Tótem y Tabú

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Tótem y tabú. El principal objetivo en este trabajo, consiste en brindar una aproximación al constructo teórico que Sigmund Freud postuló en: Tótem y Tabú (1913-1914, pág. 1-164), y en el cual de forma brillante y profunda, logra analizar desde “algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y de los neuróticos”; preceptos que relacionan e integran “la psicología de los pueblos naturales con respecto a la psicología de los neuróticos”, Freud, S. (1912, pág.11). Por consiguiente, es fundamental decir: “los momentos inanimados del hombre prehistórico han dejado un legado respecto al arte, la religión y la concepción de la vida misma”, pero, desde “mitos, sagas, cuentos tradicionales y costumbres”, Freud, S. (1912, pág.11), asimismo, “cobra particular interés para el hombre actual, el horror al incesto de estos pueblos llamados salvajes y semisalvajes”, Freud, S. (1912, pág.11). Los cuales en el trascurrir de este análisis, se servirán para amparar y comprender el sistema totemismo, pero no sin antes acercar al lector a la definición de tótem, y para tal fin, se puede decir que: “el tótem es un animal comestible, inofensivo, o peligroso y temido; rara vez una planta o una fuerza natural (lluvia-agua) que mantiene un vínculo particular con la estirpe entera, además, se hereda en línea materna y paterna”, Freud, S. (1912, pág.12).

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Tótem y tabú.

El principal objetivo en este trabajo, consiste en brindar una aproximación al constructo teórico

que Sigmund Freud postuló en: Tótem y Tabú (1913-1914, pág. 1-164), y en el cual de forma

brillante y profunda, logra analizar desde “algunas concordancias en la vida anímica de los

salvajes y de los neuróticos”; preceptos que relacionan e integran “la psicología de los pueblos

naturales con respecto a la psicología de los neuróticos”, Freud, S. (1912, pág.11).

Por consiguiente, es fundamental decir: “los momentos inanimados del hombre prehistórico han

dejado un legado respecto al arte, la religión y la concepción de la vida misma”, pero, desde

“mitos, sagas, cuentos tradicionales y costumbres”, Freud, S. (1912, pág.11), asimismo, “cobra

particular interés para el hombre actual, el horror al incesto de estos pueblos llamados salvajes y

semisalvajes”, Freud, S. (1912, pág.11).

Los cuales en el trascurrir de este análisis, se servirán para amparar y comprender el sistema

totemismo, pero no sin antes acercar al lector a la definición de tótem, y para tal fin, se puede

decir que: “el tótem es un animal comestible, inofensivo, o peligroso y temido; rara vez una

planta o una fuerza natural (lluvia-agua) que mantiene un vínculo particular con la estirpe entera,

además, se hereda en línea materna y paterna”, Freud, S. (1912, pág.12).

También se hace necesario enunciar que: “los miembros del mismo tótem no entran en vínculos

sexuales recíprocos y no pueden casarse entre sí, además, relegan a un segundo plano el

parentesco de sangre”, en otras palabras, se suscitan “prohibiciones totémicas, las cuales tienen a

su vez, un castigo o culpa de manera automática”, Freud, S. (1912, pág.13-14).

Por lo tanto, “la exogamia va conectada al tótem, ya que se releva el parentesco consanguíneo por

el parentesco totémico”, Freud, S. (1912, pág.16), de igual manera, “no sólo se impide el incesto

natural-grupal, sino que, prohíben el matrimonio entre parientes grupales más distanciados, los

cuales se definen como prohibiciones normativas, y se conciben como evitaciones”. Freud, S.

(1912, pág.17-19).

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De ahí que, “las mociones anímicas ocultas tomen un papel protagónico en esta discusión, ya que

al darse un amor previo, donde las fijaciones incestuosas de la libido han sido sometidas a una

profunda aversión; cayendo en represión, y por consiguiente, quedando inconscientes, dan

muestras de un rasgo infantil por excelencia y de concordancia con la vida anímica del neurótico,

el cual no ha podido librarse de los puentes de la psicosexualidad, inhibición del desarrollo y

regresión”. Freud, S. (1912, pág.24-26).

Por lo tanto, “las consecuencias ante el incesto han llevado al ser humano a sentirse amenazado,

de manera que efectúa una serie de mecanismos de defensa para evitar el contagio; entre éstos, la

evitación”, la cual se puede comprender desde las diversas tribus citadas por Freud: “los

melanesios, isla leppers, península de gazellle, entre otras”. Freud, S. (1912, pág.-19-23).

Ahora bien, lo anteriormente expuesto permite profundizar en las representaciones de los pueblos

salvajes, es decir, la forma en que éstos otorgan un significado a los diversos fenómenos

cotidianos, y como verbigracia se traerá a colación “la palabra tabú, la cual en lengua polinesia

significa dos direcciones contrapuestas; de un lado, es sagrado, santificado, y por otro lado, es

ominoso, peligroso, prohibido e impuro”. Freud, S. (1912, pág.-27).

Del mismo modo, Freud manifiesta que “la palabra tabú es una expresión compuesta de

prohibiciones y limitaciones, por lo tanto, ésta podría significar horror sagrado, pero carecería de

fundamentación ya que es de origen desconocido”. Freud, S. (1912, pág.-27), por consiguiente

plantea “varias clases de tabúes, los cuales van desde lo natural o directo, comunicado e

indirecto, hasta lo situado entre estos dos”. Freud, S. (1912, pág.-28).

Además, manifiesta que “en ésta palabra y en el sistema que ella designa se expresa un fragmento

de vida anímica, y donde las genuinas fuentes del tabú están situadas a mayor hondura que los

intereses de los estamentos privilegiados”, Freud, S. (1912, pág.31-32), en otras palabras, “las

pulsiones más primitivas y al mismo tiempo más duraderas del hombre, nacen y logran una

longevidad inconsciente”, Freud, S. (1912, pág.-31),

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Por tal razón, “el psicoanálisis es una exploración de la parte inconsciente de la vida anímica

individual, que tras una breve reflexión dirá que estos fenómenos no le son ajenos”. Freud, S.

(1912, pág.34), ya que “las prohibiciones que se presentan en el tabú, también son concordantes

en los enfermos neuróticos”, Freud, S. (1912, pág.-34-35), es decir, “grandiosas renuncias y

restricciones para la vida, donde el carácter obsesivo (compulsivo) manifiesta penitencias,

expiaciones, medidas defensivas y purificaciones”, Freud, S. (1912, pág.-36).

Ahora bien, al darle una construcción clínica y familiarizada al modelo de prohibiciones

obsesivas dentro del constructo psicoanalítico; se encuentra que: “el placer originario de hacer

aquello prohibido sobrevive en los pueblos donde el tabú impera, e igualmente en la estructura

neurótica”, Freud, S. (1912, pág.-39).

También es fundamental decir: “la actitud ambivalente del ser humano con respecto a las

prohibiciones presenta una dualidad, de una lado, le gustaría violarlas, y del otro lado, teme

hacerlo, de manera que tienen miedo justamente porque le gustaría, pero el miedo es más intenso

que el placer”, Freud, S. (1912, pág.-39).

Lo anterior se reúne en una unidad: “el fundamento del tabú es un obrar prohibido para el que

hay intensa inclinación en lo inconsciente, por tal razón, el psicoanálisis proclama como punto

nodal, el desear infantil, además, núcleo de la neurosis”, Freud, S. (1912, pág.-39-40).

Referencia Bibliográfica.

Freud, S. (1913-1914), Obras Completas. (Volumen XIII). Tótem y Tabú. (pág.1-164). Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

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