¿Trabajar mas, trabajar mejor?...TRABAJO - No 31 - 1999 4 ¿Trabajar más tiempo, trabajar mejor?...

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Num. 31, sept. / oct. de 1999 OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO ¿Trabajar mas, trabajar mejor? La OIT informa

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OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

¿Trabajar mas,trabajar mejor?La OIT informa

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La OIT en la historiaLa revista Trabajo se publicacinco veces al año por laOficina de Información yPrensa de la OIT en Ginebra.También se publica en alemán,árabe, chino, checo, danés,eslovaco, finlandés, francés,hindi, húngaro, inglés, japonés,noruego, ruso y sueco.

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Esta revista no constituye undocumento oficial de la OIT.Las opiniones expresadas noreflejan necesariamente elpunto de vista de la OIT. Lasdenominaciones utilizadas noimplican la expresión deninguna opinión por parte dela OIT sobre la situaciónjurídica de ningún país, área oterritorio, ni sobre susautoridades o sobre ladelimitación de sus fronteras.

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Impreso por FARESO, S.A.Madrid

ISSN: 1020-0037Depósito Legal: M. 40.761-1995

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TrabajoTrabajo

Fuente: Conferencia Internacional del Trabajo; primera sesión, 29 de octubre-29 de noviembre de 1919. Washing-ton, 1920.

Memorias de 1919

La Conferencia Internacionaldel Trabajo de Washington:el anfitrión abandona

En octubre de 1919 se inauguró la Primera Conferencia Internacional del Trabajoen un ambiente en el que la esperanza se mezclaba con la incertidumbre. Cuando losdelegados se reunieron en Washington, D.C., se dispusieron a poner en práctica diver-sos aspectos del Tratado de Versalles relacionados con el mundo del trabajo. Sinembargo, quedaba en suspenso una duda que predominaba sobre las demás cuestiones:¿Se decidirían los Estados Unidos - uno de los principales patrocinadores del nuevosistema de cooperación internacional y anfitriones de la Conferencia - a colaborar?

W.B. Wilson, Secretario de Trabajo de los Estados Unidos, inauguró la reunión alas 11:30 del 29 de octubre en un salón del edificio de la Unión Panamericana. Un tal

Franklin D. Roosevelt, a la sazón Subse-cretario de Marina, había puesto a disposi-ción de la Conferencia una sede y diversasoficinas en las cercanas instalaciones de laSecretaría de Marina. Uno de los primerosacuerdos adoptados por los 123 delegadosde 40 países (acompañados por 155 aseso-res técnicos) consistió en admitir a Austriay Alemania en la OIT, si bien las delega-ciones de estos países se vieron impedidasde asistir debido a las condiciones enton-ces reinantes en el transporte.

A partir de entonces - según EdwardPhelan, estrecho colaborador del Secreta-rio General, Harold Butler -, la labor de laConferencia se desarrolló con una celeri-dad imprevista. Los debates estuvieron do-minados por personalidades de gran relie-ve que estaban llamadas a configurar elfuturo de la Organización: Fontaine, Bar-nes, Malcom Delavingne, Mayor des Plan-ches y Mahaim en representación de losGobiernos; Carlier, Hodacz y Guérin entrelos delegados de los empleadores; y Jou-haux, Oudegeest y Mertens dentro del gru-po de los trabajadores.

Cuando se clausuró la Conferencia el 29de noviembre - exactamente un mes mástarde-, se habían adoptado 6 Convenios, 6Recomendaciones y 19 resoluciones. En la19ª reunión, el anuncio de la composicióndel Consejo de Administración de la futu-ra OIT suscitó la protesta de varias dele-

gaciones, especialmente entre las latinoamericanas, contrariadas por que 20 de los 24puestos del Consejo fueron ocupados por europeos. A propuesta de Sudáfrica, laConferencia adoptó un acuerdo en el que se expresaba su disconformidad.

Unos días antes, el 20 de noviembre, se había producido la noticia que todos temían:el Senado de los Estados Unidos había denegado la ratificación del Tratado de Paz,lo que impedía que ese país ingresase en la OIT. Samuel Gompers sólo había asistidoa una reunión - la séptima - como delegado de los Estados Unidos, y había participadoen los debates del primer Convenio, sobre las horas de trabajo en la industria. Huboque esperar hasta 1934 para que, bajo la presidencia de Roosevelt, se modificase lapolítica de la primera potencia mundial y ésta ingresase en la OIT.

Michel Fromont

W.B. Wilson, Secretario de Trabajo de los Esta-dos Unidos, inaugura la primera Conferencia In-ternacional del Trabajo en octubre de 1919.

OIT

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S U M A R I O

Creada en 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aúna la acción de los gobiernos, empleadoresy trabajadores de sus 174 Estados miembros para impulsar la justicia social y mejorar las condiciones de vida yde trabajo en todo el mundo. La Oficina Internacional del Trabajo, con sede en Ginebra, es la Secretaría perma-nente de la Organización.

Se necesitan redactoresCon objeto de mejorar su cobertura de las cuestiones laborales y de la actividad de la OIT en todo el mundo, Trabajo busca corres-

ponsales en América Latina, Africa, Asia y Oceanía. Los escritores, periodistas especializados y otras personas familiarizadas con losproblemas del trabajo que deseen colaborar con la revista se deben poner en contacto con la Oficina de Información y Prensa de la OITpor correo, fax o correo electrónico. Los artículos sólo se hacen por encargo y previa consulta con el Jefe de edición. La remuneraciónserá acorde con los niveles actuales de retribución para fotos y artículos freelance. Debrerá remitirse una carta de presentación acompañadade un curriculum vitae y, siempre que sea posible, referencias a: Jefe de Edición, Trabajo, Oficina Internacional del Trabajo, Bur 1-123,4 route des Morillons, 1211, Ginebra 22, Suiza; fax: +44122/799-8577. Correo electrónico: [email protected].

¿Trabajar más tiempo, trabajar mejor? En unnuevo estudio de la OIT se analizan lastendencias del trabajo en todo el mundo............ 4

Trabajo digno en las Américas: Las perspectivas del empleo siguensiendo sombrías a pesar de una década de reformas. ...........................7

La experiencia de Chacabuco: Cómo un pueblo latinoamericanoayudó a liberar a los niños del trabajo en los hornos de ladrillos ..... 10

El microcrédito en el Africa occidental: Los pequeños préstamosson un gran alivio para la pobreza .......................................................... 13

Tristeza en el Báltico: Menos y peores empleos para lastrabajadoras en Estonia ............................................................................. 16

Ensayo:De trabajadores a productores: El desafío global ....................................18

SEPARATA CENTRAL: La lucha contra el trabajo infantil: Preguntar a la OIT. Póster encolores con todo lo que usted desea saber sobre las peores formas de trabajo infantil

SeccionesLA OIT EN LA HISTORIA .........................................................................2

PLANETA TRABAJO ...................................................................................20

RECORRIDO POR LOS CONTINENTES ................................................25

REVISTA DE PRENSA .................................................................................27

MEDIATECA ..................................................................................................29

INSTITUTO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS LABORALES .......... 32

Noticias breves ........................................................................ 22

●●●●● El SIDA en Africa:. la OIT lanza una campaña contra elVIH/SIDA en el mundo del trabajo

●●●●● Indonesia: La sindicalista Dita Sari, en libertad

●●●●● La OIT en el ECOSOC

●●●●● Foro de la empresa

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¿Trabajar más tiempo,trabajar mejor?

En un nuevo estudio de la OIT se analizanlas tendencias del trabajo en todo el mundo

¿Significa trabajar más trabajar mejor? Según un nuevo estudio de ámbito mundialrealizado por la OIT, esto no es necesariamente así. De hecho, en el estudio se señalaque el incremento de la productividad no constituye el único indicador que se debeconsiderar: la remuneración, el desempleo, los niveles tecnológicos, las prestacionessociales, la seguridad en el empleo e, incluso, las actitudes culturales ante el trabajoy el ocio son imprescindibles en cualquier análisis válido del tiempo de trabajo. Lossiguientes extractos del informe de 600 páginas, que abarca 240 países y territorios detodo el mundo, proyectan una imagen bastante fiel del mundo del trabajo .

egún un nuevo estudio estadístico dela evolución del trabajo en el mundo,publicado por la Oficina Internacio-nal del Trabajo (OIT)*,los trabajado-

res norteamericanos realizan las jornadasmás largas del mundo industrializado,con cerca de 2.000 horas trabajadas en1997, casi dos semanas más que sus co-legas de Japón, país en el que el númerode horas de trabajo anuales se ha veni-do reduciendo progresivamente desde1980.

En el estudio se examinan 18 Indica-dores Clave del Mercado de Trabajo(ICMT), entre ellos la productividad la-boral, los costes de mano de obra y lashoras trabajadas. En el informe se indicaque la tendencia norteamericana a unaumento del número de horas anuales detrabajo por empleado (que fueron 1.966horas en 1997, en comparación con 1.883en 1980, con un incremento cercano al 4por ciento) es contraria a la tendencia ge-neralizada de los países industrializados,en los que la jornada de trabajo se hamantenido invariable o se ha reducido enestos últimos años.

Las largas jornadas de los trabajadoresnorteamericanos y japoneses (que en1995 trabajaron 1.889 horas anuales,frente a un total de 2.121 horas en 1980,con una reducción superior al 10 porciento) contrastan sensiblemente con lasjornadas de los europeos, que cada veztrabajan menos horas, especialmente enlos países escandinavos, como Noruega ySuecia, en los que las horas anuales tra-bajadas fueron, respectivamente, de 1.399y 1.552.

En Francia, donde la jornada semanalse ha reducido recientemente por vía le-gislativa a 35 horas, los trabajadores rea-lizaron 1.656 horas en 1997, frente a1.810 horas en la década de 1980. EnAlemania (Occidental), el número totalde horas trabajadas ascendió a casi 1.560en 1996, frente a 1.610 horas en 1990 y1.742 horas en 1980.

Los trabajadores británicos, que en1997 realizaron 1.731 horas, no parecenhaber incrementado ni reducido sensible-mente su tiempo de ocio desde 1980,cuando trabajaban 1.775 horas. El núme-ro de horas anuales trabajadas por losirlandeses se redujo, de 1.728 en 1980, a1.656 en 1996, situándose así en un nivelanual aproximadamente igual al de Suiza(1.643 horas), Dinamarca (donde los tra-bajadores varones realizaron 1.689 horasen 1994) y los Países Bajos (país en quelos hombres trabajaron durante 1.679horas en 1994).

Los trabajadores australianos de ambossexos realizaron en 1996 algunas horasmás que sus compañeros neozelandeses(1.867 horas frente a 1.838). Las horasde trabajo se han reducido en Canadá enalgo más de una jornada completa enestas últimas décadas, situándose en 1996en 1.732 horas, muy cerca de la cifra dela década de 1980, que fue de 1.784.

Existen menos estadísticas disponiblesdel número de horas realizadas al año porlos trabajadores de los países en desarro-llo que en los del mundo industrializado,por lo que las tendencias son más difíci-les de determinar. No obstante, entre lospaíses y regiones en rápido proceso de

industrialización, los del Asia orientalparecen soportar las jornadas de trabajomás prolongadas, situándose las cifrascorrespondientes a Hong Kong-China,Bangladesh, Sri Lanka, Malaysia, Singa-pur y Tailandia entre las 2.200 y las 2.500horas anuales, si bien estas magnitudesson anteriores a 1996, año de la crisisfinanciera asiática. Entre los países quegeneran datos estadísticos, la Repúblicade Corea registra el mayor número dehoras de trabajo al año, con 2.689 horasen 1980, que sólo se redujeron a 2.467 en1996.

Los trabajadores latinoamericanos y delCaribe trabajan entre 1.800 y 2.000 horasanuales, habiéndose registrado sólo lige-ras disminuciones respecto a los nivelesde 1980.

Trabajar más puede no ser lomismo que trabajar mejor

En relación con estos hallazgos, JuanSomavía, Director General de la OIT,comentó: «El número de horas trabajadases un indicador importante de la produc-tividad general y de la calidad de vida deun país». Añadió que «si bien son evi-dentes los beneficios del trabajo duro, noresulta tan evidente que trabajar más sealo mismo que trabajar mejor».

No obstante, el Sr. Somavía advirtióque muchos otros factores, «como la pro-ductividad, la remuneración, el desem-pleo, los niveles tecnológicos, las presta-ciones sociales, la seguridad en el empleoe, incluso, las actitudes culturales hacia

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el trabajo y el ocio son imprescindiblesen todo análisis válido del tiempo de tra-bajo.»

Añadió que «uno de los objetivos delproyecto ICMT de la OIT consiste enelaborar un perfil estadístico actualizadode las tendencias del empleo en todo elmundo, con el fin de poder examinar elespectro completo de las consecuenciassocioeconómicas de diferentes opcionesdel mercado de trabajo.» Somavía expre-só su confianza en que el informe de 600páginas, que aporta datos comparativosde 240 países y regiones de todo el mun-do, constituya un texto de consulta válidoen «la búsqueda de una mayor equidad yeficacia en el mundo del trabajo, que conexcesiva frecuencia se suelen valorar máscomo objetivos excluyentes que comouna opción ponderada basada en una se-rie de factores».

El proyecto es el resultado de un es-fuerzo común de la OIT, la Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Eco-nómico (OCDE) y varias agencias nacio-nales e internacionales dirigido a identi-ficar e interpretar las tendencias deltrabajo en todo el mundo.

El rompecabezasde la productividad

Sin duda, la primera parte del informeICMT, en la que se brinda informaciónpor categorías y por países, planteará tan-tas dudas como las que aclarará, espe-cialmente en las espinosas áreas de laadecuación de los recursos de mano deobra a la productividad, el empleo y laspresiones económicas presentes en unaeconomía cada vez más mundializada.

Lawrence Jeff Johnson, economista dela OIT que ha coordinado el proyectoICMT, aseguró que, a pesar de la diver-gencia entre las distintas jornadas de tra-bajo, la productividad labo-ral tiende a converger en lasprincipales naciones indus-trializadas.

Según Johnson, «actual-mente, los norteamerica-nos trabajan más horas quesus compañeros de otrasnaciones industrializadas ytambién ocupan el primerlugar en lo relativo a pro-ductividad”.

Añadió que, «en1996, los EstadosUnidos superabana Japón en casi10.000 dólares porlo que respecta alvalor añadido porpersona empleada,y en cerca de 9 dó-lares en relacióncon el valor añadi-

do por hora de trabajo, si bien en estosúltimos años los trabajadores japoneseshan acortado distancias rápidamente”.

La situación es parecida en Canadá,primer socio importador y exportador delos Estados Unidos. En él, la productivi-dad del trabajo crece a un ritmo superiorpor lo que respecta al valor añadido porhora de trabajo (123,4 frente a 120,3); sinembargo, en 1997, los trabajadores norte-americanos superaron el algo más de 5dólares a sus colegas canadienses en elcitado índice de productividad.

Según el baremo ICMT, la productivi-dad media del trabajo se ha incrementadoen Europa occidental a un ritmo más ele-vado que en los Estados Unidos (un 22por ciento). Asia (excluido Japón) haacortado distancias respecto a los paísesavanzados. Entre 1980 y 1997, la produc-tividad creció en ese continente un 2 porciento más rápidamente que en las nacio-nes avanzadas, al tiempo que su diferen-cial de productividad respecto a EstadosUnidos se reducía en cerca del 5 por cien-to.

Todo ello indica que la principal ame-naza competitiva para la actual hegemo-nía norteamericana en el área de la pro-ductividad proviene, no sólo de unaeconomía asiática en proceso de recupe-ración, sino también de las principalesnaciones europeas, a pesar de la diversi-dad de políticas, incluida la reducción delas jornadas, que se están aplicando enlos mercados de trabajo de todo el mun-do.

Entre los países europeos, Irlanda dis-frutaba, con mucho, de los mayores índi-ces de crecimiento de la productividaddel trabajo, que se incrementó en un 82

por ciento entre 1980y 1997. Estos ritmostan elevados se ex-

plican, en parte, por los niveles de pro-ductividad relativamente bajos predomi-nantes en comparación con otros paísesy, en parte también, por los notablesavances en la educación y las altas tasasde crecimiento económico registrados.Otros países europeos cuya productividadlaboral ha crecido notablemente son Fin-landia (54 por ciento), Suecia (39 porciento), España (38 por ciento), Dinamar-ca (34 por ciento) y Bélgica y el ReinoUnido (33 por ciento en cada uno). Laproductividad del trabajo aumentó enFrancia alrededor de un 30 por cientodurante el período, al tiempo que el cre-cimiento registrado en Alemania se situóen el 31 por ciento.

El desafío de la productividad se plan-tea tanto en los países desarrollados comoen las naciones en desarrollo de todo elmundo. La productividad del trabajo seincrementó extraordinariamente en Tai-landia entre 1980 y 1997, período en queel valor añadido por trabajador aumentóen la impresionante cifra del 241 porciento. Aunque este indicador –que seobtiene, fundamentalmente, dividiendo elproducto interior bruto de un país por elnúmero de personas empleadas para ob-tener una estimación de la producciónmedia por trabajador– no se calcula to-mando en consideración todas las posi-bles variables (como el acceso a la tecno-logía y al capital), constituye una medidafiable de la eficiencia de los trabajadoresen relación con el crecimiento económi-co global.

De acuerdo con el indicador del valorañadido por persona empleada, la produc-tividad de los trabajadores filipinos seredujo desde una base 100 fijada para1980 a 84 en 1995. Por el contrario, lacifra correspondiente a Indonesia aumen-tó 49 puntos durante el mismo período, yla de Hong Kong, China, en 91 puntosentre 1980 y 1996; en Taiwán, China,

creció 120 puntos.En otras regionesasiáticas, India lo-gró un crecimientode 64 puntos entre1980 y 1995,mientras que el in-cremento registra-do en Sri Lankafue de 58 puntos.

Entre las regio-nes en desarrollo,América Latina halogrado unos in-crementos muyparcos de produc-tividad en las dosúltimas décadas,con las notablesexcepciones deChile y Colombia,que lograron sen-dos incrementos

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superiores a 20 puntos entre 1980 y 1996.Como media, la productividad de los tra-bajadores latinoamericanos se redujo li-geramente entre 1980 y 1996, y la situa-ción en Brasil no ha experimentadovariaciones sensibles desde el decenio de1980.

Otras tendencias clavedel mercado de trabajo

En todo el mundo, el empleo tiende adesplazarse desde los sectores producto-res de bienes (agricultura e industria)hacia los sectores de servicios. Esta ten-dencia es más acusada en los países de-sarrollados y en las economías en transi-ción, y menos sensible en el Africasubsahariana y en algunos países asiáti-cos. No obstante, con escasas excepcio-nes, el porcentaje de la población emplea-da en la agricultura se reduce en todo elplaneta, al tiempo que el sector serviciosgenera no menos de la mitad del empleototal que se crea en las naciones indus-trializadas.

Según el informe ICMT, durante 1996y 1997 las tasas de desempleo se mantu-vieron relativamente altas en gran partedel mundo y se situaron por encima del 7por ciento en casi la mitad de los paísesencuestados. También se registraron ta-sas elevadas en las naciones en desarro-llo, superando el 7 por ciento en 14 delos 29 países estudiados. En la mayorparte de los países en que existe informa-ción disponible sobre este indicador, lastasas de desempleo entre las mujeres sonmás elevadas que entre los hombres. Laprincipal excepción es el Africa subsaha-riana, donde el desempleo masculino su-pera al femenino en la mayoría de lospaíses.

La evolución de los salarios a escalamundial mostró una tendencia desigual.

Valor añadido por persona empleada (en dólares de 1990)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

Bélgica 43.911 44.554 45.510 45.384 46.947 47.676 48.193 49.187

Dinamarca 34.543 35.351 35.404 36.778 38.804 39.119 39.780 40.214

Finlandia 33.287 32.518 33.760 35.512 37.481 38.518 39.199 39.722

Hong Kong, China 36.009 37.280 39.759 41.293 42,462 43.864 44.412

Irlanda 34.603 35.534 36.049 36.827 38.469 40.792 42.916 44.253

Japón 36.669 37.406 37.407 37.374 37.597 38.134 39.434

Corea, República de 21.243 22.374 23.016 23.971 25.261 26.787 28.166

España 36.782 37.538 38.618 39,924 41,203 41,245 40.997 41.138

Suecia 33.768 34.168 35.192 36.416 37.975 38.796 39.619 40.741

Taiwán, China 25.258 26.496 27.649 29.006 30.252 31.679 33.438

Reino Unido 35.001 35.164 35.744 36.775 38.047 38.419 38.890

Estados Unidos 45.377 45.606 46.434 47.350 48,043 48.493 49.150 49.905

En efecto, mientras que los salarios hanexperimentado un crecimiento sostenidoen los principales países europeos, hantendido a permanecer estables o a dismi-nuir en las economías europeas en transi-ción. De igual modo, en Asia oriental ysudoriental registraron un crecimientosostenido antes de producirse la crisiseconómica, mientras permanecieronconstantes o se redujeron en el área cen-tral de Asia meridional. La evolución enAmérica Latina reflejó una cierta diversi-dad; en Africa subsahariana, se advierteuna tendencia a una contracción sosteni-da.

El sector no estructurado urbano formaparte del sistema económico de muchas

naciones en desarrollo. En 13 de los 42países examinados, el nivel de empleo enel mismo representaba más del 50 porciento del volumen de empleo total. Deestas 13 naciones, 9 eran africanas (Ca-merún, Costa de Marfil, Gambia, Ghana,Kenya, Madagascar, Malí, Tanzania yUganda), 3 eran latinoamericanas (Boli-via, Colombia y Perú) y la última era unpaís asiático: Pakistán. Los porcentajesmás elevados de empleo (más del 70 porciento) se observaban en Ghana, Malí yUganda.

Es bién sabido que la pobreza y ladesigualdad afectan al funcionamiento delos mercados de trabajo y que resultaninfluidos por éste. Según el informe, losniveles de pobreza eran iguales o supe-

riores al 50 por ciento en nuevepaíses: Guinea-Bissau (88,2 porciento), Zambia (84,6 por cien-to), Madagascar (72,3 por cien-to), Uganda (69,3 por ciento),Níger (61,5 por ciento), Senegal(54,- por ciento), India (52,5 porciento), Nepal (50,3 por ciento)y Kenya (50,2 por ciento) ❏

John DoohanOficina de Información

y Prensa de la OIT

* Indicadores Clave del Mercado de Tra-bajo, 1999. Oficina Internacional del Traba-jo, Ginebra, 1999. ISBN 92-2--110833-3. LosICMT se ofrecen en dos formatos: una ver-sión ordinaria en libro y un CD-ROM. Sepuede obtener información complementariadel proyecto ICMT y sus indicadores en unapágina web (http://www.ilo.org./public/en-glish/60mpfor/polemp/kilm/kilm.htm.

Número de horas trabajadas al año por persona

1999 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

Australia 1.869 1.858 1.850 1.874 1.879 1.876 1.867 1.866

Canadá 1.737,6 1.717,2 1.714,1 1.718,4 1.734,7 1.737,2 1,732,4

Japón 2.031 1.998 1.965 1.905 1.898 1.889

Estados Unidos 1.942,6 1.936 1.918,9 1.945,9 1.945,3 1.952,3 1.950,6 1.966

Nueva Zelanda 1.820,1 1.801,4 1.811,8 1.843,5 1.850,6 1.843,1 1.838

Francia 1.638,4 1.666 1.656

Alemania, Rep. Fed. 1.610 1.590 1.604,7 1.583,7 1.579,5 1.562,7 1.559,5

Irlanda 1.728 1.708 1.688 1.672 1.660 1.648 1.656

Noruega 1.432 1.427,3 1.436,9 1.434 1.431 1.414 1.407 1.399

Suecia 1.544,4 1.553,8 1.552

Suiza 1.640 1.637 1.633 1.639 1.643 1.732 1.731

Reino Unido

Dinamarca (hombres) 1.644,51,620,15 1.669 2.660,55 1.688,85

Países Bajos (hombres) 1.619,31.623,55 1.689,25 1.684,2 1.679,35

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Trabajo digno en las AméricasEmpleo en América Latina y el Caribe:

Las perspectivas del empleo siguen siendo sombríasa pesar de una década de reformas

A pesar de una década de reformas económicas y de modernización, el desempleoaumenta rápidamente en América Latina y el Caribe, y se prevé que este año se sitúeen el 9,5 por ciento de la población activa. La situación se describe en un nuevoinforme de la OIT sobre los mercados de trabajo latinoamericanos y del Caribe

LIMA.–En un informe de Juan Soma-vía, Director General de la OIT, tituladoTrabajo digno y protección para todos:Prioridad de las Américas* , se afirmaque las reformas y la modernización hanlogrado domeñar la inflación galopante yhan inducido el retorno del crecimiento yla inversión a buena parte de la región.

Sin embargo, la tasa de desempleo pre-dominante en las economías latinoameri-canas y del Caribe se ha elevado sosteni-damente durante la década de 1990, altiempo que aumentaba la inseguridad enel empleo, a medida que el sector moder-no de la economía dejaba virtualmentede generar puestos de trabajo.

Según el informe de la OIT, «el creci-miento económico y la estabilidad de losprecios no se han traducido en una mejo-ría significativa de la situación del em-pleo ni de los salarios.»

Se observa en el documento que «lasperspectivas para 1999 no son esperanza-doras», y se predice una tasa de creci-miento negativa en la región de alrededordel –0,4 por ciento en el presente año:«La desaceleración de la economía mun-

dial va a limitar todavía más el creci-miento de la región».

El informe de la OIT, que ofrece unaperspectiva general del mercado de tra-bajo y la economía de América Latina enla presente década, se elaboró para laDecimocuarta Reunión Regional de losEstados americanos miembros de laOIT, celebrada en Lima, Perú, entre el24 y el 27 de agosto de 1999.

Estancamiento de los sectoresmodernos y estructurados

Durante la pasada década, el crecimien-to del empleo en los sectores modernos yestructurados ha sido, en líneas genera-les, prácticamente nulo, correspondiendounos porcentajes de hasta el 85 por cien-to de la creación de nuevos empleos alsector no estructurado de las microem-presas, la agricultura y los pequeños ser-vicios, cuyos niveles salariales, de pro-ductividad y de protección social suelenser mucho más bajos que los del sectorestructurado. Han aumentado los contra-tos temporales y a tiempo parcial.

Se asegura en el informe que «en 1998,casi todos los nuevos puestos de trabajose crearon en el sector no estructurado,en el que el empleo creció al ritmo del4,5 por ciento anual. Lamentablemente,los trabajadores de este sector casi nuncadisfrutan de protección legal, ni suelentener acceso a unos sindicatos reconoci-dos que defiendan sus intereses”.

Este fenómeno ha afectado especial-mente a los trabajadores más jóvenes ya las mujeres. En efecto, las tasas dedesempleo juvenil suelen ser el doble delas tasas nacionales y, las de los trabaja-dores en edades comprendidas entre los15 y los 19 años, suelen triplicar las delconjunto del país. Por su parte, las tasasde desempleo femenino se sitúan entreun 10 por ciento y un 60 por ciento porencima de las correspondientes a loshombres.

Por ejemplo, las cifras relativas a Ve-nezuela en 1998 dan un 9,7 por ciento dedesempleo entre los hombres, frente a un14,1 por ciento entre las mujeres; en Pa-namá, las tasas se sitúan en un 12,4 porciento para los trabajadores, frente a un20,1 por ciento para las mujeres; en Co-lombia, la proporción es del 12,8 porciento y el 19,5 por ciento, respectiva-mente, y en Perú, del 5,5 por ciento y el11,2 por ciento.

Si bien los niveles globales de pobrezapermanecieron invariables o se redujeronen la mayor parte de esos países, debidoa una desaceleración de la inflación y aun mayor crecimiento de la producción,las familias empobrecidas siguen resin-tiéndose de la escasez de oportunidadesde empleo productivo y del deterioro dela calidad del empleo.

En el informe se expresa una «preocu-pación creciente» por el trabajo infantil,que afecta a un porcentaje entre el 15 yel 19 por ciento de los menores de laregión en edades comprendidas entre los10 y los 14 años, así como del potencialde esta modalidad de trabajo de «perpe-tuar la indigencia» si la situación no cam-bia.

En opinión del Director General de laOIT, los resultados obtenidos en AméricaLatina durante la década de 1990 mues-tran “extraordinarios progresos en lamodernización de la economía, al tiempoque la producción crecía sostenidamentey se controlaba la inflación.» No obstan-te, la otra cara de la moneda está repre-sentada por la dinámica de “bajos sala-rios, reducción de los niveles de empleoy de cobertura de la seguridad social, ydebilitamiento de las instituciones delmercado de trabajo.»

El señor Somavía insistió en que «sibien en un sistema económico internacio-nal abierto la lucha por la estabilidad ma-croeconómica y por el incremento de laproductividad es necesaria e inevitable,el peso del ajuste ha recaído en granmedida sobre la población trabajadora. La

A lo largo de la pasada década, el cre-cimiento del empleo ha sido, en líneasgenerales, prácticamente nulo en lossectores modernos.

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modernización de la economía se estáproduciendo a costa de la precarizaciónde las relaciones laborales, que suele te-ner consecuencias desastrosas para lostrabajadores».

Añadió que la prioridad actual debeconsistir en ofrecer un trabajo digno yprotección social, que constituyen «lasprincipales garantías del progreso socialy el mejor modo de consolidar lo ganadoen esta última década.»

En vista de la desaceleración de la eco-nomía mundial y de las economías regio-nales, el señor Somavía señaló que loscrecientes problemas que aquejan a losmercados de trabajo de la región precisanuna actuación urgente, «específicamente,mejorar la capacitación, las condicionesde trabajo y la capacidad de generar in-gresos de millones de hombres y mujeresque actualmente están desempleados osubempleados, a través de una mejor for-mación y de un fortalecimiento de losinstituciones de diálogo social, que de-ben constituir un corolario natural de lademocracia.»

Según el informe, «lo que la gentequiere son mayores posibilidades de em-pleo digno para hombres y mujeres y, loque es más, eso es lo que necesitan nues-tros países si queremos construir socieda-des estables para el futuro.»

Reducción de los salariosreales y caída

de la productividad

Aparte de la desaceleración del creci-miento de la economía mundial, otrosfactores derivados del escaso crecimientode la productividad y de los bajos incre-mentos salariales contribuyen a exacer-bar los problemas de los mercados detrabajo.

En el informe de la OIT se indica quelos ingresos reales de los trabajadores enactivo apenas se han incrementado du-rante la década de 1990. Aunque en elsector industrial han experimentado uncrecimiento anual en términos reales del2,7 por ciento a lo largo de la década, elsalario medio actual es apenas superior alde 1980.

La evolución del valor real de los sala-rios mínimos ha sido mucho más desfa-vorable. En efecto, a pesar de haber ex-perimentado un crecimiento medio del0,8 por ciento anual durante los años 90,la media actual en América Latina es un27 por ciento menor que la media deprincipios de los 80.

Los salarios mínimos reales se contra-jeron entre 1990 y 1997 un 7,2 por cientoen Uruguay, un 4,6 por ciento en Méxi-co, un 4,5 por ciento en Venezuela, un4,1 por ciento en Guatemala y un 3 porciento en Venezuela. Durante este mismoperíodo, se incrementaron un 10,4 porciento en Bolivia, un 9,9 por ciento enArgentina y un 5,9 por ciento en Ecua-dor.

El informe concluye igualmente que elvalor real de los ingresos de los trabaja-dores del sector no estructurado tambiénse ha reducido durante los años 90. Estaevolución se ha debido a que el creci-miento del empleo en este sector no haido acompañado de un crecimiento com-parable de la demanda de los bienes yservicios ofertados. Por consiguiente, losingresos medios de los trabajadores handisminuido a razón del 1 por ciento anualentre 1990 y 1998.

Según el informe de la OIT, «esta con-tracción continua surte efectos importan-tes, ya que la mayoría de los nuevospuestos de trabajo se generaron en elsector no estructurado. Se estima que el59 por ciento de los puestos de trabajoexistentes fuera del sector agrario de la

región se concentraban en el segmentono estructurado.»

La falta de factores internos de estímu-lo de la demanda, debido, en parte, a losbajos salarios y a las escasas oportunida-des de empleo, no se vio compensada porun incremento relativo de la competitivi-dad internacional. Si bien los costes demano de obra, calculados en dólares deEstados Unidos, se contrajeron en variospaíses como consecuencia de las deva-luaciones monetarias, las consiguientesganancias de productividad fueron muchomenores que las logradas en los paísesdel sudeste asiático. «Los mayores incre-mentos de la competitivdad se produje-ron en Colombia, con el 11 por ciento,mientras que, en el sudeste asiático, losincrementos fluctuaron entre un mínimodel 20 por ciento, logrado en Tailandia, yun 60 por ciento, registrado en Malay-sia». Entre los otros grandes países lati-noamericanos, la mejora de la competiti-vidad fue del 3,7 por ciento en Argentina,del 4,3 por ciento en Brasil y del 6 porciento en Colombia.

La mejora global de la productividadfue de sólo un 4 por ciento anual, comoreflejo de la escasa calidad de la mayorparte de los puestos de trabajo creadosdurante el período estudiado. Se observaen el informe que, «por una parte, estolastra las posibilidades de que las nacio-nes mejoren su competitividad y, porotra, constituye un obstáculo para la rápi-da recuperación de los salarios reales,condición imprescindible para mejorar ladistribución de la renta y reducir los ni-veles de pobreza.»

Resultados inciertosde la reestructuración

Si bien estas tendencias afectan enmayor o menor medida a todos los paísesde la región, se observan notables fluc-tuaciones entre ellos. En el informe sesubraya el contraste entre «un pequeñogrupo de países que logran importantesprogresos en una reestructuración de laproducción» que repercute positivamenteen el mercado de trabajo, y «un grannúmero de países en los que ha sido pre-ciso realizar nuevos ajustes macroeconó-micos para afrontar los desequilibriosacumulados y la vulnerabilidad provoca-dos por los flujos de capital a corto pla-zo.»

La evolución más positiva del mercadode trabajo se ha producido en el grupo depaíses en el que las reformas llevan mástiempo de aplicación (Chile, Bolivia yCosta Rica), así como en el país en el sehan producido más recientemente (Co-lombia). En el informe de la OIT se su-braya que, en todas estas naciones, el«desempleo se redujo, los salarios au-mentaron, el peso de la economía no es-

Los trabajadores de este sector casinunca disfrutan de protección legal, nisuelen tener acceso a unos sindicatosreconocidos que defiendan sus intere-ses.

Si bien los niveles globales de pobreza permane-cieron invariables o se redujeron en la mayorparte de esos países, debido a una desaceleraciónde la inflación y a un mayor incremento de laproducción, las familias empobrecidas siguen re-sintiéndose de la escasez de oportunidades deempleo productivo y del deterioro de la calidaddel empleo.

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tructurada apenas se incrementó o per-maneció invariable, y la productividadmejoró, excepto en Bolivia.»

En todos estos países, el crecimientoeconómico se sostuvo en un nivel eleva-do –entre el 3 por ciento y el 7 por cien-to–, que generó un vigoroso proceso decreación de puestos de trabajo. En el in-forme se destaca que, si bien el creci-miento ha sido impulsado en gran medi-da por la actividad del sector modernoprivado, también se ha debido, en parte,a la caída del desempleo.

En otros países, como Argentina, Bra-sil, México y Uruguay, en que las refor-mas se iniciaron en fecha más reciente,«crecieron el desempleo, la actividad noestructurada y la precariedad en el em-pleo.» En todos estos países, menos enVenezuela, los salarios industriales y elsalario mínimo se recuperaron gracias aléxito de los esfuerzos de control de lainflación. Sin embargo, en todas las na-ciones citadas se perdieron puestos detrabajo en el sector moderno, debido a ladrástica contracción del empleo públicoy a la escasa contribución de las media-nas y grandes empresas al proceso degeneración de empleo.

La privatización ha tenido importantesrepercusiones en la estructura y la cali-dad del empleo en América Latina. Laproporción del empleo público respectodel empleo total pasó, del 15,5 por cientoen 1990, al 12,9 por ciento en 1998. Lasempresas modernas del sector privado nohan ocupado el vacío dejado por el Esta-do al ceder su antigua posición de primerempleador y, según el informe, las em-presas privadas «optaron por reducir susplantillas y utilizar otras modalidades de

contrato de trabajo, en un esfuerzo pormantener la competitividad.»

Como consecuencia, «el sector privadomoderno redujo su participación en elempleo total, del 32 por ciento en 1990,al 28 por ciento en 1998, y sólo generóonce de cada cien nuevos puestos de tra-bajo creados durante ese período. El in-cremento de la actividad en el sector noestructurado desencadenó un desplaza-miento del empleo del sector moderno aéste.»

El informe indica que en América La-tina se precisan más reformas que acen-túen aún más la transición desde la tradi-cional prioridad concedida a unos nivelesde empleo «estable, pero estático», haciala promoción de la capacidad para en-contrar empleo y la protección de los tra-bajadores.

Sin embargo, según el señor Somavía,«las reformas que se están aplicando notienden a hacer extensiva la protección ala totalidad de los trabajadores sino, másbien, en algunos casos, a reducirla. Mu-chos trabajadores del sector no estructu-rado y numerosos agricultores pobrescarecen aún de toda cobertura social.»

El informe destaca «cuatro objetivosestratégicos» que inspirarán las líneasmaestras de actuación de la OIT en añosvenideros: promoción de los principiosfundamentales y de los derechos labora-les, defensa del empleo, protección y diá-logo social.

Se subraya que «en todos estos objeti-vos se deben tomar en consideración lasrealidades del desarrollo y las diferenciasentre los sexos. Los problemas del desa-rrollo y de la mujer están inextricable-mente imbricados. En efecto, la promo-

ción de la igualdad entre los sexos esesencial si se desea construir una socie-dad más justa, además de constituir unfactor fundamental del desarrollo. Estascuestiones revisten especial importanciaen América Latina y la región del Caribe,dado que la mayoría de los países delárea son naciones en desarrollo en que lamujer ha desempeñado tradicionalmenteuna función vital en la generación deestrategias de supervivencia en épocas decrisis.»

La OIT suscribe varios objetivos paraAmérica Latina:

Nuevos sistemas de formación que con-tribuyan a mejorar la productividad y lacompetitividad.

Reforma de la legislación laboral eimpulso a la ratificación de los conveniosy recomendaciones internacionales.

Modificación de la protección de lostrabajadores, incluida una evaluación ri-gurosa de los efectos de la reforma en lalegislación del trabajo y la seguridad so-cial.

Mayor atención a la administraciónpública del trabajo y a la función de losministerios de trabajo.

Entre las propuestas de reforma admi-nistrativa y legislativa, en el informe dela OIT se aboga por la armonización delas legislaciones de trabajo nacionales,especialmente por lo que respecta a lamigración de los trabajadores, la regula-ción de las relaciones laborales en elmarco de una negociación colectiva de-sarrollada en diversos niveles, la moder-nización del sector no estructurado y lagarantía de la aplicación de las normaslaborales, la formulación de nuevas polí-ticas de formación y empleo y la promo-ción de la participación del sector priva-do, el fomento del diálogo social y elfortalecimiento de las organizaciones sin-dicales y empresariales, la ampliación dela protección social y, por último, el de-sarrollo de una nueva actitud ante la su-pervisión de la aplicación de los conve-nios y recomendaciones de trabajo. ❏

* Trabajo Decente y Protección para Todos: Priori-dad de las Américas. Informe del Director General, Ofi-cina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1999. ISBN92-2-111564-X. El texto es accesible en Internet: http://www.oitamericas99.org.pe/english/agenda/textadop/re-port/index.shtml

En el informe, de 149 páginas, serecogen otros hallazgos significativos:

● La inflación media se redujo al10,2 por ciento anual en 1998, encomparación con el 550 por ciento re-gistrado durante el período 1990-1993.

● Se redujo el crecimiento demo-gráfico, que pasó del 2 por cientoanual en la década de 1980 al 1,8 porciento en la actual, lo que, a su vez,ha producido una contracción de latasa de incremento de la poblaciónactiva latinoamericana, que, del 3,8por ciento alcanzado en la década de1980, se situó en el 3,1 por ciento en1998.

● La tasa media de desempleo enel sector estructurado se situó en elentorno del 6 por ciento entre 1990 y1993, año en que comenzó a ince-mentarse lentamente, hasta alcanzarel 7,7 por ciento en 1996 y el 8 porciento en 1998.

● Continuó el éxodo masivo delcampo a la ciudad, a medida que unnúmero creciente de los trabajadoresmás pobres se trasladaba a pueblosy ciudades; así, a finales de 1998, el76 por ciento de la población activavivía en áreas urbanas, en contrastecon un 66 por ciento en 1980, y lastasas de desempleo urbano siguenaumentando.

● El poder adquisitivo de los in-gresos de los trabajadores latinoame-ricanos también se redujo significati-vamente, hasta situarse un 27 porciento por debajo del nivel de lossalarios mínimos reales prevalentesen los años 80.

● El nivel del empleo en el con-junto de América Latina se incremen-tó en una media del 2,9 por cientoentre 1990 y 1998, tasa insuficientepara absorber el incremento anualdel 3,1 por ciento de la poblaciónactiva.

RESULTADOS DESIGUALES

Entre los objetivos que la OIT suscribe paraAmérica Latina se incluyen nuevos sistemas deformación que contribuyan a mejorar la produc-tividad y la competitividad.

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La experiencia de ChacabucoDe los hornos de cocción al jardín: Cómo un pueblolatinoamericano ayudó a liberar a los niñosdel trabajo en los hornos de ladrillos

La erradicación del trabajo infantil en las fábricas de ladrillos de Chacabuco parecía unsueño imposible para muchos de sus 44.000 habitantes. Para otros, no parecía importardemasiado. Preguntaban: «¿Que pueden aprender los niños en la escuela sobre lavida?» Sin embargo, hoy resulta difícil ver niños trabajando en las ladrilleras de estapoblación argentina. El periodista argentino Fernando Laborda explica en este artículocómo los niños de Chacabuco descubrieron una nueva vida en un pueblo en que elhorno de cocción era el rey .

HACABUCO, Argentina.–Oscar Molina ha pasadotoda su vida cociendo ladrillos en este pueblo, y suhijo, de 13 años, prácticamente no ha hecho otracosa. La explotación no ha sido la causa de que los

padres llevasen a sus hijos a trabajar con ellos en lasladrilleras de esta población argentina; hasta hace pocotiempo, esta costumbre se consideraba una necesidad.

Para muchos de los vecinos de esta población situada a220 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, la produc-ción de ladrillos ha sido siempre la única salida posible.Durante cerca de cuatro generaciones, millares de lugare-ños se han ganado la vida en las fábricas de ladrillos, ymuchos de ellos no tienen otro oficio.

Día tras día, los vecinos trabajan en los hornos, a me-nudo situados junto a sus míseras viviendas, acompaña-dos en el cotidiano bregar por sus hijos y padeciendolesiones de columna y quemaduras graves, e inhalando elpolvo y un humo espeso.

Fernando Pérez, dirigente de una ONG local, observaque «los abuelos de muchos de estos padres también co-cían ladrillos, y éstos han estado trabajando en lo mismodesde muy jóvenes. La tradición de producir ladrillos es-taba hondamente arraigada. Para estas familias, lo impor-tante era que sus hijos aprendiesen a sumar y restar; elresto podían aprenderlo en el trabajo.»

Ahora, en cambio, Gabriel Molina aprende cosas en laescuela y no en la ladrillera, y cultiva frutas y verduras enlugar de cocer ladrillos.

«Esperamos empezar pronto a cultivar tomates y pi-mientos», asegura un orgulloso Oscar señalando a su hijo,uno de los primeros niños en abandonar las ladrilleras porla escuela a raíz de la puesta en marcha de un programade lucha contra el trabajo infantil.

Lograr lo imposible

Para muchos, la erradicación del trabajo infantil era unsueño imposible. La gente pensaba que la escolarizaciónera innecesaria, dado que los niños no podían aprender enla escuela las cosas que necesitarían en la vida. Las con- O

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secuencias para su salud y su desarrollono se tomaban en consideración.

Actualmente, unos tres años después dela puesta en marcha de un programa deactuación copatrocinado por los agentessociales de la localidad y el ProgramaInternacional para la Erradicación delTrabajo Infantil (IPEC) de la OIT, resul-ta difícil ver niños trabajando en las la-drilleras de Chacabuco.

Algunos van a la escuela por primeravez; otros han aprendido horticultura y seproponen cultivar frutas y hortalizas parano tener que ganarse la vida cociendo ar-cilla.

Tal logro ha sido posible gracias a unconvenio suscrito en noviembre de 1996entre la sección argentina de la organiza-ción no gubernamental Defensa de los Ni-ños Internacional (DNI) y el ProgramaIPEC de la OIT. Este acuerdo se tradujo enla constitución de un Comité Local sobreel Trabajo Infantil en Chacabuco, integra-do por las directoras de dos escuelas rura-les, dos productores de ladrillos, dos re-presentantes de las asociaciones vecinales,dos representantes del ayuntamiento ymiembros de la sección argentina de DNI.

La función determinantede un alcalde

El plan de liberar a los niños de loshornos de ladrillos fue idea de Julián

Domínguez, quien, en su condición dealcalde de Chacabuco, se convirtió en unode los primeros instigadores de la crea-ción del comité local.

Asegura Julián Domínguez que «cuan-do me convertí en alcalde de Chacabuco,realizamos un estudio del distrito en co-laboración con un equipo de trabajadoressociales y de las ONG, con objeto deformarnos una idea global. Observamosque los niños empleados en los hornosconstituían un grupo de riesgo y, para

combatirlo, solicitamos la colaboraciónde las ONG y descubrimos con la OIT yDNI la posibilidad de desarrollar un pro-grama orientado hacia los niños con ma-yor nivel de riesgo de abandonar la es-cuela por este tipo de trabajo.

Según Rosana Chielli, directora delConsejo de Familia y Desarrollo Huma-no de Chacabuco, a partir de que los hi-jos de las familias más humildes tuvieronacceso a los útiles escolares y libros deque antes no disponían, los familiares

ENTREVISTA CON EL ALCALDE DE CHACABUCO

– ¿Cómo evalúa los resultados lo-grados a partir de la instrumenta-ción del programa de erradicacióndel trabajo infantil en los hornos deladrillos?

Cuando asumí la gestión municipalen Chacabuco, realizamos un releva-miento del distrito junto con asistentessociales y con organizaciones no gu-bernamentales para tener un radio-grafía y un diagnóstico social preciso.Advertimos así que los niños trabaja-dores en hornos de ladrillos eran unsector en riesgo, por lo que buscamosla cooperación de las ONG y encon-tramos en la OIT y en DNI la posibi-lidad de un programa focalizado enlos niños con alto riesgo de abando-nar la escuela por aquel trabajo. Elprograma involucró a 12 escuelas y a100 niños beneficiarios plenos, peroindirectamente se beneficiaron otros800 niños, que eran hermanos meno-res o compañeros de escuela de aqué-llos que estaban realizando tareas enladrilleras. Esto es muy importante,dado que el síndrome del niño deser-

tor suele expandirse. El programa inclu-yó becas y talleres de capacitación, y hoyestamos en la última etapa, que es eldesarrollo de proyectos de horticulturacon tres familias que subsistían por loshornos de ladrillos. Esas tres familiascuentan con invernáculos, con asistenciatécnica, herramientas y semillas. Desdeel punto de vista de los resultados, elprograma permitió contener en la escue-la al ciento por ciento de lo niños que sehallaban en situación de riesgo.

– ¿Cuál ha sido la clave del éxito delprograma?

La clave ha sido el desarrollo de unmodelo de gestión social, buscando es-trategias focalizadas en distintos secto-res de la población, con el apoyo de or-ganizaciones ajenas al Estado Provincial.La intervención del tercer sector en laejecución de políticas sociales levó a queChacabuco sea hoy la ciudad de la pro-vincia de Buenos Aires con menor índicede mortalidad infantil. Esta interaccióncon las ONG nos ha permitido construiruna red social para prevenir problemas

que con un Estado clientelístico no hu-biéramos podido contener; mejorar lasituación de los sectores más vulnera-bles y desarrollar programas de mo-nitoreo y auditoría de todos los pro-gramas sociales.

– ¿Pueden desarrollarse con éxitoprogramas sociales sin contar conabultados recursos económicos?

El dinero es un instrumento sustan-tivo pero de ninguna manera exclu-yente. Ante su ausencia, la coopera-ción entre el Estado y las ONGpermiten movilizar recursos humanosociosos que, desde el despacho de unfuncionario, resultan inimaginables.Es el tercer sector el que, en interac-ción con el Estado, genera el concep-to de la comunidad resolviendo suspropios problemas. A lo que no puederenunciar el Estado es a conducir des-de la articulación y a marcar las prio-ridades por atender, para lo cual re-quiere de diagnósticos con rigorcientífico y dejar de lado concepcio-nes clientelísticas.

EL IPEC EN AMÉRICA LATINAEl Programa Internacional para

la Erradicación del Trabajo Infantil(IPEC) de la OIT es un proyectopatrocinado por noventa paísesempeñados en la promoción de al-ternativas al trabajo de los meno-res. Diecisiete de las más de se-senta naciones en que sedesarrollan los programas gestio-nados por la OIT son latinoameri-canas. El Programa aporta direc-trices y apoyo a las iniciativasnacionales en aspectos funda-mentales para la formulación delas políticas nacionales y los pro-gramas de actuación directa.

El 22 de marzo de 1995, la Agen-cia Española de Cooperación In-

ternacional (AECI) y la Oficina In-ternacional del Trabajo firmaronun Memorándum de Entendimien-to AECI-OIT, por el que se creabael «Programa Internacional para laErradicación del Trabajo Infantil(IPEC) en América Latina», plena-mente operativo desde 1996 y conuna duración prevista de cincoaños.

En el caso de Argentina y de laexperiencia relatada en este artí-culo, el proyecto ha sido impulsa-do y canalizado a través de laOficina Regional de la OIT y de laOficina de Area de la Organizaciónpara Argentina, Paraguay y Uru-guay.

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comenzaron a ver la escuela de otra ma-nera. Al mismo tiempo, se informó a lospadres, profesores, productores de ladri-llos y otros interesados de la situación delos pequeños trabajadores y de los ries-gos para su salud y su desarrollo normal.Con objeto de difundir esta información,los medios de comunicación locales par-ticiparon en una campaña de divulgacióndel trabajo del Comité.

Poco a poco, la comunidad fue adqui-riendo conciencia de la nocividad que eltrabajo en las ladrilleras entrañaba paralos menores. Al convencerse de que esalabor tediosa y poco creativa impedía elnormal desarrollo de los niños, además deexponerlos a severos riesgos físicos, elempleo de menores en hornos de ladrilloscomenzó a ser mal visto por la población.

De los ladrillos a los libros:la función de la escuela

Una de las primeras tareas del comitélocal consistió en identificar las escuelasque registraban mayores tasas de niñosque trabajaban, así como aquéllas en losque existía un mayor riesgo de deserciónescolar por motivos de trabajo. Medianteel diálogo con los directores de esas es-cuelas y gracias a la colaboración delConsejo de Familia y Desarrollo Huma-no de Chacabuco, se seleccionó a treintamenores que trabajaban en los hornos deproducción de ladrillos, a los que se con-cedió directamente una beca.

«Intentamos mostrar a los padres de losmenores que trabajaban en las fábricasde ladrillos que la vida no pasaba necesa-riamente por el trabajo en los hornos, y

que existían otras salidas, otros oficiosmucho menos peligrosos, en los que sepodía capacitar a los chicos si éstos per-manecían en la escuela», manifestó AnaLía López, directora de la escuela 17 deChacabuco, situada en una zona semirru-ral en la que abundan las fábricas de la-drillos.

La beca consistía en la entrega dematerial didáctico, útiles escolares y otrosmedios esenciales para facilitar o incen-tivar la asistencia a clases, como guarda-polvos y zapatillas, pago de los gastos dedesplazamiento de los becarios más pro-pensos al abandono escolar, desarrollo deactividades recreativas y de integracióncultural, y cursos de capacitación básicaen diversos oficios, como electricidad,mecánica, horticultura y cocina.

En una primera etapa (1996-1997), sebeneficiaron igualmente del programaotros 130 menores que trabajaban espo-rádicameente en los hornos y que, contoda probabilidad, se dedicarían en elfuturo a la actividad que constituía elsustento de sus familias. La actividadrealizada con este grupo se centro en laprevención y en el aprendizaje de diver-sos oficios.

Durante los dos años siguientes (1996-1998), 100 niños se beneficiaron directa-mente del programa, al tiempo que unos600 menores en situación de riesgo disfru-taban de diversos beneficios indirectos.

Del horno al jardínCon el apoyo de las autoridades muni-

cipales, se financió la creación de tresmicroempresas para otras tantas familiasque, hasta entonces, se habían ganado la

vida cociendo ladrillos. Cuando los hijosfinalizaron su período de capacitación enhorticultura, se prestó ayuda a las fami-lias en la construcción de invernaderosaledaños a sus viviendas, los cuales lespermitirán producir hortalizas en un futu-ro cercano.

«Curiosamente, es lo contrario de loque solían hacer, ya que los hornos deladrillos destruyen la tierra», observóRosana Chielli.

Virtual erradicacióndel trabajo infantil

Casi tres años después de la constitu-ción del Comité Local, el trabajo infantilha sido virtualmente erradicado de lasfábricas de ladrillos de Chacabuco. Lasexperiencias de los niños que han regre-sado a clases ha influido en sus compa-ñeros y, según los directores de las es-cuelas rurales, el porcentaje de menoresque el año pasado finalizó la educacióngeneral básica y deseaba acceder a losestudios secundarios pasó, del 40 porciento, a rondar el 90 por ciento.

El éxito alcanzado ha alentado a losrepresentantes de DNI a proponer la eje-cución de programas similares en otraspoblaciones argentinas en las que seconcentra el trabajo infantil, como enNecochea, donde numerosos menores sededican a recoger el cereal que se viertede los camiones en el puerto de Que-quén; en Chascomús, donde alrededorde 100 niños realizan labores de ordeñomanual; y en Río Negro, al sur del país,donde más de cien menores cuidan deanimales. ❏

Durante unas cuatro generaciones, millares de lugareños se han ganado la vida en las fábricas deladrillos, y muchos de ellos no tienen otro oficio. O

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Algo más que sobrevivir...

El microcrédito en el Africa occidental:Los pequeños préstamos son un gran alivio

para la pobrezaEn estos últimos años se han desarrollado en el Africa occidental diversos programasde microcrédito y de ahorro local similares a los que gestiona el Grameen Bank deBangladesh. Estas modestas iniciativas financieras han contribuido poderosamente amejorar las perspectivas de vendedores callejeros, bordadoras, mecánicos, restaurado-res, artesanos, trabajadores agrícolas, pequeños empresarios y otros exponentes de lapobreza que habitan, tanto en el mundo rural, como en las áreas urbanas. El periodistaBernard E. Gbézo expone en este trabajo cómo funcionan en la región estos planes demicrofinanciación y la función desempeñada por la OIT en el desarrollo de los mismos.

DAKAR.–Para una joven campesinacarente de ingresos, de instrucción y deperspectivas de futuro en su pequeña al-dea, la emigración a un pueblo o a lagran ciudad constituía el único modo deincrementar los ingresos familiares, con-quistar un futuro y, a veces también, es-capar a la dura realidad de la vida.

Esta doble perspectiva –ganar dinero ylabrarse un futuro– indujo a Salima a tras-ladarse a Dakar hace 15 años. Sin embar-go, la atracción ejercida por la urbe re-sultó ser un espejismo. Cuando Salimatenía 35 años, su marido la dejó sola concuatro hijos. La carencia de recursos laobligó a trasladarse a un poblado chabo-lista situado a escasos kilómetros de lacapital, en el que pasó muchos años ven-diendo pescado a comisión.

En 1993, Salima se afilió a una asocia-ción de ayuda a la mujer y allí conoció laexistencia del programa de asistencia a lapequeña empresa de Gand-Yoff, locali-dad cercana a Dakar. Salima quería esta-blecerse como trabajadora autónoma ymontar una pescadería en el mercado.Con ayuda de una ONG local, consiguióun préstamo de 75.000 CFA (138 dóla-res), amortizable en el plazo de un año.Al cabo de tres años, el negocio generabasuficientes beneficios para permitirle con-tratar a otras dos mujeres que le ayuda-sen a absorber la mayor carga de trabajogenerada por el incremento de la activi-dad.

En la actualidad, Salima tiene una vi-vienda digna y es capaz, no sólo de man-tener a la familia, sino también de enviara sus hijos a la escuela. Asegura que «herecobrado mi dignidad de mujer y demadre. Sin la confianza que depositaron

mínimos para liberarse de los grilletes dela miseria y superar una situación de in-defensión y vulnerabilidad.

Una herramienta deliberación económica y social

La microfinanciación, o microcrédito,es, escuetamente, un cauce para que lossectores menos solventes económicamen-te de la población consigan pequeñassumas de dinero en forma de préstamos acorto plazo, concedidos a un tipo de inte-rés muy inferior al del mercado. Al iniciodel programa, los préstamos concedidosno llegaban a 30 dólares. En la actuali-dad, el montante oscila entre los 100 ylos 500 dólares, y los créditos se destinanprincipalmente a la creación de los pues-tos de trabajo más idóneos para ayudar asubsistir a los núcleos familiares másafectados por la crisis económica.

Por otra parte, más allá de la dimen-sión meramente financiera, los programasde microfinanciación repercuten igual-mente en el desarrollo local. Los esque-mas influyen en diversos segmentos,como la agricultura (grupos rurales, coo-perativas agrarias, organizaciones agríco-las profesionales), la artesanía (gruposartesanales y asociaciones de mujeresartesanas), la financiación de la econo-mía social (planes de crédito y ahorro,bancos rurales) y la protección social (so-ciedades médicas, centros de atenciónprimaria). Esto hace que los programascontribuyan a facilitar el acceso a losprincipales servicios sociales, de asisten-cia sanitaria y de planificación familiar,así como al agua potable.

en mí los miembros de mi asociación y elesquema de ahorros y créditos a la mujerde Gand-Yoff, jamás me habría atrevidoa montar un negocio.»

La historia de Salima no es única. Esuna entre los casi ocho millones de per-sonas que han utilizado unos préstamos

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Otra característica distintiva de estainiciativa es que descansa sobre unos re-gímenes de seguros y unas redes tradi-cionales de solidaridad relativamente efi-caces y estimulantes de la amortizaciónpuntual de los préstamos. Además, laaplicación de estos esquemas tambiénenriquece las posibilidades de desarrollarprogramas de formación, específicamen-te en el desarrollo local y la gestiónempresarial.

Los desafíos de los institutosde microfinanciación

La microfinanciación disfruta de unacreciente popularidad, especialmente en-tre las mujeres, que generalmente hansido ignoradas por la banca comercial.Los institutos de microfinanciación hanvenido a revolucionar los métodos ban-carios tradicionales. Mediante la adop-ción de unos esquemas operativos inno-vadores, como las garantías solidarias ylos créditos colectivos, y gracias a suproximidad a los usuarios, estos institu-tos han demostrado que esas personas, nosólo son capaces de regentar microem-presas rentables, sino también de afrontarlos tipos de interés de mercado, siempreque éstos le otorguen acceso a unas acti-vidades económicamente rentables.

La tasa de amortización del 98 porciento que se registra en el Africa subs-ahariana y en otras regiones demuestraque la concesión de préstamos a los máspobres no sólo constituye una vía de es-cape a la miseria, sino también un modode fomentar el desarrollo económico y dealiviar las cargas de unas administracio-nes públicas que, de no existir estos es-quemas, habrían tenido que aliviar direc-tamente el problema.

Entre las iniciativas más fructíferasdestacan la Red de Ahorro Popular deBurkina Faso, la Red Kafo Jiginew (Sin-dicato Cerealista) de Malí, y la Alianza

de Crédito y Ahorro para la Producción(Alliance de Crédit et Epargne pour laProduction: ACEP) de Senegal.

Desde hace algunos años, la mayoríade las instituciones financieras internacio-nales han venido manifestando un vivointerés por esta nueva herramienta deayuda al desarrollo. Varias agencias bila-terales y multilaterales comprometidascon la microfinanciación acordaron lacreación de un «Grupo de Consulta parala Ayuda a los Más Pobres». La Secreta-ría del Grupo tiene su sede en el BancoMundial y la OIT pertenece a su ComitéEjecutivo. Gracias a la labor de la nuevainstitución, muchos responsables de latoma de decisiones han adquirido con-ciencia de la eficacia de este sector. Porotra parte, la Cumbre del Microcréditocelebrada en Washington en 1997 consti-tuyó un importante punto de inflexión enel desarrollo de la conciencia de las im-portantes repercusiones de la actividadmicrofinanciera. El objetivo consiste enbeneficiar a más de 100 millones de fa-milias de aquí al año 2005.

Para lograr este objetivo, muchas ONGse están desdoblando en verdaderas insti-tuciones de microfinanciación, capacesde hacer efectivos los beneficios genera-dos, con el fin de resultar económicamen-te viables y convertirse así en proyectosrentables. Este discurso económico esesencial para esas instituciones, dado queel mismo supone aumentar su capacidadde intervención rápida y de ganar en cre-dibilidad a los ojos de sus socios finan-cieros.

Es de subrayar, no obstante, la necesi-dad de lograr un cierto equilibrio, dadoque un énfasis excesivo en la rentabili-dad excluiría a quienes inicialmente másnecesitaban la ayuda, como ocurriría, porejemplo, si se llevase a cabo una selec-ción excesivamente restrictiva de los po-tenciales prestatarios. Por el contrario,una perspectiva estrictamente social lle-varía a las instituciones, bien a fijar unos

tipos de interés excesivamente bajos, biena mostrarse demasiado generosas en laconcesión de los préstamos, con lo quearriesgarían su supervivencia.

En opinión de los expertos, las organi-zaciones activas en este sector debenmejorar su eficacia y sus medios de ac-tuación, y se debe promover una vincula-ción más estrecha de aquéllas con losprincipales organismos oficiales. El pro-grama AMINA, creado en 1997 por elFondo Africano de Desarrollo (FAD) seinserta en esta estrategia.

AMINA ofrece una extensa gama deservicios orientados a fortalecer la capa-cidad de los distintos agentes socialesinteresados (ONG, mutualidades de aho-rro, cajas rurales) para ofrecer unos ser-vicios financieros duraderos a los micro-empresarios y otras capas desfavorecidas.Esta colaboración se debe orientar espe-cíficamente a promover la formación enel análisis financiero, la gestión de carte-ra, el seguimiento de las operaciones decrédito y el desarrollo de un sistema deinformación computerizado.

Otro importante objetivo del programaconsiste en la creación de un marco regu-lador adecuado y transparente que genereun entorno favorable a la prestación deservicios de microfinanciación. Por loque respecta a los criterios inspiradoresde la realización de las actividades delprograma, es de subrayar que éste afectaa países miembros del Fondo Africano deDesarrollo que padecen los mayores índi-ces de pobreza, en los que existen insti-tuciones de microfinanciación muy acti-vas y unas estructuras descentralizada detoma de decisiones que permiten abordarcon criterios participativos la lucha con-tra la pobreza.

En el plano de la administración públi-ca, es de subrayar que las autoridadestambién prestan un apoyo importante, porejemplo, mediante la creación de bancosde fomento y desarrollo y de fondos degarantía, y la adopción de medidas ten-

Los proyectos de microfinanciación están específicamente dirigidos a las mujeres delmedio rural, los jóvenes empresarios...

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dentes a inducir a la banca comercial afinanciar las pequeñas explotaciones. En1996, el Gobierno de Burkina Faso lanzósu primera emisión de bonos del Tesoropor un montante total de 5.000 millonesde CFA (10 millones de dólares), cuyoproducto se destinaría a financiar las aso-ciaciones locales de crédito y ahorro, lasONG y diversos esquemas de gestión decentros rurales de microfinanciación.

Además, con objeto de financiar unproyecto de ayuda a las microempresasrurales, el Fondo Internacional de Desa-rrollo Agrícola (FIDA) ha concedido unpréstamo de 12 millones de dólares deEstados Unidos al Gobierno de BurkinaFaso. El proyecto está específicamentedirigido a las mujeres del medio rural,los jóvenes empresarios, los agricultorespobres, los artesanos y los dueños deexplotaciones. En el marco de esta ini-ciativa, se prestará a unas 3.000 personasla asistencia técnica y financiera que pre-cisan para crear o ampliar sus explotacio-nes sin abandonar el medio rural.

La experiencia de la OIT

El fomento del empleo y la lucha con-tra la discriminación ocupan un lugardestacado en la escala de prioridades dela OIT. En efecto, la Organización llevabastantes años patrocinando programasdirigidos a colaborar con los gobiernosafricanos en la aplicación de políticaseconómicas orientados a la promocióndel empleo, la creación de pequeñas ymicroempresas y la mejora del acceso ala microfinanciación y a su utilización.Resulta ejemplar al respecto la efectivi-dad mostrada por el programa ACOPAMen los países del Sahel. Este programa hacontribuido especialmente a fomentar elempleo femenino y ha hecho posible queunas 40.000 personas se estableciesencomo trabajadores autónomos, gracias alas cooperativas de crédito y ahorro y alos bancos de cereales.

Aprovechando su extensa experienciaen este campo, la OIT desarrolla actual-mente un programa conjunto con el Ban-co Central de los Estados del Africa Occi-dental. Financiado por Alemania,Noruega y los Países Bajos, PASMEC(Programa de Asistencia a las Cooperati-vas y Sociedades de Crédito y Ahorro)apoya la promoción de sociedades de cré-dito y ahorro y de otros institutos de mi-crofinanciación de la subregión, con obje-to de facilitar el acceso de los másdesfavorecidos a los servicios financieros.

La filosofía del programa consiste enservir de puente entre las autoridades fi-nanciera y las iniciativas que operan porregla general al margen de todo marcoregulador, mediante el intercambio deinformación, la recogida de datos (se hanincorporado al programa más de 170 ins-tituciones, representativas de 2.280 aso-ciaciones locales y de una cifra superiora 700.000 beneficiarios), la actividad for-mativa y la prestación de servicios perso-nalizados de consultoría.

La Unidad de Finanzas Sociales de laOIT (UFS) administra el PASMEC yotros programas. La UFS es el referentede la OIT en el área de la microfinancia-ción y gestiona un espectro de proyectosde investigación y cooperación técnicaorientados a la identificación y elimina-ción de los factores que limitan el accesoa los servicios de crédito, ahorro, segurosy otras prestaciones financieras. La Uni-dad también analiza las políticas finan-cieras desde la perspectiva de su repercu-sión en el empleo y la pobreza. PASMECes el principal programa aplicado por laUFS en el Africa occidental.

La OIT se esfuerza igualmente por pro-mover la igualdad entre los sexos a travésde la cooperación técnica. En este contex-to, destacan dos programas orientados acolaborar con las mujeres empresarias:

● Programa Internacional para laPequeña Empresa (ISEP). El objetivo

...los agricultores pobres, los artesanos y los dueños de explotaciones.

de este programa, iniciado en 1998, espromover el crecimiento de las pequeñasy microempresas en situación precaria, enespecial de las regentadas por mujeres.

● Programa Internacional en Favorde Más y Mejores Empleos para laMujer (WOMEMP). Este programa,lanzado en 1997, no sólo está dirigido alas mujeres empresarias, sino también alas mujeres trabajadoras. Su objetivo con-siste en erradicar la discriminación sexualen el empleo y la actividad profesional,al tiempo que se procura ofrecer a lamujer unos puestos de trabajo que contri-buyan a erradicar la pobreza y promue-vas un desarrollo sostenible.

En toda su actividad, la OIT demues-tra, no sólo su interés en el desarrollo dela empresa, sino también que las mujeresconstituyen un importante grupo de inte-rés que debe ser rescatado, a la mayorbrevedad posible, del círculo vicioso dela discriminación social y económica.

Globalmente, la actividad de microfi-nanciación parece arrojar resultados po-sitivos en este continente, a pesar de al-gunas deficiencias puntuales, tantoorganizativas como de gestión, causadaspor la inexperiencia de algunos gruposlocales y de ciertas ONG. El sistema, porsí sólo, no es el remedio universal detodos los males que aquejan al microem-preario, que a menudo se ve sometido aotras presiones de índole administrativa,fiscal, comercial o de recursos humanos.

Por otra parte, la microfinanciación esincapaz de superar todos los obstáculosal desarrollo. Más allá del acceso a losmedios financieros, existen necesidadessociales y problemas vitales que las auto-ridades y los agentes sociales deben abor-dar utilizando los medios y conceptosadecuados. ❏

Bernard E. Gbézo es periodista y economista social;trabaja en París y ha escrito este artículo por encargode «Trabajo».

Fotos de Jacques Maillard

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«La gente no tiene idea de las cuestiones de género...»

Tristeza en el Báltico: Menos y peoresempleos para las trabajadoras en Estonia

Antes de la independencia, las mujeres de Estonia tenían garantizados el pleno empleoy la igualdad en el trabajo...sobre el papel. Sin embargo, las cosas han cambiado desdeentonces. Las dos garantías han pasado a la historia y han sido reemplazadas por lasduras realidades de la nueva economía de mercado. Hoy, el Gobierno y la OIT explorannuevas vías para hacia la igualdad de la mujer trabajadora. Nos lo cuenta la periodistaLeyla Alyanak.

ALLINN, Estonia.–Al despuntar elalba sobre el asentamiento rural deEstonia donde vive Liia –profesorade 38 años de edad– con su nume-

rosa familia, se inicia para ella una largajornada de trabajo, antes, incluso, de salirde casa.

Después de encender el fogón paracalentar el agua y cocer patatas para loscerdos, Liia da de comer a los animalesy ordeña sus ocho vacas. Luego, despier-ta a la familia y sirve el desayuno que hapreparado la noche anterior.

En una entrevista reciente, Liia confe-saba: «Mi jornada empieza a las 4 de lamadrugada. No como nada por la maña-na; sólo tengo 10 minutos para arreglar-me y empezar a trabajar.»

Por la tarde, corrige los deberes de susalumnos; a continuación, repite las tareasde la mañana y prepara el desayuno parael día siguiente.

Para el común de la gente, los esfuer-zos que Liia debe realizar para conjugarsu función de esposa y madre con el

desempeño de un puesto de trabajo remu-nerado resultarían difíciles de afrontar.En la actualidad, no obstante, Liia tieneuna preocupación adicional. Si perdieseel empleo, le resultaría sumamente difícilencontrar otro puesto en un mercado detrabajo difícil, en que se demandan abier-tamente en los anuncios «mujeres jóve-nes y esbeltas». Además, en cualquier ac-tividad a que se dedique, es posible quese encuentre en una situación de abiertainferioridad, tanto por el sueldo comorespecto a la categoría del puesto.

Desde que este pequeño país de 1,4millones de habitantes recuperó su inde-pendencia en 1991 –pues ya había sidoindependiente durante el período de en-treguerras–, las mujeres han sido las másperjudicadas por la contracción del mer-cado de trabajo. Al reducirse la pobla-ción empleada de 800.000 a 600.000 per-sonas, hay más mujeres que hombresdesempleadas o subempleadas, concreta-mente, un 38,3 por ciento de mujeresfrente a un 24,7 por ciento de hombres.

Además, las mujeressuelen desempeñar lostrabajos peor retribui-dos, incluso si estánmás capacitadas; gananmenos que los hombresen la mayoría de lasprofesiones; y suelendedicarse más al esca-samente retribuido sec-tor público que a laempresa privada.

Nuevaslibertades, máscomplicaciones

En esta nueva econo-mía de transición, lavida de la mujer se ha

complicado más. Además de la desapari-ción del empleo garantizado para todos,el cierre de muchos centros de cuidadosde día y de otras instalaciones destinadasa los ancianos ha obligado a muchas mu-jeres a permanecer más tiempo que antesen el hogar, cuidando de la familia, loque, a su vez, contribuye a mermar, nosólo su capacidad para encontrar empleo,sino también los ingresos del núcleo fa-miliar.

Estos problemas son particularmenteevidentes en las zonas rurales, donde eldesmantelamiento de las granjas colecti-vas ha privado de empleo a millares demujeres. En Tuhala, distrito rural situadoa unos 25 kilómetros de la capital, Ta-llinn, Tiuu Soans ha descubierto el modode llegar a fin de mes: ha transformadosu granja en un hotel rural.

Asegura que «no ha sido fácil. Hacecinco años, la situación era novedosa yanómala. De repente, adquirimos con-ciencia de que teníamos que luchar solos,tomar decisiones y asumir responsabili-dades.»

Movida por el deseo de ayudar a sussemejantes a asumir los cambios queconmueven el país, Tiiu Soans fundó elSindicato de Mujeres Rurales de Estonia,activo en la reorientación profesional yen la capacitación de la mujer para afron-tar la transición. Tiiu está escandalizadapor las diferencias existentes en Estoniaentre los ciudadanos de uno y otro sexo.«Se proclamó formalmente la igualdad;nos hablaban de ella todos los días, enlos periódicos, en la radio...Todos dába-mos por sentado que éramos iguales.»

Desmintiendo las garantíasformales

«Bajo el régimen soviético, oíamos esapalabra continuamente», responde ReetLaja, alto funcionario del Ministerio de

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Asuntos Sociales a las preguntas sobre laigualdad de la mujer en el lugar de traba-jo. «La mayoría de las mujeres pensabanque ya habían alcanzado la igualdad. Eldescubrimiento de que no era así consti-tuyó un trauma para ellas.»

Ciertamente, en los países de econo-mía en transición, en que las realidadesdel capitalismo y la economía de merca-do han empezado a hacerse sentir, lasmujeres comienzan a descubrir que elotrora tan reiterado principio de la igual-dad de la mujer en el lugar de trabajo hadejado de estar garantizado.

Según el Informe sobre el DesarrolloHumano elaborado en 1999 por el PNU-MA, «uno de los peores fracasos prota-gonizados por las naciones de economíaen transición ha sido el acusado empeo-ramiento de la desigualdad entre ambossexos en los ámbitos político, económicoy social.» Ciertamente, en todos los terri-torios de la antigua Unión Soviética, lasmujeres están descubriendo que, comoconsecuencia de la reforma agraria y eco-nómica, son sus puestos de trabajo y nolos que desempeñan los hombres los pri-meros en desaparecer.

Estonia dista de ser un caso único. Enun estudio recientemente realizado por elBanco Mundial en Orel, ciudad situada aunos 300 kilómetros al sur de Moscú, seponen de relieve algunos de los aspectosmás negativos de la discriminación de lamujer en el medio rural. En efecto, laredistribución de la tierra se realiza en elmarco de la reforma agraria conforme acriterios de antigüedad en el empleo y denivel salarial, lo que hace que las muje-res sigan siendo las más perjudicadas, yaque suelen ganar menos que los hombresa lo largo de su vida económicamenteactiva. Como consecuencia, a pesar deque las mujeres constituyen la mayorparte de la fuerza de trabajo agraria deRusia, la mayoría de las fincas han sidoy siguen siendo propiedad de los hom-bres1.

Uno de los mayores contratiempos su-fridos por las mujeres se ha producido enel mercado de trabajo estructurado. Lasmujeres han pasado, de disfrutar de unasituación de empleo garantizado de porvida, a soportar una subsistencia precariaen la que contemplan con frustracióncómo las promesas de un futuro establese trocaban en un presente de desempleoo subempleo.

En muchos países del antiguo bloquedel Este, las mujeres ganan menos quelos hombres de igual cualificación. Porejemplo, en Polonia, los hombres con unatitulación universitaria ganan mensual-mente, en promedio, un 40 por cientomás que las mujeres del mismo nivel deformación. En Letonia, el sueldo mediode las mujeres empleadas a jornada com-pleta es entre un 14 por ciento y un 32por ciento inferior al de los hombres.

Además de ganar menos por realizar elmismo trabajo, las mujeres suelen estarrelegadas a las categorías profesionalespeor retribuidas. Así, en Croacia, lasmujeres constituyen el 70 por ciento dela fuerza de trabajo administrativo delpaís y el 55 por ciento de la poblaciónempleada en puestos de escasa cualifica-ción2.

Aunque la legislación vigente en mu-chos de estos países prohíbe la discrimi-nación sexual en el empleo, aquélla nosuele aplicarse en la práctica. Según Gra-zina Gruzdiene, del Sindicato de Traba-jadores de la Industria de la Alimenta-ción de Lituania, «la elevada tasa dedesempleo masculino es uno de los di-versos factores que constriñen en medidacreciente a la mujer a desempeñar laúnica función para la que la sociedad laconsidera capacitada: la de madre y es-posa”.

En busca de más y mejorespuestos de trabajo

La vuelta a los valores tradicionalescomplica el problema que afrontan lasmujeres de Estonia.

«La opinión dominante respecto al pa-pel de los sexos sigue siendo patriarcal yconservadora», asegura Riina Kutt, Coor-dinadora General para Estonia del Pro-grama Internacional para Más y Mejo-res Puestos de Trabajo para la Mujer dela OIT, creado en 1997 tras la CuartaConferencia Mundial de la Mujer y laCumbre Mundial para el Desarrollo So-cial, con objeto de renovar el tradicionalcompromiso de la OIT con la igualdad delos sexos en el empleo. «De hecho, du-rante la transición se ha reforzado la in-sistencia en las funciones tradicionales deambos sexos».

Con el nuevo proyecto piloto que selleva a cabo en el condado de Valga, enel sudeste del país, se pretende aminorarlas desigualdades y procurar una soluciónpara las mujeres del medio rural. El ob-jetivo del plan consiste en ayudar a lasmujeres más marginadas de Valga a ob-tener ingresos como trabajadoras autóno-mas.

La Coordinadora de la OIT asegura que«elegimos Valga porque es el segundodistrito con mayor tasa de paro del país.Es una zona rural, por lo que el desem-pleo se ha incrementado desde el desman-telamiento de las granjas colectivas yestatales. Desaparecieron muchos puestosde trabajo desempeñados por las muje-res, que se encontraban en situación dedesventaja económica y a las que ha re-sultado extremadamente difícil volver aemplearse. Aunque algunas poseen unacualificación elevada, las oportunidadesson escasas.»

Mediante la prospección de las pers-pectivas económicas de las mujeres dellugar, el proyecto del condado de Valgapermitirá ayudarlas a convertir sus ideasen actividades lucrativas, aliviando asíalgunos de las peores efectos de la tran-sición. El turismo es una de las posibili-dades, dado que ésta es la región de relie-ve más ondulado de Estonia y tiene unpoderoso imán para el turismo en invier-no y en verano.

Sin embargo, el estudio de las posibi-lidades reales constituye una tarea ímpro-ba. Por otra parte, los decenios de estabi-lidad han privado a numerosas mujeresde su capacidad para forjarse un futuro ytomar sus propias decisiones.

«Tenemos que aprenderlotodo...»

El Gobierno no es insensible a las cre-cientes diferencias entre hombres y mu-jeres y se esfuerza por combatir las másnegativas.

«Al principio, yo quería crear una uni-dad especial dedicada a la igualdad, de-bido a que no existía un organismo públi-co dedicado a los problemas de la mujer”,asegura Reet Laja, del Ministerio deAsuntos Sociales. Aunque pocas mujeresestán en favor de una vuelta al pasado,tienen ante sí una difícil tarea para con-quistar en la práctica lo que en otro tiem-po disfrutaban en teoría. Uno de los es-collos más fuertes reside en persuadir ala clase dominante, hegemónicamentemasculina, de que realmente existe unproblema. También está la dificultad decombatir las nacientes actitudes «reaccio-narias» que inevitablemente se reprodu-cen en los tiempos de crisis.

Añade la Sra. Laja, del Ministerio deAsuntos Sociales: «La Secretaría para laIgualdad no se creó aquí hasta 1996.Antes, no había necesidad de contar coneste servicio; ahora, sin embargo, es pre-ciso demostrar la existencia de desigual-dades, porque la gente no tiene idea delos problemas de la mujer».

«Las mujeres de Estonia poseen unelevado nivel de educación, pero carece-mos de experiencia en la economía demercado», afirma la Sra. Kutt. «La cultu-ra empresarial es muy limitada en Esto-nia, aunque ha sobrevivido alguna delperíodo de entreguerras. Tenemos queaprenderlo todo.» ❏

Véase más información sobre el Programa Interna-cional en Favor de Más y Mejores Puestos de Trabajopara la Mujer en el sitio-web del programa, enwww.ilo.org., o bien estableciendo contacto con la OITen el teléfono +4122/799--8276, o en el fax +4122/799-7657, o bien a través del correo electrónico, [email protected].

1 Gender and Property Rights: Women and AgrarianReform in Russia and Moldova, Estudio del BancoMundial, 1995.

2 Human Development Report for Europe and theCIS: Transition 1999, PNUD, Págs. 66-76.

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Ensayo: ¿El final del trabajo?

De trabajadores a productores:El desafío global

Por Guy Standig, OIT*

l siglo del trabajador se aproxima asu final. La centuria se inició con lareivindicación universal de los dere-chos del trabajador, entendida, en

parte como una liberación del trabajo y,en parte también, como una mejora delas condiciones de trabajo. Para los másradicales, el objetivo final consistía en laliberación del trabajo a través de la re-ducción sustancial de la jornada laboralo, incluso, de la erradicación total de lasrelaciones de trabajo. Para otros, se trata-ba de unas reformas graduales que supu-siesen, bien la conquista de derechos enel marco de la relación laboral, bien ellogro de mejores condiciones de empleopara los trabajadores.

En la mayoría de los países prevalecióesta última tendencia. A mediados delsiglo, la principal reivindicación se habíaconvertido en el derecho al trabajo, en-tendido como el derecho a ocupar unpuesto de trabajo, que se concretaba en elconcepto de pleno empleo. Se trataba deuna ficción interesada y sexista, dado queimplicaba garantizar a todos los hombresde la «clase trabajadora» un puesto detrabajo remunerado a jornada completa.El trabajo de la mujer se pasaba por altoen su mayor parte, y la participación fe-menina en el mercado de trabajo se con-sideraba «secundaria».

Con la difusión de los altos niveles dedesempleo ocurrida en loa décadas de1970 y 1980, y debido al predicamentoalcanzado por la escuela de Chicago enlos campos del derecho y la economía –que produjo una revolución económicacomparable a la revolución keynesiana definales de la década de 1930– el derechoal trabajo se difuminó gradualmente. Enlos años 90, el mensaje central consistíaen la existencia de una obligación de tra-bajar, que se resumía en el «principio dereciprocidad» y en la regla de que «nohay derechos sin obligaciones».

Así, los gobiernos de un creciente nú-mero de países están aplicando desgrava-ciones fiscales abonables a las «familias»cuyos miembros realizan algún trabajoremunerado. Asimismo, los derechos a

recibir prestaciones del Estado se limitancada vez más a las personas que, bienhan trabajado y cotizado durante un pe-ríodo de tiempo cada vez más prolonga-do, bien están dispuestas a trabajar o aintegrarse en actividades de formaciónpara el trabajo.

Al mismo tiempo, se ha asistido al re-nacimiento de la dicotomía decimonóni-ca entre los pobres dignos y los indignos.En suma, hacia finales de siglo, el énfa-sis se había desplazado hacia la obliga-ción de trabajar y hacia la reforma de lapolítica social en el sentido de subordinarel derecho a percibir las prestaciones es-tatales a la obligación de aceptar unaoferta de trabajo o de recibir formación.Resulta paradójico en este contexto quela obligación se está haciendo extensivaa las mujeres con hijos pequeños.

Sin embargo, esta triple evolución –desde los derechos de los trabajadores ala obligación de trabajar, pasando por elderecho al trabajo– se produce a contra-corriente de otras tendencias poderosasde signo contrario. Debido a la mundia-lización, al cambio tecnológico y al des-plazamiento del equilibrio de capacidadnegociadora entre trabajadores y emplea-dores, las relaciones laborales tienden aser más flexibles en todas partes, al tiem-po que, en contra de las expectativas pro-pias del siglo XX, la contratación de losresponsables de la formulación de políti-cas es cada vez más informal. El fenóme-no es común a las naciones industrializa-das y a los países en vías de desarrollo.En muchos aspectos, la existencia deunos mercados de trabajo flexibles e in-formales podría resultar positiva. Sinembargo, lo que han producido estoscambios en todas partes es el repunte deuna sensación de inseguridad social yeconómica.

¿Se está transformandoel trabajo en una mercancía?

Durante buena parte del siglo, en mu-chas partes del mundo se registraron pro-

gresos en siete formas de seguridad en elempleo, y se esperaba que los países envías de desarrollo siguiesen la mismaruta. Básicamente, dos modelos de desa-rrollo basados en el trabajo se disputabanla supremacía: el socialismo de Estado yel Estado capitalista del bienestar. El pri-mer modelo se hundió por causa de susdeficiencias intrínsecas: autoritarismo,centralización y falta de dinamismo eco-nómico. El segundo se basaba en unmodelo de distribución del ingreso dise-ñado para reducir la desigualdad en elreparto de las rentas generadas por elcrecimiento económico. La OIT resumióeste espíritu en una línea que resalta ensu Declaración de Filadelfia: «El trabajono es una mercancía». La tendencia do-minante a partir de 1945 fue la denomi-nada «desmercantilización del trabajo»,en el sentido de que se pretendía que elmercado de trabajo se pareciese poco aun mercado de limones y que el mecanis-mo de fijación de precios funcionase deforma periférica, o que, en efecto, el sa-lario monetario se convirtiese en unaparte menor de la renta total. En muchospaíses se produjo una evolución –concre-tada en el denominado salario social–desde los salarios monetarios hacia lasprestaciones estatales y otras prestacio-nes no salariales. El empleo se basaba enla oferta de buenos salarios y otras pres-taciones, por lo que adquiría una natura-leza redistributiva, sostenida por unosimpuestos progresivos y, tras ellos, porun Estado que actuaba como «empleadoren última instancia».

Todas estas tendencias se han invertidoen los últimos decenios del siglo por losmotivos que se indican en mi libro. Seasiste a una remercantilización del traba-jo. Sin embargo, las tendencias contrariasse producen debido a que hay más perso-nas en todas partes que consideran nece-sario o deseable –en función de sus posi-bilidades o de sus capacidades– conjugarvarias actividades laborales, emplearse yabandonar el trabajo, dedicarse a las ac-tividades productivas de su preferencia yrealizarse personalmente de formas difí-

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ciles de reflejar en las estadísticas la-borales que se han utilizado en el si-glo XX para medir la actividad eco-nómica.

Las tendencias contrarias consisten-tes en la flexibilidad y la desestruc-tuación hacen que resulte más absur-do medir la producción como«trabajo» en el sentido que se otorga-ba a este término en el siglo XX. Porejemplo, la labor de cuidar de otrosse ha reconocido como productiva yen algunos países se ha extendido lacobertura de la seguridad social públi-ca a la prestación de cuidados, o se hallegado, incluso, a conceder un ingre-so a los cuidadores. Durante muchotiempo, la actividad realizada por laspersonas que cuidan de sus familiareso de otros miembros de su comunidadno se ha considerado trabajo; en elfuturo, en cambio, se valorará comotal. Análogamente, las personas quecolaboran voluntariamente con cente-nares de miles de organizaciones nogubernamentales han sido sistemática-mente excluidas de las categorías di-señadas por los estadísticos del traba-jo, como también han sidotradicionalmente excluidos quienesrealizan una actividad laboral no es-tructurada por cuenta propia y quie-nes trabajan al margen de todo marcoregulador.

Durante la centuria del hombre trabaja-dor, se ha producido una distorisonanteambigüedad en la noción de «trabajo».La dificultad parte del hecho de que lavoz «trabajo» significa tres cosas. Para lamayoría de los economistas, es un «fac-tor de producción» que se combina conel «capital». Para mucha gente común, eltrabajo es la actividad productiva, y, enel concepto popular, el «trabajo» se iden-tifica con los trabajadores o con la «clasetrabajadora». Debido a este triple signifi-cado, se suelen producir tergiversacionesen el debate político e intelectual, y esfrecuente que la realidad se distorsione.

No es preciso ser un genio para descu-brir que hay mucho más trabajo que elque se aprecia a simple vista. Sin embar-go, el interés exclusivo en las estadísticasoficiales de empleo (trabajo estructura-do) y en los puestos de trabajo estructu-rados induce a numerosos intelectuales afrivolizar sobre las altas tasas de desem-pleo, el «aumento del ejército de para-dos» y cosas por el estilo. Por supuesto,el desempleo es importante, pero muchomás importantes son la pobreza y la faltade unos ingresos seguros para un númerocada vez mayor de personas que trabajan.Cada vez hay más personas empleadasque no pueden contar con un ingresosuficiente para vivir decorosamente. Re-sulta igualmente evidente que las rentasdel capital han estado aumentando des-mesuradamente durante muchos años,

tanto en términos absolutos, como encomparación con las rentas del trabajo.Para exacerbar el desfase entre el creci-miento de ambos factores productivos,los gobiernos se han dedicado a reducirlos impuestos sobre el capital, al tiempoque han recortado las prestaciones de lostrabajadores e incrementado los subsidiosal capital.

El principio fundamental que ha guia-do a la OIT en el siglo XX es la necesi-dad insoslayable de asegurar la repre-sentación en las materias económicas ysociales. Sin organizaciones, institucionesy normas que garanticen una representa-ción efectiva a los más inseguros y vul-nerables, ¿puede sostenerse cualquier es-quema diseñado para la transferencia derentas a esos sectores sociales? En estaera del ciberespacio, el internet y las te-lecomunicaciones, parece subsistir undéficit histórico en la valoración de lanecesidad de una representación y unaactuación colectivas. Sin embargo, sin

ellas, será imposible reanudar la anda-dura de la justicia distributiva. Pero lahistoria nos enseña que esa andaduratiene que recuperarse.

Las personas sólo podrán tomar de-cisiones racionales sobre su vida pro-fesional si cuentan con una represen-tación efectiva, la garantía de unosingresos suficientes y acceso a los ex-cedentes generados por el crecimientoeconómico. Sin la garantía social deunos ingresos modestos que se perci-ban como un derecho humano y sesitúen en un nivel congruente con lasposibilidades de cada sociedad, lagente ordinaria quedará expuesta a lainseguridad que genera intolerancia,comportamientos anómalos y la vo-luntad última de ir seguir a los extre-mistas que ofrecen sus pócimas de ve-neno social. Esta tremenda lección delsiglo XX implica la necesidad de quelos líderes mundiales concedan lamáxima prioridad a la ampliación dela seguridad socioeconómica en laprimera parte del próximo siglo. Estemotivo ha inducido a la OIT a poneren marcha, durante el bienio 2000-2001, un Programa En Foco de Segu-ridad Socioeconómica.

En el contexto de esta evolucióndesde el concepto del trabajo al deocupación –una ocupación decorosa,según el texto del informe presentado

por el Director General en junio de 1999–la comunidad internacional precisa re-plantearse el denominado derecho al tra-bajo. Este concepto no debe entendersecomo un derecho ni un deber de trabajar.Sólo resulta significativo si se reconoceel derecho a rechazar las formas delezna-bles de un trabajo gravoso en puestos que«discapacitan», así como los sistemas detrabajo forzoso. El concepto citado sólopuede resultar significativo si las políti-cas e instituciones tienden a reconocer atodos los miembros de la sociedad elderecho a la ocupación, la posibilidad dedesarrollar y aplicar sus destrezas, y derealizarse en el trabajo con un sentimien-to de dignidad y orgullo. Esto, a su vez,implica explorar los medios de concedera las personas de toda condición unamayor autonomía y más autocontrol, conobjeto de que puedan realizarse profesio-nalmente. Esto puede parecer un tantoutópico a finales del siglo del «trabaja-dor»; sin embargo, se perfila como unobjetivo importante para el próximo si-glo, que debe ser el del trabajo decoroso,en el que la seguridad fundamental seconvierta en un derecho de todo hombre,mujer y niño. ❏

* El presente artículo se basa en Global LabourFlexibility: Seeking Distributive Justice (Basingstoke yNueva York, Macmillan y St. Martin‘s Press, 1999).Recién publicado por Guy Standing, Director del Pro-grama InFocus para la Seguridad Socioeconómica de laOIT.

Las personas sólo podrán tomardecisiones racionales sobre su vidaprofesional si cuentan con una re-presentación efectiva, la garantíade unos ingresos suficientes y ac-ceso a los excedentes generadospor el crecimiento económico.

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Planeta

TrabajoExamen periódico de los hechos

y tendencias observadosen el mundo del trabajo

ACCION SOCIAL

●●●●● Al cabo de dos días dehuelga general, el Gobiernode Colombia acordó el 2 deseptiembre negociar con lossindicatos el programa de aus-teridad incorporado a los pre-supuestos del año 2000, asícomo la puesta en libertad delos sindicalistas detenidos enel curso de los enfrentamien-tos sostenidos con la policíadurante la huelga (Le Temps,1 de septiembre; CISL on line,2 de septiembre).

●●●●● Los sindicatos de Burki-na Faso convocaron en juniouna huelga general de 48 ho-ras en protesta por la reduc-ción de los salarios reales.Además, los huelguistas exi-gían el respeto de las garan-tías democráticas, específica-mente, en lo relativo a lalibertad de sindicación, asícomo una depuración de lagestión pública. (CISL on line,29 de junio).

●●●●● En junio se declaró en Se-negal la primera huelga gene-ral en siete años, en la queocho organizaciones sindicalesreivindicaban un incrementode los salarios y de los subsi-dios familiares, la creación deun sistema nacional de segurode enfermedad, el adelanto dela edad de jubilación a los 60años y una rebaja de los im-puestos. El Gobierno concertócon cinco de los sindicatosconvocantes un acuerdo parala subida de los salarios y lacreación de un sistema de se-guro de enfermedad (CISL online, 29 de junio).

NEGOCIACIONES

●●●●● En los Estados Unidos,General Motors sorprendió atodos cuando, en el curso dela negociación para la renova-ción del Convenio Colectivosuscrito por los Tres Grandes(General Motors, Chrysler yFord) y el sindicato del sector(Automobil Workers Union:AWU), ofreció la garantía delempleo de por vida a muchosde sus trabajadores actuales, acambio de que el sindicatoaccediese a una mayor flexi-bilidad en la organización deltrabajo y mayor facilidad paralos despidos. (Washington

Post, 6 de septiembre; Libé-ration, 10 de septiembre).

CONFLICTOS

●●●●● La empresa Michelin,productora de neumáticos,irritó a los sindicatos y a losdirigentes políticos de Fran-cia al anunciar un incremento

del 17 por ciento en sus bene-ficios y, simultáneamente, eldespido de 7.500 trabajadoresde sus plantas europeas a lolargo de un período de tresaños. El anuncio de que Mi-chelin reduciría su plantillatotal en un 10 por ciento pro-vocó un incremento del 12 porciento del valor de las accio-

nes de la compañía. Muchosobservadores creen que ambosavisos se hicieron coincidir enel tiempo, precisamente, conobjeto de provocar la subidade las acciones (Libération,10 de septiembre).

●●●●● En el Reino Unido prosi-gue la controversia entre elGobierno y la oposición entorno al método de estimacióndel desempleo, acusando éstaal primero de eliminar200.000 personas de las esta-dísticas del paro, al contabili-zar como empleados a todoscuantos habían trabajado,como mínimo, una hora du-rante el período de referencia.(UK News, 19 de junio).

TRABAJO PORCUENTA PROPIA

●●●●● En una sentencia decisivaadoptada por unanimidad, elTribunal Federal de Australiaha despejado el camino paraque los trabajadores autóno-mos y otras personas no em-pleadas reclamen indemniza-ción por resoluciónimprocedente del contrato, deconformidad con lo estableci-do en el Convenio aplicablede la OIT. Este fallo debe serde aplicación a las personasque trabajen para alguna em-presa en calidad de colabora-dores independientes, esto es,que no se vinculan a la com-pañía por un contrato de tra-bajo, sino a través de la con-tratación de servicios (AFRNet Services, 6 de septiem-bre).

●●●●● En los Estados Unidoshay alrededor de 33 millonesde trabajadores autónomosque constituyen la cuarta par-te, aproximadamente, de lapoblación empleada. Segúnuna encuesta realizada por laagencia Aquent, de Boston,los trabajadores autónomos seencuentran más satisfechoscon su trabajo que los emplea-dos por cuenta ajena...y gananmás dinero. Los resultados dela encuesta –realizada sobreuna muestra de 1.006 perso-nas, 300 de las cuales erantrabajadores autónomos– noarrojan diferencias significati-vas entre los integrantes deambos grupos por lo que res-pecta a la raza, el sexo o la

FALLECE LANE KIRKLAND

●●●●● Lane Kirkland, ex pre-sidente de la AFL-CIO delos Estados Unidos, falle-ció el pasado 14 de agos-to a la edad de 77 años.Bill Jordan, SecretarioGeneral de la Confedera-ción Internacional de Or-ganizaciones SindicalesLibres (CIOSL), recordóque el señor Kirkland erabien conocido en la esce-na internacional: «Kir-

kland contribuyó a forjar la historia de este siglo gra-cias a su apoyo incondicional a la libertad sindical enPolonia y a su decidido apoyo a Solidarnosc (la orga-nización sindical independiente de la Polonia del de-cenio de 1980). tanto antes como durante y despuésde la proclamación del estado de excepción; a sulucha contra el apartheid en Sudáfrica y su oposicióna la dictadura de Pinochet en Chile». Después de lacaída del muro de Berlín, Kirkland advirtió contra lospeligros de ese dogma, al que comparó con el comu-nismo totalitario, asegurando que «ambos tienen algoen común; ambos pueden ser letales para las institu-ciones de la sociedad civil que hacen que la vida seatolerable para la gente común». (Washington Post, 31de agosto; CISL on line, 16 de agosto).

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situación familiar. Sin embar-go, los trabajadores autóno-mos tienden a ser mayores ymás conservadores que losempleados...y ganan más di-nero que éstos. (The Journalof Commerce online, 7 de sep-tiembre).

DESIGUALDADES

●●●●● Según un informe encar-gado por el Primer Ministro,en Francia perviven las des-igualdades entre hombres ymujeres en el trabajo. La dife-rencia salarial media entre lossexos es del 27 por ciento ysólo el 7 por ciento de losdirectivos de las 5.000 empre-sas principales del país sonmujeres. Por otra parte, el 60por ciento de las mujeres tra-bajadoras se concentran en elentorno del 30 por ciento delas profesiones, y además, lasmujeres desempeñan las dosterceras partes del 20 por

ciento de los puestos peor re-munerados del país, y solouna tercera parte del 20 porciento de los mejor pagados.(Le Monde, 3 de septiembre).

●●●●● Según un estudio realiza-do por el Centro de Priorida-des Políticas y Presupuesta-rias, el desfase entre ricos ypobres se acentúa en los Es-tados Unidos. En efecto, en-tre 1977 y 1999, los ingresosde las familias más acomoda-das (1 por ciento del total) seincrementaron en un 115 porciento, al tiempo que las ren-tas de las familias más pobres(el 60 por ciento del total)crecía menos del 8 por ciento,y las rentas de las categoríasintermedias (el 39 por cientodel conjunto) aumentaba en-tre un 14 por ciento y un 43por ciento. El coeficiente en-tre los ingresos de un directorejecutivo y un trabajador in-dustrial, que en 1980 era de

42, se había situado en 419 en1998. (Le Figaro, 7 de sep-tiembre).

SALUD Y SEGURIDAD

●●●●● Según una encuesta na-cional realizada en 1997 enMongolia, sobre una muestrade 14.000 lugares de trabajo y191.000 trabajadores, el 20por ciento de éstos trabajan enunas condiciones inadecuadasque constituyen un riesgo parala salud y los exponen a posi-bles accidentes. (WHIN, ene-ro -junio de 1999).

●●●●● Según un artículo publi-cado en The Lancet en mayode 1999, el 10 por ciento delos casos de asma –enferme-dad que afecta a uno de cadaveinte adultos– pueden estarrelacionados con el trabajo.Así se afirma en los resulta-dos de un estudio realizadopor el Instituto Municipal deInvestigación Médica de Bar-celona sobre una muestra de15.637 personas residentes en12 naciones industrializadas.Las actividades cuyo nivel deriesgo es más elevado son laagricultura, la pintura, losplásticos y la limpieza(WHIN, enero-junio de 1999).

●●●●● Finlandia.–Un estudiorealizado por el Sindicato deComercio de Finlandia, SAK,confirma los resultados de las

¿RECUPERACION ECONOMICAEN ASIA?

● ¿Se están recuperando las economías asiáticas des-pués de dos años al borde del colapso financiero? Lasventas de ordenadores personales parecen apuntar ental sentido. Ciertamente, las ventas de este tipo de or-denadores registradas durante el primer trimestre de1999 parecen indicarlo así.

País Cantidad Evolución 1998/1999

Indonesia 35.000 67%Filipinas 43.000 10%Malaysia 93.000 4%Tailandia 55.000 31%Singapur 106.000 29%Honk Kong 107.000 8%Taiwán (China) 195.000 28%Corea 424.000 51%China 1.020.000 22%

(L’Usine nouvelle, 2-8 septiembre)OIT/Jacques Maillard

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investigaciones desarrolladasen otros países, en el sentidode que los trabajadores tem-porales y eventuales estánmás expuestos que otros asufrir accidentes. En el citadoestudio se subraya que esteriesgo es un 30 por ciento máselevado en Finlandia y queeste porcentaje se sitúa en un50 por ciento en la industria yun 75 por ciento en el sectormetalúrgico. (WHIN, enero-junio 1999).

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El SIDA en AfricaLa OIT pone en marcha una campaña contra el VIH/SIDA

en el mundo del trabajo

Noticias breves

PRETORIA.–El VIH/SIDA es un pro-blema de derechos humanos, un proble-ma social, un problema económico y unproblema de desarrollo general de laregión. Así se dice en la primera conclu-sión de un seminario regional sobre elVIH/SIDA y sus efectos sociales y labo-rales en Africa, celebrado aquí entre el 6y el 8 de septiembre. La reunión marcó elinicio de la campaña contra el VIH/SIDA

organizada por la OIT en el mundo deltrabajo.

En el informe de la reunión se afirmaque «el objetivo fundamental de la OIT –la creación de oportunidades para quehombres y mujeres logren un empleoproductivo en un marco de libertad, equi-dad, seguridad y dignidad humana– se veamenazado por la pandemia del VIH/SIDA. En el mundo del trabajo, el VIH/SIDA se ha convertido en un serio pro-blema antes del empleo, respecto a lascondiciones del empleo y después delempleo.»

Los participantes en la reunión convi-nieron en que los cuatro Objetivos Estra-tégicos de la OIT aprobados por la Con-ferencia Internacional del Trabajo de1999 influyen directamente en la pande-mia del VIH/SIDA y son igualmente in-fluidos por la misma, y añadieron que«existe, por lo tanto, una necesidad pe-rentoria de que la OIT incorpore el VIH/SIDA a sus actividades, especialmente enel marco de la escala de prioridades de laregión africana.

El próximo paso consistirá en la cele-bración de una reunión tripartita en Win-dhoek, Namibia, prevista para celebrarseentre el 13 y el 15 de octubre, en la quese intentará establecer una plataformacontinental de actuación contra el VIH/SIDA en Africa (véase el recuadro).

El VIH/SIDA en Africa

A finales de 1998, más de 33 millonesde niños y adultos de todo el mundo es-taban infectados de VIH/SIDA, de losque 22,5 millones vivían en el Africasubsahariana. Esto quiere decir que esaporción del continente africano, con unnúmero de habitantes inferior al 10 porciento del total de la población mundial,alberga las dos terceras partes de los in-fectados de VIH/SIDA en todo el plane-ta. Según los datos recientemente facili-tados por UNAIDS –Programa Conjuntode las Naciones Unidas para el VIH/SIDA– cerca del 80 por ciento de los

fallecimientos que el SIDA causa cadaaño en todo el mundo se producen enAfrica, continente en que fallecen de estaenfermedad alrededor de 5.500 personastodos los días. Según el programaUNAIDS, el SIDA ha matado a más deonce millones de africanos desde el co-mienzo de la epidemia.

En el informe de la reunión de Pretoriase asegura que «el VIH/SIDA se ha con-vertido en una tragedia humana en Afri-ca. Sus terribles consecuencias se hacensentir en el tejido social mismo de lascomunidades, las clases productoras, eldesarrollo de los recursos humanos, laigualdad de trato y los derechos huma-nos, las relaciones entre los sexos, lascondiciones de trabajo y la salud y segu-ridad industrial. El hecho de que el VIH/SIDA mate a millones de personas enAfrica constituye, en sí mismo, una ame-naza directa al desarrollo de muchos paí-ses, ya que los recursos humanos son elmotor del progreso y el desarrollo tecno-lógico, ambiental, social, político y eco-nómico. Por lo tanto, lejos de constituirun exclusivo problema sanitario, el VIH/SIDA es también un problema de desa-rrollo que amenaza el progreso social yel crecimiento económico de la prácticatotalidad de los países del Africa subsa-hariana. Actualmente se estima que elVIH/SIDA constituye el principal escollosingular para el progreso social de mu-chos países africanos.

«Actualmente se estima que elVIH/SIDA constituye el principalescollo específico para elprogreso social de muchospaíses africanos»

Informe de Pretoria

En el informe se asegura que el objeti-vo fundamental de la OIT –la creación deoportunidades para que hombres y muje-

LLAMAMIENTOA LA ADOPCION

DE UN «PROGRAMADE ACCION SOBRE

EL VIH/SIDA»

En la reunión de Pretoria se en-careció a la OIT a que elaboraseuna política institucional sobre elVIH/SIDA. La elaboración de unPrograma de Acción de ámbitoregional africano puede coadyu-var a la formulación de esta po-lítica. Este Programa de Acciónse compondría de los elementossiguientes:

●●●●● capacitación y formaciónen la lucha contra el VIH/SIDA delpersonal y de los miembros de laOIT, con inclusión de la actividaddesarrollada en el Centro paraAfrica que tiene la OIT en Turín;

●●●●● adquisición de un acervode conocimientos de la situaciónactual y de las correlativas res-puestas en las actividades encurso;

●●●●● realización de actividadesespecíficamente orientadas a unprograma de desarrollo sosteni-ble, capaz de mitigar los efectosdel VIH/SIDA en el mundo del tra-bajo;

●●●●● definición de los recursosnecesarios para la aplicación delprograma.

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res logren un empleo productivo en unmarco de libertad, seguridad, equidad ydignidad humana– se ve amenazado porla pandemia del VIH/SIDA, y se recuer-da que los miembros de la OIT «llevanmucho tiempo reclamando la ayuda de laOIT en esta materia. Así, durante la Re-unión Regional Africana, aquéllos recla-maron la asistencia técnica de la OIT,incluida la realización de actividades queayudasen a los gobiernos y a las organi-zaciones de trabajadores y de empleado-res a afrontar la amenaza planteada por elalto índice de infección por VIH/SIDA.En respuesta a este llamamiento, se hanemprendido diversas actividades. Recien-temente, se ha instado al Director Gene-ral en Windhoek, Namibia, a que aportela ayuda de la OIT a la lucha contra lapandemia de VIH/AIDS.

Según el informe, éstos han sido losantecedentes de la convocatoria de unseminario regional de formación y sensi-bilización sobre el «VIH/SIDA y susefectos sociales y laborales en Africa»por parte de la Oficina Regional de laOIT, en colaboración con el Centro deTurín, la sede de la Organización y lasoficinas locales de Africa.

En el informe de Pretoriase pide un mayor esfuerzo

Además de proclamar que el VIH/SIDA repercutía en los derechos huma-nos y en el desarrollo social y general, enla reunión se debatió sobre la creación deun «entorno coadyuvante» para las per-sonas infectadas de VIH, con la partici-pación de los gobiernos y de las organi-zaciones sindicales y de empleadores.Los participantes en la reunión manifes-taron que los empleadores «deben serespecialmente conscientes de que la apli-cación de unas políticas avanzadas enrelación con el VIH/SIDA constituye unabuena inversión económica, tanto a cor-to, como a largo plazo.»

Los asistentes a la reunión examinaronigualmente las realidades de la mujer yde la pobreza en relación con la luchacontra el VIH/SIDA, y debatieron lasnecesidades específicas de la mujer en elcontexto del programa anti VIH/SIDA,las connotaciones sexuales de la pobrezay la vulnerabilidad de los pobres al VIH/SIDA, así como la aplicación de estrate-gias de ámbito comunitario al desarrollode programas de lucha contra el VIH/SIDA adaptados a la situación de lamujer.

En el informe se establece que, «almargen de los condicionamientos bioló-gicos que hacen que las mujeres sean másvulnerables al VIH/SIDA, su papel deguardianes de la salud de la familia y decuidadoras de los jóvenes, ancianos yenfermos, les confiere un protagonismo

especial en la prevención del SIDA y enla prestación de ayuda a los infectados deVIH y de SIDA. El VIH y el SIDA afectaa los pobres en mayor medida que a losdemás segmentos de la sociedad, y lasmujeres y sus hijos menores constituyenel 70 por ciento de los pobres africanos.Por otra parte, si se quiere que los pro-

EL SIDA EN AFRICA: LAS CIFRAS

«Africa continúa minimizando al resto del mundo en la cuenta de resul-tados del SIDA. Según estimaciones de UNAIDS y de la OMS, 7 de cada 10personas infectadas por el VIH en 1998 vivían en el Africa subsahariana, yentre los menores de 15 años, la proporción es de 9 de cada 10. El 83 porciento del número total de muertes causadas por el SIDA desde el inicio dela epidemia se han producido en la región. No menos del 95 ciento del totalde huérfanos del SIDA son africanos. Sin embargo, sólo el 10 por ciento dela población mundial vive en el Africa subsahariana.»1

Africanos infectados con el VIH2 desde el inicio de la epidemia: 34 millonesAfricanos que sobreviven infectados con el VIH: 21,5 millonesAfricanos muertos por causa del SIDA: 11,5 millonesPorcentaje de niños entre los fallecidos: 25%Fallecimientos anuales por causa del SIDA en Africa: 2 millonesMuertes diarias: 5.500Africanos infectados con el VIH en 1998: 4 millones

1 Fuente: «AIDS in Africa», Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/SIDA (UNAIDS),Ginebra, 1998

2 VIH es la sigla de «virus de inmunodeficiencia humana», que es el causante del SIDA.

DITA SARI, LIBERADA

YAKARTA.–Dita Indah Sari, sindicalista del Partido Democrático Popular ypresidenta del Centro de Lucha de los Trabajadores Indonesios, salió del centropenitenciario de mujeres de Tangerang el lunes día 5 de julio. El Comité deLibertad Sindical y la Misión de Contactos Directos de la OIT habían calificadoestos cargos de injustifica-dos y derivados de la legíti-ma actividad sindical. ElComité de Libertad Sindicalde la OIT demandó repeti-damente el sobreseimientode todos los cargos penalesy la puesta en libertad deDita. Dita Sari había per-manecido en prisión desde1997, acusada de presuntosdelitos de desórdenes públi-cos y subversión, previstosen la Ley de represión de lasubversión de 1963. El Di-rector General de la OITagradeció la puesta en libertad de Dita y manifestó su reconocimiento por losesfuerzos de Fahmi Idris, Ministro de Recursos Humanos de Indonesia, por lo-grar la liberación de aquélla. Iftikhar Ahmed, Director de la Oficina de la OITen Yakarta (a la derecha de la foto), manifestó que la liberación de Dita cons-tituía un importante hito en la lucha por la libertad sindical en Indonesia. Luegode la ratificación, producida en junio pasado, de los tres últimos convenios nu-cleares, Indonesia se convirtió en el primer país de la región Asia-Pacífico enratificar la totalidad de los siete convenios de la OIT sobre los derechos humanosfundamentales: Libertad sindical y negociación colectiva (nº 87 y nº 98); Trabajoforzoso (nº 29 y nº 105); Igualdad de remuneración (nº 100 y nº 111); y Edadmínima (nº 138).

gramas lleguen a la mayoría de las muje-res trabajadoras, es preciso que aquéllosse enraícen profundamente en la comuni-dad.

El grupo de Pretoria sugirió igualmen-te que la OIT podría colaborar en la pro-mulgación de leyes y reglamentos de pro-tección de los derechos de los infectados

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La OIT en el ECOSOCEl Director General, Juan Somavía, solicita a las

organizaciones internacionales que colaboren con lacampaña mundial para la erradicación de las peores

formas de trabajo infantil

«Una plataforma de políticas de empleo innovadorasen una economía que se mundializa...»

Juan Somavía,Director General de la OIT

Un nuevo espíritu empresarial para el siglo XXI

Un replanteamiento en profundidad del papel de la empresa en el mundo y en la comunidad.

Competitividad Empresarial, Ciudadanía Empresarial y Empleo en el siglo XXI: Los tres grandes desafíos que afronta elmundo de la empresa en nuestros días. El Foro Empresarial 99 invita a los asistentes a intercambiar puntos de vista con laspersonas que forjan las estrategias empresariales en el mundo actual y a aprender algunas ideas sobre cómo hacerlo mejor.

● El desafío del mundo futuro, por Charles Handy● Estrategias competitivas basadas en los recursos humanos● Ciudadanía empresarial e iniciativas sociales● Aprovechar el potencial de creación de empleo de la pequeña empresa

● Discurso de apertura por Juan Somavía, Director General de la OITUltima incorporación a la relación de distinguidos conferenciantes: ● Pascal Couchepin, Ministro de Asuntos Económicosde Suiza; ● Risto Penttilä, del Foro Económico Mundial; ● John Ruggie, de la Secretaría General de las Naciones Unidas;● Discurso de clausura de Klaas George de Vries, Ministro de Asuntos Sociales y Empleo de los Países Bajos

Puede realizarse la inscripción en la página web del Foro: http://www.ilo.org/public/english/65 entrep/forum 99/registra.htm

Fax: +4122/799-6483: correo electrónico: [email protected]

«En un mundo en que faltan realmentecausas que defender, la lucha contra laspeores formas de trabajo infantil es unacausa que todos podemos abrazar», afir-mó el Sr. Somavía en su discurso deapertura de la reunión celebrada en Gine-bra en julio pasado por el grupo de altonivel del Consejo Económico y Social delas Naciones Unidas (ECOSOC). «Invitoa todo el mundo», añadió, «a participaren este esfuerzo mundial».

En su examen de las estrategias inter-nacionales para erradicar la pobreza, fo-mentar el empleo productivo y lograr laigualdad entre los sexos, el Sr. Somavíasubrayó la necesidad de lograr que losmercados funcionen para todos (...). «Losbeneficios de la economía mundial pare-cen haberse atascado en algún punto y nollegan a un número suficiente de perso-nas», aseguró, y advirtió que, como con-secuencia de ello, se corría el riesgo deque la totalidad del proceso perdiese le-gitimidad a los ojos del público, a pesarde su enorme potencial de generación deriqueza. Indicó que es imprescindibleprestar más atención a la forma en quelos mercados interactúan con las socie-dades.

Juan Somavía, Director General de la OIT (a la izquierda dela foto), con Kofi Annan, Secretario General de las NacionesUnidas, durante la reunión del ECOSOC.

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RECORRIDO POR LOS CONTINENTES

CONFERENCIA ONLINE SOBRE LASORGANIZACIONES

DE TRABAJADORESEN EL SIGLO XXI

▲ Juan Somavía, DirectorGeneral de la OIT, y Bill Jor-dan, Secretario General de laConfederación Internacionalde Organizaciones SindicalesLibres (CIOSL), pondrán enmarcha un debate en el marcode una Conferencia on linesobre «las Organizacionesde Tabajadores en el si-glo XXI».

La Conferencia, que seráorganizada por el Instituto In-ternacional de Estudios Labo-rales de la OIT en colabora-ción con la CIOSL, se iniciaráa mediados de septiembre de1999. Los debates se centra-rán en el futuro de las organi-zaciones sindicales en todo elmundo y se prevé que durenunos doce meses.

Se invitará a los conferen-ciantes a que participen en«coloquios». La Conferenciaestará dirigida a sindicalistasy estudiosos de los temas la-borales y tendrá un carácterabierto, por lo que las perso-nas que se inscriban antes demediados de septiembre ten-drán la posibilidad de interve-nir y plantear preguntas a losconferenciantes invitados, tan-to en la red como por correoelectrónico.

Las personas interesadas enparticipar podrán obtener in-formación complementaria e,incluso, inscribirse en la Con-ferencia accediendo a la pági-na web del Instituto Interna-cional de Estudios Laborales:http://www.ilo.org/public/en-glish/130inst/research/net-work/index.htm.

Los interesados pueden igual-mente obtener informacióncomplementaria poniéndoseen contacto con el Sr. A.V.Jose, del Instituto Internacio-nal de Estudios Laborales(INST), en el teléfono +4122/799-8496; fax: +4122/799-8542; correo electrónico:[email protected]

ACTIVIDADESDE LA OIT

EN LOS BALCANESPOSTERIORES A LACRISIS DE KOSOVO

▲ El conflicto y la destruc-ción causada por el mismohan provocado en Kosovo unproblema de pobreza y des-empleo generalizados, y laOIT ha forjado una estrategiaorientada a la reconciliación,la reconstrucción y el desarro-llo económico. Varios proyec-tos de emergencia se encuen-tran listos para su ejecución.Los proyectos consisten entrabajos intensivos en el con-sumo de mano de obra que serealizarán en los cascos urba-nos, programas de inversiónen infraestructuras, la asisten-cia en el acceso a los servi-cios financieros, la ampliaciónde las capacidades de desarro-llo de las empresas y de lospequeños contratistas, la crea-ción de un Centro Integral deDesarrollo y Formación parael Empleo, el desarrollo eco-nómico local y la creación deuna red de Agencias para elDesarrollo de la Empresa.Estas actividades permitirán ala OIT colaborar en el proce-so de reincorporación de lossoldados desmovilizados,como antes ha hecho con éxi-to la OIT en países comoBosnia y Herzegovina, Cam-boya, Croacia, El Salvador,Guatemala y Mozambique.Otros grupos que constituiránun objetivo prioritario de laactividad de la OIT serán losdesempleados –en especial,las mujeres– y los heridos enla guerra. Otras actividades deurgencia se desarrollarán en

Una revisión regular de la OITy de las actividades y eventos

relacionados con la mismaque tienen lugar en el mundo

las áreas de la evaluación delmercado de trabajo y la reco-gida rápida de datos, los siste-mas de protección social y laampliación de la capacidadinstitucional, la creación de unmarco jurídico laboral adecua-do y la promoción del diálogosocial, la reconciliación y larecuperación social.

Los interesados en obtenerinformación complementariadeben ponerse en contactocon la Oficina Regional paraEuropa y Asia Central en elteléfono +4122/799-6666;fax: +4122/799-6061; correoelectrónico : [email protected]

DIMENSION SOCIALDE LAS FINANZAS

▲ La crisis financiera asiá-tica ha demostrado con tintesdramáticos la enorme medidaen que el sector financiero in-fluye en el empleo, el ingresoy la cohesión social. La mi-sión de la OIT se orienta ha-cia la dimensión social de las

finanzas. La Unidad de Finan-zas Sociales, que constituye elnúcleo de las microfinanzas –banca orientada al alivio de lapobreza, al empleo y a la inte-gración social–, se ocupa decuestiones financieras impor-tantes para la OIT. La Unidadacaba de publicar su primerinforme anual, relativo a1998, en el que se describende forma sucinta los nuevosproyectos y los trabajos enmarcha o finalizados. Estostrabajos consisten en un Pro-grama de Actuación para lamicrofinanciación en las na-ciones industrializadas, elanálisis de la servidumbre pordeudas y de las remesas de lostrabajadores migrantes delsector no estructurado, el en-vío de misiones de asistenciaen la microfinanciación a paí-ses recién salidos de situacio-nes críticas (Bosnia, Croacia,Líbano, Mozambique y Soma-lia) y el lanzamiento de unprograma mundial de creacióny fortalecimiento de la capa-cidad de las ONG y de lasorganizaciones de autoayudapara gestionar fondos de ga-rantía.

Los interesados pueden obte-ner información complemen-taria dirigiéndose a BerndBalkenhol, Director de laUnidad de Finanzas Sociales,en el teléfono +4122/799-6070; fax +4122/799-7691;correo electró[email protected]

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REDUCIR EL EMPLEODE PESTICIDAS

▲ Un cultivo cada vez másintensivo y una estricta espe-cialización de la producciónagrícola han acentuado la im-portancia del control de lasplagas en los trópicos. La si-tuación actual del empleo depesticidas en Africa es insa-tisfactoria, según el últimonúmero del Boletín Africanode Salud y Seguridad en elTrabajo editado por la OIT/FINNIDA (volumen 9, núme-ro 1, abril de 1999).

En muchos países no existeun sistema de registro y se ca-rece de información adecuadade las características peligro-sas de los productos importa-dos. El desconocimiento delos riesgos que entraña el usode los pesticidas y de los cri-terios restrictivos que debeninformar su empleo ha provo-cado ya numerosas enferme-dades y pérdidas de vidas hu-manas, al margen de losefectos adversos en el medioambiente. Se imponen, tantola prestación de asistencia fi-nanciera internacional, comola transferencia de tecnologíaa muchos países africanos,con objeto de acelerar el de-sarrollo de unos programasque reduzcan el riesgo de lospesticidas para los seres hu-manos y para el medio am-biente. Al igual que su colegaasiático, el Boletín Africanoconstituye un foro de expre-sión de los profesionales de lasalud y seguridad de todo elcontinente.

Los interesados pueden obte-ner información complemen-taria dirigiéndose al Centro

PUESTOS DE TRABAJOPARA AFRICA

▲ En la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social cele-brada en Copenhague en marzo de 1995 se hizo un llama-miento en favor de la promoción de un modelo de creci-miento intensivo en la creación de empleo. En aplicaciónde la Declaración de Copenhague, la OIT gestiona un pro-grama de Generación de Empleo y Reducción de la Pobre-za en Africa, denominado «Puestos de Trabajo para Afri-ca» (Jobs for Africa: JFA). El programa constituye,igualmente, la contribución de la OIT a la Iniciativa Espe-cial para Africa de las Naciones Unidas.

En el programa JFA se subraya la importancia de aplicarestrategias sustentadas por la inversión y se postula la ne-cesidad de introducir en los programas de inversión públicay en la escala de prioridades de los presupuestos nacionaleslas modificaciones precisas para generar empleo y reducirla pobreza. Asimismo, se aboga por la creación y el forta-lecimiento de unos equipos de activistas que fomenten laadopción y aplicación de unas estrategias de crecimientointensivas en la generación de empleo.

El programa comenzó a aplicarse en diez países africa-nos: Senegal, Malí, Burkina Faso, Costa de Marfil, Nigeria,Camerún, Etiopía, Uganda, Zimbabwe y Zambia. En res-puesta a la petición formulada a la OIT en abril de 1999,en el curso de la reunión celebrada entonces en Windhoek,Namibia, por la Comisión de Trabajo y Asuntos Socialesde la Organización para la Unidad Africana (OUA), elDirector General de la OIT autorizó la ampliación del pro-grama Puestos de Trabajo para Africa a otros seis países:Argelia, Egipto, Kenya, Tanzania, Sudáfrica y Namibia. Esposible que otros países se incorporen al programa en elfuturo.

El esfuerzo en favor la modificación de las políticas, li-derado por el proyecto «Puestos de Trabajo para Africa -Estrategias de Empleo que Reduzcan la Pobreza (Jobs forAfrica - Poverty Reducing Employment Strategies for Afri-ca: JFA-PRESSA) descansará se desarrollará en diez direc-ciones: ampliación de la capacidad de los sistemas y polí-ticas de formación, desarrollo de la pequeña y medianaempresa, información sobre el mercado de trabajo y controlde la pobreza, fomento del empleo cooperativo, proyectosde infraestructura intensivos en la generación de empleo,programas de empleo de la mujer, empleo para la paz enlos países emergentes de conflictos, esquemas de microfi-nanciación, fomento del empleo en el sector no estructura-do urbano, y fortalecimiento de la función de los agentessociales en la creación de puestos de trabajo.

El PNUD realizó una aportación inicial de 3,25 millonesde dólares de Estados Unidos, destinada a costear la puestaen marcha del programa. En julio de 1999, el montantetotal de los fondos comprometidos con el programa Puestosde Trabajo para Africa se situaba en el entorno de los 5,5millones de dólares de Estados Unidos, aportados por elPNUD y la OIT. Los países participantes también han efec-tuado aportaciones en especie destinadas a vigorizar lasestructuras creadas por el programa Puestos de Trabajo paraAfrica en sus respectivos territorios.

Los interesados pueden obtener información adicional so-licitándola a la Oficina Regional para Africa, en Abidjan,en el teléfono +225/212639; fax +225/212880; correo elec-trónico [email protected] agrícolas brasileños preparados

para rociar insecticida.

Internacional de Seguridade Higiene en el Trabajo(CIS), en el teléfono +4122/799-6740; fax +41-22-799.8516; correo electró[email protected].

EL ESTRES EN LAVIDA LABORAL

▲ El éxito en la vida profe-sional se basa en una buenasalud física y mental. En lí-neas generales, el trabajo seha hecho más estimulante yremunerativo en los últimos25 años. Lamentablemente,sin embargo, no todos loscambios se han producido eneste sentido positivo. Se regis-tra una tendencia generaliza-da a incrementar sensiblemen-te el ritmo de trabajo, con lasconsiguientes prisas generadaspor el estrés. En el últimonúmero del Boletín de Salud ySeguridad en el Trabajo enAsia-Pacífico (volumen 6, nú-mero 1, abril de 1999) se pos-tula la necesidad de controlarlas diversas formas de estréspsíquico en el trabajo, paraevitar que el estrés se convier-ta en un resultado del desarro-llo. En el Boletín, editado porel Proyecto Regional Asiáticode Salud y Seguridad en elTrabajo de la OIT/FINNIDA,se recogen las colaboracionesde diversos especialistas delos países de esa región.

Los interesados pueden obte-ner información complemen-taria dirigiéndose al CentroInternacional de Seguridade Higiene en el Trabajo(CIS), en el teléfono +4122/799-6740; fax +4122/799-8516; correo electró[email protected].

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de prensa...revista de prensa...revista de prensa...

El empleo en América Latinay los indicadores clave del mercado de

trabajo dominan los titulares(23.8.99, UK)

(USA)

(Bolivia)

(6.9.99 USA)

(24.8.99, France)

(6.9.99 Argentina)

(27.9.99, Brazil)

(7.9.99,Switzerland)

(6.9.99, UK)

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revista de prensa...revista de prensa...revista de prensa

(7.9.99,Denmark)

(6.9.99, Germany)

(Spain)

(6.9.99, France)

(Canada)

(USA)

(Japan)

Mucha gente cree que el Ministerio de Trabajo es una granfuente de empleos, afirma el ministro del ramo PedroFlores Polo. La nueva labor es ayudar en la generaciónde empleo y en el papel conciliador entre trabajadores yempresarios, de acuerdo a las recomendaciones de laOrganización Internacional de Trabajo. PAG. A2, A3yA4

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MediatecaLeer

Las publicaciones de la OIT destinadas a la comercialización se pueden adquirir en las principales librerías y en las oficinas locales de la OIT en numerosospaíses, y también se pueden solicitar a ILO Publications, Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211, Ginebra 22, Suiza. Teléfono +4122/799-7828; fax +4122/799-6938; correo electrónico: [email protected]; sitio web: http://www.ilo.org/publns. Los catálogos y listas de las nuevas publicaciones se pueden solicitargratuitamente en la dirección arriba citada. El Centro de Publicaciones de la OIT se puede consultar en el teléfono +301/638-3152; fax: +301/843-0159; correoelectrónico: [email protected]: sitio web: http://www.un.org/depts/ilowbo.

TIENDA ON-LINE PARAPUBLICACIONES DE LA OIT

E-Commerce ha llegado a la pági-na electrónica de publicaciones dela OIT. Ya se pueden adquirir lasnovedades editoriales y los recur-sos más recientes de la OIT a tra-vés de Internet.

Para obtener más información, vi-site nuestra página web en la direc-ción http://www.ilo.org/publns

■■■■■ MUJERES, GENERO Y TRA-BAJO (Parte I)

(Revista Internacional del Trabajo, Vol.138 (1999), nº 3). ISSN 0020-7780. Pre-cio: 90 francos suizos; 72 dólares; 44 li-bras; 11.818 ptas. por una suscripciónanual.

Sin duda, el mundo del trabajo ha ex-perimentado importantes transformacio-nes en este siglo. La multiplicación de lapoblación mundial y la duplicación de laesperanza de vida han producido un tre-mendo incremento de la población acti-va; la acusada reducción del componentetangible del producto nacional ha libera-do a la gran mayoría de los trabajadores,especialmente de los hombres, de los tra-bajos físicos más pesados y peligrosos; ladifusión generalizada de las institucionesdemocráticas ha otorgado voz y voto a lagente, especialmente en el lugar de traba-jo; y las mujeres se han incorporado enmasa al mercado regular de trabajo.

En años anteriores, la Revista Interna-cional del Trabajo se ha ocupado de lasprincipales transformaciones experimen-tadas por el mundo del trabajo, que haabordado en ediciones especiales dedica-das a la competitividad, la equidad y lasdestrezas; la política de empleo en laeconomía mundial; la naturaleza y el fu-turo del trabajo; los derechos laboralescomo derechos humanos y, con ocasióndel 75º aniversario de la Revista Interna-cional del Trabajo, en una edición ex-traordinaria retrospectiva. Ahora, por lotanto, al acercarse el fin de siglo, es na-tural que la Revista Internacional delTrabajo haya optado por ocuparse de lamujer, el género y el trabajo.

Ha llegado el momento de hacer balan-ce de lo ocurrido, dado que los niveles deempleo femenino se aproximan a losmasculinos y se dispone ahora de unamasa importante de datos fiables desglo-sados por sexos. Empero, también es pre-ciso examinar algunas de las principalescuestiones que influyen en las funcionesde hombres y mujeres por igual y en la

naturaleza de la familia, reflejarlas en laaplicación de la legislación para promo-ver la igualdad de los sexos, y averiguarsi ha habido progreso o retroceso. Paraensayar una exploración de estas cuestio-nes, la Revista Internacional del Trabajodedicará monográficamente a las mismasdos números consecutivos que serán losdos últimos del siglo. El primero de ellos(1999/3) se consagrará al análisis de losproblemas y controversias que subyacenen el tema, al tiempo que el segundonúmero (1999/4) estará dedicado a losfundamentos empíricos de la valoraciónde las posiciones y tendencias relativas,abordándose los aspectos jurídicos enambos números.

Capacidades humanas

La primera cuestión que es precisoabordar es la del objetivo. Existen nume-rosos criterios específicos utilizablescomo indicadores parciales de los avan-ces o retrocesos del proceso de igualdadentre los sexos (como la igualdad de re-muneración por la realización de un tra-bajo del mismo valor), así como de losfactores negativos que se deben evitar(como la discriminación y el acososexual). Sin embargo, resulta difícil for-mular una definición práctica de la igual-dad entre los sexos a la que la sociedad

deba tender. Martha Nussbaum, profeso-ra de Derecho y Etica en una facultad defilosofía, aborda esta dificultad en unartículo titulado «La mujer y la igualdad:El criterio de las capacidades». El escritose inicia postulando el concepto de la dig-nidad humana y la noción correlativa dela igualdad de valor entre ricos y pobres,vecinos del campo y la ciudad, hombresy mujeres. La libertad y las posibilidadesque la identidad de valor lleva aparejadasson sistemáticamente violadas por moti-vos de sexo y en muchos de los actualessistemas de valores actuales se niega lalibertad de elección. El mayor interés delcriterio de las capacidades proviene de laimportancia que en el mismo se concedea la posibilidad de dejar que las personasfuncionen al límite de sus posibilidadeshumanas y de la noción de que toda per-sona es portadora de valores. Nussbaumpropone una serie de elementos necesa-rios para un funcionamiento intercultural«realmente humano», entre los que seincluyen la vida, la salud e integridadfísicas, los sentimientos humanos, lasemociones, la razón, la pertenencia, eljuego... La autora aduce que la «nociónbásica de que parte el criterio de las ca-pacidades en el ámbito político es que lascapacidades humanas plantean una exi-gencia ética de ser desarrolladas.» El re-chazo de esta exigencia «nos produce unasensación de derroche y de tragedia.» Laautora nos explica que necesitamos ejer-cer, tanto los derechos humanos, comolas capacidades humanas.»

Acción positiva

Una forma específica de actuación enpro de la justicia es la acción positiva,que constituye un corolario de la nociónde igualdad de oportunidades y de ausen-cia de discriminación.» Como subrayaJane Hodges-Aeberhard en «La acciónpositiva en el empleo: Recientes interpre-taciones judiciales de un concepto difí-cil», los tribunales emiten fallos diferen-tes, incluso al apreciar hechos análogos.Mediante la exégesis de un número defallos judiciales recientemente dictadosen varios países, especialmente en losEstados Unidos, Sudáfrica y Europa, laautora demuestra que en la aplicación delas leyes suelen estar ausentes la cohe-rencia y la efectividad exigibles de uninstrumento tan importante de lucha con-

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tra la discriminación. La confusión resul-tante de este estado de cosas es causa depreocupación, tanto para las víctimas dela discriminación, como para los dirigen-tes políticos responsables de la erradica-ción de la discriminación. Hodges-Aeber-hard, importante especialista de la OITen derecho del trabajo y convenios labo-rales internacionales, cree que ha llegadoel momento de una nueva iniciativa en elcampo normativo que aporte mayor clari-dad.

Estadísticas laborales

Pocas personas son conscientes de laimportancia vital de las estadísticas parala asignación de los recursos, la formula-ción de políticas y la legislación. Cierta-mente, es fácil pasar por alto los fenóme-nos –y las personas– que no secontabilizan. Como la recogida de datossignificativos de ámbito nacional es cos-tosa, los datos que no se no se consideranabsolutamente prioritarios se suelen con-tabilizar mal. Las mujeres –y el trabajoque realizan– se suelen despreciar y, cier-tamente, se contabilizan por lo bajo, apesar de decenios de esfuerzos realizadospor quienes se preocupan por la distor-sión producida por esa práctica. En unartículo titulado «Connotaciones sexistasde las estadísticas laborales», AdrianaMata Greenwood, estadística de la OIT,explica que «para ser útiles a los usua-rios, las estadísticas laborales deben re-flejar la realidad en la forma más fielposible». Sin embargo, como las catego-rías estadísticas reflejan las situaciones,consideradas centrales, de empleo y des-empleo, en las que predominan los hom-bres y las mujeres se suelen encontrar en«otras» situaciones ocupacionales, el des-precio del trabajo de la mujer es persis-tente. Como indica la autora, la «sistemá-tica subestimación y distorsión de laaportación económica de lamujer...perpetúa un círculo vicioso dedesigualdad entre hombres y mujeres». Amedida que la ciencia descubre dimen-siones que exceden, con mucho, de lascaracterísticas biológicas ostensibles quedistinguen a hombres y mujeres, se im-pone cada vez más la necesidad de eva-luar objetivamente sus respectivas pres-taciones laborales, con objeto de poderdiseñar políticas sensatas y desechar lasnegativas.

Trabajo no remunerado

El problema más ostensible que la sub-estimación provoca es el del trabajo noremunerado, la mayor parte del cual es –no por casualidad– realizado por muje-res. Aunque se realizan esfuerzos desdehace decenios por mejorar su cuantifica-ción y, por consiguiente, su valor perci-bido, muy pocos de sus resultados se han

incorporado a las estadísticas laboralesnacionales o al producto nacional. Existe,no sólo, una resistencia consciente, sinotambién indiferencia e ignorancia. Lour-des Benería, profesora de planificaciónurbana y regional y antigua funcionariade la OIT, expone los progresos realiza-dos y las tesis contradictorias en «El per-tinaz debate sobre el trabajo no remune-rado». Se subestiman sensiblemente eltrabajo de subsistencia y el del sector noestructurado, el trabajo doméstico y elvoluntario. Como recalca Benería, sub-yace en este problema la cuestión vitalde qué es valor y qué es valor para lasociedad, y la autora alienta a quienespropugnan una valoración más justa deltrabajo de la mujer.

Prestación de cuidados

Una de las modalidades más conflicti-vas del trabajo no remunerado es el deprestación de cuidados. Esta actividadinfluye ampliamente en el bienestar delas personas y, por lo tanto, trasciende elvalor específico de otras modalidades detrabajo productivo, reproductor y voluun-tario. Si su valor se imputase íntegramen-te, sin duda, resultaría costoso. Lee Bad-gett y Nancy Folbre analizan laprestación de cuidados en «Prestación decuidados: condicionamientos sexuales yresultados económicos». Los cuidados seprestan, tanto gratuitamente, como en elmarco del mercado. Podría aducirse quelos servicios de cuidados se ofrecen en elmercado, al tiempo que la prestación decuidados es formalmente voluntaria. Sinembargo, esta categorización implicaríaaceptar la hegemonía de ambas esferas einfravalorar los condicionamientos sexua-les que hacen recaer la prestación de todotipo de cuidados principalmente sobre lamujer. Las normas sociales que determi-nan la mayor responsabilidad de la mujeren la prestación de los cuidados, tantoremunerados, como no remunerados, noson, en opinión de los autores, inocuas,como tampoco es posible atribuir esamayor responsabilidad –como podríanhacerlo los economistas neoliberales– asimple altruismo. Tampoco el determinis-mo biológico, ni la cultura, ofrecen unasrespuestas plausibles. «La teoría feminis-ta subraya los contenidos coercitivos delas normas sociales sobre masculinidad yfemineidad, y caracteriza las normascomo elementos importantes de unas es-tructuras sexistas de coerción.» Los auto-res aducen que la resistencia a oponersea este estereotipo ocupacional provienedel coste. Sin embargo, las normas demasculinidad y femineidad están siendocontestadas y existe la posibilidad –y lanecesidad– de otros contratos sociales.

■■■■■ Credit unions and the poverty cha-llenge: Extending outreach, enhancing

sustainability. Editado por BerndBalkenhol. OIT, 1999. ISBN 92-2-110852-X. Precio: 25 francos suizos.

Las cooperativas de crédito gozan deun creciente reconocimiento como ele-mentos importantes de la microfinancia-ción; sin embargo, ¿contribuyen real-mente a mitigar la pobreza? Dicho deotro modo: ¿Se podrían utilizar de formamás eficaz en el marco de las estrategiasdestinadas a la supervivencia de lospobres? En la microfinanciación se pro-cura armonizar «el alcance» con la «sos-tenibilidad»; esto es, una institución fi-nanciera debe llegar al mayor número declientes modestos posible, sin abandonarlas prácticas comerciales solventes. ¿Sa-tisfacen las cooperativas de crédito estosrequisitos? ¿Son unos intermediarios fi-nancieros eficaces? En el caso negativo,obedece su ineficacia a su gestión o afactores externos, como pueden ser unosprogramas de apoyo pobremente diseña-dos.

En este libro se analizan las experien-cias generadas por la refinanciaciónde las cooperativas de crédito en diver-sos países africanos, asiáticos y ameri-canos.

■■■■■ Human resource implications ofglobalization and restructuring in com-merce. Programa de Actividades Secto-riales de la OIT. TMC/1999. ISBN 92-2-111761-8. Precio: 20 francos suizos.

En este informe se examinan los efec-tos de la reestructuración y la mundiali-zación del sector del comercio –y la cre-ciente liberalización del mercado–especialmente el surgimiento de nuevoscircuitos de distribución, el empleo cre-ciente de las nuevas tecnologías de lainformación y la comunicación, sobre elpersonal empleado en ese sector. Se ana-lizan, concretamente, las implicacionesde todos estos cambios para el empleo,las relaciones laborales y las condicionesde trabajo.

■■■■■ European Works Councils in Mul-tinational Enterprises Background,working and experience. Programa deEmpresas Multinacionales, Documentode Trabajo nº 83. Por Roger Blanpain.ISBN 92-2-111434-1. Precio: 15 francossuizos.

En esta obra se bosquejan los antece-dentes, la aplicación y las experienciasgeneradas por la Directiva sobre los Co-mités de Empresa Europeos. Se examinaigualmente la transposición de la Directi-va al derecho interno, con especial aten-ción a los convenios suscritos hasta elpresente.

■■■■■ Employment, Working Conditionsand Labour Relations in Offshore DataService Enterprises: Case Studies ofBarbados and Jamaica. Por Leith L.

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Dunn y Hopeton S. Dunn. Programa deEmpresas Multinacionales. Documentode Trabajo nº 86, 1999. ISBN 92-2-1116077. Precio: 15 francos suizos.

En este informe se desarrolla la resolu-ción nº 105, relativa a los empleados asa-lariados y los trabajadores profesionalesde empresas multinacionales, adoptadopor el Comité de Empleados Asalariadosy Trabajadores Profesionales de la OITen mayo de 1994. El informe está dirigi-do a los socios tripartitos de la OIT: go-biernos, empleadores (incluidas las em-presas multinacionales) y trabajadores. Eldocumento contiene información actuali-zada de las relaciones laborales existen-tes en las empresas que prestan serviciosinternacionales informáticos y conexos enel Caribe. Los estudios de casos de Bar-bados y Jamaica sirven para ilustrar lasprincipales tendencias, ya el sector de latecnología de la información es mayor yha alcanzado un mayor desarrollo en esospaíses.

■■■■■ Indicadores Clave del Mercado deTrabajo, 1999 (ICMT). Libro: 140 fran-cos suizos; US$ 99,50; Lbs. 59,95. ISBN92-2--110833-3. Versión CD-ROM: 140francos; US$ 99,50; Lbs. 59,95. ISBN 92-2--110834-1. Juego de libro y CD-ROM:250 francos suizos; US$ 180; US110.ISBN 92-2-111705-7.

Los Indicadores Clave del Mercado deTrabajo (ICMT) son una extensa y útilobra de consulta que aporta, tanto al lec-tor ordinario, como al especialista, unosanálisis y explicaciones concisos de la in-formación de los mercados de trabajo detodo el mundo, incluidas estimaciones deámbito, tanto mundial, como regional. Enesta vasta obra de consulta, en la que seha recogido una extensa información pro-cedente, tanto de bancos de datos inter-nacionales, como de fuentes estadísticasnacionales y regionales, se ofrece infor-mación relativa a un amplio espectro depaíses y cuestiones, como población acti-va, empleo, desempleo y subempleo, ni-vel educativo de la población empleada,etcétera, respecto a los años 1980 y 1990,y todos los años posteriores respecto alos cuales se dispone de información.

El diseño interactivo de la versión CD-ROM permite a los usuarios individuali-zar la investigación mediante la combi-nación de indicadores, países, años,datos, instrucciones, etcétera. Su prácticoformato facilita y agiliza la búsqueda dela información deseada. Esta versión es-tará disponible en noviembre del año encurso.

En la version CD-ROM figuran losIndicadores Clave del Mercado de Tra-bajo.

Country Profiles, edición 1999, cons-tituye una obra de consulta de fácil ma-nejo por parte de los usuarios del CD-ROM.

RESEÑA DE LIBROS

¿SEGURIDAD SOCIAL PARA EL SECTOR NO ESTRUCTURADO?

Más de la mitad de la actual población mundial se halla privada de todaprotección social pública. Tanto los trabajadores que se encuentran en esa situa-ción, como los familiares que dependen de ellos se encuentran en buena medidaabandonados a su suerte en los supuestos de enfermedad, lesión, maternidad,desempleo, vejez o viudedad. Los índices más bajos de cobertura –situados entreel 5 por ciento y el 10 por ciento y con tendencia a la baja– se registran en elAfrica subsahariana y el sur de Asia. El porcentaje oscila entre el 10 por cientoy el 50 por ciento en el resto del mundo subdesarrollado, al tiempo que, en lamayoría de las naciones industrializadas, la cobertura es de prácticamente del100 por ciento.

Debido a que carecen de un puesto de trabajo estructurado con una remune-ración contrastable, sobre la que se puedan deducir unas cotizaciones a cargo,tanto del propio trabajador, como de su empleador, los trabajadores del sectorno estructurado suelen quedar al margen de toda protección. Trabajando porcuenta propia o empleados en microempresas sin un contrato escrito, la mayoríade los trabajadores del sector no estructurado –muchos de los cuales son muje-res– generan bajos ingresos y viven en la pobreza. Por este motivo, pocos deellos quieren o pueden aportar un porcentaje significativo de su ingreso al de-vengo de unas prestaciones que no satisfacen sus necesidades más perentorias:los gastos de asistencia sanitaria y la educación de sus hijos.

Las medidas de ajuste estructural adoptadas en estos últimos años en muchospaíses en vías de desarrollo han generado una reducción del escaso porcentajede trabajadores del sector estructurado, además de provocar severos recortes delos presupuestos de sanidad y educación y un mayor aislamiento de los gruposmás vulnerables marginados de la población activa, como los discapacitados ylos ancianos que viven solos.

Según un nuevo informe de la OIT *, si se desea dar respuesta a estas sensi-bles necesidades insatisfechas de protección social, urge elaborar nuevas estra-tegias «dirigidas a las personas con problemas económicos, que no pueden be-neficiarse de las estrategias de fomento del empleo productivo y que no estánen condiciones de cotizar a los sistemas públicos de seguridad social».

Los estudios de casos desarrollados en cinco países en vías de desarrollo –Benín, China, El Salvador, India y la República de Tanzania– ilustran las diver-sas formas en que se puede abordar el problema.

Una de las opciones consiste en la reforma y ampliación de la cobertura delos sistemas de seguridad social en el sentido de otorgar protección a los gruposmás vulnerables, incluidas determinadas categorías de trabajadores del sector noestructurado. Otra opción consiste en ampliar la cobertura de los sistemas deprotección social total o parcialmente financiados por los presupuestos genera-les.

Las cooperativas y las asociaciones mutualistas, creadas y financiadas porgrupos de trabajadores del sector no estructurado y gestionadas por lo generalen el ámbito comunitario, tienen una larga tradición, especialmente en las socie-dades rurales. En la actualidad, los planes voluntarios de pensiones y de segurode enfermedad reciben un importante impulso en numerosos países, a menudocon ayuda de las ONG. «Sin embargo», se observa en el informe, «un juiciopreliminar sobre los resultados de estos esquemas autofinanciados es que, hastaahora, sólo han beneficiado a un porcentaje muy reducido de los pobres y de lostrabajadores del sector no estructurado».

Pequeños y –hasta ahora– en fase experimental, los programas de protecciónsocial de ámbito sectorial y geográfico, basados en organizaciones que hansurgido de modo espontáneo en el ámbito local, «podrían constituir la mejorsolución», según el informe. Estos programas, dependientes de unos lazos deconfianza y solidaridad entre la administración local y los agentes sociales,funcionan sobre la base de unos gastos de administración relativamente modes-tos y un alto grado de participación y control locales. Los autores propugnan unmayor grado de atención a «estos esquemas participativos de base», en contra-posición a los «sistemas piramidales» que se promovieron en el pasado sobre labase de la presunción de que, tarde o temprano, todos los trabajadores accede-rían al sector estructurado.

* Social Security for the Excluded Majority, editado por Wouter van Ginneken, OIT, Ginebra 1999. ISBN92-2-110856-2. Precio: 30 francos suizos.

Page 32: ¿Trabajar mas, trabajar mejor?...TRABAJO - No 31 - 1999 4 ¿Trabajar más tiempo, trabajar mejor? En un nuevo estudio de la OIT se analizan las tendencias del trabajo en todo el mundo

ste Instituto de la OIT, que radi-ca en Ginebra, tiene por objeti-

vo promover un estudio mas exten-so y un debate publico sobre lascuestiones nuevas que interesan ala OIT y a sus mandantes en elambito del trabajo, de la empresa ydel gobierno.

El eje central de sus programases la interrelacion entre las institu-ciones laborales, el desarrollo eco-nomico y la equidad social. El pro-grama actual de trabajo del Institutose centra en la evolucion de lasrelaciones entre trabajo y sociedady entre la empresa y la sociedad,para tratar de determinar el modoen que los sindicatos y las organiza-ciones de empleadores (que son losactores organizados mas impor-tantes de la sociedad civil) puedencontribuir a la estabilidad de losmercados, al desarrollo humano y ala cohesion social. Se esta proce-

diendo ademas a un primer examendel cambiante cometido de losgobiernos, a fin de identificar futu-ras areas de investigacion.

El Instituto ofrece tres serviciosfundamentales:● un foro mundial sobre politicasocial, que permite a los sindicatos,las organizaciones de empleadoresy las administraciones del trabajoestablecer una interaccion informalcon la comunidad academica, conotros forjadores de opinion y con elpersonal de la OIT;● unas redes internacionales deinvestigacion, que vinculan a losuniversitarios con el mundo de losnegocios, del trabajo, y de losexpertos del Gobierno, para explo-rar las nuevas cuestiones politicaspotencialmente importantes para laOIT, contribuyendo con ello a la for-mulacion de las politicas;● unos programas educativos que

ayuden a los gobiernos, a lasempresas y a los trabajadores adesarrollar sus propias capaci-dades institucionales de investiga-cion, analisis y formulacion de politi-cas en el ambito laboral.Sus medios de accion comprenden:investigacion, foros de politicasocial; conferencias publicas; cur-sos y seminarios; programas parabecarios; un programa de visitasescolares, y diversas publicaciones.Cada dos años, el Instituto organizaunas conferencias sobre politicasocial, dotadas con fondos proce-dentes del Premio Nobel de la Pazque recibio la OIT, y que se celebrancon caracter rotatorio en las princi-pales universidades de todo elmundo.Para mayor informacion, contactar con el Ins-tituto Internacional de Estudios Laborales Tel: +4122/799-6128, Fax: +4122/799-8542, E-mail: [email protected]

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