Tomo 3 - Lit. Española 1

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LA LITERATURA DEL BARROCO LITERATURA ESPAÑOLA I PROFESOR: CÉSAR A. VERA ANCE

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LA LITERATURADEL BARROCO

LITERATURA ESPAOLA I

PROFESOR: CSAR A. VERA ANCE

LA LITERATURA DEL BARROCOEL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHAUNIDAD 8El desmantelamiento de la epopeyaEs evidente que en El Quijote hay un desmantelamiento de la epopeya, y es importante tomarlo como punto de partida para el anlisis fecundo de la obra. Ahora bien ese desmantelamiento es producto de una accin sistemtica que fue producindose a lo largo del tiempo hasta llegar a esta realidad del Barroco.Si comparamos el itinerario del Cid con el de Don Quijote vemos que sus desplazamientos son rigurosamente opuestos: mientras que el Cid baja hacia al sur, a tomar Valencia, Don Quijote sube hacia el norte, hasta llegar a Barcelona; y en tanto que la carrera del Cid, como hroe de la epopeya o hroe pico es acumulativa es decir que cada una de sus batallas, cada una de sus hazaas o de sus actos, ya sean blicos, polticos, administrativos, diplomticos, jurdicos, pblico o privado, le sirve para recuperar una situacin perdida: la honra, producto de su Destierro de Castilla, para ir estableciendo una posicin superior a aquella de la cual ha partido. Es claramente distinguible los tres planos del viaje heroico del protagonista del poema: plano del hundimiento plano de la normalidad- plano de la sublimidad y que ese viaje tiene un fin. Esencialmente, pragmtico es su viaje: La Conquista de Valencia, en lo militar, el Reencuentro con la familia y el amor, en lo personal, la restauracin de la honra, en lo tico. Es decir tiene muy claro el sentido del viaje, busca metas concretas y las consigue, he aqu, entonces un hroe pico, prototipo de la epopeya. (Muy importante sera la lectura del Poema de Mo Cid)Por el contrario el viaje de Don Quijote no implica ningn avance, ninguna acumulacin, ningn enriquecimiento, ni en el sentido material, ni en el sentido espiritual del trmino, por lo tanto no tiene ningn avance. Independientemente que desde el plano del idealismo romntico podamos verlo como el prototipo del luchador idealista. El viaje de Don Quijote es concntrico siempre vuelve al mismo lugar y derrotado, y an as, siempre quiere partir. Nada conquista, al final recupera su yo verdadero, vuelve a ser Alonso Quijano y muere. Por otro lado, a lo largo de toda la obra espera encontrarse con Dulcinea, por ella lucha, a ella quiere honrar, pero el encuentro nunca se produce, porque su amor pertenece a la idealidad.Pero ese proceso de desmantelamiento de la epopeya que parece alcanzar su culminacin con El Quijote, tiene sus correspondencias con otros acontecimientos literarios medievales, prerrenacentista, renacentista hasta llegar al barroco. El Romancero espaol, desprendimiento de los cantares de gesta, segn lo propuesto por Menndez Pidal, muestra un proceso de decaimiento del hroe pico. El hombre que acta en el universo potico de los romances se acerca ms al hombre comn: yerra en sus actos, es superado por la dama, a quien se entrega y ella decide, muchas veces, su destino, y muchas veces su viaje culmina en fracaso. Esa mezcla de lo pico con lo lrico, implica el triunfo de la subjetividad de la contemplacin sentimental sobre la objetividad de la narracin. El hroe se fragmenta porque sus ideales estn cayendo en desuso, la mujer es un sujeto y objeto amoroso fuerte y pertinaz, las guerras se han ido acallando y en lugar del sonido de la batalla se oye la msica del trovador, el suspiro de la dama y el ruido de la moneda.El hroe que pinta la novela de Caballeras tambin es un ser devaluado del prototipo: su lucha gira alrededor de la conquista amorosa, su afn es agradar una dama, de quien queda luego servilmente prendado. El desmantelamiento de lo epopyico, se debe fundamentalmente, a que el hroe persigue ya un fin personal, individual y, muchas veces idealizado. No es el liberador de naciones, el custodio de la fe, ni lleva consigo la idea de patria o de nacin que si lo tiene el hroe pico tradicional. Adems, la aventura de la novela de caballeras se ve sustentado por luchas inauditas, con seres tambin inauditos, con pruebas altamente imaginarias, en escenarios fabulosos, llenos de misterios y maravilla. El siglo XV indica el proceso de transformacin de una cosmovisin, la medieval a otra visin del mundo, la moderna. Con el triunfo paulatino de la burguesa, el desarrollo del comercio, el mundo gira alrededor de la moneda y no, alrededor de la herldica o del escudo del guerrero. Las pasiones se vuelven ms mundanas y los afanes ms concretos. El hroe pierde autoridad y se mezcla con la gente comn, no por un proceso democrtico sino por un proceso de empobrecimiento. En La Celestina, de Fernando de Rojas, asistimos al triunfo de la antiheroicidad, ningn personaje masculino tiene estatura pica, tampoco las mujeres. Se mueven impulsados por el individualismo, la codicia, el materialismo, la bsqueda del placer y la sensualidad. Los actos de la vida se coordinan con el acto de la muerte. La muerte aparece como resultado de los desequilibrios ticos: asesinatos, ajusticiamiento, accidentes y suicidios. No hay en el final de los personajes una muerte pica. Hasta el caballero que no es tal-necesita la ayuda de una alcahueta para poder cumplir con sus fines amatorios, no hay ninguna hazaa en esa conquista, mientras tanto la mujer no exige a su compaero un comportamiento tico, conforme al orden de la heroicidad, sino que lo acompaa con ayuda o sin ayuda, en ese afn ertico y trasgresor.En las novelas sentimentales y pastoriles, el hroe desaparece para que aparezca el ser torturado por el amor de la dama. Es un prisionero en las crceles del amor, y ella la gran carcelera, o sino es un pastor desesperados que llora la ausencia del ser amado. Y ella, fugitiva y etrea, vuela en un aire lleno de imprecisiones y de equvocos, propios de la idealidad. Las hazaas se esfuman, el mpetu se calma, lo sombro y melanclico ocupa el lugar del esplendor del campo de batalla. El bien deseado se esfuma en el deseo de no conquistarlo, sino de sufrirlo, la llama pica se ha apagado.En la novela picaresca aparece totalmente el antihroe, el pcaro. Un ser, descendiente de la miseria de la ciudad, producto de la burguesa, de la injusticia del dinero, de la mala distribucin del capital. Sus afanes no son nada heroicos, necesita satisfacer el hambre y alcanzar una apariencia de honra. Apariencia que es el smbolo de una sociedad que ha perdido el rumbo pico. El antihroe no persigue altas empresas, su hazaa es conseguir el pan. El hambre, la miseria, la picarda, la apariencia son elementos anti-heroicos por naturaleza, lo tico se derrumba y lo pico naufraga. A pesar de ello, podemos encontrar algunas diferencias, en ese proceso de desmantelamiento de la epopeya, al comienzo del gnero, Lazarillo es un personaje que nada sobre dos aguas, primero parece como nio desvalido que provoca piedad y hasta ternura, hay un atisbo de bondad en sus actos, especialmente con el Escudero; luego ya nos aparece Lzaro, un personaje psicolgicamente distinto que no despierta piedad, sino desconfianza. Acepta lo que a nivel social es inaceptable: el amancebamiento de su mujer con el Arcipreste para no perder su posicin lograda. Por otro lado, no persigue el Amor ni el encuentro con la mujer, l es hijo del abandono, su madre lo dej, ninguna mujer estuvo en su etapa de formacin y cuando se casa lo hace porque as est marcado para ser un hombre de bien. Si podremos reconocer su sentido estoico, su perseverancia, su fuerza de voluntad y tenacidad para conseguir lo que procura, pero de ah a reconocerlo como hroe pico hay una gran distancia.Cuando evoluciona el gnero picaresco, encontramos una retahla de pcaros y pcaras que entran y salen de la escena literaria con variados mritos, se suceden los otros Lazarillos, los Estebanillos, las Justinas y algunos otros, pero sobresalen, sin ninguna duda, El Guzmn de Alfarache, de Mateo Alemn y el Buscn, de Francisco de Quevedo. Antes de profundizar el enfoque de estas obras conviene conocer un poema, publicado en 1601, en tercetos, y que es un eco del fondo social que explica la picaresca como cansancio de lo heroico, como sensacin de un ambiente de holgazanes y despreocupados frente al riguroso ceremonial de La Corte. El poema se llama La vida del Pcaro:T, pcaro, de gradas haces sillas,Y sin respeto de la justa media,A tu placer te sientas y arrodillas

Dorms seguramente por rincones,Vistindoos una vez por todo el ao,Ajenos de sufrir amos mandones

Ohi vida pcara!, trato picao,Confiesoos un pecado, diera un dedoPor ser de los sentados en tu escao!

Si quieres de tu sueo hacer provecho,Procura hacer del pcaro, que al puntoDormirs sosegado y satisfecho

Qu gusto hay como andar desabrochadoCon anchos y pardillos zaragelles,Y no con veinte cintas atacado? Longares de Angulo

El pcaro es unas veces el aventurero sin sentido heroico, ya con cierta relativa moral, ya endurecido, ingenioso y de sentido negativo de la vida, como el Guzmn de Alfarache, o con perfil bufonesco e histrico, como El Estebanillo Gonzles o perfil autobiogrfico verdadero como el Marcos de Obregn, de Vicente Espinel, o bien con perfil malicioso, amargo y caricaturesco de El Buscn, de Quevedo. As, el pcaro del siglo XVII es mucho ms complejo, variado y rico, que el simptico y, a veces, ingenuo Lazarillo del siglo XVI. Herrero Garcia en su Nueva interpretacin de la picaresca cree que sta es un producto pseudos asctico, hijo de las circunstancias peculiares del espritu espaol, que hace de las confesiones autobiogrficas de pecadores escarmentados un instrumento de correccin. Para l. la novela picaresca es un sermn con alteracin de proporciones de los elementos que entran en su combinacin. La accin de la novela es como la parte pintoresca de los sermones. Hay predicador que a veces pinta con tal donosura y humorismo un tipo de avaro, de jugador, de glotn o de pendenciero, que parece que estamos leyendo un trozo de novela picaresca. Y a la inversa se hallan los sermones en las novelas. As como el sermn tiene una parte doctrinal, severa, de aplicacin moral, con casos y ejemplos, en que entra la parte pintoresca, la novela picaresca desarrolla esta segunda parte o aspecto, pero conservando bastante de lo doctrinal entre su accinTal como lo plantea Valbuena Prat la consecuencia de esta teora de Herrero Garca es notoriamente exagerada y no deja de ser curioso su planteamiento, y hasta cierto punto, tiene confirmacin, en las mismas novelas, sobre todo en la compleja concepcin ideolgica del Guzmn. Guzmanillo dice: Conozco mi exceso en lo hablado, que ms es doctrina de predicador que de pcaro. El contraste esencial en arte barroco- ayudara a explicar estos polos opuestos que se juntan: el sermn y la picaresca. Pero uno y otro discurso est impregnado de anti herosmo. El hroe es dueo de un discurso distinto, la proclama, el exordio a la batalla, la arenga a la lucha, el himno victorioso, el canto de batalla, a l no le hacen falta sermones pues su vida es lo suficientemente virtuosa como para alcanzar la salvacin, sus fines son nobles, sus hazaas concretas, por lo tanto estn inspirados por Dios o los dioses, lo pico es lo tico en accin.Si al final del siglo XVI y principios del siglo XVII adquiere el gnero picaresco una forma tpica, representativa y nacional se lo debe en gran parte a La Primera parte de la vida del pcaro Guzmn de Alfarache, de Alemn, que vio la luz exactamente en el ao 1599. No es casual que aparezca un rebrote del gnero cortado con el eramismo, el ao siguiente a la muerte del severo Felipe II, el rey de la Contrarreforma. Alemn tiene sobre todos los continuadores de esta forma de novela un estilo sobrio, conciso, digno. La forma breve, intensa, la mltiple visin de estados y tipos, los colores oscuros y la visin sombra de la vida en su sentido trgico nos ubica dentro de la concepcin barroca.Entonces, el procedimiento narrativo de la picaresca vara segn el autor y segn su contexto existencial. Mateo Alemn produce la caricatura social, el cuadro de tintas oscuras, negras, opacas, ms por la eliminacin de los elementos buenos que por la desfiguracin de los malos. Alemn no ha trazado figuras desmesuradas de lo cmico y miserable como Quevedo en el episodio del dmine Cabra de su Buscn; ha reunido hechos y tipos reales: la pobreza, la comida mala, la mesonera sucia y artera, el hambre, la repugnancia, la sensacin de miseria y ha prescindido de las partes buenas que pudieran embellecer o idealizar el relato. (Conviene leer El Buscn de Francisco de Quevedo)La picaresca, con Alemn, especialmente, ofrece una stira de los diversos tipos y estados sociales, los mdicos, los escribanos, las mesoneras, toda una mezclada galera de altos y bajos, cuyos engaos y trapisondas se pintaban con sangrienta burla. Pero en el fondo hay un sentido doctrinario, el afn moralizador ocupa un lugar importante en esta picaresca. Para reconocer el valor el Guzmn es indispensable admitirlo tal cual es con su pesimismo esencial, con su doble plano picaresco y tico, con las digresiones al lado del relato novelesco. El sentido de la poca parece estar en ese pecar y arrepentirse, contrastando la moral de unas normas de conducta con la realidad despeada y tramposa.La picaresca, segn la ptica de Francisco de Quevedo tiene otros ribetes, pues ms que un cuadro de realidad picaresco, Quevedo con el Buscn ha trazado con extraordinario ingenio, amenidad y amargos dibujos, una caricatura entre grotesca y trgica, de deformado realismo. La exageracin, el chiste, el retrucano y la hondura dolorosa del sarcasmo provocan una sensacin de una realidad des-realizada. La accin de la mayora de los episodios se encuentra entre lo inverosmil y lo doloroso, el chiste amargo es el modo de expresin; pero la risa se transforma en sarcasmo y luego en muerte. El Buscn es un libro ingenioso, y a la vez inhumano; pasma la frialdad de espritu del autor al jugar con el dolor y la muerte, juntos a sus grandes dotes literarias. As es como Quevedo en varios pasajes del Buscn se recrea en lo sucio, lo bajo y an lo trgico. Las deformaciones caricaturescas actan sobre formas de la realidad pintoresca los estudiantes de Alcal, la vida de la Corte, los poetas, el hampa para dar esa impresin de imagen deformada por un espejo deformante. La habilidad de la accin, el trazo novelesco superan a muchas novelas picarescas, pero se acenta el pesimismo, la amarga visin de la existencia que propone el autor, prototipo cabal del barroco en su mxima expresin. Hay un momento en que Pablos, el protagonista, se balancea entre el amor, la amistad de los nobles y la tragedia que llevaba dentro, en la poca, toda persona de baja extraccin social. En ese momento un leve asomo de emocin humana parece animar al mueco cmico y dramtico movido por la mano de Quevedo. Pero as como nunca se pierde la forma del estilo, tampoco se dejan los detalles desmesurados. Leo Spinzer considera el arte del Buscn consecuencia de dos actitudes psicolgicas del autor: anhelo de aventura y deseo de huida del mundo, a la vez. Pero esa huida no tiene un fin concreto, un anhelo especial, simplemente la meta, quiz sea solamente el partir.Y aqu llegamos a este punto de unin entre Quevedo y Cervantes, el elemento pico ha desaparecido para que aparezca lo cmico, lo carnavalesco: Don Quijote de La Mancha es la caricatura del caballero andante, es el disfraz donde se ha escondido Alonso Quijano, pero sigue siendo El Caballero de la Triste Figura, a pesar de que provoque risa o quiz por eso mismo, encierra su figura una dolorosa tristeza. Y si el hroe nos provoca risa y piedad, no es necesariamente un hroe sino todo lo contrario. Si aquel Pcaro inicial El Lazarillo- nos despierta ternura, este Pcaro del final, Don Pablos, nos provoca amargura. Y esa amargura estos dos grandes escritores lo resuelven de manera distinta, Cervantes intentando volver a aquel sentido heroico de la epopeya, aunque sea en la figura deformada de su caballero, mientras que Quevedo no quiere volver a lo que est perdido o en todo caso la existencia ya viene con el rumbo perdido y lo que queda es andarla, a pesar de todo.Y volviendo al principio, El Cid llega al final de su carrera totalmente transformado por cada uno de sus actos: hazaas, batalla, encuentros, de sus vistas, sus pleitos, de sus debates, de sus polmicas. En el caso de Don Quijote, encontramos en todos los episodios del libro la misma situacin que se repite indefinidamente. Cualesquiera sean las circunstancias, los momentos, los avatares, el sentido sigue siendo el mismo: la confrontacin de su ideal con una realidad que est en conflicto con ese ideal. Y en cada uno de los episodios, tanto de la primera como de la segunda parte del libro, se repite la misma situacin, como si estuvieran reflejando en un espejo que no deforma la realidad, sino que la repite.Los momentos importantes en la vida de Alonso Quijano son: El primero el cambio que se produce en su vida con la lectura de los libros de caballeras, se transforma en Don Quijote, y el segundo cuando reconvertido en Alonso Quijano, muere. En el primer momento Don Quijote sale al camino y despus de cada salida, vuelve derrotado, con el afn de salir nuevamente; en el segundo momento vuelve a ser lo que fue y muere. Y esa muerte del protagonista despus haber recuperado la razn, transforma todo.

EL QUIJOTE DE CERVANTES: LA AVENTURA QUE ILUMINACsar Augusto Vera AnceEs El Quijote de la Mancha un libro de aventuras y lo es, ya sea por caricatura, burla o parodia. Desde el lugar donde se lo quiera mirar constituye una gran novela de aventuras; contiene el fondo, el movimiento y el sentido de las grandes narraciones de viaje y exploraciones. Y el protagonista, aunque desquiciado por la lectura, cumple el rito de transformacin propio de los viajeros que inician su camino heroico. Se cumple as el itinerario trazado por el mito del viaje: separacin iniciacin retorno, que tanto motivo dio a la literatura de aventuras. El camino trazado por la aventura heroica propone que el hroe parta de su universo cotidiano, donde se siente seguro y protegido (separacin) a un mundo de fuerzas sobrenaturales, para las cuales deber contar con algn elemento especial que le abra sus puertas; con la ayuda mgica de dioses, semidioses, hadas, magos o encantadores (iniciacin) librar luchas inauditas y regresar con algn poder para salvar a sus hermanos (retorno). Atendiendo a este trayecto podemos ubicar a Don Alonso Quijano como un viajero; l es un hidalgo venido a menos, prcticamente solitario, que sigue una vida rutinaria hasta que un da emprende el viaje, impulsado por la lectura de los libros de caballeras, y deja su casa, comenzando con sus ritos de iniciacin: cambia su identidad, elige un nuevo disfraz, se traza un nuevo destino; para esto recibe las ayudas mgicas de los urgandas, los amadises y palmerines y tantos personajes legendarios y literarios, propios del mundo novelesco; tambin corren a su auxilio los alucinados autores de las historias caballerescas, adems de su prodigiosa imaginacin; luego eleva a categora de perfecta a una dama: Dulcinea del Toboso, la llena de poesa y la elige como gua merecedora de sus hazaas. Tambin busca a un escudero, Sancho Panza, para que lo acompae en su viaje fantstico; y es as como un desquiciado por la lectura y un desquiciado por la tarea rural, salen al camino. Las aventuras surgirn inmediatamente, y tambin los rivales: magos, encantadores y malvados. Algunos trastocarn la realidad, otros confundirn los sentidos, tampoco faltarn los chanceros, todos intentarn mostrar que el mundo es distinto, cuadrado, estructurado segn la lgica de la razn y del entendimiento. Y el hroe volver de sus viajes, derrotado, apaleado y burlado, sin poder dar a sus hermanos el trofeo ganado como premio a tanto esfuerzo; surgirn mdicos y censores para curarlo y quemarle los libros, buscarn desengaarlo; a pesar de ello vuelve a salir, impulsado por una inquebrantable fuerza de voluntad y una gran necesidad de ser distinto.De esta manera se dan en la novela dos clases de aventuras: una interna, el viaje interior que realiza Alonso Quijano -devenido en Don Quijote-, para volver a ser Alonso Quijano, el Bueno. El mismo, pero mejor. A esta aventura se la puede llamar la bsqueda del yo autntico. Mientras que la otra aventura, llammosla externa, es el viaje exterior, concretamente las salidas de Don Quijote de La Mancha con el preciado objetivo de enderezar entuertos, proteger a los dbiles y ennoblecer a las damas, y siguiendo el propsito de restaurar el ideal caballeresco ya borrado por el paso del tiempo. Hay, entonces, una bsqueda individual y otra social: aunque en esta ltima deba el caballero luchar contra la inexorable costumbre de la realidad, la de ser real, hecha de un tiempo concreto y limitado. En razn de ese fondo propio de la narrativa del viaje, la novela cervantina se conecta con mitologas y leyendas de la ms antigua poesa pica que, extenuada, sobrevivi en los libros de caballeras y que, renacida, apareci despus en los cuentos maravillosos. La concepcin mitolgica y legendaria de la aventura como prueba, viene a ser anloga a la locura de Don Quijote; por ello un primitivo relato ejemplar coincide con la visin cmica del hroe caballeresco. Pero esta novedosa anttesis (lo ejemplar y lo cmico) le permiti a Cervantes renovar los motivos mticos y poticos de una tradicin milenaria, comn a tantos pueblos y a tantas culturas. El relato ejemplar de la locura y aventuras del hidalgo manchego ofrece entonces los trazos arquetpicos de la prueba y depuracin del hroe pico, combinados con los de su regeneracin y transformacin individual. Pero no hay que olvidar, y justamente aqu radica la novedad cervantina, que son la risa y el motivo carnavalesco elementos muy importantes en la conformacin del protagonista, y con estos dispositivos el hroe literario se nos presenta como un autntico antihroe, objeto de chanzas y de burlas, aunque encierre en el fondo la estatura del modelo ejemplar. Desde este aspecto coincidimos con el texto anterior que habla acerca del desmantelamiento de la epopeya)Es por esto que El Quijote, en sus lneas ms generales, narra los temas universales de la recreacin del individuo, la transformacin de la personalidad y la bsqueda de su purificacin y su expiacin. La magnfica transformacin del hidalgo Alonso Quijano en el caballero Don Quijote de La Mancha es la ms luminosa entre cuantas ocurren a lo largo del libro; la de Sancho lo ser en lo personal, lo psicolgico y lo moral; baste recordar aquel conmovedor momento cuando Don Quijote pide perdn a su escudero y ste le dice a su seor: Ay/ - respondi Sancho, llorando-. No se muera vuestra merced seor mo, sino tome mi consejo, y viva muchos aos; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin ms ni ms, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que la de la melancola. Mire, no sea perezoso, sino levntese de esa cama y vmonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado. El que habla ya no es aquel rstico campesino sino el hombre que junto a su caballero alcanz el seoro del alma; tambin se cuentan transformaciones de Dorotea, Sansn Carrasco o el mayordomo del duque. Todos se olvidan de ser lo que fueron para buscar ser distintos, cumpliendo la afanosa tarea de ser mejores.Don Quijote es la personalidad transformada de Don Alonso Quijano; sus nuevas caballeras describen en su bsqueda interior la evolucin psquica y moral del caballero inventado hacia el desahogo, el desengao y la muerte del hidalgo recobrado. Es su caso el del hombre que en su locura se fabrica una ilusin, una identidad ficticia y logra imponerlas en la creencia de otros seres; luego, humillado, vencido por la realidad y desvanecida esa ilusin, al recobrar el juicio, se reintegra a su verdadero ser, confiesa su error y se somete a la verdad y por acto de conciencia muere ejemplarmente. Pero su ser ficticio, su yo potico ha triunfado como ficcin tan autntica como la de los hroes ms admirados de las gestas caballerescas y de la poesa pica. Ha impuesto su personalidad transformada como autorizada ficcin en el mundo histrico y social, y ha conseguido elevarse a la categora de hroe prototpico y celebridad mtica. De all es, entonces, que en su movimiento narrativo, la novela de Cervantes traza el rumbo de los mitos y leyendas de la bsqueda, hallazgo, triunfo y regreso, que en forma ms depurada traslucen las grandes epopeyas. Y es as como el Caballero de la Triste Figura, cuya imagen se refleja en el espejo deformante de la locura y como parodia del caballero andante, se va elevando hasta llegar a la categora simblica de hroe cabal. Tanto la elevacin del hroe (y su ideal de amor y de fama encumbrada) como su depuracin y expiacin, desarrollan en forma inesperada conceptos enraizados en creencias medievales, con inevitable trasfondo religioso. Pero por encima de lo ideolgico, lo social y lo religioso se distingue la gran transformacin que realiz Cervantes en el arte de narrar. Los motivos caballerescos de la aventura como bsqueda en que se prueba y purifica al hroe, la ganancia de un objeto maravilloso o la liberacin de cautivos o de todo un pueblo que le aclama su redentor, los invirti en el relato de la bsqueda del yo autntico de su protagonista. Que en El Quijote esa bsqueda se nos presente como el irse haciendo de la personalidad del hidalgo o como el sobrevenir del yo verdadero, o la dialctica del autntico ser en el que el esfuerzo espiritual que implica slo ha de cumplirse en la expiacin y la muerte, no nos debe llevar a olvidar que el sueo de Alonso Quijano se llen de realidad, y al materializarse le permiti encontrar al hidalgo manchego un sentido a su existencia en los ltimos momentos de su vida. Por lo tanto, deberamos quitarle un tanto ese sentido de hroe trgico que se eleva despus de encontrar la verdad, cara a cara ya con la muerte, para darle una categora ms vital, y si se quiere ms optimista.Es necesario detenerse en esta ltima idea por cuanto los motivos picos: bsqueda, hallazgo, triunfo y regreso se dan tambin en el trnsito de la cordura a la locura. Don Alonso Quijano busc en la lectura ser un caballero andante, prototipo de la heroicidad y de la aventura, lo hall cuando se transform en Don Quijote de la Mancha y sali al camino persiguiendo una verdad: ser distinto; luego se vio triunfador porque pudo introducir su ser fingido en la realidad y aunque su retorno no fuera estrictamente heroico, se don a s mismo el trofeo: fue distinto. Se vio y se sinti hroe, aunque para los dems slo haya sido un fantasma, una mascarada o una burla. Qu es ser verdadero? Mirar la realidad tal cual es? Inventarla de acuerdo al tamao de los sueos y creer que es real? O fingir que se es feliz con lo que se tiene, cuando sabemos que en el fondo el espritu siempre est insatisfecho? Sin duda que este enfoque sobre el viaje nos dibuja ya la figura del hroe romntico e idealista, aquel que puede vencer sus propias limitaciones histricas y sociales para salir a defender su individualidad creadora y vital. Pero, no ha sido visto as el hroe cervantino por tantos millones de lectores y de no lectores de la obra a lo largo de los tiempos? No es ste el significado del tan mentado quijotismo?Ahora bien, podemos hallar tambin estos motivos del viaje: bsqueda, hallazgo, triunfo y retorno en el trnsito de la locura a la cordura, cuando el fingido caballero busca su autntico ser, y luego, cuando consigue su expiacin, recobra su personalidad y muere cristianamente. Pero quien queda vivo en la memoria no es el ser real, sino la invencin literaria, la ficcin creada con el empuje de una inconmensurable fuerza de voluntad y de un ferviente anhelo de libertad. Y volvemos a preguntarnos Qu es ser verdadero? Y nos respondemos tambin con preguntas: Alcanzar la plenitud de la conciencia para entrar hacia la muerte, despierto? O inventarse una realidad para vivir engaado y procurar ser feliz de esa manera? O pretender hallar un punto medio, un sustento equilibrado, que sera algo as como considerar que un buen vivir lleva a un buen morir? Pero al creer que es posible adquirir ese equilibrio, andamos transitando por la cordura o por el intrincado desfiladero del idealismo? Lo cierto es que a la gravedad de todos estos asuntos Miguel de Cervantes Saavedra la trata graciosamente. Y podemos hacer las disquisiciones ms elaboradas y ms graves, hasta podramos intentar hallar los sentidos ms acertados y las interpretaciones ms hondas, pero en lo profundo resuena con claridad el genio de Cervantes, su manera vitalista, carnavalesca y risuea de hacernos pensar. En definitiva, El Quijote de la Mancha es un libro de aventuras, pero a ese viaje de los ltimos das de un personaje literario se lo resuelve con un gran sentido ldico y hasta con una carcajada que puede sonar extraa pero no hueca.Bibliografa:Estudios sobre El Quijote, Luis Andrs Murillo. El hroe de las mil mscaras, Joseph CampbellApuntes de la Ctedra Literatura espaola I ( UNCa)

LA CONJUNCIN DE GNEROS ALTOS Y BAJOS EN EL QUIJOTE DE LA MANCHACervantes era un vido lector y un gran crtico; a la vez un asimilador de tradiciones genricas y un renovador radical de la literatura europea de su poca. Se instruy tanto en la vida como en la literatura; us a ambas como intertextos (modelos previos) para forjar un gnero que naci como un nuevo hbrido, situado en la interseccin de muchos lenguajes. Sobre todo, condens en su palabra la experiencia de toda su vida, en una obra de madurez: public Don Quijote a los 58 aos de edad.Quien escribe la novela posee una voz diferente a la del narrador, del (anti)hroe y de los restantes personajes. Don Quijote, el sujeto protagnico, est en contradiccin con el mundo. El principal personaje de apoyo y hroe secundario, Sancho, tambin toma una distancia con respecto al mundo en que vive. De esta circunstancia se genera una novela que es una conjuncin de gneros discursivos y literarios antiguos, como la biografa (del hroe problemtico), pero sobre todo es una novela de aventuras. Lo que prima en la novela es el tiempo de la aventura, que siempre es una ancdota ingeniosa de desenvolvimientos inesperados, con contenidos altamente cmicos o absurdos, en una totalidad predominantemente contradictoria.Lo que verdaderamente importa en Don Quijote es cmo se tocan las personas, cmo los sujetos interactan, y cmo la experiencia del encuentro tiene como momento central un intercambio verbal. All queda patente que no se trata de una sola verdad, sino que de muchas verdades. Para Cervantes, todos los verosmiles se legitiman, convirtiendo lo cmico en sublime, legitimando la lucha por los ideales e incorporando al pueblo en una dimensin seria y digna. La propuesta central del presente escrito es el reconocimiento de que el acto artstico revolucionario de Cervantes consisti en integrar un conjunto de gneros altos, sublimes, cultos, cannicos, con otro conjunto de gneros bajos, populares, orales y marginales.[1] Los gneros altos que influyeron intertextualmente, como modelo, parodia o crtica, son la pica o epopeya, la poesa lrica, la tradicin retrica, la potica aristotlica, el teatro renacentista y las diferentes corrientes novelescas. Solamente dentro de uno de estos gneros, la novela, se pueden distinguir los siguientes subgneros, presentes en la obra de Cervantes: pastoril, sentimental, caballeras, picaresca, bizantino-barroca. Esta profusa conjuncin de gneros deja sin embargo un espacio smico y discursivo, fronterizo, apropiado para la realizacin de la novela moderna, con el impulso innegable de la picaresca, donde lo real ya haba ingresado aunque bajo la frmula de lo popular, campesino y folklrico, sin conciencia an de las perspectivas discursivas que implicaba.Por otro lado, los gneros bajos que vienen a alojarse en Don Quijote son los cuentos populares, los romances, la propia picaresca, los refranes, el folklore, la comedia, el dilogo socrtico y la stira menipea.Nuestra tesis es que la conjuncin de lo culto y lo popular permiti la configuracin de un nuevo gnero discursivo y literario, histricamente anclado, el cual se convertira en el gnero prototipo de la modernidad, la novela. La novela Don Quijote es una mirada a la historia de la literatura universal. Dentro de esta historia, las obras primeras, ms elementales, quedan como huella en las obras posteriores, ms complejas. Los temas altos de lo sublime, lo trgico, lo ideal, estn presentes a travs de la figura de don Quijote y las aventuras pastoriles, caballerescas, sentimentales o bizantino-barrocas. Por otro lado, los temas bajos o populares, como lo cmico, lo popular, lo oral y lo cotidiano son tambin remanentes de ciertos gneros y formas previas que permanecieron a lo largo del tiempo.Don Quijote, como novela, es un texto clave y radical por su posicin en los orgenes de la novela moderna. Alcanza esta posicin no slo por la nueva articulacin entre gneros altos y gneros bajos sino que tambin porque esta novela se sita justamente en la interseccin de la lnea estilstica monolgica con la lnea estilstica dialgica. Ms precisamente, el lugar de emergencia de la novela Don Quijote sera el intersticio intergenrico e interdiscursivo que se produce entre los diferentes lenguajes y entre las diversas lneas monodialgicas. Habra as, adems, en la novela, una nueva articulacin de los tiempos (pasado, presente, futuro).La lnea monolgica es aquella de ndole idealista que se centra en una sola voz, donde los distintos personajes no poseen cada uno una manera diferente de diccionar, donde predomina, en consecuencia, el monoestilo y los gneros altos que privilegian lo sublime y lo trgico, conteniendo un tiempo pasado desligado del presente. La lnea dialgica, en cambio, es aquella que se abre a la palabra del otro, presenta diferentes estilos de habla, se vincula con el tiempo presente, admite lo cmico y lo irnico, e incluye sectores populares no hegemnicos en su representacin. El hroe trgico y el hroe cmico, la unidad binaria que ambos componen, es violentada por el mundo y sus agentes de diversas maneras, a lo largo de las salidas. El mundo acta contra la palabra bifocal tragicmica. No hay que olvidar que la proyeccin evidente de lo poltico, en la novela de Cervantes tambin aparece. Poltica es la inclusin de Sancho y de todos los personajes de jerarqua social baja, con una valoracin positiva; poltico es toda la temtica corporal y poltica es sobre todo la probada articulacin propuesta entre un hidalgo y un campesino, que fusiona dos sectores sociales.Don Quijote es portador de un mensaje correcto pero desenfocado. Su proyecto es transformador del mundo pero con valores anticuados. Lo arcaico no es socorrer a mujeres y jvenes, o solucionar problemas, sino que el lenguaje y los medios caballerescos utilizados para ello. El proyecto tico de don Quijote es correcto y es claramente tambin un proyecto poltico. Su labor implica imponer justicia y en ese sentido su conducta es tica. El problema es que don Quijote no utiliza los medios justos o apropiados para estos fines. Este desfase entre los medios y los fines caracterizar posteriormente al mundo y los hroes de la novela moderna.La constitucin de la palabra dual o bivoclica de los dos personajes protagnicos le da a la obra, sin duda alguna, un carcter bitonal. Ms precisamente an, este marco bivoclico se amplia a lo multitonal cuando se comienzan a percibir en la obra otras voces. Lo ms interesante es que el habla culta, letrada y pasatista de don Quijote es articulada con el habla popular, campesina y del presente de Sancho, mediante la intervencin de otra voz, la del narrador de la novela, que intermedia. Esta tercera voz, corts, urbana, media, enmarca y permite el libre juego de las otras dos voces, la de los protagonistas. Esta tercera voz integradora tambin permitir la participacin de un cuarto conglomerado, las restantes voces de los personajes, que van apareciendo en las distintas aventuras.As, la novela cervantina se va revelando como una crtica y superacin de lo monolgico, del discurso idealizado caballeresco, tanto mediante los comentarios del narrador como mediante los hechos del mundo que actan contra don Quijote y Sancho. De todo ello emerge una nueva teora y una nueva prctica de la prosa novelesca, que an nos entretiene despus de 400 aos.DIALOGISMO: CONJUNCIN DE GNEROS ALTOS Y BAJOSLo nuevo de la novela cervantina es la convergencia creativa y crtica de gneros, discursos y formas en un nuevo hbrido prosaico, la novela moderna. La crtica cervantina, ms bien psicologista, ha visto esto como la cercana e interaccin de Sancho y don Quijote, en lugar de visualizar la convergencia e inter-relacin de lenguajes, gneros y tradiciones, expresados en los dos personajes centrales, que es lo propiamente literario. La novela de Cervantes retoma una antiqusima matriz discursiva, la de los gneros cmico-serios, los cuales, como unidad binaria, se dividieron posteriormente. Lo cmico-serio contiene "una percepcin carnavalesca del mundo"[2], y "una nueva actitud hacia la realidad",[3] consistente en la inclusin seria de la actualidad. Dice Bajtn, en referencia a los gneros cmico-serios, que los "caracteriza las pluralidad de tono en la narracin, la mezcla de lo alto y lo bajo, de lo serio y lo ridculo, utilizan ampliamente los gneros intercalados". [4] El primero de los gneros cmico-serios presente en la estructura narrativa de la novela Don Quijote es el dilogo socrtico. Uno podra decir que la historia del personaje don Quijote puede ser vista como una hagiografa distorsionada, es decir, como la biografa de un personaje positivo que encuentra muchos problemas (Alonso Quijano, el bueno), pero eso sera nicamente desde la perspectiva de un gnero alto. Sin embargo, lo fundamental del dilogo socrtico como forma discursiva es el fluido dilogo entre dos personas diferentes que conversan constantemente entre s, en busca de una verdad que resulta ser plural. Ms precisamente, acerca del dilogo socrtico, dice Bajtin que "en la base del gnero est la nocin socrtica de la verdad y del pensamiento humano". [5] Uno de los rasgos fundamentales del dilogo socrtico consiste en "una confrontacin de diversos puntos de vista sobre un objeto determinado", [6] tal como lo ha sugerido y confirmado el perspectivismo en la novela (con respecto al yelmo-baca, o los nombres del pescado en la venta en la primera salida, o en tantos otros momentos). Bajtn escribe que "los protagonistas del dilogo socrtico son idelogos".[7] Esto quiere decir que los personajes, don Quijote y Sancho, tienen muchos planteamientos e ideas acerca del mundo y su entorno. LA STIRA MENIPEA EN EL QUIJOTENo parece haber otro crtico que establezca al dilogo socrtico en los orgenes de la novela moderna. Adems, Bajtn sugiere que el dilogo socrtico tambin contribuy, en su desintegracin, a conformar la stira menipea. Varrn, en el siglo I de nuestra era, ya denomin sus escritos Stiras Menipeas. Bajtn destaca como este gnero carnavalizado influy en las literaturas europeas. En seguida, detalla 14 caractersticas del gnero, todas las cuales se manifiestan en la novela Don Quijote.[8]En la menipea predomina la risa, elemento constante en la novela de Cervantes, tantos por los dichos de Sancho como por los hechos de Don Quijote. La menipea es libre de las limitaciones historiogrficas, y "est libre de la tradicin", destacndose por "una excepcional libertad de la invencin temtica y filosfica".[9] Esta actitud hacia la tradicin, desde la invencin, es lo que caracteriza la novela Don Quijote. La menipea tiene un predominio de la aventura, con situaciones excepcionales. Se pone a prueba la idea del mundo que tiene don Quijote. En la menipea se combina la fantasa, el dilogo filosfico, el simbolismo, y el naturalismo, en espacios tales como caminos, plazas, ventas. El sabio buscador de la verdad se topa con el mal y con la cruda realidad, como en Don Quijote. Dice Bajtn que "la menipea es el gnero de las ltimas cuestiones".[10] Libertad, amor, determinismo, muerte, ilusin, lo tico, son las cuestiones ltimas tratadas por Cervantes en su novela. La menipea contribuye a la visin de mundo en tres niveles: el Olimpo, la tierra y el inframundo. Estos tres niveles se dan claramente en Don Quijote: con Clavileo, lo cotidiano y la cueva de Montesinos. Hay en la menipea una fantasa experimental, consistente en poner juntos a Sancho y Don Quijote y ver las reacciones que ocasionan juntos y con respecto al entorno. Tambin en la menipea aparece por primera vez la experimentacin psicolgica-moral: "la representacin de estados inhabituales, anormales, psquico-morales del hombre, toda clase de demencias..., desdoblamiento de personalidad, ilusiones irrefrenables, sueos raros, pasiones que rayan en locura, suicidios". [11] Estos son los sueos, visiones y locuras tpicas de Don Quijote. "En las menipeas son caractersticas las escenas de escndalos, de conductas excntricas, de discursos y apariciones inoportunas, es decir, de toda clase de violaciones del curso normal y comn de los acontecimientos" [12] con las cuales se destruye la integridad pica y trgica del mundo, como es claro en la novela de Cervantes. La menipea prefiere los oxmoros y contrastes, como la oposicin entre culto y popular, o entre idealista y realista, buscando cambios, ascensos y cadas, elementos inesperados. De ello Don Quijote tiene abundancia. Tambin hay elementos de utopa social en la menipea, lo cual queda esbozado en diferentes momentos de la novela, desde el discurso de la edad de oro en adelante. "La menipea se caracteriza por un amplio uso de gneros intercalados: cuentos, cartas, discursos oratorios, simposios, etc., es tpica la mezcla de discurso en prosa y en verso". [13] Estos aspectos de Don Quijote han sido frecuentemente estudiados. La menipea se caracteriza por una gran variedad de tonos y estilos, en una diversidad mltiple. Por ltimo, otro rasgo de la menipea es la actualidad cercana que tiene temporalmente, con respecto al momento de lectura por parte del lector. No se trata de un pasado irrecuperable sino de una inmediatez histrica, tal como se aprecia desde el inicio: "no ha mucho tiempo".En sntesis, todos estos rasgos se dan orgnicamente en la stira menipea, le confieren importancia y le permiten absorber los gneros menores. Todo esto le permite descubrir el hombre interior dialgicamente estructurado. La carnavalizacin literaria implica una representacin naturalista. Ese elemento es aportado aqu por el agente popular, el representante de los gneros bajos, Sancho Panza, como su propio nombre lo indica. La figura de don Quijote ha sido resaltada desde la potica de lo sublime, de lo idealizado, de lo alto, pero con su intervencin novelesca se da un paso muy grande en la mutacin de las poticas y en la configuracin de las lneas de transformacin occidentales. La carnavalizacin, la risa, la mezcla de los gneros altos y bajos altera el conjunto de los gneros y de los valores estticos. Lo experencial y sensorial adquiere una nueva figuracin. Ahora la idea se complementar con la aventura y la imagen artstica ser ms abarcadora, ms realista. La carnavalizacin de la literatura es parte del fenmeno de enriquecimiento de la literatura por parte de la vida y es parte tambin de la contienda de las poticas realistas con las poticas idealizantes. A todo ello se une lo utpico y lo tico, ms lo realista y lo fantstico. El dilogo socrtico, con su irona, y la stira menipea, con su heterogeneidad carnavalesca, son los ncleos discursivos de Don Quijote. Los gneros altos y los gneros bajos se unen en torno a estos ncleos. Con ello, puede verse el ncleo bipartito con raz en la tradicin milenaria previa de Cervantes, ncleo genrico precisable, con una estructura externa novelesca nueva, la novela moderna.

DIALOGISMO Y POLIFONALo fundamental de la modernidad es el desarrollo incipiente del dialogismo. Sin embargo, este dialogismo inicial fue frenado por la presencia hegemnica de un monologismo, de ndole idealista, que continu una lnea predominante, que ya vena de la Edad Media. Lo que Bajtn defini como monologismo es una actitud que contina imperando en el mundo occidental desde el Renacimiento en adelante, en todas las series culturales y artsticas constitutivas de lo societal.El monologismo es una forma de discurso en el cual no se diferencia entre las distintas voces participantes. La voz del narrador, de un prncipe y de un campesino aparecern con un mismo estilo, una misma entonacin, un mismo lxico. Eso es porque el sujeto autor est centrado en s mismo y no intenta proceder a un acto de comunicacin que signifique un encuentro real con la otredad. Esto caracteriza la literatura de la Edad Media, donde el sujeto cristiano mono(dia)loga consigo mismo.Dialgico, en cambio, es un enunciado cultural y artstico que muestra un intercambio entre un emisor y un destinatario, los cuales se revierten en sus roles, convirtindose el emisor en receptor y el destinatario en emisor, en un proceso dialgico de conversacin. Esto es lo que presenta, en literatura, por primera vez, Don Quijote, en la relacin entre el antiguo caballero y el gozoso escudero. El monologismo, que nace de desencuentro entre el inflamado lenguaje del hroe y el lenguaje del mundo, marca por supuesto la novela y su propuesta de modelacin, pero no marca la relacin entre los dos personajes centrales. La relacin entre Don Quijote y Sancho es dialgica. La separacin y contradiccin entre el mundo ficticio y el personaje protagnico y su contradiccin posterior es la frmula de funcionamiento de la literatura moderna desde sus inicios.En Don Quijote, dialgica es tambin la relacin entre la novela misma y las novelas de caballeras, entre la previa novela antigua (en su diversidad de formas) y la presente novela cervantina, y dialgico es el narrador en sus mltiples apariciones, en su relacin con la historia. Pero todo esto es porque la novela quiere ser dialgica con su referente, a quien adems apela, la Espaa de su poca. En efecto, aqu los discursos dialogan tambin con sus contextos. Una pregunta emerge, sin embargo. Es Don Quijote adems un adelanto en el proceso de polifonizacin que muestra la literatura de Occidente en el siglo XX? Habiendo establecido el dialogismo, se pasa pues a un nuevo nivel, acerca de la forma en que estas voces son usadas, monofnicamente o polifnicamente. El centro de la accin de don Quijote personaje son las novelas de caballeras. Su objetivo es traer a la realidad de su presente un gnero literario del pasado. Esta situacin es similar a otro momento histrico de gran transicin y crisis, como lo fue la crtica a los mitos acontecida en Grecia en el siglo V AC, por parte de los primeros filsofos griegos. Hay un dilogo constante de parte de la novela de Cervantes con su pasado discursivo, que es de ndole literaria. Lo fundamental de este dilogo es la diferenciacin y la especificacin de parte del mltiple conglomerado creativo emisor, compuesto por las diferentes voces autoriales que se van manifestando en la obra.Dialgica es tambin la relacin entre el presente y el pasado en los diferentes niveles de la novela Don Quijote. Cordura y locura dialogan y coexisten en el personaje central. En cada personaje se muestran diferentes caras, que corresponden a discursos de los diferentes actantes. Un personaje es su habla, su discurso. En Don Quijote, cada personaje es una historia o un conjunto de relatos, pues su formulacin vital es predominantemente narrativa.De hecho, la novela Don Quijote dialoga con diversas tradiciones novelescas, como las mencionadas, y tambin con algunos otros gneros, como la pica, la tragicomedia, los romances, la "novella" y el cuento. Polifnica es la confluencia de estas voces genricas en la obra de Cervantes; dialgica es la relacin entre ellas. UNA POTICA HISTRICABajtn sugiere que en un primer momento de la historia humana el lenguaje fue bitonal, es decir, se encontraban unidos los tonos bsicos de la seriedad y lo cmico. Posteriormente, esa unidad binaria inicial se despleg en dos lneas. La lnea monolgica (donde el estilo del autor, del narrador y los personajes es el mismo, y donde no se considera el lenguaje del otro) hegemoniz la historia literaria de Occidente. La lnea dialgica se manifest a travs de algunas obras singulares donde se unan gneros diferentes y la conexin de esta lnea fue muy fuerte con lo extraliterario, la vida real. La novela Don Quijote de la Mancha es un discurso que a la vez se alimenta de la lnea dialgica (y de una crtica a un gnero destacado de la lnea monolgica: la novela de caballeras) y tambin contribuye fuertemente a constituirla. Desde este punto de vista podra ya confirmarse que Don Quijote es una obra carnavalesca. En un nivel ms externo, no slo Sancho aporta a esta vertiente sino que tambin la presencia de otros personajes, como los pcaros, por ejemplo. El dialogismo es un fenmeno de la vida cotidiana que tiene dificultades para su ingreso a la literatura. El dialogismo se manifiesta de diferentes maneras en Don Quijote. Primero, se percibe un dilogo entre lo popular y lo culto tanto a nivel de las fuentes nutricias de la obra (cuentos, folklore, romances, picaresca; todos ellos gneros bajos; y tambin libros de caballeras, novela pastoril, romance sentimental o bizantino-barroco; en lo que respecta a los gneros altos). Esto tambin acontece en el plano de la representacin (relacin entre Quijote -lo culto, caballeresco, letrado, pasatista, sublime- y Sancho -popular, folklrico, cmico, oral, que vive en el presente). El dialogismo favorece la incorporacin de lo profano y lo no oficial, va ambos personajes.En Don Quijote el espritu trgico dialoga con el humor cmico, al mismo tiempo que lo abstracto retrocede por la presencia de lo corporal. Los gneros bajos alcanzan un alto nivel al relacionarse en Don Quijote con los gneros altos. El fallido hroe, mezcla de payaso, loco, visionario, alucinado y profeta, es parte fundamental del carnaval, de la fiesta dialgica y polifnica. La stira menipea se enseorea con la risa, el naturalismo, los estados alterados. As pues, Don Quijote adquiere una dualidad de tono porque contiene lo serio sublime de don Quijote y lo cmico popular de Sancho. La bitonalidad proviene de la interaccin de los dos estilos nicos de discurso de ambos personajes. La obra en s de Cervantes llega a ser bivocal y dialgica. A la estabilizadora monotona sublime se le interpone la centrfuga bitonalidad cuestionadora de lo popular. Este dialogismo fundamental entre Sancho y don Quijote no slo deja atrs lo clsico monolgico sino que horizontaliza la estructura valrica central, que no juega ya ms a la axiologa verticalista del discurso superior.[14] Pero tambin sugiere que lo cmico grotesco es parte esencial del realismo. Y si lo monolgico es la infancia de la literatura (Antigedad ms Edad Media), Don Quijote contribuye, al igual que Rabelais y Shakespeare, al inicio de una madurez literaria (modernidad), mediante la potente emergencia de lo dialgico (que culminar con la polifona). Dialogan en Don Quijote los gneros bajos y altos, dialogan Sancho y Quijote. Estos gneros que dialogan son los elementos que contribuyen al desarrollo de la conciencia humana y su historia. La incorporacin del lenguaje de la plaza-mercado, sitio annimo de lo folklrico, lo popular, lo grotesco, lo bajo y lo corporal, terminar por permitir la configuracin de una nueva combinacin genrica, no presupuestada por el sistema, al interactuar con lo caballeresco, lo intelectual, lo serio, lo culto y lo nobiliario.[15] Ser el permanente dilogo entre lo abstracto y cerrado con lo concreto inacabado.Don Quijote se distingue en la historia literaria occidental inmediatamente porque implica y presenta una complejidad creciente en la relacin entre autor y personaje. De partida, el autor est representado por dos entidades y no slo por una, lo que excluye inmediatamente el monologismo auto-centrado. El acto heroico del primer narrador, a su vez, permite la presencia de otro narrador, y el acto heroico del personaje "sublime" permite la existencia patente de la otredad opuesta, la popular, revelan la profundidad con respecto a la lnea monolgica idealista.

EL QUIJOTE DESDE UNA PERSPECTIVA BAJTINIANAEl Quijote no es una novela autorial sino que una novela donde prima el hroe. Esto significa que por ms que se introduzcan elementos autobiogrficos en Don Quijote (la historia del cautivo, por ejemplo), la visin y filosofa del autor no logran imponerse por sobre el personaje protagnico.[16] La prueba principal aqu es que la obra est escrita en tercera persona verbal y no en primera. Por supuesto, el discurso autobiogrfico es uno ms de los distintos gneros que converge enriqueciendo la novela, pero esta clave no da cuenta de la significancia de la totalidad de la obra. Recordamos a Cervantes por don Quijote, y no a don Quijote por Cervantes. Es la ficcin la que pone de relieve lo real. Ya veremos que recordamos a don Quijote por su contraposicin con respecto a Sancho.El trabajo creativo de Cervantes fue, sin lugar a dudas, ingente. Su obra no slo se relaciona con casi todos los gneros literarios previos sino que los asume, los revitaliza, los critica, los noveliza y los arcaza. Situada en la interseccin de los lenguajes, la novela cervantina convierte para siempre en arcaicos un conjunto de discursos literarios, mientras que, al mismo tiempo, le da relevancia a un hbrido nuevo, la novela moderna, en su ontologa (ser como texto) y en su epistemologa (el paradigma cognoscitivo que ayuda a constituir). En este sentido, Don Quijote es una obra no-clsica. No se ajusta a una tradicin previa; no concierta la voz autorial con la voz actancial; la disparidad emergente (unidad Quijote-Sancho) es legitimada; las formas novelescas previas no son tiles y una nueva forma pugna por emerger en el desarrollo mismo de la historia que se presenta en la novela.Don Quijote no es pues un gnero monolgico-confesional sino que una obra dialgico-descriptiva. Ms que una novela de aventuras, es una novela de formacin (pese a la avanzada edad del hroe), donde se descubren experiencias que conformarn al protagonista. No priman los hechos sino que la experiencia de ellos. Los eventos interactan con una personalidad. Esto queda de manifiesto en el ttulo mismo de la novela, que no es "Don Quijote y Sancho" (como "Garganta y Pantagruel") sino que es el slo nombre del hroe el que se concentra en el ttulo. Don Quijote es, por supuesto, un hroe nico en la historia de la novela. Tambin lo es Sancho. No hay el uno sin el otro. La extraposicin de cada uno con respecto al otro es fundamental.[17]La historia literaria tambin cambia cuando se transforman sus hroes, y en especial, cuando mutan las relaciones entre los autores y los hroes por ellos inscritos en la literatura. La voz nica e inigualable de don Quijote es una evidencia de la diferencia que tiene con respecto a la voz de Cervantes. Lo mismo puede decirse de Sancho. Aqu, el hroe debe reconocer la presencia de otras conciencias e interactuar con ellas. Se trata de percibir, aceptar, interactuar e incluso incorporar otros acentos y tonalidades nicas. No hay en esta novela monologismo porque la voz de Cervantes casi no se percibe en la voz de don Quijote. El autor habla de don Quijote pero tambin conversa con don Quijote, las ms de las veces, va el narrador. Esto no debe, sin embargo, desconocer una realidad palmaria de la novela cervantina: que tambin el personaje es una plasmacin del autor. Si el monologismo es la creencia en una verdad absoluta, y se basa en una reproduccin de la unidad del ser, ontolgicamente, estas condiciones no pueden ser traspasadas mecnicamente al terreno discursivo de la conciencia y lo simblico.[18] Don Quijote, desde este punto de vista, es ms bien una novela polglota, es decir, un mundo donde cada ente posee una lengua extranjera diferente a la de los otros. Aqu se deja que resuenen las palabras de los otros. El verdadero evento de Don Quijote es la cercana entre dos sistemas discretos, nicos y especficos, que son personas humanas: Sancho y don Quijote. Esta novela es as un universo dualstico en permanente dilogo. Los gneros serio-cmicos que toman un lugar de privilegio en la obra cervantina son dialgicos y abiertos, mientras que los gneros altos, serios, cultos, que Cervantes tambin utiliza son, en cambio, gneros monolgicos cerrados. La historia, la retrica, la tragedia y la pica tienen, como gneros altos, un carcter sublime y concluso. Aunque convergen en la novela Don Quijote, slo son usados, como otros estilos y tipos de discurso, para lograr el poliglotismo crtico que caracteriza la prosa de la novela Don Quijote. As, se puede llegar a hablar de un multiestilo y de heterovoces en esta obra. Estas dos voces que se refractan (la quijotizacin de Sancho y la sanchificacin de don Quijote, en el clich usual) permiten ver cmo un tipo de discurso es recibido, apropiado e incorporado por otro discurso. DON QUIJOTE COMO CARNAVAL Y CULTURA POPULAREvidentemente, la novela Don Quijote es parte central de la historia de la risa, esa otra catarsis corporal dejada de lado por las teorizaciones literarias. La risa y lo popular van unidos en Don Quijote. El personaje Sancho las unifica. Pero al ingresar en la obra, se transforman tambin en un elemento poltico. Sancho como escudero es el campesino pobre marginado en Espaa. No slo a travs de l ingresa el contexto de la vida material y cotidiana a la novela; lo hace con el propio don Quijote, desde la primera fase, y a travs de muchos otros de los centenares de personajes que aparecen en la novela. Esta es una asignacin de un gran rol al pueblo. Un pueblo inteligente, tpico, no domesticado, pleno de sabidura popular, antiabsolutista.La novela muestra como lo festivo relativiza lo serio. El nico gnero que intentara capturar la dualidad de la vida es la novela, y por eso su heterogeneidad y heteromorfismo. Por largo tiempo, las formas literarias cmicas han sido relegadas en la historia literaria. Lo festivo introduce el lenguaje comn, oral, cotidiano, para que pueda participar, como discurso legtimo, con otros discursos serios y sublimes. As, el mundo de Don Quijote se hace horizontal, abandonando la rgida estructura medieval, vertical y valrica, atemporal, abriendo, en cambio, un espacio democrtico e histrico, horizontal y familiar, representado por las tres salidas de don Quijote por los campos de la pennsula. El dilogo entre lo serio y lo cmico, lo erudito y lo folklrico ser un interactuar abierto, no finalizado. Dos verdades y ms surgirn de esta circunstancia. El canon clsico converger con un canon (no formulado) popular e incipientemente moderno. La novela se conforma como una nueva conciencia nacida de la interseccin de muchos lenguajes, en una multiplicidad de estilos. An antes de la manifestacin plena del barroco en Espaa, Cervantes considera las limitaciones de esta visin de mundo donde la risa y lo cmico no tienen lugar. Su novela es una advertencia. Lo oral y popular chocan con lo jerrquico y dogmtico. Se invierte la jerarqua, los sujetos se hacen iguales, y esta desconstruccin, o negacin positiva, es a la vez, un acto crtico y creativo. Don Quijote es una gran novela porque lo solemne y lo festivo cohabitan en un dilogo franco, en una suma de lo superior y lo inferior (en gneros discursivos, clases sociales, paradigmas epistemolgicos). Hay una carnavalizacin de lo alto, y la palabra del autor se hace ambivalente y bivocal. Don Quijote es una novela abierta a diferentes concepciones de la verdad. Lo carnavalesco emerge con elementos provenientes de la cultura pagana, tal como algunos de los ttulos de los captulos, donde deidades clsicas hacen su re-aparicin. Tambin es parte del carnaval la adopcin de una nueva identidad, de una mscara. Esto acontece con ambos personajes principales. Los dos adoptan una mscara (tema carnavalesco por excelencia). Sancho, el campesino, llega a ser escudero, y don Quijote, dueo de una pequea hacienda, llega a ser caballero.Todo esto convierte a Cervantes en un artista en pugna, con una obra donde dialogan dos culturas, dos tiempos histricos, dos visiones de la vida. Dadas las limitaciones del discurso serio, la risa le permite a Cervantes pues el surgimiento de otra verdad, convirtindose la novela en un vocabulario transcultural. No poda ser de otra manera, en una poca de una gran transformacin de sistemas polticos, econmicos, religiosos, culturales y artsticos.

APERTURAS INTERMEDIASDe todo lo anteriormente expuesto, pueden extraerse varias deducciones, derivaciones o proyecciones. Lo primero, que Don Quijote es una obra decisiva en la historia de la literatura planetaria, porque no slo funda la lnea dialgica propiamente tal sino porque adems tiene propiamente como tema la interaccin con la lnea monolgica de la literatura. La novela de Cervantes es al mismo tiempo una lucha contra el monologismo idealista, contra los gneros altos que poseen una visin histrica y una conciencia poco desarrollada, contra el canon clsico; pero tambin es un punto de unin dialogante, un juego entre tipos de discurso contrapuestos, una frmula de superacin de compartimentos estancos culturales. Don Quijote dialoga con la lnea monolgica de la otredad. Cervantes parodia a la literatura monolgica (del yo). Don Quijote construye as un discurso bivocal (las voces de Sancho y Quijote) que anuncia lo heteroglsico. Don Quijote prefigura fundacionalmente la tensin constitutiva de la modernidad referida a la contraposicin entre los discursos del yo y los discursos de los otros. Plantea tambin una solucin, como obra y como filosofa: la verdadera aceptacin de la otredad. La fiesta del poliglotismo en una obra que es una confluencia de saberes distintos.Este mundo pardico y polglota, hbrido y heteromorfo, de la menipea, marcar el gnero novelesco, de all en adelante, ms que la estructura de dilogo socrtico o ms que el cronotopo de la aventura o del viaje. Todo este complejo sistema de significacin que es la novela en cuestin aqu interpretada es parte del gran proceso, en el gran tiempo, primero, de carnavalizacin de la literatura (influencia de la vida y la cultura en la literatura), que as conforma a la lnea dialgica; y segundo, es parte del proceso de novelizacin de la literatura consistente en alterar los gneros monolgicos, con cuya crtica contribuye a transformar la conciencia humana.

Anlisis del comportamiento psicolgico de Don Quijote:la melancola y la clera

Desde los tiempos de Platn y Aristteles el concepto de melanclico se haba forjado como un tpico considerado como una enfermedad y a la vez como un don intelectual privilegiado de creacin potica, que al llegar la poca de Cervantes fue transformado con un nuevo enfoque ms moderno de la melancola.El propio Don Quijote se nos presenta con una imagen en la que se mezclan los rasgos melanclicos y colricos, y precisamente esto nos facilitar la configuracin psquica y el carcter temperamental del personaje, evolucionando de la clera durante su madurez a la melancola en su vejez, aplicando a esta ltima una clara visin potica y un elemento terico que se asocia indudablemente al carcter positivo neoaristotlico.El carcter melanclico del personaje implicar un determinado comportamiento, ciertas capacidades creativas, facultades de memoria que transforman al personaje de genio a loco, tendencias extremas al sacrificio y a la penitencia, y una muy particular concepcin del amor. Todo esto se une en una internalizacin compleja que provoca consecuencias muy variadas e incluso contradictorias, que por ello no dejan de provocar la risa del lector, el cual se consuela ante el conocimiento de un hroe con similares caractersticas a l mismo y capaz de cumplir sus deseos y sueos.En cuanto a la memoria, esta ser, en contraste con su concepcin retrica tradicional, tratada desde un punto de vista mdico y filosfico que se acerca ms a los presupuestos de una nueva corriente, iniciada en Espaa por Luis Vives, que la consideraba como una potente facultad humana imprescindible para el desarrollo de todas las artes y no slo de la retrica. A su vez la imaginacin, de la que dependen las percepciones de los sentidos, se establece completamente diferenciada de la inteligencia, a la que se le atribuye la facultad de recibir y ordenar los datos sensoriales. La jerarquizacin realizada entre intelecto e imaginacin en la I parte del Quijote queda completamente transformada en la segunda, donde tambin se cuestiona la oposicin entre realidad y ficcin. Don Quijote ser el encargado de agudizar una ingeniosa inventiva novedosa, que aunque teniendo un carcter ilimitado pudo ser tambin modelada en Sancho, sobre todo en la segunda parte, donde el fiel escudero nos demuestra una inusitada capacidad imaginativa, transformando elementales falsedades en complicadas visiones y encantamientos. Este rasgo de Sancho se explica bsicamente por su aprendizaje de un modelo, que al principio ser literalmente aplicado, pero que conforme se desarrolla la trama nos revelar incluso sus enseanzas al propio Don Quijote.Cervantes valora en esta obra la rara invencin, conseguida gracias a la aplicacin realizada de la memoria con fines narrativos, innovando pues tanto los modelos retricos y poticos como los fisiolgicos y psicolgicos de la poca. Don Quijote reflejar en sus actos y en sus formas las hazaas caballerescas que ha resumido y seleccionado de determinados modelos, de los cuales sern principales Amads de Gaula y Orlando. El reflejo ser reiterativo, lo que explica el afianzamiento memorstico, y provocar el aprendizaje de Sancho Panza.El olvido tambin ser utilizado por el autor como una tcnica desarrollable de creacin literaria. Se manifiesta por medio de silencios y elipsis que se intercalan en el relato y que sern tambin elementos caractersticos para conseguir una relacin con la locura, conforme a la tradicin erasmiana de ligar olvido y locura, logrando creaciones artsticas en base a silencios y omisiones.Una vez que el protagonista pierde el juicio se genera una fantasa que provocar en l el establecimiento de convicciones en base a originales invenciones literarias. La memoria alimentar su imaginacin ocasionando una confusa situacin para el personaje en la que no es capaz de distinguir las situaciones vividas y las ledas. El problema se fundamenta en la recreacin de lecturas que llevan a la fidelizacin de unos modelos ficticios a los cuales queda tan obligado como para llegar inventar hasta un enfermizo amor. Desde luego la memoria no es tan primordial en su funcin como cabra esperar, y su tratamiento en el Quijote no es sino una rememoracin del modelo seguido a la hora de establecer las cinco potencias del alma, el entendimiento, la imaginativa, la reminiscencia, el sentido comn y la memoria, segn una clasificacin ya consolidada por autores como Santo Toms, Boecio, y otros.El tema caballeresco guarda una importancia fundamental a la hora de entender el sentido de toda la historia, la cual gira en torno a la imitacin literal por parte del protagonista de los esquemas generales y concretos de ese gnero literario, que permanecen inalterables en su memoria, aunque al final la realidad haga que sus planes iniciales deban ser alterados, reinventando por lo tanto sus historias recordadas. Es destacable tambin el afn y la obsesin de Don Quijote por conseguir fama y que sus hazaas se mantengan en la memoria futura, jugando as la obra con la continuacin de una eternidad heroica que quede a su vez reflejada igualmente en libros.El contraste temporal que se produce tiene una explicacin si consideramos todo lo expuesto anteriormente pues el ingenioso protagonista identifica sin lugar a dudas cualquiera de las imgenes y lugares que vive con todas las imgenes y lugares que guarda en su mente. As, en lugar de producirse una afectacin de la realidad sobre la imaginacin, se produce una afectacin de la imaginacin sobre la realidad, que provoca ineludiblemente la tergiversacin de todo lo percibido por medio de la conjugacin de la memoria y la fantasa. El personaje representa sus recuerdos y no lo que realmente est percibiendo a travs de sus sentidos.El desarrollo de su imaginacin supone una prueba fehaciente de la fusin aristotlica entre el alma y el cuerpo y el sometimiento de los sentidos a una vida superior intelectiva y libre. Esta capacitacin memorstica suplir la manifiesta falta de juicio que es representada. El ingenio de este complejo fondo de la trama radica en el contraste que se produce cuando otros personajes son testigos de las acciones del caballero andante y no dudan en ningn momento en reconocer la realidad de lo que estn viendo y no lo que la mente del protagonista est recreando, que no son sino recuerdos selectivos de todos los textos que han absorbido su seso. Por otra parte no se puede negar el valioso archivo caballeresco que supone el protagonista, pues adems seleccionar el modelo a imitar segn la ocasin y el lugar, en similar forma que lo hace el narrador o narradores, que eligen pero no cuentan.Los desajustes entre sus recuerdos caballerescos y la realidad nos hacen disfrutar de un relato ms completo y entretenido, aunque el mundo de los libros que dirige sus pasos no le har, de todos modos, olvidarse de cumplir con sus necesidades vitales. Sancho Panza, el escudero, se representa como un acompaante ms esperanzado que fortuito, es decir, desde un principio nos queda claro que el mvil de su fidelidad para con el caballero no es otro que el recuerdo de la promesa de una nsula y no realmente ninguna inicial afinidad que le moviera a creer todas las imaginarias aventuras de su seor. El conocido pasaje de los molinos de viento sirve perfectamente para ilustrar este contraste.La memoria de Don Quijote juega un papel importante en sus aventuras, siendo en alguna ocasin paso previo de preparacin a las mismas y en otros casos configuradora de ellas. El problema radica en la inexistencia de sentido comn, que no hace sino provocar confusiones entre las imgenes nuevas y las que ya estn impresas en la memoria por experiencias anteriores. La carencia de esta facultad sensitiva comn se une a la falta de capacitacin para distinguir las percepciones presentes del tiempo pasado de sus lecturas. El determinismo de su mente se impondr sobre la realidad y la transformar, mientras que Sancho poco a poco ir aleccionndose con la memoria caballeresca de su amo y empezar tambin a actuar en concordancia. La preocupacin mayor por los hroes que por los autores nos ayuda a comprender la subordinacin del plano retrico al de los modelos picos de fama.El gnero pastoril tambin contar con referencias en esta obra, refirindose por supuesto a los enamorados pastores que vagan recitando y cantando sus dramas. Las ocasiones tambin sern propicias para un enfrentamiento cultural ventajoso del caballero con personajes ignorantes o iletrados, que sern ilustrados sobre un mundo desconocido para ellos, y donde se les presentarn las autoridades de sus caballeros. En alguna ocasin el planteamiento se realizar desde un enfoque ms igualitario, donde las posiciones provocarn el debate y la contradiccin, llevndonos as al descubrimiento de la verdad. Una de las tcnicas empleadas para perfeccionar el carcter pardico de la obra consiste en la representacin de unos linajes grandilocuentes y extraos que quedan fuera de todo orden lgico.Un elemento literario empleado en numerosas ocasiones consiste en la descripcin detallista de las circunstancias de las acciones. El dibujo del narrador en cuanto a todo lo que rodea el ambiente corresponde a una clara intencin de justificar las consecuencias, consiguindose adems un cierto grado de verosimilitud en las reacciones y conclusiones de un personaje que, aunque sin juicio, hace una relacin y asociacin de la oscuridad y el silencio de una situacin con el encantamiento, o de el silencio y quietud de una venta que queda as transformada en la imaginacin de don Quijote como un majestuoso castillo.Este recurso literario queda perfeccionado en algunos pasajes por medio de la inventiva, a travs de la cual ya no se consigue nicamente representar una transformacin mental de la realidad, sino tambin unas complicadas creaciones imaginativas que por su erudicin son irrebatibles por Sancho. Este no obstante jugar un papel importante a la hora de conjugar la memoria de los libros con la memoria de las experiencias reales, ocasionando as una alteracin de los hechos cotidianos y de las esperanzas futuras de ambos personajes.Sancho Panza ganar fcilmente las simpatas de los lectores y no obstante su concepcin estar marcada por la representacin de un sustrato folklrico que sobre todo con los refranes, aunque tambin con los cuentos que son insertados de forma natural en el relato de los personajes, conformar una personalidad que refleja los contenidos de la voz y sabidura popular. Su funcin se complementar con el Licenciado Vidriera, que en determinados aspectos nos acercar a la locura que remite a la tradicin bufonesca. Curiosamente don Quijote evolucionar a un acercamiento al uso del refranero y por lo tanto se apartar progresivamente del mbito libresco, con lo cual se pone de manifiesto que la influencia, aunque principal del caballero sobre el escudero, no deja de ser mutua.Cervantes aclara en varias oportunidades su visin de la literatura, la cual es claramente fingida y una pura invencin, aunque slo engaar al que lo desea. Dentro de sta concepcin se ejecutar un medido proceso creador que se inicia en la soledad, seguida de la eleccin de unos modelos y de una invencin que luego sern procesadas en un discurso que las representar. En esta transformacin participan otros personajes que tambin teatralizarn sus invenciones.El tema del amor tendr un tratamiento tpicamente enfocado desde la perspectiva de la tradicin pastoril. El amor se refleja en el continuo recuerdo de la amada que provoca una acusada melancola y nostalgia dramticas, que en su realidad contrastarn con la falsedad de los amores fingidos. La aplicacin en la novela caballeresca encontrar una perfecta base.A lo largo de la obra Cervantes va trazando una red muy sutil entre los aspectos psicolgicos y fisiolgicos de la persona, que se entremezclan claramente con su elocuente retrica. Paralelamente tanto el narrador como los hroes narran las aventuras, desarrollando perfectamente unos recuerdos que se optimizan con la correcta manera en que son contados, como por ejemplo en la maravillosa historia del cautivo. A veces la vida superar a la literatura y es entonces cuando se percibe la fidelidad con que se haban seguido los modelos y el contraste que se produce en Don Quijote al captar la vulgaridad que representan el resto de personajes que le rodean, pues l adems haba pretendido confirmar una fama de su invencin que se encarga de difundir por s mismo, de forma muy similar a como ocurre en La Galatea o en el Persiles.A travs de Sancho Panza Cervantes realizar al final de la primera parte una sntesis de todas las aventuras pasadas, sntesis que tiene tambin una finalidad de recordatorio para los lectores del libro. Esto no lo podemos entender como una recreacin por parte del autor en resmenes propios, sino como una serie alusiva exenta de retrica y encaminada ms bien a figurar la naturaleza del personaje que se encarga del relato. Las acciones son recordadas de forma novelstica y con una gran riqueza y variedad no exenta de retrica, lo que confiere a los recuerdos una viveza que nos ayuda a intuir su volatilidad y su posibilidad de transformacin.Ya en la segunda parte el autor aplica a la mentalidad del personaje principal la consciencia de que sus hazaas ya han sido impresas, que junto con la circunstancia de su estado melanclico avivarn lgicamente los deseos de nuevas aventuras. El recuerdo realizado entre el bachiller y Sancho har que el lector vaya madurando una historia ya constituida ntegramente por don Quijote, sirviendo adems para entender la particular y novedosa elocuencia erudita de un escudero alimentado de la fuente de su amo que, an manteniendo las consonancias propias de su origen en cuanto a sus sentencias, incluir un matiz tico referido al engao de los sentidos y a la falsa moral de las apariencias. La continua bsqueda de la inmortalidad por parte del caballero andante nos har entender como prima en su mente el linaje y prestigio de antiguos virtuosos que l mismo tambin desea conseguir, volcndose as en la aventura a costa incluso de confundir sus sentidos.Uno de los particulares contrastes producidos en esta segunda parte de la obra ser la diversin que provoca Sancho frente a la melancola de su amo. El juego irnico y pardico se har as constante, emplendose tambin una afilada burla entre el recuerdo y el olvido, el cual no depender nada ms que del inters personal. Esto lo podemos observar claramente cuando don Quijote alega no recordar las promesas en que su escudero insiste verse recompensado. Con la evolucin de la novela se producirn curiosos intercambios de papeles entre los personajes, como por ejemplo cuando la melancola se apodera tambin del escudero como consecuencia lgica de su proceso de quijotizacin que ya hemos citado con anterioridad. Estos recursos junto con la obligada participacin del lector harn que la relacin de ste con el libro no sea simplemente la de un espectador ajeno a la historia, sino que se involucre y participe activamente de ella, siendo complicado que se sienta desmotivado a la hora de enfrentarse con un libro complejo pero a la vez entretenido y con el que fcilmente se puede llegar a considerar identificado.La exposicin de los personajes al contexto de los duques y su corte, en el captulo XXXI, significar un notable elemento en el desarrollo de la trama. Don Quijote y Sancho se convierten en dos bufones de excepcin a los que se enfrentarn sus propias historias ironizadas. El encantamiento de Dulcinea ser profundamente martirizado por las crticas sarcsticas, juzgndose al enamorado como un platnico visionario de una belleza inexistente, aunque no por esto el caballero andante dejar de defender la hermosura de su dama.El entorno ser una farsa cortesana en la que se incluyen en su carcter festivo teatralizaciones y poesas dramatizadas de corte melanclico que conjuntamente sintetizarn todos los conocimientos de la novela caballeresca y cortesana de los personajes puestos a representar una comedia improvisada. Los recuerdos e historias de nuestros protagonistas buscarn la credibilidad y la verosimilitud por medio de un pacto entre amo y criado. La continuacin de esta cerrada relacin se pone en numerosas oportunidades de manifiesto, como por ejemplo cuando ambos quedan separados por el gobierno de Sancho de su nsula.El libro en su conjunto ha sido considerado un concepto pedaggico, lo cual se pone de manifiesto en el manual de gobierno quijotesco del que se sirve Sancho para guiarse en el cdigo de su amo, el cual en todos sus aspectos llega a ser ilustrativo en cuanto a su entendimiento sobre la razn y el juicio, la justicia, y otras concepciones, como por ejemplo la validez de la experiencia en el desarrollo completo de la profesin de los jueces o los mdicos. De aqu se deduce el sentido de la consecucin del buen ingenio por medio de los continuos errores y disparates.Llegar un momento en que don Quijote ir precedido por sus historias, siendo reconocido por donde va. Tendr que sufrir burlas y jocosidades, mientras que Sancho ir acrecentando la memoria heroica y repasando todos los lugares y acciones recorridos. El narrador a su vez se encargar de avivar la memoria del lector. Con la derrota de nuestro protagonista por el Caballero de la Blanca Luna se detalla su melancola y la creciente esperanza de volver, aunque el hecho de alejarse cada vez ms del pasado har que se entienda su renuncia al futuro y a una aventura posible, lo que lgicamente le conducir a la inaccin y a la muerte. Los recuerdos se agolpan y se recrean, convirtiendo el pasado en pura reliquia. El pasado deja lugar a un futuro incierto y en el que se esperan malos destinos, aunque Sancho insista reiteradamente en cambiarlo. Todo esto se produce en el marco de inicio de la obra, en un lugar de la Mancha.Tras un sueo solitario cobra su juicio y renuncia a su pasado, acabando con sus memorias y con su propio nombre. Su muerte ser una locura para el escudero que la considera consecuencia de su abandono a la melancola. Hasta este final la novela conservar el doble matiz tragicmico. Cervantes se preocupar de consolidar la fama de su personaje a travs del epitafio de Sansn Carrasco y de la personificacin de la pluma de Cide Hamete. El Quijote signific la ruptura con la teora erasmista que opona la figura del sabio melanclico y envejecido a la del necio orondo y satisfecho. El hroe cervantino fusiona ambas figuras e incluye una imaginativa portentosa que se une a otras capacidades que facilitan la risa del lector, consolidndose as como una personalidad evolutiva y realista, capaz de cambiar. La novela no es sino un gran adelanto en la evolucin de la narrativa hacia su desligamiento de todo lo alegrico y retrico, pudindose comprobar como la potica va claramente dirigida hacia la bsqueda de la invencin y a la huida de una imitacin servil, convirtiendo al personaje tambin en alguien imitable, del que su ingenio es uno de los rasgos ms destacables.Los temperamentos colricos y melanclicos en relacin con los vicios y las virtudes son genialmente tratados y conjugados en la particular figura del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Situndonos ante una de las obras maestras de la literatura universal no podemos olvidar su valor como invencin de la novela moderna y su fama y memoria imperecederas que, curiosamente, nacieron con voluntad de olvido.

LA LRICA DEL BARROCOUNIDAD 9I.- POESA CULTISTAMANIERISMO Y CRISIS DE LO HUMANO

La visin de mundo y situacin de sujeto que tom forma y se expres en la aparicin histrica de este estilo conforma, sin duda un perodo de crisis que constituye, en s misma, su exgesis.Pero el estudioso del arte en general, y de la literatura en particular se encuentra con una problemtica de larga data y que tiene que ver con el establecimiento impreciso de las fronteras divisorias entre dos estilos profundamente imbricados como son el Manierismo y el Barroco.A este respecto, es suficientemente conocido que la crtica designa indistintamente como los ms altos exponentes manieristas y/o barrocos a autores fundamentales para nuestras letras, a Cervantes o Gngora, por ejemplo. En una variacin de la anterior problemtica, designa perodos manieristas y despus plenamente barrocos para estos autores y sus obras, tal es el caso de Las Soledades y la Fbula de Polifemo gongorinas y de la primera y segunda parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. La imprecisin en los criterios limtrofes no es una falta exclusiva de la historia literaria; en el rea de la plstica y de la esttica en general, se proponen tambin distintos creadores -Miguel ngel, El Greco- y sus obras como hitos iniciales o finales de uno y otro perodo, sin poder llegar por esto a conclusiones definitivas o definitorias. Si bien en la historia del arte este problema se ha asumido hasta ahora como la resultante natural de la exposicin de distintos criterios y puntos de vista vlidos e irreductibles los unos a los otros, de manera obvia, una revisin actual del estado de la cuestin debera considerar que lo anterior constituye una ms de las vigentes interrogantes a resolver en la accidentada historia crtica de estos estilos. En consecuencia es necesario sealar que la revalorizacin del Manierismo como un estilo de riqusimas proposiciones y antecedente plenamente vlido acerca de lo que el hombre busca hoy expresar en el arte, ha sido y es todava una labor tanto o ms ardua que la realizada en la revalorizacin del Barroco, sobre todo porque los estudiosos apasionados por este ltimo estilo, en bsqueda de su exaltacin, parecieran querer soslayar y minimizar el afincamiento de sus races en la crisis manierista, crisis determinante en la historia de la cultura y que dio lugar posteriormente a que el Barroco floreciera.Hauser seala que la crisis manierista, profundamente interceptada por los avances de las ciencias naturales, prepara la visin cientfica del mundo futuro. Esta visin, sin embargo, va acompaada por una profunda crisis del Humanismo, la que involucrar un deterioro "del concepto de naturaleza en el sentido de algo que puede constituir en todo momento un canon de conducta. Por otra parte, como expresin de los conflictos espirituales de la poca, el Manierismo no alberga ninguna fe en que exista coincidencia entre el orden divino y el orden humano, rompiendo de este modo la ilusin renacentista que aspiraba a la coincidencia plena y armoniosa entre cuerpo y alma. Perdida la confianza en la naturaleza y la fe en la posibilidad humana -racional- de la trascendencia, el hombre manierista ve destruirse el equilibrio entre alma y cuerpo, entre espritu y materia, como tambin ve naufragar la posibilidad de pronunciarse con criterios ciertos sobre la verdad cientfica, el valor artstico o la moral.En sntesis, la crisis manierista se constituye con los siguientes elementos: Incidencia determinante de los avances y proyecciones cientficas en la visin futura de mundo y de sujeto; crisis del humanismo determinada por la negacin del concepto de naturaleza como canon de conducta rector y por la negacin de la coincidencia entre el orden divino y el humano; negacin de la coincidencia armoniosa entre cuerpo y alma; concepcin de la divinidad como una entidad desptico; ausencia de fe en la posibilidad de la salvacin y la trascendencia; imposibilidad de pronunciarse con criterios ciertos sobre la realidad. La aparicin del manierismo, dice Hauser seala uno de los cortes ms abruptos sufridos por la historia del espritu y, refirindose a las vanguardias artsticas del siglo XX, su redescubrimiento indica un significativo quiebre en el desenvolvimiento artstico. Dice Hauser: "La revolucin que el manierismo significa en la historia del arte y que va a crear cnones estilsticos totalmente nuevos consiste, en lo esencial, en que, por primera vez, las rutas del arte van a apartarse consciente e intencionadamente de las rutas de la naturaleza".

Por otra parte, el sentido y fin del arte manierista consisti en crear una esfera de la pura apariencia, desprendida de las leyes de la realidad natural y supranatural. En ese espacio intermedio todo lo proveniente de la realidad comn es desprovisto de su forma originaria y es sometido a las leyes del orden del artificio. La voluntad manierista expresa es crear un mundo descalzado de lo natural y supranatural, regido por leyes que obedezcan solamente a la dinmica propia de la apariencia y de la artificiosidad. Afirma Hauser, que este orden es conseguido por los manieristas mediante una eliminacin de las "leyes objetivas y su sustitucin por reglas de juego impuestas autnomamente" con esto el manierismo expresaba la prdida de confianza de la poca en la significacin cierta y unvoca de los hechos y de la realidad misma; ms an, expresaba hasta dnde se haban hecho fluctuantes los lmites entre ser y apariencia. La esencia anaturalista del manierismo se expresa tambin en que la inspiracin creadora est influenciada menos por las incitaciones de lo natural que por obras de arte o cnones artsticos, el motor creativo de este estilo es el arte mismo.Una caracterstica manierista y no barroca, es la estructura inorgnica de la obra. Si se quiere analizar una obra de Gngora bajo el presupuesto barroco de la unidad estructural de la obra, se puede comprobar que esta caracterstica no da cuenta de su disposicin. La estructura de los poemas mayores de Gngora reposa sobre la idea estratificada y yuxtapuesta de elementos culturales distintos que conforman una entidad nueva.La obra manierista no pretende la aprehensin de algo esencial, menos la obtencin o sublimacin de un ncleo espiritual, con esto busca sealar que el ser representado no posee nunca un centro. Una obra manierista, dice Hauser: "no es tanto una imagen de la realidad, cuanto ms bien un conglomerado de aportaciones para esta imagen." En el Manierismo, estos elementos se independizan y trascienden los objetivos de la representacin, trasmutan de funcin en fin, capturando al espectador no por el contenido, sino por la propia exhibicin. La idea que la ordenacin compositiva y ornamental de la obra artstica no responde a ninguna funcionalidad, a ningn orden que productivice la instalacin de la realidad objetiva dentro de la obra de arte, ni tenga que ver con la manera de existencia real de los seres y las cosas, y que el arte cautive al espectador con la exhibicin y despliegue de sus tcnicas y no con la mostracin de esencialidades por dems inexistentes, tiene directa relacin con la idea de 'derroche' de gasto fastuoso, 'ertico', funcionando al vaco. De igual modo, el influjo de la superficie de la tela sobre la estructura total de la imagen sealada por Hauser en la pintura manierista, es la misma idea proclamada por la literatura. La falta de funcionalidad de los elementos constructivos arquitectnicos y la marcada tendencia a su escenificacin, a las 'bambalinas', por parte del Manierismo, se la puede hallar en la constitucin de los espacios a la manera de escenarios recargados, de revista de variedades, presentes en la gran obra de Cervantes, por ejemplo. Por ltimo, 'el manierista despilfarro lingstico' en la acumulacin y superabundancia de imgenes y metforas es quiz el rasgo ms propio de la escritura prebarroca.Esta particular utilizacin de los medios formales por parte del Manierismo, tiene su origen en una visin del mundo para la cual las formas del ser se han hecho fluidas, mudables, poseedoras de un sustrato ntico en perpetua modificacin. Esta visin de mundo y concepc