde que e[ trabajo Robert Gurr (1968,L970) aportara evidencias de [a existencìa de este vín investigacionès pu-bticadas a partir de aquel trabajo. [a relacjón puede a mas funcionates bá-sicas: L) positiva, 2) negativa, 3) forma de u y 4) forma de u jnvertida (Lìchbach 1989:436-440). Abajo se representa cada una de estas formas funcionales.
La figura 7.3 jndica que a medida que aumentan los niveles de desigualdad económi-ca, también [o hacen los nivetes de disidencia política, mientras que [a figura 7.4 repre-senta justamente [a relacjón contraria. La figura 7.5 muestra que los puntos extremos dedesigualdad económica ltevan asociados nivetes attos de disidencia potítica, mientras quela figura 7.6 refteja [a retación contraria. A [o Largo de los años, [os estudios que compa-ran muchos paÍses han tratado de aportar pruebas que respatden uno de estos modetos bá-sicos. La discusión sobre [a forma de esta relación trasciende e[ ámbito académico y puedetener implicaciones de política púbLica para [a resotución de conflictos, e[ mantenimientode [a paz y e[ establecimiento de acuerdos para asegurar [a paz.
Desíguatdad económica
Figura 7.3 Relación positiva Figura 7.4 Relación negativa
F5oo
!E
-oo
oÊEE
-oÕ
oè!
!
Þoo
oÊ!
!
=oÕ
Figura 7.5 Relación con formadeU
Desiguatdad económica
Figura 7.6 Relación con formade U invertida
Desiguatdad económica
Cada país tiene una renta nacionat, conocida bien como e[ prociucto nacional bruto(PNB), bien como eL producto interior bruto (PIB), que es [a suma de todas las rentasgeneradas en un año determinacio. La renta nacional se divide entre las personas querealmente ganaron una parte de [a mjsma. La figura 7.7 jlustra esta idea de renta nacionaly su distrìbución. E[ eje vertìcal representa eL porcentaje acumulado de renta total enuna sociedad, mientras que eI eje horizontaI representa eI porcentaje acumutado de [apoblación que ganÓ a[guna parte de esa renta nacionat. En una sociedad perfecta¡enteigualitaria. cada porcentaje de [a pob[ación gana exactamente Lo mismo que eI siguiente.En una sociedad no igua[ìtarìa. algunos porcentajes de La pobLación ganan más queotros. De este modo, en e[ punto c de [a figura, e[ 50 por ciento de [a pobLación con me-nor renta gana aproximadamente e[ 25 por ciento de [a renta nacional, mientras que ene[ punto F, e[ 10 por cìento de población con mayor renta gana e[ g0 por ciento de [arenta nacionat. Esta representación de [a distribución de [a renta se conoce como [a cur-va de Lorenz (véase Todaro 1.997:- 1.41-142). En general, cuanto más se aparte [a pen-diente de [a curva de Lorenz de [a línea de iguaLdad perfecta, más desiguaI será [a djstri-bución de La renta.
La forma cie representar esta situación de desigualdad en [a cjistribución de [a rentase denomina e[ cociente (o ratio) de concentracjón de Gìni o coeficiente de Gini. La fi-gura 7.8 itustra cÓmo se catcula este coeficiente. 5e trata de [a proporcìón del área mar-cada con [a letra A respecto del área deLimitada por las letras BCD; es decir, se trata de
Figura 7.7 La curva de Lorenz
170
CUADRO RESUMEN 7.2
0
FUENTE: Adaptada de Todaro (1997: :.4l).
EL coeficie¡rte de Gini como medida de [adesigualdad en [a distribución de La renta
50
Porcentaje de perceptores de renta
ÊE
Eo qn
o
771
Figura 7.8 El ct¡eficiente de Gini
B
n'eNre: Adaptada de Todaro (1997:146).
Porcentaje de perceptores de renta
catcular e[ grado en e[ que [a curva de Lorenz se aparta de [a línea de iguaLdad perfecta.E[ coeficiente de Gini osci[a entre 0 (sin desiguatdad) y 1 (desiguatdad perfecta). De este
i modo, cuanto más alto es e[ coeficiente de Gini. más desigual será la distrjbución de [arenta nacionat. E[ coeficjente de Gjni es una medida ampliamente utitizada en estudiosque comparan muchos países, ya que puede ap[icarse a todos los países deI mundo.
En su análisis comparado, Sigelman y Simpson (1977) contrastaron las formas linealesy no lineales de la relación entre la desigualdad en la distribución de la renta y la violenciapolítica. Sus modelos simples sólo incluyen la desigualdad en ia distribución de la renta yla población como variables independientes, y sus resultados sugieren la existencia de unarelación lir:al positiva entre la desigualdad en ia dishibución de la renta y la violencia po-lítica. En otras palabras, entre los 49 países de su muestra, los países populosos con aitosniveles de desigualdad de renta registran altos niveles de violencia política; ahora bien, larelación curvilínea no recibe tal respaldo empírico. Aparte de la población y de la desigual-dad en la distribución de la renta, los autores incorporaron a sus modelos más complejoslos indicadores de riqueza, movilidad social, heterogeneidad. sociocultural y la tasa de cam-bio social. Nuevamente se muestra Ia existencia de una relación positiva lineal entre la des-igualdad en la distribución de la renta y la violencia política, mientras que la movilidad so-cial y la riqueza parecen tener un efecto negativo, y la heterogeneidad socioculturai unefecto positivo. Estos resultados indican que si bien altos niveles de desigualdad en la dis-tribución de la renta llevan asociados altos niveles de violencia política, existe menos vio-Iencia política en países ricos con oporhrnidades de avance social, y más violencia políticaen países con sociedades profundamente divididas.
'ac
où
Línea de igLraLdad
Curva de Lorenz
Simpson (1977) publicaran su estudio, Muller yentre la desigualdad y la violencia política. A di-os efectos que tiene la desigualdad en la distribu-
ción no sólo de la tierra, sino también de la renta, en la violencia política. Midieron ambosn de la tierra y de dis-el tamaño de la pobla-la represión, los actos
coercitivos del Estado þasados y presentes), el separatismo político, el nivel de desarrolloeconómico y los niveles pasados de violencia política. Desviándose de los estudios anterio-res expuestos en este apartado, Muller y Seligson (1987) definieron <las muertes por violen-cia políticu como medida de la violencia política, excþendo otros indicadores (como losataques armados y asesinatos) que forman parte del índice de guerra interna de Hibbs (1913).El análisis de Sigelman y Simpson compara 62 países durante los años 1960 y 1970 usandotécnicas de regresión simple y múltiple, con el fin de examinar la relación primaria entre ladesigualdad y la violencia política. Las conclusiones se resumen en la figura 7.9, que mues-tra que la injusta diskibución de la tierra y la desigualdad agraria únicamente adquierenrelevancia explicativa si se traducen en niveles generales de desigualdad en la distribu-ción de la renta. En otras palabras, los niveles generales de desigualdad en la distribuciónde Ia renta tienen un efecto positivo en la incidencia de la violencia política. Además, losautores concluyeron que la represión del régimen contribuye a Ia violencia política, al igualque los actos de coerción estatal, los niveles pasados de violencia política (compárese conHibbs 1973) y el nivel de separatismo político. Está claro que este estudio incluye muchasde las variables independientes que utilizó Hibbs (1913), combinándolas con la variable dedesigualdad en la distribución de Ia renta de Sigelman y Simpson (1977) y, al mismo tiem-po, comparando los efectos globales de la desigualdad en la distribucién de la tierra.
Figura 7.9 Desigualdad y violencia política
..', '_.,, .',. t.-_,t. 173
po de investigación compa-mejor la violencia política.agravio generado por algúnpolítica, si bien la relación
clirecta violencia se halla mtantes. aración reside en elen la v inciuidas en el análiPaige ( estos estudios residecomo unidad de análisis. Si bien esta elección obedece, en parte, a la disponibilidad dedatos, la cadena de inferencias requerida por los estudios puede llevar a cuestionar la solidezglobal de sus conclusiones, ya que, teóricamente, los eshrdios especifican un conjunto derelaciones a nivel individual, pero las verifican con datos recogidos a nivel nacional.
La comparación de pocos países
La comparación de pocos países aleja el análisis de la identificación de condiciones univer-sales para el surgimiento de la violencia política, intentando proporcionar explicacionesmás holísticas acerca de los grupos que forman los movimientos revolucionarios y de la se-cuencia y conjunción de eventos que llevan a revoluciones sociales triunfantes. En marcadocontraste con las comparaciones cuantitativas de muchos países, estos estudios pretendendemostrar que <[l]as relaciones entre el ejército y los partidos, entre el proletariado, elcampesinado y los intelectuales de clase media se conjugan de modo diferente en situacio-nes distintas, y no se dejan subsumir en fórmulas simples> (V/olf 1969: 99). En este aparta-do se expondrán los planteamientos y resultados de diferentes investigaciones comparadas:Peasant l4/ars of the Twentieth Century de Wolf (1969); la comparación de Vietnam, Angolay Peru de Paige (1975); Moral Economy ofthe Peasant de Scott (1976); States and SocialRevolutions de Skocpol (19'79); States, Ideologies, and Social Revolufions de Parsa (2000);Guerrillas and Revolutions in Latin America de Wickham-Crowley (1993) y Political Mo-vements and Violence in Central America de Brockett (2005). En todos estos estudios, lacomparación de un pequeño número de países si¡ve al objeto de exami¡ar cómo se movi-Iizaron los dife¡entes gruposr cómo formaron alianzas y de qué manera lograron (o no)derrocar el sistema político dominante en el que vivían.
Mediante la comparación de las luchas revoluciona¡ias en México, Rusia, China, Vietnam,Argelia y Cuba, Eric Wolf (1969) trató de identificar los factores comunes que explican elestallido de guerras campesinas y su función en el fomento de revoluciones exitosas. Su<variable maestra)) es la transformación capitalista, que introdujo Ia lógica de los mecanis-mos de mercado en comunidades agrícolas basadas históricamente en sistemas de produc-ción y existencia completamente diferentes. La comercializacíón de la agricultura puso en
entredicho los cálculos de riesgo básicos en los que se habían basado los campesinos du-rante siglos y quebró los lazos sociales y las relaciones de poder tradicionales que forma-ban los cimientos de la economía de subsistencia. Wolf argumentó que todos sus casos (a
excepción de Cuba) presentaban la misma situación de partida de un amplio campesinado
más o menos ligado a Ia tierra. La llegada del capitalismo supuso que cada vez mâs propie-
DesarroLlo económico
Violencia política1973-7977
Desiguatdad en [adistribución dela tierra
Violencía potítica1968-7972
Actos coercitivos deI Estado1,973-7917
FUEN'IE: Adaplada de Muller y Seligson (1987: 442).
.{+\
Ai'gcìia
Tabla 7.3 Condiciones parn el estallido de guerras y revoluciones campesinâs en el siglo xy
México Rusia China Viefnam
Condiciones de
parlida
Transformación
capitalista
Modo de
expansión
capitalista
Crecimiento de lapoblación
Autoridad central
Particlarios de la
vanguardia
Campesinos libres
Guerra campesina
Campesinaclo
atado a la tierra
Sí
Sí
Porfirio Díaz
Ejército
constitucional
Sí
Sí
Campesinado atado
a la tierra
Sí
Sí
Zarismo
Ejército lusosoldados campesinos
eí
Sí
Expansiónvìolenta Enpresariosde las granjas
Campesinado Canrpesinado
atado a la tierra atado a la tierra
Sí Si
Colonizaciónde Empresarios
tielras nuevas
ChiangKai-shek Francia
Ejército Rojo
Campesina<lo Proletariaclo
.tlado a ll lierra rzucArcìu
Sí Sí
Expansión Em¡lesaliosviolenta de las
granJas
Sí Sí
Francia Batista
Sr
Síll
Resultado
Beneficiarios
Revolución
Clase media
Revolnción
Partido cornunista
Revolución Revoh.rción
Paftido comunista Partido comunista
Revolución Revolución
Clasernedia Ejército-Partido
coûtLìlllsta
F{LN
FUENTE: Adaptada de V/olf(i969),
t76177
vlven tan cerca de una línea de sub_das en la comuñidad y en normas de
que los campesinos se rebelaron en wrario. Mediante una comparación cua_cción del capitaliimo de mercado ende manifiesto gue <el cambio estruc_stado... violar cada vezmâs la econo_
as>:
979) se sirvió del método compara_Francia, Rusia y China. Aunque suWolf (1969), incluyendo losìasos
olventar el problema del sesgo de se_
ca del Estado y de las estructuras desupone una reforma de las institucio_sociales (ibíd.: a). Al igual que Wolfspecial atención a los campesinos encontraste con estos estudios, su varia_
erior caída ante la creciente pre_política necesaria para el éxito de
una explicación puramente marxista
las variabies causales que remiten arafottalezay la estruchlIa de los Estados del Antiguo Régimen y as relaciones de las organizaciones estatales con las esfucturas de clases pueden discriminar entre casosI revoluciones triu¡fa¡rtes, casos de revoluciones frustradas y ausencia de revolución mucho mejor que¡ variables que hacen referencia a relaciones de clases y pautas de desar¡olro económico.
D".:.r,: modo, skocpor (r9l-9) intentó salvar el vacío de ra explicación marxista medianter análisis directo de los cambios en las pautas de la organizaci'ón ;*"ü su relación con
ronamiento de los Est os tres casos. por otra parte, las comparacio-nes con Japón, Prusia e la ausencia de estas condiciones condujo arevoluciones políticas, sociales.
Unavez establecidas las causas similares de estas revoluciones, Skocpol (1979) dirigiósu atención al periodo posrevolucionario. En esta fase de su comparación, sólo cotejó lostres casos principales, descartando los casos negativos por no considerarlos necesarios. Sucomparación identificó cinco similitudes básicas en las experiencias posrevolucionarias deestos países, que atribuyó en su totalidad a la manera en que se desarrollaron estas revolu-ciones. En primer lugar, la denominada <opción liberal> estuvo vedada a estos Estados,pero las clases dominantes continuaron siendo vulnerables y los grupos subordinados sus-ceptibles de nuevas movilizaciones. La conclusión de Skocpol sobre Francia contrasta conra alcanzada por Moore (1966), para quien Francia representaba el ejemplo de una <<revo-lución burguesa) que condujo a una democracia liberal (véase el capítulo 5). Dado queSkocpol prolongó su análisis más altá del periodo revolucionario (algo que no hizo Moore),pudo afirmar que Francia experimentó fases liberales que no gozaron de estabilidad (Skocpol1979:282).
En segundo lugar, las economías de los tres países continua¡on basadas en una produc-ción agraria caracteizada por una fuerte presencia de campesinos. En tercer lugar, los tressiguieron inmersos en una competencia internacional. En cuarto lugar, el proceso de cons-trucción del Estado se caracterizó por la movilización del apoyo popular en contra de opo-nentes tanto internos como externos. Por último, el propio Estado estableció una mayorpresencia en los tres países y sustituyó a las clases terratenientes como autoridad preemi-nente y central. En conjunto, las comparaciones de Skocpol identifican las causas y lasconsecuencias de las revoluciones sociales. Combinando los dos métodos de comparación---diseño de sistemas de máxima similitud y de miíxima diferencia-, Ilegó a algunas con-clusiones convincentes sobre las causas, la naturaleza y los resuitados de las revolucionessociales.
Parsa (2000) basó su estudio comparado de las revoluciones iraní, nicaragüense y filipi-na en el modelo de Skocpol (1919), especificando variables estructurales, tales como lafortaleza y Ia intervención del Estado en la econornía, y variables relacionadas con los mo-vimientos sociales, tales como Ia acción colectiva y la movilización de recursos y oportuni-dades políticas, y prestando atención a la composición ideológica de los grupos opositores.Los tres casos comparten una serie de rasgos similares, aunque los resultados de las revolu-ciones difieren. Los tres siguieron, en gran medida, modelos similares de desarrollo capi-talista, tuvieron regímenes autoritarios y excluyentes que habían sobrevivido a episodios
I ETUIULIUII DUCIAI!@
Casos positivosCasos negativos
Francialngla tcrra
Condiciones de crisis:Clase Clase te¡ratenienle
conre¡cial +
monarquía absoluta
selni-bLll ocrática
Creciente no
capi talista
Modelacla
lvlinìñrndist¿s +
oposición al sistema
selìorial
Pueblos autónomos +funcionarios reales
Nobleza terratenie¡te
débil + Estado
absoltrtista burocrático
Clecimiento extensivo
Ext¡enra
Canrpesinos ptopieta¡ios
/ anendata¡ios
Comunidad fuerte
Pueblos soberanos +burocmcia zarista
Econonría
P¡esión extema
Campesinos:
Eshr¡chlras de clase
Política local
Clase le¡rateliente
conlercial * Eslntlo
absohltista scnli-
bu¡ocl ático
Sin avar;ces en el
desarr ol lo
FueIte
Carnpesinos poseen
rierras, miniÍìrndios,
sin cornulridad
Terrate rr i en tc s,
rsureros, dominio de
los iutelectuales
Noblcza
lcr ratcltic¡tc tlébil -l
Estarlo absolrrtistn
bLnoctálico
Agricrrltrrra
capitalista
lìuelfc/suave
Miniftndistas,jor naleros, sin
conunidad
Dolninio de los
Jt¡nker
Inexistelcia de
clase tel I ateD¡ente
+ Estâdo
ì:urocÉtico
T¡adicional con alta
productividad
FLrerle
ConlLlnidades
dominadas por
carnpesinos lcos
ControÌ burocri{tico
sobre la comiluiCad
local
Clasc tel I atcniente
fi.rerte sin Eslado
bul'ocr ático
Âgr icrrltLrr a
capitalista
Suave
PeqLrerìos grarrjeros
pr opietarios +jomalelos, sin
conlrm idacl
Teuatenientes
ligados a la
nonarqrria
Reformas iniciales; eLliebra clel Estadofiacaso de la revolución imperìal; desorrlen1905; colapso del agraloEstado l9l 7
Sí Sí
Reformas y fr-acaso llevoluciól politico Monarquíade la revolución I reformas consfih¡cional
burocráticas
Resultados QLriebra del Estado +
revueltas campesinas
¿Revolución social? Sí
FUËNrE: Adaptada de Skocpol (1979: 155-157).
*ËE i;*E [;{i6=Ë$Ë;åãÈËg¡: Eg äË:-Z qrx=ú."Ët3ËF$Îi:e€ãH qÉE= I+õËHF6a;"¡'CäëÞqt'Ê<å FoÈ Ë;a[ËãiÊHõEE$LËe.äFg ãs[ Ësg[s;HFË, ååËãciaÍäü EFÊ ËerÊ;fF' *'FsgFÈ33äss ii ãE :3= +,¡. q:Ëiã€egH.äÉ äõ.ä: :ñ ñroo::x=ix-#;F Ss; *H ËÉ:lã.pgg*'ËEäåg Ë'g ërg5'Ë-ÊßrËÈ'¡+FF ã¿ :*EË;E;HÞAËO-ô i'dõ:3 ;ts E*ãqt=RsEË.pãiÞ.n 5Ð .'Ì-9ñäGÞ.ÏHH'"ãq3 eA :Fo ö-P'oåä; fs Egfr *Èi+FÈä ld RãJ "'FE8=ax X'eL äB: g;55E'sä Sf €!"; ã88ËBe'þ' aà ËEf t"Ë;Ea.ä --.þ o Þ frE 9.ô'¿ Ë ã ='=.<,ã
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80181
propuso hallar un equilibrio entre Iade los estudios de muchos países y elropio de los estudios de pocos países.orígenes y destinos de los movimien-
s de cuba, venezuela, Guatemala, colombia, peru y Bolivia durante el perio-do entre 1956 y 1970; en el segundo conjunto de comparaciones aplicó laa los movimientos de Nicaragua, El salvador, Guatemala, peru y colombia a
De la comparaciónrolas> históricas se des,ar los altos niveles deres que deben concurrir revolución social en la región. Con respecto aa primera pregunta, las laron cuatro condiciones importantes para ra
'xistencia de altos nivele o a los movimientos revolucionarios:
. Ianaturaleza de la estructuraagraría;
. la perhrrbación de la estructura agraria;
. la presencia de culturas rebeldes; y' Ios vínculos entre revolucionarios y campesinos a través de redes sociales sólidamente
establecidas.
El análisis de Wickham-Crowley (1993) va más atlá de una mera identificación de es-os factores y pone de manifiesto que lo importante a la hora de explicar Ia propensión de
los campesinos a respaldar movimientos revolucionarios es Ia combinación de estas con-diciones.
I agrarias pertinentes se combinabanárea en la que preexistían vínculos
2- El apoyo campesino también podía producirse cuando concurrían las estructurasagrarias pertinentes con un campesinado históricamente rebelde, o
3. cuando ese campesinado rebelde ya se hallaba vinculado a la protoguerrilla con an-terioridad a la insurgencia (Wickham-Crowley 1993: 30g-309).
Con respecto que, después de 1956, en la región sólo tu_vieron éxito dos era ola (1959) y Nicaragua (19i9) en la se-gunda, Ias comp qué triunfan las revoluciones, sino tambiénpor qué fracasan. En la tabla 7.5 se resumen las variables clave que afloran del análisis deWickham-Crowley (1993: 312), donde se pone de relieve la gran frecuencia de intentosguerrilleros (n:2\, un fenómeno que abarca los países y pe-riodos de ti s. Su <tabla de la verdad> (véase el capítulo 4f seorganiza en
1. aquellos casos en los que los movimientos guerrilleros triunfaron;2. aquellos en los que los movimientos guerrilleros contaban con muchas de las condi
ciones favorables para el triunfo de la revolución, pero, no obstante, fracasaron;3. aquellos en los que los movimientos guerrilleros nunca lograron recabar apoyos; y4. aquellos en los que los movimientos guerrilleros nunca lograron despegar.
Aunque quizá no sorprenda el hecho de que los casos de triu¡fo de la revolución reúnenlas cinco condiciones, los factores que determinan el fracaso de la revolución constituyenuna dimensión añadida al análisis. En efecto, las dos variables que parecen resultar clavepara el triunfo de las revoluciones son la presencia de un régimen patrimonial pretoriano yla pérdida por parte de dicho régimen del apoyo de los Estados Unidos. En otras palabras,un movimiento guerrillero localizado en esta región puede haber provocado una intentona,recabado apoyos significativos y cultivado una fuerza miiitar suficiente, pero no movilizar-se contra tal régimen patrimonial pretoriano; en tal caso, el resuitado es el fracaso en el de-rrocamiento del régimen.
El último estudio que se examina en este apartado es la comparación de Brockett (2005)de la movilización y represión campesina en El Salvador y Guatemala. Al igual clue el estu-dio de Scott (1976), este es un buen ejemplo de comparación binaria, al contrastar resulta-dos diferentes entre dos países muy parecidos (véase igualmente Dogan y Pelassy 1990:126-134). Ambos países se encuentran en América Central y experimentaron largos perio-dos de similar conflicto social, durante los cuales se asesinó a un número de personas rela-tivamente elevado, tanto en términos absolutos como en proporción al tamaño total de lapoblación de estos pequeños Estados. La Comisión de la Verdad para El Salvador cifró en75.000-80.000 las personas asesinadas durante el periodo de guerra civil entre 1980 y 1991
182
Tabla 7.5 C¡ndiciones para la revoh¡ción social en A¡nérica Latina, lg56-lggt
Condiciones favcrables ¿ la revolución Revolución
(Wood 2003; Brockett 2005: 2;Landman2006:ca de 135.000 personas fueron asesinadas entre2006:110-111).
183
i 10-1 1l), mientras que en Guatemala cer-1962 y 1996 (Ball et a\.2000; Landman
NOIA: n = 28
FUeNTE : Adaptada d" w,"kh;-¿;;;Ë; iisrl 3jä,,"bf iËi. -' "
Los estudios de un solo país
. FortalezaÀDOVOtentatlvts militar.-- camûeslnoguerrlltetas I de la
v oDrero' guerrilla
Régimen Pérdidapâtrimonial de âpoyopretoriarro de EE.UU.
Cuba 1956-1959
Nicaragua I97 I-19'79
Venezuela años sesenta
Colornbia años sesenta
Guatemala años sesenta
Colombia 1970- 1990Peru años ochentaGuatemala 1975-1990El Salvador 1975-1990Argentina 1914-t9i\Brasiì años setenm
Argentina, montonerosMéxico años setenta
Uruguay, tupamaros
Argentina 1958-1963
Peru 1965
Bolivia 1967
Nicaragua 1958-t963Rep Dorninicana 1963
Eouador 1962
Haití años sesenta
Paraguay l95B-1959Honduras 1965
Brasil años sesenta
Costa RicaPanamá 1959-1985
Panamá 1985-1989Paraguay 1960-1989
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Si
Sí
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SíSí
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Sí
Sí
copvright @ 1993 bv princeton universii press, d;;;;;;. autorización.
.Y'
784185
también han renc re el proceso de lucha políticaen condicion al d de pròporcionar explicãcionescomo las de En cada uno d.e estos estudios seaclarará algo
y posiblemente la organización de su comunidad; y concluye que este cambio ind¡cido porun poder ajeno y no controlable por la gente del campo la llevó a involucrarse en activida-des revolucionarias. Partiendo de esta singular tesis, Womack narró en un relato fascinantelas actividades revolucionarias de gente corriente de Morelos bajo el liderazgo de EmilianoZapata, en un intento de proteger su tierra y su modo de vida. Ese poder ajeno era el de losempresarios emergentes en el periodo prerrevolucionario de poel de las distintas élites gobernantes impuestas por el Estadoposrevolucionario. Merece la pena reproducir la conclusión a latallar veinte años de compleja historia revolucionaria:
Nuevas actitudes, nuevas políticas, nuevas leyes, nuevas agencias, nuevas autoridades -y unos tres
quintos de la gente llana del campo de l9l0 se quedaron-. También ellos habían logrado una victoria,simplemente quedándose en sus pueblos, no refugiándose en las ciudades del estado o hacinándose en lashaciendas, sino ailí donde consideraban que estaba su hogar, en las aldeas, los pueblos y ranchos, todavíaexudando al menos <zapatismo pacífico>. En 1910 se estaban viniendo abajo las bases de Ia única vidaque deseaban vivir. Aunque se reventaban a trabajat, labrando diligentemente sus parcelitas desperdi-gadas de maíz y frijoles, cambiando de vez en cuando un caballo o una vaca por un puñado de pesos,vendiendo huevos, tomates, cebollas, chiles o carbón vegetal, ocupándose de sus huertas llenas de male-za, sembrando desesperadamente las peores tierras de los hacendados, habían perdido la lucha por man-tener vivas sus comunidades. Sólo les aguardaba un largo tormento de pena y vetguenza, trabajar por unjornal en húmedas plantaciones de caña o de atoz, acatar órdenes de un patrón, mudarse eventualmentea chozas propiedad del jefe, mirar a lo lejos cómo se marchan también los viejos amigos, vecinos y pai-sanos, nunca más descansar, y al final morir endeudado de todas formas. Ahora, una década después,
cuando dos almas han desaparecido por cada tres almas que se han quedado, aún siguen en sus bases yluchando nuevamente. Después de todo, resistir en los pueblos contaba más que el nuevo gobierno, losnuevos campeones, las nuevas reformas. Esas pequeñas comunidades castigadas y amenazadas durante si-glos, apenas habían sobrevivido al asedio más vigoroso, implacable e ingenioso jamás ideado contraellos, frustrando la mejor, si no la última, oportunidad que tuvieron los usurpadores de erradicarios(Womack 1969: 370)
* [N. del T.] : en espa-ñol en el original, lo mismo qve serranos en la p. 186.2 Womack ( I 969: x) no se siente a gusto con el término <campesino> porque evoca cierta cualidad exóticaque desea evitar.
mas es nferencias más generales sobre la violencia políti-:iJl: onaria. Al igual"que i;, ;";;;;".iones de muchospdròçs examinan la organización del sector agrícola, laflinción de los campesinos en los procesos revolucionarios, las transformaciones econó-micas subyacentes, así como la funìiOn del Estado y su resubordinados. Womack (1969) centró su atención hacia lael apoyo campesino en el estado centro_meridional de Morerante el apogeo de la revolución mexicana. Por su parte, Nugent (1993) rastreó las relacio-nes diacrónicas y dialécticas entre Estado y comunidad.o ãt n,.rìel estado norteño de chihuahua cuando los cultivadores rocales sintentos de hacerse con el control de sus tie ras.y Harvey (199g)
, una lucha quepropiedad de Iamacro y micro-
controla destacan de manera prominente enmparación más importantes se extrajeron de
aunque cada uno de ellos se centró en casosrespectivamente) dentro del contexto más ge_
argumentos. s sobre las que se desarrollan los principales
Estos estudios difieren de las compsu pretensión de aportar una comprensen el contexto mexicano. Womack negó queanálisis del comportamiento rebelde. Máì b'dad de la revolución en Morelos está en seniendo sus factores, sino únicamente contándol
lrfuegnt (1993: 28) se propuso examinar el <pr
la relación del municipio [de Namiquipal con ålmano de obra o del proceso de producción>. Sintivas, factores sistémicos e influencias, insistió en que:
[s]i bien esta especificidad no impide efectuar comparaciones, un análisis de estas luchas en este pueblofNamiquipa] debe centrarse no sólo en una serie de acciones realizadas por personas sobre y en el mun-do y de ¡elaciones entre grupos e individuos y cosas, sino también en la mÀn"ra en la que las personasorganizan ptâctica y conceptualmente esas acciones y relaciones (Nugent 1993: 29; las cursivas sonmías).
, De manera pareci efendió el uso de categorías (no esencialistas))de clase, etnicidad, c y ciudadanía, centranão suanálisis en los pro_cesos de formación ión política y compromiso
"or, .t Estado. Al
examinar est (ibíd.: 1
que facilitan opular>>,de la lucha p xico y osi bien los tres autores han hecho hincapié en la
186
Este pasaje deja bien claro que Womack (1969) consigue mucito más que sólo contar
una historia. La conclusión es que la gente del campo, se defina como se defina este colec-
tivo, se opondrá aI cambio, ya sea inducido por la transformación capitalista de la agricul-tura o por la imposición de proyectos de reforma dirigidos por el Estado; esta es una con-
clusión que tiene una fuerte resonancia en los demás estudios sobre rebelión y revoluciónreseñados en este capítulo.
Nugent (1993) se hizo eco de esta conclusión y de esta percepción de la resistenciacuando examinó la historia dialéctica de las relaciones comunid¿d-Estado en Namiquipa.Como Womack (1969), Nugent se sentía incómodo con el término <campesino>, aferrán-dose al de serranos (que literalmente significa residente en la sierra), conocidos más gene-
ralmente como un tipo de campesinado libre. Nugent adoptó una visión no i¡stmmental delEstado y una definición relacional de ideología, a la que se alribuyó una función mediadoraentre los serranos y el Estado. Echando mano de estas categorías analíticas, Nugent se
movió hacia atrás y hacia adelante en la historia para desvelar temas comunes en la luchapolítica por la tierra, una lucha basada en la resistencia a la invasión de outsiders. Entreestos outsiders figuran los apaches en el siglo xvli, Ia expansión de la modernización eco-nómica en el siglo xtx y la imposición de reformas agrarias por el Estado mexicano pos-revolucionario. En términos generales, la explicación de Nugent se centra en cuestionestales como la tierra, el trabajo, la identidad y la movilización revolucionana. La inferenciaclave es que históricamente se libraron en esta región luchas similares sobre tipos de agra-vios similares, aunque tales luchas no siguen una pauta evolutiva lineai (ibíd.: 151). Nugentconcluyó más bien que la relación entre tierra, trabajo y política se halla inscrita en la ideo-Iogía de Namiquipa, que responde a los desafios siempre cambiantes llegados del exterior;pero también representa una constante en la historia que el campesinado, independiente-mente de cómo se defina este término, <se niega a marcharse> (ibíd.: 165).
Por último, Harvey (1998) analizó la rebelión zapalista, que comenzó oficialmenle enenero de 1994 en el estado sureño de Chiapas. Como su nombrq indica, la rebelión zapa-tista se basa en la historia de lucha en el sur de México y en el líder de Morelos EmilianoZapata, pero, según Harvey, añade nuevas dimensiones a las pautas de aquella rebelión másantigua. Al rastrear la historia del conflicto político con uso de violencia entre el campesi-nado, Harvey puso de manifiesto que la rebelión de Chiapas se basó en nuevas organiza-ciones campesinas independientes que se habían desarrollado en los años sesenta y setenta,así como en una variedad de redes de ámbito nacional. Además de la exigencia de reformaagtarta en Chiapas, los protagonistas de la rebelión exigían la plena garantía y protecciónde los derechos de los pueblos indígenas y de las mujeres, al igual que la democrurizacióndel sistema político mexicano (ibíd.: 199-200). Esta forma más reciente de rebelión fueprovocada por una serie de (trastornos)) en la región, incluido el mal reparto de la tierra, lamodernización económica þroyectos de presas hidroeléctricas, exploraciones petrolíferas,talas de ¿á¡boles y explotaciones ganaderas), los cambios en el seno de la Iglesia católica, laeducación de maestros y catequistas bilingües, el activismo estudiantil post-1968 ylagra-dual liberalización del sistema de partidos políticos mexicano (tbíd.: 228). Para Harvey, elresultado clave de la rebelión fue que los derechos y la cultura del pueblo indígena pasarona formar parte integral del proceso de democratización en México.
787
Resun'¡en
CoÛio ya se argumentó al comparar los estudios que examinan la relación entre el desarro-llo económicrt y la democracia, es evidente que los diferentes tipos de comparación ex-plrestos en este capítulo impiican compromisos metodológicos sustantivos. En Ia tabla 7 .6se resumen los distintos estudios reseñados y comparados y se apuntan estos compromisos.La selección de estudios presentados no es en absoiuto exhaustiva, pero muestra cómo es-tos clistintos métodos de comparación permiten a los investigadores abordar de diversa for-ma el estudio de diferentes factores que contribuyen a explicar la actividad política violentay la revolución social a gran escala.
La comparación cuantitativa de muchos países levela la existencia de factores comunesque explican variaciones en la violencia política; estos factores, a su vez, ayudan a orientarlas comparaciones con pocos países, así como los estudios de un solo país. A excepción dela relación más específica entre desigualdad y violencia política, con respecto a Ìa cual ape-nas hay todavía consenso (véase Lichbach 1989), la comparación cuantitativa de muchospaíses ha puesto de manifiesto Ia importancia de variables tales como la fortaleza y la re-presión del Estado, las pautas pasadas de violencia poiítica y la configuración política delrégimen existente. Los estudios de pocos países parten de estas ideas y recurren al análisishistórico macro-causal para explicar la incidencia de la actividad rebelde y el triunfo de lasrevoluciones, así como para demostrar los modos en que las variables clave interaccionan a
que los estudios de muchos países,la fortaleza y la represión del Esta-procesos revolucionarios al prestar
ictos de clases y coaliciones de cla-ses, la fi'mción de la ideología, y a factores externos tales como guerras y la influencia delos Estados Unidos.
'1tr
188 189
Tabla 7.6 Violencia polÍtica y revolución desde una perspectiva comparada Lecturas complernentarias
Gurr, T. R. (1970): W'hy Men Rebel, princeton: princeton University press.La completa decla¡ación teórica y compatada de Gu¡r sobre la motivación del conflicto políticoviolento.
Sanders, D (1981): Patterns of Instabitity, Londres: Macmiltan.Un repaso exhaustivo de estudios tansnacionales cuantitativos de violencia política.
Lichbach, M. (1989): <A¡ Evaluation of "Does Economic Inequality Breed Polir,.",l Co¡tìict" Stu-dies>>, World Politics, 47.. 431-4'7 A.
Un repaso exhaustivo de estudios eomparativos, de factu¡a cualitativa, sobre clesigu4ldad econó-mica y violencia política.
Skocpol, T. (1994): Soctal Revolutions in the Modern Wrld, Cambndge: Cambridge UniversityPress.
Una recopilación de los ensayos de Skocpol sobre la revolución social y Ia comparación históricamacro-causal-
Resultado
Enke49 y 114
países, ya sea en
un punto concreto
del tièmpo, o en
periodos
diferentes
agregados
Entre 3 y 12
países, aunque el
número de
observaciones
sigue siendo muygrande
Gurr 1968;
Hibbs 1973;
Paige 1975;
Sigelnan ySimpson 1977;
Muller y
Seligson 1987
Paíge 1975;
Wickùam-
Crowley 1993
Pocos países Entre 2y 6 países
(cualitativo)
La violencia política responde de diversa forma
a la violencia políti.ça pretérita, agí como apa.utas de privación y desigualdad, a la presencia
de fracturas y Separatismos políticos, a los
grados de represión y los rasgos esfructurales de
la economla, aunque Ia forma fi¡rcional de larelación no es cla¡a.
La estructura del sÇptor agrícola es un
determinante cþyç del tipo de rebelión rural, si
bien las princi¡pleô condiciones de las
revoluciones,son: la- organización guerrillera y lafuerza milita¡ el a.poyo a los guerrilleros por
parte de otos sectoiès de la soçieda{ y laexistencia de un régimen dictatoriai ilegítimo.
Los determinantes clave de la rebelión
campesina son la naturaleza económica ycultural de la cominjd¿d campesina, latansforrración bapitalisø de la agriculhu4 una
autoridad cenffai fuerte y una configuración
cambiante de las oporh:nidades pollticas. Las
condiciones i¿aia las revoluciones sociales
incluyen la rebelión campesina y un Estado
absolutista sometido a presiones extern-¿s, así
como ta¡rrbién la distinta capacidad de los
grupos etr liza para formar grandes coaliciones.
Womack 1969; La rebelión campesina y la participación de los
Nugent 1993; campesinos en actividades ¡evolucionarias
Harvey 1998 obedeceo a su resistencia a distintas rnvasiones
históricas de su tierra y comunidad.
Nota: Mckham-Crowley (1993) usa una v¿riedad de reducciones algebraicas para identificar los determinâ¡tès clave
det triunfo de la revolución enAmérica Latina, un método que combina técnicas cualitativas y cuantitâtivas (véase el
capítulo 4).
-ìF-
t
It92 : ì- ia-: 193
E[ probtema de investigación
Existen muchas preguntas de investigación en torno al tema de los movimientos sociales.En general, los investigadores han intentado explicar la aparición, las estrategias, la forma,el éxito y el impacto de los movimientos sociales en diferentes contextos políticos. Lainvestigación comparada se ha centrado en por qué surgen los movimientos sociales en pri-mer lugar, cómo tratan de alcanzar sus objetivos y qué \ogran realmente. Los estudios queexaminan por qué surgen los movimientos sociales centran su atención en las distintasfuentes de agravio colectivo e identidad comirn que llevan a Ia movilización y protestapopulares. Los estudios que examinan cómo logran los movimientos sociales captar miem-bros y seguidores para participar en sus actividades enfocan su atención en la función delas organizaciones de los movimientos sociales y en la movilización de los recursos que senecesitan para mantener una acción colectiva sostenida, tales como dinero, comunicacionesy afiliación. Estos estudios también examinan las diferentes estrategias de los movimientossociales en función de los distintos sistemas políticos y oporlunidades políticas de movili-zación a su alcance. Por último, los estudios que comparan el éxito o impacto relativo delos movimientos sociales hacen hincapié de distinta manera en objetivos específicos de losmovimientos, los niveles de impacto legal e institucional y el grado en el que los valores ycomporlamientos políticos resultan alterados como consecuencia de periodos prolongadosde actividad de los movimientos soèiales.
El estudio de los movimientos sociales suele distinguir entre las investigaciones sobrela movilización de los trabajadores y las que versan sobre otros movimientos sociales.Esta división es en parte teórica. El movimiento obrero se percibe como un movimiento<viejo> que articula reivindicaciones más estrechamente ligadas al capitalismo industrialy a los intereses materiales de esos grupos menos afortunados de la sociedad, mientras
- que los otros movimientos sociales (mujeres, gays, verdes y pacifistas, entre otros) sonpercibidos como (nuevos>, ya que articulan reivindicaciones más relacionadas con laelección de estilos de vida, y menos con preocupaciones materiales; un cambio hechoposible merced a las transformaciones inducidas por la transición al capitalismo posin-dustrial. Muchos sostienen que dicha distinción es exagerada, ya que la movilización degnrpos tales como mujeres y verdes no tiene nada de nueva (Fuentes y Frank 1989; Fowe-raker 1995; Foweraker et aL.2003:141-165) y, además, porquc el énfasis en los nuevosgrupos tiende a ignorar a los grupos situados a la derecha del espectro ideológico tradicio-nal izquierda-derecha. Ahora bien, algunos estudios comparados han incluido al movi-miento obrero junto a los demás movimientos sociales (véase Foweraker y Landman1971), o han abarcado movimientos de todos los ámbitos del espectro izquierda-derecha(véase Gamson 197 5; K¡iesi ¿¿ al. 1995; Payne 2000). En este capítulo se exponen y con-trastan ejemplos destacados de la investigación comparada, sin distinguir entre movimien-tos viejos y nuevos, sino intentando aislar los factores clave que contribuyen a explicar laaparición, la forma y el impacto de los movimientos sociales a través de la comparaciónde diferentes estudios.
La comparación de muchos países
los años sesenta y setenta; la comparación de Haas y Stack (1983) de huelgas de trabajado-res en 7l países; la comparación de Gurr (1993) de protestas y movilizaciones de227 gnrposcomunitarios diferentes en 90 países distintos; y las comparaciones de Inglehart (1997) eInglehart y Welzel (2005) de la propensión de los individuos a respaldar o participar en lasactividades de los movimientos sociales en un gran número de países. En generai, estosestudios tratan de aportar un conjunto acotado y preciso de factores explicativos de las pro-testas impulsadas por movimientos sociales o de la disposición de los individuos a partici-par en semejantes actividades.
En su comparación de 29 democracias, Powell (1982) proporcionó varios indicadores derendimiento de la democracia en una gama de dimensiones políticas: el voto, el rendimientosocioeconómico, las constituciones, los sistemas de partidos, la participación ciudadana yla estabilidad democrática. Su análisis de la participación ciudadana (ibíd.: 129-132) inctu-ye indicadores de <protesta pacíficu tomados del World Handbook of Political and SocialIndicators (Taylor y Jodice 1983). El indicador mide casos de protesta codificados a partirde crónicás periodísticas durante dos décadas separadas (1958-1967 y 1967-1916). Elãutordefine las protestas pacíficas como (eventos organizados en los que participan cantidadessignificativas de ciudadanos en un intento de granjearse el apoyo de otros ciudadanos o deIas autoridades para una causa políticu (Powell 1982: I29). Estas protestas se percibencomo diferentes de las revueitas, ya que no son violentas y requieren un mayor número departicipantes y más recursos organizativos. Por su propia naturaleza,las protestas pacíficasserán más corrientes en los países democráticos con grandes poblaciones y altos niveles dedesarrollo económico.
Powell (ibíd.: t3l) concþó, en las democracias, que Ia probabilidad de protestas políticaspacíficas es mayor en países con grandes poblaciones, mayor heterogeneidad social y un PIBper cápita más elevado. Y lo que es más importante, el análisis muestra que las democraciasco^r sistemas multipartidistas tienden a tener njveles más bajos de protesta. En definitiva, lapresencia de partidos políticos capaces de absorbe¡ y caralizar los diferentes intereses de losciudadanos y grupos hace que las democracias multipartidistas registren niveles más bajosde protesta de movimientos sociales. En virhrd de este hallazgo, Poweli (ibíd.: 130) extrajo lai¡ferencia más general de que 14 <actividad de protesta es muy frecuentemente una alternativamasiva organizada al sistema electoral, cuando este último parece insensible o inaccesible>.A partir de su muestra de democracias, concluyó que la protesta en los Estados Unidos es
típica de un país modemizado con una población grande y pocos partidos políticos efectivospuacanalízar el descontento (ibíd.: 131).
Por razones de disponibilidad de información, Haas y Stack (1983) limitaron su com-paración a 7l países con datos sobre actividad de huelgas de trabajadores durante el perio-do 1976-1918. Conscientes de que la selección de países podría no ser una muestra repre-sentativa, defendieron que su selección de países era <bastante grande y aparentemente
194 195
representativa de las unto del
planeta e incluye tre de Asia,
diez de Oceanía y di elgas (el
número de días de trabajo perdidos por persona dividido por el total de la población activa)
recabado por la Organización Intemacional del Trabajo (OIT) y está promediada en cada país
por trienios para reducir la fluctuación extrema de la medida en el caso de algtrnos países.
Las variables explicativas son similares a muchas de las usadas por Hibbs (1973) en su
estudio sobre la violencia política (véase el capítulo 7). Entre eiias figuran el nivel de
desarrollo económico (PNB per cápita), ia tasa de crecimiento econtimico, la tasa de infla-ción, el grado de afiliación sindical (afiliados a sindicatos como proporción de la población
activa), el grado de fragmentación étnica, la emigración del campo a la ciudad y el desarrollo
de ios medios de comunicación de masas. Asimismo, para medir el grado de democracia polí-tica se utiliza el índice de rendimiento de Ia democracia de Jackman (1913,1915) (véase elcapítulo 6).
El a¡rálisis de correlación iniciai entre todos los páíses revela una asociación positiva y sus-
tancial entre el volumen de huelgas y la tasa de i¡flación, el grado de sindicación y el desarro-
llo de los medios de comunicación de masas (Haas y Stack 1983: 53). Un análisis ulterior de
los datos comparados mediante regresiones revela ia existencia de una relación de U invertidaente el nivel <le desarrollo económico y el volumen de huelgas, lo que sugiere que el <volu-men de huelgas aumenta en niveles de desa¡rollo bajos, alcanza máximos y luego desciende
en niveles de desarrollo elevados> (ibíd.: 54). Esta relación curvilínea se coffobora inclusodespués de mantener constante la tasa de desarrollo económico, el índice de inflación, el gra-
do de sindicacióu, el desarrollo de los medios de comunicación de masas, la fragmentación ét-nica y la emigración del campo a Ia ciudad. Por último, wr análisis adicional muestra que elnivel de democracia política tiene u¡ efecto negativo sobre el volumen de huelgas. En general,los resultados respaldan la perspectiva <liberab> de que el volurnen de huelgas tiende a ser
mayor er1 las primeras fases de desa¡rollo económico, mientras que tiende a reducirse en las
fases posteriores, debido a una separación entre la propiedad y el control de las grandesempresas y al descenso generalizado de la afiliación sindical (ibíd.:44-45).
Ahondando en su anterior trabajo sobre violencia política, Gurr (1993, 2000) enfocó laatención en la protesta política de grupos de individuos que él ha denominado <minorías enriesgc,>, entre l<ls que figuran (grupos de identidad cultural y religiosa que no cuentan conEstados reconocicios o carecen de un estatus político institucionalizado> (Gurr 1993: l6l).Sus c<-rmparaciones se centran en más de 250 grupos destacados o activos políticamenteentre 1945 y los años noventa que cumplen dos criterios definitorios. El primero es que elgrtço debe sufrir o beneficiarse colectivamente de un trato discriminatorio sistemático. Elsegundo es que el grupo centre su movilización política en la defensa o promoción de sus<intereses auto<lefinjdos> (ibíd.: 163). Su muestra de grupos ha aumentado de tamaño entrelas publicaciones de 1993 y 2000 e incluye tanto a los <subordi¡rados> (o <dominados>)como a los <dominantes), pero que aún así siguen estando en minoría. Los grupos <su-bordinados> se movilizan para conseguir vcntajas y beneficios nuevos, mientras que los<dominantes> lo hacen para conservar los que ya tienen. En general, estos grupos incluyenminorías étnicas, nacionaiistas étnicos, grupos indígenas, opositores en representación devarias comunidades y sectas militantes.
AI igual que hizo en sus trabajos previos sobre la violencia polÍtica, Gurr (1993, 2000)operacionaliza los conceptos de privación relativa y movilización de grupo con el fin deaislar los factores clave que explican la drsidencia política violenta y no violenta de losgrupos comunales. La privación relativa plasma Ia moti','eción de la protesta política corroun desfase percibido entre el logro esperado y el real (véanse el capítulo 5 y Gurr 1968,1970 y 1993l- 167). Por otra parte, el concepto de movilización examina las maneras en lasque los grupos consiguen recursos para sostener la acción colectiva (véanse Gurr 1993:167; Lichbach 1995; Foweraker 1995). Para el estudio de 1993, las dos variables depen-dientes relevantes para la discusión que nos ocupa son su medida de <la protesta de grupoen los años ochenta> y las <movilizaciones de protesta de los años setentÐ>. Valores altos enambas variables denotan más participación en protestas y más organización de protestas.Como en los hallazgos sobre la violencia política ya referidos en el capítulo anterior, elanálisis preliminar de Gurr (1993: 179) de los datos comparados sugiere que el nivel deprotesta más alto se halla en los grupos comunales que sufren ciertas desventajas económi-cas, incluidas la escasez de tie¡ra, altas tasas de natalidad y bajos niveles de salud. Además,ciertos factores políticos y culturales se perfilan como determinantes importantes de la pro-testa política no violenta, entre ellos, la pérdida histórica de autonomía de grupo y la fuerteidentidad de grupo (ibíd.: 179). EI análisis dernuestra que la movilización política correla-ciona con agravios expresados en términos de reivindicaciones económicas, sociales y polí-ticas, pérdida de autonomía, tamaño y dispersión del grupo (ibíd.: 180). Los modelos máscom;-'-:ics de Gurr estiman los determinantes de grupo y sistémicos de las protestas políti-cas no violentas, entre los que figuran: la reivindicación de derechos políticos, la reivindi-cación de autonomía política, los niveles anteriores de movilización, las formas de gobier-no no democráticas y el acceso al poder estatal (ibíd. : I 8 6).
EI estudio más reciente de Gurr (2000) incluye un mayor número de grupos y un perio-do de comparación más largo, 1o que necesariamente arroja más observaciones. Ai igualque el anterior, el nuevo estudio se centra en las formas de privación relativa o en lo queGu¡r denomina <desventajas colectivas> (ibíd: 163), que interactuan con Ia propensión delos Estados a discriminar a las minorías, reforzando la identidad de grupo e incrementandola probabilidad de acción política (véase Crighton 2003). Su análisis descriptivo de las ten-dencias de los conflictos eûro-políticos muestra que hacia finales del siglo >c<, las protestasy l<ls conflictos de los grupos comunales habían clecaído, tendencia que se explica en partepor la mayor democratización (véase ei capítulo 9) v el menor grado de discriminación ensociedades en transición-
En contraste con su trabajo anterior sobre luchas civiles (véanse Gurr 1968 y el capítu-lo 7), estos dos estudios reducen el problema de la falacia ecológica utilizando los propiosgrupos como unidades de análisis en vez <iel Estado-nación. Persisten algunos de los pro-blemas de agregación con respecto a la perspectiva de la privación relativa, pero el examende los grupos funciona bien desde el punto de vista de la movilización. Asjmismo, el aná-lisis de Gurr es capaz de precisar, en cierto grado, qué lleva a la movilización en primerlugar, por ejemplo, las desventajas políticas y económicas que sufren algunos grupos, enpartrcular Ia discriminación y pobreza, lo cual, a su vez, se asocia a reivindicaciones delgmpo a favor de la ampliación y protección de sus derechos políticos (Gurr 1993, 2000).Al incluir variables políticas, Gurr (1993: 189) puede formular Ia proposición más general
196
de que <<en democracias perfectamente consolidadas la utilidad del activismo comunal nobrinda oportunidades que im-
>. No obstante, las tendenciasdichas protestas no fueron tan
Las últimas comparaciones de muchos países examinan datos a nivel individuai extraídosde 81 sociedades. Como Gurr, con los años Inglehart ha incrementado el número de paísescon respecto a los cuales recaba datos a nivel individual, cubriendo un abanico de valoresseleccionado mediante encu.estas de opinión estandarizadas. En-Moilernization and post-
La comparación de Inglehart revela un incremento monotónico en las cuatro formas deactividad política no convei--cional. El porcentaje de encuestados que declaran haber con-siderado o efectivamente participado en u¡ boicot subió en 15 de los ?1 países. Las cifrasreferentes a la participación en manifestaciones aurnentaron en l6 países; en el caso de huel-ga aumento se registró en1'7 individual a participaren , afibuible a una pautaà. s subyacente de cohor-tes sucesivas de personas. Los porcentajes más elevados con tëspecto a las cuatro preguntasse observan en las democracias industriales más avanzadas de la miieska, lo que respalda lateoría más general de Inglehart (1990, 1997) de la ascendencia del <posmaterialismo> en elmundo (véase el cuadro resumen 8.1). En general, las formas convencionales de actividadpolítica, tales como el voto y la actividad en los partidos, han experimentado un declive en lamayoría de los países más ava¡zados, mientras que la actividad política menos convencional,plasmada parcialmente en sus cuatro preguntas, ha registrado un aumento.
En la continuación de su estudio, Inglehart y Welzel (2005) han abordado conjuntos depreguntas similares y, con referencia al tema de este capítuIo, han dirigido su atención a losresultados de la acción colectiva, que ellos definen como <niveles cambiantes de democra-cia formal y grados variables de democracia efectiva> (1bíd.: 224). Entendiendo dichoscambios en la democracia como un resultado dado de la acción colectiva, han examinadosu variación internacional contrastándola con la variación en los valores de <autoexpre-sióo (en conüaposición a valores puramente vinculados a la subsistencia), que, a su vez,están vinculados a pautas más amplias de modernización socioeconómica. La variación envalores de autoexpresión está altamente correlacionada con el nivel de democracia formal ycon un índice de sociedad civil (ibíd.: 220-229), que los autores consideran indicativo de lacapacidad de la gente para llevar a cabo acciones colectivas (lbid.: 221).
197
cuADR0 RESI,MEN 8.1 Ronald Ingl.ehart y e[ posrnateriatismo
Apoyándose en años de investìgación basados en grandes encuestas ltevadas a cabo pri-mero en democracias industriates avanzadas y luego en países de todo e[ mundo, RonatdIngLehart (1977, 1'990, 1'997, 1998) ha insistido en que existe una relación entre los vato-res individuales y e[ nivel de desarrollo económico de un país. Ingtehart ha afirmado que amedida que un país se desarrotla, se produce un cambio globa[ en las orientaciones de los
Tabla 8-1 La escala materialista/posmateriatista
I n d i cado res m ateri a Ii sto s I n dí ca do res p osm atei o li stas
Mantenimiento de [a Ley y e[ ordenLucha contra e[ crimenCrecimiento económicoEconomía estabteDefensa poderosa
Lucha contra [a subida de precíos
Mayor capacidad particìpativa en eI puesto de trabajoSocjedad menos impersonalLas ideas cuentanIt4ayor capacidad participativa en el. gobiernoLibertad de expresiónCiudades más cuidadas
ruerre: Adaptada de IngLehart (1998: 65).
Teóricamente, e[ posmaterialismo puede concebirse y emptearse como una variable tan- r
to dependiente como independiente. Como variable dependiente, e[ posmaterialismo cons- :
tituye un síntoma de modernización económica. Por ejempto, todos los países modernos y .
desarrotlados deberÍan presentar un alto porcentaje de personas que respaldan e[ conjuntocentral de valores posmaterialistas. Como variable independiente. se usa para expticar lasdiferencìas en [a propensión indjvidual a llevar a cabo dìferentes formas de acción po[í-
,
tica. Por ejempto, los denominados posmateriatìstas deberían estar más dispuestos a res- :
paldar [as actividades potíticas de aquellos movimientos sociates que reivindìcan [a paz, ,
[a igualdad, [a justicia y [a protección del medio ambiente que de aquell.os que defienden [a
seguridad en e[ puesto de trabajo, [a ley y e[ orden.
198
Tcro.adas en conjr-mto, estas comparaciones de muchos países representan otros tantos
intentos cie desvciar los determinantes de la oposición política nc violenta y de la actividad
de los movimientos sociales. Los investigadores recurrielon a diferentes muestras de países:
sólo democracias (Powell 1982), una selección de países democráticos y tie países no de-
rnocráiiccs (Ingiehart 1997; Inglehart y Welzel 2005) y dos muestras globales (Haas y
Stack 1983; Gurr 1993). Asimisno definieron unidades Ce análisis distintas, entre ellas,
Estado-¡ación (Powell 1982; Haas y Stack 1983), grrrpos cornunales (Gurr 1993) e indi-
económico, ya sea en forma cle crecimiento, nivel de desarrollo o desequilibrios estructura-
les en ia economía, explica parte de la variación en ia actividad de protesta. Powell (1982),
Hairs y Stack (1983) y Gr-rr (1993) apuntaron que la heterogeneidad social en fbrma de
fi-agmentación étnica o movilización de grupos comunales son factores explicativos impor-
tantes cle la protesta política. Haas y Stack (1983) y Gurr (1993) demostraron que la orga-
uizacióu de grupo es relevante a la hora de dar cuenta de Ia protesta política no violenta. Ladiferencia ciave entre estos estudios estriba en sus resultados con respecto a los efectos de
las formas democráticas de gobierno en la protesta política. Para Haas y Stack (1983), lademoc¡acia tiende a inhibir el volumen de huelgas de los trabajadores, mientras que, según
Gurr (1993). tiende a brinda¡ l: oportunidad política necesaria para Ia moviiización de gru-pos comunaies. Estas y otras diferencias en torno al movimiento obrero y otros movimien-tos sociales constituyen mayormente la base de los trabajos comparados sobre movimientossociales con pocos países que se examinan en el apartado siguiente.
La comparación de pocos países
La comparación controiada de pocos pa.íses arroja pistas iurportantes sobre los orígenes, laforrna y el impacto de los movimientos sociales al permitir un examen más detallado de
la dinárnica de la movilización social I'de los rasgos de los contextos políticos en los que
los movimientcs sociales pretenden introducir cambios. En este apartado se expondrán lossiguientes estudios: la comparación de los movimientos antinucleares en Francia, Suecia,los Estados Unidos y Alemania Occidental de Kitschelt (1986); la comparación de datos de
protesta a nìr'el indi.¡idual en los Estados Unidos, ei Rein<¡ Unido, Alemania Occidental yFrarrcia de Dalton (1988); la comparacióu de la dinámica de los movimientos sociales en
Hoianda, Aiemania, Francia y Suiza de K¡iesi et al. (1995); el examen de los derechos de
cjudadanía y de los movimientos sociales en Brasil, Chiie, México y España de Fowerakery Landman (1.o91); y Ia comparación del movimiento de mujeres en el Reino Unido, losEstados Unidos y Canadâ de Bashevkin (1998).
Kitschelt (1986) argumentó que el movimiento antinuclear resultaba apropiado paralacomparación, ya que surgió en Europa y Norteamérica más o menos al mismo tiempo, peroexperimentó una evolución dispar en los cuatro casos de su estudio (Francia, Suecia, losEstados Unidos y Alemania Occidental). Partiendo de que los estudios centrados en un solo
L9-G
país de este movimiento aportan una (gran cantidad Ce destalles descriptivos, [oero] indivr-dualmente no son aptos para el cometido de llegar a una comprensión generalizada de losfactotes que determinan la dinámica de los movimientos sociales> (ibíd.: 57), con su com-paración de estos cuatro casos se propuso extraer inferencias más amplias sobre los facto-rcs que conformaron la dinámica y el impacto de los movimientos sociales. Su factcr expli-cativo clave es la <estructura de oportunidad políticai, una configuraci<in de recursos.marco instilucional y precedentes históricos de la movilización sociai que facilita o restrin-ge el desarrollo de los movimientos de protesta (ibíd.: 58). Segun Kitschelt, la, adopción deeste marco comparativo puede <explicar una gran parte de las variaciones entre movirnien-tos sociales con reittindicaciones similares en clistintos contextos si los demó.s detennÌ.nan-tes permanecen constantes)) (ibíd.: 58, cursivas mías).
Kitschelt (ibíd.: 60-61) estableció cuidadosamente su selección de criterios y explicólas razones por las cuales su comparación resultaba idónea para descubrir los efectos de laslimitaciones institucionales sobre la movilización social. Los cuatro movimientos formula-ron exigencias similares de poner fin a la energía nuclea¡ incidiendo en las centrales yaexistentes, las construcciones en curso y los nuevos proyectos. Los cuatro movimientos sur-gieron en el ámbito local y adquirieron dimensión nacional más o menos al mismo tiempo(1973-1974). Los cuatro movimientos compartieron el mismo <sentimiento subjetivo deprivación y agravio>, extendido entre las bases sociales de los activistas que integrabarr tresgrupos: profesionales y empleados del sector público; agricultores y propietarios de terre-nos afectados; y estudiantes y jóvenes radicales (ibíd.: 61). Asimismo, los gobiernos en loscuatro países mostraron una determinación similar con respecto al desarrollo cle la indus-tria de la energía nuclear.
El concepto de <estructura de oporhrnidad políticu es operacionalizado usando rm sim-ple conjunto de categorías dicotómicas que definen las estructuras políticas inpttt y otttptrtde un país. Las estruchrras input representan la aperhrra y sensibilidad relativas de las insti-tuciones de un país a grupos que formulan reivindicaciones, tales estructuras se consideran<abiertas> o <<cerradas>>. Por su parte, las estructuras outplrt representan la capacidad de lasinstituciones de un país para satisfacer las reivindicaciones y reparar agravios de gruposmediante una respuesta de política pública apropiada, y se califican de <fuertes> o <débi-Ies>. La combinación de estas dos dimensiones genera una malriz 2x2, de tal manera quecada uno de los cuatro casos de este estudio encaja en una de las celdas resultantes (véasela figura 8.1). Esta tipología cuádruple de países se utiliza luego para explicar tanto lasestrategias como los impactos del movimiento antinuclear.
(lbíd.: 67 -72) conclu-(Suecia y los Estados
ilativas>, canalizandode grupos de presión, peticione Entos que operaban en el marco d icasensibles (Francia y Alemania de
mayor confiontación, incluidas manifestaciones públicas y actos de desobediencia civil. Encuanto al impacto, los movimientos lograron más avances procedimentales en las estructu-ras de oporhrnidad política abiertas y sensibles de Suecia y los Estados Unidos, donde sehabía logrado un mayor acceso al proceso f'ormal de toma de decisiones (ibíd.: 74). En los
í 4..
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4'rþ
200
Figura 8.1 Estructura de la oportunidad política
Estructuras polÍticas rnput
Abiertas Cerradas
Estructuras Fuertes
potíticas oøtpøtDébiLes
FrÆNrE: Kitschelt (1986: 64)
Suecia Fra ncia
Estados Unidos Atemania
0ccidentaL
países con estructuras de oporlunidad política abiertas y sensibles, el movimiento tuvo unimpacto mucho mayor consiguiendo la parulizacíón de centialés nucleares existentes, laralentización de la construcción de nuevas plantas y el cese dé.la financiación de nuevascentrales (lbíd.: 77 -82). En cambio, la fircrza de los partidos verdes', que representan un im-pacto estructural de los movimientos, se reveló mucho mayor en las estructuras de oportu-nidad política menos sensibles. Así pues, las estrategias de los movimientos antinucleares,el grado en que alcanzaron sus objetivos y sus legados vinieron determinados, en gran me-dida, por los tipos de contextos políticos en los que se movilizaron.
En Citizen Politics in Weste¡n Democracies, Dalton (1988) eomparó datos a nivel indivi-dual sobre las actividades de los movimientos sociales en los Estados Unidos, el ReinoUnido, Alemania y Francia. Obtuvo sus datos a través de una serie de encuestas que esta-blecen una escala de actividad de movimientos sociales que os.cila entre combatividad mí-nima y ortodoxa, y combatividad m¡íxima y heterodoxa (ibíd.: 63-6a). Mediante técnicas deregresión, Dalton comparó los efectos de seis variables explicativas sobre la escala de acti-vidad de los movimientos sociales, hallando pautas coherentes eir los cuatro países. Enestos países, los hombres jóvenes con una buena educación, una fuerte identificación conun partido político, un sentido particular de la eficacia política y una insatisfacción globalcon las políticas gubernamentales tienden a participar en actividades sociales más comba-tivas, como manifestaciones, boicots y huelgas ilegales (ibíd.: 69-70). Las pautas en estascuatro democ¡acias llevaron a Dalton a concluir que la protesta política es menos probableentre individuos que sufren privaciones y alienaciones que entre aquellos que poseen recur-sos políticos y sociales.
Kriesi e/ al. (l'995) se sirvieron de datos de eventos de protesta en su análisis comparadode cuatro países de Europa Occidental, con el fin de examinar los orígenes, lanaixalezay,con un alcance limitado, el impacto de los <nuevos> movimientos sociales en el contextode las pautas de movilización más amplias de oüos grupos sociales. Se centraron en losmovimientos feministas, estudiantiles, pacifistas, verdes y gays en Holanda, Alemania,Francia y Suiza, comparando asimismo las protestas de grupos de derecha. Los datos deeventos de protesta se codificaron a partir de una lectura de las ediciones del lunes de losgrandes periódicos en los cuatro países. No se trata de una selección de eventos aleatoria,sino, según los autores, de r:na muestra representativa, susceptible de reflejar la mayoría de
207
dos, que se caracterizan por formas más convencionales de acción política. Por otra, lospaíses con Estados excluyentes fuertes (como Francia) suelen exlibir niveles de movili-zactón social más bajos, que se concentran en formas bativas (Kriesiet al.1995:51-52). En países en los que la <vieja izqui partidos socia-listas y de base obrera) ha sido apaciguada, los nuevos es refuerzan lanueva izquierda dentro y fuera de los partidos políticos establecidos (ibíd.: 81). Las dife-rentes orientaciones hacia las políticas públicas que mantienen los nuevos movimientossociales determinan, en parte, el tipo de respuesta que reciben del gobierno. Los movimien-tos que cuestionan las políticas públicas de alto relieve þor ejemplo, la defensa nacional,la energía, Ia inmigración y las armas nucleareq) tienen que hacer frente a un sistema máscerrado, mientras que los que ponen en entredicho cuestiones con un relieve más bajo (porejemplo, el transporte, el medio ambiente y la solidaridad internacional) operan en un sis-tema más abierto (ibíd.: 105-110).
Por último, la comparación de la dinámica de las olas de protesta en los cuatro paísespone de relieve la importancia de diversos factores para Ia investigación comparada de losmovimientos sociales. Desde una vertiente descriptiva, Alemania y Holanda experimenta-ron olas de protesta bien desarrolladas que du¡aron más de un lustro y presentaron grandesaumentos en el número y la magnitud de los eventos de protesta, una creciente participa-ción de las organizaciones de movimientos sociales y la propagación de las protestas a todoel ámbito nacional (ibíd.: 116). En cuanto a las actividades contestatarias, enAlemania yHolanda las olas de protesta pasaron de una violencia escasa en sus primeras fases a tácti-cas más violentas hacia el final del periodo (véase infra la reseña de Tarrow). La función delas organizaciones se asemeja en los distintos países. Las fases iniciales de protesta no es-tán dirigidas ni secundadas por organizaciones formales y profesionales de movimientossociales, debido a su dificultad para movllízarse rápidamente y a su renuencia a involucrar-se en actividades que quizâ no consigan resultados deseables. Por último, una ola de protes-ta termina con un mayor nivel de institucionalización de las organizaciones de los movi-mientos y con pautas de reforma política (ibíd.: 136-137).
¡.,-:It,i
202
CUAÐRO RESUMEN 8.2 Fracturas sociales tradicionates
Estado-Iglesìa, tìerra-'industría y obrero-propìetario.
La fractura entre e[ centro y [a periferia se desarroltó en Europa duranie los sigtos xvt y
xvir, y entraña cuestiones tates como ta reLìgión nacionaI frente a [a relìgìón supranacional
(por e_iempLo, La Igtesia anglicana frente a [a IgLesia catóLica) y [a adopción de [enguas na-
cionates frente a[ Latín. La fractura entre Igtesia y Estado hace referencia a cuestiones ta-
les como [a autoridad secutar frente a [a ret'igiosa en materias como [a enseñanza púb[ica,
e[ derecho de famìl,ja, eL bautismo, e[ aborto, etc. La fractut'a entre tierra e industria im-
ptica cuestiones tates como eL equì|.ìbrio adecuado entre e[ sector agrario y e[ Índustrial en
materia de ìmpuestos, cuotas de producción y aranceles. Por úttimo. [a fractura entre
obreros y propietarios atude a [os probtemas de [a expLotación laboral y e[ control de los
medios de producción. Tras [a Revolución rusa. se han incorpoi'ado a esta úttima fractura
asuntos tales como [a identificación obrera nacional frente a [a identificación obrera su-
pranacional y [a cuestìón de si los trabajadores están o no comprometidos con e[ movi-
m iento revotucio nario i nternaciona t (ì bíd. : 47).
5ì bien estas cuatro fracturas nacieron de desarroltos históricos datables entre e[ si-g[o xvr y los comienzos de[ sig[o xx, adquìrieron un impacto enorme en la formación de los
partidos potíticos, y su presencia aún se siente en [a época contemporánea. Los partìdos
potíticos de corte retìgìoso reftejan diferencias en [a fractura centro-periferia, así como en
[a fractura Estado-Igtesìa. Los partìdos tiberales y conservadores responden a diferencias
respecto a [a fractura Estado-lglesia. Los partidos comunistas, socialistas y laboristas rei-
vindjcan una mayor intervencìón para patiar La dificil' situación de los trabajadores bajo
e[ yugo del capìtatÍsmo industrial y, en cierlos países, del capitalisrno postindustrial. Con e[
tiempo, estas fracturas tradìcionates han perdido intensìdad y se han apaciguado, de tal: modo que los nuevos probtemas han creado nuevas fracturas. La comparacìón de Kriesi ef aL
I (1995: 81) de Los movìmientos sociales en Europa 0ccidental muestra que [a atenuaciónr de [a fractura propietario-trabajador en los cuatro países afecta directamente aI grado
i en et que los movimientos sociates han respatdado eL desarrotto de [a nueva izquierda.En efecto, La ascendencia del posmaterialismo y de los <<nuevos> movimientos sociales(véase e[ cuadro resumen 8.1) en algunos países se percibe y entiende como [a generación
203
Foweraker y Lanclman (1997,1999), desplazan<lo su atención de los países capitalistascon Estados del bienestar, comparan la relación mutua entre los derechos de ciudacianía ylc;s movimientos sociales en Brasil, Chile, México y España. Sus análisis trazan los orí-genes políticos y el impacto de la actividad de los movimientos sociales respecto a la pro-tección de los derechos individuales de ciudadanía. Con vistas a incrementar el número deobservaciones, los autores comparan los casos a lo largo cle periodos de liberalización potí-tica y transición democrática: 1964-1990, en el caso de Brasil; 1973-i990, en el de chile;1963-1990, en el de México; y 1958-1983, en ei de España (n:99). Los aurores sostie-nen qlìe los cuatro países son <ejemplos de regímenes autoritarios que han experimentadofluctuaciones en la protección de los derechos de ciudadanía) y que <exhiben urì aurnento yun descenso de la movilización social a 1o largo del tiempo> (Foweraker y Landman t997:49), lo que les sitúa en la <imagen especular> del diseño de sistemas de máxima similitud(véanse Faure 1 994 y los capítulo s 2 y 4 de este libro).
Al igual que el trabajo comparado sobre el desarrollo económico y la democracia (véaseel capítulo 6), los autores emplean varias medidas de protección de los derechos políti-cos y civiles para ilustrar los contornos de los derechos de ciudadanía en los cuatro casos.Los derechos <positivos> se codificaron a partir de una lectura de las constituciones, lasleyes, los decretos y los actos institucionales de los regímenes políticos vigentes en loscuatro países (Foweraker y Landman 1997 5I-52). Los derechos <efectivos> se midieroncombinando una serie de escalas publicadas sobre la protección de derechos (1bíd,.: 52-62).Estas dos medidas de derechos se utilizaron luego para generar una tercera que reflejala disparidad entre el ámbito de los principios y la realidad p¡áctica (ibíd.: 62-65). Loseventos de protesta de movimientos sociales protagonizados por trabajadores se recaba-ron de la Organización Internacional del Trabajo, y los eventos de datos de otros movi-mientos sociales se codificaron usando fuentes primarias y secundarias sobre actividadesde grupos de base, gnrpos de autoaluda y organizaciones feministas y campesinas, entreotras. Ambas medidas de movilización social se aplicaron para describir los perfiles de Iaactividad de los movimientos sociales en los cuatro casos. Las medidas tanto de ilerechoscomo de movimientos se usaron después para examinar la relación directa entre derechosy movimientos, manteniendo, al mismo tiempo, constantes los factores económicos sub-yacentes, tales como la tasa de crecimiento, el nivel de desarrollo y el índice d.e inflación(ibíd.: 172).
Las comparaciones iniciales permitieron descubrir en los cuatro casos grandes fluc-tuaciones a 1o largo del tiempo en la protección de los derechos políticos y iiviles de losciudadanos, una pauta general que evidencia su transición colectiva del autoritarismo haciala democracia. Estas similitudes generales se contrastaron con las diferencias en la natura-leza de su transición democrática. Chile y España tuvieron transiciones <rápidas> a un sis-tema democrático, mientras que Brasil y México experimentaron transiciones <prolongadase incornpletas> (ibíd.: xxiv). Asimismo, la comparación muestra las diferentes formas en lasque los regímenes de estos países protegían los derechos positivos y los derechos efectivos.Los autores vieron en esta divergencia entre principios y práctica ún elemento crucial paracomprender los orígenes y el impacto de la actividad de los movimientos sociales (ibíd.:117-118), así como también un reflejo de la estructura de oporhrnidad política (Fowerakery Landman 1999).
En ereclo, La ascenoencla oet posmatenaLlsmo y 0e los <nuevos)) mov]mlenros Socla[es j, (véase e[ cuadro resumen 8.1) en algunos países se percibe y entiende como [a generación
,j
de una nueva fractura. i
-:-.::_.:.¡:øJ
204
Con los datos de los eventos de protesta, Foweraker y Landman mostraron que en loscuatro países surgieron olas similares de movilización en el seno tanto del mòvimientoõbrero como de otr ada ola tiene un comienzo, un clímax y unfinal claros, observ del movimiento obrero tiend.e a p....á", ula movilización de ciales. Esta primacía remporal de la movili_zación obrera sugiere que es la clase trabajadora de movilizaciónmás_general en condiciones auto¡itarias, que es lu movilización de
-los demás movimientos sociales (Foweraker y Lan En todos los ca_sos, el patrón de las reivindicaciones formuladas por los movimientos sociales apunta aque conforme crece la ola de movilización, las reìvindicaciorìes pasan del ámbito de lomaterial y económico al de la protección de los derechos políiicos y civiles þásicos(ibíd.: 143-150).
Una vez descritos los perfiles tanto de los derechos ciudadanos como de las moviliza-ciones sociales, Ia comparación de los cuatro casos se sirve de Ia correlación, la regresióny una forma de análisis booleano para examinar las formas en que están relacionados de-rechos y movimientos (véase también Wickham-Crowley t993). Los autores postulan re-laciones unidireccionales y recíprocas entre los derechos y 1os áovimientos (véase el cua-dro resumen 8.3)- Las correlaciones resultan más sólidas int . lu movilizacidn obrera y laprotección de los derechos, lo que sugiere bien que la mayor prôtección de los d.erechosalienta los movimientos, bien que los movimientos logrania ampliación de los derechos.El análisis de regresión confirma que existe efectivamènte una relación fuerte y fecíproca¡ntre la protección de los derechos y la movilización social en Brasil, una relación re-oíproca pero parcial en Chile, una relación relativamente débil en México y una relaciónrltamente concentrada en España. Además, las técnicas booleanas muestran cómo difierenlas relaciones en el corto plazo dentro de los periodos de tiempo que se comparan. En suJõnjunto, estas distintas relaciones sugieren que el proceso d. t urrsfo.-ación democrática-'n estos casos se catacteriza por la lucha <vacilante y contradictorio> de los movimientos;ociales por los derechos (1bíd.:232). :' El estudio final de este apartado compara las suertes del movimiento feminista en trespaíses con gobiernos conservadores: las Administraciones Reagan y Bush þadre) en losEstados unidos (1981-1992); el Gobierno Mulroney en canadá (tszl+-tggl);v los años deIhatcher y de Major en Reino Unido (l)79-1997). Silvia Bashevkin (1993: 3) comienza sutbra Women on the Defe.nsiv¿ con estas tres preguntas importantes para la investigación;omparada de los movimientos sociales:
l. ¿Qué ha pasado con los vibrantes movimientos sociales de los años sesenta y se-tenta?
2. ¿Fueron engullidos por los buenos y codiciosos tiempos de los años ochenta?3. ¿Trajeron consigo los malos y mediocres años noventa el desastre final, al haber
cadavez más gente que adoptaba el enfoque vital de <primero yo>?
Con su comparación del mismo movimiento en condiciones de gobierno similares, Ba-;hevkin resolvió responder a estas preguntas centrándose en el <valle> d.el movimiento fe-ninista tras su <clímax> de los años setenta, marcado por el Año Internacional de la Mujer
cuADRo REsuMEN 8.3 Derechos ciudadanos y movimientos sociales
Estudìos de historia. sociotogía y economía poLítica especifican de distinta manera [a reta-cjón entre los derechos ciudadanos y los movimìentos socia[es desde tres perspectivas di-ferentes: 1) [a perspectjva de los derechos, 2) ta perspectiva de los movimientos. y 3) [aperspectiva duat. La perspectiva de los derechos sugiere que e[ idioma de los derechosindividuales actúa como estandate de los movimientos sociales y como moneda común de[a protesta social de tal manera que los derechos jndividuales desencadenan La actividadde [os movimientos sociates. La perspectiva de los movimientos apunta a que las luchassociates libradas por los pobres, oprimìdos y excluidos logran [a ampliación de los dere-chos individuales de una manera gradual a [o largo de periodos de tiempo prolongadosdurante los cuales los movimientos sociates dìfunden e[ conocimiento de los derechos,además de conseguirlos para sí mismos. como su nombre indica, La perspectiva duaI argu-menta que derechos y movimientos se refuerzan entre sí. actuando como catalizadoresmutuos. Estas tres perspectivas se representan en [a figura 8.2 y et análisjs comparado delos datos llevado a cabo por Foweraker y Landman (1997) sobre los casos de BrasiL, ChiLe,México y España ofrece respatdo empírico a [a perspectìva duat.
Figura 8.2 Tres perspectivas sobre las relaciones entre los derechos ciudadanosy los movimientos sociales
Derechos ciudadanos -->
fvlovimientos sociaLes
Perspectiva de los derechos
i\'4ovimientos sociales -------] Derechos ciudada nos
Perspectiva de tos movim'ientos
Derechos ciudadanos ê f4oyimientos sociaLes
Perspectiva dual
FLE¡{IE: Adaptada de Foweraker y Lmdman (1997: 226-23I).
que la OIrIU declaró en 1975. En los tres países, el movimiento feminista entró en fase de
repliegue, al tiempo que los respectivos gobiernos aplicaban políticas sociales basadas en
una forma extrema de individualismo neoliberal que, paradójicamente, buscaba limitar lalibertad de opciones de las mujeres respecto a la reproducción y sus otros derechos. Lacomparación incluye una valoración de los avances y retrocesos antes, durante y después
de estos periodos de gobierno conservador mediante un examen del historial legislativo-jurí-dico y más de cien entrevistas con mujeres activistas. El estudio representa, pues, un ejem-plo de diseño de sistemas de máxima similitud que pretende examinar el caso concreto del
rovimiento feminista, sin rcnunciar a derivar infe¡encias más amplias sobre el éxito de losr.ovimientos socialés en general.
De acuerdo ce.n l<¡s rgsultados de la comparación de las decisiones legislativas y jurídi-as relativas a cuestiones planteadas por el movimiento feminista (véase la figura 8.3), esteItimo sufrió reveses formales en el Reino Unido y los Estados Unidos, donde el porcenta-: de decisiones positivas se redujo durante los gobiernos conservadores. Sólo el movi-ricnto canadiense registró avances en los años del mandato Mulroney, du¡ante el cual elorcentaje de decisio.nes positivas aumentó sustancialmente. ,De los tres países, el movi-riento en los Estados Unidos fue el que más reveses sufrió, particulârmente bajo el man-ato de Bush, durante el cual el porcentaje de decisiones negativas fue superior al porcen-rje de decisiones positivas. Bashevkin (ibíd.: 47) explicó estas diferencias internacionalesn parte por la presencia del Tribunal de Justicia Europeo en el caso del Reino unido yr aprobación de la Carta de Derechos y Libertades en el caso de Canadá, que limitaban laapacidad de los políticos de recortar la legislación profeminista.
ligura 8.3 Una comparación de las decisiones legislativas y jurídicas sobrelas mujeres en el Reino Unido, los Estados Unidos y Canadá
Pre-Reagan Reagan Pre-Mulroney Mulroney
I Positivo
! Negativo
! Mixto
ueme: Adaptada de Bashevkin (1998:249-256)
tres casQs, el movimiento feminista tuvo que enfrentarse a un esfuerzo concertado destina-do a dividirlo políticamente explotando las fracturas existentes en su propio seno (ibíd.:165-166)' A pesar de estas similitudes, las activistas brit¡ínicas .n*a..arõn su lucha alaluz
Los estudios de un solo país
Los tresejemplomientos
207
'oo
oEoE.Fcoo
d
Gobiernos
08
209
tiles soro caso. E¡ The strategy of sociar protest, Gainson (1975))mp s en los Estados Unidos con el objetivo de examinar la estra-:gia ientos sociales entre lg00 y r945iEn Democracy and Disor-zr,Tartow (1989) estudió eventos de protesta de r¡na variedad de movimientos socialesrra calibrar sus efectos en la democracia italiana entre 1965 y 1975. Finalmente, con Invi-ng Womenb Rebellion, A¡rne Costain (1992) proporcionó un estudio exhaustivo del movi-Liento feminista en los Estados Unidos examinando la relación entre los eventos de pro-' ,sta, las leyes presentadas y aprobadas en el congreso y las pautas de opinión pública. Lalmparación de estas obras ilustra claramente sus distintas aportaciones al estudio d.e losLovimientos sociales.
Gamson (1975: 19) identificó entre 500 y 600 diferentes (grupos opositores> (challen-ng groups), u organizaciones de movimientos socialer, .n .f p"iodo comprendi¿o .nt .300 y 1945 en los Estados Unidos, de los que, en su opinión, .r r.pr.:_53. Su análisis <explora las estrategias que usaron y ias característicLfluyeron en el éxito de sus desafios>> (ibíd.: ix). Definió como grupôrción formal <portadora de un desafio al sistema político> y conÇacidad. de llevar a cabo
desafio: <celebrar reuniones, pianificar eventos, emi_iones y recaudar dinero> (ibíd.: la). Su muestra alea_
,formistas (32%) yveinte grupos *ii'J,'"i""":3t1ïiïffi:Ï:f i:i*.åïîî::1"r#;:)s tuvo lugar en los años treinta, sesenta y ochenta del siglo ix, así como en la pririeraicaday los años treinta del siglo xx, lo que sugiere ciertJnafuraleza recurrente v cíclicar sus movilizaciones (ibíd.: 2l).
Según Gamson, el éxito del grupo tiene dos dimensiones. La primera dimensión hace re-rencia al grado en el que el grupo logra aceptación por parie-de sus principales antago-stas, lo que significa que el grupo ha experimentadõ un cambio desäe <ú hostilidaã odiferencia hasta una relación más positivu (ibíd.: 3l); esta dirnensión se categoriza conetiqueta <plenu (aceptación) o con la etiqueta <ningunu (aceptdción) eaia.:át-zs¡.ra:gunda dimensión se refiere al grado en el que el grupo logra nueVos úeneficios p*á ,o,
iembros, Io que se codifica con la categoría <muchos> o noingl-o, (rbid,.:29). Lá combi-Lción de estas dos dimensiones produce un conjuato de cuato resultados, a saber: respuestaena, prevención, cooptación y colapso. En la figura 8.4 se muestra esta clasific".ión d.ratro resultados y la cantidad de grupos que puede incluirse en cada una de las categorías.Como indica la figura, la mayor parte de los grupos incluidos en la muestra de Gãmson
rlapsaron o lograron una respuesta plena (42 y ZZi:1", respectivamente). En su estudio in-ntó explicar estas diferencias examinando las característiãas, las estraiegias y los factoresstóricos relevantes de los distintos grupos.Mediante una serie de comparaciones bivariable simples, Gamson identificó los facto-
s clave que En cuanto a las características del grupo,'eriguó que cráticas y centralizadas, con muy pocascciones inte xterior son los grùþos que más
"orr.ìgrr..,.s objetivos. os monotemáticoi que no t ut- de despla-r a sus antagonistas y ofrecen incentivos selectivos a sus miembros son los que tienenás éxito. Además, estos mismos grupos suelen obtener más éxito si están dispuestos a
Figura 8.4 Resultados de 53 <grupos desafiantes>> en los Estados unidos, lg00-1945
Aceptación
Plena Ninguna
Respuesta plena I prevención
20t6(38q") I (11%)
Cooptación I Cotapso
5122(e%) | (42"t")
FUENTE: Adaptada de Gamson (1975: figs 3.1 y 3.2)
Estas conclusiones ponen sustancialmente en entredicho gran parte de la sabiduría po-pular sobre los movimientos sociales ta¡rto en los Estados Unidos como en otras sociedadesavartzadas. En primer sociales no son una respuestairracional a fallos suby anifestaciones organizadãs, bu-rocráticas y racionales ia de la acción colectiva es má-xima cuando los grupos ofrecen <incentivos selectivos> a sus miembros (véase el cuadro re-sumen 8.4). En tercer lugar, el uso de la violencia y el nivel de represión adquieren unarepercusión directa en los resultados de los moyimientos. Aparte de estas tres conclusiones,los hallazgos de Gamson (1975) han suministrado un número importante de vías de investi-gación académica para posteriores estudios sobre los movimientos sociales en diferentesperiodos de tiempo y en otros países. Por ejemplo, el estudio de las organizaciones de losmovimientos sociales ha continuado siendo importante (véanse Zald y Ash 1966; Dalton1994; Kriesi 1996), al igual que los estudios comparados sobre la supervisión y vigilanciade la actividad de protesta de los movimientos sociales þor ejemplo, Della Porta 1996;Della Porta y Reiter 1998).
Sidney Tarrow (1989) se planteó la extensión de los límites de la política de masastomando como caso de eshrdio las protestas en Italia durante la turbulenta década que vadesde 1965 hasta 1975. Du¡ante este periodo, el país asistió a una oleada de protestas quecomenzaron con huelgas organizadas y protestas universitarias y se propagaron a trabaja-
Muchas
Nuey¿s
ventajas
Ninguna
21C
CUADRO RESUMEII 8..I
¿rt
En La !ógica de La dccio¡t of Collective Action),lr4ancur gLson (1965)desai'rol[ó una teoría que con respecto a [a propensión de [as þerso_nas a unìrse a grupos. En del supuestÖ de que et comporlam.iento poií_iico individuaI es sjmitar aI comportamiento económico inclividuat. de taI manera que esraciona[ que [a gente sopese los costes V benêficios de ei.egìr seguir un Ceterminado cursode acción. En segundo lugar, Otson asumió que [os grupos que se movitìzan en torno a at_gún interés cornún están surninistrando un bien púbt.ico, es decir. un bien que beneficiainctuso a quienes no son miernbros del grupo, como, por ejernpto. [a protección del nedioanrbjente. En tercer lugar, Otson sostuvo que e[ suminìstro ¿ei ¡ien púbtìco no basta parahacer que un indivìduo se-una a un grupo. ya que no es necesario formar parte del mjsinopara disfi'utar de los beneficios de sus acciones. A este individuo se [e dencmina <benefi-ciario parásito>> o <<qorrón>>. ya que puede disfrutar de los beneficios del grupo sin sopor_tar eI coste que supone tomar paite en sus actjvidades. En cuarto Lugar. siis racionaI paraun individuo ser <gorrón>>, entonces tos grupos deben proporcionaiciertos bienes única-mente a quienes participan en sus actividades. A estos bienes se les denomina <<incentivosselectjvos> (ibíd': 51). Los incentivos selectivos pueden consistir tanto en una sanciónpara los no partìcipantes comc en una i.ecompensa para Los participantes. unos y oiros sedenominan respectivamente incentivos selectivos negatirros y posiiivos (ibíd.: 51). Er. gru-po sóLo puede movilizar a sus m'ititantes ofreciendo tales incentivos.
La idea de los incentivos selectivos es irnportante para e[ estudio de los movimientossociates,.ya que no result¿ nada obvio que e[ agravio baste por sí sor.o para mover a ragente a [a acción (véase Foweraker 1995: 15-16t La partìcìpación en r.a actividad de Losmovimientos sociales es costosa en tiempo. dinero y otros recurscs- En casos extremos, [aactividad de los movimientos sociates puede votverse viotenta y, por.consiguien.te, amena_zar [a integridad fisica de [os participantes en e[ movimiento. Lri org.n.i.;.iones formatesa través de las que se articutan los movimientos sociales, tales como las uro.i..ion.r.ìo-logistas.'[os sindjcatos, [os grupos feministas, los cotectivos homosexuates. etc. ciebenproporclonar un conjunto de incentivos selectivos para nrovilizar a sus mjlìtantes. Estosas por ejempto boletines de noticìas pe_de l. tipos de interés reducidos en tarl.e_
lgs lazzc t, ¡¡-i.^+-- ^,,^ ^de ., ,, ,::;1'.u,#Xinä:;,î,',ï,ï, ïï
Mancur Otson y los incentivos setectivus trabajcs sobre los movimientos sociaies y qe prestabâ bien como eshrrjio cle casc ile mínima
Una de las aportaciones clave de su estudio a otros trabajos comparados sobre ltts movi-lriientos sociales es la noción de un <ciclo de protesia> (véase la reseña sobre Ki-iesi el a/.I995), q*e tiene los siguientes rasgos y trayectorias identificabies:
IIü
"l
I
pacientes, ferroviarios y pasajeros, obìspos ybíd : 5). Tarrow defendió la elección ¿.f.ará
duróiden-otros
272
273
stas a miembros de los grupos deiales (por ejemplo, Ia National O, y el National Women s Politicales.
Durante Ia segunda mitad del siglo xx, egistró, primero, undeclive hasta finales de los años cincuenta, I nales de los sesenta,llegando a su clímax en 797 5, con momento s nuevamente en los
9-10). A lo largopor el Congreso
. Volvió a repun-1974 durante la
Legislatura XCIII (ibíd.: 10-11). Partiendo de esta evidencia, costain (ibíd.: 25) examinóla relación entre las pautas de protesta y de promulgación de leyes, centriándose en la moviiiza-ción de recursos del movimiento, en el empoderamiento de sus militantes a través de la con-cienciación y en las formas en las que el gobierno facilitó las actividades del movimiento.
Costain argumentó que la estructura de oportunidades políticas cambió sustancialmentees de los años sesenta y co-las protestas y en la legisla-Además, el cambio de opor-de natalidad más eficaz y al
impacto de su incorporación masiva al mercado de trabajo, dio lugar al surgimiento de nue-vas cuestiones y a la aparición de militantes potenciales para el movimiento feminista quealteriormente no existían. A esta coincidencia de eventos se sumó la promoción directa delmovimiento por el gobierno, impulsada inicialmente con la creación por el presidente JohnF. Kennedy de la Comisión Presidencial sobre el Estatuto de Ia Mujer (ibíd.: 23). A estasalruras, el movimiento feminista tenía la capacidad organizativa y una voluntad cada vezmayor para buscar soluciones colectivas a los problemas sociales de las mujeres (ibíd.: 26).
Los datos de las series temporales permitieron a Costain señalar los momentos álgidos ybajos en la lucha del movimiento por la reforma de las instituciones políticas y culturalesdominantes de los Estados Unidos. Ahora bien, en lugar de observar un flujo unidireccionalde acciones políticas <movimiento-gobierno>, Costain describió una imagen mâs matiza-da de la relación mutuamente influyente entre el movimiento, el Congreso y la opinión pú-blica. Esta relación se resume magistralmente en el modelo estadístico que figura en elAnexo de su obra y ha sido desarrollado más pormenorizadamente en trabajos posteriores(véase Costain y Majstorovic 1994). Más allá de sus conclusiones inmediatas sobre el mo-vimiento feminista en los Estados Unidos, Costain (1992) formuló inferencias interesantessobre la relación entre los movimientos sociales y los gobiernos. Esta relación no es siem-pre antagónica y, como también indicó Bashevkin (1998), es posible lograr avances signifi-cativos dentro de un contexto político que inicialmente podría percibirse como hostil a los
åg a €E¡[iFËäånðËfãåËäg';íË tãË H
Tã 3 E;'¿qËågåi;ËñFa"¡'r*'ã' sc Ë Es*â'Þ +s-15¡'ãTgHS!3, e¡E*älats = ñB*3Ë 6 3iFËil:åËãÈg' :fqÞËÉì åE - Nã:EdF a dlsEËFäiä'Ë3lfäããËË,ää, ä3. i :ÊË ;' ã [ëgËS ã gÊ Ê ã:eå E¿:5r ä; äã !9'-Ø Ë 23'i õ- 4rilåË,BFFEãåËÄåËËårii åâã.
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gËäåggäåËåëäflå$*flä$IåíiuãI:Þã
ää + fngäÞaããÉP*sãsi*ËäEË ,sia'ãiåååååårËåËrÈäçäFïårã*ä*:F å Ët*H;öÉr*Ëgãfgii,ßásxí åá8-SP :i d$ååËilä¡s+€8ËiirBsää €åi g *Ë+äçåFåF3rË$ÉåÉåËåå äF
313i|=.t3":=l1":.9:I*lllli:',.*pT1d,ï :"1,': :t":l:ro11ot!jlca no viorenta l' movirnientt¡s so,-riares
Mérodo I"ll-"- Ejemplosde parses ResuliadosOrígenes
Forrn aÆstrategia Imprcto
Comparacìón Ent¡e 29
de mrichos democracias
países y 90 países
Comparación Entle3yl0de pocos países de
paises Norteanréricl,
Enropa y
América Latina
Powell (1982):
Haas y Stack
(1983); Gurr(l 993, 2000);
Inglehart (1997);
Inglehart y Welzel
(200s)
lGtscheit (1986);
Dallon (1988,
1994); Ituiesi et
al. (1995);
Fcweiaker y
Landnran (l 997);
Bashevkiu (1998)
Gamson (l 9?5);'ìirrol (l989);
Costaiu (l 992)
El cambio económico subyrcerrle
(creciuriento, desarrolìo, cambio
eshrtcÞ,tral), la hcierogeneidad
social ¡, ]2 organización de grupos
son deteminanles importanles dc
las prôtestas. Resultados dispares
en cuanto a los efectos de la
democracia política
Ent¡e ios militantes de los
nrovimientos sociales en Europa
figuran personas con educación
superior, rentas medias y con
ocripaciones profesionales
La protección cambiante de los
derechos políticos y civiles puede
traer consigo una mayor
movilización
La acción del gobierno puede
facilitar la aclivrdad de los
movimientos sociales
Las distintas oportunidades polítìcas
pueden determinar estralegias
diferentes de los movirnrentos
sociales Los movinlientos exhiben
olas de movilización con r¡omentos
de aumento, álgiclos y declive claros
Los primeros ¡reriodos de protesta son
menos violenios que los finales. [,a
nlovilización obrera tiende a preceder
a la novilización de otros
movimientos sociales
En los cicÌos de plotesia siempre lray
<pioneros> a los qne iLtego se unen
otfos sectùres en un rlomento álgìCo
general de movilización nrasiva I-as
tácticas de ios movinrientos varírn de
rnás a lne¡os convenciolales dL¡r'ante
urì ciclô de protesta
Las oportunidades políticas
rnciden en el tipo de impacto
qne ìogr:an los movimientos
sociales La movilización puede
canrbiar ìa opinión pÍrblica
sobre los temas relacionados
con los movimientos. Los
movirni:ntos pueden logr-ar
avalìces en aîros <imalos> Los
nìovrmlentcs son tìn
componente clave deJ proceso
,le democratización
'\sccìación positiva ertre
inovimientos y decisiones
legisìativas Los ciclos de
protesta eìn'iqrìecen y fortaleccr
lr democr acia
Estutiios de
nn solo país
Italia y Estados
IJnidos
Ntlu
276:,-1.,:..,-r !.J
Lecturas comptementarias
Della Porta, D. y Diani, M. (1999): social Movements; An Introchtction, oxford: Blackwell.Un repaso exhaustivo de la teoría y de ia investigación de los movimientos sociales en democra-cias industriales avanzadas.
Foweraker, J. (1995): Theorizing Social Movements,Londres: pluto press.Una ¡evisión global de las teorías de los movimientos sociales y de su idoneidad para ser usadasen contextos fuera de Norteamérica y Europa.
McAdam, D., Mccarthy, I. y zald, M. N. (1996): comparative perspectives on social Movements,Cambridge: Cambridge University press.
Esta obra presenta los nuevos avances en la teoría y en la investigación de los movimientos so-ciales.
Tarrow, S. (1994): Power ín Movement, Cambridge: Cambridge University press (Edición española:El poder en movimiento: los movimientos sociales, la acciþn colectiva y la política Madrid:Aliarca,2009).En este trabajo se hace un seguimiento de la evolución de la teoría y de la investigación de losmovimientos sociales.
oJ. Las transiciones
a la democíacia
Como se ha puesto de manifiesto en los capífulosel establecimiento como el mantenimiento de lación en los estudios de política comparada. En elmuchas comparaciones que se han efectuado sobr
La propagación, el ritmo y el proceso de democratización global se han convertido entemas importantes para la política comparada y han dado lugar al desarrollo, dentro de ladisciplina, de un campo conocido como <estudios de democratización>> (Srtritehead 1996a,2002). La mayor parte de ios estudios de democratización se han centrado en las transicio-nes posteriores a 7974, pero algunos han extraído conclusiones a partir de la investigaciónde procesos de democratización anteriores (Moore 1966; Therborn 1977; Rueschemeyeret al.1992; Fischer 1996; Collier 1999). En este capítulo se abordan los estudios clave eneste campo particular de la política comparada, en un intento por poner de relieve los dife-rentes métodos utilizados para responder a una serie básica de preguntas de investigaciónen torno a la proliferación global de la forma de gobierno democrática.
218
E[ problema de investìgacíón
Las compa-raciones que se reseñan en esle capítulo prerenden descnhjr de ciiversas formasla propagación mundial de la dcmocracia,sucede, y valorar las perspectivas futurasdiferentes marcos temporales y geográficos,se.guicio siendo las rrismas- Prjmera: ¿existen clertas (preconcliciones> para ei estableci-nfe'to y marrtenirniento de ra democracia? 'véanse er õapítulo 6 y Karl 1990). Segunda:¿quiénes son los (agentes) de la democratiz ci¿nl re¡cera: u propæ*oì. la tercèra ola de
ponder a estas preguntas; ahora bien, al igual que.en los capítulos anteriores, Ias respuestasque proporcionan constiruyen a menudo *..fl.jo d.l -érrd";;;;;;;o que adoptar,n.
21,9
Figura 9.1 EI crecirniento y el dectrive de la democracia en el urundo
tr Democraciasl---r No democracias
+ porcentaje
Fr,ENrE: Adaptada de Huntington (1991: tabla I l).
1943 a 7962, y la tercera desde r974 a r9g9. cada ora vino marcada por un periodo de <<re_
demoola, el :JJ;ia199 tos de
tentes en el rnundo 5g eran dernocráticos. La
espectacular en el número de democracias. Aton (1991), es que durante la tercera ola el caumento porcentual, no ha tenido precedentesu comparación cualitativa global este autorzaron los países dwante este period.o. El valor de su estudio estriba no tanto en la expiica-ción de Ia tercera ora como en ra descripció;à. i" misma, que se revera más como una se_rie de factores posibles que merecen un análisis comparado (y que estudios posteriores han
100
90
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La comparación de muchos países
como se ha puesto de manifiesto-.en-el capítulo 6, en la investigación en política ccrnpara-f1
atyaan los ejempros de estudios ¿" muctros países que pr"i.r¿ã, .*pri... la tremocra_Ia' pero muy pocos se han centrado en el proceso en sí àe lã transición åmocrática. Entreias comparaciones de ûansiCiones ¿"*o..¿ii., - --
¡aracióa cualitativa gtobal de tipos de democry.clasificación que efectuaronlaggers y Gurrla>, la comparación global de laslemoc.aci
durante
i":'3ilÌran un conJunto parsimonioso de factores ex:spacio geográfico.
En La tercera o/a, Huntington (1991: 15
227
contrastado). Con vistas a los objetivos metod.ológicos de este libro, en este apartado seexamina cómo hizo uso de la evidencia p"ru ..rp"ldur cinco'proposi"iorr"s sobre por quése han democtatizado los países durante la tercera oia. Los .in.ð fu.tor.s explicativos delas transiciones democráticas entre 1974 y 1990 son:
1. una crisis de legitimidad garopante der régimen auto¡itario anterior;2. niveles de crecimiento económico elevadõs en los años sesenta;3- cambios en la doctrina y prâctíca dentro d.e ra Igresia catórica;4. un cambio en las políticas de actores externos importantes; y5' unefectodedemostración,o<boladenieve>,entodóelplaneta(Huntingtonlggl:45-46).
Huntington argumentó que no existe una causa de democratización única y, por ende,consideró estas cinco explicaciones como interdependientes y acumulabies (ibíd.: 3g). Su
e eslas cinco tesis, entre los quebre los eventos e impresiones pèr-, se erhplèan evidencias para efec-
democratización observadas. Asimismo, rJiiåii',*ÏT:ï:tî*".ï",i"täJJi'å:å:llada de los factores explicativos trascendía el ¿m¡ito de su estudio, particularmente en lorelativo a la contribución de la-crisis de legitimidad, los actores êxternos y los efectos de-mostración- Por ejemplo, se refirió a la legitimidad como un (concepto resbaladizo que losanalistas políticos hacen bien en evitan (ibíd.: a6). con respeöto ã lo, u.to.., externos,afirmó que los efectos directos de las diferentes políticas exteiiores de las administracionesCarter y Reagan sobre el proceso de democratizãción <varían muchísimo de unos países aotros y que requeriría un esfuerzo extraordinario evaluar eì impacto incluso en un soiopaís> (ibíd.: 95), por lo que <no es posible una valoración definitiva del rol de los Estadosunidos en las democratizaciones de la tercera olo (ibíd.: 9g), por último, sugirió que<fprobar] efectos demostración en casos concretos reÀulta aiRóil y requeriría un estudiomás intensivo del que es posible hacer aqui> (ibíd.: 100).
En resumen, dos de las cinco explicaciones patalatercera ola de democratización noreciben más que un apoyo impresionista y une.ãóti.o, lo cual es quizá una buena d.emos-tración de las posibles limitaciones de las comparaciones cualitativas globales, aun cuan-do abren futuras áreas de investigación. En cuànto a los dos factores-restantes (el creci-miento económico y el impacto de la Iglesia católica), Huntington aportó evidencias másrobustas. Con respecto al nivel de crecimiento económico postãrior i peo,prácticamenteel 90 por ciento de los países que experimentaron una Hbêralización política o transicióndemocrática se situan en el <rango medio> del PIB mundial per cápitajmientras que la mi-tad de los países de la tercera ola registran rentas de entrei.000^y 3.000 dólares estado-unidenses (ibíd.: 63). Si bien Huntington reconoció la ausencia de una relación necesariaentre el desarrollo económico y Ia democracia, implícitamente indicó una asociación posi-tiva entre ambos fenómenos de modo que el desarrollo económico <sienta las bases para lademoc,racia; las crisis provocadas bien por un rápido crecimiento o por una recesión econó-mica debilitan el autoritarismo> (ibíd.: 59). Mantuvo, además, qu.ir desarro¡o económi-co que conlleve una industrialización sustancial desencadena unà compleja serie de fuerzas
presentar escasa o nula competitividad, grados de regulación elevados, selección cerrada yescasas restricciones a la autoridad ejecutiva.
<democ entre +10 para Esta-y -10 p cráticos (lbíd.: 473).correla didas de democracia
previamente usadas en estudios comparados sobre el rendimiento de la democracia (véanselos capítulos 6 y l0), lo que lleva a los autores a concluir que la medida de democracia esválida empíricamente (Jaggers y Gurr 1995 476). La medida, más allá de sus aspectoscuantitativos, pretende plasmar la idea de que en un país pueden coexistir elementos demo-cráticos y autocráticos. Descriptivamente, la representación grâfica de la serie temporal de
2 El proyecto Polity se propone medir y documentar los tipos de regímenes existentes en el mundo desdeI 800 hasta el presente y ha generado cuad¡o edicione s (polity I, polity II, polity III '1
polity IV)
222
223
er eleccio (o ambas) oiíticos ntáspequeños btenido po . La partici_pación se población en las elec-ciones (ibÍd.: 34). s dos prirrcipios son esenciales para la democracia yquc ambos tienerr anen creó un Índice de Democ¡atización (ID) multi_plicando la medid la medida de participación. De este modo, los .i,alo-
res elevados denotan ìtn ma)'or grado de democracia, mientras que lm cero en cualquiera delos componentes reduce el índice a cero (ibíd.: 35). Este índice de democratiz.ación h¿rce lasveces de variable dependiente en las comparaciones globales que Vanhanen lleva a cabo dr-¡-
Vanhanen (ibíd.: 155) señaló la distribución de recursos de poder como el làctor causalindividual más importante de la democratización en el mundo desde 1g50.
y Oceanía.
224
Tabla 9.1 perspectivas de democracia en el mundo44Þ:@+]%:fu
NúmeroRegiones de países
Total= 172 Predicciones
Las perspectivas de democracia en Norteamérica son muv
3:ï:::,":":l der grave probre-" d" r; ;;;;;;ä:ï"
Europa yNorteamérica
40
electoral en Estados Unidås.
La victoriaochenta no s
recursosyr iónde
región. la
La democ
esperado; de lo
atþicos, e
La región presenta el nivel más bajo de democratización delmundo, lo que es coherentedistribución de ros ¡ecursos.cgn
9u igualmente bajo grado de
A 011"r del deseo de demóçratización, las posibilidades deestablecer instituciones democráticas durad-eras .igu"ì ri"nOomuy escasas.
El grado de democracia ha sido más alto de 1o previsto. Laregión demuestra que la demconunadisrribución,,r,"i",äiji:;ì.r.ii:;:;""å..ï*"*
16 El grado de democracia se desvía muy poco de 1o que había sidoprevtsto.
Los regímenes socialistas y ex socialistas de la región ¡esistiránlas presiones populares de democratización.
Oceanía a É.I Et grado de dem.:=_:s1ì**=*=='*--:-":1]"-es más alto de lo esperado'FUÊNTE:AdaptadadeVanhanen(l997:106-154).aÉ-.:'r%
América Latina yel Caribe
Afüc¿ del Norte,Oriente P¡óximoy Asia Central
Áfricasubsahariana
Asia Meridional
Asia Oriental yAsia Su¡oriental
29
29
44
225
El análisis global de las transiciones democráticas aún no ha arrojado una serie deconclusiones coherentes. Por una parte, como se puso de manifiesto en los análisis del ca-pítulo 6, el vínculo entre el desarrollo económico y la transición democrática sólo ha que-dado demostrado en el trabajo de carles Boix (2003 y Boix y Stokes 2003). si bien pize-worski et al. (2000) descartaron el desarrollo económico como un factor relevant e para lademocratización (algo que Doorenspleet confirma), no aportaron ningún conjunto de ge-neralizaciones aplicables a todas las experiencias de transición democrática- Huntington(1991) y Jaggers y Gurr (1995) describieron adecuadamente las olas de democracia pero,una vez más, no cabe decir 1o mismo de la explicación que hicieron de las tendencias ob-serYadas. Las contradicciones en los resultados de Vanhanen ponen de manifiesto loscompromisos inherentes a los diferentes métodos de comparación. Al igual que las com-paraciones reseñadas anteriormente en el capítulo 6, un simpie conjunto de variables po-dría explicar las regularidades observadas a escala mundial; sin embargo, el examen de loshallazgos a escala regional resulta problemático, lo que ha llevado a los investigadores abuscar variables explicativas adicionales. Siendo justos, habría que decir que Vanhanen noha excluido otras explicaciones de la democracia, tales como la cultura política, las in-fluencias externas y las instituciones políticas, sino que sus aspiraciones comparativas leimpiden operacionalizar más variables de contexto específicas. Los estudios comparadosque se reseñan en el siguiente apartado examinan detalladamente un número de paísesmás reducido, intentando así prestar mayor atención a factores de contexto específicos,pero sin renu¡rciar a extraer inferencias más amplias sobre el proceso de transición demo-crâtica.
La comparación de pocos países
En general, el campo de los estudios de democratízactín surgió de la comparación de po-cos países, en respuesta a las primeras transiciones democráticas en los países de Europameridional y América Latina. Los estudios que recurren a este método de comparacióntienden a adolecer del sesgo de selección, ya que su centro de atención suele hallarse en
los países que habían experimentado o estaban experimentando dichas transiciones demo-cráticas (compárese con la reseña de Wolf 1969 en el capítulo 7). En este apartado se exa-minan tres estudios de este tipo-- Transiciones desde un gobierno autoritario, investigacióncoordinada por O'Donnell, Schmitter y Whitehead (I986a, 1986b, 1986c); la comparaciónde los acuerdos enfe las élites de Venezuela, Colombia y Costa Rica, publicada por Peeler(1992); y Problems of Democratic Transition and Consolidation, de Linz y Stepan (1996).
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å1fis. +iåasÉålËgËEËå5Ë¡iEå ãäågäi$ë ËË[Ísfåi¡ä,ss'i*ñ çfÈ$äièÉ äägåEEedErãåaqs iãÈ$g' Fvq ñ1'Bsãt;TFg;srË ÈiB'*'É$ *;s*gäE[$iËEäËå ;$i=$sre äËEåEE;eçå
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Tabla 9.2 Ttansiciones desde sistemas autoritarios
Principales factores explicativos
Pasquino
Maravall y Sautamaría
Maxrvell
Italia 1943-1948
España I 975
Portugal 1974
Derrocamiento del dictador
Liberación por los Aliados y Guerla Fría
Fuerzas democr'áticas þartidos y resistencia)
Proceso de redacción de una constitncióu
Pactos y negociaciones entre élites
Descolonización
Goìpe militar progresista seguido de movilizaciónpopnlar
Incapacidad de libe¡alizar
Cálculos de las élites
Crisis de ChipleMovilización genelal
Pruuesu tlutrLi'ratlu pur el cjéruitu
Lega<lo de poder estatal centralizado
Ciclos de regímenes civiles y militatesFracaso del modelo económico neolibelalDerlota en Malvinas
Liderazgo del Pa¡tido Radical de Alfonsín
Inicio de la transición por el general Banzer
C¡isis en el pacto entre el ejército y los campesinos
Facciones enfi'entadas dividen el régimen autorìtarioResultaclos electorales no concluyentes (3 elecciones)
Ausencia de condicjones mínirnas para una alianza
Tlansición clemocr'ática
Transición democr'ática
Transición democrática
Tlansición dernocrática
Libvtalizacìút
Î'ansición delnocrática
No, pelo se estal¡lece una
clernoclacia débil en 19E2
Diamandouros
SLurar y Sayari
Cavarczzi
Grecia 1974
Turiluía
Argentina 1955-1983
NN\¡
Bolivia 1977-1980
r,a!\_e'z
Autor
Nruoo
Principales factores explicativos Resultado
Liberalizacion
No hay transición
Liberalización
Transición democrática
Redernocratización
Transición democrática
Martins Brasil 1974-1985
Chile l9B0-1986
Middlebrook México 1977-1986
Cotler PerJr 196l y 1911-198U
Gillespie Uruguay 1973-1984
Venezuela 1958
¡urrts: Resunren de O'Donnell et ol (1986a,1986b)
Liberalización política inìciada en 1974
Fin del milagro económico
Liberalización prolongada colltlolada por el ejércitoCreciente movilización social
Referéndnm y constihrción en 1980
Clisis clel régirnen a comienzos de los años ochelrta
hrexistencia de oposición coÌì ulta visión altelnativa al
régirnen rnilitar'
Plotesta popular y represión en 1968
Folmación de partidos alternativosMayor legitimación del partido gobernante
lntensa lucha soctal y politlcaCrisis económica e¡ l9JlNegociación entre élites y (traspaso de poder'>
.Negociación de laS élites de partidos.dbnìinantes
Aplobación pública de los paclos de liberalización
Presencia de pehó1eo
Pactos políticos entre los dos partidos políticosdominantes
-.q
7_34
CU,¡,.0Rû RFStil,!r¡rl 9"i. Acuerdos entre *Átites y conì/e!'gencia de å[ites
i-os conceptgs genei.os de ocuercias entre éütes y convergencia de é[ites han sjCc utilizadoscara explìcar e1. proceso de transìcjón Cernccrática y las perspectjvas de consoLjd::ción deLa dernocracja qesCe un pan(irama en el que las éLites dejan de Luchar unas con ctras
'",
básicar¡enie <aceplen el desacuerdo:,> clentro de un marc,J de gcbierno pacíiico. i.ln arieg[oentrc éiìtes ss unr sìiuación poiítica en [a ,]ue [as élites de las dos ïacciones bei.jgerantes<repentiria y deiiberadanlente reorganjzan sus retaciones negociando compromisos conresnecio a sus dì:trepancjas nrás bá-siias>; iBurton et a\.7992:13). Una vez quc Las dife-rencias han dejaoo Ce orovccar violencja enire Las faccjones, esias úl,timas atlanan e[ ca-r¡ìnc Dat¿ una coTrlii€tencja abiei¿a y pacífica y, eventualmente, pueden conducir a La con-:oLìciación 'Jenroctática. En generaL, [os acuerdos enlre étites surgen de pericrìosproi.ongadcs de coníticios y crisis qrle ern:nazan con reavjvar una vjo[encia generalizacia.[ntre [cs ejenrplos ce acuerdos entre éütes ocurridos a Lo largo de La historia. cabe citarLrs de IngLaierra (i683-i689), -quecì¡ (1S09), Méxìco (1929), Costa Rjca (1948), CoLombia(1'95i-19a8), Verrezuela (1958) y España y Repúbl.ica Dominjcana (años setenta) (ìbíd.: 1a).
l-a convergencìa Ce éütes se produce tras un acuerdo entre étìtes, y es rrn fenómenr.r quese ljr¡ita a ias democracias no consc[idadas. Se caracieriza por una coa[icìón de iaccionesei:irenlaias, dentro un ccnjunto de éLites desunido, que son capaces de movilizar mayo-rías electorales signìficatìvas para dom;nar eL poder ejecutivo de un país (ibíd.: 24). Laccnvergencia de éiìtes avanza hasta que eI. grupo subordìnado de él.jtes aprencle a batir aIgi-upo dorninante a iravés del proceso eLectoraL. Esta aceptación de Las reglas de juego de-mocráticas y eI reparto eventuaI de las victorias etectorales redunda en una consolidacióndernocrátjca. Asimismo, La competencia por el ionjunto central de votantes necesariamenteirnplica un debiiìtamienio de [a polarizacìón deL espectro potítico (ibíd.: 25). Entre [osejempl.cs de coilvergencia de él.ites a [o Largo de ta historia cabe cjtar los siguìentes: Franciadesde 1958 hasta eI periodo de coliabìtacìón de los años oclrenta; Noi.uega y Dìnamarca(19C0-1933); e Iiatia, Japón y Grecia (añr-,s setenta y noventa) (ibíd.: 25).
?3i.
Tabla 9..1 Aauerdos c¡rtre élites y transición democrát,i.ca
Colo¡ilbi:r Costa Rica \/enezuela
Clc,nCicioncs flentro coloni¿Li y fuerte
orevias ciase alta criolla P¿rtid<ls
I-iberal y Conservador
file¡tes Elcccrc,nes vistas
corno rnedic <ie
legiiirnación Economía
exportaclora de café
(tardía)
Años de crisis Gran l)epresión y
Segunda Guerra lvlundiaÌ
Partidos comunistas
y popuJistas
Violencia y dictadura
hasta 1958
Pacto explícito entre
élites competidoras
Acue¡do de Frente
Nat:ional y rotación en el
po<ler
Consclidación <Desconsolidación>yderrocrática ,uptul-u riesde 1974
Aislado, débil y pobre
Política individualista sin
desarrollo de partidos
EÌecciones vistas comcr
merlio cle legitimacjón
Econornía exportadora de
café (temprana)
Desar:ollo de la enseñanza
pública
Gran De¡resión y Segunda
Guerra Mundial
Partrdos comunistas
y populistas
Régimen personalista
Pacto explícito entre élites
competidoras
Pacto Þ-igueres-Ulate
Series ininterrurnpidas de
elecciones desde 1953
Centro colonjai y luerte
clasc hacendada
Partrdos Liberal yConser vaC,o¡ caciquismo
Elecciones vist¿rs conto
med¡o de legitimación
Economía exportadora de
ca íé llcmprana)
Gran Depresióu y Segunda
Guena Nlundizrl ISGNI)
Patidos comunistas
y populistas
Dictadura 1948-1958
Pacto explícito eutre éiites
competidoras
Pacto tripaltido denominado
Punto Fijo
Series inintei.¡umprdas de
elecciones desde i95¡i t
Transición
delnoc¡ática
Not¡: Ì Venezueia experinientó una serie de intentos tle golpe de Ëstado en 1992, seguidos del impeach.ntent de CarlosAndrés Pérez (r,éase Landman I 995 y Foweraker et al_ 20A3)FUÊNrE: Adaplada de Peelcr ( I 992: 84- I 08)
La comoaración de i,iliz y Stepan (1996) se cerrtía err los países de Europa mer-idional,América Latina y lc.rs países tie la Europa poscomlLnista. Los aulores llevaron a cabo suinvesti parte de la cua de 19g9),siendo la comparación a y exten-der su consoiidación poscomll-nistas poseen <c¡¡ridiciones de partidu diferentes y; por lo tanto, se enfrentan a üonstriccio-nes distintas en el proceso de transición y consolidación democrática. En ei caso de los
transcurridomás ampÌiasStepan comp
ca y ocho de
232
..?E--$Ft
un gobierno democrático. En la tabla 9.5 se muestra que de los quince países, sólo cuatrocc¡nsolidaron sus regímenes democráticos, y de Lsos cuatro,-dos s" consideraron de <bajacalidad> (Grecia) o (propensos ut ri.sgo, iú*guay). Desde ra pubricación de este estudio,
233
CUADR0 RESUMEN 9.2 Ctasificación de tipos U. ,.gi;;n., pn*fo,de Linz y Stepan (1996)
una variable crucia[ para e[ proyecto de estudio comparado de Linz y stepan (1996) es ettipo de régìmen que precede a [a transición democrática. según estàs autores, et úpo derégimen constriñe y determina, en gran medida, e[ camino hacja [a democracia. comoAristóteles y Finer (véase e[ cuadro resumen 1.1), Linz y stepan (1996 40-54) se sirvieronde clasificaciones para definir cuatro tipos básicos de regímenes no democráticos moder-nos: autoritarismo, totalitarismo, postotalitarismo y suttanismo. También espec.ificarontres subtipos de postotatitarismo: postotalitarismo temprano, postotalitarismo congetadoy postotalitarismo maduro. Cada uno de los cuatro tipos de regímenes se ctasificaron aten-diendo a diferencias en sus grados de pluratismo, establecimiento y uso de ideología, ca-pacidad de moviuzación popular y composición y estil.o de [iderazgo (ibid.: aa-45).
Siguiendo trabajos anteriores de Linz (1964) y O'Donnetl (1,973), Linz y stepan afirma-ron que los regímenes autoritarios tienen formas de pturalismo Limitadas (particutarmenteen [a esfera económica), carecen de una ideología rectora, tienen bajos nivetes de movili-zación popular dirigida por e[ régimen y cuentan con un pequeño grupo de líderes que in-tentan incorporar a las étites dominantes que simpatizan con e[ régimen. Los regímenestotatitarios carecen de pluratismo y presentan un partido poLítico hegemónico con unaideología totalitaria y una visìón de transformación social, una gran capacidad y tendenciaa [a movitización poputar y a menudo líderes carismáticos y arbitrarios con un gabinete demenor rango muy comprometido. Los regímenes postotatitarios evolucionan desde los regí-
Tabla 9.4 Regímenes modernos no democráticos
Tipo de régimen Ejemptos
Autoritario
Totatitario
Postota[itario
Postotalitario temprano
Postotatitario conge[ado
Postotalitario maduro
Argentina, Brasit, Chile, España, Portugat, Potonja
La Unión Soviética hasta e[ periodo Brezhnev
La Unión Soviétíca con Gorbachov; Rusia, Estonia, Letonìa
tras [a ruptura de [a Unión Soviética
Butgaria
Checostovaquia
Hungría
runtre: Adaptada de Linz y Stepan (1996).
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åÊ5ãï' lffååãsuå;älr Fä
Ê[åË: qFåe ååH Ë, ;;l Ë,iþ+iÎË;FEiÊäËäää iHä'f ;srË F,g äää:ã+t iË¡'3äË;sg;ilËî+ãåi ÞgçATäi;Fã€;äiËFñ Fã
fanla o.-s Tra¡rsición dcrnocrática y consolidació1 en Europa Mericlional,América del Sur y Europa poscomrnista
V'al iables erplicati"as
País Estr talid¿d Tipo de
r'égirne n
preyro
Base de
liderazgoAgente
iniciador de
la transición
Influencias
interna-cionales
ll co no níapolítica
l'I¡l toconstitucionâl
Resu lfrrlo
Espaira Problcmática Civil Civil
tLu toiltâfto
No Civil Civitproblenrática altoriralio*
particlo débì |
[)roblen'¡ática Autoritarjono Ejércitojerárqrrico fi.agrnentado
Elites
Ejército nc
lerárqLnco
Ejér'cito
.1erárqrLrco
Fjército
Ejércìto
Dcrrota ntilitar Glelra de las
extranjela, lvÍalvinas
ejercito
ComLlnidad Declir'¿
Ërtropea eccnónrico
EÈ t'Ll , CE y Fuerte
partidossocialistas crecirniento
etìropeos econónrico
ComLtnidad Fconourí¡ dóbil
ELrropea
Conseriso tro llonso!iilacìtin
mavoriialio Cer¡rocLirica
Proccsc Consolidaciórr
iloniilatio por el democrátjci¡
ejército
Jricios nr:lirares, Consolidacitir.
constitución democrática lle
cuestion¿i,Ja baia calidad
Portugal
[Jnrguay
llrasil
A gentina
Chile
Polonia
No Autoriii¡rio
l)roblemá ticiì
No ALltoritarioproblenrática
No Autot'irÍìrio
problemática
No Autoritaricproblenrática
Factor Autoritar¡o
r.rìÌlor tantc
Ejército
_¡cr árqutc o
Ejórcito
lcrárqrrrco
Ejército
lerárqurco
Econc'rnia riébil
Econooia dél.¡il, Lìmitado por eJ
desiguaìdad ejéi cito
Econonría débil
C¡nsol idaciólplagada de
nesgcs
Sin consolidación
Sru co¡solidación
Ejército Fjé1.cito
';erárquico
Ejército,palt, Régrmen
co[ìutlPereshoilu,
glasnosl
Economi¡ fue¡te l-ìrnitado por eì Silr consolidación
ejér'ci tc
Re lotrna
econrint ica, deuda NI(¡fLtl
S!n colsolidación
Tabla 9.5 (Continuación) I ü,r Gt
Variables explicativas
Economía
políticaPaís Estafal dad Tipo de
régimen
previo
Base de
liderazgo
Agente
iniciador de
la transición
Influencias
interna-
cionales
Marco Resullarlo
constitucional
:fr
Nl¡J{
Modificación Sin consolidación
post-elección
Uso de un Sin consolidación
diseño federal
antrguo
Muy restringido Sin consolidación
Muy conlrolado Sin consolidación
l¡existencia de ' Sin consolidación
procedimientos
democráticos
Dominado por el Sii consolidación
nacionalismo
Dominado por el Sin consolidación
nacionalismo
Hungría Problemática
Checoslovaquia No
problemática I
Bulgaria No
problemática
Rumanía Problemática
URSS/Rusia Muy
problem{tica
Estonia Ploblemática Poslotalitario Partido
comrmlsta
Percshoika,
glasnosl
Percslroika,
glasnost
Desinteg¡ación de
la LIRSS
Rusia y la UE
Rusia y la UE
Refolna
económica, deuda
Reforma
económica, deuda
Refonna
económica, deuda
Reforma
económica, deuda
Reestruch¡ración
económica
Reestructuración
económica
Reestructuración
económrca
Pereslroikq
glasnosl
Partido
comurusta
Partido
comunlsta
Petesiloika
glasnosl
Partido
comunlsta
Postotal itario
nadLl¡o
Postotalitario
congelado
Postotal¡tario
temprano
Sul tánico
total itario
Postotalitario
Ceaucescu
Partido
comunista
Partido
comunista
intemamente
Sociedad civil,caída del
régimen
Régimen
Sociedad civil,purga intema
Régimen
Régimen
RégimenPartido
comunista
Letonia Problemâtica Postotalitario
nor,r: J La división de Checoslovaquia en dos repúblicas independientes no se considera unproblema ni para la transición democrática ni para la consolidación de-
mocrática
FUENTE: Adaptada deLinzy Stepan (1996: 87-458)
åääíååíË$E$åËFI+eååËäåüËaääËËg:ÉtÅ$¡åÉËigËåä+iË Fãä
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239238
iancia de ia ploresta política en la ez,¡licación de tas tialtsiciones der.ocráticas, mientrasque su énfasis en cxpericncias previas de participación I' cor^.rpetencia políticas .,nc¿ìja a i..per:fecciótr en la idea de <hpo cíe régimen previo> deLitzy Stepan (1996).Inch.rso fomrasiimrtadas de pariicipación y competición en condiciones autoritarias pcr lo que ai restc riedirnensicnes se refiere, aumentan la probabiiidad general de una transición rlemocráticacon éxito. Queda por comprobar en ios estudios de transición <iemocrática cle un solo paíssi estas varjables son importantes y; en su caso, de qué rrranera.
Los estudios de un solo país
En el apartadc final de este capítulo se exarninan tres estudius sobre la transición clemocrá-tica en España (Fou,eraker 1989), Polonia (coromer y pascual ]Dg/)y porhigai (Max,well1995), que nruestran ias fortalezas y debilidades inrplicitas en las intèrencra^s extraíclas apartir de un solo país. Enlisis en profundidaci de iaterreno para la trrrnsicióncie Franco. Colomer y Pas
las comisiones obreres clandestilas, ei iiegalizado Partido Crmunista, o trabajaban desde
dentro de la estructura corporativista <¡ficial del Sindicato Vertical del régimen franquistaíibíd.: 5). Desde cstas diferentes plataforrras organizativas, los activistas siguieron estrate-glas legales y alegales para exponer sus agravios más elementales, que, con el paso deltieinpo, evolucionaron desde reivindicaciones purarnente económicas a otras más políticas.
El entorno del l\¡[arco de Jerez presentaba varios rasgos importantes para el estudio de lalucira democrática. Existía una clase obrera tanto mral como rrbana, un sector come¡cialfuerte, una oligarquia burguesa próspera y unida, y había sjdo el escenado de <<luchas siste-rrráticas y estratégicamente sofisticadas> (ibíd.: 3), todo lo cual, combinado. convertía a
osta comarca en un <microcosmos de la sociedad civii española>> (ibíd.: 60). En la primeraparte dei estudio, Foweralcer relató las vidas y memorias políticas rie los activistas en losprirneros tiempos, sus actividades clandestinas de organización de los irabajadores, y des-
cribió asimismo algunas cuestiones de la economía política de ia comarca y del conjunlodei país bajo el fianquisrno. En la segunde parte abordó la nairualeza de Ìas relaciones la-borales corporativistas bajo el Sindicato Vertical, y las formas en las que ias ccmisionesobreras se las arreglaban para servir los intereses dc los trabajadores, in<lependientementedel dominio del Sindicato Vertical. Ei Sindicato Vertical estaba diseñaclo para f'omentar unavisión y una ideología total que eliminaba la necesidad de la lucha ile clases. al tiempo queproporcionaba autoridad y control organizativo en los ámbitos nacional. regional y local(ibícl.: 81). En cambio, las comisiones obreras, cuyo lugar de nacimiento Foweraker (ibíci.:91) situó en el Marco de lerez, constituían una respuesta colecliva a la falta de una repre-sentación apropiada de los agravios de los trabajadores (en particular, saia¡ios y condicio-nes de trabajo) a través de los canales formales del Sindicato Vertical. Ahora bien, lejos desuponer un desafio unificado al Sindicato Vertical, el crecimiento c1e las comisiones obrerasen los ámbitos regional y nacional se desarrolló de una forma heterogénea (ibíd.: 92-93).Esta parte del estudio se cierra con una crónica narrada de la expansión de los desafîos alrégirnen franquista, alentada por las comisiones obreras, que culminarí¿ con una explosiónde protestas en 1969 (lbíd,.: 125-129).
En la tercera parte del estudio se analiza la relación tripartita entre las comisiones obre-ras, el Partido Comunista y el régimen a lo largo dei periodo rle veiute años. Si bien tantolas coririsiones como el Partido Comunista buscaban un fin at régimen franquista, ainbasorganizaciones competían en esta lucha. Mientras que el Partido Comunista, seqún sus pro-pias cieclaraciones y en calidad de principal adversario del régimen, ha sido consideradocomo el protagonista clave de la lucha por la democracia en España. su liderazgo estaba es-cindido entre los dirigentes en el exilio y los que vivían en F,spaña, y sus prácticas políticaseran criticadas por su torpeza y dogmatismo (ibíd.: 133-136). El esfrrdio trat¿ de resolver elsesgo elitista de los estudios anteriores, que privilegiaba la fuirción <1e los líderes rle los par-tiCcs, y lo hace centrándose en las luchas cotidianas de los trabajadores. Según Foweraker(ibíd.: 18-5), la mejor forma de comprender la lucha por la democracia dr.rante este periodo esprestando atención a la reiación forjada entre las comisiones obreras y el Partido Comunista.Así pues, su estudio examina Ia relación cambiante y contingente entre estas dos crganiza-oiones en el Marco de Jercz, con el objetivo de hallar las pistas del desarrollo globai del mo-vimiento democrático a escala nacional. Lejos de ser un movimiento unificado y unidirec-cional con una soia idea de democracia, Foweraker (ibíd.: 198) se apresuró a subrayar que
24A247
çl (proyecto democrático, contenía y expresaba los resultad.os contingentes d.e un procesopolítico específico> en el marco del cual la conciencia democrátic;de las perscnas queparticipaban en la lucha <se formaba a través d.e elecciones complejas a lás que tenianque hacer frerrte dentro de este proceso>>.
En la parte final del estudio, Foweraker trata de aunar lo empírico y lo teórico en unintento inductivo (sobre la inducción véase el capítulo 1) por hacer una declaración generalsobre la transformación democrática de la socieãaa civí y la función de esta en las transi-cioues desde sistemas autoritarios. En la figura 9.2 se resumen gráficamente los principalespasos de la argumentación del estudio intensivo del Marco dã Jerez y su relaóión globaltanto con el ámbito del panorama político nacional español como con .t e*¡ito concépualde la ftansformación democrática. Las flechas de ta figura no representan causalidad sino lasconexiones establecidas entre los distintos pasos del discurso nàrrativo. La opresión econó-mica en el Marco de Ierez y Ia represión política del régimen franquista evocaba los <cora-zones agitados> de los trabajadores (ibíd.: 13-2g), que, a través àe sus redes personales,
Figura 9.2 Transformación democrática en España: resumen de Foweraker (r9g9)
cuADR0 RESUMEN 9.3 La teoría de juegos y [a ciencia potítica
Los investigadores usan este enfoque racional para examinar las diferentes formas enlas que dichos individuos racionales interactúan unos con otros en [a persecución de susdistintas preferencias políticas. Una de [as formas de examinar esta ìnteracción consjsteen [a <teoía de juegos>, que especifica un conjunto simpl.e de opciones a disposición delos individuos (1'ugadores) para luego modelar su interacción en función de sus preferen-cias. En este juego pueden parlicipar muchos jugadores con muchas opciones; sin embargo,a fin de reducir [a comptejidad que conlleva un juego con muchos jugadores, es habitualen [a ciencia política especificar un juego de dos jugadores, cada uno con dos opciones, [oque arroja una matriz de 2 x 2 de resuttados posibles. Dada [a prioridad otorgada a estosresultados por ambos jugadores, es posibte asignarles ciertos pagos o recompensas. Me-diante e[ conocimiento de las preferencias y estructuras de pagos, eL poLitóLogo puedeexaminar todas las combinaciones de opciones posibtes a disposición de ambos jugadores.Además, los jugadores pueden emprender una única interacción o múttiptes interaccionesentre ettos.
Sindicato Vertícal
Sentimiento amplio deciudadanía individuat
Transformación democráticade l¡ socìedad civil españota
.- -! /-
Iigura 9.3 Ei Dilerna de! Prisionero
Ladror 2
Confesar l.lo ccnfesar
Con¡esaÍ
L¿dróe 1
Nc confesar
r:ondena de 2 anosËi ladrón 2 recrÐe drá
i-.lir jr¡996 popu[ai de [a teoría de juegos es eI del <Dilerna del Prisionero>, que formatizailna interacción de dosjugadores que se hizo popular por las series policíacas. En este esce-nario coûlún, [a poticía detiene a dos ladrones por e[ mismo detito y los encierra en dosceldas separadas para impedir que puedan comunicarse entre e[[os. Cada ladrón tienedos opciones, confesar e[ cjelito o no confesarto. La policía aprovecha e[ hecho de que los dcsladrones están separados para dar a los ladrones una gama de opciones. 5i un lacÍrón con-liesa e[ deLito y e[ otro no, e[ que confiesa es condenado a dos añcs de prisìón, mientrasqLie e[ ladrón que no confesó es condenado a doce años. Si ambos confiesan, los d<¡s ladro-nes reciben una condena de seis años de prisión. Si ninguno de los dos confiesa, los dos[adrones reciben una condena de tres años. Esta simple situación se itustra en [a figura 9.3.
, Pa¡'a cada [adr'ón, e[ dilema rad.ica en [a expectativa de qué eLegirá eL otro ladrón c¡¡andoambos saben que [o racionaI es minimizar sus condenas de prisión. Dado que ninguno sefie del ctro, [a solución racional del dilerna es que los dos confiesen, [o que deparará acada unc de e[[os una condena de seis años. Si bien La condena no es [a menor ni [a mayoren años de prisión, es e[ mejor resuttado dada [a naturaleza detjuego.
La tarea del potitóiogo que usa [a teoría de juegos radica en identificar a los actores
-que ini.ervienen en el juegc y especificar sus opc.iones al iguaL que sus preferencias, con
vistas a mcdelar su interacción estratégica. E[ aspecto más ìnrportante Ce [a teoría cie jue-. gcs es que ningurio de los resultados es seguro, sino contìngente, y¿ qug depende dã las, acciones de ambos (o muchos) jugadores. La forma básica del <Ditema deL prisionero> (y
de m-'rchos otros tipos de juegos) ha sido empleada a [o largo de [a historia de ta ciencìapoLítica, inch-ryendo [a modelación de [a guerra de trincheras (AxeLroci 19g4), ta base parauna teoría I'iberal de [¿ sociedad (Gautier 1986), ta reforma de las burocracias en Américai Lai.ìna (Geddes 1991), ta ruptura de l.a demoáracja en chite y Bi.asii (cohen i994), tas: t¡'ansicioiles a [a democracia (cotomer 799'1.; przeworski 199i; colomer y pascual .I9ga)
y,I rrás en qenera[. tarnbiérr se ha recurrido a etta para resotver probternas de invesligación deì [a ciencia potïtica (lsebetis 1990).
ri
F rr¿NrE: Adaptada de Colomer y Pascual (1 994: 27 9 -ZB0)
243
ColoneL y Pascual (i994) argumentaron que la translción polaca h-rvo dos importantese.ctùtes políticos: de un iado, el gobierno poiaoo, controlado totaimente por el Panido Co-muni-cte 1i de otro, ia oposición democr¿Ltica al gobierrro, representada pcr el movimientoSolidaridad. Según argumentaron estos autores, cada uno de estos dos ¿ctores telía dosopciones con I'especto a la situación política durante los años ochenta. El gobierno queríabien nr¿ntener el statu quo (es decir, el sistema postotalitario), bien reibrmar el sistema
F,-'lítico (esto es, legahzar la oposicion y poner en marcha cierta liheraìización política).Eil cam-bio, Solidaridad deseaba bien una ruptura radicai con el pasiLdo (es decir, derrocarai gobierno), bien llevar a cabo reformas similares a ias pr-evistas por el golrierno- La ci¡rn-binación resultante de estos dos actores con dos opciones se refleja en la figura 9.4.
E,l Partido Comunista (gobierno) se encuentra en la parte de arriba de la ägura ;r el mo-vimiertto Solidaridad (oposición), en el lateral izquierdo. Las cuatro celdas contienen lai¡tcracción estratégica, o el <juego> entre estos dos actorcs. Cacla celda reÐrescnta un re-suitaclo particular, que cualquiera de los actores clasifica de menos preferido a más prefe-rjdo. La celda I ilustra la situación en la que el gobierno elige contimrar cou la línea dura yla <.rposición se enfrenta abiertamente al gobierno. En la celda Il se muestra la situ¿ciónen la que el gobierno opta por la reforma, y la oposición por una ruphrra radical. Este re-sultado es considerado el peor para el g<.rbierno, ya quc significa que ha <claudicado> antela oposición. La celda III rcíleja la situación en la que el gobierno elige continuar con elstatu quo, mientras que la oposición busca la reforma. Este resultado es considerad.o el peorpara ia oposición, todavez que significa que ha <claudicado> ante el gobierrro. Por último,ia celda IV denota la situación donde ambos, el gobierno y la oposición, ehgen la reforma.Estos cuatro resultados no están predeterminados, sino que son combinaciones lógicas queresultan de diferentes elecciones de los dos actores.
U¡ta vez establecido este marco básico, los autores examinarorr ias secuencias histó-ricas en torno a la transición democrática polaca, irrcluida l¿ confrontación abierta, elacuerdo inicial y Ia declaración de la ley marcial en i981, así como la }lesa Redon<la yel acuerdo filal de 1989. Durante los primeros años de la décad¿ cle krs ocitenta, el resuitaclo
Figura 9.4 La teoria de juegos y la transición democrática polaca
Partido [omunista(Gobierno)
Continuar con et régimen lìe,'orna
Movimiento Ruptura
solidaridad radlcat
(0posición)
Reformô
i para et gobieino
244
245
ante su desafio abierto (celda II).e, los resultados de las celdas I!îo era capaz de hacer claudicar al
úrtimo r ugar, c e der ante e I gob ierno. r " n"-.ï iåi:u,:J:"
tå"i "åi?låï tåï,iÏ:i:,í'
rîriodo era continuar con su sistema postotalitario y presenciar la ctaudicación de Solida-ndad (celda III). Esta preferencia venía seguida por lós resultados de las celdas I! I y II.
Mediante la formalización de las opciones y preferencias de los dos actores, Colãmer yPascual (1994) consiguieron modelar la secueniia de los eventos históricos. En 1930, lásituación inicial del juego venía representada por la celda III en la que el gobierno porto-talitario dominaba a la oposición (compárese con Linz y stepan 1996 enlitabia 9..s). Lashuelgas organizadas por.sotidaridad en 1980 supusieron el piimer movimiento .n .l ¡rr.go,enfrentando a la oposición y al gobierno abiertamente, y trailadando la interacción a la cel-da I. En el segundo movimiento, el gobierno y la oposición alcanzaron un acuerdo inicial(celda IV); sin embargo, las acusaciones mutuas de traición llevaron nuevamente a la con-frontación abierta y a la.declaración de la ley marciai en 1981. Puesto que la oposición si-guìó enfrentándose al régimen durante el periodo de la ley marcial, ôolomei y pascual(1994) indicaron que el resultado correspondía al de la celãa I. Así pues, la secuencia deeventos históricos a comienzos de los ochenta, modelados .o-o ,rr, ¡.r.go, muestra cómolos dos actores hicieron una serie de elecciones que, en última instancia, a..o¡aron un resul-tado estable, aunque enfrontadoa.
Durante el periodo de la ley marcial se produjeron múltiples acontecimientos impor-tantes, tales como la puesta en marcha por Gorbachov de la glasnost y la perestroika)quellevaron al gobierno polaco a cambiar su orden d.e preferencias, mientras la oposición mån-tenía las mismas que a principios de la década (ibíd.: 28a). A la vista de este nuevo estadode cosas, en 1989 el gobierno albergaba una fuerte preferencia por poner en marcha refor-mas que legalizanan al movimiento Solidaridad, permitiendo una representación nominalen el parlamento polaco (el Sejm), pero manteniendo su control poiíti.o global. En estecaso, el gobierno prefería el resultado de la celda I! seguido de lôs resultados de las cel-das I, III y II (ibíd.: 286). De este modo, el inicio del juego es la celda I, la situación que semantuvo durante la mayor parte de los años ochenta. El primer paso se produjo cuando elministro del Interior, el general Kiszczak, inició negociaciones cón Lech Walesa, el líder deSolidaridad. A medida que iban desarrollándose las negociaciones de la Mesa Redonda, elorden del juego pasó de la celda I a la celda I! que supuso finalmente la legalización deSolida¡idad y su participación en las primeras erecciones al sejm (ftíd,.t 2g4-2gl).
El último estudio de un solo país al que aquí se hace referencia intenta vincular las in-fluencias históricas e internacionales que rodean a la transición democrática portuguesa en1974. Pata desarrollar un argumento más completo sobre el caso portugués que el publica-do en el volumen de O'Donnell et al. (vêase fabla 9.2), Maxwell (teeS) etaUoró una cróni-ca exhaustiva del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) que derrocó a la dictadura,
deteniéndose en los problemas inmediatos del gobierno posdictatorial a ios que tuvo quehacer frente el nuevo régimen y la subsiguiente consolidación de la democracia. Maxwìll
Soviética y la Comunidad Europea (más tarde Unión Europea).El desafio. para Portugal durante el periodo de transición consistía en aceptar el fin de su
imperio en Africa y en apaciguar a los estratos inferiores radicalizados del ejército, cuyoperiodo de gobierno inicial buscó revolucionar y transformar el sistema político. Si bien 1a
relrrelta de los militares derrocó al régimen autoritario derechista, durante los últimos añossetenta y primeros ochenta, amenazó con sustituirlo por uno izquierdista (Maxwell 1995:160). De hecho, el éxito del periodo consistió en la marginación del ejército radical y laapropiación que consiguieron los socialistas de los <triunfos de la revolución> (expropia-ciones de tierras, artículos socializantes en la Constitución de 1976) (ibíd.: 2). Al igual queFoweraker (1989), Maxwell (1995: 3, 182) argumentó que la democracia portuguesa fuefruto de la lucha, pero de una lucha que, en última instancia, ganaron los políticos civiles,cuya posición moderada les llevó a oponerse al ejército radical. Esta solución moderada re-cibió el apoyo económico y el impulso diplomático de potencias extranjeras.
Para concluir este apartado, es importante comparar la cadena de inferencias que cons-truye cada uno de estos estudios de un solo país, centrando la atención en la dista¡cia entrela unidad de análisis y la conclusión final. Foweraker (1989) comenzó su estudio con unacrónica pormenorizada de las personas del Marco de Jerez en los años cincuenta, quienes através de sus luchas particulares vieron crecer su propio sentimiento de ciudadanía. Extra-poló lo sucedido en esta comarca a toda España y, seguidamente, aplicó el proceso políticodescrito al caso general de la lucha democrática en una coyuntura autoritaria. Colomer yPascual (1994) se centraron en dos actores (colectivos) a lo largo de diez años de historiay analizaron. su interacción con el fin de desarrollar un modelo abstracto ce transición de-mocrática, convirtiendo el caso polaco en un ejemplo de su teoría general. Maxwell (1995),por su parte, arrancó su estudio con el Imperio porhrgués y prosiguió hasta el periodo de ladescolonización, la radicalizaciót del MFA y su función en la transición democrática, paraterminar con el periodo de consolidación democrática. Ahora bien, Maxwell relacionó estelargo proceso histórico con el comienzo de la tercera ola, el final de la Guerra Fría y el co-lapso de la Unión Soviética (ibíd.: 180). En cuanto a los casos español y polaco, la inferen-cia final está limitada a transiciones democráticas en casos simiiares, mientras que el estu-dio portugués amplía sus inferencias a una serie de eventos que trascienden el ámbito delestudio original. Con todo, parafraseando a Eckstein (1915), cada uno de estos estudioslogra generar hipótesis, confirmar teorías y aportar áreas fructíferas para una investigaciónulterior.
a Es estable, ya que ninguno de los actores cambiará las opciones que originan este resultado concreto. yes enfrontado, ya que la opción de cada actor se halla a máxima dista¡rcia de un acuerdo mutuo.
i
i
246
Resurnen
En contraste con los temas de investigación de los tres capítulos anteriores, el estudio delas transiciunes democráticas se desarrolló inicialmente comparando pocos países y, másadelante, a medida que crecía el universo de países democráticos, los esfuerzos de corn-paración intentaron ganar en exhaustividad. De este modo, el eshrdio de las trarrsiciones haseguido la historia de la tercera ola. mientras frataba de extraer inferencias rnás ampliassobre el proceso de democratización estableciendo comparaciones en el seno de ias expe-riencias en curso. al igual que comparardo experiencias achralès y más antiguas. En gran-des iíneas, las investigaciones se han centrado en Ia función de las élites y la nahualeza delos o han hecho hincapié e¡r la fun-ció n que lucharon por la democra-cia , los estudios de pocos países yde entos, los factores y las contin_gencias que se hallan específicamente vinculados con la transición democrática, mientrasque los eshrdios de muchos países intentan identificar rasgos comunes que ayuden a expli-car el proceso de democratización.
En la tabla 9.6 se resumen las principales conclusiones de los eshrdios reseñados en estecapítulo; se desprende de la i¡formación recogida en esta tabla que no existe un consensoampiio sobre ìos principales factores explicativos de las transiciones democráticas. Lasdiferencias obedecen a la distinta importancia concedida a los factores relacionados con el
qî
247
Tabia 9.6 Transiciones ¿ l¿ democracia en perspectiva conparada
\{étotlo rie
cornparación
Núrnero
de paísesEjempios Resultado
Muchos países
(cuaiitativo)
Ì,{uchos países
(cuanfikLtivc)
Pocos países
(cuaiitativo)
Pocos ¡raíses
(cuantitativo)
Esl¡dios de un
solo país
30 países a lo
largo del tiempo
151 a 172 países a
1o largo del
trempc
Entre 3 y 13
países a lo lægo
del tiempo
42 países
subsahalia¡os
Un solo país a lo
Iargo del tiempo
Huntingon 1991
Jaggers y Gurr
1995; Vanhanen
1997;
Doorenspleet 2005
O'Donnell e¡
a/. I 986; Peeler
1992;Linz y
Stepan 1996
Bratton y Van de
Walle 1997
Foweraker 1989;
Colomer y Pascual
i994; Maxwell
1995
Traruiciones debidas a crisis de legitlnidad, al
crecinriento económico, a la iglesia católica, Ias
inûuencias internacionales y la dif,.rsión democrática
Jaggers y Gurr utilizan una mediCa de democracia
paru trazu los contornos de Ia lercera ola y
muestian que el muudo está integrado en un 50
por ciento por democracias cohe¡entes. Para
Vanhanen, la democracia es urra flrnción de Ia
distribución de los recu¡sos de poder, aunque
ciertæ regiones contradicen las cxpectativas sobre
el njvel de democratización; Doorenspleet brinda
apoyo a las dimensiones estruchuales
inlemacionales y a la drfusión de la democ¡acia.
Para O'Don¡ell er a/., la democracia es un
resultado incierto, debido en gran medidã a los
impulsos desde denro del régimen autoritario y a
un pacto negociado ent¡e las élites. Para Peeler, la
democracia es el resultado de pactos ente las
élites. Para Linz y Stepan, la probabili<iad de
consolidación democ¡ática depende del tipo de
régimen previo, del agente fuiciador de la
transición y de los problemas de estatalidad
La hansición democrática es un proceso político
altamenle contingelte en el que intervieilen la
protesta política, Ios líderes del régimen, la
oposición institucionahzada y las fôrmas pievias
de participación y competencia política Iimitada.
Para Fowerake¡ la democracia españoia es fruto de
una larga lucha por la ciudadanía individual. Pa¡a
Colomer y Pascual, la democracia polaca es el
producto de unjuego estratégico entre el gobiemo
y la oposición. Para Maxwell, la denocracia
portuguesa es e1 resultado del colapso del Imperio,
la radicalización del ejército y e1 triunfo de
políticos civiles moderados.
248
F":
I
de irwestigacirln (Przev,orsl<i l99l: 3; whitehead 1996a,2a0\. La delinición de consoli_daclgn deinocrática sigue planteando problemas. corrro aceriaciamente señaló Diamond(1999: 65), corre el riesgo de cael en ra tautología, a merlos o*" or. rpoye en cimientosconceptuales distintos de lo .lue suponemos su pn-ncipal con r_sistencia de la der.-iocraciu. Si una democracia consoiidada laque la democracia se ha convertido en <la única alternativa r .
Linz y Stepan 1996: 5), sería plausible argumentar que ningún país tiene *na democraci. .onlsoliclada' En efècto, como se ha puestc, di manifiesto en ìo:r dos capítaìos anteriores, las de-mocracias continúan estando amenazadas por un conjunto cle desaÍiås y desafiatlores que po-d¡ían no considerar la democracia .o.no lu única alternativa dispcnibíe. Asimismo, muchospaíses que entraría-n en la categoía de democracia consolidaoa þor ejernplc, Chile antes de1970) sufüeron golpes mrhtares y largos periodos de gobienio uotä¡r"¡o. Érl cuanto al diseñode investigación, los estudios sobre democratización-deberían ajustars.
" Ius p.,o.ipios me-todológicos descritos en los capítulos2y 4, a saber: si el n¡imåro de variables explicativas
aumenta, el número de países incluidos en el estudio deberá igualmente aumentar para evr-tar un diseño de investigación indcterminado.
Lecturas complementarÍas
Diamon( L. (1999): Developittg Democra.cy: Toward Consoliriation,Baltimore: Johns Hopkins Uni-versity Press.Una prolongación de La te.rcera ola de ÉIuutington (1991); Diamond sostiene que la tercera olade democratizaciones continüa en los años noventa, aunque las nuevas democracias tie¡den a serdemocracias eiectoraies, no democracias liberales plenas.
Hadenius, A. (1997): Democracy.'s vicrory and cru¿s, cambridge: carnbridge university press.una.colección de cnsayos sobre los âspectos políticos,
""<rnó*i"o. y
"liln-,r."1", de la democrati-
zación.
Rustow, D. A. (1970): <Transitions to Democracy: Toward a Dynainic Morlel>, Comparative politics,2:337-363.Una tesis definitiva y conclsa sobre la t¡ansición y consolidación democráticas que maltiene snutilida<t y relevancia en Ia actualidad.
Shin, D' C' (1994): <On the Third Wave of Democratization: A Synthesis and Evaluation of RecentTheory and Resea¡:ch>, World polítics, 47 (Octubre): 135_170.Urr repaso de los principales estudios de la terce¡a ola, que presta atención a la teoría, ei método yel diseño de investigación.
Whitehead, L' (1996): The International Dimensions oJ Demoaatization: Eurcpe ant) the Americas,Oxford: Oxford Unive:iity Press.Una colecciórr de ensayos sobre los diversos aspectos internacionales de la democratización.
- (2002): Democratization: Theory and Experience, oxford: oxfordflniversity press.U¡a excelente visión global de los estudios sobre democratizaciór^,las teãrías de democ¡atiza-ción y los desafios institucionales clave para el éxito de la <iemocratízacron.
10. tliseñs institucionaly rerldimfelrto de ta democracia
El estudio compaiado de las instituciones no es niì-evo en la ciencia política. De hecho,política, Ia <fase de derecho púbirco>r de la disciplina (Valen-en una ;ornparación internacional básicamente descriptiva depor objetivo el examen de las similitudes y diferencias en las
compctencias de los clistintos poderes del E,stado. Si bien en los años cincuenta la <revolu-ción conductista>i d.e la ciencia política (Eulau 1996: 95-106; Goodin y Klingemann 1996a:lC-11) apartó a los investigadores de lrrs comparaciones estáticas de constituciones, en losaíios ochenta y noverrta, el renovado interés pcr las instituciorres geireró un creciente núme-ro de estudios que no sólo comparan ias semejanzas y disparicÌades entre las instituciones,